Prioridades de Defensa: buque polar, base naval en Ushuaia, y recuperación de la base antártica Petrel

Las inversiones para sostener la presencia argentina en la Antártida y afirmar la soberanía figuran al tope de las prioridades en la agenda del ministro de Defensa, Jorge Taiana. Así lo reflejan 3 de los principales proyectos que el Gobierno financiará con el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), la única fuente de recursos accesibles en tiempos de escasez.

Esos tres proyectos -que intentan sostener la presencia en un territorio que también pretenden Chile y el Reino Unido- son la construcción de un buque logístico polar, complementario al rompehielos Irízar, para ampliar la capacidad de transporte en las campañas antárticas; la puesta en marcha de una Base Naval Integrada en Ushuaia, en un punto austral estratégico que concentra las miradas de los gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China, y la reactivación de la base antártica Petrel, que después de 48 años, volverá a ser permanente y tendrá habitantes en el invierno.

Aunque el Ministerio de Defensa no difundió números, la idea es que estas inversiones, al igual que las compras y la recuperación del material militar, se financien con el Fondef, que se integra con el 0,5% de los ingresos corrientes previstos en el Presupuesto anual del sector público nacional.

En 2021 significaron $ 34.000 millones y el proyecto del presupuesto 2023 contempla $ 160.000 millones (US$ 550 millones), según expuso recientemente el ministro Taiana ante la Comisión de Defensa de Diputados.

Los tres proyectos prioritarios que tienen la mirada en el territorio antártico responden a la “visión bicontinental” proclamada por Taiana en sus distintas apariciones, en las que insiste en “el lugar estratégico que ocupa el país en el Atlántico Sur y en relación con la Antártida”.

El ministro de Defensa, Jorge Taiana, visitó la Base Marambio, en la Antártida, a comienzos de octubre de 2022
El ministro de Defensa, Jorge Taiana, visitó la Base Marambio, en la Antártida, a comienzos de octubre de 2022
 

En el complejo Tandanor se encuentra en desarrollo el proyecto del buque polar de apoyo logístico antártico, con capacidad para el transporte de 12.000 toneladas y hangar para dos helicópteros Sea King, con el propósito de fortalecer el abastecimiento a las seis bases permanentes (funcionan todo el año) y siete temporales (operativas solo en el verano).

A mediados de este año se estimaba su costo en 220 millones de dólares y un plazo de construcción de cinco a seis años. El objetivo es “potenciar la innovación productiva, sustituir importaciones y adquirir capacidades productivas y tecnológicas”, explicaron fuentes oficiales.

La Base Naval Integrada de Ushuaia, emplazada en un punto estratégico, prevé la construcción de un muelle y la incorporación de maquinarias y equipos. La finalidad es ampliar el desarrollo de las capacidades logísticas y científicas en la Antártida, además de prestar servicios logísticos y de asistencia a otros países, como ya hace Chile en Punta Arenas.
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El tercer proyecto clave es la modernización y recuperación de la Base Conjunta Petrel, que pasará a ser permanente. “El objetivo es convertirla en el polo logístico más importante de la península antártica”, explicaron en el Ministerio de Defensa. Taiana visitó hace pocos días la Base Marambio, en un viaje a la Antártida que compartió con los ministros de Ciencia, Daniel Filmus, y de Salud, Carla Vizotti.
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También está en ejecución el plan de radarización, que apunta a fortalecer el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, en el que participan investigadores de INVAP.
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A fines de julio, un radar inaugurado en Tierra del Fuego permitió detectar el ingreso al espacio aereo de cinco vuelos que se dirigian desde Chile a las Islas Malvinas sin la autorización de las autoridades argentinas.
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Aviones Pampa III, incorporaciones en la Fuerza Aérea
Aviones Pampa III, incorporaciones en la Fuerza AéreaMinisterio de Defensa

Compras y material modernizado

Actualmente hay 91 proyectos del Ministerio de Defensa financiados con recursos del Fondef, creado para impulsar el equipamiento de las Fuerzas Armadas. No solo se solventa la compra de unidades, sino también los trabajos de recuperación y puesta al día de materiales. Como beneficio adicional, cerca de Taiana apuestan, así, a la reactivación de la industria nacional de la defensa, a partir de trabajos que se desarrollan en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y el Complejo Naval e Industrial Argentino (CINAR), que incluye al astillero Tandanor.

En la Fuerza Aérea, por ejemplo, se trabaja en la modernización de los aviones Hércules C-130, TC-69 y TC-100, para mejorar la capacidad de transporte aéreo operacional; así como en la incorporación y modernización de las aeronaves Pampa III, para la instrucción avanzada y el adiestramiento de pilotos.

En FAdeA se construye la aeronave de entrenamiento primario IA-100 Malvina. Y a eso se suma la llegada de 12 aviones T-6C TEXAN II, destinados al entrenamiento de aviadores militares.

Los Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV) llegaron para fortalecer la custodia del mar en el Atlántico Sur y prevenir la pesca ilegal
Los Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV) llegaron para fortalecer la custodia del mar en el Atlántico Sur y prevenir la pesca ilegalMinisterio de Defensa

En la Armada, mientras se evalúa la posible compra de un submarino, se completó la adquisición de los cuatro Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV), destinados al patrullaje marítimo y a la protección contra la pesca ilegal. Las compras habían comenzado a gestionarse en la presidencia de Mauricio Macri.

Se avanzó, también, en la recuperación de embarcaciones MEKO 140, la incorporación de dos helicópteros Sea King, por 12,8 millones de dólares; la construcción de 12 remolcadores en Tandanor y la mejora de la operación del Dique N° 2 del Arsenal Naval de Puerto Belgrano.

