Con contrato de obra firmado, la empresa nuclear y aeroespacial estatal argentina, INVAP, inició los estudios del suelo donde se construirá el primer reactor nuclear de Uganda, y el tercero de nuestra firma en África. El sitio elegido es un predio universitario 300 km. al norte de la capital nacional, Kampala.
Tras descartar las ofertas rusa y coreana, el Ministerio de Energía y Minas de Uganda se decidió por la propuesta de INVAP. Desde hace 25 años. Son dos de los tres finalistas que llegan siempre a precalificar en las licitaciones internacionales , y por ahora les gana siempre INVAP. Sucedió en 2000 en Australia, ya dos veces en Holanda (2008 y 2017), en Arabia Saudí (2012) y ahora en Uganda.
Desde 2000, los EEUU ya no se presentan.
En el caso ugandés, lo interesante es haber derrotado en segunda vuelta no sólo a Rusia y Corea, sino a China en la primera. No es poco: Éste es el país con el mayor crecimiento del mundo en instalaciones nucleares.
Antes de seguir, a aclarar los términos: las centrales de núcleo eléctricas, o de potencia, sólo producen electricidad y nada más. Son el «Circus Máximos» donde se miden los grandes gladiadores nucleares. Hay 416 plantas activas, 60 más en construcción, y el año pasado 7 nuevas entraron en linea. En 2024 este mercado cerró en U$ 35.490 millones, y con un crecimiento proyectado de 3,10% anual. En 2032 el mercado de plantas de potencia habrá alcanzado U$ 45.310 millones. En ese Coliseo se lucha por la plata, por la gloria y porque no te maten.
Los reactores producen muchas cosas, de todo salvo electricidad. Desde 2000, en ese ring más chico, nadie derrota a la Argentina.
Es fama que el hospedero Procusto, con hotelito en Eleusis, Grecia, le hacía probar una cama a sus invitados. Si no daban la longitud, los estiraba a mazazos, y si la excedían, los serruchaba. Si quiere una contestación serruchada de para qué sirven los reactores multipropósito, fabrican recursos humanos y radiosótopos, pero no se fíe de Procusto; los multipropósito de INVAP hacen muchas otras cosas. A veces, esas cosas deciden el triunfo.
Es un mercado de nicho que INVAP domina tiránicamente, y que crece. En el mundo, hay 223 reactores activos y 23 en construccion, y cuestan según cuántos y cuáles radioisótopos produzcan, cuántos y cuáles postdoctorados en ciencias, tecnologías y operación de plantas atómicas gradúen por año, Y nuevamente, lo que desequilibra las licitaciones, si las hay, son los «extras».
Los «extras» vienen definiendo los triunfos de INVAP. Son qué tipo de investigaciones hagan los reactores en ciencia de superaleaciones, superplásticos y supercerámicas, en testeo de combustibles nucleares y en calificación de calidad piezas de ingeniería aeroespacial. A añadir, en los casos del RA-10 de la CNEA en Ezeiza, el PETTEN de Holanda, y el OPAL de Australia, cuántas toneladas de «wafers» de silicio irradien por año. Se vende caro.
Este material se usa en chips de alta resistencia a radiación y gradientes térmicos. No son los que usa su celular ni mi notebook, si no los de los satélites SAOCOM y ARSAT (también construídos por INVAP). Duran y cuestan mucho más.
El de los reactores en un mercado relativamente chico donde se lucha por la gloria, por menos plata y, cuando un exportador nuclear no tiene una oferta de centrales, para llegar vivo hasta que tenga alguna. Es como vivir de canapés, el caso de la Argentina. Tiene dos propuestas, ambas buenas, pero hace 41 años y 7 gobiernos que una no se termina y otra directamente no arranca. Vuelvo sobre eso después.
Embocar un reactor en Uganda le da seis años de vida asegurada a INVAP y, por carambola, a la CNEA, NA-SA y CONUAR, aunque el gobierno de Javier Milei (y van…) le está empíojando la cancha a todas. INVAP no levanta perdiz sobre cómo sería el reactor ugandés, pero si uno cruza datos demográficos, educativos, sanitarios e industriales de Uganda, tal vez el negocio plasme en una planta de 30 megavatios térmicos (MWt) y saldría U$ 500 o 600 millones que se van pagando contra avance de obra. En promedio, una planta así INVAP la saca en línea en 6 años.
