China amplia una baja de aranceles a productos agroindustriales argentinos

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China amplió la reducción de aranceles de importación para productos agroindustriales argentinos. Así lo informó la Secretaría de Agricultura. En rigor, se trata de 143 productos del sector con reducciones o prórroga de reducciones de aranceles temporales.

Se trata de un gesto del presidente chino Xi Jinping a su par Javier Milei. Vale recordar que China es un importante comprar de grano de soja y carne bovina. En 2022, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el país le vendió a China productos agroindustriales por US$6795 millones.

Según dijeron, la medida, oficializada por el comunicado N°10/23 del Ministerio de Finanzas de China, “tiene como objetivo reducir los precios y estimular el gasto del consumidor final, así como elevar o modificar aranceles temporales ya aplicados, en función a la evolución de la demanda del mercado y su oferta en el mercado local”.

En la cartera agrícola recordaron que “China implementó esta política desde 2016 beneficiando a todos los países proveedores que no cuentan con un acuerdo de libre comercio, promoviendo una mayor apertura de ese país al comercio internacional”.

En detalle, los productos argentinos que se verán beneficiados con nuevas eliminaciones y reducciones en los aranceles de importación, como también en la prórroga de otros que fueron alcanzados en años anteriores son:

Hortalizas y especias: reducción del arancel sobre granos de maíz dulce, seco (posición 0712.90.99), del 13% al 0%, y de semillas de cilantro, sin triturar o moler (posición 0909.21.00), del 15% al 0%.

Lácteos: disminución sobre fórmulas infantiles lácteas para uso medicinal (posición 1901.90.00), del 5% o 0%. Se mantuvo la baja sobre quesos (excepto frescos) al 8%, fórmulas infantiles lácteas al 5% o 0%, lactosueros al 2% y proteína láctea al 5%.

Pesca: se mantuvo la reducción del arancel sobre los langostinos congelados, excepto pelados (posición 0306.17.19), del 2%. Es el producto de principal exportación argentina a China en este rubro. También la disminución del arancel sobre cangrejos congelados (0306.14.90) y sobre los demás pescados congelados (0303.89.90), del 5%.

Frutas: continua la baja del arancel temporal sobre arándanos rojos y demás variedades de berries, frescos (posición 0810.40.00) y secos (0813.40.90), del 7%. También sobre nueces de pecán frescos o secos (0802.99.90), del 7%, entre otros.

Oleaginosas: sigue la reducción en los aranceles temporales sobre semillas de lino (1204.00.00), del 15% al 9%, y sobre semillas de girasol (1206.00.90), del 15% al 9%.

Alimentos: continúa la disminución en varios productos alimenticios, tales como preparaciones alimentación infantil, extracto malta, dulce de leche y pastas alimenticias rellenas.

Bebidas: se mantiene la reducción sobre jugo de naranja (posiciones 2009.12 y 2009.19),del 30% al 20%.

Pienso animal y alimentos para mascotas: sigue la disminución arancelaria sobre fardos de alfalfa (1214.90.00), al 2%, y en alimentos para mascotas al 4%.

Maderas: se mantuvo la reducción para carbón vegetal, del 2% al 0%, lana de madera del 2% al 0%, y una mayor reducción sobre hojas para chapado o contrachapado y demás maderas aserradas longitudinalmente, de espesor inferior a 6 mm, aplicando un arancel del 0%, según informó Agricultura.

Impacto

En opinión de Ernesto Ambrosetti, consultor en agronegocios, “si bien la reducción de los aranceles de importación es un beneficio para los consumidores de China, si a los importadores les conviene y logran aumentar el volumen de estos productos argentinos vendidos en su país, esto generaría, de mantenerse estos aranceles en el tiempo, un beneficio a través de una mayor demanda”.

“Al mantener las reducciones preexistentes y otorgar nuevas reducciones en los aranceles de importación por parte de China a la Argentina podría abaratar el costo al consumidor del país asiático de los productos del país, con el beneficio, de mantenerse esta política, que la demanda de los mismos pueda aumentar en el mediano y largo plazo”.

“Estas medidas consolidan el intercambio comercial bilateral e impulsarán las exportaciones de nuestros productos seleccionados por China. De esta manera, el país asiático busca alcanzar precios más accesibles para sus consumidores y reducir su inflación”, agregó.

En tanto, Francisco Schang, gerente de la Cámara Argentina de Nutrición Animal (Caena), expresó: “Vemos muchas oportunidades en el mercado asiático en lo que respecta a nutrición animal para dejar de primarizar las exportaciones y generar un comercio de valor agregado. En este sentido estamos a favor de mantener los aranceles o incluso intentar bajarlos para ser consistentes ya que otorgan previsibilidad a la exportación. Aunque esto es necesario, no es condición suficiente, ya que los derechos de exportación [con el proyecto de ley ómnibus se llevarían del 4,5 al 15%), generan que un producto de alimento para mascotas de la Argentina ingrese a China al menos un 19% más caro que cualquier otro del resto del mundo. Eso nos deja fuera de mercado”.

Agregó: “Las exportaciones requieren de procesos largos para las empresas que desean acceder a mercados internacionales y mucha previsibilidad de variables arancelarias y sanitarias que permitan dar estabilidad a este tipo de negocios. Mantener o bajar aranceles de importación es tan importante como erradicar los derechos de exportación y facilitar los asuntos regulatorios que solo atentan contra la facilitación del comercio exterior”.

Por su parte, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) Pablo Vernengo, dijo que “siempre” desde economías regionales de la entidad solicitaron a la Cancillería “que se trabaje en bajar los aranceles que se imponen a los productos argentinos para entrar en otros países”.

“Un caso que se beneficiará es la cereza, y los berries, por mencionar algunos. Así que bienvenido por esta baja o quita de aranceles que hace que seamos competitivos. Y más con China, que son 1400 millones de consumidores, un mercado muy atractivo”, expresó.

 

Piden un descuento a Techint-Sacde para adjudicar el 3º tramo del Gasoducto Norte

La empresa estatal Enarsa abrió el jueves de la semana pasada los sobres con las ofertas económicas del renglón 3 de la licitación para revertir el Gasoducto Norte, una obra de infraestructura estratégica para garantizar el abastecimiento de gas en provincias del norte argentino durante el próximo invierno frente a la declinación de la producción de Bolivia. Al igual que en el renglón 2, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por Techint Ingeniería y Construcción y Sacde presentó la propuesta más económica, que ascendió a 62.656,5 millones de pesos. Apenas más atrás quedó BTU, la compañía de la familia Mundín, que ofertó $ 63.870 millones. De una lectura lineal de esos números se desprende que el consorcio Techint-Sacde debería adjudicarse la construcción del tercer tramo de la compulsa, que contempla el tendido de 50 kilómetros de tubería en 36 pulgadas de diámetro y otras obras secundarias. Sin embargo, un elemento regulatorio complica el cierre del proceso. Sucede que ambas ofertas se encuentran por encima del precio tope establecido por el pliego licitatorio redactado por Enarsa. ¿De dónde surge esa cifra? De actualizar por inflación y por apreciación del tipo de cambio el presupuesto oficial fijado por la empresa estatal en junio de 2023. El pliego establece que no se puede convalidar una oferta que supere el presupuesto actualizado más un 20 por ciento. Ese techo ronda los 59.000 millones de pesos, una cifra que es inferior a las dos ofertas recibidas.

Solución

A raíz de eso, Enarsa, que es presidida por Juan Carlos Doncel Jones (a mediados de diciembre reemplazó en el cargo a Agustín Gerez), enfrenta un dilema similar al que se registró tras la apertura de sobres del renglón 1, que finalmente se terminó declarando desierto la última semana de diciembre. En ese caso, como la mejor oferta recibida (también de la UTE Techint-Sacde) era un 60% más alta que el tope fijado en el pliego, el Directorio que lidera Doncel Jones desestimó la propuesta y volverá a relicitar ese tramo del proyecto. Podría haber readecuado el presupuesto para convalidar la oferta con el argumento de que la crisis macroeconómica (que provocó que el dólar oficial pasar de 240 a más de 800 pesos y la inflación se disparará) había impactado fuertemente los costos. Esa era la posición de Gerez. En cambio, la nueva gestión de la compañía pública decidió cancelar el concurso y relicitar el primer tramo del nuevo Gasoducto Norte. Para no dilatar de más el proceso, Enarsa obvió ese antecedente reciente (es decir, no cancelará la licitación) y optó ahora Enarsa por un camino distinto: aprovechando que la diferencia de precios entre la propuesta presentada por el consorcio Techint-Sacde y el presupuesto oficial es menor (ronda apenas un 5%), le pidió a los privados que acepten un descuento en su propuesta a fin de homologarla al presupuesto actualizado de alrededor $ 59.000 millones. Resta saber si la UTE aceptará el pedido. Consultados por este medio, ambas empresas declinaron de realizar comentarios.

