El aprendizaje de Javier Milei. De la Escuela Austríaca a la riojana

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Este lunes 27 de mayo se anunciaron cambios en el gobierno del presidente Milei. La intención de este artículo es marcar su importancia en el plano político. Prometen ser, y en política, las promesas influyen, si son creídas, una modificación radical -no ucerreísta- en sus relaciones con el resto de la dirigencia política, y también en la comunicación, clave para cualquier gobierno y en especial para éste.

Al mismo tiempo, quiero señalar que, en mi opinión, no modifican la naturaleza de su proyecto para la economía argentina, y, por lo tanto, para su sociedad. La economía no es el único factor, pero  su peso no puede ser ignorado.

Al punto: el nombramiento de Guillermo Francos como Jefe de Gabinete, conservando bajo su órbita lo que era el Ministerio del Interior, ahora Secretaría, y el desplazamiento del inescrutado Nicolás Posse, significa que de la tarea de conversar y negociar con senadores, diputados, gobernadores, dirigentes partidarios, políticos en general, se encargará uno de ellos.

Uno de gran experiencia en distintos gobiernos, y con muchísimos amigos en ese mundo. A algunos de ellos -tal vez el ejemplo más notorio es Daniel Scioli- ha contribuido a incorporarlos a esta administración.

Es una coincidencia, pero no una casualidad, que ese mismo día se formalizó el envío de la propuesta del juez Ariel Lijo para la Suprema Corte.

Hay un aire menemista en estos pasos, que van más allá de la confesada admiración de Milei por el ex presidente Carlos Menem y su gestión. El cambio -político, comunicacional- es que hasta ahora Milei consideraba fundamental distinguirse, al menos en la imagen, de una «casta política» a la que llamaba inoperante y corrupta. Su discurso cuando asumió, de espaldas al Congreso, fue un símbolo poderoso.

Más allá de esa necesidad de diferenciarse, había y hay una ideología. Influido por los discípulos más extremos de los economistas (von) Misses y Hayek, Milei se proclama anarco-capitalista, y afirma que el Estado es una organización criminal. Un poder ilegítimo.

Pero ahora él está al frente del Estado. Y si sus discursos se escuchan en el mundo y dialoga con megamillonarios -todo eso le encanta y lo demuestra- es porque es el Presidente de Argentina. Que no es -ni nunca llegó a ser- una Potencia, pero es un país a considerar.

Y esos interlocutores de Milei  también toman en cuenta -y discretamente se lo hacen saber, a través de sus consultores financieros- que ya lleva casi 6 meses en el gobierno, y todavía no consiguió que le aprueben ninguna ley importante.

Esto no le ha impedido hacer cambios, y vaya si han tenido impacto en la vida de los argentinos, desde los amplios poderes que la Constitución de nuestro país confiere al Presidente. En especial, el manejo de los recursos del Estado nacional, esa «organización criminal».

Esos cambios que ya produjo han tenido un impacto considerable en la vida de los argentinos. Pero no ofrecen las garantías de estabilidad y permanencia que exigen los inversores que inmovilizan capitales importantes (no inversiones financieras, que podrían retirarse con un clic en Internet).

Así, parece evidente que Javier Milei ha decidido aplicar el realismo que mostró el riojano, dejar de lado en esta etapa su ideología, salvo para los discursos, y negociar, y compensar, a los dirigentes de cada sector cuyo apoyo -o discreta ausencia- resulte necesario para seguir con su proyecto.

Que, en los huesos, no es diferente del que llevó adelante por 10 años, el entonces presidente Menem: transformar la Argentina, a través de grandes inversiones que modernicen su estructura productiva y «la abran al mundo». Para conseguirlo, en un entorno global menos propicio que el de los ´90, ofrecer condiciones que eso grandes capitales encuentren atractivas.

Ese es el sentido del Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones, evidentemente preparado -como otros proyectos legislativos de este gobierno, por estudios jurídicos que confeccionan una especie de «lista de deseos» de sus clientes.

Como es inevitable, esto despierta la resistencia de muchos sectores de nuestra sociedad. Entre ellos, también la de grandes empresarios, como el CEO de FATE y ALUAR, cuyas reflexiones también publicamos esta semana en AgendAR.

Más allá de ese justificado rechazo, quienes defienden esos «incentivos» ignoran -deliberadamente?- que esas inversiones vinieron, en los tiempos de Menem y también después. Pero no sirvieron -es muy visible- para proporcionar esa necesaria estabilidad a la economía argentina, y un desarrollo sostenido. No hay soluciones mágicas, ni ideología que garantice resultados. Los requisitos son conocimiento de la realidad productiva argentina y mundial, prudencia y patriotismo.

Abel B. Fernández

Se descubrió la presencia de microplásticos en testículos humanos. Estaría afectando la fertilidad

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El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nuevo México encontró doce tipos distintos de microplásticos. Además, concluyó que había 3 veces más cantidad de estos elementos nocivos en personas que en perros.

Científicos descubrieron la presencia de microplásticos en testículos de humanos y de perros, lo que podría estar afectando la reproducción en las especies. De esa manera, se suma a la lista de lugares del organismo humano donde se halló este tipo de material, tales como la placenta y las arterias obstruidas.

El estudio, publicado en la revista Toxicological Sciences, fue realizado por científicos de la Universidad de Nuevo México (UNM), quienes examinaron el tejido testicular de perros y humanos. La comparación se realizó a raíz de que existen varias similitudes biológicas entre ambas especies, además de que los canes viven junto a las personas y en el mismo tipo de entornos.

La investigación concluyó que dichas partículas aparecieron en todas las muestras recolectadas, sin excepción, y que en los humanos había casi 3 veces más cantidad que en los canes: 122,63 microgramos por gramo de microplásticos en perros contra 329,44 microgramos por gramo en humanos. Sumado a esto, se detectaron doce tipos de partículas diferentes, siendo la más presente el polietileno, que se utiliza para fabricar bolsas y botellas plásticas y figura como el principal contaminante de la industria.

Al principio dudaba de que los microplásticos pudieran penetrar en el sistema reproductivo. Cuando recibí por primera vez los resultados de los perros me sorprendí. Me sorprendí aún más cuando recibí los resultados de los humanos», manifestó en un comunicado Xiaozhong Yu, autor del estudio y académico de la Facultad de Enfermería de la UNM.

A partir del hallazgo, el equipo comenzó a evaluar la posibilidad de que la presencia de los microplásticos en los testículos pueda tener repercusiones en la fertilidad masculina. «¿Has considerado por qué hay esta disminución [en el potencial reproductivo] más recientemente? Debe haber algo nuevo», expresó Yu.

Los investigadores no pudieron realizar un recuento de espermatozoides en las muestras humanas debido a que habían sido preservadas químicamente. Sin embargo, sí fue posible en los ejemplares caninos, lo que reveló que había mayores niveles de plástico de cloruro de polivinilo (PVC) que de espermatozoides. Este tipo de plástico se utiliza ampliamente para productos industriales y domésticos. 

“El plástico marca la diferencia: qué tipo de plástico podría estar correlacionado con su función potencial. El PVC puede liberar muchas sustancias químicas que interfieren con la espermatogénesis y contiene sustancias químicas que causan alteraciones endocrinas“, aseguró el autor del estudio.

Los paseadores de perros, un oficio en crisis.
El análisis de las muestras caninas encontró que había mayores niveles de plástico de cloruro de polivinilo (PVC) que de espermatozoides.

A pesar de que el proceso reproductivo de los perros tiene algunas similitudes con el de los humanos, Yu precisó que es necesario realizar más análisis para determinar si los microplásticos pueden reducir la cantidad de espermatozoides. “Tenemos muchas incógnitas. Necesitamos analizar realmente cuál es el efecto potencial a largo plazo. ¿Son los microplásticos uno de los factores que contribuyen a esta disminución?”, planteó el científico.

No queremos asustar a la gente. Queremos proporcionar datos científicos y concienciar de que hay muchos microplásticos. Podemos tomar nuestras propias decisiones para evitar mejor la exposición, cambiar nuestro estilo de vida y cambiar nuestro comportamiento”, concluyó.

Enrique Pichon-Rivière: de Ginebra a Buenos Aires, un revulsivo de la psicología

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Según estadísticas de 2016, Argentina contaba con 198 psicólogos por cada 100.000 habitantes, de los cuales se calcula que el 46% se encuentra en Buenos Aires. No obstante, el país recoge también importantes avances en el tratamiento de la salud mental en el campo de la psicología social, gracias a la trayectoria intelectual y práctica de Enrique Pichon-Rivière (1907-1977).

La clasificación de su obra y sus textos demoró unos cincuenta años. Ahora, finalmente editada, el primer tomo en aparecer en las librerías es el último: ‘Obra completa. Tomo V. Del psicoanálisis a la psicología social 1967-1977‘. Curiosamente, Se empieza por el final, para luego retrotraerse al inicio. Para explicar este pasaje que sugiere el título del libro hay que emprender un viaje al pasado y situarse en una región argentina cercana a Paraguay.

10.000 kilómetros separan Ginebra del primer destino argentino que tuvo la familia de Pichon-Rivière: Chaco. En 1911, una pareja y su hijo de cuatro años se aventuraron por el río Paraná hacia el litoral de la Cuenca del Plata con la intención de establecer una plantación de algodón en la región. La familia se adentró en las profundidades sudamericanas donde, tras adentrarse en distintas ciudades, comenzaron un negocio textil. Así, desde muy pequeño, Enrique se empapó de las culturas indígenas de la región gracias a su estrecho vínculo con los trabajadores rurales.

En 2015, un grupo de investigadores recuperó el único registro de audio existente de la voz de Pichon-Rivière. Hablando de sus orígenes, dice: “Mi lengua natal es el francés, mi segundo idioma el guaraní, y mi tercer idioma el castellano”. Este primer contacto con una cultura y una lengua radicalmente distinta a cualquier otra conocida en Europa, resultó crucial para este joven suizo que más tarde adoptaría la nacionalidad argentina.