En las grandes ligas nucleoeléctricas, la CNNC (China National Nuclear Corporation), logró memorandos de entendimiento con la gigante demográfica subsahariana indiscutida, Nigeria. También con Ghana, con Kenya y con Sudáfrica, todo ello por CENTRALES DE POTENCIA. Los memorandos de entendimiento no son vinculantes, son más amor platónico que pasional. Si todos esos aprontes y promesas de estudiante plasmaran en contratos, y si cada uno de estos países comprara una única Hwalong-1 de 1180 megavatios eléctricos (MWe) a U$ 9.000 millones la unidad, ahí hay U$ 27.000 millones.
Y a no engañarse, compatriotas, serán muchas más plantas. Sólo Nigeria tiene 238 millones de habitantes, que en 2050 serán 375. Una única Hwalong-1 en tal desaforada demanda eléctrica insatisfecha sería como iluminar el estadio de Racing con una velita de torta. Mejor deme dos. O tres.
La CNNC a caballo de su Hwalong-1 en África no es un jinete solitario. Montada sobre la VVER de 1200 a 1400 MEe, la rusa ROSATOM le corre cabeza a cabeza: ya está construyendo una central de U$ 30.000 millones en Egipto, tiene obra por cavar cimientos en Nigeria, y proyectos a madurar en Sudáfrica, Kenya, Ghana, Sudán y Zambia.
Son plantas emblemáticas para ambos proveedores, y hasta ahora, irrompibles.
Fortune Insights estima que en 2028 el mercado nucleoeléctrico mundial de centrales y turbinas, fogoneado por el recalentamiento mundial, llegará a U$ 39.000 millones. La tajada argentina no pinta, y sólo por falta de oferta nuestra. Eso, en un país nuclear desde 1950 y que inauguró su primera central de potencia en 1974.
Dicho esto, si hoy no hemos podido construir en el país máquinas CANDU, aún con la licencia comprada en 1978, u ofrecer nuestra central chica modular CAREM a Turquía, Argelia, Egipto y los países subsaharianos, ha sido por idiotas.
Efectivamente, los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri, el dúo Fernández & Massa y Javier Milei, todos y cada uno sabotearon el desarrollo de centrales argentinas, y se la tomaron especialmente contra el CAREM. Propuesto en 1984, hasta 2015 el nuestro fue el único SMR (central modular chica) del mundo que logró salir de planos y pasar a hormigón y fierros. Algún merito ha de tener. Luego China pegó un acelerón y nos pasó.
Los SMR de EEUU y Europa, en contraste, son puro power point, folletería, viajes en primera, caviar y champagne y firma de memorandos de intención entre gente linda. Y también son bicicletas, y quiebras de U$ 15.000 millones sin haber cavado cimientos. Todas elevadas, exquisitas e inmateriales expresiones de rosado humo financiero.
Casi da vergüenza que nosotros seamos tan concretos y tan pobres.
Y tan boicoteados desde adentro. Desde 1983 sólo tres presidentas de la CNEA pusieron garra en nuestras centrales: la física nuclear Emma Pérez Ferreira, la experta en combustibles Norma Boado y la química nuclear Adriana Serquis, y a su riesgo. Tres mujeres como tres topadoras. Los presidentes, en cambio, fueron mala fama, y merecida, para nuestro género y para nuestro Programa Nuclear.
El CAREM pudo cavar cimientos, y echar sus primeras coladas de hormigón recién en 2011. Podía haberse terminado en 2021, suponiendo 4 años de demora con toda la furia. Y es que el que se estaba construyendo al lado de las Atuchas, Pcia. de Buenos Aires, no es un prototipo invendible, como se obstina la descartable nomenklatura atómica actual.
