Soberanía Orbital: por qué Argentina debe blindar su infraestructura espacial

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La creciente militarización del espacio exterior y la dependencia de datos extranjeros exponen a nuestros activos estratégicos clave (desde ARSAT como empresa en funcionamiento a los satélites SAOCOM). Es imperativo que el Estado nacional desarrolle capacidades de Conciencia Situacional Espacial (SDA) autónomas para garantizar la seguridad y el desarrollo industrial endógeno.

El acceso y control del espacio exterior ya no es una aspiración futurista, sino una dimensión crítica de la soberanía nacional y el desarrollo económico. Argentina, a través del esfuerzo sostenido de la CONAE y la capacidad técnica de INVAP, ha logrado posicionarse como un actor relevante en la región, desplegando satélites de telecomunicaciones (ARSAT) y de observación terrestre (SAOCOM) que son pilares de nuestra economía agroindustrial y conectividad.

La Vulnerabilidad en la Cuarta Dimensión

Sin embargo, estos avances estratégicos se encuentran operando en un entorno crecientemente congestionado y peligroso. La Conciencia Situacional Espacial (SDA, por sus siglas en inglés) es la capacidad de detectar, identificar y catalogar objetos en órbita, sean basura espacial o activos de otros países. Hoy en día, la mayor parte de la información crucial sobre el posicionamiento y la trayectoria de estos objetos proviene de fuentes militares de potencias extranjeras, principalmente de los Estados Unidos.

Esta dependencia genera una vulnerabilidad sistémica. ¿Cómo podemos garantizar la seguridad de nuestros satélites si la información sobre las amenazas depende de terceros con sus propios intereses geopolíticos? La soberanía tecnológica exige que seamos capaces de monitorear y proteger nuestros activos sin necesidad de tutelas externas. No se trata solo de evitar colisiones con desechos, sino de resguardarse ante potenciales acciones hostiles o intrusivas de actores que pueden operar en la órbita baja y geoestacionaria.

El Camino del Desarrollo Endógeno

Para superar esta dependencia, Argentina debe priorizar la inversión en el desarrollo de un Sistema Nacional de Vigilancia Espacial. Este esfuerzo no debe ser exclusivo de un sector, sino una sinergia entre el ámbito científico (CONAE, universidades), la industria de base tecnológica (INVAP) y la órbita de Defensa.

Necesitamos desarrollar y desplegar tecnologías propias: radares de largo alcance con capacidad de seguimiento de objetos pequeños, sistemas ópticos avanzados integrados en observatorios nacionales, y lo más crucial, software de procesamiento y modelado de datos diseñado y operado por nuestros ingenieros y científicos. Esta capacidad tecnológica, además de asegurar nuestros intereses estratégicos, actúa como un potente motor para la creación de empleo calificado y la transferencia de conocimiento de alto valor agregado.

La vigilancia espacial es la próxima gran frontera para la defensa de la Patria. Garantizar la continuidad operativa de nuestra infraestructura satelital es tan vital como proteger nuestras fronteras terrestres, marítimas y aéreas. El Estado tiene la responsabilidad histórica de dotar a nuestras Fuerzas Armadas y organismos científicos de los recursos necesarios para asegurar que el espacio, esa nueva dimensión estratégica, sea un dominio de autonomía y desarrollo nacional.

Redacción de AgendAR

Microrobots para explorar el cuerpo humano: el desarrollo tecnológico que cambia la medicina

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En un tablero global donde la tecnología avanza a pasos agigantados, dejando a menudo a las naciones sin una estrategia clara, la Universidad ETH Zúrich ha vuelto a captar la atención con un desarrollo que promete reescribir las reglas del juego en la medicina. Hablamos de microrobots, pequeñas maravillas de la ingeniería capaces de surcar el laberíntico torrente sanguíneo humano para entregar medicamentos con una precisión que hasta hace poco parecía ciencia ficción. Este no es un simple invento; es una declaración de intenciones en la carrera por el control médico de precisión, una contienda con implicaciones estratégicas y económicas inmensas.

La arquitectura de estos dispositivos, presentados a fines de 2025, es el resultado de años de investigación intensiva. No se trata de simples cápsulas; son esferas microscópicas, construidas a partir de un gel soluble, que integran componentes nanométricos con una finalidad muy específica. Digamos todo: la clave de su operatividad reside en dos tipos de nanopartículas estratégicamente incrustadas. Por un lado, las nanopartículas de óxido de hierro, que actúan como pequeños imanes internos, permitiendo que el microrobot sea guiado y controlado desde el exterior mediante campos magnéticos. Esta capacidad de «manejo remoto» es lo que lo habilita para navegar por los estrechos y complejos vasos sanguíneos, incluso los capilares más finos del cerebro.

Por otro lado, la inclusión de nanopartículas de tántalo es crucial para la seguridad y la efectividad. El tántalo es un metal radiopaco, lo que significa que es visible bajo rayos X. Esto permite a los profesionales médicos seguir el recorrido del microrobot en tiempo real, monitoreando su estabilidad y confirmando su llegada al punto exacto deseado. Esta capacidad de visualización no es un mero detalle técnico; es la garantía de que la medicina se entregará allí donde se necesita, minimizando el daño colateral y maximizando la eficacia terapéutica.

El verdadero salto cualitativo de la ETH Zúrich, y aquí es donde hay que mirar la letra chica, ha sido la proeza de combinar un tamaño ínfimo, apto para la circulación en arterias cerebrales, con una capacidad de magnetización suficientemente robusta para su control preciso. Tradicionalmente, miniaturizar dispositivos de este tipo implicaba sacrificar la potencia de control o viceversa. Superar esta barrera significa que enfermedades como el ictus, infecciones localizadas resistentes o ciertos tipos de tumores, podrían ser atacadas con una focalización sin precedentes. Se abre la puerta a reducir drásticamente los efectos secundarios de tratamientos sistémicos como la quimioterapia, liberando fármacos directamente en las células tumorales y protegiendo el tejido sano. Es decir, no es solo un avance técnico, es una promesa de una mejor calidad de vida para millones y, no menos importante, una potencial reducción de los costos sanitarios a largo plazo por la disminución de tratamientos asociados a efectos adversos. Esta es una carrera de miles de millones de dólares a nivel global, donde quien lidere el desarrollo no solo ganará mercados, sino también una ventaja estratégica en la salud y la defensa.

Impacto para la Argentina

El avance de Zúrich nos obliga a una reflexión profunda sobre la posición de Argentina en esta carrera tecnológica. Mientras el mundo desarrollado invierte miles de millones en biotecnología de precisión, ¿dónde estamos parados? La capacidad de diseñar y producir microrobots con estas características exige una sinergia entre la ciencia de materiales, la nanotecnología, la robótica y la ingeniería biomédica.

Instituciones como INVAP, con su vasta experiencia en proyectos de alta complejidad tecnológica como satélites y reactores nucleares, posee la base de conocimiento en ingeniería y desarrollo de sistemas. Si bien no es su campo directo, el *know-how* en sistemas críticos, control de precisión y materiales avanzados podría ser un punto de partida. Pero para dar un salto a la microrobótica médica, se necesitaría una inversión estratégica sostenida y una reorientación de recursos, atrayendo y reteniendo talentos en estas áreas específicas. ¿Tenemos un plan nacional para esto?

