Nuevas reglas para drones: el gobierno flexibilizó su uso

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La Administración Nacional de Aviación Civil ( ANAC) aprobó un nuevo marco regulatorio para la operación de aeronaves pilotadas a distancia (RPAS),  conocidas popularmente como drones, para facilitar las actividades recreativas, científicas y comerciales de bajo impacto, a diferencia de las de alto riesgo, donde se mantienen las medidas de seguridad.

El nuevo esquema se aprobó mediante la resolución 550/2025, publicada hoy en el Boletín Oficial, siguiendo las orientaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), ya implementadas en otros países ante el desarrollo de las actividades que recurren a la utilización de drones.

La norma modifica lo establecido en la resolución 880/2019 y apunta a contribuir a un “proceso de transformación hacia una aviación no tripulada más abierta, eficiente y alineada con los principios de desregulación y transparencia sin descuidar la seguridad operacional”, de acuerdo con lo señalado en los considerandos.

“Resulta prioritario adoptar medidas que promuevan la simplicidad normativa, orientadas a optimizar la comprensión, aplicación y cumplimiento del marco regulatorio, evitando redundancias, ambigüedades y complejidades innecesarias, teniendo debidamente en consideración el marco regulatorio internacional aplicable en materia de seguridad operacional”, agregó al respecto.

Los cambios para el uso de drones

Con el nuevo criterio de regulación, se deja de lado el sistema único, para dividirlo en dos categorías: abierta (de bajo riesgo) y específica (para actividades de riesgo moderado a alto), a fin de facilitar las operaciones recreativas, científicas y comerciales de impacto menor.

Para ello, se estructuran tres nuevas partes de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC): la Parte 100 establece requisitos generales para todo el país; la 101 incorpora la “Categoría Abierta”, sin necesidad de autorización previa de la ANAC siempre que se cumplan requisitos mínimos de seguridad; y la 102, con la “Categoría Específica”, para lo que se necesitará una autorización de la Administración basada en una evaluación de riesgos.

Antecedentes y fundamentos

En los considerandos de la resolución se cita el decreto 70/2023, que dio el puntapié inicial de lo que luego fue la ley de Bases, se determinó que «es imperativo un reordenamiento integral de la legislación aerocomercial para dotar al mercado de un entorno competitivo que otorgue la suficiente flexibilidad para llegar a todas las ciudades argentinas”.

Posteriormente, se modificó el Código Aeronáutico que, en lo que respecta a las aeronaves no tripuladas, “conlleva la necesidad de adecuar y dictar una nueva reglamentación, de conformidad con los estándares internacionales que rigen la materia”.

“El desarrollo tecnológico de los sistemas de aeronaves pilotadas a distancia (RPAS) ha generado un incremento en su utilización con fines civiles, comerciales, científicos, recreativos y de seguridad”, destacó la ANAC, que en consecuencia consideró necesario “actualizar el marco regulatorio” para asegurar “su operación bajo los principios de eficiencia, seguridad y economía, de conformidad con la legislación vigente y en armonía con las recomendaciones formuladas por los organismos internacionales competentes”.

En ese sentido, se abogó tanto por “derogar toda aquella regulación que impida la libertad económica de las empresas que operan en el sector aerocomercial de nuestro país” como la creación de “regulaciones que, sin desmedro de la seguridad operacional, incentiven el crecimiento del sector con inversiones provenientes del ámbito privado”.

La siderúrgica Acerbrag, de Bragado, suspendió su producción

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La empresa siderúrgica Acerbrag, la mayor empresa privada de la ciudad bonaerense de Bragado con 600 trabajadores, anunció la suspensión de sus operaciones por tiempo indeterminado, debido a la caída en las ventas que afecta a ese sector fabril.

La noticia fue confirmada a los trabajadores por la propia empresa, ubicada en el Parque Industrial de Bragado, y su anuncio causó fuerte impacto en los empleados de la firma, de capitales brasileños, y en toda la ciudad.

Acerbrag había atravesado la misma situación en febrero último, cuando detuvo las áreas de laminación y acería hasta entrado el mes de marzo, pero la suspensión de actividades ahora es por tiempo indefinido.

La empresa emplea de manera directa a unos 600 trabajadores, y es uno de los principales agentes productivos y económicos de Bragado, una ciudad de 46.000 habitantes situada a unos 250 kilómetros al oeste de la Capital Federal.

Hace un año, en medio de la fuerte retracción del mercado, Acerbrag ya había despedido a 80 trabajadores, y poco después anunció una parada para agosto con el objetivo de cambiar un transformador por uno de mayor capacidad, una inversión pensada para aumentar la productividad por lo que no alarmó a la comunidad.

Voceros de la empresa dijeron al canal Bragado TV que “frente a la falta de expectativas de mejoras en la demanda y ante la sostenida crisis industrial que sigue golpeando al sector siderúrgico y particularmente a Acerbrag, la empresa deberá parar nuevamente sus operaciones a partir de la semana próxima”.

Sin embargo la producción de la planta en julio fue de unas 23.000 toneladas, una cifra que para los trabajadores es “aceptable” teniendo en cuenta el contexto actual.

Además de los inconvenientes para las ventas de la empresa, los trabajadores enfrentan una situación salarial difícil, ya que la paritaria de 2024 demandó más de diez meses de negociación, y aunque ya se acordó la de 2025, todavía está pendiente la homologación oficial por parte de la Secretaría de Trabajo de la Nación.

La crisis en Acerbrag se suma a la de otras grandes firmas del sector, como Ternium, Tenaris o Acindar, un segmento fabril que, controlada por Arcelor Mittal. 

La industria siderúrgica abastece a sectores clave como la construcción, el agro, la industria automotriz y la línea blanca, todos fuertemente afectados por la actual política económica.

INVAP empieza en Uganda el tercer reactor nuclear argentino en África

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Con contrato de obra firmado, la empresa nuclear y aeroespacial estatal argentina, INVAP, inició los estudios del suelo donde se construirá el primer reactor nuclear de Uganda, y el tercero de nuestra firma en África. El sitio elegido es un predio universitario 300 km. al norte de la capital nacional, Kampala.

Tras descartar las ofertas rusa y coreana, el Ministerio de Energía y Minas de Uganda se decidió por la propuesta de INVAP. Desde hace 25 años. Son dos de los tres finalistas que llegan siempre a precalificar en las licitaciones internacionales , y por ahora les gana siempre INVAP. Sucedió en 2000 en Australia, ya dos veces en Holanda (2008 y 2017), en Arabia Saudí (2012) y ahora en Uganda.

Desde 2000, los EEUU ya no se presentan.

En el caso ugandés, lo interesante es haber derrotado en segunda vuelta no sólo a Rusia y Corea, sino a China en la primera. No es poco: Éste es el país con el mayor crecimiento del mundo en instalaciones nucleares.

Antes de seguir, a aclarar los términos: las centrales de núcleo eléctricas, o de potencia, sólo producen electricidad y nada más. Son el «Circus Máximos» donde se miden los grandes gladiadores nucleares. Hay 416 plantas activas, 60 más en construcción, y el año pasado 7 nuevas entraron en linea. En 2024 este mercado cerró en U$ 35.490 millones, y con un crecimiento proyectado de 3,10% anual. En 2032 el mercado de plantas de potencia habrá alcanzado U$ 45.310 millones. En ese Coliseo se lucha por la plata, por la gloria y porque no te maten.

Los reactores producen muchas cosas, de todo salvo electricidad. Desde 2000, en ese ring más chico, nadie derrota a la Argentina.

Es fama que el hospedero Procusto, con hotelito en Eleusis, Grecia, le hacía probar una cama a sus invitados. Si no daban la longitud, los estiraba a mazazos, y si la excedían, los serruchaba. Si quiere una contestación serruchada de para qué sirven los reactores multipropósito, fabrican recursos humanos y radiosótopos, pero no se fíe de Procusto; los multipropósito de INVAP hacen muchas otras cosas. A veces, esas cosas deciden el triunfo.

Es un mercado de nicho que INVAP domina tiránicamente, y que crece. En el mundo, hay 223 reactores activos y 23 en construccion, y cuestan según cuántos y cuáles radioisótopos produzcan, cuántos y cuáles postdoctorados en ciencias, tecnologías y operación de plantas atómicas gradúen por año, Y nuevamente, lo que desequilibra las licitaciones, si las hay, son los «extras».

Los «extras» vienen definiendo los triunfos de INVAP. Son qué tipo de investigaciones hagan los reactores en ciencia de superaleaciones, superplásticos y supercerámicas, en testeo de combustibles nucleares y en calificación de calidad piezas de ingeniería aeroespacial. A añadir, en los casos del RA-10 de la CNEA en Ezeiza, el PETTEN de Holanda, y el OPAL de Australia, cuántas toneladas de «wafers» de silicio irradien por año. Se vende caro.

Este material se usa en chips de alta resistencia a radiación y gradientes térmicos. No son los que usa su celular ni mi notebook, si no los de los satélites SAOCOM y ARSAT (también construídos por INVAP). Duran y cuestan mucho más.

El de los reactores en un mercado relativamente chico donde se lucha por la gloria, por menos plata y, cuando un exportador nuclear no tiene una oferta de centrales, para llegar vivo hasta que tenga alguna. Es como vivir de canapés, el caso de la Argentina. Tiene dos propuestas, ambas buenas, pero hace 41 años y 7 gobiernos que una no se termina y otra directamente no arranca. Vuelvo sobre eso después.

Embocar un reactor en Uganda le da seis años de vida asegurada a INVAP y, por carambola, a la CNEA, NA-SA y CONUAR, aunque el gobierno de Javier Milei (y van…) le está empíojando la cancha a todas. INVAP no levanta perdiz sobre cómo sería el reactor ugandés, pero si uno cruza datos demográficos, educativos, sanitarios e industriales de Uganda, tal vez el negocio plasme en una planta de 30 megavatios térmicos (MWt) y saldría U$ 500 o 600 millones que se van pagando contra avance de obra. En promedio, una planta así INVAP la saca en línea en 6 años.

