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El sistema de gas natural, al límite ante la ola polar. Las interrupciones en hogares e industrias

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Está interrumpido el suministro hasta para industrias con contratos en firme. El sistema opera al límite. Si la ola de frío continúa la situación se podría agravar aún más. En los últimos días hay menos producción de Vaca Muerta. Además, Cammesa demanda volúmenes mínimos para generación térmica, se redujo la exportación a Chile y se espera un barco de GNL para este viernes en la terminal de Escobar. Mar del Plata la localidad más afectada.

Por la ola de bajas temperaturas que afecta desde hace cinco días a la zona centro del país, la de mayor consumo a nivel nacional, el sistema de gas natural flaquea y son varios los ejemplos que dan cuenta de que la red opera al límite de sus posibilidades. El más evidente es que, por primera vez en años, la presión en el tendido de ductos de distribución cayó tanto que los reguladores de los medidores residenciales empezaron a interrumpir, de forma automática, el servicio en hogares de algunas ciudades grandes de la provincia de Buenos Aires, como, por ejemplo, Mar del Plata.

Camuzzi, una de las cuatro grandes distribuidoras del mercado (las otras Metrogas, Naturgy y EcoGas), comunicó este miércoles por la noche que existían más de 250 denuncias en la ciudad balnearia de hogares que se quedaron sin suministro de gas natural por la profunda bajante de presión que se registró en los gasoductos operados por la distribuidora. Se estima que a primeras horas del jueves el número actualizado de usuarios afectados es mucho más alto.

Según el Reporte de Estimación Diaria del Sistema que realiza el Enargas, este miércoles la demanda prioritaria (usuarios residenciales) llegó a 100 millones de metros cúbicos de gas por día (MMm3/d), marcando una clara suba en comparación con el martes, que fue de 93,7 MMm3/d y con el sábado pasado, cuando la demanda fue de 79,8 MMm3/d. Pero más allá del récord de consumo domiciliario, la debilidad del sistema gasífero se acentuó por problemas en el segmento de producción de gas, especialmente en Neuquén, dado que las empresas petroleras inyectaron esta semana, en promedio, unos 130 MMm3/día de gas, unos 10 millones menos que la media de la semana pasada, cuando se inyectaron a la red troncal de gasoductos unos 140 MMm3/día.

En el gobierno existe malestar por la bajante y el Enargas, el ente regulador de gas, ya ordenó una investigación para conocer las causas que explican por qué las empresas productoras —YPF, TotalEnergies, Tecpetrol, Pluspetrol, PAE, Pampa y CGC, entre otras— tuvieron menos gas disponible esta semana, la más fría del año, que la anterior. Así lo indicaron fuentes públicas y privadas. Fuentes del ente regulador indicaron faltantes de gas provenientes de yacimientos de gas no convencional en Vaca Muerta como Aguada Pichana Este y La Calera.

Al límite

Este miércoles al mediodía el gobierno tuvo que cortar el gas a industrias y estaciones de GNC en la mayoría de las provincias por la falta de suministro en el sistema que se registró en los últimos días producto del aumento de la demanda por la ola de frío que afecta al país.

El Comité de Crisis, formado por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), la Secretaría de Energía, Cammesa, Enarsa y empresas transportistas y distribuidoras, se reunió al menos en dos oportunidades en lo que va de la semana para evaluar qué medidas tomar ante la fragilidad del sistema.

El consumo total del sistema de transporte fue de 156,6 MMm3/d y el line pack (el volumen de gas que se puede almacenar dentro de la red troncal de gasoductos para mantener la presión del sistema y facilitar el flujo continuo) fue de 319,2 MMm3/d, de acuerdo a los mismo datos del Enargas, mientras que la semana pasada se había mantenido en valores superiores a los 345 MMm3/d. En rigor, la pérdida del line pack del sistema de transporte de gas en las últimas 24 horas fue de casi 30 MMm3/d.

Este miércoles el gobierno informó que, para garantizar el suministro a usuarios residenciales, hospitales y escuelas, interrumpió el suministro a las industrias con contratos en firme y a estaciones de GNC en las regiones de Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Norte, Noroeste, Cuyo y Sur. “En el resto del país se restringió el corte de suministro a contratos interrumpibles y en algunas localidades a mínimos técnicos de los contratos firmes”, remarcó la Secretaría de Energía. En mayo del año pasado también hubo faltante de gas con cortes a industrias.

Mar del Plata

Una de las zonas más comprometidas es Mar del Plata, donde se cayó la presión más que en otras regiones. La merma en la presión generó interrupciones del suministro de gas en hogares a partir de la tarde del miércoles. Hasta que se reestablezca el servicio normalmente, están suspendidas las clases y se determinó el corte total del gas a industrias y centros comerciales y el cierre obligatorio de restaurantes y bares a la noche.

Técnicamente lo que ocurrió en Mar del Plata es que en los nichos de gas de los usuarios residenciales, junto al medidor, hay un dispositivo conocido en la jerga como “regulador”, que al detectar baja presión en la red cortó automáticamente el suministro como medida de seguridad, interrumpiendo el paso del fluido al interior de la vivienda.

La distribuidora Camuzzi Gas Pampeana, que abastece a la provincia de Buenos Aires -excepto al GBA- y La Pampa, emitió un comunicado este miércoles donde resaltó que “el sistema que abastece a Mar del Plata no está recibiendo, por parte de terceros, los volúmenes de fluido y presiones necesarias para garantizar la normal prestación del servicio” y que “los cortes de suministro tienen su origen en factores externos a la compañía”. Hasta el miércoles a la noche la distribuidora había recibido más de 250 denuncias de usuarios residenciales por falta de gas.

La operación del sistema

El aumento del consumo se vio restringido por problemas en la producción en áreas no convencionales de Vaca Muerta. A la par del crecimiento de la demanda hubo productores de gas que entregaron menos volúmenes del previsto.

Fuentes del sector confirmaron que autoridades pidieron un informe técnico para entender por qué estos días hay menos inyección de gas, teniendo en cuenta que hay capacidad de transporte disponible en el sistema centro-oeste de gasoductos y también en el Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner).

Por su parte, Cammesa, la compañía que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), tomó por debajo de los 25 MMm3/d para la demanda de la generación térmica, ubicándose así en el mínimo de los requerimientos técnicos. Si la ola polar continúa la demanda para generación podría bajar a 20 MMm3/d, pero de este modo pondría en riesgo el suministro eléctrico en algunas regiones.

En tanto, la regasificación de Gas Natural Licuado (GNL) importadoen la terminal de Escobar está entre 18 y 20 MMm3/d, según el reporte diario del Enargas. El próximo barco está previsto que descargue este viernes. Este año el gobierno tenía planeado importar 29 barcos para abastecer la demanda local. Otro factor con el que contó el sistema fue la importación desde Bolivia, que alcanzó los 2,5 MMm3/d a cargo de Trafigura, uno de los mayores traders de combustibles del planeta, que adquirió el fluido para abastecer a las generadoras eléctricas, tal como publicó este medio el 18 de junio.

Además, ante la falta de gas en el sistema, en las últimas horas se realizaron cortes de las exportaciones a Chile. Se estaban enviando al país vecino 6 MMm3/d con contratos de venta en firme, pero con transporte interrumpible. Ahora los volúmenes de exportaciones bajaron a 300.000 m3/día.

Otro recurso que este miércoles se debió utilizar fue la planta de peak shaving de la empresa Naturgy, ubicada en General Rodríguez (Buenos Aires), que es una instalación única en América Latina que produce y almacena gas natural licuado (GNL) para balancear el suministro en momentos de alta demanda, como la de estos días. Esta planta actúa como un sistema de respaldo que suma una capacidad de almacenamiento de 30 MMm3/d. Este miércoles se inyectaron 2,9 MMm3/d para cubrir el pico de demanda entre las 20 y 21 de la noche, cuando aumenta considerablemente el consumo de los hogares.

Roberto Bellato

El gobierno actual ha renunciado a la oportunidad espacial. Muchos argentinos, no

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(Este artículo fue publicado por primera vez en agosto del año pasado. Lamentablemente, sigue siendo válido en lo que hace a la política oficial. Pero también continúa el esfuerzo de muchos argentinos, aquí y en el exterior).

En momentos en que los proyectos de satélites argentinos están en vilo por falta de interés del Gobierno, en iniciativas como el ARSAT-3 o los reemplazos de los satélites SAOCOM, que llevan muchos años para planificarse y realizarse, se pierden progresos y personal capacitado. También hay cada vez más empresas que se dedican a la industria espacial pero dependen en gran parte de proyectos estatales, de financiamiento estatal, o de la formación de recursos humanos en instituciones públicas.

En la Argentina, este movimiento, llamado new space, tiene la particularidad de que muchos argentinos terminan trabajando en empresas fundadas por compatriotas en otros países de la región, como Uruguay o Brasil, que ofrecen menos trabas para importar, una macroeconomía más estable y políticas estatales de largo plazo.

Investigadores de la UBA publicaron un estudio en el que analizaron las principales herramientas que usan las siete agencias espaciales más importantes del mundo para vincular el área espacial con empresas privadas y el fomento de la investigación y el desarrollo. El área de la industria satelital se puede convertir en fuente de negocios para las empresas y también en un impulsor de mejoras tecnológicas en otras áreas industriales.

Paulo Pascuini, uno de los autores del estudio «El sector espacial como impulsor de la I+D y el desarrollo empresarial: una revisión de instrumentos de política», junto con su colega Andrés López (ambos son investigadores del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA-CONICET), dijo: “Una de las implicancias de la mayor participación privada en la industria espacial es que como los actores privados tienen mayor tolerancia al riesgo que las instituciones de gobierno, aumenta la cantidad de proyectos para el desarrollo de tecnología que tiene asociada una probabilidad de éxito baja. El desarrollo de esas nuevas tecnologías genera impactos sociales a partir de la utilización que hacemos en la Tierra de servicios basados en información satelital. De hecho, la tecnología espacial es incorporada en otros sectores generando derrame, el surgimiento y desarrollo de empresas, empleo y una gran variedad de impactos económicos”.

Algunas de las herramientas que las agencias espaciales usan para fomentar la creación y el crecimiento de empresas ligadas al espacio tienen que ver con el financiamiento directo de proyectos, algo difícil de conseguir en la Argentina de hoy, pero otra muy usada está relacionada con permitir el uso de instalaciones, como laboratorios, para empresas que los necesiten. En la Argentina hay instituciones como el INTI o el INTA que están muy acostumbradas a brindar servicios para empresas en sus laboratorios, ya que justamente fueron creadas específicamente para la vinculación tecnológica, pero no es tan común en empresas estatales de alta tecnología. De todas formas, la empresa privada más grande del sector, Satellogic, ha hecho muchos trabajos conjuntos con la CNEA y la CONAE.

