Lula será Presidente por tercera vez, en un Brasil dividido en dos mitades. Su discurso después del triunfo, íntegro
Reservas ante el anuncio del medicamentos para el cáncer sotorasib
Daniel E. Arias
Después de año y medio, el Paraná volvió a superar los 2,47 metros en Rosario
Esta semana el Río Paraná volvió a ubicarse por encima de los 2,47 metros del nivel de referencia a la altura de Rosario, por primera vez desde marzo del 2021.
La recuperación del caudal del agua permitirá ampliar las cargas de los buques en el Up River, mejorando la navegabilidad y la competitividad de las exportaciones argentinas. No obstante, desde el Instituto Nacional del Agua remarcaron que si bien la situación es claramente mejor que en los últimos dos años, aún no se puede “establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes iniciado en marzo de 2020”.Miércoles 2, 14 hs., en la Universidad de Avellaneda
Importante respaldo a Lula desde la Casa Blanca
Traducción: «Envío mis felicitaciones a Luiz Inácio Lula da Silva por su elección para ser el próximo presidente de Brasil luego de elecciones libres, justas y creíbles. Espero trabajar juntos para continuar la cooperación entre nuestros dos países en los próximos meses y años.»I send my congratulations to Luiz Inácio Lula da Silva on his election to be the next president of Brazil following free, fair, and credible elections. I look forward to working together to continue the cooperation between our two countries in the months and years ahead.
— President Biden (@POTUS) October 31, 2022
Qué puede cambiar, y qué no va a cambiar en la economía argentina, con el resultado en Brasil
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«La economía brasileña muestra fuertes signos de recuperación», señaló Gustavo Perego, director de ABECEB , pero no hay certeza que al actual Presidente le alcanzará la mejora económica de las últimas semanas para superar a Lula o no. El interés en el resultado de estas elecciones -tanto en el sector privado como el público-, tiene un asidero clave. se trata del principal socio comercial de Argentina y, aunque eso no va a cambiar, cualquiera sea el resultado electoral, sí puede haber modificaciones en la agenda bilateral. Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), señala que Brasil es el destino principal de las exportaciones de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza y el segundo de Santa Fe. Estas provincias reúnen el 76% de las exportaciones argentinas. Frente a las complicaciones globales, el dinamismo de la economía brasileña se vuelve central para la Argentina. Con los datos de septiembre, el déficit comercial bilateral acumula u$s 2.185 millones en lo que va del año, cuando. en igual período de 2021. había sido de u$s 599 millones; esto significa que se multiplicó casi por cuatro, a partir de importaciones que aumentaron 36% anual y exportaciones que lo hicieron al 19%. Lejos de revertirse, los analistas reflejan que el rojo comercial bilateral continuará en alza, pudiendo cerrar el 2022 en torno a u$s 2.800 millones, sólo 20% por debajo al promedio histórico de u$s 3.500 millones que se alcanzó entre 2004-2018.
Aunque en los últimos meses Brasil dio señales de recuperación con desaceleración de la inflación, según datos del Banco Mundial, Bolsonaro asumió la presidencia en 2019, con un PBI de u$s 1,92 billón, y cerrará con un número inferior ya que, en 2021, luego de la pandemia, alcanzó u$s 1,61 billón.
Si bien las estrategias pueden marcar fuertes diferencias en la política económica, los analistas coinciden en que tanto con el regreso de Lula o en el segundo tiempo del actual presidente, Brasil buscará internacionalizarse, expandir su comercio a nivel global y recobrar lugar entre las 10 economías más grandes del mundo.

LO QUE VENDE Y LO QUE COMPRA BRASIL
Entre los productos de mayor participación en el total importado (36,4% de share), en septiembre, volvieron a destacarse los del sector automotriz/ autopartes: las importaciones de «Partes y accesorios para vehículos automotores» crecieron en un año 49,9% y las importaciones de «Vehículos automotores de pasajeros» los hicieron al 46,7% anual, según Abeceb.
