


Daniel E. Arias
Daniel E. Arias
La difusión de la marca se hace por Instagram en @mugicabeerLa cultura de la cerveza artesanal no existe en el barrio 31. Los socios dicen que “es muy difícil romper la costumbre de tomar cerveza industrial porque falta difusión”. “Nosotros antes no tomábamos cerveza artesanal. Probábamos una IPA y no nos gustaba, nos parecía amarga y ahora nos encanta. ¿Hace cuánto no compramos una cerveza industrial?”, pregunta Cupa a Otto, que responde: “Bastante… Ni sabemos cuánto está”. Los amigos se ríen. Producción local El garaje de la casa de Carlos y Cupa dejó de ser el lugar donde guardaban sus bicicletas y amontonaban cosas en desuso. Lo acondicionaron para que funcione como una fábrica y en un futuro quieren ampliarlo para convertirlo en una cervecería. Carlos, Otto y Cupa no viven de fabricar su cerveza sino que tienen otros trabajos. Es martes, el único día en el que coinciden los tres para producir su birra. El galpón donde funciona la fábrica es pequeño, de techos altos. Está ubicado en la calle Evita al 611, manzana 13, casa 12 para los vecinos. Desde la puerta se escucha el ruido de los motores de las fermentadoras: es contínuo, como el de un secador de pelo; es fuerte, como el de un lavarropas viejo. En la entrada hay unos seis barriles anchos de, más o menos, un metro ochenta de alto. En el fondo está la chopera que alquilan para eventos, banquetas para recibir gente y muchos cajones con marcas de cervezas industriales apilados. Algunos están cargados de botellas de Mugica. No hay más espacio. Cada martes, como hoy, los tres cocinan, gasifican y embotellan, todo en este galpón. El plan de trabajo se adapta a los horarios de cada uno: a las ocho de la mañana Cupa, que trabaja de manera independiente en una pastelería propia, pone en marcha las ollas para hacer los primeros 100 litros. Luego llega Otto, que aprovecha su franco para cocinar la segunda tirada y, a alrededor de las cinco de la tarde, Carlos se encarga de la producción que queda para llegar a la meta del día y cerrar las puertas a las nueve de la noche. La producción máxima por tirada es de 100 litros, un número bajo si se considera que entre proceso y proceso se demoran entre 4 y 5 horas. El próximo objetivo es producir 300 litros de cerveza para aumentar el stock. El litro de Mugica cuesta $400 y se consigue en varias presentaciones: botellas retornables de un litro y las de plástico de un litro o medio, que incorporaron después porque varios clientes no devuelven la botella. “La gente prefiere el vidrio, pero el sabor no cambia. La única diferencia es que el plástico retiene menos el frío”, dice Otto. La distribución y la compra de insumos es complicada. De eso también se encargan los socios porque ni los proveedores ni quienes quieren comprar su producto se atreven a entrar en el barrio. “Hablan de urbanización pero acá no entra nada ni nadie. Hay un prejuicio muy grande”, dice Carlos y agrega, un poco indignado, que muchos servicios, como Mercado Libre y Rapipago, que en el resto de la capital parecen ser moneda corriente, no ofrecen su servicio en la villa. Ahí está, dice, la verdadera falta de integración al resto de la Ciudad. La falta de gas natural es otro obstáculo para producir la Mugica. Las garrafas que usan para encender los quemadores de la fábrica representan hoy un gasto aproximado de 6 mil pesos mensuales, un número elevado si se tiene que cuenta que solo usan el gas una vez a la semana. Además, la potencia de las garrafas no es tan fuerte como la del gas corriente y en un futuro no tan lejano, cuando tengan que comprar fermentadoras más grandes para aumentar su stock, deberán invertir también en garrafas más grandes y costosas que den la potencia necesaria para cocinar.
«La guerra viene teniendo un costo muy alto para los países del hemisferio sur, a la Argentina ya le costó US$ 5.000 millones y no hay ámbito global donde se esté discutiendo este tema», manifestaba a mediados de octubre último el ministro de Economía, Sergio Massa.
Ese cálculo, según Florencia Di Prinzio, economista del Centro de Economía Política (CEPA), «se basa en el impacto múltiple que la guerra tuvo en la balanza comercial, es decir qué cantidad de dólares extra tuvo que gastar el país en importaciones ante la suba de precios internacionales». A la fecha «la cifra no presenta variaciones significativas debido a un acomodamiento de los precios internacionales», remarcó.
A ello se suma «la particularidad de que Argentina tiene un régimen cambiario con bastantes problemas de arrastre, con un desdoblamiento, y en un momento en el cual se agudizaron las expectativas de devaluación el año pasado», afirmó a esta agencia el economista director de la consultora Sarandí, Sergio Chouza.
