Con el objetivo de impulsar a las empresas nacionales proveedoras de servicios de tecnología en el mercado estadounidense, el Gobierno lanzó el portal Argentina Delivers, una iniciativa de la Cancillería Argentina y de la Embajada Argentina en Estados Unidos.
Se trata de un sitio Web con información sobre la Economía del Conocimiento en el país, casos de éxito, y un directorio de empresas del sector montado sobre la plataforma Clutch, una guía digital internacional para la contratación de servicios de IT, marketing y negocios. Al momento son casi 1.000 las firmas que aparecen listadas.
Así se ve el portal Argentina Deliveres en su inicio.
Durante la presentación de esta iniciativa en la embajada argentina en Estados Unidos, el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, explicó que el sector de servicios basados en el conocimiento es el cuarto complejo exportador, que exporta más de USD 7.000 millones anuales y va a llegar a 10.000 millones de dólares el año que viene. Estados Unidos es el principal mercado al que se dirigen las exportaciones de esta industria.
«El sector industrial festeja el lanzamiento de este instrumento porque la economía del conocimiento además de ser un sector estratégico para el desarrollo y crecimiento definitivo de la Argentina es uno de los motores de la fábrica de dólares que se necesita para poner en marcha el país», dijo Mendiguren. «Es una política de Estado que desde el gobierno estamos potenciando para que siga generando empleo de calidad y divisas».
Para ingresar y navegar en el portal Argentina Delivers, cliquear aquí.
El mercado de la automatización está creciendo rápidamente, sobre todo en el sector industrial. En 2021, se instalaron más de 500.000 nuevos robots industriales en todo el mundo, según las cifras del último informe de la Federación Internacional de Robótica (IFR, International Federation of Robotics).
Ese mismo año, el stock operativo mundial alcanzó los casi 3,5 millones de unidades, tres veces más que hace diez años. Los sectores que más recurren a la automatización son los de la electrónica y la industria automotriz.
Asia es el mercado de la robótica industrial más dinámico. Sólo en China se realizaron más de la mitad del total mundial de instalaciones de robots industriales llevadas a cabo el pasado año. Por su parte, Corea del Sur tiene actualmente la industria más densamente automatizada, con 930 robots por cada 10.000 empleados, mientras que Alemania tiene la tasa más alta de Europa, con 370 unidades por cada 10.000 empleados.
Ayer el Financial Times advertía en las redes soclailes «Olvídense de los humanoides. Son los robots industriales los que transformarán el mundo».
Forget the humanoids — it’s industrial robots that will transform the world t.co/J77eDKs5FF | opinion
Emmanuel Álvarez Agis es uno de los economistas más reconocidos de Argentina, tiene experiencia de los niveles de decisión del Estado y, otra característica importante, no parece ajustar sus opiniones a las expectativas de volver al Estado..Luego de participar de Vaca Muerta Insights, un evento organizado por LMNeuquén y Econojournal, Agis dijo que muchos de los problemas que hoy existen fueron autoinfligidos y que la forma en que se quiso salir de la crisis de 2019 derivó en “una crisis aún peor”, por la ausencia de un programa..Pronosticó un 2023 complejo, pero diferenció a Vaca Muerta de otros sectores de la economía. «No es una promesa, es una realidad, que hay que potenciar». Reproducimos el reportaje y, al final, el jugoso video de 6 minutos en el que responde a las preguntas del periodista. No dejen de escucharlo.
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– Usted habló que de los problemas económicos que tiene el gobierno muchas son cuestiones autoinfligidas. ¿Cuáles?
– Tanto a nivel macro como microeconómico, Vaca Muerta es un ejemplo. Hoy Argentina tiene condiciones muy favorables para su economía. Hay buenos precios internacionales y sectores que han demostrado su potencial. Pero la no salida y el no abordaje de un programa macroeconómico que marcara cómo íbamos a salir de la crisis de 2018 y 2019 nos metió en una crisis peor..El síntoma es la inflación, pero se ve en muchos lugares también como la generación de empleo o en la dinámica de las reservas del Banco Central. A pesar de esta crisis autoinfligida, contemplando lo que ocurrió con la pandemia y la guerra, en sectores como el de los hidrocarburos se ve que, pese a esa macro que no ayuda, la Argentina tiene potenciales que exceden este mal manejo y permiten que las empresas se desarrollen, pese a que en un 90 por ciento del tiempo del tiempo en una compañía se discute esa macroeconomía y en un 10 por ciento la producción..– ¿Cómo visualiza la economía del 2023, pensando en que será un año electoral?
– El deseo es que sea un escenario de colaboración entre oposición y oficialismo en algunos puntos, sabiendo que las diferencias son legítimas y que eso es lo que está en juego en una elección. Pero si recordamos las dos últimas presidenciales de 2015 y 2019, en cada una, en promedio, el Banco Central perdió 12 mil millones de dólares, producto del pago de la deuda o no pago, o el que viene es peor o el que se va en realidad es peor. Eso nos puso en estado de alerta y el argentino cuando está así compra dólares. Hoy, el Banco central tiene 6 mil millones de dólares de reservas. Ni siquiera tenemos las que usualmente perdemos en una elección. Eso hace que el escenario electoral, a priori, sea muy complejo. Creo que la Argentina va a pasar por uno de sus años más complicados, salvo que la política encuentre una diagonal donde diga: bueno, vamos a disputar en términos ideológicos, de cosmovisión, de programas económicos, pero en algunas cosas daremos garantías de continuidad. Porque las compañías y las personas no redefinen su vida y sus inversiones cada cuatro años, es un continuo. Entonces, si la política define esto cada cuatro años no solo es difícil invertir, sino que, se ve en la calle, hoy es muy difícil vivir.
– En su exposición dijo que Vaca Muerta no necesita de la Argentina, sino que Argentina necesita de Vaca Muerta. ¿Cómo es eso?
– Vaca Muerta hoy no es una promesa, es una realidad, y esa realidad ocurrió en diez años donde el país vivió esquemas macroeconómicos y de control de cambio distintos, tasas de interés y gasto público alto y bajo, ajustes fiscales y devaluaciones. Y Vaca Muerta demostró que su activo es tan sólido que puede incluso, superar, la inestabilidad macroeconómica. Ahora, la macroeconomía está buscando desesperadamente una fuente de recursos que, en el marco de un programa consistente, ayude a una estabilización más amigable, expansiva y mejor desde el punto de vista distributivo. Entonces, en vez de pensar que Vaca Muerta le tiene que exigir a la macro un montón de cosas, tenemos que entender que es la política, que son los decisores, los reguladores, los que tienen que ofrecerle a Vaca Muerta un esquema que, de vuelta, ninguno se va a llevar de esa mesa todo lo que va a pedir, ni ninguno va a poner todo lo que el otro quiere que ponga. Pero ese acuerdo hoy es más necesario que nunca, porque los tiempos apremian e, insisto, la situación macroeconómica de Argentina hace difícil encontrar sectores que puedan aportar algo y Vaca Muerta, sin duda, es uno de ellos.
– ¿En el cuello de botella que encuentra la producción de petróleo y gas por la necesidad de transporte Vaca Muerta no requiere del país?
– Ahí está el desafío de la planificación. Argentina, tratando de no exagerar, hace cuatro años que ya tiene el gas para llenar un gasoducto y, sin embargo, recién ahora lo estamos empezando a construir. En un programa macroeconómico que funcione, el gasoducto se hace a medida que se hace el gas que lo va a llenar. No se está cuatro años estancado, yendo y viviendo con discusiones, sufriendo en materia de empleo, de inversión, de divisas y que después, cuando me choco con la pared, aparece el gasoducto. Este sector tiene una ventaja frente al hidrogeno verde o la economía del conocimiento, por nombrar dos actividades, y es que ya demostró que las promesas son reales. No hay una discusión de que las exportaciones van a subir, es una realidad y el desafío es potenciarla.
Comentario de AgendAR:
Hemos reproducido otras veces en AgendAR las opiniones de Álvarez Agis porque apreciamos su mirada realista. En este caso… también.
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Argentina tiene potencialidades subexplotadadas en muchos campos. Ayer nomás Daniel Arias mencionaba en una nota la industria farmacéutica, la biotecnología vegetal, la energía nuclear,… Pero es cierto que frente a la crisis provocada por el endeudamiento externo y el «festival de importaciones» el agro es en la actualidad la fuente fundamental de las necesarias divisas.
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Y en el corto plazo, el gas y el petróleo aparecen como la otra alternativa… si se hacen las inversiones necesarias.
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Pero el corto plazo no resuelve los problemas estructurales, en ausencia de un programa y de políticas de largo plazo, como el mismo E. A. A. señala.
No debemos olvidar que hace 37 años, el 23 de marzo de 1985, el presidente Raúl Alfonsín presentó el Plan Houston ante un grupo de petroleros estadounidenses.
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Y no alcanzó para evitar el derrumbe conómico en el que terminó ese gobierno.
La secretaria de Energía de la Nación analizó el contexto global energético, los proyectos a nivel de infraestructura, la importancia del gasoducto, la exploración offshore y el lanzamiento del nuevo Plan Gas, entre otros temas de su cartera.
El rol que puede jugar Argentina en el escenario global en materia energética, la infraestructura necesaria para aprovechar al máximo el potencial productivo de Vaca Muerta, el proyecto de exploración offshore, el Plan Gas y las energías renovables, fueron algunos de los temas abordados por la secretaria de Energía Flavia Royón.
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En una entrevista,Royón analizó en primer término cómo analiza el presente global en materia energética y cómo puede convertirse en una oportunidad para el país.,“Hoy creo que se dieron varias circunstancias. Profundizado por la pandemia, el mundo es más consciente de la necesidad de ir hacia una matriz energética mucho más limpia. La transición energética es un tema ineludible. Además, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania llevó a la energía al centro de la atención. Hizo aumentar los precios y eso afectó a Argentina, porque el país aún hoy necesita importación: el conflicto le costó a Argentina casi 5.000 millones de dólares. Pero también le brinda una ventana de oportunidad al país. Y estamos trabajando para aprovecharla. En materia de transición energética, Argentina tiene mucho para dar al mundo”, señaló Royón..“Hoy Vaca Muerta está en el centro de la escena. Los niveles de productividad, por diferentes circunstancias, están a la altura de los mejores players mundiales. Este año, el incremento de la actividad de Vaca Muerta es una realidad. La producción de shale oil aumentó en el orden del 46% y esperamos un aumento del 40% para el año que viene. Queremos también potenciar el shale gas. Este sector, que hoy tenemos importaciones, puede transformarse en un sector exportador..Y entendemos que tenemos el potencial para hacerlo en los próximos años y que el sector sea netamente exportador”, sostuvo la secretaria de Energía, quien detalló: Argentina tiene mucha potencialidad en materia energética, no solo en combustibles fósiles. Argentina tiene la posibilidad de exportar gas al mundo, por eso trabajamos en potenciar los proyectos de GNL. también en materia de energía renovable: tiene potencial de energía solar en el norte del país y eólica en el sur”..“Hoy la energía está en el centro de la escena y el mundo está mirando países como Argentina. El sector de la energía, como así también la minería, van a ser los vectores del desarrollo para el país en el futuro”.Para desarrollar ese potencial natural, es clave la articulación público-privada. Sobre ese aspecto también hizo mención Royón.
