Desde Estados Unidos, Massa confirmó la implementación de un dólar especial para el campo, que incorpora a las economías regionales y busca alcanzar un nivel de liquidaciones de u$s15.000 millones entre el segundo y el tercer trimestre del año.
Esta tarde el Gobierno confirmó la implementación de un nuevo tipo de cambio diferenciado para el campo, en el marco de la puesta en marcha de un plan de estabilización cambiaria. La medida llega luego de arduas negociaciones entre Economía y el sector respecto de qué mecanismo se implementaría para generar una mejora en la competitividad a la hora de exportar. Así lo confirmaron fuentes oficiales a Ámbito en un contexto en el que se busca para promover la liquidación de dólares en los próximos meses ante la faltante de oferta de divisas comerciales.
El nuevo programa consiste en una versión ampliada del dólar soja, en línea con lo que solicitaron los exportadores, que estaban pidiendo un “dólar agro». Comenzará a aplicarse desde abril a exportadores de otros productos: además de la soja, se sumarán vino, la manzana, el arroz y el maní, entre otros.El Gobierno espera alcanzar una liquidación de u$s15.000 millones entre el segundo y el tercer trimestre del año. Aún no se conoce el valor que tendrá el dólar agro, pero se espera que rondará los $300 (aunque teniendo en cuenta que las anteriores versiones del dólar soja superaron en un 30% el valor del tipo de cambio oficial, debería ubicarse entre los $270 y los $280).Para el campo, es una buena noticia, ya que, según indica el economista y asesor financiero Salvador Vitelli, «si uno mira los valores de la soja, con el tipo de cambio oficial, el productor termina recibiendo un 33% de lo que debería cobrar porque pierde 33% por la diferencia de precio y otro 33% por los impuestos». Así, considera que tratar de sincerar el tipo de cambio es lo más adecuado porque no afectaría la recaudación.Es por eso que, como se dijo, esto será en el marco de un programa de estabilización cambiaria, en el que también se buscará simplificar los diversos tipos de cambio para no tener tantas variedades de dólar, como «tarjeta», «ahorro», «Qatar» o «Coldplay». Esto iría en línea con otro de los reclamos fuertes del campo, según el economista Juan Pablo Albornoz, de Invecq, tender hacia la unificación cambiaria.Y es que esto está ligado a que, por un lado, a que «el productor accede a un tipo de cambio oficial muy apreciado en términos históricos y, por otro, en caso de querer dolarizar su producido, la brecha le carcome buena parte del retorno en dólares y le impacta en materia de insumos, gastos, etcétera», según aporta Vitelli.
Dólar agro: esto es lo que se conoce hasta ahora
Los detalles del nuevo dólar agro se terminarán de acordar este fin de semana, según informaron fuentes oficiales. Pero, por lo que se sabe hasta el momento, el programa contempla la puesta en marcha de un dólar diferenciado para los sojeros (lo que sería el dólar soja 3), que se implementará por un plazo de 30 días (abril), mientras que, para las economías regionales, el plazo de aplicación previsto es de 90 días (durante mayo, junio y julio), con posibilidades de extenderlo durante otros tres meses.
Los dos objetivos centrales de la medida, son por un lado, hacer más competitivas a las cadenas en el mercado internacional y el otro, apoyar con financiación la ampliación de las superficies sembradas, que se implementará a través del Fondo de Incremento Exportador.
Asimismo, uno de los elementos que se acordará en los próximos días es cómo amortiguar los impactos colaterales del nuevo dólar agro. Y es que, tal como apunta Albornoz, «este nuevo tipo de cambio más abarcativo tiene un problema: se puede prever el impacto a nivel macro, pero no, a nivel micro. Esto significa que hay que acordar con los distintos ramos productivos (sector por sector) precios para el mercado interno para que la mejora de la competitividad que se logre en el exterior no perjudique la dinámica local.
Dólar agro: ¿entrarán el trigo y el maíz?
Claro que en el listado de productos alcanzado por este nuevo dólar faltan dos grandes protagonistas del agro argentino: el maíz y el trigo. Y, en este punto, radicaría una de las cuestiones de más polémicas que se trataron en la negociación entre el campo y el Gobierno. Porque el primero es un insumo clave para otros sectores del campo y el segundo tiene mucha incidencia en la evolución de los precios de la canasta alimentaria básica, ya que muchos componentes básicos de esta, como el pan, se producen en base al trigo.
Esas situaciones fueron origen de tires y aflojes entre el Gobierno y los productores, tal como lo refleja Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), quien sostiene que “se utilizó al campo, en realidad a una parte de él, que es la sojera, para incrementar las reservas del BCRA, pero muchos sectores, como la ganadería lechera y la de carne, se vieron afectados por su implementación porque aumentó mucho el costo de la suplementación alimentaria de los animales”.
Por otro lado, según fuentes especializadas, “los productores de pollo estaban haciendo fuerza para que no se incluya al maíz en esta iniciativa porque se les encarecería mucho la producción y hay sectores dentro de ese colectivo que se quejan de que incluso no se ha cumplido aún con el desembolso de algunos subsidios por parte del Gobierno”. Así, lo ven como un obstáculo más que se sumaría a la producción. Y es un sector clave, ya que se consumen alrededor de 48 kilos de pollo por persona por año en Argentina.
Un mensaje positivo en un contexto complejo
Los detalles se irán conociendo desde hoy a la tarde y a medida que se vaya reglamentando el nuevo programa, pero el Gobierno entiende que la implementación debe ser urgente, dado que las reservas tocaron niveles mínimos en lo que va del año.
De hecho, el Banco Central (BCRA) lleva vendidos este mes u$s1.800 millones en el mercado oficial de cambios, mientras que el campo liquidó poco más de u$s1.100 millones en el mismo plazo. Este jueves, se vendieron u$s76 millones más y las proyecciones hacia adelante son negativas dadas las condiciones climáticas. Por eso, en el marco de las negociaciones que está llevando adelante Sergio Massa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por estas horas, se tomó la determinación de avanzar en este anuncio.
Además, el ministro Massa lanzó desde la capital estadounidense la promesa de sumar u$s3.000 millones de organismos internacionales para las arcas del Central, dijeron en Economía. Otra apuesta importante que lleva adelante en su objetivo de aumento de reservas.
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Este verano fue uno de los más calurosos de la historia argentina. Desde diciembre del año pasado hasta ahora, hubo diez olas de calor extremo, una de ellas, en marzo, fue de 13 días consecutivos de alerta roja en la ciudad de Buenos Aires. Pero no se trata de un fenómeno aislado, sino que se repite cada vez más en distintas partes del mundo.
Actualmente, “más de 200 millones de personas que viven en más de 350 ciudades enfrentan temperaturas extremas, el 14% de la población urbana mundial”, contó Rolf Rosenkranz, del Grupo de Liderazgo Climático C40 Cities, una red de alcaldes de casi 100 grandes ciudades del mundo que buscan tomar medidas urgentes para enfrentar la crisis climática.
Se trata de una nueva normalidad climática. “Estamos viviendo cada vez más eventos extremos, más frecuentes y más intensos”, señaló por su parte Jazmín Rocco Predassi, coordinadora del área de Política Climática de la ONG ambiental FARN.
Jazmín Rocco Predassi, coordinadora del área de Política Climática de FARN.
Pero además, «de los eventos extremos, las olas de calor son las que más muertes generan, muertes silenciosas”, aseguró María Victoria Boix, directora del programa Ciudades de CIPPEC. Sus palabras resuenan 10 años después de una de las peores olas de calor que azotaron al país y dejó, solo en CABA, 544 muertes en 2013.
