martes, 19 agosto, 2025 - 1:16 am

IMPSA traslada el primer horno para modernizar la refinaría de Luján de Cuyo de YPF

IMPSA comenzó el traslado de uno de los tres hornos que fabricó para el complejo industrial Luján de Cuyo de YPF. El horno es parte del proyecto NEC (Nueva Especificación de Combustibles) que está desarrollando la compañía con mayoría accionaria estatal en Mendoza y que forma parte de la expansión y modernización de esa refinería. Una de las principales funciones de esta nueva planta de YPF es reducir el contenido de azufre de los combustibles, “que va de la mano de la evolución tecnológica de los motores de combustión interna y acompaña las normas de respeto del medio ambiente”, explicó IMPSA en un comunicado. IMPSA, a través de su empresa Transapelt, inició el sábado el traslado de lo que se conoce como Radiación, una de las cuatro piezas que componen el primero de los tres hornos. Radiación tiene una altura de 9,7 metros y un peso de 62 toneladas (tn). Las otras tres secciones de esta nueva generación de equipamiento para la industria de oil & gas se denominan Convectiva, Breeching y Chimenea, y se transportarán en enero y febrero. En la fabricación del horno participaron 133 profesionales entre técnicos, operarios, ingenieros y especialistas de 15 áreas de la IMPSA.

Equipamiento

El primer horno que se instalará en la refinería de Luján de Cuyo de YPF reemplazará a una unidad que había sido fabricada por IMPSA en 1984 y que, tras 40 años de funcionamiento, cumplió su vida útil. En rigor, es un horno de proceso tipo “Reactor Feed Heater” y su función principal es calentar un fluido calefactor que aporta calor en distintos procesos de las plantas de tratamiento de hidrocarburos. Los otros dos hornos que IMPSA está fabricando para YPF permitirán producir combustibles con bajo contenido de azufre, más limpios y de mejor calidad. Estos equipos “se enmarcan dentro de las obras de expansión y modernización que YPF está llevando adelante en su refinería de Luján de Cuyo”.

Traslado

El traslado de la Radiación se realizó con éxito”, destacó IMPSA. La pieza partió el sábado a la mañana desde el Centro de Desarrollo Tecnológico de IMPSA, en la localidad de Godoy Cruz, y recorrió 38 kilómetros hasta la refinería de YPF en Luján de Cuyo, donde arribó cerca del mediodía. Fue coordinado de manera conjunta entre Transapelt y personal de Gendarmería Nacional, la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Godoy Cruz, Tránsito Vial de la Municipalidad de Luján de Cuyo, Vialidad Provincial y Nacional. En total, “el operativo estuvo compuesto por un tractor principal con una formación (carretón) de ocho líneas, dos tractores de apoyo y un tractor hidrogrúa. Además, participaron seis móviles policiales, dos vehículos guías de Transapelt y dos hidrogrúas (una de 20 tn y otra de 40 tn) que sirvieron para la remoción y posterior colocación de los carteles pasantes de la Ruta Nacional 40”.

Los expertos en Argentina piden reforzar las campañas de vacunación contra el Covid-19

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Aunque ya va siendo pasado, la pandemia global de Covid no se resigna a quedar definitivamente atrás. Las noticias que llegan desde el hemisferio norte indican que, otra vez, las autoridades de salud de España, Inglaterra y algunas ciudades de EE.UU., ya recomiendan volver a tomar precauciones, como el uso de barbijo en centros de salud. En Argentina los expertos aseguran que este es el momento para relanzar la campaña de refuerzo de la vacuna, apuntando especialmente a los grupos de riesgo. Parte de la explicación de este “revival” radica en que la actual ola de casos global provocada por la variante JN.1 del SARS-CoV-2 ya se convirtió en la segunda más importante de todas las registradas, solo superada por la famosa Omicron, de hace un par de años. De hecho, las estadísticas de salud que recopilan las autoridades de los EE.UU. están mostrando que, cada día, alrededor de 2 millones de estadounidenses se están contagiando. Y está creciendo el número de internaciones por covid, especialmente entre los mayores de 70 años.
COVID-19: 10 MILLONES DE ARGENTINOS MAYORES DE 50 AÑOS DEBERÍAN VACUNARSE
La doctora Angela Gentile, jefa del área de Epidemiología del Hospital Ricardo Gutiérrez, explicó que “en el hemisferio norte se está instalando una nueva variante y eso hace que aumenten los casos, ya que hay más gente susceptible. Además, las coberturas vacunales han ido cayendo debido a que hay menos percepción social del riesgo que implica el no vacunarse”. Según dijo la especialista, “en Argentina no se está, al menos por ahora, registrando un aumento de internaciones ni muertes por virus respiratorios. Sí vemos mayor movimiento por ese tema en consultas ambulatorias. Pero sin llegar a ser un brote”. Justamente para esta experta, “ahora tenemos que aprovechar para hacer prevención, con énfasis en las personas de mayor riesgo, para que estén inmunizadas (con un refuerzo semestral) en el momento en que comience el otoño y aumente la circulación viral”. Gentile también sumó otro argumento en favor del pinchazo preventivo: “Cada vez hay más evidencia de que recibir la vacuna ayuda a reducir las posibilidades de desarrollar  luego secuelas de largo plazo: es la enfermedad que se conoce como “long covid” y que, según estudios hechos en EE.UU., podría padecerla alrededor del 20% de los recuperados del covid-19”. En cuanto al uso de barbijos, la experta comentó que no parece ser una necesidad actual que deba ser generalizada en Argentina. “Sí es una buena práctica utilizarlos en los espacios médicos como las consultas por guardia, especialmente por parte del personal de salud”. Pero en términos de población general, no hay por ahora una recomendación de uso, al menos por ahora. Grupos de alto riesgo y vacunación “En este momento el Ministerio de Salud considera que toda la población se divide en tres grupos: alto, medio y bajo riesgo. Si bien todos deberíamos recibir refuerzos, debe haber especial énfasis para el grupo de alto riesgo”, detalló la doctora Paula Pertzov, responsable del tema de vacunas en el Laboratorio Raffo, asociado a Moderna. Y agregó: “Esto incluye a todos los adultos de más de 50 años; las embarazadas y las personas inmunocomprometidas. Todas estas personas deberían recibir un refuerzo cada seis meses”. En segundo lugar se incluye al personal de salud y a los menores de 50 años con alguna comorbilidad. Estos –y el resto de las personas de bajo riesgo– deberían recibir, al menos, un refuerzo anual. ¿Por qué es importante? Según la experta, más allá de prevenir muertes y complicaciones, hay cada vez más indicios de que recibir la vacuna también contribuye a reducir el riesgo de sufrir “Long Covid” que –según las estadísticas internacionales– termina padeciendo uno de cada cinco pacientes que pasaron la infección. Una nueva ola de contagios en marcha Por su parte, el ministro de Salud de CABA, Fernán Quirós, en declaraciones periodísticas explicó: “Estamos transitando un aumento de casos, los famosos aumentos ‘de olas’, pero que son mucho más pequeños y mucho menos graves que años atrás. Pero no debemos olvidar que cuando suben los casos seguramente también aumentarán las internaciones y algunas personas harán cuadros graves, sobre todo entre quienes no están protegidos por los refuerzos”. Eric Topol, un distinguido integrante de la Academia de Medicina de EE.UU., lanzó una advertencia en un artículo de opinión publicado en los principales medios de EE.UU.: “La pandemia está lejos de haberse terminado. Mientras no lleguen nuevas vacunas que nos inmunicen contra todas las variantes evolutivas del SARS-CoV-2, seguiremos vulnerables y en un estado de negación y de falsa esperanza pensando que la pandemia finalizó”. Cómo y dónde recibir la vacuna Actualmente la vacuna contra el covid-19 se aplica en diferentes hospitales y centros de salud del AMBA y de las provincias. Según algunos cálculos, hay alrededor de 10 millones de argentinos que ya deberían recibir una dosis de refuerzo para disminuir en forma significativa el riesgo de tener complicaciones, internaciones o de muerte por covid-19. Desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, le indicaron a este diario que en la Ciudad hay más de 45 vacunatorios distribuidos en todos los barrios, con stock de vacunas, donde se la puede recibir en forma gratuita. Los turnos se obtienen a través de la web o utilizando el chat de WhatsApp conocido como “Boti”. También es posible acercarse a dichos vacunatorios en los días y horarios habituales. Aunque sin turno se estará sujeto a disponibilidad de tiempo y de stock. En este momento para los esquemas de refuerzo se está aplicando la vacuna provista por el laboratorio Moderna, en su versión bivalente. Para sacar turno a través de internet hay que recurrir a la página web.
Por su parte, en la provincia de Buenos Aires los refuerzos de vacunación para el covid son de acceso libre y no se requiere sacar turno en forma previa. La lista de vacunatorios con disponibilidad de dosis y los horarios de atención se encuentran aqui.
Enrique Garabetyan

En el primer mes de Milei el Banco Central emitio 6.000 millones de pesos

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El Gobierno de Javier Milei llegó al primer mes de su mandato emitiendo más de $6 billones. En estos primeros 30 días, el Banco Central dejó de hacerlo para financiar al Tesoro de manera directa e indirecta. Sin embargo, debió seguir emitiendo para atender compromisos. ¿Cuál es el balance de la política monetaria que lleva adelante?

Según un informe de EcoGo, el BCRA se vio obligado a la emisión debido al pago de interés de sus pasivos remunerados, la compra de divisas, el rescate de las levid y la ejecución de los puts. Estas razones implicaron una expansión de pesos emitiendo más de $6 billones. Vale aclarar que el informe es de todo el mes de diciembre.

Ese número, detallan desde la firma, abarcan los $2 billones de expansión por compra de divisas al sector privado, $2,4 billones por intereses de pasivos remunerados y otros $2,4 billones por otros factores, entre los que se encuentran los puts ejercidos de títulos públicos en pesos y las Lediv que volvieron a pesos.

Cómo fue el comportamiento de la base monetaria en diciembre

Eb contraposición, por la recompra de títulos públicos al Central y la compra de divisas, el Tesoro absorbió $2,1 billones neto. En realidad, detalla, absorbió más pero esa mayor absorción estuvo compensada por la salida de los pesos de los depósitos para financiar el déficit. Y en esa línea, marcó que el otro factor contractivo fueron los pases que sacaron de la base $4,1 billones.

