Un avance en el Congreso para defender la ciencia

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La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley de Emergencia y Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, e Innovación y ahora deberá pasar al Senado, adonde se espera su aprobación final con el objetivo de recuperar la inversión del Estado en el sistema científico-tecnológico.

La votación en la Cámara de Diputados que finalmente aprobó el proyecto de Ley de Emergencia y Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología, e Innovación se vivió como una fiesta por parte de toda la comunidad científica porque significaría un principio de solución al calvario de sueldos bajos y falta de financiamiento para los proyectos de investigación. Además, el proyecto incluyó considerar algunas empresas públicas del sistema científico como bienes estratégicos del Estado, por lo que no se podrían privatizar. Allí se incluyen algunas empresas como Nucleoeléctrica Argentina, Fabricaciones Militares y FADEA, hoy en procesos avanzados para ser entregadas a capitales extranjeros. Una vez aprobada esta legislación será necesario que para privatizar una de estas empresas públicas se haga una ley específica que sea votada en el Congreso.

El proyecto se logró aprobar con 132 votos a favor y ninguno en contra. Esto es porque todo el arco oficialista y aliados se retiraron del recinto para intentar que la sesión perdiera el quórum necesario de 129 diputados presentes a la hora de votar.

Jorge Geffner, director del departamento de Microbiología, Parasitología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la UBA, y miembro de la Red Argentina de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), dijo: “Desde que asumió Milei hay un desfinanciamiento absoluto de la ciencia y la tecnología por parte del Estado y salarios que han perdido de un 25% a un 35% de su capacidad de compra. En el CONICET está cerrado el ingreso a la Carrera de Investigador Científico y el financiamiento de proyectos que venía de la Agencia I+D+i, cuya presidenta es Natalia Avendaño, no financia absolutamente nada. La convocatoria actual la prorrogaron por séptima vez consecutiva y la previa, que deberían haberla ejecutado en esta gestión, tiene dictamen y proyectos aprobados pero la desconocieron. Eso se traduce en una crisis muy importante y en el éxodo de muchos jóvenes de forma masiva”.

Función CyT (2015-20125)

La Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional se proyecta para fin de este año en 0,16% del PBI, valor mínimo histórico, incluso por debajo del valor de 2002 (0,17%). Fuente: CIICTI/Grupo EPC.

El proyecto aprobado repone en funcionamiento la Ley 27.614 de Financiamiento de la Ciencia, que había sido suspendida dentro del articulado de la Ley Bases y que se pretendía derogar completamente en el próximo proyecto de Ley de Presupuesto. Esta ley plantea un aumento progresivo del financiamiento de la ciencia como porcentaje del PBI hasta llegar al 1% del mismo en 2032. En este año, el gasto en ciencia según esa ley debería ser de 0,45% del PBI, pero el Gobierno bajó la Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional a 0,16% del PBI para 2025, valor mínimo histórico, incluso por debajo del valor de 2002 (0,17%), según datos de Grupo EPC/CIICTI. Esto llevó a la paralización total del sistema y al nivel más bajo desde la vuelta de la democracia. Además, se exige la actualización de los sueldos del personal del Sistema Científico Nacional de acuerdo al índice de inflación del INDEC tomando como base el de diciembre de 2023, de la misma forma que lo estipuló la recientemente aprobada, e insistida, Ley de Financiamiento Universitario.

¿Hay posibilidad de que el Gobierno no cumpla la ley una vez aprobada? “Con este Gobierno existe esa posibilidad, como pasó con la Ley de Discapacidad que hoy está vigente, y con la excusa de preguntar de dónde se sacan los fondos la mandan de vuelta al Congreso, algo no previsto en la Constitución Nacional. Ellos sacan fondos alegremente de donde quieren cuando los necesitan. Pero igual es un paso importante tener los acuerdos y poder tener una ley vigente para después reclamar judicialmente porque este proyecto impone sanciones penales a su incumplimiento. Ahí aparecerá la pelea para que aparezcan los fondos, que cuando el Gobierno quiere los consigue enseguida”, dijo Geffner.

El dinero invertido en el sistema deberá usarse para cumplir los objetivos del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, formulado por el exsubsecretario de Políticas y Planificación del exMINCYT, Diego Hurtado, en diálogo con la comunidad científica, ya que el gobierno actual no formalizó ningún plan de ciencia.

«En el CONICET está cerrado el ingreso a la Carrera de Investigador Científico y el financiamiento de proyectos que venía de la Agencia I+D+i, cuya presidenta es Natalia Avendaño, no financia absolutamente nada», dijo Geffner.

El proyecto original, al que luego se agregaron modificaciones, fue presentado por el diputado Daniel Gollán de ña Provincia de Buenos Aires (UxP), y contó con el apoyo de los radicales que responden al diputado Facundo Manes, y los socialistas Esteban Paulón, y Mónica Fein.

La paralización de los proyectos es dramática pero hay un problema que será muy difícil que solucionar en el largo plazo: las renuncias de personal y el abandono de las carreras científicas. Geffner dijo: “Se están perdiendo muchos recursos humanos, poco más del 20% en cada centro de investigación, muy concentrado en los jóvenes, que son el semillero. Eso desarticula los grupos, hace que no se puedan cumplir compromisos con empresas, con institutos del extranjeros y, mientras no se abran los ingresos a CONICET, no hay forma de tener más científicos. El que terminó su doctorado en tiempo y forma no tiene cabida en el sistema y son carreras que tomaron muchos años y mucha inversión. Si yo veo hasta marzo del año que viene y hago el análisis de los dos años de este Gobierno, perdí el 25% de los recursos humanos en mi grupo de investigación, especialmente los profesionales de entre 28 y 38 años. Acá tenemos muchos que se reciben de médicos entre los 25 y los 27 años, después hacen su tesis doctoral, que terminan a las 30, o 32 años, y ahí se les están cerrando los caminos para investigar. El otro día hablaba con Raquel Chan, que hizo una semilla resistente a la sequía, patentada y que se vende y cultiva en muchos países, y me contaba que se le está desarticulando el grupo de investigación porque no hay continuidad para la gente que se está formando. Y eso esta pasando en todas las áreas de investigación. Es angustiante ver cómo se están disgregando los grupos”.

Geffner también lamentó el destrato hacia la comunidad científica de las autoridades actuales, como Genua (secretario de Innovación Ciencia y Tecnología y Avendaño (presidenta de la Agencia I+D+i. “No plantean ninguna meta, no saben, no consultan, solo vinieron a hacer un ajuste y no se les cae una idea”, dijo.

Matías Alonso

Rafael Grossi: «Hay un cambio del eje del poder global hacia Asia»

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Desde Washington, donde encabezaba reuniones clave sobre el programa nuclear de Irán, Rafael Grossi participó de forma remota en el Coloquio de IDEA. Invitado como expositor especial, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aportó una mirada geopolítica al escenario argentino. «Me señalan por hablar con Vladimir Putin o con Volodímir Zelenski. Pero la esencia de la diplomacia es esto, no la cancelación del otro», sostuvo.

—El Coloquio de IDEA este año tuvo un marcado tono internacional e hizo hincapié en los desafíos en torno al cambio del eje de poder global a Asia. ¿Qué lectura tiene al respecto?

El Coloquio de IDEA es uno de los foros más prestigiosos de la República Argentina, que nuclea a empresarios, emprendedores del sector privado en general. Es obvio que vivimos en un contexto económico y financiero que está inextricablemente ligado a la realidad internacional. No hablemos aquí de globalización, que es un concepto diferente, sino que lo que sucede en Argentina —la formación de precios, los problemas tarifarios internacionales, los flujos de inversiones—, está determinado e influenciado en gran medida por factores puramente económicos. Pero en un tiempo histórico como el que estamos viviendo, con tremendas fragmentaciones, con el retorno de guerras y conflictos armados —en Oriente Medio, en Europa, inclusive en África—, tensiones en el Indo-Pacífico y demás, yo creo que es indispensable que a la lectura económico-financiera puramente profesional se agregue una mirada desde la política internacional.

Existe, naturalmente, un rebalanceo de las tendencias económicas y de inversiones en el plano internacional, con relación a un cambio de eje del poder global hacia Asia. Creo que el mensaje debería ser quizá un poco matizado. Sí, es natural que, teniendo economías de la talla y la dimensión de China o de la India, Japón, el sudeste asiático, naturalmente existe un porcentaje del producto bruto global en esa región que la hace muy determinante, también como mercado presente y futuro en particular para la Argentina, que ya es un actor y exportador importante en esa región, pero debe serlo aún más, y esto requiere una fina lectura de inteligencia económica, comercial y también política.

—Recientemente Argentina firmó el programa FIRST con Estados Unidos. Sectores de la oposición denuncian que conlleva una «cesión de soberanía» del Gobierno de Javier Milei en temas nucleares. ¿Cuáles son las implicancias del acuerdo?

El programa FIRST de los Estados Unidos es de promoción de reactores nucleares, especialmente de reactores modulares y pequeños. El contenido del programa de cooperación será el que la Argentina le quiera dar. Firmar acuerdos de cooperación con un país no implica necesariamente una cesión de soberanía. Creo yo que, si se lo plantea en esos términos, el concepto es absolutamente desproporcionado.

El sector nuclear argentino, que nace en 1950, ha atravesado todos los vaivenes y las oscilaciones a veces erráticas de la política nacional. Más allá de eso, es bastante notable destacar que ha tenido una relativa continuidad en materia nuclear (digo porque hubo momentos muy sombríos). Argentina es un país que tiene tres centrales nucleares, capacidad de diseño, de producción e inclusive de exportación. Tiene el manejo del ciclo de combustible nuclear: desde la minería de uranio, el enriquecimiento y demás. Por tanto, tiene capacidades demostradas.

Y siempre ha buscado en el desarrollo de su programa nuclear un amplio factor de localización. Esto significa que aun habiendo importado tecnología —en los años 60 la tecnología alemana, luego en los años 80 la tecnología canadiense y ahora desarrollando sus propios diseños—, la Argentina siempre ha logrado mantener un altísimo componente local que le ha permitido, por ejemplo, obtener el éxito que ha tenido con INVAP, también con la Comisión Nacional de Energía Atómica, obviamente exportando reactores nucleares.

—Su nombre suena como posible candidato a la Secretaría General de las Naciones Unidas. ¿Cómo viene ese poroteo diplomático?

Efectivamente, voy a ser candidato a la Secretaría General de las Naciones Unidas. La República Argentina, mi país, formalizará mi candidatura cuando el proceso de selección se abra formalmente. Estimo que en un lapso muy corto, en un mes y una semana más. La postulación surge de mi convencimiento personal, forjado no a través de bibliotecas sino de mi experiencia al frente de un organismo como la OIEA, donde he tenido el manejo de crisis internacionales de alta tensión, como en el Oriente Medio, lo referido a Irán o a Siria, o naturalmente en el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania, en relación a la central nuclear de Zaporiyia, tensiones entre China y Japón, y muchas otras situaciones de altas tensiones, en las que hemos logrado desde la OIEA ejercer una diplomacia técnica y científica —pero diplomacia al fin— muy activa y con buenos resultados.

Esto ha llevado a muchos a pensar que las Naciones Unidas, que se encuentran en una profunda crisis de credibilidad y de efectividad, requieren un liderazgo que vuelva a ejercer con convicción, con determinación, un papel importante en algo que ha sido absolutamente abandonado: el manejo de la paz y la seguridad internacional. Si usted se fija en todas las recientes crisis que mencioné y muchas otras —Camboya, Tailandia, India, Pakistán, Azerbaiyán, Armenia, Sudán del Sur, Gaza—, hay un común denominador: la ausencia de las Naciones Unidas. Esto no puede continuar. Las Naciones Unidas están en una crisis existencial, y creo que debemos hacer todos un aporte para que esta plataforma —que sigue siendo indispensable, más allá de sus carencias y de sus falencias— vuelva a ser creíble y efectiva.

Eso es lo que alimenta mi convicción y mi candidatura. Por supuesto, en este estadio, donde el proceso está comenzando, sería aventurado empezar a jugar con especulaciones acerca de apoyos o falta de ellos. Sí le puedo decir, sin temor a equivocarme, que en mi diálogo con los grandes líderes internacionales existe una muy buena receptividad a este mensaje que acabo de dar y también a la labor que yo he desarrollado al frente de la OIEA.

La carrera armamentista y las negociaciones con Irán

—El mundo parece haber vuelto a una lógica de disuasión nuclear, con las grandes potencias rearmándose. ¿Estamos frente a una nueva carrera nuclear encubierta?

Precisamente esta pregunta se encadena muy bien con el tema de las Naciones Unidas. Mi experiencia puesta al servicio de eso: existe un reverdecer —lamentablemente— de la disuasión nuclear. Las potencias poseedoras de armas nucleares mantienen sus arsenales e inclusive los están aumentando y modernizando.

Al mismo tiempo, existen fuertes presiones de proliferación en otros países que acaso están considerando, de manera más y más intensa, dotarse del arma nuclear como disuasivo en un momento donde las garantías de seguridad —inclusive las alianzas estratégicas que existían— parecen estar menos sólidas que en el pasado. Por tanto, no sé si podemos hablar de una nueva carrera nuclear encubierta, pero sí, claramente, de que la dimensión nuclear de las tensiones internacionales está creciendo, indudablemente.

—¿En qué estado está la relación con Irán? ¿Sigue con seguridad personal?

La cuestión de Irán sigue en el tapete y las negociaciones continúan de manera discreta. Justamente acabo de regresar de Washington, donde estuvimos manteniendo conversaciones importantes. Estoy en contacto permanente también con las autoridades iraníes, europeas, rusas, chinas, tratando de buscar una solución duradera. Es obvio que la guerra de 12 días (NdR: con Israel) produjo un cambio importante en la situación en Irán, pero ciertamente no ha terminado de dar a esta situación —que se prolonga ya por décadas— un cierre claro. Se mantienen en Irán capacidades importantes: 400 kg de uranio enriquecido al 60% (esto es a un nivel casi militar o de derivación para la fabricación de armas nucleares) siguen allí. Debe haber un comienzo de las labores de inspección sobre la base de un acuerdo marco en el cual se está trabajando en este momento.

Las amenazas de muerte sobre mi persona, naturalmente, han sido muy traumáticas. Lamentablemente, continúo con seguridad personal, porque los expertos en la materia consideran creíbles las amenazas, y que aún sus orígenes no han desaparecido. Pero más allá de eso, creo que, especialmente en momentos de tensión como estos, no se debe claudicar —y mucho menos frente a amenazas—, así que sigo con la misma determinación y la misma confianza de siempre.

—Lo han acusado de tener un doble estándar o ser «pro israelí» en varias oportunidades, un país que no permite inspecciones a diferencia de Teherán. ¿Qué opina sobre este punto de fricción?

En el puesto que ocupo, y por las materias que trato y que he descrito en esta conversación, es común —forma parte de la realidad cotidiana— ser criticado por unos y por otros. Hay quienes dicen que soy un títere sionista y otros que dicen lo contrario. Un día, los proucranianos dicen que estoy en el bolsillo del presidente Putin porque me veo con él, y otro día, cuando estoy con el presidente Zelenski, los prorrusos dicen que estoy del otro lado.

Esta es la labor de la diplomacia internacional. Esto es lo que se debe hacer: dialogar, conversar, proponer soluciones concretas a los problemas graves que existen. Por supuesto que hay mucha gente —tribunos, opinantes y sectores— cuya función es precisamente condenar o criticar a otros que no piensan como ellos. No es la mía.

Yo tengo una función en este caso específica, que es la protección del régimen internacional de no proliferación, evitar un accidente nuclear. Y esto me lleva, justamente, a tener que dialogar y conversar con todos. Si el precio de eso son amenazas o críticas infundadas, bueno, es un precio que debo pagar. Pero es absolutamente infundado.

—En la planta de Zaporiyia, Ucrania, el riesgo de accidente persiste. ¿Cuál es la situación actual?
Efectivamente, en la planta de Zaporiyia, el peligro persiste. Hoy quizá es un buen día para hablar de esto, porque hemos logrado en la OIEA, después de una mediación entre Rusia y Ucrania, comenzar las tareas de reparación de las líneas de alta tensión externas que alimentan la planta y que habían sido destruidas o interrumpidas, y que hacían que la planta estuviese en un alto estado de riesgo por haber perdido justamente la alimentación externa y tener que ser refrigerada con generadores portables del tipo diésel, como los que se pueden tener en una residencia privada, lo cual es un sinsentido para la planta nuclear más importante de Europa.

Esto es una prueba más de dos cosas: por un lado, la fragilidad de la situación en esa región, que continúa siendo sumamente volátil e inestable. Y segundo, la importancia de la presencia permanente de los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica en el terreno.

—Con base en su experiencia diplomática, ¿cómo evalúa la coyuntura actual? Hablamos de un mundo donde una guerra con acusaciones de genocidio (Gaza) se transmitió por redes sociales; donde existe desde el riesgo de escalada nuclear a una disputa comercial caracterizada por el unilateralismo de Estados Unidos.

Es cierto que vivimos una escena internacional marcada por fenómenos inéditos: el retorno de la guerra convencional en Europa, la situación de la crisis humanitaria en Gaza —que finalmente parecería comenzar a encaminarse a partir del plan propuesto por el presidente Trump—, la necesidad de estabilizar esta región, el programa nuclear de Irán al que me refería anteriormente, la situación en Sudán, en el Cáucaso, tensiones en el Indo-Pacífico. A eso se suman —como usted bien señala— manifestaciones de uso político de políticas tarifarias. Evidentemente, ¿cuál es el denominador común de todo esto? La fragmentación, la polarización y la conflictividad.

Es por esto que el gran desafío de los organismos internacionales —no solamente del OIEA, pero de las Naciones Unidas, regresando al tema de mi candidatura— es volver a tener un papel efectivo en la articulación con otras instancias que han aparecido, como el G20, los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái, y otras que existen y que son muy importantes, como el G7, y que son manifestaciones caleidoscópicas en distintas presentaciones de las esferas de poder en el mundo. Somos actores sobre la realidad geopolítica, a la cual tenemos que moldear de modo tal de evitar el conflicto. Ese es el desafío de la diplomacia, hoy y siempre.

Cecilia Degl’Innocenti

La inteligencia artificial, ¿la próxima burbuja en pincharse?

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Se proyecta que las empresas de tecnología estadounidenses gastarán sólo este año más de 500 mil millones de dólares en inteligencia artificial, una cifra que no guarda demasiada relación con las ganancias que produce. Por eso, y desde hace largos meses, suena recurrentemente la misma alarma: la posibilidad de que estemos ante otra burbuja económica y, peor, la de qué sucederá cuando estalle.

En apenas unos pocos años, el asunto de la IA pasó de ser un tema de nicho con el que se coqueteaba desde la ciencia ficción y la filosofía, a los laboratorios de ciencias de la computación; de ahí, a un dudoso concepto marketinero (“¡pongámosle IA a todo !”); luego, a una ubicua presencia en cada conversación hasta el hartazgo, para finalmente alcanzar un lugar privilegiado en las discusiones sobre la economía global.

No habría industria de la tecnología sin la industria de las promesas difíciles de cumplir y la seductora futurología de los vendedores puerta a puerta que traen en sus maletines un montón de escenarios posibles aunque no plausibles en los cuales seremos más felices, tendremos más tiempo libre, lograremos nuestros objetivos y un montón de máquinas harán nuestro trabajo, nos servirán el café e incluso, ahora también, escribirán poemas, canciones y libros, para que la humanidad pueda alcanzar su postergado destino de ser reducida a una patética sombra de lo que alguna vez fue.

