Aún no sabemos cuál fue el daño en Irán ni qué pasó con el uranio enriquecido

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Cenital publica, entre otras cosas, RADAR donde aparecen interesantes artículo sobre la realidad global. En esta entrega que reproducimos aquí preguntan» qué daño tuvo finalmente Irán y dónde está el uranio enriquecido; examinamos el resultado de la cumbre de la OTAN; auscultamos el (lento) avance de la transición energética global y repasamos brevemente una encuesta en Europa sobre alineamientos geopolíticos».  

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¿Qué quedó del programa nuclear de Irán?

Ahora que el cese al fuego entre Israel e Irán parece estar funcionando, la pregunta que dominó la semana fue: ¿cuál fue el daño sobre las instalaciones nucleares? ¿Pueden Benjamín Netanyahu y Donald Trump estar tranquilos de que destruyeron buena parte del programa nuclear? Aún queda mucho por conocer y estamos lejos de tener una estimación independiente y objetiva, idealmente de la OIEA. 

Hasta acá tenemos dos versiones. 

  • Por un lado, la CIA estima que a Irán le podría llevar “años” reconstruir las facilidades que fueron destruidas. Fox News también abonó esta versión. 
  • Por otro lado, distintos medios como CNN, el New York Times, o Reuters, dieron a conocer una estimación clasificada de cinco páginas elaborada por la Defense Intelligence Agency (DAI). El reporte indica que el ataque retrasó el programa nuclear de Irán entre uno y dos meses en el escenario más optimista y menos de un año en el más pesimista. 

Cercano a esta segunda estimación se encuentra el Jefe de la OIEA, Rafael Grossi, quien en una entrevista con CBS News ayer sugirió que Irán podría montar unas cuantas cascadas de centrífugas “en cuestión de meses” o “incluso en menos tiempo”.

¿De dónde sale la métrica para hablar de meses? De una línea de base histórica. Como explica Jeffrey Lewis, director del Programa de No-proliferación del Este de Asia del James Martin Center for Nonproliferation Studies, Irán ha podido, históricamente, instalar entra una y dos cascadas de centrífugas por semana (una cascada es un conjunto de centrífugas, más o menos 170). El cálculo de Lewis es que Irán podría instalar una planta de reemplazo similar a la de Fordow en menos de tres meses y comenzar nuevamente a enriquecer uranio.

Más allá de la reconstrucción nuclear de Irán, hay dos interrogantes más:

  • ¿Dónde están los casi 400 kilos de uranio enriquecido? No lo sabemos. Es difícil pensar que desaparecieron en los ataques de EE. UU. Se pueden haber perdido una parte, pero cuesta pensar que se perdió todo. Lo más probable es que estén escondidos y a salvo en algún lugar desconocido. De ser así, la amenaza nuclear de Irán seguirá siendo un problema sin resolver para el gobierno de Israel y la comunidad internacional en general.
  • En su entrevista, Lewis señala que también es probable que Irán tenga instalaciones nucleares de las cuales desconocemos su existencia o solo tengamos sospechas leves o infundadas.

Mi conclusión parcial:

Capacidades e intenciones no son sinónimos. La OIEA puede medir cuántas centrífugas giran, pero no puede leer la mente de Teherán. Técnicamente, tener uranio enriquecido al 60 % no tiene sentido civil alguno: ese grado de pureza solo abre camino a una cosa, y no es generar electricidad.

De allí a concluir que, si un bombardeo dañó instalaciones, también se han desinflado las ganas de construir una bomba, hay un salto de fe que ni la mejor inteligencia puede justificar. Más bien, podríamos estar ante un curioso fenómeno de retroceso tecnológico con un avance simultáneo de la voluntad estratégica: las máquinas paradas, pero la ambición intacta.

Si creías que el último episodio de “Israel-Irán: el conflicto final” había cerrado el telón, mejor tómate esto como un simple descanso: la próxima temporada podría traer más giros de guión.

Cumbre de la OTAN: a los pies de Trump

El 25 de junio pasado tuvo lugar la cumbre de la OTAN en un contexto global cargado de intensidad geopolítica. Las fricciones entre Trump y el norte global se mostraron días antes del 25, cuando en la cumbre del G7 Trump señaló sus diferencias con el bloque (un funcionario canadiense se refirió a la organización del encuentro como “preparando la alfombra roja para Godzilla”). Pero la cumbre de La Haya parece haber sido una obra unipersonal en la que casi todo giró en torno a Trump. ¿Qué cosas nos dejó el encuentro de la OTAN más allá de la auto-humillación a la que se sometió su secretario general Mark Rutte llamando “daddy” a Donald Trump?

Una declaración sin principios. Como señala Andrew Corbett del King ‘s College, en todas las declaraciones de la OTAN desde 2022, el grupo invocaba su adhesión al derecho internacional y a los propósitos de la Carta de la ONU. No fue el caso en esta ocasión. Nadie quiso irritar a Trump con reglas y principios del derecho internacional. Esto ya se pudo ver durante el ataque de Estados Unidos a Irán y en la gimnasia con que los líderes europeos evitaron cuestionar la acción de Trump. “Estados Unidos está actuando para aliviar (la) amenaza”, dijo Keir Starmer. El ataque es un paso “en la dirección correcta”, señaló Emmanuel Macron. Israel está haciendo “el trabajo sucio”, observó Friedrich Merz. ¿Legalidad? A donde vamos, no necesitamos legalidad sino tener “las cartas”, como le gusta decir a Trump.

Sin solución para la guerra en Ucrania. La cumbre de la OTAN no fue para estudiar la supervivencia de Ucrania sino para asegurar la supervivencia de la OTAN misma. El comunicado destaca la amenaza a largo plazo que presenta Rusia y la necesidad de apoyar a Ucrania, no hay una hoja de ruta, ni una negociación en marcha, ni siquiera una condena a Moscú. Parece claro que Trump juega al desgaste de Ucrania y a la necesidad de aceptar la realidad en el terreno; esto es que Ucrania acepte perder cerca del 10% de su territorio. 

Una Europa más comprometida con el gasto militar. Los miembros de la OTAN acordaron elevar el gasto militar al 3.5% del PBI, además de un 1.5% en infraestructura de uso dual, un rubro que seguramente traiga mucha contabilidad creativa. Se espera, entonces, que hacia 2035 todos los miembros de la OTAN gasten el 5% del PBI en defensa, algo que España se negó a aceptar. Claramente, Europa dio una señal costosa en términos de cuánto valora la alianza y cuánto valora la presencia de Estados Unidos en la agrupación. De hecho, algunos hablan de un acuerdo “5 x 5”: Europa aumenta el presupuesto a un 5% del PBI y Estados Unidos mantiene su compromiso con el Artículo 5 de la OTAN, que establece que el ataque a un miembro será interpretado como un ataque a toda la alianza.

Un respiro parcial. Europa aseguró, al menos por ahora, la continuidad de la alianza transatlántica. Pero la relación con Washington no se despliega sobre una sola dimensión, la estratégica, sino sobre otras dos dimensiones que no dan señal de convergencia: la guerra comercial, inspirada en el nacionalismo económico, y la divergencia entre valores liberales y antiliberales presente a ambos lados del Atlántico.

SONAR

Clima: entre la transición, la seguridad energética y la seguridad nacional

La semana pasada se dio a conocer el Statistical Review of World Energy que publica el Energy Institute anualmente desde 1952. En este SONAR, me gustaría repasar los principales números del informe para luego hacer una reflexión acerca de hacia dónde vamos en materia de transición energética.

Siendo estrictos, la transición no comenzó. En 2024, el petróleo, el carbón, el gas, nuclear, hidro, eólica y solar, todas las fuentes registraron incrementos. El mundo aún está en modo “acumulación” antes que “transición”. Sí, las renovables crecen a un ritmo mayor que los combustibles fósiles, pero el petróleo aún satisface el 34% de la demanda total de energía y todos los fósiles juntos rondan el 80% del consumo global. 

Las emisiones de carbono aumentaron 1%. El número uno en emisiones sigue siendo China, dando cuenta de un tercio del total de emisiones. Junto con la India representan el 62% del incremento de emisiones a nivel global. Se habla, sin embargo, de que China estaría llegando a su pico de demanda de petróleo. En Estados Unidos y en Europa, en cambio, las emisiones bajaron.

El mundo se está electrificando. El ritmo es más lento del deseado, pero en 2024 la demanda de electricidad creció 4%, por encima del total de demanda de energía. El “pero”: la mitad de este crecimiento viene de China, que duplicó su stock de energía solar en dos años. Hoy las tasas chinas no son de crecimiento, son de renovables: en 2024 agregó el doble de lo que agregaron Estados Unidos, Europa y la India juntos.

La producción de gas sigue creciendo. Estados Unidos, Rusia, Irán y China dieron cuenta del 53% de la producción global. China pasó de ser el sexto productor en 2015 al cuarto el año pasado. Lo que produce satisface el 56% de su demanda doméstica.

China sigue siendo adicta al carbón. El mundo consume más carbón que en 1960; pero el grueso de esta demanda es china (67% de la demanda global), seguida por la India. Esto coloca a China en los extremos del marrón y del verde: demanda más carbón que el resto del mundo combinado, pero también produce más renovables y vende más autos eléctricos que el resto del mundo. El jueves pasado, Xiaomi lanzó la pre-venta del YU7, un auto eléctrico deportivo. En 3 minutos vendió 200 mil autos.

El renacer nuclear viene lento. El sector nuclear aumentó 3% para satisfacer poco más del 5% de la demanda global de energía. No está mal si consideramos que la generación proveniente de la energía solar y eólica aumentó del 13 al 15%, un punto menos. El “pero”: dos tercios del incremento vino de Francia y Japón, que volvieron a poner plantas en servicio. 

Los minerales crecen y bajan. La minería de tierras raras creció un 3.2%. China dio cuenta del 74% de la producción global y del 48% de las reservas mundiales. La producción de litio creció 16%. Aunque Chile concentra el 23% del mercado mundial, la producción en la Argentina creció 109%. El “pero”: los precios globales cayeron en 2024: el carbonato de litio cayó 69%, el grafito 26% y el cobalto 23%. Aún se aprecia volatilidad y dificultades en encontrar un equilibrio entre anticipación de demanda y capacidad productiva.

¿Qué significa esta tendencia?

Hasta acá el ritmo global. ¿Cómo poner estos números en el contexto más amplio de la política mundial? El dato más significativo es la erosión de un orden global y el aumento de la fricción geopolítica que reconfigura las preferencias políticas en las principales capitales del mundo. Hoy tenemos guerras con misiles y guerras con tarifas. También está la guerra cultural. Venimos de la guerra contra el terrorismo. Y antes contra las drogas. Claro que nada está resuelto, pero seguimos haciendo guerras, simbólicas y materiales. 

“Siempre fue así”, me dirán. Sí, la guerra integra el repertorio que los humanos tenemos para hacernos daño más o menos desde que dejamos de ir de un lado a otro y comenzamos a quedarnos quietos unos 10 mil años atrás. Lo importante, sin embargo, es la variación. El año 2005 fue el año con menos muertes por conflicto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, según datos del Uppsala Conflict Data Program. Pero el año pasado, hubo 61 conflictos en donde al menos uno de los actores era estatal, el mayor número desde 1946.

