En la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada el 5 de diciembre de 2008, se resolvió, por iniciativa de Canadá, que a partir de 2009 se celebre el Día Internacional de los Océanos cada 8 de junio. El Servicio Meteorológico Nacional lo conmemora, y hace estas advertencias.
Los océanos cubren más del 70% del planeta y producen al menos el 50% del oxígeno. Son un factor clave del clima, albergan la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra y son la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Se estima que, para 2030, habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los océanos.
Pero los océanos nunca estuvieron tanto en riesgo como en la actualidad. Para proteger y preservarlos y todo lo que sustentan, debemos crear un nuevo equilibrio, dicen las Naciones Unidas, basado en la comprensión de cómo la humanidad, y toda la vida del planeta se relaciona con ellos.
Los océanos son fuertemente afectadoS por el actual calentamiento global de origen antropogénico.
El océano -podemos hablar en singular, porque todos ellos están vinculados- absorbe alrededor del 23% de las emisiones anuales de CO2 antropogénico a la atmósfera y actúa como amortiguador contra el cambio climático. Sin embargo, el CO2 reacciona con el agua de mar, reduciendo su pH y provocando la acidificación del océano. Esto a su vez reduce su capacidad para absorber CO2 de la atmósfera. La acidificación y desoxigenación de los océanos afecta finalmente a los ecosistemas, la vida marina y la pesca.
El océano también absorbe más del 90% del exceso de calor de las actividades humanas. En 2019 se registró el contenido de calor oceánico más alto registrado, y esta tendencia probablemente continuó en 2020. La tasa de calentamiento de los océanos durante la última década fue más alta que el promedio a largo plazo, lo que indica una absorción continua de calor atrapado por los gases de efecto invernadero. Se estima que más del 80% del área oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2020.
El nivel medio global del mar ha aumentado a lo largo del registro del altímetro satelital (desde 1993). Recientemente, ha aumentado a un ritmo mayor en parte debido al mayor derretimiento de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.
El hielo marino se está derritiendo, con profundas repercusiones para el resto del mundo, a través del cambio en patrones climáticos y el aumento acelerado del nivel del mar. En 2020, el mínimo anual de hielo marino en el Ártico estuvo entre los más bajos registrados, exponiendo a las comunidades polares a inundaciones costeras anormales y a partes interesadas, como el transporte marítimo y la pesca, a los peligros del hielo marino.
Se estima que las temperaturas cálidas del océano ayudaron a impulsar una temporada récord de huracanes en el Atlántico en 2020 y contribuyan a otra temporada activa en este 2021.
Dado que aproximadamente el 40% de la población mundial vive a menos de 100 km de la costa, existe una necesidad imperiosa de proteger a las comunidades de los peligros costeros, como olas, marejadas ciclónicas, oleaje y aumento del nivel del mar, mediante sistemas mejorados de alerta temprana multirriesgos, y pronósticos basados en impacto.