Todo ello, a pesar de que en el proyecto del presupuesto 2023 para el área de Defensa se reducen los fondos destinados al adiestramiento militar. La Armada tendrá apenas 60 días de navegación en el año para adiestramiento naval técnico y táctico. El año pasado, ese número alcanzaba los 79 días, mientras que en 2012, hace una década, los marinos tenían a su disposición 358 días de navegación. Así lo advirtió en un informe el Centro de Estudios en Defensa y Seguridad, que dirige el ex diputado nacional Carlos Alberto Fernández (UCR).

Las restricciones en el presupuesto también alcanzan al Ejército, que tendrá en 2023 solo tres días de adiestramiento operacional en campaña (fuera de los cuarteles) y 15 de entrenamiento dentro de las guarniciones. Hace diez años, el adiestramiento era de 27 días en campaña y 40 en guarnición.

Vehículos de transporte y vestimentas, inversiones en el Ejército
Vehículos de transporte y vestimentas, inversiones en el Ejército

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Fuera de estas limitaciones, el Ministerio de Defensa encaró con el Fondef la modernización de 74 Tanques Argentinos Mediano (TAM), a partir de un convenio con Israel, que comprende transferencia de tecnología. Y se acordó la compra de 54 camiones Mercedes Benz 4×4 militarizados, de 15 toneladas, por 10,2 millones de dólares.

Se trabaja, en ese sentido, en la compra de vehículos para ampliar los sistemas de transporte de campaña, de guarnición y de comunicaciones del Ejército, y la modernización de helicópteros Bell.

A ello se suman proyectos trianuales para la compra de uniformes y calzados, de industria nacional, para las Fuerzas Armadas.

Argentina y el OIEA acuerdan colaborar en tratamientos para el cáncer y combatir polución en la Antártida

Argentina y el Organismo Iinternacional de la Energía Atómica  firmaron dos acuerdos para fortalecer su cooperación sobre los usos pacíficos de la tecnología nuclear para mejorar el acceso a la atención del cáncer en América Latina y combatir la contaminación plástica en la Antártida.

El Director General del OIEA, Rafael Grossi, y Santiago Cafiero, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, firmaron los acuerdos el jueves en apoyo de Rayos de Esperanza y NUTEC Plastics, dos iniciativas del OIEA. “Las aplicaciones pacíficas de la tecnología nuclear tienen beneficios concretos en la vida cotidiana de nuestra sociedad”, dijo el ministro Cafiero. Rayos de Esperanza busca promover la atención del cáncer para todos al mejorar la disponibilidad de servicios de radioterapia, imágenes médicas y medicina nuclear que son fundamentales para detectar y curar esta enfermedad. Desde su lanzamiento en febrero de este año, más de 20 países ya han solicitado asistencia a través de la iniciativa, que ayudará a proporcionar acceso a tratamientos de radioterapia que salvarán vidas, fortalecerá la legislación y la infraestructura de seguridad radiológica y proporcionará control de calidad, orientación, capacitación y equipos. Durante la semana, el director Grossi visitó FUESMEN, una institución fundada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Argentina, la Universidad Nacional de Cuyo y el Gobierno de Mendoza. FUESMEN, socio del OIEA, es un centro de atención médica, educación e investigación. “Incrementaremos nuestro trabajo para llevar la atención del cáncer a todos. La energía nuclear puede ayudar a diagnosticar y tratar el cáncer, y el OIEA está listo para llevar esos beneficios nucleares a aún más personas en la región con Rays of Hope”, dijo Grossi. NUTEC Plastics (TECnología nuclear para controlar la contaminación plástica) ayuda a los países a aprovechar técnicas de radiación respetuosas con el medio ambiente para reciclar plástico y utilizar el rastreo isotópico para comprender mejor el problema de la contaminación por microplásticos marinos. La contaminación plástica es un problema global que afecta a las partes más remotas del mundo, incluida la Antártida. La primera evidencia de microplásticos en la nieve antártica se documentó recientemente en un estudio de la Universidad de Canterbury publicado en junio. “Rayos de Esperanza y NUTEC Plastics son ejemplos concretos de cómo la tecnología nuclear puede beneficiar a los latinoamericanos y al medio ambiente”, dijo Grossi. Pasó esta semana en Argentina, reuniéndose con varios funcionarios de alto nivel y visitando instalaciones e instituciones nucleares.

Alcance de la cooperación

El acuerdo determina una serie de actividades en el marco de la cooperación entre el OIEA y Argentina que contemplan alianzas estratégicas para el asesoramiento científico-técnico de las instituciones argentinas competentes en la materia; el diseño de estudios y diseño de proyectos de investigación y desarrollo en el ámbito de las aplicaciones de la tecnología nuclear en el campo de la salud; y la colaboración para mejorar los recursos nacionales y regionales de creación de capacidad en medicina radiológica mediante la participación en la iniciativa Rayos de Esperanza. De manera especial, el memorando propone establecer un centro de referencia de la iniciativa del OIEA Rayos de Esperanza en nuestro país. Entre sus tareas se destaca la capacitación específica de los recursos humanos de institutos y centros vinculados a la CNEA y la creación de capacidad para reforzar la infraestructura regional conexa, particularmente en los campos de la física médica, la medicina nuclear, la radiología, la radioterapia y la radioncología. El memorando será válido durante un período de tres años y las partes podrán considerar la posibilidad de prorrogarlo.