La soberanía tecnológica en el ámbito de la salud es tan crítica como la energética. Depender enteramente de tecnologías importadas para tratamientos de punta nos coloca en una posición de vulnerabilidad y dependencia económica. ¿Qué pasaría si estas tecnologías quedaran bajo patentes restrictivas o precios inaccesibles? Esto resalta la necesidad de fomentar no solo la investigación básica, sino también el desarrollo de prototipos y la producción local en áreas clave como la farmacéutica, los dispositivos médicos y la biotecnología. Argentina cuenta con recursos humanos calificados y centros de investigación de excelencia, pero sin una política industrial que los articule y un financiamiento sostenido, corremos el riesgo de exportar cerebros y, peor aún, comprar a futuro lo que hoy podríamos estar empezando a gestar.

Para nuestras PyMES, la oportunidad, si bien lejana, podría residir en la cadena de valor: desarrollo de componentes especializados, software de control o servicios asociados a la fabricación. Pero para eso, se requiere un ecosistema de apoyo robusto, con financiamiento específico, parques tecnológicos que fomenten la colaboración entre academia e industria, y una política de Estado que priorice la innovación de alto valor agregado. Mientras seguimos debatiendo sobre la renta de recursos naturales como Vaca Muerta o el litio, estamos descuidando la ‘renta’ del conocimiento, aquella que realmente diferencia a los países que diseñan su futuro de los que lo compran hecho. Es hora de mirar más allá de la coyuntura y construir una agenda para el siglo XXI.

Redacción de AgendAR

UNSAM y el Garrahan desarrollan una app para asistir a familiares de pacientes pediátricos

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Al fondo de un largo pasillo de pisos rojos, una mamá intenta escuchar las indicaciones de la médica mientras su bebé llora. Alimentarlo a períodos regulares; recordar horarios y dosis de cada medicación; si la herida tiene una secreción amarillenta, dirigirse a la guardia; chequear la coloración de la piel, y la calidez de manos; no olvidar asistir al control posquirúrgico; observar el progreso de la terapia asignada… En el medio, tratar de comer y dormir.

La madre atraviesa las puertas vaivén de la Unidad de Cuidados Intensivos de Recuperación Cardiovascular (UCI 35) del Hospital Garrahan con un cuaderno repleto de letras que no puede enfocar, las manos frías, el rostro pálido y un nudo en el pecho. Sabe que el éxito del tratamiento depende de seguir las instrucciones al pie de la letra, pero no duerme hace días y, por más que la médica fue lo más didáctica que pudo, siente que no logró retener ni el 10 % de las cosas. ¿Cómo era que se curaba la herida? ¿Qué dijo de la coloración de la piel? ¿Cuándo es que tiene que volver?

Para ayudar en esta tarea crucial, investigadorxs y estudiantes del Laboratorio de Neuroingeniería (LabNIng) de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM, en colaboración con médicxs y enfermerxs del Hospital Garrahan, desarrollaron una aplicación móvil para la asistencia a cuidadorxs de pacientes pediátricxs con cardiopatías congénitas. La app, bautizada Cuidando a Cuidadores, es un sistema de inteligencia artificial (IA) que ordena y simplifica las indicaciones médicas, es fácil de usar, no requiere conexión a internet y puede personalizarse al perfil del paciente. A fines de noviembre, iniciarán la primera etapa del estudio clínico para evaluar su funcionamiento.

“Lo que buscamos con este proyecto es, por un lado, reducir el estrés que presentan los cuidadores y, por otro, mejorar el cumplimiento de las tareas e indicaciones. Esto no solo implica una mejora en la calidad de vida del paciente, sino también en la de su cuidador”, cuenta Victoria Molina, estudiante de Ingeniería Biomédica de la ECyT, que trabajó en el desarrollo de la app como parte de su proyecto integrador final.

Daniela Andres, Victoria Molina y Gabriel Noel en el Laboratorio de Neuroingeniería, donde realizan desarrollos a través del codiseño: siempre trabajan en conjunto con los usuarios finales. Foto: Pablo Carrera Oser

Las cardiopatías congénitas son anomalías estructurales complejas que se desarrollan en el período embrionario y empiezan a tratarse luego del nacimiento. Cuando el paciente es dado de alta, lxs médicxs entregan a madres, padres y familiares un cuaderno que contiene muchas hojas con indicaciones que deben seguir en sus casas e instrucciones para su pediatra de cabecera. “La idea es reemplazar este método manual del ‘librito’ por una aplicación móvil que pueda ser utilizada en cualquier parte del país, sin necesidad de internet ni de un celular de última generación”, señala Molina.

El proyecto, titulado “Diseño y evaluación de un sistema de IA para el cuidado de pacientes pediátricos con condiciones crónicas complejas”, es unos de los 136 proyectos financiados por la Secretaría de I+D+i de la universidad a través de la convocatoria “UNSAM investiga”, que busca fomentar la investigación, desarrollo e innovación con el objetivo de potenciar el conocimiento, incentivar la colaboración interdisciplinaria y fortalecer la vinculación con los sectores productivo y social, tanto públicos como privados. La convocatoria busca apoyar el trabajo de más de 600 investigadorxs y 400 becarixs en diversas áreas del conocimiento de la UNSAM.

Daniela Andres, directora del LabNIng, que pertenece a la ECyT y al Instituto de Tecnologías Emergentes y Ciencias Aplicadas (ITECA – UNSAM/CONICET), cuenta que en el laboratorio trabajan especialistas de distintas disciplinas —ciencia de datos, ingeniería, medicina, biotecnología y antropología, entre otras— y remarca que pudieron desarrollar la app gracias al trabajo con médicxs y familiares del Hospital Garrahan. “A esto le llamamos codiseño: siempre trabajamos en conjunto con los usuarios finales. El objetivo no es crear ciencia y después transferirla como algo mágico, sino conectarnos con hospitales, industrias, etc., para ver sus necesidades y desarrollar tecnologías que respondan a ellas”, explica Andres.

Tecnología que potencia el cuidado

En el Hospital Garrahan, médicxs y enfermerxs venían viendo el problema desde hace años: pese a ser el mejor hospital pediátrico del país y contar con especialistas hipercapacitados en cirugías complejas, observaban baja adherencia al tratamiento por la dificultad de los familiares para seguir las indicaciones. Necesitaban algo que pudiera acompañar las instrucciones verbales y mejorar el método del “librito”. También sucedía que, al ser tantos los especialistas que intervenían, era difícil ponerse de acuerdo para brindar indicaciones claras y sencillas a lxs cuidadorxs.

En 2023, un equipo de enfermeras de la UCI 35 empezó a trabajar en un proyecto para consensuar, validar y sistematizar la información sobre cuidados posquirúrgicos y elaboraron una guía para familiares que actualmente está en proceso de revisión. A su vez, una médica del equipo visitó la UNSAM para ser jurado de una tesis y lxs investigadorxs del LabNIng aprovecharon para preguntarle qué problemas tenían y qué andaban necesitando. Así, luego de numerosas reuniones entre ambos equipos, surgió la idea de diseñar la app y usar la información de la guía como base para armar el contenido.

“Nos pareció muy interesante poder formar parte de esta investigación colaborativa, ya que la mayor parte de los recursos que nosotros brindamos son papeles e imágenes que les mostramos en el servicio. Sin embargo, sabemos que las familias se retiran a otras ciudades o provincias, y no tenemos forma de asegurarnos que haya quedado claro lo que tienen que hacer”, cuenta Andrea Cazón, licenciada en Enfermería especializada en cuidados críticos e investigadora de la UCI 35. Aparte de este área, participan del proyecto especialistas de la Unidad de Condiciones Crónicas Complejas, el Servicio de Cardiología y el Servicio de Hemodinamia del Hospital Garrahan.