Estados Unidos, Argentina y los F-16

Introducciòn de AgendAR:

Durante años, AgendAR siguió de cerca los intentos de reequipamiento de los cazas supersónicos de la Fuerza Aérea Argentina por parte de los gobiernos de Mauricio Macri, de Alberto Fernández y ahora de Javier Milei.

Durante todo ese tiempo los mandamases aeronáuticos (excepción hecha del Brig. Gral Xavier Isaac en tiempos fernandinos) arrimaron sin disimulos su preferencia por comprar F-16. Eso, según usos y costumbres de una fuerza alineada con los EEUU, y que desde 1955, al cajonear su autoequipamiento con el caza multipropósito Pulqui II y «clavar» a los varios países y fabricantes aeronáuticos que lo habían pedido, abjuró oficialmente de toda independencia tecnológica e industrial futuras en materia de diseño, fabricación y uso de material de combate. Hasta 1953 probablemente podríamos haber seguido el destino de Suecia: potencia aeronáutica menor pero respetada capaz de diseñar, construir y exportar algunos aviones maravillosos, como el Saab Gripen. En 1955 hicimos harakiri aeronáutico explícito en favor de los EEUU. Pero fue la propia Fuerza Aérea la que se encargó del trabajo sucio de destripar la capacidad de autoequipamiento de la Fuerza Aérea. Para más datos, ver aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Y para fijar posición sobre qué caza supersónico necesitamos aquí y ahora, en nuestra autoelegida incapacidad tecnológica y fabril, nuestro punto de vista se encuentra aquí y aquí. Ahi ya hay para entretenerse, lectores. Estos F-16 argentos que vamos a comprarle a EEUU resucitarían del monumental stock de chatarra que toma sol y polvo desde hace décadas en los desiertos del Sudoeste de los EEUU, o de los que van siendo dados de baja -ya muy revenidos- en las fuerzas aéreas europeas de la OTAN a medida que éstas se reequipan con el F-35. Habida cuenta de que somos sudacas imprevisibles y de que con chatarra voladora de cuarta en 1982 le mandamos 6 buques al fondo a su Graciosa Majestad, los EEUU nos venden 12 F-16 sin armamento lanzables inteligentes (es decir, sin bombas guiadas o misiles infrarrojos o radáricos). A eso sumarle una aviónica de tiempos del jopo y el cañón Vulcan de 20 mm. como único armamento. En un combate de intercepción contra otros cazas incluso mucho más antiguos pero dotados de misiles de alcance corto o medio, el cañón es tan útil como un pelapapas. Por otro lado, como dicen con verdad Sergio Eissa y Hernán Longoni, los autores de la nota que sigue, los últimos F-16 que compró Chile están en mejores condiciones de combatir a distancia, por su radar combinado con misiles AMRAAM de guiado terminal radárico, útiles a 20 o 30 km. de distancia. Añado con algo de maldad que la disponibilidad real de los F-16 chilenos rara vez supera el 50% de la flota total (44 aviones). Siempre faltan repuestos, y estos son un catálogo enloquecedoramente largo y variado. Sucede que los transandinos tienen 4 versiones distintas de este viejo pero hermoso caza. En suma, los chilenos tienen media flota excelente para desfile aéreo, y nosotros estamos por adquirir la mitad de la mitad de la mitad de otra, y también para desfile. En el Atlántico Sur, alcanzaría con unos pocos misiles crucero Tomahawk -que son robots transónicos a turbina- lanzados sorpresivamente por submarinos británicos para que los nuestros sean destruidos en tierra. Adiós desfile. De todos modos, para guerra no habrían servido. Vemos que hemos desperdiciado algunos elogios que prodigamos al Cdte. Xavier Isaac por su puntillosidad al comparar ofertas de MiG 35 ruso, JF-17 chino-pakistaní y HAL-Tejaz indio. Hoy Isaac es Jefe de Estado Mayor Conjunto de las tres fuerzas armadas, y subordinado a un gobierno civil que, como el de Javier Milei, excede por varios Kamasutras la política de «Relaciones Carnales» de Menem para con los EEUU. Isaac no parece interesado en renunciar. En el artículo que sigue los lectores van a encontrar que Eissa y Longoni hacen una refutación quirúrgica y experta de por qué NO COMPRAR los F-16. Hace años nos viene tratando de encajar esos aviones, o sus F-18, y como sea, la Generala Laura Richardson. Quien hasta nuevo aviso será la jefa real de nuestras fuerzas armadas residuales. Diferimos de este artículo en un solo punto crucial: el Barón Rojo murió hace mucho. El tema en cuestión, a saber para qué comprar el F-16, ha perdido casi toda su sustancia tecnológica y operativa, aunque no así la geopolítica. Un caza de superioridad aérea (real o supuesta) es un ícono de adhesión a tal o cual polo de poder global. En un momento de la historia humana en que cualquier mamerto entiende que nuestro país debe ser neutral, compromete nuestro alineamiento con Washington por largo tiempo. Al menos intenta eso. Yendo brutalmente a lo tecnológico y operativo: ¿ven mucha lucha entre cazas en el escenario ucraniano, oh lectores? Tanto rusos como ucranianos evitan volar sus Sukhoi 25 y 29 o sus Sukhoi 27, 35 o 57 sobre el territorio en conflicto. No son kamikazes. Prefieren disparar misiles aire aire, aire -tierra o aire-mar inteligentes, en general desde gran altura para lograr más alcance, pero desde lo más lejos que se pueda del frente. Los ataques rasantes supersónicos son de baja utilidad (pésimo apuntamiento) y alto riesgo (misiles antiaéreos portátiles por todas partes). La lucha aérea, antiaérea y de ataque a tierra no se parece a la de ninguna guerra simétrica anterior: se libra mayormente con baterías radarizadas, drones de observación y ataque, y sistemas misilísticos absolutamente automatizados. Todos hemos visto Top Gun. Pero robot mata galán, quevacé. Recordamos al lector que entre 2014 y 2015, el ingeniero Tulio Calderón de INVAP dirigió la Fábrica Argentina de Aviones de Córdoba, y una de sus medidas fundamentales fue empezar a diseñar drones argentinos de observación y ataque de tres capacidades de carga y alcance distintas, el llamado SARA, o Sistema Aéreo Robotizado Argentino. «El Mago» Oreste Berta, diseñador y preparador de motores de la Escuadra Torino en Nürburgring, diseñó un pistonero de tipo bóxer y 90 HP refrigerado a aire para propulsar las máquinas, tanto monomotoras como bimotoras. Entre tanto, se iba diseñando también el BLAAV, o Blanco Aérea de Alta Velocidad, un supersónico a turbina diseñado para ejercicios de intercepción o tiro antiaéreo, pero capaz de volverse un misil crucero de unos 1000 km. de alcance con muy poca ingenieria agregada. Se estaba en conversaciones con distintos proveedores de turbinas extra-OTAN, para que el Reino Unido no objetara la compra, pero con el «caveat» de que la fabricación debía ser local. Se pueden imaginar qué presidente degolló a la joven SARA en la cuna. Lo hizo en 2016, cuando con apoyo únicamente del Ejército, la FAdeA iba ensayando los primeros sistemas de despegue y aterrizaje autónomos de un primer dron de demostración tecnológica. El SARA ponía del tomate a La Embajada y a La Embajadita (la británica) porque, de desarrollarse libremente, habría puesto en duda la ecuación de poder sobre el Atlántico Sur. Pero además, en lo inmediato, estorbaba incluso los planes de Israel y EEUU de vendernos sus drones. No daré nombres, pero el Herodes del caso SARA fue y es tan popular que las canchas de fútbol crearon canciones sobre su prosapia, y tanto así que incluso hoy gobierna por poderes. La Fuerza Aérea, previsiblemente, boicoteó el SARA «ab initio»: los aspirantes a Barón Rojo, que entienden tanto de guerra moderna como yo de rock japonés, lo ven como el principio del fin de carreras que todavía no empiezan. Están equivocados, pero ése es tema de otro artículo. Los que están (o estaban) en peligro real en tiempos de SARA eran (son) los comodoros y brigadieres que ven la creación de una línea de drones nacionales como una amenaza a sus jubilaciones. Onda, comprás chatarra OTAN que ni siquiera logra volar, como los Super Étendard Modernisés (SEM), o que sólo sirve de adiestrador, como el Texan. Y con el diego que te queda vivís como un rey cauteloso. O no. Fuera de ello, con el 8vo país del planeta por superficie terrestre a defender, 36, 24 o 12 cazas inservibles (pero supersónicos) son lo mismo. En AgendAR queremos el regreso del proyecto SARA, y mientras tanto, charlar de sistemas misilísticos antiaéreos móviles con la India, nuestro futuro comprador de soja en plan B, ya que el binomio Milei-Macri le ha hinchado tanto las pelotas a China que nos canceló swaps y ahora empieza a recortarnos pedidos de granos. Queremos cosas que nos defiendan en serio. De aviones caza supersónicos hablaremos cuando nos sobre algo de plata, que será cuando tengamos un gobierno sin doble comando y pensemos más bien en aviones de doble comando. Porque el hombre del asiento trasero, el verdaderamente importante, irá manejando un enjambre de drones erizados de armas, y data-link mediante, generará y recibirá información radárica y visual de otros aviones y baterías terrestres. Será un nodo altamente móvil en una red informática. El de adelante será más bien un remisero con grandes dotes de navegación y aerobáticas, para esquivar misilazos enemigos. Y además, ese caza que compremos tenga integración y reparación nacional, misiles inteligentes y no un ridículo pelapapas Vulcan de 20 mm.