“Nearshoring”, la conveniencia de tener proveedores cerca, asoma en Argentina

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En diciembre de 2020, entre la primera y la segunda ola de Covid-19, el gigante estadounidense Whirlpool y su presidente para Latinoamérica, el brasileño João Carlos Brega, decidieron instalar una fábrica de lavarropas en Argentina y volver a exportar desde aquí después de 20 años sin hacerlo. Este jueves se inauguró la planta. “Siempre fue un tema que nos preocupó tener los proveedores muy distantes del mercado consumidor. Hay un capital de trabajo invertido que se queda flotando. Entonces siempre fue un desafío cómo romper esas barreras. Con el surgimiento de la pandemia y con las repercusiones geopolíticas que estamos enfrentando hoy, en el mundo se aceleró la necesidad de tener la garantía de que si algo pasa en un lugar muy distante, no se rompa la cadena de suministro. Yasí estamos haciendo esta planta acá, que tiene como objetivo también traer tecnología para el parque de proveedores locales. Ya estamos en sociedad con algunos de ellos para que en un plazo de ocho meses podamos tener más de 70% de los insumos suministrados por proveedores argentinos. Y así, con esto, disminuimos la dependencia externa. Entonces la cadena de valor se torna mucho más próxima del mercado consumidor”, explica Brega, que espera que mientras tanto no se presenten los habituales problemas para importar insumos en la Argentina. A principios de siglo se produjo un fenómeno global en la industria llamado offshoring, por el que migraron industrias de toda América (del Norte) a China. Con la pandemia faltaron fletes y con la guerra de Ucrania se encareció su combustible, y ahora la palabra de moda es nearshoring, que viene de “near”, es decir, “cerca”: los productos chinos llegan más caros a América y se abre una oportunidad para los fabricados aquí mismo. “No tengo dudas de eso. Pero para esto tenemos también que generar no simplemente la producción sino el conocimiento. Haciendo esta fabricación acá en la Argentina estamos trayendo potencial de conocimiento. Así se hace la competitividad. La competitividad no se hace simplemente por costo”, aclara el presidente de Whirlpool Latinoamérica. US$ 52 millones de inversión Whirlpool tenía hace poco 160 empleados en Argentina. Ahora son 500, a partir de una inversión de 52 millones de dólares para producir 300.000 lavarropas de carga frontal al año y exportar desde Pilar el 70% a Brasil y el resto de Sudamérica. “Cuando se mira a Latinoamérica hay que mirar los mercados consumidores. Entonces obviamente Brasil es el país más grande. Después vienen México y después, Colombia, la Argentina. Pero en lavarropas el mercado argentino es el único en Latinoamérica donde la penetración de los de carga frontal es 70%. En Brasil, el 85% es de carga superior. Entonces la estrategia de grupo es tener centros de excelencia que se torne la referencia de determinada categoría de producto en toda Sudamérica. Decidimos ir a la Argentina porque acá es el mayor mercado consumidor. Cualquier país de Latinoamérica será suministrado por la Argentina para carga frontal, como también hacemos, por ejemplo, heladeras en Brasil para cualquier país de Latinoamérica”, comenta el presidente de Whirlpool, que antes tercerizaba en Córdoba la producción para abastecer al 60% de sus ventas locales y ahora fabricará en Pilar el 70% lo que aquí venda, mientras que el resto se importa de Latinoamérica, Europa o Asia. Por el nearshoring, esta empresa norteamericana también ha reforzado su presencia en México para abastecer a Estados Unidos. Algunas pocas empresas argentinas también aprovechan el nearshoring. Es el caso de Cerámica Alberdi. Su dueño y presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martin Rappallini, cuenta que entre 2019 y la actualidad ha quintuplicado sus exportaciones a Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay. “Desplazamos fuertemente a China y a productos europeos, unos que apuntaban a los productos de menor valor y Europa apuntando a los de mayor valor”, cuenta Rappallini. “Tanto la guerra como la pandemia impactaron fuertemente en el aumento de los costos logísticos, también en la inflación. Y eso ha hecho que los productos argentinos, sobre todo en la región, en los países limítrofes, quedemos competitivos”, cuenta el presidente de la Uipba. No ha sido fácil identificar muchos casos más de nearshoring porque los bienes industriales están encareciéndose en dólares porque la inflación va más rápido que el tipo de cambio oficial. En 2023 sí se inaugurará una planta de autopartes de