Ese CAREM es un modelo de demostración tecnológico. No es vendible por definición. No se hace para venderlo, se hace para ver si el concepto de refrigeración puramente convectiva y si bombeo funciona, o si hay que mejorarlo. Los que te ocultan los más inteligentes modelos informáticos, te los va a mostrar la estúpida realidad material.
El reactorcito actual, de apenas 32 MWe, está para testear componentes y pulir defectos de un diseño bastante novedoso, aunque nos lo vienen copiado a mansalva, especialmente en EEUU. El demostrador del CAREM no tiene bombas pero sí un recipiente de presión demasiado caro y complejo para tan escasa potencia.
Y eso es deliberado. Al gauleiter nuclear de Milei: el del predio de las Atuchas es un demostrador tecnológico, ¿se entera? Sirve para DE-MOS-TRAR que el concepto camina, porque nadie en el mundo lo demostró. Salvo con modelitos computados, calculitos y folletitos y memoranditos. Como New Scale, esa copia del CAREM.
Copia que no salió de planos e intenciones y no está en obra. Aunque se tragó U$ 15.000 millones, gulp, como un biguá.
¿No le enseñaron nada en el Instituto Balseiro? Primero, máquina de poca potencia. Luego se pasa al módulo prototipo probablemente simplificado de 125 MEw, para fabricación a escala, Ese sí es vendible «per se», o en vaquita con algún socio forrado, incluso como máquina preliminar, «stand alone». Ni siquiera le estoy hablando del modelo de 4 unidades y 500 MWe.
Mire, ahora que Ud. se acordó de la Patagonia, con un CAREM completo alcanzaría para iluminar dos ciudades industriales como Comodoro Rivadavia.
¿Para qué duplicar la oferta? Para perforar el techo al desarrollo que impone a Comodoro la falta el agua potable. Las canillas de Comodoro funcionan una hora por día. Araca, compatriotas, que para una hora diaria de agua estamos destruyendo dos provincias.
Ayer nomás, Comodoro más sus ciudades satélite de Sarmiento, Rada Tilly y la santacruceña Caleta Olivia, y sin otra industria que el petróleo, entre todas se bebieron en 30 años el lago Musters, que había durado unos 10.000 imperturbables años en la estepa.
Esas ciudades lo hicieron polvo en el sentido literal. Quedó reducido a un arenal de médanos grises, rodeado de una destartalada ringla de estancias abandonadas, enterradas entre dunas de polvo fino como ceniza, que el viento vuela a cien o más de kilómetros. En las orillas, hoy es imposible la subsistencia a humana y animal.
Con un CAREM industrial con» tutti i fiocchi» de 4 módulos y 500 MWe dedicados únicamente a plantas de ósmosis inversa de agua de mar, se podrían potabilizar 60.000 m3 de diarios agua de mar, casi 42 piletas olímpicas por día.
Por falta aguda de tantos nadadores olímpicos en la zona, podemos sacrificar 21 piletas y 2 módulos para funcionar co-generación, y así duplicar la potencia instalada de base de todo Chubut, que anda en 247,2 MW en 2019.
Con ese disponible se podrían poner industrias transformativas, menos contaminantes, menos coloniales, menos brutales y más generadoras de más y mejor trabajo que el pétróleo: vidrio, cemento, acero, aluminio, todas electrointensivas y con puerto a la vista.
¿Estoy delirando? No mucho. ALUAR hizo exactamente eso con Madryn desde 1972.
ALUAR transformó una aldea de 5000 chicos y viejos, a punto de evaporarse por emigración de jóvenes, en la Madryn actual. Madryn hoy tiene 110.000 habitantes, industria metalúrgica transformativa del aluminio (llantas, cerramientos, caños y estructuras), turismo internacional, buenas escuelas y colegios, universidad pública y hasta un centro regional del CONICET.
Además, es bonita.
Fue hacer la represa hidroeléctrica de Futaleufú en la cordillera, cruzar la estepa con una línea de 230 MWe e instalar ALUAR. Lo primero se hizo a escote
Fue hacer la represa hidroeléctrica de Futaleufú en la cordillera, cruzar la estepa con una línea de 230 MWe e instalar ALUAR. Lo primero se hizo a escote del estado nacional, lo segundo lo pagaron aquellos hermanos Madanes, que empezaron fabricando impermeables y terminaron poniendo la planta de neumáticos FATE, y la de calculadoras CIFRA. Ferrer, el motor de todo esto, no fue un frío pescado financiero, y los Madanes eran capitalistas vivísimos, pero más criollos que las tortas fritas.
