FAdeA, que fue la fábrica argentina de aviones, se dedicará al mantenimiento de aerolíneas privadas

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La Fábrica Argentina de Aviones Sociedad Anónima (Fadea), con sede en Córdoba, firmó un acuerdo con la aérea JetSmart para “fortalecer su colaboración en el mantenimiento de aeronaves, enfocándose principalmente en la flota de aviones A320 y A321″.

La empresa quedó afuera de la lista original de empresas que el presidente Javier Milei pretendía privatizar y, desde marzo pasado, achicó su plantel en 150 personas (de 920 a 770) a la vez que busca nuevos acuerdos con el sector privado.

En 2023, Fadea concentró 89% de sus operaciones con el Estado (en el gobierno de Mauricio Macri ese número representaba el 70%) y recibió $2670 millones de transferencias corrientes del Tesoro. Aunque fue la cifra más baja desde 2017, también se relaciona con menos trabajos y dificultades para pagar al exterior por las medidas de la administración de Alberto Fernández.

En marzo pasado, se puso en marcha un plan de achique. Hubo suspensiones rotativas del 30% del personal -que cobró el 75% del salario- y se instrumentó un plan de retiros y jubilaciones anticipadas como parte de la “reestructuración” de la empresa estatal.

Sibilla, Petri y Pérez del Corral suscribieron el acuerdo de mantenimiento.
Sibilla, Petri y Pérez del Corral suscribieron el acuerdo de mantenimiento.

El directorio que asumió en febrero último, encabezado por Fernando Sibilla, quien ya había estado en la gestión macrista, apunta a que el año próximo los números estén “en equilibrio”. El plan para 2026 es facturar al menos la mitad con clientes privados.

Según el último Monitor de Transferencias de la Administración Nacional a Empresas Públicas, de la Oficina de Presupuesto del Congreso, Fadea recibió en los primeros cinco meses del año transferencias por $3.087 millones, equivalentes al 0,21% del total.

En la actualidad, la empresa realiza mantenimiento en ruedas, frenos y oxígeno de aviones de JetSmart y Flybondi, además de algunas tareas de pinturas para Aerolíneas Argentinas. Se trabaja en recuperar la habilitación comercial para hacer intervenciones en aviones de matrícula chilena (la perdió hace unos meses). La compañía tiene un acuerdo con Ethiad para mantener unidades de Latam, pero no se puede seguir sin la habilitación.

El mantenimiento de aeronaves comerciales es una de las divisiones en que está organizada la empresa. Otra es el mantenimiento de aviones militares (se trabaja con Hércules y se hacen algunos componentes para los Pampa).

Un tercer segmento es el de fabricaciones, que en estos meses está concentrado en la realización de conjuntos y aeroestructuras para la brasileña Embraer. “Es un negocio en crecimiento”, dicen fuentes de Fadea.

La cuarta división es la de Ingeniería (transversal a todas las otras unidades), que está trabajando para Invap, con sede en Bariloche.

El ministro de Defensa, Luis Petri, estuvo en la fábrica para recibir un Hércules al que se le había realizado una “intervención integral”. También fue parte de la firma del acuerdo con JetSmart.

En esa oportunidad, Gonzalo Pérez Corral, CEO de la aérea, planteó que este segundo acuerdo con Fadea es una “muestra más de la continuidad de trabajo que iniciamos en el país hace ya más de cinco años. Poder contar con estos servicios para el mantenimiento en el país de la flota de aviones más nueva de la Argentina es, a la vez, una oportunidad de crecimiento para las dos partes, así como una muestra de las capacidades que tienen los profesionales de la industria en este país”.

Desde la empresa indicaron que están cotizando mantenimiento de aviones militares para otros países de la región, a la vez que hay capacitación del personal para poder trabajar en unidades de Boeing, con la intención de ampliar el negocio.

Gabriela Origlia

Primer vuelo de una nueva categoría: Airbus Racer, mitad avión, mitad helicoptero

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Vuelo inaugural de un prototipo que reúne las cualidades de una aeronave de alas rotativas con las de una de alas fijas.

El RACER es un modelo de helicóptero conceptual de alta velocidad. Pretende aprovechar el aumento de velocidad para ofrecer un valor agregado: su fórmula es aerodinámica, sencilla, segura y de probada y, básicamente, pretende lograr la mejor relación entre velocidad, rentabilidad y rendimiento.

El modelo está basado en el demostrador X3 de Airbus Helicopters, que validó una configuración aerodinámica que combina un rotor principal tradicional con rotores laterales. Optimizado para una velocidad de crucero de 400 km/h, el Racer incorpora una serie de tecnologías innovadoras, entre las que se incluyen:

  • Un ala en caja característica diseñada para la eficiencia aerodinámica.
  • Un fuselaje híbrido de metal y materiales compuestos diseñado para reducir el peso.
  • Un nuevo generador eléctrico de corriente continua de alto voltaje.
  • Un fuselaje trasero de sección asimétrica, diseñado para optimizar las prestaciones en vuelo estacionario sin penalizar las fases de avance y de crucero.

La mejora del rendimiento medioambiental y acústico de los helicópteros es uno de los principales objetivos del programa de demostración del RACER. La configuración dinámica permite un 15% menos de consumo de combustible por milla náutica a 180 kts en comparación con un helicóptero convencional a 130 kts.

El sistema híbrido-eléctrico Eco-Mode de Safran permite que uno de los dos motores Aneto-1X pase a modo de espera durante el vuelo de crucero, genera un ahorro adicional de combustible de hasta un 30%. La arquitectura distintiva de la fórmula Racer también contribuye a reducir su huella acústica operativa.

El RACER puede servir para:

  • Servicios médicos de emergencia 
  • Operaciones de búsqueda y rescate
  • Servicios públicos
  • Transporte comercial

AIRBUS RACER (9)

«El objetivo del RACER no es ir lo más rápido posible, sino ofrecer capacidades operativas mejoradas a un precio adecuado para misiones en las que la velocidad puede ser realmente una ventaja», resume Julien Guitton. «Cuando preguntamos a los usuarios finales si les interesan las altas velocidades, la respuesta es invariablemente “sí, pero”. La velocidad a cualquier precio, sin tener en cuenta el impacto económico y medioambiental, no interesa a nadie».

Cuando se lanzó el proyecto, en el marco del programa europeo Clean Sky 2, los objetivos eran ambiciosos: una reducción del 20% del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 en comparación con un avión convencional del mismo peso, y una reducción igualmente significativa de la huella sonora. Las simulaciones, confirmadas por los primeros vuelos, demostraron que el Racer cumplía estos requisitos.

El Racer combina una arquitectura única (aerodinámica especial del fuselaje, rotor de helicóptero, ala fija y hélices propulsoras) con una gestión innovadora de la potencia del motor y un piloto automático que sabe aprovechar al máximo esta combinación. «El sistema Eco-Mode, desarrollado con el apoyo de la DGAC (Dirección General de Aviación Civil) y otros socios, desempeña un papel esencial en la obtención del rendimiento que esperamos», subraya Julien Guitton. «Consiste en poner uno de los dos motores en espera durante el vuelo de crucero, con la posibilidad de volver a arrancarlo casi instantáneamente si es necesario. El avión vuela un poco más lento que con los dos motores en marcha, pero sigue siendo más rápido que un helicóptero convencional. Sobre todo, ahorra un 20% en consumo de combustible». El rendimiento del ala también se optimiza en todas las fases del vuelo, gracias al uso de flaps situados en el borde de fuga, lo que contribuye a reducir el consumo de combustible. Al proporcionar el 40% de la sustentación total, el ala quita carga al rotor, reduciendo las cargas dinámicas y las vibraciones. El Racer también promete ser más cómodo que un helicóptero convencional.

«El sistema de control de vuelo y el piloto automático permiten aprovechar al máximo todas las posibilidades que ofrece la fórmula compuesta», explica Julien Guitton: «Ajustando el reparto de potencia entre los rotores, podemos modificar la posición de la aeronave y realizar aproximaciones silenciosas totalmente inéditas.» Se esperan otros beneficios, como intervalos de mantenimiento más largos. «Nuestra capacidad para validar soluciones técnicas que ofrezcan largos ciclos de vida operativa es un reto importante para este programa», coincide nuestro contacto.AIRBUS RACER (11)

Raquel Chan, la creadora del trigo resistente a sequía anticipa otra revolucionaria investigación

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Uno de los premios científicos más importantes del país, el que otorga todos los años la Fundación Bunge y Born a una disciplina diferente, puso los ojos sobre el agro. En concreto, lo hizo sobre la agrobiotecnología. La Argentina está a la vanguardia de esta rama de la ciencia que es relativamente nueva, si se la compara con otras como la matemática o la física. ¿Y en qué consiste la agrobiotecnología? En permitir “la manipulación racional y específica de los recursos genéticos para fines definidos: la calidad nutricional, la tolerancia a condiciones ambientales adversas, la resistencia a plagas y la protección ambiental, el incremento del rendimiento, entre otros objetivos”, según explicó el presidente del jurado de la distinción, el doctor Néstor Carrillo.

