Rusia-Ucrania: la guerra hipertecnológica, un gran nicho de negocios, también para startups

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En un contexto geopolítico explosivo, los billones de dólares que están gastando los gobiernos del mundo para prepararse para una nueva era de guerra hipertecnologizada están produciendo una verdadera revolución en la forma en que los países equipan a sus fuerzas bélicas.

En Europa, donde Rusia usa drones para bombardear Ucrania y hasta para poner a prueba la paciencia de la OTAN, hay una nueva generación de startups que se han apartado de la forma en que tradicionalmente los países abastecían sus arsenales militares: en vez de esperar a que los gobiernos propongan y financien los proyectos, los inversores privados usan su propio dinero para la investigación y la fabricación de prototipos, apostando a que los compradores empezarán a llegar.

“Es una verdadera revolución de la industria de defensa”, dice Gundbert Scherf, exasesor del Ministerio de Defensa de Alemania y socio de McKinsey and Co., que en 2021 también contribuyó en la creación de una empresa de tecnología llamada Helsing con “capital semilla” aportado por el CEO de Spotify, Daniel Ek, y otros inversores. “Es un modelo de negocios completamente diferente”.

Helsing tiene su sede en Múnich y empezó fabricando drones para Ucrania, que luego actualizaba cada dos o tres semanas para adaptarse a los cambios tecnológicos y de estrategia militar. Actualmente la empresa Helsing tiene una valuación de mercado de 14.000 millones de dólares, una de las startups más valiosas de Europa.

El concepto de fondo es que un abordaje competitivo de arriba hacia abajo puede ser más innovador y eficiente que un sistema de arriba hacia abajo. Pero hay riesgos. La mayor prioridad de un inversor privado es la ganancia, y eso podría chocar con objetivos estratégicos o de seguridad. Y también está el riesgo de inflar un completo militar-industrial y la preocupación por los usos que podrían tener esos avances en tecnología militar.

A los emprendedores y sus inversores los mueven, en distintos grados, tanto el afán de ganancia como la idea de estar cumpliendo una misión. El año pasado, la inversión de capital riesgo en empresas relacionadas con la defensa ascendió a 31.000 millones de dólares a nivel mundial, un aumento del 33% con respecto al año anterior, según datos de McKinsey.

Y las inversiones en startups europeas de defensa fueron cinco veces mayores entre 2021 y 2024 que en los tres años anteriores.

Esa masa de dinero está expandiendo los límites de lo posible: interceptores de misiles y drones a bajo precio; aviones de combate y buques de guerra pilotados por inteligencia artificial; cucarachas teledirigidas con cámaras de vigilancia para recopilar datos en lugares inaccesibles.

Y el punto de inflexión fue Ucrania.

Todo empezó a principios de la década de 2000 con las norteamericanas SpaceX y Palantir, las primeras empresas en aplicar la mentalidad y la tecnología de Silicon Valley a las adquisiciones militares.

Hoy en día, las startups siguen recibiendo una ínfima fracción de las enormes sumas que los países destinan a defensa, pero la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022 impulsó la tendencia, especialmente en Europa.

“Antes, a ningún inversor de capital riesgo de Europa le interesaba invertir en defensa”, apunta Torsten Reil, emprendedor de videojuegos y cofundador de Helsing junto con Scherf y Niklas Köhler, ingeniero de inteligencia artificial. Pero Reil dicen que actualmente hay una especie de fiebre del oro: “Todos quieren invertir en defensa”.

Otra cosa que empezó a cambiar tras la invasión rusa fue el sentimiento antimilitarista, muy fuerte y arraigado en Europa. El alejamiento de Estados Unidos propiciado por el presidente Donald Trump este año impulsó a los europeos a un nuevo aumento de la inversión, ya que los gobiernos de la región prometieron multiplicar sus arsenales.

A la cabeza está Alemania, con startups de defensa como Helsing, ARX Robotics y Swarm Biotactics, los desarrolladores de las cucarachas espía experimentales.

Y las guerras en curso son un laboratorio real en pleno el campo de batalla. El nuevo modelo de negocio refleja un cambio radical en la lucha bélica, que podría ser tan profundo como la transición de la caballería a los tanques y aviones blindados durante la Primera Guerra Mundial. Tecnologías como la robótica, la inteligencia artificial y la visión artificial se consiguen facilmente, se pueden producir en masa y son cada vez más baratas. Y ahora se están militarizando.

El software también se actualiza constantemente y puede ser compatible con diversas armas ya existentes. En mayo, por ejemplo, Helsing realizó un vuelo de prueba donde su sistema de inteligencia artificial Centaur pudo tomar temporalmente el control de un avión de combate Saab Gripen E sobre el mar Báltico.

Las armas autónomas, que preservan la vida humana sin complejas y costosas medidas de seguridad, también son más económicas y sencillas: un dron de madera enchapada y gomaespuma cuesta unos cientos de dólares pero puede destruir un tanque de millones de dólares.

Ucrania, que ha desarrollado una gigantesca industria de drones avanzados, funciona como un laboratorio en el campo de batalla. En esa guerra, aproximadamente el 80% de los objetivos son destruidos por drones.

“Con un par de millones de dólares de capital de riesgo alcanza para financiar el desarrollo de estas tecnologías más pequeñas”, señala Eric Slesinger, exoficial de la CIA y fundador de una firma de capital de riesgo en defensa.

Muchos analistas militares coinciden en que las startups son más innovadoras. Los grandes contratistas de defensa tradicionales “pueden seguir siendo adecuados para los grandes sistemas de defensa”, apunta Cynthia Cook, investigadora principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, “pero esa enfoque no permite la rápida adopción de tecnologías emergentes”.

Los ejércitos suelen dedicar años o décadas para planificar y desarrollar la próxima generación de equipo bélico, como tanques o aviones de combate. El desarrollo del avión F-35, por ejemplo, comenzó en 1995, Lockheed Martin obtuvo el contrato en 2001, y la producción finalmente comenzó en 2006: ese avión cuesta más de 80 millones de dólares.

Por eso las startups de defensa están trabajando con un enfoque diferente. “Nosotros construimos el barco con nuestro propio dinero”, dice Dino Mavrookas, exmiembro de los Navy SEALs y cofundador en 2022 de la empresa de defensa marítima Saronic Technologies.

En abril, Saronic compró un astillero a punto de cerrar en Franklin, Luisiana: en diciembre de este año, dice Mavrookas, zarpará el Marauder su primer buque no tripulado, de 45 metros de eslora.

Durante la visita de estado de Trump a Londres, el gobierno británico anunció que Saronic invertiría 50 millones de dólares en la construcción de una planta de producción en Portsmouth, Inglaterra.

Cambridge Aerospace, una startup británica que fabrica interceptores de misiles y drones, cofundada hace un año por el exmarine Chris Sylvan: en febrero, probó su primer prototipo y está lista para lanzar la producción.

Un empleado de Helsing en un simulador en la sala de demostraciones de la empresa en Múnich

Todo controlado por inteligencia artificial (IA).

Helsing, con su enorme capital, se expandió rápidamente. En junio compró la fábrica alemán de aviones Grob, y también colabora con empresas, tanto nuevas como consolidadas, en el desarrollo software avanzado, como sistemas de IA capaces de coordinar misiones de reconocimiento y llevar a cabo guerra electrónica. También construye equipos, minisubmarinos y drones de ataque.

“Hay que empezar a desarrollar estos sistemas antes de que el gobierno empiece a financiarlos”, declaró Reil, cofundador de la empresa.

La semana pasada, Helsing anunció la fabricación de su último proyecto: un avión de combate no tripulado de 11 metros de largo, el CA-1 Europa, que saldrá de las instalaciones de Grob en Tussenhausen, a 88 kilómetros de Múnich. La empresa espera que el avión esté realizando misiones en un plazo de cuatro años.

Patricia Cohen

Techint en Chile, en la mina de cobre más grande del mundo. Se prepara para proyectos argentinos

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La constructora del Grupo Techint, Techint Ingeniería y Construcción, está cerca de finalizar uno de sus proyectos más ambiciosos en el norte de Chile y con el que pretende consolidar su lugar en la minería de Argentina: se trata del Suministro de Agua Desalinizada Distrito Norte (SADDN), una obra de US$ 1.000 millones que permitirá abastecer de agua de mar a tres minas de Codelco, la corporación nacional de cobre chileno y el principal productor de ese país.

En Tocopilla, a dos horas y media en vehículo desde Antofagasta, Techint montó el campamento desde donde nace el proyecto que transportará unos 840 litros por segundo de agua desalinizada hacia los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Esta construcción le permitirá a la compañía sumar a su expertise una novedad: es la primera vez que en minería ejecuta una obra completa de estas características, es decir, la captación de agua, la planta desalinizadora, el ducto, las estaciones de bombeo y la red eléctrica. Hasta ahora, Techint solo había participado en proyectos mineros que incluían infraestructura para las locaciones, el montaje del ducto para el transporte hídrico y sus estaciones de bombeo

“Hoy somos en Chile el principal ejecutor de estos proyectos de agua para minería, somos la única empresa que hace EPC, es decir, la ingeniería, la procura y la compra, y que ha trabajado en los proyectos mineros completos”, comentó Alejo Calcagno, director de Operaciones Área Sur de Techint Ingeniería y Construcción.

El proyecto fue encargado por Aguas Horizonte (un consorcio entre Marubeni Corp y Transelec SA) para abastecer a tres grandes operaciones mineras: Chuquicamata -la mina a cielo abierto más grande del mundo-, Radomiro Tomic, y Ministro Hales, que en conjunto aportan el 25% de todo el cobre fino que produce Chile.

“Este es el proyecto más grande en minería que ha tenido Techint en su historia. Lo empezamos a estudiar en 2017 y ya estamos por concluir y poder integrar todas estas partes del megaproyecto”, resaltó Rodrigo Larralde, director de Proyecto de la compañía.

El acueducto de 160 kilómetros llevará el agua desalada hacia tres proyectos de cobre.

Del mar hacia el desierto

Los trabajos comienzan sobre el océano Pacífico, a la vera de la Ruta 1 y en medio del desierto de Atacama. Allí cinco barcos dan soporte a los buzos que a 28 metros de profundidad trabajan para limpiar el terreno donde se montarán tres tuberías: dos ductos de captación de 700 metros de largo y uno de 540 metros de descarga que permitirá devolver la salmuera al mar.

Del otro lado de la ruta se emplaza la parte más importante: la planta desaladora que a través de una serie de filtros y un tratamiento de osmosis inversa, producirá el agua para utilizar en los proyectos mineros. Un nivel más arriba, sobre el terreno arenoso y rocoso, se encuentra el campamento en el que en el pico de la construcción trabajaron 8000 personas. Hoy con un 85% de avance en todo el proyecto, el SADDN emplea a unos 6.500 trabajadores de 22 nacionalidades diferentes.

En paralelo a la construcción de la planta y el reservorio de agua, Techint lleva adelante el montaje del ducto, tres plantas de bombeo y sus subestaciones eléctricas en varios frentes. El desnivel sobre el farallón que emerge a pocos metros del mar es de 35°, lo que demanda una gran pericia para los operarios que sueldan y montan el acueducto de 48 pulgadas y 160 kilómetros de largo. Un cable carril montado sobre la ladera de la montaña permite transportar material y también a los trabajadores hacia las zonas de mayor altura.

Con un 25% del mercado total, Chile mantiene su liderazgo mundial en la producción de cobre y avanza en una agenda de sustentabilidad en la minería que implica el reemplazo del agua proveniente del deshielo de la cordillera de los Andes por la que provee el basto Pacífico. En este camino, el país vecino ya instaló 24 plantas desaladoras de agua de mar para abastecer las minas de cobre y litio y también algunas poblaciones. Actualmente, el 40% de la minería del país trasandino se abastece con agua de mar y proyecta llegar al 66% para 2034.

Soldadores trabajan en la unión de las cañerías sobre el farallón costero a 1.200 msnm.

Cruzar el agua

Para Techint este proyecto será el puntapié en los desarrollos mineros que Argentina tiene en cartera permitiéndole volcar toda esa experiencia adquirida en nuevos desarrollos, entre ellos, el de poder llevar el agua desde el oceáno Pacífico hacia San Juan o Catamarca. No sería la primera vez que la compañía desembarca en el sector: ya participó en un total de 60 proyectos, entre los que se incluyen Pascua Lama y Veladero con la ejecución de infraestructura. Por otro lado, en 2007 Techint conformó la firma Tenova de soluciones para el sector minero, mientras que en 2017 adquirió la alemana TAKRAF, una compañía especializada en minería a cielo abierto.

Hay varias evaluaciones de desalación de agua en estadíos futuros para los proyectos mineros en Argentina que iniciarían primero con agua continental y se irían reemplazando con agua de mar a medida que vayan creciendo”, explicó Calcagno. El referente de Techint en el Cono Sur aseguró que Argentina podría abastecerse de agua del Pacífico utilizando la infraestructura ya hecha en Chile y extendiendo los ductos hacia provincias como San Juan o Catamarca: “La logística para llevar el agua y exportar los minerales está toda armada, con lo cual, habrá mucha sinergia entre los dos países”, sostuvo.