Instalada ALUAR, todo el futuro de Madryn simplemente ocurrió.
Ese diabólico programa estatista lo inspiraron generales jacobinos y expropiadores, como Marcelo Levingston y Alejadro Lanusse, y el ministro de economía favorito de Friederich Engels, Pol Pot, el conde Vlad Drakul, Osama Ben Laden, y el mentado don Aldo Ferrer, cuantimás, radical. De los de antes, claro.
ALUAR hizo su primera colada de aluminio en 1974. Veinte años después, consumía el 99% de la producción eléctrica de Futaleufú. Con el 1% restante se iluminaban Trelew y Madryn. En lugar de exportar lana sucia, inesperadamente Trelew empezó a fabricar pullovers y textiles. Con una fracción menor de aquel 1%, alcanzó para que se instalaran alli Alpargatas, Hilandería Fueguina y TextiCom. Madryn, por su parte, empezó todos sus negocios actuales. Y continúa.
Sí, lector, es tal cual como Ud. sospecha, el aluminio es electricidad congelada. Lo mismo el acero, lo mismo el vidrio, lo mismo el cemento. No importa de adónde venga la materia prima, Ud. pone electricidad, la electricidad pone agua, el estado pone educación, y se va creando solito un oasis de valor agregado exportable.
Ese modelo se puede repetir en todas las ciudades-puerto de la costa atlántica, desde Bahía Blanca, en Buenos Aires a Punta Quilla, en Santa Cruz, pasando de camino por San Antonio Oeste y Este (Río Negro), Las Grutas, nuevamente Madryn, Comodoro y Rada (en el Golfo de San Jorge) y en Santa Cruz Caleta, Puertos Deseado, San Julián y Gallegos, y Punta Quilla.
Sería llenar de industría legítima, no de masturbaciones con data centers para criptomonedas. Hablo de poblar con ingenieros, técnicos y obreros especializados la costa Argentina al sur de Quequén. No es Argentina año verde. Ocurrió ante los ojos de todos los nacidos después de 1972. Sólo que 45 millones de nabos se lo olvidaron, o no salieron jamás de su tupperware de San Isidro. O de Wall Street.
¿Replicar el modelo de Madryn es una locura?
¿Y de la murga de dementes que acaba de caer en el Programa Nuclear como una lluvia de zapallos en una canasta de huevos, de esos, qué me dica? ¿Que me dice de esa recua de iluminados que acaba de parar nuevamente el CAREM «porque no sirve»? ¿Qué me cuenta de ese serpentario de la bicicleta que canjea 51 años de lucha por un CAREM y otro CANDU, a cambio una central inexistente llamada ACR-300, sin planos, y no licenciada en ningún país?
¿Y que cuantimás pertenece a una empresa imaginaria (Meitner Energy), con sede en Delaware? ¿Justo, mire lo que son las cosas, en ese estado yanqui hueco, un tremendo paraíso fiscal? ¿El único estado de los USA que tiene el doble de sociedades fantasmas que de habitantes humanos? ¿Queremos una central imaginaria para poblar la costa de habitantes imaginarios de empresas imaginarias?
Qué virtual lo suyo, el llamado Nuevo Plan Nuclear Argentino.
¿Y ese cambiazo de argumento en medio de la obra del CAREM es para construir -haceme reír- data centers en la Patagonia, porque ahí hace frío y no se calientan tanto los servidores? ¿Y entonces es más baratito minar criptomonedas para Elon Musk, Mark Zukerberg y siguen las firmas? ¿Los pocos MWe firmes de La Patagonia Ud. lo quiere dedicar a esas gansadas?
Mire, el Nuevo Plan Nuclear argentino tiene un único fin: vaciar, cerrar y privatizar el plan de siempre. Que, aceptado, anda rengo, pero es que tipos como los actuales gauleiters libertarios vienen barriéndole los tobillos desde 1982. Qué casualidad, cunado nos derrotaron en Malvinas.
