1982: La fallida operación de comandos británicos en Tierra del Fuego para destruir los aviones Super Etendard

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En mayo de 1982, el Escuadrón B del Regimiento 22 del Special Air Service (SAS) del Ejército Británico recibió la orden de realizar una operación de reconocimiento que fue catalogada como “imposible”: debían acceder al suelo continental argentino, ingresar a la Base Aeronaval de Río Grande en Tierra del Fuego y, de ser posible, atacarla. Ese lugar albergaba a la 2.º Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, más famosa por los aviones Dassault-Breguet Super Étendard, y tres misiles AM-39 Exocet, una de las mayores preocupaciones de los británicos en la guerra.

Los Exocet se habían convertido en el principal blanco de Margaret Thatcher, quien al comienzo del conflicto, y gracias a tareas de inteligencia imprecisas, desconocía el verdadero poder de destrucción que los aviones argentinos podrían generar con ellos. De hecho François Mitterand, presidente de Francia, país que le vendió los misiles a la Argentina y donde se entrenaron los pilotos aeronavales que los usarían, le dijo que los aviadores argentinos no contaban con las suficientes horas de vuelo para operar con éxito los misiles. Y, en parte, era cierto. Lo que no sabía el servicio secreto británico es que durante las semanas previas a la guerra la Armada Argentina pudo desentrañar los secretos del misil y aprendió a operarlo de manera efectiva. El 4 de mayo de 1982, Thatcher y el mundo confirmaron la letalidad del misil (el primer Exocet disparado en combate) con el ataque al HMS Sheffield.

Tatcher entonces ordenó de inmediato la “misión imposible”, que se llamó Operation Mikado (japonés para las puertas de los palacios). Designó al brigadier Peter de la Billièreel soldado británico más condecorado hasta ese momento, a cargo de la planificación del asalto. Dos años antes, Billière había sido quien destrabó el asedio e la Embajada de Irán en Londres, salvando la vida de 26 rehenes.

El militar tenía comunicación directa con John “Sandy” Woodward, comandante de la Task Force. Lo llamó y le presentó una idea. Para que Mikado tuviera mayo probabilidad de éxito, quería infiltrar, previamente, otro equipo de SAS en la base de Río Grande, para recabar información sobre la ubicación de los objetivos y los puntos más peligrosos. Esa operación recibió otro nombre, Plum Duff, y hoy es recordada como un “desastre” por expertos británicos.

El 13 de mayo, el Jefe del Estado Mayor británico, Almirante Sir Terence Lewin, dio luz verde a la idea de Billière y le ordenó planificar las dos etapas. Para la primera, Plum Duff, la patrulla iría en helicóptero, sin información sobre la topografía del lugar, ni tampoco sobre las ubicaciones de los puntos en donde podrían ser descubiertos por las tropas argentinas. Billière designó como jefe de la expedición al capitán Andrew Legg.

La escuadrilla aeronaval de pilotos de Super Etendard
La escuadrilla aeronaval de pilotos de Super Etendard

La misión inició el 16 de mayo, en la isla Ascensión. Los comandos, 8 en total, llevaban un equipamiento individual de 2 kilogramos de explosivo C4, fusiles M-15 Armalite y pistolas Browning, además de una pistola silenciosa Welrod. También cargaban carpas, bolsas de dormir y raciones para cuatro días. Después de 13 horas de vuelo, los miembros del equipo se lanzaron en paracaídas y fueron recogidos por el buque auxiliar Fort Austin. Y desde allí fueron trasladados al portaviones HMS Hermes en un Sea King. Y luego, al HMS Invincible.

La mañana siguiente, el comandante de la escuadrilla aeronaval de helicópteros 846, Bill Pollock, reunió a todos los pilotos que tuvieran el adiestramiento necesario para trasladar a los comandos al lugar. Sabía que no sería un vuelo de rutina: iban a atravesar un área desconocida, con mapas desactualizados y en un aparato que hace tanto ruido, que para hablarle al de al lado, hay que gritar. Solo tenían fotos satelitales de escaso valor para el reconocimiento y dos mapas del pueblo de Río Grande. Uno era un atlas escolar de 1930. El otro, fechado en 1942, había sido creado por el Instituto Geográfico Militar Argentino. Lo encontraron en la Universidad de Cambridge. Estaba guardado en una biblioteca desde 1947.

Todos se ofrecieron como voluntarios, pero Pullock tenía que elegir a tres. Seleccionó a Richard Hutchins, Alan “Wiggy” Bennett y Pete Imrie.

Era, sin exagerar, una misión suicida. No se habían previsto muchas cosas, entre ellas, un plan factible de extracción para los ocho hombres que llevarían a cabo la misión.

El mapa con la operación frustrada que publicó el periódico inglés Daily Mail en 2014
El mapa con la operación frustrada que publicó el periódico inglés Daily Mail en 2014

Los tres pilotos, junto a 8 miembros del SAS, partieron hacia la costa argentina el 17 de mayo, en helicóptero, desde 325 millas náuticas de distancia (unos 600 kilómetros) y en un acto improvisado, con órdenes incompletas y muchas dudas. Y para colmo, el mal clima.

El helicóptero partió en la primera hora del día. El clima dentro de la cabina era frío y silencioso. Pero por sobre todas las cosas, tenso. Todos sabían que el Sea King no podía flotar, porque había sido desmantelado por cuestiones prácticas. Además, no llevaban balsas salvavidas. Cualquier inconveniente que tuvieran arriba del agua podía ser una despedida.

“Es difícil describir la situación en la que nos encontrábamos. Habíamos estado volando entre tres y tres horas y cuarto, y al menos dos horas de ese tiempo en el espacio aéreo enemigo. La niebla le daba una mirada irreal a todo lo que podíamos ver, y de mirar alrededor, nos parecía que esta parte de la costa no estaba tan deshabitada como se nos había hecho creer. Nuestros mapas y cartas no mostraban ningún objeto hecho por el hombre, solo una ruta solitaria que serpenteaba el lugar de norte a sur, una milla tierra adentro desde la costa. Sin embargo, había misteriosos destellos de luz que nos rodeaban y evidencia de edificios y de habitantes. La impresión general era que no estábamos solos. Estábamos bien dentro de territorio enemigo en una máquina que hace tanto ruido que tenés que gritar para ser oído, a menos que hables por el intercomunicador. No podíamos darnos el lujo de permanecer allí por mucho tiempo”, recordó Bennet, años después.

Minutos después aterrizaron en la estancia La Sara, a poco más de 40 kilómetros de la base. El capitán Legg tuvo que decidir. Los comandos estaban peligrosamente cerca de la ruta nacional 3 y envueltos en una espesa niebla. Entonces les informó a Hutchins y a Bennet que, en su opinión, la zona de helidesembarco no era segura y que debían dirigirse la frontera con Chile, donde tenían previsto otro punto de aterrizaje, para un caso de emergencia. Pero los pilotos no estaban de acuerdo. Sin embargo, tras unos minutos de debate, decidieron ir hacia la frontera.

El tiempo le terminaría dando la razón a Legg. Esa madrugada, la Central de Información de Combate (CIC) del buque ARA Bouchard había detectado al helicóptero, aunque lo perdió una vez que éste ingresó a Tierra del Fuego. En estado de alarma, los Batallones de Infantería de Marina Nº 1 y Nº 2 al mando del capitán de fragata Miguel Pita, se despacharon hacia todos lados en busca de los ingleses. Muchos años después, un miembro del SAS describió las dimensiones de esta cacería: 3000 hombres contra 8.

El Sea King despegó y, a los 6 metros de altura, perdió todo contacto visual con el suelo. No se veía nada. Se dirigió a toda marcha rumbo oeste, atravesando la espesa niebla y sin tener la menor referencia del terreno que sobrevolaba. Estuvo a punto de ser descubierto. Fue iluminado por un reflector. Pero siguió camino. Diez minutos luego, cruzaron la frontera; el peligro había pasado, por el momento. En ese momento la tripulación arrojó todas sus armas al agua.

Decidieron volar un poco más, a lo largo de la costa chilena, para asegurarse de aterrizar en un lugar desierto. Los comandos estaban solos, perdidos y a más de 100 kilómetros del objetivo.

La mañana del día siguiente, 18 de mayo, inspeccionaron el terreno. Seguían sin poder precisar dónde estaban. Llamaron a sus superiores por teléfono satelital para informar su situación y solicitaron reabastecimiento de agua y comida. Por su lado, Hutchings, Bennet e Imrie continuaron vuelo, en búsqueda de un lugar donde pudieran destruir el Sea King.

Intentaron hundirlo en una caleta, al sur de Punta Arenas, pero no lo lograron. Entonces lo prendieron fuego. El ruido, sin embargo, delató su presencia, alertando a dos lugareños, Víctor Soto y Luis Arteaga. Estos encontraron los restos y avisaron a los carabineros. La noticia se difundió rápidamente y apareció en los medios de comunicación. Los tres tripulantes se alejaron del lugar.

Pocas horas después llegó la llamada a la embajada británica en Chile. Las autoridades chilenas informaron que un helicóptero Sea King de la Royal Navy había sido incendiado deliberadamente cerca de Punta Arenas. Y le pidieron que explicara qué hacía ese helicóptero en Chile. La respuesta fue que no sabían nada al respecto, pero prometieron investigar y dar respuestas pronto. Explicaron el incidente con una excusa: el helicóptero estaba en una misión de reconocimiento de rutina, tuvo problemas de navegación y comunicación, y debido a las malas condiciones meteorológicas, se desorientó. Al quedarse sin combustible, aterrizó en el primer lugar posible, creyendo que estaban en Argentina. Siguiendo el protocolo, destruyeron el helicóptero para evitar ser capturados por el enemigo. Los chilenos entendieron.

Mientras tanto, Hutchings, Imrie y Bennett y el resto de los SAS subsistían en los fríos bosques patagónicos.

Finalmente, el 25 de mayo, la tripulación se entregó en el poblado de Parrillar: Hutchings, Imrie y Bennett donde fueron detenidos por carabineros y trasladados a Punta Arenas. Legg y sus 8 hombres siguieron sobreviviendo en la naturaleza, a la espera de que les dijeran si debían proceder con la misión o no.

Los tripulantes fueron transportados por aire a Santiago de Chile, donde esperaban poder sacarlos del país lo más discretamente posible. Se les proveyó alojamiento en un domicilio particular para evitar el contacto con la prensa. Pero este sería inevitable.

La incómoda e inesperada presencia de la tripulación británica en Chile generó mucho ruido. Al final, todas las partes coincidieron en que sería mejor blanquear la situación a la opinión pública en una conferencia de prensa. Y luego sacar a los comandos del país abierta y legalmente.

La conferencia se llevó a cabo en la recepción de la Embajada Británica. Hutchings y la tripulación aparecieron sentados detrás de un escritorio, vestidos de civil. El único en hablar ante los periodistas fue Hutchings. Leyó, en inglés, una declaración previamente preparada. Esta repetía la historia que se les había transmitido a los chilenos. En nombre de sus camaradas, Hutchings se disculpó por haber ingresado ilegalmente en el país y aclaró que habían sido muy bien tratados por las autoridades chilenas y que estaban muy agradecidos por la ayuda recibida. Al día siguiente, volaron de regreso al Reino Unido.

Los 3 pilotos en la conferencia de prensa
Los 3 pilotos en la conferencia de prensa

Mientras tanto, los ocho hombres del SAS esperaban. Sin comida, sin equipo de comunicaciones. Su única opción era contactar al cónsul británico en Punta Arenas para recibir algún tipo de asistencia. El 26 de mayo dejaron atrás todo su armamento, iniciando una larga caminata hacia la localidad chilena de Porvenir.

Una vez allí, encontraron una pequeña casa prefabricada con un teléfono desde el cual lograron contactar al cónsul británico. Este los atendió de mala gana. Se estaba enterando de todo en ese mismo momento. Tras escucharlos, les sugirió que se entregaran. Los comandos, desconcertados por la falta de cooperación del cuerpo diplomático, alquilaron una habitación en el pueblo.

Esa noche, Legg salió a caminar. Mientras pasaba frente a un pequeño restaurante con las puertas abiertas, vio, para su sorpresa, los rostros familiares de Pete Hogg, Brummie Stokes y Bronco Lane, los miembros del SAS que supuestamente estarían a cargo de extraerlos. Rápidamente, reunieron al resto y los alojaron en una precaria vivienda de la localidad. Todo parecía encaminarse hasta que Hogg les anunció: “Cuando se recuperen, se les ordenará cruzar la frontera de regreso para completar la misión. La operación Mikado del Escuadrón B todavía sigue en pie”. Nadie podía creer lo que oían, pero esas eran las órdenes.

Pero eso no sucedió. En la mañana del 30 de mayo, los ocho SAS fueron llevados a Santiago, donde les tenían preparada una casa segura.

El 8 de junio, Legg y su equipo volaron de regreso al Reino Unido. Se les informó que ya no formarían parte de la campaña.

Mariano Chaluleu

Sorprendido por las bajas temperaturas, el gobierno corta el suministro de gas a las industrias y al transporte

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El interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares, declaró la pre-emergencia del sector e instruyó a todas las transportistas y distribuidoras a proceder al corte de los servicios interrumpibles de gas, ante el riesgo de desabastecimiento por las bajas temperaturas. La medida afecta a estaciones de servicio que comercializan GNC, industrias y grandes comercios.

“La prestadora de Distribución deberá informar bajo declaración jurada ante esta Autoridad el volumen correspondiente a la demanda prioritaria insatisfecha por zona de entrega. Sobre la citada apertura, las Licenciatarias de Transporte deberán identificar, cuantificar y proceder al corte de los servicios interrumpibles que fuera estrictamente necesario de acuerdo a sus evaluaciones técnicas y operativas, atendiendo el criterio de eficacia de forma tal que el corte de los servicios de transporte interrumpible (TI) tenga un efecto inmediato en su linepack y, por ende, en las presiones de entrega de los city gates afectados”, dice la carta que califica la situación actual como de “pre emergencia”.

La demanda actual está en torno a los 80 millones de m3 diarios, cuando en esta época se suele ubicar en los 60 millones, y las perspectivas para el fin de semana es que podría seguir aumentando.

La semana pasada ya se le cortó el suministro a estaciones de servicio en más de cien localidades en distintas provincias y la situación se profundizó en las últimas horas. En la provincia de La Pampa y en la ciudad de La Plata todas las estaciones habían contratado gas con la modalidad de servicio interrumpible. Por lo tanto, se quedaron sin fluido y debieron cerrar sus puertas.

A las industrias con servicio interrumpible se les está cortando el servicio y en la provincia de Córdoba también se les está cortando a industrias que contrataron servicio firme con ventana, una modalidad que permite cortar solamente por un tiempo acordado y avisando previamente. Es un contrato que tiene un poco más de seguridad que el interrumpible.

Si bien las temperaturas pronosticadas están por debajo de lo habitual para esta época del año, el gobierno se vio sorprendido por la situación ya que las plantas comprensoras para ampliar la capacidad del Gasoducto Néstor Kirchner no están terminadas y la importación prevista se quedó corta. No se está pudiendo traer energía de Brasil por el desastre que provocaron las inundaciones, Embalse está fuera de servicio y los stocks de Cammesa están en límites muy bajos.

Enargas también le ordenó a Transportadora Gas del Norte y Transportadora Gas del Sur que corten el servicio de transporte interrumpible que tenía contratado Cammesa para obligar a la empresa a quemar más combustibles líquidos en lugar de seguir consumiendo gas natural. Es algo habitual en medio de una ola de frío, aunque llama la atención Enargas no haya coordinado directamente con Cammesa para gestionar un desbalance de casi 8 millones de m3 diarios.

Más importaciones

En este contexto crítico, Cammesa se vio forzada a salir el lunes a licitar de urgencia la compra de 12 cargamentos de fueloil y gasoil para hacer frente al aumento del consumo, lo que demandará unos 500 millones de dólares más de lo previsto en materia de importación de energía. En el gobierno están esperando que el martes ingrese un barco con GNL en Bahía Blanca.

Cammesa traerá 7 cargamentos de 50.000 m3 de gasoil cada uno y 5 cargamentos de fueloil por 200.000 toneladas en total. «La primera ventana para entregar gasoil que definió el tender es en los primeros días de junio. Salvo que algún trader o petrolera internacional cuente con un barco que de casualidad esté navagando cerca de Buenos Aires, es difícil que Cammesa consiga ofertas y si lo hace, el precio que deberá pagar será bastante más caro que el de mercado», explicaron desde una petrolera.

Dos ingenieros nucleares del Balseiro a la CNEA. AgendAR se pregunta cómo sigue

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Con kilometraje previo en investigación, docencia y dirección de proyectos, dos ingenieros nucleares del Instituto Balseiro asumieron los cargos de presidente y vicepresidente de la CNEA.


Germán Guido Lavalle entró a la carrera de Ingeniería Nuclear del Instituto Balseiro (la única en la región) en 1984. Luis Rovere había egresado un año antes de la misma. Desde mayo de 2024, son el presidente y el vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Tienen trayectoria en investigación, innovación, docencia y gestión de proyectos tecnológicos e instituciones académicas.

Aquí hay una entrevista que les hizo la gente de prensa de la CNEA en el canal de Youtube del Balseiro (bit.ly/youtubebalseiro).

Guido Lavalle, doctorado en ingeniería nuclear, considera un orgullo presidir la CNEA. “Estar en este lugar en este momento es un honor y una responsabilidad muy grande. Entendemos que hay una oportunidad enorme de hacer cosas por la relevancia que la energía nuclear y sus aplicaciones tienen, y por las capacidades enormes, particularmente de recursos humanos, que tiene la Comisión de Energía Atómica”. El CV de Guido Lavalle dice que fue rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y que fundó su propia empresa de tecnología.

Rovere dice que la CNEA dispone de una enorme cantidad de recursos, laboratorios e ideas que surgen todo el tiempo, y que el desafío es articularlas, potenciarlas y darles impacto en la economía del país. Fue gerente del Centro Atómico Bariloche, dentro del cual está incubado el Balseiro, y hasta hace días dirigió la Fundación Intecnus de Bariloche. Paradójicamente, Intecnus, fundada por la CNEA, es el único servicio de medicina nuclear de toda Río Negro, la provincia donde hace 74 años, la Argentina inició sus primeras tentativas de tener un programa nuclear.

«El Balseiro me enseñó a pensar«

Otra pregunta que respondieron ambas autoridades fue qué enseñanza principal del Balseiro aplicaron en sus trayectorias profesionales. “El Balseiro me enseñó a pensar”, respondió Guido Lavalle y contó que después de doctorarse, trabajó en el campo de la simulación con modelos computacionales, en el análisis de seguridad de la Central Nuclear Atucha.

“Modelar es entender las relaciones causales entre distintas variables, entre distintos parámetros. Los ingenieros tratamos de poner esas relaciones en una ecuación para explicar, por qué, por ejemplo, la Tierra atrae un objeto o por qué funciona un reactor nuclear. Entonces a mí el instituto me enseñó a hacer eso, construir modelos, buscar esas relaciones causales entre las cosas y en este caso, llevarlo a una aplicación concreta que es cómo reacciona un reactor nuclear”, contó Guido Lavalle.

Para Rovere, la enseñanza principal que le dejó el Balseiro fue la enseñanza experimental. “Para mí es haber estado expuesto durante la carrera a diferentes temas y a la fantástica opción de tener laboratorios disponibles. En esa época inclusive estaban abiertos los laboratorios 24 horas. Estabas haciendo un informe un sábado a la noche y resulta que había un punto en una curva que no daba exactamente. Volvías al laboratorio a medir o ibas a la biblioteca, sacabas el libro, dejabas la tarjetita en el buzón. Era una cosa única que, bueno, realmente dio un contexto de aprendizaje fantástico”, dijo.

“Si uno pudiera resumir en una sola variable, en un solo producto, el más significativo, diría que sería el perderle miedo a hacer cosas nuevas (…) Aprender a interactuar con otras personas, con el equipo, con el afuera. Es esa valentía o ese coraje de no arrugar frente a desafíos”, sintetizó Rovere, quien a inicios de su carrera profesional también trabajó en modelado de reactores, en su caso en los Estados Unidos.

En la entrevista completa, que se puede ver en el canal principal de YouTube del Instituto Balseiro, también cuentan detalles sobre sus trayectorias profesionales. Ambos han desarrollado extensas carreras dando clases y también administrando proyectos de distintos sectores, incluyendo la salud como en el caso de Rovere o la Inteligencia Artificial en el caso de Guido Lavalle.

En el video, ambos opinan, con la perspectiva de haberse egresado hace cuatro décadas y ahora dirigir la CNEA, sobre qué significa el Balseiro para el país, cuáles son los desafíos centrales en la nueva etapa de gestión de la CNEA y qué consejo les darían a estudiantes que se están formando en carreras afines. Para mirar la entrevista completa, publicada en la serie “Visitas IB”, se puede ingresar a este link: bit.ly/youtubebalseiro01

Opinión de AgendAR:

Ninguna objeción de nuestra parte a estos dos nombramientos en la CNEA. Son gente sólida, del ambiente nuclear y bien conceptuada.

No es llamativo que al gobierno de Javier Milei le haya costado casi medio año encontrar gente con muy buena curricula y capaz de poner la cara por un gobierno explícitamente anticientífico, económicamente extractivista y geopolíticamente, pro-colonial. No sabemos cómo puede resolverse esta contradicción y no hacemos apuestas.