Así, el premio Fundación Bunge y Born 2023 será entregado el lunes a Raquel Chan, directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral, con sede en Santa Fe, en una ceremonia que se realizará en el CCK . También se entregará el Premio Estímulo 2023 a los doctores en Ciencias Biológicas Gabriela Soto y Federico Ariel.

Como se sabe, Chan lidera un equipo que desarrolló la tecnología HB4 que les permite al trigo y a la soja una mejor tolerancia al estrés hídrico mediante la transgénesis de un gen del girasol. Ese avance científico se concretó en una alianza con socios de Aapresid que hace más de 20 años crearon una empresa de biotecnología agrícola, Bioceres.

En una entrevista Chan explicó que desde el IAL, donde trabajan unos cien científicos, están avanzando en un conjunto de investigaciones y desarrollos que van desde un arroz tolerante a la salinidad, con edición génica, hasta un maíz con el gen HB11 para lograr mayor productividad y tolerancia a inundaciones y defoliación (y que podría usarse en soja y arroz). Además, llevaron adelante un proyecto de transferencia tecnológica para la agricultura familiar que permite aumentar la producción de hortalizas.

Chan defendió tambén la necesidad de sostener la inversión del Estado en la ciencia. “Ningún país prescinde del sistema público de ciencia y para eso basta mirar los países que son preponderantes en el mundo”, expresó.

-En los últimos 30 años hubo avances notables en la agrobiotecnología como la soja transgénica, ¿hacia dónde va ahora, qué se viene para el futuro?

-Es difícil saber qué se viene para el futuro, no tengo la bola de cristal. Se van descubriendo cosas nuevas todos los días. En este momento, lo que está más en boga es la edición génica en agricultura y aún en ganadería, que es la modificación genética del mismo organismo. Si bien se utiliza la metodología de transgénesis, lo que se hace es modificar lo que tiene la propia especie. Eso lo diferencia de la trasngénesis convencional como la soja RR o el HB4 que conozco mejor, donde hay un salto interespecie. En el caso del HB4 uno toma un gen de girasol y lo pone en una especie que no lo tiene.

La edición génica, que tiene más chance de ser aprobada, no implica un salto interespecie. El tema es que la naturaleza ya hizo su trabajo en la evolución. Entonces las especies evolucionaron lo mejor que pudieron para ellas. Lo que han hecho a lo largo de la evolución es un montón de mecanismos para poder perpetuarse.

Lo que hay es un nicho entre eso que quiere la especie y lo que quieren las personas. Las plantas tienen como un mandato religioso: crecer y multiplicarse. Cuando tienen una condición que le es muy desfavorable, las plantas florecen más rápido y dan semillas muy rápido, dan muy pocas, pero aseguran su descendencia: ese es el nicho en el cual el ser humano puede trabajar. Nosotros no queremos que den pocas plantas, queremos que duren más y que den más semillas.

Hay otro nicho que es el nutricional. Por ejemplo, los alergénos (metabolitos de los productos que producen alergias). Plantas como el maní tienen alergénos para algunas personas; otras, en cambio, los comen felices con la cerveza. Uno podría modificar en la propia planta ciertas vías metabólicas, cambiando algunos genes para que tengan menos alergénos. Eso no incrementaría la producción, pero aumentaría el valor nutricional o de salubridad para una parte de la población. Eso es lo que permite hoy la edición génica, que es lo que está más en boga para ser desarrollos, aunque la transgénesis sigue en su camino porque la transgénsis abre otras puertas que no puede abrir la edición génica.

– ¿En qué casos? ¿cuál es la diferencia?

-Mi caso, por ejemplo. El HB4 es un gen de girasol que no está en el trigo. Se lo presta o lo copia para que sobreviva más tiempo a la falta de agua. Y eso no se puede hacer con edición génica porque el gen no existe en el trigo. Hay muchos genes que son iguales y otros que son distintos.

-¿En el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral están trabajando con edición génica?

-Sí, tenemos algunas líneas de arroz, que queríamos que fueran tolerantes a salinidad. Pero todo esto lleva muchos años. Ya tenemos las plantas, se analizaron una vez a campo, ahora hay que hacer ensayos. El arroz crece en verano, podés hacer un ensayo por año. Están las cámaras de cultivo con las condiciones de luz, pero son exactamente iguales a lo que ves en el campo. Allí hay una mezcla de estreses que tiene que ver con la calidad del suelo, la calidad de iluminación, las temperaturas extremas que se dan a veces, con heladas y calor. En la cámara es todo muy cuidadito, se pueden hacer algunos estudios en cámara, pero no siempre se validan a campo. En el campo pasan muchas cosas porque es la vida real. Estamos avanzando con edición génica en eso. Y no solo nosotros, también hay un grupo en Mar del Plata que lo está haciendo con tomates, para que toleren mejor una de las enfermedades que lo atacan.

La edición génica está más en boga, no porque sea más potente, sino porque va a ser más aceptada por la percepción pública. Uno tiene tantos problemas con la cuestión de los transgénicos, porque tiene una parte de la población que es contraria. En mi opinión personal no es que va a ser mejor, pero el hecho de que va a ser aceptado, nos va a ahorrar mucho trabajo. El trabajo regulatorio nos ha consumido años. El cultivo editado, si el cambio es muy chico y podría haber ocurrido en la naturaleza, no se va a considerar OGM y se va a cultivar sin ningún problema.

¿En qué otras líneas de investigación trabajan?

-Se trabaja mucho en lo que es expresiones de genes de plantas, en los distintos niveles donde esa expresión se regula. Hay grupos que trabajan en ARN pequeños y en la tecnología del ARN. Hay otro grupo que trabaja en enzimología, en cómo se regulan las enzimas de las plantas. grupos. En mi grupo estamos con varios proyectos a la vez. Por un lado, tenemos proyectos que son bien básicos, nos hacemos preguntas de la biología y tratamos de contestarlas con experimentos. Por ejemplo, estudiamos mucho la estructura de las raíces de las plantas y cómo impacta la estructura de la raíz en la producción aérea, qué moléculas están involucradas.

Estamos estudiando con una investigadora joven que está trabajando con maíz, con otro gen que se llama HB11, que genera mayor productividad y tolerancia a inundaciones y defoliación. Eso está muy avanzado. También se hizo arroz y soja con ese gen.

Estudiamos en la memoria del estrés, un tema bastante nuevo que iniciamos recién el año pasado. La pregunta es si una planta que sufrió un estrés, por ejemplo, por falta de agua cuando viene un segundo estrés, llueve de nuevo y viene un segundo estrés, si responde peor o mejor que una planta que nunca recibió el primer estrés. Se está estudiando mucho en el mundo con estrés por calor y por otros efectos ambientales. Falta mucho por estudiar, pero sería como una vacunación de la planta frente al estrés.

En temas más aplicados estamos desarrollando nuevas tecnologías de mejoramiento cultivos, construcciones genéticas más modernas que tengan un impacto positivo en la producción y la tolerancia al estrés sobre todo por sequía que es el más dañino.

Después tenemos otro proyecto que iniciamos con el programa “Argentina contra el hambre”, que es muy interesante, pero es más para agricultura familiar, para pequeños productores de hortalizas. El conocimiento está basado en lo que aprendimos con los transgénicos, que era que las plantas que producían más, tenían los tallos más anchos, tenían más tubos, que son los haces vasculares. Son tubos de conducción como los caños del tallo de la planta.

Desarrollamos una técnica en la cual poniéndole un peso al tallo durante 48 horas en un estadío determinado de la planta, que para cada cultivo es distinto, se genera un aumento en la producción que llegaba al 50%, que es enorme claro. Eso lo hicimos con tomates, chía, pimientos, pepinos, berenjenas y un montón de cultivos. En cada uno es un poco distinto el peso que se aplica y el estadío, pero nosotros logramos hacer unos videos explicativos para que la gente lo pueda reproducir y hemos ido asociaciones de Agricultura Familiar y asociaciones barriales a explicar cómo se hace. Son proyectos sociales.

Es muy simple, le ponemos como un brochecito y a las 48 horas se lo tenemos que sacar. La planta hace fuerza para enderezarse y ver el sol. Parece como si nosotros hiciéramos gimnasia. Y en ese ejercicio que hace la planta para enderezarse gimnasia, ensancha el tallo. Es como cuando hacés gimnasita y tenés más bíceps. Es bastante asimilable a eso. Y al tener un tallo más ancho, conduce más y genera más producción. Conduce más agua y nutrientes.

Lo de los tomates, que es lo más estudiado, es un cambio notable. Desarrollamos un manual y videos. Lo he llevado a otras partes del mundo, me lo han pedido, lo debe estar aplicando mucha gente, no tengo un registro.

