Argentina y China. La misión de nuestro servicio exterior

La mayor parte de los dirigentes políticos suelen pasar el tiempo sumidos en la vorágine de la coyuntura doméstica, desconociendo cuestiones vinculadas a la relación del país con el mundo, que son también determinantes en la vida de la sociedad. Para hacer frente a esta problemática existe un servicio exterior compuesto por un cuerpo de diplomáticos profesionales, quienes son los encargados de asesorar al gobierno de turno y llevar adelante las relaciones internacionales del país. En tal sentido, se hace una distinción entre la gestión de la política local, más inestable, transitoria, y la gestión de las relaciones con otros Estados, más estable, duradera; dejando claro así que la política exterior de un país no puede estar supeditada a preferencias personales sino que debe guiarse por el interés nacional. Esta lógica adquiere un especial sentido cuando se trata de China. Veamos por qué. China es un país difícil de comprender. Esto se debe a que su historia no es equiparable a la de ninguna otra nación y su sociedad está fuertemente influida justamente por esa historia. Los patrones usados para analizar los orígenes de las distintas naciones, nacimientos y caídas de imperios, no son aplicables al gigante de Asia. Para empezar, China es un país muy antiguo, y aunque suele decirse que posee 5.000 años de existencia, se cree que puede ser mucho más, ya que no hay un punto de partida ni hecho concreto que establezca su origen. De los grandes líderes que han marcado su historia desde hace milenios, ninguno se ha mostrado como fundador sino como reivindicador de los valores universales chinos, dando así la idea de un proceso continuo. De esta forma, la sociedad china se concibió más como una civilización que como una nación, al punto que uno de los mayores expertos en sinología, Lucian Pye, describió a China como “una civilización pretendiendo ser un estado-nación”. Tal es la incidencia del legado histórico en su pueblo que aún en la actualidad para la negociación y la toma de decisiones los dirigentes se remiten a eventos cruciales ocurridos hace miles de años o a obras clásicas de la literatura china como, entre otros, “El Arte de la Guerra”, escrito en el siglo V A.C., o “El Romance de los Tres Reinos” del siglo XIV. Por otro lado, el funcionamiento de su sociedad, e incluso sus sistemas político y económico, está fuertemente influenciado por el Confucianismo (doctrina que data del siglo VI A.C.) así como también por su tradición imperial. Se podría continuar citando características que hacen de China un país único, pero lo expuesto intenta dejar claro que no se puede entender a la actual China con la mirada occidental sin tener presente ese contexto cultural e histórico. Y sería un error, además, creer que se pueden transmitir valores occidentales a una sociedad con un sistema de valores y creencias tan antiguos. Para Argentina mantener una buena relación con China es crucial por varios motivos. En primer lugar, China comparte principios coincidentes con los de Argentina en su posicionamiento internacional. Los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica proclamados por el Premier Zhou Enlai en la Conferencia de Bandung de 1955 se corresponden con los intereses argentinos, destacándose, entre estos, el principio de Integridad Territorial. De esta forma, considerando el reclamo histórico que mantiene Argentina sobre las Islas Malvinas, encuentra en China, segunda potencia y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, a un gran aliado. Otro principio importante para Argentina, defendido por China a pesar de su condición de potencia, es el de No Intervención en los asuntos internos de otros países. Respecto a esto, basta con echar un vistazo a su historia para corroborar que es el comportamiento que ha mantenido a lo largo de los siglos con los demás países, aun cuando China era más poderosa económica y militarmente. Desde el punto de vista económico, lo primero que hay que decir es que en un momento en que la geopolítica adquiere un lugar central para ganar mercados, China es el segundo socio comercial de Argentina y el primero en 6 de las provincias. Asimismo, Argentina ha cerrado acuerdos muy importantes con China en términos de tecnología y agregado de valor para el país. Entre ellos podemos mencionar la venta a China de reactores nucleares (tecnología de punta que produce Argentina y cuyo valor ronda los USD 400 millones cada uno), un acuerdo reciente para venta de componentes también de tecnología nuclear y un proyecto conjunto para la fabricación de baterías de litio en el país. En referencia al litio, el asunto toma especial interés para China y puede ser una gran oportunidad para Argentina en tanto que el primero es el mayor consumidor y el segundo potencialmente el mayor proveedor. Actualmente, China refina cerca del 60% del litio, fabrica el 76% de las baterías de ion de litio y es el mercado número 1 de vehículos eléctricos. Argentina, por otro lado, posee la segunda mayor reserva del mineral. Esto podemos encuadrarlo en dos problemáticas que enfrenta China: la transición energética y su creciente apetito por energía. En cuanto a la energía, se puede sumar, además, el potencial de Vaca Muerta. A su vez, Argentina es uno de los mayores productores de alimentos, y tiene como a su principal comprador en este sector también a China. De lo dicho se desprende que Argentina se presenta como una gran solución a los grandes desafíos que enfrenta el gigante asiático de cara al futuro: transición energética, seguridad energética y seguridad alimentaria. En especial los dos últimos, cuya prioridad en la agenda del gobierno chino es tan alta que fueron incluidos en su estrategia de seguridad nacional. Dicho de otro modo, no hay otro país que reúna las características de Argentina al punto de poder resolver a China sus temas más urgentes. Un país que podría disputar también ese título es Australia, cuya estructura productiva es similar a la argentina (produce alimentos, litio, etc.). Sin embargo, China acaba de tener un gran conflicto diplomático y mantiene una relación equidistante con ese país debido a su alineación con intereses occidentales, sobretodo en momentos en que la disputa entre Estados Unidos y China se ha traslado al Indo-Pacífico. Así vemos que China es una gran oportunidad para Argentina en el camino a su desarrollo. No solo es un enorme mercado para los productos del país (varias provincias chinas más que duplican la cantidad de habitantes de Argentina), sino que, además, en este momento de crisis, en donde se manifiesta oficialmente que no hay recursos para la ejecución de las obras que se necesitan, existe una inmensa cantidad de compañías constructoras chinas dispuestas a financiar los proyectos, ya que trabajan bajo esa modalidad. A su vez, Argentina ha adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, que también ofrece financiamiento para obras de infraestructura y amplía las posibilidades de comercio e inversiones. A pesar de las diferencias de tamaño entre ambos, Argentina puede obtener grandes beneficios de su relación con el gigante de Asia, pero se hace necesario cuidar este vínculo y pensarlo a largo plazo, ya que, dada su extensa historia y su filosofía, a la hora de negociar, China suele esperar la obtención de resultados en períodos de tiempo superiores a los que estima su contraparte. En definitiva, lo que China busca es socios confiables.

Marcelo Robba

El autor es Licenciado en Negocios Internacionales de la UNR. Además es miembro de GEChina (Centro de Estudios sobre China de la Universidad Nacional de Rosario).

«Las energías renovables no nos permitirán mantener el mundo industrial moderno»

«El crecimiento económico como lo conocemos, es imposible si los gobiernos pasan a utilizar energías renovables exclusivamente», ha declarado un renombrado climatólogo francés.

Jean-Marc Jancovici, autor de Mundo sin fin, la novela gráfica sobre el cambio climático que ha vendido casi un millón de ejemplares en Francia, afirmó que la energía eólica, solar e hidroeléctrica no ofrecen ninguna solución milagrosa y «no nos permitirán mantener el mundo industrial moderno actual». Y añadió: «La globalización es básicamente barcos, camiones, aviones y ordenadores, y todo ello depende de los combustibles fósiles. La idea de que podemos mantener todo eso en un mundo con sólo energías renovables es una suposición audaz, y no creo que ese cambio sea compatible con el mantenimiento del crecimiento de la producción económica física.» «También es una suposición no probada afirmar que las energías renovables seguirán siendo baratas en un mundo con sólo energías renovables». De forma controvertida para muchos verdes, Jancovici sostiene que la energía nuclear es una forma eficaz de suavizar el golpe con un «paracaídas de emergencia» para reducir el riesgo de «colapso social». La energía nuclear ha vuelto a gozar de gran popularidad tras años de estancamiento después de la catástrofe de Fukushima. Emmanuel Macron, el presidente francés, anunció recientemente su intención de construir otros seis reactores EPR de nueva generación para añadirlos a la amplia flota francesa de 58. En Cop28, un grupo de 22 países se comprometió a triplicar la capacidad nuclear para 2050. Jancovici afirmó que era posible, pero que «no salvaría por sí solo al mundo industrial». Triplicar la capacidad significa «pasar del 2% de la energía final que utilizamos al 6% global», dijo, y añadió: «Es una buena idea, pero no nos librará de tener que hacer tremendos esfuerzos para disminuir el uso de la energía». Por todo ello, dijo sentir simpatía por políticos como Macron y Rishi Sunak, que siguen apostando por el «crecimiento verde». Y añadió: «Realmente no pueden prometer nada más porque no tienen alternativa. Francia, como el Reino Unido, no tiene un plan B para un mundo en recesión estructural. ¿Cómo se gestiona el presupuesto? ¿Cómo se gestionan las pensiones?». «Como no estamos equipados para afrontar esa situación, es bastante lógico y humano decir que no ocurrirá». El mundo tendrá que «deshacerse de India a partir del año que viene» si el planeta quiere cumplir los objetivos de calentamiento global, afirmó. Jancovici, climatólogo carismático de 61 años, pionero del concepto de huella de carbono en Francia y miembro de una comisión sobre el clima que asesora al Gobierno, tiene la costumbre de soltar bombas.

Vuelos de larga distancia

Según su valoración, los particulares sólo pueden permitirse cuatro vuelos de larga distancia en la vida para conseguir reducir las emisiones de carbono. Incluso él se sorprendió cuando el 41% de los franceses dijeron que considerarían la posibilidad de respetar esa norma. «La probabilidad de respetar los 1,5 grados es nula, a menos que un cometa impacte contra la Tierra o se produzca una guerra nuclear total, o una nueva pandemia más dañina que el virus Covid», afirmó, burlándose de las insinuaciones de que el último acuerdo climático «histórico» de la COP28 cambiaría las reglas del juego. No ofrece nada jurídicamente vinculante, ya que «no hay ningún jefe del mundo» que haga cumplir los compromisos. Es simple matemática, dijo el profesor. «Para respetar el objetivo del 1,5, las emisiones mundiales deben empezar a disminuir entre un 7% y un 8% al año de inmediato», afirmó. «El 7% es la cuota de India en las emisiones mundiales. Así que para que el plan funcione, las emisiones de India tendrían que desaparecer el año que viene. En el segundo año, tendrían que desaparecer dos tercios de las de Europa. Ese es el ritmo al que deben evolucionar las cosas. Incluso para dos grados, necesitaríamos un Covid más cada año para seguir por el buen camino». «Mi mejor conjetura es que, como somos animales, confiamos en lo que nos dicen nuestros sentidos. Y nuestros sentidos nos dirán que la situación es crítica cuando ya sea demasiado tarde». El Sr. Jancovici, ávido montañero, se muestra notablemente optimista dada su afirmación de que el mundo está a punto de acabarse. Dice: «Desde las primeras crisis del petróleo en 1974, hemos esperado que se reanudara un crecimiento significativo. Nunca lo hizo, así que hemos acumulado deuda durante los últimos 50 años». «En Europa, ya estamos en una senda descendente en lo que respecta a la economía física. Así que cuando el Sr. Macron o el Sr. Sunak dicen que el crecimiento se reanudará, en términos reales, ha estado disminuyendo desde 2007 en Europa en su conjunto.»

