Con el agua al cuello. Así estaba Tandanor poco antes de que la Argentina se fuera a pique en la crisis del 2001. El naufragio en cámara lenta había comenzado durante el menemato. «Hacíamos agua por todos lados: la empresa estaba concursada, no cobrábamos los sueldos, dormíamos en los galpones. Pero los laburantes la sacamos a flote, algo de eso sabemos«, remarca, orgulloso, Marcelo Mazzullia, gerente de la Jefatura de Buques del astillero de la Armada Argentina.
Con más de 20 años en el gremio naval, don Mazzullia capeó junto a sus compañeros mil y una tormentas. Privatización, negocios inmobiliarios non sanctos con el predio portuario, renacimiento durante el primer kirchnerismo, vaciamiento en el macrismo y otra vez a flotar desde 2019.
Grafica el curtido obrero, viejo lobo de mar, en la caminata matutina de cara al Canal Sur del Puerto de Buenos Aires: «Nunca bajamos los brazos, resistimos y hace años que no paramos de crecer. Desde la reestatización, los trabajadores somos dueños del 10% de la empresa. Ya no es estar a flote, navegamos con viento en popa».
Bajo el sol otoñal, su figura queda diminuta frente a las moles flotantes que duermen la siesta seca sobre las plataformas. Titánicos petroleros, buques de carga y pesqueros escapados de algún sueño de Melville. Frente a los barcos, la escala humana se evapora para medirse con los océanos y los cetáceos. Navíos de 200 metros de largo y más de 30 de altura.
«Acá se te va el ego, somos hormiguitas reparando estos bichos, que a la vez son boyitas en la inmensidad del mar», dibuja con palabras Mazzullia. Dice que trabaja en un hospital de barcos: «Les curamos las heridas, son tratamientos para ponerlos a punto. Es una responsabilidad enorme. La botadura es el cierre de la historia, vuelven al agua sanos».
Más de 100 embarcaciones pasan todos los años por los talleres. El obrero recuerda el petrolero Illia de más de una cuadra de eslora, el granelero Vega Tauro que había encallado en el Estrecho de Magallanes y precisó 120 mil kilos de chapa para sellar su panza; el rompehielos Irizar, resucitado con 100% mano de obra nacional: «Con todos aprendí algo. Por eso, cuando los veo irse, los extraño».
Anfibia
Con 143 años de historia, Tandanor –Talleres Navales Dársena Norte, donde estaba emplazado en sus orígenes– pasó épocas muy buenas, regulares, malas y también muy malas. Las memorias del astillero y taller de reparaciones pueden ser leídas como una alegoría de la historia de nuestra patria en espiral: glorias, crisis, desinversión, tragedias, y otra vez volver a remar. Batallas (navales) argentinas.
La empresa Talleres Navales de la Marina, fundada en 1879 durante la presidencia de Nicolás Avellaneda para el mantenimiento de los buques de la Armada, es el tercer taller naval más importante del mundo. En 1922 fue renombrada Arsenal Naval Buenos Aires y en 1971 se constituyó como sociedad anónima con participación mayoritaria del Estado.
En los ’40 tenía más de 6000 operarios y en 1950 impulsó la carrera de Ingeniería Naval en la UBA. Durante décadas atendió sin respiro las necesidades de la marina mercante nacional. En 1992, pleno reinado del neoliberalismo, pasó al grupo privado Inversora Dársena Norte (Indarsa). En 1999 llegó la quiebra fraudulenta y la resistencia de los trabajadores. Néstor Kirchner declaró de nulidad absoluta la privatización. En 2007 decretó la reestatización.
Durante la primera presidencia de Cristina se produjo la incorporación de Tandanor, junto a su vecino Astillero Almirante Storni, al complejo Industrial Naval Argentino. El gobierno cambiemita intentó bajarle la persiana y no ahorró en palazos contra los trabajadores.
Desde 2020 vive un proceso de crecimiento (a pesar de la pandemia): tiene 500 laburantes que terminaron un buque hidrográfico Swath, construyen remolcadores y una embarcación polar. Como novedad, la empresa que depende del Ministerio de Defensa sumó proyectos para tierra firme: puentes modulares, mobiliario urbano y bases para la Patagonia y la Antártida. Una industria anfibia.
Sinfonía metálica
En los galpones del Storni trabaja José Luis Oca, un joven ingeniero naval formado en casa. Los techos son altísimos, besan el cielo. «Hacer un barco es como construir un edificio flotante. Chapa, madera, electricidad. Escuche ese ruido de soldadoras, de golpes de martillo, es una sinfonía«, entona Oca con metal pesado de fondo.
El Storni atesora el ARA Santa Fe, un submarino TR1700 Made in Argentina que empezó a construirse en los ’80 y quedó frenado. El taller asistió también a dos embarcaciones fabricadas en Alemania: el Santa Cruz y el San Juan, la nave que se hundió trágicamente en 2016 con 44 tripulantes héroes.
El ingeniero Oca en los galpones.
Hoy Tandanor estudia proyectos para construir submarinos. «Es un desafío supremo, porque hay que aprovechar espacios y tiempos, debe flotar y resistir la presión del mar, ser sigiloso. Es la F1 de los barcos«, detalla el ingeniero.
Observa un rato el esqueleto de la Goleta del Bicentenario, un proyecto de buque escuela, y los puentes modulares listos para ser emplazados sobre las vías del ferrocarril Sarmiento: «Durante el macrismo se frenó todo, años de tristeza e incertidumbre. Ahora hay ruido, vida, es la casa de 500 trabajadores».
La palabra atarazana es sinónimo de astillero. De origen árabe (ad-dar as-sina’a), significa «la casa de la fabricación». Frente al Margot, un pesquero que entró a boxes hace pocos días, Gustavo Castor Flores mueve andamios con la grúa sampi: «23 años en Tandanor, una vida. En verano nos cocinamos y en invierno somos cubitos, pero amo este oficio. Cuando me tocan vacaciones, a la semana quiero volver a trabajar con mis compañeros».
Gustavo es el artista encargado de lavarle la cara a los barcos. Pintó obras monumentales, como el Irizar: «me enseñó mi tío, que me hizo entrar en 1996. Acá somos compañeros, y sobre todo familia». El ingeniero Raúl Mario Ramis tiene ojos color océano y el pecho inflado de orgullo por la reparación del Irizar: «la más grande de los últimos 30 años de la historia naval. Aunque muchos digan que las empresas del Estado no sirvan, se hizo acá, en Argentina».
A Claudio Rocha le toca una tarea pesada. Con 22 compañeros pilotea el Synchrolift, un ascensor capaz de hacer levitar buques de 15 mil toneladas: «Pesaditos, pero no hubo gigante que nos venciera». Compartió oficio naval con su viejo y lleva cuatro décadas en la empresa. Antes de volver al trabajo pesado, mira el puerto. Revela que nunca navegó. ¿Será preciso navegar? «Sería lindo algún día. Mi trabajo termina cuando bajamos el barco al agua y parten a altamar. Eso me hace feliz».
«En los años de Cambiemos ponían candados»
La noticia se conoció a principios de año. Decía que Tandanor superó «todos los registros anteriores» de producción y facturación, haciendo crecer a la empresa estatal con el objetivo de «reimpulsar a la industria naval, pero también a la metalmecánica». Las palabras pertenecían a Miguel Tudino, presidente de la firma que en noviembre cumple 144 años.
Junto a Alberto Schprejer, el vice, reciben a Tiempo en las oficinas ubicadas en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, en terrenos históricamente deseados por el mercado inmobiliario y las administraciones neoliberales. Los custodia un cuadro que lleva tatuada una frase del almirante Brown: “Es preferible irse a pique que rendir al pabellón”.
Los funcionarios destacan el cambio de paradigma que vivió el astillero en los últimos tiempos: “Venía de cuatro años de vaciamiento macrista. Con desinversión y persecución contra los trabajadores. Nosotros trabajamos para ponerlo activo. Es un desafío extraordinario y estamos unidos, hay una conciencia de defender la empresa, que se defiende como a la familia.”
Frente al discurso privatizador de la derecha, Tudino es clarito: “Ellos dicen que hay que cerrar las empresas del Estado porque generan déficit, y Tandanor demuestra que hay un Estado productivo, que produce bienes industriales, que dan rentabilidad y además trabajo. Venimos de tres años que dejaron utilidades y se reinvierten. Cinco millones de dólares en maquinaria, edificios y mejoras para los trabajadores. La derecha habla de sociedades desarrolladas, que son las industriales, que producen tecnología. Nosotros trabajamos para construir esa Argentina moderna. En los años de Cambiemos ponían candados, eso es desprecio por el trabajo.”
Por su parte, Schprejer destaca los proyectos de Tandanor: “a la actividad de los talleres de reparación, sumamos la construcción. Remolcadores para la Armada, lanchas para el Ministerio de Ambiente y con la industria metalmecánica estamos haciendo los puentes modulares que permiten cerrar los viejos pasos a nivel del tren Sarmiento. Hay proyectos para construir una grúa para el Puerto Belgrano y avanzamos con las bases integradas en el sur del país y la Antártida.”
Tudino y Schprejer
El patrullero ARA Murature: la memoria del centro clandestino que funcionó sobre el mar
Tandanor, el astillero insignia del país y uno de los cinco más grandes del mundo, conserva la memoria de la industria naval argentina. También resguarda pruebas del horror de la última dictadura cívico–militar.