Tiene un origen ancestral, después de iniciar este proyecto nos enteramos que esta técnica se hacía con los árboles sin saber por qué, los doblaban y los ataban al piso por un tiempo con una especie de ancla, después lo sacaban y el árbol después crecía más fuerte. Y es un poco el principio este que estamos viendo nosotros, que ya lo tenemos absolutamente corroborado con una repetición de ensayos enormes y en un montón de cultivos diferentes. Es muy interesante, lo que pasa es que tenemos una forma de aplicarlo a gran escala. Funciona en soja, girasol, en el nivel de laboratorio con pocas plantas, pero no hay una forma fácil de ponerle el gancho a la planta abajo del primer par de hojas durante 48 horas sin romper el tallo. Entonces el broche de la ropa hay que poner el tallo en el agujerito. Es muy manual. Cuando uno agarra cancha, hace 100 plantas en un ratito, por eso sí sirve para agricultura familiar. No hemos solucionado el tema de cómo masificar esto.

El trigo HB4 es un desarrollo entre científicos del Conicet, la Universidad del Litoral y la empresa Bioceres, entre otros
El trigo HB4 es un desarrollo entre científicos del Conicet, la Universidad del Litoral y la empresa Bioceres, entre otrosManuel Cascallar

Inversión en ciencia

-Recientemente hubo un debate público, a raíz de declaraciones de un candidato presidencial (Javier Milei), sobre el financiamiento estatal para la ciencia. En el caso de ustedes, que lograron un resultado concreto. ¿Cuál es su opinión sobre el tema?

Ningún país prescinde del sistema público de ciencia y para eso basta mirar a los países que son preponderantes en el mundo. Todos los países europeos tienen Ministerio o Secretaría y tienen financiamiento público de la ciencia. El sector privado no arriesga en etapas muy tempranas. La ciencia básica requiere de dinero, aunque la verdad yo creo que al final de todo somos bastante baratos nosotros, pero no importa; el privado no pone hasta que no vea algo que no sea muy prometedor. Por eso los países todos los países ponen mucho dinero.

Cada uno tiene sus organismos o universidades. Tanto Francia, España o Alemania. Ni hablar de los países como Israel, Noruega o Corea. Todos tienen una inversión enorme del Estado en ciencias, con una inversión en porcentaje del PBI infinitamente mayor que el nuestro. En toda la ciencia argentina estamos en 0,31% de inversión del PBI, mientras que Corea o Israel tienen entre el 4% y el 5%, diez veces más. Además, ellos tienen el PBI más alto, es decir que la inversión neta es muchísimo más alta.

Yo no sé si esta persona es ignorante sobre eso, pero yo creo que hay que hacer un poco de autocrítica, tal vez fallamos en la comunicación de lo que hacemos. Cuando hay tantas personas seguidoras de alguien que dice que nosotros no nos ganamos el pan con el sudor de la frente hay que preguntarse por qué toda esa gente piensa eso, a ver si hay algo que nosotros tengamos que corregir. Es posible que hayamos fallado en la comunicación, tal vez en alguna otra cosa y hay que rever eso, no porque esta persona tenga razón y que creo que no la tiene.

No quiero que otra vez dependamos de que cada gobierno que sube estemos rezando a ver si apoya o no apoya la ciencia. Así, cada vez que retrocedemos diez casilleros después, para remontarlos, se convierten en 50: se pierden generaciones de investigadores que se van al exterior, se pierde know how y gente formada. La ciencia en otros países es una política de Estado que no tiene que ver con el partidismo político, tiene que ver con la soberanía nacional. Eso no quiere decir que los científicos no tengamos ideología, todos la tenemos. Más allá de la ideología, lo que tiene que primar es el bien de nuestro país soberanos.

El ejemplo del HB4, que permitió a la empresa Bioceres cotizar en Nueva York, no es algo menor porque empezó con 20 personas en mi oficina o se usaban las instalaciones de Aapresid para juntarse y llegó a ser una empresa que cotiza en la Bolsa de New York. Hubo un camino recorrido y lo fue por esta tecnología que fue desarrollada en el sistema estatal. Después ellos aportaron un montón, en el momento en que se hizo la asociación público-privada, con los ensayos a campo y el mantenimiento de la patente. Está todo dentro de la legalidad y en blanco, como debe ser.

Y no es el único caso, está Gabriel Rabinovich que está haciendo avances contra el cáncer. Se vio también en la pandemia, con muchísima gente formada en el Conicet que ayudó a desarrollar un kit de diagnóstico y también a desarrollar una vacuna. En este caso el problema no fue la ciencia, no teníamos una empresa que hiciera el escalado. Hubo todo el conocimiento para hacer las vacunas y no hubo empresas que hicieran el escalado. El Conicet tenía gente para eso y también para hacer estadísticas, respiradores o equipos de esterilización.

Cien años antes, la gripe española se comió un porcentaje mucho mayor de población que la última pandemia. Hay un porcentaje gigante de diferencia entre no saber y saber que había que lavarse las manos, ponerse un barbijo o aislarse. Ni hablar de las vacunas. Esta pandemia fue tristísima, para la gente que se le murió alguien fue terrible, pero el daño fue muy inferior a la gripe española.

-A partir del desarrollo del HB4, ¿cómo es la relación con los productores agropecuarios?

-Aunque no tengo todo el tiempo disponible para viajar, trato de ir a hablar para explicar lo que hacemos. El año pasado fui con gente de Aapresid al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Me dio la impresión de que estaban enamorados del HB4, sabían lo que hacían. Les había dado un resultado bárbaro. Lamentaban que no hubiera más semillas. Como tardó tanto la aprobación, la multiplicación de semillas requiere de varios años. Fíjese la sequía. Si esto se hubiese aprobado cinco años antes, hubiese tenido otro impacto económico. El problema es que no hubo semilla suficiente. Hay un grupo grande de productores que sabe de qué se trata esto.

Ceremonia

El acto de entrega, en el que se celebrará la edición número 60 del premio, de los Premios Científicos 2023 de la Fundación Bunge y Born será en el Centro Cultural Kirchner (CCK), el lunes 2 de octubre, a las 18.30 horas. La transmisión se podrá seguir en la web www.fundacionbyb.org/premios-cientificos-2023 y en el canal de YouTube de la Fundación Bunge y Born.

Cristian Mira

Comentario de AgendAR:

Con las ideas de este entrevistador, no podría estar más en desacuerdo. Pero las respuestas de Raquel Chan parecen calibradas para defender las cosas que están bajo demolición:

* el papel del CONICET en el campo, 

* las dos formas de intervención génica en agricultura, y sus consecuencias regulatorias

*el rol de éstas intervenciones  génicas en tiempos de ciclos de sequía e inundación cada vez más frecuentes y peores,

y el rescate de técnicas agrícolas inmemoriales, como el uso de «plomadas» removibles en plantines para multiplicar la producción, por ahora sólo prácticos en la producción frutihortícola.

Todo esto es de 2023, pero Raquel Chan contesta cada burrada del nuevo gauleiter del INTA, Juan Cruz Molina Hafford, como anticipándolas.

Al toque de asumir como presidente del INTA, Molina Hafford hizo prohibir en la comunicación pública del Instituto todos estos términos: cambio climático, biodiversidad, agroecología, huella de carbono, y Prohuerta.

Esto último término lo cito en mayúsculas, porque es el nombre de un programa oficial, y relativamente exitoso, para promover el autoabastecimiento alimentario en los cinturones externos de las megalópolis y entre la población rural agrupada y dispersa. Su suerte parece sellada (la del programa).

Bueno, sus objetivos también.

Los primeros términos eliminados del diccionario del INTA, como «cambio climático», son conceptos básicos de la producción agropecuaria con bases científicas. Esto dicho después de un año de inundaciones seguido por tres de sequía despiadada como no los hubo jamás.

En el tercer año de seca, 2022, entre las lluvias y napas freáticas desaparecidas y largas olas de calor, la pérdida interanual de las cosechas industriales fue del 40%, según la Bolsa de Comercio de Rosario. 

Curiosamente, Molina Hafford, negador del calentamiento global pero a cargo de la mayor institución de investigación y tecnología del campo argentino, es ingeniero agrónomo. 

Es como ser astrónomo y terraplanista. 

Daniel E. Arias

Enrique Martínez denuncia la desnaturalización del INTI

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El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) está sufriendo una fuerte reducción de su personal y el cierre de muchas de sus sedes de extensión en todo el país. Desde el Gobierno nacional se decidió que el 30% de su personal debe ser despedido, una señal de la poca importancia que el Poder Ejecutivo le asigna al organismo. En respuesta a esta política, se realizó una protesta que incluyó un corte en la avenida General Paz, al igual que ocurrió con los despidos durante la gestión de Mauricio Macri. Esta vez fueron reprimidos con gases y golpes por parte de la Infantería de la Policía de la Ciudad, que le quebró la mano a un trabajador.

Enrique Martínez ocupó la presidencia del INTI desde el año 1986 hasta 1988 y desde 2002 hasta 2011. Su gestión fue reconocida por federalizar la institución y por hacerla crecer en sus funciones. También fue diputado de la Nación, decano de la Facultad de Ingeniería de la UBA y hoy está volcado al trabajo con organizaciones de la economía popular. Ya jubilado pero siempre activo, Martínez habló sobre la función que cumple el INTI, los ataques que ha recibido el organismo y por qué le interesa tanto el rol que puede cumplir la economía popular.

¿Por qué el INTI es atacado por los gobiernos de derecha?