“Hay muchas startups espaciales argentinas que necesitan hacer testeos y pruebas de los desarrollos que están llevando adelante y podrían beneficiarse de las instalaciones y el equipamiento que poseen instituciones espaciales como la CONAE. Actualmente no existen mecanismos que permitan que esas instalaciones puedan ser aprovechadas por las empresas de manera ágil. Lo que reportan las startups es que el tipo de gestiones necesarias para llevar adelante actividades con las instituciones tradicionales, no solo la agencia si no también las empresas de base tecnológica que tradicionalmente han atendido las necesidades de los proyectos impulsados por el Estado, no se adaptan a la dinámica y velocidad con la que operan las startups.”, explicó Pascuini.

Este tipo de situaciones ha llevado a que algunas empresas de tecnología satelital creadas en la Argentina hayan radicado su empresa en otro país. Satellogic, por ejemplo, hace casi 10 años se mudó a Uruguay para llevar a cabo la construcción de sus satélites. Frente a este problema, Pascuini explica que “las empresas se instalan en el exterior por algunos motivos que posiblemente no sean fáciles de modificar en el corto plazo. Muchas veces van a Estados Unidos o Europa porque quieren conseguir capital de riesgo y es más fácil hacerlo desde allá. También, por ejemplo, la NASA o el departamento de defensa de Estados Unidos tienen restricciones para contratar productos de tecnología espacial fuera de su territorio, por lo que para venderles es más fácil saltar la barrera radicándose allá. Otro motivo para radicarse en el exterior es el acceso a tecnología para producir que no se encuentra disponible en la Argentina, por ejemplo vinculada a la impresión de placas electrónicas, debido a aquí no hay la escala necesaria para que tenga sentido llevar esas actividades localmente. Otras veces el motivo tiene que ver con la velocidad que requieren las empresas para importar componentes, algo que como sabemos en Argentina puede ser muy tedioso y burocrático. No obstante, muchas de estas empresas con sedes en el exterior siguen llevando actividades en la Argentina debido, principalmente, a la disponibilidad de capital humano calificado”.

Largo plazo

La Argentina está teniendo muchos problemas para mantener proyectos de alta tecnología porque llevan muchos años de desarrollo y financiamiento y no se ha podido mantener con los cambios de gobiernos. En 2015 se aprobó la Ley de Desarrollo de la Industria Satelital que aprobaba el plan satelital 2015-2035, que garantizaba la construcción de varios satélites de telecomunicaciones. En 2016, el gobierno de Mauricio Macri anunció la postergación de la construcción del ARSAT-3, que finalmente se convirtió en un congelamiento del proyecto. En 2020 se reactivó pero sin llegar al ensamble y hoy cuenta nuevamente con retrasos y falta de financiamiento.

“El presupuesto espacial ha sufrido históricamente grandes fluctuaciones dependiendo de la administración de turno. Las misiones impulsadas desde el Estado han propiciado el desarrollo de proveedores de base tecnológica locales que se ubican principalmente en CABA, La Plata, Córdoba, y Bariloche. El problema que generan los ciclos de desfinanciamiento es que estos proveedores no pueden estar esperando a que llegue el nuevo financiamiento con el próximo gobierno para seguir realizando actividades exclusivamente espaciales, por lo que necesariamente deben ampliar sus actividades a otros sectores, por ejemplo oil & gas. La inestabilidad en el financiamiento no es un problema de una gestión en particular, y además de responder a la escasez de recursos es el resultado de una falta de capacidad institucional para impulsar proyectos cuyos tiempos extienden a los de las administraciones de turno. Independientemente de si el nivel de financiamiento para las actividades espaciales impulsadas por el Estado es alto o bajo, existe una falta de previsibilidad sobre su evolución. Por ejemplo, desde el 2016 no hay un Plan Nacional Espacial aprobado por el ejecutivo, y si bien una alternativa a considerar es que este plan, que es elaborado por la CONAE, sea aprobado por el congreso, de manera de tener un compromiso político más amplio, también tenemos un ejemplo de que esto puede no funcionar. Se trata del el Plan Satelital Geoestacionario Argentino  aprobado por Ley en el congreso en 2015 que establecía que hasta 2023 se deberían haber construido y lanzado 5 satélites, algo que como sabemos no ha sucedido sucedió”.

Matías Alonso

Luis Petri acordó en Washington incorporar los blindados Stryker al Ejército. Comenta AgendAR

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En la primera visita de alto nivel militar a Estados Unidos desde la asunción de Donald Trump, en enero pasado, el ministro de Defensa, Luis Petri, firmó este miércoles junto al jefe del Pentágono, Pete Hegseth, una carta de aceptación para incorporar vehículos blindados Stryker al Ejército argentino.

El ministro, que la semana pasada había viajado a Dinamarca en virtud de la compra de seis aviones caza supersónicos F-16, destacó tras el encuentro el fortalecimiento de los vínculos militares con Estados Unidos, con el que el Gobierno ha mostrado un alineamiento total bajo la administración republicana.

“La Argentina avanza en la modernización de sus Fuerzas Armadas y fortalece sus vínculos militares con Estados Unidos. Impulsados por el presidente Javier Milei, seguimos recuperando capacidades estratégicas para defender nuestra soberanía y garantizar la paz de todos los argentinos”, señaló Petri en una publicación en su cuenta de X.

Hegseth, por su parte, afirmó que China representa una amenaza para Estados Unidos, la Argentina y la región, y añadió que “la paz regional exige la máxima voluntad y tenacidad”, según una comunicado del Departamento de Defensa norteamericano.

Un blindado Stryker en el desfile militar del 14 de junio, en Washington
Un blindado Stryker en el desfile militar del 14 de junio, en WashingtonKAYLA BARTKOWSKI – GETTY IMAGES NORTH AMERICA

“Creo que podemos afrontar juntos estos retos de seguridad compartidos, y sé que lo haremos”, afirmó el secretario de Defensa, quien aplaudió los esfuerzos de Argentina por reforzar su relación en materia de defensa con Estados Unidos, destacando su decisión de adquirir los F-16 estadounidenses, así como los vehículos de combate Stryker.

No hubo precisiones de las partes sobre la cantidad de vehículos que pretende incorporar la Argentina y el costo de la operación.

Según el Ministerio de Defensa argentino, la reunión entre Petri y Hegseth “marcó el inicio de una nueva etapa de cooperación militar, liderazgo regional y defensa de los valores del mundo libre”, al tiempo que “consolidó una alianza estratégica entre dos gobiernos que entienden a la defensa como condición necesaria para la paz, la libertad y la soberanía”.

La cartera que conduce Petri informó del avance en un acuerdo integral que incluirá nuevas líneas de cooperación en ciberdefensa, frontera terrestre, interoperabilidad militar y equipamiento estratégico, “inspirado en el exitoso modelo del Garden Support estadounidense”.

“Estados Unidos demostró que la paz no se negocia, se garantiza desde la fuerza. El liderazgo de Trump en el conflicto con Irán dejó una enseñanza clara: las democracias deben tener capacidad de disuasión para defender sus valores y la libertad de sus compatriotas. Desde que asumió Milei, la Argentina está transitando ese mismo camino”, destacó Petri, sentado junto a Hegseth.

Luis Petri junto a Pete Hegseth, secretario de defensa de EE. UU.
Luis Petri junto a Pete Hegseth, secretario de defensa de EE. UU.Red X

En su rol como secretario de Defensa norteamericano, Hegseth fue uno de los funcionarios que dio detalles de la operación “Martillo de Medianoche” con la que Estados Unidos bombardeó tres instalaciones del programa nuclear iraní en plena guerra con Israel, otro aliado clave del Gobierno en el frente internacional.

“El régimen iraní lo entendió con crudeza: la destrucción de sus instalaciones nucleares fue el resultado de una decisión valiente. Trump demostró que no se negocia con terroristas, se los derrota. Nosotros creemos lo mismo”, agregó Petri, al reafirmar el alineamiento de la Argentina “con las democracias que no negocian sus principios”.

El Stryker es un vehículo de transporte blindado de personal producido por la compañía General Dynamics, que, por ejemplo, ha sido usado en la guerra en Ucrania, con unidades enviadas por Estados Unidos.

En su presentación conjunta, Petri y Hegseth coincidieron en que el mundo está en una nueva fase de “amenazas híbridas, expansión autoritaria y desafíos estratégicos globales”, contexto en el que la Argentina “debe recuperar su lugar como actor central del hemisferio occidental”, señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado.

“Se destacó especialmente el respaldo de Estados Unidos al proceso de modernización y repotenciación de las Fuerzas Armadas, como ya ocurrió con la adquisición de los F-16 que llegarán en diciembre», añadió la nota.

“Estamos recuperando capacidades militares, modernizando nuestras Fuerzas Armadas y fortaleciendo la alianza estratégica con Estados Unidos, nuestro socio en la defensa de la libertad y los valores democráticos”, remarcó Petri.

“Estamos muy comprometidos con la lucha que Estados Unidos ha emprendido contra el terrorismo internacional. Nuestra relación está en su mejor momento, y nuestra asociación seguirá creciendo en todas las áreas de gobierno, pero fundamentalmente en defensa“, concluyó el ministro.

El martes, Petri se había reunido en Washington con Robert Greenway, director del Centro Allison para la Seguridad Nacional de The Heritage Foundation. Conversaron sobre “la visión estratégica que impulsa la Argentina en materia de defensa bajo el liderazgo de Milei, basada en la modernización, la proyección internacional y unas Fuerzas Armadas al servicio de la paz, la libertad y los valores democráticos”, señaló el ministro en X.

Guillermo Idiart

Breve comentario de AgendAR:

Los Stryker son muy impresionantes y cuestan dos o tres millones de dólares por unidad. Pero alcanza con un dron cuadricóptero chiquito FPV de U$ 10.000 para hacerlo puré con precisión y desde 5 km. de distancia. Un cuadricóptero guiado por fibra óptica es costo/efectivo como una par de botellas Molotov, no expone al operador, y resulta tan inevitable como la muerte, los impuestos o la bala de un francotirador.

Pregúntenle a los ucranianos que, enlatados en sus Strykers de segunda mano, tratan de frenar el avance hacia el oeste de la línea de contacto. O, cruzando esa línea, pregúntenle a los pobres ivanes que deben atravesarla en sus propios carriers BTR-50, BTR-82, o en los Kurganets-25.

Para asar soldados y suboficiales bajo fuego de drones, ya teníamos los Iveco 6×6, con y sin artillería, fabricados en Barracas, cero kilómetro, pagados en pesos e interoperables con el Ejército Brasileños. «Teníamos», dijo el mosquito. Porque el presidente Mauricio Macri, comprador en jefe de chatarra OTAN, mató el proyecto a la basura para comprar Strykers viejos.

Se quedó con las ganas porque todavía existían el poder legislativo, cierta prensa y alguna oposión.

Conclusión: Petri quiere comprar los mismos Strykers viejos que Macri y para lo mismo: operar contra su propia población, ahora que ya empezó la caza de pobres habilitada por los decretos de la ministra Pato Bullrich.

No trate de usarlos para enfrentar un ejército regular, si nos invade alguno. No trate de conseguir repuestos cuando se rompan.

