jueves, 8 mayo, 2025 - 6:19 am

El gobierno de la provincia de Buenos Aires extiende la campaña de vacunación

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Vamos a Vacunarnos | Gobierno de la Provincia de Buenos Aires

¡Vamos a vacunarnos!

Ahora tenés tiempo hasta el 11 de diciembre para llevar a tu hijo/a a que reciba la dosis extra de la vacuna Triple Viral y contra la Polio. La dosis extra es obligatoria y gratuita, la constancia de su aplicación se solicitará durante el inicio del ciclo lectivo 2023. Te recordamos que se puede hacer en cualquier vacunatorio de la Provincia sin turno ni orden médica. Para consultar el centro más cercano y conocer más información de la campaña, ingresá a: gba.gob.ar/vacunacion/

El CAREM, parte del plan de descarbonización 2050 de la OIEA. «Uno de los proyectos más avanzados»

El reactor nuclear Carem, desarrollado por la Comisión Nacional de Energía Atómica de la Argentina, fue reconocido en el Foro de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) que tuvo lugar en Washington, como uno de los proyectos más avanzados para aumentar la participación de la energía nuclear en la matriz energética global y facilitar que los estados cumplan sus metas de reducción de emisiones de carbono para el 2050.

El CAREM(Central Argentina de Elementos Modulares) es un proyecto cuyo desarrollo comenzó en la década de 80 del siglo pasado, y cuyo prototipo comenzó a construirse durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner en el complejo de Atucha en el partido bonaerense de Zárate. Su diseño es incluido en la actualidad dentro de la categoría conocida en la industria nuclear como «SMR», sigla en inglés de «Reactor Modular Pequeño», un tipo de central de generación eléctrica que se caracteriza por ser más económica y rápida de poner en funcionamiento que las centrales tradicionales, además de incorporar sistemas de seguridad autónomos.
El prototipo del Carem que se construye junto a las centrales Atucha I y II podr generar 32 Megavatios de Elctricos de Energa MWe potencia capaz de abastecer a una poblacin de 120000 habitantes
El prototipo del Carem, que se construye junto a las centrales Atucha I y II, podrá generar 32 Megavatios de Eléctricos de Energía (MWe), potencia capaz de abastecer a una población de 120.000 habitantes. .
La intensificación de las discusiones en los foros internacionales sobre los mecanismos más eficientes para reducir las emisiones de carbono fijó el interés de los principales actores de la industria nuclear en los SMR, que se erigen como una alternativa accesible, especialmente para los países en vías de desarrollo. (Nota de AgendAR: Y también para los desarrollados. Freeman Dyson ya advertía hace 30 años que las grandes centrales nucleares eran una etapa necesaria, pero requerían inversiones demasiado grandes para adaptarse a los constantes cambios tecnológicos. «Son dinosaurios», resumió. La observación era buena especialmente para los EEUU, con centrales tan complicadas y caras que no se terminaban de construir, o entraban en servicio lastradas por sobrecostos originados en años de demoras. Por algo, hace 40 años que los autodenominados americanos no se venden una central ni a sí mismos. Sin embargo, hoy Rusia, Corea, China y la India no parecen tener ese problema con sus máquinas grandes: se terminan en tiempo y forma, como lo hacía en los ’70 y ’80 la firma francesa EDF con las 58 centrales que construyó en Francia. No hay secretos en estos éxitos: en los cuatro países mencionados los diseñadores/constructores son firmas estatales, y la estandarización de modelos y componentes permite que decenas de máquinas sean clones. Si a eso se le suman recursos humanos abundantes y expertos que hace décadas sólo se especializan en construcción nuclear, se entiende por qué Rusia hoy es el mayor exportador mundial de centrales, y por qué hoy hay 15 plantas en construcción simultánea en China y 8 en la India, y cómo ha hecho Corea para construir máquinas gigantes -de 1400 MWe- en 4 años y medio, en lugar de los 6 que necesitan sus competidores asiáticos, o de los 16 años en obra (y más) en que se enriedan los proveedores estadounidenses o de la UE. Continuidad en planes, diseños estandarizados, buenos recursos humanos y cadena de proveedores calificados: ésas son las 4 claves. Así de simple. Por supuesto, es más fácil estandarizar los componentes de SMRs que de centrales gigantes, y aprovechar su tamaño reducido para transportar en barco, tren y/o camión componentes pre-ensamblados desde fábrica hasta los sitios de instalación definitiva de las centrales. Es más rápido y sencillo que montarlas trabajosamente pieza por pieza «in situ». Éste es uno de los aspectos «sexy» de los SMRs. La larga vida operativa de las plantas de potencia contemporáneas, sin importar si chicas, medianas o grandes, supone desde 60 hasta 100 años en línea entregando potencia. Esto  disuelve con elegancia la alta inversión inicial: su vida económica se parece a la de las buenas represas hidroeléctricas. Quedan. Y dan potencia de base, 24×7 casi todo el año. Y la relativa simplicidad de algunos diseños nuevos (el CAREM ni siquiera tiene bombas para hacer circular el agua que refrigera el núcleo), es puro ingenio: baja costos y al mismo tiempo aumenta la seguridad operativa: de enfriar el núcleo se encarga la convección, un fenómeno físico que no falla, aún con la central en apagón. Si la imitación es el mejor homenaje, nuestro CAREM ya tiene 5 homenajes en 3 países. Y dos de ellos, (entre los cuales está NuScale), están en la patria adoptiva del recordado Freeman Dyson. Pero por ahora, esos SMR estadounidenses son reactores de papel o de Power Point. El nuestro -tocamos madera- está nuevamente en obra y avanzando a trancos. Pero no de dinosaurio. Dicho esto, AgendAR se calla la boca y le devuelve la palabra a Julio Mosle, que hizo este muy buen reportaje). Habiendo comenzado su desarrollo hace casi cuatro décadas y con su construcción reactivada en 2020, el Carem está hoy a la vanguardia de su categoría, en una lista conformada por proveedores nucleares con mayor disponibilidad de recursos. La presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, participó del Foro de la OIEA que tuvo lugar a finales de octubre en Washington, en el que entre otras actividades intervino en la conferencia «En Foco: Foro Internacional de la Industria sobre la Cadena de Suministro SMR», una mesa que compartió con el director Ejecutivo de Urenco (Reino Unido); el director del Proyecto Nuwardtm-EDF (Francia), el presidente y director Ejecutivo de NuScale (EEUU) y el exsecretario Adjunto de Energía de Centrus Energy Corporation (EEUU); todos desarrolladores de SMR en el mundo.
Habiendo comenzado su desarrollo hace casi cuatro dcadas y con su construccin reactivada en 2020 el Carem est hoy a la vanguardia de su categora en una lista conformada por proveedores nucleares con mayor disponibilidad de recursos
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De regreso en Argentina, Serquis afirmó que «cuando uno mira el listado de todos los proyectos SMR que hoy están en distintas fases de desarrollo en el mundo se da cuenta que muchos están en fase de diseño, otros en el diseño avanzado, algunos están gestionando licencias, pero los únicos que ya están en construcción son el CAREM, un proyecto de China y un reactor ruso embarcado que fue concebido originalmente para propulsión naval«. La funcionaria detalló que «al día de hoy el Carem presenta un avance mayor al 60 por ciento, hay varios componentes finalizados, tenemos un nuevo cronograma que contempla el tiempo que el proyecto estuvo parado durante la presidencia de Mauricio Macri, y estamos integrando a toda la cadena de valor metalmecánica en el proceso, calificando a pequeñas y medianas empresas argentinas como proveedoras de este proyecto nuclear«. Y destacó que «en foros como el que organizó la OIEA en Washington queda en evidencia que Argentina es un actor relevante dentro de un club muy chico de países capaces de exportar tecnología nuclear; es cierto que el proyecto Carem lleva invertidos 600 millones de dólares, pero en un reactor similar la compañía estadounidense NuScale ya puso 1.500 millones y todavía no está siquiera construyendo, y que además hay empresas del sector y gobiernos que pueden ofrecer líneas de financiamiento a sus potenciales clientes que hoy Argentina no podría equiparar». Desde su perspectiva, lo específico que puede ofrecer Argentina es la formación del recurso humano para el potencial operador y en la transferencia de tecnología. «Varios países que entienden el potencial de los SMR como alternativa para diversificar su matriz energética se acercaron a nosotros durante este foro de la misma manera que ya lo habían hecho otros antes, porque además el Carem es un proyecto que pueden visitar y ver avanzar más allá de los modelos por computadora o las presentaciones digitales», agregó. «Todo el mundo comparte el consenso en que la energía nuclear es parte de la solución para la descarbonización y que sin la energía nuclear no se van a alcanzar las metas propuestas para mitigar el cambio climático», explicó. A modo de ejemplo mencionó que Estados Unidos anunció una ayuda de 40 mil millones de dólares a Polonia para la construcción de reactores- «Hay una demanda global de la que el Carem tiene todo para ser parte clave de la respuesta», completó Serquis. Durante su visita al prototipo del Carem a mediados de octubre pasado, el director de la OIEA, Rafael Grossi, había dicho que «existe una enorme demanda internacional por los reactores pequeños modulares, que implican una inversión inicial menor y que pueden integrarse a una red o instalarse en lugares aislados, se estima que en los próximos años va a haber una inversión de 300 billones de dólares en el sector y todos los días distintos países de África y América Latina expresan un interés muy marcado en proyectos de estas características».
Durante su visita al prototipo del Carem a mediados de octubre pasado el director de la OIEA Rafael Grossi haba dicho a Tlam que existe una enorme demanda internacional por los reactores pequeos modulares que implican una demanda inicial menor y q
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«Tal como sucedió décadas atrás con los reactores convencionales, el mercado internacional se vuelca hacia una máquina que esté probada y funcionando, y en ese sentido Argentina viene trabajando hace décadas. Esto está a las puertas de tener en marcha el Carem y usarlo como base de una versión comercial con enormes posibilidades», consideró. El diplomático señaló que «hay una fuerte competencia global en los últimos años con proyectos de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia, China y algunos otros países. Pero el gran diferencial del proyecto argentino es su grado de avance. Por eso, en la conversación con el presidente Alberto Fernández se enfatizó la necesidad de hacer realidad este proyecto porque va a haber una demanda muy grande que le abre a la Argentina un gran campo de potencialidades». El prototipo del Carem, que se construye junto a las centrales Atucha I y II, podrá generar 32 Megavatios de Eléctricos de Energía (MWe), potencia capaz de abastecer a una población de 120.000 habitantes, aunque su principal objetivo es el de validar el diseño y la ingeniería de los futuros módulos comerciales, cuya potencia estará en el orden de los 120 MWe.

QUBIC, el instrumento que rastreará el comienzo del Universo

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Hoy, 23 de noviembre, se inaugura en Alto Chorrillos, en el corazón de la Puna salteña, el observatorio cosmológico conocido como Proyecto Qubic. En él trabajaron 130 investigadores de Argentina y varios países europeos.

A 5000 metros de altura sobre el nivel del mar, un instrumento de clase mundial está haciendo ciencia de frontera para descubrir pistas comprobables del momento en que todo lo que conocemos empezó a existir. Se trata del QUBIC, un instrumento astronómico novedoso que combina la sensibilidad de detectores bolométricos, enfriados a 273 grados centígrados bajo cero (-273°C) con la precisión de la técnica interferométrica y la posibilidad de espectro-imagen: la medición simultánea del color de cada pixel de la imagen, que permite sustraer modos B no primordiales (ver explicación abajo). En este proyecto participan los científicos del Instituto de Tecnologías en Detección de Astropartículas (ITEDA) –que integran la Comisión Nacional de Energía Atómica, el CONICET y la UNSAM– junto a investigadores de Francia, Italia, Reino Unido e Irlanda. El instrumento se desarrolló originariamente en Francia, Italia, con colaboraciones de Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos, y se lo ensambló, puso en funcionamiento y testeó en laboratorios de nuestra CNEA. QUBIC compite con varios otros proyectos de cosmología observacional que investigan los modos B primordiales: BICEP/KECK, CLASS, SPIDER de Estados Unidos, Ali-CPT de China y el proyecto de satélite japonés (con una importante contribución europea) LiteBIRD (previsto para 2033). Sin embargo, ninguno de estos telescopios pueden compararse con QUBIC en lo que hace a las posibilidades que brinda la interferometría. Si bien el descubrimiento final del modo B tendrá que ser confirmado de forma independiente por varios grupos, la colaboración QUBIC se posiciona en un tema de alto impacto en Cosmología, y en particular a la Argentina.

Tareas realizadas en Argentina

El Proyecto QUBIC es el resultado de una colaboración entre 130 investigadores e ingenieros en Francia, Italia, Argentina, Reino Unido e Irlanda. El instrumento se desarrolló en Francia en APC (París) entre 2008 y 2018 y fue probado en ese mismo laboratorio entre 2019 y 2020. En julio de 2021 llegó a la Argentina (como fue informado en AgendAR). Fue trasladado al Laboratorio de Integración, en la Regional Noroeste de CNEA (especialmente construido para tal fin) en Salta, donde se ensambló, se puso en funcionamiento y testeó a lo largo de un año. Además, en la Argentina se realizaron las siguientes tareas: Diseño y construcción de la montura, del sistema de movimiento de la montura, del laboratorio de criogenia en el Centro Atómico Constituyentes; del sistema de liberación de membranas para los absorbedores de la radiación incidente de los sensores cuánticos criogénicos y del domo. Por otra parte, se procedió a la construcción de la infraestructura que alberga el telescopio en Alto Chorrillos, con la instalación de generadores y tanque de combustible y el diseño y construcción del sistema eléctrico. Estas tareas debieron ser complementadas con otras como la construcción de caminos de acceso y la instalación del albergue, además de llevar energía y comunicaciones al sitio. El instrumento ya está operativo y en condiciones de comenzar a adquirir datos para calibración.