En el predio, en el sur del Puerto de Buenos Aires, se encuentra el patrullero ARA Murature, un barco construido en el Astillero Río Santiago y botado en 1944. El Murature funcionó como centro clandestino de detención. Anclado en medio del río Paraná, formó parte de un gran circuito de terror en la zona de Campana, Zárate y Escobar, conocido como “Área 400”, al mando de fuerzas combinadas del Ejército, la Armada y la Policía Bonaerense.
El buque fue allanado en el puerto de Campana en 2004. Desde entonces Tandanor lo tiene bajo resguardo. En el predio también se conserva el submarino ARA San Luis, que combatió en la Guerra de Malvinas.
La empresa INVAP informó que la Fundación Konex reconoció a Cacho Otheguy, quien fuera presidente de la empresa entre 1991 y 2018. El físico e impulsor de INVAP falleció en 2020 y este año fue reconocido en la categoría «Los Inolvidables» de los Premios Konex 2023 que realiza un homenaje a las figuras fallecidas durante la década 2013-2022
“Héctor ya había recibido el máximo galardón, el Konex de Brillante en 2018, que distinguió a las personalidades e instituciones más destacadas de la última década en la Argentina”, remarcaron desde las redes de INVAP.
Durante su gestión como gerente general de la empresa (1991-2018), INVAP se consolidó como líder en el mercado de tecnología de punta, en la exportación de reactores nucleares de investigación, en el área espacial con el diseño y fabricación de satélites para la observación de la tierra y para comunicaciones, y el desarrollo de radares para aplicaciones civiles y militares.
Nacido en 1947, en Buenos Aires, egresó como físico del Instituto Balseiro en 1970 e integró el grupo de egresados que se conformó dentro del Centro Atómico Bariloche, como parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica, y dio el paso inicial para crear INVAP, bajo el liderazgo del doctor Conrado Varotto.
Comenzó a trabajar con el grupo de física aplicada de Varotto en 1972. Luego el grupo comenzó a llamarse Programa de Investigación Aplicada y llegaron los primeros trabajos que darían nacimiento a INVAP. Entre ellos se cuentan una planta de desarrollo de tecnología de esponja de circonio, un metal de uso nuclear, la construcción del reactor nuclear RA 6 y el desarrollo del proceso de enriquecimiento de uranio.
Tenía una maestría en Física de la Universidad del Estado de Ohio (1972) y una maestría en Gerenciamiento de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford (1985). Tuvo actuación docente en universidades nacionales en los Estados Unidos, realizó más de un centenar de exposiciones sobre actividades de INVAP y políticas tecnológicas en distintos foros locales e internacionales y en programas de radio y televisión.
«Muchas gracias Fundación Konex por este reconocimiento. Cacho siempre inolvidable», concluyó el posteo de INVAP.
«Cuando fallecio Héctor Cacho Otheguy, Daniel Arias escribio esta nota.Hoy 30 de Marzo a la una de la madrugada en Bariloche, el corazón de Héctor “Cacho” Otheguy plantó bandera, tras 44 años de venir plantando banderas argentinas por medio mundo, y también alrededor.Cacho está en 7 intempestivos reactores nucleares argentinos en Perú, Argelia, Egipto, Australia, Holanda y Arabia Saudita, y también en 8 satélites en el espacio, dos de ellos de telecomunicaciones de ARSAT, los demás de observación para la CONAE, el último de ellos activo desde 2019, otro próximo a partir.Cacho es (aún no logro decir “fue”) de aquel puñado de fundadores de INVAP allá por los ’70. Cabían en dos sillones. Eran unos veinteañeros idealistas y bochincheros de la Comisión Nacional de Energía Atómico (CNEA). Fueron seleccionados por talento y fanatismo, en ese orden, por Conrado Varotto (esa leyenda), para construir una firma ágil, una Sociedad del Estado que cambiara el perfil del país, que lo volviera una economía del conocimiento.Incluso “los viejos” (entonces treintañeros, como el propio Varotto y los químicos Tommy Buch y Roberto Kurtz), todos estaban convencidísimos de poder. Y habida cuenta del huracán en contra que generalmente debieron enfrentar, a la luz de los resultados 44 años más tarde no les fue mal. Pero en esa lucha Cacho se dejó el corazón.A los 71 años, Cacho es el segundo en morir de aquel “dream team” fundacional, y bien a destiempo. Todavía le quedaba mucha pólvora por quemar.El 27 de diciembre de 2019 me concedió un par de horas en Aeroparque, ya que regresaba a Bariloche. Cacho vivía en aviones, como los tenistas. Discutimos el nebuloso futuro de la centralita nuclear compacta CAREM un par de horas, y cuando lo llamaron para embarque pedí hacerme cargo de la cuenta. Pese al lugar finolis, era barata: a fuerza de hipercolesterolémico esencial, Cacho últimamente vivía a puras ensaladas. Ya de pie y con la valija en la mano, me soltó, como quitándole importancia: “Voy a andar invisible unos días, Daniel: tengo que entrar a boxes”.Pero no era para un cambio de neumáticos, sino de una válvula cardíaca. Por su problema metabólico, pese a lo enjuto, deportista y medido de su dueño, el corazón de Cacho ya venía muy emparchado de baipases, stents, marcapasos y vaya a saber qué más. Era imposible creer que tuviera una válvula soplando mal, pensé mientras se alejaba por Aeroparque, subía escaleras mecánicas a saltos, hablaba con tres a la vez por el celular, y se perdía caminando siempre a los cuetes, flaquito, enérgico y eléctrico como un grillo. Es mi última imagen de él.La operación salió bien, el tipo era casi un atleta. Pero en el postoperatorio se le complicaron los pulmones. La peleó largo en intensiva y luego en sala, hasta que logró salir para terminar de recuperarse. Ya empezaba a contestarme, lacónico, algunos wattsapps, signo de que tal vez planificaba volver al ring, más que jubilarse.Es que los jubilados de aquella generación de INVAP y de la CNEA se retiran de mentira. Siguen remándola desde el llano, como consultores “ad honorem” (en mi barrio, “gratarola”). Y si se han ido del teatro de operaciones, que es Bariloche, siguen teniendo autoridad moral, reuniéndose en bares porteños con sus pares para chismorrear, tejer, destejer, construir, conspirar, comparar datos técnicos, cambiar figuritas y tratar de seguir cambiando a la Argentina.“Entrar a boxes”… Cacho tuvo siempre esa manera de hablar, la metáfora canyengue, muy sintética o muy cómica, eficaz. Era puro ingenio verbal. En 2000 me convenció de que sacara un artículo en la revista XXI sobre la pre-calificación de INVAP en la licitación de un reactor nuclear en Australia. Era la más codiciada del momento por prestigio y por plata: es que las empresas nucleares en todo el mundo estaban en la lona, luchando por no ir a quiebra. Así las cosas, el codazo más bajo entre los competidores por Australia iba a la nuca, e INVAP para variar, era el más chiquito de la cola.Yo le contesté: “Cacho, no me jodas. Noticia hay cuando INVAP gane, si gana, y es difícil que gane. No hay nota porque no hay título”. El tipo pensó un segundo y me devolvió de sobrepique: “¿Y qué tal: ´Un cafecito con Claudia Schiffer’? ¿No es un título?”. La nota salió así.Tres meses después, por decirlo a lo Cacho, Claudia entregó todo: INVAP ganó, tras haber derrotado a los americanos, a los canadienses, a los franceses, a alemanes, a los rusos, a los japoneses y a los coreanos.Desde entonces INVAP es la empresa de reactores más respetada y temida del mundo. También, por las cabronadas, destratos, bicicletas y sabotajes que sufrió por parte de los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem 1.0 y 2.0, De la Rúa y Mauricio Macri, la más combatida en su propia casa.INVAP vive pagando el pecado capital de haber logrado, en 1983, medio año después de la derrota de Malvinas, el enriquecimiento de uranio, en la planta entonces secreta de Pilcaniyeu.Esta mañana tormentosa, con lluvia y con el país en cuarentena, el teléfono no para de sonar debido a esta mala noticia. Y cada cual me cuenta su anecdotario de Cacho Otheguy juvenil. De modo que escribo entre lagrimones, pero también doblado en dos de la risa: el Cacho era el demonio.Roberto Kurtz acaba de colgar. Él volvió de INVAP a la CNEA en 1978 para poder criar a sus hijos, que habían quedado en Buenos Aires. Pero en 1976, era de esos pocos locos bajo órdenes de Varotto en Bariloche, a quienes el contralmirante Carlos Castro Madero había dado un año de “paraguas político”, libre de serruchadas de piso desde la institución madre (la CNEA), para fundar INVAP con UN primer proyecto: fabricar esponja de circonio.Nadie te vende ese material metalúrgico, porque sirve para hacer el circonio laminado como aleación (circaloy) con que se construyen a su vez los elementos combustibles de las centrales nucleares. Y nadie quiere que seas independiente en combustibles. Quien te haya vendido una central quiere venderte los combustibles hasta el término de su vida útil, onda Nestlé con los cartuchos de repuesto de la cafetera Nespresso.Con un año de plazo perentorio, Kurtz y Cacho Otheguy quedaron a cargo de la construcción de la planta piloto, en los fondos del