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Expedición marina: la ciencia, asediada, compite por la atención popular

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La transmisión en vivo de la expedición “Talud Continental IV” desde el cañón de Mar del Plata, una colaboración entre el CONICET y el Schmidt Ocean Institute —la fundación del ex-CEO de Google, Eric Schmidt— a bordo del buque de investigación Falkor (too), se convirtió en un fenómeno viral inesperado.

Millones de personas, hipnotizadas, veían por primera vez, en vivo y con una calidad inexplicable, corales vibrantes y criaturas fantásticas que los propios científicos, en un rapto de cultura pop, bautizaban “Patricio Estrella”, “Batatita” o “cangrejo drag queen”. Las redes sociales se inundaron de memes y la biología marina gozó de la popularidad que se merece. Casi, casi que nos recuerda a lo que sucede durante el Mundial.

La paradoja se asomaba insoportable. En medio de tiempos particularmente sombríos para el sistema científico argentino, el furor se sintió como un “faro de luz”, en palabras de un biólogo marplatense. Pero este éxito refleja también la complejidad de la ciencia como espectáculo. Cuando los recortes son una realidad concreta, la espectacularización puede ser una salida, pero también una trampa que distrae de la crisis que amenaza al sistema científico nacional. Como decía Guy Debord en La sociedad del espectáculo (1967), en la sociedad moderna todo se reduce a la representación. El espectáculo no es entonces una mera colección de imágenes, sino más bien una relación mediada por estas que marca el cambio de ser a tener y de tener a aparentar.

Como argumenta Francesco Rota, en la actualidad los científicos enfrentan el desafío del espectáculo —es decir, participar en medios de comunicación masivos y otras cuestiones comerciales— mucho más que en el pasado. Lo que sostiene Rota es que la aparición de una cultura cada vez más visual y experiencial si bien promovió el interés por captar la atención pública, no necesariamente propició descubrimientos científicos más relevantes. Por el contrario, esta creciente influencia sensacionalista en lugar de alentar una investigación rigurosa basada en el método científico, representa una derrota para la actividad científica ante la creciente tendencia a la espectacularización propia de los medios.

Ciencia en vivo y en directo

Hecha la salvedad, el caso de la misión submarina supone un éxito innegable, que no traiciona al espíritu del método científico. Por el contrario, parece darnos una ventana a las conversaciones propias de entornos de investigación —incluso si se corresponden con una minúscula fracción de cómo se pasa el tiempo haciendo ciencia— y conocer de primera mano el genuino asombro que despierta la curiosidad científica. Las comparaciones con el entusiasmo infantil son particularmente acertadas.

Este evento logró el asombro popular, algo no tan frecuente en la investigación. El chat de la transmisión se llenaba de mensajes de apoyo: “¡Viva CONICET!” o incluso un adorable “quiero saber qué tengo que estudiar para hacer esto”. En simultáneo, mientras una estrellita de mar culona apodada Patricio Estrella lograba sus 15 minutos de fama, se supo que no se le renovaría la beca a una científica especializada en toxinas de caracoles marinos. Su investigación, quizás una más silenciosa y sin luces de colores, tiene un potencial estratégico enorme: desarrollar analgésicos oncológicos hasta diez veces más potentes que la morfina.

El éxito no guarda discusión posible: la expedición en las profundidades de Mar del Plata tiene un impacto en la audiencia de YouTube extraordinariamente mayor que cualquier otra misión. Con 1,6 millones de vistas en su transmisión más popular, supera por sí sola el total de vistas de las expediciones de Atacama y Sandwich del Sur combinadas. Este nivel de popularidad también se refleja en su impresionante promedio de 513.522 vistas por stream, lo que sugiere que cada una de sus transmisiones captó una audiencia sostenida. 

Aunque las expediciones anteriores tuvieron un impacto modesto, su público base fiel que siguió las transmisiones lo hizo a una escala significativamente menor. Frente a los 12 millones de vistas acumuladas por la exploración marplatense, las dos misiones anteriores juntas no suman ni 150 mil en total. Antes de esta misión el canal apenas superaba los 10 millones de vistas desde su inicio. Hoy ya supera los 22 millones. ¡Argentina, Argentina!

Talento argentino

La participación fue posible gracias a que un equipo del CONICET ganó una convocatoria internacional de una fundación privada. El talento argentino compitió y obtuvo acceso a una tecnología de la que el país carece. Pero mientras el show nos maravillaba, la realidad en la superficie seguía su curso implacable. El presupuesto para “Ciencia y Técnica” sufrió un ajuste real del 30% en 2024 y los recursos para el CONICET cayeron un 23%, con una proyección de caída del 60% para el año que viene.

Aunque no queda claro cuántas personas se conectarían en vivo para mirar el análisis en una hoja de cálculo, entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, el sistema científico perdió más de 4.000 empleos, de los cuales el CONICET representa más del 36%. Por primera vez en 17 años, la cantidad de investigadores decreció. Los salarios y estipendios de las becas se desplomaron un 30% en términos reales. La consecuencia inevitable es la fuga de cerebros.

El año pasado, Jorge Geffner, investigador del CONICET, advirtió sobre el “desmantelamiento masivo de grupos de investigación” y confirmó que muchísimos científicos jóvenes ya estaban haciendo trámites para irse. Durante aquella misma reunión de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados, la vicedecana de Exactas de la UBA, Valeria Levi, habló de una caída de casi el 10% en el personal de las universidades. Fue este diagnóstico el que llevó a más de 68 premios Nobel a advertirle al presidente en una carta que el sistema científico argentino se acerca a un “peligroso precipicio”.

En este escenario, nuestro robot submarino se resignifica y la masividad de este espectáculo científico se vive no sólo como una celebración de la ciencia sino también como una manifestación en la lucha por la supervivencia, un intento desesperado por aparecer para no dejar de ser.

El show de la ciencia

La idea de la ciencia como espectáculo no es nueva. El motivo por el cual la expedición del CONICET funciona como show es el mismo por el cual funcionó la carrera espacial y hoy funcionan las proezas de SpaceX: nos devuelven grandes imágenes, muchas veces en vivo.

La ciencia siempre tuvo una dimensión teatral. En la Ilustración, los experimentos con electricidad eran eventos públicos. En la posguerra, el radiotelescopio de Jodrell Bank fue un gran espectáculo público. Pero estos eran espectáculos controlados. La expedición del CONICET apostó por la cultura del streaming: la crudeza del directo. No se trata de un documental de la naturaleza, esos que cada vez más se parecen a una hiperrealidad guionada donde la realidad nunca es suficiente. Es la ciencia ocurriendo, sin editar, con sus tiempos muertos y sus sorpresas. Esa autenticidad genera una comunión que recuerda al mayor espectáculo en vivo de la historia: la llegada a la Luna. Una imagen imperfecta, aunque en altísima resolución, transmitida a millones, uniendo al mundo en un asombro compartido. La transmisión del CONICET es genuina y honesta, en contraste con la sensación de que todo parece ser cada vez más falso.

Porque el CONICET, antes que nada, es. Es el principal organismo de ciencia y tecnología del país, creado en 1958 por un premio Nobel, Bernardo Houssay. Ocupa el puesto 22 a nivel mundial entre las instituciones gubernamentales de ciencia. No es solo oceanografía. Es un ecosistema de conocimiento. Tiene 985 patentes activas e incubó a 55 empresas de base tecnológica. Sus investigadores ganan premios internacionales, publican en las mejores revistas del mundo, y su valor estratégico es inmenso, tangible y, en su mayor parte, silencioso.

Quizá el comentario más insidioso que circuló en redes era el que sugería que este hitazo que metió el CONICET debería servir de lección: el futuro de la ciencia argentina está en hacer streaming y financiarse con regalías de plataformas. En una retorcida reformulación de aquel horrible “el pobre es pobre porque quiere”, quien hace ciencia y no tiene fondos suficientes se lo merece por no ingeniárselas para dar bien en cámara y entretener los ojos de un público que necesita ser entretenido a como dé lugar. Entre las respuestas a tan vergonzante y estúpida sugerencia muchas personas sugerían que no todas las disciplinas científicas son tan entretenidas de mirar por streaming. Incluso quien imagine que las personas que hacen biología marina se la pasan operando submarinos robóticos se llevará una brutal desilusión.

Ese es el palito que no hay que pisar, porque la lógica mercantilista ni tiene aplicación universal ni es tan exitosa como a veces parecería sugerirse. Alcanza con revisar la más mediocre historia de la ciencia para caer en la cuenta de que la investigación que solo opera bajo la lógica de los negocios —generalmente a corto o mediano plazo— deja afuera a la mayor parte de la ciencia básica, que muchas veces es la que genera los avances verdaderamente disruptivos y transformadores, pero cuyos resultados no son inmediatos ni directamente rentables. La trampa de reducir todo a parámetros mercantiles es sacrificar ese conocimiento profundo en favor de la ganancia inmediata, estancando el progreso real y convirtiendo la investigación en un simple motor de lucro a corto plazo.

El show tiene que continuar

Queda planteado, entonces, un dilema en sus términos más crudos. Por un lado, la bondad innegable de la expedición: explorar un territorio desconocido con recursos técnicos inexistentes en el país, inspirar vocaciones, fomentar el cuidado del planeta y generar un masivo apoyo público a una institución asediada. El componente educativo es tangible. “Hoy hablé con un colegio de Misiones. Les mostramos el barco, los bichos, todo. Ya muchos chicos preguntan dónde se estudia biología marina. Eso nos emociona”, contaba el biólogo Gregorio Bigatti desde el buque.

Por otro lado, el riesgo de que la fascinación por lo viral nos haga olvidar la importancia de las investigaciones silenciosas, esas que no siempre tienen oportunidad de poner nombres de personajes de dibujitos. El peligro de que el espectáculo desvíe la atención del problema de fondo —el recorte brutal—, dando por hecho que este evento es algo habitual o, peor, suponiendo que la ciencia es meramente transaccional y solo vale si produce millones de vistas.

El éxito de un streaming no puede ni debe apañar la crisis que atraviesa la ciencia argentina. Celebrar este evento es necesario, pero sin olvidar la tormenta que se atraviesa. El desafío es cómo usar el poder del espectáculo para defender la institución más meritocrática del país, para que el aparecer no termine devorándose al ser.

No olvidemos que la ciencia no es solo un espectáculo.

Valentin Muro

Hoy viernes: paro en ARSAT. Por salarios y desmantelamiento de proyectos estratégicos

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«La empresa estatal de soluciones satelitales ARSAT, pilar de la soberanía tecnológica argentina, atraviesa un momento crítico debido al desmantelamiento progresivo que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. Pese a que la empresa sigue generando ingresos y superávit, adeuda los incrementos paritarios a los trabajadores y suspendió la reinversión en sus funciones estratégicas.

Según los últimos datos Oficina Nacional de Presupuesto, en los primeros nueve meses de 2024, ARSAT registró un superávit de $ 22.500 millones, con facturación récord de $ 96.315 millones. El monto supera en un 507% al del mismo periodo de 2023.

«ARSAT genera ganancias y no requiere aportes extraordinarios del Tesoro para pagar sueldos»

En este sentido, el secretario general de FOETRA, Claudio Marín, describió la situación como “paradojal” dado que “ARSAT es una empresa moderna y superavitaria, que genera ganancias y no requiere aportes extraordinarios del Tesoro para pagar sueldos. Sus reservas le permitirían afrontar los aumentos adeudados y avanzar en los proyectos que en la actualidad están desfinanciados”.

ARSAT es responsable de mantener la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO) de 37.000 kilómetros, la más potente y moderna del país, que conecta a lo largo y ancho de Argentina. También opera un data center de alta tecnología en Benavídez, considerado de los mejores y más eficientes de Latinoamérica, y es responsable de la Televisión por Aire (TDA).

Además, cuenta con dos satélites en órbita, íntegramente fabricados en el país con tecnología nacional, que mejoran la conectividad en Argentina y Latinoamérica. Marín señaló que “preocupa la situación de un tercer satélite, mayormente pago, cuyo dinero adeudado a proveedores no se está entregando, poniendo en riesgo la finalización del proyecto y la pérdida de millones de dólares ya invertidos”.

Las razones detrás de esta situación, según FOETRA, no tienen que ver con la economía o la eficiencia de la planta de trabajadores, sino con “intenciones de hacer de la compañía un activo atractivo para su paralización y desguace al mejor postor”, explicó Marín. Esto permitiría la cesión de activos clave al sector privado, reduciendo su rol público como ente tecnológico y soberano.