«La brecha cambiaria se había disparado alcanzando niveles cercanos al 100% en el segundo trimestre del año pasado y eso produjo un retraso de las exportaciones y afectó el flujo de cantidades exportaciones», amplió.
Según documentos de trabajo oficiales, las importaciones de combustibles sumaron US$ 5.800 millones a fines de 2022, contra los US$ 2.000 millones proyectados en la pre guerra (+US$ 3.800 millones de incremento neto).
Además del costo, el aumento del precio de los principales productos básicos hizo que se precisaran más divisas para importar combustibles, entre los que se incluyen los utilizados para el suministro de energía durante 2022.
Para Di Prinzio, en ese rubro ocurrió la variación más «significativa», con lo cual «casi el 75% del costo de la guerra se explica por importación de energía» boliviana (gas) y brasileña (electricidad), mientras «el 25% restante lo explican la suba de fertilizantes y fletes».
En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostuvo en un reciente informe que «las importaciones energéticas en nuestro país crecieron 4% en volumen, pero por la suba de precios crecieron un 100% en dólares (de US$ 7.147 millones a US$ 14.138 millones), respecto al año pasado».
Daniel E. Arias
La elección de esta fecha es porque se conmemora el Día de la Soberanía en la Antártida Argentina, ya que hace 119 años que nuestro país mantiene presencia ininterrumpida en el continente blanco desde que en 1904 se izó por primera vez la bandera nacional en la isla Laurie del archipiélago Orcadas del Sur, al norte del Sector Antártico Argentino.
De esa manera Alberto Fernández se transformará en el cuarto presidente argentino que pise suelo antártico. Primero hará un acto en la capital fueguina alrededor de las 11 de la mañana. El viernes 27 de enero, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación informó que destinará $973 millones de pesos para la construcción del edificio que albergará al Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (CITEAS).
En el CITEAS trabajarán en forma conjunta el Instituto Antártico Argentino, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur (UNTDF), la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional de Tierra del Fuego (UTN-FRTDF), el Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), la Administración de Parques Nacionales (APN), el Gobierno de la provincia de Tierra del Fuego y la Municipalidad de Ushuaia.
La comitiva presidencial la integrarán los ministros Santiago Cafiero (Relaciones Exteriores), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología, Jorge Taiana (Defensa), la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, más el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona.
Esta visita se producirá luego de que en diciembre el Gobierno expresara quejas ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por las actividades militares que desplegó Gran Bretaña en la zona cercana a las Islas Malvinas.
Carmona, en su cuenta de Twitter, expresó este domingo luego de declaraciones de la embajadora británica en Buenos Aires, Kirsty Hayes, que “Argentina seguirá insistiendo con el llamado al respeto del derecho internacional en la Cuestión Malvinas y propiciando una solución negociada y pacifica a la cuestión de la soberanía. La historia y el derecho internacional nos avalan” y le agregó el hashtag. “#LasMalvinasSonArgentinas”. Hayes, en una entrevista periodística se había quejado de una supuesta “política agresiva” de Argentina hacia los habitantes de Malvinas.
Los anteriores presidentes que estuvieron en la Antártida fueron Arturo Frondizi (el 8 de marzo de 1961), Raúl Lastiri (10 de agosto de 1973) y Carlos Saúl Menem (el 28 de diciembre de 1997).
Después del acto en Ushuaia, junto al gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, la comitiva se subirá a un avión Hércules 130 de la Fuerza Aérea, y harán poco más de 1.500 kilómetros para dirigirse a Marambio, donde está previsto que permanezcan apenas dos o tres horas porque deberán aprovechar una ventana de tiempo y regresar al continente.
Los laboratorios multidisciplinarios se instalarán en las bases antárticas San Martín, Orcadas y Esperanza. Las autoridades supervisaron el armado de tres laboratorios multimodales construidos conjuntamente entre ambas carteras y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) con una inversión de 260 millones de pesos, implementada en el marco del programa “Construir Ciencia” del MINCyT y con el objetivo de intensificar las tareas de investigación científica en el continente antártico.
La instalación de estos tres laboratorios de 120 metros cuadrados cada uno, construidos y diseñados totalmente en nuestro país, con materiales nacionales “representa un salto cualitativo en la capacidad de investigación argentina en la Antártida”, expresó el ministro Taiana cuando visitó la construcción de los mismos que se inició en los últimos meses de 2022. Precisó que también se van a construir “dos refugios, uno para glaciología y otro para el estudio de los pingüinos emperador” y añadió que “Argentina es uno de los países que más investiga en la Antártida”. Por último consignó que “esta posibilidad se la debemos a un fondo específico que nos ha otorgado el Ministerio de Ciencia y Tecnología, hay un enorme apoyo del Gobierno Nacional a la ciencia”.
