El castor, la plaga que arrasa los bosques de Tierra del Fuego

Lo que van a leer es bastante apasionante y poco mentado fuera de Tierra del Fuego.
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Típicamente, el artículo de Mongabay es muy ecologista y no mira las cosas desde ninguna industria, y en este caso hay dos imposibles de obviar: el turismo receptivo y la madera.
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Los castores, traídos en 1946 por la Armada Argentina, la autoridad real en Tierra del Fuego hasta 1983, colonizaron todas las cuencas fluviales y al hacerlo derribaron directa e indirectamente 140.000 hectáreas de lengal primario.
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Directamente, para hacer diques con los árboles que tumban. Indirectamente, porque la creación de embalses por los castores eleva la altura de las napas y pudre a los árboles desde la raíz, tras matarlos por anoxia radicular.
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La enorme superficie de orillas desnudadas de árboles, antes forestadas, contribuye a la erosión de los arroyos y el sedimento mata las huevas de los salmónidos, que serán muy exóticos y habrán barrido con los puyenes, percas y madrecitas nativos, pero le hacen ganar mucha plata a la isla. Una apertura de tranquera para que vengan gringos con plata a pescar truchas de 10 kg. y otras rarezas fueguinas se cobra a U$ 1000 dólares por cabeza y por noche.
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La madera de lenga que se pierde ocupa el doble de la que pensaba derribar la Trillium Corporation en la parte argentina de la isla. Esa corporación  fue echada de la isla por la movilización común de los hoteleros y los madereros locales, y el apoyo de los medios nacionales, que se desmarcaron del gobierno nacional y provincial.
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La empresa estadounidense traída por María Julia Alsogaray pensaba transformar 75.000 hectáreas de lengal primario en montañas de chips de madera para fabricar papel de fax en Japón. Los americanos se tuvieron que ir de la isla en 1998.
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Los castores, sin ninguna colaboración de vendepatrias y con ayuda de centenares de especies locales de hongos de la tierra, transforman en gelatina mohosa miles de toneladas anuales de una de las mejores maderas de mueblería y construcción que quedan en Argentina. Ahí hay puestos de trabajo locales legítimos, y posibles exportaciones industriales, que se pierden.
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Los castores, según Mongabay, causan daños anuales de U$ 66 millones en la parte argentina de Tierra del Fuego, U$ 73. La campaña binacional para exterminarlos ha sido discontinuada en la Argentina, lo que significa que la plata que Chile gasta en cumplir su parte se desperdicia. Los castores no se detienen en las fronteras, y repueblan la parte chilena de la isla grande desde la Argentina.
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Como son muy acuáticos, tampoco se detienen en esa frontera interglacial que es el Estrecho de Magallanes. Ya están colonizando bosque y estepa magallánica en Chile y Argentina, donde con algunas adaptaciones geniales a un medio ambiente muy distinto del bosque, estropean pastizales y tierras de ganadería con sus diques. Los construyen de piedra y barro. Son ingenieros de paisajes, bichos increíbles. Pero tenemos intereses muy contrapuestos.
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Una de las causas por las que fueron traídos por la Armada desde Canadá es que se esperaba que dieran origen a una industria peletera. No sucedió, porque el frío fueguino está muy atemperado por el mar, que rodea la isla y no permite descensos extremos de temperatura invernal. Eso hace que los castores acriollados a tantas décadas de traidos tengan un pelaje de menor densidad en cantidad de pelos por superficie de piel, es decir de calidad poco peletera.
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Si los castores siguen subiendo hacia el Norte, los 2 millones de km2 de bosque fueguino de Argentina van a estar en problemas, porque por el cambio climático, la disminución de lluvias, los incendios y el avance de la ganadería, están en retroceso. Para más datos, en el censo forestal de 1911 eran 5 millones de km2.
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Daniel E. Arias
 

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Sucesos Argentinos” era el nombre de un breve resumen de noticias que se proyectaba en los cines y era el aperitivo a la emisión de las películas. Nacido en la década de los treinta, en tiempos anteriores a la televisión, era el único registro audiovisual de hechos políticos, deportivos, económicos o sociales al que se podía acceder. Fue en uno de esos resúmenes donde, en 1946, se incluyó una novedad que, según decía la voz en off, apuntaba a “enriquecer la fauna fueguina”. Las imágenes mostraban la llegada de los 20 primeros ejemplares de castores introducidos en Argentina, más concretamente en las muy lejanas y solitarias latitudes de Tierra del Fuego. “El imaginario social de la época concebía como más valioso el modelo de desarrollo del hemisferio norte y traer especies desde allí se veía como una oportunidad de crecimiento económico”, explica Christopher Anderson, biólogo doctorado en Ecología y profesor asociado de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. De esa manera, la Patagonia a ambos lados de los Andes se fue poblando de animales hasta entonces desconocidos, como el castor, el visón americano y la rata almizclera, en todos los casos pensando en explotar comercialmente sus pieles. “Sería injusto juzgar a quienes tomaron aquellas decisiones. No había estudios suficientes para entender lo que podía ocurrir en un futuro”, señala Alejandro Valenzuela, bioecólogo especializado en manejo de especies invasoras e investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
El castor es 100 % vegetariano y tiene hábitos familiares, ya que vive en pareja junto a una o dos camadas de crías. Cada pareja suele tener un par de descendientes al año. Este roedor puede vivir entre cinco y seis años. Foto: Cristopher B. Anderson.
Por supuesto, nadie podía imaginar en esos tiempos que, menos de un siglo más tarde, el castor (Castor canadensis), un roedor natural de los bosques estadounidenses y canadienses, sería considerado una plaga a exterminar en el archipiélago más austral de América. En Argentina, la especie fue oficialmente declarada como exótica e invasora en 2014, aunque ya en 2006 la provincia de Tierra del Fuego le había dado tratamiento legal de “dañina y perjudicial”. Chile, por su parte, decretó que los castores eran “dañinos” en 1992. “En general, los ecosistemas de las islas suelen ser más simples, menos resilientes. Es decir, se adaptan peor a un disturbio como el que puede provocar la explosión de un volcán, la actividad humana o una especie exótica”, comenta Valenzuela y explica que “algo parecido ocurre con las zonas frías, porque la cantidad de especies nativas es menor respecto a las que hay en regiones tropicales. Tierra del Fuego posee ambas cualidades: es una isla en una región subantártica. Un ‘nuevo invitado’ cuenta con muchas más probabilidades de éxito que en ecosistemas similares [a nivel continental]”, agrega. Sin depredadores nativos que los molesten y rodeados de un entorno que durante miles de años fue ajeno a una especie con sus características, los castores se multiplicaron sin ningún tipo de oposición. Hoy se estima que su número absoluto estaría entre los 100 000 y 150 000, aunque se le otorga más trascendencia al hecho de que la invasión afecta el total de las cuencas hídricas. Los efectos pueden verse ahora. Primero colonizaron toda la Isla Grande del archipiélago, luego hicieron lo mismo con las ínsulas más pequeñas y, desde los años ochenta, incluso las franjas más al sur de las tierras continentales sudamericanas. “En Tierra del Fuego la frontera es un alambre, no hay barrera física entre los países. Tenemos múltiples cuencas hídricas compartidas, y el castor cruzó de Argentina a Chile sin necesidad de pasaporte”, señala Cristóbal Arredondo, coordinador del programa Conservación Terrestre en Wildlife Conservation Society (WCS) en Chile. El proceso de invasión fue progresivo e imparable. En el norte, osos, lobos y águilas ejercen una función limitante para el crecimiento de la población de castores. En el sur no existe ninguno de esos depredadores y a esto se le sumó el rotundo fracaso del proyecto de desarrollo económico. “En ningún lugar del mundo los castores se crían en granjas. Están sueltos y para aprovechar su piel hay que salir a cazarlos con trampas, pero aquí no existe esa cultura y nadie sale a hacerlo espontáneamente”, cuenta Anderson con conocimiento de causa, ya que proviene de tierra de castores. Nacido en Carolina del Norte, Estados Unidos, este investigador del Conicet se instaló primero en Puerto Williams, Chile, en 1999, para más tarde trasladarse a Ushuaia, en el lado argentino. La reproducción libre y la falta de incentivos para la caza facilitó la expansión del castor.