Experimentar los límites

Europa no actuó primero para reducir las emisiones porque fuera «más virtuosa que nuestros vecinos», dijo. «Lo hemos hecho porque ya estamos experimentando límites. Estamos limitados en lo que respecta a los combustibles fósiles desde 2008». Jancovici también se mostró daltónico con el transporte aéreo, y el director ejecutivo de Airbus, Guillaume Faury, tachó recientemente de «desesperanzadores» sus cálculos de «cuatro vuelos de larga distancia por vida». «Mi análisis es que esto conduciría a un caos total. Crearía las condiciones para un mundo aún más conflictivo, con un aumento de los conflictos regionales e incluso mundiales», declaró Faury a la revista Challenges el mes pasado. Insistió en que pronto habría alternativas, confirmando al mismo tiempo que la flota aérea comercial mundial se duplicaría en los próximos 20 años. «Es un cálculo, no una sugerencia», replicó Jancovici, que no vuela desde hace 20 años. «Es una cifra aproximada. Podrían ser cuatro, tres o seis. También supuse que el derecho a volar estaba distribuido uniformemente entre la población mundial. Así que la gente de Somalia o Kenia o Brasil podría volar tanto como los franceses y británicos, lo que no es el caso». Pero insistió: «Las aerolíneas comerciales democráticas son algo que apareció con el petróleo y desaparecerá con el petróleo porque no hay sustituto a escala». «Encontraremos alternativas, pero no para cuatro mil millones de pasajeros al año», dijo Jancovici, cuyo grupo de reflexión The Shift Project ha estudiado la cuestión con» ingenieros de aviación de alto nivel»

Jean-Marc Jancovici

Covid: 3 años de vacunación en Argentina. Hubo efectos adversos en una minoría ínfima

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Durante la pandemia del nuevo coronavirus los posibles efectos adversos de las vacunas contra la infección fueron objeto de preocupación para muchos.

La semana pasada, en el Boletín Nacional, el Ministerio de Salud de la Nación publicó un informe sobre los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación e inmunización (Esavi) reportados en todo el país y sus enfermedades asociadas. Entre ellos, la trombosis y el síndrome de Guillain-Barré. Sin embargo, los especialistas destacan que los resultados son muy satisfactorios debido a que en términos estadísticos los contratiempos fueron extremadamente bajos y con menos impacto que el de la propia patología.

El informe, a su vez, aclara que si bien los datos son “indicios” que vinculan a la vacuna con la afección que manifestó la persona, no hay evidencia concluyente y definitiva sobre una relación causa-efecto. El período de análisis del reporte publicado va desde el inicio de la vacunación, en diciembre de 2020, hasta el 30 de abril de 2023. En total, se informaron un total de 64.010 Esavi en toda la Argentina, sobre más de 100 millones de dosis aplicadas. Y de ese número, solo 3149 fueron graves. Esto representa un promedio de, 2,7 cada 100.000 dosis suministradas.

“No olvidemos que los estudios de las vacunas continúan luego de los ensayos clínicos en población real, y las vacunas contra el Covid no fueron una excepción. Los datos del informe muestran que las vacunas tuvieron un muy buen perfil de seguridad. Sobre todo cuando empezó la campaña de vacunación hubo un mayor registro de los efectos adversos porque había una mayor sensibilidad sobre el desempeño de estas vacunas”, destaca Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio VacSal de la Universidad Nacional de La Plata.

“Es importante leer que son muy bajos y no graves. Hay que ver la mitad del vaso lleno. Todas las vacunas tienen algún efecto siempre menor. La gente está desesperada por vacunarse contra la fiebre amarilla para irse de viaje y no preguntan por los efectos adversos. Y los reportes que salen ahora muestran eventos que en su gran mayoría fueron reportados al principio de la campaña porque estábamos más observantes de la vigilancia de Esavi”, opina la infectóloga Elena Obieta.

Laboratorios

AstraZeneca es el laboratorio que cuenta con la mayor diversidad de efectos adversos graves con casos vinculados a 19 de las 33 enfermedades relevadas. Le sigue en orden la Sputnik V, con 15 afecciones diferentes; Sinopharm, con 10; Pfizer, con 7; y Moderna, con 5. De otras marcas utilizadas en menor volumen no se informaron datos.

La trombosis fue el trastorno con mayor incidencia que le atribuyeron a la vacuna de AstraZeneca, con una tasa de 0,05 cada 100.000 aplicaciones. Este efecto adverso, que fue uno de los más descriptos en el mundo para esta vacuna en particular, también se detectó con la Sputnik V, pero con una tasa bastante menor: 0,009 cada 100.000.

Los otros dos síndromes de mayor incidencia para AstraZeneca fueron el de trombocitopenia autoinmunitaria (0,03 cada 100.000), que produce moretones y sangrado producto del bajo nivel de plaquetas, y el síndrome de Guillain-Barré (misma proporción). Con la vacuna de Pfizer también se detectó este último trastorno pero con una incidencia menor, de 0,01 cada 100 mil. Con la Sputnik V, en cambio, fue mayor, con 0,053, mientras que con la trombocitopenia llegó a 0,029 y con Sinopharm fue del 0,01. Hozbor destaca que otro dato importante es que la frecuencia de las complicaciones resultaron ser más bajas que el impacto de la propia enfermedad. Es decir, la vacuna siempre disminuye los riesgos.

Hozbor describe que, por ejemplo, en cuanto al síndrome de Guillain-Barré, la misma infección lo puede provocar. “Es un trastorno del sistema inmunitario que daña las neuronas de las personas y puede causar debilidad muscular y hasta puede llevar a la parálisis. Pero en general la mayoría de las personas se recuperan. La causa exacta sobre por qué habría generado esto en algunos pocos casos, aún no se sabe con exactitud. Otras vacunas también están asociadas a este síndrome, no es algo solo del Covid”, indica.

En cuanto a las trombosis que aparecieron, Hozbor recuerda que hicieron que se frenara la vacunación para que se revisaran los motivos, aunque luego la campaña continuó. “Las trombosis estaban asociadas a la aparición de unos anticuerpos inusuales que activan las plaquetas en la sangre, pero estadísticamente los casos fueron bajos”, señala.

Y agrega: “En resumen, han aumentado los casos de coronavirus en las últimas semanas y es importante volver a decir que estas reacciones adversas son de menor frecuencia que las que la propia infección puede generar. De todos modos, siempre se sigue intentando mejorar las vacunas tanto en su seguridad como eficacia”.

Alejandro Horvat

Buscan llegar con el gas a unos siete mil usuarios de Plaza Huincul y Cutral Co, con fondos del ENIM

La construcción de una planta reguladora y una red para ampliar en siete mil los usuarios de gas natural, al sur de Plaza Huincul y Cutral Co fue anunciada. El presupuesto orilla los 900 millones de pesos y los fondos serán aportados desde el ente El Mangrullo, ENIM. Las obras estarán gerenciadas por la empresa Camuzzi Energía y se espera que demanden todo este año. El convenio se firmó entre los dos municipios y la compañía Camuzzi Energía SA. A partir de la ejecución de esta planta, que consiste en un ramal de refuerzo, una planta reguladora de 6.500 metros cúbicos hora lo que permitirá que, en el ejido sur tanto de Plaza Huincul como de Cutral Co llegue el suministro. Estos trabajos permitirá abastecer el crecimiento de hasta unos 7.500 usuarios, dijo el director operador de Camuzzi, Mauricio Cordiviola. «Es una obra que no tengo dudas, le cambiará la vida a toda la gente de ambos municipios», dijo. Luego, el intendente cutralquense, Ramón Rioseco, destacó la tarea conjunta que lleva con su par de Huincul, Claudio Larraza y que fue anfitrión en el acto. Subrayó la importancia del contar con los fondos del ente ENIM, que deben manejarse en conjunto y «con la mayor responsabilidad e inteligencia para que esos recursos sean aplicados en infraestructura«. En este punto dijo que el rol del Estado sigue siendo estratégico y potente. «Es impensable que el Estado no pueda participar en estas obras que son troncales y esenciales para la calidad de vida y para el ascenso social de los sectores más populares», acotó. «Tenemos la posesión de un yacimiento gasífero (El Mangrullo) que es productivo y la paradoja es que muchos vecinos no tienen gas, y creo que ése es el desafío que tenemos. Más allá del costo es necesario», subrayó. Rioseco aclaró que esta es la primera etapa, luego le seguirá la red secundaria y finalmente la domiciliaria. En el caso de Cutral Co se busca llegar a la zona de chacras de Monte Hermoso que fue incorporada como un barrio más situado al sudoeste del ejido urbano. El huinculense Larraza señaló que en el sur del ejido «está todo por hacerse» y, en consecuencia, «el gas es un tema primordial». «No es (el gas) un tema menor. Estamos sentados sobre un caño de gas y varios barrios (de Plaza Huincul) están sin el servicio», acotó. Esta obra solucionará esa situación. En el convenio se indicó que serán los municipios los encargados de llamar a la licitación para adjudicar la obra que estará gerenciada por Camuzzi Energía SA. Para afrontarla, el dinero provendrá como un aporte no reintegrable del ente intermunicipal, ENIM. Para retirar los fondos, primero el pedido debió pasar por ambos Concejos Deliberantes. En ambos, casos la autorización fue aprobada por unanimidad. Al acto que se hizo en el centro cultural Gregorio Álvarez de barrio Uno de Plaza Huincul, asistieron los presidentes de los Concejos Deliberantes, Jesús San Martín (Cutral Co) y Daniel Vidondo (Huincul), funcionarios del Ejecutivo y ediles de ambas ciudades.

INIDEP bajo la lupa (la nuestra, no la del gobierno).

