La saga de la Argentina nuclear – XXXIV

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó Los anteriores capítulos de la saga estan aqui La Argentina es una novia brava nuclear Una comparativa de tamaños y pesos de los recipientes de presión de las Atuchas I y II. El último fue la pieza más pesada del mundo en su tipo, mayor aún que el de centrales europeas de uranio enriquecido con el doble de potencia térmica. Ese componente muy caro resume la robustez impresionante de las Atuchas y su capacidad de relicenciamiento cuando envejecen, pero explica también en parte su fracaso de ventas en el resto del Tercer Mundo. castro-madero Carlos Castro Madero, que se asoció a esta ingeniería por fuerza mayor. No exulta.   En 1967, tras vendernos Atucha I, los alemanes volvieron contentos a casa, sabiendo que tenían un pie adentro de la puerta de la panadería. También sabían ya que seríamos antes una valquiria de lanza y escudo que una rubia y complaciente “schöne kleine Frau”. Habíamos probado ser sudacas rebeldes: logramos una central a precio de regalo, y además de ello, un reactor académico de regalo literal. Sabían que lo siguiente que haríamos era tratar de usar elementos combustibles “made in Argentina”, lo que a ellos, más temprano que tarde, les haría perder el negocio del “fuelling” de Atucha I. Fluch! Las negociaciones ripiosas a suceder estaban coreografiadas, de puro previsibles. Los alemanes sabían que sabíamos que si queríamos meterle a Atucha I combustibles nacionales, ellos nos amenazarían con retirarle las garantías. Sabían que nosotros no arrugaríamos y les construiríamos delante de la nariz nuestras propias fábricas de elementos combustibles. Fick dich! Los elementos, llamados también manojos, son piezas multitubulares muy delicadas, que requieren de mucho conocimiento en metalurgia, laminado, extrusión y soldadura de aleaciones raras de circonio, el famoso «zircalloy». Por vía separada, hay que desarrollar la sinterización (cocción bajo presión) de polvos de dióxido de uranio hasta formar pastillas de cerámicas, negras, muy duras y perfectas. Con éstas se rellenan los tubos. Los manojos integran entre todos el núcleo de una central nuclear. Entran en reacción por contigüidad al bombardearse con neutrones. Y si le parecen mecánicamente frágiles, no lo son: soportan temperaturas y radiaciones de órdago, sin corrosión química, y durante años. Pocos países saben fabricarlos. KWU sabía que los «combustibleros» de la CNEA dominarían esa tecnología sin ayuda de ellos si era necesario, aunque al principio tuvieran que recurrir a ingeniería inversa. Eran conscientes de que había una decisión argentina firme de independencia total en materia de combustible de centrales, de «cerrar el ciclo» que va desde la minería de uranio a la fabricación de manojos, y luego de agotados los mismos, a su tratamiento y disposición final. Y es que no tenía maldito el sentido haber comprado una de las únicas dos centrales en el mundo, fuera ésta o la CANDU, que te permiten autonomía en combustibles, si no vas a tratar de destetar tu programa nuclear de su importación. Los alemanes sabían que al final, con tal de retenernos como clientes y posibles socios estratégicos para  construir más Atuchas en Argentina y otras en Latinoamérica, África, Medio y Lejano Oriente, terminarían aceptando esto de los combustibles argentinos. ¿Por qué? Porque inevitablemente, fuera con tecnología transferida por ellos o desarrollada por nosotros en laboratorios, finalmente llegaríamos a igualar el producto de ellos, pero probablemente a menor costo. De modo que,  inaugurando una tradición que desde entonces ha sido respetada en toda compra de centrales nucleares, KWU aceptó cedernos todo el «know how» y el «know why» para esta fabricación GRATIS. Quedaba incluida en el precio de las centrales. Y los alemanes aceptarían probar combustibles argentinos en su reactorcito MZFR en Karlsruhe, RFA, hasta avalar su calidad. Nosotros sabíamos que ellos sabían que estábamos muy decididos. Lo que sí era de cajón, es que para rehacerse un poco de pérdidas, los nibelungos nos correrían con la amenaza de suspender las garantías sobre la central. Y lo harían todo lo que pudieran, antes de finalmente admitir combustibles de CONUAR, la sociedad mixta que estaba fundando la CNEA con el grupo Pérez Companc para esta fabricación. Efectivamente, esa negociación, la de los combustibles, le tomó 4 años de extenuantes reuniones al doctor Carlos Aráoz, (a) “El Monje Negro”, uno de los “Doce Apóstoles” de Jorjón Sábato. Aráoz es quien trajo a Goyo Pérez Companc a la CNEA para tentar a este hombre, absolutamente petrolero por origen y ya dueño de un considerable conglomerado de empresas, con esta aventura divergente de fabricar combustibles nucleares para el estado. Goyo agarró viaje porque, como le dijo por privado a Aráoz, «tenía que planificar qué iba a estar haciendo su grupo PECOM a 40 años, y se podía imaginar bien que el petróleo se iba a volver más escaso, o iba a ser sustituído por algo mejor». Dicho esto a fines de los años ’60… CONUAR se constituyó en espacio cedido por el Centro Atómico Ezeiza y con tecnologías y máquinas para el manejo de aleaciones de circonio desarrolladas por la CNEA e INVAP. Observación al paso: éste fue uno de los momentos en que la Argentina podría haber iniciado una segunda aventura en una metalurgia bastante emparentada con la del circonio: la del titanio, un primo-hermano del circonio en la tabla química, que ya para los años ´70 se había vuelto el gran emergente entre los materiales aeroespaciales. Lo hizo, pero más tarde y poco. Los alemanes no se hacían ilusiones de un matrimonio feliz con nosotros. Pero todo era tolerable con la Argentina: novia brava, pero con mucha dote. Y no era imposible que la gastara en muchas Atuchas. Llegó 1973. Y cantidad de argentinos hablaban de la «liberación nacional», término que décadas más tarde sigue siendo esperanzador pero nebuloso. La Dirección de Centrales Nucleares (DCN), independentista tecnológica, vehementemente sabatiana, “Canadá friendly” y nada dispuesta a ser socia menor de la KWU en nada, en 1967 se había tragado Atucha I con la misma alegría con que uno ingiere un paraguas. Pero el país había cambiado mucho desde 1967. La dictadura del general Juan Carlos Onganía, típico casamiento de milico nacionalista católico con ministro de Hacienda profundamente liberal y anti-industrial, Adalbert Krieger Vasena, no duró los 20 o 30 años que tenía en su mente “La Morsa” (así llamaban al Juanca por sus bigotazos y su escaso humor, para descrédito de las morsas). A fuerza de inflación, cierre de fábricas, desnacionalización de la industria, intervención de universidades, expulsión de profesores, censura de medios y represión de los movimientos obrero y estudiantil, Onganía fue transformando a la Argentina en un polvorín social. cordobazo El Cordobazo: “La Montada” huye de la multitud, corrida a piedrazos y mandando bala al bulto. Fin de las aspiraciones del general Onganía a una dictadura militar prolongada. En 1969 a Onganía y Krieger les barrieron los tobillos una serie de puebladas históricas, empezando por el Cordobazo, cuando centenares de miles de obreros automotrices y estudiantes cordobeses arrastró al resto de la población descontenta, ganó las calles, hizo barricadas, puso en fuga a la policía y resistió -acumulando muertos y heridos a bala que jamás se contaron- el contraataque del Ejército durante dos días. El Cordobazo fue un antes y un después. Se abrió un período rico, turbulento y trágico en la política argentina. A Onganía sus pares lo remplazaron de apuro por el más benevolente y negociador Rodolfo Levingston, que puso como ministro de Hacienda a un tipo en las antípodas de Krieger Vasena. Fue el economista Aldo Ferrer, un nacionalista-industrialista, autor entre otras cosas de la primera –y poco cumplida- “Ley de Compre Nacional”, que su cáustico creador explicaba en estos términos: “Hay que nacionalizar las empresas públicas”. Cuando le preguntaban qué significaba eso, explicaba que visto que todo lo que compraban las empresas públicas era importado y no necesariamente mejor o más barato que la oferta nacional… En esos tiempos, increíblemente, Jorge Sabato, pasando del dicho al hecho intervino SEGBA, lo que le paró los pelos de punta a varias multinacionales proveedoras de esa firma de distribución eléctrica, pero también a la Secretaría de Energía y al mundillo «Oil & Gas». ¿Qué hacía un nuclear en aquel reducto de ellos? Era un asombro ver cómo Sabato empezaba a destruir quintitas. Ferrer, cuyo ministerio se mantuvo apenas 8 meses entre 1970 y 1971 (demasiado bueno como para durar), era considerado “de la casa” en la CNEA. Y lo era. Venía de años de ser “patas” con Jorjón Sábato y compraba el Programa Nuclear de punta a punta: lo entendía y le gustaba. No resulta raro que mucho después y en circunstancias más bien desesperantes para el átomo criollo, entre 1999 y 2001, un Ferrer más desgastado por los años volviera brevemente como presidente de una CNEA en franca demolición, y a la que no logró rescatar. Pero no me quiero adelantar. En 1970 Levingston no logró organizar un programa político de salida de la dictadura: la rebelión obrera y de clases medias en las ciudades industriales del interior continuaba imparable, y además -o por ello- en el Ejército a don Marcelo le venía serruchando el piso su par y colega, Alejandro Agustín Lanusse. Tras el cuartelazo de rigor que apeó a Levingston y a Ferrer, Lanusse, hasta entonces representante temible del ala militar liberal (léase económicamente entreguista), no tardó en descubrirse aferrado con una sola mano a las crines de un país que corcoveaba con intenciones de revolearlo, como ya lo había hecho con Onganía, y por lo mismo. Caso demostrativo de cómo un hombre es sus circunstancias, el presunto liberalismo de Lanusse vino con grandes inversiones en obra pública como las hidroeléctricas de El Chocón y Futaleufú, una consolidación de los avances del Programa Nuclear, y el surgimiento de empresas privadas de tecnología con mucho respaldo estatal: Fate Electrónica y Aluar. Si Lanusse era un liberal no lo mostró: le tocó bailar con otra música, y no hubo grandes diferencias con el nacionalismo industrialista de Levingston y Ferrer. Pero más allá del contenido económico del lanussismo, políticamente el país todo estaba harto de gobiernos militares, y lo hacía saber todos los días y de todas las formas posibles. A duras penas –y a un costo muy cruel en vidas de obreros, estudiantes y militantes que en esa época se consideró alto- Lanusse enfiló como pudo y “a velocidad warp” hacia un escape electoral, el Gran Acuerdo Nacional. Este acuerdo de partidos permitió elecciones insólita y verdaderamente libres, que ganó el peronismo por goleada, con la fórmula avalada por Perón: Cámpora-Solano Lima. En 1973 Perón estaba de vuelta en la Argentina tras 18 años de exilio y proscripción, y el Sabatismo, atrincherado en la mentada DCN (Dirección de Centrales Nucleares) e ideológicamente fortalecido, ahora venía de contraataque: como segunda central quería una CANDU (esta vez de 600 MW, como la operativa en Pickering, Ontario, desde 1971, cuya performance en seguridad y disponibilidad parecía muy buena). Los ingenieros jóvenes de la DCN se entusiasmaban: la canadiense era tecnología para la liberación nacional, te decían. Sí, ponele. Lo atractivo de Pickering es que -a diferencia de Atucha I- no era un prototipo: había sido precedida de varias CANDU de potencias menores, en las que los canadienses habían ido puliendo esa tecnología y mejorando la disponibilidad inicial, generalmente mala, de casi todo sistema «FOAK», «First of a Kind». Lo cierto es que por ingeniería básica, estaba más en línea con lo que quiere cualquier país comprador al que no le sobra la plata. Al prescindir del formidable recipiente de presión, si la CNEA compraba una primera CANDU «llave en mano», una segunda CANDU sería mucho más nacional en componentes: así como CONUAR fabricaba manojos de elementos combustibles de zircaloy para Atucha I, podía hacer lo propio con los manojos canadienses (mucho más cortos y modulares). Pero además podía mandarse al frente también con los tubos de presión, que son de otra aleación diferente pero bastante exquisita: incoloy. Una CANDU es, finalmente, una central hecha casi enteramente de caños de aleaciones raras. Empezaba a tomar contornos precisos la posibilidad de una central nuclear totalmente argentina por componentes, ya que no por ingeniería. Pero lo segundo vendría después, por añadidura. Con la tecnología de las Atuchas era imposible pensar en una central 100% nacional en los componentes. Hasta que la industria metalúrgica nacional estuviera en condiciones de fabricar un recipiente de presión como el de Atucha I, podían pasar décadas. De hecho, para hacer ese recipiente de presión en la Europa de los ’60, no alcanzó con la metalurgia alemana. El recipiente forjado y casi terminado tuvo que viajar a Holanda para un proceso de tratamiento químico superficial de su cavernoso interior llamado misteriosamente «enmantecado», algo que confundió a más de uno, habida cuenta de la fama lechera de las vacas holandesas. Recién después de su paso por las metalúrgicas más avanzadas de dos países el recipiente terminado pudo embarcarse rumbo a Argentina. Con una CANDU, la idea de una central sin componentes importados, pagadera toda en pesos, era perfectamente posible (y sigue siendo). ¿Era cosa de iniciar una gran colaboración con los canadienses? Sí, contestaban «los muchachos» de la DCN, pero minga de tutelas. Queremos una tecnología para la liberación. Ups. Creo que propios y ajenos pensábamos que la relación con Canadá sería mucho más sencilla que con la República Federal. Ni ahí. Qué modo de equivocarse. Es curioso cómo se pueden ideologizar ciertos fierros, cosas aparentemente tan neutras y objetivas, pero a veces sucede y casi siempre por razones interesantes y en general nada estúpidas. Hay mucha geopolítica encerrada en casi cualquier diseño industrial. Sin embargo, no hay nada como ideologizar demasiado un fierro para ligarse un palo. Y el palo nos lo dió Henry Kissinger, y se lo puso en la mano Indira Gandhi. Qué histórica se va poniendo esta narración…

