El tratamiento de alimentos con radiación ionizante se utiliza en todo el mundo para eliminar o controlar los microorganismos patógenos que causan intoxicaciones y enfermedades. Además de garantizar la seguridad de los productos, también sirve para prolongar su vida útil. Se trata de una técnica totalmente segura, que no vuelve radioactivos a los alimentos ni compromete su calidad nutricional y sensorial. En la Argentina, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ahora estudia su uso en salamines, que son tratados en la Planta de Irradiación Semi Industrial, ubicada en el Centro Atómico Ezeiza.
En nuestro país, esta técnica se utiliza principalmente para el tratamiento de especias y hierbas. El Código Alimentario Argentino (CAA) también autoriza la irradiación de productos cárnicos, frutas y hortalizas, entre otros. “Hay un gran interés en productores y empresarios nacionales en utilizar esta tecnología, es por esto que se está trabajando en conjunto con organismos regulatorios para actualizar la reglamentación y que se pueda implementar”, explica la microbióloga y doctora en Ciencias Biológicas María Verónica Vogt, especialista en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear y jefa del Departamento Procesos por Radiación, dependiente de la Gerencia Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones.
“El tratamiento con radiación ionizante es un proceso físico donde el producto es expuesto a este tipo de energía, lo cual no implica un aumento de temperatura, a diferencia de los tratamientos que utilizan energía térmica. Por eso se lo conoce como pasteurización fría”, señala la licenciada en Ciencia y Tecnología de Alimentos y magister en Calidad Industrial María Constanza Cova, jefa de la Sección Irradiación de Alimentos de la CNEA.
En el Centro Atómico Ezeiza, se ensaya la técnica con salamines en el marco de la investigación para el trabajo de la tesis “Tratamiento de embutido seco tradicional por irradiación gamma con bajas dosis para asegurar su calidad microbiológica y el control de Listeria monocytogenes”. Este trabajo, que próximamente será presentado, es realizado por la ingeniera química Angela Raad para su Maestría en Tecnología de los Alimentos de la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Buenos Aires. Los directores de la tesis son la magister Constanza Cova y el doctor Sergio Ramón Vaudagna, director del Instituto Tecnología de Alimentos (ITA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La ingeniera química Angela Raad, autora del trabajo de tesis sobre irradiación de salamines.
La bacteria Listeria monocytogenes puede contaminar los alimentos y luego de su consumo provocar en algunas personas una infección llamada listeriosis. Esta enfermedad afecta especialmente a los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los niños pequeños y las personas inmunocomprometidas. Los alimentos que más se relacionan con brotes de listeriosis son los fiambres y embutidos a base de carne y aves; los lácteos elaborados con leche sin pasteurizar; los vegetales crudos, y los pescados crudos y ahumados.
“El control de la Listeria monocytogenes en los alimentos es crucial debido a que es una bacteria patógena alimentaria y causa listeriosis, una enfermedad grave con alta tasa de mortalidad, que va del 20% al 30% -señala la ingeniera Raad-. Se han informado brotes de listeriosis asociados a la ingesta de productos cárnicos listos para consumir. En respuesta a esta problemática que enfrenta la industria cárnica, se llevó a cabo un proyecto pionero sobre la aplicación de la irradiación gamma en salamín con el objetivo de controlar la presencia de esta bacteria”.
Este proyecto fue liderado por la Sección de Irradiación de Alimentos y tuvo la colaboración del Laboratorio de Microbiología, ambos pertenecientes al Centro Atómico Ezeiza de la CNEA, y del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA. Además, contó con el apoyo de uno de los elaboradores de chacinados más importantes de la Argentina.
“Durante la investigación, se determinó la dosis mínima de radiación que aseguró la ausencia de Listeria monocytogenes en el salamín envasado al vacío. Luego se realizaron análisis microbiológicos, físico-químicos y sensoriales para evaluar los efectos del tratamiento en la calidad del salamín”, detalla Raad.
Entre estos ensayos, se destacó el análisis de vida útil sensorial del producto, con una degustación en la que participaron 190 consumidores. “Los resultados fueron altamente satisfactorios: el salamín envasado al vacío e irradiado no presentó diferencias significativas en sus propiedades físico-químicas y sensoriales respecto al salamín envasado al vacío sin irradiar. A su vez, con esta combinación de envasado al vacío e irradiación se duplicó el tiempo hasta la fecha de vencimiento del salamín en comparación al producto actualmente disponible en el mercado”, afirma Raad.
“La aplicación de la tecnología de irradiación gamma garantizó la seguridad microbiológica del salamín, con el beneficio adicional de la extensión de su vida útil. Esto le brinda la posibilidad de llegar a mercados más lejanos tanto en el territorio nacional como internacional, abriendo así las puertas a la posibilidad de su exportación”, concluye la investigadora.
“La radiación ionizante es efectiva para combatir todo tipo de microorganismos patógenos, entre los cuales se encuentran la Salmonella y la Escherichia coli productora de toxina Shiga (responsable del síndrome urémico hemolítico), y también parásitos como la Trichinella spiralis, (causante de triquinosis). Sin embargo, se debe tener en cuenta que esta tecnología no reemplaza el uso de las buenas prácticas de manufactura, sino que se debe utilizar en el marco de un sistema de aseguramiento de la inocuidad”, menciona Vogt.
“Entre las ventajas que presenta esta tecnología de conservación se destaca su alta penetración, por lo cual se pueden irradiar los productos ya envasados y listos para salir al mercado –detalla Cova-. Además, no se introducen sustancias químicas en los alimentos ni se altera su estado, es decir que los productos mantienen su condición de frescos, refrigerados o congelados. Otro efecto de la radiación ionizante es el retraso de la maduración en ciertas frutas y la inhibición de la formación de brotes en bulbos, tubérculos y raíces. Así se extiende el tiempo en que se encuentran en condiciones de ser comercializados y consumidos”.
Dónde se realiza el tratamiento
En Argentina, este tratamiento se realiza en la Planta de Irradiación Semi Industrial (PISI) de la CNEA, ubicada en el Centro Atómico Ezeiza, y en la planta privada de la empresa IONICS en Tigre. Estas plantas trabajan con radiación gamma emitida por una fuente de cobalto 60, que tiene la capacidad de descontaminar o de esterilizar diversos productos sin afectar su calidad. Ese fin se alcanza mediante la exposición del producto a la radiación durante el tiempo necesario para que absorba la dosis que se precisa para alcanzar el objetivo.
Previo a la irradiación de un alimento, se debe determinar la dosis mínima requerida para lograr el objetivo deseado y la dosis máxima a la que se lo puede exponer sin alterar sus características organolépticas. Para el tratamiento, los productos ingresan a la sala de irradiación y avanzan a velocidad controlada a través de un sistema de transporte, para que reciban el rango de dosis indicado. El proceso se controla mediante el uso de dosímetros calibrados que permiten determinar la dosis absorbida por el alimento durante el tratamiento.
La legislación en la Argentina y en el mundo
En Argentina, los alimentos deben estar rotulados con la leyenda “Tratado con energía ionizante” cuando hayan sido irradiados en su totalidad o cuando su contenido de ingredientes irradiados sea superior al 10%. A su vez, el envase debe tener el logotipo internacional “radura” de color verde.
En 2012, el Instituto Argentino de Normalización y Certificación de Argentina IRAM, con activa colaboración de la CNEA, presentó la versión en español de la norma ISO 14470, que fija los “requerimientos para el desarrollo, validación y controles de rutina del proceso de irradiación mediante el uso de radiaciones ionizantes para el tratamiento de alimentos”.
En octubre de 2017 se realizó una actualización del Código Alimentario Argentino que amplió a ocho las categorías de alimentos destinados a consumo humano que pueden ser irradiados: carne de vaca, pollo y cerdo, entre otras; pescados y mariscos; frutas y vegetales frescos; bulbos y tubérculos; cereales; legumbres y semillas.
En la Unión Europea hay 22 plantas autorizadas para tratar alimentos con radiación ionizante. De acuerdo al informe presentado en diciembre de 2023 por la Comisión Europea al Parlamento de la UE, entre 2020 y 2021 fueron irradiadas 5029,1 toneladas de productos alimenticios en los estados miembros. Los tres productos más irradiados fueron las ancas de rana (76,42%), la carne de aves de corral (11,92%) y las hierbas aromáticas, especias y condimentos vegetales secos (11,6%).
En Brasil, el avance de la legislación y los acuerdos comerciales propiciaron el desarrollo de un próspero mercado de alimentos irradiados. En este contexto, el gobierno brasileño autorizó la irradiación de 117 tipos de alimentos, abarcando incluso la amplia categoría de “todo alimento”. Esta aprobación contempla la irradiación para diversos propósitos y en distintas dosis, posicionando a Brasil como líder mundial en la aceptación de este proceso. Ese país también se destaca por contar con las leyes más permisivas en cuanto a dosis, consolidando así su posición vanguardista en este ámbito a nivel global
En los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), también exige que en los envases de los alimentos irradiados figure el símbolo de radura junto con la declaración “Manipulado con radiación” o “Manipulado con irradiación”. En ese país, está autorizado tratar con esta técnica carne de vaca, cerdo y ave; crustáceos y moluscos; frutas y verduras frescas; semillas para germinar; huevos; especias y condimentos. Un dato interesante es que, durante las misiones espaciales, los astronautas de la NASA se alimentan con comida esterilizada con radiación.
“En 1982 no había GPS, ninguno de los artilugios electrónicos que existen ahora. Yo era navegador de Hércules C-130, el que debía marcar en la carta el rumbo del avión. Planifiqué cómo se harían los vuelos a Malvinas el 2 de abril. Y cuando se decidió que el Hércules TC-68 llevara bombas, fui el que guiaba al avión para encontrar los objetivos navales”.
El Comodoro VGM (R) Roberto Cerruti cuenta qué hizo en la guerra. En 1982 era capitán y pertenecía al Escuadrón I C-130 del Grupo de Transporte de la 1 Brigada Aérea, compuesto por nueve aviones Hércules: ocho operativos y uno para repuestos. Pero guarda algo más: “Nosotros conocíamos desde principios de marzo la operación sobre Malvinas. Éramos tres capitanes y un vice comodoro. Y preparamos a nuestra gente”. Sus primeras acciones fueron las esperadas: llevar material bélico y tropas a las islas. Las siguientes fueron heroicas, y obligaron a los británicos a cambiar sus tácticas. Pero, por curioso que parezca, esos vuelos fueron catalogados como “secreto militar” durante casi 20 años. ¿El motivo? Ocultar el ataque a un “súper petrolero” que se encontraba en alta mar en el Atlántico Sur, pero en plena navegación hacia la ubicación de la Task Force británica. Lo que contará Cerruti a partir de ahora será asombroso.
El Comodoro egresó de la Escuela de Aviación Militar en 1970, y un año después obtuvo el título de Navegador Militar. Diez años antes del conflicto en Malvinas comenzó a volar en el Hércules C-130. En 1982 estaba casado y tenía dos hijos. Cuando llegó la hora de combatir, él y sus camaradas del escuadrón tenían una vasta experiencia. El 1 de abril de ese año, los cuatro que conocían los planes militares se reunieron con el resto del equipo en la Base Aérea El Palomar. Eran las cinco de la tarde cuando el comodoro (R) Alfredo Cano -jefe del Escuadrón- comenzó a hablar. Luego lo hizo Cerruti. “Les habíamos dicho que haríamos un ejercicio de lanzamiento de personal del Ejército en la Patagonia. Te imaginas lo que fue tirar la información ahí, fue tensionante. Todos sentíamos que éramos parte de un hecho histórico. Y esa misma noche, juntamos a las tripulaciones y nos fuimos con tres aviones a Comodoro Rivadavia, donde llegamos a las 23:30. En la madrugada del 2 de abril salió el primer avión para Malvinas, comandado por Cano, y nosotros salimos en el segundo”.
Cuando dice “nosotros”, Cerruti se refiere al entonces vicecomodoro Alberto Vianna, al capitán Andrés Valle, al suboficial principal Pedro Razzini, al suboficial auxiliar Carlos Nazzari y al cabo primero Carlos Ortiz. El primer vuelo lo hicieron en el C-130 que llevaba la matrícula TC-63, bajo la denominación de “Litro 2″ y llevaron efectivos del Regimiento de Infantería 25, de la Compañía de Ingenieros de Combate 0 y del Comando de la IX Brigada de Infantería. Despegaron a las 6.20 desde Comodoro Rivadavia y regresaron a las 11.50. Fue el primero de 25 vuelos a Malvinas entre el 2 y el 30 de abril. “Lo nuestro se intensificó cuando los ingleses declararon la zona de exclusión marítima, no podía haber ningún buque a menos de 200 millas de Malvinas, si no lo hundían, y tenían dos submarinos nucleares. Estábamos las 24 horas arriba del avión. El trabajo era traer carga desde muchos puntos del país y llevarla a Malvinas. Y luego, llevar la carga que estaba en los buques”.