El ACR-300 no es una central «Marca Cuchuflito», al decir de CFK. Es una estafa peor que la de eLibra. Porque mire, Ud. no se estafa a un centenar de giles. Ud. estafa al país.
Compatriotas, no estamos en manos únicamente de imbéciles. También de chorros vivísimos.
RECAPITULANDO, PERO SIN TERMINAR AÚN
El CAREM se planteó en 1984. decenas de veces fue frenado por los ut supra mentados muñecos, y hoy logró un avance del 65%. La obra está otra vez vacía, detenida, juntando óxido y agua de lluvia a espera de que Argentina vuelva a tener un gobierno argentino. No hay ninguno a la vista.
Sin competencia criolla, África en materia de centrales por ahora es de los rusos y los chinos. Estos recién llegaron al negocio nuclear en 1991. Nosotros estamos en ello desde 1974, y todavía con una central propia sin hacer. Cuando tengamos oferta, habrá que pelearle el queso a los rusos y, eventualmente, de los coreanos.
Es un queso colosal. Lo último que quieren los EEUU (y siguen las firmas) es que el desarrollo nuclear argentino, todavía independiente aunque groggy, rompa su corralito de únicamente reactores para países primerizos, en general sin RRHH atómicos, y en cambio entre a jugar también en primer, y se meta zigzagueando en el área chica resistiendo camiseteos, barridas, apilando defensores y haciéndole calesitas a los dueños del mercado mundial, y de pronto… GOL. Chupate esa mandarina.
Somos chiquitos pero peligrosos. Maradona era chiquito y nos dio algunas alegrías. Lo mismo, Messi.
Como referencia, el reactor vendido por INVAP a Holanda es una obra de U$ 600 millones. Un único CAREM de 4 módulos y 500 megavatios eléctricos en África, le significaría al país una contraro de entre U$ 15.000 y 20.000 millones de valor agregado argentino puro. En contraste, las exportaciones de soja y sus derivados, sin más valor agregado que la molienda, se cobraron U$ 25.000 millones. Eso sí, vaya a contar los miles de millones de chanchos que alimentamos en China. ¿No le da orgullo?
Con nuestra vocación unánime por gobiernos vendidos, todavía no tenemos oferta chica en el ruedo grande, ni en el africano, ni en el sudamericano ni en el de Oriente Medio, ni el de de Extremo Oriente. Tampoco en el ruedo argentino, si no se termina y entra en línea el CAREM. Y se inicia otro CANDU, preferiblemente en la costa atlántica. El agua de mar para refrigerar el circuito terciario es más fría, además de ilimitada.
Pero ilimitados son los piojos que nos comen, y las ratas que los propagan.
Hay lo que hay, y es lo que se votó.
El ruedo chico de los reactores multipropósito es argentino, sin embargo, se entere quien se entere y le guste a quien le guste. Los reactores más sofisticados, productivos e incluso lindos del planeta son argentinos y de INVAP y la CNEA: el OPAL de Australia, el INSHAS de Egipto y dentro de unos años, el PALLAS 2 de Holanda. Dicho a riesgo de repetirme, porque gente, no nos entran las balas.
Llegamos a Uganda repartiendo codazos, ésta será nuestra tercera obra nuclear en África pero no la última, no pinta que vaya a ser chica, y los países subsaharianos tomaron nota. ¡Apa, pintaron los Argies!
Llegamos como pudimos, pero aquí estamos.
Y ESTAMOS DONDE TENEMOS QUE ESTAR
Haber desembarcado en Uganda por la puerta chica da para descorchar un cabernet. Ni Japón ni Corea lo lograron.
Francia, que pudo poner un reactorcito universitario en Marruecos, hoy está con la ñata contra el vidrio mirando cómo nos comemos las facturas. Las hoy 58 centrales nucleaeléctricos de Francia, sus submarinos y sus portaaviones nucleares y sus fábricas de bombas atómicas funcionan desde los ’70 comprando a precio vil el uranio del sus colonias económicas del Sahel, particularmente de Níger.