A la vista de lo que pasa en la guerra de Ucrania, en AgendAR queremos drones, y nacionales, y pagados en pesos. Y también sistemas antidron, ya que ahora matar simples soldados aislados empieza a tener sentido militar y económico.

El otro tema sobre el que discordamos con Petri: él dice que EEUU necesita como socio a la Argentina para darle estabilidad a la región. Es la sociedad del elefante y la hormiga, y adivine qué: no somos el elefante.

El último que creyó esa boludez fue, arda en el infierno, el general Leopoldo Fortunato Galtieri.

No le fue bien.

Tampoco al país.

Daniel E. Arias

«Dólar barato»: las 4 vías de intervención oficial en el tipo de cambio

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El ancla en el precio del dólar sigue siendo un pilar fundamental de la estrategia desinflacionaria del Gobierno, pese al cambio en el esquema cambiario que trajo aparejado el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien el oficialismo asegura que la divisa flota de manera libre, los analistas advierten que en los últimos meses la intervención indirecta volcó más de u$s7.000 millones al mercado de cambios, lo cual permitió contener el valor del «billete verde».

Con la liberación del cepo para «personas humanas» y el fin del «crawling peg» del 1% mensual, el dólar oficial mayorista tuvo un ajuste cercano al 9% en la segunda quincena de abril. La devaluación fue menor a la que esperaba el mercado; de hecho, el tipo de cambio aún no logró en ninguna jornada terminar por encima del centro de las bandas de flotación fijadas en el nuevo esquema (este lunes cerró en $1.205, rozando dicho centro).

Sin embargo, la flotación fue más «sucia» que «libre». Un informe de la consultora C-P analizó cuatro mecanismos que utilizó el Gobierno para influir sobre el precio del dólar.

Los cuatro artilugios del Gobierno para contener el precio del dólar

En primer lugar, destacó la venta de contratos en el mercado de futuros A3. «Entre abril y mayo la posición vendida del Banco Central (BCRA) subió u$s1.571 millones. En junio estimamos podría llegar a u$s1.900 millones«, señaló Pablo Moldovan, director de C-P.

Sobre este tema, el economista de Economía Open Federico Machado, explicó que la venta de futuros no implica gastar dólares en efectivo, pero sí impacta en el precio del dólar hoy, mediante la tasa implícita.

«Si yo puedo comprar un dólar futuro a diciembre de 2025 que vale $1.300, entonces puedo vender un dólar a $1.180 (precio del mayorista la semana pasada), colocar esos pesos al 2,6% mensual y comprar un Dólar Futuro para cubrirme. A fin de año tendré un dólar (valga lo que valga) + $57 (TNA en dólares del 9,6% con riesgo prácticamente nulo). Así, al vender dólar futuro, el BCRA incentiva que otros agentes vendan dólares hoy», ejemplificó.

En segundo lugar, el trabajo de C-P marcó el aporte de las rebajas transitorias a las retenciones, que posibilitaron una liquidación del agro superior a la que suele ver para estos meses. «Estimamos que entre abril y junio, el impacto fue de unos u$s800 millones adicionales», precisó Moldovan.

Este incentivo para los productores agropecuarios, más la quita del dólar «blend», explicaron buena parte del superávit de bienes que registró el BCRA durante mayo, según un análisis realizado por la consultora Equilibra en base al Balance Cambiario de la autoridad monetaria. La liquidación fue de u$s7.961 millones, cifra superior a los u$s7.095 millones devengados por las cuentas de INDEC, lo cual refleja el adelanto en el cobro de exportaciones que hubo durante el mes en cuestión.

Como tercer punto, C-P subrayó al incumplimiento de la meta de reservas con el FMI. Moldovan detalló que el Gobierno debería haber comprado u$s3.100 millones entre abril y junio, pero «como no lo hizo, redujo la demanda de dólares y ayudó a contener el precio».

Por último, el informe hizo foco sobre las colocaciones de deuda, «que aportaron u$s1.500 millones, moderaron el incumplimiento con el FMI, y redujeron también la demanda potencial de dólares».

El ancla cambiaria contiene la inflación, pero deteriora las cuentas externas

En resumen, entre estas cuatro vías, la intervención oficial logró un caudal de u$s7.300 millones. «Todo esto ocurrió en una época donde abunda la oferta de dólares (y se mantienen restricciones sobre empresas). En un mercado libre la estacionalidad diría que el dólar debería haber bajado. En cambio, subió un 10% desde abril», alertó Moldovan.

Este control artificial sobre el precio del dólar se da en un contexto de extendido deterioro en las cuentas externas del país, pese a su contribución a la desaceleración de la inflación. La semana pasada el INDEC publicó los datos de la Balanza de Pagos, que mostraron el déficit de servicios más alto desde que hay registros.

Este «rojo» se explica fundamentalmente por el encarecimiento del país en dólares, que incentiva el turismo el exterior y desalienta la recepción de viajeros extranjeros. Además, este atraso cambiario, más la creciente apertura comercial, también están generando un fuerte crecimiento de las importaciones de bienes, una situación particularmente visible en la industria automotriz debido a las divisas que consume cada compra de vehículos.

Con este escenario, crecen las dudas sobre la sostenibilidad del tipo de cambio actual. Al respecto, recientemente el J.P. Morgan le recomendó a los inversores abandonar las estrategias de «carry trade» y posicionarse en dólares, dada la creciente salida de billetes, el fin de la cosecha gruesa y la incertidumbre que suele acompañar a los contextos electorales.

Del lado del Gobierno buscan mostrar la solidez del financiamiento por parte de organismos internacionales y destacan el apoyo de estos al plan económico y sus sólidos «fundamentals», como la eliminación del déficit fiscal.

Santiago Reina

China nos compra por 1ª vez harina de soja. Hoy Argentina puede ser el principal proveedor

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Por primera vez desde que China aprobó las importaciones de harina de soja argentina en 2019, fabricantes chinos de alimentos para animales cerraron un acuerdo por 30.000 toneladas del producto, según informó la agencia Reuters, a partir de cuatro fuentes comerciales.

El envío, adquirido de forma conjunta por varias empresas chinas, está programado para llegar en septiembre a la provincia de Guangdong.

China, el mayor consumidor mundial de harina de soja para alimentación animal, suele producirla localmente a partir de soja importada, principalmente desde Brasil y Estados Unidos.

La soja (en granos, harinas, aceite y biocombustible) es el complejo de productos que más divisas aporta a la economía argentina.

Sin embargo, ante el riesgo de interrupciones comerciales con Washington, los fabricantes están explorando alternativas para diversificar sus fuentes de suministro.

En este contexto,Argentina –el principal exportador global de aceite y harina de soja– podría ser una opción para el abastecimiento del mercado chino.

Según el Instituto de Estadística y Censos (Indec), las exportaciones de harina y pellets de soja acumularon U$S 10.560 millones durante todo el año 2024, representando el 13,2 % de todas las exportaciones argentinas de bienes, y fue el producto que más dólares trajo a la Argentina.

Aún no sabemos cuál fue el daño en Irán ni qué pasó con el uranio enriquecido

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Cenital publica, entre otras cosas, RADAR donde aparecen interesantes artículo sobre la realidad global. En esta entrega que reproducimos aquí preguntan» qué daño tuvo finalmente Irán y dónde está el uranio enriquecido; examinamos el resultado de la cumbre de la OTAN; auscultamos el (lento) avance de la transición energética global y repasamos brevemente una encuesta en Europa sobre alineamientos geopolíticos».  

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¿Qué quedó del programa nuclear de Irán?

Ahora que el cese al fuego entre Israel e Irán parece estar funcionando, la pregunta que dominó la semana fue: ¿cuál fue el daño sobre las instalaciones nucleares? ¿Pueden Benjamín Netanyahu y Donald Trump estar tranquilos de que destruyeron buena parte del programa nuclear? Aún queda mucho por conocer y estamos lejos de tener una estimación independiente y objetiva, idealmente de la OIEA. 

Hasta acá tenemos dos versiones. 

  • Por un lado, la CIA estima que a Irán le podría llevar “años” reconstruir las facilidades que fueron destruidas. Fox News también abonó esta versión. 
  • Por otro lado, distintos medios como CNN, el New York Times, o Reuters, dieron a conocer una estimación clasificada de cinco páginas elaborada por la Defense Intelligence Agency (DAI). El reporte indica que el ataque retrasó el programa nuclear de Irán entre uno y dos meses en el escenario más optimista y menos de un año en el más pesimista. 

Cercano a esta segunda estimación se encuentra el Jefe de la OIEA, Rafael Grossi, quien en una entrevista con CBS News ayer sugirió que Irán podría montar unas cuantas cascadas de centrífugas “en cuestión de meses” o “incluso en menos tiempo”.

¿De dónde sale la métrica para hablar de meses? De una línea de base histórica. Como explica Jeffrey Lewis, director del Programa de No-proliferación del Este de Asia del James Martin Center for Nonproliferation Studies, Irán ha podido, históricamente, instalar entra una y dos cascadas de centrífugas por semana (una cascada es un conjunto de centrífugas, más o menos 170). El cálculo de Lewis es que Irán podría instalar una planta de reemplazo similar a la de Fordow en menos de tres meses y comenzar nuevamente a enriquecer uranio.

Más allá de la reconstrucción nuclear de Irán, hay dos interrogantes más:

  • ¿Dónde están los casi 400 kilos de uranio enriquecido? No lo sabemos. Es difícil pensar que desaparecieron en los ataques de EE. UU. Se pueden haber perdido una parte, pero cuesta pensar que se perdió todo. Lo más probable es que estén escondidos y a salvo en algún lugar desconocido. De ser así, la amenaza nuclear de Irán seguirá siendo un problema sin resolver para el gobierno de Israel y la comunidad internacional en general.
  • En su entrevista, Lewis señala que también es probable que Irán tenga instalaciones nucleares de las cuales desconocemos su existencia o solo tengamos sospechas leves o infundadas.

Mi conclusión parcial:

Capacidades e intenciones no son sinónimos. La OIEA puede medir cuántas centrífugas giran, pero no puede leer la mente de Teherán. Técnicamente, tener uranio enriquecido al 60 % no tiene sentido civil alguno: ese grado de pureza solo abre camino a una cosa, y no es generar electricidad.

De allí a concluir que, si un bombardeo dañó instalaciones, también se han desinflado las ganas de construir una bomba, hay un salto de fe que ni la mejor inteligencia puede justificar. Más bien, podríamos estar ante un curioso fenómeno de retroceso tecnológico con un avance simultáneo de la voluntad estratégica: las máquinas paradas, pero la ambición intacta.

Si creías que el último episodio de “Israel-Irán: el conflicto final” había cerrado el telón, mejor tómate esto como un simple descanso: la próxima temporada podría traer más giros de guión.

Cumbre de la OTAN: a los pies de Trump

El 25 de junio pasado tuvo lugar la cumbre de la OTAN en un contexto global cargado de intensidad geopolítica. Las fricciones entre Trump y el norte global se mostraron días antes del 25, cuando en la cumbre del G7 Trump señaló sus diferencias con el bloque (un funcionario canadiense se refirió a la organización del encuentro como “preparando la alfombra roja para Godzilla”). Pero la cumbre de La Haya parece haber sido una obra unipersonal en la que casi todo giró en torno a Trump. ¿Qué cosas nos dejó el encuentro de la OTAN más allá de la auto-humillación a la que se sometió su secretario general Mark Rutte llamando “daddy” a Donald Trump?

