La saga de la Argentina nuclear – XV

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó El decimocuarto capítulo de esta saga está aquí.

Un cartero con vuelo pilotando una vaca sagrada

Para vigilar pero fundamentalmente para proteger de sus propios seguidores a todos esos físicos impredecibles y tomar muchos más, los que hiciera falta, Perón puso la DNEA bajo dirección de su edecán, el aviador naval y luego contralmirante Pedro Iraolagoitía, por alguna causa incomprensible apodado “El Vasco”. Como capitán, éste había liderado una hazaña no menor: el primer vuelo argentino a la Antártida, llevando correspondencia a la Base Isla Decepción. Como quien dice, El Vasco traía buenas cartas. Todavía hoy es peligroso andar peludeando por el estrecho de Drake con dos frágiles hidroaviones Catalina hechos de madera y tela. Es cierto que la posibilidad de chocar contra otras aeronaves se mide en números negativos. Con tan linda foja, El Vasco era un peronista subido muy alto en el tótem de la Armada, y los peronchos en la Marina, en términos estadísticos, eran y son más raros que los pelirrojos en la China de Mao. A este hombre Perón le dio un presupuesto rumboso, instrucciones expresas de “dejar trabajar a los muchachos”, y añadió que tomara los que hicieran falta y se fijara sólo en su currícula académica o industrial y no en sus prontuarios políticos de la Federal. Y añadió otro de sus famosos: “Métale, nomás”. En suma, dentro del ámbito nuclear (no así del académico) Perón hizo lo mismo que una década antes su colega yanqui Franklin Roosevelt con el general Leslie Groves, ideológicamente un cazador de brujas. Grooves se tomó la orden tan a pecho que el Proyecto Manhattan lo terminó dirigiendo un simpatizante del Partido Comunista (Robert Oppenheimer) que además de ser un físico de primera línea, tenía un talento infrecuente de organización de equipos internacionales de colegas brillantes, para los cuales no existen las órdenes verticales, la autoridad es inherentemente ridícula porque todo debe ser discutido, y hay diez modos de hacer una tarea donde los mortales comunes ven uno solo. Un militar y un físico, especialmente un físico atómico, son especies distintas, aunque a veces increíblemente convivan en un solo cráneo, lo cual sucede pero es raro. Groves y «Oppy» lograron no matarse o anularse entre sí un tiempo razonable: el de terminar la misión del Proyecto. La posibilidad de éxito técnico generaba suficiente compresión como para vencer la repulsión electrostática entre aquellos dos. Spoiler: terminada la tarea, Groves contribuyó no poco a arruinarle la carrera y la vida a Oppenheimer. Por causas similares aunque con misión diferente, las cosas aquí no avanzaron rápido. Avanzaron MUY rápido. La DNEA y la posterior CNEA fueron un experimento de formación de recursos humanos y de convivencia política entre expertos que duró un tiempo, se rompió desde afuera y nunca más se repitió. En su propia historia atómica argentina, «Una épica de la paz», el embajador Max Gregorio Cernadas cuenta –aunque no lo vio, por nonato entonces- que las luces seguían prendidas en la sede central de la DNEA hasta la medianoche. Y que no era infrecuente que un científico apurado, a las corridas entre laboratorios, se lo llevara puesto en un pasillo a Iraolagoitía, que sonreía, canchero: “Los muchachos están trabajando”. Entre otros futuros próceres, Iraolagoitía reclutó al metalurgista (hoy lo llamaríamos “científico en materiales”) Jorge “Jorjón” Sabato, radical ergo “contra”, si los hubo. Pero Jorjón era mucho más su propio personaje que un hombre de su partido, o de cualquier partido. Sabato se llevaba mal con burros, con mediocres, con solemnes y con mandones. Inteligentísimo, brutalmente frontal e irreverente, Sabato se dio el lujo de presentarse en la entrevista inicial en campera, asunto de lesa majestad en los encorbatados ’50, y doblemente ante un marino. Pero la buena química entre ambos fue casi instantánea, y no sólo porque Sabato fuera químico. Años más tarde, ya lleno de prestigio por su rol en la instalación del RA-1 (ver aquí), Sabato fue el fundador de una ideología de “lo hacemos aquí” y “soberanía tecnológica” que a 43 años de su muerte sigue excediendo el cerebro del empresario, político y/o militar criollo medio de todo color. Lo llamaban Jorjón, y también «El Mudo» porque te llevaba arrastrado con su verborrea, pero en general sólo decía cosas agudas, necesarias, mordaces y en un estilo canyengue. Donde los demás veían sólo verticales u horizontales, el veía también oblicuas y curvas. Aquel tipo, inventor además del epigrama “tenemos una burguesía chanta”, siempre nos quedó grande. A lo largo de los años, Sabato fue deslumbrando ya no Iraolagoitía sino al país con ideas y luego hechos, y en la mala hora del ’55, “El Vasco” se lo dejó de herencia a su camarada de armas, el contralmirante Enrique Quihillalt, (otro vasco, pero del lado francés del Pirineo). Quihillalt (pronunciado “Quiyát”) era un gorila de ley. Pero subrayo lo segundo: «de ley». Tomó en forma indolora el pilotaje de una institución que ya tenía 250 profesionales (desde físicos puros a ingenieros de ramas muy diversas), y 300 técnicos, y con un mix ideológico que excedía el espectro. Y los dejó seguir trabajando, eso, en medio de un golpe que fue una guerra civil en formato “mini”, con suficientes muertos y heridos, entre obreros, colimbas y civiles, como para que nadie quisiera contarlos, por muchos y por pobres. Y la CNEA, fuera de cambiar su nombre de “Dirección” a “Comisión”, como si nada, siguió en su condición de vaca imperturbable o sagrada que la Armada y en alguna medida también el Ejército trataban de proteger fundamentalmente de sí mismos, y en la cual las luces seguían prendidas a deshoras porque “los muchachos”, algunos puteando contra “La Libertadora” y otros encantados con ella, seguían trabajando juntos sin degollarse, por algún bien común mayor. Profesionalismo o patriotismo extremos. Groves y Oppenheimer, aunque sin bombas ni proyecto alguno de hacer bombas. Inimaginable. Pero sucedió. Y duró mucho. ¡Y qué resultados! En Septiembre de 1955, en casi coincidencia con aquel sangriento mega-cuartelazo que desmontó a Perón, la CNEA participó en la Primera Conferencia de Usos Pacíficos de la Energía Atómica, en Ginebra, Suiza. Allí, Diego Hurtado dixit, aportó 37 trabajos, entre los cuales destacaba el del grupo de radioquímica, anunciando el descubrimiento de 13 radioisótopos nuevos, a los que ya estaba tratando de buscarle utilización médica e industrial (y así se hizo). Detrás de tanto fulgor nuclear criollo estaba el Dr. Walter Seelman-Eggebert, robado por la CNEA a la Universidad de Tucumán, y un ejemplo mucho mejor que Richter del “head-hunting” criollo en la Alemania vencida. De aquella conferencia de 1955 surgió el actual OIEA, cuyo actual director es el argentino Rafael Grossi. Y la primera aparición pública en ese foro mundial de la Argentina, aquel país del trigo y el bife de chorizo, fue el equivalente de entrar a una fiesta de gala en alpargatas… pero del brazo de Marylin Monroe. 13 radioisótopos nuevos… Los muchachos habían estado trabajando. La Argentina nuclear ha vivido haciendo ese tipo de cosas. Pero desde 1983, casi siempre nos quedó grande.