De bosques a praderas de pasto

De tamaño mediano —unos 75 centímetros de largo más una cola de 25 centímetros, y entre 15 y 20 kilos de peso—; 100 % vegetarianos; con hábitos familiares, ya que viven en parejas junto a una o dos camadas de crías (cada pareja suele tener un par de descendientes al año); territoriales y con una longevidad limitada a cinco o seis años, los castores no hacen más que reproducir en el extremo sur del mundo el comportamiento que evolutivamente aprendieron a hacer en sus hábitats del norte. Estos roedores construyen sus madrigueras con la boca de acceso sumergida para dificultar el acceso de sus depredadores, sin importar que no tengan alguno en Tierra del Fuego. Para ello necesitan aguas más o menos tranquilas, que consiguen a partir de la creación de pequeñas represas. Con sus cuatro poderosos dientes incisivos roen los troncos de los árboles hasta voltearlos y con ellos fabrican los diques. La diferencia, con respecto a su entorno original, es que la naturaleza circundante no responde del mismo modo. La consecuencia es un profundo desequilibrio ecosistémico.
El anillo blanco alrededor del lago indica la muerte del bosque de ribera, en la Isla Navarino de Chile. Foto: Cristopher B. Anderson.
“Los árboles de la Patagonia —coihues, lengas, ñires, raulíes, entre otros— pertenecen todos al género Nothofagus que no pueden vivir en un humedal y demoran varias décadas en crecer. En cambio los pinos en Estados Unidos o Canadá crecen en cinco años”, subraya Alejandro Valenzuela. El resultado es demoledor: una vez que las lagunas artificiales se van drenando, los pastos —algunos también exóticos— ocupan el lugar del bosque, convirtiéndolo en lo que se denomina una “pradera de castor”. “Como se trata de un animal cuya vida transcurre junto a los cursos de agua, el principal impacto ecológico que ha producido es una transformación del paisaje de todo el archipiélago en las riberas de ríos y arroyos. Los castores son ‘ingenieros de ecosistemas’, construyen diques con troncos, crean lagunas y, en definitiva, fragmentan el bosque ribereño”, resume Anderson. El cambio es tan considerable que el propio investigador lo considera “el mayor impacto en el paisaje de la isla desde el retroceso de la última glaciación. Se estima que hay unas 40 000 hectáreas de bosque afectadas”. Pero la presencia de los castores no se detiene en las zonas arboladas. En áreas sin tanta vegetación, como las estepas del norte de Isla Grande o las alturas montañosas, modelan sus espacios con piedras y barro, y satisfacen su necesidad roedora con los postes que sostienen los alambrados de las haciendas. Su actividad también afecta a las turberas, humedales compuestos por material orgánico muerto o en descomposición, de enorme valor por su capacidad para retener dióxido de carbono. Y en pueblos como Porvenir, el más populoso del sector chileno de la Isla Grande, se ha detectado que pueden contaminar el agua de consumo con Giardia lamblia, un parásito intestinal transmisible de animales a humanos. Las consecuencias que ha provocado la presencia del castor en estas tierras promueve un caso sin antecedentes en el mundo: toda campaña destinada a combatir a esta especie invasora y restaurar los bosques tiene que ser compartida por Argentina y Chile. “Los esfuerzos sí o sí deben ser binacionales. Si Chile no actúa, a Argentina no le valdrá nada lo que haga, y viceversa”, confirma Arredondo, de WCS Chile.
Los árboles de la Patagonia —coihues, lengas, ñires, raulíes, entre otros— pertenecen todos al género Nothofagus que no pueden vivir en un humedal y demoran varias décadas en crecer. Foto: WCS Chile.

Controlar o erradicar, el gran debate

La primera voz de alarma acerca de la invasión de castores surgió en Chile en la década de los ochenta, cuando se tuvieron evidencias de que la especie había cruzado el Estrecho de Magallanes rumbo a la península de Brunswick, en la Patagonia continental. Unos años más tarde comenzaron los intentos —frustrados— de eliminarlos en el Parque Nacional Tierra del Fuego, en el sector argentino. Pero se tuvo que esperar hasta este siglo para que ambos países empezaran a valorar la necesidad de encarar un trabajo conjunto. “El primer debate se planteó en 2008 y fue sobre la actitud a tomar: controlar o erradicar la especie”, recuerda Erio Curto, biólogo y magíster en manejo de vida silvestre, quien por entonces trabajaba en la Dirección de Fauna de la provincia argentina de Tierra del Fuego. La opinión de los expertos consultados en esa época llevó a tomar la decisión de eliminar por completo a los invasores. En ese año, los dos países firmaron un Acuerdo Binacional sobre la Restauración de los Ecosistemas Australes Afectados por el Castor Americano. El siguiente paso fue plantearse la posibilidad de solicitar el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) para implementar pruebas piloto y comprobar si la erradicación era factible. Con algunas diferencias de enfoque, y en distintos momentos, ya que en Argentina comenzó en 2016 y en Chile en 2017, la iniciativa se concretó a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Andrés Schiavini, biólogo e investigador del Conicet, fue el encargado de diseñar el proyecto argentino: “La idea consistió en aprender a hacer una remoción experimental de animales en siete áreas diferentes, combinando por un lado tierras fiscales [de la nación] y propiedades privadas; y por el otro, ambientes diversos: bosque fueguino, estepa magallánica y la zona de transición entre ambos”, explica el experto que se encargó de coordinar las tareas desde su inicio en 2016 hasta 2018. Erio Curto, su reemplazo durante el año siguiente, confirma que “estaban representadas todas las situaciones de tenencia de la tierra y todos los paisajes de la isla, abarcando una extensión aproximada de 180 000 hectáreas”. Ambos coinciden en la valoración de los resultados: “Fue un éxito”. “Seleccionamos diez cazadores, algunos con experiencia en castores y otros con conocimientos de campo. El objetivo se alcanzó en las siete áreas piloto y removimos, en total, más de 1000 ejemplares. Es decir, comprobamos que técnicamente la erradicación es posible”, asegura Schiavini. El experto considera que la especie ya ha alcanzado el límite de individuos que pueden habitar el archipiélago, o está muy cerca de hacerlo. “Por lo tanto, si se caza con la conciencia de eliminar a todos los ejemplares de cada valle o área en los que se trabaje, a largo plazo las islas podrían quedar liberadas de castores”, afirma.

