Una empresa chilena y otra argentina desarrollan el primer trigo editado genéticamente del país

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La empresa chilena Neocrop Technologies, que tiene una alianza con el semillero argentino Buck Semillas, logró luz verde para desarrollar el primer trigo editado genéticamente en la Argentina con alto contenido de fibra, con un aumento entre cinco y diez veces, lo que representa mejoras para la salud. La firma ya obtuvo una respuesta positiva recientemente en el vecino país del máximo organismo sanitario para avanzar y ahora consiguió lo mismo por parte de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) argentina. La tecnología de edición génica no es transgénica, es decir no introduce un gen externo y acelera los tiempos para lanzar un producto: trabaja con una suerte de “tijeras” para cortar caracteres de interés -la herramienta se llama CRISPR -y hacer pequeños ajustes en el ADN de la planta. Se espera que en el ciclo 2025/2026 empiecen los ensayos a campo en Chile y en el siguiente en la Argentina.

“La Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) declaró que líneas avanzadas de trigo editado genéticamente desarrolladas por Neocrop Technologies en alianza con las semilleras Buck Semillas (Argentina) y Campex Baer (Chile), con alto contenido de fibra (amilosa), no se consideran organismos genéticamente modificados (no-OGM). Con esta decisión, las líneas quedan fuera de la normativa aplicable a cultivos transgénicos, abriendo el camino para su validación comercial en la Argentina como sería con cualquier trigo convencional”, dijo la empresa hoy en Valdivia, Chile, donde está su sede.

Neocrop Technologies usa la plataforma Neotrait Engine, que acelera a tiempo récord el desarrollo de cultivos adaptados a los retos agronómicos y climáticos, así como al aumento del valor nutricional, según precisó.

“Con esta nueva decisión, la región da un paso histórico en la adopción de herramientas de edición génica. Haber logrado el primer trigo editado con una respuesta regulatoria positiva en Chile y ahora en la Argentina refuerza nuestra convicción de que América Latina puede liderar la innovación agrícola global”, dijo Daniel Norero, cofounder y gerente de Negocios de Neocrop Technologies.

Callos de trigo editado genéticamente en el laboratorio de Neocrop Technologies
Callos de trigo editado genéticamente en el laboratorio de Neocrop Technologies

En tanto, Carlos Becco, asesor de la compañía y uno de los referentes del negocio agrícola en la Argentina, dijo que el reconocimiento conseguido “posiciona al país a la vanguardia de la innovación agrobiotecnológica, consolidando su liderazgo en el uso de herramientas de última generación para enfrentar los desafíos productivos, ambientales y nutricionales del siglo XXI”.

También se pronunció Diana Martino, gerenta de Investigación de Buck Semillas, la pata argentina de la alianza. “El trigo alto en fibra permite lograr un producto más saludable para la alimentación humana. Es un producto que nos permite ampliar nuestra paleta de variedades con cultivares de calidad diferenciada”, indicó. Precisó que “trabajar con Neocrop nos ha permitido incorporar técnicas de vanguardia tecnológica en el proceso de desarrollo de nuestras variedades. Gracias a esta alianza con Neocrop, nos consolidamos como pioneros en la innovación del trigo editado genéticamente en el Cono Sur”.

La empresa chilena realizó ediciones en variedades élite recomendadas por sus socios, justamente como Buck Semillas. “El resultado es un producto final sin incorporación de genes externos, es decir, no transgénico, lo que nos permite avanzar más rápido hacia variedades mejoradas listas para el campo”, dijo la Dra. Francisca Castillo, CEO y directora Científica de la compañía chilena.

LA NACION pudo saber que el lanzamiento comercial está planificado para 2028.

Trigo editado genéticamente creciendo en sistema de speed-breeding en el laboratorio de la empresa chilena
Trigo editado genéticamente creciendo en sistema de speed-breeding en el laboratorio de la empresa chilena

Según señaló la empresa del vecino país, “las sociedades científicas y pautas médicas internacionales recomiendan un consumo mínimo diario de 25 gramos de fibra dietética debido a sus beneficios comprobados en la salud digestiva, la regulación de la glucosa y el colesterol, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas”.

Añadió que, igual que en Chile, “los niveles de consumo de fibra en la Argentina son deficitarios: en 2019 el país presentó el menor consumo de fibra dietética de un panel de ocho países evaluados en Latinoamérica, con apenas 11 gramos diarios (en promedio). Este problema es aún más crítico en las zonas urbanas de la Argentina, donde el consumo promedio no superaría los 5 a 6 gramos diarios según un estudio del año 2022”.

Norero señaló que para afrontar esta situación las empresas mencionadas “apuntan a desarrollar líneas comerciales de trigo con 5 a 10 veces más fibra, lo cual permitiría producir harinas blancas con un beneficio nutricional mayor al de las harinas integrales, ayudando a cerrar la brecha de bajo consumo de fibra en el Cono Sur a través de alimentos tan comunes como el pan, las facturas y otros alimentos elaborados tradicionalmente con harina blanca de trigo”.

La compañía recordó: “La industria ha intentado responder a esta brecha nutricional mediante harinas enriquecidas con almidón de otras plantas, o como fibra de trigo adicionada. Sin embargo, en el primer caso, la calidad harino-panadera y organoléptica del producto suele ser afectada negativamente, y en ambos casos, aumentan los costos de producción. Por otro lado, las harinas integrales de grano entero, que tienen 1-3 veces mayores niveles de fibra, no gozan de alta aceptación entre los consumidores, debido a factores como el sabor, la textura, los hábitos de consumo y un mayor precio”. Es en este contexto en que cobra relevancia la alianza entre las empresas mencionadas.

INVAP y su nuevo radar AESA podrían resucitar la defensa aérea argentina. Pero no con Milei

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A finales del año 2022, el Ejército Argentino daba luz verde a uno de sus programas de renovación de capacidades más importantes, fijando el objetivo de dotarse de una nueva generación de radares 3D tácticos de tecnología AESA. En vista del desafío, y cimentado en su experiencia y reconocimiento nacional e internacional, la tarea fue encomendada a la empresa rionegrina INVAP, encargada de la provisión de los nuevos radares RPA-200M y del RMF-200V.

En primer lugar, y como fuera mencionado, la necesidad del Ejército de dotarse de nuevos sensores para misiones de vigilancia y control nace de la antigüedad de los radares Cardion AN/TPS-44 Alert, los cuales, de destacada trayectoria en la fuerza, con despliegue en el Conflicto del Atlántico Sur por la recuperación de las Islas Malvinas, requieren de un reemplazo.

De tal forma, a finales del año 2022 y tras la aprobación del contrato para la provisión de los RPA-200M, la Decisión Administrativa 1330/2022 también plasmaba la “ADQUISICIÓN DE UN SISTEMA DE RADARES TÁCTICOS DE DEFENSA ANTIAÉREA”, siendo el RMF-200V de INVAP el modelo seleccionado para equipar al Ejército.

Como señaláramos en dicha ocasión, el acuerdo comprende la provisión de tres radares móviles a ser montados en vehículos de la fuerza. En cuanto al contrato, indicamos que la inversión alcanza la suma de “… U$D 21.790.000 de dólares, monto que se dividirá en U$D 17.520.924 de dólares por los tres radares, U$D 816.484 de dólares para el kit de mantenimiento y U$D 3.452.592 de dólares en impuestos”.

Añadiendo que: “… el Convenio Interadministrativo también establece el cronograma de provisión, detallando los distintos hitos que van desde la revisión crítica del diseño, desarrollo y demostración de los Modelos de Evaluación Tecnológica, cerrando con el test y demostración de cada unidad por entregar al Ejército Argentino”.

A casi dos años de la luz verde de los contratos, y tal y como dan cuenta fuentes, el desarrollo viene madurando positivamente, mostrando claras diferencias con lo observado en los renders originales provistos por INVAP de forma oficial, y que pueden verse en su página.

Tal y como señala Espacio Tech en un reciente artículo: “El RMF-200V se distingue por ser un radar 3D multifunción, lo que significa que no solo indica la distancia y dirección de un objeto, como hacen los radares más básicos, sino también su altura. Esa tercera dimensión es clave para tener un panorama completo del espacio aéreo. Opera en banda X, una frecuencia que ofrece un buen equilibrio entre alcance y precisión: permite detectar blancos a larga distancia y al mismo tiempo distinguir detalles más finos, como la trayectoria de aeronaves pequeñas”.

Añadiendo: “Su antena utiliza la tecnología AESA (Active Electronically Scanned Array), un sistema de ‘barrido electrónico’ que reemplaza al movimiento mecánico de las antenas tradicionales. Esto le da una enorme velocidad de respuesta y reduce las posibilidades de fallas mecánicas. Gracias a esta tecnología, el radar puede rastrear en simultáneo más de 600 blancos, desde aviones comerciales hasta helicópteros y drones con baja firma radar”.

No obstante, mientras se registran importantes avances en la incorporación del RPA-200M, el desarrollo del RMF-200V continúa su camino, con lo cual es presumible intuir que varias de las características actualmente dadas a conocer pueden ser modificadas, o no. Eso quedará para el momento de su presentación oficial.

Por último, y como fue reportado días atrás, desde Zona Militar avanzamos en la confección de un render, mostrando cómo podría verse el futuro radar AESA montado en uno de los camiones Oshkosh FMTV, que son parte del actual parque de vehículos de transporte del Ejército, siendo este, y viendo tendencias actuales de diseño a nivel mundial, una plataforma válida para su despliegue en el terreno de operaciones donde sea requerido.

Comentario de AgendAR:

El «press release» que acabás de leer sobre el nuevo radar de INVAP cumple con añejas tradiciones militares locales: te dice que este radar es novedoso, pero no cómo, por qué y hasta qué punto. No puedo medir hasta qué punto cambia la historia de la defensa antiaérea argentina, porque ésta se puso a prueba sólo en los 74 días de la guerra de Malvinas.

Yo creo que con otra doctrina de adquisiciones de equipo, otro ministro de defensa, otro canciller, otro presidente y, sobre todo, otro programa económico que incluya mucha industria argentina, este radar podría ser un «game changer» porque es de tipo AESA. No es un simple detector de cosas, es un arma electrónica.

Puede confundir los sistemas de navegación de un objeto atacante, y si es teledirigido o funciona en red con otros radares y con satélites de posicionamiento como el GPS, provocarles un apagón de telecomunicaciones. Es más: con un BUEN AESA podés engañar los radares enemigos y desaparecer de sus pantallas, e incluso venderles que estás en otro lugar y haciendo otra cosa.

Este AESA de INVAP no es nada que hayamos tenido antes, y menos que menos comprándolo. Si la Argentina tuviera un mango, la OTAN o Israel te venderían chatarra radárica que te haría perder la guerra antes de empezarla. La OTAN no tiene maldita la gana de que tengamos este tipo de radares, y menos que menos, de que los fabriquemos en buena cantidad y a buena precio, y ni te cuento si lo exportamos. Por ahora, la situación es «lindo radar, país jodido».

¿Por qué hay que tener radares AESA «made in Argentina»? Porque todos los países con los que nos agarramos o podríamos agarrar a tiros tienen, especialmente un par de vecinos indeseables. Y si estás tan indefenso que no puedas defenderte, te van a atacar hasta los amigos.

LA HISTORIA DE NUESTRA DEFENSA ANTIAÉREA

Antes de mandar a marzo a nuestra defensa, hurguemos los hechos. Los británicos, que aqui dejaron 28 Harrier regados por los campos y el mar, todavía sostienen que no perdieron ningún avión ante la artillería antiaérea argentina, fuera lanzable o de tubo. Historiadores y gente de la RAF coinciden, con gravedad, que se cayeron debido a la meteorología o por error humano. Les faltó añadir también la Ley de Gravedad. Después de todo, Newton era inglés.

Lo que les da razón a los Brits es que el clima de las Malvinas es de perros todo el año, pero en temporada fría no quieras ver. En cuanto al error humano es la causa más frecuente de muerte en guerra, e incluso la causa más frecuente de las guerras: no necesita ventas.

Pero la más espléndida de las armas británicas de todos los tiempos ha sido venderte humo. «Smoke and mirrors», según sus autores.

Si no fuéramos una obstinada piedrita en las alpargatas del rey Charles III, no se explica que los Brits nos sigan macaneando 43 años después de aquella agarrada, en la que ganaron por KO.

Para qué mentirle a una Argentina en lo más profundo de su desarme unilateral, en lo peor de sus capacidades científicas, tecnológica e industriales, y de yapa hoy gobernada prácticamente por EEUU y el FMI.

A los comunicados militares argentinos en 1982 jamás les creí ni el punto final, pero puedo mentar al manos dos derribos. Ambos con alguna colaboración del citado Newton, pero el trabajo sucio sin duda lo hicimos nosotros.

En la TV argentina muchos compatriotas vimos por la tele un SAM (misil tierra aire) pegarle a uno de estos cazabombarderos británicos cuando salía de pegarle a la BAM (Base Aérea Militar) Malvinas. Fue en junio de 1982, y me llamó la atención que el Harrier no atacara en rasante sino a una altura de al menos 4 o 5 mil metros.

