La era de los metrobuses parece haber quedado atrás. Los carriles exclusivos de las avenidas Juan Bautista Alberdi y Directorio, inaugurados en septiembre pasado, quizá fueron los últimos en desplegarse por la ciudad de Buenos Aires. El modelo se agotó. Así lo considera la nueva administración porteña: generar otros significaría forzar y tensionar el sistema. En cambio, el Gobierno planea nuevas estrategias que demandan, algunas de ellas, mayor planificación, revisión de infraestructura ya instalada y análisis de territorios para determinar dónde y cómo aplicarlas.
Aunque ya existe un Plan de Movilidad Sustentable para 2030, y durante la campaña Jorge Macri anunció sus intenciones de elevar las vías del tren Sarmiento, hay otras alternativas que están en evaluación, principalmente, en el flamante Ministerio de Infraestructura que absorbió la ex Secretaría de Transporte y Obras Públicas. Las ideas se encuentran en estado germinal y el optimismo para que se concreten va variando semana a semana cuando se avanzan en cuestiones profundas, por ejemplo, el del presupuesto para realizarlas. Pero siguen analizándose para ir ejecutándose en los próximos cuatro años.
Algunas podrían estar incluidas en el discurso de apertura de sesiones legislativas que Macri dará en la Legislatura. Y también fueron parte de la agenda del Jefe de Gobierno en sus viajes al exterior, en Italia precisamente, donde asistió en Roma a la canonización de Mama Antula. Allí el funcionario se reunió con referentes del transporte de Roma en un encuentro donde intercambiaron proyectos e ideas sobre tranvía y buses eléctricos. Un sistema de transporte que ya funciona en Roma y que se piensa fomentar e instalar en la ciudad de Buenos Aires.
La descarbonización del transporte público es el norte que se puso el Gobierno de la ciudad con varias opciones que podrían aplicarse bajo este concepto, como la electrificación progresiva del transporte público, la creación de circuitos que se recorran con buses eléctricos y trazas vinculantes a través de tranvías. El Casco Histórico y el corredor norte, desde Ciudad Universitaria hasta Puerto Madero, son las alternativas en estudio.
La Ciudad entiende que ya son suficientes metrobuses en funcionamiento y que ampliar la red de subte, por ahora, es inalcanzable por los costos. Por eso apuntó la mirada al tranvía y los buses eléctricos, entre otras variantes más sustentables que los vehículos a combustión. Entre los cambios, la Ciudad también está reviendo la red de ciclovías y bicisendas que desde su lanzamiento en 2009 alcanzó una extensión de 300 kilómetros. ¿Será intervenida la de avenida Del Libertador? Es una posibilidad.
“Con Eugenio Patone, Secretario de movilidad de Roma, conversamos sobre los desafíos de la movilidad sustentable en las ciudades. Estuve viendo cómo funciona el sistema de transporte público de la ciudad y su red de tranvías y buses eléctricos que circulan por el casco histórico que evalúo implementar en nuestra ciudad para mejorar la movilidad de los porteños”, expuso Macri en redes sociales luego del encuentro.
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Málaga y Sevilla son ciudades españolas que cuentan con estos sistemas que también se utilizan en Alemania, Holanda, Francia, Italia y otros países europeos. En la región, Chile y Brasil son algunos de los países que también están probando estas alternativas como ocurrió en la ciudad con la línea 59 de colectivos. De implementarse un sistema eléctrico con mayor recorrido y flota sería todo un hito y un cambio de paradigma hacia donde viaja el mundo: la utilización de las energías renovables en el transporte público.
De acuerdo al Plan de Movilidad Sustentable para 2030 a los 3.000.000 de habitantes aproximados de la Ciudad se le suman 1.400.000 que ingresan todos los días hábiles (contra los 200.000 porteños que van hacia el conurbano). Diariamente se realizan 5.400.000 de viajes con la siguiente distribución: 46,7% en transporte público, 20,7% en vehículos motorizado particulares; 26,1% a pie; 3,6% en bicicleta; y 2,2% en vehículos motorizado compartido.
Nuevo rumbo
“Utilizar energías más sustentables es algo positivo, está bien, pero la pregunta es si realmente el problema pasa por ahí. Es cierto que el transporte genera un montón de emisiones y problemas ambientales, pero el mayor problema no lo genera el transporte público en temas de emisión y contaminación ambiental, sino que es el auto particular”, sostuvo el especialista en desarrollo urbano y transporte, Sebastián Anapolsky.
“La proporción de vehículos de transporte público por sobre los vehículos particulares es ínfima. No está mal hacerlo si podemos reducir el ruido porque muchas veces la contaminación sonora es un problema grave en nuestras ciudades, pero ¿es la prioridad más importante cuando hay una dificultad para mejorar el acceso al transporte público, hacer que más personas viajen en transporte público y que menos personas utilicen el vehículo particular?”, profundizó.
Anapolsky asesora a gobiernos y organizaciones internacionales para diseñar e implementar proyectos en ciudades y áreas metropolitanas vinculados al transporte público y el urbanismo. Desde su experiencia sostiene que los sistemas de tranvías eléctricos, como ocurre en todos los casos europeos, deben estar acompañados con infraestructura de acorde de otros medios de transporte.
“Si lo único que hacemos es cambiar un motor a nafta por un motor eléctrico no estamos solucionando nada. El colectivo sigue funcionando en la misma calle, con la misma frecuencia, y lleva la misma cantidad de gente, por más que sea eléctrico. Un colectivo o tranvía en cientos de miles de autos no cambiará la contaminación, no hará diferencia importante en cuestiones ambientales”, opinó.
Como explica Pablo Belenky, ingeniero civil y planificador del transporte, muchas ciudades están avanzando hacia tecnologías que limiten el uso de combustibles fósiles y en esa búsqueda hay dos grandes grupos: los que tienen recursos (países europeos) y las que suman problemas ambientales (Santiago de Chile, por ejemplo). Celdas de hidrógeno, móviles eléctricos (a batería), eléctricos por catenaria (tranvías), o con GNC son las que se utilizan.
“Las nuevas tecnologías son más costosas que la actual (motores de combustión interna) y observan una evolución permanente por lo que existe un enorme riesgo de obsolescencia temprana. Las unidades alternativas son más caras y los costos de mantenimiento también, por eso debe analizarse exhaustivamente si hay ahorros operativos”, aconsejó.
Como parte del proceso que se inicia en Buenos Aires, el experto recomienda esperar a que maduren las tecnologías alternativas “hasta que obtengan mayor confiabilidad, menores costos y menor riesgo de obsolescencia” ya que “la coyuntura local dificulta la introducción de nuevas tecnologías”.
La Ciudad pretende subirse al tren de los cambios de paradigmas que están ocurriendo en el transporte público a nivel mundial. El contexto económico obliga al gobierno a hacer cuentas, sacar costos, proyectar, cambiar y volver a proyectar. El camino parece haberse iniciado.