A través de los CITES el Gobierno argentino pretende producir conocimiento interdisciplinario sobre los ecosistemas marinos y terrestres de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en el marco de la problemática del cambio climático global, impactos de origen antrópico y el desarrollo de biotecnologías marinas.
Por eso según fuentes oficiales se intenta “posicionar a Tierra del Fuego y específicamente a Ushuaia, en su rol de puerta de entrada a la Antártida, a partir del desarrollo de tecnologías sustentables, logística, comunicación y articulación con actores públicos y privados, nacionales e internacionales”.
La Argentina administra 13 bases en la Antártida, de las cuales siete son permanentes (es decir que están operativas todo el año) y el resto, temporarias (operativas sólo en verano). De ellas, dos son administradas por la Cancillería: Base Carlini (permanente) y Base Brown (temporaria). Las demás bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) del Ministerio de Defensa: Base Orcadas, Base Marambio, Base Esperanza, Base San Martín, Base Belgrano II y Petrel (permanentes); y las bases temporarias Melchior, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo. En todas estas bases argentinas, la ciencia antártica depende del Instituto Antártico Argentino (IAA), organismo de la Cancillería.
Existen adicionalmente unas 32 bases de otros 18 países que también se encuentran en el Sector Antártico Argentino. No todos los países del Tratado tienen bases en la Antártida.
Argentina reivindica soberanía sobre el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por los meridianos 25º y 74ºde longitud Oeste, entre el paralelo 60º Sur y el Polo Sur, que forma parte del territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775) y está sujeto al Tratado Antártico, que se firmó en 1959 e incluye a 12 países.
De acuerdo a lo informado por Cancillería, “este instrumento internacional permitió reservar el continente para la paz, la ciencia y la cooperación internacional; asimismo, ofreció un marco para regular la actividad en la Antártida y, en virtud de su Artículo IV, estableció una fórmula de salvaguardia para los reclamos de soberanía, que incluye el de la Argentina”.
Al respecto, afirmaron que Argentina “fundamenta su reclamo de soberanía sobre este sector en virtud de la contigüidad geográfica y geológica con el territorio sudamericano, la instalación y ocupación permanente de bases antárticas, el desarrollo de actividad científica por más de un siglo y la herencia histórica de España, entre otros elementos”.
Existen seis países que han presentado reclamaciones territoriales específicas en la Antártida al momento de firmarse el Tratado Antártico además de la Argentina: Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Otros dos países, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), se reservaron el derecho a efectuar reclamos territoriales en el futuro.
El bitcoin fue la moneda preferida por los argentinos (45%), a la que le siguen USDC (28%), ETH (13%), SOL (12%) y DASH (2%).«Latinoamérica es la región más popular para contratar por la calidad de su gente, pero es interesante ver también cómo las empresas latinas, de todos los tamaños, también se animan a expandirse en la búsqueda de los mejores profesionales», comentó Natalia Jiménez, gerente regional para Latinoamérica de Deel. Deel es una plataforma de recursos humanos que facilita la contratación de trabajadores de forma internacional, desde freelancers hasta empleados a tiempo completo en más de 150 países.
El gasoducto atravesará Río Negro y La Pampa con una extensión de 573 kilómetros
Daniel E. Arias
Un robot en forma de lápiz de 4 metros de largo se sumergió por primera vez bajo el punto donde el hielo toma contacto con el mar. Allí los científicos observaron un fenómeno inquietante. “El glaciar se desmorona en pedazos sobre el agua. No se está adelgazando y derritiendo. Directamente se rompe”, dijo la creadora de robots y científica polar Britney Schmidt de la Universidad de Cornell.
Los científicos no habían tenido hasta ahora la posibilidad de observar este punto crítico y difícil de alcanzar. Pero el robot llamado Icefin fue bajado por una grieta de 587 metros de profundidad, y así pudieron observar los efectos que está teniendo la fractura del hielo.
Los científicos afirman que el agua “caliente” se está filtrando por las grietas del glaciar lo que acelera su ruptura.
El agua más caliente se abre paso en las grietas y otras aberturas conocidas como terrazas, provocando un deshielo lateral de 30 metros o más al año.
Esa fractura “potencialmente acelera la desaparición general de esa plataforma de hielo”, dijo Paul Cutler, director del programa Thwaites de la Fundación Nacional de Ciencias que regresó del hielo la semana pasada. “Su modo final de desaparición será por desmoronamiento”, dijo, aunque el proceso puede demorar cientos de años.
