Crisis en el mercado editorial argentino: estadísticas y encuesta

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La Cámara Argentina del Libro (CAL) ha difundido una encuesta efectuada al sector editorial a la que agregamos los datos ofrecidos por el Monitor Editorial de la misma institución –disponible en: monitoreditorialcal.shinyapps.io/monitor_editorial/–, cuya última actualización es en octubre de este año. Este consolida los datos sobre la edición declarados por los editores en la Agencia Argentina de ISBN (que otorga el número y código de barras, algo así como el DNI de cada libro editado, generalmente impreso en las contratapas).

Tomando los datos de los últimos tres años del Monitor Editorial (2022 a 2024) –la información está dividida en trimestres–, el total de publicaciones (o cantidad de títulos) del Sector Editorial Comercial (SEC), destinados en papel a distribuidoras/librerías, para 2022 es 7.821 y para 2023 es 7.861. Como faltan los datos del cuarto trimestre en curso, la comparación de los tres primeros trimestres de cada año es: 2022, 5.960; 2023, 6.174; 2024, 5.460. Estos totales desglosados por tipo de casa editorial brindan la siguientes cifras: pymes independientes: 2022, 4.592; 2023, 4.781; 2024, 4.234; y para grupos editoriales: 2022, 1.368; 2023, 1.393; 2024, 1.226. Es decir, en los últimos tres años, el sector pymes independientes realizó el 77% de nuevos títulos publicados.

Aplicando el criterio anterior, en el rubro tirada o cantidad de ejemplares totales de los títulos lanzados al mercado, expresados en millones, suman para 2022, 12,03 y 2023, 11,87. Comparando los tres primeros trimestres: 2022, 9,34; 2023, 9,07; 2024, 7,59. Por tipo de casa editorial, para pymes independientes: 2022, 5,58; 2023, 5,21; 2024: 4,28. Para grupos editoriales: 2022, 3,76; 2023, 3,86; 2024, 3,31. Esto muestra una reducción de un millón de ejemplares impresos en el sector pymes independientes en el último año.

También podemos evaluar qué temas predominan en los 21.142 títulos publicados en papel para distribuidoras/librerías, en los últimos tres años. Tiene el primer lugar la no ficción, con un total de 12.691 (incluye sociedad y ciencias sociales, derecho, biografías, literatura y estudios literarios, filosofía, economía y otros). En segundo lugar infantiles, juveniles y didácticos, con 5.172. Y por último, ficción y temas afines, con 3.279. 

La CAL, en colaboración con los profesionales del Núcleo de Innovación Social (NIS) del Colegio de Sociólogos y Sociólogas de la Provincia de Buenos Aires, realizó la Encuesta del Sector del Libro, durante el mes de agosto pasado, a la que respondieron 95 empresas del sector. La mayoría de las empresas encuestadas se dedican a la venta de libros a través de librerías y a la edición de libros, lo que representa más del 90% del total de respuestas.

Estas, a su vez, pertenecen a las siguientes regiones del país: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 55; y las provincias de Buenos Aires, 15; Córdoba, 7; Entre Ríos, 3; La Pampa, 1; Mendoza, 2; Neuquén, 1; Río Negro, 1; Santa Fe, 9, y Tucumán, 1. La concentración de la actividad, que es histórica, tiene en la Ciudad de Buenos Aires el 57,89% de los encuestados y en la provincia de Buenos Aires el 15,79%, que representan el 73,68% del total encuestado. La mayoría cuenta con más de diez años de actividad en el mercado.

El 40% de las empresas posee menos de cinco empleados y el 50%, menos de diez. El 27,3% del total factura entre 100 y 499 millones de pesos anuales; entre 10 y 49 millones anuales constituye el 24,2%. El 20% factura menos de 10 millones anuales, mientras que solamente el 5,26% de las empresas factura entre 500 y 999 millones anuales, y un 7% supera los 1000 millones anuales. Clara señal de una concentración piramidal de la distribución y las ventas de libros.

La mayoría de las librerías encuestadas no posee sucursales, con locales de menos de 50 m2. Mientras que el 54% de las editoriales posee menos de 250 títulos en su catálogo. En las temáticas trabajadas, la no ficción es la categoría más importante, con el 27,91% de las ventas, y la literatura infantil y juvenil, con el 18,6%. Son las librerías las que acusan la caída de ventas sostenidas en los últimos tres años: 65% interanual 2022-2023 al 94% en el primer semestre 2023-2024. En unidades facturadas: mientras en 2023 el 18% de los libreros identifica una caída superior al 26% de las unidades vendidas, en el primer semestre 2023-2024 la caída alcanza al 62% de los encuestados.

Como bien señala el informe de la encuesta: “Por su parte, los editores mostraban una situación más dividida en 2022-2023 –en la que 49% declaraba una mejoría y 49% mostraba un empeoramiento (que mayormente iba en una caída de las ventas de hasta el 25%)–; en la comparación entre el primer semestre de 2023 y 2024 ese porcentaje aumenta a un 74%. Las editoriales muestran una caída interanual que en el 36% de los casos es superior al 26% respecto del mismo período del año anterior”.

Los problemas también aparecen en el comercio exterior, donde el 66% de las empresas distribuidoras y de edición de libros realiza exportaciones de productos o servicios. Y en este rubro el informe señala: “Si bien el porcentaje que representan las exportaciones se ha mantenido estable a lo largo de 2022 y 2023, editores y distribuidores declaran un creciente empeoramiento en la variación de las unidades vendidas en el período anual 2022-2023 y lo sucedido en el primer semestre de este año, lo cual augura un cambio en el rumbo de este indicador: para el 46% de las empresas la caída de unidades vendidas supera el 50%”. Ocho de cada diez empresas señalan la caída de la demanda interna como el mayor problema, junto al aumento de los costos de distribución y producción.

Omar Genovese

“Dosis mínimas de agroquímicos alteran el comportamiento de los insectos”

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El biólogo argentino Lautaro Gándara es el primer autor de un impactante estudio publicado recientemente en la revista Science, que demuestra que insecticidas, herbicidas y funguicidas, aun en muy pequeñas dosis, alteran el comportamiento y la fisiología de moscas, mosquitos y mariposas. Explica por qué, a pesar de la contundencia de sus resultados, cree que el proceso puede revertirse. Y aporta posibles soluciones.

“A nivel planetario hay reducciones masivas en las poblaciones de insectos, que no se restringen a especies particulares. Si bien hay muchos estudios en abejas, porque tienen una implicancia económica muy grande, toda la diversidad de insectos parece estar en riesgo y no se sabe con certeza por qué”. El biólogo argentino Lautaro Gándara, resumió que la razón que lo llevó a utilizar la batería de técnicas y métodos que desarrolló en el marco de su posdoctorado en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), en Heidelberg, Alemania, para investigar el rol de los agroquímicos en el “apocalipsis de los insectos”. El resultado de su trabajo fue publicado recientemente en la revista Science.

Junto a sus colegas del laboratorio que dirige el biólogo evolutivo Justin Crocker en el EMBL, Gándara se sorprendió al comprobar que incluso dosis muy pequeñas (subletales) de agroquímicos modifican el comportamiento y la fisiología de los insectos, al punto de que se reduce la puesta de huevos en un 60%. Algo que detectaron no sólo frente a insecticidas, sino también ante cantidades residuales de herbicidas, funguicidas y otros productos que fueron aprobados con objetivos diferentes al de combatir “bichos”.

La polinización es un proceso clave para la reproducción de las plantas y la formación de nuevas semillas y frutos. De hecho, el 75% de los cultivos globales depende de ella a través del trabajo vital de mariposas, avispas, abejas y moscas. Sin embargo, se estima que por año se pierde del 2% al 3% de las poblaciones de estos insectos, un problema a escala global porque un mundo sin insectos no sería viable. “No solamente porque colapsa la producción de alimentos tal como la entendemos hoy, sino también porque muchas de estas especies son centrales en el ecosistema”, graficó Gándara.

Para el estudio, los investigadores utilizaron una biblioteca química de 1024 moléculas –incluidas las más usadas a nivel comercial, como el herbicida glifosato y el insecticida imidacloprid– y evaluaron el impacto de dosis subletales sobre la llamada mosca de la fruta (Drosophila melanogaster). “En esa especie, el 57% de las sustancias analizadas, la mayoría herbicidas, afectó significativamente el comportamiento de las larvas. Y una proporción aun mayor comprometió la supervivencia a largo plazo”, informó el científico. Y añadió: “Esa exposición también condujo a alteraciones del desarrollo y la reproducción. Muchos de estos efectos se amplificaron al aumentar la temperatura de los ensayos, lo que hace pensar que en un escenario de cambio climático ese impacto será aún mayor”.

Los investigadores comprobaron también alteraciones similares en mosquitos y mariposas.

Hasta ahora se sugería que la disminución en la biodiversidad de insectos a nivel mundial podía estar relacionada a la pérdida de hábitats debido a la agricultura y la urbanización, el cambio climático y el uso extensivo de pesticidas, cuyas evaluaciones de seguridad solo toman en cuenta las dosis letales. La contribución de cantidades subletales, demasiado bajas para matar, ha sido poco estudiada.

Para arribar a sus impactantes conclusiones, Gándara utilizó una plataforma que realiza un análisis preciso y exhaustivo del comportamiento y otros rasgos observables, una técnica conocida como “fenotipado profundo”, que incluyó métodos metabólicos y fisiológicos que desarrolló durante los cinco años de su posdoctorado en Alemania.

“Una cosa es leer un texto donde se describe sobre la reducción de una población en una parte del mundo y otra cosa es ver lo que ocurre con tus propios ojos. Observar, por ejemplo, cómo una concentración de moléculas que está reproduciendo lo que pasa inmediatamente afuera de mi laboratorio genera una reducción en la puesta de huevos de tanta magnitud, no encuentro otra manera de definirlo que no sea como algo perturbador”, aseguró Gándara.

Con todo, y a pesar de los resultados tan contundentes, el biólogo es optimista. “No hemos logrado identificar ningún efecto a lo largo de generaciones, lo cual es bueno porque muestra que no queda una marca epigenética que persiste en la población. Si se remueve el producto en cuestión, el sistema debería recuperarse”, dijo.