A lo largo del mes el comportamiento de la Base Monetaria no fue homogéneo. A través su Informe Monetario Mensual de diciembre, publicado el lunes, las nuevas autoridades del Banco Central expresaron que “previo al 10 de diciembre, hubo una expansión de Base Monetaria por $1,2 billones, explicada fundamentalmente por el desarme de pasivos remunerados y, en parte, por las ejecuciones de los contratos de opciones de venta (put option) sobre títulos del Gobierno Nacional”. Estos factores de expansión, añadieron, fueron parcialmente compensados por la venta neta de divisas al sector privado.

Las estadísticas oficiales del BCRA muestran, además, una emisión endógena para pagar intereses de los pasivos remunerados por $2,118 billones en ese mismo período. Son unos $132.300 millones en promedio por día hábil, aunque la cifra podría haber sido muy superior de no ser por la decisión del Gobierno de desarmar el stock de Leliq y bajar la tasa de política monetaria a 100%.

Cuál es la estrategia del Banco Central

Según un reciente informe de la consultora PxQ la estrategia consta de tres partes:
  • Eliminar el financiamiento monetario al Tesoro. En el primer trimestre esto le será fácil de cumplir dada la estacionalidad del déficit.
  • A partir del 11 de enero el stock de leliqs será cero y todos los pasivos remunerados serán pases pasivos a un día que pagan una tasa de interés efectiva anual de 171,5%.Para el BCRA esto significa una menor emisión por intereses y para los depositantes una licuación en términos reales.
  • Se buscará absorber pesos (muchos provenientes de desarme de LEDIV) con BOPREAL.

Emisión monetaria 2024: qué se puede esperar

Según EcoGo, estock de pasivos remunerados se contraerá de 8,2% del PBI en diciembre ($26,5 billones) a 4,6 puntos del producto ($23,3 billones) en marzo de este año. Medidos en dólares, desde la consultora estiman que en ese mismo período pasarán de u$s41.300 millones a US$27.500 millones al tipo de cambio oficial, o de US$27.900 millones a u$s19.900 millones al CCL.

Desde LCG, por su parte, agregan que de cara a un 2024 recién comenzado, sin asistencia directa del BCRA al Tesoro para financiar el gap fiscal, quedará ver si se sostienen las intervenciones en el mercado de deuda hasta tanto se produzca la aclamada convergencia fiscal. En paralelo entendemos que la monetización del superávit comercial conseguida se sostendrá, aunque si el tipo de cambio comienza a atrasarse, los números podrían ser algo menores. Por otro lado, la nueva composición del Sector Financiero, adicionando la baja de tasas pone en dudas syu comportamiento para los próximos meses.

Farmacéuticos argentinos denuncian aumentos «desproporcionados» en los medicamentos

El director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), Rubén Sajem, luego de analizar la suba del 319,1% registrada entre enero y diciembre de 2023, denunció aumentos «desproporcionados» y advirtió que «en ningún país del mundo se aumentaron los medicamentos sin control como ahora en Argentina».

Sajen sostuvo que «los medicamentos son lo único que la gente privilegia para comprar, además de los alimentos, pero lamentablemente en el mes de diciembre las mediciones indican que dos de cada 10 personas -el 19%- no estarían pudiendo acceder a sus tratamientos». En diálogo explicó que esto se debe «a los aumentos desproporcionados que se provocaron en noviembre y diciembre de un 90% promedio con picos que llegan al 140%», y por lo tanto «hoy cuestan el doble y un tratamiento para la hipertensión pasó de $35.000 a $70.000». Consultado por los consumos de los jubilados y cómo se verán afectados, indicó: «Estamos advirtiendo como las obras sociales – incluso el PAMI- se nutre de los salarios que aumentan al nivel de la inflación como mucho, el riesgo es que no tenga recursos para seguir con la gratuidad de los medicamentos y su cobertura». Al respecto, dijo que «hay que regular el sistema ya que en ningún país del mundo pasa que los laboratorios aumentan los precios sin control, como lo están haciendo ahora». Apuntó que desde el gobierno nacional «hay una concepción ideológica de que se desregule todo de acuerdo a la oferta y la demanda» a la cual calificó como «equivocada». «No puede haber una libertad para poner precios por parte de los laboratorios porque del lado del paciente no existe tal cosa como la libertad para enfermarse o morirse. Nadie lo quiere, no funciona así», sentenció.

50 años de Atucha I, con nuevas autoridades en Nucleoelectrica Argentina

La construcción de Atucha I «fue un hito desde el punto de vista tecnológico y pionera del orgullo del desarrollo industrial argentino», destacó el nuevo director presidente de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA), Fernando Monserrat, en el marco de los 50 años que cumple este sábado la primera central nuclear de América Latina y que busca operar otros 25 años gracias al Proyecto de Extensión de Vida. «Fue la primera central nuclear que se construyó en Latinoamérica, lo cual fue un hito muy importante también desde el punto de vista tecnológico e industrial, un salto muy relevante», subrayó el también gerente general operativo de la empresa de capital estatal.

Nota de AgendAR:

Ante la inminente asuncion del nuevo gobierno, el 6 de diciembre renunciaron los integrantes del Directorio y se designo reemplazos transitorios para garantizar la continuidad de la actividad normal y habitual de la empresa, hasta tanto las nuevas autoridades de la Secretaría de Energía dispongan lo que estimen pertinente. Para ello, se designó un nuevo Directorio transitorio integrado por referentes técnicos-operativos de larga trayectoria en la alta gerencia de la compañía: – Director Presidente: Ing. Fernando Monserrat – Director Vicepresidente: Ing. Juan Cantarelli – Director: Ing. Diego Garde Cabe destacar que los nuevos directores continuan cumpliendo sus funciones habituales, y ejercerán su rol adicional en el Directorio de la compañía ad honorem.

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El aniversario coincide con otra celebración en el sector nuclear argentino: el Gobierno aseguró que no privatizará Nucleoeléctrica, la empresa estatal que opera las tres centrales nucleares que funcionan en Argentina, según lo aclaró el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, durante el debate de la ley ómnibus que se lleva adelante en el Congreso. Las diputadas que llevaron las inquietudes sobre la posibilidad de que las centrales nucleares pasen a ser gestionadas de forma privada fueron Silvia Lospenatto (JxC) y Agustina Propato (UxP). La respuesta de Chirillo en el Congreso fue: “Respecto de la pregunta que me hacían de Nucleoeléctrica creo que el tema está resuelto. La prohibición de no privatizarla está resuelto en el artículo 37 de este proyecto, que asegura al Estado tener la acción de oro, de manera que ese tema está resuelto”.

¿Cuándo empezó a operar la central nuclear Atucha I?

El 13 de enero de 1974, el reactor nuclear Atucha I logró su primera reacción en cadena controlada. La actividad del sector se formalizó hace 73 años a través del Decreto Nº 10.936 del 31 de mayo de 1950 y actualmente cuenta con una potencia eléctrica bruta de 362 megavatios eléctricos y emplea como combustible mezcla de uranio natural (0,72%) y uranio levemente enriquecido al 0,85%. «Cuando se crea en 1950 la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) empieza a desarrollar reactores chicos para uso medicinal y más tarde decide tener la primera central nuclear», afirmó el directivo.
El gobierno de Arturo Illía firmó el decreto 485/1965 que dio aval a la CNEA para que encarara los estudios de preinversión de una central nuclear para el suministro de electricidad al área gran Buenos Aires-Litoral y estableció un plazo de 14 meses para su finalización. La construcción de la Central Nuclear Atucha I, denominada presidente Juan Domingo Perón, comenzó en junio de 1968 durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía, fue conectada al Sistema Eléctrico Nacional el 19 de marzo de 1974 y comenzó su producción comercial el 24 de junio de ese mismo año. «En el 74 era una central de una potencia para el sistema eléctrico muy relevante para aquel momento», remarcó Monserrat, quien ponderó que «varios cientos de miles de habitantes tienen energía eléctrica segura y confiable de alta disponibilidad desde hace 50 años, energía limpia que contribuye al bienestar de la gente».

¿Quién construyó la cental nuclear Atucha I?

«La construcción se le encargó a la empresa alemana SiemensAtucha I es única en el mundo porque en Alemania utilizan uranio enriquecido, no como está en la naturaleza, pero en Argentina decidieron usar uranio natural», contó sobre la central situada a 100 km de la ciudad de Buenos Aires, en la localidad de Lima, partido de Zárate. La elección de Siemens para dar el salto hacia una central de potencia se basó en dos premisas: que utilice uranio natural y que transfiera conocimiento y tecnología. En agosto de 1988, la Central Nuclear Atucha I sufrió un desperfecto en los canales de combustible del reactor, en un contexto socioeconómico adverso, con el recuerdo del accidente nuclear ocurrido el 26 de abril de 1986.
Al respecto, Monserrat remarcó que aquel hecho fue otro de los hitos que, a partir del desarrollo de «tecnología para poder operar el reactor», permitió «que Argentina con recursos propios reparara la central nuclear de manera diferente a lo que proponía Siemens, que era desarmar todo el reactor, lo que hubiera llevado siete u ocho años». La propuesta de Siemens incluía varios años de trabajo antes de poder volver a generar electricidad, un costo muy elevado, y sin garantías. Sin embargo, un equipo técnico de la CNEA logró superar el escollo. Toda la historia quedó registrada con lujo de detalles en el libro «Crónica de una reparación (im)posible» que publicaron el ingeniero metalúrgico Juan Carlos Almagro, el físico teórico Roberto Perazzo y Jorge Isaac Sidelnick, ex vicepresidente de NA-SA. En el libro se relata en detalle cómo se afrontó de manera exitosa la reparación y re-arranque del reactor utilizando los recursos de la ciencia, la tecnología y la industria argentina, en medio de un contexto socioeconómico adverso y un Sistema Interconectado Nacional colpasado. «Lo arreglamos nosotros» es la textual que resume brevemente la increíble avanzada científica argentina, sobre cómo un suceso adverso permitió posicionar al país como referente en la temática a nivel mundial superando exitosamente los incidentes.
Para el nuevo director presidente de Nucleoeléctrica Argentina fue un hito histórico. Argentina «desarrolló tecnología robótica para arreglarla, la reparó y demostró el potencial del conocimiento tecnológico y de ingeniería que fue desarrollando» y «es a la única central a la que le hemos enriquecido levemente el uranio con conocimiento científico y tecnológico argentino para operar, que no implica producir más energía, pero sí consumir la mitad de elementos combustibles».

