La ONU y la Cruz Roja señalan regiones que se volverán inhabitables por las olas de calor

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Las Naciones Unidas y la Cruz Roja advirtieron esta semana que regiones enteras se volverán inhabitables en las próximas décadas a causa de las olas de calor, que serán cada vez más frecuentes e intensas. En ese marco instaron a los países a prepararse para evitar un importante número de muertes a través de inversiones sostenidas en el tiempo que permitan atenuar el impacto del cambio climático.

Según los organismos, existen límites a partir de los cuales los seres humanos expuestos a un calor y humedad extremos no pueden sobrevivir y a partir de los cuales las sociedades no son capaces de adaptarse.
«Las olas de calor podrían alcanzar y superar (esos) límites fisiológicos y sociales» en las próximas décadas, sobre todo en regiones como el norte de África y el sur y el suroeste de Asia, informaron la ONU y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) en un informe conjunto. Ese pronóstico derivará en «sufrimientos y pérdidas de vidas humanas a gran escala, movimientos de población y una agravación de las desigualdades», resaltaron en una conferencia de prensa Martin Griffiths, jefe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), y Jagan Chapagain, secretario general de la FICR. «No queremos dramatizar la situación, pero los datos muestran claramente que el futuro es muy sombrío», lamentó Chapagain sobre el reporte difundido este lunes, a menos de un mes de la conferencia anual de la ONU sobre cambio climático (COP27), que se celebrará en noviembre en Egipto.

El peligro meteorológico más mortífero

Según el documento de la ONU y la FICR, en casi en todas los territorios en los que existen estadísticas disponibles, las olas de calor constituyen el peligro meteorológico más mortífero, un fenómeno que se volverá cada vez más letal a medida que se acentúe el cambio climático. Las olas de calor ya han provocado algunas de las catástrofes más mortíferas jamás registradas: el informe recuerda que la ola de calor que azotó Europa en 2003 dejó más de 70.000 muertos, y que la canícula que vivió Rusia en 2010 mató a más de 55.000 personas. Según el documento, los expertos prevén que las tasas de mortalidad vinculadas con el calor extremo sean muy altas, «comparables, en magnitud, con todos los cánceres para finales de siglo».

Asesino silencioso

Este año, regiones y países enteros del norte de África, Australia, Europa, el sur de Asia y Oriente Medio, así como China y el oeste de Estados Unidos, han sufrido temperaturas récord. El calor extremo, advirtió el informe en ese sentido, es un «asesino silencioso» cuyos efectos van a amplificarse, creando inmensos desafíos para el desarrollo sostenible del planeta y provocando nuevas necesidades humanitarias. «El sistema humanitario no tiene los medios para resolver por sí solo una crisis de tal magnitud. Ya nos faltan fondos y recursos para responder a algunas de las peores crisis humanitarias de este año», dijo Griffiths durante la rueda de prensa de presentación del documento.

Atenuar el cambio climático

Los organismos llamaron a hacer importantes inversiones, de forma urgente y sostenidas en el tiempo, para atenuar el impacto del cambio climático y contribuir a la adaptación a largo plazo de las poblaciones de los países más vulnerables, ya que según un estudio citado en el informe, el número de personas pobres que viven en condiciones de calor extremo en zonas urbanas aumentará un 700% para 2050, especialmente en África occidental y el sureste asiático. En ese marco, Naciones Unidas y la Cruz Roja insistieron en la importancia de reconocer los límites de la adaptación al calor extremo ya que algunas medidas, como el aumento de los sistemas de climatización, son costosas, consumen mucha energía y no son viables a largo plazo, al contribuir de por sí al cambio climático. Sí es importante, concluyeron, reducir «de forma agresiva» las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que sino el planeta se enfrentará a «niveles de calor extremo inimaginables hoy en día», insistieron ambos organismos.

El menú de opciones para el dólar

Reproducimos las observaciones que hace hoy @marcelofalak en su imprescindible newsletter DesPertar. Describe mejor que economistas o funcionarios la situación actual. Agregamos un comentario al final.
«Más temprano que tarde, Sergio Massa deberá tomar una decisión: si su obsesión es, como afirma en sus reuniones privadas, reducir la brecha entre los tipos de cambio paralelos y el oficial para desalentar las expectativas de devaluación de este último, debería cambiar su política de multiplicación de dólares especiales y tomar decisiones más contundentes, que no pasarían necesariamente por una devaluación lisa y llana, ruinosa para la parte más pobre de la sociedad. Si no lo hiciera, el brete que hoy lo envuelve podría resultar bastante mayor. No había que mirar las estrellas para saber que el anuncio del «dólar Catar» iba a provocar un veloz incremento del blue. Como se dijo ayer en desPertar, si viajar al exterior va a costar desde hoy –con la reglamentación respectiva ya publicada– unos 314 pesos por dólar, será inevitable que esas personas prefieran comprar billetes verdes más baratos en el segmento paralelo para hacer sus gastos. Y a mayor demanda, mayor precio. La escalada ya empezó. El blue, que antes del fin de semana largo había cerrado a 277 pesos, el martes –tras el anuncio– saltó a 280 y ayer, a 289. Punta a punta, 4,33% en solo dos ruedas, 3,21% solamente en la de ayer. En síntesis: el «dólar Catar», que encarece el «tarjeta» ya recargado tres veces anteriormente con un 25% a cuenta del impuesto a los Bienes Personales, le pone un nuevo piso al blue. Dólar ilegal, ¿cuál es el problema? El blue influye mucho menos que el tipo de cambio oficial en la formación de precios internos e incluso menos que los dólares negociados en bolsa. Sin embargo, no es inocuo, hace titulares, crea expectativas y estimula a remarcar a los pequeños comercios. Además, su trayectoria no es ajena a la de los financieros, que de hecho ayer crecieron hasta 2,3% y superaron incluso la barrera del ilegal. Si la idea de Massa es reducir la brecha cambiaria «desde abajo», acelerando las minidevaluaciones cotidianas del oficial, y «desde arriba», amesetando los paralelos, un desdoblamiento creciente y desordenado como el que se está llevando a cabo es un torpedo que el Gobierno lanza, con efecto banana, sobre la propia canoa con la que pretende atravesar un maremoto. De hecho, la brecha con el blue interrumpió su reciente tendencia a la baja y volvió a superar un peligroso 90%. El intento de reducir la brecha en estas condiciones es complejo. El dólar oficial mayorista se ha ajustado en lo que va del año 47%, sin que le alcance, pese a los esfuerzos, para empardar una inflación que hasta agosto acumulaba 56,4% en el año. A eso habrá que sumarle una cifra que será mayor que 6 y menor que 7 –según le anticipó el ministro de Economía al FMI en Washington–. Actualizar la paridad que rige el grueso del comercio exterior implica acelerar la inflación. Las causas de una resistencia ¿Por qué, así las cosas, no realizar un desdoblamiento más simple, con un «dólar comercial» que rija los aspectos más sensibles de las importaciones –las esenciales para la producción, las vinculadas a los alimentos o las que tengan mayor potencial inflacionario– y enviar todo lo demás –el turismo al exterior, la contratación de Coldplay, el atesoramiento privado…– a uno libre o financiero? Quienes tenemos más de 50 años sabemos que el tema es sensible por dos motivos: por un lado, esos esquemas complican a las empresas –estatales y privadas– que deben hacer frente al pago de deudas; por el otro, tienden a ampliar la brecha con el oficial y las expectativas de devaluación porque, básicamente, implican liberar al Banco Central de todas las cajas deficitarias en divisas.»

Comentario de AgendAR:

Los análisis técnicos de economistas y, sobre todo, el discurso ideologizado que los políticos se sienten obligados a mantener frente a sus militantes, tapan un hecho simple: al contener al valor del dólar oficial -con el que se pagan las importaciones-, se está subsidiando la importación y los gastos en el exterior. Por eso, el gobierno pone impuestos, «percepciones»,… para que no sea mucho más barato importar, comprar afuera, que producir aquí. Es cierto que una devaluación provocaría un salto inflacionario -otro más- que perjudicaría a los de ingresos fijos, o informales. Y también a las empresas endeudadas en dólares. Pero esta política de parches se está haciendo cada vez más difícil de sostener. Tampoco está deteniendo la inflación. Y ha destruído el sistema de precios: el ama de casa que va al supermercado y el empresario que debe reponer stock ya no saben cuánto les va a costar. Confiamos que en el equipo de Massa haya técnicos que sepan de economía y de la realidad productiva y social argentina- que estén pensando las medidas necesarias para que un sinceramiento del mercado cambiario no golpee -aún más- a la población. Lo que se debió haber hecho, con menos costo, hace más o menos un año. Porque si no lo hacen, lo hará el proximo gobierno, cualquiera sea. Con un costo mayor.