Una declaración sin principios. Como señala Andrew Corbett del King ‘s College, en todas las declaraciones de la OTAN desde 2022, el grupo invocaba su adhesión al derecho internacional y a los propósitos de la Carta de la ONU. No fue el caso en esta ocasión. Nadie quiso irritar a Trump con reglas y principios del derecho internacional. Esto ya se pudo ver durante el ataque de Estados Unidos a Irán y en la gimnasia con que los líderes europeos evitaron cuestionar la acción de Trump. “Estados Unidos está actuando para aliviar (la) amenaza”, dijo Keir Starmer. El ataque es un paso “en la dirección correcta”, señaló Emmanuel Macron. Israel está haciendo “el trabajo sucio”, observó Friedrich Merz. ¿Legalidad? A donde vamos, no necesitamos legalidad sino tener “las cartas”, como le gusta decir a Trump.

Sin solución para la guerra en Ucrania. La cumbre de la OTAN no fue para estudiar la supervivencia de Ucrania sino para asegurar la supervivencia de la OTAN misma. El comunicado destaca la amenaza a largo plazo que presenta Rusia y la necesidad de apoyar a Ucrania, no hay una hoja de ruta, ni una negociación en marcha, ni siquiera una condena a Moscú. Parece claro que Trump juega al desgaste de Ucrania y a la necesidad de aceptar la realidad en el terreno; esto es que Ucrania acepte perder cerca del 10% de su territorio. 

Una Europa más comprometida con el gasto militar. Los miembros de la OTAN acordaron elevar el gasto militar al 3.5% del PBI, además de un 1.5% en infraestructura de uso dual, un rubro que seguramente traiga mucha contabilidad creativa. Se espera, entonces, que hacia 2035 todos los miembros de la OTAN gasten el 5% del PBI en defensa, algo que España se negó a aceptar. Claramente, Europa dio una señal costosa en términos de cuánto valora la alianza y cuánto valora la presencia de Estados Unidos en la agrupación. De hecho, algunos hablan de un acuerdo “5 x 5”: Europa aumenta el presupuesto a un 5% del PBI y Estados Unidos mantiene su compromiso con el Artículo 5 de la OTAN, que establece que el ataque a un miembro será interpretado como un ataque a toda la alianza.

Un respiro parcial. Europa aseguró, al menos por ahora, la continuidad de la alianza transatlántica. Pero la relación con Washington no se despliega sobre una sola dimensión, la estratégica, sino sobre otras dos dimensiones que no dan señal de convergencia: la guerra comercial, inspirada en el nacionalismo económico, y la divergencia entre valores liberales y antiliberales presente a ambos lados del Atlántico.

SONAR

Clima: entre la transición, la seguridad energética y la seguridad nacional

La semana pasada se dio a conocer el Statistical Review of World Energy que publica el Energy Institute anualmente desde 1952. En este SONAR, me gustaría repasar los principales números del informe para luego hacer una reflexión acerca de hacia dónde vamos en materia de transición energética.

Siendo estrictos, la transición no comenzó. En 2024, el petróleo, el carbón, el gas, nuclear, hidro, eólica y solar, todas las fuentes registraron incrementos. El mundo aún está en modo “acumulación” antes que “transición”. Sí, las renovables crecen a un ritmo mayor que los combustibles fósiles, pero el petróleo aún satisface el 34% de la demanda total de energía y todos los fósiles juntos rondan el 80% del consumo global. 

Las emisiones de carbono aumentaron 1%. El número uno en emisiones sigue siendo China, dando cuenta de un tercio del total de emisiones. Junto con la India representan el 62% del incremento de emisiones a nivel global. Se habla, sin embargo, de que China estaría llegando a su pico de demanda de petróleo. En Estados Unidos y en Europa, en cambio, las emisiones bajaron.

El mundo se está electrificando. El ritmo es más lento del deseado, pero en 2024 la demanda de electricidad creció 4%, por encima del total de demanda de energía. El “pero”: la mitad de este crecimiento viene de China, que duplicó su stock de energía solar en dos años. Hoy las tasas chinas no son de crecimiento, son de renovables: en 2024 agregó el doble de lo que agregaron Estados Unidos, Europa y la India juntos.

La producción de gas sigue creciendo. Estados Unidos, Rusia, Irán y China dieron cuenta del 53% de la producción global. China pasó de ser el sexto productor en 2015 al cuarto el año pasado. Lo que produce satisface el 56% de su demanda doméstica.

China sigue siendo adicta al carbón. El mundo consume más carbón que en 1960; pero el grueso de esta demanda es china (67% de la demanda global), seguida por la India. Esto coloca a China en los extremos del marrón y del verde: demanda más carbón que el resto del mundo combinado, pero también produce más renovables y vende más autos eléctricos que el resto del mundo. El jueves pasado, Xiaomi lanzó la pre-venta del YU7, un auto eléctrico deportivo. En 3 minutos vendió 200 mil autos.

El renacer nuclear viene lento. El sector nuclear aumentó 3% para satisfacer poco más del 5% de la demanda global de energía. No está mal si consideramos que la generación proveniente de la energía solar y eólica aumentó del 13 al 15%, un punto menos. El “pero”: dos tercios del incremento vino de Francia y Japón, que volvieron a poner plantas en servicio. 

Los minerales crecen y bajan. La minería de tierras raras creció un 3.2%. China dio cuenta del 74% de la producción global y del 48% de las reservas mundiales. La producción de litio creció 16%. Aunque Chile concentra el 23% del mercado mundial, la producción en la Argentina creció 109%. El “pero”: los precios globales cayeron en 2024: el carbonato de litio cayó 69%, el grafito 26% y el cobalto 23%. Aún se aprecia volatilidad y dificultades en encontrar un equilibrio entre anticipación de demanda y capacidad productiva.

¿Qué significa esta tendencia?

Hasta acá el ritmo global. ¿Cómo poner estos números en el contexto más amplio de la política mundial? El dato más significativo es la erosión de un orden global y el aumento de la fricción geopolítica que reconfigura las preferencias políticas en las principales capitales del mundo. Hoy tenemos guerras con misiles y guerras con tarifas. También está la guerra cultural. Venimos de la guerra contra el terrorismo. Y antes contra las drogas. Claro que nada está resuelto, pero seguimos haciendo guerras, simbólicas y materiales. 

“Siempre fue así”, me dirán. Sí, la guerra integra el repertorio que los humanos tenemos para hacernos daño más o menos desde que dejamos de ir de un lado a otro y comenzamos a quedarnos quietos unos 10 mil años atrás. Lo importante, sin embargo, es la variación. El año 2005 fue el año con menos muertes por conflicto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, según datos del Uppsala Conflict Data Program. Pero el año pasado, hubo 61 conflictos en donde al menos uno de los actores era estatal, el mayor número desde 1946.

Agreguemos a este cuadro otras disrupciones globales, incluyendo la pandemia o eventos climáticos, y lo que tenemos es que el sistema de energía global ha tenido que enfrentar disrupción de la cadena de suministros, escasez de aprovisionamiento, precios récord de energía y volatilidad de los mercados globales. ¿El resultado? La preocupación por la transición energética, impulsada por el cambio climático, pasó a estar más asociada con la necesidad de garantizar seguridad energética a través de mayores niveles de independencia y resiliencia frente al conflicto y la incertidumbre global. 

El resultado, al menos hasta acá, es que, año tras año, las grandes potencias evitaron importar combustibles al reemplazarlos con renovables. China evitó importar cerca de 87 exajulios en los últimos cinco años, una cantidad mayor que el consumo energético total de Europa en 2024. Europa y Estados Unidos también se beneficiaron en este tiempo: Europa dejó de importar unos 63 exajulios y Estados Unidos unos 34.

¿Cuál es el otro lado de la moneda? Que la competencia estratégica y la conflictividad geopolítica están desviando la atención lejos del imperativo climático. Tomando datos del primer semestre de 2025, Fernando Martín Espejo, del Global Trade Alert, señala que algo se está quebrando en el consenso verde de Occidente. Los datos del New Industrial Policy Observatory (NIPO) muestran que, en lo que va de 2025, las economías occidentales han pisado el freno en políticas industriales orientadas a la transición climática. Donde antes dominaban términos como “hidrógeno”, “eólica” o “vehículos eléctricos”, hoy mandan otros dos: seguridad nacional y geopolítica.

Las cifras son elocuentes: sólo 34 medidas industriales verdes en Occidente entre enero y junio de 2025, casi la mitad de las 62 registradas en el mismo período de 2024. Mientras tanto, el volumen total de políticas industriales se mantiene alto. No es que los gobiernos hagan menos política industrial; simplemente están redireccionando prioridades.

La tendencia es clara: en 2023-2024, sólo el 22% de las políticas industriales en Occidente se justificaban por motivos geopolíticos o de seguridad. Hoy, esa proporción se disparó al 54 %. En cambio, las medidas motivadas por objetivos climáticos cayeron al 15 %, superadas incluso por las enfocadas en competitividad económica.

No todo el mundo está en la misma página. Los países no occidentales, aunque también sienten el tirón de la seguridad nacional, no han recortado tanto sus políticas climáticas. Más bien al contrario: pasaron de dedicar un 13 % a objetivos verdes a un 20 %. Para ellos, la transición verde sigue siendo una oportunidad estratégica.

¿El riesgo? Una agenda climática mundial cada vez más fragmentada. Si cada país prioriza sus intereses geopolíticos, los proyectos verdes pierden escala, se diluye la coordinación y la transición energética global podría ralentizarse. En suma, el clima empieza a perder terreno en el tablero industrial occidental. Y eso, en un mundo cada vez más geopolítico, es una señal preocupante.

ESCRITORIO

Trump’s European Revolution es un policy brief del European Council on Foreign Relations (ECFR) de la semana pasada, basado en una encuesta a 16.440 europeos (mayo 2025, 12 países) que examina cómo la reelección de Donald Trump está redefiniendo no solo la política estadounidense, sino también las identidades políticas y las actitudes geopolíticas en Europa .

