La obra del Gasoducto Néstor Kirchner fue foco de la grieta política y tuvo un abanico de detractores, como en toda grieta. Sin embargo desde el punto de vista de su construcción se trató de todo un hito y un récord en las palabras del director general Área Sur de Techint Ingeniería, Gustavo Gallino, quien destacó que “a nivel mundial llamó la atención no la extensión, sino la velocidad con la que se hizo la obra”.Techint junto con Sacde conformaron una unión de empresas (UTE) que tuvo a su cargo la realización de dos tercios del tendido del ducto, además de obras complementarias.
“El 10 de agosto del año pasado firmamos el contrato de adjudicación de la obra, y en menos de un año el gasoducto ya está funcionando, entregando gas”, marcó Gallino
El titular de Techint para Argentina, Brasil y Chile explicó que “desde el punto de vista de la longitud y el diámetro hemos hecho similares en Arabia Saudita, en México, Brasil, Perú y en Argentina. Lo que llama la atención o lo que realmente muestra la magnitud del proyecto es la velocidad. Colegas internacionales nos llaman para preguntarnos porque todo el mundo se sorprende por la velocidad con qué se hizo”.
El pasado 1 de agosto la línea de 573 kilómetros completó la carga inicial y tres días después comenzó a inyectar gas en las redes de consumo. Pero aún hay pequeños trabajos finales que se siguen desarrollando en esta obra.
Trabajos finales en el gasoducto Néstor Kirchner
“Hoy se está trabajando en cosas que no hacen al funcionamiento del gasoducto, como la recomposición -de la flora en la zona de obra- que ya está prácticamente terminada. Y algunas otras cosas como colocar cercos o veredas”, detalló Gallino.
Luego de la polémica generada por la trampa de scraper de Salliqueló, Gallino contó que entre las tareas que hoy están en marcha se encuentran justamente otras dos trampas para scraper intermedias, a mitad del recorrido del ducto que se planificaron para esta etapa final ya que recién se estima que se utilizarán en uno o dos años.
“Con las críticas, fueron momentos de cierto sinsabor, hasta mis amigos me preguntaban. Pero la realidad es una sola y nosotros estamos tranquilos, para nosotros es un orgullo haber hecho todo esto, con todos los controles que implicaba, en menos de un año. Toda la gente está muy contenta de haber trabajado en esta obra”, marcó Gallino.
Empleo: se fueron los soldadores turcos
La obra del Gasoducto Néstor Kirchner implicó, entre muchas otras cosas, la llegada de un equipo de medio centenar de soldadores de Turquía, especializados en el trabajo de las soldadoras automáticas.
“De toda la gente que trabajó en la obra, los soldadores turcos son los que se fueron, porque los enviamos a Chile que tenemos un trabajo que es con soldadora automática, porque acá los trabajos que tenemos son con semiautomática”, contó Gallino en referencia a un frente de trabajos que encaran desde Techint y en algunos casos junto a Sacde que es más que extenso.
La firma está trabajando en la construcción de una gran Central de Procesamiento de Gas (CPF) en Vaca Muerta para Pluspetrol, también en una parte de la enorme obra Duplicar Plus de Oldelval, finalizaron hace poco el loop del gasoducto Neuba II y avanzan con las obras del Renglón 4 de la licitación de la que formó parte el Gasoducto Néstor Kirchner, que consiste en el tendido de otro gasoducto pero de 30 pulgadas entre las localidades de Mercedes y Cardales, en Buenos Aires.
El nuevo desafío: llegar a tiempo con Mercedes Cardales
Si bien el gran objetivo de todo el paquete de obras que se licitó el año pasado bajo el paraguas del programa Transport.Ar era el gasoducto Néstor Kirchner, existe otra obra que hoy es el centro de atención, la línea Mercedes Cardales, en donde además de que se complete su construcción se requiere la puesta en funcionamiento de una planta compresora para que el gas pueda fluir.
Esta obra lo que permite es vincular las dos grandes redes de transporte de gas de Argentina, la de Transportadora Gas del Sur (TGS) y la de Transportadora Gas del Norte (TGN), dando así flexibilidad al sistema para poder recircular el gas hacia los puntos con demanda.
Parece algo menor, pero es clave para las temporadas valle del consumo de gas del país, la primavera y el otoño, cuando el consumo domiciliario es bajo y si no se logra enviar el gas a donde haya consumo, en especial a las centrales térmicas, se corre el riesgo de tener que cerrar pozos para reducir la producción ante la imposibilidad de llegar a la demanda.
Dicho más resumidamente, el gas que adiciona hoy el Gasoducto Néstor Kirchner podría no tener suficientes compradores en octubre y noviembre, si esta obra no está lista para llevarlo hacia donde se necesita más fluido.
El Gasoducto Néstor Kirchner se terminó, pero ahora apremian las obras en la línea Mercedes Cardales.(Foto: archivo Matías Subat)
“Con Mercedes Cardales tuvimos un tema con los caños, porque se decidió usar los caños que habían quedado del fideicomiso de los loops de La Plata y Otamedi, no del GNEA, sino remanentes de otras obras”, indicó el titular de Techint. Y sumó que “está muy bien eso porque es un gran ahorro, sino lo caños iban a seguir ahí acopiados, pero hubo que hacer un gran trabajo de limpieza y eso demoró la obra”.
Gallino recordó que el plazo para que este gasoducto de casi 80 kilómetros de extensión esté terminado ya pasó, y era a principios de agosto. “Se tuvo que hacer un protocolo para inspeccionar los caños y limpiarlos, incluso algunos hubo que descartarlos porque no estaban bien”, señaló como causa central de la demora.
De momento Gallino indicó que “se está avanzando a 800 ó 1000 metros por día, y ya casi están listos 50 de los 80 kilómetros y un cruce dirigido”.
Desde la UTE Techint-Sacde consideran que hacia fines de septiembre podrían terminar la obra en sí de este gasoducto para iniciar las pruebas hidráulicas. “Para fines de octubre o noviembre debería estar listo”, marcó Gallino y enfatizó que “es una obra que se necesita para el verano, para noviembre, pero si no está la planta compresora también, que no la hacemos nosotros, podría haber problemas para equilibrar la presión y que el gas entre”.
La planta compresora Mars 100 fue adjudicada a la firma Esuco y se construye en la cabecera de este gasoducto, con la función, como señaló Gallino, de permitir balancear la presión de las redes de TGS y TGN, para que el gas pueda fluir hacia donde se lo requiera. Pero por ahora no hay información oficial del avance de esta planta compresora clave.
La urgente reversión del Gasoducto Norte
De cara al futuro las autoridades de Techint ya piensan en las obras que el gobierno nacional anunció que licitará, como son la reversión del Gasoducto Norte y la Etapa II del Gasoducto Néstor Kirchner a San Jerónimo.
“Las dos obras son importantes. La Etapa II es importante porque va a permitir evacuar la producción de Vaca Muerta pero la reversión del Gasoducto Norte hay que solucionarlo porque sino el Norte se va a quedar sin gas y como ciudadano me preocupa más”, aseguró Gallino a Energía On.
Sobre esta obra Gallino consideró que “hay que tenerla lista para abril del año que viene y aún no se licitó, por lo que va a tener que ser muy rápida porque además todo el Norte, no solo los usuarios residenciales, sino también las centrales térmicas, la minería y el litio, necesitan gas y con la reversión el país va a dejar de importar de Bolivia, lo cual es muy bueno”.