Daniel E. Arias

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Para los autores de esta nota, alineados en el «Consenso Básico de la comunidad académica sobre la política de defensa», la compra de los aviones F-16 a EE.UU., en lugar de los JF-17 que ofrece China, es una iniciativa que refleja intereses “cuyo proyecto es destruir las Fuerzas Armadas, de acuerdo con los intereses de la superpotencia «A lo largo de cuarenta años de democracia, dos comunidades epistémicas han disputado la definición sobre que es la política de defensa. Claramente, ésta no es neutral ni objetiva y responde a intereses y sistemas de creencias de los actores políticos y sociales, domésticos y externos, interesados en influir en esta cuestión problemática. ¿Por qué? Básicamente, porque quién define es quien decide o, dicho de otra manera, la definición sesga la solución del problema. Estas dos comunidades epistémicas son, por un lado, el Consenso Básico que entiende, entre otras cosas, que la misión principal de la política de defensa es la de conjurar y repeler las agresiones externas militares estatales (AEME); que no deben ser utilizadas como Crime Fighters o Guardias Nacionales en la lucha contra el delito (Nuevas Amenazas, Narcotráfico, entre otras); ni deben ser reconvertidas en Small Armed Forces subordinadas a los intereses estratégicos que los Estados Unidos tiene en Sudamérica. Por el otro, tenemos al Consenso Oris de Roa, identificado por Luciano Anzelini, pero poco estudiado. Estos actores plantean, en este caso en palabras del exembajador Oris de Roa: “EE.UU. tiene hacia nosotros un interés político, y nosotros tenemos hacia ellos un interés económico. A EE.UU. le interesa el tema de la seguridad, el apoyo internacional, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico (…) El desafío está en poder trabajar con ellos dándoles satisfacciones a los intereses que ellos tienen con respecto a nosotros, y al mismo tiempo, de una forma diplomática, que eso se traduzca en una actitud más bien positiva con respecto a nuestra agenda económica”. En síntesis, proponen el alineamiento con los Estados Unidos, aunque esto perjudique los intereses vitales y estratégicos de Argentina; la utilización de las Fuerzas Armadas contra los delitos transnacionales; y el desconocimiento –en la práctica– de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur; como, por ejemplo, con el Acuerdo Foradori-Duncan. Durante estas últimas cuatro décadas, el Consenso Básico se mantuvo incólume. Incluso pese al intento más serio de imponer los criterios de la otra comunidad epistémica durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) a través de la derogación del Decreto Reglamentario de la Ley de Defensa Nacional y del dictado de la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) 2018, esta sobrevivió. Funcionarios políticos y sus asesores fracasaron “como analiza Luciano Anzelini en su artículo de la Revista Íconos 75” por incapacidad en la gestión y porque a la derecha argentina no les interesa la política de defensa y las Fuerzas Armadas y, en consecuencia, ha subordinado la política exterior y de defensa a los intereses del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (desde mediados del siglo XIX y hasta la II Guerra Mundial) y, posteriormente, a los de los Estados Unidos. Pese a ello, el Consenso Oris de Roa estaría intentando imponer que la definición de que los aviones F-16 son la mejor opción para modernizar la Fuerza Aérea argentina. A continuación, tomando como punto de partida los argumentos presentados por Juan Battaleme en dos notas publicadas en PERFIL y RUSI, sumamos algunas ideas y contraargumentos. Las consideraciones técnicas. En primer lugar, se argumenta que si no se compran los F-16 habría un problema de interoperabilidad con los países de la región. Sin embargo, no existiría ningún inconveniente de interoperabilidad. Si se siguiera ese criterio, todos los países de la región deberíamos contar con los tanques Leopard IV, lo cual no se verifica en la realidad. La República Argentina se encuentra modernizando los tanques TAM que fueron diseñados con un peso máximo que los hace aptos para cruzar todos los puentes de nuestro país; mientras que el Leopard no podría cumplir con ese requisito operativo. Aun así, los TAM2CA2 modernizados son completamente interoperables con los tanques del resto de la región. La interoperabilidad es un concepto que está relacionado a equivalencia de los sistemas de abordo y no a igualdad de medios o plataformas. En segundo lugar, los Skyhawk A4-AR llegaron en diciembre de 1997 y eran sistemas modernos. Actualmente, siguen siendo apropiados y cumplen con la misión para la que fueron desarrollados. No obstante, presentan al menos dos problemas: a) la plataforma o la célula (la carrocería, para que se entienda) es antigua; y b) se compraron treinta y seis (36) aviones A4-AR a fines de los 90, sin embargo, solo volaban dieciocho (18). En aquel momento el Poder Ejecutivo Nacional decidió no comprar los repuestos e implementos necesarios para el debido sostenimiento logístico de estos aviones, en tanto que Estados Unidos no garantizó la provisión de armamento inteligente. Por ejemplo, el Sistema A-4AR se lo pidió a Estados Unidos con los cañones DEFA 553 de 30 mm (como el Ayit israelí o la conversión Halcón que Argentina hizo con sus A-4B/D remanentes a finales de los 80), debido a las fallas del Colt Mk12 original. La respuesta estadounidense fue incluir a bajo precio una cantidad importante de munición de 20 mm para forzarnos a desistir de instalar los cañones de más calibre y más eficientes. Todos nuestros A-4AR usan el Colt Mk12 original con todos sus problemas, y eso también es un mensaje, en este caso de Estados Unidos hacia nosotros. Frente a esta situación hubo que recurrir a proveedores privados que ofrecían los repuestos y el armamento a un costo mucho mayor de lo que Argentina pagó por cada plataforma. En tercer lugar, y con relación al IA-63 Pampa, entrenador básico avanzado que utiliza actualmente la Fuerza Aérea argentina para la formación de sus pilotos de caza, debemos destacar que, en cuanto a la aviónica y los sistemas, un Pampa III es más moderno que un F-16 block 15 y también con respecto a un MLU. Obviamente, en lo que refiere a la capacidad del radar (que el Pampa no tiene), la performance y envolvente de vuelo, el F-16 es superior. En cuarto lugar, no se tiene en cuenta que un Pampa II/III requiere un adiestramiento para la gestión de recursos muy moderno. En la actualidad un piloto gestiona recursos en la cabina y los que se adiestran en el Pampa adquieren capacidades que les permiten adaptarse fácilmente a aeronaves de combate modernas. De ahí que, desde ese punto de vista, pasar de un Pampa III a un F-16A prácticamente sería un retroceso, salvo en cuanto a la performance y la envolvente de vuelo. En quinto lugar, la Fuerza Aérea argentina para operar los F-16 tendrá que tener presente que debe mejorar y tener en excelente estado las pistas, debido a la toma del aire, y que, por otro lado, esta aeronave utiliza hidracina –un compuesto cancerígeno– como generador de energía de emergencia porque frente a la avería del motor se produce la pérdida del control de los mandos de vuelo, lo cual es solucionado por ese sistema redundante. Esto último requiere ciertos cuidados especiales, si utilizó ese generador, cuando la aeronave aterriza. Por último, Estados Unidos entregaría doce aviones únicamente en condiciones de vuelo. En cuanto a los doce restantes, deberían ser modernizados, para lo cual no existirían capacidades para hacerlo en Argentina. Es decir, serían veinticuatro aeronaves, y no treinta y seis, porque doce ya fueron entregados a Ucrania. En todo caso, ¿por cuántos años los proveedores de Estados Unidos estarían interesados en sostener la logística de nuestros viejos F-16, o tendríamos los mismos problemas que tuvimos con el A4-AR? Asimismo, ¿en caso de que Argentina sufriera una agresión militar, Estados Unidos nos brindaría apoyo y soporte o se repetiría la situación de la Guerra del Atlántico Sur (1982)? Tengamos presentes que Chile ya tiene restricciones operativas y estratégicas para utilizar sus F-16. Tanto el país hermano como nosotros somos considerados por EE.UU. como su patio trasero. Situación que el país del norte pretende mantener a toda costa. En consecuencia, nunca nos van a vender misiles inteligentes sin restricciones como tampoco lo hicieron con el país trasandino y, en nuestro caso, se le agrega el veto británico. El veto británico existe efectivamente y ya afectó –por mencionar solo un ejemplo–, la reparación del destructor Hércules que tenía componentes británicos. Finalmente, se señala que sería costoso/complicado pasar de un Sistema de Armas occidental a uno chino. Seguramente, pero la alternativa sería tener un avión que no brinda la capacidad de defensa aérea indirecta como bien saben los británicos. En síntesis, el F-16 no es la mejor opción para que la Fuerza Aérea argentina cumpla con la misión que le encomienda la Constitución Nacional, la Ley de Defensa Nacional, la DPDN 2021 y el Plancamil 2023. Pese a lo expuesto, Estados Unidos y el Consenso Oris de Roa estaría logrando imponer esta opción. Los argumentos políticos. En definitiva, los Estados Unidos ofrecerían doce aeronaves operables “as is” y doce aviones que, como hemos descripto en el apartado previo, no estarían condiciones de volar (el dejá vu de los SEM de la Armada argentina), pero