Primeros frutos del acuerdo Xi-Trump. China suspende restricciones a la exportación a EE. UU.

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El gobierno de China anunció ayer la suspensión temporal de las restricciones a la exportación de minerales estratégicos hacia EEUU, en un nuevo gesto de distensión entre las dos principales potencias económicas mundiales.

La medida, que estará vigente hasta el 27 de noviembre de 2026, alcanza al galio, germanio y antimonio, componentes críticos para la fabricación de semiconductores y baterías de litio, según confirmó el Ministerio de Comercio de Beijing en un comunicado oficial.

La suspensión, que entró en vigor inmediatamente, revierte las restricciones impuestas en diciembre de 2024 y refuerza la tregua comercial acordada entre el presidente chino Xi Jinping y su par estadounidense Donald Trump durante su encuentro del 30 de octubre pasado en Busan, Corea del Sur.

Además, el viernes último China había anticipado la suspensión por un año de otras medidas de control sobre exportaciones implementadas el 9 de octubre, que incluían límites ampliados sobre materiales de tierras raras y grafito de doble uso, esencial para vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento energético.

Beijing también levantó las restricciones sobre materiales superduros como diamantes y carburos industriales, utilizados en procesos de manufactura y perforación.

El paquete de flexibilizaciones comerciales forma parte del acuerdo bilateral que contempla la reducción de aranceles y la suspensión de medidas proteccionistas durante un año, en un intento por estabilizar la relación entre las dos economías más grandes del planeta.

Proyectos de base tecnológica destacados en el concurso IB50K del Instituto Balseiro

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La jornada de premiación del IB50K 2025 fue desarrollada en el Instituto Balseiro, institución dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo. Allí, se entregaron los premios y menciones especiales en la 15° edición de este concurso que fomenta la creación de Empresas de Base Tecnológica en Argentina, mediante la convocatoria a jóvenes a presentar planes de negocios que se enmarcan en el desarrollo tecnológico-industrial, la transferencia y la innovación.

El primer premio fue otorgado al proyecto Calíape que a través de una aplicación móvil utiliza Inteligencia Artificial para reconectar al médico con el paciente. El segundo premio del IB50K y premio especial del CONICET fue entregado a Bio H41 que presentó un innovador activo cosmético natural inspirado en levaduras patagónicas; y el tercer premio a Odycell Nanotherapies que desarrolla terapias celulares de nueva generación para tumores sólidos con nanotecnología e inmunoterapia.

El proyecto premiado Calíape transcribe consultas médicas, genera historias clínicas precisas y envía indicaciones claras al paciente. “Nosotros decidimos usar el método científico en el abordaje de la solución que proponemos. Las IA generativas son programas de computadora de tal complejidad que recién se los está empezando a comprender, con estudios desde una variedad de disciplinas. Nuestro proyecto usa una serie de IA generativas, cuyo comportamiento debe ser validado en el consultorio médico a partir de métricas precisas, determinadas en condiciones conocidas y reproducibles”, expresó Flavio Colavecchia investigador del CONICET, del Centro Atómico Bariloche, en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Y añadió: “En nuestro caso usamos la estadística, el análisis de señales, y metodologías del procesamiento del lenguaje natural para estudiar el flujo de información que va a manejar nuestra aplicación. Esta etapa de validación científica es fundamental para asegurar el éxito en el uso de Calíape”.

A su vez, Colavecchia, experto y mentor en Calíape, explica que distintos tipos de IA se utilizan en la vida cotidiana, y la salud no es ajena a este cambio de paradigma, “en la actualidad en el sector salud vemos IA específicas, sobre todo en el área de diagnóstico por imágenes. Por ejemplo, en Fundación Intecnus estamos trabajando con IA específicas para la determinación de densidad mamaria en mamografías, el cálculo de magnitudes clínicas relevantes a partir de resonancias magnéticas cardíacas, e incluso, sistemas de asistencia a la planificación de tratamientos en Radioterapia. El uso de IA generativas es todavía incipiente, pero sin duda va a marcar un antes y u después en la adquisición y gestión de datos médicos”.

Sobre el reconocimiento especial del CONICET de Enfoque Transdisciplinario en Innovación Tecnológica María Celeste Ratto, directora del CONICET Patagonia Norte, destacó: “Para el CONICET es muy importante apoyar esta iniciativa del Instituto Balseiro que hace tantos años viene incentivando la innovación. Gran parte de los proyectos está integrado por personal del CONICET lo que muestra nuestro compromiso con el desarrollo de soluciones a los problemas y desafíos de nuestra sociedad”. Asimismo, Ratto destacó que “este año nuestro premio estuvo dirigido a los mejores proyectos que mostraran enfoque interdisciplinarios a fin de fortalecer una visión de la ciencia colaborativa y multidisciplinar”.

Bio H41, proyecto ganador de este premio especial y del 2do. premio del certamen, se trata de una startup que desarrolla ingredientes cosméticos innovadores a partir de levaduras patagónicas. Es una alternativa biotecnológica y sustentable para la industria cosmética global basada en la fermentación de precisión para activos con propiedades antioxidantes y fotoprotectoras con un enfoque que se centra en los bioprocesos sostenibles de bajo impacto ambiental.

“En este premio hay gran relevancia del CONICET. En nuestro equipo hay investigadores que hace más de 20 años pertenecen al organismo y han estudiado durante mucho tiempo. Es importante el premio de una institución tan reconocida para validar toda esa investigación”, expresó Matías Altilio, líder de Bioprocesos y Operaciones de Bio H41. Y resaltó el impacto y la cadena de valor que genera la sinergia entre el CONICET y la industria privada.

Con visión a futuro Altilio aseguró que “en el corto plazo pensamos concretar nuestras primeras ventas en el mercado local y validar comercialmente nuestro producto. A 10 o 15 años proyectamos contar con una planta propia de producción”. Y agregó: “Soy fermentadorista y es un sueño que compartimos tener nuestra planta para cultivar los grandes microorganismos y captar el mercado global. Pero no solo eso sino también generar fuentes de trabajo para la economía local y para el sistema científico, necesitamos más industria privada para reinvertir en ciencia”. Del equipo forman parten los especialistas del IPATEC (CONICET-UNCo) Diego Libkind como responsable de vinculación y asesor científico, Martín Moliné responsable de I+D, y Nazarena Ansaldi, investigadora I+D.

Además, entre los equipos finalistas se presentaron proyectos con participación de especialistas del Consejo que buscan soluciones innovadoras con impacto económico, social y en salud, que fueron distinguidos con premios especiales brindados por distintos patrocinadores del IB50K.

Entre ellos se encuentran, Circa Therapeutics, una start up biotecnológica que desarrolla fármacos innovadores para cánceres raros sin opciones terapéuticas; H2Hydra que desarrolla una plataforma de software especializado en el diseño y evaluación tecno-económica de proyectos de hidrógeno verde; InTest.Ar un test domiciliario, no invasivo y multibiomarcador que permite detectar de forma temprana lesiones precursoras de cáncer colorrectal, y Scargoth de construcción de hábitats modulares inteligentes, ultraeficientes y desmontables.

Geopolítica de la Inteligencia Artificial

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Sobre la prospectiva de la Inteligencia Artificial operan varios grupos que impulsan variados análisis, bastante contradictorios, lo cual complica conocer cuál es la situación objetivamente real y su probable evolución.

Para pasar en limpio cuáles son los jugadores en las cuestiones de Inteligencia Artificial, conviene repasar uno por uno. Tenemos:

1) entidades financieras que invierten en la IA asociados a las poderosas empresas high tech;
2) grupos políticos de ideología libertaria de extrema derecha, asociados a los anteriores;
3) élites políticas que quieren controlar a los high tech por la real pérdida del poder propio o la de los estados;
4) otros grandes grupos económicos que manejan economías bien tangibles (medios, alimentos, energía, minería) y que ven disminuido su poder financiero relativo;
5) países que compiten geopolíticamente en la frontera del desarrollo de la IA;
6) sectores militares interesados en tener bajo control las nuevas aplicaciones de la IA para las tareas de inteligencia o del desarrollo de nuevos sistemas de armas.

Principalmente se argumenta sobre tres aspectos del desarrollo de la IA:

a) los grandes apostadores, las inmensas inversiones directas necesarias, su valor en las bolsas accionarias y la disputa sobre el mercado;
b) las de índole geopolítica, y
c) los problemas sociales que sus aplicaciones pueden provocar. Veamos en detalle el primero.

La carrera competitiva de la IA se libra entre los barones de la high tech (pocos, pero poderosos): Peter Thiel, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sam Altman, Elon Musk y Larry Page, que no solo actúan en búsqueda de riqueza, sino de poder político, aunque muy mezclado con quimeras científicas.

Ray Kurzweil profetizó el “momento de singularidad”, un instante mágico “cuando la IA alcanzara el nivel de la inteligencia humana y la máquina fuera más eficiente que el hombre en todas las disciplinas”.

Sam Altman, creador de ChatGPT en 2022, lanzó ahora el GPT-5, en búsqueda del codiciado grial, la super IA (ASI), que superaría a la inteligencia humana en todas las áreas (ciencia, creatividad, intuición). No solo está Altman, sino también Google (con Gemini 3.0), Microsoft (OpenAI), Amazon (Anthropic), Elon Musk (Grok 4.2) y Mark Zuckerberg, (Meta Llama A4). Todos ellos construyendo enormes data centers, con inversiones que son una potencial burbuja en construcción.

Frente a este panorama Altman ha dicho recientemente que “cuando surgen las burbujas, la gente inteligente se entusiasma demasiado con un núcleo de verdad. Si miras la mayoría de las burbujas históricas, como la tecnológica, había algo real. La tecnología era realmente importante. Internet fue un asunto enorme. Pero la gente se entusiasmó en exceso”.

Actualmente tenemos un círculo, que no sabemos si es virtuoso o vicioso: OpenAI pagará cientos de miles millones de dólares a Oracle por capacidad de cómputo que le entregue. Oracle pagará decenas de miles de millones a Nvidia para que entregue chips para esos centros. Y Nvidia promete a su vez reinvertir buena parte de esa cifra en OpenAI. Pero nadie tiene certezas sobre la rentabilidad futura de estos negocios.

Las encuestas indican que casi el 80 por ciento de las empresas que adoptan IA no percibe mejoras sustanciales en resultados. Todos quieren ser ganadores. Pero no habrá lugar para todos. Esto recuerda anteriores burbujas tecnológicas, cuando el colapso de las criptomonedas se desencadenó a partir de círculos de crédito cerrados y autosostenibles.

Estas estructuras de inversión tan sofisticadas traen a la memoria las prácticas de los bancos que empaquetaron hipotecas en valores de alto riesgo y vendieron productos complejos bajo apariencia de seguridad. La burbuja financiera que terminó en la “crisis de los derivados”, que provocó el crac global del 2009. Además, hubo otros fracasos: el Metaverso de Zuckerberg (2020) y las puntocom (2000), cuya caída hizo quebrar a miles de empresas y destruyó varios mercados;

El gasto en IA representa más del 90 por ciento del crecimiento del PIB estadounidense en la primera mitad de 2025, superando al consumo de los hogares. Las señales de fragilidad afloran en la economía estadounidense: aunque los valores tecnológicos se dispararon desde 2022, porque las tres cuartas partes del crecimiento del valor accionario del S&P 500 se explican por el impulso de firmas tecnológicas vinculadas a la IA. Pero lamentablemente la participación de sus beneficios sobre el S&P 500 fueron muy pobres.