Thwaites, que tiene aproximadamente el tamaño de la península de Florida en Estados Unidos, representa más de medio metro de potencial de aumento del nivel del mar mundial, y podría desestabilizar los glaciares vecinos que pueden causar un aumento adicional de tres metros.
Como parte de la colaboración internacional Thwaites Glacier -la mayor campaña de campo jamás intentada en la Antártida-, un equipo de 13 científicos estadounidenses y británicos pasó unas seis semanas en el glaciar a finales de 2019 y principios de 2020.
“Este es el tipo de cosas por las que todos deberíamos estar muy preocupados”, agregó sobre los hallazgos que subrayan cómo el cambio climático está llegando a la Antártida.
Los resultados de un segundo estudio, en el que también trabajó Schmidt, mostraban un deshielo de unos cinco metros al año en la línea de base del glaciar, lo que es menor a lo que predecían los modelos de adelgazamiento más agresivos.
Sin embargo, el deshielo sigue siendo preocupante.
“Si observamos menos deshielo (…) eso no cambia el hecho de que se está derritiendo”, dijo Schmidt.
Hasta ahora los científicos dependían de las imágenes satelitales para mostrar el comportamiento del hielo, lo que dificultaba la obtención de detalles pormenorizados. Es la primera vez que un equipo llega a la línea de base de un gran glaciar.
Según Paul Cutler, director del programa de Ciencias Antárticas de la Fundación Nacional de la Ciencia, los resultados ayudarán a desarrollar modelos de cambio climático. Cutler revisó los documentos, pero no participó en la investigación.
“Estos datos pueden incorporarse ahora a los modelos que predecirán el comportamiento futuro, y ése era exactamente el objetivo de este trabajo”, destacó.
El riesgo de transmisión a humanos actualmente se considera bajoLas personas pueden adquirir la gripe aviar principalmente a través del contacto directo con animales infectados (vivos o muertos) o con sus entornos contaminados. La transmisión del virus a las personas ocurre cuando las secreciones o excretas de aves infectadas son inhaladas o el virus entra en boca, nariz u ojos. A su vez, las aves acuáticas silvestres son un reservorio importante de los virus influenza A y las poblaciones de aves de corral pueden infectarse por contacto con aves silvestres. Hasta ahora no se ha reportado transmisión humana sostenida de persona a persona causada por virus de influenza aviar A(H5N8), A(H5N2), o A(H5N1) ni en la Región de las Américas ni a nivel mundial. Acorde a la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA), la temporada epidémica de la Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) se presenta con alrededor de 290 brotes notificados en aves de corral y alrededor de 140 en aves silvestres en el periodo comprendido entre el 2 de diciembre de 2022 a 5 de enero de 2023, principalmente en países de Europa y también en la Región de las Américas, Asia y África.
Desde 2003 a 2022 (19 años), a nivel mundial se notificaron 868 casos de Influenza aviar en humanos.Muchos de los países de estas regiones están experimentando un mayor número de brotes en comparación con los casos registrados el año previo durante el mismo periodo. Hasta el 6 de febrero de 2023, las autoridades de agricultura de Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Honduras, México, Panamá, Perú, República Bolivariana de Venezuela y Bolivia han detectado brotes por virus IAAP A(H5N1) en aves de corral, de granjas avícolas y/o silvestres. Durante el mismo periodo, se han registrado dos infecciones humanas causadas por influenza aviar A(H5) la primera en Estados Unidos en la cual se identificó el subtipo A(H5N1) y fue notificada el 29 de abril de 2022 y la segunda en Ecuador, la cual fue notificada el 9 de enero de 2023. Desde el Ministerio de Salud de la Nación se recomienda: • Lavado frecuente de manos con agua y jabón o usar desinfectantes a base de alcohol • Evitar el contacto directo con aves silvestres y, de ser posible, solo observarlas desde lejos. • Evitar tener contacto sin protección con aves de corral que parecen estar enfermas o muertas. • En relación a aves en grandes ciudades (gorriones, palomas) el riesgo se considera muy bajo ya que estas aves no se han mostrado hasta el momento muy susceptibles al virus. • En caso de encontrarse algún ave enferma o muerta, evitar el contacto y dar aviso a las autoridades sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). • No tocar superficies que podrían estar contaminadas con saliva, mucosa o heces de aves silvestres o de corral. • Actualmente, no hay restricciones para viajar a zonas afectadas por influenza aviar. Sin embargo, se recomienda que las personas que viajan a zonas con brotes de influenza aviar tomen las medidas de prevención necesarias para evitar el riesgo de contraer la enfermedad. Ante la detección de aves muertas o con dificultades de locomoción, dar notificación al SENASA. Vías de notificación: • Oficina local del Senasa • App “Notificaciones Senasa” • [email protected] • apartado «Avisá al Senasa» en www.argentina.gob.ar/senasa • Teléfono 11 5700 5704
Del calor agobiante en el arranque del sábado pasado, al frío matinal del sábado que se avecina. En una semana, el área metropolitana registrará una diferencia de al menos 13° de temperatura y recibirá el carnaval con más fresco. “Desde esta tarde, el avance de un frente frío provocará un marcado descenso de temperatura y tormentas en el centro y norte del país. Estas tormentas pueden ser intensas, con ráfagas y granizo en sectores de Cuyo, región pampeana, Litoral y Noroeste argentino”, informó hoy el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
🌡️⛈️Desde esta tarde, el avance de un frente frío provocará un marcado descenso de #temperatura y tormentas en el centro y norte del país.