“Para estos procesos de desarrollo es clave la articulación público-privada. Es la agenda de trabajo que tenemos. Es una impronta que nosotros llevamos adelante, la considero necesaria. Es la manera en la que hay que trabajar. En estos ámbitos, como la energía, tenemos la oportunidad de construir proyectos de consenso y mirada de política de Estado. Venimos trabajando con las empresas, lo hicimos con el diseño del Plan Gas y los proyectos de ley de Hidrógeno y GNL. Y es la manera de asegurarnos el aprovechamiento de las capacidades que tenemos. Son oportunidades que también deben generar fuentes de trabajo genuino.
Estas oportunidades de inversión deben capitalizarse en fuentes de trabajo, que se fortalezca el entramado de empresas, que haya un agregado de valor nacional. Nuestro sistema científico también tiene mucho para dar. Y con las energías renovables, también poder capitalizar un desarrollo de servicios, que también se dio en Vaca Muerta, que sepamos desarrollar este valor agregado de empresas que brindan servicios vinculadas a estos sectores”, señaló.
Dentro de esa articulación, establecer un marco normativo que favorezca las inversiones es fundamental. “Estamos trabajando en materia de hidrogeno y de GNL, porque son inversiones importantes que necesitan ciertas garantías. Muchas veces se habla que el problema argentino es no estabilizar su macroeconomía, pero estos sectores son parte de la solución. Por eso tenemos que brindar garantías para que esta inversión pueda llegar a Argentina y establecer un marco normativo que propicie el valor agregado nacional y el desarrollo científico tecnológico. Estamos trabajando en eso, para que las inversiones lleguen y realmente logremos transformar este sector que pueda aportar a nuestro país la diversificación de nuestra matriz exportadora. Son parte de la solución y en eso estamos trabajando”, sostuvo Royón.
Otro detalle que anticipó la secretaria de Energía fue la puesta en marcha del nuevo Plan Gas 4. “El decreto del plan Gas está en sus canales administrativos. Debería estar publicándose el día lunes. Fue un trabajo en conjunto con los distintos actores del sector, tanto empresas como provincias. Si bien no es posible conformar a todo el mundo, pero está consolidado el nuevo Plan Gas y esperamos que en noviembre se presenten las ofertas. Es un Plan Gas también con miradas hacia las cuencas maduras, con mirada más federal, para dar oportunidades y poder mantener los desarrollos del país que todavía tienen mucho para dar”.
La infraestructura, sobre todo la vinculada al transporte, es clave en este escenario. En ese sentido, el desarrollo del gasoducto Néstor Kirchner es una pieza fundamental. “El gasoducto está avanzando en los tiempos previstos. La fecha que tenemos prevista para el gasoducto es el 20 de junio y se está cumpliendo. De hecho, hay premios si se llega a adelantar. Estamos en fecha y, si no sucede nada extraordinario, el 20 de junio debería estar operativo el gasoducto.
a a permitir un ahorro de dólares para argentina de 2.4000 millones de dólares. Va a permitir hacer más competitiva nuestra matriz energética. Lamentablemente, va a llegar con el invierno ya comenzado, por lo que el impacto del gasoducto se va a ver en el año siguiente. Pero es una obra de tanta importancia, que va a ser una de las obras más importantes de los últimos diez años. Una obra histórica. El plan Transportar, que prevé las primeras dos etapas del gasoducto, va a permitir que todo el país tenga acceso al gas de producción argentina. Esto no es solo la sustitución de importaciones, sino que significa desarrollar nuestro gas y va a ser un factor de desarrollo para toda la industria argentina”.
Otro aspecto relevante sobre el que hizo mención Royón fue sobre el proyecto de exploración offshore: “Hay una expectativa importante en materia de offshore. Hace unos días fue la audiencia, porque entendemos la responsabilidad de llevar estos proyectos con los cuidados ambientales y sociales que requiere. Pero Argentina tiene una larga historia de offshore, de hecho el gas que se produce en argentina, alrededor del 15% es offshore.
En cuanto a la importancia de estos trabajos que se están haciendo, según lo que comentan las empresas, el offhsore tiene una potencialidad similar a la de Vaca Muerta. Esto colocaría a Argentina en un lugar de relevancia a nivel mundial. Hay mucha expectativa y estamos seguros de que Argentina sabe cómo hacerlo. Las empresas demostraron que saben cómo hacerlo con estándares de seguridad muy altos. Es una parte importante, que estamos trabajando desde el Gobierno con el ministerio de Ambiente”.
Finalmente, sobre la importancia de las energías renovables, Royón señaló: “Son muy relevantes para el país. Hoy son una necesidad obligada en la agenda pública y privada los temas de energías renovables. Argentina también tiene una gran potencialidad para el negocio del hidrógeno verde, que requiere un ámbito geográfico que se da en Argentina: que tenga un amplio potencial de energías renovables, tenemos una industria metalmecánica y petroquímica que puede sumar desarrollo y conocimiento a esta industria, y puertos de aguas profundas, con la posibilidad de escalar”.
“Las energías renovables tuvieron un peso del 13,6% en lo que va del año. Hoy tenemos un cuello de botella en el transporte eléctrico”, aclaró la funcionaria, quien agregó: “Estamos trabajando en el Plan Federal 3, que es el plan de transporte, y estamos diseñando un plan para buscar financiamiento en las líneas de transporte. Hoy Argentina tiene un limitante en este sentido y estamos trabajando para que en los próximos años tengamos este problema resuelto”.
Investigadores del Conicet determinaron que hace más de 10 mil años los seres humanos idearon, diseñaron y construyeron un arma tan eficiente y letal para cazar mamíferos de hasta varios cientos de kilos, que su uso desencadenó el proceso de extinción de la megafauna en Sudamérica.
Se trata de las «colas de pescado», puntas de lanza talladas con tecnología muy sofisticada, que de acuerdo a un estudio científico publicado el martes en la revista Scientific Reports del grupo Nature, fueron las que causaron la desaparición de los mamíferos de gran tamaño durante el Pleistoceno, período ubicado entre 2.600.000 y 11.500 años atrás.
Los autores del trabajo, los antropólogos de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) Luciano Prates e Iván Pérez, explicaron que en aquel período habitaban en Sudamérica «felinos, osos, pecaríes, elefantes, perezosos, armadillos, caballos, camélidos, cérvidos y otros ungulados nativos que desaparecieron de manera repentina entre 13.000 y 12.000 atrás».
Pérez aseguró que encontraron evidencia de que las puntas «cola de pescado» se usaron para matar megafauna
En un trabajo reciente, los expertos habían propuesto que los efectos directos e indirectos de la depredación humana, y no los cambios climáticos y las alteraciones en la vegetación ocurridos luego de la última glaciación, fueron el factor desencadenante del colapso masivo de estos animales de gran porte.
Prates dijo que hay una correlación muy clara entre el colapso de la megafauna y la aparición de las puntas de lanza «cola de pescado»
.Concretamente, mostraron que los humanos llegaron a Sudamérica hace al menos 15.000 años, pero hace alrededor de 13.000, justo cuando incorporaron el uso de las «cola de pescado», la población de megafauna inició un repentino colapso poblacional. Alrededor de 1000 años después, desaparecieron, al mismo tiempo la megafauna y las puntas cola de pescado.
«El año pasado publicamos con Iván un trabajo en el que mostramos con correlación muy clara entre el momento en que colapsó la megafauna y la aparición de esas puntas de lanza. También encontramos que esas armas aparecieron exactamente en las regiones donde más cantidad y diversidad de megafauna había», contó Prates.
Sostuvo que «más allá de lo contundente de este estudio», seguía sin esclarecerse «si estas sofisticadas armas fueron verdaderamente pensadas, diseñadas y empleadas para cazar estos animales».
«Un problema importante que teníamos era que, aún si fueron los humanos con sus «puntas cola de pescado» los responsables de las extinciones, es casi imposible encontrar evidencias directas de esas matanzas y de que para ellas se utilizaran esas armas, por ejemplo cuerpos con puntas clavadas», graficó el antropólogo.
Detalló que «el proceso de extinción fue muy rápido como para que se hayan preservado muchas evidencias y, además, porque por el tamaño de los animales, los humanos probablemente sólo transportaron a los campamentos la carne y no los huesos, que son lo único que se preserva».
«Por todos estos motivos pensamos que para validar aún mas nuestra idea sobre las extinciones era necesario encontrar evidencia de que las puntas «cola de pescado» fueron empleadas para matar megafauna y no otros animales. Y eso es lo que hicimos en el trabajo nuevo», aseveró Prates.La infografía muestra el declive de las grandes especies debido a la aparición de las flechas con «cola de pescado»
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Para esa evaluación, convocaron al arqueólogo Diego Rivero, especialista en el estudio de puntas de proyectil de la Universidad Nacional de Córdoba, con quien Prates y Pérez realizaron el estudio publicado este martes, que refuerza el rol central de la predación humana en las extinciones.
«Asumiendo que las «puntas cola de pescado» fueron una tecnología clave y determinante para que los humanos puedan cazar megafauna y desencadenar su colapso poblacional, en este nuevo trabajo era necesario demostrar en qué medida las puntas estuvieron indudablemente asociadas a estos animales desde el punto de vista funcional, y no solo espacial y temporal», narraron.
Para eso, evaluaron los cambios en la tecnología de las puntas de proyectil utilizadas en Sudamérica entre 13.000 y 8.000 años atrás a partir del análisis de la efectividad y capacidad de daño de 127 puntas colas de pescado y unas 303 de otros tipos de puntas contemporáneas e inmediatamente posteriores a las cola de pescado de distintos puntos del continente americano.
También se estudiaron las características de las puntas en relación a los tamaños corporales de las presas disponibles para la caza en los diferentes momentos y regiones.
«La investigación concluyó que las «puntas de pescado» fueron las armas más efectivas para cazar grandes mamíferos, como las especies de megafauna extintas -mastodontes, megaterios, caballos americanos, entre otros- debido a la mayor capacidad de daño frente al resto de las puntas tempranas», dijo Prates.
El profesional añadió que «otra señal de que las puntas se diseñaron y usaron para megafauna es que la capacidad de daño de esas puntas es mayor en las zonas donde las especies de megafauna eran más grandes (por ejemplo la región pampeana y sur de Brasil) y menor donde las especies eran mas pequeñas (como la Patagonia)».
«El año pasado publicamos con Iván un trabajo en el que mostramos con correlación muy clara entre el momento en que colapsó la megafauna y la aparición de esas puntas de lanza. También encontramos que esas armas aparecieron exactamente en las regiones donde más cantidad y diversidad de megafauna había»Luciano Prates, antropólogo de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata
En el artículo, Prates, Pérez y Rivero también mostraron que cuando desapareció la megafauna las «puntas cola de pescado» se abandonaron «posiblemente porque la fabricación de armas tan eficientes demandaba un costo injustificado para presas menores disponibles a partir de ese momento, como guanacos, vicuñas y ciervos».
Por último, lograron comprobar que las puntas que reemplazaron a las «cola de pescado» luego de las extinciones de megafauna (puntas Tuina en Andes, triangulares medianas en Patagonia, Ayampitín en sierras centrales y Pay Paso en Uruguay) no solo eran menos eficientes y letales, sino que variaban conforme los tamaños de las presas para las que fueron utilizadas.
Prates concluyó: «En definitiva, los resultados del estudio revelan que las «puntas cola de pescado» fueron una verdadera revolución tecnológica orientada a la caza de megafauna y refuerzan la hipótesis de que los seres humanos tuvieron un efecto directo y significativo sobre su extinción».
Para acceder al trabajo publicado en Scientific Reports / Nature, cliquear aquí.
