lunes, 18 agosto, 2025 - 9:29 am

Puntos clave del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional

El FMI dio a conocer el Informe de sus equipos técnicos. A través de 178 páginas analiza la situación macroeconómica argentina en el marco de la revisión del artículo IV.

«Aún no hay fecha para la visita de la misión» afirma una fuente del FMI, aunque se conoce que se adelantó para mayo la primera revisión del Fondo. Respecto del primer desembolso de 9.656 millones de dólares, la fuente señalo que “los fondos ya están autorizados y serán girados (al BCRA) lo más rápido posible”. En general, los funcionarios del Fondo reconocen que del impacto global de la crisis desatada por la guerra en Ucrania no escapa Argentina. Por esta razón se insiste en que ahora “es el tiempo de la implementación del acuerdo” dando a entender que habrá que efectuar ajustes al programa en el marco de este nuevo escenario. En el documento se destacan los siguientes conceptos:
  • Abordar las rigideces presupuestarias es esencial para mejorar la resiliencia de Argentina ante los shocks, mientras se reorienta el gasto público hacia la inversión y la innovación que es fundamental para apoyar la productividad y reducir la inequidad intergeneracional.
  • El consenso político y social sostenido es necesario para la previsibilidad de las políticas y para equilibrar las demandas de financiamiento del amplio sistema de bienestar social de Argentina al tiempo de ir fomentando la inversión privada y el empleo formal.
  • Mientras tanto, las condiciones sociales, aunque mejoran gradualmente, siguen siendo extremadamente frágiles: más del 40 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y la proporción de informalidad laboral es alta, especialmente para mujeres y jóvenes poco calificados.
  • Una base exportadora estrecha y poco diversificada, dolarización significativa, un mercado de capitales interno reducido y las barreras a la inversión continúan frenando el potencial de crecimiento.
  • El panorama político sigue fragmentado y todavía tiene que emerger un amplio consenso en apoyo del programa económico de las autoridades.
  • Lo importante es que persisten los riesgos de implementación, en medio de un panorama social y político complejo y una hostilidad abierta de algunos sectores hacia el Fondo debido a su larga participación en Argentina.
  • Finalmente, el programa puede fallar en generar confianza y fortalecer la estabilidad.
  • Estos riesgos no pueden ser totalmente mitigados a través del diseño del programa y la planificación de contingencia, y serán necesarios juicios finamente equilibrados al evaluar las compensaciones difíciles que es probable que surjan durante la vida del programa.

Contexto

En el capítulo Antecedentes y Contexto se señalan:
  • Argentina experimentó otra década de desempeño macroeconómico decepcionante, que terminó en una crisis de balanza de pagos en toda regla en 2019, a pesar de un apoyo sin precedentes del FMI.
  • Por lo tanto, Argentina se encontraba en una posición económica y social extremadamente débil cuando la pandemia de COVID-19.
  • La pandemia acentuó las fragilidades de Argentina, aunque se están dando pasos para comenzar a abordar los desequilibrios macroeconómicos.
  • Las autoridades argentinas están solicitando un programa respaldado por el Fondo para cumplir con las grandes necesidades de balanza de pagos del país, incluidas las relacionadas con las obligaciones derivadas del crédito del Fondo de 2018.
  • Los riesgos del programa son excepcionalmente altos.
  • El riesgo empresarial también es extremadamente alto.
 

Desde WIN España: “La energía nuclear más las renovables, el mix energético del futuro”

WiN (Women In Nuclear) Global es una asociación que procura reunir a todas las mujeres que trabajan profesionalmente en todos los campos de la energía nuclear y sus aplicaciones. Cuenta con más de 35.000 miembros en más de cien países. WIN Argentina organiza webinars, laboratorios virtuales, y entregó recientemente el Nuclear Future Award 2022. WiN España es presidida por Susana Falcón. En este reportahe habla de su trayectoria y sus dificultades, no muy distintas de las de sus colegas argentinas. «Siempre le gustaron las Ciencias: “saber cómo funcionan las cosas y cómo se producía la energía, y la nuclear me parecía la más interesante”, por lo que estudió la carrera de Ciencias Físicas y se especializó con un Master en Energía Nuclear. Enseguida entró en el centro de investigación CIEMAT, en particular a la Unidad de Formación en protección radiológica y tecnología nuclear Asegura que he tenido la suerte de dedicarse a lo que le gusta: “a la transferencia de conocimiento, formación y capacitación en estos temas que me apasionan”. A lo largo de su trayectoria fue creciendo profesionalmente, ampliando temas, participando en grupos nacionales e internacionales, y en sociedades profesionales hasta llegar a presidir Women in Nuclear España. -¿Qué le atrajo de este sector? – Los distintos usos tan variados de las radiaciones ionizantes siempre me han fascinado. Tanto en medicina y en procesos industriales, como en la producción de energía. Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico, más dependiente de energía, y a la vez con más conciencia medioambiental, donde este sector tiene un papel importante, y quería formar parte de él. -¿Ha tenido que superar obstáculos por su condición de mujer? Si es así, ¿cómo lo ha gestionado? – Sólo al principio de mi carrera. Hace treinta años entraban pocas mujeres jóvenes al sector nuclear; una vez entré en CIEMAT, que es un centro público, nunca he encontrado obstáculos por ser mujer, aunque la verdad es que sin conciliaciones laborales se hacía complicada la gestión del tiempo, los niños pequeños, los viajes y el trabajo…, pero nada que no hiciéramos muchas. Ahora todo es más fácil. -¿Nuestro país cuenta con mujeres en el ámbito de la energía nuclear de forma similar al resto de países europeos? –Pues sí, y si me apuras, incluso más. Women in Nuclear España realizó un estudio sobre la presencia de la mujer en el sector nuclear español hace un par de años y estamos en un 29 %, cuando en Europa es del 25%. Aunque son números todavía bajos, estamos intentando visibilizar el trabajo de nuestras profesionales para alentar a las nuevas generaciones a adentrarse en este mundo tan bonito de las radiaciones. -La asociación que preside, WiN, tiene entre otros objetivos, dar a conocer la energía nuclear, ¿se ha convertido este objetivo en misión imposible tras décadas de la oposición de diversos grupos? -Al contrario, los tiempos están cambiando y la gente demanda información. Es un reto apasionante, tenemos un equipo más que motivado y con el trabajo hecho hasta ahora podemos afirmar que el conocimiento rompe muchos mitos, muchas barreras dogmáticas y que vamos a seguir trabajando para aportar, junto a muchas otras instituciones y personas que también lo hacen, nuestro granito de arena para que la ciencia y la tecnología nuclear sean mucho más conocidas. Y a partir de ahí, con información y datos, no supuestos ni prejuicios, que cada uno pueda formarse su propia opinión. -¿Hoy en día se está valorando de una nueva forma la energía nuclear? ¿Tiene una fuerte competencia en el sector de las renovables? -Yo defiendo la complementariedad de ambos recursos. Hasta la fecha, a nivel mundial, el parque nuclear ha evitado la emisión de 67.000 millones de toneladas de CO2 y sigue evitando emisiones a un ritmo de 2.000 millones de toneladas de CO2 al año. En 2021 el 32% de la electricidad sin emisiones contaminantes generadas en España fue de origen nuclear, convirtiéndose nuevamente en la fuente que más ha contribuido a reducir emisiones. Por todo ello, si el objetivo es la descarbonización, renovables y nuclear no deben entenderse, y nosotros no lo hacemos, como competencia, sino como los fundamentos del mix energético del futuro. -La ciudadanía puede tener miedo a fugas de radiaciones que resulten perjudiciales para la población, ¿tiene razón? ¿Podemos decir que estamos libres de radiaciones ionizantes? -Las centrales nucleares españolas funcionan de manera segura, fiable y eficiente. Están diseñadas, mantenidas y operadas de manera robusta y segura siguiendo los más exigentes estándares de seguridad establecidos por el Consejo de Seguridad Nuclear, la Unión Europea y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Pero sí estamos rodeados de radiación ionizante de origen natural a la que contribuyen los elementos radiactivos naturales que contiene la corteza terrestre y, en menor medida, la radiación cósmica. -¿Qué pueden hacer los ciudadanos frente a una emisión accidental o una emergencia en este sentido? -En cualquier caso, seguir las indicaciones que recibirían, en nuestro caso de Protección Civil, que sería quien indicaría a la población si fuese necesario tomar, como ante cualquier otra situación de crisis, medidas de protección. Creo que en estos tiempos más que nunca es necesario no generar alarmas o miedos que se añadan a lo difícil que es ya la situación. España, como todos los países europeos tiene protocolos y personas preparadas para atender las emergencias y recibiríamos las instrucciones e indicaciones que correspondiese a cada situación. Los ciudadanos, entre los que me incluyo, debemos estar tranquilos. -En la situación internacional que estamos viviendo con el conflicto en Ucrania, ¿estamos en riesgo de guerra nuclear?, ¿qué valoración hace? -Desde WIN (SNE) abogamos y trabajamos en el uso civil de la energía y la tecnología nuclear en todos sus campos y esa es nuestra apuesta de futuro. En relación al conflicto de Ucrania, lo primero en lo que debemos pensar es en el desastre humanitario y las miles de personas que se han visto obligados a dejar atrás su vida por este conflicto armado. Como persona, no puedo estar a favor de ninguna guerra.»

Uruguay pidió información a la Argentina por la futura planta nuclear Atucha III

El canciller de Uruguay Francisco Bustillo le envió una carta a su par argentino, Santiago Cafiero, para solicitar información sobre la central nuclear Atucha III que Argentina construirá en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.

El pedido en la carta se basa en la Convención sobre Seguridad Nuclear del año 1994, realizada en Viena, y aprobada por Argentina y Uruguay –este último a través de la ley 17.588 de 2002. Específicamente, Bustillo le pidió información a Cafiero basándose en el artículo 17 de la Convención, que sostiene que un país que instale una central nuclear debe «consultar a las Partes Contratantes que se hallen en las cercanías» y puedan verse afectadas por la construcción, y también «proporcionar la información necesaria» a las partes para «evaluar y formarse su propio juicio» sobre las «probables consecuencias» para la seguridad del país. En la misiva se menciona al artículo 16.2 del documento, que exhorta al país que construya una planta a que «suministre información pertinente sobre los planes de emergencia y respuesta» a los «Estados que se hallen en las cercanías de una instalación nuclear», cuando sea «probable» que se vean afectados por «una emergencia radiológica» en la instalación. Hasta ahora, Argentina no ha enviado una respuesta al pedido. En Cancillería aseguran que la situación se encuentra dentro de sus plazos, debido a que el comienzo de la construcción de la central está previsto para finales de 2022 o principios de 2023. Además, las fuentes dijeron que hay una «buena relación para estos asuntos» entre Bustillo y Cafiero, que también conversaron sobre esta situación en la asunción del presidente de Chile, Gabriel Boric, el 11 de marzo. La nueva planta será la tercera de Atucha en la localidad de Lima, que tiene 10.000 habitantes y está a 133 kilómetros de Colonia del Sacramento, y a alrededor de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hoy está previsto que el Directorio del FMI apruebe el acuerdo con Argentina. Y trate el caso de Rusia

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El gobierno argentino espera que esa aprobado por una amplia mayoría. Hay expectativa por votos de países renuentes, como Japón. El directorio trata hoy además el caso de Rusia.