Entre los hallazgos más notables:

  • Transformación de los partidos políticos. La extrema derecha europea se ve cada vez más como la vanguardia de un proyecto “revolucionario” alineado con Trump, mientras que partidos tradicionalmente centristas se reinventan como nuevos “soberanistas” europeos dispuestos a defender su autonomía frente a Washington .
  • De proyecto de paz a proyecto de guerra. Una mayoría significativa de encuestados apoya aumentar el gasto en defensa, reintroducir la conscripción y desarrollar disuasivos nucleares propios; y aún estarían dispuestos a seguir apoyando a Ucrania si Estados Unidos los abandona .
  • Paradojas europeas. Aunque casi todos ven la elección de Trump como “mala” para Estados Unidos, sus propios países y la paz mundial (mayorías absolutas en Dinamarca, Alemania, Portugal, España, Suiza y Reino Unido) , mantienen una relativa confianza en la fiabilidad de las garantías de seguridad estadounidenses y en que Estados Unidos volverá tras el mandato de Trump. Al mismo tiempo, dudan de que Europa pueda alcanzar la autonomía estratégica a tiempo y optan por “comprar tiempo” mediante apoyo a Ucrania como sustituto de tropas estadounidenses. 
  • La diagonal partidaria. Si mirás el gráfico de abajo, vas a ver una diagonal que organiza a los partidos a partir de dos dimensiones: creencias de que el sistema político de Estados Unidos (no) funciona bien y creencias de que Trump (no) es bueno para sus ciudadanos. Hay dos cuadrantes casi vacíos: pensar que el sistema está roto pero Trump es bueno para los ciudadanos y pensar que el sistema funciona y Trump es malo para los ciudadanos. Los partidos de derecha extrema creen, básicamente, que todo está bien en Estados Unidos, tanto el sistema como su liderazgo. Los partidos, en cambio, coinciden en señalar lo disfuncional que es el sistema político como su líder. 

Federico Merke

Represas de Santa Cruz: el gobierno negocia reactivar solo una de las dos

La construcción de las represas comenzó en 2015. Debían estar terminadas en 5 años y medio, pero luego de una década se construyó menos del 30% y hace casi dos años que la obra está parada por reclamos cruzados entre los contratistas y el Estado. EconoJournal confirmó con fuentes oficiales y privadas que la intención del gobierno de Milei es reactivar al menos la central Jorge Cepernic, la obra más chica del complejo y la que tiene el mayor grado de avance, pero la negociación continúa empantanada. La historia de un proyecto accidentado donde todos se desconfían.

“La maravilla de la política consiste en convertir en obras concretas lo que siempre fueron sueños”, aseguró Cristina Fernández Kirchner el 4 de febrero de 2015 en Beijing cuando firmó la orden de inicio para la construcción de las represas de Santa Cruz. El plan preveía que ambas estuviesen terminadas en cinco años y medio, pero luego de una década se construyó menos del 30% y hace casi dos años que la obra está parada por reclamos cruzados entre los contratistas y el Estado. Fuentes oficiales y privadas confirmaron que la intención del gobierno de Milei es reactivar al menos la central Jorge Cepernic (ex La Barrancosa), la obra más chica del complejo y la que tiene el mayor grado de avance, pero la negociación continúa empantanada.

Las diferencias

La Unión Transitoria de Empresas (UTE) que integran la china GezhoubaEling (ex Electroingeniería) e Hidrocuyo detuvo la construcción en noviembre de 2023 porque el gobierno de Alberto Fernández había dejado de pagar certificados de obra y porque el Estado acumula una deuda con el consorcio que, según fuentes cercanas a la UTE, llega a los 400 millones de dólares.

El gobierno de Milei retomó esa negociación, pero luego de un año y medio siguen sin ponerse de acuerdo en ninguno de los dos puntos. Con respecto al pago de los certificados de avance de obra, la posición oficial es que no se pagan porque dejaron de llegar fondos del crédito chino. En el informe presentado el jueves pasado en el Senado, el jefe de Gabinete Guillermo Francos sostuvo que “las solicitudes de desembolso deben ser efectuadas por el contratista, y no ha presentado solicitudes de nuevos desembolsos desde el 16 de diciembre del 2022”.

Cerca de la UTE, en cambio, afirman que “los fondos no deben ser pedidos por las empresas porque el cliente del crédito es el Estado nacional”. Fuentes oficiales insisten en que no tienen problema en viabilizar esa solicitud, pero remarcan que el año pasado los privados no quisieron firmar ese pedido. “Lo que sucede es que, para pedir ese desembolso, tanto Enarsa como las contratistas tienen que firmar un documento en el que le dicen al banco que no hay ningún problema contractual y los problemas contractuales existen”, responden cerca de la UTE.

Ahí es donde aparece el segundo punto de conflicto. Los privados dicen que para poder hacer el pedido de los fondos tiene que estar normalizado el contrato, lo que incluye un acuerdo sobre cómo el Estado va a saldar la deuda de US$ 400 millones. Eso es lo que debería incluir la adenda XII del contrato, pero esa adenda no se firma porque no hay acuerdo sobre el monto de la deuda.

Fuentes del gobierno nacional vienen sosteniendo desde el inicio que la cifra que reclama la UTE está inflada y en la administración de Santa Cruz, que encabeza Claudio Vidal, coinciden con que la UTE está floja de papeles en ese punto. Enarsa cumple un rol central de comitente, supervisor técnico y coordinador institucional en la construcción del complejo hidroeléctrico.

Antes de que la obra se frenara, la UTE tenía empleados a 2858 trabajadores, pero a comienzos de 2024 el consorcio despidió prácticamente a todos y en la actualidad solo quedan 120 personas, entre los que se encuentra el personal abocado al cuidado de los activos.

Historia accidentada

La construcción de las represas tuvo problemas prácticamente desde su inicio. En diciembre de 2016, la Corte Suprema de Justicia ordenó suspender las obras hasta que se realizara un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública. En medio de ese proceso el gobierno de Mauricio Macri rediseñó el proyecto reduciendo su potencia y la cota de embalse. A fines de 2017 se reactivó el emprendimiento, pero un año después se produjo una grieta de unos veinte metros por un desplazamiento de tierra en uno de los taludes de contención del vertedero de la central más grande, lo que obligó a un rediseño del proyecto, con el consiguiente encarecimiento de la obra. Ese hecho provocó enormes dudas sobre la capacidad técnica con la que se estaban realizando los trabajos. En marzo de 2020 se sumó el freno por la pandemia, lo que encareció todavía más los costos. Finalmente, en noviembre de 2023 la contratista detuvo las obras por falta de presupuesto.

Las represas tuvieron problemas hasta con el nombre. En la primera y en la segunda licitación que se iniciaron en 2007 y 2010, ambas frustradas, se las conocía como Condor Cliff y La Barrancosa, pero en la licitación de 2012, se las renombró como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Durante la administración de Macri, les volvieron a poner el nombre anterior, pero en junio de 2021 el gobierno de Alberto Fernández las bautizó una vez más como Kirchner y Cepernic. Lo cierto es que con ninguno de esos nombres la construcción logró despegar.

Según el informe que presentó Francos el jueves pasado en el Senado, de los US$ 4750 millones previstos en el convenio de financiamiento firmado en 2014 con un consorcio de bancos chinos hasta el momento se desembolsaron US$ 1850 millones, casi el 40%, pero el grado de avance en la construcción de la represa Néstor Kirchner, la más grande, es de solo 19%, mientras que en el caso de Jorge Cepernic llega al 46%. “Resultaría más efectivo concentrar los recursos y la inversión en avanzar primero con la represa Jorge Cepernic mientras se generan las condiciones técnicas y económicas para el reinicio de la otra represa Néstor Kirchner en una etapa posterior”, reconoció Francos en su informe.

La central Cepernic representa un tercio de la obra total, las tres turbinas Kaplan de 120 MW que requiere ya se construyeron a medida tomando en cuenta el salto hidráulico y el caudal del río Santa Cruz (dos están en Argentina y la tercera en China) y, a diferencia de la represa Néstor Kirchner, no tuvo ningún problema de desplazamiento de suelo. Por eso el gobierno quiere al menos terminar esa construcción, pero las diferencias en torno a la deuda que reclaman los privados sigue trabando todo. La intención es lograr un acuerdo antes de septiembre, que es cuando termina la veda de invierno y podrían retomarse las actividades, aunque no es fácil porque es una negociación en la que todos se desconfían.

Relación tensa entre socios

Fernández de Kirchner le adjudicó la construcción del complejo hidroeléctrico en agosto de 2013 a un consorcio encabezado por la firma china Gezhouba, del que formaba parte Electroingeniería, empresa cordobesa que obtuvo múltiples contratos de obra pública durante el kirchnerismo y que terminó con sus dos principales accionistas, Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, procesados por el delito de cohecho en la causa conocida como “Los cuadernos de las coimas”. Cerca de la compañía sostienen que todas esas adjudicaciones fueron por licitación pública y remarcan que, a diferencia de otros empresarios involucrados en la causa, Ferreyra y Acosta nunca reconocieron el pago de coimas.

La empresa luego cambió su nombre por Eling y fuentes cercanas a la firma aseguran que sus dueños también cambiaron. “En 2018 Ferreyra y Acosta pidieron licencia a su cargo de presidente y vicepresidente y tomaron el liderazgo Juan Manuel Pereyra y Carlos Bergoglio hijo, quienes eran directores de Finanzas y de Ingeniería y pasaron a ser presidente y vicepresidente, respectivamente. A su vez, en 2022 se termina de concretar la salida completa de Gerardo Ferreyra y su familia de la compañía. Desde entonces, las acciones quedaron en poder de Juan Manuel PereyraCarlos Bergoglio hijo y los hijos de Osvaldo Acosta, en partes iguales”.

Sin embargo, tanto en el gobierno nacional como en el gobierno de Santa Cruz que conduce Claudio Vidal creen que el cambio de nombre y de accionistas fue principalmente cosmético. Argumentan que hay vínculos muy estrechos entre los viejos y los nuevos accionistas no solo porque los hijos de Acosta permanecen sino porque Pereyra ingresó en el área de finanzas de Electroingeniería en 1999 y fue escalando hasta convertirse en presidente luego de la detención de Acosta, mientras que Carlos Bergoglio es el hijo del ejecutivo homónimo, fallecido en 2024, que se desempeñó como director de Relaciones Institucionales y vocero de la empresa hasta que se jubiló en 2015. Por su cercanía al kirchnerismo, el gobierno nacional y en la gobernación santacruceña le tienen una profunda desconfianza a ese socio local. Incluso fuentes oficiales dejaron trascender que la relación entre Eling y Gezhouba no es buena por una deuda millonaria que la firma argentina mantiene con su socio asiático. No obstante, cerca de la compañía argentina negaron que Eling tengan una deuda con Gezhouba.

El vínculo del gobierno nacional con China tampoco es de lo más fluido. “Nosotros no hacemos pactos con comunistas”, respondió Milei en agosto de 2023 cuando el periodista Juan Pablo Spinetto de Bloomberg News le preguntó durante la campaña electoral sobre cómo iba a ser la relación con el gigante asiático si ganaba las elecciones. Una vez electo suavizó su postura. En septiembre del año pasado declaró que “China es un socio comercial muy interesante”. “No exigen nada, lo único que piden es que no les molesten”, sostuvo. Además, en noviembre se reunió con Xi Jinping en el G20 para acordar la renovación de swap de monedas. Ese giro del presidente hace prever que no debería haber inconvenientes para negociar la adenda XII, aunque el alineamiento de Milei con Estados Unidos y las presiones del gobierno de Donald Trump para que China no pise fuerte en la región generan dudas sobre la verdadera voluntad de un acuerdo

“Más allá de que existen conversaciones con el contratista, cabe señalar que no existe un deber de suscribir una enmienda al contrato. Una eventual adenda dependerá de la evaluación sobre el interés público en suscribirla”, se limitó a responder Francos en el informe enviado al Senado.