Pruebas exitosas, pero sin continuidad

El millón de dólares aportado por el GEF sirvió para la compra de todo el instrumental necesario, la capacitación y el pago de los cazadores, y para hacer frente a la logística que incluyó valles cerrados de muy difícil acceso y no se detuvo ni siquiera con la crudeza del invierno fueguino. “Todo quedó registrado”, enfatiza Curto, “los costos de kilómetros recorridos en vehículo, la cantidad de vuelos de helicópteros, las distancias de las caminatas… Pero también se midieron indicadores ambientales, el número de árboles afectados aguas arriba y abajo de un embalse, los cambios en la sedimentación y el fondo de los estanques, o qué pasaba con la ictiofauna [peces] o los invertebrados en esos ríos y arroyos”. En Chile se llegó a la misma conclusión, más allá de que el proyecto se manejó de una manera distinta. “El GEF argentino estaba centrado en especies exóticas invasoras en general, y el castor era uno de los componentes. Aquí estaba enfocado solo en el castor por lo que la financiación fue más alta, unos dos millones de dólares”, comenta Cristóbal Arredondo, que comenzó su participación en el proyecto instalando las trampas —el método que se utiliza para la caza— y acabó siendo su coordinador general. Contar con más fondos ayudó a prolongar el tiempo de trabajo, porque si bien las tareas de campo duraron poco más de un año, los análisis continuaron hasta septiembre de 2022. “El impacto del castor en bosques y turberas es igual del lado chileno que del argentino, solo que para nosotros [chilenos] la mayor preocupación es el avance hacia el norte en la Patagonia continental”, indica Arredondo y agrega que “por eso nuestro GEF constó de tres áreas piloto y una de ellas estuvo ubicada en el continente, en la Reserva Nacional Laguna Parrillar”.
Vista aérea de los diques levantados por los castores. Foto: WCS Chile.
Que la invasión comience a dañar los valiosos bosques andinos es el gran temor en ambos lados de la cordillera de los Andes, aunque los datos señalan que, de ocurrir, sería un proceso más lento que en el archipiélago fueguino. “La hipótesis es que en el continente hay más presencia de depredadores [pumas, perros, otros carnívoros] que están frenando la progresión de la especie”, sugiere Arredondo. De hecho, Chile ya ha trazado un plan de gestión a partir de las enseñanzas obtenidas en el GEF. Se propone comenzar la erradicación de arriba hacia abajo. Arredondo lo explica en detalle: “Se determinó que la prioridad número uno es sacar a los castores del continente. El inicio de las tareas debería estar en la zona límite, a la altura de la ciudad de Punta Arenas, para ir descendiendo hacia el Estrecho de Magallanes. El costo estimado está entre 700 000 y un millón de dólares anuales en un trabajo que necesariamente tiene que ser continuo y a largo plazo”. Como suele suceder en estos casos, conseguir la financiación es el gran obstáculo para poner en marcha el programa. En ese sentido, Argentina ha quedado un paso atrás. Si bien en los últimos dos años se realizaron reuniones y talleres bilaterales para encarar el problema de manera conjunta, las autoridades argentinas todavía no han elaborado una estrategia concreta de trabajo. “La realidad es que desde 2018 prácticamente no se hizo nada. La pandemia fue un argumento perfecto para poner todo en el freezer. No tenemos información de cuál es la idea macro ni mucho menos qué se piensa hacer en el corto plazo”, sostiene Schiavini. “No hay políticas de Estado que permitan que este tipo de tareas se mantengan durante el tiempo que la especie demande. Habría que plantear un proyecto a 15 o 20 años”, añade Curto. Mongabay Latam buscó insistentemente a la Secretaría de Ambiente de Tierra del Fuego para preguntarle si avanzan en la elaboración de una estrategia para controlar la población del castor, pero hasta la publicación de este reportaje no se obtuvo respuesta.
En Argentina se calcula en 66 millones de dólares anuales las pérdidas por daños directos a los bosques ocasionados por esta especie. Y en Chile, en 2020, se estimó en 73 millones de dólares el perjuicio económico provocado por los castores. Foto: WCS Chile.