Hacer ciencia de frontera permite desarrollar tecnología de punta

QUBIC intenta abordar esos primeros instantes del Cosmos. La teoría de la inflación cosmológica se propuso en la década de 1980 para explicar la geometría plana y la extrema homogeneidad del espacio-tiempo. La inflación proporciona un mecanismo físico para producir fluctuaciones de densidad primordiales en el universo,  que luego dieron origen a la estructura a gran escala (cúmulos de galaxias, galaxias, estrellas). Es un período durante el cual el Universo experimentó una expansión extremadamente rápida, que  ocurrió alrededor de 10-35 segundos después del Big Bang. Aunque todas las observaciones hasta la fecha son compatibles con la teoría de la inflación, todavía no tenemos pruebas directas de que realmente ocurrió. Si la inflación tuvo lugar, los cálculos muestran que debería haber dejado pequeños rastros en forma de ondas gravitacionales primordiales, que dejarían su huella en el fondo cósmico de microondas en forma de cierto tipo de polarización de la radiación, llamados modos B, que ningún otro mecanismo primordial podría producir. Si se detectan estos modos B primordiales, será una prueba directa de la fase de inflación, un resultado importante en cosmología con profundas consecuencias para la física de partículas. El estudio del patrón de modo B permitirá el estudio de la física fundamental a energías que serán imposibles de lograr en los aceleradores de partículas durante los siglos venideros. La búsqueda de los modos B presenta un desafío considerable para los astrofísicos. La señal esperada es extremadamente débil y su detección requiere detectores ultrasensibles y un telescopio excepcionalmente preciso. No es sencillo analizar la señal que proviene del fondo de microondas, pues ella se ve afectada  también por la presencia de modos B no primordiales, que son producidos por el polvo en nuestra propia galaxia y que deben eliminarse. A pesar del impresionante progreso alcanzado en las últimas décadas en nuestra comprensión del Universo, aún quedan varios enigmas sin solución, tales como los relacionados con la materia oscura, la energía oscura o lo que sucedió en los primeros momentos del Universo.

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Asistirán a la inauguración el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, acompañado por Adriana Serquis, Presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA); Matías Cánepa, Ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta; Ana Franchi, Presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, (CONICET) y Alberto Etchegoyen, Director de ITeDA (instituto formado por CNEA,CONICET, UNSAM) y co-vocero del proyecto Qubic. Participarán también científicos procedentes de Francia e Italia, países que integran el proyecto. Ellos son, Silvia Masi, Co-vocera de QUBIC, por la Universidad La Sapienza, de Roma, Italia; Jean-Christophe Hamilton, vocero de QUBIC , Instituto Nacional de Física Nuclear y Física de Partículas (IN2P3), de Francia; Vincent Poireau, Director Científico Adjunto de Astropartículas y Cosmología del Instituto Nacional de Física Nuclear y Física de Partículas (IN2P3) de Francia, y Fernando Ferroni, ex Presidente del Instituto Nacional de Física Nuclear (INFN), Italia.

Proponen al cáñamo en reemplazo del plástico: «Grandes ventajas para el ambiente y la salud»

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La planta del cáñamo, de la familia del cannabis, se presenta como un nuevo aliado del ambiente humano y animal en la lucha contra la contaminación plástica en el mundo. El uso de sus fibras como refuerzo en materiales compuestos podría reducir hasta un 40% la utilización de plásticos en las industrias.

«La obtención de materiales compuestos a partir de agregarle fibra de cáñamo a matrices tradicionales como el polipropileno puede reducir el contenido de plástico entre un 30 y 40%», afirma María Evangelina Vallejos, investigadora del Conicet y del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM). Vallejos, que realizó su tesis doctoral sobre el «Aprovechamiento integral del Cannabis sativa como material de refuerzo/carga del polipropileno», destacó que «el cáñamo tiene ventajas sobre otras fibras de origen vegetal porque son largas, rígidas y con un alto contenido de celulosa, que le aporta resistencia. Al mezclarlo con un polímero mejora la resistencia y la rigidez a comparación del plástico solo». El cáñamo, al igual que la planta de «marihuana», pertenece a la especie Cannabis Sativa, pero a diferencia de ésta, sólo contiene bajas cantidades de la sustancia psicoactiva. Existen registros de que fue utilizada por la humanidad desde hace 10.000 años para la confección de hilados y textiles. En nuestro país, Manuel Belgrano fue un reconocido impulsor de esta planta para el desarrollo local gracias a los beneficios industriales y comerciales que aprendió en sus estudios en Europa. Este año mediante la Ley 27669 y el Decreto 266/2022 se creó la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y el Cannabis Medicinal, que establece los lineamientos para el desarrollo de la cadena de producción y comercialización de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados. Según el informe presentado en mayo de 2022 por el Ministerio de Desarrollo Productivo, en la actualidad más de 50 países han avanzado en algún tipo de legalización para el cannabis de uso industrial y/o medicinal. Del cáñamo se pueden obtener productos alimenticios, cosméticos, papel o biocombustibles, sin embargo unas de las líneas que más se están investigando en la actualidad es la confección de plásticos biodegradables. Mariano Percivale, diseñador industrial y uno de los socios de Chanvre, una empresa que fabrica anteojos de cáñamo desde 2014 y exporta a varios países, comentó que el cáñamo «es una solución mágica» para el reemplazo de los plásticos. «Hacemos biopolímeros a base de las fibras de cáñamo en un 73%. Queremos hacerlo todavía mejor, más exigente, poder controlar más el uso de los polímeros. Es una materia prima que pueda reemplazar al plástico, pero necesitamos más investigación», aseveró. Según la ONU, el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos. Para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. «Necesitamos cultivar en gran escala. Genera mucha materia prima por hectáreas, tiene menos huella hídrica, el cultivo es rotativo (cura los suelos) y tiene huella de carbono negativa, es decir, absorbe más de lo que produce», sostuvo Percivale. Entre los avances que hubo, está la creación este año de la Empresa de Base Tecnológica (EBT) Cannabis CONICET, que busca generar el conocimiento y del desarrollo tecnológico del cáñamo industrial y sus derivados, generando estándares de calidad e innovación en todas las etapas, desde el cultivo, la producción, los recursos humanos y el valor económico y social de la industria. Según los especialistas, además de la cuestión medioambiental, el cáñamo se presenta como una oportunidad económica para el país. «Esa mezcla de plástico y fibra se puede hacer hoy en día en las industrias plásticas, disminuyendo el grado de polímeros, y eso abarata costos porque hoy todos los polímeros que usamos en Argentina son importados», explicó Vallejos «Esto va a ser un cambio paradigmático por la variabilidad de los usos. Va a generar mucho trabajo. El camino del desarrollo está en la manufactura, con esto podemos crear industria y ayudar al país», sostuvo Percivale. Esta visión económica ya comenzó a tomar vuelo ya que en septiembre en San Luis se realizó la primera Expo de Cáñamo Industrial de Argentina que reunió a productores rurales, industriales, proveedores de maquinarias, insumos, emprendedores e instituciones públicas y privadas más importantes de la Argentina y del mundo. «Hoy contamos con dos problemas en la industria: la producción, porque no hay maquinaria para procesar la planta y lograr las fibras, y la falta de demanda, porque la población no sabe lo que es el cáñamo y lo que se puede producir, por lo que hoy en día no es rentable», explicó Percivale. Al respecto, Vallejos aseguró que cada vez más gente conoce al cáñamo porque «se está produciendo un cambio cultural debido a que hay más información y de mejor calidad sobre planta». «Antes era confuso, como si fuera todo lo mismo. Se ha estigmatizado a la planta por uno solo de sus componentes. Tiene muchas ventajas y beneficios», sostuvo la investigadora. «Tiene todos los requisitos para ser la materia prima del futuro. Tenemos que ver cómo adaptar esta materia prima a la industria nacional. El cáñamo viene a cerrar la brecha entre desarrollo y ambientalismo: están los dos adentro», concluyó Percivale.

Se puso en marcha de la construcción del Polo Tecnológico de La Matanza

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Este martes 22 de noviembre se firmó el convenio entre la Agencia I+D+i del Ministerio de Ciencia de la Nación y el municipio de La Matanza para el financiamiento del Polo Científico, Tecnológico y de Innovación Productiva en Ciudad Evita, La Matanza.

El apoyo será de más de 4 mil millones de pesos. Se trata del Polo más importante de América Latina, cuenta con 12 mil metros cuadrados repartidos en cuatro módulos edilicios de arquitectura de avanzada y equipamiento especializado. El Polo que se construirá en el municipio de La Matanza tiene como objetivo la creación de un espacio que favorezca el desarrollo integral del entramado productivo y social territorial, a partir de la prestación de servicios tecnológicos, actividades de formación de recursos humanos, investigación científica, sensibilización y generación de vocaciones científicas. También permitirá albergar a empresas de base tecnológica y la incubación de nuevos emprendimientos. Además se firmó un convenio específico para crear, en el marco del Centro Universitario de la Innovación (CUDI), ubicado en González Catán, otra localidad del municipio, una Plataforma de Investigación y Desarrollo de Tecnologías Informáticas. Participaron de la firma el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, el presidente de la Agencia I+D+i, Fernando Peirano, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, la secretaria de Producción del municipio, Débora Giorgi, la subsecretaria de Políticas y Planificación del Ministerio de Ciencia, Cecilia Sleiman y Silvina Gvirtz, secretaria de Educación en el Ministerio de Educación de la Nación y el director de FONTAR, Alejandro Primbas.

Argentina planteó en la COP27: necesitará u$s 185 mil millones hasta 2030 por el cambio climático

Esta cifra la presentó la delegación argentina en lla conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP27, que se reunió en Egipto.

Argentina necesita 185 mil millones de dólares para mitigar y adaptarse al cambio climático desde hoy hasta 2030. Así lo anunció en la conferencia la jefa de la delegación de nuestro país, la Secretaria de Cambio Climático argentino, Cecilia Nicolini. Esta gigantesca conferencia reunió más de 33.000 personas de 200 países, incluidos varios de los principales líderes mundiales, en Sharm El Sheikh, Egipto. Cuyos traslados en avión hicieron, necesariamente, un aporte no mínimo a la emisión de gases de invernadero, y de ese modo al calentamiento global. El planteo argentino está dentro del contexto de un evento donde por primera vez las grandes potencias -generalmente también los grandes emisores- aceptaron tratar el concepto de «Losses & Damages», Pérdidas y Daños, provocados por el cambio climático. Y las cifras son generalmente de miles de millones de dólares. “Juntos por la implementación” es el título que puso a la Conferencia el gobierno de Egipto, en referencia a que se trata de llevar del papel a la realidad, por fin, los objetivos que el mundo fijó en 2015, a través del Acuerdo de París, para la contención del cambio climático.

Posición argentina:

“Queremos que los países que más contribuyeron y más siguen contribuyendo al cambio climático se hagan responsables y que el financiamiento llegue en tiempo y forma para que las transformaciones de nuestra economía tengan impacto en el territorio”, dijo Nicolini en diálogo con los periodistas argentinos que asisten a la COP 27, a la que no vino el presidente Alberto Fernández y ni siquiera asistió el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. La secretaria presentó en Sharm El Sheikh una actualización de Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, ante un grupo compuesto básicamente por funcionarios y activistas ambientales argentinos, con 250 medidas para lograr una Argentina “sostenible, inclusive e innovadora a 2030”. Pero la Argentina, que se esfuerza en aparecer del lado «bueno» en las cotroversias sobre las medidas concretas para aminorar el calentamiento global, no está en condiciones de unirse -por ejemplo- al clamor de los activistas contra los combustibles fósiles. La propia Nicolini admitió que Argentina no puede darse el lujo de desaprovechar el potencial de hidrocarburos de Vaca Muerta. “Diversificar nuestra matriz energética es un compromiso, pero no va a ser de un día para el otro. Argentina tiene la segunda reserva de gas natural más importante en el mundo. El gas natural es fundamental para el desarrollo económico argentino y sirve para la transición a corto y mediano plazo. El abandono de los combustibles fósiles es un objetivo a largo plazo”, dijo. En ese sentido, consideró positiva la inversión que está haciendo el Estado para ampliar la capacidad de transporte de gas natural y dijo que, para ampliar su generación de energías renovables, es también imprescindible que la Argentina amplíe también su capacidad de transporte de electricidad. También la Secretaría de Agricultura argentina estuvo presente en Sharm El Sheikh, encabezada por el secretario Juan José Bahillo, quien llegó con una delegación que levantó la bandera de la sostenibilidad de la producción agropecuaria nacional, frente a cuestionamientos que llegan de los países ricos. Se apunta, fundamentalmente, a la ganadería, por su elevada emisión de gases de efecto invernadero. “La agricultura argentina está entre las más eficientes del mundo y tenemos un rol decisivo en la seguridad alimentaria mundial”, dijo el subsecretario de Coordinación Política de la secretaría de Agricultura, Ariel Martínez. Martínez aseguró que Argentina produce el 4% del total de alimentos que se comercializan en el mundo, pero que sólo emite el 0,3% de los gases de efecto invernadero globales. “Quiere decir que tenemos un impacto insignificante en términos de cambio climático, pero si dejamos de producir se generaría un impacto gravísimo en términos de la seguridad alimentaria”, concluyó.

Resumen y resultados de la COP27

El llamado Sur global (hace algunas décadas se decía «el Tercer Mundo» intentó presionar para que las naciones desarrolladas no sólo cumplan con su promesa realizada en 2009 de aportar 100.000 millones de dólares anuales para acción climática, sino que aumentan esa cifra. Como anticipamos en AgendAR, el giro diplomático de China, al apoyar por primera vez estas mociones, contribuyó a que Estados Unidos no las bloqueara, como había sucedido en la COP26 y anteriores. Así, como sintetizó el periodista Nicolás Deza en las redes sociales, El texto final del documento de la COP 27 que se consensuó este domingo finalmente no incluyó un llamado explícito a eliminar los combustibles fósiles («phase out fossil fuels»). Sí introduce un elemento  nuevo: llama a crear un fondo internacional para compensar los daños causados por eventos climáticos en los países no desarrollados. Pero no dice cómo se financiará.  

Las noticias de la muerte de Twitter son exageradas. Pero las plataformas también mueren

La posibilidad de que Twitter deje de funcionar fue una de las noticias más leídas en todo el mundo. En esta nota, Eugenia Mitchelstein recuerda otras redes sociales que dejaron de ser relevantes. El factor Elon Musk.