Daniel E. Arias

Cerveza Mugica: la villa 31 ya tiene su propia birra artesanal

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En medio del calor del verano de 2019, Osvaldo Salazar, emprendedor nato, tenía ganas de encarar un nuevo proyecto. Había hecho un curso en la Escuela Argentina de Cerveceros así que tomó el teléfono y envió un mensaje al grupo. Los diez amigos, que lo tienen agendado como “Cupa”, recibieron el texto: “Hagamos una cerveza artesanal”. Así nació la Cerveza Mugica, la primera hecha en la Villa 31. Todos dijeron que sí. “Imaginate que al principio no teníamos nada, ninguno tenía una olla de 20 litros en la casa. Nos la consiguió la hermana de uno de los chicos de un merendero en el que trabajaba y gracias a ella pudimos empezar a cocinar”, dice Cupa. De aquel equipo inicial, quedaron tres: Cupa, su hermano Carlos Salazar, y un amigo de ambos, Carlos Jiménez, apodado Otto. Los tres tenían claro que había que “meterle ganas y tiempo”. Compraron fermentadoras y barriles para producir hasta 20 litros de cerveza, botellas, malta, lúpulo, aditivos y se pusieron a trabajar. Combinaron los conocimientos de Cupa, que había pasado por la Escuela de Cerveceros, con lo que Carlos y Otto aprendían en un curso virtual dictado por la misma Escuela y en el que se habían anotado. Tiempo después, dieron con la fórmula: una cerveza rubia que lanzaron a la venta junto con su segundo hallazgo, la roja. Luego llegaría la Honey, la IPA y su última incorporación, la Porter. Al encuentro del sabor En un barrio donde la única oferta cervecera es industrial, estos tres pioneros de lo artesanal debieron encontrar un sabor que era extraño en sus paladares. Los tres coinciden en que tomar una cerveza artesanal era “raro”, no sabían exactamente qué sabor debía tener. Para familiarizarse con los diferentes sabores recorrieron bares de San Telmo y Palermo, y eso los motivó: “Al compararnos con grandes cervecerías notamos que el producto que ellos vendían también podíamos hacerlo nosotros”, dice Carlos. El desafío ahora estaba sentirlo propio.
La difusión de la marca se hace por Instagram en @mugicabeer
La cultura de la cerveza artesanal no existe en el barrio 31. Los socios dicen que “es muy difícil romper la costumbre de tomar cerveza industrial porque falta difusión”. “Nosotros antes no tomábamos cerveza artesanal. Probábamos una IPA y no nos gustaba, nos parecía amarga y ahora nos encanta. ¿Hace cuánto no compramos una cerveza industrial?”, pregunta Cupa a Otto, que responde: “Bastante… Ni sabemos cuánto está”. Los amigos se ríen. Producción local El garaje de la casa de Carlos y Cupa dejó de ser el lugar donde guardaban sus bicicletas y amontonaban cosas en desuso. Lo acondicionaron para que funcione como una fábrica y en un futuro quieren ampliarlo para convertirlo en una cervecería. Carlos, Otto y Cupa no viven de fabricar su cerveza sino que tienen otros trabajos. Es martes, el único día en el que coinciden los tres para producir su birra. El galpón donde funciona la fábrica es pequeño, de techos altos. Está ubicado en la calle Evita al 611, manzana 13, casa 12 para los vecinos. Desde la puerta se escucha el ruido de los motores de las fermentadoras: es contínuo, como el de un secador de pelo; es fuerte, como el de un lavarropas viejo. En la entrada hay unos seis barriles anchos de, más o menos, un metro ochenta de alto. En el fondo está la chopera que alquilan para eventos, banquetas para recibir gente y muchos cajones con marcas de cervezas industriales apilados. Algunos están cargados de botellas de Mugica. No hay más espacio. Cada martes, como hoy, los tres cocinan, gasifican y embotellan, todo en este galpón. El plan de trabajo se adapta a los horarios de cada uno: a las ocho de la mañana Cupa, que trabaja de manera independiente en una pastelería propia, pone en marcha las ollas para hacer los primeros 100 litros. Luego llega Otto, que aprovecha su franco para cocinar la segunda tirada y, a alrededor de las cinco de la tarde, Carlos se encarga de la producción que queda para llegar a la meta del día y cerrar las puertas a las nueve de la noche. La producción máxima por tirada es de 100 litros, un número bajo si se considera que entre proceso y proceso se demoran entre 4 y 5 horas. El próximo objetivo es producir 300 litros de cerveza para aumentar el stock. El litro de Mugica cuesta $400 y se consigue en varias presentaciones: botellas retornables de un litro y las de plástico de un litro o medio, que incorporaron después porque varios clientes no devuelven la botella. “La gente prefiere el vidrio, pero el sabor no cambia. La única diferencia es que el plástico retiene menos el frío”, dice Otto. La distribución y la compra de insumos es complicada. De eso también se encargan los socios porque ni los proveedores ni quienes quieren comprar su producto se atreven a entrar en el barrio. “Hablan de urbanización pero acá no entra nada ni nadie. Hay un prejuicio muy grande”, dice Carlos y agrega, un poco indignado, que muchos servicios, como Mercado Libre y Rapipago, que en el resto de la capital parecen ser moneda corriente, no ofrecen su servicio en la villa. Ahí está, dice, la verdadera falta de integración al resto de la Ciudad. La falta de gas natural es otro obstáculo para producir la Mugica. Las garrafas que usan para encender los quemadores de la fábrica representan hoy un gasto aproximado de 6 mil pesos mensuales, un número elevado si se tiene que cuenta que solo usan el gas una vez a la semana. Además, la potencia de las garrafas no es tan fuerte como la del gas corriente y en un futuro no tan lejano, cuando tengan que comprar fermentadoras más grandes para aumentar su stock, deberán invertir también en garrafas más grandes y costosas que den la potencia necesaria para cocinar. Más allá de la 31 A mediados del año pasado, vendían cien litros por semana la Cerveza Mugica. Hoy venden, más o menos, 1200 litros de cerveza al mes. La clave fue que cada vez que pudieron los socios compraron fermentadoras, es decir, reinvirtieron. Cupa cuenta que el próximo paso será comprar una fermentadora de 300 litros. Hay poco espacio en el galpón y las próximas inversiones deberán ser estratégicas. Por lo pronto, compraron una cámara de frío para conservar el stock. “Yo pensaba pedir otro préstamo para la fermentadora. No sé si los muchachos estarán de acuerdo”, dice Cupa en un guiño hacia sus socios. “Recién nos enteramos ¡Primicia!”, devuelve su hermano. Cuando nació la Cerveza Mugica creyeron que el mayor desafío sería sustentarla. “Pero ahora la mayor dificultad es que a medida que crecen las ventas, tenemos más trabajo y por ende, la Mugica demanda más tiempo”, reconoce Cupa. La solución sería vender por semana los litros que venden por mes. De esa manera les rendiría a los tres y podrían trabajar tiempo completo en su emprendimiento. Todavía no lo lograron. Como el “boca en boca” persiste como estrategia de marketing principal, por ahora la clientela es la del barrio. La Mugica se consigue restaurantes, kioscos, una hamburguesería. Fuera de la villa, está en un mercado comunitario en Flores y un centro cultural en Belgrano. Carlos está casi seguro de que “allá al fondo de la villa” aún no los conocen. El trabajo por instalar la cultura cervecera en un barrio popular continua. Carlos, Cupa y Otto están decididos a devolverle algo al barrio y ofrecer una cerveza artesanal de calidad y producción local. Los obstáculos crecen junto con el emprendimiento, pero los tres amigos seguirán apostando por su marca hasta que la Cerveza Mugica sea una insignia y llegue a todas las manzanas de la villa 31.

Cómo impacta la guerra en Ucrania sobre la economía argentina

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«La guerra viene teniendo un costo muy alto para los países del hemisferio sur, a la Argentina ya le costó US$ 5.000 millones y no hay ámbito global donde se esté discutiendo este tema», manifestaba a mediados de octubre último el ministro de Economía, Sergio Massa.

Ese cálculo, según Florencia Di Prinzio, economista del Centro de Economía Política (CEPA), «se basa en el impacto múltiple que la guerra tuvo en la balanza comercial, es decir qué cantidad de dólares extra tuvo que gastar el país en importaciones ante la suba de precios internacionales». A la fecha «la cifra no presenta variaciones significativas debido a un acomodamiento de los precios internacionales», remarcó.

A ello se suma «la particularidad de que Argentina tiene un régimen cambiario con bastantes problemas de arrastre, con un desdoblamiento, y en un momento en el cual se agudizaron las expectativas de devaluación el año pasado», afirmó a esta agencia el economista director de la consultora Sarandí, Sergio Chouza.

«La brecha cambiaria se había disparado alcanzando niveles cercanos al 100% en el segundo trimestre del año pasado y eso produjo un retraso de las exportaciones y afectó el flujo de cantidades exportaciones», amplió.

Según documentos de trabajo oficiales, las importaciones de combustibles sumaron US$ 5.800 millones a fines de 2022, contra los US$ 2.000 millones proyectados en la pre guerra (+US$ 3.800 millones de incremento neto).

Además del costo, el aumento del precio de los principales productos básicos hizo que se precisaran más divisas para importar combustibles, entre los que se incluyen los utilizados para el suministro de energía durante 2022.

Para Di Prinzio, en ese rubro ocurrió la variación más «significativa», con lo cual «casi el 75% del costo de la guerra se explica por importación de energía» boliviana (gas) y brasileña (electricidad), mientras «el 25% restante lo explican la suba de fertilizantes y fletes».

En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostuvo en un reciente informe que «las importaciones energéticas en nuestro país crecieron 4% en volumen, pero por la suba de precios crecieron un 100% en dólares (de US$ 7.147 millones a US$ 14.138 millones), respecto al año pasado».

Tendencia: el turismo de catástrofes: ¿por qué atraen destinos donde hubo sufrimiento?

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Algunas personas eligen participar en actividades de turismo negro de catástrofes porque tienen interés en aprender sobre el mundo, otras quieren ampliar su conciencia social o conectar con personas que han tenido experiencias traumáticas. Esta clase de turismo se denomina turismo negro. No es nuevo, desde tiempos inmemorables el dolor, el duelo, la muerte, la desigualdad y el hambre han sido susceptibles de ser comercializados en el mercado turístico. Además, actualmente con el uso continuado de las redes sociales y las famosas series de Netflix como Chernobyl o Dark Tourist, están incitando, aún más a la sociedad, a desplazarse a regiones donde vivir experiencias únicas sobre hechos que fueron traumáticos en el pasado. Desde turistas que «se mueren» por visitar todos los cementerios de una ciudad por su patrimonio artístico o por si ven algún fantasma, hasta los que quieren, en menor proporción, sentir emociones fuertes dentro de una cárcel o en lugares donde se realizaron matanzas y asesinatos múltiples. No nos olvidemos de aquellos quienes, muy de moda ahora también, visitan zonas que han sido devastadas por catástrofes naturales como volcanes, inundaciones, tornados o terremotos. Experiencias que nos hacen ser conscientes de la realidad en la que vivimos, seres humanos habitando un planeta a la merced de los riesgos medioambientales existentes. Turismo entre volcanes Muchos viajeros deciden pasar sus entrañables vacaciones visitando lugares en los que han ocurrido historias escalofriantes, como por ejemplo la devastación de la reciente erupción volcánica de la isla canaria de La Palma. En la última década, el turismo volcánico está en augue, impulsado principalmente por las redes sociales. Mientras el magma fluía por las laderas de la isla bonita arrasando con más de mil hectáreas, destruyendo hogares, negocios y desalojando a más de siete mil personas, cientos de turistas se presentaban entusiasmados para observar, en primera fila, esta catástrofe natural. Todas estas bajas parecen haber alimentado la curiosidad en lugar de disuadir al turismo. Viajar a un volcán activo no está exento de riesgos y cuestiones éticas, puede ser la emoción de la vida o una atracción fatal. Este nuevo turismo invita a la reflexión, pero se estudia como un movimiento positivo a largo plazo, dinero para reconstruir las ciudades y posibilidades de atraer a investigadores que, quizás, puedan construir nuevos centros científicos que aportarán empleo y riqueza a las comunidades. Terremotos devastadores Si continuamos con los desastres naturales, los terremotos y los tsunamis son fenómenos que suelen atraer a un gran número de turistas a las ciudades devastadas. Viajar implica conocer la historia y cultura de otros lugares, pero, desde siempre, la tragedia forma parte inseparable del desarrollo de las sociedades y uno de los atractivos fuertes para los turistas más rocambolescos. Además de turistas, estos fenómenos provocan muchísimo interés, sino que se lo digan a Juan Antonio Bayona, director de “Lo imposible”, la segunda película más taquillera de la historia del cine español. Esta filmografía está ambientada en el terremoto de magnitud 9.1 en la escala de Richter en la costa occidental de Sumatra. Tras el terremoto, un gran tsunami arrasó las costas indonésicas, causando cerca de 228.000 muertos, uno de los desastres naturales más letales de la historia y, con esto, Bayona recaudó 42 millones de euros. Aparte de visitar lugares destruidos y vivir, casi en primera persona, la experiencia a través de las pantallas, hay muchos que quieren participar… Sí, participar. En el país asiático existen numerosos parques temáticos en los que se puede experimentar terremotos, tsunamis, huracanes o incendios. Algunos ven estos parques como centros de educación que ofrecen lecciones de supervivencia mientras otros quieren vivir la experiencia en sus propias carnes.