Preocupa la balanza comercial con Brasil, el rojo del primer trimestre llega a u$s 630 millones
Sergio Massa asegura dólares: el FMI anticipa metas del tercer trimestre y el BID, los créditos
Luego, otros dos rubros que sumaron en conjunto el 8,6% del total exportado en septiembre y que mostraron un fuerte incremento fueron «Preparaciones y cereales, de harina o almidón de frutas u hortalizas» (se exportaron u$s 61,8 millones vs u$s 18,6 en septiembre de 2021) y «Propano y Butano licuados» (u$s 42,16 millones vs u$s 10,4 millones un año atrás). Con estos datos, la Argentina se posicionó en tercer lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China, Hong Kong y Macao (u$s 5810 millones), y Estados Unidos (u$s 4422 millones), mientras que, entre los principales compradores de Brasil, Argentina se ubicó tercera, detrás de China, Hong Kong y Macao ( u$s 6862 millones) y Estados Unidos ( u$s 3424 millones).Revisitamos «El fin de la globalización, y un mundo post dólar»
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«Ha terminado la globalización descontrolada. Ésa no es una afirmación polémica en este momento por razones obvias, desde la retracción posterior a la pandemia de Covid-19 de las complejas cadenas de suministro internacionales hasta la desvinculación de EEUU y China. Es difícil imaginar un regreso a la mentalidad neoliberal de la década de 1990, incluso si Joe Biden gana las elecciones presidenciales estadounidenses, o si la Unión Europea experimenta un momento de cohesión renovada en respuesta a la pandemia. Es más probable que el mundo se vuelva tripolar — o al menos bipolar — con una mayor regionalización del comercio, la migración e incluso los flujos de capital en el futuro. Hay todo tipo de razones para esto, algunas preocupantes (el aumento del nacionalismo) y otras benignas (un deseo de tener economías locales más resilientes e inclusivas). Eso plantea una pregunta que se ha considerado polémica: ¿Estamos entrando en un mundo post dólar? Puede parecer una pregunta fácil, dado que más del 60 por ciento de las reservas de divisas del mundo están en dólares, que también se utiliza para la gran mayoría del comercio mundial. El reciente estímulo a los mercados en dólares en el extranjero por parte de la Reserva Federal estadounidense, como respuesta a la crisis del coronavirus, le ha dado un nuevo impulso al dominio global del dólar. Como resultado, muchas personas repetirían el mantra de que, en esto, como en tantas otras cosas, “no se puede luchar contra la Reserva Federal”. El dominio del sistema bancario estadounidense y la liquidez del dólar, ambos respaldados por la Reserva Federal, le darán al dólar estadounidense una supremacía incuestionable en el sistema financiero global y los mercados de capitales de forma indefinida. Otros alegan que “no se puede reemplazar algo con nada”. Con esto quieren decir que a pesar de que a China, Rusia y otros países de mercados emergentes (así como a algunas naciones ricas como Alemania) les encantaría alejarse del dominio del dólar, no tienen alternativas reales. Este deseo es especialmente intenso en un mundo de finanzas que se utiliza cada vez más como un arma. Tengamos en cuenta las recientes medidas de Beijing y Washington para frenar la participación del sector privado en los mercados de capital de cada país. Sin embargo, el euro, que representa alrededor del 20 por ciento de las reservas mundiales, no puede compararse en términos de liquidez y todavía hay grandes interrogantes sobre el futuro de la eurozona. El mercado del oro es demasiado restringido, como lo demuestra el hecho de que ahora es prácticamente imposible comprar el metal físico. Pero están las estadísticas económicas, y luego está la política. Es revelador que China haya comprado mucho oro recientemente, a modo de cobertura contra el valor de sus participaciones en dólares. También está probando su propio régimen de moneda digital, el e-RMB, convirtiéndose en la primera nación soberana en lanzar una criptomoneda respaldada por el banco central. Se podría imaginar que sería fácil de implementarla en toda la órbita de la Iniciativa de Un Cinturón, Una Ruta de China, como una alternativa atractiva para los países y las empresas que deseen comerciar entre sí sin tener que utilizar dólares para cubrir el riesgo de tipo de cambio. Esto por sí solo no debería representar un reto a la supremacía del dólar, aunque fue suficiente para incitar al ex secretario del Tesoro de EEUU, Hank Paulson, un hombre que no hace comentarios a la ligera, a escribir un ensayo reciente sobre el futuro del dólar. Pero todo esto no está sucediendo en el vacío. El plan de la Comisión Europea de reforzar su presupuesto de recuperación para los rescates tras la pandemia de Covid-19 mediante la emisión de deuda que será reembolsada por impuestos de parte de toda la UE podría convertirse en la base de una verdadera unión fiscal y, en última instancia, un Estados Unidos de Europa. Si lo hace, entonces puedo imaginar que mucha más gente querría tener más euros. También puedo imaginar un continuo debilitamiento de las relaciones entre EEUU y Arabia Saudita, que a su vez podría socavar el dólar. Entre las muchas razones por las cuales los bancos centrales y los inversionistas mundiales tienen dólares estadounidenses, una de las más importantes es que el petróleo se cotiza