Abel B. Fernández

El Instituto Sábato abre inscripción para Experiencias de Verano en el Centro Atómico Constituyentes

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Murió Roberto Ornstein, el primer embajador nuclear de la Argentina

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Este 26 de septiembre, tras décadas de trabajo duro en la diplomacia nuclear del país, nos dejó el capitán (RE) Roberto Ornstein, sin llegar a cumplir 95 años por unos pocos días. Como dice su viuda, Laura, se dio el gusto de morir lúcido, eficiente y trabajando. Yo añado: y gratis y “pro Patria”. Sobre eso, vuelvo después.

Dos atómicos que hoy nos faltan: el Dr. Renato Radicella, en primer plano. Y en segundo, tratando de no hacerse notar, casi por costumbre, el Cpn (RE) Roberto Ornstein. Foto Pablo Piovano, P12, 2010.

Podría hacer una lista larga de desacuerdos con Ornstein, pero también otra de acuerdos, y es kilómetros mayor. Desde los ’60, Ornstein representó como experto científico, técnico y legal de la Armada los intereses marítimos, fluviales, limítrofes y nucleares de la Argentina en la región. Con Uruguay puso las bases físicas y legales de dos tratados, el del Río de la Plata y el del Río Uruguay, todavía vigentes, y con Brasil puso límites al uso inconsulto de la altas cuencas del Uruguay y Paraná, en un trabajoso acuerdo que a comienzos de los ’70 mitigó una situación que podría haber escalado mal. No todos fueron éxitos. Le tocaron algunos casos muy difíciles y otros directamente imposibles, como pasó con la delimitación de fronteras sobre el Canal del Beagle, que casi termina en guerra con Chile en 1978. Sólo con esta intro uno debería googlear “Ornstein tratados fotos” y el acompañamiento de imágenes de este recordatorio estaría resuelto, pero no. Si algo define a Ornstein es el haber estado en la cocina de asuntos claves para la paz en la región, sin jamás pintar en cámara. Laura estuvo semana y monedas buscándome fotos que no fueran familiares, y encontró sólo laborales pero colectivas, en las que Roberto logra invariablemente perderse en un ángulo o un segundo o tercer plano. Capitán de varios buques, dos de ellos oceanográficos, Ornstein dejó con no poco dolor, por decirlo a lo Yukio Mishima, “la gracia del mar” para entrar a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1979: eso va después. Lo hizo para ocuparse de las relaciones internacionales no sólo con Brasil sino fundamentalmente con las potencias nucleares y con el resto del mundo, a través del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas (OIEA). Pero sobre se contagió del entusiasmo de una institución en un momento espectacular de despliegue científico, tecnológico y productivo. Pido perdón por las disgresiones que deberé cometer para dar el contexto histórico, en lugar de hablar de la persona, como se estila en un recordatorio común. Sucede que a Ornstein no lo traté más de dos o tres veces, y sea por capitán, por germánico o por diplomático, era experto en no dejarse conocer. Pero además, ese hombre ES nuestra historia nuclear. No se lo puede explicar sin explicarla. O intentar, al menos. Los buques que más lo marcaron fueron científicos, dos oceanográficos del Servicio de Hidrografía Naval (los ARA Cánepa y Laserre). Eso le daba ventaja como diplomático: cuando discutía con el vecindario sudaca sobre propiedad o copropiedad de ríos, estuarios, canales y mares, Ornstein ya era baquiano en el terreno, antes que en los libros. Había pasado años generando y corrigiendo mapas y tablas de orillas, de corrientes, de caudales de avenida y de estiaje, de mareas máximas y mínimas, y de topografía y morfología de fondos. Pero la diplomacia no se estudia sondeando fondos. La incorporó durante años en sus estudios como oficial de estado mayor en relaciones internacionales, y luego cursó el equivalente de un master con la Royal Navy. Atajo objeciones previsibles: todo esto sucedió cuando las Fuerzas Armadas pasaban más tiempo siendo gobierno que Fuerzas Armadas, para detrimento del país, de la Constitución y propio. Sin embargo, es correcta la delimitación de fronteras que intentó Ornstein en el caso chileno, según la cual los islotes de Picton, Lennox y Nueva debían ser argentinos de acuerdo a pactos y tratados anteriores con Chile, cuyos tres principios eran muy claros: la línea de las altas cumbres andinas, la de división de aguas de los ríos, y en materia litorial, Chile en el Pacífico y la Argentina en el Atlántico. Fue un error acordar con Chile que fuera el Reino Unido quien laudara sobre el tema, y otro error aún peor desconocer ese laudo y ponerse en pie de guerra, pero ese último no es de Ornstein. Por el contrario, abomino de la nueva cartografía que propuso el gobierno legal y legítimo de Carlos Menem respecto del Parque Nacional Los Glaciares, en Santa Cruz: pasen y sírvanse el terreno que quieran, vecinos. Sólo tienen que pedir. Vendepatrias los hubo en todos los gobiernos, tanto “de facto” como “de iure”, pero cada vez los hay más y peores. Para ir al comienzo del comienzo de la historia nuclear de Ornstein, el año 1967 lo vió como asesor de un organismo creado por la dictadura del general Juan C. Onganía, el CONASE (Consejo Nacional de Seguridad). Esa oficina duró poco pero ejerció mucho poder. Su lado mejor parece su actuación en la compra de nuestra primera centralita nuclear, Atucha I, decidida -todavía sin proveedor- en 1965 por el gobierno civil del Dr. Arturo Illia. La CONASE le pasó discretamente como un camión y por encima a la Secretaría de Energía, eternamente pro-petrolera y anti-atómica, para que Atucha 1 pudiera existir, y además tener una potencia mayor de 200 MW. También disuadió de opinar demasiado al Ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena, que estaba a favor de una central nuclear, a condición de que fuera una GE MK-1. Sí, como las cuatro que se rompieron en Fukushima, y de yapa, de uranio enriquecido. Eso nos hubiera vuelto dependientes en combustibles “ad aeternum”. Esas cosas sucedían en 1967, cuando Ornstein, a fuerza de estudioso (“Un bocho”, resume su viuda Laura), ya se había vuelto baquiano también en asuntos nucleares. Y por ello fue mandado a negociar un tratado de desarme en México. No fue ni es cualquier tratado: éste lo inventó EEUU para que lo firmaran Sudamérica y el Caribe, su así llamado “patio trasero”, y era un experimento. Había chances de que incluso en una Sudacaland llena de títeres militares del Pentágono se lo rechazara por unilateral, ya que su esencia es: “Yo, potencia armada, te exijo a vos, paisito desarmado, que te desarmes, y te controlo. Yo no me desarmo ni me dejo controlar”. Pero si en este fin del mundo semejante documento tenía éxito, tal vez se pudiera imponer al resto del mundo, con el nombre de TNP o Tratado de No Proliferación. Aquel de 1967, menos ambicioso, fue el primer pacto de desarme atómico regional de la historia, y pasó a ella por el nombre del barrio de México DF donde sucedió la pulseada: Tlatelolco.

Reuniones preparatorias del Tratado de Tlatelolco en 1967. Ornstein está en algún lado, escapado de salir en la foto entre las delegaciones regionales.