— SMN Argentina (@SMN_Argentina) February 15, 2023
Estas #tormentas pueden ser intensas con ráfagas y granizo en sectores de Cuyo, región pampeana, Litoral y NOA. ⚠️t.co/GRjfngGukd pic.twitter.com/M3rkwrxAhR
El SMN había alertado sobre el cambio de tendencia: “En las próximas horas despedimos a la ola de calor. Se viene un marcado descenso de temperatura- que ya se observa en el extremo sur- para todo el país en la segunda mitad de esta semana”.
TIEMPO| En las próximas horas despedimos a la ola de calor. Se viene un marcado descenso de temperatura- que ya se observa en el extremo sur- para todo el país en la segunda mitad de esta semana. Más info en t.co/HR4LGtOd3P 👋🌡 🌬☁️ pic.twitter.com/XekJ1L9xGz
— SMN Argentina (@SMN_Argentina) February 14, 2023
El organismo detallaba: “En el mapa vemos el desvío de temperatura media a una semana respecto de lo normal: en azul entonces indicamos las zonas que estarán más frías (entre 1 y 5 grados) o por debajo de la media”.
En lo que respecta al AMBA, para hoy jueves el organismo prevé una jornada con chaparrones durante toda la jornada y un descenso de la temperatura que llevará la mínima a 18 grados y la máxima a 26 grados.
En tanto, el viernes está pronosticado cielo mayormente nublado, vientos del sector sur y continuará bajando la temperatura con una mínima de 15 grados y una máxima de 22. Para el sábado y el domingo, la tendencia a la baja continúa y las mínimas podrían alcanzar los 10 grados, en algunos sectores del AMBA.
La ciudad de Mar del Plata espera para mañana y hasta el próximo domingo la llegada de un frente frío “importante que va a desplazar el verano 2023 por unos días”. El meteorólogo Pedro Mazza sostuvo hoy en declaraciones a radio Brisas que “el verano se va a interrumpir desde mañana jueves, ya que la zona del sudeste de la provincia de Buenos Aires estará sometida a un proceso de ciclogénesis con el nacimiento de un profundo centro de baja presión que se va a consolidar sobre el mar”.
Mazza precisó que “se van a estar generando entre 60 y 72 horas de vientos fuertes que pueden alcanzar la categoría de temporal”. “Habrá un marcado descenso de la temperatura, es decir, entre las 15 y las 16 horas, que es el horario de la máxima, a la misma hora que el domingo tuvimos casi 40 grados, vamos a tener un rango de 13 a 15 grados en Mar del Plata” consignó el meteorólogo.
Massa dijo “se viene mucho frío, es como si hubiesen insertado parte de agosto en pleno febrero. Se interrumpe el verano y lo reemplaza el invierno, de 48 a 60 horas. Es un invierno intenso que viene con todo: vientos con temporal y mar alterado”. Además, alertó a los dueños de los balnearios y agregó que “habrá lluvias que en una sumatoria pueden ser copiosas”.