Un año y un mes después del inicio de las negociaciones, concluirá hoy una etapa. El «board» (directorio) del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobará, se supone con una mayoría superior al 80% (al menos eso se espera en Buenos Aires), el Facilidades Extendidas negociado entre febrero de 2021 y marzo del 2022. Hacia delante, le esperarán al país y al organismo que maneja Kristalina Georgieva, en el mejor de los casos, 12 años de relación directa. Durante una primera etapa de 2 años y medio el país deberá rendir exámenes cada tres meses. El directorio del Fondo se reunirá por primera vez en este mes para tratar dos temas: el acuerdo con Argentina y el caso ruso, por lejos el más complicado de la agenda del organismo. Por esto se espera que el debate sobre la aprobación del Facilidades Extendidas demanda mucho menos tiempo de discusión que la suspensión o mantenimiento de Rusia como miembro pleno; uno de los capítulos políticamente más complejos de resolver en años dentro del FMI. Para dejar este tema en el centro de los tratamientos, lo que se supone en Washington es que la cuestión argentina sería tratada primero, rápido y con pocos oradores. Si se cumple esta previsión, sería una buena alternativa para Argentina. Especialmente porque se recortaría el listado de representantes de países miembros del board que hacen cola para criticar la política económica del país. Aún votando a favor.

El acuerdo con el FMI y los mitos argentinos sobre el Estado, los impuestos y la emisión

Francisco Eggers es el economista -profesor de finanzas de la Universidad de La Plata- que en noviembre de 2016 advirtió públicamente: “El sector público se está endeudándose a un ritmo peligroso…». No fue el único, por supuesto, ni tampoco eso lo hace infalible. Nadie lo es. Pero nos parece que esta columna ayuda a encarar un debate económico. Que no se reemplaza repitiendo, o gritando, slogans:

«Nuestra economía anda mal desde hace demasiado tiempo y eso, en alguna medida, se vincula con la falta de comprensión de los problemas económicos. El país es terreno fértil para relatos que confunden y que contribuyen a tolerar políticas económicas que se concentran en el corto plazo, y que a largo plazo resultan nefastas.

En materia de relatos que confunden, hoy me enfoco en algunos mitos fiscales: cosas que no son ciertas, pero se dicen repetidamente, hasta que muchos las terminan creyendo. 

El mito fiscal seguramente más dañino es el que afirma que el déficit fiscal no es un problema. Que la escasez de dólares puede ser un problema, pero no que el Estado tenga más gastos que ingresos, porque puede emitir pesos para pagar la diferencia. Que el déficit del gobierno es superávit del sector privado y que, en la medida en que haya recursos desempleados, su efecto es generar la demanda que pueda emplear esos recursos.

Claro, si emitir dinero para financiar el gasto público fuera gratis y hasta creara valor, la economía como ciencia perdería razón de ser, porque los recursos dejarían de ser escasos.

Lo real es que, cuando el déficit fiscal excede los límites dentro de los cuales el sector privado lo puede financiar sin mayor riesgo, lo que crea es inestabilidad, con sus consecuencias de alta inflación y falta de crecimiento económico.

Lo venimos experimentando; el único período de los últimos 28 años en que hubo al menos 12 trimestres seguidos de crecimiento fue desde el 4° trimestre de 2002 hasta el 3° de 2008 (24 trimestres seguidos de crecimiento). No por casualidad, fue también el de mayor solvencia fiscal.

El resto del tiempo hemos sufrido, a la corta o a la larga, las consecuencias de la falta de responsabilidad fiscal: acumulación de deuda que termina siendo impagable y/o alta inflación.

Se suele vincular la idea de que tener déficit fiscal no es costoso y reactiva la economía siempre que haya recursos desempleados, con el pensamiento keynesiano. Para los que sostienen esa idea, es una forma de buscar apoyo en una corriente de pensamiento respetada- Para otros, es una forma de denostar a Keynes, el economista más importante del siglo XX, quien defendió la intervención del gobierno en la economía y por eso se ganó el odio de los conservadores, que preferirían que el Estado se limite a proteger sus derechos de propiedad.

Un corolario de este mito del “déficit fiscal inofensivo” es pensar que reducir los subsidios a las tarifas de gas y electricidad va contra “la gente”, que solo se hace porque lo piden los malos, o sea, el FMI y sus socios.

La verdad es que un nivel de subsidios indiscriminados como tenemos actualmente es negativo desde el punto de la equidad, porque es un mal criterio de equidad subsidiar en función de cuánto se gasta de electricidad y gas. Es malo desde el punto de la eficiencia, porque lleva a sobreconsumo y, sobre todo, es malo desde el punto de vista macroeconómico, porque consolida o amplía el déficit fiscal en un momento como este, en el que necesitamos estabilidad y crecimiento, que no vamos a lograr si seguimos con la fragilidad fiscal que tenemos.

Otro mito, de importancia menor, pero que logró bastante éxito, es el de que el gobierno de Macri fue el campeón de la disciplina fiscal, que logró reducir el déficit hasta lograr el equilibrio hacia el fin de su mandato.

¿Qué dice la cuenta de inversión que prepara anualmente la Contaduría General de la Nación? Que la gestión de Macri tuvo mayor déficit fiscal que cualquiera de las tres que la precedieron.

Como porcentaje del PBI, el déficit de la Administración Pública Nacional, incluyendo la emisión monetaria para financiarlo, fue 2,2% en 2012; 3,5% en 2013; 5,9% en 2014; 5,0% en 2015; 7,1% en 2016; 6,3% en 2017; 5,5% en 2018, y 4,9% en 2019. Tomando promedios de gestión, entre 2012 y 2015 fue poco más de 4% del PBI, mientras en la gestión Macri fue de 6%. Si se restan los intereses devengados en años previos, reconocidos en 2016, la diferencia se reduce, pero está lejos de revertirse. En la gestión Macri inicialmente el déficit subió, luego bajó, pero concluyó con un registro similar al del último año de gestión de Cristina Kirchner.

¿En qué se basa el mito de la prolijidad fiscal de Macri? Por un lado, en algunos cálculos extraños, que llevan a inflar el déficit del período previo y a subestimar el déficit de la gestión Macri. Y, por otro lado, en hablar del déficit “primario”, es decir, excluyendo los gastos de intereses pagados a terceros (privados y organismos). Ese déficit sí se redujo: de 3,9% del PBI en 2015, a 1,5% en 2019. Pero ¿qué motivo hay para excluir el gasto en intereses? A veces se dice que no es consecuencia de la gestión, pero al menos en este caso lo es: los pagos de intereses crecieron junto con la deuda, que aumentó fuertemente en la gestión de Macri.

Por lo demás, el pago de intereses afecta la solvencia del Estado de la misma forma que el pago de obra pública, de jubilaciones, de subsidios tarifarios y de remuneraciones. No hay un motivo técnico, y menos un motivo social, para considerar que es mejor gastar en intereses de la deuda que en “gasto primario”.

¿Cómo se sostiene ese mito? Quienes defienden la gestión Macri, destacan como logro la reducción del déficit. Y algunos de quienes la atacan, lo ponen como ejemplo de que bajar el déficit fiscal no trae ningún beneficio al país, teniendo en cuenta que esa gestión terminó con más inflación, más recesión y más desigualdad que cuando empezó. Pero no es cierto que haya habido una política deliberada de disminución del déficit fiscal: a partir de un nivel muy alto en 2015, creció en 2016 y 2017, para reducirse en los dos años siguientes a un nivel similar al de 2015, no porque el gobierno quisiera, sino por los problemas que surgieron para financiarlo.

Tercer mito: que la recesión de 2018-2019 fue consecuencia del programa con el FMI. Para empezar, las dos terceras partes de esa caída del nivel de actividad se produjo en el primer semestre de 2018, cuando el programa del FMI todavía no estaba en vigencia. La recesión se originó en la interrupción del esquema de financiamiento con deuda pública externa vigente hasta enero de 2018; el programa del FMI lo que intentó es contener el daño, para que impacte lo menos posible en las elecciones de 2019, tratando de preservar las chances de reelección del Presidente.

Los fondos del préstamo del FMI, sumados a una parte de las reservas acumuladas, se usaron para pagar servicios de deuda en moneda extranjera y para contener el alza del dólar, al entregarle divisas a quien quisiera llevárselas. Favorecieron, entonces, a quienes tenían títulos de la deuda pública argentina y querían sacárselos de encima, y a quienes tenían pesos y querían sacárselos de encima.

¿Qué hubiera ocurrido sin ese préstamo? Los fondos, de todos modos, iban a querer salir del país; se hubiera anticipado el default y la suba del dólar hubiera sido mucho mayor de la que fue, ya que el Banco Central no iba a tener con qué contenerla. Estaríamos en el escenario de fines de 2001-principios de 2002, cuando el gobierno se quedó sin financiamiento y no tuvo más remedio que ir a un equilibrio fiscal en cuestión de pocos meses; la recesión hubiera sido bastante más profunda de lo que terminó siendo.

El problema con el préstamo del FMI no fue que haya forzado un ajuste: en realidad, lo moderó, al hacer que se alargue en el tiempo. El problema es que sustituyó deuda con privados –que debería haber corrido la misma suerte que la que se reestructuró en 2020– por deuda privilegiada con el FMI, que no admite quitas, se pactó para ser pagada con muy pocos años de plazo, y devenga una tasa de interés mayor que la de la deuda reestructurada con privados. El FMI le tiró un salvavidas a Macri para ayudarlo en las elecciones, condicionando a la siguiente gestión. No se llegó a la reelección de Macri, pero obtuvo más votos que si hubiera habido, antes de las elecciones, una mayor devaluación, inflación y recesión, resultado que podía esperarse si el FMI no hubiera puesto a su disposición los 44 mil millones de dólares del préstamo.

Y para cerrar, por ahora, con los mitos, hay quienes parecen pensar que solo haremos ajuste fiscal si se aprueba el acuerdo con el FMI; en caso contrario, no será necesario.

Como si el ajuste fuera solo el que surge de medidas del gobierno, como el aumento de tarifas de gas y electricidad, y no el que se impone a través de la inflación, que quita capacidad de compra a la población y afecta especialmente a quienes menos capacidad tienen de defenderse de ella, que también son los más perjudicados con esa quita, porque tienen menos margen de ahorros o de reducción de gastos prescindibles.

Si no se llegara a un acuerdo con el FMI se incumpliría con ese préstamo, también con el Club de París, y probablemente también con otros organismos de crédito internacionales, como el Banco Mundial, el BID y la CAF, porque a partir del incumplimiento con el FMI congelarían sus desembolsos, pero van a seguir solicitando que se paguen los servicios de sus préstamos, que sólo en 2022 son más de 2.200 millones de dólares.

El sector público se quedaría sin financiamiento externo y el crédito comercial al sector privado se vería reducido fuertemente, lo que complicará las importaciones, presionando más sobre los precios y el tipo de cambio. El sector público no podría tener más déficit que el que pueda financiar en pesos sin caer en una peligrosa aceleración de la inflación, con lo que va a haber más recesión y, por lo tanto, menor recaudación fiscal. ¿Cuáles fueron los períodos de la historia reciente en el que hubo más ajuste de gastos? Entre 1987 y 1989 el gasto público –sin incluir los servicios de la deuda– se redujo 3% del PBI. Entre 2001 y 2002, casi 4% del PBI. ¿A qué se debieron esos ajustes? Básicamente, a inflación y recesión, no a una suba de tarifas de servicios públicos.