Dejando atrás la infancia, Pichon-Rivière viajó a la capital argentina, donde estudió medicina y se especializó en psiquiatría en la Universidad de Buenos Aires. Ya en ese entonces, la estructurada vida académica le resultaba ajena a “Pichon”, como lo llamaban. Algo que, sin embargo, no le impediría llegar a ser, en 1941, uno de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina y uno de los pioneros de la disciplina en el país. 

Mente y arte

La del suizo-argentino fue una vida vinculada al arte. La salud mental, la creación y la idea de locura fueron faros para su obra. Como cuenta su discípulo Vicente Zito-Lema en una entrevista con la revista Caras y Caretas, “de joven [Pichon-Rivière] quiso ser poeta, pero dejó la poesía y el arte para sólo reflexionar sobre los mecanismos de la creación artística”. 

Si la cultura guaraní le insinuó a Pichon-Rivière que el derecho al delirio era algo genuino y posible para una cultura, Rimbaud, Verlaine y Mallarmé se lo confirmaron en su lengua natal. Fueron sus padres, franceses de nacimiento, socialistas y admiradores de esta poesía, quienes lo introdujeron, de chico, en ambas esferas. No obstante, hubo una figura que se desmarcó del resto, un poeta que obsesionó a “Pichon”: el Conde de Lautreamont. 

Psicoanálisis del Conde de Lautreamont‘ es un texto clave que reúne varias conferencias brindadas en 1946. Ahí Pichon-Rivière desmenuza la poesía y la vida de Isidore Ducasse, poeta francés nacido en Uruguay que firmó su libro ‘Cantos de Maldoror‘ con un seudónimo nobiliario. Podría pensarse que sus raíces culturales de mixtura europea y latinoamericana unen al doctor y al poeta a través del tiempo. Pero lo cierto es que Pichon-Rivière encontró en el Conde de Lautreamont un emblema de uno de los temas que más le interesaban: la locura, las personas diferentes e incomprendidas. 

Su hijo, Joaquín Pichon-Rivière, psicólogo social como su padre y colaborador de Fernando A. Fabris en la reciente edición de su ‘Obra completa’, es uno de los entrevistados por el cineasta Miguel Kohan en el film de 2016 ‘El francesito. Un documental (im)posible sobre Pichon-Rivière‘. En la película, el filósofo reflexiona: “la gente le tiene miedo a la noche, no porque es oscura sino porque se llena de personajes que no se comprenden, que son diferentes. Y lo diferente, en general, genera rechazo”, y Joaquín Pichon agrega que, en ese sentido, “Pichon [padre] era como un protector, alguien que se sentía muy cerca de la noche”.

Además de rondar la bohemia porteña y estudiar poetas muertos, Enrique Pichon-Rivière se relacionó con el arte encarnando este rol de protector de los diferentes. Fue analista de grandes figuras del ambiente artístico como la poeta argentina Alejandra Pizarnik; quien le dedicó un poema, donde escribe: “Soy tu silencio, tu tragedia, tu veladora. Puesto que sólo soy noche, puesto que toda la noche de mi vida es tuya”.

Pichon-Rivière no era un hombre de academia, era un hombre de praxis. Alguien que le gustaba internarse en la noche para tratar con lo diferente. Su visión de la salud mental y su manera de abordar los tratamientos necesitaba de una nueva distancia que permitiera ver a gran escala. Necesitaba una nueva teoría.

Pichon Riviére
 Enrique Pichon-Rivière se convierte en la década de 1940 en uno de los miembros fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y en la década de 1950 participó en la creación de la Primera Escuela Privada de Psicología Social y del Instituto Argentino de Estudios Sociales (IADES). Creative Commons

Adiós a la ortodoxia

Vivir el mundo de la selva y conocer una otredad tan radical de chico dejó una huella en Pichon-Rivière. La cultura guaraní incluye la locura como una parte del ser cotidiano. Ahí quien delira no es excluido, es una parte más de un conjunto social que lo contiene. Luego de una crisis existencial tras años de divulgación de psicoanálisis en el país, en los años 50 Pichon-Rivière comienza a cortar sus lazos con los principios de disciplina de Freud para proponer un nuevo acercamiento a la psicología. Sus nuevas teorías, siempre “en construcción” y según las cuales los contextos determinan las subjetividades de los sujetos, delinean la transformación de un terreno poco explorado: la Psicología Social. 

Con la fundación de la Escuela de Psiquiatría Social en 1953 y el Instituto Argentino de Estudios Sociales en 1955, Pichon-Rivière comienza a divulgar esta disciplina. En 1958 se da un hito: la Experiencia Rosario. Un experimento social donde participaron mil estudiantes de la Universidad de Rosario que tuvo el fin de problematizar la praxis del psicoanálisis a partir de la experiencia comunitaria. Ahí, Pichon-Rivière acuñó el concepto de “Grupo operativo” y su “Teoría del vínculo”, inaugurando así un acercamiento a la psicología completamente innovador y con un enfoque arraigado en un terreno materialista alejado de, por ejemplo, los conceptos del inconsciente colectivo de Carl Gustav Jung, otra figura suiza importante para el psicoanálisis. 

De esta manera, sus teorías están, además de adelantadas, en sintonía íntima con los postulados pedagógicos del brasileño Paulo Freire, quien, en los años 60, revolucionó las ideas alrededor de la relación de poder entre el educador y el educado. Para Pichon-Rivière era imposible tratar la psiquis del individuo sin pensar en las determinaciones sociales, políticas y económicas que lo definen. Por eso, también sus teorías terminan por vincularse con las críticas a la inhumanidad del trato en los manicomios que realizaría años más tarde el psiquiatra italiano Franco Basaglia. Desde su destino sudamericano, con ideas acerca de la locura que causaron admiración o rechazo, Pichon-Rivière fue a la psicología lo que sus admirados Poètes maudits franceses fueron a la poesía. 

Busto de Enrique Pichon-Rivière. Esta efigie se encuentra en el Hospital Borda, donde se erige como símbolo representativo de la "Escuela de Psicoanálisis del Borda
 Busto de Enrique Pichon-Rivière. Esta efigie se encuentra en el Hospital Borda, donde se erige como símbolo representativo de la Escuela de Psicoanálisis del Borda Maxildsm/Creative Commons

Nacer en Ginebra, morir en Buenos Aires

La vida de Pichon-Rivière no estuvo exenta de turbulencias. En el tiempo en el que su carrera profesional se alejaba de las bases del psicoanálisis, se separó de Arminda Aberastury, pionera del psicoanálisis infantil y adolescente, esposa y madre de sus hijos. Arminda se suicidó años después, después de sufrir una enfermedad de piel. 

Así como su “Teoría del vínculo” propone entender la emergencia de la enfermedad mental como el resultado del interjuego de múltiples factores (biológicos, psicológicos y sociales), los vaivenes de la vida misma de Pichon-Rivière, desde niño a adulto, parecen no poder explicarse si no es a través de esos mismos factores. 

A pesar de las luces y sombras de su vida, su obra sigue siendo estudiada en las escuelas de psicología y psicopedagogía de Latinoamérica. Hoy en día, en Argentina cada 25 de junio se celebra el ‘Día del psicólogo social’. De esta manera, tanto el reciente documental sobre su vida dirigido por Miguel Kohan, como la flamante publicación de su ‘Obra completa’ muestran que Enrique Pichon-Rivière sigue vivo hoy gracias a sus ideas. 

1982: La fallida operación de comandos británicos en Tierra del Fuego para destruir los aviones Super Etendard

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En mayo de 1982, el Escuadrón B del Regimiento 22 del Special Air Service (SAS) del Ejército Británico recibió la orden de realizar una operación de reconocimiento que fue catalogada como “imposible”: debían acceder al suelo continental argentino, ingresar a la Base Aeronaval de Río Grande en Tierra del Fuego y, de ser posible, atacarla. Ese lugar albergaba a la 2.º Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, más famosa por los aviones Dassault-Breguet Super Étendard, y tres misiles AM-39 Exocet, una de las mayores preocupaciones de los británicos en la guerra.

Los Exocet se habían convertido en el principal blanco de Margaret Thatcher, quien al comienzo del conflicto, y gracias a tareas de inteligencia imprecisas, desconocía el verdadero poder de destrucción que los aviones argentinos podrían generar con ellos. De hecho François Mitterand, presidente de Francia, país que le vendió los misiles a la Argentina y donde se entrenaron los pilotos aeronavales que los usarían, le dijo que los aviadores argentinos no contaban con las suficientes horas de vuelo para operar con éxito los misiles. Y, en parte, era cierto. Lo que no sabía el servicio secreto británico es que durante las semanas previas a la guerra la Armada Argentina pudo desentrañar los secretos del misil y aprendió a operarlo de manera efectiva. El 4 de mayo de 1982, Thatcher y el mundo confirmaron la letalidad del misil (el primer Exocet disparado en combate) con el ataque al HMS Sheffield.

Tatcher entonces ordenó de inmediato la “misión imposible”, que se llamó Operation Mikado (japonés para las puertas de los palacios). Designó al brigadier Peter de la Billièreel soldado británico más condecorado hasta ese momento, a cargo de la planificación del asalto. Dos años antes, Billière había sido quien destrabó el asedio e la Embajada de Irán en Londres, salvando la vida de 26 rehenes.

El militar tenía comunicación directa con John “Sandy” Woodward, comandante de la Task Force. Lo llamó y le presentó una idea. Para que Mikado tuviera mayo probabilidad de éxito, quería infiltrar, previamente, otro equipo de SAS en la base de Río Grande, para recabar información sobre la ubicación de los objetivos y los puntos más peligrosos. Esa operación recibió otro nombre, Plum Duff, y hoy es recordada como un “desastre” por expertos británicos.