predio del Centro Atómico Bariloche (CAB). Cuando Varotto hizo traer a Kurtz y le mostró “la planta”, ésta era una platea de cemento pelada en medio del bosque del CAB, cero construcción. Pero el tiempo corría y no se podía perder un día, de modo que armaron un tinglado de chapa subdividido internamente en laboratorios por láminas de plástico transparente colgadas del techo, y empezaron sus trabajos químico-metalúrgicos.Alrededor del galpón de chapa, los albañiles del CAB iban construyendo laboriosamente las paredes del laboratorio “de verdad”, mientras adentro se rompían uno tras otro los crisoles, porque había que fundir materiales a más de 600º C., y la temperatura interna de aquella chabola andaba en los 2 grados sobre cero. Cuando se terminó de rajar el último crisol, Cacho y Roberto salieron a manotear macetas en los corralones, casas de jardinería y supermercados de Bariloche, hasta agotarlos. Para una novela: “Así se forjó el circonio”.Entre tanto, Varotto metía presión implacable al equipo, el cual, para no ahorcar a su jefe, disipaba adrenalina y testoesterona en bromas estudiantiles pesadas. Siempre que Varotto se reunía con Cacho y Kurtz en su escritorio, se sacaba los zapatos, mientras los tres examinaban los intrigantes problemas de ciencia de materiales que presentaba el taimado circonio.Infaltable cuando se trata de Varotto, sonaba algún teléfono y era que lo requerían Altos Mandones en algún otro lado. Pero cuando el jefe buscaba sus zapatos, Cacho se los había escondido mientras Roberto lo distraía con ecuaciones químicas. De modo que Varotto terminaba yendo a atender a tal o cual gran autoridad en patas, no sin antes putearlos con esmero y prometerles venganzas horrorosas.Ese ambiente de estudiantina era imprescindible: venteaba la tensión y forjaba vínculos más de trinchera que de equipo. Nadie salía indemne de algún apodo injuriante. Varotto era “El Enano”, y continúa. Cacho, flaquito y con su dislipidemia ya haciéndole daño, era “Pocavida”. Lo dicho, impresentables todos.En la Navidad del ’76, con la primera esponja de circonio obtenida por el químico Tommy Buch, Castro Madero llegó en inspección. Le pidieron unos días antes de mostrarle el laboratorio piloto “para pintar y tener todo prolijo”.“Todo prolijo” suena como música para un marino, y también «esperar», si viene con el caballo cansado. Mientras hacía una pausa para que pusieran el sitio presentable, el contralmirante (otro con el colesterol por las nubes y el corazón ya muy averiado) aprovechaba la prórroga para jugar un poco de “pelota paleta” con Cacho. Lo hacían en la mejor pared del “alma mater” de ambos: los dos eran graduados del Instituto Balseiro, que está en el CAB, Castro Madero como reactorista, Cacho Otheguy como físico nuclear. Así, a pelotazos, ambos se sacaban también el stress de jornadas de trabajo de 14 horas por día.Y entre tanto Kurtz y Tommy Buch proseguían la búsqueda de un enano de jardín, de esos de cemento, al que le pondrían un teléfono ahorquillado en el hombro. Así solía llevarlo típicamente Varotto, mientras iba y venía como un demonio por su oficina, armando y desarmando asuntos estratégicos y arrastrando y desenredando tras de sí 3 o 4 metros de cable (todavía no había teléfonos inalámbricos).La idea era que al abrir la puerta del laboratorio, Castro Madero se encontrara frente a frente con aquel evidente monumento a Varotto.Los vendedores barilochenses de innumerables macetas quebradas en el secreto intento de fundir circonio no tenían ningún enano de cemento. Pero uno de ellos recordó algún ángel chiquito en su trastienda, que terminó haciendo de sustituto. Con un auricular de teléfono ahorquillado en el cuello, quedó idéntico.Cuando se abrió oficialmente el laboratorio, la sonrisa nada angelical de Varotto prometía vendetta y Castro Madero se doblaba de la risa junto a Tommy Buch. Para completar la escena, Buch estaba buscado a la sazón por comandos parapoliciales en Baires debido a sus ideas izquierdistas, y estaba nombrado “trucho” en INVAP por el contraalmirante, para protegerlo.Ése era el ambiente. “Ahí en el CAB era un microclima, como si la dictadura no existiera”, dice Kurtz.Angelitos aparte, lo del circonio fue un exito. A las pocas semanas de publicada la noticia en Bariloche y en Baires, que prometía la inminente construcción de una unidad industrial grande para fabricar circaloy, apareció apurada una empresa francesa ofreciendo las toneladas de esponja de circonio que necesitara el Programa Nuclear Argentino. Y a buen precio. La plantita experimental con el angelito sirvió para eso.Ese modelo de “lo hacemos primero nosotros y después alguien toca timbre y te lo ofrece más barato” se terminó repitiendo en decenas de ocasiones con decenas de tecnologías estratégicas intransferibles. Es casi un paradigma de nuestra historia nuclear.Ese primer éxito, el del circonio, aseguró la tarea secreta siguiente: armar una plantita de enriquecimiento de uranio, para que jamás se volviera a repetir el embargo de uranio enriquecido que nos aplicó el presidente estadounidense Jimmy Carter en 1978. Ese boicot estuvo a punto de parar tres reactores, dos de ellos de fabricación de radioisótopos médicos: el RA-3 de Ezeiza y el RP-10 exportado a Perú. Carter, ingeniero nuclear de la US Navy, adujo que el embargo era una represalia por las violaciones de derechos humanos cometidas por el Proceso.Comentario politológicamente obvio: derechos, las pelotas. Dejar sin diagnóstico o tratamiento a miles de cancerosos y cardíacos inocentes no parece un castigo bien direccionado. Cerrar la Escuela de las Américas en Panamá, donde los militares yanquis asesoraban a sus pares de Sudamérica en las artes del golpe de estado y la desaparición, tortura y muerte de opositores, eso habría sido más creíble.Carter en realidad estaba pegándole a la Argentina por haberse atrevido a exportar un reactor nuclear criollo a otro país sudaca, siendo Sudamérica “Their own backyard” (el patio trasero de los EEUU).Ahora bien, si nuestro país lograba construir una planta experimental de enriquecimiento de uranio, aunque fuera chica, primitiva e ineficiente, era cantado que se repetiría la historia del circonio: nos venderían todo el uranio enriquecido que necesitáramos. Eso, o empezábamos a construir una planta industrial en serio. ¡Cruz diablo!Es que enriquecer este metal es una tecnología muy estratégica: “Little Boy”, la bomba de Hiroshima, cargaba 64 kg. de uranio enriquecido al 80%. El uranio que hoy queman nuestros reactores, es enriquecido al 19,7%, y el de nuestras centrales nucleoeléctricas es natural, sin enriquecimiento, salvo Atucha I donde un “touch” de 0,90% duplica la vida útil del combustible. Compramos el enriquecido que queremos, y gracias a eso podemos exportar reactores. Y nos lo venden sólo porque tenemos Pilca. Somos miembros del G-20 por el manejo de esas tecnologías, no por nuestro apabullante PBI.Aunque era obvio que Pilca no tenía intenciones ni quilates bélicos (para ello habría hecho falta una planta enorme), el proyecto debía mantenerse debajo del radar de la CIA. De enterarse ésta, podría haberlo hecho detener de mil modos, con tantos altos oficiales y directivos que tenía (tiene) en las tres armas, en la cancillería y en los medios de comunicación.Vigilada sólo por algunos centenares de ovejas, la planta se fue construyendo sin ruido y a pulmón en la lejana quebrada de Pilcaniyeu, a 60 km. de Bariloche y a 16 del caserío de Pilcaniyeu, entonces con una estación de tren y 400 habitantes. Cacho Otheguy pasaba la vida en aquellos descampados barrosos, a los cuales desde Bariloche se tardaba 2 horas en llegar por caminos impasables de pozos, piedras y nieve, cortados además por arroyos que entonces aún carecían de puente.Después de que Alfonsín, como presidente electo, diera la noticia al mundo de la existencia de Pilca y de su buen funcionamiento, Castro Madero hizo lo propio en el saloncito de actos de la Sede Central de la CNEA. En aquel evento Cacho debió pintar presencialmente, tras volver desde Pilca a los tiros.No lo reconoció casi nadie: de tanto vivir con poca agua y no mucha electricidad, casi a campo abierto, tenía meses sin afeitarse. Por ende entró al acto con una bíblica barba de peón de estancia, larga hasta el esternón. Pero como estaba de traje y corbata, algunos se preguntaban quién sería aquel rabino ortodoxo, o por qué no tenía sombrero, y en qué lugar de Polonia se había agendado de semejante cara de vasco.Cacho (dicho por muchas mujeres) era canchero y pintón. Luego de los 50 se puso canoso como pintado a la cal (pero sin perder ni un pelo), y con ese bigote blanquísimo en cepillo, se parecía cada vez más a las imágenes de San Martín viejo en las revistas Anteojito y Billiken. Yo le preguntaba en cargada si estaba estudiando para prócer. Las réplicas eran irónicas, personales y venenosas. Las omito por no aburrir.Hoy el día empezó con Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica, que me mandó temprano un wattsapp lacónico: “Falleció Kcho Otheguy. Tristeza”. Luego el teléfono se puso a sonar en