El proyecto Vicuña es el principal objetivo que mira Techint. Con una promesa de inversión de US$ 15.000 millones, se podría convertir en la mayor inversión extranjera en Argentina y una de las 10 minas más importantes de cobre, oro y plata. Para las mineras esta integración es una agenda fundamental. Nosotros venimos charlando con los clientes y ya se está pensando en llevar el agua de mar en etapas futuras de su desarrollo, afirmó Calcagno.

Laura Hevia

CONUAR fabricará componentes de un micro reactor nuclear que se construirá en EE.UU.

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La empresa CONUAR, controlada por el grupo Perez Companc, rubricó esta semana un acuerdo con la firma europea Terra Innovatum para fabricar componentes críticos del reactor micro modular SOLO. Terra Innovatum comenzó a tramitar el licenciamiento para la construcción de una primera unidad prototipo en los Estados Unidos.

La empresa Combustibles Nucleares Argentina (CONUAR) podría fabricar componentes para un micro reactor atómico diseñado por una firma europea. La compañía, que es controlada por el grupo Perez Companc y tiene a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) como accionista minoritario, firmó en Viena un acuerdo con la firma Terra Innovatum que involucra al reactor micromodular SOLO. El acuerdo también abre la puerta a establecer en la Argentina un hub de ensamblaje y cadena de valor para Latinoamérica relacionado con este reactor.

El convenio suscrito establece que Conuar diseñará y fabricará componentes críticos para el SOLO Micro-Modular Reactor (MMR) de Terra Innovatum, una compañía europea enfocada en el desarrollo de soluciones nucleares innovadoras.

El CEO de CONUAR, Rodolfo Kramer, celebró la firma del convenio. “Este acuerdo representa una oportunidad única para demostrar cómo la capacidad industrial argentina puede integrarse a proyectos internacionales de vanguardia. En Conuar nos sentimos orgullosos de aportar nuestra experiencia y know-how para hacer realidad un diseño que promete energía limpia y accesible para futuras generaciones”, dijo.

El micro reactor modular SOLO esta diseñado para generar aproximadamente 1 MW. Por su diseño modular, el producto es escalable hasta generar la potencia necesitada por cada cliente, por lo que está orientado a cubrir necesidades energéticas en sectores industriales de gran consumo, así como en regiones con infraestructura limitada.

Diseño y fabricación de componentes

Según el acuerdo, Conuar diseñará y fabricará componentes esenciales del reactor, aportando su experiencia de más de 40 años en la producción de elementos combustibles y en la integración de componentes de alta exigencia para la industria nuclear.

El listado de componentes incluye la fabricación de tubos y placas de circonio para sistemas de refrigeración y mecanismos de barras de control. También de componentes de aceros inoxidables y aleaciones especiales (IRC, piping, estructuras internas), fabricados mediante procesos de soldadura y ensamble certificados bajo estándares ASME III, superando incluso exigencias de industrias como Oil&Gas y aeroespacial.

Conuar también fabricará los conjuntos combustibles, desde la fabricación integral de varillas combustibles hasta las herramientas de inspección y manipulación remota. La empresa tiene una larga trayectoria fabricando los elementos combustibles para las centrales nucleares argentinas.

Otro punto importante del convenio es que abre la posibilidad de establecer en la Argentina un hub de ensamblaje y cadena de valor para Latinoamérica, desde donde se podrían distribuir los reactores micromodulares SOLO hacia Sudamérica y Centroamérica, lo que constituiría un paso importante en el proceso de internacionalización de Conuar, cuyo paquete accionario se reparte entre el grupo Perez Companc (67%) y la CNEA (33%.

Reactor

Terra Innovatum está desarrollando el diseño de su microrreactor modular SOLO, que servirá de base para una plataforma energética modular escalable de MW a GW. Cada unidad SOLO está diseñada para generar aproximadamente 1 MW.

La compañía comenzó este año a tramitar con la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) de los Estados Unidos la presolicitud de licenciamiento del diseño y construcción de una primera unidad prototipo con el propósito de realizar pruebas, investigación y entrenamiento.

El reactor SOLO es un reactor refrigerado por gas cuyo diseño aprovecha los sistemas y componentes autorizados y comercialmente disponibles, incluido el combustible. El núcleo del reactor incluye un moderador sólido y un reflector hechos de grafito.

Cada unidad estará diseñada para proporcionar energía eléctrica y/o térmica para sitios industriales. También puede emplearse para otros usos, como la desalinización de agua y la producción de radioisótopos médicos.

El combustible empleado es el combustible tradicional que se utiliza en la flota de reactores de agua ligera (LWR), que emplean pastillas de dióxido de uranio en tubos revestidos a base de circonio. El uranio es de bajo enriquecimiento (LEU), a un nivel por debajo del 4,95%.

“La disponibilidad de una cadena de suministro establecida permite a TINN mejorar la viabilidad comercial, un cronograma más predictivo y reducir la incertidumbre en la estimación de costos”, dice la compañía en su aplicación a la NRC.

Nicolás Deza

Comentario de AgendAR:

Es un notición y está bien explicado. Pero creo que hace falta hacer una advertencia: algunas centrales nucleares francesas, inglesas e italianas de los años ’50 y ’60 también eran refrigeradas a gas.

En Inglaterra alguna de éstas sigue activa, pero ya tiene fecha de decomisión.

Lo que es un tanto arriesgado es usar grafito como moderador de neutrones, en lugar de agua pesada o liviana. Todo bien con Terra Innovatum, y le deseo el mayor éxito a CONUAR si esta firma logra volverse ladera, de Centroamérica al sur, de otra firma que venda reactorcitos bonsai como quien vende generadores electrógenos diésel.

Sólo tengo una objeción respecto del mercado eléctrico argentino. Está horriblemente desregulado desde tiempos de Menem, y quienes fabrican electricidad se pasan la seguridad operativa por el arco del triunfo. Y un accidente en una central de gas de ciclos combinados no es comparable con el de una centralita bonsai de Terra Innovatum o de cualquier otra marca.

Desde que Menem eliminó a los dos comités internos de la CNEA, el de radioseguridad y el de licenciamiento, la autoridad radiológica recayó en la ARN. Ya en 2014 la ARN estaba colapsada de trabajo, porque Atucha 2 estaba a punto de ponerse crítica, Embalse salía de un proceso de retubado que la transformó a nuevo y la dejó «cero kilómetro», el reactor RA-10 seguía en construcción, y ya había una decena de centros totalmente especializados en medicina nuclear en el país, la mayor parte habilitados y trabajando, algunos en construcción.

La ARN entonces empezó a atajar en un arco demasiado grande, atajando unos tiros libres y unos penales que te la cuento. Y todo por dos pesos.

POR QUÉ NACIÓ LA ARN Y CAMBIÓ DE NOMBRE Y DE FUNCIÓN

Había varios centros de medicina nuclear más planificados alrededor de 2010, con la idea de llegar con al menos uno en cada provincia. Pero esos centros provinciales murieron en tiempos de Macri, Lázaros no resucitaron.

Todo esto exigía un trabajo constante de inspección, revisión y habilitación por la ARN. Se sabe: una unidad de teleterapia de rayos gamma descalibrada quema demasiado tejido sano. Una que haya ingresado de segunda mano (en tiempos de Menem sucedía bastante) probablemente estaba descalibrada, pero además tenía la unidad sellada emisora de rayos gamma vencida.

Con las unidades de irradiación con protones, los aceleradores, lo mismo que con las de teleterapia. Se necesitan inspecciones sorpresa y controles técnicos minuciosos del aparato y de su historial. Son tareas complejas, que exigen mucho conocimiento de dosimetría, radioabsorción y oncología. Y yapa, suponen una cantidad infernal de revistas y de generación emisión de documentos.

La libre importación de sistemas de radioterapia significó cantidad aparatos que daban dosis de rayos gamma inferiores a la nominal, y que a veces no tenían la precisión espacial suficiente. Los tumores suelen tener formas rarísimas, especialmente los infiltrantes, y hay que ser bastante mago para iluminarlo con máximo daño para el tejido canceroso, y la mínima para los circundantes.

Al paciente, en el mejor de los casos, le multiplicaba la cantidad de sesiones de irradiación por fuente agotaba. En el peor de los casos, el de las famosas clínicas del Doctor Cureta de la revista Humor, al paciente lo dejaba con una dosis insuficiente para destruir el tumor, y lo exponía más a rebrotes.

Las fuentes vencidas y los aparatos descalibrados deben haber dejado tendales en el interregno en que la vigilancia e inspección estaba a cargo de la CNEA, y la constitución y puesta en marcha de la ARN. Nunca nos enteraremos. Lo cierto es que la ARN nació bien dirigida, por los viejos inspectores de radioprotección de la CNEA, pero corta de presupuesto y de personal.

Muchos, ya hartos de pésimos salarios y maltrato de demasiado gobiernos sucesivos a la medicina pública y la CNEA como institución madre, agarraron con las dos manos las jubilaciones adelantadas que inventó Menem para cumplir con el mandato unánime del FMI, el BM y al menos dos cancillerías… sin contar con la de Argentina.

El mandato fue el de siempre: reventar el área nuclear, toda, y dejarla sin RRHH. Pero esta vez a fondo, con toda la fulminante autoridad de Domingo Cavallo desde el estado, y la de la Fundación Mediterránea en las cámaras de industria y comercio y de los medios detrás. Si eso mataba de apagones al país, u obligaba a los pacientes a viajar desde la Patagonia profunda a la Capital para combatir contra un tumor, agua y ajo, Argies idiotas. ¿Para qué se endeudaron con nosotros?

Que la ARN estaba colapsada de trabajo «ab initio» no se notó tanto entre 1983 y 2005, con el viejo Programa Nuclear en coma cuatro, sus obras paradas, sus instalaciones cerradas y sus RRHH con pronóstico de muerte por evaporación y jubilación. Pero entre 2005 y 2006 el peronismo se acordó de que el uranio 235 es peronista, y de que los apagones masivos, muy piantavotos.

Regándolo con unos pocos morlacos, el Programa Nuclear resucitó sorpresivamente, y se relanzó con un rugido a sus grandes obras.

Resucitamiento que duró poco; llegó al 10 de diciembre de 2015. Mientras duró ese renacimiento, la falta de RRHH de la ARN se volvió inmensa. Una explicación posible: inaugurar total o parcialmente una obra o un sistema nuclear, especialmente en países «pipí cucú» como Australia, gana votos. Si hasta Macri se fue a Holanda en 2018 para sacarse la foto con la reina, y explicar «urbi et orbi» que esa venta se debía a él.

Extraño, robarse esa foto, porque cuando INVAP se metió a codazos en la licitación por Holanda, Macri era presidente de Boca. Cuando Macri pasó de presidir Boca a presidir la Argentina, empezó a estafar a INVAP negándose a pagar los radares ya entregados a la Fuerza Aérea y al Ejército, y eso lo hizo no bien asumió, en 2015.

INVAP tardó 12 años en ganar esa licitación, y lo hizo dos veces, en 2008 y en 2017. En general las licitaciones se ganana «de una», pero los holandeses son bastante raros.

Sacarse la foto con la reina que los holandeses supieron conseguir da tapas en revistas como Caras y Hola, y horario central en los medios de aire. Multiplicar la cantidad y calidad de inspectores y de visitas en Argentina, eso no mueve el amperímetro mediático.

Pero sin la ARN, que es respetada «urbi et orbi», la Argentina no habría podido ganar jamás una licitación nuclear en el extranjeros. Tiene 2 reactores en Perú, el primero de la CNEA y el segundo de INVAP, uno en Argelia, uno bastante grande en Egipto, uno en Australia considerado el mejor del mundo mundial, otro en Arabia Saudita, el de Holanda, enorme, el segundo mayor del planeta, y que se ganó sin Macri ni reina alguna, y ahora se viene el de Uganda. Triplete argentino en el continente africano.

INVAP se corre toda la cancha, pero la ARN le certifica los botines. Incluso el Diego no jugaba descalzo.

Es curioso que los medios argentinos no hayan mentado que INVAP impone respeto por sus propios méritos, pero que sin la ARN la tecnología nuclear argentina sería muy difícil de vender. Los entes regulatorios que crearon Menem y Cavallo les salieron muy bien, imposible mejor. Dejaron que las empresas extranjeras concesionarias escribieran las regulaciones, obligaciones e inversiones a las cuales se sometían. Mejor dicho, a las que sometían y someten al tesoro.

La actual ARN fue creada para darle un marco de respetabilidad al intento de privatizar NA-SA. Peor aún, la propia NA-SA fue creada para privatizar las tres centrales nucleares argentinas. En ese cuadro, que al organismo que garantiza la seguridad nuclear lo a llamaran Entre Regulador de la Energía Nuclear, el primer nombre de la ARN era garantizar públicamente una repartición estúpida, complaciente, fofa, atiborrada de ñoquis, sin actividad real y despreocupada de todo accidente nuclear como los de Three Mile Island o Chernobyl, o radiológico grave, como el de Goiania, Brasil.