En las grandes ligas nucleoeléctricas, la CNNC (China National Nuclear Corporation), logró memorandos de entendimiento con la gigante demográfica subsahariana indiscutida, Nigeria. También con Ghana, con Kenya y con Sudáfrica, todo ello por CENTRALES DE POTENCIA. Los memorandos de entendimiento no son vinculantes, son más amor platónico que pasional. Si todos esos aprontes y promesas de estudiante plasmaran en contratos, y si cada uno de estos países comprara una única Hwalong-1 de 1180 megavatios eléctricos (MWe) a U$ 9.000 millones la unidad, ahí hay U$ 27.000 millones.

Y a no engañarse, compatriotas, serán muchas más plantas. Sólo Nigeria tiene 238 millones de habitantes, que en 2050 serán 375. Una única Hwalong-1 en tal desaforada demanda eléctrica insatisfecha sería como iluminar el estadio de Racing con una velita de torta. Mejor deme dos. O tres.

La CNNC a caballo de su Hwalong-1 en África no es un jinete solitario. Montada sobre la VVER de 1200 a 1400 MEe, la rusa ROSATOM le corre cabeza a cabeza: ya está construyendo una central de U$ 30.000 millones en Egipto, tiene obra por cavar cimientos en Nigeria, y proyectos a madurar en Sudáfrica, Kenya, Ghana, Sudán y Zambia.

Son plantas emblemáticas para ambos proveedores, y hasta ahora, irrompibles.

Fortune Insights estima que en 2028 el mercado nucleoeléctrico mundial de centrales y turbinas, fogoneado por el recalentamiento mundial, llegará a U$ 39.000 millones. La tajada argentina no pinta, y sólo por falta de oferta nuestra. Eso, en un país nuclear desde 1950 y que inauguró su primera central de potencia en 1974.

Dicho esto, si hoy no hemos podido construir en el país máquinas CANDU, aún con la licencia comprada en 1978, u ofrecer nuestra central chica modular CAREM a Turquía, Argelia, Egipto y los países subsaharianos, ha sido por idiotas.

Efectivamente, los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri, el dúo Fernández & Massa y Javier Milei, todos y cada uno sabotearon el desarrollo de centrales argentinas, y se la tomaron especialmente contra el CAREM. Propuesto en 1984, hasta 2015 el nuestro fue el único SMR (central modular chica) del mundo que logró salir de planos y pasar a hormigón y fierros. Algún merito ha de tener. Luego China pegó un acelerón y nos pasó.

Los SMR de EEUU y Europa, en contraste, son puro power point, folletería, viajes en primera, caviar y champagne y firma de memorandos de intención entre gente linda. Y también son bicicletas, y quiebras de U$ 15.000 millones sin haber cavado cimientos. Todas elevadas, exquisitas e inmateriales expresiones de rosado humo financiero.

Casi da vergüenza que nosotros seamos tan concretos y tan pobres.

Y tan boicoteados desde adentro. Desde 1983 sólo tres presidentas de la CNEA pusieron garra en nuestras centrales: la física nuclear Emma Pérez Ferreira, la experta en combustibles Norma Boado y la química nuclear Adriana Serquis, y a su riesgo. Tres mujeres como tres topadoras. Los presidentes, en cambio, fueron mala fama, y merecida, para nuestro género y para nuestro Programa Nuclear.

El CAREM pudo cavar cimientos, y echar sus primeras coladas de hormigón recién en 2011. Podía haberse terminado en 2021, suponiendo 4 años de demora con toda la furia. Y es que el que se estaba construyendo al lado de las Atuchas, Pcia. de Buenos Aires, no es un prototipo invendible, como se obstina la descartable nomenklatura atómica actual.

Ese CAREM es un modelo de demostración tecnológico. No es vendible por definición. No se hace para venderlo, se hace para ver si el concepto de refrigeración puramente convectiva y si bombeo funciona, o si hay que mejorarlo. Los que te ocultan los más inteligentes modelos informáticos, te los va a mostrar la estúpida realidad material.

El reactorcito actual, de apenas 32 MWe, está para testear componentes y pulir defectos de un diseño bastante novedoso, aunque nos lo vienen copiado a mansalva, especialmente en EEUU. El demostrador del CAREM no tiene bombas pero sí un recipiente de presión demasiado caro y complejo para tan escasa potencia.

Y eso es deliberado. Al gauleiter nuclear de Milei: el del predio de las Atuchas es un demostrador tecnológico, ¿se entera? Sirve para DE-MOS-TRAR que el concepto camina, porque nadie en el mundo lo demostró. Salvo con modelitos computados, calculitos y folletitos y memoranditos. Como New Scale, esa copia del CAREM.

Copia que no salió de planos e intenciones y no está en obra. Aunque se tragó U$ 15.000 millones, gulp, como un biguá.

¿No le enseñaron nada en el Instituto Balseiro? Primero, máquina de poca potencia. Luego se pasa al módulo prototipo probablemente simplificado de 125 MEw, para fabricación a escala, Ese sí es vendible «per se», o en vaquita con algún socio forrado, incluso como máquina preliminar, «stand alone». Ni siquiera le estoy hablando del modelo de 4 unidades y 500 MWe.

Mire, ahora que Ud. se acordó de la Patagonia, con un CAREM completo alcanzaría para iluminar dos ciudades industriales como Comodoro Rivadavia.

¿Para qué duplicar la oferta? Para perforar el techo al desarrollo que impone a Comodoro la falta el agua potable. Las canillas de Comodoro funcionan una hora por día. Araca, compatriotas, que para una hora diaria de agua estamos destruyendo dos provincias.

Ayer nomás, Comodoro más sus ciudades satélite de Sarmiento, Rada Tilly y la santacruceña Caleta Olivia, y sin otra industria que el petróleo, entre todas se bebieron en 30 años el lago Musters, que había durado unos 10.000 imperturbables años en la estepa.

Esas ciudades lo hicieron polvo en el sentido literal. Quedó reducido a un arenal de médanos grises, rodeado de una destartalada ringla de estancias abandonadas, enterradas entre dunas de polvo fino como ceniza, que el viento vuela a cien o más de kilómetros. En las orillas, hoy es imposible la subsistencia a humana y animal.

Con un CAREM industrial con» tutti i fiocchi» de 4 módulos y 500 MWe dedicados únicamente a plantas de ósmosis inversa de agua de mar, se podrían potabilizar 60.000 m3 de diarios agua de mar, casi 42 piletas olímpicas por día.

Por falta aguda de tantos nadadores olímpicos en la zona, podemos sacrificar 21 piletas y 2 módulos para funcionar co-generación, y así duplicar la potencia instalada de base de todo Chubut, que anda en 247,2 MW en 2019.

Con ese disponible se podrían poner industrias transformativas, menos contaminantes, menos coloniales, menos brutales y más generadoras de más y mejor trabajo que el pétróleo: vidrio, cemento, acero, aluminio, todas electrointensivas y con puerto a la vista.

¿Estoy delirando? No mucho. ALUAR hizo exactamente eso con Madryn desde 1972.

ALUAR transformó una aldea de 5000 chicos y viejos, a punto de evaporarse por emigración de jóvenes, en la Madryn actual. Madryn hoy tiene 110.000 habitantes, industria metalúrgica transformativa del aluminio (llantas, cerramientos, caños y estructuras), turismo internacional, buenas escuelas y colegios, universidad pública y hasta un centro regional del CONICET.

Además, es bonita.

Fue hacer la represa hidroeléctrica de Futaleufú en la cordillera, cruzar la estepa con una línea de 230 MWe e instalar ALUAR. Lo primero se hizo a escote

Fue hacer la represa hidroeléctrica de Futaleufú en la cordillera, cruzar la estepa con una línea de 230 MWe e instalar ALUAR. Lo primero se hizo a escote del estado nacional, lo segundo lo pagaron aquellos hermanos Madanes, que empezaron fabricando impermeables y terminaron poniendo la planta de neumáticos FATE, y la de calculadoras CIFRA. Ferrer, el motor de todo esto, no fue un frío pescado financiero, y los Madanes eran capitalistas vivísimos, pero más criollos que las tortas fritas.

Instalada ALUAR, todo el futuro de Madryn simplemente ocurrió.

Ese diabólico programa estatista lo inspiraron generales jacobinos y expropiadores, como Marcelo Levingston y Alejadro Lanusse, y el ministro de economía favorito de Friederich Engels, Pol Pot, el conde Vlad Drakul, Osama Ben Laden, y el mentado don Aldo Ferrer, cuantimás, radical. De los de antes, claro.

ALUAR hizo su primera colada de aluminio en 1974. Veinte años después, consumía el 99% de la producción eléctrica de Futaleufú. Con el 1% restante se iluminaban Trelew y Madryn. En lugar de exportar lana sucia, inesperadamente Trelew empezó a fabricar pullovers y textiles. Con una fracción menor de aquel 1%, alcanzó para que se instalaran alli Alpargatas, Hilandería Fueguina y TextiCom. Madryn, por su parte, empezó todos sus negocios actuales. Y continúa.

Sí, lector, es tal cual como Ud. sospecha, el aluminio es electricidad congelada. Lo mismo el acero, lo mismo el vidrio, lo mismo el cemento. No importa de adónde venga la materia prima, Ud. pone electricidad, la electricidad pone agua, el estado pone educación, y se va creando solito un oasis de valor agregado exportable.