serio, y a medida que sus compañeros me las iban contando, las anécdotas juveniles de Cacho, que yo ignoraba aunque nos conocemos desde 1987, me hacen reir no poco, mientras escribo y lloro, y lloro y escribo.Cacho nació en 1947, se graduó en el Balseiro en 1970 e hizo una maestría de ciencias en la Universidad de Ohio (1972). Ya con la idea de formar un «Número Dos», Varotto lo hizo hacer otra en Gestión de Empresas en la Universidad de Stanford (1985). En 1991, cuando Varotto se fue de INVAP en medio de la debacle nuclear y científica menemista, Cacho quedó al frente de una empresa que tuvo que echar a casi 1000 personas, en su 90% científicos y técnicos, sin casi administrativos, y quedarse con 300.Menem había cancelado los contratos de la CNEA con INVAP para la ampliación y mejora de la planta de enriquecimiento de Pilca, y luego rescindido las exportaciones a Irán de componentes para levantar allí una planta resueltamente civil, de fabricación de “yellow cake” (dióxido de uranio en polvo) a partir de mineral uranífero. Todo legal y bajo autorización y control del Organismo Internacional de Energía Atómica, pero marche preso: el Canciller Guido Di Tella interceptó los embarques en el puerto de Campana, y así INVAP perdió los U$ 25 millones con que contaba para cruzar 2001 sin despedir a nadie. Eran como U$ 50 millones de hoy.Habilísimo, Varotto caminó pasillos y tocó puertas hasta conseguir la dirección de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), desde allí persuadió a Menem de que la Argentina era un país espacial (el riojano lo entendió de un modo muy extraño) y le sacó a Cavallo U$ 15 millones de dólares para la construcción del SAC-B, un satélite científico que Alfonsín había dejado sin construir. ¿Y quién darle la ingeniería, sino a INVAP? Varotto fundó dos veces a INVAP: con lo del circonio, y en 1994, cuando la salvó del cierre con esa plata. Pero Cacho agarró firmemente aquella soga, y hoy, 8 satélites más tarde, INVAP es una empresa espacial por derecho propio y socios internacionales.A partir del casi cierre de 1991, Cacho acuñó el término de “menemismo explícito” para referirse a las grandes agachadas ante los EEUU. La segunda ocasión de casi cierre fue en 2000. Entre 2015 y 2019, años en que INVAP estuvo a punto de cerrar por tercera vez en su historia, Cacho usó bastante ese término.Y es que toda vez que un gobierno argentino, siguiendo instrucciones del State Department, intentó llevar a INVAP a la quiebra, la salvó el estado: el estado argelino, el egipcio, el australiano, el holandés, el saudí. Han sido las sucesivas trincheras de INVAP para sobrevivir a tanto menemismo explícito en su propia casa.La única vez que vi al estado argentino apostar por INVAP fue entre 2001 y 2015, y no estaba ayudándola sino ayudándose. ¿Qué consiguió a cambio?¿Empiezo? Radares aeronáuticos civiles y militares, radares de infantería, radares meteorológicos, radares espaciales, tecnología médica nuclear exportada a varios países, el reequipamiento y rediseño de un destructor de la Armada como barco multipropósito y de transporte de comandos, la radarización del rompehielos ARA Irízar, el primer proyecto sistemático de construcción de drones aeronáuticos civiles y militares, un helidrón para el campo (y las fuerzas armadas y de seguridad), los satélites de observación de la Tierra SAC-D y SAOCOM 1A y 1B, tecnología petrolera para perforación guiada y en horizontal, turbinas eólicas de 4,5 Kw para uso rural y en apostaderos militares aislados, una parte sustantiva del desarrollo de la central nuclear compacta CAREM, y sigue la lista con parques eólicos y solares, y por último una sociedad miti-miti con Turquía para construir satélites de telecomunicaciones.Con 10 INVAP este país se salva, pero necesitamos a 10 Varottos y a 10 Cachos.Me escribe Tulio Calderón, gerente de Proyectos Aeroespaciales y de Gobierno de INVAP desde Bariloche: “Estamos en una realidad mezquina para morirse, sin chances de despedidas, consuelos o encuentros… Por ahora (a Cacho) habrá que mantenerlo, jovial a hiperactivo como era, en nuestras memorias e historias. Y cuando pase esto, tenemos que hacer un lindo lugar para homenajearlo y recordarlo”.Nadie en INVAP o en sus alrededores estaba preparado para que Cacho se muriera. No hallamos modo de creer que efectivamente se fue. Creo que lo pensábamos tan a prueba de todo como la empresa a la que dedicó su vida.Y esa empresa no es INVAP.Es el país.»
La anécdota es famosa en el sector azucarero argentino. Antes de finalizar su gobierno en 2015, la ex presidenta Cristina Kirchner realizó un acto en Tecnópolis para mostrar allí que durante su gobierno se habían generado los primeros cultivos transgénicos desarrollados en la Argentina. Presentó en sociedad primero la soja HB4 de Bioceres, el antepasado directo del trigo HB4; una papa resistente a virus de la empresa Tecnoplant… Y cuando estaba a punto de presentar la primera caña de azúcar resistente a glifosato hubo alboroto y a último momento se retiró ese expediente.
En Bichos de Campo ya contamos que fue lo que sucedió ese día: en la industria azucarera primaron los temores a que el publico que consume azúcar cotidianamente expresara su rechazo a la caña transgénica, ya que había sido el primer cultivo modificado genéticamente para consumo humano directo. Los productores tucumanos se quedaron entonces con las ganas, porque aquella variedad desarrollada por la Estación Agropecuaria Obispo Colombres (EEAOC) finalmente jamás se liberó al medio. Dos años después Brasil aprobó su propia caña OGM, también resistente a herbicidas, y allá no sucedió nada de todo lo que se temía.
Pasaron varios años y recién ahora se respiran aires de revancha para los que creen que la biotecnología puede ayudar mucho al desarrollo del cultivo de la caña de azúcar, en especial en su expansión territorial hacia zonas algo más secas que las que rodean San Miguel de Tucumán, donde hay unas 300.000 hectáreas de cañaverales convencionales.
Si todo sale según los planes del grupo azucarero Los Balcanes, uno de los mayores productores de caña del país, antes de fin de año la CONABIA aprobaría la primera caña transgénica argentina, que ya no ofrecerá resistencia al glifosato como aquella de la EEAOC sino que contendrá el mismo gen de tolerancia al estrés hídrico que descubrió la investigadora del CPNICET Raquel Chan en los años 90 y que -siempre bajo dirección de Chan- la empresa Bioceres introdujo primero en la soja y luego en el trigo HB4, y que despertó polémicas con su aprobación el año pasado. ¿Por qué? Por el mismo temor que existía antes con el azúcar, que como el trigo es un alimento de consumo directo para los seres humanos.
Previniendo esa misma discusión, desde Los Balcanes avisan que aunque el uso de esa caña HB4 no implicar ningún riesgo frente a las variedades convencionales, se asegurará que el nuevo transgénico sea sembrado y trazado para su utilización solamente en la elaboración del bioetanol, el alcohol renovable que se está utilizando para rebajar en 12% las naftas de todos los vehículos del país.
Quien anticipó a Bichos de Campo el cercano lanzamiento de la caña de azúcar HB4 fue Federico Pérez Zamora, que es ingeniero agrónomo y director del Centro Integral de Biotecnología Aplicada (CIBA) que funciona en la Universidad privada San Pablo, al sur de Tucumán y creada por el grupo Los Balcanes. “La caña de azúcar HB4 es un proyecto que se viene trabajando desde un tiempo atrás. Está en las etapas evaluatorias”, indicó el experto tucumano.
-¿Es el mismo gen que está en el trigo y en la soja?
–Correcto. Pero ese es el primero dentro de un programa grande de caña transgénica. Nuestro proyecto apunta a usar todos los beneficios de la transgénesis para ir resolviendo problemas agronómicos e industriales que tiene la caña de azúcar, para hacer más competitivo el sector dentro del territorio de Tucumán, y para llevar la producción de caña de azúcar a otras áreas de la Argentina.
La caña de azúcar requiere, para desarrollarse correctamente, grandes cantidades de agua, estimadas entre 1.000 y 1.300 milímetros anuales. En Tucumán llueve mucho y casi no es necesario el riego complementario. En Salta y Jujuy, en cambio, los ingenios son más dependientes del riego. Tener una caña de azúcar con el gen de resistencia a la sequía que se introdujo en el trigo, según la lógica, permitiría expandir el cultivo hacia zonas más secas ubicadas al este tucumano, casi llegando a Santiago del Estero e incluso ingresando en dicha provincia.
-¿Y en qué situación está esa caña OGM?
-La HB4 está en los estados avanzados de experimentación en campo. Venimos siguiendo paso a paso todo lo que es el desarrollo, para en el momento en que ellos indiquen (por la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria) puede ser multiplicada y utilizada.
-¿Cuál es la expectativa de tiempo para la aprobación? Esta sería la primera caña transgénica del país.
-En el país sería la primera caña transgénica. Con respecto a los tiempos, nuestro objetivo es que pueda estar liberada antes de fin de año.
