El futuro argentino: debate entre una periodista desesperanzada y un empresario optimista

Esta es la última parte de una larga entrevista que le hizo la periodista Luciana Vázquez al matemático y empresario -en el área de las finanzas- Sebastián Ceria, con sede en Nueva York. El reportaje tomó la forma de un debate sobre las posibilidades argentinas en el que -curiosamente, o no tanto- la periodista (de La Nación) toma el papel de escéptica y el empresario de optimista.

Uno puede estar de acuerdo, o no, con la mirada de Ceria, sesgada, naturalmente, por su circunstancia. Pero vale la pena escuchar lo que dice y algunas preguntas que hace «¿Cuántos países del mundo han desarrollado una semilla para el trigo resistente a la sequía? Muy pocos, si alguno. ¿Cuántos países hay en el mundo que tiene una industria de satélites sofisticada?»

La primera. parte de la entrevista está aquí. La segunda, aquí.

ooooo

 

-En ese punto, no está teniendo en cuenta datos que indican estancamiento de los aprendizajes de los argentinos en los últimos 20 años.

-Sí, puede ser que estemos estancados pero yo apunto al potencial. Cuando empecé mi empresa, éramos dos personas y nuestro competidor tenía una historia de 20 años, 300 empleados y unos 200 millones de dólares de ventas cuando nosotros teníamos cero. Pese a todo, yo decidí hacer un producto para competirle, es decir, no me asusté, no pensé “esto es imposible”. Podés concluir que no miré los datos o, si hubiese mirado los datos, que estoy loco.

-Los datos educativos siempre tienen un porcentaje menor de estudiantes que aprenden mucho.

-Ellos son los que pueden arrastrar al resto. Yo creo mucho en esta idea de liderazgo: si usamos el liderazgo para llevar en lugar de para empujar para atrás, puede ser muy positivo. Mi optimismo está basado en datos intelectuales y certeros. En Fundar, hacemos políticas públicas para el desarrollo basadas en evidencias. En sectores en los que hemos mantenido una política de Estado como, por ejemplo, la economía del conocimiento, la Argentina puede desarrollarse y puede crear empresas competitivas. Mercado Libre es una de ellas pero existen muchísimas otras. Puede crear unicornios como en cualquier otro lugar del mundo y está evolucionando, es decir, no hace solo outsourcing del desarrollo de software para otras empresas sino que crea productos y cosas únicas en el mundo, otro tema positivo. Además, hay otras industrias como la biotecnología. ¿Cuántos países del mundo han desarrollado una semilla para el trigo resistente a la sequía? Muy pocos, si alguno. ¿Cuántos países hay en el mundo que tiene una industria de satélites sofisticada?

-En relación al agro y la biotecnología y el peso que tienen. Es un sector muy tecnificado en la Argentina. El balance es que la productividad del agro brasileño creció el 100% en términos de cantidad de toneladas de granos producidas mientras que Argentina creció cero.

-El agro tiene una gran potencialidad y el mundo está cambiando en cuanto a lo que requiere del agro en la Argentina. La pregunta es siempre sobre la potencialidad antes que sobre los datos del pasado. Este año, las exportaciones subieron. A veces el problema es la sequía o regímenes macroeconómicos complejos. Más allá de eso, la pregunta es si está o no está el potencial. Para ser optimista, yo me agarro de cosas concretas. No es un optimismo naif. Está esta idea de que ser pesimista está basado en evidencia pero ser optimista es naif. Mi optimismo está basado en cosas concretas, en casos de éxito que tuvimos en la Argentina. Hay que entender que desarrollarse es difícil.

-Usted es un matemático y su aporte es la medición del riesgo a través de modelos matemáticos. Para el modo en que usted ve la realidad, la vida, los negocios, los datos son clave.

-Yo no digo que hay que ignorar los datos.

-Los datos que surgen de la historia que ha recorrido la Argentina no son alentadores en ese sentido. El potencial que uno podía esperar en la décadas de los ochentas, no se cumplió.

-No son alentadores en algunos lugares. Son muy alentadores en otros lugares. La pregunta es en qué te enfocás. En si ves el vaso medio lleno o medio vacío.

-Podemos enfocarnos en el tema de la pobreza, por ejemplo.

-Clarísimo. La pobreza es un tema gravísimo que tenemos que resolver y no lo hemos podido resolver.

-Otro foco posible es el empleo formal privado estancado desde 2011.

-Es obvio que tenemos que agrandar la torta.

-La inflación, otro tema.