La saga de la Argentina nuclear – XXXIII

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó Los anteriores capítulos de la saga estan aqui La arrasadora sonrisa de Buda Siete años antes de que Indira Ghandi empiojara indefinidamente el esfuerzo nuclear del Tercer Mundo, el 18 de mayo de 1974, y desatara la primera carrera armamentista atómica entre países pobres (India vs. Pakistán), aquí atravesábamos el interesante y casi tranquilo 1967. Nada indicaba entonces, en Argentina, que podríamos ser afectados de manera gravísima por asuntos ocurridos en las antípodas del planeta, idioteces militaristas de la enigmática y milenaria India, y de lo mismo de su archirrival, Pakistán. Al segundo país, el presidente argentino Juan D. Perón lo había ayudado no poco a conformar su naciente ejército, lo que explica que la avenida República Argentina esté en el parque más lindo de Islamabad. También hubo un pedido de la Fuerza Aérea Pakistání de cazas argentinos Pulqui II, que quedó en la nada cuando la propia Fuerza Aérea Argentina renunció a equiparse con su propio avión multirrol, en 1956, y se inclinó por comprar Sabres F-86 estadounidenses de tercera mano y hechos percha, con gran asombro pakistaní. Con la India, en cambio, no teníamos más relación que la de los argentinos de paladar negro que acudían allí a comprarle su salvación espiritual al gurú más de moda. Pero en 1967 nos volvimos súbitamente muy importantes para la República Federal Alemana cuando le compramos nuestra primera centralita nuclear a la firma KWU. La obstinación alemana por entrar como fuera a nuestro programa nuclear se basó en expectativas desmesuradas sobre la Argentina. Expectativas que una parte de la CNEA compartía, además. Y no sin fundamentos. El programa criollo era el más expansivo y vibrante del Tercer Mundo después del de la India. En la estrategia de ajedrecista que caracteriza a veces a la dirigencia alemana, vendernos Atucha I a precio de regalo –y con un reactorcito de yapa, el RA-4- era una jugada en profundidad. Por empezar, era quitarle un primer mercado “flor” a Canadá. Luego, ya con un buen lobby pro-germano instalado en la CNEA (liderado por Jorge Cosentino), y usando la robustez de Atucha I –que tanto alemanes como argentinos dieron siempre por descontada- se tenía una vidriera planetaria para atacar comercialmente el resto del “target” canadiense: India, China, Corea del Sur, eventualmente Rumania, países tentados de usar la tecnología CANDU para un despegue nuclear autónomo, libre de extorsiones por parte de los proveedores de uranio enriquecido. La República Federal Alemana -país militarmente ocupado por los EEUU, y continúa- tenía entonces la misma dependencia política que Canadá respecto de los EEUU en materia de exportaciones nucleares. El trampolín argentino permitía imaginarse conquistas en otros mercados vírgenes y multitudinarios: África por el Maghreb, Medio Oriente… ¿Asia? La Argentina podía resultar clave para la construcción física de NPPs alemanas “símil Atucha I” en lugares del planeta inalcanzables para las empresas nucleares yanquis y las francesas. Ya por aquella época, en materia de módulo empezaban a ofrecer únicamente centrales de 800 o 900 “mega” para arriba, demasiado potentes para redes eléctricas chicas, y además todas de combustible enriquecido. Reinaba el concepto de «Big is Beautiful». Si Atucha I no hubiera venido con 320 MWe planificados y en cambio tuviera 160, hoy casi se la podría ofertar como SMR, como central modular. La KWU, todavía no integrada a SIEMENS en 1967, tenía otras motivaciones para volver de la venta de Atucha I un «leading case» mundial. Para sembrar de clones de esa Atucha el Tercer Mundo, la KWU podría usar horas/hombre de ingeniería argentinas, tanto más baratas que las alemanas, a igualdad de calificación. Con el tiempo, esa idea alemana, capaz de generar una situación de «ganan todos» entre los dos estados oferentes (la República Federal Alemana más la Argentina) y el país comprador, en 1980 se plasmaría brevemente en una firma de capitales mixtos entre la CNEA y SIEMENS: ENACE, Empresa Nuclear Argentina de Centrales Eléctricas). Pero en 1967 ENACE era un «wet dream» germánico inconfesado, y a los muchachos de KWU les tocaba esa sudorosa parte de «El que quiere celeste, que le cueste». De modo que tras cerrar la venta de Atucha I con la CNEA de Quihillat en 1967, en una negociación en que literalmente se tuvieron que dejar desplumar por nosotros, los alemanes volvieron contentos a casa. Habían cumplido su deber. Habían derrotado a los canadienses. En la Argentina, habría una segunda central alemana, y ésta no sería gratis. Y luego quizás muchas más, y no sólo en Argentina. Estaban en un error absoluto, pero al mismo tiempo, tenían razón. De volverse a cruzar en estas pampas y de igual a igual con los canadienses, habrían perdido. Pero los ayudó Indira.

Daniel E. Arias

Cómo afectara el cambio climático a Buenos Aires y otras cuidades costeras

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Un nuevo mapa interactivo permite ver qué áreas del mundo podrían sufrir ante el aumento del nivel de los mares, provocado por el cambio climático, un panorama desolador que podría llegar a hacer desaparecer vastas áreas de la costa argentina nada menos que en el año 2050 si la situación climática continúa empeorando.

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El mapa, creado por Climate Central, permite ver los efectos que el crecimiento del nivel de los océanos tendrían en el mundo, y muestran el alcance de las aguas sobre la costa de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
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Este mapa revela las localidades costeras de la provincia, además de partes de la Ciudad de Buenos Aires, que podrían tener que ser abandonadas masivamente debido al aumento del nivel del mar y la erosión de las costas.
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Entre esas áreas se La Plata, la zona costera del Conurbano bonaerense, las costas del Río de La Plata sobre la Ciudad de Buenos Aires. Además, un aumento del nivel del mar de 5 metros podría hacer desaparecer toda la costa bonaerense desde el Delta del Paraná hasta Mar del Plata.
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Los mapas de inundaciones costeras y aumento del nivel del mar de Climate Central se basan en la ciencia revisada por pares en revistas líderes. Muestran las áreas de tierra proyectadas para estar por debajo del nivel de inundación anual para 2050.
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Cuáles son las ciudades de la costa argentina amenazadas por el aumento del nivel del mar
Según los expertos en clima de la ONU (IPCC), el nivel del mar aumentó entre 15 y 25 cm entre 1900 y 2018, y se espera que suba otros 43 cm para 2100 en un planeta que ya experimentó un alza de casi 2 ºC de temperatura en comparación con las de la era preindustrial, es decir anterior a 1830.  Sin embargo, podría aumentar 84 cm si el planeta se calienta +3 °C o +4 °C respecto de esa línea de base.
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La subida de las aguas puede agravarse por la subsidencia geológica natural de algunas riberas marítimas, algo independiente del clima. Pero en todos los casos va acompañada de un aumento de las tormentas y de las inundaciones en áreas costeras.
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Esta misma semana, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había advertido del riesgo de un éxodo «de proporciones bíblicas» en ciudades costeras como Buenos Aires debido al aumento del nivel del mar provocado por el calentamiento global.
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«El peligro es particularmente grave para casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras bajas, una de cada 10 personas en la Tierra», dijo Guterres. «Las comunidades que viven en áreas bajas y países enteros podrían desaparecer para siempre. Estaríamos presenciando un éxodo masivo de poblaciones enteras, de proporciones bíblicas».
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Algunos estados insulares pequeños y escasamente poblados van a desaparecer por completo. Pero el impacto sobre los continentes del aumento del nivel del mar, causado por el derretimiento de los glaciares, la expansión de los océanos por temperaturas más altas y ahora principalmente por el derretimiento de los casquetes polares, va mucho más allá.
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«Sea cual sea el escenario, países como Bangladesh, China, India y Países Bajos están todos en riesgo», alertó Guterres. «Megaciudades en todos los continentes sufrirán severos impactos, como El Cairo, Lagos, Maputo, Bangkok, Dhaka, Yakarta, Bombay, Shanghái, Copenhague, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires y Santiago«, detalló.

El colapso de los hielos polares podría adelantar el desastre

Las capas de hielo del planeta podrían derretirse y elevar varios metros el nivel de los océanos con un aumento del calentamiento climático de apenas 0,5 grados, según estudios recientes que ponen de relieve interacciones meteorológicas hasta ahora ignoradas. Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida perdieron más de 500.000 millones de toneladas anuales desde el año 2000, equivalentes a seis piscinas olímpicas cada segundo. Pero los modelos climáticos subestimaron hasta ahora su contribución a la subida del nivel del mar ya que solo se tomó en cuenta el aumento de las temperaturas y se ignoraron las interacciones entre la atmósfera, los océanos, las capas de hielo y algunos glaciares. climate central Un estudio de investigadores de Corea del Sur y Estados Unidos estableció que si se mantenían las actuales políticas climáticas, el derretimiento de la capa de hielo en la Antártida y en Groenlandia provocaría una subida del nivel del mar de aproximadamente medio metro de aquí a 2050. Pero esto es si el sistema climático responde en forma lineal y predecible, y puede no hacerlo por obra de varios «tipping points», puntos de desequilibrio, que abren paso a escaladas de recalentamiento autosostenidas. Un ejemplo claro son las emisiones de metano del permafrost (suelo congelado todo el año) de la tundra ártica. El permafrost se descongela y origina decenas de miles de lagos con vegetación fósil, cuya descomposición estuvo frenada durante miles de años. Pero al volver a estar en un medio acuático, se pudre y emite metano. Éste es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el C02 (dióxido de carbono), y su entrada en la atmósfera planetaria puede causar disparadas de temperatura que derretirán más y más permafrost, con emisiones cada vez mayores de metano. Este «tipping point» ya parece que lo hemos superado, y hay un ciclo de realimentación de límites impredecibles. El del metano de la tundra es un ejemplo más, hay otros. La cuestión es que este tipo de forzantes impredecibles podrían aumentar la altura de los mares en 1,4 metros sobre el nivel actual en el peor escenario, que implica mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Y como se ve en el caso de la tundra, las emisiones antrópicas, causadas por la humanidad, pueden llegar a ser controlables. Pero cuando éstas desencadenan ciclos cerrados de realimentación de emisiones naturales, las cosas pueden pasar de crisis a catástrofe a gran velocidad. Los expertos basaron sus predicciones en función de los distintos escenarios planteados por los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas. La investigación, publicada esta semana en la revista Nature Communications, precisa también cuándo podría acelerarse el derretimiento incontrolable de las capas de hielo y de los glaciares. «Nuestro modelo establece umbrales de entre 1,5 °C y 2 °C de calentamiento -siendo 1,8 °C nuestra mejor estimación- para la pérdida acelerada de hielo y la subida del nivel del mar», explicó Fabian Schloesser, de la Universidad de Hawai, coautor del estudio. climate central Las temperaturas ya aumentaron casi 1,2ºC en todo el mundo desde la era preindustrial. Los científicos saben desde hace tiempo que las capas de hielo de la Antártida Occidental y de Groenlandia -que podrían elevar el nivel del mar hasta 13 metros a largo plazo– tienen «puntos de inflexión» más allá de los cuales su desintegración, caída al mar y derretimiento es inevitable. Pero nunca se habían identificado con precisión las temperaturas asociadas a este fenómeno. Otros estudios publicados este semana en Nature muestran por otro lado que el glaciar de Thwaites, en el oeste de la Antártida, se está fracturando mucho más rápido de lo esperable. Este glaciar, del tamaño de Gran Bretaña, ya se redujo 14 km desde los años 90, pero el fenómeno no se comprendía bien por falta de datos, y por ende no se podían hacer predicciones. Acaban de aparecer datos nuevos. Una expedición de científicos británicos y estadounidenses perforó un agujero de una profundidad equivalente a dos torres Eiffel (600 metros) a través de la gruesa lengua de hielo empujada por Thwaites en el mar de Amundsen, tomaron muestras de las corrientes bajo el glaciar, midieron sus temperaturas e incluso hicieron navegar un robot con forma de torpedo bajo la banquisa, y registrando en forma visual el efecto del agua caliente sobre el anclaje del Thwaites. Encontraron signos de erosión acelerada, así como grietas abiertas por el agua del mar. climate central «El agua tibia entra en las fisuras y participa al desgaste del glaciar en su punto más débil», subrayó Britney Schmidt, autora de uno de los estudios y profesora en la Universidad de Cornell de Nueva York. El punto más débil aludido por Schmidt es el anclaje del glaciar en el fondo marino, que lo estabiliza precariamente. Ese anclaje está «tierra adentro», a unos 14 km. promedio del frente de la banquisa (el hielo flotante del glaciar) y actúa como un dique: apalancado en las rocas del fondo, resiste en sus espaldas la presión de trillones de toneladas de hielo en lento descenso desde tierra adentro. Pero está siendo desgastado con rapidez por corrientes submarinas de agua relativamente cálida. Toda vez que ese anclaje de fondo cede, un témpano de tamaño desaforado se desprende del Thwaites y empieza a navegar hacia el Norte, derritiéndose a medida que sube en latitud. Cada desprendimiento acelera la velocidad de flujo del Thwaites hacia el Mar Antártico. Hay decenas de glaciares en situación similar a la del Thwaites, pero ninguno de su tamaño. De lo que aguante el Thwaites depende el futuro de miles de ciudades costeras y de costas bajas habitadas. Otro estudio publicado en la revista Earth’s Future, subraya a su vez que la subida del nivel del mar destruirá tierras cultivables y fuentes de agua potable, lo que obligará a millones de personas a exiliarse antes de lo previsto. ¿De lo previsto por quién? ¿Cuántos de los miles de campesinos de las costas de Pakistán, La India o Bangla Desh tienen pensada su mudanza? ¿Hacia adónde? «El tiempo del que disponemos para prepararnos ante una mayor exposición a las inundaciones puede ser mucho menor de lo que se suponía», advierten los autores. Los cálculos dependían hasta ahora de datos mal interpretados. Al medir la altitud de las regiones costeras con radar, las copas de los árboles y los tejados se confundían a menudo con el nivel del suelo. Esto significa que, en realidad, el suelo está mucho más abajo de lo que se pensaba. Costas bajas parecían menos bajas.

Alberto Fernández visitara hoy la Antartida Argentina. Es la 1° visita de un presidente desde 1997

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Hoy el presidente Alberto Fernández viajará desde Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego, hacia la base antártica Vicecomodoro Marambio, que funciona desde 1969, donde inaugurará tres laboratorios, que se instalaron en las bases San Martín, Orcadas y Esperanza.

La elección de esta fecha es porque se conmemora el Día de la Soberanía en la Antártida Argentina, ya que hace 119 años que nuestro país mantiene presencia ininterrumpida en el continente blanco desde que en 1904 se izó por primera vez la bandera nacional en la isla Laurie del archipiélago Orcadas del Sur, al norte del Sector Antártico Argentino.