Si bien aún no es una decisión tomada, Gallino deslizó que la misma unión empresaria con Sacde podría presentarse a la licitación de ambas obras, no solo por la aceitada relación lograda en el Gasoducto Néstor Kirchner, sino también por los recursos de equipamiento y capacitación que desarrollaron en conjunto para esa obra. Una obra que Gallino enfatizó “fue un verdadero proyecto nacional”.
La empresa Energía Argentina (Enarsa) exportará gas natural de Vaca Muerta a Uruguay durante el mes de septiembre. Los envíos los hará a la compañía estatal de ese país Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Ancap). Se trata de gas excedente en el mercado local por la baja del consumo que se registra en el país debido a las inhabituales altas temperaturas durante este invierno.
Para concretar las ventas a Uruguay, el miércoles se realizará la habitual subasta del Megsa (Mercado Electrónico de Gas), que no es presencial, en donde las petroleras que producen gas en la Argentina ofrecen volúmenes y precios a Enarsa para que -a su vez- se lo venda a Ancap.
La subasta habilita a que el gas ofertado sea de las cuencas de las provincias de Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Fuentes del sector explicaron que para estas subastas es común que ganen los volúmenes de gas provenientes de Vaca Muerta.
Los envíos se realizarán en condición firme a través del gasoducto Cruz del Sur, inaugurado en 2002. Se concretarán entre las 6 del 1° de septiembre y el 1° de octubre a la misma hora. En total, la subasta del Megsa será por 350.000 metros cúbicos por día (m3/d). No es un volumen significativo, sobre todo si se compara con las exportaciones al mercado chileno y el potencial del alto consumo de Brasil. Pero, en esta subasta sí podría ser atractivo el precio mínimo a ofertar, que se estableció en 6,27 dólares por millón de BTU (U$S/MMBTU), cualquiera sea la cuenca de origen del gas natural ofertado.
El precio del gas natural es en el Punto de Inyección al Sistema de Transporte (PIST) o también denominado precio en boca de pozo. Pero se agrega el costo de transporte de exportación desde la cuenca de origen hasta el punto de entrega.
En estas subastas el precio mínimo es el que se termina adjudicando. En 2019 el precio mínimo había sido de 4,5 US$/MMBTU y en 2020 la Argentina exportó a Uruguay por 2,79 US$/MMBTU. En agosto de 2022, el precio al que Ancap adquirió gas argentino fue de 5,51 US$/MMBTU y en otra subasta en septiembre del año pasado el valor fue de 3,91 US$/MMBTU.
Las mismas fuentes señalaron que “es común que estas subastas las ganen comercializadoras, pero ahora hay un mejor precio histórico. Quizá cambie y termine ganando una productora de gas”.
Los envíos de gas argentino a Uruguay forman parte de un acuerdo entre ambos países. Ante el aumento de la producción de gas de Vaca Muerta, las exportaciones a Uruguay se volvieron a autorizar en 2017. Los envíos se realizan entre septiembre y abril, aprovechando el excedente de gas en la Argentina durante los meses de verano. Los volúmenes exportados pueden ascender a 450.000 m3/d.
La iniciativa es impulsada por el Servicio Meteorológico Nacional y la CONAE, junto a otras instituciones internacionales.
La Argentina, junto a otros países de América Latina, avanza en las tratativas para desarrollar un satélite meteorológico regional, que permitirá contar con información climática única y local. El proyecto es encabezado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), junto a agencias espaciales y otras instituciones de Brasil y Costa Rica, así como por la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés).
En la actualidad, los satélites geoestacionarios meteorológicos operativos pertenecen a países del Hemisferio Norte y responden principalmente a sus intereses. “La información meteorológica es de libre acceso y gratuita, pero tiene las prioridades de Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Japón, que desarrollaron sus satélites. América del Sur y África son los únicos continentes que no tienen ese servicio propio”, dijo Josefina Pérès, gerenta de Proyectos satelitales de la CONAE.
“Ante ciertos eventos importantes, podemos solicitar información sobre nuestra zona a los satélites de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), que abarcan hasta el sur de la Argentina, pero entramos en una lista de prioridades, porque primero deben atender sus propios intereses”, sostuvo Laura Frulla, gerenta de Observación de la Tierra de la CONAE.
El grupo de trabajo se reunió en la Ciudad de Buenos Aires para comenzar a definir los intereses y las necesidades de la región, con la participación del SMN, la CONAE, el MINCyT, la WMO, el INPE y la Universidad de Costa Rica.
“Un satélite meteorológico regional viene a cubrir una vacancia que no tiene que ver necesariamente con recibir información, sino que nos limita en cuanto a establecer una agenda propia, en establecer para qué necesitamos un satélite, qué queremos observar”, dijo Celeste Saulo, directora del SMN.
Por estas razones es importante que los países de América Latina puedan contar con un satélite propio para el monitoreo de sus fenómenos climatológicos, que les permita disponer de la información de manera autónoma y tener mayor capacidad de reacción ante eventos extremos, que son cada vez más frecuentes e inesperados. “Se trata de un ambicioso proyecto de integración regional”, aseguró Pérès.
“El proyecto tiene además el potencial de aglutinar esfuerzos y proyectos estratégicos a nivel latinoamérica y el caribe. Es importante compartir agendas y un satélite regional sería un punto donde nos encontraríamos a nivel industria y desarrollo de capacidades”, agregó Saulo.
En este sentido, se apunta a desarrollar el satélite en el marco de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), un organismo internacional conformado en 2021, encargado de coordinar las actividades de cooperación en el ámbito espacial de los países latinoamericanos y caribeños, para el uso y exploración pacífica del espacio ultraterrestre, la Luna y otros cuerpos celestes.
Las conversaciones para avanzar en el desarrollo de un satélite de América Latina comenzaron en 2018, con profesionales del SMN y de la CONAE. En 2021 se realizó una reunión del Directorio de la Agencia Espacial Nacional junto al Ministerio de Defensa (organismo del cual depende del Servicio Meteorológico Nacional) donde se avanzó en la formalización del proyecto, que fue declarado de interés nacional. Y un año después, la WMO también lo destacó como una iniciativa de interés regional.
De izquierda a derecha: Luciano Vidal (SMN), Laura Frulla (CONAE), Josefina Pérès (CONAE) y Daniel Vila (WMO).
“Durante la reunión se realizó un primer sondeo de las necesidades e intereses de los usuarios de la región. También analizamos hacia dónde van las nuevas tecnologías y los proyectos espaciales en los que se está trabajando para los próximos 10 años. Además se evaluaron las capacidades con las que contaría América latina para avanzar en un proyecto de este tipo”, comentó Frulla. Por otra parte, profesionales de la NOAA expusieron su próxima generación de satélites, GeoXO, que se prevé lanzar hacia 2030.
“Desde la CONAE comentamos cómo es el proceso de desarrollo de un sistema satelital, desde su diseño, desarrollo, fabricación y testeo, hasta la elaboración de sus productos, dirigidos a los usuarios de la información satelital”, señaló Pérès.