Con una «cluster bomb» BL 177 desde esa altura no le pegás ni a la cancha de River, pero tampoco necesitás. Aquí las llamábamos «bombas beluga» y sabíamos que explotaban en el aire y dispersaban 147 subunidades explosivas que explotaban también en el aire, y algunas al contacto con el terreno. Las más turras explotaban después, cuando los rescatistas salían a auxiliar a los heridos y rozaban sin querer sus aletas.

Evidentemente, pensé, el piloto gringo le tenía un respetable jabón a la AA (Artillería Antiaérea) de la BAM. La tele era de muy baja definición, y las imágenes generadas por computadora no habían desembarcado en ella. El Harrier fue apenas un puntito que cruzó en ascenso el cielo siempre encapotado de las islas, perseguido por otro puntito luminoso que se apagó enseguida. El misil, probablemente un Roland francés, debe haber seguido volando y maniobrando por inercia tras agotar el motor. Unos segundos después el Harrier se encendió como un fósforo. El estampído llegó bastante después del fogonazo. El derribo debió haber sucedido bastante lejos de la cámara, que parecía estar en algún muelle de Puerto Argentino.

El otro derribo lo protagonizó Ramón Garcés, hoy historiador y en 1982, colimba en la BAM de Goose Green, llamada entonces «Ganso Verde» por mis colegas y los superiores de Ramón. Un Harrier vino casi pegado al suelo y le tiró una de aquellas bombas de racimo a la pista. Cuando se escapaba en ascenso, Ramón alcanzó a fajarle cuatro o cinco tiros y vio que entraban.

A bordo estaba el capitán «Big Bob» Iveson, que se quedó de pronto sin motor. Pero la cabeza no la perdió, porque trató de alejarse en planeo, y aguantó así hasta estar bien lejos de la BAM, en la que había dejado malos recuerdos. Unos 17 colimbas muertos, que fueron siendo apilados. El zumbo a cargo de la batería seguía vivo, porque se había rajado a velocidad warp y el cañón lo había agarrado Ramón.

Iveson se eyectó con lo justo, con el Harrier casi tocando el suelo. Anduvo escondiéndose 3 días, hasta que llegaron los gringos del 2do Regimiento de Paracaídistas, lo descongelaron un poco a fuerza de té, fin de la historia. La historia de Ramón es más compleja: estaba dentro de la pila de cadáveres, pero seguía obstinadamente vivo, descubrieron con horror cuando ya le estaban cavando la fosa. No muy vivo, pero vivo. No te pelees con Ramón.

Ramón logró localizar a Iveson y en 2013 le mandamos un prolijo mail. Para reconciliarse con el enemigo que te derrotó, siempre es bueno hacerlo tras haberlo derribado, y tenés un gobierno poco probritánico. El conchesumare de Iveson jamás contestó.

En mi poco importante opinión, al menos 2 Harriers fueron presa de Newton porque los derribó la AA argenta. Uno rajándose de la BAM Malvinas a manos de un misilito francés de 64 kg. que bien podríamos haber fabricado nosotros, al menos bajo licencia. Pero a los milicos del Proceso ya les gustaba más comprar que fabricar, lo que explica que tuviéramos sólo 4 baterías Roland para defender los 12.000 km2 de Malvinas. El otro a cañonazos, nomás.

Ambos ataques quizás habrían sido menos letales de haber tenido nuestro país algunos radares propios. No digo un AESA, que no sólo es un detector sino un arma electrónica, algo que INVAP logró hacer apenas hace unos 5 años para la Armada. Y que ésta, según tradiciones, prefiere comprarle a la OTAN, ergo al enemigo.

Éste radar AESA de INVAP por lo pronto no necesita siquiera hacer rotar su antena, porque dispara miles de haces bien colimados de radiofrecuencia por segundo, hacia distintos ángulos, con distintas longitudes de onda. No es improbable que logre detectar un avión o un misil stealth, y tampoco es improbable que el misil o avión detecte al radar, y lo confunda con ruido electromagnético de fondo.

Obviamente, las tres fuerzas deberían interesarse muchísimo por este desarrollo. Pero ateniéndose a la historia desde 1982, y particularmente desde 1990, y de modo horriblemente particular desde 2015, este radar de INVAP es apetecible para cualquier gobierno que pelee para su propio país.

La Argentina, por ahora, no entra en esa lista.

UN AESA ES MUCHO MÁS QUE UN RADAR

Hay muchas diferencias entre un radar militar común de 1942 y esta nueva bestia criolla llamada RMF-200. El primero es un simple detector. Detecta un «blanco» (todo punto nuevo en la pantalla) y te da el azimut, dirección de vuelo, velocidad y altura de vuelo de un avión, un misil crucero, y uno balístico en fase de lanzamiento. El RMF-200 de INVAP tiene todas esas capacidades, y decenas más, y no es un detector: ES UN ARMA.

Sobre eso, vuelvo en un rato.

El azimut, palabra árabe, es el ángulo en que está el blanco respecto del radar, si el susodicho radar tiene como azimut cero el norte geográfico del planeta. Tomá mate. Si tenés problemas para entender esa oración, leela diez veces. Yo la reescribí veinte y sigue sin gustarme.

Ergo, si el blanco viene con azimut 30, está momentáneamente 30 grados a la derecha del cero del radial, y a tu derecha. Si sigue ahí un minuto después y con un eco de radar cada vez más fuerte, está viniendo hacia vos, ojo.

Y pueden ser muchos, y salir como un único punto porque tu radar de la «Chain Home» inglesa consta de torres altísimas y es de onda muy larga, y por ende de baja definición: ve las cosas en bulto. Si el trasponder a bordo de ése o esos enemigos no se identifica como amigo por santo y seña, vos andá alertando a los escuadrones de intercepción. Que suenen las sirenas. Que los ñatos dejen su revista, su faso o pipa y su partida de ajedrez, y que corran como locos hacia sus aviones.

El santo y seña es una clave electrónica. Es un número de matrícula aérea más largo, más incomprensible y aleatorio que cónclave de psicólogos lacanianos. Resulta imposible de copiar para la inteligencia alemana. Hoy pueden ser los primeros 30 dígitos de un número irracional salpímentados al azar con letras alfabéticas. Hoy un maraña, mañana no sé. Otra maraña.

Los números irracionales que me agredieron en la secundaria son horrorosos, porque no terminan nunca. Son parientes cercanos y lejanos del famoso «PI» de la geometría que aprendiste en la primaria. Hay infinitos números irracionales para elegir, y todos menos obvios y junados que el «PI» tan prestigioso e inevitable para calcular perímetros y superficies de círculos, y otras yerbas.

Si además a ese irracional la Luftwaffe, bastante más racional, va a descularlo e imitarlo el día del arquero.

Y hablando de arqueros: estamos en 1941 y los ingleses, que acaban de inventar ese santo y seña electrónicos, lo llaman IFF (Identification Friend or Foe), discriminador de amigo o enemigo.

Eso se lo explica a AgendAR, y con toda paciencia, el Dibu Martínez. Para el Dibu, esta distinción fue crucial en el mundial de 2022. «Mirá, pibe, ese primo es como la camiseta de la Selección. Aunque la pelota esté lejos en campo contrario, y aunque la tenga dominada el Lío Messi y esté haciéndole túneles y calesitas a los defensores franceses, al negro M´Bappé lo junás a cualquier distancia por la camiseta color azul. Aunque parezca distraído y rascándose la oreja, ojo con ése», masculla nuestro anterior arquero en jefe.

Si interrogado por tu radar el blanco (o los muchos blancos) se hacen los burros o tiran un irracional incorrecto, ordená un despegue masivo de Hurricanes y Spitfires (acordate de que estamos en el verano de 1941). Todos esos interceptores están armados con 8 ametralladoras por gorra, para darles mastuerzo a los bloody Huns sobre el Canal de la Mancha y antes de que sobrepasen los white cliffs of Dover. ¿Cachai?

Hacemos un «fast forward» hasta 1978, en Vietnam, y los cambios son significativos. Los nuevos radares militares se han comprimido y caben en la nariz de un caza, e incluso en la de un mínimo misil aire-aire. El F-14 nuevecito de Tom Cruise, alias Maverick en la película Top Gun, dispara no sólo los flacos y casi obvios Sidewinder de corto alcance guiados por infrarrojo.

Resultan más jodidos esos gordos Sparrow radarizados. Son de alcance muy largo para sus tiempos, auténticos BVR (Beyond Visual Range), o fuera del rango visual.

Entonces no importa mucho si Maverick ve al enemigo o no. El radar de su avión sí lo ve y apunta el disparo hacia el azimut y la altura aproximadamente correctas.

Si el malo de la película está a entre 30 o 40 km. de distancia, a los pocos segundos de lanzado, en términos de radar el Sparrow se desengancha solito del que está en el F-14 de don Maverick, Ambos radares, el del avión y el del misil, han consultado con su biblioteca de posibles enemigos, que es una base de datos. Los aeronabos la llaman «librería». Pero eso no es castellano sino inglés traducido. Y MAL.

La computadora del radar de Maverick sabe que fija ése eco es un MiG pilotado por un malo, probablemente soviético y enemigo de la libertad. Incluso consulta con su propia base de datos y lo clasifica como MiG 17, 19 o incluso 21, si es terriblemente supersónico.

Aún a mitad de su vuelo, el Sparrow tomó la pelota y se puso a interceptar al MiG por la suya. Ese misil le gana en pique y maniobrabilidad a un MiG 21, lo mejor que tienen los malvados en esta zona del Océano Índico. La computadora a bordo del Sparrow es más inteligente que un congreso de premios Nobel de física, sabe que el misil en el que viaja ya se gastó todo el combustible sólido, y que ahora vuela «balístico», es decir por inercia.

Por eso mismo, sabe también que hay que conservar la energía cinética, y que es al cuete perseguir al MiG por cola. Por eso, su cerebrito electrónico inventa una trayectoria que se adelante y atraviese la trayectoria más probable del enemigo. Es como cazar patos: vuelan rápido, los condenados, y hay que tirarles la perdigonada delante, me dice Charles III, que ha vivido al pedo y cazando patos. Hay que dejar que el o los patos en fuga atraviesen la perdigonada solitos, sorpresa, fuiste.

Si eso es deporte, directamente cazá en el zoológico con granadas. Carlitos, le contesto. Y buscando mejores fuentes, vuelvo al sur.

Entres los pilotos de caza de Avellaneda, a esto se lo llama un «tiro de deflexión».

Pero hoy ya es cosa del Holywood nostálgico. Añaden los de Avellaneda, con amargura, que la lucha aérea hace décadas que no es visual. «Todo radares, sensores ópticos y computadoras, pibe. Minga de marearlo a firuletes a un enemigo que te ve», comentan.

Con razón pasaron de la acrobacia aérea al tango y la milonga.

Otro fast forward a fecha de hoy, a pocos días de que INVAP muestra al público su nuevo radar

No hay modo de sacarle una palabra verdadera a INVAP acerca de este radar, porque está hecho para mentirle a todo el mundo salvo a su dueño.

Oculta su ubicación, aunque sea fija, porque emite en tantas frecuencias a la vez, y cada una con saltos de frecuencia tan impredecibles, y con potencia tan baja, que no destaca del ruido electromagnético de fondo generado en el planeta por las millones de estaciones civiles de radiododifusión, o por las líneas eléctricas de las redes civiles, o por el ruido electromagnético y desordenado de tormentas, cúmulonimbos, ceniza volcánica en ascenso, y otras fuentes meteorológicas.

El SRMF-200 escapa de casi todo rastreo, pero intenta detectar e identificar todo lo detectable.

Coordinado con dos o más de su tipo en distintos lugares, te bate, clasifica e identifica centenares de objetos reflectantes a la vez y desde ángulos distintos. Y cada AESA de esa red filtra y elimina los pocos objetos interesantes en el sentido militar, de modo de no saturar de sobreinformación al director de vigilancia.

Éste tiene todo el tiempo una visión centralizada y regional, un mapa tridimensional actualizado del teatro de operaciones aéreo, marítimo y terrestre. Puede estar casi en cualquier lado, pero lo clásico es poner a este señor/a en un avión de tipo AWACS. Que la Argentina está perfectamente en condiciones de diseñar al menos desde 2010, pero en Stanley y en Washington, nuestras capitales según el presidente de la Nación (de ésta), no quieren saber nada.

Todo objeto propio, potencialmente enemigo, que está quieto o se mueve, queda señalado e identificado en centenares de km. a la redonda. Un AESA logra ese tipo de cosas. Es Argos, el monstruo de mil ojos.

Si el oponente tiene aviones o misiles «stealth», ante una batería más o menos dispersa de varios radares AESA en general queda escrachado. Alguno logra casi siempre sacarte la patente.

Además el AESA no es un simple y casi todopoderoso observador.

UN AESA ES UN ARMA ELECTROMAGNÉTICA.

En modo interferencia, un AESA puede «arrojarle arena a los ojos» a los enemigos, selectivamente o a todos. Puede aturdir con interferencia todas las frecuencias y potencias a los radares adversarios, y borrarse de sus pantallas saturándoselas de ruido blanco y sin sentido.