La ARN se constituyó en autoridad real en cuanto Menem y Cavallo entendieron que ningún privado asumiría riesgo ni responsabilidad nuclear. Lo que les salió siempre muy bien a los concesionarios de ferrocarriles, autopistas, gasoductos, electroductos, empresas de provisóon de agua, y sigue la lista, fue rascarse el higo y cobrar un 1500% arriba de los precios históricos en dólares.

Pero eso sabemos todos cómo termina en el vidrioso rubro nuclear. Es otro planeta,

Si Edesur te dejaba 15 días uno o dos partidos bonaerenses a oscuras, de las manifestaciones, barricadas y ataques de vecinos a las sucursales de esa empresa no se enteraba nadie. Si los concesionarios de los trenes urbanos estaban matando entre 400 y 500 personas por año en las vías, especialmente en las barreras y en los cruces peatonales, tampoco se enteraba nadie.

La Tribuna de Doctrina y el Gran Diario Argentino ganaban mucho más plata vendiendo silencio que información, y cobrándole al gobierno en forma de cadenas de radio, de TV por cable y por aire, y publicidad.

Pero si generás en la ARN el mismo «vale todo» que los demás entes regulatorios, no tenés ni cuatro años para generar incidentes nucleares, y tres mas en comprarte un accidente que mida alto en la escala INES, esa que cuantifica la gravedad. ¿Quién dijo Three Mile Island, por ahí? Que levante la mano. ¿Quién da más?

De modo que una agencia regulatoria nacida para el descontrol tuvo la puta mala suerte de heredar personal de las dos agencias de control de la vieja CNEA. No iban a poner jugadores de baseball o sociólogos en semejante cargo, no?

La ARN debutó con el nombre erróneo y para la función errónea, pero poblada por energúmenos del control. Gente de la CNEA acostumbrada a controlar con severidad a la misma CNEA, oriunda de dos entidades dedicadas cuantimás a controlarse entre sí.

Más allá de su infinita capacidad de daño, a los liberales graves el átomo los excede. Ponen un circo y les crecen los enanos. Ponen un criadero de hamsters y descubren que son pitbulls. Una vez que Menem y Cavallo asumieron que no podrían venderle NA-SA a nadie, se desinteresaron del tema y dejaron que la ARN hiciera exactamente que antes del decreto que partía la CNEA, cuando eran dos agencias internas. La Gerencia de Radioprotección por una parte, y el Comité de Licenciamiento de la CNEA. Su misión y pasión: no dejarte pasar una.

Es lógico que entre esa ARN y los gobiernos menemistas, aliancistas y duhaldistas e incluso macristas se entablara una coexistencia casi pacífica. Garantizaba que el estado siguiera sosteniendo al Programa Nuclear como la cuerda al ahorcado, pero sin accidentes. Cavallo y Caputo pudieron fundir un país dos veces por gorra, el último fugar U$ 400 millones por día, y no pasa nada.

Pero llega a haber un incidente nuclear por sus recortes, y la patada al mesadinerista lo pone en órbita.

Eso sí, a la ARN la cagaron de hambre siempre y desde el vamos.

Para la ARN lo más trabajoso siempre fue controlar no las grandes o pequeñas instalaciones nucleares, sino el casi centenar de hospitales y de clínicas privadas que usan radioisótopos de diagnóstico o de terapia, con distintos radionucleídos de vida media variable. ¿Se hace una buena contención radiológica de los mismos, especialmente los descartados?

En 75 años de desarrollo nuclear tuvimos un accidente radiológico en una destilería de YPF en La Plata. A un controlador de soldaduras en un tanque muy alto se le cayó una fuente emisora de gamma en un enorme patio. No la pudo encontrar, y allí quedó tal vez una hora o dos. La recogió otro operario, y la pareció un objeto bonito, que lo es. Se la puso en un bolsillo y se la llevó a casa. Hoy no tiene piernas.

Tuvimos también un accidente nuclear en el reactor RA-2, el único de nuestra historia Un operador muy experimentado vació el agua que opera de blindaje radiológico en un modelo de pileta abierta para cambiar la configuración del núcleo, cosa que se hace desacomodando sus placas y rearmándolas de otro modo, como un Lego.

Esa operación sólo puede hacerse con el núcleo cubierto. Pero era viernes, tarde, y el el hombre quería volver a su casa y dejar todo hecho para un nuevo experimento el lunes. Esto sucedía en 1981 en el Centro Atómico Constituyentes, sobre la Gral. Paz, del lado de provincia.

Cuando el técnico se asomó a la pileta para rearmar el núcleo y lo vio descubierto, llegó a ver un fogonazo azul y entendió que había vaciado demasiado la pileta, y que ya estaba muerto. Duró unas 36 horas.

Radioprotección y el CALIN examinaron el accidente, y determinaron que el error operativo no hubiera sido posible si para reconfigurar el reactor hubiera sido imposible vaciarlo por diseño. El nivel de dolor y frustración en la CNEA debe haber sido bravo, porque lejos de hacerle cambios al RA-2, Carlos Castro Madero, presidente de la CNEA, ordenó decomisionarlo y desguazarlo. El error había sido aprobar aquella ingeniería. El diseño mismo debe impedir el error operativo.

Pero en 75 años de actividad nuclear mucho más intensa que la de nuestros primos brasucas, jamás tuvimos un accidente radiológico como el de Goiania, capital del estado de Goiás, 1987. Una fuente de rayos gamma terminó en un patio de chatarra, y las autoridades no se enteraron jamás hasta que se armó quilombo, pero del grave: tras desarmar el considerable armatoste que es una unidad de teleterapia, el propietario llevó ese pequeño y lindo cilindro de acero a su casa, donde en familia procedió a romperlo a mazazos. El cilindro se resistió todo lo que puede el buen acero.

Adentro había un polvo blanco y luminoso. La piba del chatarrero se lo puso en la cara, como brillantina. La familia invitó a vecinos, y probaron usarlo como condimento. 40 manzanas afectadas, 41 casas evacuadas,7 de ellas demolidas, 4 muertos, 249 contaminados, 28 de ellos quemados y 50 con expectativa de vida disminuida por riesgo de cáncer.

Eso es lo que pasa cuando una autoridad regulatoria nuclear está distraída, no tiene plata, no tiene gente, o las tres cosas. Se usan en todos lados en las actividades más variadas, desde la minería a la medicina. Alguien se descuida y alguna queda tirada por ahí, huérfana, hasta que alguno la levanta sin saber qué es y las consecuencias son muy malas.

A las clínicas privadas con unidades de teleterapia no les podés sacar el ojo regulatorio de encima. Y el único modo de impedir que una fuente quede guacha es llevar una contabilidad maniática de cada una, lugar y propietario, hacerle rendir cuentas de su estado y paradero, caerle con inspectores, la cana y orden de juez si no sabe/no responde, y llevársela para disposición final.

Lejos de todo este control burocrático, el propietario de la clínica que había cerrado operaciones en Goiania le vendió por tonelada todo su inventario de muebles y fierros al chatarrero de marras, y dentro de la máquina de radioterapia estuvo aquella unidad de cesio 137 a espera de desastre. Y sucedió nomás.

Es más barato controlar algunos elefantes africanos corteses y bien adiestrados, como nuestras las tres centrales nucleares y tres reactores, que una tropilla de toros cimarrones. Para lo primero, necesitás los mismos mahouts que los criaron y les enseñaron a hacer trabajos humanos pesados. Para lo segundo, no te alcanzan todos los gauchos de las pampas sudamericanas. Son toros, campeón.

Estas son las cosas en las que inevitablemente pienso cuando me entero de que se van a fabricar y vender de a centenares pequeñas centralitas nucleoeléctricas bonsai de 1 megavatio eléctrico de potencia. Es lo que necesita una fábrica metalúrgica chica o la cadena de frío de un hipermercado en una ciudad propensa a apagones, o un un destacamento de gendarmes en un desierto, o un hotel mediano en alta montaña.

¿Quién va a controlar esa inmensa red de unidades de potencia dispersas? ¿La ARN actual?

Nunca le sobró personal, pero en 2024 tenían En eran apenas 368 personas especializadas, hoy quedan 342.

En cuanto a los ingenieros reactoristas de NA-SA, antes de la motosierra eran 3209, y hoy 2962.

Y en cuanto al lugar donde fabricamos los ingenieros nucleares, los «combustibleros», los químicos de reactores, los radioquímicos y los expertos en radioprotección, seguridad de instalaciones, expertos en dosimetría y los medicina nuclear, ésa es la vieja CNEA. Antes de la catástrofe Milei habia 4123 personas, hoy quedan 3862.

Los datos vienen de la ARN, los firma Jeremías Incicco, de la agrupación Rolando García. Si gugleás el nombre de ese García, vas a aprender más historia tecnológica argentina que leyéndome a mí.

El proyecto de miles de centrales bonsai de Terra Innovatum en realidad es gigantesco, sólo que disperso en el mapa, y pensado mayormente para sitios poco poblados y fuera de redes eléctricas. Hasta ahí, todo bien. Prescindimos de miles de kilómetros de torres y cables de alta tensión vulnerables a incendios, nieve y tempestades.

Para para cualquier agencia regulatoria crecientemente despoblada, como siendo lo que queda de la ARN, y de las fábricas de cerebros que la alimentan, todo mal. ¿Cómo podríamos controlar centenares de instalaciones distribuidas en 2,74 millones de km2 continentales? Se repite el problema de las fuentes huérfanas, pero estamos hablando de inventaros de elementos radioactivos incomparablemente mayores. Demasiados perros para un solo dueño, y bravos.

Todo bien con que aquí fabriquemos los combustibles en CONUAR, una empresa sumamente seria, y que sean probados en nuestro futuro reactor RA-10, y que la ARN les ponga el sello de calidad.

Pero con inspectores sin reposición fugándose de la ARN, va a ser difícil licenciar este proyecto. Que tenga un licenciamiento a medio cocinar ante la Nuclear Regulatory Administration (NRA) de EEUU no me dice nada. Si hay que contar las cagadas de ingeniería nuclear de la NRA hay tela para cortar, pero acorto la monserga a las centrales General Electric MK 1. Se licenciaron a la brava, porque sobraban expertos internos que decían que era un diseño de mierda.

Perdón por el vocabulario, pero en 2011 reventaron 4 de estas en Fukushima, Japón, porque las autoridades regulatorias locales son manyaorejas y felpudo de las corporaciones, y en materia de diseño nucleoeléctrico, tanto la eléctrica TEPCO como la General Electric probaron una propensión horrible en ahorrar en seguridad pasiva y activa.

Por lo demás, esta centralita bonsai no es exactamente nuestra. Ponemos la mano en el fuego por CONUAR, pero ¿alquien oyó hablar de Terra Innovatum? Visitá la página aquí. No habrán construido jamás un reactor nuclear, pero tienen una página web diseñada a todo culo.

COSAS DEL GRAFITO QUE ME GENERAN DUDAS

El SOLO, nombre de la centralita de marras, se modera con grafito.

En la crípticajerga del gremio nuclear, «moderar» es bajarle velocidad a los neutrones emergentes de la fisión del uranio 235. Los neutrones lentos son mucho más propensos a romper otros átomos de uranio 235 y generar así una reacción en cadena.

Aquí siempre hemos elegido moderadores líquidos y no combustibles. Por el contrario, el grafito es un combustible perfecto. Cuando el grafito se pega fuego no hay modo de apagarlo con agua, nitrógeno o dióxido de carbono. Se termina apagando sólo muchos días después. Eso ocurre por desaparición física del grafito como matrial sólido, cuando se ha vuelto humo en su totalidad.

Los bomberos nucleares odian el grafito.

Cuando en 1967 hubo que elegir al fabricante de la entonces futura Atucha 1, hubo 17 oferentes. Todos los existentes en el mundo, en realidad, salvo la URSS. Eran tiempos del ceñudo general Juan Carlos Onganía, presidente de la Argentina por obra de Dios y de aquellos golpes de estado tan habituales. Creo que Onganía sospechaba que la URSS estaba infiltrada por comunistas.

El comité experto de la CNEA descartó primero las centrales moderadas con grafito, y ahí murieron las ofertas francesa y británica. Que además eran carísimas y no garantizaban entrega en tiempo y forma.

El criterio de exclusión quedó estampado a fuego en Argentina por el accidentes de Windscale, Escocia. En 1957 uno de los dos reactores plutonígenos allí instalados hizo una recalentada imparable durante dos días y se incendió al tercero.

El fuego ardió tres días más hasta extinguirse solo. La pluma de humo contaminado de iodo 131, cesio 137 y otros productos de fisión contaminó condados enteros del norte de Inglaterra y Gales. El iodo va directo a fijarse en la tiroides, especialmente de los pibes en edad de crecimiento. El cesio es químicamente equivalente del calcio, así que se te fija en el esqueleto.