Cerca de la ciudad ucraniana de Avdiivka, un robot cuadrado se desliza por una carretera rocosa y agrietada. Serpenteando de un lado a otro, el robot -una máquina de cuatro ruedas, de altura aproximada a la rodilla- transporta carga y munición para las tropas rusas. Sin embargo, está siendo vigilado. Un dron ucraniano sobrevuela la carretera y sigue los movimientos del robot. De repente, otro dron se estrella contra el robot, haciéndolo pedazos.
El ataque, que tuvo lugar a principios de diciembre y fue reivindicado por la 110ª Brigada Mecanizada del ejército ucraniano, es uno de los cada vez más numerosos incidentes en los que se han utilizado robots poco sofisticados contra otros robots en la guerra de Rusia en Ucrania. Se han utilizado drones aéreos para vigilar o atacar a robots terrestres, soldados han acoplado armas a robots terrestres y otros pequeños robots no tripulados están siendo equipados con tecnología de interferencia para derribar drones del cielo.
Desde la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, los pequeños drones aéreos han desempeñado un papel fundamental en la guerra de Ucrania: miles de ellos se utilizan para vigilar el campo de batalla, observar los movimientos del enemigo y transportar explosivos. Vídeos producidos por soldados ucranianos y rusos muestran el uso de drones, a menudo en primera persona, para atacar tanques y tropas. A medida que ha ido avanzando la guerra, en los últimos meses ha ido apareciendo cada vez más otro tipo de robot: el vehículo terrestre no tripulado o UGV
«Se está desarrollando una gran cantidad de vehículos terrestres no tripulados», afirma Samuel Bendett, analista sobre Rusia del centro de estudios Center for Naval Analyses, que realiza un seguimiento del uso de la tecnología militar de drones y robótica. La mayoría de los UGV que se están desarrollando o utilizando son pequeños robots, dice Bendett, ya que los vehículos más grandes serán rastreados, observados y atacados con FPV y otros drones aéreos. «El campo de batalla ucraniano está saturado de sensores aéreos que básicamente rastrean y atacan cualquier cosa que se mueva», dice. Eso incluye a otros robots.
Los UGV que se están desarrollando en la guerra suelen ser máquinas de cuatro o seis ruedas que pueden equiparse para múltiples propósitos. Hay robots logísticos, que pueden llevar suministros al frente; robots de evacuación, que transportan heridos; y robots vinculados al combate, como los que pueden colocar o destruir minas terrestres y llevar explosivos o armas adosadas. Estos robots están en gran medida teledirigidos por humanos -tienen poca autonomía- y operan en distancias de unos pocos kilómetros.
Los vehículos aéreos no tripulados no son nuevos. Algunos de los primeros UGV se crearon en la Segunda Guerra Mundial y se utilizaron como artefactos explosivos, aunque también han aparecido en otros conflictos. Según Bendett, la mayoría de los UGV rusos desarrollados hasta la fecha han sido de fabricación casera o de bricolaje, con tropas o voluntarios que crean robots para tareas o necesidades específicas. Ucrania, hasta la fecha, ha puesto más esfuerzo militar en el desarrollo de robots terrestres, con el gobierno declarando su ambición de construir un «ejército de robots.»
Vídeos procedentes de Ucrania, compartidos por primera vez en canales de Telegram y revisados por analistas como Bendett, muestran a un dron ruso vigilando a un vehículo aéreo no tripulado ucraniano mientras avanza colocando minas. En otro vídeo, un pequeño robot de seis ruedas se acerca a un dron derribado, levantando las alas, antes de que las tropas se acerquen a él. Un tercer vídeo muestra a drones intentando destruir vehículos aéreos no tripulados que se desplazan por el suelo. En una demostración, una persona es arrastrada por el suelo detrás de un vehículo aéreo no tripulado. A principios de enero, Mykhailo Fedorov, viceprimer ministro ucraniano, anunció un vehículo aéreo no tripulado con una «torreta automatizada» que, según dijo, también puede transportar munición y provisiones a los combatientes.
Antes de la invasión rusa, la empresa de Taras Ostapchuk fabricaba postes para el alumbrado público; ahora construye robots y drones FPV para el esfuerzo bélico de Ucrania. Con el apoyo de la agrupación ucraniana de tecnología militar Brave1, Ostapchuk ha desarrollado tres tipos de robots, todos ellos llamados Ratel. Uno es un robot «kamikaze» de cuatro ruedas que puede llevar explosivos atados o colocar minas terrestres; los otros dos robots pueden transportar equipos o llevar heridos. Según Ostapchuk, ya se han entregado más de 45 a las fuerzas armadas.
El pequeño robot, afirma Ostapchuk, tiene un alcance de 2 a 3 kilómetros, que puede ampliarse con una estación terrestre que amplifique las señales de radio utilizadas para controlarlo, mientras que uno de los robots más grandes puede ser controlado por un humano a una distancia de 40 a 60 kilómetros por detrás de él. En algunas zonas de Ucrania, como Zaporizhzhia y la región de Donbas, Ostapchuk afirma que es crucial que los UGV cuenten con tecnología para derrotar a los drones FPV que puedan estar apuntando a objetos en tierra. «Es un gran problema, por eso instalamos este equipo», afirma Ostapchuk. En un vídeo de prueba, uno de los Ratel UGV es abordado por un dron que parece estrellarse contra el suelo y dejar de funcionar.
«Ciertamente, a medida que se utilizan más vehículos terrestres no tripulados en combate a mayor escala en ambos bandos, existe la posibilidad de que se produzcan combates entre drones, lo cual es fascinante», afirma Zachary Kallenborn, investigador adjunto no residente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y consultor de seguridad nacional. Sin embargo, Kallenborn advierte que no es probable que estos casos sean «decisivos o tan críticos» en el ámbito y la escala más amplios de la guerra. En cambio, afirma que la introducción de más vehículos aéreos no tripulados puede provocar un cambio en las estrategias de los implicados en la guerra. «Creo que cada vez se atacará más a los operadores y a las estructuras de apoyo que a los propios aviones no tripulados», afirma Kallenborn.
Sin embargo, a medida que se desarrollen más vehículos aéreos no tripulados, es probable que desempeñen un papel más importante en el conflicto. Ucrania ya ha tenido éxito con drones navales, afirma Kallenborn, que añade que los vehículos aéreos no tripulados permiten a los soldados realizar otras tareas y reducen en parte el riesgo para los humanos sobre el terreno, como un robot enviado en misiones de exploración. «A nadie le importa realmente si el vehículo terrestre queda destruido, excepto a los contables», afirma.
Según Bendett, hasta ahora no se han visto grandes cantidades de UGV (no está claro hasta qué punto la base industrial rusa desarrollará los robots), pero espera que el año que viene haya más experimentos con autonomía, nuevas empresas que creen más robots y más UGV con tecnología antidrones incorporada. «El objetivo de desplegar muchos vehículos aéreos no tripulados, por ejemplo, es complementar algunas de las misiones peligrosas de los soldados e impactar en el adversario tanto como sea posible», afirma Bendett.
