El desguace del sistema científico argentino

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Un informe detallado y preciso muestra que, durante el primer semestre de 2024, el gobierno de Javier Milei ejecutó un profundo recorte del 34,5 % en los fondos destinados al sector de ciencia y tecnología, lo que dejó al sistema con niveles de inversión solo comparables con años que marcaron algunas de las crisis más graves que vivió nuestro país como 1976 y 2002.

Asimismo, los salarios de los trabajadores del área se desplomaron 26 puntos reales por debajo de los valores de noviembre de 2023.

A lo largo del año pasado, durante los largos meses de campaña electoral, el entonces candidato, Javier Milei recorría programa tras programa de televisión anunciando con cierto tono festivo que, entre sus planes de ajuste del Estado, estaba el cierre del CONICET. Mientras tanto, su ejército de trolls organizaba un festival de fake news en las redes sociales para desprestigiar el trabajo de los científicos argentinos. Una vez en el poder, puso su motosierra a toda marcha y, de seguir por este camino de desfinanciamiento, las consecuencias sobre el sistema científico tecnológico nacional pueden ser tan o más graves que las provocadas por la Noche de los Bastones Largos, o los 10 años de convertibilidad pero en un plazo mucho más corto.

Un estudio recientemente publicado vino a poner en cifras este crítico escenario al realizar un balance de lo ocurrido con el sector CyT durante el primer semestre de 2024. El trabajo fue realizado por el grupo EPC, integrado por investigadores, analistas y consultores con experiencia en la gestión de políticas de ciencia, tecnología e innovación, en el marco del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI). El equipo, cuyo director es Nicolás Lavagnino, elabora informes periódicos de seguimiento de la actividad, presupuesto y evolución de los salarios en el sistema científico nacional.

El trabajo, que lleva por título “Un punto de inflexión histórico”, considera que las acciones del gobierno libertario durante la primera mitad de año han significado “una abrupta reconfiguración de la política hacia el sector de ciencia y técnica”. Inmediatamente, el estudio se aboca al análisis del presupuesto nacional para señalar que la nueva administración se fijó como objetivo la eliminación del déficit fiscal para lo cual llevó adelante un ajuste presupuestario de entre 4 y 5 puntos del PBI. De esta manera, los recursos ejecutados para la administración pública nacional cayeron un 29,5% real en comparación con el primer semestre de 2023.

En este escenario de brusco recorte, el informe subraya que el deterioro fue aún mayor en la inversión en el sistema científico ya que la función CyT del presupuesto nacional descendió un 30,4% real contra 2023. Y más aun, todo lo relacionado con la extinta jurisdicción 71 – MINCyT (que incluye a la actual Secretaría de ICT, el CONICET, la Agencia I+D+i y la CONAE) ha sufrido una retracción del 37,7% real. Además, la investigación muestra que este descenso ha sido progresivo, empeorando en la comparación contra el año anterior en todos y cada uno de los meses del año. “Se trata de un ajuste realizado en apenas siete meses que es más abrupto que el llevado a cabo en los cuatro años de la gestión de Mauricio Macri”, sostiene.

Posteriormente, el informe toma en cuenta la ampliación presupuestaria realizada por el decreto 594-2024 y la información provista por el Poder Ejecutivo en su informe de Avance del Presupuesto del 30 de junio, para proyectar la situación del sector hacia fin año. En ese sentido, concluye que el crédito presupuestario para el sistema de CyT es del orden de 1,24 billones de pesos, lo que implica un derrumbe de la función CyT al 0,208% del PBI, “que solo es homologable a otras dos fechas aciagas: 1976 y 2002”.

Para dar cuenta de la dimensión brutal de esta debacle, vale señalar que en 2023, último año de mandato del gobierno de Alberto Fernández la función CyT se ubicaba en el 0,302% del PBI, luego de haber crecido un 43% real a lo largo de sus cuatro años de mandato. Esto significa que hacia fines de este año la retracción real de los recursos del área alcanzará el 34,5%. “Se trata de un descenso que no tiene antecedentes en la programación presupuestaria de la Argentina desde que la Función se incorporó al sistema de cuentas en 1972”. (Ver gráfico)

Más adelante, el estudio pone la lupa sobre las dimensiones del ajuste sobre los diferentes organismos que forman parte del sistema nacional de ciencia y tecnología. Luego de establecer que en todos ellos cae en términos reales la ejecución presupuestaria durante este primer semestre, señala que la mayor disminución, del 94,2% real, la sufre la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (ex MINCyT), casi desapareciendo del cuadro presupuestario del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI). Le sigue con un descenso del 92,3% real, la inversión del Programa de Desarrollo de la Educación Superior en Universidades Nacionales del actual Ministerio de Capital Humano. Luego se ubica la Comisión Nacional del Actividades Espaciales (CONAE), con una caída del 55,9% real, más atrás aparece la Agencia I+D+i, que retrocede un 47,6% y la CONEA un 31,9%.

Ahora bien, al tomar nuevamente la ampliación presupuestaria y los lineamientos del Informe de Avance, ya citados como programación presupuestaria para el segundo semestre, se proyecta a diciembre un deterioro real para absolutamente todos los organismos que componen el sistema, destacándose la Agencia I+D+i (-66%), la CONAE (-55,9%), el SMN (-32,40%), la CNEA (30,50%) y el INTA (29,40%). “Todo esto supone porcentajes de declinación sin antecedentes en la historia presupuestaria reciente de nuestro país”, sentencia el informe.

Salariazo pero al revés

Al momento de analizar la evolución de los salarios, el estudio parte de caracterizar el escenario como el de una economía marcada por una fuerte aceleración inflacionaria provocada por la violenta devaluación de la moneda decidida por la gestión encabezada por Javier Milei apenas asumió en diciembre de 2023. La lenta y progresiva reducción mensual del costo de vida sumada a recomposiciones salariales decididas de manera unilateral por el Poder Ejecutivo dieron como resultado una marcada pérdida de ingresos reales para todos los diferentes grupos de trabajadores y trabajadoras que forman parte del SNCTI.

El estudio, sin embargo, precisa que estos resultados generales se enmarcan a partir de condiciones iniciales muy heterogéneas entre los diferentes grupos de trabajadores y trabajadoras del sector. Así, mientras los investigadores e investigadoras de la la carrera científica (CIC) y del personal de apoyo (CPA) del CONICET (que implican el 37% del personal de CyT), se habían recuperado notablemente durante el período 2020/2023 – tras haber perdido 28 puntos reales en los cuatro años transcurridos hasta 2019- a un nivel de ingresos similar al de diciembre de 2015, nada semejante ocurrió con los otros agrupamientos.

Por un lado, los ingresos de los investigadores y docentes de las universidades nacionales (que componen casi un 30% del sistema) resistieron mejor el ajuste producido entre 2015 y 2019, pero no se incrementaron en los cuatro años siguientes y permanecieron 12 puntos por debajo de los valores de 2015. Y, por el otro, los trabajadores del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP) que habían perdido 27 puntos reales durante el gobierno de Macri y descendieron otros 11 puntos con el de Alberto Fernández. (Ver gráfico)

En este marco el informe señala que “la política de ingresos del gobierno actual supuso un ataque contra todos los agrupamientos a la vez, generando primero una violenta retracción en el ámbito universitario (sobre todo en diciembre y enero, con una caída de 30 puntos reales), y luego llevando paulatinamente a los otros agrupamientos a un rango similar de deterioro salarial, mediante una política de reducción sistemática mes a mes de los ingresos reales”.

Puesto en números, hacia fines de junio los salarios CIC-CPA se encuentran 26 puntos reales por debajo de los valores de noviembre de 2023, y los salarios en las universidades nacionales han tenido una pérdida de 25,6 puntos. Mientras que los salarios del SINEP, habiendo partido de un nivel más bajo, descendieron 15,6 puntos, alcanzando con ello un umbral cercano a una pérdida de 49 puntos respecto de los valores alcanzados en diciembre de 2015.

Golpe a golpe

En su tramo final, los autores realizan un pormenorizado repaso del conjunto de modificaciones en disposiciones, normativas y estructuras que el gobierno llevo adelante en el SNCTI. En ese sentido, señala que la administración Milei realizó una profunda modificación de la estructura de gobierno y de las jurisdicciones ministeriales, reduciendo y eliminando muchas carteras y subsumiendo otras. Esta decisión en lo que tiene que ver con el SNCTI “significó la abierta desjerarquización del área y la eliminación práctica de las instancias que debían regir la gobernanza del sistema”. Quizá el hecho más representativo de esta política haya sido la eliminación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y su incorporación a la Jefatura de Gabinete, con el rango de subsecretaría de Estado.

Al mismo tiempo, al igual que en el resto de la administración pública, comenzó una política de no renovación de contratos y cese de personal en planta transitoria que afectó al sector. Concretamente, en el ex MINCyT Central, el CONICET, Agencia I+D+i y el INTI, se produjo una serie de despidos y desarticulación de equipos de gestión que tuvo por efecto la paralización concreta de la administración de los respectivos organismos. En el CONICET se produjeron durante los primeros meses de gestión 86 despidos y ceses; en tanto, en el ex MINCyT Central no se renovaron 109 contratos, y en la Agencia I+D+i hubo otras 70 cesantías. En el mes de junio en el INTI no se renovaron 282 contratos y se anunció el cierre de oficinas provinciales que no tuvieran laboratorios.

Por otro lado, el CONICET había resuelto en noviembre de 2023 los resultados de la convocatoria 2022 a la CIC, otorgando 833 nuevos ingresos, pero el alta debía sustanciarse en 2024 y durante este primer semestre no se efectivizaron los ingresos ni de CIC ni de CPA, ni siquiera de remanentes administrativos de convocatorias anteriores. Asimismo, durante 2024 el organismo redujo notablemente la cantidad de becas de doctorado y posdoctorales que adjudicó. Sobre un llamado de 1.300 becas doctorales, se otorgaron 840 y se asignaron 502 becas posdoctorales sobre un llamado de 800. Se mantuvieron las 300 becas de finalización y otras 110 cofinanciadas, pero en total esto supone reducir el total de becas de 2510 a 1752, lo que implica una caída del 30,2% en la cantidad de estipendios concedidos por el organismo. Además, se pospuso el comienzo de las becas a agosto (que finalmente volvieron a posponerse). En conjunto con la caída de los ingresos reales esto derivó en un descenso superior al 30% en el número de postulaciones para nuevas becas otorgadas por el organismo.

A más de un mes de finalizado el primer semestre de este año, período relevado en este trabajo, no se vislumbra ningún cambio en las políticas gubernamentales para el sector, muy por el contrario, lo que avanza son acciones que apuntan hacia una profundización de la parálisis y el desguace del sistema nacional de ciencia y tecnología nacional.

Breve comentario de AgendAR:

Muy buenos datos numéricos. Que le hayan bajado en medio año el 60% del presupuesto efectivo a la CONAE o el 32% a la CNEA tiene la coherencia de pretender ser un enclave agropecuario y exportador de petróleo y gas. Pero en ese enclave reventar a dos entidades imprescindibles para las actividades rurales como el Servicio Meteorológico Nacional y el INTA marca mucha incoherencia y estupidez adicionales.

Industria electrónica: 79% de las empresas redujeron su actividad en los últimos meses

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La Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), presentó un informe sobre la situación económica de su sector, en el que detalla que el 79% de las empresas sufrieron una reducción de su actividad durante el segundo trimestre de 2024. Estas firmas tuvieron, en promedio, una reducción de su producción del 36%. Esto afecta, entre otras cosas, al empleo, aunque siempre es una variable que los empresarios pymes intentan mantener. Según el mismo reporte, el 63% de las empresas mantuvieron su staff, el 25% sufrieron despidos y solo un 12% contrató nuevo personal.

En cuanto a las expectativas para el próximo trimestre, un 38% de los empresarios de CADIEEL piensa que no habrá cambios en la evolución de la economía, un 37% piensa que habrá una recuperación y un 25% cree que la caída será mayor.

El presidente de CADIEEL, y también presidente de la empresa de sistemas de iluminación sustentables Trivialtech, José Tamborenea, dijo: “Por primera vez tenemos una ocupación de fábrica menor al 20% en algunas empresas. Eso no había pasado nunca en nuestro sector y son valores que están por debajo de lo que pasaba en la pandemia. También tenemos un treinta y pico de las empresas que se mantienen entre el 20 y el 40% de la ocupación de fábrica y un 38% que están entre el 40 y el 60% de capacidad operativa. Son promedios muy bajos para poder trabajar”.

Las ventas del sector se vieron afectadas por tres problemas principales: La dificultad de costos para exportar con un precio del dólar poco competitivo, la falta de obra pública nacional que afecta a los sectores de iluminación, y energía de baja tensión principalmente, y el freno de la construcción privada, que afecta a estos dos últimos sectores pero también a la venta de electrodomésticos de línea blanca que se compran para equipar esos edificios.

«La gente tiene que tener salarios más altos para que pueda comprar cosas y debería haber más empleo. Eso no se da en un proceso de ajuste y con menos mercado interno», dice Tamborenea.

“Todos nuestros clientes tienen números para abajo, todos los rubros cayeron. Antes, a vos te enfriaban el mercado nacional porque metían una devaluación pero te mejoraban los costos para exportar, o viceversa. Es la primera vez que estamos caros en dólares, con un Impuesto País que te mata, y un sector interno que no tiene obra pública. No se hacen hospitales, colegios, cárceles, y los municipios tienen pocos recursos para iluminación pública”, contó con preocupación Tamborenea.

El Impuesto País se instauró en 2019 para gravar la compra de dólares para ahorro, y luego se extendió también a los dólares que se usaban para importaciones de bienes y servicios. Entonces, era de 7,5 % y se planeaba aplicar de forma temporal hasta fines de 2024. Apenas asumió Javier Milei, lo aumentó al 17,5 % y lo extendió también al giro de dividendos. La semana pasada se anunció que en septiembre volvería  a ser del 7,5% y que no se va a mandar una ley para extender su aplicación, por lo que a fines de este año debería caer.  Sobre el tema, Tamborenea dice: “Si sacan el Impuesto País, como anunciaron, nos podría ayudar pero muy poquito porque tenemos costos muy altos, como en fletes. Estamos con costos muy altos en energía, crecieron mucho los costos operativos de transporte en general y esto impactó muy duro en la matriz de costo industrial. Nuestra preocupación es que esto se reactive y que esa reactivación la pueda capturar la industria nacional, que es la que da empleo formal, paga impuestos y demás”.

Otra medida importante tomada por el Gobierno que podría llegar a afectar al sector es el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones, conocido como RIGI. La ley que creó este sistema permite muchos beneficios para empresas del exterior que hagan inversiones de más de 200 millones de dólares. Entre estos beneficios, inicialmente se les permitía importar todos los bienes de capital que fueran necesarios sin impuestos ni obligación de cubrir una parte con proveedores locales, y también la posiblidad de entrada y salida de dólares sin los controles de cambio que deben afrontar las empresas locales. CADIEEL pudo trabajar con los legisladores para que insertaran algunos cambios en el proyecto. “El RIGI es un mercado que no existía y que ahora va a existir. Logramos hacer algunos cambios en la ley, por ejemplo, que no se puede aplicar a toda la economía, sino en algunos rubros, y también logramos que haya una integración de la cadena de valor del 20%, no es lo ideal pero es mejor que cero. Ya tampoco es compulsiva, cada provincia tiene que adherir o hacer su propio proyecto. Ahora estamos participando en la reglamentación. El país necesita inversiones, necesita el RIGI, tenemos que dar beneficios para que vengan pero obviamente con la industria nacional adentro, con trabajo argentino. Esas inversiones son de plazo muy largo, que van entrando poco a poco y lleva tiempo la recuperación de ese valor”, dijo Tamborenea.

Hoy también se está trabajando en conjunto con otras cámaras y con la UIA para hacer un proyecto de Ley Pyme, que brinde un marco de beneficios para las empresas locales pero de momento iría en contra del objetivo de déficit fiscal cero planteado por el Gobierno, por lo que las negociaciones no están avanzadas.

Según Tamborenea, hay algunas medidas que el Gobierno está tomando que podrían generar algún grado de reactivación y otras que podrían aplicarse: “Una medida que se está tomando es la de dar créditos, y es importante porque las tarifas de electricidad subieron 300%, más que la inflación, y todavía va a subir otro 300%, y por eso sería bueno que las empresas y personas mejoraran sus instalaciones apuntando a la eficiencia energética, y sin embargo todavía no se está haciendo porque hay muy poca plata en la calle. El crédito podría ayudar. Pero la gente tiene que tener salarios más altos para que pueda comprar cosas y debería haber más empleo. Eso no se da en un proceso de ajuste y con menos mercado interno. Además, los costos de flete son muy importantes y tenemos un país muy grande, tenemos que volver a tener trenes. Nos está pasando que vienen inversores de afuera y les gusta un desarrollo tecnológico que se hace acá, deciden invertir pero piden que la fábrica se monte en Uruguay, Chile o Brasil, porque no es conveniente hacer la inversión acá por más de que todos los que hagan el trabajo sean argentinos”.

 Matías Alonso

Salud mental: casi la mitad de los casos de demencia podrían prevenirse o retrasarse

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Según un estudio, casi la mitad de los casos de demencia en el mundo podrían prevenirse o retrasarse, si se toman en cuenta los 14 factores de riesgo que señalan los expertos.

Se prevé que el número de personas con demencia en el mundo casi se triplique hasta alcanzar los 153 millones en 2050, y los investigadores advierten de que esto supone una amenaza cada vez mayor para los sistemas de asistencia sanitaria y social. Los costes sanitarios y sociales mundiales relacionados con la demencia superan los 1.000 millones de dólares (780.000 millones de euros) al año, según el estudio.

Sin embargo, en un informe sísmico publicado por The Lancet, 27 de los principales expertos mundiales en demencia concluyen que podrían evitarse o retrasarse muchos más casos de los que se pensaba.

Según la comisión sobre demencia de The Lancet, si se actuara sobre 14 factores de riesgo modificables, desde la infancia y a lo largo de toda la vida, se podría evitar o retrasar el 45% de los casos de demencia, incluso aunque las personas vivieran más años. Los resultados se presentaron en la conferencia internacional de la Asociación de Alzheimer en Estados Unidos.

En una entrevista con The Guardian, la autora principal de la investigación, la profesora Gill Livingston, afirmó que cada vez está más claro que millones de personas pueden y deben hacer mucho más para reducir el riesgo de demencia.

Desde la conferencia de Filadelfia, Livingston afirmó: «Mucha gente en todo el mundo cree que la demencia es inevitable, pero no es así. Nuestro informe concluye que se pueden aumentar enormemente las posibilidades de no desarrollar demencia o de retrasar su aparición.

«También es importante subrayar que, aunque ahora tenemos pruebas más sólidas de que una exposición más prolongada al riesgo tiene un efecto mayor… nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para tomar medidas».

Las personas en todas las etapas de la vida, desde los niños hasta los ancianos, podrían tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad -que no tiene cura- o al menos conjurarla hasta una edad más avanzada, añadió Livingston, del University College de Londres.

Basándose en los últimos datos disponibles, el informe añade dos factores de riesgo que se asocian al 9% de los casos de demencia. Alrededor del 7% de los casos están relacionados con un nivel elevado de lipoproteínas de baja densidad o colesterol «malo» en la mediana edad, aproximadamente a partir de los 40 años, mientras que el 2% de los casos son atribuibles a la pérdida de visión no tratada en edades avanzadas.

Estos nuevos factores de riesgo se suman a los 12 identificados por la comisión Lancet en 2020, que en conjunto son atribuibles a cerca del 36% de los casos de demencia, según Livingston.

Se trata de niveles educativos más bajos, discapacidad auditiva, hipertensión, tabaquismo, obesidad, depresión, inactividad física, diabetes, consumo excesivo de alcohol, traumatismos craneoencefálicos, contaminación atmosférica y aislamiento social.

En el informe, los expertos afirman: «El potencial de prevención es elevado y, en conjunto, casi la mitad de las demencias podrían prevenirse teóricamente eliminando estos 14 factores de riesgo. Estos resultados son esperanzadores».

Livingston señaló que también hay nuevas pruebas que demuestran que reducir los riesgos de demencia no sólo aumenta los años de vida sana, sino que también reduce el tiempo que las personas que desarrollan demencia pasan con mala salud.

«Un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular, no fumar, actividad cognitiva en la mediana edad -incluso fuera de la educación formal- y evitar el exceso de alcohol no sólo puede reducir el riesgo de demencia, sino también retrasar su aparición», afirmó.

Esto significa que los que desarrollan demencia viven con ella durante un periodo de tiempo más corto, dijo Livingston, y añadió: «Esto tiene enormes implicaciones para la calidad de vida de las personas, además de ahorrar costes a las sociedades».

Según Livingston, una de las cosas más fáciles que puede hacer una persona para prevenir el riesgo de demencia es incluir algo de ejercicio en su día a día si es principalmente sedentaria, ya sea un paseo o incluso ejercicios en posición sentada.

Para reducir el riesgo de demencia a lo largo de la vida, la comisión de The Lancet hizo 13 recomendaciones, entre ellas poner audífonos a disposición de las personas con pérdida de audición y reducir la exposición al ruido perjudicial, así como detectar y tratar el colesterol alto a partir de los 40 años aproximadamente.

Otras recomendaciones son poner al alcance de todos la detección y el tratamiento de las deficiencias visuales, proporcionar a los niños una educación de calidad y ser cognitivamente activos en la mediana edad.

En un estudio separado publicado en la revista Lancet Healthy Longevity junto con la comisión, los investigadores elaboraron un modelo del impacto económico de la aplicación de algunas de estas recomendaciones, utilizando Inglaterra como ejemplo.

Las intervenciones de salud pública que abordaran los factores de riesgo podrían suponer un ahorro de 4.000 millones de libras al reducir las tasas de demencia y ayudar a las personas a vivir más tiempo y con mejor salud.

Fiona Carragher, directora de política e investigación de la Alzheimer’s Society, que ha cofinanciado el estudio, afirma: «Algunos factores de riesgo de la demencia, como la edad, el sexo o el estado de salud, pueden contribuir a reducir las tasas de demencia: «Algunos factores de riesgo de la demencia, como el consumo de alcohol y el ejercicio físico, pueden controlarse cambiando el estilo de vida, pero muchos deben abordarse a nivel social.

«El aislamiento social, las desigualdades educativas y la contaminación atmosférica escapan al control de los individuos y exigen intervenciones de salud pública y la acción conjunta de los gobiernos y la industria».

El RA-10 hará que Argentina pueda exportar un insumo clave para los automóviles elécticos

Las obras en el reactor multipropósito RA-10 de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) avanzan a buen ritmo. INVAP, el diseñador del reactor y principal contratista de la obra, acaba de finalizar la instalación del tanque reflector, una pieza crítica. La institución madre del sector nuclear espera para el 2026 ya estar produciendo radioisótopos médicos y otros servicios que podrían generar ventas anuales por US$ 90 millones.

Entre los servicios que ofrecerá el RA-10 se destaca uno novedoso para nuestro país, el dopado de silicio, una funcionalidad que posicionará a la Argentina en la industria electrónica mundial.

Un nuevo reporte elaborado por la CNEA indica que el reactor podría generar ventas anuales por 90.000.000 de dólares una vez alcanzado el pleno desarrollo productivo y la comercialización de sus productos, que son en su gran mayoría exportables. Esto incluye exportaciones de silicio dopado valuadas en US$ 6 millones por año.

“La producción de silicio dopado no esta vendida aún, pero sí tenemos tres empresas interesadas en comprar toda la capacidad de producción”, dijo Herman Blaumann, gerente del proyecto RA-10.

Dopado de silicio

El reactor RA-10 permitirá a la Argentina incrementar la producción de radioisótopos médicos que ya se producen en otros reactores (molibdeno 99), otros nuevos (como el lutecio 177), realizar investigación con haces de neutrones, brindar servicios industriales (análisis de materiales) y realizar ensayos fundamentales para el diseño de nuevos combustibles nucleares para centrales de potencia.

Otra funcionalidad que será novedosa para el país es el dopado de silicio, un servicio crecientemente demandado en el extranjero.