Porque hubo pulseada que los autodenominados americanos no esperaban: Brasil y Argentina unieron fuerzas para limitar el alcance del tratado a las armas nucleares explosivas. De bombas, minga. OK con eso. Pero ambos países preservaron su derecho de desarrollar tecnología atómica libre de salvaguardias, siempre que fuera pacífica y de desarrollo local. En esa lista de habilitaciones entraban los pequeños reactores científicos e industriales, las grandes centrales nucleoeléctricas, los motores navales nucleares para barcos y submarinos, e incluso la contratación de uso de bombas atómicas para apertura de obras de escala geológica, como canales subterráneos. Ojo: hablamos de 1967, cuando EEUU, a través de su DoE (Department of Energy) aún ofrecía esta rara ingeniería como servicio a terceros. Eso sí, nada de que el cliente usara bombas propias, ojo. Estaba tan extendida la convicción de que este tipo de ingeniería extrema de suelos era el futuro del manejo hídrico y de la navegación, que el OIEA tenía un departamento “ad hoc” para regular contratos, de los cuales jamás se firmó ninguno. Brasil, entonces la dictadura militar sudaca favorita de los EEUU, lo de que las bombas no podían ser propias tardó unos años en entenderlo (ver aquí, aquí y aquí). EEUU no podía, lógicamente, mandar representantes con voz y voto a la mesa de Tlatelolco: sólo observadores. Pero de los que miran fijo. Cuenta Ornstein en su correspondencia con Mario Mariscotti, ex gerente de Investigación y Desarrollo de la CNEA e historiador nuclear, que esa silenciosa delegación yanqui operaba a través de México como estado ventrílocuo. Nada llamativo: don Gustavo García Ordaz, el presidente mexicano de entonces, fue agente de la CIA (deschavado en EEUU por su colega Philip Agee en 1975). Un año después del Tratado, García Ordaz hizo pasar el nombre de Tlatelolco a otro tipo de fama: mandó a los francotiradores del Batallón Olimpia (un grupo paramilitar secreto) y a miembros del Estado Mayor Presidencial a ejecutar a entre 300 y 400 de unos 10.000 manifestantes universitarios en la Plaza de las Tres Culturas de ese barrio. El disenso de los números es porque el largo ametrallamiento fue seguido por robo de cadáveres, pero resulta suficientemente histórico como para figurar en el monumento que hoy recuerda el hecho. Es fama que Brasil, Argentina y por arrastre Chile, firmaron Tlatelolco con objeciones y tapujos en 1967. Pero no lo ratificaron, un modo diplomático de decirle al State Department: “Sigan participando”. El problema es que los Johnnies siempre siguen participando, y se llevaron el premio en 1994, cuando el ya citado Carlos Menem, pasando por encima de los chirridos angustiados de casi toda la vieja dirigencia nuclear, ratificó Tlatelolco y firmó el TNP. Ésta habría sido mi mayor discusión con Roberto, si yo no hubiera estado décadas evitándola: ¿firmar tratados de desarme cuyo 2do garante, el Reino Unido, había traído 31 bombas antisubmarinas nucleares a aguas de Malvinas? Supongo que a fuerza de naval, Roberto me habría contestado que donde manda capitán, no manda marinero, y también aquello de que por fuerza ahorcan. Creo que habríamos acordado en que lo que Argentina sacó de la mesa de Tlatelolco fue la capacidad de coordinarse diplomáticamente con Brasil para desmarcarse de los EEUU. Hasta entonces –y en buena parte por asuntos ligados a los más de 40 embalses que estaba construyendo nuestro vecino en la cuenca superior del Paraná- Brasil era sólo un viejo rival regional que iba a manejar ese río como se le diera la gana, no un posible aliado. Y un vecino históricamente temible. Fuimos enemigos en 6 guerras durante el siglo XIX, sin contar las anteriores al 25 de Mayo de 1810, cuando éramos meras colonias de los Borbones aquí, y de los Braganza allá. La historiografía argentina y brasuca desacuerdan bastante sobre quiénes fueron los ganadores y perdedores de cada una de esas guerras. De modo que esa novedosa coordinación diplomática en 1967, que lleva la marca Ornstein en el orillo, es el antecedente más viejo de algo muy impensable entonces: el Mercosur. Como recuerda el embajador Max Gregorio Cernadas en su libro “Una épica de la paz”, el Mercosur a su vez nació de un acuerdo nuclear muy arreglado entre bambalinas con Itamaraty por Ornstein y un nuevo jugador civil: el embajador Adolfo Saracho, creador de DIGAN, o Dirección de Asuntos Nucleares y Desarme, poblada por entonces por estudiantes casi lampiños del Servicio de Exterior, como el propio Max y el no mucho más barbado Rafael Grossi, actual director del OIEA. No les ha ido mal. Pero cómo trabajaban aquellos muchachos… En 1987, el presidente brasileño José Sarney viajó a Río Negro en tren con su par argento Raúl Alfonsín para inspeccionar la Planta de Enriquecimiento de Uranio de Pilcaniyeu, Río Negro, en 1987, que fácilmente podría haber desatado una carrera bélica regional.
1987, José Sarney y Raúl Alfonsín en el vagón comedor presidencial del Ferrocarril Roca rumbo a Pilcaniyeu, la planta de enriquecimiento de uranio de la CNEA.
No hoy. Entre otras cosas porque Pilca ya era deliberadamente atrasada y experimental en 1981, justamente para ser inútil en términos bélicos (pero no así diplomáticos). Y eso la autoridad “top” de Brasil –aunque lo supiera- tenía que verlo oficialmente, y además ser vista mientras lo veía. Hoy los primos brasucas tienen una planta de enriquecimiento moderna e industrial en Resende, Rio de Janeiro, pero en 1981 estaban en el casillero cero, fracasando a repetición en sus intentos, y –peor aún- hablando públicamente de ellos como si fueran éxitos. Costumbres también nuestras. Lo cierto es que en 1981 la instalación argentina ya daba sus primeros tropezones técnicos en la dirección correcta. Y sí era secreta, y tanto lo era que la CIA sólo tenía vagas sospechas de su existencia pero ninguna evidencia. Espero que al Station Master de entonces lo hayan mandado a Kabul, como premio. Y es que no puede haber sido ajeno al secuestro, tortura y ejecución en 1976 por las patotas del general de ejército Luciano Benjamín Menéndez, y la naval del Alte. Emilio Massera de varios investigadores nucleares en reprocesamiento, que puede ser una vía hacia el reciclado del combustible nuclear, pero también hacia la bomba de plutonio. Ese mismo Station Master reportaba que no estábamos en condiciones tecnológicas de ir por esa otra vía más ineficiente y menos rendidora, la del uranio eriquecido, porque habríamos sido detectados por importación de componentes críticos, por imágenes satelitales y por consumo de electricidad. Cómo se equivocó ese tipo. Lo dicho: a Kabul. Tan secreta era Pilca que el presidente de la CNEA, Carlos Castro Madero no le había dicho de su existencia ni siquiera a su colega, conmilitón y gerente de Relaciones Exteriores, Roberto Ornstein. A fines de 1983 Castro Madero tuvo que ponerlo a Roberto “en el loop” porque había que informarle de la existencia de Pilca a Raúl Alfonsín, ya presidente electo, para lo cual Castro Madero necesitaba un buen consejero diplomático. Dato a retener: con tecnología vieja e ineficiente, de difusión gaseosa, una planta de enriquecimiento chica como Pilca tardaría en el orden de siglos en enriquecer uranio en la cantidad ni el grado necesarios para una bomba atómica simplota, parecida a Little Boy, la de Hiroshima. Lo mínimo para una única bomba decente anda por los 25 kg. de uranio enriquecido al 90%. Pero alcanza con que un país domine alguna tecnología de enriquecimiento de uranio para que la escale o no de uso civil a militar, y ésa es una decisión puramente política. Y se sabe, no hay nada como una derrota militar para desatar un “vale todo”. A Maggie Thatcher, aunque la Dama de Hierro parecía peinada más con portland que con spray, se le deben haber parado los pelos de punta cuando escuchó a Castro Madero. Ella ganándonos una guerra en 1982, y nosotros enriqueciendo uranio. No tener la foto… Lo cierto es que Pilca se diseñó y construyó en una increíble clandestinidad, habida cuenta de sus materiales y de su consumo eléctrico, y por una razón nada militar: el boicot de uranio enriquecido decretado por EEUU contra Argentina. Esa medida nos pegó duro. Todos los reactores argentinos desde el primero, que fue el RA-1 de 1958, funcionaban a uranio muy enriquecido (90%) provisto por los EEUU, que en la jerga se abrevia HEU (Highly Enriched Uranium). Eso incluía al RA-3, única planta productora de radioisótopos médicos para oncología y cardiología del subcontinente y del cual dependían ya decenas de miles de pacientes. Esa gente se quedaba sin diagnósticos por imagen nuclear, y sin tratamientos. También funcionaban con HEU yanqui los 2 reactores que le estábamos vendiendo a Perú, uno de los cuales también era una planta de radioisótopos médicos, todavía hoy la mayor de Sudamérica. No era locura argenta. Todos los reactores de investigación o irradiación del mundo usaban HEU y teníamos acuerdos de provisión asegurada con EEUU desde los ’50, todos bonitamente rubricados y sin fecha de expiración. Bastó que el State Department se enteraran de que estábamos robándole un posible cliente (Perú) para que nos declararan proliferantes y nos rompieran los papelitos ante la nariz. Lo que muestra la astucia de la CNEA cuando de las 17 ofertas recibidas en la licitación de Atucha 1, descartó todas las centrales nucleoeléctricas con uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por Low Enrichment Uranium, entre un 2 y un 5%). En 1981 el State Department sencillamente nos habría apagado la central por boicot de combustible, y a comprar velas, los porteños. Y sé cómo votó Ornstein sobre el tema en 1968. Lo hizo bien. No nos habrán apagado la luz, pero hubo que rediseñar todos los reactores, incluidos los de Perú, para que funcionaran con uranio enriquecido al 20%, que en la jerga se llama HALEU (High Assay Low Enrichement Uranium, un