Con la firma del Acta Acuerdo para la “Readecuación del Centro Radio Oncológico Regional” con el ministro de Economía, Sergio Massa; y el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto anunció que su puesta en marcha estará a cargo de INVAP Sociedad del Estado.
La tarea será financiada por el Gobierno nacional, que transferirá a la provincia U$S 716.607.
El Centro Radio Oncológico Regional brindará a las y los pampeanos y a toda la región una elevada eficacia terapéutica en tratamientos oncológicos de radioterapia por medio de alta tecnología médica y la capacitación de profesionales calificados. “Esto permitirá que nuestro sistema público de salud siga incorporando más respuestas de excelencia a demandas cada día más complejas de la sociedad en materia sanitaria“ expresó el Gobernador finalizada la firma del acuerdo.
Así, La Pampa, a través del INVAP (Investigación Aplicada) pondrá en marcha este Centro equipado con tecnología de punta, que contará con la posibilidad de garantizar todos los tratamientos disponibles de terapia radiante utilizados en pacientes con diagnósticos oncológicos que lo requieran: radioterapia tridimensional, radioterapia de intensidad modulada, radioterapia guiada por imágenes, radioneurocirugía, radioterapia estereotáxica, radioterapia volumétrica, y braquiterapia de alta tasa de dosis, tratamiento que se lleva a cabo con dos aceleradores lineales.
La UNSAM -Universidad Nacional de San Martín- pasa al frente: su vacuna anticovid ARVAC 1 Cecilia Grierson (“La Cecilia”, para este portal) acaba de completar su fase 1 de testeo con números nada comunes.
Este primer estudio clínico rumbo al licenciamiento generalmente mide toxicidad pero no efectividad, y se hace sobre un grupo pequeño, de 10 o 20 voluntarios. Sin embargo en este caso la fase 1 involucró a 80 voluntarios, dio toxicidad cero y multiplicó hasta30 veces su expresión de anticuerpos neutralizantes.
Más interesante aún: “La Cecilia” se diseñó monovalente, apuntada contra las variantes Gamma y Alfa (o Wuhan), del virus SARS-COV2, las primeras que desataron la pandemia. Sin embargo, la fórmula de la UNSAM moviliza anticuerpos que neutralizan también las últimas variantes Ómicron, mutaciones resistentes a las primeras vacunas licenciadas en 2020. Por ejemplo, los virus Ómicron Bq1 y Bq2 ya constituyen el 10% de los casos en EEUU y en general logran evadir las vacunas anti-Alfa.
Eso nos remite a otros números: las vacunas anti-Alfa ahora en EEUU cuestan alrededor de U$ 25. Pero las dosis de refuerzo polivalentes de Pfizer y Moderna, diseñadas contra las Ómicron emergentes, se venden al doble. Nuestra Cecilia monovalente anti-Alfa parece ser también anti-Ómicron, es 100% nacional y costaría U$ 8… pero facturada en pesos argentinos (no se tocan los dólares del Banco Central).
Su aparente polivalencia deberá ponerse a prueba a doble ciego y con entre 2000 y 3000 voluntarios en la fase 2/3 que se iniciaría en Diciembre.
Si eso sale bien, Argentina tendrá una fórmula propia de dosis probablemente única para refuerzo de la población vulnerable: personal de salud, embarazadas, niños y personas mayores de 60 años, que suman alrededor de 14 millones de personas.
Como la vacuna la fabricará un laboratorio PyME local (Pablo Cassará) con antígenos recombinantes hechos en Argentina, una campaña de refuerzo muy abarcativa costaría alrededor de U$ 112 millones, que quedarían íntegramente en el país.
Instalaciones del laboratorio Pablo Cassará para fabricación de vacunas según normas GMP.
Para medir lo que ha sido el covid como exportador de divisas: en Octubre de 2021 ya llevábamos gastados U$ 1.661 millones en importar vacunas, cuando hacer una fase 2/3 de una fórmula propia insumiría U$ 24 millones con toda la furia. Además, es probable que “La Cecilia”, por su precio, genere exportaciones “al toque” de licenciada, y puestos de trabajo e ingresos al país. Todo lo cual resulta bastante distinto de pagarle U$ 700 millones a la Pfizer.
La Dra. Juliana Cassataro, directora del equipo de desarrolladores de “La Cecilia”, nos pidió expresamente que dijéramos que en esta aventura biotecnológica trabajaron más de 100 personas del CONICET, la UNSAM, la Fundación y el laboratorio Pablo Cassará, el Centro de Medicina Comparada de la Universidad Nacional del Litoral, el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA de la UBA (INBIRS), el CEMIC y las empresas FP Clinical y Nobeltri.
Cumplido el deber, vuelvo sobre la vacuna de la UNSAM y su probable futuro: no es génica. Lo que se inyecta es proteína: una dosis de 25 mcg (microgramos) de una fracción del antígeno viral Spike llamada RBD, destinada a convencer al sistema inmune de que acaba de ingresar el virus y hay que sacudirlo con anticuerpos neutralizantes. Como los mcg son millonésimas de gramo, la dosis no impresiona. Pero puede mucho.
Con “La Cecilia” no se inyectan virus del resfrío genéticamente recombinados para expresar antígenos Spike enteros, caso de las fórmulas Sputnik V rusa y AstraZeneca anglosueca. Tampoco se inyectan cápsides enteras del virus SARS-CoV2 con sus genes destruídos, como la china Sinopharm. Ni siquiera se usan moléculas de grasa como “carriers” de genes que codifican el antígeno Spike, caso de las vacunas conceptualmente más modernas que pintaron aquí (las yanquis Pfizer y bueh… Moderna).
Con “La Cecilia”, por el contrario, es todo más sencillo y familiar. Es una fórmula de tecnología mucho más antigua, pero por eso mismo conocida, fácil de fabricar, efectiva, probada, barata y libre de efectos adversos.
La región RBD al parecer ha permanecido químicamente inmutable a lo largo de la breve pero muy mutagénica historia pandémica del SARS-CoV2. Esto tal vez explique que pueda servir para vacunas muy polivalentes, como parece ser la de la UNSAM.
Desde 2020, cuando el elenco de Cassataro fue acordando cuál fracción antigénica del Spike ponerle y cuáles no, para lograr el mejor cruce entre las curvas de efectividad y precio, la fórmula tenía como objetivo ser tan inocua como las que empleamos hace 3 décadas contra la hepatitis B para bebés, y desde hace 2 décadas la anti papiloma, para adolescentes. A veces es mejor tener tecnología apropiada que “high tech”. Son todas vacunas a proteínas virales.
Aparentemente, alcanza con la fracción RBD del antígeno Spike y un toque de hidróxido de aluminio (un viejo adyuvante vacunal) para que nuestros sistemas inmunes se crean la historia de que sufren una invasión viral, y llenen nuestra sangre de anticuerpos anti-covid.
El RBD es una fracción antigénica del Spike que se ha mantenido invariable en la estructura del virus a lo largo de toda su breve historia pandémica, tan llena de aparición de cepas mutantes y resistentes de las vacunas. Para recordar sólo algunas, la Kent, la Sudafricana, la Gamma de Brasil, la Andes, la Delta y ahora la Ómicron.
De modo que el RBD da ese plus: genera anticuerpos que neutralizan incluso las últimas variantes emergentes Ómicron llegadas a la Argentina en diciembre de 2021, que se cree serán las preponderantes en la región en 2023.
La fase 2/3 será a doble ciego y de tres ramas. Permitirá medir la efectividad de tres vacunas distintas: la versión monovalente de La Cecilia, anti-Gamma, contra otra Cecilia también monovalente, pero anti-Ómicron, y estas dos contra una tercera bivalente, con 25 microgramos de fracción RBD más otros tantos de alguna otra fracción estable del Spike del virus Ómicron. Luego, según la performance estadística de cada rama, será el ANMAT la decisión de cuál de las tres fórmulas conviene licenciar según el escenario epidemiológico previsible para 2023 y quizás 2024.
Lo que se está acordando en este momento con el Ministerio de Salud (MinSal) es los detalles del diseño clínico del estudio de fase 2/3. Si parecen pocos, frente a los 30.000 o 40.000 voluntarios que insumía una fase 3 de eficacia en 2020, es que las vacunas de refuerzo ahora se pueden estudiar por ensayos de inmunogenicidad en una población mucho menor. Se puede llegar a conclusiones estadísticamente válidas sobre cuál de las ramas tiene la mejor fórmula con no más de 1000 voluntarios en cada una.
Aún así, no será fácil reclutar voluntarios en este momento de falsa sensación de post-pandemia. La gente está en otra.
Lo de vacunarse con fórmulas distintas se hizo por fuerza (faltaron segundas dosis hasta fines de 2021), pero terminó siendo un enfoque exitoso. Sin embargo, viene costando algunos miles de millones de dólares exportados al Reino Unido, Suecia, Rusia, la India, China, Estados Unidos y Alemania.
LLa ministra de Salud, Carla Vizzotti, recibiendo un cargamento de Sputnik-V a principios de 2021, cuando cada aterrizaje con vacunas rusas o chinas se celebraba en los noticieros.
Si sólo hubiera sido plata… Los picos de mortalidad por falta de suficientes vacunas sucedidos durante la primavera de 2020 y el invierno de 2021 costaron entre un tercio y la mitad de los alrededor del acumulado nacional actual de casi 130.000 fallecimientos.
De modo que no está mal que el MinSal haya perdido su daltonismo frente a las universidades y la industria farmacológica nacionales. Existen, son un combo raro en la región, y un salvavidas que tenemos comprado desde hace al menos 80 años, y que conviene tener a mano en estos tiempos de explosivas nuevas pandemias.
La Cecilia terminó su fase 1 con números brillantes, y puede hacer su fase 2/3 en meses. ¿Qué uso tendrá, cuando esté licenciada para fabricación y venta? Con una población muy vacunada como la nuestra (entre el 78% y el 94% según grupo etario), la Cecilia se utilizaría como refuerzo, para evitar que las variantes ómicron o las próximas emergentes le peguen a la población más vulnerable: personal sanitario, embarazadas, mayores de 60, inmunodeprimidos, gente con enfermedades circulatorias y/o pulmonares de base.
Quizás La Cecilia funcione entonces del mismo modo que la vacuna antigripal, que es de renovación anual y que aquí reciben muy pocos de quienes deberían dársela. Pero tal vez resulte más disponible y actualizada que la antigripal, y no sólo por más barata que las anticovid importadas sino porque al ser “made in Argentina”, la fórmula se puede ir modificando sobre la marcha de la evolución futura regional del SARS-CoV2 en coordinación cercana con la ANMAT. Esa respuesta rápida que da la propiedad local tal vez evite bastantes internaciones, muertes y secuelas.
Y es que aunque ya no se habla del tema, el covid sigue enfermando a 2.000 argentinos cada semana y matando a 9 o 10, con un último pico de 111 entre la Navidad de 2021 y el Año Nuevo de 2022. Incluso en un país bien vacunado como éste, alcanza con algo tan aparentemente inofensivo como una semana de fiestas familiares para catalizar los contagios, el escenario “Me regalaron una bicicleta pero perdimos al abuelo”. La pandemia se va volviendo endemia. Y esa volatilidad epidemiológica que genera se aplanaría con dosis de refuerzo Nac & Pop.
Con tanto premio Nobel en biociencias, tanta buena investigación en laboratorios públicos y tanta industria farmacológica propia, lo que nos pasó con el covid muestra una constante argentina en otros terrenos, como la biotecnología vegetal o la energía nuclear, campos en los que también nos tiroteamos los pies.