La problemática se multiplica en la mayoría de las grandes urbes del mundo, donde se produce el denominado efecto de “islas de calor”, por el que la temperatura en las ciudades puede llegar a ser hasta 10 grados más alta que en las áreas periurbanas, según CIPPEC. La cementación, asfaltos y edificios absorben el calor más rápido de lo que lo liberan durante la noche, y es por eso que distintos actores replantean la forma de pensar a las ciudades para volverlas más resilientes.
Soluciones e iniciativas concretas para enfrentar el cambio climático en las ciudades
Más allá de disminuir las emisiones de carbono producidas principalmente por el transporte, robustecer el sistema de servicio eléctrico para evitar los cortes de luz y contar con buena refrigeración artificial y acceso al agua, hay otras soluciones concretas que tienen que ver con cómo están construidas y cómo funcionan las ciudades.
Infraestructura verde
Aunque hay múltiples iniciativas que pueden implementarse, para reducir el calor en las urbes “lo más eficiente”, según Boix, son las vinculadas a la “infraestructura verde”. No hay mucha vuelta: se necesitan más árboles, más vegetación y más espacios verdes en más lugares. Es decir, soluciones basadas en la naturaleza.
En ello se incluyen parques, espacios de césped, jardines comunitarios y hasta huertas. Las plantas y árboles, además de producir sombra, reducen la temperatura ambiente por el proceso denominado “evapotranspiración”, donde la vegetación impactada por el sol libera el agua que tiene dentro a través de la evaporación.
Medellín creó 30 corredores verdes en distintos puntos de la ciudad. (Foto: @AlcaldiadeMed)
Hay casos en otras ciudades en donde se avanzó en propuestas innovadoras. Boix señala el ejemplo de Medellín, Colombia, donde se crearon 30 corredores verdes que redujeron hasta en cuatro grados la temperatura en “zonas relegadas” y en donde la «clave» es la «vegetación nativa, que es de fácil mantenimiento”.
También los denominados “bosques de bolsillo”, como los que se están probando en Santiago de Chile. La directora del programa Ciudades los describió como «pequeños ecosistemas accesibles, en lugares clave y de por ejemplo de 100 metros cuadrados».
Fernando Bercovich, sociólogo, especialista en urbanismo y consultor de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).
Estas soluciones y microintervenciones en la trama urbana, tanto para la experta de CIPPEC como para el sociólogo de la UBA y especialista en urbanismo Fernando Bercovich, se pueden implementar en ciudades como Buenos Aires. De hecho hay algunas experiencias en barrios populares, como en el Barrio 20 de Villa Lugano.
Bercovich, también consultor de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), contó que en Barcelona y otras ciudades europeas “se cerraron al tránsito vehicular varias arterias”, se unieron nueve manzanas y se crearon las llamadas “supermanzanas” con “espacios públicos hacia adentro”.
“Pienso también en parques metropolitanos, cordones verdes en los márgenes de la ciudad”, sumó el urbanista. La General Paz “en sus inicios se había pensado en ese sentido y después se convirtió en autopista”, dijo.
Los techos verdes pueden bajar la temperatura dentro de los edificios sin la necesidad de refrigar de manera activa los ambientes. (Foto: Télam)
En los últimos años creció la cantidad de “techos verdes”, en los que se cubre el techo de una casa o edificio con una capa de vegetación. Sobre esto, Rosenkranz mencionó la posibilidad de implementar “techos fríos”, otra alternativa que no está basada en soluciones naturales.
Reflectividad, sombreado, vientos y agua
Los «techos fríos» forman parte de otro tipo de iniciativas en las que no se usa infraestructura verde pero sí se reduce el calor, ya que al pintarse de blanco u otros colores o tejas de mayor reflectividad, “reducen el uso de energía del edificio hasta en un 20%”, según el portavoz de C40 Cities.
En el mismo sentido van los “pavimentos fríos”, de colores más claros o con hormigón permeable o asfalto poroso. Rosenkranz menciona “métodos alternativos de sombreado”, como toldos o marquesinas, que son una forma eficaz de evitar la radiación solar directa.
Existen por otra parte medidas vinculadas a la “infraestructura azul”, asociadas al uso del agua, con corredores fluviales, fuentes, bebederos en plazas o los “parques de rocío” que rescata Rosenkranz.
La ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, pintó algunas de sus calles de colores claros para reducir el calor (Foto: Ayundamiento de Los Ángeles)
También hay soluciones en función del viento. En la zona de Vallecas, en Madrid, España, se modificó la inclinación de algunas calles para adaptarlas a los vientos dominantes. Para el caso porteño, Bercovich planteó por ejemplo que se debería “recuperar el frente ribereño, que está muy dejado de lado” para “aprovechar los vientos del Río de la Plata”.
Cambios en la planificación y hábitos de las personas
Así como se puede pensar en cómo adaptar a las ciudades al calor extremo, se puede pensar en cómo adaptar a las personas que viven en ellas. Por ejemplo, adecuando los horarios de ingreso y salida de las escuelas, fechas de inicio y finalización de los ciclos lectivos. “Es vital, porque en general no tenemos estas olas de calor en marzo, entonces las escuelas no estaban tan preparadas para el calor”, opinó Boix.
“En muchas ciudades del país siempre estuvo institucionalizado el horario de siesta y eso es una buena práctica. Porque lo que hace, por ejemplo, es tener el comercio cerrado en los horarios de mayor calor. Esto se podría extender y protocolizar”, propuso la especialista de CIPPEC.
También contó que “en algunos lugares se están viendo protocolos para las personas que trabajan al aire libre y están más expuestas que el resto, con medidas de descanso, hidratación cada tanto tiempo”.
Polideportivo Costa Rica (Foto: GCBA)
Por su parte, Bercovich propuso «recuperar los clubes de barrio y pensar en polideportivos municipales para que haya piletas públicas o a un precio accesible, sobre todo para los chicos”.
A su vez se debe garantizar una respuesta adecuada ante estos eventos cada vez más repetitivos de olas de calor, lo que desde CIPPEC llaman “gestión de riesgos”. “Todos los primeros respondedores deben estar bien capacitados. Hay que protocolizar estas cuestiones, qué hacer, cómo preparar a los equipos, a los bomberos y personal de salud”, precisó Boix.
¿Cómo deberían adaptarse las ciudades de América Latina?
Según las investigaciones de C40 Cities, “regiones que actualmente tienen pocas ciudades que lidian con el calor extremo, como América Latina, verán como la exposición aumentará drásticamente por el aumento de su población urbana en los próximos 30 años”, alertó Rosenkranz.
Pero la experiencia local no es la misma que en el resto del mundo. “Es importante que las ciudades tengan en cuenta el contexto local, ya que las soluciones que pueden funcionar en una pueden no funcionar en otra”, afirmó Amy Buitenhuis, senior manager de calor urbano de C40 Cities.
“Vemos que hay grandes soluciones a nivel global que parecen bastante inaccesibles para nosotros. Estamos buscando entre todos soluciones más acordes a nuestra realidad local”, contó por su parte Boix.
En contrapartida, Bercovich consideró que “los recursos están, pero no se suelen volcar a este tipo de iniciativas” y aseguró que “generar espacio público no es algo demasiado caro”. “Se privilegia el desarrollo inmobiliario por sobre el espacio público de calidad, que suele verse como una prioridad de segundo orden”, agregó.
