En Argentina se incrementaron las precipitaciones extremas en el este y sur del país y en la cordillera de los Andes hay un retroceso de los glaciares a causa del cambio climático, que provocará además un aumento «de la temperatura media a una tasa más alta» en la región, asegura Carolina Vera, quien trabajó en el último informe de situación del panel de expertos vinculados a las Naciones Unidas, cuyas conclusiones impactaron al mundo.
La doctora en Ciencias de la Atmósfera de la Universidad de Buenos Aires, investigadora principal del Conicet y una de las seis personas de Argentina que trabajó en el Sexto Informe de Evaluación del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), en el que se involucraron 234 científicos durante tres años, habló sobre los impactos a nivel global, regional y particularmente en la Argentina.
-¿Cuáles son las principales consecuencias del cambio climático en la región?
-La señal más clara es que si la temperatura global continúa avanzando, la temperatura media en esta región también va a aumentar pero a una tasa más alta. Además, en todo nuestro país se observa el aumento de los eventos extremos de lluvia tanto en frecuencia como en intensidad y esto se hace más severo con los niveles de calentamiento.
Por otro lado, en la zona de la cordillera de los Andes se confirmaron dos cosas. Una es el retroceso de los glaciares, lo cual se va a acelerar con los niveles de calentamiento y también está asociado con la disminución de la nieve y de la lluvia. Entonces hay una mayor tendencia a la aridez y las sequías en las zonas de Cuyo y norte de la Patagonia. Pero en la punta sur, en cambio, (sur de Chile y Tierra del Fuego), la tendencia es de aumento de las lluvias.
-¿Qué puede suceder a futuro si no se hacen cambios en las actividades humanas que influyen en el cambio climático?
-Este informe se basa en cinco escenarios posibles a futuro y mira sus consecuencias en el clima. Independientemente del escenario, se espera que el aumento de la temperatura media global alcance o supere los 1.5°. Si las emisiones son muy bajas es probable que la temperatura se mantenga por debajo de 1.6° y después descienda de los 1.5° a fines de este siglo. En todos los otros escenarios, la probabilidad es que se supere el grado y medio.
Si los compromisos asumidos por los países en el Acuerdo de París (firmado en 2015) se cumplen tal cual están ahora llegaríamos a un mundo (con un aumento de temperatura) de tres grados a finales de este siglo. No es el peor escenario, pero pasaríamos un nivel de seguridad. Por eso se requiere que los gobiernos colectivamente hagan más ambiciosas sus contribuciones.
Carolina Vera
El informe del IPCC
En el documento que se dio a conocer el pasado lunes, ocho años después del anterior -que data de 2013- sus autores coincidieron en que, a menos que haya reducciones inmediatas y a gran escala en las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento a cerca de 1,5°C o incluso 2°C, ya no será posible.
Los dos objetivos del Acuerdo de París son limitar el aumento del calentamiento global inducido por el hombre a un nivel muy inferior a 2℃, y «proseguir los esfuerzos» para limitar el calentamiento a 1,5℃.
Según el estudio el incremento de la temperatura seguirá al menos hasta mediados de este siglo pase lo que pase y a partir de 2050 las cosas podrán complicarse aún más.
Incluso limitando el calentamiento a +1,5 ºC, olas de calor, inundaciones y otros eventos extremos aumentarán de forma «sin precedentes» tanto en su magnitud, frecuencia, ubicación o momento del año en que ocurren, advirtió el IPCC.
-En el informe además de atender la urgencia de terminar con las emisiones de dióxido de carbono, también se le dio un lugar prioritario a las emisiones de metano. ¿Nos puede hablar sobre esto?
-El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero dominante. Es el que más se emite y uno de los que más persiste dado que se mantiene en la atmósfera por cientos de años; por eso si hoy frenáramos todas las emisiones el calentamiento global persistiría. A diferencia del dióxido de carbono, el metano -que también es un gas de efecto invernadero- persiste en ella sólo por unas décadas, pero su capacidad calorífica es entre veinte y treinta veces más que el CO2. Es por eso que una reducción del metano puede tener consecuencias rápidas.
Una acción humana que emite metano muy conocida para Argentina y países como Nueva Zelanda es el ganado. También el estiércol, los desechos, las aguas residuales, además del cultivo de arroz y parte de la industria del petróleo y el gas. Si hubiera una acción sobre ellas podría reducirse.
lHoy los fenómenos meteorológicos extremos son una combinación de la variabilidad natural y la influencia humana en el clima.
Actualmente, los fenómenos meteorológicos extremos que experimentamos son una combinación de la variabilidad natural y la influencia humana en el clima. Sin embargo, no hay dudas de que las actividades humanas están provocando el cambio climático: la mayor parte de este calentamiento de 1.1° y el aumento en la frecuencia y severidad de eventos extremos (sequías, lluvias torrenciales y olas de calor) se atribuye a la actividad humana a nivel global.