A partir de la reunión surgieron tres líneas de trabajo para continuar abordando. En primer lugar, se identificaron las áreas de vacancia, o sea cuál es la información necesaria para la región que hoy no es relevada por otros satélites operativos. En segundo lugar, se destacó la posibilidad de que el satélite regional sea complementario con otros sistemas existentes, como los de la NOAA, para aumentar las revisitas y la frecuencia de información. En tercer lugar, se observó que la iniciativa puede ser una oportunidad regional para la formación de recursos humanos y de capacidades, teniendo en cuenta no sólo la construcción de instrumentos, sino también el desarrollo de aplicaciones. El objetivo es equiparar a todos los países de Latinoamérica en materia espacial.
“Este es un primer paso que estamos dando para avanzar en el proyecto. Ahora estamos en la etapa de definición de requerimientos y buscamos sumar nuevos socios en la región”, afirmó Frulla.
El blog Bichos del Campo ha publicado la siguiente nota:
«Mientras que el gobierno argentino viene realizando grandes esfuerzos para boicotear a la industria elaboradora de biodiésel, lo contrario ocurre en el vecino país de Brasil.
Este año el gobierno brasileño aprobó aumentar a un 12% el corte obligatorio de biodiésel con gasoil, cifra que se elevará al 13% en abril de 2024, al 14% en abril de 2025 y al 15% en abril de 2026.
Sin embargo, el ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Fávaro, defendió la posibilidad de que el corte llegue al 20% a nivel nacional.
“Ya no se puede hablar de la descontaminación del mundo y de la captura de carbono y, por otro lado, consumir combustible fósil. Es inconcebible tener que consumir diesel S500, que es altamente contaminante, muy cargado de azufre, en un momento en que el mundo habla de descarbonización del planeta”, dijo el ministro este jueves durante el evento IV Biodiesel Week organizado por la Unión Brasileña de Biodiesel y Bioqueroseno (Ubrabio).
Fávaro señaló que el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva valora a los biocombustibles y, por eso, entiende que la continuidad del Programa Nacional de Biocombustibles volvió a dar seguridad jurídica al sector.
“Con la reanudación de este programa, con previsibilidad, uno puede mirar hacia adelante. Nadie invierte miles de millones de reales, como se invirtieron, para ver vulnerabilidades; regresar a lo que ya habían logrado fue un absurdo gigante”, dijo en referencia al congelamiento del corte del biodiésel instrumentado durante la gestión de Jair Bolsonaro.
De todas maneras, el comentario de Fávaro se explica también por un evento de la coyuntura actual, dado que, en plena cosecha de maíz tardío, se están registrando casos de desabastecimiento de gasoil en muchas localidades del centro y sur de Brasil a causa de que el precio interno del combustible fijado por Petrobras es inferior a la paridad de importación y, por lo tanto, no existen incentivos para importar el producto. Con un mayor uso interno de biodiésel de producción propia esas dificultades no existirían.
Por otra parte, como el biodiésel en Brasil se elabora mayormente en base a aceite de soja, la promoción del mismo contribuiría a consolidar la sostenibilidad del sector agroindustrial brasileño, además de mejorar eventualmente el precio FOB del aceite de soja al retirar oferta exportable del mercado.
La situación brasileña contrasta con la presente en la Argentina, donde la legislación vigente (Nº 27.640) contempla un corte obligatorio de biodiésel con gasoil de apenas el 5,0% que puede ser reducido hasta el 3,0% si el gobierno lo considera propicio.
En la Argentina las fábricas de biodiésel, además de enfrentar escasez de mercadería por el fracaso de la cosecha de soja 2022/23, tienen que lidiar con costos extremadamente volátiles a partir de las sucesivas ediciones del “dólar soja”.
En ese marco, se proyecta que la elaboración de biodiésel no lograría este año superar el millón de toneladas, la cifra más baja desde 2008, lo que representa un retroceso monumental.»
La misión rusa Luna-25 se lanzó la semana pasada y la misión india Chandrayaan-3, que despegó en julio, tienen el mismo objetivo: aterrizar una nave no tripulada en el polo sur lunar: otra competición está en marcha entre India y Rusia por llegar al mismo destino con una sonda no tripulada, una pugna que puede decidirse por cuestión de horas.
La India lanzó el pasado 14 de julio su misión espacial Chandrayaan-3 hacia nuestro satélite. La sonda ingresó el 5 de agosto en la órbita lunar y ya ha enviado algunas imágenes, mostradas en la cuenta de Twitter de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO).
Está previsto que la nave india alunice en el punto más meridional de la Luna el día 23 de este mes de agosto. Un hito que no solo haría del país asiático el cuarto país que habría logrado tocar el satélite terrestre, tras Estados Unidos, Rusia y China, sino que también lo convertiría en la primera nación en alcanzar su polo sur.
La sonda rusa Luna-25 entra en la carrera
Sin embargo, cuando parecía que el único escollo para esta ambiciosa empresa pasaba por ejecutar correctamente la maniobra de alunizaje, Rusia anunció esta semana el lanzamiento de otra nave con mismo destino: el polo sur de la Luna.
La misión rusa, bautizada como Luna-25, despego el viernes a bordo de un cohete Soyuz-2.1b desde el cosmódromo Vostochni. Este acontecimiento supondrá la reanudación del programa lunar de Rusia, que lleva paralizado desde 1976, cuando el país todavía era parte de la URSS.
El aterrizaje de la sonda rusa Luna-25 en el polo sur lunar está previsto entre el 21 y el 23 de agosto, el mismo día que pretende alunizar la misión india Chandrayaan-3.
Pese a salir de la Tierra con una desventaja de 28 días con respecto a su competidora india, la nave rusa prevé ganar esta versión actual de la carrera espacial, ya que según cálculos de la agencia espacial rusa Roscosmos, el alunizaje se producirá entre el 21 y el 23 de agosto.
Tras su despegue el 11 de agosto, la misión tardará cinco días en alcanzar la órbita lunar, en la que permanecerá entre cinco y siete días antes de ejecutar la operación de aterrizaje en el polo sur, según ha informado Roscosmos.
Consultado este competidor inesperado, el portavoz de ISRO, BHM Darukesha, señaló que el organismo indio era consciente de los progresos de la misión rusa a través de los medios, pero descartó hacer comentarios al respecto.
En comparación, la misión india tiene previsto tocar la superficie lunar cuarenta días después de su lanzamiento, una tardanza asociada a la falta de potencia del cohete que la impulsó al espacio, pese a tratarse del más potente con el que cuenta la agencia espacial india.
Esto motivó que su nave tuviera que moverse durante veinte días alrededor de la Tierra, antes de dirigirse a la Luna, la cual orbitará otros 18 días durante los que se acercará progresivamente a su superficie, hasta intentar el alunizaje el 23 de agosto.
Alunizaje en zonas distintas
Independientemente del vencedor de esta carrera, ambas misiones tienen previsto desplegarse en distintas zonas del polo sur de la Luna, y su duración es también muy diferente.
Mientras que el proyecto ruso llevará a cabo investigaciones durante largo tiempo, la empresa india se mantendrá unos 14 días tomando datos sobre aspectos como la presencia de agua.
Durante ese tiempo, la estación india, que consta de un aterrizador y un explorador, realizará experimentos científicos y recabará datos sobre la composición mineral del satélite y la presencia de agua en esta región de la Luna.
El desarrollo de ambas empresas coincide, sin embargo, en los sucesivos retrasos que han experimentado en su fecha de lanzamiento. El despegue de Luna-25, en la que la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés) planeaba enviar parte de su tecnología a través de un acuerdo de cooperación con Rusia, que se quebró tras el comienzo de la invasión a Ucrania, estaba inicialmente previsto para octubre de 2021, pero se fue retrasando progresivamente su fecha hasta este mes.