Desde esta perspectiva, el Gobierno impulsa el plan para cotizar en bolsa un 49 % del capital de ARSAT en 2025, conservando el Estado el 51 % restante. También, la liberación, en octubre pasado, de los espectros 5G que estaban asignados a ARSAT, cedidos al sector privado, y las gestiones para atraer a Elon Musk y SpaceX a operar o invertir en Argentina.

Estas condiciones configuran un panorama en el que ARSAT pierde capacidad operativa y estratégica en áreas determinantes, mientras que su gestión pasa por frenar la inversión y acelerar la privatización parcial.

Un año y medio de salarios congelados

En materia de salarios, Marín denunció que “hace ya un año y medio que no se actualizan, lo que genera una pérdida salarial de más de la mitad del ingreso. Según detalló “perdieron un 52% en el último trimestre debido a la exclusión del aumento sectorial por parte de la Secretaría de Empleo Público que ha rechazado sistemáticamente las negociaciones paritarias del sector, imponiendo aumentos inferiores a los logrados en el ámbito de las telecomunicaciones”. El total de la pérdida de poder adquisitivo es alarmante, frente a una inflación acumulada del 417% desde la asunción de la administración Milei, la paritaria en ARSAT alcanzó apenas un 114,5%.

El gremio viene visualizando esta situación desde hace un año y medio en distintas asambleas y medidas de acción directa. Ya realizó 12 paros y movilizaciones. En sintonía, mantuvo encuentros con diputados de todos los bloques en la Cámara de Diputados y Senadores, a excepción del bloque de La Libertad Avanza, para dar cuenta de la relevancia de la tarea de ARSAT a lo largo y ancho del país.

Además, en el ámbito de la justicia laboral, realizó una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que ya respondió favorablemente, notificando al gobierno argentino la necesidad de sentarse a discutir salarios. También presentó una denuncia en el Juzgado Nacional del Trabajo N° 48, que todavía no se ha expedido.

La preocupación por ARSAT, su significado para Argentina y la necesidad de salarios dignos para sus trabajadores, son el centro de este conflicto. El objetivo es visibilizar la situación laboral a la opinión pública, por ello las y los trabajadores realizarán, este 8 de agosto, un cese de tareas y marcharán hasta la sede judicial en Lavalle al 1200.»

La Tierra pierde agua dulce a un ritmo acelerado desde 2002

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La Tierra ha experimentado una pérdida de agua dulce sin precedentes desde 2002, reveló un nuevo estudio dirigido por la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) y publicado el viernes en la revista científica Science Advances.

Un grupo de investigadores evaluó más de dos décadas de datos satelitales de las misiones germano-estadounidenses GRACE y GRACE-FO y descubrió la aparición de cuatro regiones de «megasequedad»: el suroeste de Norteamérica y América Central, Alaska y el norte de Canadá, norte de Rusia y Oriente Medio-norte de África.

Según los científicos, las zonas terrestres secas se están expandiendo a un ritmo que representa aproximadamente el doble del tamaño del estado estadounidense de California cada año. Además, la velocidad a la que las zonas secas se vuelven más secas ahora supera la velocidad a la que las zonas húmedas se vuelven más húmedas.

Las implicaciones negativas de esto para el agua dulce disponible son alarmantes, pues casi 6.000 millones, aproximadamente el 75 % de la población mundial, vive en 101 países que han estado perdiendo agua dulce durante los últimos 22 años.

Los investigadores explican que la desecación continental se ve impulsada por las sequías extremas, el continuo agotamiento de las aguas subterráneas y el cambio climático.

Economía y geopolítica de los aranceles de Trump (a la fecha)

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El 1° de agosto, la Casa Blanca anunció un nuevo paquete arancelario que afecta a decenas de países, incluidos aliados históricos como Canadá, la Unión Europea, Japón y Brasil. El resultado: un salto en la incertidumbre económica global y la consolidación de un enfoque mercantilista basado en el castigo selectivo.

El resultado general

Trump incrementó aranceles a 19 países, se los redujo a 42 países y otros 8 no tuvieron cambios en relación con el 2 de abril. En promedio, aumentó los aranceles en 9 puntos, aunque con casos extremos, incluyendo Brasil (+40), Canadá (+35%) y México (+24), que aún están en negociaciones. Si sacamos estos casos, el promedio del incremento fue de 4 puntos.

¿Valió la pena negociar con Trump?

Los gobiernos que llegaron a acuerdos con Trump obtuvieron en promedio una reducción de 9 puntos. Los que se quedaron sin acuerdo recibieron una reducción de 5 puntos. Una diferencia de 4 puntos no parece gran cosa, más si consideramos que quienes negociaron tuvieron que hacer concesiones y promesas.

¿Cuál es la lógica?

¿Cómo explicar el nivel de arancel que recibió cada país? Es difícil contar una sola historia. Por un lado, hay un uso de los aranceles para sancionar o castigar a líderes que no se inclinan ante Trump. Es el caso, por ejemplo, de Canadá, a quien le impuso un arancel del 35%. La Casa Blanca justificó la medida acusando a Ottawa de no colaborar lo suficiente para frenar una supuesta “ola constante de fentanilo y otras drogas ilícitas”, una ola que, vale aclarar, no existe. También se mencionó, de paso, la retaliación canadiense a aranceles previos. Pero Trump, con su habitual claridad conceptual, reveló el verdadero motivo: los planes de Canadá para reconocer un Estado palestino complican, según él, cualquier posibilidad de acuerdo comercial.

Otro caso de castigo es el Brasil de Lula. El motivo no fue disimulado: Trump vinculó directamente la sanción con el juicio que enfrenta Jair Bolsonaro, su aliado ideológico, por haber intentado revertir su derrota electoral en 2022. Un episodio, huelga decirlo, con inquietantes resonancias para el propio expresidente estadounidense.

India tampoco escapó a la lógica del garrote. Fue sancionada con un arancel del 25% justo cuando sus funcionarios manifestaban optimismo sobre un acuerdo. Trump habló de “barreras comerciales”, pero enseguida pasó al tono personal: amenazó con nuevas sanciones y reprendió al gobierno de Narendra Modi por comprar petróleo y armamento ruso. 

Sudáfrica, otro miembro de los BRICS, recibió una tarifa del 30%. En este caso, el castigo tiene un tinte aún más inquietante: una disputa con la Casa Blanca alimentada por teorías conspirativas sobre un supuesto “genocidio blanco”, una obsesión recurrente entre los sectores más extremos del trumpismo.

¿Está ensañado Trump con los BRICS?

No parece casualidad el hecho de que Brasil, India y Sudáfrica hayan estado entre los más castigados. De hecho, durante la última cumbre del bloque BRICS, Trump amenazó con aranceles del 10% a cualquier país que, a su juicio, se alinee con las políticas “antiestadounidenses” de ese club emergente.

Pero, ¿y China? Aún no hay un acuerdo y los plazos se extendieron más aún. Mientras tanto, Washington dio señales de distensión, levantando restricciones a la venta de semiconductores y software, pausando embargos y negándole una escala en New York al presidente de Taiwán. En concreto, el arancel hacia China hoy, lunes 4 de agosto, es del 10%. 

El otro caso abierto es México, el mayor socio comercial de Estados Unidos. Trump decidió darle 90 días más a la negociación, extendiendo los aranceles actuales hasta nuevo aviso. 

¿Qué hay más allá del castigo?

Recordemos que una de las explicaciones dadas por el propio Trump fue que sus medidas forzarían a las empresas a relocalizar sus plantas en Estados Unidos y así evitar pagar aranceles adicionales. Pero los aumentos, al menos hasta hoy, no parecen ser lo suficientemente punitivos como para forzar relocalizaciones, una tarea que lleva años hacer. Con un arancel promedio en 17 puntos, es probable que haya algo de mudanza (reshoring) pero lo más probable es que las empresas reduzcan costos y/o márgenes de ganancias, que los exportadores absorban una parte del arancel, los importadores otra parte y algo pase a precios, que serán absorbidos por los consumidores.

Y, sin embargo, hay un interés más directo: aumentar la recaudación. Según datos del Departamento del Tesoro, los derechos de aduana, junto con algunos impuestos especiales, generaron 152 mil millones de dólares hasta julio, aproximadamente el doble de los 78 mil millones recaudados en el mismo período del año fiscal anterior.

Agujero fiscal

La idea detrás parece simple: cubrir el agujero del presupuesto 2026 provocado por la reducción de impuestos con derechos aduaneros. Pero hay dos puntos a mirar. Por un lado, el agujero a cubrir es aproximadamente de 3.4 billones de dólares (trillones gringos). Los economistas estiman que los derechos aduaneros podrían llegar a 2 billones en diez años, una estimación muy por debajo de lo necesario para cubrir recortes. Por otro lado, el dato no menor es el costo en aumento de pedir dinero prestado desde el 2 de abril. En mayo, la calificadora de riesgo Moody’s rebajó la deuda de Estados Unidos un escalón desde su nivel más alto, citando el aumento de la deuda y de los pagos de intereses, lo que la convirtió en la última de las grandes agencias de calificación en degradar la deuda soberana del país.

Durante el último año fiscal, el servicio de la deuda del gobierno federal superó por primera vez el billón de dólares, más del doble de los intereses pagados una década atrás. En los primeros ocho meses del año fiscal 2025, el servicio de la deuda costó 776 mil millones de dólares y podría alcanzar o superar los 1,3 billones para fin de año. Siendo así, el beneficio de cobrar más derechos aduaneros apenas servirá para compensar el agujero fiscal y el costo de pedir dinero.

¿Qué está en juego?

Robert Keohane, uno de los grandes teóricos del institucionalismo liberal, lo dijo con claridad en los años 80: los regímenes internacionales no existen para imponer armonía, sino para reducir la incertidumbre y los costos de transacción. No buscan justicia, sino previsibilidad. Permiten que incluso los Estados más desconfiados interactúen sin tener que renegociar todo, todo el tiempo. Son contratos tácitos que sustituyen la anarquía por la rutina. Su mayor virtud es simple: saber a qué atenerse.

El comercio global nunca fue una catedral de principios elevados, sino un modesto edificio funcional, sostenido por reglas compartidas, previsibles y suficientemente estables como para que los actores económicos pudieran hacer planes más allá del viernes. Donald Trump no vino a reformar esa estructura, sino a dinamitarla. No porque tenga una visión alternativa del orden comercial, sino porque desconfía, en lo más profundo, de cualquier orden.

El verdadero riesgo

La pregunta ya no es si el orden liberal puede sobrevivir sin hegemonía, sino si puede hacerlo sin rutina. Trump no derrumba el templo del multilateralismo: simplemente lo deja en pie, pero corroído desde adentro. Keohane creyó que los regímenes podían perdurar en un mundo post hegemónico. Lo que no imaginó es un mundo post previsible.

Federico Merke

Cáncer, de la radioterapia a la edición genética: la historia de los nuevos tratamientos

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Durante una noche de 1943, en el puerto italiano de Bari, un ataque aéreo alemán hizo estallar un buque aliado que transportaba un cargamento secreto: bombas con gas mostaza. Este gas, utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial, se dispersó por aire y agua. Cuando los médicos atendieron a soldados expuestos, notaron que sus médulas óseas estaban devastadas. Aquel hallazgo trágico encendió una idea inesperada: si el gas destruía células rápidamente, ¿podría usarse para atacar células que crecían sin control? Así nació la primera pista que condujo al desarrollo de la quimioterapia contra el cáncer.

La historia del tratamiento oncológico es un recorrido marcado por descubrimientos fortuitos, avances científicos y esfuerzos humanos, a menudo en medio del dolor y la urgencia. Hace un siglo, el cáncer se combatía principalmente con cirugías mutilantes que buscaban eliminar físicamente el tumor, muchas veces dejando secuelas importantes. Hoy, el panorama es muy distinto: los tratamientos van desde esas primeras intervenciones hasta terapias celulares personalizadas, que actúan a nivel molecular y permiten atacar el cáncer con una precisión nunca antes vista.

Además, se está avanzando en tecnologías que prometen cambiar profundamente el abordaje del cáncer. Algunas ya forman parte del arsenal terapéutico, como la inmunoterapia, capaz de reeducar al sistema inmunológico para que reconozca y elimine las células malignas. Otras, como la edición genética con la técnica CRISPR, ofrecen la posibilidad de corregir alteraciones en el ADN que predisponen al desarrollo de tumores. Si bien muchas de estas herramientas todavía se encuentran en etapas experimentales o de acceso limitado, su potencial para redefinir el tratamiento abre una nueva era en la oncología.

Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecular. La posibilidad de identificar alteraciones genéticas antes de que se manifiesten clínicamente, o de intervenir de manera temprana en los procesos biológicos que dan origen al cáncer, está cada vez más cerca. Incluso se investiga cómo potenciar la capacidad natural del sistema inmune para reconocer señales precoces de transformación celular, años antes de que se desarrolle un tumor. Lo que hasta hace poco parecía una utopía —anticiparse al cáncer antes de que aparezca— empieza a perfilarse como un objetivo alcanzable en el horizonte científico.