De esa manera Alberto Fernández se transformará en el cuarto presidente argentino que pise suelo antártico. Primero hará un acto en la capital fueguina alrededor de las 11 de la mañana. El viernes 27 de enero, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación informó que destinará $973 millones de pesos para la construcción del edificio que albergará al Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (CITEAS).

En el CITEAS trabajarán en forma conjunta el Instituto Antártico Argentino, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur (UNTDF), la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional de Tierra del Fuego (UTN-FRTDF), el Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), la Administración de Parques Nacionales (APN), el Gobierno de la provincia de Tierra del Fuego y la Municipalidad de Ushuaia.

Los laboratorios modulares se hicieron tras un trabajo articulado entre los ministerios de Defensa y Ciencia y Tecnología y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR).

La comitiva presidencial la integrarán los ministros Santiago Cafiero (Relaciones Exteriores), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología, Jorge Taiana (Defensa), la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, más el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona.

Esta visita se producirá luego de que en diciembre el Gobierno expresara quejas ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las actividades militares que desplegó Gran Bretaña en la zona cercana a las Islas Malvinas.

Carmona, en su cuenta de Twitter, expresó este domingo luego de declaraciones de la embajadora británica en Buenos Aires, Kirsty Hayes, que “Argentina seguirá insistiendo con el llamado al respeto del derecho internacional en la Cuestión Malvinas y propiciando una solución negociada y pacifica a la cuestión de la soberanía. La historia y el derecho internacional nos avalan” y le agregó el hashtag. “#LasMalvinasSonArgentinas”. Hayes, en una entrevista periodística se había quejado de una supuesta “política agresiva” de Argentina hacia los habitantes de Malvinas.

Los anteriores presidentes que estuvieron en la Antártida fueron Arturo Frondizi (el 8 de marzo de 1961), Raúl Lastiri (10 de agosto de 1973) y Carlos Saúl Menem (el 28 de diciembre de 1997).

La estructura de los laboratorios se trasladó en el el buque rompehielos Almirante Irizar  a la Antártida recientemente para que sean instalados en tres bases: San Martín, Orcadas y Esperanza.

Después del acto en Ushuaia, junto al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, la comitiva se subirá a un avión Hércules 130 de la Fuerza Aérea, y harán poco más de 1.500 kilómetros para dirigirse a Marambio, donde está previsto que permanezcan apenas dos o tres horas porque deberán aprovechar una ventana de tiempo y regresar al continente.

Los laboratorios multidisciplinarios se instalarán en las bases antárticas San Martín, Orcadas y Esperanza. Las autoridades supervisaron el armado de tres laboratorios multimodales construidos conjuntamente entre ambas carteras y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) con una inversión de 260 millones de pesos, implementada en el marco del programa “Construir Ciencia” del MINCyT y con el objetivo de intensificar las tareas de investigación científica en el continente antártico.

La instalación de estos tres laboratorios de 120 metros cuadrados cada uno, construidos y diseñados totalmente en nuestro país, con materiales nacionales “representa un salto cualitativo en la capacidad de investigación argentina en la Antártida”, expresó el ministro Taiana cuando visitó la construcción de los mismos que se inició en los últimos meses de 2022. Precisó que también se van a construir “dos refugios, uno para glaciología y otro para el estudio de los pingüinos emperador” y añadió que “Argentina es uno de los países que más investiga en la Antártida”. Por último consignó que “esta posibilidad se la debemos a un fondo específico que nos ha otorgado el Ministerio de Ciencia y Tecnología, hay un enorme apoyo del Gobierno Nacional a la ciencia”.

A través de los CITES el Gobierno argentino pretende producir conocimiento interdisciplinario sobre los ecosistemas marinos y terrestres de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en el marco de la problemática del cambio climático global, impactos de origen antrópico y el desarrollo de biotecnologías marinas.

Los laboratorios modulares se empezaron a construir a finales de 2022 en Villa Martelli, con materiales argentinos. Además de los dos laboratorios se construyeron dos refugios para la investigación científica en la Antártida.

Por eso según fuentes oficiales se intenta “posicionar a Tierra del Fuego y específicamente a Ushuaia, en su rol de puerta de entrada a la Antártida, a partir del desarrollo de tecnologías sustentables, logística, comunicación y articulación con actores públicos y privados, nacionales e internacionales”.

La Argentina administra 13 bases en la Antártida, de las cuales siete son permanentes (es decir que están operativas todo el año) y el resto, temporarias (operativas sólo en verano). De ellas, dos son administradas por la Cancillería: Base Carlini (permanente) y Base Brown (temporaria). Las demás bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) del Ministerio de Defensa: Base Orcadas, Base Marambio, Base Esperanza, Base San Martín, Base Belgrano II y Petrel (permanentes); y las bases temporarias Melchior, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo. En todas estas bases argentinas, la ciencia antártica depende del Instituto Antártico Argentino (IAA), organismo de la Cancillería.

Existen adicionalmente unas 32 bases de otros 18 países que también se encuentran en el Sector Antártico Argentino. No todos los países del Tratado tienen bases en la Antártida.

Argentina reivindica soberanía sobre el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por los meridianos 25º y 74ºde longitud Oeste, entre el paralelo 60º Sur y el Polo Sur, que forma parte del territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775) y está sujeto al Tratado Antártico, que se firmó en 1959 e incluye a 12 países.

Base Marambio

De acuerdo a lo informado por Cancillería, “este instrumento internacional permitió reservar el continente para la paz, la ciencia y la cooperación internacional; asimismo, ofreció un marco para regular la actividad en la Antártida y, en virtud de su Artículo IV, estableció una fórmula de salvaguardia para los reclamos de soberanía, que incluye el de la Argentina”.

Al respecto, afirmaron que Argentina “fundamenta su reclamo de soberanía sobre este sector en virtud de la contigüidad geográfica y geológica con el territorio sudamericano, la instalación y ocupación permanente de bases antárticas, el desarrollo de actividad científica por más de un siglo y la herencia histórica de España, entre otros elementos”.

Existen seis países que han presentado reclamaciones territoriales específicas en la Antártida al momento de firmarse el Tratado Antártico además de la Argentina: Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido.

Otros dos países, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), se reservaron el derecho a efectuar reclamos territoriales en el futuro.

La Argentina es uno de los cinco países del mundo donde se contratan más trabajadores remotos

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La Argentina está entre los cinco países entre los que más se contrataron trabajadores remotos, después de Estados Unidos, Reino Unido y otros países de la región (México, Chile y Uruguay), mientras que Buenos Aires es una de las tres principales ciudades del mundo desde donde se contrata talento, luego de Londres y Toronto. Los datos corresponden al Reporte del Estado de la Contratación Global que realiza la startup de recursos humanos Deel, en base a más de 260.000 contratos generados en más de 160 países a través de la empresa en 2022, que señala que la Argentina lidera el ranking de países de Latinoamérica con más trabajadores contratados de manera remota. Según el informe, después de la pandemia continuó creciendo la dinámica de empresas que contratan trabajadores de distintas partes del mundo, «con un crecimiento de tres dígitos en todas las regiones», a pesar de que la perspectiva de la economía mundial empeoró. La diversificación de los puestos laborales requeridos se está expandiendo a más industrias, incluidos campos como la educación, los servicios financieros y el sector inmobiliario. En el caso de la Argentina, los puestos más demandados a través de esta empresa fueron los de ingenieros y desarrolladores de software, intérpretes y psicólogos. «Ingenieros y desarrolladores de software lideran las profesiones más contratadas a escala Latam y, en la Argentina, les siguen intérpretes y psicólogos. En cuanto a las edades de los trabajadores, más de la mitad tiene entre 25 y 34 años y casi un 30 por ciento, menos de 44», detalló el informe de Deel. A la hora de contratar desde la Argentina, el documento sostuvo que emprendedores o startups locales también aumentaron las contrataciones de profesionales que residen en Uruguay (225%), México (124%) y Estados Unidos (93%), a punto tal que hoy es el tercer país de Latinoamérica en contratar internacionalmente, por debajo de México y Chile. En cuanto a la forma de recibir los salarios, los trabajadores tienen la posibilidad de retirar parte o la totalidad de su pago en criptomonedas, una opción que eligieron el 4% de la cantidad de retiros a nivel mundial. La región donde más se optó por este mecanismo fue Latinoamérica (con el 64% del total mundial) y la Argentina lideró el ránking de la región: el 27% de las personas contratadas eligió retirar una parte de sus honorarios en criptomonedas en diciembre de 2022.
El bitcoin fue la moneda preferida por los argentinos (45%), a la que le siguen USDC (28%), ETH (13%), SOL (12%) y DASH (2%).
«Latinoamérica es la región más popular para contratar por la calidad de su gente, pero es interesante ver también cómo las empresas latinas, de todos los tamaños, también se animan a expandirse en la búsqueda de los mejores profesionales», comentó Natalia Jiménez, gerente regional para Latinoamérica de Deel. Deel es una plataforma de recursos humanos que facilita la contratación de trabajadores de forma internacional, desde freelancers hasta empleados a tiempo completo en más de 150 países.

Observacion de AgendAR:

Este informe promocional de la consultora Deel pasa por alto un dato negativo, Argentina esta exportando, en este rubro, casi totalmente servicios, y no productos. Asi nuestros programadores producen para el exterior «lineas de codigos». Cuando nuestras empresas podrian generar productos para el mercado global.

Trenes Argentinos informó que en enero tuvo un récord histórico de pasajeros transportados

Las cifras registradas por el Ministerio de Transporte demuestran que fueron 226.056 las personas que se trasladaron a destinos turísticos del país a través de los servicios administrados por Trenes Argentinos Operaciones durante el primer mes del corriente año. El aumento se debe a la combinación de una mayor cantidad de trenes ofrecidos en sus servicios de larga distancia, la apertura de nuevos ramales, y la regularidad y puntualidad registrada en las prestaciones, que impulsa la cartera nacional desde el inicio de gestión. Martín Marinucci, titular de Trenes Argentinos, señaló que “este año registramos un récord en la venta de pasajes para la temporada, lo que indica que los argentinos eligen el tren como medio de transporte para vacacionar”. Además, afirmo que “estamos acercando un servicio de primera calidad y con una tarifa accesible a cada uno de nuestros pasajeros y pasajeras”. En el caso de Mar del Plata, en enero de este año circuló con seis servicios diarios en cada sentido; y cuatro adicionales los viernes, sábados, domingos y feriados. Antes de la pandemia sólo se brindaban cuatro trenes cada día. Por esto, en 2020 viajaron 71.102 personas frente a los 122.649 de 2023: el incremento fue de 72.50 %. El incremento en la cantidad de pasajes vendidos también se fundamenta en la apertura de nuevos destinos. En febrero de 2021 se sumó el servicio que conecta General Guido con Divisadero de Pinamar tras cinco años de interrupción y ya transportó más de 165 mil pasajeros y pasajeras. Además, desde julio de este año, Trenes Argentinos incorporó la extensión del servicio hasta Justo Daract en San Luis, con dos frecuencias semanales y donde ya viajaron 49.000 personas desde su restablecimiento. En el resto de los servicios de larga distancia también se registró un incremento en la cantidad de pasajeros. El tren a Tucumán, con la misma cantidad de trenes semanales registró un incremento del 15.8% pasando de 8.278 en enero de 2020 a 9.585 en 2023. Por el lado del servicio a Córdoba, la suba fue del 12 %, 8.388 frente a 9.397. El tren rosarino, que recientemente agregó una frecuencia los fines de semana, registró un crecimiento de más del 58 %. En 2020 se emitieron 19.463 boletos, contra 30.800 en 2023. Desde Once parte el ferrocarril que llega a Bragado, y que en 2022 se extendió a Pehuajó. En este servicio si consideramos el mes de enero de 2020 contra 2023, aumentó un 117 %. En el año pre pandemia se movilizaron 6.925 personas y en el mes pasado 15.069. El tren que conecta Retiro con Junín se convirtió en diario a partir de 2021 y registró un aumento del 525 %. En 2020 lo utilizaron 3.537 pasajeros y pasajeras frente a 22.125 en 2023. (Carlos Alfredo Pereyra)

Gasoducto: el presidente de Enarsa aseguró que estará listo antes del invierno

A más de seis meses de iniciada la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, y cuando restan cuatro meses para su finalización, desde Energía Argentina (la ex Enarsa) detallaron los avances realizados en obra por la empresa estatal, los contratistas -Techint y Sacde- y las distintas áreas del Estado Nacional y las provincias involucradas.
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Según un comunicado de Energía Argentina la obra se está realizando en los plazos previstos. “En tal sentido, a lo largo de toda la traza, los trabajos están avanzando de acuerdo a lo planificado y previsto por lo que el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner está cada día más cerca de ser una realidad”, indicaron.
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“Gracias al gran esfuerzo de todas las partes involucradas, en particular de los trabajadores que llevan adelante esta obra, estamos cumpliendo el ambicioso cronograma que nos impusimos y de no mediar ningún imprevisto estaremos en condiciones de cumplir el objetivo que nos propusimos y poner en funcionamiento el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner para antes del inicio del próximo invierno”, explicó Agustín Gerez, presidente de Energía Argentina.
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El gasoducto atravesará Río Negro y La Pampa con una extensión de 573 kilómetros 
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De acuerdo a la información de Energía Argentina, el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner se construye en forma simultánea en todos sus frentes e incorporó la más moderna tecnología para reducir los tiempos de obra, como las soldadoras automáticas, que por primera vez se utilizan en nuestro país y permiten realizar alrededor de 2.000 metros de soldaduras por día; y las plantas soldadoras de doble junta, que posibilitan soldar dos caños de 12 metros -tamaño con el que llegan de fábrica- para formar una sola pieza de 24 metros.
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En todos los tramos se realizan tareas de desfile (colocación de caños junto a la traza), zanjeo, bajada de cañería y tapada. De esta forma, están en marcha todas las instancias de construcción. La primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner se extiende desde la localidad neuquina de Tratayén hasta Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, atravesando Río Negro y La Pampa, con una extensión de 573 kilómetros.
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Demanda e importaciones
Durante el año 2022, la guerra en Ucrania impactó fuerte en el precio internacional para la importación de los barcos de Gas Natural licuado (GNL) que inyectan gas durante el pico de demanda en los meses de invierno.
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Para 2023, el Gobierno presupuesto originalmente USD 3.465 millones para la importación, a un valor de USD 55 el millón de BTU (la unidad del sector). Sin embargo, por la actual volatilidad del precio, la Secretaría de Energía pudo anticipar la licitación de 30 buques de GNL a un precio a USD 20,8 el millón de BTU.
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“De esta manera, los USD 3.465 millones que la Argentina iba a gastar se reducen a USD 1.313 millones, generando, por un lado, un ahorro de salida de divisas para la Argentina de más de USD 2.100 millones, y por el otro, un ahorro fiscal de más de $500.000 millones”, explicaron fuentes del ministerio de Economía. El Gobierno confía que a partir del mes de julio de este año el gasoducto Néstor Kirchner estará terminado y permitirá más ahorro de importaciones de GNL.