Todas las fuentes consultadas coincidieron en que las negociaciones continúan y se busca alcanzar un acuerdo, pero al mismo tiempo remarcan que esa negociación ya lleva un año y medio y no puede extenderse indefinidamente. “Si la negociación fracasa, la opción es poner fin a esta parte del acuerdo país-país, dejar sin efecto el contrato, accionar legalmente, volver a licitar la obra y buscar financiamiento para finalizar la construcción”, concluyó una de las fuentes.

Fernando Krakowiak

Grok ahora dice como sería un Pulqui II 2025 «hecho en Argentina». Le discute AgendAR

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El Pulqui II original, diseñado por Kurt Tank e ingenieros argentinos en la década de 1950fue un proyecto aeronáutico pionero en Argentina y el primer caza a reacción de la región. Sin embargo, los rápidos avances tecnológicos de la época lo dejaron obsoleto y su producción se detuvo tras cambios políticos y económicos. Solo se construyeron cinco prototipos. Ahora, la inteligencia artificial nos permite ver cómo sería un modelo 2025 “hecho en Argentina”.

Aquel Pulqui II original era un caza a reacción monomotor con alas en flecha, propulsado por un motor Rolls-Royce Nene II, que alcanzaba velocidades de hasta 1080 km/h en picado y estaba diseñado como interceptor subsónico. Contaba con cola en T, cabina presurizada y estructura metálica, pero enfrentaba desafíos como un alcance limitado, la falta de asiento eyectable y un empuje insuficiente para el vuelo supersónico.

La producción se interrumpió tras el golpe de Estado de 1955 y la posterior decisión de adquirir aviones F-86 Sabre estadounidenses. Ahora, según planteó la Inteligencia artificial Grok: “El nuevo Pulqui II no sería una simple réplica, sino un caza ligero y multifunción o un entrenador avanzado, reflejando la experiencia aeroespacial actual del país y sus limitaciones presupuestarias”.

Del mismo modo, el chatbot de la red social X imaginó que el nuevo caza “fusionaría la herencia de su diseño original con las innovaciones más recientes en aerodinámica y construcción”. “La tecnología a bordo del Pulqui II moderno lo pondría a la par de los cazas ligeros más avanzados del mundo”, completó la IA antes de enumerar varios detalles su fabricación:

  • Fuselaje y Aerodinámica:
    • Configuración: Adoptaría un diseño monomotor de ala baja con aerodinámica avanzada. Las alas en flecha originales de 40° podrían evolucionar hacia una configuración delta o delta compuesta para una maniobrabilidad superior y un alto ángulo de ataque.
    • Materiales: Se haría un uso extensivo de compuestos (fibra de carbono, fibra de vidrio) y aleaciones de titanio para reducir significativamente el peso y aumentar la durabilidad, a diferencia de la construcción totalmente metálica del modelo original. Esto mejoraría el consumo de combustible y la integridad estructural.
    • Sigilo Parcial: Aunque no sería un avión totalmente sigiloso como el F-35, un Pulqui II moderno podría incorporar características de sigilo parcial, como compartimentos de armas internos y diseños de antenas conformes, para reducir su detectabilidad.
  • Cabina Digital: Una cabina de cristal con pantallas multifunción (MFD), pantalla de visualización frontal (HUD) y sistemas de visualización montados en el casco para una percepción de la situación superior. Se podrían integrar controles activados por voz y toma de decisiones asistida por IA.
  • Radar y Sensores: Equiparía un radar de matriz activa de barrido electrónico (AESA), como una versión reducida del Leonardo Raven ES-05, para una detección y seguimiento de objetivos superiores. Los sistemas electroópticos/infrarrojos (EO/IR) apoyarían las misiones de ataque terrestre.

Guerra Centrada en Red: Contaría con sistemas de enlace de datos compatibles con los estándares de la OTAN (Link 16) para la interoperabilidad con fuerzas aliadas, permitiendo compartir datos en tiempo real.

En tanto, la Inteligencia artificial indicó que el motor del nuevo Pulqui II sería “la clave para alcanzar un rendimiento muy superior al de su predecesor, permitiendo vuelo supersónico sostenido”. “Ofrecería un mejor consumo de combustible específico, abordando el alcance limitado del Pulqui II original. La adición de tanques de combustible externos o conformados podría ampliar aún más su radio de acción”, completó Grok.

  • Motor Moderno: Estaría impulsado por un motor de turbofán moderno, como el General Electric F414 (utilizado en el F/A-18 Super Hornet) o un derivado del Eurojet EJ200 (del Eurofighter Typhoon), que proporcionarían entre 20.000 y 22.000 lbf de empuje. Esto le permitiría alcanzar velocidades supersónicas (Mach 1.5-2.0) y, posiblemente, capacidad de supercrucero (vuelo supersónico sostenido sin postcombustión).

Vectorización de Empuje (Opcional): Podría integrar toberas vectorizadoras de empuje para una mayor agilidad, especialmente en misiones de superioridad aérea, aunque esto implicaría un aumento de costos.

En tanto, la Inteligencia artificial indicó que el motor del nuevo Pulqui II sería “la clave para alcanzar un rendimiento muy superior al de su predecesor, permitiendo vuelo supersónico sostenido”. “Ofrecería un mejor consumo de combustible específico, abordando el alcance limitado del Pulqui II original. La adición de tanques de combustible externos o conformados podría ampliar aún más su radio de acción”, completó Grok.

  • Motor Moderno: Estaría impulsado por un motor de turbofán moderno, como el General Electric F414 (utilizado en el F/A-18 Super Hornet) o un derivado del Eurojet EJ200 (del Eurofighter Typhoon), que proporcionarían entre 20.000 y 22.000 lbf de empuje. Esto le permitiría alcanzar velocidades supersónicas (Mach 1.5-2.0) y, posiblemente, capacidad de supercrucero (vuelo supersónico sostenido sin postcombustión).
  • Vectorización de Empuje (Opcional): Podría integrar toberas vectorizadoras de empuje para una mayor agilidad, especialmente en misiones de superioridad aérea, aunque esto implicaría un aumento de costos.
Así sería el el caza Pulqui II modelo 2025 “hecho en Argentina”, según la Inteligencia artificial Grok
  • Velocidad: Una velocidad máxima de Mach 1.8-2.0, con capacidad de supercrucero a Mach 1.2-1.4.
  • Autonomía: Aproximadamente 2.500-3.000 km con tanques externos, una mejora sustancial respecto a la limitada autonomía del original.
  • Techo de Vuelo: De 15.000-18.000 metros, superando los 13.500 metros del modelo original.
  • Maniobrabilidad: Capacidad de 9G con controles fly-by-wire para una agilidad excepcional.

Armamento del Pulqui II modelo 2025, según Inteligencia artificial

Por otra parte, el chatbot completó que el nuevo Pulqui II estaría diseñado para ser un verdadero «cuchillo suizo» en el aire, capaz de llevar una amplia gama de armamento. Una combinación de municiones aire-aire y aire-tierra, que incluirían:

  • Misiles guiados por infrarrojos de corto alcance (ej. AIM-9X Sidewinder o Diehl IRIS-T).
  • Misiles más allá del alcance visual (ej. MBDA Meteor o AIM-120 AMRAAM).
  • Municiones guiadas de precisión (ej. JDAM, SDB) para ataques terrestres.
  • Un cañón interno de 20 mm o 30 mm para enfrentamientos a corta distancia.
  • Modularidad: Contaría con bahías de armas modulares y puntos duros (4 a 6 estaciones subalares) para acomodar varias cargas útiles, incluyendo misiles antibuque o armas de separación, en línea con sus capacidades multifunción.

Comentario de AgendAR:

Los errores de diseńo en que incurre Grok son interesantes. Grok piensa que el Nuevo Pulqui 2 sería un refrito del F-16 con ala delta. Dado que el Pulqui 2 fue discontinuado en 1956 y la Fábrica Militar de Aviones también, al menos como diseñadora de jets de combate, no existe un linaje de Pulquis derivados del diseño original de Kurt Tank.

En suma, no sabemos cómo sería un Pulqui hoy, porque ni el país ni la fábrica en que nació son lo mismo.

El diseño y construcción de cazas es cosa de países ricos, con una tradición, o al menos una vocación industrial y una base de recursos humanos muy calificados. Entre 1940 y 1955 la Argentina pudo ser eso: la industria sustitutiva nos sacó del rol de «granero del mundo» y nos volvió brevemente la ferretería industrial del Cono Sur.

Argentina había sido pionera regional en aeronáutica, con la fundación de la Fábrica Militar de Aviones en 1927. Hasta 1943, esta planta tuvo un rol un poco vegetativo: fabricó mayormente bajo licencia y en series reducidas unos 15 aparatos monomotores. Estábamos lejísimos de ser una eminencia aeronáutica, pero fuimos ganando en talleres, reparaciones, y en construir una cadena de proveedores y buena mano de obra especializada.

1943 es un año liminar: la fábrica presentó sus dos primeros (y únicos, y últimos) ejemplos de motorización local: los pistoneros radiales «El Indio» y «El Gaucho». Ahí ya hay una decisión implícita de llevar las cosas a otro nivel. El almácigo estaba listo para ser plantado.

1943 es también un momento en el que queda claro quiénes van a perder la guerra, y algunos empíezan a hacer discretamente las valijas. La Argentina terminó siendo una buena pista de aterrizaje para cantidad de ingenieros aeronáuticos europeos como el citado Tank, los hermanos Hórten, el polaco Riczard Dyballa y el marqués Cesare Pallavicini, y siguen las firmas.

No venían solos. Cada cual traía casi casi completos sus equipos expertos fogueados en aviación militar práctica. Tank, de hecho, desde 1941 hasta 1945 podía jactarse de haber diseñado el mejor caza de toda la Segunda Guerra, el Focke Wulf 190, con todas sus derivaciones. De la noche a la mañana nos quedamos con la crema de la aeronáutica del viejo continente, y con chequera para bancarla.

Es decir que el Pulqui 2 no salió de un repollo. Se vino a la Argentina en la cabeza de Kurt Tank y sus casi 60 expertos con el nombre de Ta-183 Huckebein («Cuervo»), quizás el caza más feo de la 2da Guerra. Nunca llegó a construirse. Habría sido un interceptor de corta autonomía y trepada muy rápida: exactamente lo que necesitaba una Alemania con territorio decreciente, el Ejército Rojo a la puertas, y bajo bombardeo 24×7 por parte de los Aliados Occidentales.

Entre la fealdad del Huckebein y la belleza clásica del Pulqui 2 no hay una crisis estética de Tank. Lo que entiende el alemán es que en un país de 2,74 millones de km2, que sólo ha producido dos motores pistoneros, y con tres o cuatro pistas aéreas pavimentadas, hay que hacer otra cosa muy diferente de un interceptor. Y como Inglaterra avisó que sólo pagaría su deuda de guerra no en plata sino en especies, Perón, que tuvo que optar entre no cobrar nada o bancarse chatarra de descarte como los Gloster Meteor, aprovechó para sacarle al gobierno laborista de Clement Attlee los planos y la capacitación para construir las turbinas Rolls Royce Nene.