El 13 de mayo, el Jefe del Estado Mayor británico, Almirante Sir Terence Lewin, dio luz verde a la idea de Billière y le ordenó planificar las dos etapas. Para la primera, Plum Duff, la patrulla iría en helicóptero, sin información sobre la topografía del lugar, ni tampoco sobre las ubicaciones de los puntos en donde podrían ser descubiertos por las tropas argentinas. Billière designó como jefe de la expedición al capitán Andrew Legg.

La escuadrilla aeronaval de pilotos de Super Etendard
La escuadrilla aeronaval de pilotos de Super Etendard

La misión inició el 16 de mayo, en la isla Ascensión. Los comandos, 8 en total, llevaban un equipamiento individual de 2 kilogramos de explosivo C4, fusiles M-15 Armalite y pistolas Browning, además de una pistola silenciosa Welrod. También cargaban carpas, bolsas de dormir y raciones para cuatro días. Después de 13 horas de vuelo, los miembros del equipo se lanzaron en paracaídas y fueron recogidos por el buque auxiliar Fort Austin. Y desde allí fueron trasladados al portaviones HMS Hermes en un Sea King. Y luego, al HMS Invincible.

La mañana siguiente, el comandante de la escuadrilla aeronaval de helicópteros 846, Bill Pollock, reunió a todos los pilotos que tuvieran el adiestramiento necesario para trasladar a los comandos al lugar. Sabía que no sería un vuelo de rutina: iban a atravesar un área desconocida, con mapas desactualizados y en un aparato que hace tanto ruido, que para hablarle al de al lado, hay que gritar. Solo tenían fotos satelitales de escaso valor para el reconocimiento y dos mapas del pueblo de Río Grande. Uno era un atlas escolar de 1930. El otro, fechado en 1942, había sido creado por el Instituto Geográfico Militar Argentino. Lo encontraron en la Universidad de Cambridge. Estaba guardado en una biblioteca desde 1947.

Todos se ofrecieron como voluntarios, pero Pullock tenía que elegir a tres. Seleccionó a Richard Hutchins, Alan “Wiggy” Bennett y Pete Imrie.

Era, sin exagerar, una misión suicida. No se habían previsto muchas cosas, entre ellas, un plan factible de extracción para los ocho hombres que llevarían a cabo la misión.

El mapa con la operación frustrada que publicó el periódico inglés Daily Mail en 2014
El mapa con la operación frustrada que publicó el periódico inglés Daily Mail en 2014

Los tres pilotos, junto a 8 miembros del SAS, partieron hacia la costa argentina el 17 de mayo, en helicóptero, desde 325 millas náuticas de distancia (unos 600 kilómetros) y en un acto improvisado, con órdenes incompletas y muchas dudas. Y para colmo, el mal clima.

El helicóptero partió en la primera hora del día. El clima dentro de la cabina era frío y silencioso. Pero por sobre todas las cosas, tenso. Todos sabían que el Sea King no podía flotar, porque había sido desmantelado por cuestiones prácticas. Además, no llevaban balsas salvavidas. Cualquier inconveniente que tuvieran arriba del agua podía ser una despedida.

“Es difícil describir la situación en la que nos encontrábamos. Habíamos estado volando entre tres y tres horas y cuarto, y al menos dos horas de ese tiempo en el espacio aéreo enemigo. La niebla le daba una mirada irreal a todo lo que podíamos ver, y de mirar alrededor, nos parecía que esta parte de la costa no estaba tan deshabitada como se nos había hecho creer. Nuestros mapas y cartas no mostraban ningún objeto hecho por el hombre, solo una ruta solitaria que serpenteaba el lugar de norte a sur, una milla tierra adentro desde la costa. Sin embargo, había misteriosos destellos de luz que nos rodeaban y evidencia de edificios y de habitantes. La impresión general era que no estábamos solos. Estábamos bien dentro de territorio enemigo en una máquina que hace tanto ruido que tenés que gritar para ser oído, a menos que hables por el intercomunicador. No podíamos darnos el lujo de permanecer allí por mucho tiempo”, recordó Bennet, años después.

Minutos después aterrizaron en la estancia La Sara, a poco más de 40 kilómetros de la base. El capitán Legg tuvo que decidir. Los comandos estaban peligrosamente cerca de la ruta nacional 3 y envueltos en una espesa niebla. Entonces les informó a Hutchins y a Bennet que, en su opinión, la zona de helidesembarco no era segura y que debían dirigirse la frontera con Chile, donde tenían previsto otro punto de aterrizaje, para un caso de emergencia. Pero los pilotos no estaban de acuerdo. Sin embargo, tras unos minutos de debate, decidieron ir hacia la frontera.

El tiempo le terminaría dando la razón a Legg. Esa madrugada, la Central de Información de Combate (CIC) del buque ARA Bouchard había detectado al helicóptero, aunque lo perdió una vez que éste ingresó a Tierra del Fuego. En estado de alarma, los Batallones de Infantería de Marina Nº 1 y Nº 2 al mando del capitán de fragata Miguel Pita, se despacharon hacia todos lados en busca de los ingleses. Muchos años después, un miembro del SAS describió las dimensiones de esta cacería: 3000 hombres contra 8.

El Sea King despegó y, a los 6 metros de altura, perdió todo contacto visual con el suelo. No se veía nada. Se dirigió a toda marcha rumbo oeste, atravesando la espesa niebla y sin tener la menor referencia del terreno que sobrevolaba. Estuvo a punto de ser descubierto. Fue iluminado por un reflector. Pero siguió camino. Diez minutos luego, cruzaron la frontera; el peligro había pasado, por el momento. En ese momento la tripulación arrojó todas sus armas al agua.

Decidieron volar un poco más, a lo largo de la costa chilena, para asegurarse de aterrizar en un lugar desierto. Los comandos estaban solos, perdidos y a más de 100 kilómetros del objetivo.

La mañana del día siguiente, 18 de mayo, inspeccionaron el terreno. Seguían sin poder precisar dónde estaban. Llamaron a sus superiores por teléfono satelital para informar su situación y solicitaron reabastecimiento de agua y comida. Por su lado, Hutchings, Bennet e Imrie continuaron vuelo, en búsqueda de un lugar donde pudieran destruir el Sea King.

Intentaron hundirlo en una caleta, al sur de Punta Arenas, pero no lo lograron. Entonces lo prendieron fuego. El ruido, sin embargo, delató su presencia, alertando a dos lugareños, Víctor Soto y Luis Arteaga. Estos encontraron los restos y avisaron a los carabineros. La noticia se difundió rápidamente y apareció en los medios de comunicación. Los tres tripulantes se alejaron del lugar.

Pocas horas después llegó la llamada a la embajada británica en Chile. Las autoridades chilenas informaron que un helicóptero Sea King de la Royal Navy había sido incendiado deliberadamente cerca de Punta Arenas. Y le pidieron que explicara qué hacía ese helicóptero en Chile. La respuesta fue que no sabían nada al respecto, pero prometieron investigar y dar respuestas pronto. Explicaron el incidente con una excusa: el helicóptero estaba en una misión de reconocimiento de rutina, tuvo problemas de navegación y comunicación, y debido a las malas condiciones meteorológicas, se desorientó. Al quedarse sin combustible, aterrizó en el primer lugar posible, creyendo que estaban en Argentina. Siguiendo el protocolo, destruyeron el helicóptero para evitar ser capturados por el enemigo. Los chilenos entendieron.

Mientras tanto, Hutchings, Imrie y Bennett y el resto de los SAS subsistían en los fríos bosques patagónicos.

Finalmente, el 25 de mayo, la tripulación se entregó en el poblado de Parrillar: Hutchings, Imrie y Bennett donde fueron detenidos por carabineros y trasladados a Punta Arenas. Legg y sus 8 hombres siguieron sobreviviendo en la naturaleza, a la espera de que les dijeran si debían proceder con la misión o no.

Los tripulantes fueron transportados por aire a Santiago de Chile, donde esperaban poder sacarlos del país lo más discretamente posible. Se les proveyó alojamiento en un domicilio particular para evitar el contacto con la prensa. Pero este sería inevitable.

La incómoda e inesperada presencia de la tripulación británica en Chile generó mucho ruido. Al final, todas las partes coincidieron en que sería mejor blanquear la situación a la opinión pública en una conferencia de prensa. Y luego sacar a los comandos del país abierta y legalmente.

La conferencia se llevó a cabo en la recepción de la Embajada Británica. Hutchings y la tripulación aparecieron sentados detrás de un escritorio, vestidos de civil. El único en hablar ante los periodistas fue Hutchings. Leyó, en inglés, una declaración previamente preparada. Esta repetía la historia que se les había transmitido a los chilenos. En nombre de sus camaradas, Hutchings se disculpó por haber ingresado ilegalmente en el país y aclaró que habían sido muy bien tratados por las autoridades chilenas y que estaban muy agradecidos por la ayuda recibida. Al día siguiente, volaron de regreso al Reino Unido.

Los 3 pilotos en la conferencia de prensa
Los 3 pilotos en la conferencia de prensa

Mientras tanto, los ocho hombres del SAS esperaban. Sin comida, sin equipo de comunicaciones. Su única opción era contactar al cónsul británico en Punta Arenas para recibir algún tipo de asistencia. El 26 de mayo dejaron atrás todo su armamento, iniciando una larga caminata hacia la localidad chilena de Porvenir.

Una vez allí, encontraron una pequeña casa prefabricada con un teléfono desde el cual lograron contactar al cónsul británico. Este los atendió de mala gana. Se estaba enterando de todo en ese mismo momento. Tras escucharlos, les sugirió que se entregaran. Los comandos, desconcertados por la falta de cooperación del cuerpo diplomático, alquilaron una habitación en el pueblo.

Esa noche, Legg salió a caminar. Mientras pasaba frente a un pequeño restaurante con las puertas abiertas, vio, para su sorpresa, los rostros familiares de Pete Hogg, Brummie Stokes y Bronco Lane, los miembros del SAS que supuestamente estarían a cargo de extraerlos. Rápidamente, reunieron al resto y los alojaron en una precaria vivienda de la localidad. Todo parecía encaminarse hasta que Hogg les anunció: “Cuando se recuperen, se les ordenará cruzar la frontera de regreso para completar la misión. La operación Mikado del Escuadrón B todavía sigue en pie”. Nadie podía creer lo que oían, pero esas eran las órdenes.