Daniel E. Arias

“El Universo no es como lo imaginamos, es mucho más hermoso”

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En 1995 recibió la titánica tarea de construir y poner en órbita el observatorio espacial que revolucionaría la astronomía del siglo XXI. El lanzamiento del James Webb Space Telescope (JWST) se concretó en 2021 y al año siguiente se revelaron las imágenes más detalladas hasta ahora del universo conocido. Para John C. Mather, científico principal de este proyecto, las ansias de saber qué hay más allá de lo que podemos ver y qué es lo que no podemos ver, es fundamental como combustible al motor del conocimiento. “La astronomía se mueve a la velocidad de la imaginación”, dice el astrónomo.

Como si fuera poco, en 2006 ganó el Premio Nobel de Física, al demostrar que varios tipos de partículas y radiación viajan a través del espacio ultraterrestre, incluida la radiación cósmica. En entrevista con Qué Pasa, John Mather cuenta sobre sus principales logros, su presentación en la última versión de Congreso Futuro, así también sobre qué tareas quedan pendiente para la astronomía del mañana.

-¿Ha estado aquí en Chile antes? ¿Cuánto de este país contribuye al estudio universal?

Sí, he estado de visita hace mucho tiempo. Llevamos a nuestro equipo del James Webb Space Telescope (JWST) a la montaña donde tienen los del VLT (Very Large Telescope). Queríamos apreciar cómo era construir algo tan grande.

Chile es un centro importante para la astronomía en el terreno. Por lo hermoso de sus sitios de observación en la zona de Atacama y en otras zonas del norte de Chile. Así que es bien reconocido como el lugar para los jóvenes y viejos astrónomos, donde se puede ver con mayor detalle el cielo.

-¿Cómo ha sido este camino desde que surgió la idea de construir un telescopio como el JWST hasta el primer paquete de información que nos dio desde el borde del universo observable?

Empecé a trabajar en ello en 1995.Todas las cosas que ahora estamos observando con el telescopio fueron imaginadas en ese entonces. Así trabajé con ingenieros y otros científicos para decidir exactamente qué hacer y cómo construirlo. Y luego, después de que se lanzó para asegurarse de que funcionaba muy bien y estamos tan emocionados de que todo lo que imaginamos se haga realidad.

-¿Qué tan importante es el JWST para la ciencia, para los investigadores o incluso para la humanidad?

Bueno, para la ciencia es pionera de una nueva herramienta. Observamos cosas que nunca pudimos ver antes, y nos hemos sorprendido científicamente, porque el universo no es como lo imaginamos exactamente y nos hemos sorprendido visualmente porque el universo es mucho más hermoso.

-¿La información dada recientemente por el JWST fue el logro más importante de la NASA en este siglo hasta ahora?

Creo que lo más importante es que demostramos que podíamos construir un observatorio increíblemente difícil y hacer que funcionara maravillosamente. Eso significa que el camino hacia el futuro de observatorios aún más poderosos está abierto. Podemos diseñar, podemos imaginar y construir las cosas más increíblemente complejas y difíciles, y funcionarán si somos capaces de hacer todos los programas de prueba que deberíamos en el terreno.

-Y después de estas increíbles imágenes del Telescopio Espacial James Webb, ¿Qué es lo siguiente que explorará este observatorio?

Bueno, el observatorio en sí tiene un programa completo. Es observar cosas diferentes todos los días. Son dos o tres docenas de objetos diferentes cada día, organizados por un proceso de propuestas internacionales. Si eres astrónomo en cualquier parte del mundo, puedes enviarnos tu idea. Después de esto, hay varios observatorios que vienen, como el Observatorio Euclides que será lanzado por Europa para examinar la materia oscura y la energía oscura, para ver lo que no podamos ver. También tenemos un observatorio en línea llamado el Telescopio Vera C. Rubin. Eso está en el suelo, pero examinará todo el cielo cada tres noches y lo dirá. Y eso es en Chile.

-¿Cuál será el próximo proyecto de la Nasa para expandir lo que conocemos del universo?

El próximo gran proyecto de la NASA se llama telescopio Nancy Grace Roman, y se levantará alrededor de 2027 para mirar nuevamente la materia oscura y la energía oscura, o al menos para recopilar evidencia de ellos, ya que no pueden verse. Y también para estudiar una gran fracción del cielo. Buscará cosas que sean extrañas, diferentes e interesantes.

-Sobre tu presentación en Congreso del Futuro ¿Qué mensaje te gustaría dejar a quienes presenciaron tu charla?

Que la gente vea que nuestros logros son eventos y que nuestras oportunidades están abiertas. Que si podemos hacer esto, entonces podemos descubrir muchas más cosas y podemos construir muchos más tipos de equipos para ir aún más lejos con nuestra imaginación. Los astrónomos viajan a la velocidad de la imaginación. Depende de los jóvenes de hoy llevar a cabo este proyecto en el futuro.

El Gobierno Nacional lanzó la primer Mesa de Trabajo de la Agencia Nacional de Cannabis

El Ministro de Economía, Sergio Massa, encabezó el lanzamiento de la primera Mesa de Trabajo de la Agencia Nacional de Cannabis, un organismo interministerial que impulsará políticas públicas basadas en la regulación del uso de cannabis medicinal e industrial. Durante el acto, en el que también estuvieron presentes los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; de Salud, Carla Vizzotti; de Seguridad, Aníbal Fernández; el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo; y el titular de la Agencia de Cannabis, Francisco Echarren, el ministro Massa destacó el potencial que representa la nueva industria en el país. En este sentido, la Agencia Nacional de Cannabis regulará la cadena de producción, comercialización nacional y explotación de la planta de cannabis, su semilla y sus productos derivados para uso medicinal. A su vez, desde la Agencia se extenderán licencias y habilitaciones, y será la encargada de impulsar esta nueva industria que aportará a la economía generando trabajo genuino. “Poner en marcha a la Agencia significa iniciar una nueva industria en la Argentina. Una industria que tiene 25.000 aplicaciones distintas. Una industria que nos va a permitir agregar valor en la cosmética, en lo textil, en el petróleo, en una innumerable cantidad de sectores económicos en la Argentina y del mundo”, destacó Massa durante el anuncio. Además, el titular de Economía hizo hincapié en que la Agencia “le abre la oportunidad a la Argentina de empezar a recorrer un nuevo camino en términos de industria exportadora a partir de una enorme demanda global”. “Ya tenemos en demandas desde proyectos y programas de industrialización hasta programas vinculados a lo agroindustrial en la secretaría de Agricultura. Todo eso hay que transformarlo en una industria que genere trabajo, exportaciones a la Argentina y que genere valor”, agregó. Por su parte, Filmus, señaló que la Agencia “es una iniciativa que representa la lucha de muchas familias y que se da, también, gracias al trabajo de más de 400 investigadoras e investigadores del CONICET y de las universidades que investigan este tema. La red generó, en momentos difíciles en los que no estaba bien vista la temática, investigaciones muy importantes. Hoy hay más de 40 centros de investigación que se dedican específicamente al estudio del cannabis desde la biotecnología hasta diferentes áreas de la salud”. La Agencia tiene la misión de constituirse en motor del desarrollo nacional de la cadena productiva y añadir valor agregado, e implica la sustitución de importaciones de insumos y dar un marco normativo a las actividades productivas, que poseen gran potencial de generación de encadenamiento de alto valor agregado. También, se apoyará y fomentará a emprendimientos, pymes y pequeños productores de un sector. Es destacable que actualmente existen 45 proyectos de desarrollo de cannabis en la Argentina que generarán 5.000 puestos de trabajo en el primer año de implementación y dinamizarán a las economías regionales.