Los resultados ya se reflejan en cifras alentadoras. Según Our World In Data, hace 50 años la leucemia infantil era casi siempre fatal, con menos del 10% de supervivencia a cinco años tras el diagnóstico. Hoy, en Norteamérica y Europa, esa tasa asciende al 85%. La leucemia linfoblástica aguda (ALL), la más común, vio su supervivencia crecer del 14% en los 60 al 94% en 2010, mientras que la leucemia mieloide aguda (AML), más compleja, pasó del 14% a más del 60%.

Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecular
Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecularGorodenkoff – Shutterstock

El estudio Concord-3, el más amplio sobre supervivencia al cáncer, analizó 37,5 millones de pacientes en 71 países y reveló que, entre 2000 y 2014, la supervivencia a cinco años mejoró en la mayoría de los tipos de cáncer gracias a avances en prevención, diagnóstico temprano y tratamientos. En Argentina, la supervivencia a cinco años aumentó del 82,3% al 84,4% en cáncer de mama, y del 83,5% al 87,6% en cáncer de próstata, con mejoras más notables en cánceres infantiles, que pasaron del 65% al 76,1%.

“A nivel local, en el Concord-3 se analizaron datos de cinco registros (Chubut, Córdoba, Mendoza, Tierra del Fuego y el Registro Oncopediátrico Nacional). Aunque representan solo un 9% de la población, permiten estimar que el país está por debajo de los países desarrollados, pero por encima de la media latinoamericana”, explica Matías Chacón, oncólogo del Instituto Alexander Fleming.

“El cáncer ha pasado de ser una enfermedad de un órgano a ser una enfermedad molecular. Cada vez se diagnostica con mayor precisión y se puede tratar mejor”, destaca Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME).

Cirugía: los primeros pasos

A comienzos del siglo XX, el cáncer se trataba casi exclusivamente con cirugía. William Halsted desarrolló la mastectomía radical para cáncer de mama, que extirpaba tumor, tejido mamario, músculos del pecho y ganglios linfáticos, basado en la idea de propagación local ordenada. Es un concepto médico (ya superado) que sostenía que el cáncer se disemina de forma progresiva y predecible desde el tumor primario hacia los tejidos cercanos.

Pocos años después, Marie Curie descubrió elementos como el radio y el polonio, que emitían radiación capaz de dañar tejidos vivos. Esto dio origen a la radioterapia, basada en la idea de usar haces de alta energía para destruir células cancerosas. Fue la segunda gran herramienta contra el cáncer y aún se emplea, muchas veces junto a cirugía o quimioterapia.

“Actualmente podemos hacer tratamientos focalizados en el lugar donde está la enfermedad para buscar erradicarla. Con estas técnicas modernas lo que hacemos también es evitar o reducir de forma muy significativa el daño que generamos en los tejidos vecinos sanos que no queremos lastimar. En ese sentido, anteriormente no podíamos aumentar mucho la dosis porque teníamos la limitación de que lastimábamos tejidos sanos”, resalta Gonzalo Gomez Abuin, jefe de investigación en Oncología del Hospital Alemán.

El gas mostaza y el nacimiento de la quimioterapia

El gas mostaza dañaba glóbulos blancos, lo que llevó a investigar compuestos similares para tratar enfermedades con proliferación descontrolada, como ciertas leucemias. Así nació, luego de años de investigación, la quimioterapia, el primer tratamiento farmacológico contra el cáncer, que actúa sistémicamente para alcanzar células tumorales diseminadas. Los fármacos interrumpen la multiplicación de células cancerosas, pero también afectan células sanas de rápida división, causando efectos secundarios, como caída del cabello o náuseas.

Tasa de mortalidad por cáncer según tipo, en la Argentina

Número estimado de muertes por diferentes tipos de cáncer por cada 100.000 personas

Tasa de mortalidad por cáncer según tipo, en la Argentina

“Respecto a la quimioterapia, inicialmente eran tratamientos muy tóxicos con eficacia en tumores hematológicos. El avance más importante hoy es asociar la quimioterapia a anticuerpos conjugados con drogas. En lugar de distribuir quimioterapia en sangre, se pega a un anticuerpo que la lleva a la enfermedad y la libera allí, logrando mejores resultados, mayor control y menos toxicidad”, explica Gomez Abuin. Aunque cabe destacar que son técnicas emergentes para algunos tumores específicos.

En las décadas de 1960 y 1970 se combinaron tratamientos para mejorar resultados: cirugía seguida de radioterapia y quimioterapia para reducir recurrencias en cáncer de mama. También surgió la terapia hormonal para cánceres sensibles a hormonas, como el de mama y próstata, que bloquea hormonas que estimulan tumores, frenando o revirtiendo la enfermedad.

De las terapias dirigidas a la edición genética

El tratamiento del cáncer dio un giro decisivo a partir de las décadas de 1980 y 1990, cuando comenzaron a desarrollarse las terapias dirigidas, diseñadas para actuar sobre alteraciones moleculares específicas de las células tumorales. A diferencia de la quimioterapia convencional, que no distingue entre células sanas y malignas, estos fármacos actúan como una suerte de llave que encaja en un blanco preciso —ya sea una proteína o un gen alterado— reduciendo los efectos colaterales.

En paralelo, se perfeccionaron los trasplantes de médula ósea, una técnica que permite reponer las células madre hematopoyéticas destruidas por tratamientos intensivos como la quimioterapia o la radioterapia. Estas células pueden provenir del propio paciente (autólogo) o de un donante compatible (alogénico). El trasplante se consolidó como una herramienta clave en el tratamiento de enfermedades de la sangre, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.

El inicio del siglo XXI trajo otro cambio de paradigma con la finalización del Proyecto Genoma Humano en 2003. Este hito permitió secuenciar el ADN humano y entender con mayor profundidad las mutaciones que causan distintos tipos de cáncer. A partir de ese avance surgió la medicina personalizada, un enfoque que adapta el tratamiento a las características moleculares de cada tumor.

Ese conocimiento molecular también sirvió de base para el desarrollo de terapias génicas y celulares. Entre las más avanzadas se encuentra la terapia CAR-T, una técnica que extrae un tipo de glóbulo blanco llamado célula T —encargado de defender al organismo—, lo modifica genéticamente para que reconozca un marcador tumoral específico y lo vuelve a introducir en el cuerpo para que ataque con precisión al cáncer. Aunque compleja y costosa, ha demostrado eficacia en ciertos tipos de leucemias y linfomas resistentes a otros tratamientos.

Más recientemente, se desarrolló una herramienta llamada CRISPR-Cas9, que permite editar el ADN con gran precisión, como si fuera un bisturí molecular. Aunque su uso clínico aún es experimental, tiene el potencial de corregir mutaciones que causan cáncer o de potenciar otras terapias, como la inmunoterapia. En el futuro, podría incluso contribuir a prevenir o curar ciertos tumores desde su origen.

La inmunoterapia, el despertar del sistema inmune.

Otra gran revolución es la inmunoterapia, que actúa como si le quitara la venda de los ojos al sistema inmunológico. Normalmente, el sistema inmune funciona como un ejército que patrulla el cuerpo en busca de amenazas, pero los tumores son expertos en disfrazarse y pasar desapercibidos.

Los inhibidores de puntos de control inmunológico funcionan como si desactivaran los frenos de ese ejército: bloquean proteínas que normalmente le dicen a las células de defensa “no ataques”. Al quitar esos frenos, las células T pueden ver al enemigo y actuar. Gracias a esta estrategia, se lograron resultados sorprendentes en cánceres que antes eran casi imposibles de tratar, como el melanoma metastásico o el cáncer de pulmón de células no pequeñas.

“Hemos comprendido por qué el sistema inmune no elimina el tumor, y que el tumor se adapta para evadirlo. Entender estos mecanismos permitió desarrollar fármacos que desbloquean el sistema inmune para que ataque al tumor”, resalta Gomez Abuin.

Investigación, desarrollo y acceso equitativo

“Hoy, el desafío no es solo seguir desarrollando terapias más eficaces, sino también garantizar el acceso equitativo a estos tratamientos. Buena parte de estos avances han sido posibles gracias a la inversión en innovación, lo que permite tener más y mejores alternativas terapéuticas para los pacientes”, indica Baldini.

Los asociados a CAEME, que incluyen a la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC), invierten alrededor de USD 750 millones en investigación clínica en el país, lo que representa el 46% de la inversión privada total en investigación y desarrollo del sector empresarial argentino. Estas compañías concentran el 93% de la inversión en ensayos clínicos en el país y el 85% del capital humano dedicado a esta actividad.

Actualmente hay más de 1.000 ensayos clínicos en curso en el país que brindan acceso temprano a terapias de última generación y una cartera creciente de proyectos en terapias avanzadas, como las génicas y celulares (CAR-T), con estudios en marcha en la Argentina.

“Es clave que los argentinos podamos disponer y tengamos acceso oportuno a tratamientos de vanguardia, seguros, eficaces y de calidad en un marco de sustentabilidad, transparencia, seguridad jurídica y confianza. Fortalecer el marco regulatorio e impulsar la toma de decisiones basadas en evidencia científica, así como consensuar nuevas formas de financiamiento son algunos de los desafíos que tenemos por delante”, asegura Baldini.

Prevención y detección temprana, claves del éxito

Para Chacón, es urgente incorporar nuevas tecnologías para fortalecer la prevención primaria y secundaria, especialmente en tumores prevenibles o tratables. Ejemplos exitosos son vacunas contra VPH, que redujeron el cáncer de cuello uterino. “El futuro tiene muchas oportunidades, pero optimizar políticas sanitarias debe ser prioridad en Latinoamérica”, subraya.

Claudio Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, advierte que muchos factores de riesgo son modificables. “El tabaco es el principal factor prevenible, asociado no solo a cáncer de pulmón, sino también de orofaringe, esófago, vejiga y páncreas”. También señala la importancia de mantener un peso adecuado, evitar sol sin protección, limitar alcohol y hacer ejercicio para reducir riesgo. “Las estrategias no son complejas, pero requieren mayor difusión y políticas públicas para llegar con información clara y continua”.

En cuanto al diagnóstico precoz, menciona estudios clave como la mamografía, el Papanicolaou, la colonoscopía, la detección de sangre oculta en materia fecal y la tomografía de tórax en personas fumadoras. Sin embargo, advierte sobre la inequidad en el acceso a tecnologías y tratamientos en Argentina: “Hay poblaciones con acceso muy limitado y otras con un panorama apenas mejor. Esta desigualdad compromete tanto el diagnóstico temprano como el tratamiento oportuno, dos factores fundamentales para mejorar la sobrevida”, señala Martín.

Alejandro Horvat

El titular de la UIA dijo que se pierden casi 1500 puestos de trabajo en la industria al mes

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El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, se refirió a la caída del consumo en la Argentina en los últimos meses y detalló que algunos sectores presentaron pérdidas de alrededor del 15 o 20%. “Esto ocurre en áreas como construcción, cueros o calzados. Otros sectores están recuperándose, como farma y alimentos, pero, en cuanto a la pérdida de empleo, vemos que mes a mes hay una pérdida de 1000 a 1500 puestos de trabajo promedio en la industria. Eso viene desde marzo en adelante”, marcó este jueves.

De esta forma, el empresario manifestó que ven los números “amesetados” desde abril en adelante y, pese a que cuestionó la apertura de importaciones que impulsa el gobierno de Javier Milei, no consideró que esta sea la condición principal por la que se pierden los empleos.

La importación impacta, pero estamos más preocupados por la actividad. En otros momentos de apertura afectó y perdés ventas, pero estamos más preocupados por la actividad porque en algunos casos hay una caída importante: en materiales de construcción hay una caída del 30%, en textil y calzado lo mismo”, dijo en diálogo con Radio Rivadavia y remarcó: “Si bien la importación influye, el foco es la caída de la actividad”.

A su vez, Rappallini habló sobre los “mecanismos de suspensiones” que se deben llevar a cabo en las empresas para poder continuar con el funcionamiento y no tener que cerrar sus puertas, pero que, en muchos casos, conducen a que los empleados no perciban sus salarios de forma completa. “Normalmente, cuando tenés una actividad que no se recupera y tenés costos que se hacen muy altos de pagar se hacen acuerdos en los que pagás una parte del sueldo y no pagás aportes, por ejemplo, son cosas normales”, indicó.