La irradiación de silicio, conocida técnicamente como dopaje por transmutación de neutrones, cambia las propiedades del silicio al introducir fósforo y lo transforma en un mejor conductor de electricidad. De esta forma, con el silicio dopado se obtiene un rendimiento mejor y más confiable en todos los dispositivos electrónicos y es particularmente crítico para dispositivos de electrónica de alta y muy alta potencia.

El reactor OPAL diseñado por INVAP para Australia es actualmente el principal proveedor de silicio dopado con neutrones del mundo, cubriendo casi el 60% de la oferta global. Diversas industrias están incrementando la demanda de este tipo de semiconductores. La industria automotriz es un caso paradigmático: un vehículo eléctrico puede tener 3000 chips de alta potencia o más.

El servicio en el reactor RA-10 consistirá en colocar los lingotes de silicio en la posición correspondiente dentro del tanque reflector e irradiarlos hasta modificar sus propiedades. “El cliente traerá silicio de alta pureza, se lo irradiará para bajar su resistividad y convertirá en un producto apto para electrónica de potencia. Vamos a tener una capacidad de caracterizar el efecto de la exposición pero también lo verificará el cliente”, explicó Blaumann. El cliente luego fracciona el lingote dopado en forma de obleas para destinarlas a la producción de chips.

Uno de los potenciales clientes del RA-10 proyecta que la demanda de silicio dopado crecerá entre un 8 y 10% anual en los próximos años. “Seremos capaces de producir unas 80 toneladas anuales”, explicó el gerente del proyecto. El proceso de dopado se realiza en pocos días y es una producción constante, que se lleva a cabo con el reactor funcionando.

El jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, visitó el reactor para ver los avances.

Ventas anuales

La CNEA proyecta que el reactor RA-10 puede llegar a tener ventas anuales por US$ 90 millones si alcanza su máxima capacidad productiva de radioisótopos médicos. El reactor tendrá una capacidad para producir inicialmente entre 400 y 450 curios por semana. Si se suma la producción de silicio dopado, con estas operaciones alcanzaría a cubrir los costos operativos del reactor.

No obstante, para alcanzar la producción máxima de diseño de entre 2000 y 2500 curios semanales sería necesario construir una nueva planta de procesamiento. «Tenemos dos proyectos en estudio, uno es la ampliación de la planta de procesamiento y otro es un proyecto de una nueva planta. Esta daría una capacidad de exportar por 50 millones de dólares«, explicó el gerente del proyecto.

La estimación de US$ 50 millones esta basada en lo que esta teniendo buena proyección comercial en el mercado de radioisótopos médicos que es el lutecio 177, utilizado para tratar el cáncer de prostata, por ejemplo. «La evaluación económica es una capacidad de producción, después hay que hacer los acuerdos que permitan entrar al mercado y colocarlo», agregó Blaumann.

Tras la instalación del tanque reflector dentro de la pileta del reactor, INVAP avanzará con trabajos
de instalación en los frentes de mecánica, ventilación eléctrica e instrumentación que estarán terminados para mediados del año próximo. «Luego se realizarán unos 90 ensayos de todos los sistemas y si todo esta bien se comenzará con la puesta en marcha del reactor a fines de 2025», concluyó.

Nicolás Deza

«Lunes negro» en los mercados globales: los efectos negativos en Argentina

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Sube el riesgo país, se deprecian las monedas de economías emergentes y hay salidas de capitales.

El mundo vivió este lunes una jornada negativa para las principales variables financieras y configura un escenario muy adverso para la Argentina. Se desploman las principales bolsas del mundo y caen las cotizaciones de empresas y bonos, en semanas donde retrocede el precio internacional de commodities que exporta el país, como soja o trigo.

El combo es muy malo para la Argentina”, sintetiza el economista Gabriel Caamaño, de la firma Outlier, al describir el impacto de las fuertes bajas de los mercados financieros globales sobre el país. Es que ese escenario negativo en el plano global afecta directamente a dos cuestiones claves de la economía local: el dólar y la deuda.

“Hay un deterioro en las condiciones financieras mundiales, un incremento en la aversión al riesgo, y eso afecta a los mercados emergentes, sobre todo a los considerados distressed o más riesgosos, como la Argentina”, explica el economista sobre las consecuencias de estos episodios. Es un shock negativo en los mercados, en la cual la reacción de inversores y gestores de fondos es reducir su exposición en activos de economías menos desarrolladas.

Esa salida de capitales se refleja en el movimiento de las monedas de países emergentes (Brasil, Colombia, México, Chile y Sudáfrica, entre otros), que se deprecian frente al dólar. Y la escena se completa con el retroceso en el precio internacional de algunas commodities, en una tendencia que se replica hace ya varias semanas. En el caso de la soja, principal fuente de divisas de la Argentina, la tonelada cayó por debajo de los US$400 en Chicago, y en términos relativos se ubica en mínimos desde 2006.

“La razón (inmediata) es el cambio en la política monetaria del Banco de Japón, que subió las tasas de interéspor encima de lo previsto y esto tomó por sorpresa a los inversores”, explica Mazimiliano Donzelli, Manager de Estrategias en IOL.

“Durante varios años, esas tasas estaban en cero o prácticamente en territorio negativo, algo que los inversores aprovechaban para buscar financiación barata e invertir en otros mercados que ofrecían rendimientos positivos como los bonos del Tesoro de EEUU, acciones y monedas de países emergentes. Pero tras esta suba en el costo del crédito, los inversores están readecuando sus estrategias y esto trajo incertidumbre de corto plazo”, agrega el analista.

Desde el punto de vista local, eso es negativo. La Argentina no logró salir de los controles de cambios duros, y en este contexto tampoco el Gobierno parece haber logrado convencer al mercado de que va a lograr hacerlo de la forma en que quiere. De ahí vienen todos los anuncios de intervención de las últimas semanas. Y esto lo hace dudar todavía más”, explica Caamaño en referencia al esquema económico que sostiene el Gobierno.

Es que mientras la apuesta de la conducción económica es sostener el crawling peg del dólar oficial al 2% mensual, el escenario negativo de los mercados financieros suma presión sobre los dólares financieros y la brecha: tanto el dólar MEP como el CCL rebotaron hasta 2% (luego retrocedieron).

Esa dinámica supone un desafío para la estrategia del Gobierno, que semanas atrás, luego de la última escalada de los tipos de cambio paralelos, anunció un esquema que habilita la intervención en el mercado para intentar bajar esas cotizaciones, con hasta US$1900 millones de reservas. Con mayor presión alcista, el dilema es aceptar esa suba o destinar más divisas para intentar contenerlo.

Claro que, al mismo tiempo, esa capacidad de intervención es finita. Fue el gran cuestionamiento entre analistas, inversores y agentes económicos ante las últimas medidas anunciadas por Caputo: si bien el BCRA recompuso parcialmente su tenencia, luego de asumir el Gobierno con reservas netas negativas en más de US$11.000 millones, ese patrimonio sigue en rojo, con una tendencia declinante y desafíos de corto plazo. Ya pasaron los meses de mayor liquidación de exportaciones por el agro y, además de la intervención para contener a los paralelos, el Gobierno enfrenta pagos por vencimientos de deuda y demanda de importaciones y servicios en el exterior.

La Argentina hoy tiene un esquema con ancla cambiaria, mientras todas las monedas de sus socios comerciales depreciándose y se deterioran los términos de intercambio. Y este contexto suma dudas sobre si el Gobierno podrá lograr una unificación cambiaria como lo pretende, y mientras tanto suma presión sobre esa regla cambiaria, desde el punto de vista de su sustentabilidad”, agrega Caamaño.

Así lo muestra la evolución del riesgo país, que empeora desde abril, cuando tocó mínimos en torno a 1200 puntos. Con la caída de los bonos de ayer,el indicador que muestra el diferencial de riesgo de la deuda argentina se ubicó encima de 1630 puntos (llegó a superar los 1700 a comienzos del día), y muestra que el acceso a financiamiento internacional para el país empeoró y está virtualmente cerrado.

Las dudas también crecen en torno al anunciado «repo» que el ministro Caputo tendría conversado con bancos internacionales. La mayor tensión financiera global podría, eventualmente, dificultar las condiciones de acceso a ese préstamo que, más allá de su no confirmación, es una de las apuestas del equipo económico para mostrar que tiene los dólares para pagar los próximos vencimientos de 2025.

Esteban Lafuente

Ludopatía en adolescentes: las apuestas compulsivas online

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“La victoria de Argentina paga 1,78, el empate 5 y la victoria de Canadá 25 veces lo apostado”, decía el relator de la TV Pública en la previa al partido de la Copa América. Debía decirlo porque una casa de apuestas online es el patrocinador de la Copa América mientras que otras varias empresas del mismo rubro llenan los carteles que rodean el campo de juego. Este tipo de apuestas en Internet, que hasta hace poco eran marginales en la Argentina, se fueron extendiendo a todos los deportes.

En los sitios de apuestas online se puede apostar a ganador, a cuantos expulsados habrá o en qué minuto se hará el primer lateral en un partido de fútbol, y cientos de posibilidades más según el deporte. En muchos jóvenes se ha convertido en un problema serio relacionado con la adicción al juego o ludopatía. La promesa de conseguir dinero fácil y la facilidad que conlleva la posibilidad de apostar desde el celular a cualquier hora genera problemas graves en adolescentes, que muchas no pueden ser detectados por sus padres.

Una encuesta realizada por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires detectó que el 34% de los jóvenes de escuelas secundarias hizo alguna vez apuestas online y que el 12,5% lo hace asiduamente. También que el 22,4 % usa el celular más de ocho horas por día y que otro 26% supera por lo menos las cinco horas. Junto con la adicción a las apuestas suelen venir las problemas para pagar lo perdido y también prestamistas ilegales que luego reclaman lo entregado.

El Gobierno bonaerense lanzó un Plan de Prevención y Tratamiento de Ludopatía en Adolescentes que abarca a los ministerios de Cultura y Educación, Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, y al Instituto de la Lotería y Casinos. Una de las primeras medidas implementadas fue advertir a influencers en redes sociales que estaban promocionando sitios de apuestas ilegales y que si continúan con esta práctica se hará la denuncia penal correspondiente. También, como es ilegal que los menores de 18 años hagan apuestas, se solicitarán datos biométricos de la persona que está haciendo la apuesta online en sitios legales para confirmar de quién se trata y comprobar que sea un mayor de edad. Además, se implementará la política de autoexclusión de juego que se usa en casinos, mediante la cual una persona puede pedir voluntariamente que no se le permita jugar.

“Además de la responsabilidad del Estado, que es ineludible, es también un fenómeno social que requiere que lo abordemos colectivamente, tomemos conciencia y que se hagan las denuncias correspondientes», dice Calmels.

Julieta Calmels, subsecretaria de Salud Mental y Consumos Problemáticos de la Provincia de Buenos Aires, dijo: “Los chicos pasan mucho tiempo en el mundo digital y las apuestas generan mucha preocupación. Esto además trae aparejados problemas de interrupción del sueño y neurológicos por el juego compulsivo en cerebros que están en pleno desarrollo. También está el tema de la pérdida de dinero, o algo más complejo aún, que es la relación con redes de gente que presta plata. Está generando una situación de alerta y por eso se han tomado medidas concretas en la provincia”.

Entre otras medidas adicionales que se están tomando está la restricción de la conexión a casas de apuesta online desde los puntos de conexión WiFi de las escuelas, la puesta a punto de espacios coordinados por el instituto de Loterías y Casinos y el Ministerio de Salud dedicados a la problemática del juego, la ampliación de la red pública de atención en salud mental y la organización de foros y talleres en distintos distritos, coordinados por las áreas de Salud, Educación y Deporte. También la creación un servicio telefónico para asistencia y apoyo a personas y familias con problemas de ludopatía. El teléfono es el 0800 222 5462, que atiende de 8 a 22 de lunes a viernes y feriados, y fines de semana de 10 a 20, adonde se pueden hacer denuncias, pedir asesoramiento o ayuda y coordinar para hacer talleres y charlas.

“En nuestra provincia se aprobó el juego de azar online por una ley impulsada por quien era gobernadora en ese momento, María Eugenia Vidal, solo para mayores de 18 años, y ahora vamos a agregar que se deban exigir los datos biométricos para confirmar la edad. También vamos a pedir que se generen alertas sobre el tiempo de juego y el volumen de las apuestas entre otros”, dijo Calmels. Y agregó: “Hay mucha complejidad para restringir los sitios ilegales y por eso necesitamos la coordinación con Cancillería, porque generalmente las direcciones IP están inscriptas en otros países, y son ellos quienes tienen la capacidad de restricción y de persecución económica y penal, por eso también hay proyectos de ley a nivel nacional. Le estamos pidiendo al Gobierno nacional que asuma sus responsabilidades de regular este mercado. También estamos trabajando con influencers y youtubers que quizás no conozcan el problema que se está generando y la magnitud del daño que puede tener”. Sobre éste último tema también hay una discusión con respecto a las jurisdicciones, pero si el influencer vive en la provincia, o usa medios asentados en la provincia, se puede actuar directamente.

“Además de la responsabilidad del Estado, que es ineludible, es también un fenómeno social que requiere que lo abordemos colectivamente, tomemos conciencia y que se hagan las denuncias correspondientes, ya sea a través de la página de Loterías o del teléfono de apoyo. La participación en los foros también es importante, con los jóvenes incluidos, para ver cómo abordar este problema y se manejan las regulaciones interpersonales”, explicó la funcionaria.

Matías Alonso

Kramer, de CONUAR: “Hacer valer el reconocimiento internacional que tenemos en lo nuclear”

El gerente general de CONUAR habla sobre la actualidad de la empresa público-privada que fabrica los combustibles nucleares para las centrales atómicas de la Argentina. El potencial para exportar productos en ese sector, donde ya lo hacen para India y Estados Unidos, y la posibilidad de ingresar a otras industrias.

La Argentina es un país particular en el que conviven industrias tradicionales y vinculadas a las materias primas, con empresas de tecnología de primer nivel mundial que exportan piezas por millones de dólares. Una de estas empresas es CONUAR, una asociación público privada conformada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el grupo Pérez Companc, que se encarga de fabricar combustibles nucleares y también tubos sin costura que se utilizan adentro de los reactores, entre otros componentes.

La complejidad de estos elementos que se producen en la planta de Ezeiza es tan alta que sus estándares de calidad son similares a los de otras industrias de alta tecnología como la aeronáutica y la satelital, lo que ha hecho que CONUAR pueda exportar piezas para estas industrias.

La empresa se inauguró el 2 de abril de 1982 y, desde entonces, todos los combustibles de las centrales nucleares de la Argentina son fabricados de forma local. CONUAR tiene tres líneas de negocio y la primera es la de elementos combustibles, que se fabrican para las tres centrales y también para el CAREM y el RA3. La segunda es FAE (Fabricación de Tubos Especiales), que fabrica vainas de Zircaloy para los combustibles nucleares, tubos rectos y en U de hasta 35m de largo, en aleaciones de níquel y titanio. Y en tercer lugar está SM&S, que es la parte de ingeniería y obra en la que se fabrican equipos para la industria nuclear, los generadores de vapor del CAREM, algunos elementos de control, y la parte de obra de metalmecánica.

TSS entrevistó al ingeniero Rodolfo Kramer, el gerente general de CONUAR, nombrado en su cargo hace pocos meses luego de trabajar en YPF durante muchos años, para conocer la actualidad de la empresa, cómo los afecta la política industrial nacional y las oportunidades que presenta el sector atómico mundial.

¿El proyecto con India se vincula con la extensión de vida de centrales tipo CANDU?

India tiene un plan nuclear muy grande y dentro de eso estamos haciendo los tubos sin costura para generadores de vapor. No sé si son para centrales nuevas o para extensiones de vida, pero sí sé que ellos tienen un plan de desarrollo nuclear muy importante.

¿Están haciendo los combustibles de uranio enriquecido para el CAREM?

Ya hicimos los combustibles y tenemos la capacidad para ser su proveedor cuando el CAREM empiece a funcionar.

¿Tendrían capacidad técnica para producir los combustibles que requiere una central Hua Long, en caso de que finalmente se avance con ese proyecto?

La capacidad la tenemos, lo que no tenemos es la tecnología. Para producir ese combustible tenemos que trabajar con CNEA para que haga todo el desarrollo tecnológico y después nos lo pase. Todo el desarrollo de nuevos combustibles lo hace la CNEA y después nosotros nos encargamos de industrializarlo.

¿Han exportado combustible? ¿Se puede hacer?

Se puede, de hecho CNEA ha exportado combustibles para reactores de investigación. Es algo que se está evaluando, hay un mercado, que con los cuidados necesarios, se puede aprovechar. No es fácil sacar material, pero hay potencial de desarrollo y lo estamos investigando en conjunto con la CNEA.

La planta de CONUAR en Ezeiza. La empresa es una asociación público privada conformada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el grupo Pérez Companc.

¿Es un tema más de Cancillería o geopolítico que técnico?

No sé si de Cancillería, es un tema de cómo se van a posicionar los jugadores a nivel mundial. Hay mucho desarrollo, hay muchos países involucrados y hay que ver como queda el tablero. Hay mucho potencial de crecimiento de la industria nuclear, hay una necesidad muy grande de generación de este tipo de energía, pero hay que ver cuánto se convierte en realidad. Es una industria en la que hay que tener muchos cuidados porque son contratos a muy largo plazo, con mucho desarrollo y gestión. Hace mucho que no había una oportunidad así y la energía nuclear es una herramienta complementaria con las energías limpias y le da a la Argentina una oportunidad de posicionarse porque tenemos mucha experiencia en esto. Tenemos que ver cómo el país y los jugadores que estamos en esto aprovechamos esta oportunidad tan interesante, hay muchas posibilidades.

¿Están trabajando en la extensión de vida de Atucha I?

La extensión de vida arrancaría en septiembre y tenemos algunos trabajos ahí.

Los trabajadores de CONUAR vienen en gran parte de CNEA, el Balseiro, los institutos Sábato y Beninson, adonde están sufriendo recortes de presupuesto y becas. ¿Eso los está afectando ahora?

Somos una empresa público-privada, no tenemos una subvención que deberíamos recortar y tenemos nuestro propio balance. Mientras podamos seguir generando nuestros negocios vamos a poder seguir sosteniéndonos como lo venimos haciendo. Si hay recortes en algunos proyectos eso nos afectará, pero todavía no hemos tenido ninguno.

¿Por ahora no les afecta que haya menos investigadores o gente formándose en el área nuclear?

Nosotros no tomamos gente todo el tiempo, somos un plantel bastante estable. Así que, por el momento, no nos está afectando, pero sí estamos tratando de hacer que la empresa tenga un acercamiento más importante a los institutos. Yo me formé en el Sábato, tuve la oportunidad de hacerlo ahí y pude conocer CONUAR  cuando era un estudiante, y lo que estoy tratando de hacer es que otros estudiantes como yo tengan la oportunidad de trabajar en una industria y formarse.

El 30% de las acciones de CONUAR son de la CNEA, que es un organismo estatal y que no se ve afectado por las reformas de la Ley Bases. Pero no es el caso de CONUAR. ¿Hay intención de vender esas acciones?

No, no. esto viene así hace desde hace 42 años y funciona como un reloj. Es un orgullo ver cómo se trabaja. Nunca hubo un problema y es un ejemplo de cómo pueden convivir el ámbito público y privado de manera ejemplar, va a seguir así.

¿Tienen un balance superavitario? ¿La empresa da ganancias?

Sí, generalmente sí. Tenemos proyectos de exportación a India y también a Estados Unidos, en este caso de sellos para reactores nucleares y tubos para generadores de vapor. Hay que aprovechar la oportunidad que tenemos como país de hacer valer el reconocimiento que tenemos en el sector nuclear. Es una oportunidad que le sirve a la Argentina, no solo para ser reconocidos, sino también para que genere trabajo y para ser exportadores de tecnología, máquinas y conocimiento. Que no sea una oportunidad que aprovechen otros.

¿Parte de las exportaciones de FAE también son de otras industrias, no?

Estuvimos calificando tubos para la industria aeroespacial, también para submarinos de India. Las calidades de los tubos de la industria nuclear y la industria espacial son muy similares, entonces aprovechamos el trabajo de FAE para vender tubos de titanio para la industria aeroespacial. En el caso de los sellos de reactores, es la primera vez que hacemos una exportación  de este tipo a Estados Unidos y es interesante poder posicionarnos en ese mercado. Estamos recibiendo visitas de gente de CANDU, que quieren que hagamos piezas para sus reactores en Canadá, y de El Salvador, porque quieren iniciar un plan nuclear y están en conversaciones con la CNEA para que les den una mano porque tienen una buena capacidad de transferencia a los que inician su camino, para decirles por dónde ir y por dónde no. Y como vienen a Ezeiza, nos están visitando a nosotros también.

Matías Alonso

Crecen en el mundo las reinfecciones de covid. Pero los síntomas cambian, y el virus también

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A esta altura de la pandemia de Covid-19, la mayoría de la gente ya ha tenido al menos un encontronazo con el virus. Y los que ya tuvimos coronavirus más de una vez tal vez creamos saber de qué la va. Pero lo cierto es que los síntomas pueden variar entre un contagio y el siguiente. En mi caso, por ejemplo, cada vez que di positivo la enfermedad se manifestó de una manera totalmente diferente: la primera vez, me tumbó la fiebre, otra vez apenas tuve síntomas, y la vez que peor me pegó quedé planchada en el sofá durante días, sin fuerzas ni para concentrarme en la pantalla del televisor.

No hay dos infecciones de Covid que se manifiesten de la misma manera”, dice el doctor Joseph Khabbaza, neumonólogo de terapia intensiva de la Clínica Cleveland.

En líneas generales, puede decirse que cuanta más inmunidad desarrolla la gente, ya sea por la vacuna o por haber cursado la enfermedad, en los contagios subsiguientes los síntomas tienden a ser más leves. Pero en el caso de cada individuo en particular, es imposible saber si el segundo contagio será menos severo que el primero.

“En parte, eso se debe a que el virus ha cambiado y desarrollado nuevas variantes. Si nos volvemos a infectar, es porque el virus ha evolucionado lo suficiente como para esquivar o superar nuestras defensas”, señala el doctor Davey Smith, infectólogo de la Universidad de California, en San Diego.

Muchos de los síntomas del Covid siguen siendo los mismos que en 2020: fiebre, dolor de garganta, tos. Pero otros síntomas han mutado. Al principio, por ejemplo, era común que los infectados con Covid perdieran el sentido del gusto y del olfato, pero ahora ese síntomas ocurre cada vez menos. Khabbaza dice que, al principio de la pandemia, los pacientes le decían que el Covid no se parecía a ninguna enfermedad que hubieran tenido, pero que ahora los pacientes con esa infección suelen pensar que se trata de un resfrío y se asombran ante el resultado positivo del hisopado.

Smith dice que también algunos pacientes experimentan los mismos síntomas que en infecciones pasadas, pero en orden diferente. “A veces empieza con un cuadro de tos, pero a veces la tos se presenta al final”, indica Smith.

Nuevas respuestas

El infectólogo también dice que no solo el virus cambia, sino que en cada encuentro con la infección también vamos cambiando nosotros: después de transitar una infección de Covid tenemos nuevas respuestas inmunes que determinan el modo en que el cuerpo responderá en un próximo contagio. Tal vez eso explique por qué suele toparse con pacientes que la primera vez no tuvieron síntomas, pero en la segunda infección la pasan mal. Además, la intensidad y especificidad de los síntomas pueden variar en función del tiempo que haya pasado desde que nos vacunamos o desde la última vez que nos contagiamos.

También hay otros cambios que pueden afectar el grado de intensidad de la enfermedad, como el desarrollo de nuevas afecciones de salud o el envejecimiento. Hasta la variación más pequeña en la salud de nuestro microbioma pueden alterar la forma en que luego responda a una infección, apunta el doctor Ziyad Al-Aly, jefe del servicio de Investigación y Educación en el Sistema de Atención Médica del Departamento de Asuntos de Veteranos de St. Louis.