-Se puede agrandar la torta. Es mucho más difícil agrandar la torta como lo hizo Corea en 1960 que lo tenemos que hacer nosotros. Nosotros tenemos muchos casos de éxito. A mi amigo Lino Barañao le gusta decir que cuando Corea decidió convertirse en una gran potencia electrónica fue y le preguntó a los consultores cómo tenía que hacer y los consultores volvieron con las 20 razones por las que Corea se tenía que dedicar a cultivar arroz. ¿Qué hicieron los coreanos? Empezaron a tachar una a una las razones por las que no podían convertirse en una potencia electrónica y es lo que hicieron. Nosotros tenemos que entender cuáles son las cosas que salieron mal y aprender de eso. Yo soy profesora, académico, me dedico a aprender. Aprendo todos los días. No digo que ignoremos cuáles son las cosas que hicimos mal pero enfoquemos cuáles son las cosas que hicimos bien y tratemos de mantener políticas de Estado. Tenemos que ponernos de acuerdo como argentinos sobre cuáles son las políticas de Estado a mantener en el tiempo. Tenemos que hacer un mega acuerdo. Es obvio que hay que desarrollar Vaca Muerta.

-Era obvio que había que desarrollarla 10 años atrás y se frenó.

-Quizás. Se frenó.

-Se plancharon las tarifas.

-Miguel Galuccio hizo muchísimo. Trajo a Chevron y después se descontinuó como política de Estado. Pero yo no te estoy diciendo algo distinto. Vos estás de acuerdo conmigo en el sentido de que hay que mantener una política de Estado.

-Para mantener una política de Estado, se necesita un Estado eficiente. ¿Cuánto pesan los datos en un Estado eficiente? Porque uno de los problemas que tuvo Argentina durante años fue la intervención del Indec y la distorsión que produjo en la formulación de datos y en la imposibilidad de conocer, por ejemplo, el índice de pobreza o el índice de inflación. Se privó a la Argentina de un diagnóstico básico para poder intervenir de manera inteligente en la macroeconomía. ¿Cuánto pesan esos datos y la confiabilidad de los datos en las políticas públicas que hacen los Estados?

-Pesan muchísimo. En Fundar, tenemos dos áreas transversales. Una es el área de datos y la otra, el área de género porque pensamos que toda política de desarrollo tiene que estar pensada desde el punto de vista de género. En cuanto a datos, pensamos que es esencial. Nuestro director de datos es Daniel Yankelevich, un graduado de la ESLAI, que se educó afuera, que tuvo su propia empresa. En datos, estamos hablando con el Estado para ver cómo utiliza los datos para tomar buenas decisiones. Gestionamos una red de dateros del Estado a los que traemos a Fundar. Vinieron esta semana y tuvimos una gran reunión de 50 personas que hacen datos para el Estado. Hay un gran problema que es cómo hacés para interactuar para generar esta idea de datos. Trabajamos en el tema de gobernanza de datos. Una de las buenas noticias, por ejemplo, es que la Ciudad de Buenos Aires tiene un área de datos desarrollada y estamos trabajando con ellos para replicar su sistema de datos en el resto de las provincias. Nos dijeron que sí.

-En el uso de los datos a la hora de hacer política pública no sólo hay implicada una cuestión técnica sino también una voluntad política de ser transparentes. Y eso faltó, por eso el peso del pesimismo en la Argentina. La política tuvo la posibilidad de aprovechar el ingreso de dólares y hacer las cosas bien y, sin embargo, se manipularon datos para ir disfrazando realidades. Eso es falta de voluntad política, no un problema técnico en el manejo de los datos. ¿Cuánto condiciona la política? Y no sé si la política en general porque en este caso se trata de la gestión kirchnerista.

-Si vamos a hablar del pasado, hay muchas cosas tristes en nuestra historia. Si cada vez vamos a volver a las cosas tristes de nuestra historia, nos va a ir mal. Tenemos que superarlas; no te digo olvidar. Como país, tenemos que superarlas. Hay una buena noticia y es que el Indec hoy no tiene los problemas de los que hablabas antes. Esa transparencia existe. ¿Es un INDEC que está con los últimos avances? Eso no lo sé.

-Viene teniendo problemas con los datos del Censo. Todavía no ha podido mostrar resultados.

-Pero ya no tenemos esos problemas de los que hablabas. No tenemos muchos de los problemas que tuvimos en el pasado. No nos olvidemos de que en 1966, entraron a mi facultad y le pegaron palazos a los científicos. Este mundo de hoy es mucho mejor que aquel en el que le pegaban a los científicos. En ese sentido, el edificio Cero+Infinito es una idea de orgullo del Estado diciéndole a los científicos “acá les pongo un edificio diseñado por uno de los mejores arquitectos”. Más allá de mi contribución, el Cero+Infinito fue financiado a lo largo de distintos gobiernos a través de un crédito de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina). Es el Estado diciéndole a los alumnos “vengan a estudiar acá, este es un lugar emblemático e icónico. Estamos invirtiendo en ustedes. Vengan y hagan lo mismo”. La semana pasada, mientras acompañaba a algunas personas que visitaban el edificio, me decían “está muy limpio el edificio, las paredes no están pintadas” y preguntaban por qué. Lo obvio es que un edificio público termine todo pintado. Y yo decía que no es así, que es el Estado le muestra su respeto a los estudiantes poniendo este edificio a su disponibilidad. Cuando pasa eso, vos devolvés. Cuando van a Japón, los argentinos no tiran papeles en la calle. No está intrínseco en nuestro ADN tirar papeles en la calle. A veces lo hacemos porque no respetamos al Estado o porque tenemos esta idea de que el Estado nos maltrata. En este país, el Estado maltrata a mucha gente y eso es una de las cosas que tenemos que cambiar.