en dólares. Las acciones continuas de Arabia Saudita para socavar el «fracking» estadounidense debilitaron las relaciones entre la administración del presidente estadounidense Donald Trump y Riad. Es poco probable que si el Sr. Biden, quien probablemente seguiría la postura pro-Irán de Barack Obama, llega a la presidencia, repare dichas relaciones. Incluso con los precios del petróleo tan bajos, el presidente de la Reserva Federal de Dallas, Robert Kaplan, dijo recientemente que la independencia energética sigue siendo “estratégicamente importante” para EEUU y que “en el futuro seguirá habiendo una producción sustancial de fracking en EEUU”. ¿Entonces quién llenará el vacío dejado por Arabia Saudita? Muy probablemente China, que querrá que el petróleo se cotice en renminbi. Un mundo desvinculado podría requerir menos dólares. Finalmente, hay dudas sobre la forma en que el respaldo no oficial de la Reserva Federal al gasto del gobierno estadounidense a raíz de la pandemia ha politizado la oferta monetaria. El asunto aquí no es realmente un riesgo de inflación al estilo de la República de Weimar, al menos no a corto plazo. Se trata más bien de confianza. Algunas personas dirán que el dólar es una moneda mundial y que su suerte realmente no depende de las percepciones de EEUU como tal. Ciertamente, los acontecimientos de los últimos años apoyarían esa opinión. Pero puede haber un límite para esa desconexión. EEUU puede salirse con la suya en muchos aspectos económicos, siempre y cuando siga siendo políticamente creíble, pero menos si no lo es. Como dijo recientemente el economista y capitalista de riesgo Bill Janeway: “La economía estadounidense tocó fondo en el invierno de 1932 a 1933 después de que [el presidente Herbert] Hoover perdió toda credibilidad por su respuesta a la Depresión y la confianza en los bancos desapareció junto con la confianza en el gobierno”. Podría ser que algún día, la confianza en el dólar y la confianza en EEUU converjan una vez más.»Reflexiones de AgendAR:
La editora asociada del FT escribe con lucidez, pero -como todos nosotros- tienden a darle más peso a los acontecimientos inmediatos. Hace dos años pesaba en ingleses y europeos en general el fastidio con Donald Trump, y la inclinaba a ser más escéptica sobre el dólar, y a imaginar posible un esquema tripolar en el comercio internacional. Hoy, el hierro se está mostrando más fuerte que el oro. En un lenguaje menos metafórico, los países europeos (y Gran Bretaña es geográficamente parte de Europa, aunque no esté en la UE), perciben que frente a una potencia hostil con un gran ejército y armas nucleares, les conviene contar con una potencia trasatlántica con esos mismos elementos. Entonces, ve que se avanza hacia un sistema financiero global bipolar. En realidad, dos sistemas, uno basado en el dólar, el otro en el renminbi. Hay bases para pensar así. Pero quien lo hace, está ignorando algunos hechos fundamentales. La globalización en la que estamos no es (sólo) una conspiración de banqueros siniestros reunidos en Londres o en Davos. Es una tendencia impulsada por la lógica de la producción de los artículos que miles de millones de personas compran o les gustaría comprar. Automóviles, celulares, zapatillas de competición, todas las manufacturas sofisticadas requieren materiales, insumos de todo el mundo. Y pueden ser conseguir con costos accesibles si se producen por centenares de millones. Es la lógica que convirtió a China en el taller del mundo en 30 años; en una etapa anterior había impulsado a Japón y otras economías del Este de Asia, y mucho antes a la Inglaterra de la Revolución Industrial. La otra tendencia en pugna con esa globalización descontrolada y triunfalista – ya herida de muerte en 2008- la reconoce la autora del artículo: el deseo de tener economías locales más resilientes e inclusivas. En un lenguaje más tradicional, el deseo de empleos dignos, de justicia social. Sospechamos que una globalización dividida en dos -adonde nos está llevando la 2da. Guerra Fría- no sería más justa ni más humana que una única globalización. Además, no está en el interés de la mayor parte de los actores de la economía global. En primer término, China, que no va a querer, por una excesiva solidaridad con Rusia, privarse del acceso al mercado europeo. Tampoco la India, con buenas relaciones con EE.UU. y con Rusia, que le sirven para equilibrar las buenas relaciones entre China y Pakistán. Y llegando a casa, ni a la Argentina ni a ninguno de los países de nuestra región le interesa tener que optar entre una «esfera del dólar» y otra «del «renminbi». En nuestro caso, los 5 principales compradores de nuestras exportaciones son, en ese orden, Brasil, China, EE.UU., India y Vietnam. Casi una lección de geopolítica aplicada. El mundo actual, es multipolar, por cierto, y es mejor que sea así, pero eso no lo hace automáticamente más justo. Nuestro desarrollo depende de nosotros, no de ninguna distribución del poder global en la que no somos protagonistas.Abel B. Fernández
Investigadores marplatenses identifican microbios que degradan os residuos del petróleo
Microbios marinos son utilizados para el tratamiento de efluentes del transporte marítimo o derrames y poseen un alto valor biotecnológico para la industria. Representan un desarrollo clave para el puerto de Mar del Plata y los otros de nuestro país.