Hay un dicho muy extendido en la energía eólica: cuanto más grandes son los aerogeneradores, mejor funcionan y más baratos sonde instalar y producir electricidad.
Es por ello que los promotores de esta fuente de energía prefieren instalarlos frente a la costa, donde su enorme tamaño (algunos son tan altos como rascacielos) pueden aprovechar las fuertes ráfagas de viento del océano sin molestar demasiado al entorno.
Sin embargo, un informe reciente publicado en Harvard Business Review desmiente esta afirmación y advierte que los costes de mantenimiento y desinstalación son más elevados de lo que se pensaba y podrían hacer inviable su uso en un futuro próximo.
Desde hace años se dice que el futuro de la energía eólica está en el mar. Empresas y países están invirtiendo millones en consolidar una fuente de energía que se está extendiendo por todo el mundo y que, poco a poco, puede hacernos olvidar la época en la que consumir electricidad era sinónimo de liberar toneladas de CO₂ a la atmósfera.
El tamaño de las turbinas y por qué son tan grandes
Estas gigantescas estructuras (turbinas eólicas) pueden alcanzar la altura de la Torre Eiffel y sus aspas pueden tener un diámetro de más de 250 metros, lo que les permite barrer áreas de más de 50 mil m².
(…) cuanto más grandes son las turbinas, más energía producen y menos se gasta en instalación y mantenimiento.(…)
Su enorme tamaño no es un capricho. La industria afirma que el mayor coste de estas instalaciones offshore es la mano de obra necesaria para construirlas, por lo que cuanto más grandes son las turbinas, más energía producen y menos se gasta en instalación y mantenimiento. Pero el aumento de tamaño, que hace que las turbinas eólicas sean más eficientes, también puede ser un problema grave, según un equipo de académicos.
Los costos ocultos
En este informe, los expertos en sostenibilidad ambiental Sam Aflaki de HEC Paris y Atalay Atasu y Luk N. Van Wassenhove de la escuela de negocios INSEAD sostienen que los costos involucrados en la instalación de una turbina eólica no se limitan solo al costo de las turbinas.
También incluyen los costos asociados con la instalación de plataformas offshorerobustas y duraderas, la logística marítima y extensos cables submarinos para conectar estas turbinas a la red terrestre a muchos kilómetros de distancia.
Estas tareas se vuelven difíciles y costosas a medida que aumenta la distancia de la costa y a menudo requieren embarcaciones y equipos especializados, sin mencionar los mayores riesgos para los trabajadores, afirman los autores.
Sin embargo, según su análisis, la mayoría de los gastos se producen cuando las turbinas quedan obsoletas. El desmantelamiento es una operación compleja y costosa que implica el desmantelamiento de turbinas, la retirada de cimientos y cables, la logística inversa del traslado de palas y torres a tierra y la gestión responsable de residuos.
Se necesitan turbinas eólicas más pequeñas
Los investigadores utilizaron datos disponibles públicamente para crear un modelo de la vida útil de las turbinas eólicas offshore. Los cálculos muestran una relación entre el tamaño de las palas, la distancia desde la costa y el valor de vida útil de la turbina, que es lo que el equipo llama «los ingresos totales generados por la electricidad producida por una turbina menos el costo total del ciclo de vida».
Las conclusiones del análisis realizado por los investigadores son claras. Aunque las turbinas de mayor tamaño son generalmente más eficientes, esta eficiencia varía en función de la distancia a la costa y del tamaño ideal de las palas, lo que se ve claramente afectado por el nivel de mantenimiento y los costes de final de vida. Por lo tanto, las palas más pequeñas pueden ser más adecuadas para proyectos más alejados de la costa, afirman.
El Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) vive en una dimensión paralela al ajuste que aplica Javier Milei a través de la licuación de ingresos, que puso el salario en caída libre. Como interventor del organismo, colocado en ese puesto por el gobierno libertario, Darío Arrué designa amigos con contratos millonarios y dispone ascensos extravagantes de un puñado de confidentes.
Arrué es un viejo conocido del ENRE, donde se jubiló hace un año y medio después de ser desplazado de la jefatura del Área de Análisis Regulatorio y Estudios Especiales. A fines de diciembre, se puso el traje de interventor embolsando un salario que supera los tres millones de pesos, pero también se tomó revancha con sus antiguos detractores: redujo sueldos arbitrariamente y desplazó a técnicos de carrera para colocar personas de su entorno, sin calificación profesional para fortalecer la gestión.
Al margen del ajuste de Javier Milei
Una de las primeras designaciones fue la del abogado especialista en temas tributarios y derecho administrativo Eliseo Segura, a quien informalmente se lo presenta como «el enviado de Eduardo Rodríguez Chirillo«, el secretario de Energía de la Nación. Así lo hace valer ya que opera como un jefe de Gabinete de Arrué, centralizando todos los dictámenes y resoluciones del organismo. Con cierta trayectoria en el derecho corporativo, centralmente en tema de telecomunicaciones, embolsa dos millones de pesos más adicionales.
Durante el mes de enero, sin la aprobación administrativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Arrué puso en vigencia una nueva estructura organizativa del ENRE que le permitió refornular todas la áreas, desplazar personal de carrera y ascender a personas de su confianza pero carentes de expertise técnico.
El caso más gráfico es el de Jorge Iglesias, un agente del ENRE sin formación que fue designado con la máxima categoría del organismo, que le garantiza ingresos por dos millones de pesos como jefe del sector de Atención a Usuarios, un área clave frente a la hora de resolver interrupciones o inconvenientes del suministro eléctrico.
Javier Milei aplica un fuerte tarifazo en el servicio de energía eléctrica. El ENRE aplica el salariazo.
Nepotismo versión libertaria
La esposa de Iglesias, Andre Erdini, también se alzó con una designación. En este caso, por 1.300.000 pesos, como jefa de la división de Administración y Despacho de Secretaría del Directorio.
Iglesias, además, consiguió designar a Gabriela Monlezum como asesora y garantizarle una mensualidad de $1.682.550.
La intervención del Departamento de Administración del ENRE, allí donde se definieron aumentos de hasta 300% para los hogares y comercios del AMBA, se materializó con el desembarco de dos economistas, María Cristina Tonnelier y Marcelo Angel Biach, con ingresos por dos millones de pesos por cabeza.
Amigos son los amigos
En su regresó, Arrué también recuperó a varios amigos ya jubilados. Entre ellos, Aldo Furnari, un empleado interno de 80 años que se jubiló en 2012, pero ahora será jefe de Departamento con el salario más alto de la categoría, $1.700.000. También se reincoporó Gastón Noguez, otro exempleado, de 73 años, que desplazó al ingeniero a cargo del Área de Seguridad Pública y ocupará su cargo por un monto similar.
Según calculan en el sector, los ingresos y las recategorizaciones ordenados por el nuevo mandamás implican la erogación de 22 millones de pesos mensuales adicionales en las partidas del organismo.