La prospectiva comercial está llena de riesgos y de dudas: los data centers se degradan a gran velocidad, los chips se tornan obsoletos en pocos años y cada generación de IA genera menores incrementos de eficiencia. Las mejoras de cada nuevo modelo ya no logran justificar las inversiones multimillonarias, lo que alimenta el escepticismo sobre la viabilidad de las inversiones para alcanzar la superinteligencia. La inquietud en el sector es creciente, ya que el valor actual de Nvidia es 94 veces el de Ford y es peligroso para cualquier nación que el crecimiento económico dependa crecientemente de un solo sector y, peor aún, de un solo gigante tecnológico.

Altman está convencido de que la burbuja de la IA se pincha. Lo asume y divulga para salvar su empresa, la primera del sector de la IA. Considera que no hay en el mundo tanto dinero en las bolsas para invertir los billones de USD necesarios para todas esas compañías. Es decir, cree que algunas caerán y muchos inversores perderán bastante dinero en toda la burbuja de los data centers que han montado. Actualmente, existen entre 11.000 y 11.500 data centers en el mundo (40 por ciento en EEUU, 25 por ciento en Europa y 20 por ciento en Asia-Pacífico), según estimaciones de Cloudscene y Synergy Research Group. Todos voraces consumidores de computadoras de almacenamiento, electricidad, agua para refrigeración y capitales colosales. Entre servidores, energía eléctrica (el mayor costo operativo), redes y conectividad (fibra óptica), refrigeración (agua y sistemas de refrigeración), así como mantenimiento y seguridad, el gasto global oscila entre 300.000 y 400.000 millones de dólares anuales.

Pero en realidad, la verdadera inquietud para concentrar esfuerzos del gobierno de Trump y de los barones de la high tech es poder competir con China, desde el momento en que una startup de Liangzhu, considerada la Silicon Valley china, presentó su revolucionario DeepSeek, con código abierto de entrenamiento, muy competitivo con sus rivales occidentales. Se construyó en un año y con costos muy bajos.

Ricardo Auer

Argentina en el mar V – Pampa Azul 2.0

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«Publicado en El blog de Abel el 31 de octubre de 2017»

Estos posteos que escribe Daniel Arias – Argentina nuclear, satelital, marina – pueden ser agrupados -estoy pensando en la forma de hacerlo- con un título como «La Argentina que puede ser» (aparte del libro que muchos reclaman). Pensando en publicista, siento que la condición principal es que bastantes argentinas quieran que sea.

A.B.F.

Pampa Azul 2.0

El cauto silencio de los lectores en relación a mis propuestas de construir barcos nucleares indican que una parte de ellos se pregunta qué me fumé. Hoy el asunto les parece “Fantasy & Science Fiction”.  Están con el síndrome de postrauma electoral, compañer@s. Y lo comparto.

En tiempos de perder libertades, derechos e industrias, los argentinos nos ovillamos como perros apaleados. Perdemos esa capacidad de “¿Y por qué no?” que algunas veces nos hizo renacer de las cenizas. Pero uno, amig@s, es lo que uno hace con lo que hicieron de uno, y lo mismo vale para los países. De los laberintos se sale por arriba.

Veo su sonrisa escéptica. Yo hablo de ponerle átomos a un programa del gobierno de CFK (Pampa Azul) que todavía goza de buena salud, bajo la precaria protección del  Ministerio de Ciencia y Tecnología, mientras en la práctica éste va degradándose en medios y autoridad al nivel de una Secretaría. Entre tanto, el gobierno le prende fuego, incansable, a todas esas ramas del árbol industrial argentino “que nos separan del mundo” con su terquedad en existir, algunas tan diferentes entre sí como la del calzado, la metalmecánica, la láctea, la textil, la ferroviaria y la electrónica; pero la preferencia por exterminar rápido y bien los brotes nucleares, espaciales, radarísticos, biotecnológicos, de armamento y aeronáuticos surgidos desde 2004 es clarísima. Son gravosos para ciertas embajadas. Y arden fácil, como las incursiones en alta tecnología de cualquier país, chico, mediano o grande, cuando no tienen demanda, sostén o licenciamiento estatal.

Entre tanto, la rampa de deuda externa que garantiza que no la vuelvan a tener ya la pagan chicos sin escuela, adultos sin empleo, discapacitados sin pensiones y jubilados sin medicamentos. Lo de hoy hará sangrar a millones de argentinos que aún no nacieron, y a sus hijos. Pero nacerán y algo habremos de dejarles, además de deudas y dudas.

Yo elijo dejar un programa de largo alcance. Formular un plan y atenerse a él es resueltamente ajeno al pensamiento y la práctica del político argentino promedio, un referente en enroques y en roscas. Se entiende: no se forman buenos coreógrafos en un teatro en llamas.

Este programa en particular es parte de algún plan mayor de reindustrialización y complejización (perdón por la palabreja) de la economía, y de reconstrucción del estado. Son asuntos inseparables, pero eso lo dejo a otros que entiendan más. Me atengo a la parte que más me interesa: reconstrucción naval y nuclear, haciendo sinergia.

¿Es un aporte mío? No mucho. Logro imaginarlo porque –perdón, don Newton- pude pararme, medio tambaleando y mareado, sobre los hombros de gigantes, en este caso Segundo Storni, Jorjón Sabato, los hermanos Carlos y Oscar Varsavsky, Carlos Castro Madero, Franco Varotto, Mario Mariscotti, Becho Murmis, Renato Radicella, Roberto Cirimello, Cacho Otheguy, Carlos Aráoz y sigue la lista. ¿Es viable el plan? No sin intentarlo. ¿Nos dejarán? No, pero ¿volveremos a dejar que no nos dejen? Amig@s, en la cancha, como siempre, se verán los pingos.

De modo que aclaro nuevamente:

Estoy planificando para la reconstrucción, con otro gobierno. Ni estos lograrán matar a la Argentina ni ésta morirá con nosotros.

Tenemos 1,87 millones de km2 de territorios nuevos –casi todos abisales- de los cuales sólo gozaremos de soberanía indisputada en 370.000 km2. El resto, a discutir, y la pulseada principal será con el Reino Unido.

Por un efecto paradójico del calentamiento global, la banquisa antártica está en expansión, las tormentas en ese océano se han vuelto más frecuentes y peores, y la navegación local cada vez más peligrosa. Más tarde abundaré en dudas sobre este desconcierto.

Es indudable que en esta crisis hay una oportunidad: podemos ser el primer país del mundo en construir dos barcos diseñados específicamente para bancarse a año completo ese escenario antártico empeorado, y vender sus servicios oceanográficos y de rescate a terceros países. Con los “fierros” adecuados, en ese infierno ululante hay plata a hacer y soberanía a ganar.

Soberanía práctica, porque las cosas que averigüemos sobre nuestros fondos serán los anchos de espadas, de bastos, y los sietes de oros y espadas en una mesa de truco peligrosa pero inevitable. Sin una idea científica detallada de qué hay ahí en las llanuras abisales y un rearme de la Armada con naves propias, no podemos ni sentarnos a negociar titularidades, sea con Su Graciosa Majestad o con Magoya. Sin ese valor agregado, nuestra autoridad es verso. Eso lo dijo Vicente Palermo, del Club Político, al toque de que CONVEMAR nos diera esos papeles. Pero creo que Palermo subestima a mi país.

Sí, claro, me dice Ud. Venirle con fierros propios a la Armada. Para ridiculizarme, me tira una cita de un tal Arias, autor que me suena familiar:

Una revisión somera del catálogo Histarmar de buques de la Armada entre 1900 y 2013 arroja un total acumulado de 318 naves de todo tipo, de las cuales 56 fueron construidas en la Argentina. Si dejamos fuera las ensambladas aquí bajo licencia extranjera, quedan 47 naves realmente Nac & Pop, con apenas 12 de combate. Pero si estrechamos la búsqueda a barcos exclusivamente de guerra de diseño y construcción local, la lista se abrevia a 10, y chicos: 8 rastreadores y 2 patrulleros, muchos impuestos por un tal presidente Perón. 10 barcos sobre 318.  Sí, el 3,78% del catálogo”.

En suma, Ud. me echa en cara que mi plan no sólo contraría la cultura política sino la naval que padecemos. Y añade, en plan de guapo, que es más fácil encontrar ratas en una caja fuerte que keynesianos en los partidos, en la UIA o en la Armada.

¡Tenga mano, compañer@!, retruco, gauchesco. ¿Iraolagoitía, Quihillalt y Castro Madero no eran navales, o sólo me parecieron? ¿Y acaso leyó “Nuestros intereses marítimos”, del Alte. Segundo Storni? Buena mía, no lo leyó.

Ud. me contesta, tajante, que la Armada a Storni tampoco lo leyó. Se limitó a hacerle grandes homenajes fúnebres para enterrar mejor sus ideas, de las que se olvidó hace mucho. Y luego me acorrala otra vez con mis propias palabras: los almirantes que en 1988 impidieron darle nueva motorización diésel-eléctrica y 30 años más de vida útil al portaaviones ARA 25 de Mayo, según la propuesta del Ing. Ernesto Marta,  también eran navales.

Y luego de pensar un segundo, añade con maldad que esos lograron mucho más que el desguace posterior de esa nave. Lograron  el desguace de los Astilleros Río Santiago (ARS) y TANDANOR, de paso y cañazo. Su Graciosa habrá aplaudido… ése era el blanco principal. Los astilleros, no el portaviones.

Para mayor claridad, ARS llegó a construir las 4 mayores naves sudamericanas: los petroleros Ingeniero Huergo, Ingeniero Silveyra, José Fuchs y Presidente Illia, de doble casco y 60.000 toneladas, entre 1979 y 1983, pedidos por YPF. Desmontar los ARS y TANDANOR, la Fábrica Militar de Aviones (hoy FAdeA), y la CNEA e INVAP deben haber sido artículos principales en algún Tratado de Versailles secreto que la Argentina habrá firmado, supongo, entre 1982 y 1983, acaso para poder rendirse en Malvinas sin bancarse horas después una guerra mucho peor con Chile. El que viva lo sabrá, si quedó algún papel escrito de todo ello. Lo que yo quiero es romper ese tratado, pero sin alharaca.

ARS nunca recuperó su salud pre-menemista, en parte por cambios de la tecnología de construcción naval, en parte porque el eje geográfico de la misma se desplazó al Lejano Oriente, y fundamentalmente por la desaparición del concepto de que el estado puede y debe comprarle al estado.

En los ’60 y ’70, traccionados por los pedidos de ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas), YPF, la CNEA y Ferrocarriles Argentinos, más algunos de la siempre renuente Marina, estos enormes talleres daban trabajo directo a 8000 personas, ranqueaban como los mayores del subcontinente, hacían graneleros, “bulk carriers”, containeras e incluso tanqueros de doble casco de 60.000 toneladas, y ganando plata. Había que ver a los ARS en sus épocas de gloria. Sí, tiene razón, en 1988 el 25 de Mayo fue un blanco de oportunidad. Lo importante no era tanto destruir el portaaviones sino la capacidad argentina de rehacerlo a nuevo en casa. No fuera que luego quisiera hacerse también una flota propia.