La Argentina y el futuro, los desafíos

-Usted es un hombre con una vastísima experiencia en ese sector tan importante y desafiante que es el sector financiero. Más allá de esta unidad de 50 personas que Qontigo tiene contratadas en la Argentina, muy expertas en el desarrollo de estas herramientas de cálculo del riesgo, ¿vendrías a invertir en la Argentina a crear una empresa como la que creó en Europa o en EEUU?

-Primero, respecto de las finanzas internacionales, es importante clarificar lo siguiente: de dónde viene el dinero en el mundo. Porque cuando hablamos de finanzas, nosotros tenemos esta idea de fondos especulativos de corto plazo. No es la idea verdadera de lo que son las finanzas.

-No sé si todos los argentinos tienen esa idea pero así piensa el oficialismo gobernante, que habla de “fuga de capitales”. Es un concepto muy instalado.

-Si vos hablás de qué color es el caballo blanco de San Martín, es blanco. Si vos hablás de los fondos especulativos de corto plazo, ¿cuáles son? Los que especulan en el corto plazo. Está en el nombre. No hay que sorprenderse si vienen, ponen plata y después se van, que es lo que pasó durante muchísimo tiempo en el gobierno anterior. No hay que sorprenderse; hay que ser inteligente: si les voy a abrir la puerta a los fondos especulativos de corto plazo, me van a traer plata y me la van a sacar cuando ellos crean que es necesario. Es importante desmitificar el mundo de las finanzas: no toda la finanzas tienen que ver con los fondos especulativos de corto plazo. Las finanzas internacionales tienen que ver con el manejo del dinero del mundo que, en un 60%, está en manos de instituciones como fondos de pensión nacionales o sindicatos, fondos soberanos, endowments, aseguradoras. El fondo de pensión más grande del mundo es de los empleados del gobierno japonés que tiene 1.3 trillones de dólares. Las finanzas están pasando por un momento súper interesante: ahora los fondos, por ejemplo el fondo japonés, quieren usar su dinero no solamente para generar un retorno manejado por el riesgo de las inversiones sino también para tratar de ayudar en temas de cambio climático. Entonces el fondo de inversión japonés le dice a los que manejan el dinero que tienen que invertir con esos criterios, criterios que ayudan a la humanidad. Esos criterios fuerzan a las empresas a darle prioridad a proyectos que favorezcan la contención del cambio climático. Las finanzas están pasando de ser “fuerza del mal” a una fuerza del bien. Se dan cuenta de que si se piensa más allá de los retornos, la finanzas tienen gran capacidad de cambiar lo que hacen las empresas y lo que hace el resto del mundo,

-Se trata de la circulación virtuosa del dinero incentivando las mejores prácticas empresariales y comerciales.

-Exactamente.

-En ese contexto de esa matriz virtuosa que se da hoy, ¿usted vendría a crear una empresa en la Argentina o mudaría su empresa a la Argentina?

-Mi empresa no es mudable porque ya no soy su dueño; es de la Bolsa alemana.

-¿Pero vendría a crear una empresa nueva en la Argentina? ¿Hay condiciones en la Argentina para eso?

-Además la Bolsa de Alemania no me deja crear una empresa parecida porque tengo un acuerdo de no competencia. Pero más allá de eso…

-¿La Argentina ofrece las condiciones para crear una empresa como esa?

-No tiene que ver con las condiciones. Tiene que ver con el tamaño del mercado. Hubo una pregunta en el Coloquio de IDEA sobre si Jeff Bezos hubiese vivido o hubiese fundado Amazon en la Argentina, ¿qué habría pasado? Está Galperín que lo hizo y lo hizo muy bien. Pero más allá de Galperín, hay un tema de escala. A mí, el mercado americano me permitió desarrollar mi empresa porque tiene escala; le podía vender mi servicio a mucha gente. En la Argentina, no hay tanta gente para venderle ese servicio. Desde el punto de vista geopolítico, tenemos que pensar en crear esa escala. La manera obvia de generar escala en un país como la Argentina, que está en Latinoamérica, es tratar de abrazarse a un mercado que nos quede cerca.

-¿Brasil?

-Brasil, Chile, Colombia. Para responder a tu pregunta, si uno lograra generar un mercado de ese tamaño, una empresa como la mía perfectamente podría tener un mercado de ese tamaño y podría vivir en la Argentina.

VIALa Nación - Luciana Vázquez