La importancia de atender a los focos vulnerables: niños, adultos mayores y embarazadas
Como plantea CIPPEC , “el calor no le pega a todos igual”. La directora del programa Ciudades precisó que afecta “principalmente a los niños y niñas, adultos mayores, personas que tienen alguna inmunosupresión y embarazadas”.
Pero además, el calor extremo produce un especial perjuicio en hogares y familias de bajos recursos. “Si vas a cualquier villa o asentamiento de la ciudad vas a sentir un calor mucho mayor”, explicó Boix. En estos lugares suele haber menos vegetación, más hacinamiento y problemas o falta de conexión a servicios esenciales como el agua o electricidad.
Vista aérea de la Villa Zavaleta, Ciudad de Buenos Aires. (Foto: AFP)
Por eso el think tank de políticas públicas desarrolló un Índice de Vulnerabilidad Social ante Desastres, donde se mapeó “manzana por manzana” el grado de vulnerabilidad ante la aparición de eventos extremos como estos.
Respecto a esto, Rocco Predassi subrayó que “los impactos del cambio climático exacerban las inequidades que ya existen en nuestras sociedades”. Además, la ambientalista de FARN aclaró que la adaptación de las ciudades “es una parte de cómo lidiar con el cambio climático, pero si no se toman medidas de mitigación” de emisiones de carbono, “no necesariamente va a ser exitosa”.
El problema del calor extremo en las grandes ciudades no es menor. Según consignó Rosenkranz, de C40 Cities, la población urbana del planeta llegará a 3.500 millones de personas en 2050y un 45% de ella (1.600 millones) “vivirá bajo estas condiciones de calor”, lo que significa “un aumento de ocho veces en el número de residentes urbanos que enfrentan estrés por calor sostenido”.
El Grupo Techint, a través de varias de sus empresas controladas, acaba de acceder a la mayoría accionaria de la brasileña Usiminas en el marco de una operación por la que el holding que controla Paolo Rocca pagará u$s25,4 millones.
Según los términos de la transacción, Ternium Argentina, junto con su subsidiaria Prosid Investments y con Ternium Investments Sàrl y Confab Industrial celebraron un acuerdo para adquirir de Nippon Steel Corporation, Mitsubishi Corporation y MetalOne Corporation (el Grupo NSC) 68,7 millones de acciones ordinarias de Usiminas a un precio de 10 reales por acción ordinaria.
De esta forma, las empresas de Techint, que forman dentro de Usiminas el llamado Grupo T/T, sumarán 13,2 millones de acciones ordinarias de la siderúrgica brasileña, aunque la transacción está sujeta a la aprobación de las autoridades antimonopolio brasileñas.
De todos modos, y luego del cierre del acuerdo, el Grupo T/T tendrá una participación total del 61,3% en la sociedad de control de Usiminas, mientras que el Grupo NSC y Previdência Usiminas (el fondo de pensión de los empleados de la compañía) quedarán con una participación del 31,7% y 7,1%, respectivamente.
Este nuevo posicionamiento en la firma del país vecino le permite a Ternium acceder a ciertos beneficios como desarrollar una nueva estructura de gobierno corporativo y que podrá nombrar a la mayoría del directorio de Usiminas, así como al CEO y a otros cuatro miembros del comité ejecutivo.
Además, las decisiones ordinarias podrán ser aprobadas con una mayoría del 55% de las acciones del grupo de control, mientras que a partir del segundo aniversario del cierre de la transacción, el Grupo T/T tendrá el derecho a adquirir las acciones remanentes del Grupo NSC sindicadas en el grupo de control de Usiminas (153,1 millones de acciones ordinarias) pagando el valor más alto entre el precio de 10 reales por acción y el precio promedio de los 40 días hábiles de mercado inmediatamente anteriores a la fecha de ejercicio de la opción.
Desde ahora, Ternium posee el control total de las decisiones en UsiminasPor otra parte, el Grupo NSC tendrá derecho, en cualquier momento a partir del cierre de la transacción, a retirar sus acciones remanentes sindicadas en el grupo de control y venderlas en el mercado abierto luego de dar al Grupo T/T la oportunidad de adquirirlas al precio promedio de los 40 días hábiles de mercado inmediatamente anteriores al aviso de retiro del Grupo NSC, así como el derecho, en cualquier momento luego del segundo aniversario del cierre, a vender dichas acciones al Grupo T/T a 10 reales por acción.
Según un comunicado enviado por Ternium a la Comisión Nacional de Valores (CNV), «el Grupo T/T continuará trabajando para llevar a Usiminas a su máximo potencial. Todos los miembros del grupo de control de Usiminas están comprometidos a mejorar la competitividad y el valor de la compañía, en el mejor interés de Usiminas y sus grupos de interés».
Gigante brasileño
Usiminas es la mayor siderúrgica de Brasil. Con sede en Minas Gerais es además el principal fabricante integrado de aceros planos de Latinoamérica.
Ternium compró su 27,7% en noviembre de 2011. La operación se valuó en u$s2660 millones y en los años siguientes, incrementó su participación en esa compañía. En 2014, adquirió otro 10%, en u$s248 millones. Dos años más tarde, recibió acciones a cambio de una inyección de otros u$s90 millones.
Hasta antes de la actual operación, tenía un acuerdo de convivencia con su socio en esa empresa, la japonesa Nippon Steel & Sumimoto Metal Corporation, con la que mantuvo disputas legales.
El conflicto entre los controladores partió tras el despido en septiembre de 2014 del presidente ejecutivo Julián Eguren y otros dos altos ejecutivos que contaban con el respaldo de Ternium.
Ternium compró su 27,7% en noviembre de 2011. La operación se valuó en u$s2660 millones
Como resultado, Ternium acusó a sus socios japoneses de comportamiento fraudulento.
En los años siguientes, el conflicto osciló entre períodos de tregua y luchas que quedaban de manifiesto en tribunales.
En el marco, de la tercera etapa del Proyecto del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (SINARAME), el Servicio Meteorológico Nacional (MSN), dependiente del Ministerio de Defensa, contará con nuevo equipamiento, y con la instalación de 10 nuevos radares, que alcanzarán una cobertura del 70 % del territorio del país.
El SINARAME es un proyecto que se inició en 2011 financiado desde su inicio por el Ministerio de Obras Públicas, y cuya construcción e instalación está a cargo de la empresa INVAP, la que desarrolló el Radar Meteorológico Argentino (o RMA) como base del sistema. El MSN es el principal usuario -pero no el único- de esta red, cuya utilidad primera es generar alertas rápidas de tormentas. Desde su fecha de inicio ya se instalaron 11 radares RMA y un prototipo -que fue el primero de todos- en el territorio nacional.
En esta tercera etapa, además de la instalación de los 10 RMA el SINARAME prevé la ampliación de las capacidades del Centro de Operaciones (COP).
El coordinador del Proyecto, Carlos Lacunza, afirmó que “el sistema es un ejemplo a nivel sudamericano. Argentina es el único país que tiene un sistema integrado, que se maneja desde un solo lugar. Funciona muy bien y es conocido en el mundo. Así que empezamos la tercera etapa con muy buen pronóstico”.
Esta etapa comenzó con la instalación de nuevo equipamiento para procesar, visualizar y administrar los datos en el Centro de Operaciones del SMN. Se suman veinte nuevas pantallas de alta resolución para visualizar mejor la información que proveen los radares ya existentes, y de los RMA a instalarse durante 2023.