oxímoron). El HALEU es una buena frontera entre enriquecimiento civil y militar, porque puede servir en reactores anteriores a los ’80 (aunque con un rediseño drástico y costoso de planta, si lo sabremos nosotros). El HALEU, en sí, es tan útil para hacer bombas como la gelatina de frutilla. Sin embargo puede ser una buena materia prima para llegar a HEU de uso bélico con un menor costo de energía eléctrica e instalaciones de enriquecimiento más chicas. No es buena idea, porque la venta internacional de cada gramo de HALEU y su uso final por el comprador están salvaguardados, es decir vigilados, por el OIEA a lo perro. Y como el OIEA, donde EEUU hace y deshace, en 1981 no nos iba a dar o conseguir un gramo, el proveedor fue la URSS. Bajo salvaguardias, of course, y a cambio de bastante trigo argento. In your face, USA. Con Pilca declarada, podemos comprar uranio enriquecido al 20% sin problemas, con tal de que no ampliemos y/o modernicemos la planta. Basta una imagen satelital para saber que no es una instalación militar: tendría que tener una superficie mucho mayor, y ni te cuento del consumo eléctrico. Es decir, no hace falta 007 para controlarla en tiempo real: hoy alcanza con Google View y las facturas de Transener. Incluso los 007 de este mundo son proclives al prejuicio, por suerte. El 19 de noviembre de 1983, al día siguiente del brevísimo discurso de Castro Madero por cadena nacional, el desconcertado State Deparment puso públicamente en duda que el asunto fuera cierto. Ignoro los gringos si nos subvaloraban o se sobrevaloraban, pero bastó con una frase de Castro Madero ante el periodismo para entender cómo se vengarían cuando pudieran. ¿Cuál frase? Con un optimismo digno de hijo de la Ilustración (además de contraalmirante, el hombre era un reactorista doctorado), Castro Madero dijo –con otras palabras- que la investigación tecnológica es irreversible, y que la Argentina no podía desaprender esa tecnología. En realidad, sí podía, pero para eso había que destruir y dispersar los recursos humanos de la CNEA, especialmente los del Ciclo de Combustibles. Habrá sido por eso que, tras la renuncia de Castro Madero, Alfonsín le dio la dirección de la CNEA al Ing. Alberto Costantini, sin formación nuclear alguna, pero con gran actuación como asesor de Álvaro Alsogaray para intentar, como parte del Plan Larkin del Banco Mundial, el cierre instantáneo de 13.000 km. de ferrocarriles argentinos en 1961. Esa intentona culminó en dos huelgas ferroviarias, una por tiempo indefinido. En la CNEA, Costantini hizo más o menos lo mismo, pero con menos oposición: el orgullo nuclear de sus operadores, mucho más que la ley, impide parar las centrales, pero habría sido la respuesta adecuada a los desmanes del nuevo presidente “democrático” de la CNEA, el primero desde 1950 en provocar un éxodo masivo de profesionales atómicos argentinos a otros países o a otra industrias. Pero no el último. Porque ésa ha sido, vaya a saber debido a qué, la política de los gobiernos de Alfonsín, Menem 1.0, Menem 2.0, De la Rúa, Duhalde y Macri: destruir los recursos humanos nucleares, provocar el equivalente institucional de un Alzheimer. Y según viene de apoyo externo, esa política continuará. Pero volviendo a fines de 1983 y a esa pequeña cadenita nacional del 18 de Noviembre, con Argentina no ratificante de Tlatelolco ni firmante del TNP bastaba con que Pilca fuera de tecnología puramente local para que estuviera “libre de salvaguardias”, es decir fuera de derechos de inspección por el OIEA. O por el Dalai Lama o por Magoya, como lo descubrió amargamente, ya con Alfonsín presidente, el embajador estadounidense Harry Schlaudeman. El tipo trató de abrirse paso hasta la plantita a lo matón y chapeando, estilo patrón de la United Fruit en república bananera. Y un entonces ignoto aspirante a secretario de la DIGAN de 24 años, Max Gregorio Cernadas, lo tuvo que parar amablemente pero en seco en la puerta del Centro Atómico Bariloche (CAB), sentarlo con sus mamuts del Servicio Secreto en una mesa del barcito de los estudiantes de Física e Ingeniería Nuclear junto a la puerta de acceso (creo recordar que se llamaba “El neutrón loco”), someter al yanqui a un seguidilla de cafés casi tan malo como el “regular” de la patria de los libres y hogar de los valientes, y escuchar la retahila de amenazas de represalia generales y personalizadas de aquel capanga. Durante 4 horas. Al cabo de las cuales a Schlaudeman se le fueron acabando los neutrones o las pilas, y se puso más mansito. Sólo entonces Max recibió instrucciones desde Buenos Aires de dejarlo pasar al CAB, sacate el gusto, gringo. Al cuete, además, porque en el CAB, en la Avenida Bustillo frente al Nahuel Huapi y sumido en bosques, hay sólo aulas, un reactorcito nuclear (el RA-6) y no se enriquece nada (ni nadie, a decir verdad). Y en cambio Pilca está perdida en medio de una quebradita de la más solitaria estepa, a unos 60 km hacia el Oeste del lago, según vuela el cuervo. Pero además de que en Bariloche no hay cuervos, en 1983 el camino desde Bariloche hacia Pilca era deliberadamente horroroso. Para llegar antes de la noche convenía empezarlo antes del mediodía, y además hacerlo en una cuatro por cuatro, y no en una limosina blindada y con mamuts. Aunque podían ser útiles a falta de grúa, cuando el auto se encajara. Yendo un poco para atrás en el tiempo, ante la consulta de Castro Madero sobre cómo deschavar la existencia de Pilca ante Alfonsín, el sorprendido Ornstein le contestó que eso debía hacerse en un domicilio particular, casi sin testigos. Alfonsín debía ser quien decidiera si (plan A) era él quien le contaba la novedad al mundo, o si (plan B) eso lo debía hacer Castro Madero como presidente saliente de la CNEA. Esa reunión secreta sucedió en la casa de Jorge Martínez Favini, apoderado legal de la CNEA y radical histórico. En el sótano, Alfonsín se enteró por primera vez de qué cosa era el uranio natural y qué otras eran el LEU, el HALEU y el HEU, y por qué necesitábamos una plantita al menos testimonial para lograr LEU: para evitar futuros boicots. Alfonsín no estaba nada convencido. El propio Max Gregorio Cernadas, alfonsinista fervoroso, admite que el presidente electo creyó que Pilca era otro “peludo de regalo” que le dejaba el Proceso a su gobierno, más o menos los desaparecidos y la deuda externa. El futuro canciller Dante Caputo, que lo acompañaba, juzgó el asunto con igual e inexperta paranoia. Ambos optaron previsiblemente por el plan B. Ergo, fue Castro Madero quien hizo el anuncio de la existencia y propósito de Pilca por cadena nacional el 18 de noviembre de 1983, razonablemente antes de la jura de Alfonsín, que fue el 10 de Diciembre de 1983. Pero significativamente, y también en acuerdo con Alfonsín, la novedad Castro Madero la dio horas antes y por separado a los países de la región. Me lo puedo imaginar –sólo imaginar- al general Augusto Pinochet, que tanta ayuda material le dio a la Task Force en nuestro pifostio malvinero, poniéndose color tiza al pensar que quizás le había pisado la cola a un tigre. Pero la reacción más interesante fue la del último dictador brasileño, Joao Figueiredo. El tipo venía del arma de Inteligencia, y se notó: se rió mucho y felicitó a la Argentina por teléfono, acaso deportivamente. Los brasucas no confiaban en absoluto en el abastecimiento de enriquecido por EEUU, máxime habida cuenta de nuestra experiencia, y a ellos en el ’83 no les estaba yendo bien en absoluto en sus intentos con centrífugas. Lo cómico es que aún hoy me cruzo con cultos papafritas que me dicen que el uranio enriquecido dejó de ser un material estratégico y se volvió un commodity, como las batatas: si lo pedís, lo tenés. Pero dudo de que Irán cause terror en Israel o en EEUU si acumula batatas. Por el contrario, acumulando HALEU, en cambio, parecería que sí lo logra. Este sencillo experimento conceptual con boniatos y persas me exime de presentar más pruebas. El uranio enriquecido no es un commodity. I hereby rest my case, your Honour. Lo cierto es que entre la revelación de Pilca ante la prensa local y mundial y su exhibición oficial ante terceros países mediaron 5 años, en los cuales la planta siguió mayormente inaccesible e invisible, salvo para la mirada inevitable de los satélites de espionaje de la OTAN. Y durante ese tiempo era más fácil imaginar anacondas y tucanes en la Base Marambio que a periodistas y a un presidente brasuca en Pilca. De la movida de invitar a Sarney a Pilca salió el ABACC (Agencia Brasileño-Argentina para la Contabilidad y Control de Materiales Nucleares), el organismo de inspección recíproca que le permite a ambos países no enterrar dinero estúpidamente en una carrera de armamento atómico. Y como una cosa lleva a la otra, de la confianza generada por el ABBAC salió el Mercosur, cosa hoy bastante olvidada. Esta historia explica por qué toda vez que Ornstein pisaba Brasil era disertante de honor ante la Fundación Getulio Vargas. Vargas fue general, presidente, industrialista, estatista y distribucionista. Su postura ante la 2da Guerra Mundial no fue la neutralidad de Argentina sino intervenir: tras no pocas vacilaciones, Vargas optó por el bando Aliado. Sin embargo, en todo lo demás fue una especie de Juan D. Perón brasileño, aunque en un país menos escolarizado, menos industrial y obrero, menos ingenieril y más rural. Aún así Vargas vivió convencido –como Perón- de que ni Argentina ni Brasil tenían mayor chance de un desarrollo capitalista independiente si no unían sus economías. Tal vez haga falta un Mercosur 2.0 para ello: el que viva, lo verá, como suele decir Abel Fernández, dueño de AgendAR. Roberto Ornstein por lo menos vio el nacer el Mercosur 1.0. Y lo vio de un modo poco inocente: es uno de los padres secretos de la criatura, cosa que se sabe más en Brasil que aquí. Lo dicho: el hombre en sus pagos logra siempre esquivar la foto.