Tipo acostumbrado a arreglárselas con lo que hay, Tank acomodó la Nene, que como toda turbina de flujo radial es tan aerodinámica como un barrilito, en un fuselaje mucho más largo que el del Huckebein. En este país donde las distancias entre A y B son generalmente enormes, es el modo de alojar unos tanques de combustible importantes, que permitan al menos volar desde Córdoba a Capital ida y vuelta.

Un poco sin darse cuenta, Tank estaba transformando su interceptor Huckebein en un caza más moderno, apto para escolta y ataque a tierra, casi un multirrol. Y como aquí había que operar desde pistas de polvo, o de pasto si había suerte, el alemán le metió al avión resultante un tren de aterrizaje muy robusto, presionado por los ingenieros aeronáuticos argentinos Norberto Morchio y Humberto Ricciardi.

En suma, el país, su geografía y su historia rediseñaron al Huckebein y lo volvieron un animal enteramente distinto. Lo que retuvo fue las alas en flecha, el extraño empenaje en forma de T, con un timón de deriva enorme, y el tren de aterrizaje tipo triciclo, con rueda frontal.

Muy pocos diseños aeronáuticos soportan el paso del tiempo sin cambios drásticos de función y forma, y esos se vuelven clásicos. Un transporte militar Hércules sigue hoy sigue siendo muy parecido al modelo de 1954, pese a las diferencias de motorización y aviónica. Mantener el nombre durante más de 70 años no es simplemente una viveza comercial.

Otra cosa es resucitar nombres viejos gloriosos para ponérselos a aviones nuevos con los que no hay nada en común, como el caso de los cazas Grumman para portaaviones de la 2da Guerra y los de los años ’70. Es el caso del Tomcat. El primer Tomcat es fue un pistonero radial, tosco como un arado y feo como un forúnculo, pero resistente a todo tipo de daños. Sus pilotos lo llamaban «el tanque de aluminio». El segundo Tomcat es el que vimos en Top Gun, con una ingeniería complejísima, que incluía un ala de geometría variable.

Lo que hay de común entre el primero y el segundo Tomcat es que la fábrica y el país siguen siendo los mismos, y ambos mantienen una herencia tecnológica, científica e industrialista. Obviamente no es el caso de la Fábrica Argentina de Aviones, con más muertes en el debe que resucitamientos en el haber, y tampoco el de la Argentina.

El Pulqui que nos regala Grok es bonito, pero probablemente no lograría despegar, y si lo hiciera, sería difícil que aterrice. Es una suma de errores de diseño, y no tiene absolutamente ningún parentesco técnico con nuestro Pulqui 2.

En plan de política-ficción, se puede especular con qué evolución hubiera tenido el Pulqui si Perón cumplía con su segundo mandato de gobierno hasta 1957, como mandaba la Constitución. Podrían haberle sucedido varias cosas: la primera es la radarización, con un radomo cónico sobre la toma de aire frontal, más o menos como la que desarrolló la Fiat para hacer su propia versión del Sabre F-86, el G-91, que fue mucho mejor que el Sabre porque los italianos le sacaron algunas toneladas de cosas superfluas.

Como en nuestro país habría sido difícil sacar un radar en serio de la galera, bajo ese radomo al menos habría podido caber un radar de tiro para cañones. Ponerle un radar de barrido mecánico habría sido posible: teníamos una industria electrónica bastante buena, en los ’50 y ’60. Pero un radar imaginario argento habría tenido una sección frontal bastante grande, de modo que la toma de aire frontal probablemente habría dado lugar a dos tomas laterales. Es lo que hizo Tank en la India, con su segundo jet de combate, el HAL Marut.

El fuselaje del Pulqui se habría alargado y afinado al medio, en búsqueda de aumentar la capacidad de combustible y disminuir la resistencia aerodinámica. Son evoluciones previsibles, ya que las que siguieron los cazas monomotores estadounidenses, británicos, franceses y soviéticos.

En los ’60 y los ’70, los interceptores dejaron de ser interceptores y se volvieron aviones de superioridad aérea. Su misión ya no era defender un territorio y derribar bombarderos atacantes cayéndoles desde arriba, sino dominar el aire de un lugar determinado y durante un tiempo determinado. Los cañones dejaron de ser el arma principal: la aparición de los misiles aire-aire guiados por infrarrojo hizo más raro el «dogfight», la pelea giratoria entre cazas a distancia visual.

La mejora de los sistemas de guiado y de propulsión de los misiles hizo que los contendientes pudieran agredirse a distancias de decenas de kilómetros y sin haberse visto jamás, y obligó a los pilotos a desarrollar habilidades nuevas y diferentes a las de la acrobacia aérea. Y eso a su vez generó diferencias en el diseño estructural de los aviones: si no llevabas suficientes misiles, tus limitaciones en misión ya no pasarían por la cantidad de combustible, sino también por tu armamento disponible.

El ser muy supersónico, es decir superar el Mach 2, dejó de ser relevante. Por mucho que te apures, un misil, no importa si disparado desde el aire o la superficie, va a ir más rápido que tu avión. Andá pensando en contramedidas físicas, como las bengalas o el chaff, o en defensas electrónicas que confundan al misil o al que lo dispara. O date por muerto.

Si la Argentina hubiera conservado su industrialismo y la Fábrica Militar de Aviones su identidad, el Pulqui probablemente habría llegado al centenar de aparatos (los que figuraban en planes de la Fuerza Aérea en 1945). Tank habría podido dedicarse a los puntos flojos: mejorar la estabilidad en vuelo lento de su criatura, y su capacidad de llevar cargas «desprendibles», ya se tratara de tanques suplementarios, de bombas bobas o de misiles aire-tierra, aire-mar o aire-aire.

¿Habría sido exportable el Pulqui 2? Joder, en 1956 ya lo era de sobra. Teníamos más de 300 pedidos por Pakistán y Holanda. Hasta la Lockheed, que no había podido presentar un caza decente desde los años ’40, se lo quería llevar «bajo licencia».

¿La exportación habría asegurado el destino de la fábrica y la marca? Eso es especular demasiado. A medida que el mundo bélico iba reduciéndose a una riña por intermediarios entre EEUU y la URSS, los grandes fabricantes de cazas de Europa entraron a quebrar uno tras otro, y el que no quebró se fusionó, es decir, se lo comieron vivo. Haga la prueba y pregunte por Hawker, por Supermarine, por Gloster, por Aermacchi, por Fokker, por Douglas, y siguen los nombres. ¿Quién los conoce, hoy?

Los cazas son animales caros de crear y de mantener. En los ’80, los únicos PBI que podían mantener un stud diversificado de aviones de superioridad aérea y de intercepción eran los EEUU y la URSS, ya un poco un mundo de Lockheeds contra MiGs. Las subpotencias miraban el duelo desde afuera, con sus Dassault y sus Saab.

Los que no quieren morir en la ultraespecialización apelan al diseño multirrol. Tank quizás se habría adelantado a la idea francesa y sueca de un ala delta muy rápida, pero combinada con un par de canards al frente. Los canards pueden tener distintas funciones, pero la principal suele ser la generación de vórtices de baja presión sobre el extradós alar. Eso garantiza mayor sustento alar en maniobra escarpada y/o lenta.

Es bastante probable que el Pulqui 3, de existir, se pareciera un poco al Laví israelí, y bastante más al Saab Gripen sueco. Subrayo el «de existir», porque lo propio de nuestra época es el «derribo en tierra». Sin pilotos ni misiles y usando únicamente chantaje diplomático, la Lockheed logró que el IAI Laví se cancelara tras sólo fabricarse tres prototipos: no era cuestión de complicarle el mercado al F-16 Viper, y el Lavi lo habría hecho. Era mejor.

Los chinos, a la sazón amigos de Israel, se lo compraron sin papeles y tal es el origen del J-10C, el caza monomotor más numeroso de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China. Como analista de tendencias, Grok no parece un árbitro imparcial: se le escapa la otra mitad del mundo.

Si hay que guiarse por los puros números, el caza más fabricado de estos días es el J-10, con alrededor de 50 fabricados cada año por Chengdu Aicraft Corporation. ¿Se parece en algo al Pulqui 3 Grok? Ni ahí. Grok, se te vive escapando la tortuga.

El único mundo más inmisericorde que el aeronáutico es el de la motorización aeronáutica. El proyecto Pulqui 2 tenía sentido porque la Argentina podía fabricar TODO el avión, incluida la turbina. Para ello, había firmado una transferencia de tecnología con Rolls Royce para poner dos plantas: una para fabricar el modelo Avon, y otra para el Nene, algo más poderosa.

De esa fábrica no queda ni el recuerdo.

Lo digo en forma literal. La Argentina es un país experto en hacer desaparecer personas, sindicatos y ramas enteras de la producción, pero sigo sin entender por qué los nostálgicos se olvidan de que tuvimos una fábrica de turbinas. Como las aviones son lindos e icónicos y las turbinas no, rememoran las grandezas del Pulqui 2, denostan la prosapia del brigadier general Heriberto Ahrens, aquel olvidable gorra cuyo mayor mérito como aviador fue cancelar aquel programa, y se ajustan a su ritual de viudas.

Përo incluso los más tangueros se olvidan de que en 1954 estábamos testeando las primeras Nene. Que es lo que cuenta.

Onda, que puedo tener el mejor carro del mundo, pero mejor que no me falte el caballo. Tengo amigos repletos de cultura aeronáutica, capaces de diferenciar un remache de Gloster Meteor de otro de un Mirage III, que niegan que alguna vez esa planta haya existido. También tengo un amigo que trabajó en ella a los 15 años.

Redondeando, si el Pulqui 2 hubiera sobrevivido al golpe de estado de 1955, se habría quedado rápidamente sin motores. Entre 1950 y 1953, las turbinas de flujo radial, como las que propulsaban el feroz MiG 15, habían llegado a su límite. No podían mejorarse, se habían vuelto una vía muerta, en el sentido tecnológico.

Dato interesante, el MiG 15 usaba una turbina Klimov, hecha por ingeniería inversa de la Rolls Royce Nene.

El futuro lo tendrían las turbinas de flujo axial, entre muchas causas por su menor sección frontal. Pero cuando la fábrica cordobesa de las Nene fue rasqueteada hasta de las memorias, eso no era siquiera previsible. Cuantimás después de que el MiG 15 probara ser el caza más letal de la guerra de Corea entre 1950 y 1952.

Dato interesante, el MiG-15 fue hecho a partir de planos del Huckebein de Kurt Tank, de ahí su enorme parecido.

Grok se autodenomina un buscador potenciado por inteligencia artificial que trata de ser imparcial y objetivo, pero lo dicho: se le escapa la otra mitad del planeta.