En el paisaje de lagos y lomas espléndidamente verdes, el pasto se contaminó de iodo 131 y de ceso 137, y en 1957 las vacas todavía comían pasto. De modo que la producción local de lácteos y cárnicos en un área de 500 km2. debió descartarse durante un mes.

Si el gobierno británico se abstuvo de clausurar el complejo nuclear de Windscale y desalojar pueblos y ciudades a sotavento, fue sólo por un arreglo entre tories, laboristas y liberales, que comprometió también a casi toda la prensa y a la BBC.

A la Corona le importó tres cominos el riesgo radiológico de la población. Windscale era imprescindible para acumular el suficiente plutonio 239 con el que el Ministerio de Defensa quería testear las primeras bombas de hidrógeno inglesas.

Bombas que, por las dudas, se ensayaron en l1957 en las islas Maiden y de Navidad, muy aisladas en medio del Pacífico.

El mayor experto en seguridad nuclear de hoy, el argentino Abel González, tuvo una conversación con Tom Tuohy, jefe de operaciones del complejo de Windscale cuando el desastre, el 10 de Octubre de aquel año.

Para entendernos: a Tuohy le sobraban pergaminos y condecoraciones por bravura. Cuando Windscale se prendió fuego, tuvo que juzgar a ojímetro la temperatura del núcleo del reactor. Como la instrumentación estaba derretida o quemada, se subió solo a la vertiginosa chimenea que vomitaba productos de fisión. En la cumbre, se asomó para mirar el color de las llamaradas ahí abajo, y entender que ni niebla, ni espumas ni nitrógeno podrían extinguir aquello. Sin embargo, probó todo.

Apenas 29 años más tarde, en Chernobyl hubo otro incendio de grafito mucho peor: el de la unidad 1 de la central nucleoeléctrica de ese complejo ubicado en Ucrania, entonces una república de la URSS.

Gorbachov se paralizó, al menos en materia de informar al mundo. La pluma de radionucleídos llegó hasta Suecia, donde hizo saltar las alarmas de las centrales locales y sólo ahí se supo que en alguna república soviética había sucedido un accidente de centrales. Los bomberos que intentaron desmontar los bloques de grafito desparramados en los techos del edificio absorbieron dosis letales de rayos gamma, y fueron muriendo de síndrome agudo de radiación entre días y semanas.

Durante semanas, los helicópteros pesados del Ejército Rojo fueron sepultando el destripado edificio 1 en una ducha continua de toneladas de arena para dejar sin oxígeno las llamas y las brasas.

Décadas más tarde, en la conversación referida, González -que tiene opiniones más bien devastadoras sobre la seguridad nuclear británica- le preguntó a Tuohy si desde Chernbyl en más había surgido alguna novedad técnica en cómo sofocar un incendio de grafito.

«Ninguna. El grafito arde hasta que no hay más grafito», contestó, lacónico, el bombero improvisado más famoso del mundo.

Lo que pone de relieve que en 1967 Atucha 1 se eligió bien. Faltaban 19 años para que sucediera el pifostio de Chernobyl, pero habían pasado sólo 10 desde el descalabro ígneo de Windscale.

Aquí el grafito como moderador de neutrones fue «vade retro, Satanás» desde los comienzos mismos. Nuestras centrales núcleoeléctricas se moderan y refrigeran con agua pesada, punto.

Otros países prefieren agua común. Pero en todos los casos, el agua no es incendiable. El grafito sí.

No veo que haber descartado el grafito en centrales nucleoeléctricas sea un criterio revisable.

Daniel E. Arias

El gobierno oficializó el decreto de privatización parcial de Nucleoeléctrica. Un proyecto en Diputados quiere frenarlo

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El gobierno finalmente oficializó el plan de privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) con la publicación este martes del decreto 695 en el Boletín Oficial. La única modificación respecto del 13 de septiembre es la eliminación de un artículo que obligaba a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a transferirle a la Secretaría de Energía las acciones que controla en la empresa previo al inicio de la licitación.

La norma, ahora de ocho artículos, establece que se pondrá a la venta en bloque un 44% de NA-SA mediante una licitación pública nacional e internacional, mientras que el 5% restante se les otorgará a los trabajadores a través de la organización de un Programa de Propiedad Participada. De este modo, el Estado Nacional conservará el control de este activo estratégico, que opera Atucha I, Atucha II y Embalse. La medida ya generó rechazo en el sector nuclear y algunos especialistas advirtieron sobre las dificultades para concretar esa venta.

Los cambios

El artículo 2 incorpora un párrafo que no estaba en la versión a la que había accedido este medio donde se afirma que el cincuenta y un por ciento (51 %) del paquete accionario NA-SA “quedará en poder del Estado Nacional –Secretaría de Energía y de la Comisión Nacional de Energía Atómica-, manteniendo el Estado Nacional la participación mayoritaria en el capital social”.

El 79% de las acciones de NA-SA están actualmente en poder del Ministerio de Economía, otro 20% lo tiene la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el 1% restante pertenece a Enarsa. En el borrador, decía que antes de avanzar con la venta la CNEA debía transferirle su 20% a la Secretaría de Energía de la Nación y lo mismo le exigía a Enarsa con el 1% que tiene en su poder. Además, instruía a NA.SA, conducida por Demián Reidel, a transferir en el plazo de 60 días el 0,01% del capital accionario de Enarsa.

De todo eso, lo que cambio es la obligación de CNEA de transferir su 20% ya que se eliminó el artículo que lo ordenaba. El anticipo de este medio había puesto en alerta a las autoridades de la CNEA, pues si la Comisión transfería el 20% de NA-SA iba a perder en el directorio de la empresa que actualmente ocupa el presidente de la CNEA. Germán Guido Lavalle, que es vicepresidente de la empresa generadora.

El borrador del decreto al que había accedido EconoJournal obligaba a CNEA a transferir sus acciones en NA-SA antes de avanzar con la privatización.

La reacción de CNEA y el cambio introducido fue lo que demoró la publicación de la norma que había sido confirmada por la Secretaría de Energía a través de un comunicado el 16 de septiembre.

El decreto, que lleva las firmas del presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, establece que Economía dictará las normas operativas y complementarias para concretar la venta, con la intervención de la Unidad Ejecutora Especial Temporaria “Agencia de Transformación de Empresas Públicas”, que conduce Diego Martín Chaher, hombre de confianza del asesor presidencial Santiago Caputo, quien llegó al Estado con el mandato explícito de impulsar procesos de privatización, reestructuración y reorganización de empresas estatales.

La potencia instalada de las tres centrales nucleares que controla NA-SA es de 1763 MW, un 4,1% de la potencia bruta total instalada en el país a diciembre de 2024. No obstante, el año pasado el porcentaje de energía generada por NA-SA trepó al 7,35% del total aportado al Sistema Argentino de Interconexión Eléctrica (SADI). Eso se explica por el factor de capacidad. Las centrales nucleares suelen funcionar de manera más constante y con menos paradas que otras tecnologías, como las centrales hidráulicas, que están sujetas al caudal de los ríos, o las renovables, que dependen del viento y el sol.

Fernando Krakowiak

Una respuesta que quieren frenar esto:

Ante el avance del Gobierno se presentó un proyecto en la Cámara de Diputados para sacarla de esa lista y así evitar su privatización, por considerarla un bien estratégico nacional. Los diputados Pablo Carro y Gabriela Estévez presentaron un proyecto breve que solamente incluye el cambio de ese artículo de la Ley Bases y esperan que en los próximos días pueda aprobarse.

En los años ‘90, Nucleoeléctrica Argentina se creó para gestionar las centrales nucleares, ya que antes esa tarea estaba a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El objetivo de su creación era poder privatizarla pero en aquel momento no se consiguió un comprador.

“Hay que moverse rápido para evitar la privatización antes de que el Gobierno la firme con Estados Unidos a cambio de que le compre algunos bonos», dice Carro.
El autor del proyecto, Pablo Carro (UxP de Córdoba), explicó a TSS: “No se debe privatizar (Nucleoeléctrica) porque es un activo estratégico del país. Además, es súperavitaria. Si diera pérdida podría haber una discusión pero si da ganancias no tiene sentido. Se trata de la energía nuclear, de la capacidad de proveer energía generada en el país y por una cuestión de soberanía no puede estar en manos privadas. Ahí hay un proyecto que es clave para la Argentina, que es el CAREM, para crear reactores nucleares modulares con capacidad, patentes Argentinas y materias primas argentinas. Ese proyecto lleva dos años parado gracias a Demian Reidel y otros directivos. El objetivo de Estados Unidos es que no lo terminemos y le tengamos que comprar a ellos esos reactores y, si no los compramos, aunque sea, que no seamos un competidor”.

Actualmente, el Gobierno se encuentra en una posición de mucha debilidad estratégica con Estados Unidos y debió aceptar un salvataje como último recurso con un aporte del tesoro de ese país, para fortalecer las reservas en un momento de mucha inestabilidad. El secretario del Tesoro estadounidense, al momento de anunciar el acuerdo con la Argentina, dijo que nuestro país ofrece oportunidades para el suyo en materia de energía, minerales y en energía nuclear.

Frenada la construcción del CAREM, el más avanzado en su tipo del continente, el Gobierno convirtió a la Argentina en el primer país latinoamericano en ser “socio contribuyente” al programa de Estados Unidos FIRST, el programa de infraestructura fundamental para el uso responsable de reactores modulares pequeños, que apunta al despliegue de este tipo de reactores por el mundo, principalmente para ser usados para dar energía a centros de datos para inteligencia artificial. Seguramente, esta iniciativa de Estados Unidos no hará otra cosa que postergar la construcción de un diseño argentino que ya contaba con un porcentaje de avance muy importante luego de más de una década de construcción efectiva y tres décadas desarrollo.

EL proyecto del prototipo del reactor modular CAREM se encuentra frenado desde la asunción de Milei.
“Hay que moverse rápido para evitar la privatización antes de que el Gobierno la firme con Estados Unidos a cambio de que le compre algunos bonos. Estamos trabajando con la ley de Discapacidad, con la de Financiamiento Universitario. Pero ya no es el momento en el que se aprobó la Ley Bases, cuando muchos querían delegarle atribuciones al Ejecutivo para que tuviera las herramientas para gobernar. Hoy ya vimos qué hace el Gobierno de Milei con esas herramientas que le dio la oposición amigable, y ya no están tan convencidos de que haya que acompañar al Gobierno cuando va directo al abismo, cuando quiere desarticular proyectos estratégicos para el país. Estoy confiado en que vamos a tener apoyo para frenar esta privatización”, dijo Carro. Seguramente, esta modificación será incluida en la discusión por la ley de presupuesto nacional que empieza en estos días.

De momento se está esperando ver cuáles serán los giros a comisión del proyecto. Hoy hay un problema importante: todas las comisiones presididas por el oficialismo no están abriendo las reuniones para tratar proyectos y solo se pueden poner en funcionamiento emplazándolas en una sesión plenaria de la Cámara, por lo que es necesario un paso más de lo usual y eso ralentiza el trabajo parlamentario. El 10 de diciembre vencen las presidencias de las comisiones y de la Cámara, por lo que muchas pueden cambiar de partido. De todas formas, hay un acuerdo tácito en el Congreso de que la comisiones más importantes, como Presupuesto, siempre sean presididas por el oficialismo, al igual que la presidencia de la Cámara, aunque seguramente cambiarán los nombres. En la primera dejaría de ser Espert el presidente y en la segunda Martín Menem. Dependerá del resultado de las elecciones.

Garro explicó a TSS: “Hay organismos de ciencia y tecnología que dependen de la Nación pero tienen mucho desarrollo en la provincia, como la CNEA, el INTI, INTA, FADEA, Fabricaciones Militares, CONAE, las universidades públicas. Todas instituciones claves para el desarrollo nacional, de nuestra provincia y para la defensa de nuestra soberanía. No conozco a nadie en Embalse que piense que sea una buena idea privatizar la gestión de la central nuclear”.

Matías Alonso – TSS UNSAM

ChatGPT ha superado la prueba de Turing. ¿Y ahora qué?

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Introducción de AgendAR:

Alan Turing, inventor de la cibernética y el hackeo, predijo hace medio siglo que el software llegaría a imitar la conversación por escrito entre humanos de un modo casi perfecto. 

Tanto así, escribió Turing, que en el 70% de los casos el programa, montado sobre una capacidad de cómputo inimaginable en los años ’50, lograría convencer cualquier interlocutor humano en el otro extremo del teclado de que estaba chateando con otra persona bípeda y real.

Añadió que eso sucedería alrededor de 2000. Era un optimista: le erró por 25 años, acaba de suceder. Y Turing se quedó corto. La versión 4,5 de Chat GPT engaña al 73% de los humanos. 

Su país y la vida le pagaron mal a Turing. Como máxima autoridad técnica de los desencriptadores de la inteligencia militar británica, logró crackear los códigos Enigma de la fuerzas armadas de la Alemania nazi. 