Pero eso no sucedió. En la mañana del 30 de mayo, los ocho SAS fueron llevados a Santiago, donde les tenían preparada una casa segura.

El 8 de junio, Legg y su equipo volaron de regreso al Reino Unido. Se les informó que ya no formarían parte de la campaña.

Mariano Chaluleu

Sorprendido por las bajas temperaturas, el gobierno corta el suministro de gas a las industrias y al transporte

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El interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares, declaró la pre-emergencia del sector e instruyó a todas las transportistas y distribuidoras a proceder al corte de los servicios interrumpibles de gas, ante el riesgo de desabastecimiento por las bajas temperaturas. La medida afecta a estaciones de servicio que comercializan GNC, industrias y grandes comercios.

“La prestadora de Distribución deberá informar bajo declaración jurada ante esta Autoridad el volumen correspondiente a la demanda prioritaria insatisfecha por zona de entrega. Sobre la citada apertura, las Licenciatarias de Transporte deberán identificar, cuantificar y proceder al corte de los servicios interrumpibles que fuera estrictamente necesario de acuerdo a sus evaluaciones técnicas y operativas, atendiendo el criterio de eficacia de forma tal que el corte de los servicios de transporte interrumpible (TI) tenga un efecto inmediato en su linepack y, por ende, en las presiones de entrega de los city gates afectados”, dice la carta que califica la situación actual como de “pre emergencia”.

La demanda actual está en torno a los 80 millones de m3 diarios, cuando en esta época se suele ubicar en los 60 millones, y las perspectivas para el fin de semana es que podría seguir aumentando.

La semana pasada ya se le cortó el suministro a estaciones de servicio en más de cien localidades en distintas provincias y la situación se profundizó en las últimas horas. En la provincia de La Pampa y en la ciudad de La Plata todas las estaciones habían contratado gas con la modalidad de servicio interrumpible. Por lo tanto, se quedaron sin fluido y debieron cerrar sus puertas.

A las industrias con servicio interrumpible se les está cortando el servicio y en la provincia de Córdoba también se les está cortando a industrias que contrataron servicio firme con ventana, una modalidad que permite cortar solamente por un tiempo acordado y avisando previamente. Es un contrato que tiene un poco más de seguridad que el interrumpible.

Si bien las temperaturas pronosticadas están por debajo de lo habitual para esta época del año, el gobierno se vio sorprendido por la situación ya que las plantas comprensoras para ampliar la capacidad del Gasoducto Néstor Kirchner no están terminadas y la importación prevista se quedó corta. No se está pudiendo traer energía de Brasil por el desastre que provocaron las inundaciones, Embalse está fuera de servicio y los stocks de Cammesa están en límites muy bajos.

Enargas también le ordenó a Transportadora Gas del Norte y Transportadora Gas del Sur que corten el servicio de transporte interrumpible que tenía contratado Cammesa para obligar a la empresa a quemar más combustibles líquidos en lugar de seguir consumiendo gas natural. Es algo habitual en medio de una ola de frío, aunque llama la atención Enargas no haya coordinado directamente con Cammesa para gestionar un desbalance de casi 8 millones de m3 diarios.

Más importaciones

En este contexto crítico, Cammesa se vio forzada a salir el lunes a licitar de urgencia la compra de 12 cargamentos de fueloil y gasoil para hacer frente al aumento del consumo, lo que demandará unos 500 millones de dólares más de lo previsto en materia de importación de energía. En el gobierno están esperando que el martes ingrese un barco con GNL en Bahía Blanca.

Cammesa traerá 7 cargamentos de 50.000 m3 de gasoil cada uno y 5 cargamentos de fueloil por 200.000 toneladas en total. «La primera ventana para entregar gasoil que definió el tender es en los primeros días de junio. Salvo que algún trader o petrolera internacional cuente con un barco que de casualidad esté navagando cerca de Buenos Aires, es difícil que Cammesa consiga ofertas y si lo hace, el precio que deberá pagar será bastante más caro que el de mercado», explicaron desde una petrolera.

Dos ingenieros nucleares del Balseiro a la CNEA. AgendAR se pregunta cómo sigue

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Con kilometraje previo en investigación, docencia y dirección de proyectos, dos ingenieros nucleares del Instituto Balseiro asumieron los cargos de presidente y vicepresidente de la CNEA.


Germán Guido Lavalle entró a la carrera de Ingeniería Nuclear del Instituto Balseiro (la única en la región) en 1984. Luis Rovere había egresado un año antes de la misma. Desde mayo de 2024, son el presidente y el vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Tienen trayectoria en investigación, innovación, docencia y gestión de proyectos tecnológicos e instituciones académicas.

Aquí hay una entrevista que les hizo la gente de prensa de la CNEA en el canal de Youtube del Balseiro (bit.ly/youtubebalseiro).

Guido Lavalle, doctorado en ingeniería nuclear, considera un orgullo presidir la CNEA. “Estar en este lugar en este momento es un honor y una responsabilidad muy grande. Entendemos que hay una oportunidad enorme de hacer cosas por la relevancia que la energía nuclear y sus aplicaciones tienen, y por las capacidades enormes, particularmente de recursos humanos, que tiene la Comisión de Energía Atómica”. El CV de Guido Lavalle dice que fue rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y que fundó su propia empresa de tecnología.

Rovere dice que la CNEA dispone de una enorme cantidad de recursos, laboratorios e ideas que surgen todo el tiempo, y que el desafío es articularlas, potenciarlas y darles impacto en la economía del país. Fue gerente del Centro Atómico Bariloche, dentro del cual está incubado el Balseiro, y hasta hace días dirigió la Fundación Intecnus de Bariloche. Paradójicamente, Intecnus, fundada por la CNEA, es el único servicio de medicina nuclear de toda Río Negro, la provincia donde hace 74 años, la Argentina inició sus primeras tentativas de tener un programa nuclear.

«El Balseiro me enseñó a pensar«

Otra pregunta que respondieron ambas autoridades fue qué enseñanza principal del Balseiro aplicaron en sus trayectorias profesionales. “El Balseiro me enseñó a pensar”, respondió Guido Lavalle y contó que después de doctorarse, trabajó en el campo de la simulación con modelos computacionales, en el análisis de seguridad de la Central Nuclear Atucha.

“Modelar es entender las relaciones causales entre distintas variables, entre distintos parámetros. Los ingenieros tratamos de poner esas relaciones en una ecuación para explicar, por qué, por ejemplo, la Tierra atrae un objeto o por qué funciona un reactor nuclear. Entonces a mí el instituto me enseñó a hacer eso, construir modelos, buscar esas relaciones causales entre las cosas y en este caso, llevarlo a una aplicación concreta que es cómo reacciona un reactor nuclear”, contó Guido Lavalle.

Para Rovere, la enseñanza principal que le dejó el Balseiro fue la enseñanza experimental. “Para mí es haber estado expuesto durante la carrera a diferentes temas y a la fantástica opción de tener laboratorios disponibles. En esa época inclusive estaban abiertos los laboratorios 24 horas. Estabas haciendo un informe un sábado a la noche y resulta que había un punto en una curva que no daba exactamente. Volvías al laboratorio a medir o ibas a la biblioteca, sacabas el libro, dejabas la tarjetita en el buzón. Era una cosa única que, bueno, realmente dio un contexto de aprendizaje fantástico”, dijo.

“Si uno pudiera resumir en una sola variable, en un solo producto, el más significativo, diría que sería el perderle miedo a hacer cosas nuevas (…) Aprender a interactuar con otras personas, con el equipo, con el afuera. Es esa valentía o ese coraje de no arrugar frente a desafíos”, sintetizó Rovere, quien a inicios de su carrera profesional también trabajó en modelado de reactores, en su caso en los Estados Unidos.

En la entrevista completa, que se puede ver en el canal principal de YouTube del Instituto Balseiro, también cuentan detalles sobre sus trayectorias profesionales. Ambos han desarrollado extensas carreras dando clases y también administrando proyectos de distintos sectores, incluyendo la salud como en el caso de Rovere o la Inteligencia Artificial en el caso de Guido Lavalle.

En el video, ambos opinan, con la perspectiva de haberse egresado hace cuatro décadas y ahora dirigir la CNEA, sobre qué significa el Balseiro para el país, cuáles son los desafíos centrales en la nueva etapa de gestión de la CNEA y qué consejo les darían a estudiantes que se están formando en carreras afines. Para mirar la entrevista completa, publicada en la serie “Visitas IB”, se puede ingresar a este link: bit.ly/youtubebalseiro01

Opinión de AgendAR:

Ninguna objeción de nuestra parte a estos dos nombramientos en la CNEA. Son gente sólida, del ambiente nuclear y bien conceptuada.

No es llamativo que al gobierno de Javier Milei le haya costado casi medio año encontrar gente con muy buena curricula y capaz de poner la cara por un gobierno explícitamente anticientífico, económicamente extractivista y geopolíticamente, pro-colonial. No sabemos cómo puede resolverse esta contradicción y no hacemos apuestas.

En una reciente entrevista en Econojournal, Guido Lavalle tomó ya una primer decisión importante: hará una revisión crítica de diseño de la centralita nuclear compacta CAREM, cuya construcción Milei paralizó el mes pasado, tras echar a casi 600 trabajadores, técnicos y expertos de la obra. Revisiones críticas de diseño el CAREM tiene muchas, y de ellas resultaron bastantes cambios de ingeniería básica: otra más no le puede hacer daño.

En los proyectos complejos e innovadores, en que el diseño es tentativo, uno va despacito y por las piedras, como cruzando un río bravo. Hay varios componentes metálicos del CAREM que todavía deben ser probados no ya en modelos computados si no en la realidad física, notoriamente los generadores de vapor.