«¿Cómo mueren las plataformas? De a poco. Cuando la gente deja de usarlas. Tal vez siguen en formato fantasma. Por ejemplo, MySpace sigue teniendo una URL, pero jamás contactaríamos a alguien en esa red. En 2009, Facebook la superó en cantidad de usuarios, y MySpace empezó a morir.
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Una plataforma anterior, Friendster, fundada en 2002, cayó víctima de su propio éxito: se sumó tanta gente que los servidores de los que disponía no pudieron manejar el tráfico. La página inicial llegó a tardar 40 segundos en cargar. Una eternidad en internet. Friendster desapareció en 2015.
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Las plataformas viven y mueren por el efecto de red, que implica que la utilidad o el disfrute que obtengamos al usarlas depende de la cantidad de individuos que también la usen. Cuantas menos personas estén en una plataforma, menos tentador va a ser entrar. Cada fracaso cuesta muchísima plata. Más plata de la que te podés imaginar ganar en toda tu vida.
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“¿Cómo hacer una pequeña fortuna en redes sociales? Empezá con una gran fortuna”. Elon Musk posteó este chiste en Twitter el 17 de noviembre a la noche. Había comprado la plataforma por 44 mil millones de dólares solo veinte días antes.
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En esas tres semanas, echó a la mitad de los 7.500 empleados, incluyendo el CEO, el principal responsable de finanzas, la jefa de legales y gran parte del equipo de moderación. También despidió a quienes lo criticaban por redes sociales o canales de comunicación interna de la empresa. A algunos los volvió a contratar: los necesitaba. Escribió en una carta a los anunciantes que Twitter “aspiraba a convertirse en la plataforma de publicidad más respetada del mundo”.
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Diez días después, culpó a esos mismos anunciantes por la caída en los ingresos de la empresa y los amenazó con “nombrarlos y avergonzarlos” si pausaban sus campañas. Empezó a cobrar ocho dólares por el símbolo azul que marca que una cuenta tiene identidad verificada.
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Enseguida aparecieron varias cuentas apócrifas, pero con signo azul. Por ejemplo, “George W. Bush” dijo que extrañaba matar iraquíes. O “Nestlé” tuiteó “Ye robamos el agua y te la vendemos embotellada”. O “Eli Lilly” prometió que la insulina iba a ser gratis.
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Musk celebró que el tráfico a la plataforma crecía y aumentaban los usuarios activos diarios. Pero también advirtió “Twitter va a hacer muchas cosas estúpidas en los próximos meses”.
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El miércoles 16 de noviembre, envió un ultimátum al personal que quedaba en la plataforma: tenían que estar dispuestos a trabajar “muchas horas a alta intensidad” o renunciar, y cobrar tres meses de sueldo en compensación. La fecha límite para contestar era el jueves 17 a las 5 de la tarde. Cientos de empleados prefirieron irse. Un hashtag empezó a dominar las interacciones en la red: #RIPTwitter.
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Desde la compra de Musk habían circulado predicciones sobre el final de la plataforma, pero esa noche millones de personas empezaron a despedirse. Muchas migraron a Mastodon, una red social descentralizada. Otras propusieron improbables encuentros cara a cara o plantearon volver a ICQ, un servicio de mensajería de fines de los 90s.
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Estos comentarios se hacían -claro- en Twitter: una plataforma que siempre se utilizó para comentar las noticias, en tiempo real, con personas conocidas o desconocidas. Con sobrerrepresentación de periodistas, políticos, activistas, y personas preocupadas por temas de actualidad en general, Twitter es una plaza pública virtual, como la llamó Musk.

Cuando muere una persona conocida, se revela un resultado electoral o deportivo, o se emite el episodio final de una serie exitosa, es habitual entrar a la red para seguir las opiniones – tristes, furiosas, irónicas, celebratorias- según el caso. Es un lugar común el titular “los famosos despidieron a (quien sea que haya muerto) en Twitter”.

Otras plataformas se usan para mantenerse en contacto con amigos y conocidos, como Facebook. O para presentar una versión estetizada de la realidad, como Instagram. O para postear y consumir videos cortos y divertidos, como TikTok. Twitter se usa para comentar las noticias, del mundo real o digital.

Cada red social tiene sus usos y costumbres. Están dictados, en parte, por las reglas que ponen quienes las programan, y en parte por las prácticas de los usuarios. En algunos casos, los programadores pueden adoptar las innovaciones de los usuarios. Por ejemplo, en Twitter, los usuarios hacían RT (Retweet, repostear un tweet de otra cuenta) manualmente, hasta que la plataforma incluyó el botón de retwittear. El hashtag (#) para agrupar los tuits sobre un tema también fue primero una innovación de los usuarios. Una vez incluido en la plataforma, fue usado por movimientos sociales para promover sus causas, como #NiUnaMenos#BlackLivesMatter.

Las propuestas de Elon Musk parecen ignorar tanto la composición del público de Twitter como el tono dominante en la plataforma. La idea de cobrar la verificación no tuvo en cuenta que el registro en Twitter es el de la ironía, y que ocho dólares no iban a ser suficientes para desalentar a usuarios que quisieran reírse de Bush, el costo de los medicamentos en Estados Unidos, o la práctica de vender agua embotellada. La presión sobre los empleados ignoró la cultura organizacional de la empresa -o apuntó a cambiarla.

Todavía no sabemos qué va a pasar con Twitter. Tal vez Musk logre hacerla rentable, una novedad para una empresa que perdió plata durante casi todos los años que estuvo funcionando. O la transforme en un espacio más vibrante y democrático. O, como predijeron especialistas y legos, Twitter pueda morir. No será de un día para el otro, no se va a caer el sitio de manera abrupta. Funcionará cada vez peor, con menos personas trabajando en mantener su infraestructura. Habrá un éxodo de usuarios, el contenido será menos atractivo, quienes queden entrarán menos seguido, el efecto de red hará su trabajo. Un día, sin saberlo, alguien publicará un último tuit. La conversación pública digital continuará en otro lado. Los famosos despedirán a Twitter en otras plataformas de redes sociales.»

Eugenia Mitchelstein

Premio Nacional L’Oréal-Unesco a una científica argentina. Regeneración de los huesos

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Carla Giacomelli trabaja en el Instituto de Investigaciones en Físico-Química de Córdoba. Fue reconocida por su trabajo sobre biomateriales para implantes que usan genes para regenerar el hueso. El premio aporta $ 1,5 millones.

Esta semana se concretó una nueva edición, la 16a, de uno de los premios más prestigiosos  que distingue a las mejores científicas argentinas: el Premio Nacional L’Oréal-Unesco Por las Mujeres en la Ciencia, que recayó en el equipo que dirige Carla Giacomelli, investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Físico-Química de Córdoba. ¿Su mérito? Avanzar en el desarrollo de nuevos biomateriales médicos para facilitar la recuperación de pacientes que necesitan implantes, facilitando la regeneración ósea. “La mayoría de las fracturas se solucionan solas. Pero en entre el 5% y el 10% de los casos los traumas óseos o desgastes requieren intervenciones quirúrgicas donde se colocan prótesis metálicas o injertos sintéticos”, dijo la todavía sorprendida ganadora del premio. Y Giacomelli –profesora titular del Departamento de Fisicoquímica de la Universidad Nacional de Córdoba– agregó: “Pero a veces los biomateriales sintéticos generan inconvenientes o rechazos que terminan en reintervenciones quirúrgicas y las prótesis no terminan de integrarse completamente a los tejidos del paciente”. Buscando solucionar ese problema, su grupo planteó desarrollar un nuevo tipo de material biocompatible para implantes, que además de dar soporte o inmovilizar y fijar el hueso, tenga funcionalidades terapéuticas. 
Carla Giacomelli 20221120
  ¿Cómo lo hacen? “Nuestro proyecto busca desarrollar materiales biocompatibles que eviten la reacción adversa y que –además– favorezcan la reparación del hueso”. Para eso proponen “utilizar proteínas de seda procesadas para generar películas o, incluso, tintas para impresión 3D, que contengan nanocápsulas con genes capaces de sintetizar proteínas específicas que faciliten el crecimiento de tejido en el sitio dañado”, dijo.
La idea es poder ayudar en los traumas óseos usando una matriz sólida, pero biodegradable, y que el propio cuerpo la termine reabsorbiendo con el paso de los meses. “Esa matriz hecha en forma de films o gel, incluirá en su interior ‘nanoportadores’ con ciertos genes cuyos productos (proteínas) facilitan la curación, haciendo que, con el tiempo, en el lugar afectado se cree verdadero hueso ‘nuevo’”, concluyó la experta. Justamente, en el uso de los genes está la diferencia cordobesa respecto a otros grupos del mundo que buscan objetivos similares pero sumando proteínas en lugar de genes completos. Y calculan que esta opción puede hacer la diferencia en estas aplicaciones médicas de largo plazo.
En definitiva, ante un paciente con un trauma –una quebradura que necesita un clavo o un implante–, se podría utilizar este biomaterial para inmovilizar la zona afectada y –al mismo tiempo– estimular la regeneración del hueso, sin dejar huellas posteriores de la intervención. También se otorgó la tradicional Categoría Beca a Guillermina Amica, profesional del Conicet que trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica investigando la conversión de CO2 en la generación de gas natural sintético empleando materiales formadores de hidruros.

Enrique Garabetyan

 

La nave ‘Orión’ de la misión Artemis está en órbita alrededor de la Luna

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La nave ‘Orión’ de la mision Artemis de la NASA está sobrevolando la Luna. La belleza de la foto lo dice todo.

Artemis I es una misión orbital lunar sin tripulación, el primer vuelo espacial del programa Artemis de la Nasa. Se trata de la primera prueba de vuelo integrada de la nave espacial Orión y el megacohete Space Launch System, SLS, que despegó el 16 de noviembre del Centro Kennedy en Florida para una misión de ida y vuelta de 25 días al vecindario lunar. El objetivo final es que los astronautas de la Nasa vuelvan a pisar la Luna, medio siglo después del programa Apolo. Orion permanecerá en esta órbita durante aproximadamente una semana para probar los sistemas de la nave espacial. El retrógrado distante llevará a Orión 65.000 kilómetros más allá de la Luna antes de que regrese a la Tierra. La mayor distancia de Orión a la Tierra será el lunes 28 de noviembre, en más de 432.000 kilómetros. La mayor distancia de Orión a la Luna será el viernes 25 de noviembre, a más de 76.000 kilómetros por hora. Su acercamiento mayor a la superficie lunar será de 130 kilómetros. D Esta es una de las fotos que tomó la misión Apolo 8, la primera vez que ojos humanos contemplaron la Tierra desde la Luna. Fue hace 54 años. Después hubo otras misiones, pero pasó medio siglo sin otras visitas. Esta vez, la intención es permanecer.  

¿Se puede ser original para difundir las bondades de la energía nuclear? Si, se puede…

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Una forma muy original de hacer llegar un mensaje diferente. Un rapero en las redes.    

Todo lo que necesita saber sobre el litio. Y propuestas sobre cómo aprovecharlo en Argentina

De Elisabeth Möhle ya hemos leído en AgendAR sus trabajos sobre otros temas claves para nuestro país. Licenciada en Ciencias Ambientales, Magíster en Políticas Públicas y Becaria Doctoral en Ciencia Política en la UNSAM, tiene una mirada lúcida que entiende que una actividad debe ser sustentable en lo económico y en lo ambiental. Esta vez, reproducimos un trabajo que preparó para Cenital sobre el «boom» del litio. Muy completo y accesible, incluye links a entrevistas y estudios sobre distintos aspectos. Los invitamos a leerlo: «Un mineral mágico parece haber producido un milagro en la Argentina: conseguir un consenso. La mayoría de los actores políticos, sociales y económicos acuerdan que su explotación es una oportunidad. En este especial, producido junto a Fundar, nos proponemos analizar la industria hablando con sus protagonistas. Hace años se repite que el litio representa una enorme oportunidad productiva y económica para la Argentina. Hay cierto consenso acerca de su potencial  por su aporte en materia de exportaciones, divisas, empleo local, desarrollo de proveedores y demás. Tanto que ya parece instalado en el sentido común. Sin embargo, es poco lo que realmente se sabe sobre el mineral en sí mismo. ¿Ya se explota en Argentina? ¿Cuánto deja en el país? ¿Qué normativa regula el litio? ¿Cuáles son los impactos ambientales? ¿Hay conflictos territoriales? ¿Hay riesgo de que esto sea un boom pasajero? ¿Podemos hacer baterías? ¿Qué tenemos que hacer para aumentar la potencialidad del litio? Desde Cenital, y con el aporte de Fundar, buscamos responder algunas de estas preguntas y aportar a las discusiones sobre las condiciones de posibilidad para que el litio aporte al desarrollo argentino. El litio tiene tres niveles de análisis: 1 ) El global, por su rol en la transición energética, principalmente para la fabricación de baterías que son utilizadas en los vehículos eléctricos y para el almacenamiento de las energías renovables intermitentes; 2) El nacional por el aporte de divisas, la tributación fiscal y el desarrollo productivo; 3) Y el local, por la generación de empleo, la demanda de proveedores, el impacto ambiental y la discusión territorial.

Qué es el litio

El litio es un elemento químico con el símbolo Li: un metal alcalino blando de color blanco plata. No ocurre libremente en la naturaleza, sino en compuestos: por ejemplo, disuelto en agua de mar y en el fluido residual de la producción de petróleo, pero la mayor concentración -y la explotable- se encuentra principalmente en un determinado tipo de roca (espodumeno) y en salmuera. Si bien se utiliza litio hace tiempo en la medicina, la elaboración de cerámicas y vidrios o la fabricación de baterías, el aumento explosivo de la demanda surgió a partir de la aceleración de la transición a la electromovilidad y – aún en menor medida- el almacenamiento de energía renovable. Según la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO) la demanda mundial de litio pasará de 465 mil toneladas en 2021 a 2114 mil toneladas en 2030.

Yacimientos y producción global de litio

Actualmente, los mayores productores de litio son Australia (46%), Chile (23%) y China (16%). En conjunto extraen aproximadamente el 86% del total global. Argentina, con un 7% del mercado, es el cuarto productor del mundo. En el triángulo del litio, que compartimos entre Argentina, Bolivia y Chile, se concentra más del 56% de los recursos de litio identificados en el mundo. Martín Obayaen esta nota, hace un repaso por las principales estrategias de cada uno de los países para la explotación del mineral. Sin embargo, cuando miramos las reservas (los recursos económica y técnicamente explotables), nos encontramos con que Chile tiene el 51%, seguido por Australia con el 16% y Argentina con el 10%, seguidos por China (6%), Estados Unidos y Canadá (6%) y otros. Dadas las características de los recursos bolivianos, no son clasificados como reservas aún.
De este modo, en un escenario de demanda creciente y con los recursos disponibles, Argentina cuenta con un enorme potencial para aumentar su participación en la oferta global del mineral.

El impacto ambiental

Si hubiera que explicarlo en una oración, la minería de litio de salmuera consiste en bombear el agua subterránea y exponerla al viento y la radiación solar en grandes piletones para que el mineral de interés se concentre y luego poder separarlo en una planta química. Este proceso tiene dos impactos ambientales principales. Por un lado, la acumulación de sales de descarte y, por el otro, la afectación del agua a través de la extracción de salmuera, el uso de agua dulce y -potencialmente- la infiltración entre acuíferos. La doctora en Química Victoria Flexer explica este proceso de obtención del litio en profundidad, los impactos ambientales que genera, qué alternativas están desarrollando en el Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CIDMEJU) que ella dirige, y cómo funciona la vinculación tecnológica y qué desafíos tiene en el país. En este punto, el fortalecimiento de las capacidades estatales resulta clave para monitorear los impactos, sobre todo -en la medida que más proyectos entran en producción- el efecto agregado sobre los ecosistemas. Asimismo, la actualización de los mecanismos de vinculación tecnológica, resulta menester para permitir una asociación más fluida entre el sector productivo y el de ciencia y técnica.