Para ello, desarrolló los recursos humanos civiles, asistidos por la primera supercomputadora programable de los ’40, en Benchley Park, una mansión victoriana rodeada de parque en un anónimo suburbio rural de Londres, libre de espiás y bombas alemanas.

Adolf Hitler y la cúpula militar y de inteligencia nazi no se enteraron jamás de que sus comunicaciones eran leídas casi en tiempo real por el espionaje inglés. 

La supercomputadora se llamaba Colossus, consumía tanta electricidad como una pequeña fábrica de vidrio, funcionaba a válvulas que no aguantaban su propio calor y se quemaban a cada rato, y fue la mejor del mundo hasta 

el final de la guerra. 

La US Navy desarrolló, bajo el mando del capitán Joe Rochefort, un equipo de linguistas y matemáticos para otra para hazaña criptográfica: descifrar los códigos J-25 de la Armada Imperial japonesa. Era la mayor y más temible del planeta en 1939.

A medio año de perder casi toda la flota del Pacífico, y tras la batalla de Midway en 1942, este crackeo le costó a Japón todos sus portaaviones de batalla y su aviación naval, y casi la totalidad de sus submarinos, acorazados, cruceros, destructores y sobre todo, de sus convoyes logísticos. 

Debido a Rochefort, anónimo nerd que jamás disparó sobre un japonés y raramente se dejó mandonear por el almirantazgo yanqui, Japón estaba derrotado y condenado al frío, la devastación y el hambre popular desde el comienzo de la guerra. Pero se enteró de ello mucho después. 

Eso se hizo a pura fuerza de neuronas y algunas computadoras IBM nada notables, sin la fuerza bruta de cálculo ni la flexibilidad de programación de la bestia mitad humana, mitad máquina que creó Turing. 

Es imposible cuantificar en cuántos meses o años acortó Colossus y su banco de recursos humanos el triunfo de los Aliados, especialmente durante los tres años de la llamada Batalla del Atlántico. En ella murió el 75% de los submarinistas de la Kriegsmarine.

Los destructores y aviones antisubmarinos yanquis, canadienses y británicos en general sabía adónde estaba cada «manada de lobos», y las iba reventando. De tanto en tanto las dejaban destruir algún convoy, no fueran a enterarse de que les leían cada comunicación.

«En la historia de los conflictos humanos, nunca tantos le debieron tanto a tan pocos», dijo Winston Churchill de los pilotos de la RAF, pasado el peor momento de la Batalla de Batalla aérea de Gran Bretaña.

Podría haberle dedicado una frase igualmente memorable a Turing y al elenco de aficionadas a los crucigramas, y freaks de la matemática. Pero la gratitud nunca cue el fuerte del Prime Minister británico, y al final de la guerra caliente y comienzos de la fría, era mejor que la URSS ignorara la capacidad británica de leerle la mente a Josip Stalin.

Por lo demás, Turing era discretamente homosexual. La aristocracia que dirigía al Imperio Británico también, pero no era cuestión de homenajear a un cofrade al que le debió sobrevivir a la guerra. De modo En 1952, Turing fue acusado ante la ley, que prohibía la homosexualidad, y los jueces a cargo, magnánimos, le dieron a elegir entre la cárcel y la castración química con inhibidores de la testoesterona. 

Con lo cual el buen Alan, atleta no sólo de la mente sino del deporte, engordó, perdió todo deseo sexual y entró en depresión.

En 1954 Turing se suicidó, discretamente y a lo inglés, sin que a la alta sociedad británica se le moviera un pelo. 

En 2013 la Reina Isabel II, le otorgó a Turing su perdón, lo que confirma que Turing fue demasiado inteligente para su tiempo y su país, y que la monarquía local no sólo vive en el Pleistoceno, sino que sigue espectacularmente pelotuda.

Perdón por tanto preámbulo: había que describir a Turing. 

Antes de matarse y en tiempos de la electrónica valvular, el tipo pronosticó con bastante acierto cuándo y de qué manera al menos una de las muchas inteligencias artificiales en el mercado actual se volvería un 70% imposible de diferenciar de la tuya y de la mía.

Turing tenía razón. Acaba de suceder.

Es bueno y un poco escalofriante que la humanidad se entere.

Daniel E. Arias

ooooo 

Parece que cada día aparece un nuevo titular sobre las crecientes capacidades de los grandes modelos de lenguaje (LLM) como ChatGPT y Gemini de Google, titulares que son emocionantes o cada vez más apocalípticos, según el punto de vista de cada uno.

A principios de este año se publicó una noticia especialmente llamativa: un artículo que describía cómo un LLM había superado el test de Turing, un experimento ideado en la década de 1950 por el pionero de la informática Alan Turing para determinar si la inteligencia artificial podía distinguirse de la humana. El LLM en cuestión era ChatGPT 4.5, y el artículo revelaba que había logrado engañar a la gente haciéndole creer que era humano: En un experimento en el que se pidió a los participantes que eligieran si el chatbot o un humano real era la persona auténtica, casi tres de cada cuatro eligieron el primero.

Esto suena… significativo. Pero, ¿cómo, exactamente? ¿Qué significa todo esto?

Qué es el test de Turing y qué no es

Para responder a esa pregunta, primero debemos analizar qué es el test de Turing y qué significa para un LLM aprobarlo o reprobarlo.

Cameron Jones, estudiante de posdoctorado en la Universidad de California en San Diego y uno de los coautores del nuevo artículo, explica que Turing introdujo la idea de la prueba en su influyente artículo de 1950 «Computing Machinery and Intelligence» (Máquinas computacionales e inteligencia). El artículo se proponía abordar una gran pregunta fundamental que ocupaba las mentes de los contemporáneos de Turing: «¿Pueden pensar las máquinas?».

En su artículo, Turing rechaza rápidamente la pregunta por considerarla ambigua y poco rigurosa, ya que no queda claro qué es una «máquina» en este contexto, ni qué es «pensar». Argumenta que se necesita una pregunta más matizada y fácil de abordar, y propone: «¿Puede una máquina actuar de tal manera que sus acciones sean indistinguibles de las de un humano?». Para responder a esta pregunta, propone lo que él denomina «el juego de la imitación», y es este ejercicio el que desde entonces se conoce simplemente como «la prueba de Turing».

La prueba consiste en que una persona, el «interrogador», se comunique simultáneamente con dos interlocutores ocultos, denominados «testigos». Toda la comunicación es escrita. La particularidad es que, mientras que uno de estos testigos es una persona real, el otro es una máquina. El objetivo del juego, explica Jones, «es que el interrogador averigüe cuál de los dos testigos es el humano real».

Jones y su equipo realizaron este experimento con cuatro LLM. ChatGPT 4.5 fue, con diferencia, el más exitoso: el 73 % de los participantes lo identificaron como un humano real. Otro modelo con el complicado nombre de LLaMa-3.1-405B fue identificado como humano en el 56 % de los casos. (Los otros dos modelos, ELIZA y GPT-4o, lograron tasas de éxito del 23 % y el 21 %, respectivamente, y no se volverá a hablar de ellos).

¿Qué significa que ChatGPT haya superado la prueba de Turing?

Los resultados de ChatGPT 4.5 y LLaMa son bastante sorprendentes, pero la pregunta realmente interesante es qué significa su éxito.

Es importante señalar desde el principio que la prueba no está diseñada para detectar la inteligencia artificial. Al rechazar la pregunta «¿Pueden pensar las máquinas?», Turing también elude hábilmente la espinosa cuestión de quién es exactamente el que piensa si la respuesta es «sí». Consideremos la famosa afirmación de René Descartes cogito, ergo sum, «pienso, luego existo», que esencialmente exige que la presencia del pensamiento requiera conciencia.

Sin embargo, el artículo de Turing sostiene que el éxito en el juego de la imitación significa que no podemos negar la posibilidad de que exista una inteligencia artificial genuina. Como explica Jones, Turing «básicamente [argumentó] que si pudiéramos construir una máquina tan buena en este juego que no pudiéramos distinguir de forma fiable la diferencia entre los testigos, entonces, en esencia, tendríamos que decir que esa máquina era inteligente».

Los lectores modernos podrían rechazar tal valoración, por lo que vale la pena analizar el razonamiento de Turing, que era el siguiente:

  1. No podemos saber si nuestros semejantes son inteligentes. No podemos habitar sus mentes ni ver a través de sus ojos.
  2. Sin embargo, los aceptamos como inteligentes.
  3. ¿Cómo llegamos a esta conclusión? Turing sostiene que lo hacemos basándonos en el comportamiento de nuestros semejantes.
  4. Si atribuimos inteligencia basándonos en el comportamiento y nos encontramos con una situación en la que no podemos distinguir entre el comportamiento de una máquina y el de un humano, deberíamos estar preparados para concluir que el comportamiento de la máquina también indica inteligencia.

Una vez más, los lectores podrían argumentar que esto no es correcto. Y, de hecho, la cuestión clave radica en la premisa de Turing de que atribuimos inteligencia basándonos únicamente en el comportamiento. Abordaremos los contraargumentos a su debido tiempo, pero primero vale la pena pensar en qué tipo de comportamiento nos parece que transmite inteligencia.

Por qué Turing eligió el lenguaje como prueba para las máquinas

Parece que no fue casualidad que Turing eligiera el lenguaje como base para llevar a cabo su «juego de imitación». Al fin y al cabo, hay muchas formas obvias en las que una máquina nunca podría imitar a un humano y, del mismo modo, hay muchas formas en las que una persona nunca podría imitar a una máquina. Sin embargo, el lenguaje impreso es simplemente un conjunto de letras en una página. No dice nada sobre si fue producido por un humano con una máquina de escribir o por una computadora con una impresora.

No obstante, la simple presencia del lenguaje conlleva toda una serie de suposiciones. Desde que nuestros antepasados comenzaron a construir frases, el lenguaje ha sido, al menos por lo que sabemos, dominio exclusivo de la humanidad (aunque algunos simios se están acercando).

Lo mismo ocurre con el tipo de inteligencia que poseemos: otros animales son inteligentes, pero ninguno de ellos parece pensar como nosotros ni poseer el grado de autoconciencia que demuestran los humanos. Sobre esta base, es casi imposible no confundir el lenguaje con la inteligencia. Esto, a su vez, hace que sea muy difícil no atribuir instintivamente cierto grado de inteligencia a cualquier cosa que parezca estar hablando con nosotros.

Este punto fue planteado de manera elocuente en un ensayo reciente de Rusty Foster, autor del boletín informativo Today in Tabs, que lleva mucho tiempo publicándose. Foster sostiene que tendemos a confundir el lenguaje con la inteligencia porque, hasta ahora, la presencia del primero siempre ha indicado la presencia de la segunda. « El problema esencial es el siguiente: el software de lenguaje generativo es muy bueno para producir cadenas de lenguaje largas y contextualizadas, y la humanidad nunca antes había experimentado un lenguaje coherente sin ningún tipo de cognición que lo impulsara», escribe Foster. «En la vida cotidiana, nunca se nos ha exigido distinguir entre «lenguaje» y «pensamiento», porque solo el pensamiento era capaz de producir lenguaje».

Foster hace una excepción con los ejemplos «triviales», pero incluso estos nos resultan sorprendentemente convincentes. Pensemos, por ejemplo, en un loro. Sin duda, resulta desconcertante oír a un pájaro hablar de repente en nuestro idioma, pero, lo que es más importante, también es casi imposible no responderle. (Los espectadores tolerantes con el lenguaje soez pueden disfrutar de este ejemplo, en el que una mujer muy australiana discute con un loro muy australiano sobre los méritos intelectuales del perro de la familia). Aunque sabemos que los loros no saben realmente lo que están «diciendo», la presencia del lenguaje exige una respuesta en lenguaje. Entonces, ¿qué pasa con los LLM? ¿Son esencialmente loros hambrientos de energía?

«Creo que [esta ha sido] una de las principales críticas» al test de Turing, afirma Jones. «Es una perspectiva muy conductista sobre lo que es la inteligencia: que ser inteligente es mostrar un comportamiento inteligente. Por lo tanto, es posible que se quieran establecer otras condiciones: se podría exigir que una máquina mostrara el comportamiento adecuado o que tuviera el historial adecuado de interacción con el mundo».

El experimento mental de la habitación china

También hay experimentos mentales que cuestionan las suposiciones de la prueba de Turing sobre la imposibilidad de distinguir entre la apariencia de inteligencia y la presencia de inteligencia genuina. Jones cita el experimento mental de la habitación china de John Searle, presentado en un artículo publicado en 1980, como quizás el más conocido de ellos. En el artículo, Searle se imagina a sí mismo en una habitación en la que alguien le pasa trozos de papel por debajo de la puerta. Estos trozos de papel tienen caracteres chinos. Searle no habla chino, pero se le ha proporcionado un libro con instrucciones detalladas sobre cómo dibujar caracteres chinos y un conjunto de instrucciones sobre qué caracteres proporcionar en respuesta a los que recibe por debajo de la puerta.