(La conclusión de esta nota está aquí)

Daniel E. Arias

América Latina: la inflación está desinflando a la ciencia

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Puedo decir con certeza que la ciencia que hago hoy es más cara que hace diez años. Tenemos menos dinero ingresando, y ese dinero está infravalorado para tratar de hacer las mismas cosas que antes”.

Aldo Zarbin, profesor del Departamento de Química de la Universidad Federal de Paraná (Brasil)

Analistas del Fondo Monetario Internacional estiman que los precios continuarán aumentando en Latinoamérica y prevén que 2022 terminará con una inflación regional de 12,1 y 8,7 por ciento en 2023, las tasas más elevadas del último cuarto de siglo, subrayan. “La inflación, sin duda, complica y disminuye la eficiencia del proceso de desarrollo tecnológico y científico”, señala desde Buenos Aires (Argentina) María Julieta Comin, gerente de Desarrollo Tecnológico e Innovación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial. “Se vuelve muy difícil la planificación y los proyectos no pueden ejecutarse según han sido pensados porque al momento de presentación el monto en moneda extranjera es uno y al momento de ejecución, es otro, más bajo, y en general ya no se puede hacer lo que se planificó”, explica. Su compatriota Pablo Kreimer, director del Centro de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad Maimónides de Buenos Aires, detalla que la alta inflación que vive Argentina afecta a todas las áreas de la sociedad, “aunque su impacto es diferente según el sector social implicado”. Según datos del Banco Central de Argentina, la inflación en agosto (último dato disponible) fue 7 por ciento y la inflación interanual (de agosto 2021 a agosto 2022), 78,5 por ciento, la segunda más alta de la región después de Venezuela. Algunos economistas vaticinan que el país cerraría 2022 con una inflación interanual de tres dígitos. Kreimer, quien también es profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes, en Buenos Aires, señala que en el desarrollo científico, el impacto inflacionario se observa en la pérdida del valor de compra de los subsidios otorgados por las instituciones locales y en los salarios de investigadores y becarios. “Si la compra de insumos y equipamiento básicos para la investigación disminuye drásticamente, la capacidad de llevar adelante determinadas investigaciones se ve afectada”, subraya. Frente a esa realidad, María Julieta Comin cree que las políticas de los gobiernos pueden ayudar a contrarrestar, al menos parcialmente, el efecto inflacionario “en función de la promoción de la ciencia y la tecnología como políticas de Estado”.

Indetenible subida de precios

Pero, ¿qué pasa cuando el Estado en lugar de prestar apoyo disminuye severamente la asignación de recursos? “Se sufre el triple”, responde Aldo Zarbin, profesor del Departamento de Química de la Universidad Federal de Paraná (Brasil) y miembro de la Academia Brasileña de Ciencias. “La cantidad de recursos que recibimos en ciencia ha disminuido drásticamente, y este valor frente al dólar actual es insuficiente. Hay un aumento de los precios de todo —ya que la ciencia depende de insumos y equipos importados— [a lo que se añade] la devaluación del real y, en tercer lugar, hay falta de inversiones a través del gobierno federal. Como los precios en todo el mundo están aumentando, es catastrófico”, resume.

Argentina, Brasil y México ocupan los primeros lugares entre los países del G20 con mayor inflación en agosto. Fuente: Folha de Sao Paulo con datos de Bloomberg.

La variación en el tipo de cambio es un dolor de cabeza para los científicos brasileños. Como ejemplo basta ver que el 7 de octubre un dólar costaba 5,21 reales y con un real se compraba US$ 0,19 centavos. Este año, el menor precio del dólar en Brasil fue a principios de abril, cuando llegó a cotizarse a 4,60 reales. Hasta agosto 2022 (último dato disponible) la inflación en Brasil registró un acumulado de 8,7 por ciento en los últimos 12 meses, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, ligeramente inferior a la inflación acumulada de la región hasta agosto, que fue 11,2 por ciento según Statista, pero que aún así impacta en la subida interna de precios. El Banco Central de Brasil había previsto una meta de inflación para 2022 de 3,5 por ciento, pero al terminar los ochos primeros meses del año la inflación ya estaba cinco puntos porcentuales más alta. “Puedo decir con certeza que la ciencia que hago hoy es más cara que hace diez años. Tenemos menos dinero ingresando, y ese dinero está infravalorado, para tratar de hacer las mismas cosas que antes”, asegura Zarbin. “Hoy, 33 millones de brasileños pasan hambre. No hay nada más importante que eso. Haces ciencia para mejorar la vida de las personas, pero inicialmente necesitan comer para existir y tener dignidad. El aumento general de precios está dejando con hambre a 33 millones de brasileños”, recalca Zarbin, citando datos de la encuesta realizada por Olhe para Fome. Negociar para subsistir Desde el estado de Baja California, al norte de México, Juan Carlos Herguera, líder del Consorcio en Investigación del Golfo de México (CIGOM), coincide con sus colegas sudamericanos. “En general todo ha aumentado”, afirma. Aunque en setiembre México registró una inflación de 0,6 por ciento según el Instituto Nacional de Estadística, su inflación anualizada (setiembre de 2021 a setiembre 2022) es de 8,7 por ciento, mientras su inflación acumulada en este año es de seis por ciento. Directivos del Banco de México esperan que la tendencia se desacelere en el último trimestre del año, aunque advierten que las perspectivas inflacionarias continuarán hasta inicios de 2024. “Generalmente se pide una cotización, se traduce a pesos y entre el momento en que se somete la propuesta al momento en que se puede hacer el gasto, pasan 9 o 12 meses, lo cual implica que suba aún más el precio”, detalla Herguera. Él sabe de lo que habla pues el CIGOM reúne a investigadores y académicos de diversas disciplinas de reconocidas instituciones científicas y educativas mexicanas que han aprendido a ‘negociar’ para poder seguir adelante con sus proyectos e investigaciones. “La inflación ha afectado insumos importantes, sobre todo la infraestructura analítica, reactivos y material de cómputo. A veces te quedas atrapado, otras veces puedes negociar, pedir ayuda a tu institución, sobre todo cuando se trata de infraestructura cara. Les decimos: ‘Si no me lo gasto, lo vamos a perder’, y ayudan, pero son casos muy contados. También podemos solicitar autorización para gastar en algo distinto a lo que se había planificado, pero también es poco frecuente. Y lo malo es que si no gastas los recursos, hay que devolverlos”, relata. Un alto precio para la ciencia En los tres países —México, Argentina y Brasil—, que son líderes regionales en investigación científica y desarrollo tecnológico, las áreas más afectadas por la inflación y el aumento de costos son las ciencias que dependen de equipos e insumos importados. El caso del mexicano Herguera es un buen ejemplo: “En mi laboratorio usamos tanques de helio ultrafino y consumimos un tanque en 5-8 semanas, dependiendo del flujo de muestras que tengamos. Esos tanques, nos los vendían en US$ 600 cada uno. Pero en los últimos 3 meses han subido a US$ 1.000 cada uno”. “Estamos viviendo de lo que queda y trabajando con lo que tenemos. Por ejemplo, cuando el equipo se descompone no tenemos los recursos para repararlo y mantenerlo porque los precios son demasiado altos… Así que trabajamos con lo que podemos, haciendo reemplazos, adaptando piezas y equipos, viendo si alguien tendría una pieza para colocarla y hacer que el equipo funcione. Los disolventes y reactivos de alta calidad están siendo sustituidos por otros de menor calidad y acabamos purificando la sustancia en el laboratorio”, sostiene el brasileño Zarbin.

Los kits de diagnóstico y la secuenciación de algunas variantes del virus desarrollados durante la epidemia de COVID-19 se verían ahora frenados por el alto precio de los insumos. Crédito de la imagen: Raquel Portugal/Fiocruz.