NA-SA: Avanza el fideicomiso para revitalizar Atucha I

El fideicomiso para revitalizar la central nuclear Atucha I recibió ofertas por US$ 30 millones, informó hoy Nucleoeléctrica Argentina SA a través de su oficina de Prensa. Los proyectos nucleares lograron una exitosa colocación del primer tramo del fideicomiso destinado a financiar la extensión de vida útil de la central nuclear Atucha I por otros 20 años. Nucleoeléctrica Argentina licitó exitosamente el primer tramo del Fideicomiso Financiero Solidario de Infraestructura Pública NA-SA IV, destinado a la obtención de fondos para el financiamiento de dos obras de infraestructura energética: la extensión de vida de la Central Nuclear Atucha I y la construcción del segundo almacenamiento en seco de elementos combustibles gastados del Sitio Atucha.
Por la operación se recibieron ofertas por más de 30 millones de dólares.
“Esta inversión productiva nos llena de entusiasmo, ya que nos permite avanzar en el desarrollo de proyectos de energía nuclear estratégicos para el país que tienen un impacto positivo en el crecimiento industrial nacional y en el aporte del país a la lucha contra el cambio climático”, expresó José Luis Antúnez, presidente de Nucleoeléctrica Argentina. La ejecución de estos proyectos permitirá mantener la participación nuclear en la matriz energética argentina y asegurará la generación de energía limpia y confiable para un millón de personas por 20 años. Asimismo, las obras de prolongación de la vida útil de Atucha I impulsarán el empleo a través de la generación de 2000 puestos de trabajo necesarios para llevar a cabo las tareas previstas entre 2024 y 2026. Ambas actividades también brindarán oportunidades para el desarrollo de proveedores nacionales calificados e incrementarán las capacidades tecnológicas e industriales del país con la potencialidad de ser exportables en un futuro cercano. Estos proyectos contribuirán a alcanzar el objetivo ambiental de descarbonización de la atmósfera, dado que las centrales nucleares permiten generar grandes cantidades de energía de manera continua y sin emisiones de gases de efecto invernadero. Por esta razón, el aporte de la energía nuclear resulta clave tanto en la lucha contra el cambio climático como en el camino hacia la transición energética. A modo de ejemplo, la generación neta de las centrales nucleares argentinas durante los años 2021 y 2022 permitió el ahorro de más de ocho millones de toneladas de CO2.
  • Nucleoeléctrica Argentina
La empresa produce energía eléctrica mediante la operación de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse. La potencia instalada total de sus tres plantas es de 1.763 MW. Además de operar las plantas y comercializar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) la energía producida, está a cargo del gerenciamiento de proyectos que aseguren la normal operación de sus instalaciones, así como también de aquellos que tengan por objetivo la eventual construcción de futuras centrales nucleares en territorio nacional. Sus actividades están sujetas a los más altos estándares de seguridad y se encuentran fiscalizadas a través de rigurosos controles. La energía nuclear contribuye al cuidado del medioambiente por no generar gases (CO2) ni partículas causantes del efecto invernadero durante su operación. Comentario de AgendAR: Los 30 palos verdes que acaba de juntar NA-SA entraron rápido. Hoy es muy sexy un bono que rinde 2% «dolar linked» respaldado sobre una obra de infraestructura de 48 años pero que podría terminar siendo más longeva que una gran represa hidroeléctrica. Sin embargo, 30 millones son una décimoquinta parte de lo que costaría el «revamping» de Atucha I para 20 años más de operaciones, y una vigésima parte si se añade la ampliación del repositorio en seco de los combustibles gastados. No se puede decir que el peronismo (el de hoy) tenga plan nuclear alguno. Lo tuvo por fuerza en tiempos entre 2006 y 2015, porque el país se había quedado inesperadamente sin el gas de Loma de la Lata. Por eso, al principio del período Kirchner se vivía entre apagones, y al final, se evitaban, pero pagando U$ 5000 millones/año de importaciones de gas. El nuclearismo kirchnerista fue tan pragmático como inevitable, y sin duda bastante espectacular, algo así como la lluvia en un desierto extremo. Como sucede en esos casos, en el aparente yermo creció de todo y de pronto. En materia de instalaciones ligadas a la producción de potencia eléctrica, se reabrió la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), se terminó Atucha II y en 2015 CFK dejó el gobierno con planes firmados y aprobados por el Congreso por al menos dos centrales nucleares más, una CANDÚ de ingeniería y construcción puramente argentinas y la Hualong-1 comprada CNNC. Habrían sumado casi 1900 MWe instalados. Parece mucho pero no lo es. En 1983, Atucha I y Embalse, que suman 1000 MW, daban el 17% de la electricidad del Sistema Interconectado Nacional (SIN). Hoy, con una central más (Atucha II), el parque nuclear pone a lo sumo el 8% del circulante en el Sistema Argentino de Interconexión, que es lo mismo que el SIN on otro nombre pero con Cammesa comprando ofertas spot y más Oil & Gas que nunca: depende en un 71% de gas e hidrocarburos líquidos. La tajada nuclear de la torta eléctrica argentina es una miseria, dice el Lic. Roque Pedace, biólogo de la UBA reconvertido a planificador en energía del Centro de Estudios Avanzados de esa misma universidad, y docente de Prospectiva en Ciencias Económicas. Y sumarle 1900 mega nucleares, añade, sigue siendo poco. Menos de un 20% nuclear es incompatible con un escenario de descarbonización.  Como parte de su romance con lo nuclear, el gobierno de CFK lanzó la construcción del reactor multipropósito RA-10, de producción de radioisótopos, investigación en materiales especiales y formación de cuadros nucleares. Y como la central de potencia de Embalse necesitaba nuevos tubos de presión (una reconstrucción profunda de los internos de la máquina), el gobierno empezó a juntar la plata para la tarea con muchos años de anterioridad. Esto permitió llegar a 2015 con la central ya parada, descontaminada y lista para empezar la obra, y unos 120 contratos firmados con industrias privadas proveedoras de servicios y de fierros, casi todas argentinas, y algunas tan grandes como Pecom e IMPSA.  Ahora el Frente de Todos cree tener la vaca atada con Vaca Muerta. Volvió a un sopor petrogasífero que en realidad es su estado de base, y en general -hay excepciones- se olvidó del átomo. Peor aún, su dirigencia más olfa lo ve como un motivo de irritación de EEUU, que desde 1974 no tolera nuevos usuarios de la tecnología CANDÚ dado que los vuelve diplomáticamente independientes de los tres grandes proveedores de uranio enriquecido, el mayor de los cuáles es adivine Ud. qué país. Pero menos aún ese país se banca una central china en «su patio trasero». Por esos olvidos y esas agachadas del gobierno actual, la creación del fideicomiso para juntar la plata salió recién este mes. Sin embargo, Juntos por el Cambio es otro cantar; no se olvidó del átomo criollo en absoluto. Lo quiere enterrar en el olvido, con activos, obras y recursos humanos, todo incluido: borrarlo. No es fácil, el Programa Nuclear Argentino tiene 72 años de éxitos técnológicos que enorgullecieron al país. Pero ese frente, JxC, agrupa a funcionarios que militan para La (con mayúscula) Embajada y para el complejo Oil & Gas. Y 1000 megavatios nucleares instalados evitan el quemado de 1600 millones de m3 de gas por año. Por todo eso, de todos los planes de expansión o mantenimiento ligados a la energía nuclear del kirchnerismo, el único que no fue cancelado por la administración Macri fue el retubamiento de Embalse. ¿Qué hizo la diferencia? La PIAP fue cerrada trascartón de la jura del ing. Juan C. Aranguren, de la Shell, como Ministro de Energía y se jubiló a casi todo su personal (el de la PIAP, no el de la Shell), la CANDÚ nacional se retrasó hasta darse de baja el proyecto en 2018, y la compra llave en mano de la Hualong no sucedió jamás, aunque nunca se dejó de conversar con la CNNC. Sin tratar siquiera de llegar jamás a nada concreto, es obvio. Boludear así a los mayores compradores de la mayor exportación argentina, y de paso prestamistas, y de paso garantes del peso, no parece una gran idea. Pero «No man can serve two masters», como dicen en el State Department. De yapa, la construcción del RA-10 y de la centralita nuclear compacta CAREM 32 prototipo también se pararon. Los de JxC fueron a degüello y por todo. Aranguren y Macri, ese dúo dinámico, sin embargo, se tuvieron que fumar el retubamiento de Embalse porque estaban firmados 120 contratos, y cancelar la obra habría sido ligarse 120 juicios, algunos con gente MUY poderosa y con la que se codean a menudo. Además, la plata (U$ 2100 millones) había sido otorgada por el Fondo de Garantía (es decir el ANSES) y la CAF (la Corporación Andina de Fomento, que es Banco Mundial). Esa deuda se repagaría con las ventas de electricidad. Embalse factura casi U$ 800.000 por día, y tiene un factor de disponibilidad anual muy alto (91%), de modo que liquidar ese rojo de caja con la central en línea es coser y cantar. El otro escenario es distinto: clavar en plata a los jubilados en nuestro país es costumbre. Pero al Banco Mundial… A & M lo que es vengarse, se vengaron: no bien se terminó el retubamiento, en 2018, no bien Embalse volvió al ruedo con un 6% de potencia adicional, para 30 años más de servicios y a un tercio de lo que habría costado una CANDÚ-6 «cero kilómetro»… ¿Qué hicieron Batman y Robin? Echaron a la calle a los 200 ingenieros nucleares de la Unidad de Gestión de NA-SA que habían llevado a cabo el trabajo. Pa’ que aprendieran. NA-SA pasó el resto del gobierno del ing. Macri transformada en una «operadora boba» de centrales, como se llama a las «utilities» estadounidenses que no saben diseñar ni construir. Es como haber sido constructor de automóviles y terminar de taxista. La dirección técnica y política que perpetró esta lobotomía siguió mandando, impertérrita, en NA-SA y la CNEA hasta 2021, pese al cambio de gobierno en diciembre de 2019. Sólo tardíamente se volvió a llamar a NA-SA al equipo liderado por José Luis Antúnez, que logró juntar a 150 ingenieros de la devastada Unidad de Gestión. Pero de ahí a facilitarle la vida a la empresa, el gobierno… Lo dicho, el peronismo ha vuelto a su intoxicación habitual de gas. Por eso celebro que hayan entrado 30 palos verdes: garantizan algunos contratos para la protección de Atucha I antes de sacarle el combustible y entrar en obras. También la descontaminación del agua pesada y otros trabajos preliminares menores. Pero para blindar la central contra un intento de cierre definitivo y decomisión, algo nada improbable si regresa JxC, se necesitan más contratos por más plata. Entre 15 y 20 veces más plata.  Daniel E. Arias