“Cuantas más veces nos infectemos con Covid, más rápido nos sentiremos enfermos después del contagio”, señala el doctor Peter Chin-Hong, infectólogo de la Universidad de California en San Francisco, porque nuestro sistema inmunológico reconoce rápidamente el virus y convoca a las defensas del cuerpo. Y eso puede desencadenar síntomas incluso antes de que en el cuerpo se haya acumulado suficiente carga viral como para arrojar un resultado positivo en un test rápido.

Y no importa cuántas veces hayamos tenido Covid: los síntomas pueden persistir incluso después de dar negativo en el hisopado, y cualquier infección por esta enfermedad conlleva el riesgo de derivar en un “Covid largo.”

“Mucha gente piensa que si tuvo Covid una vez, ya es inmune y está protegida por el resto de su vida”, advierte el doctor Al-Aly y sentencia: “Eso es totalmente falso”.

Dani Blum

Más dudas sobre el RIGI y  la megainversión que disputan Buenos Aires y Río Negro

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Ayer AgendAR expresó dudas sobre la anunciada decisión de elegir a Río Negro como la provincia donde YPF y la petrolera malaya Petronas radicarían la planta para la licuefacción del gas de Vaca Muerta y exportarlo. Una inversión de unos 30 mil millones de dólares.

Nuestras dudas se basan en un problema técnico: la dificultad para conseguir la necesaria agua potable en Sierra Grande-Punta Colorada, en la estepa patagónica.

Ahora, el periodista Carlos Pagni, en su columna en La Nación, señala dificultades legales y políticas:

«… Lo volvió a demostrar Axel Kicillof en la disputa entre Buenos Aires y Río Negro por el establecimiento de una planta de licuefacción de gas. YPF, la impulsora del proyecto, que sería implementado por la malaya Petronas, había llamado a una licitación simbólica: la provincia que adhiera al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones establecido en la Ley Bases. La formulación fue capciosa: las empresas pueden acceder al RIGI con independencia de lo que piense el gobierno provincial. De este sólo cabe esperar que agregue ventajas en el ámbito de su competencia.

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, consiguió que la legislatura de su provincia apruebe en tiempo récord una serie de beneficios que se suman a los que ya ofrece la Nación con ese nuevo régimen. El principal es la eximición de Ingresos Brutos. Kicillof se resistió a hacerlo. YPF informó este martes que prefería Río Negro.

Es posible que en el gobernador bonaerense haya sido más poderoso el candor que los prejuicios. Aunque suene imposible. Al no facilitar las condiciones que justificaran la selección del puerto de Bahía Blanca, se expuso a que sus opositores le reprochen haber dejado pasar una gran oportunidad para la provincia. En rigor, la decisión de llevar ese proyecto a Río Negro fue tomada hace mucho tiempo. Por muchas razones. Algunas técnicas y otras, las más poderosas, políticas: no premiar a la estrella actual del kirchnerismo. El propio Presidente lo confesó delante de Alejandro Fantino la semana pasada: “Es obvio que la inversión va a ir hacia Río Negro. ¿Vos vas a poner plata donde está Kicillof?”.

El líder kirchnerista había convocado a todas las fuerzas políticas a una peregrinación a Bahía Blanca para reivindicar las ventajas de ese puerto. Sólo había conseguido que lo acompañe el bloque Unión, Renovación y Fe, de diputados que llegaron a la Legislatura en las listas de Milei. Una versión exótica de kicillofismo libertario. En el Senado esa facción tiene un aire de familia con la que conduce Sergio Vargas, amigo del malquerido Carlos Kikuchi, y alter ego de Guillermo Michel en la Aduana del massismo.

Lo más gracioso del enredo es que el gobernador no consiguió el aplauso de quienes piensan como él. Por ejemplo, el senador Martín Doñate, rionegrino de La Cámpora, festejó la inversión que beneficiará a la provincia. Doñate, que en el Congreso votó en contra del RIGI. Tendría razón el diputado oficialista que ayer reflexionó: “Los kirchneristas, con el RIGI, nos tratan de ladrones de gallinas, pero después vienen a comer el puchero”.

La construcción de la planta de gas ha sido politizada desde ambos polos, como demostró Milei delante de Fantino. Esa frivolidad tal vez conlleve algún costo. ¿Es concebible que un proyecto como el que se está soñando se sostenga en un conflicto de facciones? Dicho de otro modo: ¿alguien le puede asegurar a los potenciales inversores que Kicillof tiene cero posibilidad de ser presidente en los próximos 10 años? Es decir: ¿alguien puede asegurar que un futuro gobierno kirchnerista anule lo que hoy se está proyectando? Otra cuestión es si es posible ensayar un acuerdo con Kicillof, que carga en su foja de servicios con la estatización de YPF.

El enfrentamiento político deja al gobernador en la posición de quien hizo perder a la provincia un negocio digno de las Mil y Una Noches. Pero esa presentación no debería inducir a error respecto de la consistencia técnica de todo el proceso. Una vez sancionado el RIGI, la Casa Rosada decidió precipitar los anuncios sobre la planta de licuefacción de gas que justificaría incrementar mucho la producción de Vaca Muerta. Anteayer se decidió que se localizaría en Sierra Grande. El anuncio cobija una sutileza: da por sentado que la iniciativa se llevará adelante. Pero eso no está todavía definido.

Más allá de que el interés de YPF en este proyecto lleva varios años, como recordó el propio Kicillof, los malayos todavía no resolvieron la inversión. Detalle anecdótico: si se ingresa al sitio de Petronas y se consulta por “YPF” en el buscador, no aparecen resultados. Si se consulta por “Argentina”, se encuentran dos referencias al área La Amarga Chica, un codiciado reservorio de shale oil que la compañía explota con YPF en Vaca Muerta. Sobre la planta de licuefacción todavía no hay noticias.

Es natural que así sea. Se trata de un emprendimiento de 30.000 millones de dólares que, según los especialistas, exige estudios de extraordinaria complejidad. Por eso, muchos analistas apuestan a que antes, con la misma localización, es decir, en el puerto de Sierra Grande, se establezca un barco con instalaciones para transformar el gas en líquido. Se le alquilaría a una empresa Noruega.

Sería apresurado apostar al desenlace de este negocio, y no sólo porque pesan muchas incógnitas sobre la inversión de los malayos. Tampoco está claro cómo funcionará el RIGI. Todavía está en trance de reglamentación. Es una discusión en la que intervienen abogados de estudios privados que colaboran desde la primera hora con el Gobierno, en tensión con burócratas estatales, sobre todo de la AFIP y el Banco Central. La cinchada se juega entre quienes pretenden un sistema muy amplio de ventajas y los que defienden restricciones a favor del Estado. En el corazón del conflicto está el eterno problema: ¿hasta qué punto para acceder al RIGI hay que ofrecer una inversión que sea nueva por completo? Una pregunta que puede resultar teórica. Porque, no hay que olvidar, al final el que decidirá qué proyecto accede y qué proyecto qUeda afuera de los beneficios, será un funcionario del Gobierno».

Una nueva herramienta de IA para docentes y estudiantes en Argentina

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En la era de la inteligencia artificial, la educación enfrenta el desafío de adaptarse para preparar a las nuevas generaciones. En esa línea, la histórica marca de productos escolares Rivadavia lanzó RVD.AI, una aplicación que utiliza inteligencia artificial para mejorar el aprendizaje en las aulas argentinas y asistir a los docentes en su labor.

Esta herramienta facilita la creación de módulos de aprendizaje y proporciona un apoyo significativo a los estudiantes: promueve un entorno de aprendizaje dinámico, interactivo y personalizado. En tal sentido, no es simplemente un asistente virtual, sino una solución integral que coloca a docentes y alumnos en el centro.

Funcionalidades de RVD.AI

A diferencia de alternativas más convencionales, RVD.AI colabora activamente con los profesores: simplifica sus tareas y les permite enfocarse en lo esencial que es enseñar e inspirar. A través de esta herramienta, pueden planificarcrear contenidos, realizar evaluaciones de opción múltiple y monitorear el progreso de los estudiantes. Todo, con el apoyo de la inteligencia artificial.

Para los alumnos, la plataforma actúa como un tutor personalizado que guía su aprendizaje y fomenta la participación activa en clase. Los estudiantes interactúan con la IA según los objetivos del docente para mantenerse enfocados y bajo supervisión. Esta colaboración entre IA y capacidades humanas ofrece una experiencia a medida, donde cada uno avanza a su propio ritmo y recibe soporte continuo.

RVD.AI es el resultado de un esfuerzo iniciado a fines de 2022, con la convicción de que la tecnología avanzada debe ser accesible. La herramienta ya ha sido probada con éxito en varios colegios del AMBA y su expansión a nivel nacional es inminente. Afirman que será vital en pos de la inclusión digital de estudiantes y docentes argentinos.

Acceso a la plataforma para docentes

Las instituciones educativas pueden inscribirse en la web de RVD.AI para ingresar gratuitamente a la herramienta y realizar pruebas. Los docentes interesados en ver la plataforma en funcionamiento pueden seguir su cuenta de Instagram y el canal de YouTube, donde se anuncia información sobre webinars gratuitos.

Desde Rivadavia, destacan que RVD.AI ofrece también una planificación y creación de clases asistida por IA: automatiza tareas clave en pos de un enfoque en las necesidades particulares de los alumnos. La generación automática de contenidos, basada en objetivos curriculares y temas predefinidos, permite integrar temas diversos de forma creativa y efectiva.

Interacción y personalización para alumnos

La herramienta también facilita la interacción del alumno con el contenido mediante chats personalizados: ofrece un aprendizaje multimodal y soporte multilingüe. Su interfaz adaptable mejora la experiencia de aprendizaje inclusiva, con opciones de contraste visual optimizado, resaltado de texto y comandos de voz ajustables en velocidad.

Además, RVD.AI automatiza la creación y corrección de evaluaciones, tanto orales como escritas, lo que ahorra tiempo a los docentes y permite un seguimiento continuo del progreso de los estudiantes a través de un tablero de control.

En Rivadavia también afirman que este lanzamiento marca un hito en la educación argentina y muestra que el futuro se encuentra al alcance de la mano, al integrar la inteligencia artificial de manera segura y efectiva en el entorno académico.

Los docentes pueden planificar, crear contenidos y evaluar con el respaldo de la inteligencia artificial de RVD.AI (Rivadavia)Los docentes pueden planificar, crear contenidos y evaluar con el respaldo de la inteligencia artificial de RVD.AI (Rivadavia)

El futuro de la educación con inteligencia artificial

La apuesta de Rivadavia por RVD.AI se presenta como una solución inclusiva y accesible que transforma la manera en que docentes y alumnos interactúan con el conocimiento, ya que se adapta a las demandas de un mundo cada vez más digital.

Con RVD.AI, la empresa pretende continuar su legado de excelencia y compromiso con la educación, al traer una herramienta que facilita el aprendizaje, al tiempo que también prepara a las nuevas generaciones para un futuro donde la inteligencia artificial jugará un papel crucial.

Rivadavia y su impacto innovador en la educación

La compañía de insumos escolares es referente en la evolución educativa argentina, al brindar soluciones innovadoras desde el año 2000, cuando lanzó los cuadernos ABC con renglones más amplios, vigentes en todas las listas escolares.

En 2003, revolucionó el mercado con la banda protectora para hojas de carpeta. En 2008, introdujo el papel “extra blanco” y se convirtió en la primera marca con variedad de tonos. En 2009, adoptó el uso de papel certificado FSC y lanzó campañas de concienciación ambiental.

En 2022, presentó Aula Universal, basada en el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), para promover la inclusión efectiva en el aula. RVD.AI, promete ofrecer una educación personalizada y eficaz, combinando tradición e innovación para mejorar la educación en Argentina.

«Science» da hoy un cuadro lamentable del estado de la ciencia argentina

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“Reutilización de botellas viejas. Pedir prestados suministros y equipos en lugar de comprarlos. Analizar datos antiguos en lugar de recopilar nuevos. Estas son sólo algunas de las estrategias que los científicos argentinos están utilizando para seguir trabajando frente a una de las crisis de financiamiento más severas que jamás hayan experimentado”.

Así comienza la nota que acaba de publicar la prestigiosa revista Science para dar cuenta de la situación que atraviesa la ciencia argentina bajo el gobierno de Javier Milei, entre drásticos recortes de presupuesto e incertidumbre sobre cómo seguir.

“Las vías (de financiamiento) están cerradas. Nunca ha sido tan extremo”, dijo a Science Galo Soler Illia, nanobioquímico de la Universidad Nacional de San Martín y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Según un informe del Grupo EPC-CIICTI, hasta el momento el presupuesto de ciencia tiene una caída del 37% respecto al 2023.

El artículo de Science también cita a la ecologista Victoria Werenkraut, quien graficó la crisis con un dato: tuvo que convertir botellas de agua en jaulas de cría para los insectos que estudia, en lugar de comprar nuevos contenedores.

Investigadora del INIBIOMA -dependiente del CONICET y la Universidad Nacional del Comahue- Werenkraut ganó hace dos años una beca para estudiar el impacto de una especie invasora de mariquita en las poblaciones nativas. Este año aún no recibió su pago anual (de aproximadamente 637.000 pesos) y su laboratorio comenzó a recolectar grandes botellas de agua y a hacerles agujeros para convertirlas en ‘hoteles’ de mariquitas. Destinar tiempo a eso implica “mucho menos tiempo para investigar y escribir artículos”.

En la misma línea se pronunció Soler Illia, quien contó cómo se las arregla para reciclar recursos y continuar su investigación con nanomateriales. “Si necesito un reactivo para una reacción química, comprarlo nuevo suele ser demasiado caro y lento de importar. En lugar de eso, uso un reactivo de un proyecto anterior, aunque tenga cinco años”. La decisión no es inocua: significa una ciencia más lenta, advirtió, porque puede llevar una semana purificar el reactivo reciclado.

Soler Illia tampoco recibió la financiación este año de una subvención que ya ganó. El mismo panorama viven otros científicos y científicas con proyectos que ya estaban en curso y financiamientos ya designados, que no están siendo entregados.

El llamado a la presentación de proyectos PICT2023 ya fue prorrogado en tres oportunidades, mientras siguen congelados los fondos de ediciones anteriores, con proyectos aún vigentes. Cuando se conoció la tercera prórroga, semanas atrás, Valeria Levi –vicedecana de Exactas en la UBA y referente de la Red Argentina de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT)- decía a Tiempo que “la mayoría de los proyectos científicos de la Argentina son financiados con fondos de la Agencia I+D+i. Desde que asumió el nuevo gobierno, por un lado se paralizó la ejecución de fondos correspondientes a proyectos vigentes. Y por otro lado había que llamar a la convocatoria 2023, que va por la tercera prórroga y no se están cumpliendo los cronogramas habituales. Alguna vez había pasado que se demoraran los llamados de nuevos fondos, pero que los subsidios vigentes no se otorguen nunca había pasado”.

“El desembolso de los fondos está en un proceso de redeterminación”, argumentó un vocero de la Agencia a revista Science.

Proyectos en riesgo

La publicación citó entre otros el caso del equipo dirigido por el nanobiotecnólogo Jorge Montanari, que planeaba colaborar en un proyecto con la Universidad Paris-Saclay de Francia, pero la falta de respuesta de las autoridades argentinas puso en respuesta la participación del país en esa iniciativa. Se resolvió mediante el aporte de financiamiento francés.

La experiencia del biólogo Mariano Morales, que estudia los cambios hidroclimáticos en América del Sur, también da cuenta del impacto de la falta de fondos en el desarrollo científico. En su caso, trabajar con datos previamente recolectados en lugar de salir a generar nuevos. Integra el Instituto Argentino de Investigaciones en Nieve, Glaciología y Ciencias Ambientales, un instituto del CONICET en la provincia de Mendoza. Solía disponer de siete camionetas para el trabajo de campo, pero ahora sólo puede utilizar dos, porque no se puede solventar el seguro de todas. “No se puede crear nada nuevo ni formar [personas], lo que debilita la línea de investigación”.

“Otra fuente de dolor cada vez mayor para los científicos argentinos es encontrar dinero para publicar sus artículos en revistas de acceso abierto, que a menudo cobran 2.000 dólares o más por artículo”, señala la revista Science. “Mi último artículo tardó casi tanto en ser aceptado como la lucha por obtener un descuento”, contó a ese medio Diego Golombek, biólogo e investigador principal del CONICET que estudia cronobiología. Y añadió otro factor a los problemas de financiación: “el caos y la incertidumbre”.

La sequía se expande y se espera a La Niña. Pero hay un dato alentador

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Según el Servicio Meteorológico Nacional, debido a la falta de lluvias en los últimos meses, se agravó la situación en la zona núcleo

El fenómeno climático de La Niña, que provoca lluvias por debajo de lo normal, podría ser menos intenso de lo esperado para la campaña agrícola 2024/2025. Según el último informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), aunque la probabilidad de que La Niña ocurra sigue siendo alta (79%), los pronósticos muestran que el enfriamiento de las aguas del océano Pacífico, característico de este fenómeno, está siendo más débil de lo previsto.

“Ante la posibilidad de una primavera y verano bajo la influencia de La Niña, se magnifica la expectativa por lluvias invernales suficientes como para encarar la campaña con reservas profundas bien recargadas”, señaló el informe. Sin embargo, las lluvias de invierno hasta el momento han sido de normales a escasas, generando preocupación por el lento decaimiento de las reservas de agua en las últimas semanas.

Analizando los pronósticos del International Research Institute for Climate and Society (IRI), que consolida modelos internacionales de predicción de El Niño / La Niña, se observó que “la probabilidad de ocurrencia de La Niña se ve un poco disminuida en el pronóstico de julio, aunque se mantiene en niveles altos (79%)”.

Probabilidad de La Niña para el trimestre noviembre-diciembre-enero

Al observar la evolución de la probabilidad de La Niña para el trimestre de noviembre y diciembre de 2024 y enero de 2025, se puede ver que en los cuatro últimos pronósticos la probabilidad se ha mantenido muy alta, lo que sugiere que es muy probable que La Niña tenga lugar. En rigor, en abril de 2024 era del 85%, en mayo del 87%, en junio del 85% y en julio del 79%.

En cuanto a la intensidad del fenómeno, el informe indicó que “en estos cuatro últimos pronósticos siempre se consideró que la intensidad de La Niña 2024-2025 sería débil”.

Analizando la evolución de la intensidad del enfriamiento de la superficie del mar asociado con La Niña para el mismo trimestre, se registró que en el pronóstico de abril pasado el enfriamiento más significativo previsto era de -0.93°C, ligeramente por debajo del umbral de -1°C, necesario para ser considerado un evento moderado.

No obstante, en los pronósticos sucesivos, la intensidad del enfriamiento previsto ha disminuido. En el último pronóstico de julio la intensidad prevista es de apenas -0.52°C, lo que apenas podría clasificarse como La Niña.

Estas proyecciones generan tanto expectativas como preocupaciones en el sector agrícola, que espera condiciones climáticas favorables para una campaña exitosa. Esto se da en un contexto en el que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta en X en donde aseguraba: “La sequía se expande en Argentina”. Indicó que “en los últimos tres meses, debido a la falta de lluvia, se agravó la situación en la zona núcleo”.

En este contexto, ORA advirtió que, “sin lluvias, continúa el lento desecamiento de los perfiles hídricos”. Según detalló, en el núcleo triguero sur, las reservas profundas de agua para los lotes de trigo han pasado de ser óptimas a solo adecuadas en la última semana. Esto preocupa a los productores, ya que la falta de agua puede afectar la salud de los cultivos de trigo.

En la zona núcleo, las reservas de agua son adecuadas en el este y regulares en el oeste. Esto muestra una variabilidad en la disponibilidad de agua en diferentes partes de la región.

En la provincia de Córdoba la situación es aún más grave. Ya no hay áreas con reservas de agua adecuadas. Dependiendo de la zona, las reservas de agua son regulares o escasas, lo que significa menos agua disponible para los cultivos.

En Santa Fe y Entre Ríos, las altas temperaturas de la semana pasada han acelerado el secado del suelo. En estas provincias, las reservas de agua son mayormente regulares a adecuadas, indicando una disminución en la disponibilidad de agua.

A nivel general, las peores deficiencias de agua se observan en Chaco, Formosa y Santiago del Estero. Estas provincias enfrentan una situación crítica que podría impactar gravemente en la producción agrícola si no llueve pronto.

La Unión Europea transfiere a Ucrania 1.500 millones de euros de activos rusos

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La Unión Europea (UE) transferirá 1.500 millones de euros de los fondos rusos congelados a Ucrania, anunció este viernes (26.07.2024) la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Los países occidentales bloquearon unos 300.000 millones de dólares en activos rusos soberanos después de que Moscú enviara tropas a Ucrania en febrero de 2022.

El mes pasado, el G7 y la UE acordaron usar los intereses obtenidos de los fondos rusos congelados para respaldar un préstamo de 50.000 millones de dólares a Ucrania, con el fin de ayudar a su defensa contra la invasión rusa. El Kremlin prometió emprender acciones legales.

«Hoy transferimos 1.500 millones de euros de los fondos rusos inmovilizados a la defensa y reconstrucción de Ucrania. No hay mejor símbolo o uso para el dinero del Kremlin que hacer de Ucrania y de toda Europa un lugar más seguro para vivir», expresó Von der Leyen en la red social X.

«Gracias Von der Leyen y UE por su firme apoyo y esta importante contribución a la defensa y reconstrucción de Ucrania. Juntos estamos convirtiendo la adversidad en fortaleza y construyendo una Europa más segura y resistente», dijo el primer ministro ucraniano Denis Shmyhal.

Los Estados miembro de la UE han estado discutiendo opciones para extender el período de renovación de las sanciones sobre los activos del banco central ruso, con el fin de asegurar el préstamo del G7 para Ucrania, según un borrador de un documento de la UE y declaraciones de diplomáticos, reportó la agencia de noticias Reuters el miércoles.

YPF confirmó que el puerto de exportación de GNL estará en Río Negro. Dudas de AgendAR

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La petrolera YPF confirmóe que la localidad rionegrina de Punta Colorada será la sede donde se construirá el puerto que forma parte del ambicioso proyecto Argentina LNG que encabeza junto a la malasia Petronas. Fuentes de la compañía indicaron que la decisión fue ratificada por unanimidad por el Directorio de la empresa de mayoría estatal.

De esta forma, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck logró ganarle la pulseada a su par bonaerense, Axel Kicillof, quien por el contrario, habría perdido la chance de conseguir para su provincia los 30 mil millones de dólares que contempla la inversión. Es que YPF también barajaba la posibilidad de construir el proyecto en Bahía Blanca.

La provincia de Río Negro logró ponerse en clara ventaja tras adherir al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), uno de los requisitos que el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, había impuesto a las provincias. Kicillof, sin embargo, se había expresado en varias ocasiones opuesto al régimen de la Ley Bases y, en cambio, había presentado en la Legislatura provincial un proyecto alternativo.

“La provincia de Río Negro tiene una potencialidad, por su cercanía y por su golfo, de transformarse en un sitio exportador de la riqueza que produce Neuquén, ya sea en petróleo o ya sea en gas”, había dicho Weretilneck.

“La posibilidad de exportar genera para Neuquén y para el país la duplicación de su producción, lo que significa mayor cantidad de empleos en forma directa, mayor crecimiento de todas nuestras pymes y mayores regalías para Neuquén. En esto Río Negro es un protagonista central porque todo lo que ingresa y sale de Vaca Muerta pasa por nuestra provincia”.

Apoyos patagónicos

El gobernador Weretilneck contaba con el apoyo de su par de Neuquén, Rolando Figueroa, quien pujaba por darle la salida al gas de Vaca Muerta desde un puerto rionegrino. Esta mañana, el neuquino había expresado que “algo me huele que hoy va a ser un gran día para los patagónicos”.

Figueroa dijo luego que el proyecto que tenía en vilo a la provincia de Buenos Aires y a la de Río Negro, permitirá  “monetizar Vaca Muerta, acompañada de diferenciarnos en calidad, mejorar el precio y salir por un puerto donde podamos generar nuevas alternativas como patagónicos”.