Puede autoeliminarse como emisor y mientras tanto, detectar en forma pasiva y silenciosa al oponente. ¿Cómo demonios hace? Escuchando rebotes de señal generados por terceros. Que no tienen modo de saber siquiera que los están siguiendo en una pantalla lejana y ajena. Eso, genéricamente, se llama «jamming».

Los AESA atacan también por «spoofing». Puede inventarle falsos blancos a los radares detectores enemigos. Y no me preguntes cómo demonios se hace eso. Los AESA pueden desorientar los sistemas de navegación de misiles y drones kamikaze adversos, haciéndoles creer que vuelan hacia el este cuando en realidad lo hacen hacia el sudeste. Si tenés suerte, pegan inofensivamente en cualquier lado.

Para ello (esto es increíble) pueden disfrazarse de satélites de sistemas de navegación GPS, GLONASS, GALILEO u otros, y hacerles creer que van a pegarle al Kremlin cuando van a caer en los célebres campos de remolacha de Briansk, o en un edificio vacío en la periferia de Moscú.

Los AESA pueden también interceptar telecomunicaciones encriptadas enemigas y reescribirlas con datos falsos. Es un tipo de hackeo que este portal, humilde observador y admirador de la radarística de INVAP desde 2003, ha bautizado «mandar fruta». Todos los medios argentinos que reciben pauta publicitaria del gobierno nacional lo hacen. Es una profesión civil, además de militar.

Las FFAA de un país al que desde 1833 lnglaterra le ha venido robando casi 2,2 millones de km2 insulares y marinos, no puede carecer de AESA propios. No puede sin ser un sordo, un ciego y de yapa, un pelotudo.Y pelotudo por vocación y por elección si opera chatarra radárica revendida por la OTAN, joya nunca taxi.

Esto de la discapacidad militar en sensores por compra de basura importada se volvió crítico en 1982. Obviamente durante nuestra guerra por las Malvinas. Los AESA no exisltían, salvo como proyecto secreto. Los radares que nos vendieron los EEUU cuando éramos derechos y humanos estaban llenos de contramedidas ingeniosas, que incluso hoy un recién egresado de ingeniería de telecomunicaciones no entiende. Pero blanco sobre negro, eran incapaces de hacer las cosas que hace un AESA moderno.

Hubo dos ataques declarados británicos contra los radares de alerta de nuestra aviación y ejército en la BAM Malvinas. En ambos se usaron misiles donados para la ocasión por los EEUU. El segundo mató con metralla un oficial y cuatro soldaditos marplatenses. Estaban en una caseta móvil liviana, diseñada por Oerlikon.

Claro, si son suizos y famosos son irremediablemente buenos, ¿no? Todo: los quesos, los chocolates, los relojes, las armas. Lo mejor de lo mejor. Pero a este sistema el fabricante le había colocado la antenita exactamente en el techo en el techo de ese habitáculo, y hacía un frío de congelar esquimales.

El tema es que el sistema de apuntamiento y navegación de un misil antirradar Shrike vuela en línea recta contra la antena, y estalla a unos 20 metros del blanco, de modo de hacerlo puré. Entre la onda de choque y el escopetazo de esquirlas, fuiste. Para saber fabricar armás antirradar, tenés que saber fabricar radares.

¿Querrá el lector creer que la Argentina, que diseña y fabrica radares de navegación aérea desde 2003, y antiaéreos de detección temprana desde al menos 2010, le volvió a comprar estas tumbas rodantes a Oerlikon? Ud. mira la foto y no lo cree. Tienen la misma antena de mierda montada sobre el mismo habitáculo de mierda. No sea que nuestro futuro enemigo en cualquier conflicto deba tomarse mucho trabajo en matarnos gente y equipo.

Nuestro radar principal en las islas demasiado famosas era un Westinghouse, pesado, fijo, potente y del año de ñaupa.

NOS JUGAMOS LA CASA APOSTANDO AL WESTINGHOUSE

Nunca sabremos cuánto tiempo estuvo de servicio real en combate nuestro único radar de gran potencia en las islas, y cuánto tiempo apagado por alarma de ataque con misiles antirradar Cuando pudo funcionar, salvó a nuestros aviadores de cazabombarderos de más de una emboscada de Harriers.

Nunca sabremos cuántos pilotos nos mataron los ingleses porque hubo que apagar de urgencia ese Westingouse. Lo cierto es que nuestros pilotos, gente brava pero dirigida por una cúpula muy crápula, en cada apagón radárico quedaron momentáneamentete ciegos como mono en bolsa.

¿Quién decidió que fabricáramos un radar argentino recién en 2003?

¿Querrás creer, lector sub-70, que los mejores aviones de ataque a buques que tuvimos, los A4 Skyhawk, eran de tercera mano, y habían hecho roll-out en 1953? Estaban hechos fruta, porque se perdieron por meses la guerra de Corea, pero desde 1962 a 1975 participaron muy activamente en la de Vietnam. Y luego, de ahí servir su vejez en la aviación de la Guardia Nacional. Y de ahí al desierto de Mojave, estacionados bajo el solazo, a ver qué gil los compraba.

Los A4 fueron aviones magníficos, blanco sobre negro. A la hora de la hora, le dieron matarile y hundieron y estropearon de papeles las mejores unidades de la Task Force, e incluimos al HMS Invincible, a dos semanas de terminar la guerra. Eso no se discute.

Es más, los A-4 se bancaban tiros que habrían derribado a cualquier caza de ataque más moderno. Y además, eran totalmente inmunes al jamming y al spoofing británicos porque se compraron «as is»: sin radar. Muy previsor: no hay modo de deslumbrar a un ciego.

Entre inspecciones, las turbinas recorridas «a nuevo» presentaban novedades cada 150 horas de vuelo. La Fuerza Aérea se acostumbró a cambiar la turbina instalada por una recién reparada para que «los pibes» no perdieran horas anuales de vuelo, que aquí estaban alrededor de las 200.

El nivel de entrenamiento con que se llegó a Malvinas era tan bueno como el de los miembros de la OTAN chica, la fundacional. Pero los aviones, en fin.. De cada tres que partían rumbo a las islas demasiado famosas, uno en promedio pegaba la vuelta a medio camino por problemas técnicos que no se podían resolver ni con sudor ni con magia de taller.

«Yo volé a ciegas contra la Task Force». Podría ser el lemas de nuestros cazadores. En 1982 la Royal Navy era la segunda armada del mundo. Se requiere de mucho coraje.

Ninguno de los pilotos que yo fui entrevistando a lo largo de varias décadas admitió que sus cúpulas los habían cagado en equipamiento. Pero los gringos a nuestros pilotos de A4 los llamaban «los pieles rojas», porque no podían atacar de noche.

También quedaron totalmente dependientes a distancia del considerable radarón Westinghouse de la BAM Malvinas, y de las comunicaciones por radio para decirles: ‘Attenti Fortín. Se les vienen tres Harrier desde las 7, altura 10.000 pies, a 420 nudos».

¿Qué hace uno en esa situación? Suelta las bombas sobre el mar, e incluso, si el combustible a bordo lo permite, eyecta también esos dos enormes tanques subalares suplementarios, casi mayores que el A4 mismo, para pegar la vuelta en 180 grados e intentar el regreso al continente a todo gas, preferentemente vivo.

Lo que ignoro, y vos también, es cuántas misiones abortadas, cuántos regresos de apuro y cuántas merluzas hechas surimi por bombas descartadas costó que en 1965 y de nuevo en 1975 compráramos 75 cazas de ataque sin radar, y sin intentar alguna solución tecnológica propia para el problema. Aviones cuyos pilotos fueron mandados en 1982 a fajarse con las fragatas, destructores, cruceros y portaaviones de Su Graciosa, literalmente erizados de radares de alerta temprana y de tiro de tiro para misiles y cañones.

Y todo bajo la solitaria protección del radar Westinghouse TPS 43 de la BAM Malvinas. Único para orientarse en las islas y evadir Harriers, fragatas y misilazos adversos. La historia del TPS 43 en «La Guerra de los 74 Días» es densa: tuvo 11 alertas rojas de ataque durante toda la campaña y al menos dos ataques con misiles antirradar Shrike.

El empeño británico en matar al TPS 43 mide su importancia estratégica: las misiones antirradar «Black Buck», involucraban 14 tanqueros para reabastecer sucesivamente el vuelo de un Vulcan. Este bombardero estratégico de los ’50 fue resucitado en 1982. Vino la RAF y dijo «Levántate y anda». Y anduvieron. Salidos de esas morgues con público y boletería que son los museos de la RAF. Los hay muchos y buenos, y logran el milagro de que los pibes ingleses entiendan un poco de su propia historia nacional fuera del celular, caminándole alrededor a la historia, y tocándola.

Juntando de aquí y de allá, se armó un Vulcan (seguro fueron más) para llevar los Shrike. Y para garantizar el delivery en tiempo y forma, cada ataque Black Buck supuso 14 reabastecimientos en vuelo sólo para llegar desde las islas británicas, y entonces dejar ciega, aunque no fuera más que un rato, a nuestra aviación.

Ahí los Brits se gastaron una moneda. ¿Te imaginás un rappitero seguido por 14 camiones tanqueros para entregar una pizza? Para Maggie Thatcher, la mayor avara de la historia inglesa reciente, las Malvinas fueron MUY importantes.

JUSTICIA PARA LOS RADARISTAS

La lógica y la historia me chiflan que nuestro Westinghouse en las islas debía alucinar como murciélago con burundanga, y que los gringos que lo construyeron trataron de hacerle ver lo que se les cantara y ocultar lo que no, y así durante toda la campaña. Y si lo lograron sólo a veces y no todo el tiempo, el mérito es todo nuestro.

Después de todo, fueron ingleses y yanquis quienes inventaron los mejores radares de la Segunda Guerra, y también las contramedidas, y con todo eso ganaron la Batalla de Inglaterra y luego la Batalla del Ruhr, más sangrienta y prolongada. Esos ñatos son socios y algo saben de radarística.

En tecnología militar compleja, el único que entiende cómo se baila la cumbia y en serio, es el fabricante. Los meros usuarios son inevitablemente más giles. ¿Quién nos puso en esa posición?

Habida cuenta de lo poco efectivos y caros efectivas que fueron los ataques Black Buck, el hacernos apagar el Westinghouse con misiones «fake» fue un modo más sagaz de desgastar a nuestros cazas cuando salían hacia Malvinas a las cuatro de la tarde. A esa hora en la latitud de las islas queda poquísima luz de sol.

Salir tarde porque de pronto pintaron blancos a tiro era garantía de tener que atacarlos casi a ciegas y luego volver totalmente a oscuras. O ante alerta de Harriers desde la BAM Malvinas, era garantía de abortar la misión, desprenderse de cargas subalares y rajar de vuelta al continente. Creo -sin pruebas- que los ingleses nos metieron el perro más de una vez con trucos electrónicos, que hoy llamaríamos informáticos.

Se me ocurre, porque nosotros lo hicimos con los Harrier, haciéndolos salir y volver a sus portaaviones, todo con mar gruesa y ese viento que despeina hasta a mi peladísimo colega Carlos Pagni, y de yapa al rockero Gustavo Cordera.

Por no ser fabricantes, no teníamos entrenamiento para «spoofear» a la Task Force y hacerle alucinar ataques argentinos con aviones imaginarios. Por ende, hubo que usar aviones reales.

A los Harrier embarcados en los HMS Invincible y Hermes les quemamos las turbinas «big time», y a sus radaristas y pilotos la croqueta, a fuerza de dormir mal. No es imposible que tanto cachengue le haya causado a los súbditos de Su Graciosa algunos accidentes fatales en cubierta.

No hay sitio peor para la salud que la cubierta de un portaaviones: carritos de combustible y de explosivos yendo y viniendo, y aviones que aterrizan y despegan emitiendo llamaradas, y en el caso de los Harrier, llamaradas en vertical-

Y toda la acción transcurre en una cubierta más bien chica, que de yapa rola, cabecea y guiña por un oleaje de órdago y unos vientos de terror. Si algunos gringos se quemaron o ahogaron y alguna vez por fin nos enteramos, el crédito va para nuestros radaristas, que jamás tuvieron prensa.

Hay otros personajes grossos y siguen ocultos.

Los mejores engaños radáricos la Fuerza Aérea Argentina los logró con los Lear Jet para ejecutivos adjudicados el «Escuadrón Fénix» de la FAA. En techo de vuelo, velocidad y capacidad de maniobra, ante cualquier radar británico de los ’80 eran A4 o Mirage III o Dagger que se les venían al humo y con bombas. Más de una vez los Fénix se coordinaron con los escuadrones de ataque. Los Lear fingían un ataque por el norte cuando en realidad los A4, las estrellas del show, venían por el sureste.

Otras veces los Fénix, que no tenían armás pero sí radar, iban al frente de una escuadrilla de ataque como perros guía de un trencito de ciegos. Les abrían camino zigzagueando a través de esa niebla electrónica que rodeaba a la Task Force.