Pero en este proyecto sobran rivales internacionales, muchos de los cuales copiaron sin problemas la ingeniería básica del CAREM, notoriamente en Corea y EEUU. Salvo China, que acaba de terminar el Linglong, todo lo que los otros contendientes son planos, cálculos, promesas, sobrecostos, alguna que otra quiebra y nada tangible. Nosotros tenemos una obra, detenida por Mauricio Macri, y hoy vuelta a interrumpir por Javier Milei. Urge llegar antes que nuestros competidores a una centralita terminada, activa y conectada a red. El primero que lo logre tendrá un «show room» para recibir visitantes internacionales expertos, eventuales inversores, y empezar a tejer un camino crítico hacia despliegue de unidades comerciales y exportaciones.

No es nada que la Argentina no haya hecho antes: la inaguración del RA-6, un pequeño reactor multipropósito y mayormente académico, construido por INVAP para la CNEA e inaugurado en 1982, disparó ventas internacionales inmediatas: dos reactores en Perú, el RP-0 y RP-10 terminados en 1987, y después la venta de unidades a Argelia, Egipto, Australia, Arabia Saudita y Holanda.

El de Australia, inagurado en 2006 en Sydney y llamado OPAL, es todavía considerado el mejor del mundo en su tipo, y como fábrica de radioisótopos médicos, llegó a copar el 40% del mercado mundial. El de Holanda, que está en su primer año de obra en Petten, sobre las playas del Mar del Norte, en 2030 empezará a hacerle una fuerte competencia, pero hay lugar porque la medicina nuclear es un mercado que viene creciendo un 8,8% anual. INVAP es, por ahora, el más exitoso fabricante y constructor de reactores nucleares del mundo. Sin el pequeño RA-6, nada de esta trayectoria habría existido. La red global de oficinas de INVAP puede ser muy útil no sólo para vender el CAREM, sino construirlo.

Lo que no tenemos, es un demostrador tecnológico terminado y entregando potencia a la red, y que se pueda medir, entre otras cosas, su factor de disponibilidad.

Bienvenidas las revisiones técnicas del proyecto CAREM. Pero como en su trayectoria, desde su presentación en 1984 no le han faltado enemigos ni palos en las ruedas, si ésta revisión se hace sin reanudar la construcción de la obra civil y la fabricación de componentes metálicos esenciales, es trampa. Y si en esa revisión pintan consultoras extranjeras, también es trampa.

Por ahora, y por ser nacidos y criados en el Programa Nuclear Argentino, Agendar está dispuesto a pensar bien, y que Guido Lavalle y Rovere se quedan en la trinchera en el peor momento. El que viva, lo verá, como suele decir Abel Fernández, el dueño de AgendAR.

Hablando de lo cual, el RA-10 se acaba de parar nuevamente, en su predio de Ezeiza. Otra vez sopa. Para sorpresa de nadie.

No es una central nuclear compacta, aunque por su potencia térmica (30 MW) podría ser una en miniatura. El RA-10 es un animal de otra especie: un reactor multipropósito, una universidad nuclear al servicio de distintas ciencias e ingenierías, un exportador de silicio irradiado para la industria microeléctrónica, y por sobre todo, una considerable máquina de fabricar radioisótopos médicos e industriales.

En este mercado, competirá contra el OPAL australiano y el holandés en Petten… ambos también de diseño y fabricación argentinos. Para sorpresa de muchos argentinos, somos los grandes expertos en este tipo de plantas. Por eso, con el reactor a mitad de obra, en 2017, ya había clientes tratando de asegurarse su producción. Macri paró la obra, por supuesto. ¿No lo iba a hacer Milei?

Faltaba un año y medio para terminarlo y empezar a facturar U$ 90 millones/año en radioisótopos médicos, sin contar venta de servicios. El RA-10 puede, por capacidades, capturar fácilmente el 20% del mercado mundial de radioisótopos, valuado en U$ 9920 millones/año en 2024, y con una expansión prevista a U$ 14.770 millones en 2029. En suma, de haberse terminado en 2018, según lo previsto, con una buena campaña de ventas el techo hoy podría estar vendiendo y exportando U$ 2000 millones/año, eso sin contar servicios de irradiación de silicio para la industria electrónica, y de testeo con haces de neutrones de nuevos materiales, no necesariamente nucleares.

La verdad es que el RA-10, por potencia y diseño, puede ganar bastante más que eso. Puede pagar su construcción en 4 años de ventas, y durar en servicio sin grandes reingenierías 56 años más, facturando.

Guido Lavalle y Rovere pueden ser recordados como los que terminaron el RA-10 y dejaron el CAREM casi a inaugurar.

O no.

Daniel E. Arias

La diplomacia de Elon Musk: Milei, Bolsonaro, Modi

Elon Musk ha creado una constelación de jefes de Estado aliados —Javier Milei en Argentina, Narendra Modi en India— para impulsar sus políticas y expandir su imperio empresarial.

Unos minutos después de que se hizo evidente que Javier Milei había sido elegido presidente del segundo país más grande de América del Sur, en noviembre, Elon Musk publicó en la red social X (antes conocida como Twitter): “La prosperidad está por venir en Argentina”.

Desde entonces, Musk ha seguido usando X, la red social de la que es dueño, para alentar a Milei. El multimillonario ha compartido videos en los que el presidente argentino ataca la “justicia social” con sus 182 millones de seguidores.

Musk ha ayudado a convertir al belicoso libertario en uno de los nuevos rostros de la derecha moderna. Pero fuera de línea, ha aprovechado esta relación para ejercer presión y obtener beneficios para sus otras empresas, la fabricante de automóviles eléctricos Tesla y la constructora de cohetes espaciales SpaceX.

“Me llamó Elon Musk”, afirmó Milei en una entrevista por televisión unas semanas después de asumir el cargo. “Está sumamente interesado en el litio”.

Musk ha declarado que el litio —el elemento blanco-plateado que es el principal componente de las baterías de los autos de Tesla— es “el nuevo petróleo”. Tesla lleva mucho tiempo comprándole litio a Argentina, que es el segundo país con mayores reservas. Ahora, Milei presiona para que las mineras internacionales de litio reciban beneficios importantes, lo que probablemente le daría a Tesla un flujo más estable —y quizá más barato— de uno de los recursos más vitales para la empresa.

Milei se ajusta a un patrón que sigue Musk de fomentar relaciones con una constelación de jefes de Estado de derecha, con beneficiarios muy claros: él mismo y sus empresas.

Musk, de 52 años, ha utilizado en repetidas ocasiones una pieza de su imperio empresarial —la red social X— para expresar su apoyo a políticos como Milei, Jair Bolsonaro de Brasil y Narendra Modi de India. En la plataforma, Musk ha respaldado sus posturas en temas de género, ha celebrado su oposición al socialismo y ha confrontado con agresión a sus enemigos. Musk incluso cambió personalmente las políticas de contenido de la plataforma X de una forma que pareció beneficiar a Bolsonaro, según dijeron dos exempleados de la plataforma.

Musk, a su vez, ha presionado y obtenido ventajas corporativas para sus empresas más lucrativas, Tesla y SpaceX, según un análisis de The New York Times. En India, logró que se le cobraran aranceles menores por la importación de los vehículos de Tesla. En Brasil, abrió un importante mercado nuevo para Starlink, el servicio de internet por satélite de SpaceX. En Argentina, aseguró el acceso al mineral más crucial para las baterías de Tesla.

El respaldo de Musk les ha dado a muchos jefes de Estado nacionalistas y de derecha más prestigio internacional, el cual no han dudado en promocionar como una validación de sus políticas y popularidad.

En septiembre de 2015, Musk recibió a Modi en la fábrica de Tesla en Fremont, California. Modi, político nacionalista indio, había sido electo primer ministro de India un año antes, cuando su partido, Bharatiya Janata, arrasó para llegar al poder, y visitaba Estados Unidos para reunirse con líderes empresariales.

Musk y Modi posaron para las fotos cerca de un flamante automóvil rojo Model S. Comentaron que los “paneles solares y las baterías” podrían brindar electricidad a regiones rurales de India sin necesidad de líneas eléctricas, señaló Musk en ese entonces.

“Comprendí su visión”, dijo más tarde Modi.

Fue una de las primeras instancias en que Musk sostuvo una reunión en público con un líder nacionalista. Además, fue el principio de un plan a largo plazo con Modi, relación que tardó años en desarrollar y comenzó a redituarle a Musk después de que compró Twitter..

Narendra Modi stands at a lectern in a stadium filled with people.
El primer ministro indio, Narendra Modi, el año pasado. En 2015 visitó a Musk en una fábrica de Tesla en Fremont, California.Credit…Atul Loke para The New York Times

India podría ser un mercado masivo para Tesla, que necesita incursionar en regiones nuevas para crecer. Pero ese país prácticamente prohibió los vehículos eléctricos construidos por fabricantes extranjeros. En años recientes, los aranceles impuestos en India a los vehículos eléctricos importados han aumentado hasta un 100 por ciento.

Musk recurrió en un principio a la diplomacia personal tradicional: se reunió con Modi y les ordenó a los empleados de Tesla estrechar relaciones con algunos funcionarios.

Después de que Musk compró Twitter en 2022, aprovechó su nueva palanca. La plataforma, renombrada como X, se utiliza ampliamente en India —hasta Modi lo hace y tiene casi 98 millones de seguidores— y es un foro importante de debate político.

Musk se reunió en persona con Modi de nuevo en junio pasado, cuando el primer ministro visitó Nueva York. Se identificó como “fan de Modi” y afirmó que Modi estaba “alentándonos a hacer inversiones significativas en India, algo que planeamos hacer”.

Para entonces, los empleados de Tesla de nuevo sostenían conversaciones con los asesores de Modi sobre una reducción de los aranceles y una inversión en India, según indicaron dos personas familiarizadas con las conversaciones. Rohan Patel, quien era vicepresidente de política pública y desarrollo comercial de Tesla, viajó a India en varias ocasiones. Por su parte, Piyush Goyal, ministro de Comercio de India, visitó la fábrica de Fremont en noviembre.