Es claro. Si para las actuales autoridades económicas del país, la Ley Federal de Pesca reviste modificaciones de fondo, y se tiene como premisa que el sector pesquero no es pujante y hasta goza de actitudes turbias al margen de la Ley; que hoy se ponga en tela de juicio el rol del INIDEP, es parte del mismo criterio. Nadie discute y defiende lo indefendible. Simplemente, hay dos grandes grupos: los investigadores, que dan lo mejor de sí por encontrar fundamentos científicos que justifiquen mayor certeza para la toma de decisiones del Concejo Federal Pesquero (CFP. Y está la otra parte, la cúpula política del organismo, donde una segunda línea dejó mucho que desear. Ejemplo de ello: lo ocurrido con algunas especies que ya casi ni habitan en la plataforma argentina, como la merluza austral, la merluza de cola, el granadero y otras especies. Como decisiones de dudosa consideración, como el caso de buques de investigaciones hechos en España sin siquiera 2 tangones, cuando el principal recurso argentino es el langostino. Inexplicable. (Nota del editor: para explicar lo que a Pescare le resulta inexplicable: los barcos de investigación son pesqueros con equipos y RRHH científicos a bordo. Y los barcos que pescan langostino despliegan grandes redes laterales suspendidas de mástiles rebatibles que se acuestan en horizontal, uno a babor y otro a estribor, llamados «tangones». Un barco de investigación pesquera sin tangones en un mar bastante langostinero, como el argentino, es mal indicador de capacitación y/o probidad. (De todos modos -sigue el editor, hoy invasivo-, el recurso más explotado en tonelaje es la merluza hubbsi, seguida por el calamar Illex, luego el abadejo y en cuarto lugar el langostino. Lo que tiene éste es un precio mucho mayor por unidad de peso. Lo que genera en dólares cada una de estas cuatro especies es un misterio, porque hace décadas que el Mar Argentino es saqueado por empresas españolas, y ahora asiáticas, sean contrabandistas legales asentados en el país y con buenos papeles, o piratas más genuinos, sin pretensión alguna de legalidad. Por ello, las cuotas asignadas por el CFP sobre datos del INIDEP, y sobre todo las capturas y valores declarados oficialmente ante el estado son una burla desde hace décadas). Demonizado sin causa, objetado y acusado por autoridades que seguramente no conocen la razón de ser, de estar y de permanecer)del INIDEP. ¿corre peligro la continuidad del Instituto que cumplió medio centenar de años estudiando las especies? Como todo organismo del Estado, la nueva gestión del gobierno nacional “apunta y tira”, pero no siempre dan con las presas a las que se les debió apuntar. En 1898 el Dr. Fernando Lahille fundó el primer laboratorio costero de biología marina, el que estaba ubicada en la zona de Punta Mogotes en Mar del Plata, colocando, tal vez sin saber, que varios años después (1960), un grupo de investigadores y docentes de Universidades públicas, junto al entonces gobernador bonaerense Oscar «el bisonte» Alende dieron forma al Instituto de Biología Marina en Playa Grande, también en Mar del Plata, en un edificio que aún se conserva pero que no es utilizado. Alli se construyeron los primeros laboratorios y se desarrollaron las primeras líneas básicas de investigación con equipos de trabajo permanentes. Ya en 1977, mediante la Ley 21.673, sobre la base del Instituto ya creado, se dio forma a un organismo descentralizado bajo de denominación de Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, INIDEP. ¿Tan importante puede ser este Instituto? ¿Tanta trascendencia internacional tiene? ¿Realmente sirve a los fines pesqueros de la Nación? La respuesta tal vez se encuentre en que el INIDEP es el encargado de asesorar a la Subsecretaría de Pesca (hasta hace unos días incluía acuicultura), al mentado CFP, Consejo Federal Pesquero y a la Cancillería argentina –más allá de lamentables declaraciones de Diana Mondino sobre la pesca-, asesoramiento basado en el uso racional de los recursos pesqueros con el objetivo de preservar el ecosistema marino para las futuras generaciones. Como si esto fuera poco, el INIDEP tiene como misión y función la de formular, ejecutar y controlar los proyectos de investigación en prospección, evaluación y desarrollo de pesquerías, de tecnologías de acuicultura, de artes de pesca, de procesos tecnológicos y en economía pesquera, conforme a las pautas y prioridades que establezca la Autoridad de Aplicación. Haciendo una burda comparación con una pelea de boxeo, desde la óptica de algunos funcionarios nacionales, sólo han visto el último round, donde una parte del año 2023 no fue de las mejores performances del Instituto y haciendo un análisis algo más profundo, la compra de los últimos dos barcos, -sin tangones- es de una desproporción de la administración que no tiene sentido, siendo el langostino la principal especie generadora de exportaciones y descargas del mar argentino, con una pésima administración de quienes conocen de investigación pero muy poco de política pesquera y mucho menos de diseño de buques. Los barcos del INIDEP no tuvieron la productividad de días de navegación o de investigación en el Mar Argentino como ocurriera en años anteriores, pero el deterioro lógico por cuestiones obvias le jugó una mala pasada para que zarparan e hicieran los estudios correspondientes sea en merluza, u otras especies no cuotificadas. El colmo fue la especie calamar que siquiera hicieron una sola campaña en el año. Todo organismo del Estado tiene su costado burocrático, y eso también conspiró (sumado a la poca voluntad de algunos pícaros) para que, con poco espacio en los diques para reparación, se armara una combinación casi letal y no se pudieran igualar al menos las  campañas anteriores. Ahora bien. ¿Es necesario que un Instituto Nacional, con empleados estatales, con una estructura que se estaba expandiendo a otras provincias con litoral marítimo? ¿Cuán importante puede ser que se estudien las especies comerciales (entre otros estudios) para mantener la biomasa y no pescar de forma indiscriminada, y que se cuide el recurso pesquero? Las respuestas son de toda obviedad. Entonces lo que hay que objetar es a quiénes tienen “en la mira” al INIDEP, por la simple y sencilla razón de que desconocen en principio, de que se estudia, cómo se hace cada proceso y la vital importancia de estudiar lo que se va a pescar, lo que se pesca y lo que se deja de reserva para consolidar la base de reproductores que sustenten el caladero futuro. Ahí es donde empieza el círculo productivo de la pesca argentina. (Nueva nota del editor, que hoy está pesado: círculo roto desde hace décadas. Para más datos, una merluza adulta en los ’80 llegaba fácil a 80 cm., ya fileteada. Hoy resulta bastante más chica que el plato en que se la sirve, y en general, un ejemplar juvenil que palmó sin llegar a edad reproductiva). Seguramente el Estado Nacional tendrá cosas que revisar, como en cada estamento y que las instituciones, cualquiera que fuera, no sean nichos donde se refugien militantes de cualquier partido ni sea la moneda de cambio por haber colaborado en campañas proselitistas. Lo que también deberá revisar el Estado que no se puede borrar de un plumazo lo hecho, y mucho menos, ante el vencimiento de contratos de trabajadores, hacer “borrón y cuenta” nueva, sin saber a ciencia cierta qué hacían esos empleados de la Argentina y cuál era su aporte al desarrollo nacional. Cuanto menos esto se califica de injusto, para empezar. Que algunos han “sacado chapa” asesorando (y cobrando) al INIDEP y su aporte fue minúsculo o nulo, también es cierto. Pero acá hay que explicar y dar respuestas a otras situaciones. No en vano desde organismos internacionales consultan a diario las investigaciones realizadas por nuestro país (porque en definitiva eso también es el INIDEP) donde se posee entre otras cosas, una biblioteca con material invalorable y con personas dispuestas a responder las consultas de empresas, trabajadores y estudiantes. No se puede dejar de valorar el trabajo que hacen los investigadores y científicos, en cualquier área, con un apasionamiento único por conseguir resultados a conciencia y así, en el camino que se debe transitar, asesorar a las autoridades llámese Subsecretaria de Pesca o el mismo colegiado legislativo, el CFP, organismo que mediante resoluciones y actas generan la normativa para la sostenibilidad y sustentabilidad del caladero, informando de lo que sí se puede hacer y de lo que no, porque compromete el futuro de la pesca. Tampoco se debe haber estudiado que el Instituto estuvo prácticamente diez meses sin presupuesto para llevar adelante reparaciones en barcos por ejemplo. Sería como un borrar con el codo lo escrito con la mano, después de 50 años de investigaciones y de gente que dejó su vida leyendo, embarcándose, estudiando, destrozándose las manos para que el INIDEP sea no sólo un orgullo para muchos, sino también para que desde otros países sea un punto de gran referencia del amplísimo FAO41 del Atlántico Occidental. (Nota del editor, y ya cansa: en la jerga, es área 41 de las llamadas Major Fishing Areas de la FAO, organismo de las Naciones Unidas para asuntos de alimentación humana. No obstante, hay que destacar la labor de la última gestión, de su cuerpo directivo, la Jefatura de la Dirección Nacional de Investigaciones, Dra. Claudia Carozza , la Directora de Pesquería de peces, Dra. Analia Giussi, y el propio Director, Lic. Oscar H. Padín, que sin contar con el presupuesto necesario y habiendo recibido los buques de investigaciones al borde de no tener Certificado Nacional de la Seguridad para la Navegación, y situación del personal en estado calamitoso de sueldos, pudo llevar decorosamente adelante una gestión pulida y honesta. Además de jefes de departamentos de pesquerías (crustáceos, merluza, calamar, bycatch (pesca involuntaria que se descarta muerta por borda), de bentónicos (organismos de fondo), de invertebrados y de ambiente marino y especies pelágicas (de altamar), como así también especialistas de buques de investigación, como el Cap. Alejandro Latte entre otros. Es notable, el enorme esfuerzo del sector administrativo y operativo para sostener y levantar los buques. Sin investigadores especializados en ciencias del mar no hay INIDEP y sin soporte logístico y administrativo, no hay manera que los científicos cumplan sus programas de trabajos de investigaciones con eficiencia. En la finalización de mandato, el Director Lic. Oscar Padin, dejó la memoria de gestión 2020-2023 donde hace un análisis del total de estos últimos años al frente del Instituto. Cuanto menos la situación merecería un estudio profundo y dedicado, consultando a especialistas para saber realmente cuán necesario es este Instituto para desarrollar una actividad pesquera sostenible y sustentable. Del mismo se han desarrollado notables avances, como la implementación de dispositivos de selectividad para evitar capturas de juveniles, como el desarrollo del Ing. Rubén Ercoli y equipo de investigadores que han sido fieles representantes en pesquerías de Nicaragua, Costa Rica, Perú, Ecuador e innumerables paises. Fueron representaciones argentinas en los principales institutos de investigación marina del Reino Unido, Noruega, Alemania y Francia, entre otros. El INIDEP ha contado con referentes mundiales de la talla del Dr. Víctor Angelescu, Dr. Enrique Boschi, la Dra. Maria Isabel Bertolotti y el Dr. Daniel Bertuche. La situación ha llegado casi al extremo a los trabajadores de todas las áreas: se muestran angustiados y preocupados no sólo por la continuidad de su fuente laboral (al fin y al cabo son profesionales altamente capacitados), sino porque se tirarían –justamente- por la borda cincuenta años de estudios y progresos que dieron fundamento al pilar biológico dentro de la Ley Federal de Pesca, entre otras cosas. El próximo lunes los trabajadores a los que no se les renovó el contrato, más otros que se encuentran en una situación incierta, harán un abrazo solidario a la sede del señero INIDEP; recordando a las actuales autoridades, que ya hubo decisiones electorales populares que llevaron a sumergir al país en 20 años de retroceso. Sin dudas, tienen un impacto altísimo, y  algunas instituciones recibieron por añadidura el mismo desprestigio de dos décadas berretas que Argentina debió atravesar.