En biotecnología vegetal, el Ministerio de Agricultura “pisó” durante 10 años el licenciamiento comercial del trigo Hb4, resistente a extremos hídricos. Y de esos 10 años, 5 fueron de sequías extremas y con pérdidas económicas graves. El Hb4 recién se puede sembrar libremente este año.
En energía nuclear, somos el mayor exportador mundial de reactores de producción de radioisótopos y de investigación. Pero la ley de presupuesto nacional de 2023 vino sin fondos para la construcción de la cuarta central de potencia, Atucha III, que debería haber empezado en 2016.
En estos tres campos, salud, alimentación y energía atómica, por cantidad y calidad de recursos científicos y capacidad de fabricación, somos una subpotencia. Pero no asumida.
La dirigencia política, empresarial y mediática ni se entera de las capacidades de su propio país, o lo hace tarde. Y el precio humano y económico que la Argentina paga por ello es duro. Y también absurdo.
El secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, anticipó a la Mesa de Enlace sobre la ampliación de una ayuda a pequeños productores para la siembra de soja y de maíz.
Ayer, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció que el gobierno oficializará una medida para incentivar la siembra en medio de la sequía. Tras el dólar soja, que permitió la liquidación de unas 14 millones de toneladas de la oleaginosa por más de US$ 8.100 millones, se había destinado $40.000 millones para quienes hacen hasta 200 hectáreas con soja y 100 hectáreas con maíz, para que puedan afrontar costos en semillas y fertilizantes, por ejemplo.
En el encuentro con la dirigencia de la Mesa de Enlace, se conoció que la ayuda en soja será para hasta 400 hectáreas, mientras se mantendrán las 100 para maíz. Para acceder al beneficio los productores se deberán anotar en la AFIP y la ayuda tomará la forma de un aporte no reintegrable con $ 20.000 por hectárea para maíz y $ 6.500 por hectárea para soja.
Según se explicó, estos montos corresponden a aproximadamente el 40% de lo que se invierte por hectárea en los cultivos. Al aporte no reintegrable no se podrán sumar quienes hayan participado del dólar soja, que había creado un mecanismo de liquidación con un tipo de cambio a $ 200, ni quienes mantengan más de 15% de stock de la oleaginosa.
Si bien la medida inicial contó con $ 40.000 millones, podría ser mayor con la ampliación. Incluso no se descarta que se sumen productos de economías regionales.
En el encuentro Bahillo estuvo acompañado de funcionarios de su cartera. En tanto, por las entidades asistieron Carlos Odriozola y Marcos Pereda, secretario y vicepresidente primero de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro; Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA) y Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
En el marco del Día Internacional contra el Cambio Climático -fue este lunes 24- una especialista en Ciencias de la Atmósfera aseguró que aun existe una ventana de posibilidad para revertir los efectos del calentamiento global y lograr una pronta adaptación, aunque las acciones, alertan, deben implementarse en el corto plazo para que se vuelvan efectivas.
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Quema de combustibles fósiles, utilización indiscriminada de recursos naturales, crecimiento poblacional, mal uso de los suelos, entre otros factores conforman uno de los mayores desafíos de la actualidad: la crisis climática. Pero, ¿cómo se pueden adaptar los países ante los desafíos? ¿Es posible revertir sus efectos?
Es tal la interconexión entre clima-naturaleza-personas que no se pueden desconocer que las acciones que el ser humano tome sobre los recursos y ambientes naturales, afectarán y dirigirán el destino del cambio climático. “Para poder revertir los efectos, el mensaje que se debe tratar de dar a los políticos y la sociedad es que la no toma de acciones lo que conlleva es la pérdida de vidas humanas, además de pérdida en el ambiente y en la economía de los países”, aseveró Matilde Rusticcuci, doctora en Ciencias de la Atmósfera (UBA Exactas – CONICET).
Para la investigadora, una de las claves está en prepararse para los extremos, como excesos de precipitaciones o largos períodos de sequía. “Es necesario, por ejemplo, fortalecer los sistemas de salud y prepararlos para recibir a las personas afectadas por el calor, ya que la mortalidad por las altas temperaturas es creciente en los últimos años. Este enfoque, combinado con otras medidas como la implementación de un sistema de alertas tempranas y el acceso mejorado al agua potable, puede ser clave para muchas personas”, explicó, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
“Otro punto a tener en cuenta sobre el calor es que también afecta la productividad laboral, sobre todo a aquellas personas que están expuestas al aire libre. Pensemos desde los policías que están en la calle hasta los trabajadores del campo: toda esa gente reduce su productividad laboral si no cuenta con las condiciones adecuadas. Hay que pensar en cambiar horarios, uniformes, tenemos otro clima y podemos evitar estos problemas”, aseguró la especialista en climatología.
En este sentido, Paulina Martinetto, doctora en Ciencias Biológicas (CONICET-UNMdP), mencionó: “Existe evidencia creciente de que el riesgo para las personas puede reducirse y la biodiversidad puede mejorarse de muchas maneras: en las ciudades, los árboles pueden proveer de sombra, la vegetación puede realizar un efecto de enfriamiento, las áreas verdes pueden proveer de drenaje y almacenamiento de agua de inundación y la agricultura urbana puede proveer alimentos. Estas son algunas formas de adaptación que deben considerarse”.
“También los humedales costeros pueden proteger contra la erosión costera y las inundaciones asociadas a las tormentas severas y al aumento del nivel del mar. Estos ecosistemas pueden, a su vez, contribuir con la acumulación de carbono, ya que son grandes secuestradores de este gas de efecto invernadero”, añadió la investigadora.
Actualidad en la región Latinoamericana
Según el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés), el capítulo de Adaptación y Vulnerabilidad, desarrollado por el Grupo de Trabajo II, indica que la región de América Latina se encuentra altamente expuesta al cambio climático, situación amplificada por la desigualdad debido a la pobreza, al crecimiento poblacional y también a la alta densidad poblacional. Además, el cambio en el uso del suelo, la deforestación, con la consecuente pérdida de la biodiversidad y una alta dependencia de las economías nacionales sobre los recursos naturales hace que se torne una región vulnerable a la crisis.
Asimismo, se destaca una pérdida de glaciares en los Andes de más del 30 por ciento, del cual un 50 por ciento se viene derritiendo en los últimos 40 años. Por último, entre los efectos y consecuencias, afirman que se observa un aumento de enfermedades infecciosas de transmisión por vectores como el dengue, zika y chikungunya.
“Argentina en particular tiene dos regiones muy marcadas por los efectos del cambio climático. Por un lado, la región centro y noroeste, que son las principales regiones productivas alimentaria, cuentan con exceso de precipitaciones, sin embargo, hace tres años venimos de una sequía prolongada que también impactó en la producción, debido a que justamente aparecen estos eventos extremos: mucha lluvia principalmente en la región este en un momento, poca en otros”, detalló Rusticucci.
“Mientras que hacia el oeste y el sur, hay un déficit de precipitación marcado, que con el tiempo se va a ver más acentuado y al que hay que prestarle atención, sobre todo las zonas que sus cultivos dependen de la lluvia y del agua en el verano proveniente de las aguas congeladas del invierno”, continuó la especialista.
Pensar la mitigación y adaptación como política de Estado
Una cuestión positiva que destacan las expertas es el trabajo en torno al Plan Nacional de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático, impulsado desde la cartera de Ambiente nacional, que dará un marco formal a las acciones de adaptación y mitigación, además de sentar las bases sobre las posibilidades de acción actuales y las urgencias a tratar.
Entre las herramientas que propone el Plan, a través del Centro de Información Ambiental se pone a disposición el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI), un sistema que contabiliza los gases emitidos y absorbidos de la atmósfera durante un año calendario para el territorio argentino. Al mismo tiempo, se destaca el Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático (SIMARCC) en el cual se pueden visualizar las zonas y poblaciones más vulnerables a las amenazas del cambio climático y se posiciona como una tecnología que permite a los tomadores de decisión sumar esfuerzos y tomar medidas para trabajar en pos de reducir la vulnerabilidad.
“Como principales medidas de mitigación, es reducir las emisiones y aumentar la captación de dióxido de carbono. Para la reducción de emisiones, el sector del transporte, por ejemplo, deberá planificar una transición energética, para ir dejando los combustibles fósiles de lado y migrar hacia fuentes renovables”, explicó Martinetto.
En tanto que, para aumentar la captación de dióxido de carbono de la atmósfera, la especialista aseguró que debe ser a través de políticas de conservación, restauración y buen manejo de los ecosistemas naturales: “Se deberán incrementar las áreas protegidas, para permitir a las especies que se muevan hacia nuevas locaciones, que sean ecológicamente más apropiadas. Crear refugios para que las especies vulnerables puedan sobrevivir localmente, puede ayudar a los ecosistemas al cambio que es inevitable a esta altura y así reducir la pérdida de biodiversidad”, amplió la especialista en Ecología Marina.
Asimismo, las expertas afirman que el diálogo puede mejorarse incluyendo a más sectores de la sociedad. “Por ejemplo, en el informe del Grupo de Trabajo II del IPCC se hizo mucho hincapié en incorporar los conocimientos indígenas y de comunidades locales porque en general son muy dependientes de los recursos naturales y son, en ese sentido, las más afectadas”, dijo Martinetto.
“Por suerte se está hablando más de cambio climático en los últimos tiempos, pero debemos entender que no podemos demorar más, que tenemos que tomar acciones inmediatas. Como país siempre nosotros siempre tenemos alguna urgencia, pero hay acciones que se tienen que tomar sí o sí”, concluyó la doctora Rusticucci.
Los investigadores esperan salvar vidas con nuevos medicamentos que se dirigen a la proteína KRAS, que está mutada en muchos tipos de cáncer y que anteriormente se pensaba que era «no susceptible de tratamiento».
KRAS (las siglas en inglés de virus del Sarcoma de Rata de Kirsten) es un gen que proporciona instrucciones para producir una proteína llamada K-Ras, una parte de la vía RAS/MAPK.
El año pasado, la FDA, la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU., aprobó la primera terapia contra el cáncer dirigida a KRAS, sotorasib (Lumakras), y se espera que se apruebe un segundo medicamento este año.
Aunque la aprobación de sotorasib fue un hito, solo el 28 % de los participantes tratados con el fármaco respondieron. Aun así, el ritmo de la investigación de KRAS y la búsqueda de medicamentos dirigidos a KRAS nunca ha sido tan dinámico, dice el biólogo del cáncer Channing Der. “Nunca había visto este nivel de emoción y entusiasmo en toda la historia del campo”, afirmó.
Para acceder al artículo original, publicado en Nature, cliquear aquí.
Las autoridades de Ciencia y Tecnología de Latinoamérica consensuaron un documento conjunto de cooperación en políticas científicas, enfocado en programas y proyectos de transferencia de tecnología, orientado a las necesidades territoriales.
Así lo definieron y consensuaron los Estados de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En Buenos Aires, durante el encuentro en el Centro Cultural de la Ciencia, los representantes de Ciencia y Tecnología de 22 estados de la región coincidieron que “la CTI son fundamentales para consolidar un mayor y mejor desarrollo económico-social, asegurar los crecientes niveles de igualdad y garantizar la soberanía para los países de la región”.