La Municipalidad de General Pueyrredon y el Clúster de Energía de Mar del Plata, vieron con beneplácito la inscripción de más de 400 empresas en los últimos 10 días en el registro de proveedores de servicios y productos para la industria offshore, informó este mediodía la comuna marplatense.
La Secretaría municipal de Desarrollo Local, Inversiones e Integración Público Privada, confirmó el éxito de la convocatoria dirigida a PyMEs e interesados en ofrecer servicios e insumos para la actividad offshore.
Al mismo tiempo, la comuna recordó que quienes no se hayan registrado desde que se abrió la carpeta el pasado 15 de febrero, aun están a tiempo y puede hacerlo completando el formulario en bit.ly/registrooffshoreMdP
En el relevamiento de datos realizado, se destaca que el 63% de los inscriptos provienen de la región Mar del Plata, visibilizando la fuerza del entramado empresarial local, mientras que el 37% restante proviene de diversas regiones del país.
Asimismo, cabe destacar que más del 48% de los interesados han sido previamente proveedores de empresas hidrocarburíferas, expresa el comunicado municipal.
Con respecto al tamaño de las empresas, es notable la amplia participación de microempresas, representando casi la mitad del total, seguidas por un 32% de empresas medianas.
Los rubros más ofertados son: servicios de ingeniería y consultoría, fabricación de estructuras metálicas, otros servicios industriales y mantenimiento de equipos, entre otros, lo que refleja la variedad y la calidad de las capacidades disponibles en la región.
En este marco, el titular de Desarrollo Local, Inversiones e Integración Público Privada, Fernando Muro, manifestó: “Nos parece fundamental conocer el potencial de nuestra región, empezar a trabajar con las empresas que pueden prestar servicios a la industria. Es muy valioso el aporte que hace el clúster de energía a nivel local, aglomerando este tipo de empresas”.
“En la medida que la industria empiece a desarrollarse, la región estará preparada para recibirla: por la potencia de la industria, las capacidades, el recurso humano, las universidades, la capacidad de innovación de los marplatenses. Porque existe una masa crítica de empresas que ya trabajan para el sector, que es muy importante, y que pueden generar nuevos desarrollos de forma rápida”, agregó.
El registro de proveedores es una herramienta invaluable para la difusión de potenciales empresas proveedoras de servicios e insumos para la actividad petrolera Offshore.
Esta iniciativa municipal no solo fomenta la generación de empleo de calidad, sino que también impulsa el crecimiento y desarrollo local, promoviendo la innovación y la productividad en nuestra región.
El experimento demostró la viabilidad de la cirugía remota en el espacio. Se abren nuevas perspectivas para la medicina, tanto en el espacio como en la Tierra.
Por primera vez en la historia, un grupo de científicos consiguió operar desde la Tierra un robot quirúrgico ubicado en la Estación Espacial Internacional.
El robot cirujano se llama spaceMIRA, y es similar a un brazo. Mide apenas 76 cm. y pesa poco menos de 1 kg. Desde el laboratorio en Lincoln, Nebraska, seis médicos lo operaron por control remoto y el robot logró realizar correctamente las incisiones quirúrgicas previstas.
SpaceMIRA (Miniaturized in Vivo Robotic Assistant) es un desarrollo conjunto entre la empresa Virtual Incision Corporation y la Universidad de Nebraska-Lincoln (UNL). Llegó a la Estación Espacial Internacional a principios de febrero.
En este primer experimento el robot no operó a un ser humano real, sino que realizó los cortes sobre bandas elásticas que simulaban tejidos, músculos, tendones y vasos sanguíneos humanos. Las bandas estaban dentro de un casillero experimental del tamaño de un microondas.
Los médicos en la Tierra debían sortear dos grandes desafíos. La gravedad cero y el pequeño retraso en la respuesta, ya que, debido a la distancia de 400 km a la que se encuentra la Estación, el robot responde aproximadamente medio segundo después de que se opera la orden desde Tierra. Esto obligó a los médicos a recalcular sus maniobras.
Un cuarto de segundo o medio segundo es muy significativo, así que esto fue un gran desafío, dijo el cirujano Michael Jobst, uno de los operadores de spaceMIRA. “Pudimos ver la mano izquierda con una pinza, y la mano derecha con un par de tijeras. Pudimos sostener las bandas, agarrar las tijeras y cortarlas”, explicó Shane Farritor, Director de Tecnología de la compañía. “Fue una pequeña banda elástica, pero un gran paso para la cirugía”, dijeron los médicos, entre aplausos, cuando terminó la intervención.
El spaceMIRA es una evolución de MIRA, el primer dispositivo miniaturizado de cirugía asistida por robot (miniRAS). El diferencial de ambos modelos, según la propia compañía, es su tamaño pequeño y su portabilidad, que busca hacer más simple y accesible la cirugía remota. No solo en el espacio. También en la Tierra.
Los humanos habitan la Estación Espacial Internacional desde hace dos décadas. En general, los astronautas tienen muy buena salud cuando salen de la Tierra, por lo que sus consultas médicas remotas casi nunca representan problemas físicos graves.
Pero los tiempos están cambiando. A medida que la tecnología lo permita, los viajes espaciales serán más largos y las estadías en cuerpos celestes, más prolongadas. Así que la cuestión del abastecimiento y la provisión de servicios es cada vez más prioritaria para las agencias espaciales.
La cirugía remota en el espacio ya es una posibilidad real.
Sin embargo, y como sucede con muchas innovaciones, esta nueva tecnología para cirugías remotas tiene aplicaciones potenciales que van mucho más allá de la conquista espacial.
“La cirugía remota podría impactar potencialmente la atención médica en el espacio y en todo el mundo. Sólo en Estados Unidos, un tercio de los condados no tienen actualmente acceso a un cirujano local, y la escasez de cirujanos podría aumentar a más de 30.000 en los próximos diez años”, informa el sitio de Virtual Incisión.
Su presidente, John Murphy, ratificó esta idea: «Por muy emocionante que sea tener nuestra tecnología en el espacio, esperamos que el impacto de esta investigación sea más notable en la Tierra«, dijo.
La misión de demostración de tecnología 2024 está financiada por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la Universidad de Nebraska, a través del Programa Establecido para la Investigación Competitiva (EPSCoR).
Los precios de los combustibles volverán a subir esta semana, cuando se aplique una nueva actualización del impuesto a los combustibles líquidos, como definió la AFIP por pedido del Ministerio de Economía. Según cálculos privados, el impacto final en los precios de surtidor sería de 3%, aproximadamente, a nivel nacional. Sin embargo, se espera que las empresas apliquen una suba adicional para trasladar el aumento de sus costos y para recomponer rentabilidad.
El impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono (ICL e IDC) subirá 51% el próximo viernes, el primer día de marzo. “En naftas, eso implica una suba promedio de $26 por litro a nivel país, pero que será mayor en las zonas centro y norte, donde no hay exenciones impositivas. En gasoil, la suba del impuesto es de $21 por litro”, dijo la economista Patricia Charvay, de la consultora Economía y Energía.