Comentario de AgendAR:

Lógico que «Pescare» defienda al INIDEP. Es un clavo en el zapato para todo gobierno que da libertad de pesca incontrolada a empresas extranjeras y/o flotas piratas, o firmas que son ambas cosas a la vez. Y gobiernos de esos, no nos han faltado desde épocas en que Milei hablaba con Conan, pero vivo. Carlos Corach, abogado de las pesqueras españolas y ministro del Interior del presidente Carlos Menem, hizo echar a la mitad de la planta científica del INIDEP para tener aterrorizada y callada a la otra mitad. «Era nesario», como habría dicho su jefe, el otro Carlos, mientras la nueva mafia pesquera española, operativa desde el Río Colorado hacia el sur de Tierra del Fuego a partir de los ’90, vaciaba el mar hasta el colapso total de stocks en merluza hubbsi, langostino y calamar Illex entre 1998 y 2005. Mientras duró el feliz despojo, Felipe Solá y luego Domingo Cavallo echaban agua bendita sobre el mismo. El mar no es infinito, como no tardó en reconocer el jefe del Grupo Otero, uno de los 4 grandes armadores marplatenses cuando los españoles, sobrepescadores de fama renegrida y con todo el dinero de la UE encima para que no jodieran más en aguas europeas, se los empezaron a llevar puestos a los locales. La pesca monopolizada por España fue una bomba de tiempo. Reventó demorada sólo por la sobreexplotación del recurso más caro: el langostino, que ya en 1986 levantaba U$ 12.000 dólares la tonelada, unas 10 veces más que la merluza hubbsi, cuyo stock es el mejor baremo para medir la salud de nuestros dos caladeros. El estado menemista fue la negación de la existencia misma del estado, y eso sigue. Los prefectos que se animaban a detener pesqueros en infracción solían tener problemas con sus jefes y con sus carreras, los tribunales federales absolvían a las empresas extranjeras asuntos graves, o les aplicaban multas de un peso (SIC) tras 13 años de litigios… y así anduvo, anda y al parecer seguirá andando todo en nuestras aguas nacionales. Ese estado de cosas en 2001 provocó la quiebra de las cuatro grandes empresas marplatenses que fueron muy fuertes durante el medio siglo transcurrido entre la 2da Guerra y los ’90. Un caso de libro es Mellino, que empezó con barcos costeros de poca bodega y luego se hizo de naves de altura con cámara de frío, capaces de pescar semanas enteras en altamar. Los cuatro grupos marplatenses compraban barcos argentinos porque costaban en pesos, y eran procesadoras: agregaban valor local, vendían en los nacientes hipermercados del pais, e incluso lograron exportar conservas enlatadas de manos de la cooperativa El Hogar Obrero. Hasta que éste quebró aplastada por el Plan Bonex. Nos falta la suficiente estupidez para creer en la historia de los pescadores argentinos buenos y de los gringos malos. Eso queda para los giles. Como dice en un lenguaje demasiado rugiente, Eduardo Pradas, viejo sindicalista y laburante pesquero de Marpla: “La burguesía pesquera, que nació en los pasillos del BANADE (Banco Nacional de Desarrollo, Menem lo privatizó), logró integrar la planta en tierra con el buque de altura fresquero. Es así como se reproduce un esquema ya clásico en las burguesías nacionales de los países atrasados: importan bienes de capital (maquinarias) y exportan materia prima como commodities” […] Sigue Prada, tratando de explicar cómo se llegó a la situación actual. “En este momento fundacional de la pesca se establecen las características que perdurarán en la industria: una clase capitalista parasitaria, siempre pendiente del reembolso a las exportaciones o a las facilidades financieras que les proveía el Estado, y la integración al mercado mundial” […] Y continúa: “La relación de los empresarios pesqueros con el Estado demuestra cómo se constituyen… desde la liga pesquera marplatense a los pulpos pesqueros integrados a partir de los ´90” […] “La explotación creciente de langostino a partir del 1982 amortiguó la caída, pero unos años mas tarde la crisis tuvo una “solución” más clásica: la ola de quiebras pesqueras entre 1988 – 1990” […] “Al no llegar el socorro prometido por el gobierno, que pretendía rescatarlos nuevamente con créditos, fueron todos al vaciamiento que les permitió retirar masivamente los capitales y rematar las plantas y barcos”. Esta situación de crisis fue aprovechada por distintos sectores de distintos modos. El empresariado pesquero marplatense, que en su momento fue mucho más industrialista y nacional de lo que muestra Prada. Pero cuando se batió en retirada ante los españoles, que venían apalancados por la UE y el estado argentino, dejó un tendal de desocupados en «La Feliz». Cosa invariable, nuestros industriales le echaron la culpa de su suerte al estado nacional, por subsidiar a España y no a ellos. No dejan de tener razón. Pero bien que se callaron la boca cuando se fundieron: hablar mal de Menem causaba mala suerte y accidentes. Y de yapa, les caía bien eso de la libertad de destruir leyes laborales inaugurada por aquel gobierno. En lo que se refiere a las políticas posteriores a la Guerra de Malvinas, tampoco protestaron mucho. Gran Bretaña le terminó quitando, sin apuros ni oposición alguna, un total de 1.675.000 km2 de mar a la pesca argentina legal. En 1986, como dueños legales de sus 200 millas insulares, los kelpers otorgaron 237 licencias de pesca sobre aguas antes argentinas de hecho. Antes de la Guerra de Malvinas, entiéndase. De puro antiimperialista que era, el canciller Dante Caputo entonces le concedió licencias pesqueras a las flotas soviética, polaca y rumana, que le entraron al Mar Argentino como Atila a Francia. Eso dejó el precedente para que, tras el colapso de la URSS, el menemismo le entregara las llaves del Mar Argentino a otra mafia peor, que acababa de ser echada prácticamente a cañonazos de aguas canadienses, tras haber hecho colapsar las pesquerías de las Islas Británicas, las aguas del Mediterráneo y el Mar de Namibia. Los Acuerdos Pesqueros con la UE, nombre tilingo de esta política, terminaron por el colapso de las cuatro especies «de bandera» del Mar Argentino por sobreexplotación y pesca de juveniles inmaduros. En Puerto Deseado, Santa Cruz, sede de Arbumasa y del pillaje español, los barcos rojos de altura se quedaron en amarras, encadenados en andanas de a seis, porque faltaba longitud de muelles para alojarlos a todos. Literalmente, saltando de borda en borda, uno podía caminar casi 200 metros aguas adentro de la Ría de Deseado, y sin mojarse. La ría a la altura del puerto mide unos tres kilómetros de ancho. Los barcos rojos españoles se quedaron fondeados en los puertos patagónicos durante años, no por una prohibición del gobierno nacional, o del provincial, sino porque sencillamente ya no había qué carajo pescar.  Las vedas y prohibiciones del Consejo Federal Pesquero llegaron cautelosamente después: es eso que los gringos dicen cerrar el corral cuando ya se te piró el caballo. Nadie sabía si el mar podía recuperarse. En verdad, nunca lo hizo del todo. En toda la costa argentina en 2001 se habían perdido 30.000 puestos argentino de trabajo y decenas de pesqueras familiares, entre costeras y altureras. La alimentación nacional bajó de los 17 kg. anuales de peces por habitante, más o menos el promedio mundial, que incluye a 44 países países sin acceso al mar, a los 5 kg/año actuales del argentino de a pie. Es poquísimo para un país con 6000 km. de costa atlántica continental, algo más de 1 millón de km2 de ZEE (Zona Económica Exclusiva) de baja profundidad y alta productividad biológica, un 31,4% de población en inseguridad alimentaria, y dos caladeros perfectamente vigilables desde la costa si se tienen satélites (tenemos), si se tienen radares (tenemos) y la voluntad (no la tenemos). Nunca la tuvimos. En 2004, aprovechando el renacimiento de la economía y el «levántate y anda» de la industria nacional, la empresa estatal INVAP propuso al gobierno una cadena de radares costeros HF tipo «Beyond the Horizon», capaz de controlar la ZEE hasta cruzar la milla 201 e indagar aguas internacionales. La onda HF se pega a la superficie marina: sigue la curvatura terrestre, de modo que detecta barcos bajo la línea del horizonte, invisibles para un radar en bandas convencionales S o X, cuyas ondas viajan como la luz, en línea recta. El costo de asegurar con 6 radares HF la transparencia pesquera y militar total de toda la ZEE era de U$ 200 millones. La pesca no declarada en aquellos años andaba por los U$ 2000 millones/año. Los radares HF no se construyeron jamás. Habrían derrumbado toda actividad ilegal u hostil en nuestras aguas. También en 2004, y a pedido de la provincia de Río Negro, INVAP desarrolló el SIMPO, un sistema a prueba de sabotaje del tamaño de una cafetera, obligatorio en todo barco que pretendiera pescar en las aguas provinciales, que abarcan casi enteramente el Golfo de San Matías, porque éste es sumamente cerrado. Es un área de langostino, pero hay de todo, y en cantidad. El SIMPO usaba satélites geoestacionarios NAVSTAR para informar en tiempo real a la Prefectura y al Instituto Almirante Storni, un INIDEP oceanográfico chiquito y provincial bancado por el CONICET. El SIMPO daba en tiempo real la posición y velocidad de cada barco con papeles, así como del peso de la red en cada lance, la fotografía de esa captura, la temperatura de bodega, y de yapa algunos datos oceanográficos menos comerciales o fiscales sobre temperatura y salinidad del agua. En las pantallas del Storni, uno veía como un barco de la flota amarilla costera local bajaba su velocidad a 3 o 4 nudos y sabía que estaba lanzando las redes. Al rato, llegaba la foto de la misma izada a cubierta, y el peso de la captura, y la temperatura de bodega, que subía varios grados cuando se abría la puerta. Si un capitán levantaba langostino, no podía macanear ante la AFIP diciendo que era merluza hubbsi, 10 veces más barata. Si saboteaba el SIMPO, le caían jueces provinciales, es decir no federales, y además multas, y rayos y centellas. ¿Qué pasó con el SIMPO? ¿Se volvió obligatorio en toda la ZEE argentina? Nones, cayó en desuso en su Río Negro natal, cuyo siguiente goberna decidió regresar a los usos y costumbres