La app, bautizada Cuidando a Cuidadores, es un sistema de inteligencia artificial (IA) que ordena y simplifica las indicaciones médicas, es fácil de usar, no requiere conexión a internet y puede personalizarse al perfil del paciente. Foto: Pablo Carrera Oser

Gabriel Noel, investigador del LabNIng y director del proyecto, resalta que la experiencia de trabajo colaborativo ha sido muy enriquecedora. “El Hospital Garrahan no solo atiende a las personas que habitualmente recurren al sistema público de salud, sino que es el centro de referencia del país y la región para cardiopatías congénitas. Por eso, colaborar con un hospital público como el Garrahan desde un laboratorio como el nuestro y desde una universidad pública no solo es necesario, sino imprescindible”.

Por la UNSAM, el diseño de la app sumó los aportes de diez integrantes del Laboratorio, incluyendo el de dos estudiantes de la Licenciatura en Antropología que se encargaron de hacer el nexo con familiares y médicxs para evaluar cómo les resultaba la aplicación y qué otras funciones se podían sumar.

Tras meses de trabajo conjunto entre los equipos de la UNSAM y el Garrahan, y luego de pasar por diversas versiones de la app, firmaron un protocolo de investigación clínica para evaluar su funcionamiento con familiares y médicxs. En este punto, Cazón remarca un aspecto central: “El verdadero éxito de la inteligencia artificial en salud no se medirá solo en eficiencia, sino en humanidad. La meta es avanzar hacia un futuro donde la tecnología no desplace el cuidado, sino que lo potencie”.

Una app para cuidar a los que cuidan

La aplicación tiene un diseño simple, colorido y fácil de utilizar. En la pantalla de bienvenida, hay diversas cajitas que agrupan instrucciones según “alimentación”, “próximo control”, “pautas de alarma”, etc, y da la posibilidad de activar recordatorios para tomar la medicación. También hay una ilustración interactiva que compara cómo sería un corazón sin patologías y cómo es el corazón del paciente, de forma que el familiar pueda visualizarlo de forma sencilla.

Además, contiene información clave para evaluar el estado del paciente a través de un sistema de “semáforos”. Por ejemplo, si una herida quirúrgica se ve limpia y seca, está representado con color verde; si se observan secreciones amarillentas, está pintado de naranja (riesgo intermedio); y si hay secreciones y fiebre, de color rojo (riesgo alto). “Otra función es un chat con IA, que permite que el paciente le haga preguntas a la app y le pueda contestar cosas como ‘estás haciendo esto bien’, ‘sí, andá al hospital’”, comenta Andres.

A fines de noviembre, comenzarán con el protocolo clínico para evaluar la eficiencia, que buscará medir dos variables: adherencia al tratamiento y estrés autorreportado del cuidador. Será un estudio controlado aleatorizado con tres etapas. La primera muestra tendrá 30 pacientes que se dividirán en dos grupos para comparar el método del cuaderno con la app sin IA. La segunda será con 250 pacientes y se evaluará la app sin IA vs. app con IA.

Equipo del Laboratorio de Neuroingeniería del ITECA (UNSAM / CONICET).

Finalmente, la tercera etapa ampliará el universo a pacientes con otros tipos de patologías y extenderá la muestra a 1.500 personas. “Todo el estudio requiere de varias mediciones pero, siguiendo la metodología dentro de nuestra institución, esperamos poder tener resultados en un año, aunque sea de la primera etapa”, estima Cazón.

Mientras termina su tesis para recibirse de ingeniera biomédica, Molina cuenta que una de las cosas más valiosas que se lleva del LabNIng es haber podido trabajar de forma interdisciplinaria con ingenierxs, médicxs, estudiantes de antropología y científicxs de diversas trayectorias. Otro desafío que enfrentó fue aprender a programar desde cero. “Hasta se terminó enganchando mi papá y fuimos aprendiendo a la par”, cuenta. Y dice que una de las cosas que más disfruta son las visitas al hospital. “Me gusta mucho ir. Siempre surgen nuevas ideas de lo que la aplicación podría llegar a hacer y es super motivador ver el entusiasmo de los médicos por el proyecto. La verdad, me siento super acompañada por todxs: es un verdadero trabajo en equipo”.

Nadia Luna

Universidad Tecnológica Nacional: nuevos planes donde se forma más del tercio de los ingenieros

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La Universidad Tecnológica Nacional (UTN), con casi 115.000 estudiantes y 30 sedes en todo el país, forma a más del 35 % de los ingenieros y profesionales tecnológicos de la Argentina. Por eso, cualquier cambio en su oferta académica marca el rumbo en la materia. En este caso, a partir del año que viene, implementará una transformación curricular que incluye la creación de nuevas licenciaturas y el lanzamiento de certificaciones educativas más cortas construidas sobre la base de los espacios curriculares ya existentes.

Desde la UTN explicaron que estas medidas forman parte de un plan estratégico a cinco años que apunta a alinearse con las principales tendencias contemporáneas del sistema universitario.

“El objetivo es recuperar estudiantes que discontinuaron sus carreras, ampliar la oferta académica y mejorar la navegabilidad entre las carreras existentes. Esto permite que los estudiantes puedan ir obteniendo certificaciones y titulaciones que les permitan validar sus conocimientos y competencias frente al mercado laboral mientras avanzan en su carrera de grado”, dijo Yanina Armentano, directora de Calidad Académica de la UTN.

De acuerdo con Armentano, la implementación de estas novedades responde a varios factores y necesidades. Por un lado, busca potenciar la recuperación de alumnos que abandonaron sus carreras, impulsar la graduación y vincularse con el mercado laboral visibilizando los saberes de los alumnos. Por otro lado, tiene el objetivo de dar respuesta a las necesidades territoriales individuales y particulares que surgen en algunas de las facultades regionales.

Y, por último, busca responder a uno de los desafíos más importantes: “Hay una tendencia natural de estos últimos tiempos a que los alumnos apliquen a carreras cortas. Queremos atender esa necesidad sin ir en detrimento de las carreras a largo plazo que nuestro país necesita. Esto nos permitirá ir solapando certificaciones que validen al estudiante para acceder al mercado laboral mientras transita esa carrera más a largo plazo o, si optó por alguna carrera más corta, apuntar a lo que llamamos la navegabilidad, que es iniciar desde esa carrera más corta para quizás terminar en alguna licenciatura”, explicó Armentano.

Por ejemplo, en la Facultad Regional Venado Tuerto, la UTN cuenta con la carrera Ingeniería en Sistemas de Información, que actualmente ya ofrece dos certificaciones intermedias de “Programador/a”, con dos niveles diferenciados al completar el primero y segundo tramo del plan de estudios. Además, se abrió la posibilidad de bifurcar esa carrera en una Licenciatura en Gestión de la Tecnología Informática Aplicada a la Industria. Esto permite recuperar estudiantes que han transitado por materias de esta ingeniería ofreciéndoles un título de grado alternativo y de menor carga horaria y brinda a quienes obtienen la licenciatura la opción de retomar la formación para concluir la ingeniería. Estas posibilidades ya se está implementando como prueba piloto en Venado Tuerto y el año que viene podrán ofrecerlo todas las sedes de la UTN del país.

En el mismo sentido, se espera que en las próximas semanas, una vez aprobado por el Consejo Superior, también se pueda ofertar la Licenciatura en Procesos Químicos derivada de Ingeniería Química y la Licenciatura en Ciencia de Datos y la Licenciatura en Seguridad Informática a partir de Ingeniería en Sistemas de Información la Licenciatura en Inteligencia Artificial.