“Las dificultades a la hora de gestionar proyectos debido a la devaluación de los subsidios sin duda afectan a la ciudadanía”, reflexiona por su parte la argentina Comin. “Baja la eficiencia, tanto de la generación de conocimiento o de ciencia básica (y no hay tecnología sin ciencia) como también de los desarrollos tecnológicos que apuntan a productos o procesos, con impacto directo en la sociedad en todas las áreas”. Esto incluye desde “el desarrollo de una vacuna, de un dispositivo de diagnóstico, el impulso a la movilidad sustentable, el desarrollo nacional de la cadena de valor de la electro-movilidad, energías verdes, entre otros”, añade. Su colega Kreimer, aunque más escéptico sobre los aportes concretos de la ciencia latinoamericana para mejorar el bienestar de sus ciudadanos —que él resume como CANA, es decir, Conocimiento Aplicable No Aplicado—, sí reconoce que han habido “casos excepcionales” en los que se ha producido un conocimiento científico útil y aprovechable. Cita como ejemplo los kits de diagnóstico y la secuenciación de algunas variantes del virus desarrollados durante la epidemia de COVID-19, “que ahora se verán frenados”. Y subraya que la alta inflación “no hace más que agudizar el antiguo problema de una baja transferencia efectiva de los conocimientos a la sociedad en general y al mundo productivo en particular”. Pero Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, organismo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, dice que las instituciones “deben tener mecanismos que reconozcan la realidad macroeconómica del país”. Y asegura que la Agencia que dirige brinda apoyo real y constante a los investigadores, a pesar de las dificultades macroeconómicas que se enfrentan, “en un contexto de iniciativas, tanto científicas como productivas muy renovadas”. “Se trata de tener inversiones que transformen nuestra matriz productiva haciéndola mucho más federal, con mayor contenido tecnológico, que es la base para tener mejores empleos y exportaciones en un futuro próximo”, asevera. Transformar dificultades en oportunidades Acostumbrados a trabajar bajo condiciones adversas, ¿podrán, una vez más, los científicos latinoamericanos convertir la adversidad en oportunidad y, por ejemplo, aprovechar para desarrollar insumos nacionales o regionales? “En líneas generales, diría que es muy difícil”, responde Kreimer. “Hay una industria mundial globalizada y muy especializada, que produce insumos para la investigación. Esas empresas trabajan con escalas gigantes (su mercado es todo el mundo) y logran costos mucho más bajos. Ello vale tanto para la fabricación de equipos e insumos, como para algunos servicios”, añade. “Es posible que haya algún que otro nicho donde pueda hacerse desarrollo local (algunos muy importantes, por cierto, como el desarrollo de software), pero la producción de insumos y de equipos está fuertemente estandarizada, industrializada y globalizada”, precisa. Por su parte, Zarbin —en vísperas de la segunda vuelta electoral, que el próximo 30 de octubre definirá al nuevo presidente de Brasil— es cauto sobre el futuro del sector. “No necesitamos crear expectativas. Estamos hablando de dos expresidentes. Uno cuyo mandato está por terminar y otro que ya cumplió dos mandatos. La diferencia de enfoque entre los dos es absolutamente antagónica”. “En el gobierno de Lula alcanzamos la mayor tasa de inversión en ciencia y tecnología que el país haya tenido. Y bajo el gobierno de Bolsonaro alcanzamos el nivel más bajo de inversión. Punto. No hay expectativas; hay realidad”, afirma. Comin reconoce que cambiar la actual situación no es algo que esté al alcance de los investigadores. “Lo que puede hacerse es adaptar los proyectos de acuerdo con nuestras realidades, intentando que no baje la calidad, el impacto, la originalidad y el grado de innovación”. “Deben darse muchas condiciones para desarrollar la mayoría de las cadenas de valor necesarias para tener producción nacional de insumos y equipamientos. No es solo decisión política; también es cuestión de economía de escala que, en muchos casos, hace que el desarrollo local no sea factible”, indica. Pero cree que si se piensa a nivel regional, mediante una franca articulación entre países, podría avanzarse en algunos aspectos.

Este artículo fue producido por SciDev.Net con la colaboración de Claudia Mazzeo (Argentina), Renata Fontanetto (Brasil) y Aleida Rueda (México).

El gigante nuclear Westinghouse fue comprado por 2 firmas canadienses en U$S 7.900 millones

El gigante canadiense del uranio Cameco Corporation y el inversor en energía limpia Brookfield Renewable Partners han anunciado que unirán fuerzas en la adquisición de la empresa global de servicios nucleares Westinghouse Electric Company. La adquisición otorga a Westinghouse un valor empresarial total de casi 8.000 millones de dólares estadounidenses. Según el acuerdo, la experiencia de Cameco en la industria nuclear se combina con las habilidades de Brookfield en energía limpia para crear lo que se ha denominado una «plataforma poderosa» para el crecimiento estratégico en todo el sector nuclear.

Comentario de AgendAR:

La AP 1000 que menciona Nicolás Deza es el Rolls Royce de las centrales nucleares. Los chinos compraron la licencia y terminaron construyendo cuatro unidades a «velocidad warp», en versión achinada llamada CAP 1000, en las provincias de Zheijang y Shandong, mientras la solitaria obra en EEUU (Vogtle 2) pasaba una década de «stop & go» y sobrecostos impagables. Estas centrales chinas son de módulo parecido pero distintas de nuestra futura Hualong-1, y se dice que mejores.

Daniel E. Arias

Más distintos precios del dólar: para los gastos en el exterior, para consumos suntuarios, …

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El gobierno aumentó el valor de las divisas para los viajes y los consumos en el extranjero -cuando superen los u$s 300 por mes; también para productos suntuarios y para las contrataciones de artistas extranjeros para espectáculos que se realizan en el país.

Con la intención de evitar una devaluación brusca y cuidar las reservas en el Banco Central, el gobierno encarecerá desde hoy los dólares para el turismo y los consumos en el exterior; algunos bienes de suntuarios y los recitales en el país (que requieren giros de divisas). Nacen, finalmente, el “dólar Qatar” y el “dólar Coldplay”, entre otros. El primero será de $ 314, confirmaron fuentes oficiales, mientras que el segundo, de $ 204.

A diferencia de lo que ocurrió con el llamado “dólar soja”, que requirió una modificación del tipo de cambio oficial que fue duramente criticada por el FMI, para el encarecimiento de estas actividades, el Gobierno volverá a optar por la sumatoria de percepciones y la ampliación del impuesto PAIS a otros bienes. El oficialismo espera reducir de esta manera los US$ 800 millones mensuales que pierde por la vía del turismo emisivo.

Las medidas oficiales, aseguran en el gobierno, no afectarán los consumos mensuales con tarjeta de crédito en el exterior de hasta US$ 300 mensuales, el pago de aplicaciones o de servicios de streaming (como Spotify o Netflix, entre otras) ni al llamado “dólar ahorro”, aquel que los argentinos usan como atesoramiento.

Para el consumo con tarjeta de crédito y débito en el exterior, hasta los US$ 300 mensuales, al dólar oficial -cotización Banco Nación- en $ 157- se le suma el impuesto PAIS (30%), y la percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales (45%). Eso da un tipo de cambio de $ 275. En el Gobierno creen que en este grupo de consumidores se hallan quienes pagan aplicaciones o servicios de streaming.

La modificación será para los consumos mayores a los US$ 300 mensuales con tarjetas de crédito y débito, y para pasajes al exterior y paquetes turísticos en el exterior. A los mismos se les agregará un 25% a cuenta de Bienes Personales, lo que llevará el tipo de cambio a $ 314. Ese valor no sólo se aplicará sobre el excedente de ese consumo mensual -de US$300-, sino sobre el total de lo consumido en moneda extranjera durante ese mes.

O sea, una vez excedido ese tope mensual, que se determina por CUIT, todo el cambio de lo consumido se hará a $300 tanto con las tarjetas de crédito como de débito. La aplicación de esta percepción extra saldrá hoy en el Boletín Oficial, y ese valor comenzará a regir desde hoy mismo (no se afectarán consumos retroactivos).

Según indicaron en el Gobierno, hay 2,8 millones de personas (93% de consumidores vía tarjeta en dólares) que gastaron en agosto pasado US$ 60 millones. Son un 19% total del consumo. En tanto, sólo unas 200.000 personas (el 7% del total) consumieron US$ 263 millones, el 81% del total del gasto en dólares con tarjeta. Los números revelarían, según el Gobierno, que la medida que se aplicará desde mañana está enfocado en los consumos elevados de una clase acomodada.

En un contacto con la prensa, el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, dijo que estas medidas se toman por las “solicitudes” de las cámaras empresarias. “Queremos cuidar las reservas; cuidar los dólares para la inversión y no la fuga”, afirmó. El reemplazante de Mercedes Marcó del Pont aseguró que estas medidas “no prohíben la compra de ningún bien”.