No obstante, la paciencia de esta región hacia Madame la République está a la baja. Mali, Burkina Faso, Chad y Senegal, países áridos y paupérrimos, le están dando el raje a la empresa uranífera Orano y a sus cruentos capangas, la Legión Extranjera. Voilá du boudin!
El anticolonialismo africano resucitó, y si todavía no es el de los años´60, la tortilla se está dando vuelta. Argentina se está presentando en ese continente con foja limpia. Nunca la fuimos allí de colonizadores o chupasangres. Cuantimás, tenemos currículum, cortito pero bueno. Los reactores y plantas de radioisótopos argentinos en Argelia y Egipto se hicieron en términos favorables el comprador, especialmente en capacitación de RRHH y transferencia de tecnología. Ganaron por eso.
Las obras del NUR argelino y el INSHAS egipcio INVAP las terminó en tiempo y forma, funcionan bien, forman expertos, no contaminan, y la empresa barilochense tiene sucursal a pie de reactor y servicio de posventa al toque. Y ojo, eso no es tan fácil: lejos de estar bajado de un anaquel, cada uno de los reactores de la flota exportada por INVAP es único, un FOAK, un «first of a kind».
Fue diseñado a la medida del país comprador, casi no tiene componentes intercambiables con otros de INVAP o de otras marcas, y sin embargo Bariloche está ahí a la orden si algo se rompe. Damos garatías reales. Son cosas que hoy nos suman puntos en un continente expoliado y estafado por Europa desde 1560.
Si uno no tiene prontuario y quiere vender fierros sofisticados, África es el sitio adonde hay que estar.
Rusia, China y Corea lo saben. La Argentina no, porque -es invariable- no se entera de nada. Pese a ello, y sin maldito el apoyo gubernamental y en medio de la pandemia, en 2021 INVAP abrochó la venta de dos enormes radares portátiles 3D a Nigeria. Este país, con 238 millones de habitantes, es el sexto coloso demográfico del mundo.
Lo que nos lleva de vuelta y de cabeza a Uganda.
UN PAÍS SIN RELACIÓN ALGUNA CON EL NUESTRO.
Según Naciones Unidas, Uganda es el décimo país por rampa demográfica del planeta, un 3% anual. Hoy tiene 51,5 millones de habitantes en 2025 y una proyectada de 71,4 millones en 2040. Problema: la población vive en 241.550 km2, más o menos la superficie de nuestra provincia de Santa Cruz, y la de las tres islas sumadas del Reino Unido.
El centro nuclear de Soroti será la primera obra de INVAP en esta república calurosa, mediterránea y fértil, tendida entre las nieves perpetuas de la cordillera Rwenzoni. En esas nuboselvas sobreviven los últimos gorilas montañeses del mundo. Hacia el sur, el país tiene una costa interior sobre el desaforado lago Victoria.
La obra llega a tiempo: las necesidades insatisfechas de este país están en salud y educación se vienen agigantando con el crecimiento demográfico. Las mujeres ugandesas tienen más de 4 hijos, y la expectativa media de vida de los nacidos hoy ya es de 68 años. Ojo, compatriotas; son 17 años más que en 2000, cuando los ciudadanos se morían a los 51.
Éste es un país de jóvenes con un déficit agudo de profesionales NyC, y se irá llenando rápidamente de viejos sin acceso a la salud y que han tenido no mucho acceso a la educación. Pero el futuro reactor de Soroti, por su ingeniería multipropósito, tratará de dar pelea en ambos frentes.
En lo educativo Soroti va a tratar de ser la piedra base de un centro de ciencia y tecnología multifacético. Va a capacitar grados y posgrados uiversitarios, desde agrónomos a hidrólogos, y desde ingenieros a médicos, y desde reactoristas a físicos y químicos nucleares.
En lo sanitario, este complejo de plantas va a inaugurar la medicina nuclear nacional. Va a sustituir durante décadas la importación de radioisótopos de diagnóstico y de tratamiento en enfermedades típicas de la tercera edad. Viene de perlas, ahora que los ugandeses empiezan a aspirar a viejos. Esas enfermedades son las cardiológicas, oncológicas, neurológicas, gastroenterológicas e incluso inmunológicas.