El aumento de las tarifas impulsará transitoriamente la inflación, pero, en la medida en que el déficit se reduzca, se irán dando las condiciones para una baja sostenida de la inflación. Ahora bien: si se reduce la inflación, el gasto en Seguridad Social aumentará, por el mecanismo de indexación con retraso que tiene. La única forma de dar lugar a que suba ese gasto, sin aumentar el déficit fiscal ni reducir fuertemente la inversión pública, es bajar los subsidios tarifarios. Para ello, es inevitable que aumenten las tarifas, lo que debería hacerse de la forma más equitativa posible. Parece muy cómodo dejar que el ajuste lo haga la inflación, y entonces decir “no es culpa nuestra, es de los empresarios que aumentan los precios”; pero, con seguridad, será un ajuste inequitativo, como lo viene siendo. Sería más equitativo que sea el Estado el que establezca quién paga los costos. Eso implicará que el gobierno pague costos políticos. Pero, a la larga, es lo mejor.»

Francisco Eggers

Argentina ingresa a la Agencia Internacional de la Energía. La credencial es Vaca Muerta

La Argentina ingresa como miembro a la Agencia Internacional de la Energía (IEA). Esta organización, que depende de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reúne a las máximas autoridades en la materia de los países líderes para discutir acciones en el contexto de la crisis energética mundial. El ministro de Economía, Martín Guzmán, que está en Francia en el marco de la renegociación con el Club de París, firmó ayer la adhesión de Argentina.
«Nos complace unirnos a la IEA como miembro asociado, esperamos trabajar de manera conjunto y articulado», dijo Guzmán.
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El ministro de Economía consideró que «es un buen momento para que la Argentina ingrese como miembro asociado de la IEA, porque la aceleración del desarrollo del sector energético es una prioridad para el país, tanto por razones productivas como macroeconómicas».
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«En el mundo, Argentina puede hacer un aporte importante a la transición energética. Primero, a través de la producción de energía renovable», sostuvo y argumentó que «la región del noroeste y Cuyo presenta la mayor irradiación fotovoltaica del mundo» y que el país tiene «potencial ventaja comparativa para la energía eólica en la Patagonia».
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«El gas también es una energía de transición y tenemos la segunda mayor reserva de gas shale del mundo, Vaca Muerta. La producción de gas natural está aumentando y nuestro objetivo es poder producir GNL dentro de unos años. También estamos ampliando la producción de minerales de transición», sostuvo Guzmán.
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«La transición energética también es una cuestión de balanza de pagos. En un mundo con fijación de precios del carbono, la adaptación de los sectores energéticos será fundamental para la estabilidad macroeconómica y financiera en las próximas décadas».Guzmán mantuvo más temprano un encuentro con el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann, en la que, según publicó el ministro en sus redes sociales “se analizó el contexto económico global y la respuesta multilateral a los desafíos impositivos derivados de la digitalización de la economía”.La IEA tiene entre sus objetivos la coordinación de políticas energéticas (de sus países miembros) con la finalidad de asegurar la provisión de la energía a sus habitantes.

Vizzotti: «Con el inicio del invierno se espera que aumente el número de casos de Covid 19»

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La ministra de Salud afirmó que el inicio de clases, la presencialidad plena y el frío invernal, hacen esperable la suba de casos. Recomendó que los grupos de riesgo acudan por un refuerzo porque «el objetivo de la vacunación es que ese aumento no se traduzca en internaciones y muertes».

«Teniendo en cuenta el inicio de clases, la presencialidad plena, el comienzo del invierno y el frío, e independientemente de la variante Ómicron o de la subvariante BA2, es esperable que aumenten los casos», dijo Vizzotti al hablar el miércoles durante una reunión con la Red Argentina de Periodismo Científico (RAdPC).. «Si bien sabíamos que con las vacunas no íbamos a dejar de tener casos, el objetivo de la vacunación es que ese aumento no se traduzca en internaciones y muertes», agregó. «Por eso es muy importante avanzar con la vacunación de todas las enfermedades respiratorias, avanzar con los refuerzos de Sars cov 2 y de Covid-19 porque con la percepción de riesgo bajando, las personas pierden los turnos y no se acercan a vacunar», dijo. En tanto, señaló que «se está trabajando con los ministros de todas las jurisdicciones para cambiar el parámetro de vigilancia epidemiológica que consiste en dejar de contar el número de casos para pasar a evaluar el índice, la razón de las internaciones en terapia intensiva por Sars cov 2 y la tensión del sistema de salud».

«Es importante vigilar de forma integrada las enfermedades respiratorias»

En lo que respecta a la cuarta dosis de refuerzo contra Covid-19, la ministra informó que, «las personas que cumplieron cuatro meses desde su segunda dosis o tercera, si tuvieron dosis adicional, se acerquen a recibir su refuerzo ya que están disponibles en los vacunatorios». «Entre dosis adicionales y refuerzos estamos con un poco más de 18 millones de dosis aplicadas. La población de mayor riesgo tiene esa protección, así como las personas que requieren viajar al exterior. Lo que estamos buscando es avanzar con el resto de la población que falta», agregó. «Los adolescentes, al haber iniciado más tarde el esquema de vacunación, recién ahora van cumpliendo los cuatro meses». «Y para los niños y las niñas de entre tres y once años, aún no hay recomendación de vacunación de refuerzo en el mundo», concluyó.

Arnaldo Medina es el nuevo presidente de la Asociación Argentina de Salud Pública

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El rector de la Universidad Nacional “Arturo Jauretche”, Arnaldo Medina, fue elegido anoche como nuevo presidente de la Asociación Argentina de Salud Pública (AASAP), una institución conformada por referentes del sanitarismo argentino que se propone contribuir a la elaboración, ejecución y evaluación de políticas públicas destinadas a mejorar el nivel de salud de la población. Tras una asamblea llevada a cabo en la Facultad de Odontología de la UBA en la que se presentaron las candidaturas de Medina –por la lista “Salud Colectiva”– y la de Rubén Torres en representación de la lista “Federal y Plural”, el ex viceministro de Salud de la Nación resultó electo al imponerse con el 88% de los votos emitidos. En la cabeza de la lista liderada por Medina, un reconocido médico sanitarista entre cuyos antecedentes se cuentan haber sido el creador y primer director del Hospital “El Cruce-Néstor Kirchner, de Florencio Varela, lo secundó Alejandra Sánchez Cabezas, quien es médica, máster en epidemiología, gestión y políticas de salud, doctora en ciencias políticas y que cuenta con una amplia experiencia en diseño, dirección e implementación de programas sociales con poblaciones vulnerables. “La conformación de nuestra lista respondió a las inquietudes de un grupo de profesionales que trabajan en y por la salud pública en todo el país, convencidos de que la salud es un valor capaz de unir a los argentinos”, señaló Medina tras conocerse el resultado de la elección. Medina dijo que la agenda de trabajo de la nueva conducción de la AASAP incluye “la seguridad y soberanía alimentaria; salud y cambio climático, además de hacer aportes para detener las enfermedades infecciosas emergentes, lo que incluye pensar en la preparación para actuar en situaciones de futuras pandemias”. La lista fue integrada también por el licenciado Hugo Mercer como secretario; el licenciado Ariel Goldman como tesorero: la licenciada Lidia Blanco como primera vocal; la licenciada María Marcela Botinelli como segunda vocal e Ignacio Maglio como tercer vocal. Medina explicó que desde la AASAP se pondrá el foco “en el financiamiento y cuidado de las trabajadoras y los trabajadores de la salud, pensando también en capacitaciones sobre el uso adecuado de las nuevas tecnologías”, y agregó que «también tenemos entre nuestras prioridades el acceso a los medicamentos, el empoderamiento de la población en el proceso de determinación de la salud y la agenda inconclusa de salud mental, además de la protección materno infantil y adolescente”. Fundada en 2017, entre los objetivos de la AASAP se encuentra el de funcionar como un espacio interdisciplinario que contribuya a la elaboración, ejecución y evaluación de políticas públicas en el campo de la salud, bajo una mirada amplia que contemple los determinantes sociales, la calidad y acceso a los servicios que la población recibe y las políticas sanitarias que los crean y regulan.

Cómo ve el gobierno de EE.UU. la guerra en Ucrania. Y cómo podría estar muy equivocado – Conclusión