«Según un estudio del CEP-XXI, en base a la Encuesta de Nacional de Grandes Empresas, el 77% de las ventas realizadas por las grandes compañías mineras metalíferas que operan en el país se queda en Argentina, en gastos como pago a proveedores nacionales, masa salarial e impuestos»
ENRIQUE DE LA CALLE
Doy mi opinión, que no es en absoluto la de AgendAR, sino la de uno de sus integrantes: La ley de minería de 1993, una creación típica de Domingo Cavallo, tiene una virtud innegable: está bien traducida del inglés. En eso no difiere de casi todas las leyes mineras sudamericanas noventistas. En lo demás, va a contramano de cualquier desarrollo nacional y/o provincial. En números del CEP-XXI el 77% de las ventas de las ventas queda en el país. Sí, claro, tomando las declaraciones juradas. No hay un monitoreo estatal de lo que sale ni en el nivel provincial ni en el nacional. El estado argentino no sólo se hizo a un lado: además de modesto, apocado y no intrusivo, es buen creyente. Y los gobernadores se contentan con las chirolas que se les caen a las mineras, para pagar los sueldos públicos locales. Y no les piden fábricas en serio, tan culturalmente disruptivas, tan llenas de patrones que te exigen audiencia y de obreros que te arman asambleas y se politizan. No piden fábricas como tampoco los patos piden la munición. La verdad es que al gobierno nacional (éste, el anterior, el anterior al anterior, probablemente también el próximo) no le interesa saber cuánto litio estamos exportando. No tiene la más peregrina idea. Es un tremendo negocio estatal el no saber. Por lo mismo, en 1930 el fisco argentino ignoraba cuánta carne embarcaban los frigoríficos ingleses, y tampoco sabía cuánto tanino y remesas exportaba La Forestal, y hoy anda a ciegas respecto de los embarques reales de harinas, aceites y porotos de soja en los puertos privados del Gran Rosario. Lo que es patente es que el grado máximo de valor agregado con que sale el litio de nuestro país es como carbonato de litio, con un grado de pureza de un 80% como tope. De proyectos de manufacturas de mayor valor (ánodos, cátodos, pilas enteras) tenemos cartón lleno, pero hasta ahora son todos académicos, no industriales, y en tamaño a lo sumo llegan a plantitas de demostración tecnológica. Están todos los que deben estar: físicos, químicos e ingenieros industriales de lo mejor que hay en Y-TEC (YPF + CONICET) y en universidades nacionales prestigiosas como las de La Plata. Hasta la CNEA tiene sus proyectos tecnológicos de litio, y son de rompe y raja. Pero en el cuadro actual de estado distraído y al cuete cumplen una función simbólica. Permiten hacerle creer a la gilada con estudios que el modelo local no será siempre un escuálido Far West, en la que cada minera hace lo que se le da la gana. Permiten creer que la actividad puramente extractiva de hoy de algún modo mágico terminará generando marcas ¡¡argentinas de baterías!!, y empleo calificado. Al final, Cenicienta se casa con el príncipe. La ley Cavallo hace que las mineras tributen en las provincias el 3% de lo que consta en sus declaraciones juradas de embarques de LCE. Chile fue reformateado brutalmente en los años 70 por los economistas más turros de la Escuela de Chicago para ser un lugar, más que un país. Sin embargo, allí las multis del litio deben tributar hasta el 40%, hay sólo dos corporaciones mineras autorizadas a extraer este metal (Soquimich SQM y Albemarle), y el estado no les quita el ojo de encima. Esto se ha mantenido tal cual incluso durante el gobierno del sumamente conservador Sebastián Piñera, ya que hay mucha plata en juego y el estado chileno siempre tiene gastos enormes en Defensa. Tanto así que las Fuerzas Armadas en su conjunto viven –y nada pobremente– de sus regalías intocables sobre las exportaciones de cobre, y eso desde tiempos inaugurales de Pinochet. No obstante lo cual ahora, con los chilenos de a pie reclamando por salud y educación públicas y por la renacionalización del abastecimiento de agua a las ciudades y al campo, el gobierno de Gabriel Boric necesita más plata. Estudia transformar a Codelco, la minera estatal del cobre, en una firma que se ocupe del litio, o que presente un modelo para construir esa firma. Porque al litio en Chile se lo considera un metal estratégico, no un commodity más. Y tienen razón los transandinos, sin litio olvidate de los autos eléctricos, y andá archivando la idea de transformar la electricidad intermitente, como la eólica y la solar, en electricidad despachable 24×7, «de base». De añadir valor local, en Chile no se habla demasiado: la vocación industrialista transandina todavía no ha nacido, ni nacerá sin muchos años acumulados de educación estatal gratuita y de calidad. Pero como modelo de rentas, el de ellos con la minería funciona, y el nuestro no, el de