Los datos compartidos por la UTN muestran que hoy ofrece 43 tecnicaturas, 18 ingenierías, 2 licenciaturas, 33 especializaciones, 35 maestrías y 13 doctorados.

En ingeniería, donde se concentra casi el 70% de los estudiantes de UTN y casi el 20% de la oferta a nivel nacional, el promedio de tiempo de cursado es de 9,6 años, lo cual explica una de las principales motivaciones detrás del cambio curricular.

Además, si bien los datos reafirman su identidad histórica de una universidad fuertemente técnica con foco en formación profesional aplicada, la oferta de solo dos licenciaturas dejan en evidencia una diversificación mínima fuera del campo tecnológico duro. Desde la UTN aseguran que estas estrategias no solo son viables sino que pueden tener éxito en la recuperación de alumnos y en dar visibilidad a los saberes que los alumnos de la universidad hoy ya tienen.

Antecedentes

“Para la UTN, al tener tantas ingenierías, esto es una necesidad porque son carreras muy a largo plazo y nuestros estudiantes necesitan esta acción de nuestra parte para poder validar su saber en el mercado laboral y no tener una competencia desleal con otras ofertas más cortas. Pero no somos la única universidad que está trabajando en este sentido. Hay otras que ya lo están desarrollando también”, concluyó Armentano.

El año pasado, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) anunció que acortaría los tiempos de cursada de dos carreras clave: las licenciaturas en Economía y Administración.

“Los nuevos planes contemplarán una flexibilización de las cursadas, que le abre la posibilidad a los alumnos de recibirse en menor tiempo y se implementarán nuevas orientaciones para que el estudiante pueda insertarse de una forma más rápida y sencilla en el mercado laboral”, dijo por entonces Ricardo Pahlen, profesor emérito y decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Especialistas en empleo y educación coinciden en que se viven tiempos de reconfiguración en términos de formación, sobre todo en dos aspectos. Por un lado, los planes de estudio se actualizan mediante la integración de competencias digitales. Y, por otro, creando carreras cortas con rápida empleabilidad adecuadas a las necesidades del mercado laboral actual.

Josefina Gil Moreira

India y China: mercados para el crudo sudamericano ante menor demanda de EE.UU.

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El cierre de refinerías en California y la importación de más crudo canadiense están desplazando a los crudos sudamericanos en la costa oeste de EE.UU. En contraste, mercados asiáticos como la India y China presentan condiciones atractivas para el Medanito, aunque el costo elevado de los fletes sigue siendo una limitante.

El petróleo crudo sudamericano deberá encontrar nuevos mercados en respuesta al declive de la demanda en la costa oeste de los Estados Unidos. A los cierres efectivos y anunciados de refinerías en California se añade un reemplazo de los crudos sudamericanos por crudo canadiense. Frente a este proceso que luce irreversible, mercados como la India y China presentan importantes oportunidades para las productoras en Vaca Muerta y otros países de la región.

Valero Energy tiene programado el cierre de su refinería en Benecia para abril próximo y evalúa el futuro de otra más en Wilmington. Phillips66 terminará de cerrar en diciembre la operatoria de una refinería en Los Ángeles. La capacidad instalada total de estas refinerías asciende a 364.000 barriles por día, lo que potencialmente representa la pérdida del 17% de la capacidad de refinación en California, apuntaron analistas de la industria en el Argus Argentina Energy Forum organizado por Argus.

Al cierre de refinerías se suma la creciente oferta de crudo proveniente de Canadá. La expansión del oleoducto Trans Mountain (TMX) incrementó la capacidad de transporte de 390.000 a 890.000 bpd. El dato central detrás de esta expansión fue que habilitó la exportación de crudos más ligeros del Canadá a la costa oeste de EE.UU., desplazando a los crudos sudamericanos.

Gustavo Vasquez en el Argus Argentina Energy Forum.

Un ejemplo práctico de este desplazamiento fue la reducción de las compras de crudo argentino Medanito por parte de la refinería de Anacortes en Los Ángeles, operada por Marathon. Anacortes redujo las importaciones de crudo Medanito en un 47% entre mayo y junio de este año comparado con el mismo período del año anterior.

«Esos nuevos 500.000 los dedican al crudo pesado y los 390.000 que ya existían los dedican a los crudos más livianos. Con esa introducción de nuevos volúmenes, vemos que volúmenes de otros países no entraban en California, y el cambio se nota rápidamente en los crudos. En Anacortes, que es la refinería de Marathon, vimos que se redujo el volumen de Medanito. Este es un patrón que no es único para el Medanito, se produce en todas las regiones de Latinoamérica», expuso Gustavo Vasquez, manager editorial para las Américas de Argus.

Asia, el mercado para el crudo de Vaca Muerta

En contraste, mercados asiáticos como la India y China presentan condiciones atractivas para el Medanito y otros crudos de Sudamérica, aunque el costo elevado de los fletes sigue siendo una limitante.

La India incrementó sus compras a Rusia luego de la invasión a Ucrania, aprovechando los descuentos en el precio del crudo ruso generados por las sanciones económicas de Europa y los EE.UU. Solo en septiembre importó 1,8 millones de bpd originados en Rusia, de los cuales 1,3 millones son barriles de los Urales, un crudo mediano. El resto son barriles de un crudo más ligero, similar al Medanito.

Pero ese flujo ahora está bajo tensión producto de las recientes sanciones contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil y la presión de la administración de Donald Trump para que la India disminuya sus compras de crudo ruso. «Vemos que India empieza a cambiar su comportamiento y busca crudo parecido en otra región. Vemos que Indian Oil Corporation, uno de los grandes refinadores en India, sacó una licitación para comprar 24 millones de barriles en total en las Américas durante el primer trimestre del año que viene», dijo Vasquez.

Por el lado de China, el principal país importador de crudo del mundo ha diversificado su suministro. «China compra en donde sea y compran en base a cualquier marcador. No discriminan entre ICE Brent, Dated Brent, WTI, Dubai. Eso siempre me parece interesante porque yo sé que hay compradores que dicen que solo compran en base a un marcador tradicional. Los chinos no son así», explicó.

Ante una consulta de EconoJournal, el especialista de Argus explicó que el costo elevado de los fletes impacta en el aprovechamiento de esa oportunidad. «El problema es la distancia, en donde entra el tema del flete, que para los productores ahora está muy alto. Pero todo esto es en ciclo, el flete en algún momento va a bajar y cuando eso ocurra verá que los crudos de Latinoamérica van a llegar a sitios en Asia a unos precios más competitivos y ahí van a entrar en juego», concluyó Vasquez.

Nicolás Deza

Whirlpool: cierre definitivo de su planta y abandono de su producción en Argentina

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Whirlpool dejará de producir en la Argentina. La multinacional estadounidense anunció el cierre definitivo de su planta de lavarropas en el parque industrial de Fátima, en Pilar, y el fin de su actividad industrial local.

La medida implica la desvinculación de 220 empleados -incluidos equipos de gestión y cadena de suministro-, quienes fueron notificados hoy, y representa un cambio estructural para la filial. A partir de ahora, concentrará su operación en ventas y servicio, “garantizando el abastecimiento de electrodomésticos, accesorios y repuestos en todo el territorio de Argentina”. Es decir, pasará a importar todos los productos.

Según la compañía, la decisión forma parte de un proceso global de revisión de estructuras productivas, con foco en la eficiencia operativa y la reasignación responsable de recursos. “La continuidad en la Argentina no está en revisión: la presencia comercial y el portafolio de productos seguirán disponibles para los consumidores, bajo un esquema operativo alineado con las condiciones del entorno local y regional”, aseguraron desde la compañía mediante un comunicado.