Así lograban llegar hasta la misma sin atravesar el rango máximo de los SAM de mayor alcance de las fragatas. Eran los sistemas Sea Dart, bastante primitivos, de los ‘años 60 y guiados por radar pasivo. Pero te mataban a la perfección a 70 km. de distancia, pegándote a Mach 3. Ni los veías llegar

Todavía hoy, los historiadores británicos no creen demasiado que hubiera pilotos, algunos de ellos civiles, que se aventuraran profundo entre los perímetros de seguridad externo y medio de los portaaviones, bien al alcance de las patrullas de Harrier. Pero sucedió más de una vez.

Así el 7 de junio de 1982, jugándose el cuero en tareas de exploración, un intempestivo Sea Dart abatió un Lear y mató a todos sus tripulantes militares: el vicecomodoro De la Colina, el mayor Falconier, el fotografo capitán Lotufo, el encargado de comunicaciones, ayudante Luna, y el de ingeniería, ayudante Marizza.

Pongo los cinco apellidos porque es imposible no hacerlo: una semana más y se terminaba la guerra. Cayeron desde 12.000 metros al mar, probablemente vivos, y del fuselaje de aquel minúsculo avioncito civil no había modo de eyectarse. De un caza, sí.

Con más radares argentinos en las islas, habrían tenido alguna oportunidad de que aquel Lear esquivara aquel Sea Dart. Entre los pilotos argentinos eso no era infrecuente, al punto de que ese entretenimiento se llamaba «bailar la misilera». ¿Ahora entendés mejor la importancia de los radares y los radaristas?

Y AQUÍ LA CORTO

Ojalá éste radar de INVAP equipe a todas nuestras fuerzas, e incluso que se venda. Como es nuestro, a un AESA de este tipo será más difícil meterle el perro.

Pero con este gobierno o con cualquier otro una centésima parte de servil y vendepatria, eso no va a suceder.

Ahora voy a invertir las tornas: ¿te imaginás el despelote político en Londres, en Washington y en Stanley, si hoy, a 43 años de la guerra, la RAF, la Royal Navy y el Royal Army descartan todos sus radares y se reequipan con los de INVAP? Sospecho que nuestro ministro de defensa y coso, don Luis «Maverick» Petri, está ahí para impedir que se fabrique.

Sospecho que este AESA RMF-200 táctico es tan bueno como los de los gringos.

Sospecho también que si los argentinos nos equipáramos con él y lo combináramos con misiles sudafricanos, indios o brasucas, sería un punto de inflexión simultáneo para nuestra industria, nuestra diplomacia y nuestra historia. No me hago ilusiones de verlo suceder, pero si fuéramos un poco más lejos y resucitáramos el proyecto BLAAV, un misil crucero transónico de 1000 km. de alcance, al Prime Minister, al Minister of Defence, a los jefes del MI-5 y MI-6 los echarían de un patadón. Cundirian la dispepsia en Londres y Washington, la frustración en Tel Aviv y algo de diarrea en Stanley.

Lo digo sin ánimo de declarar la guerra a Su Graciosa o a nadie.

Inglaterra se habrá vuelto pobre, desindustrializada y algo estúpida, pero sigue teniendo a la BBC, la mejor productora de historias del mundo, y además un arsenal nuclear submarino considerable. Bueno, al menos tienen las cabezas explosivas. Los misiles Trident que las llevan son propiedad de los EEUU.

Lo juro, es cierto. Si Trump no quiere, Trump toca botón y no se disparan. O vuelan, pero las cabezas nucleares no explotan.

No me hago ilusiones con Trump. Está declarándole la guerra, pero sin declaración, a media América Latina.

Todo es posible. Vivimos en tiempos de política ficción. El futuro llegó hace rato, como dicen Los Redondos. Todo un palo, ya lo sé.

Pero seguimos diseñando y construyendo tecnología muy avanzada.

No soy de jugar con fuego atómico, lo que quiero es una defensa antiaérea que disuada a cualquiera de seguir sacándonos territorios continentales y marinos, Patagonia, Antártida y Tierra del Fuego incluidas. Y que a su Graciosa, hoy Charles III, o al Windsor que lo suceda, lo persuada de a sentarse a negociar. Porque el tipo ve como vamos reconstruyendo nuestras industrias mientras las de él se derrumban y se venden. Y entre las que resurgen, nuestra vieja industria de defensa. Aggiornada.

Vendrán tiempos mejores y más patriotas, compatriotas.

Ya suena su trueno en nuestras calles.

Daniel E. Arias

Scott Bessent, de Soros a Trump. Perfil de un miembro de las élites de EE. UU.

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Antes de ocupar el centro de la escena en la relación con Buenos Aires, Bessent ya era un nombre conocido en Wall Street. Fundador del fondo Key Square Group, es un economista atípico dentro del trumpismo y un actor clave en la turbulenta guerra comercial de Trump contra China y Europa.

Su protagonismo quedó en evidencia en uno de los momentos más tensos de aquella disputa: minutos después de que Trump anunciara una pausa de 90 días en un plan arancelario que había desatado el pánico en los mercados, fue Bessent quien salió de la Casa Blanca para explicar el abrupto giro. “Trump se creó la máxima capacidad de negociación. Esta fue su estrategia desde el principio”, justificó.

Desde entonces, su papel ha sido claro: traducir y articular las políticas comerciales de Trump en un lenguaje que los mercados financieros puedan asimilar. Ese mismo rol lo cumple hoy con la Argentina, convertido en el nexo entre el poder político de Washington y la incertidumbre de los inversores globales.

Varias fuentes cercanas a la Casa Blanca señalaron que Scott Bessent, un exgerente de fondos de cobertura, era visto como “el adulto en la sala”: la voz más sensata dentro de un equipo de asesores en comercio que incluía a Peter Navarro, principal arquitecto de la política arancelaria de Estados Unidos, y al secretario de Comercio, Howard Lutnick.

“El presidente fue quien finalmente… modificó su estrategia”, explicó Stephen Moore, economista de la Fundación Heritage y asesor de Trump de larga data. “Pero creo que fue Scott [Bessent] quien siempre intentó enfrentarse a los proteccionistas de la Casa Blanca, que presionaban a Trump para imponer aranceles a gran escala”.

En público, Bessent se mantuvo alineado con el discurso oficial y defendió la política arancelaria inicial. Sin embargo, según una fuente cercana al gobierno, en privado instaba al presidente a abrir la vía de la negociación con otros países. Sus intervenciones acabaron imponiéndose, al menos de manera temporal.

La fiscal general de EE. UU., Pam Bondi; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; el secretario del Tesoro, Scott Bessent; y el secretario de Estado, Marco Rubio, escuchan al presidente de EE. UU., Donald Trump, dirigirse a una sesión conjunta del Congreso en el Capitolio el 4 de marzo de 2025 en Washington, D.C.
La fiscal general de EE. UU., Pam Bondi; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; el secretario del Tesoro, Scott Bessent; y el secretario de Estado, Marco Rubio, escuchan al presidente de EE. UU., Donald Trump, dirigirse a una sesión conjunta del Congreso en el Capitolio el 4 de marzo de 2025 en Washington, D.C.WIN MCNAMEE – GETTY IMAGES NORTH AMERICA

“Hubo un cambio en el orden jerárquico”, señaló otra fuente de la Casa Blanca al describir cómo Bessent pasó a ocupar un rol destacado en el equipo comercial de Trump. Esa influencia también fue reconocida por el excongresista republicano Charlie Dent, quien lo definió como “un verdadero adulto en la sala” que entendía las consecuencias económicas de las decisiones presidenciales.

Hoy, como secretario del Tesoro, Bessent no solo tiene peso en la definición de la política comercial, sino que además gestiona la participación dominante de Estados Unidos en instituciones clave como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

De los demócratas al trumpismo

Habiendo ganado la confianza de Trump y de su círculo más cercano, Bessent fue elegido para estar al frente de una agenda económica republicana centrada en reducir impuestos, recortar regulaciones federales e implementar aranceles generalizados.

Esta elección coronó una carrera extraordinaria para un inversor que alguna vez fue protegido del filántropo liberal y multimillonario George Soros, y que donó dinero a destacados demócratas como Hillary Clinton, John Kerry y Barack Obama. En 2000, organizó una recaudación de fondos para Al Gore en su casa de los Hamptons.

Se trata de un un capitalista con debilidad por la realeza. Un sureño de raíces profundas con gusto por los lugares elegantes de Nueva York. Un hombre gay, casado y con hijos, firme defensor del matrimonio igualitario, que abrazó al Partido Republicano, pese a que este en ocasiones ha vilipendiado a elementos —y personas— del movimiento LGBTQ.

Entre sus amistades figuran elegantes socialités y mujeres del mundo, cisnes capotianos de otra época, como la ex cuñada de Trump, Blaine Trump; la princesa Firyal de Jordania y la reina Camilla, a quien una vez hospedó en su casa de los Hamptons —y obligó a fumar afuera. También es amigo del rey Carlos III, quien lo ha recibido regularmente en el Palacio de Buckingham.

Amigos y antiguos colegas lo describen como una persona guiada por los datos, intelectualmente curiosa y con la capacidad de trabajar con personas de todos los espectros ideológicos y políticos.

Bessent ya no tiene casa en la ciudad de Nueva York. Actualmente educa a su hija e hijo, de 11 y 15 años, en Londres junto a su esposo, John Freeman —ex fiscal asistente del Bronx—, con quien se casó en 2011. La familia también tiene residencias en Charleston, Carolina del Sur (el estado donde Bessent creció), y en Lyford Cay, una comunidad cerrada en Nassau, Bahamas, que se promociona como “uno de los enclaves más elegantes y exclusivos del Caribe”.

Pero su historia familiar también está marcada por dificultades, como las dos bancarrotas de su padre —en 1969 y 1979—, un promotor inmobiliario, y la muerte en 2022 de su hermana menor, Wyn Nicole Bessent, quien trabajó como defensora pública y llevó una vida aparentemente más sencilla, alejada del brillo de su hermano.

Criado en un pueblo pesquero de Carolina del Sur, Bessent estudió en la Universidad de Yale, donde fue tesorero de su clase, escribió para el Yale Daily News y mostró interés en convertirse en periodista.

Durante la universidad, Bessent reflexionó sobre los desafíos de ser sureño en Nueva Inglaterra. En 1981 escribió en el periódico que “era el único en el dormitorio que se sintió devastado cuando George Wallace decidió no postularse a la presidencia”.

Reunión de Scott Bessent, Secretario del Tesoro de EE.UU. en el Ministerio de Economía
Reunión de Scott Bessent, Secretario del Tesoro de EE.UU. en el Ministerio de EconomíaGonzalo Colini

Aunque estudió Ciencia Política, terminó trabajando en finanzas luego de obtener una pasantía con Jim Rogers, un inversionista y socio de negocios de Soros. En los años 90, trabajó como socio en Soros Fund Management, ganando notoriedad al apostar en contra de la libra esterlina, lo que generó mil millones de dólares para el fondo. Después de fundar su propio fondo, regresó en 2011 como jefe de inversiones de Soros.

Alguna vez firme partidario de los demócratas, su política giró hacia la derecha con el tiempo. Para entonces, Bessent ya se había convertido en un gran donante de candidatos republicanos. Según un resumen de sus donaciones, ha aportado unos 15 millones de dólares a causas políticas, de los cuales solo 300.000 fueron a demócratas. Donó un millón de dólares a la investidura de Trump en 2016.

Aunque no participó en la primera campaña ni en el primer mandato de Trump, Bessent conoce a la familia Trump desde hace décadas y fue amigo cercano del difunto hermano del presidente, Robert. Su vínculo más cercano con la familia Trump es con Blaine Trump, madrina de su hija. Ambos han estado en la junta de God’s Love We Deliver, organización fundada en los 80 para asistir a personas con VIH/SIDA. También ha apoyado causas LGBTQ+, como la Fundación Elton John contra el sida y la desaparecida Empire State Pride Agenda.

Durante la campaña, cuando muchos líderes empresariales evitaban respaldar públicamente a Trump debido a sus problemas legales, Bessent adoptó una visión distinta. Veía a Trump como “una acción que sube con las malas noticias”, según explicó al analista político Mark Halperin, ya que cada revés aparente parecía fortalecer su candidatura.

Aún así, su relación estrecha con el presidente no empezó a consolidarse sino hasta el año pasado. En agosto, Trump lo presentó en un mitin en Carolina del Norte diciendo que era “muy apuesto” y “uno de los hombres más brillantes de Wall Street”. En esa ocasión, Bessent predijo que una eventual victoria de Kamala Harris provocaría un colapso del mercado y de la economía.

Trump sonrió: “Es de reparto central de casting”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma una orden ejecutiva mientras el secretario del Tesoro, Scott Bessent (2.º por la derecha), y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, observan en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 9 de abril de 2025 en Washington, DC
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma una orden ejecutiva mientras el secretario del Tesoro, Scott Bessent (2.º por la derecha), y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, observan en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 9 de abril de 2025 en Washington, DCSAUL LOEB – AFP

Preocupado por la creciente deuda nacional y la necesidad de reformar el sistema comercial internacional, Bessent organizó más tarde una reunión con Trump y comenzó a intercambiar ideas sobre política económica.