Mirá la entrevista con Federico Pérez Zamora:
La tolerancia a la sequía (el gen HB4 fue enviado al CIBA desde Bioceres, así como el de resistencia al glufosinato de amonio), es solo una de las líneas de investigación que se siguen en este centro de biotecnología tucumano. Pérez Zamora nos sorprende al anunciar que también ensayan con una caña a la que se le insertó el gen HB1.
-Ahí te tengo que interrumpir para preguntarte qué es el HB1.
-El HB1 es otro gen también desarrollado por Raquel Chan. Nosotros a partir de un convenio con el CONICET lo estamos ensayando en caña de azúcar. La que el HB1 le proporciona la caña de azúcar es cierta tolerancia al estrés y también mejora la tolerancia de la sacarosa al frío. La caña de azúcar es como una gramínea tropical que no está acostumbrada a tener heladas. Entonces, lo que pasa normalmente en los climas de subtrópico, como es Tucumán, ante la ocurrencia de una helada, es que los jugos empiezan a desdoblar su sacarosa en otros compuestos que no son los que uno quisiera. Estas variedades tienen cierta tolerancia, resisten un poco más a esa degradación del jugo.
Los desarrollos del CONICET y Bioceres no son los únicos con los que están ensayando en la Universidad San Pablo, cuyo campus está ubicado -al igual que el CIBA- muy cerca de las ruinas del viejo ingenio San Pablo, al sur de la capital provincia. Hasta allí también llegaron de Brasil algunas licencias para utilizar los genes de resistencia al glifosato y de resistencia a un gusano que entra en el tallo de la caña y también descompone la sacarosa.
-¿Entonces buscan tener una paleta amplia de soluciones agronómica? ¿Transgénicos apilados como ya existen en maíz o en soja?
-Exactamente. Después se pueden apilar otros genes si vemos que con el HB4 tenemos buenos saltos productivos.
El CIBA está en estos momentos aumentando exponencialmente sus instalaciones para disponer sobre todo de una mayor capacidad para la propagación de “semilla” de caña. Si estos eventos fueran finalmente aprobados como sucedió con el trigo HB4, en muy poco tiempo este centro está en condiciones de proveer las cañas necesarias para resembrar en miles de hectáreas. Esa plataforma de propagación ya se utiliza para ir saneando las variedades convencionales según los requerimientos de los ingenios de la región.
“Ellos traen sus cañas, nosotros las micro propagamos, las cultivamos en tejidos y después se las entregamos en forma de plantines para que constituyan su semilleros. Le hemos hecho mucho ese trabajo al ingenio Tabacal. Lo hicimos para el San Isidro, para ingenios de Santa Cruz de la Sierra (en Bolivia) y lo hacemos acá en Tucumán para varios ingenios”, explicó Pérez Zamora.
El investigador tucumano también está entusiasmado con otra línea de trabajo, que no implica transgénesis sino mejoramiento tradicional. Han importado algunas variedades de caña del norte de Brasil, que tienen “alto contenido, de fibra” y que entonces aportarían una gran producción de biomasa.
-¿Cómo lo explicas? ¿Es una caña con un alta frondosidad?.
–Son variedades que se obtienen en el estado de Alagoas. Son cañas que tienen mucha sangre de la caña originaria. Los antecesores de la caña de azúcar eran y tenían mucha capacidad de adaptación. Eran más tipo pasto y tenían más fibra. El mejoramiento genético durante mucho tiempo ha ido quitándole fibra y mejorando la cantidad de sacarosa, porque el negocio central era el cristal del azúcar. Pero este sector se transformó en una industria de múltiples productos. El azúcar pasó a ser un producto casi terciario, en donde podemos poner también alcohol y energía. Ahí empieza a ser muy estratégico que las cañas que vengan del campo al ingenio no solo tengan mucha sacarosa sino que puede revalorizarse la fibra, que es la fuente de energía del ingenio. Es la que le permite realizar todos los procesos de producción sin tener que recurrir a combustibles fósiles.
-¿Estas variedades de Brasil tienen mucho contenido de fibra y te permiten hacer reservas energéticas?
-Exactamente. Nosotros ya en febrero de 2022 trajimos nuestra primer grupo de variedades, que se están multiplicando y ya se están probando a campo, para ya empezarlas a producir en buena cantidad. Así que estamos en tratativas para buscar variedades que tengan alta fibra y también un buen contenido de sacarosa multipropósito.
Uno de los proyectos más importantes para la aviación de caza y ataque de la Fuerza Aérea Argentina sigue siendo la recuperación del sistema de armas A-4Ar Fightinghawk, último modelo de aeronave en servicio que fue concebido para el combate, por lo que su subsistencia resulta casi tan necesaria como agua en el desierto.
Los avances en el proyecto fueron confirmados por el Jefe de Estado Mayor General la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Xavier Isaac, en una breve entrevista. Consultado sobre los distintos proyectos, el titular de la FAA confirmó que “…otra cosa que no es menor es la recuperación de A4, que es una realidad, y yo creo que si Dios quiere y anda todo derecho, estaremos llegando a fin de año a la decena de A4, de dos que empezamos…”.
La recuperación de los A-4Ar es uno de los proyectos centrales de la Fuerza Aérea, al punto tal que en el 2022, la institución realizó una jornada de prensa a los fines de que los medios especializados pudieran tomar contacto directo con las actividades que se realizan en el Área Material Río Cuarto y la V Brigada Aérea. En ambas locaciones se pudieron apreciar las distintas iniciativas que apuntan a recuperar a los veteranos Fightinghawk, además de otros proyectos destinados a varios sarm de la FAA (Río Cuarto).
Algunos de los trabajos encarados en los últimos años por el Grupo Técnico 5 incluyeron la capacidad de mantenimiento local y modular de los motores J52, capacidad crítica que no solo permitió incrementar la disponibilidad de plantas propulsoras, sino que las evaluaciones realizadas sobre los stocks permitieron detectar una buena cantidad de motores preservados que cuentan con el potencial de ser recuperados.
Para el caso del Área Material Río Cuarto, la unidad cordobesa está encargada de realizar la inspección correspondiente a las 200 horas de vuelo, trabajo que demanda diversas inspecciones y evaluaciones (comandos de vuelo, poleas, superficies móviles, timón de profundidad y alerones, etc.), con un desarmado casi completo de los A-4AR. Al igual que el Grupo Técnico 5, el proyecto para la Recuperación del Ciclo Logístico de los Fightinghawk incluye que el Área Material pueda incorporar nuevas capacidades, como por ejemplo efectuar el overhaul de los asientos eyectables ESPACAP 1C-3. Esto fue uno de los aspectos críticos que pudo ser resuelto hace unos años con la asistencia de la firma norteamericana Task Aerospace.
Una de las últimas novedades provenientes del Área Material Río Cuarto sería la pronta puesta en servicio de un nuevo OA-4Ar, aeronave en la cual se ha invertido considerable esfuerzo para su recuperación y que resulta vital para la formación de los futuros Halcones de la V Brigada Aérea.
Ante las constantes demoras y aplazos que sufre el proyecto para la adquisición del futuro caza multi-rol de la FAA, recuperar y sostener la flota de A-4Ar resulta esencial para la Fuerza Aérea si la misma no quiere perder una capacidad que será casi imposible de recuperar en el mediano/largo plazo. Los antecedentes al respecto respaldan esta última afirmación.
Un ambiente de euforia envuelve a esta pequeña localidad pampeana, a 191 kilómetros de Santa Rosa, la capital de la provincia. En apenas dos meses, el Gobierno podría inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner, pese a todos los pronósticos adversos, según indicaron fuentes oficiales. Esto le daría un alivio a las golpeadas reservas del Banco Central (BCRA), ya que, una vez puesto en funcionamiento, permitirá reemplazar parte de las importaciones de gas por producción nacional proveniente de Vaca Muerta.
Pese a estas demoras, 10 meses después de haberse adjudicado la construcción del gasoducto, la obra está llegando a su etapa final en tiempo récord. Se viajó junto con otros medios a esta ciudad, sobre la ruta nacional 143 –la “ruta del desierto”–, para ver el avance de la construcción y la llegada de los últimos camiones con los tubos de 36 pulgadas (91 cm de diámetro), 12 metros de largo y 3250 kilos, por donde se transportarán 11 millones de metros cúbicos por día (m3/d) de gas a partir de fines de junio.
Así transportan los caños del gasoducto Néstor Kirchner, en La Pampa.LA NACIÓN
Esa será la cantidad que se podrá sustituir en importaciones este año. Según las proyecciones oficiales, el gasoducto permitirá ahorrar una salida de divisas de US$2200 millones en 2023, tomando como referencia un precio promedio del gas natural licuado (GNL) y otros combustibles líquidos de US$18 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector).
A partir del año próximo, se instalarán también las máquinas compresoras, que permitirán que el mismo ducto de 580 kilómetros transporte el doble de gas, 22 millones de m3/d. Toda la construcción del gasoducto costará US$2700 millones, que es financiado con fondos públicos. En los próximos meses, el Gobierno licitará el segundo tramo del gasoducto, para extenderlo a San Jerónimo, Santa Fe, y llegar con mayor gas nacional al norte argentino.
Para construir el gasoducto en 11 meses, cuando el plan original era un plazo de dos años, varios factores jugaron a favor, según explican los responsables de las empresas Techint y Sacde, que formaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE) y fueron adjudicatarias de tres de los cuatro tramos del ducto.