De inversiones billonarias

Aunque por el momento no contamos con convincente evidencia a favor de la mayoría de las promesas que nos han hecho, es indiscutible la nauseabunda cantidad de dinero que se invierte: las mayores empresas tecnológicas del mundo despilfarran a diario miles de millones de dólares en infraestructura, chips y centros de datos. Las comparaciones no se hacen esperar: estamos ante una revolución, equiparable a la invención de internet o el ferrocarril. O, tal vez, estemos cómodamente al interior de una burbuja especulativa donde el entusiasmo desplazó peligrosamente a la realidad.

Una burbuja, en su definición más simple, ocurre cuando el nivel de inversión en un activo se desliga persistentemente de la cantidad de ganancias que podría generar de manera plausible. Es una historia tan vieja como el capitalismo. Como documentó Charles Kindleberger en su clásica historia de las crisis financieras, el patrón se repite: un evento inesperado genera nuevas oportunidades de lucro, la codicia se desata, la inversión se exagera y, cuando el error se hace evidente, llega el pánico. Lo que distingue a la burbuja de la IA no es su existencia sino su naturaleza material: de qué están hechos los activos.

Las grandes transformaciones de infraestructura del pasado, como los ferrocarriles o la fibra óptica, también atravesaron fases de burbujas calamitosas. Se construyeron más vías de las necesarias, se tendió más cable del que se podía usar. Pero una vez que el humo de la especulación se disipó, quedó algo tangible: una red de vías de acero o tendidos de fibra óptica que, con el tiempo, se convirtieron en columnas vertebrales de la economía. La infraestructura sobrevivió a sus creadores. Con la IA, el panorama es distinto. No sin ser objeto de inagotables réplicas arrogantes en redes sociales, el inversor Paul Kedrosky tomó postura de una forma desafiante: los chips de GPU, la materia prima de esta “revolución”, son más parecidos a “las bananas que al acero”.

Ciclos frágiles

Aunque las estimaciones varían, su vida útil suele ser de apenas dos o tres años. Son activos que se deprecian rápidamente, como suele ocurrir en la industria tecnológica. Ciclos de gasto de 3 a 10 años obligan a las empresas a reemplazar instalaciones completas antes de recuperar la inversión inicial, no solo porque los chips pierden valor, sino también porque la infraestructura física se desgasta con el uso intensivo y los avances tecnológicos dejan obsoletos los sistemas antiguos.

Esta fragilidad material contrasta brutalmente con la escala de la inversión. Se estima que, para fines de 2025, Alphabet, Amazon, Meta, Microsoft y Tesla habrán gastado colectivamente 560 mil millones de dólares en capital relacionados con la IA, frente a unos 35 mil millones de ganancias. La única empresa que verdaderamente está haciendo un negoción es NVIDIA, que fabrica las bananas, por así decir.

Incluso los grandes de la IA generativa como OpenAI y Anthropic, con valoraciones estratosféricas, están lejos de ser rentables. Además, al ser empresas privadas que no cotizan en bolsa, no están sujetas a la transparencia financiera de las compañías públicas, lo que blinda sus números y obliga a depender de estimaciones y filtraciones. OpenAI dice que necesita al menos un billón de dólares (un millón de millones) para invertir en infraestructura de centros de datos, mientras que sus ingresos este año apenas representan un 1,3% de ese número.

Aunque ChatGPT tiene 800 millones de usuarios, solo un 5% paga, generando el 70% de sus ingresos anuales. La empresa perdió 8 mil millones en la primera mitad del año, y para su CEO, Sam Altman, la rentabilidad no está “ni entre sus 10 principales preocupaciones”.

De tiempo y ganancias

La estrategia es “apalancarse en los balances de otros” para ganar tiempo. Su plan de negocios a cinco años se basa en la confianza absoluta en el crecimiento exponencial, la idea de que “10 veces más cómputo” se traducirá en “10 veces más ingresos”, y en explorar nuevas líneas de negocio. Para sostener este circo, han surgido prácticas financieras que recuerdan a los peores excesos del pasado: los acuerdos “circulares”, donde una empresa pone dinero en otra para que esta le compre sus propios productos. Vimos a NVIDIA invertir 100 mil millones en OpenAI para que OpenAI le compre sus chips y a xAI de Elon Musk levantar 20 mil millones, en parte de NVIDIA, para hacer lo mismo.

Tan groseramente especulativo es esto que hasta los propios protagonistas lo reconocen en voz baja. Sam Altman ha calificado algunas valuaciones de “locas”, y Jeff Bezos —con AWS en el negocio de vender servicios a las empresas tecnológicas— admite que estamos en una burbuja. Pero el estallido podría no ser un evento único y dramático, sino una sucesión de malas noticias: una startup clave que se queda sin fondos, una caída en la demanda de chips o incluso un movimiento geopolítico, como una eventual restricción de China a la exportación de materiales críticos.

Que la ecuación financiera no cierre no implica necesariamente que la promesa tecnológica sea falsa. Pero es en este frente que las alarmas son más sencillas de explicar. La supuesta revolución de la productividad no se está reflejando en los números: un riguroso estudio de METR —que no puede tildarse de tecnófobo— encontró que los desarrolladores de software experimentados eran un 20% más lentos al usar herramientas de IA.

El problema radica en la brecha entre capacidad y fiabilidad: los sistemas pueden realizar tareas impresionantes, pero con una inconsistencia que exige una supervisión humana constante, lo que anula cualquier supuesta eficiencia. Otro tanto podría decirse de las ganancias económicas: un estudio del MIT encontró que el 95% de los proyectos con IA analizados no aumentaron el rendimiento de las empresas; un informe de McKinsey & Co encontró que más del 80 por ciento de las empresas que adoptaron IA en sus procesos no obtuvieron un “impacto tangible” en las ganancias; y la consultora Gartner ya ubica a la IA en la fase de la desilusión de su ciclo de sobreexpectación (hype cycle).

A la espera del impacto

Aunque la industria recicla propuestas alterando su lenguaje —ahora estamos en la era de los “agentes”, que sugieren una autonomía que no existe— si el rédito y el impacto real no llegan, el mercado no perdonará. Tal vez los usuarios no queremos un chatbot en cada producto digital.

Claro que también existen argumentos en contra. A diferencia de las startups de la era puntocom, las grandes tecnológicas que hoy impulsan la burbuja generan enormes flujos de caja, gracias a otros negocios existentes, y tienen espalda para aguantar la sangría. Los optimistas apuestan por la “curva J de productividad” de Erik Brynjolfsson: una caída inicial de la productividad mientras las empresas aprenden a integrar la nueva tecnología, seguida de un despegue exponencial. Y ahí sí, al infinito y más allá.

O quizá los beneficios reales no estén en las aplicaciones de consumo, sino en el detrás de escena de compañías que usan LLMs para mejorar su eficiencia de formas poco glamorosas.

Puede ser. Pero la historia enseña que la fe es una mala consejera en materia de inversiones. La burbuja de la IA es, en última instancia, una cuestión de timing: el problema no es si la tecnología será transformadora, sino si la montaña de capital invertido en activos que se pudren como bananas puede sostenerse hasta que esa transformación ocurra.

Empuje del sector privado

Hoy, el gasto en IA funciona como un programa masivo de estímulo del sector privado que sostiene a la economía estadounidense: en la primera mitad del año aportó más del 90% al crecimiento de su PBI, más que todo el gasto de los consumidores combinado, ocultando noticias económicas negativas como la inflación persistente o el debilitamiento laboral.

Si las inversiones se frenan, el impacto podría ser recesivo, aunque probablemente sin la magnitud sistémica de 2008. Como dice el crítico Ed Zitron, el mercado de la IA generativa es uno de 50 mil millones que se hace pasar por uno de 1 billón. Algo de esto debería mencionarse ante compromisos masivos de capital, como el de instalar un centro de datos de 25 mil millones de dólares en Argentina como parte del proyecto Stargate de OpenAI, apoyado en el esquema RIGI.

La burbuja del ferrocarril al menos nos dejó vías. La de las puntocom, tendidos de fibra. A ver qué nos deja esta.

Valentin Muro

China no le compra soja a EE.UU. Argentina vende lo último que resta de la cosecha anterior

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Argentina va camino a quedarse sin reservas internas de soja si EE.UU. no logra llegar a un acuerdo comercial con China en las próximas semanas.

El informe mensual oficial publicado este jueves por la Secretaría de Agricultura actualizó la estimación de exportación argentina de poroto de soja 2024/25 para ubicarlo en 12,3 millones de toneladas versus 9,0 millones previstas apenas un mes atrás

En ese marco, el stock final de soja del ciclo 2024/25 ahora es previsto en 4,1 millones de toneladas contra 7,2 millones en septiembre pasado.

Las previsiones realizadas hasta el mes pasado por la Secretaría de Agricultura iban camino a quedar obsoletas en la actual coyuntura de enfrentamiento entre China y EE.UU.

Faltan tres meses para el inicio de la cosecha brasileña de soja, período en el cual, si China sigue sin habilitar el ingreso de poroto estadounidense, seguirá abasteciéndose del producto sudamericano de manera casi exclusiva.

El poroto de soja argentino, además de tener un precio mucho más competitivo, cuenta –por razones geográficas– con un menor nivel de humedad, lo que permite garantizar un mejor almacenaje, un factor clave en el actual contexto.

El problema es que el dato clave no depende de un factor de mercado, sino de una decisión política en el marco de negociaciones muy difíciles, en las cuales, ciertamente, la personalidad del presidente Donald Trump no ayuda demasiado.

El agotamiento de las reservas internas de soja no sería una variable circunstancial en el sistema de formación de precios de la oleaginosa, aunque parte de ese fenómeno podría ser compensado a partir del mes de febrero con el ingreso de la cosecha paraguaya de soja en el marco del régimen de admisión temporaria.

Información adicional de AgendAR:

Las exportaciones de soja estadounidense a China han caído drásticamente debido a las tensiones comerciales y aranceles retaliatorios impuestos por Beijing, que han hecho que la soja de EE.UU. sea mucho más cara (hasta un 34% de aranceles efectivos).

Caída general en 2025:

Hasta julio, las exportaciones de soja de EE.UU. a China bajaron un 51,29% en valor (equivalente a unos 2.600 millones de dólares menos) en comparación con el mismo período de 2024. En volumen, de enero a agosto, solo se exportaron 218 millones de bushels, frente a casi 985 millones en todo 2024.Paralización reciente:China detuvo completamente las compras en mayo de 2025, y no ha registrado importaciones en junio, julio ni agosto. Es la primera vez en dos décadas que no hay pedidos para la temporada pico (octubre-enero).

Comparación mensual:

En abril, las importaciones chinas de soja estadounidense fueron de 1,38 millones de toneladas métricas, un 43,7% menos que en abril de 2024.
Impacto en el sector: Todas las exportaciones agrícolas de EE.UU. a China cayeron un 53% en los primeros siete meses de 2025. China ha diversificado hacia Brasil y Argentina, que ahora cubren la mayoría de su demanda (por ejemplo, Brasil exportó un récord de 12,28 millones de toneladas en agosto solo a China).

Esto forma parte de una tendencia más amplia de diversificación de fuentes por parte de China, impulsada por la guerra comercial, pero el 2025 ha sido especialmente abrupto.

Una minera de Eduardo Elsztain explotará oro y plata en San Juan

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La minera Austral Gold, de capitales argentinos, entre los que se destaca el empresario Eduardo Elsztain, comenzó la producción comercial de oro y plata en la mina Casposo, ubicada en la provincia de San Juan. Se trata de una reactivación del proyecto luego de haber paralizado la producción en 2019.

La compañía informó a través de un comunicado que, después de la finalización del reporte técnico y la actualización de reservas y recursos minerales, las reservas totales de Casposo ascendieron a aproximadamente 80.000 onzas de oro y 3 millones de onzas de plata. Además, se estima que la producción del cuarto trimestre de este año será de entre 4.000 y 6.000 onzas de oro equivalente.

El proyecto Casposo tiene una vida útil de seis años con mineral propio. Austral Gold comenzó con los trabajos para remodelar la planta de producción en 2024. De este modo, Casposo se suma a los proyectos de oro que están en producción en el país, sobre todo en la provincia de Santa Cruz y el Noroeste Argentino.

Según datos de octubre de la Secretaría de Minería, en el acumulado de los primeros nueve meses del año, los minerales metalíferos sumaron exportaciones por US$ 3.485 millones. Esto implica un incremento interanual del 32,9%, donde el oro aportó US$ 2.911 millones, es decir, el 69% del total exportado.

El oro acaba de llegar este miércoles a precios históricos al superar los US$ 4.200 la onza, marcando una suba de la cotización de 60% en lo que va del año y duplicando su valor desde enero de 2024.

Casposo

Con la reactivación de Caposo en la Argentina, Austral Gold ahora contará con dos minas de oro en operación comercial, ya que opera también la Mina Guanaco en Chile. “Nos complace anunciar el reinicio de las operaciones en Casposo, un hito importante para la empresa, ya que ampliamos nuestra base de producción junto con las operaciones mineras existentes en Guanaco”, expresó el CFO de Austral Gold, José Bordogna.

A partir de la reapertura del proyecto, la minera aumentó su plantilla en Casposo a 116 empleos de forma directa y 100 empleos indirectos, “marcando el inicio del nuevo ciclo en la minería argentina”, según expresa el comunicado.

En tanto, Eduardo Elsztain, que preside IRSA, la mayor empresa de bienes raíces del país, también pisa fuerte en el sector minero. Además de Casposo, también es el principal accionista de la minera canadiense Argenta Silver, empresa que tiene el 100% de los derechos del proyecto de plata El Quevar. También de la minera australiana Challenger Gold, que posee el proyecto aurífero Hualilan, en San Juan, ubicado a cerca de Casposo.

Roberto Bellato

Los motivos de Trump. Argentina, en una dinámica riesgosa entre EE.UU. y China

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El profesor emérito de MIT, el politólogo Stephen Van Evera, acuñó un principio que considera aplicable a las grandes potencias: NUPIMBY (No Unfriendly Powers in My Backyard). En breve, remite a la idea de que ningún poder inamistoso se inmiscuya en el patio trasero de una superpotencia. Al menos tres supuestos parecen guiar el predicamento de Van Evera.

El principio de NUPIMBY

Primero, los actores poderosos se tornan beligerantes cuando contrapartes consideradas hostiles se acercan a su vecindario próximo; lo cual es percibido y codificado como una amenaza a la seguridad nacional. Se trata de la construcción del “otro” en clave adversarial, haciendo hincapié en los recursos tangibles más la intención aviesa de ese otro. Segundo, se entiende que las grandes potencias procuran afianzar su preponderancia exclusiva sobre una determinada esfera de influencia territorialmente específica. Por ejemplo, durante la Guerra Fría, América Latina y el Caribe constituyeron tal esfera para Estados Unidos y los países de Europa Oriental lo fueron para la Unión Soviética. Se trata de un axiomático diktat geopolítico que gravita decisivamente en el comportamiento de las partes. Y tercero, en general se suele resaltar la existencia de alguna doctrina subyacente que contribuye a racionalizar el principio de NUPIMBY.

Por ejemplo, como destaca Stephen F. Jackson, en el caso de Estados Unidos la Doctrina Monroe de 1823; en el caso de la URSS la Doctrina Brézhnev (o “doctrina de la soberanía limitada”); en el caso de la India la llamada Doctrina Indira respecto a Asia del Sur; y en el caso de Nigeria la denominada Doctrina de Jurisdicción Continental respecto a África Sub-sahariana. Se trata, en esencia, de doctrinas de exclusión regional para impedir la proyección de poder de potencias contendientes.

En consecuencia, ¿cómo localizar el principio enunciado por Van Evera en la dinámica entre Estados Unidos, China y la Argentina? Esto exige algunas precisiones básicas. En primer lugar, es importante recordar que los atentados del 11 de septiembre de 2001 facilitaron una decisión terminante respecto a la gran estrategia a desplegar por parte de Estados Unidos: la primacía, que significa que Washington no toleraría la existencia de un poder de igual talla. En ese sentido, China fue, básicamente, el principal punto de referencia para la implementación de tal grand strategy. Con sus particularidades y matices, George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump I y Joe Biden procuraron darle continuidad a la primacía como eje central de la política exterior y de defensa. En ese sentido, Trump II expresa la enorme dificultad de Washington de sostenerla por el debilitamiento de los pilares internos y las mutaciones notables en el terreno internacional.

Una triple brecha entre aspiraciones y logros, entre medios y fines, y entre las condiciones domésticas y la realidad mundial incide para hacer hoy difícil, si no inviable, una gran estrategia tan inmoderada. En otras palabras, la sobre-extensión de Estados Unidos enfrenta límites críticos; lo cual implica que, en la práctica, se ha ido pasando del activo repliegue externo (mayoritariamente militar) a un relativo repliegue interno (revitalización de la economía). La segunda administración Trump refleja esto, con una singularidad: ambiciona recuperar América Latina y el Caribe como su “America’s Backyard”. Ello, a su vez, convierte a la región en laboratorio de control de la Casa Blanca y una prueba de su capacidad para disciplinar al área. Si no lo logra en este continente, a duras penas lo podría alcanzar en otras regiones donde la proyección de poder material y militar de distintos actores es creciente.

En segundo lugar, históricamente China no ha desarrollado algo que se asemeje a la Doctrina Monroe. A diferencia de Estados Unidos que ha convivido y convive en una zona muy segura donde ningún país del continente o coalición de países de América ha puesto en riesgo los intereses vitales de Washington, Beijing ha tenido y tiene relaciones tensas y hasta conflictivas con naciones como Japón, India, Rusia (en especial, durante la existencia de la URSS) y Vietnam, entre otros. No hay, por tanto, una ponderación idéntica entre dos partes que coinciden respecto a sus hipotéticas doctrinas; por el contrario, persiste una lectura unilateral y cultural de su propia experiencia histórica entre los decisores en Washington que asumen que Beijing es su espejo en materia doctrinal. Por ello, para algunos analistas Washington y Beijing (y quizás sumando a Moscú) debieran concebir un regreso a las tradicionales esferas de influencia; algo complejo de acordar y cumplir en medio de vertiginosos y profundos cambios de diversa índole y ante la irrupción de un Sur Global que no se contentará con ser un espectador pasivo y condescendiente de los asuntos internacionales.

En tercer lugar, la presencia hoy de China en América Latina no se parece a la de la Unión Soviética en la región después de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1991. Moscú enfatizó la dimensión ideológica en su intento de aproximación al área, lo hizo sin cash y buscó obstruir la manifiesta superioridad de Estados Unidos en su proverbial “patio trasero” durante el cenit de su hegemonía continental. Beijing incrementó notablemente su influjo latinoamericano y caribeño de modo pragmático, con aportes materiales concretos, procurando revertir los vínculos diplomáticos de varias naciones con Taiwán y evitando irritar a Washington. Como bien lo consigna un informe de febrero de 2025 del Parlamento Europeo, “los intereses principales de China en América Latina y el Caribe continúan siendo económicos y diplomáticos. El involucramiento militar no es un aspecto significativo de las actividades chinas (en el área) ni constituye un objetivo prioritario de su estrategia hacia la región. Los y las analistas consideran que la probabilidad de que China establezca una esfera de influencia militar en Latinoamérica y el Caribe es relativamente baja”.

Que algunos actores civiles y castrenses en Estados Unidos sobredimensionen el componente militar de la creciente relevancia de China para América Latina  —en particular, en América del Sur— no significa que tal perspectiva deba ser aceptada sin cuestionamiento en la región. Por ejemplo, si bien China ha avanzado en su capacidad de provisión de armamentos, aún está muy por debajo de la venta de armas a nivel internacional en comparación con los países de la OTAN y difícilmente los pueda alcanzar o suplantar en los años por venir. Adicionalmente, según un estudio de 2023, el porcentaje de las exportaciones chinas de armas a Latinoamérica en 2017–2021 en comparación a Estados Unidos, Europa, Rusia e Israel fue de apenas 0.03%.