Aclararon: “Son varios los motivos que confluyeron en la toma de esta decisión, internos y externos. Realizamos esfuerzos para reducir costos e implementamos mejoras en los procesos para ser más competitivos frente a productos importados, a lo que se suma la caída en el consumo. Hoy estamos dando este paso para redefinir nuestra huella regional de cadena de suministro con la necesidad de fortalecer nuestra competitividad en un entorno cada vez más desafiante”.

Un giro tras una inversión millonaria

El repliegue productivo se conoce tres años después de que la empresa inaugurara la planta -con la mira puesta en asegurarse el acceso a los dólares que necesita para importar-. A través de una inversión de US$50 millones, Whirlpool puso en marcha la fábrica sobre una superficie de 30.000 metros cuadrados, que presentaba como la más moderna de su tipo en el mundo. Allí empleaba a 460 trabajadores de manera directa y a más de 1000 de forma indirecta.

El sitio tenía capacidad para producir un lavarropas cada 40 segundos y 300.000 unidades al año, con el 70% destinado a exportación, lo que suponía la recuperación del perfil exportador de la firma tras dos décadas. La compañía incluso había adquirido un terreno lindero para expandirse.

No obstante, ya en 2024, la compañía había iniciado una serie de reconfiguraciones. En mayo del año pasado, Whirlpool anunció una reorganización operativa que incluyó el recorte de un turno de producción y la reducción de 60 puestos de trabajo.

En ese momento, la firma explicó que buscaba “adaptar el programa de producción al entorno actual”, concentrando la fabricación en un único turno para simplificar su modelo organizacional. La gran mayoría de los trabajadores del turno tarde habían sido relocalizados en el turno mañana, mientras que el segundo turno quedó limitado a tareas de soporte productivo e inyección plástica.

Laura Ponasso

Un estudio sugiere etapas definidas en el envejecimiento del cerebro humano

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Un reciente estudio redefine la comprensión del envejecimiento cerebral, desafiando la noción de un deterioro gradual para proponer la existencia de fases o “eras” distintivas. Esta investigación, que analiza la conectividad y estructura de la materia blanca, subraya momentos críticos en la vida adulta donde la arquitectura neural experimenta cambios significativos, con implicancias para la salud cognitiva.

La primera fase de envejecimiento temprano se identifica alrededor de los 66 años. En este punto, el cerebro comienza a mostrar un deterioro notable de la materia blanca y una disminución de la conectividad neuronal. Expertos señalan que esta edad coincide con un mayor riesgo de diversas condiciones de salud que pueden impactar negativamente la función cerebral, como la hipertensión arterial, acentuando la vulnerabilidad del sistema nervioso.

Un segundo y más pronunciado punto de inflexión se observa cerca de los 83 años. Aquí, la conectividad cerebral se reduce aún más, y diversas regiones del cerebro tienden a volverse más aisladas entre sí. Si bien los datos para esta fase avanzada son todavía limitados debido a los desafíos metodológicos de estudiar a individuos sanos en edades muy avanzadas, la tendencia general es clara: la red neural se simplifica y desintegra.

El profesor Duncan Astle, autor principal del estudio, enfatiza la importancia de comprender estas fases diferenciadas. Reconocer que el cableado neural se vuelve vulnerable a la interrupción en momentos específicos, en lugar de asumir un declive lineal, podría permitir una identificación más temprana de riesgos y el desarrollo de intervenciones más efectivas. Esta perspectiva no solo mejora nuestro entendimiento biológico, sino que también sugiere la necesidad de enfoques de salud pública adaptados a cada una de estas “eras” cerebrales.

Impacto para la Argentina

Esta investigación reviste particular importancia para Argentina, un país con una pirámide poblacional en envejecimiento y desafíos crecientes en la atención de la salud de adultos mayores. La identificación de estas «eras» cerebrales subraya la necesidad de fortalecer la inversión estatal en investigación neurocientífica y gerontológica, un ámbito donde instituciones como el CONICET y las universidades públicas pueden y deben jugar un rol protagónico. Comprender estos puntos de inflexión permite diseñar políticas de salud pública más eficientes, orientadas a la prevención y detección temprana de afecciones neurodegenerativas, reduciendo así la carga sobre el sistema sanitario. Una estrategia de desarrollo nacional soberana exige la capacidad de generar conocimiento propio y adaptar los avances globales a nuestra realidad, evitando depender de soluciones importadas que no siempre se ajustan a las particularidades socioeconómicas y epidemiológicas locales. La salud cerebral de nuestra población es un activo estratégico que el Estado debe proteger y fomentar activamente, lejos de visiones neoliberales que desfinancian la ciencia y el bienestar social en favor de supuestas eficiencias de mercado.

Redacción de AgendAR

Proponen una estrategia en común a los países del Triángulo del Litio, Argentina, Bolivia y Chile

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La Cámara Internacional del Litio y Energías (CIL Lithium), una entidad sin fines de lucro creada en Chile, propone una estrategia de integración entre la Argentina, Chile y Bolivia para transformar al denominado «Triángulo del Litio» de un simple proveedor de commodities a un actor en el mercado global.

Pamela Goicovich y Sebastián Quiñones, presidenta y director de la Cámara, explicaron que “el objetivo de esta coordinación es abandonar la condición histórica de ser solamente tomadores de precio en el mercado internacional”.

La titular de la entidad sostuvo que “los tres países deben coordinar sus esfuerzos, porque la competencia no es entre países vecinos, sino tener una respuesta competitiva común ante un mercado muy dinámico y estresado. Estamos en condiciones de ofrecer las mayores reservas geológicas del mundo en términos de litio, la mayor disponibilidad y la mejor eficiencia costo-efectiva del mundo«.

Esta estrategia regional se fundamenta en la propuesta de obtener un precio diferencial para el litio extraído en la región. Goicovich defendió esta visión al asegurar que “el litio del Triángulo es inherentemente más valioso: Somos promotores del nuevo sello del liderazgo sostenible. En este momento se está produciendo el litio más sostenible del mundo con la energía más sostenible que es el sol y además con la aprobación del pueblo originario».

El litio y la volatilidad del precio

En un contexto de elevada volatilidad, donde el precio del carbonato de litio llegó a picos insólitos de US$ 70.000 la tonelada hace dos años, la CIL proyecta que la variable de precio se estabilizará a largo plazo en un rango de US$ 20.000 a US$ 25.000 la tonelada, impulsada por un crecimiento anual de la demanda que podría superar el 30 por ciento. Sin embargo, esta estabilidad requiere de una racionalización en la producción.

Quiñones advirtió que muchos proyectos solo serán viables si adoptan una «tecnología de extracción directa eficiente en términos de Capex, porque esto disminuye los costos de producción y los vuelve competitivos ante la baja de precios”. La Cámara ve en la extracción directa o DLE un desafío global en el que la Argentina, por la velocidad de sus proyectos, está aportando una experiencia valiosa con su cartera de más de 35 proyectos en distintas etapas de desarrollo.

La CIL, explicaron, se apoya en tres pilares que buscan la trascendencia de la industria sobre la macro y las diferencias políticas. En primer lugar, el desarrollo económico para todos sus socios; en segundo lugar, se promueve la unión de la tecnología con la academia y la comunidad originaria, haciéndolas «partícipes» desde el inicio y evitar errores del pasado. Finalmente, la estandarización de valores, que incluye el respeto medioambiental, la estandarización de consumo hídrico y energético, la inclusión femenina y la redistribución de beneficios para las comunidades.