El documento sostiene, sin embargo que “la cooperación en CTI resulta una herramienta clave, pero no basta con potenciar y articular las capacidades científico-tecnológicas de manera regional sino también generar programas y proyectos conjuntos de transferencia de tecnología hacia la región que se adapten a las prioridades fijadas por los países de la región”.
La Declaración de Buenos Aires, aprobada en el encuentro, resolvió, entre otros puntos, la conformación de las Redes del Conocimiento de CELAC, destinadas a la formación de las y los científicos de alto nivel, incluida también la movilidad de las y los investigadores, y la elaboración de un Programa de Proyectos Regionales en CTI de CELAC, para el abordaje integrado de problemáticas estratégicas de la región desde los sectores científico-tecnológicos de los países miembros.
Redes
Asi, resolvieron conformar las Redes del Conocimiento de CELAC, integradas por las universidades, institutos y/o centros de investigación designados por cada país parte, en temáticas comunes (alimentación sostenible/sustentabilidad alimentaria, salud/enfermedades transmisibles y no transmisibles, energías alternativas, capacidades espaciales, mitigación y adaptación al cambio climático) y la elaboración de un Programa de Proyectos Regionales en CTI de CELAC, para el abordaje articulado e integrado de problemáticas comunes y estratégicas de la región, desde los sectores científico-tecnológicos de los países miembros.
Ayer lunes 24 fue el primer día para solicitar el nuevo bono de $ 45.000, que se pagará en dos cuotas de $22.500 en los meses de noviembre y diciembre.
En las sucursales de la ANSES en C.A.B.A. y en el Gran Buenos Aires, como en casi todas las que atienden en las ciudades grandes y medianas de nuestro país se formaron largas filas para inscribirse en el nuevo Refuerzo Alimentariopara adultos sin ingresos. Imágenes como la que encabeza esta nota representan una radiografía social de la «nueva pobreza».
No se ven en general las imágenes de miseria y deterioro físico -aunque si se las busca, están- que saltan a la vista en otros países de la región, aún en aquellos cuyas cifras de crecimiento económico son mejores que las nuestras.
Pero si tantos adultos están dispuestos a formar «cola» durante largas horas en un día laborable por una suma que apenas si es -en este caso su nombre es realista- un «refuerzo alimentario» (el equivalente local de las «food stamps» en EE.UU.), muestra la ausencia de oportunidades de empleo para un numeroso sector de nuestra población.
Las inversiones para sostener la presencia argentina en la Antártida y afirmar la soberanía figuran al tope de las prioridades en la agenda del ministro de Defensa, Jorge Taiana. Así lo reflejan 3 de los principales proyectos que el Gobierno financiará con el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), la única fuente de recursos accesibles en tiempos de escasez.
Esos tres proyectos -que intentan sostener la presencia en un territorio que también pretenden Chile y el Reino Unido- son la construcción de un buque logístico polar, complementario al rompehielos Irízar, para ampliar la capacidad de transporte en las campañas antárticas; la puesta en marcha de una Base Naval Integrada en Ushuaia, en un punto austral estratégico que concentra las miradas de los gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China, y la reactivación de la base antártica Petrel, que después de 48 años, volverá a ser permanente y tendrá habitantes en el invierno.
Aunque el Ministerio de Defensa no difundió números, la idea es que estas inversiones, al igual que las compras y la recuperación del material militar, se financien con el Fondef, que se integra con el 0,5% de los ingresos corrientes previstos en el Presupuesto anual del sector público nacional.
En 2021 significaron $ 34.000 millones y el proyecto del presupuesto 2023 contempla $ 160.000 millones (US$ 550 millones), según expuso recientemente el ministro Taiana ante la Comisión de Defensa de Diputados.
Los tres proyectos prioritarios que tienen la mirada en el territorio antártico responden a la “visión bicontinental” proclamada por Taiana en sus distintas apariciones, en las que insiste en “el lugar estratégico que ocupa el país en el Atlántico Sur y en relación con la Antártida”.
El ministro de Defensa, Jorge Taiana, visitó la Base Marambio, en la Antártida, a comienzos de octubre de 2022
En el complejo Tandanor se encuentra en desarrollo el proyecto del buque polar de apoyo logístico antártico, con capacidad para el transporte de 12.000 toneladas y hangar para dos helicópteros Sea King, con el propósito de fortalecer el abastecimiento a las seis bases permanentes (funcionan todo el año) y siete temporales (operativas solo en el verano).
A mediados de este año se estimaba su costo en 220 millones de dólares y un plazo de construcción de cinco a seis años. El objetivo es “potenciar la innovación productiva, sustituir importaciones y adquirir capacidades productivas y tecnológicas”, explicaron fuentes oficiales.
La Base Naval Integrada de Ushuaia, emplazada en un punto estratégico, prevé la construcción de un muelle y la incorporación de maquinarias y equipos. La finalidad es ampliar el desarrollo de las capacidades logísticas y científicas en la Antártida, además de prestar servicios logísticos y de asistencia a otros países, como ya hace Chile en Punta Arenas.
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El tercer proyecto clave es la modernización y recuperación de la Base Conjunta Petrel, que pasará a ser permanente. “El objetivo es convertirla en el polo logístico más importante de la península antártica”, explicaron en el Ministerio de Defensa. Taiana visitó hace pocos días la Base Marambio, en un viaje a la Antártida que compartió con los ministros de Ciencia, Daniel Filmus, y de Salud, Carla Vizotti.
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También está en ejecución el plan de radarización, que apunta a fortalecer el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, en el que participan investigadores de INVAP.
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A fines de julio, un radar inaugurado en Tierra del Fuego permitió detectar el ingreso al espacio aereo de cinco vuelos que se dirigian desde Chile a las Islas Malvinas sin la autorización de las autoridades argentinas.
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Aviones Pampa III, incorporaciones en la Fuerza AéreaMinisterio de Defensa
Compras y material modernizado
Actualmente hay 91 proyectos del Ministerio de Defensa financiados con recursos del Fondef, creado para impulsar el equipamiento de las Fuerzas Armadas. No solo se solventa la compra de unidades, sino también los trabajos de recuperación y puesta al día de materiales. Como beneficio adicional, cerca de Taiana apuestan, así, a la reactivación de la industria nacional de la defensa, a partir de trabajos que se desarrollan en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y el Complejo Naval e Industrial Argentino (CINAR), que incluye al astillero Tandanor.
En la Fuerza Aérea, por ejemplo, se trabaja en la modernización de los aviones Hércules C-130, TC-69 y TC-100, para mejorar la capacidad de transporte aéreo operacional; así como en la incorporación y modernización de las aeronaves Pampa III, para la instrucción avanzada y el adiestramiento de pilotos.
En FAdeA se construye la aeronave de entrenamiento primario IA-100 Malvina. Y a eso se suma la llegada de 12 aviones T-6C TEXAN II, destinados al entrenamiento de aviadores militares.
Los Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV) llegaron para fortalecer la custodia del mar en el Atlántico Sur y prevenir la pesca ilegalMinisterio de Defensa
En la Armada, mientras se evalúa la posible compra de un submarino, se completó la adquisición de los cuatro Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV), destinados al patrullaje marítimo y a la protección contra la pesca ilegal. Las compras habían comenzado a gestionarse en la presidencia de Mauricio Macri.
Se avanzó, también, en la recuperación de embarcaciones MEKO 140, la incorporación de dos helicópteros Sea King, por 12,8 millones de dólares; la construcción de 12 remolcadores en Tandanor y la mejora de la operación del Dique N° 2 del Arsenal Naval de Puerto Belgrano.
Todo ello, a pesar de que en el proyecto del presupuesto 2023 para el área de Defensa se reducen los fondos destinados al adiestramiento militar. La Armada tendrá apenas 60 días de navegación en el año para adiestramiento naval técnico y táctico. El año pasado, ese número alcanzaba los 79 días, mientras que en 2012, hace una década, los marinos tenían a su disposición 358 días de navegación. Así lo advirtió en un informe el Centro de Estudios en Defensa y Seguridad, que dirige el ex diputado nacional Carlos Alberto Fernández (UCR).
Las restricciones en el presupuesto también alcanzan al Ejército, que tendrá en 2023 solo tres días de adiestramiento operacional en campaña (fuera de los cuarteles) y 15 de entrenamiento dentro de las guarniciones. Hace diez años, el adiestramiento era de 27 días en campaña y 40 en guarnición.
Vehículos de transporte y vestimentas, inversiones en el Ejército
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Fuera de estas limitaciones, el Ministerio de Defensa encaró con el Fondef la modernización de 74 Tanques Argentinos Mediano (TAM), a partir de un convenio con Israel, que comprende transferencia de tecnología. Y se acordó la compra de 54 camiones Mercedes Benz 4×4 militarizados, de 15 toneladas, por 10,2 millones de dólares.
Se trabaja, en ese sentido, en la compra de vehículos para ampliar los sistemas de transporte de campaña, de guarnición y de comunicaciones del Ejército, y la modernización de helicópteros Bell.
A ello se suman proyectos trianuales para la compra de uniformes y calzados, de industria nacional, para las Fuerzas Armadas.
Argentina y el Organismo Iinternacional de la Energía Atómica firmaron dos acuerdos para fortalecer su cooperación sobre los usos pacíficos de la tecnología nuclear para mejorar el acceso a la atención del cáncer en América Latina y combatir la contaminación plástica en la Antártida.
El Director General del OIEA, Rafael Grossi, y Santiago Cafiero, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, firmaron los acuerdos el jueves en apoyo de Rayos de Esperanza y NUTEC Plastics, dos iniciativas del OIEA. “Las aplicaciones pacíficas de la tecnología nuclear tienen beneficios concretos en la vida cotidiana de nuestra sociedad”, dijo el ministro Cafiero.
Rayos de Esperanza busca promover la atención del cáncer para todos al mejorar la disponibilidad de servicios de radioterapia, imágenes médicas y medicina nuclear que son fundamentales para detectar y curar esta enfermedad.
Desde su lanzamiento en febrero de este año, más de 20 países ya han solicitado asistencia a través de la iniciativa, que ayudará a proporcionar acceso a tratamientos de radioterapia que salvarán vidas, fortalecerá la legislación y la infraestructura de seguridad radiológica y proporcionará control de calidad, orientación, capacitación y equipos.
Durante la semana, el director Grossi visitó FUESMEN, una institución fundada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Argentina, la Universidad Nacional de Cuyo y el Gobierno de Mendoza. FUESMEN, socio del OIEA, es un centro de atención médica, educación e investigación. “Incrementaremos nuestro trabajo para llevar la atención del cáncer a todos. La energía nuclear puede ayudar a diagnosticar y tratar el cáncer, y el OIEA está listo para llevar esos beneficios nucleares a aún más personas en la región con Rays of Hope”, dijo Grossi.
NUTEC Plastics (TECnología nuclear para controlar la contaminación plástica) ayuda a los países a aprovechar técnicas de radiación respetuosas con el medio ambiente para reciclar plástico y utilizar el rastreo isotópico para comprender mejor el problema de la contaminación por microplásticos marinos.
La contaminación plástica es un problema global que afecta a las partes más remotas del mundo, incluida la Antártida. La primera evidencia de microplásticos en la nieve antártica se documentó recientemente en un estudio de la Universidad de Canterbury publicado en junio.
“Rayos de Esperanza y NUTEC Plastics son ejemplos concretos de cómo la tecnología nuclear puede beneficiar a los latinoamericanos y al medio ambiente”, dijo Grossi. Pasó esta semana en Argentina, reuniéndose con varios funcionarios de alto nivel y visitando instalaciones e instituciones nucleares.