Agreguemos a este cuadro otras disrupciones globales, incluyendo la pandemia o eventos climáticos, y lo que tenemos es que el sistema de energía global ha tenido que enfrentar disrupción de la cadena de suministros, escasez de aprovisionamiento, precios récord de energía y volatilidad de los mercados globales. ¿El resultado? La preocupación por la transición energética, impulsada por el cambio climático, pasó a estar más asociada con la necesidad de garantizar seguridad energética a través de mayores niveles de independencia y resiliencia frente al conflicto y la incertidumbre global. 

El resultado, al menos hasta acá, es que, año tras año, las grandes potencias evitaron importar combustibles al reemplazarlos con renovables. China evitó importar cerca de 87 exajulios en los últimos cinco años, una cantidad mayor que el consumo energético total de Europa en 2024. Europa y Estados Unidos también se beneficiaron en este tiempo: Europa dejó de importar unos 63 exajulios y Estados Unidos unos 34.

¿Cuál es el otro lado de la moneda? Que la competencia estratégica y la conflictividad geopolítica están desviando la atención lejos del imperativo climático. Tomando datos del primer semestre de 2025, Fernando Martín Espejo, del Global Trade Alert, señala que algo se está quebrando en el consenso verde de Occidente. Los datos del New Industrial Policy Observatory (NIPO) muestran que, en lo que va de 2025, las economías occidentales han pisado el freno en políticas industriales orientadas a la transición climática. Donde antes dominaban términos como “hidrógeno”, “eólica” o “vehículos eléctricos”, hoy mandan otros dos: seguridad nacional y geopolítica.

Las cifras son elocuentes: sólo 34 medidas industriales verdes en Occidente entre enero y junio de 2025, casi la mitad de las 62 registradas en el mismo período de 2024. Mientras tanto, el volumen total de políticas industriales se mantiene alto. No es que los gobiernos hagan menos política industrial; simplemente están redireccionando prioridades.

La tendencia es clara: en 2023-2024, sólo el 22% de las políticas industriales en Occidente se justificaban por motivos geopolíticos o de seguridad. Hoy, esa proporción se disparó al 54 %. En cambio, las medidas motivadas por objetivos climáticos cayeron al 15 %, superadas incluso por las enfocadas en competitividad económica.

No todo el mundo está en la misma página. Los países no occidentales, aunque también sienten el tirón de la seguridad nacional, no han recortado tanto sus políticas climáticas. Más bien al contrario: pasaron de dedicar un 13 % a objetivos verdes a un 20 %. Para ellos, la transición verde sigue siendo una oportunidad estratégica.

¿El riesgo? Una agenda climática mundial cada vez más fragmentada. Si cada país prioriza sus intereses geopolíticos, los proyectos verdes pierden escala, se diluye la coordinación y la transición energética global podría ralentizarse. En suma, el clima empieza a perder terreno en el tablero industrial occidental. Y eso, en un mundo cada vez más geopolítico, es una señal preocupante.

ESCRITORIO

Trump’s European Revolution es un policy brief del European Council on Foreign Relations (ECFR) de la semana pasada, basado en una encuesta a 16.440 europeos (mayo 2025, 12 países) que examina cómo la reelección de Donald Trump está redefiniendo no solo la política estadounidense, sino también las identidades políticas y las actitudes geopolíticas en Europa .

Entre los hallazgos más notables:

  • Transformación de los partidos políticos. La extrema derecha europea se ve cada vez más como la vanguardia de un proyecto “revolucionario” alineado con Trump, mientras que partidos tradicionalmente centristas se reinventan como nuevos “soberanistas” europeos dispuestos a defender su autonomía frente a Washington .
  • De proyecto de paz a proyecto de guerra. Una mayoría significativa de encuestados apoya aumentar el gasto en defensa, reintroducir la conscripción y desarrollar disuasivos nucleares propios; y aún estarían dispuestos a seguir apoyando a Ucrania si Estados Unidos los abandona .
  • Paradojas europeas. Aunque casi todos ven la elección de Trump como “mala” para Estados Unidos, sus propios países y la paz mundial (mayorías absolutas en Dinamarca, Alemania, Portugal, España, Suiza y Reino Unido) , mantienen una relativa confianza en la fiabilidad de las garantías de seguridad estadounidenses y en que Estados Unidos volverá tras el mandato de Trump. Al mismo tiempo, dudan de que Europa pueda alcanzar la autonomía estratégica a tiempo y optan por “comprar tiempo” mediante apoyo a Ucrania como sustituto de tropas estadounidenses. 
  • La diagonal partidaria. Si mirás el gráfico de abajo, vas a ver una diagonal que organiza a los partidos a partir de dos dimensiones: creencias de que el sistema político de Estados Unidos (no) funciona bien y creencias de que Trump (no) es bueno para sus ciudadanos. Hay dos cuadrantes casi vacíos: pensar que el sistema está roto pero Trump es bueno para los ciudadanos y pensar que el sistema funciona y Trump es malo para los ciudadanos. Los partidos de derecha extrema creen, básicamente, que todo está bien en Estados Unidos, tanto el sistema como su liderazgo. Los partidos, en cambio, coinciden en señalar lo disfuncional que es el sistema político como su líder. 

Federico Merke

Represas de Santa Cruz: el gobierno negocia reactivar solo una de las dos

La construcción de las represas comenzó en 2015. Debían estar terminadas en 5 años y medio, pero luego de una década se construyó menos del 30% y hace casi dos años que la obra está parada por reclamos cruzados entre los contratistas y el Estado. EconoJournal confirmó con fuentes oficiales y privadas que la intención del gobierno de Milei es reactivar al menos la central Jorge Cepernic, la obra más chica del complejo y la que tiene el mayor grado de avance, pero la negociación continúa empantanada. La historia de un proyecto accidentado donde todos se desconfían.

“La maravilla de la política consiste en convertir en obras concretas lo que siempre fueron sueños”, aseguró Cristina Fernández Kirchner el 4 de febrero de 2015 en Beijing cuando firmó la orden de inicio para la construcción de las represas de Santa Cruz. El plan preveía que ambas estuviesen terminadas en cinco años y medio, pero luego de una década se construyó menos del 30% y hace casi dos años que la obra está parada por reclamos cruzados entre los contratistas y el Estado. Fuentes oficiales y privadas confirmaron que la intención del gobierno de Milei es reactivar al menos la central Jorge Cepernic (ex La Barrancosa), la obra más chica del complejo y la que tiene el mayor grado de avance, pero la negociación continúa empantanada.

Las diferencias

La Unión Transitoria de Empresas (UTE) que integran la china GezhoubaEling (ex Electroingeniería) e Hidrocuyo detuvo la construcción en noviembre de 2023 porque el gobierno de Alberto Fernández había dejado de pagar certificados de obra y porque el Estado acumula una deuda con el consorcio que, según fuentes cercanas a la UTE, llega a los 400 millones de dólares.

El gobierno de Milei retomó esa negociación, pero luego de un año y medio siguen sin ponerse de acuerdo en ninguno de los dos puntos. Con respecto al pago de los certificados de avance de obra, la posición oficial es que no se pagan porque dejaron de llegar fondos del crédito chino. En el informe presentado el jueves pasado en el Senado, el jefe de Gabinete Guillermo Francos sostuvo que “las solicitudes de desembolso deben ser efectuadas por el contratista, y no ha presentado solicitudes de nuevos desembolsos desde el 16 de diciembre del 2022”.

Cerca de la UTE, en cambio, afirman que “los fondos no deben ser pedidos por las empresas porque el cliente del crédito es el Estado nacional”. Fuentes oficiales insisten en que no tienen problema en viabilizar esa solicitud, pero remarcan que el año pasado los privados no quisieron firmar ese pedido. “Lo que sucede es que, para pedir ese desembolso, tanto Enarsa como las contratistas tienen que firmar un documento en el que le dicen al banco que no hay ningún problema contractual y los problemas contractuales existen”, responden cerca de la UTE.

Ahí es donde aparece el segundo punto de conflicto. Los privados dicen que para poder hacer el pedido de los fondos tiene que estar normalizado el contrato, lo que incluye un acuerdo sobre cómo el Estado va a saldar la deuda de US$ 400 millones. Eso es lo que debería incluir la adenda XII del contrato, pero esa adenda no se firma porque no hay acuerdo sobre el monto de la deuda.

Fuentes del gobierno nacional vienen sosteniendo desde el inicio que la cifra que reclama la UTE está inflada y en la administración de Santa Cruz, que encabeza Claudio Vidal, coinciden con que la UTE está floja de papeles en ese punto. Enarsa cumple un rol central de comitente, supervisor técnico y coordinador institucional en la construcción del complejo hidroeléctrico.

Antes de que la obra se frenara, la UTE tenía empleados a 2858 trabajadores, pero a comienzos de 2024 el consorcio despidió prácticamente a todos y en la actualidad solo quedan 120 personas, entre los que se encuentra el personal abocado al cuidado de los activos.

Historia accidentada

La construcción de las represas tuvo problemas prácticamente desde su inicio. En diciembre de 2016, la Corte Suprema de Justicia ordenó suspender las obras hasta que se realizara un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública. En medio de ese proceso el gobierno de Mauricio Macri rediseñó el proyecto reduciendo su potencia y la cota de embalse. A fines de 2017 se reactivó el emprendimiento, pero un año después se produjo una grieta de unos veinte metros por un desplazamiento de tierra en uno de los taludes de contención del vertedero de la central más grande, lo que obligó a un rediseño del proyecto, con el consiguiente encarecimiento de la obra. Ese hecho provocó enormes dudas sobre la capacidad técnica con la que se estaban realizando los trabajos. En marzo de 2020 se sumó el freno por la pandemia, lo que encareció todavía más los costos. Finalmente, en noviembre de 2023 la contratista detuvo las obras por falta de presupuesto.

Las represas tuvieron problemas hasta con el nombre. En la primera y en la segunda licitación que se iniciaron en 2007 y 2010, ambas frustradas, se las conocía como Condor Cliff y La Barrancosa, pero en la licitación de 2012, se las renombró como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Durante la administración de Macri, les volvieron a poner el nombre anterior, pero en junio de 2021 el gobierno de Alberto Fernández las bautizó una vez más como Kirchner y Cepernic. Lo cierto es que con ninguno de esos nombres la construcción logró despegar.

Según el informe que presentó Francos el jueves pasado en el Senado, de los US$ 4750 millones previstos en el convenio de financiamiento firmado en 2014 con un consorcio de bancos chinos hasta el momento se desembolsaron US$ 1850 millones, casi el 40%, pero el grado de avance en la construcción de la represa Néstor Kirchner, la más grande, es de solo 19%, mientras que en el caso de Jorge Cepernic llega al 46%. “Resultaría más efectivo concentrar los recursos y la inversión en avanzar primero con la represa Jorge Cepernic mientras se generan las condiciones técnicas y económicas para el reinicio de la otra represa Néstor Kirchner en una etapa posterior”, reconoció Francos en su informe.