En la Ciudad de Buenos Aires (CABA), el aumento en surtidor por la actualización de los impuestos sería de 4,4%, según cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). “El 1° de marzo, el incremento del impuesto de monto fijo sube $33, que eleva el tributo desde $65 por litro a $98 en CABA; es decir, una suba del 50%. Considerando el precio de un litro de nafta súper en CABA, esta actualización del tributo (bajo el supuesto de traslado pleno) implicaría pasar de un valor de $750 a $783, lo que significa una suba de 4,4%”, dijeron.
Además de la actualización del impuesto, las empresas petroleras podrían aplicar un aumento mayor para trasladar el alza de sus costos. Si bien los precios de los combustibles subieron 6,5% el 1° de febrero pasado, las empresas dijeron que se debió íntegramente a la actualización del impuesto a los combustibles y al aumento de los costos de los biocombustibles. “En realidad, en febrero estamos -2% abajo”, dijeron en YPF, haciendo referencia a la devaluación mensual del tipo de cambio oficial, que no se trasladó al surtidor.
A principio de mes, el Gobierno “descongeló” el tributo que grava a los combustibles, que estaba sin modificación desde julio de 2021 y que debe actualizarse cada tres meses, tomando como cálculo la variación de la inflación acumulada en ese período. El Gobierno aplicó una suba por el atraso de 2021 y 2022, y difirió para los próximos meses los aumentos que correspondían a la inflación de 2023.
Las empresas refineras trasladaron la actualización impositiva al valor final del surtidor y aplicaron una suba adicional de dos puntos porcentuales por el aumento del bioetanol y el biodiesel, que se usa como corte en la producción de nafta y gasoil, respectivamente.
Hasta hoy, los precios de YPF en CABA son: la nafta súper, $744; la nafta premium, $918; el gasoil súper, $784, y el gasoil premium, $998.
Los precios de los combustibles aumentaron 86% desde que asumió Javier Milei, repartido en tres incrementos de 38%, 27% y 6,5%. La suba tan pronunciada en poco tiempo se explica por el incremento de las dos principales variables que inciden en los costos de las empresas refinadoras: el tipo de cambio, ya que los contratos están dolarizados, y el valor del barril de petróleo.
En diciembre, el Gobierno no solo aplicó una fuerte devaluación de 56% de la moneda, sino que también dejó de presionar sobre el precio interno del barril de petróleo que se comercializa en el país y que era más barato que el internacional. De esta manera, el sector comenzó a acomodar los costos internos al nuevo contexto de liberalización de mercado.
El año pasado, mientras las productoras de petróleo vendieron sus barriles en el mercado interno a las refinerías a un precio promedio de US$61, el valor de exportación fue US$72, acorde con la cotización promedio del Brent, que se toma de referencia en el país. Se trató de una brecha de 18%, que las dos partes del sector privado (downstream y upstream) buscarán cerrar este año.
Se trata del tanque reflector construido en los talleres de INVAP ubicados en el Centro Atómico Bariloche (CAB). Será trasladado por tierra en los próximos días al Centro Atómico Ezeiza (CAE) para su montaje final. Se viene la terminación del RA-10, un reactor capaz de dominar el mercado mundial de radioisótopos médicos y facturar U$ 90 millones año… si el gobierno no para la obra. Ya sucedió antes.
Diseñado por la CNEA y fabricado por INVAP en aleación de un metal rarísimo, el zirconio, la pieza más difícil del futuro reactor RA-10 se terminó en los talleres de fabricación mecánica de INVAP. Hubo celebración en plan gasolero, autoridades, discursos y una emoción difícil de entender si uno no considera cuánto tiempo y cuántas dificultades hubo que resolver. Importa lo que dijo la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la investigadora Adriana Serquis.
«Esta obra no es solo ingeniería, sino que es una obra de arte para el ámbito de la metalurgia de nuestro país, en particular de este taller de INVAP que ha logrado algo que emociona. Tanto por lo que significa como un nuevo hito para el desarrollo nuclear de nuestro país, como también porque nos va a brindar nuevas capacidades que son muy requeridas a nivel internacional, ya sea por el área de medicina, con la producción de radioisótopos, y las facilidades (léase instalaciones) para la producción de silicio, el testeo de materiales y el avance enorme para el área de ciencia y tecnología en el uso de neutrones», destacó Serquis.
De igual manera, el gerente del Área Nuclear de INVAP, Felipe Albornoz, señaló que terminar esta pieza fue un hito técnico, porque es el corazón del reactor del RA-10, junto con su núcleo de elementos combustibles, al que envuelve. «Todo el resto de la instalación se construye alrededor de estos (dos) componentes- añadió- y poder imaginarlo, diseñarlo y luego fabricarlo en nuestro país, con nuestra gente en Bariloche, es un motivo de orgullo. Y es un motivo de celebración también porque CNEA con sus 70 años de historia nuclear e INVAP con sus casi 50 años pueden seguir aportando este tipo de desarrollos para hacer un país mejor».
Con un peso de 2.540 kg., su diámetro de 2 metros y una altura de 1,40 metros, el tanque reflector está en el interior de la pileta del reactor, aloja el núcleo y una cantidad de componentes móviles del mismo. Es finalmente un tacho, pero uno muy complejo, hecho de una superaleación terriblemente difícil de cortar, soldar o estampar, el zircaloy, y con tolerancias dimensionales como sólo se ven en la industria nuclear y en la espacial.
¿No sería más fácil usar algún acero resistente a la radiación? No, porque el tanque tiene que bancarse una tremenda emisión de neutrones desde adentro, y el zircaloy es la única aleación que los deja pasar como el vidrio a la luz, sin deterioro del material. Esa pieza tiene que durar medio o siglo o más, y sin pérdidas de agua pesada.
A diferencia de los componentes de las centrales de potencia exitosas, como las CANDU canadienses o las PWR de Électricité de France, cuyos componentes se pueden producir a escala, ésta es una obra única y -como dijo Serquis- sumamente artesanal. Y es que los reactores, a diferencia de las centrales nucleoeléctricas, se diseñan y construyen «a medida» del país cliente. Hay muy pocos reactores en el mundo que sean clones, y francamente son bastante malos. Cuando INVAP construya el reactor que le vendió a Holanda, tal vez tenga que fabricar un tanque reflector aún mayor que éste, y será otra aventura de artesanía metalúrgica.
Luego de 32 meses en construcción sin contar el tiempo de diseño, la instalación del tanque permitirá el inicio del montaje de los internos de la pileta del reactor. Completada esa etapa, se procederá al llenado de la pileta con agua común, aunque casi totalmente desmineralizada. El agua común atrapa neutrones y rayos gamma: se usa como blindaje contra la radiación y además como refrigerante del núcleo. También se llenará el tanque que se ubica casi en el fondo de la enorme pileta, pero con agua pesada. Cada líquido tiene su circuito de refrigeración enteramente independiente: no se deben mezclar jamás.