“En general hubo un buen relacionamiento por parte de los sectores de que cuando cae la actividad hay que reacomodarse hasta que haya un nuevo escenario“, reflexionó. En este marco, resaltó la importancia de repensar una nueva reforma laboral: “Es necesaria una reforma impositiva, lo venimos diciendo hace años. Hay que nivelar la cancha porque en la normalización de la economía hay que igualar condiciones. En los últimos 20 años acumulamos distorsiones que hay que corregir, sino los empresarios quedan en infinidad de condiciones con competidores globales”.

Rappallini, titular de la UIA.
Rappallini, titular de la UIA.Nicolás Suárez

El empresario también consideró que la Argentina está en un proceso de “normalización de la economía” en el que también “cambian los criterios para operar”. “Hay que poner foco en la microeconomía, porque uno trabaja la macroeconomía para que haya más empresas pero hay que tener en cuenta la actividad para que no caiga y uno pueda trabajar”, cuestionó.

Finalmente, Rappallini hizo alusión a las altas tasas de interés que tiene el país: “Es preocupante, esperemos que se pueda resolver y puedan bajar las tasas, porque eso va a tener un costo en la economía. Lo que se vio muy de cerca es el aumento de la morosidad y de los cheques rechazados. Es más por la dinámica de la actividad que por las tasas de interés, todavía eso no tuvo impacto. Pero hay que tener cuidado, porque convivir con una tasa de interés tan alta es complicado“.

Cambios en el Área Metropolitana: el Norte del conurbano crece más que el sur

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Con el inicio de la campaña en provincia de Buenos Aires llegó el padrón actualizado de electores del distrito más populoso del país. El dato trajo una sorpresa: por primera vez, la Tercera Sección Electoral –el sur del Gran Buenos Aires– fue superada en número de habitantes por la Primera, esto es, los partidos del norte del conurbano.

Concretamente, el GBA Norte alcanzó los 5.131.861 ciudadanos habilitados para votar en las elecciones del 7 de septiembre, contra 5.101.177 de la Tercera, tan mencionada por estos meses a partir del intento de candidatura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En términos urbanísticos, este reacomodamiento puede significar varias cosas. Días atrás, el historiador Roy Hora –investigador independiente del Conicet y profesor titular en la Universidad Nacional de Quilmes– dijo que esto reflejaba “el ocaso de la era industrial y el ascenso del mundo country”. Su comentario sirve como disparador para indagar en los cambios que tuvieron lugar en las últimas décadas en términos de localización, tanto industrial como residencial, y su impacto en la manera en la que nos movemos más allá de la General Paz.

El fin de la era industrial (clásica)

Primero le consulté a Roy Hora sobre lo que quiso decir con su afirmación de ganadores y perdedores de esta nueva configuración, y me dijo: “El ascenso del norte como principal hogar de la industria lo miro en el largo plazo”, me contestó por Whatsapp el autor de Historia económica de la Argentina. “Hasta la década del cuarenta, CABA doblaba a todo el GBA en importancia industrial. Según el censo de 1947, tenía el doble de trabajadores que todos los partidos de lo que todavía no se llamaba conurbano. En ese momento, Avellaneda era, por lejos, el principal distrito industrial, donde estaban las empresas Tamet, Gurmendi, Di Tella. Después venían Quilmes y Lanús. El norte no contaba.”

Cuando Arturo Frondizi fue derrocado por un golpe militar, Avellaneda seguía siendo el distrito industrial clave, aunque el panorama comenzaba a complejizarse. Según el censo industrial de 1963, Avellaneda (50.387), San Martín (41.782), Lanús (40.817), La Matanza (36.662) y Vicente López (32.887) eran los cinco municipios que contaban con mayor cantidad de trabajadores industriales en el Gran Buenos Aires. Hoy, los partidos de San Martín (32 mil) y Tigre (31 mil), en el norte, tienen casi tantos trabajadores industriales como La Matanza (39 mil) y muchos más que Avellaneda (18 mil).

“El sur se fue quedando, y creo que por dos motivos: tenía el tipo de industria más vieja, a la que le fue mal en este último medio siglo (talleres metalúrgicos, por ejemplo), y por no tener buen acceso. Con la Panamericana y la Ruta 9, el norte ganó”, dice Hora, y suma una aclaración importante: “Cuando hablo del ‘ocaso de la era industrial’ me refiero a la época en la que la industria era el principal organizador del espacio. Avellaneda en 1947 tenía 270 mil habitantes, y 70 mil trabajadores fabriles. Sacando a los niños y algún viejo, y un poco de empleo en el sector público, comercio y transporte, queda poco que no fuera empleo industrial. Era un distrito que se movía al ritmo del pito de las fábricas. Ese mundo desapareció. Ahora el empleo industrial es una porción muy menor del empleo total, superado ampliamente por servicios”.

En ese sentido, el historiador sugiere revisar también el tema del valor del suelo, que es mucho más abundante y barato en el norte. “Es el lugar privilegiado de las nuevas empresas de los sectores más dinámicos. Y tiene los puertos de exportación sobre el Paraná más cerca”, explica. “Tal vez también incida algo la cuestión de la calidad de los bienes públicos que ofrecen los municipios del norte, más sensibles al punto de vista empresario. Y tal vez la cuestión de los patrones de residencia de los empresarios, donde el norte también triunfó ampliamente sobre el sur”.

Las fábricas en zona norte del conurbano.

Las cifras del censo no hacen más que confirmar, acaso lateralmente, el éxito relativo del entramado industrial más consolidado de las últimas décadas. Sus caras visibles –según resume Diego Schejtman, del Diario Regional de Pilar– son las automotrices de Pacheco y los parques industriales de Pilar, Garín y Tortuguitas.

La cercanía al puerto y al verde

Juan Pippia, profesor de la UADE y co-fundador de la organización Innovación en Asuntos Estratégicos (Innovaes), me explica que el otro gran impulso a la radicación de fábricas tuvo lugar en la década del noventa, cuando entró en vigencia el Mercosur. “A partir de entonces, el norte del AMBA se vio beneficiado por su rápido acceso a la Ruta 9 y a los puertos fluviales del Paraná. Esos activos logísticos le permitieron estar más cerca de Brasil, que desde entonces es el primer socio industrial de Argentina”, dice Pippia. “En ese sentido, muchas multinacionales se ubicaron en el norte del AMBA para integrar sus cadenas de producción con Brasil, algo que fue especialmente relevante en el sector automotriz”.

También por esa época comienza el boom de las oficinas en el corredor norte. “Esto se inscribe en el marco de una tendencia mundial por la cual las empresas tienden a ‘escapar’ de las áreas centrales y radicarse en zonas más alejadas pero bien comunicadas”, dice el referente de Innovaes. “En el caso del AMBA, muchas empresas abandonaron el microcentro porteño y se relocalizaron en un amplio eje que se extiende sobre Av. Libertador y llega a San Isidro. Esas oficinas buscan capitalizar vías de comunicación rápidas y aprovechar otras ventajas como la cercanía a espacios verdes, lotes más grandes y dotación de servicios”.

Varias empresas se relocalizaron cerca del Hipódromo de San Isidro y de un eje clave como Thames y Panamericana, en Villa Adelina, o en el Edificio Al Río, como hicieron a mediados de la década pasada MercadoLibre y el diario La Nación. También cerca de Panamericana, pero en el cruce con Debenedetti (un poco más cerca de Puente Saavedra), el Showcenter desarmó su montaña rusa y sus autitos chocadores y pasó de parque de diversiones a lifestyle mall. Ahora rebautizado Norcenter, ofrece oficinas en alquiler en un polo donde también se construyeron miles de metros cuadrados corporativos.

En los últimos 35 años el boom de oficinas creció en San Isidro y Vicente López. En rosa, los edificios construidos entre 1990 y 2001, y en amarillo, los construidos entre 2002 y 2010.

El ascenso del barrio cerrado

La contracara del declive industrial narrado al principio es la consolidación del fenómeno del barrio cerrado, que en el caso del área metropolitana de Buenos Aires se fue consolidando en tres olas: una a fines de la década del ochenta y principios de los noventa, otra luego de la crisis de 2001 –narrada muy bien por la socióloga Maristella Svampa– y una tercera durante la pandemia.

Si bien aparecieron numerosos barrios cerrados en el sur del Gran Buenos Aires, la explosión fue más marcada en el norte, en partidos como Pilar, Tigre y Escobar, a partir de la condición de posibilidad del nuevo Acceso Norte que construyó la empresa concesionaria Autopistas del Sol.

“El censo de 2022 muestra que también creció Ezeiza (Canning), pero es más bien una isla, porque los partidos de mayor crecimiento demográfico son los partidos-country del norte y el oeste. O, por lo menos, los partidos donde el crecimiento está asociado a countries, para los cuales las autopistas de los 90, hoy bastante saturadas, fueron cruciales”, dice Hora.

A todo esto, la falta crónica de crédito hipotecario alienta a que las familias de clase media se muden cada vez más lejos, a los únicos lugares del AMBA donde por 20 o 30 mil dólares pueden comprarse un terreno y empezar a construir. La inseguridad, real o percibida, aporta otro tanto al vaciamiento del primer y segundo cordón del conurbano y su reemplazo por lotes en countries.

Tres casas en venta en la misma cuadra en Dardo Rocha (Martínez). Las familias con capacidad económica y ganas de irse al verde están eligiendo el barrio cerrado por sobre la ciudad abierta y el primer cordón del conurbano.

“Tengo varias historias de ese tipo: amigos y conocidos que se van al kilómetro 50 o 60 porque, mitad home office, mitad viaje penoso, llegan a la casita con jardín,” dice Roy Hora, y concluye: “La densificación, otra frustración del desarrollo urbano argentino”.

Pero el crecimiento del GBA Norte también admite una lectura política-electoral, y para eso hablé con Mauricio Corbalán, urbanista y fundador de m7red.

Para el especialista, los pueblos históricos del corredor (Pilar, Luján, Areco) se han convertido en enclaves de la vieja Ley de Indias –aquellas disposiciones de la era colonial sobre el reparto de tierras que moldearon desde sus inicios la forma urbana de Buenos Aires– “pero rodeados por un cinturón de urbanizaciones privadas, infraestructura rota y barrios populares intrusando terrenos públicos”.

“El corredor norte es la expresión de un proceso de urbanización integral del territorio, no una zona libre para cuentapropistas territoriales como fueron los loteos masivos de los años cuarenta. Tampoco es un apéndice de la ciudad o una zona de expansión, como se lo pensaba alguna vez desde el centro (que hoy está vacío)”, dice Corbalán. “El corredor Norte se ha desvinculado de este proceso porque es parte de una regionalización que excede al AMBA y expresa un frente político de alianzas que va desde los desarrollos urbanos de Núñez, pasando por las concesionarias de autos y motos de Vicente Lopez, hasta las eco-chacras de Cardales o la planta de Toyota”.

La historia, el desarrollo económico, los regímenes urbanos: tres ángulos para entender qué cambia con esta reconfiguración de fuerzas en el Gran Buenos Aires. Apuntes sueltos que nos permiten empezar a pensar las consecuencias de la expansión descontrolada de la mancha urbana.

Federico Poore

El financiamiento para la ciencia en la provincia de Buenos Aires

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La 4ta. convocatoria del Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires impulsa proyectos de ciencia y tecnología en la provincia bonaerense que puedan solucionar problemáticas de empresas, cooperativas, cámaras y el sector público, mediante la articulación con universidades e institutos de investigación.

En tiempos de escasez de dinero en el sector científico-tecnológico debido al desfinanciamiento por parte del Gobierno de La Libertad Avanza, el Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires (FITBA) busca compensar este déficit en terreno bonaerense. Actualmente, está abierta la cuarta convocatoria del fondo, que entrega 40 millones de pesos a proyectos de ciencia y tecnología emplazados en la provincia que busquen solucionar problemáticas productivas de empresas, cámaras o cooperativas, y 20 millones a iniciativas orientadas a proyectos de innovación en el Estado provincial o en el ámbito municipal en Buenos Aires.

Los proyectos deben tener una duración de un año y entregar una solución tecnológica tangible. La convocatoria fue lanzada por el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires por primera vez en 2022 y busca promocionar los conocimientos de instituciones de investigación en su vinculación con la sociedad.

A diferencia de los fondos para vinculación del tipo FONARSEC, que brindaba la Nación hasta 2023, estos no se entregan a unidades productivas formadas por empresarios e investigadores, sino a las universidades o institutos de investigación, e incluyen un acompañamiento del ministerio para mejorar la vinculación. También, las empresas pueden plantear sus necesidades tecnológicas a la cartera de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica para poder vincularse con un grupo de investigación que pueda trabajar en la temática propuesta. Por eso, el FITBA se articula con otro programa, el de Clínica Tecnológica, que recorre las pymes bonaerenses y realiza un diagnóstico sobre qué problemas pueden ser abordados con un enfoque científico-tecnológico.

El subsecretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia de Buenos Aires, Federico Agüero, dijo: “La Escuela de Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desarrollo, que a nosotros nos interesa mucho, se pregunta por qué si acá tenemos tantas capacidades para fabricar y tanto conocimiento científico no podemos vincularlos, y encuentra que tiene que ver con cuestiones macro pero también con problema micro, de articulación. Este programa viene a intentar ayudar a que se den mejor esos procesos”.

“Le estamos dando mucha importancia a estas convocatorias y estamos cuidando mucho el proceso y la evaluación posterior de proyectos», dijo Agüero.

Este año, hay un total de 3000 millones de pesos disponibles para financiar este programa. Entre las convocatorias pasadas se llegó a 186 proyectos, de los cuales 117 fueron con pymes y el resto con organismos estatales. Entre los últimos, por ejemplo, había un hospital público que necesitaba automatizar la pasteurización de células lácteas para pediatría, objetivo que se logró gracias a este financiamiento y al conocimiento del sistema científico local. “También funcionaron muy bien los proyectos de incorporación de inteligencia artificial en alguna etapa del proceso productivo, por ejemplo, en cámaras para control de calidad. Tenemos un proyecto de una pyme que hace bidones para agua potable, ellos inyectan los tapones y tenían que resolver el control de calidad de la etiqueta que llevan, para ver si quedaba bien ubicada. Es una tarea manual muy desgastante y requería tener turnos rotativos porque la gente no podía estar muchas horas mirando eso sin perder rigurosidad. Se incorporó esta tecnología y la empresa aprendió su funcionamiento para poder mantenerla. Vemos que hay capacidad de innovación en las universidades y también en las cooperativas y empresas. Cuando empezamos a hablar vemos que todas desarrollaron alguna máquina o proceso novedoso para su producción”, explicó Agüero.

Otro de los ámbitos en los que se han hecho aportes gracias a este fondo es en la sustitución de importaciones de insumos del exterior. Uno de los proyectos financiados logró reemplazar la resina que se usa para impresión 3D de implantes dentales y que debía ser traída de Alemania y Suiza. Así, se logró hacer este insumo localmente con una décima parte de su costo y con una calidad similar en un 90%.

La convocatoria cierra el 14 de agosto y se están haciendo recorridas por universidades para difundirla. Entre las convocatorias anteriores se logró involucrar a 2000 investigadores de los 20.000 que se estima hay en la provincia. “No son una casta aislada de la sociedad, sino que son un sector muy sensible que quiere aportar sus conocimientos”, dijo Agüero.

A nivel nacional, el desfinanciamiento de la ciencia es cada vez mayor. La Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto nacional cayó un 47% y la principal institución del financiamiento de ciencia, la Agencia I+D+i, sufrió una caída del 91%. En tanto, los montos de financiamiento de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires son comparativamente muy pequeños. La provincia de Buenos Aires busca despegarse de esta tendencia con fondos importantes para el desarrollo de proyectos científicos.

“Le estamos dando mucha importancia a estas convocatorias y estamos cuidando mucho el proceso y la evaluación posterior de proyectos. Queremos saber si son exitosos pero también conocer las particularidades con las que se dan los procesos de vinculación y transferencia en la provincia de Buenos Aires, que no son iguales a los que se muestran en bibliografía internacional. Son trabajos que se hicieron en otros países pero no en la provincia y eso nos permite conocer particularidades, como que los proyectos de eficiencia energética recuperan la inversión en cuatro meses acá. O que hay proyectos de sustitución de importaciones que pueden bajar el costo a la décima parte”, dijo Agüero. Y concluyó: “En la última convocatoria se presentaron 350 proyectos, los pudimos evaluar en un mes y adjudicarlos en tres meses. Entre las empresas se va dando un efecto de imitación ya que se ven los resultados concretos con resultados tangibles alrededor de los cuales se da la discusión sobre las capacidades científico-tecnológicas. Cuando a eso se le agrega un resultado económico se van sumando más empresas”.

Matías Alonso

Un hospital patagónico, y una investigación que identifica un gen que mejora la recuperación tras un ACV

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Profesionales de la Unidad de Conocimiento Traslacional Hospitalaria Patagónica (UCTHP-CONICET), con sede en el Hospital SAMIC de El Calafate, participaron en un estudio internacional que identificó una variante genética asociada a una mejor recuperación en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV).

La investigación fue publicada recientemente en la revista especializada Stroke, perteneciente a la American Heart Association, y analizó cerca de 800 casos clínicos de pacientes atendidos en hospitales de España entre los años 2000 y 2018.

El estudio permitió detectar variantes poco frecuentes del gen VNN2, que parecen tener un rol significativo en la regulación de la inflamación tras un ACV. La función principal de este gen es codificar una proteína que interviene en el movimiento de los neutrófilos, células del sistema inmune, y en procesos asociados al estrés oxidativo. Las variantes halladas podrían modificar la estructura o estabilidad de esa proteína, reduciendo la inflamación cerebral y favoreciendo una recuperación más rápida.

El aporte clave desde El Calafate

El Dr. Carlos David Bruque (foto), investigador en genética molecular humana, director de la UCTHP-CONICET, explicó en una entrevista con FM Dimensión que el equipo local tuvo un rol central en la identificación del gen clave: “Nosotros somos expertos en analizar y procesar los datos con las estructuras de las proteínas. Evaluamos las distintas variantes en los genes, vimos por modelos matemáticos e informáticos cómo afectaban a las proteínas y dijimos: este es el responsable”.

En base a esos análisis, el equipo de El Calafate logró seleccionar entre varios genes candidatos a VNN2 como el gen asociado a la mejor evolución clínica tras un ACV. “Este descubrimiento abre una ventana enorme para tratamientos, diagnóstico y desarrollo de nuevos fármacos”, agregó Bruque.

Además del investigador principal, participaron también los profesionales Sofía De la Fuente y Martín Cifuentes, quienes colaboraron con el análisis de variantes y continuan trabajando en nuevos proyectos relacionados a la genética de enfermedades neurológicas.

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ACV: una de las principales causas de discapacidad y muerte

El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina se producen entre 100.000 y 126.000 casos por año, de los cuales cerca del 75% corresponde a ACV isquémico, es decir, causado por una obstrucción en las arterias del cerebro.

De los pacientes que sobreviven, una proporción importante sufre secuelas permanentes que afectan su calidad de vida. La identificación de factores genéticos que influyen en la recuperación puede ser un paso decisivo para diseñar tratamientos personalizados y mejorar los resultados clínicos.

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Una unidad científica en El Calafate

La Unidad de Conocimiento Traslacional Patagónica Hospitalaria (UCTHP-CONICET) funciona en el Hospital SAMIC de El Calafate y forma parte del Plan Nacional de Investigación Traslacional en Salud. Se especializa en investigación traslacional y diagnóstico en virología e inmunología, oncología molecular, genética molecular humana y salud pública.

Su objetivo es generar conocimiento científico que tenga impacto directo en la salud de la comunidad, contribuyendo a una medicina basada en evidencia y orientada al bienestar regional.

“Desde El Calafate, estamos en la punta del conocimiento, desarrollando ciencia de calidad y aportando desde la Patagonia a investigaciones que pueden cambiar la vida de millones de personas”, concluyó el Dr. Bruque.

Guillermo Pérez Luque

Una central nuclear inexistente quiere matar al CAREM

Mientras China avanza en la puesta a punto de su reactor modular Linglong-1, Rusia pone sus fichas en los modelos naval y terrestre del RITM-200. Estos dos países estarían en condiciones de dominar un 40% del mercado de los SMR de aquí a 25 años, según un informe del New Nuclear Watch Institute (NNWI).

Poco a poco, los prototipos de SMR –sigla en inglés de small modular reactors– se convierten en modelos comerciales y van apareciendo los primeros clientes interesados en su adquisición. Dos países se perfilan como los más avanzados en la cadena de suministro de estos nuevos reactores: China y Rusia.

Un cambio en las reglas de juego de la industria nuclear

Los SMR son verdaderos “game changers”, es decir, su irrupción está en condiciones de modificar las reglas de juego del sector. Así lo señaló el titular de la Agencia de Energía Nuclear (NEA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), William D. Magwood, quien explicó que este tipo de reactores “demandará menos terreno para su instalación, tendrá una menor huella ambiental y consumirá menos agua, un factor clave para muchos países”.

El SMR chino, emplazado enEl SMR chino, emplazado en la provincia de Hainan, contará con una potencia instalada de 125 megavatios

Su formato modular implica el ensamblaje de los componentes en la fábrica y su posterior traslado al lugar donde se instalen estas nuevas centrales. De esa manera, se deberían bajar los tiempos y costos de construcción. Además, con la electricidad generada por el primer módulo se podría financiar la construcción de otros idénticos, en centrales multimódulo.

China y Rusia pican en punta con sus primeros SMR

En abril pasado, la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) comunicó la puesta en marcha de la primera de las cuatro bombas principales del SMR ACP100, también conocido como “Linglong-1”. Se trata de un reactor de agua a presión, con una potencia instalada de 125 megavatios en el condado de Changjiang, provincia insular de Hainan, al sudeste del país.

La versión terrestre del pequeñoLa versión terrestre del pequeño reactor modular ruso RITM-200 tendrá una potencia de 190 megavatios y se instalará en la península de Yakutia, en Siberia

En su Plan Quinquenal 2021-2025, China se fijó poner en línea este primer SMR en 2017, y lo va a lograr. Además de la electricidad, señala la CNNC, el Linglong puede desalinizar agua de mar y suministrar vapor industrial.

El New Nuclear Watch Institute (NNWI) cree que el Linglong copará alrededor del 15 % del mercado global de los SMR  hacia el año 2050. Su gran potenciador comercial, cree el NNWI será la famosa Belt and Road Initiative, popularmente conocida como “Nueva Ruta de la Seda”, menos metafóricamente, financiación baratísima a los países que se sumen en todo el planeta. Se vislumbra un mundo chino con electricidad china.

El reactor RITM-200, con unaLa central «mini» Afrikantov RITM-200, de 175 megavatios, que dará potencia electromotriz a la nueva generación de rompehielos rusos

Mientras tanto, Rusia cuenta desde fines de 2019 con su primera central nuclear flotante, atracada por ahora en el puerto de Pevek, en el mar de Siberia Oriental. Esta gigantesca balsa autopropulsad, nombrada Akademik Lonosomov , carga con dos reactores modulares KLT-40, de 35 megavatios cada uno.

Afrikantov OKBM es una subsidiaria de Rosatom, conglomerado ruso de más de 200 empresas nuclares. Además de dar electricidad al distrito de Chukotka y calefacción a la ciudad de Pevek, estas dos centralitas son la piedra basal del “corredor transártico” o “Ruta Marítima del Norte”, que va del Pacífico al Atlántico por aguas que hace 30 años eran puro hielo 365 días por año.

Ese tramo gigantesco bloqueado por hielo desde hace 125 millones de años, hoy es mar azul y navegable durante la primavera, el verano y el otoño polar. Como alternativa a los canales de Suez Panamá, acorta los viajes a y desde el Mar de la China en 4500 y 5500 km. y elimina unos 14 días de anclaje en las áreas de espera.

Es curioso: desde el siglo XVIII los exploradores navales de Inglaterra y Estados Unidos estuvieron buscando el mítico Pasaje del Norte, y decenas dejaron la vida en esta empresa. Y al final, se formó solo y en 30 años por el recalentamiento planetario. Esa cosa que para los presidentes Milei y Trump no existe.

Rosatom también avanza con el RITM-200, otra centralita portátil de uranio enriquecido moderada y enfriada por agua. Tiene una potencia de 175 megavatios, como algunos de los portaaviones yanquis clase Nimitz. El RITM 200 dará propulsión y electricidad para navegación, hotelería, sensores y armamento de la nueva generación de rompehielos nucleares, un activo notablemente ausente en las flotas de guardacostas polares del Occidente.

Ya hay RITM 200 en versión terrestre en la península de Yakutia, con 190 megavatios eléctricos.Y se construyen seis unidades «mini» de 55 MWe cada una, a exportarse a Uzbekistán. Entre las 6 centralitas irán formando el complejo nuclear de Jizzakh, con un total agregado de 330 MWe. Habida cuenta de que la capacidad instala firme de ese país desértico y de clima brutal es de 17.111 MW, las razones y proporciones son las de la inauguración de Atucha 1, en 1974, en un país electrificado a petróleo.

Hacia 2050, las centrales SMR rusas podrían capturar el 18 % del mercado núcleoelétrico global.