A modo de mensaje final, el investigador hizo foco en que las técnicas que utilizaron para el estudio no son costosas. “Se pueden implementar a escala masiva y formar parte de los protocolos estándar a la hora de aprobar un producto, sin que por eso aumenten los costos de producción. Es necesario este tipo de controles a los agroquímicos e ir más allá de la letalidad aguda como único parámetro para testear la seguridad”, resaltó Gándara, quien planeaba regresar a la Argentina al finalizar su posdoctorado, pero que por la situación actual del sector científico está buscando una posición en algún centro de Europa o los Estados Unidos.

“Por otro lado, este tipo de fenotipado profundo se puede aplicar para descartar ciertas moléculas y usar las que no causan efecto y así tratar de revertir este desvío. De hecho, en un 30% de las sustancias que estudiamos no encontramos actividad negativa”, enfatizó.

ARSAT: superávit y facturación récord. Salarios y proyectos congelados

La Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT) tuvo un resultado económico superavitario por $22.500 millones durante los primeros nueve meses del año, según el último informe de la Oficina Nacional de Presupuesto (ONP). El monto supera en un 507% al del mismo periodo de 2023, cuando la diferencia entre los ingresos y los gastos corrientes fue de $ 3701 millones. Además, a septiembre, había facturado $ 96.315 millones, tres veces más que en 2023 ($ 30.755 millones). Mientras tanto, los salarios de los trabajadores están congelados desde hace cuatro meses y algunos proyectos, como el tercer satélite (Arsat SG1), cuyo lanzamiento estaba previsto para fines de 2024 o principios de 2025, están parados.

“A diciembre seguimos sin ningún aumento y el tema está judicializado”, explicaron los empleados de la compañía a PERFIL. Por otro lado, afirmaron, continúa el éxodo de personal calificado. En algunos casos, comentaron, a empresas del exterior. “La oferta salarial en ciertos rubros, como mínimo, duplica el sueldo que se paga en Arsat”. Entre las áreas más sensibles están las de ciberseguridad o tecnología informática. Lo cierto es que en términos generales de 2023 a 2024 el personal se redujo en un 10% (de 775 a 700 empleados), aunque en el caso de los puestos administrativos los cargos crecieron de 37 a 104.

Este año la compañía decidió desacoplarse de los acuerdos paritarios del gremio de telecomunicaciones (Foetra) y aplicar los de la Administración Pública Nacional. Aun así, desde septiembre ni siquiera otorgan estos aumentos salariales.

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No solamente los sueldos están congelados, sino también los proyectos que la empresa tenía previsto terminar entre 2024 y 2025 y que cuentan con financiamiento externo.

“El satélite Arsat- SG1 se empezó a construir a fines de 2020, con la idea de que pudiera reemplazar al Arsat 2 (actualmente en órbita) al concluir con su vida útil. En septiembre de 2023, cuando la falta de dólares impedía los pagos al exterior, dejaron de cumplirse cerca de 20 contratos con fabricantes de partes. El actual gobierno no ha cambiado esa decisión y la mayoría de estos contratos se encuentran parados y en situación de afrontar intereses y otras penalidades”, detallaron los trabajadores a este medio. Lo que sucede, agregaron, es que hasta ahora “el Banco Central no ha permitido hacer transferencias a los proveedores extranjeros de partes integrantes del satélite Arsat -SG1”.

El Gobierno quiere vender ARSAT pese a que en 2024 ganó seis veces más que en 2023

Los fondos provienen, en su mayoría, del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). Según el último informe de esta institución, el proyecto tiene un costo de U$S 265.800.000, de los cuales U$S 243.800.000 provienen del CAF (que ya desembolsó U$S 133.036.979) y U$S 22.000.000 corresponden a fondos que debería poner la empresa.

En el informe de gestión que presentó en el Senado el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el funcionario aseguró que el satélite se encuentra en un estado de avance del 61%, y que su lanzamiento “se estima para octubre de 2027, y su funcionamiento para abril de 2028”, tres años después de lo que estaba originalmente previsto.

Sobre esta situación, los empleados de la compañía afirmaron que, dado que los fondos fueron suministrados por el CAF, si eventualmente se decidiera no continuar con la construcción y puesta en órbita del satélite SG1, se debería “devolver el préstamo por la parte ya recibida y afrontar la pérdida de prestigio que genera la discontinuidad de un proyecto valioso y el incumplimiento del contrato”. Por otro lado, se perdería lo pagado a proveedores extranjeros y se correría el riesgo de “perder o ceder las posiciones orbitales argentinas otorgadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Son activos relevantes, muy cotizados por otros países”, afirmaron empleados y exempleados de la empresa.

De mínima, el retraso en el lanzamiento aumentaría el costo local como porcentaje del total a financiar.  

Todos estos inconvenientes se solucionarían si se decide terminar lo ya iniciado. Para ello hacen falta otros U$S 130 millones, ya garantizados por el contrato de préstamo del CAF. Siendo pesimistas, el Estado deberá agregar unos U$S 15 millones más para afrontar los mayores costos que ha ocasionado la interrupción del proyecto», explicaron.

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“Es un negocio que da dinero, que está financiado, no hay ningún tipo de sentido económico ni estratégico de frenarlo. Si fuéramos una compañía que cotizara en bolsa los directivos que hacen esto estarían presos, porque están actuando en contra de los intereses de los accionistas y de la empresa”, sintetizaron.

El jefe de Gabinete explicó que para 2025 se planea la continuidad del proyecto Arsat-SG1, “la actualización tecnológica de la Red Federal de fibra óptica en su tercera etapa, y proyectos relacionados con el aumento de la ciberseguridad y resiliencia de datos en el Datacenter Benavidez”.

Francos indicó, además, respecto a la posibilidad de privatización parcial, que “el estatuto de la empresa permite, desde su creación, la puesta a disposición del 49% de las acciones, por lo cual la empresa seguirá conservando la mayoría de las acciones del Estado nacional” y que “se inició el proceso de salida de una parte de las mismas a la bolsa por medio de un IPO (initial public offering)”. Para ello, agregó, “se está ordenando la documentación requerida para ser presentada en la Comisión Nacional de Valores con el acompañamiento permanente de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas dependiente del Ministerio de Economía de la Nación”.

Según el informe de la ONP, para el tercer trimestre de este año Arsat “muestra una desmejora interanual del resultado financiero, que se origina principalmente por la disminución de los ingresos de capital dado que, en comparación al acumulado al tercer trimestre de 2023, la empresa no contó en 2024 de transferencias de otras entidades del Sector Público Nacional y se redujo el nivel de transferencias recibidas de la Administración Nacional”.

De acuerdo con la respuesta a un pedido de acceso a la información pública que realizó PERFIL, hasta principios del mes de diciembre los aportes del Tesoro Nacional a la empresa ascendían a los $ 300 millones en concepto de aportes de capital, destinados únicamente a obras de la red federal de fibra óptica.

Respecto a la solicitud para acceder a los balances anuales de la compañía, la respuesta a este medio fue que los disponibles (que ya fueron aprobados por la Auditoría General de la Nación) están cargados en la página web. Sin embargo, el último documento publicado data de 2018.

La CNEA instala un ciclotrón para producir radiofármacos en Bariloche

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Con el montaje de un ciclotrón en el Instituto de Tecnologías Nucleares para la Salud (INTECNUS), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) -organismo dependiente de la Jefatura de Gabinete- avanza en su proyecto para producir radioisótopos en la ciudad de San Carlos de Bariloche.

El objetivo de esta instalación, cuya puesta en marcha se estima para el segundo semestre de 2025, será producir radioisótopos de vida media muy corta, que no pueden ser llevados a la región desde Buenos Aires. También habrá una radiofarmacia, con celdas donde se fabricarán radiofármacos para medicina nuclear.

Los radiofármacos son compuestos que contienen radioisótopos y se utilizan para el diagnóstico de distintas enfermedades, especialmente en las áreas de oncología, cardiología y neurología. Como la actividad de estos radioisótopos decae rápidamente, es fundamental que no pase mucho tiempo entre la fabricación del radiofármaco y su aplicación al paciente. El traslado debe ser rápido y eficiente. Bariloche es un punto estratégico para su producción, porque es una ciudad con muy buena conectividad aérea.

La obra se encuentra en la etapa final, fue ejecutada por INVAP y supervisada por la CNEA para cumplir con los lineamientos de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

“Primero vamos a producir la droga que se utiliza mayoritariamente para el diagnóstico de varios tipos de cáncer, que es la fluorodesoxiglucosa o flúor 18-FDG. Después continuaremos con otros radioisótopos, como carbono 11 (C-11), nitrógeno 12 (N-13), oxígeno 15 (O-15) y galio 68 (Ga-68)”, explica el doctor en Física Sergio Suárez, coordinador del equipo de trabajo integrado por seis profesionales del Departamento de Producción de Radioisótopos y Radiofármacos de la CNEA.

“Queremos que esta instalación también sirva como lugar de crecimiento y formación de recursos humanos –agrega Suárez-. La idea es que puedan venir profesionales a entrenarse, pero también a hacer una maestría o un doctorado”, asegura.

A futuro, también se proyecta montar un laboratorio de química dentro de las instalaciones para el desarrollo de nuevos fármacos específicos para cada diagnóstico. En paralelo, se prevé diseñar programas académicos que permitan la formación profesional especializada.

Nota de AgendAR:

En este modelo, algo no cierra: para evacuar una producción copiosa, mucho mayor que la población rionegrina, Bariloche (créase o no) carece de una grilla de vuelos regular, y algunos de los isótopos (el iodo 131 en particular) tienen tiempos de semivida cortos. A 8,5 días de fabricado un lote recién de iodo 131 pierde por decaimiento la mitad de su masa efectiva, y por ende de su actividad terapéutica.

Ergo, algún país cercano lo va a comprar y alguien lo va a vender. Las respuestas son respectivamente Chile y la Fundación INTECNUS. Estaría todo muy bien, pero el ciclotrón se fabricó con dinero de la CNEA, es decir del estado nacional, es decir de Ud. y de mí, es decir, de nuestros hijos. Por ende, la destinataria privilegiada de su producción, más allá de que la distribuya una fundación privada como INTECNUS o la propia CNEA, debería ser la población pediátrica argentina. El iodo 131 se usa para marcar e irradiar selectivamente las metástasis residuales remanentes de un cáncer de tiroides de púberes.

AgendAR apoya la medicina nuclear. Sin ella, parte de nuestra redacción estaría escribiendo desde el más allá. Pero no apoyamos el uso con fines de lucro privado, y menos de otros países, de medicinas fabricadas en sitios construidos con dinero del estado federal. La CNEA, gracias al reactor RA-3 y sus sucesivas repotenciaciones y extensiones de vida, abastece de radioisótopos de diagnóstico y de terapia todos los centros de medicina nuclear del país.