La probabilidad de éxito de la misión rusa se sitúa en torno al 70 %, según el director general de Roscosmos.
La misión india también sufrió una demora superior a un año, puesto que ISRO programó su despegue para 2021. Un lanzamiento llamado a olvidar el fracaso que acababan de sufrir con su predecesora, Chandrayaan-2, que se estrelló en septiembre de 2019 durante el descenso hacia la superficie lunar por problemas técnicos en la reducción de la velocidad.
En los cuatro años que han pasado desde entonces, los ingenieros indios han analizado ampliamente y corregido todos los errores que propiciaron dicha decepción, según afirmó a los medios el presidente de la agencia espacial, S. Somanath, que se muestra plenamente convencido sobre el éxito de la misión de la India.
Esto contrasta con el tono precavido que mantiene el director general de Roscosmos, Yuri Borisov, que durante un encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, el pasado junio, explicó que este tipo de misiones «siempre conllevan un riesgo» y advirtió de que la probabilidad de éxito suele situarse en torno al 70 %.
En un día donde el orgullo y la emoción fueron protagonistas para la industria naval y pesquera de la Argentina, la empresa Luis Solimeno e hijos y SPI Astilleros realizaron la presentación final del «Luigi», el buque pesquero de mayor porte construido en nuestro país.
Además, en una jornada llena de simbolismo y tradición, se realizó el bautismo de mar del buque «Anita», de similares características al Luigi que es una verdadera proeza de la ingeniería naval y la tecnología.
Su construcción representa un hito para la industria naval argentina, un claro ejemplo del talento y dedicación de todo el equipo que intervino en su desarrollo.
La jornada contó con la presencia del intendente Guillermo Montenegro, la directora de Anses, Fernanda Raverta, el obispo Gabriel Mestre, el ex jefe comunal Gustavo Pulti, el fundador y la presidenta de SPI Astilleros, Horacio Tettamanti y Sandra Cipolla, la familia Solimeno, el presidente del Consorcio Portuario Regional MdP, Gabriel Felizia, el secretario general del Sindicato de Obreros Navales (SAONSINRA), Juan Speroni, concejales, autoridades del Consejo Federal Pesquero, representantes y autoridades del sector productivo, la Prefectura Naval Argentina y la Armada, entre otros.
Antonio «Tony» Solimeno, muy emocionado, agradeció especialmente a SPI Astilleros y a su familia y resaltó la importancia que tienen estas dos embarcaciones para la ciudad. «El Luigi y el Anita nos llenan de orgullo, son un hito para Mar del Plata y la industria naval. Sin el apoyo de mis hijos, mis nietos, mi hermano Luis y toda mi familia esto no sería posible. Mi padre emigró desde Italia en 1935 y continuaron con el espíritu emprendedor y la cultura del trabajo de la familia en el Puerto en Mar del Plata. No podría estar más orgulloso de continuar ese legado», dijo Solimeno.
Sandra Cipolla y Antonio «Tony» Solimeno.
Por su parte, la presidenta de SPI Astilleros, Sandra Cipolla destacó el compromiso y la decisión de la familia Solimeno de construir ambos buques en la Argentina y en nuestra ciudad. Además, resaltó que en cada detalle hay ingenieros, ingenieras, técnicos, obreros navales y especialistas que son argentinos y la mayoría marplatenses».
«Agradecemos a todos aquellos que han sido parte fundamental en este proyecto, desde el diseño hasta la construcción y puesta en servicio de estos buques emblemáticos. A las trabajadoras y trabajadores que se pusieron al servicio de la construcción con toda su competencia e idoneidad y, en ese sentido, queremos agradecer a la UTN y al SAON como los dos extremos de una misma bandera, el trabajo».
«Esperamos que esta jornada histórica sea el inicio de una nueva etapa próspera y sostenible para la industria argentina».
Ambos buques, «Luigi» y «Anita», representan un logro significativo en la colaboración entre SPI Astilleros y la empresa Solimeno. La sinergia entre ambas compañías ha dado lugar a la creación de embarcaciones de última generación que impulsarán el desarrollo y la competitividad.
Al recorrerlo se puede apreciar la gran dedicación y atención puesta en cada detalle. En el buque Luigi se utilizaron más de 20.000 mil horas de ingeniería de diseño y proceso. Además, los directores de obra y los ingenieros e ingenieras en Jefe atendieron, con resultados satisfactorios, más de 50 inspecciones de la Prefectura Naval Argentina y más de 25 inspecciones del Registro de Clase RINA, obteniendo los buques certificados por la Clase y la Autoridad de Aplicación.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina, informó el pasado lunes que la producción industrial de hidrocarburos y de la minería tuvo en el primer semestre un alza del 11 por ciento.
Por medio de un documento, el ente precisa que el índice de producción industrial minero (IPI minero) reportó en junio pasado una subida del 10,7 por ciento respecto a junio de 2022 y un alza del 0,6 por ciento en relación a mayo de este año.
La producción de petróleo crudo, que se encuentra como registro del IPI, aumentó en junio 8,2 por ciento interanual, mientras que en la primera mitad del año acumuló un alza del 10,2 por ciento.
“En junio de 2023, el índice de ‘Extracción de petróleo crudo y gas natural y servicios de apoyo para la extracción de petróleo crudo y gas natural’ muestra una suba de 11,7 por ciento respecto a igual mes de 2022. El acumulado enero-junio de 2023 presenta un aumento de 13,2 por ciento respecto a igual acumulado del año anterior”, declaró el organismo.
Entre tanto, en junio de 2023, el índice de “Extracción de minerales metalíferos” (oro, plata) muestra una caída de 7,0 por ciento en relación al mismo mes en 2022. El acumulado enero-junio de 2023 presenta una disminución de 10,1 por ciento respecto a igual acumulado del año anterior.
La producción de minerales no metalíferos y rocas de aplicación (litio, arenas de fractura y granito) creció en el sexto mes del año un 15,1 por ciento interanual y acumuló en la primera mitad de 2023 un incremento del 7,5 por ciento, aún cuando el Indec no dedica un apartado específico para el análisis del litio.
Esto que estoy escribiendo es un eco, con pocos cambios en fechas y algunos números, de otras notas que publiqué he publicado. Que a su vez se referían a escritos anteriores, míos y de otros. Por ejemplo, aquí, aquí, aquí…
Es apropiado que sea así, porque la inflación argentina es también una larga repetición de políticas -muchas veces contradictorias- y de argumentos. Aquí actualizo, un poco, y resumo, un texto que escribí el 21 de julio del año pasado, el último mes A. M. (antes de Massa):
Primero: la hipótesis que maneja el ministerio de Economía -que estas rachas de alza del «blue», el dólar ilegal, están fogoneadas, es razonable. Y probable. Es un mercado muy chico, además de clandestino. Con unos pocos millones de dólares -mucho menos de lo que cuesta una campaña nacional- se mueve. Si el Central no tiene reservas disponibles para controlarlo.
Pero ese no es el problema que tiene el gobierno. No es el que tiene la Argentina. El hecho es que la gran diferencia entre el(los) tipo(s) de cambio oficial(es) y el precio que tanto especuladores como ahorristas están dispuestos a pagar por el billete estadounidense crea expectativas de megadevaluación. Además, esa perspectiva de un aumento brusco de la cotización desalienta la liquidación de exportaciones y estimula el anticipo de importaciones.