A Estados Unidos le encantaría no perder el tren, pero ya se va…

Hasta ahora, el único modelo de SMR certificado por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, en mayo de este año, es el desarrollado por la NuScale Power Corporation. Es un reactor de agua presurizada de 4 y de 6 módulos relativamente independientes, cada uno con 77MWe, y el complejo en un solo edificio de contención inundado y enterrado. Eso es carísimo, pero las grandes obras públicas en EEUU nunca están exentas de ser atropelladas por un avión de línea. O dos.

La moderación y refrigeración de cada módulo del NuScale es de agua común, y circula únicamente por convección. Se parece un poco al modelo de demostración tecnológica de nuestro CAREM 32, que no tiene bombeo activo. Si no fuera por el respeto que tenemos por quienes nos copian la idea y se afanan la patente, incluso diríamos que el NuScale es copiado.

Pero no está mal como idea, como que desde 1984 fue nuestra, aunque en la dura realidad el demostrador tecnológico del NuScale no existe, eso a 14 años de fundada la empresa, que absorbió U$ 10 000 millones de plata federal a fondo perdido, y U$ 5 000 millones de inversores privados que querrían al menos recuperar el capital.

Forget the whole thing, como dicen en Idaho. Ni siquiera se cavaron los cimientos. NuScale apunta, como aliado principal, al mercado de los denominados “hiperescaladores”, que en castellano serían los gigantescos centros de datos de las empresas tecnológicas. Cada uno consume más electricidad en refrigeración que una ciudad grande. Producen criptomedas, inteligencia artificial y calor, en ese orden. ¿Quién puede vivir sin eso?

Otro actor estadounidense relevante es X-energy, con su modelo X-e 100, refrigerado por gas de alta temperatura, como las centrales inglesas y francesas anteriores a los años ’70. El diseño base apunta de 80 MWe instalados en cada módulo, y planta total de 4 módulos. En octubre de 2024, Amazon Web Services invirtió 500 millones de dólares en el X-energy para llegar a un complejo tetramodular en el frío, seco y desolado estado de Washington. Hay otro convenio de X-energy con la petroquímica Dow para que la Comisión Reguladora Nuclear dé luz verde para una planta X-energy en Seadrift (Texas).

Por ahora, todo papeles y power-points. NuScale llegó a tener 11 memorandos de intención de países europeos, por lo que valen. No mucho, porque NuScale quebró sin haber llegado a una excavación en Idaho, en un terreno donado por el gobierno federal. Éste es un Cadillac que no arranca ni con una batería de camión.

Un poco más retrasados entre los numerosos desarrolladores de SMR, se encuentran la joint venture Hitachi GE Vernova, con su proyecto BWRX-300, que ya cuenta con un proyecto aprobado que se construirá en la provincia de Ontario (Canadá); Rolls-Royce, que acaba de recibir el espaldarazo del gobierno británico al ganar la licitación para la construcción de los primeros SMR en el Reino Unido; y la francesa EDF, a través de su subsidiaria Nuward, con su reactor modular impulsado por Emmanuel Macron dentro del programa “France 2030”.

Mariano Roca

Opinión de AgendAR:

Es encantador que Mariano Roca e INFOBAE no se acuerden del CAREM aunque lo tienen ante la nariz, una obra con un 85% de grado de avance. Pero en cambio menciona puntillosamente de cuatro propuestas yanquis que son memorandos de intención, papelitos firmados, y de obra física… olvídate cariño.

Costó y sigue costando mucho esfuerzo argentino el sacar esta centralita del limbo. Técnicamente pasar de reactores (INVAP es la primera proveedora mundial) centrales nucleoeléctricas es de suyo enfrentar otras dificultades nuevas, mayormente de diseño y ciencia de materiales. Pero blanco sobre negro, si el CAREM no está en línea y diciéndole «cucú, aquí estoy» a INFOBAE, es porque desde 1988 sobrevivió a tres intentos de asesinato político y hoy está cursando un cuarto.

En 1984 el CAREM fue la primera propuesta de SMR en el mundo, casi una curiosidad académica. Pero los turcos le vieron méritos. En 1988 el embajador Adolfo «Chinchín» Saracho estuvo a un tris de exportarlo a Turquía como proyecto binacional, y armó una joint-venture de INVAP, dueña de la tecnología, con la Comisión de Energía Atómica Turca (TAEK). El canciller argentino Dante Caputo dejó hacer.

La idea turca, aprobada por los 4 partidos políticos grandes y por los militares y los servicios secretos (el quinto y sexto partidos) era producirlo en masa en dos fábricas, una en Argentina y otra en la meseta de Anatolia, y exportarlo a unos 30 países de África, Medio Oriente y Asia, todos clientes industriales de Turquía. Para el tamaño de la industria turca y la demanda de sus entonces 65 millones de habitantes, el CAREM era demasiado chico. Pero hace algunos miles de años que los turcos son unos tremendos vendedores.

ENTONCES A ALGUNO SE LE ATRAVESÓ LA COMIDA

Aquel año de Nuestro Señor, 1998, aquella Argentina todavía chúcara, tecnológica, respondona, ortiva, sabatiana y con ínfulas de independiente, llevaba cuatro años dueña del primer SMR del mundo. No era un gran logro; habían sido cuatro años con esta centralita a punto de construirse. Con las centrales de los países nucleares entre los 900 y los 1400 MW, la idea de un SMR parecía una pavada.

Los turcos vieron los planos que les trajo el nuevo embajador, Adolfo «Chinchín» Saracho y entendieron al toque que aquella era una máquina para primerizos, países sin centrales nucleares con minas en sitios remotos y desconectados (Australia, Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia), o sin agua potable (la península de Arabia, Egipto, los estados del Magreb, los de Asia Central) y las repúblicas archipiélago como Indonesia.

Ante los ojos astutos de la élite de Ánkara, los Argies éramos exportadores nucleares prestigiosos. la única chica linda y sin novio del barrio atómico. Los turcos no se iban a perder semejante oportunidad. Ignoraban nuestra tradición de no perdernos jamás la oportunidad de perdernos la oportunidad.

De paso habíamos estado en guerra con la OTAN, a la que los turcos pertenecen y odian visceralmente, veníamos de golear a mansalva a Inglaterra en 1986, y a un argento en auto le preguntaban si era amigo de Maradona hasta en las estaciones de servicio de los caminos más vacíos del Cáucaso. Aunque uno dijera que no, le obsequiaban «chai» (té) mientras cargaba nafta, y lo despedían como a un pariente querido al que acaban de conocer y que se va para nunca más volver.

No había muchos turcos sin parientes vivos en Argentina. Y no les es importaba mucho que el gobierno de Alfonsín estuviera en llamas por hiperinflación, deudas impagables y apagones nacionales. Les caíamos bien.

Pero del lado turco vi en persona cómo en el Parlamento los 4 partidos (impulsados por los milicos y los servicios, poderes ocultos pero enormes) levantaban, unánimes, la mano, para votar U$ 189 millones de partida inicial para un demostrador, a condición de que Argentina hiciera otro tanto. Yo, incrédulo, pero sucedió, yo lo vi. Aquí no salió en ningún diario.

En dólares actualizados a 2024, serían U$ 510 millones. Con U$ 200 millones, hoy se terminaría el CAREM.

Aquella noche histórica de 1998, Chinchín y quien escribe ya teníamos dos botellas de Chankaia entre pecho y espalda. Es el mejor blanco turco, seco, aromático y muy parecido al tokai moldavo, le sugerí a Chinchín en el comedor de modesta Embajada Argentina la importación (sin aranceles de diputados y senadores turcos fuera de la neblina. El éxito aparente y el tokai liberan el ello.

Chinchín no compartía mi sbornia triunfal. Bebía en cantidades navegables, te obligaba a seguirle el tranco y jamás se ponía en pedo. Por algo lo llamaban Chinchín. En contraste, tras el espaldarazo unánima al CAREM de aquella mañana, yo estaba como poseído por los dioses. Pero a mi superyo residual no se le ocurría cómo lograr aquel «swap» de legisladores sin que el ciego y tambaleante gobierno argentino se diera cuenta.

Chinchín, con más kilometraje de cancillería y escepticismo, quería indeciblemente a la Argentina, mucho al alfonsinismo, y no tanto a sus colegas (salvo por el vicecanciller Jorgito Sabato). Sabía con que bueyes araba.

Pasados 5 años, a comienzos de 1993, y con Chinchín rajado de un codazo de aquella embajada por Guido Di Tella, el presidente Carlos Menem, aconsejado por LA EMBAJADA y por su famosa sed de sumisión y/o rapiña, había volado a la insumisa INVAP del ring. Gracias a ello, obligaba a la CNEA al incumplimiento riguroso de todos los términos acordados con Turquía en cronogramas de inversión y obras.

La TAEK seguía esperando, con impaciencia creciente, en un banquito, a ver si el gobierno argentino salía del coma cuatro. En marzo, vía su rábula atómicor, Menem lo hizo. Le pidió al azorado presidente de la TAEK «un regalo para para la corona» del 30% del costo del primer demostrador tecnológico construido. En valor actualizado a 2024, eran U$ 300 millones para las insondables arcas riojanas. Eso, por destrabar el negocio binacional, péro sin que la Argentina iniciara obra alguna en su territorio, o pusiera un gomán.

La coima entre coronas se inventó en las primeras ciudades-estado en la meseta de Anatolia, hace ya 7000 años, y para evitar guerras. Pero a la TAEK le cayó la ficha de tanto boludeo, se fue con un portazo y no volvió nunca más. Le compró centrales nucleares de 1000 megavatios a la URSS se dedicó al negocio turco, que son los negocios.

Le salen bien: hoy en Ánkara escaló al puesto 12 entre los PBI mundiales. Sus ya 85 millones de habitantes exportan desde bienes industriales de capital, a automóviles, textiles, aviones, drones y armas. Ése país empieza a ser LA subpotencia de Asia Central, más aún que Irán y Arabia Saudita, que sólo exportan crudo. Ya no sos mi Margarita, ahora te llaman Margot, o «Turkye».

No es que EEUU, con sus 94 vetustas centrales, tuviera alguna oferta núcleoeléctrica competitiva. Todavía hoy, 26 años más tarde, no la tiene. Y no me venga con el NuScale y sus 11 memorandos de intención firmados con otros tantos países, don Mariano Roca, que esa empresa chupó U$ 14.000 millones de guita federal y privada.

Compare con los U$ 700 millones que lleva gastados el CAREM, 20 veces menos, y ya casi existe bastante, para mal de incontables aprendices.

Cuando NuScale quebró, en 2021, dejó colgados de la palmera a 5 estados del árido Midwest, a dos universidades, a los National Labs, al Tesoro (el Department of Energy), y a una aullante y apaleada jauría de accionistras privados: la megaempresa de ingenierá FLUOR y 70 otras asociadas.

Conociendo a los EEUU, qué fiesta de bogas debe ser aquella. Y todo ello sin haber siquiera cavado cimientos en el Idaho National Lab. El NuScale es inmaterial, todo papelitos firmados, compromisos incumplidos, folletos, bambolla de prensa, viajes, fotos, márketing y algunos power-point.

No es original, lo mismo se dice de todos los demás SMR occidentales que Ud. tan bien detalla. Toneladas de humo.

Aquí, miles de toneladas de hormigon de alta densidad, de fierros finolis y decenas de miles de horas/hombre de montaje. Vaya, colega, toque el timbre y fíjese. Son 103 km. de las oficinas de Infobae.

En plan de buen periodismo, el sitio donde debería estar (y sigue faltando) el Idaho Nat Lab dista 10.700 km de su computadora, línea recta, sin aeropuertos de trasbordo. Por ahí, algúno le paga el viaje. Pregunte por Pepe.

SEGUNDO ASESINATO DEL CAREM: UN PETROLERO, AHÍ

Para abrir el paraguas ante boicots petrodiplomáticos internos y externos, la CNEA e INVAP lograron sacar dos leyes en el Parlamento, la N° 24.156, y la Nº 25.160. Mandaban construir y financiar la primera unidad de este SMR criollo. En Occidente ya se había puesto re-de moda hablar y hablar (y seguir hablando, y continúa) de las centrales chicas y modulares, pero sin jamás construir ninguna.

En 1999, annum horribilis para la Argentina, nuestro país siin embargo se desmarcó del blablabla general. Entre una y otra ley, se habilitó un crédito público de hasta 7 años por 132.000.000 de pesos para fondear un fideicomiso intocable. Así se hicieron todas las obras nucleares argentinas.