Mirgor, la empresa de Nicolás Caputo, en Baradero para abastecer de ellas a la fábrica que en Zárate tiene Toyota, que sustituirá así esas piezas que hasta ahora vienen de Asia para las Hilux que van a toda Latinoamérica. En el caso de la cerámica, la europea duplicó su costo de producción porque la energía se multiplicó por diez, según Rappallini. “China ha tenido un impacto energético, pero el mayor impacto ha sido a nivel logístico. O sea que los containers que estaban entorno a 2.000 dólares antes de la pandemia, llegaron a estar en 20.000 o 25.000 con el Covid. Ahora bajaron los precios, pero igual están mucho más caros que antes y son productos en los que el flete tiene una alta incidencia. Entonces, esto nos posibilitó ser competitivos y yo creo que es algo que va a quedar sostenido en el tiempo. No solamente nosotros sino también vemos muchas cadenas de valor que van a poder crecer fuerte en la exportación para los países limítrofes”, se esperanza el socio de Alberdi. Así es que países latinoamericanos con cierto desarrollo industrial, como México, Brasil o Argentina, pueden aprovechar oportunidades de exportación en una región tradicionalmente enfocada en la extracción de materias primas. El economista y profesor universitario Leandro Mora Alfonsín, ex director nacional de Industria en el gobierno de Alberto Fernández, analiza el fenómeno del nearshoring: “Los procesos de reconfiguración de las cadenas globales de valor, sea nearshoring o friendshoring (abastecimiento desde países amigos, como busca ahora Alemania ante el cese del gas ruso) tienen que ver con algo previo a la pandemia. Podemos tomar un punto de partida en la campaña presidencial de (Donald) Trump en 2016”, dice. El ex presidente de EE UU obligó a empresas de su país a mudar fábricas de China a su territorio. “¿Qué hizo la pandemia? Lo aceleró básicamente porque la pospandemia implicó un aumento de la demanda para el cual las cadenas de valor no estaban preparadas para responder, tanto en uso de la capacidad instalada como en las inversiones que podían llegar a tener. Eso hizo que se generaran cuellos de botella, donde el ejemplo más característico fue el problema de los semiconductores. No solo hubo cuellos de botella, sino también un aumento muy fuerte de los precios de insumos difundidos de acero, aluminio, resina de PVC, madera, semiconductores y, al mismo tiempo, una crisis que se vivió en la logística y el transporte internacional, con aumentos del shipping (transporte en barco) muy fuertes, que todavía no han bajado del todo. Y hoy estamos teniendo esas consecuencias. Por eso es cada vez más tenido en consideración la relocalización de actividades productivas, ya sea en países cercanos a los centros de consumo o a los centros de producción que requieren insumos, o en países donde uno tiene tratados comerciales o algún tipo de estrategia conjunta de política industrial”, cuenta Mora Alfonsín, profesor en las universidad de Buenos Aires (UBA), Católica Argentina (UCA) y de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Cadenas de valor más resilientes “Básicamente la estrategia de nearshoring tiene que ver con lograr cadenas de valor más cortas, más seguras, más resilientes, ante problemas como puede ser hoy la invasión rusa en Ucrania, ayer el Covid y hacia adelante otros cisnes negros o factores exógenos que condicionen la economía global”, explica el economista. “Particularmente, América Latina puede ser por su posición geográfica proveedor de Estados Unidos, particularmente en algunos segmentos y cadenas. Si uno ve recientes estudios del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), señalan que si se localizan el 10% de las importaciones chinas con producción de otro tipo, esa es una oportunidad de 78.000 millones de dólares, de las cuales el país mejor posicionado para poder acceder es México. No obstante, hay límites, es un proceso mucho más gradual de lo que se piensa. Una inversión no va de un día para el otro, de un continente a otro.” Pese a todo, Whirlpool ha construido una nueva fábrica aquí. Compró el terreno en mayo de 2021 y un año y medio después ya la puso en marcha. Y eso que el costo del flete baja tras la pandemia. “El costo creció mucho durante la pandemia por un problema de oferta, que no había oferta de flete. Hoy está en una reducción grande. Aún no está en nivel prepandémico, pero tampoco en los picos que estaba en la pandemia, pero el mercado tiene y tuvo restricciones, fueron muy duras, y por eso que las inversiones en nearshoring están muy aceleradas”, comenta Brega. Transformaciones económicas que ha dejado la pandemia.