¿Quién es Fernando Monserrat?

Fernando Monserrat es ingeniero civil de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, posee un MBA de la UADE Business School y cuenta con más de 40 años de experiencia como profesional. Es profesor de Posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Se desempeña en el área nuclear desde el año 1982. Trabajó en posiciones en las áreas técnicas, administrativa, comercial, recursos humanos e informática de Nucleoeléctrica Argentina, habiendo sido en los últimos años Subgerente General Técnico, Gerente de Tecnología de la Información y desde diciembre de 2021 Gerente General Operativo y a su vez Director Ejecutivo.
El director vicepresidente de NA-SA es Juan Alberto Cantarelli, un ingeniero mecánico de la Universidad Nacional de Córdoba, que se desempeña en el área nuclear desde el 1999. Trabajó en posiciones de las áreas Seguridad Nuclear, Operaciones y Gerencia de NA-SA, ocupando actualmente la posición Gerente Central Nuclear Embalse, desde el 2016. Cantarelli lideró el proyecto de extensión de vida de la Central Nuclear Embalse y forma parte del Comité de Revisión Técnica. El otro director es Diego Alejandro Garde, un ingeniero químico egresado de la Universidad Tecnológica Nacional Mendoza, especializado en Tecnología Nuclear por el Instituto Balseiro. Actualmente es Gerente de Operaciones de la Central Nuclear Atucha I-II, y se encuentra en entrenamiento para Gerente del sitio Atucha I-II.

¿Cuál es el plan para externder la vida útil de Atucha I?

NA-SA, la firma que gestiona Atucha I, Atucha II y Embalse, se encuentra ejecutando desde 2008 el Proyecto de Extensión de Vida de Atucha I con el objetivo de extender «unos 20 o 25 años más de operación» sin ningún problema de «disponibilidad y seguridad». «Hoy, a una central nuclear nueva se le da 60, 70, 80 años de vida de operación. En aquel momento cuando se construyó Atucha se le daba una vida más acotada», explicó Monserrat a la agencia estatal Télam.
En octubre pasado, la empresa entregó al Ministerio de Ambiente bonaerense un estudio de impacto ambiental para el proyecto de extensión de la vida útil de Atucha I, cuyo reacondicionamiento tendrá una duración de 30 meses a desarrollarse entre 2024 y 2026. Monserrat señaló que «una parte relevante de la extensión de vida» prevista en el proyecto iniciado hace más de 15 años se realizará este año. «Lo que estamos haciendo, por ejemplo, es modernizar el sistema que regula el reactor nuclear, su sala de control y estamos mejorando la turbina para tener mayor eficiencia en la operación, todo con los estándares a nivel de hoy«, precisó. Además, se encuentra en proceso «el cambio de cables y mucho equipamiento como bombas o válvulas».

¿Qué otras obras se hicieron en Atucha en los últimos años?

Otro de los avances fue el proyecto de Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Quemados de la Central Nuclear Atucha I (Asecq-1) para lo cual se incorporó -en el año 2022- una «pileta de almacenamiento que le permite una operación a muy largo plazo». Una vez que los combustibles alcanzan el grado máximo de uso, se los extrae del núcleo del reactor y se los deposita en piletas bajo agua de alta pureza que actúa como blindaje de la radiación.
La nueva instalación puede albergar los combustibles gastados que actualmente se encuentran almacenados en agua dentro del recinto de piletas. El Asecq-1 fue construido, adosado e integrado al edificio existente de la Casa de Piletas de Atucha I, y en el nuevo edificio se instalaron 316 silos ubicados por debajo del nivel 0,50 metros que permiten albergar 2.844 elementos combustibles gastados, y que demandó una inversión de 180 millones de dólares aproximadamente. «En este momento, Argentina es la autoridad de diseño de las centrales porque Siemens se retiró» de la industria nuclear, subrayó Monserrat.

“La Argentina no puede perderse el tren del cobre”

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El responsable máximo de Los Azules, el megaproyecto de cobre ubicado en la provincia de San Juan, afirmó que “la Argentina no puede perderse el tren del cobre” porque este mineral “puede apalancar el desarrollo industrial del país”. Podría comenzar a operar en 2029. Por la cantidad de equipos de perforación que en la actualidad tiene operativos, está en el top cinco de proyectos de cobre del mundo. Se calcula que un auto eléctrico contiene alrededor de 75 kilos de cobre, tres veces más que un auto convencional. El mundo se dirige hacia estos vehículos y va a necesitar cada vez más cobre. Las baterías para los autos eléctricos se las vincula con el litio, pero además deberían estar asociadas al cobre. El proceso de electrificación y el incremento de las energías renovables en el mundo también demandará cada vez más a este mineral. La transición energética tiene ineludiblemente al cobre como el gran protagonista. La Argentina dejó de producir cobre en 2018, cuando cerró la mina Bajo Alumbrera. Y va a estar sin producción durante algunos años más. Pero el país tiene en carpeta proyectos que por sus recursos y dimensiones son de clase mundial. Uno de ellos es Los Azules, un mega desarrollo de cobre ubicado en la Cordillera de Los Andes a 80 kilómetros al oeste de la localidad de Calingasta, en la provincia de San Juan. Medido en recursos, es uno de los proyectos más grandes del mundo.
  Mike Meding es el vicepresidente y gerente General de McEwen Mining, la compañía canadiense que opera Los Azules. Nació en la ciudad alemana de Düsseldorf y vive en San Juan hace nueve años. Analizó el cobre a nivel mundial, pero -sobre todo- describió la oportunidad de la Argentina si vuelve a la era del cobre. Dijo que “Los Azules puede cambiar el destino de San Juan” y que “para este proyecto el mercado interno representa una oportunidad muy grande para aportar cobre para la industrialización de la Argentina”. El principal accionista de Los Azules con el 47,7% de participación es McEwen Mining. Tiene como socios al gigante Stellantis (19,4%), la automotriz más grande de la Argentina y una de las más importantes del mundo, y a Río Tinto (14,5%), la segunda compañía minera a nivel internacional. Según McEwen, Los Azules demandará una inversión inicial de US$ 2.500 millones y de otros US$ 2.200 millones durante la vida útil (32 años). Podrá comenzar a producir hacia fines de 2029 o inicios de 2030. Las exportaciones superarían los US$ 1.200 millones anuales. Un detalle lo distingue de otros proyectos: producirá cátodos de cobre que, a diferencia del concentrado (como la mayoría de los proyectos), se comercializan directamente.
  – ¿Cuál es el estado actual de Los Azules? Estamos en etapa de exploración avanzada, donde se incluyen distintas fases de la perforación. Vamos a poder contar con información técnica para la redacción de nuestro estudio de factibilidad, que pensamos finalizarlo a fines de 2024 y publicarlo en el primer trimestre de 2025. En abril de 2023 presentamos el permiso ambiental y durante 2024 vamos a esperar su aprobación para la futura construcción y operación de la mina. El estudio económico preliminar (publicado en junio de 2023) arrojó una vida útil de 27 a 32 años y la producción de cátodos de cobre, que hace que Los Azules sea distinta a los otros proyectos de cobre del país. La gran mayoría prevé fabricar concentrado de cobre. En cambio, nosotros vamos por los cátodos, que son placas de cobre directamente industrializable, para comercializar incluso en la Argentina potenciando así la cadena de valor. – ¿Qué inversión requiere el proyecto? Vamos a tener una inversión inicial de US$ 2.500 millones y estimamos otra durante la vida útil de la mina de US$ 2.200 millones en bienes de capital. En este momento están trabajando aproximadamente 900 personas (170 en forma directa y 730 de contratistas entre proyecto y oficinas), la etapa de construcción empleará aproximadamente 2.000 personas y en operación suponemos 1.000 personas en forma directa y estimamos que puedan ser hasta 2.000 empleos indirectos proporcionando bienes y servicios a la mina durante 30 años o más. Podemos aportar al desarrollo de San Juan y de la Argentina durante generaciones porque el proyecto podrá incluso crecer. Las exportaciones estimadas, dependiendo del precio del cobre, sumarían alrededor de US$ 1.200 millones en promedio anual. Es decir, creemos que Los Azules puede cambiar el destino de San Juan. Por supuesto que el impacto será mayor si sumamos a otros proyectos de cobre como Josemaría, Altar, Filo del Sol, entre otros. – ¿Qué beneficio tiene producir cátodos y no concentrados? Se comercializa directamente. En el camino para la disminución de la huella de carbono se necesita el aumento de la producción de cobre. La electromovilidad es una realidad mundial y debemos estar preparados para ese cambio. En la actualidad en la Argentina se fabrican alrededor de 500.000 autos por año y hay una capacidad instalada para un millón. Hay una base de industrialización importante en el país. La mitad de los autos que se producen en la Argentina se exportan. La producción de Los Azules puede ser parcialmente comercializada en el país. Esto puede permitir el desarrollo de la cadena de valor con empresas que hacen, por ejemplo, cables o motores y en un futuro posiblemente se puedan fabricar baterías. Esto es relevante porque un componente importante en las baterías de litio también es el cobre. Con el desarrollo cuprífero se podría dar toda una integración en la cadena de valor que hoy no existe. A partir del proyecto de cobre Los Azules se pueden desarrollar distintas industrias en San Juan y en otras provincias.
Cátodos de cobre.
  – ¿El mercado interno es uno de los objetivos de Los Azules o están pensando principalmente en la exportación? El cobre es una oportunidad histórica para la Argentina. En los próximos diez años las exportaciones podrían llegar a los US$ 10.000 millones anuales y, así, representar el 20% de las ventas al exterior del sector agrícola argentino. Adicionalmente, en el caso de Los Azules el mercado interno representa una oportunidad muy grande para aportar producción de cobre para la industrialización de la Argentina. Sabemos que el sector minero es netamente exportador y más allá de traer divisas al país (hoy el 90% de las exportaciones mineras representan ingresos genuinos de divisas), el cobre es la oportunidad para la Argentina de subirse al tren de la electromovilidad. La Argentina se puede desarrollar industrialmente con el cobre. En San Juan, que es una provincia que sin la minería es poco viable, se podrían instalar industrias que utilizan nuestras placas de cobre y le agreguen más valor. El cobre puede apalancar el desarrollo industrial del país. – En el sector se habla de un marco para poder desarrollar proyectos de cobre como Los Azules. ¿Qué significa esto? Si, necesitamos un marco. Si bien financiamos en los últimos dos años US$ 400 millones, buena parte de eso nos aportaron en pesos en la Argentina. Stellantis invirtió parte de sus ganancias en nuestra empresa en el país. Sabe que la electromovilidad es importante y tener acceso al cobre también. Por eso quiere desarrollar una mina que puede contribuir a su propio abastecimiento. Esto es muy novedoso porque fue la primera vez que una empresa automotriz invirtió en un proyecto de cobre a nivel mundial. Tenemos un compromiso de ser neutro en términos de emisión de gases de efecto invernadero hasta 2038, esto es algo que el mundo necesita.
  – ¿Cómo es en la actualidad el trabajo en la mina? Nosotros estamos dentro del top cinco de proyectos de cobre del mundo por la cantidad de equipos de perforación que en la actualidad tenemos operativos. Hoy hay 20 equipos en la mina y 19 están perforando en simultaneo. Ningún otro proyecto tiene esta cantidad de máquinas en la Argentina y muy pocos a nivel mundial. En el presente tenemos siete contratistas locales e internacionales de perforación. No conozco empresas mineras que en fase de exploración tengan máquinas diamantinas propias en la Argentina. Compramos ocho equipos (con un valor de alrededor de US$ 800.000 cada uno), seis ya están trabajando en sitio y esperamos dos se terminen sumando en enero. De esos seis, cuatro los operan empresas de San Juan. En exploración estamos a la par de los proyectos más grandes a nivel mundial, jugamos en las grandes ligas. Por eso esperamos que con el nuevo gobierno nacional podamos conversar esta oportunidad enorme que existe con el cobre y que se tengan en cuenta nuestras consideraciones que son necesarias para el desarrollo. – Los Azules podría comenzar a producir en 2029 o 2030. ¿Qué necesita el proyecto para llegar a ese momento? Necesitamos un marco económico que nos permita llevar adelante el financiamiento de US$ 2.500 millones. La minería se presenta como la solución a varios problemas, pero se requiere confianza a nivel internacional y un marco regulatorio y macroeconómico que fomente esta inversión. – El gobierno de Javier Milei, según noticias periodísticas, estaría avanzando en un aumento de las retenciones a las exportaciones mineras que saltan de 4,5 y 8 por ciento al 15 por ciento, al menos en un primer momento. ¿Cómo impacta esta política en un proyecto como Los Azules? Lo que necesitamos es lo que pidió también el sector en general: que se respete la Ley de Inversiones Mineras (Ley 24.196) y la estabilidad fiscal, un tipo de cambio competitivo y libre disponibilidad de divisas, la reducción de las retenciones progresivamente hasta su completa eliminación y libertad para la importación de bienes y servicios. Un derecho de exportación como circula en la prensa será un factor limitante para el desarrollo de nuestro proyecto, igual que el impuesto PAIS que encarece la importación (saltó a 17,5%). Nuestros proyectos son de alto riesgo y que requieren mucho capital y años para repagar la inversión. Por eso, necesitamos una macro que permita atraer inversiones que en la Argentina no existen. En el país este dinero no está disponible, por eso necesitamos del mercado financiero internacional. – ¿Qué dimensión a nivel mundial tiene Los Azules? En el mundo se consumen 25 millones de toneladas anuales de cobre, de las cuales cinco son de reciclaje y 20 son de producción minera. Los Azules está pensado para producir 145.000 toneladas por año en promedio. Representa el 0,7% de la producción mundial. No suena a mucho, pero la demanda de cobre en el mundo puede subir a los 68 millones de toneladas anuales si se tiene en cuenta el camino hacia un mundo más verde para 2050. El mundo necesitará 43 millones de toneladas anuales de cobre adicionales a lo que se produce en la actualidad. Para tomar dimensión, Chile, que es el principal productor mundial, llega a 5 o 6 millones por año. Para 2050 el mundo necesitará producir ocho veces más lo que hoy produce Chile. Esto significa una oportunidad enorme para la Argentina. Hay muchos proyectos que podrán realizarse ya identificados, se podrán sumar más, compartimos la misma cordillera que Chile. Aprovechemos las oportunidades que el mundo nos ha dado.