En los meses previos a la investidura de Trump, Bessent promovió un plan llamado “3-3-3”: buscar un crecimiento económico del 3%, reducir el déficit presupuestario al 3% del PIB y aumentar la producción nacional de petróleo en 3 millones de barriles por día. También propuso una idea para que el presidente pudiera dejar de lado, en la práctica, al presidente de la Reserva Federal, aunque abandonó esa propuesta tras recibir oposición.

En algunas áreas, Bessent ha mostrado inclinación a moderar los impulsos económicos de Trump. Sugirió que la idea de aplicar una tasa del 15% a las empresas que produzcan en EE.UU. podría violar leyes internacionales de comercio. También describió el plan arancelario de Trump como una estrategia de negociación “maximalista”, recomendando implementar los aranceles de forma gradual para permitir que los mercados se ajusten.

El primer secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, solía tratar de disuadirlo de imponer nuevos aranceles y buscaba calmar a los mercados en momentos de tensión comercial. Aun así, logró mantener la confianza del expresidente.

Stanley Druckenmiller, inversor de fondos de cobertura que trabajó con Bessent en Soros Fund Management, dijo que aunque Bessent es de trato suave, también puede ser “firme y persuasivo”, y que tiene el carácter adecuado para trabajar con un jefe exigente como Trump. “Si alguien puede hacerlo, es Scott”, afirmó Druckenmiller.

«Es una trampa espiralizada». Sobre los préstamos que hacen las potencias

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“Es una trampa espiralizada”. La generala Laura Richardson, anterior titular del Comando Sur estadounidense, calificó de ese modo a los préstamos provenientes de la República Popular China en una conferencia que dio sobre las relaciones de las potencias con América Latina ante el Foro de Seguridad de Aspen, en Abril de 2022. El dinero, dijo, “contiene ataduras”. Continuó su exposición: “Es tentador, pero es una trampa de deuda (…), los préstamos se pagan. O bien con dinero o bien cediendo soberanía”.

No requiere más esfuerzo que cambiar el nombre de la superpotencia para darnos cuenta de que había, en aquel discurso de Richardson, contenida una receta -casi un manual- para que los Estados Unidos intervengan en el continente. Es imposible leer el hilo de tuits de Scott Bessent con el que amanecieron ayer los mercados sin pensar en los costos que, en dinero o soberanía, deberá pagar la Argentina por lo que, sea lo que sea que signifique cuando se conozcan los detalles, aparece como una generosidad inédita del Tesoro estadounidense.

Las razones de esa generosidad hay que buscarlas en el propio liderazgo de Donald Trump, cuya intervención acaba de cerrar el cuarto salvataje político para la Argentina, tras el fracaso al menos relativo de los dos que negoció en el Fondo Monetario Internacional para el Gobierno de Macri y el que garantizó al de Javier Milei hace apenas unos meses. El mensaje de tempranísimo apoyo a la reelección presidencial, los elogios y la caracterización del peronismo como parte de la “izquierda radical” evidencian un auxilio que no es al Estado argentino sino a su Gobierno y que tiene una contundencia difícil de empardar por su significado no sólo en la política exterior -por el peso de los Estados Unidos- sino por el que mantiene en el seno del círculo rojo, tanto entre la política como en el empresariado.

Por eso no llama la atención que la negociación haya descansado, más allá de la comunicación oficial de Luis Caputo con Bessent, en un backchannel oficioso, que se activó con el viaje del secretario del Tesoro estadounidense en febrero. Aquel día, minutos después que el de Bessent, aterrizó el célebre avión negro con dos empresarios relacionados a CPAC, el Comité de Acción Política Conservadora. Transportaba a los empresarios MAGA Rob Citrone -de histórica relación con Caputo- y Matt Dellorfano.

Citrone hizo de oficiante ante Bessent, horadando la resistencia del ala técnica. En el Departamento de Estado, la presión a través de canales informales correspondió al asesor de campaña Barry Bennet, que se involucró directamente en el tema. La Cancillería se ocupó de garantizar la reunión con Trump en la Asamblea, una tarea que completó con prolijidad.

Del contenido de la asistencia se conocen apenas unas líneas. Si bien no llega tan lejos como Mario Draghi y aquel famoso “whatever it takes” con el que dio reaseguro a los inversores de que detrás de la deuda italiana, española o portuguesa no estaban sus estados quebrados, sino el Banco Central Europeo, se le parece bastante. “What is needed within its mandate” (lo que se necesite, dentro de su mandato) es la fórmula para la intervención con la que el Tesoro estadounidense calificó el apoyo a la Argentina, un “aliado estratégico” de los Estados Unidos y del Gobierno de Trump.

En su declaración, Bessent subrayó que “todas las opciones para la estabilización están sobre la mesa” y detalló tres instrumentos concretos, aunque sin descartar otros: las líneas de swaps, que permitirían al Tesoro estadounidense y al Banco Central argentino intercambiar divisas para aliviar tensiones de liquidez; las compras directas de moneda, una forma de intervención que apuntaría a sostener el tipo de cambio o recomponer reservas; y las adquisiciones de deuda soberana en dólares a través del Fondo de Estabilización de Intercambio.

De todas las opciones mencionadas, el único instrumento disponible con facilidad en la práctica es el Fondo de Estabilización de Intercambio (ESF), que el Tesoro puede usar por decisión presidencial y sin aprobación del Congreso. El ESF cuenta hoy con alrededor de 22 mil millones para intervenir ante riesgos para la estabilidad financiera global o regional. Los préstamos son por seis meses, prorrogables a un año por también por orden del Presidente, con reportes al Congreso y a la Reserva Federal. Entre los restantes instrumentos disponibles, aquellos que tienen alguna potencia deberían pasar por el Congreso estadounidense. Según los trascendidos, Trump estaría dispuesto a pagar el costo político de enviar el instrumento como parte de un proyecto y hacer valer su dominio casi absoluto de la estructura republicana.

Una asistencia que justifique el “what is needed” de Bessent sería impensable con un Gobierno estadounidense normal. Si algo no genera la Argentina -con su crisis de más de una década, en la que empresas e inversores redujeron sistemáticamente su exposición al país-, es un riesgo sistémico de contagio, global o regional. El antecedente más relevante de uso del ESF es el dinero que la administración Clinton otorgó a México en 1995, durante la crisis del tequila. Si los montos son comparables, las coincidencias terminan allí. México comparte una extensa frontera con EE.UU., que podría haber significado un drama migratorio en vísperas de una elección presidencial, el acuerdo de libre comercio de América del Norte (NAFTA) se había puesto en marcha apenas un año antes, México era -es- un socio comercial de los más importantes para su vecino, con un stock importante también de inversiones estadounidenses y los zapatistas eran aún considerados algo así como una insurgencia. Aún así, el Congreso estadounidense protestó fuertemente la asistencia -unos 20 mil millones en un paquete de alrededor de 50 mil millones totales que incluyó al FMI- e impuso diversas condiciones a las autoridades mexicanas, incluyendo garantías sobre recursos petroleros.

Al contrario de México, es imposible pensar estos anuncios desde una racionalidad norteamericana puramente económica. Los motivos son, entonces, políticos y de seguridad. El borrador de la Estrategia de Defensa Nacional elaborado por el Pentágono y bajo análisis de la Administración Trump prioriza el “hemisferio occidental” (eufemismo gringo para el continente americano) como área privilegiada de intervención e influencia estadounidense, junto con la seguridad interior. Las preocupaciones globales que dominaban las formulaciones de gestiones anteriores aparecen postergadas.

La estrategia continental se refleja de múltiples maneras. El reciente despliegue militar en el Caribe, con buques de guerra y aviones caza avanzados para poner presión sobre Venezuela, es reflejo de esta idea, del mismo modo que la reciente des-certificación de Colombia como país que lucha contra el narcotráfico -condicionando la futura asistencia a acuerdos entre el Gobierno de Trump y quien suceda a Gustavo Petro- y una fuerte preocupación sobre la presencia de potencias de fuera de la región -China- en la logística y el comercio de los países del continente. La adquisición por Blackrock de los puertos ubicados a ambos lados del Canal de Panamá, antes en manos de empresas chinas, tras la amenaza de una reocupación militar estadounidense con la que Trump coqueteó en público en diversas ocasiones desde su asunción, es un ejemplo que debería complementarse con las amenazas sobre el puerto de Chancay, en Perú. Desarrollado por la china COSCO Shipping Ports, es el primero inteligente y automatizado de Sudamérica, capaz de recibir los buques más grandes del mundo, y podría integrarse por ferrocarril con Brasil. Sería la plataforma exportadora más importante de la región, con vocación bioceánica. Cerca de Trump, sugirieron en su momento aplicar aranceles del 60% a cualquier mercadería que salga de ese puerto.

En Argentina, la traducción de esa preocupación logística y de infraestructura es Tierra del Fuego, que recibió variadas y consistentes muestras de interés por parte del Comando Sur, por la negativa, advirtiendo sobre un posible puerto o centro logístico chino, al que recientemente se sumó la sugerencia de establecer una instalación, posiblemente una base militar estadounidense en la isla, relevante como nodo tanto para la conexión antártica como interoceánica, en caso de una crisis disruptiva de cualquier índole sobre el Canal de Panamá como la que afectó al tráfico en el Canal de Suez por el accionar de los Hutíes en Yemen. Los márgenes de una Argentina dependiente de los recursos estadounidenses para rechazar la cesión de soberanía que implica una posible presencia militar de una potencia extranjera parecen acotados. La importancia de Tierra del Fuego en la negociación fue confirmada por una fuente muy encumbrada en la anterior administración estadounidense a un importante dirigente político de la oposición.

Son importantes también los costos que se pagarían en la relación con otros países. ¿Podría el Gobierno de Estados Unidos exigir también el cierre de la estación de observación del espacio profundo, construida por y operada en conjunto con la República Popular China? Se trata de una vieja obsesión norteamericana que hasta el momento nunca fue apañada por ningún gobierno: ni CFK, ni Macri, ni Alberto Fernández. En su tiempo de canciller, Diana Mondino se había pronunciado en el mismo sentido. ¿Cambiará algo? ¿Qué pasará con el swap que cuestionó en voz alta Mauricio Claver Carone? Dudas sobre la soberanía, que acompañan al dinero.

Otras pretensiones estadounidense que aparecían en carpeta se vinculan a los recursos naturales. Minerales estratégicos como litio y cobre, y recursos hidrocarburíferos, que podrían aparecer incluidos en el contexto de la negociación comercial en curso. Los márgenes del Gobierno nacional en estas áreas, sin embargo, son limitados. Cualquier concesión especial a los Estados Unidos debería atravesar la barrera que supone el dominio originario de las provincias sobre los recursos naturales.

Con todo, sería imposible entender la asistencia del Tesoro si no existieran razones políticas más coyunturales. Si uno busca en la red social de Elon Musk el anuncio de Bessent sobre Argentina, encontrará un tuit después otro sobre el agravamiento de las sanciones contra Alexandre de Moraes, juez del Tribunal Supremo de Brasil que acaba de liderar la investigación que condenó a Jair Bolsonaro a más de dos décadas y media en la cárcel. La administración Trump dijo, de forma bastante inequívoca, que no pretende dejar caer al Gobierno de Javier Milei y que está dispuesto a hacer incluso más que lo que hizo por el de Macri. No ya con el voto en el Fondo Monetario, sino aportando recursos propios.

El anuncio no es un mensaje sólo para los mercados. Para las diversas opciones que se ubican en la oposición más o menos dialoguista, que se expresa entre otros sectores en el armado de Provincias Unidas, el respaldo explícito hacia Milei de la administración estadounidense supone un dilema. La eventual amenaza de llevar los enormes diferendos causados por las políticas oficiales hasta las últimas consecuencias y hacer valer la debilidad legislativa de La Libertad Avanza se convierte no ya en un enfrentamiento con el Gobierno nacional, sino con su garante externo.

Para el peronismo, las perspectivas también aparecen complejas. El volumen del respaldo al aliado local y las sanciones en curso contra gobiernos como el brasileño o colombiano -que están lejos de haber adoptado políticas de confrontación radical con el norte- muestran una posible tensión que enfrentarán en una situación sumamente vulnerable. El Gobierno estadounidense podrá, en el futuro, apalancarse en cualquier asistencia que otorgue ahora, que se sumará a la capacidad que ya tenía de condicionar la negociación con el Fondo Monetario Internacional, las negociaciones comerciales en curso y hasta, lateralmente, el juicio que se sigue en Nueva York por la estatización de YPF.

El dinero calma, pero no resuelve los problemas de sostenibilidad del modelo económico, particularmente en lo monetario. Fue eso lo que estalló la semana pasada -empujado, pero no causado- por la mala gestión de la política parlamentaria. Las tasas de interés que precedieron la elección bonaerense muestran la credibilidad que los mercados otorgaban a la capacidad del Gobierno de sostener el valor de la moneda, un problema agravado por la no acumulación de reservas en los primeros meses del año. ¿Estados Unidos va a desembolsar o comprometer recursos en estas condiciones? El anuncio sobre las retenciones podría dar una pista. Los plazos burocráticos podrían retrasar la intervención estadounidense hasta después de las elecciones, cuando podrían obrar como respaldo de un esquema monetario más sostenible, con exigencias de ajuste niveladas con otras vinculadas a la sostenibilidad externa y acumulación de reservas que garanticen el pago de la deuda. La devaluación aparece en el horizonte postelectoral casi como una certeza.