Pérdidas de 66 millones de dólares anuales

Según los cálculos realizados por los coordinadores del GEF argentino, la erradicación del castor necesitaría una inversión de 15 millones de dólares en el transcurso de 15 años, es decir, un millón anualmente. “Esa cifra representa el 0,14 % del presupuesto provincial de 2021”, dice Schiavini para dejar en claro que la falta de decisiones es más por razones políticas que económicas. “El error”, subraya Erio Curto, “es que a la hora de tomar una decisión no se consideran los impactos ecosistémicos que genera el castor, como los vinculados con la fijación de carbono que realizan las turberas, no se les da valoración económica, aunque estén cuantificados”. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible argentino estima en 66 millones de dólares anuales las pérdidas por daños directos a los bosques ocasionados por los castores, en tanto que en Chile, un informe de 2020 calculaba en 73 millones de dólares el perjuicio económico provocado por la especie. Lucila Apollinaire es la presidenta de la Asociación Rural que agrupa a los productores y dueños de haciendas en el lado argentino de la Isla Grande, y enumera los problemas que provocan esas pérdidas: “Los castores destruyen el bosque, anegan zonas enteras, cambian los regímenes de los acuíferos. Su presencia afecta la rentabilidad de la producción ganadera y la forestal”, dice antes de esgrimir las mismas quejas de los científicos: “El plan de trabajo conjunto con Chile suena muy bonito en leyes y discursos, pero en la práctica no se sostiene en el tiempo y todo depende de lo que quiera o pueda hacer cada propietario”. “El 70 % de los productores preferiría que el gobierno saque a los castores”, estima Christopher Anderson, refiriéndose al sector argentino, aunque aclara que “para ellos, la prioridad son los perros asilvestrados, porque les matan las ovejas”. Al otro lado de la frontera, Cristóbal Arredondo aporta una mirada distinta: “Una de las áreas piloto del GEF fue una zona ganadera que pertenece a 14 o 15 propietarios. Dialogamos mucho con ellos para que entendieran el proyecto y se crearon dinámicas conjuntas de trabajo muy interesantes. Incluso, algunos nos facilitaron ayuda logística gracias a su conocimiento del lugar. Llegamos a buenos acuerdos y resultados”. Christopher Anderson, especialista en socioecología, va un poco más lejos en la comprensión de la “desidia” en la puesta en marcha de un plan a largo plazo en el lado argentino: “En Tierra del Fuego, el 98 % de la población es urbana, por lo general llegada desde fuera de la isla, y su vínculo con el paisaje es puramente estético. Nadie tiene una abuela en el campo. El castor no afecta la vida cotidiana en Ushuaia o Río Grande. Esto disminuye el conocimiento y el apoyo que puedan recibir esfuerzos como la erradicación de una especie invasora”. A 26 kilómetros de la capital fueguina, en un cerro de 1 000 metros de altura se encuentra el centro de esquí más austral del planeta, que congrega buena parte del turismo que recibe el archipiélago. Su nombre explica por sí solo el desapego de la población local a las cuestiones medioambientales y su incomprensión de los desequilibrios que provoca una especie exótica invasora. El lugar se llama Castor.

La fábrica de vajillas DURAX recuperada en 2002 se proyecta al mercado europeo

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Una propuesta de AgendAR:

Esto es una noticia mejor de lo que podría imaginarse el lector. Un tercio de los Durax que me regaló mi viejo en 1977 cuando empecé a vivir solo siguen intactos, cosa que no se puede decir de la vajilla vítrea de presunta alta resistencia termomecánica francesa Arco-Roc que me compré en tiempos de Cavallo. La vieja marca criolla es claramente superior. No hace falta ser un león para vender Durax. Tener una fábrica local de vidrios borosilicados alcalinos, o al fosfato sódico de aluminio, o al fosfato de hierro (ignoro qué base química volvía tan resistente al Durax) puede ser importante para la gestión definitiva de residuos tóxicos perdurables, sean químicos o nucleares. Los productos de fisión y metales transuránicos originados en las centrales nucleoeléctricas suelen diluirse en vidrios especiales en Bélgica, China, Alemania, India, Japón, Rusia, Eslovaquia, el Reino Unido y los EEUU. La idea es que el vidrio solidificado resista el calor y sus propias emisiones radioactivas, y evite que el agua subterránea pueda diluir las sales de metales radioactivos. Casi medio siglo de testeo físico y de simulaciones computadas muestran una resistencia predecible mayor a 10.000 años. Es bueno que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) sepa de esta fábrica de vidrios especiales. La fábrica probó ser tan resistente como sus platos. Y como la propia CNEA.

Daniel E. Arias

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Se trata de la fabricante de la mítica marca de vajillas Durax. Hoy cuenta con 300 trabajadores, exporta a Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia, y es una de las más de 300 empresas distinguidas en la 12° edición del Sello de Buen Diseño argentino. Cuando en 1999, la fábrica Cristalux, fabricante de la mítica marca de vajillas Durax, cerró sus puertas, pocos podían imaginar que sólo unos años después un grupo de trabajadores lograrían convertir una de las tantas experiencias de desindustrialización argentina de los años 90 en un virtuoso ejemplo de recuperación industrial y esfuerzo productivo. Hoy, 21 años después, Durax recobró el brillo de sus mejores años: cuenta con 300 trabajadores, exporta a Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia, se proyecta al mercado europeo, y es una de las más de 300 empresas distinguidas en la 12° edición del Sello de Buen Diseño argentino (SBD), una iniciativa de la Secretaria de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación que reconoce a aquellos proyectos que mediante procesos innovadores, lograron ampliar su productividad y abrir nuevos mercados internacionales. “El caso de Cristalux es emblemático por muchas razones. Representa el impacto demoledor de las políticas desindustrializadoras de los años 90 que nos dejaron con miles de fábricas cerradas, representa también el ímpetu que se recuperó a partir de 2002 cuando el país apostó por políticas productivas y no por alquimias financieras, y ahora con este reconocimiento y el crecimiento exponencial que tuvo en estos últimos años, encarna lo que puede hacer una pyme argentina cuando cuenta con el apoyo de políticas concretas, como las que impulsa el ministro Sergio Massa, que apuestan por la industria y el trabajo argentino”, subrayó el secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren. La Cooperativa Cristal Avellaneda nació en 2002 sobre los restos de la vieja fábrica de Cristalux en la localidad bonaerense de Avellaneda, una planta que había superado dos intentos de remate y se encontraba inoperativa desde su quiebra en 1999. Cuando un grupo de trabajadores ingresó en el predio, constató que la fábrica no disponía de servicio eléctrico por lo que solo se podía trabajar de día. Sin embargo, decidieron apostar por el proyecto y ponerlo nuevamente en funcionamiento. De a poco se fueron ampliando, primero con un pequeño horno donde elaboraban elementos de decoración, y luego con uno más grande donde ya podían fabricar platos y vasos. El problema comenzó cuando empezaron a crecer, no sabían cómo manejar la gerencia y volvieron a quedar al borde del abismo. En ese momento, convocaron a un gerenciamiento encabezado por Antonio Bucci y Cora Pena, quienes se encontraron con un aviso de corte de gas, un insumo fundamental para la fabricación del vidrio. 14 años y mucho trabajo después, la cooperativa recuperó las marcas Durax-Cristalux, lidera hoy más del 55% del mercado de vajillas, pasaron de 50 a 300 trabajadores, y operan con un horno de 90 toneladas y 4 líneas de fabricación lo que les permite tener una capacidad productiva de más de 250.000 unidades diarias y stock permanente en productos de línea. “La nuestra es una historia de superación; estamos orgullosos de dónde salimos y hasta dónde llegamos. Nos llena de emoción y nos hace generar más compromiso y redoblar los esfuerzos para nunca bajar los brazos, aún en los momentos más adversos”, destacó Pena. Actualmente, Durax-Cristalex exporta sus productos a Paraguay, Uruguay, Brasil y Bolivia. Además, a partir del reconocimiento otorgado por el SBD a sus platos de alta gama de la línea Firenze, Firenze-Malbec y Milano, la firma estuvo presente en la exposición Maison et Objet en París, la feria de diseño de interiores más grande del mundo, lo que les permite avanzar en un contrato de distribución con un posible representante para Francia y otros países europeos interesados en su producción. “Vimos que un público tan selecto como el europeo recibió de una muy buena manera nuestros productos y todos los productos argentinos que estaban en la mesa, eso nos demuestra que estamos a la altura de cualquier país en el diseño. Somos un gran país y esa es nuestra motivación para hacer más grande la industria nacional de la que formamos parte”, agregó la subgerenta.