Además, desde la Etapa 1 funciona en el predio del SMN el corazón del SINARAME: un datacenter con servidores que almacenan todos los datos e imágenes actuales e históricas, y las baterías que alimentan estos equipos y las consolas de los pronosticadores en caso de apagón de la red eléctrica. La actual Etapa 3 prevé renovar y ampliar todos estos aparatos.
En esta fase del proyecto también se ampliará el sistema de comunicaciones, se instalarán 18 oficinas locales de vigilancia e interpretación (Nodos Locales), y 9 oficinas de Vigilancia y Estudio. Se trata de oficinas en las cercanías de cada RMA que se entregarán a las autoridades provinciales o municipales que dan el sitio, la energía y el servicio de comunicaciones. Gobiernos y municipios interesados tienen acceso directo al sistema.
Estas oficinas, además, recopilan y redistribuyen en tiempo real la información adicional producida por las estaciones meteorológicas automáticas terrestres, sensores remotos instalados sobre grandes espacios geográficos en torno a cada RMA.
Además, está en desarrollo una aplicación para teléfonos móviles abierta a toda la ciudadanía. Cada habitante con la app puede acceder a todo el sistema de radares en tiempo real.
2023: Diez nuevos radares en el país para mejorar la alerta temprana
Por su parte, el coordinador de Pronósticos Inmediatos del SMN, Pedro Lohigorry, explicó: “Con el radar podemos ver dentro de las tormentas, ver si hay lluvia, granizo y de qué tamaño. Es una herramienta fundamental. Pero cada radar tiene una cobertura de 240 km a su alrededor, por eso es importante tener muchos radares. La superposición de esas coberturas es lo que se conoce como mosaico”.
Así, para ampliar la cobertura, entre los años 2023 y 2024 se sumarán 10 nuevos radares a la red, que se ubicarán en lugares estratégicos:
Villa Reynolds, San Luis (RMA12)
Las Lajitas, Salta (RMA13)
Las Catitas, Mendoza (RMA14)
Bolívar, Buenos Aires (RMA15)
Tostado, Santa Fe (RMA16)
Chamical, La Rioja (RMA17)
Alejandro Roca, Córdoba (RMA18)
Ituzaingó, Corrientes (RMA19)
Las Grutas, Río Negro (RMA20)
Santa Isabel, La Pampa (RMA21)
Finalizada la tercera etapa de su despliegue, habrá en total 21 radares RMA del SINARAME y la cobertura alcanzará el 70% del territorio continental americano de Argentina. Con esto, una mayor cantidad de habitantes recibirá alertas inmediatas por tormentas severas, entre otros fenómenos.
Comentario de AgendAR:
La espina dorsal del SINARAME (Sistema Nacional de Alerta de Radares Meteorológicos) son los RMA de INVAP, con un alcance efectivo de 240 km, ya que a esa distancia la mayor parte de las tormentas quedan bajo la línea del horizonte, por muy alta que sea la torre del radar. Inconveniente poco subsanable, no causado no por la tecnología del RMA en sí, sino por la esfericidad de la Tierra.
Pero una tormenta muy severa, de 15 o más km. de altura, sobresale de la línea del horizonte a mayor distancia y se puede detectar su parte superior a 440 km, lo que permite generar alertas mayores de 4 horas, incluso de 8. Y pueden ser más largas aún cuando una tormenta va avanzando por territorio donde se solapa, como un mosaico, el alcance de distintos radares. Lo que vale es la red.
En 2015 los RMA nacionales costaban unos U$ 15 millones cada uno, entre la mitad y un tercio menos que sus equivalentes importados. Su segunda ventaja sobre el incoherente parque de aparatos anteriores a la creación del SINARAME es que operan en la misma banda de microondas, la C, y lo hacen como red unificada, monitoreada por el Servicio Meteorológico Nacional desde su sede en CABA. La tercera ventaja es la alta disponibilidad, posible porque la actualización, el mantenimiento, los repuestos y el service están dentro del país, y pesificados.
En 2016 el nuevo gobierno nacional suspendió a INVAP el pago de radares ya instalados, a espera de lograr la quiebra de la empresa, y paró la segunda fase del despliegue del SINARAME. Pero en 2018 debió reanudarlo por el alto costo político de esa medida, especialmente en las ciudades y provincias ya designadas para recibir un radar, y que se habían quedado sin él.
Cada radar desplegado tiene una cantidad variable, según el caso, de estaciones meteorológicas remotas terrestres, en algunos casos, decenas. Son totalmente automáticas. Miden y transmiten en tiempo real datos sobre lluvia, presión atmosférica, temperatura, humedad, viento, su orientación y velocidad, y en caso de granizo, el tamaño de las piedras.
Es un trabajo que desde el Río Negro hacia el Norte hacían tres veces por día los jefes de las estaciones ferroviarias, y comunicando los resultados al SMN por telégrafo. Desde la privatización ferroviaria y el cierre de tantos ramales, pasaron décadas sin que eso lo hiciera nadie. Ahora la medición es automática y la comunicación va por internet y en tiempo real.
Las estaciones terrestres remotas complementan, verifican o contradicen la información generada por la imagen del radar sobre estos mismos asuntos. Esta información se envía no sólo al SMN sino a las municipalidades y provincias para su interpretación local, que a veces puede llegar a diferir de la del SMN. En un país tan grande, y con tanto sistema climático local, vale mucho el conocimiento regional.
El SINARAME logró integrar por informática los escasos, dispersos y desconectados radares preexistentes, como los del INTA o los anti-granizo de Mendoza o los de la Armada en Puerto Belgrano. El problema es que todos ellos operaban u operan -los que resisten la discontinuación de modelos y falta de repuestos- en bandas distintas, y por ende de una misma tormenta podían ver cosas también diferentes e incluso contradictorias. La integración de todos esos con los RMA en una red común supuso años de calibración y trabajo por prueba y error.
Cortándose sola, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2020 compró un radar alemán Klayton Doppler en banda doble S, lo instaló en Merlo, Pcia. de Buenos Aires, y tiene su propio Centro Único de Coordinación y Control (CUCC) en el barrio porteño de Chacarita. Da alertas de 2 horas, y acepta también, entre otras fuentes internacionales, la data generada por el SINARAME. El SMN tiene ya mucho entrenamiento para interpretar la información de del CUCC. Si la recibe, pese a tanto excepcionalismo porteño.
Incluso cuando se haya cubierto la etapa III del SINARAME con 10 radares más, es llamativo cómo la Argentina más poblada, desde el Río Negro hacia el Norte, empieza a quedar bajo cobertura casi integral con 21 RMAs. Pero la Patagonia, con 1/4 de la superficie nacional y sólo 1,3 millones de los 45 millones de argentinos, sigue con poca capacidad de tener alertas tempranas.
Aún con esa vacancia, que probablemente se vaya subsanando, la Argentina es el único país de la región con un sistema de este tipo.
Doblemente único por estar construido sobre tecnología propia. Y exportable.
El Presidente Joseph R. Biden, Jr. se reunió hoy con el Presidente Alberto Fernández de Argentina en la Casa Blanca. Los dos líderes discutieron la segunda Cumbre para la Democracia actualmente en curso, y se comprometieron a cooperar para fortalecer las instituciones democráticas y las prácticas de buen gobierno en la región. El Presidente Biden y el Presidente Fernández también hablaron de la cooperación entre Estados Unidos y Argentina para seguir apoyando al pueblo de Ucrania y responder a las consecuencias de la brutal invasión rusa, incluso en materia de seguridad alimentaria.