aquí es pura «maldición del recurso». Y se nota en los números comparativos, asumiendo que los nuestros no merecen crédito. Creo que tenemos un problemita de contabilidad. ¿Cómo pensar que Fénix en Catamarca y Olaroz en Jujuy estén ampliando planta, que haya seis salares más en explotación avanzada, otros treinta en operación inicial, que el litio ya constituya el 29% de las exportaciones mineras argentinas, y sin embargo todavía no pinte un mango en Catamarca, Jujuy, Salta o La Rioja? Sin duda este «business» está generando PBI y prosperidad. Pero no en estas provincias. Tampoco en este país. También tenemos un problemita de credibilidad, y es peor: si los capitales mineros extranjeros prefieren Chile a la Argentina, pese a que allí deben pagar como duques, es porque los transandinos tienen más recurso, son previsibles y no están surfeando una hiperinflación. Respuesta casi correcta, pero obvia y parcial. En contraste con Chile, el «laissez faire» argentino en minería es tan desaforado y abusivo, y se practica desde hace tanto, que nadie cree que la situación aquí pueda durar sin explotar. Por ende, los capitales metalíferos en nuestro país andan más asustados. Máxime con este metal, el más liviano de la tabla de Mendeleiev, que de U$ 6.000 la tonelada de carbonato de litio equivalente saltó a U$ 80.000, y eso desde 2020 a fecha hoy. Y contando. Eso no deja de tener peligros. ¿Y si el peronismo se vuelve peronista? Para más datos, el gobernador Ricardo Quintela, de La Rioja, acaba de promulgar la ley 10.608 votada por la Legislatura, que denuncia todas las concesiones firmadas y devuelve la propiedad de los salares al gobierno provincial. La Rioja no es el gran jugador local en litio, y esto puede ser un perfecto saludo a la bandera… o no. Quintela insta a las provincias con litio y a la Nación a negociar mejores condiciones y a exigir industrialización local. OK, es año electoral y el peronismo no tiene candidatos vendibles ni para vice. Lo de La Rioja puede ser sólo ruido, pero es ruido molesto. Los gobernadores con más litio -los de Jujuy y Salta- por ahora responden con un silencio estrepitoso, y los medios grandes y el gobierno nacional eligen no darse por enterados. Pero tras treinta años de viva la joda, sin otro contratiempo que el plebiscito popular de 2003 que impidió la apertura de la mina de oro de Meridian Gold en proximidades de Esquel, Chubut, y de las movilizaciones de 2021 en las ciudades de Madryn, Trelew y Rawson contra el inicio de una minería de plata en la meseta, el modelo minero argentino por fin se empieza a fracturar. Y ya no por la base, sino por la cúpula. Es otra historia. No se cuestiona la minería como entelequia ecológica. Se cuestiona que no deje un mango. Es un tanto patético tener que leer que no podemos cobrarle más regalías a las mineras, como los chilenos, porque ellos son unitarios y nosotros federales. Se dice también del oro, de la plata, del cobre, del petróleo, del gas, de la soja, del trigo, y próximamente también del uranio y las tierras raras, ahora que Río Negro le regala 625.000 hectáreas a la minera australiana Fortescue por 75 años «para fabricar hidrógeno verde». Somos federales, y los federales regalamos todo. Respecto de los daños ambientales de este tipo de minería, el verdaderamente importante es la depresión de napas freáticas. Hasta que llegaron las empresas, las napas permitían una agricultura y una ganadería mínimas, debajo del nivel de subsistencia de una población rural sumamente dispersa en algunos de los ecosistemas más áridos del planeta. La recarga de los acuíferos por lluvia es mínima o no existe. Los salares existen porque las exiguas napas freáticas de la Puna fluyen, en general bajo tierra, y a veces también a través de intempestivos arroyos intermitentes tras una lluvia, hacia los lugares bajos. En su camino freático, estas lerdas y pocas aguas van lavando de sales las rocas porosas de origen generalmente volcánico, hasta formar lagunas muy salobres en los valles, rutilantes cuerpos de agua. Allí sólo logran vivir algas unicelulares rojas de rodopsina, que como pigmento provee de fotosíntesis y se banca mejor que la clorofila la brutal luz ultravioleta solar. Pululan coepépodos minúsculos que se comen esas algas casi invisibles, y bandadas espectaculares de flamencos rosados que filtran esos bichitos con el pico, atraídos también por la falta de predadores que se banquen la química y el arco térmico terribles de los salares. El plumaje escarlata de los flamencos viene de la rodopsina dietaria. La de los salares es una cadena alimenticia cortita y simple. Y espectacular. Es un show, y un show muy lento. El sol y el viento, implacables, van desecando estas lagunas por evaporación, pero éstas se recargan por abajo debido a las napas. Esos salares inmensos, de