Uno debería concluir que el INTI es un organismo que no ha sido bien interpretado desde hace ya décadas. Nació como organismo de doble propósito, de certificación del cumplimiento de normas de calidad internacionales para un país que se estaba instalando en el mercado internacional de bienes. Y, por otro lado, para desarrollar los proveedores nacionales de las multinacionales que se instalaban en el país. Cuando se fundó el INTI, en 1957, era importante tener un organismo de certificación pero también un organismo de promoción industrial. Había multinacionales que estaban empezando a instalarse en la Argentina, terminales automotrices y producciones más internacionalizadas de todo tipo, que necesitaban proveedores nacionales y había que desarrollarlos. Con el tiempo el INTI ha tenido cambios que tienen que ver, justamente, con el cambio de la estructura de producción en el mundo. Hoy por hoy, a tantos años de su creación, las multinacionales tiene una red de proveedores muy afilada, a la cual le trasmiten tecnología y muchos de ellos son internacionales, ni siquiera están en el país. Por lo tanto, el desarrollo de proveedores ha dejado de ser una gran prioridad para estas empresas globales. Entonces, se mantiene la lógica de la certificación, y cuando aparecen gobiernos que no entienden lo que el INTI le aporta el desarrollo nacional, que no respetan el concepto federal de este país, deja de importarles la extensión y sobre todo la presencia de la institución en el territorio. A un gobierno de derecha le interesa muy poco que haya industria nacional en Jujuy o en Chaco porque lo que les interesa es fortalecer a los grandes emprendimientos, no a las empresas que producen todos los bienes de uso cotidianos en el país, y por supuesto no les interesan en lo más mínimo las empresas que son puramente de capital nacional.

¿Esa mirada lleva a la reducción que están proponiendo?

De esa lógica surge la decisión de cerrar todas las agencias de extensión que no tienen laboratorio. Yo me ilusioné, inicialmente, porque sigo siendo un ingenuo a pesar de mi edad, cuando designaron como presidente del INTI, en un gobierno que no respeta la tecnología, a un hombre que había sido director del Departamento de Energía del organismo hace muchos años [Daniel Afione], y que después se trasladó a una multinacional como Toyota, que tiene un respeto por la idea de tecnología. Aún con ese antecedente, este hombre se ha confundido y no puede soportar la presión o el reclamo de bajar el presupuesto y apela a esta lógica que deteriora la presencia de la entidad. Ha llevado muchos años llegar a tener las agencias de extensión y los laboratorios regionales que tiene el INTI para que hoy se decida que una veintena de agencias de extensión van a terminar cerrando, así al voleo, simplemente porque no tiene un laboratorio, sin saber cuáles son los servicios que han prestado en el pasado o los que prestarán en el futuro. Me parnece muy grosero el deterioro y muy lamentable que el INTI se vea sometido a estos vaivenes. Esto ya pasó durante el gobierno de Mauricio Macri y vuelve a pasar en este Gobierno.

El argumento del Gobierno es que hay que ahorrar dinero y en algunos lugares, directamente provincias enteras, es muy poca la industria y por eso no se necesitaría una sede del INTI.

Como hay muy pocas industrias no necesitarían los servicios del INTI y a mediano plazo tampoco van a necesitar tener población y en consecuencia van a contribuir a vaciar regiones. La lógica de de ese silogismo es que no va a haber población.

¿Pasará otra vez como en los ‘90 que se vacíen pueblos?

Así es, y que se llegue a considerar a ciertas provincias como inviables, como aquella famosa frase de Domingo Cavallo en esa década.

Hoy el sindicato está resistiendo estas medidas que van en contra del INTI pero cuando usted estuvo al frente de la institución también tuvo una relación conflictiva.

Mi relación fue conflictiva con el sindicato durante casi toda mi gestión a pesar de que fuimos los creadores de la relación en base a la ley de contratos de trabajo. Como nosotros no teníamos eco en el gobierno central para incorporar a la gente a la planta permanente y cuando llegamos el 80% estaba en condición de monotributista, inventamos, porque fue un invento absolutamente del Consejo del INTI, que los monotributistas pasaran a ser empleados bajo le Ley de Contrato de Trabajo, como si fuera un organismo privado, pero con una resolución del Consejo Directivo que asimiló la forma de relacionarse en materia laboral con ese personal al de planta permanente. Con lo cual, durante toda mi gestión, no hubo absolutamente ningún problema de despidos, sino todo lo contrario. Hasta llegamos a generar un plan de vivienda financiado por dos bancos privados en el que fue indistinto que accedieran a los créditos el personal de planta permanente y el personal de ley de control del trabajo. ¿Por qué tuvimos problemas? En particular, los gremios del INTI no se caracterizan por la claridad en las relaciones laborales, entonces todo el tiempo se piden cosas, más o menos forzadas. No han logrado entender, como muchos gremios estatales, el sentido de la función estatal. Nosotros hicimos un plan estratégico que nos llevó meses gestionarlo con las asambleas de personal en todo el país, que fue aprobado por unanimidad, porque lo sometimos a consideración de las asambleas de personal. Ese plan estratégico, apenas nos fuimos, nadie lo defendió. Un ejemplo, digamos, de cómo se puede tener una relación conflictiva sin entender cuál es el conflicto.

«La economía popular es una producción que está buscando atender necesidades comunitarias», sostiene Martínez.

¿Cómo es el trabajo que estuvo llevando a cabo con las organizaciones de la economía popular?
Yo intenté tener acceso a algunos presidentes que estuvieron en gobiernos accesibles, no en el de Mauricio Macri, y ni por casualidad en el actual, pero durante la gestión de Alberto Fernández tuve la posibilidad de tener una buena relación con Sandra Mayor, que fue la última presidenta del INTI, y le propuse la creación de una Dirección de Promoción de la Producción Social. Se creó el programa y sin ninguna formalidad hemos colaborado con la gente que trata de llevar eso adelante. También hicimos un programa con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que tuvo tres años de vigencia, en el que publicamos un manual de cómo creemos que se debe instalar un parque de producción social y se lograron instalar dos: uno en Tafí Viejo, en Tucumán, y otro en General Pico, en La Pampa, y después de eso intentamos llevarlo a lo cotidiano con este trabajo en el INTI, que es muy embrionario. Probablemente, en este Gobierno no reciba el menor interés. Pero es es una pelea conceptual que creemos que está mal definida. La economía popular no es una economía de resistencia, no es la economía del aguante de los trabajadores sin patrón, es una producción que está buscando atender necesidades comunitarias y donde el lucro ocupa un segundo lugar. Eso es absolutamente respetable como objetivo empresario, en la Argentina no tiene ninguna vigencia, pero, para dar una idea, en Inglaterra forma parte del programa del Ministerio de Trabajo, en Estados Unidos hay organizaciones privadas que tienen que ver con la promoción de la producción social, y en Escocia se enseña la producción social en el colegio secundario. En muchos lugares se le tiene un respeto a este sector y al papel del Estado que hoy no existe en la Argentina.

En estos momentos donde hay tantos problemas en la economía tanto en el sector público como en el privado, las organizaciones de la economía popular pueden ser también una salida para muchas personas, ¿no?
La economía popular, definida por los protagonistas, por las organizaciones sociales, lamentablemente no es una economía independiente, es una economía complementaria o dependiente de la formal. Por ejemplo, los cartoneros son productos de la exclusión y viven en función de la economía formal. No han logrado integrarse hacia adelante como organismos con cierta autonomía, produciendo bienes finales, convirtiendo en más digna la primera etapa, porque la imagen de un cartonero metido adentro de un volquete no parece ser una perspectiva de vida deseable. Siempre hemos reclamado que eso se piense como un sistema de recuperación y reciclado que puede perfectamente organizarse en forma digna si termina con la producción de bienes finales. Hay un par de cooperativas, de las muchas que existen, que lo han logrando. Pero para eso hay que concebirlo como una función social, no como un rebusque. Yo he tenido muchísimas entrevistas con miembros de la economía popular y sostienen que si tuvieran un trabajo digno al cual acceder lo harían y que están haciendo eso, cartonear, porque no tienen más remedio. Por eso me parece que hay que desarrollar la producción social. Todos aquellos aspectos que el capitalismo ha dejado de lado y que significan atender necesidades comunitarias, pueden ser atendidos por organizaciones que no tengan como final el lucro, sino el atender esa necesidad. Hoy está muy claro que producir alimentos es un negocio que permite al que lo produce especular con esa producción, y hasta sacarla del mercado para que aumente el precio, si tiene suficiente poder para hacerlo, cosas que no tienen nada que ver con el derecho de la gente a comer. Por eso hay que construir organizaciones que trasladen los bienes desde la tierra hasta la mesa y le agreguen valor para que la gente coma calidad y al mejor precio,  eso es producción social y nunca lo hemos logrado conversar adecuadamente.