Al principio, cada avión tenía una tripulación fija. Con el devenir del conflicto bélico a partir del 1 de mayo y mucho más al desembarcar los ingleses, se usaban las que estaban disponibles en el momento. El 6 de mayo, Cerruti integró la tripulación del Hércules-C 130 TC-65, que fue el primer avión que rompió el bloqueo británico volando al ras del mar para evitar ser detectado. Para tomar dimensión de lo épico de esos vuelos de la Fuerza Aérea, basta decir que volaban entre 60 y 70 pies (unos 20 metros) sobre el nivel del mar. Los manuales de vuelo táctico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos indican que la altitud más baja para operar de día es de 500 pies, y de noche, 1000.
El 1 de junio, el T-63 fue derribado por una patrulla británica mientras cumplía una misión de “marcación de blancos navales”, algo para lo que no había sido diseñado, explica Cerruti. Fue el único Hércules que se perdió durante la guerra. Murieron con él el Capitán Rubén H. Martel, el Capitán Carlos E. Krause, el Vicecomodoro Hugo C. Meisner, el Cabo Principal Miguel A. Cardone, el Cabo Principal Carlos D. Cantezano, el Suboficial Principal Julio J. Lastra y el Suboficial Ayudante Manuel A. Albelos De 61 intentos de abastecer a las tropas desde el continente, el Escuadrón pudo aterrizar en 31 oportunidades. Eso marca las dificultades operativas. En el informe Rattenbach sobre la guerra de Malvinas, que fue muy crítico con la conducción militar, se resalta el trabajo de la Fuerza Aérea Sur (FAS): “Pese al bloqueo británico, mantuvo abierta la comunicación con Puerto Argentino hasta el último día del conflicto. Cumplimentó arriesgados vuelos de sus aviones C-130 para abastecer a la Guarnición Militar Malvinas”. El almirante británico John Forster Woodward, comandante de la Task Force, reconoce en el libro No picnic de Julian Thompson que los C-130 eran el principal blanco para ellos.
Pero lo más interesante e inesperado sucedió después. Las aeronaves que podían hacer reconocimiento lejano y tenían capacidad de ataque eran los P-2 Neptune de la Armada. Pero el 9 de mayo fueron puestos fuera de servicio y no volaron más en la guerra. El tránsito de la flota inglesa ya no tenía riesgo de ser interferido. Creían tener toda la libertad para moverse por el Atlántico Sur. Pero no.
Los seis tripulantes fueron condecorados recién en 2017
Los “Locos de la guerra
Para reemplazar la capacidad de los Neptune, se decidió que los C-130 los suplantaran en la tarea de interdicción de la flota. La aeronave TC-68 -la primera en aterrizar en Malvinas el 2 de abril- fue preparada para esa labor en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba.
“Una vez nuestro jefe nos dijo que éramos los ‘locos de la guerra’. Nos identificábamos como Los Tigres, usábamos bufandas rojas tejidas por la esposa de Vianna con lana inglesa que él había comprado en Puerto Argentino, siempre pedíamos hacer algo más…”, cuenta Cerruti. Se ofrecieron como voluntarios para una misión que, para muchos, era imposible. Y el 24 de mayo volaron a Córdoba.
Allí, el TC-68 había acondicionado: se instalaron cuatro tanques de combustible en la bodega para que tuviera 19 horas de autonomía; donde estaban los tanques bajo las alas pusieron dos portabombas múltiples que podían transportar hasta seis bombas de 250 kg cada una. Al tablero del piloto le colocaron una mira de tiro que se usaba en los Pucará y un botón para lanzar las bombas. Y sobre el lugar del copiloto, el control del sistema de armas. “A nadie se le había ocurrido algo así… Salimos a practicar con bombas de ejercicio, no reales. La primera vez tiramos más o menos. No era nada del otro mundo: ir con el avión bajo y que las bombas golpearan un barco. Los ingenieros volvieron a estudiar el avión. Salimos por segunda vez. La anécdota es que se escapó una bomba y le pegamos a una torre de alta tensión, dejamos a La Calera sin luz. Así que dijimos, ‘mejor lo dejamos acá, porque los cordobeses nos van a meter presos’. Y volvimos a Buenos Aires. Una vez hablé con un inglés amigo mío, a quien crucé en el Atlántico en la guerra, y me preguntó cuántas veces habíamos practicado. Le dije que dos, y me respondió ‘qué suerte que no practicaron más’”, sonríe Cerruti.
Un Hércules C-130 sobre Malvinas durante la guerra
Los objetivos ideales eran el Queen Elizabeth II, que navegaba con cinco mil efectivos a bordo para reunirse con la flota. La lógica indicaba que lo haría protegido con fragatas. El segundo, más adelante, fue atacar Grytviken, en las Georgias, donde creían que estaban reparando al portaaviones Invincible, averiado el 30 de mayo por un operativo conjunto de dos Super Etendard de la Armada y cuatro A-4C Skyhawk de la Fuerza Aérea. Finalmente, esas órdenes no llegaron. Los C-130 modificados cumplieron siete misiones desde el 28 de mayo, y siempre desde la Base Aérea El Palomar.
“Nosotros teníamos que hacer interdicción, en este caso lejana. No es un vuelo de un cazabombardero. La intención era molestarlos para que no pudieran abastecer a la tropa. Para que te des una idea, había unos 50 barcos de guerra y 70 de logística que iban y venían con comida, combustible, municiones… Nosotros íbamos en completo silencio, si teníamos un problema nadie sabía dónde estábamos. Una vez nos trajeron unos equipos del tipo que usan los buzos, para el agua. Seis o diez horas con eso puesto era para morirse. Preguntamos ‘che, que lindo esto, ¿cuánto podríamos sobrevivir en el agua?’ ‘40 minutos’. Nunca los usamos…”, explica Cerruti.
El 28, como dice el aviador, “no pasó nada”. Pero al día siguiente tuvieron acción. “Fue un día muy importante. Pero lo más importante es algo que todavía no está escrito”, sostiene el Comodoro, agregando suspenso a su relato.
Córdoba, 24 mayo 1982. Los ingenieros adaptaron al Hércules C-130 para convertirlo en un bombardero
Por primera vez en la historia
El 29 de mayo a las 11.34, luego de cuatro horas de vuelo, detectaron dos ecos en el radar. A las 12.07, al norte de las islas Georgias contactaron a un buque llamado British Wye, requisado a la British Petroleum y registrado como petrolero de abastecimiento de la flota inglesa, que había zarpado de Plymouth el 22 de mayo a las órdenes del capitán Rundle. La orden fue atacarlo.
A las 12.14 lanzaron las bombas, que para sorpresa de todos, se desprendieron en su totalidad. “En tierra habían configurado los portabombas para que salieran todas, porque pensaban que no tendríamos una segunda oportunidad de atacar… Nosotros no lo sabíamos”. Cuando regresaron, pidieron que la configuración fuera modificada, para decidir el rumbo de las acciones por ellos mismos.
A las 13.40 iniciaron el regreso hacia El Palomar. Fue la primera vez, en el mundo, que un Hércules C-130 atacaba a un blanco enemigo en una guerra. La tripulación no pudo ver los efectos del bombardeo, pero luego del conflicto, se supo que cuatro de las bombas cayeron al mar y no detonaron; dos tuvieron el mismo destino pero explotaron; una impactó la cubierta sin estallar pero produjo daños. El objetivo estaba cumplido.
El buque logístico Fort Grange fue uno de los blancos de la tripulación del TC-68, pero por las malas condiciones meteorológicas no se concretó el ataque
El 31 de mayo, en el mismo sector, detectaron a otro buque. Pero por la densa niebla que había no pudieron constatar si era enemigo o no. Volaron a 15 metros sobre las olas para chequearlo, pero a una milla de distancia, ante el peligro de chocar contra él, se desviaron. Luego de la guerra supieron que se trataba del RFA Fort Grange, que se dirigía a reunirse con la Task Force en funciones de abastecimiento. Estaba equipado con cuatro ametralladoras de 7,62 milímetros. El 9 de junio ingresó al Estrecho de San Carlos. En 1986 fue visitado por Margaret Thatcher. Según el relato del teniente John Osmond, ingeniero de mantenimiento del los tres helicópteros Sea King que llevaba a bordo el Fort Grange, “en la cubierta de vuelo vi lo que hoy se que era el TC-68 que pasó a la izquierda de nuestro camino lo suficientemente cerca como para divisar la identificación de color amarillo y la escarapela azul y blanca…”.
A pesar de que el Fort Grange no fue bombardeado, las dos acciones del escuadrón hicieron cambiar la estrategia británica con respecto a los buques logísticos. “De esto me enteré hace seis meses. Para ellos fue una sorpresa incomprensible que un Hércules tuviera bombas, y que se las tirara a una distancia de ocho horas del continente. Si le hubiéramos pegado bien, habría sido catastrófico”, asegura. Hubo siete cambios que se vieron obligados a realizar.
El superpetrolero Hércules. La acción del ataque al buque, que según el comandante de la Fuerza Aérea Sur llevaba pertrechos de guerra, motivó una disputa legal que hizo que el hecho se mantuviera como «secreto militar» por dos décadas
Debieron alejar el lugar de reparación de los buques averiados: “El ataque al British Wye obligó al traslado más al norte del área de remolque, reparación y logística en un lugar a sólo 1.100 millas al suroeste de Ascensión casi lateral Río de Janeiro. Ahí se podía trabajar sin riesgo y hacer las reparaciones sin la amenaza enemiga”. También obligaron a la totalidad de los buques logísticos a corregir sus rumbos hacia el este: “El RFA Fort Grange cumplía esa orden y se encontró con la sorpresa de ser sobrevolado por el Hércules. Se demostró que la Fuerza Aérea tenía aviones con un radio de acción suficiente para alcanzar a los buques británicos”. En tercer lugar, debieron dispersar los buques que navegaban hacia el sur: “Ellos pensaban que en medio del Atlántico nadie los iba a atacar. Y de repente vieron que sí y no tenían defensa. Nadie los cuidaba y el almirante Woodward no quería distraer buques para eso. ¿Por qué? Porque la Fuerza Aérea los estaba cagando a palos en Malvinas. No podían distraer una fragata…”. También suspendieron los envíos de buques logísticos hacia el sur: “Ningún barco llegó al sur sin provisiones de algún tipo que se necesitaban con urgencia, necesarias para mantener a los barcos, aviones y hombres en acción porque la pérdida de cualquiera de los petroleros o barcos de provisiones habría tenido un impacto negativo en la campaña”. El ataque al British Wye fue analizado por el Comité de Guerra en Londres, y motivó una carta al ministro de Defensa David Omand. Palabras más o menos, le dicen que no haga ninguna protesta, porque ellos hubieran hecho lo mismo “dentro o fuera de la zona de exclusión” y sonaría “hipócrita”. Ordenaron desplazar la ruta del Queen Elizabeth II cerca de la costa de África, y señalaron: “No contentos con enviar suministros y reabastecer de combustible los ataques aéreos, el Grupo 1 hizo el único intento de cortar las líneas de suministro y atacó al British Wye”. Y por último, destinaron al destructor HMS Antrim -averiado por la Fuerza Aérea en el estrecho de San Carlos- para defender el área de las islas Georgias.
Al día siguiente, 1 de junio, tuvieron un encuentro que podría haber significado el fin de sus vidas. Luego de detectar un eco, en medio de condiciones meteorológicas extremas, se aproximaron a lo que, interpretaron, era una fragata. Y además, visualizaron, un helicóptero despegó desde el buque. “Cambiaron el rumbo, supuestamente nos habían detectado. Pero era una madrugada con una una tormenta espantosa, con olas de diez metros. El avión era una coctelera. Y nos pegamos el raje. Siempre quedó la duda de por qué no nos atacaron. Ellos tenían armas automáticas para hacerlo. Y no lo hicieron porque en esa tormenta, los giróscopos (que estabilizan el vuelo de los misiles y el apuntamiento de los cañones) los tienen trabados. A nosotros, esa vez, nos salvó el mal tiempo”, admite el aviador. “Después de ese incidente no encontramos más buques, los habían enviado lejos”, cuenta Cerruti.
Diario de Guerra de la FAS sobre el ataque al Hercules catalogado como «Secreto»
Información clasificada
Pero hubo una última acción del C-130: la que motivó a declarar como “secreto de guerra” su participación.
El 7 de junio a las 12.45, un Boeing 707 de exploración y reconocimiento lejano de la Fuerza Aérea detectó un enorme buque desplazándose hacia el sur, con rumbo directo a la Flota Británica. A las 19.10, la Armada indica que “no son propios, ni pesqueros”. Se planeó, entonces, una operación entre tres escuadrones distintos de la Fuerza Aérea, con el Boeing 707, los Canberra Mk.62 y el Hércules C-130.
A las 6 de la mañana del 8 de junio, el Hércules despegó desde El Palomar. A las 8.26 detectaron en el radar a un buque petrolero de grandes dimensiones. A las 8.45, lo vieron. Cinco minutos después el brigadier Ernesto Crespo, comandante de la FAS (Fuerza Aérea Sur), les pidió que se comunicaran con el buque. Lo hicieron varias veces: “debe dirigirse de inmediato a un puerto del continente, caso contrario será atacado”. Desde la nave no hubo respuesta. “Al contrario, aceleraron”, asegura Cerruti.