Esta semana los gobernadores de Chubut y Santa Cruz, Ignacio Torres y Claudio Vidal, también se habían expresado a favor de su par rionegrino en la puja por el proyecto. En este sentido, el gobernador neuquino remarcó la unidad existente entre los principales referentes de la Patagonia y dijo que “las provincias argentinas ya no somos ésas, que pasivamente aceptábamos lo que nos imponía Buenos Aires”.

“Si hay algo que hemos hecho es ofrecer un puerto de salida, nos hemos integrado y hemos ofrecido una propuesta, una potencialidad de exportar con licencia ambiental y social”, sostuvo Figueroa al remarcar que no se trata de rivalizar con el gobernador Kicillof.

Comentario de AgendAR:

A Horacio Marín, director de YPF, por ahora no sabemos si creerle: su mandato es defender el RIGI como ley nacional, no la logística de una instalación industrial y portuaria compleja. Esto tiene límites más severos, fijados por la geografía de costas.

A Petronas le creeremos que elige Punta Colorada para la segunda etapa industrial y portuaria del proyecto GNL, cuando lo diga. Mientras no lo haga, puede embarcar gas natural, básicamente metano en estado gaseoso, y licuarlo en barcos especializados que tienen todo aquello que falta en Punta Colorada para pasar el gas a estado líquido y almacenarlo.

Lo que falta en Punta Colorada y deben proveer los barcos son máquinas criogénicas capaces de generar 162 grados bajo cero, agua desalinizada para enfriar las mismas, y para consumo de los especialistas y el resto de la tripulación a bordo. Estos también tienen a bordo la hotelería de ingenieros, técnicos y del resto de la tripulación, y las máquinas diesel de propulsión suministran la enorme demanda eléctrica del equipamiento. Estamos hablando de barcos que son pequeñas ciudadades industriales, no de naves chicas.

Se pueden fondear en Punta Colorada barcazas de permanentes de licuefacción, almacenamiento y trasbordo a barcos. Petronas tiene una capaz de licuar unos 6 millones de m3 de gas natural y producir con ellos 1,5 millones de toneladas anuales del producto final, GNL. La cifra sería sumamente preliminar para los planes de la petrolera malasia. En la etapa más avanzada del proyecto, Petronas quiere exportar al menos 20 millones de toneladas/año de GNL.

Esa barcaza podría operar en Punta Colorada si allí hubiera un gasoducto que trajera gas a ese punto desolado (ups, no lo hay). Para una operación preliminar, con una sola barcaza de licuefacción, habría que tirar un caño hacia el Gasoducto San Martín, que pasa 50 kilómetros tierra adentro, y conformar a los millones de clientes y usuarios finales de ese gas natural, las industrias y la población de la Región Centro, que vienen de décadas con cierres de fábricas y de apagones eléctricos en invierno o en verano, por falta de suministro.

Esta «solución» es contractual y políticamente ripiosa. Si Punta Colorada ha de exportar GNL en cantidades atractivas, debería contar con un gasoducto propio y exclusivo desde Vaca Muerta, 630 kilómetros si se sigue el trazado de la RN 22 para construirlo. ¿Pondrá la plata Petronas para esa obra?  El presidente y CEO de Petronas, Tengku Muhammad Taufik, podría hacerlo si Punta Colorada estuviera menos expuesta a vientos y oleaje.

Nuestra morfología costera no es fácilmente remediable. A diferencia de la Patagonia Chilena, a su contraparte argentina la geología le otorgó -con un par de excepciones- muy pocos y muy malos puertos. Tenemos un combo de mareas extremas, fondos bajos, corrientes de marea, escarceos y una línea de costa más bien recta y aburrida, con poquísimas rías o caletas que den abrigo contra los vientos, famosos por brutales e impredecibles.

Hay malos puertos patagónicos (Comodoro, Caleta Valdés) que se sobrepusieron con infraestructura flotante de embarque. Pero sirve para trasbordar crudo, un material que además se trae de cercanías, que de yapa está naturalmente en estado líquiodo y que resulta menos difícil de manipular que el GNL. Pero Punta Colorada jamás figuró siquiera dentro de la lista chica de malos puertos.

Mientras funcionó la mina de Hierro de HIPASAM, Punta Colorada fue un embarcadero de pellets de hierro, con un muelle de acero que se aleja centenares de metros de la línea de la costa en perpendicular, buscando desesperadamente algo de profundidad. Esa inmensa estructructura de vigas tipo «truss» debía garantizar que los buques mineraleros de los ’80, raramente mayores de 30.000 toneladas, llenaran rápido sus bodegas en pleamar.

Rápido, en pleamar y además debían ser chicos forzosamente, por las limitaciones en el punto de embarque: en bajamar y con viento, las restingas rocosas tipicas de casi todas las costas patagónicas son de riesgo de encallamiento y/o de fractura de casco. Pero además, luego de rumbear para el Norte debían navegar el el Plata y luego el Paraná de las Palmas aguas arriba, hasta los altos hornos de acero de SOMISA en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Ambos ríos estaban dragados a menor profundidad que hoy. Estamos hablando de barcos de cabotaje modestos, no de naves oceánicas de 300 metros de eslora, 43 de manga y 12 de calado, como los metaneros grandes de hoy.

Fernando Krakowiak y Nicolas Gandini, en el número del 31 de Julio de Econojournal (ver aquí), dicen que reuniendo otras petroleras multinacionales se podrían tener hasta tres barcazas de licuefacción de gas, y sumando todas llegar hasta 11 millones de toneladas/año de GNL. Dejan dudas sobre si esto podrá suceder, porque habría que juntar con YPF y Petronas a PAE, Tecpetrol, Pampa, TotalEnergies, Wintershall Dea, Pluspetrol y CGC, entre otros protagonistas importantes en Vaca Muerta, que miden cero e incluso debajo en materia de «affectio societatis».

Sin embargo en licuar metano todo grado Celsius negativo suma: después de todo, es un proceso criogénico.

El «affectio societatis» surge sólo cuando las cuentas son buenas. Pero incluso empresas tan tecnológicamente aventureras como algunas petroleras, las que se atreven a perforar a 7 kilómetros de profundidad a 300 km. de la costa bonaerense, podrían pensar que 3 ciudades flotantes en una costa tan brava es demasiado riesgo. Tampoco sabemos si Petronas quiere semejante multitud en su proyecto con YPF, planteado inicialmente como un íntimo «Tea for Two».

Lo cierto es que en las etapas 2 y 3 del proyecto de Petronas con YPF, tal como se planificaban hasta el 10 diciembre de 2023, la licuefacción del gas natural debía hacerse en tierra, para aumentar volúmenes y bajar costos. Nada de barcazas. Plantas grandes, espaciosas, relativamente a salvo de extremos meteorológicos, bien provistas de agua potable para consumo y procesos, de electricidad, de vivienda para el personal permanente, y con una población a tiro con ingenieros, técnicos y talleres capaces de manejo y mantenimiento de grandes equipos. Hasta hace medio año, Petronas parecía estar buscando un puerto, no una base lunar.

No creo que eso haya cambiado.

Si hay industrias petroquímicas preexistentes, facilitan las cosas: implican que la ciudad ya tiene acometida de gas. Es importante tener gas si uno quiere, digamos, vender gas.

Bahía Blanca, con su Polo Petroquímico y la planta de fabricación de urea de Profértil, una sociedad mixta canadiense y de YPF, era candidata natural por descarte: reúne todas las condiciones logísticas, pese a ser un puerto a lo sumo mediocre, por sus fondos barrosos. Aún así, de Puerto White y de Quequén sale toda la cosecha granelera del centro y sur de la provincia de Buenos Aires y la de la Pampa. El puerto está ahí desde fines del siglo XIX, es «de abrigo», enorme y no hay que inventarlo. Tiene limitaciones. Como dice Ricardo Bianchi, asesor en logística portuaria: se banca graneleros de hasta 60.000 toneladas.

¿Un mejor puerto que Bahía Blanca pero en Río Negro? Madryn, tal vez, por sus aguas profundas y relativamente (subrayo «relativamente») abrigadas. Pero está en la mayor y mejor reserva faunística de la Argentina, y sostiene un negocio fenomenal de turismo receptivo internacional. Por ahora, es mejor que los europeos y asiáticos concurran a a Madryn a dejar su plata a pie de pingüino, como quien dice, en esa ciudad paga más que mandarles GNL. El turismo en Madryn ya convive a codazos con la planta de reducción de bauxita a aluminio metálico de ALUAR. No porque ésta contamine el agua o el aire, sino porque compiten por electricidad que viene mayormente de la central hidroeléctrica de Futaleufú.

En los ’90, cuando Madryn ya tenía una población permanente de más de 70.000 habitantes, ALUAR consumía el 99% del producto eléctrico de Futaleufú. Con el 1% restante, se iluminaban Madryn y Trelew. ¿Alguien dijo por ahí que el aluminio es literalmente electricidad congelada? Tiene razón. Recursos humanos capacitados en Madryn hay, por los que radicó ALUAR y los que crearon las varias metalúrgicas locales que añaden valor al aluminio en lingotes. ¿Hay lugar para terceros? No. Hay tres techos: la escasez de agua potable, la de electricidad y, naturalmente, la de gas.

Inventar una industria, un puerto y una ciudad puede ser demasiado para Petronas. Eran las cosas que hacía la vieja YPF, la que trabajaba para el país como conjunto, cuando iba fundando ciudades en Chubut y Santa Cruz, y ponía desde las viviendas hasta la electricidad, y desde los hospitales hasta las escuelas. Linda empresa, nacional y pública, como Petronas. Pero una recidivante jauría de turros la dejó vaciar a placer por unos cosos hispánicos, se recuperó medio averiada en 2011. Y aunque desde entonces YPF desarrolló Vaca Muerta, no se le puede pedir que ande inventando país en medio de la nada, como antes.

En cuanto a Petronas, hace negocios para SU país, no el nuestro.

Respecto de la falta de agua potable en Punta Colorada, en el subsuelo local no la hay. Las lluvias raramente arañan los 200 mm. anuales. Es la costa de un desierto bastante estricto. La ciudad dormitorio del embarcadero de pellets de hierro de HIPASAM era Sierra Grande, 34,5 km. hacia tierra adentro por la Ruta Provincial 5.

Sierra Grande debía abastecerse de agua por acueductos de 120 y 140 km. de longitud. El agua venía desde dos arroyitos de la Meseta de Somuncurá, también bastante desértica, pero con algo de esa capacidad de almacenamiento hídrico que dan las tierras altas. Los dos acueductos, que requerían mantenimiento intenso, lograban sumar unos 4m3 por segundo de caudal. Es algo así como 2/3 del agua que mueve el Riachuelo, ese arroyo bonaerense que separa la CABA de Avellaneda. Más limpia, obviamente.

Esa escueta cantidad alcanzaba para hacer funcionar la mina de hierro, cerrada en 1990. El excedente, cuando la mina estaba en operaciones, daba para una hora diaria de suministro a los domicilios de esa ciudad, entonces de 20.000 habitantes. Era frecuente quedarse enjabonado cuando la ducha decidía, de pronto, no entregar más agua: un blooper la primera vez, después ya no tanto. El que tenía lavarropas, debía correr hasta su casa para llegar hasta él junto con el agua.

Si Petronas se asienta allí en Punta Colorada y el proyecto avanza a las fases 2 y 3, que implican plantas industriales de licuefacción en tierra, deberá conseguirse el agua potable desalinizando agua de mar por ósmosis inversa. Es caro, es perfectamente posible, es el único modo de que crezcan las ciudades costeras patagónicas en general, pero es conjetural que la petrolera malasia quiera incurrir en semejante gasto, aunque podemos sumarlo a la carta que le escriben los chicos a los reyes magos. En cuanto a YPF, ya no está financiera o políticamente para esos bailes.

No ponemos en duda de que Petronas en unos años estará exportando cantidades modestas y preliminares de GNL de Vaca Muerta desde su barcaza de licuefacción. Pero eso puede hacerlo indistintamente de casi cualquier lugar de la costa argentina, tanto la patagónica como la bonaerense. Sin embargo, una geografía costera apta, un puerto ya fundado, electricidad, agua y gas en cantidades suficientes y una población preexistentes ayudarían mucho.

La Nación, diario al cual le creemos cada palabra, incluso la fecha, afirma que en su fase de apogeo el dúo Petronas-YPF debe llenar 400 barcos metaneros por año. Ojo, son barcos que embarcan GNL ya licuado, no chatas flotantes que reciben gas natural, lo licúan, lo almacenan y lo trasbordan a su vez a barcos metaneros muy alejados de la costa. Muy complicado. Además entre el viento, el oleaje, las corrientes de marea, las restingas, ya se sabe. Ya tenemos suficientes barcos naufragados en esas costas como para volver a exportar hierro.

Tal vez el presidente de YPF tenga previsto de adónde va a sacar el agua. Después de todo, cuando se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia se estaba buscando agua. Por ahí don Marín, a fuerza de buscar más petróleo, la encontró y no dice nada, para no avivar giles. ¿O tal vez se puede simplemente dejar secas las canillas de la vecina Sierra Grande, cuya población bajó de 20.000 a 7500 personas tras el cierre de la mina de hierro de HIPASAM? Podría ser, pero no va a alcanzar. Una mirada al mapa hidrográfico de Río Negro no muestra ninguna fuente de agua libre de sal demasiado cercana.

Ese caudaloso río que da nombre a la provincia, el Negro, tal vez sería una ayuda. Transporta 760 m3/segundo anuales. Pero queda medio a trasmano para acueductos. No digo que sea imposible hacerlos. ¿Alguien los pagará? Para el caso, si Petronas se aviniera a ello, por abundancia de agua dulce debería ubicar su puerto antes de la desembocadura del Río Negro. Pero ésta es bastante impracticable: el sedimento que mueve nuestro tercer río nacional, según caudal, crea barras y bajíos bastante móviles. Por algo, Carmen de Patagones es una ciudad básicamente administrativa y algo pesquera, pero no un puerto de ultramar.

Lo dicho, los buenos puertos están en Chile. Nosotros tenemos las buenas tierras y los hidrocarburos. Si esto es obra de uno o varios dioses, tienen un raro sentido del humor.

¿Y la potencia eléctrica para la planta terrestre de GNL? Río Negro tiene las cadenas de represas sobre el Limay, pero también quedan medio lejos, y habría que construir unos 630 km. de electroductos de alta tensión, siguiendo el sinuoso recorrido de la Ruta Nacional 22, la Provincial 2 y luego la Nacional 3. Si se quiere acortar camino, hay que construir y desplegar todas esas torres y cables de alta tensión sin ningún camino para camiones, todo a través de la rocosa inmensidad de la Meseta de Somuncurá. Titánico, pero dudamos de que alguien en Malasia tenga las ganas o la plata.

También hay que ver si los concesionarios de Alicurá, El Chocón, Arroyito, Cerros Colorados y Piedra del Águila están en condiciones técnicas de derivar electricidad hacia el proyecto de planta y ciudad en Punta Colorada. La demanda de la Región Centro es enorme, cada vez mayor pese a la seguidilla de recesiones, porque la tracciona la demografía. Y las que están también en recesión son las precipitaciones que alimentan los ríos del Comahue. Se han vuelto inciertas, con disminuciones drásticas en los años de Niña.

Pero además, las concesiones de esos operadores privados sobre las represas mencionadas, construidas todas por el Estado Nacional, están vencidas, y en prórroga de prórroga de prórroga. ¿Tiene valor legal lo que firmen las empresas okupas de tanta obra federal? La ilegalidad podría no detener a este gobierno (generalmente, lo atrae), y seguramente también tentaría a las concesionarias de las hidroeléctricas del Comahue. Pero es posible que no tanto a Petronas, que tiene que asegurarse un negocio blindado durante décadas.

El enigma de la electricidad en Punta Colorada se podría haber resuelto solo con una central nuclear grandota, pero la población provincial se rebeló en 2017 cuando el presidente Mauricio Macri, el gobernador Alberto Weretilnek y el subsecretario de Energía Atómica, el sociólogo Julián Gadano, le comunicaron a la provincia, vía Tweet desde Beijing, que en ese lugar la CNNC (China Nuclear National Corporation) iba a instalar allí una Hualong-1 de uranio enriquecido y 1120 MWe, y nada menos que en Sierra Grande. Los rionegrinos no tenían la menor idea del asunto. Un sociólogo, allí. Ups, parece que ya tenían uno.

Era claro que Macri seguía instrucciones de que en nuestro país no hubiera jamás una central nuclear china. Gadano, por su parte, cree que la responsabilidad del fracaso del proyecto Hualong-1 la tienen «los defensores de las ballenas». No se culpe a los rionegrinos que se movilizaron contra la central china: hoy parece buena, aunque MUY cara, pero lo central es que en aquel entonces estaba poco probada en origen. Sin embargo, lo decisivo es que aquel era un proyecto colonial. Todo el producto eléctrico se iba para Buenos Aires. La Hualong en Sierra Grande no venía atada a ninguna industria electrointensiva a pie de planta, o en alguna ciudad-puerto viable de la provincia.

La mala suerte rionegrina: cuando pinta electricidad, viene sin industria. Cuando pinta industria, viene sin electricidad.

En fin, creo que Petronas, que ambiciona un puerto de licuefacción asociado a Vaca Muerta desde 2012, hace meses que ve pasar las balas entre Kiciloff y Marín sobre su cabeza, y no tiene mayor apuro por ligarse una. Son asuntos de argentinos.

La empresa viene de un país volcánico, no sólo en el sentido geológico, y está negociando con otro incluso más inestable. A fuerza de petrolera y habituada a negocios de lago plazo con mucha inversión en infraestructura, es experta en hacer cuerpo a tierra y, como observan Krakowiak y Gandini, en mantener un bajísimo perfil. Así viene desde 2012, cuando tocó el timbre en La Rosada y preguntó adónde quedaba Vaca Muerta.

No creo que Petronas tenga mayor problema en vender un tiempo bajas cantidades de GNL con su chata de licuefacción, incluso desde Punta Colorada. ¿Puede hacerlo? Si se trae gas, no es imposible, solo carísimo. Buena suerte, tigres de la Malasia, especialmente en invierno, cuando el viento pasa de bravo a criminal.

Cuando Petronas pase a la segunda etapa, sin embargo, deberá buscarse un puerto geológicamente más decente, y preferentemente con agua, electricidad, y en una ciudad en lo posible ya construida. Es difícil bajar todo eso desde un helicóptero, aunque sea el de Santa Claus.

Hasta que Petronas diga algo algo respecto de la segunda etapa y tercera etapas, dejamos planteada nuestras dudas. ¿Saben qué, lectores? En Kwala Lumpor no van a decir nada, ni mu. No son idiotas. Reduciendo las cosas a términos políticos, libres de toda consideración de geología costera o de logística industrial, Marín a los malasios quizás ya les huele a transitorio, y Kiciloff les huele a posible.

Pero la que manda es la naturaleza.

Creemos que la moneda entre Río Negro o la provincia de Buenos Aires no es asunto de RIGI o de no RIGI, y sigue, como quién dice, en el aire.

Como el país mismo, casi siempre. Pero desde hace unos meses, ni te cuento.

Daniel E. Arias

Declaro un error involuntario en mi comentario. Cerca de Punta Colorada, ahora pasa un tramo nuevo de LAT (línea de alta tensión) de 500 kilovoltios, que enlaza la isla de Choele-Choel, sobre el Río Negro, con Puerto Madryn. Se inauguró en 2023. Agradezco el dato al Ing. Jordi Fondevila.

Esto podría resolver el problema de electricidad en Punta Colorada. Fuera de ello, para hacer un puerto industrial en ese sitio y con población residente, quedan sin resolver los temas de falta de agua potable, del fondo costero de restingas, de las grandes diferencias intermareales, de las corrientes de marea, de la falta de resguardo ante el viento y del oleaje.

Tal vez tanto dato geográfico se resista a ser modificado por decreto.

Afecciones neurológicas: la 4ª causa de muertes en Argentina. Respuestas

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre las afecciones neurológicas que más contribuyeron a la pérdida de salud fueron los accidentes cerebrovasculares (ACV). Solo en Argentina, es la cuarta causa de fallecimientos.

Los especialistas alertan sobre el incremento de afecciones neurológicas, lo que las convierte en la principal causa de discapacidad en América Latina. Asimismo, resaltan que, pese a la alta incidencia, el avance de la medicina ofrece tratamientos innovadores que contribuyen a restaurar la salud y mejorar la calidad de vida del paciente.

De acuerdo con un nuevo estudio publicado por la revista The Lancet Neurology, más de 3 000 millones de personas en el mundo padece alguna afección neurológica 1 , y las cifras de personas que viven con estas patologías o que fallecen por esta causa han ido en aumento, debido a factores como el envejecimiento de la población, estilos de vida pocos saludables, entre otros.

Este reporte además visibiliza que, del 80% de los casos de muerte por motivos neurológicos se producen en países de ingreso bajo y mediano, y el acceso a tratamiento es variable , mientras que entre las diez afecciones neurológicas que más contribuyeron a la pérdida de salud fueron los accidentes cerebrovasculares (ACV).

En América Latina, esta situación no estaría alejada de la realidad. Por ejemplo, en países como Argentina, se registra un ACV cada 17 minutos y constituye la principal causa de discapacidad de origen neurológico en los adultos mayores a 40 años.

En esa línea, diversos especialistas en neurología alertan sobre el incremento de afecciones neurológicas y resaltan que es crucial garantizar que la salud cerebral se comprenda, valore y proteja desde los primeros años de vida, y no solo en la edad adulta.

Síntomas

De acuerdo con el Dr. Fernando Ramirez de Noriega, neurocirujano y especialista en Estimulación Cerebral Profunda, es clave reconocer los síntomas de las enfermedades en una etapa temprana.

“Ante cualquier malestar, como dolores de cabeza inusuales, más aún si se asocian a náuseas o vómitos; mareos, problemas de memoria, asimetría en la cara, debilidad en alguno de los brazos o piernas, cambios en el comportamiento, movimientos involuntarios, entre otros, es recomendable acudir a un especialista para obtener un diagnóstico oportuno”, agrega.

Impacto en la calidad de vida

Por su parte, el Dr. Carlos Ciraolo, neurocirujano, indica que algunas de las enfermedades cerebrales pueden tener un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes y sus familias, por lo que es necesario un diagnóstico y tratamiento oportuno.

“Gracias a los avances tecnológicos, ahora contamos con tratamientos innovadores y con mayor tasa de respuesta para mitigar el impacto de los efectos generados por estas patologías y mejorar la calidad de vida de los pacientes", señala.

Enfermedades cerebrales

Con motivo del Día Mundial del Cerebro, que se conmemora cada 22 de julio, los especialistas en neurología dieron a conocer algunas de las enfermedades cerebrales a las que se debe prestar atención:

1. Los accidentes cerebrovasculares (ACV), son una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en Argentina y el mundo. Los síntomas suelen ser muy variados y estos pueden incluir dolor de cabeza, somnolencia, dificultad para hablar, entumecimiento, asimetría facial, debilidad en las extremidades, problemas al caminar, entre otros. El diagnóstico y tratamiento temprano es de suma importancia, ya que aumentan las probabilidades de recuperación de las áreas afectadas del cerebro.

2. La enfermedad de Parkinson es una patología neurodegenerativa que afecta el movimiento, la postura, el equilibrio y, en muchos casos, la función cognitiva. Se caracteriza por provocar en distinto grado temblor, rigidez y lentitud de los movimientos, lo que afecta la calidad de vida de las personas. En Argentina, aproximadamente 100,000 personas están diagnosticadas con esta enfermedad 3 .

3. La epilepsia es una patología cerebral que afecta la actividad eléctrica de un grupo de neuronas, manifestándose típicamente en movimientos involuntarios de cierta parte del cuerpo, conocidos como convulsiones, que suelen comenzar de manera abrupta y en algunos casos pueden llevar a la pérdida de conciencia. “Se estima que entre el 1% y el 1,2% de la población padece epilepsia, siendo el 20% de estos casos refractarios al tratamiento médico”, comenta Ciraolo.