Las fuentes oficiales indicaron además que los pasajes terrestres a países limítrofes ya no pagaban el impuesto PAIS ni tampoco las percepciones impuestas por la AFIP. Ahora tampoco serán afectadas por el nuevo 25% por Bienes Personales. Lo mismo ocurrirá con gastos médicos y proyectos de investigación, que también están exentos.

Dólar de “Moto de Agua” y “Coldplay”

Además, el Gobierno encarecerá las compras en el exterior de bienes suntuarios o de lujo. Los mismos tendrán ahora un dólar de $ 300, gracias también a una percepción extra de 25% de Bienes Personales. Sumarán el mismo esquema del dólar turista: el impuesto PAIS y un 45% de percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales que no pagaban. Estos productos fueron listados en el anexo de la medida tomada por el BCRA que resolvió que tienen permitido un giro de divisas a los 365 días. “No se afecta la compra de ningún bien necesario para la producción”, explicaron.

Son alta gama, jets privados y pequeños aviones, embarcaciones de uso recreativo, bebidas alcohólicas premium, relojes, piedras preciosas, máquinas tragamonedas y máquinas para minado de criptomonedas.

En el Gobierno se informó que las contrataciones de actividades artísticas en el exterior (recitales o actividades deportivas, entre otras) pagará ahora un dólar de $204, el llamado “dólar Coldplay”. Se trata de dólar oficial a $157 (cotización del Banco Nación) a la que se sube el Impuesto PAIS (30%). Para este encarecimiento del tipo de cambio se requerirá la publicación de un decreto para ampliar los bienes afectados por aquel gravamen, que está aprobado en la ley de solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública. Esa norma le da al Poder Ejecutivo la facultad de ampliar el abanico de bienes que pueden ser afectados por el impuesto creado por Martín Guzmán.

“Cada sujeto del exterior [por ejemplo, artista musical] recibe la retención del impuesto a las ganancias que le practica el sujeto local que paga la contratación”, explicaron las fuentes oficiales sobre el cobro de impuestos.

Actualmente, según la información que brindaron fuentes oficiales, los dólares a los organizadores de recitales y eventos deportivos se estaban girando a 180 días (en el BCRA informaron que la “devaluación fiscal” sobre estos productos pondrá en revisión ahora esos tiempos). De hecho, quienes organizaron el recital de Coldplay todavía no accedieron a sus divisas.

Semanas atrás, varias cámaras empresarias habían reclamado al Gobierno que priorizara los dólares para la producción nacional. La primera en pedir un freno en el drenaje de dólares para el turismo fue CAME, en una reunión con el secretario de Comercio, Matías Tombolini, a la que se sumaron varias en la provincia de Buenos Aires impulsadas por Martín Insaurralde. Sin embargo, la Unión Industrial Argentina (UIA) también le pidió en un encuentro al ministro de Economía, Sergio Massa, que cuide las divisas para la producción, pero específicamente frenando la importación de bienes suntuarios.

La semana pasada, con el objetivo de consolidar lo recaudado con el dólar soja, el Ministerio de Economía pasó 2700 posiciones arancelarias de Licencias Automáticas (LA) a Licencias No Automáticas (LNA). El foco del oficialismo estuvo puesto en bienes terminados, pero también terminaron afectando a insumos industriales y maquinaria.

Durante el fin de semana largo, se conoció que el próximo 17 de octubre, el Gobierno modificará todo el sistema de control del comercio exterior (muere la SIMI, nace la SIRA), con la intención de ordenar y dar previsibilidad, pero también para ajustar importaciones en medio de la escasez de reservas y mientras la dinámica de la brecha cambiaria se mantiene.

Scioli planteó una nueva etapa de integración Argentina-Brasil a Lula y a Bolsonaro

El embajador argentino en Brasil presentó un paper con propuestas para la relación bilateral a empresarios del país vecino, funcionarios del gobierno de Bolsonaro y al principal asesor de Lula en política exterior. Financiamiento, energía, minería y alimentos, las claves del documento.

El rumbo que tome Brasil a partir del 30 de octubre cuando los electores decidan el próximo Presidente entre Lula Da Silva y Jair Bolsonaro tendrá un impacto directo sobre el futuro de la economía argentina. La trascendencia de las decisiones del principal socio comercial atraviesan una infinidad de aspectos. En este contexto, el periodista Andrés Lerner informó la semana pasada que el embajador Daniel Scioli presentó a empresarios, funcionarios y candidatos un ambicioso plan de integración que incluye un swap de monedas, un acuerdo entre bancos públicos para incrementar el financiamiento, la firma de un nuevo memorándum en materia energética, inversiones conjuntas en el sector minero y el desarrollo conjunto del sector agroindustrial. Scioli había anticipado este proyecto en declaraciones que publicamos el martes 4. “Estamos frente a un nuevo contexto internacional y la crisis de la globalización requiere fortalecer la regionalización”, dice el encabezado del documento. El texto, que contiene más de cincuenta propuestas para el futuro de la relación bilateral, fue acercado personalmente por Scioli a empresarios del país vecino, funcionarios del gobierno de Bolsonaro y a Celso Amorim, ex canciller y hombre de confianza de Lula Da Silva en lo que concierne a la política exterior. Uno de los ejes centrales del plan está en el plano financiero, donde se hace mención a un nuevo sistema de Moneda Local que contaría con una compensación a 90 días, donde se incluiría también el comercio de servicios. En la misma línea, se plantea un swap de monedas para el fortalecimiento de reservas y un acuerdo entre bancos públicos para financiar proyectos de infraestructura, inversiones, importaciones y exportaciones. Ya hubo gestiones entre los bancos centrales de ambos países para avanzar en una herramienta que permita financiar en moneda local al país que exhiba un déficit en el intercambio comercial bilateral. La idea de incrementar las exportaciones e importaciones en pesos y reales también es impulsada por la Unión Industrial Argentina, que meses atrás participó de una misión comercial organizada por la Cancillería. Otro capítulo destacado es el que hace mención a la “integración energética”. Allí se procura la firma de un nuevo memorándum para el sector entre ambos países, el apoyo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil para la construcción de un gasoducto que partiendo desde Vaca Muerta llegue hasta la frontera. Se contempla la venta de GLP y de gas en verano. La semana pasada la secretaria de Energía, Flavia Royón, sostuvo un encuentro con su par brasileño Ricardo Marques en el que se analizaron distintos aspectos de la actividad sectorial. Según explicaron fuentes oficiales, “se avanzó en la posibilidad de ventas de electricidad en firme entre ambos países para obtener una planificación de largo plazo”. En ese sentido, destacaron que “antes de fin de año Argentina y Brasil culminarán la renovación del acuerdo sobre intercambio energético, que da una cobertura legal al comercio entre ambos países”. Si bien la propuesta fue acercada a los dos espacios políticos que en los próximos días se disputarán el liderazgo de Brasil, está claro que el Gobierno apuesta a un triunfo de Lula para darle volumen al proyecto de integración en un contexto de alta volatilidad a nivel global. «La elección de Brasil es muy importante para Argentina, somos grandes aliados», dijo el embajador Daniel Scioli en Radio 10. El texto también se refiere a la minería, En ese apartado, se destaca la posibilidad de abordar proyectos conjuntos en el litio para avanzar hacia la electromovilidad y puntualiza la intención de planificar inversiones conjuntas para la explotación del potasio en Río Colorado. En otro punto, se refiere a la complementación de la agroindustria para presentar a ambos países como proveedores globales en la materia, eliminar barreras sanitarias y fitosanitarias, simplificar homologaciones y desarrollar bioinsumos en simultáneo. El paper contempla además una serie de iniciativas en el campo de la industria, la ciencia y tecnología, el ambiente, la educación, la economía del conocimiento, la conectividad y la defensa, entre otros.  