Por iniciativa de la CNEA, con fondos, personal y radioisótopos irradiados en el RA-3 de Ezeiza, amén del apoyo de autoridades -y fundaciones- locales, desde los ’80 existen centros de medicina nuclear en Mendoza, CABA, Rio Negro, Santa Cruz, Formosa y La Pampa. No existen en todas las provincias porque la CNEA desde 1983 lucha por «llegar a fin de año» con unos presupuestos pésimos. Amén de los centros nacionales, casi todos los hospitales públicos del país tienen pequeños elencos de Medicina Nuclear, supervisados por la ARN, y los excedentes de producción del RA-3 se distribuyen en la medicina privada argentina y las exportaciones a países limítrofes.

La CNEA no gana plata en esto, a lo sumo recupera un poco. Pero sí que gana prestigio, y se lo hace ganar al país. Todavía nos falta ver un talibán de Greenpeace que, en un apuro, se niegue a dar batalla contra un tumor con radiosótopos fabricados por una institución que ha vivido vilipendiando, y de un Centro Atómico (el de Ezeiza) que ha vivido de vilipendiar.

Pero lo de Río Negro está pensado de un modo más experto, más sutil, más torcido.

La provincia recibe desde siempre los producidos en Ezeiza por irradiación con neutrones. Es excelene que además de radiofármacos «de reactor» venidos desde la provincia de Buenos Aires, tenga una familia de radioisótopos bastante distinta de radiofármacos «de ciclotrón», de producción local y a patir de protones. Pero eso se hizo con plata del estado federal, y la prioridad la deberían tener la población rionegrina, la del resto del país, y en tercer lugar, la argentina que opta por la medicina privada y la de países limítrofes. En ese orden. En el caso, Chile. Y el objetivo no puede ser el lucro de una Fundación.

En tiempos algo mejores, Mamá CNEA compró dos ciclotrones gemelos para el Hospital Infantil Garrahan, de modo de garantizar la continuidad de los tratamientos. En el hospital porteño quedó uno solo. El otro, ups, terminó en Bariloche, y adivinen en manos de qué elefante blanco y con qué pasado negro. Intecnus es fundación y no paga impuestos, pero vive de los nuestros, del estado y de la CNEA. Paradoja, no atiende a la UP (la obra social de los estatales). En particular, NO ATIENDE a enfermos de la CNEA.

Cuando la salud es un negocio tan burdo, el que gana se hace rico y el que pierde se muere.

Con la nuestra no, libertarios.

Esto se hizo a espaldas de la administración anterior de la CNEA. Fue idea de la actual, tan experta en operar a media luz o en las sombras. Ningún juez va a querer indagar este asunto: hay pacientes argentinos cuya vida depende de estos radioisótopos.

En este agujero negro entre la tecnología médica, la política, la farmacología y la ley, habrá argentinos que pagaron en vida por un diagnóstico o un tratamiento avanzados QUE NO VAN A RECIBIR.

Y sin enterarse.

Daniel E. Arias

La primera muerte por gripe aviar en EEUU es una advertencia

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¿Habrá sido en serio la primera muerte?

La nota que transcribimos a continuación es del del Science Times, suplemento semanal científico del New York Times, y la firma Emily Mullin, nombre nuevo para AgendAR.

No hemos podido resistir la tentación de incluir algunas observaciones criollas y un poco picantes. Sucede que el artículo de Mullin es, previsiblemente, cientificista, onda epidemiología woke para no ofender, eso en el país que inventó el «feedlot» y las megagranjas avícolas y porcinas. También el sanitariamente menos precavido, el más ajeno al concepto mismo de «Salud Pública», y de paso el más antivacunas del planeta.

Esto hace poco científico el artículo.

Pero está bien investigado y el tema es importante. Ya pasaron los tiempos en que podíamos traducir directamente del Science Times, con la correspondiente cita. En ese viejo templo de la ciencia hoy se han vuelto muy vaporosos, y ponerle barras de acero a las nubes que producen no las vuelve de hormigón armado. Nuestras observaciones, por ello, están destacadas en negrita itálica.

Daniel E. Arias

Ayer, las autoridades sanitarias de Luisiana anunciaron la muerte en internación de un hombre ingresado en diciembre por gripe aviar grave. La contrajo de aves domésticas, probablemente contagiadas por aves silvestres. Es -y resulta raro- la primera muerte registrada en Estados Unidos atribuida al virus H5N1, el más común entre los que causan gripes aviares.

La persona tenía más de 65 años y venía con enfermedades de base subyacentes. El Departamento de Salud de Luisiana no ha revelado más detalles.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, autoridad epidemiológica federal de los EEUU,, un total de 66 personas en EE.UU. dieron positivo por gripe aviar en 2024. Fuera del paciente de Luisiana, los demás desarrollaron síntomas leves y se recuperaron completamente. Pero esta excepción es un recordatorio de que la gripe aviar puede ser y es peligrosa. La Organización Mundial de la Salud contabiliza 948 casos de gripe A H5N1 certificados en 23 países desde 1997, y 464 fueron mortales. Sí, en todo el mundo mató a la mitad.

Contagiados, vayan a EEUU, que ahí la muerte trabaja menos.

A medida que aumenta el número de infecciones humanas son predecibles más casos de enfermedad grave y, potencialmente, más muertes, sobre todo si el antígeno H (por hema-aglutinina) de la cápside del virus hace mutación, y logra fijarse en el ácido siálico alfa 2,6 característicos del parénquima pulmonar humano. Los virus que hagan esta transformación van a saltar de aves a humanos, generar más neumonías, y las personas con este virus mutado podrán contagiarse entre ellas y no solo de gallinas, gansos, patos o de mamíferos de cría.

Por lejos, el virus gripal A H5N1 es el de mayor potencial pandémico de los actuales, seguido por el H7N9.

«Se trata de un juego continuo de ruleta rusa», afirma el médico Nahid Bhadelia, director fundador del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston. «Cuanto más virus hay en nuestro entorno, más posibilidades hay de que entre en contacto con los humanos». Era sólo cuestión de tiempo que la gripe aviar se volviera mortal, afirma.

Tampoco es la primera vez que sucede. La llamada Gripe Española, que en realidad fue una H1N1 china, entre 1917 y 1922 recorrió el mundo en cuatro sucesivas olas pandémicas, y mató -se estima- al 5% de los humanos. Mucho más que la guerra.

¿Cómo salió de China? En mi barrio, se llama colonialismo. Fue contagiada a los soldados europeos y yanquis por trabajadores chinos semiesclavos traídos al frente desde la costa china por las potencias imperiales, Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y EEUU. ¿Traidos para qué? Para construir trincheras y otras defensas estáticas a retaguardia.

Se detectó por primera vez en cuarteles: uno de entrenamiento en Kansas, EEUU, y simultáneamente en otro inglés, Aldershot. Mataba a entre el 30 y el 50% de los contagiados, y se ensañaba más con la gente joven, saludable y fuerte que con chicos o viejos.

Los médicos militares ingleses, desconcertados, le pusieron el nombre de POU, por Pyrosis of Unknow Origin, literalmente, fiebre de andá a saber qué origen. Los alemanes la llamaron «francesa», los ingleses, «alemana», los rusos la llamaron primero «catarro chino», y finalmente se convino en llamarla «ispanka», o «gripe española». La Piel de Toro era un país europeo pero neutral, y la prensa podía hablar del tema libremente. Especialmente cuando la gripe le hacía estirar la pata a algún Borbón.

Como en cambio la prensa inglesa, francesa, yanqui y alemana estaba sujeta a una censura de guerra de la gran siete, esta gripe era un tema tabú, incluso cuando en 1918 se volvió la primera causa de muerte en el Frente Occidental, y también la primera de sublevación de tropas.

El gobierno del Kaiser Guillermo II cayó por esas rebeliones de soldados, de marineros y de obreros. El de su primo, el Zar Nicolás II, cayó por lo mismo y muchos meses antes. La Revolución Rusa de 1917 es, en un punto, una consecuencia de que los soldados del Zar empezaron a preferir fusilar a sus oficiales que seguir muriéndose de gripe en las trincheras. La Primera Guerra, irresuelta en el plano militar en las trincheras occidentales, tuvo que terminarse por estos alzamientos.

No hace falta ir tan lejos en la historia. En 2009, la Argentina cayó en la volteada de una gripe A pandémica H1N1 que surgió al parecer de la enorme industria de cría porcina mexicana. Mató a bastante gente, 284.000 muertes atribuibles aquel año, para la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS).

Cristina Fernández de Kirchner prefirió no posponer las elecciones de medio término, ya que podían fogonear el contagio por amuchamiento. Fue una apuesta que pagó mal: su partido perdió frente a opositores sin historia política conocida, banqueros, CEOs corporativos y capos de fondos de inversión. Sí, el Colorado Francisco De Narváez y otras yerbas que entonces parecían novedad.

Los políticos que se pasan la epidemiología por el arco del triunfo, y sobre todo los que gestionan mal una pandemia, son historia, porque no estudiaron suficiente historia, muertos políticos que caminan sin enterarse de que están muertos. Preguntarle en caso de duda a nuestro reciente expresidente.

La industria de cría intensiva de animales es la fuente primera mundial de los virus pandémicos respiratorios. Si uno escucha «pandemia» y lo primero que pregunta es si viene de China, sin embargo, no es por contagio cultural del Pato Donald.

Es porque la convivencia doméstica entre aves de corral, cerdos y personas ha sido la fórmula que le permitió sobrevivir durante 600 años al enorme campesinado chino pobre, y en muy poca superficie de tierra. Esto dio origen a virus respiratorios mutantes que podían saltar de aves a mamíferos, y entre tantos mamíferos, nosotros, los humanos.

Hasta que no llegaron las potencias coloniales durante «El Siglo de la Humillación», los virus zoonóticos chinos se quedaban en China.

Pero la industria intensiva y de escala gigante de hoy es un fenómeno mundial, porque hay 8500 millones de humanos que pretenden proteína, y casi 1000 millones que no la tienen.

El eje de esa industria hasta hace tres décadas fue América del Norte, hoy está en Asia. La vacunación de aves de cría es obligatoria en toda China, con fórmulas bivalentes, dirigidas contra los virus A H5N1 y el H7N9. En EEUU, donde la vacunación antigripal nunca fue o será obligatoria ni siquiera para la ciudadanía porque se respeta a todo trance la libertad de enfermar a otros, la industria aviar tuvo que sacrificar e incinerar medio millón de pollos y gallinas en 2024. Los autodenominados americanos son raros en su gestión de epidemias.