Ese modelo se puede repetir en todas las ciudades-puerto de la costa atlántica, desde Bahía Blanca, en Buenos Aires a Punta Quilla, en Santa Cruz, pasando de camino por San Antonio Oeste y Este (Río Negro), Las Grutas, nuevamente Madryn, Comodoro y Rada (en el Golfo de San Jorge) y en Santa Cruz Caleta, Puertos Deseado, San Julián y Gallegos, y Punta Quilla.

Sería llenar de industría legítima, no de masturbaciones con data centers para criptomonedas. Hablo de poblar con ingenieros, técnicos y obreros especializados la costa Argentina al sur de Quequén. No es Argentina año verde. Ocurrió ante los ojos de todos los nacidos después de 1972. Sólo que 45 millones de nabos se lo olvidaron, o no salieron jamás de su tupperware de San Isidro. O de Wall Street.

¿Replicar el modelo de Madryn es una locura?

¿Y de la murga de dementes que acaba de caer en el Programa Nuclear como una lluvia de zapallos en una canasta de huevos, de esos, qué me dica? ¿Que me dice de esa recua de iluminados que acaba de parar nuevamente el CAREM «porque no sirve»? ¿Qué me cuenta de ese serpentario de la bicicleta que canjea 51 años de lucha por un CAREM y otro CANDU, a cambio una central inexistente llamada ACR-300, sin planos, y no licenciada en ningún país?

¿Y que cuantimás pertenece a una empresa imaginaria (Meitner Energy), con sede en Delaware? ¿Justo, mire lo que son las cosas, en ese estado yanqui hueco, un tremendo paraíso fiscal? ¿El único estado de los USA que tiene el doble de sociedades fantasmas que de habitantes humanos? ¿Queremos una central imaginaria para poblar la costa de habitantes imaginarios de empresas imaginarias?

Qué virtual lo suyo, el llamado Nuevo Plan Nuclear Argentino.

¿Y ese cambiazo de argumento en medio de la obra del CAREM es para construir -haceme reír- data centers en la Patagonia, porque ahí hace frío y no se calientan tanto los servidores? ¿Y entonces es más baratito minar criptomonedas para Elon Musk, Mark Zukerberg y siguen las firmas? ¿Los pocos MWe firmes de La Patagonia Ud. lo quiere dedicar a esas gansadas?

Mire, el Nuevo Plan Nuclear argentino tiene un único fin: vaciar, cerrar y privatizar el plan de siempre. Que, aceptado, anda rengo, pero es que tipos como los actuales gauleiters libertarios vienen barriéndole los tobillos desde 1982. Qué casualidad, cunado nos derrotaron en Malvinas.

El ACR-300 no es una central «Marca Cuchuflito», al decir de CFK. Es una estafa peor que la de eLibra. Porque mire, Ud. no se estafa a un centenar de giles. Ud. estafa al país.

Compatriotas, no estamos en manos únicamente de imbéciles. También de chorros vivísimos.

RECAPITULANDO, PERO SIN TERMINAR AÚN

El CAREM se planteó en 1984. decenas de veces fue frenado por los ut supra mentados muñecos, y hoy logró un avance del 65%. La obra está otra vez vacía, detenida, juntando óxido y agua de lluvia a espera de que Argentina vuelva a tener un gobierno argentino. No hay ninguno a la vista.

Sin competencia criolla, África en materia de centrales por ahora es de los rusos y los chinos. Estos recién llegaron al negocio nuclear en 1991. Nosotros estamos en ello desde 1974, y todavía con una central propia sin hacer. Cuando tengamos oferta, habrá que pelearle el queso a los rusos y, eventualmente, de los coreanos.

Es un queso colosal. Lo último que quieren los EEUU (y siguen las firmas) es que el desarrollo nuclear argentino, todavía independiente aunque groggy, rompa su corralito de únicamente reactores para países primerizos, en general sin RRHH atómicos, y en cambio entre a jugar también en primer, y se meta zigzagueando en el área chica resistiendo camiseteos, barridas, apilando defensores y haciéndole calesitas a los dueños del mercado mundial, y de pronto… GOL. Chupate esa mandarina.

Somos chiquitos pero peligrosos. Maradona era chiquito y nos dio algunas alegrías. Lo mismo, Messi.

Como referencia, el reactor vendido por INVAP a Holanda es una obra de U$ 600 millones. Un único CAREM de 4 módulos y 500 megavatios eléctricos en África, le significaría al país una contraro de entre U$ 15.000 y 20.000 millones de valor agregado argentino puro. En contraste, las exportaciones de soja y sus derivados, sin más valor agregado que la molienda, se cobraron U$ 25.000 millones. Eso sí, vaya a contar los miles de millones de chanchos que alimentamos en China. ¿No le da orgullo?

Con nuestra vocación unánime por gobiernos vendidos, todavía no tenemos oferta chica en el ruedo grande, ni en el africano, ni en el sudamericano ni en el de Oriente Medio, ni el de de Extremo Oriente. Tampoco en el ruedo argentino, si no se termina y entra en línea el CAREM. Y se inicia otro CANDU, preferiblemente en la costa atlántica. El agua de mar para refrigerar el circuito terciario es más fría, además de ilimitada.

Pero ilimitados son los piojos que nos comen, y las ratas que los propagan.

Hay lo que hay, y es lo que se votó.

El ruedo chico de los reactores multipropósito es argentino, sin embargo, se entere quien se entere y le guste a quien le guste. Los reactores más sofisticados, productivos e incluso lindos del planeta son argentinos y de INVAP y la CNEA: el OPAL de Australia, el INSHAS de Egipto y dentro de unos años, el PALLAS 2 de Holanda. Dicho a riesgo de repetirme, porque gente, no nos entran las balas.

Llegamos a Uganda repartiendo codazos, ésta será nuestra tercera obra nuclear en África pero no la última, no pinta que vaya a ser chica, y los países subsaharianos tomaron nota. ¡Apa, pintaron los Argies!

Llegamos como pudimos, pero aquí estamos.

Y ESTAMOS DONDE TENEMOS QUE ESTAR

Haber desembarcado en Uganda por la puerta chica da para descorchar un cabernet. Ni Japón ni Corea lo lograron.

Francia, que pudo poner un reactorcito universitario en Marruecos, hoy está con la ñata contra el vidrio mirando cómo nos comemos las facturas. Las hoy 58 centrales nucleaeléctricos de Francia, sus submarinos y sus portaaviones nucleares y sus fábricas de bombas atómicas funcionan desde los ’70 comprando a precio vil el uranio del sus colonias económicas del Sahel, particularmente de Níger.

No obstante, la paciencia de esta región hacia Madame la République está a la baja. Mali, Burkina Faso, Chad y Senegal, países áridos y paupérrimos, le están dando el raje a la empresa uranífera Orano y a sus cruentos capangas, la Legión Extranjera. Voilá du boudin!

El anticolonialismo africano resucitó, y si todavía no es el de los años´60, la tortilla se está dando vuelta. Argentina se está presentando en ese continente con foja limpia. Nunca la fuimos allí de colonizadores o chupasangres. Cuantimás, tenemos currículum, cortito pero bueno. Los reactores y plantas de radioisótopos argentinos en Argelia y Egipto se hicieron en términos favorables el comprador, especialmente en capacitación de RRHH y transferencia de tecnología. Ganaron por eso.

Las obras del NUR argelino y el INSHAS egipcio INVAP las terminó en tiempo y forma, funcionan bien, forman expertos, no contaminan, y la empresa barilochense tiene sucursal a pie de reactor y servicio de posventa al toque. Y ojo, eso no es tan fácil: lejos de estar bajado de un anaquel, cada uno de los reactores de la flota exportada por INVAP es único, un FOAK, un «first of a kind».

Fue diseñado a la medida del país comprador, casi no tiene componentes intercambiables con otros de INVAP o de otras marcas, y sin embargo Bariloche está ahí a la orden si algo se rompe. Damos garatías reales. Son cosas que hoy nos suman puntos en un continente expoliado y estafado por Europa desde 1560.

Si uno no tiene prontuario y quiere vender fierros sofisticados, África es el sitio adonde hay que estar.

Rusia, China y Corea lo saben. La Argentina no, porque -es invariable- no se entera de nada. Pese a ello, y sin maldito el apoyo gubernamental y en medio de la pandemia, en 2021 INVAP abrochó la venta de dos enormes radares portátiles 3D a Nigeria. Este país, con 238 millones de habitantes, es el sexto coloso demográfico del mundo.

Lo que nos lleva de vuelta y de cabeza a Uganda.

UN PAÍS SIN RELACIÓN ALGUNA CON EL NUESTRO.

Según Naciones Unidas, Uganda es el décimo país por rampa demográfica del planeta, un 3% anual. Hoy tiene 51,5 millones de habitantes en 2025 y una proyectada de 71,4 millones en 2040. Problema: la población vive en 241.550 km2, más o menos la superficie de nuestra provincia de Santa Cruz, y la de las tres islas sumadas del Reino Unido.

El centro nuclear de Soroti será la primera obra de INVAP en esta república calurosa, mediterránea y fértil, tendida entre las nieves perpetuas de la cordillera Rwenzoni. En esas nuboselvas sobreviven los últimos gorilas montañeses del mundo. Hacia el sur, el país tiene una costa interior sobre el desaforado lago Victoria.

La obra llega a tiempo: las necesidades insatisfechas de este país están en salud y educación se vienen agigantando con el crecimiento demográfico. Las mujeres ugandesas tienen más de 4 hijos, y la expectativa media de vida de los nacidos hoy ya es de 68 años. Ojo, compatriotas; son 17 años más que en 2000, cuando los ciudadanos se morían a los 51.

Éste es un país de jóvenes con un déficit agudo de profesionales NyC, y se irá llenando rápidamente de viejos sin acceso a la salud y que han tenido no mucho acceso a la educación. Pero el futuro reactor de Soroti, por su ingeniería multipropósito, tratará de dar pelea en ambos frentes.