lo que también llama la atención son las consideraciones políticas en los argumentos del autor. En primer lugar, el autor sostiene que la adquisición del F-16 supondría “una mejora en la dinámica existente del ambiente de seguridad de la región, en tanto Chile y Brasil ya trabajan en estrecha colaboración y agenda común con Estados Unidos en temas de seguridad y defensa”. En la actualidad ¿es malo el ambiente de seguridad internacional en Sudamérica? No compartimos esa apreciación. Argentina con su Ministerio de Defensa y sus Fuerzas Armadas tienen una estrecha colaboración con Brasil y Chile; a tal punto, que con este último compartimos la Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur y realizamos todos los años la patrulla antártica. En cuanto a Estados Unidos, se colabora estrechamente en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico; las agencias de seguridad de Argentina, Estados Unidos, Paraguay y Brasil colaboran estrechamente en Triple Frontera; y Argentina y Estados Unidos firmaron un acuerdo para combatir los delitos transnacionales, como el narcotráfico, la trata de personas, el ciberdelito y el lavado de dinero, entre otros, durante el mes de septiembre de 2023. La relación con Estados Unidos se desenvuelve por los carriles normales que históricamente se han desarrollado; obviamente, sin llegar al grotesco de las relaciones carnales de la década de los 90. En el único punto que no estamos de acuerdo es en utilizar nuestras Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico o el crimen organizado o las Nuevas Amenazas o Amenazas Emergentes o sinónimos varios. El segundo argumento es muy revelador en dos sentidos. El autor sostiene que “si bien se puede argumentar que la opción china no empeoraría la condición de seguridad en el Atlántico Sur, el argumento de adquisición que utilizan los defensores del JF-17 es que no tienen restricciones de uso, o lo que es peor, desde el punto de vista político, comprarle a China obligaría al Reino Unido a destinar más recursos a la defensa de las islas Malvinas y, por lo tanto, van a tener que negociar. Una razón por demás imprudente para pensar la adquisición de un avión de combate, más en un país que, por razones de sus vulnerabilidades económicas, demanda una modernización que no sea vista como provocativa o que está diseñada para modificar el statu quo regional. Básicamente, y en primer lugar, el autor considera que es imprudente que la política de defensa apoye a la política exterior para forzar al Reino Unido a negociar. En otras palabras, argumenta que no hay que molestar a los británicos apoyando desde la defensa la política exterior. Disentimos con esta apreciación estratégica. Tal como sostiene la DPDN 2021, a los británicos no les interesan los habitantes de las islas, sino el control del Atlántico Sur, los estrechos y la proyección a la Antártida y, como contracara, lo que está en juego para la Argentina son sus intereses vitales (integridad territorial) y sus intereses estratégicos (la libertad de maniobra en el Atlántico Sur y sus recursos estratégicos, y la proyección antártica). Entonces, ¿para qué queremos FF.AA. y aviones de combate si no es para cumplir con la misión que les ordena la Constitución Nacional y la Ley de Defensa? En segundo lugar, y según el autor, ¿las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, el Atlántico Sur y la Antártida son irrelevantes para las consideraciones de la defensa nacional? Un tercer argumento es que no sería conveniente tener un avión con “plenas capacidades” para la defensa nacional como el JF-17 porque sería una amenaza para el Reino Unido. ¿Por ello hay que optar por el F-16? En efecto, esto es un reconocimiento que los F-16 no proveerían una actitud disuasiva creíble. Como ya sostuvimos ut supra, al igual que con Chile, los aviones vienen con restricciones de uso y no conformarían un sistema de armas: problemas operativos, logísticos y no contaríamos con misiles de inteligentes sin restricciones. Los F-16 sería una opción cara para que no cumpla con la misión que deberían realizar –como se señaló– y para realizar solamente desfiles aéreos. Por último, si compartimos que la vocación de servicio de nuestros militares es invalorable. Por eso nuestros pilotos –y todas las Fuerzas Armadas– deben contar con Sistemas de Armas acordes al siglo XXI. Este sería uno de los argumentos para adquirir ya los F-16. Para ello, se aprobó el Fondef con amplio consenso político y, pese a lo que dice erróneamente Battaleme, este se ha ejecutado y ha mejorado la disposición de recursos para invertir en la política defensa; como demuestra la ejecución de los años 2020 a 2022, informada al Congreso de la Nación en mayo y noviembre de cada año. ¿Y entonces? Las Fuerzas Armadas que propone el Consenso Oris de Roa es la que ya planteaba McNamara en los años 60: los militares nativos deben conformar Small Armed Forces que cumplan un rol subordinado a los intereses de Estados Unidos en América Latina. Guardias Nacionales luchando contra el narcotráfico: sería muy triste presenciar a un F-16 “persiguiendo” una avioneta en la frontera norte. Según el autor a esta situación se llegó porque: a) faltaron recursos, b) nacionalismo obstruccionista y c) la disputa entre China y Estados Unidos. Ciertamente, faltaron recursos. En primer lugar, el presupuesto bajó del 2% del PBI en 1990 (luego que se alcanzara el control civil de las Fuerzas Armadas) hasta el 0,9% en 2001 en el marco de un gobierno, que, si bien era peronista, se presentaba como neoliberal –es decir, de derecha– y acorde a las relaciones carnales con los Estados Unidos. Esta situación, se repitió entre 2015 y 2019 cuando descendió hasta el 0,7% del PBI; recuperándose desde entonces. En función de lo que ha pasado bajo gobiernos con políticas neoliberales, se podría inferir que el presupuesto vuelva a bajar entre 2023 y 2027. En segundo lugar, el problema no fue el “nacionalismo obstruccionista”, sino, por el contrario, fueron el alineamiento con los Estados Unidos, la priorización de las relaciones financieras y comerciales con ese país, como sostuvo Oris de Roa –ver ut supra–, y el veto británico los que impidieron la recuperación y modernización de las Fuerzas Armadas. Además de los ejemplos de los A4-AR y del destructor Hércules, podemos sumar la compra de aviones que no vuelan, como los SEM y los Texan II AT-6C durante el gobierno de Mauricio Macri, anunciados para luchar para el narcotráfico, pero que no tienen armamento apropiado, y que ahora son empleados para el adiestramiento en la Escuela de Aviación Militar. Asimismo, el endeudamiento de la última dictadura (1976-1983), de la década del 90 y los 50 mil millones de dólares que pidió el presidente Mauricio Macri al Fondo Monetario Internacional (FMI), le permiten a los Estados Unidos condicionar –además de la política económica– nuestra política exterior y de defensa. ¿Mala gestión de la derecha o, en definitiva, ese es el proyecto de la derecha para con las Fuerzas Armadas? Small Armed Forces alineadas con los Estados Unidos, a condición de dejar de lado nuestro reclamo de soberanía? No obstante, los dirigentes del campo nacional y popular y el progresismo deben hacer un mea culpa: resuelta la cuestión militar en 1990 se abandonaron los temas estratégicos de la defensa, dejándolos en mano de la derecha, cuyo proyecto es destruir las Fuerzas Armadas acorde a los intereses de la superpotencia. En tercer lugar, existe efectivamente un escenario internacional más pugnante por la disputa entre Estados Unidos y la República Popular China que estaría configurando una transición hegemónica entre ambas potencias. En consecuencia, teniendo presente el contexto geopolítico –segunda razón–, la compra de los F-16 devendría en la única posible. Por un lado, no se vería afectado el intercambio comercial y político con China por no adquirir material de esa procedencia (moderno, de última generación y completo en armamento y disponibilidad). Por el otro, no se generarían rispideces con los Estados Unidos que podría –entre otras– afectar nuestra situación económica y la relación estratégica con la potencia. Por ello, se piensa en adquirir un sistema de armas antiguo, con una perspectiva de uso con un horizonte a diez años, que a su vez satisfaga la mirada del Consenso Oris de Roa. En definitiva, los limitantes son el contexto geopolítico y los condicionantes económicos que le impuso la derecha a nuestro país durante la última dictadura (1976-1983), durante los años 90, en la gestión de Mauricio Macri entre 2015 y 2019 y, tal vez, durante el nuevo gobierno argentino. El autor refiere en una de sus notas a la película Top Gun, cuya versión original vimos extasiados en 1986, y cuya secuela disfrutamos este año. Entre una y otra pasaron cuarenta años y aquellos adolescentes fanáticos de los aviones, somos ahora adultos que siguen siendo amando los aviones, pero más interesados en la defensa nacional, en la modernización de las Fuerzas Armadas y convencidos en que éstas son esenciales para la defensa y la política exterior. También consideramos que el diseño de nuestro Sistema de Defensa debe estar acorde a los intereses vitales y estratégicos de Argentina, y no a los de otras potencias extranjeras. A esta altura, queremos –más bien– disfrutar de una película sobre el ataque al de la Fuerza Aérea argentina al HMS Invencible y volver a mirar a los Halcones sobrevolando la Patagonia y el Atlántico Sur en cazas de última generación.»