Diario del Comodoro Roberto Cerruti sobre el ataque al superpetrolero
A las 9.10 pudieron ver con claridad el nombre del barco… Hércules. El humor negro de la guerra: dos enemigos tocayos. “Te aseguro que en la cabina no lo podíamos creer. Era como encontrarte con alguien con tu nombre en el medio del desierto…”, recuerda Cerruti. También advirtieron el tamaño del navío: 220 mil toneladas de desplazamiento. 322 metros de eslora, 70 de manga y 18 de calado. Treinta y cinco minutos después llegó la orden de atacarlo. El Hércules criollo y los cuatro Canberra (con el apelativo de Negro 1) comenzaron su misión.
A las 9.55, el Hércules lanzó seis bombas sobre el petrolero. Algunas golpearon en el agua y otras cerca de la proa. A las 10.10 se produjo el segundo ataque. Faltaban los Canberra. Dos de ellos regresaron al continente por falta de combustible.
Y aquí, exactamente en este punto, comenzaron los equívocos, un insólito drama de enredos mientras en el cielo y el agua muchos hombres se jugaban la vida.. A las 13.29, desde Puerto Belgrano le indicaron al Comando Aéreo Estratégico (CAE) que el Hércules era un buque de bandera liberiana y se dirigía a Alaska por el Cabo de Hornos. El CAE se lo comunicó a la Fuerza Aérea Sur. Ya era demasiado tarde.
Plan de Vuelo del ataque al Hércules
Un minuto después, el Canberra lanzó una bomba de 1.000 libras, unos 400 kilogramos, contra el súper petrolero. “Le acertó. La bomba quedó en un parante del tanque de petróleo número dos. No explotó, pero no la podían sacar. En ese momento el buque dio la vuelta para poner rumbo a Brasil. Y en ese mismo momento, en un minuto y medio, pasó de todo…” cuenta el comodoro Cerruti.
A las 13.35, luego que habían sucedido los tres bombardeos, la Fuerza Aérea Sur ordenó suspender el ataque: le indicó al Canberra que regresara a Comodoro Rivadavia y al Hércules que hiciera lo mismo pero a Palomar, porque había indicios que patrullas áreas de combate (PAC) británicas se dirigían al lugar. Cinco minutos después, desde el Hércules, detectaron lo que hoy cree Cerruti eran dos Harrier ingleses. “Como a nosotros la autonomía de vuelo nos sobraba, nos fuimos para el lado de África, volamos una hora y pico bien bajo, pensando que nos iban a cortar el camino al continente. Después nos fuimos al norte y desde ahí volvimos”, recuerda el veterano aviador. Cuando a las 17.20 arribaron a El Palomar, habían volado 11 horas y 20 minutos.
El super petrolero Hércules hundiendose en el océano Atlántico el 20 de junio de 1982
A partir de ese momento se desató un conflicto internacional que fue acallado durante tres décadas. A las 20.00, el Comando de la Fuerza Aérea Sur recibió la confirmación de que el petrolero Hércules avisó al Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos que lo habían bombardeado. Averiado, el superpetrolero marchaba a Río de Janeiro.
Al día siguiente, según escribió Cerruti en Boletín de la Dirección de Estudios Históricos en 2016, el Comando Local de Control Operativo de Brasil le comunicó a su par de Argentina que el Hércules había salido sin carga desde Río de Janeiro e iba a Valdez, Alaska. Y que la Administración Marítima de los Estados Unidos le había informado a la embajada Argentina en Washington el movimiento de sus buques y los de bandera liberiana en el Atlántico Sur. El superpetrolero Hércules pertenecía a una empresa norteamericana, United Carriers, que lo había alquilado a Amerada Hess Shipping Corporation. Luego de llevar crudo desde Valdez a las Islas Vírgenes, retornaba a Alaska, con una escala en Río de Janeiro.
El final del superpetrolero. Siempre fue un misterio por qué lo hundieron
No todo parece tan simple y llano. Cerruti piensa que algo más había. El 13 de junio el buque, averiado, llegó a la bahía de Guanabara. Pero lo fondearon lejos de miradas curiosas. Su tripulación, de 28 hombres (26 italianos y dos coreanos), fue enviada a Italia de inmediato y sin tener contacto con nadie. Durante los siguientes días debatieron el desarme de la bomba alojada en la bodega número 2. El 23 de junio llegó un equipo de cinco personas para desactivarla. Una semana después los llevaron en helicóptero al barco. Pero el 11 de julio algo sucedió, la empresa Cardoso & Fonseca, representantes en Brasil de Maritime Overseas Corporation, armadores del petrolero, dijo que necesitaban más tiempo. Y el 13 de julio, Raymond Burke, un abogado de la empresa, contó que el Hércules sería remolcado a 250 millas náuticas de la costa para ser hundido. El 20 de julio llegaron a una zona ubicada a 480 kilómetros al sur de Cabo Frío y a 700 km al este de Florianópolis. Allí, la profundidad del océano es de 2700 metros. Abrieron las válvulas para inundar los tanques y seis horas más tarde, a las 14.15, el gigantesco barco desapareció bajo el mar.
Cerruti plantea sus dudas: “Me llama la atención el hundimiento, porque el buque navegó 2000 kilómetros desde la Patagonia hasta Río de Janeiro sin problemas. Segundo, llevaba equipos electrónicos que valían millones de dólares, y prohibieron sacarlos. Otras compañías quisieron comprarlo, y tampoco… Entonces lo hundieron y le iniciaron acciones legales a la Argentina”. Ese juicio llegó a la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, que el 23 de enero de 1989 no hizo lugar al reclamo de la empresa Amerada Hess. El argumento fue que “ni los hechos expuestos ni el perjuicio a la propiedad sucedieron en los Estados Unidos”.
El Comodoro VGM (R) Roberto Cerruti
Pero entonces, ¿por qué hundieron al superpetrolero Hércules?
La respuesta del Comodoro Cerruti es contundente: “Ese buque no necesitaba hacer escala en Río de Janeiro, nunca la había hecho. Y a la ida lo hizo por primera vez. El Brigadier General Ernesto Crespo, comandante del FAS, en una entrevista que le hicieron, dijo que el barco llevaba munición 7,5, repuestos, combustible… es decir, pertrechos de guerra”.
La cuestión quedó catalogada como secreto militar, cuenta Cerruti: “Esa información fue clasificada porque al principio, Argentina y Gran Bretaña negaban el ataque al petrolero”. Recién se comenzó a hablar del tema bien avanzada la primera década de este siglo.
La heroica acción del Escuadrón del TC-68 fue reconocida muy tardíamente. En 2017, el Congreso de la Nación condecoró a la tripulación con la medalla que lucen con orgullo: “Al Valor en Combate”. Sí que la merecen.
Nunca antes se definieron tan temprano las candidaturas para la elección presidencial norteamericana y, sin embargo, nunca antes hubo tanta incertidumbre sobre si efectivamente el presidente Joe Biden y su contrincante, el expresidente Donald Trump llegarán al final de la contienda. El modo en que encaren los desafíos que ambos enfrentan va a afectar decisivamente el carácter de la democracia estadounidense.
El martes 12 Georgia, Mississippi y el estado de Washington permitieron al expresidente Donald Trump alcanzar los 1.215 delegados necesarios, para obtener la nominación presidencial en la Convención Nacional Republicana de julio próximo.
Por su parte, ese mismo día el presidente Joe Biden acumuló 1.968 delegados tras sus triunfos en Georgia, Misisipi, el estado de Washington y las Islas Marianas del Norte, asegurándose a su vez ser nominado para la reelección en la Convención Nacional Demócrata de agosto próximo. Por consiguiente, ya está claro quiénes son los contrincantes para las elecciones presidenciales de noviembre próximo. Sin embargo, varias sorpresas acechan a ambos en el camino que allí conduce y no está claro que ambos lleguen a la pelea de fondo.
El presidente Biden está luchando por superar las dudas sobre su liderazgo dentro de su propio partido y la insatisfacción general de la sociedad sobre la dirección de la nación que lo han dejado por detrás de Donald J. Trump, según una nueva encuesta de The New York Times y Siena College difundida el lunes pasado.
De acuerdo al relevamiento entre votantes registrados, con 48% de apoyo Donald Trump aventaja al presidente Biden, quien obtiene 43%. Sólo uno de cada cuatro votantes cree que el país avanza en la dirección correcta. Por cada uno que cree que las políticas del presidente actual lo han ayudado dos opinan que los han perjudicado. La mayoría de los encuestados piensa que la economía está en mal estado y el 47% de los votantes desaprueba decididamente la gestión de Biden.
El sondeo ofrece varias advertencias sobre los puntos débiles de la coalición demócrata, especialmente sobre la pérdida de apoyo entre las mujeres, los negros y los latinos. En la encuesta aparece repetidamente la diferencia de entusiasmo entre los dos partidos: sólo el 23% de los votantes de las primarias demócratas se declaró motivado por Biden contra el 50% de los republicanos que sigue fervientemente a Trump.
Paradójicamente, tanto Trump como Biden son impopulares entre el público en general. Más allá del apoyo electoral, Trump tiene un índice de simpatía general en la población del 44%, mientras que Biden sólo alcanza el 38%. En tanto, entre el 19% de los votantes que dijeron que desaprobaban a ambos posibles candidatos Biden es rechazado por el 45% y Trump por el 33%.
Aunque, falto de contrincantes, el presidente está ganando indiscutiblemente las primarias, los demócratas están divididos en partes iguales sobre la posibilidad de que Biden, de 81 años, vuelva a liderar el partido y quienes más se oponen son los votantes menores de 45 años.
La encuesta muestra claramente el diferente grado de adhesión al candidato comparando el pensamiento actual de los votantes con el de 2020. Mientras que un 10% de quienes entonces votaron por Biden pretenden sufragar en noviembre por Trump, éste no ha perdido posiciones desde entonces, sino que las ha expandido.
Con su enérgico discurso sobre el Estado de la Unión, pronunciado el pasado jueves 7, el presidente buscó recuperar algo del terreno perdido. En el Congreso, donde se siente a sus anchas, Biden ofreció una robusta imagen. Insistió en que EE.UU. siga ayudando a Ucrania, convocó a subir los impuestos a las empresas y las élites, propuso reducir los costos de la atención médica y mejorar la seguridad fronteriza. El líder demócrata alardeó asimismo de los 46.000 nuevos proyectos que la ley de infraestructuras facilitó, defendió la lucha de su gobierno contra “la agresión y la coerción chinas a la economía” y destacó que desde 2021 el PIB subió y el déficit comercial con el país asiático es el más bajo en una década. No obstante, afirmó, Washington no busca un conflicto con China, sino una competencia leal. Por las dudas, avisó también que EE.UU. está en “una posición fuerte para ganar una contienda contra China o contra cualquier otro”. Biden también se enfrentó a los republicanos por la reforma de la inmigración y prometió restablecer la despenalización del aborto.
Durante su discurso el presidente prometió además enviar una misión militar que construya un puerto temporal en la costa de la Franja de Gaza para hacer llegar la ayuda humanitaria al enclave invadido por Israel. Cabe destacar que momentos antes de la intervención, cientos de activistas propalestinos bloquearon en Washington los accesos al Capitolio exigiendo que las autoridades hagan cumplir un alto el fuego permanente en la Franja de Gaza y tomen mayores medidas para detener los ataques israelíes contra civiles palestinos. Estas manifestaciones que se multiplican por todo el país, los 100.000 votos “no comprometidos” durante las primarias demócratas en Michigan y Minnesota y las crecientes críticas a Israel en los sondeos preocupan seriamente al presidente.
La ruptura con Netanyahu es total. Biden no puede permitirse más acciones de Israel que pongan en peligro su campaña electoral. Sin embargo, la rebeldía del primer ministro israelí se apoya en la voluntad mayoritaria de su pueblo de seguir peleando en busca de una imposible victoria. No obstante, la elite de Washington está atada a un apoyo ciego al Estado sionista que le quita espacio de maniobra, por lo que la guerra en Asia Occidental continuará impactando directamente sobre la campaña electoral norteamericana y debilitando a Biden.
A las limitaciones objetivas se suman las subjetivas. El 8 de febrero pasado el fiscal especial Robert Hur dio a conocer su informe sobre el manejo de documentos clasificados por parte del actual presidente tras abandonar la vicepresidencia de Barack Obama en 2017. En el mismo concluyó que no imputaría a Biden por haber “deliberadamente guardado y divulgado material clasificado”, porque probablemente un jurado lo vería como un “hombre anciano y bienintencionado, pero con mala memoria”. Esta frase confirmó las dudas de la mayoría de los estadounidenses sobre la salud de Biden y su competencia política y debilitó potentemente sus chances electorales.
Aunque aún no han terminado las elecciones primarias, legalmente no hay dudas de que en noviembre se enfrentarán Biden y Trump. Sin embargo, la impopularidad del presidente va en aumento y sus problemas de salud son ostensibles. En algún momento el aparato demócrata y el poder detrás del trono concluirán que su candidatura es riesgosa. Los medios norteamericanos están llenos de especulaciones sobre la mejor salida a este intríngulis.