China se prepara para la cumbre de la Franja y la Ruta a la sombra de la guerra en Gaza y en Ucrania

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China acogerá a representantes de 130 países en un foro sobre su Iniciativa de la Franja y la Ruta, que probablemente se verá eclipsado por la guerra en Medio Oriente y el conflicto que persiste en Ucrania. El presidente ruso, Vladimir Putin, encabeza la lista de invitados al Foro, en su primer viaje a una gran potencia mundial desde que la invasión de Ucrania desató las sanciones de EE.UU. y la U.E.l, y llevó a la Corte Penal Internacional a emitir una orden de arresto contra él. Los líderes comenzaron a llegar a Pekín ayer lunes para asistir a un evento en el que se mostrará el alcance mundial de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un proyecto emblemático del Presidente Xi Jinping. Aunque China espera que el foro contribuya a reforzar su posición como potencia mundial, es probable que los continuos bombardeos de Israel sobre la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, y el agravamiento de la tensión en la fronteran norte de Israel, dominen los titulares.

Presentación del libro “prospectiva del siglo xxi”

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Para entender las megas-tendencias y la nueva globalización para construir futuros desde la Prospectiva Estratégica. 18 de octubre, 18 hs. (arg.) actividad presencial y virtual con inscripción previa presencial en av. corrientes 1723 – aula 107

India descarta la agricultura mecanizada, para conservar el empleo de cientos de millones de sus habitantes

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Enrique Erize, director de la consultora Nóvitas, había estado en India en 2006 para observar que la mayor parte del área agrícola se produce de manera manual. Es decir: cientos de millones de personas siembran, riegan, cuidan y cosechan los cultivos con sus propias manos en pequeñas unidades productivas Este año Erize regresó a India, junto con un grupo de empresarios agropecuarios argentinos en un viaje también organizado por Nóvitas, para observar que nada había cambiado. “La mayor parte de la población, que supera los 1400 millones de habitantes, vive de la agricultura y no tienen ninguna intención de cambiar eso porque de lo contrario no sabrían qué hacer con la gente”, explicó Erize. Lo mismo sucede en el ámbito comercial: la distribución y venta de los granos se hace de manera artesanal y no existe nada que muestre que eso vaya a cambiar en lo inmediato. “Las empresas transnacionales que operan en India e hicieron grandes inversiones en instalaciones con el propósito de implementar un sistema moderno fracasaron de manera estrepitosa”, expresó. “En cada ciudad y pueblo de India existe algo así como una ‘plaza de las carretas’, como podía haber en la Argentina cien años atrás, donde llegan los productores con carros con tracción a sangre que llevan sus granos en bolsas de arpillera y, por turnos, descargan los mismos en galpones para discutir los precios de venta a los gritos”, añadió. Ese sistema, que está diseñado para sostener a una gran población que vive –vale recordar– en una nación democrática, ha permitido, con la ayuda de subsidios estatales y una férrea intervención estatal, lograr la autosuficiencia alimentaria e incluso transformarse en exportador de legumbres y cereales. India es actualmente el mayor productor mundial de leche –los bovinos son sagrados para el hinduismo y no pueden ser sacrificados– y legumbres y el segundo en el ranking global de trigo, arroz y caña de azúcar. “El único producto que no han podido producir para autoabastecerse son los aceites vegetales, razón por la cual son grandes importadores de aceite de palma en primer lugar, seguido por aceite de soja y, por último, aceite de girasol”, comentó Erize. El presidente de Nóvitas indicó que, si bien India no está en el radar usual de los factores internacionales que hacen a la formación de precios de los principales granos, al tratarse de un gigante agrícola, cada cambio circunstancial que se produce en el país democrático más poblado del mundo promueve sacudones importantes. El ejemplo más reciente es la prohibición de exportar arroz que tomó este año y que provocó un alza extraordinaria en el precio internacional del cereal (algo que tuvo repercusiones en las góndolas argentinas). Y entre 2021 y 2022 generó también oportunidades en el mercado oleaginoso porque, al no habilitar en su territorio la siembra de soja modificada genéticamente, los “premios” ofrecidos por la harina de soja sin transgénicos hicieron irresistible la exportación de ese producto hacia Europa y EE.UU., lo que hizo por entonces que el país se quedara sin reservas internas de ese insumo. Como los exportadores de harina de soja –fundamentalmente Argentina, Brasil y EE.UU.– sólo elaboran el producto en base a granos modificados genéticamente, entonces India no tuvo otra salida que autorizar de manera temporaria la importación de harina elaborada en base a soja transgénica para poder recomponer reservas. Y eso contribuyó a generar una oportunidad comercial para la Argentina (que es el mayor exportador mundial de ese commodity) “Mucho de lo que vimos diecisiete años atrás lo volvimos a apreciar este año. La agricultura en India está enfocada no solamente a consolidar la seguridad alimentaria, como es el caso de China, sino también a dar empleo a la mayor parte de la población de ese país”, resumió Erize.

Año 2023: firme candidato a ser el año más caluroso registrado en la historia de la Tierra

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La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos prevé que 2023 puede ser el año más caluroso jamás registrado a nivel mundial, con una probabilidad superior al 99%, anunció este viernes luego de un mes de septiembre con temperaturas récord en el hemisferio norte.
«Existe una probabilidad superior al 99% de que 2023 sea el año más caluroso jamás registrado», aseguró este viernes el organismo estadounidense. La «predicción fatídica» llega semanas antes de que los líderes mundiales se reúnan en noviembre en Dubái para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28), cita en la que abordarán el futuro de los combustibles fósiles, considerados como los principales culpables del calentamiento global, explicó la agencia de noticias AFP. Septiembre fue el mes más caluroso en 174 años de registros globales, según datos de la NOAA, a la vez que el Observatorio Europeo Copernicus confirmó el mismo récord a principios de octubre. «Septiembre de 2023 fue el cuarto mes consecutivo con temperaturas récord», afirmó en un comunicado Sarah Kapnick, científica jefa de la NOAA.
Septiembre fue el mes más caluroso en 174 años de registros globales
En este sentido, precisó que «no sólo fue el mes de septiembre más caluroso registrado, sino, el más atípicamente caluroso» en los registros de la agencia. «Para decirlo de otra manera, septiembre de 2023 fue más caluroso que el julio promedio de 2001 a 2010», añadió Kapnick. La temperatura global en septiembre fue 1,44 grados por encima del promedio del siglo XX, según la agencia estadounidense. En tanto, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea Copernicus también estimó -a principios de septiembre- que 2023 sería probablemente el año más caluroso de la historia.