Estados Unidos se encuentra en medio de un brote de H5N1 que no muestra signos de detenerse. El virus ha infectado a más de 130 millones de aves, incluidas aves de corral comerciales, desde enero de 2022. En abril de 2024 llegó por primera vez a las vacas lecheras. Aunque no es mortal para las vacas, el virus ha enfermado a más de 900 rebaños lecheros en 16 estados. La gente puede contagiarse tomando leche no pasteurizada y embichada con H5N1, está probado.

La mayoría de las personas que contraen la gripe aviar son trabajadores agrícolas u otras personas que tienen contacto directo con animales enfermos. De los 66 casos confirmados en EE.UU. el año pasado, 40 estuvieron relacionados con vacas lecheras y 23 con aves de corral y personal de frigorífico, con preponderancia de sacrificadores. En los otros tres casos estadounidenses, se desconoce la fuente exacta de exposición.

Desde 2003, se han notificado más de 850 casos humanos de gripe aviar H5N1 fuera de Estados Unidos, y aproximadamente la mitad de ellos han resultado mortales. Esto viene a demostrar que el excepcionalismo estadounidense empieza por las estadísticas epidemiológicas.

En un comunicado publicado el lunes, los CDC afirmaron que una muerte por gripe aviar H5N1 «no es inesperada debido al conocido potencial de la infección por estos virus para causar enfermedades graves y la muerte». Bueno, chocolate. Las autoridades sanitarias federales afirman que el riesgo de contraer la gripe aviar sigue siendo bajo para el público en general, y no hay pruebas de que el virus se esté propagando de persona a persona en ningún lugar del país.

Sí, ponele. Tampoco hay evidencias de lo contrario.

Uno de los aspectos desconcertantes del brote actual en EE.UU. es por qué todas las infecciones humanas hasta ahora han resultado en enfermedades leves. «Podría tratarse de personas jóvenes y sanas», afirma Jennifer Nuzzo, directora del Centro de Pandemias y profesora de epidemiología de la Universidad Brown. «Podría ser que la forma en que están siendo expuestos es diferente de cómo hemos visto históricamente que la gente se infecta. Hay varias hipótesis, pero en este momento son sólo conjeturas.»

Nuzzo dice que es muy posible que las condiciones de salud preexistentes del paciente de Luisiana contribuyeran a la gravedad de su enfermedad, pero también señala el caso de una adolescente en Canadá que fue hospitalizada con gripe aviar en noviembre.

La niña de 13 años fue atendida inicialmente en un servicio de urgencias de la Columbia Británica por fiebre y conjuntivitis en ambos ojos. Fue dada de alta sin tratamiento y más tarde desarrolló tos, vómitos y diarrea. Unos días después volvió a urgencias con problemas respiratorios. Ingresó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y entró en insuficiencia respiratoria, pero acabó recuperándose tras recibir tratamiento. Según un informe publicado en el New England Journal of Medicine, la niña tenía antecedentes de asma leve y un índice de masa corporal elevado (en mi barrio, unos kilos de más). Se desconoce cómo contrajo el virus.

«Lo que esto nos dice es que no tenemos ni idea de quién va a desarrollar una enfermedad leve y quién va a desarrollar una enfermedad grave, y por eso tenemos que tomarnos estas infecciones muy en serio», afirma Nuzzo. «No debemos suponer que todas las infecciones futuras serán leves».

Hay otra pista que podría explicar la gravedad de los casos de Luisiana y Columbia Británica. Las muestras de virus de ambos pacientes presentaban algunas similitudes. Por un lado, ambos estaban infectados con el mismo subtipo de H5N1 denominado D1.1, que es el mismo tipo de virus que se encuentra en aves silvestres y aves de corral. Es diferente del subtipo B3.13, dominante en las vacas lecheras.

«Ahora mismo, la pregunta es si se trata de una cepa más grave que la del ganado lechero», afirma Benjamin Anderson, profesor adjunto de salud medioambiental y global de la Universidad de Florida. De momento, los científicos no disponen de datos suficientes para saberlo con certeza. Un puñado de trabajadores de granjas avícolas de Washington han dado positivo en el subtipo D1.1, pero esas personas presentaban síntomas leves y no requirieron hospitalización.

«En el caso de la infección de Luisiana, sabemos que esa persona tenía comorbilidades. Sabemos que era una persona mayor. Son factores que ya contribuyen a resultados más graves cuando se trata de infecciones respiratorias», afirma Anderson.

En los casos de Luisiana y Columbia Británica, hay pruebas de que el virus puede haber evolucionado en ambos pacientes, cuando ya estaban i infectados, para producir una enfermedad más grave. Malas costumbres de algunos virus, cuyo sistema de copiado genético defectuoso produce versiones mutantes a lo pavote. Inevitablemente, alguna termina siendo Godzilla.

Un informe de los CDC de finales de diciembre halló mutaciones genéticas en el virus tomado del paciente de Luisiana que pueden haberle permitido aumentar su capacidad de infectar las vías respiratorias superiores de los seres humanos. Según el informe, es probable que los cambios observados se generaran por la replicación del virus a lo largo de la enfermedad del paciente, en lugar de transmitirse en el momento de la infección, lo que significa que las mutaciones no estaban presentes en las aves a las que estuvo expuesta la persona. Lo dicho.

En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, el equipo que atendió a la adolescente canadiense también describió las «preocupantes» mutaciones halladas en sus muestras víricas. Estos cambios podrían haber permitido al virus unirse y penetrar más fácilmente en las células del tracto respiratorio humano.

Sí, Ud. recuerda bien, hace unos párrafos mencioné una mutación del antígeno H5 que se liga demasiado fácilmente al ácido siálico alfa 2,6 parte de una glicoproteína que tapiza el parénquima pulmonar humano, señal que somos mamíferos. Los pulmones aviares, morfológica y funcionalmente muy distintos a los nuestros, abundan en ácido siálico alfa 2,3. Esas diferencias bioquímicas mínimas por ahora nos protegen… un poco. Pero la gripe aviar A H5N1 ya ha matado todo tipo de mamíferos, desde lobos marinos a zorrinos.

Por ahora, las personas que trabajan con aves, aves de corral o vacas, o que tienen una exposición recreativa a ellas, corren un mayor riesgo de contraer la gripe aviar.

Le preguntamos al Science Times a quién conocen que pasen su tiempo con aves de corral o vacas por recreación. Por ahora, no contestan. Los que tienen que trabajar por plata en granjas de cría y mataderos, esos sí la pasan mal con todas las pandemias respiratorias. Se agarran todas. Y no, en EEUU la OSHA (Occupational Health and Safety Administration) no los protege.

Es que la OSHA es una agencia federal, y lo único federal que se toma en serio en la Tierra de los Libres y Hogar de los Valientes son las FFAA y las de espionaje. Los negocios de cría intensiva son supervisados por agencias estaduales o municipales. A veces.

Para prevenir la enfermedad, las autoridades sanitarias recomiendan evitar el contacto directo con aves silvestres y otros animales infectados o sospechosos de estar infectados por el virus de la gripe aviar.

¿Se ve por qué ya no podemos traducir directo del Science Times? Hacen los deberes, llaman a éste y llaman al otro. Pero como se ve en esa recomendación final, pero no se están volviendo más inteligentes.

Emily Mullin

Acerca del Estado, la ciencia e internet

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“No hay ningún invento moderno en el mundo, no existe nada digital, tecnológico o cuántico que en su desarrollo no haya participado el Estado”.

El actual gobierno argentino no muestra virtudes en lo que a tecnología se refiere. Enmascaran esa carencia de conocimientos técnicos y científicos detrás de redes trolls de “buscas digitales” que se dedican a presionar, apretar, denunciar y perseguir. E insultar.

Pero la tecnología y la ciencia son otra cosa. El Gobierno golpea con un palo un tambor de hojalata, mientras cree ser Martha Argerich o Lang Lang tocando el piano.

Pueden disfrazarse de lo que no son durante un tiempo, pero no mucho. En general, hay una hora (social, histórica) en que como en las grandes fiestas renacentistas, las máscaras se caen y cada rostro se muestra como es.

Han detenido la fabricación del reactor nuclear Carem (pequeño porte) mientras Milei anuncia que desarrollarán la producción de reactores nucleares de pequeño porte para abastecer las demandas de energía de la inteligencia artificial (entre otras cosas, ayudar al negocio de su amigo Elon Musk), o sea, no harán nada, pues no tienen idea de lo que es el uso pacífico de la energía nuclear, han desamparado las inversiones en los institutos de formación académica de físicos nucleares, han sometido a la humillación a cientos de técnicos y tecnólogos que deben abandonar el país en función de la imposibilidad de tener un empleo que les dignifique la profesión que tienen y que tanto puede servir a la Argentina.

Este gobierno nacional es humo. Es una inmensa masa de humo. Están destruyendo los buenos niveles alcanzados en el país por científicos y técnicos, y hacen retroceder logros importantes.

El afán de destruir el Estado, idea confesa y reiterada del Presidente, conlleva el riesgo de perder todos los avances científicos alcanzados. ¿Por qué? Muy simple, no hay ningún invento moderno en el mundo, no existe nada digital, tecnológico o cuántico que en su desarrollo no haya participado el Estado.

Es más, no hay ningún Premio Nobel de Ciencias en el último siglo que no fuere avalado por aportes públicos. Desde internet hasta las vacunas Salk, Sabin, HIV, covid, etc., desde la industria espacial, radarista y nuclear hasta el universo computacional y comunicaciones cuánticas, nada fue producto en soledad de espacios privados.

¿Esto quiere decir que hay que ser fanáticamente estatista? ¡No! Solo en las pequeñas neuronas cazadoras de comunistas, que poseen algunos funcionarios, se puede pensar de esa manera.

Si existiera la decisión política de financiar la ciencia, se puede discutir cómo se financia, pero el Gobierno arranca de la decisión política de no financiarla.

El famoso Sistema Científico Tecnológico es el nodo central que hace al conocimiento de un país, y debe tener como horizonte dar respuesta a problemas nacionales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esto permite, en un camino virtuoso dar buenas respuestas a la producción tanto del agro como de la industria, a la salud como a las comunicaciones, y otras áreas que tienen importante impacto en nuestra cotidianidad.