La Argentina tiene un portfolio de unos 35 proyectos de litio en marcha.

Para que esta integración funcione, la entidad entiende que Chile puede desempeñar un rol estratégico clave. Goicovich destacó la experticia logística del país: “Tenemos los mejores puertos estratégicos en la zona norte de Chile para poder apoyar a la logística argentina y lo que se viene desde Bolivia, con lo cual las ventajas geológicas de los tres países se complementarán con la capacidad chilena de cara a la exportación global”.

Metas comunes al 2030

Dentro de su hoja de ruta con metas a 2030, la CIL prioriza la generación de confianza entre los distintos actores y países, y el fortalecimiento de capacidades a través de la vinculación entre investigadores y la industria. Finalmente, el eje de transformación productiva busca generar la tecnología necesaria, por ejemplo, para avanzar desde el carbonato a productos de mayor valor agregado como el hidróxido o el cloruro de litio y sus derivados.

En cuanto a la preocupación de las poblaciones locales sobre la integración laboral -tal como se está reflejando en San Juan ante los futuros desarrollos de cobre-, Goicovich y Quiñones defendieron la necesidad de la cooperación. El director recordó que «la confianza que se vaya generando en términos de cooperación va a ser lo que va a llevar a un crecimiento exponencial«, mientras que la presidenta señaló que “existe una posición de maestría chilena en el área minera que, de cerrarse, haría que se vayan a cometer errores que pueden salvarse. Si existe una alianza entre Chile y Argentina desde este punto de vista todos van a salir beneficiados».

Finalmente, los directivos de la Cámara enfatizaron que la visión de futuro para la región debe ser sistémica, entendiendo que el litio es solo un componente de una transformación energética mayor. Quiñones remarcó que “al hablar de litio, también se debe pensar en otras soluciones como la energía geotérmica o el hidrógeno verde, ya que todo esto tiene que funcionar de manera coordinada, sino la respuesta va a ser insuficiente» ante las necesidades globales.

Ignacio Ortiz

Argentina en el mar VII – Átomos, naves y submarinos (2da. parte)

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«Publicado en El blog de Abel el 11 de noviembre de 2017»

Desde el blog de este editor se propuso hace 8 años un proyecto demasiado ambicioso para este tiempo desalentador: instalar en una nave argentina un reactor CAREM, como medio de propulsión. La 1ª parte la publicamos en AgendAR aquí. Ahí se mencionaron antecedentes en otros países.

Antecedentes nacionales sonlos proyectos de Castro Madero en la década de 1970 , y más cercanos, los de Cristina Kirchner y su ministra Nilda Garré- de lo que planteó Arias: un reactor nuclear argentino a bordo de una nave argentina.

A. B. F.

Un submarino demasiado chico para semejante reactor

Aquí la idea del submarino nuclear de caza la propuso el contralmirante Carlos Castro Madero, cuyo hijo mayor estaba en el ARA Belgrano el 2 de mayo de 1982, cuando lo torpedeó el HMS Conqueror (y se salvó). Pero la idea fija del “sub” don Carlos padre la tenía de antes, y heredada: estuvo en danza desde épocas del entonces contralmirante Oscar Quihillalt, aquel presidente quintaesencial de la CNEA que vio llegar e irse a 8 presidentes de la nación.

El reactor a “submarinizar” de Castro Madero era un Otto Hahn argento y quedó en planos, nomás. Esa central de papel es el eslabón perdido darwiniano del actual CAREM, cuyos elementos combustibles tienen un enriquecimiento bajito: entre 1,8 y 3,4%: era el normal en las centrales nucleoeléctricas PWR convencionales de los ‘80. No es un desafío imposible para la pequeña planta de de enriquecimiento de Pilcaniyeu, Río Negro. Para no intranquilizar al Tío Sam reactivando la planta y no molestar a las arañas, que tienen derecho a tejer sus redes allí, el gobierno acaba de comprar el material a Brasil.

En comparación, las plantas de potencia S5G y S8G tienen enriquecimientos de entre el 93 y el 97,5%. Sí, tal cual, usan uranio “grado bomba” no pese a su inmensa reactividad, sino debido a ella. Tenerla bajo control es un riesgo que la U.S. Navy asume con frialdad, porque un combustible tan feroz rinde una potencia térmica desaforada en una planta motriz de escaso volumen, y ofrece tiempos de recambio del núcleo de 20 a 30 años, más o menos coincidentes con la vida útil del resto de la nave.

Más atento a la doctrina de Segundo Storni, según la cual la Armada Argentina está para defender al país de su pesadilla histórica recurrente, los bloqueos, y no para controlar el planeta, Castro Madero podía aceptar sin problemas un reactor con uranio enriquecido a entre el 3,5 y el 6,6%, como el del carguero Otto Hahn, vale decir mucha menos potencia por unidad de masa o volumen del motor que las unidades yanquis o rusas, y recambios del núcleo cada 4  años. De todos modos, aún con esa centralita sin pretensiones, un submarino podía estar sumergido muchos meses, fabricando su propia agua potable y purificando y recirculando su aire, mientras no se acabaran los víveres de la tripulación.

Y si el capitán sabe los trucos del oficio, andá a encontrarlo en el casi millón de km2 del Mar Argentino, suponiendo que no haya salido del mismo. Su sola existencia es una amenaza ubicua que disminuye la eficiencia operativa de cualquier enemigo poniéndolo paranoico. Para un país que, como Argentina, sufrió el desastre económico de 4 cierres del Plata y otros puertos sólo en el siglo XIX, no puede haber mejor vacuna antibloqueo.

De ahí que, mientras Israel y Sudáfrica buscaban la invulnerabilidad desarrollando bombas nucleares en sus instalaciones “secretas” (ja) de Dimona y Pelindaba, a vista y tolerancia de la OTAN y no sin ayuda francesa, Castro Madero, tras clausurar toda posibilidad de que Argentina hiciera lo mismo, citara con frecuencia un aforismo atribuido a al almirante Hyman Rickover, padre del USSN Nautilus: “Better a sub ‘neath the ocean than a bomb in the basement” (Mejor un sub bajo el mar que una bomba en el sótano).

Un sub nuclear vale como muchos diésel-eléctricos. Eso lo tuvimos que aprender en cuero propio: en 1982, alcanzó con la amenaza –cumplida sobre el Belgrano- del HMS Conqueror para dejar paralizada en Puerto Belgrano a toda la Flota de Mar criolla el resto de la guerra.

Aunque como a casi todo innovador, a Rickover sus colegas almirantes al principio le ponían tachuelas en las alpargatas, hoy de los 14 portaaviones yanquis (3 en reserva, 11 activos, 2 en quilla) y de los 52 submarinos de caza activos (amén de los 48 planificados) y de los 14 clase Ohio misilísticos, todos llevan plantas nucleares, con potencias térmicas que van de los 10 a los 330 MW. La propulsión atómica mueve el 40% de la flota yanqui de combate. El búnker, el gasoil y el diésel oil navales estaban bien para los tiempos de Popeye, aunque se niegan a dejar los barcos de superficie. Efectivamente entre 1961 y 1999 la USN llegó a tener 9 cruceros nucleares, pero los dio de baja por antieconómicos.

El problema fundamental en 2010, cuando CFK y su ministra de Defensa Nilda Garré relanzaron (sin nombrarlo) la propuesta de Castro Madero, no era el grado del combustible. Era la plata, primero, y después encajar un recipiente de presión de 11 metros de altura, como el del CAREM, en el casco de presión (el interno) un submarino alemán oceánico Thyssen TR-1700, en el caso, el ARA Santa Fe.