Un editorial de AgendAR, ante la elección del próximo domingo

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Hemos dicho muchas veces que el único compromiso que asume nuestro portal es con la producción argentina y con las capacidades de nuestros compatriotas. Y hoy lo reiteramos.
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Pero parte de ese compromiso es afrontar, como ciudadanos, las opciones que la democracia ofrece, y exige, a quienes comparten la ciudadanía de un país. Por eso hoy este portal anuncia su apoyo a la fórmula del frente Unión por la Patria, Massa-Rossi.
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En AgendAR colaboramos hombres y mujeres con distintas historias y pensamientos políticos. Así, tomo la responsabilidad como editor de anunciar este apoyo. Se puede decir, y es cierto, que por mi historia personal y mi actividad, no soy «neutral». No, no lo soy, y creo que nadie podría ni debería serlo.
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Pero al plantear este apoyo no se está pasando por alto los errores y los aciertos de los últimos años -muchos de unos y otros los publicamos aquí. Y, por encima de todo, en AgendAR somos conscientes que desde hace casi medio siglo Argentina no encuentra el camino de un crecimiento industrial estable que mantuvo hasta el año 1975, Y que hace 10 años que no crece el conjunto de nuestra economía.
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El hecho que nos parece indiscutible es que de las tres principales opciones electorales -que hace dos meses han sumado la mayor cantidad de botos -por muy lejos- en todo el territorio de nuestro país, una –La Libertad Avanza– plantea propuestas que, o no se aplican en ningún país de la Tierra, o se han ensayado, con dudosa viabilidad, en países pequeños y empobrecidos.
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Y Juntos por el Cambio… nos aparece hoy sólo unida por la campaña electoral. Sabemos que en las sociedades actuales ninguna fuerza política numerosa mantiene un pensamiento uniforme y rígido. Pero cierta mínima coherencia y disciplina política es necesaria para gobernar. Pese a sus notorias diferencias, algunas muy recientes, Unión por la Patria las está mostrando.
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Nos definimos entonces en esta contienda electoral. Y desde las 18 horas del próximo domingo, y en adelante, nos definimos por la unidad nacional. Valen las palabras de un gran estadista conservador «Sepa el pueblo votar». Por nuestra parte, estamos convencidos de que sabe.
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Abel B. Fernández

Satélites argentinos de observación de la Tierra. La CONAE ampliará la familia SAOCOM

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A poco más de tres años de haber completado la Misión SAOCOM 1, con la puesta en órbita de dos satélites gemelos, únicos en el mundo, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) está trabajando en el desarrollo de una nueva generación de satélites con Radar de Apertura Sintética (SAR) en banda L, denominada SAOCOM 2, los cuales incorporan tecnologías innovadoras para mejorar la performance y la calidad de la información que se brinda a los usuarios. Su lanzamiento está previsto para 2030. El proyecto aúna las capacidades de diversas instituciones públicas y empresas del sistema de ciencia y tecnología de la Argentina, como INVAP, principal proveedor, que estará a cargo del diseño y la construcción de la plataforma de servicios de los satélites y de la electrónica central del radar. El diseño del instrumento SAR y la antena seguirán a cargo de la CONAE y de la firma VENG junto a múltiples contratistas, como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). “Buscamos volver a trabajar con los equipos que participaron en la misión SAOCOM 1, para aprovechar su experiencia”, dijo Juan Pablo Cuesta, jefe de Proyecto SAOCOM de la CONAE. “Además apuntamos a nacionalizar algunos componentes, desarrollando las tecnologías en el país y reforzando el derrame tecnológico en otras áreas no espaciales, como se logró con la primera generación de SAOCOM”, agregó, y subrayó que se busca incrementar el conocimiento de la tecnología de radar en Argentina. La nueva generación de los satélites SAOCOM brindará información útil para la producción y para la gestión de emergencias de origen ambiental y antrópica a través del Mapa de Humedad de Suelo y otros productos derivados, como la identificación de cultivos y enfermedades para la agricultura como fusiariosis y la estimación de rendimientos, entre otros, que se mantendrán como objetivos de la misión. Además se sumarán otros productos de interés. “Vamos a reforzar las aplicaciones vinculadas con la interferometría, en todos los modos del satélite”, indicó Cuesta. Esta incorporación permitirá generar información valiosa para desarrollar a mayor escala, por ejemplo, modelos de elevación digital y hacer mediciones de desplazamientos en la tierra, para prevenir y monitorear catástrofes naturales a escala global, e incluso monitorear obras de ingeniería, como edificios y puentes, e infraestructura relacionada con diferentes industrias, como la petrolera, entre otros aspectos.  
Modelo Digital de Elevación (DEM) de la zona de El Leoncito, en San Juan, realizado mediante Interferometría SAR, a partir de la banda VV de un par interferométrico de SAOCOM 1A de fechas 16 de febrero de 2019 y 4 de marzo de 2019. Imágenes StripMap Dual Pol, en órbita descendente, con Polarización VV-VH. Las tonalidades muestran la altura de la región, desde azul (más bajo) a rojo (más alto). Fuente: Gerencia de Observación de la Tierra, CONAE.
  Uno de los objetivos centrales de la nueva misión satelital será brindar una continuidad de la información radar en banda L que hoy ofrece la CONAE a sus usuarios a partir de la Constelación SAOCOM 1, con una mejora en la resolución espacial, que aumentaría de 10 a entre 3 y 5 metros. Hoy existen proyectos de otras agencias internacionales que apuntan a lanzar nuevas misiones en la banda L del espectro electromagnético, como la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), con las cuales podrían establecerse convenios de cooperación para el intercambio de datos. Los nuevos satélites SAOCOM tendrán dimensiones similares a sus hermanos mayores, con una enorme antena de 10 por 3,5 metros. Uno de los cambios previstos va a ser la aviónica de la plataforma de servicios, debido a que se va a utilizar una más moderna desarrollada para el satélite SABIA-Mar, que cuenta con las últimas tecnologías disponibles. Este segmento del satélite incluye el sistema de propulsión, la batería, los paneles solares y la computadora principal, que brinda servicios a los instrumentos, como el radar SAR. “Si bien vamos a hacer algunas adaptaciones porque un radar necesita más energía para funcionar, respecto de los sensores ópticos, con esta decisión apuntamos a reducir costos y tiempos, porque el diseño ya fue desarrollado para otra misión”, sostuvo Cuesta.