El litio y los territorios

En la mayoría de los salares argentinos habitan comunidades indígenas ancestralmente. La doctora en Ciencia Política Deborah Pragier cuenta en esta entrevista sobre las limitaciones de las instancias de consulta a las comunidades y que, frente a la llegada de los proyectos litíferos, las comunidades responden de manera diversa, planteando posiciones y exigencias diferentes a las autoridades y empresas. Por ejemplo, en Jujuy las comunidades del salar Salinas Grandes se han opuesto a los proyectos de explotación, mientras que las vecinas al salar de Olaroz han aceptado la instalación. Asimismo, sostiene que luego de la aceptación de los proyectos la negociación entre las comunidades y las empresas por los cánones, empleos y demás es considerado un acuerdo entre privados, generando así situaciones de desigualdad de poder e información donde el rol del Estado como garante no está regulado.
La abogada e investigadora de Fundar Victoria Arias Mahiques profundiza en los desafíos de gestionar los impactos negativos de la explotación del litio. Será uno de los aspectos centrales por venir: cómo conseguir que la transición a la economía verde sea justa e inclusiva. Para ello, Mahiques identifica como uno de los aspectos principales la dispersión en la aplicación de las evaluaciones de impacto ambiental y los mecanismos de participación social en las diferentes provincias. De esta manera, ambas autoras coinciden en la necesidad de normar los procesos participativos y armonizar las regulaciones entre jurisdicciones, por ejemplo, a través de una ley de presupuestos mínimos de evaluación de impacto ambiental para establecer criterios unificados de los estudios, la participación, la disponibilidad de información y fortalecer la fiscalización. A su vez, aparece la necesidad de sumar a la regulación las negociaciones entre empresas y comunidades para otorgarle cierto marco institucional y garantías a estos procesos.

Quién explota el litio

Actualmente, Argentina tiene dos plantas de producción de litio operativas: uno de la empresa Sales de Jujuy en el Salar de Olaroz (Jujuy)  y el otro es el proyecto Fénix de Livent en el Salar de Hombre Muerto, (Catamarca) que a su vez están ampliando sus capacidades productivas. Al mismo tiempo, hay varios proyectos en construcción. El más avanzado comenzará a operar este año y es de la minera Exar, también en Jujuy, en el Salar Cauchari. El presidente de la minera Exar, Franco Mignacco, explica en esta entrevista por qué el régimen actual argentino resulta más atractivo que el de los otros dos integrantes del triángulo del litio, lo cual les abre una gran ventana de oportunidad para producir litio en nuestro país. Por su parte, Sales de Jujuy es operada por Allkem, una empresa de capitales australianos. Hersen Porta, su COO, habla en esta nota de una articulación muy productiva con la provincia y las comunidades locales y sostiene que el aumento de la demanda de litio a nivel mundial indica que el futuro del sector solo puede ser de crecimiento. Pero Sales de Jujuy no es propiedad exclusiva de Allkem. Gracias a un arreglo institucional particular de la provincia, un 8,5% de las acciones pertenecen a JEMSE, la empresa estatal de minería de la provincia de Jujuy. Araceli Guzmán, la jefa de operaciones mineras de la compañía, cuenta cuándo y por qué se creó JEMSE, cómo abordan la conflictividad socioambiental -particularmente en Salinas Grandes-, y las diversas exigencias que piden -y pedirán- a las empresas para entrar al negocio del litio en Jujuy. En este punto también vale resaltar la creación de YPF Litio en 2022. La entrada de la firma al sector brinda oportunidades en el desarrollo de proyectos de exploración como el que está llevando adelante en Fiambalá, Catamarca, el desarrollo tecnológico a través de YTEC a partir de la planta laboratorio de fabricación de celdas de batería en Ensenada y de la investigación sobre tecnologías de extracción directa de Litio que están llevando a cabo junto al CICDEMJU-CONICET, como así también en la aplicación de 100 años de experiencia adquirida en el sector hidrocarburos en roles como la exploración, la respuesta a desafíos logísticos, y la investigación y el desarrollo aplicado a la mejora de procesos.

Un marco normativo para el litio

El investigador Martín Obaya analiza los modelos de abordaje del litio en el triángulo sudamericano y sostiene que Chile tiene un modelo de captura de la renta minera y un nuevo rol para el Estado, Bolivia busca un esquema de control estatal e integración de la cadena de valor, mientras que en Argentina se desarrolla un modelo de liberalismo y fragmentación federal. Bajando un escalón administrativo, Carlos Freytes y Víctor Delbuono de Fundar observan en esta nota que la creación de capacidades productivas y tecnológicas en torno al litio enfrenta desafíos de diversa índole y que el régimen federal de gobernanza precisa una mayor coordinación entre niveles de gobierno para construir una política integral para el recurso. Asimismo, la secretaria de Minería Fernanda Ávila resalta en esta entrevista la importancia de la estabilidad regulatoria para la inversión, así como el fortalecimiento del control estatal y cuenta algunas medidas como la adhesión a Iniciativa de Transparencia de Industrias Extractivas (EITI, por sus siglas en inglés), el Sistema de Información Abierta a la Comunidad sobre la Actividad Minera (SIACAM) y la Mesa de Minería Abierta a la Comunidad (MEMAC) para abordar algunos de los desafíos del sector. El tiempo dirá cuál de los modelos caracterizados por Obaya fue el más exitoso, pero a partir de la caracterización del modelo argentino como fragmentado, la instancia de la Mesa del Litio es celebrada entre todas las voces como un espacio institucionalizado de interlocución entre jurisdicciones y niveles de gobierno para articular una visión estratégica que permita una mayor coordinación de las políticas públicas y consecuente aprovechamiento de la explotación del mineral.

El desarrollo nacional

El aporte del sector a la economía nacional tiene diferentes dimensiones. En primer lugar, las exportaciones y la generación de divisas necesaria para que el conjunto de la economía pueda crecer. En lo que va del año exportamos 458 millones de dólares. El litio es el tercer mineral que se exporta, después de oro y plata, pero viene disputando el segundo lugar. Actualmente es una porción pequeña de las exportaciones (menos del 1%). No obstante, la expectativa de la Secretaría de Minería es que en 2030 lleguemos a 8.000 millones (el equivalente al 9% de las exportaciones totales de 2021). Es decir, se prevé aumentar más de 10 veces los montos actuales a partir del crecimiento exponencial de las cantidades producidas dado que es posible que los precios seguramente bajen respecto del pico donde se encuentran ahora.
¿Por qué son relevantes las exportaciones en sí mismas? Cada punto de crecimiento del PBI requiere importar, dado que la población consume más y las empresas necesitan más insumos para producir. Se estima que, aproximadamente, por cada punto que crece la economía las importaciones suben en 1.400 millones de dólares. De esta manera, llevar las exportaciones de litio a 8.000 millones de dólares permitiría dar oxígeno al conjunto de la economía, que podría crecer con más fuerza, con sus consiguientes impactos positivos en la generación de empleo y reducción de la pobreza. En segundo lugar, el aporte fiscal: se suele hacer foco en el 3% de las regalías provinciales, pero la recaudación del Estado se amplía por varios otros instrumentos tales como: retenciones, ganancias, contribuciones a la seguridad social, fideicomisos y otros. Veamos las retenciones: actualmente el litio paga una alícuota de 4,5%. De llegar a los 8.000 millones, estaríamos hablando de 360 millones de dólares de retenciones. Para tener dimensión de los órdenes de magnitud: es un equivalente a 700.000 AUHs pagadas durante un año. Según el cálculo estilizado del informe “¿Cuánto deja la minería en Argentina?” del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI) del Ministerio de Economía, la suma de contribuciones a la seguridad social (2,7%), ganancias (4,7%), regalías y fideicomisos (3,6%) e impuestos a la producción (netos de subsidios) (3,1%) implica que el 14% de la facturación de las grandes empresas mineras en operación es recaudación pública (vale tener en cuenta que el estudio incluye al litio pero también a la minería metalífera). Es decir, de cada 100 pesos que venden, 14 se destinan al pago de impuestos. A su vez, 12 van a pago de salarios y más de 40 a pago de proveedores nacionales. Un 13% restante son ganancias de las empresas que no salen del país (por ejemplo, se reinvierten) y el último 20% es lo que efectivamente sale (sea bajo la forma de importaciones de bienes y servicios o de ganancias que se remiten al exterior). Así, según cómo se consideren las ganancias que no salen del país podemos decir que entre un 67% y un 80% de lo que facturan las empresas mineras de cada 100 queda en el país. Si bien esta proporción varía según los precios internacionales (a más precio, si no cambian los salarios y los impuestos, más ganancias) y la carga tributaria de cada mineral y cada provincia, vale de referencia para una idea más acabada del aporte general del sector. Tercero: empleos y salarios. De acuerdo a los datos del SIACAM del Ministerio de Economía, el empleo en el sector viene creciendo sin parar: en 2016 eran 658 puestos de trabajo directos, en julio de 2019 fueron 1.494, y en julio de 2022 ascendió a 3.016. Prácticamente todo el empleo es en las provincias litíferas: en Jujuy son 1.289, en Salta 900 y en Catamarca 453 y con una alta proporción de los puestos ubicados en localidades alejadas de las capitales provinciales (como Susques, San Antonio de los Cobres o Tinogasta). Otra característica de estos trabajos es que los salarios más que duplican el promedio del sector privado: en el primer semestre de 2022 la producción de litio pagó sueldos de $ 337.000, mientras que el promedio del sector privado para el mismo período fue de $ 147.000. En cuarto lugar, calificación. Prácticamente todo el empleo es de calificación media y alta, en proporciones similares. De las carreras universitarias asociadas al litio, destacan: geología (17%), ingeniería química (15%), ingeniería industrial (9%), contabilidad (12%) y química (4%), entre otras. Más de la mitad de los graduados provienen de las universidades de Salta, Catamarca y Jujuy, mayormente públicas. Quinto, género. Con aproximadamente un 20% de participación femenina, el sector tiene un mejor desempeño que la minería en general (10%, esto puede deberse tanto a que las  carreras químicas están más feminizadas que otras ligadas a la minería y que es más sencillo para proyectos nuevos arrancar con metas de contratación de mujeres) pero a años luz de la paridad e incluso lejos de la economía en su totalidad, en donde el 43% del empleo total es femenino. La feminización viene creciendo: en la última década casi duplicó la tasa (en 2012 era 10-11%). Sin embargo, los varones ganan un 13% más que las mujeres en el sector, a pesar de que, como ocurre en muchos sectores productivos, las mujeres tienen más años de educación. En cuánto al tipo de tareas realizadas, las mujeres están particularmente subrepresentadas en puestos operativos, técnicos y directivos y ganan mayor peso en empleos profesionales, administrativos, servicios y ventas y limpieza.

Desarrollo productivo: ¿deberíamos hacer baterías?

El desarrollo productivo tiene dos direcciones: aguas arriba y abajo. Cuando hablamos de agregado de valor solemos pensar de modo automático en la modalidad aguas abajo, es decir, la famosa industrialización del litio exclusivamente como sinónimo de fabricación de baterías. Pero empecemos por la otra dirección: el desarrollo de proveedores, esto es, los eslabonamientos aguas arriba, que suelen ser minimizados en la discusión pública sobre la industrialización en torno a los recursos naturales, pero tienen un enorme margen para agregar valor al recurso. Una planta litífera consume diversos bienes y servicios: construcción y mantenimiento, maquinaria, reactivos químicos, servicios de transporte, logística, catering y lavandería, entre otros. Según el documento “El impacto de la minería argentina en los proveedores locales” (también elaborado por el CEP-XXI) el gasto en proveedores nacionales es el principal impacto que tiene la minería en Argentina, por encima de la masa salarial creada o la recaudación. El estudio detalla hacia dónde se dirigen esos gastos: proveedores de la industria manufacturera (24%), construcción (17,6%), comercio (15,3%), servicios profesionales y empresariales (10,7%), petróleo y gas (8,7%), transporte y logística (8,5%), la propia minería (7,9%) y hoteles y restaurantes (3,5%). Vale aclarar que estos datos refieren al conjunto de la minería y no específicamente al litio. Prácticamente todos los especialistas consultados señalan el desarrollo de proveedores como una pieza fundamental del aprovechamiento del litio que permite generar actividades económicas en torno al mineral, garantiza la factibilidad de la operación en sí misma y constituye un aspecto clave del vínculo virtuoso con las comunidades. En este sentido, el desarrollo de proveedores es promovido tanto a nivel nacional como provincial y la constitución de la Mesa y la Región del Litio vuelven a aparecer como instancias valiosas para la articulación entre jurisdicciones. Aguas abajo, la materia prima con la que se trabaja es la salmuera y el proceso de separación y purificación del litio ya es un agregado de valor para nada despreciable. Luego, si podemos (o debemos intentar) fabricar baterías a partir del mineral es una discusión aún abierta. En sí mismo, la idea de que -dado que tenemos el recurso- tenemos la posibilidad de hacer baterías no carece de lógica. Sin embargo, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta. En primer lugar, el litio representa menos del 10% de la batería. Hay otros componentes, como el cobalto o el manganeso, que no producimos en Argentina. Luego, la eficiencia productiva y logística diría que finalmente las baterías serían utilizadas en los centros de mayor producción automotriz y cerca de los centros de consumo de automóviles, por lo cual tendría más sentido producirlas allí. Por último, el desarrollo de la tecnología no es sencillo y -menos aún- un grado de escalamiento pasible de competir con las empresas establecidas. De todas formas, hay cierta coincidencia en que resulta de interés avanzar en el desarrollo tecnológico y estudiar las alternativas de inserción. Particularmente, sería interesante esta apuesta si se logra consolidar un mercado latinoamericano de baterías para almacenamiento energético y electromovilidad. Un paso adelante, Jimena Rubio y Matías Gutman, investigadores del área de desarrollo productivo de Fundar, hacen un análisis minucioso para que los recursos (limitados) del Estado apunten a una inserción quirúrgica en la cadena de valor de la electromovilidad. En este sentido, postulan que, más allá de si logramos producir celdas (el componente principal de la batería), sería de interés para Argentina apostar al desarrollo de packs de baterías. Estos packs consisten en decenas o cientos de celdas de litio interconectadas entre sí y constituyen el corazón de los vehículos eléctricos. Y, según los autores, el pack de baterías puede ser rentable a una escala menor porque tiene mayores posibilidades de customización, por ejemplo, para bicicletas,  monopatines y buses urbanos.