En lo educativo Soroti va a tratar de ser la piedra base de un centro de ciencia y tecnología multifacético. Va a capacitar grados y posgrados uiversitarios, desde agrónomos a hidrólogos, y desde ingenieros a médicos, y desde reactoristas a físicos y químicos nucleares.

En lo sanitario, este complejo de plantas va a inaugurar la medicina nuclear nacional. Va a sustituir durante décadas la importación de radioisótopos de diagnóstico y de tratamiento en enfermedades típicas de la tercera edad. Viene de perlas, ahora que los ugandeses empiezan a aspirar a viejos. Esas enfermedades son las cardiológicas, oncológicas, neurológicas, gastroenterológicas e incluso inmunológicas.

Soroti intenta ser la universidad de entrenamiento de la primera generación de imagenólogos, radiólogos y radioterapeutas de Jahmur ya Uganda, nombre de la república en swahili.

Como en ese escueto país conviven decenas de idiomas de tres grandes familias linguísticas originales (bantú, sudanesa y nilótica), los dos idiomas de gobierno son el inglés y el swahili, lenguas francas, el segundo idioma de casi todo el mundo. Buena oportunidad para que en Bariloche dentro de unos años, los estudiantes secundarios hablen swahili hasta en las discos.

La empresa INVAP tiene sede en Río Negro. De puro canchera, ante los porteños sostiene que su edificio de la calle Esmeralda es apenas una sucursal. Según ellos, eso no es ser agrandado sino realista. La despampanante sede en Bariloche, con su fábrica de satélites y sus talleres y laboratorios nucleares, les da cierta razón.

Desde 2000, la empresa se volvió la más famosa del mundo en diseño y construcción de reactores nucleares. Ya antes era imbatible en el llamado Sur Global. Vaya a saber por qué demonios, porque casi todos sus países, probablemente por error, se instalaron en el Hemisferio Norte. Y económica y culturalmente, no son de la misma lana.

Bien, empezando por el Tercer Mundo (denominación más vieja y menos estúpida), desde 1976 INVAP recibió pedidos por 6 reactores. Construyó dos en Perú, uno en Argelia, otro en Egipto, otro en Arabia y está montando uno enorme en Holanda. No pongo en la lista los dos del cliente más jodido, ése que frena obras nucleares durante décadas, y paga tarde y a veces: la Argentina, con capital en Río de Nohayplata.

El de Uganda será entonces el tercer reactor de INVAP en África, el continente donde hay que estar si uno es de los que parten el átomo. Hoy 18 de cada 100 humanos son africanos, y esos africanos suman unos 2600 millones y contando. Son casi 100 millones más que los chinos en China. En 2050 los africanos serán 2500 millones, y su demanda insatisfecha en ciencias, ingenierías y medicina nuclear serán enormes.

No poder vender allí el CAREM sugiere que los gorilas de llanura en Argentina son mucho más juepuetas que los montañeses y en la niebla, allá en Uganda.

Dicho desde mi argentinidad al palo: que una empresa pública de mi país esté construyendo el principal multipropósito de Holanda, capaz de atender el 60% de la demanda europea de cerebros y radiofármacos, eso me da un prestigio más bien cholulo. Salgo en la revista Hola.Pero puedo sobrevivir sin esa foto que algún compatriota, posiblemente algún sotreta sin relación con el PALLAS, se sacará con la reina Máxima, otra exportación argentina.

La foto te la cambio cuando quieras por ser un proveedor de ciencias, ingenierías y medicina nuclear de África. Te lo cambio ya mismo por dejar atrás y tosiendo en la polvadera a chinos y rusos, pese a que estos venden gracias a que dan créditos de órdago, y no tanto por la plata como por la gloria de mearle la cancha geopolítica a las tierras de la OTAN, donde subsiste el invierno nuclear (el economico).

El presidente de la división nuclear de INVAP, ing. Felipe Albornoz, cuenta que en esta etapa de estudios de mecánica de suelos, INVAP será más bien un supervisor de dos empresas de ingeniería y montaje ugandesas. Añadió (y debe ser verdad) que Uganda prefirió la oferta nuestra por mejor afinidad entre la gente atómica de Uganda y los argentinos. No es la primera vez que sucede.

Europa y EEUU no pintaron ni a placet. Lo dicho: en África hoy currículum mata prontuario.

INVAP, con apenas 1200 expertos y casi sin administrativos, siempre ganó en licitación limpia (hay de todo) y no por mejor precio, sino por mejor oferta. Eso me decía siempre el gerente general Cacho Otheguy, que se nos fue en 2020, en medio de la pandemia.

Y al que AgendAR extraña mucho.

Daniel E. Arias

En julio llegó por 1ra. vez al puerto de Bahía Blanca un Suezmax, un carguero petrolero gigante

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La terminal de exportación de Otamerica Argentina (OTA) en Puerto Rosales concretó un nuevo hito en la logística energética nacional al recibir al Seaways Pecos, el primer buque tipo Suezmax que opera en el nuevo muelle inaugurado por la compañía en junio. El buque fletado por Trafigura exportará petróleo hacia Barbers Point, Hawái.

Con 274 metros de eslora, 48 metros de manga y bandera de las Islas Marshall, el Seaways Pecos es operado por la naviera estadounidense International Seaways y cargará crudo Medanito proveniente de Vaca Muerta en la terminal Otamerica de Puerto Rosales, y posteriormente crudo Escalante en TERMAP – Caleta Cordova/Oliva. En total serán 114.000 metros cúbicos, según informaron desde Otamerica.

“La importancia de este logro para Trafigura es significativo ya que demuestra el compromiso de la compañía con la innovación en nuevos estándares operativos y el desafío a la dinámica del mercado actual en el sector exportador de petróleo crudo de Argentina”, afirmó la compañía a través de un comunicado.

Este hito se suma al reciente logro de Trafigura con el buque Aframax ARIADNE, el primero de su clase en cargar en el nuevo muelle del Sitio 1 de Otamerica. El ARIADNE cargó 664.948 barriles de crudo Medanito entre el 16 y el 17 de julio y actualmente se dirige a la costa oeste de EE. UU.

Operación

Esta operación inauguró la capacidad del nuevo muelle para recibir buques de gran porte, como parte de la ampliación desarrollada por Otamerica mediante una inversión de US$ 600 millones. “El movimiento anticipa una nueva etapa para Puerto Rosales como nodo de exportación de energía con estándares internacionales”, aseguraron desde la empresa.

Desde el 28 de junio hasta la fecha, la terminal de Otamerica ya concretó 12 operaciones de exportación y se prevén otras cuatro antes de que finalice el mes, lo que refleja la creciente actividad en el renovado nodo portuario.

“El volumen previsto marcará un récord de carga individual para Puerto Rosales y representa un salto cualitativo en la operatoria logística del país. La maniobra se encuentra planificada en detalle y se espera que transcurra con total normalidad. Se trata de una operación diseñada bajo protocolos de seguridad internacionales y ejecutada en coordinación con Prefectura Naval Argentina, prácticos y organismos de control. Además, permitirá reducir costos logísticos, eliminar trasbordos y aumentar la competitividad del crudo argentino en mercados clave”, aseguraron desde la empresa.

Infraestructura

La infraestructura ampliada incluye un nuevo muelle de 2.000 metros con dos posiciones operativas para permitir el ingreso de buques Suesmax, Aframax y Panamax de hasta 160.000 toneladas, una estación de bombeo, una subestación eléctrica, y sistemas de automatización y seguridad bajo estándares internacionales. La construcción generó 1.000 puestos de trabajo.

El cuarto tanque de 50.000 m³, contemplado en la ampliación de la terminal, ya está en funcionamiento y los tanques cinco y seis estarán finalizados en agosto, lo que llevará la capacidad total de la terminal a 780.000 m³.

“Puerto Rosales se consolida así como uno de los principales hubs energéticos del país, con impacto directo en la competitividad del sector y en el desarrollo económico regional”, expresaron desde Otamerica.

El gobierno elimina retenciones a exportaciones mineras para destrabar inversiones en proyectos de cobre

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El Gobierno nacional estableció este jueves una alícuota del 0% para los derechos de exportación de 231 productos mineros comprendidos en el Nomenclador Común del Mercosur, aunque mantuvo el 4,5% vigente para el litio y la plata. La medida era una de las condiciones necesarias para destrabar inversiones millonarias en la cartera de proyectos de cobre, para lo cual la actual gestión ya había avanzado con otros instrumentos como la sanción del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI).

Los derechos de exportación son un impuesto que, como en otras actividades netamente exportadoras, es altamente distorsivo que afecta de forma directa a la competitividad y que en el caso de la minería no se aplica en ningún país que tiene fuerte presencia de esta industria, tanto de la región como otros grandes referentes como Australia y Canadá.

Hasta hoy, casi la totalidad de las exportaciones del sector pagaban 8% de retenciones, pero a partir del Decreto 563/2025 publicado este jueves, se establece una alícuota del 0% para los derechos de exportación en productos mineros. La medida, publicada en el Boletín Oficial argumenta la voluntad de fortalecer la capacidad exportadora del país y fomentar el desarrollo productivo, para lo cual se busca asegurar el máximo valor agregado en el país y promover las actividades productivas nacionales.

Registro de Exportaciones de Cobre

La norma también deroga el Decreto 308 del 12 de junio de 2022 que creó el Registro Optativo de Exportaciones de Cobre que estableció un esquema de retenciones variables según el precio internacional del metal oscile entre un valor base y un valor de referencia. El gobierno consideró en este punto que el registro nunca resultó operativo, por lo cual no hay beneficiarios inscriptos en dicho régimen promocional.