Cuando se pueden asociar estas iniciativas se reúnen en cooperativas , pero también por esta falta de lucro suelen estar atadas a planes sociales, que apuntalan un poco esos ingresos y que hoy también se ven atacados.
Hemos creado una asociación civil sin fines de lucro (el Instituto para la Producción Social) que intenta demostrar en el terreno que es posible trabajar como un servicio social, y que es posible que la gente que trabaje allí cobre un sueldo razonable. Todo es cuestión de escala y de los márgenes que se aplican. Nosotros tenemos un portal de comercio electrónico que tiene más de cuatro años y vende productos alimenticios y otros productos de más de 70 proveedores, muchos de ellos cooperativas. Hemos hecho un acuerdo muy reciente, por ejemplo, con FECOFE, que es una federación de cooperativas que se desprendió de Federación Agraria, que tiene productos alimenticios muy interesantes para sumar productos al portal. Y estamos negociando en este momento con una organización social para que sume todos sus productos de indumentaria porque nos parece necesario. Llegamos al consumidor en cualquier punto de la Argentina más barato que los supermercados. No necesariamente tiene que ser más caro para que estas organizaciones sobrevivan bien, es un problema de eficiencia entre lo que podríamos llamar la tecnología de esa actividad y la vocación social, con lo que se consiguen cosas que en la Argentina son bastante sorprendentes. Los productos se pueden conseguir en el sitio de Consumo Popular Organizado y tenemos convenios con la Universidad Nacional de Lanús y  con la Universidad Nacional de San Martín que son muy recientes, que se están empezando a desarrollar. Queremos explorar la forma en que los clubes, los centros de jubilados, e incluso las escuelas, entiendan que variando levemente el modo en que se aprovisionan de algunos alimentos se puede ahorrar. Buscamos demostrar que cosas tan básicas como la distribución de alimentos se puede hacer con un objetivo distinto que solo ganar dinero.

Matías Alonso

Buenos Aires, Río Negro, y el RIGI: la competencia por una inversión de 40 mil millones de dólares

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Desde el momento en que el presidente de YPF, Horacio Marín, planteó que si Buenos Aires no adhería al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), la provincia que gobierna Axel Kicillof perdería el proyecto para instalar una planta de licuefacción de gas natural en la ciudad de Bahía Blanca, los distintos sectores de la oposición bonaerense empezaron a presionar por carriles legislativos para que el distrito se sume a la iniciativa que se incluyó en la Ley Bases, es decir, que adhiera al RIGI.

Hubo estudios de factibilidad y reserva de cientos de hectáreas y disponibilidad de tierras en el Puerto de Bahía Blanca de parte de YPF y la empresa petrolera nacional de Malasia, Petronas. Se ha estimado que la inversión total necesaria para convertri el gas natural que se extrae de Vaca Muerta en GNL exportable al mundo alcanza a no menos de Treinta mil millones de dólares y puede ascender a un tercio más.

El proyecto implica la participación de ambas petroleras. El año pasado, se aprobó en la Cámara de Diputados bonaerense una ley que dota de facilidades impositivas y condiciones de estabilidad fiscal, regulatoria y cambiaria a las inversiones, teniendo como horizonte el proyecto de GNL entre YPF y Petronas, producto del aumento de producción de gas en Vaca Muerta. Meses atrás, Kicillof también sacó un decreto donde declara “de interés provincial la iniciativa expuesta por Y.P.F. S.A. y la empresa estatal malaya Petronas para la instalación de una planta de licuefacción de gas natural en el Puerto de Bahía Blanca, la infraestructura necesaria para su concreción y la realización de estudios relacionados con la cuestión marítima, de suelo, técnicos, económicos y ambientales relacionados con la explotación del gas natural licuado en Argentina”.

En el medio apareció la opción de llevar el proyecto a la provincia de Río Negro, puntualmente a la zona de Punta Colorada, donde el gobierno provincial ya se aseguró la puesta en marcha de un oleoducto y ahora va por el premio mayor. El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, se movió con velocidad en términos políticos. Primero acompañó a través de sus legisladores nacionales la Ley Bases y este viernes 12 de julio la Legislatura votó un proyecto del Ejecutivo rionegrino para adherir al RIGI, convirtiéndose de esta manera en la primera provincia que suscribe al Régimen en cuestión.

“Trabajo genuino, desarrollo, ingresos brutos, inversiones y un mejor futuro para los rionegrinos. Eso es el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) al cual adherimos en Río Negro a través de un proyecto de ley que hace minutos fue aprobado en la Legislatura”, remarcó el gobernador rionegrino una vez sancionado el proyecto.

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck (REUTERS/Matias Baglietto)El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck (REUTERS/Matias Baglietto)

Hasta el momento, no hay miras de que Kicillof vaya a suscribir a la propuesta incluida en la ley recientemente sancionada en el Congreso. Sin embargo, Buenos Aires “sigue en carrera” para obtener la locación de la planta de GNL.

Según se pudo establecer, YPF envió dos cartas similares: una a Buenos Aires y otra a Río Negro. En ellas se consulta sobre siete puntos de factibilidad y beneficios de instalar la planta en cuestión, ya sea en Ingeniero White (Bahía Blanca, PBA) o en Punta Colorada (Río Negro). Son tres puntos de aspectos económicos y cuatro puntos de factibilidad, entre ellos la adhesión al RIGI. Aún no fueron contestadas.

Fuentes del gobierno bonaerense confirmaron que contestarán la misiva a la brevedad, pues la intención de YPF es tener resuelto ese tema antes del mes de agosto.

Con las dos cartas contestadas, técnicos de YPF y de Petronas evaluarán las condiciones económicas que, sostienen en la petrolera argentina, “son los puntos más importantes”, así como los pros y los contras de cada posible locación. Tras ello, tomarán una decisión.

Por su parte, YPF contrató a una empresa norteamericana que será veedora del proceso para dar cuenta de que se tomarán pautas técnicas y económicas para elegir el destino final. El proyecto de la planta de GNL proyecta una inversión de alrededor de 40 mil millones de dólares.

Esta semana, el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, mantuvo una reunión con el presidente de YPF. Según destacó el jefe comunal, “de radicarse en el Puerto de Bahía Blanca, la iniciativa será competitiva en tasas e impuestos con estándares comparables a los puertos más relevantes del mundo en la materia”, aseguró y agregó también que “nuestra ciudad también ofrece aristas que claramente la diferencian de otras opciones de todo el país y en ellas se inscribe la calidad y formación del recurso humano especializado en licuefacción y regasificación, empresas de servicios, universidades, institutos científicos y licencias sociales y ambientales vigentes”.

El intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles y el presidente de YPF, Horacio MarínEl intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles y el presidente de YPF, Horacio Marín

Al decreto de Kicillof se le sumaron en las últimas semanas algunas gestualidades políticas de parte del PRO y La Libertad Avanza. Los intendentes de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (PRO bullrchista), de San Isidro, Ramón Lanús (PRO bullrchista), y de Junín, Pablo Petrecca (PRO), presentaron en sus concejos deliberantes proyectos para que los municipios que gobiernan adhieran al RIGI. Este tridente invitó a la provincia de Buenos Aires a una acción similar.

Tras la frase de Marín de “sin RIGI no hay GNL”, florecieron los proyectos en la Legislatura bonaerense para que Buenos Aires se sume al régimen. El primero -incluso antes de ser sancionada la normativa en el congreso-, fue del diputado provincial de La Libertad Avanza Agustín Romo; le siguieron proyectos similares del PRO tanto en la Cámara de Diputados -espacio presidido por Agustín Forchieri, que responde a Diego Santilli– como en la Cámara de Senadores -una iniciativa presentada por el legislador Alex Campbell, que lleva la firma de todos los senadores del bloque que preside Alejandro Rabinovich-. Ninguna iniciativa avanzó hasta el momento. Todas ponen a la planta de GNL como argumento práctico para la adhesión.

“Creemos que presentar un proyecto para adherir al RIGI es la mejor manera porque la adhesión es una atribución del Poder Legislativo. Estamos haciendo el trabajo que el gobernador Kicillof debería impulsar, pero no lo hace. Pareciera que no quiere que las empresas inviertan y produzcan más, ni que los bonaerenses tengan más oportunidades de trabajo”, sostuvo Forchieri.

En la misma sintonía, el senador Campbell planteó que “este régimen al cual tiene que adherir la provincia de Buenos Aires va a ayudar a para que la planta de GNL, de gas licuado, se instale en la provincia de Buenos Aires y no se vaya a otra provincia y darle las condiciones adecuadas a que las grandes inversiones que se quieran instalar en la Argentina vengan a la provincia de Buenos Aires”, dijo Campbell. En los próximos días, Buenos Aires contestará la requisitoria de YPF y Petronas.

Facundo Cottet

Reunión de gremios industriales en SMATA junto con gobernadores, para defender el empleo

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Ayer jueves 11 de julio en la sede central del Sindicato de Mecánicos se reunieron los secretarios generales de la CSIRA, Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina, junto con los gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Axel Kicillof; La Rioja, Ricardo Quintela; Santiago del Estero, Gerardo Zamora, Tierra del Fuego, Gustavo Melella y de La Pampa, Sergio Ziliotto, convocados con preocupación frente a la pretendida modernización laboral promovida por el gobierno nacional.