¿Les suena la frase «festival de importaciones»? La había usado hace un año la vicepresidenta. Y hay razones estructurales para ese festival. En las cosechas del verano 2021/22, cuando la sequía todavía no había impactado sobre las exportaciones, los precios globales de las commodities que exportamos estaban, en promedio, entre los más altos de la historia reciente, y también los volúmenes exportados. Las liquidaciones de las divisas por los exportadores acompañaban ese crecimiento. Pero las reservas del Banco Central no crecían, y faltaban divisas para las importaciones necesarias.
¿Y por qué son necesarias? Esta lista también fue confeccionada hace un año, y los ejemplos son arbitrarios. Pero era y es válida para ilustrar la necesidad de importar para mantener en marcha la economía argentina:
Siete de cada diez autopartes que se utilizan para la producción local de autos terminados vienen del exterior.
Un 55% de las drogas que tienen como insumo las farmacéuticas locales para la producción de remedios es importado.
El 90% de los celulares y LCDs que se ensamblan en Tierra del Fuego cuentan con tecnología extranjera.
Los tubos de acero sin costura que fabrica Techint para exportar al mundo necesitan del mineral de hierro importado.
Cabrales requiere de los granos de café y Arcor del cacao para sus chocolates. Ninguno tiene sustitución local.
Seis de cada diez insumos que se importan no tienen un proveedor local que pueda abastecerlos, según la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).
Nueve de cada diez empresas grandes utilizan al menos un insumo importado y el 67% de las pymes requieren de un proveedor externo porque no tienen alguien que localmente pueda abastecerlos.
Así, en mayo del año pasado las importaciones llegaron a casi 9 mil millones de dólares. Este año, donde ahora sí muerde el impacto de la sequía más larga registrada en nuestro país, ¿es de extrañar que el gobierno deba apretar cada vez más fuerte el «cepo» a las importaciones que Macri debió comenzar a aplicar en 2019?
En una situación de desequilibrio como ésta, que no es nueva ni especial en la historia argentina -ni en la de casi todos los países, si vamos al caso- hay una solución habitual en el sistema capitalista (en la versión estadounidense, la china, la turca, la…): devaluar la moneda local. Eso desalienta las importaciones y estimula las exportaciones. (China usó mucho la subvaluación del yuan, y EE.UU. se quejaba. Turquía la está usando en estos días).
Pero Argentina no puede usarla. Porque ya el peso argentino se está licuando. Hay una obviedad que debemos recordar: El dólar no sube, es el peso que baja.
Por eso el gobierno no puede devaluar, en el sentido en que se usa como herramienta económica. Porque la inflación está constantemente «corriendo el arco». Un dólar a $ 600, que hoy se percibe como alto y lo es, en unos meses parecerá, será «barato». Como dije, esta historia ya la vivimos los argentinos, entre 1958 y 1991. Supongo que Cristina Kirchner la tenía en mente, cuando recomendó a Alberto Fernández leer «Diario de una temporada en el quinto piso» de Juan Carlos Torre, la historia del derrumbe del gobierno de Alfonsín.
La «solución» que se aplicó entonces -la convertibilidad- no dejó buenos recuerdos para una mayoría de los argentinos. Pero está claro que no es la única solución posible: muchos países han aplicado diferentes políticas para controlar la inflación, desde Brasil a Israel, en estas últimas cuatro décadas. Distintas versiones de planes antiinflacionarios. (Antes en Argentina en 1952, para el caso).
Ninguna versión es indolora ni brinda resultados rápidos. En un país con altísima inflación, como el nuestro, hasta hay sectores importantes de la economía -como la comercialización- que se han adaptado y obtienen sus utilidades en ese marco. Y los perjudicados por el aumento de precios -la inmensa mayoría de la población- exigen que se recompongan sus ingresos.
Entonces, un plan antiinflacionario en serio se puede aplicar cuando derrotar la inflación se convierte en la prioridad absoluta de casi todos los sectores sociales. Como sucedió aquí después de la segunda hiper de Menem La cuestión, entonces, es cuándo se llega a este punto. Está claro que hace un año las dirigencias evaluaban que las mayorías sociales -y buena parte de los grupos económicos- no estaban dispuestas a soportar los costos de un plan antiinflacionario. Y probablemente tenían razón (muchos piensan que es necesario ajustar… a los otros) ¿Lo están ahora? Si no, en mi opinión ese momento no tardará mucho. Nada desordena tanto la vida de tantos como el aumento continuo de los precios que estamos viviendo.
Eso sí, el reclamo profundo es detener la inflación enloquecida, no prometer que se hará. Las medidas de un plan antiinflacionarios no figuran, ni deben figurar, en las campañas electorales. Salvo quienes están muy lejos de la posibilidad de gobernar pueden agitar fantasías como la dolarización. Para que sus votantes se imaginen que van a ganar lo mismo, pero en dólares, no en pesos.
Si esto es así, lo que se empieza a elegir este domingo y finalizará en octubre, noviembre, es quienes deberán soportar los costos de moderar la inflación y en qué proporción.
Algo a tomar en cuenta: las consecuencias no deberían sufrirlas los más pobres. No por razones de humanidad, sino técnicas. Sus consumos básicos demandan un porcentaje mucho menor de importaciones que las de los sectores medios y altos. Por algo, todos los planes del FMI -no una institución humanitaria, por cierto- insisten en salvaguardias para los más vulnerables.
Eso presenta un problema político para cualquier gobierno. Porque son los sectores altos, y los medios -mucho más numerosos- los que gritan más fuerte. Cavallo no se ve forzado a renunciar en 2001 por los que gritaban en la Plaza de Mayo por el desempleo y la pobreza, que venían de mucho antes. Se va cuando son sus vecinos en Avenida del Libertador los que estaban pateando la puerta de su departamento.
Resumo y repito: si estoy en lo cierto, lo que se vota este domingo, y en octubre y noviembre, es quiénes decidirán el reparto de los costos. Quienes lo hagan -no será una sola persona, sino muchas en distintas posiciones de poder- deberán sumar inteligencia, decisión, «muñeca» y humanidad, o los costos serán mucho mayores de lo necesario. Como han sido otras veces. Conviene elegir bien.
El secretario ejecutivo del Museo Malvinas, Juan Rattenbach – es nieto del general Benjamín Rattenbach, autor de un informe emblemático sobre la actuación de las fuerzas armadas en la guerra de Malvinas – habla sobre las Malvinas, la Antártida y Tierra del fuego.
Agencia Paco Urondo: ¿Por qué es tan importante el informe Rattenbach – que escribió tu abuelo – para entender la guerra de Malvinas?
Juan Rattenbach: Para quienes no conocen su historia, básicamente se creó una comisión investigadora después del conflicto del Atlántico Sur, bajo el gobierno de Bignone. El objetivo era dar una respuesta al pueblo argentino sobre lo que había pasado en la guerra de Malvinas. Esta comisión fue presidida por mi abuelo porque era el de mayor rango en el Ejército, tenía el grado de teniente general y era el más antiguo. A su vez, no estaba comprometido políticamente con la Junta Militar, aunque ésta especuló con que todos los integrantes de las Fuerzas Armadas que formaron parte de esta comisión investigadora iban a actuar siguiendo un espíritu corporativo y fue todo lo contrario.