El sector del cobre tiene en carpeta un conjunto de proyectos en distintas etapas de desarrollo, de los cuales la concreción de apenas los seis más avanzados e importantes demandarán una inversión de casi US$20.000 millones en los próximos diez años, con un potencial exportador de unos US$10.000 millones al año, según un reciente informe de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM).

Esta semana, el secretario de Minería, Luis Lucero, afirmó que «la Argentina para 2030 podría ser proveedora del 2,2% del total de la producción global proyectada para ese año”, al citar que, según la Agencia Internacional de Energía, habrá un déficit sostenido de la oferta de cobre a nivel global y que será necesario extraer al menos 115% más de este metal que el que se ha extraído en la historia antes de 2018, solo para cumplir con las tendencias actuales.

La medida de reducción arancelaria abarca productos del sector minero que incluyen minería no metalífera, metalífera, rocas de aplicación, combustibles, y piedras preciosas y semipreciosas, para las cuales se busca generar condiciones favorables para la actividad minera, el comercio exterior, la creación de empleo y el ingreso de divisas.

Quinto complejo exportador

Según el texto, el sector minero es el quinto complejo exportador del país y representa, en promedio, el 80% de la canasta exportadora de provincias como Jujuy, Santa Cruz, San Juan y Catamarca. A pesar de su importancia, el sector solo contribuye con un 1,2% al PBI nacional, en comparación con hasta un 10% en otras economías mineras de la región.

La Secretaría de Minería explicó que «la reducción a 0% de la alícuota busca promover el desarrollo e incentivo de la inversión privada, la producción, el agregado de valor nacional y las exportaciones de las cadenas productivas sin comprometer la estabilidad fiscal», para lo cual se impulsó la medida para productos pertenecientes a la minería metalífera, la no metalífera, rocas de aplicación y otros.

«Con la reducción de la alícuota de los derechos de exportación se pretende mejorar el precio que percibe el productor, generar un incentivo no solo a invertir más, sino también a producir más y, mejorar la actividad económica en el sector minero, con más exportaciones y por consiguiente, más empleo», fundamentó la cartera que depende del Ministerio de Economía.

La Industria minera representa el quinto complejo exportador de Argentina, según detalla el INDEC en su informe de Complejos Exportadores del año 2024. Sus exportaciones constituyen cerca del 6% de las ventas argentinas al exterior, pero son inmensamente más significativas en las provincias donde se originan, ya que promedian el 80% de la canasta exportadora de Jujuy, Santa Cruz, San Juan y Catamarca. En la provincia de Salta, donde la industria minera es más joven, la minería ya representa cerca del 40% de las exportaciones provinciales.

Expedición marina: la ciencia, asediada, compite por la atención popular

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La transmisión en vivo de la expedición “Talud Continental IV” desde el cañón de Mar del Plata, una colaboración entre el CONICET y el Schmidt Ocean Institute —la fundación del ex-CEO de Google, Eric Schmidt— a bordo del buque de investigación Falkor (too), se convirtió en un fenómeno viral inesperado.

Millones de personas, hipnotizadas, veían por primera vez, en vivo y con una calidad inexplicable, corales vibrantes y criaturas fantásticas que los propios científicos, en un rapto de cultura pop, bautizaban “Patricio Estrella”, “Batatita” o “cangrejo drag queen”. Las redes sociales se inundaron de memes y la biología marina gozó de la popularidad que se merece. Casi, casi que nos recuerda a lo que sucede durante el Mundial.

La paradoja se asomaba insoportable. En medio de tiempos particularmente sombríos para el sistema científico argentino, el furor se sintió como un “faro de luz”, en palabras de un biólogo marplatense. Pero este éxito refleja también la complejidad de la ciencia como espectáculo. Cuando los recortes son una realidad concreta, la espectacularización puede ser una salida, pero también una trampa que distrae de la crisis que amenaza al sistema científico nacional. Como decía Guy Debord en La sociedad del espectáculo (1967), en la sociedad moderna todo se reduce a la representación. El espectáculo no es entonces una mera colección de imágenes, sino más bien una relación mediada por estas que marca el cambio de ser a tener y de tener a aparentar.

Como argumenta Francesco Rota, en la actualidad los científicos enfrentan el desafío del espectáculo —es decir, participar en medios de comunicación masivos y otras cuestiones comerciales— mucho más que en el pasado. Lo que sostiene Rota es que la aparición de una cultura cada vez más visual y experiencial si bien promovió el interés por captar la atención pública, no necesariamente propició descubrimientos científicos más relevantes. Por el contrario, esta creciente influencia sensacionalista en lugar de alentar una investigación rigurosa basada en el método científico, representa una derrota para la actividad científica ante la creciente tendencia a la espectacularización propia de los medios.

Ciencia en vivo y en directo

Hecha la salvedad, el caso de la misión submarina supone un éxito innegable, que no traiciona al espíritu del método científico. Por el contrario, parece darnos una ventana a las conversaciones propias de entornos de investigación —incluso si se corresponden con una minúscula fracción de cómo se pasa el tiempo haciendo ciencia— y conocer de primera mano el genuino asombro que despierta la curiosidad científica. Las comparaciones con el entusiasmo infantil son particularmente acertadas.

Este evento logró el asombro popular, algo no tan frecuente en la investigación. El chat de la transmisión se llenaba de mensajes de apoyo: “¡Viva CONICET!” o incluso un adorable “quiero saber qué tengo que estudiar para hacer esto”. En simultáneo, mientras una estrellita de mar culona apodada Patricio Estrella lograba sus 15 minutos de fama, se supo que no se le renovaría la beca a una científica especializada en toxinas de caracoles marinos. Su investigación, quizás una más silenciosa y sin luces de colores, tiene un potencial estratégico enorme: desarrollar analgésicos oncológicos hasta diez veces más potentes que la morfina.

El éxito no guarda discusión posible: la expedición en las profundidades de Mar del Plata tiene un impacto en la audiencia de YouTube extraordinariamente mayor que cualquier otra misión. Con 1,6 millones de vistas en su transmisión más popular, supera por sí sola el total de vistas de las expediciones de Atacama y Sandwich del Sur combinadas. Este nivel de popularidad también se refleja en su impresionante promedio de 513.522 vistas por stream, lo que sugiere que cada una de sus transmisiones captó una audiencia sostenida. 

Aunque las expediciones anteriores tuvieron un impacto modesto, su público base fiel que siguió las transmisiones lo hizo a una escala significativamente menor. Frente a los 12 millones de vistas acumuladas por la exploración marplatense, las dos misiones anteriores juntas no suman ni 150 mil en total. Antes de esta misión el canal apenas superaba los 10 millones de vistas desde su inicio. Hoy ya supera los 22 millones. ¡Argentina, Argentina!

Talento argentino

La participación fue posible gracias a que un equipo del CONICET ganó una convocatoria internacional de una fundación privada. El talento argentino compitió y obtuvo acceso a una tecnología de la que el país carece. Pero mientras el show nos maravillaba, la realidad en la superficie seguía su curso implacable. El presupuesto para “Ciencia y Técnica” sufrió un ajuste real del 30% en 2024 y los recursos para el CONICET cayeron un 23%, con una proyección de caída del 60% para el año que viene.

Aunque no queda claro cuántas personas se conectarían en vivo para mirar el análisis en una hoja de cálculo, entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, el sistema científico perdió más de 4.000 empleos, de los cuales el CONICET representa más del 36%. Por primera vez en 17 años, la cantidad de investigadores decreció. Los salarios y estipendios de las becas se desplomaron un 30% en términos reales. La consecuencia inevitable es la fuga de cerebros.

El año pasado, Jorge Geffner, investigador del CONICET, advirtió sobre el “desmantelamiento masivo de grupos de investigación” y confirmó que muchísimos científicos jóvenes ya estaban haciendo trámites para irse. Durante aquella misma reunión de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados, la vicedecana de Exactas de la UBA, Valeria Levi, habló de una caída de casi el 10% en el personal de las universidades. Fue este diagnóstico el que llevó a más de 68 premios Nobel a advertirle al presidente en una carta que el sistema científico argentino se acerca a un “peligroso precipicio”.

En este escenario, nuestro robot submarino se resignifica y la masividad de este espectáculo científico se vive no sólo como una celebración de la ciencia sino también como una manifestación en la lucha por la supervivencia, un intento desesperado por aparecer para no dejar de ser.

El show de la ciencia

La idea de la ciencia como espectáculo no es nueva. El motivo por el cual la expedición del CONICET funciona como show es el mismo por el cual funcionó la carrera espacial y hoy funcionan las proezas de SpaceX: nos devuelven grandes imágenes, muchas veces en vivo.

La ciencia siempre tuvo una dimensión teatral. En la Ilustración, los experimentos con electricidad eran eventos públicos. En la posguerra, el radiotelescopio de Jodrell Bank fue un gran espectáculo público. Pero estos eran espectáculos controlados. La expedición del CONICET apostó por la cultura del streaming: la crudeza del directo. No se trata de un documental de la naturaleza, esos que cada vez más se parecen a una hiperrealidad guionada donde la realidad nunca es suficiente. Es la ciencia ocurriendo, sin editar, con sus tiempos muertos y sus sorpresas. Esa autenticidad genera una comunión que recuerda al mayor espectáculo en vivo de la historia: la llegada a la Luna. Una imagen imperfecta, aunque en altísima resolución, transmitida a millones, uniendo al mundo en un asombro compartido. La transmisión del CONICET es genuina y honesta, en contraste con la sensación de que todo parece ser cada vez más falso.

Porque el CONICET, antes que nada, es. Es el principal organismo de ciencia y tecnología del país, creado en 1958 por un premio Nobel, Bernardo Houssay. Ocupa el puesto 22 a nivel mundial entre las instituciones gubernamentales de ciencia. No es solo oceanografía. Es un ecosistema de conocimiento. Tiene 985 patentes activas e incubó a 55 empresas de base tecnológica. Sus investigadores ganan premios internacionales, publican en las mejores revistas del mundo, y su valor estratégico es inmenso, tangible y, en su mayor parte, silencioso.