El aeródromo en la base Marambio, Antártida Argentina

El hielo, la poca visibilidad y sus tan solo 1.208 metros de largo hacen del aeródromo de la base Marambio un lugar hostil para las operaciones aéreas. La isla Marambio, descubierta en 1843, se encuentra a poca distancia del extremo norte de la península antártica: a aproximadamente 3.297 km de Buenos Aires y 2.864 km del Polo Sur. Por sus características, es considerada como la puerta de acceso a la Antártida y principal punto de apoyo logístico para asegurar la presencia argentina en el Continente Blanco: el transporte aéreo permite realizar evacuaciones sanitarias, búsqueda y rescate, y traslado de personal y carga. Además, si bien el país avanzó en la construcción de una segunda pista aérea en la Base Petrel, por el momento la única pista operativa que tiene Argentina en ese continente es la de Marambio: allí es donde aterriza, en especial durante la Campaña Antártica de Verano, el sistema de armas Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. ¿Por qué, hasta ahora, es la única pista que Argentina puede operar en la Antártida?, básicamente porque no todas reúnen las condiciones para hospedar a un aeródromo. Cuando la Fuerza Aérea comenzó con la construcción de Marambio, optó por este lugar porque se trata de una meseta, elevada a casi 200 metros sobre el nivel del mar, y con una superficie de permafrost –que si bien es una capa de suelo congelado, no se encuentra permanentemente cubierto de hielo- que permite a los aviones aterrizar y despegar.

Los 365 días del año: siempre listos para recibir a las aeronaves en la Antártida

Hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas trabajan, en un ambiente absolutamente hostil, los 365 días del año, para mantener operativa la pista y brindar todo el soporte necesario para el servicio de control aéreo, una de las responsabilidades principales de quienes están a cargo del aeródromo de la base Marambio. La cabo principal Dorina Echeverríacontroladora de tránsito aéreo, quien, por entonces, tenía como función dirigir, de forma ordenada, rápida y segura dentro de un espacio aéreo de jurisdicción, brindando a los pilotos autorizaciones e informaciones necesarias con el fin de prevenir colisiones entre otra aeronave o algún obstáculo. El capitán Fabio Vasekentonces jefe del aeródromo de Marambio, explicó que el personal de esta dependencia debe también brindar servicios de señalamiento y de control de aproximación. En palabras del oficial de la Fuerza Aérea, el movimiento de superficie en el lugar es intenso debido a que la mayor parte de la actividad se realiza a través de la carga y descarga de materiales, provisiones, combustibles con los vehículos que provee la base: por esa razón el mantenimiento de la pista y el señalamiento son fundamentales para el arribo o despegue de las aeronaves.

Las cambiantes condiciones meteorológicas, otro desafío para operar en la Antártida

Noemí Troche, pronosticadora del Servicio Meteorológico Nacional, detalló que hay diferentes estaciones meteorológicas en las bases antárticas permanentes: Belgrano II, Orcadas, San Martín, Carlini, Esperanza y Marambio. Ello es fundamental si se tiene en cuenta que, en la Antártida, el clima es muy extremo y cambia rápidamente; razón por la que hay que estar atentos a los fenómenos que se puedan desarrollar en un área. Por ejemplo, en Marambio, un fenómeno típico es el “capuchón”: debido a la geografía de la base (localizada a 200 metros sobre el nivel del mar), se forma una niebla circundante a la isla y se genera una especie de capuchón, el cual reduce la visibilidad y el techo, o sea, la altura de la nubosidad baja a menos de 20 metros, con lo cual las operaciones de aeronaves no pueden llevarse a cabo.

Aterrizar en la Antártida: una misión para pocos

Por eso, el capitán Vasek insiste en la importancia del señalamiento, que no solo lo realizan con un balizamiento móvil de la pista en su totalidad. “Nuestra pista tiene 1.208 metros de prolongación, por un ancho declarado de 40 metros”, contó, al tiempo que agregó que los extremos están señalizados con pallets, de color naranja flúor, que permiten a la nave orientarse durante la aproximación final, con la particularidad de que, en esta pista, no tienen eje. Como consecuencia, el arribo de una aeronave a la Base es una operación compleja. Muchas veces, las tripulaciones arriban sin poder ver el eje, así que simplemente se guían por los extremos y por los bordes señalizados con el balizamiento móvil.

Una segunda pista en la Antártida: el proyecto Petrel

Tiempo atrás, Argentina inició un ambicioso proyecto: reconstruir y transformar a la Base Petrel (desactivada tras sufrir un incendio en el año 1974) en una de las más modernas del mundo. El objetivo, básicamente,  fue posicionarla como una base multimodal, que permita,  no solo la llegada de buques, sino también de aeronaves, ya que, por la ubicación y los fenómenos meteorológicos que afectan a Marambio, ésta última no siempre termina siendo de fácil acceso. Como explicó, tiempo atrás, el Comandante Conjunto Antártico de las Fuerzas Armadasgeneral Edgar Calandín, la iniciativa constó de varias etapas (muchas ya superadas), como por ejemplo, sacar la basura producto del incendio, la demolición mecánica de la casa quemada, la remodelación y reparación del hangar, y la instalación de un muelle y de un aeródromo con dos pistas transversales.