La saga de la Argentina nuclear – XIV

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó El decimotercer capítulo de esta saga está aquí.

Un pasado nada difícil de idealiza

Hasta aquel año, la cultura de la CNEA fue el único intento criollo de construir el equivalente de un National Laboratory al estilo de los de EEUU, nutrido por una red de raíces en las universidades, y generador-sustentador de un frondoso follaje de empresas de tecnología. Y hasta 1995, esa red de componentes del Programa Nuclear Argentino terminaría creando no sólo una tecnología. También una ideología sobre cómo articular universidades, empresas y estado, la de Jorge Sabato. Sigue vigente. También generó una diplomacia nuclear argentina independientista. De la que Rafael Grossi es un representante y defensor tardío. Volviendo a la metida de pata de Perón con Richter, y el modo en que arregló las cosas, el reflexivo físico Mario Mariscotti, que de peroncho no tiene un pelo, admite que otros políticos de menor talla habrían enterrado aquel muerto y cambiado de tema. Perón enterró en cambio el “affaire Richter” y fundó sin ruido la DNEA, que fue primero “Dirección” que “Comisión”, aunque Mariscotti describe que en sus principios era una comisión “stricto sensu”: sus integrantes iniciales cabían en un par de sofás. Y con esos pocos impredecibles pero imprescindibles, habría que empezar de nuevo, despacito y desde abajo. No fue así: desde abajo, es cierto. De “despacito”, nada.