En un contexto complejo y recesivo en el que se dieron de baja 330.000 cuentas sueldo, según la información publicada por el Banco Central, y en el que la situación económica de las empresas ha empeorado según los datos arrojados por la segunda encuesta realizada a 25 organizaciones sindicales miembros de la Confederación.

El 65% de las empresas consultadas declararon que las caídas de las ventas superan el 15% impactando negativamente sobre los trabajadores, la capacidad productiva y el cumplimiento de las obligaciones. El 40% de las fábricas utiliza 6 de cada 10 máquinas, sólo el 56% puede abonar a sus trabajadores en las fechas establecidas y el 80% de las empresas han tenido despidos por un lado y han realizado acuerdos de retiros voluntarios por el otro, mientras que el 60% señala que sus trabajadores sufrieron algún tipo de suspensión y licenciamiento.

El SMATA y los sindicatos miembros de la CSIRA ratifican que el DNU 70/23, la Ley Bases, el Pacto Fiscal y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) llevan a nuestro país a una acelerada disminución industrial de impacto inmediato para las Pymes. Es necesario un acuerdo entre trabajadores, sindicatos, empresas y Estado que genere los instrumentos necesarios para sostener el empleo y para incorporar a su primer empleo a las próximas generaciones.

Por otra parte el sector de trabajo y los empresarios han hecho los cambios pertinentes frente a los nuevos desafíos en los convenios colectivos, no es cierto que no se haya privilegiado a los nuevos cambios y adaptaciones por actividad, y sin necesidad de modificar la reglamentación vigente. Prueba de ello son los trabajos por actividad sectorial de los planes estratégicos que han realizado empresas y sindicatos asistidos por Universidades Nacionales, públicas y privadas.

Creemos en una reforma laboral que proteja los derechos adquiridos en el marco de los convenios colectivos de trabajo, impulsado por una gestión gremial que ha demostrado sentido de responsabilidad en defensa de la industria y las fuentes de empleo.

Para acceder al texto completo del documento «SIN INDUSTRIA ARGENTINA NO HAY EMPLEO» de los Secretarios Generales y los Equipos Técnicos de la CSIRA, cliquear aquí

Gremios industriales se reúnen hoy con Kicillof y los gobernadores que no firmaron el Pacto de Mayo

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La Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) recibirá este jueves a los cinco gobernadores rebeldes que se negaron a firmar el Pacto de Mayo y a adherir al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

El espacio sindical que encabeza Ricardo Pignanelli del SMATA se ofrecerá como trinchera de guerra a los mandatarios provinciales que se oponen a los programas del gobierno de Javier Milei, que ya cuenta con el apoyo de otros 18 gobernadores.

El grupo de los cinco díscolos estará encabezado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Secundarán al bonaerense los jefes provinciales de Formosa, Gildo Insfrán; de La Rioja, Ricardo Quintela; de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; y de La Pampa, Sergio Ziliotto.

Además del SMATA, forman parte de la CSIRA la UOM de Abel Furlán y los gremios textiles, del calzado y otros del ámbito industrial, todas actividades amenazadas por las desregulación de los mercados y la apertura de las importaciones.

En este contexto, la confederación gremial de los industriales dará marco para un acto político en rechazo a la Ley Bases, la vuelta de Ganancias y el RIGI, sumándose al esquema opositor al gobierno de Milei.

La CSIRA se convierte en la primera gran facción del sindicalismo en jugar una carta fuerte en medio del proceso de reacomodamiento de las fuerzas gremiales tras el triunfo de Milei en el Congreso.

El alineamiento de los industriales con Kicillof, líder del G5 de los gobernadores, será la continuidad de un primer paso que ya dieron en la previa al debate en el Senado cuando Pignanelli reunió en SMATA a Pablo Moyano, a los referentes del sindicalismo kirchneristas, a los líderes de las CTA y a las Madres de Plazo de Mayo.

El espacio pasa sin escalas de un pasado silencioso y de gestiones subterráneas a un presente como escenario político de un sector de una oposición en formación.

IA empresarial: un desarrollo de físicos e ingenieros del Balseiro transforma Big Data en Smart Data

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Las empresas cuentan con valiosos datos pero no siempre pueden acceder a ellos o pasarlos a un formato que se pueda aprovechar en los modelos de IA. En TERAMOT jovenes graduados del Balseiro crearon un producto para lograrlo a bajo costo. Y se fueron a Silicon Valley para tener un impacto global.

El Instituto Balseiro es un lugar de elite, se llega a él tras haber cursado dos o tres años en carreras de Exactas o Ingeniería y pasar un riguroso examen. Pero quienes lo logran tienen asegurada una beca y un lugar totalmente preparado para dedicarse a una única cosa: estudiar. Y eso hicieron esos jóvenes que pensaban encontrar nuevas leyes del universo. No sospechaban en ese momento que estaban adquiriendo conocimientos que les posibilitaría crear Teramot una empresa que tiene un producto de ingeniería de datos que promete transformase en el pilar de la inteligencia artificial empresarial.

Y como si fuera poco llegaron a Silicon Valley donde inauguraron una oficina para comenzar a jugar en las grandes ligas: esas mismas donde están OpenAI, Anthropic, Meta, y Google, por nombrar las cuatro compañías que están llevando adelante los modelos fundacionales de la Inteligencia Artificial Generativa que más llaman la atención entre los especialistas. 

«En un momento de mi carrera sentí que quería pasar a la actividad privada. Quería hacer que las cosas funcionen. Y eso me llevó a trabajar con datos antes de que se hablara de carreras como la de Data Scientist», dice Bruno Ruyu, CEO y fundador de Teramot. 

Las empresas cuentan con datos. El problema es que muchas veces no tienen idea de qué tienen y cómo estructurarlos. «Además la data no es lo mismo como la necesita alguien de marketing que un CFO, al trabajar en empresas como YPF fui viendo cómo las corporaciones necesitan poder trabajar con datos en el lenguaje que cada unidad de negocios«, comenta Ruyu. 

Ese filtrado de datos muchas veces se hace a partir de una consultoría específica que lleva demasiados meses y altos costos. Sin embargo Bruno sentía que todo se podía automatizar. Su experiencia acumulada en la industria, mas sus años en el Balseiro, le indicaban que había maneras de encarar del problema de una forma más abstracta. Los datos dentro de las organizaciones están mezclados como si fuesen las piezas de varios rompecabezas. Pero cuando el problema se abstrae aparecen patrones: se pueden juntar las piezas por color y de golpe la complejidad decrece. El objetivo es rearmar el rompecabezas desde la perspectiva de cada unidad de negocios, de forma tal que tengan la imagen que les sirve y no la de los demás rompezabezas. 

Si bien su intuición le decía que había alguna forma de resolver el problema, no era nada fácil hacerlo. Y ahí se contactó con su antiguo compañero del Balseiro Lucas Uzal que había desarrollado una importante carrera como investigador del Conicet en áreas de Inteligencia Artificial además de haber incursionado en algunas empresas. «Me venía resistiendo a dejar completamente mi etapa en el Conicet, y las propuestas de Bruno me tentaban pero al final comencé primero en otro lado», señala Lucas Uzal que se sumó como cofundador y CAIO (Chief Artificial Intelligence Officer). Ambos se habían entusiasmado con las redes neuronales y sus posibilidades cuando vieron el tema en el Balseiro, y ahora tenían un proyecto en común. El equipo fundador se completó con Leonardo Ruspini como CTO y cofundador de Teramot, dedicado a la ingeniería nuclear y especializado en desarrollo de software.

En Teramot se decidieron por incluir técnicas de machine learning para entrenar modelos que puedan abstraer patrones comunes entre los datos que se quieren estudiar. La idea es ahorrarse el trabajo de consultoría de la ingeniería de datos y tenerlos disponibles de una forma mucho más rápida por los tomadores de decisión. 

«Lo que en una empresa puede llevar 7 u 8 meses lo resolvemos en poco tiempo: desde horas a pocos días y a muchísimo menor costo. Y enseguida se puede testear todo por plataformas bien amigables como WhatsApp. Un marketer, por ejemplo, puede pedirle al bot que le ordene las ventas de determinado producto, y luego que le haga un gráfico de las ventas por región. Lo interesante además es que nuestra tecnología también disminuye las alucinaciones que tiene la IA justamente por tener mal trabajado el tema de los datos», enfatiza Ruyu.

Los modelos de IA Generativa están entrenados con grandes cantidades de datos y la carrera que persiguen los LLM (modelos de lenguajes grande) como ChatGPT, Gemini, y Claude es responder las preguntas y pedidos de los usuarios a medida que comprenden mas contextos. Pero no pueden hablar sobre temas específicos de cada compañía. Esos datos no están disponibles en forma pública y son parte del activo intagible de las organizaciones. Estas «burbujas de datos» tienen sin embargo mucho valor, contienen gran parte de la experiencia y el valor de la empresa. Entonces las compañían buscan herramientas para agregarlos a los LLM. 