En una reciente entrevista en Econojournal, Guido Lavalle tomó ya una primer decisión importante: hará una revisión crítica de diseño de la centralita nuclear compacta CAREM, cuya construcción Milei paralizó el mes pasado, tras echar a casi 600 trabajadores, técnicos y expertos de la obra. Revisiones críticas de diseño el CAREM tiene muchas, y de ellas resultaron bastantes cambios de ingeniería básica: otra más no le puede hacer daño.

En los proyectos complejos e innovadores, en que el diseño es tentativo, uno va despacito y por las piedras, como cruzando un río bravo. Hay varios componentes metálicos del CAREM que todavía deben ser probados no ya en modelos computados si no en la realidad física, notoriamente los generadores de vapor.

Pero en este proyecto sobran rivales internacionales, muchos de los cuales copiaron sin problemas la ingeniería básica del CAREM, notoriamente en Corea y EEUU. Salvo China, que acaba de terminar el Linglong, todo lo que los otros contendientes son planos, cálculos, promesas, sobrecostos, alguna que otra quiebra y nada tangible. Nosotros tenemos una obra, detenida por Mauricio Macri, y hoy vuelta a interrumpir por Javier Milei. Urge llegar antes que nuestros competidores a una centralita terminada, activa y conectada a red. El primero que lo logre tendrá un «show room» para recibir visitantes internacionales expertos, eventuales inversores, y empezar a tejer un camino crítico hacia despliegue de unidades comerciales y exportaciones.

No es nada que la Argentina no haya hecho antes: la inaguración del RA-6, un pequeño reactor multipropósito y mayormente académico, construido por INVAP para la CNEA e inaugurado en 1982, disparó ventas internacionales inmediatas: dos reactores en Perú, el RP-0 y RP-10 terminados en 1987, y después la venta de unidades a Argelia, Egipto, Australia, Arabia Saudita y Holanda.

El de Australia, inagurado en 2006 en Sydney y llamado OPAL, es todavía considerado el mejor del mundo en su tipo, y como fábrica de radioisótopos médicos, llegó a copar el 40% del mercado mundial. El de Holanda, que está en su primer año de obra en Petten, sobre las playas del Mar del Norte, en 2030 empezará a hacerle una fuerte competencia, pero hay lugar porque la medicina nuclear es un mercado que viene creciendo un 8,8% anual. INVAP es, por ahora, el más exitoso fabricante y constructor de reactores nucleares del mundo. Sin el pequeño RA-6, nada de esta trayectoria habría existido. La red global de oficinas de INVAP puede ser muy útil no sólo para vender el CAREM, sino construirlo.

Lo que no tenemos, es un demostrador tecnológico terminado y entregando potencia a la red, y que se pueda medir, entre otras cosas, su factor de disponibilidad.

Bienvenidas las revisiones técnicas del proyecto CAREM. Pero como en su trayectoria, desde su presentación en 1984 no le han faltado enemigos ni palos en las ruedas, si ésta revisión se hace sin reanudar la construcción de la obra civil y la fabricación de componentes metálicos esenciales, es trampa. Y si en esa revisión pintan consultoras extranjeras, también es trampa.

Por ahora, y por ser nacidos y criados en el Programa Nuclear Argentino, Agendar está dispuesto a pensar bien, y que Guido Lavalle y Rovere se quedan en la trinchera en el peor momento. El que viva, lo verá, como suele decir Abel Fernández, el dueño de AgendAR.

Hablando de lo cual, el RA-10 se acaba de parar nuevamente, en su predio de Ezeiza. Otra vez sopa. Para sorpresa de nadie.

No es una central nuclear compacta, aunque por su potencia térmica (30 MW) podría ser una en miniatura. El RA-10 es un animal de otra especie: un reactor multipropósito, una universidad nuclear al servicio de distintas ciencias e ingenierías, un exportador de silicio irradiado para la industria microeléctrónica, y por sobre todo, una considerable máquina de fabricar radioisótopos médicos e industriales.

En este mercado, competirá contra el OPAL australiano y el holandés en Petten… ambos también de diseño y fabricación argentinos. Para sorpresa de muchos argentinos, somos los grandes expertos en este tipo de plantas. Por eso, con el reactor a mitad de obra, en 2017, ya había clientes tratando de asegurarse su producción. Macri paró la obra, por supuesto. ¿No lo iba a hacer Milei?

Faltaba un año y medio para terminarlo y empezar a facturar U$ 90 millones/año en radioisótopos médicos, sin contar venta de servicios. El RA-10 puede, por capacidades, capturar fácilmente el 20% del mercado mundial de radioisótopos, valuado en U$ 9920 millones/año en 2024, y con una expansión prevista a U$ 14.770 millones en 2029. En suma, de haberse terminado en 2018, según lo previsto, con una buena campaña de ventas el techo hoy podría estar vendiendo y exportando U$ 2000 millones/año, eso sin contar servicios de irradiación de silicio para la industria electrónica, y de testeo con haces de neutrones de nuevos materiales, no necesariamente nucleares.

La verdad es que el RA-10, por potencia y diseño, puede ganar bastante más que eso. Puede pagar su construcción en 4 años de ventas, y durar en servicio sin grandes reingenierías 56 años más, facturando.

Guido Lavalle y Rovere pueden ser recordados como los que terminaron el RA-10 y dejaron el CAREM casi a inaugurar.

O no.

Daniel E. Arias

La diplomacia de Elon Musk: Milei, Bolsonaro, Modi

Elon Musk ha creado una constelación de jefes de Estado aliados —Javier Milei en Argentina, Narendra Modi en India— para impulsar sus políticas y expandir su imperio empresarial.

Unos minutos después de que se hizo evidente que Javier Milei había sido elegido presidente del segundo país más grande de América del Sur, en noviembre, Elon Musk publicó en la red social X (antes conocida como Twitter): “La prosperidad está por venir en Argentina”.

Desde entonces, Musk ha seguido usando X, la red social de la que es dueño, para alentar a Milei. El multimillonario ha compartido videos en los que el presidente argentino ataca la “justicia social” con sus 182 millones de seguidores.

Musk ha ayudado a convertir al belicoso libertario en uno de los nuevos rostros de la derecha moderna. Pero fuera de línea, ha aprovechado esta relación para ejercer presión y obtener beneficios para sus otras empresas, la fabricante de automóviles eléctricos Tesla y la constructora de cohetes espaciales SpaceX.

“Me llamó Elon Musk”, afirmó Milei en una entrevista por televisión unas semanas después de asumir el cargo. “Está sumamente interesado en el litio”.

Musk ha declarado que el litio —el elemento blanco-plateado que es el principal componente de las baterías de los autos de Tesla— es “el nuevo petróleo”. Tesla lleva mucho tiempo comprándole litio a Argentina, que es el segundo país con mayores reservas. Ahora, Milei presiona para que las mineras internacionales de litio reciban beneficios importantes, lo que probablemente le daría a Tesla un flujo más estable —y quizá más barato— de uno de los recursos más vitales para la empresa.

Milei se ajusta a un patrón que sigue Musk de fomentar relaciones con una constelación de jefes de Estado de derecha, con beneficiarios muy claros: él mismo y sus empresas.

Musk, de 52 años, ha utilizado en repetidas ocasiones una pieza de su imperio empresarial —la red social X— para expresar su apoyo a políticos como Milei, Jair Bolsonaro de Brasil y Narendra Modi de India. En la plataforma, Musk ha respaldado sus posturas en temas de género, ha celebrado su oposición al socialismo y ha confrontado con agresión a sus enemigos. Musk incluso cambió personalmente las políticas de contenido de la plataforma X de una forma que pareció beneficiar a Bolsonaro, según dijeron dos exempleados de la plataforma.

Musk, a su vez, ha presionado y obtenido ventajas corporativas para sus empresas más lucrativas, Tesla y SpaceX, según un análisis de The New York Times. En India, logró que se le cobraran aranceles menores por la importación de los vehículos de Tesla. En Brasil, abrió un importante mercado nuevo para Starlink, el servicio de internet por satélite de SpaceX. En Argentina, aseguró el acceso al mineral más crucial para las baterías de Tesla.

El respaldo de Musk les ha dado a muchos jefes de Estado nacionalistas y de derecha más prestigio internacional, el cual no han dudado en promocionar como una validación de sus políticas y popularidad.

En septiembre de 2015, Musk recibió a Modi en la fábrica de Tesla en Fremont, California. Modi, político nacionalista indio, había sido electo primer ministro de India un año antes, cuando su partido, Bharatiya Janata, arrasó para llegar al poder, y visitaba Estados Unidos para reunirse con líderes empresariales.

Musk y Modi posaron para las fotos cerca de un flamante automóvil rojo Model S. Comentaron que los “paneles solares y las baterías” podrían brindar electricidad a regiones rurales de India sin necesidad de líneas eléctricas, señaló Musk en ese entonces.

“Comprendí su visión”, dijo más tarde Modi.

Fue una de las primeras instancias en que Musk sostuvo una reunión en público con un líder nacionalista. Además, fue el principio de un plan a largo plazo con Modi, relación que tardó años en desarrollar y comenzó a redituarle a Musk después de que compró Twitter..

Narendra Modi stands at a lectern in a stadium filled with people.
El primer ministro indio, Narendra Modi, el año pasado. En 2015 visitó a Musk en una fábrica de Tesla en Fremont, California.Credit…Atul Loke para The New York Times

India podría ser un mercado masivo para Tesla, que necesita incursionar en regiones nuevas para crecer. Pero ese país prácticamente prohibió los vehículos eléctricos construidos por fabricantes extranjeros. En años recientes, los aranceles impuestos en India a los vehículos eléctricos importados han aumentado hasta un 100 por ciento.

Musk recurrió en un principio a la diplomacia personal tradicional: se reunió con Modi y les ordenó a los empleados de Tesla estrechar relaciones con algunos funcionarios.

Después de que Musk compró Twitter en 2022, aprovechó su nueva palanca. La plataforma, renombrada como X, se utiliza ampliamente en India —hasta Modi lo hace y tiene casi 98 millones de seguidores— y es un foro importante de debate político.

Musk se reunió en persona con Modi de nuevo en junio pasado, cuando el primer ministro visitó Nueva York. Se identificó como “fan de Modi” y afirmó que Modi estaba “alentándonos a hacer inversiones significativas en India, algo que planeamos hacer”.

Para entonces, los empleados de Tesla de nuevo sostenían conversaciones con los asesores de Modi sobre una reducción de los aranceles y una inversión en India, según indicaron dos personas familiarizadas con las conversaciones. Rohan Patel, quien era vicepresidente de política pública y desarrollo comercial de Tesla, viajó a India en varias ocasiones. Por su parte, Piyush Goyal, ministro de Comercio de India, visitó la fábrica de Fremont en noviembre.

En enero, Musk publicó en X que India debería recibir un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que reforzaría la posición internacional de India. “Que India no tenga un lugar permanente en el Consejo de Seguridad, a pesar de ser el país más poblado del planeta, es absurdo”, escribió Musk.

Todo parece indicar que Modi se percató del comentario. Dos meses después, India anunció que había decidido reducir algunos aranceles de importación para los fabricantes de automóviles eléctricos que se comprometieran a asignar por lo menos 500 millones de dólares a la producción de vehículos en el país. La política redujo los aranceles del 100 al 15 por ciento del precio de cada automóvil, específicamente para los vehículos eléctricos con un precio superior a 35.000 dólares.

La descripción se ajusta a Tesla a la perfección. Sus automóviles Model 3 tienen un precio de 38.990 dólares.

Para 2021, Musk ya aplicaba una táctica similar para introducir el servicio de internet de su red de satélites Starlink en Brasil, gobernado en ese entonces por Bolsonaro, presidente populista de derecha elegido tres años antes. En esa época, Starlink estaba en pañales, con menos de 150.000 usuarios en 25 países.

En octubre de 2021, Fábio Faria, ministro de Comunicaciones de Brasil y uno de los organizadores de la campaña de reelección de Bolsonaro, le envió una carta a Musk en la que le decía que “Starlink y Brasil pueden ser excelentes aliados”, según consta en correspondencia obtenida por las leyes de transparencia de información del país.

Semanas más tarde, Faria visitó a Musk en Texas. Tras su regreso a Brasil, Faria presionó a los reguladores para que aprobaran a Starlink. En cierto momento, instó a la agencia espacial de Brasil a mantenerse al margen de cualquier debate sobre los satélites de SpaceX en el país, según testificó más adelante ante el Congreso Nacional de Brasil.

Los reguladores de Brasil aprobaron la operación de Starlink en diciembre de 2021, siete meses después de presentada la primera solicitud del servicio. Fue la más rápida de las cinco aprobaciones que los reguladores les otorgaron a prestadores de servicios de internet por satélite.

Musk ayudó más tarde a Bolsonaro, cuando enfrentó una difícil batalla en su campaña de 2022 por la reelección.

El 20 de mayo de ese año, Musk hizo un viaje sorpresa a Brasil para hacer un anuncio importante con el presidente. Starlink iba a llegar al país y planeaba ofrecerles acceso a internet a 19.000 escuelas rurales, además del monitoreo ambiental de la Amazonía, según indicaron durante un evento en un complejo hotelero cerca de São Paulo. Bolsonaro le entregó a Musk una medalla y lo llamó una “verdadera leyenda de nuestra libertad” por su oferta de ese año para comprar Twitter..

A black-and-white photograph shows Mr. Musk shaking hands with Jair Bolsonaro.
En mayo de 2022, Musk se reunió con Jair Bolsonaro, presidente de Brasil en ese momento, en un complejo turístico cerca de São Paulo, para hacer un anuncio sobre Starlink y las escuelas brasileñas.Credit…Ministerio de Comunicación de Brasil, vía via Associated Press

Pero solo había un inconveniente: el plan de ofrecerles conexión a las escuelas nunca se concretó, explicó Carlos Baigorri, principal regulador de telecomunicaciones de Brasil, quien ayudó a aprobar el ingreso de Starlink en el país. “En realidad no creo que siquiera haya existido”, comentó acerca del plan.

Musk y Bolsonaro se beneficiaron de cualquier manera. Musk había atrincherado a SpaceX en un mercado vital, en el que Starlink tiene ahora 150.000 cuentas activas, según la reguladora de telecomunicaciones de Brasil. La campaña de Bolsonaro logró promover la agudeza comercial del presidente y presentarlo como defensor de la Amazonía antes de las elecciones.

El favor de Musk no evitó que Bolsonaro perdiera la presidencia ante Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de izquierda de Brasil, en octubre de 2022. Pero en unas semanas, Musk, que acababa de concretar su acuerdo para comprar Twitter, intentó de nuevo ayudar a Bolsonaro.

Los partidarios de Bolsonaro habían comenzado a impulsar acusaciones en Twitter de que algunos jueces brasileños habían inclinado la balanza en las elecciones cuando les ordenaron a las redes sociales eliminar publicaciones y cuentas con ideología de derecha. Mientras estaban instalados frente a bases militares para exigir la anulación de las elecciones, Musk alimentó sus sospechas dando a entender que los antiguos jefes de Twitter habían contribuido a la derrota de Bolsonaro.

“Es posible que algunos empleados de Twitter les hayan dado preferencia a los candidatos de izquierda”, publicó en diciembre de 2022, sin mencionar ninguna evidencia. Más tarde, escribió que la empresa “quizá tenga personas en el equipo de Brasil con un fuerte sesgo político”.

En 2022, uno de los proveedores de litio de Tesla anunció una inversión de 1100 millones de dólares para ampliar sus operaciones en Argentina. Desde entonces, Musk ha mostrado gran interés en la política argentina ―particularmente en Milei―, lo que ha generado uno de los bromances o “romance entre hermanos” más evidentes entre las relaciones políticas de Musk.

Milei, economista libertario y comentarista de televisión, promovió durante su campaña la idea de sacar al gobierno de la economía y establecer una relación más estrecha entre Argentina y Estados Unidos. Al igual que Musk, insulta con frecuencia a sus críticos, tiene un hábito intenso con las redes sociales y está muy preocupado por la amenaza de la cultura progre.

Unos días antes de la toma de posesión de Milei en diciembre, hablaron directamente por primera vez y Musk le preguntó sobre el litio de Argentina. En los meses posteriores, Milei ha impulsado legislación que haría mucho más atractiva la extracción de litio en Argentina para los inversionistas extranjeros.

Su proyecto legislativo de gran envergadura, que le otorgaría, durante el año próximo, amplias facultades en situación de emergencia sobre la economía y la energía de Argentina, incluye un gran beneficio para Tesla: incentivos significativos para inversionistas extranjeros con proyectos grandes, en especial en la industria minera.

Esas empresas recibirían recortes fiscales sustanciales, exenciones de impuestos aduaneros y beneficios de cambio de divisas, así como certidumbre fiscal y regulatoria por un periodo de 30 años. Es probable que califique el proveedor de litio de Tesla. En tal caso, el plan de Milei le daría a Tesla una estabilidad y predictibilidad inusuales en cuanto a su acceso a litio en Argentina por lo menos hasta 2054.

La propuesta fue aprobada en la cámara baja del Congreso de Argentina el 30 de abril.

A black-and-white photograph showing Javier Milei standing with Mr. Musk, both with thumbs up on both hands.
Imagen distribuida por la oficina del presidente de Argentina, Javier Milei, quien viajó a Austin, Texas, en abril para visitar a Musk en una fábrica de Tesla.Credit…Presidencia de Argentina/Reuters

Musk ya ha visto otros dividendos de Milei. En uno de sus primeros actos como presidente, Milei aprobó una orden ejecutiva con 366 disposiciones. Cuando sintetizó los puntos clave de la orden en un discurso por televisión, Milei mencionó solo una marca corporativa específica: Starlink.

SpaceX había intentado lograr la aprobación de Starlink en Argentina desde 2022, pero estaba en un atolladero burocrático. Milei no tardó en reducir las regulaciones aplicables al internet por satélite, lo que le permitió a Starlink arrancar operaciones en el país en marzo.

CONICET: todo bien con los papers, pero la ciencia argentina debe patentar más

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“En un país con el 50% de la población viviendo por debajo de la línea de pobreza, tenemos que apostar a la innovación científico-tecnológica. No podemos perder cuatro años más. ¿Qué esperamos?”

Esta pregunta obsesiona a Hugo Menzella, doctor en biología molecular, profesor, tecnólogo y emprendedor, una especie de genio loco acostumbrado a remar contra la corriente y el status quo. En un sistema científico que solo evalúa a sus investigadores por publicar papers y no por patentar sus hallazgos y transformarlos en tecnologías y productos innovadores para generar riqueza económica para el país, él se empecinó en patentarlos, asociarse a inversores privados y junto a sus colegas de la Universidad de Rosario crear empresas de base científico-tecnológica como Keclon. En 2021 inauguraron una fábrica modelo en San Lorenzo, Santa Fe, que utiliza herramientas de ingeniería genética, biología sintética y técnicas de evolución dirigida para producir enzimas para las industrias alimenticia, oleoquímica y farmacéutica. Una enzima que lanzaron al mercado recientemente incrementa la producción de aceite de soja en un 2,5%. Rovena y Molinos Agro, dos de las mayores aceiteras del mundo, ya la usan.

«Salvo honrosas excepciones, hasta ahora la mayoría de las autoridades y científicos del Conicet, así como los gobernantes que definieron la política del sector, no han apostado a la innovación científico-tecnológica como motor del desarrollo productivo de nuestro país»

La Argentina produce 10 millones de toneladas de aceite al año. Las tecnologías desarrolladas por Keclon permiten obtener más aceite y una mayor valorización de otros subproductos de la industria aceitera. “Considerando los mínimos y máximos de la cotización internacional del aceite de soja en los últimos cuatro años, esto equivale a un ingreso adicional de divisas para el país de entre 250 y 500 millones de dólares”, explica Menzella. “Es el doble del presupuesto del Conicet. Si hubiera 100 empresas como Keclon, la ciencia argentina podría generar miles de millones de dólares al año para sacar a millones de personas de la pobreza y a la vez autofinanciar el Conicet”.

Salvo honrosas excepciones, hasta ahora la mayoría de las autoridades y científicos del Conicet, así como los gobernantes que definieron la política del sector, no han apostado a la innovación científico-tecnológica como motor del desarrollo productivo de nuestro país. Es lo que hacen todas las naciones desarrolladas del planeta y también las que se deciden a serlo. Desde Estados Unidos a China, de Japón a Corea del Sur, de Israel a Canadá, Alemania, Islandia, Estonia, Noruega, Suecia, Finlandia e Irlanda. La lista es cada vez más larga. Estos países comprendieron que el conocimiento es la base del progreso económico y social sostenido, no los recursos naturales. Los commodities, como la soja, el petróleo y la minería, nos permitirán salir del pozo y mantener lo que ya existe si no los castigamos con retenciones y precios distorsivos. Pero si queremos crecer a tasas aceleradas, reducir la pobreza y apostar al progreso sostenido, tenemos que enriquecer nuestra matriz productiva. Hasta los jeques de Arabia Saudita, conscientes de que el petróleo tiene los días contados, están modernizando su país y quieren convertirse en líderes mundiales en inteligencia artificial. Ellos tienen que empezar de cero. Nosotros, en cambio, tenemos una larga tradición científica con tres premios Nobel e investigadores y emprendedores valorados en todo el mundo. ¿Qué esperamos?

