Científicas del CONICET lograron un producto antimicrobiano en base a yerba mate lavada

Patricia Vázquez y Romina Arreche. FOTO Gentileza investigadores
Patricia Vázquez y Romina Arreche. FOTO Gentileza investigadores.

Un grupo de científicos del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” (CINDECA, CONICET-UNLP-CICPBA) acaba de desarrollar una sustancia antimicrobiana que se obtuvo de una infusión de yerba mate lavada y una sal de plata que formó nanopartículas. Esto se acaba de publicar en la revista «Waste and Biomass Valorization».

¿Posibles aplicaciones? El producto antimicrobiano inhibe la reproducción de bacterias coliformes intestinales, y también de estafilococos de la piel. Se podría aplicar en telas estériles (camisolines y sábanas de hospital), o en pinturas de interiores de lugares donde las bacterias se reproducen con facilidad: hospitales y guarderías infantiles. Las nanopartículas de plata son muy tóxicas para las bacterias, se cree que por interacciones con sus membranas celulares (pero no se sabe bien). Lo interesante, para las farmacológicas, es la posibilidad de fabricar nanopartículas usando mate lavado como reactivo (o tal vez como catalizador, AgendAR avisa que el comunicado del CONICET no da detalles al respecto).

Las investigadoras Patricia Vázquez y Romina Arreche tomaron yerba de dos marcas comerciales importantes en el mercado argentino, las molieron para favorecer su «lavado» y dejaron muestras de 10 gramos en recipientes con 100 ml. de agua a 70 grados durante 30 minutos, condiciones que copian lo que sucede durante una «mateada» normal. Eso lo cuenta Arreche, becaria posdoctoral del CONICET y primera autora del trabajo.

El líquido verdoso resultante es lo que uno mateador bebe, rico en sustancias bioactivas. Se descartó ese líquido y se procedió a una segunda extracción en idénticas condiciones. El lixiviado resultante era, como es obvio, de un verde más claro pero aún así conservaba, en menor concentración, los compuestos interesantes del mate: vitaminas, minerales y antioxidantes. Sin embargo, el comunicado del CONICET (nota nuevamente AgendAR) no sugiere de ningún modo forzoso que las conocidas propiedades del mate, sea fuerte o lavado, tenga mayor relación con lo que sigue.

Esa segunda infusión se mezcló con una sal de plata (la fuente elude cuál, existen varias de uso antiviral, antimicrobiano y antifúngico). Durante 24 horas, Arreche monitoreó lo que iba sucediendo en esa interacción: la formación de nanopartículas de plata. Al cabo de un día, el proceso se estabilizó y la solución resultante fue almacenada en refrigeración para luego estudiar sus atributos.

Cabe aclarar que las nanopartículas obtenidas midieron entre 10 y 80 nanómetros, unidad de medida que equivale a la mil millonésima parte de un metro, y tenían diferentes formas aunque la mayoría eran esféricas. Existe ya una nutrida bibliografía que muestra la capacidad antiinfecciosa de las partículas de plata menores de 100 nanómetros.

Paso siguiente, la solución obtenida fue utilizada como medio de cultivo para dos bacterias que pueden ser muy perjudiciales: Escherichia coli, habitante habitual y no patógeno del intestinto humano, pero con algunas cepas peligrosas. El otro microorganismo cultivado con esta solución fue el Staphylococcus aureus, común en la piel pero muy dañino si entra en contacto con la sangre. Lo que sucedió fue que ninguna de las dos pudo reproducirse normalmente. Más aún: la inhibición de los microorganismos patógenos se logró con una concentración bajísima de nanopartículas.

La plata es un antimicrobiano cuyo uso clínico más viejo data del 750 DC (y podría ser anterior), y que aparece en un primer «paper» científico como desinfectante ocular en 1881, pero desde que se empezó a formular este elemento en forma de nanopartículas el interés de la industria farmacológica se despertó: la actividad es mucho más fuerte.

«Hay numerosas investigaciones que prueban la obtención de sus nanopartículas a partir de extractos, pero ninguna lo había hecho con yerba”, relata Patricia Vázquez, investigadora principal del CONICET y referente del grupo de química verde del CINDECA, y continúa: “La idea fue precisamente acudir a un producto de altísimo consumo y cuyo residuo se tira de a toneladas, es decir que es muy fácil de conseguir sin costo alguno”.

  • Según el Instituto Nacional de Yerba Mate, en el país se producen unas 250 mil toneladas por año, y el consumo ronda los 6 kilos por habitante en el mismo período.

El experimento referido de fabricación de micropartículas de plata con yerba lavada se hizo fuera del país, en Laboratorio Nacional de Nanotecnología del Centro Nacional de Alta Tecnología (LANOTEC, CENAT), en Costa Rica, durante una estadía de Arreche en ese país.

Además de textiles y pinturas, las nanopartículas de plata pueden tener muchas otras aplicaciones antimicrobianas. Son, en todo sentido, una solución en busca de problemas. La novedad está en el modo de obtención de las mismas, a partir de un residuo doméstico ajeno hasta hoy a toda cadena de valor, sólo mentado por Discepolín en «Yira, yira»:

«…cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol…»

(Fuente: Conicet/M.Benialgo).

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