Aunque en su resucitamiento kirchnerista ARS llegó a fabricar 4 graneleros de 27.000 toneladas para Wilhelm Finance Inc., de Alemania, su mayor comprador (Venezuela) empezó a fundirse cuando ya se le había entregado el “Juana Azurduy” y se daban los toques finales al “Eva Perón”. Éste quedó sin entregar. Era el segundo de una orden de 4 petroleros de 47.000 toneladas para PDVSA, pero Chávez se estaba fundiendo, o lo estaban, o ambas cosas. Son situaciones que vaya a saber por qué jamás le pasan a los emires y jeques petroleros. Esta vez como blanco de oportunidad, a ARS lo jodieron de nuevo.

En este segundo y más modesto pico de ocupación, ARS llegó a tener 2700 ingenieros, técnicos y operarios muy especializados.

Había 23 barcos más pedidos por contrato que aseguraban teóricamente 12 años de trabajo continuos, pero la deuda venezolana dejó a ARS sin nafta a algunos kilómetros de la siguiente estación de servicio. Al rescate sin mayor resto, CFK ordenó construir en ARS 5 patrulleras oceánicas multipropósito para la Armada, de las cuales una llego a ponerse en quilla. Los planes navales de CFK –completar 2 submarinos Thyssen TR-1700, modernizar los 2 destructores y las 3 fragatas Meko- siempre avanzaron muy despacio, salvo el de la reconstrucción del rompehielos Irízar en TANDANOR. Y luego llegó El Que Te Dije y se acabó todo.

Mi plan es juntar lo nuclear con la construcción naval. A no olvidar que ya hubo dos intentos de trabajo conjunto. Es debido a Castro Madero que hoy tenemos en construcción en Lima, provincia de Buenos Aires, el prototipo de una central nuclear argenta para vender al mundo, el CAREM, ahora de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Es un proyecto tan tecnológicamente sensato, tan testeado y vuelto a testear en modelos físicos, y con un potencial de mercado tan disruptivo que ni siquiera el Mejor Ministro de Energía de la Shell lo quiso parar. Tampoco lo está apurando, ojo. Vendrán gentes de muchos colores y países a ver esa centralita.

CAREM

Avance de obra civil del CAREM en 2014, sin todavía ningún componente nuclear instalado. En aquel año debería haber estado en retoques finales antes de irlo poniendo crítico. 

Pero no puede haber una vidriera más impactante para esa planta terrestre que la naval: ponerla en un par de barcos que dejen al mundo con la boca abierta. Llámenlo Pampa Azul 2.0, si quieren.

Daniel E. Arias

Nota del autor en 2025:

Siete años después de escrita la 5ta parte de «Argentina en el Mar», me queda en claro que el CAREM no va a ser jamás una planta de propulsión marina. No tanto porque haya sido exitosamente frenada una vez más por el actual gobierno y tantos otros anteriores, sino por motivos técnicos.

Un CAREM necesita una verticalidad perfecta del recipiente de presión para garantizar una suficiente circulación convectiva del refrigerante. El submarino resultante carecería de potencia motriz en situación de maniobra. Debería usar sus baterías para maniobrar mientras no logre recobrar la vertical. Y un submarino de caza, al igual que un avión de caza, debe poder hacer maniobras muy cerradas y a bastante velocidad.

Hace cuatro años, el Dr. Carlos Aráoz, metalurgista y «combustiblero» de la CNEA, me hizo llegar los planos de una planta de potencia distinta y diseñada específicamente para motorizar un TR-1700. Es la del Dr. José Converti y su equipo. Es un PWR convencional, refrigerado por bombeo, y adaptado a un casco de presión pequeño como el de este Thyssen. Tendría una potencia eléctrica menor de 10 MW, que no es poca. Fue presentado ante el Almirantazgo.

El proyecto fue silenciosamente discontinuado ya no recuerdo por cuál administración nacional. Elija la que le parezca desde Carlos Menem en adelante.

El motor de Converti probablemente sea muy bueno, pero no nos enteraremos: lo que ya no quedan son cascos de TR-1700. El del ARA San Juan se perdió con el submarino en el accidente de 2017. El del Santa Cruz, cortado en dos como una sandía para un reequipamiento a nuevo de baterías, sensores y sistemas de combate, quedó como estaba: en dos partes, Ud. elija la que le parezca.

La modernización del Santa Cruz fue cancelada por el entonces ministro de Defensa, Oscar «El Milico» Aguad, que adujo motivos de seguridad. Así la Argentina quedó sin submarinos. Aguad tiene criterios raros de seguridad. Son coherentes: en su tenida en el Ministerio de Telecomunicaciones había cancelado todos los satélites argentinos ARSAT desde el 3 en adelante, pero concedió 21 habilitaciones para que la Argentina recibiera servicio de otros tantos satélites. Todas empresas de países de la OTAN, sorpresa.

Aráoz, un espíritu invencible, dice que todavía podríamos ofrecerle ayuda técnica a Brasil, que hace 20 años viene luchando con su propio PWR para motorizar su primer submarino nuclear, el Almirante Alvaro Alberto. Es difícil que los primos brasucas nos den bola. La última vez que se metieron en un proyecto tecnológico complejo con la Argentina, los jodimos.

Sucedió a fines de los ’80, con el diseño y construcción del avión de cabotaje a turbohélice Vector.

Al costo de una pérdida de U$ 360 millones ya invertidos por la Fábrica Militar de Aviones y en tiempos de Alfonsín, el presidente Carlos Menem nos retiró del proyecto cuando ya había 2 aviones en exhibición, dando vueltas por las ferias aeronáuticas y generando pedidos de informes. También había un tercero en construcción, hoy un cascajo sin terminar en la Fábrica Argentina de Aviones en Córdoba.

Desde entonces, Brasil tuvo su propio Menem, el presidente Fernando Collor de Melo, pero lo eyectó del cargo de un patadón. Demasiado chorro y vendepatria, dijo el Parlamento, incluso para los criterios de los ’90. Pero de ahí en más, Brasil se abstuvo de otros proyectos tecnológicos con Argentina. Entre ellos, los satélites SABIAMAR de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.

Personalmente, no renuncio al CAREM. Pero me gustaría, cuando se pueda, poner al menos un módulo de 120 o 125 MWe en una base antártica argentina intracontinental, al sur de la Pensínsula Antártica, en un sitio poco accesible desde el mar, y al cual el combustible para generar electricidad sólo puede llegar por aire. Sería un gesto geopolítico, además. ¿Lo permite el Tratado Antártico? Sí, mientras dure.

Los EEUU tuvieron una plantita nuclear en la Antártida entre 1967 y 1972, el PMA-3, llamado también «Nukey Poo» porque era una mierda y perdía refrigerante en forma continua. Ningún país miembro del Tratado hizo objeciones. Supongo que con el CAREM nos podría ir mejor.

A condición de que testeado del modelo de demostración en el predio de las Atuchas, y construido un CAREM comercial de cuatro módulos y sin inconvenientes en otro lugar del país.

Obviamente, no sucederá con este gobierno, ni con ninguno que se le parezca. Como suele decir el director de AgendAR: «El que viva lo verá».

1er. semestre 2025: EE.UU. creció casi exclusivamente por inversiones en IA y conexas. Desarrollo tecnológico y burbuja financiera

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Según el economista de Harvard Jason Furman, el crecimiento del PIB estadounidense en la primera mitad de 2025 se debió casi en su totalidad a la inversión en centros de datos y tecnología de procesamiento de información. Excluyendo estas categorías relacionadas con la tecnología, Furman calculó en una publicación del 27 de septiembre en X.com que el crecimiento del PIB habría sido solo del 0,1 % en términos anualizados, un estancamiento casi total que subraya el papel cada vez más fundamental de la infraestructura de alta tecnología en la configuración de los resultados macroeconómicos.

Las conclusiones de Furman, compartidas en línea y repetidas por analistas financieros como Robert Armstrong, de Unhedged del Financial Times (el mismo autor que acuñó el término «TACO trade»), se hacen eco de varios meses de observaciones sobre el notable auge de la infraestructura de los centros de datos. En agosto, Renaissance Macro Research estimó que, hasta la fecha en 2025, el valor en dólares aportado al crecimiento del PIB por la construcción de centros de datos de IA había superado por primera vez el gasto de los consumidores estadounidenses. Esto es notable si se tiene en cuenta que el gasto de los consumidores representa dos tercios del PIB.

Técnicamente, como señala Furman, la inversión en equipos y software de procesamiento de información solo representó el 4 % del PIB de EE. UU. durante la primera mitad de 2025, pero también supuso el 92 % del crecimiento del PIB durante ese periodo. Furman añadió que probablemente no es el caso de que la economía estadounidense no hubiera registrado casi ninguna expansión sin esta expansión, razonando que «sin el auge de la IA probablemente tendríamos tipos de interés [y] precios de la electricidad más bajos, lo que supondría un crecimiento adicional en otros sectores. En términos muy generales, eso podría suponer aproximadamente la mitad de lo que obtuvimos del auge de la IA». Pero aún así, es mucho.

Gigantes tecnológicos como Microsoft, Google, Amazon, Meta y Nvidia han invertido decenas de miles de millones de dólares en la construcción y mejora de centros de datos, en respuesta a la explosiva demanda de inteligencia artificial y grandes modelos de lenguaje que requieren enormes recursos informáticos.

Lisa Shallet, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management, señaló el 29 de septiembre que el gasto era realmente enorme entre los llamados «hiperscalers», que se esfuerzan por conseguir una enorme capacidad de computación, almacenamiento y redes.

«En los últimos años, la inversión en capital de los hiperescaladores en centros de datos y elementos relacionados se ha cuadruplicado y se acerca a los 400 000 millones de dólares anuales», escribió. «La velocidad de crecimiento y el tamaño de la inversión están sesgando su impacto económico agregado, ya que los diez principales inversores representan casi un tercio del gasto total… Para ponerlo en perspectiva, se estima que el gasto relacionado con los centros de datos está añadiendo aproximadamente 100 puntos básicos al crecimiento del PIB real de Estados Unidos».

El «misterio» de la economía

Este auge del crecimiento impulsado por la tecnología se produce en un contexto de ralentización económica generalizada y, paradójicamente, de fuerte crecimiento del PIB. La creación de empleo se ha ralentizado, lo que ha suscitado la preocupación de que, sin la inversión en tecnología, la economía estadounidense podría haber entrado en recesión. Otros sectores, desde la industria manufacturera y el inmobiliario hasta el comercio minorista y los servicios, contribuyeron poco o incluso restaron valor a la producción total en la primera mitad de 2025.

Y, sin embargo, como ha señalado Torsten Sløk, economista jefe de Apollo Global Management, las cifras del PIB apuntan a una economía (estadísticamente) fuerte.

«El consenso ha sido erróneo desde enero», afirmó Sløk en una nota distribuida a sus clientes a principios de octubre, añadiendo que la media de las previsiones de los economistas apuntaba a que la economía estadounidense se ralentizaría durante nueve meses consecutivos. «Pero la realidad es que simplemente no ha sucedido… Los profesionales de la economía debemos mirarnos en el espejo».

El análisis de Furman se suma a la observación sarcástica y acertada de Rusty Foster, de Today in Tabs, quien bromeó: «Nuestra economía podría ser simplemente tres centros de datos de IA con gabardina», en alusión al auge de la construcción de centros de datos y al tropo de los dibujos animados/gag visual de varios niños que se unen para disfrazarse de adultos.