Alejandro Rebossio

Avanza la acreditación de una planta estatal para formular vacunas de última generación

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Investigadores de la UNLP, el INTA y la FIL avanzan en la puesta a punto de IncuINTA como planta pública para la producción de vacunas humanas. Al mismo tiempo, ensayan una vacuna de nueva generación contra el SARS-CoV-2. Los resultados preclínicos en ratones fueron publicados en la revista internacional Frontiers in Immunology. Gracias a una articulación estratégica entre el INTA, la Universidad Nacional de La Plata y la Fundación Instituto Leloir, las tres instituciones aunaron esfuerzos y firmaron un convenio de cooperación académica, científica y de desarrollo para acreditar una planta estatal para la producción de vacunas. Se trata de IncuINTA, una plataforma técnico-organizativa para el desarrollo de proyectos tecnológicos que el INTA tiene en el Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA), en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. “Es una alianza sinérgica entre científicos del CONICET de diversas áreas del conocimiento como son la vacunología, la inmunología, la biotecnología y la virología, que incluye a instituciones muy importantes de nuestro país y permitirá avanzar hacia fases clínicas en humanos sobre la base de investigaciones que comenzamos en nuestros laboratorios”, expresó a Andrea Gamarnik, doctora en Bioquímica y jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir. “Tomando el actual contexto, en el que todavía hay que atender necesidades de la pandemia, el objetivo será el desarrollo de herramientas para prevenir los efectos de COVID-19, con la idea de planificar proyectos futuros que atiendan necesidades locales y regionales”, añadió Gamarnik. Con apoyo del CONICET y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el equipo de investigadores trabaja en la puesta a punto de la planta IncuINTA para adaptarla y obtener la acreditación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), requisito para producir desarrollos biológicos para uso en seres humanos y la realización de las primeras fases de los ensayos clínicos. Una vez alcanzada la acreditación, la planta de IncuINTA podrá producir no sólo productos contra COVID-19, sino también para la rabia, influenza, dengue, rotavirus e incluso para hacer frente a enfermedades endémicas como el Chagas. Y ante nuevas pandemias o emergencias sanitarias permitirá ofrecer respuestas rápidas y coordinadas. “La planta de 600 metros cuadrados ya existe e inició su actividad en 2020”, señaló el doctor en Biología e investigador del CONICET Andrés Wigdorovitz, director de IncuINTA, y agregó: “Pasará a ser la única planta pública que trabaja con principios activos biológicos recombinantes certificable como establecimiento BPM”. Wigdorovitz informó que luego de presentar un proyecto para para avanzar con la acreditación, obtuvieron aportes del MINCyT. “En breve esperamos poder ejecutarlo y, cuando eso ocurra, llevará entre seis a ocho meses terminar el proceso”, aseguró. Una nueva vacuna La articulación científica entre las tres instituciones logró, además, una formulación prometedora para una vacuna de nueva generación contra el SARS-CoV-2, con capacidad neutralizante en un modelo preclínico de ratón, a niveles comparables –o incluso superiores– a los inducidos por las vacunas que se aplican en la actualidad, comentó la doctora en Bioquímica Daniela Hozbor, investigadora del CONICET en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM) de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El estudio fue publicado este mes en la revista científica internacional Frontiers in Immunology. “Después de evaluar distintas formulaciones de vacunas que diferían en cantidad y en su composición en términos de la proteína S de las variantes Wuhan, Beta y Delta del SARS-CoV-2, solas o combinadas, determinamos que funciona muy bien una que contiene dos microgramos de la proteína S trimérica y glicosilada de la variante ancestral”, aseguró Hozbor, autora principal del artículo. “Los resultados indican que tiene un nivel de respuesta mejor que varias de las versiones comerciales que se utilizan hoy”, añadió. Aunque al momento del estudio no circulaba Ómicron, Hozbor resaltó que ahora están analizando la capacidad neutralizante frente a esa variante dominante. “Los datos preliminares muestran que, si se la emplea como refuerzo, la formulación induce anticuerpos neutralizantes contra Ómicron en niveles que, en algunos casos, resulta superior al que inducen tres dosis de las vacunas actuales”, anticipó. Más allá de que los resultados abren la puerta a una nueva candidata de vacuna nacional contra la COVID-19, el trabajo se utilizó como prueba piloto de algo más amplio. “Este es el primer logro de un proyecto muy ambicioso, que incluye poner en valor una planta de producción para vacunas humanas que esté bajo la órbita estatal y pueda hacer el recorrido desde la investigación básica hasta los estudios clínicos de fase 1”, concluyó Gamarnik, también autora del estudio. Para acceder al paper publicado en Frontiers in Immnunology, cliquear aquí.