Daniel E. Arias

Afirmaciones oficiales a próposito de los 2 años de aprobación de la Ley IVE

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Si bien los cambios sociales y culturales suelen ser procesos lentos y paulatinos, en el caso de la Ley del Aborto en Argentina –que en estos días cumple dos años desde su sanción– la modificación social parece ser muy significativa. Eso se desprende de diversos informes presentados por las autoridades de Salud de Nación y de la provincia de Buenos Aires que muestra avances concretos en estas temática: según afirmó Ayelén Mazzina, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, “Los números son claros: en estos dos años, disminuyeron las complicaciones y muertes por abortos”. Y la ministra de Salud Carla Vizzotti, dio un ejemplo del crecimiento en esta política: “Ya tenemos en el país 1.437 centros de salud que garantizan ILE e IVE (interrupción voluntaria e interrupción legal del embarazo). Cuando comenzamos había 903 centros. Crecimos un 60% el primer año y un 7,5% en 2021”. Obviamente, el número más sólido de esta temática es la cantidad de intervenciones. Según dijo Valeria Isla, Directora Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, “entre enero y septiembre de 2022 las provincias informaron haber realizado 59.267 interrupciones en condiciones seguras en el sistema público. En los doce meses del 2021, fueron 73.487”. Además, se hicieron 187 asistencias técnicas para poder resolver situaciones complejas. Otro dato significativo es que la línea telefónica dedicada (08002223444) recibió –entre enero y octubre del año pasado– 13.752 consultas mientras que en todo 2021 las llamadas fueron 17.943.

Reversión de una mala situación

Un ejemplo significativo de este rotundo cambio de política se verifica en la provincia de Buenos Aires. Según recordó Carlota Ramírez, a cargo de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva en el Ministerio de Salud de PBA, “es la provincia que tiene el 40% de la población del país”. Según la funcionaria, cuando asumieron hace ya casi tres años, la temática prácticamente no existía en el organigrama, en cuanto a falta de insumos, recursos, y “peso” en la estructura administrativa. Tampoco el protocolo estaba alineado al de Nación. Eso se fue revirtiendo y sumaron centros de salud integrales y capacitación para atender y acompañar en estas temáticas. “Hoy tenemos una Red de Acceso al Aborto con 539 establecimientos distribuidos en 132 de los 135 municipios de PBA. En diciembre de 2019 sólo el 38% de los municipios tenía efectores que garantizaran el acceso. Hoy el 98% de los distritos tiene, al menos, un centro especializado en la temática y solo quedan tres municipios en PBA sin establecimientos asistenciales que la garanticen (San Miguel, Capitán Sarmiento y Lezama).
EL 90% DE LAS INTERVENCIONES SE HACE ANTES DE LAS 12 SEMANAS
Ese tipo de cambios no fueron los únicos. Ramirez recordó que desarrollaron un sistema de registro epidemiológico estadístico ya que “ni siquiera se sabía cuántos casos debíamos atender por año o cuánto misoprostol (la droga básica usada para esta intervención) debíamos adquirir y así poder satisfacer la demanda”. Además, en una apuesta por el desarrollo farmacéutico nacional, firmaron convenios de compra con un laboratorio público santafesino, que produce esta molécula en forma local. En cuanto al número, las estadísticas de PBA indican que desde marzo de 2020 se registraron 72.192 situaciones de aborto, de los cuales el 95% se corresponden con abortos intencionales (ILE/IVE).
 
En términos porcentuales, entre 2020 y 2021 hubo un aumento en el acceso de 131%. “Lo cual”, aclara Ramírez, “no significa que haya habido un aumento en el número total de abortos, sino que lo que crecieron fueron los abortos seguros y registrados, que antes eran clandestinos e inseguros”. Y esto redundó en “una baja contundente en las cifras de mortalidad y morbilidad materna por aborto”, datos que están consolidando antes de publicarlos.
 
Otro punto de impacto social causado por la aprobación de Ley es que cada vez más mujeres recurren a la consulta apenas saben de su embarazo no deseado: “el 90% de las intervenciones se hace antes de las 12 semanas. Eso mejora mucho la seguridad del procedimiento de esta práctica ambulatoria”, dijo. Si bien la situación es positiva, a futuro quedan algunos ejes por trabajar. Según Isla, “tenemos que seguir ampliando, en el país el número de equipos de profesionales capacitados, para estas situaciones. Con una mejor distribución territorial podemos mejorar más el acceso. Eso implica también “eficientizar el circuito administrativo, lograr que no se exijan los estudios excesivos para la práctica y sumar nuevos métodos –como el de aspiración manual intrauterina para quienes la necesitan–, y sumar las drogas más nuevas y efectivas, con menores efectos secundarios. También incorporar figuras como el acompañante o socorrista”.  

Una nueva droga para facilitar la IVE

Hace pocos meses, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó sus recomendaciones sobre las mejores políticas de salud en esta temática. Y si bien Argentina está alineada, las autoridades de Salud de Nación y la provincia de Buenos Aires están diseñando algunas actualizaciones. Según Valeria Isla, “en los próximos meses planeamos facilitar el acceso a la nueva droga recomendada para la IVE (mifepristona), tanto en el sistema público como privado. Y queremos sumar más profesionales capacitados a los equipos interdisciplinarios que atienden y acompañan estas situaciones, dando la mejor consejería posible. Capacitaremos médicos de diversas especialidades y también nuevos profesionales como las obstétricas y enfermeras”. Otro punto que tienen en carpeta las autoridades es llevar esta temática hacia los centros de atención primaria y también lograr mejorar la atención y controles médicos postaborto en un contexto propiciado por la OMS para dejar definitivamente atrás la criminalización que, durante décadas, predominó en este campo.

Enrique Garabetyan

Argentina y Brasil acuerdan cooperar en la Antártida

En Agendar siempre hemos sostenido que la Antártida debe ser la frontera para las capacidades científicas, tecnológicas y de desarrollo de la Argentina, es bueno que lo hagamos en cooperación con nuestro aliado estratégico Brasil, creemos que eso asegurara a la América del Sur un presencia mas firme en el continente blanco.

Los cancilleres de la Argentina y del Brasil firmaron hoy un Acuerdo de Cooperación Antártica entre ambos países, que ratifica la excelente relación existente en esta materia.
El acuerdo permitirá profundizar la cooperación en una amplia variedad de cuestiones vinculadas a la temática antártica. Es así que la Argentina y Brasil se comprometen a desarrollar en forma conjunta proyectos tecnológicos y científicos, intercambiar información sobre utilización de nuevas tecnologías relacionadas con la gestión del medio ambiente, como así también personal científico, realizar cursos de capacitación de manera conjunta, y facilitar el transporte, alojamiento y otras acciones logísticas, además de utilizar a estos fines a la ciudad de Ushuaia, una de las cinco Puertas de Entrada a la Antártida que existen en el mundo. Actualmente el Programa Antártico Argentino trabaja estrechamente con su contraparte de Brasil (PROANTAR) proveyendo apoyo logístico en la Antártida, y el Instituto Antártico Argentino (IAA) ha llevado a cabo proyectos de investigación científica de manera conjunta con investigadores brasileños en materias tales como biorremediación de suelos, cambio climático, cetáceos, y estudios volcanológicos, entre otros. Asimismo, la Argentina y Brasil, Partes Consultivas del Tratado Antártico, coordinan posiciones en todos los foros antárticos a fin de fortalecer al Sistema del Tratado Antártico, resguardando a esta región del mundo como una reserva natural consagrada a la paz y a la ciencia. Así, por medio de este acuerdo, la Argentina puede estrechar aún más la cooperación antártica con un socio estratégico y continuar ampliando los vínculos científicos y logísticos con las otras Partes del Tratado Antártico.