El gobierno actual, para evitar una hiperinflación, decidió aplicar un ajuste feroz en todos los organismos públicos. Pero Menzella opina que al Conicet hay que reestructurarlo, no destruirlo: “Hay un montón de cosas que están mal y hay que cambiar, pero la innovación científico-tecnológica es nuestra última esperanza”.

«Menzella es más categórico aún. Sostiene que publicar hallazgos sin patentarlos previamente es ‘una estafa al Estado argentino’»

Su experiencia demuestra, como la de un puñado de científicos y emprendedores tecnológicos pioneros, que la ciencia argentina es uno de los tesoros inexplorados que puede sacar al país de la decadencia de décadas. Solo hace falta un cambio de mentalidad y de dirección. Por nombrar a algunos de los ejemplos más destacados: la investigadora Raquel Chan, que desarrolló semillas tolerantes a la sequía e impulsó a Bioceres, empresa de biotecnología que hoy cotiza en Wall Street. El matemático Emiliano Kargieman, de Satelollogic, que está creando una constelación de nanosatélites alrededor de la Tierra. Cites, incubadora y fondo de inversión creado por Sancor Seguros en Sunchales, una ciudad de 25.000 habitantes, para transformar ciencia en negocios de impacto. Galtec, empresa de medicamentos oncológicos de última generación desarrollados enteramente en el país y liderada por Gabriel Rabinovich, uno de los científicos más prestigiosos de la Argentina; y el desarrollo, por parte de equipos del Conicet junto con investigadores de otras instituciones, de una molécula para combatir el Parkinson, patentada en Estados Unidos y la Unión Europea.

Ceguera ideológica

“El Conicet está sentado sobre una mina de diamantes y no se da cuenta”, afirma el experto israelí Oren Gerschtein, socio de Cites. El especialista, de Tel Aviv, se asombra ante la poca vocación que ha demostrado hasta ahora nuestro país para impulsar la transferencia tecnológica, como se denomina al proceso por el cual se vincula a los investigadores con empresarios e inversores interesados en crear y financiar empresas, productos y servicios de alto valor a partir de sus hallazgos. “Parte de las ganancias que generan esos emprendimientos después vuelven al Estado en forma de impuestos y a los científicos y sus laboratorios en forma de regalías y dividendos para financiar más y mejor ciencia”, explica. “Así funciona el modelo israelí. Para eso es imprescindible patentar los descubrimientos antes de publicarlos, para evitar que otros los copien. Nadie va a invertir en un desarrollo tecnológico si no puede capturar su valor económico”.

Menzella es más categórico aún. Sostiene que publicar hallazgos sin patentarlos previamente es “una estafa al Estado argentino, que invierte unos 31 años en la formación de un investigador, desde el jardín de infantes hasta el posdoctorado, como en mi caso. Publicar sin patentar implica destruir un activo público”, sentencia.

La Universidad de Quilmes hizo un estudio pormenorizado, titulado “Trasferencia Ciega”, que demuestra que un alto porcentaje de los hallazgos en ciencias de la vida financiados por el Estado y publicados por investigadores argentinos en revistas internacionales fueron patentados como propios por universidades y laboratorios farmacéuticos extranjeros, por no haber sido protegidos adecuadamente.

El Conicet y los investigadores se han opuesto históricamente al patentamiento, aduciendo que implica “privatizar” conocimiento que debería permanecer en el dominio público. Subyace un falso antagonismo entre ciencia básica y ciencia aplicada (tecnología), sin advertir que los países líderes en ciencia son lo que más patentan y aplican ese conocimiento a la producción de medicamentos y todo tipo de desarrollos tecnológicos.

Un total de 157 países, incluyendo a China, Cuba e Irán, integran el Patent Cooperation Treaty (PCT), el Tratado de Cooperación de Patentes que regula y facilita estos temas a nivel global. Saben que la propiedad intelectual es la materia prima de la economía del conocimiento que mueve al mundo. La Argentina es de los poquísimos países que se niega a participar.

Espíritu de pionero

Menzella, que tiene 40 desarrollos patentados, cuenta lo compleja que fue su experiencia. Tras doctorarse en biología en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), trabajó en San Francisco, California, durante cinco años como líder de proyectos de ingeniería de enzimas para la industria oncológica. Con el programa Raíces regresó al país en 2010, entró al Conicet y creó con sus colegas María Eugenia Castelli, Salvador Peiru y Andrés Aguirre el Instituto de Procesos Bioquímicos y Tecnológicos (Iprobyq) en la Facultad de Bioquímica de la UNR. Su sueño era formar tecnólogos e incubar empresas tecnológicas. Pero el biólogo confiesa: “Si hubiera sabido lo difícil que iba a ser, no creo que volvería a hacerlo”.

El edificio que les asignaron estaba en un estado terrible. “Hacíamos tecnología tumbera, literalmente. En cualquier momento nos podíamos electrocutar. Había alacranes y cucarachas, hasta que un día se cayó el techo”, recuerda el investigador. En esas condiciones nació Keclon, la primera startup, que en pocos años montó su propio laboratorio como empresa independiente y empezó a construir su fábrica. Pero el Iprobyq estuvo cerrado durante tres años. “Lo reabrimos los profesores y los alumnos en 2022, en un lugar alquilado fuera de la universidad, con dinero del Conicet y apoyo de la provincia de Santa Fe. En dos años incubamos 9 startups más, varias consiguieron capital de riesgo privado. En total creamos más de 100 puestos de trabajo de calidad. ¿Cuántas empresas y divisas podríamos haber generado en el tiempo que estuvimos cerrados?”

Keclon recibió 300.000 dólares de capital inicial del programa Empretecno del Ministerio de Ciencia y Tecnologia de la Nación y 600.000 adicionales del fondo privado Pymar. Después recibió 19 millones adicionales de inversores privados para el desarrollo de su portfolio de enzimas y la construcción de la fábrica. Este año espera facturar 6 millones de dólares y llegar a 50 millones en 2027. A pesar de estos logros, Menzella dice que la Argentina “es un país suicida, que no cuida a sus científicos y empresas”. Cuando empezaron la producción tuvieron que pagar 4 millones de dólares de adelanto de IVA. “Un crédito fiscal que quedó congelado con un dólar a 6 pesos y no recuperaremos jamás. Además teníamos el cepo: el dólar estaba a 1000 pesos y nos lo pagaban a 300″. La situación actual también es muy delicada. “Lo más duro es el fuego amigo”, confiesa Menzella. “Lidiar con la burocracia, las luchas políticas y el ahogo financiero que padecen las instituciones académicas y científicas”.

Cambio cultural

Nada lo desanima. El mes pasado invitó a Daniel Salomone, actual presidente del Conicet, a conocer el Iprobyq y Keclon. “Queríamos mostrarle con datos y evidencias lo que podemos hacer por el país. Muchos investigadores jóvenes hoy quieren crear valor económico a partir de la ciencia”.

La visita logró algo que en la Argentina de las grietas insalvables parece un verdadero “milagro” (palabra poco habitual en los claustros académicos). Al regresar a Buenos Aires, Salomone decidió reglamentar una iniciativa de su antecesora en el cargo, la doctora en química Ana Franchi, aprobada cuatro días antes del cambio de gobierno por el directorio del Conicet. Permanecía “bajo estudio”. El actual gerente de vinculación tecnológica del Conicet, Sergio Romano, se comunicó con quien ocupaba su puesto durante el gobierno anterior para entender los alcances de la medida y su puesta en funcionamiento. El 8 de mayo, el Conicet reglamentó la creación de una nueva categoría de institutos tecnológicos. Al igual que el Iprobyq, tienen por finalidad formar tecnólogos y crear empresas de base científico-tecnológica.

La palabra innovación se ha puesto muy de moda, pero es necesario aclarar que no significa solo inventar algo nuevo. En términos tecnológicos y económicos, significa inventar y producir un producto, servicio o proceso novedoso que el mercado adopta rápidamente y que genera ganancias. Si no es rentable, no es innovación.

Unir la ciencia y la producción es un hito mayúsculo en la historia del Conicet, creado bajo el gobierno del general Aramburu en 1958 y dirigida por nuestro primer premio Nobel, Bernardo Houssay, quien fue expulsado de la UBA en 1943 por firmar una solicitada contra el nazismo. Durante los años de ostracismo, Houssay continuó el trabajo junto a sus discípulos en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME), laboratorio creado gracias al financiamiento de uno de sus investigadores más destacados, Eduardo Braun Menéndez.

A lo largo de estas seis décadas, a pesar de sus magros presupuestos, cambios de rumbo y excesiva politización, el Conicet y los centros de investigación de las universidades públicas que operan bajo su órbita pusieron a la ciencia argentina en el podio internacional. Hay mucho para mejorar, pero como decía Houssay: “Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.

Esperemos que el actual gobierno del presidente Javier Milei comprenda esto cabalmente y apoye con fondos suficientes la importante decisión tomada por el experto en clonación Daniel Salomone, a quien se le confió la conducción del Conicet. Si queremos que la Argentina vuelva a brillar entre las naciones prósperas, la educación, la ciencia y la innovación tecnológica deberán ser una prioridad. No hay ni una sola nación desarrollada que no sea líder en la economía del conocimiento. Este es un dato, no una opinión.

María Eugenia Estenssoro

La energía nuclear está en alza en el mundo. Argentina está perdiendo el tren.

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La quimérica tarea que representa el ambicioso objetivo de lograr la neutralidad del carbono, tal como por ejemplo pregona la Unión Europea para 2050 con su Pacto Verde Europeo o China para 2060, ha finalmente instalado con buenos ojos el desarrollo de la “alternativa nuclear” para la producción de energía.

Se ha visto que la limitada capacidad de generación de las fuentes renovables y la alta demanda mundial de electricidad ha impuesto una mirada renovada sobre la energía nuclear. En este contexto la energía nuclear vuelve al ruedo, esta vez y dadas las circunstancias como el gran salvador que va a acompañar a las renovables en la transición hacia una generación sin emisiones de carbono.

Sin dudas, el punto de inflexión para la valoración de la fuente nuclear ha sido la guerra de Ucrania, que al poner en crisis la normalidad en la provisión de gas ha dado el empujón necesario para el retorno de los átomos. El primer paso lo dio la Comisión Europea, poniendo en agenda a fines de 2021 la consideración de la energía nuclear como verde al menos hasta 2045 y ratificando esa condición al año siguiente. Luego las restricciones de gas a Europa desde Rusia, los incrementos en el precio de los combustibles fósiles y las más recientes inestabilidades en Oriente Medio han ratificaron la necesidad de “recuperar” la energía nuclear.

La dimensión de este cambio de valoración sobre la energía nuclear se sustenta en los sucesos históricos que han pesado sobre el particular. El accidente nuclear de Fukushima (Japón) en 2011, provocado por un tsunami, significó un cimbronazo para la consideración de la energía atómica, que ya generaba desconfianza desde el desastre de Chernobyl (URSS, 1986): ambos accidentes, más allá de sus singulares características, alimentaron la representación del apocalipsis en la gente y empujaron a los gobiernos de muchos países no solo a desestimar un escalamiento en el desarrollo de esta industria sino incluso a sacar de servicio activo a muchas plantas nucleares en operación. Mientras que la energía nuclear llegó a significar más del 15 % de la generación eléctrica mundial en el año 2006, actualmente su producción sólo alcanza un 10% de la matriz eléctrica global.

Con el suceso de Fukushima, naciones centrales e influyentes como Japón y Alemania le bajaron el pulgar a la energía nuclear. Los alemanes pasaron de obtener más de un cuarto del total de su energía eléctrica de la provisión de 17 reactores nucleares en 2011 (133 TWh -terawatts) a apagar sus últimas 3 unidades en funcionamiento en abril de 2023. Teniendo en cuenta un consumo nacional total de 480 TWh, los alemanes debieron recurrir a profundizar el uso del carbón hasta alcanzar un 30% de ese total (179 TWh). En Japón, que en 2011 cubría el 30% de su demanda de electricidad a partir de sus reactores nucleares, se fue reduciendo esta fuente de generación hasta representar en 2019 sólo el 6% del total de la oferta eléctrica.

Más allá de los casos mencionados, tanto Estados Unidos como China se mantuvieron expectantes después de Fukushima en cuanto al escalamiento de sus proyectos nucleares. La balanza comenzó a pesar para ambos más por el lado de recuperar e incrementar capacidades de producción atómica cuando la demanda y los precios de la energía presionaron. Ambas naciones reconocen tácitamente que mantener la preeminencia a nivel global requiere poseer unas fuentes de energía suficientes, propias y tecnológicamente soberanas que puedan sostener una proyección de poder.

Estos movimientos, eminentemente geopolíticos, revalidan la mirada temprana de los inversores: los proyectos tecnológicos sobre fusión y fisión nuclear están teniendo una fuerte consideración de los fondos de riesgo, y las inversiones en la industria atómica en todo el ciclo del combustible nuclear están bullish (compradoras), desde la extracción de uranio hasta la disposición final de residuos. A modo de ejemplo mencionamos que un reciente estudio prospectivo realizado por la plataforma Crunchbase sobre la inversión en proyectos nucleares, ubica en más de u$s3.400 millones los aportes de venture capital para financiar tecnología nuclear, tanto la relacionada con la fisión del átomo como con la fusión.

Hoy nos encontramos con una serie de firmas y proyectos que tienen una mayor consideración que años atrás, desarrollando reactores nucleares modulares y/o investigando y buscando tecnológicamente la posibilidad de hacer de la fusión nuclear una alternativa comercialmente viable. Se destacan compañías como Terra Power, General Fusion y NuScale Power, que han obtenido más fondos y más tiempo para alcanzar sus objetivos: como ejemplo, detrás de Terra Power, firma con sede en el Estado de Washington (Estados Unidos), está Bill Gates y el chaebol surcoreano SK Group, financiando el desarrollo de Natrium, una nueva tecnología de reactores modulares pequeños (SMRs), con una capacidad de generación de 345 Mw (megawatts) -los reactores tradicionales en Estados Unidos producen alrededor de 1000 Mw-. Cabe asimismo destacar que China ha sido la primera en comenzar las actividades comerciales de un SMR en diciembre de 2023, al inaugurar una planta modular de 200 Mw en la provincia de Shandong.

En este segmento del mercado tecnológico Argentina tiene una oportunidad. Entre los países que acompañan en esta ruta de desarrollo de SMRs se destacan Rusia, China, Francia, Estados Unidos, Cánada, Corea del Sur, Reino Unido y Argentina, en este último caso con una planta en construcción: el reactor CAREM, ubicado adyacente a la central de Atucha.

La Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM) viene desarrollándose desde 1984, cuando fue presentado su concepto durante una conferencia de la Organización Internacional de la Energía Atómica -OIEA-; se mantuvo en stand by hasta 2006, cuando fue relanzado dentro del Plan Argentino de Reactivación Nuclear, buscando la construcción de un prototipo de planta nuclear de cuarta generación de baja potencia: 32 Mw. Recién en 2014 se comenzó con la obra civil, que ha avanzado lentamente y en la actualidad se espera que el reactor esté en marcha entre 2028 y 2030.

Teniendo en cuenta este panorama, resulta auspicioso el reciente anuncio de asociación entre la firma INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para explorar en forma conjunta oportunidades de exportación del reactor CAREM y espolear el proyecto. Por otro lado, resultan alarmantes los anuncios de desafectación de fondos públicos por parte del Estado Nacional para la terminación del prototipo que, a todas luces es una excelente oportunidad de desarrollo de capacidades de generación de riqueza a partir de la alta tecnología, lo que se puede traducir en mayores niveles de bienestar social para Argentina.

Cabe resaltar en este sentido que el país forma parte de un pequeño club de naciones del mundo con capacidades tecnológicas en el ámbito nuclear, y ese es un activo muy relevante de cara a los objetivos globales de descarbonización y de ampliación de fuentes de energía, cada vez más demandadas por un mundo que consume más y más cada año. Sería muy perjudicial para una proyección de Argentina como potencia media, que el actual ruido político tire por la borda el trabajo ya realizado, más que nada considerando la oportunidad que se presenta para la industria nuclear argentina.

Gabriel Balbo

Director de ESPADE. Miembro del IRI-UNLP.

Un desarrollo argentino purifica el aire a partir de microalgas nativas

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Fue diseñado por Y-TEC e INBIOTEC-CONICET para absorber dióxido de carbono y generar oxígeno en entornos urbanos


El dispositivo Y-ALGAE, creado por Y-TEC junto a INBIOTEC-CONICET (Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología de Mar del Plata), es un desarrollo tecnológico orientado a contribuir con la descarbonización en entornos urbanos y plantas industriales, donde no es posible que los árboles puedan cumplir esa función.

El componente activo de Y-ALGAE son microalgas nativas del sudeste de la provincia de Buenos Aires. Se trata de organismos microscópicos que, gracias a la fotosíntesis, aprovechan la energía provista por la luz del sol (o luz artificial) para convertir CO2 (un gas de efecto invernadero y uno de los responsables del cambio climático) en O2 y biomasa, que puede reutilizarse en fertilizantes, biocombustibles, suplementos proteicos y hasta ladrillos.

El reactor Y-ALGAE es sólo la parte visible de un extenso trabajo de investigación y desarrollo sustentable, que lleva más de una década comprometido con la creación de plantas de cultivo de algas para tierras no aprovechables y entornos industriales.

La eficiencia fotosintética del cultivo de estas especies de microalgas la convierten en una alternativa muy promisoria para la captura de CO2 y estrategia de mitigación del cambio climático, sobre todo en lugares donde por cuestiones de urbanización y/o climáticas no es posible la forestación.

Una tecnología muy versátil que permite, además, el aprovechamiento de aguas residuales o de producción y que favorece una economía circular, en el aprovechamiento de su biomasa como fuente de energía limpia.

Estación Alcorta de YPF
En paralelo al desarrollo piloto de reactores para el cultivo algal, se diseñó un dispositivo optimizado para adecuarlo a su exposición en entornos urbanos. El primero de ellos se encuentra emplazado en la estación Alcorta de YPF, ubicada en la Avenida Figueroa Alcorta y Echeverría en la ciudad de Buenos Aires.

El dispositivo está diseñado para operar utilizando agua de lluvia colectada desde los techos de la estación de servicio. Una vez sembrado con las algas y luego de haber crecido, las células se separan y la mayor parte del agua puede reutilizarse como agua de riego, o eventualmente, se puede reciclar para comenzar un nuevo ciclo de cultivo. La biomasa decantada y colectada puede ser utilizada de manera casi inmediata como material de construcción de pequeños objetos, tales como macetas, o como fertilizantes potenciados
para plantas ornamentales en el mismo espacio urbano. Esto garantiza un ciclo productivo sustentable.

«EE.UU. actualiza su política sobre la Antártida y hace advertencias».

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El presidente norteamericano, Joe Biden, firmó el viernes un memorándum que actualiza la política de Estados Unidos sobre la Antártida en un esfuerzo por protegerla de los efectos del cambio climático.

El memorándum se publicó luego de que esta semana circularan informes sobre el descubrimiento de vastas reservas de petróleo y gas por parte de Rusia en una zona del territorio antártico reclamada por Chile, Argentina y Reino Unido. La Casa Blanca no aclaró si está relacionado, pero advirtió que sigue atenta a países que pueden provocar “discordia internacional” en la región antártica.

El memorándum de seguridad nacional reemplaza la política de 1994 sobre el Ártico y la Antártida y establece objetivos clave mediante los cuales Estados Unidos liderará y participará en actividades a través del Tratado Antártico, del que la Argentina es firmante.

El Tratado Antártico ha mantenido con éxito la paz en la región antártica al congelar reclamos territoriales en conflicto, prohibir actividades militares que no sean en apoyo de la investigación científica o para cualquier otro propósito pacífico, priorizar la ciencia y la protección ambiental sobre los intereses comerciales, prohibir la minería con fines no científicos. y promover la transparencia y la cooperación”, señaló la Casa Blanca

“También proporciona herramientas para verificar el cumplimiento de estas ambiciosas disposiciones, herramientas que Estados Unidos ha utilizado más que cualquier otro país, habiendo realizado 15 inspecciones no anunciadas de instalaciones en la Antártida

Seguimos atentos a acciones de países que podrían amenazar los intereses nacionales de Estados Unidos al traer discordia internacional a la región antártica. Estados Unidos trabajará con socios internacionales a través del Tratado Anártico para promover la paz y la ciencia en la región, y promover la cooperación internacional al tiempo que salvaguarda los intereses nacionales de Estados Unidos.

La nueva política tiene cuatro objetivos principales: proteger el medio ambiente antártico “relativamente virgen” y los ecosistemas relacionados; preservar y buscar oportunidades para la investigación científica y comprender la relación de la Antártida con el cambio climático; mantener la Antártida como una región de cooperación internacional pacífica; y garantizar la protección de los recursos vivos y los ecosistemas de la región.

Turistas en la Antártida occidental
Turistas en la Antártida occidentalJuan Barreto – AFP

Según el memo, las investigaciones realizadas por Estados Unidos y otros países continúan demostrando los daños del cambio climático global en la región antártica, incluso a través del calentamiento y la acidificación de los océanos, el agotamiento de la capa de ozono, el aumento del nivel del mar y la contaminación del aire y el agua.