Es un hecho, a su turno, que China ha demostrado un mayor interés por proyectar su presencia en puertos de América Latina. Sin embargo, las paradas de buques militares chinos en puertos de la región en el período 1997–2024 fue escasa — 6.3% — por debajo de Medio Oriente (23%), Sudeste de Asia (19.9%), África (13.6%), Europa (13.6%), Asia del Sur (9.4%) y Oceanía (8.7%). Como señala Isaac B. Kardon, “la correlación de fuerzas en el hemisferio occidental hace desaconsejable para el liderazgo chino testear su capacidad militar contra Estados Unidos en el Canal de Panamá o en las cercanías”. Las ventajas estadounidenses en materia militar en el área son tales que Beijing no puede llevar a cabo algún tipo de acción en ese frente; entre otros por los costos de diverso tipo que ello generaría para China. De hecho, según el autor, “es improbable que la inversión china en puertos en el hemisferio produzca una amenaza a la seguridad nacional estadounidense o desafíe su preponderancia militar en la región”. Y agrega, “el control militar chino de los puertos en el hemisferio occidental es improbable y es contrario a los objetivos estratégicos de Beijing en la región”.

Y en cuarto lugar, en tiempos más recientes — especialmente desde la primera presidencia de Donald Trump — se ha tornado más evidente el deterioro, en particular en el Sur Global, del soft power de Estados Unidos y el persistente ascenso del poder blando de China. Ello repercute en la percepción positiva de Beijing y su proyección de poder en lo diplomático, económico y asistencial. A su vez, la fabricación del omnipresente “peligro chino”, principalmente en Estados Unidos, se ha vuelto menos creíble en muchas latitudes; incluida América Latina. Por ejemplo, la opinión favorable de China en una encuesta de julio de este año del Pew Research es de 56% en México, de 51% en Brasil y de 47% en la Argentina. En otra encuesta de The Economist, y ante la pregunta de quién respetaba a la región, China superaba con creces a Estados Unidos en Colombia, Venezuela, Brasil y la Argentina, con los mayores márgenes en los dos países andinos. Lo mismo ocurría respecto a la transparencia y lo justo en el trato comercial: Beijing aventajaba claramente a Washington.

Sintéticamente, desarticular o romper lazos con China puede resultar disfuncional para las naciones de la región; más aún cuando Washington despliega muchos garrotes y promete exiguas zanahorias. Latinoamérica no necesita una nueva Guerra Fría; salvo que actores domésticos la alienten como una forma de asegurar sus propósitos y privilegios. La distensión y no la exacerbación de las relaciones entre Estados Unidos y China es fundamental para una región que enfrenta desafíos internos y retos externos extraordinarios.

La dinámica triangular en cuestiones sensitivas

El Diccionario de la Real Academia Española nos recuerda que “complejo” remite, en una de sus acepciones, a un “conjunto o unión de dos o más cosas que constituyen una unidad”. En ese sentido y en términos geopolíticos estamos ante un “complejo estratégico”. Asistimos a una revaloración simultánea de los recursos críticos (alimentos, agua, energía, minerales y metales) terrestres y marinos; de los estrechos como conectores claves en materia comercial y militar; de los océanos por su enorme y variada significación; y de los polos con sus vastas riquezas y su trascendencia ambiental. Más allá del actual gobierno del presidente Javier Milei es fundamental recalcar que la Argentina es parte de un reducido puñado de países en el mundo en el que se manifiesta nítidamente ese complejo estratégico. A la hora de una evaluación de la dinámica triangular entre Buenos Aires, Beijing y Washington, este es, a mi entender, un dato esencial.

En ese contexto, y apelando al principio NUPIMBY mencionado es posible preguntarse si tal idea aplica a esa dinámica. De entrada, eso exige ver las condiciones objetivas reales que facilitan (o no) su concreción. Eso implica distinguir los factores que empujan y los que lo traen, por igual. En otras palabras, los tomadores de decisión en Estados Unidos pueden creer que la Doctrina Monroe aún está vigente, que Washington puede recuperar su esfera de influencia en la región y que la amenaza china es de tal envergadura y perentoriedad que resulta imperativo disciplinar por la fuerza o por la cooptación a los países de América Latina. Pero es indispensable que determinados gobiernos y sus elites, así como sus comunidades epistémicas (comunicadores, intelectuales, organizaciones sociales, etc.) afines conciban que eso es necesario, benéfico y posible.

Bajo ese marco, la administración del presidente Javier Milei es una suerte de caso testigo del entrelazamiento de los factores que empujan (Estados Unidos) y los que atraen (Argentina) mediante una combinación de convencimiento y conveniencia. En ese sentido, la clave es la sincronía de ideología y negocios entre sectores influyentes en ambos países y los vínculos inter-personales en el mundo político/partidista y empresario/financiero. La cuestión esencial para descifrar remite a la economía política: ¿cui bono? Ahora bien, mientras que en Washington predominan las motivaciones estratégicas para rehabilitar su poderío, en Buenos Aires sobresalen razones circunstanciales para asegurar la supervivencia del proyecto de La Libertad Avanza.

En ese cruce, y en medio de profundas transformaciones globales, el lugar de China es singularmente gravitante. A lo que se suma, una Latinoamérica y el Caribe en la que la inmensa mayoría de los gobiernos negocia o concede para no ser objeto de represalias comerciales, migratorias y militares de la Casa Blanca; el mandatario estadounidense tiene varios fieles seguidores en el Ejecutivo (El Salvador, Ecuador, Paraguay y la Argentina) y como candidatos presidenciales a decisivas elecciones próximas (Chile, Perú, Colombia y Brasil); los regímenes autoritarios se encuentran severamente debilitados; y hay, al momento, escasa oposición asertiva a Trump en el área. Este no es un dato menor pues, en ese marco, la Argentina de Milei es prácticamente el único caso donde la Casa Blanca parece tener disposición a prometer zanahorias en vez de aplicar garrotes.

Ahora bien, la implícita y resignada aceptación de parte de Buenos Aires de que China es, en el fondo, tanto una amenaza letal para Estados Unidos como un peligro efectivo para la Argentina, es un dato inédito y a la vez incongruente respecto a la política exterior del país. La inflación discursiva respecto a la naturaleza de ese fenómeno — la amenaza china — para la Argentina no se condice con la evidencia disponible. Los ejemplos son varios. Voy paso a paso.

De acuerdo con Ryan Berg y Rubi Bledsoe, y según la base de datos del Stockholm International Peace Research Institute, para el período 2000–2022, los porcentajes de armamentos adquiridos por la Argentina fueron, respectivamente, 94.90% provenientes de Estados Unidos y 0.34% de China. Durante el gobierno del presidente Milei se descartaron los aviones de combate JF-17 de China y se optó por comprar, bajo acuerdo con Estados Unidos, aviones F-16 adquiridos a Dinamarca. El valor de este acuerdo es de US$ 941 millones. Además, Washington aprobó la venta de aviones Basler BT-87 por valor de US$ 143 millones. En 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, la Argentina, a través del Ministerio de Defensa, firmó un acuerdo con la Guardia Nacional del Estado de Georgia. El compromiso se inscribió en el marco del National Guard State Partnership Program en el contexto de los Security Cooperation Programs del Departamento de Defensa. En la actualidad hay acuerdos de distintas guardias nacionales con 30 naciones latinoamericanas y caribeñas bajo la órbita del Comando Sur. Con la llegada al gobierno de La Libertad Avanza se relanzó el vínculo con la Guardia Nacional de Georgia en sintonía con una estrecha colaboración con el Comando Sur. No debe sorprender, por lo tanto, que en 22 meses de gestión de la presidencia de Milei los comandantes del US Southcom hayan visitado el país en tres oportunidades: en una ocasión la comandante Laura Richardson y en dos el comandante Alvin Hosley.

Por supuesto que en años recientes ha habido algunos contactos y cierta cooperación — cursos, intercambios, visitas — entre las fuerzas armadas argentinas y chinas, pero de ningún modo en la intensidad, profundidad y alcance histórico que existe en el vínculo militar entre la Argentina y Estados Unidos. No es serio hacer una comparación fáctica entre los lazos militares argentino-estadounidenses y argentino-chinos. Las diferencias en la hondura, la diversidad, la magnitud, la ascendencia, la trayectoria y la trascendencia de una y otra han sido y son elocuentes.

Previamente, se mencionó la sensibilidad de Estados Unidos ante una paulatina presencia portuaria china en América Latina. Entre los más relevantes emprendimientos de Beijing en el área no figura la Argentina — a diferencia de México, Perú, Venezuela y Brasil, en particular. Más aún, en agosto de 2023, la Terminal Portuaria Bactssa, en Buenos Aires, del grupo chino Hutchinson cesó sus operaciones en el país después de treinta años de presencia en el país. La eventualidad de un puerto construido por China en Tierra del Fuego constituyó una maniobra y un objetivo provincial, pero nunca tuvo refrendación ni apoyo a nivel del gobierno central. Probablemente ahora se esté invirtiendo eso: el gobierno nacional prefiere que Estados Unidos sea la contra-parte de un eventual puerto y el gobierno provincial denuncia una presunta base militar en Tierra del Fuego. Cabe recordar, por lo demás, que en marzo de 2024, Estados Unidos y la Argentina firmaron un Memorándum de Entendimiento entre el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y la Administración General de Puertos, para desarrollar intercambio de información y capacitaciones sobre hidrovía y ríos interiores. Como se sabe la empresa china CCCC Shanghái Dredging Co. Ltd. quedó fuera de la licitación de la hidrovía Paraná-Paraguay debido a que se incluyó en el pliego de condiciones la exclusión de empresas controladas o financiadas por los Estados.

Paralelamente, la Argentina solicitó ser Socio Global de la OTAN; se sumó, como único miembro de América Latina, al Grupo de Contacto sobre Asuntos de Defensa en Ucrania organizado por el Pentágono y se incorporó a las Fuerzas Marítimas Combinadas, con sede en Baréin, creadas por Estados Unidos. Además, el gobierno de Milei rechazó la invitación del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a sumarse como miembro pleno y en las votaciones en Naciones Unidas en 2024 la coincidencia de la Argentina con China, como mostró Esteban Actis, fue tan baja como la de 1971; esto es, en el marco de un gobierno militar y en un año en que el país aún reconocía a Taiwán. Conviene recordar que China ha respaldado a la Argentina en el tema Malvinas desde 1965. Y que desde 2009 a la fecha gobiernos de distinto signo — incluidos los de Macri y Milei — han logrado formalizar y renovar el swap con Beijing sin generar condicionalidades para las administraciones de turno.

Asimismo, mientras que en febrero de 2022 el gobierno de Alberto Fernández, a través de Nucleoeléctrica, firmó un acuerdo con la Corporación Nuclear Nacional de China para la construcción de la central nuclear Atucha III, la administración Milei congeló el acuerdo y prefirió, mediante Nucleoeléctrica, avanzar un plan sobre reactores modulares pequeños destinados a proveer energía a centros de datos de inteligencia artificial. En particular, la relación que cultivó Javier Milei con Sam Altman, CEO de OpenAI y quien desplazó a Elon Musk y ganó un espacio prominente en la cercanía del presidente Donald Trump, apunta a lograr inversiones en esa área. Trump y Altman coinciden en frenar y desplazar a China ante los avances de Beijing en el área de la inteligencia artificial. Quizás resulte importante subrayar que un centro de datos consume millones de litros de agua; aproximadamente lo que diariamente usa “una ciudad de 10.000 a 50.000 habitantes”. En asuntos energéticos, resultaba y es expresiva la inclinación por Estados Unidos y adversa a China. No obstante, vale la pena mencionar que, en materia de desarrollo de energía renovable en la Argentina, “China ha sido clave” según Javier Lewkowicz. Conviene añadir que en 2024 la inversión de China en energías limpias fue de US$ 680.000 millones y la de Estados Unidos alcanzó a US$ 315.000 millones. En el frente externo, Beijing ha dedicado desde 2023 unos US$ 100.000 millones en ese tipo de energías, superando largamente a Washington: varios proyectos de ese tipo los lleva a cabo en la Argentina.

Otro frente sensible en la dinámica triangular entre Estados Unidos, China y la Argentina ha sido el de los llamados minerales críticos. Según la información disponible, la presencia china en el país ha sido ascendente atravesando gobiernos de distinta orientación política, al tiempo que la estadounidense ha sido reducida. Es ya habitual en el último lustro que Washington comunique su “inquietud” por el avance de Beijing, pero también lo es el hecho de que los inversores privados estadounidenses no se han movilizado en la Argentina, en particular, y en buena parte de América Latina, en general. Por ejemplo, de acuerdo con un informe de 2024 de la Bolsa de Comercio de Rosario, China viene invirtiendo en proyectos de litio por valor de US$ 3.400 millones de dólares, superando ampliamente a Estados Unidos. (A su vez, Rosario será un nuevo puerto de exportación de litio a China). Un trabajo del Institute for Development & Security Policy, ubicado en Estocolmo y con nexos con el conservador think-tank American Foreign Policy Council ubicado en Washington, destaca el lugar crucial de China en torno al litio argentino y el menor rol de Estados Unidos al respecto; subrayando la intensificada competencia geopolítica en cuanto a este activo estratégico.

Al litio se suman el cobre, el manganeso, el níquel, entre otros, como productos centrales en la contienda por recursos estratégicos. A ese tablero hay que añadir las tierras raras que, aunque la Argentina no es un jugador mayor en ese frente, sí posee una combinación relevante y atractiva de minerales, metales e hidrocarburos. Resumiendo, la mayor visibilidad china en relación a esos productos es debido a sus evidentes inversiones, en oposición, no premeditada, a la falta de movilización e interés de capitales estadounidenses; no se ha tratado de una disposición política pro-China y anti-Estados Unidos de las diferentes administraciones argentinas del siglo XXI.

También es foco de atención el ámbito tecnológico. Washington ha insistido en que la Argentina restrinja el acceso a tecnología china. Pareciera que los líderes políticos y empresariales argentinos desconocen lo que está sucediendo en ese campo. Desde hace lustros el Australian Strategic Policy Institute realiza un seguimiento de lo que denomina “tecnologías críticas”. Entre 2003 y 2007 Estados Unidos lideraba en 60 de las 64 y para 2019–2023 su liderazgo se redujo a 7. China apenas comandaba en 3 de las 64 entre 2003 y 2007; para 2019–2023, China pasó a liderar en 57 de las 64. La innovación en materia de patentamiento, producto de los resultados de las crecientes inversiones en ciencia y tecnología, muestra un fenomenal avance de Beijing. China pasó de representar el 45% de las nuevas patentes en 2014 a llegar al 74% en 2024. Desaprovechar las oportunidades que China — tal como otros países, por supuesto — ofrece en materia de tecnología en virtud de presiones de Estados Unidos y debido a razonamientos dogmáticos constituye un error mayúsculo para el país si es que aspira a tener un proyecto productivo sustentable. En el cuadro internacional presente y futuro los países que carezcan de autonomía tecnológica serán apenas espectadores de la política mundial.

Ahora bien, el asunto más delicado en las relaciones argentino-estadounidenses con impacto en el tipo y alcance del lazo del país con China ha sido el de la Estación del Espacio Lejano (EEL) en Neuquén, derivado del acuerdo firmado en 2012. Cabe aclarar que China ha acordado compromisos similares en materia de estaciones espaciales con Namibia, Pakistán y Kenia.

Las conjeturas y sospechas han marcado la posición de Washington, ya sea en gobiernos demócratas como republicanos, ya sea entre sectores civiles como militares. En los últimos años han sido los responsables del Comando Sur quienes han asumido la voz crítica más audible respecto a China en la región y en la Argentina. En la presentación de 2024 ante el Congreso de la postura de US Southcom, Laura Richardson uso la palabra “maligna” 24 veces: “actor maligno”, “influencia maligna”, “esfuerzo maligno”, “actividades malignas”, “intención maligna”, “narrativas malignas”, “conductas malignas”, “agenda maligna”, “acción maligna”. El “misterio” en el exterior sobre la estación es un dato recurrente. La “imaginación geopolítica” respecto a la EEL también ha sido notable en los medios de comunicación argentinos como lo ha mostrado Daniel Blinder.

En ese contexto, es fundamental examinar las conclusiones de dos textos distintos desde sendas miradas militares. Por un lado, existe un informe del Ejército de Estados Unidos en el marco de un proyecto específico del Pentágono sobre seguimiento de la influencia militar de China en el mundo. En ese caso, se trata de una evaluación de los instrumentos chinos de influencia en la Argentina. Después de analizar exhaustivamente los componentes diplomáticos, informacionales, militares y económicos de la proyección de Beijing en el país, la investigación concluye que: a) “la influencia (en esas cuatro áreas) actual de China en Argentina se evalúa como baja” y b) respecto a la estación neuquina, ella “no ha sido empleada para propósitos militares y no hay razón para esperar un cambio al respecto”.

Por otro lado, está la tesis de maestría del capitán de la Armada Argentina, Juan Espíndola, obtenida en la Marine Corps University que versa sobre las relaciones militares argentino-estadounidenses-chinas; tomando en consideración la estación espacial mencionada. Su argumento central es que “la presencia de China en la Argentina no compromete la asociación e interoperabilidad entre Estados Unidos y la Argentina pues China prioriza su desarrollo estratégico fundamentalmente en la región del Indo-Pacífico, mantiene limitadas sus acciones en América del Sur y encuentra resistencia en aspectos de la diplomacia argentina”.

A modo de reflexión final

La Argentina de Milei ha aceptado y promovido una lógica inapropiada y anacrónica en materia de inserción internacional: internalizar la política exterior de la administración Trump respecto a China, coquetear con una agenda anti-Beijing que no reditúa para los intereses nacionales y exponerse a una relación patrón-cliente con Washington que condiciona el futuro de la diplomacia en momentos de hondas transformaciones globales que se caracterizan, principalmente, por el tránsito hacia un mundo pos-occidental y un orden no hegemónico.

Confiar ciegamente en Trump, habilitar su intervención en la política interna, supeditarse a él y su imprevisibilidad es no solo improcedente, sino sumamente riesgoso para la nación. La sumatoria de mayores concesiones a Estados Unidos y potenciales restricciones contra China no garantizan más supervivencia al gobierno y mayor bienestar general para la sociedad. Beijing no es una amenaza a la seguridad nacional argentina por más que Milei y Trump coincidan en sus visiones reaccionarias. El país no debiera ser el testcase donde se libra la presunta “hostilidad” de China contra Estados Unidos ni puede ser el espacio de una contienda geopolítica en la cual la Argentina no tiene control efectivo de variables cruciales. No corresponde que el principio de NUPIMBY sea tácitamente bienvenido, así los partidarios de Milei crean que de ese modo la Argentina ingresa a las “ligas mayores” de la política internacional y los principales opositores guarden un inquietante silencio táctico.

Una política exterior binaria, incapaz de mantener relaciones simultáneamente balanceadas, positivas y benéficas para el país, hará de la Argentina un actor altamente vulnerable, paulatinamente irrelevante y crecientemente dependiente en las actuales circunstancias mundiales.

Juan Gabriel Tokatlian

“Contención de amenazas biológicas”: Argentina tiene el primer laboratorio de máxima bioseguridad

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En el centro donde se procesaron muestras de hantavirus durante el brote epidémico en Epuyén o la pandemia de gripe A H1N1, ya están operativas las nuevas instalaciones certificadas con la máxima calificación internacional de seguridad y contención biológica para el manejo de patógenos de alto riesgo infeccioso o tóxico.