Fortalecer al Estado como mantra

El mundo de la transición energética le ofrece a Argentina un mercado altamente relevante para nuestro litio, así como inversores interesados en la explotación del mineral en nuestro país. Sin embargo, que los proyectos efectivamente se lleven adelante y, sobre todo, que la explotación del recurso se haga desplegando todo su potencial, requiere la toma de decisiones virtuosas en materia de requerimientos de empleo, compras locales, controles ambientales, participación ciudadana, aporte fiscal, vinculación científica y tecnológica y demás. Todos estos temas surgieron en las notas y entrevistas y prácticamente siempre se habló del fortalecimiento de las capacidades estatales como elemento fundamental para la mejora del desempeño de cada uno. El litio nos exige un fino equilibrio entre dos objetivos (aprovechar el boom y gestionarlo responsablemente) que parecen estar en tensión, pero no necesariamente es así. Por un lado, tenemos el objetivo de aprovechar este momento de enorme demanda del mineral (que bien puede desaparecer en poco tiempo si se desarrolla una alternativa tecnológica) que nos permite aumentar y diversificar nuestra canasta exportadora y aportar a la descarbonización global. Esto nos exige generar las condiciones regulatorias propicias para que se radiquen las inversiones. Por otro lado, está el objetivo de que la explotación del mineral evite (o minimice) los impactos negativos y maximice los resultados positivos. Esto significa: i) normar la participación de manera tal que asegure los derechos de las comunidades, ii) regular los controles ambientales y fortalecer las capacidades de control de las jurisdicciones, iii) maximizar el aporte tributario a través de todas las herramientas disponibles desde el control de mecanismos de subfacturación, pasando por la armonización normativa hasta la discusión de la renta, iv) exigencias en materia de reducción de las brechas de género, desarrollo local, encadenamientos productivos y vinculación tecnológica. El equilibrio es fino pero puede ser virtuoso. Garantizar condiciones para la inversión aportará al alivio de las dificultades macroeconómicas que en el mediano y largo plazo nos permitirá negociar cada vez con mayor fortaleza. Pero también, las empresas litíferas cotizan en bolsa y entonces las exigencias ambientales que las obligan a operar con altos estándares (aunque pueden parecer inicialmente molestas y costosas) evitan problemas ambientales y de reputación. En el mismo sentido, la clara regulación de la participación social desde la ideación misma de los proyectos puede parecer un escollo para algunos actores pero aporta a la prevención de conflictos socioambientales futuros y a un desarrollo local más inclusivo, lo que resulta en una mejor situación donde todos saben qué pueden ganar o perder y toman su propia decisión.

En síntesis, hay un boom del litio, debemos ser muy inteligentes para aprovecharlo de manera justa y sostenible.»

El bosque nativo del Gran Chaco está muriendo. AgendAR avisa los costos para el país

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En nuestro portal tratamos de no sumarnos al ecologismo sin ciencia tan de moda entre las clases medias urbanas. Pero hay deterioros del ambiente que vienen destruyendo la economía: reproducimos esta nota, publicada por «Diálogo Chino», y agregamos un comentario de Arias:

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«Aunque atrae menos atención que su vecino amazónico, el Gran Chaco tiene una de las tasas de deforestación más altas del mundo, habiendo perdido más de una cuarta parte de su superficie forestal desde el año 2000. La destrucción del bioma, que se extiende por el norte de Argentina, Paraguay, el sur de Bolivia y el extremo sur de Brasil, se ha visto impulsada en las últimas décadas, en particular, por la expansión de la producción de soja modificada genéticamente y la ganadería. Sin embargo, en la provincia de Chaco, en el norte de Argentina, el bosque ha vivido recientemente un período de paz incómoda. A finales de 2020, se introdujeron protecciones legales para suspender la tala de bosques en la provincia, después de que sus autoridades no actualizaran su plan de uso del suelo para los bosques nativos, conocido como «ordenamiento territorial» (OTBN). La ley argentina exige a las provincias que actualicen estos ordenamientos cada cinco años, clasificando sus áreas forestales según su valor de conservación. Sin embargo, el ordenamiento más reciente de Chaco había expirado en 2014.

El sistema de ordenación territorial se estableció con la Ley de Bosques Autóctonos de 2007, que entró en vigor en 2009. Establece tres categorías de clasificación para las zonas forestales: Categoría I, (Roja) para áreas de alto valor de conservación que no deben ser transformadas; Categoría II (Amarilla), para áreas de mediano valor de conservación, que pueden ser degradadas pero siempre y cuando se realicen actividades adecuadas de restauración; y Categoría III (Verde), áreas de bajo valor de conservación que pueden ser transformadas parcial o totalmente.

La laguna El Cachapé, con sus ranas cantoras, es un reflejo de la biodiversidad que aún abunda en el Chaco. (Imagen: Ignacio Conese)

Según la plataforma de monitoreo de la deforestación a cargo de la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf), entre 2008 y 2020, la provincia perdió más de 376 mil hectáreas de bosque nativo, en su mayoría en las áreas Verdes, pero también en las Amarillas y Rojas, donde la deforestación no está permitida. A pesar de estas pérdidas, a finales de septiembre, el gobierno provincial presentó una propuesta de actualización del plan de ordenamiento territorial de los bosques nativos, según la cual se ampliarían las áreas categorizadas como verdes (a expensas de las otras dos), abriendo la puerta a una mayor deforestación. La propuesta aún debe ser aprobada por la legislatura provincial, pero ha suscitado duras críticas, pues se teme que acelere la destrucción del segundo bosque más grande de Sudamérica. Impulsada por la extracción de la madera dura Schinopsis balansae, o árboles de quebracho rojo -nombre que viene de «rompehachas»-, la deforestación comenzó a ritmo acelerado con las operaciones de la empresa maderera británica La Forestal a finales del siglo XIX. Aunque La Forestal desapareció en la década de 1960, en la época de la dictadura militar argentina (1976-1983), el gobierno comenzó a penetrar en el bosque profundo de la ecorregión del Chaco. Hoy, en las áreas de conservación del Rojo ubicadas en el noroeste de la provincia, sólo queda entre el 20 y el 25% del bosque original. Rubén Luca es el líder indígena wichí de MOWITOB, una organización que representa a los grupos indígenas moqoit, wichí y toba y que controla la llamada Reserva Grande, un territorio de 300.000 hectáreas en el norte del Chaco. Luca afirma que la organización apoya el uso sostenible de los bosques del Chaco y entiende la necesidad de utilizar los recursos. El problema es que los árboles, especialmente el quebracho colorado y el algarrobo, son regalados, dijo Luca. «Cada vez quedan menos algarrobos, las empresas madereras deciden el precio, y lo que pagan es miserable». Ricardo Tiddi, de la ONG Somos Monte Chaco, dijo que, según los datos oficiales, se extrae un millón de toneladas de madera al año en el Chaco, una cifra que probablemente no da la imagen completa, dada la gran cantidad de madera que se extrae ilegalmente; la escala real puede alcanzar niveles de hasta dos o tres millones de toneladas al año. «Para el sector agroforestal es más barato comprar tierras en zonas boscosas que por ley no pueden ser desmontadas, y luego presionar para obtener permisos especiales de desmonte, o simplemente pagar las ridículas [pequeñas] multas», dice Tiddi. «Lo que estamos presenciando en el Chaco ya no es un daño a los bosques nativos, sino simplemente su extinción».

Fábricas de tanino en el Chaco

A finales de 2020, Chaco celebró la entrada en funcionamiento de dos plantas de biomasa que utilizan los residuos de la industria del tanino y que se presentan como una fuente de energía sostenible. Según las estadísticas oficiales, en 2021 se produjo un total de 423.000 toneladas de troncos en el Chaco, gran parte de ellos extraídos del bosque nativo por la industria forestal provincial. De esta producción, el 38%, es decir, 163.000 toneladas, se destinó a la industria del tanino, y el resto de la madera y subproductos fueron utilizados por aserraderos, carpinterías y fabricantes de muebles.

Un camión cargado de troncos de quebracho rojo llega a la planta de Indunor en La Escondida, en la provincia argentina de Chaco, para ser procesado para la extracción de taninos. (Imagen: Ignacio Conese)

La planta de tanino de Indunor, en la localidad de La Escondida, requiere más de 160.000 toneladas de troncos al año. Junto con la otra instalación de Indunor en La Verde, también en la provincia del Chaco, la planta contribuye a la producción anual de la empresa de 25.000 toneladas de tanino, que se utilizarán en la producción de cuero, el procesamiento de petróleo y minerales, cemento y asfalto, cerámica y productos sanitarios. Michelle Battaglia, presidenta de Indunor, afirmó que en los últimos 10 años la empresa ha utilizado madera procedente de tierras deforestadas, ya que «no tiene sentido dejar que se queme». En los últimos años se han producido repetidas oleadas de incendios forestales en el Gran Chaco, y en los cuatro países se han producido algunos de los peores incendios en décadas. Para el ingeniero zootécnico Mauricio Tinari, de la Fundación Gran Chaco, las especies de interés forestal -algarrobos y quebrachos, principalmente- deben ser aprovechadas de manera ordenada y aplicando los criterios técnicos adecuados. «Si se sigue cosechando indiscriminadamente, estos árboles desaparecerían todos en unos 15-20 años», dice.

Troncos de quebracho rojo en la parte trasera de la planta UNITAN, empresa productora de taninos del quebracho, antes de ser procesados. (Imagen: Ignacio Conese)

Los activistas de Somos Monte Chaco llevan mucho tiempo denunciando el uso por parte de las empresas de tanino de madera procedente de desmontes o de cambios de uso del suelo, muchos de ellos sin permisos oficiales. Tiddi también se queja de algunos de los entresijos, y de la indulgencia de los castigos. «Cuando se descubren plantas de tanino [que han utilizado madera procedente de talas ilegales] y son sancionadas por las autoridades, las empresas o los propietarios de los campos de los que proceden las talas ilegales son sancionados con multas que pueden pagarse en cuotas, y que pueden descontarse si se realizan como pagos al contado», dijo Tiddi.

El desarrollo del Chaco en el contexto mundial

El nuevo plan de ordenamiento territorial de los bosques nativos propuesto ha sido presentado por el gobierno provincial como sostenible, a pesar de su apertura a la tala en zonas donde actualmente está prohibida. El gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, dijo que el plan permite que el sector agrícola se expanda de forma sostenible, y prometió mejorar los sistemas de vigilancia y hacer frente a la deforestación ilegal con multas más fuertes.

El gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Capitanich, habla sobre la gestión de los bosques nativos y los planes de desarrollo para su provincia. (Imagen: Ignacio Conese)

Capitanich también dijo que recaudará fondos para la protección y vigilancia de los bosques mediante la emisión de bonos verdes a través de «Eco-Tokens» que cubran 100.000 hectáreas de bosques de la provincia. El gobernador señaló recientemente que «como país, debemos fortalecer nuestra estrategia de acreedores ambientales», refiriéndose al hecho de que Argentina está proporcionando servicios ecosistémicos al resto del mundo debido al dióxido de carbono capturado por sus bosques nativos, un argumento que también utiliza el gobierno nacional de Argentina. Los créditos de carbono, comercializados en los mercados internacionales, son objeto de un creciente entusiasmo en el país. A principios de noviembre, el presidente argentino Alberto Fernández presentó el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático de cara a la cumbre del clima COP27 en Egipto. Tras la victoria electoral de Lula da Silva en el país vecino, declaró a la prensa durante la presentación del plan que «junto con Brasil y los países latinoamericanos, somos el pulmón del mundo». Pero los nuevos planes en el Chaco ponen en duda la administración del país sobre estos pulmones. Matías Mastrangelo, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), escribió recientemente en El Diario que el nuevo ordenamiento territorial de los bosques nativos en el Chaco viola de hecho la Ley de Bosques Nativos de Argentina, ya que degrada el valor de conservación de Amarillo a  Verde de más de 376.350 hectáreas de bosques nativos. En Chaco, el ministerio provincial de Medio Ambiente tiene poder de policía en casi todo lo relacionado con el control de los recursos naturales, excepto en la protección de los bosques, que es manejada por el ministerio de Producción. «Aquí, las empresas tanineras preceden a la provincia y al Estado, por lo que siguen creyendo que pueden gobernar por encima de la ley», dijo Paula Soneira, bióloga y ex subsecretaria de Medio Ambiente y Biodiversidad de Chaco. Para Soneira, ya no se trata sólo de conservar lo que estipula la ley de bosques, sino de preparar a la provincia para los efectos del cambio climático: «Este año en El Impenetrable y en la capital chaqueña hemos sufrido picos de calor que no se habían producido antes. No es posible producir productos básicos de la misma manera que hace 100 años. En esta década hay que adaptarse y reducir los graves impactos del cambio climático». En una reciente entrevista, el diputado chaqueño Nicolás Slimel dijo que quiere votar una nueva propuesta que pueda representar los intereses sociales y ecológicos de la provincia, de acuerdo con las leyes forestales nacionales. El grupo de trabajo del que forma parte quiere ampliar las áreas productivas de la provincia sin reducir las áreas de conservación.»