El informe fue demoledor en sus conclusiones, no sólo desde el punto de vista técnico militar sino también el punto de vista político. Cómo fue el rol de la Cancillería Argentina, la administración de la política exterior durante el conflicto. Los medios de comunicación le pusieron el nombre de Rattenbach por ser mi abuelo quién presidió esa comisión, pero fueron varios integrantes de las fuerzas, retirados, quienes cumplieron las funciones de investigar qué había sucedido en Malvinas. Cuando Bignone recibe el informe, decide archivarlo y clasificarlo bajo secreto militar. Mi abuelo muere en 1984, mi padre estuvo del 84 hasta el 2012 pidiendo que el Estado Nacional publicara y desclasificara el informe, hecho que se realiza por decreto de nuestra actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en febrero del 2012, quien le da público conocimiento y se encuentra en la página de Casa Rosada.
APU: Estamos a días de las elecciones. ¿Tiene lugar la causa Malvinas en las plataformas electorales de los distintos partidos?
J.R.: Si tomamos como punto de partida al mes de julio, Malvinas todavía no se ha mencionado. Eso no quita que sea mencionado en octubre, de cara a las elecciones generales. En 2019 formó parte del debate presidencial, por primera vez, en la historia de la Democracia Argentina, así que tengo la esperanza de que se vaya a retomar. Del 2020 para acá, Unión por la Patria, junto a Principios y Valores son los frentes políticos que más suelen traer a colación la causa Malvinas. En el caso de Sergio Massa, el 2 de abril, en el marco de los 40 años, compartió junto a Cristina un acto muy interesante, donde además de hablar de Malvinas, se habló de la Antártida, de una visión estratégica que no solamente tenga presente la memoria de nuestros veteranos y héroes, sino también pensar Malvinas en clave de futuro, en clave soberanía.
Juan Grabois tiene a Malvinas como parte su retórica, pero todavía, más allá de la reunión que tuvo con Marc Stanley en sus oficinas, no dilucido bien cuál va a ser la estrategia de política exterior. En Juntos por el Cambio, en el caso de Patricia Bullrich, sabemos su triste consigna de cambiar Malvinas por vacunas en plena pandemia, sin olvidar que fue ella quien tomó la decisión política de ubicar a Sabrina Ajmechet en la lista de candidatos a diputados nacionales en las elecciones 2021, una persona totalmente antimalvinas y abiertamente probritánica. Larreta es un poco menos explícito. Si bien a se ha manifestado en redes sociales no sólo en relación al 2 de abril o a la Soberanía Argentina con un lineamiento concomitante con el discurso de la Cancillería, creo que se va a definir la línea a seguir con la pulseada al interior del radicalismo, ya que tenés un gran porcentaje que son muy malvineros, pero también hay cuadros que son un poco más impermeables a la causa Malvinas.
APU: Milei, el tercero en discordia ¿Qué es, en este tema?
J.R.: Tiene un guiño malvinero, dice que las Malvinas son argentinas, haciendo una analogía con la propiedad privada y el robo de la misma. Después, tiene una propuesta de retroarriendo con las islas.
APU: ¿Eso cómo sería?
J.R.: Es una figura jurídica que se aplicó en Hong Kong y fracasó. Carlos Ortiz de Rosas, embajador de carrera, lo estaba gestionando en 1980. No había acuerdo en la cantidad de años que tenía que durar esta especie de arriendo, después sobrevino el conflicto del Atlántico Sur y nunca más se volvió a barajar esta opción. Milei tiene contradicciones, la más conocida tiene que ver con su posicionamiento y reivindicación explícita a Margaret Thatcher. Además, su cuadro dedicado a la política exterior es Diana Mondino, quien sería la canciller de un hipotético gobierno suyo, nunca habló de Malvinas. Es raro, me parece un indicio del punto de vista de la soberanía muy negativo.
APU: Guillermo Moreno es el que más ha hablado, inclusive marcando la importancia a futuro para nuestra soberanía nacional y relacionando a Malvinas con la Antártida.
J.R.: Es quien lo ha hecho más explícito, públicamente, no significa que los demás no lo tengan. Quienes están mejor posicionados son más reacios hablar de estos temas para hacerlo en otros ámbitos, no de campaña. Moreno plantea que estamos ante un hecho histórico, donde la defensa y los intereses geopolíticos de Brasil pueden coincidir con los de Argentina, que es la forma por la cual nos vamos a acercar a esta idea de recuperación de Malvinas. Pone a la Antártida como continente del futuroy dice que es lo que realmente está en juego cuando hablamos del Atlántico Sur. Nosotros planteamos que con Chile tenemos que tener una estrategia natural porque somos aliados polares. Esto se firma en tiempos de Perón, y se genera tensiones con el tándem Videla- Pinochet. Con Chile la rivalidad tiene que quedarse solamente en los futbolístico, en lo demás tenemos todo por hacer porque los británicos no reconocen soberanía chilena en Antártida, solamente Argentina y viceversa.
APU: En ese punto discreparías con la línea de Moreno de que hay una alianza clara entre Inglaterra y Chile.
J.R.: Es que la realidad es en capas. Si bien hay una alianza de tipo militar entre algunos sectores las Fuerzas Armadas chilenas con las fuerzas reales británicas en Malvinas, no significa que tenemos que bajar los brazos desde este lado de la cordillera, dar a Chile como un actor perdido y empezar a hacer una lectura de Estado de hostilidad. Lo que nosotros planteamos es que el vínculo con Chile hay que reconstruirlo porque ya existió con San Martín y O´Higgins, y con Perón. No sólo hablo desde el plano estatal de las relaciones entre las cancillerías, también del plano civil.
APU: Daniel Guzmán, excombatiente y periodista, me contó en una entrevista anterior de que antes del 82, el Reino Unido ocupaba 11.000 km cuadrados en Malvinas y ahora ocupa más de un millón. ¿Es así?
J.R.: Sí, antes de la guerra de Malvinas los británicos controlaban Malvinas y tres millas náuticas alrededor de cada isla. Después de la guerra, hicieron lo que algunos llaman una segunda usurpación, un colonialismo no sólo sobre las islas, sino sobre los espacios marítimos que rodean tanto a Malvinas como a Georgias y Sandwich, ocupando un tercio de los espacios insulares y marítimos de nuestro país.
APU: ¿Ese crecimiento fue constante? ¿Cuál ha sido la respuesta de la política argentina ante ese avance?
J.R.: La ocupación británica en los espacios marítimos arranca el 82, cuando hacen esa famosa zona de exclusión de 150 millas. Para el año 86, comienzan a explotarlas en términos marítimos. Para el 89, 90, redondean esas millas en 200, y entre 1993 y 95 ocupan las 200 millas alrededor de Georgias y Sandwich, siempre bajo la protesta formal de la Cancillería Argentina. Nuestro país nunca consintió esta ocupación que se ha dado con posterioridad al conflicto y que, además, violan las resoluciones de Naciones Unidas, particularmente la 31/49.