El economista jefe de Morgan Stanley, Michael Gapen, aventuró el 6 de octubre una hipótesis sobre «el misterio» de la economía de 2025, «entre datos sólidos de gasto y una contratación débil». Argumentó que «puede explicarse por un sector empresarial que absorbió el costo inicial de los aranceles y redujo los costos laborales unitarios y la rentabilidad en lugar de subir los precios».

En otras palabras, algo que no tiene nada que ver con la construcción de centros de datos que está alimentando ampliamente los temores de una burbuja, incluso entre el propio fundador de Amazon, Jeff Bezos, quien insiste en que estos centros de datos son una «burbuja industrial» más que financiera, y que algún día todos nos alegraremos de tener a nuestro alcance una potencia informática tan increíble con tantos cientos de miles de millones gastados. La cuestión del crecimiento sostenible del PIB es otra cuestión aparte.

Nick Lichtenberg

La COP30. El equilibrio de Lula entre el desarrollismo y la ortodoxia climática europea

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Un nuevo informe de la UE cuestiona la desinformación climática en internet.

La mayoría de la población mundial respalda las políticas contra el cambio climático. Aun así, la desinformación climática sigue siendo generalizada, especialmente en internet.

Un nuevo informe del observatorio Climate Action Against Disinformation (CAAD) ha analizado la desinformación climática en la antesala de la COP30 y a los grandes actores que la alimentan. Detecta un aumento masivo de contenidos engañosos relacionados con la conferencia climática de la ONU.

¿Cómo se manifiesta?

El 87 % del planeta apoya las políticas frente al cambio climático, según una encuesta de 2024. De acuerdo con YouGov, entre el 62 y el 76 % de los europeos están preocupados por el cambio climático.

Pero la desinformación sigue generando escepticismo.

La diferencia entre información errónea y desinformación es importante. La información errónea es falsa o descontextualizada y se presenta como un hecho. La desinformación, en cambio, es deliberadamente falsa y pretende engañar al público.

A principios de este año, CAAD y el Observatorio para la Integridad de la Información (OII) detectaron un aumento del 267 % en la desinformación relacionada con la COP entre julio y septiembre.

Hallaron unos 14.000 ejemplos en línea. Uno de los más ilustrativos fue una publicación, creada con inteligencia artificial generativa, con un reportero de pie en una ciudad inundada que recuerda a Belém, donde la COP30 se celebra. En pantalla aparece el título ‘LA VERDAD SOBRE LA COP30 EN BELÉM EN 2025’ para atraer al público. Sin embargo, el reportero, la inundación e incluso la ciudad eran totalmente ficticios.

Un análisis reciente del OII también constató que la COP30 era un tema recurrente en grupos brasileños de Telegram dedicados a teorías de la conspiración. El OII ha identificado más de 285 menciones a la COP30, atacando la propia conferencia, Belém y las soluciones climáticas en general.

En el escenario global, la desinformación climática también ha sido promovida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En septiembre, calificó el cambio climático como «el mayor timo».

¿Quién está detrás de la desinformación climática?

El nuevo informe de CAAD analiza a los grandes actores que alimentan el ecosistema de la desinformación, torpedeando la acción climática al sembrar dudas entre las audiencias.

Las empresas que queman combustibles fósiles para energía y transporte y la agricultura a gran escala, denominadas ‘Big Carbon’, figuran entre los principales responsables de la desinformación climática.

Según el informe, «la desinformación de ‘Big Carbon’ está diseñada para que la gente corriente subestime la solidez del consenso científico sobre el cambio climático». «También hace que se subestime la fuerza de la solidaridad a la hora de exigir acción«.

Sin embargo, las empresas tecnológicas también son responsables por permitir que esos mensajes se propaguen sin control. No es un problema nuevo y ya ha lastrado anteriores citas climáticas.

Un informe anterior de CAAD concluyó que, en la antesala de la COP28, las compañías de combustibles fósiles pagaron hasta 5 millones de dólares (4,3 millones de €) por anuncios de desinformación climática que aparecieron en Facebook. Shell, ExxonMobil, BP y TotalEnergies fueron los principales financiadores, responsables del 98 % de los anuncios.

El nuevo informe señala que «difundida con rapidez y a bajo coste a través de plataformas de redes sociales y motores de búsqueda (‘Big Tech’), esta desinformación está socavando las políticas y saboteando la acción».

La desinformación climática, a debate en la COP

Por primera vez, la conferencia climática de este año contará con la Iniciativa Global para la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático. Es un esfuerzo conjunto del Gobierno de Brasil, Naciones Unidas y UNESCO, dedicado a reforzar la investigación y las medidas para abordar campañas de desinformación.

En la Cumbre de Líderes del 6 de noviembre, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el presidente francés, Emmanuel Macron, alertaron sobre los peligros de la desinformación climática.

Lula afirmó: «Fuerzas extremistas fabrican noticias falsas para obtener réditos electorales y encarcelan a las futuras generaciones en un modelo obsoleto que perpetúa las desigualdades sociales y económicas y la degradación ambiental«.

Macron secundó ese mensaje. Dijo, «La desinformación climática hoy amenaza nuestras democracias, la agenda de París y, por tanto, nuestra seguridad colectiva». A principios de este año, un informe concluyó que los medios franceses difundían desinformación climática, amplificando narrativas que desacreditan la ciencia y las soluciones climáticas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, también condenó a las empresas que se benefician de esta desinformación.

Afirmó, «Demasiadas corporaciones obtienen beneficios récord de la devastación climática, con miles de millones dedicados al lobby, a engañar al público y a obstaculizar el progreso». «Demasiados líderes siguen cautivos de estos intereses enquistados».

Pedro Sánchez compartió una cifra real sobre el impacto del calentamiento global y cambio climático en España, más de 20.000 personas murieron en España en los últimos 5 años debido a sus efectos.

 Hannah Docter Loeb

INVAP, la FAdEA, y un dron para las Fuerzas Armadas argentinas

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Con el modelo MET IA-X-200 en la fase final de desarrollo, la Fábrica Argentina de Aviones «Brig. San Martín» (FAdeA), en colaboración con la empresa tecnológica INVAP, se prepara para presentar oficialmente el IA-300, un nuevo Sistema de Vehículo Aéreo No Tripulado (SVANT) con capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL), ante autoridades del Ministerio de Defensa y altos mandos de las Fuerzas Armadas.

El proyecto, fruto del trabajo conjunto entre estas dos entidades nacionales, se basa en la plataforma tecnológica del IA-X-200, aunque integrará mejoras significativas en su arquitectura y capacidades operativas. La propuesta está orientada a ofrecer una solución más avanzada, combinando sistemas complejos con mayor versatilidad que los del modelo experimental en el que se inspira.

Aunque aún no se difundieron imágenes oficiales, se anticipa que el diseño y las dimensiones del IA-300 serán similares a las del UAS que FAdeA viene desarrollando para el Ejército Argentino. No obstante, el nuevo modelo incorporará componentes desarrollados por INVAP, como los sistemas de navegación, aviónica y enlaces de datos, originalmente concebidos para el programa RUAS. 

El desarrollo responde a una necesidad operativa concreta de las Fuerzas Armadas argentinas: contar con un SVANT de despegue vertical con propulsión híbrida, capaz de operar eficazmente en escenarios tácticos próximos al frente de batalla. Este enfoque ha llevado a ambas compañías a redoblar esfuerzos para crear una plataforma con perfil netamente militar, aprovechando la experiencia acumulada en proyectos previos.

En la planificación técnica del IA-300 se replicó la lógica aplicada al IA-X-200: optar por componentes estructurales y de propulsión de catálogo, dada la amplia oferta disponible en el mercado. Esto permite adaptar la configuración del sistema a los requerimientos específicos de operación y perfil de misión, priorizando la integración del equipamiento crítico de a bordo.

A nivel técnico, el IA-300 representa una evolución del IA-200C. Estará equipado con aviónica de nivel militar y podrá transportar una carga útil superior. Su diseño contempla una amplia gama de misiones, incluyendo capacidades ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento), asignación de objetivos e incluso ataques con cargas explosivas de precisión. Estará preparado para operar en entornos desafiantes, integrando cámaras y sensores, con transmisión de datos cifrada y en tiempo real.

Paralelamente, el IA-X-200 concluirá su desarrollo con destino al Ejército Argentino, en una versión híbrida (IA-200C) equipada con piloto automático provisto por INVAP. Es muy probable que el avance del IA-300 ocurra en paralelo, quedando el IA-200 como plataforma de entrenamiento. 

El IA-300 ha generado altas expectativas dentro del ámbito militar. Aunque los detalles del proyecto aún no se han difundido oficialmente, se sabe que ha despertado un interés considerable entre las fuerzas. En el contexto actual de conflictos como el de Ucrania, donde este tipo de sistemas ha demostrado su relevancia táctica, Argentina apunta a producir localmente una herramienta estratégica de despliegue rápido y fabricación cercana. Se estima una demanda inicial de entre 80 y 100 unidades para el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, en particular para su Infantería de Marina.

El gobierno avanza con la privatización parcial de Nucleoeléctica Argentina

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“Privatización parcial” y valuar para vender son los dos conceptos que fuentes oficiales explicaron sobre la última jugada del Gobierno en el universo de las empresas públicas. El Ministerio de Economía firmó la resolución que dio un período de 12 meses para vender el 44% de las acciones de Nucleoeléctrica Argentina (NASA).

“Iníciase el proceso de privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA)“, comienza la resolución firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo. De esta manera, el Gobierno le dio un nuevo impulso a lo que había sido aprobado en la Ley Bases.

Allí incluyó las posibles ventas de empresas como AySA, Trenes Argentinos, Enarsa, entre otras. En ese listado también se encuentra NASA. Pero esta compañía se diferencia, por ejemplo, de las del sector ferroviario, ya que se la considera como una “joyita del Estado”.

NASA es una de las compañías que más dinero le deja a las arcas públicas. Según un informe de la Secretaría de Hacienda, en 2024 generó ingresos de operación por “la suma de $634.719,8 millones, obtenidos de la venta de energía”. De hecho, el ministerio de Economía resaltó que el año pasado fue una de las responsables del superávit financiero del total del conjunto de las empresas del Estado. Aportó unos $275.500,4 millones.

Estas cifras ayudan a entender por qué el proceso iniciado habla de “privatización parcial” y no total. La normativa revela un detalle. El plan de venta alcanzará al 44% de las acciones. “Se estableció que el cincuenta y uno por ciento (51%) del paquete accionario de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA) quedará en poder del Estado Nacional -Secretaría de Energía- y de la Comisión Nacional de Energía Atómica, organismo descentralizado actuante en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, manteniendo el Estado Nacional la participación mayoritaria en el capital social”, incluyó el texto firmado por el Gobierno. El 5% restante iría a un programa de propiedad participada.

En términos prácticos, NASA produce energía eléctrica, opera centrales nucleares y se encarga de la gestión de los proyectos nucleares del país. De ahí que sus principales activos son las centrales Atucha IAtucha II Embalse.

Precisamente, la resolución firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, estableció que dichos bienes sean valuados. La Secretaría de Energía deberá realizar dicho inventario.

“Estamos en uno de los mejores momentos”, describió una fuente de la empresa. Este integrante de NASA afirmó que la compañía ha incrementado su caudal de generación de energía nuclear.