La más factible, sugerida por el portal demócrata Político, propone que se deje que la campaña para la nominación siga hasta el 4 de junio, cuando terminan las elecciones primarias. Biden sería entonces el vencedor indiscutible y en ese momento podría renunciar a la nominación, liberando a sus delegados para que apoyen a otro candidato. Una serie de encuestas privadas pondría a prueba entonces el apoyo popular a varios candidatos. Hasta la convención, que comienza el 19 de julio, Biden seguiría siendo el Gran Elector y su indicación final ante los delegados reunidos en Chicago sería determinante. Los gobernadores Gavin Newsom, de California, J.B. Pritzker, de Illinois, y Gretchen Whitmer, de Michigan, suenan como los más posibles delfines, pero hasta ese momento aún falta mucho. Nadie menciona a la vicepresidenta Kamala Harris por su torpe desempeño y sus bajísimos índices de aprobación, pero algún lugar se le dará, para no ofender a los afroamericanos.
Finalmente, ¿qué pasaría, si Biden fuera nominado en la convención a finales de agosto, pero luego no pudiera competir en las elecciones de noviembre? Las normas de la convención establecen que, en caso de “fallecimiento, dimisión o incapacidad” del candidato, Jaime Harrison, presidente del partido, “consultará con los líderes demócratas del Congreso y de la Asociación de Gobernadores Demócratas e informará” a los miembros del Comité Nacional Demócrata (DNC, por su nombre en inglés), que elegirían a un nuevo candidato.
Del otro lado del tablero las cosas tampoco andan muy bien. Aunque Donald Trump ha arrasado en las primarias republicanas, eliminado a todos sus contendientes internos y ha unido y movilizado al partido, tiene problemas legales y financieros que obstaculizan su campaña.
El expresidente se enfrenta a cuatro juicios penales que podrían complicar su candidatura. Ha sido acusado de malversar archivos gubernamentales clasificados, falsificar documentos comerciales para ocultar un pago de dinero por silencio y conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 en el estado de Georgia. También enfrenta una acusación por interferir en la votación de 2020. Se ha declarado inocente en los cuatro casos, pero los procesos continúan. Si bien la Constitución le permite aspirar a la presidencia aun si fuera condenado y la inmensa mayoría de los republicanos está convencida de que se trata de una persecución política, un veredicto de culpabilidad haría temblar todo el sistema constitucional y político y la imagen de EE.UU. en el mundo.
Las normas del Partido Republicano no incluyen mecanismos “para sacarlo de la papeleta”, si es condenado una vez ungido candidato. De todos modos, es poco probable que los tribunales expidan sentencias antes de noviembre y, si lo hacen, el reo puede apelar. En principio, entonces, los problemas legales no deberían impedir a Trump llegar a la presidencia. Sí, en cambio, los financieros o una combinación entre ambos.
Los datos de la financiación de campañas publicados a finales de enero de 2024 revelaron que Save America, el comité líder de acción política (PAC, por su nombre en inglés) fundado y controlado por el expresidente Donald Trump, gastó en 2023 más de 50 millones de dólares en honorarios legales derivados de los múltiples casos penales y civiles del expresidente. Otras organizaciones alineadas con Trump pagaron 10 millones de dólares más en honorarios legales adicionales.
Por regla general, las contribuciones a la campaña sólo pueden utilizarse para gastos electorales. No son para el uso personal de un candidato o de un titular de un cargo federal. Sin embargo, la Corte Federal Electoral (FEC, por su nombre en inglés) ha permitido repetidamente que los fondos electorales paguen gastos legales relacionados con una campaña o una acción del titular del cargo. Muchos de los casos legales de Trump, y por tanto sus gastos, están relacionados con actividades de campaña. Otros se relacionan con su papel como titular o ex titular de un cargo. No así la demandas interpuesta por E. Jean Carroll por abuso sexual y difamación. También probablemente personal es el caso civil en Nueva York alegando fraude empresarial, en el que ha sido condenado a pagar más de 350 millones de dólares en multas.
Parece, además, que Save America también ha estado pagando honorarios legales en esos casos. Save America es el PAC líder de Trump, creado por el PAC Make America Great Again (MAGA). Aunque Save America está controlado por Trump, técnicamente es una entidad independiente y la FEC lo considera un “tercer actor”, por lo que puede pagar sus gastos legales personales. La normativa no es clara y permite interpretaciones contradictorias que pueden dar lugar a decisiones arbitrarias.
A esta altura de la campaña el dinero de los comités de acción política parece haberse agotado. Aunque muchos fervorosos activistas están dispuestos a recaudar fondos para la campaña, no quieren con ellos costear los procesos judiciales del candidato. La campaña presidencial de Donald Trump enfrenta un serio desafío financiero.
Por esta razón el expresidente confirmó el lunes pasado a CNBC que recientemente se había reunido con Elon Musk, pero que no sabía si el multimillonario lo respaldaría en las elecciones, ya que ambos difieren sobre la importancia de la movilidad eléctrica. A la entrevista Musk respondió en su red social X que “no voy a donar dinero a ninguno de los candidatos a la presidencia de EE.UU.” La negativa de Musk dio un serio golpe a la campaña de Trump, ya que ambos ocupan el mismo espacio político, pero el dueño de X tiene mucho más dinero que el neoyorquino y aspira a ser el líder absoluto.
Trump sólo puede escapar de las garras de Musk, si encuentra un candidato a vicepresidente que aporte un buen financiamiento, pero no lo condicione. En el horizonte asoma una pléyade de jóvenes dirigentes mujeres y varones del Partido Republicano, el empresario excandidato Vivek Ramaswamy y el presentador Tucker Carlson. De todos estos postulantes Ramaswamy es el mejor posicionado: viene de afuera de la política, puede recaudar fondos para la campaña, da muestra de apertura racial, es arriesgado como el presidenciable, pero no tiene poder político propio.
Trump está en una buena posición electoral y en una mala situación estratégica: si no consigue rápidamente fondos y los procesos judiciales siguen consumiendo sus reservas, tendrá que conseguir donantes generosos. La mayoría de los grandes oligarcas no tiene interés en involucrarse con él. Sólo Musk tendría eventualmente interés, pero su precio sería altísimo. El sudafricano-canadiense-norteamericano no puede ser candidato, porque no nació en EE.UU., pero podría llenarle el gobierno de personal adicto e imponerle duras condiciones políticas. El líder republicano sólo puede romper el cerco financiero que lo estrangula movilizando a las bases republicanas y convenciéndolas de que sus costos legales y los de la campaña son una y la misma cosa. Para lograrlo, tiene que convertir la lucha electoral en una gran causa nacional. Esto no excluye la eventualidad de que el “Estado profundo” arbitre una interpretación casuística de las leyes, para proscribir y/o encarcelar al republicano.
Estados Unidos se aproxima raudamente a un terremoto: el muy probable relevo de Biden como candidato demócrata y la alta probabilidad de que a Trump le impidan llevar la campaña electoral equivalen a dos golpes de estado en uno. El estado de guerra permanente en el exterior coincidiría entonces con el estado de emergencia permanente en el interior.
La Legislatura de Río Negro aprobó este jueves por unanimidad la ley impulsada por el Ejecutivo provincial para regular las concesiones de uso de agua pública con destino a la generación de energía hidroeléctrica.
La ley contempla que las disposiciones rigen en toda concesión de uso de aguas públicas de dominio público provincial, con destino a la generación de energía hidroeléctrica sujeta a la administración del Estado Nacional, en las condiciones previstas por la Constitución provincial.
Río Negro cobrará el agua que se utiliza para generar energía
Facundo López del bloque Juntos Somos Río Negro sostuvo que “si se paga el agua para tomar, si se paga el agua para regar, también hay que pagarla para generar energía eléctrica. Donde se genera el 25% de la energía que se va al AMBA y se paga más barata que en Río Negro. Por instrucción del Gobernador (Alberto Weretilneck), vamos a coparticipar lo recaudado, sin importar el color político”.
El legislador Carlos Valeri aseguró que «es una oportunidad para todos los rionegrinos que comencemos a percibir una retribución por el uso del agua en las hidroeléctricas que concesiona el gobierno nacional”.
Por último, Valeri agregó que el gobernador Weretilneck y los gobernadores de la Patagonia “pusieron en agenda los problemas de la Patagonia. En esta ley que se reconocen los derechos sobre nuestros recursos naturales. Siempre con diálogo y consenso”.
El proyecto se aprobó en general por unanimidad, aunque los legisladores Magdalena Odarda y Luciano Delgado Sempé presentaron sus divergencias en particular.
La ley que regula las concesiones de uso de agua pública con destino a la generación de energía hidroeléctrica establece que la provincia percibirá hasta un cinco por ciento de canon por ser la dueña del recurso.
El 20 por ciento de esos ingresos será coparticipable para los municipios y comisiones de fomento, con la salvedad que no se podrá utilizar el dinero para solventar gastos corrientes como los salarios.
Patagonia constituyó su propio bloque regional
La noticia es un capítulo más en medio de la disputa entre los gobernadores y la Casa Rosada. Los patagónicos, en particular, llevan adelante una agenda regional propia, en la que hacen bandera de la defensa de los recursos propios, principalmente los vinculados a la energía.
Ese fue uno de los puntos centrales en la cumbre que la semana pasada aglutinó a los seis mandatarios sureños en Puerto Madryn, donde relanzaron el sello Patagonia a fin de plantear problemáticas propias y negociar con Nación desde una posición de fortaleza.
El gerente de medios de Eiling, Mariano Musso, se comunico con AgendAR para asegurarnos que la empresa Gezhouba no se ha ido del país. «Es una versión que publicaron en La Política Online y levantaron otros medios, pero no es cierta. Hay 50 ciudadanos chinos en las obras y 100 en Bs As en las oficinas de la UTE y de Gezhouba. No hemos abandonado el país ni la obra».
Los que sí la están abandonando, por ahora, son más de 1800 trabajadores sumamente argentinos que por un tiempo (para ellos infinito) quedan sin destino en la provincia más despoblada y básica del país. En cuanto a los chinos, probablemente harán lo que ya vienen haciendo desde tiempos de Mauricio Macri: sentarse a esperar ver pasar el entierro del gobierno actual, y eventualmente también el de sus enterradores. No tienen apuro.
Los atrasos de obra los paga la Argentina, los chinos están más convencidos que nosotros de que ésta (la obra) se terminará (alguna vez) y ven las cosas con una perspectiva muy larga. La célebre paciencia china no es un cuento.
Eiling, otrora Electroingeniería, es un grupo cordobés con notable trayectoria en obra pública y privada. Junto con la mendocina Hidrocuyo, es una de las dos patas locales de la UTE (Unión Transitoria de Empresas) con la firma de ingeniería china Gezhouba, que ganó la licitación por el complejo hidroeléctrico de dos represas, la Kirchner y la Cepernic, sobre el río Santa Cruz, en la provincia homónima.
Ni Gezhouba ni la cancillería china han dicho «esta boca es mía», según usos y costumbres. Están acostumbrados a las locuras de la Argentina y a hacer goles en tiempo de descuento. T
Respecto de este tema, en tiempos algo mejores y muy recientes, cuando las obras se volvieron a descongelar y desembarcó en Punta Quilla la la primera turbina para la más chica de las represas, la Cepernic, publicamos una investigación hidrológica, climática e ingenieril del Santa Cruz y sus dos represas. Al final de este artículo, repetiremos lo ya publicado dos veces, visto que el país no tiene la más mínima idea de la capacidad de cambio económico y demográfico que a la corta o a la larga tendrá el sur de Santa Cruz.
En la estimación de AgendAR, es aún mayor que la que tuvo la represa de Futaleufú sobre Puerto Madryn, en Chubut. Historia que vale la pena contar, para entender lo que inevitablemente sucederá en Punta Quilla. Se necesita de algo más que una peluca con motosierra para frenar lo que se viene. O la Argentina electrifica, industrializa y puebla estas soledades, o las pierde.
En último censo, Madryn sorprendió a la Argentina e incluso a Chubut con 132.397 habitantes. Está muy lejos del perfil que tenía a fines de los años ’60, cuando era un pueblo pesquero de 5000 habitantes en rápida evaporación demográfica, con jóvenes que partían buscando empleo en el AMBA y en Córdoba. El único trabajo lucrativo e interesante era para aristócratas: el soporte logístico de buceo de los turistas porteños con plata. Obviamente, esta actividad no movía el amperímetro económico de una ciudad en extinción.
¿Qué transformó a una polvorienta aldea de viejos y niños en la rumbosa Madryn actual, que genera -sin tener una gota de petróleo ni un gramo aparente de minerales valiosos- el 20% del PBI de una provincia petrolera? ¿Qué la distingue de tantos otros puertos patagónicos que sólo mueven productos primarios? Respuesta sintética: una represa hidroeléctrica y una fábrica. Fueron respectivamente Futaleufú y ALUAR.