La investigación estadounidense también ha revelado los riesgos e incertidumbres de los “puntos de inflexión” climáticos, como el colapso de la capa de hielo de la Antártida occidental.

Estados Unidos dijo que seguirá alentando a los países a establecer contribuciones “ambiciosas” determinadas a nivel nacional para 2035 en virtud del Acuerdo Climático de París para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius y establecer un sistema de áreas marinas protegidas en la Antártida.

La política actualizada se basa en el compromiso de la administración Biden-Harris de modernizar las políticas climáticas y ambientales obsoletas, según informó la Casa Blanca.

Hallazgo

El diario británico The Daily Telegraph informó esta semana que parlamentarios británicos tienen temores de que Moscú intente extraer petróleo de una parte de ese territorio austral. Informes presentados en una comisión de la Cámara de los Comunes del Reino Unido revelaron que Rusia halló reservas estimadas en unos 511.000 millones de barriles de petróleo, lo que equivale a aproximadamente diez veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años, el doble de las reservas de Arabia Saudita o 30 Vaca Muerta juntas.

El descubrimiento realizado por buques de la empresa rusa Rosgeo en el mar de Weddell ha despertado temores de que Moscú esté realizando exploraciones petrolíferas y de gas, e inspeccionando el continente con fines militares.

Si bien la Antártida no está gobernada por nadie, países como Reino Unido, Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda han reclamado históricamente partes de su territorio.

Elecciones en Europa: avance de los conservadores.

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Las elecciones de eurodiputados, entre el 6 y 9 de junio, parecen encaminarse a un aumento de la representación de la extrema derecha, pero las previsiones anticipan una victoria para los conservadores. La socialdemocracia, que no pasa por su mejor momento, seguirá teniendo un papel en el próximo periodo legislativo, en medio de la probable caída de liberales y verdes. La gran pregunta es si la derecha buscará alianzas con los radicales y hasta qué punto esto puede alterar las identidades políticas sobre las que pivotea la Unión Europea.

Durante los últimos meses, han corrido ríos de tinta sobre el ascenso de las derechas radicales en Europa. No es para menos. En las próximas elecciones para el Parlamento Europeo, del 6 al 9 de junio, los partidos pertenecientes a esta familia política pueden ser la primera fuerza en ocho países, entre ellos dos de las cuatro principales economías de la eurozona: Francia e Italia. Además, también mejorarán sus resultados en otros Estados donde su fuerza era limitada, como Alemania, Rumania o Portugal, lo que aumentará considerablemente el tamaño de sus grupos en la Eurocámara: Identidad y Democracia (ID) y Conservadores y Reformistas Europeos (CRE). El primero congrega a partidos como Hermanos de Italia (de Giorgia Meloni), Ley y Justicia de Polonia, Vox de España, Demócratas de Suecia y el Partido de los Finlandeses. El segundo, a Agrupación Nacional de Marine Le Pen, La Liga de Italia, Alternativa para Alemania y el Partido Popular Danés. Al crecimiento de estos dos bloques hay que sumarle las pérdidas de grupos parlamentarios claves en la agenda europea de estos años como los socialdemócratas, los verdes o los liberales. 

Según las pocas encuestas publicadas con estimaciones de escaños, los socialdemócratas obtendrían entre 136 y 145 asientos de los 720 que compondrán este año el Parlamento, entre 9 y 18 menos que en 2019. Seguirán siendo, no obstante, la segunda fuerza y tendrán un papel clave en el tablero europeo, pero los pronósticos son una nueva llamada de atención tras una década en la que sus resultados no han hecho más que empeorar.

Los verdes también llegan tocados a estas elecciones. Por un lado, la reacción agrarista a las políticas de transición ecológica ha hecho que en países como Francia o Países Bajos aumente la hostilidad de algunos sectores sociales hacia estas formaciones. Y por otro, las ambiguas posiciones de algunos de sus miembros frente a la masacre perpetrada por Israel en Gaza aleja a parte de su base social, ya que según reflejan los datos, en la mayoría de países europeos los jóvenes son el grupo más comprometido con la causa palestina. 

Tampoco llegan mejor los liberales, a quienes el auge de la derecha radical también les está pasando factura. Si a esto le sumamos el bajo momento de Emmanuel Macron, el principal representante de esta corriente articulada en el grupo Renovar Europa, la desaparición del partido Ciudadanos en España o la complicada experiencia de gobierno del Partido Democrático Libre en la «coalición semáforo» que gobierna Alemania, el 9 de junio se les plantea un panorama muy poco alentador. 

El espacio ubicado a la izquierda de la socialdemocracia (La Izquierda), que obtuvo 41 parlamentarios en 2019 (y son actualmente 39), parece resistir (aunque desde una posición minoritaria) gracias a la mejora de los resultados en países como Bélgica, Irlanda u Holanda, pero su situación también es frágil y según algunos sondeos también perdería escaños. Espacios claves en la última década como La Francia Insumisa, Unidas Podemos en España o Syriza en Grecia transitan momentos de debilidad, mientras que, en Alemania, el fenómeno de Sahra Wagenknecht, una escisión de la izquierda con posiciones antiinmigración y antiprogresistas, podría incluso borrar del mapa a Die Linke (La Izquierda), otro habitual en el grupo de la izquierda europea.

Quienes parece que aguantarán mejor la tempestad son los conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), que constituirían la primera fuerza, con unos resultados parecidos a los de 2019 (alrededor de 177 diputados). Este grupo contiene, entre otros, al Partido Popular español, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, Los Republicanos de Francia y el Partido Moderado de Suecia. Los populares tendrán la llave de la gobernabilidad, ya que a la hora de pactar podrán armar consensos amplios con socialdemócratas, liberales y verdes, como han hecho hasta ahora, o mirar hacia su derecha: CRE e ID. Algunas figuras importantes dentro del espacio, como la presidenta de la Comisión Europea y candidata a la reelección Ursula von der Leyen, se han mostrado abiertas a una posible colaboración con el grupo CRE, lo que supondría un paso más en la normalización las derechas radicales.

Ante este panorama, numerosas voces han señalado que estas elecciones podrían suponer un cambio de paradigma en la Unión Europea. Según los más pesimistas, la «gran coalición» entre conservadores y socialdemócratas que hasta el momento ha gobernado la Unión podría verse por primera vez en peligro y dar paso a un pacto de los populares con los grupos de extrema derecha. Este giro supondría un cambio sin precedentes en el continente, pero ¿es en verdad factible este pacto?

Por el momento, hay al menos dos cuestiones que lo dificultan y que hacen que lo más probable sea que el PPE opte por la geometría variable antes que por un pacto cerrado con los ultras. Es decir, que mantenga la gran coalición a la hora de elegir los principales cargos y marcar las líneas generales de la política europea, pero que gire hacia su derecha a la hora de impulsar o frenar determinadas medidas. 

La primera cuestión por la que este escenario parece más probable es numérica. La extrema derecha va a aumentar notablemente su peso parlamentario, pero aun así sigue siendo muy complicado que la suma con los conservadores les alcance para lograr una mayoría absoluta. Según las estimaciones de IPSOS y Politico, la suma de las tres derechas (del PPE más los dos grupos radicales) quedaría ligeramente por encima de los 330 diputados. Es lejos de los 361 de la mayoría absoluta y más lejos aún de los 398 que sumaría la gran coalición con socialdemócratas y liberales, que podría aumentar hasta los 450 escaños si se incorporan los verdes. 

Además, este acuerdo de derecha no sería tan sencillo, ya que el pacto con el grupo ID, tradicionalmente más radical y euroescéptico que los CRE, sería complicado de digerir para algunos dirigentes populares. Cuestiones como el atlantismo o el apoyo inquebrantable a Ucrania son líneas rojas para el PPE, como ya han señalado dirigentes como Von der Leyen. 

Por tanto, aunque en el PPE cada vez son menos quienes tienen reparos en pactar con figuras de los CRE como Giorgia Meloni, el acuerdo entre todas las derechas parece lejano. Tampoco sería plausible excluir a Identidad y Democracia de la ecuación y sumar a los liberales a la alianza con CRE: la semana pasada los liberales firmaron un acuerdo contra la normalización de la extrema derecha en las instituciones del que se ausentó el PPE. Si quieren gobernar Europa con la ultraderecha, los conservadores se encuentran solos y con unos números que de momento están lejos de la mayoría absoluta.

La segunda cuestión es estratégica, y es que probablemente el PPE preferirá no cerrar ninguna puerta y jugar a dos bandas durante la legislatura. Esta geometría variable colocaría a los conservadores en una posición de pivotes, ya que podrían elegir hacia dónde inclinan las políticas europeas, pactando en algunas ocasiones con liberales y socialdemócratas y en otras con la derecha radical. De este modo, los conservadores se convertirían en el actor central de los próximos cuatro años, el único con verdadera capacidad de decidir el rumbo de la política europea. 

Pero la presencia de una extrema derecha cada vez más numerosa en el Parlamento Europeo es peligrosa no solo por lo que pueda pactar con el PPE, sino por su capacidad de desplazar hacia la derecha los ejes de la política europea en temas como la política de asilo o la transición ecológica. No se trata tanto de las medidas que el PPE pueda aprobar con sus potenciales socios ultras, sino de la legislación que pueda frenar y del impacto que esto pueda tener en la elaboración de políticas públicas en el seno de la Unión. En un momento en que se necesita decisión y convicción para afrontar los graves problemas ecológicos y sociales del futuro, la presencia de una derecha radical en alza añade incertidumbre y puede torpedear las respuestas de las instituciones europeas a estos retos. 

El ejemplo más claro es la normativa en materia de transición ecológica, en la que la competencia entre derecha y extrema derecha por el voto rural podría llevar a un frenazo en la agenda verde europea. El Partido Popular busca seducir a estos sectores a los que la extrema derecha ha conseguido politizar en contra de las medidas para hacer frente al cambio climático y teme que los pactos con socialdemócratas, liberales y verdes en esta materia lo perjudiquen electoralmente. Este es uno de los puntos en los que el equilibrismo de los populares puede tener consecuencias más graves.

No obstante, aunque la derecha radical contará con más fuerza que nunca, la realidad es que la situación después del 9 de junio no será tan distinta a la actual: el PPE ya se ha alineado en varias ocasiones con la extrema derecha. La alianza de populares y radicales ya estuvo a punto de tumbar algunas medidas claves de la agenda verde como la Ley de Restauración de la Naturaleza, que salió aprobada por un estrecho margen. Y en el caso de otras normas, como el Pacto sobre Migración y Asilo, también se ha podido ver cómo se incorporaban algunas demandas de la extrema derecha, a pesar de no contar con su voto favorable por no ser lo suficientemente restrictivo.

En el PPE seguramente se queden satisfechos con el resultado al no tener que enfrentarse –aún– al dilema de elegir entre una alianza con la derecha radical o una «gran coalición». Esa pantalla todavía está lejos, pero la dinámica de cooperación/competencia entre populares y radicales puede terminar causándoles problemas en el mediano plazo. Si el PPE cede al empuje de la derecha radical en temas sociales y ecológicos, y por un puñado de votos legitima el discurso antiinmigratorio o la revuelta antiecologista del agro, este bumerán político puede terminar volviéndose en su contra. Y es que puede haber un momento en el que la gente prefiera el original a la copia. 

Probablemente, el nuevo periodo legislativo que comience tras las elecciones europeas no sea el del pacto con la extrema derecha, pero sí el de la consolidación de esta última como actor político en el tablero europeo. El peligro no es tanto que Meloni o cualquiera de sus aliados termine de comisario europeo, sino que las políticas de la Unión se parezcan cada vez más a lo que desea la primera ministra italiana. Ese es el verdadero poder de la extrema derecha: la penetración de sus postulados en la esfera política incluso cuando no es ella quien ostenta el poder. 

Jaime Bordel Gil

¿Petróleo en la Antártida? Qué debemos hacer los argentinos

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Reproducimos esta importante entrevista de Agencia Paco Urondo a Manuel Valenti Randi es Director de OCIPEx y María Laura Civale es Responsable grupo de trabajo Malvinas, Antártida, Atlántico Sur y Cuenca del Plata de OCIPEx.

¿Es nuevo el descubrimiento de recursos petroleros y gasíferos en la Antártida? 

Desde la década del 1970 se realizaron estudios de prospección petrolera en la Antártida, tanto en el continente como en el Mar de Weddell. Por lo tanto la respuesta a la pregunta es no. Por ese entonces, el interés provenía principalmente de EEUU y Gran Bretaña para estudiar la posibilidad de explotar recursos petroleros en el continente blanco, ya que existían distintos conflictos en Medio Oriente que dificultaban el acceso a dichos recursos. Los estudios mostraban que la Antártida podía poseer dichos recursos al estar dentro de las mismas cuencas que poseían recursos en la costa de África, Brasil, el Mar Argentino, la Cuenca de Malvinas y el Atlántico Sur1. 

Este interés llevó a la negociación en la década del 70 y 80 de un acuerdo para la explotación petrolera y minera en el continente antártico entre todos los países que formaban parte del Tratado Antártico, incluido la Argentina. Esta fue denominada “Convención sobre la Regulación de las Actividades asociadas a los Recursos Minerales Antárticos” la cual fue firmada en 1988, pero nunca fue ratificada.

Un estudio de 1991 del Servicio Geológico de EEUU realizó una estimación de recursos de  19 mil millones de barriles de petróleo recuperable y 106 billones de pies cúbicos de gas, que equivalen a 3 billones de Mm3 de gas, equivalente a 36 mil millones de barriles de ´petróleo, fundamentalmente en el Mar de Weddell, dentro de la Antártida Argentina2. Estos datos son muy similares a los que hoy se difunden como las supuestas reservas encontradas por Rusia.

¿Se puede explorar y explotar hidrocarburos en la Antártida?

Ese mismo año, en 1991, por acuerdo de todos los países miembros del Tratado Antártico se firmó el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (1991), que prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales e hidrocarburíferos, dejando a salvo la investigación científica. Es importante remarcar la diferencia entre la investigación científica propiamente dicha respecto de la prospección con el potencial fin de explotación. Esta última actividad es la que ha dado lugar a suspicacias respecto de las actividades rusas en la Antártida.

¿Es real que Rusia descubrió petróleo en la Antártida?

Hasta el día de hoy no hay información oficial del gobierno ruso sobre estos supuestos hallazgos. Una de las fuentes citadas es la cuenta de Twitter BRICSNews, que no es un órgano oficial de difusión. Si fuera real la realización de prospección con el objetivo de cuantificar reservas hidrocarburíferas explotables con fines comerciales, la Federación Rusa estaría incumpliendo el Protocolo Ambiental que suscribió. Otra cosa es que un país, como cualquier otro que realiza actividades científicas en la Antártida, encuentre la presencia de hidrocarburos o minerales en el marco de sus investigaciones.

Es importante aclarar que más allá que la tecnología evolucionó mucho y ya se explota petróleo en el Ártico, las condiciones no son iguales en la Antártida3. Los mayores costos logísticos, la gran distancia de los principales centros de consumo, y las mayores dificultades para su potencial explotación, implican altos costos. Además, la situación jurídica del Ártico es muy diferente a la que rige en la Antártida, donde no existe un tratado internacional con las características que distinguen al Tratado Antártico.

Entonces, ¿por qué se afirma esto? El 22 de febrero el Departamento de Estado de EEUU, al cumplirse dos años del inicio del conflicto en Ucrania, publicó una nueva lista de sanciones a entidades, bienes y personas rusas. Dentro de esas empresas sancionadas se encuentra ROSGEO, “un holding geológico multidisciplinario de propiedad estatal rusa que ofrece servicios de exploración geológica. Dentro de Rusia, ROSGEO y sus subsidiarias realizan una variedad de servicios geofísicos en la búsqueda y exploración de campos de petróleo y gas.” 4

Según la página de ROSGEO, hace al menos cuatro años se completaron exploraciones geofísicas marinas integrales en el marco de la 65° Expedición Antártica Rusa en el Mar de Riiser-Larsen, dentro del sector que reclama Noruega en la Antártida. Allí encontraron, al igual que en estudios anteriores de otros países, evidencia de la presencia de recursos petroleros y gasíferos5.

Dentro de ROSGEO se encuentra el JSC Polar Marines Geosurvey Expedition (PMGRE) que, según el Departamento de Estado, se dedica a la exploración y prospección de minerales. Esta empresa también realiza acciones científicas con sus buques en la región antártica como el Mar de Weddell. Sin ir más lejos, el barco que realiza dichas actividades es el Akademik Karpinsky que también se encuentra sancionado. En el documento estadounidense no se aportan pruebas específicas de actividades irregulares del buque ruso en la Antártida.

Este buque recala en Sudáfrica para sus operaciones. Por esta razón el medio sudafricano Daily Maverick sacó numerosas notas desde el 28 de febrero6 en adelante denunciando las supuestas actividades ilícitas en la Antártida del buque ruso en el Mar de Weddell. Este territorio es parte de la Antártida Argentina y es reclamado por el gobierno británico como propio, fundado en la proyección territorial de la ilegal e ilegítima ocupación sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Es importante recordar, en este contexto, que tanto Rusia como Sudáfrica son parte del bloque BRICS.

Esta información fue recopilada por la Cámara de los Comunes del Reino Unido de Gran Bretaña, que a través del Comité de Auditoría Medioambiental7 pidió informes específicos a especialistas en política antártica y convocó a miembros de la Cancilleria y del Departamento de Regiones Polares británicos, entre otros. 

¿Qué respondieron los especialistas y funcionarios británicos?

Klaus Dodds, quizás el principal especialista en geopolítica antártica, planteó en un escrito que “Existe la preocupación de que Rusia esté recopilando datos sísmicos que puedan interpretarse como prospección y no como investigación científica. (…) Al parecer, el buque ruso responsable de las actividades, el Akademik Karpinsky, está financiado por un programa estatal organizado por la empresa estatal rusa Rosgeologia”8. Sin embargo, no aporta respaldo documental ni fuentes primarias a esta afirmación potencial de que Rusia habría realizado prospecciones con fines comerciales y no científicos.

Cuando le consultaron al viceministro de exteriores, David Rutley, que su departamento había decidido confiar en las garantías rusas de que sólo estaba realizando investigaciones científicas, agregó: “Rusia ha reafirmado recientemente su compromiso con los elementos clave del tratado”9.

Por su parte, la directora de las regiones polares del Reino Unido, Jane Rumble, dijo que “no hay ninguna evidencia que apunte a una violación del tratado. Se necesitarían equipos diferentes entre la topografía y la explotación real, para que no haya un cambio”. La funcionaria aclara que “Rusia ya ha sido abordada sobre este tema antes y, de hecho, ha asegurado a la RCTA (Reuniones consultivas del Tratado Antártico) en múltiples ocasiones que se trata de un programa científico, por lo que lo mantendremos bajo revisión”10. 

El parlamentario McMorrin instó a Rutley a revisar las preocupaciones y presentarlas en la Reunión Consultiva del Tratado Antártico que se realiza a fin de mes en la India.

¿Por qué se difunde esta “noticia”?

La Antártida ha sido objeto de puja en distintos períodos de la historia y nunca fue ajena al orden internacional imperante. Desde comienzos del siglo XX cuando se llevaron a cabo las primeras expediciones a fin de explorar el continente, hasta mediados de ese siglo cuando a raíz de la formulación de reclamos territoriales y en paralelo al desarrollo de la Guerra Fría y su consecuente orden bipolar, se vislumbró la necesidad de regular el continente obedeciendo a una lógica de seguridad internacional. 

Del mismo modo, una vez más la disputa geopolítica mundial se expresa en el escenario antártico. Esto está conectado a la estrategia de la alianza angloestadounidense en el Atlántico Sur y la Antártida, que se cristalizó hace poco más de un mes con la visita de Laura Richardson a Ushuaia, la preocupación sobre “la pesca ilegal china” en el Mar Argentino y las sospechas de un potencial “uso militar” de la base espacial china en la provincia de Neuquén. 

A esto le sumamos que el conflicto ruso-ucraniano también se ha expresado dentro de las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico, hecho inédito si tomamos en cuenta que se trata de un ámbito, que a diferencia de la Asamblea General de Naciones Unidas, históricamente fue ajeno a los conflictos por parte de los representantes de los Estados Parte. 

¿El Tratado Antártico qué función cumple?

Además de la prohibición de actividades relacionadas con la explotación de minerales anteriormente señalada, es importante puntualizar algunas cuestiones que suelen divulgarse de manera confusa:

Además del Tratado Antártico de 1959, se adoptaron otros 3 instrumentos conexos que regularon otros aspectos de la Antártida a lo largo del tiempo: la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (1972), la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980) y el Protocolo sobre Protección de Medio Ambiente (1991). Por esto, se habla de “Sistema del Tratado Antártico” (STA). 
El Tratado Antártico y sus instrumentos conexos no tienen fecha de vencimiento. Sí es posible hacer modificaciones y enmiendas, pero bajo ciertos requisitos. Se suele mencionar el año 2048 como punto cúlmine, pero ello refiere a la posibilidad de revisión del Protocolo sobre Protección de Medio Ambiente que cumplirá 50 años de su entrada en vigencia. Eventualmente, en ese caso, podrían realizarse modificaciones, pero requiere una mayoría específica para su adopción (incluyendo ¾ Partes Consultivas) que lo hace de difícil cumplimiento. 