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(La primera parte de este artículo está aquí.) En cualquier caso, Putin tiene otras opciones menos incendiarias si decide escalar. La guerra cibernética hasta ahora ha sido el perro de Sherlock Holmes que no ladró. El lunes, la administración de Biden advirtió oficialmente al sector privado: “Cuidado con el perro”. También son concebibles los ataques físicos directos a la infraestructura (por ejemplo, los cables submarinos que transportan la mayor parte del tráfico digital global). No veo en las estrategias occidentales actuales ningún reconocimiento real de lo mal que podría ir esta guerra para Ucrania en las próximas semanas. El incentivo para Putin es obviamente crear para sí mismo una posición de negociación más fuerte que la que tiene actualmente antes de entrar en negociaciones serias. Los ucranianos han mostrado sus cartas. Están dispuestos a abandonar la idea de la pertenencia a la OTAN; aceptar la neutralidad; buscar garantías de seguridad de terceros; aceptar límites a su propia capacidad militar. Lo que está menos claro es cuál es su posición sobre el futuro estatus de Crimea y las repúblicas supuestamente independientes de Donetsk y Luhansk. Parece obvio que Putin necesita algo más que esto para poder afirmar con credibilidad que ha ganado su guerra. Parece igualmente obvio que, si creen que están ganando, los ucranianos no cederán ni un kilómetro cuadrado de territorio. El control de la costa del Mar Negro le daría a Putin la base para exigir más concesiones, en particular un “puente terrestre” de Crimea a Rusia. Mientras tanto, las sanciones principalmente financieras impuestas a Rusia están haciendo el trabajo previsto, provocando algo así como una corrida bancaria a nivel nacional y escasez de bienes de consumo. Las estimaciones varían en cuanto a la escala de la contracción económica, tal vez hasta un tercio, recordando las condiciones de depresión que siguieron al colapso soviético en 1991. Sin embargo, mientras los países de la Unión Europea se nieguen a imponer un embargo energético a Rusia, el régimen de Putin seguirá recibiendo alrededor de 1.100 millones de dólares al día de la UE en ingresos por petróleo y gas. Sigo siendo escéptico de que las sanciones, tal como están constituidas actualmente, puedan detener la maquinaria de guerra rusa o derrocar a Putin. ¿Por qué el rublo no cayó más e incluso repuntó frente al euro la semana pasada? Recuerde, ambas partes pueden aplicar la historia. El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy es un maestro en el arte, adaptando cuidadosamente sus discursos a cada parlamento nacional al que se dirige, diciéndole efectivamente a un país tras otro: “Nuestra historia es su historia. Nosotros somos tú.» Dio a los británicos Churchill, a los alemanes el Muro de Berlín, a los yanquis Martin Luther King Jr. y a los israelíes el Holocausto. Putin aplica la historia de una manera diametralmente opuesta. “El presidente ha perdido por completo el interés por el presente”, argumentó el periodista ruso Mikhail Zygar en un artículo reciente del New York Times. “La economía, los problemas sociales, la pandemia del coronavirus, todo eso le molesta. En cambio, él y [su asesor Yuri] Kovalchuk están obsesionados con el pasado”. Puedo ver eso. Los recientes escritos pseudoacadémicos de Putin —sobre los orígenes de la Segunda Guerra Mundial y “Sobre la unidad histórica de los rusos y los ucranianos”— confirman el giro histórico de su pensamiento. No estoy de acuerdo con el ex ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Andrey Kozyrev, quien le dijo al Financial Times que, para Putin y sus compinches, “la guerra fría nunca se detuvo”. Esa no es la historia que le interesa a Putin. Como dijo el politólogo búlgaro Ivan Krastev a Der Spiegel, Putin “expresó hace pocos días su indignación porque la anexión de Crimea se había comparado con la anexión de los Sudetes por parte de Hitler en 1938. Putin vive en analogías y metáforas históricas. Aquellos que son enemigos de la Rusia eterna deben ser nazis”. Es más: La hipocresía de Occidente se ha convertido en una obsesión suya, y se refleja en todo lo que hace el gobierno ruso. ¿Sabías que en partes de su declaración sobre la anexión de Crimea, tomó pasajes casi textuales de la declaración de independencia de Kosovo, que fue apoyada por Occidente? ¿O que el ataque a Kiev comenzó con la destrucción de la torre de televisión justo como la OTAN atacó la torre de televisión en Belgrado en 1999? Sin embargo, esa historia reciente es menos significativa para Putin que la historia mucho más antigua del pasado imperial de Rusia. He hecho este argumento aquí antes. Su discurso en el mitin cuasifascista celebrado el viernes en el principal estadio de fútbol de Moscú proporcionó nuevas pruebas de que el proyecto de Putin no es la resurrección de la Unión Soviética, sino una mirada retrospectiva al imperio zarista y la ortodoxia. Su alusión final al almirante zarista Fyodor Ushakov, quien se ganó su reputación ganando victorias en el Mar Negro, me pareció siniestra para Odesa. Los chinos también saben cómo aplicar la historia a los problemas contemporáneos, pero lo hacen también de una manera diferente. Mientras que Putin quiere transportar a la Rusia postsoviética de regreso a un pasado zarista mitificado, Xi sigue siendo el heredero de Mao Zedong y aspira a un lugar junto a él en el panteón del Partido Comunista Chino. En su llamada de dos horas del viernes, según la lectura del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Biden le dijo a Xi: «Hace 50 años, EE. UU. y China tomaron la importante decisión de emitir el Comunicado de Shanghái. Cincuenta años después, la relación entre Estados Unidos y China ha llegado una vez más a un momento crítico. El desarrollo de esta relación dará forma al mundo en el siglo XXI». Biden reiteró que EE.UU. no busca una nueva Guerra Fría con China; no pretende cambiar el sistema de China; la revitalización de sus alianzas no está dirigida a China; Estados Unidos no apoya la “independencia de Taiwán”; y no tiene intención de buscar un conflicto con China. A juzgar por la respuesta de Xi, no cree ni una palabra de las garantías de Biden. Respondió: «La relación entre China y Estados Unidos, en lugar de salir del aprieto creado por la anterior administración estadounidense, se ha enfrentado a un número creciente de desafíos … En particular… algunas personas en los EE. UU. han enviado una señal equivocada a las fuerzas de «independencia de Taiwán». Esto es muy peligroso. El mal manejo de la cuestión de Taiwán tendrá un impacto disruptivo en los lazos bilaterales… La causa directa de la situación actual en la relación entre China y los EE. UU. es que algunas personas del lado de los EE. UU. no han cumplido con el importante entendimiento común alcanzado por los dos presidentes. … Xi concluyó con un dicho chino: “El que ató la campana al tigre debe quitársela”. Hagan de eso lo que quieran, pero no me pareció muy alentador para aquellos en el Equipo Biden que han estado impulsando una línea agresiva hacia China. A los halcones de China en la administración, en particular Kurt Campbell y Rush Doshi en el Consejo de Seguridad Nacional, no les gusta el término «Segunda Guerra Fría». Pero el libro reciente de Doshi «The Long Game» es esencialmente un manual para la contención de China, lo más cercano que probablemente lleguemos al artículo fundacional, el «Long Telegram» y «X» de George Kennan en 1946. Y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, no se hizo popular en la reunión maratónica del lunes pasado con su homólogo chino, Yang Jiechi, al amenazar con sanciones secundarias contra una lista de empresas chinas que Estados Unidos observará en busca de señales de que están comerciando con Rusia. Si Benn Steill y Benjamin Della Rocca del Consejo de Relaciones Exteriores tienen razón, los chinos ya ayudaron a Rusia a ocultar parte de sus reservas de divisas de las sanciones financieras. A juzgar por su entrevista de fin de semana en el Wall Street Journal, un miembro del Consejo de Seguridad Nacional del expresidente Donald Trump, Matthew Pottinger, ahora está más que contento de llamar a la guerra fría por su nombre real. Estoy de acuerdo: la invasión de Ucrania en muchos aspectos se parece a la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte en 1950. Lo diría así: la Segunda Guerra Fría es como una extraña imagen especular de la Primera Guerra Fría. En la Primera Guerra Fría, el socio principal era Rusia, el socio menor era China; ahora los roles se invierten. En la Primera Guerra Fría, la primera guerra caliente fue en Asia (Corea), ahora está en Europa (Ucrania). En la Primera Guerra Fría, Corea fue solo la primera de muchas confrontaciones con agresivos representantes respaldados por los soviéticos; hoy, la crisis en Ucrania probablemente será seguida por crisis en el Medio Oriente (Irán) y el Lejano Oriente (Taiwán). Pero hay un contraste muy llamativo. En la Primera Guerra Fría, la administración del presidente Harry Truman pudo liderar una coalición internacional con un mandato de las Naciones Unidas para defender Corea del Sur; ahora Ucrania tiene que arreglárselas solo con suministros de armas. Y la razón de eso, como hemos visto, es el intenso temor de la administración Biden de que Putin pueda escalar a una guerra nuclear si el apoyo de Estados Unidos a Ucrania va demasiado lejos. Eso no era una preocupación en 1950. Aunque los soviéticos realizaron su primera prueba atómica el 29 de agosto de 1949, menos de un año antes del estallido de la Guerra de Corea, de ninguna manera estaban listos para tomar represalias si (como recomendó el general Douglas MacArthur) Estados Unidos hubiera usado bombas atómicas para ganar la guerra de Corea. La historia habla en los pasillos del poder. Pero habla con distintas voces, según donde se encuentren los corredores. En mi opinión, y realmente me encantaría estar equivocado al respecto, la administración Biden está cometiendo un error colosal al pensar que puede prolongar la guerra en Ucrania, desangrar a Rusia, derrocar a Putin y señalar a China que mantenga sus manos fuera de Taiwán.»

Un breve comentario de AgendAR:

Este artículo de Niall Ferguson nos parece muy lúcido. Su evaluación puede estar equivocada, por supuesto, pero mira a los hechos de frente, y con buena información. Pero esa evaluación NO es el punto de interés fundamental para nosotros, aquí en el Lejano Sur. Porque cualquiera sea el resultado de esa guerra, como resulta claro de lo que Ferguson señala, EE.UU. seguirá aplicando una política de «contención hostil» hacia China. La aplicó consistentemente en esa larga Guerra Fría I. Tuvo altibajos, pero finalizó exitosamente: la Unión Soviética se disolvió. Claro que China no es la URSS. La diferencia fundamental, en términos de poder, es que su economía es competitiva. En algunos campos, más que la de su adversario. En cualquier caso, es evidente que este enfrentamiento será largo. Posiblemente, la mayor parte de este siglo. Tomemos nota.

A. B. F.

Nueve empresas argentinas participan en la feria satelital más importante de los EE.UU.

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Las empresas que participan son ARSAT, Ascentio Technologies, Centro Tecnológico Aeroespacial, DTA, Innova Space, INVAP, Solar 54, Tlon Space y VENG.

Nueve empresas argentinas, coordinadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, están participando en Satellite 2022, el mayor evento de la industria y la tecnología satelital que se realiza en Estados Unidos desde 1981. «Esta feria internacional reúne a la comunidad satelital global para discutir las tendencias actuales del mercado y la industria y explorar el próximo paso para las comunicaciones». La delegación nacional cuenta con un pabellón propio por primera vez en esta feria internacional, donde las empresas se exhiben de cara al público especializado a partir de el lunes hasta hoy, jueves 24. En un comunicado, la Cancillería destacó la consolidación de “la presencia del país en un sector donde las empresas nacionales han logrado posicionarse como referentes participando de diferentes proyectos de cooperación internacional, públicos y privados”.
“Argentina es el primer país de la región con presencia en el espacio y el onceavo país con mayor número de satélites en el espacio a nivel mundial”.
La coordinación de la delegación local está a cargo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. En estos días, también se inicia en Estados Unidos una misión comercial organizada por la Dirección Nacional de Promoción del Turismo, Deportes, Industrias Culturales y Servicios Basados en el Conocimiento, de la que forman parte empresas como Imer Antennas, Servicio Satelital y LatamSat. Por su parte, la Embajada argentina en Estados Unidos realizará una serie de actividades que incluyen la celebración del Día Nacional de la Tecnología y reuniones de trabajo con empresas pertenecientes a la Asociación de la industria de Tecnología de la Computación (CompTIA, según su sigla en inglés).

A finales de 2021 bajó la desocupación a un 7%, en el sector formal de la economía

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Una buena noticia que merece ser destacada. Aunque no debemos olvidar que gran parte de nuestros compatriotas están fuera del mercado de trabajo regular. Sobreviven en la llamada «economía informal».

La fiscalía de Milán, Italia, pide prisión para Paolo Rocca, acusado de coimas en Brasil

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La fiscal Donata Costa de la séptima sección penal de Milán pidió cuatro años y seis meses de prisión para el empresario ítalo argentino Paolo Rocca, acusado junto a su hermano y otro socio más del Grupo Techint de pagar sobornos para ser beneficiados con obras en Brasil. Los directivos están acusados de pagar una cifra cercana a los 6,5 millones de euros entre 2009 y 2013, al ex gerente de Petrobras, Renato Duque, para que los beneficie con contratos de la petrolera pública brasileña por más de 1.400 millones de euros. La periodista Emilia Delfino publicó en el Diario.Ar y en twitter que Paolo Rocca, Gianfelice Rocca y Roberto Bonatti podrían recibir una condena que en Italia los dejaría en prisión efectiva, aunque por su edad podrían evitarla. Renato Duque ya fue juzgado y reconoció recibir dichos pagos ante la justicia brasileña. La fiscal Costa además apuntó a San Faustin, la sociedad holding del grupo Techint manejada por los Rocca y Bonatti (primo de Rocca), con 1.239.200 euros, y solicitó que ordenen el decomiso de 6.592.891 euros, “suma correspondiente al dinero entregado al funcionario público (Duque)». La fiscal Costa habló de los supuestos cómplices de los tres empresarios acusados y los definió como miembros de “grupos criminales que operan en varios estados”: Italia, Suiza, Argentina y Brasil. Identificó en el “grupo 1 brasileño” a Duque y quienes lo ayudaron a montar una estructura offshore para canalizar los pagos de Techint y blanquear el dinero. En el “grupo 2 argentino/uruguayo”, la fiscal señaló la participación central de Héctor Alberto Zabaleta, ex director de Administración de Techint en Buenos Aires y uno de los hombres de mayor confianza de la familia Rocca; además de otros dos hombres públicos de la multinacional ítalo-argentina, el uruguayo Enrico Fabián Repetto Mariño y el abogado de Techint en Argentina, Fernando Mantilla.