Se trata del primer laboratorio de nivel de bioseguridad 4 (BSL-4, en inglés) de la región, funciona en el Centro de Contención Biológica de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán” (Anlis-Malbrán) y se sumará a la red internacional de laboratorios con las condiciones –desde las prácticas y procesos hasta los equipos de protección y tratamiento seguro del aire o los efluentes– para manipular microorganismos de alto peligro para la salud pública.

Los anuncios sobre este nuevo laboratorio comenzaron al menos hace dos años y, ahora, las instalaciones certificadas comenzaron a operar, según informaron en el Ministerio de Salud de la Nación. Ante la consulta, indicaron en esa cartera que la revisión para “validar las instalaciones y los protocolos de procedimientos operativos” estuvo a cargo de un grupo del Programa de Colaboración en Biocustodia del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

“Permitirá trabajar con virus y patógenos como el Ébola, el Marbugo, hantavirus y fiebres hemorrágicas, desarrollar pruebas diagnósticas rápidas y precisas, investigar nuevos antivirales y tratamientos y diseñar vacunas preventivas”, enumeraron desde la cartera sanitaria. “También –agregaron–, fortalecerá la respuesta del sistema sanitario ante enfermedades emergentes al permitir realizar una caracterización rápida de los agentes infecciosos, facilitar el monitoreo de nuevas variantes e investigar reservorios animales para prevenir posibles saltos interespecies.”

Análisis de riesgo

La unidad operativa Centro de Contención Biológica (Uoccb) de Anlis-Malbrán contaba ya con un laboratorio de nivel de bioseguridad 3 (BSL-3), como se publicó en 2019 cuando expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recorrieron sus instalaciones por la amenaza del virus del Ébola de este lado del océano dado un brote que crecía en África.

Su equipo de técnicos trabajaron ahí, en el verano de 2018-2019, con las muestras del brote de hantavirus en Epuyén para confirmar diagnósticos, el virus de dengue de las epidemias y el virus de la gripe que había provocado la pandemia de 2009. En ese centro, ahora se puso en funcionamiento el laboratorio BSL-4.

¿De qué depende qué grado de bioseguridad se necesita para manipular patógenos o sustancias de riesgo para la salud? “El análisis de riesgo es lo fundamental para evaluar si se usa el laboratorio de nivel 3 o 4, más que el nombre del patógeno”, ampliaron desde Anlis-Malbrán. “No solo depende del nombre del patógeno, sino principalmente del volumen y de las prácticas que se van a realizar con ese patógeno. Las recomendaciones internacionales señalan que [la manipulación del virus del] Ébola es mejor en un laboratorio BSL- 4.”

Se necesitaron, según detallaron, $500 millones para finalizar las obras pendientes: las instalaciones termomecánicas. Eso, de acuerdo con la información de obra oficial, incluyó “la colocación de sistemas de aire con presión negativa, filtros de alta eficiencia (HEPA) y válvulas herméticas que detectan fallos y que aíslan al laboratorio en caso de accidentes o fugas; un sistema de autoclave de frontera que elimina bacterias, virus y esporas para garantizar la seguridad en las investigaciones; la implementación del sistema que recopila y procesa los datos de todos los sensores y equipos del laboratorio para lograr un control total y eficiente del edificio”.

El listado se completó con la compra de los compresores y los tanques de aire requeridos por las normas de seguridad “para asegurar el suministro constante a los trajes presurizados” del personal que ingresa al laboratorio.

Al finalizar una recorrida por las instalaciones, de las que participó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, las autoridades de Anlis-Malbrán y Salud destacaron la capacidad técnica de este nuevo laboratorio “en la prevención, detección y contención de enfermedades emergentes de alto riesgo y de posibles emergencias sanitarias o amenazas biológicas naturales o deliberadas”.

Fabiola Czubaj

Cómo se posicionan las provincias petroleras ante la elección del 26 O

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Tres periodistas especializados en análisis político y una consultora en comunicación política se dieron cita en una nueva emisión de Dínamo – Charlas de Energía para evaluar este particular cuadro de situación, siguiendo de cerca las posturas de los distritos provinciales más relevantes desde el punto de vista energético. “La nota distintiva de los comicios pasa, hasta ahora, por el ausentismo”, expuso la consultora Julieta Waisgold, quien destacó que el promedio de votos que viene obteniendo el oficialismo resulta inferior al verificado en la elección presidencial de 2023.

Lo que hay que preguntarse, según Pablo Ibáñez, periodista de C5N, Telefé, Cenital, Futurock y el programa Truco Gallo junto a Alfredo Zaiat, es cuánto están jugando los gobernadores. “Estas elecciones intermedias deben mirarse con el espejo de 2017, cuando se dio una hiperpolarización y todas las terceras fuerzas quedaron fuera de carrera”, señaló.

En el caso específico de Neuquén, Andrea Durán, periodista neuquina de El Diario de Río Negro, indicó que el Gobierno provincial de Rolando Figueroa apunta a polarizar con LLA, poniendo un gran capital simbólico en juego. “Lo que se infiere en las encuestas es que el peronismo está tercero, pero relegado. No es un escenario de tercios como el de Río Negro, donde hay resultado incierto y final abierto”, sostuvo.

En líneas generales, intervino Gabriela Vulcano, periodista de C5N y el programa «Pasaron Cosas» de Radio Con Vos, los gobernadores de las provincias petroleras acompañaron en el Congreso cada una de las medidas de Milei, más allá de que en los últimos tiempos “estén despegándose un poco”. “Hay dos posturas principales. Por un lado, la de Alfredo Cornejo, que decidió armar una alianza con Nación para mejorar sus posibilidades en estas elecciones. Por otro, la de Ignacio Torres o Claudio Vidal, quienes están jugando otro juego, pensando en el armado para 2027”, distinguió.

Etapa de definiciones

Es obvio, reflexionó Ibáñez, que a nadie le gusta perder una elección. “Todas las derrotas tienen algún costo. Pero ningún gobernador que pierda una elección intermedia nacional pone en juego su propia gobernación”, opinó el especialista, quien consideró que LLA se encuentra más cerca que el peronismo del cuadrante ideológico de muchos mandatarios provinciales.

A su criterio, el caso de Mendoza resulta sintomático para entender cómo se negocia en debilidad y cuáles son los posibles costos a pagar. “Todos los gobernadores que se sentaron a negociar con LLA salieron perdidosos de ese acuerdo”, sentenció.

Desde la mirada de Waisgold, en tanto, estos comicios dirimirán en gran medida quiénes y cómo representarán a la oposición de ahora en más, sobre todo considerando que hoy el Gobierno nacional parece “estar en stand by”, golpeado por los escándalos. “Recuerdo que hace 10 años se hablaba del ‘intendentismo’ como si desde lo local pudiera construirse una fuerza de reemplazo dirigencialEn algún punto, Provincias Unidas deberá definir si busca la construcción provincial de un recambio dirigencial o si sólo es un espacio de negociación con el oficialismo”, remarcó.

Poco recambio

Hay que tener en cuenta, añadió Ibáñez, que Rolando Figueroa no quiso participar en Provincias Unidas. “Tampoco (Alberto) Weretilneck. Vidal una vez que vio un poco de ruido se corrió. Y (Marcelo) Orrego podría ser que se suba recién a fin de año”, conjeturó.

A su entender, Provincias Unidas representa “una primera foto” para mostrar distancia tanto de Milei como del peronismo. “No obstante, la expectativa de una tercera fuerza provincialista tiene la dificultad de que todas sus figuras son diferentes”, enfatizó.

A criterio de Vulcano, en este momento no están dadas las condiciones para el surgimiento de una figura que deje atrás la polarización antinómica a nivel nacional. “Cualquier posibilidad de recambio política todavía debe pensarse en el marco de la polarización. Es muy difícil imaginar que se posicione un actor de ‘centro’ como quiere presentarse más de un integrante de Provincias Unidas, independientemente de sus diferentes posturas con respecto al Gobierno nacional. No obstante, tampoco termina de cuajar cuál sería la contracara de LLA dentro del peronismo”, advirtió.

Altas expectativas

Un gran ejemplo de la insuficiencia que padecen las propuestas ‘de centro’, de acuerdo con Waisgold, lo dio Horacio Rodríguez Larreta, cuyos niveles de imagen a escala nacional estaban por las nubes a la salida de la pandemia. “Sin embargo, dilapidó ese capital político por zigzaguear en su posicionamiento en lugar de sostenerlo y construir desde ahí”, afirmó la especialista, quien también reconoció “la dificultad de representar a la población cuando no se aborda de manera directa una problemática como la pobreza, que afecta a más de la mitad de los argentinos”.

Otra caída estrepitosa fue la del Movimiento Popular Neuquino (MPN), que desde la óptica de Durán nunca dejó de debilitarse durante los últimos años. “Lo que entendió Figueroa fue que no había un descontento con el modelo provincialista de la identidad neuquina, sino un cansancio frente a una estructura partidaria y un modelo de hacer política que ya no convencía”, subrayó.

Según sus palabras, Neuquén es una provincia cuyos habitantes poseen altas expectativas de desarrollo. “Está la perspectiva de que haya un derrame que mejore la calidad de vida, pero la industria presenta un crecimiento tan explosivo que aún no se ve acompañado por el avance de la infraestructura”, expresó.

La conversación prosiguió poniendo bajo la lupa la realidad de otro distrito de enorme relevancia energética como es Santa Cruz, donde la salida de YPF amenaza con transformarse en un cimbronazo económico, social y laboral capaz de patear el tablero político.

Comenzó el streaming de una nueva expedición científica en el Atlántico Sur

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Un equipo argentino a bordo del buque Falkor (too) ya explora el fondo del mar Argentino, en una misión internacional que transmitirá en vivo los secretos de las profundidades

Abordo del buque Falkor (too), un grupo de científicos argentinos y extranjeros inició esta semana una nueva transmisión en vivo desde el Mar Argentino. Tras el éxito de la anterior expedición del Conicet, la misión busca comprender cómo interactúan los cañones submarinos y las corrientes oceánicas en una de las zonas más productivas del Atlántico Sur.

Minutos atrás comenzó una nueva travesía científica frente a las costas argentinas. Se trata de “Ecos de dos cañones” (A Tale of Two Submarine Canyons), una expedición de investigación interdisciplinaria que acaba de zarpar en el buque Falkor (too), del Schmidt Ocean Institute (SOI), con el código FKt250922.

La misión está dirigida por Silvia Inés Romero e integrada por un equipo del Servicio de Hidrografía Naval (SHN) y del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA-UBA-CONICET), con la participación de docentes del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos (UBA) y de la Escuela de Ciencias del Mar (FadARA-UNDEF).

A diferencia de la campaña anterior, en la que el Conicet lideró la investigación a bordo del Falkor (too), en esta oportunidad la expedición es encabezada por el Servicio de Hidrografía Naval y el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA-UBA-CONICET), con colaboración de investigadores de otras instituciones nacionales e internacionales.

Si bien también cuenta con el apoyo logístico del Schmidt Ocean Institute (EE.UU.), la misión está cofinanciada por la Fundación Williams y el Centre National d’Études Spatiales (CNES), en el contexto de la misión satelital Surface Water and Ocean Topography (SWOT).

Una exploración inédita

La expedición tiene como objetivo estudiar la interacción entre los cañones submarinos, la morfología del fondo marino, las corrientes y la dinámica de los ecosistemas en una de las regiones más ricas del mar Argentino: el Frente del Quiebre de Plataforma.

El trabajo busca comprobar si la presencia de estos valles submarinos modifica la circulación oceánica y facilita el ingreso de aguas frías y ricas en nutrientes de la Corriente de Malvinas hacia la plataforma continental, lo que favorecería la productividad biológica y, en consecuencia, la abundancia de recursos pesqueros.

El buque Falkor (too) recorrerá dos zonas a unos 500 kilómetros de la costa: el Sistema de Cañones Submarinos Bahía Blanca, frente a la provincia de Río Negro, y el Sistema de Cañones Submarinos Almirante Brown, frente a Chubut. Allí, los investigadores realizarán tareas de mapeo del fondo marino, medición de corrientes, muestreo biológico y registro de imágenes submarinas.

La misión anterior del Schmidt Ocean Institute cautivó a millones de personas y reveló más de 40 especies nuevas en el mar Argentino
La misión anterior del Schmidt Ocean Institute cautivó a millones de personas y reveló más de 40 especies nuevas en el mar ArgentinoCaptura de

La jefa científica es Romero, acompañada por tres co-investigadoras principalesGraziella BozzanoLaura Ruiz Etcheverry y Ornella Silvestri. En total, participan más de 30 investigadores, técnicos y estudiantes de organismos nacionales como el IGEBAIADOINIDEPIBBEAIIMYC y DBBE, además de instituciones internacionales como el IFAECI, el MIO y el CNES.

Tecnología de punta en el Atlántico Sur

Durante las próximas semanas (hasta el 29 de octubre)el Falkor (too) servirá como laboratorio flotante. Los científicos realizarán un mapeo de alta resolución del fondo oceánico mediante ecosondas y medirán las velocidades de las corrientes en distintos niveles de la columna de agua. Para estudiar las propiedades físicas, químicas y biológicas del mar, usarán instrumentos de muestreo vertical (CTD) y botellas Niskin, que recolectan agua a distintas profundidades sin mezclarse, lo que permitirá analizar parámetros como salinidad, oxígeno, alcalinidad, fitoplancton, bacterias y virus.

La misión también utilizará dos vehículos submarinos de última generación. Por un lado, el ya conocido ROV SuBastian, un robot operado remotamente que capta imágenes en alta definición y toma muestras de sedimento y agua conectado al buque por un cable umbilical. Por otro, un vehículo autónomo (AUV Glider SEAEXPLORER X2), desarrollado en colaboración con el Institut Méditerranéen d’Océanologie de Francia, que recorre el agua en forma independiente para obtener perfiles verticales de alta resolución espacial.

Además, el equipo desplegará 50 boyas derivantes —30 superficiales y 20 subsuperficiales— equipadas con sensores GPS para analizar trayectorias de masas de agua. Parte de estas boyas fueron diseñadas en la Argentina bajo la coordinación del investigador Martín Saraceno, mientras que otras fueron donadas por la investigadora italiana Maristella Berta.

También se fondearán plataformas ancladas al fondo del mar (landers) que medirán corrientes y parámetros hidrográficos durante veinte días, y se instalará una boya Wavescan Oceanor con sensores meteorológicos e hidrográficos para registrar series de tiempo.

Entre los mejores del mundo

La travesía es resultado de una convocatoria internacional lanzada por el Schmidt Ocean Institute a fines de 2023, que recibió decenas de propuestas. El proyecto argentino fue elegido entre las ocho expediciones seleccionadas para desarrollarse durante 2025 en el Atlántico Sudoccidental. Tres de ellas son dirigidas por equipos de científicos argentinos.

La selección se concretó tras un proceso de evaluación científica y técnica que incluyó revisiones por pares internacionales. El proyecto se distingue por su carácter multidisciplinario, que integra oceanografía, geología y biología, y por su potencial para mejorar el conocimiento de los procesos que sustentan la productividad del mar Argentino.

El antecedente

Esta no es la primera vez que el Schmidt Ocean Institute transmite en vivo una misión desde las profundidades del Atlántico Sur. En julio y agosto, el buque Falkor (too) ya había navegado frente a Mar del Plata junto a investigadores del Conicet, en el marco del proyecto Talud Continental IV. Aquella expedición, que también fue transmitida en vivo, generó un enorme interés del público.

Desde escuelas, bares, gimnasios o simplemente desde sus casas, millones de espectadores se maravillaron al ver en tiempo real cómo aparecían frente a las cámaras criaturas desconocidas, desde pulpos de aspecto fantasmal hasta corales luminosos. La expedición, transmitida por YouTube y Twitch, alcanzó casi 18 millones de visualizaciones.

A su vez, esa misión fue un logro científico sin precedente: el descubrimiento de más de 40 nuevas especies y la revelación de una biodiversidad inesperada en el cañón submarino de Mar del Plata, a casi 3900 metros de profundidad.

Siguiendo el espíritu de aquella experiencia, la nueva misión también se transmitirá en vivo a través de los canales oficiales del Schmidt Ocean Institute, lo que permitirá que cualquier persona pueda seguir en tiempo real el trabajo de los investigadores, ver las imágenes del fondo marino y conocer la rutina científica a bordo.

La cuenta oficial de la expedición en Instagram es @ecosde2caniones, desde donde se publicarán actualizaciones, fotografías y videos del desarrollo diario. “Ecos de dos cañones” busca continuar el camino de la ciencia abierta, acercando el conocimiento sobre los océanos a toda la sociedad y mostrando la complejidad y belleza del mar Argentino.

Alejandro Horvat

La histórica Fábrica Argentina de Aviones lucha por sobrevivir

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Este viernes 10 de octubre se cumplieron 98 años de actividad en la industria aeroespacial que estuvo mechada en sus inicios con proyectos de metalmecánica e inclusive del sector automotriz. Se trata de la Fábrica Argentina de Aviones S.E. (FAdeA), fundada el 10 de octubre de 1927 bajo el nombre de Fábrica Militar de Aviones (FMA).

El pasado 6 de octubre se cumplieron 41 años del primer vuelo del avión entrenador avanzado de reacción IA-63 Pampa y a la fecha aún sobrevive con posibilidades de exportación a pesar de las políticas errantes de sucesivas gestiones partidarias que condujeron la fábrica. El Pampa tiene potencial para insertarse en el nicho de entrenadores jet de bajo costo.

En la actualidad, a pulmón de ingenieros y técnicos la serie alcanzó la versión Pampa III Block 2, incorpora aviónica digital avanzada, sistemas de navegación y ataque ligero, preparado para misiones de día y noche, incluyendo entrenamiento nocturno con visores de visión nocturna (NVG), simulación de radar, escenarios virtuales, enlace de datos y un nuevo motor de bajo consumo.

Salvataje azteca

Hay un proyecto comercial en ciernes con México, pero está atado a contingencias irresueltas del contrato del Programa IA-63 Pampa por el que ingresarían fondos de adelanto y con ellos la revitalización de la actividad fabril.

El contrato plurianual firmado en junio por las autoridades de la Fuerza Aérea y de FAdeA para actualización de la flota de Pampa (6 aeronaves) quedó pausado, otros dirían cajoneado, tras la intervención revisora de una abogada junior, Katia Dupont, del equipo de la Unidad Gabinete de Asesores que comanda Luciana Carrasco.

Se dice que como en otras áreas, Carrasco puso freno de estacionamiento a carpetas que representen pedido de fondos a Economía o riesgo político al ministro en la previa a la elección.

FAdeA nació el 10 de octubre de 1927 como la Fábrica Militar de Aviones.

Es cierto que el contrato tenía elementos a pulir, -se pretende 0 costos emergentes casi un imposible atendiendo las fluctuaciones de la moneda-, también lo es que el tiempo dedicado por Dupont a perfeccionar la letra excedió estándares en un sector apremiado por reanudar la productividad. En industria aeronáutica se gestiona a velocidad mach y no a la de escritorio.

La planta cordobesa cuyo accionista mayoritario es el ministerio de Defensa, comunicó la extensión del cronograma de suspensión rotativa del personal hasta el 28 de noviembre y el contrato en cuestión daría oxígeno financiero. Economía sólo garantizó por nota, aún sin ejecución, una asignación destinada a cubrir salarios del personal hasta fin de año.

La situación se expuso a Diego Chaher; abogado mendocino, secretario de Empresas y Sociedades del Estado; en un encuentro con miembros de la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (CArAE) y de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes (CIMCC), ambas proveedoras de FAdeA.

La FAdeA busca sobrevivir en plena crisis económica.

El diagnóstico fue que la fábrica opera en la actualidad al 30 por ciento de su capacidad y adeuda a las pymes especializadas más de 20 millones de dólares. Cifras que preocuparon por su proyección y motivaron el envío de dos auditores del equipo de Chaher a mirar con cuenta hilos la marcha de la empresa.