Alcance de la cooperación
El acuerdo determina una serie de actividades en el marco de la cooperación entre el OIEA y Argentina que contemplan alianzas estratégicas para el asesoramiento científico-técnico de las instituciones argentinas competentes en la materia; el diseño de estudios y diseño de proyectos de investigación y desarrollo en el ámbito de las aplicaciones de la tecnología nuclear en el campo de la salud; y la colaboración para mejorar los recursos nacionales y regionales de creación de capacidad en medicina radiológica mediante la participación en la iniciativa Rayos de Esperanza.
De manera especial, el memorando propone establecer un centro de referencia de la iniciativa del OIEA Rayos de Esperanza en nuestro país. Entre sus tareas se destaca la capacitación específica de los recursos humanos de institutos y centros vinculados a la CNEA y la creación de capacidad para reforzar la infraestructura regional conexa, particularmente en los campos de la física médica, la medicina nuclear, la radiología, la radioterapia y la radioncología.
El memorando será válido durante un período de tres años y las partes podrán considerar la posibilidad de prorrogarlo.
En diciembre de 2020, entre la primera y la segunda ola de Covid-19, el gigante estadounidense Whirlpool y su presidente para Latinoamérica, el brasileño João Carlos Brega, decidieron instalar una fábrica de lavarropas en Argentina y volver a exportar desde aquí después de 20 años sin hacerlo. Este jueves se inauguró la planta.
“Siempre fue un tema que nos preocupó tener los proveedores muy distantes del mercado consumidor. Hay un capital de trabajo invertido que se queda flotando. Entonces siempre fue un desafío cómo romper esas barreras.
Con el surgimiento de la pandemia y con las repercusiones geopolíticas que estamos enfrentando hoy, en el mundo se aceleró la necesidad de tener la garantía de que si algo pasa en un lugar muy distante, no se rompa la cadena de suministro.
Yasí estamos haciendo esta planta acá, que tiene como objetivo también traer tecnología para el parque de proveedores locales. Ya estamos en sociedad con algunos de ellos para que en un plazo de ocho meses podamos tener más de 70% de los insumos suministrados por proveedores argentinos. Y así, con esto, disminuimos la dependencia externa. Entonces la cadena de valor se torna mucho más próxima del mercado consumidor”, explica Brega, que espera que mientras tanto no se presenten los habituales problemas para importar insumos en la Argentina.
A principios de siglo se produjo un fenómeno global en la industria llamado offshoring, por el que migraron industrias de toda América (del Norte) a China. Con la pandemia faltaron fletes y con la guerra de Ucrania se encareció su combustible, y ahora la palabra de moda es nearshoring, que viene de “near”, es decir, “cerca”: los productos chinos llegan más caros a América y se abre una oportunidad para los fabricados aquí mismo.
“No tengo dudas de eso. Pero para esto tenemos también que generar no simplemente la producción sino el conocimiento. Haciendo esta fabricación acá en la Argentina estamos trayendo potencial de conocimiento. Así se hace la competitividad. La competitividad no se hace simplemente por costo”, aclara el presidente de Whirlpool Latinoamérica.
US$ 52 millones de inversión
Whirlpool tenía hace poco 160 empleados en Argentina. Ahora son 500, a partir de una inversión de 52 millones de dólares para producir 300.000 lavarropas de carga frontal al año y exportar desde Pilar el 70% a Brasil y el resto de Sudamérica.
“Cuando se mira a Latinoamérica hay que mirar los mercados consumidores. Entonces obviamente Brasil es el país más grande. Después vienen México y después, Colombia, la Argentina. Pero en lavarropas el mercado argentino es el único en Latinoamérica donde la penetración de los de carga frontal es 70%. En Brasil, el 85% es de carga superior. Entonces la estrategia de grupo es tener centros de excelencia que se torne la referencia de determinada categoría de producto en toda Sudamérica. Decidimos ir a la Argentina porque acá es el mayor mercado consumidor. Cualquier país de Latinoamérica será suministrado por la Argentina para carga frontal, como también hacemos, por ejemplo, heladeras en Brasil para cualquier país de Latinoamérica”, comenta el presidente de Whirlpool, que antes tercerizaba en Córdoba la producción para abastecer al 60% de sus ventas locales y ahora fabricará en Pilar el 70% lo que aquí venda, mientras que el resto se importa de Latinoamérica, Europa o Asia. Por el nearshoring, esta empresa norteamericana también ha reforzado su presencia en México para abastecer a Estados Unidos.
Algunas pocas empresas argentinas también aprovechan el nearshoring. Es el caso de Cerámica Alberdi. Su dueño y presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martin Rappallini, cuenta que entre 2019 y la actualidad ha quintuplicado sus exportaciones a Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay. “Desplazamos fuertemente a China y a productos europeos, unos que apuntaban a los productos de menor valor y Europa apuntando a los de mayor valor”, cuenta Rappallini.
“Tanto la guerra como la pandemia impactaron fuertemente en el aumento de los costos logísticos, también en la inflación. Y eso ha hecho que los productos argentinos, sobre todo en la región, en los países limítrofes, quedemos competitivos”, cuenta el presidente de la Uipba.
No ha sido fácil identificar muchos casos más de nearshoring porque los bienes industriales están encareciéndose en dólares porque la inflación va más rápido que el tipo de cambio oficial. En 2023 sí se inaugurará una planta de autopartes de Mirgor, la empresa de Nicolás Caputo, en Baradero para abastecer de ellas a la fábrica que en Zárate tiene Toyota, que sustituirá así esas piezas que hasta ahora vienen de Asia para las Hilux que van a toda Latinoamérica.
En el caso de la cerámica, la europea duplicó su costo de producción porque la energía se multiplicó por diez, según Rappallini. “China ha tenido un impacto energético, pero el mayor impacto ha sido a nivel logístico. O sea que los containers que estaban entorno a 2.000 dólares antes de la pandemia, llegaron a estar en 20.000 o 25.000 con el Covid. Ahora bajaron los precios, pero igual están mucho más caros que antes y son productos en los que el flete tiene una alta incidencia.
Entonces, esto nos posibilitó ser competitivos y yo creo que es algo que va a quedar sostenido en el tiempo. No solamente nosotros sino también vemos muchas cadenas de valor que van a poder crecer fuerte en la exportación para los países limítrofes”, se esperanza el socio de Alberdi. Así es que países latinoamericanos con cierto desarrollo industrial, como México, Brasil o Argentina, pueden aprovechar oportunidades de exportación en una región tradicionalmente enfocada en la extracción de materias primas.
El economista y profesor universitario Leandro Mora Alfonsín, ex director nacional de Industria en el gobierno de Alberto Fernández, analiza el fenómeno del nearshoring: “Los procesos de reconfiguración de las cadenas globales de valor, sea nearshoring o friendshoring (abastecimiento desde países amigos, como busca ahora Alemania ante el cese del gas ruso) tienen que ver con algo previo a la pandemia. Podemos tomar un punto de partida en la campaña presidencial de (Donald) Trump en 2016”, dice. El ex presidente de EE UU obligó a empresas de su país a mudar fábricas de China a su territorio.
“¿Qué hizo la pandemia? Lo aceleró básicamente porque la pospandemia implicó un aumento de la demanda para el cual las cadenas de valor no estaban preparadas para responder, tanto en uso de la capacidad instalada como en las inversiones que podían llegar a tener. Eso hizo que se generaran cuellos de botella, donde el ejemplo más característico fue el problema de los semiconductores. No solo hubo cuellos de botella, sino también un aumento muy fuerte de los precios de insumos difundidos de acero, aluminio, resina de PVC, madera, semiconductores y, al mismo tiempo, una crisis que se vivió en la logística y el transporte internacional, con aumentos del shipping (transporte en barco) muy fuertes, que todavía no han bajado del todo. Y hoy estamos teniendo esas consecuencias. Por eso es cada vez más tenido en consideración la relocalización de actividades productivas, ya sea en países cercanos a los centros de consumo o a los centros de producción que requieren insumos, o en países donde uno tiene tratados comerciales o algún tipo de estrategia conjunta de política industrial”, cuenta Mora Alfonsín, profesor en las universidad de Buenos Aires (UBA), Católica Argentina (UCA) y de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
Cadenas de valor más resilientes
“Básicamente la estrategia de nearshoring tiene que ver con lograr cadenas de valor más cortas, más seguras, más resilientes, ante problemas como puede ser hoy la invasión rusa en Ucrania, ayer el Covid y hacia adelante otros cisnes negros o factores exógenos que condicionen la economía global”, explica el economista. “Particularmente, América Latina puede ser por su posición geográfica proveedor de Estados Unidos, particularmente en algunos segmentos y cadenas. Si uno ve recientes estudios del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), señalan que si se localizan el 10% de las importaciones chinas con producción de otro tipo, esa es una oportunidad de 78.000 millones de dólares, de las cuales el país mejor posicionado para poder acceder es México. No obstante, hay límites, es un proceso mucho más gradual de lo que se piensa. Una inversión no va de un día para el otro, de un continente a otro.”
Pese a todo, Whirlpool ha construido una nueva fábrica aquí. Compró el terreno en mayo de 2021 y un año y medio después ya la puso en marcha. Y eso que el costo del flete baja tras la pandemia. “El costo creció mucho durante la pandemia por un problema de oferta, que no había oferta de flete. Hoy está en una reducción grande. Aún no está en nivel prepandémico, pero tampoco en los picos que estaba en la pandemia, pero el mercado tiene y tuvo restricciones, fueron muy duras, y por eso que las inversiones en nearshoring están muy aceleradas”, comenta Brega. Transformaciones económicas que ha dejado la pandemia.
Investigadores de la UNLP, el INTA y la FIL avanzan en la puesta a punto de IncuINTA como planta pública para la producción de vacunas humanas. Al mismo tiempo, ensayan una vacuna de nueva generación contra el SARS-CoV-2. Los resultados preclínicos en ratones fueron publicados en la revista internacional Frontiers in Immunology.
Gracias a una articulación estratégica entre el INTA, la Universidad Nacional de La Plata y la Fundación Instituto Leloir, las tres instituciones aunaron esfuerzos y firmaron un convenio de cooperación académica, científica y de desarrollo para acreditar una planta estatal para la producción de vacunas.
Se trata de IncuINTA, una plataforma técnico-organizativa para el desarrollo de proyectos tecnológicos que el INTA tiene en el Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA), en Hurlingham, provincia de Buenos Aires.
“Es una alianza sinérgica entre científicos del CONICET de diversas áreas del conocimiento como son la vacunología, la inmunología, la biotecnología y la virología, que incluye a instituciones muy importantes de nuestro país y permitirá avanzar hacia fases clínicas en humanos sobre la base de investigaciones que comenzamos en nuestros laboratorios”, expresó a Andrea Gamarnik, doctora en Bioquímica y jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir.
“Tomando el actual contexto, en el que todavía hay que atender necesidades de la pandemia, el objetivo será el desarrollo de herramientas para prevenir los efectos de COVID-19, con la idea de planificar proyectos futuros que atiendan necesidades locales y regionales”, añadió Gamarnik.
Con apoyo del CONICET y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el equipo de investigadores trabaja en la puesta a punto de la planta IncuINTA para adaptarla y obtener la acreditación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), requisito para producir desarrollos biológicos para uso en seres humanos y la realización de las primeras fases de los ensayos clínicos.