Uno juraría que la gente de INVAP y de la CNEA ya le había tomado cariño a este considerable tacho lleno de penetraciones inexplicables (salvo para un experto en termohidráulica), y no lo quería dejar ir. Pero estaban celebrando su partida. En el Centro Atómico Ezeiza, donde se está terminando la obra nuclear y la civil del RA-10, vendrá el montaje, el final de obra, los ensayos de operación en frío, la carga del combustible nuclear.
Y finalmente, si nadie lo impide, la puesta en marcha del mayor reactor multipropósito del Hemisferio Sur, el tercero del mundo en potencia térmica, y probablemente el primero en capacidades científicas y de producción de radioisótopos de uso médico e industrial.
Lo de que será el primero en producción se puede predecir con bastante confianza. Desde 2006 el mejor reactor de producción e investigación del mundo sigue siendo el OPAL de Australia, construido por INVAP. «Mejor» significa cuatro cosas muy concretas: produce radioisótopos en cantidades muy superiores a las inferibles de su potencia térmica (apenas 20 MW), irradia toneladas de silicio monocristalino para fabricar chips de alto rendimiento, recibe constantes contratos de firmas e instituciones australianas e internacionales para investigar en ciencia de materiales, y casi no tiene salidas de servicio por desperfectos.
En los hechos, el OPAL, pese a su baja potencia, abastece la medicina australiana y la regional, amén del inmenso consumo de radioisótopos médicos de los EEUU y Canadá. Eso fue algo bastante inesperado, porque lo tendrían que haber hecho los dos reactores MAPLE canadienses, que sumaban 80 MW entre ambos. Pero no se pudieron inaugurar: eran grandotes (podían abastecer el 200% del mercado mundial de radioisótopos), pero también ligeramente inestables. Las autoridades regulatorias canadienses nunca los dejaron entrar en producción.
¿Que se puede decir de una planta única, como el RA-10, capaz de superar al OPAL con una cuarta parte de la potencia de aquellos dos MAPLE? Lo que afirmaba el viejo slogan de un secarropas también argentino: «Poderoso, el chiquitín».
El RA-10, con 30 MW térmicos, no será nada chiquitín. El edificio, dentro de los amplios espacios parquizados y con bosque del Centro Atómico Ezeiza, ocupa una planta similar a la de una manzana porteña. Uno aquilata la potencia térmica de la máquina cuando ve las torres de enfriamiento del agua refrigerante. Cuando en 2010 las presidentas Dilma Rousseff y Cristina Fernández anunciaron la obra en 2010, ésta se pensaba binacional: con ingeniería argentina y algunas diferencias, se construiría junto con el RBM (Reator Brasileiro Multiproposito)… pero pasaron cosas.
Hubo golpe de estado civil en Brasil y luego, cosas peores. Aquí la fase de diseño se alargó bastante. Y es que por lejos, éste reactor es más complejo que el OPAL, porque está pensado para hacer más cosas, y además muy diferentes entre sí. Pero terminado el diseño y con la obra ya empezada, sobrevinieron Mauricio Macri y trascartón el Covid, y ésta se atrasó aún más.
Lo hizo porque en 2016 Macri clavó a la CNEA con la mitad de su presupuesto de 2015, onda «agarrate del pincel que te saco la escalera», y así siguieron las cosas, a macilenta velocidad de tortuga renga, hasta bien entrado julio de 2021, cuando el presidente Alberto Fernández redescubrió desganadamente el átomo, tuvo que nombrar autoridades competentes en la CNEA (Serquis) y puso algo más de plata.
“El proyecto se está acercando a su etapa final. El tanque de reflector es el componente más complejo del reactor y a la vez resulta crítico para que se puedan desarrollar todas sus aplicaciones”, dijo el gerente del proyecto, el Ing. Nuclear Herman Blaumann, el padre de la criatura. Blaumann ha prometido que cuando entregue el reactor funcionando, se jubila. Pero la Argentina ha venido frenando ese acontecimiento de mil maneras.
La estructura y los materiales del tanque reflector se definieron en base al análisis de lo que querían los futuros usuarios del RA-10 en materia de productos y servicios, lo que supuso años de reuniones con el sistema de salud, las universidades, las empresas metalúrgicas y las electrónicas. Eso decidió la potencia térmica, los materiales y la forma del núcleo de uranio enriquecido a casi el 20%, la cantidad de agua pesada necesaria para moderar (léase potenciar) su reactividad, la densidad necesaria de los flujos de neutrones para cada tarea, los sistemas de irradiación, los de refrigeración, la arquitectura del edificio que aloja la pileta y la del enorme edificio general. Éste abarca los laboratorios e instalaciones radioquímicas de producción, así como los sistemas de control y seguridad.
Se espera que el RA-10 esté en operación en 2026. Sería lógico, dado que este reactor recupera el costo de diseño y construcción en apenas 4 años de vender radioisótopos médicos, especialmente molibdeno 99m. Luego, si sale tan fuerte y confiable como su predecesor argentino, el RA-3, tendrá 50 o 60 años más en operaciones para ganar plata para el país. Salvo que dentro de una o dos décadas se decida ganar MUCHA plata y se lo repotencie, como se hizo ya 2 veces con su bisabuelo, el RA-3. Éste debutó en 1967 con 3 MW, y hoy tiene 10, y sigue firme, abasteciendo a la Argentina y el Cono Sur.
En cuanto al molibdeno 99m, se usa en diagnóstico por imagen nuclear, y constituye el 80% del negocio de abastecer los hospitales y centros de medicina nuclear de Sudamérica. No es improbable que terminemos vendiendo radioisótopos en la UE, en Medio Oriente, en África y en Lejano Oriente. Eso depende de nuestra habilidad en márketing, no de nuestra capacidad de producción. Damas, caballeros y niños, esta planta podría dominar fácilmente entre el 20 y el 30% del mercado de radioisótopos mundial. No es una fanfarronada patriótica. Con un reactor argentino y más chico, Australia llegó a dominar por momentos el 40%.
Es un mercado que crece en flecha: en 2022 cerró en U$ 679,80 millones, y en 2031 se espera que valga U$ 993,03 millones. Para ese año podríamos haber capturado el 20% y estaríamos vendiendo a la región y al mundo unos U$ 199 millones, siendo modestos. Pero el RA-10 da para más. Y el mercado obliga: crece al 4,3% anual porque no pasa año sin que se descubran nuevas aplicaciones médicas.
Como reactor fábrica, ya le arrojamos suficientes elogios sobre el RA-10. Pero es multipropósito, por lo cual es también un centro de investigación tecnológico en ciencias básicas, en aplicaciones de salud, industria y agro, y además un reactor escuela no sólo nacional sino internacional.