En 1971, con el general Levingston como presidente de facto y un ministro de economía muy industrialista, Aldo Ferrer, la Fuerza Aérea Argentina, o más bien la parte de ella que insistía en diseñar y fabricar aviones propios, necesitaba asegurar la materia prima aeronáutica del momento: el aluminio. Pero este material es literalmente electricidad congelada. Se fabrica por reducción de la bauxita, básicamente mineral de hidróxido de aluminio, en enormes cubas de electrólisis. Sin embargo, el consumo eléctrico de una planta grande es pavoroso. ¿Cómo obtenerlo?
Ferrer, el mismo tipo que escribió la «Ley de Compre Nacional», contactó a los hermanos Madanes, dueños de FATE, la mayor fabricante argentina de neumáticos. Aquellos Madanes ya empezaban a meterse en la fabricación de calculadoras electrónicas ayudados por la «craneoteca» de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Y en esto tuvieron un éxito despampanante con su marca CIFRA: llegaron a dominar el 70% del mercado argentino, el 30% del sudamericano y empezaba a exportar a Alemania. Eran industriales como ya no se ven en estas pampas.
Y Ferrer armaba juego como Mascherano. Les propuso una fábrica de aluminio para suplir a la Fuerza Aérea, les hizo contacto con ingenieros de la Universidad Nacional de La Plata y les aseguró la electricidad. Para ello convocó a la empresa Agua y Energía SE, una sociedad del estado a la que debemos gran parte de la electricidad patagónica. AyE diseñó y construyó Futaleufú en una curva del río homónimo, empezada en 1971 y terminada en 1978. Tiene 560 MWe instalados, un lago de alta densidad energética (poca superficie, mucho voluman, gran pendiente) bien abastecido de lluvias, incluso en sequías prolongadas. En las condiciones meteorológicas promedio de aquella época producía 2900 GWh anuales.
En 1982 Madryn se había «dado vuelta»: la enorme cantidad de ingenieros y técnicos implantados definitivamente por ALUAR habían trastocado la economía, la demografía y la educación. Madryn devoraba barcos enteros de bauxita sin importar origen (aquel año venían desde Jamaica), y exportaba 140.000 toneladas de lingotes de aluminio a EEUU, Brasil, Japón y Alemania. Mucho más importante: se había llenado de fábricas de llantas especiales y de talleres que fabricaban cerramientos de aluminio para la construcción, echando mano de aproximadamente el 30% del aluminio disponible. También se había llenado de de escuelas y colegios, y finalmente de las carreras de la Universidad Nacional de la Patagonia y del incipiente CENPAT, hoy el mayor instituto del CONICET en la costa atlántica.
Curiosamente, la producción inicial de ALUAR era tan grande que era imposible hacer la aleación llamada «dural», o «duraluminio», el material estructural de las células de los aviones que planificaba la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba. Una sola de las centenares de cubas de reducción electrolítica de aluminio puro que formaban la planta excedía totalmente la demanda anual de la Fuerza Aérea. Era imposible apartar una cuba de aluminio líquido para hacer aleación con mayor o menor proporción de cobre, magnesio, cromo, hierro, zinc, titanio y escandio que uno necesita para fabricar las células de los Pucará y los Pampa.
Hoy ALUAR produce el triple de toneladas/año de aluminio puro que en los ochenta, en una segunda planta diseñada sobre la primera, también por la Universidad Nacional de La Plata, sin gastar ni un mango en consultoras externas. Aluar destina una parte importante a extruídos y laminados en la provincia de Buenos Aires, es decir genera trabajo calificado incluso a distancia.
Lo que diferencia a Madryn del resto de los puertos patagónicos es que vive de valor agregado local, punto.
El ecoturismo en la Península de Valdés, que genera también un PBI que te la cuento en hotelería y excursiones, sencillamente aprovechó el nivel cultural y manejo de idiomas generado en Madryn por el aluminio, y la biodiversidad costera impactante de la Pensínsula Valdés. Una represa y una fábrica reinventaron a Madryn, aprovechando también que el puerto es protegido de tormentas y no tan malo como otros de la región.
Un dato interesante: ya en 1992 la energía eléctrica de Futaleufú se dividía en tres usuarios: ALUAR usaba el 99%. Madryn y Trelew se iluminaban con el 1% restante. Y ambas tenían industrias y población en aumento, pero no apagones, aunque estaban casi desconectadas del núcleo de la red eléctrica nacional. Donde los apagones eran épicos.
Lo dicho, el aluminio es electricidad congelada, y tecnología. En este caso, 100% argenta. Bauxita se consigue en cualquier lado.
Hay que ser un tremendo imbécil para no tratar de repetir el mismo modelo de Futaleufú-ALUAR-Madryn en el mejor puerto argentino sobre el Atlántico, Punta Quilla, abierto a los dos mayores océanos del planeta. Y de yapa, el enchufe eléctrico resulta el río más represable y confiable del país dentro de la categoría de los cinco más caudalosos, el Santa Cruz. Todo recurso hídrico argentino desde nacientes a desembocadura, no compartido con ningún otro país. Y además exento de sequías por eventos Niña atroces, como el de tres años que superamos recién a fines de 2023. Bueno, por ahora.
Supongo que los chinos lo saben y las empresas argentinas que integran la UTE para construir el complejo de dos represas también lo sabe. La Argentina no tiene la más peregrina idea, con la misma bobera lunática que ignora la historia de Madryn, aunque la vio suceder delante de su tonta nariz.
Un amigo que es juez y sinófobo me pregunta a qué interés ponen la plata los chinos, cifra que no se menta mucho. Le contesto que lo ignoro, pero añado que va subiendo cada vez que aparece un idiota a frenar el único emprendimiento tecnológico de una ecorregión sumamente primaria (excepción solitaria: la CNEA e INVAP en Río Negro). Es que la apuesta de los tres bancos chinos que financian esta obra es disponer de 10 años de energía eléctrica, porcentaje a fijar según precio también a fijar por el estado nacional. Cada vez que se interrumpe la obra, será mayor la cuotaparte china en dinero o en tiempo del producto eléctrico.
Otro amigo ingeniero, menos ideológico y más práctico, me pregunta qué sentido tiene una gran central hidro con la misma capacidad de producción eléctrica anual que la nuclear de Embalse en Córdoba, tan a trasmano del Sistema Argentino de Interconexión. Le contesto que ya no está a trasmano, debido a la línea de alta tensión (LAT) de 500 kilovoltios construida en tiempos de NK y de CFK. Une TODA la Patagonia continental con la Región Centro. Me replica que un conductor tan largo pierde mucha energía en forma de calor, por calentamiento de los cables de aluminio. Y es la pura verdad, es ingeniero.
Contesto que no creo que la demanda mundial de aluminio baje mucho. Tampoco la de acero, tampoco la de vidrio, tampoco la de silicio monocristalino, tampoco la de cobre, tampoco la de cemento, tampoco la de litio, que hasta eso hay en Santa Cruz. Son todas producciones muy electrointensivas, y en este caso generadas por una fuente que no emite dióxido de carbono. Es que los lagos serán probablemente tan abióticos como hoy lo el río, por la pureza del agua y su bajísima temperatura. No habrá algas en descomposición.
Los materiales de ingeniería y de electrónica certificables como «libres de emisión de carbono» a futuro probablemente se vendan sin barreras aduaneras verdes. Sólo la fabricación de cemento hoy es la causa del 8% del efecto invernadero mundial.
Si los presuntos capitanes de la industria están más cómodos dedicados a las galletitas, los aceites o a poner barreras de peaje en rutas que no construyeron, o a vaciar el Correo Nacional, alguien vendrá a poner fábricas en serio en Punta Quilla, bien a tiro de las represas. Porque pese a que el Dr. Joe ha dejado seguidores de sobra (y no así Aldo Ferrer), no es lo mismo fabricar acero que caramelos. No sería raro que, por defección de las nacionales, que hace décadas que están en otra, fueran empresas chinas.
La Argentina ganaría igual frente a la situación actual: la segunda mayor provincia del país, repleta de recursos naturales de extracción que se venden crudos, con una población minúscula llena de déficits de desarrollo humano, y una superficie del tamaño de la vieja Alemania Federal. Pero con aproximadamente 338.000 habitantes, más o menos la mitad de los que hay en la capital bonaerense, La Plata.
Ésta es la causa geopolítica por la que EEUU no está dispuesto de ningún modo a permitir que se construyan las represas. Prefieren un desierto. Razón de más para hacerlas.
Daniel E. Arias
PS: Por si no quedó claro qué tipo irrepetible de río es el Santa Cruz, y por qué las represas son una necesidad urgente de integración territorial, repetimos por tercera vez un artículo que AgendAR publicó en tiempos, como se dijo, menos infelices pero muy recientes.
La represa Jorge Cepernic es la más chica del dúo hidroeléctrico Cepernic-Kirchner sobre el río Santa Cruz, y está situada corriente abajo de esta última. La noticia es que está por recibir la segunda de sus tres turbinas chinas la proxima semana. Desembarcaría el domingo 15 en Punta Quilla, proveniente de Shanghai. Con ello, el avance de esta obra llegará al 50%.
Es un turbinón importante: 5 días al menos para descargarlo y llevarlo 200 km. al lugar de emplazamiento. Pero blanco sobre negro, el represamiento, al menos parcial, del Santa Cruz empieza a ser un hecho, llueve, truene o brille el sol.
Entre tanto, la represa Néstor Kirchner, la mayor de ambas en capacidad instalada y situada corriente arriba de la Cepernic, está a espera de definiciones geológicas. Se está re-estudiando la resistencia de sus anclajes de pared en las barrancas del inmenso valle fluvial del Santa Cruz, cavado por un glaciar durante la última deglaciación, cuando ese río debe haber tenido el módulo del Paraná y el Uruguay sumados. Si esas viejas bardas son proclives a deslaves, habrá que fijarlas con mucha ingeniería.
Luego de construida la represa mayor, presumiblemente en 2028, parte de ese valle se transformará en un embalse. Aguas abajo quedará el segundo embalse, el de la represa Cepernic, la primera en terminarse. Ambos embalses funcionarán en tándem de un modo bastante ingenioso que se explica luego.
El cronograma de obra para la Cepernic ahora queda así: instaladas sus tres turbinas tipo Kaplan, de 120 MWe la pieza, podría estar operativa en 2025. Tendrá una pared interesante, casi 2,5 km. de punta a punta y 41 metros de altura hasta el coronamiento. La potencia total instalada aquí será de 360 MWe, el equivalente de la pequeña central nuclear de Atucha 1 de NA-SA en la provincia de Buenos Aires. Y esa pared estará 170 km. aguas arriba de la ciudad de Comandante Piedrabuena.
Si hubiera población a pie de represa, esto daría para iluminar a 1 millón de habitantes, lo que triplica la población actual de TODA la provincia. Y si el próximo gobierno no interfiere la obra (spoiler alert, ya sucedió entre 2015 y 2019), la Cepernic debería estar entrando en línea en 2025.
La obra más grande del río, la Néstor Kirchner, tendrá más turbinas, esta vez de tipo Francis, más eficientes ante saltos importantes de nivel. Las de la serán 5 en total y además de mayor módulo, de 190 MWe cada una, con una capacidad sumada de 950 MWe.
La financiación de todas estas obras está asegurada desde 2014, y si todavía no están inauguradas y dando potencia, geología de orillas aparte, es por la denominación de origen del crédito original, que el State Department ve como una afrenta de lesa majestad. Originalmente fueron U$ 4714 millones: vienen del China Development Bank Corporation (CDB), del Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y del Bank of China Limited (BOC). En tiempos de Silvina Batakis como ministra de Hacienda, se amplió en U$ 300 millones más.
Este trío bancario no tiene obviamente problemas de chequera. Pero el State Department ve esta obra como un aumento de la influencia china sobre esta parte del planeta, y tiene razón. Y no es problema nuestro.
Es una obra necesaria: falta potencia de base en la segunda provincia mayor de toda la Argentina, igual al Reino Unido por superficie (243.000 km2), pero tan primaria y falta de desarrollo industrial que su población entera cabe en el estadio de River Plate, si las personas se amontonan como en el subte B y ocupan también el pasto. En el Reino Unido, en cambio, hay 67,5 millones de habitantes. Mirando el caso de las islas demasiado famosas, cada vez que paramos estas represas, les damos más y más motivos para mudarse aquí.
¿EEUU tal vez ofreció algún crédito igualmente blando y pagadero en electricidad, como China, para hacer ambas represas? No. Prefirió actuar como el perro del hortelano, al decir castizo: ni come él ni deja comer al amo. Nada hacer creer que cambiará de costumbres. «Old dogs don’t learn new tricks», como dicen en Avellaneda.
Pero éste el el último gran río argentino sin represar, y por muchas causas, es nuestro río más perfecto para represar, libre de todo problema que no sea diplomático. No hay población a desalojar en sus orillas: están enérgicamente deshabitadas en sus 385 km. de recorrido desde el desagüe del inmenso y profundo lago Argentino hasta el Atlántico.