La central Cepernic representa un tercio de la obra total, las tres turbinas Kaplan de 120 MW que requiere ya se construyeron a medida tomando en cuenta el salto hidráulico y el caudal del río Santa Cruz (dos están en Argentina y la tercera en China) y, a diferencia de la represa Néstor Kirchner, no tuvo ningún problema de desplazamiento de suelo. Por eso el gobierno quiere al menos terminar esa construcción, pero las diferencias en torno a la deuda que reclaman los privados sigue trabando todo. La intención es lograr un acuerdo antes de septiembre, que es cuando termina la veda de invierno y podrían retomarse las actividades, aunque no es fácil porque es una negociación en la que todos se desconfían.

Relación tensa entre socios

Fernández de Kirchner le adjudicó la construcción del complejo hidroeléctrico en agosto de 2013 a un consorcio encabezado por la firma china Gezhouba, del que formaba parte Electroingeniería, empresa cordobesa que obtuvo múltiples contratos de obra pública durante el kirchnerismo y que terminó con sus dos principales accionistas, Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, procesados por el delito de cohecho en la causa conocida como “Los cuadernos de las coimas”. Cerca de la compañía sostienen que todas esas adjudicaciones fueron por licitación pública y remarcan que, a diferencia de otros empresarios involucrados en la causa, Ferreyra y Acosta nunca reconocieron el pago de coimas.

La empresa luego cambió su nombre por Eling y fuentes cercanas a la firma aseguran que sus dueños también cambiaron. “En 2018 Ferreyra y Acosta pidieron licencia a su cargo de presidente y vicepresidente y tomaron el liderazgo Juan Manuel Pereyra y Carlos Bergoglio hijo, quienes eran directores de Finanzas y de Ingeniería y pasaron a ser presidente y vicepresidente, respectivamente. A su vez, en 2022 se termina de concretar la salida completa de Gerardo Ferreyra y su familia de la compañía. Desde entonces, las acciones quedaron en poder de Juan Manuel PereyraCarlos Bergoglio hijo y los hijos de Osvaldo Acosta, en partes iguales”.

Sin embargo, tanto en el gobierno nacional como en el gobierno de Santa Cruz que conduce Claudio Vidal creen que el cambio de nombre y de accionistas fue principalmente cosmético. Argumentan que hay vínculos muy estrechos entre los viejos y los nuevos accionistas no solo porque los hijos de Acosta permanecen sino porque Pereyra ingresó en el área de finanzas de Electroingeniería en 1999 y fue escalando hasta convertirse en presidente luego de la detención de Acosta, mientras que Carlos Bergoglio es el hijo del ejecutivo homónimo, fallecido en 2024, que se desempeñó como director de Relaciones Institucionales y vocero de la empresa hasta que se jubiló en 2015. Por su cercanía al kirchnerismo, el gobierno nacional y en la gobernación santacruceña le tienen una profunda desconfianza a ese socio local. Incluso fuentes oficiales dejaron trascender que la relación entre Eling y Gezhouba no es buena por una deuda millonaria que la firma argentina mantiene con su socio asiático. No obstante, cerca de la compañía argentina negaron que Eling tengan una deuda con Gezhouba.

El vínculo del gobierno nacional con China tampoco es de lo más fluido. “Nosotros no hacemos pactos con comunistas”, respondió Milei en agosto de 2023 cuando el periodista Juan Pablo Spinetto de Bloomberg News le preguntó durante la campaña electoral sobre cómo iba a ser la relación con el gigante asiático si ganaba las elecciones. Una vez electo suavizó su postura. En septiembre del año pasado declaró que “China es un socio comercial muy interesante”. “No exigen nada, lo único que piden es que no les molesten”, sostuvo. Además, en noviembre se reunió con Xi Jinping en el G20 para acordar la renovación de swap de monedas. Ese giro del presidente hace prever que no debería haber inconvenientes para negociar la adenda XII, aunque el alineamiento de Milei con Estados Unidos y las presiones del gobierno de Donald Trump para que China no pise fuerte en la región generan dudas sobre la verdadera voluntad de un acuerdo

“Más allá de que existen conversaciones con el contratista, cabe señalar que no existe un deber de suscribir una enmienda al contrato. Una eventual adenda dependerá de la evaluación sobre el interés público en suscribirla”, se limitó a responder Francos en el informe enviado al Senado.

Todas las fuentes consultadas coincidieron en que las negociaciones continúan y se busca alcanzar un acuerdo, pero al mismo tiempo remarcan que esa negociación ya lleva un año y medio y no puede extenderse indefinidamente. “Si la negociación fracasa, la opción es poner fin a esta parte del acuerdo país-país, dejar sin efecto el contrato, accionar legalmente, volver a licitar la obra y buscar financiamiento para finalizar la construcción”, concluyó una de las fuentes.

Fernando Krakowiak

Grok ahora dice como sería un Pulqui II 2025 «hecho en Argentina». Le discute AgendAR

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El Pulqui II original, diseñado por Kurt Tank e ingenieros argentinos en la década de 1950fue un proyecto aeronáutico pionero en Argentina y el primer caza a reacción de la región. Sin embargo, los rápidos avances tecnológicos de la época lo dejaron obsoleto y su producción se detuvo tras cambios políticos y económicos. Solo se construyeron cinco prototipos. Ahora, la inteligencia artificial nos permite ver cómo sería un modelo 2025 “hecho en Argentina”.

Aquel Pulqui II original era un caza a reacción monomotor con alas en flecha, propulsado por un motor Rolls-Royce Nene II, que alcanzaba velocidades de hasta 1080 km/h en picado y estaba diseñado como interceptor subsónico. Contaba con cola en T, cabina presurizada y estructura metálica, pero enfrentaba desafíos como un alcance limitado, la falta de asiento eyectable y un empuje insuficiente para el vuelo supersónico.

La producción se interrumpió tras el golpe de Estado de 1955 y la posterior decisión de adquirir aviones F-86 Sabre estadounidenses. Ahora, según planteó la Inteligencia artificial Grok: “El nuevo Pulqui II no sería una simple réplica, sino un caza ligero y multifunción o un entrenador avanzado, reflejando la experiencia aeroespacial actual del país y sus limitaciones presupuestarias”.

Del mismo modo, el chatbot de la red social X imaginó que el nuevo caza “fusionaría la herencia de su diseño original con las innovaciones más recientes en aerodinámica y construcción”. “La tecnología a bordo del Pulqui II moderno lo pondría a la par de los cazas ligeros más avanzados del mundo”, completó la IA antes de enumerar varios detalles su fabricación:

  • Fuselaje y Aerodinámica:
    • Configuración: Adoptaría un diseño monomotor de ala baja con aerodinámica avanzada. Las alas en flecha originales de 40° podrían evolucionar hacia una configuración delta o delta compuesta para una maniobrabilidad superior y un alto ángulo de ataque.
    • Materiales: Se haría un uso extensivo de compuestos (fibra de carbono, fibra de vidrio) y aleaciones de titanio para reducir significativamente el peso y aumentar la durabilidad, a diferencia de la construcción totalmente metálica del modelo original. Esto mejoraría el consumo de combustible y la integridad estructural.
    • Sigilo Parcial: Aunque no sería un avión totalmente sigiloso como el F-35, un Pulqui II moderno podría incorporar características de sigilo parcial, como compartimentos de armas internos y diseños de antenas conformes, para reducir su detectabilidad.
  • Cabina Digital: Una cabina de cristal con pantallas multifunción (MFD), pantalla de visualización frontal (HUD) y sistemas de visualización montados en el casco para una percepción de la situación superior. Se podrían integrar controles activados por voz y toma de decisiones asistida por IA.
  • Radar y Sensores: Equiparía un radar de matriz activa de barrido electrónico (AESA), como una versión reducida del Leonardo Raven ES-05, para una detección y seguimiento de objetivos superiores. Los sistemas electroópticos/infrarrojos (EO/IR) apoyarían las misiones de ataque terrestre.

Guerra Centrada en Red: Contaría con sistemas de enlace de datos compatibles con los estándares de la OTAN (Link 16) para la interoperabilidad con fuerzas aliadas, permitiendo compartir datos en tiempo real.

En tanto, la Inteligencia artificial indicó que el motor del nuevo Pulqui II sería “la clave para alcanzar un rendimiento muy superior al de su predecesor, permitiendo vuelo supersónico sostenido”. “Ofrecería un mejor consumo de combustible específico, abordando el alcance limitado del Pulqui II original. La adición de tanques de combustible externos o conformados podría ampliar aún más su radio de acción”, completó Grok.

  • Motor Moderno: Estaría impulsado por un motor de turbofán moderno, como el General Electric F414 (utilizado en el F/A-18 Super Hornet) o un derivado del Eurojet EJ200 (del Eurofighter Typhoon), que proporcionarían entre 20.000 y 22.000 lbf de empuje. Esto le permitiría alcanzar velocidades supersónicas (Mach 1.5-2.0) y, posiblemente, capacidad de supercrucero (vuelo supersónico sostenido sin postcombustión).

Vectorización de Empuje (Opcional): Podría integrar toberas vectorizadoras de empuje para una mayor agilidad, especialmente en misiones de superioridad aérea, aunque esto implicaría un aumento de costos.

En tanto, la Inteligencia artificial indicó que el motor del nuevo Pulqui II sería “la clave para alcanzar un rendimiento muy superior al de su predecesor, permitiendo vuelo supersónico sostenido”. “Ofrecería un mejor consumo de combustible específico, abordando el alcance limitado del Pulqui II original. La adición de tanques de combustible externos o conformados podría ampliar aún más su radio de acción”, completó Grok.

  • Motor Moderno: Estaría impulsado por un motor de turbofán moderno, como el General Electric F414 (utilizado en el F/A-18 Super Hornet) o un derivado del Eurojet EJ200 (del Eurofighter Typhoon), que proporcionarían entre 20.000 y 22.000 lbf de empuje. Esto le permitiría alcanzar velocidades supersónicas (Mach 1.5-2.0) y, posiblemente, capacidad de supercrucero (vuelo supersónico sostenido sin postcombustión).
  • Vectorización de Empuje (Opcional): Podría integrar toberas vectorizadoras de empuje para una mayor agilidad, especialmente en misiones de superioridad aérea, aunque esto implicaría un aumento de costos.
Así sería el el caza Pulqui II modelo 2025 “hecho en Argentina”, según la Inteligencia artificial Grok
  • Velocidad: Una velocidad máxima de Mach 1.8-2.0, con capacidad de supercrucero a Mach 1.2-1.4.
  • Autonomía: Aproximadamente 2.500-3.000 km con tanques externos, una mejora sustancial respecto a la limitada autonomía del original.
  • Techo de Vuelo: De 15.000-18.000 metros, superando los 13.500 metros del modelo original.
  • Maniobrabilidad: Capacidad de 9G con controles fly-by-wire para una agilidad excepcional.

