Recientemente, el Ministerio de Educación anunció la vuelta del plan federal Conectar Igualdad, luego de que fuera eliminado en 2018 por la gestión de Mauricio Macri. En concreto, Conectar Igualdad pone en manos de alumnos la posibilidad de acceder a netbooks y formación tecnológica. “Es un programa igualador, generador de oportunidades y fundamental para el sistema educativo en este siglo XXI”, dice Beatriz Busaniche, académica y activista por la cultura libre.
Sin embargo, por estos días surgió un debate en torno a las licencias de los sistemas operativos: “Microsoft y Estado, asuntos separados”, agitaron desde Fundación Vía Libre, una organización civil que promueve los ideales del software libre y los aplica a la libre difusión del conocimiento y la cultura.
Según la carta que publicó el grupo Cybercirujas Club y que subió la temperatura digital, el debate radica en la privacidad e integridad de los datos, el costo de las licencias y la obsolescencia programada.
“Se trata de una evaluación desde varias aristas tanto pedagógicas como estratégicas en relación a la promoción de la ciencia y la tecnología en el país. El modelo de software privativo supone numerosas limitaciones sobre lo que se puede hacer con el software, arrancando por prohibiciones explícitas de estudio, adaptación y mejora”, explica Busaniche, presidenta también de Fundación Vía Libre.
Con la intención de proponer un modelo integral de software libre para el plan federal Conectar Igualdad, desde Fundación Vía Libre presentaron una carta dirigida al ministro de Educación Jaime Perczyk. La carta –acompañada por más de 1.000 firmas– se yergue en la idea del “despropósito” que plantea “la inclusión del sistema operativo Windows 10 y del paquete de ofimática Microsoft Office”.
“Si bien es cierto que Windows es el sistema operativo más utilizado del mundo y se lo conoce en todos lados, eso no significa que utilizar otro sistema operativo te deje al margen del universo laboral o informático, como muchos intentan decirnos cuando defendemos la utilización de software libre en la educación. La escuela no puede enseñar a utilizar productos, sino que tiene que brindar herramientas. Y esas herramientas no pueden ser funcionales a una empresa, sino que deben ser funcionales a las necesidades de la comunidad y de la sociedad”, dice Soldan, miembro de Cybercirujas, profesor de educación primaria y militante del software libre.
En su posición a favor del software alternativo en Conectar Igualdad y, en su reverso, en su búsqueda por desestimar la opción de sumar Windows 10, desde Fundación Vía Libre sostienen que la enseñanza con sistemas abiertos como GNU/Linux “plantea otra relación entre el usuario y la computadora, donde el usuario deja de ser un consumidor pasivo y comienza un camino de empoderamiento tecnológico”.
Y Soldan agrega: “Además, al utilizar software libre nos ahorramos problemas de mantenimiento. No hay que preocuparse por malware, virus, antivirus y software malicioso, ya que a priori no existen en Linux, con lo cual se ahorran muchos problemas”.
Por caso, tanto en el Boletín Oficial como en los pliegos de licitación, se anunció que las computadoras de Conectar Igualdad tendrán un multibooteo, es decir, un multiarranque en el que se compartirá la opción de acceder a dos sistemas operativos: Windows 10 y Huayra GNU/Linux, un sistema operativo libre desarrollado por el Estado argentino.
No obstante, los detractores de la inclusión de Microsoft se oponen a este doble acceso. “Huayra Linux ya viene con una cantidad de aplicaciones educativas instaladas por default, las cuales están ampliamente probadas en el ámbito educativo. Y en el caso de necesitar otras, existen y son accesibles”, suma Busaniche. Hasta el momento, el Ministerio de Educación no se ha expresado públicamente sobre el caso.