La saga de la Argentina nuclear – XIII

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó El duodécimo capítulo de esta saga está aquí.

Más soles de bolsillo, pero letales

En 1949 todavía no existía ese sol artificial y fugaz, la bomba H de Teller-Ulam de dos etapas, que usa una bomba atómica como espoleta para generar rayos X y comprimir isótopos de hidrógeno. Pero se sabía que los yanquis iban a por ella. El primero de tales soles artificiales existió durante unos nanosegundos a las 11:30 de la mañana del 16 de noviembre de 1952 en el plasma de Ivy King, la primera H, probada por EEUU en el atolón de Eniwetok. Ivy King, y las “H” que siguieron luego, confirmaron que a diferencia de la fisión, la energía de la fusión no tiene límite teórico. La Atomic Energy Commission, entidad más ligada a programas de armas que de energía, entendió también que no se puede chapucear con la cantidad y el tipo de ingredientes de la etapa de fusión: en 1954 «Castle Bravo», la primera bomba H compacta de la historia, terminó generando un 250% más del rendimiento termomecánico y radiante planificados. Peor aún, ignoro si por torpeza o ganosa de estudiar los efectos sobre población humana de la contaminación por «fallout» (precipitación radioactiva aerotransportada a sotavento), la AEC detonó su maquinita infernal no en el aire sino en el suelo del paradisíaco -hasta entonces- atolón coralino de Bikini. Dentro del hongo atómico, mientras éste crecía como una tromba ígnea, superaba la tropopausa y se incrustaba 20 km. en la estratósfera, la polvareda de coral volatilizado se contaminó con el plasma de plutonio y de elementos de fisión de la primera etapa de la bomba H, su detonador. Éste era una bomba de fisión MUY potente. Los átomos ionizados del carbonato de calcio que forma todo suelo coralino, bien salpimentados de radioisótopos emisores alfa, beta y gamma, se enfriaron en la estratósfera y fueron precipitando a sotavento de Bikini. Lo hicieron con un patrón similar al de la ceniza volcánica luego de una erupción explosiva pliniana: lo grueso, arena y arenilla, cae más cerca, lo verdaderamente fino termina cayendo días después a centenares de kilómetros de distancia. Pero a diferencia de la ceniza volcánica, ésta era muy radioactiva. De modo que se jodieron los habitantes de los atolones Alinginae, Rongelap y Rongelik, situados a sotavento. La tripulación de un pesquero japonés, el «Dragón Afortunado 5» empezó un día en altamar raro, con un aparente sol que salía por el Oeste, parpadeaba dos veces y luego se apagaba. Era el fogonazo de plasma que luego generaría el hongo atómico, el cual obviamente no vieron. Estaban lejísimos de Bikini, oculta bajo el horizonte por la curvatura terrestre. Trascartón, horas después y esa misma tarde del 1ro de Marzo de 1954, se ligó encima del barco una camionada de fallout del fino. Afortunado «ma non troppo». Bikini había sido desalojada (el Ejército de los EEUU sabe persuadir con dólares, promesas, argumentos y eventuales culatazos). Pero el resto de la cadena de atolones de las Islas Marshall a sotavento de Bikini, no. Y de la suerte de aquellos habitantes se sabe bastante poco, porque el Pentágono la puso bajo secreto, para no advertir a los soviéticos que tenían algo más fuerte que la mera bomba atómica de fisión. Pero esa suerte (mala) se la puede inferir del destino de los marineros del «Dragón Afortunado» cuando, 13 días más tarde de su involuntario baño de precipitación radioactiva pulverulenta, lograron arrastrar su barco hasta  Yaizu Port, Shizuoka , su rada habitual en Japón. Traían todos la cara ennegrecida y una panoplia completa de grados de enfermedad aguda de radiación, desde quemaduras de piel a pérdida de cabello y de epitelios intestinales que los tenía deshidratándose en continuas diarreas. Estos cuadros y sus complicaciones infecciosas u oncológicas posteriores los terminaron matando uno por uno, el primero a pocos meses del accidente, el resto de enfermedades medulares y tumores sólidos a edades de entre 40 y 60 años en que los hombres japoneses, gente longeva si la hay, sencillamente no se muere. De los 23 hubo uno, Oishi Matashichi, que logró llegar a los 82 años y morirse de cualquier otra cosa. No sin escribir antes un libro, «El día que el sol salió por el Oeste», lleno de historias personales y de documentos desclasificados del Pentágono. Los EEUU le echaron la culpa a los marineros. Lewis Strauss, el presidente de la AEC, no respondió jamás las cartas en que los médicos a cargo de los irradiados le suplicaban que les transmitieran algún abordaje terapéutico. Strauss responsabilizó al capitán del Dragón Afortunado por navegar dentro del área de exclusión decretada por la CEA (no lo hizo, estaba al menos 20 km. afuera, al Este de su límite exterior). Luego añadió que el hombre era un agente soviético, deseoso de generar un accidente que humillara a los EEUU. El primer ministro japonés, Katsuo Okazaki, perfecto funcionario colonial de país ocupado por los EEUU, se negó a exigirle a EEUU indemnizaciones para las familias, e incluso darle tratamiento médico decente a los marineros afectados. Los suministró por decisión propia la Facultad de Medicina de la Universidad de Tokyo, que fue la que publicó (vengativamente quizás) la lista de radionucleídos que habían encontrado en la ceniza: estroncio-90, cesio-137, selenio -141… y uranio-237. Es una ensalada rara. Los tres primeros nucleídos son productos de fisión, coherentes con una bomba A común, cosas que los japoneses en Hiroshima y Nagasaki probaron en cuero propio. Pero el uranio-237 no existe en la naturaleza y tampoco en la ringla habitual de spuzzas radioactivas de una bomba A. Ahí había algo nuevo. El espionaje militar soviético debe haber leído ese informe, escrito por médicos, con interés. Tanto impresionó Castle Bravo a los soviéticos que, ya buenos conocedores de la tecnología de la bomba H, se anotaron en la carrera de potencias crecientes, algo militarmente inútil. Como con casi cualquier artefacto explosivo, la fuerza bruta no determina demasiado el daño: puntería mata potencia. Y en este carrera de fuerza bruta ganaron indiscutiblemente los soviéticos con la Tsar Bomba (“el emperador de las bombas”), detonada en 1961 por la URSS en Novaya Zemlya. Fue limitada deliberadamente a la mitad de su potencia de diseño: había que darle una chance a la tripulación del bombardero que la soltó de no volatilizarse en un patriótico plasma de carbono mientras escapaba. Incluso así limitada, la Tsar de todos modos liberó 2941 veces más energía que la bomba atómica de Hiroshima. Como solía repetir el camarada Pepe Stalin, entre nubes de humo de pipa, en la cantidad hay algo cualitativo. Dicho por un genocida, tiene fuerza. De todos modos hay que admitir -ahí se adivina una decisión de Nikita Khrushov, el nuevo líder soviético antistalinista- que la Tsar Bomba fue una detonación clásica, aérea. Un «airburst» trata de maximizar los efectos termomecánicos estrictamente locales: aplastar edificación -que en la desolada Novaya Zemlya no la había- e incendiarla. Una detonación en tierra es más malvada, porque trata de causar fallout radioactivo a sotavento. bombas Ir “de movida” en 1947 por la fusión, y además controlada, como proponía Richter, era empezar la batalla por la victoria misma. Concepto que a Perón, militar al fin, le gustó. Si Richter no hubiera muerto en 1991, probablemente argüiría (no sin alguna razón) que las bombas H compactas de hoy fusionan algo que tiene litio. En realidad, es deuteruro de litio-6, un isótopo liviano del litio (no se consigue en farmacias).  