En enero, Musk publicó en X que India debería recibir un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que reforzaría la posición internacional de India. “Que India no tenga un lugar permanente en el Consejo de Seguridad, a pesar de ser el país más poblado del planeta, es absurdo”, escribió Musk.

Todo parece indicar que Modi se percató del comentario. Dos meses después, India anunció que había decidido reducir algunos aranceles de importación para los fabricantes de automóviles eléctricos que se comprometieran a asignar por lo menos 500 millones de dólares a la producción de vehículos en el país. La política redujo los aranceles del 100 al 15 por ciento del precio de cada automóvil, específicamente para los vehículos eléctricos con un precio superior a 35.000 dólares.

La descripción se ajusta a Tesla a la perfección. Sus automóviles Model 3 tienen un precio de 38.990 dólares.

Para 2021, Musk ya aplicaba una táctica similar para introducir el servicio de internet de su red de satélites Starlink en Brasil, gobernado en ese entonces por Bolsonaro, presidente populista de derecha elegido tres años antes. En esa época, Starlink estaba en pañales, con menos de 150.000 usuarios en 25 países.

En octubre de 2021, Fábio Faria, ministro de Comunicaciones de Brasil y uno de los organizadores de la campaña de reelección de Bolsonaro, le envió una carta a Musk en la que le decía que “Starlink y Brasil pueden ser excelentes aliados”, según consta en correspondencia obtenida por las leyes de transparencia de información del país.

Semanas más tarde, Faria visitó a Musk en Texas. Tras su regreso a Brasil, Faria presionó a los reguladores para que aprobaran a Starlink. En cierto momento, instó a la agencia espacial de Brasil a mantenerse al margen de cualquier debate sobre los satélites de SpaceX en el país, según testificó más adelante ante el Congreso Nacional de Brasil.

Los reguladores de Brasil aprobaron la operación de Starlink en diciembre de 2021, siete meses después de presentada la primera solicitud del servicio. Fue la más rápida de las cinco aprobaciones que los reguladores les otorgaron a prestadores de servicios de internet por satélite.

Musk ayudó más tarde a Bolsonaro, cuando enfrentó una difícil batalla en su campaña de 2022 por la reelección.

El 20 de mayo de ese año, Musk hizo un viaje sorpresa a Brasil para hacer un anuncio importante con el presidente. Starlink iba a llegar al país y planeaba ofrecerles acceso a internet a 19.000 escuelas rurales, además del monitoreo ambiental de la Amazonía, según indicaron durante un evento en un complejo hotelero cerca de São Paulo. Bolsonaro le entregó a Musk una medalla y lo llamó una “verdadera leyenda de nuestra libertad” por su oferta de ese año para comprar Twitter..

A black-and-white photograph shows Mr. Musk shaking hands with Jair Bolsonaro.
En mayo de 2022, Musk se reunió con Jair Bolsonaro, presidente de Brasil en ese momento, en un complejo turístico cerca de São Paulo, para hacer un anuncio sobre Starlink y las escuelas brasileñas.Credit…Ministerio de Comunicación de Brasil, vía via Associated Press

Pero solo había un inconveniente: el plan de ofrecerles conexión a las escuelas nunca se concretó, explicó Carlos Baigorri, principal regulador de telecomunicaciones de Brasil, quien ayudó a aprobar el ingreso de Starlink en el país. “En realidad no creo que siquiera haya existido”, comentó acerca del plan.

Musk y Bolsonaro se beneficiaron de cualquier manera. Musk había atrincherado a SpaceX en un mercado vital, en el que Starlink tiene ahora 150.000 cuentas activas, según la reguladora de telecomunicaciones de Brasil. La campaña de Bolsonaro logró promover la agudeza comercial del presidente y presentarlo como defensor de la Amazonía antes de las elecciones.

El favor de Musk no evitó que Bolsonaro perdiera la presidencia ante Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de izquierda de Brasil, en octubre de 2022. Pero en unas semanas, Musk, que acababa de concretar su acuerdo para comprar Twitter, intentó de nuevo ayudar a Bolsonaro.

Los partidarios de Bolsonaro habían comenzado a impulsar acusaciones en Twitter de que algunos jueces brasileños habían inclinado la balanza en las elecciones cuando les ordenaron a las redes sociales eliminar publicaciones y cuentas con ideología de derecha. Mientras estaban instalados frente a bases militares para exigir la anulación de las elecciones, Musk alimentó sus sospechas dando a entender que los antiguos jefes de Twitter habían contribuido a la derrota de Bolsonaro.

“Es posible que algunos empleados de Twitter les hayan dado preferencia a los candidatos de izquierda”, publicó en diciembre de 2022, sin mencionar ninguna evidencia. Más tarde, escribió que la empresa “quizá tenga personas en el equipo de Brasil con un fuerte sesgo político”.

En 2022, uno de los proveedores de litio de Tesla anunció una inversión de 1100 millones de dólares para ampliar sus operaciones en Argentina. Desde entonces, Musk ha mostrado gran interés en la política argentina ―particularmente en Milei―, lo que ha generado uno de los bromances o “romance entre hermanos” más evidentes entre las relaciones políticas de Musk.

Milei, economista libertario y comentarista de televisión, promovió durante su campaña la idea de sacar al gobierno de la economía y establecer una relación más estrecha entre Argentina y Estados Unidos. Al igual que Musk, insulta con frecuencia a sus críticos, tiene un hábito intenso con las redes sociales y está muy preocupado por la amenaza de la cultura progre.

Unos días antes de la toma de posesión de Milei en diciembre, hablaron directamente por primera vez y Musk le preguntó sobre el litio de Argentina. En los meses posteriores, Milei ha impulsado legislación que haría mucho más atractiva la extracción de litio en Argentina para los inversionistas extranjeros.

Su proyecto legislativo de gran envergadura, que le otorgaría, durante el año próximo, amplias facultades en situación de emergencia sobre la economía y la energía de Argentina, incluye un gran beneficio para Tesla: incentivos significativos para inversionistas extranjeros con proyectos grandes, en especial en la industria minera.

Esas empresas recibirían recortes fiscales sustanciales, exenciones de impuestos aduaneros y beneficios de cambio de divisas, así como certidumbre fiscal y regulatoria por un periodo de 30 años. Es probable que califique el proveedor de litio de Tesla. En tal caso, el plan de Milei le daría a Tesla una estabilidad y predictibilidad inusuales en cuanto a su acceso a litio en Argentina por lo menos hasta 2054.

La propuesta fue aprobada en la cámara baja del Congreso de Argentina el 30 de abril.

A black-and-white photograph showing Javier Milei standing with Mr. Musk, both with thumbs up on both hands.
Imagen distribuida por la oficina del presidente de Argentina, Javier Milei, quien viajó a Austin, Texas, en abril para visitar a Musk en una fábrica de Tesla.Credit…Presidencia de Argentina/Reuters

Musk ya ha visto otros dividendos de Milei. En uno de sus primeros actos como presidente, Milei aprobó una orden ejecutiva con 366 disposiciones. Cuando sintetizó los puntos clave de la orden en un discurso por televisión, Milei mencionó solo una marca corporativa específica: Starlink.

SpaceX había intentado lograr la aprobación de Starlink en Argentina desde 2022, pero estaba en un atolladero burocrático. Milei no tardó en reducir las regulaciones aplicables al internet por satélite, lo que le permitió a Starlink arrancar operaciones en el país en marzo.

CONICET: todo bien con los papers, pero la ciencia argentina debe patentar más

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“En un país con el 50% de la población viviendo por debajo de la línea de pobreza, tenemos que apostar a la innovación científico-tecnológica. No podemos perder cuatro años más. ¿Qué esperamos?”

Esta pregunta obsesiona a Hugo Menzella, doctor en biología molecular, profesor, tecnólogo y emprendedor, una especie de genio loco acostumbrado a remar contra la corriente y el status quo. En un sistema científico que solo evalúa a sus investigadores por publicar papers y no por patentar sus hallazgos y transformarlos en tecnologías y productos innovadores para generar riqueza económica para el país, él se empecinó en patentarlos, asociarse a inversores privados y junto a sus colegas de la Universidad de Rosario crear empresas de base científico-tecnológica como Keclon. En 2021 inauguraron una fábrica modelo en San Lorenzo, Santa Fe, que utiliza herramientas de ingeniería genética, biología sintética y técnicas de evolución dirigida para producir enzimas para las industrias alimenticia, oleoquímica y farmacéutica. Una enzima que lanzaron al mercado recientemente incrementa la producción de aceite de soja en un 2,5%. Rovena y Molinos Agro, dos de las mayores aceiteras del mundo, ya la usan.

«Salvo honrosas excepciones, hasta ahora la mayoría de las autoridades y científicos del Conicet, así como los gobernantes que definieron la política del sector, no han apostado a la innovación científico-tecnológica como motor del desarrollo productivo de nuestro país»

La Argentina produce 10 millones de toneladas de aceite al año. Las tecnologías desarrolladas por Keclon permiten obtener más aceite y una mayor valorización de otros subproductos de la industria aceitera. “Considerando los mínimos y máximos de la cotización internacional del aceite de soja en los últimos cuatro años, esto equivale a un ingreso adicional de divisas para el país de entre 250 y 500 millones de dólares”, explica Menzella. “Es el doble del presupuesto del Conicet. Si hubiera 100 empresas como Keclon, la ciencia argentina podría generar miles de millones de dólares al año para sacar a millones de personas de la pobreza y a la vez autofinanciar el Conicet”.