La Canciller se reunió con el embajador chino para confirmar la posición argentina sobre Taiwan

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En un encuentro bilateral mantenido este viernes por la tarde, la canciller Diana Mondino y el embajador chino, Wang Wei, buscaron dar señales de distensión luego de semanas de rispideces entre ambos países, tras lo que se emitió un comunicado en términos amistosos y compartieron una foto conjunta. El último capítulo de las rispideces fueron las versiones de un supuesto encuentro de la funcionaria local – desmentido enfáticamente- con el representante de negocios de Taiwán, lo que disgustó a los representantes chinos.

Según el comunicado difundido por el Palacio San Martín, poco después de la bilateral, ambos funcionarios “desestimaron recientes versiones de prensa infundadas y reafirmaron los lazos de amistad y el principio de una sola China”. Se trata de un punto fundamental para el país oriental el hecho de que Argentina refrende que no abandona su postura de una sola China, que en los hechos se refiere a la situación de Taiwán.

En referencia a lo conversado, Mondino sostuvo: “No cabe duda de la importancia del intercambio comercial entre ambos países, siendo China el segundo socio comercial argentino, el segundo destino de nuestras exportaciones y el primer origen de las importaciones en el país”. Se trata de un punto que reafirma el cambio que experimentó el espacio libertario de las declaraciones previas a asumir al poder, a este presente como Gobierno, en el que no solo no se busca cortar relaciones, sino todo lo contrario.

Mondino y Wei coincidieron, de acuerdo al comunicado,»en reconocer la relevancia de la Asociación Estratégica Integral establecida entre la Argentina y China», que este año cumple su primera década y “en su interés por continuar desarrollando esta asociación”. Por lo que conversaron sobre la necesidad de reactivar los distintos mecanismos de cooperación bilateral existentes.

Otro de los temas abordados en la reunión tuvo que ver con el financiamiento chino a la infraestructura argentina y se abordó la participación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta auspiciada por China, la que integran más de 140 países. Sobre esta cuestión, la funcionaria de Javier Milei señaló que “estos mecanismos de cooperación financiera son de gran utilidad para la Argentina siempre y cuando los proyectos financiados sirvan a su interés nacional”.

Por último, de acuerdo a lo comunicado, ambos funcionarios conversaron sobre cuestiones de la agenda internacional, como el proceso de reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, “destacando las coincidencias de ambos países en el marco del grupo negociador Uniting for Consensus”, así como la coordinación sino-argentina dentro de los ámbitos multilaterales en los que ambos países tienen posiciones comunes.

En el encuentro también hicieron mención al “cordial intercambio epistolar” mantenido entre el Milei, y su par chino, Xi Jinping, con motivo del triunfo del mandatario argentino y “el interés manifestado por ambos líderes en fortalecer la relación bilateral”. En particular, Mondino agradeció el rápido otorgamiento del plácet de estilo para el futuro Embajador argentino en China, el diplomático Marcelo Suárez Salvia.

La relación Argentina-China

Los vínculos entre Milei y China comenzaron de modo áspero, cuando en la campaña electoral el entonces candidato de La Libertad Avanza afirmó que no tendría vínculos “con países comunistas”, entre los que destacó a China y Brasil, dos de los principales socios comerciales del país. Dijo que privilegiaría su alianza con Estados Unidos, Israel y “las democracias occidentales”. Funcionarios del gobierno con vínculos con China intentaron relativizar sus dichos, pero desde Beijing tomaron nota.

El vínculo pareció mejorar cuando Milei pidió, por carta, la reactivación del swap de monedas, y días después confirmó como nuevo embajador en ese país al diplomático Suárez Salvia.

Pero la negativa de Argentina a ingresar a los Brics, de los que China es miembro fundador, y el rumor sobre reuniones con representantes de Taiwán -que también incluirían a legisladores y algún funcionario hoy en La Libertad Avanza- habría motivado el renovado enojo del gobierno de Xi Jinping, que tiene a Taiwán y su pertenencia a China como una de sus líneas rojas en política exterior.

Este jueves, la vocera de la cancillería China, Mao Ning, sostuvo: “He tomado nota de los informes relevantes, la parte argentina ha tomado la iniciativa de aclarar a la parte china que se trata de una falsa exageración [de la prensa]”. Fue en un reconocimiento de gestiones desde el gobierno argentino para bajar el nivel de tensión con ese país. “[El Gobierno] reiteró que concede gran importancia a las relaciones entre Argentina y China y continuará adhiriéndose firmemente al principio de una sola China. La Cancillería argentina también hizo aclaraciones a medios locales”, agregó la vocera del gobierno chino, en una declaración redistribuida el jueves por la cancillería china.

Apenas un día después, con el encuentro en la sede de cancillería, la relación pareció distenderse un poco más.

Personal Civil de la Fuerza Aerea desarrolla un programa para el entrenamiento de pilotos de aviones de caza

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Diego Fusari es personal civil de la Fuerza Aérea en Mendoza y decidió desarrollar un software de suma utilidad para los pilotos de la Escuela de Caza. La IV Brigada Aérea, en Mendoza, conocida también como la “Cuna de la aviación de Caza”, todos los años, muchos de los mejores promedios de la Escuela de Aviación Militar (EAM) de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) eligen trasladarse para formarse en uno de los sistemas de armas fundamentales para el combate que tiene nuestro país: el IA-63 Pampa II. Inspirado en ellos, un integrante de esta Fuerza decidió crear un software para modernizar la enseñanza. Diego Fusari, personal civil de la Fuerza Aérea, a quien el destino lo llevó a compartir su tiempo con los instructores y cursantes del Escuadrón 1 IA-63 Pampa II. Ser testigo de las capacitaciones lo llevó a darse cuenta de que contaba con la expertise y las herramientas para mejorar los conocimientos de los futuros pilotos de este sistema de armas.