Cierto, Herr Doktor Ronald, pero son bombas, no reactores. Y además el deuteruro de litio-6 es sólo un fugaz precursor para generar deuterio y tritio. La bomba A usada como espoleta de un artefacto bélico de tipo H fisiona el litio 6 en elementos más livianos, justamente los ingredientes fundamentales de una buena bomba H: deuterio y tritio, para comprimirlos y fusionarlos a continuación con un feroz flash compresivo o “inercial” de rayos X. El universo no fusiona litio, don Ronald, y los hombres tampoco. El Herr Doktor no gastó chirolas, como le había prometido a Perón. Tampoco fortunas incalculables, como sigue repitiendo con estupidez la leyenda antiperonista. A valores de hoy, el austríaco loco “se patinó” U$ 300 millones, en parte debido a que hacía y deshacía la obra civil de su reactor como quien va y vuelve en la vorágine de sus pensamientos. Los compositores que en lugar de una partitura o un piano necesitan de una filarmónica full-time para poder escribir y corregir su sinfonía, salen caros. Y máxime si a los músicos les rompe los violines, cellos y contrabajos a patadas toda vez que se enoja porque la música “no cierra”. Tras mucha e incomprensible construcción, demolición y reconstrucción de su reactor, el austríaco hizo que el 24 de marzo de 1951 el gobierno de Perón provocara pánico en la región, en EEUU y el Reino Unido, cuando anunció que “en la Isla Huemul se habían llevado a cabo reacciones termonucleares bajo condiciones de control en escala técnica”. ¡Epa! La Argentina tenía la fisión, “de yapa” con el litio, “y de yapa de la yapa”, controlada en una gran caja de hormigón en una isla de un lago andino remoto. ¿Podría generar energía eléctrica? Faltaban las líneas de alta tensión, los gendarmes en la guardia de entrada, foto en la tapa de Billiken y escolares de blanco guardapolvo visitando el sitio. Entre 1951 y 1952, los alarmados físicos nucleares de todo el planeta se tragaron, por disciplina, sus ansias de desmentir a Richter con lápiz y papel, desde la pura teoría, aunque podían hacerlo «de taquito». En cambio, trataron de repetir su procedimiento de laboratorio, descripto por el Herr Doktor con la vaguedad y omisiones típicas de quien guarda un secreto comercial patentable. Y en imitar a Richter los grandes físicos nucleares del mundo tal vez hayan gastado mucha más plata que el propio Richter, pero no hubo caso.  De fusión de litio, nada. Lo admitieron con «schadenfreude», alegría malvada, pero también con alguna desilusión: siempre hay más gloria para el segundo en confirmar un hallazgo fundamental que para el primero en desmentirlo. Dar fe de bondad otorga una fama menor pero indudable: es como ser el segundo hombre en pisar la Luna (y aquí, un saludito a don Buzz Aldrin, que sigue vivo). Hubo otra causa más para la desilusión: de haber existido alguna verdad científica básica en el asunto, habría mucha más plata y cerebros para volverla tecnología concreta en los EEUU y la URSS que en nuestras pampas trigueras. Si no la vendíamos se la afanaban. Nos ha sucedido algunas veces con otras tecnologías más legítimas. El miedo “del Club Nuclear” (de 4 miembros, todavía no pintaba China) viró al escepticismo y a las risas vengativas. Las chicanas de la prensa externa hicieron vacilar a Perón, quien tardó lo suyo en asumir que no estaba ante una conspiración mundial antiargentina, y que tal vez el Genio de Huemul estuviera macaneando. No es fácil llegar a ver esas diferencias a bordo de un gobierno que ganó en las urnas por alud, y que está tratando de evitar ese destino de los líderes sudacas desobedientes a los EEUU: golpe militar organizado por la CIA. El Dr. Mario Mariscotti, físico nuclear, exgerente de Investigación y Desarrollo de la CNEA y sin duda el más agudo y documentado historiador de estos hechos, observa con acidez que Perón habría tardado menos de haber metido antes “en el loop” a la Asociación Física Argentina, para auditar al Mago de la Isla. En ese cenáculo revistaban tipos respetados internacionalmente: Enrique Gaviola, Mario Báncora o José Balseiro… pero eran todos radicales o directamente “contras”, gorilas de los de subirse a los árboles. Gaviola, acaso por lo genial, parece haber sido socialmente casi intratable, por lo ríspido. No obstante, Perón persuadió a Báncora y trajo a Balseiro desde el RU a hacer una auditoría técnica del asunto. Tras unos meses, Balseiro entregó su informe: un error de lectura de la instrumentación, punto. En Huemul nunca había tenido lugar la fusión del litio. Remate textual: “El Dr. Richter ha demostrado un desconocimiento sorprendente sobre el tema”. El general tragó saliva y se convenció de que sólo podría tener un programa sólido si aceptaba que lo integraran tipos en algunos casos echados de sus cátedras universitarias por su propio gobierno. Eso debe haber sido duro, pero sentó principios de tolerancia política que se mantuvieron décadas. En la CNEA original y hasta 1976 ser liberal, facho, radicha, peroncho, comunacho, prochino, trosko, apartidario, apolítico o «ni fu ni fa» no determinaba tu vida. Lo que no podías era ser un burro. Balseiro oyó la oferta de Perón y suspiró, pensando en su tranquilo laboratorio en la Universidad de Manchester. Donde no ganaba lo suficiente como para mantener a su familia, porque Inglaterra estaba en plena pobreza de posguerra, mientras que en la Argentina, segundo país acreedor del RU después de los EEUU, aún se tiraba manteca al techo. En fin, que Balseiro se quedó aquí para poder reunirse con su esposa e hijos, pero en el fondo, “pro patria”. Y aquí sigue: su tumba está sobriamente escondida tras una cortina de arbustos en la academia nuclear que fundó en 1955 y que hoy lleva su nombre, el Instituto Balseiro, en el Centro Atómico Bariloche, la mejor universidad tecnológica del país. Estatal, gratuita y pública, además. Por si no quedó claro. El resto de la AFA (hablo de físicos, no de fútbol) también se integró al plan B de Perón, la actual CNEA, y desde su inesperada posición de fuerza, impuso condiciones, libertades académicas, presupuestos, planes a largo plazo y sueldos relativamente altos. Eso estableció pactos que durararían contra viento y marea hasta 1983. En la Noche de los Bastones largos de 1966, la Guardia de Infantería de la Federal, mandada por el General Juan C. Onganía, le rompió la cabeza a bastonazos a la crema de los matemáticos, físicos y químicos que hacían docencia en la Facultad de Ciencias Exactas. Doctores con pergaminos internacionales, se habían plegado a la toma de la misma para defender su autonomía legal y evitar los nombramientos a dedo, en lugar de por concurso. No es fue bien. Pero Onganía ni soñó con entrar a repartir palos y despidos en la CNEA. En parte, porque ahí mandaba más la Marina que el Ejército, y a la Marina le interesaba no la bomba, sino la propulsión naval nuclear. Con la llegada del capitán Pedro Iraolagoytía a la presidencia de CNEA, empezó lo que Mariscotti llama “la época académica” del Programa Nuclear Argentino. Y fue brillante. Pero de aburrida, nada. This is Argentina, ladies and gentlemen.