Armamento del Pulqui II modelo 2025, según Inteligencia artificial

Por otra parte, el chatbot completó que el nuevo Pulqui II estaría diseñado para ser un verdadero «cuchillo suizo» en el aire, capaz de llevar una amplia gama de armamento. Una combinación de municiones aire-aire y aire-tierra, que incluirían:

  • Misiles guiados por infrarrojos de corto alcance (ej. AIM-9X Sidewinder o Diehl IRIS-T).
  • Misiles más allá del alcance visual (ej. MBDA Meteor o AIM-120 AMRAAM).
  • Municiones guiadas de precisión (ej. JDAM, SDB) para ataques terrestres.
  • Un cañón interno de 20 mm o 30 mm para enfrentamientos a corta distancia.
  • Modularidad: Contaría con bahías de armas modulares y puntos duros (4 a 6 estaciones subalares) para acomodar varias cargas útiles, incluyendo misiles antibuque o armas de separación, en línea con sus capacidades multifunción.

Comentario de AgendAR:

Los errores de diseńo en que incurre Grok son interesantes. Grok piensa que el Nuevo Pulqui 2 sería un refrito del F-16 con ala delta. Dado que el Pulqui 2 fue discontinuado en 1956 y la Fábrica Militar de Aviones también, al menos como diseñadora de jets de combate, no existe un linaje de Pulquis derivados del diseño original de Kurt Tank.

En suma, no sabemos cómo sería un Pulqui hoy, porque ni el país ni la fábrica en que nació son lo mismo.

El diseño y construcción de cazas es cosa de países ricos, con una tradición, o al menos una vocación industrial y una base de recursos humanos muy calificados. Entre 1940 y 1955 la Argentina pudo ser eso: la industria sustitutiva nos sacó del rol de «granero del mundo» y nos volvió brevemente la ferretería industrial del Cono Sur.

Argentina había sido pionera regional en aeronáutica, con la fundación de la Fábrica Militar de Aviones en 1927. Hasta 1943, esta planta tuvo un rol un poco vegetativo: fabricó mayormente bajo licencia y en series reducidas unos 15 aparatos monomotores. Estábamos lejísimos de ser una eminencia aeronáutica, pero fuimos ganando en talleres, reparaciones, y en construir una cadena de proveedores y buena mano de obra especializada.

1943 es un año liminar: la fábrica presentó sus dos primeros (y únicos, y últimos) ejemplos de motorización local: los pistoneros radiales «El Indio» y «El Gaucho». Ahí ya hay una decisión implícita de llevar las cosas a otro nivel. El almácigo estaba listo para ser plantado.

1943 es también un momento en el que queda claro quiénes van a perder la guerra, y algunos empíezan a hacer discretamente las valijas. La Argentina terminó siendo una buena pista de aterrizaje para cantidad de ingenieros aeronáuticos europeos como el citado Tank, los hermanos Hórten, el polaco Riczard Dyballa y el marqués Cesare Pallavicini, y siguen las firmas.

No venían solos. Cada cual traía casi casi completos sus equipos expertos fogueados en aviación militar práctica. Tank, de hecho, desde 1941 hasta 1945 podía jactarse de haber diseñado el mejor caza de toda la Segunda Guerra, el Focke Wulf 190, con todas sus derivaciones. De la noche a la mañana nos quedamos con la crema de la aeronáutica del viejo continente, y con chequera para bancarla.

Es decir que el Pulqui 2 no salió de un repollo. Se vino a la Argentina en la cabeza de Kurt Tank y sus casi 60 expertos con el nombre de Ta-183 Huckebein («Cuervo»), quizás el caza más feo de la 2da Guerra. Nunca llegó a construirse. Habría sido un interceptor de corta autonomía y trepada muy rápida: exactamente lo que necesitaba una Alemania con territorio decreciente, el Ejército Rojo a la puertas, y bajo bombardeo 24×7 por parte de los Aliados Occidentales.

Entre la fealdad del Huckebein y la belleza clásica del Pulqui 2 no hay una crisis estética de Tank. Lo que entiende el alemán es que en un país de 2,74 millones de km2, que sólo ha producido dos motores pistoneros, y con tres o cuatro pistas aéreas pavimentadas, hay que hacer otra cosa muy diferente de un interceptor. Y como Inglaterra avisó que sólo pagaría su deuda de guerra no en plata sino en especies, Perón, que tuvo que optar entre no cobrar nada o bancarse chatarra de descarte como los Gloster Meteor, aprovechó para sacarle al gobierno laborista de Clement Attlee los planos y la capacitación para construir las turbinas Rolls Royce Nene.

Tipo acostumbrado a arreglárselas con lo que hay, Tank acomodó la Nene, que como toda turbina de flujo radial es tan aerodinámica como un barrilito, en un fuselaje mucho más largo que el del Huckebein. En este país donde las distancias entre A y B son generalmente enormes, es el modo de alojar unos tanques de combustible importantes, que permitan al menos volar desde Córdoba a Capital ida y vuelta.

Un poco sin darse cuenta, Tank estaba transformando su interceptor Huckebein en un caza más moderno, apto para escolta y ataque a tierra, casi un multirrol. Y como aquí había que operar desde pistas de polvo, o de pasto si había suerte, el alemán le metió al avión resultante un tren de aterrizaje muy robusto, presionado por los ingenieros aeronáuticos argentinos Norberto Morchio y Humberto Ricciardi.

En suma, el país, su geografía y su historia rediseñaron al Huckebein y lo volvieron un animal enteramente distinto. Lo que retuvo fue las alas en flecha, el extraño empenaje en forma de T, con un timón de deriva enorme, y el tren de aterrizaje tipo triciclo, con rueda frontal.

Muy pocos diseños aeronáuticos soportan el paso del tiempo sin cambios drásticos de función y forma, y esos se vuelven clásicos. Un transporte militar Hércules sigue hoy sigue siendo muy parecido al modelo de 1954, pese a las diferencias de motorización y aviónica. Mantener el nombre durante más de 70 años no es simplemente una viveza comercial.

Otra cosa es resucitar nombres viejos gloriosos para ponérselos a aviones nuevos con los que no hay nada en común, como el caso de los cazas Grumman para portaaviones de la 2da Guerra y los de los años ’70. Es el caso del Tomcat. El primer Tomcat es fue un pistonero radial, tosco como un arado y feo como un forúnculo, pero resistente a todo tipo de daños. Sus pilotos lo llamaban «el tanque de aluminio». El segundo Tomcat es el que vimos en Top Gun, con una ingeniería complejísima, que incluía un ala de geometría variable.

Lo que hay de común entre el primero y el segundo Tomcat es que la fábrica y el país siguen siendo los mismos, y ambos mantienen una herencia tecnológica, científica e industrialista. Obviamente no es el caso de la Fábrica Argentina de Aviones, con más muertes en el debe que resucitamientos en el haber, y tampoco el de la Argentina.

El Pulqui que nos regala Grok es bonito, pero probablemente no lograría despegar, y si lo hiciera, sería difícil que aterrice. Es una suma de errores de diseño, y no tiene absolutamente ningún parentesco técnico con nuestro Pulqui 2.

En plan de política-ficción, se puede especular con qué evolución hubiera tenido el Pulqui si Perón cumplía con su segundo mandato de gobierno hasta 1957, como mandaba la Constitución. Podrían haberle sucedido varias cosas: la primera es la radarización, con un radomo cónico sobre la toma de aire frontal, más o menos como la que desarrolló la Fiat para hacer su propia versión del Sabre F-86, el G-91, que fue mucho mejor que el Sabre porque los italianos le sacaron algunas toneladas de cosas superfluas.

Como en nuestro país habría sido difícil sacar un radar en serio de la galera, bajo ese radomo al menos habría podido caber un radar de tiro para cañones. Ponerle un radar de barrido mecánico habría sido posible: teníamos una industria electrónica bastante buena, en los ’50 y ’60. Pero un radar imaginario argento habría tenido una sección frontal bastante grande, de modo que la toma de aire frontal probablemente habría dado lugar a dos tomas laterales. Es lo que hizo Tank en la India, con su segundo jet de combate, el HAL Marut.

El fuselaje del Pulqui se habría alargado y afinado al medio, en búsqueda de aumentar la capacidad de combustible y disminuir la resistencia aerodinámica. Son evoluciones previsibles, ya que las que siguieron los cazas monomotores estadounidenses, británicos, franceses y soviéticos.

En los ’60 y los ’70, los interceptores dejaron de ser interceptores y se volvieron aviones de superioridad aérea. Su misión ya no era defender un territorio y derribar bombarderos atacantes cayéndoles desde arriba, sino dominar el aire de un lugar determinado y durante un tiempo determinado. Los cañones dejaron de ser el arma principal: la aparición de los misiles aire-aire guiados por infrarrojo hizo más raro el «dogfight», la pelea giratoria entre cazas a distancia visual.

La mejora de los sistemas de guiado y de propulsión de los misiles hizo que los contendientes pudieran agredirse a distancias de decenas de kilómetros y sin haberse visto jamás, y obligó a los pilotos a desarrollar habilidades nuevas y diferentes a las de la acrobacia aérea. Y eso a su vez generó diferencias en el diseño estructural de los aviones: si no llevabas suficientes misiles, tus limitaciones en misión ya no pasarían por la cantidad de combustible, sino también por tu armamento disponible.

El ser muy supersónico, es decir superar el Mach 2, dejó de ser relevante. Por mucho que te apures, un misil, no importa si disparado desde el aire o la superficie, va a ir más rápido que tu avión. Andá pensando en contramedidas físicas, como las bengalas o el chaff, o en defensas electrónicas que confundan al misil o al que lo dispara. O date por muerto.

Si la Argentina hubiera conservado su industrialismo y la Fábrica Militar de Aviones su identidad, el Pulqui probablemente habría llegado al centenar de aparatos (los que figuraban en planes de la Fuerza Aérea en 1945). Tank habría podido dedicarse a los puntos flojos: mejorar la estabilidad en vuelo lento de su criatura, y su capacidad de llevar cargas «desprendibles», ya se tratara de tanques suplementarios, de bombas bobas o de misiles aire-tierra, aire-mar o aire-aire.

¿Habría sido exportable el Pulqui 2? Joder, en 1956 ya lo era de sobra. Teníamos más de 300 pedidos por Pakistán y Holanda. Hasta la Lockheed, que no había podido presentar un caza decente desde los años ’40, se lo quería llevar «bajo licencia».

¿La exportación habría asegurado el destino de la fábrica y la marca? Eso es especular demasiado. A medida que el mundo bélico iba reduciéndose a una riña por intermediarios entre EEUU y la URSS, los grandes fabricantes de cazas de Europa entraron a quebrar uno tras otro, y el que no quebró se fusionó, es decir, se lo comieron vivo. Haga la prueba y pregunte por Hawker, por Supermarine, por Gloster, por Aermacchi, por Fokker, por Douglas, y siguen los nombres. ¿Quién los conoce, hoy?

Los cazas son animales caros de crear y de mantener. En los ’80, los únicos PBI que podían mantener un stud diversificado de aviones de superioridad aérea y de intercepción eran los EEUU y la URSS, ya un poco un mundo de Lockheeds contra MiGs. Las subpotencias miraban el duelo desde afuera, con sus Dassault y sus Saab.