El Gobierno invertirá $ 1000 millones en un nuevo edificio para investigación

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El Gobierno nacional invertirá más de mil millones de pesos en la construcción de un edificio para la investigación, vinculación y transferencia científica en la Universidad Nacional de Rafaela (UNRaf), en el marco del Programa Federal «Construir Ciencia», informó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Santa Fe
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La secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de Santa Fe, Marina Baima, indicó que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través del ministro Daniel Filmus, sigue fortaleciendo el compromiso que tiene con Santa Fe, «una provincia donde se hace ciencia».
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Baima sostuvo que se trata de «una infraestructura adecuada para el desarrollo tecnológico y científico de una región pujante«, que otorgará «la posibilidad de desarrollar investigaciones globales en nuevas tecnologías digitales» y «vincularnos con el medio, pasar de un modelo de transferencia a un modelo de vinculación con el sistema productivo».
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El edificio tendrá una superficie de 3.400 metros cuadrados, e incluye 9 laboratorios, 20 aulas/talleres de aproximadamente 100 metros cuadrados cada uno, tecnologías ambientales; eficiencia energética, electromovilidad y energías renovables. Del mismo modo contará con medios digitales y audiovisuales; experiencia de usuario; diseño; alimentos; economía circular; transformación digital y gestión de la información.
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Se situará en el lado norte del predio del Campus Universitario y ocupará una parcela de terreno de 2200 metros cuadrados, aproximadamente.

La reactivación de la planta de agua pesada en Neuquén abre posibilidades para generar energías limpias

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La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis y la secretaria de Asuntos Estratégicos de la Nación Mercedes Marcó del Pont, visitaron la planta ubicada en Arroyito, Neuquén, junto al ministro de Energía de Neuquén y director de ENSI Alejandro Monteiro y el gerente general de YTEC Eduardo Dvorkin. La delegación recorrió las instalaciones de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) junto a sus equipos técnicos y personal de las instalaciones y sostuvo una reunión de trabajo para avanzar en las posibilidades de producir energía basada en hidrógeno y otras líneas de negocios previstas en el acuerdo firmado el año pasado entre la Provincia de Neuquén, la Comisión Nacional de Energía Atómica y las empresas mencionadas. «Esta nueva visita a la PIAP nos permite ver claramente la importancia estratégica de este complejo para nuestro país. Realmente es un bien estratégico, ya que no existe una planta tan avanzada y que, aún a pesar del tiempo que hace que se construyó, pueda producir agua pesada de alta calidad», destacó la presidenta de la CNEA Adriana Serquis. En la misma línea se expresó la secretaria de Asuntos Estratégicos Mercedes Marcó del Pont: “Argentina dispone de un acervo de capacidades científicas y tecnológicas en el sector nuclear que amplían los espacios disponibles para insertarse en la transición energética y transformarla en un vector de desarrollo”. Marcó del Pont también hizo una mención a la importancia que tiene «el acuerdo entre la CNEA y el Gobierno de Neuquén que permite volver a poner la planta en marcha». Y añadió: «Es una medida estratégica para garantizar la soberanía energética. El trabajo activo de la Secretaría de Energía es fundamental para el fortalecimiento del sector nuclear”. Sobre este punto, Serquis indicó que para la Comisión Nacional de Energía Atómica es clave apuntalar el Convenio de puesta en marcha de la PIAP. «En una primera etapa nos enfocamos en que una de las líneas pueda continuar produciendo agua pesada, no solo para la continuación del funcionamiento de nuestras tres plantas nucleares, sino también para contar con un bien exportable de alto valor». Al cierre de la visita, la presidenta de la CNEA puntualizó la trascendencia de poder contar con una de las líneas ya en el proceso de puesta en marcha porque «nos permite valorizar la segunda línea, que se destinará a proyectos que la Secretaría de Asuntos Estratégicos valora e impulsa». «Esta decisión ‒expresó Serquis‒ permite que, junto a una empresa de punta como Ytec, podamos encarar una planta de producción de fertilizantes o de amoníaco, e incluso evaluar la posibilidad de producir esos insumos de manera verde, es decir, con algún tipo de energía renovable».

Desarrollos estratégicos

En la actualidad, la PIAP se encuentra en una etapa de acondicionamiento de una de sus líneas producción, con el objetivo de volver a producir agua pesada en 2025. La producción se destinará a cubrir la demanda de las tres centrales nucleares con las que cuenta nuestro país hasta el fin de su vida útil. El remanente de lo producido se destinará al mercado mundial, altamente demandante de este producto. A mediados de 2022, la CNEA, junto a la Provincia de Neuquén, YTEC y ENSI firmaron un memorándum de entendimiento para desarrollar la producción de hidrógeno, amoníaco y urea en la segunda línea de producción de la PIAP. Todos estos productos son de altísimo valor estratégico para el país, ya que le permitirán vincularse con industrias de alto valor agregado como la electrónica y de insumos médicos, en un mercado internacional muy demandante.

Gran potencial

La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) es propiedad de CNEA y está operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad conformada entre la CNEA y la Provincia de Neuquén, que tiene la mayoría accionaria. Fue inaugurada en 1993 y su capacidad de producción era de 200 toneladas de agua pesada por año, lo que en su momento la convirtió en la más grande del mundo. El agua pesada es uno de los insumos principales en las centrales nucleares que utilizan como combustible el uranio natural. El principal objetivo para la puesta en marcha de la PIAP es la producción de las 485 toneladas que se necesitan para garantizar la provisión de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, hasta el fin de su vida útil. La reactivación de esta planta permite preservar la gran inversión que realizó el Estado nacional en 1993, al mismo tiempo que mantiene fuentes de trabajo y crea otras nuevas de alta especialización.

La saga de la Argentina nuclear – XXXII

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó Los anteriores capítulos de la saga estan aqui Los trabajos de los “scholars” que acabo de citar, concienzudos como son, minimizan el efecto de “la marca país” sobre nuestros militares. Después de la paliza del ejército prusiano contra el francés, el general Julio A. Roca había trocado los viejos dioses militares argentinos por los nuevos, y era tan pro-prusiano que para mejorar la oficialidad del Ejército Argentino trató de importar “llave en mano” una Escuela Superior de Guerra dirigida por el general Arent y un grupo de oficiales alemanes. Resultado: la prensa porteña lo hizo pedazos. Resultado del resultado: cauto retroceso en Haussschuhe (chancletas). Pero las ideas a Roca no se le iban de un día para otro, como tampoco él del poder. ¿Acaso no se decía que cuando Roca no era presidente, la Argentina tenía dos? Como resultado, durante la carrera armamentista con Chile de fines del siglo XIX, la Argentina llegó a tener 734 cañones y morteros de diversos calibres, la artillería más fuerte de Sudamérica. Eso sí, todos Krupp. Al general José Félix Uriburu sus propios conmilitones, germanófilos ellos mismos, lo llamaban “von Pepe” por su germanofilia integral. Fabricaciones Militares, que hacía pólvoras y armas portátiles e incluso artillería de calidad, la fundó el general Manuel Savio, durante la presidencia de Castillo, en 1941, para garantizar que aquí no faltaran fusiles Máuser 1909. Este «Gewehr» particular era muy preciso, letal y a prueba de barro, arena y golpes, pero, ya entonces en 1941, irremediablemente obsoleto por su excesivo peso y su bajo volumen de fuego. La propia Wehrmacht trataba de desplegar como alternativa el STG 44, un rifle más compacto, con un cartucho más corto, menos potente y capacidad de fuego semiautomático y automático. Pero FM siguió fabricando balas de Mauser 7,65, un calibre algo más reducido que el alemán ya que nuestros soldados son mas chiquitos. Pero Mauser, porque al Ejército no le cambiás las ideas de un día para otro. La adopción del FAL 7,62 mm. es tardía. El FAL es una copia belga del STG 44, algo inferior al original, y tardía, adoptada aquí en 1958. Evidencia de que Alemania había perdido la guerra (por lo cual el STG44 no se fabricó nunca más). A comienzos de los ’60, el soldado argentino todavía usaba el casco con visera y amplio faldón perimetral de protección para cuello y nuca con el cual la Wehrmacht terminó la 1ra Guerra y peleó toda la 2da Guerra. Era un excelente casco, en realidad. Si era alemán era bueno, punto. Alles war gut Deutsch! En cambio a los canadienses, los militares argentinos jamás les habían comprado ni jarabe de arce (con justa razón, es horroroso, aquí se prefiere el vino). A lo sumo, allá por 1931 la Armada les había comprado castores vivos a los canadienses, para soltarlos y que se multiplicaran en Tierra del Fuego y con tanto éxito que hoy, lejos de ser la base de la peletería fueguina, son una plaga intratable que destruye el bosque de lenga y ñire. En suma, que en 1967 la historia del comercio bilateral argentino-canadiense cabía en la parte de atrás de una estampilla, y sobraba lugar. Y donde los “scholars” se equivocan fiero también es en lo de Siemens. En 1967 todavía esa multinacional no se había comprado la KWU, la firma de ingeniería nuclear que se disponía a inaugurar Obrigheim, la primera NPP alemana (entró en línea en 1969). De modo que el lobby que pudo haber por parte de KWU, empresa entonces nueva y sin raíces en Argentina, lo ejerció realmente no la SIEMENS, tan poderosa sobre empresas públicas como ENTEL o SEGBA, sino el mismísimo gobierno de la República Federal Alemana sobre el de Onganía. Aquella fue una venta entre estados. Todas las ventas nucleares lo son. Ornstein y el radioquímico Dr. Jaime Pahissa Campá, que tuvieron acceso privilegiado al proceso licitatorio, concuerdan -muy contra mi parecer, pero entre mi opinión y la suya es mejor la de ellos- en que el hombre que definió la opinón de Onganía fue su Ministro de Hacienda, Adalbert Krieger Vasena, y por argumentos económicos. Roberto Ornstein, como conté, tiene 88 años, se jubiló hace añares y concurre imperturbablemente –siempre ha sido imperturbable- dos veces por semana a la sede central de la CNEA “a dar una mano con la documentación, y para editar la revista”, todo gratis, por supuesto. Hasta la creación de la DIGAN y aún años después, manejó en forma impecable la diplomacia de la CNEA ante la Organización Internacional de Energía Atómica, y está asociado a la primera exportación argentina de reactores, los dos de Perú (el RP-0 y el RP-10). Confiesa que le da cierto escozor ir “a la Sede” y no reconocer tanta cara nueva. Lógico, faltan casi todas las de otros tiempos. (Esto fue escrito hace más de 7 años. Hoy Roberto, que no llegó a los 95 por días, es otra cara más que falta). Jaime Pahissa Campá, de ingenio filoso, sonrisa diabólica y antiguo campeón olímpico de tiro, es uno de los primeros discípulos del fundador de la radioquímica argentina, Seelmann Eggebert y un especialista en “back end” (qué hacer con el combustible quemado, tan lleno de problemas y de oportunidades). A Pahissa le gustan los whiskies “single malt”, las armas finas, los temas malditos, las frases espectaculares y levantarse tarde, en ese orden o el inverso. Acaba de cumplir 86, dirigió la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear, da conferencias chisporroteantes de brulotes y no se pierde un evento nuclear. (Don Jaime sigue asistiendo a eventos, pero con no poco trabajo). Son fuentes que coinciden con las académicas en este asunto de la opción alemana: KWU ganó virtualmente regalando Atucha I: faltó que nos pagaran por aceptarla. Tengo otra mucho más divertida, pero quienes me la pasaron allá por 1987 eran miembros de la Dirección de Centrales Nucleares (DCN), dirigida entonces por Bernardo «Becho» Murmis, sabatianos que habían perdido a su “condottiero”, el Jorjón Sabato, y enfrentaban en minoría al triunfante profeta de lo alemán en la CNEA, Jorge Cosentino. Y esa versión no me la pueden ratificar por la sencilla razón de que mis testigos y fuentes también se murieron de viejos. De modo que aprovecho que yo aún sigo vivo y la catalogo como otra “leyenda urbana” de las muchas que genera el crepitante internismo de la CNEA. Si la traigo aquí es sólo porque da una buena idea de la intensidad de aquellos enfrentamientos. Según la tal leyenda, ante el inminente triunfo de la canadiense AECL en el proceso licitatorio de 1967, los Cosentinistas se trajeron de Alemania a último momento y sin hacer ruido a quién sino el mismísimo presidente de la República Federal Alemana, el democristiano Heinrich Lübke, quien ya había estado por estos pagos en 1964 para charlar con don Arturo Illia, y con otra agenda muy distinta. El hombre -sigue la leyenda- se reúne secretamente –gran comitiva de ambos lados- con Onganía y Quihillalt, y dispara: “Ofrecemos una KWU de uranio natural a sólo U$ 105 millones, con 100% de financiación al 4% anual y 4 años de gracia”. Aceptado que el presidente de la RFA todavía hoy es una figura decorativa en un estado donde manda el Canciller, o Primer Ministro. ¿Pero un presidente alemán pasando incógnito por Ezeiza y sin ser notado por los medios? Epa. He mirado los diarios porteños de aquel momento, y no dicen nada de Lübke. ¿Estaba disfrazado? Adiós, Lübke. Ud. nunca volvió a la Argentina, peor para Ud., no sabe lo que se perdió. Pero aunque viniera de boca de otro funcionario, el ofrecimiento fue tal cual el descripto. En la versión no apócrifa de esta historia, de verdadero queda sólo una mesa larga con las delegaciones argentina y alemana mirándose impasibles sobre decenas de tazas de café, en una habitación llena de fatiga y de vehementes nubarrones tabacales. Todo el mundo tiene acidez (el café de la CNEA es abominable) y todo el mundo está harto, pero nadie lo demuestra… mucho. La oferta era un regalo en serio. Pero Quihillalt se habrá acordado de que el caballo de Troya también lo fue, y no era el único nuclear que había leído “La Ilíada” y “La Odisea”: la gente de la vieja Armada tenía su cultura clásica. E incluso entre aquellos funcionarios nucleares menos marítimos o helenizantes, ya se sabía que la primera dosis de un “dealer” va gratis: el problema son las que siguen. Y que este PHWR alemán no era un experimento, pero sí un prototipo. Inevitablemente, hasta ir arrimando a una disponibilidad cercana al 80%, daría bastante trabajo. Además, estas centrales alemanas PHWR tenían esa rareza (cara) del recipiente de presión desmesurado, que delataba su origen de PWR a uranio enriquecido y agua liviana, reconvertido a uranio natural y agua pesada. Justamente, la pieza más cara de la máquina… Para que tenga una idea, oh lector/a: a la hora de bajar las 470 toneladas del recipiente de presión de Atucha I en el puerto de Campana e irlo subiendo por carretera desde el nivel del Paraná hasta la central en construcción, en lo alto de una barranca, la empresa de transporte pesado Román le tuvo que fabricar “ad hoc” un carretón de 320 ruedas. Esto es estrictamente verdad fáctica. Ni una rueda menos. Pero lo que sigue es «hearsay», y no puedo citar a las fuentes porque mi médium no trabaja los viernes. De modo que prosigo, pero con alto peligro de estar repitiendo otra leyenda urbana nuclear, o macanazo atómico, si se quiere. Esto del recipiente de presión desmesurado, y conocer que araba con bueyes sabatianos capaces de dar buenas cornadas, habilitó a Quihillat a justo pataleo: “Queremos empezar a pagar la central sólo cuando ya esté crítica, al 100% de potencia y vendiendo electricidad a la red”, gruñó. Tras algunas horas de protestar y mucho fumar, los alemanes suspiran y asienten. “Además, queremos rediseñar el circuito primario –se envalentona Quihillalt- “Con un solo generador de vapor, como proponen Uds. en este plano, la central es insegura”, les soltó. Gauchos verfluchte Dämon! ¡Esa es una pieza carísima! Los ingenieros de KWU se habrán sentido heridos en el honor: una centralita tan chica, tan mínima, tan nimia, tan poca cosa, debía tener un único generador de vapor, y según las herramientas de cálculo, sería muy segura. Hein? Sin embargo, la objeción criolla era inobjetable: duplicando los sumideros térmicos (y los generadores de vapor son eso), disminuía el peligro de sobrecalentamiento y derretimiento del núcleo si uno de ellos hacía kaput. Dampferzeuger kaput? Diese Argentinier sind verrückt! ¿Joderse un generador de vapor? Eso jamás sucedió en la historia nuclear, objetó Edhard Gaedtke, gerente de KWU, tratando de disimular que otro alemán había sugerido que estábamos todos chiflados, pero lo que dijo lo dijo con una convicción kantiana. Y además, el costo se iba al mismísimo grosse Teufel, porque son piezas artesanales, llenas de muchos túbulos con soldaduras exquisitas. Tras semanas de discusiones circulares, ríos de café ácido y gran picazón binacional de ojos en la niebla tabacal, el componente en discusión fue duplicado y el precio original quedó intocado. Y la CNEA rediseñó el primario junto a la irritada KWU. Eso me contaron. Sólo que en NA-SA (Nucleoelectrica Argentina SA, la operadora-diseñadora-constructora de centrales estatal) me dicen con alguna irritación que el diseño original alemán traía dos generadores de vapor, qué te pasa Arias, ¿estás loco o pensás que los alemanes lo estaban? Lo otro que el Sabatismo no digería era el 35 % de participación nacional. “Alles gut”, dijeron los alemanes, “Se llevan toda la obra civil. ¿Contentos?”. “¡Nicht, canejo! ¡Somos un país mit eine schöne industrie! ¡No nos vamos a contentar con poner cemento, varillas de fierro y albañilería! ¡Queremos hacer los componentes electromecánicos!”. “Sie sind alle verrückt!”, pensaron por centésima vez los alemanes, mirándose desconcertados. ¿Tantos locos en una institución que no era psiquiátrica sino nuclear? Y así siguió la cosa. Que ya llevaba meses. La gente de KWU a la larga aceptó casi todas las interminables objeciones argentinas, se encogió de hombros y finalmente un día empezaron a juntar sus papeles para, con gran alivio, irse. Entonces Quihillalt se puso malevo y exigió a la KWU armara “una cajita feliz”, aumentando la oferta con un reactor de investigación gratis (sic). A los que duden de si esto es cierto o no, estimad@s lector@s, les presento el RA-4, activo desde 1971 en la Universidad Nacional de Rosario, y continúa.  Qué caro nos salió ese caramelito…