Con este fideicomiso, la CNEA debía construir el CAREM en versión «stand alone», llamado obstinadamente 25, aunque los modelos computados indicaban que tendrá 32 MWe. INVAP sería el «project manager». Sitio previsto: el complejo nuclear de las Atuchas 1 y 2, habilitado por la ARN.

Todo resuelto y empaquetado con un moñito, como decían los expertos de Racing Club aquel 2001, dándole besitos a La Copa. Los enormes programas atómcos de Japón primero, y de Corea después, se arrimaron para ver si se asociaban, como quien huele asado y toca timbre. A lo cual la CNEA de Dan Beninson y Aldo Ferre se negó: las sociedades entre el elefante y lo hormiga son dolorosas. Para la hormiga.

Sensu stricto, arrancando obra en 2000 y con los manojos de combustible y varios sistemas cruciales resuelto y diseñados, testeados físicamente y licenciados por la ARN, este demostrados tecnológico en teoría debería haber estado listo en 2007.

Lo cual es una pavada de legisladores3. Como primera central 100% nacional, se sabía que habría atrasos por causas técnicas con las piezas más innovadoras del SSS (Sistema de Provisión de Vapor). Son el recipiente de vapor, pieza blindada y unitaria de acero forjado de 11 metros de alto y 200 toneladas de peso. o alto y 20 o 30 cm. de espesor de pared. También dió trabajo, sangre, sudor y lágrimas testear eL el prototipo delos 12 generadores de vapor. Están llenos de helicoides de superaleaciones, como los de la última generaciónn de submarinos rusos. Muerto Pescarmona, sólo CONUAR puede producirlos.

Buena parte del SSS sigue en el «Debe». Máxime hoy, cuado la estatal mendocina de forja Pescarmona existente desde 1907 y con 8000 empleados en todo el mundo, 3500 en Mendoza, quebró en tiempos de Alberto «Mano de Piedra» Fernández, por haberse rajado de su métier (las turbinas hidráulicas) y materse a venderle molinos eólicos falopa a Brasil. Se rompían de mirarlos fijo, estaban afanados por ingeniería inversa de los alemanes Wobben, y los brasucas mataron a juicios por electricidad no generada a don Enrique P, dueño de la empresa familiar más gigantesca y glorios de la historia ingenieril argentina. Enercon, dueña de la patente de Wobben, terminó la masacre.

Alberto, esa dínamo, nacionalizó el cadáver y le embutió a IMPSA un directorio de amigos del Banco Nación, con tanto entusiamo por cumplir con la terminación del recipíente de presión del CAREM como el de Drácula por la leche fría. Toto Caputo, paladín serial de la endeudata y fuga, le vendió el tomuer a la yanqui ARG, nacida en 2001 biodiesel para fabricar biodiésel y ver qué se puede caranchear en Argieland. Con amigos como el Toto y el goberna Cornejo, esta firma se compró IMPSA por un vuelto (U$ 27 palos), y hoy muestra tanta vocación por las grandes piezas nucleaares como el difunto Diego Maradona por la filatelia.

Nada de estos fierros se compra por Mercado Libre.

La que hace años está en el «Haber», importado de China, modificado, probado y a espera de uso, es el robot de recambio de combustiles. Quizás premonitoriamente, la marca es KUKA. No es chiste, porque para salir de planos y entrar en hormigón, aceros especiales y superaleaciones de zirconcio y níquel. sin los Kirchner no habría pasado naranja. Eso, le guste a quien le guste.

El único componente grande importado sería la turbiana de vapor. Todo lo demás sería casi inevitablemente criollo porque no había ningún bicho parecido al CAREM en el mundo, y los componentes había que fabricarlos aquí.

Con 2 centrales mucho mayores y bastante difíciles, Atucha 1 y Embalse, construídas con un 51% y un 80% de participación naconal, todo lo demás estaba a tiro de las capacidades de CNEA e INVAP. La cadena de suministros industriales y de montaje ya estaba apalabrada, con más de un centenar de firmas argentinas, desde las gigantescas como TECHINT o Pérez Companc a las PyMES calificadas por la CNEA. Restando y sumando, lo esperable en términos realistas era tener un par, acaso 3 tropiezos de cronograma, terminar el montaje en 2009, para poner el CAREM en marcha y entrar en línea en 2010.

Ponele 2011 porque las zancadillas de los enojados que habríamos dejado corriendo atrás, en la polvareda, son unos turros con una capacidad de fuego considerable. La más devastadora son los cañonazos de 1 a 10 millones de dólares en cuentas de exterior de las auatoridades competentes e incompetentes, y la construcción se detiene como por arte de magia. «No hay plata». ¿Te suena?

En 2011, y esto es contrafáctico, aquella pequeña centralita argentina frente al Paraná de Las Palmas podría haber mostrado (o no) su resistencia para seguir la curva de carga, más bien la montaña rusa de frecuencias, de nuestro endeble y caótico Sistema Argentino de Conexión.

Para mal o para bien, el demostrador del CAREM habría primereado a todo ese patio de chatarra nuclear en que devino Occidente, además de la gente seria (China, Rusia y Corea) en el nicho de los SMR. Habrían concurrido bastantes empresas nucleares «pa’ ver», y no era imposible que pintaran las primeras propuestas de «joint venture» para pasar a mayores. Por eso el CAREM construído al 85% no es un prototipo, es un DEMOSTRADOR, mitad testeo de sistemas en situación «real life», y mitad vidriera para mostrar la novia y atraer galanes.

Pasar a mayores significa llegar con 2 o cuatro módulos a potencias mayores que la de Atucha. un prototipo de 400 o 500 MWe, Hay para elegir: uno de 2 módulos y otro de 4. El primero es la versión «de flujo bombeado» de 100 MWe «, no es la oficial e histórica, y no cuenta aún con ningún licenciamiento de la Autoridad Regulatoria Nuclear.

El segundo CAREM posible es el histórico y oficial desde 1987, con 4 módulos de 125 MWe por unidad y con todas de flujo 100% convectivo, es decir pasivo, es decir con enfriamiento inevitable del núcleo. La idea la sigo creyendo buena, pero el tiempo y la práctica dirán. Como sea, si empezás antes el CAREM oficial o el otro, terminás antes, o antes te privatizan NA-SA para que no se pueda construir un pomo.

Con Demián Reidel como mandarín de la CNEA y de NA-SA, eso se viene.

Pero me estoy adelantando en off-side. El encargado de estropear el negocio en 2001 fue un petrolero radical, Jorge Lapeña. Quizás los jovencitos como yo lo recuerdan: fue el arquitecto del monumental año de apagones (1997-1998) que barrió con el gobierno de Alfonsín.

Con este currículum, Lapeña volatilizó el presupuesto (en pesos) alocado para el CAREM en tres sucesivos estudios de pre-factibilidad, todos inútiles, porque todos concluyeron sucesivamente en que Argentina podía vender el CAREM con razonable éxito en 30 países, incluso en instalación «stand alone», en lugar de a 4 módulos amontonados en un complejo núcleoeléctrico. Era más o menos lo mismo que habían estimado en 1998 2 años antes Chichín Saracho, INVAP y la TAEK.

La CNEA, con Aldo Ferrer y Dan Beninson, ya había hecho antonces sus estudios de factibilidad, que el Parlamento (el argentino, insólito) tomó por buenos. No se necesitaban 3 estudios más, pero don Jorge los pagó gustoso. Es que tiene una consultora en energía, y no le gusta que las consultoras . La pisada de pelota de Lapeña fue ilegal y deliberada. La ley MANDABA empezar la construcción.

Eran los tiempos de la inolvidable hiperinflación que terminó con De la Rúa en un helicóptero rumbo al olvido, y 40 muertos en Plaza de Mayo, entre ellos una nena de 13 años, asesinada porque acompañó a su abuelo a reclamar que el ministro Cavallo le devolviera los ahorros de toda una vida, confiscados por los bancos. Decenas de personas perdieron algún ojo, porque la orden para los escopeteros era tirar con las balas de goma a la cara..

Lapeña se terminó de fumar en masturbaciones de consultoría el presupuesto votado para el primer SMR del mundo, hasta que perdió todo su valor. Cumplida la tarea, se volvió a su casa. Intocable como una vaca, pero vaca caníbal, en un mercado hindú.

Usó un auto oficial. No le hizo falta helicóptero. Qué buena la «áurea mediócritas» que apasionaba al poeta latino Horacio. Ser un particular cualquiera, de bajo perfil, con ya dos estafas consecutivas al estado, y que la multitud no te reconozca y no te queme el auto, o con tu auto. Pero era de la CNEA, Lapeña sabia ahorrar.

Y así CAREM volvió a morir por segunda vez.

¡Y SE VA LA TERCERA!

El gobierno de los Kirchner había perdido sus 3 primeros años en redescubrir el átomo (un griego, filósofo filoso llamado Demócrito, se les adelantó 2500 por años). Pero finalmente este matrimonio, criado 15 años entre petróleos en la lejana Santa Cruz. hocicó ante la pertinacia educativa da la Dra. Norma Boero, nueva presidenta de la CNEA. Cristina viajó a Sydney, Australia, a inagurar el reactor OPAL de INVAP, del que la semana anterior la bella morocha no tenía idea.

Norma se le abrochó en el asiento de al lado, y le explicó la diferencia entre reactores (no producen electricidad) y centrales (sólo producen electricidad). Curiosa, por inteligente, por neófita y por mujer, CFK quiso saber qué diablos iba a producir entonces el OPAL. Radioisótopos médicos fundamentalmente, contestó Normita. Así se hacía lamar por toda la CNEA, desde el vicepresidete Bisauta hasta los numerosos porteros y bedeles.

¿Muchos radioisótopos? Sí, como para abastecer toda la medicina nuclear australiana, la de los países del Mar de la China del sur, incluida la gigantesca Indonesia y las Filipinas, y tal vez sobrara para los EEUU y Canadá, que habían cerrado sus reactores por viejos y por inseguros. ¿Y por qué no les ?endemos uno o dos? Porque es el mejor del mundo, dijo Normita, la de Barracas. No entiendo, qué mejor que comprar uno posta, como el de ¿se dice así, INVAP? Porque están por eso. Están re-calientes, no tienen nada ni remotamente parecido, nos odian, los acabamos de echar del nicho de los reactores. ¿Y cómo fue eso. Normita? Bueno, tras muchas dudas de Australia porque en 2000 la Argentina estaba a punto de desaparecer, INVAP logró anotarse medio «de prepo» para que la licitación pareciera bien limpia ante los medios y la población australiana, to?os antinuclares, casi todos en Greenpeace. Hubo diez países anotados, todos grandes potencias con decenas de centrales nuclares gigantescas, de 1000 a 1600 MWe, sí, ésas que sólo producen electricidad. Son animales eormes y complejas. Los que saben diseñar centrales, los reactorcitos como este OPAL de 20 MW térmicos les deberían salir de taquito. ¿Y entonces? El nuestro fue mejor. Pero por kilómetros. ¿Y ahora cómo le explicamos a una población con fobia por lo atómico que INVAP galnó por derecha. La imagen-país argentina nunca fue peor. De la Rúa escapándose en un helicóptero porque si abandonaba la Rosada, los ahorristas currados destruían el auto presidencial, el país acéfalo y hundido en saqueos de supermercados… en el mundito nuclear internacioal todos se conocen por el nombre de pila. ¿Y cómo lo llaman al gerente general de ¿era INVAP? Parece un nombre como de avión… este Héctor Otheguy. Sí ése que está ahí detrás, el chiquito flaco con cara de San Martín viejo, ése que no para de reírse, decir pavadas y moverse. Es un pan de Dios, de bueno, pero más divertido que el diablo. Hiperkinético, dicen en INVAP. ¿Vió ésa gente que hace diez cosas a la vez porque si hace una, y después otra, y después ¡se va la tercera!? ¿Sino se embola, no Normita?

Normita se ruboriza un poco. En la CNEA circulan las palabrotas como el café del bouffet, lo que no significa que a su presidenta le gusten. Suspira. Retoma Cristina, que también estuvo barruntando algo.

TDA, le dicen, Trastorno de Déficit de Atención. Sí, Nestor es igual.No les falta atención, los psiquiatras ponen nombres raros a cosas comunes, y no pegan unas con otros. Mirá. Normita, uno de estos días a mi marido lo perdemos de un bobazo.

Cristina se arriepiente de inmediato de haberse ido de boca. Normita entiende sin necesidad de palabras.

¿No me diga?, dice bajando lavoz. Mire, yo voy a rezar por él, ¿me deja? Soy muy creyente. Le debemos un montón de cosas. No apruebo todo lo que hace ni entiendo todo lo que dice. Pero blanco sobre negro, el Néstor logró que Argentina, que se iba al bombo, siga existiendo, a los nucleares viene sacándonos despacito del pozo. Miré que nos caímos al pozo en 1982 y ahí seguimos. Y el rezo, sobre todo si es para uno que Dios necesita que siga aquí abajo, a veces me funciona bien. Ya ayudé a un familiar y dos amigas. Ud. perdón, vos, no me vas a creer… pero creer ayuda.