Pilotos de Caza-Bombardero: el caso del IA-63 Pampa

En el caso del sistemas de armas IA-63 Pampa II, durante aproximadamente un año, los cursantes reciben instrucción con el objetivo de afianzar los conocimientos teóricos y prácticos vinculados al vuelo en esta aeronave: desde patrones de vuelo de formación táctica hasta maniobras de combate aéreo. Por su parte, los instructores de la Escuela siguen de cerca el proceso de formación de los futuros pilotos. ¿Cuáles son las características del IA-63 Pampa II? De acuerdo a los especialistas, se trata de una aeronave de entrenamiento y ataque ligero. Además, es biplaza, de ala alta, mono turbina y con toberas de ingreso de aire al motor a ambos lados de la cabina de mando.

Un software para mejorar el aprendizaje de los futuros pilotos de caza

“Permite reproducir lo que se hizo durante el vuelo para dar instrucción al alumno”, resume el mayor Germán Sosa, jefe del Escuadrón I IA-63 Pampa II sobre el software del ingeniero en Telecomunicaciones y agente civil de la Fuerza Aérea, Diego Fusari. Desde Mendoza, Diego contó que sintió curiosidad por el modo en que se prepara a los pilotos y de a poco comenzó a involucrarse: “Observé que existían falencias. Mi preparación me posibilitó desarrollar algo durante la pandemia”, contó. En unos pocos meses, Fusari presentó su proyecto y le permitió a la Fuerza ahorrar dinero, ya que se trata de una herramienta costosa para ser adquirida.
El sistema desarrollado por Diego Fusari permite reproducir lo que se hizo durante el vuelo para dar instrucción al alumno. Datos como las coordenadas, la velocidad o la altura son registrados para, luego, ser centralizados y reproducidos.
Está diseñado a medida del piloto, no del ingeniero programador. Todos conocen y hablan lo mismo, así que la representación fue consensuada y pensada en conjunto. Este sistema lo hicimos nosotros, eso nos da soberanía aérea y sustitución de importación”, contó al tiempo que detalló que, al integrar el Escuadrón, puede corregir y añadir los parches rápidamente. A grandes rasgos, el IA-63 Pampa II tiene una especie de memoria que puede registrar todo el vuelo. Datos como las coordenadas, la velocidad o la altura son registrados para, luego, ser centralizados y reproducidos por la herramienta creada por Fusari. “Es similar a la aplicación que uno usa cuando sale a correr, por ejemplo. Solo que, en este caso, reproduce lo que sucedió en el aire”, resume el mayor Sosa, quien también añadió que, una vez desarrollado el software, los mismos instructores le pidieron a Fusari que fuera añadiendo detalles de acuerdo a sus necesidades.

¿Cómo mejora el vuelo de los pilotos de caza el software de Fusari?

Según detalló el mayor Sosa, el programa permite ver, en 2D o 3D, la evolución del combate en el aire, o de la maniobra de acrobacia o de tiro. Eso les permite convalidar los datos obtenidos con los parámetros del vuelo y marcar los errores y corregir. “Al alumno le es provechoso. Con este sistema puede evolucionar el aprendizaje. Muchas veces es difícil entender qué es lo que ocurrió porque durante el vuelo influyen, por ejemplo, la Fuerza G o la velocidad. Así que este programa les permite bajar, analizar el vuelo y comprender qué pasó. Uno, como instructor, les da una devolución y ellos, luego, hacen las correcciones y repasan las veces que sea necesario”, precisó. Asimismo, como explican desde Mendoza, el software también es una herramienta útil para el tiro, ya que se puede determinar si el disparo es válido o no de acuerdo con los valores correspondientes por el armamento utilizado.
Diego Fusari junto al mayor Germán Sosa, jefe del Escuadrón I IA-63 Pampa II
“¿Qué pasaba antes? Luego del vuelo, el instructor bajaba, recordaba lo que había pasado y, con las fibras, dibujaba le explicaba al alumno lo que había sucedido. Pero, había que tomar nota de todo para luego reproducirle al alumno. Pero ahora, si hay un lanzamiento, este software, permite, por ejemplo, evaluar la distancia o el ángulo. Es decir, no hay margen de subjetividad. Es como jugar al fútbol y filmar el partido. Entonces, posteriormente, se puede analizar la grabación para mejorar la performance del jugador”, explica Sosa. Antes, los pilotos se reunían en aulas para hacer el debriefing correspondiente: el análisis de los vuelos realizados, los errores cometidos y las causas posibles. Las herramientas se reducían a los bancos, un pizarrón y un marcador. Hoy, la iniciativa de Fusari, les permitió explotar al máximo esta reunión posterior al vuelo y los pilotos reemplazaron la pizarra por una computadora y pantallas para reproducir la información recolectada. “Otra ventaja: tenemos el know how. Sabemos cómo hacerlo”, concluyó Sosa.