¿Qué va a hacer el Congreso? ¿Permitirá un nuevo endeudamiento, o incluso un rolleo de deuda existente, en las condiciones que fije el Tesoro estadounidense? ¿Se animará a rechazar un decreto escrito a la medida de una decisión de Trump? El Gobierno de la que todavía es la principal potencia global decidió apostar un pleno a la suerte de Milei. Los frutos del alineamiento incondicional que ordenó la política exterior del presidente colocan al país en una transformación que hace imposible la vuelta a un estado anterior. El Gobierno acaba de ganar márgenes económicos a costa de márgenes de decisión para el Estado argentino en el futuro, cuyo ejercicio se ha vuelto irremediablemente más costoso. En un mundo en transformación, donde los intereses nacionales no se solapan por sí mismos con los de ninguna gran potencia, la pérdida de autonomía es uno de los precios más elevados posibles por cualquier beneficio efímero.

Iván Schargrodsky

Ya se utiliza en Argentina una terapia de precisión para el cáncer de próstata avanzado

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Una nueva terapia llamada 177Lutecio-PSMA-617 comienza a utilizarse en la Argentina para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado. Esta técnica combina en un mismo procedimiento el diagnóstico y la posibilidad de aplicar radiación dirigida sobre las células tumorales, algo que ya se emplea en otros países y que ahora está disponible localmente para determinados pacientes.

Se enmarca dentro de la llamada medicina de precisión, un enfoque que ajusta el tratamiento a las características moleculares de cada persona, con el objetivo de mejorar la eficacia, reducir efectos adversos y permitir un seguimiento más detallado de la evolución de la enfermedad en casos de cáncer de próstata resistente a la castración metastásico (CPRCm).

En la Argentina, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres y la tercera causa de muerte por cáncer. Si bien la incidencia bajó un 40% entre 2007 y 2014, desde entonces crece un 3% anual. En estadios avanzados, el tumor suele dejar de responder al bloqueo hormonal, que apunta a la testosterona. Es en ese punto cuando los pacientes desarrollan el llamado cáncer de próstata resistente a la castración.

“Casi todos los pacientes en estadio avanzado progresan a esta etapa de la enfermedad, que ocurre cuando el tumor sigue creciendo a pesar del bloqueo de la testosterona. En estos casos, el gran desafío es contar con opciones de tratamiento adicionales, con nuevos mecanismos de acción que retrasen aún más la progresión, prolonguen la supervivencia global y mejoren el control de la enfermedad”, explica Juan Pablo Sade, jefe de la Unidad de Tumores Genitourinarios en el Instituto Alexander Fleming y en el Hospital Austral.

Cómo actúa este tratamiento

El 177Lutecio-PSMA-617 es un radioligando, es decir, una molécula que transporta una partícula radioactiva hasta la célula tumoral. “Viaja por el cuerpo, se adhiere a las células tumorales y lleva una partícula radioactiva que las destruye. Funciona como un misil guiado: el ligando (PSMA-617) busca un marcador (PSMA) en la célula tumoral, se une a ella y entrega radiación (con 177Lutecio) para destruirla desde adentro”, detalla Gonzalo Taetti, oncólogo del Cemic.

La precisión del procedimiento depende de un estudio previo de imágenes (PET-PSMA) que permite identificar a los pacientes con presencia de ese marcador. “Podemos tener primero un test diagnóstico y, tras su identificación, el paciente se convierte en potencial candidato a recibir esta terapia”, agrega Sade.

“Esta terapia nos permite ver y tratar la enfermedad, es lo que en medicina nuclear llamamos teragnosis: la combinación de diagnóstico y tratamiento. La misma molécula permite revelar dónde está la mayor concentración de células cancerígenas y luego dirigir radiación específica para destruirlas”, destaca Isabel Hume, jefa de la Sección de Terapia con Radiofármacos del Hospital Italiano y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Biología y Medicina Nuclear.

Hume lo grafica con una metáfora: “Es como si primero pudiésemos identificar una cerradura (el marcador PSMA) y luego acceder con la llave precisa, que sería el tratamiento. Esto nos permite dar dosis de radiación altas pero muy selectivas, minimizando efectos adversos”.

Una decisión consensuada

Silvina Racioppi, jefa de Medicina Nuclear del Instituto Alexander Fleming, destaca que la indicación de este tratamiento se define en conjunto. “En general surge de un acuerdo entre el oncólogo o urólogo de cabecera y el médico nuclear. Una vez consensuada la posibilidad, se analizan criterios clínicos y se programa la administración del radiofármaco”, expresa.

El procedimiento se hace en forma ambulatoria: el paciente recibe la dosis intravenosa, vuelve a su casa ese mismo día y, por lo general, se indican hasta seis dosis. “La experiencia con nuestro primer paciente fue muy buena. Conocía el proceso y lo llevamos a cabo con mucha seguridad”, relata Racioppi.

El tratamiento se realiza de forma ambulatoria y permite un seguimiento más preciso gracias a imágenes que muestran cómo actúa en el organismo
El tratamiento se realiza de forma ambulatoria y permite un seguimiento más preciso gracias a imágenes que muestran cómo actúa en el organismoshisu_ka

Este tipo de terapias no puede aplicarse en cualquier lugar. “Debe realizarse en unidades especializadas, con equipos multidisciplinarios integrados por oncólogos, médicos nucleares y especialistas en imágenes”, indica Sade. Hume añade que “los centros deben contar con habilitación específica y cumplir con las normativas de seguridad radiológica”.

Evidencia clínica y aprobación

La aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) se basó en los resultados del estudio internacional VISION, que mostró que este radiofármaco prolonga la supervivencia y mejora la calidad de vida en pacientes con CPRCm ya tratados con hormonoterapia y quimioterapia. “Este tratamiento mostró un perfil de efectos adversos moderado y bien tolerado. El objetivo no es solo que el paciente viva más, sino también que viva mejor”, afirma Sade.

El principio que guía esta terapia también se investiga en otros tumores sólidos. “Ya se usa en tumores neuroendocrinos con otros radioligandos, y hay estudios para cáncer de mama, vejiga, glioblastoma y melanoma”, señala Hume.

Racioppi remarca que el avance radica en la biología molecular: “El conocimiento más detallado de las características de los tumores permitió identificar nuevas marcas específicas. Hoy es el cáncer de próstata, mañana podrían ser otras enfermedades”.

Aunque por ahora el perfil es muy específico –pacientes con cáncer de próstata avanzado, resistente a la castración, metastásico y con PET-PSMA positivo–, los especialistas estiman que cientos de pacientes en la Argentina podrían beneficiarse.

Alejandro Horvat

Retención 0: ganan las exportadoras. Los sojeros locales gruñen, y en Chicago también

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La implementación de un régimen de suspensión temporaria de derechos de exportación en la Argentina promovió una baja generalizada de los granos en el mercado estadounidense CME Group.

El régimen abarca todos los productos –cereales y oleaginosos–, pero tiene un mayor impacto en soja, dado que el poroto hasta la semana pasada estaba gravado con una alícuota del 26,0%, mientras que en el caso del trigo y el maíz la misma era del 9,5%.

La medida, si bien comenzó formalmente a regir este martes, ya enpezó a evidenciarse en el mercado de futuros agrícolas de la Argentina (A3) con subas intradiarias del orden del 18% para los contratos de Soja Rosario del presente ciclo 2024/25, mientras que para los de la campaña nueva (2025/26) el alza supera el 8,0%.

El régimen consiste en promover el adelantamiento de divisas por parte de las compañías agroexportadoras a cambio de acceder, por tiempo limitado, a la suspensión de los derechos de exportación. La medida expira el 31 de octubre de 2025, pero puede finalizar antes en caso de que los agroexportadores adelanten ingresos por 7000 millones de dólares.

En ese marco, para reducir el impacto financiero del régimen, los agroexportadores realizarán grandes esfuerzos por agilizar embarques de granos y productos agroindustriales con el propósito de recuperar cuanto antes las divisas transferidas al Estado argentino.

Ese efecto distorsivo, generado por la desesperación presente en el gobierno de Javier Milei –que se quedó sin reservas de divisas para poder seguir interviniendo el tipo de cambio– representa un claro factor bajista a escala global.

No se trata de la mejor noticia para los “farmers” de EE.UU., quienes, además del bloqueo comercial de facto por parte de China, ahora deben soportar un aluvión bajista provocado por una política económica argentina.

Los anteriores paquetes de asistencia financiera de EEUU a Argentina: malos presagios

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Al contrastar las formas de asistencia financiera sugeridas por el Secretario del Tesoro de EE.UU., con el paquete de 2000 implementado por José Luis Machinea durante el gobierno de Fernando de la Rúa, este artículo muestra que dichas estrategias de financiamiento externo no solo fracasaron en sus objetivos, sino que también agravaron las crisis económicas y políticas subsiguientes. Este breve articulo está basado en evidencia empírica, documentos técnicos e investigación, concluye que estas políticas recurrentes prolongan las crisis económicas en lugar de resolverlas. En lugar de ofrecer soluciones, reflejan una incapacidad estructural para generar políticas de desarrollo soberanas y sostenibles.

Introducción

La historia no siempre se repite exactamente, pero a menudo lo hace de manera muy similar, con el mismo diagnóstico:

1) Restricción de financiamiento externo e interno

2) Caída del nivel de actividad y caída de expectativas del consumidor

3) Caída de recaudación y dificultad para cumplir déficit cero

4) Elevado riesgo-país

5) Contracción del crédito y altas tasas de interés

El reciente anuncio de un nuevo acuerdo de crédito entre el gobierno de Javier Milei y los Estados Unidos de Norteamérica, evoca una fuerte sensación de déjà vu. Este anuncio se asemeja mucho al de diciembre de 2000, cuando el presidente Fernando de la Rúa anunció un “paquete de asistencia financiera” que supuestamente marcaría el comienzo de la recuperación económica de Argentina. Un año después, el país no solo no había crecido, sino que se encontraba en un estado de colapso social y económico generalizado.

Este artículo no es solo un ejercicio de memoria. Es una advertencia documentada: la historia económica reciente de Argentina está plagada de intentos de estabilización a corto plazo respaldados por ayuda externa, y todos, sin excepción, han fracasado. Este fracaso no es accidental, sino sistemático. Basado en pura investigación doctoral y análisis exhaustivo de documentos técnicos relacionados con el paquete de asistencia financiera de Machinea, podemos afirmar que estas estrategias agravan las crisis que pretenden prevenir. Este el segundo intento en 2025-el primero fue hace solo cinco meses -calificación del FMI por U$S20.000 millones-. Hoy en un contexto global más hostil, con mayores niveles de deuda, menor capital político y un gobierno más guiado por la improvisación que por el análisis, repetir la estrategia es aún más arriesgado. Este artículo busca comprender por qué ocurre esto, cómo sucede y a dónde conduce.

Paralelismos históricos: 2000 y abril 2025

El plan de rescate financiero de 2000 alcanzó casi los 31 mil millones de dólares, combinando apoyo multilateral y financiación local. A pesar de su magnitud, no logró recuperar la confianza de los inversores ni estabilizar el perfil de riesgo de Argentina. En 2025, con la deuda externa en niveles récord y los indicadores de riesgo peores que en 2000, el gobierno de Milei reintroduce el mismo modelo, endeudarse más, para ganar tiempo.

La lógica macroeconómica es la misma, abordar una crisis de liquidez, apostar por el optimismo de los inversores y forzar reformas estructurales bajo las condiciones del FMI. En 2000, esta estrategia generó un círculo vicioso de deterioro político y fragilidad institucional. Hoy, todos los indicadores son peores, y el equipo económico luce desacreditado.

El error fundamental de los planes de rescate

Los planes de rescate se basan en una falacia fundamental, que las inyecciones de liquidez a corto plazo pueden solucionar problemas de solvencia a largo plazo. Estos acuerdos financieros suelen ignorar las limitaciones políticas, la resistencia social y las debilidades institucionales. Tanto en 2000 como ya vimos en abril de 2025, dentro del marco teórico elegido por el presidente, las reformas del Consenso de Washington se posponen, la credibilidad se erosiona y el optimismo inicial del lunes, va a desaparecer rápidamente.

Al posponer las decisiones que empiezan a exigir los prestatarios y depender de la validación externa, los gobiernos pierden autonomía y profundizan su dependencia. En lugar de crear sendas de crecimiento sostenibles, generan ciclos de fragilidad financiera, desconfianza próxima del mercado y eventual colapso.

Optimismo alucinado y calendario electoral

Tanto en 2000 como en 2025, estas políticas coinciden con el calendario de elecciones de mitad de mandatoEn 2001, el gobierno de De la Rúa perdió las elecciones legislativas. Dos meses después, no habiendo otra opción, la congelación de los depósitos bancarios provocó protestas masivas y el colapso del gobierno.