Según el informe de la Secretaría de Hacienda sobre empresas públicas, NASA acumuló un superávit financiero de $74.905 millones en el primer semestre de 2025. Fuentes oficiales exhibieron este número como un síntoma positivo pese a que una de sus centrales, Atucha I, no se encuentra activa debido a los trabajos de extensión de vida.

El Gobierno destacó la obra de extensión de vida de Atucha I como una de las más importantes del año en su informe sobre inversión pública 2025. “Este proyecto tiene como objetivo prolongar la operación de la central por 20 años adicionales, garantizando así el suministro de energía eléctrica limpia y de bajo costo, aprovechando un activo ya amortizado”, definió.

Entonces, estas cifras muestran a NASA como una empresa seductora para el sector privado. Su inicio de “privatización parcial” acaba de empezar. Pero antes, el Gobierno quiere asegurarse de cuánto debería ser su precio. Ese es el motivo, según explicaron fuentes oficiales, por el cual se realizará el inventario de sus bienes.

Además, la resolución del Ministerio de Economía le puso plazo a la venta del paquete del 44% de sus acciones. Instruyó a la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, a cargo de Diego Chaher, coordinar las acciones necesarias para que “mediante una licitación pública de alcance nacional e internacional” se realice la venta “en el plazo de 12 meses”.

Fuentes oficiales al tanto de la situación de la empresa señalaron que la entrada de capital privado no debería alterar el curso de la compañía. Su horizonte, sostuvo, es la generación de energía, con particular interés en el sector nuclear.

La operación de las centrales nucleares

Como se dijo, Atucha I está en proceso de extensión de vida desde septiembre de 2024 y volvería a operar en marzo 2027. Los trabajos permitirán que trabaje a plena potencia durante 20 años. Atucha II inició su actividad en 2014 y le queda un “scope similar”: 25 años más a plena potencia.

Por su parte, Embalse terminó su extensión de vida en 2019 y “tiene 25 años más a plena potencia por delante”, tal cual afirmaron fuentes oficiales.

Ignacio Grimaldi

El dólar estadounidense y las políticas de Trump. Una mirada crítica

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(Esta nota fue publicada por primera vez en Foreign Affairs. Se accede al original en «Fuente», al final).

El dólar estadounidense ha dominado la economía mundial durante más de siete décadas. Aproximadamente el 90 % de las transacciones de divisas actuales se realizan en dólares. La mayor parte del comercio internacional – incluido el 74 % en Asia y el 96 % en América – se cotiza en dólares estadounidenses. Los dólares representan el 58 % de las reservas de los bancos centrales fuera de Estados Unidos. En todo el mundo, las inversiones privadas se inclinan considerablemente por los activos denominados en dólares.

El dominio del dólar produce importantes beneficios para Estados Unidos. Reduce la volatilidad de los precios en el comercio exterior estadounidense, permite a Washington endeudarse expansivamente y a un costo relativamente bajo, y da al gobierno estadounidense poderosas herramientas para sancionar a sus adversarios.

Y como el renombrado economista Kenneth Rogoff argumenta convincentemente en su nuevo y muy atractivo libro “ Our Dollar, Your Problem”, una moneda dominante es increíblemente difícil de desplazar. La inercia es una fuerza poderosa que mantiene al dólar en la cima; la fortaleza de las instituciones políticas y financieras estadounidenses es otra. Y aunque numerosos países se han irritado contra el sistema del dólar, ninguno ha ofrecido una alternativa lo suficientemente fuerte como para superar las ventajas de la incumbencia del dólar.

Pero Rogoff también advierte que el dominio del dólar puede haber alcanzado su punto máximo, lo que sugiere que Estados Unidos deberá diseñar sus políticas con cuidado si quiere aferrarse a su posición privilegiada.

Las sucesivas administraciones estadounidenses han adoptado políticas que han reforzado o, al menos, evitado socavar el dominio del dólar. Respetaron la independencia de la Reserva Federal y los compromisos internacionales de Estados Unidos, incluyendo su rol como administrador del sistema financiero global.

Sin embargo, la administración Trump está atacando los fundamentos institucionales que sustentan el estatus del dólar. Está poniendo a prueba los límites del poder ejecutivo y recibiendo poca oposición por ello. Intenta debilitar la independencia de la autoridad de política monetaria de la Reserva Federal y de las agencias estadísticas oficiales del gobierno. Y está cuestionando los compromisos de Estados Unidos con sus aliados y socios.

La administración Trump está tomando estas medidas al mismo tiempo que introduce políticas cuya sostenibilidad depende de mantener el privilegio del dólar, en particular el enorme proyecto de ley de gasto que el presidente Donald Trump firmó en julio, y que se proyecta que aumentará astronómicamente la deuda nacional estadounidense en la próxima década.

Si el dominio del dólar se erosiona, la capacidad de endeudamiento de Washington también se erosiona, y el costo del servicio de su deuda aumenta. Y si un aumento repentino en los pagos de intereses de la deuda federal se combina con una caída del valor del dólar, el gobierno estadounidense podría ver limitadas sus opciones fiscales de maneras que podrían infligir daños duraderos a la economía.

¿SEGURO EN LA CIMA?

El uso del dólar estadounidense permite a los países extranjeros realizar negocios en todo el mundo sin mantener saldos en las monedas de varios países, una ventaja que refuerza la posición del dólar, al igual que la facilidad de usar el inglés lo ha convertido en el idioma común de las comunicaciones globales. Diversificarse para abandonar el dólar podría conllevar costos considerables, ya que podría requerir mantener saldos en un gran número de monedas y gestionar los riesgos de exposición a las fluctuaciones de cada una.

Aun así, tanto aliados como adversarios de Estados Unidos han puesto a prueba la posición del dólar. Sin embargo, como explica Rogoff, ninguno de estos contrincantes ha tenido lo necesario para dominar el mercado.

Desde la creación de la eurozona en 1999, por ejemplo, la participación del dólar en las reservas de divisas ha disminuido del 71 % al 58 %, y el euro se ha mantenido en segundo lugar, con una participación del 20 %.

Sin embargo, Rogoff sostiene con razón que será difícil que el euro desplace al dólar a menos que los inversores extranjeros crean que los mercados de deuda oficial denominados en euros proporcionan suficiente liquidez, lo que requeriría superar las restricciones políticas e institucionales a una mayor emisión de deuda con respaldo conjunto.

China y Rusia también se han visto más motivadas a buscar alternativas al dólar, a medida que Estados Unidos y sus aliados se vuelven cada vez más eficaces en el uso del sistema de pagos denominado en dólares para imponer sanciones.

Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, por ejemplo, Washington y sus aliados limitaron el acceso de los bancos rusos a los sistemas de pago internacionales, impusieron un precio máximo a las exportaciones de petróleo ruso y congelaron los activos soberanos de Rusia en el extranjero.

China, en parte para reducir su propia exposición, colabora ahora con socios como Brasil, India y Rusia para desarrollar un sistema de pago alternativo utilizando su moneda renminbi, y con otros países para establecer estándares para las transacciones transfronterizas de monedas digitales, aprovechando la ausencia de Estados Unidos en este ámbito.

Pero Rogoff señala que estos esfuerzos por internacionalizar el renminbi y desplazar los sistemas basados en el dólar serán insuficientes a menos que China implemente reformas. Solo liberalizando sus mercados de capitales y tomando medidas para expandir y reducir las fluctuaciones de precios en los mercados de bonos en renminbi, Beijing podrá brindar a los inversores extranjeros la confianza de que pueden liquidar sus activos en renminbi cuando necesiten acceso a efectivo.

BENEFICIOS NETOS

En la década de 1960, Valéry Giscard d’Estaing, quien posteriormente se convertiría en presidente de Francia, denunció el estatus dominante del dólar y los beneficios que este brindaba a Estados Unidos, calificándolos de «privilegio exorbitante».

Rogoff trata esos beneficios, así como las cargas del dominio del dólar, de manera imparcial. Dado que Estados Unidos puede obtener préstamos de extranjeros y devolverlos en su propia moneda, otros países corren el riesgo de fluctuaciones en los tipos de cambio. En la práctica, esto implica una menor volatilidad en los precios de muchas importaciones y exportaciones estadounidenses.

Como país emisor de la moneda dominante en el sistema formal de pagos internacionales, Estados Unidos tiene una visibilidad significativa de las transacciones transfronterizas y poderosos medios para imponer sanciones que impidan esos flujos. Washington también tiene amplia influencia sobre las reglas del sistema financiero internacional; es el único miembro con suficiente poder de voto para vetar decisiones en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

El dominio del dólar permite a Estados Unidos endeudarse expansivamente y pagar intereses considerablemente más bajos sobre su deuda que muchos otros países, un privilegio que es particularmente importante hoy en día, cuando la deuda del gobierno estadounidense es alta y está en aumento.

Washington puede endeudarse a un precio relativamente bajo porque los inversionistas extranjeros están dispuestos a pagar una prima por el «rendimiento de conveniencia» de los bonos del gobierno estadounidense. Estos activos seguros y altamente líquidos han tenido una fuerte demanda porque se puede confiar en que mantendrán su valor en tiempos de tensión financiera y son la forma dominante de garantía subyacente a muchas transacciones financieras internacionales.

Rogoff destaca estimaciones recientes de que el gobierno de Estados Unidos ahorra $140 mil millones cada año en costos del servicio de la deuda internacional como resultado del menor interés que puede pagar por sus préstamos, una cifra que puede llegar a $600 mil millones por año, incluyendo los pagos de la deuda en poder de inversionistas nacionales.

La reputación del dólar como activo seguro suele implicar que la demanda de la moneda se dispara en épocas de tensión financiera. Por lo tanto, Estados Unidos puede obtener préstamos a gran escala incluso en medio de una crisis económica.

Durante la crisis financiera mundial de 2008 y la recesión de 2020 en medio de la pandemia de COVID-19 , por ejemplo, el gobierno estadounidense logró amortiguar el efecto de las crisis económicas en las empresas, los trabajadores y los hogares estadounidenses y garantizar una recuperación más rápida en comparación con otros países.

Sin embargo, el dominio del dólar no es del todo ventajoso para Estados Unidos.

Rogoff señala que, históricamente, los países con monedas dominantes suelen ser aquellos con un gran poder militar, y ser una superpotencia militar es extremadamente costoso. También argumenta que la práctica de intercambiar temporalmente dólares por divisas de unos pocos bancos centrales importantes en momentos de crisis financiera representa una carga para Estados Unidos. Pero esto no es una obligación del dominio del dólar; es una cortesía de la Reserva Federal. En las raras ocasiones en que se han utilizado estos intercambios, como durante la crisis financiera de 2008 y al comienzo de la pandemia, han impulsado la estabilidad financiera de Estados Unidos sin incurrir en ningún coste real.

Quizás la carga políticamente más relevante haya sido la desventaja competitiva de las empresas y los trabajadores manufactureros estadounidenses durante períodos en que el dólar estadounidense se mantuvo particularmente fuerte.

Desde 2000, el año anterior a la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, hasta 2005, por ejemplo, China impidió que el renminbi se revalorizara frente al dólar estadounidense en términos nominales, a pesar de que sus exportaciones a Estados Unidos se triplicaron. Esta combinación tuvo efectos devastadores y duraderos en el empleo y la manufactura en las ciudades industriales de todo Estados Unidos.

Sin embargo, no fue el dominio del dólar en sí lo que provocó estas pérdidas, sino la combinación de las políticas industriales, comerciales e intervención cambiaria chinas, y la incapacidad de las autoridades estadounidenses para contrarrestar eficazmente dichas prácticas.