Habla Néstor Bolatti, gerente de exploración offshore de YPF

«Dada la complejidad de orden científica, técnica y económica para entender la cuestión de la explotación hidrocarburífera, entrevistamos al Lic. Néstor Bolatti, gerente de exploración offshore de YPF. Escuchar aquí la entrevista completa.   La opinión de AgendAR Cuando en la audiencia pública convocada por Ambiente y Energía -la semana pasada- sobre la exploración offshore en el Mar Argentino y el Pozo Argerich-1, anunciaron otra Vaca Muerta, a 315 kilómetros de la costa de Mar del Plata, lo publicamos, y advertimos «Noticia en desarrollo». Hasta no ver la presunta vaca, no opinamos de ella. Nuestros amigos de La Grappa  Contenidos -que imaginan y promueven un proyecto industrial para Bahía Blanca (ver aquí, por ejemplo)- han hecho el desarrollo, en este podcast. Aquí hay información seria, geológica y técnicamente fundada, y nada exitista. Obviamente parcial (no existen los gerentes petroleros antipetroleros), pero rigurosa y libre de falso optimismo. Tres cosas sugieren hidrocarburos esperándonos frente a las costas bonaerenses y rionegrinas. Una son los estudios de sísmica, la otra es la historia geológica del Atlántico Sur y la última son los grandes hallazgos off-shore en Namibia, frente a las orillas africanas de ese océano. ¿Cuánto es razonable esperar? Grosso modo, cantidades que podrían duplicar las reservas argentinas actuales. Eso es lo que tal vez contenga la llamada CAN (Cuenca Argentina Norte). ¿La CAN es Vaca Muerta? No se parece en absoluto. ¿Cómo podrían hacerlo un yacimiento continental en rocas difíciles, y otro en aguas profundas, no sólo alejadas de la costa sino también de la Plataforma Submarina? En la Secretaría de Energía la pifiaron bastante con esa similitud forzada y un poco cómica, la de la vaca muerta en el mar, pobre animal. Hablando seriamente, la sísmica sugiere rocas porosas que quizás hayan actuado de trampa para los hidrocarburos generados por otra formación geológica 400 metros más profunda, lo que se llama «roca madre». En Vaca Muerta se está explotando directamente la roca madre, esquistos de gran dureza y baja porosidad, pero conformados como una capa relativamente fina a entre 2500 y 2600 metros de profundidad. Se llega a esa capa por una perforación vertical que hace de eje. Ahí es donde los trépanos cambian de dirección para recorrerla con muchas perforaciones horizontales que se abren como las varillas de un paraguas. La roca es luego fracturada por choque hidráulico, añadiéndole arena al agua de perforación para que mantenga abiertas las redes de los millones de grietas abiertas creadas por los golpes de presión, y surfactantes para que laven y arrastren los hidrocarburos hasta el pozo vertical, y salgan por él hasta la superficie. Esa es una descripción sumaria de esa operación costosa y bastante contaminante llamada «fracking». Un pozo de fracking típico es caro, de vida relativamente breve y rendimiento impredecible, propenso a voladuras de cabezal por surgencias intempestivas, y de yapa usa cien veces más volúmenes de agua que un viejo pozo vertical en una formación porosa y convencional. Y si al costo del petróleo en boca de pozo le añadís el de gestionar el agua de modo no contaminante, «Houston, we have a problem». En Vaca Muerta ese sobrecosto suele ser una externalidad: que se ocupe Magoya. Si los bloques CAN tienen hidrocarburos, al parecer estarán en roca porosa explotable con pozos verticales «como los de antes», sin perforación horizontal ni mayor ayuda de fractura hidráulica. Por eso, toda la gente que habla de «fracking» en el mar está profiriendo solemnes gansadas: además de generar cantidades siderales de desechos líquidos en una zona donde la Argentina posee sólo el fondo, pero no la columna de agua, sería no sólo ilegal ante la CONVEMAR, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, sino carísimo. El petróleo, el más volátil de los «commodities» desde hace 49 años, ayer a precio negativo, hoy está en rampa ascendente. Pero todavía no se vende a precio de champagne. Sin embargo, de fáciles o baratos los pozos de la CAN no tendrán nada, porque el Atlántico Sur es un ambiente bravo por vientos, corrientes y oleajes. Si se avanza con los pozos de explotación, la perforación de roca propiamente dicha empezará en fondos barrancosos, a 1500 metros de profundidad bajo la superficie del mar. Otros pozos empezarán a distintas cotas cada vez más bajas del talud continental, que es bastante empinado. Los más profundos empezarán a trepanar roca a 3500 metros de la superficie. Impresiona bastante, pero eso no es exactamente el fondo marino: la llanura abisal se halla a entre 4500 y 5000 metros, pero no se ha explorado por hidrocarburos no sólo por costos, sino porque no pertenece a ningún estado: es internacional, terreno sujeto ante otros códigos de derecho más complicados. Y ya la CAN abunda en complicaciones técnicas. Para llegar a las formaciones porosas de la CAN, probablemente haya que perforar casi 1500 metros más de sucesivas capas rocosas en el lecho marino hasta dar con la formación porosa que los geólogos llaman «trampa». Con la esperanza de que las trampas tengan petróleo y no agua. Por más que uno tenga estudios muy prolijos de sísmica, el saber adónde perforar es una tremenda timba, y se entra con fichas caras. Hasta que no se encuentre hidrocarburos reales en la CAN, nadie puede contar con esa riqueza, y menos aún ponerla en números firmes: cuánto gas, cuanto petróleo, y de qué calidad. Tampoco puede saber cuáles serán los costos y tiempos de desarrollar la explotación de esta cuenca. Ni siquiera se puede decidir si ir adelante con la CAN o no. Hoy los opositores al desarrollo de la CAN discuten apasionadamente sobre entelequias: la seguridad técnica de explotar un yacimiento tan difícil y caro, o el fundamento ético de hacerlo en la rampa de desastres climáticos causados por casi 3 siglos de quema de combustibles fósiles, o la racionalidad económica de sostener una explotación tan costosa cuando los precios de los hidrocarburos se han vuelto una montaña rusa cada vez más impredecible y brutal. ¿Y si bajan de golpe una década entera y toda esa inversión en equipamiento sofisticado se transforma en «stranded assets», activos varados, es decir pérdidas? Esos debates tan apasionados pasan por alto lo central: las respuestas correctas, si las hay, son imposibles sin información CUANTITATIVA. Y se olvidan de que el pozo Argerich-1 es de exploración, no de explotación: busca información sobre recursos, no recursos: a los 60 días de perforado, se sella con cemento, y la data generada decidirá políticas nacionales y privadas, tanto inversiones como retiradas. Sólo ese pozo, dado que se perfora desde un barco carísimo y no desde una plataforma que da economías de escala, podría costar U$ 100 millones, y tal vez se necesiten varios agujeros más hasta saber los qués, los dóndes y los cuántos. Nadie va a poner un centavo de dólar en poner plataformas donde no haya al menos 300 millones de barriles asegurados. Para vender la piel del oso, antes hay que cazar al oso. En el Presal, el gran yacimiento offshore brasileño, hubo que hacer 15 pozos exploratorios sin resultados hasta encontrar petróleo real, y pasó casi una década de inversión continua hasta que esa cuenca estuvo «en línea», desarrollada y en explotación. Los osos saben ser elusivos. Felicitaciones a la gente de La Grappa, que lograron entrevistar a Néstor Bolatti, científico argentino con mucho kilometraje en el Presal brasileño y gerente de exploración offshore de YPF: estimados, mientras los demás corren tras las mojarritas, Uds. consiguieron a Moby Dick. Amigos, les cedemos el escenario: ————————————————————————————————-

Grossi: «El sector nuclear argentino y el lugar que nuestro país ocupa en el mundo»

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El director general del OIEA Rafael Grossi, junto a la presidenta de la CNEA Adriana Serquis y referentes de nuestro país, participó del conversatorio “La energía nuclear y sus aplicaciones en el marco del Sector Nuclear Argentino”, cerrando así su visita a la Argentina.