El Presidente Biden elogió a el Presidente Fernández por su trabajo para hacer frente al cambio climático, y expresó su apoyo a la cooperación continua en los sectores de energía y minerales críticos. El Presidente Biden y el Presidente Fernández también se comprometieron a profundizar la cooperación entre Estados Unidos y Argentina en materia de tecnología de punta, así como a colaborar con otros países del G20 en la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para abordar mejor los desafíos globales.
El Gobierno presentó un programa para duplicar exportaciones y reducir la pobreza a la mitad para el final de la década. Quieren discutirlo con la oposición.
El Gobierno lanzó un plan llamado “Argentina Productiva 2030”, que se propone objetivos ambiciosos de cara al final de la década: duplicar las exportaciones y llevarlas a más de u$s180.000 millones, disminuir la pobreza a la mitad, generar más de 3,5 millones de puestos de trabajo, reducir el desempleo al 5%, crear más de 100.000 empresas y que haya un crecimiento per cápita del 30% al 2030.
Para eso, la Secretaría de Industria, que encabeza José Ignacio “Vasco” de Mendiguren, presentó este martes los 11 ejes del plan, que se propone cambiar la matriz productiva, a través de 500 lineamientos de políticas, que incluyen desde proyectos de ley de alivio fiscal, baja de retenciones o libre acceso a divisas. Buscarán discutirlo con la oposición para lograr consenso, dada la proximidad de las elecciones presidenciales.
El detalle del plan fue presentado en el ex Ministerio de Desarrollo Productivo por su coordinador Daniel Schteingart. Explicó que el problema argentino es la “imposibilidad de crecer en forma sostenida, el insuficiente empleo de calidad y los elevados niveles de pobreza y desigualdad”. Desde 1974, Argentina fue el segundo país del mundo que más años pasó en recesión.
El diagnóstico del plan es que existen crisis recurrentes por “falta de dólares y una matriz productiva insuficientemente densa y desarrollada”. Es por eso que el programa, plasmado en un documento de más de 3000 páginas, cuenta con una radiografía de los problemas productivos del país, una revisión de qué ocurre en el mundo y una hoja de ruta con recomendaciones de política, con más de 200 metas cuantitativas medibles.
El plan fue anunciado hace un año, luego de cerrado el acuerdo con el FMI, en un gran acto en el CCK, en el que había participado hasta el Presidente Alberto Fernández. Allí, el ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció que su redacción llevaría un año. Durante la presentación de este martes, Schteingart aseguró que el programa está basado en 11 misiones, una metodología de la economista ítalo-estadounidense, Mariana Mazzucato.
Las 11 misiones son: duplicar las exportaciones; desarrollar la economía verde para una transición ambiental justa; producir más bienes y servicios ligados a la salud; impulsar la movilidad del futuro con tecnologías nacionales; robustecer la defensa y la seguridad nacional a partir de desarrollos nacionales de alta tecnología; adaptar la producción de alimentos; profundizar el avance de la digitalización; desarrollar el potencial minero con cuidado del ambiente; modernizar los sectores industriales tradicionales; crear encadenamientos productivos a partir del sector primario para generar más trabajo; y, finalmente, potenciar la actividad turística para el desarrollo territorial sustentable.
“Hoy la grieta más grande que tiene Argentina es entre la real y la potencial, es incalificable que estemos donde estamos con las posibilidades que tenemos”, aseguró de Mendiguren, ante un auditorio con investigadores, funcionarios y algunos pocos empresarios. “Estamos en un momento bisagra, podemos saltar al desarrollo en forma definitiva”, agregó. Pero resaltó: “Con los recursos que tenemos podemos decidir si queremos ser Nigeria o Noruega”.
Luego de leer en detalle cada una de las 11 misiones, Schteingart habló sobre el cómo llegar a las proyecciones: “Todo muy lindo, pero el cómo sería a través de lo que llamamos políticas de Estado, que incluya por un lado la estabilización macroeconómica. Sin estabilización es difícil invertir y crecer, pero también cambiar la matriz y generar divisas ayuda a la estabilización, es un perro que se muerde la cola”, afirmó. Además, agregó que se necesita la aprobación de proyectos de ley pendientes, algunos sin tratarse en el Congreso, y otros en elaboración: la ley de electromovilidad, de promoción del hidrógeno, de GNL, de hidrocarburos, una ley agroindustrial y una de grandes inversiones, que habiliten proyectos a gran escala en sectores como la petroquímica.
En la hoja de ruta para duplicar las exportaciones, la proyección es que para el 2030 el sector que siga aportando la mayor cantidad de divisas sea el agroindustrial, con u$s60.931 millones, aunque será el de menor crecimiento, debido a que en parte esperan una baja en el precio de los commodities. Los sectores que esperan que más sumen al aumento de las exportaciones son la energía, con Vaca Muerta y el GNL (u$s30.806 millones); los servicios, con el conocimiento y el turismo (u$s22.150 millones); y la minería, con el auge del litio, el cobre y el potasio (u$s15.931 millones).
Ante la cercanía con las elecciones presidenciales, de Mendiguren reveló, durante un almuerzo con la prensa, que tuvieron diálogo con parte de la oposición durante el armado del proyecto, tanto con el PRO como con el radicalismo. “Esto nos tiene que obligar a discutir en campaña si queremos un modelo exportador de materias primas o de agregado de valor”, afirmó de Mendiguren. Por su parte, Schteingart aseguró: “Hay muchos puntos de contacto, se puede diferir en cuánto invertir en política industrial, pero en los sectores potenciales hay más consenso que el que se cree”. De todos modos, el plan no incluye puntos que están en los programas económicos de Juntos por el Cambio, como el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.
De Mendiguren también admitió las dificultades de la implementación del plan. Por un lado, políticas, con un Congreso prácticamente paralizado y sin acuerdo interno entre la misma coalición del Frente de Todos. “Estamos dispuestos a que las leyes salgan o, si no, las implementaremos de alguna forma”, anticipó. Pero, por otro lado, dificultades económicas, como la falta de dólares producto de la histórica sequía. Sobre ese punto, anticipó que el plan de este año es conseguir divisas desde Brasil y China, y asistir al sector agropecuario. “Estamos desesperados por bajar la brecha, pero no por una devaluación brusca”, concluyó.
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El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se reunió con el presidente de Tenaris Brasil, Renato Catallini, para analizar el financiamiento para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner que unirá el yacimiento hidrocarburífero no convencional neuquino de Vaca Muerta con la localidad bonaerense de Saliqueló.
“Estamos construyendo el gasoducto, la obra de integración energética más importante de la historia”, afirmó Scioli en Twiiter.
Al respecto, resaltó que la misma “permitirá exportar el excedente de gas y generar los dólares para el shock productivo”.
“Con el presidente de Tenaris Brasil, Renato Catallini, trabajamos el esquema de financiamiento”, destacó el embajador.
En los últimos días, la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) alcanzó un pico de ocupación con más de 3.000 trabajadores distribuidos a lo largo de los 573 kilómetros de tendido de caños, en una obra cuya finalización está prevista para el 20 de junio próximo.
Diez años después de un estudio histórico sobre la esperanza de vida en Estados Unidos, las noticias son sombrías: el número de años que una persona puede esperar vivir ha descendido por segundo año consecutivo, hasta los 76 años.