Quizá el comentario más insidioso que circuló en redes era el que sugería que este hitazo que metió el CONICET debería servir de lección: el futuro de la ciencia argentina está en hacer streaming y financiarse con regalías de plataformas. En una retorcida reformulación de aquel horrible “el pobre es pobre porque quiere”, quien hace ciencia y no tiene fondos suficientes se lo merece por no ingeniárselas para dar bien en cámara y entretener los ojos de un público que necesita ser entretenido a como dé lugar. Entre las respuestas a tan vergonzante y estúpida sugerencia muchas personas sugerían que no todas las disciplinas científicas son tan entretenidas de mirar por streaming. Incluso quien imagine que las personas que hacen biología marina se la pasan operando submarinos robóticos se llevará una brutal desilusión.

Ese es el palito que no hay que pisar, porque la lógica mercantilista ni tiene aplicación universal ni es tan exitosa como a veces parecería sugerirse. Alcanza con revisar la más mediocre historia de la ciencia para caer en la cuenta de que la investigación que solo opera bajo la lógica de los negocios —generalmente a corto o mediano plazo— deja afuera a la mayor parte de la ciencia básica, que muchas veces es la que genera los avances verdaderamente disruptivos y transformadores, pero cuyos resultados no son inmediatos ni directamente rentables. La trampa de reducir todo a parámetros mercantiles es sacrificar ese conocimiento profundo en favor de la ganancia inmediata, estancando el progreso real y convirtiendo la investigación en un simple motor de lucro a corto plazo.

El show tiene que continuar

Queda planteado, entonces, un dilema en sus términos más crudos. Por un lado, la bondad innegable de la expedición: explorar un territorio desconocido con recursos técnicos inexistentes en el país, inspirar vocaciones, fomentar el cuidado del planeta y generar un masivo apoyo público a una institución asediada. El componente educativo es tangible. “Hoy hablé con un colegio de Misiones. Les mostramos el barco, los bichos, todo. Ya muchos chicos preguntan dónde se estudia biología marina. Eso nos emociona”, contaba el biólogo Gregorio Bigatti desde el buque.

Por otro lado, el riesgo de que la fascinación por lo viral nos haga olvidar la importancia de las investigaciones silenciosas, esas que no siempre tienen oportunidad de poner nombres de personajes de dibujitos. El peligro de que el espectáculo desvíe la atención del problema de fondo —el recorte brutal—, dando por hecho que este evento es algo habitual o, peor, suponiendo que la ciencia es meramente transaccional y solo vale si produce millones de vistas.

El éxito de un streaming no puede ni debe apañar la crisis que atraviesa la ciencia argentina. Celebrar este evento es necesario, pero sin olvidar la tormenta que se atraviesa. El desafío es cómo usar el poder del espectáculo para defender la institución más meritocrática del país, para que el aparecer no termine devorándose al ser.

No olvidemos que la ciencia no es solo un espectáculo.

Valentin Muro

Paro en ARSAT. Por salarios y desmantelamiento de proyectos estratégicos

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«La empresa estatal de soluciones satelitales ARSAT, pilar de la soberanía tecnológica argentina, atraviesa un momento crítico debido al desmantelamiento progresivo que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. Pese a que la empresa sigue generando ingresos y superávit, adeuda los incrementos paritarios a los trabajadores y suspendió la reinversión en sus funciones estratégicas.

Según los últimos datos Oficina Nacional de Presupuesto, en los primeros nueve meses de 2024, ARSAT registró un superávit de $ 22.500 millones, con facturación récord de $ 96.315 millones. El monto supera en un 507% al del mismo periodo de 2023.

«ARSAT genera ganancias y no requiere aportes extraordinarios del Tesoro para pagar sueldos»

En este sentido, el secretario general de FOETRA, Claudio Marín, describió la situación como “paradojal” dado que “ARSAT es una empresa moderna y superavitaria, que genera ganancias y no requiere aportes extraordinarios del Tesoro para pagar sueldos. Sus reservas le permitirían afrontar los aumentos adeudados y avanzar en los proyectos que en la actualidad están desfinanciados”.

ARSAT es responsable de mantener la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO) de 37.000 kilómetros, la más potente y moderna del país, que conecta a lo largo y ancho de Argentina. También opera un data center de alta tecnología en Benavídez, considerado de los mejores y más eficientes de Latinoamérica, y es responsable de la Televisión por Aire (TDA).

Además, cuenta con dos satélites en órbita, íntegramente fabricados en el país con tecnología nacional, que mejoran la conectividad en Argentina y Latinoamérica. Marín señaló que “preocupa la situación de un tercer satélite, mayormente pago, cuyo dinero adeudado a proveedores no se está entregando, poniendo en riesgo la finalización del proyecto y la pérdida de millones de dólares ya invertidos”.

Las razones detrás de esta situación, según FOETRA, no tienen que ver con la economía o la eficiencia de la planta de trabajadores, sino con “intenciones de hacer de la compañía un activo atractivo para su paralización y desguace al mejor postor”, explicó Marín. Esto permitiría la cesión de activos clave al sector privado, reduciendo su rol público como ente tecnológico y soberano.

Desde esta perspectiva, el Gobierno impulsa el plan para cotizar en bolsa un 49 % del capital de ARSAT en 2025, conservando el Estado el 51 % restante. También, la liberación, en octubre pasado, de los espectros 5G que estaban asignados a ARSAT, cedidos al sector privado, y las gestiones para atraer a Elon Musk y SpaceX a operar o invertir en Argentina.

Estas condiciones configuran un panorama en el que ARSAT pierde capacidad operativa y estratégica en áreas determinantes, mientras que su gestión pasa por frenar la inversión y acelerar la privatización parcial.

Un año y medio de salarios congelados

En materia de salarios, Marín denunció que “hace ya un año y medio que no se actualizan, lo que genera una pérdida salarial de más de la mitad del ingreso. Según detalló “perdieron un 52% en el último trimestre debido a la exclusión del aumento sectorial por parte de la Secretaría de Empleo Público que ha rechazado sistemáticamente las negociaciones paritarias del sector, imponiendo aumentos inferiores a los logrados en el ámbito de las telecomunicaciones”. El total de la pérdida de poder adquisitivo es alarmante, frente a una inflación acumulada del 417% desde la asunción de la administración Milei, la paritaria en ARSAT alcanzó apenas un 114,5%.

El gremio viene visualizando esta situación desde hace un año y medio en distintas asambleas y medidas de acción directa. Ya realizó 12 paros y movilizaciones. En sintonía, mantuvo encuentros con diputados de todos los bloques en la Cámara de Diputados y Senadores, a excepción del bloque de La Libertad Avanza, para dar cuenta de la relevancia de la tarea de ARSAT a lo largo y ancho del país.

Además, en el ámbito de la justicia laboral, realizó una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que ya respondió favorablemente, notificando al gobierno argentino la necesidad de sentarse a discutir salarios. También presentó una denuncia en el Juzgado Nacional del Trabajo N° 48, que todavía no se ha expedido.

La preocupación por ARSAT, su significado para Argentina y la necesidad de salarios dignos para sus trabajadores, son el centro de este conflicto. El objetivo es visibilizar la situación laboral a la opinión pública, por ello las y los trabajadores realizarán, este 8 de agosto, un cese de tareas y marcharán hasta la sede judicial en Lavalle al 1200.»

La Tierra pierde agua dulce a un ritmo acelerado desde 2002

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La Tierra ha experimentado una pérdida de agua dulce sin precedentes desde 2002, reveló un nuevo estudio dirigido por la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) y publicado el viernes en la revista científica Science Advances.

Un grupo de investigadores evaluó más de dos décadas de datos satelitales de las misiones germano-estadounidenses GRACE y GRACE-FO y descubrió la aparición de cuatro regiones de «megasequedad»: el suroeste de Norteamérica y América Central, Alaska y el norte de Canadá, norte de Rusia y Oriente Medio-norte de África.

Según los científicos, las zonas terrestres secas se están expandiendo a un ritmo que representa aproximadamente el doble del tamaño del estado estadounidense de California cada año. Además, la velocidad a la que las zonas secas se vuelven más secas ahora supera la velocidad a la que las zonas húmedas se vuelven más húmedas.

Las implicaciones negativas de esto para el agua dulce disponible son alarmantes, pues casi 6.000 millones, aproximadamente el 75 % de la población mundial, vive en 101 países que han estado perdiendo agua dulce durante los últimos 22 años.

Los investigadores explican que la desecación continental se ve impulsada por las sequías extremas, el continuo agotamiento de las aguas subterráneas y el cambio climático.

Economía y geopolítica de los aranceles de Trump (a la fecha)

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El 1° de agosto, la Casa Blanca anunció un nuevo paquete arancelario que afecta a decenas de países, incluidos aliados históricos como Canadá, la Unión Europea, Japón y Brasil. El resultado: un salto en la incertidumbre económica global y la consolidación de un enfoque mercantilista basado en el castigo selectivo.

El resultado general

Trump incrementó aranceles a 19 países, se los redujo a 42 países y otros 8 no tuvieron cambios en relación con el 2 de abril. En promedio, aumentó los aranceles en 9 puntos, aunque con casos extremos, incluyendo Brasil (+40), Canadá (+35%) y México (+24), que aún están en negociaciones. Si sacamos estos casos, el promedio del incremento fue de 4 puntos.

¿Valió la pena negociar con Trump?