El encuentro se realizó en la Nave de la Ciencia de Tecnópolis y el programa incluyó las participaiciones del presidente de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) José Luis Antúnez, y el gerente general y CEO de INVAP S.E. Vicente Campenni. El panel fue moderado por la periodista Nora Bär. Finalizado el conversatorio, Grossi mantuvo un encuentro con la prensa y se reunió con representantes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA). Luego, visitó el estand que CNEA/NA-SA tienen abierto al público en el Parque Tecnópolis

Transición energética y energía nuclear

«Argentina tiene una tremenda oportunidad en el sector nuclear», destacó en su charla el director general del OIEA. Luego de trazar un panorama energético mundial a partir de las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, Grossi señaló que en materia nuclear es preciso «detenerse a mirar en que está el mundo y en un análisis relativo ver dónde estamos nosotros, cuál es el lugar que la Argentina ocupa en el mundo». Grossi puntualizó que estamos «en un momento muy interesante en materia nuclear» como resultado de la convergencia de dos factores: por un lado, la crisis energética, «que se ve exacerbada de una manera dramática por la guerra, y a la que se suma el problema del calentamiento global, el cambio climático«. Estos dos factores hacen que haya una mirada «muy interesada en los beneficios de la energía nuclear». En su opinión, para los países que ya tienen desarrollada la energía nuclear, es «la confirmación de que estaban en un camino virtuoso; y para los que estaban decidiendo irse de la energía nuclear, puso un signo de pregunta muy grande».
Luego del Conversatorio, el Director General del OIEA visitó el stand de la CNEA en Tecnópolis
Luego del Conversatorio, el Director General del OIEA visitó el stand de la CNEA en Tecnópolis .
En el caso de Argentina, Grossi destacó que «es un país con 70 años de trayectoria, que está ubicado en el firmamento nuclear internacional. No es un país dominante en la materia, pero es un país claramente presente y que, siendo del hemisferio sur, tiene un perfil bastante diferente». En este sentido, el director general del OIEA definió a nuestro país como «el exportador nuclear del sur». Se refirió especialmente al Proyecto CAREM, señalando que «en el actual escenario, la Argentina tiene un lugar, pero sobre todo lo que tiene es una tremenda oportunidad, porque justamente existe un mercado internacional que está ávido, y lo digo como funcionario internacional a cuyo escritorio acuden ministros de energía de muchos países». Finalmente, Grossi invitó a pensar qué sucede con la energía nuclear y los argentinos. En su opinión, el foco debe ponerse en ver a la energía nuclear como una colaboradora en la transición energética: «Energía limpia, pero que además genera mucho trabajo calificado: profesionales, ingenieros, técnicos. Hay una convergencia de factores a favor de la energía nuclear y, sobre todo, una gran oportunidad para el país».

Consolidar el ecosistema nuclear nacional

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis también destacó en su presentación la oportunidad que tiene el país frente al escenario de la transición energética mundial. «En Argentina estamos apuntando a una transición en la que la energía nuclear aporte entre el 15 y el 20% de total del parque energético». En esta línea, destacó el impacto positivo que genera el Proyecto CAREM en todo el ecosistema nuclear argentino. «Tenemos que desarrollar una cadena de valor, las industrias argentinas deben calificar para poder proveer no solo a las necesidades internas, sino también para que puedan tener la capacidad de exportación», dijo Serquis.
El stand de CNEA también fue el escenario donde Rafael Grossi se reunió con representantes de ADIMRA.
El stand de CNEA también fue el escenario donde Rafael Grossi se reunió con representantes de ADIMRA. .
Retomando el rol de la energía nuclear en el contexto del cambio climático, la presidenta de la CNEA destacó que «todos los análisis, las proyecciones serias que se hacen en cualquier lugar del mundo indican que hay que tener siempre un porcentaje ‒mayor o menor dependiendo de las características de los países‒ de energía nuclear». En función de esto, «los reactores modulares pequeños ofrecen una oportunidad de pensar en una tecnología diferente que nos garantice tanto la posibilidad de tener sistemas pasivos más seguros, por eso el CAREM es tan importante; como también la posibilidad de ir construyéndolos en pequeñas escalas por una cuestión de financiamiento, porque el alto costo que implican las grandes centrales es otro de los problemas del sector». No obstante, dejó en claro que el mundo no dejará de construir grandes centrales porque sin ellas no habrá manera de cumplir los objetivos de desarrollo sostenible. Más adelante, Serquis mencionó que el sector nuclear argentino responde a un modelo diferente al de muchos de los países más avanzados en el tema por la capacidad de compartir la experiencia del aprendizaje. «En la última conferencia del OIEA hemos tenido muchísimas reuniones bilaterales con este interés. Para esto contamos con la capacidad de los tres grandes institutos de la CNEA y con el resto del sector y las universidades que nos acompañan. En esto tenemos grandes capacidades». La presidenta de la CNEA también puso de manifiesto la importancia «de que volvamos a establecer este ecosistema nuclear en el país, poder empezar a coordinar mejor esas capacidades de seguir creciendo, aprendiendo. La característica que tuvo el sector nuclear argentino en estos 70 años fue la de seguir aprendiendo para pensar en la soberanía tecnológica y energética y en las aplicaciones de la tecnología nuclear que se traduzcan en un bienestar de la población«. «Por eso ‒concluyó Serquis‒ también me parece importante tener un organismo como la CNEA que es un punto de referencia y enlace en el campo de la cooperación con el OIEA y con los otros países de la región».

Al Jazeera: los drones son el futuro de la guerra. Ya lo había dicho AgendAR

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El pasado jueves Al Jazeera publicó este informe con la firma de Sanjana Varghese. Lo traducimos y comentamos:

Los ataques masivos con drones en Ucrania presagian el «futuro de la guerra»

Los drones ‘Kamikaze’ son mucho más baratos que los modelos occidentales más grandes y sofisticados, por lo que pueden desplegarse por docenas y generar un gran factor de miedo.