En suma, el RA-10 será una universidad nuclear con el mejor reactor del momento. Vendrá gente de toda la región al Centro Atómico Ezeiza a estudiar ingeniería, química, medicina, materiales y otras disciplinas nucleares. Algunos de ellos tal vez lleguen a posiciones de poder dentro de sus países, lo que nos abrirá puertas para distintos negocios de alta tecnología.
Tampoco es fanfarronada porque esto ya sucedió varias veces. A no olvidar que antes de que se inaugurara el OPAL, el reactor de producción más potente del Hemisferio Sur era el RP-10 de Perú, obra de INVAP y la CNEA entregada en 1987. Luego siguieron reactores en Argelia, Egipto y Arabia Saudta, y hoy se está diseñando el de Holanda.
INVAP es la proveedora de reactores más prestigiosa del mundo. Hazte fama, y te garanto que vas a trabajar 12 o 13 horas por día. Peor aún, te va a gustar. No hacés otra cosa. Vas a vivir extenuado y orgulloso. Es como jugar en la selección, pero hay menos plata, Mundial todos los años, y venimos ganándolos. ¿Se entiende?
En materia de microelectrónica, el RA-10 venderá decenas de toneladas de silicio irradiado a las fábricas de chips de todo el mundo.
¿Por qué una obra tan buena para el país no se terminó?
Buena pregunta, pero ya la contestamos. ¿Puro entreguismo? Sí, pero con eso no alcanza. El negocio de tener una planta de este tipo es demasiado bueno y múltiple. Sucede que el nivel de estupidez científica y tecnológica dentro de la política argentina viene alcanzando niveles insuperables. El diputado o senador de a pie no tienen la más maldita idea de para qué sirve el RA-10. No la tiene incluso si pudo llegar a la mediana o a la tercera edad porque dio el lujo, raro en otros países, de hacerse un test de stress-test cardiológico por imagen nuclear con molibdeno 99m… producido por el RA-3.
Más de uno zafó de un bobazo o de un cáncer gracias al RA-3, y no lo sabe. Este insumo de diagnóstico de muy alta resolución aquí no faltó nunca, pero sí en EEUU, en Canadá, la UE y Japón, donde se murió cantidad gente rica y cantidad mucho mayor de pobrerío por falta de buenos diagnósticos y tratamientos por radioisótopos. Canadá y los EEUU son dos países adelantadísimos en asuntos nucleares. En materia de centrales de potencia, Canadá tiene 18 y EEUU 94. Pero que se tienen que aprovisionar desde Australia. Gracias a un reactor argentino, ejem. ¿Toc-toc, algún diputado o senador escuchó eso?
En fin, que a los australianos se les viene competencia.
“La gente joven del plantel que se está formando será el futuro para este reactor. Para nosotros es un gran aliciente, tanto por haber logrado la transferencia de conocimiento hacia las nuevas generaciones, como también por haber creado un gran equipo, comprometido y capacitado para hacerse cargo de la instalación”, destaca Blaumann.
Talleres metalúrgicos sumamente artesanales de INVAP en el Centro Atómico Bariloche. Al fondo, haciendo el «dos de oros» y con el look que tenían algunos alienígenas en películas de mi niñez, el tanque reflector. Los señores pelados y canosos estuvieron en la fabricación de los componentes del OPAL de Australia, allá por 2004. Pero hoy se ven muchas más mujeres, y caras nuevas y jóvenes.
Un comentario final: las 2,1 toneladas de agua pesada, u óxido de deuterio, que llenarán el tanque reflector, habrá que importarlas. La CNEA tenía la mayor fábrica de agua pesada del planeta, la PIAP de Arroyito, Neuquén. ¿Adivine el lector qué presidente la cerró? Sí, aquel. ¿Y qué presidente no la reabrió? Sí, ése.
Pero tuvieron antecesores. Antes la cerraron Menem y De la Rúa. Se reabrió dificultosamente en tiempos de Cristina Kirchner para pagar deudas de agua pesada con países proveedores, que son muy pocos. Y se la volvió a cerrar justo cuando, tras mucho mantenimiento, estaba preparándose para fabricar las alrededor de 600 toneladas de carga inicial de agua pesada de Atucha III CANDU. Proyecto sumamente necesario, a la luz de nuestros apagones en el AMBA, que liquidó adivine Ud. qué presidente. Sí, ése. Y que no reabrió ¿cuál otro? Mire, uno que se mudó a Madrid.
Lo dicho, pasaron cosas.
Las centrales de potencia argentinas, las dos Atuchas y Embalse, consumen unas 27 toneladas/año de agua pesada, necesaria para avivar la escasa reactividad del uranio natural. Cada una de estas centrales tiene centenares de toneladas de agua pesada como moderador (léase «potenciador») y como refrigerante. Pero cuando se recambian elementos combustibles, estos salen mojados por tensión superficial, lo que implica una pérdida inevitable del líquido. Que vale lo suyo.
¿Cuánto vale? Las centrales CANDU, como Embalse, en Córdoba, se han puesto nuevamente de moda, porque a diferencia de las de agua liviana, han funcionado más de 70 años en 7 países sin ningún accidente. Además, quien tiene centrales de uranio natural se hace independiente de la mafia internacional de enriquecimiento de uranio, con la que cualquier encontronazo diplomático puede significar desabastecimiento. Ya nos pasó con EEUU en 1981, cuando el State Department nos castigó por venderle dos reactores a Perú, parte al parecer de su patio trasero continental.
Tan rápida es la rampa de la demanda mundial de agua pesada, especialmente entre los países con centrales CANDU, y tan inelástica es la oferta, que el cierre de la PIAP logró que el precio saltara de U$ 300.000 la tonelada a un millón de dólares. Tal cual, un palo verde por algo menos de un metro cúbico de agua pesada. Y nuestras lumbreras políticas quieren transformar esta planta cerrada en una fábrica de fertilizantes que valen unas 740 veces menos.
Fija que el agua pesada del RA-10 la vamos a tener que importar. La carga inicial, escasas 2,1 toneladas, no despeinan a nadie. Pero cuando tengamos un gobierno con algún sentido industrial, tecnológico y nacional, vamos a tener que reabrir la PIAP y construir más centrales CANDU, como Embalse, que está entre las mejores del mundo por disponibilidad. Pero ésta tiene que ser de diseño argentino.
Además, como exportadores de agua pesada, no nos puede ir mal, porque ése es un mercado que está creciendo. No nos va mal con nada nuclear. Otra cosa es con los gobiernos.
Daniel E. Arias
PS: Me avisan amigos de la CNEA que la carga de agua pesada para el RA-10 fue fabricada en la PIAP de Neuquén antes de su cierre, y encanutada por alguien políticamente muy previsor. No cambia el estado de cosas.
La compañía tecnológica Nvidia fue la protagonista de los mercados internacionales. Esta semana presentó sus resultados trimestrales y los números superaron ampliamente las expectativas de los analistas, lo que disparó la acción un 16,4% en la Bolsa de Nueva York. No solo se trató de una buena noticia para el bolsillo de los inversores, sino que generó un efecto contagio en el resto de los activos que operan en Wall Street.
