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En la pelea contra el coronavirus los frentes de combate son múltiples: desde el desarrollo de vacunas y medicamentos hasta fórmulas químicas efectivas capaces de prevenir infecciones y ralentizar el contagio. Justamente en esa trinchera los científicos argentinos vienen haciendo muchos aportes. Y el más reciente fue puesto a punto por un equipo de investigadoras de la universidad tecnológica regional La Plata que desarrollaron un producto en forma de spray, en base a alcohol, pero que suma una serie de nanocompuestos con robustos efectos virucidas.
En concreto se puede rociar en la ropa o sobre elementos de protección y su resultado inmediato es inactivar diversos tipos de virus y bacterias incluyendo -por supuesto- el SARS-CoV-2. Según sus ensayos el producto es de simple aplicación, permanece activo por más de 24 horas y el costo de fabricación es bajo.
“Nuestro grupo tenía mucho experiencia desarrollando productos antifúngicos y antibacterianos para ser usados sobre la madera”, contó la doctora Paula Alfieri. “Y con la pandemia pensamos en generar un producto que funcionara inactivando al coronavirus y que pudiera ser utilizado en forma simple, mejorando la protección para los equipos de salud, ya sea rociándolo sobre su ropa de trabajo o sobre equipamiento”, detalló la investigadora que pertenece al staff del Centro de Investigación en Tecnología de Materiales (CITEMA) de la UTN regional La Plata y trabaja para la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires.
Pero lo que originalmente nació como una alternativa para proteger a médicos y enfermeros se extendió. “Comprobamos que nuestro desarrollo podía ser usado para desinfectar otros espacios y evitar la presencia viral a lo largo del tiempo. Por ejemplo, pensamos que servía para limpiar el interior de un medio de transporte o las aulas del ámbito educativo”, explicó la ingeniera química Guadalupe Canosa, que es investigadora del Conicet y secretaria de extensión en la UTN.
LOS ENSAYOS MOSTRARON QUE LA FORMULACIÓN TIENE UN 99,9% DE EFECTIVIDAD CONTRA VIRUS, BACTERIAS Y HONGOS.
En concreto, el spray que idearon protege del virus de tres formas: está formulada sobre un líquido en base a alcohol, que sanitiza de la manera usual y facilita la aplicación. Pero éste, además, lleva en suspensión una combinación de moléculas derivadas del silicio y nanopartículas metálicas que -tras ser esparcidas- quedan depositadas sobre la superficie en que se aplicó y que generan dos efectos. En primer lugar “impermeabilizan” la tela y superficies metálicas o plásticas, lo que dificulta la adherencia a las mismas de eventuales gotículas que contengan en su interior partículas virales (las típicas que se expulsan al toser o estornudar).
Pero -además- la fórmula también contiene una “sopa” de otros nanocompuestos metálicos, incluyendo cobre, que aporta propiedades virucidas.
Estudios de calidad
Para poder comprobar el funcionamiento de su idea, los investigadores del Citema mandaron a analizar el comportamiento del preparado en laboratorios especializados en este tipo de ensayos que posee la Facultad de Bioquímica de la UBA. “Ahí se hicieron pruebas usando el virus de poliomielitis que es el “Gold Standard” para este tipo de test ya que se lo considera ultra-resistente. Si puede con el virus de la polio se considera que también inactiva otros virus“, contó Alfieri. Los ensayos realizados mostraron que la formulación tiene un 99,9% de efectividad contra virus, bacterias y hongos.
Este “spray” platense no fue diseñado para ser aplicado en forma directa sobre la piel. Aunque, para tener la mayor seguridad posible, durante las pruebas realizadas por la UBA verificaron que no es citotóxico, por lo que no debería causar daños, si -por accidente- la epidermis resulta expuesta durante su aplicación. Como parte de los ensayos sometieron las muestras a la acción del agua “y encontramos que, en indumentaria, por ejemplo, la protección dura 5 ó 6 lavados”.
Con un poco de suerte, en poco tiempo, se sumará otra opción más al arsenal anti-coronavirus.
Ensayo piloto
Mientras finalizan el desarrollo del producto, para el que recibieron fondos del Ministerio de Ciencia de Nación, los profesionales del Citema comenzaron a tramitar el registro de la patente. “La idea, que venimos conversando con gente del ministerio de producción, es poder transferir ésta innovación tecnológica a alguna entidad o empresa PyME que quiera escalar la producción y comercializarla”, adelantó Canosa. Y agregó: “nuestros cálculos económicos preliminares sugieren que, de producirlo en escala, terminará siendo un producto efectivo y relativamente económico. Por lo pronto, con el equipamiento actual de la UTN, podríamos comenzar a elaborar semanalmente hasta mil litros de este producto para poder ir avanzando y completando diversas pruebas piloto”.
Enrique Garabetyan