¿Excepciones? Los campos de regadío de Pérez Companc y la ciudad de Comandante Piedrabuena en la barranca de la orilla izquierda, amén de Puerto Santa Cruz (5000 habitantes) en la derecha. A añadir, 500 habitantes más en el puerto de aguas profundas de Punta Quilla, donde empieza el Atlántico. Y se acabó.
Todos esos compatriotas quedan aguas abajo de los lagos. No se inundarán. No hay que desalojar a nadie, más bien lo contrario: hay que poblar, o esa provincia la terminaremos perdiendo. Es codiciada desde tiempos fundacionales. Entre 1877 y 1878 Chile envió barcos de guerra aquí para campear en la zona. Cambió de idea cuando Buenos Aires mandó la flota de mar del Comodoro Py. Dado que no hubo tiros y para no desaprovechar el viaje, don Py fundó Puerto Santa Cruz.
Al año siguiente llegó Piedrabuena y fundó… bueno, Piedrabuena, 17 kilómetros aguas arriba. En 1881 y casi en vísperas de una guerra (otra vez sopa) con Chile, se firmó un tratado de paz a ultimísimo momento, y se demarcaron límites. Pero no pasa año sin reclamos chilenos: Laguna del Desierto, los islotes atlánticos sobre el Beagle, los Hielos Continentales, desde hace dos años un considerable pedazo de Mar Argentino sobre el Estrecho de Drake. Y la lista sigue y seguirá.
Por la letra del tratado de 1881, Argentina consideró siempre suyos territorios que luego jamás pobló. Por ocupación unilateral de los mismos por Chile, hubo varias situaciones de pre-guerra durante el siglo XX.
La última grave fue el 22 de diciembre de 1978. Los Airmacchi de la Armada Argentina, con las coheteras Zuni bajo las alas, estaban por salir a misilear la base naval de Punta Arenas, calentando turbinas en cabecera de pista de Ushuaia, cuando llegó contraorden. Que cortaran motor y se bajaran muchachos, Picton, Lennox y Nueva, los islotes antes argentinos (y desocupados) sobre el Beagle, iban a fallo papal.
En esta parte de Santa Cruz sobran, desaprovechadas de modo suicida por la Argentina, tres cosas que faltan en casi todo el mundo: espacio, agua dulce y fuentes de potencia.
¿Qué más hace este río un activo a represar? Después del Paraná, el Uruguay y el Negro, es el cuarto río más caudaloso del país. Ambas orillas son argentinas, no hay ningún país vecino con el que negociar la obra, y la electricidad y obras de regadío son todas para nosotros, gran diferencia con Yacyretá y Salto Grande, en las que la potencia generada se reparte miti y miti. El Santa Cruz no atraviesa varias provincias, lo que evita litigios como el que tiene históricamente la Pampa contra Mendoza por haberse quedado ésta con casi todo el caudal del Atuel. No hay sedimento que vaya a entarquinar los embalses o bloquear sus turbinas, porque el lago Argentino es frío, glaciario, profundísimo, casi abiótico, e intercepta limos y arcillas.
El agua fluye por este río rarísimo como por un caño, muy fría, pura y transparente a grado potable, con un majestuoso caudal promedio de 790 metros cúbicos por segundo anuales. La salida al mar, justamente por falta de sedimentos, es un estuario profundo y no un pequeño humedal a proteger como el de los otros (y pocos) ríos patagónicos argentinos.
Regulado su caudal no por uno sino por dos grandes lagos glaciarios (el Viedma, cauce arriba, desagua en el Argentino a través del río La Leona), controlados estos lagos a su vez por el derretimiento lento de los Hielos Continentales Patagónicos, el río Santa Cruz no depende linealmente de las lluvias en su alta cuenca. Y por ende tampoco de los cada vez más frecuentes y agudos ciclos Niño-Niña.
En esta última «superniña» que duró tres años, en 2021 y 2022 el fondo del Paraná se volvió un medanal caminable, como no sucedió jamás en tiempos históricos, y la represa de Yacyretá perdió hasta 2/3 de su producción eléctrica. En la Patagonia Norte, más dependientes de lluvias, los embalses de la cadena de 7 represas sobre las nacientes del Limay-Río Negro estuvieron en mínimos de nivel, y turbinando agua con cuentagotas.
Pero en su remoto ostracismo austral, el río Santa Cruz ni se enteró de la sequía. Siguió como siempre, rápido, transparente y con su profundidad de entre 6 y 15 metros. Es ver esa correntada y entender por qué el Perito Moreno tuvo que arrastrar sus botes desde la orilla y a la sirga para llegar a las nacientes y descubrir el lago Argentino. A remo eso no lo subís, salvo en kayak, y con unos brazos de patovica.
Las dos represas, coinciden los hidrólogos, no afectarán el régimen anual de crecida y estiaje del Santa Cruz, que de suyo es moderado en altibajos. Es el río perfecto, tan predecible como una central nuclear o térmica: puede funcionar a potencia nominal casi todo el año, y por ahora (tocamos madera) parece a salvo del cambio climático.
Contra la opinión de algunos amigos ecologistas, el embalsamiento del Santa Cruz no va a afectar al macá tobiano, bicho lindo y en declinación, si los hay. Pero el tobiano no es pájaro de este río sino de las lagunas de la Estepa Central Santacruceña, bastante lejos y al Norte. Agarren el mapa, chicos: no muerde.
Y si quieren conservar la fauna endémica del río llegaron un siglo tarde. La actual es importada: la invasión de salmónidos «sembrados» en los lagos y ríos patagónicos es una obra de nuestros tatarabuelos, y estos voraces bichos del Pacífico Norte se comieron casi todo puyén, pejerrey, perca, madrecita y todo otro pececito criollo que hubo antes de aquel lejano entonces. Ese cambio es irreversible. Las represas no afectarán a los salmónidos, que son exóticos, ahora acriollados, poco migratorios y bastante indestructibles.
La única especie nativa en peligro debido a las represas es la lamprea, un pez parásito que se prende como una ventosa a los salmónidos (hoy, plato único) y se los va devorando vivos durante años. Salvadores de la biosfera: cambio lamprea por megavatios, regadío y trabajo industrial cuando quieran. Llame ya.
Este es un río bastante abiótico, como descubrió con asombro extenuado su primer visitante europeo, Charles Darwin. Este jovencito inglés -bueno, los marineros a sus órdenes- lucharon bravamente por avanzar a contracorriente tirando de la ballenera de salvamento con sogas desde las orillas. Buscaban un paso al Pacífico. Hasta que el mañoso Santa Cruz, no muy lejos del lago (no llegaron a verlo), les dio vuelta el bote en sus muchos remolinos.
Ignoro cómo enderezaron la ballenera, o cómo bajaron el río con corriente rápida y por popa, es decir sin timón. El naturalista británico logró llegar, estoico y como pudo, hasta la desembocadura, donde lo esperaba el bergantín HMS Beagle. Pero el 22 de abril de 1834, seguramente con la ropa mojada, temblando de frío y con mucha mala leche, escrachó al río con esta descripción.
«El país seguía siendo igual, y era sumamente. La similitud completa de la producción en toda la Patagonia es una de sus características más llamativas. Las llanuras uniformes de árida gravilla sostienen las mismas plantas enanas y cohibidas, y en los valles crecen los mismos arbustos espinosos. En todas partes vemos las mismas aves e insectos. Incluso las mismas orillas del río y de los arroyos que entran en él, apenas se animan con un tono más brillante de color verde. La maldición de la esterilidad cubre la tierra, y el agua que fluye sobre un lecho de guijarros participa de la misma maldición. Por lo tanto el número de aves acuáticas es muy escaso, porque no hay nada para mantener la vida en la corriente de este río estéril».
Nada cambió en el Santa Cruz desde que Darwin lo bendijo así, salvo la llegada de los salmónidos y la fundación de las ciudades de Comandante Piedrabuena en la orilla izquierda de su curso inferior, y la de Puerto Santa Cruz en su estuario.
Hoy también está Punta Quilla, 17 km. al Sur de Puerto Santa Cruz, donde termina el estuario. «Quilla» es el mejor puerto continental de la Patagonia Argentina, abrigado de ese viento que te saca el gel del pelo y también el pelo. Es apto para buques Panamax y tiene unos insólitos 26 metros de fondo. Fuera de los obvios poteros dizque españoles no es muy activo, dado que en el interior de Santa Cruz no hay población capaz de generar movimiento comercial.
El proyecto de las dos represas nació en 1970, con el gobierno militar de Marcelo Levingston y Aldo Ferrer como ministro de Economía.
Luego no pasó más nada hasta que el país sangró, se privatizó, se endeudó, estalló, ardió, llegó un santacruceño adoptivo a presidente y se desempolvaron viejos planos de Aldo Ferrer, se hizo la licitación, pintaron los bancos chinos ofreciendo financiación -porque el estado nacional ahora vive en quiebra por deuda- y empezaron los estudios de suelos y primeros movimientos de tierra. En 2015, ahí ya había una obra.
Entre 2016 y 2019 el mejor ministro de Energía de la Shell, Juan Carlos Aranguren, auditó -es decir paralizó- las dos represas, y se tomó todo el tiempo del mundo para decidir que había que bajarle la potencia instalada total inicial, que era de 1830 MWe a los 1310 MWe. Según Aranguren, para no interferir el desagüe hacia el río del lago Argentino (hidrológicamente, eso no tiene sentido alguno), y para preservación de la fauna nativa (¿cuál?) en su desembocadura. Cuando un cacique petrolero se pone ecologista, hasta el santo desconfía.
Hubo más. A las represas el presidente Mauricio Macri las regresó a sus nombres topográficos y originales: Cóndor Cliff y Barrancosa. Fuera de ello, el expresidente se fue con los deberes hechos: las dos obras paradas, aunque sumando nombres. Luego al macrismo lo suplantó la pandemia con todo éxito y parecidos costos. Con Fernández las cosas se pusieron nuevamente casi en marcha, con su peculiar estilo inmóvil. La renegociación con los bancos chinos data recién de agosto de 2022.
La única buena noticia es que incluso con el bajón de potencia instalada impuesto por Aranguren (desde 1800 a 1310 MWe), se cree que la cosecha eléctrica anual seguirá inalterable, en los valores iniciales. Ojo lector, porque aquí viene la ingeniería ingeniosa. Cuando estén trabajando ambas represas, la Cepernic usará su embalse, mucho menor, para generar «punta», es decir el consumo eléctrico que en Argentina hace pico desde las 17:00 a las 23:00 horas, cuando la electricidad que se vende más cara.
El resto del día, el complejo dejará que el embalse Kirchner, un monstruito de 250 km2 represado por una pared de 2 km. de largo y 73 metros de altura en el coronamiento, vaya rellenando el nivel perdido a través de las turbinas. En la casa de máquinas de esa pared habrá 5 turbinas Francis, más eficientes para grandes desniveles, con 950 MWe instalados.
El embalse Kirchner generará «base», es decir la provisión 24x7x365 que pide un país con consumo eléctrico ciudadano e industrial. La potencia de base se vende más barata, y es la que más falta en el país. Sin potencia de base, olvidate de tener industria.
Se creía que «la base» eléctrica estaba bien anclada por Yacyretá, Salto Grande, las 7 represas del Comahue, las del Atuel y un centenar y medio más de obras menores que dan un 33% del consumo eléctrico nacional. Y supusimos que lo harían siempre, hasta que entendimos que todas ellas fueron construídas en base a las estadísticas climáticas de los primeras 7 décadas del siglo XX. Pero en el medio siglo que pasó, las lluvias promedio se volvieron una montaña rusa, y hay más sequías y son más frecuentes, más duraderas y peores. Pero en el Santa Cruz por ahora no pintan.
Funcionando en tándem, la Kirchner dando base y la Cepernic dando punta, la cosecha energética anual estará en 5000 gigavatios/año, equivalentes a los de la Central Nuclear de Embalse, de 656 MWe, e igualmente firmes. Y Embalse ilumina a 2 de cada 4 cordobeses, en una provincia muy industrial.
Represas Patagonia es la unión transitoria de empresas (UTE) conformada por las empresas China Gezhouba Group Corporation, Eling Energía S.A. e Hidrocuyo, que tiene a su cargo la construcción de las dos represas hidroeléctricas, una cerca de El Calafate y la segunda a la altura de Comandante Luis Piedra Buena.
El avance de las obras permite en la actualidad la realización de tareas de hormigonado en zona de vertedero y casa de máquinas, a su vez también tareas de construcción de terraplén de cierre de presa en margen izquierda y margen derecha, en el caso de la represa Jorge Cepernic.
Sumando gente en la obra y subcontratistas, inspección y supervisión, hay unos 3000 trabajadores relacionados de forma directa al proyecto. Y estos generan otros 5.000 puestos indirectos de servicios y materiales de obra.
Habrá un hito fundamental durante 2024 con el desvío de río, lo que permitirá iniciar el llenado del lago de la represa Cepernic, en tanto para lo que resta de este 2023 se continuará con los trabajos de movimientos de suelo y de hormigonado masivo según las etapas simultáneas.