Nuevos actores: India prueba con éxito el misil de crucero supersónico BrahMos

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India probó con éxito un misil de crucero supersónico BrahMos de superficie a superficie ayer miércoles 23 de marzo, según informaron funcionarios del Ministerio de Defensa indio, agregando que el misil de largo alcance logró su objetivo con una precisión exacta. El jefe de la Fuerza Aérea de la India, el mariscal Vivek Ram Chaudhari, celebró el éxito de la prueba de disparo del misil, y  actualmente se encuentra en el territorio insular de Andamán y Nicobar para revisar la preparación operativa, informó la agencia de noticias ANI, citando a los funcionarios de Defensa indios. Comentario de AgendAR: India cuenta desde hace décadas con armas nucleares, como también el país con el que mantiene una vieja disputa, Pakistán. Pero la difusión de misiles y drones cambia la naturaleza de la guerra convencional, no nuclear. Argentina debe reelaborar la doctrina y el equipamiento de sus Fuerzas Armadas.

Cómo ve el gobierno de EE.UU. la guerra en Ucrania. Y cómo podría estar muy equivocado

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El escocés Niall Ferguson es historiador, titular de la cátedra Laurence A. Tish de Historia en la Universidad de Harvard, y uno de los pensadores vivos más importantes del mundo que unos llaman «occidental» y otros, menos amables, la «angloesfera». Como sea, no haremos aquí la larguísima lista de sus escritos, ni insistiremos en su influencia intelectual. Sólo los invitamos a leer este artículo, lo más lúcido que hemos leído hasta ahora sobre la guerra en Ucrania y las estrategias de EE.UU., de Rusia y de China. Es largo, así que les aconsejamos agendarlo. Al final, una muy breve nota nuestra. “El lenguaje que habla la gente en los pasillos del poder”, observó una vez el ex secretario de Defensa Ashton Carter, “no es economía ni política. Es historia. En un artículo académico reciente, mostré cuán cierto era esto después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Los responsables políticos utilizaron todo tipo de analogías históricas al reaccionar. “El Pearl Harbor del siglo XXI tuvo lugar hoy”, anotó el presidente George W. Bush en su diario, tarde en la noche de los ataques, para dar solo un ejemplo, aunque se trazaron muchos otros paralelos en los días siguientes, desde el Guerra Civil a la Guerra Fría. Siete años más tarde, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el presidente de la Fed de Nueva York, Tim Geithner, fueron los primeros miembros del Comité Federal de Mercado Abierto en darse cuenta de que, sin medidas drásticas, corrían el riesgo de repetir la Gran Depresión de 1930. ¿Qué tipo de historia informa las decisiones de hoy en Washington cuando la guerra en Ucrania se acerca al final de su primer mes? Han surgido algunas pistas. “Los funcionarios estadounidenses están divididos sobre cuánto se pueden aplicar las lecciones de las guerras de la Guerra Fría, de la guerra de la Unión Soviética en Afganistán, a la guerra en curso en Ucrania”, informó David Sanger para el New York Times el sábado. Según Sanger, quien no pudo haber escrito su artículo sin fuentes de alto nivel, la administración Biden “busca ayudar a Ucrania a encerrar a Rusia en un atolladero sin incitar a un conflicto más amplio con un adversario con armas nucleares, o cortar caminos potenciales para la desescalada… Los oficiales de la CIA están ayudando a garantizar que las cajas de armas lleguen a manos de unidades militares ucranianas examinadas, según funcionarios estadounidenses. Pero a partir de ahora, el Sr. Biden y su personal no ven la utilidad de un esfuerzo encubierto expansivo para usar la agencia de espionaje para transportar armas como lo hizo Estados Unidos en Afganistán contra la Unión Soviética durante la década de 1980”. Leyendo esto detenidamente, concluyo que Estados Unidos tiene la intención de continuar con esta guerra. La administración continuará suministrando a los ucranianos armas lanzables desde el hombro como misiles Stinger antiaéreos, o antitanque Javelin, y drones  teledirigidos explosivos Switchblade. Seguirá tratando de persuadir a otros gobiernos de la Otan para que suministren armamento defensivo más pesado. (La última propuesta de EE. UU. es que Turquía proporcione a Ucrania el sofisticado sistema antiaéreo S-400, que Ankara compró a Moscú hace solo unos años. Espero que siga el camino del plan hundido para los cazas polacos MiG). Washington volverá al libro de jugadas de Afganistán posterior a 1979 de suministrar una insurgencia, solo si el gobierno ucraniano pierde la guerra convencional. Tengo evidencia de otras fuentes para corroborar esto. “El único final ahora”, se escuchó decir a un alto funcionario de la administración en un evento privado a principios de este mes, “es el final del régimen de Putin. Hasta entonces, todo el tiempo que Putin se quede, [Rusia] será un estado paria que nunca será bienvenido de nuevo a la comunidad de naciones. China ha cometido un gran error al pensar que Putin se saldrá con la suya. Ver a Rusia quedar aislada no parecerá un buen vector y tendrán que volver a evaluar el eje chino-ruso. Todo esto es para decir que la democracia y Occidente bien pueden recordar esto como un momento fundamental de fortalecimiento”. Deduzco que figuras británicas importantes están hablando en términos similares. Existe la creencia de que “la opción número uno del Reino Unido es que el conflicto se extienda y, por lo tanto, desangre a Putin”. Una y otra vez, escucho ese lenguaje. Ayuda a explicar, entre otras cosas, la falta de cualquier esfuerzo diplomático por parte de Estados Unidos para asegurar un alto el fuego. También explica la disposición del presidente Joe Biden a llamar a Putin un criminal de guerra. Ahora, puedo ser demasiado pesimista. Me gustaría mucho compartir el optimismo de Francis Fukuyama de que “Rusia se dirige hacia una derrota absoluta en Ucrania”. Aquí está su audaz predicción del 10 de marzo: El colapso de su posición podría ser repentino y catastrófico, en lugar de ocurrir lentamente a través de una guerra de desgaste. El ejército en el campo llegará a un punto en el que no podrá ser abastecido ni retirado, y la moral se evaporará. … Putin no sobrevivirá a la derrota de su ejército … Una derrota rusa hará posible un “nuevo nacimiento de la libertad” y nos sacará de nuestro miedo al estado de decadencia de la democracia global. El espíritu de 1989 seguirá vivo gracias a un puñado de valientes ucranianos. Directo de su notebook a los oídos de Dios. Puedo ver por qué tantos observadores occidentales atribuyen una alta probabilidad a este escenario. No hay duda de que la fuerza de invasión rusa ha sufrido muchas bajas y pérdidas de equipo. Increíblemente, Komsomolskaya Pravda, un periódico ruso pro-Kremlin, acaba de publicar cifras del Ministerio de Defensa ruso que indican 9.861 soldados rusos muertos en Ucrania y 16.153 heridos. (La historia fue eliminada rápidamente). En comparación, 15.000 soldados soviéticos murieron y 35.000 resultaron heridos en 10 años en Afganistán. Además, existe amplia evidencia de que su logística es un desastre, ejemplificado por los muchos camiones de suministro que simplemente han sido abandonados porque sus neumáticos o motores se averiaron. Según estas medidas, Ucrania parece estar ganando la guerra, como han argumentado Phillips O’Brien y Eliot A. Cohen. La historia también proporciona numerosos casos de regímenes autoritarios que se desmoronaron con bastante rapidez ante los reveses militares: piense en los destinos de Saddam Hussein y Moammar Al Qaddafi, o la junta argentina que invadió las Malvinas hace casi exactamente 40 años. De hecho, sería maravilloso si la combinación de desgaste en Ucrania y una crisis financiera inducida por las sanciones en el país llevaran a la caída de Putin. ¡Tomá eso, China! Simplemente intente el mismo truco con Taiwán, que, por cierto, nos importa mucho más que Ucrania debido a todos esos increíbles semiconductores que fabrican en Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. Lo fascinante de esta estrategia es la forma en que combina cinismo y optimismo. Es, cuando lo piensas bien, el arquetipo de la Realpolitik permitir que continúe la carnicería en Ucrania; para sentarse y ver a los heroicos ucranianos “desangrar a Rusia”; pensar en el conflicto como una mera trama secundaria en la Segunda Guerra Fría, una lucha en la que China es nuestro verdadero oponente. La administración de Biden no solo cree que está haciendo lo suficiente para sostener el esfuerzo bélico de Ucrania, sino que no tanto como para provocar una escalada de Putin. También cree que está haciendo lo suficiente para satisfacer a la opinión pública, que se ha unido con fuerza a Ucrania, pero no tanto como para costar vidas estadounidenses, aparte de unos pocos voluntarios y periodistas desafortunados. El optimismo, sin embargo, es la suposición de que permitir que la guerra continúe necesariamente socavará la posición de Putin; y que su humillación, a su vez, servirá como elemento disuasorio para China. Me temo que estas suposiciones pueden estar muy equivocadas y reflejar un malentendido de la historia relevante. Prolongar la guerra corre el riesgo no solo de dejar decenas de miles de ucranianos muertos y millones sin hogar, sino también de darle a Putin algo que plausiblemente pueda presentar en casa como una victoria. Apostar por una revolución rusa es apostar por un evento sumamente raro, incluso si la guerra sigue yendo mal para Putin; si la guerra se vuelve a su favor, no habrá golpe de palacio. En cuanto a China, creo que la administración Biden está profundamente equivocada al pensar que sus amenazas de sanciones secundarias contra las empresas chinas disuadirán al presidente Xi Jinping de brindar asistencia económica a Rusia. Comience con la situación militar, que los analistas occidentales presentan constantemente bajo una luz demasiado favorable para los ucranianos. Mientras escribo esto, es cierto que los rusos parecen haber suspendido su cerco planeado de Kiev, aunque la lucha continúa en las afueras de la ciudad. Pero los teatros de guerra para observar están en el este y el sur. En el este, según expertos militares en los que confío, existe un riesgo significativo de que las posiciones ucranianas cercanas al Donbás se vean seriamente amenazadas en las próximas semanas. En el sur, una fuerza chechena del tamaño de un batallón se está acercando a la ciudad sitiada y destruida en un 80% de Mariupol. Los defensores ucranianos carecen de puntos de reabastecimiento y espacio para la ruptura táctica. En resumen, la caída de Mariupol puede estar a solo unos días de distancia. Eso, a su vez, liberará a las fuerzas rusas para completar el envolvimiento del frente de Donbas. Los próximos objetivos principales en el sur se encuentran más al oeste: Mykolayiv, que está tierra adentro, al noroeste de Kherson, y luego el verdadero premio, la histórica ciudad portuaria de Odesa. No ayuda a los defensores que una gran tormenta en el norte del Mar Negro el viernes causó un daño considerable a las defensas marítimas de Ucrania al desalojar las minas. También el viernes, afirman los rusos, usaron un arma hipersónica en combate por primera vez: un misil Kinzhal lanzado desde el aire que se usó para destruir un depósito subterráneo de municiones en Deliatyn, en el oeste de Ucrania. Podrían haber logrado el mismo resultado con un misil de crucero convencional. Presumiblemente, el objetivo era recordar a los patrocinadores de Ucrania la potencia de fuego muy superior que Rusia tiene a su disposición. Hasta el momento, alrededor de 1.100 misiles han impactado en Ucrania. Hay muchos más en el sitio del cual vinieron. Y, por supuesto, Putin tiene el poder, a diferencia de Saddam o Gadafi, para amenazar con usar armas nucleares, aunque no creo que necesite hacer más que amenazas, dado que es probable que la guerra convencional se vuelva a su favor. El próximo golpe será cuando las fuerzas bielorrusas invadan el oeste de Ucrania desde el norte, lo que el Estado Mayor ucraniano espera que suceda en los próximos días, y que podría suponer una amenaza para el suministro de armas de Polonia.