4. El tumor cerebral es una lesión que ocupa espacio dentro del cerebro. Es importante destacar que no todos los tumores son cancerosos. Se trata de un grupo de células que se desarrollan de manera anormal formando una masa y puede causar una variedad de signos, como dolores de cabeza inusuales, convulsiones, entre otros. Sin embargo, atribuir síntomas específicos a esta patología es complicado debido a la diversidad de presentaciones clínicas que pueden manifestarse.

Diagnóstico y tratamiento

Las enfermedades cerebrales se diagnostican mediante una evaluación exhaustiva. Estas pruebas incluyen la revisión detallada de la historia clínica del paciente, un examen físico y exámenes especializados como la tomografía, resonancia magnética nuclear y angiografía, según sea el caso.

“Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento se adapta a las particularidades del caso. Este puede incluir desde opciones farmacológicas hasta tecnologías innovadoras”, señala la Dra. Ximena Pizarro, neuróloga.

Tratamiento del Párkinson

Para la especialista, la neurología es una de las disciplinas médicas que ha tenido mayores avances tecnológicos en los últimos años, sobre todo para el tratamiento de Párkinson y otros trastornos del movimiento. “Lo que más ha avanzado es la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por sus siglas en inglés), la cual ha ayudado mucho a personas que presentan trastornos del movimiento”, apunta.

Esta terapia corrige la actividad eléctrica del cerebro que causa problemas motores, y Medtronic, compañía con 75 años de experiencia en tecnologías para la salud, ha desarrollado el Percept RC, un neuroestimulador de doble canal más pequeño y delgado disponible para la DBS. Además, existen otras opciones terapéuticas para las diversas enfermedades neurológicas, como los estimuladores del nervio vago, tratamientos endovasculares y cirugías resectivas, entre otras.

Cobre: un proyecto minero en San Juan promete producir más que lo que hoy se importa

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El proyecto minero Los Azules en San Juan es uno de los más prometedores que hay en la provincia y la apertura de una mina ocasiona grandes expectativas acerca de puestos de trabajo que se pueden llegar a generar.

En su visita al programa Banda Ancha que se emite por el Canal 13 de San Juan, el gerente de Sustentabilidad, Mario Hernández, dijo que en Los Azules quieren iniciar la construcción en 2026 para comenzar a producir en 2029 y que estiman una producción anual de 155.000 toneladas de cobre al año. Esta iniciativa demandaría unos 2.500 trabajadores directos y 5.000 en total recién dentro de varios años.

Los Azules tiene una proyección importante para la producción de cobre, ya que en el país no existe ninguna mina activa de este mineral tras el cierre de Bajo la Alumbrera, en Catamarca. Con una Argentina que por ahora importa todo el cobre que se utiliza, Los Azules prevé una producción superior a la que llega desde el exterior.

«Las 20.000 toneladas que estamos importando (en el país), pueden salir de San Juan, pero Los Azules va a producir un poco más que eso, va a tener una producción promedio de 155.000 toneladas por año. Pero también está la expectativa de que la Argentina va a utilizar más cobre porque se viene en el mundo un gran cambio que es la electromovilidad: motos eléctricas, bicicletas eléctricas, autos eléctricos, el transporte público eléctrico, entonces hay una gran revolución en término de terminar con los motores a combustión y pasar a los motores eléctricos», aseguró Hernández.

Siguiendo con ese análisis, el gerente de Sustentabilidad dijo que «esa demanda implica 4 o 5 veces más cobre en la industria automotriz y ese cobre lo tiene que producir Argentina y lo va a producir Calingasta».

Acerca de los planes que tienen en la minera, Hernández explicó que «el cronograma nuestro es empezar la construcción en 2026 para comenzar a producir en 2029. Esto lo explicamos mucho, especialmente en Calingasta, donde la gente pregunta esto», y añadió que se encuentran trabajando en un entrenamiento de empleo en las comunidades donde se emplaza el proyecto.

¿Qué es el proyecto Los Azules de San Juan?

Los Azules ocupa el octavo lugar entre los yacimientos de cobre no explotados más grandes del mundo. De hecho, sus recursos actuales de cobre han aumentado a 10.900 millones de libras con una ley de 0,40% Cu (categoría Indicada) y 26.700 millones de libras adicionales con una ley de 0,31% Cu (categoría Inferida) a partir de la Evaluación Económica Preliminar (PEA) de junio de 2023.

Semanas atrás se informó que la temporada de exploración 2023/2024 en el proyecto ubicado en el departamento sanjuanino de Calingasta finalizó recientemente con 70.000 metros perforados, lo que la convirtió en la más grande de su historia. Pero a raíz de los estudios preeliminares, pudieron determinar que han identificado una fuerte evidencia de un gran sistema de pórfido a tres kilómetros al este del proyecto original.

Aunque los resultados de los ensayos aún están pendientes, la compañía precisó que dentro de este nuevo objetivo se han reconocido vetas estilo pórfido y vetas de cuarzo con mineralización de óxido de cobre, lo que da indicios de otro sistema de pórfido de cobre cercano.

La PEA estima una valoración en recursos de $2.700 millones después de impuestos a un precio de $3,75 la libra de cobre, un costo de producción promedio bajo de $1,07/lb Cu, un período de recuperación de 3,2 años y una vida útil de la mina de 27 años.

Los Azules busca más inversiones para su proyecto de cobre

El mes pasado la minera McEwen Copper recibirá una inyección de u$s70 millones para continuar con el desarrollo del proyecto de cobre Los Azules en San Juan, que lleva invertidos en el país unos u$s230 millones desde 2021.

Michael “Mike” Meding, vicepresidente de McEwen Coppery gerente general del proyecto Los Azules, aseguró a Energy Reportque este anuncio de inversión de u$s70 millones es una gran noticia para San Juan y toda la comunidad de Calingasta por varios factores.«En primer lugar, demuestra la confianza que tienen nuestros accionistas para seguir invirtiendo en la provincia. Además de la consideración San Juan tiene la capacidad y las herramientas necesarias para desarrollar la actividad minera», dijo Meding.

En segunda instancia, pero no menos importante, «Mike» destacó el potencial que tiene el proyecto para una inversión a largo plazo. «De esta manera continuaremos con los trabajos de ingeniería que nos permitirán factibilizar el proyecto hacia fines de primer trimestre 2025, luego de una campaña histórica como la que terminamos este año y con el objetivo empujar Los Azules hacia una mina en producción hacía el 2029, que es nuestro objetivo principal», detalló el ejecutivo.

Meding recordó que todavía esperan por la aprobación del Informe de Impacto Ambiental presentado en abril del año pasado. «Ya hemos tenido intercambios y devoluciones positivas con las autoridades de la comisión evaluadora, que por cierto hacen un gran trabajo detallado de revisión en las mas que 4.000 hojas que hemos presentado», sostuvo en declaraciones a este medio.

Pero el empresario aprovechó para remarcar que al mismo tiempo también esperan por la aprobación de ley Bases junto al RIGI. «Pondrá a Argentina cerca de otros países mineros en materia impositiva, y de seguridad jurídica, ya que esto como venimos sosteniendo nos darían reglas claras para los años venideros y posibilitaría que San Juan tenga una mina de cobre, o muchas más de nivel mundial en producción«, sentenció el vicepresidente de McEwen Copper.

«Sale GEO, entra LEO»: la historia de un ataque contra la Argentina espacial

Sobre esta nota de Enrique Carrier, la opinión de AgendAR va después, según usos y costumbres. Como spoiler: SÍ, PONELE.

Sale LEO, entra GEO:

Para quienes siguen el devenir de la industria satelital no quedan dudas de que la aparición y multiplicación de las constelaciones LEO está reconfigurando completamente al sector. Lo que en algún momento parecía simplemente una idea loca de Elon Musk terminó convirtiéndose en un punto de quiebre para la industria satelital.
 
Anunciada en 2015, el despliegue comercial de Starlink comenzó en mayo de 2019, con el lanzamiento de los primeros 60 satélites operativos. El servicio beta público de Starlink comenzó en octubre de 2020 en ciertas áreas de Estados Unidos y Canadá, y se ha ido expandiendo gradualmente a más regiones del mundo desde entonces a través del lanzamiento regular de satélites para ampliar la cobertura de la red.
 
No obstante, el quiebre en la percepción del potencial de las constelaciones LEO se produjo a partir de la utilización de Starlink en los inicios de la guerra entre Ucrania y Rusia, a principios del 2022, demostrando que sí funcionaba en distintos escenarios, con el plus de ser más difícil de sabotear. Desde entonces, los gobiernos de los principales países avanzan con proyectos propios de constelaciones satelitales LEO, consideradas como una pieza estratégica fundamental en sus sistemas de defensa.
 
Sobrevolando a una mucho menor altura que sus ancestros, los satélites GEO, los LEO tienen dos ventajas fundamentales: mayor velocidad (o ancho de banda) y menor tiempo de respuesta (o latencia). Se trata de características emergentes de las leyes de la física que los GEO no pueden empardar.
 
Esta situación ha puesto en jaque al negocio de transmisión de datos satelital para los operadores GEO, planteando un gran interrogante respecto del devenir de toda una industria que creció y se desarrolló alrededor de una tecnología satelital a la cual le llegó el relevo. Por lo pronto, todos los operadores de servicios satelitales están procurando ampliar su oferta con satélites LEO. La verdadera amenaza es para los operadores y propietarios de los satélites propiamente dichos, pero no para quienes comercializan servicios sobre éstos que están sumando la oferta LEO a sus carteras.
 
El avance de los LEO sobre el negocio de transmisión de datos se está dando a pasos acelerados. Por lo pronto, iniciando un proceso de migración hacia Starlink, a quien se le suma OneWeb (ya operativa aunque más limitada en capacidad) y, en principio el año próximo, Kuiper (de Amazon). Pero hay otras en el tablero. Lo concreto es que quienes están en el negocio estiman que en un plazo no mayor a 3 años, el grueso de la transmisión de datos satelital habrá migrado de GEO a LEO. Una velocidad arrolladora.
 
Otro servicio satelital impactado por los LEO es la conectividad móvil. Con los GEO se trata de conectar radiobases en lugares remotos. Pero con los LEO llegan los servicios D2D (Direct to Device) que utilizan los satélites como radiobases, asegurando por primera vez, una cobertura global en serio. También son la base para una conectividad IoT total.
 
Ante este escenario, la pregunta natural es: ¿qué será de la vida de los GEO? Así como en materia de transmisión de datos el timer ya está corriendo, algo más atrás viene el broadcasting y multicasting, tecnologías de difusión en un solo sentido, aptas para transmisiones de TV y de radio. No obstante, la duda está en qué pasará con la radiodifusión satelital ante el avance de los OTT que se verá favorecido por la banda ancha satelital LEO. Así las cosas, todo indica que los usos de los satélites GEO se circunscribirán a aplicaciones militares, de seguridad, recuperación de desastres, aunque esto será también transitorio. Quedan otros usos, como el de GPS o servicios meteorológicos. Lo concreto es que hoy no parece interesante construir un nuevo satélite GEO y considerando que tienen una vida útil limitada (de aproximadamente 15 años), quizás en un decenio los GEO sean el recuerdo de una primera generación satelital.
 
Esta revolución introducida por los satélites LEO necesariamente lleva a preguntarse cuál será el destino del Arsat SG-1 (aka Arsat 3), que aunque más moderno y capaz que los Arsat 1 y 2, nacerá viejo. En principio su desarrollo está avanzando (se estimaba su lanzamiento en el 2025) así también como la inversión necesaria, originalmente de US$ 250 millones (la mitad de los US$ 500 millones que invirtió el Estado británico para quedarse con el 45% de OneWeb).
 
El Arsat SG-1 estaba previsto originalmente para el 2019, aunque la política fue postergando los tiempos. Una decisión que, vista la evolución del sector, resultó ser peor que haberlo desactivado. El mismo estuvo incluido dentro del marco del Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035 aprobado mediante la Ley 27.208. Pensar que seguiríamos hablando de satélites GEO en el 2035 demuestra que la planificación central de la tecnología es un acto más de voluntarismo político que de sensatez tecnológica y de negocio.

Enrique Carrier, consultor
especializado en Telecomunicaciones.

ENTRA CARRIER, SALE SARASA (Opinión de AgendAR)

No soy un fan del «argumentum ad hominem». Pero desde que empecé a trabajar como periodista científico en ARSAT SA, siempre tuve la sospecha de que don Enrique Carrier tenía la misión de liquidar esa empresa de mi propiedad. Y de la de otros 45 millones de argentos, incluido Ud., lector/a. Puedo incluso colegir que lo público y lo nacional a Carrier no lo copan.

Pero lo planificado, en realidad, no lo molesta.

Al menos, mientras venga planificado de arafue y por países y/o empresas de bolsillos abisales (en el caso de EEUU y Elon Musk, son la misma cosal). Sobre esto, vuelvo al final.

Carrier reduce a un «Boca vs. River» la elección de órbitas GEO y LEO. Pronostica que los satélites GEO están más muertos que los faraones y los LEO dominarán el panorama comunicacional. Y creo que Carrier no se equivoca.

Otra cosa es que diga la verdad, porque la dice a medias. La gente del palo (y Carrier lo es) sabe que hay límites físicos, geopolíticos y comerciales como para que LEO se coma a GEO. En la práctica, no puede, y de yapa, no quiere. Quien sabe y anda sobrado de chequera, tiene activos en las tres órbitas básicas, GEO, MEO (las de media altura) y LEO. Y no se baja de ninguna. Ni a palos.

Lo que Carrier también sabe es adónde apuntar, aquí. Su idea es bajar a la Argentina de la GEO. Con los satélites ARSAT-1 y 2 entre 2014 y 2015 Argentina se volvió el octavo país del mundo en tener satélites GEO, y de yapa de diseño y construcción propia. Pero ya jugaba desde 1996 en liga mucho más numerosa de los constructores de satélites LEO. Nuestra entrada al estrechísimo mundo GEO en 2014 pudo ser un «game changer» tecnológico e industrial para el país.

Pero la expansión de Argentina en esa zona orbital GEO se murió en 2016. Y no expiró de muerte natural, sino por entreguismo vocacional, declarado, incontaminado y puro del gobierno de Mauricio Macri, y del regreso de los «living dead» de Carlos Menem al mundo de las telecomunicaciones. Los dueños de la pelota espacial no nos quieren ver en LEO ni en GEO. Cucha, perro. El espacio es para países serios.

Hace décadas que no pone nada nuevo en órbita LEO. Si, Ud. me dirá que en 2018 lanzó a órbita polar heliosincrónica baja el SAOCOM 1A y en 2020 el SAOCOM 1B. Pero le recuerdo, oh lector, que esos satélites de observación terrestre con radar en banda L se diseñaron en los ’90.

Entonces eran revolucionarios. Envejecieron 20 años en tierra, sin juntar polvo pero casi sin avances de obra, en la sala limpia de integración satelital de INVAP en Bariloche. A la propietaria de la misión, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) no le estaban dando ni un mango. Cuando estos satélites de prevención de catástrofes se dispararon por fin, ya eran viejos, tanto así que tienen baterías de cadmio, no de litio. Digo más, en los planes originales iban a ser 4 SAOCOM, no 2. Hubo hacha.

Si el SAOCOM-1A rinde su vida de servicio planificada (5 años, lo habitual en LEO), en pocos meses tendremos que deorbitarlo y dejar que se queme ingresando a la atmósfera. El SAOCOM-1B se la bancará hasta 2025. Ojo, están MUY bien construidos, podrían durar más.

La misma runfla postmenemista que no nos quiere en órbita LEO tampoco nos quiere en GEO, donde resistiremos al menos hasta 2029 y 2030.

Carrier dice que en GEO ya no se hacen buenos negocios. Raro, porque ahí venimos cobrando entre U$ 40 y 50 millones/año con sólo 2 satélites. De tener al menos 5 según planes y leyes que a Carrier le molestan, probablemente estaríamos facturando U$ 150 o 200 millones/año. Para no ganar guita en GEO hay que ser un gil de lechería. Debemos serlo, como pueblo, porque dejamos que Macri incumpliera el Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035 aprobado por ley 27.208. Y tampoco exigimos su cumplimiento posterior.

Todas las órbitas de la Tierra tienen uso dual. La constelación Starlink, aún si estuviera formada únicamente por satélites de telecomunicaciones, ES dual. Tanto depende Ucrania de ella en inteligencia y guiado de misiles y drones, que su dueño (Elon Musk o el Pentágono) le apagó el servicio. Lo hizo cuando el contraataque de 2022 de la Milicia Territorial estuvo a punto de llegar a la frontera rusa: pelear por el Donbás hasta la última gota de sangre ucraniana le cierra bien a los EEUU, pero no así meterse en la tierra de los ivanes y desatar una guerra global. Si es horroroso tener de enemigo a los EEUU, no quieras ver lo que es tenerlo de aliados.

No hay objetos en órbita que no sean duales. Los citados SAOCOM-1, midiendo la humedad del suelo y la profundidad de las napas freáticas, pueden pronosticar encharcamiento, inundaciones, o muerte de cosechas. También deslaves de laderas. Pero -y esto fue una sorpresa de usuario nuevo- las imágenes generadas por radar en banda L puede detectar las estelas de una flota de guerra. No hay cosa que uno pueda hacer en órbita alguna que no sea de utilidad civil y también militar. Eso nos hace competidores económicos y/o adversarios demasiado informados.

Para el caso, la gavilla ut supra citada menos aún nos querría ver en órbitas medias, o MEO, de posicionamiento global. Son muy aptas para guiado de misiles y drones.

Esa gentuza no nos quiere en el espacio, punto.

Pero hoy todo país es más o menos espacial, salvo estados fracasados u ocupados. Lo que Carrier et al. no quieren es que seamos un país con industria espacial propia, con su cadena de proveedores (y eventuales exportadores) de componentes y servicios satelitales. Nos prefieren de usuarios y clientes cautivos, pagando como duques y sin hacer preguntas. ¿Vio la relación que tiene Ud. con su «telco» o proveedora de telefonía celular, o de internet? El mismo trato de amo y esclavo.

En la CONAE nadie se atreve a retomar los dos SAOCOM que nos faltan para completar la misión original, de 4 y además «en vaquita» con los Cosmo-SkyMed de la Agenzia Spaziale Italiana. Habría que rediseñar toda la arquitectura, desde las baterías a las placas fotovoltaicas, y de éstas a las antenas, las plataformas y sus sistemas de mantenimiento de órbita y apuntamiento. Lector, a la CONAE ya no le dan plata ni para terminar la misión SABIAMAR, que es de control marino de productividad biológica marina y de costas, aunque resulta mucho más barata porque es óptica. Depende de cámaras, no de antenas espaciales del tamaño una cancha de squash.

Carrier señala correctamente la escasa potencia y ancho de banda de nuestros GEOS, que es remediable, y también su irremediable «latencia» que obstaculiza una conversación telefónica entre ansiosos o el uso de videojuegos de combate. Punto para don Enrique. Pero esos satélites todavía seguirán en el espacio hasta 2029/30, haciendo algo tan rutinario como vender TV y otras yerbas de «broadcasting», y ganando tanta plata que mantienen al resto de la empresa ARSAT.

Ésta a su vez mantiene (mediante subsidios MUY escandalosos) a todas las telcos y grandes corporaciones multimedia, los mayores usuarios de los 38.000 km. de la Red Federal de Fibra Óptica, o REFEFO. No pusieron un gomán en su construcción y menos aún en su mantenimiento, y comen ancho de banda como leones. Pero ARSAT les cobra tarifas como las que pagan las pequeñas cooperativas telefónicas de los pueblitos casi deshabitados de las provincias áridas. ¿Bastante perverso, no?

Si ARSAT cobrara tarifas lógicas a los grandes usuarios de la REFEFO, tendría plata suficiente como para encargar sus propias misiones satelitales, y hoy ya tendría en vuelo un SG-1, mucho más potente que los ARSAT 1 Y 2. Al Club Macrimenemista anidado en nuestras telecomunicaciones lo volvería bastante loco estar financiando satélites como el SG-1, fácilmente pagaderos cobrando tarifas justas a telcos y proveedoras de servicios de internet, por uso de la REFEFO. Líbrenos Dios de pecados capitales como tenerlos, exportarlos, o incluso veniales como exportar no satélites enteros sino componentes, y de paso asesorías de diseño, construcción y puesta en órbita. Ya los pone de la nuca que exportemos señal. ¡Y a EEUU y Canadá!

No les queda tanta vida útil, tampoco, a nuestros GEO. Están diseñados para durar 15 años, 3 veces más que los satélites LEO habituales. En 2029/30, cuando los ARSAT-1 y 2 agoten su combustible, estén medio quemados de electrónica por el «viento solar» y no logren mantener sus sistemas de «stationkeeping», deberemos sepultarlos 400 km. más hacia arriba en la «órbitas» del cinturón geoestacionario.

Si le hacemos caso a Carrier y no hay nuevas misiones GEO de nuestro país, para el nuevo megadueño del espacio circumterrestre, don Elon Musk, la minúscula Argentina deja totalmente de ser una preocupación, minúscula quizás. No es que le saquemos el sueño ni un minuto al Elon. Pero INVAP tampoco le sacaba el sueño en 1990 a General Atomics, AECL, SIEMENS, FRAMATOME, KAERI, ROSATOM y otros dueños de la pelota nuclear. Y eso les costó el mercado de los reactores nucleares multipropósito. Por ahora, es nuestro.

Mientras el proyecto SG-1 siga vivo, y su diseñadora-fabricante sigue viva, y sobre todo sigan vivas ARSAT SA, y dos 2 satélites, la señal y la plata viajan en dirección equivocada. Pagan EEUU y Canadá y cobra el estado argentino. Ups. Poca plata, pero es comerse a los caníbales. No les gusta.

Quién te dice, y con otro gobierno menos de mierda, esta empresa no termina resucitando, se sacude sus garrapatas y ñoquis implantados desde 2016, y metemos 5 o 6 satélites argentos más en las únicas 2 posiciones orbitales que nos quedan. Quién te dice. Una de ellas, la 82o Oeste, con aspirante a dueño que se babea de ganas de tenerla desde… ¿fines del siglo pasado? Tal cual. Sí, acertó, el Reino Unido.

Para matar en el huevo nuestro mayor proyecto espacial, que es GEO, bastó tener el Poder Ejecutivo y colonizar el a veces ministerio, otras secretaría de Telecomunicaciones, y luego la empresa ARSAT con el mix adecuado de rábulas, cipayos, mamertos y ñoquis. Esto ya se hizo de sobra, se deshizo (un poco) y se volvió a hacer.

¿Por qué sus muchos enemigos no cerraron ARSAT y chau? Les resulta imprescindible. El segundo mayor multimedio del hemisferio sur, el grupo Clarín, a través de empresas de vidriera y sus convenios de trastienda con la red Intercable paga el ancho de banda que una cooperativa telefónica puneña. No conviene matar a ARSAT. Pero tampoco dejarla vivir.

Ese equilibrio entre parásito y parasitado se alcanzó fácil. Hubo que eliminar a INVAP SE como diseñador y constructor de satélites de ARSAT, discontinuar la serie, y ya le estábamos comprando el ARSAT-3 a la Hughes Space and Communications. Poníamos 2/3 de la plata y nuestra propia tecnología, pero a nombre de una sociedad de fantasía en cuyo directorio Hughes tenía mayoría. Venía mal de aritmética el asunto. Se armó quilombo de medios y no bastó con la tarjeta Banelco para apagar el incendio en el Congreso. Eso, sin embargo, no resucitó los satélites GEO de ARSAT.

Pero como la Argentina es impredecible, podría salir de la galera un gobierno tecnológicamente muy nacionalista, más puma que conejo. Sí, es pura política-ficción. Hoy no resulta imaginable.

Pero tampoco era imaginable en 2001 Néstor Kirchner como presidente en 2003. Creo que ni para el propio Néstor Kirchner.

En caso de resucitamiento cardiopulmonar asistido por un presidente hoy impensable, ARSAT podría recaer en sus perversiones fundacionales y volver a sus satélites. No habrá paz ni garantías de ello mientras INVAP siga viva. No contenta con dominar el mercado mundial de reactores nucleares, para poca alegría de la OTAN la empresa barilochense ha sembrado la Argentina con sus radares civiles y militares, y de yapa los está exportando.