La demencia en los adultos mayores. Hay respuestas posibles

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Cuando a mi madre le diagnosticaron demencia en 2020, su psiquiatra geriátrico me dijo que no había ningún tratamiento eficaz. Lo mejor que podía hacer era mantenerla ocupada física, intelectual y socialmente todos los días durante el resto de su vida. Ah, vale. No pasa nada. El doctor me estaba diciendo que la medicina había terminado con nosotros. El destino de mi madre estaba ahora en nuestras manos. Mi hermana y yo ya nos habíamos dado cuenta de que mi padre también tenía demencia; se había vuelto gritón e impulsivo, y su memoria a corto plazo se había evaporado. Ni siquiera nos molestamos en hacerle un diagnóstico. Compré montones de libros de autoayuda, vi horas de seminarios web, molesté a los trabajadores sociales. Los recursos se centraban en lo básico: seguridad, alimentación, prevención de caídas, seguridad y seguridad. Todos tenían el mismo tono trágico. Decían que la demencia no tenía remedio. El peor destino posible. Un agujero negro que devora la mismidad. Eso es lo que oí y leí, pero no es lo que vi. Sí, mis padres estaban perdiendo el juicio y la memoria. Pero en otros aspectos eran ellos mismos. Mamá todavía lee el periódico con su bolígrafo, anotando «¡Tonterías!» en los márgenes; papá todavía me pregunta cuándo voy a escribir un libro y si necesito dinero para llegar a casa. Siguen riéndose de los mismos chistes. Más allá de la comodidad física, mi objetivo como cuidadora era ayudarles a sentirse ellos mismos, incluso a medida que ese yo evolucionaba. Me comprometí a ayudarles a vivir los años que les quedaban con alegría y sentido. Eso no es tanto una cuestión de medicina como de corazón y espíritu. No podía resolver esta parte por mí mismo, y todo el mundo con el que hablaba pensaba que era algo raro de lo que preocuparse. Hasta que encontré a los fabricantes de robots. No me refiero a los que construyen máquinas para ayudar a alguien a ponerse los pantalones. Ni de los Karens electrónicos que vigilan el comportamiento de una persona mayor y luego «corrigen» los errores, como una Alexa mandona: «¡Buenas tardes! Aún no te has tomado la medicina». O aparatos con pantallas táctiles que pueden ser difíciles de usar para las personas mayores. Ese tipo de proyectos no funcionan. Son toscos o espeluznantes. Y lo que es más, rara vez satisfacen una necesidad real. Son productos bienintencionados del pensamiento del agujero negro. En cambio, los roboticistas de los que me he enterado están formados en antropología, psicología, diseño y otros campos centrados en el ser humano. Se asocian con personas con demencia, que no quieren robots para resolver el supuesto problema de ser viejo. Quieren tecnología para la alegría y el florecimiento, incluso cuando se acercan al final de la vida. Entre las personas que conocí estaba la robotista Selma Šabanović, de la Universidad de Indiana Bloomington, que está desarrollando un robot para dar más sentido a la vida, mientras que en los Países Bajos, Rens Brankaert, de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, está creando tecnología cálida para mejorar la conexión humana. Estos tecnólogos, a su vez, me presentaron a activistas de base contra la demencia que se están sacudiendo el círculo vicioso de la desesperación. Cuidar no es sólo atender las preocupaciones corporales de alguien; también significa cuidar el espíritu. Las necesidades de los adultos con y sin demencia no son tan diferentes: Todos buscamos un sentido de pertenencia, de significado, de autorrealización. Y respeto. Mi padre es un veterano de la Segunda Guerra Mundial. Cuando una enfermera se dirige a él con voz cantarina, se pone furioso, grita e insulta. Me da escalofríos, pero no puedo culparle. Los fabricantes de robots son un rayo de luz en el fondo del pozo. Puede que los artilugios en los que trabajan estén muy lejos en el futuro, pero estos científicos e ingenieros ya están inventando algo más importante: una nueva actitud ante la demencia.Miran de frente a esta experiencia humana y ven oportunidades creativas, nuevas formas de conectar, nuevas formas de divertirse.Y, por supuesto, tienen robots geniales.Montones y montones de robots. Con esas máquinas, están tratando de responder a la pregunta que me obsesiona:¿Cómo podría ser una buena vida con demencia? El torso y las extremidades del robot son regordetes y blancos.Parece estar desnudo, salvo por unos calzoncillos azules debajo de la barriga, aunque no tiene pezones.Mide sólo 60 centímetros.Su cara, una pantalla rectangular, parpadea.Aparecen dos óvalos negros y una sonrisa manga.»Hola, soy QT. Soy QT, tu amigo robot», dice. Se lo dice a todo el mundo, porque ése es su trabajo. QT levanta ambos brazos en un gesto de touchdown. Los motores zumban. Suenan caros. Los fabricantes de robots son un rayo de luz en el fondo del pozo. Puede que los artilugios en los que trabajan estén muy lejos en el futuro, pero estos científicos e ingenieros ya están inventando algo más importante: una nueva actitud ante la demencia.Miran de frente a esta experiencia humana y ven oportunidades creativas, nuevas formas de conectar, nuevas formas de divertirse.Y, por supuesto, tienen robots geniales.Montones y montones de robots. Con esas máquinas, están tratando de responder a la pregunta que me obsesiona:¿Cómo podría ser una buena vida con demencia? El torso y las extremidades del robot son regordetes y blancos.Parece estar desnudo, salvo por unos calzoncillos azules debajo de la barriga, aunque no tiene pezones.Mide sólo 60 centímetros.Su cara, una pantalla rectangular, parpadea.Aparecen dos óvalos negros y una sonrisa manga.»Hola, soy QT. Soy QT, tu amigo robot», dice. Se lo dice a todo el mundo, porque ése es su trabajo. QT levanta ambos brazos en un gesto de touchdown. Los motores zumban. Suenan caros. Puede que le suene familiar si sabe algo de robots humanoides sociales, artilugios creados para responder ante nosotros de formas que reconocemos. Puede que también recuerde su larga historia de fracasos en el mercado. RIP Kuri, Cozmo, Asimo, Jibo, Pepper y el resto de sus caros y prometedores parientes de metal. QT no es como ellos. No es un producto de consumo, sino un dispositivo de investigación equipado con micrófonos, cámara 3D, reconocimiento facial y funciones de registro de datos, construido por una empresa luxemburguesa para que científicos como Šabanović lo utilicen en sus estudios. Šabanović utiliza QT para explorar ikigai, una palabra japonesa que se traduce aproximadamente como razón para vivir o sentido de la vida, pero que también incluye un sentimiento de propósito social y alegría cotidiana. Hacer un favor a un vecino puede crear ikigai, al igual que una dura semana de trabajo. Incluso reflexionar sobre los logros de la vida puede provocarlo. Su equipo, financiado por el Instituto de Investigación Toyota, está experimentando con QT para ver qué tipo de socialización robótica -recordar, tal vez, o planificar actividades, o tal vez sólo una determinada línea de conversación- podría dar a alguien una ráfaga de ese buen sentimiento. Para ver QT en acción, conduzco a Šabanović y al estudiante de posgrado Long-Jing Hsu hasta Jill’s House, una pequeña residencia de ancianos en Bloomington, a menos de 3 km de la universidad. Šabanović y sus equipos de estudiantes y colaboradores llevan años trabajando junto a los residentes de este centro. Estamos en septiembre y durante todo el verano Hsu los ha visitado todas las semanas, dirigiendo talleres, probando pequeños ajustes en el comportamiento y la funcionalidad de QT, recopilando datos sobre cómo reaccionan las personas ante el robot: si sonríen, reflejan sus gestos, ofrecen voluntariamente partes de la historia de su vida o se aburren y molestan. La toma de decisiones sobre cómo y qué debe hacer el robot no depende de los investigadores, dice Šabanović. «Depende de este proceso deliberativo y participativo, y de involucrar a más personas en la conversación». Uno de los retos es que la demencia nunca es igual para dos personas. Hay distintas variedades, como el Alzheimer, la demencia frontotemporal y la enfermedad de los cuerpos de Lewy, y son dinámicas, cambian con el tiempo. Algunas personas no tienen problemas de memoria, pero tienen dificultades con las palabras; otras toman decisiones extrañas. Muchos dicen que su percepción del tiempo cambia o que sus sentidos se agudizan. Algunas personas están más enfadadas, otras más tranquilas y otras pierden todos los filtros y dicen lo que se les ocurre. (Te estoy mirando a ti, mamá.) Según mi experiencia, la demencia no erosiona la individualidad. La agudiza y la retuerce. A medida que la enfermedad avanza, puede robar la capacidad de conducir un coche, manejar un microondas o cambiarse de ropa. También crea nuevos hábitos y peculiaridades. A mi madre, por ejemplo, siempre le ha gustado la historia natural. Con la demencia, ahora puede quedarse completamente absorta en una hoja, una flor o un patrón de luces y sombras en los árboles. Un robot bueno, útil y servicial debe adaptarse a cada persona en cada fase». Hoy, Hsu hará una demostración de un juego de narración entre una persona y una máquina. Con el tiempo, QT retendrá suficiente información para personalizar el juego para cada participante. De momento, se trata de poner a prueba las habilidades conversacionales de QT para ver qué comportamientos y respuestas acepta la gente de un robot y cuáles resultan confusas o groseras. Estoy impaciente por ver qué pasa. Espero reacciones picantes. Las personas con demencia pueden ser un público difícil, con poca tolerancia a los encuentros molestos o difíciles de entender. Después de aparcar el coche, entramos en una gran sala común con techos de catedral y ventanas altas, iluminada por la luz del sol. Mientras charlamos con el director, Hsu cruza por el fondo, una figura menuda que empuja un robot blanco en un carrito y pasa junto a los sillones de respaldo y las butacas acolchadas hasta llegar a una pequeña sala de conferencias lateral. Es un espectáculo, pero los residentes que pasan el rato esta tarde apenas toman nota. Para ellos, los robots son cosa del pasado. La seguimos a la sala lateral y colocamos las sillas en semicírculo alrededor del robot en su mesa. Hoy, Šabanović se limitará a observar mientras Hsu soluciona los problemas técnicos y dirige la sesión. Pronto, Maryellen, una mujer enérgica con una gorra roja de IU, entra y toma asiento frente al robot. Maryellen ha disfrutado hablando con QT en el pasado, pero hoy no tiene un buen día. Está nerviosa. «Estoy en la fase inicial del Alzheimer, así que a veces me equivoco», se disculpa. El robot le pide que seleccione una imagen de una tableta e invente una historia. Maryellen le sigue el juego e inventa una historia: Una mujer, quizá una estudiante, camina sola por un bosque otoñal. «Interesante», dice QT. «¿Has vivido algo así antes?». «Sí», dice Maryellen. «Tenemos árboles preciosos por Bloomington». El robot permanece en silencio, con una sonrisa en la pantalla. QT es muy inoportuno, hace pausas demasiado largas cuando debería hablar e interrumpe cuando debería escuchar. Todos nos reímos disculpándonos por los malos modales de la máquina. Maryellen es paciente y habla con QT como si fuera un niño tonto. Entiende que el robot no pretende ser un imbécil. La charla robot-humano de hoy es objetivamente aburrida, pero también parece un soplo de aire fresco. Todos los presentes se toman en serio a Maryellen. En lugar de descartar sus pausas e inseguridades como síntomas, los científicos prestan mucha atención a lo que dice y hace. A continuación entra Phil, un hombre con un cuidado bigote, pulcramente vestido con pantalones chinos y una camiseta de manga corta estampada con coches antiguos. Tras sentarse frente al robot, se une a QT para cantar «Take Me Out to the Ball Game». Está de cara a la máquina, pero juega con nosotros, haciendo muecas y poniendo los ojos en blanco. Una vez terminada la canción, primero se burla de Hsu, luego de otro residente y, por último, de casi todas las mujeres de la sala. En otras circunstancias se le trataría con condescendencia o se le «desviaría», alguien intentaría distraerle. En lugar de eso, nos unimos a él para hacer el tonto, bromeando sobre la situación y el robot. QT vuelve a entablar una conversación incómoda («Me encanta la canción, ¿y a ti?»), y Phil responde con una combinación de gracia y descaro («Cantas muy bien, ¿te la han grabado?»). Hsu le pregunta a Phil cómo se sintió al hablar con la máquina. «Como si fuera un tonto hablando con la nada», dice secamente. «Sé que no es una persona de verdad». Teatralmente, se vuelve hacia el robot. «Tú no eres real… ¿verdad?». Guiña un ojo y se ríe a carcajadas. ¿Le gusta el robot? ¿No le gusta? Será tarea del equipo descifrar estas reacciones enigmáticas y, a la vez, relacionables. Los tres y el robot hacemos las maletas y nos dirigimos al laboratorio R-House de Šabanović en la universidad. Allí, en la gran sala de conferencias, se reunirá su equipo, estudiantes de informática, ciencia de datos, visión por ordenador y psicología. Analizarán la amabilidad y los titubeos de Maryellen y el regocijo y el enfado de Phil, buscando su próxima tarea, la próxima habilidad que QT necesita aprender. Conduzco durante un rato, pensando. La sesión de demostración fue lúdica y desenfadada, pero la sala también tenía una energía desconocida que no había sentido antes en el contexto de la demencia. Las actividades para personas con demencia suelen estar impregnadas de nostalgia, alejándose del difícil presente para revivir lo que queda del pasado. Pero hoy todo giraba en torno al futuro. Estábamos imaginando, jugando con nuevos tipos de relaciones, intentando pensar en aplicaciones y usos que todavía son difíciles de imaginar. Ha sido creativo. Más concretamente, nos hemos sentido vivos. El laboratorio R-House de Bloomington parece una sala de conferencias normal y corriente: paredes blancas, una gran mesa de conferencias de madera y escritorios, sillas y monitores rodeando las paredes. Pero está repleta de artefactos de la carrera investigadora de Selma Šabanović, una colección de robots y piezas de robots. En el alféizar de una ventana hay dos unidades Keepon de color amarillo mantequilla, un invento de los primeros tiempos que son poco más que dos esferas con ojos y una nariz de botón. Una foca blanca y esponjosa llamada Paro se recarga en un archivador; su fuente de alimentación es un chupete rosa enchufado donde debería estar su boca. Al fondo de la sala acechan dos Haru 2018 de Honda, algo así como una lámpara de escritorio cruzada con un cangrejo. Otras tres QT (2017) dormitan sobre las mesas. Es como un museo de historia antinatural, y Šabanović es el David Attenborough residente. Šabanović, de 46 años, es alto y delgado, con una nube de pelo oscuro y un aura de humor socarrón que le sienta bien a este extraño lugar. Ahora está sentada al fondo de la sala, mientras su equipo busca soluciones a los problemas sociales de QT. En un momento dado, los estudiantes se atascan con la costumbre de QT de interrumpir. Tal vez eso esté bien, propone Šabanović. «Podemos jugar con el hecho de que será, inevitablemente, hasta cierto punto, estúpido», sugiere. Lo que los investigadores tienen que averiguar es «dónde la estupidez es perjudicial». Puede que ella esté en su elemento, pero los robots apagados y dormidos dan a la habitación una energía extraña, como si estuviera llena de fantasmas. Este es el superpoder de los robots sociales: no la fuerza, ni la velocidad, ni la precisión, sino las vibraciones. Se apoderan de nuestra psique. Se meten en nuestra piel. Aunque sabemos que no es así, les respondemos como si estuvieran vivos. La crítica tecnológica y escritora Sherry Turkle lo llama «pulsar los botones darwinianos» de la gente. A diferencia de otros aparatos, los robots despiertan nuestros instintos sociales. Por supuesto, explica Šabanović, «lo que distingue a los robots es que tienen un cuerpo». Y añade: «Pueden moverse, mostrar que nos prestan atención, provocarnos». Los niños aprenden más de un robot que de una pantalla. Los adultos confían más en los robots que en los ordenadores. Los perros obedecen sus órdenes. A Šabanović le fascinan estas reacciones, lo cual tiene sentido, porque ha vivido su vida en compañía de robots. Sus padres eran ingenieros y su padre trabajaba en robots industriales. En aquellos años, los únicos robots sociales estaban en la ficción. Los artilugios de su padre eran máquinas serias para la industria pesada. Cuando tenía 9 años, en 1987, la familia pasó un verano en Yokohama. Era hija única y solía acompañarla al trabajo y acurrucarse en el laboratorio con un libro. Se dio cuenta de que en Japón los robots de ficción eran amables y serviciales: más Astro Boy que Terminator. En la universidad, a mediados y finales de los 90, se preguntaba por qué algunas culturas daban por sentado que los robots del futuro serían dulces y simpáticos, mientras que otras los imaginaban como villanos o matones. Para entonces, también asistía a conferencias con sus padres, donde oyó hablar de robots sociales reales, máquinas diseñadas para interactuar con los humanos en nuestros términos. Parecía una idea extraña. Los robots industriales que ella conocía tan bien eran poco atractivos e intocables, y realizaban tareas peligrosas en cadenas de montaje. «Me intrigaba muchísimo: ¿cómo creen que va a funcionar esto? Quería entender estas nuevas relaciones que se forman entre las personas y las máquinas. Durante sus estudios, visitó