En cuanto al financiamiento de la obra, en junio, en el marco de la visita a China del ministro de Economía, Sergio Massa, junto con la secretaria de Energía, Flavia Royon, y el presidente de Energía Argentina, Agustín Gerez, se acordó la continuidad de lo desembolsos por una inversión total de US$ 5.000 millones.
Para entonces se trabajó en la nueva adenda de los acuerdos bilaterales para que se pudiera concretar un desembolso de US$ 524 millones antes del 15 de junio y otro importe similar para lo que resta del año. En diciembre, el mismo consorcio transfirió a la Argentina US$ 288 millones para restituir fondos del Tesoro por los avances de obras durante 2021 y 2022.
Y en enero de este año concretó otro desembolso por US$ 212, que se vienen utilizando para los pagos actuales del componente nacional de la obra. Con cada atraso, deberemos más plata por costos improductivos, básicamente financieros. Construir una gran obra de ingeniería con plata ajena es como cruzar de un edificio a otro caminando sobre una cuerda floja. Tratá de hacerlo «de una».
El crédito se repaga con la generación de energía que producirán las centrales, es decir que el Contrato de Venta de Energía es el que reúne los fondos para afrontar el Crédito.
Es una generación anual importante en una provincia despoblada. ¿Venderle la electricidad a quién?, chirrían los muchos enemigos de este proyecto. No hay grandes consumidores a la vista. El enlace con el Sistema Argentino de Interconexión es la línea de alta tensión (500 kilovoltios) que se tiró hacia la Patagonia Sur en tiempo de De Vido, y llegar hasta Patagonia Norte, que está unida más sólidamente con la Región Centro, la de mayor consumo eléctrico.
Como parece inevitable en la geografía hidroeléctrica argentina, los sitios de producción y los de consumo nunca distan menos de 1000 km. Con líneas de alta tensión (LATs) tan largas, parte de la potencia generada se pierde como calor debido a la resistencia de los cables de aluminio, que además se incrementa en verano con el calor. Las LATs además son vulnerables a tornados y a incendios, especialmente en verano.
Queda en los gobiernos nacional y santacruceño crear proyectos industriales electrointensivos (acero, aluminio, vidrio, cobre, cemento) que radique población permanente y genere educación y empleo registrado y de calidad. Si son industrias de exportación, en Punta Quilla tendrán el probablemente mejor puerto del país para sacar su producción al mundo por AMBOS océanos. Espero llegar a verlo.
Una vez concluido el periodo de amortización estimado en un plazo de diez años, quedarán para el Estado Nacional dos instalaciones que pueden durar siglos con mantemientos mínimos, ahorrarán millones de dólares/año por sustitución de máquinas térmicas, y ni te cuento de importaciones de gas y de combustibles líquidos.
Nada impediría que cuando se gasten las turbinas chinas, las próximas las ponga IMPSA, hoy por hoy nacional. Eso no creo llegar a verlo.
La pelota la tiene el próximo gobierno.
Daniel E. Arias
PS: Y el próximo gobierno, es decir el actual, fue fiel a su compromiso de exterminar la obra pública. El texto que Ud. acaba de leer lo escribí obviamente antes de las elecciones nacionales, con alguna incredulidad de que pudiera ganarlas Javier Milei. Pero mi ingenuidad es relativa: nunca pensé que Massa dejara avanzar demasiado esta obra, tan sensata y tan imprescindible. El artículo estaba pensado para enrostrárselo a él. DEA. 14/03/24.
Marruecos apuesta decididamente por la energía nuclear. El asunto se ha vuelto a plantear después de que el embajador y representante permanente de Rabat en Viena, Azzedine Farhan, pidiera «otorgar más apoyo a la Agencia Internacional de Energía Atómica para continuar fortaleciendo las capacidades de los expertos nacionales en ciencia, tecnología y aplicaciones nucleares”. Este llamamiento parece relacionado con el proyecto de Marruecos para construir un reactor experimental.
Tras el acuerdo entre la empresa rusa Rosatom y el gobierno marroquí, y las declaraciones de Rafael Mariano Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que nombró a Marruecos entre los países que se espera que se conviertan en “nucleares”, parece que la dirección estratégica de Rabat para producir energía eléctrica a partir de la energía nuclear está próxima a ser verificada sobre el terreno, en busca de reducir la elevada factura energética y adaptarse al cambio climático, informan medios digitales del país vecino.
Abdel Samad Malawi, investigador especializado en tecnología y transformación energética, afirmó que la consulta a la citada agencia “pone de relieve su apoyo desde hace años a los esfuerzos del Reino por utilizar la energía nuclear para usos pacíficos», destacando que «Marruecos ha decidido recientemente establecer un grupo de centrales eléctricas para desalinizar agua de mar para cubrir la enorme escasez de esta sustancia vital debido a las condiciones climáticas».
Malawi destacó “la importancia de utilizar energía nuclear en estas centrales porque requieren una cantidad importante de energía eléctrica. Marruecos no puede cumplir con el suministro eléctrico de estas centrales a menos que utilice fuentes distintas de las clásicas, ya sean fuentes fósiles regulares, que Marruecos está tratando de conseguir”.
«El deseo de Marruecos de construir un reactor nuclear experimental
Recordó «la cooperación internacional con la Agencia Internacional de Energía Atómica para establecer un grupo de instalaciones nucleares con fines pacíficos en Marruecos, especialmente en el aspecto relacionado con la investigación científica y la producción de electricidad limpia», destacando que «la estrategia nuclear marroquí para Estos propósitos avanzan con mucha racionalidad, sobre todo porque el país “sigue comprometido con los compromisos estipulados por los partidos internacionales en materia climática”.
Por su parte, Mohamed Al-Sahaimi, investigador en clima y desarrollo sostenible, afirmó: «El deseo de Marruecos de construir un reactor nuclear experimental y abrir la puerta al uso pacífico de la tecnología nuclear refuerza las oportunidades para muchos. Los especialistas marroquíes adquirirán conocimientos y experiencia en este ámbito, cuya excelencia está atestiguada «científica y cognitivamente en el ámbito de la transformación energética»; «esto permitirá a Marruecos beneficiarse de estas mentes locales para crear un autodesarrollo sólido».
Al-Sahaimi añadió: “Los usos pacíficos de la tecnología nuclear en varios países han revelado su eficacia en áreas de gran importancia, especialmente en los ámbitos de la energía, la salud y el suministro de agua, lo que permitirá a Marruecos acelerar diversos proyectos relacionados con la soberanía hídrica. y la seguridad”, destacando “la gran importancia que el Reino concede a la lucha contra los graves cambios climáticos que han provocado una sequía estructural”.
«Marruecos se ha convertido en un protagonista continental gracias a las relaciones y asociaciones Sur-Sur, además de su ubicación estratégica, que lo ha convertido en un mediador entre el Norte y el Sur. Esta es una oportunidad para lograr un desarrollo sostenible entre países africanos que hace de Marruecos un punto de partida para la difusión de tecnología nuclear pacífica que beneficia a África y la empuja a invertir en sus capacidades locales, fortalecer su autoinmunidad y hacer de la cooperación de sus países una base para crear su soberanía de desarrollo local y fortaleciendo sus bases económicas y sociales”.
Trabajadores del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y del Instituto Geográfico Nacional (IGN), pertenecientes a la órbita del Ministerio de Defensa de la Nación, denuncian que hay una decisión ministerial de aplicar recortes de entre un 15 y un 20% en el personal empleado bajo la modalidad de “contrato” en cada institución. Esta decisión coincide con la finalización de dichos contratos el próximo 31 de marzo, que en el caso del SMN abarca a un total de 670 trabajadores (la mitad de la planta), mientras que en el IGN hay 120 empleados en esa situación. Además, según fuentes de estos institutos, el mismo porcentaje de recorte alcanzaría también a un tercer organismo: el Servicio de Hidrografía Naval (SHN).
“La semana pasada se tomó conocimiento de la decisión ministerial de desvincular a entre un 15 y un 20% del personal contratado en todos los sectores, a prescindencia de la relevancia, desempeño o idoneidad de las funciones que se realizan”, denuncian en un comunicado trabajadores del IGN.
Estas noticias que ponen en riesgo numerosos puestos de trabajo de científicos, ingenieros y especialistas de diversas disciplinas llegan en un contexto de desfinanciamiento del sistema científico-tecnológico argentino, con un ministerio de Ciencia degradado a Secretaría de Innovación, una Agencia de I+D+i acéfala, institutos del CONICET con presupuestos que solo alcanzan hasta abril y postulantes a becas doctorales que siguen a la espera de información oficial para saber si tendrán trabajo en los próximos meses.
Una nueva edición del CERAWeek, el mega evento del año del sector energético mundial, comienza este lunes en Houston (Texas). La conferencia convocará a empresarios y directivos de las principales empresas y funcionarios de alto nivel a debatir las estrategias para una transición energética de múltiples velocidades y combustibles.
Las perspectivas y desafíos que tiene por delante la industria del petróleo y gas, los reposicionamientos geopolíticos en un mundo signado por una escalada bélica en Europa y Medio Oriente; objetivos medioambientales como la captura de metano y el almacenamiento de carbono y nuevas tendencias y tecnologías como el hidrógeno, la electrificación y el reimpulso de la energía nuclear serán algunos de los temas que más paneles y disertaciones ocuparán en esta edición.
El evento, que es organizado y presentado por S&P Global, tendrá este lunes las exposiciones centrales de los CEOs de ExxonMobil, TotalEnergies y Saudi Aramco, tres los mayores jugadores de la industria a nivel global. Los paneles y disertaciones se extenderán hasta el jueves con presencias argentinas, entre la que destaca una exposición del presidente y CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca.
El sector energético en Latinoamérica será tema de conversación en distintos paneles y exposiciones. El martes tendrá lugar un panel sobre Competitividad global del upstream de Latinoamérica con la participación del CEO de Tecpetrol, Ricardo Markous y de directivos de Petrobras, Apache Corporation y Harbour Energy. También habrá paneles especiales sobre el futuro del gas natural y de los mercados energéticos en la región.
Mercados energéticos y cadenas de valor
La edición del CERAWeek pondrá el foco en cómo el impulso hacia la transición energética está remodelando el panorama competitivo para las empresas y los países, creando nuevas oportunidades y riesgos en toda la cadena de valor de la energía.
La transición energética no es lineal ni uniforme. Los cambios en los mercados energéticos alterarán el posicionamiento de los países en las nuevas cadenas de valor para una economía de cero emisiones, con impacto sobre sus economías.
Temas como las perspectivas del petróleo y gas en Norteamérica y el resto del mundo, la captura y el almacenamiento de carbono, el desarrollo del hidrógeno, el avance de la electrificación, el control de las emisiones de metano y el rol de la energía nuclear estarán en el centro de las conversaciones y exposiciones del CERAWeek 2024.
Como en otras oportunidades, las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el devenir de la guerra en Ucrania serán temas de conversación en los pasillos del mega evento. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm y el ahora ex enviado especial para el Clima, John Kerry brindarán sus perspectivas sobre el rol de EE.UU. en los mercados energéticos.
Nos hemos referido en numerosas oportunidades a la ausencia argentina en la administración del Atlántico Sur, la pesca ilegal y, a la presencia del Reino Unido de Gran Bretaña en la estratégica área austral controlando el tránsito hacia el Pacífico, el Indico y su proyección a la Antártida. En esta oportunidad reseñaremos las decisiones políticas que está tomando el nuevo gobierno argentino respecto a la administración del troncal fluvial Paraná-Paraguay y el Río de la Plata, perdiendo el control de la principal vía comercial argentina y dificultando una comunicación directa y autónoma fluvial-marítima de Argentina.
Hagamos una pequeña síntesis previa. A instancias de Juan Manuel de Rosas el general Lucio Mansilla enfrentó a la escuadra anglo-francesa en la batalla de la Vuelta de Obligado el 20 de noviembre de 1845, quienes pretendían colonizar nuestro país relacionándose en forma directa con Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Paraguay sin la intervención de Buenos Aires y desconociendo la autoridad de Rosas en las relaciones exteriores de la Confederación Argentina. Se trató de la ofensiva de una importante flota muy superior en cantidad y modernidad a las escasas naves argentinas. Los sucesivos combates que sucedieron a Obligado, como Quebracho, donde el invasor sufrió grandes pérdidas, hicieron desistir de este proceso colonizador, por lo que la gesta de Obligado fue muy importante para la consolidación nacional y un desaliento a aquellos adeptos de las “potencias civilizadoras”. Por tal razón, en 1974 se sancionó la Ley 20.770 declarando el 20 de noviembre, “Día de la Soberanía Nacional” que las actuales acciones desdibujan.