Soroti intenta ser la universidad de entrenamiento de la primera generación de imagenólogos, radiólogos y radioterapeutas de Jahmur ya Uganda, nombre de la república en swahili.
Como en ese escueto país conviven decenas de idiomas de tres grandes familias linguísticas originales (bantú, sudanesa y nilótica), los dos idiomas de gobierno son el inglés y el swahili, lenguas francas, el segundo idioma de casi todo el mundo. Buena oportunidad para que en Bariloche dentro de unos años, los estudiantes secundarios hablen swahili hasta en las discos.
La empresa INVAP tiene sede en Río Negro. De puro canchera, ante los porteños sostiene que su edificio de la calle Esmeralda es apenas una sucursal. Según ellos, eso no es ser agrandado sino realista. La despampanante sede en Bariloche, con su fábrica de satélites y sus talleres y laboratorios nucleares, les da cierta razón.
Desde 2000, la empresa se volvió la más famosa del mundo en diseño y construcción de reactores nucleares. Ya antes era imbatible en el llamado Sur Global. Vaya a saber por qué demonios, porque casi todos sus países, probablemente por error, se instalaron en el Hemisferio Norte. Y económica y culturalmente, no son de la misma lana.
Bien, empezando por el Tercer Mundo (denominación más vieja y menos estúpida), desde 1976 INVAP recibió pedidos por 6 reactores. Construyó dos en Perú, uno en Argelia, otro en Egipto, otro en Arabia y está montando uno enorme en Holanda. No pongo en la lista los dos del cliente más jodido, ése que frena obras nucleares durante décadas, y paga tarde y a veces: la Argentina, con capital en Río de Nohayplata.
El de Uganda será entonces el tercer reactor de INVAP en África, el continente donde hay que estar si uno es de los que parten el átomo. Hoy 18 de cada 100 humanos son africanos, y esos africanos suman unos 2600 millones y contando. Son casi 100 millones más que los chinos en China. En 2050 los africanos serán 2500 millones, y su demanda insatisfecha en ciencias, ingenierías y medicina nuclear serán enormes.
No poder vender allí el CAREM sugiere que los gorilas de llanura en Argentina son mucho más juepuetas que los montañeses y en la niebla, allá en Uganda.
Dicho desde mi argentinidad al palo: que una empresa pública de mi país esté construyendo el principal multipropósito de Holanda, capaz de atender el 60% de la demanda europea de cerebros y radiofármacos, eso me da un prestigio más bien cholulo. Salgo en la revista Hola.Pero puedo sobrevivir sin esa foto que algún compatriota, posiblemente algún sotreta sin relación con el PALLAS, se sacará con la reina Máxima, otra exportación argentina.
La foto te la cambio cuando quieras por ser un proveedor de ciencias, ingenierías y medicina nuclear de África. Te lo cambio ya mismo por dejar atrás y tosiendo en la polvadera a chinos y rusos, pese a que estos venden gracias a que dan créditos de órdago, y no tanto por la plata como por la gloria de mearle la cancha geopolítica a las tierras de la OTAN, donde subsiste el invierno nuclear (el economico).
El presidente de la división nuclear de INVAP, ing. Felipe Albornoz, cuenta que en esta etapa de estudios de mecánica de suelos, INVAP será más bien un supervisor de dos empresas de ingeniería y montaje ugandesas. Añadió (y debe ser verdad) que Uganda prefirió la oferta nuestra por mejor afinidad entre la gente atómica de Uganda y los argentinos. No es la primera vez que sucede.
Europa y EEUU no pintaron ni a placet. Lo dicho: en África hoy currículum mata prontuario.
INVAP, con apenas 1200 expertos y casi sin administrativos, siempre ganó en licitación limpia (hay de todo) y no por mejor precio, sino por mejor oferta. Eso me decía siempre el gerente general Cacho Otheguy, que se nos fue en 2020, en medio de la pandemia.
Y al que AgendAR extraña mucho.
Daniel E. Arias