Los que no quieren morir en la ultraespecialización apelan al diseño multirrol. Tank quizás se habría adelantado a la idea francesa y sueca de un ala delta muy rápida, pero combinada con un par de canards al frente. Los canards pueden tener distintas funciones, pero la principal suele ser la generación de vórtices de baja presión sobre el extradós alar. Eso garantiza mayor sustento alar en maniobra escarpada y/o lenta.

Es bastante probable que el Pulqui 3, de existir, se pareciera un poco al Laví israelí, y bastante más al Saab Gripen sueco. Subrayo el «de existir», porque lo propio de nuestra época es el «derribo en tierra». Sin pilotos ni misiles y usando únicamente chantaje diplomático, la Lockheed logró que el IAI Laví se cancelara tras sólo fabricarse tres prototipos: no era cuestión de complicarle el mercado al F-16 Viper, y el Lavi lo habría hecho. Era mejor.

Los chinos, a la sazón amigos de Israel, se lo compraron sin papeles y tal es el origen del J-10C, el caza monomotor más numeroso de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China. Como analista de tendencias, Grok no parece un árbitro imparcial: se le escapa la otra mitad del mundo.

Si hay que guiarse por los puros números, el caza más fabricado de estos días es el J-10, con alrededor de 50 fabricados cada año por Chengdu Aicraft Corporation. ¿Se parece en algo al Pulqui 3 Grok? Ni ahí. Grok, se te vive escapando la tortuga.

El único mundo más inmisericorde que el aeronáutico es el de la motorización aeronáutica. El proyecto Pulqui 2 tenía sentido porque la Argentina podía fabricar TODO el avión, incluida la turbina. Para ello, había firmado una transferencia de tecnología con Rolls Royce para poner dos plantas: una para fabricar el modelo Avon, y otra para el Nene, algo más poderosa.

De esa fábrica no queda ni el recuerdo.

Lo digo en forma literal. La Argentina es un país experto en hacer desaparecer personas, sindicatos y ramas enteras de la producción, pero sigo sin entender por qué los nostálgicos se olvidan de que tuvimos una fábrica de turbinas. Como las aviones son lindos e icónicos y las turbinas no, rememoran las grandezas del Pulqui 2, denostan la prosapia del brigadier general Heriberto Ahrens, aquel olvidable gorra cuyo mayor mérito como aviador fue cancelar aquel programa, y se ajustan a su ritual de viudas.

Përo incluso los más tangueros se olvidan de que en 1954 estábamos testeando las primeras Nene. Que es lo que cuenta.

Onda, que puedo tener el mejor carro del mundo, pero mejor que no me falte el caballo. Tengo amigos repletos de cultura aeronáutica, capaces de diferenciar un remache de Gloster Meteor de otro de un Mirage III, que niegan que alguna vez esa planta haya existido. También tengo un amigo que trabajó en ella a los 15 años.

Redondeando, si el Pulqui 2 hubiera sobrevivido al golpe de estado de 1955, se habría quedado rápidamente sin motores. Entre 1950 y 1953, las turbinas de flujo radial, como las que propulsaban el feroz MiG 15, habían llegado a su límite. No podían mejorarse, se habían vuelto una vía muerta, en el sentido tecnológico.

Dato interesante, el MiG 15 usaba una turbina Klimov, hecha por ingeniería inversa de la Rolls Royce Nene.

El futuro lo tendrían las turbinas de flujo axial, entre muchas causas por su menor sección frontal. Pero cuando la fábrica cordobesa de las Nene fue rasqueteada hasta de las memorias, eso no era siquiera previsible. Cuantimás después de que el MiG 15 probara ser el caza más letal de la guerra de Corea entre 1950 y 1952.

Dato interesante, el MiG-15 fue hecho a partir de planos del Huckebein de Kurt Tank, de ahí su enorme parecido.

Grok se autodenomina un buscador potenciado por inteligencia artificial que trata de ser imparcial y objetivo, pero lo dicho: se le escapa la otra mitad del planeta.

El radar de nuestro Pulqui imaginario sería un AESA hecho por INVAP. ¿Para qué usar un Thomson o un Galileo si tenemos prestaciones equivalentes, menor precio y repuestos, service y garantía locales? Lo bueno de tener un caza POCO multinacional por sistemas es que es todo tuyo, y podés elegir tus guerras.

Ya que estás ahí, Grok, desconfío de esa toma gigante en el dorso de la popa: queda justo detrás de la cabina burbuja, y esta generaría turbulencias en el aire ingerido por la turbina. Esto provocaría fácilmente «flame out» por inversión de flujo de aire. Eso mató a uno de los pilotos de prueba del Pulqui 2, una parada súbita de turbina a baja altura.

Los misiles y radares no serían necesariamente compatibles con códigos OTAN para operación conjunta con esa alianza, con la que tenemos una disputa por esas islas demasiado famosas. Serían más bien compatibles con armas tanto occidentales, rusas y chinas, todo junto, como la aviónica del caza liviano pakistaní JF-17. Agarrá los libros de historia, Grok. Buscá «Guerra de Malvinas».

Para comprarse un caza, lo que necesita un país es tener plata. Para fabricar caza, lo que necesita un país es tener un país, y la memoria de serlo. Ya no es nuestro caso.

Las inteligencias artificiales a veces son amplificadoras de los prejuicios naturales. Según su visión del Pulqui, Grok es a la inteligencia artificial lo que su dueño, Elon Musk, es a la fabricación automotriz.

El que sea dueño de un Tesla, que pase al estrado y rinda testimonio.

Daniel E. Arias

China o EE.UU.: ¿quién va ganando en América Latina?

El anuncio del presidente de China, Xi Jinping, de una línea de crédito de 9100 millones de dólares, inversiones en infraestructura y exenciones de visado para varios países latinoamericanos fue solo el ejemplo más reciente de cómo China está aprovechando la agenda negativa del presidente Donald Trump en la región.

 Xi hizo estos anuncios durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) el 13 de mayo en Pekín. Allí, presentó a China como el “bueno de la película”, en contraste con los aumentos de aranceles, los recortes de ayuda exterior y las restricciones migratorias impulsadas por Trump.

“No hay ganadores en las guerras arancelarias ni en las guerras comerciales”, dijo Xi en su discurso inaugural ante presidentes como los de Brasil, Colombia, Chile y altos funcionarios de unos 30 países. “Las políticas intimidatorias y hegemónicas solo conducen al autoaislamiento”.

Se refería claramente a los aumentos arancelarios de Trump, así como a sus recortes de ayuda exterior, su ofensiva contra los inmigrantes y su promesa de “retomar el control” del Canal de Panamá.

El nuevo megapréstamo permitirá a las empresas chinas aumentar sus inversiones y su comercio con la región, aseguró Xi.

Además, anunció una política de entrada sin visado para turistas de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay. A partir del 1° de junio, los visitantes de estos países podrán permanecer hasta 30 días en China sin necesidad de visa. Funcionarios chinos señalaron que esta política podría extenderse a otros países latinoamericanos.

China también invitará anualmente a 300 políticos latinoamericanos y caribeños a visitar el país durante los próximos tres años. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, predijo una “década dorada” para las relaciones entre China y América Latina, según informó el South China Morning Post.

En una irónica inversión de roles, el régimen comunista chino es visto ahora por varios países como un defensor del libre comercio y del multilateralismo, mientras que los Estados Unidos de Trump son percibidos como una nación populista que no respeta los acuerdos y practica el nacionalismo económico.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo en su discurso ante la Celac: “El presidente Xi Jinping y yo abogamos por un comercio justo, basado en las normas de la Organización Mundial del Comercio”. Y añadió, en eco de las palabras de Xi: “Las guerras comerciales no tienen ganadores”.

Es cierto que la economía china está creciendo menos que antes y que esta nueva línea de crédito es menos de la mitad de lo que China ofreció en la primera cumbre de la Celac en 2015. Sin embargo, este préstamo permite a China proyectarse como un socio más confiable para la región que Washington.

 Ryan Berg, experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, me dijo que lo que más le preocupa son las invitaciones de China a 300 políticos latinoamericanos al año para mostrarles el “modelo de gobernanza chino”.

 “¿Qué demonios es eso?”, me preguntó Berg. “Parece un intento de transmitir el mensaje de que la autocracia es un modelo de desarrollo aceptable”.

Lo cierto es que, mientras China anuncia préstamos, inversiones, visas y turismo político, Trump solo proyecta una imagen negativa de América Latina, sin proponer soluciones que beneficien a ambas partes.

 Cuando Trump habla de América Latina, se refiere a crímenes atroces, drogas e inmigración ilegal, en lugar de destacar oportunidades de cooperación.

 Y cuando una periodista le preguntó por América Latina en su primer día de regreso a la Casa Blanca en enero, Trump respondió: “No los necesitamos. Ellos nos necesitan a nosotros”. Pero en realidad, Estados Unidos necesita que América Latina crezca para poder aumentar el comercio, atraer inversiones y reducir la migración.

Para ser justos, la falta de atención de Washington hacia América Latina y la creciente presencia de China comenzaron hace unas dos décadas, mucho antes del primer mandato de Trump.

Pero Trump está empeorando la situación al no presentar ninguna agenda positiva y mostrar públicamente su desprecio por la región. Los chinos, mientras tanto, encantados.

Andrés Oppenheimer

Juicio YPF: el fallo de Preska pretende obligar al Estado argentino a negociar con el fondo Berford

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La jueza Loretta Preska, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, ordenó al Estado argentino transferir las acciones que posee en YPF a los fondos Burford Capital y Eton Park como parte de pago por la expropiación de la petrolera concretada en 2012. El fallo constituye un duro golpe para Argentina y fuerza al gobierno de Javier Milei, que ya anticipó que apelará, a sentarse a negociar, algo que hasta ahora había estado evitando.   

La magistrada había fallado de manera definitiva a favor de ambos fondos en septiembre de 2023 ordenándole al Estado argentino pagar unos US$ 16.000 millones. El gobierno debería haber depositado una garantía durante el proceso de apelación, pero como no lo hizo ahora Preska accedió al pedido de embargo sobre las acciones de la petrolera, en contra de la recomendación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos

Según informes del Administrative Office of the U.S. Courts, organismo central de apoyo administrativo del Poder Judicial de ese país, menos del 10% de los fallos de primera instancia son revertidos en instancias superiores. Por lo tanto, las posibilidades de lograr algo por la vía judicial son extremadamente bajas, lo que obliga al gobierno a tener que negociar con Burford Capital para cancelar su deuda, quien también lleva la demanda de Eton Park.

Este nuevo fallo de Preska llega cuando todavía no se resolvieron las apelaciones por su decisión anterior que se tramitan en la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York. Allí tanto la Argentina como Burford están buscando la revisión del fallo de primera instancia. Los demandantes piden que se incluya a YPF como culpable de la estatización, mientras que el Estado argentino quiere que se revierta la sentencia.

El impacto sobre YPF

Si bien el nuevo fallo de Preska también será apelado, la decisión impacta de lleno sobre YPF. En marzo de 2023, la magistrada había dejado formalmente a la petrolera fuera de la causa al dictaminar que no era responsable de los daños reclamados.