Los gobiernos que llegaron a acuerdos con Trump obtuvieron en promedio una reducción de 9 puntos. Los que se quedaron sin acuerdo recibieron una reducción de 5 puntos. Una diferencia de 4 puntos no parece gran cosa, más si consideramos que quienes negociaron tuvieron que hacer concesiones y promesas.

¿Cuál es la lógica?

¿Cómo explicar el nivel de arancel que recibió cada país? Es difícil contar una sola historia. Por un lado, hay un uso de los aranceles para sancionar o castigar a líderes que no se inclinan ante Trump. Es el caso, por ejemplo, de Canadá, a quien le impuso un arancel del 35%. La Casa Blanca justificó la medida acusando a Ottawa de no colaborar lo suficiente para frenar una supuesta “ola constante de fentanilo y otras drogas ilícitas”, una ola que, vale aclarar, no existe. También se mencionó, de paso, la retaliación canadiense a aranceles previos. Pero Trump, con su habitual claridad conceptual, reveló el verdadero motivo: los planes de Canadá para reconocer un Estado palestino complican, según él, cualquier posibilidad de acuerdo comercial.

Otro caso de castigo es el Brasil de Lula. El motivo no fue disimulado: Trump vinculó directamente la sanción con el juicio que enfrenta Jair Bolsonaro, su aliado ideológico, por haber intentado revertir su derrota electoral en 2022. Un episodio, huelga decirlo, con inquietantes resonancias para el propio expresidente estadounidense.

India tampoco escapó a la lógica del garrote. Fue sancionada con un arancel del 25% justo cuando sus funcionarios manifestaban optimismo sobre un acuerdo. Trump habló de “barreras comerciales”, pero enseguida pasó al tono personal: amenazó con nuevas sanciones y reprendió al gobierno de Narendra Modi por comprar petróleo y armamento ruso. 

Sudáfrica, otro miembro de los BRICS, recibió una tarifa del 30%. En este caso, el castigo tiene un tinte aún más inquietante: una disputa con la Casa Blanca alimentada por teorías conspirativas sobre un supuesto “genocidio blanco”, una obsesión recurrente entre los sectores más extremos del trumpismo.

¿Está ensañado Trump con los BRICS?

No parece casualidad el hecho de que Brasil, India y Sudáfrica hayan estado entre los más castigados. De hecho, durante la última cumbre del bloque BRICS, Trump amenazó con aranceles del 10% a cualquier país que, a su juicio, se alinee con las políticas “antiestadounidenses” de ese club emergente.

Pero, ¿y China? Aún no hay un acuerdo y los plazos se extendieron más aún. Mientras tanto, Washington dio señales de distensión, levantando restricciones a la venta de semiconductores y software, pausando embargos y negándole una escala en New York al presidente de Taiwán. En concreto, el arancel hacia China hoy, lunes 4 de agosto, es del 10%. 

El otro caso abierto es México, el mayor socio comercial de Estados Unidos. Trump decidió darle 90 días más a la negociación, extendiendo los aranceles actuales hasta nuevo aviso. 

¿Qué hay más allá del castigo?

Recordemos que una de las explicaciones dadas por el propio Trump fue que sus medidas forzarían a las empresas a relocalizar sus plantas en Estados Unidos y así evitar pagar aranceles adicionales. Pero los aumentos, al menos hasta hoy, no parecen ser lo suficientemente punitivos como para forzar relocalizaciones, una tarea que lleva años hacer. Con un arancel promedio en 17 puntos, es probable que haya algo de mudanza (reshoring) pero lo más probable es que las empresas reduzcan costos y/o márgenes de ganancias, que los exportadores absorban una parte del arancel, los importadores otra parte y algo pase a precios, que serán absorbidos por los consumidores.

Y, sin embargo, hay un interés más directo: aumentar la recaudación. Según datos del Departamento del Tesoro, los derechos de aduana, junto con algunos impuestos especiales, generaron 152 mil millones de dólares hasta julio, aproximadamente el doble de los 78 mil millones recaudados en el mismo período del año fiscal anterior.

Agujero fiscal

La idea detrás parece simple: cubrir el agujero del presupuesto 2026 provocado por la reducción de impuestos con derechos aduaneros. Pero hay dos puntos a mirar. Por un lado, el agujero a cubrir es aproximadamente de 3.4 billones de dólares (trillones gringos). Los economistas estiman que los derechos aduaneros podrían llegar a 2 billones en diez años, una estimación muy por debajo de lo necesario para cubrir recortes. Por otro lado, el dato no menor es el costo en aumento de pedir dinero prestado desde el 2 de abril. En mayo, la calificadora de riesgo Moody’s rebajó la deuda de Estados Unidos un escalón desde su nivel más alto, citando el aumento de la deuda y de los pagos de intereses, lo que la convirtió en la última de las grandes agencias de calificación en degradar la deuda soberana del país.

Durante el último año fiscal, el servicio de la deuda del gobierno federal superó por primera vez el billón de dólares, más del doble de los intereses pagados una década atrás. En los primeros ocho meses del año fiscal 2025, el servicio de la deuda costó 776 mil millones de dólares y podría alcanzar o superar los 1,3 billones para fin de año. Siendo así, el beneficio de cobrar más derechos aduaneros apenas servirá para compensar el agujero fiscal y el costo de pedir dinero.

¿Qué está en juego?

Robert Keohane, uno de los grandes teóricos del institucionalismo liberal, lo dijo con claridad en los años 80: los regímenes internacionales no existen para imponer armonía, sino para reducir la incertidumbre y los costos de transacción. No buscan justicia, sino previsibilidad. Permiten que incluso los Estados más desconfiados interactúen sin tener que renegociar todo, todo el tiempo. Son contratos tácitos que sustituyen la anarquía por la rutina. Su mayor virtud es simple: saber a qué atenerse.

El comercio global nunca fue una catedral de principios elevados, sino un modesto edificio funcional, sostenido por reglas compartidas, previsibles y suficientemente estables como para que los actores económicos pudieran hacer planes más allá del viernes. Donald Trump no vino a reformar esa estructura, sino a dinamitarla. No porque tenga una visión alternativa del orden comercial, sino porque desconfía, en lo más profundo, de cualquier orden.

El verdadero riesgo

La pregunta ya no es si el orden liberal puede sobrevivir sin hegemonía, sino si puede hacerlo sin rutina. Trump no derrumba el templo del multilateralismo: simplemente lo deja en pie, pero corroído desde adentro. Keohane creyó que los regímenes podían perdurar en un mundo post hegemónico. Lo que no imaginó es un mundo post previsible.

Federico Merke

Cáncer, de la radioterapia a la edición genética: la historia de los nuevos tratamientos

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Durante una noche de 1943, en el puerto italiano de Bari, un ataque aéreo alemán hizo estallar un buque aliado que transportaba un cargamento secreto: bombas con gas mostaza. Este gas, utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial, se dispersó por aire y agua. Cuando los médicos atendieron a soldados expuestos, notaron que sus médulas óseas estaban devastadas. Aquel hallazgo trágico encendió una idea inesperada: si el gas destruía células rápidamente, ¿podría usarse para atacar células que crecían sin control? Así nació la primera pista que condujo al desarrollo de la quimioterapia contra el cáncer.

La historia del tratamiento oncológico es un recorrido marcado por descubrimientos fortuitos, avances científicos y esfuerzos humanos, a menudo en medio del dolor y la urgencia. Hace un siglo, el cáncer se combatía principalmente con cirugías mutilantes que buscaban eliminar físicamente el tumor, muchas veces dejando secuelas importantes. Hoy, el panorama es muy distinto: los tratamientos van desde esas primeras intervenciones hasta terapias celulares personalizadas, que actúan a nivel molecular y permiten atacar el cáncer con una precisión nunca antes vista.

Además, se está avanzando en tecnologías que prometen cambiar profundamente el abordaje del cáncer. Algunas ya forman parte del arsenal terapéutico, como la inmunoterapia, capaz de reeducar al sistema inmunológico para que reconozca y elimine las células malignas. Otras, como la edición genética con la técnica CRISPR, ofrecen la posibilidad de corregir alteraciones en el ADN que predisponen al desarrollo de tumores. Si bien muchas de estas herramientas todavía se encuentran en etapas experimentales o de acceso limitado, su potencial para redefinir el tratamiento abre una nueva era en la oncología.

Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecular. La posibilidad de identificar alteraciones genéticas antes de que se manifiesten clínicamente, o de intervenir de manera temprana en los procesos biológicos que dan origen al cáncer, está cada vez más cerca. Incluso se investiga cómo potenciar la capacidad natural del sistema inmune para reconocer señales precoces de transformación celular, años antes de que se desarrolle un tumor. Lo que hasta hace poco parecía una utopía —anticiparse al cáncer antes de que aparezca— empieza a perfilarse como un objetivo alcanzable en el horizonte científico.

Los resultados ya se reflejan en cifras alentadoras. Según Our World In Data, hace 50 años la leucemia infantil era casi siempre fatal, con menos del 10% de supervivencia a cinco años tras el diagnóstico. Hoy, en Norteamérica y Europa, esa tasa asciende al 85%. La leucemia linfoblástica aguda (ALL), la más común, vio su supervivencia crecer del 14% en los 60 al 94% en 2010, mientras que la leucemia mieloide aguda (AML), más compleja, pasó del 14% a más del 60%.

Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecular
Con el impulso de la medicina personalizada, investigadores de todo el mundo ya trabajan para ir más allá del tratamiento y apuntar a la prevención molecularGorodenkoff – Shutterstock

El estudio Concord-3, el más amplio sobre supervivencia al cáncer, analizó 37,5 millones de pacientes en 71 países y reveló que, entre 2000 y 2014, la supervivencia a cinco años mejoró en la mayoría de los tipos de cáncer gracias a avances en prevención, diagnóstico temprano y tratamientos. En Argentina, la supervivencia a cinco años aumentó del 82,3% al 84,4% en cáncer de mama, y del 83,5% al 87,6% en cáncer de próstata, con mejoras más notables en cánceres infantiles, que pasaron del 65% al 76,1%.