La mortalidad materna e infantil está aumentando. Y muchas de las múltiples causas que acortan la esperanza de vida afectan más a los jóvenes: la muerte por armas de fuego, coches y sustancias adictivas, por ejemplo. Una cosa que podría ayudar, dicen los investigadores en salud pública, es que la gente abra su mente a lo que funciona en otros países. «Si nos fijamos en estos países más sanos, son países libres -Inglaterra, Francia, Italia- que no prohíben comidas deliciosas. No encadenan a la gente a cintas de correr», señala Ravi Sawhney, coautor del informe.
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El reactor de investigación RA-10 ya terminó el 99% de su obra civil y el 80% de la obra total, por lo que se espera que el año próximo se encuentre en funcionamiento. Asegurará el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico y abastecerá buena parte de su demanda en América Latina. También permitirá realizar investigaciones en el área nuclear tanto a nivel local como en colaboración con otros países.
El RA-10 es un un reactor multipropósito que comenzó a construirse en 2010, en el Centro Atómico Ezeiza (Provincia de Buenos Aires) y que, tras diversos retrasos, el año que viene entrará en operación, con lo que asegurará el autoabastecimiento de decenas de radioisótopos de uso médico (entre ellos más importante comercialmente, molibdeno 99), contando con capacidad para atender buena parte de la demanda de América Latina. También permitirá hacer investigaciones de gran demanda internacional, por lo que se espera que equipos de diversos países vengan a la Argentina para hacer ensayos en el nuevo reactor.
A partir de una invitación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), TSS pudo recorrer las obras verificar el avance y obtener detalles sobre el centro de investigación que se está formando alrededor del reactor en construcción. Su combustible, de uranio con un enriquecimiento de 19,7% (el máximo permitido para el uso civil), ya está siendo fabricado en CONUAR, en el mismo predio de Ezeiza, y el agua pesada para la operación del reactor ya fue comprada el año pasado. Se trata de 6 toneladas que fueron producidas en la Planta Industrial de Agua Pesada en Neuquén (antes de que en 2018 la cerraran y echaran al personal).
El RA-10 tendrá posiciones internas en su núcleo para insertar elementos diferentes de su combustible para poder ser bombardeados con neutrones. Un ejemplo de esto es el silicio, que cuando absorbe un neutrón se puede convertir en fósforo, dando un material, silicio dopado, con algunos átomos de silicio y otros de fósforo que lo hacen semiconductor. Eso le da valor para la industria microelectrónica. El reactor de Ezeiza tendrá una capacidad de producción de 80 toneladas/año de este material, y ya está recibiendo pedidos de precio.
El reactor también tendrá aberturas alrededor de su núcleo que le permitirán el escape controlado de neutrones. Estos serán usados por el Laboratorio Argentino de Haces de Neutrones (LAHN) de la CNEA, que tendrá 14 posiciones para insertar instrumentos de medición y también muchos gabinetes para que diferentes grupos de investigación de todo el mundo puedan realizar sus investigaciones luego de ser evaluados por científicos argentinos.
El reactor comenzó su contrucción formal en 2010 y, tras los cambios de gobierno y los aumentos y reducciones de presupuesto, crisis financiera, pandemia, y retrasos por la guerra de Ucrania (que generaron algunas restricciones para comprar instrumentos a Rusia que ya habían sido comprados), se espera que el año próximo pueda empezar a operar.
En el mundo solo hay un puñado de instalaciones de estas características y pocas que se puedan usar de forma abierta, por lo que se espera que la colaboración internacional sea muy importante y ya cuentan con tres instrumentos que han sido donados por laboratorios de otros países. Dos provienen de Alemania, quien se encuentra en un plan para cerrar instalaciones nucleares por lo que ya no podrán usarlos, y otro de Suiza, que tienen una reactor similiar pero con solo cuatro posiciones para instrumentos.
Otros dos instrumentos se están desarrollando en el país, llamados Andes y Astor. “Estas instalaciones son difíciles de cuantificar a nivel económico pero está demostrado que en el largo plazo las colaboraciones internacionales generan un impacto muy positivo en el PBI”, explicó Karina Pierpauli, directora ejecutiva del LAHN.
El reactor comenzó su contrucción formal en 2010 y, tras los cambios de gobierno y los aumentos y reducciones de presupuesto, crisis financiera, pandemia, y retrasos por la guerra de Ucrania (que generaron algunas restricciones para el pago de instrumentos rusos ya comprados), se espera que el año próximo pueda empezar a operar con un retraso de cuatro años según lo planteado inicialmente. Herman Blaumann, gerente del proyecto RA-10, dijo: “Estos proyectos, desde la idea hasta que se terminan, suelen llevar 10 años. A nosotros nos llevó 13 con condiciones realmente difíciles. Bueno, creo que la otra novedad es que esto se termina”.
Los diseñadores son la CNEA e INVAP, en forma conjunta, para la parte de ingeniería, y el constructor es Caputo S.A. (rebautizada GCDI). La constructora recibió la adjudicación en 2016 y empezó el vertido de hormigón en 2017. Hoy el RA-10, en pico de obra, tiene 1500 trabajadores directos, y cuando esté en operación tendrá 200. Ya se han invertido unos 289 millones de dólares y la operación costará 15 millones de dólares anuales. Pero hay que añadir unos 50 millones de dólares solo de molibdeno 99, amén de decenas de otros radioisótopos de menor demanda mundial, y otros 40 millones en otros productos y servicios.
Lautaro Espino y Soraya Atencio, operadores de reactores de investigación formados en el Instituto Dan Beninson (CNEA-UNSAM), durante la visita al RA-10.
El proyecto es otro hito en el desarrollo nuclear de la Argentina, que necesitó de los conocimientos acumulados con sus siete reactores de investigación construidos en el país y los cinco exportados. “Una vez que esté construido, el reactor no va a tener grandes costos, es económicamente sustentable con un modelo de negocios bien armado. Ya hemos recibido demanda para irradiación de silicio dopado, así que no parece muy complejo lograrlo. La venta del molibdeno es más compleja pero la calidad del producido en nuestro país es la mejor, por lo que habrá que hacer la logística para llevarlo adonde se lo necesite. Hay interés de una empresa japonesa en comprar la producción del RA-10 para distribuirla en esa región, por ahora es solo un interés, pero parecería que hay una oportunidad siempre y cuando haya, de parte nuestra, una organización que permita abordar la parte comercial con eficiencia, agilidad y con un modelo competitivo”, explicó Blaumann.
Varios actores internacionales han solicitado ya reuniones para adquirir el molibdeno 99 que producirá el RA-10. Se trata de un radioisótopo que se produce en el reactor RA-3 en Ezeiza, de muchos usos en medicina (este elemento decae en tecnecio 99m, que se utiliza en el 80% de los estudios de medicina nuclear en todo el mundo), especialmente para diagnóstico y tratamiento contra el cáncer, y que es producido por pocos países. El mayor productor era Canadá hasta que tuvo que sacar de operaciones al National Universal Reactor que lo producía y no pudo mantener en operaciones a dos reactores que había hecho para reemplazarlo (MAPLE) ya que tuvieron problemas técnicos en la operación, por lo que el RA-10 tiene una oportunidad de mercado única.
Actualmente, la mayor producción de molibdeno 99 se da en Europa y en Australia, gracias al reactor OPAL diseñado por INVAP. También están cerca de terminar su licencia reactores en Bélgica y en Países Bajos. “Si bien hay proyectos para suplantarlos, están lejos en el tiempo y nosotros estamos en el momento justo. Todo esto está pasando en los próximos dos años y estamos ante una oportunidad espectacular para convertirnos en líderes en el mercado mundial”, dijo Blaumann.