Daniel E. Arias

La empresa china Chery anunció una inversión de US$ 400 millones para producir autos eléctricos y baterías de litio

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La empresa Chery Group construirá una planta en Argentina para producir autos eléctricos y desarrollar baterías de litio, en asociación con Gotion INC, anunció el vicepresidente Ejecutivo de Chery International, Zhang Shengshan, en una reunión virtual con el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, y el embajador de la República Argentina en China, Sabino Vaca Narvaja. El plan de inversión por 400 millones de dólares prevé la creación de 6.000 puestos de trabajo y proyecta la producción anual de 100.000 unidades para abastecer mercados internacionales y expandirse a nivel regional. “La visión de Chery coincide con la estrategia del Gobierno nacional de que el desarrollo de este sector se haga integrando los recursos naturales que Argentina tiene con la tecnología que se está desarrollando en el mundo y queremos que se produzca en nuestro país”, afirmó Mendiguren, y subrayó: “Nosotros hemos sacado leyes para impulsar al sector automotriz con la promoción de las nuevas inversiones: este es el camino que hemos elegido y lo vamos a continuar”. El plan de inversión de la empresa consta de dos etapas, en 7 años. Entre 2023-2025 producirán 50.000 unidades y generarán 4.000 empleos, y entre 2026 y 2030 prevé llegar a 100.000 unidades y totalizar 6.000 puestos de trabajo. La empresa, además, anunció la incorporación del 46 % de integración de autopartes producidas en Argentina, lo que impactará positivamente en toda la cadena de proveedores de electromovilidad, en sintonía con las políticas del Gobierno Nacional para promover la mayor integración de componentes nacionales en la industria automotriz. Durante la reunión, las autoridades de la compañía destacaron los recursos de Argentina en litio y cobre, claves para la producción de tecnología de última generación hacia la transición energética de vehículos que puedan contribuir a mitigar el efecto invernadero. En ese sentido, anticiparon que el desarrollo de baterías de litio se realizará en asociación con Gotion, que está instalando una fábrica en Jujuy con su contraparte argentina Corven. “Queremos que Argentina sea el centro de la producción de autos eléctricos y de ahí ser plataforma hacia el resto de la región. Será de una importancia estratégica”, afirmó el vicepresidente Ejecutivo de Chery International, Zhang Shengshan, que detalló la relevancia de la inversión en nuestro país para el desarrollo del sector: “Argentina posee tanto litio como cobre que son materias primas clave de la cadena de valor de Chery. Por eso la cooperación entre Gotion y Chery es vital, porque estamos combinando dos puntos clave de la cadena de valor: la transformación del litio y la industria automotriz”. Chery producirá 20 modelos de vehículos entre ellos eléctricos (BEV), híbridos (HEV) y de combustión interna (IEC). Los autos eléctricos tienen una autonomía de 800 km y cargan en 20 minutos el 80% de su batería. El proyecto de inversión también prevé la producción de sistemas de accionamiento eléctrico, maquinarias y componentes, de equipamiento de cargas, el establecimiento de sedes de Investigación y Desarrollo (i+D), un centro de repuestos para abastecer a la región y red de concesionarias en todo el país. Estas inversiones se suman al crecimiento de la industria automotriz argentina que tuvo el año pasado el mayor nivel de producción del sector desde 2015, al alcanzar un crecimiento del 23,5% respecto al año anterior, y exportó el mayor volumen de vehículos desde 2015 con 322.286 unidades, que implican un incremento de 24,3% frente a 2021.
Cifras de movilidad electrica en Argentina
En Argentina, las ventas de vehículos híbridos y eléctricos durante 2022 alcanzaron las 7.848 unidades patentadas -7.588 híbridos y 260 eléctricos puros-, con un aumento del 33% frente al 2021 y del 231% en comparación con el 2020, según datos de la cámara de vehículos eléctricos, Mercado Automotor de Argentina. Del encuentro virtual participaron en China el jefe de Inversiones y Comercio, Maximiliano De Filippi; el presidente de Gotion Argentina, Fernando Lin, y el subdirector general del Instituto de Investigación, Zhou Fu. En Buenos Aires acompañó al secretario Mendiguren, la subsecretaria de Industria, Priscila Makari. 

Un robot submarino aportó datos preocupantes sobre el desmoronamiento de un glaciar en la Antartida

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Luego de varios años de trabajo, un grupo de científicos estadounidenses y británicos difundieron este miércoles en la revista Nature un preocupante informe sobre el glaciar más grande del mundo, el Thwaites en la Antártida, que es apodado el “Glaciar del Día del Juicio Final” por los efectos globales que tendrá en el nivel de los océanos su actual desmoronamiento y derretimiento.

Un robot en forma de lápiz de 4 metros de largo se sumergió por primera vez bajo el punto donde el hielo toma contacto con el mar. Allí los científicos observaron un fenómeno inquietante. “El glaciar se desmorona en pedazos sobre el agua. No se está adelgazando y derritiendo. Directamente se rompe”, dijo la creadora de robots y científica polar Britney Schmidt de la Universidad de Cornell.

Los científicos no habían tenido hasta ahora la posibilidad de observar este punto crítico y difícil de alcanzar. Pero el robot llamado Icefin fue bajado por una grieta de 587 metros de profundidad, y así pudieron observar los efectos que está teniendo la fractura del hielo.

Los científicos afirman que el agua “caliente” se está filtrando por las grietas del glaciar lo que acelera su ruptura.

El agua más caliente se abre paso en las grietas y otras aberturas conocidas como terrazas, provocando un deshielo lateral de 30 metros o más al año.

Esa fractura “potencialmente acelera la desaparición general de esa plataforma de hielo”, dijo Paul Cutler, director del programa Thwaites de la Fundación Nacional de Ciencias que regresó del hielo la semana pasada. “Su modo final de desaparición será por desmoronamiento”, dijo, aunque el proceso puede demorar cientos de años.

Los científicos despliegan el robo Icefin en el glaciar Thwaites
Los científicos despliegan el robo Icefin en el glaciar ThwaitesDichek – ITGC

Thwaites, que tiene aproximadamente el tamaño de la península de Florida en Estados Unidos, representa más de medio metro de potencial de aumento del nivel del mar mundial, y podría desestabilizar los glaciares vecinos que pueden causar un aumento adicional de tres metros.

Como parte de la colaboración internacional Thwaites Glacier -la mayor campaña de campo jamás intentada en la Antártida-, un equipo de 13 científicos estadounidenses y británicos pasó unas seis semanas en el glaciar a finales de 2019 y principios de 2020.

“Este es el tipo de cosas por las que todos deberíamos estar muy preocupados”, agregó sobre los hallazgos que subrayan cómo el cambio climático está llegando a la Antártida.

Los resultados de un segundo estudio, en el que también trabajó Schmidt, mostraban un deshielo de unos cinco metros al año en la línea de base del glaciar, lo que es menor a lo que predecían los modelos de adelgazamiento más agresivos.

Sin embargo, el deshielo sigue siendo preocupante.

“Si observamos menos deshielo (…) eso no cambia el hecho de que se está derritiendo”, dijo Schmidt.

Hasta ahora los científicos dependían de las imágenes satelitales para mostrar el comportamiento del hielo, lo que dificultaba la obtención de detalles pormenorizados. Es la primera vez que un equipo llega a la línea de base de un gran glaciar.

Según Paul Cutler, director del programa de Ciencias Antárticas de la Fundación Nacional de la Ciencia, los resultados ayudarán a desarrollar modelos de cambio climático. Cutler revisó los documentos, pero no participó en la investigación.

“Estos datos pueden incorporarse ahora a los modelos que predecirán el comportamiento futuro, y ése era exactamente el objetivo de este trabajo”, destacó.