Para una persona ajena a la situación, podría parecer que Searle habla chino perfectamente, cuando en realidad solo está siguiendo unas instrucciones —un programa— que le indican qué caracteres dibujar y cómo hacerlo. Como explica Searle en su artículo: «Me parece bastante obvio en el ejemplo que no entiendo ni una palabra de las historias chinas». Tengo entradas y salidas que son indistinguibles de las de un hablante nativo de chino, y puedo tener cualquier programa formal que se desee, pero sigo sin entender nada».

Este argumento es un rechazo explícito de la premisa de la prueba de Turing. Con él, Searle propone una distinción crucial entre entender y aparentar entender, entre pensar y aparentar pensar.

Modificar ChatGPT para engañar a la gente

Esto también pone de manifiesto otro posible problema del test de Turing: la habitación china está claramente diseñada con el propósito expreso de engañar a la persona que se encuentra al otro lado de la puerta o, dicho de otro modo, es un programa diseñado específicamente para superar el test de Turing. Teniendo esto en cuenta, cabe señalar que, en el experimento de Jones, los LLM que superaron la prueba requirieron cierto grado de ajuste y puesta a punto para resultar convincentes. Jones afirma que su equipo probó un gran número de indicaciones para el chatbot, y uno de los principales retos fue «conseguir que [el modelo] no hiciera cosas que hace ChatGPT».

Algunas de las formas en que Jones y su equipo lograron que ChatGPT no sonara como ChatGPT son sin duda fascinantes y, una vez más, giran en torno a los matices del lenguaje. «No quieres que siempre hable con oraciones completas», dice Jones. «Hay una forma informal en la que la gente habla cuando envía mensajes de texto, es como fragmentos de oraciones. Necesitas incorporar ese tipo de cosas».

Además, el equipo experimentó con ChatGPT cometiendo errores ortográficos para que sonara más humano. Los errores tipográficos son «en realidad bastante difíciles de conseguir. Si le dices a un LLM que se esfuerce por cometer errores ortográficos, lo hace en cada palabra, y los errores son realmente poco convincentes. No creo que tengan un buen modelo de cómo es una sustitución de teclado, en la que pulsas la tecla equivocada en una palabra».

Por qué ChatGPT es mejor que otros LLM

Los LLM son temas difíciles de investigar: por su propia naturaleza, su funcionamiento interno es fundamentalmente inescrutable. Incluso los aspectos de su construcción que pueden estudiarse suelen estar ocultos tras acuerdos de confidencialidad y capas de secreto corporativo. No obstante, según Jones, el experimento reveló algunas cosas sobre qué tipo de LLM está mejor equipado para realizar una imitación creíble de un humano: «Se rumorea que ChatGPT 4.5 es uno de los modelos más grandes, y creo que ser un modelo grande es realmente útil».

¿Qué significa «grande» en este sentido? ¿Una gran base de código? ¿Un gran conjunto de datos? No, dice Jones. Explica que un modelo grande tiene un número relativamente grande de variables internas cuyos valores se pueden ajustar a medida que el modelo recopila datos de entrenamiento. «Una de las cosas que se observa es que los modelos destilados más pequeños a menudo pueden imitar un buen rendimiento en matemáticas, e incluso en razonamientos bastante simples. Pero creo que son los modelos realmente grandes los que tienden a tener buenas habilidades sociales y de comportamiento interpersonal».

¿Predijo Turing la existencia de ChatGPT?

¿Alguna vez Turing concibió su prueba como algo que realmente se llevaría a cabo? ¿O se trataba más bien de un experimento mental? Jones afirma que la respuesta a esa pregunta sigue siendo objeto de debate entre los estudiosos de Turing. Por su parte, Jones dice que «solo se basa en el propio artículo. Creo que se puede leer el artículo de forma bastante literal, como una sugerencia de que la gente podría llevar a cabo este experimento en algún momento en el futuro».

Dicho esto, Jones también señala: «Creo que está claro que Turing no está estableciendo una metodología. Quiero decir, creo que no imagina que valga la pena realizar este experimento durante décadas. Por lo tanto, no dice cuánto tiempo debe durar ni si hay reglas y de qué pueden hablar».

Si Turing previó que la prueba podría ser superable, sin duda sabía que no ocurriría en la década de 1950. No obstante, su artículo deja claro que al menos imaginó la posibilidad de que algún día pudiéramos construir máquinas que lo lograran: «No nos preguntamos si todas las computadoras digitales lo harían bien en el juego ni si las computadoras disponibles en la actualidad lo harían bien, sino si hay computadoras imaginables que lo harían bien», escribe.

A menudo se ha descrito a Turing, con razón, como un visionario, pero hay un pasaje en el artículo de 1950 que resulta realmente sorprendente por su clarividencia. «Creo que dentro de unos 50 años será posible programar computadoras… para que jueguen tan bien al juego de la imitación que un interrogador medio no tendrá más de un 70 % de posibilidades de identificarlas correctamente tras cinco minutos de preguntas».

Han hecho falta 75 años, no 50, pero aquí estamos, frente a una computadora —o, al menos, un modelo controlado por una computadora— que realmente engaña a las personas el 70 % de las veces.

¿Qué es lo que hace que la inteligencia humana sea única, después de todo?

Todo esto nos lleva de vuelta a la pregunta original: ¿qué significa todo esto? «Esa es una pregunta con la que todavía estoy luchando», dice Jones riendo.

«Una línea de pensamiento que me parece útil es que la prueba de Turing no es una prueba necesaria ni suficiente para determinar la inteligencia: se puede imaginar algo inteligente que no la supere porque no utilice el argot adecuado, y también se puede imaginar algo que la supere y que no sea inteligente».

En última instancia, afirma, la conclusión clave es exactamente lo que dice: «Es una prueba de que estos modelos están llegando a ser capaces de imitar el comportamiento humano tan bien que las personas no pueden notar la diferencia». Esto, evidentemente, tiene todo tipo de implicaciones sociales, muchas de las cuales parecen interesar al público y a la comunidad científica mucho más que a las empresas que fabrican LLM.

También se plantean otras cuestiones filosóficas. Turing aborda varias de ellas en su artículo, sobre todo lo que él denomina el «argumento de la conciencia». Aunque una máquina sea inteligente, ¿es consciente? Turing utiliza el ejemplo de una conversación hipotética entre una persona y una máquina que escribe sonetos, una conversación que se parece mucho al tipo de conversación que se puede tener hoy en día con ChatGPT. La conversación ofrece un ejemplo de algo que podría examinarse «para descubrir si [su autor] realmente entiende [un tema] o si lo ha «aprendido como un loro»».

Por supuesto, hay muchas más cuestiones filosóficas en juego aquí. Quizás la más inquietante sea esta: si rechazamos la prueba de Turing como método fiable para detectar la inteligencia artificial genuina, ¿tenemos alguna alternativa? O, en otras palabras, ¿tenemos algún método fiable para saber cuándo (o si) una máquina podría poseer inteligencia genuina?

«Creo que la mayoría de la gente diría que nuestros criterios para la conciencia [deberían] ir más allá del comportamiento», afirma Jones. «Podemos imaginar algo que produzca el mismo comportamiento que una entidad consciente, pero sin tener la experiencia consciente. Por lo tanto, tal vez queramos tener criterios adicionales».

Aún queda por determinar cuáles deberían ser esos criterios, o incluso si existen criterios fiables para una prueba definitiva que permita determinar si una entidad es inteligente o no. Al fin y al cabo, ni siquiera está claro que tengamos esos criterios para una prueba similar con animales. Como seres humanos, tenemos la certeza inquebrantable de que somos únicos de alguna manera, pero a lo largo de los años, una tras otra, las características que antes considerábamos exclusivamente humanas han resultado no serlo. Algunos ejemplos son el uso de herramientas, la construcción de sociedades y la experiencia de la empatía.

Y, sin embargo, es difícil renunciar a la idea de que somos diferentes. Es sorprendentemente difícil identificar con precisión en qué consiste esa diferencia. Del mismo modo, resulta extremadamente difícil determinar dónde comienza esa diferencia. ¿En qué momento dejamos de ser sacos de electrolitos y comenzamos a ser seres conscientes? Resulta que esta pregunta no es más fácil de responder que la de dónde puede surgir la conciencia a partir del desconcertante caos de señales eléctricas en las CPU de nuestras computadoras.

Turing, siendo Turing, también tenía una respuesta para esto. «No quiero dar la impresión de que creo que la conciencia no es un misterio. Por ejemplo, hay una especie de paradoja relacionada con cualquier intento de localizarla». Sin embargo, argumentó que no era necesario comprender el origen de la conciencia humana para responder a la pregunta planteada por la prueba.

En el sentido más estricto, tenía razón: en sí misma, la pregunta de si una máquina puede imitar de forma fiable a un humano no dice nada sobre la conciencia. Pero la gran publicidad que ha suscitado el hecho de que ChatGPT haya superado el test de Turing dice mucho sobre la época en la que vivimos: una época en la que puede ser muy importante saber si es posible la inteligencia artificial genuina.

Para comprender si una máquina puede ser inteligente, tal vez primero debamos entender cómo y de dónde surge la inteligencia en los seres vivos. Eso podría ayudarnos a comprender si tal surgimiento es posible en las computadoras, o si lo mejor que podemos hacer es crear programas que imiten de manera muy convincente lo que encontramos en Internet, con todos sus sesgos y prejuicios.

Tom Hawking

Bioceres, el gigante biotecnológico argentino: sus acciones cayeron casi un 90% en Wall Street

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Bioceres Crop Solutions (BIOX), la firma argentina detrás de la semilla HB4 resistente a la sequía -una de las patentes más valiosas desarrolladas en nuestro país- atraviesan colapso en su cotización bursátil. Tras tocar los u$s15,70 por acción en 2021 y alcanzar una valuación cercana a los u$s900 millones en 2022, hoy apenas supera los u$s1,70 en Nasdaq, con un market cap inferior a u$s110 millones. Riesgos de la capitalización bursátil.

El desplome —de casi 90%— la convierte en una de las compañías argentinas con peor desempeño en Wall Street en los últimos tres años.

La tormenta que hundió las ventas

El declive comenzó a mediados de 2024, cuando coincidieron tres factores: la baja internacional del precio de la soja, la decisión de productores argentinos de frenar compras de insumos y un entorno financiero más estricto. Esa combinación redujo ingresos y márgenes, dejando a Bioceres a la espera de que sus clientes vuelvan a recomponer inventarios.

Entre abril y junio de 2025, las ventas cayeron 40% interanual, hasta u$s74,7 millones, muy por debajo de los u$s110 millones previstos por analistas. La compañía reportó además una pérdida operativa de u$s14,9 millones y un rojo total de u$s48 millones en el trimestre, lo que desató un desplome intradiario de más del 20% en sus acciones.

«Un año con lecciones duras»

«Este es el primer año a la baja en la serie desde que salimos a bolsa en 2019, y uno que viene con importantes lecciones en términos de gestión de riesgos y prudencia financiera», admitió Federico Trucco, CEO de Bioceres, en una conferencia con inversores.

El ejecutivo describió el último trimestre fiscal como «muy decepcionante para un año fiscal extremadamente desafiante».

Deuda en Argentina y tensiones con acreedores

El golpe bursátil coincidió con otra crisis en el frente local. Bioceres S.A., controlante del 40% de Bioceres Crop Solutions, comenzó a incumplir el pago de pagarés en pesos y dólares desde junio.

La tensión escaló en una reunión con acreedores en la que Alejandro Antalich, CEO de Moolec Science —hoy principal accionista del grupo tras una reestructuración—, reconoció el desborde financiero y pidió a los bonistas «ideas» para salir de la situación.

La empresa había emitido deuda para recomprar acciones de BIOX, pero la estrategia se derrumbó al continuar la caída del papel.

Estrategias bajo la lupa

La compañía también enfrenta cuestionamientos por decisiones estratégicas previas. En 2022 emitió 25% de su capital para adquirir Marrone Bio Innovations, una firma estadounidense que acumulaba pérdidas anuales por u$s11 millones. Trucco defendió entonces la operación asegurando que aportaba competitividad futura, aunque la acción nunca reflejó esa expectativa.

Otro viraje fue el abandono del modelo «identity preserve» para las semillas HB4, que exigía controlar toda la cadena de valor. La empresa admitió que el esquema fue demasiado ambicioso y ahora apuesta a alianzas con jugadores del sector como Don Mario (GDM) y Colorado Wheat Growers para reducir costos y mejorar márgenes.

Incluso el acuerdo con Syngenta firmado en 2022 —estimado en u$s230 millones a diez años— quedó corto: apenas generó u$s18 millones en ingresos compartidos en 2025.

Perspectivas: entre el mercado local y la esperanza externa

Argentina sigue siendo el corazón de Bioceres, aportando más de la mitad de su facturación, pero la demanda se desplomó. Un ejemplo: las ventas de fertilizantes microgranulados se redujeron a menos de la mitad en un año, de 30.000 a 14.000 toneladas. No obstante, Trucco destacó que los inventarios de clientes están casi agotados, lo que podría impulsar nuevas compras.