El Art. 4 del Tratado Antártico (1959) hace referencia al status de las reclamaciones territoriales. Es importante aclarar que este artículo, también conocido como “cláusula paraguas”, mantiene inalterados los reclamos territoriales del continente. Esto quiere decir que no se han resuelto las reclamaciones formuladas por únicamente 7 países a lo largo de la historia (más las reservas a realizarlo en un futuro por parte de Estados Unidos y hoy la Federación Rusa); por ende, no dejaron de existir. En pos de la utilización pacífica de la Antártida y la investigación científica, quedaron “pausadas/congeladas” y no se admiten nuevos reclamos ni ampliaciones de los formuladas con anterioridad. 

Las decisiones del Tratado Antártico se toman en las mencionadas “Reuniones Consultivas del Tratado Antártico”, donde únicamente participan con voz y voto las Partes Consultivas (los países signatarios originales del Tratado y los que posteriormente demostraron interés científico) y las Partes Adherentes (el resto de los países que no demuestra este interés no forma parte de la toma de decisiones). Actualmente hay 29 países que se consideran Partes Consultivas y otros 27 países que son Partes Adherentes. En relación a lo sucedido, se pone a prueba el sistema de toma de decisiones del STA, donde nuestro país participa activamente en cumplimiento de los objetivos primordiales del Tratado Antártico. 

¿Y Argentina?

Nuestro país es uno de los signatarios originales del Tratado y tiene una extensa historia en la Antártida, siendo el país con más presencia prolongada e ininterrumpida en dicho continente desde 1904. 

El sector reclamado por Argentina comprende los meridianos 25° y 74° de longitud Oeste, desde el paralelo 60° de latitud Sur hasta el Polo Sur. Nuestro reclamo se superpone con el de otros dos países: Chile y el Reino Unido. Es relevante puntualizar que junto con Chile, desde la década del 50, existen declaraciones conjuntas en las que se produjo el reconocimiento mutuo de soberanía. 

Respecto del Reino Unido, la pretendida porción abarca totalmente al Sector Antártico Argentino y la disputa con este actor se repite apenas un poco más al norte de la Antártida, donde se encuentran implicadas las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, junto con los espacios marítimos correspondientes, en el marco de una controversia que lleva casi dos siglos pendiente de resolución. 

En el contexto actual caracterizado por la disputa de varias potencias en la configuración de un nuevo orden internacional, cuya presencia se acentúa cada vez más en el Atlántico Sur y la Antártida, resulta indispensable el resguardo de los espacios vitales de nuestro país mediante la implementación de estrategias de largo plazo en nuestra política exterior y con un modelo económico que tienda al desarrollo de nuestras capacidades con el objetivo de defender el interés nacional. 

Referencias:

1 pubs.usgs.gov/of/1991/0597/report.pdf

2  Ídem.

3 El Ártico, al tratarse de un océano congelado, se encuentra regido sustancialmente por el Derecho del Mar, a la vez que existen controversias en relación a la delimitación de los espacios marítimos entre los Estados que tienen proyección al Ártico (Plataforma Continental, Zona Económica Exclusiva). La Antártida es un continente con un sistema jurídico específico y con otros actores involucrados.

4 www.state.gov/imposing-measures-in-response-to-navalnys-death-and-two-years-of-russias-full-scale-war-against-ukraine/

5 rusgeology.ru/en/press/news/rosgeologiya-vypolnila-issledovaniya-geologicheskogo-stroeniya-i-neftegazovogo-potentsiala-shelfa-an/

6 www.dailymaverick.co.za/article/2024-02-28-us-sanctions-target-russian-ship-surveying-for-antarctic-oil-and-gas-via-cape-town/ y www.dailymaverick.co.za/article/2024-05-09-russias-antarctic-prospecting-links-via-sa-warrant-deeper-scrutiny-hears-uk-westminster-inquiry/

7 committees.parliament.uk/committee/650/environmental-audit-subcommittee-on-polar-research/

8  committees.parliament.uk/writtenevidence/124548/pdf/

9 www.dailymaverick.co.za/article/2024-02-28-us-sanctions-target-russian-ship-surveying-for-antarctic-oil-and-gas-via-cape-town/

10 www.dailymaverick.co.za/article/2024-02-28-us-sanctions-target-russian-ship-surveying-for-antarctic-oil-and-gas-via-cape-town/

Un portaaviones nuclear de EE.UU. y otros buques de la OTAN llegan a Puerto Belgrano

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Con la dirección del portaaviones nuclear George Washington, la tercera joya atómica de la America’s Navy de Estados Unidos, una veintena de instructores también extranjeros y la participación de las armadas de cuatro países de la OTAN, comenzará en la argentina Base Naval Puerto Belgrano la primera fase de la Southern Seas 2024, el décimo ejercicio de tal tipo ordenado por la IV Flota del Comando Sur norteamericano. Marinos de siete países sudamericanos, entre los que no estará Brasil, y de cuatro de extrazona, entre los que estará Gran Bretaña, abrirán el próximo 29 de mayo el tramo Passex de estas maniobras que se desarrollarán en el curso del año. El presidente Javier Milei será quien dé luz verde al inicio de las acciones, seguramente enfundado en un flamante uniforme de combate de la armada.

Según la página web del Pentágono de Estados Unidos, hasta ahora única voz oficial de la Southern Seas, Milei “recibirá con honores especiales” al submarino nuclear, que el 25 de abril zarpó de su base de Norfolk, la más grande del mundo, situada en el Estado atlántico de Virginia, escoltado por el destructor de misiles guiados USS Porter y el buque de abastecimiento USS John Lenthall. En Puerto Belgrano lo esperarán oficiales de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay y Uruguay junto con los de Gran Bretaña, Canadá y Países Bajos, para iniciar “este operativo que proporcionará la ocasión de mejorar la interoperatibilidad y crear confianza con las fuerzas marítimas de las naciones socias”, al decir del jefe de las fuerzas navales del Comando Sur, Jim Aiken

Se ignora si el Poder Ejecutivo –Ministerio de Defensa y la cancillería– cursó al Congreso el pedido de admisión imprescindible para el ingreso de tropas extranjeras, que al menos en el caso de Estados Unidos tiene por norma incluir una garantía de inmunidad. Es decir, que bajen en los puertos para distenderse libremente y quedar exentos de imputación en caso de incurrir en excesos. Según palabras de Aiken en la web del Pentágono, oficiales y soldados esperan “visitar varios lugares espectaculares en América del Sur, ya que los efectivos de la marina estadounidense no suelen ir y ver esta parte del mundo”.

En lo que el Comando Sur dirigido por la generala cuatro estrellas Laura Richardson, gestora e ideóloga de estas maniobras, observa como “la gran novedad de las Southern Seas 2024”, un equipo internacional de aproximadamente una veintena de oficiales de Estados Unidos y los tres invitados de la OTAN ofrecerá instrucciones a bordo del George Washington. Los acompañarán instructores del US Naval War College (el llamado “hogar del pensamiento” de la armada norteamericana) y trabajarán con el personal embarcado del Destroyer Squadron 40 (ejecutor de la estrategia marítima norteamericana al brindar apoyo táctico a las operaciones navales en el área de responsabilidad del Comando Sur).

Con la clara idea de señalar la importancia que el Pentágono le da a este tipo de ejercicios con sus “socios”, como define a lo que en realidad son sus aliados, es ilustrativo acercarse a su página web. Allí resalta el significado del portaaviones nuclear, al que además de dar como la tercera unidad de la US Navy, le dedica un párrafo breve pero contundente. “El George Washington –dice– es una pieza clave de la fuerza naval, con pistas más adaptables y mayor capacidad de supervivencia que cualquier otra de sus características en el mundo. Su personal está siempre listo para entrar en acción, entrenado y equipado para una gran gama de misiones de mar, realizar ataques y maniobrar en el espectro electromagnético y en el ciberespacio. Ninguna otra fuerza naval del mundo tiene una unidad comparable”.

El Comando Sur cobró vida con la designación de Richardson como su jefa, en marzo de 2021 y ya desde su comparecencia ante el Senado norteamericano, para recibir el visto bueno a su nominación, que acababa de anunciar el presidente Joe Biden. En el Congreso, la generala dejó traslucir que a su rol militar –teñido por un violento y cavernario lenguaje propio de la Guerra Fría– le agregaría un cierto tono diplomático, para presionar desde ambos flancos a los gobiernos de los países dueños de las mayores reservas de litio del mundo. Así embaucó a los congresales que estaban dudosos de aceptarla para el cargo, con la garantía de que pelearía en todos los frentes para asegurarle a EE UU los recursos estratégicos –minerales, materias primas, agua– para seguir desarrollando su juego de gran potencia.

La IV Flota, hoy un engranaje clave de la política militar-diplomática norteamericana, estuvo desactivada durante casi dos décadas, hasta que en 2008 fue reactivada, durante el gobierno del republicano George W. Bush. Un analista militar de la estatal Universidad de la República de Uruguay explicó así las causas del renacer del aparato naval: “Ocurrió después de que el Pentágono analizara con preocupación el retroceso parcial de su peso político regional. La Venezuela conducida por Hugo Chávez y un potente Brasil dirigido por Lula pasaron a ser actores principales que marcaron la agenda estratégica para el continente. Y un dato no menor: el funcionamiento de la IV Flota se reflota luego de que, en aquel entonces, Brasil descubriera nuevos yacimientos petroleros en su plataforma marina”.

Las carencias que exhibirán las achanchadas marinas de guerra sudamericanas contrastarán con la opulencia de sus pares norteamericanos, por ejemplo, parte de una máquina de matar cómodamente financiada por una sociedad que no tiene muy en claro dónde van a parar sus entregas al fisco. Cada año, en tiempos de la declaración de impuestos, el Institute for Policy Studies (IPS) de Washington entrega “Tu recibo fiscal”, un informe basado en datos oficiales que muestra a qué ítems se destinan los impuestos ciudadanos. Año tras año, se confirma que los grandes beneficiarios son el Pentágono y sus empresas contratistas. El año pasado cada contribuyente, desde un niño hasta un anciano, pagó un promedio de 2974 dólares en impuestos destinados al Pentágono. De esa suma, apenas 705 dólares se destinaron a pagar el salario de las tropas, mientras 1748 fueron asignados a subsidiar a las empresas contratistas del Ministerio de Defensa. Desde la Lockeed Martin (el mayor productor de armas, aviones y artículos para matar) hasta Space Exploration Technologies Corp, el monstruo de Elon Musk orientado a fabricación aeroespacial y ofrecer servicios de transporte espacial con el fin de reducir el costo de una hipotética colonización de Marte. 

Milei y después. La Argentina que cambió

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El título que elegí se puede entender de dos maneras distintas. Por eso, empiezo por decir cuál es la que yo elijo. Muchos analistas ven a la irrupción de Javier Milei y los «libertarios» en la política argentina como un hecho nuevo e imprevisto que cambió todo, y los confirman en esa opinión estos tumultuosos cinco meses de gobierno.

Tienen razones para pensar así. ¿Quién preveía, sólo tres años atrás, que un gritón panelista de TV iba a ser presidente de Argentina?

En cambio, yo creo, y voy a tratar de convencerlos a ustedes, que la llegada de Milei a la presidencia es una de las consecuencias de 
cambios profundos que se manifestaron en este siglo. Cambios que tienen origen, sí, en un problema argentino anterior: la falta de un modelo de desarrollo económico consistente. Problema que enfrentamos al menos desde mediados de la década de los ´70 del siglo pasado, cuando el modelo de industrialización para el mercado interno y pleno empleo encontró un límite. Más o menos al mismo tiempo que empezaron a crujir los «estados de bienestar» europeos.

Pero en este siglo la falta de un modelo aceptado por una mayoría de los argentinos fue acompañada por transformaciones sociales -en parte provocadas por esa ausencia, y en otra gran parte, por causas que están acelerando esas transformaciones en la mayoría de los países del mundo. Pero que el conjunto de nuestra dirigencia política no vio, o no quiso ver.

Afirmo esto con tanta convicción porque yo también me equivoqué. Hasta hace poco más de un año pensaba, como otros estudiosos con mejores credenciales, que las dos grandes coaliciones que hegemonizaban el sistema político nacional, las versiones actuales de las corrientes que nos expresan a los argentinos desde hace casi 80 años, el peronismo y el rechazo al peronismo, daban estabilidad a la política local. No fue así.

Hoy creo que hubo algo más que la frustración con gobiernos, que la misma gente que los había votado vivió como fracasos, o como desilusiones. La sociedad argentina había cambiado, y la dirigencia – y los analistas. no nos dimos cuenta de la profundidad de ese cambio.

No es que surgieron de repente realidades que no existían antes. Nada surge de repente en las sociedades humanas. Los cambios se dan cuando esas nuevas realidades crecen.

Esbozo aquí tres de ellas.

La pobreza y la exclusión -que existieron siempre, por supuesto- vienen creciendo en nuestro país desde los ´70 del siglo pasado, y se agravaron, mucho, en la segunda mitad de los ´90.

Sucedió que en este siglo, en el breve gobierno de Duhalde, se ensayó en 2002 una solución -el Plan Jefes y Jefas (de hogar, desocupados)- para paliar esa crisis que había llegado a límites insoportables. Los gobiernos kirchneristas ampliaron y formalizaron esa red de protección, con medidas tan necesarias como la Asignación Universal por Hijo, y un variado número de políticas sociales.

El gobierno de Mauricio Macri aumentó el número de beneficiarios de esos planes, porque sus medidas económicas no favorecieron el crecimiento del empleo privado. En realidad, durante su gestión desaparecieron muchas empresas pequeñas y medianas, las que en nuestra estructura son las mayores generadoras de empleo. . Por encima de la diferencia en las políticas económicas, la gestión de Alberto Fernández continuó esa tendencia en este campo, acentuada por las restricciones que impuso la pandemia.

Estos planes sociales evitan -en la mayoría de los casos- la indigencia. Pero no sacan a ningún beneficiario de la pobreza. Ni le dan la identidad, el respeto, que en otro tiempo brindaba el trabajo formal.

Es necesario decir que surgieron, y surgen, esfuerzos dignos para organizar y valorar las tareas que hacen los excluidos de la economía formal. Que, es cierto, trabajan bastante más que un empleado con horario. Así, la llamada «economía popular». Pero depende de los subsidios del estado nacional.

Nada necesariamente negativo en eso, por sí mismo. Muchos futuristas sostienen que es el destino de la mayoría de la humanidad, a medida que las máquinas se hacen cargo del trabajo. Como sea, el punto no es lo que va a pasar, sino lo que está pasando. Una gran parte de los «incluidos» -de las extensas clases medias argentinas, en la medida que «clase media» todavía significa algo- han empezado a mirar a los excluidos como en los países europeos se mira a los inmigrantes: gente ajena, oscura, hasta peligrosa, que se aprovecha del esfuerzo de los «ciudadanos de bien», una expresión que usa mucho Milei.

El hecho que los excluidos hacen los trabajos necesarios. que los «incluidos» no aceptan, no cambia esa mirada. Los hechos no cambian los prejuicios, en general.

No es el único cambio. Ni el más novedoso. Después de todo, el prejuicio hacia los «cabecitas negras» -hoy se abrevia «cabeza»- viene de los comienzos del antiperonismo, en los ´40 del siglo pasado. Lo que sucede es que se ha extendido mucho, y se le escucha a muchos votantes del peronismo, también.

Otro de los cambios, y muy importante, es generacional. Por supuesto, esto ha sido así en toda la historia humana. Viejos papiros egipcios mencionan la falta de respeto de los jóvenes. Pero que sea esperable, no hace que deje de ser un cambio.

En este siglo, la mayoría de los jóvenes no espera -muchas veces, no busca- un trabajo permanente. Más, les es difícil conseguir un trabajo formal, si no es por vínculos familiares o «contactos». Si es de clase media -en el sentido muy amplio que lo es la mayoría de los argentinos- es probable que considere probar suerte en Europa, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda… Son (todavía) una minoría pequeña la que se decide a hacerlo, bastante menor que la suma de los inmigrantes que vienen a encontrar trabajo en Argentina. Aún si les sumamos quienes viven aquí y trabajan para empresas o clientes del exterior, aprovechando la deslocalización del trabajo en el mundo digital, son una pequeña porción de la «fuerza laboral». Pero influyen poderosamente en la actitud de los jóvenes trabajadores. Y en la realidad de las relaciones laborales.

Así, la legislación laboral y los sindicatos aparecen irrelevantes para muchos jóvenes. El sector etario donde fue más extendido el voto a favor de Milei.

Por supuesto, esto que describo es parcial. Todavía pervive mucho de la Argentina peronista. Y de la antiperonista. Y hay valores comunes que movilizan también a los jóvenes, como mostró la reciente, masiva, manifestación en defensa de la universidad pública y gratuita.

El tercer factor es, por supuesto, la economía. Resumo algo que he repetido muchas veces: el modelo económico de industrias protegidas, produciendo para el mercado interno y -en unos cuantos casos- para los países vecinos, que entre 1945 y 1975 brindó  crecimiento, casi pleno empleo y prosperidad -aunque no estabilidad- a Argentina, «cumplió su ciclo». Todos los intentos de resucitarlo han terminado en un capitalismo prebendario, proveedor del Estado o usufructuario de los «nichos» que proporciona.

Y los intentos «modernizadores», aperturistas -Martínez de Hoz, Menem-Cavallo, Mauricio Macri- terminaron en crisis más o menos severas. Nada hace pensar que no pasará lo mismo con el de Milei.

Así, la dirigencia política argentina -más precisamente, quiénes sean elegidos por la mayoría- están condenados a buscar un nuevo camino. Tanto si el gobierno actual se autodestruye en pocos meses -es posible- o dura tanto como el de Menem. Esto último me resulta difícil de creer, debo decir.

¿Hay algo nuevo, algo que aparece en este siglo, en este ciclo que yo mismo señalo se repite desde hace 50 años? Sí. Es el olvido de las consecuencias políticas de algo muy familiar a los argentinos en la segunda mitad del siglo XX: la alta, altísima inflación.

El final de la Convertibilidad, la Gran Devaluación del año 2002, provocó un salto inflacionario aún mayor que el que causó en el pasado mes de diciembre la devaluación del ministro Caputo. La dirigencia de ese momento estaba aterrada -fresca la memoria de las hiperinflaciones de Alfonsín y de los primeros años de Menem. Aún economistas «nac&pop» proponían una dolarización.

Finalmente, con medidas moderadas y prudentes se llegó a estabilizar la economía. Y luego empezó el crecimiento «a tasas chinas». Cuando estas empezaron a aminorar -siempre sucede, hasta en China- una modesta tasa de inflación parecía un precio aceptable para una política distributiva.

Claro, ya en 2022 y 2023, la inflación no era «aceptable». Pero la dirigencia argentina -en el gobierno; desde la oposición siempre se pueden plantear soluciones drásticas- estaba convencida que «ajuste» era una palabra horrible, que iba a ser rechazada por la sociedad.

Recuerdo haber discutido en esos años -siempre sostuve que la inflación era el factor que más desordenaba la vida de la gente, además de la economía- con funcionarios albertistas, cristinistas y hasta algún massista. Y su respuesta era la misma, y aparentemente sensata: «No se ganan elecciones con una política antiinflacionaria».

Hasta el próximo olvido, la lección que han aprendido todos los políticos argentinos -lo digan o no en público- es «El gobierno no gana elecciones con alta inflación».

Todo este largo texto -sin estadísticas ni ecuaciones; Pareto me llamaría «ageometroi»- es para tratar de convencerlos que es necesario empezar a pensar ya políticas económicas, sociales, de relaciones internacionales, adecuadas para la Argentina y el mundo que ya están a nuestro alrededor.

Debemos empezar por descartar la fácil asunción que Milei es una anomalía, y que una vez que este improvisado experimento «anarco-capitalista» se  autodestruya  volverá la «normalidad». Un pasado mítico anterior a 2015, o 2003, o 1945, o 1916… No hay máquinas del tiempo, compatriotas.

Abel B. Fernández

Un COVID largo puede destruir tu capacidad de ejercicio. Ahora sabemos por qué.

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Para muchas personas con COVID prolongado, uno de los principales síntomas es la dificultad para hacer ejercicio: cuando sobrepasan sus límites puede producirse un devastador ciclo de fatiga. Eso suele empeorar los resabios musculares de la enfermedad.

Esto se llama malestar postesfuerzo (MPE), y tiene iguales síntomas que la encefalomielitis miálgica, o síndrome de fatiga crónica (EM /SFC). Pero no es lo mismo.

Un estudio de Nature Communications da la explicación del bajón en el umbral del agotamiento. Lo que no da es una solución mágica. Dice que los pacientes con COVID largo sufren una serie de cambios en el reposo post-ejercicio, que incluye daño difuso y generalizado en la estructura profunda de los músculos, y alteraciones en su composición de fibras y en su metabolismo energético.

El estudio «muestra realmente el daño» casusado por el malestar postesfuerzo, afirma Lucinda Bateman, médico del Bateman Horne Center, especializado en el tratamiento de pacientes con ME/SFC y COVID prolongada. Como señala Bateman, esto incluye mostrar «la inflamación, el daño, las cicatrices, los coágulos», que se encuentran en los tejidos musculares de los pacientes con COVID prolongado. También se hallaron bajones de actividad en las mitocondrias, las organelas microscópicas que generan la mayor parte de la energía aeróbica de una célula moderna.