Salvo honrosas excepciones, hasta ahora la mayoría de las autoridades y científicos del Conicet, así como los gobernantes que definieron la política del sector, no han apostado a la innovación científico-tecnológica como motor del desarrollo productivo de nuestro país. Es lo que hacen todas las naciones desarrolladas del planeta y también las que se deciden a serlo. Desde Estados Unidos a China, de Japón a Corea del Sur, de Israel a Canadá, Alemania, Islandia, Estonia, Noruega, Suecia, Finlandia e Irlanda. La lista es cada vez más larga. Estos países comprendieron que el conocimiento es la base del progreso económico y social sostenido, no los recursos naturales. Los commodities, como la soja, el petróleo y la minería, nos permitirán salir del pozo y mantener lo que ya existe si no los castigamos con retenciones y precios distorsivos. Pero si queremos crecer a tasas aceleradas, reducir la pobreza y apostar al progreso sostenido, tenemos que enriquecer nuestra matriz productiva. Hasta los jeques de Arabia Saudita, conscientes de que el petróleo tiene los días contados, están modernizando su país y quieren convertirse en líderes mundiales en inteligencia artificial. Ellos tienen que empezar de cero. Nosotros, en cambio, tenemos una larga tradición científica con tres premios Nobel e investigadores y emprendedores valorados en todo el mundo. ¿Qué esperamos?

El gobierno actual, para evitar una hiperinflación, decidió aplicar un ajuste feroz en todos los organismos públicos. Pero Menzella opina que al Conicet hay que reestructurarlo, no destruirlo: “Hay un montón de cosas que están mal y hay que cambiar, pero la innovación científico-tecnológica es nuestra última esperanza”.

«Menzella es más categórico aún. Sostiene que publicar hallazgos sin patentarlos previamente es ‘una estafa al Estado argentino’»

Su experiencia demuestra, como la de un puñado de científicos y emprendedores tecnológicos pioneros, que la ciencia argentina es uno de los tesoros inexplorados que puede sacar al país de la decadencia de décadas. Solo hace falta un cambio de mentalidad y de dirección. Por nombrar a algunos de los ejemplos más destacados: la investigadora Raquel Chan, que desarrolló semillas tolerantes a la sequía e impulsó a Bioceres, empresa de biotecnología que hoy cotiza en Wall Street. El matemático Emiliano Kargieman, de Satelollogic, que está creando una constelación de nanosatélites alrededor de la Tierra. Cites, incubadora y fondo de inversión creado por Sancor Seguros en Sunchales, una ciudad de 25.000 habitantes, para transformar ciencia en negocios de impacto. Galtec, empresa de medicamentos oncológicos de última generación desarrollados enteramente en el país y liderada por Gabriel Rabinovich, uno de los científicos más prestigiosos de la Argentina; y el desarrollo, por parte de equipos del Conicet junto con investigadores de otras instituciones, de una molécula para combatir el Parkinson, patentada en Estados Unidos y la Unión Europea.

Ceguera ideológica

“El Conicet está sentado sobre una mina de diamantes y no se da cuenta”, afirma el experto israelí Oren Gerschtein, socio de Cites. El especialista, de Tel Aviv, se asombra ante la poca vocación que ha demostrado hasta ahora nuestro país para impulsar la transferencia tecnológica, como se denomina al proceso por el cual se vincula a los investigadores con empresarios e inversores interesados en crear y financiar empresas, productos y servicios de alto valor a partir de sus hallazgos. “Parte de las ganancias que generan esos emprendimientos después vuelven al Estado en forma de impuestos y a los científicos y sus laboratorios en forma de regalías y dividendos para financiar más y mejor ciencia”, explica. “Así funciona el modelo israelí. Para eso es imprescindible patentar los descubrimientos antes de publicarlos, para evitar que otros los copien. Nadie va a invertir en un desarrollo tecnológico si no puede capturar su valor económico”.

Menzella es más categórico aún. Sostiene que publicar hallazgos sin patentarlos previamente es “una estafa al Estado argentino, que invierte unos 31 años en la formación de un investigador, desde el jardín de infantes hasta el posdoctorado, como en mi caso. Publicar sin patentar implica destruir un activo público”, sentencia.

La Universidad de Quilmes hizo un estudio pormenorizado, titulado “Trasferencia Ciega”, que demuestra que un alto porcentaje de los hallazgos en ciencias de la vida financiados por el Estado y publicados por investigadores argentinos en revistas internacionales fueron patentados como propios por universidades y laboratorios farmacéuticos extranjeros, por no haber sido protegidos adecuadamente.

El Conicet y los investigadores se han opuesto históricamente al patentamiento, aduciendo que implica “privatizar” conocimiento que debería permanecer en el dominio público. Subyace un falso antagonismo entre ciencia básica y ciencia aplicada (tecnología), sin advertir que los países líderes en ciencia son lo que más patentan y aplican ese conocimiento a la producción de medicamentos y todo tipo de desarrollos tecnológicos.

Un total de 157 países, incluyendo a China, Cuba e Irán, integran el Patent Cooperation Treaty (PCT), el Tratado de Cooperación de Patentes que regula y facilita estos temas a nivel global. Saben que la propiedad intelectual es la materia prima de la economía del conocimiento que mueve al mundo. La Argentina es de los poquísimos países que se niega a participar.

Espíritu de pionero

Menzella, que tiene 40 desarrollos patentados, cuenta lo compleja que fue su experiencia. Tras doctorarse en biología en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), trabajó en San Francisco, California, durante cinco años como líder de proyectos de ingeniería de enzimas para la industria oncológica. Con el programa Raíces regresó al país en 2010, entró al Conicet y creó con sus colegas María Eugenia Castelli, Salvador Peiru y Andrés Aguirre el Instituto de Procesos Bioquímicos y Tecnológicos (Iprobyq) en la Facultad de Bioquímica de la UNR. Su sueño era formar tecnólogos e incubar empresas tecnológicas. Pero el biólogo confiesa: “Si hubiera sabido lo difícil que iba a ser, no creo que volvería a hacerlo”.

El edificio que les asignaron estaba en un estado terrible. “Hacíamos tecnología tumbera, literalmente. En cualquier momento nos podíamos electrocutar. Había alacranes y cucarachas, hasta que un día se cayó el techo”, recuerda el investigador. En esas condiciones nació Keclon, la primera startup, que en pocos años montó su propio laboratorio como empresa independiente y empezó a construir su fábrica. Pero el Iprobyq estuvo cerrado durante tres años. “Lo reabrimos los profesores y los alumnos en 2022, en un lugar alquilado fuera de la universidad, con dinero del Conicet y apoyo de la provincia de Santa Fe. En dos años incubamos 9 startups más, varias consiguieron capital de riesgo privado. En total creamos más de 100 puestos de trabajo de calidad. ¿Cuántas empresas y divisas podríamos haber generado en el tiempo que estuvimos cerrados?”

Keclon recibió 300.000 dólares de capital inicial del programa Empretecno del Ministerio de Ciencia y Tecnologia de la Nación y 600.000 adicionales del fondo privado Pymar. Después recibió 19 millones adicionales de inversores privados para el desarrollo de su portfolio de enzimas y la construcción de la fábrica. Este año espera facturar 6 millones de dólares y llegar a 50 millones en 2027. A pesar de estos logros, Menzella dice que la Argentina “es un país suicida, que no cuida a sus científicos y empresas”. Cuando empezaron la producción tuvieron que pagar 4 millones de dólares de adelanto de IVA. “Un crédito fiscal que quedó congelado con un dólar a 6 pesos y no recuperaremos jamás. Además teníamos el cepo: el dólar estaba a 1000 pesos y nos lo pagaban a 300″. La situación actual también es muy delicada. “Lo más duro es el fuego amigo”, confiesa Menzella. “Lidiar con la burocracia, las luchas políticas y el ahogo financiero que padecen las instituciones académicas y científicas”.

Cambio cultural

Nada lo desanima. El mes pasado invitó a Daniel Salomone, actual presidente del Conicet, a conocer el Iprobyq y Keclon. “Queríamos mostrarle con datos y evidencias lo que podemos hacer por el país. Muchos investigadores jóvenes hoy quieren crear valor económico a partir de la ciencia”.

La visita logró algo que en la Argentina de las grietas insalvables parece un verdadero “milagro” (palabra poco habitual en los claustros académicos). Al regresar a Buenos Aires, Salomone decidió reglamentar una iniciativa de su antecesora en el cargo, la doctora en química Ana Franchi, aprobada cuatro días antes del cambio de gobierno por el directorio del Conicet. Permanecía “bajo estudio”. El actual gerente de vinculación tecnológica del Conicet, Sergio Romano, se comunicó con quien ocupaba su puesto durante el gobierno anterior para entender los alcances de la medida y su puesta en funcionamiento. El 8 de mayo, el Conicet reglamentó la creación de una nueva categoría de institutos tecnológicos. Al igual que el Iprobyq, tienen por finalidad formar tecnólogos y crear empresas de base científico-tecnológica.

La palabra innovación se ha puesto muy de moda, pero es necesario aclarar que no significa solo inventar algo nuevo. En términos tecnológicos y económicos, significa inventar y producir un producto, servicio o proceso novedoso que el mercado adopta rápidamente y que genera ganancias. Si no es rentable, no es innovación.

Unir la ciencia y la producción es un hito mayúsculo en la historia del Conicet, creado bajo el gobierno del general Aramburu en 1958 y dirigida por nuestro primer premio Nobel, Bernardo Houssay, quien fue expulsado de la UBA en 1943 por firmar una solicitada contra el nazismo. Durante los años de ostracismo, Houssay continuó el trabajo junto a sus discípulos en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME), laboratorio creado gracias al financiamiento de uno de sus investigadores más destacados, Eduardo Braun Menéndez.

A lo largo de estas seis décadas, a pesar de sus magros presupuestos, cambios de rumbo y excesiva politización, el Conicet y los centros de investigación de las universidades públicas que operan bajo su órbita pusieron a la ciencia argentina en el podio internacional. Hay mucho para mejorar, pero como decía Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.