Contrariamente, el CEO señaló que la derrota electoral del oficialismo en la provincia de Buenos Aires en septiembre podría acelerar ventas por temor a una devaluación. «Es un poco contraintuitivo, pero cuando hay riesgo cambiario los productores tienden a precomprar», explicó.

Fuera del mercado argentino, la compañía mostró señales más alentadoras: en 2025 creció 17% en Estados Unidos y 29% en Brasil. Trucco subrayó que hoy la prioridad es la generación de caja antes que el crecimiento acelerado: «Capital de trabajo, rentabilidad y márgenes son los indicadores clave mientras buscamos estabilizar la operación».

¿Un rebote posible?

A pesar del derrumbe, los analistas mantienen expectativas de recuperación. Los nuevos precios objetivos, más bajos pero optimistas, oscilan entre u$s2,50 y u$s5 por acción, el doble o el triple de la cotización actual.

Sin embargo, el historial de proyecciones incumplidas deja dudas sobre si la acción podrá realmente recuperar parte del terreno perdido.

Una «Generación Dorada» de matemáticos argentinos en el Heidelberg Laureate Forum

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En el encuentro, los especialistas nacionales compartieron experiencias con colegas extranjeros; los límites de la inteligencia artificial, la gran preocupación

En 2016 los estudiantes secundarios argentinos Ian Fleschler, entonces de 16 años, y Julián Maslíah, de 15, tuvieron destacadas actuaciones en las Olimpíada Iberoamericana de Matemática, en Antogafasta, Chile, donde ganaron medallas de oro y plata. Ese mismo año, el programa oficial del Heidelberg Laureate Forum (HLF), en su cuarta edición, incluía una charla del Nobel de Física Brian Schmidt y varias discusiones acerca de la ética de la inteligencia artificial.

Casi una década después, los caminos de los jóvenes, ahora transformados en matemáticos profesionales, se encontraron en este foro alemán que lleva a grandes estrellas del rubro, con prestigiosos premios en sus vitrinas, para reunirlos con jóvenes de todo el mundo con el fin de incentivar una conversación técnica, así como la creación de vínculos, en una intensa semana en el suroeste alemán, que incluyó cócteles varios y visitas con cenas en castillos de apariencia medieval.

Aunque habituados a congresos y encuentros de expertos, la singularidad de este HLF es que une a expertos de campos que de afuera parecen similares, pero que raramente se yuxtaponen. “Con gente de ciencias de la computación, por ejemplo, es muy raro que hablemos”, asegura Fleschler, que acaba de terminar su doctorado en Princeton, Estados Unidos, para seguir su carrera como investigador en la Universidad Autónoma de Barcelona. Así fue que aquí se enteró sobre detalles de la irrupción de la IA en problemas complejos de la matemática y de que está cerca de que pueda resolver asuntos que los humanos por ahora no.

Sin embargo, no cree que pueda eliminarse el trabajo humano, pese a que es un temor grande entre los investigadores que estuvieron en Heidelberg. Quien sintetizó esa preocupación fue Lael Costa, graduado de la Brown University de Estados Unidos: “Pese a que es excitante como matemático ver un mundo en que se pueda producir mucho más conocimiento matemático más rápido, como persona me gusta el trabajo que hago, que reemplacen las IA el trabajo creativo, bueno, la verdad es que prefiriría que la máquina me lavara la ropa y yo hacer la matemática y no lo inverso”, dijo.

Como sea, a Fleschler, que terminó su licenciatura en la Universidad de Buenos Aires en apenas dos años y medio en plena pandemia de Covid y se fue a Estados Unidos el día siguiente después de defender su tesis, no le preocupa tanto la competencia de la IA como poder salir de cierto estrés y aislamiento que dedicarle muchísimas horas al pensamiento abstracto pueden generar: así se hizo profesor de yoga, se dedicó a pintar y cursó improvisación en comedia.

Maslíah, por su parte, tomó a Heidelberg como primera parada en un viaje alemán que le llevará dos años: se mudó para hacer su doctorado sobre geometría diferencial en la Berlin Mathematical School, tras licenciarse también en la UBA, como su viejo compañero olímpico. A él le alarma cierta “visión técnica deshumanizante respecto de la tecnología, donde te dicen no te preocupes por lo que puede salir mal”, y, asimismo, que es algo muy potente que queda en pocas manos.

“Mate-mática”

Además de Fleschler y Maslíah (y la consagrada Alicia Dickenstein), otros jóvenes argentinos matemáticos participaron del HLF este 2025. Una de ellas, siempre con el mate adherido, fue Rocío Nores, una investigadora con beca doctoral del Conicet, que trabaja en el campo del análisis armónico. Si bien se trata de investigaciones de matemática pura tiene una relación con el machine learning (una de las ramas de la IA) porque se usa para generar algoritmos que, por ejemplo, puedan detectar perros en un conjunto de cien imágenes.

El grupo se completó con Maia Letzen, que está terminando su licenciatura en matemática en la Universidad de Córdoba. Con experiencia europea, este encuentro en Alemania le sirve a Letzen para confirmar sus posibilidades de continuar estudiando y hacer su doctorado en algún lugar del viejo continente. “Además de la parte formal, es interesante conocer gente de todo el mundo, como una chica de Sri Lanka con la que me hice amiga”, dice. Y agrega, respecto de los premiados: “Es interesante saber cómo tomaron sus decisiones vitales que los llevaron al lugar central que tienen ahora porque a todos nos pasa más o menos lo mismo, tenemos inseguridades y dudas”. Letzen admira a escritores que son a su vez matemáticos -o a la inversa- como el bahiense Guillermo Martínez y no le disgustaría dedicarse a la ficción también. Otro joven argentino que está por terminar su licenciatura en matemática y participó del HLF es Nahuel Bobar, 23 años, nacido en Acasusso. Como Fleschler y Maslíah su trato con la matemática se inició gracias a las olimpíadas, aunque ya en el jardín de infantes una maestra le funcionó de oráculo: “Nahuel, vos vas a ser matemático”, le dijo.

El sexto mosquetero argentino es en realidad un poco rosarino y un poco alemán. Se trata de Demián Goose, nacido en Offenburg (en la Selva Negra alemana, no lejos de Heidelberg), pero que vivió muchos años en Rosario, donde todavía tiene a su madre (el padre es alemán). Su argentinidad es evidente al hablar un perfecto español santafesino y al entonar la cumbia del Sabalero en cualquier karaoke; pero a la vez también puede ponerse vestimenta local y bailar y taconear como el bávaro más típico. Goose ya es un habitué del HLF, donde se dedica a la comunicación de temas científicos como parte del “Intercultural Science Art Project” que maneja con su colega Clara Kümpel. Su trabajo de divulgación de la matemática en la vida cotidiana incluye desde podcasts a videojuegos pasando por la danza. Una vez más y pese a todas las aventuras, queda claro que la tradición de la matemática argentina, fuerte y singular, se mantiene pese a los vientos de la época.

Martín De Ambrosio

Joaquinraptor casali: el nuevo megarraptor de la Patagonia

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Hace 70 millones de años, en los últimos capítulos del Cretácico, la Patagonia era un paisaje húmedo y cálido, muy distinto al territorio que conocemos hoy. Allí convivían diversos tipos de dinosaurios, entre ellos, un grupo de depredadores enigmáticos: los megarraptores. De ese linaje, que aún intriga a la ciencia por la falta de fósiles completos, un equipo de paleontólogos ha descubierto, en el sur de la provincia argentina de Chubut, el esqueleto parcial de un ejemplar al que han llamado Joaquinraptor casali. El animal, de 19 años, siete metros de largo y más de una tonelada, vivió poco antes de la extinción de los dinosaurios.

La investigación ha sido liderada por el paleontólogo argentino Lucio Ibiricu y ofrece una de las imágenes más nítidas que se han visto de este grupo: se trata de un fósil bien conservado y parcialmente articulado, que incluye gran parte del cráneo, las extremidades anteriores y posteriores, las costillas y las vértebras. Para Ibiricu, aquí radica la importancia del descubrimiento, que se publica este martes en Nature Communications. “Es un grupo bien representado en Australia y en la Argentina, pero, a diferencia de otros terópodos que habitaban la tierra, el material de sus representantes es bastante incompleto”.

Joaquinraptor lleva su nombre en memoria del hijo de Ibericu y fue encontrado con huesos principalmente del cráneo, que se han podido comparar por primera vez con los de otro miembro de su grupo. De acuerdo con el paleontólogo, en términos científicos, es de gran importancia porque, al hacer este ejercicio, se pueden generar hipótesis sobre la naturaleza del animal. “Antes se había descubierto solo un maxilar de un megarraptórido”, detalla el investigador del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología de la Argentina.

Restos fósiles de Joaquinraptor, hallados en una cantera en la Patagonia argentina
Restos fósiles de Joaquinraptor, hallados en una cantera en la Patagonia argentinaMarcelo Luna, Laboratorio. Paleontología de vertebrados -UNPSJB

Los megarraptores son considerados los líderes en la cadena alimenticia de su tiempo. Y, entre otros factores, se lo deben a sus garras. Según Ibiricu, les servían para desgarrar la carne de sus presas, para sujetarlas y manipularlas. “Medían 30 centímetros o más”, detalla el experto. Estas armas, asegura, fueron decisivas para el éxito de los megarraptores, que lograron extenderse desde el Cretácico inferior hasta su final: “Eran realmente poderosos”.

Conservación poco común

Para la paleontóloga Angélica Torices, el hecho de que el esqueleto parcial conserve elementos del brazo revela un nivel de preservación poco común. Eso, dice, permite no solo describir con mayor precisión la anatomía de Joaquinraptor, sino también hacerse una idea de cómo se movía y del papel que desempeñaba en su ecosistema. “Lo más destacable es que pertenece a un grupo tan fragmentario como el de los megarraptoranos y, aun así, este ejemplar conserva partes anatómicas muy diagnósticas”, subraya.

La Patagonia argentina concentra algunos de los hallazgos más recientes y completos de este linaje de depredadores. Pero no fueron exclusivos de la región: se trataba de animales versátiles, capaces de prosperar en ecosistemas muy distintos. Sus restos también han aparecido en Chile, Australia y Japón. De acuerdo con los artífices del descubrimiento de este dinosaurio, en Sudamérica alcanzaron tamaños mucho mayores que en otras regiones.

Mientras en Australia apenas llegaban a los cinco metros de longitud, en el continente sudamericano algunos ejemplares crecieron hasta superar los nueve.

Según Verónica Díez, paleontóloga experta en saurópodos, el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio siempre representa una oportunidad valiosa para acercarse al pasado remoto de la Tierra. “Toda la información que podremos obtener del pasado es útil. Sobre todo si son especies nuevas, pues nos dan ideas acerca de la diversidad del ecosistema, de cómo vivían y de su alimentación. Gracias a ello podemos tener una idea más generalizada acerca de cómo era el pasado en nuestro planeta”, señala.

Ese es también el valor de Joaquinraptor. Los especialistas destacan que ofrece pistas sobre la dieta de su especie. Entre los huesos de la mandíbula, los investigadores encontraron un húmero que no pertenecía al dinosaurio, sino a un pariente de los cocodrilos. “Es posible que muriera atragantado mientras comía”, admite Ibiricu, aunque no descarta otras explicaciones, como una pelea entre otros dinosaurios. Próximos análisis, como estudios taxonómicos y tomografías, permitirán confirmar si el hueso presenta daños compatibles con la teoría de su muerte.

Selva Vargas Reátegui

Después del anuncio del rescate: cómo ve la situación el mundo empresario

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Como en una inundación, el agua de la gestualidad de Estados Unidos para rescatar al gobierno de Javier Milei bajó y volvieron a discutirse en los círculos de poder los temas sensibles de la actualidad. El anuncio de la reinstauración del cepo el viernes, en el medio de la rueda, no hizo más que confirmar las debilidades del plan y puso en alerta al sector privado. En los despachos empresarios hay sobre la mesa dos asuntos: una recesión que avanza y, en relación a eso, las chances electorales reales que el Gobierno tiene de cara a octubre. El consenso del establishment, en base a sondeos con consultoras y encuentros con sectores productivos del interior, es un panorama no bueno para los libertarios.

Hay dos casos que ejemplifican el fondo de la cuestión y que se dieron esta semana. Tanto la Unión Industrial Argentina (UIA) como la Embajada de los Estados Unidos semblantearon un escenario complejo y decidieron moderar las intervenciones y opiniones públicas sobre política, más aún luego de que el titular del Tesoro de Trump, Scott Bessent, aterrizara el Mirage en el gomón pinchado de la economía argentina. 