La respuesta sugerida al MPE: tomátelo con calma.

Malestar postesfuerzo provocado por la prueba de esfuerzo

En el estudio, los investigadores reclutaron a 25 pacientes con COVID prolongado. Todos ellos eran jóvenes -con una edad media de 41 años-, no padecían otras enfermedades preexistentes y venían cargando con una reducción significativa de su vida laboral y social. Condición de exclusión: tenían que presentar malestar postesfuerzo para ser reclutados por el estudio, afirma Rob Wüst, fisiólogo del ejercicio de la Universidad Libre de Ámsterdam y coautor del estudio.

Los participantes se sometieron a una prueba de esfuerzo cardiopulmonar en la que se les pedía que hicieran ejercicio hasta quedar exhaustos, lo que desencadenaba un episodio de malestar postesfuerzo.

Para caracterizar los cambios que experimentaba su organismo, los investigadores extrajeron sangre y realizaron una biopsia muscular una semana antes de la prueba de esfuerzo y un día después. Los resultados de estas pruebas se compararon con los de 21 pacientes sanos, que tenían la misma edad y sexo, y que sirvieron de «grupo control».

«Normalmente sabemos por todas las demás enfermedades crónicas que el ejercicio es bueno, que el ejercicio es medicina», afirma Wüst. «Sin embargo, estos pacientes empeoran». Es el mundo al revés.

Cambios en los sistemas energéticos del cuerpo

Los cambios clave que descubrieron Wust y colegas fueron diferencias en la capacidad del organismo para generar energía en comparación con los pacientes sanos. Esto incluía niveles más bajos de fosforilación oxidativa, un proceso bioquímico que produce ATP, una molécula que el cuerpo utiliza como reserva y fuente instantánea de energía «a demanda». También observaron que tras el ejercicio se producía una disminución de la actividad de las mitocondrias, las minúsculas centrales energéticas que fabrican las moléculas de ATP dentro de cada célula humana.

En la gente con COVID largo, la función mitocondrial se deteriora rápidamente tras el esfuerzo, afirma Wüst. Y los que están acostumbrados a un cuerpo que rinde y aguanta el ejercicio los hace entrar en un círculo vicioso, de nuevos esfuerzos excesivos que llevan de cabeza al colapso de la función mitocondrial y del metabolismo muscular.

Ambos grupos, el de testeo y el de control, pasaron por dos pruebas sucesivas de esfuerzo espaciadas 24 horas. En ambas se les pidió que hicieran ejercicio hasta el agotamiento.

Durante la prueba de esfuerzo del segundo día, los pacientes con malestar postesfuerzo mostraron una capacidad disminuida para fabricar energía y se agotaron mucho más rápido y con menos ejercicio que en el día anterior. Las personas sin malestar postesfuerzo hicieron cantidades de ejercicio similares ambos días, antes de «estrellarse contra la pared» (expresión de entrenadores yanquis, significa llegar al agotamiento).

El agotamiento suele ocurrir en el momento en que los miocitos (células musculares) abandonan el uso intenso de oxígeno para generar energía, y pasan a metabolismo anaeróbico, un proceso bioquímico más primitivo e ineficiente, que ocurre en el citoplasma extramitocondrial. En lugar de quemar glucosa (el combustible standard de todo miocito) y hacerlo de modo total hasta reducirla a agua y dióxido de carbono, el metabolismo anaeróbico desintegra la glucosa a medias y la reduce a ácido láctico. Cuando éste se acumula en los músculos, tiene efectos rápidamente tóxicos, los hace doler, les quita capacidad de contraerse, y es el momento en que uno «se estrella contra la pared». El metabolismo anaeróbico no da para esfuerzos prolongados.

Para los atletas entrenados, «la pared» puede llegar, por ejemplo, al final de una maratón de 41 km. En el caso de las personas con malestar postesfuerzo, aunque hayan sido atletas hasta que se contagiaron COVID, ese derrumbe sigue a actividades cotidianas, como dar una vuelta a la manzana, ducharse o hacer las tareas domésticas.

El umbral anaeróbico determina cuánta actividad se puede hacer antes de caer rendido por el agotamiento, dice Todd Davenport, investigador de la Universidad del Pacífico, cuya investigación se centra en el malestar postesfuerzo. No se funciona por encima del umbral anaeróbico durante mucho tiempo o muy bien, añade. Parte del entrenamiento de futboleros y de nadadores competitivos consiste en elevar poco a poco el rango en que el cuerpo soporta el esfuerzo anaeróbico, para ese titánico remate final que a veces decide triunfo o fracaso.

Eso se podía ver bien en las caras agotadas de la Selección Argentina en el tercer tiempo del partido contra Francia por la Copa Mundial. Y los franceses también estaban en las últimas de la anaerobiosis. Por algo les ganamos a penales.

Volviendo al tema, esta insuficiencia adquirida en la forma en que el cuerpo fabrica, almacena y gasta energía es exclusivo de los pacientes con malestar postesfuerzo. Viven en el tercer tiempo, aunque antes del COVID fueran atletas sumamente aeróbicos. Para los pacientes con otras afecciones que dificultan el ejercicio -como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la fibrosis quística- el ejercicio sigue siendo difícil, pero beneficioso. No hay pérdidas musculares fisiológicas y morfológicas inducidas por el sobreesfuerzo.

En suma, que el malestar postesfuerzo del COVID largo es algo muy raro, en términos metabólicos, pero nada infrecuente, en términos estadísticos.

Cambios en la composición de las fibras musculares

Otra diferencia clave que descubrieron Wüst y sus colaboradores fueron los cambios en la composición muscular de los pacientes con COVID prolongada. Estos individuos tenían una mayor proporción de fibras musculares de contracción rápida en comparación con los pacientes sanos.

Las fibras musculares de contracción rápida, llamadas también fibras blancas, son muy voluminosas porque tienen espacio para almacenar su propio combustible (glucógeno). Se utilizan para movimientos rápidos y explosivos, como levantar pesas o hacer piques cortos, pero no tienen aguante, se cansan rápido por acumulación de ácido láctico. Son las que buscan desarrollar los «patovicas».

En contraste, las fibras musculares de contracción lenta, o rojas, son largas, flacas y de un color rojo profundo, porque están enormemente vascularizadas y llenas de capilares, para absorber rápido el oxígeno circulante en sangre y desprenderse del dióxido de carbono generado. Queman «lo que se les tire»: glucógeno, hasta agotar su escasa carga inicial, pero luego empiezan la combustión metabólica de ese residuo tóxico, el ácido láctico.

Ese segundo quemado se produce en las mitocondrias, las organelas energéticas de las fibras musculares. En la fibra roja son muy abundantes, y degradan el ácido láctico hasta volverlo agua y dióxido de carbono, en un proceso molecular de quemado a fondo y sin llama que produce mucha más energía de un modo más sostenible. Esa energía se almacena en forma de ATP, una molécula que sirve de reserva para activar los procesos metabólicos de todo el organismo: viene a ser como el oro de respaldo en una economía como la del mundo previo a 1971. Es fácilmente fungible en todos lados, y sirve para cerrar cualquier gasto.

Las fibras rojas no sólo usan glucógeno o glucosa, sino ácidos grados como combustibles. Dada la cantidad de grasa en el cuerpo humano, mucho mayor que en otros primates, eso es como quemar no nafta ni gasoil, sino un fuel-oil de alta densidad, el hidrocarburo líquido más pesado y barato. Con la diferencia es que es una combustión mitocondrial, con enzimas, sin llama, con alto uso de oxígeno, y sin más residuos que vapor de agua y dióxido de carbono, que se expelen por los pulmones.

En las sabanas africanas, donde se fueron formando los homínidos de los cuales descendemos, particularmente el Homo erectus, el metabolismo aeróbico parece haber sido importante en las estrategias de caza de cuadrúpedos. El Homo erectus era menos veloz que sus presas, pero las cazaba por persecución prolongada hasta agotarlas, como los lobos, mucho más que por acecho o intercepción, como los felinos. Los Kung’ San, hombres modernos pero que siguen habitando ese mismo paisaje semiárido y abierto del sureste africano, siguen cazando por persecución prolongada. Si no tuvieran esas flacas musculaturas de maratonistas, deberían haber cambiado de negocio.

Estas fibras rojas generan menos fuerza, y las usamos para esfuerzos más sostenidos y predecibles: mantener la postura dorsal, caminar e incluso correr, pero distancias medias y largas, sin piques explosivos. Genética aparte, la forma de uso es el segundo determinante de las proporciones relativas de fibra roja y blanca de la gente. En los brazos de un pesista o en los muslos de un «sprinter» de 100 metros puede haber un 90% de fibra blanca, porque el esfuerzo es básicamente anaeróbico, con acumulación de ácido láctico.

Pero en las piernas de un ultramaratonista la proporción puede ser la inversa: predomina la fibra roja, porque a partir de los primeros centenares de metros de carrera, las riendas del metabolismo muscular las toman las mitocondrias, y los músculos rojos se insuflan de sangre y entran «en ciclo aeróbico». La temperatura general de todo el cuerpo sube uno o dos grados, la sudoración se activa para bajar la temperatura interna, y se entra en un estado parecido al de una fiebre sin infección.

Hay un tercer tipo de fibras intermedias, ni rojas ni blancas, rosadas, y ni que sirven para esfuerzo explosivo pero se cansan menos, aunque son menos resistentes a la fatiga que las fibras rojas. El «precalentamiento» de los futbolistas profesionales cuando salen del banco y se aprestan a entrar en juego es un intento de activar el metabolismo mitocrondrial en las tres grandes categorías de fibras musculares.

Más allá de que hay gente que nace flaca, fibrosa y casi para maratonista, y otros que vienen al mundo predeterminados para ser morrudos y fuertes, el predominio de la musculatura blanca, roja o intermedia lo deciden el cerebro y el tiempo. De acuerdo al modo de vida, las neuronas activan los músculos de modo distinto, y estos van adquiriendo mayor o menor predominio en volumen de estos tres tipos de musculatura.

Visto con ojos de economista, el trabajo muscular es insólitamente schumpeteriano: destrucción creativa. Las fibras musculares excesivamente solicitadas se rompen y generan microdesgarros, sólo visibles bajo microscopio. Pero en reposo, y máxime cuando el cuerpo sigue caliente, hay un trabajo minucioso de reconstrucción molecular y celular de cada músculo, y de transformación de células indiferenciadas en nuevos miocitos. Ésa es la base de ponerse musculoso, o al menos, fibroso.

De regreso a los que tratan de salir de un COVID largo y se quedan sin aliento con esfuerzos que antes ni registraban, el asunto es que durante la enfermedad hubo una transformación muscular solapada, y una pérdida funcional de fibra blanca. «Sabemos que es difícil cambiar los tipos de fibras en las personas y que (estos cambios) no ocurren con la inactividad», afirma Wüst. «Algo más está cambiando los tipos de fibra».

Aunque los fisiólogos no saben qué impulsa este cambio, puede ayudar a explicar parte de la fatiga que experimentan los pacientes. «Las fibras musculares de contracción rápida (es decir las blancas) consumen energía más rápido y, por tanto, se fatigan antes», afirma Wüst.

Cambios en la capacidad de recuperación del organismo

Además de los cambios en la capacidad del organismo para utilizar la energía y en la composición de las fibras musculares, Wüst y sus colaboradores también hallaron indicios de daño muscular.

En una persona sana, los músculos hacen microdesgarros difusos en el esfuerzo y se reconstruyen (con un «plus» a favor) en el reposo, y así se va fortificando con el ejercicio, dice Maureen Hanson, bióloga molecular de la Universidad de Cornell. Hanson investiga en el malestar post-esfuerzo en pacientes con COVID y ME/CFS de larga duración. «La persona sana tiene una respuesta al ejercicio, y esa respuesta es distinta de la respuesta del paciente con ME/SFC».

En varios estudios llevados a cabo por Hanson y sus colaboradores, los pacientes con COVID larga y ME/SFC muestran una capacidad disminuida para recuperarse del ejercicio. En una persona sana, el daño muscular causado por el ejercicio empezará a repararse en horas, y sigue durante días. En una persona con malestar post-esfuerzo, la reparación no ocurre y el daño por microdesgarros se va acumulando.

El estudio de Nature Communications constató ese deterioro tisular en los pacientes con COVID prolongado: signos de cicatrización muscular, inflamación y coágulos sanguíneos, tanto antes como después del ejercicio. «Vimos mucho daño muscular y signos de que había habido daño en el pasado», afirma Wüst.

«Los pacientes tienen oleadas constantes de malestar post-esfuerzo», dice Davenport, y añade que esto puede suceder con actividades diarias tan aparentemente banales como ir de compras o cepillarse los dientes.

La estrategia que por ahora dan los fisiólogos se parece un poco al «agua y ajo» de los traumatólogos cuando uno se queja de dolores post-operatorios. Hay que mantenerse bastante tiempo debajo de los nuevos límites del «crash» muscular, sin cejar pero sin forzar, y esperar que las cosas se vayan arreglando solas. Lo que sucede bastante, tras un par de años que suelen ser bastante malos. La estrategia de no cejar y ni forzar la gente con inclinaciones al spanglish la llama «pacing», traducción aproximada, «regular la cosa».

Lo dicho, agua y ajo. Hasta que sepamos más.

Daniel E. Arias

Petróleo en la Antártida: contexto geopolitico

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El navío científico ruso Alexander Karpinsky anunció que encontró indicaciones de una «vasta reserva de petróleo» en la Antártida, en la zona reclamada por Argentina y por Gran Bretaña. La Federación Rusa habría afirmado que seguirá lo estipulado en el Tratado Antártico.

El hallazgo de un gigantesco yacimiento de petróleo bajo el suelo de la Antártida, despertó interrogantes sobre cuáles serían los derechos de Rusia, como descubridor, y de otros países presentes en el continente helado para explotar eventualmente en algún momento ese valioso recurso.

El cuarto continente del mundo en superficie -después de Asia, América y África- es efectivamente uno de los lugares más anhelados del planeta. Y desde 1961 es administrado por un acuerdo internacional, el Tratado Antártico, que fue firmado el 1° de diciembre de 1959 originalmente por los siete países con pretensiones soberanas (Argentina, Chile, Reino Unido, Noruega, Australia, Nueva Zelanda y Francia) más otros cinco: Bélgica, Estados Unidos (donde se firmó el acuerdo), Japón, Sudáfrica y Rusia.

Países que reclaman soberanía en la Antártida

Países que reclaman soberanía en la Antártida

Fuente: BBC / LA NACION

Entre los países con aspiraciones de soberanía, cuatro son naciones lindantes (Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda) y tres tienen motivos históricos (Gran Bretaña, Noruega y Francia).

La Argentina, por su parte, tiene motivos geográficos y también históricos ya que fue el primer país en instalar una base permanente en la región y declarar su soberanía allí en 1904. La Base Orcadas es hoy la estación científica antártica más antigua todavía en funcionamiento. La Argentina considera la región como una extensión de su provincia más austral, Tierra del Fuego, al igual que las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.

Chile, sumó su propio reclamo años más tarde, en 1940, también sobre la base de que era una extensión natural de su territorio. La Antártica Chilena -como se la conoce allí- forma parte de la Región de Magallanes, la más austral de las 16 regiones en que se divide el país, y se superpone en partes con los terrenos antárticos exigidos por Argentina y Reino Unido.

Las otras demandas de soberanía se basan en las conquistas realizadas por famosos exploradores antárticos a comienzos del siglo XX.

El reclamo de Noruega se funda en las exploraciones de Roald Amundsen, el primero que alcanzó el Polo Sur geográfico, en 1911.

Y las pretensiones de Nueva Zelanda y Australia se basan en las gestas antárticas de James Clark Ross, quien izó la bandera del Imperio británico en territorios que fueron puestos bajo la administración de esos dos países por la Corona británica, en 1923 y 1926, respectivamente.

En tanto, Francia también reclama una pequeña porción de suelo antártico que fue descubierta en 1840 por el comandante Jules Dumont D’Urville, quien lo bautizó Tierra Adelia, en honor a su esposa.

Más allá de estos reclamos, un total de 29 países son considerados “partes consultivas”, con derecho a voz y voto (sin diferencias entre los que tienen reclamos soberanos y los que no), y un total de 35 países, incluyendo a Rusia, Alemania, Brasil, China, Estados Unidos e India, tienen bases permanentes en el continente blanco.

Sin embargo, el lugar no pertenece a nadie. Y de hecho el tratado no reconoce privilegios ni diferencias entre los países firmantes que reclaman soberanía, según establece su artículo IV.

“Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar un reclamo de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevos reclamos de soberanía territorial en la Antártida, ni se ampliarán los reclamos anteriores, mientras el presente tratado se halle en vigencia”, señala.

El tratado, firmado en el contexto de la Guerra Fría, buscó evitar una escalada militar, afirmando que “es en interés de toda la humanidad que la Antártida continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional”.

El pacto congeló los reclamos territoriales existentes y estableció que la Antártida se convierta en una reserva científica internacional.

En total, 52 naciones forman hoy parte del Tratado, aunque solo las 29 que realizan “actividades de investigación sustanciales” tienen poder de voto y pueden tomar decisiones sobre el presente y futuro de la Antártida.

Comentario del Dr. Mariano Memolli:

Estuve haciendo una búsqueda ampliada sobre este tema.

La prospección por sísmica marina y con zonda multi haz (multibeam) la han realizado muchos países y lo han presentado cómo estudios del lecho marino para las Áreas Marinas Protegidas cuan realidad realizan prospección de hidrocarburos y minerales. Rusia entre ellas.

Me llama mucho la atención que el buque ruso inició su campaña de investigaciones en 2020 y nada de esto se publicó entonces. Hoy, en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania, a pocos días del inicio de la Reunión Consultiva del Tratado Antártico, medio británicos publican esta noticia que bien podría expresar la preocupación por la prospección realizada por la propia monarquía británica.

Ningún medio ruso (a los que tuve acceso) levantó la noticia como un descubrimiento importante, los que leí hacen referencia a la noticia de The Telegraph.

La discusión en el parlamento británico contó con el asesoramiento del Prof Klauss Dodd, un académico con profundo rechazo a la posición Argentina, este profesor es quien asesora a los británicos sobre este hecho. Una de sus afirmaciones es “Las acciones de Rusia deben entenderse como una decisión para socavar las regulaciones que rodean la exploración sísmica y, en última instancia, como un presagio de la extracción de recursos en el futuro”. El buque, según los propios británicos, hizo tareas científicas. Un medio ruso señala que:

“A pesar de los “temores” de los analistas occidentales y simplemente de los rusófobos, la propia Federación de Rusia ya ha confirmado plenamente su compromiso con el Tratado y el hecho de que la investigación se llevó a cabo exclusivamente desde un punto de vista científico para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Ni siquiera está previsto ningún trabajo práctico sobre el desarrollo industrial de las reservas.

Se supone que las actividades conjuntas de investigación de los estados no provocarán un enfrentamiento en la región. Sin embargo, las acciones de los geólogos rusos han generado preocupación, ni siquiera porque esto esté sucediendo en una era de conflicto entre Occidente y la Federación Rusa, sino porque lo más probable es que no sean los rusos quienes comiencen a extraer minerales”.

En lo que concuerdo con Klauss Todd es sostener que, desde el inicio de la guerra Ucrania Rusia, el conflicto tuvo un enorme impacto en el Sistema del Tratado Antártico y que hay países que están impulsando cambios, sobre todo para cambiar el consenso por votaciones de mayorías, algo inconveniente para Argentina por el conflicto en el Atlántico Sur.

Rusia realiza prospección y el hecho debe abordarse con la máxima rigurosidad que le hubiera correspondido a los demás países que hicieron lo mismo.

Dr. Mariano Memolli

exdirector por más de una década del Instituto Antártico Argentino

INTA y Conicet: «Producir peces en sistemas circulares es rentable y reduce la contaminación»

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Un equipo de investigación del INTA y del Conicet demostró que la producción intensiva de peces en un sistema circular bajo invernadero logra rendimientos muy superiores a los sistemas de cultivos tradicionales. Además, minimiza el impacto de las bajas temperaturas del invierno, optimiza el uso del agua y reduce la huella de carbono.


Especialistas del INTA y del Conicet validaron un sistema de producción intensiva de peces con alta eficiencia y rentabilidad que posibilita la cría de especies en climas con inviernos moderados, con muy buenos resultados desde el punto de vista productivo y ambiental. En la campaña 2024/2025, se validará este sistema con especies nativas como la boga.

Según especificó Ariel Belavi -referente nacional de acuicultura del INTA-, “los sistemas circulares bajo invernadero son mecanismos de cultivo intensivos de peces que se basan en el uso eficiente del agua mediante la reutilización y recirculación del agua a través de filtros biológicos y de sedimentación”. Así, según señaló, “es posible optimizar el uso del agua y reducir la huella de carbono”.

En este sentido, Pablo Collins -investigador del Conicet- detalló: “Los peces generan desechos con alto contenido de nitrógeno que pueden provocar toxicidad en los sistemas de cultivo si no se eliminan o transforman”. De allí la importancia de la recirculación que transforman estos desechos en moléculas inocuas para los peces mediante los biofiltros. “Esto permite utilizar nuevamente el agua en el cultivo de peces y/o vegetales, cerrando de esta manera el circuito del agua en los sistemas productivos”, explicó Collins.