Nuevas tecnologías

Los trabajos para avanzar en la nueva generación de satélites SAOCOM 2 comenzaron a llevarse a cabo en diciembre de 2021. Durante 2022 se hizo un análisis de la obsolescencia y viabilidad de construcción del satélite. Para esto se relevaron las distintas piezas que se usaron en los satélites radar argentinos de la primera generación, se contactaron a todos los proveedores y se investigó si aún se siguen fabricando o si existen tecnologías novedosas para reemplazarlas. En este aspecto, Cuesta destacó: “Cuando revisamos la carga útil del satélite (el radar de apertura sintética), encontramos una obsolescencia en ciertos componentes que ya no están disponibles en el mercado. Por eso ahora estamos trabajando en modernizar el diseño electrónico de la computadora central del radar, incorporando una nueva tecnología, denominada Radio Definida por Software (SDR, por sus siglas en inglés), que también nos permite abrir un camino de evolución para una siguiente generación SAOCOM, y que a futuro va a simplificar el diseño y la construcción del radar, incluso aumentando sus prestaciones”. “Esta tecnología se está usando en telecomunicaciones y, de manera incipiente, en satélites de radar, como el que desarrolla la NASA para su próxima misión. Entre sus beneficios, se destaca por tener un hardware genérico y versátil, posible de configurar por software, que evita la necesidad de realizar diseños específicos. Además, la SDR es el paso previo para alcanzar otra tecnología que se viene a futuro, denominada Digital Beam Forming (Formado Digital de Haces), que permitiría lograr imágenes más grandes y con mejor resolución”, aseguró. En el caso de la antena de los SAOCOM, al realizar el análisis de obsolescencia y viabilidad, los profesionales de la CONAE comprobaron que las tecnologías implementadas continúan vigentes, debido a que su diseño representó, ya en la primera versión de los satélites argentinos, una innovación para la industria espacial. “Su diseño es estado del arte, en cuanto a lo que está orbitando en el espacio”, afirmó Cuesta. “SAOCOM 1 logró el desarrollo de transmisores de radio y receptores muy pequeños y de muy alta potencia (MTR), que fueron financiados por la Agencia Espacial Italiana (ASI) en el marco del Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE). Fue un logro tecnológico alcanzado por el acuerdo de cooperación entre la CONAE y la ASI, que no se quedó ahí, porque a partir de esta innovación la ESA se encuentra desarrollando su misión en banda L, que se inspira en SAOCOM, y siguió invirtiendo para evolucionar aún más en la tecnología MTR. Ahora esa inversión de la Agencia Espacial Europea también va a ser aprovechada por la CONAE para el desarrollo del SAOCOM 2”, detalló. En 2023 se estuvo trabajando más profundamente en el diseño de la plataforma de servicios de SAOCOM 2, adaptando, combinando y modernizando conceptos de los satélites SABIA-Mar y SAOCOM1. En esa línea, iniciamos en octubre un proceso de revisión de diseño preliminar de esa plataforma, algo que en la jerga espacial se denomina PDR (Preliminary Design Review).  
Equipo de profesionales de INVAP y de la CONAE que integraron el proceso de revisión de diseño preliminar de la plataforma de servicios de la nueva generación de los satélites SAOCOM. También participaron profesionales de la CNEA por videoconferencia.
 

Más instrumentos

Además del radar de apertura sintética, la segunda generación SAOCOM llevaría a bordo otros instrumentos. Uno de ellos se denomina Sistema de Identificación Automática (AIS, por sus siglas en inglés), que permite detectar barcos que pescan ilegalmente en Mar Argentino. Otra de las cargas útiles en evaluación es un sistema de comunicaciones con tecnología láser, que permite enviar la información a un satélite geoestacionario (en vez de hacerlo a una estación terrena), con una mayor ventana de tiempo para trasmitir y bajar datos a más velocidad. También se analiza la posibilidad de realizar concursos de proyectos orientados las universidades y otras instituciones del sistema científico y tecnológico nacional, para luego seleccionar las propuestas que sean de interés para la CONAE y subir sus instrumentos de demostración tecnológica al satélite.

Sinergia con la serie SARE

El desarrollo de nuevas tecnologías que llevarían a bordo los nuevos SAOCOM 2 también se vincula con otros proyectos de la CONAE, como la serie SARE, de arquitectura segmentada, que estará conformada por una constelación de pequeños satélites capaces de compartir recursos y combinar información de sus instrumentos. Con esta iniciativa apuestan a validar las tecnologías y disminuir costos, haciendo una sinergia entre el desarrollo de diferentes proyectos espaciales de la agencia espacial nacional. Este concepto también incluye al satélite SABIA-Mar. La Misión SAOCOM 2 incluirá uno o varios segmentos SARE que vuelen alrededor, llamados “compañeros”, con un pequeño receptor de radar en banda L, que es muy útil para diferentes aplicaciones nuevas e innovadoras. El vuelo en formación y el trabajo conjunto de los satélites SARE y SAOCOM 2 permitirá tomas de datos del terreno denominadas “tomográficas”, que proporcionan una tercera dimensión a las imágenes y mapas clásicos de dos dimensiones; y “biestáticas”, que permiten ver la señal de eco de radar desde diferentes ángulos, con lo cual se genera información adicional y complementaria, útil para la identificación y caracterización de los terrenos observados. Además “prevemos adaptar la electrónica central que estamos desarrollando para SAOCOM, con la nueva tecnología SDR, para subirla a un satélite de la serie SARE, con un radar más pequeño en banda X. También estamos planteando hacer un primer prototipo del detector de barcos AIS para que vuele con SARE”, dijo Cuesta. Este sistema permite consultar información sobre el barco con la cooperación de la tripulación, para saber si se trata de una embarcación habilitada para pescar o no. “A su vez, la tecnología AIS podría complementarse con la cámara de alta sensibilidad que llevará a bordo el SABIA-Mar, para detectar la pesca ilegal de calamares, por las noches, y con las tecnologías del SAOCOM 1, que también pueden detectar barcos en el agua, ya sea de día o de noche. O sea, de manera combinada, el radar del SAOCOM podría detectar los barcos y, con el AIS, podría saberse si están habilitados o no”, finalizó Cuesta.