APU: Me imagino que esa ocupación involucra submarinos, barcos…
J.R.: Involucra ejercicios militares, es cierto. En el año 2020 si mal no recuerdo o comienzo del 21, la división de submarinos del Atlántico Sur de Estados Unidos sacó un twitt anunciando que hicieron ejercicios navales combinados con las fuerzas reales británicas en el Mar Argentino, rodeando Malvinas. Después lo borraron; obviamente, está la captura. Lo importante, además de estos ejercicios militares, tiene que ver con la economía y qué pasa con los recursos naturales de esas 200 millas alrededor de Malvinas. Básicamente las Islas Malvinas en términos coloniales o económicos coloniales, eran deficitarias. A partir de los 80 hasta nuestros días, la economía Malvinas se revolucionó a partir de la pesca. Esa famosa oveja de Malvinas ya hoy es parte de un folklore porque la economía hoy la sostiene la depredación de nuestros recursos marítimos, particularmente el calamar, que se exportaba al mercado europeo sin el pago de aranceles aduaneros, hasta el Brexit.
APU: ¿Cómo es la situación de Argentina en la Antártida y cuál es tu visión de sobre la política llevada por este gobierno con respecto a este tema?
J.R.: La verdad es que la veo muy bien. Uno compara series, variables semejantes desde 2003 para acá, y mi variable son las medidas de gobierno. En relación a la Antártida, hubo reuniones de apoyo logístico Antártico con Chile. Tenés una política Antártica sostenida durante los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, con una fuerte apuesta en la divulgación de la Antártida, sobre todo a partir de la creación del Museo de Malvinas. Más allá de la de la complejidad que supuso que el Irizar quedara fuera de operatividad durante mucho tiempo, ahora lo recuperamos y es una buena noticia.
El tema es que el gobierno de Macri hizo acuerdos de cooperación con los británicos. Lo mismo que pasó con el acuerdo Fodadori-Duncan de septiembre 2016, se replicó en la Secretaría de Energía licitando exploración offshore de hidrocarburos a empresas que estaban operando ilegalmente en las cuencas hidrocarburíferas de Malvinas. Como si fuera poco, también se trasladó a la Antártida donde se firmaron acuerdos de cooperación recíproca cuando los británicos no solo no reconocen la Soberanía Argentina en la Antártida sino que, además, son los que ocupan Malvinas. Todo eso se echó atrás con el gobierno de Alberto, que dio de baja el acuerdo Fodadori-Duncan y suspendió estos acuerdos de cooperación con los británicos.
Hay otros dos hechos importantes para sostener la soberanía antártica: uno es la reinauguración de la base Petrel, que fue víctima de un incendio a fines de los 70, empezó a reconstruirse como base temporaria y está en las vísperas de reincorporarse a la lista de bases permanentes de la Argentina, mantendríamos el puesto número uno como el país con mayor cantidad de bases en la Antártida, tendríamos siete.
APU: ¿De cuántas personas hablamos, por base?
J.R.: Depende la base, no quiero equivocarme en la cifra pero las dotaciones de verano son las más populosas. Quizás, una dotación en una base en invierno tenga 15, 20 personas, pero en el verano explota como la Bristol en Mar del Plata. La base Marambio tiene una pista de aterrizaje que no solamente lo usa la logística Argentina, la utilizan aviones y dotaciones científicas de otras partes del mundo, como un aeropuerto internacional. Petrel va a tener, también, su propia pista de aterrizaje, por lo cual Argentina es el único país con dos, no cualquiera tiene esta logística y eso me lleva al segundo tema, el famoso Polo Logístico Antártico en Ushuaia. Ahora se va a llamar Base Naval Integrada porque se va a sumar a la pista de aterrizaje de Ushuaia. Ahí se está haciendo un puerto para facilitar la logística Antártica y esa logística no es solamente para posicionar mejor a las dotaciones argentinas en el continente blanco, sino que sirva de punto de apoyo logístico para todas las misiones científicas de los países del mundo. Eso implica, en términos económicos, exportación de servicios.
APU: Decías que Argentina por su presencia en la Antártida es una potencia. Para entenderlo ¿Los otros países cuántas bases tienen?
J.R.: China tiene 4 o está próxima a llegar a la cuarta base. Rusia creo que también está en la misma cantidad y Estados Unidos un número inferior a esa cifra. ¿Cuáles son las dificultades que tienen estos países? Que si bien son potencias y en el caso de Estados Unidos tiene la base en el paralelo 90, en el Polo Sur, necesitan de cierta cooperación directa o indirecta con otros países por su ubicación geográfica. Su gasto en términos presupuestarios es mayor. Sin ir más lejos, el apoyo logístico para que Estados Unidos esté en el Polo Sur hoy viene de Australia. En el caso de las bases que están en China, la mayoría está en el territorio reclamado por Australia y sabemos que el vínculo entre estos países es pendular.
APU: ¿Y que rol juega la promoción industrial de Tierra del Fuego?
J.R.: Muchos me dicen ¿cuál es el problema que hay en Tierra del Fuego? En Tierra del Fuego no hay ningún problema, el problema está en Buenos Aires. No casualmente, quienes proponen derogar el régimen de promociones que no es solamente la cuestión cuantitativa, demográfica, de poblar el territorio sino que es una isla con toda la complejidad de lo que en sí implica en términos logísticos, de conectividad, además son capacidades industriales productivas.
Quienes proponen derogar el régimen de producción industrial, casualmente, son las personas que tienen alergia a la hora de hablar de Malvinas. Lo omiten. Doy un ejemplo concreto: la Coalición Cívica, sus diputados de la Ciudad de Buenos Aires proponen derogar el régimen en un plazo de cinco años. La Unión Cívica Radical, como parte de Cambiemos, se desmarcó de esta propuesta, sacó un comunicado diciendo que el régimen se va a mantener. Mariana Zuvic, que viajó con la embajadora británica en el vuelo de la ONG Solidaridad, de Enrique Piñeiro, donde quedaron sorprendidos por la pesca en Atlántico Sur, ¿En ningún momento habló de la pesca ilegal en Malvinas? Ya que estaba viajando con la embajadora británica ¿No le pudo preguntar qué pasa que no cumplen con las resoluciones de Naciones Unidas?
FUNDAR hizo un estudio muy profundo desde la perspectiva económica y econométrica, con variables muy originales en cuanto lo inédito de la perspectiva académica, pero a mí, lo que nos llamó la atención (esto está explicado en la nota que hicimos con Juan Pablo De Luca, economista fueguino, publicada en los OCIPEx) que se haya omitido la variable Malvinas, porque hablan de la Antártida pero es muy llamativo cómo un estudio que habla de Tierra del Fuego, Antártida e Islas Atlántico Sur no lo haga. Para nosotros es inescindible, no sólo desde el punto de vista jurídico provincial sino en términos geopolíticos. No se puede separar Malvinas de la Antártida, y ambas de Tierra del Fuego.
APU: ¿Compartís con Daniel Guzmán que uno de los objetivos que se planteó el programa de promoción industrial, que era poblar Tierra de Fuego fue completado con éxito?
J.R.: Es así. Esto surge en el año 72 y fue ratificado en el 73 Lo que hace Perón es profundizar el desembarco de empresas del Estado Argentino, la logística de YPF. En términos demográficos, como bien dice Daniel Guzmán, dio un salto exponencial. El plan de derogar la promoción industrial es despoblar Tierra del Fuego porque no proponen, al menos, obras de infraestructura o económicas que puedan sustituir lo que ya está dado en términos de instalación económica,
APU: La película larga, de los 70 para acá, da un crecimiento exponencial demográfico, pero ¿Entre los últimos dos censos?