El gobierno actual enfrenta riesgos similares: aislamiento político, promesas incumplidas e inestabilidad social. Los gobiernos recurren a los planes de rescate para llegar a las elecciones-también sucedió con Macri 2018-2019. Esta táctica prolonga la crisis sin resolverla. Mientras tanto, el mercado evalúa el riesgo, al principio con euforia optimista y luego con realismo, mostrando una respuesta de euforia durante los anuncios y luego, expresando un alto grado de escepticismo sobre la recuperación a largo plazo.

Conclusión

Todos intentaron solucionar los problemas de confianza con dólares extranjeros. El resultado siempre fue el mismo, un remedio temporal con fecha de caducidad. En 2000, este mecanismo mantuvo al gobierno en el poder hasta las elecciones de medio términoTras la derrota, Argentina colapsó. En 2025, volvemos a aplicar la misma fórmula de abril por segunda vez en cinco meses, con menos margen de maniobra, menor legitimidad y mayor exposición. Este nuevo mecanismo financiero no resuelve nada. Solo gestiona la espera. Y esa espera tiene un límite.

Pablo Tigani

Una red social tuvo un papel clave en la revuelta en Nepal. Movilizaciones juveniles en el siglo XXI

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El asesinato de Charlie Kirk y la inédita elección online de la primera ministra nepalesa tuvieron en común el uso de una plataforma digital alejada del mainstream

Las maneras en las que los jóvenes se vinculan con la política pueden ser un verdadero enigma para los adultos. Y si no, que levante la mano el que hubiera sospechado que dos eventos determinantes a nivel global de los últimos días, la revuelta de la generación Z en Nepal y el asesinato de Charlie Kirk, iban a estar vinculados a una misma plataforma digital alejada del mainstream.

De la inteligencia artificial (IA) a las redes, la relación entre la tecnología y los procesos políticos cambia a la velocidad de la luz. Si en 2009 el mundo se enteró de cómo los manifestantes se organizaban por Twitter durante las protestas en Irán y en 2016 el escándalo de Cambridge Analytica demostró hasta dónde llegaba el poder electoral de Facebook, 2025 bien podría marcar un hito como el año en que un país, Nepal, eligió a su primer ministro por Discord.

Discord es una plataforma de mensajería y redes sociales lanzada en 2015 por Jason Citron y Stan Vishnevskiy en San Francisco. Originalmente, fue creada para que los usuarios de videojuegos pudieran comunicarse fácilmente mientras jugaban. Pero durante la última década se fue transformando y pegó un salto importante durante la pandemia, como un lugar que ayudó a comunidades a mantenerse conectadas. Hoy tiene más de 200 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo.

“Lo particular de este tipo de tecnología es que funciona en servidores: para poder participar alguien debe invitarte a ingresar. A diferencia de plataformas abiertas como Twitter o Facebook, estos son espacios cerrados que generan comunidades con una lógica propia, centradas en temáticas específicas y con moderadores, lo que además permite que no sean fácilmente monitoreadas desde afuera”, dice a LA NACION Juan Ignacio Belbis, profesor de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral.

El hecho de que a los espacios se acceda por invitación puede ofrecer una sensación de mayor seguridad y cercanía en comparación con plataformas de difusión masiva, como X, Facebook o Instagram. Además, al no tener feeds infinitos, Discord no tiene un flujo interminable de contenido, lo que la vuelve más atractiva para discusiones específicas.

Un stand de Discord en una convención en San Francisco
Un stand de Discord en una convención en San FranciscoJeff Chiu – AP

Aunque mantiene una fuerte base de usuarios de videojuegos, su atractivo se extendió a múltiples intereses como la música o el deporte, y también sirvió para armar comunidades que debaten temas que prefieren mantener alejados del escrutinio público, como las criptomonedas o las apuestas.

La expansión de Discord también alcanzó el terreno político, a medida que la plataforma dejó de ser un espacio casi exclusivo para gamers y comenzó a ser utilizada por activistas y grupos con agendas ideológicas. Este paso estuvo cargado de varias polémicas, que le valieron a la plataforma ser señalada como un lugar que puede incentivar conductas radicalizadas e incluso se usado como sitio de reclutamiento de grupos neonazis.

El primero de esos episodios ocurrió en 2017, cuando supremacistas blancos recurrieron a Discord para coordinar la marcha “Unite the Right” en Charlottesville, que terminó con múltiples hechos de violencia y dejó un muerto. En 2022, Discord quedó en la mira por la masacre de Buffalo, en la que un joven de 18 años asesinó a diez personas en un supermercado. El atacante utilizaba la plataforma para registrar pensamientos, conversar con conocidos y compartir memes racistas. Y el caso más resonante probablemente sea la filtración de documentos clasificados del Pentágono en 2023 por parte de un joven universitario, que expuso la seguridad nacional norteamericana.

Miembros del Ku Klux Klan estuvieron presentes en los enfrentamientos violentos en Charlottesville, Virginia, en 2017
Miembros del Ku Klux Klan estuvieron presentes en los enfrentamientos violentos en Charlottesville, Virginia, en 2017Reuters

Lejos de aceptar ser considerada como un caldo de cultivo para la extrema derecha y la radicalización, la plataforma lanzó varias iniciativas y afirma que esas actividades son minoritarias en sus servidores. “Discord hizo varias cosas, como el filtrado de grupos, han dado de baja usuarios. Pretende seguir siendo una plataforma vendible, popularmente aceptada”, dijo Belbis.

Pero volvió a quedar en el centro del debate tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. El acusado, Tyler Robinson, de 22 años, usó la plataforma pocas horas después de disparar y confesó ante un grupo privado de amigos. “Fui yo, lo siento por todo esto”, escribió, antes de anunciar que se entregaría. Discord colaboró con el FBI aportando copias de estos mensajes y datos sobre la actividad de Robinson.

Foto policial de Tyler Robinson, el presunto asesino de Charlie Kirk.
Foto policial de Tyler Robinson, el presunto asesino de Charlie Kirk.

La noche anterior a su detención, Robinson también había participado en distintos chats en los que bromeaba sobre las imágenes difundidas por la policía. También trascendieron comentarios sobre la necesidad de recuperar armas y municiones escondidas, aunque la empresa aclaró que esos intercambios probablemente ocurrieron en otra aplicación de mensajería y no en su plataforma.

Discord suspendió la cuenta de Robinson por violar su política de “comportamiento fuera de la plataforma” y afirmó que no encontró pruebas de que hubiera planificado el ataque dentro de sus servidores. Sin embargo, el caso reavivó el debate sobre el rol de este tipo de espacios en procesos de radicalización de los jóvenes. El gobernador de Utah, Spencer Cox, denunció que Robinson habría adoptado posturas extremistas en “los rincones más oscuros de Internet”, entre los que incluyó foros, memes políticos y chats de Discord.

El contraejemplo de Nepal

El papel de Discord en la crisis en Nepal puede verse como un contraejemplo. El arco narrativo no está exento de cierta ironía: un gobierno prohíbe las redes sociales, es derrocado por una ola de protestas y luego reemplazado por uno interino elegido a través de una de las plataformas digitales que había intentado bloquear.

“El Parlamento de Nepal ahora es Discord”, dijo un creador de contenido de 23 años citado por The New York Times, cuando la plataforma ya desempeñaba un papel central e inédito en la toma de decisiones políticas.

¿Cómo se llegó hasta aquí? Después de la turbulenta abolición de una monarquía absolutista en 2008 se inició un período democrático de nuevas libertades que se fue deteriorando. Este mes, la decisión del gobierno de bloquear 26 plataformas de redes sociales desencadenó un estallido de los jóvenes de la Generación Z. El bloqueo fue la punta del iceberg de un malestar más profundo con el autoritarismo, la desigualdad y la corrupción de la élite política.

La represión a las protestas dejó 30 muertos y retroalimentó la ira. Lo que siguió dio la vuelta al mundo: el gobierno colapsó en una Katmandú en llamas. Cuando el ejército entró en acción para restablecer el orden e impuso un toque de queda, miles de nepalíes recurrieron a Discord para debatir el futuro del país.

“Discord se convirtió en un espacio de encuentro para que los jóvenes nepaleses se reunieran y debatieran el camino a seguir”, dijo a LA NACION Pranaya Rana, un periodista residente en Katmandú que escribe el newsletter Kalam Weekly.

Con el Parlamento cerrado y un toque de queda, Discord se convirtió en una suerte de asamblea en la que participaron más de 100.000 jóvenes. El punto culminante fue la selección de un candidato para ocupar el cargo de primer ministro interino hasta las próximas elecciones. Los organizadores del canal, miembros de la organización cívica Hami Nepal, se reunieron con los jefes del ejército, quienes les pidieron que propusieran un nombre. Después de horas de debates y varias encuestas realizadas en la plataforma, el grupo de Discord se unió en torno a Sushila Karki, una expresidenta del Tribunal Supremo de Nepal, conocida por su oposición a la corrupción.

Así proponían a Sushila Karki como nueva primera ministra de Nepal.
Así proponían a Sushila Karki como nueva primera ministra de Nepal.

“La votación no fue vinculante, sino más bien una encuesta de percepción sobre la opinión de la Generación Z respecto a los candidatos. La decisión fue bien recibida por las instituciones estatales, especialmente el ejército y el presidente, que coincidieron en nombrar a Sushila Karki como primer ministro interino, respetando la decisión de los manifestantes de la Generación Z”, relató Rana.

Las conversaciones y decisiones tomadas en el canal de Discord fueron tan relevantes que se debatieron en la televisión nacional y se transmitieron en vivo en sitios de noticias. Shaswot Lamichhane, moderador del canal, afirmó que el servidor de Discord llegó a “negociar con el ejército”.

¿Estamos entonces ante una utopía digital de una revolución con final feliz? No tan rápido. La plataforma también enfrentó desafíos y cuestionamientos: las discusiones a menudo eran desorganizadas, caóticas y ruidosas, y los moderadores tuvieron que bloquear los llamados a la violencia y combatir las fake news.

Las manifestaciones de la Generación Z en Nepal
Las manifestaciones de la Generación Z en NepalAryan Dhimal – ZUMA Press Wire

“Dado que Discord permite identidades anónimas, cualquiera puede participar en la discusión. No es necesario ser de la Generación Z ni siquiera nepalí. Además, si alguien lo desea, podría movilizar fácilmente a un grupo de personas para que se infiltren en el grupo de Discord e influyan en el rumbo de la conversación”, explicó Rana.

Pero los resultados, de todas maneras, fueron sorprendentes. Steven Feldstein, experto de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional en el papel de la tecnología en los movimientos sociales, dijo a The New York Times que el protagonismo político de Discord fue “bastante sin precedente”. Y sobre todo un logro para una camada que está haciendo sus primeras armas en política.

“Las generaciones anteriores de nepalíes, millennials y la Generación X, probablemente ni siquiera habían oído hablar de Discord hasta la semana pasada”, concluyó Rana.

El experimento también plantea el interrogante de si logrará inspirar a jóvenes en otros países. Nepal no es un caso aislado en Asia. Indonesia, Tailandia y Timor del Este son otros tres países en los que la Generación Z ha salido a la calle en las últimas semanas, por disparadores distintos, pero con un malestar con una raíz común: el descontento con los privilegios políticos.

“En muchos otros lugares del mundo, los jóvenes están completamente hartos de la política”, dijo al sitio Gzero Joshua Kurlantzick, del Consejo de Relaciones Exteriores norteamericano.

Discord parece especialmente exitosa en captar ese malestar, pero también plantea una advertencia sobre cómo tendencias y conversaciones pueden pasar totalmente inadvertidas para la mayoría de la sociedad.

“Después de la pandemia Discord fue uno de los lugares donde las ideas de Javier Milei tuvieron gran acogida. No de forma militante, sino orgánica. Ahí surgieron memes, sobrenombres. Esas conversaciones pasaron muy fuera del radar”, explicó Belbis.

Juan Landaburu

YPF negocia con ExxonMobil para sumarla a su proyecto de exportación de GNL

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ExxonMobil, la mayor petrolera de EE.UU., salió del negocio hidrocarburífero en la Argentina en octubre de 2024 cuando vendió su activos en Vaca Muerta a Pluspetrol a cambio de US$ 1700 millones. Sin embargo, un año después de que se concrete esa operación, la major norteamericana podría sumarse a uno de los proyectos emblemáticos que impulsa la industria petrolera en el país. En concreto, ExxonMobil está negociando con YPF el ingreso al proyecto Argentina LNG, la megainiciativa de licuefacción de gas natural que impulsa la petrolera bajo control estatal. Así lo indicaron fuentes cercanas a la empresa que preside Horacio Marín, que esta semana participó del Gastech, una de las ferias de gas natural más importante del mundo que se realizó en esta ciudad.

ExxonMobil podría convertirse en uno de los offtakers del LNG —tal como se denomina en el sector a los compradores de los volúmenes de gas— que se exporte desde la Argentina hacia finales de la década, agregaron las fuentes consultadas. Son conversaciones que si bien están avanzadas, aún no están cerradas.