ROMPIENDO LOS CIMIENTOS

En general, los estadounidenses se benefician de preservar el dominio del dólar que se ha mantenido durante las últimas siete décadas. Para que este dominio continúe, es necesario que los valores en dólares estadounidenses sigan siendo atractivos para los inversores extranjeros.

Rogoff enfatiza que la base de ese atractivo es la solidez de las instituciones y normas estadounidenses: una Reserva Federal independiente, el estado de derecho y un historial de compromiso internacional sólido. Las instituciones estadounidenses protegen contra la alta inflación, que podría reducir el valor de las reclamaciones; protegen los derechos de los acreedores; preservan el acceso a los mercados de capitales; y mantienen una sólida solvencia. Estos fundamentos han protegido la posición del dólar incluso ante las fluctuaciones de la política estadounidense y la aparición de competidores extranjeros.

La expectativa de que el dominio del dólar persista se basa en evaluaciones tanto de las ventajas de estar en el poder como de la resiliencia de las instituciones estadounidenses.

El problema es que “Nuestro dólar, tu problema” termina con las elecciones estadounidenses de noviembre de 2024, por lo que no aborda las medidas que Trump ha tomado en su segundo mandato que podrían cuestionar esas suposiciones.

En primer lugar, la administración Trump ha aumentado unilateralmente los aranceles a las importaciones estadounidenses a niveles no vistos desde la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930, quizás para compensar parte de las pérdidas de ingresos fiscales derivadas de su proyecto de ley de gastos de julio.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha prometido «varios cientos de miles de millones de dólares anuales en ingresos, lo que se correlacionará con varios cientos de miles de millones menos en bonos que el Tesoro tiene que emitir».

Hasta la fecha, los aranceles por país han aumentado a una tasa efectiva promedio de alrededor del 17 %, lo que equivale a un aumento de casi ocho veces en los aranceles desde el año pasado. Los aliados de EEUU no se han librado: incluso el Reino Unido, un socio cercano con el que Estados Unidos mantiene un superávit comercial, enfrenta aranceles del 10 %.

La acción unilateral del gobierno ignora la facultad constitucional del Congreso para fijar aranceles. Un tribunal federal de apelaciones ya ha determinado que los aranceles generalizados de Trump constituyen una extralimitación de la autoridad ejecutiva bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977.

Dado que el gobierno también impuso aranceles sin tener en cuenta los acuerdos comerciales vigentes con Estados Unidos, ha suscitado dudas sobre la credibilidad de los compromisos económicos internacionales del gobierno estadounidense, un importante respaldo a la confianza en el sistema del dólar.

Además, la administración Trump ha cuestionado repetidamente la independencia de la Reserva Federal a la hora de establecer la política monetaria. Para que los inversores extranjeros sigan dispuestos a invertir fuertemente en bonos del Tesoro de bajo rendimiento, deben confiar en que Estados Unidos no inflará el valor de sus títulos. La independencia del banco central es vital para dicha confianza.

Rogoff presenta argumentos convincentes, basándose en su propia investigación seminal, de que los bonos del Tesoro estadounidense se consideran activos seguros en parte porque la Fed ha mantenido su independencia política y tiene un historial de lograr una inflación generalmente baja y estable desde mediados de la década de 1980.

El riesgo de mayor inflación y desempleo que acompaña a los aranceles de la administración Trump ha puesto al comité de política monetaria de la Reserva Federal en una situación difícil. El presidente ha criticado a la Reserva Federal por no bajar los tipos con la suficiente rapidez y ha amenazado con despedir a su presidenta. También despidió a un gobernador de la Reserva Federal sin el debido proceso, aunque un tribunal de distrito y un tribunal federal de apelaciones han bloqueado la medida, y ha nombrado a un nuevo gobernador que, al mismo tiempo, es miembro del personal de la Casa Blanca en excedencia; ambas son primicias históricas.

Todo esto constituye un ataque sin precedentes a la independencia de la institución.

Trump ha explicado que cree que la Reserva Federal debe bajar los tipos para recortar los pagos de intereses de la deuda nacional (que su presupuesto de gastos de julio aumentará), afirmando que Powell podría generar «casi un billón de dólares en ahorros de un plumazo».
Sin embargo, si los inversores creyeran que la Reserva Federal priorizaría la gestión de la deuda sobre su mandato legal de combatir la inflación, exigirían mayores rendimientos de los bonos del Tesoro para compensar la mayor inflación esperada, y los pagos de intereses federales subirían, no bajarían.

De igual manera, después de que la Oficina de Estadísticas Laborales publicara un informe de empleo de julio que mostraba un débil crecimiento laboral, Trump despidió al director de la agencia, confirmado por el Senado. Tales acciones amenazan la independencia institucional de las agencias estadísticas oficiales y la integridad de los datos que producen. La confianza de los inversores en la fortaleza y la seguridad del dólar, por su parte, depende de su confianza en la calidad de las estadísticas del gobierno estadounidense utilizadas para evaluar el estado de la economía y el sistema financiero estadounidenses.

JUGANDO CON FUEGO

Es preocupante que todo esto ocurra justo cuando la nueva ley del gobierno añade más de 4 billones de dólares a la deuda nacional estadounidense en diez años. La deuda estadounidense ya representa aproximadamente el 100 % del PIB, y los costos de los intereses aumentan cada año.

Dado que el gobierno de Trump planea endeudarse aún más, sus ataques a los cimientos del dominio del dólar podrían poner en peligro las ventajas que conlleva la demanda de bonos del Tesoro estadounidense, incluyendo un ahorro de más de un billón de dólares en pagos del servicio de la deuda a lo largo de una década.

Inicialmente, los mercados financieros reaccionaron bruscamente a las medidas agresivas y poco convencionales de la administración para aumentar los aranceles o amenazar la independencia de la Reserva Federal: los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo aumentaron (lo que incrementó el costo de los préstamos para el gobierno estadounidense) y el dólar perdió valor.

En respuesta, la administración suavizó sus medidas. El 9 de abril, apenas una semana después de que el anuncio de Trump sobre aranceles radicales, el llamado Día de la Liberación, provocara un aumento repentino en los rendimientos de los bonos del Tesoro, el debilitamiento del dólar y la caída de la bolsa, el presidente suspendió la implementación durante 90 días.

Después de que Trump publicara en redes sociales el 17 de abril que «¡El despido de Powell no puede ser más rápido!» y Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, declarara públicamente al día siguiente que la administración estaba explorando opciones para lograrlo, los mercados bursátiles y de bonos estadounidenses reaccionaron de la misma manera y el dólar volvió a caer. Trump dio otro giro el 22 de abril, declarando que «no tenía intención de despedir» a Powell.

Sin embargo, es absurdo apostar a que las alternativas al dólar sean tan inadecuadas que Washington pueda seguir incumpliendo normas y compromisos arraigados sin consecuencias. Si bien puede que no exista una moneda única con todos los atributos necesarios para desplazar al dólar, aún existe un riesgo considerable de que su centralidad disminuya con el tiempo.

La participación del dólar en las reservas globales ya ha disminuido más de diez puntos porcentuales desde el año 2000. La innovación en finanzas y pagos se está desarrollando rápidamente, y los países con mayor poder adquisitivo se esfuerzan por crear alternativas al sistema basado en el dólar.

Los argumentos a favor de mantener el privilegio del dólar son más sólidos que nunca, ya que el aumento de los déficits hace imperativo mantener bajos los costos del servicio de la deuda. Además, la estrategia de Washington de usar sanciones para promover sus intereses de seguridad nacional requiere acceso a las herramientas financieras que ofrece la posición del dólar.

Si la actual administración persiste en sus ataques a la independencia de la Reserva Federal y las agencias estadísticas oficiales, y continúa socavando la credibilidad de los compromisos internacionales de Estados Unidos, podría erosionar el dominio del dólar, del que depende gran parte de la política interior y exterior estadounidense.

El dólar no es invulnerable, y este no es el momento de tomar malas decisiones y confiar solo en la buena suerte. Si su moneda cae de su pedestal, los estadounidenses pagarán las consecuencias.

Lael Brainard

El radiotelescopio en San Juan: 10 años de imbecilidad de nuestra Cancillería

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El proyecto de Radio Telescopio Chino Argentino (CART, por sus siglas en inglés), aparato de cuarenta metros de diámetro en la Estación Astronómica Carlos U. Cesco, en la localidad de Barreal (San Juan), lleva muchos años de desarrollo, no faltan idiotas que lo consideran un radar militar chino», y aunque la periodista científica Nora Bär y la Universidad Nacional de San Juan certifican el proyecto sigue vivo, desde 2015 y a lo largo de 3 gobiernos intenta parecer muerto. Y con todo éxito.

Con el entusiasmo del gobierno de Milei por lo chino y lo científico, doblemente muerto. Y sin embargo a la siempre imparcial Nora Bär le creo, y a la UNSJ le doy el beneficio de la duda. Ahora le cedo la palabra a Matías Alonso, también periodista científico de la Universidad Nacional de San Martín, UNSAM. Y después digo lo mío.

Ud. sacará sus propias conclusiones.

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Del CART se empezó a hablar alrededor del año 2004, y en 2012 la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) firmó un convenio con la Academia de Ciencias China. Tres años más tarde, se firmó otro acuerdo, que esta vez también incluyó al CONICET, a la provincia de San Juan y a observatorios astronómicos de China. Esta cooperación internacional posibilita que investigadores argentinos puedan beneficiarse del uso de un instrumento científico al que sería imposible acceder de otra manera.

En junio de este año debía renovarse el convenio pero el CONICET no da respuesta, por lo que algunas piezas para la construcción del radiotelescopio están varadas en la Aduana sin que puedan ser liberadas, aunque toda la documentación esté en orden.

Jorge Castro, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNSJ, explicó: “Con la Academia de Ciencias de China tenemos un vinculo de más de 30 años en astronomía. Y en los últimos 10 años se hizo un nuevo convenio para la instalación de este radiotelescopio, con una antena de 40 metros de diámetro y una altura de 60 metros de alto. El acuerdo se venció en junio último y esperábamos renovarlo en las mismas condiciones pero, no diría que tuvimos un no, sino un silencio total que nos hace pensar que es una negativa de parte de la Nación para renovar el acuerdo”. Esta semana, el Consejo Superior de la UNSJ emitió un comunicado en el que expresó su preocupación por la detención de este proyecto dedicado a la investigación científica.

Del CART se empezó a hablar alrededor del año 2004, y en 2012 la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) firmó un convenio con la Academia de Ciencias China.

Según Castro, “cuando cayó el acuerdo lo primero que hicimos fue contactarnos con el CONICET pero políticamente fue desplazado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología. Después no dijeron que habláramos con la Secretaría de Políticas Universitarias y luego otra vez con Ciencia y Tecnología, y ahí nos dijeron que la última palabra la tenía Cancillería, pero nunca nos dieron respuesta sobre qué funcionario estaría encargado del tema. Desde ese momento el silencio de Nación es absoluto”.

El radiotelescopio tendrá dos funciones principales. Por un lado, tiene la capacidad de observar satélites y eso mejorará las tecnologías de GPS y de los satélites de observación de la tierra. Por otro, también puede ver al espacio y detectar las ondas de radio emitidas por galaxias lejanas. Funciona de forma similar a un telescopio, pero en lugar de observar la luz emitida por los cuerpos celestes observa las ondas emitidas en otras frecuencias.