El 40 % de los residuos generados por las industrias en Mar del Plata son emulsiones y barros con hidrocarburos derivados de la actividad portuaria. En base a este dato, un grupo de científicos viene trabajando en identificar bacterias y hongos marinos que facilitan la degradación de hidrocarburos para el tratamiento de efluentes o la mitigación de posibles derrames de combustibles. Hasta el momento se hallaron microorganismos en sentinas de barcos. Ahora, con el financiamiento de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, irán un poco más allá en su exploración. “Estamos haciendo un escaneo de los microbios que hay en las dársenas y muelles. Esperamos obtener por primera vez un diagnóstico microbiológico ambiental de aguas superficiales del interior del Puerto”, afirma la Dra. Silvia Murialdo, bióloga, investigadora de la CIC y líder del proyecto. En general, los hidrocarburos son tóxicos para todo ser vivo. Sin embargo, existen microorganismos que habitan y sobreviven en un medio hostil. “Son aquellos que viven a expensas de los hidrocarburos, los van a degradar utilizándolos como fuente de carbono y energía”, explica Murialdo. ¿Cuáles son estos microbios? “Hay una variedad bastante amplia -dice y detalla- hay Pseudomonas, Marinobacter, Halomonas, Achromobacter, Kocuria, Dietzia; algunos de una nueva especie (Achromobacter marplatensis) entre otros que ya tenemos identificados como autóctonos, y también hay hongos a ser explorados”. En laboratorio, con este consorcio de microorganismos, las investigadoras del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Ambiente -INCITAA- (CICPBA–UNMdP) trabajan en optimizar las condiciones para su desarrollo, y así potenciar sus habilidades y eficiencia. “Estos microbios son los que van a facilitar y acelerar el proceso de degradación de líquidos de las sentinas”, dice la Dra. Murialdo.La sentina es el espacio de una embarcación donde se recolectan líquidos residuales, principalmente con desechos de hidrocarburos. Por otro lado, Murialdo advierte que estos microorganismos también pueden ser utilizados para tratamientos en “derrames accidentales o de empresas que están en la zona portuaria como las expendedoras de combustible”. Y agrega: “esto al Consorcio Portuario y al empresario les genera un problema y un gasto extra al tener que ocuparse y remediar líquidos y zonas contaminadas”. Según un informe de la Subsecretaría de Asuntos Portuarios bonaerense, en 2021 operaron en Mar del Plata más de 3500 buques en los que se movilizaron más de 240 mil toneladas de combustibles y poco más de 300 mil toneladas de pescado fresco, congelado y moluscos.

Desintoxicar el puerto
El equipo de científicos colabora con empresas de la industria portuaria. “Son empresas que venden equipos separados que los barcos llevan a bordo”, dice Murialdo. Estos dispositivos se encargan de separar los hidrocarburos del agua de mar. “Una vez que estos equipos llegan a cierta concentración de partes por millón -que la Organización Marítima Internacional lo permite- se descarga ese agua al mar y el resto de esos hidrocarburos vuelven a la sentina del barco para ser tratados en puerto”. Una vez en tierra, estos líquidos residuales se tratan en varias etapas.