Una vez alcanzada la acreditación, la planta de IncuINTA podrá producir no sólo productos contra COVID-19, sino también para la rabia, influenza, dengue, rotavirus e incluso para hacer frente a enfermedades endémicas como el Chagas. Y ante nuevas pandemias o emergencias sanitarias permitirá ofrecer respuestas rápidas y coordinadas.
“La planta de 600 metros cuadrados ya existe e inició su actividad en 2020”, señaló el doctor en Biología e investigador del CONICET Andrés Wigdorovitz, director de IncuINTA, y agregó: “Pasará a ser la única planta pública que trabaja con principios activos biológicos recombinantes certificable como establecimiento BPM”.
Wigdorovitz informó que luego de presentar un proyecto para para avanzar con la acreditación, obtuvieron aportes del MINCyT. “En breve esperamos poder ejecutarlo y, cuando eso ocurra, llevará entre seis a ocho meses terminar el proceso”, aseguró.
Una nueva vacuna
La articulación científica entre las tres instituciones logró, además, una formulación prometedora para una vacuna de nueva generación contra el SARS-CoV-2, con capacidad neutralizante en un modelo preclínico de ratón, a niveles comparables –o incluso superiores– a los inducidos por las vacunas que se aplican en la actualidad, comentó la doctora en Bioquímica Daniela Hozbor, investigadora del CONICET en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM) de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El estudio fue publicado este mes en la revista científica internacional Frontiers in Immunology.
“Después de evaluar distintas formulaciones de vacunas que diferían en cantidad y en su composición en términos de la proteína S de las variantes Wuhan, Beta y Delta del SARS-CoV-2, solas o combinadas, determinamos que funciona muy bien una que contiene dos microgramos de la proteína S trimérica y glicosilada de la variante ancestral”, aseguró Hozbor, autora principal del artículo. “Los resultados indican que tiene un nivel de respuesta mejor que varias de las versiones comerciales que se utilizan hoy”, añadió.
Aunque al momento del estudio no circulaba Ómicron, Hozbor resaltó que ahora están analizando la capacidad neutralizante frente a esa variante dominante. “Los datos preliminares muestran que, si se la emplea como refuerzo, la formulación induce anticuerpos neutralizantes contra Ómicron en niveles que, en algunos casos, resulta superior al que inducen tres dosis de las vacunas actuales”, anticipó.
Más allá de que los resultados abren la puerta a una nueva candidata de vacuna nacional contra la COVID-19, el trabajo se utilizó como prueba piloto de algo más amplio. “Este es el primer logro de un proyecto muy ambicioso, que incluye poner en valor una planta de producción para vacunas humanas que esté bajo la órbita estatal y pueda hacer el recorrido desde la investigación básica hasta los estudios clínicos de fase 1”, concluyó Gamarnik, también autora del estudio.
Para acceder al paper publicado en Frontiers in Immnunology, cliquear aquí.
«Dada la complejidad de orden científica, técnica y económica para entender la cuestión de la explotación hidrocarburífera, entrevistamos al Lic. Néstor Bolatti, gerente de exploración offshore de YPF.
Escuchar aquí la entrevista completa.
La opinión de AgendARCuando en la audiencia pública convocada por Ambiente y Energía -la semana pasada- sobre la exploración offshore en el Mar Argentino y el Pozo Argerich-1, anunciaron otra Vaca Muerta, a 315 kilómetros de la costa de Mar del Plata, lo publicamos, y advertimos «Noticia en desarrollo». Hasta no ver la presunta vaca, no opinamos de ella.Nuestros amigos de La Grappa Contenidos -que imaginan y promueven un proyecto industrial para Bahía Blanca (ver aquí, por ejemplo)- han hecho el desarrollo, en este podcast.Aquí hay información seria, geológica y técnicamente fundada, y nada exitista. Obviamente parcial (no existen los gerentes petroleros antipetroleros), pero rigurosa y libre de falso optimismo. Tres cosas sugieren hidrocarburos esperándonos frente a las costas bonaerenses y rionegrinas. Una son los estudios de sísmica, la otra es la historia geológica del Atlántico Sur y la última son los grandes hallazgos off-shore en Namibia, frente a las orillas africanas de ese océano. ¿Cuánto es razonable esperar? Grosso modo, cantidades que podrían duplicar las reservas argentinas actuales. Eso es lo que tal vez contenga la llamada CAN (Cuenca Argentina Norte).¿La CAN es Vaca Muerta? No se parece en absoluto. ¿Cómo podrían hacerlo un yacimiento continental en rocas difíciles, y otro en aguas profundas, no sólo alejadas de la costa sino también de la Plataforma Submarina? En la Secretaría de Energía la pifiaron bastante con esa similitud forzada y un poco cómica, la de la vaca muerta en el mar, pobre animal. Hablando seriamente, la sísmica sugiere rocas porosas que quizás hayan actuado de trampa para los hidrocarburos generados por otra formación geológica 400 metros más profunda, lo que se llama «roca madre». En Vaca Muerta se está explotando directamente la roca madre, esquistos de gran dureza y baja porosidad, pero conformados como una capa relativamente fina a entre 2500 y 2600 metros de profundidad. Se llega a esa capa por una perforación vertical que hace de eje. Ahí es donde los trépanos cambian de dirección para recorrerla con muchas perforaciones horizontales que se abren como las varillas de un paraguas. La roca es luego fracturada por choque hidráulico, añadiéndole arena al agua de perforación para que mantenga abiertas las redes de los millones de grietas abiertas creadas por los golpes de presión, y surfactantes para que laven y arrastren los hidrocarburos hasta el pozo vertical, y salgan por él hasta la superficie. Esa es una descripción sumaria de esa operación costosa y bastante contaminante llamada «fracking». Un pozo de fracking típico es caro, de vida relativamente breve y rendimiento impredecible, propenso a voladuras de cabezal por surgencias intempestivas, y de yapa usa cien veces más volúmenes de agua que un viejo pozo vertical en una formación porosa y convencional. Y si al costo del petróleo en boca de pozo le añadís el de gestionar el agua de modo no contaminante, «Houston, we have a problem». En Vaca Muerta ese sobrecosto suele ser una externalidad: que se ocupe Magoya.
Si los bloques CAN tienen hidrocarburos, al parecer estarán en roca porosa explotable con pozos verticales «como los de antes», sin perforación horizontal ni mayor ayuda de fractura hidráulica. Por eso, toda la gente que habla de «fracking» en el mar está profiriendo solemnes gansadas: además de generar cantidades siderales de desechos líquidos en una zona donde la Argentina posee sólo el fondo, pero no la columna de agua, sería no sólo ilegal ante la CONVEMAR, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, sino carísimo. El petróleo, el más volátil de los «commodities» desde hace 49 años, ayer a precio negativo, hoy está en rampa ascendente. Pero todavía no se vende a precio de champagne.
Sin embargo, de fáciles o baratos los pozos de la CAN no tendrán nada, porque el Atlántico Sur es un ambiente bravo por vientos, corrientes y oleajes. Si se avanza con los pozos de explotación, la perforación de roca propiamente dicha empezará en fondos barrancosos, a 1500 metros de profundidad bajo la superficie del mar. Otros pozos empezarán a distintas cotas cada vez más bajas del talud continental, que es bastante empinado. Los más profundos empezarán a trepanar roca a 3500 metros de la superficie. Impresiona bastante, pero eso no es exactamente el fondo marino: la llanura abisal se halla a entre 4500 y 5000 metros, pero no se ha explorado por hidrocarburos no sólo por costos, sino porque no pertenece a ningún estado: es internacional, terreno sujeto ante otros códigos de derecho más complicados. Y ya la CAN abunda en complicaciones técnicas. Para llegar a las formaciones porosas de la CAN, probablemente haya que perforar casi 1500 metros más de sucesivas capas rocosas en el lecho marino hasta dar con la formación porosa que los geólogos llaman «trampa». Con la esperanza de que las trampas tengan petróleo y no agua. Por más que uno tenga estudios muy prolijos de sísmica, el saber adónde perforar es una tremenda timba, y se entra con fichas caras.
Hasta que no se encuentre hidrocarburos reales en la CAN, nadie puede contar con esa riqueza, y menos aún ponerla en números firmes: cuánto gas, cuanto petróleo, y de qué calidad. Tampoco puede saber cuáles serán los costos y tiempos de desarrollar la explotación de esta cuenca. Ni siquiera se puede decidir si ir adelante con la CAN o no.
Hoy los opositores al desarrollo de la CAN discuten apasionadamente sobre entelequias: la seguridad técnica de explotar un yacimiento tan difícil y caro, o el fundamento ético de hacerlo en la rampa de desastres climáticos causados por casi 3 siglos de quema de combustibles fósiles, o la racionalidad económica de sostener una explotación tan costosa cuando los precios de los hidrocarburos se han vuelto una montaña rusa cada vez más impredecible y brutal. ¿Y si bajan de golpe una década entera y toda esa inversión en equipamiento sofisticado se transforma en «stranded assets», activos varados, es decir pérdidas?
Esos debates tan apasionados pasan por alto lo central: las respuestas correctas, si las hay, son imposibles sin información CUANTITATIVA. Y se olvidan de que el pozo Argerich-1 es de exploración, no de explotación: busca información sobre recursos, no recursos: a los 60 días de perforado, se sella con cemento, y la data generada decidirá políticas nacionales y privadas, tanto inversiones como retiradas. Sólo ese pozo, dado que se perfora desde un barco carísimo y no desde una plataforma que da economías de escala, podría costar U$ 100 millones, y tal vez se necesiten varios agujeros más hasta saber los qués, los dóndes y los cuántos. Nadie va a poner un centavo de dólar en poner plataformas donde no haya al menos 300 millones de barriles asegurados. Para vender la piel del oso, antes hay que cazar al oso.En el Presal, el gran yacimiento offshore brasileño, hubo que hacer 15 pozos exploratorios sin resultados hasta encontrar petróleo real, y pasó casi una década de inversión continua hasta que esa cuenca estuvo «en línea», desarrollada y en explotación. Los osos saben ser elusivos.Felicitaciones a la gente de La Grappa, que lograron entrevistar a Néstor Bolatti, científico argentino con mucho kilometraje en el Presal brasileño y gerente de exploración offshore de YPF: estimados, mientras los demás corren tras las mojarritas, Uds. consiguieron a Moby Dick. Amigos, les cedemos el escenario:
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El director general del OIEA Rafael Grossi, junto a la presidenta de la CNEA Adriana Serquis y referentes de nuestro país, participó del conversatorio “La energía nuclear y sus aplicaciones en el marco del Sector Nuclear Argentino”, cerrando así su visita a la Argentina.
El encuentro se realizó en la Nave de la Ciencia de Tecnópolis y el programa incluyó las participaiciones del presidente de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) José Luis Antúnez, y el gerente general y CEO de INVAP S.E. Vicente Campenni. El panel fue moderado por la periodista Nora Bär.
Finalizado el conversatorio, Grossi mantuvo un encuentro con la prensa y se reunió con representantes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA). Luego, visitó el estand que CNEA/NA-SA tienen abierto al público en el Parque Tecnópolis
Transición energética y energía nuclear
«Argentina tiene una tremenda oportunidad en el sector nuclear», destacó en su charla el director general del OIEA. Luego de trazar un panorama energético mundial a partir de las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, Grossi señaló que en materia nuclear es preciso «detenerse a mirar en que está el mundo y en un análisis relativo ver dónde estamos nosotros, cuál es el lugar que la Argentina ocupa en el mundo».