Así son los tubos de 36 pulgadas (91 cm de diámetro), 12 metros de largo y 3250 kilos por donde se transportarán 11 millones de metros cúbicos por día (m3/d) de gas.LA NACIÓN
En primer lugar, no ocurrió ninguno de los problemas externos que podrían haber demorado la construcción, como tener obstáculos al momento de la traza del ducto. Si bien en un principio generó preocupación el rol que iban a tener las comunidades originarias en la ocupación de la tierra, las empresas señalan que el gobierno de Neuquén se movió rápido al comienzo del proyecto y contuvo las demandas.
Tampoco hubo mayores problemas con los más de 150.000 propietarios de hectáreas por donde pasa el gasoducto. Tan solo hubo un obstáculo, pero rápidamente intervino la Justicia para que se pueda ingresar al terreno. Fue cuando al menos cinco dueños de tierras que explotan el turismo de caza de jabalís, ciervos y búfalos dijeron que no se podía ingresar a sus propiedades durante febrero y mayo, cuando es la temporada alta. “Se judicializó el caso e ingresamos con la Gendarmería”, dijeron en la UTE.
La sequía, a diferencia de lo que ocurrió a nivel país, en este caso jugó a favor del avance del gasoducto, ya que permitió trabajar prácticamente sin lluvias desde el inicio de la construcción.
Alrededor de 3000 trabajadores forman parte de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, en La Pampa.LA NACIÓN
Alrededor de 3000 trabajadores forman parte de la obra y cumplen un turno laboral promedio de 11 horas, desde las 7 de la mañana hasta las 18, los siete días de la semana. Luego de 25 días, tienen cinco de descanso. También hay turnos de noche para hacer trabajos especiales de excavación y pruebas hidráulicas. Como parte de la plantilla de trabajadores, también hay paleontólogos, antropólogos y arqueólogos, que tienen la función de liberar la traza.
También llegaron al país 45 trabajadores turcos, especializados en la tecnología de soldadura automática. Uno de ellos es Iskender Ucmaz, que proviene de una familia de pipeliners (tiendetubos) y que trabajó en la construcción de gasoductos en Arabia Saudita, Rusia, Irán y México. En este último país participó de un proyecto de Techint y quedó en contacto con la compañía. Los empleados turcos hablan en inglés y, además de realizar su labor, capacitan a los trabajadores argentinos para que aprendan a usar las máquinas para futuros proyectos.
En el campamento donde se instalaron los contenedores viviendas para 700 personas flamean las banderas de las distintas nacionalidades que trabajan en la construcción del gasoducto. Además de las de Turquía y Argentina, se pueden ver las de Venezuela, Chile, Paraguay, Bolivia, España, Uruguay, Brasil, Colombia y Perú.
“Durante mucho tiempo no se hizo obras de esta magnitud en la Argentina y ahora se está haciendo mucho todo junto, entre el gasoducto y la ampliación del oleoducto. Por eso no conseguíamos gente especializada. Los españoles, por ejemplo, están especializados en utilizar el ultrasonido para verificar que los tubos estén bien soldados”, cuentan, a la par, Alejandro Cardone y Ricardo Uzner, responsables del proyecto por parte de Techint y Sacde, respectivamente.
Además de haber distintas nacionalidades, también hay trabajadores de todo el país. La cantidad de personas que viven en el campamento durante tanto tiempo demandó la contratación de tres empresas de catering, que son de distintas provincias (San Juan, Santa Cruz y Neuquén).
Los robots que hacen soldaduras automáticas en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner: en total, se alquilaron 14 máquinas para avanzar con mayor rapidez y se logró así soldar 4,5 km de tubería por día.LA NACIÓN
La intensidad del trabajo laboral se combinó con la inversión en tecnología. La UTE de Techint y Sacde decidió traer por primera vez al país robots que hacen soldadura automática. En total, se alquilaron 14 máquinas para avanzar con mayor rapidez y se logró así soldar 4,5 km de tubería por día. “Es una pieza clave para acelerar los tiempos del gasoducto, ya que eleva los estándares de calidad, repetitividad y velocidad de las maniobras de soldado”, dijo Pablo Brottier, director ejecutivo de Sacde, y quien viajó a Houston a buscar los equipos.
“Esto, a su vez, permite que por semana se coloquen en la zanja 30 kilómetros de tubería soldada, en promedio. La semana pasada fueron 37 kilómetros, lo que muestra la curva de aprendizaje después de tantos meses”, agrega Gustavo Gallino, director de Techint.
Para que sea posible la adquisición de la última tecnología, la UTE pudo acceder sin problema a la importación de equipos, pese a las restricciones cambiarias. “La aduana, el Banco Central y Enarsa colaboraron en todo momento para ir despejando los cuellos de botella que encontramos en el proceso de importación”, dijo Damián Mindlin, presidente y CEO de Sacde.
El presidente de Enarsa, Agustín Gerez, la empresa estatal a cargo de la supervisión y operación del gasoducto, ratificó nuevamente que se inaugurará el 20 de junio, cuando se abra la válvula para comenzar a llenar el gasoducto. Ese día, asimismo, se llamará a licitación para construir el segundo tramo.
En los próximos días, por otro lado, se hará la licitación para realizar la obras de reversión del gasoducto norte, para cambiarle el sentido de dirección y que se pueda transportar gas de Vaca Muerte al norte argentino a partir de febrero próximo.
La Dirección General de Aduanas (DGA) y el Ministerio de Transporte firmaron un convenio marco de colaboración enfocado en las actividades de fiscalización de la vía navegable Paraná-Paraguay que llevan adelante la Administración General de Puertos (AGP), encargada de administrar actualmente el canal, y la Aduana en forma coordinada. Los organismos se comprometieron a pasarse información de manera sistemática a fin de tener más control sobre la vía a la vez que elaborar estadísticas más exactas para planificar políticas públicas.
El acuerdo tendrá vigencia por tres años y será renovable en forma automática por sucesivos períodos de idéntica duración. Buscará potenciar las capacidades de control de ambos organismos a partir del intercambio de información estratégica y el uso mancomunado de sus sistemas de monitoreo y control de trazabilidad, que incluyen mecanismos de monitoreo georreferenciado, circuitos de CCTV y seguimiento satelital de embarcaciones, entre otras herramientas.
— Ministerio de Transporte (@MindeTransporte) May 3, 2023
Uno de los puntos principales del acuerdo logrado es el proyecto para desarrollar una tarea conjunta a partir de los datos y registros generados con el Sistema de Monitoreo (SiMon) que instaló la Administración General de Puertos (AGP) en septiembre del año pasado a lo largo de toda la vía navegable troncal. El Centro de Monitoreo concentra la información generada en los diversos puntos de la traza donde se ubican los Puntos Remotos de Monitoreo para darle trazabilidad, transparencia, y un sistema de seguridad.
Cada uno de los cinco Puntos Remoto de Monitoreo (ubicados estratégicamente en los accesos y zonas de mayor tránsito de la VNT) incorpora una antena satelital, un sistema AIS para la identificación de los buques, un radar, cámaras domo de videovigilancia, así como una estación meteorológica, hidrómetros y boyas multiparamétricas. En adelante, la Aduana podrá acceder a los registros de embarcaciones, y saber por ejemplo si alguna de ellas se demoró más de lo normal en ir de un punto a otro.
La AGP por su parte podrá acceder al manifiesto de carga de las embarcaciones que pasan por la vía, lo cual permitiría planificar algunas obras, o trabajar puertos secos -espacios donde se hacen las tramitaciones de comercio exterior fuera del agua- en donde se necesiten.
El ministro de Transporte Diego Giuliano enfatizó la importancia del acontecimiento y señaló: “Este convenio entre la Aduana y la AGP representa una cooperación en materia de captación de información: podremos generar un sistema de imágenes y completar el circuito de control en este proceso que el gobierno argentino ha hecho sobre la vía navegable troncal Paraná-Paraguay —que ha significado correr el velo en un tema que durante mucho tiempo, muy pocos conocían en profundidad”.
Por su parte, Guillermo Michel reflexionó: “Quiero agradecerles al Ministerio de Transporte y la AGP por poner esta información a nuestra disposición. La mejoras en la capacidad de control que este convenio traerá permitirán asegurar que los dólares que con tanto esfuerzo generan los productores agrícolas fortalezcan las reservas y sean volcados a la producción y al empleo”.
Asimismo, José Beni, interventor de la AGP, destacó: “Compartir información con la Aduana nos permitirá verificar lo que captamos y, siguiendo las políticas de transparencia del Ministerio, ponerla a disposición del público a través de la web. No hay mayor transparencia que la publicidad de lo que ocurre día a día en una zona de navegación tan importante”.
La firma, que se llevó a cabo en la nueva sede de la AGP, también contó con la presencia de Tomás Vernet, subinterventor de la AGP; Rosana Lodovico, subdirectora general de Operaciones Aduaneras Metropolitanas; Rubén Pavé, subdirector general de Operaciones Aduaneras del Interior; Diego Figueroa, subdirector general de Control Aduanero; Maximiliano Luengo, director de Reingeniería de Procesos Aduaneros y Guillermo Cabezas Fernández, asesor de la Dirección General de Aduanas.