Para tener una idea sepamos que el Conicet, hoy desfinanciado por Milei y Caputo y desguazado por Sturzenegger, es el organismo de investigación más ponderado en toda Latinoamérica y ocupa la 22ª posición en el mundo. ¡Entre más de 200 países!

Y todo esto se relaciona con lo que hoy el mundo debate y es el eje principal del ecosistema de comunicación y vinculación humana, global, interestatal, privada y pública: internet.

Hace unos días se reunió en Riad (Arabia Saudita) el 19º Foro de Gobernanza de Internet, evento seguido por miles de interesados. No hay noticias de participación pública argentina. Es, de alguna manera, la continuidad de aquel gran avance que significó la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en sus dos presencias, 2003 en Ginebra y 2005 en Túnez.

Si bien se debaten temas conocidos como el cuidado de la seguridad en las redes, la privacidad de usuarios, los marcos regulatorios, la coordinación global de internet y otros que podríamos llamar “tacticismo digital”, no están ajenos a estas reuniones los temas estratégicos como son aquellos que relacionan el avance tecnológico con importantes variaciones en las sociedades y ponen de manifiesto una original fenomenología de acontecimientos nuevos y desconocidos, que pasan por el mundo productivo, la sociología, la psicología, el derecho y fundamentalmente, la política y la forma de entenderla a la luz de la presencia de internet.

Hoy, a diferencia de lo que vimos en Túnez 2005, existe internet desde la realidad de terminales móviles como los celulares y otros hardware de similar utilidad y aquellos cableados (Ethernet) y las conexiones LAN (Local Área Network) y las WAN (Wide Área Network) son unos tantos recuerdos del pasado reciente. No porque no se usen, sino porque pueden no usarse. Y ni hablemos del viejo y querido DSL con su alta velocidad de hasta 7.1 Mbps por medio de una línea telefónica y que superaba al módem Dial Up de solo 28.8 Kbps.

Entonces, la capacidad de cada país de adaptarse a los mejores y más modernos avances digitales no puede quedar librada, en exclusiva, a las necesidades de mercado y al interés privado en cuanto al lucro que permiten estas conexiones.

El Estado, tampoco solo, pero sí sinérgicamente con el sector privado, la academia, las universidades y las empresas de capital social, debe estar presente en el impulso al desarrollo, la necesidad legislativa y regulatoria y el aporte del más alto nivel para los requerimientos de internacionalización que requiere esta tecnología.

Y para eso se precisan científicos, tecnólogos y técnicos. Y políticos preparados y capacitados.

Los inmensos aforos de almacenamiento de datos que obligaron a la existencia de la nube y los nuevos y fenomenales niveles de capacidad de cómputo no pueden ni deben ser solo una parte del mercado. Son mercado, desde ya, pero también hacen al interés soberano de los Estados.

Con la importancia que tiene el manejo delictivo de internet (y lo dice el autor de esta nota, que en 2006 siendo diputado nacional impulsó la primera ley de delitos informáticos en la Argentina) no debe quedar solo para el Estado la persecución penal de conductas de ilicitud como el malware (programa malicioso), el phishing (suplantación de identidad), el ransomware (programa dañino que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema operativo infectado y pide un rescate a cambio de quitar esta restricción) o el uso de botnet (conjunto de ordenadores/bots, infectados y que controla un atacante), entre otras posibilidades de agravio al derecho, sino que debe estar en el manejo “estratégico” de la red de redes.

Si los Estados no se ponen en un pie de igualdad, acordado y cordial con las empresas algorítmicas/digitales, estas terminan perturbando los pactos democráticos de las sociedades. Ejemplos como Cambridge Analytica y varios hechos electorales afectados hacen necesario que las luces de alerta las manejen los Estados nacionales.

Y el otro tema pasa por la conectividad, donde la brecha digital muestra claramente que es una brecha social e incluso entre países. Así como el promedio argentino de conexiones en banda ancha duplica desde la pampa húmeda y el AMBA a la Patagonia y el Norte, en el mundo el hemisferio norte presenta una superior conexión que el hemisferio sur.

Por eso destruir el Estado, en Argentina, es un deseo patibulario.

Osvaldo Nemirovsci

MPVH: el virus respiratorio que se propaga en China

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El aumento de casos en China del HMPV, un virus respiratorio no muy conocido, reflotó ecos oscuros de 2019, y del inicio de la pandemia de Covid-19 hace tan solo cinco años, tres de los cuales parecieron siglos. Pero a pesar de las similitudes, esta situación es menos brava.

Vamos entonces a China, cuna de tantas pandemias pulmonares zoonóticas, entre ellas varias gripes, en general aviares, de pésimo recuerdo. Lo que circula allí hoy son infecciones por metapneumovirus humano, o HMPV. ¿Y este bicho es malísimo, malo o simplemente de dormir sin frazada? Van los hechos, pero NUESTRO problema actual, compatriotas, es el dengue. Después volvemos con eso.

¿Qué es el MPVH?

Es uno de muchos virus respiratorios varios patógenos de circulación mundial. Es tan común que el primer contagio suele darse en la infancia, y aún así es casi seguro que uno volverá a pescárselo y enfermarse varias veces a lo largo de la vida. El MPVH es bastante estacional: en los países con inviernos fríos tiene temporada anual, como los virus de la gripe, pero en climas tropicales poco variables a lo largo del año circula siempre, aunque a poca velocidad.

El MPVH es similar a otro virus más conocido por pediatras y gerontólogos: el respiratorio sincicial, o VRS. Ambos dan síntomas gripales, asunto que también comparten con el Covid-19 y otros coronavirus de fama menos renegrida: tos, fiebre, congestión nasal y sibilancias (en mi barrio, chiflidos pulmonares por obstrucción).

Pero como todos estos, salvo el del Covid-19, han sido virus habituales e inmemoriales de los humanos, ya no desencadenan reacciones inmunológicas furibundas.

El virus SARS-CoV 2 del Covid-19 es zoonótico, uno de los muchos que se transmiten entre aves y mamíferos, y sus primeras detecciones en humanos fueron muy recientes. Sus primos, los virus previos conocidos de tipo «corona» con que hemos lidiado a lo largo de nuestra historia y prehistoria probablemente fueron peligrosos y pandémicos, pero eso cuando novedades. Si hoy no lo son, si hoy en general sólo causan resfríos curables es porque seleccionaron genéticamente a la población. Nos hicieron cambiar.

Fríamente dicho, descendemos de LOS QUE NO SE MURIERON por esas infecciones, esos resfríos sin viaje de regreso, o por las reacciones inmunológicas descontroladas ante los mismas. En promedio, tenemos gentes un poco más resistentes a coronavirus que esa ponchada de precursores nuestros que murieron jóvenes, hace siglos o milenios, en la flor de la edad, y sin tiempo de haber dejado hijos.

Lo letal del Covid-19 rara vez fue el virus en sí, sino que en su lucha contra el mismo, el organismo humano a veces atacaba en forma inflamatoria aguda algunos órganos vitales marcados con signos moleculares de «ojo, aquí tejido infectado»: pulmones, corazón, riñones, cerebro, la mismísima sangre. De los casi 30 millones de personas que mató esta enfermedad entre 2019 y 2023, la mayor parte murió por destrucción inflamatoria de esos órganos y tejidos.

Lo que más se vio, y eso era bizarro según nuestra experiencia previa con otros virus respiratorios, fue la neumonía bilateral, es decir en ambos pulmones a la vez. Las neumonías de otros virus suelen ser unilaterales.

Cuando todavía faltaban meses para que aparecieran las primeras -y carísimas- vacunas efectivas, cuando algunos idiotas recomendaban públicamente no hacer cuarentena, no usar barbijo, amucharse e ingerir lavandina (y eso sí que mató a unos cuántos), en las terapias intensivas argentinas se empezaba a mitigar el incendio inmunológico con antiinflamatorios baratos y banales. ¿Cuáles? Los corticoides, en particular, la dexametasona. Esas pastillas de anaquel sí que salvaron vidas.

Las vacunas lo que hicieron contra el SARS CoV2 fue mejor y más duradero: crear islotes y barreras de población poco contagiable, pero en forma «no darwiniana», sin matar a nadie. Nada se difunde tan rápido como un virus transmitido por aerosoles pulmonares. Para contagiar a tu vecino de tren o de aula, lo único que tenés que hacer es respirar.

Con las vacunas, también hicimos cambiar al virus SARS CoV2 y volverlo menos virulento. Habría sucedido igual, pero a un costo mucho peor que los alrededor de 30 palos de muertos que dejó la pandemia. Las vacunas bajaron la velocidad de libre circulación del Covid-19, y así se disminuyó, entre otras cosas, su infernal capacidad de generar mutaciones más letales y de desenlace rápido. Un virus que se propaga fácil, muta fácil. Máxime si es un retrovirus hecho de ARN, bastante propenso a errores de copiado genético.

Si le bajás la velocidad de contagio a un virus, le bajás la letalidad. El virus encuentra ventajas en progresar despacio y no matar al portador. Por eso las vacunas en la Argentina protegieron incluso a quienes no pudieron o quisieron dárselas.

Si un virus circula con trabas, el que termina seleccionado no es el humano (y por muerte), sino el virus mismo, y por falta de descendencia. Entre distintas variedades virales prospera más la que no te mata de movida y te da más tiempo de portación sana (e infectante). Se impone más el que te permite vivir en forma asintomática, a veces sin anoticiarte siquiera de que te lo agarraste. Compiten mejor los benignos, y los más virulentos se transmiten menos. ¿Por qué? Porque los malísimos se autoeliminan al eliminar al portador sano.

En suma, el MPVH no es más benigno «per se», sino probablemente porque es menos novedoso que esta abominación que del SARS CoV2. El sistema inmune humano promedio lo tiene junado y lo ataca en forma proporcional y efectiva, pero no desmesurada.

La mayoría de casos de MPVH no pasa de los síntomas de un resfrió cualquiera. Los pocos que se agravan pueden terminar en bronquitis o incluso neumonía, sobre todo en bebés, viejos y personas inmunodeprimidas. Los que tienen asuntos pulmonares preexistentes, como asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), la pasan peor y corren mayor riesgo.

En los países ricos el HMPV rara vez es mortal. En los pobres y muy pobres, o ricos pero con mala calidad de aire, sistemas sanitarios débiles o inaccesibles y poca vigilancia epidemiológica, el MPVH es mucho peor. La obviedad del día: lo que mata es la pobreza y el estado ausente, no importa si rico o pobre. Chocolate por la noticia.

¿Desde cuándo existe este virus?