Comentario de AgendAR:

Que China nos refriegue la cara con asuntos de daño ambiental es como que el muerto se ría del degollado. Dicho esto, el bosque chaqueño, el mayor bioma argentino por su extensión original, va camino de desaparecer en un par de décadas. Y esto hoy sucede mayormente por la ampliación de la frontera agrícola y su protagonista es la soja que nos compra China para criar chanchos. Pero la culpa no es del chancho, como dicen en el campo. La idea de vender «créditos verdes» por el 2do bosque de Sudamérica (sólo que puesto a la mayor velocidad de tala y quema del mundo) es cómica. No da ni para «greenwashing» de carteras de inversión. En ese bosque -y se sabe- estamos emitiendo carbono a lo bestia, tanto desde el suelo desnudado como de las hogueras e incendios, no fijándolo. Y si el Gran Chaco es «nuestro pulmón»… estamos como Sandro. El paisaje remanente tras la desaparición del bosque NO son los sojares. A la larga, estos empiezan a perder plata: no aguantan la agudización de los ciclos de seca e inundación inevitables tras la pérdida del bosque, ni la degradación del suelo, que se queda sin su microfauna y flora bacteriana y fúngica por los pesticidas. También se queda sin nitrógeno y fósforo, porque la alternancia de calor letal (en sequía) y de anoxia (cuando los anegamientos) matan los hongos que garantizan la biodisponibilidad, y la escorrentía de las lluvias encharcadas lavan los minerables. Y no es sólo bioquímica sino física. El suelo tampoco resiste la novedad de la mayor frecuencia y gravedad de las olas de calor que el bosque mitigaba un poco con su evapotranspiración. Se pone comu un ladrillo. Como explicaba el agrónomo Jorge Molina Buck, ex jefe de Cátedra de Agricultura de la Facultad de Agronomía de la UBA, el suelo chaqueño suele ser rico en arcillas sódicas, pero la mala agricultura lo vuelve cada vez más pobre en celulosa: la soja sin rotación con otros cultivos aporta muy poco rastrojo. Entonces el suelo se pone abiótico, «se plancha», pierde estructura, se impermeabiliza, deja de almacenar agua y forma esos «pisos de arado» duros como baldosa, que sólo se rompen a rastra de discos pesados y gastando gasoil a lo pavote. Pensar en siembra directa conservacionista cuando ya llegaste a esa situación… haceme reír. Lo único comestible capaz de crecer en esos suelos como de hormigón rojo son los zapallos. Con la logística complicada por unos caminos rurales que te la cuento, a la larga la tasa de ganancia de los fondos de inversión se evapora. Resucitar el suelo demoliéndolo con aradas y a golpes de urea y fosfatos amónicos es como darle respirador artificial y cardioversión a un muerto de nueve días: no funciona, pero además de inútil es caro. Hay recetas de recuperación lenta del suelo: la de Molina Buck era plantar agropiro o «sorgo de escobas» varias campañas, bajo alambrado e interdicción de ingreso del ganado. Toma años, pero aceptando que hasta que el suelo se recupere, hay lucro cesante. Los fondos de inversión que se compraron 50 o 60 mil hectáreas de un saque para luego entrar echando a patadas a los pobladores anteriores, cuando el suelo se les hace como portland terminan alzando campamento. Como no vinieron a hacer beneficencia ni invirtieron en fierros, riego, edificios ni nada -pasaron dos o tres décadas subcontratando todo laboreo y manejo-, no están atados a la tierra. Son lo que fueron siempre: capital golondrina. Se piantan con el primer quinquenio de bajón sostenido de la soja. Lo que queda tras su paso, a la larga, no es bosque chaqueño incipiente. Los nuevos dueños o el fisco pueden recurrir al salvavidas de siempre: la ganaderia extensiva. Pero el ganado suelto, tras barrer con el poco pasto, son los renovales de árboles de maderas nobles, como el quebracho colorado, el algarrobo, el palosanto o el definitivamente extinto palo rosa. Lo que vuelve entonces es vinalar, un paisaje de arbustos petisos e impenetrablemente espinosos: el churqui, el vinal, el viscote, el arca, el teatín y otras leguminosas hirsutas de pinchos. De pinta nomás, es repelente pero, sobre todo y ante todo, resulta inhabitable por económicamente inútil. Para el caso, con más de 60 millones de hectáreas blindadas de espinal en 8 provincias que antes tenían grandes islas de bosque, somos el mayor caso de arbustización del planeta, muy por encima de Australia y Sudáfrica. Eso es algo de lo que los argentinos no tienen ni siquiera registro. Quienes atraviesan la región e incluso quienes hoy viven allí creen que ése es el paisaje original o al menos, histórico. No es así. Es un asunto viejo: el arbustal fue formándose ante la mirada impasible de tres generaciones de clases dirigentes que no entendieron la historia por su lentitud. Pero sin embargo sucedió, es sencilla y hoy se está acelerando. Hace un siglo, cuenta el doctor Enrique Buchler, investigador en ecología forestal de la Universidad Nacional de Córdoba,  esas tierras eran un mosaico muy habitable de «Chaco», palabra que en las tres lenguas originarias predominantes significa exactamente lo que se veía entonces: una alternancia de pradera y y bosque muy alto, con dominio del quebracho colorado. La actividad humana estaba limitada por la falta de ríos, por los acuíferos demasiado profundos (o demasiado arsenicales), y en la franja más oriental de ese paisaje, por una estación seca de 7 u 8 meses. Es esa estación seca de clima monzónico la que establece las diferencias clave entre las 900.000 km2 de Llanura chaqueña y los 600.000 km2 de Pampa Húmeda. Los suelos se parecen, pero la Pampa Húmeda, con lluvias a año completo, se banca maltratos que el ecosistema chaqueño no logra tolerar. Bastó que en 1920 la historia juntara dos tecnologías como el ferrocarril y el pozo artesiano para que al Chaco entrara el colono europeo, hacha en una mano y una vaca traída del ronzal con la otra. El hacha se encargó de los lapachos y quebrachos en pie, la vaca de comerse sus renovales, y el estado nacional que administraba ese territorio entonces federal, se encargó de no decir “esta boca es mía”. El resultado: el pastoreo extensivo (a la que te criaste) eliminó no sólo el bosque futuro, sino también los pastos incendiables. Estos cumplían una función clave: al incendiarse espontáneamente por rayos, o por fogatas mal apagadas en las estaciones secas, los pastizales limpiaban periódicamente de arbustos espinosos el bosque existente, que era columnar y «caminable». Desaparecidos los bosques y las praderas, el stock de semillas del sotobosque espinoso, antes sólo una nota al pie en todo sentido, pasó al frente y se adueñó del paisaje. La acción hormiga del chiquitaje rural, los colonos hoy llamados «criollos», no fue lo decisivo de esta historia. La devastación en serio empezó con las corporaciones como La Forestal, desde fines del siglo XIX hasta los años ’60 del siglo XX, y hoy con los fondos de inversión internacionales que acuden al agronegocio del NEA y de la Región Centro porque aquí vale todo. La lentitud de película iraní del desmonte hoy se aceleró a velocidad de videoclip de TikTok. Adiós hacha, adiós motosierra, llegan las topadoras y las quemas. La función siguiente es la arbustización. No sin conscuencias demográficas profundas: el arbustal ha casi despoblado 60 millones de hectáreas, pero tiene una única virtud: al ser impenetrable para el ganado y económicamente inútil, mitiga la erosión eólica de la capa fértil. Con sus durísimas y enormes raíces logra que el suelo absorba algo de agua. Sin los arbustos, los años de sistema climático «Niña» como estos tres que venimos de agarrar en cadena, serían pura tormenta de polvo, y los años de «Niño» pasarían entre inundaciones de horizonte a horizonte. Más vale arbustal que peladal… que también hay. Pero este pseudobosque petiso e intratable expulsa juventud, porque no permite vivir de la vaca y la madera dura, como los abuelos, que mal que mal, zafaban. Ni siquiera del chivo y el carbón, como papá y mamá, que la pasaban realmente mal. La tercera generación de criollos hace su valijita y se va adonde no lo echen. Las primera provincia en vaciarse simultáneamente de bosques y de jóvenes fue Santiago del Estero, hasta hace no mucho tan boscosa que en su libro de 1946 don Ricardo Rojas la llamó «El país de la selva». Siguieron ocho provincias más, de las cuales la de presente y pronóstico más sombríos es Chaco. El problema siempre fue solucionable, a escala de gobiernos provinciales o nacional. Ergo, nunca se solucionó, en parte porque la arbustización no tiene diagnóstico. Es muy probable que la palabra y el concepto le sean nuevos, lector/a. Si el suelo es recuperable en una década con el método de Molina Buck, probablemente responda algo más rápido con métodos de pastoreo ultrraintensivos pero itinerantes del francés André Voisin y el zimbabweño Allan Savory. El asunto es que ni unos ni otros no se han intentado más que como experimentos individuales de grandes propietarios con ideas alternativas, y en superficies que, frente a la escala del problema, no mueven el amperímetro. Estos tres métodos -y hay otros- recargan el suelo de carbono, nutrientes, celulosa y estructura, y permiten una producción agrícola y ganadera cautelosa: dicho de nuevo, con lluvias monzónicas y estaciones secas que se van alargando hacia el Oeste, esto no será nunca la Pampa Húmeda. Pero quede claro que este paisaje no está condenado a ser un erial biológico y demográfico. La familia de sistemas derivados del Voisin-Savory van en contra de la tercerización. Son muy «labour-intensive»: fijan más mano de obra y crean mercados locales de trabajo, producción y consumo de comida vegetal y animal diversificados. Generan oasis microeconómicos, y no es imposible que dejen más plata en los bolsillos que engordar chanchos en China. Sólo que es plata en otros bolsillos, los de la gente local y con menos chequera. No sería imposible que reverdecer la tierra deje también margen para replantar bosque. Pero si la intención es maderera tradicional, los quebrachos y los palosantos son de crecimiento lentísimo: los turnos de clareo excederían los 30 años, y los de corta final y replantación, entre los 80 y 100. Una reforestación con tiempos tan geológicos no tiene sentido. Al menos, mirados por un agrónomo que lee los suplementos rurales y confunde la agricultura con una carrera de Fórmula Uno. Pero si a la forestación se le añade producción industrial que genera valor agregado EN SERIO, es otra cosa. El quebracho es la madera más densa, dura e imputrescible del mundo. Puede sustituir a la piedra, sólo que es más difícil de tallar aún, por la veta. El árbol rompedor de hachas no sólo sirve para aplicaciones estructurales, como la carpinteria de muelles, los durmientes ferroviarios y las tableestacas de estabilización de costas. El quebracho se puede vender mucho más caro en aplicaciones de arquitectura «pipí-cucú», como mesadas de cocina y de baños, o parquets literalmente eternos. Por algo, el cierre de los ferrocarriles por Menem, especialmente el del Belgrano Norte, generó una enorme actividad ilegal de «carancheo» de durmientes. Tras un siglo y monedas de intemperie los durmientes siguen intactos, y terminaron fungiendo de senderos para autos en los céspedes country-clubs y de casas señoriales. Y los de mejor calidad hoy son parquets, escaleras y mesadas. Lo mismo vale para el lapacho, el algarrobo, el viraró o el palosanto, maderas de grano fino y de una dureza menos militar y, por ende, más tallables. Permiten hacer muebles finos durables, de esos que varias generaciones sucesivas se pueden ir pasando por herencia. El valor agregado final crea trabajo calificado y elimina la necesidad de una forestería «minera», que extrae materia prima sin reponer. Pero eso requiere de programas nacionales y/o provinciales con base en la industria local y la capacitación laboral. Y la dirigencia está muy en otra. La industria «facilonga», la que no genera casi valor agregado, es usar esas maderas excelentes para hacer carbón, briquetas, fabricar electricidad o, peor aún, «cocinar» quebracho y volver a exportar tanino, como en la Década Infame. Hablando justamente de aquella década, la población juvenil expulsada desde los ’40 por la arbustización terminó confluyendo en las villamiserias de las megalópolis de la llanura chacopampeana. El asunto era menos grave cuando al menos en esos sitios había una fuerte industria nacional ávida de mano de obra. Pero esa industria también ha venido muriendo desde 1975, y la educación pública, ni te cuento. Hoy, si en la punta rural y provinciana del problema hay una descapitalización por ruina de la capacidad productiva de la tierra, en la otra punta, la urbana, hay el fenómeno del hacinamiento, la marginalidad y la ingobernabilidad. El problema no es sencillo y local, sino complejo y nacional. Pero no hay gobernador del NEA que entienda la arbustización. No conocen la palabra. No aparece en sus discursos. Tampoco lo oí de boca de ningún presidente/a de la Nación. Eso, en el país más arbustizado del planeta. No es el caso del pez que no percibe el agua porque está en el agua. Tiene otra lógica, más perversa y tributaria: los beneficiarios de que los bosques Amarillos se recataloguen como Verdes revientan la tierra un par de décadas, fugan la plata y están hechos. Y si fuera por el estado nacional y la AFIP, se sembraría soja hasta en la base Marambio. Y ahora, ya no sólo es la soja sino el regreso de la pseudoindustria del tanino, que viene a caranchear los quebrachos todavía en pie. Pero ojo, nos advierte Michelle Battaglia, es «para que no se incendien».

Daniel E. Arias

La ciberdefensa puede ser la creadora de demanda para una verdadera industria nacional del software

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En este video de  menos de un minuto y medio, nuestro amigo Jorge Zaccagnini desarrolla para el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa. una aplicación concreta de una idea que hemos defendido en AgendAR. Y que la economista Mariana Mazzucato ha expuesto en sus libros: el papel del Estado como el demandante de tecnología que estimula a la industria nacional para que la incorpore. En este caso, las necesidades de la ciberdefensa pueden contribuir a que nuestra industria del software sea más que una exportadora de líneas de código.

Descubren en La Rioja huellas fósiles que aportan información novedosa sobre mamíferos extintos

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Por primera vez, dos paleontólogas del CONICET hallaron en La Rioja huellas fósiles de dos géneros de mamíferos, macrauquénidos y toxodóntidos basales, que habitaron Sudamérica hace 10 millones de años en un período geológico conocido como Mioceno.