ARA San Juan
nimitz

El ARA San Juan llega a Marpla desde Emden, RFA, en 1984, 11 años y una guerra tras la compra. La segunda foto salió de su periscopio en 1994: el portaviones “embocado” es el “supercarrier” nuclear US Nimitz, durante los ejercicios Fleetex, en la costa Atlántica de los EEUU. El San Juan logró, subrepticio, burlar todas las escoltas, y… “Surprise!” Caro nos costó el chiste.

Aquí, una digresión necesaria. Los 2 TR en servicio tienen su propia historia de supervivencia darwiniana. Entre 1973 y 1974 Perón decidió comprar 6 unidades, 2 de ellas entregadas completas “llave en mano” y el resto a armar aquí. Y era buena idea, don Juan D. quería meterle ADN industrial a la Marina. Para más inri, aquel año TANDANOR construyó otras 2 unidades alemanas de menor alcance y armamento, los 209 Salta y San Luis, el primero de los cuales salió demasiado ruidoso, aunque el último, aún lleno de defectos, enloqueció bastante a la Task Force en 1982.

Los 1700 no eran submarinos costeros, como los 209, sino oceánicos en serio. Llegaron a la base del COFSUB en Marpla navegando desde Emden, Alemania (el San Juan y el Santa Cruz) en 1984. Durante el viaje, los siguieron fragatas y aviones antisubmarinos ingleses, tratando de familiarizarse con la firma sónica y térmica del San Juan, pero lo que hayan aprendido no se lo informaron a sus aliados de la US Navy, por lo que se verá después.

El resto de los subs se recibió despiezado, a armarse aquí en el Domecq García, contiguo a TANDANOR: cuatro meccanos despiadadamente complejos. La construcción fue una típica pesadilla argenta de “stop and go” (o viceversa), que Menem paró definitivamente en 1994, cuando el Santa Fe había logrado un 70% de avance constructivo y el Santiago del Estero un 30%. Los 2 restantes TR seguían guardados en cajas, sin siquiera fe de bautismo (SG45 y 46).

Pese a que habían sido encargados en 1974, hasta los ’90 los TR argentos seguían siendo temibles: tal vez aún lo son. En un ejercicio naval conjunto con la US Navy llamado INCA, frente a Perú, el Sta. Cruz salió sumergido de Marpla, dobló el Cabo de Hornos sin ser notado, subió medio Pacífico y entró al combate ficticio tras un derrotero subacuático y furtivo de 12.594 km., para “cargarse” (y dos veces) a su contraparte yanqui, un SSN de caza con propulsión nuclear. Si eso ya significó una orquitis almirantesca para la US Navy, piense en lo que siguió.

En 1994, durante los ejercicios Fleetex, en la costa atlántica de EEUU, el Sta. Cruz hizo 19.818 km. sumergido a profundidad de snorkel, y tras 1073 horas de navegación, zigzagueó sigiloso a través de la patota de escoltas, pisando en puntas de pie se puso a distancia de torpedeo del portaaviones nuclear USN Nimitz, le sacó unas lindas fotos, y nadie lo detectó. Los almirantes yanquis fotografiados decidieron a posteriori que lo habían “neutralizado”, en una maniobra conocida en los selectos círculos navales de la NATO como ACOFS, por “A Crock of Shit”.

Qué relación tendrán estos dos hechos con la decisión de Menem de parar definitivamente la ardua construcción del Sta. Fe y el Santiago del Estero, cerrar el Astillero Domecq García (contiguo a TANDANOR) y tratar de transformarlo en un shopping, lo sabrá el almirante Magoya. Bueno, el egregio mandatario riojano habrá detectado una urgente necesidad social insatisfecha de un shopping frente al río. El hecho no llama la atención, pero sí la fecha.

Con el parate del astillero, sucedió el inevitable canibalismo: como el San Juan y el Santa Cruz estaban operativos, empezaron a comerse los pobres hermanitos nonatos SG45 y 46 en cada mantenimiento, en forma de repuestos. En 2007 el San Juan entró a su astillero, reabierto y rebautizado CINAR por Néstor Kirchner, para ser serruchado en dos, único modo de cambiarle las 960 baterías de sulfúrico y plomo, amén de cambio de periscopio y centenares de otras reparaciones menores inevitables en su media vida. Pero eso tomó 7 años de “go and stop”, o viceversa, porque no había un mango.

sala de mandos

La sala de mandos de un TR-1700, moderna aún a 43 años de diseñada. Espacio, eso sí, hay poco.

Un error importante de las administraciones civiles argentinas desde 1983 es subequipar o directamente no reequipar a sus fuerzas armadas, como si negarles un “hardware” decente fuera a cambiarles el “software” cuartelero con que vienen de fábrica. El único caso exitoso que conozco de cambio drástico de la educación militar sucedió en el Ejército bajo inspiración del Gral. se Brigada Ingeniero Miguel Sarni y fue imitado por Francia… pero aquí duró poco, y se fue terminando en 2005. Nadie se enteró del fin del experimento, porque nadie se enteró del experimento. El MinDef no es grandioso comunicando.

En 2010, la ministro Nilda Garré y CFK trataban de ver cómo evitar que fueran canibalizados el Santa Fe y el Santiago, los otros dos subs “nonatos” con más construcción, y de paso darle vitaminas de ingeniería al CINAR, que tanta gente linda en Puerto Madero todavía querría volver un shopping.

Fue entonces que CFK y Garré supieron que un reactor sin bombeo es muy silencioso y trataron de cuadrar el círculo con el CAREM. Pero éste había evolucionado desde 1984 como animal plenamente terrestre. La tarea de re-navalizar este diseño y volverlo al Otto Hahn, aquel eslabón perdido, era dura, pero menos que la de meterlo en el Santa Fe.

El diámetro interno de un TR está en los 7,30 metros, mientras que el recipiente de presión del CAREM hoy en construcción mide 11 metros. INVAP, a la fecha con más kilometraje de diseños y rediseños de esa planta que la que tenía entonces la recién creada Gerencia CAREM de la CNEA, fue convocada a estudiar el problema. Cautelosos, los barilochenses sugerían un reactor menos potente con un recipiente más petiso, pero aún así y desde los primeros bocetos, era patente que habría que plantarle una segunda “vela” o torreta en popa a la nave, donde normalmente debían ir sus motores diésel, para alojar la protrusión de esa insólita planta motriz.

Y es que no hay modo de hacer un reactor puramente convectivo e integrado sin un recipiente larguirucho. Y como los cascos de presión (los internos, no los externos) en los submarinos suelen ser cilíndricos, para soportar la compresión a 300 o más metros de inmersión, eso habría requerido de un diámetro considerable, más afín al de los subs de caza yanquis. Pero ésas son bestias voluminosas, que desplazan casi 9000 toneladas de agua, en inmersión, y un TR-1700 no llega a las 2400.

El TR-1700 ya de suyo tiene una torreta muy sobresaliente. Con el nuevo aditamento en su sector de popa, habría pasado de dromedario a camello. Los problemas de esta morfología habrían sido múltiples: hidrodinámicos, por empezar, sónicos para seguir (dos torretas generan más turbulencia y reflejan más eco de sonar que una sola), y luego a considerar cómo mantener la convección que refrigera el núcleo: es un fenómeno que requiere de un recipiente vertical, ¿pero y cuando el submarino hace un ascenso de emergencia, con la proa 45º para arriba, cómo se mantiene la circulación? ¿Ponerle bombas auxiliares a un Otto Hahn hasta volverlo otra cosa, como el S5G yanqui? Los johnnies lo hicieron, pero aquí había que rizar bastante el rizo.