Imposible saberlo. Se identificó en 2001, pero parecería que anda por el mundo desde hace al menos 60 años. Aunque no es nuevo, tiene poca prensa: a diferencia de los virus gripales, los del Covid-19 y los sinciales, fuera de los ámbitos de la infectología y la neumonología, no se lo conoce mucho. En un caso agudo, los médicos de hospital pueden llegar al diagnóstico casi por descarte de los otros. Y pueden no llegar a ninguno, y el caso resolverse por curación natural. O bueno, ya sabemos.

¿Cómo se infecta una persona con el HMPV?

El virus se propaga principalmente a través de gotitas o aerosoles procedentes de la tos o los estornudos, del contacto directo con una persona infectada o de la exposición a superficies contaminadas. Historia repetida. Son básicamente los mismos canales de contagio con que la gente se resfría, se pesca una gripe o cualquiera de los virus corona, incluido el hasta hace poco temible SARS CoV2.

Para todo patógeno, los aerosoles respiratorios son el canal de contagio más efectivo, más aún que la transmisión por agua. Una enfermedad transmitida por vectores animales (como el dengue) es más manejable atacando el mosquito, y hay muchos modos de hacerlo. Pero para una respiratoria que llegó a ser aún más contagiosa que el sarampión, como el Covid-19, fuera del barbijo, el apartamiento social y las vacunas, no hay manejo posible de la transmisión.

¿Existe una vacuna? ¿O un tratamiento?

Nada de eso. Sí existen, y desde hace años, vacunas contra el virus sincicial, o VSH, peligroso para chicos y ancianos. El mundo farmacológico investiga alguna vacuna doble que proteja contra ambos, y en lo posible, de dosis única. No es imposible que alguna firma lo logre: hay bastante parecido genético y morfológico entre el MPVH y el VSH.

No existe un tratamiento antiviral específico para el HMPV. Lo que se combate son los síntomas, y ojo: no da para protestar. Lo que mató a tanta gente del Covid-19, finalmente, fueron los síntomas inflamatorios desaforados. Y estimados lectores, se los pudo tratar con medicación que ya cumple 70 años en los anaqueles: la vieja, barata y accesible «dexa».

¿Qué dice China al respecto?

Hemos reproducido, como curiosidad geopolítica, esa pregunta tan estadounidense e ingenua que sacamos del Science Times, el suplemento científico del New York Times. La primera respuesta es otra pregunta y se la hacemos al Science Times desde AgendAR: si el metapneumovirus existe en todos los continentes, salvo la Antártida, ¿qué dicen los autodenominados americanos al respecto? ¿O acaso un tejano no puede contagiar a un habitante de Wuhan?

La respuesta propiamente china es ésta: el gobierno de Xi Jingping observa que los casos nacionales de HMPV están aumentando. Pero dice que el MPVH es un viejo conocido, como no lo era de modo alguno el SARS-CoV2 en 2018. Por ende, el metapneumovirus no da para perder el sueño.

En una conferencia de prensa celebrada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China el 27 de diciembre, Kan Biao, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas, dijo que hay una rampa de MPVH entre chicos de alrededor de 14 años para abajo. El aumento fue más notorio en Manchuria, la China del norte, donde también hubo un pico de casos de gripe. Tiene sentido, allí reina un invierno crudo y el aire urbano es irrespirable.

Añadió Kan Biao que podrían aumentar los casos durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar, a finales de enero: todo el mundo viaja en China en estos días, y se reúne en grandes grupos familiares en la aldea de origen familiar, generalmente lejana de las megalópolis costeras. El SARS CoV2 explotó bien esa oportunidad.

Pero en general, los epidemiólogos argentinos creen -no son los únicos- que este año la propagación de virus respiratorios en general va a ser menor que la de 2024. Ojalá sea así, no tendríamos objeciones.

Xinhua, la agencia estatal de noticias de China, confirma un aumento de casos agudos y de casos banales y ambulatorios. Instó a la población a buscar datos del virus en Internet, y a seguir algunos consejos de sentido común: lavarse las manos con frecuencia, usar barbijo y evitar los lugares muy concurridos.

Eso último no es fácil en un país de 1400 millones de habitantes.

Lo que están haciendo desde 2024 los epidemiólogos chinos es construir un sistema de vigilancia de las neumonías de origen incierto. Y esas cosas hoy se hacen con poca plata: para algo tienen que servir la televisión pública (como la CCTV), la alta conectividad nacional y las plataformas de Internet como Weibo.

¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?

La OMS. no ha expresado su preocupación. Esto no debería preocupar a nadie, ya que en la pandemia de Covid-19 esa agencia de las Naciones Unidas no dio pie con bola un solo día. La Dra. Margaret Harris, portavoz de la organización, habló de un aumento previsible de casos.

«Como era de esperar en esta época del año, el invierno del hemisferio norte, se ha producido un aumento intermensual de las infecciones respiratorias agudas, incluida la gripe estacional, el virus de la inmunodeficiencia respiratoria y el metapneumovirus humano», dijo Harris en un mail. Decime algo nuevo, Maggie. O algo.

¿Alguien debería preocuparse?

Según el New York Times, los informes procedentes de China evocan los de los primeros y confusos días de la pandemia de Covid. La OMS sigue instando a China a que comparta más información sobre el origen de aquel brote, cinco años después. Según las costumbres chinas, antes va a enfriarse el infierno. Pero, ya con menos pasión indagativa, a falta de información de detalle sobre la génesis de esta pandemia, siguen prosperando teorías conspiranoicas.

Entre los muy, pero muy tontos de mi edad, cunde la versión de que el SARS CoV2 fue un arma china de guerra social. Se diseñó para aliviarle la carga a los sistemas jubilatorios, allí en China, al menos donde los hay. Genial, un país regido por una canosa gerontocracia que promedia los 65, que de pronto se vuelve suicida e inventa un virus para matar viejos. Cierra por todos lados. Llamen a FOX News.

Nos encantaría más bien que la OMS explique por qué no autorizó jamás la vacuna Sputnik-V. Pasaron 5 años y no piensa hacerlo, aunque está muy «buena de papeles» y fue suministrada con una efectividad equivalente o mayor que la de Pfizer en 40 países… pero a menos costo. Salvó a decenas de miles de argentinos, parece.

Nos gustaría saber también por qué el gobierno de Alberto Fernández dejó que mAbxcience, empresa de Hugo Sigman, exportara el 100% de las vacunas anti Covid-19, sin expropiar siquiera los 12,5 millones de dobles dosis que habían sido pagadas. Y de paso, también por qué sólo autorizó la excelente vacuna de la UNSAM después de la pandemia.

La OMS sí autorizó rápidamente dos vacunas chinas, tal vez menos porque eran menos rusas, y hoy eso paga. Paga aunque la Sinopharm y Sinovac eran algo más caras, y mucho y muchísimo (respectivamente) menos efectivas que la Sputnik-V. Gente, la Sinovac, la vacuna más vendida del mundo tenía una eficacia del 51%. Un punto menos y no había modo de licenciarla. Eso según decenas de estudios masivos.

Pero Rusia no aporta mucha plata a la OMS, mientras que los EEUU y China son sus valedores número uno y número dos, respectivamente. Las amenazas del entonces presidente Trump de cortarle la financiación a esa plácida burocracia médica si autorizaba la vacuna pueden haber nublado su entendimiento, sin embargo, Antes de que la OMS lo admita también va a enfriarse el infierno.

Lo claro por ahora es que el metapneumovirus humano no está haciendo colapsar las guardias ni las terapias intensivas chinas. «Sin embargo, también es vital que China comparta oportunamente sus datos sobre este brote», afirmó el Dr. Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas y profesor asociado de medicina en la Universidad Nacional de Australia. Añadió: Esto incluye datos epidemiológicos sobre quién se está infectando. Además, necesitaremos datos genómicos que confirmen que el HMPV es el culpable y que no hay mutaciones significativas preocupantes.»

En AgendAR somos plenamente conscientes de estar siguiendo la curva de noticias generada por un país rico del Hemisferio Norte, y de que somos otro país (por ahora) y con otros problemas, y de yapa en otro hemisferio. Lo que nos preocupa es que este verano austral, que empezó medio frío, la semana que viene va a haberse recalentado bastante, y que el Ministerio de Salud Pública está en manos de un gobierno cuyo axioma sanitario es que el gobierno no tiene por qué ocuparse de epidemias y otras cosas que joden a los pobres.

Y tanto no se ocupa que se encogió de hombros cuando SC Johnson, la firma estadounidense que fabrica el repelente de mosquitos más popular de Argentina (que es el Off), decidió ganar plata en serio y dejó de suministrarlo a las farmacias y supermercado. El Off terminó vendiéndose en los semáforos del AMBA a U$ 10 o 20 el frasquito. A la noche los homeless que empezaron a dormir en zaguanes y cajeros automáticos porteños, picados como alfileteros, pedían una rociada de Off por caridad.

Eso en medio de la mayor epidemia de dengue de la historia argentina. Hasta 2025, al menos.

Este flavovirus entre diciembre de 2023 y abril de 2024 mató a casi 400 argentinos… que se sepa, nadie los contó. Lo transmiten los mosquitos Aedes aegyptii, que ningún gobierno nacional, provincial o municipal ha combatido en serio desde hace 40 años. Y produce la segunda enfermedad infecciosa más común en Brasil, Bolivia y Paraguay.

Que se nos viene encima de nuevo.

Daniel E. Arias

El plan nuclear de Milei es real, y de Westinghouse

Respecto de nuestro artículo de ayer, nos acaba de llegar una objeción del Dr. Rodolfo Kempf, físico nuclear, doctorado en Ciencia de Materiales y “combustiblero” de la CNEA. Además, es secretario de RRII de la Central de Trabajadores Argentinos Autónoma, y también docente de las Universidades Nacionales de Buenos Aires y de Avellaneda. 

Dato no menor para AgendAR, escribe claro, al pie y sin retórica.

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El término «real» en el titulo del artículo de AgendAR del 6 de energo insinúa que el plan nuclear de Milei es humo, espuma. Ojalá lo fuera

El plan nuclear de Milei es real. Propone privatizar el 49 por ciento de NASA y ya hubo reuniones con Westinghouse. 

Quiere también privatizar la producción de uranio, Mendoza se encaminó a ello y ya hay 9 ofertas para la operación privada de la mina de Sierra Pintada, en San Rafael, cerrada “por motivos ambientales”. 

La alianza de Eduardo Eurnekian con mineras canadienses se cita en el Financial Times. Piensan exportar nuestro uranio, y lo que quede, nos lo venden. 