Mucha agua pasó bajo el puente, a punto de tener en 1952 una de las flotas mercantes más importantes y modernas del mundo, con un gran desarrollo de los astilleros nacionales, ambos destinados a fortalecer la industria, la navegación y el comercio. Se firmó en 1973 el Tratado del Río de la Plata, donde no solo se finalizaron los conflictos limítrofes con Uruguay, sino que se acordó una “Zona Común de Pesca” en un área de las Zonas Económicas Exclusivas de ambos países; un hito histórico suramericano de explotación y cuidado ambiental entre dos naciones vecinas y, entre otros hechos relevantes de protección regional -a instancias de Brasil- el establecimiento de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur acordada por todos los países de África occidental y de América oriental consolidada en 1986 por la Res. 41/11 de las Naciones Unidas, que tiene entre otros objetivos, que “todos los Estados se abstengan de emprender cualquier actividad que pueda crear o agravar situaciones de tensión y de posible conflicto en la región”; por otra parte, en 1994 se promulgó la ley 24.385, donde la Argentina aprobó el Acuerdo de Transporte Fluvial en los ríos Paraguay-Paraná con las Repúblicas de Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay; que tuvo por objeto la protección, cooperación, autonomía y mejora del comercio regional y, demostraba la vocación de resolver el desarrollo regional y el transporte entre los vecinos, sin injerencias extrañas.
Esta vía fluvial es un sistema natural de la Cuenca del Plata, con una extensión de 3.442 km navegables desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Nueva Palmira (Uruguay) y, 250 km más hasta el mar. En ella hay 73 puertos argentinos, de los cuales 23 están en Buenos Aires; 1 en Corrientes; 5 en el Chaco, 9 en Entre Ríos, 1 en Formosa, 1 en Misiones y 33 en Santa Fe y, navegan en ella, “unos 4.000 buques oceánicos de bandera extranjera que en 2020 transportaron 74 millones de toneladas de carga, lo que representa el 83% de los graneles sólidos y líquidos que exporta Argentina; además, de 19 millones de toneladas de carga de cabotaje. Cada año circulan también 146 mil contenedores, 750 mil vehículos y 320 mil pasajeros, por un valor FOB superior a los 70 mil millones de dólares” (Fabian Lugarini, 15/9/2020).
Los aires privatizadores y de atomización de la administración que vivió la Argentina dieron lugar a la sanción en 1992 de la Ley 24.093 de Actividades Portuarias y, redujeron en 1995 al Acuerdo de Transporte fluvial en un negocio multimillonario, otorgándose la concesión por diez años del mantenimiento de los citados ríos a cambio del cobro de peajes al consorcio Hidrovía SA formado por la empresa argentina AMEPA y la belga Jan De Nul, la que luego de negociaciones se prorrogó hasta abril del 2021.
En el año 2020 por Res. 307 se creó el Consejo Federal Hidrovía presidido por ministro de Transporte e integrado por varios funcionarios nacionales y las Provincias de Buenos Aires, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe, además de distintas organizaciones invitadas; sin embargo, con el limitado fin de brindar asesoramiento; coordinar la política y recibir propuestas y, si bien, en este mismo año se anunció la constitución de Hidrovía Sociedad del Estado con el objeto de gestionar la vía navegable, en noviembre del mismo año el Poder Ejecutivo sancionó el Decreto 949/20, donde nuevamente se promovió una licitación pública nacional e internacional para concesionar el mantenimiento y el cobro de peaje como contraprestación, desvaneciendo toda idea de obtener un mayor protagónico federal de desarrollo regional y estratégico nacional, que promovían -en otros- el ex ministro de relaciones exteriores y senador Jorge Taina.
En 2021 se sancionó el Decreto 427/21; como producto de la presión de las provincias litoraleñas, los gremios afines y especialistas en la materia, dando lugar a un incipiente y precario proceso de nacionalización de la administración de la vía navegable troncal Paraná-Paraguay, donde se le otorgaba las tareas de mantenimiento de la señalización, dragado y control a la Administración General de Puertos; aunque, limitando su responsabilidad hasta quien resulte adjudicatario de la licitación pública autorizada por el Decreto 949/20. Hecho, que da lugar al dictado del Decreto 556/21 de creación del Ente Nacional de Control y Gestión de la vía Navegable, con el reducido objeto de cobrar un peaje.
En síntesis, la Argentina sigue sin administrar adecuadamente la vía Paraguay-Paraná.
Por su parte, Uruguay ha controlado el tráfico de buques que ingresan al Río de la Plata desde el Virreinato y profundizado desde el Tratado del Río de la Plata, pese a que el 90% de las embarcaciones tienen como destino o provienen de puertos argentinos; motivo por el cual, resulta central el proyecto de construir el Canal de Navegación Magdalena que, además de los importantísimos efectos económicos, técnicos, operativos y laborales, a la par del desarrollo de la región noreste de la Provincia de Buenos Aires provocaría una mayor autonomía nacional argentina en la navegación y el comercio, por la integración de la navegación fluvial-marítima argentina sin la dependencia del canal de Montevideo. Es decir, un claro proyecto de soberanía nacional. Ello, dio lugar, a que en 2009 la Prefectura Naval Argentina presentara un proyecto de rectificación del canal principal de navegación, siendo finalmente la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación quien dictó la Disposición 584/13 y, allanada la aprobación de Uruguay, en 2014, ya efectuados todos los estudios pertinentes, se elaboró el proyecto con el que se publicó oficialmente la licitación internacional que, finalmente quedó suspendida. El proyecto se reactivó en 2021 con la aprobación del informe final de la Audiencia Pública donde quedó aprobado el procedimiento ambiental exigido por la ley y en 2023 se anunció un nuevo llamado a licitación para la construcción del canal; licitación que quedó -por razones técnicas- postergada.
Las acciones postergadas para llevar adelante una política de soberanía nacional y de desarrollo regional relacionado a estas vías y canales estratégicos se desactivan con la llegada del nuevo gobierno.
Por una parte, el 31 de enero pasado, la delegación argentina en la Comisión Administradora del Río de la Plata otorgó la aprobación al proyecto de profundización del canal de acceso al Puerto de Montevideo por parte de Uruguay, ahondando la dependencia argentina, sin que a la par, se hubiese avanzado en la construcción del canal de Magdalena para equilibrar esta decisión; mientras que, insólitamente, la Canciller Diana Mondino manifiesta -contrario a la opinión de todos los expertos argentinos- que la autorización “beneficiará a los usuarios de las vías navegables, reducirá costos logísticos e impulsará la competitividad de las exportaciones regionales” (SerIndustria, 31/1/2024); cuestión que Mempo Giardinelli (Página 12, 2/3/2024) entiende como una decisión “absurda, antinacional, abstrusa e inexplicable que deja en manos de compañías extranjeras todo el comercio exterior argentino transportado por el canal de Montevideo” y que, según la Fundación Interactiva para la Promoción de la Cultura del Agua (FIPCA) “la Argentina resignaría 7 mil millones de dólares por año por no construir el Canal Magdalena y seguir dependiendo del Puerto de Montevideo”. Una decisión, que a nuestro entender, trasciende la cuestión económica y operativa y atenta contra la soberanía nacional.
Ahora, la aprobación de la reforma al canal de Montevideo, cuyo puerto está concesionado por 80 años por un conjunto de multinacionales encabezadas por la empresa belga Katoen Naty y, donde se viene blanqueando el origen y la pesca ilegal, no solo tendrá consecuencias en el comercio de la vía Paraná-Paraguay, sino también facilitará la logística de buques chinos, taiwaneses, coreanos y españoles que realizan pesca ilegal, tienen tripulantes en situación de esclavitud en alta mar y buques que pescan ilegalmente en Malvinas, fortalecerá la posición China en el Atlántico Sur y, la británica en la parte meridional del Atlántico Sur; cuestiones en que la Cancillería argentina no tiene un plan de acuerdos, tanto con Uruguay como Chile, para revertir esta situación y, tampoco, con los Estados que pescan a distancia. A la luz de las declaraciones de la Canciller argentina estos acuerdos jamás se habrán de realizar. La soberanía argentina está entre las pautas del libre mercado y competencia.
Complementariamente, el gobierno estaría licitando internacionalmente la administración del Paraná-Paraguay dejando en manos extrañas la administración de la vía fluvial, en lugar de una administración con intervención de las provincias del litoral, con el objeto de promover un desarrollo regional, a partir de la reducción de fletes y transporte de la producción de la zona, etc.
Y si algo falta, para perder la soberanía argentina, el gobernador del Chubut Nacho Torres convoca a realizar tareas de control a una patrulla de Estados Unidos en el mar territorial argentino (Escenario Mundial, vista 14/3/2024) y el reciente acuerdo en la vía fluvial Paraguay-Paraná, de convenir (8/3/2024) con el Ejército de Estados Unidos una colaboración conjunta donde se “involucra al ejército de Estados Unidos en la administración de la Hidrovía” (sic), según indica el Administrador General de Puertos Gastón Alejo Benvenuto; a pesar de que la Argentina tiene en la Armada Nacional; el Ejército Argentino; la Prefectura Naval y otras fuerzas de seguridad e, incluso, las fuerzas navales y de seguridad de los países intervinientes en el Acuerdo de hidrovía Paraguay-Paraná que, según el protocolo adicional sobre seguridad y navegación, tienen las capacidades técnicas y materiales suficientes para controlar las actividades en las aguas marítimas y fluviales de Argentina y los puertos correspondientes; aunque, sea frecuente, ver amarradas las OPV de la Armada y las patrullas de altura de la Prefectura en la Base Naval de Mar del Plata y otros puertos. Habría que preguntarse, si ello no se debe, a la posibilidad de que empresas del Estado Chino ganen la licitación de la troncal fluvial Paraguay-Paraná o a la construcción y administración de puertos del litoral patagónico por parte de éstas, como se ventila respecto al puerto de Río Grande, en la estratégica área marina austral bajo control del Reino Unido desde Malvinas.
Ambos actos contaron con la presencia del embajador de Estados Unidos en la Argentina Marc Stanley ¿Y la Cancillería Argentina? Ausente.
Esta intromisión de fuerzas extranjeras en aguas argentinas no es facultad del Poder Ejecutivo ni de una Provincia y, mucho menos, de una repartición de tercera categoría como la Administración General de Puertos y, debe, necesariamente, ser autorizada por el Congreso de la Nación, por las prescripciones establecidas en la Constitución Nacional, según el Artículo 75º incisos 10, 15, 16 (proveer a la seguridad de las fronteras), 27 y 28 (permitir la introducción de tropas Extranjeras en el territorio de la Nación) y, el Artículo 99º inciso 3.
Primero fue el DNU, después la Ley Ómnibus, ahora el control del mar argentino y los ríos argentinos con buques extranjeros sin autorización del Congreso. La soberanía en Stand-By.
Dr. César Augusto Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca, Ex Secretario de Estado, Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL), Presidente de la Fundación Agustina Lerena
Como parte del plan para la puesta a punto de unidades navales, el Arsenal Naval Puerto Belgrano continúa ejecutando los trabajos de mantenimiento en los destructores ARA “Sarandí” y ARA “La Argentina” de la Armada Argentina. Se espera que el alistamiento ambos buques se complete en el corto plazo, tanto por los requerimientos operativos de la Flota de Mar, como por la visita del portaaviones USS George Washington prevista para el mes de mayo.
Los diques de carena del Arsenal Naval Puerto Belgrano (ARPB) fueron visitados por el Comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Contraalmirante Juan Carlos Coré, junto al Comandante de la Flota de Mar, Contraalmirante Gustavo Fabián Lioi Pombo, a los fines de evaluar e interiorizarse sobre los avances en los trabajos de alistamiento.
Vale recordar que, en el marco de los esfuerzos que mantiene la Armada Argentina dirigidos a incrementar la cantidad de buques en servicio, durante el mes de diciembre de 2023 el Destructor ARA “La Argentina” (D-11) ingresó a dique en el ARPB para tareas de carenado y pintura de casco, junto al recorrido de válvulas de fondo del buque.
Pese a que no se ha informado oficialmente, es esperable que el ARA “Sarandí” D-13 reciba similares trabajos al “La Argentina”. Cabe destacar que el “Sarandí”, uno de los cuatro destructores MEKO 360H2 con los que cuenta la Flota de Mar, ha sido una de las unidades más activas en el transcurso del 2023, habiendo participando en el ejercicio bilateral “Fraterno” junto a la Marina de Brasil, y en el ejercicio de adiestramiento naval integrado “Miaplacidus III”.
El ARA “Sarandí” durante su participación en Miaplacidus III. Foto: Armada Argentina
La reciente visita de las autoridades de la Armada Argentina fue recibida por el Jefe de Mantenimiento y Arsenales (JEMA), y Jefe del ARPB, Comodoro de Marina Rodrigo Fabián Ataún, el cual brindó detalles de los trabajos que se están realizando en ambos destructores MEKO, además de embarcaciones de empresas privadas que hoy se encuentran en los diques.
Durante su recorrido por el ARPB, el Contraalmirante Coré destacó que “…uno vuelve a corroborar el compromiso que tiene el personal y el profesionalismo del ARPB. Es importante poner en valor esta capacidad única con la que contamos en la Base Naval…”.
Por su parte, el Comodoro de Marina Ataún señaló que “…el Arsenal Naval Puerto Belgrano, junto con el resto de los arsenales, son polos tecnológicos y de mantenimiento de alta tecnología y de complejidad absoluta. En este momento estamos realizando tareas en el destructor ARA ‘Sarandí’ y trabajando fuertemente con buques civiles de armadores que confían en las capacidades de este Arsenal y sus profesionales…”.