habituales en el resto de la costa argentina. Que es propiamente el Far West. Por algo Macri trató de hacer quebrar a INVAP, y estuvo a un tris de lograrlo. Por esa vista gorda y esas quiebras el interventor menemista del INIDEP, Fernando Georgiadis, abogado de las pesqueras españolas y expulsor masivo de científicos buenos para aterrorizar a los otros, fue declarado «persona no grata» por el Concejo Deliberante de Mar del Plata en 2001. Significativamente, en 2018 el gobierno de Macri intentó reimplantarlo en el INIDEP: era sin duda el hombre adecuado. A nadie le extrañaría que siga siéndolo todavía hoy. Fue rechazado masivamente por los científicos, la prensa local, los gremios y las empresas artesanales y locales sobrevivientes. Obviamente, para el INIDEP siguieron años de castigo presupuestario a rajatabla, que se continuaron sin diferencias en los dos años remanentes del macrismo y los cuatro del gobierno de Alberto Fernández, cuya política pesquera fue continuar con la de Macri… y las del largo ciclo kirchnerista. Las relaciones «non sanctas» de Néstor y Cristina con las pesqueras hispánicas, a saber financiación de campañas, no pasarían ninguna auditoría. Tampoco hay peligro de que sucedan: entre bomberos hay ciertas mangueras sagradas que no se pisan jamás. La práctica de regalar el Mar Argentino en la que Caputo (Dante, no Toto) incurrió por gil,  continúa «non stop» desde tiempos de Corach y Menem, ningunos giles, y sin otro parate que el cierre casi total de la actividad desde puerto cuando las 4 especies más exportables estuvieron 5 años a punto de extinción comercial. Entre tanto, el poder sobre las aguas patagónicas de las empresas de Vigo y El Ferrol.que hicieron de España la pescadería de la UE y de Extremo Oriente durante tres décadas gracias al vaciamiento biológico del Mar Argentino, decidió trasladar su sede. Y lo hizo a Fengjing, en Shangai, República Popular de China. Los chinos decidieron que puesto que España robaba a la Argentina sin oposición, ¿por qué no servirse ellos, en lugar de comprarle a intermediarios de Galicia? En cuanto comprobaron que tampoco tenían oposición argentina, fueron a por más y se compraron también las empresas gallegas, dicho así porque son realmente de Galicia. Bueno, eran. El pase de manos del Mar Argentino se hizo mayormente a través de pesqueras estatales como Huafeng Lifan, a la que dieron servicio de puerto gozosamente los kelpers y los hermanos orientales: hablo de Uruguay, no de Japón o de Corea, que también pescan gratis aquí. La flota de Huafeng hace reparaciones a través de su armador Verny SA, que en Montevideo compra comida y combustible y desembarca cadáveres de marineros esclavos muertos de maltrato, le hace ganar a Uruguay unos U$ 300 millones/año.  Lo de los cadáveres no es joda: la Prefectura de Uruguay entre 2013 y 2021 informó de 59 tripulantes fallecidos desembarcados en Montevideo, entre 2013 y 2021. En 2013 saltó que Verny también se ocupa del tráfico de personas, al menos de 6 ciudadanos chinos de entre 13 y 63 años, pero esa investigación, como la de derechos laborales, tampoco progresó. En 2022 el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou prefirió que el estado no se quedara con semejante cantidad de plata y de matufias, y entregó la operación del puerto a la operadora belga Katoen Natie. Con resultados económicos instantáneos: en julio de 2023 en Hamburgo, Alemania, aparecieron 10 toneladas de cocaína que habían pasado o que salieron desde Montevideo. El 28 de diciembre de 2023 los aduaneros belgas interceptaron un container con alfajores y budines marca Portezuelo (los recomiendo), y un alijo de cocaína de 3,4 toneladas. Pero nuestro asunto es la pesca. Sólo quise mostrar que cuanto más podrida y oscura se vuelve la pesca, más se asocia a negocios aún más oscuros y podridos, facilitados en nuestras dos hermanas repúblicas por la privatización de puertos. Y por la compra de las viejas pesqueras gallegas. Desde 2017 son chinas Arbumasa, Altamare, Chiarpesca, Lan Fish, Patagonian Seafood, Ardapez y Arhepez, y siguen los pases. Hoy somos el jamón del sandwich entre flota pirata china y española que se mete en la ZEE argentina desde el Este, y flota legal china y española que depreda sin control desde el Oeste, es decir desde la costa argentina. Son los mismos capitales. Cuando no tienen ganas de pagar impuestos o declarar capturas en Argentina, las traspasan en altamar a reefers, buques congeladores. Los reefers necesitan combustible, comida y reparaciones electromecánicas, como cualquier buque, y son la clientela preferencial de Montevideo, el mejor y más equipado puerto de cercanías después de Stanley. Ésta última flota, la de empresas con el marbete SA de sociedad anónima, que se dicen argentinas y cuyos barcos llevan nuestra gallarda bandera, está siempre bien de papeles. Y tal vez por esa paz de conciencia subsecuente, no deja infracción por cometer. Incluso inventan algunas nuevas para los ajenos al gremio, como el «calcetín», una red de malla fina y prohibida metida adentro de una red de malla gruesa y legal, que en teoría le permitiría escapar a los juveniles, por su tamaño. Tampoco la flota legal hispánica supo jamás que es vigilancia estatal argentina: vive distribuyendo sobrecitos con regalos cada mes, aunque no sea Navidad, y tiene protección oficiosa de los ministerios de Justicia, de Defensa y de la Cancillería. Plata les sobra, debido a su buen control de gastos operativos: los barcos son chatarra que corteja el naufragio, el combustible lo subsidian la UE y/o China según el caso, y las tripulaciones suelen ser esclavos de Indonesia,Filipinas o Malasia. Eso permite dar un extra a gobernas patagónicos, que controlan aguas hasta la milla 12, y a futuros o actuales presidentes de la nación, y aún así levantar de U$ 3500 millones/año a U$ 14.000 millones/año de pesca no declarada. Eso, según se consideren las capturas como materia prima, o puestas en anaqueles lejanos y con valor agregado afuera del país. Y el Mar Argentino es el subsidio principal: es gratis. En este cuadro, el menemacrimileismo subió la apuesta contra el INIDEP, y plantea ya no su intervención para «limpieza étnica» de los científicos honrados atrincherados en el Instituto, sino su cierre por «decreto ómnibus». Puede que no se llegue a tanto: tanto España como China preferirían que no vuelva a colapsar el Mar Argentino como entre 1996 y 2004. Silenciar la alarma contra humo es exponerse a incendios, y aquí no se termina de apagar el de fin de siglo. Uno creería que está por repetirse: las pescaderías han desaparecido casi totalmente en los hipernercados argentinos desde 2010, sin que eso llame la atención de los grandes medios de comunicación. Las viejas pescaderías de barrio de Baires que sobreviven, cobran que te desvalijan, y si se abastecen el lunes, el miércoles ya se les acabó la merluza y te venden abadejo al doble. El viernes no encontrás ni descartes. Sí, en un país con 6000 km. de costa atlántica y al que le quedó un respetable millón y monedas de km2 de Zona Económica Exclusiva, en general muy productiva. En la lista de ladrones preocupados «ma non troppo» por el estado biológico de los dos caladeros argentinos (bonaerense y patagónico) están también los kelpers, ya que Port Stanley vive de vender licencias pesqueras sobre nuestras aguas desde 1986. Los isleños saben por su experiencia de nuevos ricos que si se pasan demasiado de la raya, se quedan sin la base del presupuesto de esa colonia, donde el PBI por habitante en 2023, año malo, fue de U$ 70.800, básicamente levantados con venta de licencias y sin mojarse las patas. Es hasta el 50% de los gastos de gobierno. De la defensa isleña contra los Argies se encarga Su Majestad, Carlos III. Port Stanley y Londres saben que apropiarse gratis de los relevamientos y proyecciones de stock de pesca comercial del INIDEP a España, China e Inglaterra les funciona bárbaro. No es que les falten barcos de investigación, pero no sabrían cómo justificar legalmente su presencia en aguas argentinas, o todavía argentinas. Además de ahorrarse escándalos, ahorran plata. La biología marina es una disciplina cara, y sus expertos viven pasándola mal a bordo de barcos siempre cortos de mantenimiento. No entiendo el orgullo de la revista Pescare de que los expertos del INIDEP sean recibidos como grandes expertos por el Reino Unido, aunque lo son. Si mi interés fuera defender al INIDEP, ésa sería más bien una agachada más a ocultar. La cesión unilateral de información estratégica de los caladeros argentinos hecha trabajosamente por el INIDEP, es una práctica que en tiempos de Menem se volvió política oficial y legal. El INIDEP le hacía la prospección de recursos a Port Stanley, y gratarola. Por otro lado, a fuerza de honestidad científica, el INIDEP tiene aún la costumbre de chillar cuando el Mar Argentino empieza a volverse un desierto sin peces, sin que los gobiernos nacionales, provinciales o los medios se den muy por enterados. China y España pueden vivir sin el Mar Argentino un tiempo, porque tienen plan B. Desde los ’80, viven saqueando las costas africanas con estados comprables, débiles o fracasados, en ese orden, como hicieron ya con Namibia, y continúan. Prefieren los estados comprables y débiles, porque las Zonas Económicas Exclusivas de los estados fracasados (ver Eritrea, Djibuti y Somalía) fueron barridas a fondo por ellos mismos y no se recuperaron jamás de la paliza. Allí los hijos de los antiguos pescadores artesanales deben dedicarse a la piratería: secuestrar barcos con tripulación y todo, y devolverlos bajo pago. Y eso hasta les termina gustando. Cosa que escandaliza al mundo. Aquí Sandokán no tiene émulos. Los trabajadores pesqueros que pierden su laburo en los puertos marítimos argentinos migran hacia las villas de las 5 megalópolis argentinas, donde hacen changas e inevitablemente corren la coneja, con el único alivio de los planes. Somos menos románticos y libertarios que los somalíes. El INIDEP es una de nuestras últimas diferencias con Somalía, en materia de administración del mar. Lógico que «Pescare» defienda al INIDEP. Tarde y mal y poco, pero ahí están.