un blanco que quema los ojos, la piel, las mucosas y los pulmones, a veces cubiertos de una película de agua, son un punto de equilibro dinámico entre recarga y evaporación. Según cada salar -no hay dos iguales- estos depósitos tienen distintas proporciones litio, sodio, magnesio o potasio combinado con algún anión. Esto supone dos tareas: una, de concentración y la otra de depuración, porque salvo el litio, para esta minería todos los demás metales y metaloides de las sales son contaminantes. La concentración pasa por bombear salmueras desde la parte inferior y líquida de los salares, y encerrarlas en grandes piletas impermeabilizadas en la superficie, hasta que el sol y el viento evaporen la fase líquida. Luego, si la minera quiere, puede lograr concentrados de litio descartando otras sales mediante reacciones químicas y llegar a sales exportables, sulfuros o carbonatos enriquecidos en litio y empobrecidos en el resto de los metales. ¡Y luego, a irse afuera del país, a volverse baterías y según su complejidad, a valer 100 veces, 1000 veces más! En los salares la evaporación es naturalmente lenta, pero el bombeo de aguas desde lo profundo hasta las piletas la vuelve mucho más rápida que la recarga natural. Obviamente, las napas que alimentan los salares desde las cumbres circundantes se deprimen. Y gente que vivía en las montañas vecinas y con muy poca agua, se queda totalmente sin ella. Los vecinos se movilizan, cortan rutas, se ligan palos y gases, ningún medio les da pelota. Por alguna causa hay cada vez menos flamencos en las lagunas, y al ecologista criollo tipo eso le interesa más que la situación de la gente. Ojo, lo de los flamencos es una macana para la industria turística, que hoy existe y es más real y más local y permanente. Algunas monedas caen en los caseríos. ¿Trabajo? Sí, claro, la minería del litio en estas condiciones da mucho trabajo, aunque la mayor parte lo hacen el sol y el viento, sin cobrar. Pero es imposible que las mineras no paguen algunos sueldos en hacer revestir de plástico las piletas de evaporación, o conectar las bombas que las rellenan de salmueras, o palear hasta los camiones el residuo que deja su evaporación. Los salarios no son grandiosos y el trabajo es durísimo e insalubre, pero precario. No es gran compensación, a cambio de haberte dejado seco el pozo que abastecía tu rancho, tu quintita y tus animales. Los tratamientos químicos para llegar a sales concentradas de litio implican una emisión de metales y metaloides de desecho. Desde Bajos de la Alumbrera en adelante, un «leading case» cabal, la minería que ha favorecido la ley Cavallo no se ha caracterizado por una gestión siquiera presentable de estas colas de proceso. En lo central, permite que la empresa multinacional se vaya cuando agotó el recurso y deje a sus espaldas un problema enorme de aguas y suelos sin gestionar. Y obviamente, cuando la empresa se pira, no queda en su estela ningún recurso ejecutable por el estado, porque la minera operó décadas casi sin bienes propios, tercerizando todo, y bajo nombres de fantasía. Si hay diferendos con la casa matriz, deben resolverse en la justicia… de Canadá, Australia, Suiza, China, EEUU y sigue la lista de vivos. Aquí, los bobos. Entiendo que el mundo necesita litio. Es el argumento más infantil y estúpido imaginable. Soy argentino, no defiendo el mundo. Defiendo la Argentina, si puedo y cuando puedo. Viene muy difícil en estos días: las ideas que uno ve circulando son como la ley Cavallo, traducciones del inglés. Pero malas. Como otras obras del Domingo, ésta es una ley de miércoles. Leer una defensa del modelo que generó firmada por una agencia que lleva el nombre de Paco Urondo me da dolor de barriga. Si a Paco Urondo no lo hubieran asesinado en 1976, también le dolería la barriga. Así que estamos jodidos porque somos demasiado federales, mirá vos… Hay que derogar la ley Cavallo de minería y discutir otra que suponga impuestos mayores, progresivos, que penalicen la exportación de naturaleza cruda, que alimenten las arcas tanto de las provincias como del tesoro nacional, y que le sirvan a TODO el país. Hasta la ley chilena es mejor que la nuestra, y es mucho decir. En cuanto a Bolivia, parece tener algunas ideas novedosas al respecto. No están apurados por exportar o dejar exportar carbonato. Empezaron por crear YLB, Yacimientos de Litio Bolivianos, y en 2022, planificar la producción de baterías con Y-TEC, Argentina. Daniel E. AriasLa Argentina tiene una oportunidad enorme, un destino de prosperidad y los recursos que está demandando el mundo.
— Gabriel Katopodis (@gkatopodis) January 27, 2023
Una muestra es este yacimiento de litio en #Catamarca, 6 mil hectáreas que están generando empleo argentino y que van a permitir exportar 30 mil toneladas por año. pic.twitter.com/PLuOmJjHrY