El núcleo del RA-10 tiene posiciones vacías en las que también se pueden hacer pruebas de elementos combustibles para ensayar nuevas combinaciones de materiales.
El LAHN también podrá dar servicios a la industria. Los haces de neutrones son capaces de atravezar la materia, de la misma forma que los rayos x, pero, a diferencia de éstos, no interactúan con los electrones sino con los núcleos de los átomos, que ocupan mucha menos superficie, por lo que pueden penetrar más profundamente, especialmente en materiales sólidos. Esto permite, por ejemplo, analizar el estado de componentes de diversas industrias, como rieles de trenes.
El núcleo del RA-10 tiene posiciones vacías en las que también se pueden hacer pruebas de elementos combustibles para ensayar nuevas combinaciones de materiales. Hoy, los ensayos de combustibles de CONUAR se envían al exterior, lo que ocasiona grandes gastos y burocracia. En el futuro se podrán hacer sin salir del predio y hasta se podrán recibir muestras de fabricantes de otros países, lo que permitirá conocer la forma de trabajo de ellos y sus investigaciones en la materia. Esto es muy importante porque la Argentina es de los pocos países capaces de fabricar sus propios combustibles y, además, al ser fabricante de reactores en nuestro país y en el exterior, debe poder garantizar que estos tengan combustibles adecuados.
Una particularidad del RA-10 frente a otros reactores de investigación es que podrá tener un ciclo de operación de 29 días y medio frente a los de tres a cinco días de operación de otros reactores, lo que le permite producir más en menos tiempo. Esto se debe a que la carga y descarga de elementos se podrá hacer mientras el reactor esté en operación. Tomás Avallone, quien tendrá responsabilidad en la operación del reactor cuando esté en funcionamiento, explicó: “Hasta diciembre del año pasado estuve desarrollando prácticas operando el RA-3 y la verdad es que son reactores distintos, es una tecnología diferente. El RA-3 tiene 55 años y se ha actualizado, los dos van a producir radioisótopos”.
“Es muy importante entender que este tipo de instalaciones, más allá de sus potenciales de investigación, desarrollo, innovación y producción para la industria, tienen un impacto social muy trascendental desde la salud. Eso es para mí lo más importante, porque para desarrollar proyectos nucleares antes de la capacidad técnica necesitamos la licencia social. Necesitamos que primero nuestra sociedad entienda que hay que desarrollar este tipo de proyectos, que tenemos que desarrollar la tecnología nuclear para llegar a cada rincón del país”, dijo Avallone.
Matías Alonso
Opinión de AgendAR: Poniendo la lupa sobre los números que da el colega Alonso, el mercado mundial de radioisótopos cerrará 2023 con una facturación de U$ 8.8820 millones. Traccionado por el producto estrella, el molibdeno 99, y la aparición de otros novedosos, como el talio 201, se espera que crezca entre un 8 y un 9% anual para llegar a U$ 19.040 millones en 2033. Con capturar sólo el 20% de ese mercado (para lo cual le sobra tamaño), el RA-10 podría -en teoría- exportar U$ 1905,12 millones en 2024 y U$ 3808 millones en 2033.Son números conservadores: con un reactor similar pero más chico, menos complejo y más viejo, el OPAL de Sydney, empezando desde 2006 y remándola desde abajo, Australia aprovechó la salida de servicio y/o la baja disponibilidad de un par de monstruos proveedores (Canadá y Holanda) y logró capturar el 40% del mercado mundial de radioisótopos. ¿Podemos repetir esa hazaña?Durante los 50 años de primera vida útil del RA-10 se esperan algunas bajas de proveedores mundiales importantes, de modo que a la planta de Ezeiza podría transitar algunos tiempos no totalmente monopólicos, pero sí MUY interesantes. Desde 2009 falta molibdeno 99 en el Hemisferio Norte, se usa para producir los mejores diagnósticos por imagen nuclear, sean oncológicos, cardíacos, neurológicos, metabólicos o de autoinmunidad. Su falta en los países ricos de Norteamérica, la UE y Japón es una tragedia médica bien disimulada: en esos países los estudios de imagen nuclear se hacen con menor potencia resolutiva sin que los pacientes tengan idea de que existen otros mejores desde hace 20 años… pero no hay suficientes reactores en el planeta. Entre eso, y una vida media de apenas 66 horas que no permite estoquearlo sin que se inutilice por decaimiento radioactivo, el molibdeno 99 viene costando precios de escándalo.Como sea, sólo con la primera proyección de ventas, el RA-10 podría ganar U$ 3808 en 2033, lo que equivale -en ese año- a pagar su costo de diseño y construcción en… un mes y medio.Y eso lo podría hacer sin torcer ninguna ley ambiental ni destruir cuerpos de agua superficiales o subterráneos, ni emporcar ecosistemas y ciudades de llanura con pesticidas o devastar otros de bosque, o deshacer conquista laboral alguna, sin exigir a gritos libre repatriación de capitales, sin ceder 520.000 hectáreas rionegrinas sumamente reales a una minera australiana para fabricar bienes imaginarios como el hidrógeno verde, y sin desplumar de sus garantías en dólares a nuestros jubilados para vendérselas a los fondos buitre. Son U$ 3808 millones/año en 2033 sin hacer nada de eso. Lo que teníamos que hacer ya lo hicimos, y durante 73 años y bien, desde que existe la CNEA. Son U$ 3808 millones/año ganables sin destruir la Argentina, más bien haciéndola crecer.Por eso me dan ternura (no me crean) los economistas que se dicen tecnólogos (haceme reír) y piden todo eso y más, y para que la Argentina pueda exportar más y más naturaleza cruda «y salir de deudas», ja. De bitcoins y bicicletas, manyan lo que quieras, pero de lo material, esos tipejos no diferencian un chip de un poroto de soja. No hablan del RA-10 por alevosos, sino más bien por estúpidos. Todavía no se enteraron de que existe. Y de que el gobierno anterior lo atrasó 4 años.Este reactor de Ezeiza, como en su momento también el OPAL de Australia (construido por INVAP, detalle que faltó decir), pueden generar más negocios indirectos que directos, a la larga. Uno de ellos es el de diseñar, construir y exportar reactores multipropósito: casi todo el mundo quisiera tener una vaca lechera de éstas, pero hay que diseñarlas, construirlas y pagarlas. La Argentina ya tiene 7 reactores de estos exportados: los RP-0 y RP-10 de Perú, el NUR de Argelia, el Inshas de Egipto, el citado OPAL de Australia, la ingeniería básica del RMB brasileño, y últimamente un reactor chico de docencia en Arabia Saudita y el reemplazo del Pallas, el segundo más potente del mundo en Holanda. Salvo Perú, donde la venta la hizo la CNEA, el resto son operaciones de INVAP. Firma creada «ad hoc» por la CNEA y considerada actualmente como la mejor proveedora del mundo en materia de reactores. Estatal, además, apa.El RMB se pactó en tiempos de Dilma Rousseff, pero Michel Temer y Jair Bolsonaro lo frenaron. Se espera que Lula lo resucite. El sustituto del Pallas no está en obra sino en rediseños de los rediseños, porque en Holanda un reactor de 40 MW debe tener consenso de toda la sociedad. Esto a veces fuerza a rehacer planos cuando algún grupo por los derechos animales arguye que no hay recovecos de anidamiento previstos para los murciélagos (sic) en el enorme edificio. Lo cual es cierto, no se entiende cómo a INVAP no se le ocurrió ese asunto. Eso quiere decir que durante bastantes años el RA-10 no tendrá que soportar la competencia de otros reactores multipropósito, al menos argentinos. Da para descorchar champagne. Son lo mejor. Y somos un peligro vendiendo.