Grossi puntualizó que estamos «en un momento muy interesante en materia nuclear» como resultado de la convergencia de dos factores: por un lado, la crisis energética, «que se ve exacerbada de una manera dramática por la guerra, y a la que se suma el problema del calentamiento global, el cambio climático«. Estos dos factores hacen que haya una mirada «muy interesada en los beneficios de la energía nuclear».
En su opinión, para los países que ya tienen desarrollada la energía nuclear, es «la confirmación de que estaban en un camino virtuoso; y para los que estaban decidiendo irse de la energía nuclear, puso un signo de pregunta muy grande».
Luego del Conversatorio, el Director General del OIEA visitó el stand de la CNEA en Tecnópolis
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En el caso de Argentina, Grossi destacó que «es un país con 70 años de trayectoria, que está ubicado en el firmamento nuclear internacional. No es un país dominante en la materia, pero es un país claramente presente y que, siendo del hemisferio sur, tiene un perfil bastante diferente».
En este sentido, el director general del OIEA definió a nuestro país como «el exportador nuclear del sur». Se refirió especialmente al Proyecto CAREM, señalando que «en el actual escenario, la Argentina tiene un lugar, pero sobre todo lo que tiene es una tremenda oportunidad, porque justamente existe un mercado internacional que está ávido, y lo digo como funcionario internacional a cuyo escritorio acuden ministros de energía de muchos países».
Finalmente, Grossi invitó a pensar qué sucede con la energía nuclear y los argentinos. En su opinión, el foco debe ponerse en ver a la energía nuclear como una colaboradora en la transición energética: «Energía limpia, pero que además genera mucho trabajo calificado: profesionales, ingenieros, técnicos. Hay una convergencia de factores a favor de la energía nuclear y, sobre todo, una gran oportunidad para el país».
Consolidar el ecosistema nuclear nacional
La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis también destacó en su presentación la oportunidad que tiene el país frente al escenario de la transición energética mundial. «En Argentina estamos apuntando a una transición en la que la energía nuclear aporte entre el 15 y el 20% de total del parque energético».
En esta línea, destacó el impacto positivo que genera el Proyecto CAREM en todo el ecosistema nuclear argentino. «Tenemos que desarrollar una cadena de valor, las industrias argentinas deben calificar para poder proveer no solo a las necesidades internas, sino también para que puedan tener la capacidad de exportación», dijo Serquis.
El stand de CNEA también fue el escenario donde Rafael Grossi se reunió con representantes de ADIMRA.
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Retomando el rol de la energía nuclear en el contexto del cambio climático, la presidenta de la CNEA destacó que «todos los análisis, las proyecciones serias que se hacen en cualquier lugar del mundo indican que hay que tener siempre un porcentaje ‒mayor o menor dependiendo de las características de los países‒ de energía nuclear».
En función de esto, «los reactores modulares pequeños ofrecen una oportunidad de pensar en una tecnología diferente que nos garantice tanto la posibilidad de tener sistemas pasivos más seguros, por eso el CAREM es tan importante; como también la posibilidad de ir construyéndolos en pequeñas escalas por una cuestión de financiamiento, porque el alto costo que implican las grandes centrales es otro de los problemas del sector». No obstante, dejó en claro que el mundo no dejará de construir grandes centrales porque sin ellas no habrá manera de cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.
Más adelante, Serquis mencionó que el sector nuclear argentino responde a un modelo diferente al de muchos de los países más avanzados en el tema por la capacidad de compartir la experiencia del aprendizaje.
«En la última conferencia del OIEA hemos tenido muchísimas reuniones bilaterales con este interés. Para esto contamos con la capacidad de los tres grandes institutos de la CNEA y con el resto del sector y las universidades que nos acompañan. En esto tenemos grandes capacidades».
La presidenta de la CNEA también puso de manifiesto la importancia «de que volvamos a establecer este ecosistema nuclear en el país, poder empezar a coordinar mejor esas capacidades de seguir creciendo, aprendiendo. La característica que tuvo el sector nuclear argentino en estos 70 años fue la de seguir aprendiendo para pensar en la soberanía tecnológica y energética y en las aplicaciones de la tecnología nuclear que se traduzcan en un bienestar de la población«.
«Por eso ‒concluyó Serquis‒ también me parece importante tener un organismo como la CNEA que es un punto de referencia y enlace en el campo de la cooperación con el OIEA y con los otros países de la región».
El pasado jueves Al Jazeera publicó este informe con la firma de Sanjana Varghese. Lo traducimos y comentamos:
Los ataques masivos con drones en Ucrania presagian el «futuro de la guerra»
Los drones ‘Kamikaze’ son mucho más baratos que los modelos occidentales más grandes y sofisticados, por lo que pueden desplegarse por docenas y generar un gran factor de miedo.
Un poco antes de las 7 a.m. del lunes 17, la gente en Kiev escuchó un zumbido en lo alto antes de identificar de dónde venía: un grupo de drones «kamikaze» que volaban hacia la ciudad.
Los drones se han utilizado ampliamente en ambos lados del conflicto de Ucrania, pero estos fueron los primeros ataques rusos que desplegaron enjambres.
Videos e imágenes comenzaron a circular en las redes sociales de los drones que volaban directamente sobre la infraestructura urbana, como centrales eléctricas, edificios residenciales y vías férreas, mientras civiles y soldados intentaban derribarlos con armas de fuego.
Alrededor de 28 fueron lanzados el lunes por la mañana en Kiev. Al menos cuatro civiles murieron después de que uno de los drones chocara contra un edificio residencial.
La tensión era alta mientras los lugareños esperaban para ver a dónde irían los drones. Se oía el zumbido bajo del aparato, los disparos y los gritos cuando cada uno de los drones que seguían volando buscaba y se lanzaba hacia su objetivo.
Se llaman drones kamikaze porque atacan una vez y no regresan. Los funcionarios ucranianos dicen que los que se utilizan principalmente en su espacio aéreo son los Shahed-136 de fabricación iraní. Aparentemente, Rusia compró alrededor de 2.400 en agosto, y su primer uso informado en Ucrania fue hace un mes.
Están lejos de la tecnología de punta. El más pequeño cuesta solo $ 20,000, mientras que un dron tradicional generalmente cuesta al menos 10 veces esa cifra.
También transportan de 35 a 40 kg de explosivos, significativamente más pequeños que la mayoría de los drones. Pero su valor está en sus números. Aparecen en grandes enjambres y vuelan lo suficientemente bajo como para evadir los sistemas de defensa de radar.
“Son relativamente pequeños y de un solo uso”, dijo Katherine Lawlor, investigadora del Instituto para el Estudio de la Guerra. “Vuelan hacia algo y luego explotan”.
“Es importante tener en cuenta que estos no son el tipo de drones que se ven en otros conflictos, como los Predators de EE. UU., que son mucho más caros y sofisticados”, dijo. “Estos drones son efectivamente misiles: merodean en el lugar buscando su objetivo”.
Su bajo precio significa que los drones se pueden desplegar en grandes cantidades y flotan antes de atacar, por lo que tienen un efecto psicológico en los civiles mientras observan y esperan que ataquen.
Los funcionarios ucranianos estimaron que han derribado docenas en la última semana y casi 100 desde que se usaron por primera vez. Pero incluso si son derribados, explotan en el aire y pueden arrojar escombros potencialmente mortales. Los que dan en el blanco detonan al impactar.
El surgimiento de enjambres de drones en Ucrania es parte de un cambio en la naturaleza de la ofensiva rusa, que algunos especulan que indica que Moscú se puede estar quedando sin misiles de largo alcance.
Rusia ha intensificado recientemente su bombardeo aéreo de áreas urbanas densamente pobladas, como la capital, Kjev.
Los analistas dicen que esto parece ser una represalia por los recientes ataques ucranianos, como el bombardeo de un puente que une a Rusia con la Crimea ocupada por Rusia, así como un intento de desmoralizar a la población y los combatientes ucranianos.
Pero esta estrategia también señala potencialmente una tendencia más amplia en todo el mundo.
“Estos drones permiten a Rusia apuntar lejos de la línea del frente, lejos del espacio de batalla principal”, dice Ulrike Franke, investigadora principal de políticas del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores que dirige su Iniciativa de Tecnología y Energía Europea.
“Pero no es solo una táctica para atacar a las poblaciones civiles y la infraestructura. También se trata de agotar las defensas aéreas de Ucrania”, dijo. “Cada dron derribado es otro disparo de los sistemas de defensa ucranianos, ya sean personas o armas, que no se puede usar contra otra cosa”.
Al igual que muchas tendencias de la guerra moderna, estas técnicas parecen haber sido probadas durante la guerra de una década en Siria, donde, según se informa, tanto Rusia como Irán han utilizado drones suicidas.
Países imprevistos se están convirtiendo en pesos pesados de los drones, como Turquía, que recientemente los ha estado vendiendo a países como Somalia, Nigeria y Albania, que están excluidos de los mercados militares tradicionales.
Las propias fuerzas ucranianas han utilizado Bayraktars de fabricación turca junto con drones Switchblade suministrados por Estados Unidos.
Con muchos países incapaces de comprar los drones de alto costo que venden Estados Unidos y otras potencias occidentales, es probable que este tipo de drones más pequeños y baratos se desplieguen más ampliamente.
Según los informes, los miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica han sido enviados a una base militar en Crimea para ayudar a entrenar a las fuerzas rusas sobre cómo usarlos.
“Ha habido muchos debates entre expertos sobre si los drones se usarán en peleas más avanzadas, como un posible conflicto entre Estados Unidos y China”, dijo Zachary Kallenborn, miembro de políticas de la Escuela de Política y Gobierno Schar que investiga armas y tecnología no convencionales. . “Estos ejemplos [en Ucrania] son evidencia de que los drones serán utilizados ampliamente incluso por poderes militares más avanzados”.
“Estamos viendo el valor militar en el uso masivo de ddrones”, dijo, “así que una respuesta lógica sería ‘Bueno, ¿cómo hacemos que esto sea más efectivo? ¿Cómo podemos integrar esto con otras comunicaciones, hacerlo más dinámico, hacerlo más preciso?’ La tecnología ciertamente va en una dirección en la que este es el futuro de la guerra”.
Hay indicios de que el ejército y la población civil de Ucrania ya se están adaptando al nuevo desafío que presentan estas multitudes de drones.
Comentario de AgendAR:
El 20 de septiembre publicamos un Especial de AgendAR: «Drones iraníes en la guerra de Ucrania». Allí nos extendimos sobre este «game changer» en la guerra moderna, y tocamos lo que es nuestro principal interés: su posible impacto en la defensa y la industria de nuestro país.
En cuanto a esta nota en particular, no acuerdo con Al-Jazeera sobre la incapacidad de Rusia de alterar la marcha de las cosas en el frente. Los ataques sobre la infraestructura Ucraniana en retaguardia fueron norma desde inicios de la guerra, pero dependían de misiles bastante caros: los Kalibr, de crucero, o los balísticos hipersónicos Kinzhal. Probablemente los stocks rusos de ambos ya están muy bajos, y a la hora de reposición, Rusia ya no es el gigante industrial que era la URRS.
Los drones iraníes, por el contrario, desdibujan la diferencia entre frente y retaguardia A MUY BAJO COSTO, medido contra el daño que provocan en la red eléctrica ucraniana (el 40% se cayó en menos de un mes), y por ende en la distribución de agua y gas, así como en las comunicaciones civiles y militares.
Elon Musk y su red Starlink no te sirven de mucho cuando las torres terrestres de telefonía celular se quedan sin electricidad.