Hasta el Ejército Argentino, cuyo nacionalismo fierrero parecía muerto y enterrado tras el cierre y desguace (Menem lo hizo) de Fabricaciones Militares, apoyó esperanzadamente entre 2014 el proyecto SARA de INVAP (Sistema Argentino Robótico Aéreo). Visto lo que hacen y deshacen los drones de los múltiples actores en conflicto en Ucrania, el Ejército, que aprendió de estas maquinitas robóticas con INVAP, quisiera que la firma barilochense le desarrolle un sistema antidrón. Por si las moscas.

El SG-1 todavía no se construyó porque, en fin, ha tenido muchos enemigos, y debo darle mérito a don Enrique de figurar con nombre y apellido entre los visiblemente visibles y visuales. Soterrados, lector, los hubo y hay por tonelada.

En mi descripción (no en la de don Enrique), el SG-1 es un GEO muy moderno, dos generaciones enteras más adelantado que nuestros cautelosos ARSAT-1 y 2. Un SG-1 trae el combo de bajo peso, microcohetes iónicos de ascenso LEOP y «statiokeeping», alta potencia eléctrica en antenas, gran ancho de banda y emisión reconfigurable por software. En fin, un chiche.

Ergo, si el satélite SG-1 no es un nonato viejo y su único pecado es no existir, y además eso se remedia, don Enrique debe convencernos de que en realidad lo viejo, lo démodé, lo descartable, lo obsoleto, lo casi mersa, es la órbita misma para la que se lo diseñó, la GEO.

No parece el caso. De los aproximadamente 9900 satélites activos que envuelven la Tierra en distintas órbitas bajas (LEO), medias (MEO) y altas geoestacionarias (GEO), el 12% son GEO, el 3% MEO y el 84% LEO. Pero curiosamente se siguen pidiendo, diseñando y construyendo GEOs, la curva bajó de 18 por año a 11, y ahora rebotó de nuevo a 18.

Sin duda, en el sector telecomunicaciones de banda ancha el sector de mayor expansión es el LEO, traccionado por el crecimiento explosivo de la constelación Starlink, subsidiaria de la empresa espacial Space-X, propiedad de Elon Musk. Buena suya, don Enrique.

Pero el Éxodo Jujeño de GEO a LEO parecería no estar ocurriendo. Una causa posible es que Starlink, nacida durante la pandemia mientras el mundo estaba distraído, se ha vuelto (por asuntos incontestables de la física, don Enrique) la mayor causa de riesgo de impacto por basura espacial.

Ya no es «el que trajo el borracho a la fiesta, que se lo lleve». Van a ser 42.000 borrachos, sólo con Starlink, sin contar competidoras y rivales. Y los que tienen que bancárselos somos el resto de los países con activos propios o alquilados en esa zona, entre ellos nosotros, los argentos, con nuestros 2 SAOCOM.

En septiembre de 2019 la superconstelación Starlink de Elon Musk recién empezaba su despliegue, tras testear 2 prototipos en 2018. Pero tras la brusca inyección a LEO de un primer lote de 60 Starlinks a bordo de un Falcon 9, hubo un primer casi encontronazo. La ESA, Agencia Espacial de la Unión Europea, tuvo que obligar a su satélite Aeolus a hacer maniobras evasivas para que no se lo llevara puesto el Starlink número 44. Apa.

Eso mostró cómo seguiría el show.

En agosto de 2021, Starlink seguía en pleno despliegue.

¿Quién le iba a tocar silbato? Musk había pedido autorización de la USFCC (US Federal Communications Commission) para desplegar 12.000 satélites, y tenía otra presentación a espera de luz verde para 30.000 más. Me encanta eso de que una oficina de gobierno de los EEUU decida qué se hace con un bien común de todos los países, como la órbita baja. Y de yapa, que este destino lo fije una empresa aparentemente privada.

Volviendo a septiembre de 2019, Hugh Lewis, jefe del Austronautical Research Group de la Southampton University, Reino Unido, llamó a Starlink la mayor amenaza mundial de colisión de satélites en LEO: ya generaba el 50% de los «casi choques». Mejor aún, los cálculos indicaban que cuando esa constelación llegara a 12.000 Starlinks, estos iban a protagonizar el 90% de los eventos que podríamos llamar, en cauto lenguaje de ingeniería orbital, «zafó de puro pedo».

Corrijo: «Zafamos». Porque, como país espacial (y hoy todos lo son, activa o pasivamente) ya estamos metidos en el Síndrome de Kessler. Para los de otros palos del quéhacer humano, no es una enfermedad, sino la inutilización completa de la LEO, las órbitas bajas entre 150 y 2000 km. de altura, la zona industrial por excelencia del espacio terrestre.

Sobre el Síndrome de Kessler vuelvo después.

En septiembre de 2019, en plena pandemia, Musk inyectaba satélites en órbita baja a lo loco, y Lewis en su universidad británica detectaba 160 eventos por semana en que los Starlink, todavía no tan numerosos, pasaban a distancias de 600 metros de de satélites de terceros en órbita baja. En términos geopolíticos, Musk ya era un okupa del Pentágono en plena apropiación de un bien común, la LEO, ventajeando por varios cuerpos a dos empresas yanquis como One Web y Kuiper, y por varias vueltas de circuito a la UE, Rusia, China y la India. Que van por lo mismo y en la misma dirección.

Volvamos a las estadísticas de Lewis, que ya envejecieron 5 años: 160 casi choques semanales por 600 metros o menos entre objetos que convergen a decenas de veces la velocidad de una bala de FAL, es algo tecnológicamente insostenible. No puede ser que no suceda un desastre Corrijo: no puede suceder que no sucedan desastres, en plural.

Musk está bancado por, o dirigido por, o dirigiendo al Complejo Militar-Industrial yanqui, como lo llamó el general Dwight Eisenhower al dejar (vivo) la presidencia de los EEUU en 1961. No es el individuo sino esta banda la que amenaza los intereses en órbita baja de los 81 países que la usan. Hasta hace poco, sin matarse entre sí por su dominio.

La LEO hasta hace muy poco fue un patrimonio común de la humanidad.

Pero como decía mi abuelo, que era gallego y campesino: «Vaca de muchos se la comen los lobos».

TODO LO CUAL ME LLEVA AL EXTRAORDINARIO ELON MUSK

El lobo de la cuestión, Elon Musk es básicamente un okupa con patente de corso. Lo paga una difusa nube de CEOS, congresistas y generales del Pentágono, el US Defense Deparment, Lockheed Martin, General Dynamics, Boeing, Raytheon, Northrop Grumman y otros grandes contratistas aeroespaciales, y sumadas al corso, las GAFAM del Silicon Valley, cuna tecnológica de Musk. Y entreverado ahí, el intraducible mundo financiero, Black Rock, Templeton, esa gente.

Los modernosos y conspiranoicos a esta maffia la llaman «the Deep State». Pero de profundo no tiene nada, y de estado, sólo una parte. En realidad todos sus integrantes están bien a la vista. Su actividad también: inventar guerras y volverlas plata, no importa si (ver Corea, Vietnam, Siria, Irak, Libia, Afganistán) no se ganan jamás. El asunto no es ganarlas. Es sembrar julepe, obediencia, endeudamiento y cobrar.

Esta alegre muchachada tiene membrecía permanente en el poder real, y que a su país lo presidan Donald Trump o Kamala Harris les da un poco lo mismo. Viven en la duda libriando: prefieren al que les cobre menos impuestos (Trump). Pero también al que les genere más guerras (Harris, probablemente). Si me atengo al nombre Military Industrial Complex (MIC) que le puso a este corso el general y expresidente Dwight Eisenhower, es porque no era un conspiranoico y algo sabía de guerras y de su país.

Nuevamente, está todo a la vista. A los líderes del MIC no les hace falta vestirse con máscaras venecianas, vestirse con capas ni reunirse en palacios subterráneos. El más bocón del grupo, Musk, twittea sus opiniones día y noche. Hasta se compró Tweeter para hacerlo a sus anchas.

Tren de satélites Starlink recién lanzados pasando sobre Uruguay en 2021, foto de Mariana Rodríguez.

Su flota de ocupación es la constelación Starlink, que ha vuelto al mundo de 2017, con apenas 1700 satélites activos en LEO, un recuerdo de un pasado que recordaremos como idílico. Elon, ya se dijo, quiere primero 12.000 Starlinks, y luego 30.000 más, y cuando tenga 42.000 tal vez tome aliento para a ver cómo la sigue.

Ojo, vale repetirlo: la UE, Rusia, China, Corea y la India, así como jugadores subnacionales de los EEUU y del Reino Unido (Amazon y One Web) están tratando de construir sus propias superconstelaciones LEO. Sólo que a diferencia de Musk, no tienen en los bolsillos al Pentágono y sus contratos. Pero sobre todo, carecen muy especialmente de una compañía propia de puesta en órbita como Space X. Y resulta que SpaceX tiene el lanzador más confiable a órbita LEO de la historia espacial: el Falcon 9.

Ningún país enemigo o competidor logró llegar al Falcon 9. Ni Francia, con Arianéspace, estuvo cerca de lograr este éxito. El Falcon 9 es un ícono de este tiempo. Es LA máquina de puesta en órbita. Su primera etapa es reciclable, aterriza sola y lo hace «de dorapa».

Este lanzador carga por lo habitual 52 Starlinks hasta LEO de un saque. Su desarrollo tomó décadas de prototipos y demostradores que estallaban en plataforma, o en vuelo, o que no alcanzaban altura orbital, o que se hacían puré al intentar aterrizar en vertical. ¿Y de adonde sacaba la guita don Elon para financiar semejantes fuegos artificiales? Bueno, SpaceX es su empresa privada, ¿o no?

Pero desde los autos Tesla hasta la vieja Tweeter, hoy «X», son un recordatorio del punto en el cual empresas de Musk que pintaban buenas se fueron al cuerno: cuando su dueño empezó a manejarlas de taquito y con el inconsciente al aire. Si no se caen del todo es porque está el gobierno de los EEUU detrás, regándolas con un Niágara de contratos y otro de dispensas judiciales.

Las que más le importan al MIC hoy por hoy son SpaceX y Starlink. Ésas son las que tienen que producir resultados, incluso drenando de plata a Tesla y a X. Si el «autodrive» de Tesla es muy malo y mata imparcialmente a peatones, ciclistas y pasajeros, y si X ha sido a la comunicación social lo que el cianuro a la comida de bebés, nada de eso importa mientras paguen.

De todos modos, la plata en serio la ponen los contribuyentes.

Musk quiere 42.000 satélites suyos en órbita baja. Los aspirantes apuntan mucho más bajo: Kuiper, de Amazon, se contentaría con 3263, One Web ya tiene 588 y la rusa Sphera aspira a 162. Ninguna de las nombradas tiene ya posibilidad alguna de alcanzar a Starllink, que viaja a LEO en Falcon 9 como quien va haciendo dedo. Es como tirarse del pelo para salir volando. Desde que existe la industria espacial, jamás existió una integración vertical tan perfecta y monopólica como la de estas dos empresas.

Es más, aunque las mencionadas competidoras salgan a recoger las migajas que se le caen a Elon de entre los colmillos, perderán plata a lo pavote por costos de aseguramiento. Y justamente la misión de don Musk no es intercomunicar al mundo entero, y cobrarle. Eso es casi un blanco de oportunidad. La misión principal es embarrarle la cancha a la perrada que lo persigue, destruyendo la viabilidad económica de la actividad espacial en LEO por la multiplicación exponencial de la basura orbital.

Es algo más viejo para el gauchaje espacial que hacer pis contra el ombú, pero que en el lenguaje tecnocheto-milicoide de la OTAN se llama «Area Denial». Es un simple estrangulamiento económico del resto de los actores o usuarios espaciales mediante un apalancamiento de una escala que no la podés creer, aunque la tengas delante de la nariz. Dejás a casi todo el mundo afuera.

Con la LEO se quedarán sólo los que puedan tolerar que su satélites jamás lleguen a una provecta edad de 5 años, y en cambio se transformen en súbitos géyseres de chatarra espacial. Eso, tras ser embestidos a velocidades absurdas por una tuerca, o un pedazo de honeycomb de titanio inocente de toda inocencia, pero que en algún momento fueron parte de otro satélite.

Y los que se a la larga se queden en la LEO y con la LEO, lo harán pagando unos seguros y reaseguros de la ostia. Fuera de ALGUNOS miembros de la OTAN, China, Rusia y quizás la India y Japón, en la órbita LEO ya sonó la campana que inicia Titanes en el Ring: ¡Segundos afuera! Terceros en nuestro caso. Pero afuera.

Lo que quiere don Enrique es que si después de Menem, Macri y Milei todavía nos quedan veleidades espaciales, que las mudemos de la órbita GEO a este barrio bajo que es la LEO. Donde costará conservar la vida, porque se está volviendo bastante bravo.

Si One Web, con 588 satélites la segunda flota de LEOs existente, se vendió al RU por una bicoca, es porque el mercado ya lo sabe: en LEO Musk es DIOS. Casi como Maradona en Paternal. Pero además está vivo.

PERO EL MUNDO ESTÁ LLENO DE AGNÓSTICOS

El empiojamiento progresivo y geométrico de la LEO por chatarra espacial es un tema MUY viejo. Tratar de discutirlo es terraplanismo puro, de modo que lo mejor es no mentarlo.

Fue anticipado en 1978, cuando la órbita LEO todavía era un casi desierto, por dos físicos de la NASA en la más importante revista de geofísica del mundo. Digamos que esto es conocimiento común en la industria, e injustamente para el segundo físico firmante, hoy se llama «Síndrome de Kessler».

Donald Kessler y Burton Cour-Palais, físicos del Johnston Space Center de la NASA, en Junio de 1978 publicaron en el Journal of Astrophysical Research la constatación de que la basura orbital generada por la actividad espacial humana ya estaba haciendo efecto cascada, es decir generando impactos y más basura. Lo describieron adecuadamente como una reacción en cadena. El efecto inevitable si no se hacía algo al respecto sería la inutilización industrial de las órbitas más explotadas (la LEO ante todo).

La GEO, a 35.786 km. de altura, no están yéndose al diablo tan rápido. Y es que ahí las cosas tienen dueño, al menos transitorio, por llegada y explotación activa, porque el número de satélites que puede alojar esta banda orbital no es infinito ni mucho menos. Y por ello, estuvo regulado por la ITU (International Telecommunication Union), agencia de la ONU, casi desde que se la empezó a usar.

Los ingresos y egresos de la GEO se deciden y declaran ante una ITU que, como casi todas en la ONU, es una agencia politizada, tramposa y dominada por algunos pocos estados y empresas. Pero ha logrado generar cierto método en la locura y bastante más orden que caos, porque las posiciones valiosas para ocupar con satélites geoestacionarios son poquísimas. Las escasas que se liberan por muerte de un satélite, de no reocuparlas el dueño, a los dos años caen en manos de otro país solicitante.

Antes de decidir si el cinturón GEO va a ser un recuerdo, entrá en la ITU y medí la longitud de la cola de solicitantes.

La ITU siempre quiso que perderíamos las dos que nos dio cuando aquí las explotaba Nahuelsat, una empresa traída por Carlos Menem. Bajo su nombre folklórico, telúrico, nostálgico e indígena, Nahuelsat no dejaba de ser una multinacional francoalemana. Y bastante maldita. Nos cagó desde la palmera y de todos los modos imaginables, y no paró hasta fugarse debiéndonos un satélite entero que estuvimos años solicitándole, y dejándonos con otro que funcionó desde el vamos como el demonio y se negó siempre a reponer. Como el demonio, con perdón del demonio.

La aparente inepcia de Nahuelsat era pura mala leche. Lo que se quería era que Argentina perdiera ambas posiciones. Valen guita, si se las sabe explotar.

ARSAT, by the way, se fundó en 2006 para ocuparlas, y de yapa (y ésto fue audacia sumada de Kirchner y de INVAP) con fierros propios. Mientras no estuvieran listos, ambas posiciones se ocupaban con satélites alquilados, y fueron una larga lista entre 2006 y 2014.

ARSAT Se fundó muy especialmente asegurar la más valiosa de ambas posiciones. Es la 82o Oeste, con vista a las Tres Américas, el equivalente orbital de un departamento en Libertador con vista al Río de la Plata. Si no se fundaba ARSAT, en dos años caía en manos de Su Graciosa Majestad, entonces Isabel II. Su Graciosa venía pidiéndola con real insistencia.

Otra vez le cuento, lector, las cabronadas que hicimos para que Su Graciosa no la tuviera. No le hicieron gracia. Tampoco a su hijo Carlos, creo.

Volviendo al punto: lo importante es que la ITU es una mafia técnicamente inobjetable. No tolera que los satélites geoestacionarios, aunque sean de un mismo país o empresa, se agrupen demasiado en una misma posición. En primer lugar, para no interferirse entre sí con sus emisiones de radiofrecuencia, y en segundo lugar, para no chocar.

Si dos GEOs están a 60 km. uno de otro, los de la ITU ya empiezan a chillar por teléfono. Y con toda razón: dado que el «lebensraum» común en el cinturón geoestacionario es ínfimo, las colisiones en este inmenso y a la vez escueto cinturón son muy mal vistas. Lo último que queremos es emporcar el cinturón GEO de detritus letales para otros satélites.

Si Elon Musk quisiera hacer con la órbita GEO lo que ya está haciendo con la LEO, se le armaría un megombo político mundial de consideraciónes. A excepción de los EEUU, casi todo el Consejo de Seguridad de la ONU pediría su cabeza, y ni hablar de la Asamblea. Por supuesto, sería un «todos contra EEUU», porque don Elon no es exactamente una persona o su grupo de empresas, sino el corsario oficioso de todo un estado nación.

Pero la ITU existe, y gracias a la ella a 35.786 km. de altura sobre el Ecuador hay demasiados satélites, algunos a 60 km. unos de otros en las posiciones más «hot». La cuestión es que, blanco sobre negro, allí todavía hay más orden que caos. Los satélites que agotaron su combustible o se quedaron sin electricidad y empiezan a derivar a tumbos, se llaman «zombiesats» en la jerga.

Y son muy impopulares.

Las tres grandes zonas orbitales terrestres en explotación. Hay varias más, esto es una simplificación.

Para evitar que tu zombiesat haga daños, cuando se va quedando sin combustible o ya está demasiado quemado de electrónica, se desorbita prudentemente unos 400 kilómetros «para arriba», en una de las cuatro llamadas «órbitas cementerio». La GEO no carece totalmente de zombiesats ni de basura, pero es más tranquila que la LEO. Y porque es más limpia. Y es más limpia porque está administrada.

Como viene el mambo, hoy cualquier cosa es más limpia que las órbitas LEO. En términos legales, la zona LEO siempre funcionó un poco como la altamar, más allá de la milla 201 desde la costa: está más allá de toda administración de pesca de la superficie y de los derechos de minería sobre fondo por parte de los estados ribereños. Por ende, contaminar o sobrepescar en altamar es gratis.

La LEO se parece un poco, en eso del que quien la ocupa, la tiene, y quien la tiene, se la queda. Sólo que con la lentitud con que se la iba ocupando desde el Sputnik soviético de 1957 hasta que Kessler y Cour Palais anunciaron problemas, parecía matemáticamente estúpida la sola idea de que alguna vez pudiera saturarse de cosas.

Después de todo, haciendo cuentas, la LEO es un enorme casquete esférico de espacio vacío, con una superficie interna a 150 km. de la superficie terrestre y otra externa a 2000. Ergo, tiene un volumen de 27, 6 millones de kilómetros cúbicos, donde hasta hace no mucho casi todo contenido material eran gases enrarecidos y ionizados. Técnicamente, todo eso es alto vacío.

Bueno, ya no. Según la USAF, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, sólo contando esquirlas mayores de 10 cm., allí flotan (es un decir) al menos 9000 toneladas de chatarra, y según su altura, viajando a un promedio de 10 km/segundo. Las pérdidas anuales por colisiones ya andan entre U$ 86 y 103 millones/año, pero ya antes de Starlink la cifra iba creciendo, y ahora ni te cuento. Eso se está volviendo una galería de tiro. Los datos son de Scientific American, mayo de 2024, y el artículo completo se accede aquí.

Según el tratado del Espacio Exterior de la ONU, de 1967, los daños por colisión son pagaderos por el estado que originó el cacho de chatarra involucrado. En términos forenses, eso hoy es más difícil que descubrir al autor de un cuesco en un colectivo lleno. Pero además, como reconoce con rara imparcialidad la USAF, ese tratado vuelve corresponsables de los aparentes desvaríos de Elon Musk a todos sus conciudadanos. Alguien está abriendo al paraguas.

En 1978 las agencias espaciales de casi todo el mundo se julepearon con la lectura del informe de Kessler y Cour-Palais. A partir de los ’80 se fueron volviendo de práctica obligatoria, pero a voluntad de cada país espacial, diversos sistemas automáticos de «deorbitación» en todo satélite de órbita baja que se queda sin comandos, sin combustible, discapacitado o a la deriva.

En LEO los satélites réquiem se deorbitan siempre hacia abajo. Se confía en que la atmósfera y la fricción del satélite contra la misma funcionará como un horno de plasma, capaz de transformar objetos de toneladas en bolas de gases ionizados. Y para añadir color, algún meteorito artificial que seguramente caerá en el mar, y preferentemente en el Océano Pacífico.

Los sistemas automatizados de deorbitación por diseño frenaron un poco el crecimiento de una bola de nieve que ya iba para alud. Pero de ningún modo pararon el alud.

En parte por los militares yanquis, rusos y chinos, y sigue la lista. Los militares normalmente no están bajo control de agencias espaciales civiles, siempre quieren probar sus chiches nuevos. Y ya que están, intimidar al enemigo y mostrar quién la tiene más larga.

UNA PEQUEÑA GALERÍA DEL CRIMEN EN ÓRBITA BAJA

Para eso, hay que tener ASATs, armas antisatélite. El 13 de Noviembre de 1985 un misil ASAT estadounidense de la USAF lanzado desde un caza F-15 hizo volar en pedazos el satélite científico Solwind P78-1, ya viejo e igualmente estadounidense a 555 km. de altura.

En caso de que algún enemigo se hubiera olvidado de su temor, el 21 de febrero de 2008 la US Navy destruyó a 247 kilómetros de altura otro satélite propio, esta vez de espionaje, el USA-193, que había sido lanzado aquel mismo año pero venía perdiendo 500 m. de altura diarios. ¡Duro con él! Tras el exitoso impacto, los radares detectaron 174 pedazos grandes, mucho de los cuales se incineraron en reingresos a la atmósfera relativamente rápidos. Pero otros fueron lanzados hacia arriba, y andá a saber adónde andan, nadie es perfecto. Ni siquiera en la US Navy.

Los marinos yanquis explicaron que habían hecho aquello por razones de salud pública, no por exhibir su luenga virilidad técnica: había que destruir el tanque de combustible del USA-193, que cargaba con 450 kg. de hidrazina, que es muy tóxica. Gracias, chicos, qué haríamos sin ustedes.

Los soviéticos registran al menos 21 lanzamientos de prueba de su sistema IS (Istrebitel Sputnikov, cazador de satélites), un ASAT desprolijo que no requería de impacto cinético: la destrucción del blanco satelital dependía de una espoleta de proximidad y una carga explosiva. Ésta liberaba un nubarrón de miles de balines de tungsteno. Así funciona casi toda munición antiaérea de la posguerra.

No se sabe si la URSS logró abatir 21 de sus satélites con sus 21 lanzamientos de IS públicamente admitidos. Pegarle a algo en el espacio no es coser y cantar, y a nadie le gusta contarle al mundo sus pifiadas. Pero alcanza con 21 cabezas de fragmentación, exitosas o no, para generar mucha, dura y duradera chatarra espacial. ¡Un aplauso para los tovarichii!

Cuando Juri Andropov sucedió a Leonid Brezhnev como premier, aunque don Juri era un duro venido de las tripas mismas de la KGB, desactivó ese programa ASAT por demasiado provocador…. con la consecuencia de que EEUU reactivó el suyo al toque.