Lucas Uzal, cofundador de Teramot
Lucas Uzal, cofundador de Teramot

El problema es que si los datos no están bien organizados se favorecerá la alucinación del modelo. Esto es la IA responderá algo aparentemente muy verídico pero que es falso. Una empresa no puede correr ese riesgo porque conlleva además temas de posibles litigios en su contra. Por lo general los fabricantes ajustan lo que denominan la «temperatura» del modelo, esto es que sea mas creativo (con el riesgo de mayor alucinación) o que se ajuste más a los datos. Pero si los datos están mal por más que se siga una línea conservadora como la que propone Anthropic, las alucinaciones igual aparecerán. 

«No es que los datos sean falsos. Es que no están en el ‘Data Lake’ correcto», revela Bruno Ruyu. Si por ejemplo queremos preguntar sobre una notebook, y el Data Lake sólo contiene el manual del usuario de esa notebook, ahí la IA generativa andará muy bien, pero si en lugar del manual del usuario de esa notebook el modelo fue entrenado con el de otra dirá cosas muy verosímiles pero que serán falsas. La artesanía de formar estos Data Lakes, era una materia de la que sólo podían ocuparse consultores especialistas en ingenierías de datos. Eso es lo que están resolviendo en Teramot usando, a su vez, técnicas de IA para definir bien los Data Lakes.

La solución de Teramot ataca entonces un problema importante y crucial en la movida de las empresas hacia la IA. Y eso es lo que vieron en CITES que les dio una primera inversión de US$ 780000 y a la que se agrega la reciente inversión de Ryta Zasiekina por US$ 100.000 adicionales.  La inversora ángel y fundadora del innovador proyecto fintech Concryt , Ryta Zasiekina, se enteró de Teramot cuando conoció a su director ejecutivo y cofundador, Bruno Ruyu, en el Programa Ejecutivo de Stanford a principios de este año, en el que ambos estaban estudiando. No se trata además sólo de dinero sino cómo se abren redes de contactos en las grandes ligas gracias a la partipación de Zasiekina. 

Con la apertura de oficinas en Silicon Valley en Teramot están listos para su nueva etapa en la que buscarán tener su solución instalada en más clientes para comenzar su crecimiento globlal. La empresa vende su producto como un modelo SAS (software as a Service) que lo tienen en la nube de AWS ya que son partners de la empresa de Amazon y además ello les posibilita mostrar una solución escalable y segura algo crucial cuando se trabaja con datos de clientes. 

«El modelo de negocio de Teramot además democratiza el acceso al desarrollo de IA para un gran abanico de organizaciones», señala Gabriel Puertas, Head of Product and Operations. De hecho pensaron en un ticket bajo de unos usd 200 dólares que les permita sumar una buena base de clientes. 

Cuando se estaban formando en el Balseiro seguramente no lo habían soñado, pero aquellos jóvenes que discutían ecuaciones ahora están ante el desafío de hacer del Big Data un Smart Data, para que los datos puedan reorganizarse, y así ser la piedra fundamental de una revolución que promete cambiarlo todo.

En Ucrania nace la era de los robots asesinos impulsados por IA

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En un campo a las afueras de Kiev, los fundadores de Vyriy, una empresa ucraniana de drones, trabajaban hace poco en un arma del futuro.

Para mostrar cómo funcionaba, Oleksii Babenko, de 25 años, director ejecutivo de Vyriy, se subió a su motocicleta y recorrió un camino de tierra. Detrás de él, lo seguía un dron, mientras un colega monitoreaba los movimientos desde una computadora del tamaño de un portafolio.

Hasta hace poco, un humano habría pilotado el cuadricóptero. Ya no. En cambio, después de que el dron fijara su objetivo —Babenko— voló por sí solo, guiado por un software que utilizaba la cámara de la máquina para rastrearlo.

El rugido del motor de la motocicleta no fue rival para el dron silencioso que acechaba a Babenko.

Si el dron hubiera estado armado con explosivos y si sus colegas no hubieran desactivado el rastreo autónomo, Babenko habría muerto.

Vyriy es tan solo una de las muchas empresas ucranianas que trabajan para dar un gran paso adelante en la militarización de la tecnología de consumo, motivada por la guerra con Rusia. La presión para superar al enemigo, junto con enormes flujos de inversión, donaciones y contratos gubernamentales, ha convertido a Ucrania en un Silicon Valley de drones autónomos y otros armamentos.

Las empresas están creando una tecnología que vuelve cada vez más tangencial el juicio humano en torno a los objetivos y los ataques. La disponibilidad generalizada de aparatos comerciales, software fácil de diseñar, algoritmos potentes de automatización y microchips especializados de inteligencia artificial ha sido el impulso de una carrera letal de innovación hacia territorios desconocidos, la cual ha avivado una posible nueva era de robots asesinos.

A drove flies over an empty green field under a cloudy sky.
El dron probado por Vyriy, una de las muchas empresas ucranianas impulsadas por la guerra con Rusia a trabajar en la militarización de la tecnología de consumo.Credit…Sasha Maslov para The New York Times

Las versiones más avanzadas de la tecnología que permite la autonomía de los drones y otras máquinas han sido posibles gracias al aprendizaje profundo, una forma de inteligencia artificial que utiliza grandes cantidades de datos para identificar patrones y tomar decisiones. El aprendizaje profundo ha ayudado a generar populares modelos de lenguaje de gran tamaño, como GPT-4 de OpenAI, pero también sirve para que los modelos interpreten y respondan en tiempo real a imágenes de video y cámaras. Esto significa que el software que alguna vez ayudó a un dron a seguir a un surfista sobre nieve por una montaña ahora puede convertirse en una herramienta letal.

En más de una decena de entrevistas con emprendedores, ingenieros y unidades militares de Ucrania, surgió la imagen de un futuro cercano en el que pudiéramos ver enjambres de drones autoguiados que coordinen ataques y metralletas con visión por computadora que abatan a soldados automáticamente. También se están desarrollando creaciones más extravagantes, como un helicóptero planeador no tripulado que utiliza ametralladoras.

Aunque estas armas no son tan avanzadas como los costosos sistemas militares de Estados Unidos, China y Rusia, sí son significativas por su bajo costo —de apenas miles de dólares o menos— y su fácil disponibilidad.

A excepción de las municiones, muchas de estas armas se construyen con códigos encontrados en línea y componentes que pueden comprarse en Best Buy y una ferretería. Algunos funcionarios estadounidenses afirmaron que les preocupaba que estas capacidades pudieran utilizarse pronto para llevar a cabo atentados terroristas.

Para Ucrania, estas tecnologías podrían darle una ventaja contra Rusia, un país que también está desarrollando dispositivos asesinos autónomos, o simplemente ayudarle a mantener el ritmo. Los sistemas complican más un debate internacional sobre las repercusiones éticas y legales de la inteligencia artificial en el campo de batalla. Agrupaciones de derechos humanos y funcionarios de Naciones Unidas quieren limitar el uso de armas autónomas por temor a que puedan desencadenar una nueva carrera armamentística mundial que podría salirse de control.

En Ucrania, estas preocupaciones son secundarias, dado que la prioridad es defenderse de un invasor.

“Necesitamos máxima automatización”, opinó Mykhailo Fedorov, ministro de transformación digital de Ucrania, quien ha liderado las iniciativas del país para utilizar empresas emergentes del sector tecnológico a fin de expandir las capacidades de combate avanzado. “Estas tecnologías son fundamentales para nuestra victoria”.

Los drones autónomos como el de Vyriy ya se han utilizado en combate para atacar objetivos rusos, según funcionarios ucranianos y videos verificados por The New York Times. Fedorov señaló que el gobierno estaba trabajando para financiar empresas de drones y ayudarlas a aumentar su producción con rapidez.

A close-up of a drone lying at a tilt on a wooden floor.
Un dron armado con una ojiva, que se utilizará en la línea del frente en la región de Járkov, al noreste de Ucrania.Credit…Finbarr O’Reilly para The New York Times

En un destartalado taller en un edificio de apartamentos del este de Ucrania, Dev, un soldado de 28 años de la 92.ª Brigada de Asalto, ha ayudado a promover las innovaciones que han convertido drones baratos en armas. Primero colocó bombas sobre drones de carreras, luego les agregó baterías más grandes para que volaran más lejos y hace poco incorporó visión nocturna para que las máquinas pudieran cazar en la oscuridad.

En mayo, fue uno de los primeros en utilizar drones autónomos, entre ellos los de Vyriy. Dev comentó que, aunque algunos necesitaban mejoras, los consideraba el próximo gran salto tecnológico en llegar al frente.

“Ya hay una gran demanda” de drones autónomos, dijo. Las máquinas han sido especialmente útiles contra las interferencias que pueden interrumpir los enlaces de comunicación entre el dron y el piloto. Si el dron vuela solo, el piloto tan solo podría apuntar a un objetivo y dejar que el dispositivo haga el resto.

Por toda Ucrania han aparecido fábricas y laboratorios improvisados que construyen máquinas a control remoto de todos los tamaños, desde aviones de largo alcance y barcos de ataque hasta drones kamikaze baratos, abreviados con la sigla FPV (la sigla en inglés de “visión en primera persona”), porque los guía un piloto que usa unas gafas similares a las de realidad virtual, las cuales muestran una vista desde el dron. Muchos son precursores de máquinas que en algún momento actuarán por sí solas.