y observó a las personas que estaban desarrollando el campo de la robótica social. En 2005 pasó un tiempo con el robotista pionero Takanori Shibata, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón, y su cachorro de foca robot Paro. Hecho a mano, el animalito respondía al habla y al tacto balando -estaba programado con gritos reales de foca-, cerrando los ojos y moviendo la cola y las aletas. Era uno de los pocos robots de la época que podía utilizarse fuera del laboratorio sin la ayuda de un experto. Incluso en esta fase inicial, el público objetivo eran las personas mayores. Los investigadores llevaron la máquina a residencias de ancianos y Šabanović se sorprendió al ver el efecto. «La gente se iluminaba de repente, empezaba a hablarle, a contarle historias de su vida», dice. Los estudios de Shibata, entonces y después, demostraron que la foca de peluche mejoraba la calidad de vida; hacía que la gente interactuara más, reducía el estrés y aliviaba la depresión. Así que Šabanović se unió al emergente campo de la interacción humano-robot. Desde entonces, sus experimentos han explorado cómo proyectamos nuestros «imaginarios tecnocientíficos» -nuestro bagaje cultural, miedos y fantasías- en estos trozos de metal y plástico. Algo así como si Isaac Asimov se convirtiera en psicólogo experimental. En uno de sus primeros estudios, llevó a Paro a una residencia de ancianos para estudiar cómo el dispositivo convertía a los alborotadores en mariposas. La mayoría de los residentes ignoraban a la cría de foca hasta que aparecían otras personas. Se reunían para tocarlo. Comentaban sus sonidos y movimientos, riendo. El robot parecía abrir una puerta a otras personas. En Europa y el Reino Unido, una extraña ola de desarrollo de robots se está aventurando en el inexplorado mundo de la demencia avanzada, creando robots para el alma. A partir de la década de 2010, con nuevas máquinas como Haru y el androide Nao, que tenían más funciones y capacidad de recopilación de datos, ha explorado formas de incorporar más tipos de personas al proceso creativo. Desde entonces, Šabanović ha coescrito un libro de texto sobre interacciones entre humanos y robots y ha examinado la dinámica entre niños, robots y grupos de personas. Durante mi visita, el grupo de Šabanović se preparaba para presentar QT al público por primera vez en la conferencia anual de la Dementia Action Alliance en Indianápolis. A diferencia de la mayoría de las reuniones sobre enfermedades cerebrales, en esta no hay sesiones sobre nuevos fármacos ni horas de cóctel financiadas por las farmacéuticas. También a diferencia de otras conferencias, incluye a muchas personas que padecen demencia. Su objetivo es fomentar la comunidad y compartir conocimientos, pero, como aprendería, también es una coalición de personas que están hartas de la vergüenza y el estigma y empiezan a insistir en algo mejor. Estaba a punto de conocer a personas que no sólo soportaban el diagnóstico con esperanza, sino que lo abrazaban. El hotel Crowne Plaza de Indianápolis se construyó como una estación de tren de la Edad Dorada, y la sala de exposiciones de la conferencia es una antigua sala de espera, cuyos pasillos de azulejos resuenan ahora con el parloteo de la gente que llena la sala. La mayoría de la gente pasa de largo sin detenerse a inspeccionar los robots posados en la mesa frente a Weslie Khoo, un investigador postdoctoral en visión por ordenador que hoy está a cargo de las máquinas. Entonces Diana Pagan se dirige a Paro, la pequeña foca blanca. La acaricia mientras mueve la cola y parpadea lentamente con sus enormes ojos negros. Está encantada. Dice que le resulta familiar. «Para mí es más real. Mientras que esa cosa», señalando a QT, «es… una máquina». Su hijo John-Richard Pagan, de mediana edad, siente curiosidad por QT. Pero es propenso a las alucinaciones, dice, y no querría un robot parlante en su casa. «Una voz saliendo de la caja sería inquietante», dice. John-Richard padece demencia de cuerpos de Lewy, que puede causar confusión y problemas de atención. También se autoproclama aficionado a la tecnología y un poco «early adopter». En su día tuvo un Commodore 64, uno de los primeros ordenadores domésticos fabricados en serie. Ahora forma parte de un grupo de trabajo sobre tecnología organizado por la Dementia Action Alliance. Sobre el papel parece un tipo de robot, pero en general los robots no pasan sus pruebas. La mayoría de los inventores no lo entienden, dice. Cualquier cosa para personas con demencia tiene que ser intuitiva. No puedes dar por sentado que hay alguien cerca para explicar cómo se usa. Tiene que ser asequible, porque muchas personas con demencia tienen ingresos fijos. Y tiene que ser flexible y personalizable. A John-Richard le gustaría una máquina capaz de reconocer cuándo tiene un mal día: quizá analice sus patrones de habla y le diga que descanse, o quizá le ponga música. Quizá le hable suavemente cuando le oiga gritar en sueños por los terrores nocturnos inducidos por la demencia y le diga que está bien, que no está solo. «Esté donde esté, me oye y me reconoce», dice. «Funciona con mi flujo». Durante los días que dura la conferencia, la gente comparte historias sobre cómo es la demencia, intercambia consejos para hacer la vida más fácil y habla de las dificultades y los buenos momentos. Parece una reunión familiar. En lugar de agujeros negros, estos relatos son mezclas agridulces de pérdida y descubrimiento. Uno de los oradores dice que ya no puede cuadrar su chequera, aunque una vez fue contable. Pero se enamoró de la fotografía y su vida creativa está floreciendo. Durante una presentación, Šabanović pregunta al público cómo podría mejorar su vida un robot doméstico. Ella escucha, acariciando a Paro, y la conversación deriva inevitablemente hacia el factor asco. Un animal robot que habla es deshumanizante, dice una mujer con demencia. «Yo veo lo contrario», dice otra: Si hace feliz a alguien, ¿por qué deberían juzgarlo los demás? Oyendo a las personas con demencia debatir estas cuestiones éticas por sí mismas, es obvio que deberían haber liderado esta conversación desde el principio. La discusión debería ser de miles sobre quién tiene derecho no sólo a la vida, sino también a la autorrealización y la autodefinición. Todos los roboticistas con los que hablo señalan un influyente artículo de Amanda Lazar, profesora de interacción persona-ordenador en la Universidad de Maryland. Lazar describió en 2017 cómo el campo de la interacción persona-ordenador podría aprender de las nuevas ideas sobre la demencia y la mente. Desde René Descartes, la cognición humana se ha definido convencionalmente en torno a la capacidad de razonar, hablar y recordar. Estas definiciones excluyen a muchas personas con demencia y, según Lazar, también limitan nuestra imaginación sobre lo que pueden ser los ordenadores y los robots. En décadas más recientes, los científicos cognitivos han explorado y considerado capacidades humanas como las conexiones mente-cuerpo, las experiencias sensoriales y las emociones, que pueden estar intactas o incluso intensificadas en la demencia. Tal vez, sugiere Lazar, nuestra visión de la tecnología podría ampliarse paralelamente, alejándose de las prótesis puramente cognitivas y acercándose a una apreciación más holística de la función mental. Su formulación se dirige a otros estudiosos, pero rebota en mi cerebro. Mis padres no se acuerdan. Viven vívidamente el momento: bromean, se fijan en pequeños detalles de mi ropa o mi pelo, me sorprenden constantemente con sus firmes opiniones. A ambos les fascina el tráfico constante de su barrio de California. «¡Mira cuántos coches!», me dice mi madre, o mi padre a mi madre, con un asombro mezclado con horror. Me enseñan que la imaginación y la creatividad persisten en el cerebro humano mucho después de que la memoria y la lógica se vengan abajo. «Es como un bañador de lana», dijo mi padre de sopetón una noche durante la cena, señalándose la cara. Con el tiempo me di cuenta de que me estaba diciendo que le picaba la barba y que había que recortársela. No tendrían ni idea de cómo tratar con QT y sus alegres preguntas y respuestas; este proyecto ikigai no está diseñado para personas cuyo lenguaje está empezando a fracturarse. Pero otros inventores tienen en mente a gente como ellos, me dijo Lazar por Zoom. En los Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido, una extraña ola de desarrollo de robots se está aventurando en el inexplorado mundo de la demencia avanzada, encontrando posibilidades inexploradas para el juego y el deleite, creando robots para el alma. Un par de manchas blancas y redondas se sientan una al lado de la otra, cada una del tamaño y la forma de una calabaza. Cada 10 minutos aproximadamente, los orbes croan como ranas, o gorjean como grillos, y brillan con luz propia. Quieren llamar tu atención. Coge una y, dependiendo de si la acaricias, la golpeas o la agitas, responderá con ruido y luz. Si los orbes están en modo «primavera» y acaricias uno, cantará como un pájaro y se sonrojará de blanco a rosa. Si ignoras la segunda burbuja, se pondrá celosa y se sonrojará de rojo. Si a continuación tu amigo coge la esfera número dos, imitarán la luz y el sonido de la otra, animándoos a jugar juntos. Los blobs se llaman Sam, y juntos forman un robot social reducido a su esencia: una invitación a conectar. Sam es una de las creaciones de otro mundo surgidas del Centro de Especialización en Demencia y Tecnología de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos). Rens Brankaert y sus colegas no llaman robot a esto ni a lo demás que fabrican. Lo llaman tecnología cálida. «Queremos contribuir a la calidez entre las personas», dice. Y crear artilugios que gusten a un mayor número de personas». El enfoque se inspira en la propia historia de Brankaert en el diseño. Cuando era estudiante, construyó un calendario interactivo de gran tamaño y fácil lectura para personas con discapacidad cognitiva. Los usuarios podían crear horarios y recordatorios diarios enganchando dibujos de pastillas, un teléfono o comida en el lugar a la hora adecuada. Llevó el prototipo a las casas de la gente, pero descubrió que lo odiaban. Lo veían como el equivalente de una silla de ruedas o un bastón, un símbolo de discapacidad, o lo que un defensor de la causa denominó «dongle para discapacitados»: un artilugio bienintencionado que no resuelve un problema real. Brankaert cometió un error que cometen muchos diseñadores: no preguntó a su público qué quería. Esta experiencia le llevó a doctorarse y a descubrir cómo trabajar en colaboración con personas en todas las fases de la demencia. Todos los miércoles por la tarde, Brankaert y sus estudiantes se reúnen con un grupo local de personas con demencia leve, una colaboración que, al igual que la de Šabanović, dura ya años. Los diseñadores también trabajan en proyectos en una residencia cercana, con residentes cuyos gestos, parpadeos de interés, risas y usos de la metáfora pueden ser tan significativos como sus palabras. Mientras exploraba un primer prototipo de dispositivo sonoro, una mujer introvertida reaccionó al canto de los pájaros imitando el movimiento de las alas con las manos. «A veces me pongo un poco nerviosa, así que subo con todos esos pájaros», dice sonriendo. «Me encanta. Cómo vuela todo ahí arriba». Otra persona simuló soltar palomas. Es de lo que hablaba Lazar: tecnología que nos encuentra allí donde vivimos, con sensaciones y experiencias, en lugar de mediadas por textos y swipes. A menudo, estos inventos son agradablemente surrealistas. Cathy Treadaway, de la Universidad Metropolitana de Cardiff (Reino Unido), diseñó Hug, una máquina de tela flexible, como una pesada bufanda con forma humana. Si te envuelve con sus brazos, el «corazón» de su interior empieza a latir, para reconfortarte sin palabras. Mi madre puede estar tan presente en el momento que parece estar casi fuera del tiempo. Desde mi punto de vista, esta inmediatez parece que podría ser un alivio, quizá una gracia salvadora de su demencia. Pero la verdad es que no lo sé. Compartir la experiencia de uno de estos artilugios podría ayudarme a unirme a ella en su realidad en lugar de intentar siempre arrastrarla a la mía. ¿Por qué no un pañuelo con un corazón que late? ¿Por qué no globos luminosos? Una de las tecnologías más cálidas del grupo de Eindhoven y sus colaboradores es Vita, una almohada de patchwork con paneles de vinilo. Al pasar la mano por un parche, un sensor detecta tu presencia y reproduce un paisaje sonoro personalizado y familiar: un paseo por una calle empedrada bajo la lluvia, tal vez, o el traqueteo de tazas de café, servidores y cucharas en una cafetería. Los familiares y cuidadores seleccionan los sonidos que creen que resonarán en el usuario. Tras años de pruebas, la almohada se ha ido perfeccionando y Brankaert está en conversaciones con un socio para producirla y comercializarla. En una demostración, una mujer de pelo blanco está sentada tranquilamente, con cara de sueño o, muy posiblemente, con sueño. «Buenos días», le dice su hija, pero la mujer no responde. La hija coloca la almohada en el regazo de su madre y guía la mano de ésta sobre una gran mancha amarilla. Surge el estribillo de la castaña de la Segunda Guerra Mundial «We’ll Meet Again». Los ojos de la anciana se iluminan y una sonrisa de reconocimiento se dibuja en su rostro. Empieza a cantar. ¿Para qué sirve este artilugio de almohada? No le devuelve el habla ni arregla su memoria ni sustituye nada de lo que ya no puede hacer. Ayuda a los dos a encontrarse de nuevo en el oscuro y confuso terreno de la demencia. Es diciembre cuando vuelvo a visitar el laboratorio de Šabanović, esta vez por videoconferencia, con la ayuda de un robot de telepresencia llamado Kubi. El dispositivo es básicamente una tableta sobre un soporte motorizado que el usuario remoto -yo- puede girar para mirar a los demás en la sala (Kubi significa «cuello» en japonés). Abro la aplicación y veo a Hsu, que ha colocado cuidadosamente el sistema en la mesa de conferencias. A mi alrededor hay un grupo de personas mayores con y sin demencia que son invitadas aquí cada mes para analizar proyectos en curso. Hoy vuelven a evaluar QT. El robot demuestra algunas habilidades nuevas, y ellos critican su rendimiento con entusiasmo y precisión, centrándose en su ineptitud con las señales básicas de la conversación, como entender si alguien simplemente ha hecho una pausa o realmente ha dejado de hablar. Se aprende mucho sobre las personas saliendo con robots. QT me dejó claro hasta qué punto la interacción humana depende de pequeños movimientos y sutiles cambios de ritmo. Incluso con los últimos modelos lingüísticos de inteligencia artificial, QT no puede jugar al juego social. Su cara expresa emociones, entiende las palabras y escupe frases, y «volea», siguiendo tu respuesta con otra pregunta. Aun así, le doy un suspenso. Mis padres, por su parte, no tienen problemas para captar los matices de la conversación. Mi madre ahora habla menos, pero aunque se aleja del mundo y pasa más tiempo absorta en sus propios pensamientos, es rápida en calibrar mis emociones e intenciones. Puedo mentirle con palabras, pero no puedo ocultar mis sentimientos. Ella lo sabe. Cuando empecé a hablar con personas como Šabanović y Brankaert, no entendía cómo podían ver tan claramente la humanidad en la demencia cuando los expertos en demencia a menudo no pueden. Ahora creo que tengo una respuesta. Para crear una tecnología interactiva de éxito, es necesario tener una comprensión operativa de la humanidad: qué no es suficiente, qué es demasiado y los factores que determinan este juicio. Si lo calculas correctamente, tu robot es mono, útil o impresionante; si lo haces mal, tu robot es un canalla. A estos creadores de robots no les preocupa lo que les falta a las personas con demencia. Ven lo que perdura y apuntan directamente a ello. Las predicciones sobre la demencia son desalentadoras. Cada año, más de nosotros -y más de nuestros padres, amigos y seres queridos- viviremos con ella. Millones más tendrán que ayudar, como yo. Pero los robots me han revelado que los cuidados y la demencia no tienen por qué ser los miserables dominios de los pañales para adultos, la decadencia y la desesperación. Ayudar a mis padres sigue siendo el trabajo más duro que he tenido nunca. Tropiezo una y otra vez, no consigo anticiparme a sus necesidades, no consigo ver lo que ha cambiado y lo que no. Es angustioso. Pero puede ser hermoso, gratificante e incluso divertido. Por ahora, no hay ningún nuevo y reluciente amigo que vaya a arreglar la vida de mis padres. No pasa nada. He encontrado algo mejor: el optimismo de que las personas con demencia y sus cuidadores no estarán tan solos. Faltan cuatro días para Navidad y QT vuelve a visitar la casa de Jill, ataviado con un gorro de Papá Noel y un pichi verde bosque. Con la ayuda de ChatGPT, ahora es más divertido hablar con QT. Unas cuantas docenas de residentes, familiares y personal están aquí, además de gran parte del equipo de Šabanović. Nora, la hija de 3 años de Šabanović, está acurrucada en su regazo, continuando el legado familiar. Mira tímidamente al robot. Se trata de una fiesta más que de un experimento formal. La sesión pronto se convierte en un caos amistoso en el que todos hablan por encima de los demás y se ríen. Todos cantamos «Here Comes Santa Claus», mientras el robot agita los brazos. Phil juega al cucú con Nora. Realmente parece un vistazo al futuro: las personas con demencia son personas normales y corrientes, y la máquina entre los humanos es un invitado más.