El otro gran negocio indirecto de tener el reactor multipropósito más potente y moderno del Hemisferio Sur es la cantidad de ingenieros, físicos y químicos (todos ellos nucleares) que vendrán desde otros países a completar sus estudios, tesis, doctorados y otras publicaciones aquí. No hay ninguna planta en esta parte del mundo que produzca neutrones en semejante cantidad y densidad. Y pasar aquí unos años irradiando cosas y publicando «papers» suena bien: la vida en Argentina por ahora es carísima sólo para los argentinos.Algunos visitantes vendrán becados, otros pagando, pero todos se irán bastante impresionados por la capacidad tecnológica del Programa Nuclear Argentino. Alguno entre las muchas decenas tal vez se vuelva Ministro de Salud de su país y nos compre muchos radioisótopos, o un reactor. La educación multiplica negocios porque multiplica imagen.Otro profesional extranjero, no necesariamente de la región, becado o pago, quizás devenga en Ministro de Energía, y quiera una central de potencia CAREM, que no produce neutrones sino electricidad, probablemente de modo muy seguro y barato, más aún que las mejores plantas PWR de la actualidad. Máxime si durante su estadía en Ezeiza, ese estudiante se toma un bondi hasta Lima, provincia de Buenos Aires, y junto al Paraná de las Palmas y las Atuchas 1 y 2 ve el prototipo de 32 MWe en construcción. O si tiene suerte (si tenemos suerte y «esos economistas» no lo vuelven a parar), en funcionamiento. Otro proyecto que suma atrasos. Pero éste, desde 1984.Ahí con el CAREM ya no estamos hablando de un mercado de 4 o 5 unidades por década, como el de los reactores multipropósito de investigación. Ahí estamos hablando de máquinas de potencia compactas y modulares, que, como el CAREM, se pueden fabricar en serie, transportar semi-ensambladas en barco, camión y riel, montar en meses en destino y vender de a decenas de módulos por año. Estamos hablando de cifras de exportación como las que maneja el campo. Cuando llueve, al menos.Como sea, el RA-10 es un posible punto de inflexión para la economía argentina. Si algún partido político se cura del extractivismo puro de los ´90 y redescubre el átomo, ¿quién dirá que el negocio nuclear es vender electricidad? Eso es una idiotez.El negocio nuclear es vender tecnología.Durante el próximo medio siglo, el RA-10 será una vidriera de esa idea. Tal vez algún partido político argentino la compre. O recompre.Daniel E. Arias
Unas 1.800 personas tuvieron dengue en lo que va de la temporada en la ciudad de Buenos Aires. Según el último boletín de CABA, entre julio de 2022 y el pasado 26 de marzo (semana 12 de 2023) se confirmaron por prueba 1.166 casos de dengue, de los cuales el 42% estaban en la comuna 9 integrada por los barrios de Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos.
Desde el Ministerio de Salud porteño informaron que se estima que los casos ascendieron a 1.800 en lo que va de la temporada, y se mantienen principalmente en esos tres barrios, aunque también hay casos en otros de las comunas 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios), 7 (Flores y Parque Chacabuco), 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo), 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita), y en menor medida en las comunas 14 (Palermo), 15 (Agronomía, Chacarita, La Paternal, Parque Chas, Villa Crespo y Villa Ortúzar) y 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución).
Actualmente, existen cuatro serotipos de dengue: 1, 2, 3 y 4; en la actualidad en la ciudad de Buenos Aires están circulando los tipos 1 y 2.
En las redes sociales, desde el ministerio porteño destacaron los cuidados y recomendaciones a tener en cuenta para prevenir la transmisión de la enfermedad. Por ejemplo, recomiendan el uso de repelente y espirales, vaciar recipientes que acumulen agua, tirar agua hirviendo en desagües, entre otras medidas.
La situación del Dengue en los hospitales porteños
El aumento de casos de dengue en la Ciudad de Buenos Aires llevó al Hospital Muñiz a habilitar una sala específica para esta enfermedad, aunque sus directivos advirtieron que no se registran casos de mayor gravedad que años anteriores y que si las temperaturas comienzan a descender «la curva va a empezar a declinar». «En el hospital hemos tenido que abrir una sala específica para dengue, las cifras fueron creciendo de una manera exponencial, aunque esta semana se estabilizaron», dijo el subdirector del Hospital Muñiz Juan Carlos Cisneros en diálogo con Télam.
El directivo informó que para el 19 de febrero habían tenido sólo un paciente con dengue, pero ayer llegaron a los 177 diagnosticados por test en el Muñiz. Hoy el centro de salud tiene quince personas internadas con esta infección, de las cuales tres son pacientes pediátricos, y sólo dos se encuentran en terapia intensiva.
En el caso del Muñiz, por tratarse de un hospital centinela en cuanto al dengue, es decir referente de la vigilancia epidemiológica, el diagnóstico se sigue realizando a través de la prueba; mientras que en otros centros de salud desde el viernes se diagnostica por síntoma y zona de residencia, ya que hay barrios muy afectados, como Mataderos.
En relación a si este año la gravedad de los casos es mayor que temporadas anteriores, Cisneros señaló que «lo que estamos viendo en el hospital es que no hay casos graves; de todos los pacientes que atendimos sólo dos están en terapia intensiva, uno es una persona inmunocomprometida severa, y el otro caso es una persona que tuvo dengue hace unos cuántos días atrás, por lo que es difícil determinar si es o no por este virus. No estamos viendo que haya una gravedad particular».
Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz
El especialista recordó que el último gran brote nacional de dengue fue en 2020, en coincidencia con el comienzo de la pandemia por coronavirus; en tanto que específicamente la ciudad de Buenos Aires se vio más afectada por el brote de 2016.
«En 2016 en el hospital tuvimos que poner para atender a las personas con dengue algo similar a lo que fueron las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) para Covid. En el Muñiz estamos teniendo más casos que en 2020 pero a nivel global, lo que se observa en la ciudad de Buenos Aires es que el brote es menor todavía que el que hubo ese año», precisó.
Respecto a las formas graves, señaló que «el cuadro más complicado que puede generar el dengue es la fiebre hemorrágica que afecta a todos los órganos». «Cuando se tiene dengue por primera vez se estima que sólo el 3 por ciento de los pacientes desarrolla ese cuadro; la segunda vez puede afectar entre un 15 y un 20 por ciento y la tercera vez afecta a más del 20 por ciento de las personas infectadas«, precisó.
Cisneros explicó que «esto tiene que ver con la reacción del sistema inmunológico frente al virus; por un lado el cuerpo genera anticuerpos para el tipo de dengue con el que la persona se infectó, pero si se infecta con otro serotipo aumenta mucho la respuesta inflamatoria y puede derivar en cuadros como la fiebre hemorrágica».
«Si el tiempo acompaña con la baja de temperaturas la situación va a comenzar a declinar por la propia dinámica del mosquito que a menos de 14 grados ya no se reproduce; sin embargo, si tenemos otra ola de calor la situación puede empeorar e incluso superar el brote de 2020», concluyó.