El radar de nuestro Pulqui imaginario sería un AESA hecho por INVAP. ¿Para qué usar un Thomson o un Galileo si tenemos prestaciones equivalentes, menor precio y repuestos, service y garantía locales? Lo bueno de tener un caza POCO multinacional por sistemas es que es todo tuyo, y podés elegir tus guerras.

Ya que estás ahí, Grok, desconfío de esa toma gigante en el dorso de la popa: queda justo detrás de la cabina burbuja, y esta generaría turbulencias en el aire ingerido por la turbina. Esto provocaría fácilmente «flame out» por inversión de flujo de aire. Eso mató a uno de los pilotos de prueba del Pulqui 2, una parada súbita de turbina a baja altura.

Los misiles y radares no serían necesariamente compatibles con códigos OTAN para operación conjunta con esa alianza, con la que tenemos una disputa por esas islas demasiado famosas. Serían más bien compatibles con armas tanto occidentales, rusas y chinas, todo junto, como la aviónica del caza liviano pakistaní JF-17. Agarrá los libros de historia, Grok. Buscá «Guerra de Malvinas».

Para comprarse un caza, lo que necesita un país es tener plata. Para fabricar caza, lo que necesita un país es tener un país, y la memoria de serlo. Ya no es nuestro caso.

Las inteligencias artificiales a veces son amplificadoras de los prejuicios naturales. Según su visión del Pulqui, Grok es a la inteligencia artificial lo que su dueño, Elon Musk, es a la fabricación automotriz.

El que sea dueño de un Tesla, que pase al estrado y rinda testimonio.

Daniel E. Arias

China o EE.UU.: ¿quién va ganando en América Latina?

El anuncio del presidente de China, Xi Jinping, de una línea de crédito de 9100 millones de dólares, inversiones en infraestructura y exenciones de visado para varios países latinoamericanos fue solo el ejemplo más reciente de cómo China está aprovechando la agenda negativa del presidente Donald Trump en la región.

 Xi hizo estos anuncios durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) el 13 de mayo en Pekín. Allí, presentó a China como el “bueno de la película”, en contraste con los aumentos de aranceles, los recortes de ayuda exterior y las restricciones migratorias impulsadas por Trump.

“No hay ganadores en las guerras arancelarias ni en las guerras comerciales”, dijo Xi en su discurso inaugural ante presidentes como los de Brasil, Colombia, Chile y altos funcionarios de unos 30 países. “Las políticas intimidatorias y hegemónicas solo conducen al autoaislamiento”.

Se refería claramente a los aumentos arancelarios de Trump, así como a sus recortes de ayuda exterior, su ofensiva contra los inmigrantes y su promesa de “retomar el control” del Canal de Panamá.

El nuevo megapréstamo permitirá a las empresas chinas aumentar sus inversiones y su comercio con la región, aseguró Xi.

Además, anunció una política de entrada sin visado para turistas de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay. A partir del 1° de junio, los visitantes de estos países podrán permanecer hasta 30 días en China sin necesidad de visa. Funcionarios chinos señalaron que esta política podría extenderse a otros países latinoamericanos.

China también invitará anualmente a 300 políticos latinoamericanos y caribeños a visitar el país durante los próximos tres años. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, predijo una “década dorada” para las relaciones entre China y América Latina, según informó el South China Morning Post.

En una irónica inversión de roles, el régimen comunista chino es visto ahora por varios países como un defensor del libre comercio y del multilateralismo, mientras que los Estados Unidos de Trump son percibidos como una nación populista que no respeta los acuerdos y practica el nacionalismo económico.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo en su discurso ante la Celac: “El presidente Xi Jinping y yo abogamos por un comercio justo, basado en las normas de la Organización Mundial del Comercio”. Y añadió, en eco de las palabras de Xi: “Las guerras comerciales no tienen ganadores”.

Es cierto que la economía china está creciendo menos que antes y que esta nueva línea de crédito es menos de la mitad de lo que China ofreció en la primera cumbre de la Celac en 2015. Sin embargo, este préstamo permite a China proyectarse como un socio más confiable para la región que Washington.

 Ryan Berg, experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, me dijo que lo que más le preocupa son las invitaciones de China a 300 políticos latinoamericanos al año para mostrarles el “modelo de gobernanza chino”.

 “¿Qué demonios es eso?”, me preguntó Berg. “Parece un intento de transmitir el mensaje de que la autocracia es un modelo de desarrollo aceptable”.

Lo cierto es que, mientras China anuncia préstamos, inversiones, visas y turismo político, Trump solo proyecta una imagen negativa de América Latina, sin proponer soluciones que beneficien a ambas partes.

 Cuando Trump habla de América Latina, se refiere a crímenes atroces, drogas e inmigración ilegal, en lugar de destacar oportunidades de cooperación.

 Y cuando una periodista le preguntó por América Latina en su primer día de regreso a la Casa Blanca en enero, Trump respondió: “No los necesitamos. Ellos nos necesitan a nosotros”. Pero en realidad, Estados Unidos necesita que América Latina crezca para poder aumentar el comercio, atraer inversiones y reducir la migración.

Para ser justos, la falta de atención de Washington hacia América Latina y la creciente presencia de China comenzaron hace unas dos décadas, mucho antes del primer mandato de Trump.

Pero Trump está empeorando la situación al no presentar ninguna agenda positiva y mostrar públicamente su desprecio por la región. Los chinos, mientras tanto, encantados.

Andrés Oppenheimer

Juicio YPF: el fallo de Preska pretende obligar al Estado argentino a negociar con el fondo Berford

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La jueza Loretta Preska, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, ordenó al Estado argentino transferir las acciones que posee en YPF a los fondos Burford Capital y Eton Park como parte de pago por la expropiación de la petrolera concretada en 2012. El fallo constituye un duro golpe para Argentina y fuerza al gobierno de Javier Milei, que ya anticipó que apelará, a sentarse a negociar, algo que hasta ahora había estado evitando.   

La magistrada había fallado de manera definitiva a favor de ambos fondos en septiembre de 2023 ordenándole al Estado argentino pagar unos US$ 16.000 millones. El gobierno debería haber depositado una garantía durante el proceso de apelación, pero como no lo hizo ahora Preska accedió al pedido de embargo sobre las acciones de la petrolera, en contra de la recomendación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos

Según informes del Administrative Office of the U.S. Courts, organismo central de apoyo administrativo del Poder Judicial de ese país, menos del 10% de los fallos de primera instancia son revertidos en instancias superiores. Por lo tanto, las posibilidades de lograr algo por la vía judicial son extremadamente bajas, lo que obliga al gobierno a tener que negociar con Burford Capital para cancelar su deuda, quien también lleva la demanda de Eton Park.

Este nuevo fallo de Preska llega cuando todavía no se resolvieron las apelaciones por su decisión anterior que se tramitan en la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York. Allí tanto la Argentina como Burford están buscando la revisión del fallo de primera instancia. Los demandantes piden que se incluya a YPF como culpable de la estatización, mientras que el Estado argentino quiere que se revierta la sentencia.

El impacto sobre YPF

Si bien el nuevo fallo de Preska también será apelado, la decisión impacta de lleno sobre YPF. En marzo de 2023, la magistrada había dejado formalmente a la petrolera fuera de la causa al dictaminar que no era responsable de los daños reclamados.

Esa decisión se basó en el razonamiento de que la obligación de lanzar una oferta de compra no correspondía a YPF, sino al Estado argentino, que tomó control de las acciones sin seguir las reglas establecidas en el estatuto de la propia empresa.

Sin embargo, en los hechos ahora YPF vuelve al centro de la escena y a la compañía le será complicando continuar normalmente con sus planes de inversión. Por ese motivo, sus acciones sufrieron una fuerte caída tanto en Nueva York como en Buenos Aires luego de que se conoció la noticia.

Cerca del gobierno destacan que la decisión de Preska es de cumplimiento imposible porque las acciones de YPF que tiene el Estado argentino están registradas en la Caja de Valores de Buenos Aires, no en Estados Unidos. Además, la ley 26.741, que habilitó la expropiación, prohíbe al Gobierno transferir las acciones expropiadas sin la previa aprobación del Congreso. Sin embargo, el daño sobre la petrolera argentina ya está hecho.

Javier Milei junto al presidente de YPF Horacio Marín.

La historia del juicio

El fondo inglés inició en 2015 el litigio contra YPF y el Estado argentino en nombre de las sociedades Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, instrumentos radicados en Madrid con los que la familia Eskenazi había comprado el 25,4% de YPF entre 2008 y 2011.

Gracias a un acuerdo que no tenía ninguna racionalidad económica, impulsado por el entonces presidente Néstor Kirchner, los Eskenazi habían financiado la compra de las acciones de YPF con créditos que insólitamente iban cancelando con los dividendos que obtenían de la compañía. Cuando el Estado argentino desembarcó en la firma en 2012, se dejaron de pagar dividendos y los Ezkenazi perdieron sus acciones a manos de los acreedores que le habían prestado el dinero, entre quienes figuraban Credit Suisse, Goldman Sachs, Citi, BNP, Itaú, Standard, Santander e incluso la propia Repsol.

El administrador concursal Luis Armando Betancor, del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, decidió entonces que la mejor forma de sacar valor del proceso era reclamarle al Estado argentino y a YPF una indemnización. El argumento central era que, cuando el 51% de la firma pasó a manos del Estado argentino, el estatuto societario de la compañía lo obligaba a hacer una oferta pública de adquisición por el 49% restante. Ante la falta de recursos para financiar el juicio, Betancor abrió un concurso y fue Burford Capital quien se terminó quedando con el derecho de litigar.

En el balance anual de 2015, Burford informó a sus accionistas que había sido designado para financiar a los liquidadores de las sociedades Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, que quebraron luego de la expropiación, llevando adelante una demanda contra el Estado argentino e YPF en los tribunales de Nueva York. Allí reconoció que “Burford tiene derecho al 70% de la recuperación en el caso de Petersen (del cual Burford deberá pagar gastos significativos)”.

Se supone que el 30% restante de los beneficios quedará para la administración del concurso, la cual debería repartir ese dinero entre los acreedores del Grupo Petersen. No está claro si la familia Ezkenazi también podría percibir algún beneficio. Ellos lo han negado cada vez que tuvieron oportunidad, pero en el gobierno argentino, e incluso en el mundo empresario, hay quienes desconfían de que efectivamente hayan quedado al margen. Incluso se especula con algún tipo de acuerdo privado entre los Ezkenazi y Burford. A su vez, Burford ha ido vendiendo partes de su porcentaje.

Burford financió además la demanda de Eton Park, el tercer mayor accionista de YPF después de Repsol y Petersen en el momento de la expropiación. En su balance anual de 2019 el fondo inglés aseguró que llevaba invertidos US$ 26 millones en los reclamos de Eton Park, “que son esencialmente idénticos a los reclamos de Petersen y siguen el mismo camino de litigio en EE. UU”.

A su vez, reveló que en ese caso había acordado embolsar el 75% de los ingresos que pudieran recuperarse a partir de la demanda. Por lo tanto, se supone que Eton Park se quedará con el 25% restante.

Fernando Krakowiak