Patricia Fernández Mainardi

Continua avanzando la reversión del Gasoducto Norte

Pese a que el ministro de Economía Luis Caputo había anunciado que no se licitarían nuevas obras públicas y se cancelarían las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo aún no se hubiese concretado, Enarsa continúa avanzado con la licitación para la reversión del gasoducto norte, una obra clave que permitirá transportar el gas de Vaca Muerta hacia las provincias del norte argentino. La semana pasada se abrieron las ofertas del renglón 2 y este jueves las del renglón 3, dos de los tres tramos en que se subdividió el proyecto. En ambos casos la UTE Techint-SACDE presentó la oferta más económica, seguida por BTU. Techint-SACDE también había presentado el mejor precio para el renglón 1, pero el gobierno de Javier Milei rechazó esa oferta y deberán licitar de nuevo. La obra de reversión del Gasoducto Norte se divide en 3 renglones. El renglón 1, abarca la reversión de cuatro plantas compresoras existentes en Córdoba, Santiago del Estero y Salta, el tendido de dos loops paralelos al Gasoducto Norte de 62 kilómetros de extensión y la construcción de los 22 kilómetros finales del gasoducto Tío Pujio-la Carlota con caños de 36 pulgadas de diámetro. Luego está el renglón 2 que abarca del kilómetro 0 al 50 y el renglón 3 que va del kilómetro 50 al 100 del gasoducto, a construir entre Río Pujio y La Carlota en la provincia de Córdoba. El pliego establece que una UTE puede tener dos renglones contiguos. Techint-SACDE, quienes participaron de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, presentaron las ofertas más competitivas en los renglones 2 y 3. Por lo tanto, lo más probable es que queden a cargo del trayecto que va del kilómetro 0 al 100 sobre un total de 122 kilómetros. En el caso del renglón 1 la oferta de Techint SACDE también había sido la más económica, pero se ubicó un 62 por ciento por encima del tope presupuestario fijado en el pliego. La conducción anterior de Enarsa había evaluado actualizar ese presupuesto con el argumento de que no se habían ponderado correctamente el impacto provocado en los costos por la corrida cambiaria, las restricciones a la importación y las dificultades para girar dinero al exterior. Sin embargo, el nuevo directorio de la compañía, encabezado por Juan Carlos Doncel Jones directamente rechazó la oferta y licitarán de nuevo, aunque antes evalúan introducir algunos cambios en el llamado para reducir la parte de la obra que deberá hacerse frente con presupuesto público. Originalmente estaba prevista una inversión de 710 millones de dólares, de los cuales 540 los aportaría el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe a través de un crédito. El plan del gobierno anterior era que la obra estuviese concluida para el invierno de este año. La reversión del Gasoducto Norte es clave debido al declino de la producción de la Cuenca del Noroeste Argentino y la caída de las importaciones provenientes de Bolivia. El país vecino anunció que no podrá cumplir con los contratos firmados con Argentina. Por lo tanto, el abastecimiento de la región norte del país podría verse comprometido. La obra también es fundamental para exportar a Brasil parte del gas generado en Vaca Muerta. La obra permitirá llevar el gas de Vaca Muerta a las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, así como la conexión de hogares a las redes de gas natural y el desarrollo a escala de nuevas actividades industriales, especialmente la minería de litio. Además de bajar el costo de generación eléctrica y del gas natural para las industrias del norte argentino, esta obra estratégica permitirá un ahorro anual de 1.960 millones de dólares por la sustitución de importaciones de gas.

«El Niño» en el agro argentino, y què viene despues

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Especialistas del INTA analizaron la campaña y pusieron en valor la importancia del agua como elemento esencial de ecosistemas y de los sistemas de producción. Según dijeron, el fenómeno climático El Niño-Oscilación del Sur [genera lluvias por encima de lo normal] presentó el inicio de su fase cálida hacia el trimestre abril-mayo-junio y cobró intensidad durante la última parte de 2023.

Esto favoreció, en primer lugar, la ocurrencia de lluvias sobre el nordeste argentino. Durante noviembre y diciembre, las precipitaciones en áreas productivas del centro del territorio permitieron una recuperación progresiva del contenido hídrico de los suelos.

“Dada la importante recomposición hídrica en la mayoría de las zonas productivas, en esta campaña de gruesa podemos afirmar que el agua no es el factor limitante, y alcanzar altos niveles de producción será mucho más dependiente del manejo agronómico”, afirmó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA.

Para Mercuri, “sin la limitación del agua, se espera que en lotes donde se pudieron realizar siembras tempranas y ciclos largos, maíces y sojas podrán expresar su potencial genético o superar los techos productivos, incluso dadas las perspectivas de nuevas lluvias durante el periodo de floración y llenado de granos”.

“Si bien la disponibilidad de agua es un factor limitante, en esta campaña veremos las interacciones con otros factores como los riesgos en la aparición de plagas, enfermedades y la competencia de malezas y se requerirá un arduo seguimiento de estas problemáticas durante los próximos meses”, indicó.

Qué pasará con el clima

Según Mercuri, la evolución del fenómeno El Niño favorece la continuidad de lluvias durante el verano, aunque “en la región pampeana y en el Litoral tendrían un mayor espaciamiento y más variabilidad, con un incremento en intensidad y frecuencia en el oeste y el NOA especialmente durante enero”.

Esto sumado a la mayor evapotranspiración hará que no sea tan probable que se produzcan o que continúen los anegamientos en ambientes bajos o planos. Desde el Centro de Investigación de Recursos Naturales mantienen la recomendación de que en todos los ambientes de loma y media loma donde no existen riesgo de anegamiento hay que seguir promoviendo la infiltración y evitar el escurrimiento.

Por su parte, Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, explicó: “Los pronósticos internacionales indican un debilitamiento progresivo de El Niño, con una mayor probabilidad de que el evento llegue a su fin durante el trimestre abril-mayo-junio 2024. Los modelos coinciden en apuntar a una mayor probabilidad de una transición a la fase neutral de ENOS a partir de dicho trimestre y por lo tanto perdiendo influencia sobre las lluvias en nuestro país”.

Sostuvo que, “según la actualización de los modelos, a diciembre de 2023 hay un 40% de igualdad entre transitar una fase Neutral y una fase La Niña a partir del trimestre julio, agosto y septiembre de 2024, por lo que no es posible adelantar cuál será la fase que prevalecerá para la segunda parte del año y será importante continuar su seguimiento sabiendo la naturaleza cíclica de este fenómeno y lo que ha ocurrido [los] años donde se presentó un Niño similar”.

Trimestre

Para las zonas con producciones regionales del norte de Cuyo, oeste del NOA y oeste de Patagonia se prevé, según el pronóstico climático trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), y coincidiendo con el IRI-Universidad de Columbia, un trimestre enero-febrero-marzo con mayor probabilidad de condiciones hídricas deficitarias acompañadas de temperaturas en promedio más cálidas para la época, con mayores chances sobre el NOA.

“En el caso de la región pampeana y el Litoral, la perspectiva climática de temperaturas medias asigna una mayor probabilidad de un periodo con valores en el rango normal para la época. Si a este panorama le sumamos el pronóstico estacional de temperaturas extremas, se espera una menor ocurrencia de temperaturas máximas extremas, mientras que son mayores las chances de días con temperaturas mínimas más bajas sobre la principal zona productiva”, explicó Gattinoni.

“A diferencia del año pasado, son menores las probabilidades de ocurrencia de eventos térmicos extremos dando condiciones adecuadas para el desarrollo de los cultivos de veranos que transitarían la época cálida con menores niveles de estrés térmico y con adecuada disponibilidad de humedad en el suelo en general”, remarcó.

Asimismo, Mercuri señaló que “es importante considerar que el cultivo no tenga limitaciones nutricionales severas de una serie de nutrientes esenciales que participan en el crecimiento y desarrollo de estructuras vegetativas y radiculares, tanto para el maíz como para la soja”.