Daniel E. Arias

La crisis del Conicet. Postergaciones y protestas

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El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) pospuso la publicación de los resultados de la convocatoria a Becas y Promociones CICyT «hasta tanto se configure el presupuesto definitivo». A través de un comunicado, el Conicet recordó que, tras la reunión del 6 de diciembre, el Directorio decidió «postergar las decisiones sobre las convocatorias a Becas y Promociones En tanto, en la reunión del 21 de diciembre, el Directorio tomó la decisión de «dar continuidad al cronograma institucional». «Para entonces, el nuevo Presidente del CONICET aún no estaba designado y fue invitado a participar de la misma», remarcaron. El organismo informó que la prórroga del presupuesto 2023 afectó «las decisiones anteriores del Directorio». Por eso, tras una reunión extraordinaria del 16 de enero, el Directorio del Conicet decidió postergar las decisiones sobre las convocatorias a becas y promociones, hasta se «encomiende al presidente del Conicet arbitrar los medios para realizar las gestiones que permitan obtener las adecuaciones necesarias al presupuesto» «Esta decisión será revisada por el Directorio en su próxima reunión y/o en función de los avances que informe la Presidencia al respecto», concluyó el comunicado.

Protesta por los despidos en el Conicet

La Secretaria general de ATE- Conicet, Nuria Giniger, denunció que llegaron notificaciones de despidos al organismo, tras la reunión del Directorio, convocada por el nuevo presidente de Conicet, Daniel Salamone, el 16 de enero. Las personas afectadas por las cesantías serían trabajadores que llevan adelante tareas de funcionamiento y administración del ente científico. Giniger explicó que el Conicet “tiene una planta funcional inferior a los requerimientos”, por lo que consideró que “esta decisión, además de formar parte del golpe generalizado al trabajo estatal que está llevando adelante el gobierno de Milei, es un ataque de lleno a la producción de ciencia y tecnología”. Para Giniger, se trata de un paso que “pretende dar de baja una política central para el desarrollo de ciencia y tecnología, como es la formación de doctores a través de becas”. Ante la situación, los trabajadores y trabajadoras convocaron a una movilización para este miércoles al Polo Científico, ubicado en el barrio porteño de Palermo. “Ante los despidos y el ajuste en Conicetasamblea y ruidazo urgente”, expone el comunicado de la entidad sindical. En la misma sintonía, la organización gremial Jóvenes Científicos Precarizados anunció que se suma a la marcha al Polo Científico en rechazo de los despidos y exigiendo la convocatoria a becas: “Se confirmaron los primeros despidos de compañeros del personal de gestión y el Directorio decidió posponer los resultados de las becas doctorales y de las promociones en CIC. Luego de la masiva asamblea del lunes, hoy presentamos el tercer pedido de reunión a Salamone y ¡mañana vamos a copar el Polo y a frenar el ajus

Luis Petri lanza una operación para fortalecer la vigilancia y el control de la pesca en el Atlántico Sur

El ministro de Defensa, Luis Petri, impartio ayer en Mar del Plata la orden de zarpada para una nueva operación destinada a vigilar y controlar in situ la pesca ilegal en el Atlántico Sur. Con esa finalidad embarcará en el patrullero oceánico ARA Contraalmirante Cordero, el buque que tendrá a su cargo el patrullaje destinado a prevenir la presencia de pesqueros extranjeros sin autorización en la Zona Económica Exclusiva, que se extiende hasta una distancia de 200 millas marinas más allá del límite exterior del mar territorial.

La operación, denominada Grifón XVII y cuyo punto de partida es la Base Naval Mar del Plata, es planificada por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, que conduce el brigadier general Xavier Julián Isaac. Petri permanecerá un tiempo bordo y luego retornará a la base.

Más de 340 pesqueros extranjeros –el 80% de origen chino– fueron identificados en los últimos días por el Comando Conjunto Marítimo en la milla 201, sobre el límite del espacio en el que la Argentina ejerce sus derechos de soberanía. Esa pesquisa forma parte del monitoreo permanente que el organismo lleva adelante, con avanzada tecnología y durante las 24 horas del día, desde el centro de control y vigilancia instalado en el piso 12 del edificio Libertad, sede de la Armada.

“A esa información se llega a través de imágenes satelitales, reportes de medios aéreos y de superficie, puestos de vigilancia en el litoral marítimo, datos compartidos con otras fuerzas, como la Prefectura y y un sistema integrado de control de la actividad pesquera”, explicó el director saliente del Comando Conjunto Marítimo, contraalmirante Pablo Varela, quien puso en marcha hace dos años el sistema de monitoreo permanente. Tras la asunción de las nuevas autoridades de la Armada, será reemplazado por el capitán de navío Rodolfo Eduardo Berazay Martínez.

En los últimos dos años se realizaron 16 operaciones Grifón, con distintos patrulleros oceánicos, y se identificaron 3817 buques extranjeros en el límite de la línea de soberanía argentina. Una importante concentración de pesqueros hubo en febrero de 2022, cuando se detectaron 605 buques en la milla 201. Y al mes siguiente, 524.

El Comando Conjunto Marítimo, donde se monitorea durante las 24 horas, los 365 días del año, el movimiento en los espacios marítimos y fluviales del país
El Comando Conjunto Marítimo, donde se monitorea durante las 24 horas, los 365 días del año, el movimiento en los espacios marítimos y fluviales del paísPATRICIO PIDAL/AFV

La atracción del calamar

La fuerte presencia de pesqueros extranjeros se explica por la época del año, atraídos por la pesca del calamar, la variedad más buscada. “No nos ocupamos únicamente del control de la pesca. Nuestra función es proveer alertas estratégicas tempranas y vigilar todos los espacios marítimos”, explicó Varela.

Solamente pueden ingresar a las aguas de la Zona Económica Exclusiva los buques que cuentan con autorización del gobierno argentino, es decir que hayan abonado el canon correspondiente. Se estima que anualmente se conceden 120 licencias de pesca. La captura de calamar, en condiciones legales, alcanzó las 153.259 toneladas, lo que produjo ingresos por exportaciones por 288 millones de dólares, informó el Estado Mayor Conjunto.

Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, de octubre de 2023, se estima que las capturas de la flota extranjera en la zona adyacente al espacio marítimo argentino, más allá de la milla 201, es equivalente a cuatro veces la captura argentina: 1200 millones de dólares. Y se infiere, además, que la captura de la flota extranjera en la zona de Malvinas representa el 25% de la captura en nuestro país: 74 millones de dólares.

En una operación estándar, el costo que implica el uso de un patrullero oceánico por un período de 15 días ronda los $274,6 millones. Si se suma la erogación por el empleo de una aeronave de exploración, que oscilará los $10,2 millones, el costo total de esta misión será de $284,8 millones.

Los pesqueros que se ubican a partir de la milla 201 no están en infracción, pero constituyen una amenaza, a lo que se suma el impacto ambiental que la presencia masiva de barcos produce en el mar.

En su mayoría se trata de buques poteros que pescan habitualmente de noche, con potentes lámparas y máquinas automáticas, configuradas a partir del comportamiento de los calamares. Con la iluminación intentan atraerá la mayor variedad de peces posible para facilitar su captura.

En los meses en que la presencia del calamar disminuye, por su condición migratoria, muchos de los pesqueros extranjeros se trasladan al Pacífico, frente a las costas de Ecuador y Perú, y otros permanecen atracados en los puertos de Montevideo, donde encuentran apoyo logístico. Más de 90 se localizaron allí en los meses anteriores a noviembre, explicaron fuentes navales.

“El calamar se va moviendo según la época del año. El ciclo de vida del calamar es un año. Nace y al año muere. Lo que no se pesca en un año no se pesca más”.

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COMENTARIO DE AGENDAR:

Lo de Petri es patriotismo para la tribuna. El problema con la flota china, española, coreana, japonesa, portuguesa e incluso polaca en la milla 201 de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), es que de noche apagan la radiobaliza identificadora de cada barco y de su posición, el MMII en la jerga, y se meten decenas de millas en aguas argentinas. Eso lo sabe cualquiera. Ahí de noche podés cazar pesqueros ilegales, o haciendo pesca ilegal, a lo pavote. No hace falta decomisarles los buques: están hechos percha y no hay suficientes muelles en la costa atlántica argentina para guardarlos mientras la runfla de bogas de las pesqueras chinas o españolas duermen años las causas, no sin ayuda de la Justicia Federal. Si les querés causar daño en serio, les decomisás las artes de pesca, redes, palangres y jaulas, normalmente carísimas, y mucho más valiosas que los barcos. A los capitanes y los tripulantes los dejás irse en lo posible con su nave, no sea que se te hunda sola en el puerto. Si no resulta posible, los fletás con cargo al país donde se radica la empresa armadora. Más de un marinero indonesio, malayo o filipino va a preferir quedarse a seguir trabajando gratis y cagado a palos día y noche. Son tripulaciones esclavas. Los armadores chinos y españoles, los verdaderos dueños del Mar Argentino desde 1990 y contando, viven bajando costos. Si vos se los subís con intercepciones, abordajes e incautaciones constantes de artes de pesca, hechas de oficio y dentro de la ZEE, les estás jodiendo la vida a todo el resto de la cadena de comercialización ilegal, por aumento de costos. Ésta va desde el «reefer» o buque congelador, o factoría, que los espera en la milla 240 o por ahí para un traspaso ilegal de cargas a espaldas de la AFIP, y que termina en los puertos de Galicia y del Mar de la China. Somos su pescadería. Si les levantamos mucho el precio, tal vez se vayan a aguas más amigables.  La base para capturar pesqueros piratas debería empezar más bien en la costa argentina, donde las empresas legales y con papeles y planta de fileteo en tierra viven en total tranquilidad de que no las controla nadie, según la plata que reparten a troche y moche. Echá a los jueces federales que duermen los casos de infracción, y ya les aumentaste de nuevo los costos. Auditá la justicia sistemáticamente, y les subiste los costos aún más. A los que nos afanan desde el Este, de la milla 200 para afuera, los agarrás de noche y de la 200 para adentro. Saben que la Argentina no quiere líos con España ni con China ni con nadie. Si los tibetanos o los mongoles pescaran, los tendríamos de joda aquí. Somos famososo por nuestra generosidad. Atrapar piratas dentro de la ZEE tiene una lógica jurídica, pero otra biológica, y mucho más fuerte. Las aguas del millón de km2 que nos quedó de ZEE después de ser despojados por Inglaterra de 1.675.000 km2 más, son más productivas biológicamente que las de altamar. Es que su profundidad no excede los 200 metros, que es el promedio de la meseta sumergida que llamamos Plataforma Submarina. Todo nuestra ZEE es «zona eufótica», la capa del mar que goza de mayor iluminación solar, y por ende de mayor fotosíntesis. El zooplancton concurre a comerse las algas del fitoplanton, generalmente unicelular, y detrás del zooplanton se encolumnan sus predadores, y los predadores de sus predadores, que vienen a ser las especies de mayor interés pesquero argentino: la merluza hubbsi, el langostino, el calamar Illex y la brótola. Mientras duren. ¿Por qué mi escepticismo? Porque las cosas siguen como desde 1990, y tenemos tecnología para parar el saqueo, o al menos estorbarlo. En 2004 INVAP le propuso al Poder Ejecutivo una cadena de radares HF, cuya onda se abraza al mar y sigue la curvatura terrestre, en lugar de viajar en línea recta, como la luz. Con 6 estaciones repartidas a lo largo de la costa atlántica, controlás toda la ZEE y cien kilómetros más en alejamiento. Detectás barcos que están ocultos bajo el horizonte. No es tecnología marciana, todos los países con plataformas submarinas productivas y cierta vocación de ser países, y no lugares, tienen este tipo de instalaciones. ¿Presupuesto? INVAP pidió U$ 200 millones por obra terminada y entregada. La pesca ilegal en aquel año andaba por los U$ 2000 millones. La economía argentina estaba resucitando del desastre neoliberal, es decir había plata. Lo que no había era voluntad de irritar a los kelpers, que venden licencias de pesca sobre aguas que antes controlaba Argentina. Y para rematar, nuestro romance masoquista con España, la que nos fundió YPF, y Aerolíneas 2 veces, y de Telefónica no hablemos. También en 2004, y a pedido del gobierno de Río Negro, INVAP instaló el SIMPO, o Sistema de Información y Monitoreo Pesquero y Oceanográfico. Era una cajita blindada y transparente instalada en cada buque de la flota rionegrina que operara en el Golfo de San Matías, que es todo jurisdicción provincial, por ser muy cerrado. La cajita daba la posición y velocidad del buque, indicaba el momento en que bajaba la velocidad para lanzar y arrastrar redes, tangones o palangres, pesaba la captura, la fotografiaba, registraba con un termómetro la temperatura de bodega para detectar cierres y aperturas, y transmitía la información en tiempo real a la Prefectura y al Instituto Storni. Si el capitán decidía romper el SIMPO con muchos martillazos y pretextar que los había chocado un plato volador, se las tenía que ver con jueces provinciales, no federales. Los años que duró el SIMPO fue muy difícil decir que se había capturado merluza, cuando en realidad era langostino, de 10 a 12 veces más caro. Y de traspasar cargas a «reefers» en altamar, olvídate, cariño. Tu posición era seguida en tiempo real por DOS reparticiones estatales, e independientes entre sí. ¿Se impuso el SIMPO en toda la costa atlántica? Ni ahí. Cambió el gobernador y se fue el SIMPO, un invento más argentino que el dulce de leche, la birome o el colectivo, pero con menos suerte. Por algo el presidente Macri trató -casi con éxito- de hacer quebrar a la empresa barilochense. El Mar Argentino es libertario desde que perdimos la Guerra de Malvinas, y no creemos en absoluto que eso vaya a cambiar. Hablando de lo cual, le deseamos una buena navegación al Ministro Petri, como se la desearíamos a cualquier turista.

Daniel E. Arias

 

Alberto Kornblihtt: “El desfinanciamiento del sistema de ciencia y técnica es equivalente a dejarlo morir”

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El prestigioso investigador del Conicet Alberto Kornblihtt expuso este lunes en la Comisión de Diputados del Congreso de la Nación sobre las consecuencias que podrían tener para la política científica el decreto de necesidad y urgencia de Javier Milei y la Ley Ómnibus en tratamiento. “Con el presupuesto de 2023 no llegamos a pagar los sueldos de Conicet en junio; no va a haber plata para mantener a los 300 institutos federales”, señaló. En efecto, si como está previsto se replicase la misma partida que se empleó el año pasado sin modificaciones “empezarán a caducar los equipos costosos, y no se podrá pagar la luz, el gas, la limpieza ni la vigilancia”. Con la actual inflación, la capacidad de respuesta será nula. Con la presidencia del libertario se abre una nueva etapa en el sector encargado de la producción del conocimiento científico del país. A diferencia de lo que sucedía durante el gobierno anterior en que las actividades científicas eran ponderadas y se definían como una «inversión a futuro»; en este parece primar una impronta similar a la que dominaba la escena durante la gestión de Mauricio Macri, cuando la ciencia, más bien, era entendida como «un gasto». A tono con ello, Kornblihtt reivindicó la centralidad del rol estatal en un modelo de nación que apueste al conocimiento. “Los científicos somos parte de un Estado virtuoso, trabajador y comprometido con el país”, observó el bioquímico y biólogo molecular que ya había tenido una destacada participación en el parlamento, durante los debates en torno a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El profesor emérito de la UBA se definió con orgullo como “un hijo de la educación pública” y remarcó que todo su trabajo fue posible gracias al financiamiento recibido del Conicet y de la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología. En esta línea, “la licuación por ajuste y la galopante inflación de los montos de becas y los salarios de los investigadores, técnicos y administrativos de ciencia y técnica, todos obtenidos por rigurosos concursos, está llevando sin perspectiva de reversión por parte de las autoridades, a la pauperización de los trabajadores del sector”, describió. De la misma manera que sucedió con otros gobiernos neoliberales –basta con recordar la frase de Domingo Cavallo que envió a la científica del Consejo Susana Torrado “a lavar los platos”– no es descabellada una nueva fuga de cerebros de aquí en adelante. La salida será Ezeiza para muchos investigadores e investigadoras hipercalificados que, más allá de la trayectoria realizada, no tienen el empleo asegurado en Argentina. “Los científicos estamos preocupados desde que el entonces futuro presidente Milei dijera por TV que cerraría el Conicet porque los científicos no producimos nada. Estamos preocupados por medidas que consideramos una condena de muerte a las capacidades nacionales que son fundamentales para las posibilidades de desarrollo futuro”, destacó Kornblihtt. Con ello, el científico se refirió a la derogación de la Ley de Tierras, a la modificación de la Ley de Glaciares y otras normas como las de Bosque nativos y Protección ambiental. Modificaciones introducidas para “dar ventajas al capital privado en detrimento de la preservación del ambiente y los recursos naturales. Nosotros tenemos a los mejores expertos y ecólogos que, por supuesto, no fueron consultados”, apuntó Kornblihtt quien, entre otros reconocimientos, es miembro extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y de la Academia de Ciencias de Francia, y miembro asociado de la Organización Europea de Biología Molecular.

Pocas certezas por el momento

A la fecha, no hay demasiadas certezas con respecto a cuál será el rumbo que el sector de ciencia y tecnología tendrá bajo la nueva gestión. Solo un puñado de aspectos pueden confirmarse. El empresario del mundo de las finanzas y tecnologías Alejandro Cosentino es el titular de la secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, cartera degradada que antes tenía rango de ministerio; y el veterinario Daniel Salamone reemplazó a Ana Franchi y está a cargo del Consejo. Por el momento, a pesar de las designaciones, no hubo definiciones con respecto a cómo seguirá la política de ingresos y becas al Conicet, así como tampoco cual será el grado de articulación que tendrá el sistema científico y tecnológico que, bajo la administración de Daniel Filmus, había logrado aceitarse. En otro pasaje de su breve pero contundente presentación, Alberto Kornblihtt expresó su preocupación por las empresas públicas que desde el gobierno muestran interés en privatizar. “Además de YPF y Aerolíneas, están Arsat, el Polo Tecnológico de Constituyentes y Radio y Televisión Argentina, sectores ciertamente estratégicos. También (estoy) preocupado por la eliminación del MinCyT y el vaciamiento de sus funciones y desfinanciamiento”, subrayó. Más tarde aseveró: “En ningún país del mundo la investigación básica es financiada por el sector privado. Simplemente no les interesa, les es muy cara. Pero usan la investigación académica estatal como insumo irremplazable para sus desarrollos comerciales. Es el Estado promotor y emprendedor, como dice Mariana Mazzucato”. Al respecto de la participación estatal en desarrollos científicos que le cambian la vida a las personas, el científico brindó ejemplos variados: desde internet y pantallas táctiles, hasta las vacunas contra la covid y los fármacos de última generación contra el cáncer y enfermedades hereditarias. “El desfinanciamiento del sistema de ciencia y técnica es equivalente a dejarlo morir, a interrumpir carreras académicas de jóvenes con títulos universitarios que decidieron aportar y apostar por nuestro país”, expresó.
Pablo Esteban

Tandanor completò la reparación, mantenimiento y actualización del transporte ARA Canal Beagle

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De acuerdo a una publicación realizada por el astillero Tandanor, el buque transporte ARA Canal Beagle (B-3) de la Armada Argentina zarpó desde el muelle de alistamiento de la planta ubicada en Costanera Sur, tras concluir los trabajos de reparación y mejora, de cara a la Campaña Antártica de Verano 2023/2024.

Durante su estadía en Tandanor, la unidad recibió trabajos de mantenimiento general, destacándose la modernización del tablero eléctrico principal, a cargo de la empresa argentina Redimec. En dicha tarea, se llevo a cabo el relevamiento y remoción de obsolescencias, e instalando dispositivos para la protección del generador de sobrecorriente, cortocircuito, sobrecargas y potencia inversa.

Ante la falta de un buque polar con capacidad de transporte de carga, los buques de la clase Costa Sur realizan navegaciones de apoyo logístico al rompehielos ARA “Almirante Irizar”, a su vez apoyado por avisos clase “Neftegaz”, de menor desplazamiento. Cabe destacar que el nunca concretado reemplazo del buque polar ARA “Bahia Paraíso” (B-1), hundido en 1989, estaría a cargo del mismo astillero Tandanor, en convenio con la empresa finlandesa AKER. Si bien el proyecto se encontraba con presupuesto asignado, y con la etapa de ingeniería avanzada, no hubo mayores avances en los ultimos meses.