Chaher recibió una nota preliminar del proyecto de coproducción azteca, iniciativa que viene madurándose y cuenta con su apoyo, aunque del lado de Defensa parece no haber sinergia. Cuitas entre dos mendocinos, Chaher y Petri que dificultan el plan de inversión. Se trata de la participación mexicana en la producción de serie del IA-63 Pampa con una línea de integración en territorio azteca.

México se ha consolidado como uno de los principales receptores de inversión extranjera en la industria aeroespacial, ocupa el quinto lugar a nivel mundial. Datos de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia), sostienen que el mercado aeroespacial mexicano está valorado en 11,200 millones de dólares.

Se concentra en manufactura y ensamblaje de componentes, como partes de motor y fuselaje, con un fuerte énfasis en las exportaciones, principalmente a Estados Unidos y Canadá.

Movimientos de personal en sectores críticos

El management de FAdeA sufrió la baja reciente del gerente comercial Pablo Salort quien presentó la renuncia al tiempo que la oficina de Asuntos Legales, Ética y Compliance a cargo de Julia Enríquez tramitaba una investigación administrativa interna.

La novedad dejó vacante un área crítica en el seguimiento y desarrollo de nuevos negocios para la fábrica. Se incorporó bajo contrato al ingeniero Nicolás Topa un ex miembro de Diseño y Desarrollo que integró por años el Programa Pampa y ahora tendría participación en el proyecto de coproducción con México.

Topa arrastra un desliz técnico de coyuntura geopolítica que pudo cambiar el perfil del Pampa de manera drástica: avaló en 2013 la modificación e instalación del asiento eyectable ruso Zvezda K-36 en reemplazo del sistema original Martin Baker MK-10AR de ingeniería británica, pero fabricado en Italia por la empresa Sicamb.

«En ese avión (el Pampa) vamos a cambiar el asiento eyectable británico por uno de origen ruso con transferencia de tecnología y garantía de que nunca más la defensa nacional va a depender de nuestros enemigos», había anticipado Raúl Argañaraz, ex titular de FAdeA, en una nota de mayo de 2013 concedida a la revista Avión Negro de la militancia kirchnerista.

De haberse concretado aquel ingenio hoy el Pampa sería un modelo estático tal como terminaron los dos helicópteros rusos MI-171E que negoció Nilda Garré en 2008 para la Fuerza Aérea.

Los dos aparatos están fuera de servicio sin poder concretar el overhaul mandatorio debido a la falta de repuestos, la imposibilidad de obtenerlos e impedimentos de girar divisas, efectos colaterales de las sanciones a la Federación Rusa por el conflicto con Ucrania.

Edgardo Aguilera

Rodolfo Kempf: “Lanzaron su privatización, pero Nucleoeléctrica no ha sido tasada”

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El gobierno tiene previsto privatizar de manera parcial la empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), que opera las tres centrales nucleares del país Atucha I, Atucha II y Embalse. La intención del gobierno de Javier Milei es vender el 44% de NASA y dejar un 5% como propiedad participada para trabajadores. El Destape entrevistó al físico Rodolfo Kempf, especialista en combustibles nucleares y residuos radioactivos, docente de la UBA e investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), entre otros antecedentes en el sector nuclear, que analizó el impacto de la privatización en el conjunto de empresas e institutos del área nuclear. 

Kempf, que también es coordinador de Energía Nuclear para Fines Pacíficos de la Federación Internacional de Energía e Hidrocarburos de América Latina y el Caribe, denunció además que por la falta de financiamiento “la tasa de licencias sin goce de haberes en el sector es de 30 personas por mes. Esto es un paso previo a la renuncia y migración de científicos del área nuclear del país. Hay alrededor de 150 cuadros técnicos que migraron de la CNEA hacia otros países”.

-¿Cuál es la situación actual del sector nuclear argentino? 

Es grave. En primer lugar, hay una tendencia que crece que es la migración de cuadros técnicos a empresas canadienses, estadounidenses o de otros países. Fundamentalmente porque el denominado Plan Nuclear del gobierno de Javier Milei, a cargo de Demian Reidel, no implica desarrollo en casi ninguna área o en muy pocas áreas del sector nuclear y, además, porque los salarios son bajísimos. Ingenieros o ingenieras tomando tareas profesionales no logran sostener un alquiler, alimentación y llegar a fin de mes, mucho menos si tienen chicos. Además, en el cierre del proyecto de la Central Argentina de Reactores Modulares (CAREM) toda la ingeniería se fue a otros lugares de la CNEA o forman parte de los que directamente se fueron de la CNEA. 

Hay tareas que se vienen llevando adelante como la remediación de la minería de uranio en el Complejo Minero Fabril San Rafael o las tareas de la planta piloto de enriquecimiento de uranio en (el Complejo Tecnológico) Pilcaniyeu, o como hacen los trabajadores y trabajadoras que han quedado a cargo del mantenimiento en Lima (cerca de Zárate) en el CAREM, específicamente sobre los materiales estructurales porque la obra civil se paralizó. En el CAREM tienen salarios bajos y una situación de incapacidad de trabajo porque no hay servicio médico ni transporte, se frenó todo. 

Estoy describiendo particularmente la entidad madre que es la CNEA, que se fundó hace más de 75 años, pero también ocurre lo mismo en NASA, que sabemos que cuadros técnicos con las licencias pertinentes para llevar adelante la extensión de vida a la central Atucha I quedaron afuera. Otro punto a destacar es el avance muy lento del reactor multipropósito R10, un reactor de investigación de 30 MW eléctricos que se está construyendo en el Centro Atómico Ezeiza para la producción de radioisótopos y que nos podría permitiría escalar en magnitud la producción actual y el dopado de semiconductores, es decir, un servicio para monocristales de silicio que sirven para la industria electrónica. El CAREN-32, nuestro Reactor Modular Pequeño (SMR, por sus siglas en inglés), tiene la obra civil y la ingeniería paralizadas. No se están haciendo tareas de ingeniería, salvo la producción del combustible nuclear. Otro punto a destacar es que con este gobierno la cuarta central nuclear quedó totalmente paralizada. Era un acuerdo en el que se estaban negociando las condiciones con China. Tampoco se inició la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP).

-Además del decreto que habilita la venta parcial, ¿qué se sabe hasta el momento en el sector nuclear sobre la privatización de NASA? ¿Cuáles fueron los últimos movimientos del gobierno en este sentido?

Con la privatización del 44% de NASA ofreciendo un 5% como propiedad participada para trabajadores, un primer punto a destacar es que el conjunto de los sindicatos del área nuclear y en particular a las centrales nucleares se han pronunciado en contra. No compraron el anzuelo de la propiedad participada, como sí ocurrió en la década del 90. Algo que llama la atención es que previamente a privatizarse NASA se tiene que tasar y no ha sido tasada. La tasación tiene que pasar por el Banco Central, así que estamos haciendo el seguimiento si esta tasación existió. Hasta el momento NASA no fue tasada. Recordemos que es la empresa que opera las tres centrales nucleares, es una empresa superavitaria por alrededor de 200 millones de pesos mensuales. 

-¿Conocés si hubo interesados en comprar el 44% de NASA?

Hasta el momento no aparecieron ofertas. En su momento, cuando se aprobó la Ley Base, se había hablado de la empresa Westinghouse. Ahora el rumor es que la empresa Arc Energy, un consorcio estadounidense, habría ofertado. Es una empresa a la cual se le regaló IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A., estatizada en 2021 por un acuerdo del Estado Nacional y Mendoza), que tienen en sus galpones todavía el recipiente de presión del reactor CAREM. También se podría sumar como interesado el Grupo Perez Companc y también podría estar interesado Eurnekian, pero hasta el momento no aparecieron ofertas.

-¿Qué implica para el sector nuclear argentino una privatización parcial de NASA, sobre todo con desarrollo protagónico que tuvo a partir del Estado?

Implicaría la fragmentación del sector nuclear argentino, que ya tuvo un primer intento con la dictadura. Luego en la década del 90 se desagrega la central nuclear de una planificación centralizada a cargo de una única institución. A pesar de esas dos intentos, el sector nuclear pudo lograr mantenerse ordenado y coordinado. Si avanza la privatización podría haber una colisión de intereses entre la utilización del combustible nuclear en la central nuclear y la fabricación de combustible y la gestión de residuos radioactivos que, por ejemplo, quedaría solamente a cargo del Estado, tal cual como está ahora, pero sin ningún tipo de garantía, porque no está explícito de que el privado tenga que inyectar en un fondo fiduciario o una forma presupuestaria para mantener la gestión segura de los residuos radioactivos. Sin financiamiento, va a ser el Estado Nacional el que tenga que hacerse cargo de la gestión de residuos radioactivos y las ganancias exclusivamente serán para un privado, porque no está estipulado la creación de un fondo fiduciario para eso. Es decir, la CNEA, que fue fundada por Perón el 31 de mayo de 1950 y donde se crea la Comisión Energía Atómica y surge el sector nuclear, perdería el círculo virtuoso con la principal mercancía que genera, que es la venta de energía eléctrica, que está en el orden del 8% de la matriz eléctrica a nivel nacional.

-¿El impacto de una privatización parcial de NASA se sentiría en el conjunto del sector nuclear?

Desde su fundación, el sector nuclear argentino logró resolver los cuatro desafíos del átomo: logró dominar el ciclo combustible; el reprocesamiento de los combustibles quemados o aficionados; la fabricación del agua pesada; y, por último, el enriquecimiento de uranio. Hoy estos cuatro aspectos están siendo atacados con la privatización parcial de NASA, que es la principal área o producto que ofrece a la sociedad y que genera ganancias.

La otra área del sector nuclear es la producción de radisótopos, donde la Argentina es un jugador importante a nivel internacional y que aún se mantiene a nivel estatal en la CNEA. La Argentina tiene mucho desarrollo y autonomía en la producción para uso medicinal, tanto en terapia como en diagnóstico. Esta área tiene tres centros de investigación: el Centro Atómico Bariloche, donde funciona el Instituto Balseiro; el Instituto Sábato (Centro Atómico Constituyentes), y el Centro Atómico Ezeiza, donde funciona la sede del Instituto de Tecnología Nuclear Dan Beninson, donde se hace formación en aplicaciones nucleares. Al mismo tiempo, en la producción de rectores de investigación, no estaría claro que se mantenga una vinculación virtuosa en la principal área de venta de generación de ganancias y renta a nivel estatal, y tampoco se plantea la vinculación de la empresa INVAP asociada con CNEA, donde estas dos pudieron no solo hacer funcionar nuestros reactores de investigación, sino que se lograron exportar seis reactores a Perú, Argelia, Egipto y Australia. Todo esto corre peligro con la privatización en el sector nuclear, sin contar con la principal vinculación con la sociedad que es la venta de energía eléctrica, que es energía abundante, de base, no intermitente y segura.

-¿Podría haber modificaciones en el precio de generación de energía de las centrales con el ingreso de un actor privado?

Con la privatización el precio va a tener que incrementarse. Un privado va a tener que poner el foco en el incremento de la tasa de ganancia. La energía nuclear en este momento tiene un precio de 58 dólares el megawatt hora (US$/MWh), un poco por arriba de la hidroeléctrica y por debajo de las renovables. Podría llegar al orden de la renovable, que es de alrededor de 70 US$/MWh.

Roberto Bellato

Aviones militares de Argentina, Chile y Gran Bretaña volaron juntos sobre nuestro Sur

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Una inusual y coordinada actividad aérea que involucró a aeronaves del Reino UnidoChile y Argentina se registró a media mañana de este lunes 13 en el sur del continente a través de www.flightradar24.com . Que, teniendo al aeropuerto de Punta Arenas como epicentro logístico, presenta un despliegue que reaviva las tensiones geopolíticas en el Atlántico Sur y la Antártida.

A las 10 de la mañana (hora argentina), el portal Agenda Malvinas documentó el despegue de tres aviones pertenecientes al British Antarctic Survey (BAS), el instituto nacional de investigación polar del Reino Unido. Se trató de un De Haviland Dash 7 y dos Twin Otter, que tomaron rumbo sur. Ya en mar abierto, las tres aeronaves británicas, apagaron sus transponders, dejando como interrogante sus destinos finales. Si se dirigían a la base antártica británica Rothera o, si su ruta, a través del sur del Cabo de Hornos, apuntaba directamente a las Islas Malvinas.

Así, cerca del mediodía, mientras los ojos de la prensa se enfocaban en los cielos de Punta Arenas; se hizo evidente que la actividad británica era solo una parte de un despliegue mucho mayor. De forma simultánea al despegue de un De Haviland Dash 7 y dos Twin Otter, del British Antarctic Survey (BAS), la Fuerza Aérea Chilena (FACh) también movilizó sus propios recursos. Un Twin Otter y dos aviones CASA 212 de la FACh sobrevolaron el centro-norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, extendiendo su patrullaje hacia el continente, un poco más allá del Parque Nacional Torres del Paine.

El periodista Gustavo Abud Arab captó la magnitud del evento al notar el movimiento de aeronaves de tres naciones, destacando la dimensión del apoyo logístico chileno al Reino Unido. «3 aviones británicos despegan hace minutos rumbo a la Antártida desde Punta Arenas Chile, no solo calidad del apoyo sino la cantidad», señaló. Es importante recordar que el BAS, aunque tiene un propósito científico («realizar ciencia polar»), también tiene el objetivo de «proporcionar una presencia activa en la Antártida en nombre del Reino Unido».

Abud Arab amplió la lista dando cuenta que el en sector argentino volando del norte al a sur, se aproximaba un Orion P-3 de reconocimiento y patrulla marítima Argentina. En paralelo, en el sector argentino de la Isla Grande de Tierra del Fuego, Agenda Malvinas detectó un Twin Otter de la Fuerza Aérea Argentina operaba en la zona, un Saab 340 de LADE cubría la ruta entre El Calafate y Ushuaia, y un BAE de Aerovias DAP realizando la ruta desde Punta Arenas a Puerto Williams.

Una superposición de aeronaves militares y logísticas de tres países subrayando la escalada en la vigilancia del Atlántico Sur y la Antártida. Un movimiento aéreo militar en un contexto de fortificación de las relaciones chileno-británicas, consolidando a Punta Arenas como un punto logístico clave para el Reino Unido.

Todo está en la cuerda floja (y Trump la sacudió)

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En esta nota publcada en «Y ahora qué?» el 10 de octubre, el economista y exsubsecretario de Hacienda Cristian Modolo explicó por qué la hoja de ruta del Gobierno viene chocando con la dinámica del aparato productivo. La conferencia de prensa de ayer de Trump no parece ayudar

Argentina se juega a todo o nada los años impares. La numerología pone a prueba las arterias de los argentinos. Las elecciones condicionan todas las decisiones económicas y tensiona al extremo a los alicaídos “segundos semestres”. Todo transcurre en los “primeros semestres”: fuerte recaudación e ingresos de divisas. Luego viene “el aguante”. 

La novedad es que las elecciones de medio término están distribuidas en pequeñas grajeas –hasta octubre del 2025 llevamos 10 elecciones distritales- hasta llegar a la contienda final del 26 de octubre por lo que buena parte del país, ya se expresó. Y se expresó claramente en un sentido. En cambio, los mercados votan todos los días. Y también coincidieron en el mismo sentido que la población. Consumidores y contribuyentes coincidieron en sus preferencias y preocupaciones. 

La economía real no estaría funcionando bien, y las estadísticas, al tiempo, vienen a corroborar la “sensación” de que las “cosas no andan bien”.

De la estabilización al techo del crecimiento

Desde diciembre de 2023 la gestión libertaria logró frenar la espiral inflacionaria y estabilizar, parcialmente, el tipo de cambio. La combinación de un superávit fiscal inicial, un reacomodamiento de precios relativos y el reordenamiento de los flujos comerciales permitió una mejora en los indicadores de corto plazo. Sin embargo, ese impulso encontró pronto su techo.

El nivel de actividad, que había tocado fondo tras ocho trimestres consecutivos de caída, se recuperó gracias al crédito interno y al repunte del consumo. Para el cierre de 2025, se proyecta una expansión del PBI cercana al 3,9%, aunque la tendencia muestra una interrupción de la fase ascendente a partir del segundo trimestre del año en curso. En otras palabras, el rebote ya habría quedado atrás.

Evolución del Estimador Mensual de la Actividad Económica  

Desestacionalizado base 2004=100

Casi como un techo de cristal, la economía, a través del Estimador Mensual de la Actividad Económica –EMAE- no logró superar sus máximos del siglo. Y si se mira en retrospectiva, en la última década, el panorama resulta desalentador: el crecimiento promedio de los primeros siete meses del 2025 versus mismo período del 2015, apenas superó el 1,4%, configurando lo que puede denominarse un “decenio perdido”. Rubros claves como la industria manufacturera, el agro, el comercio y la construcción continúan por debajo de los estándares de 2015, y el PIB per cápita permanece inferior al promedio de la década pasada teniendo en cuenta que la población creció 6,3% en el período. Todos somos más pobres. En promedio….

El dólar, entre la corrección y el atraso

Al evaluar la perfomance de uno de los ejes centrales de la política económica libertaria, el tipo de cambio, la liberación parcial del cepo en abril —que permitió la libre entrada y salida de divisas para personas físicas, aunque no para empresas— marcó el inicio de un proceso de descompresión y salida de divisas. El dólar oficial subió un 17% en términos reales respecto de marzo, ubicándose en el techo de la banda cambiaria y recuperando el tipo de cambio oficial niveles similares a los registrados durante la gestión Guzmán en 2022. El FMI debió intervenir en abril ante la pérdida de reservas y el creciente atraso cambiario, lo que derivó en una mayor dependencia del financiamiento externo. Luego, en septiembre, la ayuda provino de los agroexportadores, y no se descarta que en enero de 2026 deba recurrirse al Tesoro estadounidense para reforzar las reservas y permitir el pago de los vencimientos externos.

El establecimiento de bandas con una actualización mensual del 1% podría mantener la calma en el corto plazo, pero todo indica que la presión sobre el “techo” será cada vez más intensa. La oferta NO satisface la demanda de los “segundos semestres”. Y todo se acentúa en los años impares! Ergo las bandas tendrán corta vida.

Reservas en montaña rusa

El comportamiento de las reservas internacionales (RI) durante el último año refleja una secuencia de subas y bajas asociadas a la fragilidad del equilibrio externo. Tras un fuerte ascenso inicial, explicado por la postergación de pagos de importaciones y el blanqueo de activos en moneda extranjera, el Banco Central debió enfrentar salidas significativas vinculadas al pago de deuda pública.

En septiembre, las reservas se vieron nuevamente comprometidas: las ventas del BCRA en la banda superior provocaron un descenso del stock, que sólo logró revertirse en la última semana gracias al ingreso de divisas del complejo cerealero. Los primeros datos de octubre muestran una leve recuperación, impulsada por encajes bancarios en moneda extranjera, aunque compensada por una baja en los depósitos del Gobierno en el BCRA.

La conclusión es clara: la política de acumulación de reservas –en términos de stock – no es un problema para los libertarios. Sólo importa contar con los flujos suficientes para surfear las obligaciones externas derivadas de la deuda. El resto es problema de los privados (¡!!). 

Inflación contenida, pero no vencida

En cuanto a los precios internos, el IPC, principal objetivo de la campaña libertaria, logró ceder tras el incendio de diciembre de 2023 y enero de 2024, cuando la tasa anualizada superó el 1.000%. Desde entonces, los niveles se estabilizaron por debajo del 40% anual, aunque sin mostrar señales firmes de extinción y produciendo consecuencias. En efecto, el denominado “pass through” –pasaje de devaluación a precios locales- tuvo un impacto desigual: mientras los precios mayoristas reaccionaron con rapidez —aumentando casi la mitad de la variación del tipo de cambio—, los precios al consumidor se ajustaron con más lentitud. Entre abril y agosto, la depreciación del peso se trasladó un 41% al IPC, lo que evidencia que el proceso de “pass trough” sigue activo, aunque atenuado.