Kat McGowan

La inflación de diciembre fue de 25,5% y en 2023 alcanzó el 211,4%

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La inflación de diciembre se disparó a 25,5% y en todo 2023 alcanzó el 211,4%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El guarismo estaba dentro del parámetro esperado por las estimaciones privadas, ubicadas en un rango de entre 25% y 30%, tras la devaluación del 54% del peso y la desregulación de la economía. De esta manera, el Índice de Precio al Consumidor (IPC) mensual es el más alto desde la salida de la hiperinflación en febrero de 1991, cuando la variación de precios avanzó un 27%. Inflación acumulada de 2023 fue la más alta desde 1.990 cuando la suba de precios del año llegó al 1.343,9%, hiperinflación.

El plan de estabilización de Milei

El martes pasado, el portavoz presidencial Manuel Adorni sostuvo que el Gobierno está llevando adelante un «plan para estabilizar» la economía. En medio de los aumentos generalizados en varios rubros, el vocero advirtió que va a llevar un tiempo salir de la «encerrona inflacionaria».
«Es un proceso largo y el trabajo que estamos haciendo de equilibrio de las cuentas, de saneamiento del Banco Central, y esto impactado por el atraso y distorsión de casi todos los precios de la economía hace que estemos atravesando este momento, que por supuesto va a llevar un tiempo salir de esta encerrona inflacionaria», manifestó el vocero.

Inflación: qué se espera para el mes de enero

Pese a la desaceleración de las últimas semanas, las subas de precios de diciembre dejan una inercia importante para enero. Esto se verá potenciado por otros incrementos que ya fueron anunciados, como el salto en el 45% de la tarifa de colectivos en el AMBA, aumento de peajes y subte y el incremento en torno al 40% por parte de las prepagas. En tanto, la expectativa de inflación para los próximos 12 meses aumentó más del doble en diciembre a 225,9%, según un informe de la Universidad Torcuato di Tella (UTdT) La suba de precios registró “un gran aumento” al pasar de 107,2% en la medición noviembre a 225,9% en diciembre, según la encuesta mensual que realiza la UTdT . El trabajo de campo sobre el cuál se elaboró este índice fue realizado entre el 11 y el 15 de diciembre, luego de la asunción de Javier Milei a la presidencia.