Por ende, la Rusia moderna y postsoviética desarrolló un ASAT mejor, con el cual en Noviembre de 2021 destruyó su viejo satélite Kosmos 1408. Parte de la cascada de esquirlas le pegó a la ISS, la Estación Espacial Internacional, de la cual Rusia ya había sido echada. Ups, sorry, no harm meant, boys.

Aquella habrá sido una jornada excepcional, porque la ISS recibe rutinariamente 2 o 3 impactos diarios de basura espacial. Se defiende de la misma con blindajes tipo Whipple, placas finas de aluminio soldadas con varitas a unos 25 centímetros por fuera de las paredes de los módulos habitados. La ISS está literalmente entubada en estos blindajes livianos.

Es el mismo tipo de defensas que uno ve en los tanques en Ucrania: rejas y chapas interpuestas para que esas cosas malditas que vienen a velocidad hipersónica hacia tu tanque exploten afuera, dañando un poco las chapas blindadas, pero sin penetrarlas. En la ISS la basura más micro atraviesa los blindajes Whipple y se desintegra en conos de polvo y gas, que llegan a quemar o dañar un poco las paredes agujeros.

Pero una tuerca chiquita haría un desastre. A 300 km. de altura, la ISS está en el barrio más contaminado de chatarra de las órbitas LEO. Lo que circula y persiste a esa altura anda, promedio, a 28.000 km/hora. Ser astronauta de la ISS da prestigio y las chicas (e incluso los chicos) te miran, pero es como vivir en medio de una agarrada a tiros permanente, y también una explicación de por qué esa estación puede ser un excelente sitio para hacer queso gruyere, pero no para hacer ciencia.

Cómo el espacio orbital terrestre se fue llenando de chatarra, año tras año. La rampa de la curva azul marca el despliegue inicial de Starlink. Como quien dice, lo mejor está por suceder.

China no se iba a quedar atrás en esta fiesta. El 11 de Enero de 2007, le disparó un ASAT SC-19 de impacto, es decir sin explosivo a su satélite meteorológico polar Fengyun 1C y lo hizo puré. La India se enculó: no iba a tolerar ser el grandote bobo del barrio sin un misil ASAT, qué te parece. El 27 de Marzo de 2019 hizo crema otro satélite propio y descartable, ésta vez con un misil ASAT Shakhti, y a 300 km de altura.

La explicación del gobierno indio fue que necesitaba ganar capacidad de negociación si sobrevenían tratados internacionales de limitación de armas antisatelitales. Por ahora, no pinta ninguno. Pero la justificación del gobierno de Narendra Modi habría sido celebrada por Tucídides: soy malo porque puedo.

Estas son las misiones ASAT que esas 4 potencias y subpotencias espaciales admiiten haber protagonizado, mayormente porque tuvieron éxito. Hay que suponer muchas más poco exitosas, salvo en lo de generar basura. Porque Bro, el problema no es el choque de satélites contra satélites: el problema es que a 300 km., las esquirlas de choques anteriores circulan a velocidades de terror, lo que en términos de energía cinética vuelve casi irrelevante su masa. Y es que el impacto depende del cuadrado de la velocidad.

Una visión estimativa de la NASA del anillo de chatarra orbital creado por la destrucción deliberada del satélite chino Fengyun-1 con un arma ASAT.

En 1983, cuando nadie hablaba de basura espacial, la misión TSS 007 del Taxi Espacial Challenger logró aterrizar con una placa de sus parabrisas blindados parcialmente agujerada por chatarra suelta. La investigación mostró que había sido un fragmento de pintura de no más de 3 gramos de peso. Y la inyección de nueva basura a LEO, al menos con la tecnología actual de lanzamiento, es incontrolable. Toda vez que la segunda etapa de una misión desprende una tercera etapa, o éstas su carga de satélites, lo hacen sin maldad, pero por detonación de tuercas explosivas.

El costo de aseguramiento de un satélite LEO se va a ir tan para arriba que incluso los países aliados geopolíticamente con los EEUU empiezan a escupir veneno contra Starlink. Seguramente Ud., lector/a, lo haría con un intempestivo idiota que obstruye la salida de su garage con una enorme antena de telecomunicaciones.

A Ud. le importaría poco que se trate de un amigo y de que las telecomunicaciones sin latencia sean TAN importantes. Si ese cusifai insiste en no dejarlo salir de su garage, Ud. le haría un par de reflexiones acerca de su prosapia, e incluso le sugeriría un posible destino proctológico para su antena. Luego, si la policía no actúa, y en este caso parece distraída, tal vez se bajaría del auto para acomodarle el mate a piñas al ofensor. Musk obra, sin duda, bajo el paraguas de un enorme e informal organismo colectivo, el MIC, pero al mismo tiempo le está escupiendo el asado a demasiados actores chicos y medianos, que los países de la UE y del Sudeste Asiático extra-chino se bancan por disciplinamiento de la OTAN.

Pero la cosa pasa de castaño a oscuro, y en un mundo crecientemente multipolar, hay que ver si los aliados se la bancan.

Volviendo al artículo de don Enrique, que nos aconseja olvidarnos de nuestro satélite SG-1, viejo sin haber nacido, y por extensión, de no volver jamás a un sitio tan perimido como la órbita GEO. Antes de darle mi opinión, déjeme contarle este cuentito.

Si Macri y pestes subsiguientes no hubieran detenido nuestro programa GEO, probablemente tendríamos 4 o 5 GEOs en nuestras posiciones, la 71,8o Oeste y 82o Oeste. Estaríamos vendiendo mucho ancho de banda en las Tres Américas. ARSAT no se limitaría a pagar sus gastos: le estaría generando entradas al estado nacional.

Los ARSAT-1 y 2 los hicimos deliberadamente pesados, redundantes, conservadores y de baja potencia y poco ancho de banda para disminuir el riesgo. Son realmente dos camionetas F-100: se bancan todas. Porque en 2014 éramos un pajuerano que se sienta sin invitación a una mesa de póker para tan pocos jugadores, como la zona geoestacionaria, no puede permitirse tropezar y que se le caigan las tres fichas que logró comprarse.

Por eso mismo, los ARSAT-1 y 2, a fuerza de robustos, pagaron los precios de aseguramiento más bajos del mercado.

La idea era ir llegando al actual SG-1 en etapas sucesivas, con el mínimo de riesgo, y cobrando plata, con cada satélite pagando la construcción del siguiente. Macri cercenó a ARSAT de INVAP y ésta tuvo que reinventar cómo seguía el baile sola. Fiel a viejas tradiciones de supervivencia, INVAP se escapó hacia el futuro y diseñó el ARSAT-5.

Eso es el SG-1. Si la actual colección de dementes que dice gobernar el país desguaza a ARSAT, el único destino del SG-1 va a ser la exportación. Sería difícil, puesto que nadie compra un satélite nuevo, y menos de un fabricante emergente, si no ha sido testeado antes.

Eso es un SG-1. No es una Ford F-100, ni siquiera es una Toyota Hilux, ni tampoco una 4×4 es una Baidu «full electric» BJ-40 china. Es un fierro argentino diseñado y hecho en Bariloche, y sólo 8 países pueden construir algo siquiera parecido, pero por ahora, es un sátiro virgen.

De haber hecho el camino planificado según la ley satelital de 2015, hoy el país estaría facturando no U$ 50 millones de venta de señal, sino arañando los U$ 200 millones. Si ésta tecnología SG-1 es mala o buena sólo nos enteraremos si lo construimos, y para eso hace falta un gobierno libre de pilotos kamikaze, uno que gobierne para construir el país, no para destruir el estado.

Respecto de la afirmación de don Enrique de que la tecnología del SG-1 será vieja al nacer, si nace, ¿qué puedo decir? Mire, lector/a, en telemática todo cambia tan rápido que todos somos viejos a muy poco de nacer, casi terminada la adolescencia. Si la Argentina ha de seguir siendo un estado-nación o termina volviéndose un mero lugar o un estado fracasado, tal vez los consultores en telecomunicaciones que supimos conseguir del menemismo tengan razón.

Pero quizás es mejor nacer viejo que vendepatria.

Daniel E. Arias

La planta de agua pesada PIAP podría renacer. Conversaciones con una firma de Canadá

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La energía nuclear une a la Argentina con Canadá hace más de 40 años a través de la central de Embalse. El reactor de tipo CANDU de 656 MW de potencia emplazado en Córdoba fue el segundo construido en el país siguiendo la línea tecnológica de centrales con uranio natural como combustible y agua pesada como moderador y refrigerante. Hasta allí se dirigió en los últimos días una comitiva de máximo nivel de Candu Energy, la compañía nuclear que tiene los derechos comerciales sobre la tecnología CANDU, encabezada por su CEO y presidente, Gary Rose. Además, visitó la Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén que podría proveer a las centrales que proyecta construir la firma canadiense. En una entrevista exclusiva con EconoJournal, Rose se explayó sobre las necesidades de Candu Energy, las potenciales áreas de colaboración con la Argentina, las proyecciones de nuevas centrales nucleares, la demanda de agua pesada que podría ser provista por Argentina y el reactor Candu Monark que están diseñando.

La provincia de Ontario en Canadá proyecta que necesitará 18 GW nuevos de energía nuclear para cumplir con sus metas de cero emisiones al 2050. Gary Rose, que asumió la conducción de Candu Energy hace poco más de un año y previamente lideró las extensiones de vida de varias unidades CANDU en la central nuclear de Darlington, cree que la Argentina puede ser un potencial socio estratégico en la provisión de agua pesada, servicios de ingeniería, equipamiento nuclear y más.

Este es el motivo que lo llevó primero a Córdoba y luego a visitar la Planta Industrial de Agua Pesada en Arroyito, que se encuentra parada desde 2017 por falta de demanda de agua pesada grado reactor. Ya de vuelta en Buenos Aires mantuvo reuniones con la plana mayor de la Comisión Nacional de Energía Atómica, con Nucleoeléctrica Argentina, con Conuar y con la canciller Diana Mondino.

Gary Rose, CEO y presidente de Candu Energy.

–¿Qué lo trae de visita por el país?

–Soy presidente y CEO de Candu Energy. Hace un año que estoy en este puesto y mi principal razón para venir fue ir a Embalse. Nuestra primera prioridad es asegurarnos de que estamos brindando servicios operativos, servicios de campo, servicios de paradas de mantenimiento a todos nuestros clientes en todo el mundo. Tenemos gente de Canadá que estará aquí durante las próximas semanas para brindar apoyo en relación con la parada programada que está por comenzar. La segunda razón por la que estamos aquí es realmente contar la historia de lo que Candu está haciendo en este momento como empresa. Estamos apoyando extensiones de vida en todo el mundo. En Rumania, ciertamente en Ontario, probablemente en China, tal vez en Corea del Sur. Por eso queríamos asegurarnos de que se entendiera de qué se trata, porque creemos que Argentina puede ayudar. Finalmente, compartir la historia de nuestro crecimiento y planes de construcción. Rumania va a completar dos nuevas plantas CANDU y estamos desarrollando lo que llamamos Monark, que es un nuevo reactor CANDU de 1000 MW. Teniendo en cuenta que en la Argentina ya existe una planta CANDU, que tenemos un acuerdo de cooperación nuclear entre Canadá y Argentina y que ustedes tienen una experiencia sustancial aquí, vemos oportunidades de trabajar juntos para ayudar al mundo a renovar o construir nuevos reactores CANDU. Por supuesto, si construimos una nueva flota de reactores CANDU requerirán agua pesada. Así que el motivo por el que visitamos la planta de agua pesada es para entender la tecnología y cómo funciona esa operación, para hablar sobre posibles oportunidades de colaboración en el futuro entre Canadá y Argentina. Estamos aquí para hablar sobre cómo Argentina y Canadá pueden colaborar en beneficio de las futuras extensiones de vida y nuevas construcciones de CANDU.

–¿Quieren comprar agua pesada o están buscando una asociación estratégica?

–Es demasiado pronto para comentar lo que haremos. Esta fue la primera reunión. Queríamos entender la naturaleza de la tecnología, entender cómo funciona y ahora tendremos conversaciones sobre lo que podríamos hacer juntos y si eso implica apoyarnos mutuamente o si es algo más grande que eso. Pero volvemos a este punto clave: si vamos a planificar y construir nuevos reactores necesitaremos agua pesada. El hecho es que Argentina tiene una planta de agua pesada y Canadá no. Por lo tanto, hay muchas oportunidades para que colaboremos y aprendamos de la gente de aquí y potencialmente compremos agua pesada o servicios de ingeniería para producir agua pesada en otros lugares.

–El gobierno canadiense incluyó a la energía nuclear en sus planes de descarbonización al 2050. ¿Cuánta energía nuclear nueva se necesitaría en Canadá?

–En Canadá, el gobierno federal establece la política y los gobiernos provinciales deciden cómo cumplirla, ya sea utilizando energías renovables, hidroeléctrica o nuclear. Actualmente en Ontario tenemos unos 13 GW de energía nuclear en las instalaciones de Darlington, Pickering y Bruce Power. Representan el 60% de la energía de Ontario. Aproximadamente el 93% de la energía producida en Ontario ya es energía limpia. Estamos hablando con otras provincias sobre el potencial de la energía nuclear. Nuevo Brunswick también tiene una planta nuclear en este momento. Probablemente necesitarán más energía nuclear y planean construir más. Saskatchewan está construyendo reactores modulares pequeños (SMR), Alberta está hablando de construir SMR y ambos también están contemplando la posibilidad de desarrollar una gran planta nuclear. Quebec ha dicho que no tienen suficiente agua, quizás la nuclear sea requerida. Pero creo que como varios de los países del mundo, Canadá reconoce que no se puede llegar a cero emisiones netas sin energía nuclear. Si tienen energía hidroeléctrica, genial. Pero para aquellos países que no tienen energía hidroeléctrica, la siguiente mejor opción limpia para la energía de base, independientemente del viento o el sol, es la nuclear. En la COP28, 24 países se comprometieron a triplicar la cantidad de energía nuclear. Ahora, volviendo a Ontario, a finales de 2022, publicaron un informe llamado Pathways to Decarbonization. Este informe dice que, para lograr cero emisiones netas en 2050, necesitamos otros 18 GW de energía nuclear en Ontario además de los 13 actuales. Así que eso es más del doble de la cantidad de plantas nucleares que tenemos. Actualmente tenemos 18 plantas CANDU en funcionamiento en Ontario. Nos gustaría ver más. Por lo tanto, estamos en el proceso de diseñar el Monark para satisfacer esa necesidad. Los operadores tomarán las decisiones, en última instancia, y pasarán por un proceso de adquisición para seleccionarlo. No damos nada por sentado, pero CANDU es, en mi opinión, la mejor tecnología del mundo, porque utiliza uranio natural, no necesita parar para reponer combustible, lo que le confiere un alto factor de capacidad, y produce isótopos médicos. Ninguna otra planta nuclear hace esto. Por eso, CANDU es única, especial y diferente.

¿Qué tan preparados están los proveedores en Canadá para responder a estos planes?

–Las plantas CANDU en Canadá, en este momento, están pasando por una remodelación. Como lo hizo Embalse entre 2016 y 2018. Debido a esto, la cadena de suministro realmente se ha fortalecido. Tenemos muchas empresas que proporcionan materiales a la flota canadiense de CANDU, y también proporcionan materiales de herramientas a nivel mundial a otras CANDU, principalmente a través de nuestra empresa. Entonces, hemos tenido un muy buen comienzo debido a esas renovaciones. Tenemos una cadena de suministro calificada en materia nuclear realmente buena. Pero si vamos a construir la cantidad de nuevas plantas que queremos necesitaremos más proveedores calificados. Entonces, esa es otra parte de la conversación aquí. Ahora estamos asumiendo más renovaciones en Rumania, por ejemplo. Nuevas construcciones con Cernavoda 3 y 4. Necesitaremos fortalecer la cadena de suministro y esa es otra oportunidad para la Argentina. Ustedes tienen una sólida cadena de suministro que se desarrolló en torno a su reactor CANDU para suministrar materiales para la construcción original, así como para la renovación. Parte de nuestra conversación del sábado trata sobre eso, cuál es su capacidad de suministro y cómo podemos aprovechar parte de ella. Creo que probablemente haya muchas más conversaciones con proveedores sobre eso. Queremos crecer y fortalecer la capacidad de la cadena de suministro. En nuestra mente, queremos desplegar 25 Monarks en Canadá, tal vez 100 en todo el mundo antes de 2050. Por lo tanto, eso requerirá mucho esfuerzo. Si el mundo necesita 1000 reactores grandes según el Organismo Internacional de la Energía Atómica, no hay razón por la que Canadá no pueda proporcionar 100 reactores CANDU.

–Entonces, usted ve a la Argentina y su industria nuclear como un socio probable en este renacimiento nuclear.

–Sí, absolutamente. La palabra colaboración es probablemente la palabra más mencionada en nuestro viaje. Cómo podemos colaborar y, en última instancia, asociarnos con los proveedores de agua pesada, con Nucleoeléctrica y su capacidad en ingeniería, con la capacidad de Conuar en la cadena de suministros. Cómo podemos trabajar juntos para aprovechar esa experiencia en beneficio de la Argentina y de otras naciones que están interesadas en tener energía nuclear.

La comitiva de Candu Energy visitando la Planta Industrial de Agua Pesada en Neuquén.

–¿Qué pasó con la producción de agua pesada en Canadá?

–El último reactor CANDU que construimos en Ontario fue en los años 90 y la planta que suministraba esa carga original de agua pesada ha sido desmantelada. Por lo tanto no tenemos una planta de agua pesada en Canadá a gran escala. Hay algunos procesos pequeños que están produciendo agua pesada por razones no nucleares. El agua pesada se utiliza en nuestros teléfonos en estos días, en las pantallas OLED. Pero actualmente no tenemos una planta de producción. En mi perspectiva, si voy a construir 100 Monarks, o nuestro reactor CANDU-6 también necesitaremos un montón de agua pesada. Habrá algunos clientes que querrán un CANDU-6. Ahora lo llamamos CANDU-6 mejorado (EC6), porque lo hemos mejorado después de Fukushima. Pero, en ese período, construimos el último reactor en la década de 1990. Ya sabes, no se construyeron muchos reactores nucleares en los últimos 20 años y la planta era de tecnología más antigua y diferente a la actual. La tecnología de agua pesada que teníamos en Ontario no estaba a la altura de los estándares modernos. La planta argetina sí lo está. Por lo tanto, necesitamos determinar cómo puedo suministrar suficiente agua pesada para una flota de nuevos CANDU. Esa fue parte de la razón por la que estamos aquí y es parte de las conversaciones.

-¿Existe una estimación de cuánta agua pesada necesitará Canadá en los próximos años?

–Cada reactor Monark requiere 1000 toneladas de agua pesada y un EC6 requiere aproximadamente 550, 560 toneladas de agua pesada. Por lo tanto, si quiero 25 Monark, eso son 25.000 toneladas de agua pesada en Canadá. Si quiero 100 Monarks en todo el mundo, son 100.000 toneladas de agua pesada. Eso es mucho más de lo que esta planta puede producir aquí. Pero la realidad es que estamos explorando todas las opciones. Podría incluir acuerdos de producción o compra de energía o de descarga con esta planta. Podría requerir que repliquemos esta planta en Argentina o en otras jurisdicciones para cumplir con ese tipo de capacidad. Esas son decisiones que aún están por tomarse.

–¿Cuándo necesitaría Canadá un primer lote de producción de agua pesada?

–Nuestros planes actuales son estar listos para iniciar la construcción del primer Monark a finales de esta década y estar en servicio produciendo electricidad a mediados de la próxima década, en 2035. Lo que significa que necesitaríamos 1000 toneladas de agua pesada para 2034. Si desplegáramos reactores en general en los sitios, generalmente los desplegaríamos en lo que llamamos paquetes de 4. Es decir, el primero en 2035 y luego cada año a partir de entonces. Considerando que la planta de agua pesada aquí tiene una capacidad de 200 toneladas, eso sería cinco años de trabajo para un solo reactor. Es por eso que necesitamos considerar muchas opciones. Tienen una planta que puede comenzar a producir agua pesada y un diseño que potencialmente podría replicarse y tal vez modernizarse en algunos aspectos, pero ciertamente hay una ventaja sobre otras naciones en este momento desde nuestra perspectiva. El agua pesada existe en el mundo y hay reservas generalmente en las empresas con reactores CANDU en varios lugares. Por lo tanto, un primer Monark no necesariamente necesita el agua pesada que se produciría aquí o en alguna otra planta. Sin embargo, tan pronto como se llega a los múltiplos, entonces se requiere agua pesada en grandes cantidades.

–¿Cuál es el propósito de diseñar un reactor CANDU de 1000 MW?

–Estamos diseñando el Monark porque el mundo necesita muchas más plantas nucleares y la tecnología CANDU es fantástica. El hecho de que el reactor CANDU utilice agua pesada es la razón por la que se pueden obtener isótopos nucleares para fines médicos y alimentarios. Los isótopos nucleares son algo realmente positivo para la sociedad. Todas las características del reactor CANDU lo convierten en un reactor realmente seguro y eficaz y proporciona seguridad energética a las naciones que no tienen capacidad de enriquecimiento. Se puede procesar uranio, comprar uranio y crear los paquetes de combustible ellos mismos, como lo hace Argentina. No hace que las naciones como Argentina dependan de otras naciones para proporcionar capacidad de enriquecimiento. Con nuestros clientes en Ontario, en nuestras conversaciones con ellos, decidimos que un reactor de mil megavatios sería bueno para sus necesidades. Es un poco más grande que las que tenemos actualmente, lo que la hará más económica. Tradicionalmente, cuanto más grande es la unidad hasta un umbral, ha sido más atractiva económicamente. Y vemos esto cuando comparamos una unidad CANDU de 800 megavatios con una unidad CANDU de mil megavatios. Será más atractiva económicamente por megavatio para esto. Así que el diseño fue para satisfacer las necesidades de Ontario. La otra cosa que queríamos hacer es no crear un diseño desde cero. Esta es una evolución del diseño CANDU, no una revolución. Está utilizando características de diseño existentes que ya están autorizadas en Canadá. Utiliza una calandria. Utiliza los mismos tubos de presión que utiliza Darlington, que son muy similares a los que utiliza Embalse. 480 canales frente a 380 en Embalse. Pero la estructura, el diseño de la planta es en realidad más parecido al CANDU 6 de Embalse que a las plantas actuales de Ontario. Así que es una sola unidad. Por lo tanto, no depende de otras unidades. Muchas de las plantas CANDU en Canadá tienen sistemas compartidos en 4 unidades. Por lo tanto, esta es una unidad independiente, autónoma, como Embalse. Estará mucho más modernizada con controles digitales, dispositivos de monitoreo digital para reducir el costo de operación, todas características de seguridad mejoradas para cumplir con el diseño del reactor de tercera generación+. Estamos muy emocionados. Tengo alrededor de 300 personas trabajando en Monark ahora mismo para completar el diseño en 2027, de modo que podamos comenzar esa primera construcción en 2029. Incluso hablamos de que la NASA y la gente de Embalse podrían venir y contribuir con sus experiencias al diseño.

–Dicen que el diseño tendrá una vida útil de 70 años. ¿Esto es con o sin extensión de media vida?

–Es con extensión. Sí, nuestras plantas aún requerirán una renovación a mediano plazo. Pero lo que estamos haciendo es diseñarla para que esa renovación a mediano plazo sea mucho más fácil y más corta. También estamos diseñando estrategias para que sea mucho más fácil obtener isótopos médicos de los reactores. Estamos aplicando todos esos aprendizajes de esa primera generación de reactores CANDU en este reactor.

–Hay un debate en la industria nuclear sobre el costo de los nuevos proyectos nucleares y las ventajas que los reactores modulares pequeños podrían ofrecer sobre los reactores de gran potencia. ¿Cuál es su posición al respecto?