La Argentina avanzó en los últimos días en las negociaciones finales con Finlandia para concretar los detalles técnicos pendientes para avanzar con la construcción conjunta del buque polar logístico Antártico denominado «ARC 133» que será utilizado para el transporte de equipos e investigadores a las bases antárticas y complementará las tareas del rompehielos Irizar.
La embajadora de Finlandia en Argentina, Nicola Lindertz, junto con autoridades del Ministerio de Defensa y del astillero Tandanor definieron ayer los pasos a seguir para avanzar en el proceso de construcción del buque polar para la Armada Argentina.
Durante la reunión, se discutieron aspectos generales referidos a la organización del personal y del proyecto que llevan adelante la empresa Aker Arctic Technology y el astillero Tandanor, así como también la planificación y la adecuación al marco regulatorio de cada país. También se abordaron aspectos técnicos como la precisión del diseño de concepto y especificaciones, formato del casco, sistemas de propulsión y principios generales a aplicar.
Según confiaron a El Cronista fuentes calificadas de las Fuerzas Armadas y de Defensa el proyecto conjunto de Argentina y Finlandia tendrá un costo de 200 millones de dólares, se llevará adelante entre los próximos cuatro años y estará financiado por medio del Fondo Nacional para la Defensa (Fondef).
Las negociaciones
La reunión de Defensa con la embajadora Lindertz es la continuidad de las negociaciones que mantuvieron hace 10 días el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Francisco Cafiero, junto al jefe de Gabinete, Héctor Mazzei y el subsecretario de Investigación Científica y Política Industrial para la Defensa, Roberto Adaro, en el edificio Libertador a una comitiva de Finlandia, encabezada por el secretario Permanente de Defensa finlandés, teniente general Esa Pulkkinenv, con el objetivo de avanzar en el proceso de construcción del buque polar para la Armada Argentina.
La decisión del Gobierno es que la empresa Aker Arctic Technology y el astillero Tandanor se ocupen de la construcción completa del buque logístico Antártico denominado «ARC 133» que será utilizado para el transporte de equipos e investigadores a las bases antárticas de Argentina, así como también para fines de investigación.
El proceso de construcción, que se inició en 2020 con financiamiento del Fondo Nacional de la Defensa, se encuentra bajo la supervisión y el asesoramiento de los ingenieros de la firma finlandes.
Autoridades de defensa se reunieron con sus contrapartes de Finlandia
Según dijeron especialistas en el tema, la construcción de este buque polar permitirá al país contar con una embarcación de desarrollo propio para complementar la acción del rompehielos ARA «Almirante Irízar» en la campaña antártica. Asimismo, a partir de esta adquisición se busca mejorar tanto el aspecto presupuestario como la potencialidad logística.
La primera etapa del proyecto se inició oficialmente en Buenos Aires en mayo de 2022 pero el objetivo es continuar desarrollando el diseño de este navío, que en conjunto con el Rompehielos A.R.A. Almirante Irizar (de diseño y construcción también de Finlandia), aprovisionará las trece bases Antárticas Argentinas.
El Ministerio de Defensa, la Armada Argentina y Aker Arctic habían empezado el diseño de concepto entre 2014 y 2015. Pero luego ese proyecto quedó en una pausa. Desde entonces, entraron en vigor el Código Polar de la Organización Marítima Internacional (OMI) y otras regulaciones internacionales, paralelamente a la ocurrencia de avances tecnológicos. Por estas razones, el diseño fue actualizado para reflejar los cambios en la reglas y regulaciones, y se mejoraron los requerimientos de misión.
La cooperación entre Argentina y Finlandia en el contexto marítimo cuenta con una larga historia, que se remonta a la construcción del Almirante Irizar en el Astillero Wärtsilä en Helsinki, hace poco menos de 50 años. El Irizar es un buque científico y de soporte logístico que aprovisiona las bases Antárticas Argentinas. En el 2007 sufrió un incendio devastador y fue exitosamente reparado y modernizado en Tandanor.
Los detalles técnicos
El monto total del proyecto será de 220 Millones de dólares que incluye recursos para ampliar capacidades de Ingeniería, Construcción y Gestión de Materiales.
Entre las características principales del buque polar es que es de Clase Polar PC4 según la normativa armonizada de la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación.
En términos resumidos, el buque cuenta con estructura y potencia para operar libremente durante el verano en el Norte de la Península Antártica con posibilidad de acceder hasta Belgrano II (nuestra base más próxima al Polo Sur, situada en la costa del Mar de Weddell) ante la eventualidad de reemplazar al Rompehielos Irizar. El buque articulará todo el sistema logístico antártico, incluyendo la Base Integrada Ushuaia y la Base Conjunta Petrel.
Según indicaron en las Fuerzas Armadas, cumple toda la Normativa Internacional en vigor y tiene una Eslora (Largo) de 131.5mts; la manga (Ancho): 23.6mts, un calado (Distancia vertical entre la superficie del agua y el extremo inferior del casco) de 8.0mts. Y una velocidad Máxima en aguas libres mayor a 16 Nudos.(29Km/h).
La velocidad en Hielo Marino del Primer Año es de 2 Nudos (3,6 Km/h) avanzando sobre hielo enrasado de 1m de espesor con 20cm de nieve sobre él. Y la autonomía de 15000 Millas Náuticas. (con dos de los tres motores principales en funcionamiento, al 85% de potencia y cargado hasta el calado de diseño). Este buque puede operar en una temperatura del aire de +35ºC a 30ºC (Casco: -40ºC). Y de temperatura del agua de +32ºC a -2ºC.
El buque polar en construcción tiene capacidad para 190 plazas distribuidas según y una capacidad de Carga para transportar la totalidad de los insumos que hoy demanda un Ciclo Logístico Antártico Anual (Campaña Antártica de Verano e Invernada), permitiendo liberar la demanda de empleo del Rompehielos A.R.A. «Almirante Irizar» tanto para desarrollar actividades científicas como para, en conjunto, reducir el tiempo total del despliegue.
También pueden Operar y Hangarar sobradamente dos Helicópteros Sea King (H3) y su logística de despliegue. Dentro del diseño, se han contemplado otros helicópteros previendo la incorporación de un nuevo tipo a futuro. Como aclaración: La distinción entre sólo operar o incluir también el hangarado, está asociada a la capacidad del tipo de helicóptero de plegar las aspas de su rotor (hélice) principal.
El embajador norteamericano en la Argentina, Marc Stanley, dijo en Washington que Estados Unidos necesita “más herramientas” para competir con China en América latina, un inusual reconocimiento público por parte de un funcionario de la ventaja con la cual corre el gigante asiático, que está haciendo multimillonarias inversiones en infraestructura en la región.
Stanley participó en un panel en el Diálogo Interamericano junto con el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, una charla moderada por la directora de la organización, Rebecca Bill Chavez, que abarcó varios temas de la relación bilateral entre los cuales sobresalieron los puntos de tensión por el vínculo con Pekín, y el avance de China en América latina, una realidad que preocupa enormemente en Washington, tanto a demócratas como a republicanos.
“Nuestro país necesita tener más herramientas para ser más competitivos con China en muchos casos”, dijo Stanley ante una pregunta sobre qué podía ofrecer Estados Unidos para emparejar la competencia con China en la región.
El diálogo entre Argüello y Stanley ofreció una mirada a la muy estrecha relación de trabajo que forjaron ambos embajadores, y sobre la cual se ha asentado la relación bilateral en los últimos años, vital para la Argentina en su vínculo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Argüello, quien abrió el panel, se refirió a Stanley como “mi amigo”, reconoció diferencias y visiones distintas entre ambos gobiernos. “Pero trabajamos juntos”, afirmó. Stanley contó que rompió las reglas luego de ser designado por el presidente Joe Biden al hablar con Argüello antes de que lo confirmara el Senado, y dijo que desde entonces han sido “grandes socios”.
“Tenemos tanto en común, en mi mente más que con cualquier otro país de los que he estado en América latina”, dijo Stanley al hablar sobre la Argentina.
El presidente Joe Biden se reúne con el presiente argentino Alberto Fernández en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, el miércoles 29 de marzo de 2023. (AP Foto/Susan Walsh)
Ambos embajadores se explayaron sobre las oportunidades para ambos países, y Stanley se mostró muy optimista sobre el futuro del país pese a la crisis. Argüello enfatizó la enorme oportunidad que existe para la Argentina como proveedor de litio de Estados Unidos, y dijo que ambos gobiernos estaban trabajando pudiera acceder a los beneficios fiscales que existen en Estados Unidos, impulsados a través de una ley del gobierno de Biden para los países con los que existe un acuerdo de libre comercio. La charla giró luego a China, un tema en el que Stanley se explayó bastante al remarcar advertencias ampliamente conocidas de Washington. Una de las principales: Stanley dijo que China “quiere tener una presencia militar en América latina”. Y también dijo que están preocupados por la licitación de la red 5G, que podría quedar en manos del gigante Huawei, un destino que Washington cree entregaría toda la información que circula por la red al gobierno chino. “Todo esto podría ser muy peligroso”, advirtió el embajador.
Ya en la ronda de preguntas, al ser consultado acerca de qué puede ofrecer Estados Unidos para emparejar la competencia con China, Stanley reconoció que necesitan más herramientas.
