Porqué las vacunas son mucho más que «un generador de anticuerpos». (Y muchos medios lo olvidan)

Usualmente, las informaciones publicadas en los medios sobre las vacunas  contra el covid suelen reducirse a «cuantos anticuerpos genera esta» o «cuanto tiempo duran los anticuerpos de aquella». Es una enorme y torpe simplificación. El sistema inmune de las personas (y de los animales en general) es mucho más complejo y -aún- poco entendido por la ciencia.

Así, mientras mucha gente piensa en hacerse un test de anticuerpos y preocuparse, o no, según sus resultados, los investigadores saben ahora que el virus y las vacunas generan varios «tipos» de inmunidades. Justamente algo de eso comenzó a estudiar el equipo de uno de los científicos argentinos más destacados del Conicet: Gabriel Rabinovich, inmunólogo que está al frente del equipo de investigadores del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet, junto a colegas de otros institutos.

El trabajo se centró en analizar los “linfocitos T”, ligados a la «inmunidad celular», estimulados por algunas vacunas 

Esto es parte del trabajo encarado por la plataforma de monitoreo “COVID-T”, desarrollada por un grupo del Conicet que dio a conocer los resultados de los primeros análisis, que demuestran una alta respuesta de linfocitos T entre las personas vacunadas en el país con las vacunas Sputnik V y Sinopharm.

“La Plataforma permite estudiar la respuesta inmunológica T, un tipo de inmunidad distinta a la que estudiamos cuando evaluamos presencia de anticuerpos, y su duración en el tiempo frente al virus SARS-CoV-2 en personas que recibieron una y dos dosis de las vacunas aplicadas en la Argentina, en este caso en la Provincia de Buenos Aires, y en pacientes recuperados”, explicó Rabinovich.

“El Dr. Rabinovich y su equipo del CONICET en el IBYME desarrollaron esta plataforma que permite evaluar en forma integral la respuesta inmune que generan las vacunas que se emplean en el país. Los resultados preliminares validan no sólo la robustez del desarrollo científico, único en la región, sino también la excelente respuesta de las vacunas que se están utilizando. Felicito a los integrantes del equipo de Rabinovich, que contribuyen con su conocimiento y dedicación a enfrentar la pandemia”, sostuvo el ministro de Ciencia, Roberto Salvarezza.

Por su parte, el ministro de Salud provincial de Buenos Aires, Daniel Gollan adelantó durante la conferencia de prensa en Gobernación, que el resultado sobre el primer análisis del efecto de la enfermedad y las vacunas es extraordinario: “Hemos notado una excelente respuesta en la activación de toda la línea de los linfocitos T ante las vacunas probadas: Sinopharm y Sputnik-V”, dijo el ministro, a la vez que indicó que próximamente se publicará dicho análisis.

Linfocitos T: la patrulla protectora
“Hay dos tipos de respuestas inmunológicas frente al virus SARS-CoV-2:

  • Una mediada por anticuerpos, producidos por células plasmáticas provenientes de linfocitos B y otra, por linfocitos T (citotóxicos CD8) que destruyen las células infectadas (como las pulmonares).
    Por otro lado, los linfocitos T colaboradores (CD4) cooperan tanto con la respuesta de anticuerpos como con la respuesta T citotóxica. De allí la importancia de la respuesta inmunológica T para evaluar la respuesta inmunológica completa.

Hasta el momento lo que se mide en los test serológicos son los anticuerpos, y se hace a partir de ensayos de ELISA que se utilizan en kits”, detalló el investigador. “Pero de este modo nos perdemos una parte central de la respuesta inmune, los linfocitos T -advierte-. Es por esto que es importante medirlos para conocer la respuesta integral a las vacunas”.

Memoria celular
La duración en el tiempo de la inmunidad depende de lo que llamamos la ‘memoria celular’: “los linfocitos de memoria son aquellas células del sistema inmune que se encuentran en la sangre, que han estado en contacto previamente con el virus o una parte de él, ya sea porque la persona se ha vacunado o porque se ha infectado con SARS-CoV-2. Estas células re-circulan por el organismo, por la sangre y los tejidos (como una patrulla protectora) a la espera del reingreso de ese mismo virus para poder reaccionar. Los linfocitos de memoria, como indica la palabra, tienen una memoria inmunológica y recuerdan a aquel antígeno que vieron anteriormente para reaccionar nuevamente con mayor potencia y rapidez”, describió Rabinovich

Como se hizo el estudio
Para el estudio actual se procesaron muestras de personas inoculadas con las distintas vacunas disponibles en la Provincia de Buenos Aires. “La puesta a punto de la plataforma no fue tarea simple porque los linfocitos T de memoria contra SARS-CoV-2 en individuos infectados, recuperados o vacunados demandan una técnica compleja para detectarse, deben ser activados in vitro con los péptidos específicos del virus y no todos los péptidos los activan por igual, lo cual consume un tiempo importante de optimización”, explicó Rabinovich.

Para hacer el ensayo, los especialistas debieron obtener sangre de la persona vacunada y, una vez en el laboratorio, purifican las células mononucleares que contienen los linfocitos T, (entre otros tipos de células). Estas células son estimuladas con fragmentos específicos del virus SARS-CoV-2.

Una vez cumplidos los plazos de cultivo, los investigadores determinan la activación de los linfocitos T a través del monitoreo de una serie de moléculas presentes en la superficie y en el interior de las células por citometría de flujo: “Actualmente trabajamos con esta plataforma en nuestro laboratorio, y nos permitirá realizar un estudio epidemiológico de la memoria T a lo largo del tiempo en individuos que recibieron distintas vacunas, con una y dos dosis”, especificó el investigador.

Este proyecto comenzó en el 2020 a partir de un proyecto que recibió el financiamiento conjunto del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación a través de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación (Agencia I+D+i), y la Fundación Bunge y Born, en el marco de la “Unidad Coronavirus COVID-19” y actualmente recibe el apoyo de esta Unidad del MINCYT.

Los estudios estuvieron coordinados por Montana Manselle Cocco y Florencia Veigas y participaron del equipo de Rabinovich Ada Blidner, Nicolás Torres, Tomás Dalotto, Alejandro Cagnoni, Pablo Hockl, Camila Bach y Marco Scheidegger.

La diferencia entre anticuerpos e inmunidad celular
“El sistema inmunológico consta de dos ramas: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. La primera integra una gran diversidad de tipos celulares. La segunda, solo a dos tipos celulares: los linfocitos B y T. Los linfocitos B serán los responsables de producir anticuerpos. Los linfocitos T podrán adquirir diferentes funcionalidades y mediar distintas respuestas. Destruirán células infectadas por el virus o liberarán mediadores llamados citoquinas, a fin de instruir el modo en el que células de la inmunidad innata enfrentarán la infección”, explicó Jorge Geffner, profesor de Inmunología en Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet.

Por su parte, Norberto Zwirner, docente de Inmunología de la Universidad Favaloro e Investigador del Conicet, agregó: “Cuando nuestro sistema inmunológico responde contra un virus o una vacuna trabajan dos ramas que van en paralelo. Una es la respuesta inmune humoral, que son los anticuerpos, la otra es la inmunidad celular, que son los linfocitos T. La impronta que deja en el organismo el virus o la vacuna es lo que se conoce como memoria inmunológica. Es una especie de ‘entrenamiento’ que recibe el sistema inmunológico para que la próxima vez que una persona se encuentre con ese bicho pueda responder de manera más rápida, mejor y sacárselo antes de encima sin que produzca síntomas o sean leves”.