Su análisis y el de su entorno permitió determinar su masa corporal y arrojar información sobre su hábitat. El nuevo trabajo, cuyos resultados se describen en Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, brinda información novedosa sobre dos especies que fueron protagonistas de una singular fauna de mamíferos completamente extinta.
“Nuestra investigación se centra en el estudio de huellas fósiles de 10 millones de años de antigüedad producidas por mamíferos, más específicamente ungulados nativos extintos. Estos conformaban una diversa fauna completamente diferente a la actual que se originó hace aproximadamente 60 millones de años cuando Sudamérica era una gran isla. Eran animales que caminaban usando sus dígitos o dedos recubiertos por pezuñas y que tuvieron un gran éxito en términos de diversidad y abundancia durante el Mioceno”, afirma Rocío Vera, primera autora del trabajo, licenciada en Paleontología y becaria doctoral del CONICET en el Instituto de Estudios Andinos “Don Pablo Groeber” (IDEANUBA-CONICET). Las huellas fósiles fueron descubiertas en la localidad de Vinchina, en la provincia de La Rioja, un sitio donde afloran rocas con una antigüedad de alrededor de 10 millones que portan escasos restos óseos pero abundantes huellas fósiles con una excelente calidad de preservación. “Esta cualidad es lo que nos permitió realizar inferencias sobre características biológicas y ecológicas de macrauquénidos y toxodóntidos”, indica Verónica Krapovickas, líder del trabajo, investigadora del CONICET en el IDEAN y directora de la tesis doctoral de Vera, agrega que esos mamíferos extintos ya estaban descritos por la ciencia, pero aún no se habían encontrado sus huellas. Krapovickas y Vera realizaron reconstrucciones tridimensionales, análisis morfológicos, estimaciones de masa corporal basadas en huellas y comparaciones con huesos fosilizados y lograron determinar que correspondían a macrauquénidos y toxodóntidos basales. Así como los animales extintos son clasificados con nombres científicos según la especie, familia o grupo al que pertenecen, lo mismo ocurre con las huellas que en el caso de las descubiertas en La Rioja para los macrauquénidos se catalogaron como Macrauchenichnus troyana. De un total de 31 huellas de ese tipo medidas con un largo promedio de poco más de 8 cm y ancho promedio de 9 centímetros (cm), las especialistas del CONICET estimaron que esos mamíferos tenían un peso corporal de 135 kilogramos (kg) en promedio. Las huellas de toxodóntidos recibieron el nombre de Llastaya yesera y se hallaron en total 43 con un largo y ancho promedio de 7 cm. Con estos y otros datos las autoras del estudio e integrantes del Grupo de Estudios Paleobiológicos en Ambientes Continentales del IDEAN estimaron que su peso corporal promedio era de casi 75 kg. Krapovickas y Vera también analizaron las rocas, donde fueron halladas las huellas fósiles, y restos de maderas fosilizadas y concluyeron que los mamíferos extintos estudiados vivían en praderas y bosques desarrollados bajo climas áridos cercanos a ríos y lagunas, similares a los paisajes del noreste argentino. “Junto con la presencia de huellas de otros mamíferos y aves, podemos reconstruir un retrato completo de esos tiempos”, destaca Krapovickas quien es licenciada en Biología y doctora en Ciencias Geológicas. Los macrauquénidos y toxodóntidos no poseen representantes vivos. “Sin embargo, comparten algunas características de forma convergente con algunos mamíferos actuales. Si bien tienen historias evolutivas muy distintas, los macrauquénidos y los camélidos tienen cuerpos robustos con extremidades elongadas, cuellos largos, hábitos alimenticios similares y hasta comparten los mismos hábitats, siendo así que donde hallamos las huellas hoy caminan guanacos y vicuñas”, señala Vera. Por otro lado, los toxodóntidos tradicionalmente fueron comparados con rinocerontes. “Los que vivieron en Vinchina eran de porte menor, quizás más similares a un tapir”, ejemplifica Vera. “Los restos óseos de estos mamíferos en el norte de Argentina y de Sudamérica son escasos, fragmentarios y discutidos. El hallazgo de abundantes huellas bien distribuidas a lo largo de los paleoambientes de Vinchina revela que existió un vínculo espacial entre las faunas patagónicas, tan bien conocidas, y las de latitudes medias, que hasta ahora sólo estaban representadas por restos menos informativos”, destaca Vera. Y agrega: “Nuestro trabajo aporta información novedosa sobre cómo eran las asociaciones de ungulados previamente al Gran Intercambio Biótico Americano, un evento clave en la historia de la biodiversidad actual que comenzó cuando Sudamérica y América del Norte se unieron a través del Istmo de Panamá”. En los últimos años la Formación Vinchina ha sido foco no sólo de estudios que abarcan aspectos paleontológicos, geológicos y arqueológicos sino también de actividades turísticas. “Tal el interés por las huellas fósiles que los guías locales incluyen en sus recorridos puntos de observación de huellas fósiles siendo la misma comunidad quien hace los descubrimientos más interesantes”, afirma Krapovickas. Y concluye: “Parte de nuestras investigaciones está muy arraigada a este sitio, por eso  nuestra intención es nutrir de conocimiento y herramientas a la comunidad riojana en agradecimiento por su participación activa en la conservación del patrimonio”. En su artículo, ambas paleontólogas agradecen especialmente a la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos, La Rioja, particularmente a Ana Mercado Luna y Carlos Ariel Ormeño por su colaboración.
Para acceder al artículo publicado en la revista científica (en inglés), cliquear aquí.

El uso de la capacidad industrial instalada de la industria aumentó al 68,6%

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El uso de la capacidad instalada en la industria subió en septiembre al 68,6%, 2,3 puntos porcentuales por encima del 66,3% de igual mes del año pasado, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Los bloques sectoriales que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general fueron Productos minerales no metálicos, con 83,3%: Metálicas básicas, 81,4%; Papel y cartón, 78,5%; Refinación del petróleo, 77,9%; y Sustancias y productos químicos, 69,8%. Los bloques sectoriales que se ubicaron por debajo del nivel general fueron productos Alimenticios y bebidas, 68,6%; Edición e impresión, 65,9%; Automotriz, 65,6%; Tabaco, 63,5%; Textiles, 62,6%; Metalmecánica, 56,3%; y Derivados del caucho y plástico, 55,3%. El correlato con el nivel de actividad industrial La variación en la utilización de la capacidad instalada tuvo su correlato con el nivel de actividad de la industria que aumentó de manera interanual 4,2% durante septiembre, pero retrocedió 0,2% respecto a agosto.
De esta manera, en los primeros nueve meses del año, la actividad industrial acumuló un alza de 6%.
La semana pasada, el secretario de Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, afirmó que «en el mundo ven a Argentina como un activo público global por todo lo que tiene para ofrecer», principalmente en materia de energía, alimentos, minería y economía del conocimiento.  

¿Ya nos olvidamos del Covid?

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En su valioso newsletter de información política, DesPertar, el periodista Marcelo Falak hace la pregunta del título, y agrega un reflexión. La reproducimos: Los casos documentados de covid-19 fueron 1.485 y crecieron 9,4% en la última semana, aunque, por suerte, se mantienen en niveles bajos. Sin embargo, hubo que lamentar ocho nuevas muertes. El Gobierno parece haber perdido el interés en instar a la gente a vacunarse y en la Ciudad de Buenos Aires la inmunización ha pasado a ser silvestre: cada cual va a recibir una dosis si le parece y sin que ninguna autoridad se esfuerce en explicar si hace falta, en qué casos y cuánto tiempo después de recibida la anterior. Nadie comunica casi nada. Ayer fui a la sede de San Lorenzo en Avenida La Plaza y el panorama era propio de un desierto. De los 300 aplicadores que supieron trabajar allí, solo quedan nueve. Si bien el sábado en ese centro se habían suministrado 800 vacunas a personas pertenecientes a grupos de riesgo, el inicio de los refuerzos a la población general resultaba ayer desalentador –ver foto–, con una veintena escasa de personas esperando su turno alrededor de las 10 horas en un salón que fue drásticamente «achicado». La relativa tranquilidad actual es producto de una campaña de vacunación que supo ser intensa y de una inmunización conseguida por las malas debido a una circulación arrasadora del virus, que hizo que muchos hayamos debido llorar a alguna de las 130.011 víctimas acumuladas hasta el momento. «Vemos que de los 21 millones de argentinos que se dieron el (primer) refuerzo, solo 6 millones recibieron el segundo entre abril o mayo. El problema es que hay 15 millones que hace casi un año no reciben ninguna dosis», dijo el jueves Patrick Bergstedt, vicepresidente comercial de Moderna, quien exploró con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, modos de concientizar a la gente sobre el hecho de que «el covid no va a desaparecer, va a continuar mutando y se va a quedar a vivir con nosotros». Que las autoridades nacionales, provinciales y, en el caso de lo que vi ayer, de la Ciudad de Buenos Aires, se pongan media pila. Al menos por un rato, entre tanta rosca y polémica boba.

Un paradigma posneoliberal está surgiendo… en Estados Unidos

«En ningún otro país ha sido el neoliberalismo más influyente, y el intervencionismo estatal un tema más tabú, que en Estados Unidos durante los últimos 40 años.
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Podría decirse que Estados Unidos fue el país donde la crítica neoliberal al keynesianismo, la celebración del poder de los mercados y el desprecio al Estado se llevaron a sus consecuencias más extremas.
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La famosa afirmación de Ronald Reagan que «el gobierno no es la solución a nuestro problema; el gobierno es el problema» encapsulaba una visión del Estado como una maquinaria ineficiente y derrochadora que debía mantenerse a raya para permitir el florecimiento de la iniciativa privada.
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En el centro-izquierda, esto fue seguido por puntos de vista antiestatistas similares, como lo ejemplifica la famosa afirmación de Bill Clinton de que «la era del gran gobierno ha terminado» en su discurso sobre el Estado de la Unión de 1996.
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Sin embargo, la sucesión de crisis que hemos vivido en la última década parece conducir a un alejamiento del dogma neoliberal, que si acaso es aún más pronunciado en Estados Unidos que en Europa.
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Las guerras comerciales de Donald Trump con China y Europa ya habían alterado muchos supuestos bien arraigados sobre lo que constituía una política económica aceptable. Este cambio de paradigma se está haciendo más evidente como consecuencia de las políticas económicas de Joe Biden, que han incluido grandes programas de inversión pública por valor de billones de dólares y un fuerte énfasis en la política industrial, como se ha visto con la recientemente aprobada Ley CHIPS y de Ciencia, que pretende convertir a EE.UU. en un centro de producción de semiconductores, reduciendo así la dependencia del país de Asia Oriental y Taiwán para este material estratégico.
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Estas diversas tendencias demuestran que la fe en la globalización y en la sabiduría superior de los mercados que marcaron la era neoliberal se están desvaneciendo y que algo nuevo está en marcha.
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¿Pero qué tipo de nuevo paradigma está surgiendo? Para abordar esta cuestión, nos sentamos con Felicia Wong, Presidenta y Directora General del Instituto Roosevelt, que ha contribuido a liderar esta transición en la elaboración de políticas en Estados Unidos.
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Como destaca Wong, «el neoliberalismo puro ha perdido su influencia. Pero el nuevo paradigma sigue siendo algo hacia lo que estamos luchando», ya que se está desarrollando una importante lucha política e ideológica entre la izquierda y la derecha en dirección al mundo posneoliberal.
. Paolo Gerbaudo.- En 2020 usted escribió un influyente análisis del panorama argumentando que estábamos asistiendo a un abandono del dogma neoliberal. ¿Podría explicar por qué cree que el neoliberalismo ha desaparecido?
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Felicia Wong.- El neoliberalismo critica el papel del gobierno en la economía. Para los neoliberales, muchas herramientas del gobierno son ilegítimas, y sólo deben utilizarse en caso de emergencia o con fines de seguridad nacional. Pero ahora hay una ola en la dirección opuesta que está haciendo que la acción directa del gobierno -tanto la inversión como la elaboración de normas- sea una parte más habitual de la gestión de la economía.
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En el Instituto Roosevelt hemos defendido durante al menos los últimos ocho años que la política debe reclamar todas las herramientas del gobierno: desde la fiscalidad hasta la política industrial, pasando por las infraestructuras y la planificación. Por razones tanto de escala como de velocidad, muchos de los retos de nuestro tiempo requieren una acción gubernamental afirmativa: descarbonizar nuestra economía y luchar contra el cambio climático; crear una mayor equidad racial, de género y de riqueza; construir una infraestructura manufacturera norteamericana más fuerte. Este papel más audaz y robusto del gobierno va en contra del pensamiento neoliberal de la década de 1980 en adelante, y creo que los estadounidenses y la política dominante estadounidense han aceptado cada vez más la necesidad de ello.
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En cualquier caso, nos hemos alejado del viejo manual de Reagan e incluso del viejo manual de Clinton. El componente libertario, de pequeño gobierno y bajos impuestos del neoliberalismo ha perdido gran parte de su poder explicativo y su dominio político, aunque sigue siendo el estándar en la forma en que mucha gente piensa que funciona la economía. Ahora, tenemos que asegurarnos de que el gobierno trabaja realmente en favor del interés público y de que es democrático.
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P.G.- ¿Cuáles son las razones del declive del neoliberalismo? ¿Es realmente su fin?
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F.W.- El neoliberalismo ya no es hegemónico en la política estadounidense, en gran medida por sus fracasos: malos indicadores económicos, desigualdades galopantes y evidentes excesos empresariales.
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Es cierto que muchos elementos del neoliberalismo persisten, porque están arraigados en las relaciones económicas y de poder existentes. El neoliberalismo ha permitido el crecimiento de megacorporaciones con un poder de mercado desmesurado en sectores como el tecnológico, el farmacéutico, el agrícola y el minorista, y su poder es muy difícil de frenar.
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Pero en los debates políticos, el cambio es muy evidente: hay un fuerte impulso a las políticas económicas que se centran en una mayor igualdad y resistencia. Y las actitudes hacia la globalización han cambiado sustancialmente: como dice Rana Foroohar en su reciente libro Homecoming, nos dirigimos hacia un mundo más local y menos globalizado, y en el que se da más importancia a la creación de economías locales resistentes, en lugar de deslocalizar puestos de trabajo a países con salarios bajos.
. P.G.- ¿En qué medida este cambio en el sentido común político es resultado del trabajo del Instituto Roosevelt?
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F.W.- Creo que nuestro trabajo ha tenido un impacto, aunque por supuesto hay muchos otros factores. El Instituto Roosevelt ha crecido mucho. Hemos estado a la vanguardia de los debates sobre la política industrial, hemos presentado argumentos económicos en apoyo de un New Deal verde y, durante una década, hemos defendido los principios económicos de un mayor poder de los trabajadores y un poder financiero y empresarial menos extractivo. Tanto en términos de presupuesto como de personal, ahora somos cinco veces más grandes que cuando empecé. Lo más importante es que muchas de las ideas de Roosevelt han cobrado importancia, pero eso no se debe únicamente al Instituto. Se trata más bien de una transformación colectiva. Hay muchos otros think tanks que han trabajado en este ámbito.
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Somos relativamente pequeños; nuestro presupuesto es una décima parte del de organizaciones más grandes. Pero hemos encontrado un nicho estratégico en lo que describimos como ‘cambio de paradigma’. Reunimos a economistas, politólogos y expertos en comunicación para pensar en la transformación a largo plazo y en las políticas e ideas necesarias para ello.
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Las condiciones externas también han contribuido a este cambio. La pandemia de Covid y, antes de eso, la recuperación del bajo crecimiento de la crisis de 2008 han demostrado que el viejo pensamiento económico no estaba funcionando. En cierto modo, la presidencia de Donald Trump, con su ruptura de las viejas reglas neoliberales sobre el comercio y el déficit, mostró que era posible un cambio de paradigma. En la izquierda, figuras como Bernie Sanders y Elizabeth Warren han impulsado la política económica y también este cambio. Nuestro trabajo en Roosevelt complementa ese pensamiento, al realizar investigaciones y desarrollar visiones políticas a largo plazo, algo en lo que los políticos a menudo carecen de recursos para llevar a cabo.
. P.G.- ¿Por qué razón está siendo sustituido el consenso neoliberal?
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F.W.- Mientras que el declive del neoliberalismo está bastante claro, lo que viene a continuación es incierto. La gran pregunta es si el nuevo paradigma será más igualitario, más progresista y más inclusivo o lo contrario. Hay una versión de la historia que termina con una especie de etnonacionalismo de derechas, donde en lugar del neoliberalismo nos sumergimos en un conservadurismo de línea dura. El riesgo es una especie de alternativa autocrática, autoritaria o incluso fascista al neoliberalismo.
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Pero ese no es el único escenario posible. También hay una salida progresista e inclusiva del actual estancamiento, y eso es por lo que han estado luchando los progresistas en Estados Unidos, y lo que Biden ha avanzado en parte. . P.G.- Uno de los niveles en los que el cambio respecto a la sabiduría neoliberal parece ser más evidente es en el contexto de la política industrial y comercial. ¿Qué importancia considera que tiene la actuación de Biden en este ámbito?
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F.W.- El desarrollo de una estrategia industrial ha sido un objetivo clave de la administración Biden, y ha sido fundamental en la legislación aprobada en los dos últimos años. Las políticas de la administración se han centrado en el lado de la oferta y en los trabajadores que forman parte de esa oferta.
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Algunas de estas políticas están destinadas a estabilizar el mercado laboral, lo que constituye un paso esencial para llevar a cabo una estrategia industrial. Otras se centran en las infraestructuras, en las que se han invertido 1.2 billones de dólares, y otras se dirigen a la tecnología y a los componentes tecnológicos estratégicos. Quizá el ejemplo más notable sea la Ley Chips y de Ciencia, que supone una inversión de 250.000 millones de dólares en semiconductores y en investigación básica. La administración Biden también ha puesto en marcha medidas destinadas a desarrollar nuestra capacidad de fabricación ecológica, que abarcan desde bombas de calor hasta turbinas eólicas y paneles solares, aunque obviamente los vehículos eléctricos reciben mucha atención.
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El gobierno está, pues, asumiendo un papel de liderazgo en el fortalecimiento de partes de la cadena de suministro y de nuestra capacidad para construir cosas en áreas que el mercado no ha sido capaz de proporcionar. . P.G.- A menudo estas políticas se presentan también como si tuvieran un elemento social. Pero, ¿hasta qué punto esta estrategia de deslocalización va a contribuir a la mejora económica de las antiguas regiones industriales empobrecidas de Estados Unidos?
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F.W.- Si nos fijamos en los detalles de estas leyes, piden que se construya en regiones de Estados Unidos que desde los años 80 han sido realmente diezmadas, como en el llamado Cinturón del Óxido del Medio Oeste y el Noreste. La idea es llevar la fabricación, el empleo, las infraestructuras y la banda ancha a estas regiones del país.
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El proyecto de ley Chips prevé la creación de unos 20 centros regionales diferentes para la fabricación de semiconductores, que por el momento se encuentran en un 80% en Asia, en el este de Asia, y en particular en Taiwán. Esto va a ser un gran reto, y depende en gran medida del diseño de las políticas. Pero hay una oportunidad real para que las comunidades y los trabajadores se beneficien de este cambio de política. . P.G.- Los republicanos se ven como probables ganadores de las elecciones de medio mandato. ¿Podría esto detener el alejamiento del neoliberalismo que usted describe?
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F.W.- Si los republicanos ganan una o ambas cámaras, sin duda será muy difícil que los demócratas puedan hacer algo más a nivel legislativo. Algunos también afirman que los demócratas no han hecho lo suficiente durante su período en el poder. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es que la actual coalición demócrata va de gente como AOC a gente como .Joe Manchin, y su mayoría es muy estrecha.
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Cuando Franklin Delano Roosevelt y Lyndon B. Johnson crearon el New Deal y la Gran Sociedad, tenían algo así como un 70% de mayoría en el Congreso. Ahora mismo, el Senado está dividido casi por igual, y por eso ha sido tan difícil y ha llevado tanto tiempo aprobar leyes. Si los republicanos ganan en las elecciones de medio mandato, las cosas se pondrán ciertamente más difíciles para la agenda económica progresista.
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Pero no creo que se produzca una reversión completa de este giro posneoliberal. Los planes de inversión de la administración Biden ya han sido aprobados y el dinero asignado: sólo queda gastarlo. Gran parte de la atención debe centrarse ahora en cómo vamos a aplicar la legislación que ya hemos aprobado. El problema del diseño de la política y el impacto real de esta legislación apenas han comenzado. . P.G.- Usted ha subrayado a menudo que las políticas redistributivas deben ir acompañadas del desarrollo de las instituciones democráticas. ¿Qué quiere decir con esto y por qué cree que es tan importante?
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F.W.- No hay justicia social sin democracia. Necesitamos que los ciudadanos y los trabajadores participen en las decisiones que les afectan.
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En cuanto a los proyectos de infraestructuras, tenemos que hacer que la gente forme parte del proceso de planificación. Cualquier proyecto de construcción requiere conciliar intereses contrapuestos. El riesgo es que repitamos los errores cometidos en el pasado con los proyectos de infraestructuras que a menudo afectaron negativamente a las comunidades obreras y negras, provocando la segregación y la exclusión. Para evitarlo, es necesario que las comunidades participen de forma afirmativa en el proceso de planificación. No es fácil, pero en el futuro debemos gestionar estos productos de forma diferente a como lo hemos hecho en el pasado.
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También es importante llevar más democracia al lugar de trabajo. Estamos asistiendo a una enorme ola de sindicalización, y los sindicatos son más populares ahora que en los últimos 75 años. Tenemos que asegurarnos de que los trabajadores no sólo reciben mejores salarios, sino que también pueden opinar sobre sus condiciones de trabajo, sobre su horario y sobre cosas como la seguridad en el lugar de trabajo. Sólo así podremos conseguir que el mundo posneoliberal sea más justo socialmente y más democrático, y que la gente vea que el gobierno es suyo.»
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Habla el vice ministro de Economía. Y nos deja preocupados