En las primeras negociaciones, la acción de Nvidia registra una suba del 2,35% y se vende a US$803,83. A modo de comparación, dos días atrás valía US$674,71. Es decir, cada acción se revalorizó US$129,12 en 48 horas (+19,1%).
Este envión se explica por los buenos resultados trimestrales que presentó la compañía, ya que superó tanto las proyecciones de ventas (+7,5%) como la de ganancias por acción (+11,9%). Nuevamente, reforzó por qué fue apodada una de las “siete magníficas” de Wall Street (junto con Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Meta y Tesla) e incluso su CEO aseguró que este trimestre las ventas irán mejor todavía.
“La computación acelerada y la IA generativa han alcanzado un punto de inflexión”, dijo Jensen Huang, el CEO de la compañía líder en el mercado de procesadores necesarios para el desarrollo de inteligencia artificial. Este sector creció con fuerza en el último año y eso le valió a Nividia obtener ingresos por US$22.100 millones en el cuarto trimestre de 2023 (los analistas esperaban que fueran de US$20.620 millones) y un beneficio por acción de US$5,15 (frente al US$4,64 estimado).
Nvidia es líder en el mercado de procesadores necesarios para el desarrollo de inteligencia artificial. (Photo by Annabelle Chih/Getty Images)Annabelle Chih – Getty Images AsiaPac
“La empresa vio crecer sus ingresos en un 265% año contra año, y 22% con respecto al trimestre anterior, principalmente gracias a sus unidades de centro de datos que tuvieron un crecimiento del 409% en el año y que conforman la mayor parte de los ingresos de la compañía. El increíble momento que atraviesa la compañía viene de la mano no solo de la altísima demanda por GPUs, sino también por la marcada ventaja competitiva que ofrece Nvidia en sus productos y particularmente en su línea H100, el cual ofrece un mayor rendimiento en el segmento de procesadores de datos para el uso de inteligencia artificial”, explicó Maximiliano Donzelli, head of research de IOL invertironline.
Incluso, con la vista puesta en el trimestre en curso, la compañía adelantó que esperan ingresos por alrededor de US$24.000 millones, cifra por encima de los US$22.170 millones que esperaba el mercado. La capitalización bursátil (market cap) de Nvidia aumentó en más de US$700 millones en lo que va del año (y US$272 millones solo ayer), llevando su valor a US$1,96 billones.
“Esta dinámica se da gracias a una alta demanda de sus aceleradores de inteligencia artificial y chips que procesan datos para modelos de IA. Sus productos han ayudado a impulsar el auge de chatbots y otros servicios de IA generativa, que pueden crear texto y gráficos basados en simples prompts. En el último tiempo se observó un gran performance de las llamadas ‘siete magníficas’, superando en capitalización bursátil a casi todos los principales países del mundo. Específicamente, el market cap de Nvidia, Meta, Amazon y Microsoft fue ganando terreno por sobre Apple, Tesla y Google, así, algunos empiezan a hablar de las cuatro magníficas”, señalaron desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
Esta semana, Nvidia subió dos escalones en el ranking de las compañías más valiosas del mundo y quedó cuarta en la lista. Únicamente se ubican por delante la tecnológica Microsoft (US$3,06 billones), Aplpe (US$2,8 billones) y la petrolera Saudi Aramco (US$2,06 billones).
El Ente Nacional de Comunicaciones autorizó hoy que las empresas tecnológicas Starlink, Amazon y OneWeb a operar en el país y ofrecer el servicio de internet vía satélite. Lo hizo a través de cuatro resoluciones publicadas en el Boletín Oficial, firmadas el pasado viernes por el interventor el organismo, Juan Martín Ozores.
“Nuestra misión es crear un ecosistema simple, claro y transparente que brinde la seguridad jurídica necesaria para fomentar la inversión, el desarrollo de la competencia y la prestación de servicios de calidad en los sectores de telecomunicaciones.”, señalaron desde ENACOM.
“Estas decisiones marcan nuestros objetivos: queremos un organismo técnico, profesional y dinámico, con un rol fuerte sobre la exigencia de un marco normativo simple y previsible que permita sentar las bases para el desarrollo de la sociedad del conocimiento y la economía digital”, agregaron.
El presidente Javier Milei ya había anunciado la desregulación de los servicios de internet satelital a mediados de diciembre, cuando presentó en cadena nacional el DNU que se encuentra vigente.
Starlink es la empresa global de servicios de internet por satélite que fundó en 2015 Elon Musk, como parte de su compañía espacial SpaceX. La firma ya lanzó casi 4.000 satélites y proporciona internet de alta velocidad a más de un millón de lugares en todo el mundo, la mayoría de los cuales son hogares.
La confirmación de la entrada de la compañía en Argentina se dio apenas días después de que Milei ganara las elecciones. El mismo día del balotaje, el empresario y magnate sudafricano expresó su alegría por la victoria de Milei en un breve mensaje publicado en su red social en respuesta a otro usuario.
“La prosperidad está por llegar a Argentina”, consideró Musk, que meses atrás entró de lleno en la campaña electoral argentina cuando promocionó la entrevista del polémico periodista Tucker Carlson a Milei.
Los acercamientos entre Milei y Musk
Los guiños de Milei a Musk continuaron: en el Proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos se había incluido el permiso para la circulación de vehículos autodirigidos, productos que Tesla ofrece.
El texto indicaba que “se autoriza en la República Argentina la conducción por parte de sistemas autónomos para vehículos autodirigidos sean estos particulares, de pasajeros o de carga”. Esto sólo le daba un marco legal a esta tecnología, que no estaba contemplada en ningún artículo de la ley que regula el tránsito en Argentina.
También, Milei había señalado en una entrevista: “Me llamó Elon Musk y está sumamente interesado en el litio. Y también están interesados el gobierno de los Estados Unidos y muchas empresas del país. Pero necesitan un marco jurídico que respeten los derechos de propiedad”.
Cabe mencionar que el litio es el componente necesario para la fabricación de las baterias que usan los autos eléctricos.
En este marco, el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil había advertido sobre la posible llegada de Musk a la industria argentina del mineral: “Para mí está muy bien que venga siempre y cuando se cumplan las reglas de juego y las normas de control ambiental económico y social”
“En Catamarca hay mucha seguridad jurídica y, junto con Salta y Jujuy, tiene un boom muy importante de inversiones no sólo de capitales extranjeros sino también de argentinos”, agregó en declaraciones a Radio Splendid.
Por otra parte, el empresario había halagado el discurso del presidente en el Foro Económico Mundial realizado en Davos: “Buena explicación de lo que hace que los países sean más o menos prósperos”, comentó Musk en X.
Si bien por el momento no hay una fecha confirmada para su llegada, una posibilidad que se analiza es que Musk visite Buenos Aires en marzo, para cuando está prevista una cumbre de empresarios internacionales que estaría siendo organizada por el cofundador de Tinder, Sean Rad, con quien también Milei tuvo un diálogo virtual.