Además, Belavi detalló otros beneficios de este sistema de producción: “Por tratarse de sistemas bajo invernadero permiten sobrellevar los inviernos intensos de la región pampeana”.

Es que, según los especialistas, “estos sistemas circulares están enmarcados en los objetivos de la economía azul que, además, permiten altos rendimientos comerciales en toneladas por hectárea en regiones del país con restricciones térmicas para la cría de peces, incluso especies nativas de climas templados-cálidos”.

“Luego de un año de estudio pudimos evaluar la eficiencia del sistema que utilizamos, desde el punto de vista productivo y ambiental”, confirmó el coordinador quien adelantó que obtuvieron “resultados muy buenos”. En este punto señaló: “Se obtuvieron rendimientos muy superiores a los sistemas de cultivos tradicionales semi intensivos”.

estos sistemas pueden ser implementados en producciones intensivas en áreas periurbanas, utilizando cualquier espacio disponible.

El estudio consistió en evaluar el sistema en piletas rectangulares de plástico de 2.5 x 4 m de 10 mil litros y un biofiltro de 3 mil litros bajo invernadero (sin calentamiento de agua). La densidad de siembra utilizada fue de 15 peces por m3 -150 individuos por pileta- cultivando solo machos de tilapia azul debido a que esta especie es la más utilizada internacionalmente para validar sistemas de cultivos acuícolas.

El cultivo en estas condiciones logró una producción total de 92 Kg/pileta luego de 12 meses de cría, llegando a un peso promedio de 684 g (máximos de 962 g). La talla del 100% de los individuos superó el tamaño estandarizado comercial y gastronómicamente como plato (mayor a 25 cm).

GPT-4o promete una interacción «más natural» entre personas y computadoras

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Con una serie de tuits, el CEO de OpenAI, Sam Altman, confirmó una gran novedad para el producto estrella de la compañía, GPT, la inteligencia artificial generativa en la que se basa ChatGPT. No se trata de un buscador para competir con Google, como sugerían varios rumores la semana pasada, sino de una nueva versión de este motor de inteligencia artificial, llamado GPT-4o, que se asemeja a un asistente al estilo de Gemini, Alexa o Siri, pero con un tono de voz mucho más sofisticado: cuando habla parece una persona. Ya está disponible en el sitio oficial.

O como lo dijo el propio Altman en su blog, haciéndose cargo de las múltiples referencias en redes sociales a la película Her, una vez que terminó la demo: “el nuevo modo de voz (y video) es la mejor interfaz de computadora que he usado. Parece la IA de las películas; y todavía me sorprende un poco que sea real. Llegar a tiempos de respuesta y expresividad a nivel humano resulta ser un gran cambio.”

Según la compañía, “GPT-4o (“o” de “omni”) es un paso hacia una interacción persona-computadora mucho más natural: acepta como entrada cualquier combinación de texto, audio e imagen, y genera cualquier combinación de salidas de texto, audio e imagen. Puede responder a entradas de audio en tan solo 232 milisegundos, con un promedio de 320 milisegundos, que es similar al tiempo de respuesta humano en una conversación. Iguala el rendimiento de GPT-4 Turbo en texto en inglés y código, con una mejora significativa en texto en idiomas distintos del inglés, a la vez que es mucho más rápido y un 50% más económico en la API. GPT-4o es especialmente mejor en cuanto a visión y comprensión de audio en comparación con los modelos existentes.”

Otra demo visible en el sitio es la de un asistente manejado por ChatGPT, que hace un reclamo en nombre de su usuario… y dialoga con otra instancia de ChatGPT; es fácil recordar la demo que mostró Google en 2018 (donde una IA reservaba un turno en una peluquería por teléfono, y que generó polémica porque no aclaraba que se trataba de una máquina).

La compañía deberá demostrar cómo evitará que estos sistemas se usen para estafas: tienen la velocidad, ductilidad y capacidad de expresión como para hacerse pasar sin problemas por una persona en el teléfono; incluso si no simulan ser alguien en particular, pueden convencer a cualquiera que esté desprevenido.

OpenAI publicó una serie de videos en YouTube donde muestra más de la capacidad de diálogo que tiene la nueva versión de ChatGPT; aunque el foco está en el audio y el video, esta nueva versión también es capaz de generar textos más sofisticados.

“Nuestro nuevo modelo GPT-4o, es el mejor que hemos hecho. Es inteligente, es rápido, es multimodal nativo y está disponible para todos los usuarios de ChatGPT, ¡incluyendo los del plan gratis! Hasta ahora, los modelos de clase GPT-4 han estado disponibles para gente que paga una suscripción mensual. Esto es importante para nuestra misión; queremos poner herramientas de IA geniales en las manos de todo el mundo”, afirmó Altman, quien aclaró que a nivel de API (es decir, para acceder a GPT-4o desde otra aplicación, como un servicio) el precio bajó a la mitad y es el doble de rápido que GPT-4 turno, con cinco veces más consultas por sesión. Por multimodal, Altman se refiere a un motor que es capaz de generar (y analizar) texto, audio y video al mismo tiempo.

En la presentación general puede verse un ejemplo, en inglés, en que ChatGPT (usando la versión GPT-4o) genera un cuento a pedido de los presentes, y cambia de tono según le piden los usuarios (más humorístico, más tenebroso, etcétera). Muestra la ductilidad que tiene GPT-4o para entender los pedidos de “más o menos emoción” al generar contenido. También aplica a video, para generar código o para hacer traducciones en tiempo real.

Altman se refirió también a la nueva aplicación de escritorio para interactuar con ChatGPT, disponible a partir de hoy, por ahora solo para macOS, un dato no menor para un producto de una compañía en la que Microsoft invirtió 10.000 millones de dólares.

Ricardo Sametband

Panamá: posición estratégica, migraciones y minería. Los problemas del nuevo presidente

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Panamá es un pequeño país de América Central que tiene una extensión de 75.517 km² y 4,5 millones de habitantes. Sin embargo, al estar atravesado por el Canal de Panamá que une el Mar Caribe con el Océano Pacífico y ofrecer la única conexión por tierra entre la América del Sur y la Central, tiene una posición geopolítica estratégica para el futuro tanto del trasporte mundial como de los movimientos migratorios internacionales. Además, su riqueza cuprífera le da un papel relevante en la transición energética mundial. No obstante, la polarización de su escena política puede desatar una explosión que repercutiría en todo el continente.

Tras obtener el 34.4% de los votos, el conservador José Raúl Mulino, candidato presidencial de los partidos Realizando Metas (RM) y Alianza, fue electo el pasado domingo 5 como presidente de la República para el periodo 2024-2029. Después de que este jueves 9 la Justicia Electoral terminó el escrutinio definitivo y proclamó al vencedor, éste asumirá la presidencia el próximo 1º de julio. Detrás de Mulino se ubicó con un 24.9% el también conservador Ricardo Lombana, del Movimiento por el Cambio (Moca), a quien siguen otros cinco candidatos, entre ellos el ex presidente Martín Torrijos (2004-09).

Minutos después de que el Tribunal Electoral le notificara su triunfo, en su discurso antes varios miles de sus seguidores reunidos, el presidente electo envió un mensaje a su mentor: “A Ricardo Martinelli, amigo… misión cumplida”. Tras emitir su voto, el candidato ya había visitado a Martinelli, quien está refugiado en la embajada de Nicaragua, para eludir la orden de prisión dictada por el Tribunal Supremo en marzo pasado.

En su discurso poselectoral Mulino manifestó que, si bien impulsará un gobierno proinversión y proempresa privada, “no nos podemos olvidar de los que tienen hambre, de los que quieren un empleo y de los que necesitan agua potable en todo el país todos los días. Son retos muy grandes, pero los vamos a afrontar como se tienen que afrontar, con decisión y liderazgo, que es lo que le falta a este país”.

Y añadió significativamente: “no me animan confrontaciones de ningún tipo, pero hay que enrumbar a la nación panameña como corresponde y hacerle frente a los problemas nacionales como corresponda, sin el menor asomo de temor, pero sí buscando consolidar una fuerza política que le dé respuesta al pueblo panameño”, destacó.

Por su parte, el segundo más votado, Ricardo Lombana, fue el último en pronunciarse ese día diciendo que “somos la principal fuerza de la oposición de la República de Panamá. Convertimos una candidatura independiente en un movimiento y ese movimiento en la fuerza que representará a la oposición panameña”. Tras reconocer el triunfo de Mulino, le envió, empero, un mensaje: “si usted hace las cosas bien, encontrará en nosotros las manos extendidas, pero si vuelve a hacer lo que durante años nos tienen acostumbrados y se aleja de la voluntad popular, si se atreve a reactivar el contrato minero, a privatizar la educación, si se atreve a reprimir al pueblo, encontrará al pueblo en las calles”, advirtió Lombana.

José Raúl Mulino Rovira, es un abogado de 64 años, que nació el 13 de junio de 1959 en David, provincia de Chiriquí (sobre el litoral pacífico, junto a la frontera costarricense). Entró en la política en 1987 formando la Cruzada Civilista contra el gobierno militar de Manuel A. Noriega (1983-89). Tras la invasión norteamericana de 1989 y la formación del gobierno provisional de Guillermo Endara (1989-94), fue impulsor del fracasado referéndum de 1991 para la abolición del Ejército, que finalmente ordenó la Asamblea Nacional.

En la década de 1990 participó en el Partido Solidaridad y Unión Patriótica. Este último se fusionó con Cambio Democrático el 27 de marzo de 2011. Entre 1991 y 1994 fue viceministro de Relaciones Exteriores y, tras la muerte del canciller, lo remplazó por corto tiempo. Luego se retiró de la política hasta 2006, cuando retornó junto con su amigo Ricardo Martinelli. Al ganar éste la presidencia en 2009, Mulino se convirtió en ministro de Seguridad Pública. Durante esta gestión ordenó la represión contra trabajadores en huelga en la provincia de Bocas del Toro (noreste del país), que produjo dos muertes.

En 2021, renunció a Cambio Democrático para apoyar la creación del partido Realizando Metas (RM), fundado y liderado por Ricardo Martinelli. En junio de 2023 Martinelli ganó las primarias de su partido con una amplia ventaja. Tras el desistimiento de su esposa, en octubre siguiente el dirigente presentó a José Raúl Mulino como candidato a la vicepresidencia,

En 2023 Martinelli fue condenado por lavado de dinero y esta condena fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia en marzo de este año inhabilitándolo para ser candidato. Para escapar a la cárcel, entonces, el ex presidente pidió asilo político en la embajada de Nicaragua. La inhabilitación de Martinelli obligó a Mulino a remplazarlo el pasado 11 de marzo. Ahora ganó las elecciones culminando una larga y accidentada carrera política.

Sin embargo, el oficialismo carece de mayoría en la Asamblea Legislativa unicameral y deberá pactar con otros partidos para avanzar con su agenda. Esta tarea se le hará particularmente difícil, porque la particularidad de la próxima legislatura es la presencia de 21 diputados independientes que no responden a ningún aparato ni caudillo, sobre todo aquellos aglutinados en la lista que respaldan los diputados Juan Diego Vásquez, Gabriel Silva y el cantautor Rubén Blades.

Mulino recibe un país con un déficit de 7,5% del PBI, una deuda externa de 50 mil millones de dólares y un sistema de seguridad social colapsado. Aunque en 2023 la economía creció al 7,3%, en 2024 bajará al 2,5% por la sequía que afecta al Canal y el cierre de una importante mina de cobre.

La mayoría de los observadores pronostican un horizonte de más confrontación entre el presidente conservador duro y autoritario, un Congreso fragmentado y una Justicia que actúa con gran partidismo. Mientras que el gobierno sólo contará con 15 legisladores, los independientes suman 21, de modo que las alianzas cambiantes y los intentos de compra de voluntades estarán a la orden del día.

Panamá afronta graves problemas económicos y ecológicos, a los que se suma la crisis por el continuo paso de migrantes suramericanos que atraviesan la selva del Darién y luego todo el país, para seguir a Costa Rica y de ahí a México y Estados Unidos. El año pasado medio millón de personas pasaron de este modo por Panamá. Durante la campaña electoral el ahora presidente electo prometió cerrar la frontera selvática con Colombia, para frenar a los trashumantes, pero sin colaboración colombiana esta medida será imposible de cumplir.

Entre tanto, la inédita y prolongada sequía redujo el volumen de agua en el Lago Gatún, que alimenta las esclusas del Canal de Panamá en el medio de su trayecto. Esta disminución del caudal disponible obligó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en enero pasado a limitar los tránsitos diarios a 24 franjas horarias al día, 12 menos que la media diaria anterior a la sequía. Para tener menores calados, también, los buques han aligerado sus cargas transportando menos contenedores, lo que ha supuesto precios más altos para los bienes de consumo e industriales que circulan por el canal con el consabido efecto sobre la inflación mundial. Si el nivel del lago Gatún sigue bajando como se prevé, habrá que buscar rutas alternativas entre Asia y la costa este de Estados Unidos.

El tercer gran problema que Mulino deberá afrontar son las negociaciones con la empresa canadiense First Quantum Minerals, concesionaria de la mina Cobre Panamá, en la provincia de Colón (litoral caribeño), que representa alrededor del 1% de la producción mundial de cobre. La mina fue cerrada por el gobierno de Laurentino Cortizo (2019-24) en agosto pasado, para calmar las masivas manifestaciones y protestas por la degradación ambiental acarreada por la explotación a cielo abierto, pero la concesionaria reclama ahora U$S 20.000 millones como indemnización.

Mientras que la mayoría de los demás aspirantes a la presidencia adoptaron una postura de línea dura contra la minería, a lo largo de su carrera política Mulino siempre impulsó las inversiones extranjeras sin restricciones. Sin embargo, aunque los canadienses y el futuro presidente desean clausurar el conflicto con una negociación, es poco probable que el polarizado y agitado escenario político panameño se lo permita.

Los tres principales conflictos que afronta Panamá tienen importantes implicaciones internacionales y su resolución requiere que las fuerzas políticas, sociales y empresarias alcancen acuerdos sobre el futuro. del país, para poder negociar unificadamente con otros países y empresas extranjeras. Sin embargo, dado el nivel de confrontación existente entre personas, familias y grupos de interés, parece poco probable que en el corto plazo alcancen este entendimiento. El istmo está pronto a hundirse en el caos y sólo un gran sacrificio y mucho renunciamiento de sus líderes podrá salvarlo.

Eduardo J. Vior
analista internacional

Un lector opina sobre «El RIGI y el pastorcito mentiroso»

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Respecto de la nota de Claudio Scaletta me permito una consideración.
Claudio dice: La pregunta de por qué Argentina, teniendo la misma cordillera, exporta diez veces menos minería que Chile siempre sobrevuela cualquier debate sectorial.

Sucede que en Chile, al igual que en Argentina se exporta todo lo que se produce y además no se procesa nada. Sea cualquiera el mineral del que hablemos.

La diferencia está en que en el caso de Chile desde el lugar de extracción al puerto de exportación hay tan solo 100 kms.
En Argentina hay que analizar cada caso, pero la diferencia es abismal.

Lo extraído en la  mina binacional de San Juan se exporta por puertos chilenos. Eso si, el mineral se extrae de ambos países pero el agua (principal insumo) lo pone Argentina.

Los residuos con cianuro están del lado Argentino.

Los glaciares que desaparecen son nuestros.

En una minería responsable, los controles ambientales debieran ser rigurosos. Aquí; no lo son.

Gracias por permitirme dar mi opinión.

Jose Carlos Vassallo

El RIGI y el pastorcito mentiroso

Todos conocen la fábula del pastorcito mentiroso. Tanto dar la falsa alarma de la llegada del lobo, que cuando el lobo efectivamente llegó nadie prestó atención. Con el “extractivismo” podría suceder lo mismo.

Tanto hablar tonterías sobre el extractivismo que cuando el riesgo es real, a nadie parece importarle. Sucedió que una ley absolutamente “extractivista”, el capítulo de la mega ley “Bases” que se refiere a los incentivos a las grandes inversiones, el RIGI, pasó como si nada por la Cámara de Diputados, es decir pasó con votos de sobra y casi sin ser debatida.

Y ahora, merced al más crematístico “toma y daca” con algunos gobernadores, existe la posibilidad cierta de que también pase como nada por el Senado. Y lo más descorazonador es que todo lo que se puede decir sobre una legislación que genera obligaciones muy gravosas por tres décadas corre el riesgo de no ser escuchado, precisamente porque involucra términos que fueron desacreditados por la mala praxis.

Hablamos de “soberanía”, “coloniaje”, “extractivismo” e incluso “saqueo”, término que remite al vetusto “pinosolanismo antidesarrollo” relegado hoy a banderas del trotskismo y el falso ambientalismo.

Es innegable que la llegada al poder de Javier Milei fue un acto revulsivo, el arribo impensado de un fuera de norma, un verdadero terremoto político que sigue y seguirá bajo análisis. Por ello son tiempos que demandan volver a explicar lo que hasta ayer se consideraba evidente.

Hablamos de palabras mal usadas porque no se limitaron a la descripción de lo que efectivamente describen, sino que se usaron para la demonización de actividades productivas. En concreto por “extractivista” se entiende a una actividad económica que explota recursos naturales sin generar ningún tipo de efecto multiplicador en la región en la que se instala. Se trata de una expresión que fue utilizada hasta el cansancio para construir un discurso antiminero y antipetrolero, es decir para demonizar a las actividades que más rápido y genuinamente pueden generar las divisas que necesita la economía para su estabilización. También se utilizó el mote de extrativista contra la agricultura moderna, que por definición es una actividad de escala. El concepto estrella fue el de “desierto verde”, que remite a grandes plantaciones sin habitantes.

Quienes no creen en estas demonizaciones debieron explicar una y otra vez, por ejemplo, que no es verdad que la minería o el petróleo dejen solamente las regalías. Alcanza con visitar las provincias donde se explotan estos sectores para descubrir que son mucho más ricas que sus vecinas que no los explotan. Esto es así, por dos razones principales, la primera porque la renta de estas actividades es compartida con los Estados en sus tres niveles vía los impuestos más normales, como IVA y Ganancias, no solo las regalías.

Y en segundo lugar por los encadenamientos productivos que se generan. Se trata de actividades que demandan bienes de capital, insumos y mano de obra. Por ejemplo, se habla de que la actividad minera solo paga el 3 por ciento de regalías cuando los estudios más consistentes muestran que entre el 60 y el 70 por ciento de las inversiones quedan en el país por las dos vías citadas, impuestos y demanda de insumos y mano de obra. 

De nuevo, algunos problemas habituales de las regiones petroleras y mineras suelen ser las distorsiones de precios que provocan los altos ingresos de sus trabajadores. Y cuando se quiere observar cuáles son los actores locales que se benefician de estas actividades salta rápidamente a la vista que son la infinidad de pequeñas, medianas y grandes empresas proveedoras que surgen a su alrededor.

La tarea del buen hacedor de política, entonces, es por un lado maximizar el desarrollo de estos entramados productivos, aguas abajo y arriba. Y por otro, tratándose de recursos naturales “no renovables”, aprovechar el excedente compartido para desarrollar otros sectores. A modo de ejemplo, a partir de sus recursos petroleros la provincia de Neuquén desarrolló, entre otras áreas, infraestructura energética, vial y de turismo, la piscicultura de truchas, la fruticultura y un polo vitivinícola. Vale agregar también que fue la acción del Estado nacional en todos los últimos gobiernos, incluido el macrismo, la que promocionó el desarrollo de los hidrocarburos que todavía se siguen denominando “no convencionales”, y no solo en la formación de Vaca Muerta.

Menos eficiente fue la acción en el sector minero, donde más impacto tuvieron los discursos antidesarrollo. La pregunta de por qué Argentina, teniendo la misma cordillera, exporta diez veces menos minería que Chile siempre sobrevuela cualquier debate sectorial.

Por todo lo expuesto una ley de promoción de las grandes inversiones es una necesidad pendiente. Debe considerarse que, tanto en los casos de la minería como hidrocsarburos se trata de proyectos de largo plazo y que involucran desde cientos a miles de millones de dólares. Luego, el proceso inversor demanda muchos años y el recupero de las inversiones también. Desde la perspectiva del inversionista se necesitan reglas claras y estables durante todo el período de su inversión, lo que incluye estabilidad fiscal, y poder disponer de las utilidades que el proyecto le genere. Si eso no está claro invertirá en otro país. De aquí la necesidad de la promoción e, incluso, de regímenes especiales.

Luego, si se habla de los problemas cotidianos de gerenciamiento de las empresas con cualquier alto directivo de, por ejemplo, una petrolera, seguramente no tardará en llegar al capítulo del “costo argentino”. Si bien este costo suma muchos componentes, el dato es que el costo de, por ejemplo, la perforación de un pozo, es mayor, para una misma empresa, en Neuquén que en Texas. Y ello se debe, entre otros factores, a las trabas para disponer de determinados equipos y a los costos de importarlos. 