(Concluirá mañana)

«Formación de activos externos»: los dólares se siguen yendo

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Al cierre de 2021, se mantenía estable el stock de deuda externa bruta. Pero la formación de activos externos -lo que en el lenguaje corriente llaman «fuga de capitales»- sumó en el último trimestre otros U$S 2.700 millones.

El stock de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal al 31 de diciembre de 2021 se estimó en US$ 266.740 millones, de acuerdo al informe que publica trimestralmente el Indec de «Balanza de Pagos, posición de inversión internacional y deuda externa». Esta cifra resultó inferior a la del trimestre anterior en poco más de 2.200 millones de dólares, lo cual se debió casi enteramente a la cancelación de pasivos con el exterior del sector privado no financiero (principalmente empresas). Esa cancelación de pasivos, más la formación de activos externos de privados, explica una salida neta de divisas en el trimestre por parte del sector privado que, pese al favorable saldo del comercio exterior, explica en gran medida la caída de las reservas internacionales. En el trimestre octubre a diciembre de 2021, el Banco Central perdió reservas por 3.640 millones de dólares. La balanza de pagos es una fotografía o síntesis de la relación de Argentina con el exterior en materia de divisas. Muestra los flujos de entrada y salida de divisas y el stock de activos (créditos) y pasivos (deuda) con el exterior. No sólo del gobierno, sino también de los residentes en el país con los no residentes. Al 31 de diciembre de 2021, el total de activos externos propiedad de residentes se estimó en US$ 417.507 millones. Esta cifra responde a los activos declarados. Entre éstos, la mayor parte correspondió a moneda y depósitos en divisas por US$ 240.615 millones (el 57,6%). El resto está compuesto por inversiones en el exterior o Activos en Reserva, que incluye a los del Banco Central. Los pasivos externos, por su parte, totalizaron US$ 295.390 millones. Éstos se explicaron principalmente por préstamos (deudas) o participaciones de capital extranjero o no residentes en Inversión directa en el país. La diferencia entre activos y pasivos externos constituye la Posición de inversión internacional neta a valor de mercado, que al 31 de diciembre pasado resultaba acreedora en US$ 122.117 millones. La estructura de propiedad de los activos y de los pasivos es lo que marca la gran diferencia. Mientras que entre los activos externos el 87,8% corresponde a propietarios privados (entidades financieras el 1,6, Otros sectores el 86,2%), 9,5% corresponde al Banco Central (reservas internacionales) y 2,7% al gobierno general. En cambio, al analizar la estructura de los Pasivos Externos, se ve verifica que al 31 de diciembre un reparto casi igualitario entre sector privado y sector oficial (50,2 y 49,8%). Y la parte de pasivos del sector oficial corresponde el 39,6 al gobierno general y el 10,2% al Banco Central (entre los privados, 3,7 a entidades financieras y el 46,5 a Otros sectores). El stock de deuda externa bruta al cierre del cuarto trimestre, de U$S 266.740 millones, está distribuida de la siguiente forma (en millones de dólares): gobierno general, 160.502; Banco Central, 30.036; sociedades no financieras, 70.488; sociedades financieras, 5.714. Dentro de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos en el cuarto trimestre, se observa que mientras el superávit del comercio de bienes fue significativamente alto, de U$S 3.627 millones, en el intercambio comercial de servicios se verificó un déficit de 1.308 millones. Este se explica principalmente por el saldo negativo en Transporte (déficit de 758 millones), Viajes (425 millones) y pagos de patentes por el uso de propiedad intelectual (383 millones), que superó largamente el saldo favorable de otros rubros (servicios empresariales, o de telecomunicaciones e informática). Con respecto a la evolución de la Cuenta Financiera, el informe del Indec da cuenta que en la categoría Otras Inversiones «se registró un egreso neto de capitales de US$ 4.595 millones, US$ 865 millones más que en igual trimestre del año anterior. La formación neta de activos externos en el trimestre bajo análisis fue de US$ 2.716 millones. Las adquisiciones netas de activos financieros se originaron principalmente por la actividad de Otros sectores, cuyo incremento fue US$ 2.278 millones, al tiempo que las Sociedades captadoras de depósitos los aumentaron US$ 348 millones. El Gobierno general también incrementó sus activos externos por US$ 90 millones, mediante aportes de capital a organismos internacionales».

Los sectores económicos que generarán empleo en los próximos meses

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Las perspectivas de un incremento de la demanda de empleo de parte de las empresas argentinas presentan un avance moderado para los próximos tres meses. Los factores que lo limitan son la incertidumbre económica, y aunque parezca lejano de las preocupaciones actuales, las respuestas de los empresarios mencionan los efectos de la pasada ola de contagios de la variante Omicron de Covid19. De acuerdo con el índice que elabora la consultora internacional Manpower, la diferencia entre la proporción de firmas que dicen que van a contratar nuevo personal y las que dicen que van a despedir entre abril y junio de este año es de +12. De un total de 700 empleadores incluidos en la encuesta, el 35% planea aumentar dotaciones; el 22% cree que deberá disminuir personal, el 38% no espera realizar cambios; y el 5% restante no sabe si los realizará. Al respecto, Luis Guastini, director de Manpower Argentina, señaló que en comparación con otros países de la región, la recuperación del empleo para el próximo trimestre se puede considerar modesta. “En el caso de Brasil, que es un país comparable para la región, las expectativas dieron +40”, destacó Guastini. En otros países la encuesta indicó: Colombia, +38%, México, +38% y Canadá, +37%. “Argentina es el país que arroja las expectativas más débiles, de la región, seguido por Perú, +24% y Costa Rica,+29%”, indica el informe.. No obstante, los datos son positivos y, según dijo, es de esperar que se consoliden para el tercer trimestre. El directivo de Manpower explicó que “cuando se hizo la encuesta después de enero estaba la ola de la variante Omicron de covid, que en Argentina afectó más que en otros países de la región”. Eso, en principio, explicaría las razones por las cuales los resultados no fueron mejores a nivel local. En ese momento, las empresas no tenían claro cuánto iba a durar la crisis sanitaria. El ausentismo entre las pymes en enero, en momentos en que gran parte del personal tiene licencias de vacaciones, llegó a niveles del 25% en algunos casos,lo que obligó a modificar los protocolos de aislamiento para los casos de contactos estrechos o de personas contagiadas con vacunación. Los sectores que más empleo demandarán El denominado índice de Expectativas Netas de Empleo (ENE) revela a su vez los sectores que más empleo pueden generar en los próximos meses. “En diez de las once actividades económicas relevadas, los empleadores esperan incrementar sus nóminas Esta tendencia es liderada por el sector de Bancos, Finanzas, Seguros y Bienes Raíces con una ENE del +23%, seguido por Construcción con una ENE del +20%”. El reporte indica que “en tercer lugar, se ubica el sector de IT, Tecnología, Telecomunicaciones, Comunicaciones y Medios con una ENE del +17%”. Por el contrario, el sector Organizaciones Sin Fines de Lucro reporta expectativas nulas. Las regiones del país El trabajo muestra que “las regiones de Cuyo y Noroeste Argentino (NOA) lideran esta tendencia, ambos informando una ENE de +19%, seguidos por la Patagonia, con +17% y por el Noreste Argentino (NEA), con +14%. El AMBA arroja las expectativas de contratación más débiles, revelando una ENE de +10%. “En la comparación con el último trimestre del 2021, notamos que las intenciones de contratación se incrementan en las seis regiones. La Patagonia lidera esta tendencia con una mejora de 17 puntos porcentuales, seguido por Cuyo, con un incremento de 13 puntos porcentuales y el NEA, con 12 puntos porcentuales”, remarca Manpower.

Abel Furlán, el nuevo Secretario General de la UOM: «Es necesario adecuar las condiciones laborales a los cambios que impone la innovación tecnológica»

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Infoworkers es una asociación civil que trabaja con la Universidad de Avellaneda y otras instituciones en la alfabetización tecnológica en nuestro país. Nos acercó estas declaraciones recientes de Abel Furlan, el nuevo Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica. En este mensaje, que hizo llegar a Infoworkers, señala la necesidad de adecuar las condiciones laborales ante los cambios que imponen las innovaciones tecnológicas, para preservar los derechos de los trabajadores. En ese aspecto, Furlan ha reivindicado que la UOM fue el primer gremio, ya en 1975, en incorporar los trabajadores informáticos a su Convenio Colectivo.

Debatimos e informamos sobre la propuesta de propulsión nuclear para naves argentinas

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El embajador Marcelo Valle Fonrouge, miembro consejero del Comité de Asuntos Nucleares del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), publicó este sábado 19 de marzo una columna «El valor estratégico de la propulsión nuclear para nuestro mar». Damos la bienvenida a que este tema se discuta públicamente. Es necesario informar y debatir más sobre los temas estratégicos de nuestro país, y dar menos espacio a rencillas y escandaletes. Pero Daniel Arias encuentra puntos flojos en la propuesta y plantea alternativas. Así, reproducimos la columna de Valle Fonrouge, y la respuesta de Arias, para comenzar el debate:

«Los medios han venido destacando la preocupación creciente ante la depredación de recursos pesqueros en los bordes de la zona económica exclusiva (milla 201) por bandadas de buques de diversas banderas.

Lamentablemente no contamos con la solución de tiempos precedentes cuando Hipólito Bouchard los apresaba con patente de corso (1816).

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Dadas las largas distancias de nuestro mar la propulsión nuclear naval resulta una herramienta óptima. Su capacidad de permanecer en alta mar sin reaprovisionamiento de combustible permite cubrir grandes superficies de nuestro mar e intensificar el patrullaje de nuestra zona económica exclusiva y la zona marítima austral.
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Con tal herramienta de vigilancia para la fiscalización de la pesca de nuestros recursos ictícolas en mar argentino y cinco años de licencias de pescas estaríamos en condiciones de financiar una central nuclear con tecnología propia.
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Lo mismo resulta aplicable al fortalecimiento de la presencia activa en Nuestro Atlántico sur hoy parte de una estrategia hemisférica en materia de seguridad que ha involucrado la presencia de navíos como el buque de la Guardia Costera “Cutter Stone” y la visita, sin previo aviso, del submarino nuclear estadounidense a nuestro mar austral el año pasado (2021).
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El almirante Craig Faller, jefe Comando sur, en su visita a Buenos Aires (3/4/21), expuso el trabajo conjunto del Departamento de “Seguridad Interior” y de la Guardia Costera de EE. UU. en “su estrategia” para ayudar a los países de la región a identificar quién opera en sus aguas territoriales. Habló de compartir información para enfrentar los retos a nuestra soberanía.

Asimismo, señaló su interés en involucrar a los países de los que provienen esas flotas pesqueras, entre ellos China, que posee una flota patrocinada por el propio Estado y que está involucrada en este tipo de actividades ilegales, no declaradas y no reglamentadas.