Esa decisión se basó en el razonamiento de que la obligación de lanzar una oferta de compra no correspondía a YPF, sino al Estado argentino, que tomó control de las acciones sin seguir las reglas establecidas en el estatuto de la propia empresa.

Sin embargo, en los hechos ahora YPF vuelve al centro de la escena y a la compañía le será complicando continuar normalmente con sus planes de inversión. Por ese motivo, sus acciones sufrieron una fuerte caída tanto en Nueva York como en Buenos Aires luego de que se conoció la noticia.

Cerca del gobierno destacan que la decisión de Preska es de cumplimiento imposible porque las acciones de YPF que tiene el Estado argentino están registradas en la Caja de Valores de Buenos Aires, no en Estados Unidos. Además, la ley 26.741, que habilitó la expropiación, prohíbe al Gobierno transferir las acciones expropiadas sin la previa aprobación del Congreso. Sin embargo, el daño sobre la petrolera argentina ya está hecho.

Javier Milei junto al presidente de YPF Horacio Marín.

La historia del juicio

El fondo inglés inició en 2015 el litigio contra YPF y el Estado argentino en nombre de las sociedades Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, instrumentos radicados en Madrid con los que la familia Eskenazi había comprado el 25,4% de YPF entre 2008 y 2011.

Gracias a un acuerdo que no tenía ninguna racionalidad económica, impulsado por el entonces presidente Néstor Kirchner, los Eskenazi habían financiado la compra de las acciones de YPF con créditos que insólitamente iban cancelando con los dividendos que obtenían de la compañía. Cuando el Estado argentino desembarcó en la firma en 2012, se dejaron de pagar dividendos y los Ezkenazi perdieron sus acciones a manos de los acreedores que le habían prestado el dinero, entre quienes figuraban Credit Suisse, Goldman Sachs, Citi, BNP, Itaú, Standard, Santander e incluso la propia Repsol.

El administrador concursal Luis Armando Betancor, del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, decidió entonces que la mejor forma de sacar valor del proceso era reclamarle al Estado argentino y a YPF una indemnización. El argumento central era que, cuando el 51% de la firma pasó a manos del Estado argentino, el estatuto societario de la compañía lo obligaba a hacer una oferta pública de adquisición por el 49% restante. Ante la falta de recursos para financiar el juicio, Betancor abrió un concurso y fue Burford Capital quien se terminó quedando con el derecho de litigar.

En el balance anual de 2015, Burford informó a sus accionistas que había sido designado para financiar a los liquidadores de las sociedades Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, que quebraron luego de la expropiación, llevando adelante una demanda contra el Estado argentino e YPF en los tribunales de Nueva York. Allí reconoció que “Burford tiene derecho al 70% de la recuperación en el caso de Petersen (del cual Burford deberá pagar gastos significativos)”.

Se supone que el 30% restante de los beneficios quedará para la administración del concurso, la cual debería repartir ese dinero entre los acreedores del Grupo Petersen. No está claro si la familia Ezkenazi también podría percibir algún beneficio. Ellos lo han negado cada vez que tuvieron oportunidad, pero en el gobierno argentino, e incluso en el mundo empresario, hay quienes desconfían de que efectivamente hayan quedado al margen. Incluso se especula con algún tipo de acuerdo privado entre los Ezkenazi y Burford. A su vez, Burford ha ido vendiendo partes de su porcentaje.

Burford financió además la demanda de Eton Park, el tercer mayor accionista de YPF después de Repsol y Petersen en el momento de la expropiación. En su balance anual de 2019 el fondo inglés aseguró que llevaba invertidos US$ 26 millones en los reclamos de Eton Park, “que son esencialmente idénticos a los reclamos de Petersen y siguen el mismo camino de litigio en EE. UU”.

A su vez, reveló que en ese caso había acordado embolsar el 75% de los ingresos que pudieran recuperarse a partir de la demanda. Por lo tanto, se supone que Eton Park se quedará con el 25% restante.

Fernando Krakowiak

El gobierno plantea políticas de defensa y seguridad ante posibles repercusiones del conflicto en Medio Oriente

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El Gobierno del presidente Javier Milei impulsa una estrategia anticipatoria y coordinada para blindar a la Argentina frente a posibles amenazas internacionales derivadas de las tensiones en Medio Oriente entre Irán y Estados Unidos e Israel.

Mientras el mundo observa con creciente preocupación la posibilidad de una escalada militar, el gobierno argentino comenzó a delinear una serie de acciones anticipatorias destinadas a fortalecer la defensa nacional ante eventuales repercusiones globales

Las recientes tensiones entre Irán, Estados Unidos e Israel, sumadas a los antecedentes locales de terrorismo internacional, colocan a Argentina en un lugar de atención estratégica en el escenario regional.

El gobierno argentino comenzó a delinear una serie de acciones anticipatorias destinadas a fortalecer la defensa nacional ante eventuales repercusiones globales.

Seguridad y defensa: una estrategia preventiva y multisectorial

En este sentido, fuentes oficiales confiaron que se han comenzado a activar mecanismos de coordinación entre el Ministerio de Defensa, Seguridad, Cancillería e Inteligencia, siguiendo un enfoque integral y preventivo, en línea con la Ley de Defensa Nacional. El objetivo es claro: anticiparse a cualquier tipo de amenaza directa o indirecta que pudiera derivarse de un conflicto que, aunque lejano geográficamente, podría tener impactos concretos en América Latina y en particular en Argentina.

El enfoque contempla desde el refuerzo de capacidades defensivas tradicionales hasta medidas específicas de contrainteligencia, ciberdefensa y cooperación internacional. La experiencia trágica de los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel en la década del 90’ es un antecedente que sigue marcando las decisiones estratégicas del país en este tipo de escenarios.

Blindaje en puntos sensibles de Argentina

Sin brindar detalles operativos, se confirmó que se están tomando medidas especiales en zonas consideradas críticas, como la Triple Frontera, principales nodos portuarios y aeropuertos, además de misiones diplomáticas extranjeras. También se busca fortalecer las capacidades de reacción inmediata y protección de infraestructura crítica, incluyendo redes de energía, transporte y sistemas satelitales.

En paralelo, las fuerzas de seguridad están incrementando su nivel de alerta y coordinación, especialmente en grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde se realizarán simulacros de evacuación y respuesta ante posibles eventos de emergencia.

Diplomacia activa y respaldo internacional

Asimismo, desde la Cancillería, se está impulsando una agenda de reuniones con aliados estratégicos y organismos multilaterales, reforzando la cooperación en materia de defensa y seguridad. También se han iniciado conversaciones con países vecinos para compartir información y establecer protocolos comunes de actuación ante eventuales crisis regionales.

En este sentido, se menciona la posible activación de mecanismos bilaterales con Estados Unidos y otros países del hemisferio occidental, así como instancias regionales de defensa como el Consejo de Seguridad de la ONU o el TIAR, en caso de que la situación internacional lo amerite.

Información sin alarmas, pero con firmeza

Consciente de la sensibilidad del tema, el Ejecutivo está trabajando en una estrategia de comunicación que combine la transparencia institucional con la necesidad de evitar alarmismo. Para ello, se prevé la activación de un comité de voceros oficiales y el monitoreo activo de redes sociales y medios de comunicación, con el objetivo de prevenir la circulación de noticias falsas o campañas de desinformación.

El gobierno nacional está tomando medidas especiales para zonas consideradas críticas, como la planta de Atucha o la Triple Frontera.

Argentina: un país no beligerante, pero con memoria

En esta coyuntura, Argentina no participa en conflictos armados internacionales, pero los antecedentes de ataques terroristas en suelo nacional la colocan en una posición particular de vulnerabilidad

Su condena al terrorismo, su cercanía diplomática con países como Estados Unidos e Israel, y la presencia de comunidades y objetivos potencialmente sensibles, hacen que se tomen recaudos adicionales.

Por lo tanto, desde el Ministerio de Defensa se insiste en que se trata de una “estrategia defensiva, preventiva y soberana”, en cumplimiento del derecho internacional y con pleno respeto a las garantías constitucionales. Sin embargo, el tono es claro: frente a amenazas híbridas y difusas, que van desde el ciberataque al sabotaje urbano, la respuesta debe ser integrada, moderna y decidida.

El futuro se juega hoy

La lectura oficial es que la preparación ante un escenario incierto no puede dejarse para último momento. “Prevenir es defender”, afirman desde el entorno del ministro Luis Petri. Por eso, aunque el país no esté en guerra ni enfrente agresiones directas, se asume con responsabilidad la necesidad de estar listo ante cualquier situación. En definitiva, la historia ha demostrado que la distancia geográfica no siempre protege frente a conflictos globales. En tiempos de interconexión, la mejor defensa empieza mucho antes del primer disparo.

Daniel Esteban

Nuevo gigante cerealero global: la fusión de Bunge y Viterra espera la aprobación de China

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Uno de los mayores operadores del comercio de granos del mundo, Bunge, está a punto de obtener una resolución de los reguladores chinos sobre su compra por US$8200 millones de Viterra. Así lo informó la agencia Reuters.

Se espera un veredicto en los próximos días, según dijo Bloomberg News, que luego mencionó Reuters. La fusión, anunciada inicialmente en 2023, “crearía un gigante global del comercio y procesamiento de cultivos con una escala más cercana a la de sus principales rivales: Archer-Daniels-Midland (ADM. N), y Cargill“. A nivel global Bunge integra el denominado grupo de las grandes ABCD, que incluye a Archer-Daniels-Midland Co., la misma Bunge, Cargill y Louis Dreyfus.

Tanto Bunge como Viterra son firmas que tienen presencia en el comercio agrícola en la Argentina. Son relevantes en la industrialización de soja, como en biodiésel y otros productos, y en la venta al exterior. Vale agregar que en la Argentina Bunge y Viterra formaron parte de los interesados estratégicos en controlar, junto a la cooperativa ACA, a la cerealera Vicentin.

El acuerdo ha obtenido la mayoría de las aprobaciones globales necesarias para la fusión, incluidas las de la UE y Canadá
El acuerdo ha obtenido la mayoría de las aprobaciones globales necesarias para la fusión, incluidas las de la UE y CanadáMarcelo Manera – LA NACION

La aprobación regulatoria en China es uno de los últimos obstáculos restantes para el cierre del acuerdo, según se dijo. Bunge y Viterra informaron a la agencia de noticias, en dos declaraciones separadas y con un texto similar, que las compañías se encontraban en la fase final de la aprobación regulatoria y agradecieron a los funcionarios chinos por el “diálogo constructivo durante todo el proceso de revisión”.

En tanto, el Ministerio de Comercio de China no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de Reuters. El acuerdo ha obtenido la mayoría de las aprobaciones globales necesarias para la fusión, incluidas las de la UE y Canadá. El plazo de finalización, inicialmente previsto para mediados de 2024, se ha ampliado en varias ocasiones, y la fecha actual es mañana.