Desde el lado del hacedor de política interesado en el desarrollo de los entramados productivos, es decir en el desarrollo de la “cadena de valor” local, el objetivo es proveer localmente todo lo que se pueda. Pero cuando por la naturaleza de los insumos o los bienes de capital esto no es posible debe hacerse todo lo contrario, facilitar al máximo la importación y reducir los costos al mínimo. Estos son los matices que debe incluir un buen régimen de promoción cuyo norte debería ser armonizar los intereses de las empresas con los intereses locales.

En consecuencia, un mal régimen de promoción es el que no armoniza intereses, el que se concentra exclusivamente en los intereses de una de las partes. Y como era de esperar el RIGI incluido en la ley Bases es un texto redactado exclusivamente desde la perspectiva y los intereses de las empresas. Que semejante redacción haya superado abrumadoramente el test de Diputados y que potencialmente obtenga el visto bueno del Senado resulta por lo menos sorprendente.

Es esperable que una empresa que planea invertir 200 millones de dólares o más en una actividad aspirará a que no le pongan ninguna restricción a las importaciones de insumos y bienes de capital y que le aseguren la menor carga impositiva posible por un lapso lo más largo posible. Pues bien, eso es lo que hace el RIGI incluido en la ley bases. El detalle puede consultarte el texto del Proyecto con media sanción, pero interesa destacar sus concesiones más gravosas y con mayor impacto negativo en términos de desarrollo local. 

Probablemente el punto más controversial sea la posibilidad de importar sin restricciones ni aranceles maquinarias y equipos, nuevos o usados, existan o no alternativas en el mercado local. Esto no es ni más ni menos que el certificado de defunción para la construcción de los entramados productivos locales y probablemente el principio del fin de muchas de las firmas proveedoras que ya existen localmente. Nótese además que esto significa competencia desleal para las inversiones que no entran en el régimen, que deberán enfrentar mayores costos, es decir pagar aranceles si quieren importar.

Otro punto es el acceso privilegiado al mercado de cambios, ya que las empresas que ingresen al régimen podrán disponer libremente de sus divisas 20 por ciento el primer año, 40 el segundo, pero de la totalidad ya a partir del tercero. Aquí se destaca el absurdo de que aumentar las exportaciones no le servirá al país para disponer de más divisas, es decir las inversiones no alejarán el horizonte de restricción externa.

A ello se agrega también la absoluta disponibilidad de las exportaciones en el sentido de que el Estado nunca y bajo ninguna circunstancia podrá privilegiar el abastecimiento interno.

En cuanto a la participación por la vía impositiva, además de la eliminación de aranceles y derechos de importación, lo más destacable es que se reduce en 10 puntos el pago del impuesto a las ganancias, del 35 al 25 por ciento y se impide a Nación y provincias la modificación de estos tributos por un lapso de 30 años. Aquí resulta cuestionable la duración de los incentivos por un plazo que duplica los de una amortización normal de las inversiones.

Finalmente el RIGI no revisa el origen de los fondos, teléfono para el GAFI, y concede la prórroga de jurisdicción, es decir, frente a controversias por la aplicación del régimen las empresas podrán elegir litigar en jurisdicción extranjera. Al parecer la amnesia sobre las malas experiencias del pasado es absoluta.

La conclusión provisoria es que si se promocionan grandes inversiones en recursos naturales y no se consigue a cambio ni desarrollo local, ni divisas, a la vez que se reduce al mínimo la capacidad de regulación y participación del Estado en los beneficios, efectivamente se está frente a la promoción lisa y llana del peor de los extractivismos, es decir frente a la más colonial de las relaciones. Promocionar inversiones en recursos naturales es una tarea necesaria, pero como siempre hay promociones virtuosas y promociones desequilibradas y desastrosas

Claudio Scaletta

Bellas auroras australes en Ushuaia y El Calafate. Pero ¿hay riesgos en las tormentas solares?

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La respuesta es que sí, algunas no son gratis. Aguante que le explico.

El show de luces verdes, azules y púrpuras en los cielos de la Patagonia fue acertadamente pronosticado la semana pasada por la NOAA, la agencia federal de los EEUU para asuntos climáticos de los oceános y la atmósfera. Los científicos yanquis predijeron que sería enorme y se quedaron un poco cortos: las auroras en las altas latitudes del Hemisferio Norte son habituales a partir de los 50 grados, y en el Polo Norte Geográfico (90 grados) son número fijo en toda noche despejada.

Pero en el Sur son raras, máxime en latitudes tan bajas como Puerto Madryn (42 grados sur). En la ocasión, hasta los vecinos de Pinamar (37 grados sur) reclaman haber visto ese aleteante luz en el cielo nocturno. Pero ¿también en Santiago del Estero, con latitud casi 28 grados? ¿No será mucho?

La respuesta es que sí, FUE mucho. Más allá de los testimonios, que son colectivos, y de las evidencias fotográficas, esto fue cierto. Las auroras suceden a unos 100 km. de altura, en la termósfera (ionósfera, en mi barrio). Un emisor de luz tan alto como una aurora se ve desde lejísimos y por sobre la curvatura terrestre, si es de noche, los cielos están despejados y no pintó la luna. Por eso, así como los de Ushuaia las vieron directamente sobre sus cabezas, los santiagueños la miraron con igual asombro de primerizos, pero pegada al horizonte.

Lo que causa las auroras son las tormentas solares, o geomagnéticas, o eyecciones coronales, y hay más nombres. Suceden siempre pero recrudecen en intensidad, frecuencia y duración cada 11 años, en un ciclo llamado de máximas y mínimas solares. Para la Tierra, las auroras son «business as usual» en ambos polos. Para los que vivimos en el hemisferio sur, tan marítimo, tan poco continental, con apenas el 10% de la población mundial, y en el cual las tierras habitadas terminan en el Cabo de Hornos, NO.

No faltan auroras, aquí. Falta público. Si querés ver auroras australes con cierta frecuencia, andate a la base Marambio en un año de máxima solar, y esperá las noches despejadas, que tampoco son tantas. Llevate un saquito.

Este ciclo de auroras se vio excepcionalmente bien incluso en Santiago porque soplaba desde el oeste y suroeste, había frío y poca nubosidad, una lunita finísima y poco luminosa, muy menguante. Y lo principal, sucedió la mayor tormenta solar de los últimos 20 años, y agarró a la Tierra de lleno.

Ojo que se pueden venir más.

Una tormenta solar es una eyección de la atmósfera del sol que se abre paso a través del «viento solar» habitual, pero los materiales son los mismos, con densidad y velocidades distintas. Es como un alud moviéndose dentro de una inundación. El sol siempre está derramando parte de su masa atmosférica hacia la periferia de su sistema solar. Las estrellas son así, viven para su público.

¿Cómo visualizarlo? Estás en una ventolera de ésas de la Patagonia, y tu vecino de pronto te sopla una descarga de aire con un barrehojas. Es más de lo mismo, pero mucho más. No, la metáfora es insuficiente. Vamos a otra más clásica, que acabo de inventar. Estás caminando alrededor de una calesita giratoria, donde hay un loco vendado y armado y tirando balines al tuntún con un rifle de aire comprimido. Eso te deja vivir. Pero cada 11 años el loco caza una escopeta Itaka y entra a tirar perdigonadas de plomo, también a la marchanta. Si te da, y a la larga es imposible que no suceda, algo te va a pasar.

Los números sirven más que las metáforas. Una tormenta solar debe atravesar 150 millones de kilómetros para cruzar la órbita terrestre, en algún punto de su traslación de 360 grados. Pero para crear el show lumínico que se vio desde Ushuaia a Santiago, la tormenta tiene que ser muy fuerte y dar de lleno, dos cosas infrecuentes a la vez.

Ahora bien, eso cava un «túnel» transitorio dentro del viento solar, por donde puede pasar una segunda tormenta mucho más rápida e intensa, sin viento solar que la frene. Si llega, va a tardar horas, no días. Mañana, cuando Ud. lea este artículo, sabremos si hubo segundas partes, que nunca fueron buenas. Así lo dijo el Quijote, en la segunda parte de su novela.

Como en Argentina vale todo para ganarse los garbanzos, ya hay empresas de turismo vendiendo paquetes para visitar Ushuaia y ver auroras australes, como si fueran un fenómeno habitual y predecible. Trampa para giles. Es como que te ofrezcan un recital de los Beatles.

Y giles pacientes. Ésta fue la mayor tormenta solar de los últimos 20 años.

¿Puede haberlas más intensas? Claro que sí. Y el show puede ser aún más espectacular. Éste fue caro, uno mejor puede salir muy salado.

¿Cuánto de salado?

El 1ro de Septiembre de 1859, dos Ricardos ingleses, Richard Carrington y Richard Hodgson, hicieron el primer registro histórico de una tormenta geomagnética. Con sus telescopios de astrónomos aficionados y cada uno por su cuenta, ambos vieron manchas negras derivando sobre el ecuador solar, y dieron parte de ello a la revista mensual de la Royal Astronomical Society Hodges. Pero al día siguiente, 2 de Septiembre, el físico escocés Balfour Stewart, profesional de Kew Observatory, midió unos saltos impresionantes en la intensidad del campo magnético terrestre. Pero no sólo el magnetómetro se volvió loco, sino también la brújula, que mide dirección en lugar de intensidad. Todas las brújulas del mundo, para confusión de todos los pilotos y capitanes de mar.

Simultáneamente, hubo auroras ni boreales como siempre, ni australes como el pasado finde, sino planetarias, en todos lados. Se veían hasta en lugares tropicales, como La Habana, Cuba, o en Bogotá, Colombia. Eran tan luminosas que la gente podía leer el diario de noche y en las calles, entonces bastante oscuras porque si había alumbrado, era a querosene o gas. Los mineros de oro acampados en las Rocosas se despertaron a medianoche creyendo que era de día, y prepararon el desayuno mientras se preguntaban por qué el cielo estaba loco. Sí, supongo que huevos con tocino y café quemado, pero chirle como jugo de paraguas. Está en el ADN nacional. ¿Más preguntas?

Simultáneamente, las únicas redes eléctricas del mundo, las líneas telegráficas, empezaban a hacer cosas disparatadas. Los circuitos se habían cargado de electricidad inducida de un modo tan bizarro que entre Boston y Baltimore los telegrafistas constataron que podían comunicarse entre sí con las baterías desconectadas, e incluso mejor que conectándolas. La señal era más fuerte. La línea se electrificaba sola.

A fuerza de leídos en lo suyo, en ese diálogo insólito entre dos operadores que sabían de inducción casi lo mismo que los ingenieros eléctricos o de telecomunicaciones de hoy, ambos dieron por obvio que el asunto estaba conectado con las tremendas auroras que invadían los cielos de sus ciudades. La historia la publicó después el difunto Boston Evening Traveler.

Otros telegrafistas tuvieron menos suerte. Los pulsadores les dieron tremendos patadones eléctricos. Los cables e incluso los postes echaban chispazos. En más de un caso, las líneas se quemaron y los aparatos pulsadores se incendiaron, y con ellos algunas oficinas.

En Noviembre, meses más tarde, en conferencia ante la Royal Society, Carrington presentó sus dibujos ante la concurrencia, ligó con elegancia las manchas solares con los eventos del 1 y 2 del pasado Septiembre, y acertó con la explicación.

La deriva y desaparición de las manchas, mostró, había precedido en 17 horas y media a las auroras espectaculares, a las oscilaciones de intensidad y dirección del campo magnético terrestre, y a la disrupción de la red telegráfica mundial. Causas y efectos, y efectos de los efectos. El tipo unió la línea de puntos y dejó en claro que todos estos eran fenómenos oriundos del sol, y secundarios a la desaparición de las manchas. Dejó a todos con la boca abierta.

Por eso aquellos hechos de 1859 quedaron en la historia como «Evento Carrington», y no Hodgson o Stewart. Esa carambola a tres bandas de un amateur resultó cierta. Para ubicarse, ninguna persona de aquellos tiempos victorianos tenía noción de la existencia del viento de electrones, protones y partículas alfa subatómicas cargadas que sopla desde el sol, y de los desprendimientos de la atmósfera solar, o corona, que arremeten a través del mismo como aludes.

Pero el viento solar existe, y tanto así que los cometas siempre desprenden su cola a sotavento del sol, es decir apuntada en la dirección contraria a la del sol. La cola no persigue al cometa, como cree la gilada.

Los eventos Carrington no son ni siquiera raros. Lo raro es que le peguen justo a la Tierra en su traslación anual alrededor del sol, como una perdigonada casual pero de lleno, y hagan tremendos -pero transitorios- agujeros en el campo magnético que protege su atmósfera.

Ese escudo de fuerza tiene de suyo dos grandes embudos permanentes, los Polos Magnéticos, por donde el campo entra y sale del planeta, anillándolo como un salvavidas. Los Polos Magnéticos son bastante migrantes, y coinciden sólo más o menos con los Polos Geográficos de nuestro planeta.

Por esos embudos invisibles entra constantemente viento solar, pero en las eyecciones coronales mayúsculas, se precipitan en alud millones de toneladas de atmósfera solar ionizada, y forcejean contra el campo magnético planetario y agrandan los embudos hasta que ambos se unen brevemente en el trópico. El planeta queda geomagnéticamente desnudo unos días. Y se ven auroras en sitios donde resultan más infrecuentes que los pingüinos en el Sahara.

Casi todo el mundo cree cree que las auroras son solo boreales, cosa de esquimales y de canadienses, rusos, suecos y lapones indiferentes al frío, y que en el sur esos shows no suceden. Pero eso también es erróneo. Claro que suceden, pero con poco público. Andá a Marambio en un año de máxima solar y me contás. Perdón por repetirlo.

En siglos recientes, el Polo Magnético Sur fue migrando hasta quedar casi en la costa antártica opuesta a Sudamérica, lejos incluso de la Península Antártica donde está Marambio. Lo que hace doblemente raro que las auroras del finde pasado se hayan visto hasta en Santiago del Estero, a un tercio de planeta de distancia. Y sin embargo, lo que sucedió recién no es siquiera comparable con el evento Carrington, que los planetólogos consideran «de la Gran Siete» en su escala.

Un Carrington legítimo dura poco y añado «por suerte» porque Marte se quedó casi sin atmósfera cuando tras perder casi todo su campo magnético. Eso sucedió hace unos 3000 millones de años, probablemente por el enfriamiento del núcleo planetario de hierro. Para que genere campo, el hierro debe estar en estado líquido y circulando en forma de corrientes y torbellinos. Muy cambiantes, por eso a lo largo del tiempo los Polos Magnéticos hacen «excursiones» (es el término científico), y de tanto en tanto desaparecen un tiempo… y cuando reaparecen, se han invertido: el Polo Magnético Sur se ha vuelto Norte y viceversa. Tu brujula, lector, entonces va a apuntar hacia el Sur.

Mientras dura un evento de estos, quien esté viajando en avión en un vuelo transpolar a 14 o 15.000 metros de altura, va a estar bastante expuesto a partículas solares cargadas. Son ionizantes. La dosis va a depender de la duración del vuelo y la intensidad del evento. Y el piloto puede llegar a quedarse sin compás, GPS o comunicaciones.

Las evidencias geológicas indican que desde el Renacimiento hasta fines del Siglo XX, el Polo Magnético Sur se mandó una zigzagueante excursión a la otra banda de la Antárida, y hoy está a 2900 km. del Polo Sur Geográfico, fuera del continente antártico, en el mar, e incluso fuera del Círculo Polar (ver ilustración). El show sideral en la base polar más cercana al errabundo Polo Magnético Sur, la McMurdo de los EEUU, debe haber sido mejor que el de Ushuaia.

Más tarde o más temprano, lo que le pasó a Marte le sucederá también a la Tierra. Su núcleo de hierro se enfriará, solidificará y el campo magnético que protege hoy la atmósfera y los océanos se disipará. Lo cual no es bueno. El viento solar, y en particular sus tormentas, le quitan su atmósfera a los planetas chicos como quien arranca ropas a un «homeless».

El sistema solar no es justo, es libertario.

Pero cuando eso suceda la humanidad probablemente se haya extinguido por otras causas naturales, o por lo geniales que somos para la guerra y la contaminación. Eso es materia de ciencia ficción. Lo que es materia de ciencia a secas es que las evidencias isotópicas de eyecciones coronales en muestras de hielo fósil del último milenio muestran eventos hasta 20 veces más intensos que el Carrington. Y que el 23 de Julio de 2012, uno de estos escopetazos cósmicos de electrones, protones y iones de helio de intensidad Carrington le pifió por 9 días al paso de la Tierra en su traslación alrededor del sol.

Zafamos por un pelito.

¿Qué habría pasado si nos daba de lleno, como en 1859? Las redes telegráficas alámbricas son casi una reliquia del pasado, pero las eléctricas de alta, media y baja tensión, y sus transformadores de subida y bajada de tensión, son lo que hace funcionar la civilización actual.

Casi todo eso se quemaría debido a los picos irrefrenables de corriente inducida. De los satélites de observación y telecomunicaciones, olvídate cariño. De las redes de posicionamiento como el GPS, Galileo o Glonass, también. De las bombas eléctricas que abastecen de agua las ciudades, andá llamando al service porque se van a quemar. Y si el service no llega, es porque al chabón se le quemó la electrónica del motor. Y el celular ya no le funciona.

Nada que no haya pasado, e incluso a escala mucho menor. Según el registro isotópico fósil, en los años 774 y de nuevo en 893 hubo dos eventos diez veces mayores que el Carrington. Eso no parece haber llamado la atención en los sitios del mundo donde se escribía, China, la India y Europa. ¿Estaría nublado? Y obviamente, nadie se quedó sin red eléctrica, porque no había.

En un mundo definitivamente eléctrico e interconectado es otro cantar.

En la máxima solar de 1989, una eyección coronal chiquita, casi «de amigos», dejó sin electricidad a la provincia canadiense de Ontario. Es la que tiene casi todas las centrales nucleares de ese país, todas CANDU, las mejores del mundo, y goza de una seguridad eléctrica casi perfecta. Bueno, en 1989 se apagó todo. En la máxima de 2003, otra eyección dejó knock-out el norte de Suecia y Finlandia.

Sólo la Secretaría de Energía de Argentina logró algo parecido en el Cono Sur, aquel Día del Padre de 2019, pero de modos menos publicables. El sol se declara inocente.

Los transformadores de media y de baja se producen en masa y hay algo de stock de reposición en el mercado mundial. Un «trafo» de bajada para tu casa te lo comprás en Easy. Pero los «de alta», que tienen el tamaño de acoplados de camión, no. Estos grandotes elevan la corriente generada por las centrales eléctricas a 750 o 1000 kilovoltios, para transmitirla a distancia. Si se queman, no hay stock de reposición: se tarda meses en fabricarlos. Y eso en plantas que no pueden funcionar sin electricidad. Un jaque mate perfecto.

Con un Carrington 2.0 volveríamos por un tiempo al mundo fines del del siglo XIX, pero ese mundo permitía vivir a 1800 millones de humanos, y bastante poco y bastante mal. Sin embargo, hoy somos alrededor de 8000 millones, y mayormente, urbanos y electrodependientes en todo. ¿Qué impacto tendría eso?

Los cálculos son nuevamente materia de ciencia ficción. Pero como los bancos no funcionan sin seguros y reaseguros, y a ningún gran capitalista lo van a agarrar sin perro, alguien se tomó la molesta. La agencia mundial de referencia en la materia, el Lloyd’s, unió fuerzas con una agencia científica federal estadounidense, la no tan conocida AER (Atmospheric and Environmental Research). Juntaron una base de datos forenses del evento Carrington, e hicieron correr sus modelos matemáticos.

Como en toda cosa altamente conjetural, salieron costos bastante variables. Para los EEUU les dio, entre U$ 600 mil millones y 2.600 billones de pérdidas, actualizables a 774 y 3.335 billones en dólares de 2023. Billones como millón de millones y no como lo entienden los gringos, siempre con problemas con todo lo decimal. Es mucha tarasca.

Personalmente, creo que los del Lloyd’s se quedaron deliberadamente cortos. Es imposible medir daños eventuales a todos los activos eléctricos del mundo. Y menos aún sus consecuencias. Sin electricidad ni comunicaciones, los estados nacionales, provinciales y municipales desaparecerían en un desbole social general. Pretender medir seriamente eso en dólares es una estupidez de actuarios. Ni con la guita de Elon Musk conseguirías agua, por no decir comida, por no decir nafta, por no decir atención médica, por no decir seguridad, por no decir un rifle y municiones. Cada cual por la suya. Anarcocapitalismo mundial agudo. Por tiempo indeterminado.

Se ha hecho bastante «cine catástrofe», en general malo, sobre qué podría pasar cuando a la Tierra le vuelva a pegar otro meteoro como el que impactó en Chicxulub, en el actual Golfo de México, a finales del período cretáceo. Eso fue hace unos 65 millones de años. Se sabe, esa piedrita no mucho mayor que el Aconcagua causó una extinción masiva de la biosfera: barrió con casi todos los ecosistemas de entonces. Chau, dinosaurios.

De las 18 extinciones masivas de vida que figuran en el registro geológico fósil, aquella de los dinosaurios no fue siquiera la peor.

Pero el sol que nos da la vida, en este estadio tan electrodependiente de nuestra civilización, es también el loco de la calesita, que nos la puede quitar en cualquier año de máxima solar, y con un simple cartuchazo de partículas cargadas.

Es pura lotería. Nadie puede pagar un seguro sobre la civilización.

Daniel E. Arias