“Una cosa que aprendí en Argentina es que se necesitan dos para bailar tango. Creo que nuestro país necesita estar más comprometido. Creo que necesitamos tener más herramientas para ser competitivos con China en muchos casos, y no tengo miedo de decir eso, a los senadores, les digo eso a todos”, dijo Stanley. “Estoy de acuerdo en que las acciones tienen consecuencias y la inacción tiene consecuencias y necesitamos más herramientas”, insistió luego.
Stanley dejó entrever que una de las opciones es permitir que países como la Argentina, que es un país de ingresos de nivel medio, puedan acceder a programas de financimiento con el Eximbank, el Banco Mundial y otros bancos internacionales y obtener oportunidades que a menudo esos son para los países de bajos ingresos. Se trata de un tema que también ha puesto sobre la mesa el Gobierno, y el ministro de Economía, Sergio Massa, y que ha cobrado mayor importancia con la sequía y la falta de dólares que sufre el país este año.
“China tiene la capacidad porque sus empresas, las empresas constructoras, son estatales. Nosotros no tenemos eso, ellos pueden tomar una decisión en un instante”, continuó Stanley, al referirse a la expansión de la infraestructura provista por China en la región. “Aprendí en economía que no existe tal cosa como un almuerzo gratis. Y a menudo, esos proyectos que son baratos vienen con muchas condiciones. China puede presentar acuerdos más rápidamente a los países de los que tenemos en nuestra caja de herramientas. Creo que tenemos que trabajar en nuestra caja de herramientas y dar más herramientas a nuestros embajadores y misiones. También creo que tenemos que trabajar con los argentinos exactamente qué tipo de herramientas quieren que tengamos. ¿Dónde les gustaría que entremos en juego? ¿AgrÍcola? ¿Minerales? ¿Capital humano? ¿Desarrollo nuclear? ¿Son los ríos?”, agregó el embajador norteamericano.
Como una muestra de avance en la relación bilateral, Stanley mencionó la posibilidad de que la Argentina adquiera aviones caza norteamericanos F-16 en vez de aviones chinos. Eso, dijo, era impensado cuando llegó a Buenos Aires. Ahora, Estados Unidos puede ofrecer un paquete que a su juicio es “competitivo”.
“Estamos progresando, pero aún no es perfecto. Hay oportunidades para Argentina y hay oportunidades para Estados Unidos, pero se necesitan dos para bailar tango”, cerró.
Por primera vez en los 63 años de historia de IDEA, una mujer preside la entidad empresaria. Se trata de Paula Altavilla, Country President Argentina, Uruguay, Paraguay de Schneider Electric, quien ya era vicepresidente 1ª de la entidad y lideró el Coloquio de 2021. En tanto, Santiago Mignone, Country Senior Partner de PwC Argentina, designado tesorero, es quien preside el 59° Coloquio IDEA, que se desarrollará del 4 al 6 de octubre en Mar del Plata.
Además de Altavilla y Mignone, integran el nuevo Comité de Dirección de IDEA: Roberto Alexander, Presidente y Gerente General de IBM Argentina, como vicepresidente 1º; Gabriela Renaudo, CEO de Visa Argentina, como vicepresidente 2ª; y Guillermo Lipera, Socio Gerente de Bulló Abogados, como secretario.
“Es un orgullo y un honor presidir una entidad empresaria como IDEA, comprometida con el desarrollo del país en su conjunto y, en particular, con la creación de empleo privado formal”, destacó Altavilla. “Aunque IDEA es famosa por su coloquio anual en Mar del Plata, ese evento es solo la punta de un iceberg de un trabajo intenso de relacionamiento, diálogo y construcción de acuerdos con toda la dirigencia del país”, agregó. Por otra parte, “IDEA es también un espacio de constante intercambio de los niveles de gerenciales de las empresas y un ámbito de formación, gracias a su Escuela de Negocios”, enfatizó.
“Hoy más que nunca es relevante el rol de la dirigencia empresaria en la construcción de acuerdos que excedan la coyuntura inmediata y permitan que el país retome un sendero de desarrollo sostenido”, sostuvo el director ejecutivo de IDEA, Daniel González. En este sentido, “la entidad seguirá trabajando para llegar al 59° Coloquio con propuestas concretas y factibles sobre los desafíos que enfrenta el país, incluyendo temas fiscales, laborales e institucionales, entre otros”, anticipó.
La renovación de autoridades se definió en la asamblea anual ordinaria, que tuvo lugar el jueves 27 de abril. Durante el encuentro, también se presentaron los dos ejes temáticos centrales de IDEA en 2023: la visión país y el management. Estas temáticas serán abordadas en los principales eventos que llevará adelante IDEA en lo que resta del año: Experiencia IDEA Management (8 y 9 de junio, con foco en innovación y liderazgo); Experiencia IDEA Agroindustria (9 y 10 de agosto), el encuentro de Impuestos (24 de agosto), el de Abogados (14 de septiembre) y el de Pymes (9 de noviembre); y el Coloquio (4, 5 y 6 de octubre).
Además de los miembros del Comité de Dirección, integran el Directorio de IDEA otros 31 directores, entre dueños de empresas grandes y pymes, CEOs y altos ejecutivos de diferentes sectores.
El Ministro de Ciencia, Daniel Filmus, encabezó la ceremonia de bienvenida de las alumnas y alumnos de la industria espacial e instituciones promotoras y usuarias de tecnología espacial, que tomarán parte de esta carrera de posgrado organizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FI-UBA), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el INVAP y UBATEC.
Esta tarde en la Biblioteca del Centro Cultural de la Ciencia (C3) tuvo lugar el acto de apertura de la carrera de Especialización en Industria y Sistemas Aeroespaciales. La actividad fue presidida por el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; el Director de la carrera y asesor especial del Ministerio, Guillermo Salvatierra; el Director Ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Raúl Kulichevsky; el Gerente de Servicios de Integración Tecnológica de INVAP, Juan Carlos Rodríguez; y Alejandro Martínez, Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).
En sus palabras, el Ministro Filmus afirmó: “Sabemos que la ciencia y la tecnología es una herramienta enorme de integración de nuestros países y que la soberanía pasa hoy por la ciencia y la tecnología. Esta es un área sustantiva para el bienestar de nuestros pueblos, y estamos muy contentos de que estén acá”.
Asimismo, el Ministro de Ciencia celebró la concreción de este programa académico: “Esperamos que esta sea la primera iniciativa académica de estas características, y que todos los años podamos llevar adelante este tipo de propuestas. Es un orgullo que hayamos podido articular estas instituciones, que tienen tanta densidad y son tan sofisticadas”.
Y concluyó: “Si sumamos toda la inversión en ciencia y tecnología de los países latinoamericanos, hoy no igualamos la inversión que tiene Francia en esa materia. ¿Cómo podemos competir en ciertas áreas si no nos integramos, si no sumamos esfuerzos? Todos tenemos los mismos problemas, tenemos que integrarnos para tener resultados mejores”.
En su alocución, Guillermo Salvatierra agradeció a los miembros de las embajadas que se hicieron presentes y expresó: “Estamos sumamente orgullosos de que se hayan acercado a esta propuesta en el marco de los programas de cooperación internacional que tiene el Ministerio de Ciencia y la CONAE, que con estos socios han puesto a disposición un sistema de becas que nos ha permitido conformar este equipo”.
La Especialización cuenta con la participación de 26 alumnas y alumnos de la industria espacial e instituciones promotoras y usuarias de tecnología espacial, con un 35% de participación de mujeres. Además se encuentran cursando 10 estudiantes extranjeros, con representación de todas las agencias y entidades espaciales latinoamericanas, como ser la Agencia Boliviana Espacial; la Agencia Espacial Brasileña; la Asociación Chilena del Espacio; la Agencia Espacial Mexicana; la Agencia Espacial del Paraguay; la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial del Perú; la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales; la Oficina Nacional de Hidrografía y Geodesia de Cuba; y el Cluster Aeroespacial de Costa Rica.
Adicionalmente, intervienen profesionales de las principales empresas de la industria espacial argentina y entidades relacionadas.
Participaron también en el evento autoridades organizadoras del posgrado e integrantes de embajadas y consulados de las nacionalidades de las y los estudiantes cursantes.
El posgrado es un esfuerzo asociativo de los principales protagonistas del plan espacial argentino, y tiene como finalidad compartir la experiencia de 30 años de desarrollo de la actividad espacial en nuestro país con los países de la región y contribuir a la formación de recursos humanos de calidad para la industria. Está dictado por los profesionales de CONAE, INVAP o docentes de la Facultad de Ingeniería de la UBA, que dictará cursos de tecnología espacial, planificación y dirección de proyectos espaciales complejos, construcción, puesta en marcha, operación, inspección y mantenimiento de equipamiento espacial, para desarrollar en los o las profesionales capacidades integrarse en equipos interdisciplinarios de Investigación y Desarrollo Tecnológico y/o de aplicación en la Industria Aeroespacial.
El egresado o la egresada de la Carrera de Especialización en Industria y Sistemas Aeroespaciales tendrá la formación necesaria para gestionar proyectos espaciales complejos en instituciones tecnológicas, agencias espaciales, empresas de la industria aeroespacial, destacándose su capacidad de trabajo en equipos interdisciplinarios para la solución de problemas específicos del sector y para el desarrollo de cambios tecnológicos y operativos con el fin de satisfacer las necesidades de los sectores productivos y del entorno institucional del ecosistema espacial.
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