Cuando se anunció la fusión de Bunge y Viterra en junio de 2023, en las compañías dijeron que se crearía una “innovadora empresa global de agronegocios bien posicionada para satisfacer las demandas de mercados cada vez más complejos y servir mejor a los agricultores y clientes finales”.

«Con una red global mejorada, la mayor diversificación de la compañía combinada a través de geografías, ciclos estacionales y cultivos aumentará la opcionalidad en la gestión de riesgos y aumentará la resiliencia”, destacaron.

En esa oportunidad, Greg Heckman, director ejecutivo de Bunge, señaló: “La combinación de Bunge y Viterra acelera significativamente la estrategia de Bunge, basándose en nuestro propósito fundamental de conectar a los agricultores con los consumidores para entregar alimentos, piensos y combustibles esenciales al mundo”.

Añadió: “Nuestras huellas de activos altamente complementarias crearán una red que conecta las regiones de producción más grandes del mundo con áreas de consumo de más rápido crecimiento, mejorando el equilibrio geográfico y la adaptabilidad de nuestras cadenas de valor globales y beneficiando a los agricultores y clientes finales. Con una combinación global diversificada de ganancias en procesamiento, manejo y comercialización, y productos de valor agregado, aumentaremos la resiliencia de nuestra generación de flujo de efectivo”.

Por su parte, David Mattiske, director ejecutivo de Viterra, dijo: “Viterra y Bunge son dos empresas agrícolas líderes. Al combinar nuestras redes de origen, procesamiento y distribución altamente complementarias, estamos mejor posicionados para satisfacer la creciente demanda de los alimentos, piensos y combustibles que ofrecemos”.

Argentina: hacia una economía dual

Los números positivos conviven con otros que encienden luces de alarma sobre el futuro del plan; preocupación en las empresas por la pérdida de rentabilidad y el costo del crédito

¿La actividad sube “como pedo de buzo” (Javier Milei dixit) o el modelo muestra señales de fatiga que anticipan que “se cae” (Cristina Kirchner dixit)? ¿Asistimos al inicio de un proceso de crecimiento económico, no solo un rebote, o estamos en crisis como machacan el kirchnerismo y los sindicalistas? Los políticos simplifican, exageran, pero es cierto que hay algo más que especulación o sesgo: los datos de 2025 empiezan a consolidar una heterogeneidad que los analistas venían anticipando y que muestra una economía con dos caras, algo que, curiosamente, el Gobierno utiliza como argumento a favor para rechazar las advertencias de quienes están inquietos con este escenario asimétrico.

Es una disparidad que se aprecia en varios indicadores económicos y financieros. Repasemos: el PBI creció a un ritmo interanual de casi 6% en el primer trimestre, la inflación de mayo cayó al nivel más bajo en cinco años -u ocho si se exceptúa la pandemia- y la pobreza, como lógica consecuencia, se está reduciendo desde el pico de principios de 2024. También se mantiene a rajatabla el superávit fiscal y se abrió parcialmente el cepo sin impacto en el precio del dólar, que lleva ya más de dos meses en calma. Crece además la inversión en bienes de capital y se recuperan algunos rubros del consumo, en especial los bienes durables. En el terreno financiero, el Gobierno recibió el respaldo efectivo del FMI y el simbólico del Tesoro de Estados Unidos, y logró las primeras colocaciones de deuda con demanda de inversores globales.

Hasta aquí las buenas noticias, pero también hay de las otras, las que encienden luces de alarma. Subió el desempleo en el primer trimestre del año, aumentaron la morosidad en los créditos bancarios y los cheques rechazados, así como las empresas con problemas para pagar salarios y deudas. En tanto, el saldo de la balanza comercial como fuente de dólares genuinos para el país se está achicando, producto de una caída en las exportaciones y un incremento en las importaciones; el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se agranda, el Banco Central no consigue acumular reservas (salvo por la vía del endeudamiento) y en 2026 y 2027 el país deberá afrontar importantes vencimientos de deuda.

Está también, lo que podría ser una tormenta en formación o una lluvia pasajera, según quien lo analice, y que abrió un fuerte debate en el mundo económico: cuál es hoy el tipo de cambio de equilibrio y si existe o no atraso cambiario. Hay síntomas evidentes para sumar a la discusión, que muestran un dólar barato en términos relativos, como queda a la vista con el aumento de casi 50% interanual en mayo del turismo argentino al exterior, o -la otra forma de verlo- que en varios rubros la Argentina está cara en dólares, en base a un relevamiento que identificó ocho sectores en los que el país tiene los precios en góndola más caros del mundo.

Estos ruidos que empiezan a aparecer en la macro y la microeconomía fueron abordados públicamente por la cámara de comercio de Estados Unidos en el país (AmCham), que planteó preocupaciones que seguramente podría suscribir cualquier otra entidad empresaria.

Aunque AmCham destacó logros del plan Caputo, señaló que el ritmo de recuperación de las ventas, tras las caídas de 2024, se frenó, al tiempo que alertó sobre el peso de la carga impositiva, tanto tributaria como laboral, y los costos operativos, que se reflejan en situaciones de rentabilidad negativa con posibles consecuencias en el nivel de empleo.

“Si bien hay claros indicadores del aumento del crédito, en particular el hipotecario, el costo de financiarse es excesivo en función de los niveles de rentabilidad. Las tasas en pesos siguen altas y el crédito sigue siendo prácticamente inaccesible para muchas de las pymes”, agregó la cámara que agrupa no solo a empresas norteamericanas, sino también locales.

Esta visión es compartida dentro de la industria nacional. “La actividad está amesetada. En marzo, que es el último dato disponible, ya se perdieron más de 4000 puestos de trabajo; te diría que hay dos grandes preocupaciones: primero, qué pasa con la actividad y, segundo, qué pasa con la política cambiaria”, dice un referente del sector.

“Las reformas tributaria, laboral e impositiva para descomprimir la presión de los costos todavía no empezaron y al mismo tiempo se fomenta la importación; hay sectores en los que las compras a China vienen creciendo a más del 100% anual. Las empresas intensivas en empleo son las que más preocupadas están. Es un panorama heterogéneo: las pymes son las más golpeadas y las grandes resisten más. Todo lo relacionado con el agro está mejor y el sector textil está muy golpeado. Dentro de los alimentos, a su vez, hay mucha heterogeneidad”, explica.

“Tenés que empezar en el corto plazo a bajar costos a las pymes y luego al resto. Se está precarizando el mercado de trabajo; por cada empleo formal necesitás tres cuentapropistas para tener un consumo equivalente. Hay que ver si se genera el círculo virtuoso de empleo, consumo y actividad, o, por el contrario, un círculo vicioso en el que esos tres factores caen”.

Por su parte, un economista enfocado en la macro advierte que “la pérdida de productividad funciona como un techo de cristal para la rentabilidad empresaria, el empleo formal privado y el salario real; esto explica por qué cuesta seguir recuperándose después de salir del piso de la recesión. Por eso las reformas importantes que están pendientes son también urgentes. Y junto a esto, en un plano más coyuntural, tenemos que hasta cerca de fines de 2024 la tasa de interés positiva en dólares era neutra o negativa en términos de inflación y desde principios de año esa relación se alteró”.

La esperanza del mercado

“Los defaults de empresas son puntuales y no generalizados. Los Grobo, Agrofina, Celulosa y algunas más. Además de las dificultades con los pagarés bursátiles. Si bien la suba de la mora es cierta, para nosotros es fruto del crecimiento del crédito al sector privado desde niveles muy bajos a los actuales. Por eso es lógico que haya más mora. En cuanto al nivel de las tasas, está relacionada con la falta de pesos del sistema. Con la inflación a la baja seguramente también se adecuará”, matiza, en cambio, un banquero que conoce bien la situación del sector en su conjunto.

Más allá de que el ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a prometer que se avanzará en cambios estructurales, el Gobierno confía en que fulminar la inflación es lo mejor que puede hacer por ahora para que la economía despegue. En cuanto al frente cambiario y financiero, tanto él como el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, dicen no estar preocupados por el déficit en las cuentas externas, ni por la no acumulación de reservas (que permitiría afrontar con más solidez los pagos de deuda y eventos disruptivos locales o globales), y niegan que haya atraso cambiario.

En el mercado creen, se esperanzan, que se trata de una estrategia transitoria para llegar con el índice de precios completamente domado a las elecciones de septiembre y octubre, cuyos resultados juzgan claves para que el Gobierno pueda avanzar en las reformas económicas que permitirían que el programa sea sustentable en el tiempo y para despejar las dudas de los inversores del exterior. Con esta perspectiva habría que analizar la tolerancia que parece mostrar el FMI ante los incumplimientos del acuerdo por parte de la Argentina y la calma cambiaria.

Un resultado adverso podría complicar el panorama, pero aun con uno favorable, el desafío que tiene la administración Milei por delante es enorme. De nuevo, fue AmCham la que lo puso en palabras hace un mes: con la estabilidad sola no alcanza.

José Luis Brea

Investigadores argentinos hallan una hormona contra la diabetes tipo 1

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Santiago Rodríguez Seguí es investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, CONICET-UBA) y lideró un trabajo recientemente publicado en la revista científica Development, una de las principales publicaciones en Biología del Desarrollo, sobre el potencial de la hormona glucocorticoides para mejorar la producción de células beta, un avance que podría ser clave para quienes sufren diabetes tipo 1. El investigador, que regresó a la Argentina en el año 2012 tras realizar su doctorado y posdoctorado en Barcelona, explicó los aspectos técnicos del descubrimiento y reflexionó sobre la difícil situación que atraviesa el sistema científico nacional.

En los pacientes con diabetes tipo 1 ocurre que sus células beta se pierden porque, generalmente, el sistema inmune las destruye. Como estas células son las responsables de segregar insulina, deben ser reemplazadas mediante inyecciones y aún así puede derivar en daños graves en diferentes órganos. Actualmente, existen terapias que buscan generar células beta a partir de células madre y luego implantarlas en los pacientes. Incluso, en algunos casos, se logró revertir la enfermedad. Sin embargo, las células creadas en laboratorio todavía no alcanzan la precisión de las naturales del organismo.

El equipo liderado por Rodríguez Seguí –entre los autores se destacan Silvio Traba y Lucas Bacigalupo– encontró un camino innovador. Descubrieron que glucocorticoides, hormona que aumentan en situaciones de estrés y es conocida por su efecto inmunosupresor, también pueden ser utilizada para mejorar la producción de células beta artificiales.

En estudios preclínicos (embriones de ratón) e in vitro (células progenitoras pancreáticas humanas), Rodríguez Seguí y colegas comprobaron que la activación del receptor de glucocorticoides (por efecto de la hormona que lleva el mismo nombre) desempeña un rol fisiológico clave en el desarrollo del páncreas tanto de ratón como humano. Los hallazgos también permitirían entender algunos casos de diabetes tipo 2, en la que el páncreas sí fabrica insulina, pero no funciona bien y entonces la glucosa se acumula en la sangre.

El objetivo es lograr una mayor cantidad de células betas y más eficaces, capaces de liberar insulina únicamente cuando hay niveles altos de glucosa. “Si lo hacen en otros momentos, como cuando la glucosa está baja, pueden provocar hipoglucemia, lo cual resulta peligroso. Por eso, deben comportarse lo más parecido posible a las células naturales del organismo”, dijo Rodríguez Seguí, que difunde las actividades del laboratorio en X e Instagram.