Los mecanismos de indexación —aún presentes en contratos, tarifas y salarios— impiden una desinflación sostenida. El Gobierno proyecta cerrar el año con una inflación anualizada del 29%, pero sin una ancla nominal creíble, ese número parece más aspiracional que real. 

Los pesos y la incertidumbre electoral

En los años electorales, la demanda de dinero suele ofrecer señales sobre la confianza del público. En septiembre, el M3 privado —que incluye billetes, monedas y depósitos del sector privado— cayó 0,2% en términos reales, un comportamiento similar al de 2017. Sin embargo, a diferencia de aquel entonces, la confianza en el oficialismo es más débil y las restricciones al mercado cambiario, menores.

La comparación con las elecciones de 2013 y 2021 muestra que, cuando el acceso al dólar es limitado, la demanda de pesos tiende a aumentar por falta de alternativas. Pero en este 2025, con una apertura parcial del cepo y expectativas inestables, es probable que el signo negativo de septiembre se extienda a octubre. Y el proceso de dolarización de bolsillos continúe y se intensifique.

En resumen…

La economía argentina atraviesa un punto de inflexión. Luego de ocho trimestres de caída, el rebote del primer año libertario permitió alcanzar un “techo del siglo”, pero no parece haber bases firmes para sostener el crecimiento. El dólar oficial continúa mostrando signos de retraso, el peso se mantiene apreciado pese a las devaluaciones, y las reservas aún dependen de intervenciones y préstamos externos. La inflación, aunque más baja, se resiste a desaparecer.

El desafío del segundo año libertario será, por tanto, consolidar una estabilidad que hoy se sostiene más en la administración de la coyuntura que en un cambio estructural. Recalibrar el rumbo económico implicará equilibrar tres tensiones simultáneas: sostener la disciplina fiscal sin asfixiar la actividad, permitir una corrección cambiaria sin desatar una nueva ola inflacionaria, y preservar las reservas sin frenar el comercio. Una triada difícil de alcanzar con “acompañamiento” popular.

La economía es una ciencia social que como tal cuenta con diversos enfoques y teorías explicativas. Pero la contundencia de los datos de la realidad hablan por sí solos y la realidad indica que más allá de los deseos, existe la viabilidad de la política. Y ese límite nos indica que la hoja de ruta marcada por el gobierno colisiona en forma frontal con la dinámica del aparato productivo local.

Cristian Módolo

Nucleoeléctrica en la era Milei-Reidel. Con un comentario de AgendAR

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Con el objetivo de recaudar dólares y atraer inversión, el Gobierno autorizó días atrás la venta de una parte accionaria de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), responsable de operar y mantener las tres centrales nucleares del país: Atucha I, Atucha II y Embalse.

La compañía está presidida desde abril por Demian Reidel, ingeniero físico egresado del Instituto Balseiro, con trayectoria en el sector financiero. Hasta su repentina renuncia en julio, Reidel también ocupaba ad honorem el cargo de jefe de Gabinete del Consejo de Asesores del presidente Javier Milei, un comité creado hace un año que nunca llegó a consolidarse.

Su explicación al dejar ese puesto fue que iba a “concentrarse de lleno en el desarrollo del Plan Nuclear Argentino”. Esta iniciativa se presentó junto a Milei en la Casa Rosada el 20 de diciembre pasado, cuando se anunció la creación del Consejo Nuclear Argentino, presidido por Reidel e integrado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Defensa, Luis Petri, y el titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Germán Guido Lavalle. Sin embargo, hasta ahora no hubo avances concretos sobre ese programa.

El Gobierno decidió poner a la venta el 44% del capital accionario de NASA, luego de obtener la autorización del Congreso a través de la Ley de Bases. El Estado conservará un 51% y el 5% restante quedará en manos de los trabajadores. A diferencia de la venta de acciones de YPF en su momento, que fue atomizada entre distintos inversores privados, el Ministerio de Economía resolvió realizar una licitación pública para vender el paquete accionario en bloque.

Actualmente, los accionistas de NASA son la Comisión Nacional de Energía Atómica (20%)Enarsa (1%) y el Ministerio de Economía (79%). El Tesoro, además, es el principal deudor de la compañía: todavía debe los pagos por la electricidad generada entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, mientras que al resto de los generadores se les abonó con el bono AE38, que en ese momento cotizaba a la mitad de su valor de mercado.

NASA presentó el reclamo en varias oportunidades y el 24 de octubre de 2024 el Ministerio de Economía giró el 14,87% de la factura de diciembre de 2023, equivalente a $10.226 millones. El saldo pendiente asciende a $194.582 millones, refacturado en enero pasado con vencimiento aún por definir, confirmaron fuentes de la compañía.

La llegada del sciolismo

Con la llegada de Reidel a NASA, se produjo también una reestructuración en las áreas de administración, compras, contrataciones, finanzas y comunicación.

Como nuevo gerente de Coordinación Administrativa asumió Hernán Pantuso, excoordinador Ejecutivo para el Desarrollo Sostenible de la Planificación Económica Ambiental y el Desarrollo de Energías Alternativas durante el gobierno de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. En su entorno aclararon que su desembarco en NASA se debió a su vínculo con Reidel, no con el actual secretario de Turismo.

Pantuso no fue el único funcionario con pasado en la gestión bonaerense de Scioli. También ingresaron Bruno Alfredo Gabriel Tomaselli (exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales), Sabrina Andrea Lafranconi (exintegrante del Gabinete) y Juan Fermín Larrarte (exabogado del gobierno provincial). Actualmente, los cuatro se desempeñan como asesores con sueldos superiores a $5 millones mensuales, bajo la órbita de Pantuso.

El presidente Javier Milei y el titular de NASA, Demian Reidel
El presidente Javier Milei y el titular de NASA, Demian ReidelX Demian Reidel

“Luego de un período prudente de evaluación del funcionamiento general, esta nueva gestión entendió que se hacían necesarios nuevos perfiles en esas áreas y avanzó con miras a tener un nuevo liderazgo en estos sectores de soporte que, cabe aclarar, no están relacionadas con cuestiones técnicas ni operativas ni mucho menos ligadas a la seguridad nuclear de las centrales”, explicaron en NASA.

“Las decisiones se tomaron con el objetivo de fortalecer la gestión, incorporando personas idóneas con conocimiento específico de cada área, manteniendo los equipos de trabajo y garantizando una transición ordenada y efectiva”, agregaron.

Desde diciembre de 2023 hasta hoy, NASA redujo su plantilla de 3107 a 2971 personas, es decir, 136 trabajadores menos, a lo largo de las tres presidencias que tuvo la empresa en este período: Luis Fasanella, Alberto Lamagna y Reidel.

En NASA destacaron también que en el primer semestre reportó un superávit de $74.905 millones y que las plantas alcanzaron niveles de excelencia operativa, con factores de carga de 95% en Atucha II y 100% en Embalse. “También se recompusieron las relaciones laborales y se redujeron significativamente los conflictos sindicales. Además, se regularizó la gestión de compra de insumos estratégicos como el uranio y el agua pesada, en un contexto internacional de alta demanda y limitada disponibilidad”, dijeron.

Como tarea pendiente, queda definir qué ocurrirá con el contrato vigente que NASA mantiene con China National Nuclear Corporation (CNNC) para la construcción de la cuarta central nuclear argentina. Por ahora, el proyecto se mantiene “demorado”.

“Desde su firma en febrero de 2022, el contrato nunca llegó a entrar en vigencia por no cumplirse las condiciones precedentes, y el mismo está sin avances. Se trata de un proyecto que forma parte de los acuerdos de cooperación entre Estados, por lo que su evolución depende de definiciones de carácter país a país y excede el rango de decisión de NASA», explicaron en la empresa.

Un tema más que el Gobierno deberá resolver antes de privatizar el 44% de la compañía.

Sofía Diamante

Comentario de Agendar:

Tomo por cierto los números de Sofía Diamante en La Nación. Miden las pérdidas de personal experto desde el desembarco de mileístas y sciolistas en NASA, y su captura. Las cifras concuerdan con las que da el Dr. Rodolfo Kempf, de la CNEA. Kempf (su artículo está aquí) añade también a los que se han tomado licencia sin sueldo. Lo típico de los expertos nucleares desde 1993 es que lo hagan cuando están a punto de irse con un portazo del país, a trabajar en otro programa o empresa nuclear.

Ambos grupos clasifican en una misma categoría: PSB, o «Podridos de ser boludeados».

Boludeados por el Nuevo (¿nuevo?) Programa (¿programa?) Nuclear del rockero Javier Milei y el mesadinerista Demián Reidel. Éste consiste en grandes vaharadas de humo marketinero-informático-financiero, «all smoke and mirrors», para encubrir la eliminación del plan nuclear anterior, algo rengo, algo tuerto y algo manco, PERO REAL.

El vaciamiento espontáneo (ponele) de RRHH no sólo son los tentempiés de lo que sigue. Si cualquiera de las empresas que cita Kempf logra clavar bandera en NA-SA, los ingenieros nucleares que no se hayan ido por la propia serán rajados. Si la cosa se hace en términos amigables, con jubilaciones anticipadas.

Si no se hace así, a los que se obstinen en quedarse se los someterá a una desratización de acoso interno hasta que se vayan de una puta vez, y si no lo hacen, con despido sin causa.

Con lo que es la justicia laboral de hoy en día, los despedidos están fritos en primera y segunda instancia, y si se arman causas colectivas y se pasa a Suprema… bueno, ¿acaso dicha corte no está, por definición, poblada de cortesanos?

¿Cuánto cuesta despoblar a NA-SA de gente más calificada y honesta?

La formación de un ingeniero nuclear de grado, con el título todavía «mirame y no me toques» por la tinta fresca, le cuesta plata al país. Asumo que salen de una universidad pública, porque las privadas no se ensucian mucho con ingenierías, y si lo hacen (caso del ITBA), evitan las ingenierías nucleares.

De modo que hago este cálculo de almacenero suponiendo que los ingenieros nucleares de grado salen del Instituto Balseiro de la CNEA, en Bariloche, o del Instituto Dan Beninson, también de la CNEA, en ese municipio del AMBA.

Es al cuete llamarlos «institutos»: no se trata de las Academias Pitman. Son universidades por la propia, divididas en tantas carreras finales como ingenierías nucleares hay, y la lista es larga, y cada vez más.

Sin ahondar en asuntos curriculares, los títulos respectivos los expiden dos universidades nacionales robustas: la de San Martín, o UNSAM, y la de Mendoza, o UNM. En ambos casos, la cursada completa hasta el título de ingeniero y el comienzo de una carrera como físico, científico de materiales, reactorista, neutrónico, termohidráulico, químico o «combustiblero» nuclear, y siguen las firmas.

Hasta el título pelado nomás, hay que calcular docencia a cargo de gente con grado de doctor y posdoc y relevancia internacional. No da clases el Profesor Jirafales.

Sumá el uso constante de pequeños reactores nucleares (el RA-3, el RA-6 y el RA-4), y de prorratear estos gastos fijos, más viajes y alojamiento cuando hay que cambiar de ciudad, entre un número muy reducido de alumnos.

Cada vez más reducido, porque a excepción de NA-SA, donde los sueldos de profesionales están por arriba de la línea de pobreza, en el resto del programa nuclear están debajo.

Esto se sabe en la calle, y la calle aconseja que es mejor manejar un Uber y estudiar Corte y Confección que atravesar cinco años de sangre, sudor y lágrimas para terminar como científico de materiales especiales en construcción nuclear: cerámicas, resinas, vidrios, super aleaciones de zirconio, níquel y diversos aceros.

Y todo por dos pesos.

¿Dibujamos U$ 100.000 anuales por alumno recibido pagados por el estado? Son muchos más, pero ponele. Medio millón de dolarifacios puestos por el estado por cada título fresquito.

De ahí, al laburo. Y no es que te vayan a contratar en SOCMA para cobrar peajes: tenés que pelearla porque te tomen en la CNEA, en la que te vas a morir de hambre.

Otra opción es ir por la gloria y a tu riesgo a INVAP, esa firma tecnológicamente espectacular y espectacularmente tecnológica, que vive de lo que exporta, ésa que nos dio el enriquecimiento de uranio, ésa que el ut supra citado Costantini, Menem 1.0 y 2.0, De la Rúa, Duhalde, Macri y «The Joker» quisieron quebrar y cerrar.

O, tercera opción, ir a NA-SA, en la cual podés mantener incluso una familia, si no son de comer mucho.

Eso sí, una vez en NA-SA, evitá meterte en un área de diseño, montaje y reparación de nuevas centrales. En ese caso podés explicarle a tus nietos que construiste Atucha 2, o que reparaste ambas, o que retubaste Embalse, y vinieron Macri y luego Milei a rajarte de una patada en el tujes. Y además, por esos crímenes. ¿Alentador?

Volvemos a los costos de la sangría en RRHH. Añadile algunos viajes de especialización con estadía en universidades o programas nucleares extranjeros, con los pasajes y morfar una vez por día, y tu costo como doctor/a o posdoc al estado nacional le salió entre uno y dos palos verdes.

Pero si sos un cuadro intermedio de NA-SA, digamos un cinturón negro de primer dan, cobrás el equivalente de una luca verde, quizás dos. Si tenés dos pibes y una esposa, OSDE 310 se hace cargo de gastos médicos, salvo que alguno se enferme.

Obviamente, en NA-SA no te van a pagar 5 palos por mes,

Y de yapa tenés que escuchar los delirios de un mesadinerista con pergaminos de Goldman Sachs y JP Morgan, tan sabedor de tecnología nuclear como yo de capar monos, y tan merecedor de dirigir un programa nuclear como un kamikaze de volar un Boeing 747. Al que te subiste solito.

Y este tipo, mientras dure, te va a planificar la vida profesional hasta que te lleves puesto el World Trade Center, y tu espíritu inmortal se mude a su Narnia atómica, bajo el reino del León.

Jódanme, brothers and sisters, hoy en el ancho mundo hacen falta 100.000 ingenieros nucleares capaces de operar, reparar, diseñar y construir centrales y reactores en serio, tangibles, necesarios, imprescindibles. Por primera vez desde Fukishima, afuera te van a tratar no como a un refugiado afgano, sino como a nobleza.

Ni falta te hace tomarte el avión. Te contratan a distancia, y si tenés una computadora de alta capacidad laburás desde tu casa, y dos o tres veces por año viajás a Francia a enseñarles cómo se maneja un reactor, ahora que ellos se olvidaron, y te depositan el sueldo en Uruguay.

En cualquier momento esto vuelve a valer para Italia y España. ¿Te vas a quedar cantando tangos aquí?

Los 136 expertos nucleares que ups, se le cayeron a NA-SA, le costaron al estado nacional, si mis cuentas de almacenero son certeras, unos 272 palos verdes. Pero insisto, estoy calculando a la baja. Que venga uno que no guitarree, y me cuenta.

Lo que creo realmente, y no puedo probarlo, es que con lo que le costó al estado nacional perder estos 136 ingenieros en 20 meses, se puede terminar el prototipo del CAREM, ponerlo crítico, hacerlo entrar en línea y empezar a buscarle inversores, todo eso silbando bajito.

O con esa valiente muchachada PSB (Podrida de ser Boludeada), esa gente que en 20 meses se le perdió por el camino a Demián Reidel se puede terminar el reactor RA-10, y acceder al 20% de un mercado internacional de radioisótopos. Que valdrá entre U$ 9100 y 24.440 millones en 2030, según quién haga las cuentas.

Alguien en Goldman Sachs o en JP Morgan las está haciendo, y mejor que yo. Por eso quieren que NA-SA se privatice antes de las elecciones.

A los zorritos, matanos mientras somos chiquitos y giles, don JP.

O te vamos a comer el gallinero.

Daniel E. Arias

La demanda de GLP argentino crecerá en Brasil por un nuevo programa de Lula

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Un programa social impulsado por el gobierno de Lula da Silva en Brasil promete impulsar las exportaciones argentinas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) al país vecino. El Estado brasileño subsidiará la adquisición de garrafas para los hogares de bajos ingresos. Más del 20% de la demanda actual de GLP en Brasil es cubierta con importaciones, por lo que se abre un escenario aún más positivo para la monetización de los líquidos de Vaca Muerta a través de la exportación.

Brasil es uno de los principales mercados de consumo de GLP. Es el país de Latinoamérica que más garrafas tiene en circulacióncon 140 millones de unidades. La expectativa es que ese número crezca debido al programa «Gas del Pueblo», que busca subsidiar todo el costo de adquisición de garrafas nuevas en los hogares de menores ingresos.

Las empresas distribuidoras de GLP anticipan un importante salto en la demanda. Las ventas de garrafas en Brasil podrían crecer entre un 7 y 8%, según el presidente de Sindigás, Sérgio Bandeira de Mello. El ejecutivo de la cámara que agrupa a las compañías distribuidoras explicó que en Brasil se venden alrededor de 400 millones de cargas de garrafas al año.

Importación de GLP argentino

Las empresas que participan en la cadena de abastecimiento y distribución de GLP en Brasil están mirando a la importación de más líquidos para atender a la nueva demanda esperada. Estados Unidos figura como la primera opción para los importadores, pero empresas brasileñas también están mirando a la Argentina y Bolivia para cubrir la nueva demanda, especialmente en el sur brasileño.

Nacional Gas, una de las principales empresas envasadoras y comercializadoras de GLP, ya está trabajando en la importación desde la Argentina, según lo afirmado por el director de la compañía, Alisson Albuquerque.

«Hemos realizado trabajos desde Argentina, con pilotos a Rio Grande do Sul; desde Bolivia, con pilotos a la región Centro-Oeste, importaciones por barco con desembarque en Belém, Pará, también en Suape; y ahora con desembarque en Barra do Riacho, Espírito Santo», dijo Albuquerque a la agencia brasileña Eixos.

En cambio, empresas como Ultragaz miran a la importación desde los EE.UU. para abastecer al nordeste del Brasil. «Estados Unidos es el mayor proveedor del mundo. Y hay mucha disponibilidad de moléculas; es un mercado muy líquido, lo cual es bueno», dijo el CEO de la compañía, Tabajara Bertelli.

Oportunidad en líquidos

El gas y el petróleo que se extrae en Vaca Muerta es rico en líquidos como butano, propano, etano y gasolina natural. El incremento de la producción hidrocarburífera viene impulsando la ejecución de nuevos proyectos para separar y monetizar estos líquidos en los mercados internacionales, especialmente a través del GLP, que es una mezcla de butano y propano. Pero el salto exportador puede ser aún mayor si se concretan los proyectos de exportación de gas natural licuado englobados en el plan Argentina LNG.

Algunas de las principales compañías que operan en el segmento de líquidos como Compañía MEGA y Transportadora Gas del Sur (TGS) ya están incrementando sus capacidades de separación y fraccionamiento de los líquidos.

MEGA esta completando la instalación de un nuevo tren de fraccionamiento que le permitirá un incremento inicial del 20% en la producción de C3+ (propano, butano y gasolina natural), que podría elevarse al 50% con la ejecución de una segunda etapa.

En el caso de TGS, la empresa transportista de gas está trabajando en una nueva planta desde hace un par de años con un proyecto oportunamente valuado en unos US$ 2500 millones. Este proyecto incluyó la construcción de dos plantas modulares de acondicionamiento de gas, que pueden ser modificadas para el procesamiento del gas y separación de propano y butano si eventualmente el cliente o productor lo necesita.