Claaro que sí, piensa Cristina, pero no dice nada mientras digiere todo lo dicho y escuchado.

Normita, lo que te conté aquí se queda aquí. Lo de Néstor no lo sabe ni el gabinete. Claro, claro, por supúesto, presidenta. No lo sabe ni Otheguy, supongo, Normita. Que quede así. No le voy a decir nada. Si Cacho lo supiera se corta las venas. Desde 2003 se lo ve renovado. Antes también era gracioso, pero ahora es menos mordaz, se rié en serio. ¿No es Otheguuuiii, Normita? Sí, se escribe así. pero se pronucia Otegui, cosa de vascos. Siempre hacen lo que se las da la gana. Y no,. nos es viejo, tendrá 48 años.

Es re-buen mozo, comenta Cristina tras pensarlo unos segundos. ¿Son todos así en INVAP? No, presidenta, se ríe Normita, son más bien unos bagartos avejentados. Viven estresados, no paran nunca hasta que los para un infarto. Vas a ver que en 2015 todavia lo tenemos incordiando aquí Normita. Dios la escuche, presidenta, Cacho siempre tiene las coronarias taponadas, le hacen un by-pass, se la taponan dos más, le ponen un stent, al año y monedas se le bloquea de colesterol en un año. Eso, aunque come como un fakir, pura lechuga, y s le ponen oliva, se para de manos y dice que nada de aceite, viagre nomás.

Que lo tiró, comenta Cristina, por lo bajiini.

Pese a cuatro partidos de tenispor semaa y la lechuga con tomate, se nos volvió vegano. Le falta hacer Pilates con Tamara Di Tella, sonríe la presidenta: le gustan los vasco s joviels. por aquHace mucho tenis porque siempre tiene el corazón taponado, desde chico, por eso está pinturita. Pero el pelo y el bigote se le pusieron blancos desde 1989, cuando estuvieron a punto de cerrar y se salvaron porque echaron a 1200 doctores en química, ingeniería y física nuclear de los 1500.

Cristina piensa, piensa y piensa. Finalmente dice.

Y qué pasó, Normita, si nadie daba un centavo por la calidad de un reactorcito chico hecho en la Argentina. Uno no le compraría un reactor nuclear a Zimbabwe. Creo que nos ganan en inflación, y aunque tienen el mismo presidente desde 1974, viven en guerra civil contra una guerilla maoísta apoyada por los EEUU.

Cristina se queda digiriendo

¿Y para qué nos piden un reactor si están en contra de la energía nuclear? Para no morirse de cánceres y de ataques al corazón y de accidentes cerebrovaculares? Cristina arrugó su entonces ebúrneo ceño. los destruyó en la preclasificación, y luego a dos de los 3 que pasaron a la final, Argetina, Rusia y Corea. ¿Y cuánto les cobramos a los australianos? Casi U$ 300 millones

LA PREHISTORIA DE ESTA HISTORIA

Norma fundó la Gerencia CAREM, el gobierno puso la plata y en 2006 se cavaron los cimiento del CAREM junto a las Atuchas. Se preveía terminar la obra en 2017, aunque se sabía que esta centralita de demostracíon tecnológica de 32 MWe iba a dar trabajo. La tecnología era muy nueva, y el diablo está en los detalles.

Se avanzó en el hormigonado de la obra civil, se empezaron a testear y fabricar los elementos metálicos del SSS (sistema de provisión de vapor de turbina), NA-SA puso mano, firmó arriba de un centenar de contratos con proveedores privados, mayormente metalúrgicos, y la obra dejó por fin de ser un pozo. Creció a una altura desde la cual se veía el puente Zárate-Brazo Largo, el enorme Paraná, sus caravanas interminables de chatas y barcos graneleros.

Se empezaba a vislumbrar un final de obra realista, más o menos en 2023 si el diablo no metía la cola.

Error: no fue el diablo, fue un gato. «Pasaron cosas», como maulló uno. Sí, exactamente, en 2015 sobrevino Macri.

La tercera muerte del CAREM estuvo a cargo de otro petrolero entre 2016 y 2021. Ofició de verdugo el primer Ministro de Energía de la Shell (pero no el último), el Ing. en petróleo Juan José Aranguren.

Mr. Shell redujo a la mitad TODO el presupuesto de TODA la CNEA con TODOS sus proyectos, CAREM a la cabeza, y el presidente Macri lo clavó en ese valor, y en pesos, todo mientras Sturzenegger y el Toto Caputo enterraban al país en recesión, inflación, deuda externa y fuga de capitales.

En 2018 Mr. Shell, contrito, decidió que el país estaba en default. Ajustó el nudo corredizo, pateó el banquito del condenado, y los proyectos nucleares empezaron a colgar, patalear u morirse.

Se fueron parando TODOs con larguísimos chirridos, como un tren que viene a media marcha y clava frenos, aunque la estación terminal está a la vista.

El gobierno de Alberto Fernández mató muchas cosas, entre ellas la voluntad del país en seguir siendo una especie de democracia. Pero no mató el CAREM. Venía fiambre y tieso, le faltaban sólo el cajón, el velorio y la carroza.

Es que al Tío Alberto se le había olvidado expulsar a las direcciones macristas de la CNEA y NA-SA. Nunca en la historia del conflicto humano, tantos le debieron tanta traición a tan pocos.

No obstante, en 2021, cuando la CNEA iba derecho viejo a la huelga general, el Tío Alberto y cierto peronismo residual redescubrieron por tercera vez el átomo. Y se nombró a nucleares sin prontuario en la CNEA y NA-SA, respectivamente a la Dra. Adriana Serquis y a Ing. José Luis Antúnez.

En su año y medio de presidencias, Serquis y Antúnez le enchufaron el cardioversor a NA-SA y la CNEA, así resucitaron de todo, y entre tantas bellas cosas, el CAREM. Serquis puso al frente del proyecto a la Dra. Sol Pedre, (a) «Levántate y anda», el CAREM resucitó un año y medio. Lo suficiente como para que a ambas expertas les cayera la ficha de que la nueva administración estatal de Pescarmona prefería, plácida, rascarse el higo y patinarse en canapés y vinos la plata necesaria para terminar el complejo recipiente de presión de este demostrador tecnológico.

Sol y Adriana se tragaron este canto rodado con muchos vasos de agua, y buscaron proveedor en España. La obra civil, delegada a Antúnez, salió de oxidarse y vegetar a un pique fulminante y CONUAR terminó un generador de testeo de un generador de vapor. Había 400 ingenieros, técnicos y operarios en la obra, trabajando como hormigas.

No se veía nada así en el «site» de las Atuchas desde que, en 2014, Antúnez completó Atucha 2, paralizada por radicales, menemistas aliancistas desde… ¿1983? Apa.

Pero dice el Martín Fierro: «Nunca faltan encontrones/cuando un pobre se divierte».

Fuera del caso del recipiente de presión y del testeo físico del generador de vapor, iba casi todo a todo, bueh, vapor. Pero en 2023 cundió Javier Milei y sobrevino Demián Reidel.

Como Gran Gauleiter Nuclear, o tal vez Zar, Reidel emitió un primer ukase: «el CAREM no sirve», y paró la obra. 400 ñatos a la calle, una gerencia disuelta, y decenas de contratos con proveedores, rotos. Ante la bronca unánime del ámbito nuclear, Reidel dijo que el CAREM no era vendible.

Y no miente, lo que es infrecuente. Los demostradores tecnológicos no son para vender. Sirven para mostrar algo en marcha y ver qué se rompe y qué no, pero conviene rediseñar. Los prototipos se parecen un poco más al artículo terminado, aunque tampoco son el artículo terminado. Eso lo sabe cualquiera, menos un mesadinerista dedicado a bicicletas financieras en Goldman Sachs y luego en JP Morgan.

El ACR-300, además no existe ni en planos, pero lo que es tratar, trata. Tiene una patente pedida por Meitner Energy, empresa de fantasía de Delaware, ese estado donde hay 10 veces más empresas inventadas que habitantes. Y en cuanto a patentes, en EEUU, donde se pueden patentar el malambo, la Luna y el fa sistenido, no se le niega una y un vaso de agua a nadie.

Otra cosa sería licenciar el ACR-300. Eso llevaría, con toda la furia, de 10 a 15 años, salvo que Milei decapite por decreto la Autoridad Regulatoria Nuclear y ponga nulidades y timberos marca cañón, como don Demián. Doppo, por ahora el ACR-300 es un power-point cuya única finalidad es impedir la terminación de nuestro CAREM 32, que al menos es hormigón, fierros, 40 años de ensayo de componentes, decenas de licenciamientos de la ARN y 37 años de intentos de construcción, mayormente saboteados.

El nuestro (no el de Reidel) es el 4to SMR más avanzado del mundo en obra, autorizaciones regulatorias sobre componentes y sistemas, en seguridad operativa, en back-up de proveedores industriales, y en licencia social.

Acto seguido, Reidel decretó que de ahí en más el SMR argentino sería un sueño o pesadilla llamado ACR-300. Tiene el defecto de no existir, el resto seguramente deben ser virtudes.

¿Para qué serviría el ACR-300 de Reidel si existiera, aunque sea un poquito? Para minar criptomonedas y dar potencia a futuros data centers dedicados a hostear las operaciones de inteligencia artificial de Elon Musk, de Google y de Amazon.

Bueno, eso en un país donde faltan 14.000 MW instalados de potencia firme, y donde desde Bahía Blanca hasta Punta Vírgenes, casi no hay agua potable.

La aplicación principal e inmediata del CAREM iba a ser dar potencia para desalinizar agua potable en la Patagonia. La segunda iba a ser generar industrias. electrointensivas y reales (vidrio, acero, aluminio, cemento) en las ciudades puerto de la costa.

En suma, el ACR-300 es la central equivocada propuesta por el badulaque equivocado para fines equivocados en el sitio equivocado. Es lamentable y estúpido (pero inevitable) que el pasquín de La Embajada ponga como ejemplos de SMRs a NuScale de 650 MWe, copiado del CAREM y protagonista de una quiebra de U$ 1.500 millones. Yo habría puesto al CAREM en el lugar que le dio la Agencia Europea de Energía, el cuarto.

Es lógico que Infobae mencione las dos centralitas chinas que van por la puesta en marcha, fundamentalmente el Linglong de 175 MWe, de refrigeración convectiva y por ello bastante parecido al CAREM (no digamos una copia, pero sí un homenaje).

Nos conmueve la amplitud de Roca, cuando considera los Afrikantov RITM rusos, de los cuales un par ya están dando potencia en Siberia Oriental. Son básicamente PWRs «mini», como el del submarino nuclear estadounidense Nautilus, botado en 1957. Los Afrikantov no tienen las vanas pretensiones de seguridad inherente del CAREM, no es casualidad que ya haya 2 operativos en la Santa Madre Rusia.

En todos estos casos, los SMRs citados se fueron abriendo paso, porque todo sabotaje de petroleras o de embajadas hostiles habría merecido cárcel, o al menos una piadosa ejecución pública.

Pero si quiere una radiografía imparcial del CAREM, desde 2015 estuvo 4 años en obra, y 6 con obra parada.

Otro modo de ver las cosas es que lo detuvieron sucesivamente Alfonsín, Menem, De la Rúa, Macri y ahora Milei. Todas en contra. El milagro es que haya llegado a un casi 70% de grado de avance

Ya no es el único SMR del planeta. Pero sin duda, ha recibido las letales atenciones de cinco asesinos seriales nativos, sin contar embajadas.

Hemos inventado el bondi, el dulce de leche, las empanadas, el Mantecol y -esto sí que tiene mérito- los asesinados seriales.

Pero el CAREM siempre resucita. Es obstinado. La muerte le queda chica.

Lo genial es que haya llegado adonde está. Y más genial va a ser barrer con los circunstanciales cipayos y zapallos que envenenan el aire del Programa Nuclear Argentino con su respiración, y terminarlo.

Hay en planes una versión de cuatro módulos con bombas sumergidas. Suman 400 MWe.

Cuando se vayan Milei, Reidel y su circo, terminaremos el demostrador de 32 MWe, y vamos a poner un prototipo de 400 o 500″nega» a dar agua potable y trabajo industrial calificado en la costa patagónica. Y lo exportaremos a quien corno se nos dé la gana y ponga la tarasca.

De las pesadillas como la actual, se sale despertándose, compatriotas.

Daniel E. Arias