Una de las trabas que está intentando poner el Gobierno Nacional, más allá de su mutismo, es obligar a todas las instalaciones de observación astronómica a que pidan un permiso al Ministerio de Defensa. Esta semana sacó una resolución que solamente dice eso. “Pensamos que se hizo pensando en nosotros pero ya tenemos una autorización del Ministerio de Defensa emitida en 2016, por una conducción política similar a la actual. Quizás lo hicieron para buscarle una excusa a la suspensión del proyecto, pero técnicamente no es correcta”, expresó Castro.

Como las ondas emitidas por fuentes astronómicas llegan muy débiles a nuestro planeta es necesario que los radiotelescopios sean muy sensibles y por eso es que su antena es tan grande. También deben ubicarse lo más lejos posible de poblaciones para poder evitar las interferencias con ondas terrestres. Existen muchos de estos radiotelescopios en el Hemisferio Norte pero es mucho más difícil encontrarlos en el Hemisferio Sur. En parte, porque este último está cubierto por agua en mayor proporción y, por otro lado, porque el costo de estas instalaciones es muy difícil de afrontar por países del sur global como la Argentina. Por eso, los pocos que hay, se dan en colaboración con instituciones de países centrales.

El 3 de septiembre llegó un cargamento con piezas para el acople del instrumento principal pero, aunque toda la documentación está en regla, la Aduana no las libera para que sean llevadas a San Juan. “Si bien las universidades argentinas tienen la potestad de firmar acuerdos científicos con instituciones de igual naturaleza del mundo, entendemos que dada la envergadura de este proyecto, es aconsejable que también participe el organismo de ciencia de la Nación. Si no tenemos ese acuerdo nos va a seguir pasando esto de que retengan piezas en la Aduana sin ninguna justificación técnica. Como no son claros, como no dicen nada, no podemos buscar alternativas para intentar nuevas vías para seguir con esta instalación científica”, dijo Castro.

El radiotelescopio funciona de forma similar a un telescopio, pero en lugar de observar la luz emitida por los cuerpos celestes registra las ondas emitidas en otras frecuencias.

A fines de septiembre también se dio una situación particular en la zona prevista para la instalación, en la que un avión de la Fuerza Aérea estadounidense visitó el área. La aeronave, que es usada por la Embajada de ese país, aterrizó en un aeropuerto privado cercano pero solo estuvo ahí unos minutos. Según se informó, viajaban tres personas que bajaron del avión, caminaron unos minutos sin alejarse mucho de este y luego volvieron a despegar.

“Todo el personal del radiotelescopio es gente de la universidad, científicos, contratados y de planta. Pero no hay ninguna razón para que haya personal militar, ni argentino ni chino. Es un proyecto científico y la universidad argentina es muy celosa ante posibles interferencias que se puedan alejar del proyecto original. Las instalaciones están completamente abiertas a quien quiere ir a visitarlas. Se manda un mensaje y se le hacen todas las acciones protocolares que tenemos para los visitantes, se muestran los instrumentos, el avistaje del cielo, sacan fotografías. Toda persona que quiera venir a conocer puede hacerlo. Es público y toda la gente de acá lo sabe”,  dijo Castro

“Lo que están pidiendo es incomprensible. Todo hace pensar que quieren cancelar el proyecto y no dejarnos continuarlo. Solo el instrumento sale 15 millones de dólares, todo aportado por China, y no podríamos acceder a algo similar por nuestros medios. Que se haya empantanado de esta manera es increíble. Los chinos dicen que ellos pueden instalar un instrumento de estos en su país en 11 meses. Acá llevamos 11 años y cada vez se ve más lejos la finalización. Es un cientificidio deprimente”, concluyó Castro.

Matías Alonso

Comentario de AgendAR:

RADIOTELESCOPIO DEMASIADO CHINO PARA NUESTRA CANCILLERÍA

En 2006 el periodista científico Quique Garabetyán y quien firma dábamos clases de comunicación social en el Observatorio de Leoncito, San Juan. Trabajamos por convenio entre la Secretaría Nacional de Ciencia y Técnica y la FATPREN, la Federación de Trabajadores de Prensa. Es el mismo sitio donde desde hace 11 años una recua de imbéciles de distinto pelaje (pero parecido) viene trabando la puesta en marcha del mayor observatorio radioastronómico del hemisferio Sur, ya construido, porque les parece demasiado chino.

Con sus cinco telescopios, sus dormitorios más bien espartanos y su comedor para unas 60 personas, desde los años ´60 el CASLEO (Complejo Astronómico de Leoncito) fue una instalación «de servicios». Eso significa dedicada a formar graduados argentinos y visitantes de otros países en astronomía óptica.

Desde principios de siglo ya casi no pasan ni pernoctan astrónomos extranjeros: prefieren teledirigir los telescopios por internert, y recibir sus imágenes en sus propios países, según convenios de uso firmados entre sus universidades y la Universidad Nacional de San Juan. ¿Para qué se van a costear hasta esta cima cordillerana pelada en un desierto estricto y remoto, si pueden trabajar casi desde sus casas?

Toda la hotelería del CASLEO hoy funciona a un porcentaje bajo de su capacidad, porque todos los cinco telescopios son telecomandados como robots. Por supuesto, hay cola para anotarse. El CASLEO no será tan poderoso como los observatorios en Chile, pero son nuestros y están en territorio nuestro. Las Campanas y Cerro Tololo son territorio diplomático europeo y yanqui, tan intocables para los chilenos de a pie como embajadas.

La ubicación sanjuanina y remota del CASLEO, esta especie de monasterio Shaolín (pero con telescopios) fue elegida por la Universidad Nacional de San Juan y la SECyT. Está a 2552 metros sobre el nivel del mar, a 35 kilómetros de distancia horizontal y 900 metros de altura sobre Barreal, un pueblito gravemente pituco, habitado los fines de semana por la gente de paladar negro y bolsillos profundos de San Juan Capital.

Barreal no se ve desde el CASLEO ni viceversa. Es un mínimo punto verde, con río al pie, en una llanura desaforadamente amarilla.

Al fondo del horizonte, ya en el límite con Mendoza, te espían, adustos y blanquísimos, el cerro Mercedario y el Aconcagua, ambos de casi 7000 metros. A su alrededor acampan, en plan piquetero, muchos otros monstruos también blanquísimos, también temibles, y que arañan los 6000 metros, cada uno con algún nombre. Y algunos nunca escalados, por lo remotos.

AQUÍ ABAJO NO SOBRAN LUGARES

Por la irremediable ausencia de alumbrado público (Barreal no le hace mella a la oscuridad), Leoncito debe ser el lugar de noches más negras y más estrelladas de la Argentina. «La noche unánime», como dijo Borges, que dicen también fue astrónomo.

Sólo el Abra de Punta Corral, a 4000 metros de altura y en Jujuy, tiene noches más renegridas. A ojo pelado, en ambos sitios se ven estrellas que uno ni sabía que existían. De ésas que algún nombre tendrán, tal vez griego o sumerio, aunque más probablemente sean un código alfanumérico en algún catálogo. En el CASLEO es como si todas se te vinieran encima.

Entre enanas blancas y marrones, soles de tipo G como el nuestro, y titanes rojas y azules, sobran estrellas de todo tipo en el universo. Y mucha materia oscura que no emite ningún tipo de ondas conocidas y que jamás veremos, y que además parece concentrar casi toda la masa del universo. Hay lo que quieras ya catalogado, y lo que quieras por descubrir, describir y nombrar, pero lo que falta son sitios terrestres perfectos para ver esas cosas. Y especialmente, como dice Matías Alonso, en el hemisferio marino, es decir el sur.

Para repetir El Leoncito en el Abra habría que subir centenares de toneladas de materiales de construcción (y los de uso científico, pesados y frágiles) a lomo de humano o de mula desde Tilcara, 2 kilómetros verticales abajo y caracoleando por picada entre precipicios. Esas inversiones científicas no se hacían ni en tiempos del finado presidente Arturo Illia.

En suma, que si querés hacer astronomía óptica en Argentina, podés elegir entre el CASLEO o la nada.

El resto son los observatorios de Bosque Alegre, en Córdoba, el de La Plata, en la capital bonaerense, los porteños de la Asociación Argentina de Amigos de la Astronomía y los varios del Colegio Nacional de Buenos Aires, todos lindamente equipados en materia de fierros y cerebros.

El del CNBA tiene un espectacular telescopio reflector Schmidt-Cassegrain, con el que en 1930 todavía se podían hacer descubrimientos en planetología local. De yapa, hay otros reflectores y refractores donados, dos de ellos hechos artesanalmente por el naturalista Carlos Gondell, expresidente de Amigos de la Astronomía. Tipazo. Se lo extraña.

Pero son notas al pie: en términos comparativos, sea por humedad o por contaminación o por lluvias, fuera del CASLEO de San Juan, los demás observatorios ópticos del país fenecen bajo una atmósfera húmeda y contaminada, cuya transparencia anual es la del dulce de membrillo.

Ahora bien, ver el cosmos dentro del espectro electromagnético estrictamente óptico, incluidos el ultravioleta, el infrarrojo y la luz visible, es como mirar la enormidad del mar a través del ojo de una cerradura. Te perdés lo principal.

Desde tiempos de los sumerios el ojo humano y esas prótesis del mismo que llamamos telescopios fueron EL modo de hacer astronomía. Pero desde la posguerra, si no abarcás el resto, inmensamente mayor, de las frecuencias y longitudes de onda, estás tratando de describir la realidad a ciegas.

El CASLEO nunca fue un observatorio óptico principal por algunos inconvenientes inherentes al sitio. Reina una heliofanía brutal (en Racing, decimos que no hay una maldita nube), y por más que la humedad relativa ambiente mida entre el 10 y el 30%, está la cuestión del viento adiabático (el que escala por las laderas). Es tan bestia que a las 9 de la mañana, cuando el sol empieza a torturar el mundo, literalmente te arranca la ropa. A ese viento lo llaman «El Conchabao», porque aparece siempre de mañana.

Al anochecer, se calma un poco. Entonces vienen los vientos catabáticos fríos que bajan las laderas por gravedad, como diáfanos aludes, desde la cordillera del Tontal. Lo cual genera un poco turbulencia, conspira contra la astronomía óptica (laburo obviamente nocturno), y además llena de polvo los equipos. Lo cual en 2006 hacía putear como un carrero al director del CASLEO, el doctor en astronomía Ricardo Duffard.

Mi memoria anda floja, pero lo recuerdo rubio, alto, seco, serio y chupado de mejillas, la viva imagen del caudillo uruguayo José de Artigas cuando se le tapaba la bombilla.

En 2007 el tipo vivía en overol, dirigiendo esa desolación parte de la semana, con un plumero en una mano y un destornillador en la otra, más en plan portero que director, «but somebody has to do the heavy lifting». El destornillador es esencial. En el aire reseco de esas alturas del Leoncito, la carpintería de madera se seca, agrieta y momifica. Entonces las puertas y ventanas se desquician (también el director), y entra un chiflete que te congela.

Aquel invierno de 2006 recuerdo haberle preguntado en un aparte a don Duffard si, aprovechando que la economía, el CONICET y las universidades públicas habían resucitado, no se le podía dar un sablazo al Dr. Héctor Carrere. Héctor era Subsecretario de Gestión Tecnológica, un tipo lleno de iniciativa, y tal vez pudiera hurgar los bolsillos del Ministro de Ciencia, a la sazón Daniel Filmus, para que éste pusiera unos mangos en un observatorio radioastronómico.