Marín señaló en el Gastech que la inversión global estimada para materializar y sostener el ritmo de producción de GNL de las etapas dos y tres del plan asciende a US$ 50.000 millones.

“Solo en infraestructura hablamos de 25.000 millones de inversión, más otros 25.000 millones en upstream, afirmó Marín. «Son entre 2000 y 2500 millones de dólares por año en upstream para sostener la venta de los barcos», añadió.

La decisión de YPF y sus socios en estas etapas del plan, la petrolera italiana Eni y la angloholandesa Shell, es incrementar la producción de gas principalmente en la ventana de gas condensado en Vaca Muerta, que es una ventana intermedia entre las ventanas de gas y de petróleo.

Infraestructura y un nuevo oleoducto

Otra de las novedades que dejó el paso de Marín por Italia fue la intención de la mayor compañía de energía de la Argentina de analizar la construcción de un nuevo oleoducto para exportar crudo desde Vaca Muerta, que tendría una capacidad mínima de transporte de 110.000 barriles por día (bpd). «Será más grande que el de OTASA», graficó una fuente de la empresa ante una consulta de este medio.

OTASA es la empresa que opera el Oleoducto Trasandino, un ducto de exportación de crudo de la Argentina a Chile con una capacidad diaria de transporte de 110.000 bpd.

Líquidos

El gas natural proveniente de la ventana húmeda es rico en líquidos como propano, butano y etano. El plan de inversión de YPF incluye la construcción de una planta para separar y luego monetizar esos líquidos a través de su exportación, de forma tal de obtener un gas seco, apto para su licuefacción.

El proyecto involucra una planta de separación, un poliducto y una planta fraccionadora que se localizará en Bahía Blanca. La inversión estimada en esta faceta del plan Argentina LNG asciende a US$ 6000 millones.

Exportaciones

YPF proyecta que con la ejecución completa de las tres fases del Argentina LNG en la provincia de Río Negro las exportaciones de gas natural licuado se ubicarán en un rango de entre 24 y 30 millones de toneladas anuales (MTPA).

La petrolera controlada por el Estado está acelerando las tratativas con Eni por la tercera etapa del plan y con Shell para la segunda etapa. Eni informó que tomaría una decición final de inversión (FID) en el primer trimestre del 2026.

El primer hito de producción y exportación de GNL ocurrirá en 2027, con la etapa uno del plan que involucra al consorcio Southern Energy, que YPF integra junto a Pan American Energy (PAE)Pampa EnergíaHarbour Energy y la noruega Golar.

Los proyectos con Eni y Shell estarán localizados en Punta Colorada. La fase con Eni involucra la instalación de dos terminales flotantes de licuefacción de seis millones de toneladas de capacidad de producción anuales cada una. La fase con Shell involucra otro buque de seis millones de toneladas, con potencial para incrementar la producción.

El proyecto que se instalará al sur de Las Grutas, en el Golfo San Matías, consiste de dos terminales flotantes de licuefacción con una capacidad conjunta de producción de seis millones de toneladas de GNL por año. Marín afirmó en Gastech que la construcción del gasoducto dedicado para este proyecto comenzará en abril.

La terminal licuefactora Hilli FLNG con la que Southern Energy comenzará a producir GNL desde 2027.

Los proyectos en Punta Colorada compartirán infraestructura crítica. Marín explicó que el gasoducto que transportará el gas previamente separado y tratado será de 48 pulgadas, un diámetro de ducto inédito para el país. «Son 75 millones de metros cúbicos de gas por día, y puede llegar a 100 millones de metros cúbicos día si se suma plantas compresoras», dijo.

El CEO y presidente de YPF explicó que no licitarán la construcción de los buques licuefactores para la etapa con Eni y que irán por contratación directa con la empresa constructora china Wison«Eso acelera un año o más todo el proyecto», dijo. La expectativa es que se firme un biding contract con Wison en los próximos dos meses.

Nicolás Deza

Inteligencia artificial: Oportunidades, riesgos y desafíos para Argentina

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Cómo nos informanos, dónde compramos, qué comemos y hasta qué pensamos: desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, prácticamente todo lo que hacemos está mediado por lo digital. La adopción de tecnologías de inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestras vidas y eso tiene, como todo, consecuencias positivas y negativas.

Si se analiza a nivel macro, la IA es un conjunto de herramientas que puede generar una importante transformación productiva en países en desarrollo como la Argentina. Sin embargo, para aprovechar ese potencial, los países deben mejorar sus habilidades, la infraestructura y la disponibilidad de datos, y todavía existe una brecha digital importante respecto a los países desarrollados. Además, la difusión de estas tecnologías conlleva riesgos éticos, económicos y políticos que pueden afectar la gobernanza de países con débil marco institucional.

Para debatir sobre esos aspectos, la Escuela de Economía y Negocios (EEyN) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) organizó la mesa de diálogo “Inteligencia artificial y estrategias de desarrollo: aprovechar el potencial, gestionar los riesgos”. El panel, que se realizó el miércoles 10 de septiembre en el auditorio de la EEyN, contó con la participación de Carlos Chesñevar, investigador del CONICET en la Universidad Nacional del Sur (UNS) y Natalia Debandi, investigadora del CONICET en la UNSAM; y con la moderación de Valeria Arza y Lilia Stubrin (EEyN–UNSAM).

“Es necesario pensar estrategias de desarrollo en relación a la inteligencia artificial, cuáles son las condiciones que hacen falta para impulsar ese desarrollo y cuáles son los riesgos que hay que prevenir, regular y mitigar”, indicó Chesñevar, especialista en IA e investigador del Instituto de Ciencias e Ingeniería de la Computación (ICIC–UNS/CONICET), un centro que trabaja en la temática desde hace 35 años.

Por su parte, Debandi, que es investigadora de la Escuela de Ciencia y Tecnología (ECyT) de la UNSAM, planteó: “Todos queremos hacer cosas con IA. Pero, ¿con cuál IA?”. La experta dividió a la inteligencia artificial en tres grandes grupos. Por un lado, está la que funciona como herramienta para trabajar grandes volúmenes de datos. Por otro lado, está la IA predictiva, que sirve para tratar de anticiparnos al futuro y tomar mejores decisiones. En tanto, el tercer grupo comprende la IA generativa, que puede “crear” contenido nuevo a partir de grandes conjuntos de datos existentes, simulando el proceso de razonamiento humano, como el ya masivo ChatGPT.

Oportunidades: Aprovechar la trayectoria productiva del país

Para analizar las oportunidades que puede tener la IA para el desarrollo del país, Debandi señaló que es necesario pensar en qué tipo de desarrollo sería más conveniente incursionar. En ese sentido, señaló que es posible hacer «desarrollo con IA», que sería simplemente adoptar tecnología desarrollada en otros países y utilizarla en sectores productivos y de gobernanza. Por otro lado, se puede hacer «desarrollo en IA», lo que implica diseñar modelos de lenguaje propios. En este punto, la investigadora remarcó que si bien puede ser algo positivo, hay que analizar cuántos recursos (económicos pero también otros, como el agua) está dispuesto a invertir el país para saber si vale la pena.

Asimismo, una tercera posibilidad es hacer innovación con IA, sobre todo en sectores donde el país tiene un largo recorrido. “Argentina tiene una trayectoria histórica previa a la IA en ámbitos como la biotecnología y los DD.HH., donde el desarrollo de modelos específicos puede darnos un plus importante. Hay muchos temas en los que podríamos generar innovación que nos permita posicionarnos con nuestra propia identidad”, indicó Debandi.

Al respecto, Chesñevar agregó que el país tiene una gran capacidad de innovación tecnológica profunda (conocida como deep tech), que son tecnologías que pueden brindar soluciones disruptivas en diversos ámbitos. “Si miramos Latinoamérica, el 23% de la deep tech viene aportado por la Argentina, donde la biotecnología tiene el potencial principal”, precisó.

Para Debandi, un puntapié clave es preguntarse qué brechas puede ayudar a reducir la IA. Puso el ejemplo de la deserción temprana en educación y señaló que muchas veces se piensa en elaborar herramientas que diagnostiquen el problema, pero no se avanza en una solución. “El agente nos dice ‘hay tantos chicos que pueden dejar la escuela’ cuando seguramente el docente ya lo sabe. Entonces, ¿estamos realmente adquiriendo más información o estamos generando una gran infraestructura para resolver algo que en realidad nuestros maestros ya sabían, cuando lo que hay que hacer es darles los instrumentos para resolverlo?”, apuntó.

Riesgos: La IA “mágica” y una falsa ilusión de razonamiento

Si se piensa en riesgos, los expertos coincidieron en que uno de los más latentes es la ausencia de pensamiento crítico en torno a la IA generativa. “Este tipo de inteligencia artificial ha copado el escenario social, se ha robado el nombre y lo ha mistificado. Hay autores que incluso la llaman, de manera burlona, inteligencia artificial degenerativa, por todos los perjuicios que aparecen asociados al deterioro y sedentarismo cognitivo. Son elementos tecnológicos que generan la sensación de que hay que apurarse a hacer algo porque sino la competencia lo va a hacer antes, en vez de construir el pensamiento crítico sobre qué hace falta tener”, explicó Chesñevar.

“Argentina tiene una trayectoria histórica previa a la IA en ámbitos como la biotecnología y los DD.HH., donde el desarrollo de modelos específicos puede darnos un plus importante», señaló Debandi.

Para el especialista, la IA generativa crea la ilusión de que hay una especie de magia que viene a propulsar una productividad impensada para la sociedad. “Si queremos que la IA cumpla el rol de herramienta, no puede tener componentes de tipo mágico”, remarcó. Además, hay importantes vacíos legales en cuanto a la propiedad intelectual de los textos, videos, entre otros, que la IA utiliza para crear un contenido supuestamente nuevo, lo que puede terminar convirtiendo a estos sistemas en “máquinas gigantescas de plagio”.

“Los textos que se generan con estos modelos de lenguaje son artificiales y no tienen un significado desde la perspectiva humana. No podemos olvidar que la IA nunca tuvo contacto con la realidad. El ChatGPT nunca vio una nube, un pájaro, un árbol, y solo sabe lo que son a partir de lo que otras personas ven y sienten. Todo ese modelo está basado en una falsa ilusión de razonamiento, que en realidad es un manejo de probabilidades sumamente efectivo que genera un diálogo que es una ficción”, sostuvo el investigador.

En la misma línea, Debandi señaló que algo que a ella le preocupa bastante es la sobrelegitimidad de la información que proviene de modelos como el ChatGPT y que su uso masivo termina rompiendo los procesos de aprendizaje tradicionales. “Cuando le pido información, aunque le pido que me dé citas comprobables, este tipo de IA termina mezclando todo o cita artículos que no existen. Hay una sobrelegitimidad de la información, muchas veces por falta de tiempo, que hace que confiemos y no chequeemos, y esto nos hace más vulnerables ante la IA”, advirtió la investigadora.

Desafíos: crear un lenguaje común, regular más y retener talentos

Para pensar en los desafíos que tiene por delante un país como la Argentina para tratar de amplificar las oportunidades y reducir los riesgos del uso de IA, Chesñevar señaló que es importante generar un lenguaje común, que tiene que estar consensuado desde las distintas miradas de la sociedad y no desde un interés comercial. En ese sentido, espacios como las universidades son clave para crear una sensibilización y capacitación en torno a un núcleo conceptual que sea separado del lenguaje comercial que se puede imponer desde actores privados, que tienen intereses particulares.

Durante la mesa de diálogo, los investigadores debatieron sobre cómo aprovechar las herramientas que brinda la IA para el desarrollo productivo y reducir los riesgos a los que nos exponen estas tecnologías.

“Hace falta una alfabetización en temas de inteligencia artificial. Si no sabemos lo que estamos comprando no podemos ser buenos compradores ni realizar una adopción adecuada de esas herramientas. Para esto se necesita un abordaje interdisciplinar: no se puede pensar en IA sin las humanidades. Un ejemplo es generar más charlas que crucen a especialistas en derecho y en informática”, subrayó el especialista.

Por su parte, Debandi señaló que es importante avanzar en el diseño de regulaciones y sistemas de evaluación de modelos de IA (benchmarks) hechos en y para nuestra región. “En general, están hechos con exámenes de Estados Unidos o Inglaterra, que no sabemos si son buenos para nosotros –seguro que no–. Lo que tendríamos que hacer es diseñar un benchmark latinoamericano”, indicó. También señaló que, desde el ámbito de la gobernanza, falta una mirada integral, transversal y estratégica que coordine los desarrollos en IA y marque el camino a seguir.

Finalmente, los investigadores reflexionaron sobre la dificultad de retener talentos en el área de informática e IA, ya que muchos estudiantes abandonan la carrera porque consiguen trabajo en el sector privado mucho antes de terminar. “En la UNSAM, tenemos la Licenciatura en Ciencia de Datos y se está por recibir la primera camada. Ingresaron 180 estudiantes pero en cuarto año solo tenemos siete. Se va reduciendo porque, ya en segundo año, el 80% tiene un trabajo muy bien pago. Creo que hay que generar estrategias distintas, entre ellas, articular más con el sector privado y repensar la extensión de las carreras”, finalizó Debandi.

Nadia Luna