Por otro lado, queda el resabio de una amenaza latente y el daño efectivo del submarino nuclear del Reino Unido en mayo 1982.

A su vez, en el año 2041, finaliza el tratado antártico y Chile ya firmó un acuerdo con el Reino Unido para trabajar en conjunto cuando el tratado pierda vigencia.

En otro orden de ideas, los tiempos se acortan y no faltará mucho tiempo en que se verá navegar al submarino nuclear brasilero “Alvaro Alberto” hoy en construcción.

El ciclo del material nuclear usado como su combustible en submarinos tendrá efectos en materia de seguridad regional y en materia de no proliferación nuclear que involucra a la Agencia Brasilero Argentina de Control y Contabilidad del material nuclear (ABACC) y al Tratado de No proliferación Nuclear (TNP) que delata su vacío normativo sobre el control de la propulsión nuclear para navíos y submarinos nucleares. Cuestión que se deberá analizar en la próxima Conferencia de Revisión del TNP en Nueva York el próximo agosto de 2022.

Por nuestra parte, si bien negociar con Brasil ofrecerá bemoles, no se debería dejar de tener en mira la posibilidad de concertar un polo estratégico regional en materia nuclear, que contemple la propulsión naval nuclear, como hemos sabido negociar y acordar acuerdos nucleares vigentes, el Mercosur y la Agencia Brasilero Argentina de Control y Contabilidad del Material Nuclear (ABACC).

Que desde otra perspectiva, servirá de resguardo ante eventuales emergentes de la agenda estratégica hemisférica por la confrontación sino-estadounidense en el Atlántico sur. Al respecto, se recuerda que Juan González, Director Principal del Consejo de Seguridad Hemisférica de la Administración Biden, de visita en abril 2021 por Buenos Aires, remarcó la preocupación del Presidente Biden, con la colonización china puntualmente en materia energética en el sector nuclear y tecnológico con Huawei.

Por otro lado, ante el desafío impuesto por el cambio climático a la seguridad y sustentabilidad alimentaria nacional y global, el desarrollo del sector nuclear tiene el valor de ser una de las dos únicas fuentes disponibles en la actualidad que no emiten gases de efecto invernadero en su operación.

En junio del 2010 Nilda Garré, por entonces ministra de defensa, anunció la intención de dotar de propulsión nuclear a la Armada Argentina, más precisamente de un submarino nuclear. En el período junio-diciembre 2010 convocó a un equipo de profesionales para trabajar en él, en el 2011 se trabajó en cómo hacerlo y se desarrolló una propulsión híbrida eléctrico nuclear utilizando un motor eléctrico de impulsión SIEMENS DC-PROP con una potencia de 6.8 MW y un reactor CAREM. Prototipo TR-1700N.

En suma, como herramienta política, su empleo debe ser definido por los fines políticos perseguidos. Visto de este ángulo, es evidente su utilidad como herramienta para la protección de nuestros recursos en el mar argentino, que comprende nuestra zona de exclusión en el Océano Atlántico Sur, coadyuve en favor de nuestra soberanía antártica e islas del Atlántico Sur y en la negociación de nuestras Malvinas.

Por último se debe destacar la importancia que reviste el sector nuclear para la articulación a lo largo del tiempo de las empresas privadas con los ámbitos del Estado para la producción, la defensa, el medio ambiente y las relaciones internacionales.»

Imagen satelital de la luz de ciudades del Cono Sur. Las manchas iluminadas en el Mar Argentino corresponden a la flota “potera” (pescadora de calamar) estacionada en la milla 201

Responde Daniel Arias:

Estoy de acuerdo con la necesidad que la Argentina tenga alguna vez un submarino nuclear. Pero para eso debe estar antes en condiciones de construir sus propios diésel eléctricos y en sus propios astilleros.
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Eso es algo a lo que la Marina actual se niega de plano, y el Ministerio de Defensa no tiene, pese al FONDEF, el Fondo para la Defensa, los recursos necesarios ni está en sus planes hacerlo.
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En buena parte, porque un submarino nuclear es un proyecto tan caro que agotaría casi todo el FONDEF durante los años que dure. Y otro, porque no es tan fácil darle órdenes a la Marina. Los que tienen que navegar los submarinos que construya el estado son ellos, poderoso argumento moral, pero que jamás esgrimieron los submarinistas ingleses, estadounidenses, franceses, italianos o alemanes, aunque algunos pagaron al precio máximo los errores de ingeniería de sus propios astilleros. Por lo demás, nuestros lobos de mar tienen mil modos burocráticos y regulatorios de ponerle palos en las ruedas a todo proyecto que no les gusta, y con ellos el «compre nacional» nunca fue una opción: no deja vueltos.
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Por otro lado, nuclear o eléctrico, el submarino es un arma estratégica que puede devolverle algo de poder a la Argentina, que lo necesita desesperadamente porque pierde mucha plata por no tenerlo. ¿Pero a quién se le ocurre usar un arma estratégica para controlar pesqueros?
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Tenemos una larga historia de bloqueos navales. La Confederación Argentina sufrió varios en el siglo XIX a cargo de los brasileños, los ingleses y luego el anglofrancés. No es imposible que se repitan: nuestra falta de puertos profundos a tiro de la Llanura Chacopampeana nos vuelve muy fáciles de bloquear. Tenemos algunos puertos sobre la costa patagónica, pero al que no le falta profundidad le sobran vientos y/o corrientes de marea, y absolutamente todos están desconectados de la principal producción exportable del país, y de las grandes ciudades manufactureras que importan bienes de capital.
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Con bloquear el Río de la Plata, Mar del Plata, Quequén, Puerto White y en menor medida San Antonio Este, el comercio exterior argentino queda knock-out.
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En caso de un conflicto con Chile, todo tipo de submarinos que podamos tener, sean costeros u oceánicos, serían necesarios para atajar la flota chilena. En caso de una enfrentamiento con Gran Bretaña por «las islas demasiado famosas», su utilidad sería aumentar mucho el costo en logístico de un bloqueo de nuestro comercio exterior argentino. Y es que cuatro o cinco submarinos oceánicos, aún con propulsión diésel-eléctrica, o con su autonomía en inmersión total reforzada una semana más por un motor AIP (Air Independent Power), pueden ser mucho más silenciosos que casi cualquier submarino nuclear, obviamente más baratos. Y por su largo alcance, son capaces de atacar un bloqueo desde la retaguardia.
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Creer que se necesitan submarinos, y máxime nucleares, para controlar pesqueros piratas es como querer combatir una nube de mosquitos con un hacha. Peor que eso: los pesqueros piratas suelen defenderse de la PNA arremetiendo con la proa contra los guardacostas, como para partirlos por el medio. A veces hay que disuadirlos a tiros por delante de la proa. Pero un submarino contemporáneo, un cilindro hidrodinámico casi perfectamente liso, no tiene armas de superficie como para capturar a nadie. Lo dicho, un submarino es un arma estratégica, no un patrullero policial que flota.
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En 2010 una hoy ex ministra entusiasta, Nilda Garré, y una ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, armaron toda una movida con la idea de un submarino nuclear «de confección». Se armaba con cosas que ya teníamos, echándole una centralita nuclear CAREM a un submarino TR-1700. Facilísimo.
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Pero por empezar: 12 años más tarde la Argentina todavía no se acerca siquiera a terminar un prototipo de su centralita CAREM terrestre. ¡Y estamos hablando de un prototipo, no de una unidad comercial! Segundo, que el proyecto CAREM data de 1984: su construcción la CNEA la inició en 2011, y debió haber terminado razonablemente en 2017 o 2018. Pero por más que el gobierno de Mauricio Macri frenó el proyecto de varias maneras, el gobierno de Alberto Fernández perdió sus primeros dos años en «restartearlo», e incluso hoy avanza con una lentitud exasperante.
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Tercero, que el país tiene un astillero (el actual CINAR) construido y equipado para producir submarinos alemanes costeros Type 209 y oceánicos TR-1700, cuya transferencia de tecnología tenemos comprada desde los años 70. Era obvio que el gobierno de Carlos Menem frenaría la construcción de submarinos por orden británica llegada vía EEUU. De hecho ese presidente trató de vender los submarinos en construcción como chatarra (le salió mal, los cascos de presión son difíciles de cortar, máxime si ya vendiste las herramientas de corte). Y trató también de rematar los terrenos de los astilleros entonces llamados TANDANOR y Domecq García, en Capital y con vista al río, para hacer barrios chetos, operando a través de firmas fantasmas. Tampoco le salió del todo bien, aunque no enteramente mal. Quedó pringado judicialmente, pero sólo décadas más tarde, y se dio el lujo de morirse en su cama y blindado de fueros de senador.
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Entre 2006 y 2015, aunque los gobiernos de Néstor Kirchner y luego Cristina Fernandez reabrieron ambos astilleros con el nombre de CINAR. Y aunque reconstruir de herramental, y sobre todo, de recursos humanos, una planta de alta tecnología devastada, el CINAR logró cosas notables, como la reparación a nuevo y mejora del rompehielos ARA Irízar, barco complejo si los hay.
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Sin embargo, el gobierno de CFK no logró terminar ningún TR-1700, incluso sin cambiarles nada y con su motorización diésel-eléctrica original. Son unos submarinos oceánicos excelentes. Lo han mostrado desde fines de los ’70, cuando se diseñaron, a hoy. Sólo han envejecido en las cosas que evolucionan muy rápido: sensores, computadoras y armamento, todo lo cual es actualizable.
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Pero no avanzaron un milímetro. Hay dos TR-1700 detenidos en un 71% y un 32% de grado de avance en la construcción desde 1993, el ARA Santa Fe y el San Juan, respectivamente, y así siguieron durante los dos gobiernos de Cristina, juntando polvo. La Marina, a quien Perón le impuso el astillero en su tercer gobierno, no sólo se niega a aceptar navegarlos cuando se terminen, sino incluso a aceptar la navegación del único TR-1700 sobreviviente de los dos importados llave en mano desde Alemania, el ARA San Juan, hundido en 2017, y su gemelo el Santa Cruz, todavía en condiciones de volver a operar en su último tercio de vida. Si se repara en el CINAR, la Marina objetará que por una mala reparación local fue que se hundió el San Juan.
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Pues no, se murió por falta de mantenimiento, no por reparación mala sino insuficiente, y por el apuro de sacarlo a navegar como fuera, supuestamente para controlar pesqueros ilegales. De todos modos los jerarcas submarinistas argentinos han sido claros: quieren un submarino francés nuevo, un Naval Group de la clase Scorpene.
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Como saben perfectamente que no hay plata para tanto, salvo que se deje sin plata al Ejército y la Aviación durante una década, su plan B es en realidad, el A. Quieren aceptar chatarra importada con algún resto de vida útil. Por ejemplo el Tupí, que es un Type 209 brasileño. No intentarán siquiera decir que un único submarino, viejo además, tiene una gran utilidad militar. Pero dirán que le permitiría conservar el estado de entrenamiento al COFSUB, el Comando de la Flota de Submarinos, cuya gente hoy hace rotaciones en naves también Type 209 de la Armada Peruana.
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De todos modos, lo que estoy es tratando de establecer si necesitamos un submarino nuclear hecho con un TR-1700 que por alguna causa no podemos construir desde 1993, y un CAREM cuyo prototipo no logramos terminar desde 1984.
Y ahí pinta otra cuestión: el submarino «de confección» que presenta Valle Fonrouge es un fracaso desde planos, y más bien un ejercicio retórico. Además de inexistentes sus partes, además de ser probablemente demasiado alto y voluminoso el CAREM (en su prototipo terrestre) para caber en el pequeño casco de presión de un TR-1700, tampoco serviría de nada una versión miniaturizada del mismo.
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Sucede que un CAREM es un reactor que necesita una verticalidad perfecta, por su refrigeración convectiva. Un submarino de ataque debe ser muy maniobrable sobre sus tres ejes, y en situación de combate, virando cerrado con el casco muy escorado, o sumergiéndose o emergiendo con la nariz muy fuera de la horizontal, el reactor sencillamente se quedaría sin verticalidad, sin convección, sin potencia y sin refrigeración.
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Si me hablan de un reactor tipo PWR convencional para un submarino nuclear criollo, nos sentamos a discutir. Es lo que han hecho todos los países con submarinos nucleares. Y si se habla de hacer ese motor lo más convectivo posible, como para minimizar el murmullo de las bombas de refrigeración, me parece una idea sensata, y parecida a lo que vienen tratando de hacer las potencias con submarinos de propulsión atómica. Y me siento a discutir con todo gusto, porque del otro lado de la mesa al menos hay alguien que ha tratado de leer acerca de submarinos y de reactores, aunque no se trate de un ingeniero naval o nuclear, que yo tampoco lo soy. Pero no es el caso de este artículo.
Para controlar la pesca pirata no necesitamos submarinos de ningún tipo. Tenemos que controlar primero la pesca legal, que es alegre y totalmente violatoria de los reglamentos y disposiciones.
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Debemos además darle BARCOS DE SUPERFICIE a la Prefectura Naval Argentina y a la Armada. Deben ser argentinos para pagarse en pesos, y además porque necesitamos muchos, y si los importamos jamás tendremos suficientes. Y además del además, porque necesitamos resucitar nuestros astilleros privados y estatales.
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Para que la PNA y la ARA cumplan con el trabajo de perseguir infractores, con o sin licencia de pesca, deben tener  instrucciones severísimas. Por ahora, en los últimos 30 años, se detienen y traen hasta la costa un promedio de 2,5 naves por año. Visitantes ilegales, básicamente chinos, tenemos unos 600.
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Es posible que estén haciendo aún más daño que las empresas pesqueras españolas legales, con planta de fileteo en Argentina, pero es difícil comparar los estragos de una y otra porque no hay cifras reales de nada.  Además, los armadores chinos se están comprando a las pesqueras españolas. El Mar Argentino es un extra, un opcional que viene con la compra. ¿Cómo quiere su pesquera, con o sin Mar Argentino? Está de ocasión.
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Fundamentalmente, hay que sanear esos establos de Augías que son los tribunales costeros de la cáfila judicial que falla sistemáticamente a favor de los armadores pesqueros, sean legales o piratas.
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Todo esto se hace con determinación política y no mucha plata. Si se hace, otorgaría a la Argentina un primer y debilísimo grado de recuperación de su vieja credibilidad y de su viejo poder naval de entrecasa. Cosas que se iban perdiendo ya antes de la Guerra de Malvinas, pero lo que siguió después fue y sigue siendo la noche.
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Tanto afuera como adentro, para muchos que la Argentina vuelva a tratar de volver a pararse en el ring-side de su mar territorial no será bienvenido. Por algo no se hace. Se han construido fortunas, afuera y adentro del país, saqueando el Mar Argentino. Ha sido un negoción durante casi medio siglo. Lo que hay que hacer con ese negoción es volverlo cada vez más caro para sus beneficiarios, hasta que lo vayan abandonando. No va a ser fácil.
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Pero los submarinos convencionales, diésel eléctricos e incluso nucleares, están para otra cosa, complementaria, aunque definitivamente distinta y mucho más difícil. Son armas estratégicas, en nuestro caso, antibloqueo. Y son carísimas.
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Ponerle motorización nuclear a un rompehielos y/o a un barco polar, que por sus helicópteros y sus ecosondas de alta potencia son excelentes armas antisubmarinas, ¿no sería una idea más práctica?
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Y tecnológicamente, sería un avance más gradual.
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La empresa alemana Wintershall Dea invertirá hasta 350 millones de euros en la producción de gas