El péndulo inflacionario

El INDEC difundió el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre: el aumento del 25,5 por ciento no solo pone en perspectiva la magnitud del principal problema de la economía argentina, sino que marca un nuevo hito en la velocidad que adquirió este proceso. La inflación se multiplicó por dos entre 2015 y 2019, pasando del 25 al 50 por ciento, y ahora por cuatro, alcanzanso 211,4 por ciento. Los riesgos de una espiral hiperinflacionaria ahora sí son reales. ¿Se puede evitar? Para responder eso, hay que entender cómo llegamos hasta acá. Allá por 2010, en uno de sus discursos Cristina Fernández de Kirchner dijo “no vengan de ningún rincón monetarista a decir que la inflación es producto del aumento de la oferta monetaria”. Un poco más adelante, en 2012, la entonces presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, declaró que “es totalmente falso decir que la emisión genera inflación”. Mientras que hace unas semanas, en su discurso de asunción, Javier Milei sostuvo que la emisión de dinero es “la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos”. Al margen de lo tajante de las posturas (o quizás por eso), es evidente que las dos no pueden ser ciertas. La gran pregunta es cuál es la equivocada.

1. La visión monetarista

Para este enfoque -como el nombre lo indica- la causa de los aumentos es el exceso de dinero en circulación, la famosa “emisión” provocada directamente por la decisión del Banco Central para tratar de expandir la actividad económica o para cubrir el déficit fiscal. De allí el énfasis tan marcado de Milei en la reducción de los pasivos remunerados y del déficit fiscal como los elementos claves para contener los aumentos de precios. Ahora bien, toda teoría en economía debe venir acompañada de una explicación que justifique su causalidad, lo que se conoce como un mecanismo de transmisión. En este caso, debería brindar una explicación teórica que nos lleve desde “A” (la expansión de la cantidad de dinero en circulación), hacia “B” (el incremento de los precios); es decir A -> B. ¿Cuál es el proceso mediante el cual sucede esto? El monetarismo sostiene que el hecho de que haya más dinero en la economía hace que las personas gasten más y eso lleva a que las empresas aumenten sus precios. Pongámonos en el lugar de una empresa que ve que aumenta su demanda. Tiene dos posibilidades: subir el precio o satisfacer esa demanda produciendo más. Noten que el simple hecho de que haya dos posibilidades ya invalida la afirmación: no siempre A -> B. Por más que esto no suceda siempre, podría ser que sea el caso más frecuente. Para esto, se debería observar que por lo general frente a una expansión del consumo las empresas suban los precios. Acá aparece un nuevo problema. Una empresa que opta por esta estrategia corre el riesgo de perder clientes a mano de la competencia; algo que sucedería si esa competencia decide producir más en lugar de aumentar el precio. Con lo cual, frente a un aumento de la demanda tampoco parece ser la respuesta lógica ni generalizada la opción de subir los precios. Esta explicación presenta una dificultad todavía mayor en el plano empírico, ya que solo serviría para explicar procesos inflacionarios donde la economía se encuentra creciendo vigorosamente (lo que lleva a la expansión de la demanda). Este no es el caso argentino, donde el aumento de la inflación se combinó con el estancamiento de la economía (el PIB de 2023 es prácticamente el mismo que el de 2011, mientras que la inflación se multiplicó por nueve). Este enfoque tiene serios problemas para establecer una causalidad directa entre el aumento de la cantidad de dinero y los precios. Una alternativa para sortear este escollo sería la incorporación de otra/s variable/s que se vean afectadas por la cantidad de dinero en circulación y que impacten en los precios (haciendo que la causalidad entre ambas variables sea indirecta), es decir, ahora sería A -> X -> B.

2. La visión heterodoxa

El nombre de este enfoque sirve más bien por oposición al enfoque ortodoxo (en este caso, el monetarista), pero en realidad engloba diferentes teorías. La premisa principal para explicar la inflación es partir de la idea de que las empresas son las que determinan los precios, aplicando un margen de ganancia por sobre sus costos. Así, grosso modo, el proceso inflacionario estaría compuesto por dos componentes, los costos que impulsan los precios y aquellos que los propagan. Arranquemos por estos últimos. En cualquier economía, los precios se encuentran vinculados a través de un entramado de “contratos indexados” que se van ajustando cada cierto tiempo en función de lo que sucede con el resto de los precios de la economía. Dicho de otra manera, en todas las economías los precios se actualizan cada cierta cantidad de tiempo de manera pautada. Este contrato puede ser formal y explícito, como en el caso de las paritarias y los alquileres, o puede ser implícito, como, por ejemplo, una empresa que incrementa los precios luego de una cierta cantidad de meses en función de los aumentos de sus costos. El hecho de que los precios se actualicen con cierta frecuencia (es decir, con saltos discretos, y no de manera continua), lleva a que los cambios en la inflación persistan en el tiempo1. Los salarios son el elemento propagador por excelencia. Acá la acción de los trabajadores sería más bien defensiva, dado que los aumentos salariales son en respuesta a incrementos de precios. No buscarían incrementar su poder adquisitivo, sino mantenerlo. Como los sueldos son una parte relevante de los costos (la participación de los asalariados -excluyendo al Sector Público- en el Valor Agregado Bruto se ubica en torno al 35%), en una economía estancada como la argentina su incremento se da en detrimento de la ganancia de las empresas, lo que las lleva a trasladarlos a los precios2. Esto es lo que se conoce como una “puja distributiva” y es uno de los principales factores que contribuyen a la inercia, provocando que la inflación sea persistente en el tiempo.

2. Esquematización de un proceso de puja distributiva

Fuente: Elaboración propia. Lo anterior no significa que los salarios sean una de las causas de la inflación (y que, por lo tanto, la solución pase por congelarlos). El incremento de los salarios se da como respuesta a la suba de precios. Además, el proceso podría terminar ahí -con la recuperación de su poder de compra- y, sin embargo, son las empresas las que vuelven a incrementar sus precios (buscando, ahora, recuperar su ganancia perdida). Tal es así que en los últimos siete años la inflación se multiplicó prácticamente por cuatro mientras que el salario real promedio se redujo más del 20 por ciento. Lo que nos falta es un elemento que impulse al alza a los precios y como éstos dependen de los costos, ahí es donde aparece el tipo de cambio (el precio del dólar), mediado por los insumos importados. En realidad, no estamos hablando de ningún producto en particular, sino que la característica esencial es el hecho de que provengan del extranjero, ya que eso lleva a que su precio esté en dólares y por ende su precio local (que se paga en pesos) va a estar afectado por lo que suceda con el tipo de cambio. Cuando sube abruptamente la cotización del dólar se encarecen todos los insumos importados, provocando el traslado a los precios de los productos3. En suma, la teoría heterodoxa sostiene que el principal causante de la inflación son las recurrentes devaluaciones del tipo de cambio, que luego son propagadas al resto de los precios, especialmente a través de la puja distributiva entre trabajadores y empresas. Al igual que el monetarismo, este enfoque presenta algunos problemas. Dada la centralidad que tienen las devaluaciones del tipo de cambio en el proceso inflacionario, resulta evidente el fuerte énfasis que esta teoría pone sobre el faltante de divisas como uno de los principales obstáculos económicos (también conocido como la “restricción externa”). Pero, precisamente por ese motivo, resulta muy llamativa la política cambiaria que predominó durante las tres últimas gestiones del peronismo (2007-2015 y 2019-2023), ya que en todos los casos hubo un notable abaratamiento del precio del dólar en términos reales (26 por ciento en el mandato 2007-2011, 22 por ciento entre 2011 y 2015 y 29 por ciento entre 2019 y 2023). La idea era que sirviera para contener la inflación, aunque terminó teniendo el efecto contrario: impulsó la demanda de dólares y terminó provocando sendas devaluaciones del tipo de cambio —a principios del 2014 y luego de las PASO del año pasado— con su correlato en los precios, incluso a pesar de haber puesto fuertes regulaciones a la compra de dólares (el famoso “cepo” cambiario). Sumado a lo anterior, en el manejo de la política monetaria se observó otra inconsistencia: de manera casi ininterrumpida en los tres mandatos las tasas de interés fueron negativas (medidas en términos reales). Si el principal problema es la falta de dólares, y sabiendo la preferencia de la población por ahorrar en esta moneda, ¿cuál es la lógica de que los instrumentos de ahorro en pesos pierdan contra la inflación? Lo único que logra es que todavía más gente se vuelque a la compra de dólares. Pero hay una explicación que requiere incorporar otro elemento común a los tres mandatos, y es el uso de la emisión como principal fuente para financiar el déficit fiscal, lo que provoca un incremento del dinero en circulación. Esos pesos pueden ser removidos del sistema por el BCRA aplicando una política monetaria contractiva, es decir, un aumento de las tasas de interés que los absorba a través de la expansión de los depósitos bancarios -fundamentalmente plazos fijos-. La contrapartida es el incremento de la deuda del BCRA con el sector privado (los famosos “pasivos remunerados”). La otra opción es convalidar el incremento en la cantidad de dinero -y que no aumente la deuda del BCRA-, pero a costa de un reacomodamiento de las tasas de interés (que se reducen frente al incremento de la liquidez). El potencial riesgo que tiene esta estrategia, como vimos, es que la reducción de la tasa de interés podría incentivar la compra de dólares. Por ende, si la economía estuviera atravesando un contexto de escasez de divisas, no sería una buena alternativa. Llegamos a una conclusión interesante. Al final, ni Cristina Fernández de Kirchner ni Milei tenían razón. O, en realidad, hay algo de verdad en cada una de sus frases. Parafraseando uno de los eslóganes de este último tiempo, podríamos decir que para explicar la inflación con la emisión sola no alcanza, pero sin ella no se puede. La variable por excelencia que impulsa los precios son los costos -en particular, el tipo de cambio- y no la emisión de dinero4. Y dado que su precio depende de la cantidad de dólares que hay en la economía, no hay dudas de que la insuficiencia de los mismos puede llevar a la devaluación y a los problemas ya analizados. Pero eso no quita que, si el gobierno incurre en un elevado déficit fiscal y lo financia a través de la emisión de dinero, corre serios riesgos de que esos pesos terminen en la compra de dólares y, por lo tanto, en la devaluación del tipo de cambio. Una buena parte de nuestro problema es que cada uno de los enfoques se concentra -hasta diría se obsesiona- con una parte de las causas, pero se olvida completamente de las otras, como un péndulo que va de un lado al otro. En lugar de buscar frenarlo en el punto medio, se refugian en sus dogmas, tirando más hacia su extremo. Eso lleva luego a que el péndulo vaya -con la misma fuerza- hacia el otro extremo, exacerbando el problema. Lo bueno de todo esto es que la solución no pasa tanto por poner a un experto que encuentre la combinación justa de las herramientas que hay que aplicar, sino por algo mucho más sencillo, pero que hasta ahora ninguno de los gobiernos hizo (y el actual, por ahora, parece que tampoco): reconocer que la inflación tiene un componente externo, uno fiscal y uno inercial. Cualquier estrategia que solo busque atacar una de las partes lo más probable es que vuelva a fracasar.