En ese sentido, el uso de fertilizantes se traducirá en la respuesta clara en los rendimientos. Por esas razones, el manejo agronómico, su planificación, la anticipación con análisis de suelos y foliares, y el seguimiento de cada lote vuelve a ser clave para el éxito de la cosecha.

Mercuri remarcó: “Esta campaña permite valorar en plenitud la importancia del agua como elemento esencial de los ecosistemas y de los sistemas de producción. Se superan las expectativas o proyecciones muy tempranas que se realizan de la producción esperada”.

 

La OIEA impulsa en la Antártida el estudio de la contaminación por microplásticos

El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, sostuvo este viernes que su viaje a la Antártida «es un paso histórico» porque «es la primera vez que el organismo inicia una misión de carácter científico» en ese continente, que tiene como objetivo tomar muestras para evaluar la presencia de microplásticos en el ecosistema marino. Grossi viajoen la tarde del viernes junto al presidente Javier Milei a Santa Cruz en un avión militar, como parte de una comitiva que también estará integrada por la canciller Diana Mondino, el ministro de Defensa Luis Petri y autoridades de la Dirección Nacional del Antártico, el Instituto Antártico Argentino (IAA) y de la Armada. En Río Gallegos aguardaron una ventana climática favorable que les permitio emprender el sábado la segunda etapa del viaje a la Antártida, donde desarrollará un «cronograma extenso de actividades». «Es un viaje que tiene un carácter pionero, porque es la primera vez que el Organismo Internacional de Energía Atómica inicia una misión de carácter científico en el continente antártico en torno a una problemática global, que es muy grave, como ocurre con la presencia de microplásticos y plásticos en general en el medio marino internacionalmente, pero en particular en la Antártida», sostuvo Grossi.

La contaminación por plásticos

La iniciativa de estudiar los microplásticos en la Antártida surgió de un convenio entre la OIEA y el IAA y busca abordar el problema mundial que supone la contaminación por plásticos en los océanos, donde termina el grueso de estos desechos. El objetivo es el monitoreo de todos los mares del mundo para saber cuánto y qué tipo de plásticos hay bajo parámetros comparables y, hasta el momento, cuentan con la participación de 63 países. El máximo funcionario de la OIEA remarcó que el viaje constituye «un paso histórico y es muy valorable el gesto del primer mandatario argentino de acompañar esta misión científica que tiene una misión internacional muy loable».
Foto Prensa
Foto: Prensa
La OIEA tuvo «bastante actividad en el Ártico, pero jamás en el medio antártico, y por eso yo propuse oportunamente al Gobierno argentino esta tarea, que tuvo confirmación luego de la reunión con el presidente Milei, la canciller Mondino y el ministro de Defensa», sostuvo. Grossi resaltó que «nunca hubo una evaluación científica llevada a cabo por el sistema internacional de la OIEA» y admitió que «hay una grave preocupación internacional al respecto». «El año que viene va a iniciarse una negociación para un gran acuerdo internacional sobre la contaminación plástica», completó. Los microplásticos «están presentes lamentablemente en todo el medio marino internacional. Se está reciclando y eliminando el 9% de todo el plástico que se arroja en los mares», alertó, y agregó que «las proyecciones que existen son que, de aquí a mediados de siglo, puede llegar a haber más microplásticos que peces en los mares». Al respecto, Grossi subrayó que por esa razón se «requiere de una acción de cooperación internacional concertada, y eso es lo que está tratando de hacer la OIEA de la mano de Argentina». El funcionario señaló que el organismo internacional brindará a la Argentina equipamiento de laboratorio como espectrómetros y otros elementos de alta sofisticación «para la medición y la evaluación de los componentes en muestras marinas». La OIEA realizará el diagnóstico de las muestras «a través de su laboratorio de protección del medio marino y su dirección de hidrología isotópica que están situados respectivamente en Mónaco y en Viena». El funcionario, que dirige el OIEA desde 2019, estimó que «los primeros datos y los primeros resultados estarán a la mayor brevedad posible», ya que, dijo, «no es algo que tome demasiado tiempo». «Sí vamos a hacer una campaña prolongada, si es posible también a lo largo de la costa y del litoral marítimo para ir viendo cuál es el movimiento y los flujos de microplásticos», completó. Sobre este punto, consideró que la evaluación constituirá «una referencia indispensable para cualquier política de Estado que los países vayan adoptando, tanto los que están representados en el sector antártico como aquellos países que no».

Los resultados de la investigación

El resultado de la investigación será «una serie de recomendaciones de la OIEA que la Argentina podrá hacer suyas o no y que serán volcadas -también- al marco Antártico a través de las reuniones consultivas de las partes del Tratado Antártico y a través de negociaciones internacionales sobre contaminación por plásticos que se va a iniciar», explicó Grossi, quien remarcó que el trabajo científico tendrá «una repercusión práctica y concreta». Ante la consulta sobre si hay algún diagnóstico previo sobre la presencia de microplásticos en la Antártida, Grossi señaló que «ha habido distintos estudios realizados por distintas universidades o por instituciones privadas, pero lo que falta es una evaluación internacional autorizada, y la OIEA tiene esta función de validar datos así como establecer una línea de base para la investigación y la aplicación de políticas que sea neutral y científicamente correcta». Un equipo de investigadores ya está recogiendo muestras de agua desde uno de los laboratorios del buque Almirante Irízar en el marco del proyecto Nutec Plastics que se realiza durante la Campaña Antártica de Verano (CAV) para detectar la presencia de microplásticos por primera vez desde el Río de la Plata hasta la Antártida.

Afirman que el gobierno decidio comprar los aviones supersonicos F-16 a EE.UU.

El diario el Cronista publico ayer la siguiente nota. No tenemos confirmación, pero su importancia nos obliga a reproducirlo. «En línea con el nuevo perfil que tomó el gobierno de Javier Milei en su política exterior, el Ministerio de Defensa definió en los últimos días que la Argentina avanzará con la compra de 24 aviones supersónicos F-16 de fabricación de Estados Unidos que hoy están en manos de Dinamarca. La decisión política se tomó al más alto nivel entre el Presidente y el ministro de Defensa, Luis Petri. De esta manera, la Argentina deja atrás la pulseada que hubo en los últimos años entre Estados Unidos, China y la India por la venta de estos aviones supersónicos para la Fuerza Aérea. También la concreción de esta compra define una nueva estrategia geopolítica del país alineada a Washington y abandona así a Beijing en una situación incómoda para la administración de Xi Jinping que apostó hasta el final del gobierno de Alberto Fernández por cerrar ese acuerdo de alto valor militar a cambio del respaldo financiero por medio de la extensión de Swaps para el BCRA. «La decisión del Presidente es clara: vamos a mantener un alineamiento diplomático con Israel y Estados Unidos por lo que la compra de los aviones supersónicos de fabricación estadounidense es coherente con esa línea», explicaron en el Gobierno sobre la decisión de avanzar en un contrato por la adquisición de 24 aviones F-16 de Estados Unidos y Dinamarca que fueron desarrollados por la compañía General Dynamics en los años 1970 y actualmente los fabrica la empresa Lockheed.

Detalles técnicos de los F-16 que quiere comprar el Gobierno

Si bien aún no se firmó el contrato y los detalles de este se empezarán a acordar en los próximos días con Estados Unidos y Dinamarca, la decisión ya tomada del Gobierno es cerrar la compra con un financiamiento a largo plazo ya que las arcas del Estado hoy semivacías para comprar de una sola vez las aeronaves. La idea de cerrar el acuerdo con Estados Unidos y Dinamarca se había evaluado en octubre del año pasado bajo la conducción de Jorge Taiana en Defensa. En ese entonces una delegación de la Fuerza Aérea de Dinamarca llegó a la Argentina para mantener reuniones con militares de las Fuerzas Armadas bajo la idea de ampliar detalles técnicos de los aviones supersónicos F-16 de los militares dinamarqueses que Estados Unidos quieren vender a la Argentina. La delegación militar de Dinamarca se había reunido con una comitiva reducida de la Fuerza Aérea y con el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina y ahora jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Xavier Julián Isaac. Este fue una pieza clave también en la definición de Milei y Petri para cerrar el acuerdo por los F-16 con Estados Unidos. El único escollo técnico para la adquisición de los aviones F-16 de Estados Unidos era que tienen componentes del Reino Unido y actualmente hay un veto que impone Gran Bretaña para la venta a la Argentina de equipamiento militar con repuestos ingleses desde la guerra de Malvinas.