Adicionalmente, las petroleras Pluspetrol e YPF impulsan el plan Vaca Muerta Liquids, un proyecto que incluye la construcción de una planta de procesamiento en Neuquén, un poliducto de aproximadamente 600 kilómetros, y una planta de fraccionamiento en la costa atlántica. Pluspetrol busca el ingreso de más empresas al proyecto, cuya inversión estimada asciende a US$ 2000 millones.

Todos estos proyectos contemplan la monetización de los líquidos asociados a la creciente producción neuquina de gas y petróleo. Sin embargo, los proyectos para exportar GNL requerirán de todavía más capacidad para procesar el gas y separar los líquidos, de forma tal de obtener un gas seco, apto para la licuefacción.

En ese sentido, YPF dentro del plan Argentina LNG proyecta la construcción de una planta de separación, un poliducto y una planta fraccionadora que se localizará en Bahía Blanca. La inversión estimada en esta faceta del plan asciende a US$ 6000 millones.

Nicolás Deza

Sam Altman habla de invertir u$s 25 mil millones en la Patagonia ¿Le creemos?

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OpenAI, la creadora de ChatGPT, construirá en Argentina el centro de datos más grande de América Latina”.

“La Argentina se convertirá en una potencia mundial en inteligencia artificial”.

Los títulos parecen parte de la narrativa a la que nos acostumbró el Gobierno de Javier Milei, el mejor presidente de la historia, que tiene al mejor ministro de Economía de la historia, que hizo el ajuste más grande en la historia de la humanidad.

De todas maneras, observando que hay terceros de magnitud global involucrados en el anuncio, vale la pena profundizar en la mirada y tratar de entender qué viabilidad tiene el proyecto, cuáles son los antecedentes, cuáles son los beneficios potenciales para el país y cuáles son los riesgos económicos, energéticos y en términos de soberanía.

El comunicado: “Sur Energy y OpenAI se unen para anunciar sus planes para el desarrollo de Stargate Argentina, un proyecto pionero de infraestructura de IA que situaría a Argentina a la vanguardia del ecosistema global de inteligencia artificial”. Más adelante agrega: “Estructurado en el marco de RIGI, el proyecto supondrá una inversión de hasta 25.000 millones de dólares a plena escala, lo que lo posiciona como una de las mayores iniciativas tecnológicas y de infraestructura energética de la historia de Argentina”. Además, hubo un video de Sam Altman, CEO de OpenAI, resaltando el potencial del talento argentino, elogiando a Milei y prometiendo que el país tendrá acceso generalizado a la inteligencia artificial.

Frente a un anuncio tan escueto como autocelebratorio, surgen muchas preguntas. Algunas tienen respuesta y para otras habrá que esperar que se acomode la euforia y que el tiempo, los negocios y la política hagan su trabajo.

Lo que sabemos

El Proyecto Stargate (puerta estelar) es un plan en el que vienen trabajando OpenAI, Oracle y SoftBank desde 2022. En enero de este año, un día después de la asunción de Donald Trump, la Casa Blanca fue sede de un anuncio impactante: Stargate invertiría 500 mil millones de dólares en el desarrollo de la mayor infraestructura mundial para inteligencia artificial, con varios centros de datos en Estados Unidos. Más tarde se sumarían planes similares para Emiratos Árabes Unidos y Noruega. Stargate Argentina sería el primer proyecto de la empresa en América Latina.

Una semana después de aquel anuncio en Washington, China presentó Deep Seek, un sistema de IA de código abierto, más barato y más eficiente desde el punto de vista energético. Las acciones de las tecnológicas de Silicon Valley se desplomaron. En particular, las de Nvidia, la empresa que fabrica los “fierros” que hacen funcionar a los centros de datos. Nvidia ya había firmado con OpenAI un acuerdo para proveer equipos por 100 mil millones de dólares.

También sabemos que el socio argentino de Stargate es Sur Energy, una empresa enfocada en infraestructura digital, fundada por el recientemente fallecido Matías Travizano junto con Emiliano Kargieman, acompañados por Stan Chudnovsky. La compañía no tiene página web ni empleados, pero dice de sí misma que se especializa en implementar proyectos de data center sostenibles que combinan tecnología avanzada y energías renovables para apoyar el crecimiento global de la inteligencia artificial.

Una década atrás, Kargieman se reveló como un joven talento tecnológico argentino, al fundar la empresa Satellogic, una start up de garage famosa por el desarrollo de nano satélites de órbita baja. El “garage” de Kargieman creció considerablemente. Ahora Satellogic tiene dueños estadounidenses y contratos con el Departamento de Defensa de ese país. Emiliano sigue siendo su CEO.

Sabemos también que en este proceso tuvo un rol protagónico Demián Reidel, un físico argentino graduado en el Instituto Balseiro, que luego se dedicó a las finanzas en Estados Unidos. Reidel es el nexo entre Silicon Valley y Milei. El presidente lo convirtió en su asesor y más tarde lo nombró al frente de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), la empresa pública que gestiona las tres centrales nucleares de nuestro país. Hace algunas semanas el Gobierno anunció la privatización parcial de NASA.

El vínculo entre la energía atómica y la inteligencia artificial es estratégico. Los centros de datos consumen una cantidad desmesurada de energía, una demanda que pueden satisfacer los pequeños reactores modulares. En la última década Argentina desarrolló su propio modelo de reactor modular, el CAREM. Ni bien asumió, Milei frenó el proyecto cuando este mostraba cerca de un 70 por ciento de su avance y se llevaban invertidos más de 600 millones de dólares. Reidel anunció que el país construiría otro modelo de reactor modular, uno desarrollado por la empresa pública rionegrina INVAP, que ya cuenta con patente internacional. Ese proyecto insumiría no menos de cinco años para concretarse. Desde que Reidel lo anunció en diciembre de 2024, el plan no mostró ningún avance. ¿Por qué abandonar un reactor que está a punto de terminarse por otro al que le falta un lustro para ver la luz? Esa es la pregunta que ni Milei ni Reidel pueden contestar. Quizás la respuesta esté en la reciente adhesión de Argentina al Programa FIRST de Donald Trump. Ese programa establece una curiosa colaboración. Los países adherentes le entregan a la Casa Blanca información sensible sobre sus planes nucleares. A cambio, la Casa Blanca les vende reactores modulares. Un trato justo ¿No?

Este anuncio se produce en el marco de un inédito rescate financiero del Gobierno de Donald Trump al plan económico de Javier Milei y Luis Caputo, del cual se desconocen las condiciones, pero se pueden deducir. Argentina es una pieza significativa en el tablero estratégico de Washington, que busca revertir el avance firme de China en el sur global. En esa carrera comercial, industrial y digital, Estados Unidos ya da por perdida a África, donde Beijing juega fuerte y domina. América Latina, con sus enormes recursos naturales, es un territorio en disputa.

Lo que no sabemos

El comunicado de Stargate no señala en qué lugar de la Patagonia se desarrollará el centro de datos, ni cuál es su proyecto de ingeniería. Si el lugar es Neuquén, en Vaca Muerta, tendremos una pista de cuál va a ser la fuente de energía que se va a usar.

Aunque el anuncio habla de energía renovables, no aclara cuáles se van a utilizar. Este no es un dato menor. El consumo energético de estas instalaciones es motivo de controversia en el mundo entero. Las compañías no lo informan con claridad. En los contratos que firman con las empresas proveedoras de electricidad suele haber cláusulas de confidencialidad que protegen esos datos. En las declaraciones públicas, las tecnológicas se pintan de verde y anuncian planes para reducir el impacto ambiental, pero en la realidad esas intenciones no se verifican.

El consumo de agua es otro aspecto clave para evaluar las consecuencias de instalar un centro de datos de esta magnitud. Los racks con placas que constituyen el cerebro de la inteligencia artificial levantan mucha temperatura. El rango para mantener un funcionamiento adecuado debe ir entre los 18 y los 27 grados, y para lograrlo se usan torres de enfriamiento que funcionan gracias a la constante circulación de agua. Aunque las empresas tecnológicas aseguran que se trata de sistemas de ciclo cerrado, el desperdicio de agua es muy significativo. Ahí aparece otra vez la opacidad en la información. Con el poder económico que ostentan, estos monstruos digitales tienen la capacidad de influir en las regulaciones de los territorios en los que desembarcan. En otras palabras, escriben las leyes que luego los van a controlar.

Un ejemplo: el estado mexicano de Querétaro aprobó una legislación que lo convirtió en un paraíso para la construcción de centros de datos. Poco tiempo después de la puesta en funcionamiento de las primeras instalaciones se multiplicaron los conflictos por la escasez de agua. En el municipio de Colón los pobladores sufren el racionamiento, mientras empresas y autoridades miran para otro lado.

Stargate Argentina promete crear miles de empleos directos e indirectos. La realidad es que los centros de datos insumen mano de obra intensiva durante su construcción. Una vez que están en marcha, son galpones en los que trabajan apenas decenas de empleados. En el mejor de los casos, cientos.

Según el comunicado que se conoció el viernes pasado, la inversión prevista se realizará en el marco del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Recordemos que el RIGI, sancionado por el Congreso en 2024, otorga estabilidad normativa por 30 años en materia tributaria, aduanera y cambiaria: el Estado queda atado a esas reglas aún si cambian las condiciones económicas o energéticas. En nombre de la “seguridad jurídica”, se cede capacidad regulatoria por tres décadas.

La Argentina no produce los equipos que requiere un centro de datos, por lo que hay que importar casi toda la tecnología: servidores, sistemas de enfriamiento, transformadores y equipamiento eléctrico.

El RIGI establece que las empresas acceden a exención de derechos de importación para bienes de capital y de informática y telecomunicaciones vinculados al plan aprobado, y puede cancelar IVA con certificados de crédito fiscal.

Además, tienen beneficios cambiarios. Es decir, acceden directamente al mercado de cambios para pagar utilidades, dividendos e intereses al exterior sin autorizaciones previas. Para la economía argentina esto implica salida de divisas y menor recaudación, sin desarrollo de proveedores nacionales de alto valor. El RIGI asegura por 30 años que esos beneficios no puedan ser restringidos por normas futuras más gravosas.

La ecuación parece inmejorable: se invierte con beneficios públicos, se opera con energía nacional y se transfiere la ganancia al exterior.

No es una cuestión menor conocer cómo se conformará Stargate Argentina para entender si la promesa de inversión no terminará agudizando la restricción de dólares que asfixia a la economía argentina.

No es lo mismo una empresa nacional que procesa datos en el país y los exporta al mundo, que un enclave extranjero que hace extractivismo de datos y consume divisas. ¿Qué compromisos establecerá Stargate con el sector público argentino? ¿Será un mega centro de datos para respaldar la digitalización de la gestión? ¿O usará los datos de los argentinos para alimentar la maquinaria de manipulación global en la que se convirtió el espacio digital? ¿Será Stargate Argentina una solución para los desarrolladores locales de IA que hoy tienen que pagar el procesamiento de sus aplicaciones en dólares en el exterior? ¿Será este proyecto el camino hacia la soberanía digital y cognitiva que merece la Argentina?

Esta claro que el país no tiene los recursos financieros para desarrollar por si mismo un emprendimiento de esta magnitud. Bienvenidas las inversiones, pero hace falta discutir las condiciones, con acuerdos razonables, con beneficios reales y riesgos controlados. Se trata de que los que vienen a invertir integren al país en la producción del conocimiento que generan.

La contracara de la estabilidad, las exenciones y la energía barata debe ser el contenido local, la formación de trabajadores y la transferencia tecnológica. Si no, no estaremos hablando de desarrollo, sino de dependencia.

Claudio Martínez

Hoy 17 hs, un acto por el aniversario de los satélites Arsat y por la soberanía tecnológica

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«Por la soberanía y el desarrollo nacional». Con esas palabras definen desde la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA) la convocatoria para este martes 14 de octubre a las 17 en su auditorio (Yrigoyen 3171, CABA).

Allí realizarán un acto conmemorativo por el aniversario de la puesta en órbita de los satélites ARSAT I y II, hitos que marcaron la soberanía tecnológica argentina y posicionaron al país como referente en la región.

Bajo el lema “ARSAT y su rol estratégico para el desarrollo nacional”, el encuentro reunirá a diputados, senadores, dirigentes sindicales, referentes de la ciencia, la tecnología y el periodismo. El objetivo será destacar «la importancia de sostener la inversión en infraestructura y en las capacidades técnicas de los trabajadores del sector para garantizar la continuidad del desarrollo tecnológico con un enfoque federal e inclusivo».

El acto es impulsado por FOETRA, el sindicato de las telecomunicaciones, y la CONSITEL, encabezadas por Claudio Marín, quien subrayó la necesidad de “defender un modelo de crecimiento productivo con acceso igualitario a la conectividad”.

La actividad busca, además, respaldar los proyectos de ley que fortalecen la soberanía nacional y promueven la participación de las provincias en las políticas de telecomunicaciones.

Impulsan un acto por el aniversario de los satélites Arsat y "por la soberanía tecnológica argentina"

Los satélites Arsat, claves para la región

El satélite Arsat II despegó el 30 de septiembre de 2015 desde la Guayana francesa. Su antecesor que despegó del mismo lugar un año antes. 

El ARSAT-2 es un satélite de comunicaciones geostacionario diseñado, construido y probado en la Argentina por INVAP y operado por la empresa estatal ARSAT. Está localizado en la posición orbital geoestacionaria en la longitud 81° oeste. Hasta hoy otorga información clave para sectores como el agro, ambiente y meteorología. Incluso su información es contratada por empresas y países, por lo que genera ingresos económicos (divisas) para la Argentina.

Este satélite, junto al ARSAT-1, permitió que el país no perdiera las posiciones orbitales 72 y 81, que le asignó la Unión Internacional de Telecomunicaciones y que son muy codiciadas por la cobertura que puede hacerse desde allí, que va desde América del Norte hasta la Isla Grande de Tierra del Fuego.

Impulsan un acto por el aniversario de los satélites Arsat y "por la soberanía tecnológica argentina"

Fue construido en conjunto con el ARSAT-1 y comparte muchas de sus características de construcción, pero transportando un mayor número de transpondedores. El 50 % del satélite está hecho con piezas de fabricación argentina, al igual que el software.

Arsat pudo salvarse del listado de empresas a privatizar por el Gobierno con la Ley Bases. Pero en realidad existe la posibilidad de que se venda un 49% de su propiedad. Para eso es necesario seguir un proceso determinado y tener la aprobación del Congreso. La preocupación actual de los trabajadores es la pérdida de los recursos más especializados, que no se pueden recuperar. «Los proyectos quedaron parados y no hay un claro objetivo de hacia dónde va la empresa», denunciaron.

Comentario de AgendAR:

Hasta hace unos años, ARSAT podía cotizarse por tres activos: la REFEFO, o Red Federal de Fibra Óptica, casi 38.000 kilómetros de cable subterráneo de fibra óptica que permiten comunicaciones instantáneas entre todos las ciudades conectadas del país.

Ese sigue valiendo más que cuando se hizo, porque desde 2016 se fue dejando de hacer y demasiados argentos se acostumbraron a llamar por Watsapp desde La Quiaca a Comodoro, o desde Comodoro a Kabul y a hablar sin demoras. La REFEFO no llega a Kabul, pero sí a la red de cables submarinos que conecta Las Toninas, provincia de Buenos Aires, con el resto del planeta. O al menos, el resto conectado.

Si no existiera la REFEFO, olvidate de usar Watsapp fuera del ínfimo radio de cobertura de las antenas de tu proveedor de telefonía satelital. Olvidate de tu ancho de banda actual.

Olvidate de hacer transferencias bancarias desde Mendoza a Buenos Aires. Olvidate de lo olvidable y olvidado y que das por obvio, y olvidate un poco más. Recordá los ’90, cuando no podías sacar plata de un cajero de algún banco diferente al tuyo y desde otra ciudad u otro país, porque ese cajero no tenía maldita la idea de si tenías crédito en tu banco.

Recordá cuando en Puerto Deseado, Santa Cruz, tenías que usar internet a las 3 de la mañana, porque hasta las 12 de la noche estaba toda la juventud chateando en los cibercafés y morfándose todo el ridículo ancho de banda de la ciudad.

Esto en 2006 era Haití, en materia de telecomunicaciones, y hoy es (y sigue siendo) Argentina en 2015. Mucho peor que Uruguay en 2016, porque desde 2016 la REFEFO argentina dejó de crecer mientras que en Uruguay siguieron y siguen metiendo fibra.

Lo otro que valoriza a ARSAT va perdiendo puntos con cada año que pasa. Son los dos satélites ARSAT 1 y 2. Les quedan respectivamente 5 y tal vez 6 años de vida útil. Han ido envejeciendo en sus órbitas geoestacionarias sin reposición, porque Macri discontinuó la flota, y sus continuadores en el gobierno no retomaron su despliegue. Hoy debería haber 6 de estos satélites en el espacio, y desde el 3 en adelante, aparatos HTS, de mucho mayor ancho de banda.

Los 2 que hay mantienen la empresa, que gana unos U$ 32 millones/año pese a desde 2016 ARSAT fue dirigida en forma alternante a veces mal, otras peor, por varias gavillas de indiferentes/obsecuentes/delincuentes, subraye Ud. la categoría que suponga más apta. Pero andá a encontrar 2 satélites de construcción y diseño locales en el resto de Sudamérica.

Ambos con un factor de ocupación de arriba del 80% promedio. Ambos dando internet a escuelas rurales en municipios despoblados del país. Ambos dando cobertura para radio, TV y «broadcasting» a firmas privadas desde la Península Antártica hasta la tundra canadiense. Y ambos con canales dedicados exclusivamente a comunicaciones del Ministerio de Defensa (me refiero al de la Argentina, no al MoD británico).

La tercer cosa que hace valer a ARSAT es su Data Center, ubicado resueltamente en el centro mismo de la REFEFO en la sede de la empresa, en Benavídez, provincia de Buenos Aires. El Data de ARSAT se construyó lentamente desde 2006 y en 2013 ya era el de mayor capacidad y el más seguro de la Argentina.

Hablo no de seguridad física. No está adentro de un sótano sepultado bajo un búnker custodiado por robots armados con láser y motosierra dirigidos por una Inteligencia Artificial creada por Conan, aquel famoso perro virtual.

Hablo de seguridad en disponibilidad: tiene un «uptime» (el tiempo en que está disponible, en lugar de caído) del 99,982% del año. Esto significa tan lleno de redundancias y protección que su «downtime» por mantenimiento suma 1 minuto 40 segundos por año. Es bastante pasmoso para quien no conoce de data centers, y costó U$ 11 millones a fecha de 2013.

Gana plata, pero no tanto como la que debería ganar si cobrara tarifas de mercado a las empresas usuarias, y no hubiera estado en manos de demasiadas cúpulas crápulas y demasiadas veces desde 2016. Es muy fácil atomizar un Data en quintitas privadas y levantarla en pala, si uno es funcionario puesto a dedo por otro funcionario puesto a dedo por El Calabrés de Ojos Celestes, o Alberto el Innombrable, o un extraordinario presidente que invoca a su perro muerto y canta como tal.

Perdón no son insultos, sólo son descripciones objetivas de un periodista científico que laburó años en ARSAT y la vio irse al carajo. Y que aún así siente orgullo de haber estado adonde estuvo y haber hecho lo que hizo. Y también orgullo de que ARSAT estuviera tan bien hecha que no alcanzaron 9 años de ser entregada a las termitas para hacerla polvo.

ARSAT sigue ahí, siempre a punto de ser carneada en tres partes a espera de que se las coman los perros. Sigue ahí, siempre a espera de que vuelva a existir una conducción técnica, un programa político, un gobierno nacional realmente nacional, y un país menos emputecido que merezca semejante empresa.