–Mi posición es que necesitamos todo lo anterior y no voy a hablar de costos ni por un segundo. Voy a hablar de la aplicación. En la zona de Buenos Aires hay 14 millones de personas. Esos son muchos reactores modulares pequeños que se necesitarían para dar servicio a esta zona si se optase por la energía nuclear. Pero en la provincia donde está la planta de agua pesada no hay tanta densidad de población, ¿verdad? Así que se podría poner un reactor modular pequeño allí, pero probablemente no se pondría un reactor nuclear grande porque no se necesita la energía allí. Así que, en primer lugar, cuando pienso en reactores grandes o pequeños, los necesitamos todos. Grandes y pequeños, los necesitamos todos. Necesitamos reactores modulares pequeños para comunidades remotas. En Canadá, tenemos comunidades que obtienen su electricidad a partir de diésel. Es muy caro y no es respetuoso con el medio ambiente. Veo un futuro en el que los microreactores pueden descarbonizar estas comunidades remotas, proporcionar electricidad pero también vapor para la desalinización del agua o calefacción para invernaderos. Se trata de comunidades del norte que son muy frías y necesitan invernaderos para la seguridad alimentaria. También necesitaremos SMRs para la descarbonización industrial. Es decir, industrias que necesitan una gran cantidad de vapor, como la petroquímica, minería, petróleo y gas. Esos serían SMRs de alta temperatura, generalmente de cuarta generación, que crean vapor para aplicaciones industriales. X-Energy es un ejemplo de eso. Luego tenemos SMRs como el BWRX 300 de GE Hitachi, que es el que Darlington está implementando. Mi equipo trabaja en ese proyecto. Apoyamos a GE Hitachi en el diseño estándar y trabajamos con Ontario Power Generation en la entrega integrada de productos haciendo un diseño específico para el sitio. Entonces, aunque soy el OEM (NdR: original equipment manufacturer) de CANDU, también apoyamos este programa SMR. Considero que esos reactores BWRX 300 son ideales para aquellas partes del mundo que no requieren un reactor de gran tamaño. También veo reactores de gran tamaño en áreas densamente pobladas, como en Argentina. Creo que los reactores de gran tamaño son más eficientes en términos de uso de la tierra. Utilizan menos tierra que los SMR. Opino actualmente que los reactores grandes bien construidos serán más económicos que los pequeños. Tal vez cuando se produzcan cientos de SMR en forma fabril se vuelvan competitivos. Pero el tiempo lo dirá. Nuestro objetivo es producir reactores CANDU de gran tamaño que sean muy atractivos económicamente en comparación con cualquier otra opción.

–Cameco y Brookfield compraron Westinghouse el año pasado. Parece que Canadá quiere volver a tener un papel de liderazgo en la industria nuclear mundial.

–La tecnología CANDU es propiedad del gobierno canadiense. La tecnología Westinghouse es propiedad financiera de dos empresas en Canadá, pero es tecnología estadounidense. CANDU es tecnología canadiense. En el último presupuesto federal de Canadá, el CANDU fue señalado como un activo estratégico canadiense. Por lo tanto, creemos que si Canadá va a seguir siendo una nación nuclear de primer nivel debemos implementar la tecnología que poseemos. Westinghouse es una gran tecnología, y se necesita tanta energía nuclear en el mundo que Westinghouse, EDF, KHNP, e Hitachi, todos debemos cumplir con nuestros proyectos. Hay una gran necesidad, pero creemos que los reactores CANDU tienen un lugar en Canadá y en los países que tienen uranio natural y no quieren depender del enriquecimiento. Creemos que países como Australia, potencialmente como ejemplo para el futuro, tienen suministro de uranio. En la actualidad, la energía nuclear no está permitida en Australia, pero sin duda hay un gran impulso para cambiar eso y creemos que CANDU sería una opción perfecta.

–¿Cómo ve las perspectivas de financiación privada para nuevos proyectos nucleares?

–Diría que hace tres años las perspectivas eran malas y podría decirse que hoy en día la financiación privada es difícil debido a los grandes proyectos nucleares que no han ido bien en el mundo. Proyectos con retrasos en los EE.UU. y en Finlandia. Tuvimos un proyecto que ha ido bien, al menos técnicamente, que es la planta de Barakah en los Emiratos Árabes Unidos. Pero creo que hay un reconocimiento de que no vamos a llegar allí sin nueva energía nuclear. Mi esperanza es que podamos demostrar en los primeros reactores que construyamos en Ontario que planificaremos ese trabajo extremadamente bien, de modo que se ejecute a tiempo y dentro del presupuesto. Digo esto como si fuera una declaración frívola, pero esa es la realidad de cómo hay que gestionar estos grandes proyectos. Si podemos demostrar que podemos desplegar uno, dos o cuatro de estos reactores a tiempo y dentro del presupuesto, cuando empiece a analizar una flota, será cada vez más barata, porque se acumula experiencia. El objetivo es tener un diseño estándar que se pueda implementar una y otra vez, y no cambiarlo en la medida de lo posible. Eso reducirá el precio al entregar a tiempo y dentro del presupuesto esos primeros proyectos y abrirá la oportunidad a la financiación privada. En este momento, la mayoría de los proyectos son grandes y generalmente tienen algún tipo de respaldo político, respaldo gubernamental. Pero necesitamos llegar a un punto en el que podamos demostrar la entrega una y otra vez. Las últimas siete plantas CANDU que se construyeron se hicieron a tiempo y dentro del presupuesto. En algunos casos antes de tiempo y por debajo del presupuesto. Candu lo ha hecho en el pasado y lo haremos en el futuro. La conversación en Ontario en particular sobre la nueva construcción solo es posible porque hemos entregado resultados a tiempo y dentro del presupuesto de 13.000 millones (NdR: de dólares canadienses) asignado para las extensiones de vida en Darlington en particular. Eso ha llevado a la provincia a tener la confianza y la seguridad de que se podía confiar en nosotros para luego remodelar Pickering, continuar remodelando todos los sitios operativos Candu en el mundo y luego construcciones nuevas. Ese es el enfoque que utilizaremos para llevar a cabo proyectos con éxito en Candu Energy. No iniciaremos un proyecto cuyo diseño no esté completo. No lo haremos. No iniciaremos un proyecto sin un cronograma detallado y cargado de recursos con métricas de rendimiento que nos permitan medir el rendimiento. No voy a condenar un proyecto como ese al fracaso. Debe planificarse adecuadamente y ejecutarse meticulosamente.

–¿Las tasas de interés son actualmente un problema para los proyectos energéticos?

–Creo que las tasas de inversión para los intereses de construcción son más altas que antes, lo que aumentará el costo del CAPEX en los proyectos que no tienen algún respaldo financiero. En Ontario, podríamos obtener financiamiento de la provincia que reduzca las tasas, pero esas tasas son sin duda más altas que antes. Sin duda, es algo que debe tenerse en cuenta en los costos de construcción de estos proyectos. Cuanto más corto pueda hacer ese período de construcción, mejor. Por lo tanto, más modularización. Esta es una de las cosas en las que se centrará el Monark: cómo acortar el período de construcción hasta un punto en el que podamos reducir el interés acumulado a lo largo del tiempo. Así que cuanto más rápido pueda poner esa unidad en servicio, mejor será para usted, y reducirá los costos totales de interés y los costos de financiamiento del proyecto.

Nicolás Deza

Argentina busca seguir exportando servicios satelitales. En primer lugar, a India

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Tal como se hizo en el pasado, la Argentina buscará dar servicios satelitales a India, un intercambio que comenzó hace más de una década fruto de una cooperación internacional entre la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), la empresa india Kepler Aerospace y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Durante la etapa de lanzamiento, los satélites tienen que ubicarse en su órbita y poder apuntar sus antenas a la Tierra. Pero, una vez que las estaciones de India pierden de vista a los satélites por su rotación –y no pueden establecer comunicación– ahí es adonde entra en juego la posibilidad de brindar servicios desde el sur del continente americano. La estación satelital terrena que la Argentina tiene en Bariloche, en Río Negro, puede recibir la información del satélite y enviarle instrucciones, lo que permite mantener la comunicación, bajar el riesgo de las misiones y garantizar que puedan acomodar en su órbita y tener continuidad en su servicio.

Cuando se creó la empresa argentina Satellogic, en el año 2010, fue incubada en la rionegrina INVAP y luego se independizó y mudó sus oficinas a Buenos Aires. Al momento de lanzar sus satélites encontraron que muchas horas no tendrían visibilidad por lo que, gracias a la relación que habían establecido con profesionales que trabajaban tanto en el Instituto Balseiro como en la CNEA y el Centro Atómico Bariloche, impulsaron la instalación de una estación terrena para mantener la comunicación con los satélites durante la etapa de lanzamiento y puesta en en órbita.

«La agencia espacial india quería darle servicio a unos satélites chicos que lanzaron desde allá y no los veían durante muchas horas. Así se inició el convenio y ampliamos la base terrena», recuerda Costanzo Caso.

El jefe del Departamento de Ingeniería en Telecomunicaciones del Centro Atómico Bariloche, Pablo Costanzo Caso, recordó esos momentos y le dijo: “Hace algo más de una década hubo todo un movimiento de inversiones del Estado y de los privados en desarrollo de satélites, que dio el pie para la creación de la Carrera en Telecomunicaciones del Instituto Balseiro y la estación terrena de Bariloche. Cuando Satellogic era una empresa chiquita, que lanzaba sus primero satélites desde China, no tenían visibilidad desde Buenos Aires de la primera etapa del vuelo del satélite, por lo que nos pidieron si podíamos hacer una estación terrena para tener comunicación con ellos. Así fue como empezamos a bajar esa información acá en Bariloche y la retransmitíamos a Buenos Aires. Eso nos puso en contacto con la CONAE porque la agencia espacial india quería darle servicio a unos satélites chicos que lanzaron desde allá y no los veían durante muchas horas. Así se inició el convenio y ampliamos la base terrena, ya que no solo necesitábamos recibir la información, sino también trasmitir comandos”.

El trabajo del seguimiento de estos satélites indios finalizó en enero de 2023 pero se sigue dando soporte cuando entran en emergencia por algún problema y ya hubo contactos para repetir esta experiencia con otro satélite que está en desarrollo. “Fue un trabajo muy interesante porque estábamos trabajando con una empresa y horarios del otro lado del mundo, a contrarreloj. Nos llevó mucho tiempo hacer los convenios y el satélite ya tenía fecha de lanzamiento. Todo funcionó muy bien, el satélite está en órbita y gracias a eso tenemos un precedente para cuando lancen el próximo, ya que la idea es dar el mismo servicio”, explicó Costanzo Caso.

A diferencia de las estaciones terrenas para satélites geoestacionarios, que están a 36.000 kilómetros de distancia de la Tierra, la estación de la CNEA es para comunicación con satélites pequeños que están en una órbita más baja y por eso van a más velocidad: dan cuatro o cinco vueltas a la Tierra por día. Por lo general, no son de comunicaciones, sino de observación o de aficionados, y tienen una vida útil más corta que los primeros.

«Estamos trabajando en una solución para hacer el enlace de satélites de órbita baja con uno de órbita geoestacionaria», diceCostanzo Caso.

A través de un trabajo que realizó el Departamento de Ingeniería en Telecomunicaciones del Balseiro para el diseño de la Red Troncal de Fibra Óptica de la provincia de Río Negro, el grupo de investigación que dirige Costanzo Caso entró en contacto con la empresa Slyloom, en Estados Unidos. “Para trabajos de comunicaciones ópticas nos relacionamos con esta empresa que está fundada por argentinos, que busca que los satélites se puedan comunicar entre ellos por láser y que luego la información sea retransmitida a la Tierra. El problema de los satélites de órbita baja es que dan muchas vueltas terrestres y entonces la visibilidad que tienen para las estaciones es de un tiempo corto. En cambio, todo el tiempo pueden estar viendo a un satélite geoestacionario con el que se podrían comunicar y así poder dar cobertura en forma continua. Entonces, trabajamos en una solución con esta empresa para hacer el enlace de satélites de órbita baja con uno de órbita geoestacionaria. Desarrollamos un prototipo que emula ese enlace en el laboratorio, con una transmisión de información de 20 gigabits por segundo. No está hecha la aplicación todavía porque hay muchos aspectos que ver antes de poder ponerlo en un satélite, como solucionar problemas de vibración, de apuntado y demás. Nosotros trabajamos con el hardware y la parte física más que con los protocolos. Usamos luz infrarroja de banda C y vamos variando la frecuencia, la fase, la polarización y así podemos enviar más información en menos tiempo. Todavía es un prototipo de laboratorio”, dijo Costanzo Caso.

Y agregó: “Cuando uno piensa en una solución óptica para un satélite es porque se necesita transmitir mucha información, pero se agregan otras dificultades. El haz de un láser debe estar apuntado con mucha precisión y la comunicación entre dos satélites que se están moviendo y no tienen alguien para apuntarlos, implica una dificultad muy grande. Pero si el proyecto lo amerita y justifica, su precio es muy eficiente porque toda la energía que genera un láser es recibida por el otro satélite. Cuando uno usa una antena para transmitir información no necesita apuntar tan bien pero pierde mucha energía que no es aprovechada”.

El mismo grupo de investigación de la CNEA también desarrolla chips fotónicos. En este tipo de microchips, en lugar de enviar la información por un pulso eléctrico, es decir, por electrones, se envía a través de la luz, por fotones.“En el  grupo estamos trabajando en estos dispositivos con una aplicación muy concreta, como filtros con conversores que procesen la luz para asistir a la electrónica ya desarrollada, de manera que se puedan liberar los requerimientos que hay sobre la electrónica, que está el límite de su velocidad”, dijo Costanzo Caso.

Matías Alonso

El gobierno no levanta el cepo. Y su política actual no está encaminada en esa dirección

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Milei afirma que no existen fallas de mercado: que el Estado no debe intervenir nunca, porque el resultado del libre accionar de los mercados siempre es favorable al interés social. Es lo que dice, pero no lo que hace: lleva más de siete meses manteniendo la intervención estatal en el mercado cambiario, y hasta la ha acentuado. Según una reciente presentación del Vicepresidente del Banco Central, los importadores sólo pudieron comprar en el mercado oficial, en el primer semestre del año, 16.400 millones de dólares: alrededor del 60% del valor de las importaciones. Las restricciones fueron más fuertes que en el primer semestre de 2023, cuando los importadores pudieron comprar 31.400 millones, el 83% de las importaciones. La presentación dice que el resto de las importaciones fue solventado, en su mayor parte, con dólares comprados en el mercado paralelo del “contado con liqui”; o sea, a un tipo de cambio más alto. ¿Voluntariamente? Parece difícil.

¿Por qué este Gobierno mantiene y profundiza un esquema tan criticado, heredado del gobierno anterior, que a su vez heredó del gobierno de Macri? Por el “miedo a flotar”. El gobierno podría eliminar las restricciones cambiarias hoy mismo; pero, como no tiene los dólares suficientes para intervenir en el mercado, el dólar podría aumentar sin control. Y del consecuente golpe de inflación ya no podría culpar, en forma mínimamente creíble, al gobierno anterior, como hizo en diciembre pasado.  

¿Puede evitarse ese riesgo? Sí, si el Banco Central cuenta con suficientes reservas de dólares, que pueda vender cuando el tipo de cambio supera un nivel que considere excesivo. ¿Cuántos dólares necesitaría acumular con ese fin? Depende del nivel del tipo de cambio que esté dispuesto a tolerar (cuanto más alto sea, menos dólares necesitará) y de la masa de pesos que pueda pasarse a dólares.

El efecto sobre la inflación dependerá, en buena medida, de cuánto aumente el dólar oficial, pasando del valor inicial (con “cepo”) hasta el nivel al que el gobierno lo pueda contener en forma sostenible, sin “cepo”. Si hay mucha diferencia entre ambos niveles, cabe esperar un impacto fuerte.

¿Cómo es el nivel actual? El Tipo de Cambio Real Multilateral, calculado por el Banco Central, está hoy en el mismo nivel que en enero de 1997 –en plena Convertibilidad, cuando ingresaban capitales para comprar empresas argentinas y prestarle al gobierno–, o de diciembre de 2017, semanas antes de que los mercados dejaran de comprar bonos argentinos, lo que llevó a que el tipo de cambio real subiera 57% en 9 meses, a pesar del préstamo multimillonario del FMI. El dólar oficial está hoy barato, y es cada vez más difícil encontrar analistas independientes informados que lo nieguen. Para llegar al nivel promedio 1997-2024 (que incluye varios años con fuertes déficits externos) tendría que subir 37%. Para el promedio 2003-2011 (período sin cepo ni financiamiento externo) el aumento debería ser 72%.

¿En qué nivel el Banco Central puede contener al dólar? Depende de la relación entre el “poder de fuego” con que cuente (las reservas utilizables para intervenir) y la masa de pesos que pueda comprar dólares; pero también de las expectativas cambiarias: si los potenciales compradores y vendedores (los “operadores”) creen que el dólar va a subir, buscarán posicionarse en dólares. Y, con un tipo de cambio oficial que se sigue atrasando, cada vez serán más los que crean que, de levantarse las restricciones cambiarias, cabe esperar una devaluación importante. 

¿Qué dijo Milei? Que quiere levantar el cepo, pero se tienen que dar tres condiciones: terminar con los pasivos remunerados del Banco Central; terminar con los “puts” (opciones de venta de títulos públicos, que obligan al Banco Central a comprarlos cuando los bancos se lo piden) y que la inflación converja a 0% mensual. Más allá de que la primera condición ya estaría cumplida, la segunda cumplida en un 78% y la tercera suena a excusa (no tiene relación directa con el cepo), lo notable es la ausencia de percepción de que, para permitir comprar dólares libremente sin temor a una corrida, se necesita tener dólares.

Para reforzar esta aparente falta de preocupación, el gobierno dice que utilizará la mayor parte de los dólares que el Banco Central pueda comprar en el mercado oficial, para venderlos en el mercado bursátil. Es decir: no acumulará los dólares adquiridos para hacer frente a los compromisos externos (en enero hay un vencimiento de títulos públicos de más de 4 mil millones de dólares), ni para tener un stock de intervención frente a una posible disparada del dólar. No: venderá los dólares para recibir a cambio pesos y sacarlos de circulación.

No es que esté acumulando muchas divisas ahora: desde fines de mayo el Banco Central ha comprado muy pocos dólares en el mercado oficial, y las reservas netas han bajado por los pagos de servicios de la deuda pública, principalmente con bonistas. Pero es una señal desconcertante que el Gobierno se proponga no quedarse con los dólares que eventualmente pueda comprar.

Lo que anunció luego el Banco Central son medidas para aflojar tibiamente el cepo: principalmente, permitir a los importadores comprar dólares oficiales un poco antes de lo que previamente autorizaba. En el contexto actual, también implica acumular menos dólares.

Ante estas políticas, podría pensarse que la prioridad del Gobierno no es levantar el cepo; al fin y al cabo, ha resistido con éxito las presiones del Fondo Monetario, que quería que, al menos, estableciera un cronograma de pasos en ese sentido. Pero parece difícil creer que este Gobierno no le dé importancia a cumplir con los compromisos con acreedores externos. Tiene sentido que su primera prioridad sea bajar la inflación; pero la experiencia nos dice que, cuando hay una crisis externa, la inflación se dispara.

Entonces, ¿cuál es el razonamiento del gobierno, que lo lleva a actuar como si no tuviera necesidad de acumular dólares?

Se me ocurren dos hipótesis. Una, es que tenga la esperanza de que lloverán dólares –como lo que anticipaba, en su momento, el gobierno de Macri– por las grandes inversiones, atraídas por el tratamiento tributario privilegiado que les promete el RIGI. En ese caso, parece optimista: por un lado, porque difícilmente las multinacionales vengan a aportar divisas que permitan levantar el cepo; es más probable que esperen a que el cepo se levante en forma sostenible para venir. Y, por otro lado, porque los capitales ingresarían para financiar sus propias importaciones: no vendrían dólares “frescos”, sino maquinarias. Se supone que las inversiones aumentarían las exportaciones, por encima de las salidas por dividendos y repatriación del capital invertido (aunque estas salidas se vean facilitadas por los incentivos). Pero esto ocurriría recién dentro de varios años, no implica un flujo importante de ingreso de divisas en este año, ni en 2025, y posiblemente tampoco en 2026.

La otra hipótesis es que Milei y Caputo piensen que, si los pesos se hacen escasos, los argentinos acudamos a sacar los dólares del colchón, para pagar impuestos y otras cuentas. Sería una teoría interesante, si no fuera porque el país ya tuvo escasez de pesos –conviviendo con millonarias tenencias de dólares de particulares– hace 23 años, en la agonía de la Convertibilidad. La consecuencia de la escasez de pesos fue una tremenda recesión: el consumo privado se derrumbó 15% en tres años, y la inversión 39%. Los que tenían dólares los conservaron a la espera de que su cotización subiera, lo que finalmente ocurrió. No sacaron sus dólares porque los pesos escaseaban, los guardaron porque el dólar estaba barato. En ese contexto, la recaudación fiscal se derrumbó, a pesar del aumento de impuestos, al punto de que ni los intentos de bajar el gasto público lograron evitar que el déficit fiscal creciera.

Sería también ilusorio pensar que el alivio vendrá de la siguiente secuencia: a) Trump gana las elecciones en Estados Unidos; b) presiona al FMI para que otorgue un nuevo y generoso préstamo a Milei, y c) el FMI lo hace. Tanto lo primero como lo segundo estarían por verse. Pero, en cuanto a lo tercero, seamos conscientes de que el FMI no es una agencia del gobierno americano; Estados Unidos tiene mucha influencia, ya que posee el 16,5% de los votos en el directorio del FMI, lo que le otorga poder de veto en las decisiones que requieren el 85% de los votos. Pero no decide por su cuenta, y parece difícil que el resto del mundo esté de acuerdo con darle al gobierno argentino otro préstamo multimillonario para tratar de mantener un poco más de tiempo un tipo de cambio atrasado.

Y esta reticencia no sería por los insultos de Milei al Director del Hemisferio Occidental del FMI y a los gobernantes de China, México, Brasil, España, Colombia, y otros. Sino porque el endeudamiento de Argentina con el FMI ya es muy grande, lo que ha provocado disgustos en el FMI; la resistencia a incrementarlo sería feroz. Y, sobre todo, si es para financiar aventuras en las que, a nivel internacional, pocos creen.

El Gobierno les asegura a los tenedores de bonos que realizará el próximo pago de servicios de los títulos públicos, en enero de 2025. Pero eso no está logrando que el precio de los títulos se recupere, con lo que sigue bien lejos de niveles a los que se puede acceder a los mercados. El llamado “Riesgo país” (que es la contracara del precio de esos títulos) bajó sensiblemente desde las elecciones hasta abril, al mismo tiempo que el Banco Central compraba dólares y mejoraba su posición de reservas internacionales. Pero dejó de bajar, a medida que los inversores visualizaban los problemas para seguir mejorando la situación externa, que sigue siendo de reservas internacionales netas negativas (las reservas internacionales siguen siendo inferiores a las obligaciones de corto plazo). Y es que lo que quieren es que el gobierno tenga dólares para pagar. Para eso los tiene que juntar, si los usa para bajar a los dólares paralelos, la situación externa se debilita.

Cuando Milei asumió, enfrentó dos problemas: el exceso de pesos en la calle y la escasez de dólares en el Banco Central. Para lo primero, redujo las salidas de fondos del sector público nacional (incluyendo al Banco Central) con la mezcla de licuadora, motosierra, bicicleta y algo de maquillaje (la ejecución de junio casi no registra transferencias a universidades, a pesar de lo cual éstas pagaron los sueldos normalmente). Y, para lo segundo, redujo fuertemente los pagos por importaciones.

Podemos pensar que el primer problema está encaminado. Pero el segundo no; y son dos problemas distintos: no solucionamos la escasez de dólares en el Banco Central forzando escasez de pesos en la calle. Lo que hay que tener es políticas tendientes a aumentar las exportaciones, que son la fuente genuina de dólares. El atraso del tipo de cambio (usándolo como “ancla” de los precios) ha ayudado a disminuir la inflación, pero desalienta las exportaciones, y alienta las importaciones (en la medida en que se normalicen). Cuanto más se atrase el tipo de cambio, más nos alejamos de la posibilidad de levantar el cepo sin una fuerte devaluación.

Francisco Eggers

Economista -profesor de Finanzas de la Universidad de La Plata