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La empresa alemana Wintershall Dea confirmó que invertirá hasta 350 millones de euros en el país en los próximos cuatro años para incrementar la producción de gas. Esta es la firma que hace 3 semanas canceló la financiación de 1.000 millones de euros del gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y Alemania, cuando empezaron los bombardeos en Ucrania. En una conferencia de prensa, Thilo Wieland, miembro de la Junta de Wintershall, confirmó que la Argentina es el tercer negocio más grande dentro de la carta global de la compañía en cuanto a producción de hidrocarburos y señaló que seguirán “trabajando para que esto se mantenga así”. Wintershall Dea es el quinto productor de gas del país, con una producción de 10 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/d), y aporta el 10% de la demanda total de gas en el verano. La empresa “está firmemente arraigada en la Argentina en la producción de gas. “Como uno de los cinco mayores productores de gas, tenemos una posición fuerte en el país”, indicó Wieland. Actualmente, la compañía está analizando si pasa a desarrollo el proyecto Fenix, que hoy está en exploración, y que significaría aumentar la producción de gas. “Junto con sus socios, Wintershall Dea está trabajando para avanzar en el futuro proyecto Fenix hacia una decisión final de inversión. Se espera que el prometedor desarrollo de Fenix entregue volúmenes significativos de gas natural durante más de 15 años”.

Reclamos de las empresas y diferencias en el gobierno:

Para lograr esos objetivos, afirma el ejecutivo, una de las condiciones que debería mejorar la Argentina es que se flexibilicen las condiciones para acceder al mercado de cambios. “Para una compañía de energía internacional, es un pilar importante tener acceso y poder realizar operaciones comerciales en distintas divisas. Esperamos que, como parte de la nueva legislación en materia de energía, esto se vuelva a convertir en una oportunidad. «Para una compañía como la nuestra es fundamental poder contar con condiciones estables en largo plazo. Al fin y al cabo, todo tiene que ver con la asignación de los recursos”, dijo en una conferencia de prensa el manager director de la compañía, Manfred Boeckmann. Este reclamo fue unánime también en la reunión que mantuvieron los principales directivos de las petroleras con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la conferencia Argentina Oil & Gas (AOG), organizada por el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG). El primer día del evento de energía más importante del año en la Argentina comenzó más convulsionado de lo esperado, aunque la industria sospechaba que esto podía ocurrir luego del estado público que tomó la carta explosiva que le envió el secretario de Energía, Darío Martínez, al ministro Guzmán, el jueves pasado. La visita por separado de ambos funcionarios en la AOG hizo modificar la agenda de los empresarios, quienes, más allá de las corridas, valoraron que se hicieron presente los máximos responsables de la política energética del país. Hasta el miércoles no se había confirmado la visita del ministro de Economía, si bien Guzmán le había prometido a la industria que asistiría, luego del viaje que realizó a Houston, donde también participó del evento de energía CERA Week. El jueves, tras estallar la nueva disputa interna en el área energética por los fondos disponibles al sector, el equipo del ministro confirmó su presencia para la inauguración oficial, a las 18.30. El fin de semana hubo un nuevo cambio de planes, después de que Guzmán decidiera viajar hoy a Francia para avanzar en las negociaciones por la deuda del Club de París y para tener más reuniones con el sector energético en Europa, según el último comunicado de prensa. La industria del petróleo y gas está en el corazón del programa económico de Guzmán, ya que una gran parte del déficit fiscal se explica por los subsidios al sector. Mientras el ministro avanza en reducir este gasto con segmentación de tarifas, en paralelo busca la manera de que el mayor aumento de producción permita reducir también la dependencia de las importaciones de gas. Por ahora, la disparada de los precios internacionales de la energía presionarán sobre las escasas reservas del Banco Central y no le permitirán al país aprovechar los mayores precios de los productos agrícolas de exportación. Martínez, por su parte, fue quien finalmente inauguró la conferencia de AOG de manera oficial y buscó remarcar los buenos números de la industria. Con un total aproximado de 571.000 barriles diarios, la producción total de petróleo en febrero creció 14% interanual y representó el mayor nivel desde diciembre de 2011. El segmento de no convencional (el que se produce en Vaca Muerta) representó el 39% del total producido, 222.000 barriles diarios, ya que tuvo un crecimiento de 55% con relación al mismo mes de 2021. “Estos niveles de producción son muy importantes para el país, sobre todo en este momento donde la crisis global energética producto de la guerra va a afectar a todos, inclusive a la Argentina”, advirtió Martínez.

Ya se enviaron los 20 sensores satelitales de INVAP hacia Italia

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La semana pasada leímos en AgendAR que INVAP y la CNEA exportaban sensores solares -tecnología espacial- a la Unión Europea.

En esta nota Gabriel Absi, gerente del área de Proyectos Espaciales de INVAP, revela que el cliente es una empresa aeroespacial italiana y amplía detalles sobre esta exportación tecnológica al mercado europeo, la primera en su tipo. “Los sensores solares, o «sun sensors», son muy pequeños, ´chapitas´ de tres centímetros por tres, sobre las cuales va adherido un sensor de la radiación solar que desarrolló la Comisión Nacional de Energía Atómica”. Más precisamente, su Departamento de Energía Solar. Absi habló también del uso que tendrán: “Servirán para orientar al satélite hacia el sol cuando esté en situación de emergencia. Es esencial, por lo que debe ser muy confiable”. Ese desarrollo ha sido probado en misiones anteriores de la agencia espacial argentina; los cuatro satélites SAC y 2 SAOCOM de la CONAE, y los ARSAT-1 Y 2. Hace un tiempo que la empresa italiana se contactó con INVAP para ver si podían proveerla de estos sensores. “Sabían que los habíamos utilizado y decidimos presentarnos a esa oferta, la ganamos y ayer se hizo la exportación de los mismos”. Es una venta relevante porque es la primera que se realiza en el mercado europeo. “Si bien es chica en monto, nos permite mostrarnos, que nos conozcan y eso abre el camino a futuras ventas”. De hecho, esto ya está ocurriendo porque la misma empresa les está pidiendo otros sensores adaptadores “y, por referencia de ellos, otra compañía se contactó para pedirnos la electrónica central de un radar para aplicaciones espaciales”. Esta venta fue una llave de apertura a ese mercado, lo que ya está permitiendo operaciones de mayor envergadura. “Lo mismo se hizo en el área nuclear, donde, a partir de ser parte de proyectos nacionales mostrando las capacidades, se fue abriendo un mercado internacional y hoy INVAP es reconocida como uno de los grandes actores”. Otra venta de relevancia fue la exportación de los radares a Nigeria. El desarrollo inicial de estos sensores llevó alrededor de cinco años. “En esta etapa se involucraron cinco personas que trabajaron en ellos durante diez meses”. También habló del funcionamiento: “El sensor va adherido al satélite que generalmente apunta a la tierra, en alguna situación de emergencia existe un modo seguro: lo que hace es apuntar al sol para maximizar la carga de batería a través de los paneles solares que tiene y lo pone en situación estable térmica”. Esto sucede hasta que los operadores puedan hacer un diagnóstico del inconveniente y corregir la falla para luego volver a apuntarlo a nuestro planeta.»