El gobierno quiere ocupar el sitio de las Atuchas 1 y 2, en Lima, provincia de Buenos Aires, para un reactor de uranio enriquecido y agua común a presión. Es un engendro copiado, y se llama ACR300. 

Con esta ocupación de un terreno licenciado por la Autoridad Regulatoria Nuclear (y sólo hay dos sitios habilitados en todo el país), queda fuera de juego la construcción de la central nuclear Hualong-1, de 1200 MW y con financiación china. 

Peor aún, se queda sin lugar el acuerdo original de 2014 entre Nucleoeléctrica Argentina y la China National Nuclear Corporation por otra central 70% argentina, una de uranio natural y tubos de presión. Esa se muere por olvido. 

Una central de ese tipo, parecidísima a Embalse, estaría mucho más alineada con la historia nuclear argentina. Por definición, una central de uranio natural como las dos Atuchas o Embalse, resulta a prueba de boicots de abastecimiento de combustible

El uranio natural abunda, aunque no mucho, en nuestra geología. El enriquecido es un producto artificial, y aunque es una tecnología que conocemos, no la tenemos a escala industrial. Así las cosas, al primer encontronazo diplomático, los EEUU o China o quien sea nos apagan una central, y si es de 1200 MW, equivale a media provincia de Córdoba. 

Créase o no, con apenas dos centrales medianas y una chica, todas de uranio natural disponible en el país, se genera el 10% del consumo eléctrico nacional, y con electricidad de alta calidad, disponible 24×7 todo el año.

Se privatiza la Planta Industrial de Elementos Combustibles para Reactores (PIECRI), cuando estos reactores son la exportación tecnológica más importante de la Argentina, y la única exportación de tecnología nuclear producida por un país del Hemisferio Sur, la Argentina. 

Se privatiza IMPSA, llamada Pescarmona durante todo un siglo antes de que se fundiera, empresa metalúrgica de forja que rescató el Banco Nación. En el taller de IMPSA quedó arrumbado y sin terminar el recipiente de presión del prototipo de la central nuclear compacta CAREM, nuestra segunda mayor posible exportación de tecnología nacional. 

El CAREM está puntuado en cuarto lugar entre 65 proyectos en el ránking multiaxial de la Nuclear Energy Agency, muchos de ellos copiados del CAREM. Pero el Dr. Germán Guido Lavalle, nuevo presidente de la CNEA, lo declaró invendible. Es un diagnóstico expedido por una funeraria, los médicos lo encuentran bastante robusto. 

Se deja fuera de juego la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén, la PIAP, cerrada por Mauricio Macri en 2017 cuando estaba recién reparada y a punto de empezar a fabricar la primera carga de Atucha III a uranio natural. Dicho nuevamente, la decisión a favor del uranio enriquecido nos deja a merced de los dueños del mercado internacional, un oligopolio perfecto. 

Se mantiene a ritmo muy lento el reactor RA-10 de Ezeiza, multipropósito, apto para investigación en ciencia de materiales, pero muy orientado a producción de radioisótopos médicos, industriales y silicio irradiado para microelectrónica. Es una obra que terminada costaría U$ 400 millones, pagados casi íntegramente, y con un avance mayor del 90%. Terminada y en línea, en un año, podría vender U$ 100 millones. Para empezar. 

Se mantienen salarios bajísimos, mientras las empresas nucleares canadienses y estadounidenses bajan a llevarse camionadas de cuadros jóvenes desde nuestros institutos y laboratorios. 

En fin, éste es un plan de privatización, extranjerizacion,  desarticulación y descalificacion  del sector nuclear. Pero un plan real al fin. Ataca no sólo las instalaciones, sino la base educativa, los recursos humanos. 

AgendAR comete un error al creer con liviandad que esto se cura solo. Si acaso se cura, dejará discapacidades brutales.

Dr. Rodolfo Kempf 

Por un programa nuclear argentino mínimo y real

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AgendAR propone este programa nuclear de rescate. 

No tiene nada que ver con el “Nuevo Programa Nuclear” de Javier Milei: AgendAR no se ocupa de señuelos sino de cosas reales. Nuestro programa no tiene chances mientras dure el gobierno de Javier Milei, o sevicias similares. 

AgendAR se enfoca en 4 prioridades: 

  • La reapertura de la PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada) en Neuquén. 
  • La construcción de una nueva central de potencia de 700 MW parecida a la CANDU de Embalse, Córdoba, de diseño y componentes nacionales. Debe estar en el predio de las Atuchas. La recaudación eléctrica de esta Atucha III debe destinarse por ley a financiar la réplica de una flota idéntica en todo el país.
  • La terminación de la centralita compacta CAREM de 32 MWe, en igual sitio.
  • La terminación y puesta en marcha del reactor RA-10 en Ezeiza.

Este programa es demasiado bonaerense y mínimo, pero más no se puede y con menos no se sobrevive. No está exento de audacia: la PIAP, las centrales de uranio natural y el CAREM vienen teniendo una historia ripiosa. Y eso por oposición interna y externa garantizadas “ab initio”. 

PRIORIDADES SON PRIORIDADES

Hay tres observadores, críticos, colegas y actores del Programa Nuclear Argentino que nos leen y nos permitieron refinar esta propuesta: Nora Bär, Diego Genoud y Diego Hurtado de Mendoza. Hay que ser muy aviador para despegar de un portaaviones que se hunde. Logran elevarse de la pura tragedia, y pensar cómo sigue la vida. Aquí, desde cubierta, les damos las gracias.

No nos importan los que han aplaudido al gobierno nacional. Le otorgamos la piedad del olvido futuro. Nadie recuerda mucho a Herodes como infanticida: ha habido demasiados. Lo que sí recordamos es por qué, sin lucro o pasión de amor, como dijo Borges, hizo matar a tanto pibe promisorio o no: por caerle bien al imperio.

Hechos los reconocimientos, van estos cuatro asuntos. Son de bandera: prioridad nacional. 

No son caros: la PIAP es la mayor planta del mundo en su tipo, al punto de que su cierre en 2017 disparó el precio internacional del agua pesada de U$ 300.000 la tonelada a más de U$ 1 millón. 

A precio de hoy, podría facturar U$ 180 millones/año. Es el mayor costo de tenerla cerrada. Se pone en marcha por U$ 50 millones.

El RA-10 se termina en meses, y su costo total se repaga en 4 años de facturación vendiendo radioisótopos médicos y silicio irradiado para la industria microelectrónica, a precios de hoy. 

Mensaje para posibles presidentes: sólo un vendido lo omitiría de su “nuevo” plan. Y el que se pierda la foto de la inauguración, tiene tanta política como la revista “Para ti”.

Yendo a centrales de potencia, si no se tienen al menos 700 MWe con un 90% de disponibilidad anual en el AMBA, éste se volverá mucho más ingobernable por apagones que hoy. Es el lugar con la mayor acumulación de demanda de potencia de base del país, y el de mayor explosividad social, especialmente en verano. 

La ocupación directa e indirecta generada por una máquina de 700 MW estaría en 2000 puestos calificados directos de arranque, y 8000 durante la obra. A cualquier presidente le resultará más barato empezar esta central para que la termine el siguiente, si aspira a sucederse a sí mismo, que renunciar por estallido social y entre apagones, sin terminar su primer mandato.  

El CAREM 32 terminado y en línea no nos soluciona ningún problema energético. Pero el negocio nuclear nacional, salvo para mentes muy obtusas, no es prender lamparitas sino exportar tecnología, crear industria y multiplicar trabajo calificado argentino. 

Para prender lamparitas, tenemos las centrales de uranio natural, agua pesada y tubos de presión, inventadas por los canadienses, y que podemos replicar, porque conocemos la tecnología tan bien como ellos. Son las mejores del mundo por disponibilidad, seguridad y costo operativo, y nos hacen impermeables a embargos de uranio enriquecido.

El CAREM prototipo, en cambio, es la única puerta de entrada del país a la exportación de centrales de potencia. Su único gran desafío técnico es el recipiente de presión. ¿Se lo puede inaugurar en los 4 años de un período presidencial? Sí, claro. 

¿Se lo puede exportar? Sí, pero. 

Sí claro, porque es el cuarto en puntaje entre 65 proyectos SMR (Small Modular Reactors) del mundo, según la Nuclear Energy Association de la OCDE, detrás de dos reactores chinos y uno ruso. Ergo el mundillo nuclear internacional lo conoce.

Mucho más lo conoce el submundillo SMR, formado por más de 80 proyectos de los cuales sólo 5 vieron obra real, entre ellos el CAREM. 

Miren, lectores, “Planeta SMR” es como Júpiter: brilla mucho, por puro márketing. Pero al igual que Júpiter, es un gigante gaseoso, hostil y no tiene superficie sólida donde pisar. En el autodenominado Occidente, es únicamente habitado por volátiles capitales golondrina y nubes voraces de langostas financieras. Todos morfan y pasan. 

¿Cómo en semejante planeta podría no destacarse el CAREM, incluso tan preliminar, tan experimental y tan chiquito? ¿Cómo podría no ser tan copiado y admirado, si en lugar de estar labrado en finas ventosidades de “investment managers”, está todo hecho de 6 clases distintas de hormigón y decenas de superaleaciones de base hierro, níquel y circonio? Apesta a realidad, como dirían en un fondo de inversión.  

¿Qué cosas le faltan? Márketing político. Un estado-nación detrás. 

¿Entonces, sí se lo pude exportar, o pero? 

Resueltamente, pero. Se necesita una versión multimódulo, con 100 o 120 MWe por módulo, y que éste tenga un recipiente de presión más sencillo de fabricar y un edificio de contención menos ciclópeo. 

El prototipo del Ford T estaba plagado de problemas y sólo lo compró una persona, Henry Ford, y para sacárselos. Lo demás es historia. 

El prototipo del CAREM 32 lo tiene que terminar el estado. Antes no atraerá inversores. Es una bestialidad que no se termine, cuando tras 40 años de remar en dulce de leche, es una obra dura, real, regulatoriamente aprobada, y no un papelito. Y una obra con un 70% de avance. 

Hablar de plata privada sin el prototipo de 32 MWe completado, en línea, entregando potencia y mostrando sus problemas, límites y capacidades, es hablar al cuete. Bueno, para alguna gente, eso se ha vuelto una profesión.

OTRO MUNDO ES POSIBLE, Y PEOR 

Casa matriz de INVAP en Bariloche, nuestra mayor exportadora tecnológica. Hay que ser muy podrido para apostar el prestigio mundial de semejante empresa a un programa nuclear fantasma.