J.R.: Siguió creciendo. No es que Tierra del Fuego tiene una alta tasa de natalidad, no es que las familias que ya vivían en Tierra del Fuego, en la década del 40 y el 50, se propusieron tener nueve o diez hijos por familia, la dotación demográfica va aumentando porque van migrando argentinos de otras provincias a trabajar. El 2010 arrojó un número de de crecimiento muy importante a la par de que, con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se revitalizó la promoción industrial. No había monitores o celulares con la oblea de Tierra del Fuego en el año 97, hay un boom de producción que se da en el siglo XXI y se ve reflejado en un crecimiento demográfico.
Quizás hoy, en 2023, no tenga la misma tasa que en el 2011-2013, pero ha crecido y en comparación con otras provincias es abismal.
El impacto de empleo de Tierra del Fuego no es local, es nacional, son trabajadores que vienen de otras provincias a trabajar.
Comentario de AgendAR:
Las leyes de «promocion» industrial tienen su origen historico en la decision de gobiernos militares de mediados del siglo pasado en fomentar la ocupación de un territorio que se entendia, correctamente de valor estrategico.
Pero no fue la mejor decision ya entonces. Hoy ya ha creado una red de intereses economicos, sociales y humanos que no deben ser descartada pero razones logisticas evidentes hacen que el resto del pais este pagando un costo muy alto por esa promoción. Que la hace vulnerable en tiempos de crisis economicas como el actual.
Por eso es necesario que desde el gobierno nacional se piense en alternativas para mantener la prosperidad y el atractivo de esa hermosa parte de nuestro territorio. Un paso importante es el polo logistico hacia la Antartida que se esta construyendo pero es imprecindible mejorar tambien su comunicación con el resto del territorio argentino y la infraestructura portuaria que la isla necesita.
El mes pasado se realizo en Buenos Aires la reunión del Nuclear Suppliers Group (NSG), que agrupa a los 48 países con capacidad de producción de equipamiento y materiales para la industria nuclear. Matias Alonso brinda los detalles de la reunion, y marca el papel especial de los acuerdos forjados entre Argentina y Brasil para el control mutuo de su actividad en la materia.
Uno de los ejes sobre los que gira este encuentro es determinar qué insumos se pueden comerciar entre los países y cuáles no. Y el objetivo principal de este grupo es que no haya países que puedan acceder a los elementos que les permitirían hacer una bomba atómica.
Por otra parte, también se suelen usar las limitaciones que impone el grupo como un tipo de barreras para la producción de algunos bienes intermedios con posible aplicación en el desarrollo armamentístico nuclear. Por ejemplo, se han llegado a limitar la ventas internacionales de centrifugas de aluminio y de láseres que se usan en la industria y la ciencia por su posible adaptación para uso militar.
La Argentina forma parte de este grupo desde 1994 y se ha convertido en un actor principal ya que tiene la posibilidad de mediar entre potencias de visiones muy antagónicas. Las conversaciones que se mantienen en el NSG no son públicas pero al final de la semana de discusión se suele publicar un documento, que este año no se pudo publicar en conjunto por las fuertes discusiones que se dieron entre las potencias que están enfrentadas por la guerra en Ucrania.
El ente fue creado en 1974, cuando se descubrió que India estaba haciendo pruebas para hacer su propia bomba nuclear con material que había sido importado para uso civil y sin haber firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Este otro tratado fue firmado por 190 países y estipula que los países que pueden tener armas nucleares son: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China, los únicos países que habían hecho detonaciones nucleares antes de la firma del tratado de no proliferación, en 1968.
La Argentina forma parte del NSG desde 1994 y se ha convertido en un actor principal ya que tiene la posibilidad de mediar entre potencias de visiones muy antagónicas.
El Tratado de No Proliferación Nuclear establece que ningún país podrá contribuir a que otro país desarrolle armas nucleares y que sí se facilitará el intercambio de tecnología para los usos pacíficos de la energía nuclear. El artículo VI de este tratado indicaba que los países que tenían bombas nucleares se comprometían a desarmar de manera progresiva sus arsenales pero eso no se cumplió en la medida de lo comprometido.
El NSG hace dos reuniones técnicas anuales en la embajada de Japón en Viena, Austria, y una reunión plenaria en el país que preside el ente durante ese año. En 2023 se acordó que la presidencia fuera para la Argentina y para el año próximo sea para Brasil.
Se trata de la cuarta vez que la Argentina preside el NSG y es el país que más veces lo ha hecho. Isidro Baschar asistió a las reuniones plenarias como director de Nucleoelétrica Argentina (NA-SA), la empresa que gestiona las centrales nucleares de potencia y dijo: “Es importante que la Argentina haya podido realizar una reunión exitosa en un contexto tan especial, previendo las cosas que iban a ocurrir y las que no. También se hicieron visitas de delegaciones al complejo nuclear de Atucha, al RA10, y CONUAR de Ezeiza y al CAREM, algo que no suele ocurrir en las reuniones”.
“La reunión genera ventanas de oportunidades y permite acceder a ciertos materiales y equipamientos para discutir sobre tecnologías que nos permitan seguir robusteciendo el desarrollo nuclear”, le dijo Baschar a TSS.
En los últimos años los enfrentamientos entre las potencias están haciendo que sea difícil encontrar puntos comunes de acuerdo. La guerra de Ucrania y el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China han hecho que no pueda haber acuerdos ni siquiera sobre la sede de la presidencia. Es ahí adonde la posición neutral de Argentina ha cobrado valor. “Se eligió a la Argentina porque los candidatos que se ofrecían tenían el veto de algunos miembros y se necesitaba un país que pudiera manejar una situación diplomática muy compleja y nuestro país contó con el consenso para hacerlo, además de que esto también se acompaña de un conocimiento técnico. La reunión genera ventanas de oportunidades y permite participar de las reuniones en las que se discute el acceso a ciertos materiales y equipamientos vinculados a tecnologías que nos posibiliten seguir robusteciendo el desarrollo nuclear y generar exportaciones”.
Y agregó: “Por ejemplo, en su momento estuvo la discusión sobre qué países podían hacer enriquecimiento de uranio y la Argentina demostró que, a nivel laboratorio, podía hacerlo, y eso nos dejó la puerta abierta para poder seguir trabajando la tecnología de ultracentrífugas y de enriquecimiento con láser, que es un desarrollo para el futuro”, dijo Baschar.
En los últimos años también se discutió la inclusión de India como miembro del NSG, que contó con el veto de China, país que pone como condición que también sea aceptado Pakistán, que tiene el veto de países occidentales. En esta reunión también parece haber estado presente esta discusión, con posiciones muy firmes desde cada uno de los bloques, que no permiten llegar a un acuerdo.
Durante el encuentro se decidió también que la reunión plenaria del año próximo sea presidida por Brasil, que junto con la Argentina comparten una excepción dentro de este grupo de países: se hacen inspecciones mutuas sobre el material nuclear que tienen y desarrollan. Desde 1991, cuando se creó la Agencia Brasileño Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), los países mantienen independencia de controles internacionales mediante el control mutuo. Baschar expresó: “La Argentina y Brasil son reconocidos para hacerse cargo de un liderazgo estratégico en un momento muy complejo para el futuro de la no proliferación y el desarrollo pacífico de la ciencia y tecnología nuclear”.