De estos tenemos uno solo en el bosque del Parque Pereyra Iraola, camino a La Plata, y pertenece al Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNBA. Aunque el radiotelescopio del IAR tiene dos antenas, no capta muy buen las altas frecuencias que le llegan del espacio profundo. Y es que ambas antenas están en la parte más húmeda de la Pampa Húmeda y de yapa en una zona baja y neblinosa.

La ubicación perfecta para esas antenas parabólicas gigantes serían las alturas secas, como las alturas del Tontal, es decir, el CASLEO. Trabajan en la otra punta del espectro electromagnético, el de las ondas de 3 kilohertz (kHz) hasta unos 900 gigahertz (GHz), lo que se traduce en longitudes de onda que van desde cientos de kilómetros de longitud hasta menos de un milímetro. 

El cielo emite de todo, y todo el tiempo, y casi todo es invisible, incluso de noche.

Esas antenas se traen por piezas en un jeep o un jeepón y ensamblan «in situ», a soldadora. Sus ventajas sobre los telescopios: ven cosas y fenómenos lejanísimos y enormes imposibles de captar en el espectro lumínico. Además, no requieren esos cuidados de novia finolis que exige el trasladar, como laboriosas hormigas, unas lentes y unos espejos perfectos de varios metros de diámetro (y no te digo las toneladas), y todo a alturas de sherpa.

Los radiotelescopios no tienen nada fácilmente rompible fuera de la electrónica, que siempre es una perra. Y del software ni hablemos. Pero al menos no son cosas caras, se hacen y se arreglan en casa y rara vez requieren de mecanismos de relojería. Onda que en 2006 sí se podía manguearle un radiotelescopio «made in Argentina» a Daniel Filmus sin yanquis, sin plata ajena y sin matar las ciencias aplicadas.

«Hay planes de hacer algo por el estilo, Arias», me contestó Duffard, sin vacilaciones.

Ambos dimos por sentado el «habemus telescopium», dos perfectos giles. La Argentina acababa de salir de la morgue postmenemista y parecía atlética y sana, y no sólo del PBI sino especialmente de la cabeza.

Nunca te confíes en esas resucitaciones.

Nuestro país es un Lázaro que sale de la tumba tarde, y poco, y mal, y le gusta volver.

DEDO ACUSADOR

Y si querés buscar los que se encargan de poner a nuestro ispa de nuevo en su tumba, vas a encontrar unos cuantos en nuestra Cancillería, algunos NyC y de carrera, otros nombrados a dedo y el pedo y de paso. Encontrarte un patriota y un experto en esa mersa fina es difícil. Más o menos como recuperar aquel collar de diamantes de tu tatarabuela en la bosta de un feedlot.

El CART está joya, terminado, finished, perfectum est, chiche bombón, pipí cucú, al decir de Carlitos Monzón. Pero no se se pondrá en línea mientras los vándalos del macrimileísmo mantengan su poder virreinal, o patinen y se caigan de una vez y pierdan toda posibilidad de recuperarlo, sin que importe en qué helicóptero se fuguen ni bajo qué sello se disfracen para volver.

Nuestra Cancillería vive afligida siempre por su atemporal y pazguata biota idiota, intercurrida por algunos casos «hard core» de genuflexión pública y púbica ante el State Department. Hablo del explícito y carnal Guido di Tella, para los viejos que lo recuerden. Pero desde 2015 sobrevino la siguiente ringla de ministros de Relaciones Exteriores: Malcorra, Faurie, Solá, Cafiero, Mondino y el actual Werthein.

Susana Malcorra los resume a todos: no creo el CART le quitara el sueño. La ciencia no es lo suyo. Ni siquiera es argentina, como mandan las leyes argentinas a los cancilleres argentinos.

Optó por la ciudadanía española hace tiempo, ejerció de cancilleresa de Mauricio Macri desde diciembre de 2015, y en 2017, cuando le cayó la ficha de que pese a su ínclita genuflexión ante el State Department jamás sería Secretaria General de las Naciones Unidas, dejó el cargo para volver a España. Siga participando, Susana.

No hay dolo en tener doble ciudadanía, o incluso triple, como los de jamón, queso y tomate. Sí lo hay (y no poco) en mantenerla cuando se está en funciones de ministra de Relaciones Exteriores. Desde ese sitial no recuerdo que Malcorra haya firmado maldito el papel que ayudara a su país (bueno, me refiero a éste).

Su presidente, ya desde tiempos en que era apenas un candidato sin más esperanzas o mérito que haber sido dueño (bueno, presidente) del Club Boca Juniors, siempre fue más amigo de la astrología que de la astronomía. Echó pestes de la presunta «base militar china en Bajada del Agrio, Neuquén».

¿Muy militar, expresidente? De fierros no entendés mucho, pero si son chinos molestan a tu jauría de paladares negros, aunque no cumplen función bélica alguna.

Esa antena queda lejos de todo sitio poblado porque necesita de un silencio radioeléctrico perfecto. Sólo fungen de C3, o Comando, Comunicaciones y Control de la flota satelital china, y la de otros países que comparten misiones satelitales con China. Hay tres antenas de éstas en total en todo el mundo, pertenecen a la China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), y la de Neuquén es la única en el hemisferio sur.

Para más datos, el sitio es de propiedad y uso de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de la Argentina (CONAE), que de paso y cañazo aprende a controlar sondas espaciales en el Sistema Solar. La antena es por fuerza enorme: controló y controla todas estas misiones espaciales chinas «de espacio profundo», y necesita emitir y recibir señales desde la Luna y desde Marte.

Es como una tremenda bocina en radiofrecuencia, y también una gigantesca oreja. Supongo que eso lo entiende incluso un ingeniero, que los hay, con un profundo desamor con la tecnología y títulos comprados desde la secundaria.

Las misiones lunares son las Chang’e 3, 4 y 5. La última volvió a Tierra hace no mucho con muestras del suelo lunar. De modo que la Argentina se entera de cómo es el suelo lunar.

La misión marciana es compleja: se llama Tianwen 1 y consta de un módulo en órbita, otro de amartizaje y un tercero deambulador por superficie, tipo «rover». Todo eso requiere de mucho ancho de banda, potencia de emisión, y capacidad de captación de datos desde una distancia de 300.000 km. Entiendo que Macri se alarme de recibir información desde un planeta rojo, pero éste existe.

Van bondis escolares neuquinos a ver esa madre de todas las antenas, en excursión, y a pedido de colegios en general públicos. Los guías los pone la CONAE, porque el chino se habla poco en Neuquén.

El maldito secretismo chino, mirá bo´.

LA PARTE ÉTICA DE LAS AGENCIAS ESPACIALES

En su Centro Espacial Teófilo Tabanera, en Falda del Cañete, las antenas de la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) controlan desde 1996 todas los satélites y constelaciones satelitales de Argentina. También las de agencias espaciales de otros países, algunos tan corrosivamente comunistas como los Estados Unidos, Italia, Brasil, Francia, Dinamarca y Canadá. Créase o no, desde Córdoba hemos controlado y aún controlamos algunos de sus satélites.

Es laburo colaborativo, y forzado por lo caros que son los centros espaciales y lo redonda que es la Tierra. Cuando pasa algún satélite yanqui en órbita polar helisincrónica sobre Falda del Cañete, está fuera de alcance de las antenas terrestres de la NASA en territorio estadounidense.

Por ello les hacemos la gauchada de bajarle data de imágenes a su satélite huérfano, y subirle data de navegación. Uno puede ver cómo las dos antenas del precio se mueven siguiendo la trayectoria del satélite, generalmente a baja altura (hasta 1000 km). La info se la mandamos al dueño del satélite por internet de fibra óptica. Las instrucciones de navegación nos llegan desde la NASA por la misma vía.

La astronomía y su contrapartida, la observación de la Tierra desde el espacio, son colaborativas. Las agencias espaciales de Estados Unidos, Italia, Brasil, Francia, Dinamarca y Canadá, llamadas respectivamente NASA, ASI, AEB-INPE, CNES, DSRI y CSA tienen antenas dedicadas al C3, o Comando, Comunicaciones y Control de nuestra ínfima flota satelital en órbita baja, que los gobiernos de los últimos diez años no hay tratado siquiera de reponer. Hoy se ha reducido a los satélites SAOCOM-A y SAOCOM-B.

No obstante, ni Macri ni su ilustre caterva de plastas y de runflas finos en el Palacio San Martín, y tampoco Javier Milei ni su canciller al uso, Gerardo Werthein, echaron pestes jamás de la Denmark Space Research Agency, pese a que estos nórdicos descendientes de saqueadores de conventos han controlado nuestros satélites, así como nosotros los de ellos.

No son relaciones carnales, como las que predicaba don Guido, calzones en mano. Son puro toma y daca entre iguales. La ciencia básica internacional es cara para las espaldas de un único país, de modo que en general funciona así.

Es que la DSRA es una puta agencia científica con la que intercambiamos figuritas toda vez que podemos. No es una agencia de espionaje o una base militar de la Flyvevåbnet, la Real Fuerza Aérea Danesa. No tenga miedo, no van a desembarcar vikingos en paracaídas sobre su quinta de Los Abrojos, ingeniero.

Vuelvo al tema de la antena de radioastronomía de la Universidad Nacional de San Juan. Creo que no está ni vivo ni muerto.

Hace casi 10 años que podría haber estado en operaciones, pero no. No creo que la orden de congelar esta antena venga del CONICET, hoy regido por un clonador de chanchos sin ninguna en dirección de científicos, y cuyo cargo los mal pensados creen que se debió a haber clonado (o intentado clonar) a un perro que se llamó Conan. Tampoco creo que el CART haya muerto en la Secretaría de Ciencia y Técnica, SECyT, dirigida (?) por un licenciado en administración de empresas.

Me quedo con dos opciones: o bien la lista de cancilleres enlistada «ut supra», incluidos los dos nacionales y populares (?) del gobierno (?) de Alberto Fernández, sabe un comino de derecho espacial ni le importa. Esto es indiscutible, pero me inclino más por una segunda opción: todos ellos entendieron perfectamente los «white papers» que suelen llegar por mensajero en mano desde La Embajada. Sí, ésa.

Vos abrís el sobre blanco de papel excelente, pero sin membrete, y la cartita igualmente libre de membrete o firma, ladra con gentileza «hagan esto» y «no hagan lo otro», o viceversa. Y si uno ha sido educado para lamer trastes, o es adicto innato a ese deporte, se cuadra y obedece. Cancilleres de esos, tuvimos y tendremos bocha.

Mi hipótesis es que dichos ukases proclaman secretamente que está prohibido asociarse con la la Academia de Ciencias China para hacer nada, ni siquiera astronomía. No importa si la guita en fierros la pusieron mayormente los chinos, no importa si podemos compartir en igualdad los resultados científicos de los observatorios de ellos, todos en el hemisferio norte.

Esos ya están construidos y funcionan en red. El nuestro fue construido al cuete por China con guita china, porque la banda del Palacio San Martín recibió instrucciones específicas desde el edificio Harry Truman.

EL CART NO DEBE PONERSE EN LÍNEA.

Siempre dándonos ordenes. Esos malditos chinos imperialistas.

Daniel E. Arias