Las pymes productoras de biodiesel paralizan su actividad. Sus reclamos

De las 27 pymes productoras de biodiesel del país, 20 ya pararon sus plantas en septiembre y las restantes operan a un 10% o 20% de su capacidad por el aumento de los costos y el congelamiento del precio regulado que rige desde agosto. Las pymes utilizan como materia prima el aceite de soja y el producto final es el biodiesel que se mezcla con el gasoil que se vende en todo el país. Diversas fuentes del sector señalaron que la totalidad de las empresas dejará de producir por completo en noviembre si no hay respuesta a sus reclamos.
La crisis del biodiesel está inserta en el escenario de faltante de gasoil, sobre todo en las provincias del NOA y NEA. En las últimos días, las tres cámaras que agrupan a las pymes de biodiesel, CEPREB, CASFER y CAPBA, le enviaron una carta a la secretaria de Energía, Flavia Royón, donde advierten que, si no hay una respuesta urgente, el sector, que emplea a 2.000 trabajadores directos y 8.000 indirectos, quedará totalmente paralizado. “Estamos produciendo por debajo del punto de equilibrio, hoy estamos operando a pérdida”, contó Federico Martelli, director Ejecutivo de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB). El directivo explicó que necesitan medidas urgentes para volver a operar y evitar el desabastecimiento de los combustibles.

Reclamos

El sector reclama que se resuelvan tres demandas centrales para retornar la producción:
  1. El cobro de las primas excesivas de las principales aceiteras como Cofco, Bunge, Dreyfus, Aceitera General Dehesa (AGD), Cargill, ADM, Molinos, Agricultores Federados Argentinos (AFA) y Viterra a las pymes de biodiesel para adquirir el aceite de sojal “La Ley de Biocombustibles 27.640 establece que el Estado tiene que velar por la provisión del aceite de soja a precio de mercado razonable, que es igual al precio de paridad de exportación más los costos locales”, explicó el directivo de Cepreb. Una cerealera exporta a un precio de alrededor de US$ 1.000 dólares la tonelada de aceite de soja. Con el descuento de 31% de retenciones, termina recibiendo US$ 700 por cada tonelada vendida al exterior. Pero en el mercado local, las principales aceiteras les venden a las 27 pymes, que muchas veces tienen sus plantas a 50 o 100 kilómetros de los establecimientos de acopio de las grandes aceiteras, a un precio de US$ 940 por cada tonelada. La prima que le cobran las aceiteras a las pymes de biodiesel siempre fue más cara y se ubicó en un 10% o 15% que el precio de exportación. Ahora ese monto es de más del 30% y el impacto a las productoras de biodiesel pone en jaque su producción. “Estamos pagando nuestra materia prima más de lo que corresponde. Hay un abuso de posición dominante por parte de las grandes cerealeras exportadoras”, afirmó Martelli.
  2. Precio y cobro a tiempo. Las pymes reclaman que la cartera energética aumente el precio regulado del biodiesel. La suba podría ser de 15%, aunque si se resuelven los otros puntos estarían dispuestas a prescindir del aumento, explicaron desde el sector. El 23 de agosto, un día después de las PASO, se actualizó el precio de adquisición de biodiesel por última vez e implicó una suba de 20%, justo después de la devaluación. Hoy la tonelada está $ 434.006 y desde ese momento está congelado. Es relevante porque es un producto que se mezcla de manera obligatoria con el gasoil en un 7,5%, según la regulación, aunque las pymes productoras aseguran que, en los hechos, termina siendo de 5%.
  3. Las pymes compran el aceite de soja al tipo de cambio oficial, pero cuando venden el biodiesel a las petroleras lo hacen en pesos a 40 días. “Por ejemplo, si un productor le vende hoy a una petrolera que necesita adquirir biodiesel para mezclarlo con el gasoil, la pyme lo cobra recién el 20 de noviembre en pesos y al valor de hoy 9 de octubre”, explicó Martelli. “Cobramos a 40 días en pesos, pero tenemos que volver a comprar aceite de soja. Las aceiteras nos van a cobrar en dólares. Es una descapitalización del sector”, explicó. “Le pedimos a la Secretaría de Energía que publique una resolución para que las petroleras nos paguen a las 24 horas”, remarcó Martelli.
“Entendemos que en este contexto el Ministerio de Economía necesite pisar precios para combatir la inflación, pero no el de las pymes de biodiesel. Le estamos pidiendo a la Secretaría de Energía que corrija estos tres puntos o al menos alguno cuanto antes”, finalizó el directivo de Cepreb.

Comenzó la exploración de hidrocarburos en la costa bonaerense

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La operación en búsqueda de los pozos de petróleo, que también abarcará los bloques CAN 108 y 114, a 307 y 443 kilómetros de Mar del Plata, se extenderá al menos por tres meses y contará con un equipo de profesionales que analizarán los datos, así como también biólogos para monitorear el impacto en la fauna marina.

Con la llegada del buque petrolero BGP Prospector, comenzó la exploración sísmica para determinar la presencia de hidrocarburos en el bloque de la Cuenca Argentina Norte (CAN), una zona ubicada a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata. De esta manera, las tareas de exploración sísmica estarán a cargo de la empresa Equinor, asociada a Yacimientos Petrolíferos Federales (YPF) y Shell, que utilizará el buque petrolero que llegó desde Ghana y navega bajo la bandera de Bahamas, así como también el buque de apoyo Geo Service I. Según informó Diputadosbonaerenses, la operación en búsqueda de los pozos de petróleo, que también abarcará los bloques CAN 108 y 114, a 307 y 443 kilómetros de Mar del Plata, se extenderá al menos por tres meses y contará con un equipo de profesionales que analizarán los datos, así como también biólogos para monitorear el impacto en la fauna marina. Así, el buque petrolero llevará adelante la exploración sísmica mediante el rastreo del suelo marino que, con unos sifones de aire comprimido, liberan una onda de sonido que viaja en las profundidades y de acuerdo a las capas que encuentra, rebota y se capta mediante micrófonos de 12 kilómetros de largo que funcionan en el agua. Después de seis meses de análisis, con el registro sonoro de la exploración sísmica se puede generar un mapa del lecho marino para determinar la ubicación del petróleo en la zona, que permite la realización de un pozo exploratorio con el objetivo de terminar de confirmar la presencia de hidrocarburos, que puede ser cualquiera, no necesariamente petróleo. Es preciso mencionar que, las ondas afectarían a la mayoría de la fauna, precisamente a aquellos animales que tienen vejigas natatorias y a los mamíferos, motivo por el cual habrá biólogos marinos que supervisarán todo el proceso, además de que se utilizarán micrófonos para detectar la presencia de seres vivos y reducir el impacto. En ese marco, el proyecto tiene expectativas en el pozo exploratorio Argerich-X1, que ya reconoció hace cinco años YPF junto a otras compañías, por lo que el presidente del Cluster de Energía de Mar del Plata, Marcelo Guiscardo, explicó que en esa zona hay 20% de encontrar petróleo. Por este motivo, el Gobierno nacional proyecta que, con ese posible pozo petrolero, YPF podría duplicar su producción anual, que produce unos 200.000 barriles de petróleo por día y podría tener un impacto económico de 100.000 millones de dólares.