Lucas Bacigalupo, becario doctoral del CONICET en el IFIBYNE y uno de los primeros autores del proyecto.

El estudio se realizó en colaboración con el grupo de Ludovic Vallier, del Centro de Terapias Regenerativas del Instituto de Salud de Berlín y del Instituto Max Planck de Genética Molecular, en Alemania. También participaron investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y del IFIBYNE, el Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular y el Departamento de Química Biológica de la FCEN-UBA.

¿Cómo fue el proceso de la investigación?

Fue un proyecto muy largo, que duró diez años, tuvimos mucho apoyo de colaboradores en el exterior porque este protocolo requiere reactivos muy caros y complejos. Fue un desafío por las limitaciones económicas que existen para hacer investigación en la Argentina.

¿Están buscando nuevas alianzas para llevar adelante la línea de investigación?

Sí, ahora vengo de un viaje a China, en Pekín y en Shanghai abrimos nuevas líneas de colaboración en este proyecto y en otras líneas derivadas. También presenté estos resultados en un congreso en Suecia y surgieron nuevas posibilidades de trabajar con otros grupos líderes en este campo de investigación.

¿Cuánto tiempo podría llevar un nuevo avance?

El tiempo depende de la financiación que uno pueda tener. Nos encantaría tenerlos cuanto antes. Sería posible de acá a uno o dos años tener un resultado concreto para volver a publicar pero dependemos de los recursos. Más allá de que seguimos en colaboración con grupos de afuera, el apoyo local es indispensable, porque estamos liderando nosotros desde la Argentina.

¿Cómo afecta la desfinanciación a la investigación por parte del Estado?

Como la mayoría de los grupos de investigación, estamos pasando por una fase crítica en este momento. Estamos haciendo malabares para subsistir, pero no vamos a poder seguir así mucho más. Si bien son resultados básicos, podríamos tener un impacto directo a mediano plazo en protocolos novedosos. Pero esto puede desaparecer rápidamente porque cuando un grupo es competitivo y se extinguen las oportunidades, lo que se hace es migrar a otros lados. Yo estuve viviendo en el exterior y volví al país convencido de que podía aplicar y generar conocimiento.

Rodríguez Seguí (derecha) junto a parte del grupo de investigación que lidera.

¿Cómo siguen adelante?

Nuestro grupo está sobreviviendo sin dinero de proyectos que ya concursamos y ganamos. La verdad es que esperemos que eso se pueda regularizar. Estaríamos agradecidos con que se completen los llamados a becas CONICET, que mantengan los números de becas que se dan, y que paguen los proyectos que ya tenemos adjudicados y que hace un año y medio que no estamos cobrando.

¿Hay una fuga de cerebros en la Argentina?

Conozco compañeros que se fueron, algunos a la industria y otros al exterior. Ya está ocurriendo hace rato, pero quizás el año que viene no hablemos solo de fuga de cerebros, sino de un colapso del sistema científico, que sería mucho más difícil de revertir. Por eso se vienen dando movilizaciones que intentan visibilizar este momento crítico, que puede llegar a un punto de no retorno.

¿Qué consecuencias puede tener esto a futuro?

Hay algo cíclico en cuanto a la economía en la Argentina pero nunca se llegó a avasallar tanto el sistema científico y a denigrarlo así. No tenemos mucho control sobre cuál va a ser el impacto a largo plazo. Probablemente, si se terminan de destruir las capacidades científico-tecnológicas, los investigadores que emigraron puede que no tengan dónde volver. Es un momento bisagra, es importante lo que ocurra este año y el que viene.

¿Qué pasa con los jóvenes investigadores que están empezando ahora con su carrera?

Es un momento difícil para conseguir nuevos integrantes del laboratorio, porque todos los grupos de investigación en última instancia cuentan con tener estudiantes que puedan llevar a cabo los desarrollos. Es difícil conseguir nuevos integrantes para reemplazar a los que naturalmente terminan su trabajo, definen su tesis y siguen con su carrera. Para los más jóvenes es complicado conseguir una beca y que se pueda vivir dignamente con ese ingreso.

¿Cuál es la motivación para seguir investigando?

A pesar de las dificultades y de que todo nos cuesta más, podemos seguir publicando en revistas buenas y nuestro trabajo sigue siendo competitivo y genera impacto en grupos de investigación de todo el mundo. Hay un reconocimiento de otros investigadores del exterior, que conocen la situación de la Argentina y nos felicitan porque admiran la voluntad de seguir haciendo ciencia de alto nivel en las condiciones en las que estamos. A veces duele un poco que se valore más desde afuera que desde adentro. Pero hay algo de la vocación científica que nos mantiene de pie.

Matías Ortale

¿Integración gasífera de Argentina y Brasil? Responden desde la industria y el gobierno brasileños

Argentina y Brasil firmaron en noviembre un memorando de entendimiento sobre integración gasífera y conformaron un grupo bilateral para viabilizar las exportaciones. Argentina quiere colocar parte de la producción de Vaca Muerta en el país vecino, pero por ahora se sabe poco sobre las condiciones que exigen del otro lado de la frontera. Para conocer la posición brasileña en primera persona, EconoJournal invitó al Midstream & Gas Day a la presidenta de TBG, Angélica Laureano; la directora ejecutiva del IBP, Sylvie D’Apote; el director de Gas del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, Marcello Weydt; y el Senior director de Alvarez & Marsal, Rivaldo Moreira Neto.

Las múltiples aristas del debate pivotearon entre dos grandes ejes: la demanda brasileña de un gas a precio competitivo y las alternativas de suministro que maneja Brasil.

El contexto general esta marcado por la necesidad brasileña de garantizar su suministro frente al declive en la producción y exportación de gas de Bolivia. Es también el factor estructural que llevó a los gobiernos de Javier Milei y Luiz Inácio «Lula» da Silva a rubricar en noviembre un memorando de entendimiento.

Gas a un precio competitivo

El memorando ordenó el mapa con las distintas rutas posibles para la llegada de más molécula argentina al Brasil. No obstante, los expositores invitados coincidieron en que esas opciones están atadas a la competitividad final del gas argentino frente a otras alternativas de suministro, como la producción doméstica o el acceso a gas natural licuado (GNL) global.

Angélica Laureano, presidenta de TBG, una de las principales compañías transportistas de gas en Brasil, subrayó que la oportunidad para la Argentina es con un gas a precio competitivo. «El volumen de Bolivia está disminuyendo en unos 2 o 3 millones de metros cúbicos diarios al año, así que estimamos que para 2030 no tendremos más. Nos alegra poder contar con el gas de Argentina, pero todo depende del precio que pueda alcanzar en Brasil», afirmó.

TBG opera el gasoducto Gasbol del lado brasileño. El ducto de 3150 km. de extensión tiene una capacidad de entrega nominal de 30 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) en la frontera con Brasil, pero Bolivia actualmente está mandando apenas 12 MMm3 diarios.

A su turno, la directora ejecutiva del Instituto Brasileño del Petróleo y Gas (IBP), Sylvie D’Apote, remarcó que el gas argentino deberá competir en precio con el GNL y demás alternativas. «Hay lugar para el gas argentino pero tendrá que luchar por su lugar en la matriz gasífera, no solo por el precio, sino también por otras características. Hoy es un gas interrumpible, un gas de oportunidad, pero mañana puede aportar flexibilidad a esta mezcla que tenemos», explicó.

Entre las alternativas también está la producción de gas asociado en las operaciones petroleras offshore en las aguas de presal, aunque actualmente la gran mayoría de esas moléculas son reinyectadas en los pozos para estimular la producción de crudo. Brasil técnicamente produce 130 millones de metros cúbicos de gas a diario, pero reinyecta 80 de esos millones.

D’Apote también señaló dos proyectos centralmente de gas offshore, Raia y Sergipe Aguas Profundas, que en conjunto tienen el potencial de añadir hasta 34 MMm3/d a la red brasileña entre 2028 y 2029.

Sylvie D’Apote, directora ejecutiva del Instituto Brasileño del Petróleo y Gas (IBP).

Integración tarifaria regional

A la hora de desagregar los costos que componen el precio final del gas, los expositores brasileños puntualizaron en las tarifas de transporte. El director de Gas del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, Marcello Weydt, dijo que el gobierno esta trabajando con la Argentina en la elaboración de un tratado que establezca reglas en materia tarifaria y operativa.

Weydt consideró que, desde el punto de vista brasileño, “el mayor desafío es la integración tarifaria, porque si lo analizamos ya estamos integrados, ya tenemos puntos de conexión, y realizamos inversiones, pero lo que impide esta multiplicación es entrar en este círculo virtuoso de la integración tarifaria”.

El desafío tarifario también es interno. El funcionario subrayó que están conversando con las principales transportistas en Brasil para revisar las tarifas de transporte y distribución, que juntas suponen un costo de cuatro dólares por cada millón de metros cúbicos del lado brasileño.

«Estamos discutiendo tarifas a corto plazo, tarifas de interconexión y tarifas de gas en tránsito, precisamente para facilitar este proceso. Tenemos un gran ejemplo: la propia integración europea«, dijo Weydt.

Director de Gas del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, Marcello Weydt.

La demanda de gas en la industria

Por el lado de la demanda, los expositores remarcaron que la industria brasileña tiene una capacidad ociosa del orden del 40% a raíz de la disminución de los volúmenes desde Bolivia y consecuentemente precios del gas más caros. También se destacaron potenciales oportunidades en el largo plazo, como el abastecimiento de gas para la industria siderúrgica.

El Senior director de Alvarez & Marsal, Rivaldo Moreira Neto, explicó que la demanda firme de gas en Brasil no ha crecido en los últimos 15 años por una decisión política de privilegiar el abastecimiento de gas para la generación termoeléctrica, en perjuicio de otras demandas, como la industrial. «Los precios subieron y no hubo más oferta de contratos para que la industria en Brasil pueda continuar consumiendo gas en sus procesos», dijo.

La petrolera estatal Petrobras sigue siendo un actor dominante en el mercado, concentrando todavía el 75% de la comercialización de gas en Brasil y con perspectivas de crecimiento por su participación en nuevos proyectos. Sin embargo, Moreira Neto resaltó que la apertura del mercado a la competencia representa oportunidades para la Argentina en el corto y mediano plazo. Una es el suministro de GNL para terminales de regasificación e inclusive para proyectos de generación off grid.

En el largo plazo, la oferta argentina puede despertar nuevas demandas industriales. Una es el reemplazo del carbón por el gas en la industria siderúrgica para reducir las emisiones en la producción de acero.

«Vemos un potencial interesante para el contrato a largo plazo, hay demanda a ser desarrollada y hay espacio para contratar a largo plazo, especialmente en algunas industrias. Nosotros no vemos a Brasil llegando a una matriz de un 50% de gas, pero es posible crecer en ondas de crecimiento, especialmente en sectores como la siderurgia», dijo el consultor.

Nicolás Deza