El costo máximo de no ejecutar este programa mínimo es la evaporación de la industria nuclear nacional. 

Hablamos de alrededor de 120 empresas chicas, medianas y gigantescas, todas de capitales argentinos, que participaron en la terminación de Atucha II a cargo del Ing. José Luis Antúnez. Cuando salió de 27 años de abandono y volvió a construirse, fue llamada “obra imposible”, “faraónica”, “demasiado cara” y otras macanas al uso.

Pasen y vean: funciona. NA-SA le ha ido sacando defectos de diseño del proveedor original, SIEMENS, como antes, en 1989, la CNEA hizo con Atucha 1, otro prototipo. Mucha tecnología para revenderle a Alemania, ahora que los nibelungos quieren volver a la energía nuclear y no recuerdan adónde la dejaron. 

Las 120 firmas que terminaron Atucha II coinciden con las más o menos 100 empresas, también nacionales, que estuvieron en el retubamiento de Embalse, siempre bajo dirección de NA-SA y de Antúnez. 

Son firmas mayormente de ingeniería y montaje, metalúrgicas, metalmecánicas, electromecánicas, electrónicas, informáticas, y emplean a decenas de miles de profesionales, técnicos y obreros muy especializados. Varias de ellas exportan componentes para centrales nucleares (CONUAR, de capitales mixtos), o reactores nucleares y centros de medicina nuclear enteros (INVAP).

El núcleo duro de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina, SA) e INVAP (una sociedad de la provincia de Río Negro codirigida por la CNEA) nos hace el único país con industria nuclear autónoma y exportadora. 

Y no hablamos de Sudamérica, o Latinoamérica desde el Río Grande para abajo. Hablamos de todo el Hemisferio Sur. 

Perder este capital material e inmaterial es inmedible. Se construyó con 74 años de educación, investigación, desarrollo y trabajo públicos. Conservarlo y hacerlo crecer también es inmedible. Hay que cruzar índices: trabajo registrado y calificado, seguridad energética, gobernabilidad, industrialización, imagen de país. 

Cuando INVAP le vende un reactor nuclear a Australia o a Holanda, la Argentina cobra mucho más que U$ 300 o 400 millones. La movida le abre camino en el exterior a toda su industria no nuclear y de capital local. Toc-toc, Unión Industrial Argentina, ¿hay alguien ahí?

No lo mismo este plan que dejar que una gavilla de multinacionales venda nuestra soja, nuestros minerales o nuestro petróleo sin crear empleo, sin generar capacitación, sin inspecciones aduaneras y sin pagar siquiera regalías, y ni hablar de mitigar daños ambientales y sociales. A largo plazo, este plancito de AgendAR y el actual «sepukku» son modelos que no pueden coexistir.

En suma, nuestro programa nuclear mínimo pero máximo no consiste en ver pasar (e irse) la guita delante de nuestras narices. Si a Ud. le encanta nuestro país actual, devenido tan changarín y homeless, lo suyo es el RIGI, viva la libertad carajo. No hace falta que siga leyendo, si acaso lee. 

Los que prefieran un país profundamente industrial, autónomo, educado, integrado y libre en serio, libre diplomáticamente, libre de represión y de pobreza, quédense un rato más. Los cuatro puntos del programa mínimo merecen más detalle. Lo daremos.

Pero además hay que mentar otros proyectos nucleares intensamente reales y necesarios, y explicar por qué los guardamos para después, pero en la cabeza y el corazón.

Nada de lo propuesto es caro, pero tampoco gratis. Los costos son más bien políticos y geopolíticos. 

Esto no se hace sólo con caja. Se hace con cojones. 

Dicho sin maldad machirula: las tres mejores presidencias de la CNEA en democracia las tuvieron las doctoras Emma Pérez Ferreira, Norma Boero y Adriana Serquis. 

Las tres nucleares, patriotas y fierreras.

Daniel E. Arias

Especialistas del CONICET desarrollan sensores dotados de IA para monitorear la calidad del aire

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Breathe2Change (respirar para cambiar) es el nombre de un proyecto pionero, liderado por el investigador del CONICET Rodrigo Gibilisco en articulación con empresas argentinas y numerosas instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Como parte de esta iniciativa, en 2021, se instaló la primera red de sensores para monitorear la calidad del aire en la Provincia de Tucumán y este año recibió un subsidio del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), en Estados Unidos, para ampliar esa red a diez provincias del norte y del centro del país.

En colaboración con dos empresas argentinas, el Laboratorio de Estudios Atmosféricos encabezado por Gibilisco en el Instituto de Química del Noroeste Argentino (INQUINOA, CONICET-UNT), en San Miguel de Tucumán, desarrolla sensores que miden la contaminación atmosférica. Detectan la concentración de las micropartículas que van desde un tamaño menor a 1 micrómetro de diámetro (casi 100 veces más pequeñas que el diámetro del cabello humano) asociadas a actividades industriales, agrícolas, parque automotor, incendios y otras actividades.

“Hasta ahora se encuentran funcionando más de 20 sensores distribuidos por todo el territorio de Tucumán que generan datos en tiempo real. Ahora ampliaremos la red de monitoreo a diez provincias de nuestro país y la idea a largo plazo es lograr una red federal de monitoreo de la calidad del aire”, afirma Gibilisco quien es doctor en Ciencias Químicas. Y destaca: “En el proyecto incorporamos herramientas de inteligencia artificial (IA) para ‘enseñarle’ a los sensores a ser más precisos en la detección y medición de los contaminantes atmosféricos”.

Breathe2Change tiene tres pilares: la implementación de una red de sensores que captan y transmiten datos sobre la calidad del aire a una plataforma en la nube; un equipo de científicos especializados que analiza todos los datos recabados; y un programa de asistencia y colaboración científica para impulsar e implementar políticas públicas e iniciativas privadas para mejorar la calidad del aire.

“Mejorar la calidad del aire es clave para la salud. Cerca de siete millones de personas mueren a nivel mundial por afecciones cardiovasculares y respiratorias asociadas a la contaminación del aire”, indica Gibilisco quien realizó su posdoctorado en el Instituto de Ambiente y Atmósfera de la Universidad de Wuppertal, en Alemania. Y continúa: “Recabar información precisa sobre los niveles de contaminación del aire e identificar sus fuentes asociadas a actividades humanas es un paso necesario para fomentar la transición energética no contaminante y renovable mediante la participación del sector público y privado”.

Proyecto con respaldo internacional

El proyecto Breathe2Change fue reconocido en 2021 por la prestigiosa Fundación Alexander von Humboldt, con sede en Alemania.

“El premio Humboldt Alumni Award permitió avanzar en la creación de la primera red de monitoreo de calidad del aire en la Provincia de Tucumán para proporcionar una plataforma de datos de acceso abierto sobre la calidad del aire local en tiempo real a partir de un nuevo enfoque de vigilancia de bajo costo”, explica Gibilisco.

Por el proyecto Breathe2Change y sus avances en la Provincia de Tucumán, el investigador ganó este año el premio EPIC otorgado por el Programa de Aire Limpio del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), en Estados Unidos. La distinción consiste en una subvención para iniciativas encaminadas a aumentar la disponibilidad de datos abiertos sobre la calidad del aire en países que tienen una gran oportunidad de mejorar sustancialmente su contaminación a nivel nacional.

“Con la subvención otorgada replicaremos la experiencia de Tucumán en otras diez provincias del país. El objetivo a largo plazo es lograr una red federal de monitoreo, es decir, cubrir todo el territorio nacional, y de ese modo también ayudar a los esfuerzos internacionales dirigidos a monitorear la calidad del aire a nivel global. El proyecto que hoy estamos haciendo en Argentina está al mismo nivel de proyectos que se están haciendo en la Unión Europea y eso nos pone muy felices”, destaca el investigador del CONICET.

Sensores entrenados con inteligencia artificial (IA)

La inteligencia artificial (IA) cumple un rol preponderante en el proyecto Breathe2Change.

“A través de la red de monitoreo de la calidad del aire combinamos tecnología tradicional con tecnologías basadas en IA para que los sensores tengan capacidad de mejorar su desempeño a medida que van midiendo los contaminantes que detectan. Empleamos herramientas de machine learning para un aprendizaje asistido que les enseñe a los sensores a ser más precisos en sus mediciones”, explica Gibilisco.

La IA también se usa para analizar los millones de datos que generan los sensores. “Gracias a la IA también tenemos la posibilidad de generar mapas más precisos de la distribución de los contaminantes por territorio, sus fuentes y la dinámica atmosférica y climática que inciden en sus procesos”, puntualiza Gibilisco. Y agrega: “También permite correlacionar niveles y tipos de contaminación del aire con prevalencia de enfermedades de una población en un territorio determinado”.

Otro proyecto liderado por el investigador del CONICET es el “Desarrollo de plataforma multinivel para Detección y Alerta de Incendios: DALI-Sense”. “El objetivo de este proyecto en desarrollo es utilizar la red de sensores de la calidad del aire de la iniciativa Breathe2Change para detectar contaminantes en el aire asociados a incendios y combinando estos datos con información satelital y otras variables se podrían detectar de manera temprana focos de incendio que alerten a Defensa Civil para actuar rápidamente y de ese modo salvar vidas y prevenir pérdidas económicas”, explica Gibilisco. Por este proyecto, fue galardonado en la séptima edición de la Distinción Franco-Argentina en Innovación 2023 en la categoría Junior.

“Que el proyecto Breathe2Change sea apoyado por instituciones nacionales e internacionales es realmente inspirador. Destaca la importancia del aire limpio como un esfuerzo global sin fronteras. Este apoyo nos motiva a intensificar nuestros esfuerzos, fomentando la unidad para garantizar un aire limpio y respirable para todos”, afirma el científico del CONICET.

Los socios de Breathe2Change son actores claves del sector público como la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia de Tucumán, las empresas argentinas Neuer Weg y Química Norte Ambiental, instituciones académicas de Alemania (el Instituto de Ambiente y Atmósfera de la Universidad de Wuppertal), Francia (Instituto de Combustión Aerotérmica y Reactividad de la Atmósfera – CNRS), Italia (Departamento de Ingeniería Química y Ambiental – Génova), la Fundación Alexander von Humboldt y ONGs nacionales e internacionales y también las Embajadas de Alemania, Francia e Italia en Argentina que facilitaron la generación de redes de trabajo internacionales.

Bruno Geller