Daniel E. Arias

El gobierno nacional estableció que los edificios públicos sean sostenibles

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El Gobierno nacional, a través del Decreto 31/2023, publicado en el Boletín Oficial, declaró que los edificios del Sector Público Nacional (SPN) sean sostenibles, mediante el manejo y la gestión de los recursos utilizados en los organismos. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que conduce Juan Cabandié, será la autoridad de aplicación de la norma, cuyo objetivo consiste en la obligatoriedad de implementación de buenas prácticas sostenibles de consumo y de habitabilidad, en consonancia con los principios de progresividad y de no regresión. Las mismas alcanzan la gestión eficiente de la energía eléctrica; el agua; el gas natural; los residuos; las compras públicas; la accesibilidad; la movilidad sostenible y las superficies y espacios verdes. La ejecución de la iniciativa será progresiva y se ofrecerá una guía para su implementación. Se espera que en un periodo de dos años los edificios cumplan con las primeras acciones básicas de sostenibilidad, como la instalación de bicicleteros, la separación de residuos en origen y la compra de electrodomésticos eficientes, entre otras medidas. En tanto, en el plazo de 6 años, se llevarán a cabo prácticas más integrales como la instalación de paneles y de cubiertas vegetales y la adquisición de vehículos híbridos. De acuerdo al grado de compromiso que se desarrolle en cada edificio se otorgarán dos distintivos, el de “organismo público comprometido con la sostenibilidad”, para aquellos que hayan aplicado las prácticas básicas; y el de “organismo público sostenible”, para aquellos quienes hayan aplicado las prácticas más complejas.< En cuanto al programa de implementación, el Ministerio de Ambiente asistirá a los organismos públicos nacionales a través de puntos focales, con el objetivo de brindar asesoramiento técnico y financiamiento.

El Instituto Malbrán detectó y controló un brote de una bacteria resistente a todas las drogas en Argentina

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  • Se trata de la Klebsiella pneumoniae, detectada en tres pacientes entre agosto y septiembre de 2022.
  • Alertan que la amenaza de la resistencia antimicrobiana «ya es una realidad».
El Servicio Antimicrobianos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI)-Anlis Malbrán informó a la comunidad médica y científica que fue detectado y controlado un brote de una bacteria resistente a todas las drogas disponibles en Argentina, lo que para especialistas «es un llamado de atención acerca de que la resistencia antimicrobiana no es problema a futuro sino que está sucediendo aquí y ahora».
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En esta oportunidad se trató de la bacteria Klebsiella pneumoniae que fue detectada en muestras de orina tomadas entre el 28 de agosto y el 15 de septiembre de 2022 de tres pacientes con infección urinaria que habían tenido un trasplante renal en un centro de salud de la ciudad de Buenos Aires.
El informe, que se publicó en estos días, detalla que los pacientes fueron tratados «en forma compasional», es decir para aliviar los síntomas, con tres antibióticos y que «sobrevivieron aunque perdieron sus injertos renales».
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«El brote pudo ser contenido, sin casos fatales y sin reportes de nuevas infecciones PDR (pan-drogo resistentes, es decir, resistentes a todas las drogas) hasta la fecha», señala el documento.
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La Klebsiella pneumoniae es una especie dentro del género bacteriano Klebsiella, compuesto por bacterias Gram negativas de la familia Enterobacterias, que desempeñan un importante papel como causa de las enfermedades infecciosas que aparecen ante la baja de defensas.
En este caso se trataba de una bacteria «pan-drogo resistente», lo que significa que es resistente a todas las drogas disponibles.
«Esto es la evidencia de que ya dentro del territorio nacional hay situaciones de pan-drogo resistencia, es decir, de infecciones que no tienen alternativa terapéutica; esto demuestra que es un problema mundial que también es nuestro y que requiere llevar a cabo un conjunto de acciones en las que cada sector se comprometa con su parte», sostuvo la médica infectóloga Leda Guzzi.
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Uso responsable de antibióticos
En este sentido, recordó que en agosto pasado el Congreso sancionó la Ley 27.680 de Prevención y Control de la Resistencia Antimicrobiana que tiene como uno de sus objetivos fundamentales el uso responsable de los antibióticos, tanto en salud humana como animal y la regulación en su expendio.
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Entre los principales puntos de la ley figuran optimizar el uso de medicamentos antimicrobianos; mejorar la sensibilización y los conocimientos en materia de resistencia a los antimicrobianos; reforzar la vigilancia y la investigación en esta temática, y prevenir y reducir la incidencia de las infecciones asociadas al cuidado de la salud.
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Preocupación a nivel mundial
En diciembre, la OMS alertó que un 8% de las infecciones en sangre intrahospitalarias por la bacteria Klebsiella pneumoniae se volvió resistente a los antibióticos de último recurso, lo que aumenta el riesgo de muerte debido a que se tornan inmanejables.
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El trabajo -que fue el primer informe que el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia y el Uso de Antimicrobianos (GLASS, por sus siglas en inglés) realizó haciendo un análisis de las tasas de RAM en 87 países – mostró altos niveles (superiores al 50%) de resistencia en bacterias que con frecuencia causan infecciones del torrente sanguíneo en hospitales, como Klebsiella pneumoniae y Acinetobacter spp.
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Guzzi advirtió que «una vez que emerge una bacteria de estas características puede haber una dispersión a través del contacto, a través de las manos del personal, por eso es tan importante el lavado de manos en toda la población y en las instituciones en particular».
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Como expresó la infectóloga, la resistencia antimicrobiana -es decir la capacidad de bacterias, hongos, virus, de volverse resistentes a la medicación- es una problemática global y se estima que para el año 2050 puede convertirse en la primera causa de muerte a nivel mundial, «si no se genera una respuesta mundial conjunta y sistematizada».