Profesionales neuquinos denuncian un riesgo ambiental inminente en Vaca Muerta

El tratamiento de los residuos peligrosos que se generan en la formación no convencional de la cuenca Neuquina se presenta como uno de los grandes desafíos que tiene por delante la industria, sobre todo a partir del crecimiento de la actividad. Desde el Colegio de Profesionales de Ambiente de Neuquén advierten sobre un colapso ambiental inminente, ya que denuncian que las compañías tratadoras se encuentran sobrepasadas por los pasivos que tienen en sus instalaciones. Con el crecimiento sostenido de la producción de petróleo y gas desde Vaca Muerta, también ha aumentado en misma medida la generación de residuos contaminantes que requieren de un tratamiento específico y de un control por parte del Estado para mitigar riesgos ambientales. Según coincidieron fuentes públicas consultadas por este medio, las empresas productoras generan entre 500 y 600 metros cúbicos de recortes de perforaciones o “cutting” en cada pozo perforado en la formación no convencional de la cuenca Neuquina. En cuanto a los residuos líquidos resultantes de la perforación, la cantidad es difícil de estimar teniendo en cuenta que la mayoría se reinyecta. Desde el Colegio de Profesionales de Ambiente de Neuquén advirtieron sobre la situación crítica del sistema. “Partimos de la base que actualmente, las tratadoras se encuentran colapsadas por los pasivos que tienen en sus instalaciones, que son residuos sin tratar de las operadoras. A esta situación, le sumamos la gran cantidad que está por llegar producto de la actividad en alza. No hay que ser muy hábil para darse cuenta que el colapso ambiental es inminente”, indicó el licenciado Martín Islas, presidente de la entidad, ante la consulta de EconoJournal. Hacía referencia a las tres principales compañías tratadoras de la provincia: Comarsa, ubicada en el parque industrial de la capital de esta provincia (que hasta hace un tiempo trabajó en un plan de saneamiento y cierre de esa locación y ahora está habilitada a trabajar en su planta de Añelo); Industria Argentina de Reciclado SA (Indarsa) y Treater, ambas instaladas en Añelo. Fuentes privadas consultadas por este medio fueron incluso más allá y denunciaron que en la actualidad el tratamiento de residuos peligrosos funciona como “una industria de papeles”. “Las petroleras pagan una tarifa a las tratadoras por el servicio y de ese modo, consiguen los certificados ambientales que exige el Estado, pero en la práctica los residuos no son tratados como deberían y terminan produciendo un pasivo ambiental en los predios de las empresas”, admitió un gerente de una operadora. Frente a este contexto, la pregunta que emerge es de quién es la responsabilidad, en última instancia, de la correcta gestión de esos residuos. Tres fuentes de las empresas productoras señalan que esa exigencia recae sobre las compañías encargadas del servicio de disposición final, pero fuentes públicas y especialistas en la materia marcan que la responsabilidad final sigue en cabeza de las petroleras por más que hayan tercerizado el tratamiento en una contratista. De ahí que el tema esté en la agenda de YPF, el mayor productor de hidrocarburos de la provincia, y también de otras compañías como Chevron, Tecpetrol, Shell, Vista y PAE, entre otras. Residuos El mapeo trazado indica que muchos de estos residuos especiales o “peligrosos” —cutting empetrolado, lodos restantes de la perforación, agua con restos de hidrocarburos, tierra con hidrocarburos y residuos sólidos condicionados— no se tratan en campo, sino que se acopian en contenedores adecuados para tal fin; luego, una transportista de residuos especiales los traslada a la empresa tratadora, que se encarga de la disposición final. Expertos consultados coinciden en que el tratamiento ha ido “siempre detrás del crecimiento de la producción”. “Hay mucha necesidad de ser cuidadosos, de actuar con excelencia por parte de todos los actores involucrados», expresaron. Desde el Colegio de Profesionales del Ambiente de la provincia explicaron a EconoJournal que, así como para el transporte de hidrocarburos, existe un cuello de botella también para el tema de los residuos de la industria. Al haber quedado todo “chico” por la crecimiento de la actividad en Vaca Muerta, se apunta a los rellenos de seguridad, que se presentan como “la mejor solución momentánea”. La problemática en Neuquén es similar a lo que ocurre en otras provincias petroleras, salvo que en su caso las proyecciones de desarrollo de los campos de shale gas y shale oil configuran un desafío mucho más significativo. “La cantidad de residuos especiales que se generan es proporcional a los equipos que se encuentran perforando los distintos yacimientos petrolíferos de la provincia”, expresaron desde la entidad. ¿Colapso inminente? La ley 24.051 en el decreto nacional Nº831/93 define a los rellenos de seguridad como instalaciones que se utilizan para dar disposición final en el terreno a residuos peligrosos no procesables, no reciclables, no combustibles o residuales de otros procesos de su tratamiento, los cuales mantienen sus características de peligrosidad. “Partimos de la base que actualmente, las tratadoras se encuentran colapsadas por los pasivos que tienen en sus instalaciones, que son residuos sin tratar de las operadoras. A esta situación, le sumamos la gran cantidad que están por llegar producto de la actividad en alza. No hay que ser muy hábil para darse cuenta que el colapso ambiental es inminente”, indicaron. El colectivo de profesionales apunta a que se revierta “la situación ambiental de la provincia y empezar a exigir estándares que lleven a una competencia leal entre las tratadoras, donde lo técnico y las prácticas ambientales sustentables prevalezcan sobre lo económico. Por eso, los rellenos de seguridad se tienen que acotar solamente a recibir residuos que no puedan ser tratados de otra forma, tal como lo indica su legislación”. Normativa y procedimientos Entre toda la normativa vigente relacionada con la temática, se le permite a la empresa que trata los residuos sólidos liberarlos al medio, bajo ciertas condiciones. Mientras tanto, las empresas productoras son las encargadas de seguir la trazabilidad de estos residuos, es decir: generación, almacenamiento, transporte, tratamiento y su disposición final. En ese momento se cierra el proceso a través de un certificado. En el caso de grandes generadores, se lleva la trazabilidad de los residuos con el control de manifiesto de transporte y el correspondiente certificado de disposición final. La autoridad de aplicación es la Subsecretaría de Ambiente dependiente de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente de la provincia. También se establece la obligatoriedad del uso del Manifiesto Electrónico de Residuos Especiales (MERE) que implica el transporte, tratamiento y disposición final “es todo electrónico” La provincia del Neuquén -tal como indica el sitio oficial de la Subsecretaría de Ambiente- tiene establecido en su normativa ambiental referente a las pautas para el manejo de los residuos especiales, la obligación de registrar todas las actividades de ese camino hacia su disposición final. Es por esto que se encuentran inscriptas en el Registro Provincial de Generadores, Transportistas y Operadores de Residuos Especiales (RePGTyORE) más de 400 empresas distribuidas de la siguiente forma: 73% generadores, 18% transportistas y 9% operadores. Disposición final En mayo de este año se publicó la Disposición Nº 0585/22 que considera que “el nivel intensivo de desarrollo de la actividad hidrocarburífera de exploración, perforación y explotación de yacimientos, genera un incremento asociado en los volúmenes de residuos especiales” y que “estos incrementos se suman a los residuos especiales que deben recibir tratamiento y disposición final y cuyo cumplimiento fiscaliza la Subsecretaría de Ambiente, como autoridad de aplicación de las leyes provinciales vigentes. Se explicita ahí que para “delinear los riesgos ambientales es necesario establecer los criterios para la disposición final adecuada de residuos especiales provenientes de la actividad hidrocarburífera”. Y se fijan las “pautas para la gestión de los residuos especiales en sus diferentes etapas y establece la aplicación subsidiaria de la Ley Nacional 24051 y su Decreto Reglamentario Nº 831/93”. La normativa establece, entonces, que se entiende por “disposición final” toda operación de eliminación de residuos que implique la incorporación de los mismos a cuerpos receptores, previo tratamiento; que se establecen las normas para la gestión del agua de retorno (Flowback) dentro del territorio de Neuquén, teniendo que ser sometida, en su totalidad, a un sistema de tratamiento que garantice su encuadre en los parámetros de vertido establecidos tanto para el reúso en la industria hidrocarburífera, como para el reúso en riego asociado a un proyecto productivo o de recomposición ambiental del área intervenida; y su disposición final en pozo sumidero, conforme lo que se prevea en la reglamentación.

China puso en órbita su primer observatorio solar

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Una misión espacial china estudiará el sol y tratará de mejorar las predicciones del «Clima Espacial».

(El Clima Espacial (CE) o Meteorología del Espacio es la medición y el análisis en tiempo real del conjunto de propiedades físicas del Sol, el medio interplanetario, la magnetosfera, la atmósfera y la superficie terrestre que se encuentran influenciadas directa o indirectamente por la actividad solar). El satélite, conocido como Advanced Space-based Solar Observatory (ASO-S), despegó sobre un cohete Larga Marcha 2D  a las 7:43 a. m. (hora de Beijing del 9 de octubre) desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan en Mongolia Interior. La nave espacial ASO-S, apodada Kuafu-1, en honor a un gigante de la mitología china que persiguió al sol, se desplegó con éxito en su órbita, en una trayectoria sincronizada con el sol a unos 720 kilómetros sobre la Tierra, según según informó la agencia Xinhua. La sonda de 888 kilogramos utilizará tres instrumentos para estudiar el campo magnético del sol, las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal (CME), enormes ráfagas de plasma sobrecalentado que se alejan del sol a millones de kilómetros por hora.
La misión ASO-S fue propuesta por primera vez por la comunidad de heliofísica china en 2011, según informa aquí la Academia de Ciencias de China.
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