Los esfuerzos por automatizar los vuelos de FPV comenzaron el año pasado, pero se retrasaron debido a contratiempos en la construcción del software de control de vuelo, según Fedorov, quien afirmó que esos problemas se habían resuelto. El siguiente paso era escalar la tecnología con más gasto público, comentó Fedorov, quien agregó que unas diez empresas ya estaban fabricando drones autónomos.

“Ya tenemos sistemas que se pueden producir en masa y que se están probando de forma exhaustiva en el frente, es decir que ya se utilizan activamente”, dijo Fedorov.

En una tarde calurosa del mes pasado en la región oriental ucraniana conocida como el Donbás, Yurii Klontsak, un reservista de 23 años, entrenaba a cuatro soldados para usar el arma futurista más moderna: una torreta con sistema autónomo de detección de objetivos que funciona con un control de PlayStation y una tableta.

Yurii Klontsak crouches next to a machine gun firing across mostly bare ground.
Yurii Klontsak, reservista ucraniano, demostrando cómo se utiliza Wolly, una ametralladora automatizada.Credit…Sasha Maslov para The New York Times

Mientras de fondo sonaban estallidos de bombardeos cercanos, Klontsak explicó cómo el arma, llamada Wolly por su parecido con el robot de Pixar WALL-E, puede fijar en automático un objetivo a una distancia de hasta 1000 metros y saltar entre posiciones preprogramadas para cubrir con rapidez un área de grandes dimensiones. La empresa que fabrica el arma, DevDroid, también está desarrollando un sistema de puntería automática para seguir y alcanzar objetivos en movimiento.

“Cuando vi el arma por primera vez, quedé fascinado”, admitió Klontsak. “Entendí que era la única forma, si bien no de ganar esta guerra, al menos de mantener nuestras posiciones”.

El arma es una de las varias que han aparecido en el frente con software entrenado por inteligencia artificial para rastrear y disparar a objetivos de forma automática. Casi igual que en la identificación de objetos de las cámaras de vigilancia, el software rodea a las personas y otros posibles objetivos con un recuadro digital en una pantalla. Lo único que debe hacer el tirador es apretar el gatillo a distancia con el control de un videojuego.

Oleksandr Yabchanka and two other soldiers at a sandy shooting range.
El comandante Oleksandr Yabchanka, a la izquierda, publicó en Facebook una petición abierta de una ametralladora teledirigida computerizada. Ello estimuló la innovación y las empresas intentaron ayudar.Credit…Sasha Maslov para The New York Times

A menudo, las exigencias del campo de batalla unen a ingenieros y soldados. Oleksandr Yabchanka, comandante de Lobos Da Vinci, un batallón conocido por su innovación en armamento, recordó cómo la necesidad de defender la “carretera de la vida” —una ruta utilizada para hacer llegar suministros a los soldados que luchaban contra los rusos a lo largo de la línea del frente oriental en Bajmut— había estimulado la inventiva. Mientras imaginaba una solución, publicó una solicitud abierta en Facebook de una metralleta computarizada por control remoto.

Después de varios meses, Yabchanka obtuvo un prototipo funcional de una firma llamada Roboneers. El arma fue útil para su unidad casi al instante.

“Podíamos sentarnos en la trinchera a beber café, fumar cigarros y dispararles a los rusos”, comentó.

«PreViaje libertario»: el Gobierno anuncia cuotas y descuentos para las vacaciones de invierno

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En medio de la caída de consumo y un contexto donde los programas de créditos como el «cuota simple» son los más buscado a la hora de pagar, el Gobierno anunció medidas de estímulo para los viajes de turismo en las vacaciones de invierno en los pasajes aéreos, en tren y en micro. 

La versión libertaria del «PreViaje» no implica subsidios directos pero prevé promociones y descuentos con el Banco Nación a la cabeza para evitar que la recesión impacte de lleno en los destinos turísticos nacionales. 

Se prevé que haya movimiento de 5 millones de personas por las vacaciones de invierno, dijo el secretario de Turismo de la administración libertaria, Daniel Scioli, que se deshizo en elogios a quienes lo acompañaron en el anuncio: el jefe de gabinete Guillermo Francos, el ministro de Economía Luis Caputo, el flamante titular de Desregulación Federico Sturzenegger y el secretario de Transporte Franco Mogetta.

Scioli, Caputo, Sturzenegger y Mogetta en el microcine del Palacio de Hacienda

«El Banco Nación vuelve a financiar estas actividades y eso se puede hacer por la «domada» que Caputo le está dando a la economía», aseguró Mogetta.

El funcionario detalló las medidas de desregulación del sistema aéreo a cargo de Federico Sturzenegger para mejorar la competencia y los servicios en el sector y anticipó que mejorará la conectividad.

Cuotas y descuentos

En el caso de Aerolíneas Argentinas, Mogetta anticipó que en la temporada operará 300 vuelos diarios con más de 1,4 millón de pasajes en toda la red en julio, un 5% más que en 2023.

El funcionario detalló que habrá promociones y cuotas para acceder a destino turísticos con hasta 12 pagos sin interés con tarjetas de crédito del Banco Nación y el Patagonia, mientras que en otros bancos habrá 3 y 6 cuotas sin interés.

En el caso de los trenes, ya se vendieron más de 70.000 pasajes y todavía hay disponibilidad, con esquemas de descuentos y beneficios. Hay sistemas que son operados por las propias provincias. Para los micros, se dio una línea de créditos para la renovación de flota.

Para los cruceros, Scioli dijo que hoy la Argentina recibe más de 700.000 visitantes y la expectativa es llevarlo a un millón, con el aumento de la capacidad de la recalada de estos buques.  

Empleo y dólares

«Para nosotros el turismo es un sector estratégico en generación de empleo y divisas y en los desarrollos regionales y para pymes», detalló «Toto» Caputo sobre el anuncio que se dio en el microcine del Palacio de Hacienda.

 «Es crucial y lo vamos a seguir acompañando porque es un sector importantísimo en la economía. Es necesario desarrollarlo y desregularlo«, enfatizó el anfitrión que volvió a aparecer junto a «Fede» -así lo nombró varias veces- Sturzenegger luego de que en el Pacto de Mayo se mostraran juntos con el objetivo de dejar atrás la idea de que hay diferencias entre ellos.

Sobre el uso del Banco Nación como punta de lanza, Caputo. «Esto no es subsidiado», dijo y consideró que otros bancos lo seguirán. «Ahora que no tienen que prestarle al Tesoro o el BCRA, tienen que volver a actuar de bancos», agregó y destacó que eso permite que el sistema sea sustentable. «Para eso el orden macro, bajar la inflación y que haya tasas accesibles para pymes y desarrollos regionales».

Se prevé una temporada de invierno difícil en el Sur

Sturzenegger cuestionó que se necesitaran audiencias públicas para sumar frecuencias y que hubiese ‘reservas de rutas’ para volar determinadas rutas.

«El aerocomercial se declaró como servicio esencial», enfatizó Sturzenegger, lo que tiene implicancia sobre las medidas de fuerza, por ejemplo. Por otra parte, consideró que hay que generar más rutas, pero también en el acceso como el acceso a manga y la bajada del equipaje. «En un mercado que crece, todas las medidas son favorecidas», consignó el ministro de Desregulación.

Todas las promociones y beneficios

  • En el modo aéreo: promociones ofrecidas por Aerolíneas Argentinas como la posibilidad de abonar el pasaje en 12 cuotas o 6 cuotas, ambas sin interés, con tarjetas de crédito de diferentes bancos. También los programas de JetSMART vinculados a descuentos focalizados en destinos de distintas regiones del país, incluso sin pasar por Buenos Aires; y por parte de Flybondi, descuentos del 20% para jubilados en todos los vuelos nacionales. 
  • En materia ferroviaria, para los 8 servicios de larga distancia y los 10 servicios regionales existentes que se brindan desde Trenes Argentinos, hay descuentos: 10% comprando los pasajeros de forma online para todos los pasajeros; un 40% de descuento para jubilados y pensionados; un 50% de descuento para las personas que tengan de 3 a 12 años; y el pasaje gratuito para los pasajeros con discapacidad o menores de 3 años. 
  • Los pasajeros podrán optar viajar en tren desde y hacia Buenos Aires, conectando con destinos como Mar del Plata, Pinamar, Córdoba, Junín, Bragado, Pehuajó, Tucumán o Rosario. Y, además, se pueden utilizar los servicios regionales en invierno, en el interior del país, en localidades Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Entre Ríos, Chaco y Salta. 
  • Micros de media y larga distancia: durante la temporada invernal, diferentes empresas ofrecerán descuentos especiales si se abona de forma online o a través de las APP, tarifas especiales en los días de menor demanda y el programa Cuota Simple, con planes de financiamiento que permite comprar el boleto en 3, 6, 9 y 12 cuotas con tarjetas de crédito. 
  • Cruceros: las empresas de cruceros serán beneficiadas con una bonificación del 23,5% de descuento en promedio para los buques superiores a 30 mil toneladas, a lo que se adicionará un 5% más en los casos que tengan 10 recaladas.