“A nivel local, en el Concord-3 se analizaron datos de cinco registros (Chubut, Córdoba, Mendoza, Tierra del Fuego y el Registro Oncopediátrico Nacional). Aunque representan solo un 9% de la población, permiten estimar que el país está por debajo de los países desarrollados, pero por encima de la media latinoamericana”, explica Matías Chacón, oncólogo del Instituto Alexander Fleming.

“El cáncer ha pasado de ser una enfermedad de un órgano a ser una enfermedad molecular. Cada vez se diagnostica con mayor precisión y se puede tratar mejor”, destaca Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME).

Cirugía: los primeros pasos

A comienzos del siglo XX, el cáncer se trataba casi exclusivamente con cirugía. William Halsted desarrolló la mastectomía radical para cáncer de mama, que extirpaba tumor, tejido mamario, músculos del pecho y ganglios linfáticos, basado en la idea de propagación local ordenada. Es un concepto médico (ya superado) que sostenía que el cáncer se disemina de forma progresiva y predecible desde el tumor primario hacia los tejidos cercanos.

Pocos años después, Marie Curie descubrió elementos como el radio y el polonio, que emitían radiación capaz de dañar tejidos vivos. Esto dio origen a la radioterapia, basada en la idea de usar haces de alta energía para destruir células cancerosas. Fue la segunda gran herramienta contra el cáncer y aún se emplea, muchas veces junto a cirugía o quimioterapia.

“Actualmente podemos hacer tratamientos focalizados en el lugar donde está la enfermedad para buscar erradicarla. Con estas técnicas modernas lo que hacemos también es evitar o reducir de forma muy significativa el daño que generamos en los tejidos vecinos sanos que no queremos lastimar. En ese sentido, anteriormente no podíamos aumentar mucho la dosis porque teníamos la limitación de que lastimábamos tejidos sanos”, resalta Gonzalo Gomez Abuin, jefe de investigación en Oncología del Hospital Alemán.

El gas mostaza y el nacimiento de la quimioterapia

El gas mostaza dañaba glóbulos blancos, lo que llevó a investigar compuestos similares para tratar enfermedades con proliferación descontrolada, como ciertas leucemias. Así nació, luego de años de investigación, la quimioterapia, el primer tratamiento farmacológico contra el cáncer, que actúa sistémicamente para alcanzar células tumorales diseminadas. Los fármacos interrumpen la multiplicación de células cancerosas, pero también afectan células sanas de rápida división, causando efectos secundarios, como caída del cabello o náuseas.

Tasa de mortalidad por cáncer según tipo, en la Argentina

Número estimado de muertes por diferentes tipos de cáncer por cada 100.000 personas

Tasa de mortalidad por cáncer según tipo, en la Argentina

“Respecto a la quimioterapia, inicialmente eran tratamientos muy tóxicos con eficacia en tumores hematológicos. El avance más importante hoy es asociar la quimioterapia a anticuerpos conjugados con drogas. En lugar de distribuir quimioterapia en sangre, se pega a un anticuerpo que la lleva a la enfermedad y la libera allí, logrando mejores resultados, mayor control y menos toxicidad”, explica Gomez Abuin. Aunque cabe destacar que son técnicas emergentes para algunos tumores específicos.

En las décadas de 1960 y 1970 se combinaron tratamientos para mejorar resultados: cirugía seguida de radioterapia y quimioterapia para reducir recurrencias en cáncer de mama. También surgió la terapia hormonal para cánceres sensibles a hormonas, como el de mama y próstata, que bloquea hormonas que estimulan tumores, frenando o revirtiendo la enfermedad.

De las terapias dirigidas a la edición genética

El tratamiento del cáncer dio un giro decisivo a partir de las décadas de 1980 y 1990, cuando comenzaron a desarrollarse las terapias dirigidas, diseñadas para actuar sobre alteraciones moleculares específicas de las células tumorales. A diferencia de la quimioterapia convencional, que no distingue entre células sanas y malignas, estos fármacos actúan como una suerte de llave que encaja en un blanco preciso —ya sea una proteína o un gen alterado— reduciendo los efectos colaterales.

En paralelo, se perfeccionaron los trasplantes de médula ósea, una técnica que permite reponer las células madre hematopoyéticas destruidas por tratamientos intensivos como la quimioterapia o la radioterapia. Estas células pueden provenir del propio paciente (autólogo) o de un donante compatible (alogénico). El trasplante se consolidó como una herramienta clave en el tratamiento de enfermedades de la sangre, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.

El inicio del siglo XXI trajo otro cambio de paradigma con la finalización del Proyecto Genoma Humano en 2003. Este hito permitió secuenciar el ADN humano y entender con mayor profundidad las mutaciones que causan distintos tipos de cáncer. A partir de ese avance surgió la medicina personalizada, un enfoque que adapta el tratamiento a las características moleculares de cada tumor.

Ese conocimiento molecular también sirvió de base para el desarrollo de terapias génicas y celulares. Entre las más avanzadas se encuentra la terapia CAR-T, una técnica que extrae un tipo de glóbulo blanco llamado célula T —encargado de defender al organismo—, lo modifica genéticamente para que reconozca un marcador tumoral específico y lo vuelve a introducir en el cuerpo para que ataque con precisión al cáncer. Aunque compleja y costosa, ha demostrado eficacia en ciertos tipos de leucemias y linfomas resistentes a otros tratamientos.

Más recientemente, se desarrolló una herramienta llamada CRISPR-Cas9, que permite editar el ADN con gran precisión, como si fuera un bisturí molecular. Aunque su uso clínico aún es experimental, tiene el potencial de corregir mutaciones que causan cáncer o de potenciar otras terapias, como la inmunoterapia. En el futuro, podría incluso contribuir a prevenir o curar ciertos tumores desde su origen.

La inmunoterapia, el despertar del sistema inmune.

Otra gran revolución es la inmunoterapia, que actúa como si le quitara la venda de los ojos al sistema inmunológico. Normalmente, el sistema inmune funciona como un ejército que patrulla el cuerpo en busca de amenazas, pero los tumores son expertos en disfrazarse y pasar desapercibidos.

Los inhibidores de puntos de control inmunológico funcionan como si desactivaran los frenos de ese ejército: bloquean proteínas que normalmente le dicen a las células de defensa “no ataques”. Al quitar esos frenos, las células T pueden ver al enemigo y actuar. Gracias a esta estrategia, se lograron resultados sorprendentes en cánceres que antes eran casi imposibles de tratar, como el melanoma metastásico o el cáncer de pulmón de células no pequeñas.

“Hemos comprendido por qué el sistema inmune no elimina el tumor, y que el tumor se adapta para evadirlo. Entender estos mecanismos permitió desarrollar fármacos que desbloquean el sistema inmune para que ataque al tumor”, resalta Gomez Abuin.

Investigación, desarrollo y acceso equitativo

“Hoy, el desafío no es solo seguir desarrollando terapias más eficaces, sino también garantizar el acceso equitativo a estos tratamientos. Buena parte de estos avances han sido posibles gracias a la inversión en innovación, lo que permite tener más y mejores alternativas terapéuticas para los pacientes”, indica Baldini.

Los asociados a CAEME, que incluyen a la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC), invierten alrededor de USD 750 millones en investigación clínica en el país, lo que representa el 46% de la inversión privada total en investigación y desarrollo del sector empresarial argentino. Estas compañías concentran el 93% de la inversión en ensayos clínicos en el país y el 85% del capital humano dedicado a esta actividad.

Actualmente hay más de 1.000 ensayos clínicos en curso en el país que brindan acceso temprano a terapias de última generación y una cartera creciente de proyectos en terapias avanzadas, como las génicas y celulares (CAR-T), con estudios en marcha en la Argentina.

“Es clave que los argentinos podamos disponer y tengamos acceso oportuno a tratamientos de vanguardia, seguros, eficaces y de calidad en un marco de sustentabilidad, transparencia, seguridad jurídica y confianza. Fortalecer el marco regulatorio e impulsar la toma de decisiones basadas en evidencia científica, así como consensuar nuevas formas de financiamiento son algunos de los desafíos que tenemos por delante”, asegura Baldini.

Prevención y detección temprana, claves del éxito

Para Chacón, es urgente incorporar nuevas tecnologías para fortalecer la prevención primaria y secundaria, especialmente en tumores prevenibles o tratables. Ejemplos exitosos son vacunas contra VPH, que redujeron el cáncer de cuello uterino. “El futuro tiene muchas oportunidades, pero optimizar políticas sanitarias debe ser prioridad en Latinoamérica”, subraya.

Claudio Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, advierte que muchos factores de riesgo son modificables. “El tabaco es el principal factor prevenible, asociado no solo a cáncer de pulmón, sino también de orofaringe, esófago, vejiga y páncreas”. También señala la importancia de mantener un peso adecuado, evitar sol sin protección, limitar alcohol y hacer ejercicio para reducir riesgo. “Las estrategias no son complejas, pero requieren mayor difusión y políticas públicas para llegar con información clara y continua”.

En cuanto al diagnóstico precoz, menciona estudios clave como la mamografía, el Papanicolaou, la colonoscopía, la detección de sangre oculta en materia fecal y la tomografía de tórax en personas fumadoras. Sin embargo, advierte sobre la inequidad en el acceso a tecnologías y tratamientos en Argentina: “Hay poblaciones con acceso muy limitado y otras con un panorama apenas mejor. Esta desigualdad compromete tanto el diagnóstico temprano como el tratamiento oportuno, dos factores fundamentales para mejorar la sobrevida”, señala Martín.

Alejandro Horvat