Esperemos que el actual gobierno del presidente Javier Milei comprenda esto cabalmente y apoye con fondos suficientes la importante decisión tomada por el experto en clonación Daniel Salomone, a quien se le confió la conducción del Conicet. Si queremos que la Argentina vuelva a brillar entre las naciones prósperas, la educación, la ciencia y la innovación tecnológica deberán ser una prioridad. No hay ni una sola nación desarrollada que no sea líder en la economía del conocimiento. Este es un dato, no una opinión.

María Eugenia Estenssoro

La energía nuclear está en alza en el mundo. Argentina está perdiendo el tren.

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La quimérica tarea que representa el ambicioso objetivo de lograr la neutralidad del carbono, tal como por ejemplo pregona la Unión Europea para 2050 con su Pacto Verde Europeo o China para 2060, ha finalmente instalado con buenos ojos el desarrollo de la “alternativa nuclear” para la producción de energía.

Se ha visto que la limitada capacidad de generación de las fuentes renovables y la alta demanda mundial de electricidad ha impuesto una mirada renovada sobre la energía nuclear. En este contexto la energía nuclear vuelve al ruedo, esta vez y dadas las circunstancias como el gran salvador que va a acompañar a las renovables en la transición hacia una generación sin emisiones de carbono.

Sin dudas, el punto de inflexión para la valoración de la fuente nuclear ha sido la guerra de Ucrania, que al poner en crisis la normalidad en la provisión de gas ha dado el empujón necesario para el retorno de los átomos. El primer paso lo dio la Comisión Europea, poniendo en agenda a fines de 2021 la consideración de la energía nuclear como verde al menos hasta 2045 y ratificando esa condición al año siguiente. Luego las restricciones de gas a Europa desde Rusia, los incrementos en el precio de los combustibles fósiles y las más recientes inestabilidades en Oriente Medio han ratificaron la necesidad de “recuperar” la energía nuclear.

La dimensión de este cambio de valoración sobre la energía nuclear se sustenta en los sucesos históricos que han pesado sobre el particular. El accidente nuclear de Fukushima (Japón) en 2011, provocado por un tsunami, significó un cimbronazo para la consideración de la energía atómica, que ya generaba desconfianza desde el desastre de Chernobyl (URSS, 1986): ambos accidentes, más allá de sus singulares características, alimentaron la representación del apocalipsis en la gente y empujaron a los gobiernos de muchos países no solo a desestimar un escalamiento en el desarrollo de esta industria sino incluso a sacar de servicio activo a muchas plantas nucleares en operación. Mientras que la energía nuclear llegó a significar más del 15 % de la generación eléctrica mundial en el año 2006, actualmente su producción sólo alcanza un 10% de la matriz eléctrica global.

Con el suceso de Fukushima, naciones centrales e influyentes como Japón y Alemania le bajaron el pulgar a la energía nuclear. Los alemanes pasaron de obtener más de un cuarto del total de su energía eléctrica de la provisión de 17 reactores nucleares en 2011 (133 TWh -terawatts) a apagar sus últimas 3 unidades en funcionamiento en abril de 2023. Teniendo en cuenta un consumo nacional total de 480 TWh, los alemanes debieron recurrir a profundizar el uso del carbón hasta alcanzar un 30% de ese total (179 TWh). En Japón, que en 2011 cubría el 30% de su demanda de electricidad a partir de sus reactores nucleares, se fue reduciendo esta fuente de generación hasta representar en 2019 sólo el 6% del total de la oferta eléctrica.

Más allá de los casos mencionados, tanto Estados Unidos como China se mantuvieron expectantes después de Fukushima en cuanto al escalamiento de sus proyectos nucleares. La balanza comenzó a pesar para ambos más por el lado de recuperar e incrementar capacidades de producción atómica cuando la demanda y los precios de la energía presionaron. Ambas naciones reconocen tácitamente que mantener la preeminencia a nivel global requiere poseer unas fuentes de energía suficientes, propias y tecnológicamente soberanas que puedan sostener una proyección de poder.

Estos movimientos, eminentemente geopolíticos, revalidan la mirada temprana de los inversores: los proyectos tecnológicos sobre fusión y fisión nuclear están teniendo una fuerte consideración de los fondos de riesgo, y las inversiones en la industria atómica en todo el ciclo del combustible nuclear están bullish (compradoras), desde la extracción de uranio hasta la disposición final de residuos. A modo de ejemplo mencionamos que un reciente estudio prospectivo realizado por la plataforma Crunchbase sobre la inversión en proyectos nucleares, ubica en más de u$s3.400 millones los aportes de venture capital para financiar tecnología nuclear, tanto la relacionada con la fisión del átomo como con la fusión.

Hoy nos encontramos con una serie de firmas y proyectos que tienen una mayor consideración que años atrás, desarrollando reactores nucleares modulares y/o investigando y buscando tecnológicamente la posibilidad de hacer de la fusión nuclear una alternativa comercialmente viable. Se destacan compañías como Terra Power, General Fusion y NuScale Power, que han obtenido más fondos y más tiempo para alcanzar sus objetivos: como ejemplo, detrás de Terra Power, firma con sede en el Estado de Washington (Estados Unidos), está Bill Gates y el chaebol surcoreano SK Group, financiando el desarrollo de Natrium, una nueva tecnología de reactores modulares pequeños (SMRs), con una capacidad de generación de 345 Mw (megawatts) -los reactores tradicionales en Estados Unidos producen alrededor de 1000 Mw-. Cabe asimismo destacar que China ha sido la primera en comenzar las actividades comerciales de un SMR en diciembre de 2023, al inaugurar una planta modular de 200 Mw en la provincia de Shandong.

En este segmento del mercado tecnológico Argentina tiene una oportunidad. Entre los países que acompañan en esta ruta de desarrollo de SMRs se destacan Rusia, China, Francia, Estados Unidos, Cánada, Corea del Sur, Reino Unido y Argentina, en este último caso con una planta en construcción: el reactor CAREM, ubicado adyacente a la central de Atucha.

La Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM) viene desarrollándose desde 1984, cuando fue presentado su concepto durante una conferencia de la Organización Internacional de la Energía Atómica -OIEA-; se mantuvo en stand by hasta 2006, cuando fue relanzado dentro del Plan Argentino de Reactivación Nuclear, buscando la construcción de un prototipo de planta nuclear de cuarta generación de baja potencia: 32 Mw. Recién en 2014 se comenzó con la obra civil, que ha avanzado lentamente y en la actualidad se espera que el reactor esté en marcha entre 2028 y 2030.

Teniendo en cuenta este panorama, resulta auspicioso el reciente anuncio de asociación entre la firma INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para explorar en forma conjunta oportunidades de exportación del reactor CAREM y espolear el proyecto. Por otro lado, resultan alarmantes los anuncios de desafectación de fondos públicos por parte del Estado Nacional para la terminación del prototipo que, a todas luces es una excelente oportunidad de desarrollo de capacidades de generación de riqueza a partir de la alta tecnología, lo que se puede traducir en mayores niveles de bienestar social para Argentina.

Cabe resaltar en este sentido que el país forma parte de un pequeño club de naciones del mundo con capacidades tecnológicas en el ámbito nuclear, y ese es un activo muy relevante de cara a los objetivos globales de descarbonización y de ampliación de fuentes de energía, cada vez más demandadas por un mundo que consume más y más cada año. Sería muy perjudicial para una proyección de Argentina como potencia media, que el actual ruido político tire por la borda el trabajo ya realizado, más que nada considerando la oportunidad que se presenta para la industria nuclear argentina.

Gabriel Balbo

Director de ESPADE. Miembro del IRI-UNLP.

Un desarrollo argentino purifica el aire a partir de microalgas nativas

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Fue diseñado por Y-TEC e INBIOTEC-CONICET para absorber dióxido de carbono y generar oxígeno en entornos urbanos


El dispositivo Y-ALGAE, creado por Y-TEC junto a INBIOTEC-CONICET (Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología de Mar del Plata), es un desarrollo tecnológico orientado a contribuir con la descarbonización en entornos urbanos y plantas industriales, donde no es posible que los árboles puedan cumplir esa función.

El componente activo de Y-ALGAE son microalgas nativas del sudeste de la provincia de Buenos Aires. Se trata de organismos microscópicos que, gracias a la fotosíntesis, aprovechan la energía provista por la luz del sol (o luz artificial) para convertir CO2 (un gas de efecto invernadero y uno de los responsables del cambio climático) en O2 y biomasa, que puede reutilizarse en fertilizantes, biocombustibles, suplementos proteicos y hasta ladrillos.

El reactor Y-ALGAE es sólo la parte visible de un extenso trabajo de investigación y desarrollo sustentable, que lleva más de una década comprometido con la creación de plantas de cultivo de algas para tierras no aprovechables y entornos industriales.

La eficiencia fotosintética del cultivo de estas especies de microalgas la convierten en una alternativa muy promisoria para la captura de CO2 y estrategia de mitigación del cambio climático, sobre todo en lugares donde por cuestiones de urbanización y/o climáticas no es posible la forestación.

Una tecnología muy versátil que permite, además, el aprovechamiento de aguas residuales o de producción y que favorece una economía circular, en el aprovechamiento de su biomasa como fuente de energía limpia.

Estación Alcorta de YPF
En paralelo al desarrollo piloto de reactores para el cultivo algal, se diseñó un dispositivo optimizado para adecuarlo a su exposición en entornos urbanos. El primero de ellos se encuentra emplazado en la estación Alcorta de YPF, ubicada en la Avenida Figueroa Alcorta y Echeverría en la ciudad de Buenos Aires.

El dispositivo está diseñado para operar utilizando agua de lluvia colectada desde los techos de la estación de servicio. Una vez sembrado con las algas y luego de haber crecido, las células se separan y la mayor parte del agua puede reutilizarse como agua de riego, o eventualmente, se puede reciclar para comenzar un nuevo ciclo de cultivo. La biomasa decantada y colectada puede ser utilizada de manera casi inmediata como material de construcción de pequeños objetos, tales como macetas, o como fertilizantes potenciados
para plantas ornamentales en el mismo espacio urbano. Esto garantiza un ciclo productivo sustentable.