Le doy muchas gracias por la ARSAT que fue y quizás siga siendo al Ing. en satélites Hugo Tognetti, su fundador allá por 2006, a INVAP con la que peleábamos bastante y que nos hizo dos satélites flor y se quedó esperando cuatro más, y sigue esperando.

Y gracias, muchas, a Claudio Marín, a quien sólo conocí en asambleas, baluarte de FOETRA, ese gremio que defendió a ARSAT mucho más y mejor de lo que nosotros, el personal calificado, lo hizo jamás.

Daniel E. Arias

La CONAE integra el primer receptor GPS espacial al SABIA-Mar. Un satélite desfinanciado

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La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) completó la integración del AGR-T (Austral GNSS Receiver – Technological), el primer receptor GPS 100 % argentino diseñado para aplicaciones espaciales, al satélite SABIA-Mar, consolidando un nuevo avance en la autonomía tecnológica del país.

El AGR-T, desarrollado por el grupo SENyT de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), constituye un instrumento crítico para la navegación y el posicionamiento preciso del satélite en órbita. Hasta ahora, este tipo de equipos debía ser importado, por lo que su desarrollo marca un hito en la consolidación de capacidades locales en electrónica de alta complejidad para el sector espacial.

Un salto en soberanía tecnológica

El secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, destacó que “este desarrollo no es solo un logro técnico, sino una demostración concreta de lo que podemos hacer cuando articulamos ciencia, tecnología e industria”.

Por su parte, Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de la CONAE, subrayó que “todas las misiones satelitales de la agencia se han caracterizado por impulsar el desarrollo tecnológico nacional” y señaló que el AGR-T “es una muestra más del impulso que queremos seguir dando al crecimiento sostenible del país”.

El proceso de diseño y fabricación del AGR-T implicó desafíos técnicos de alta precisión, entre ellos la calificación de componentes electrónicos, la soldadura especializada y el desarrollo del software de navegación. El desempeño del sistema se evaluará en órbita, donde sus datos se contrastarán con los del GPS principal para validar su fiabilidad y precisión.

Integración en el SABIA-Mar

El receptor se integró recientemente a la plataforma de vuelo del satélite SABIA-Mar, actualmente en construcción en los laboratorios de INVAP (Bariloche) bajo contratación de la CONAE. El proyecto se encuentra en la fase final de integración del modelo de vuelo, mientras que el modelo de ingeniería ya está completo.

Durante la misión, el SABIA-Mar — destinado a la observación del océano y las costas sudamericanas— permitirá validar el AGR-T como una tecnología espacial de origen nacional, abriendo el camino para su uso en futuras misiones argentinas y regionales.

Comentario de AgendAR:

Como signo de los tiempos, el SABIAMAR es un satélite homeless.

Está sentado en la vereda por donde pasan cada cuatro años los gobiernos argentinos, y ninguno le pone un centavo en la gorra.

Parece el destino de la CONAE en general.

A nuestra agencia espacial ya le pasó lo mismo antes con los SAOCOM.

Iban a ser cuatro pero se terminaron dos. Y envejecieron tanto en la sala limpia de integración, allá en INVAP, que salieron al espacio con baterías de níquel-cadmio de los ’80. Son pesadas, de baja densidad eléctrica y recarga lentísima.

Pero si en los ’90 querías reemplazarlas por baterías de litio, mucho más eficientes, tenías que tirar todo lo construido, rediseñar y reconstruir el 100% del SABIAMAR original.

Los SAOCOM son imprescindibles para el manejo de suelos, napas y agua superficial en el campo argentino. Y esto el campo lo sabe, pero de ahí a poner un mango…

Ergo los SACOM son dos satélites de los ’80, aunque lanzados en la segunda década del siglo XXI y a punto de terminar su vida útil, sin reposición.

Con o sin GPS nacional, y según las prioridades de los sucesivos gobiernos desde que se murió Néstor Kirchner, este GPS no vuela, y el SABIAMAR tampoco.

Historia de dos proyectos satelitales homeless de una agencia homeless en un país homeless.

Daniel E. Arias

El lado B del rescate Bessent la historia argentina de Robert Citrone

El día en que Javier Milei iba a reunirse por primera vez con Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos, el empresario norteamericano Rob Citrone le regaló al mandatario argentino una caja con cuatro vinos, según el registro oficial de obsequios.

Cinco meses después, Citrone mantuvo un encuentro con el Presidente en la Casa Rosada. Fue el mismo día en que Milei recibió al secretario del Tesoro, Scott Bessent.

Desde entonces pasaron otros seis meses y el Tesoro estadounidense anunció un respaldo financiero inédito en la historia argentina.

El Presidente Javier Milei recibió en Casa Rosada al líder de CPAC, Matt Schlapp, y a los empresarios estadounidenses Rob Citrone y Matt Dellorfano.
También participaron del encuentro el Asesor Presidencial, Santiago Caputo, y la CEO de CPAC Argentina, Soledad Cedro
El Presidente Javier Milei recibió en Casa Rosada al líder de CPAC, Matt Schlapp, y a los empresarios estadounidenses Rob Citrone y Matt Dellorfano. También participaron del encuentro el Asesor Presidencial, Santiago Caputo, y la CEO de CPAC Argentina, Soledad CedroPresidencia

La ayuda norteamericana fue celebrada en Buenos Aires, distendió la situación financiera, le dio aire al Gobierno, pero despertó algunos cuestionamientos en Washington.

Entre ellos, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, criticó la decisión de Bessent y aludió a una supuesta relación con Citrone.

“Una de las personas que instó a Bessent a intervenir en nombre de Milei fue su viejo amigo y excolega Rob Citrone, un multimillonario dueño de fondos de cobertura que apostó fuerte por el éxito de Milei y compró más activos argentinos justo antes del anuncio de Bessent. ¿Aprovechará Citrone el préstamo puente de Bessent, respaldado por los contribuyentes, de finales de septiembre —porque eso es todo— para tomar su dinero y huir?“, escribió Krugman en su sitio web.

De acuerdo con una entrevista que Citrone concedió en mayo, él y Bessent son viejos conocidos. Allí contó que en 2013, cuando trabajaban en el fondo Soros Fund Management, el ahora secretario del Tesoro decía en chiste que su excompañero era el responsable del 75% de su bono de aquel año, a propósito de una jugada financiera que él ideó. “En ese momento, convencí a George (Soros) y Scott Bessent para que apostaran fuerte”, mencionó.

Además de Krugman, los opositores a Trump también apuntaron contra la ayuda. La senadora del Partido Demócrata Elizabeth Warren pidió a la Managed Funds Association (MFA), una organización que nuclea a fondos de inversión, información sobre una serie de puntos. Entre ellos: “¿Ha tenido el MFA alguna comunicación con algún funcionario de la administración Trump respecto de las inversiones, la exposición o las preocupaciones de algún fondo de cobertura en la Argentina entre enero de 2025 y la actualidad?“.

Las apariciones de Citrone en la línea de tiempo de Milei lo ubican en fechas relevantes, cuyo denominador común es la conexión con el trumpismo. Sin embargo, su ámbito de acción son las finanzas. Apenas comenzó el mandato libertario, en su cartera de negocios aumentó más de un 50% la cantidad de acciones de empresas vinculadas a la Argentina.

Más precisamente, esa parte de su portfolio de inversiones pasó de US$90 millones en junio de 2023 a US$212 millones en diciembre de 2024. Pero a mitad de 2025 retrocedió a un nivel parecido al de junio de 2023, según documentos presentados ante la Securities and Exchange Commission en Estados Unidos (SEC).

Las cotizaciones de acciones de empresas argentinas y de los bonos volaron luego de la serie de anuncios de Bessent sobre el respaldo financiero a la Argentina, que en EE.UU. despertó sospechas dirigidas, entre otros, a Citrone.

Este hombre aparece como “General Partner, Manager, Trustee o Director” o ejecutivo de más de una empresa. Al menos una de ellas operó con acciones de compañías vinculadas con la Argentina: Discovery Capital Management, LLC. Un documento de la SEC describe que Citrone es uno de sus dueños indirectos. Posee el 75% o más de una firma que, a su vez, es acreedora del 75% o más de Discovery.

Documento de la SEC sobre "Discovery Capital Management"
Documento de la SEC sobre «Discovery Capital Management»

Discovery Capital Management LLC, organizada en Connecticut, realiza distintas inversiones y, además, asesora a otras sociedades, según los registros. De acuerdo a esos documentos, entre ellas se encuentran Discovery Global Opportunity Fund y Discovery Global Opportunity Master Fund. Ambas están organizadas en Islas Caimán y poseen a Citrone como “General Partner, Manager, Trustee o Director”.

Las inversiones de la firma que lidera Citrone reflejan un “antes y después” de la asunción de Milei, en diciembre de 2023. Esto encuentra sustento en documentos y también en las palabras del mismo empresario.

“Estuve en la Argentina en el ’91 y esta era una película muy similar. La Argentina en ese entonces tenía un programa de reformas que generó un buen equilibrio fiscal. Lograron reducir la inflación. Y el mercado, en todas las clases de activos, fue el de mejor rendimiento durante cuatro años consecutivos. Esta es la misma película en la Argentina hoy, que comenzó, ya sabes, hace unos 18 meses (inicio del mandato de Milei)”, sostuvo Citrone en un podcast del banco de inversión Goldman Sachs en mayo.

Según reportó Discovery Capital Management LLC a la SEC, el 30 de junio de 2023 la firma tenía 3.886.837 acciones de empresas vinculadas a la Argentina distribuidas en tres compañías: Grupo Financiero Galicia, Vista e YPF. Eso cambió con el triunfo de Milei.

Captura del "Form 13F" que Discovery Capital Management presentó ante la SEC estadounidense
Captura del «Form 13F» que Discovery Capital Management presentó ante la SEC estadounidense

Según el reporte del 31 de diciembre de 2023, Discovery Capital Management LLC acumuló 6.333.340 de acciones en seis empresas vinculadas a la Argentina. Un aumento del 62% con respecto al semestre anterior. Sumó inversiones en Adecoagro, Banco Macro y Mercado Libre Inc. El valor del portfolio, en dólares, mostraba la apuesta de Citrone durante la llegada de los libertarios a la Casa Rosada, según la SEC: un salto de US$90.085.976 a US$144.586.593.

En 2024, esa apuesta se profundizó. Al 30 de junio del año pasado, la cantidad de acciones de empresas vinculadas a la Argentina era un 83% superior a la del reporte de la misma fecha, pero de 2023. Incorporó más de dos millones de acciones de Adecoagro y multiplicó 31 veces las que tenía del Grupo Financiero Galicia. El salto anual en el valor del portfolio de Citrone fue de US$90.085.976 a US$197.030.235, según los reportes de Discovery Capital Management.

A diciembre de 2024, el portfolio del inversor valía US$212.416.858. Vale la aclaración: ya tenía una cantidad de acciones menor que seis meses atrás, tal como reportó ante la SEC. Este avance coincidió con el buen segundo semestre de 2024 que experimentó el mercado argentino.

Pero, en 2025, la historia comenzó a cambiar. La cantidad de acciones distribuidas en empresas vinculadas a la Argentina sumaban 3.120.627 el 30 de junio de este año, según los documentos. Es decir, una cifra menor a la del junio anterior a que asumiera Milei. Redujo en casi un millón la cantidad de acciones de Adecoagro. Las que tenía del Galicia, que en diciembre de 2024 alcanzaban 1.264.678, en junio bajaron a 500.000. El valor en dólares de su portfolio en firmas vinculadas con la Argentina se achicó: US$116.291.157. Eran US$96 millones menos que seis meses atrás.

En un contexto más volátil del mercado accionario argentino, este descenso puede explicarse no sólo a través de la menor cantidad de acciones bajo su poder, sino también por el retroceso que se registró en la capitalización de empresas argentinas en medio de la incertidumbre financiera que empezó a atravesar el gobierno de Milei.

La relación con el trumpismo

La Federal Election Commission (FEC) de ese país muestra que un “Citrone, Robert Mr”, empleado de Discovery Capital Management, realizó aportes de campaña al comité nacional del Partido Republicano en 2012.

Documento de la Federal Election Commission (FEC)
Documento de la Federal Election Commission (FEC)

A su vez, más cerca en el tiempo, Citrone se mostró junto a Milei. Su primera foto con él es de noviembre de 2024, cuando el Presidente mantuvo un encuentro con Donald Trump en Mar-a-lago. Allí aparece junto al canciller Gerardo Werthein y el exasesor de campaña de Trump en 2016 Barry Bennett, quien es miembro de la empresa Tactic, contratada por la Secretaría de Inteligencia del Estado el 12 de febrero de este año. Esta compañía tiene a Leonardo Scatturice entre sus titulares.

El Presidente de la Nación, Javier Milei, junto al canciller Gerardo Werthein, se reunió en Estados Unidos con Rob Citrone de Discovery Capital, Matt Dell Orfano y Barry Bennett
El Presidente de la Nación, Javier Milei, junto al canciller Gerardo Werthein, se reunió en Estados Unidos con Rob Citrone de Discovery Capital, Matt Dell Orfano y Barry Bennett

La segunda imagen que muestra a Milei y a Citrone es del 14 de abril pasado en la Casa Rosada. Ese mismo día debutaba el nuevo esquema cambiario, la Argentina salía del cepo, y el Presidente recibía al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Bessent.

“Tuve la oportunidad de reunirme con el presidente (Milei) antes de que se reuniera con Scott Bessent (14 de abril). Y me reuní con el equipo económico un par de horas antes de que se reunieran con Scott Bessent. Ser parte de ese evento tan importante para el país, influir en él y participar, es algo realmente poderoso”, sostuvo Citrone en la entrevista en el podcast de Goldman Sachs.

Foto compartida en redes sociales por Soledad Cedro, en la que se encuentra con Rob Citrone, Leonardo Scatturice y Matt Schlapp, entre otros
Foto compartida en redes sociales por Soledad Cedro, en la que se encuentra con Rob Citrone, Leonardo Scatturice y Matt Schlapp, entre otros

LA NACION consultó a Citrone sobre sus vínculos con los gobiernos de la Argentina y de Estados Unidos, y sobre la evolución de las inversiones mencionadas, pero su oficina de prensa no quiso hacer comentarios.

Pese a eso, en enero de 2024, cuando se reunió con el ministro de Economía, Luis Caputo, dio una entrevista. “Si yo quiero invertir en la Argentina, no puedo hablar solo con mis analistas, tengo que hablar con otras personas que viven en la Argentina, tengo que viajar y estar ahí. Esa es la parte más importante del proceso”, dijo Citrone cuando apenas comenzaba la gestión libertaria.

Ignacio Grimaldi

La CNEA negocia con Neuquén transferir la operación de, la Planta Industrial de Agua Pesada

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La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está negociando con la gobernación de Neuquén ceder su participación accionaria en la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), firma conjunta que opera la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) ubicada en la provincia patagónica. ENSI es una sociedad estatal integrada en un 51% por la provincia de Neuquén y en un 49% por la CNEA. La clave de la negociación está en el canon que la CNEA pretende cobrarle a la provincia por el usufructo de la planta, según distintas fuentes. Desde la CNEA respondieron a este medio que la institución seguirá siendo la propietaria del activo.

Emplazada en Arroyito, la planta de agua pesada es la más grande del mundo en términos de capacidad de producción, pero dejó de producir en 2017 por falta de demanda interna y externa. Desde entonces se mantiene en estado de conservación.

Negociación

La CNEA es la propietaria de la PIAP, mientras que la operación, mantenimiento y gestión de la misma recae sobre ENSI. La negociación en curso involucra el traspaso de las acciones de la CNEA en ENSI y la cesión de las instalaciones por un período mínimo de 25 años a la provincia de Neuquén, a cambio del cobro de un canon a la provincia por el usufructo del activo durante ese período. La transferencia de las acciones a la provincia supone que Neuquén pasará a tener el pleno control de la gestión comercial de la planta. «Es una negociación en curso con varios detalles aún por definir», subrayó una de las fuentes.

Desde la institución científica nuclear confirmaron que el activo seguirá en manos del organismo, aunque declinaron en brindar detalles sobre la negociación en curso. «La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) mantiene un diálogo técnico permanente con la provincia de Neuquén para avanzar en la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), que lleva más de ocho años sin actividad, y garantizar una operación eficiente. En este marco, se están definiendo las condiciones para un nuevo convenio que redefina el rol de ENSI y establezca un esquema de gestión que optimice el uso de la PIAP, siempre bajo propiedad de la CNEA«, respondieron oficialmente.

El traspaso de la operación, mantenimiento y gestión comercial de la PIAP a la provincia de Neuquén también supondría que la CNEA dejará de pagar los costos de la conservación del activo. La institución viene cubriendo la totalidad de las necesidades operativas de la conservación de la planta desde 2017, incluyendo el pago de salarios, insumos, energía eléctrica, gas natural, mantenimiento, laboratorios y cargas impositivas.

Desde el Ministerio de Planificación de Neuquén declinaron en hacer comentarios «hasta que no se llegue a acuerdos sobre el tema».

Canon y tecnología

La principal diferencia entre las partes es por el pago de un canon. La CNEA pretende cobrar el mismo a partir de la firma de contratos vinculantes entre ENSI y los clientes, pero la posición de la provincia sería abonar el canon cuando la planta efectivamente vuelva a producir agua pesada. Los trabajos para volver a producir agua pesada demorarían unos 24 meses y requieren de inversiones en el orden de las decenas de millones de dólares.

La negociación en curso también involucra cuestiones relacionadas al know-how tecnológico y operativo de la planta. Quienes conocen los pormenores del funcionamiento de la misma explican que la CNEA fue reduciendo a lo largo del tiempo el personal propio que tenía en planta, delegando en el personal de ENSI el manejo y conocimiento del activo.

Acuerdo para reactivar la PIAP

La negociación también se inscribe en el contexto de un acuerdo rubricado este año por la CNEA, ENSI y la provincia de Neuquén para avanzar en la reactivación de la PIAP. El mismo incluye una adecuación societaria de ENSI conforme al Decreto 70/2023, que establece la transformación de las empresas del Estado en Sociedades Anónimas.

En ese momento también se informó que se acordó avanzar en la convocatoria realizada por ENSI, a través de cartas de intención, a potenciales interesados en la adquisición de agua pesada.

La gobernación de Rolando Figueroa está buscando reactivar la producción de la PIAP a partir de la firma de contratos entre ENSI y clientes internacionales de agua pesada. Con ese objetivo fue que lanzó una convocatoria internacional para sonder el interés del mercado, obteniendo respuesta afirmativa de al menos cinco empresas no identificadas, según lo publicado por Diario Río Negro.

Agua pesada

La PIAP en Arroyito fue construida para proveer agua pesada para las centrales nucleares argentinas, las cuales utilizan uranio natural como combustible y agua pesada como moderador y refrigerante. La planta fue diseñada pensando en potenciales ampliaciones del parque nuclear argentino, por lo que cuenta con dos líneas de producción nominal de 100 toneladas anuales cada una. El gobierno nacional valúa la planta en más de 10.000 millones de dólares.

El diseño de esa capacidad en dos líneas condicionó la economía de la planta desde su inicio de operación en 1993, en la medida que no había demanda en el mundo para volúmenes tan altos. Sin embargo, esta situación comenzó a cambiar en los últimos años con la aparición de nuevas demandas industriales de agua pesada y la expectativa de construcción de nuevas centrales uranio natural y agua pesada en Canadá y otros países.

La canadiense Candu Energy fue hasta ahora la empresa más activamente interesada en rubricar acuerdos por la PIAP con CNEA. Las partes firmaron este año un memorando (MoU) según el cual Candu Energy asegurará el financiamiento para reactivar la planta. A cambio, la CNEA pagaría con la producción y entrega del agua pesada. Sin embargo, hasta el momento no se dieron pasos concretos en esa dirección.

Nicolás Deza