Primer caso de gripe aviar en Argentina identificado este miercoles en Jujuy

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El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) informó la primera detección en el país de influenza aviar (IA) H5 en aves silvestres en la laguna de Pozuelos, al noroeste de la provincia de Jujuy, cerca de la frontera con Bolivia. Por el momento, la enfermedad no se transmite a las personas por medio del consumo de carne aviar y sus subproductos. Por lo tanto, no hay peligro en la ingesta de estos alimentos.  Adicionalmente, cabe destacar que el riesgo de transmisión a humanos es bajo. La influenza aviar (IA) es una enfermedad viral que afecta a las aves de corral como a las silvestres, y puede afectar ocasionalmente a las personas expuestas, siendo causada por múltiples subtipos (H5N1, H5N3, H5N8, etc.) cuyas características genéticas evolucionan rápidamente.
El riesgo de transmisión a humanos actualmente se considera bajo
Las personas pueden adquirir la gripe aviar principalmente a través del contacto directo con animales infectados (vivos o muertos) o con sus entornos contaminados. La transmisión del virus a las personas ocurre cuando las secreciones o excretas de aves infectadas son inhaladas o el virus entra en boca, nariz u ojos. A su vez, las aves acuáticas silvestres son un reservorio importante de los virus influenza A y las poblaciones de aves de corral pueden infectarse por contacto con aves silvestres. Hasta ahora no se ha reportado transmisión humana sostenida de persona a persona causada por virus de influenza aviar A(H5N8), A(H5N2), o A(H5N1) ni en la Región de las Américas ni a nivel mundial. Acorde a la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA), la temporada epidémica de la Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) se presenta con alrededor de 290 brotes notificados en aves de corral y alrededor de 140 en aves silvestres en el periodo comprendido entre el 2 de diciembre de 2022 a 5 de enero de 2023, principalmente en países de Europa y también en la Región de las Américas, Asia y África.
Desde 2003 a 2022 (19 años), a nivel mundial se notificaron 868 casos de Influenza aviar en humanos.
Muchos de los países de estas regiones están experimentando un mayor número de brotes en comparación con los casos registrados el año previo durante el mismo periodo. Hasta el 6 de febrero de 2023, las autoridades de agricultura de Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Honduras, México, Panamá, Perú, República Bolivariana de Venezuela y Bolivia han detectado brotes por virus IAAP A(H5N1) en aves de corral, de granjas avícolas y/o silvestres. Durante el mismo periodo, se han registrado dos infecciones humanas causadas por influenza aviar A(H5) la primera en Estados Unidos en la cual se identificó el subtipo A(H5N1) y fue notificada el 29 de abril de 2022 y la segunda en Ecuador, la cual fue notificada el 9 de enero de 2023. Desde el Ministerio de Salud de la Nación se recomienda: • Lavado frecuente de manos con agua y jabón o usar desinfectantes a base de alcohol • Evitar el contacto directo con aves silvestres y, de ser posible, solo observarlas desde lejos. • Evitar tener contacto sin protección con aves de corral que parecen estar enfermas o muertas. • En relación a aves en grandes ciudades (gorriones, palomas) el riesgo se considera  muy bajo ya que estas aves no se han mostrado hasta el momento muy susceptibles al virus. • En caso de encontrarse algún ave enferma o muerta, evitar el contacto y  dar aviso a las autoridades sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). • No tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva, mucosa o heces de aves silvestres o de corral. • Actualmente, no hay restricciones para viajar a zonas afectadas por influenza aviar.  Sin embargo, se recomienda que las personas que viajan a zonas con brotes de influenza aviar tomen las medidas de prevención necesarias para evitar el riesgo de contraer la enfermedad. Ante la detección de aves muertas o con dificultades de locomoción, dar notificación al SENASA.   Vías de notificación: • Oficina local del Senasa • App “Notificaciones Senasa” • [email protected] • apartado «Avisá al Senasa» en www.argentina.gob.ar/senasa • Teléfono 11 5700 5704

CNEA y INTI desarrollarán un nuevo tipo de tanque de combustible. Podria almacenar hidrogeno «verde»

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Se trata de un acuerdo entre el INTI y la Comisión Nacional de Energía Atómica que, a partir de la combinación de materiales, busca desarrollar un prototipo para el acopio de combustible gaseoso, que sea más ligero y eficiente. Debe tenerse en cuenta que el problema del almacenaje del hidrogeno es uno de los desafios mas importantes para el desarrollo de esta prometedora herramienta para la transcición enérgetica. La presidenta del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Sandra Mayol, y la titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, rubricaron el convenio. La articulación de los organismos tiende a buscar que eleven su resistencia a la corrosión, conserven alta impermeabilidad, adquieran mayor flexibilidad en el diseño y disminuyan notablemente su densidad, aspectos claves para su uso en sectores como el aeroespacial, automovilístico, energético y naval. Para eso, el Departamento de Materiales Compuestos del INTI pondrá en común sus conocimientos en el estudio y aplicación de nanopartículas, y en la combinación óptima de estas con otros materiales de refuerzo. En tanto, la División de Materiales Avanzados de la CNEA brindará su experiencia en la fabricación de componentes y en la caracterización mecánica, estructural y fisicoquímica de materiales compuestos, capacidad que fue aplicada anteriormente durante su participación en la producción de piezas para el satélite SAOCOM, a pedido de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). En este desafío que aporta a la transición energética hacia el uso de energías renovables, ambos institutos científico-tecnológicos contribuirán al desarrollo de las cadenas de producción de hidrógeno verde y a una agenda de trabajo alineada con otros proyectos del sistema público de ciencia y técnica nacional.

Avanza la contrucción de una base militar en Tolhuin, Tierra del Fuego

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El Ministerio de Defensa informa que se están llevando a cabo las obras para la construcción de una unidad militar para el Ejército Argentino próxima a la localidad de Tolhuin, en la provincia de Tierra del Fuego.

“Se hace evidente y muy importante tener una visión más integral en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y así como estamos desarrollando una tarea en la Antártida y en las distintas islas, también debemos tener una visión más integral de la presencia de las Fuerzas Armadas en la provincia. Para eso pensamos reforzar esta presencia en el resto de la Isla y, en Tolhuin, asentar una unidad del Ejército de manera permanente, lo que no ha habido hasta ahora” remarcó el ministro de Defensa Jorge Taiana.
  Asimismo, el titular de la cartera resaltó que «el Corazón de la Isla es un lugar estratégico por sus características geográficas propias y por lo tanto tiene que tener una buena defensa, ágil y móvil”. En Tolhuin ya está conformado el “escalón adelantado Río Grande”, se trata de una agrupación compuesta por un grupo de oficiales y suboficiales con la tarea de realizar los primeros pasos para concretar la nueva unidad militar. A su vez, a fines de enero desembarcó en el puerto de Ushuaia la totalidad del material y vehículos para la dotación del escalón.
  Entre las tareas en esta primera etapa, se encuentran realizar la delimitación y demarcación del predio donde se construirán las futuras instalaciones; facilitar el arribo del contingente que desarrollará la nivelación, redes de servicios, alambrados perimetrales.
  En una segunda etapa, el Ejército tiene previsto iniciar las obras en el predio de Tolhuin, consolidar la presencia de comando y logística del Ejército en Río Grande (puerta de ingreso aeronaval a la isla), y fortalecer progresivamente el adiestramiento en la zona de fuerzas desplazadas por cortos períodos de tiempo. Además, en el mediano plazo se prevé construir pistas de instrucción, polígonos y demás medios de apoyo al adiestramiento operacional.

Avanza un frente frio sobre el territorio Argentino

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Del calor agobiante en el arranque del sábado pasado, al frío matinal del sábado que se avecina. En una semana, el área metropolitana registrará una diferencia de al menos 13° de temperatura y recibirá el carnaval con más fresco. “Desde esta tarde, el avance de un frente frío provocará un marcado descenso de temperatura y tormentas en el centro y norte del país. Estas tormentas pueden ser intensas, con ráfagas y granizo en sectores de Cuyo, región pampeana, Litoral y Noroeste argentino”, informó hoy el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

El SMN había alertado sobre el cambio de tendencia: “En las próximas horas despedimos a la ola de calor. Se viene un marcado descenso de temperatura- que ya se observa en el extremo sur- para todo el país en la segunda mitad de esta semana”.

El organismo detallaba: “En el mapa vemos el desvío de temperatura media a una semana respecto de lo normal: en azul entonces indicamos las zonas que estarán más frías (entre 1 y 5 grados) o por debajo de la media”.

En lo que respecta al AMBA, para hoy jueves el organismo prevé una jornada con chaparrones durante toda la jornada y un descenso de la temperatura que llevará la mínima a 18 grados y la máxima a 26 grados.

En tanto, el viernes está pronosticado cielo mayormente nublado, vientos del sector sur y continuará bajando la temperatura con una mínima de 15 grados y una máxima de 22. Para el sábado y el domingo, la tendencia a la baja continúa y las mínimas podrían alcanzar los 10 grados, en algunos sectores del AMBA.

Fin de semana largo “invernal” en Mar del Plata

La ciudad de Mar del Plata espera para mañana y hasta el próximo domingo la llegada de un frente frío “importante que va a desplazar el verano 2023 por unos días”. El meteorólogo Pedro Mazza sostuvo hoy en declaraciones a radio Brisas que “el verano se va a interrumpir desde mañana jueves, ya que la zona del sudeste de la provincia de Buenos Aires estará sometida a un proceso de ciclogénesis con el nacimiento de un profundo centro de baja presión que se va a consolidar sobre el mar”.

Mazza precisó que “se van a estar generando entre 60 y 72 horas de vientos fuertes que pueden alcanzar la categoría de temporal”. “Habrá un marcado descenso de la temperatura, es decir, entre las 15 y las 16 horas, que es el horario de la máxima, a la misma hora que el domingo tuvimos casi 40 grados, vamos a tener un rango de 13 a 15 grados en Mar del Plata” consignó el meteorólogo.

Massa dijo “se viene mucho frío, es como si hubiesen insertado parte de agosto en pleno febrero. Se interrumpe el verano y lo reemplaza el invierno, de 48 a 60 horas. Es un invierno intenso que viene con todo: vientos con temporal y mar alterado”. Además, alertó a los dueños de los balnearios y agregó que “habrá lluvias que en una sumatoria pueden ser copiosas”.

El litio en Argentina: Promesas y realidades. El desafio del desarrollo minero

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En el último tiempo, parte del debate económico se centra en las posibilidades de Argentina con respecto a la producción de litio en medio de un contexto internacional muy favorable para la comercialización de ese mineral (y sus derivados). La transición energética y el camino hacia la electromovilidad, dinamizado por las principales potencias mundiales, se presentan como pilares ineludibles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2° centígrados. Argentina conforma junto a Chile y Bolivia el llamado “triángulo del litio”, que reúne el 60% de ese recurso a nivel mundial. Sin embargo, vale señalar que los especialistas aclaran que recurso no es lo mismo que reservas y mucho menos producción. Para considerar reservas, los minerales deben ser comercialmente viables y técnicamente extraíbles. Dicho de otro modo, de nada sirve contabilizar recursos si no se puede acceder a ellos (reservas) o incluirlos en un proceso de producción. En ese sentido, Chile es el país con más reservas (comprobadas), del orden de las 9,2 millones de toneladas, seguido por Australia (5,7 millones de toneladas) y luego Argentina, con 2,2 millones de toneladas. Al respecto, se puede observar la situación de Bolivia, que cuenta con 21 millones de toneladas de sales de litio de mayor pureza relativa que las de Chile y Argentina (en el salar de Uyuni) pero por el momento su capacidad de explotarlo es bajísima. En lo que hace a la producción de carbonato de litio equivalente (LCE por sus siglas en inglés), Argentina se encuentra en el 4 lugar con aproximadamente 33.000 toneladas LCE anuales. Quien lidera el ranking es Australia con 290.000 toneladas LCE; en segundo lugar, se encuentra Chile con 138.000 toneladas LCE y cierra el podio China con 74.000 toneladas LCE.

Qué hacer

AGENCIA PACO URONDO dialogó en off con especialistas en la temática, entre ellos, funcionarios de la gestión nacional y de algunas provincias con minería. Todos remarcan lo mismo: más allá del enorme potencial, hoy la actividad está lejos de tener peso en la economía nacional. Actualmente existen solo dos proyectos en producción con inversión en ampliación (Fénix en Catamarca y Olaroz en Jujuy), seis en construcción y otros treinta en etapas previas avanzados. Todos estos proyectos están ubicados en regiones de bajo desarrollo económico, por lo cual resultan estratégicos para la planificación del desarrollo nacional federal. Hay más números para dimensionar la situación: en 2022, las exportaciones de LCE totalizaron (datos preliminares) USD 680 millones, es decir menos del 1% de las exportaciones totales del país. De hecho, si totalizamos las exportaciones de minerales metalíferos y litio, las mismas ascendieron a USD 3.900 millones, representando el 4% del total exportado. La minería metalífera como complejo exportador en general y el litio (LCE) como producto en particular, resultan significativamente inferiores en términos económicos a otros complejos exportadores nacionales, como por ejemplo los sectores oleaginoso (31% del total exportado) y cerealero (22% del total exportado). El país tiene un desafío en esa materia: Chile exporta más de 50 mil millones de dólares en minería, casi 8 mil millones en litio. Es decir, la Argentina cuenta con un alto potencial pero todavía le falta mucho camino para desarrollar un sector minero metalífero y litífero pujantes. Por eso, es importante que el peronismo empiece a preguntarse con claridad cuáles son las mejores alternativas para encarar el desarrollo del litio. En la misma línea, es destacable que las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy (donde conviven diferentes colores políticos), donde se encuentra el recurso en el país, propongan la creación de una “mesa del litio” y sienten a esa mesa a funcionarios nacionales y a representantes de YPF, quienes trabajan en una prueba piloto para construir baterías de litio. Se analiza negociar con las empresas mineras para que destinen parte de sus ventas al país, para disponer del recurso para industrializarlo. “También planteamos nuestra preocupación por el exorbitante incremento del valor internacional de la tonelada de litio y que no se refleja en la renta que reciben las provincias litíferas”, agregaron.
«Según un estudio del CEP-XXI, en base a la Encuesta de Nacional de Grandes Empresas, el 77% de las ventas realizadas por las grandes compañías mineras metalíferas que operan en el país se queda en Argentina, en gastos como pago a proveedores nacionales, masa salarial e impuestos»

Sobre mitos y realidades

La actividad minera – en general – cuenta con muy mala prensa entre los sectores progresista, la izquierda y buena parte del peronismo urbano. Incluso en el interior tiene mucha resistencia, lo que hace que en varias provincias existan prohibiciones. Ese rechazo se basa en parte en varios mitos sobre los cuales vale detenerse. Por ejemplo, suele repetirse que el Estado “no participa del negocio minero” que así queda en manos de empresas extranjeras. “Las empresas provinciales participan de una u otra forma en todas las jurisdicciones donde la actividad se lleva a cabo. IPEEM participa de Veladero, Fomicruz de Vanguardia, etc. / CAMYEN firmó acuerdo con YPF para el desarrollo de un proyecto en Fiambalá; JEMSE participa con el 8,5% de los proyectos en actividad en su provincia y tiene preferencia de compra del 5% del volumen producido. Ergo, los mecanismos están”, destacan las fuentes consultadas. Después, aclaran lo siguiente. Es cierto que la ley de promoción de inversiones mineras, de los años 90, le dio estabilidad fiscal por 30 años a las empresas que inviertan. Pero eso no significa que el sector no tenga impuestos. Por ejemplo, paga el 35% del impuesto a las ganancias, entre otros tributos nacionales, provinciales y municipales. Al respecto, según un estudio del CEP-XXI, en base a la Encuesta de Nacional de Grandes Empresas, el 77% de las ventas realizadas por las grandes compañías mineras metalíferas que operan en el país se queda en Argentina, en gastos como pago a proveedores nacionales, masa salarial e impuestos. En ese sentido, los especialistas consultados aseguran que la comparación con Chile en relación al cobro de regalías no es apropiada. Porque Chile posee una organización unitaria, al contrario de Argentina que cuenta con un esquema federal con tributos en diferentes niveles juridisccionales. En efecto, en la comparación de la presión tributaria entre ambos países y otros de la región, nuestro país se encuentra entre los que muestran niveles más elevados.