Otro problema: un sub flota en agua de un modo no muy diferente al de un zepelín que hace lo propio en un medio 750 veces menos denso, el aire. Sube o baja embarcando o expulsando lastre, en este caso agua, pero sobre todo debe estar bien equilibrado. El enorme peso de un recipiente de presión a popa habría afectado el baricentro de la nave y obligado a más rediseños caros, para redistribuir la masa. Es difícil meterle mano a un producto casi perfecto (el TR-1700 se acerca bastante a esa definición) sin joderlo.

Según el Dr. Félix Rodríguez Trelles, ex CNEA y experto en física del plasma, emigrado en tiempos de Alfonsín y hoy profesor en la Dade County University, Florida, EEUU, Castro Madero no pensaba en bombas auxiliares, como las del Narwhal yanqui, sino más bien en una junta cardánica gigante para mantener vertical esta pieza incluso en maniobras cerradas de la nave.

Pero subrayo que su punto de partida no era un derivado terrestre puro, como el CAREM, ni el casco que tenía “in mente” el de un TR-1700 alemán sino el de alguna otra unidad más voluminosa. Por cómo lo pintan a don Castro Madero y por lo que pude leer de sus conferencias, no es improbable que hubiera pensado en diseñar y construir el casco enteramente en Argentina, de haber dependido de él. Tras lo de Malvinas, era improbable que la OTAN nos vendiera ese componente para ponerle una planta nuclear Nac & Pop, como Francia lo hizo con Brasil.

Re-navalizar un CAREM en una unidad de superficie, mucho más generosa en espacio, no es imposible, pero sí difícil, admite el Dr. Carlos Aráoz. Es el último mohicano de los famosos 12 Apóstoles de Sabato, todos tipos que se animaron a lo difícil y a lo prohibido. Y tras pensar la propuesta, me tiró una cifra: 2 a 3 años.

¿Para hacerlo?, le pregunté esperanzado. Con algo de lástima, me respondió: “No, Daniel, para hacer los estudios de factibilidad”. Y ojo, estábamos hablando de un barco polar o de un rompehielos, naves en los que los espacios verticales son siempre más generosos, y la oposición política de la OTAN y sus muchos agentes locales tal vez no sea tan brutal, tan vendepatria, tan ilegal y tan aniquiladora.

Porque no hay que olvidarse de la reciente experiencia brasileña de Seu Othon, en 2015. Eso lo vemos en el próximo capítulo.

Daniel E. Arias

Brasil ya importa más Gas Licuado de Petróleo de la Argentina que de EE.UU.

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Vaca Muerta está transformando a la Argentina en una plataforma de producción y exportación de líquidos del gas natural (NGL). La evidencia más contundente se está observando en Brasil, donde las importaciones de gas licuado de petróleo (GLP) de origen argentino están superando a las importaciones desde los Estados Unidos.

Brasil tiene un déficit estructural en el mercado de GLP que atiende con importaciones mayoritariamente de los EE.UU. Sin embargo, las exportaciones argentinas ganaron terreno en 2024 y siguieron creciendo en el presente año.

Las importaciones de GLP por vía marítima en Brasil en este 2025 totalizaron hasta el momento unas 980.000 toneladas, de las cuales el 50% provinieron de la Argentina, según lo expuesto por especialistas del mercado en el Argus Argentina Energy Forum organizado por Argus. La cifra puede ser aún mayor dado que el relevamiento no incluye las exportaciones por tierra.

Las importaciones de origen estadounidense en el país vecino bajaron este año a 47%, una caída de 18 puntos porcentuales si se compara contra el mismo período del 2024. De esta forma, el GLP argentino ya desplazó al producto de origen estadounidense a un segundo lugar en el mercado brasileño.

“Los EE.UU. ya perdieron marketshare frente a la Argentina. Este cambio de Brasil hacia el GLP de Argentina ocurrió incluso cuando los precios de los EE.UU. han bajado. El propano tuvo un precio promedio de US$ 429 por tonelada, comparado con el año anterior que fueron de alrededor de US$ 488 por tonelada”, graficó Giovann Rosales, especialista de GLP de Argus en Houston.

GLP argentino en la región y Asia

El 70% del GLP que exporta la Argentina por vía marítima es dentro de la región. Brasil representa 50 puntos porcentuales, mientras que Chile, Perú y Uruguay suman los restantes 20. Además se espera que la demanda brasileña vaya en aumento debido a políticas públicas como el programa «Gas del Pueblo» y un proyecto de ley que habilitaría el uso del gas licuado como combustible para vehículos.

Giovann Rosales en el Argus Argentina Energy Forum.

Sin embargo, los mercados en Asia aparecen como un destino todavía más atractivo por su enorme déficit de GLP. “Asia tiene un balance negativo estructural que va a crecer de forma importante hacia 2030, llegando a 100 millones de toneladas de GLP por año. Europa también tiene un balance negativo”, explicó Victor Uchoa, jefe de Consultoría para Latinoamérica de Argus.

China, Japón y Corea del Sur compraron la mitad de las casi 65 millones de toneladas exportadas por los EE.UU. en 2024. Solamente China tomó el 27% de las exportaciones estadounidenses. El 75% del GLP que se consumió en China el año pasado fue tomado por el sector petroquímico.

EE.UU. y Medio Oriente seguirán añadiendo oferta global de GLP en los próximos cinco a diez años. “Sin embargo, este crecimiento tiene desafíos. La geopolítica podría alterar las rutas comerciales existentes, tal como ya lo hemos visto este año. También hay una infraestructura limitada. Si bien hay varios proyectos de expansión por todo el mundo la capacidad está limitada. Esto está creando un cuello de botella pero los Estados Unidos se están preparando para aliviar el juego de botella”, analizó Rosales.

Etano

Argentina tiene un potencial de producción de 60 millones de toneladas de NGL anuales si se considera una reserva de 300 Tcf de gas natural en Vaca Muerta y un rendimiento de 200 toneladas de líquidos como butano, propano, etano y gasolina por cada millón de metro cúbico de gas producido. El GLP, una mezcla de butano y propano, es el producto estrella, pero también hay oportunidades grandes para el etano, cuyo rendimiento económico fue testeado por la empresa pretroquímica brasileña Braskem.

La producción de etano actual en la Argentina es de 0,7 millones de toneladas anuales, que se destinan principalmente al mercado local más algunas exportaciones menores al Brasil. “Braskem completó estudios técnicos que hacen la comparación para el uso de propano y etano de Vaca Muerta para su cadena petroquímica y resultó en una ventaja de US$ 110 dólares por tonelada frente a la nafta petroquímica que hoy Braskem utiliza”, contó Uchoa.

Precisamente, los márgenes que el etano le deja al negocio petroquímico en comparación con otros insumos son los que impulsan la oportunidad. “Hay una ventaja estructural de los márgenes de etano en el mundo. En Asia, nuestros modelos de Argus muestran en 2022 una diferencia de US$ 305 por tonelada para el etano, frente a US$ 150 de margen por tonelada cuando se utiliza la nafta. La conclusión para el etano es que hay una oportunidad para Argentina, no solo en Brasil, sino también en todo el mundo, y podría ser un nuevo jugador junto a Estados Unidos en el mercado de etano”, concluyó Uchoa.

Nicolás Deza