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El secretario de Programación Económica y «espada técnica» del Ministerio de Economía, Gabriel Rubinstein, hizo este lunes afirmaciones que, más allá de que sean ciertas o parciales, alimentaron las percepciones negativas sobre la situación económica actual (más bien, sobre la situación financiera, precisamos nosotros). Reproducimos la versión más completa de sus dichos:

La charla fue en el marco del 14° Simposio de Mercado de Capitales y Finanzas Corporativas, organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). “Apenas las cosas van bien, los políticos empiezan con que, frente a cada necesidad, nace un derecho y con eso podemos hacer cualquier cosa. Massa cambia la impronta en la dirección correcta aunque el camino es sinuoso. No sabemos hasta dónde vamos a llegar, pero él tiene una capacidad de trabajo fenomenal y de negociación grande. Yo aporto desde lo macro en el tema fiscal y cambiario”, afirmó durante un evento en el Yatch Club de Puerto Madero. En diálogo con Douglas Elespe, presidente y CEO de FIX y presidente del Comité de Certificaciones Financieras Internacionales de IAEF, y Marcelo Fell, presidente de IAEF, que destacaron su “sinceridad”, Rubinstein sumó «Haberse apartado de la macroeconomía que había hace 20 años, en los primeros años de Néstor Kirchner, con 3% de superávit comercial, 2% de superávit en cuenta corriente, US$ 40.000 millones de reservas netas, 5% de inflación, una tasa de interés del 6%, sin control de precios y ningún tema cambiario, es “para pegarse un tiro”.

También se refirió a su decisión de ser parte del equipo de Massa. Sostuvo que “no existe que te pongan el aparato del Estado a favor”, y que “siempre es más fácil ser consultor que meterse en el fango”.

En este sentido, dijo que el país experimenta una baja en la demanda de dinero, que es equivalente a aumentar el déficit fiscal, pero que, si se pudiera equilibrar eso, se vería que el déficit fiscal del año próximo, del 1,9%, “cuesta uno y la mitad del otro porque todos los días hay quejas del Congreso, del Gobierno y de la oposición”.

“Si lo logramos (cumplir la meta de 1,9% de déficit), sería compatible con una inflación para el año próximo del 50%, 60%, mientras que el 100% de este año es overshooting, inercia”, agregó.

En este punto volvió a defender el acuerdo Precios Justos, porque es coincidente, según su opinión, con una inflación mensual del 4% y anual del 60%.

Un 60% de inflación es horrible, pero 60% es mejor que 100% y pone mejor el panorama para cualquier gobierno que venga. Yo no creo que cuanto peor, mejor. Cuanto mejor, mejor”, continuó.

Según el viceministro de Massa, el objetivo es déficit fiscal cero y un tipo de cambio único. Sostuvo que el tipo de cambio único es, quizás, “la llave”, pero que para eso se necesita orden fiscal y reservas, porque hay que lidiar con el mercado de pesos y hay que poder intervenir.

“Se necesitarían US$20.000 millones de reservas netas para que no nos tumben las noticias económicas. No se puede liberar el cepo o sí, pero con alto riesgo. Para nosotros, abrirlo con riesgo no tiene sentido”.

De acuerdo con esto, dijo que, si hay controles, tienen que funcionar bien, y que el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) trata de que no se afecte la producción, pero es un embudo.

“Es como eran los hospitales en la época del Covid. Había un stress por la cantidad de pacientes que ingresaban y había que ir dividiéndolos entre los que iban a terapia, los que quedaban internados y los que volvían a la casa. Se está trabajando para que el SIRA funcione lo mejor posible, sabiendo que todos quieren dólares y que hay empresas que se stockearon para ocho a 10 años, y no las condeno”, graficó.

Congreso IAEF. Gabriel Rubinstein
Congreso IAEF. Gabriel RubinsteinMauro Alfieri .

“Son cosas transicionales. No tienen sentido per se, pero si uno piensa que en algún momento vamos a tener más dólares por dólar soja 1, dólar soja 2 o préstamos, estas restricciones tendrán sentido, lo mismo que el acuerdo de precios. Hay que llegar a una macroeconomía ordenada como la de hace 20 años y seguir discutiendo cuestiones puntuales como qué hacemos con Aerolíneas, reformas laborales, bajas de impuestos. Avanzaremos todo lo que se pueda y esa es la vida”.

Consultado, en tanto, por Elespe, dijo que cualquier unificación del tipo de cambio va a tener un componente devaluatorio y que seguro el tipo de cambio y los salarios están retrasados.

Quizás lo único que está adelantado es el margen empresario, pero no es para pegarles un palo. En algún momento empezaron a fijarse en los dólares alternativos y a pricear eso porque la brecha genera mucho desorden. Ahora el juego es como desarmar el rompecabezas. Te dicen unificá y listo y ¿Cuál es el riesgo? Si devalúas y sale mal, podés terminar en un Rodrigazo”.

En cuanto a la reducción del déficit fiscal de cara a 2023, dijo que va a ser de cerca de un punto porque de 2,8% se pasará a 1,9% ya que el 2,5% de este año no era tal porque hubo una “triquiñuela contable”. “El Fondo Monetario ve con simpatía que no sigamos con ese desvío que podríamos haber peleado. A futuro espero que no haya que hacerlo si hay un desbande. Espero que no lo haya”, apuntó y agregó que quieren bajar el déficit no porque lo pida el Fondo sino porque si no lo tienen que financiar con inflación.

Además, se refirió a las restricciones políticas y dijo que son grandes, pero no las vinculó a la participación de Cristina Kirchner en el gobierno. En ese sentido, dijo que si ella no estuviera, la interna estaría en la calle con los piqueteros.

«No hay consenso sobre un plan de estabilización. Quizás algunos se asustaron con lo de julio y por eso el presupuesto se aprobó con más votos que en los últimos años, pero va a ser difícil que se cumpla porque las demandas son permanentes y serán más fuertes en un año electoral. El equipo económico está muy comprometido, pero eso no quiere decir que confiamos que se va a cumplir, es una lucha diaria. No hay conciencia política de bajar el gasto. Ningún ministro quiere que se lo bajen porque piensan que se los quiere desplazar. Yo no soy el doctor No, hay varios, pero está instalado que se gasta y después se ve cómo se paga”.

Misión Artemis: la NASA lanzó con éxito su flamante megacohete para volver a la Luna

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La NASA lanzó ayer desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, su nuevo megacohete lunar SLS y la nave espacial Orion en una misión de 6 semanas alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra. El objetivo del viaje, que se realiza sin tripulantes en el marco del programa Artemis I, es en un futuro llevar astronautas al satélite para realizar exploraciones prolongadas.

Este es el primer vuelo del programa de exploración lunar de la NASA del siglo XXI que fue bautizado Artemis (Artemisa) por la hermana de Apolo. Durante las misiones del siglo pasado bautizadas con el nombre del dios, 12 astronautas aterrizaron en la Luna entre 1969 y 1972, con estancias de unos pocos días. Ahora la NASA quiere establecer una base lunar en las misiones Artemis en la que los astronautas puedan permanecer allí varias semanas. El despegue de la misión Artemis I se produjo a las 3.48, hora Argentina, 44 minutos más tarde de lo previsto porque fue necesario reemplazar una conexión informática y subsanar fugas intermitentes detectadas horas antes durante el repostaje de la etapa superior con hidrógeno y oxígeno líquidos. La misión ya se había pospuesto dos veces: el 29 de agosto, debido a un sensor de temperatura defectuoso; y el 4 de septiembre, por una fuga de hidrógeno líquido en una interfaz entre el cohete y el lanzador móvil. Qué harán el cohete y la nave Orion A medida que la nave Orion orbite alrededor de la Tierra, desplegará sus paneles solares y la etapa de propulsión criogénica provisional (ICPS) le dará el gran impulso necesario para abandonar la órbita de la Tierra y viajar hacia la Luna. A partir de ahí, Orion se separará del ICPS unas dos horas después del lanzamiento. En tanto, el ICPS desplegará una serie de pequeños satélites, conocidos como CubeSats, para realizar varios experimentos y demostraciones de tecnología. El plan es que la nave espacial vuele luego más allá de la Luna, más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave construida para humanos, cerca de 450.000 kilómetros desde la Tierra. Además, para comprobar el nivel de sustentabilidad y mantenimiento de la nave, con vistas a ser ocupada en el futuro por personas, permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial y regresará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca. El viaje de ida a la Luna llevará varios días, tiempo durante el cual los ingenieros evaluarán los sistemas de la nave espacial y, según sea necesario, corregirán su trayectoria. El segundo vuelo de Artemis, ya con tripulación, volará en una trayectoria diferente y probará los sistemas críticos de Orion con humanos a bordo. Para ese entonces el cohete SLS deberá evolucionar ya que las condiciones cambian cuando el objetivo es llevar personas al espacio. Las futuras misiones de exploración con tripulación a bordo de Orion se ensamblarán y acoplarán con la futura Estación Orbital de enlace lunar Gateway. El siguiente paso sería Marte, quizá a finales de la década de 2030 o principios de la década de 2040.

Principales socios comerciales de EE.UU. y de China, en el 2000 y en 2020. La batalla que ya se dió

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También puede decirse, los 20 años que cambiaron el planeta.

(agradecimiento a Pedro Baños Bajo)