ENRIQUE DE LA CALLE

Doy mi opinión, que no es en absoluto la de AgendAR, sino la de uno de sus integrantes: La ley de minería de 1993, una creación típica de Domingo Cavallo, tiene una virtud innegable: está bien traducida del inglés. En eso no difiere de casi todas las leyes mineras sudamericanas noventistas. En lo demás, va a contramano de cualquier desarrollo nacional y/o provincial. En números del CEP-XXI el 77% de las ventas de las ventas queda en el país. Sí, claro, tomando las declaraciones juradas. No hay un monitoreo estatal de lo que sale ni en el nivel provincial ni en el nacional. El estado argentino no sólo se hizo a un lado: además de modesto, apocado y no intrusivo, es buen creyente. Y los gobernadores se contentan con las chirolas que se les caen a las mineras, para pagar los sueldos públicos locales. Y no les piden fábricas en serio, tan culturalmente disruptivas, tan llenas de patrones que te exigen audiencia y de obreros que te arman asambleas y se politizan. No piden fábricas como tampoco los patos piden la munición. La verdad es que al gobierno nacional (éste, el anterior, el anterior al anterior, probablemente también el próximo) no le interesa saber cuánto litio estamos exportando. No tiene la más peregrina idea. Es un tremendo negocio estatal el no saber. Por lo mismo, en 1930 el fisco argentino ignoraba cuánta carne embarcaban los frigoríficos ingleses, y tampoco sabía cuánto tanino y remesas exportaba La Forestal, y hoy anda a ciegas respecto de los embarques reales de harinas, aceites y porotos de soja en los puertos privados del Gran Rosario. Lo que es patente es que el grado máximo de valor agregado con que sale el litio de nuestro país es como carbonato de litio, con un grado de pureza de un 80% como tope. De proyectos de manufacturas de mayor valor (ánodos, cátodos, pilas enteras) tenemos cartón lleno, pero hasta ahora son todos académicos, no industriales, y en tamaño a lo sumo llegan a plantitas de demostración tecnológica. Están todos los que deben estar: físicos, químicos e ingenieros industriales de lo mejor que hay en Y-TEC (YPF + CONICET) y en universidades nacionales prestigiosas como las de La Plata. Hasta la CNEA tiene sus proyectos tecnológicos de litio, y son de rompe y raja. Pero en el cuadro actual de estado distraído y al cuete cumplen una función simbólica. Permiten hacerle creer a la gilada con estudios que el modelo local no será siempre un escuálido Far West, en la que cada minera hace lo que se le da la gana. Permiten creer que la actividad puramente extractiva de hoy de algún modo mágico terminará generando marcas ¡¡argentinas de baterías!!, y empleo calificado. Al final, Cenicienta se casa con el príncipe. La ley Cavallo hace que las mineras tributen en las provincias el 3% de lo que consta en sus declaraciones juradas de embarques de LCE. Chile fue reformateado brutalmente en los años 70 por los economistas más turros de la Escuela de Chicago para ser un lugar, más que un país. Sin embargo, allí las multis del litio deben tributar hasta el 40%, hay sólo dos corporaciones mineras autorizadas a extraer este metal (Soquimich SQM y Albemarle), y el estado no les quita el ojo de encima. Esto se ha mantenido tal cual incluso durante el gobierno del sumamente conservador Sebastián Piñera, ya que hay mucha plata en juego y el estado chileno siempre tiene gastos enormes en Defensa. Tanto así que las Fuerzas Armadas en su conjunto viven –y nada pobremente– de sus regalías intocables sobre las exportaciones de cobre, y eso desde tiempos inaugurales de Pinochet. No obstante lo cual ahora, con los chilenos de a pie reclamando por salud y educación públicas y por la renacionalización del abastecimiento de agua a las ciudades y al campo, el gobierno de Gabriel Boric necesita más plata. Estudia transformar a Codelco, la minera estatal del cobre, en una firma que se ocupe del litio, o que presente un modelo para construir esa firma. Porque al litio en Chile se lo considera un metal estratégico, no un commodity más. Y tienen razón los transandinos, sin litio olvidate de los autos eléctricos, y andá archivando la idea de transformar la electricidad intermitente, como la eólica y la solar, en electricidad despachable 24×7, «de base». De añadir valor local, en Chile no se habla demasiado: la vocación industrialista transandina todavía no ha nacido, ni nacerá sin muchos años acumulados de educación estatal gratuita y de calidad. Pero como modelo de rentas, el de ellos con la minería funciona, y el nuestro no, el de aquí es pura «maldición del recurso». Y se nota en los números comparativos, asumiendo que los nuestros no merecen crédito. Creo que tenemos un problemita de contabilidad. ¿Cómo pensar que Fénix en Catamarca y Olaroz en Jujuy estén ampliando planta, que haya seis salares más en explotación avanzada, otros treinta en operación inicial, que el litio ya constituya el 29% de las exportaciones mineras argentinas, y sin embargo todavía no pinte un mango en Catamarca, Jujuy, Salta o La Rioja? Sin duda este «business» está generando PBI y prosperidad. Pero no en estas provincias. Tampoco en este país. También tenemos un problemita de credibilidad, y es peor: si los capitales mineros extranjeros prefieren Chile a la Argentina, pese a que allí deben pagar como duques, es porque los transandinos tienen más recurso, son previsibles y no están surfeando una hiperinflación. Respuesta casi correcta, pero obvia y parcial. En contraste con Chile, el «laissez faire» argentino en minería es tan desaforado y abusivo, y se practica desde hace tanto, que nadie cree que la situación aquí pueda durar sin explotar. Por ende, los capitales metalíferos en nuestro país andan más asustados. Máxime con este metal, el más liviano de la tabla de Mendeleiev, que de U$ 6.000 la tonelada de carbonato de litio equivalente saltó a U$ 80.000, y eso desde 2020 a fecha hoy. Y contando. Eso no deja de tener peligros. ¿Y si el peronismo se vuelve peronista? Para más datos, el gobernador Ricardo Quintela, de La Rioja, acaba de promulgar la ley 10.608 votada por la Legislatura, que denuncia todas las concesiones firmadas y devuelve la propiedad de los salares al gobierno provincial. La Rioja no es el gran jugador local en litio, y esto puede ser un perfecto saludo a la bandera… o no. Quintela insta a las provincias con litio y a la Nación a negociar mejores condiciones y a exigir industrialización local. OK, es año electoral y el peronismo no tiene candidatos vendibles ni para vice. Lo de La Rioja puede ser sólo ruido, pero es ruido molesto. Los gobernadores con más litio -los de Jujuy y Salta- por ahora responden con un silencio estrepitoso, y los medios grandes y el gobierno nacional eligen no darse por enterados. Pero tras treinta años de viva la joda, sin otro contratiempo que el plebiscito popular de 2003 que impidió la apertura de la mina de oro de Meridian Gold en proximidades de Esquel, Chubut, y de las movilizaciones de 2021 en las ciudades de Madryn, Trelew y Rawson contra el inicio de una minería de plata en la meseta, el modelo minero argentino por fin se empieza a fracturar. Y ya no por la base, sino por la cúpula. Es otra historia. No se cuestiona la minería como entelequia ecológica. Se cuestiona que no deje un mango. Es un tanto patético tener que leer que no podemos cobrarle más regalías a las mineras, como los chilenos, porque ellos son unitarios y nosotros federales. Se dice también del oro, de la plata, del cobre, del petróleo, del gas, de la soja, del trigo, y próximamente también del uranio y las tierras raras, ahora que Río Negro le regala 625.000 hectáreas a la minera australiana Fortescue por 75 años «para fabricar hidrógeno verde». Somos federales, y los federales regalamos todo. Respecto de los daños ambientales de este tipo de minería, el verdaderamente importante es la depresión de napas freáticas. Hasta que llegaron las empresas, las napas permitían una agricultura y una ganadería mínimas, debajo del nivel de subsistencia de una población rural sumamente dispersa en algunos de los ecosistemas más áridos del planeta. La recarga de los acuíferos por lluvia es mínima o no existe. Los salares existen porque las exiguas napas freáticas de la Puna fluyen, en general bajo tierra, y a veces también a través de intempestivos arroyos intermitentes tras una lluvia, hacia los lugares bajos. En su camino freático, estas lerdas y pocas aguas van lavando de sales las rocas porosas de origen generalmente volcánico, hasta formar lagunas muy salobres en los valles, rutilantes cuerpos de agua. Allí sólo logran vivir algas unicelulares rojas de rodopsina, que como pigmento provee de fotosíntesis y se banca mejor que la clorofila la brutal luz ultravioleta solar. Pululan coepépodos minúsculos que se comen esas algas casi invisibles, y bandadas espectaculares de flamencos rosados que filtran esos bichitos con el pico, atraídos también por la falta de predadores que se banquen la química y el arco térmico terribles de los salares. El plumaje escarlata de los flamencos viene de la rodopsina dietaria. La de los salares es una cadena alimenticia cortita y simple. Y espectacular. Es un show, y un show muy lento. El sol y el viento, implacables, van desecando estas lagunas por evaporación, pero éstas se recargan por abajo debido a las napas. Esos salares inmensos, de un blanco que quema los ojos, la piel, las mucosas y los pulmones, a veces cubiertos de una película de agua, son un punto de equilibro dinámico entre recarga y evaporación. Según cada salar -no hay dos iguales- estos depósitos tienen distintas proporciones litio, sodio, magnesio o potasio combinado con algún anión. Esto supone dos tareas: una, de concentración y la otra de depuración, porque salvo el litio, para esta minería todos los demás metales y metaloides de las sales son contaminantes. La concentración pasa por bombear salmueras desde la parte inferior y líquida de los salares, y encerrarlas en grandes piletas impermeabilizadas en la superficie, hasta que el sol y el viento evaporen la fase líquida. Luego, si la minera quiere, puede lograr concentrados de litio descartando otras sales mediante reacciones químicas y llegar a sales exportables, sulfuros o carbonatos enriquecidos en litio y empobrecidos en el resto de los metales. ¡Y luego, a irse afuera del país, a volverse baterías y según su complejidad, a valer 100 veces, 1000 veces más! En los salares la evaporación es naturalmente lenta, pero el bombeo de aguas desde lo profundo hasta las piletas la vuelve mucho más rápida que la recarga natural. Obviamente, las napas que alimentan los salares desde las cumbres circundantes se deprimen. Y gente que vivía en las montañas vecinas y con muy poca agua, se queda totalmente sin ella. Los vecinos se movilizan, cortan rutas, se ligan palos y gases, ningún medio les da pelota. Por alguna causa hay cada vez menos flamencos en las lagunas, y al ecologista criollo tipo eso le interesa más que la situación de la gente. Ojo, lo de los flamencos es una macana para la industria turística, que hoy existe y es más real y más local y permanente. Algunas monedas caen en los caseríos. ¿Trabajo? Sí, claro, la minería del litio en estas condiciones da mucho trabajo, aunque la mayor parte lo hacen el sol y el viento, sin cobrar. Pero es imposible que las mineras no paguen algunos sueldos en hacer revestir de plástico las piletas de evaporación, o conectar las bombas que las rellenan de salmueras, o palear hasta los camiones el residuo que deja su evaporación. Los salarios no son grandiosos y el trabajo es durísimo e insalubre, pero precario. No es gran compensación, a cambio de haberte dejado seco el pozo que abastecía tu rancho, tu quintita y tus animales. Los tratamientos químicos para llegar a sales concentradas de litio implican una emisión de metales y metaloides de desecho. Desde Bajos de la Alumbrera en adelante, un «leading case» cabal, la minería que ha favorecido la ley Cavallo no se ha caracterizado por una gestión siquiera presentable de estas colas de proceso. En lo central, permite que la empresa multinacional se vaya cuando agotó el recurso y deje a sus espaldas un problema enorme de aguas y suelos sin gestionar. Y obviamente, cuando la empresa se pira, no queda en su estela ningún recurso ejecutable por el estado, porque la minera operó décadas casi sin bienes propios, tercerizando todo, y bajo nombres de fantasía. Si hay diferendos con la casa matriz, deben resolverse en la justicia… de Canadá, Australia, Suiza, China, EEUU y sigue la lista de vivos. Aquí, los bobos. Entiendo que el mundo necesita litio. Es el argumento más infantil y estúpido imaginable. Soy argentino, no defiendo el mundo. Defiendo la Argentina, si puedo y cuando puedo. Viene muy difícil en estos días: las ideas que uno ve circulando son como la ley Cavallo, traducciones del inglés. Pero malas. Como otras obras del Domingo, ésta es una ley de miércoles. Leer una defensa del modelo que generó firmada por una agencia que lleva el nombre de Paco Urondo me da dolor de barriga. Si a Paco Urondo no lo hubieran asesinado en 1976, también le dolería la barriga. Así que estamos jodidos porque somos demasiado federales, mirá vos… Hay que derogar la ley Cavallo de minería y discutir otra que suponga impuestos mayores, progresivos, que penalicen la exportación de naturaleza cruda, que alimenten las arcas tanto de las provincias como del tesoro nacional, y que le sirvan a TODO el país. Hasta la ley chilena es mejor que la nuestra, y es mucho decir. En cuanto a Bolivia, parece tener algunas ideas novedosas al respecto. No están apurados por exportar o dejar exportar carbonato. Empezaron por crear YLB, Yacimientos de Litio Bolivianos, y en 2022, planificar la producción de baterías con Y-TEC, Argentina. Daniel E. Arias