El titular de la central fabril, Martín Rappallini, es un soldado fiel de Techint. Dueño de Cerámica Alberdi, es parte de la cadena de valor de Paolo Rocca y responde al «roquismo». Lo que Rappallini dice al frente de la UIA es lo que los lugartenientes de Rocca están habilitados a decir, pero utilizando otros canales de voceo. El martes, en la reunión de la mesa chica de la entidad, Rappallini planteó un escenario económico de devastación. Casi que descartó que Argentina pueda volver a crecer, y menos con la industria, que según la entidad está 10 puntos abajo del 2023. En un arco narrativo por lo menos particular, la UIA pasó, también por decisión de Rocca y los gigantes, de elogiar el ajuste a pedir que sea un ajuste con crecimiento, a riesgo de que el gomón se termine de hundir. 

Rocca es hermético, habla sólo dos o tres veces por año, en eventos propios. Dice lo que quiere, cuándo y dónde quiere. Se queja de China, elogia selectivamente el libre mercado y, cada tanto, hace alguna mención política. Eso ocurre muy de vez en cuando. Pasó el martes: Rappallini les dijo a sus pares -entre ellos Arcor, Ledesma, los laboratorios nacionales de CILFA, los empresarios textiles y las automotrices- que «tenemos que mantenernos al margen de opiniones políticas, al menos hasta noviembre». Muchos de los presentes se salían de la vaina por opinar. La industria está caliente, no por máquinas prendidas. Rocca es el refrigerante de humores y David Uriburu, el hombre de Paolo en la UIA, el que digita la estrategia. En ese mes de noviembre, luego de las elecciones legislativas, viene la conferencia industrial, donde planean decir cosas. Allí, Techint dio la orden de bajar línea. Primero, porque los números que ven son insoportables; segundo, porque analizan que el Gobierno estará muy ajustado en octubre. 

Crónica de la destrucción

En Santa Fe, polo industrial principal junto a Córdoba y Buenos Aires, se perdieron 19 mil empresas desde el 2023. Duelen Villa Constitución y San Nicolás, rozando el 9,8 de desempleo. Padecen Vassalli, la fábrica de cosechadoras de Firmat; Acindar y Sancor. Un escenario parecido vieron en Entre Ríos los enviados de Rappallini que se vieron con el gobernador Rogelio Frigerio esta semana. En Córdoba, la gente de Arcor informó un caos de actividad similar. Esos tres distritos son centrales en la elección. Los industriales creen que en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires el gobierno de Milei perderá, que ganará cómodo en Mendoza y, quizás, en Chaco. Que el comicio en CABA será ajustado, al igual que en Entre Ríos. Aún lejos de las urnas, una foto lejana al anhelo de un mapa violeta. 

El daño fabril ha cruzado el umbral para instalarse como eje de la crisis en distritos productivos. Es lo mismo que ocurrió en los municipios más industriales del Conurbano. Hay un dato que es letal y aplica a un sector emblema, los industriales metalúrgicos de ADIMRA. El sueldo promedio en el rubro es de sólo 900 mil pesos. Cualquier comentario es decorativo. 

«No te salva ni Obama de esto», bromeó un industrial en la mesa del martes, cuando se habló, muy por encima, del rescate de Trump al gobierno de Milei. Ese clima también cambió. Algunos memoriosos trajeron a la actualidad la algarabía que, en 2018, llevaron a la UIA Luis Betnaza, ex operador estrella de Rocca, y otro viejo lobo del liberalismo, el ex FIAT Cristiano Rattazzi. Los dos celebraron el préstamo del FMI en la era Macri como un hito. Hoy, nadie se atreve a señalar como un hecho vital el rescate de Trump y se preguntan qué hay que dar a cambio. 

Los problemas con el amigo americano

Esa situación de la UIA relativizando a Trump dice cosas. La avanzada estadounidense sobre Argentina es calificada como una intromisión inadmisible no sólo de este lado, sino también entre políticos y empresarios estadounidenses, algo que se evidenció con el conflicto de la soja esta semana. En consonancia, en la Embajada en Argentina andan con pies de plomo. Habría en principio un acuerdo para que el nuevo diplomático, Peter Lamelas, llegue a Buenos Aires después de octubre, con el resultado puesto. Allí talló, también, el canciller argentino, Gerardo Werthein.  Diagnostican en esos ambientes que la oposición argentina no evalúa la ayuda como algo positivo, y que la sociedad es reacia. Por eso, dolieron las horas pasadas en las que volvió a circular el video de Lamelas asegurando que quiere a CFK judicializada, a las provincias intervenidas por Estados Unidos y al gobierno rendido a la mano del Tío Sam. 

La toma de posición de Bessent sobre Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, fue tan descuidada que puso a Argentina, por un rato, en medio de una guerra comercial global. Los farmers estadounidenses presionaron a Bessent, que a la vez presionó a Caputo. Los corredores de granos y las cerealeras le advirtieron al ministro que esta situación iba a tensionar en muchos frentes. Además, el enojo de los farmers y el apuro de Bessent no solo aceleró la entrada de dólares de las cerealeras, sino que es el causante de la reimposición del cepo, por temor a que los pesos en el camino se metieran en la dinámica del rulo. 

Mientras tanto, Juan José Pazo, el titular de ARCA, la ex AFIP, blanqueó en público que lo habían criticado en grupos de Whatsapp con ruralistas. Funcionario en ascenso, fue uno de los encargados de negociar. No es extraño, Pazo conoce el paño porque es empresario agropecuario. En 2017, cuando Macri puso a Caputo de secretario de Finanzas, «Toto» puso a su amigo Pazo al frente de la Secretaría de Seguros. Se conocían de años y mucho de la actividad privada: Pazo creó junto a su esposa la textil Rapsodia y se asoció a Francisco De Narváez en el Grupo textil Alas, que maneja Caro Cuore, entre otras. 

En los años PRO, Pazo fue también secretario de la Unidad de Información Financiera (UIF), a la órdenes de Mariano Federici. Cuando se terminaron los años amarillos, en junio del 2020, el destino volvió a juntarlos a todos. Caputo y el hoy titular del Banco Central, Santiago Bausili, crearon el Fondo Invernea, con el que manejaron desde su consultora Anker inversiones en agro y la ganadería. De allí salieron, también sus laderos de hoy, Martín Vauthier y Federico Furiase. Invernea tiene entre sus socios a Pazo, a los hijos de Caputo, a Federici y hasta a Sergio Iraeta, que es actualmente el secretario de Agricultura de Milei. El fondeo de Invernea lo hicieron, no casualmente, las aseguradoras que Pazo debió controlar durante el Gobierno de Macri. Hoy, a Invernea la dirige Martín Voss, hermano del actual director del banco BICE, Maximiliano Voss. En el banco BICE trabajan, hoy, Vauthier y Federico Núñez, dos amigos de Caputo y Pazo. Martín Voss, que también trabajó con Pazo en subsecretaria de Seguros, tiene el 10 por ciento de Invernea, y el 90 por ciento es de Pazo. Coincidencias. 

Leandro Renou

Siete exportadoras se quedaron con el 86% del negocio de la Retención 0

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Son Louis Dreyfus Company, Cargill, Bunge, Aceitera General Deheza, Cofco, Molinos Agro y Viterra, quienes declararon ventas al exterior de granos por 17 millones de toneladas.

La decisión del Gobierno de Javier Milei de suspender temporalmente las retenciones a las exportaciones a los principales cultivos, que solo estuvo en vigor tres días porque se cumplió el cupo de US$7000 millones esperados, dejó a la vista la carrera de los exportadores por registrar la mayor cantidad de negocios posibles con Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE).

Según datos oficiales, Louis Dreyfus Company [LDC Argentina], uno de los mayores jugadores, se consolidó como la principal beneficiaria de la medida, al liderar el ranking de registraciones con 3.546.300 de toneladas de un total de 19.591.831 de toneladas en el lapso de tres días que duró la medida. En total, el Gobierno consiguió que se anoten DJVE por US$7.012.598.143. Hubo siete exportadoras que se quedaron con 17 millones de toneladas, y que concentraron el 86% de los registros totales del negocio.

En rigor, el impacto de la quita impositiva se potenció en las empresas de mayor escala. En ese escenario, LDC Argentina SA, que estuvo en el primer lugar del podio, representó el 18,1% del volumen operado en ese tiempo.

La segunda fue Cargill, con 3.500.000 toneladas, que representó el 17,9%. Después se ubicó Bunge Argentina con 2.675.195 toneladas o el 13,7% del total. Le siguió Aceitera General Deheza SA con 2.506.984 toneladas o el 12,8%. En tanto que Cofco, con 1.868.026 toneladas, capturó el 9,5%. Molinos Agro SA anotó 1.459.250 toneladas o el 7,4%. En tanto, Viterra presentó DJVE por 1.457.800 toneladas, equivalente al 7,4% del total.

Le siguieron ADM Agro SRL con 677.600 o el 3,5%. Además, CHS de Argentina con 479.000 o el 2,4%. Completó el top 10 la Asociación de Cooperativas Argentina (ACA) con 373.040, el 1,9% de lo declarado.

De las 19.591.831 de toneladas, corresponden a la cosecha 2024/25 15.951.587 toneladas. En tanto de la cosecha nueva 2025/26 se adelantaron 3.640.244 toneladas, que fueron ingresadas en el sistema en la última jornada hábil del mecanismo.

Para Diego de la Puente, director de Nóvitas SA, fue una “desprolijidad” cómo se manejó la medida. “El Gobierno lo que necesita son dólares, por eso termina bajando los derechos de exportación. En ese contexto hay un juego de oferta y demanda, porque la soja es la que tiene más impacto: las retenciones eran del 24,5% para la industria [subproductos de soja] o del 26% [grano] para la exportación. Lo que ocurrió fue un tira y afloje entre compradores y vendedores para ver dónde se pone el número. Eso venía pasando tanto con la soja disponible como con la nueva, porque tanto la exportación como la industria pueden declarar no solo ventas disponibles, sino también futuras», subrayó.

Los productos más registrados

Entre el 22 y el 24 de septiembre

En ese contexto, recordó que apareció el mensaje de Scott Bessent, titular del Tesoro de Estados Unidos, diciendo que iban a ayudar a la Argentina y que eso implicaba terminar con exenciones temporales, como «tax holiday» o veranito fiscal, en alusión a las retenciones. “A partir de ahí se empezaron a correr rumores de que las retenciones volverían a su nivel anterior como condición del Tesoro norteamericano para seguir comprando deuda argentina. Eso nunca lo dijo formalmente el Gobierno, pero fue la interpretación del mercado», analizó.

Hasta ese momento se venían declarando negocios por más de 4100 millones de dólares y de golpe se pasó a 7000 millones de dólares. “En un día se sumaron US$3000 millones. ¿Por qué digo que fue una desprolijidad? Porque un exportador puede declarar por US$7000 millones sin tener comprada la mercadería. Antes existía la Ley Martínez Raymonda, que obligaba a que esas declaraciones se respaldaran con grano adquirido. Hoy, en cambio, alguien declara y después compra más barato, quedándose con la ventaja de las menores retenciones. Eso debería cambiar», subrayó.

Remarcó que los productores están muy enojados porque muchos quedaron fuera del beneficio mientras la exportación ganó. “Para el Gobierno, políticamente, esto tampoco es bueno. Creo que algo van a tener que hacer, porque todo esto pasó en apenas tres días. Estamos en un triángulo donde el Gobierno necesita dólares, la exportación aprovechó la ventaja de declarar sin tener la mercadería comprada y los productores reclaman un mensaje más contundente para aprovechar las medidas. Todo esto en un escenario inédito: un Tesoro de los Estados Unidos apoyando a la Argentina como casi nunca lo hizo con otro país del mundo, pero con ciertos condicionamientos», subrayó.

Por otra parte, Bruno Todone, analista de AZ Group, agregó que la medida del Gobierno que buscaba dólares frescos impulsó a los exportadores a aumentar de manera significativa la declaración de ventas al exterior, lo que permitió el ingreso de divisas en el plazo de tres o cuatro días que establecía el decreto.

En cuanto al impacto sobre los productores, desde el primer día se conocieron los valores de referencia de los principales granos y en todos los casos la capacidad de pago de la exportación y de la industria se ubicó muy por encima de lo que efectivamente se ofertaba en el mercado, según resaltó. “En términos de las posiciones disponibles, había una diferencia de entre 40 y 60 dólares frente a la capacidad de pago, y en una posición futura un poco más. Por ejemplo, una posición a cosecha de mayo 2026 de soja tenía un diferencial mayor por el costo financiero que implica traer esos dólares de mayo a hoy”, analizó.

En rigor, en términos de perjuicio para el productor, ese fue básicamente el problema: “No todos pudieron ingresar por la velocidad con la que se hicieron estas operaciones y lo poco que duraron. Por otro lado, si bien en los márgenes se lograron buenos valores para quienes pudieron vender —porque en los márgenes veíamos una soja en 300 o 310 dólares para cerrar o quedar en cero—, se hicieron operaciones en 325 o 330 dólares. Esto significó una mejora en términos de precio, pero esos valores estaban muy por debajo de lo que podían pagar tanto el exportador como la industria”, afirmó.

Florencia Rodríguez Altube y Belkis Martínez