Fondos del Fondef

No obstante, el obstáculo del veto británico ya fue resuelto porque las aeronaves se venderían sin esos repuestos, sino que serán de fabricación completamente estadounidense. Se estima que parte del lote que se busca comprar se realizará con el aporte del Fondo Nacional para la Defensa (Fondef). El costo por cada avión se mantiene bajo llaves y aún no fue revelado. No se descarta que haya un apoyo técnico de la estatal Fadea para el desarrollo y mantenimiento de los aviones. Las aeronaves supersónicas que quiere adquirir la Argentina constan de un equipamiento táctico polivalente, supersónico y monomotor. Es mucho más pequeño y ligero que sus predecesores, pero emplea aviónica y aerodinámica avanzadas. Según técnicos de la Fuerza Aérea, los F-16 pueden desarrollar maniobras a 9G y puede alcanzar una velocidad máxima por encima de Mach 2. El F-16 está equipado con un cañón automático M61 Vulcan y se distingue por tener cuatro respiraderos detrás del orificio para el cañón M61. En la oferta que había llegado a la Argentina para la venta de este tipo de aeronaves además de Estados Unidos estaba China y la India. La empresa estatal de India, Hindustan Aeronautics, que fabrica los aviones supersónicos HAL Tejas se había reunido en tres oportunidades con Taiana para avanzar en la eventual venta de 18 aviones tipo caza de cuarta generación. Pero esto nunca se concretó. Tampoco se avanzó en las tratativas con una comitiva de China para evaluar la compra autorizada del caza chino-paquistaní JF-17 Thunder Block III por un presupuesto de US$664 millones asignado para este año. Al igual que en el caso de los aviones de India, la administración de Xi Jinping quedó relegada por Estados Unidos.»

Martín Dinatale

Geopolìtica desde Argentina. Aportes para una polìtica exterior seria

El editor de este portal escribiò estas lìneas en su blog personal en marzo de 2023. Antes que una crìtica a determinadas medidas o actitudes, señalaba en nuestra polìtica exterior una falta de realismo para definir con precisiòn los intereses y capacidades de un paìs mediano. El nuestro. Desde entonces, se compartiò en algunos grupos de anàlisis y, como se indica en el texto, en una ocasiòn en este portal. Hoy, ante una polìtica exterior que encontramos motivada por una ideologìa que ignora deliberadamente el concepto de intereses nacionales, nos sentimos obligados a reproducirla. «Es necesario precisar dos afirmaciones planteadas en otras ocasiones. El esbozo de un mundo bipolar es una simplificación. Como sucedìa en el siglo pasado, hay dos grandes Potencias que por encima de cualquier otra están en condiciones de  proyectar su poder económico y militar en cualquier punto del globo. (Con el proviso importante que China no es la URSS: no tiene una ideología que quiera o le interese extender por el mundo). Pero en el plano económico, entre otros, el mundo es multipolar y se puede decir post-occidental. En nuestro caso por ejemplo el cliente más importante es Brasil, seguido por China, en ocasiones el primer cliente. También Egipto, Vietnam, son mercados importantes para nosotros, e India, la tercera futura gran potencia, si las tendencias de crecimiento económico y demográfico se mantienen, podemos depositar grandes expectativas para nuestras exportaciones. La otra afirmación a precisar es que Argentina no tiene una tradición de protagonismo, en los temas globales. Pero fuimos protagonistas, aunque sin haberlo previsto, de una de las guerras del último cuarto del siglo XX, donde se dieron las últimas batallas aéreo navales. Aún hoy somos el único país que le hundió barcos a la OTAN y eso no ha sido olvidado por estados mayores y cancillerías. Algo dije sobre esto en el mini editorial con el que comenté una nota en AgendAR. El punto en el que quiero insistir es que esa simplificación inicial es válida en un aspecto muy importante, estamos -todo el planeta -en medio de la Guerra Fria II. Muy distinta de la I, pero que, como ella, influye decisivamente en todos los aspectos de la política internacional. Por suerte no es necesario tomar partido (aunque como dije muchas veces, nuestras pujas internas hacen que ambos bandos tengas sus respectivas hinchadas aquí). Pero estamos obligados a manejarnos con mucho cuidado. China es un cliente e inversor importantísimo. Estados Unidos no es cliente…. pero además de gran inversor, es un actor decisivo en el sistema financiero internacional. Lo que me interesa destacar aquí – lo venimos haciendo desde hace màs de 5 años en AgendAR– es que Argentina tiene capacidades que le permiten tener alguna voz en su propio destino, y no ser un simple peón de los grandes jugadores. No sólo sus recursos naturales, soja, Vaca Muerta, litio…. Toda América del Sur viene exportando sus recursos desde hace 500 años y eso no la ha convertido en Potencia. En tecnología nuclear y satelital, en biotecnología…..,en las fronteras del futuro, Argentina tiene capacidades considerables. (A pesar de que sigue exportando sus técnicos jóvenes). Tengamos conciencia de ello y como se dice ahora “pongámoslos en valor”.

Abel B. Fernández

El Mercosur e India negocian un acuerdo de preferencias fijas

Con el fin de agigantar un acuerdo ya existente, el Mercosur mantendrá una reunión exploratoria con la India, luego de tres años de negociaciones frenadas, y a pesar de que el gigante asiático fue el sexto mejor socio comercial de la Argentina en 2020. Fuentes diplomáticas señalaron que la intención es trabajar sobre un “acuerdo de preferencias fijas”, es decir sobre un universo de productos y no un acuerdo total de libre comercio. Hasta el momento, desde el 2009 el listado se reduce a 450 posiciones, con rebajas del 10%, 20% y hasta el 100 por ciento, es decir arancel cero. El esperado intercambio representa para la Argentina la posibilidad de ofrecer un abanico de posiciones arancelarias vinculadas a los alimentos y servicios en general, en especial vinculados al software y la economía del conocimiento.

Gran superávit

El año pasado, la Argentina tuvo un notable superávit comercial de USD1.709 millones con India, producto de exportaciones por USD2.510 millones e importaciones por USD801 millones. De acuerdo con datos del INDEC, fue el tercer mejor superávit detrás de Chile y Vietnam. Aunque no trascendieron detalles de los productos que pretende exportar el Mercosur, de acuerdo con el interés previo manifestado, existe una fuerte apuesta por las frutas, aunque la India tiene barreras fitosanitarias muy estrictas. Los principales productos de exportación de la Argentina a la India son: grasas y aceites animales y vegetales, minerales, pieles y cueros, manufacturas de fundición de hierro o acero, lana, aceite de soja, entre otros. En tanto, las principales importaciones son productos químicos orgánicos, extracto de curtiembre, tanino, colorantes, productos farmacéuticos, autos y tractores. En el marco de la expansión comercial del Mercosur, el bloque firmó con la India hace cinco años la intención de aumentar el número de bienes con beneficios. No obstante, el Mercosur tiene en cuenta que «ellos (por la India) son muy competitivos en algunos sectores», dijeron las fuentes y por eso se está analizando qué ofrecer en este proceso de aumento de preferencias. En 2004, se firmó en Nueva Delhi el primer acuerdo de preferencias fijas que permitió reducir en forma recíproca aranceles para un grupo de productos. En el acuerdo de nacimiento comercial, el Mercosur presentó una lista con más de 900 productos para el acceso al mercado, lo cual representaba un 93% sobre el total de ventas a dicho país. Por su parte, la India realizó pedidos para ingresar al Mercosur más de 500 productos. Desde la Cancillería calificaron como «prioritaria» la relación con la India, y señalaron que nuestro país aspira a consolidar, incrementar y diversificar sus exportaciones. Aunque la balanza comercial es favorable para nuestro país (2º superávit en Asia después de Vietnam) y las ventas argentinas a la India están entre los principales destinos, el nivel de relaciones económicas entre India y Argentina, y de India con el Mercosur debe mejorar. “Se encuentra muy por debajo del potencial que podrían tener”, señalaron las fuentes.