Un poco antes de las 7 a.m. del lunes 17, la gente en Kiev escuchó un zumbido en lo alto antes de identificar de dónde venía: un grupo de drones «kamikaze» que volaban hacia la ciudad. Los drones se han utilizado ampliamente en ambos lados del conflicto de Ucrania, pero estos fueron los primeros ataques rusos que desplegaron enjambres. Videos e imágenes comenzaron a circular en las redes sociales de los drones que volaban directamente sobre la infraestructura urbana, como centrales eléctricas, edificios residenciales y vías férreas, mientras civiles y soldados intentaban derribarlos con armas de fuego. Alrededor de 28 fueron lanzados el lunes por la mañana en Kiev. Al menos cuatro civiles murieron después de que uno de los drones chocara contra un edificio residencial. La tensión era alta mientras los lugareños esperaban para ver a dónde irían los drones. Se oía el zumbido bajo del aparato, los disparos y los gritos cuando cada uno de los drones que seguían volando buscaba y se lanzaba hacia su objetivo. Se llaman drones kamikaze porque atacan una vez y no regresan. Los funcionarios ucranianos dicen que los que se utilizan principalmente en su espacio aéreo son los Shahed-136 de fabricación iraní. Aparentemente, Rusia compró alrededor de 2.400 en agosto, y su primer uso informado en Ucrania fue hace un mes. Están lejos de la tecnología de punta. El más pequeño cuesta solo $ 20,000, mientras que un dron tradicional generalmente cuesta al menos 10 veces esa cifra. También transportan de 35 a 40 kg de explosivos, significativamente más pequeños que la mayoría de los drones. Pero su valor está en sus números. Aparecen en grandes enjambres y vuelan lo suficientemente bajo como para evadir los sistemas de defensa de radar. “Son relativamente pequeños y de un solo uso”, dijo Katherine Lawlor, investigadora del Instituto para el Estudio de la Guerra. “Vuelan hacia algo y luego explotan”. “Es importante tener en cuenta que estos no son el tipo de drones que se ven en otros conflictos, como los Predators de EE. UU., que son mucho más caros y sofisticados”, dijo. “Estos drones son efectivamente misiles: merodean en el lugar buscando su objetivo”. Su bajo precio significa que los drones se pueden desplegar en grandes cantidades y flotan antes de atacar, por lo que tienen un efecto psicológico en los civiles mientras observan y esperan que ataquen. Los funcionarios ucranianos estimaron que han derribado docenas en la última semana y casi 100 desde que se usaron por primera vez. Pero incluso si son derribados, explotan en el aire y pueden arrojar escombros potencialmente mortales. Los que dan en el blanco detonan al impactar. El surgimiento de enjambres de drones en Ucrania es parte de un cambio en la naturaleza de la ofensiva rusa, que algunos especulan que indica que Moscú se puede estar quedando sin misiles de largo alcance. Rusia ha intensificado recientemente su bombardeo aéreo de áreas urbanas densamente pobladas, como la capital, Kjev. Los analistas dicen que esto parece ser una represalia por los recientes ataques ucranianos, como el bombardeo de un puente que une a Rusia con la Crimea ocupada por Rusia, así como un intento de desmoralizar a la población y los combatientes ucranianos. Pero esta estrategia también señala potencialmente una tendencia más amplia en todo el mundo. “Estos drones permiten a Rusia apuntar lejos de la línea del frente, lejos del espacio de batalla principal”, dice Ulrike Franke, investigadora principal de políticas del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores que dirige su Iniciativa de Tecnología y Energía Europea. “Pero no es solo una táctica para atacar a las poblaciones civiles y la infraestructura. También se trata de agotar las defensas aéreas de Ucrania”, dijo. “Cada dron derribado es otro disparo de los sistemas de defensa ucranianos, ya sean personas o armas, que no se puede usar contra otra cosa”. Al igual que muchas tendencias de la guerra moderna, estas técnicas parecen haber sido probadas durante la guerra de una década en Siria, donde, según se informa, tanto Rusia como Irán han utilizado drones suicidas. Países imprevistos se están convirtiendo en pesos pesados ​​de los drones, como Turquía, que recientemente los ha estado vendiendo a países como Somalia, Nigeria y Albania, que están excluidos de los mercados militares tradicionales. Las propias fuerzas ucranianas han utilizado Bayraktars de fabricación turca junto con drones Switchblade suministrados por Estados Unidos. Con muchos países incapaces de comprar los drones de alto costo que venden Estados Unidos y otras potencias occidentales, es probable que este tipo de drones más pequeños y baratos se desplieguen más ampliamente. Según los informes, los miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica han sido enviados a una base militar en Crimea para ayudar a entrenar a las fuerzas rusas sobre cómo usarlos. “Ha habido muchos debates entre expertos sobre si los drones se usarán en peleas más avanzadas, como un posible conflicto entre Estados Unidos y China”, dijo Zachary Kallenborn, miembro de políticas de la Escuela de Política y Gobierno Schar que investiga armas y tecnología no convencionales. . “Estos ejemplos [en Ucrania] son ​​evidencia de que los drones serán utilizados ampliamente incluso por poderes militares más avanzados”. “Estamos viendo el valor militar en el uso masivo de ddrones”, dijo, “así que una respuesta lógica sería ‘Bueno, ¿cómo hacemos que esto sea más efectivo? ¿Cómo podemos integrar esto con otras comunicaciones, hacerlo más dinámico, hacerlo más preciso?’ La tecnología ciertamente va en una dirección en la que este es el futuro de la guerra”. Hay indicios de que el ejército y la población civil de Ucrania ya se están adaptando al nuevo desafío que presentan estas multitudes de drones.  

Comentario de AgendAR:

El 20 de septiembre publicamos un Especial de AgendAR: «Drones iraníes en la guerra de Ucrania». Allí nos extendimos sobre este «game changer» en la guerra moderna, y tocamos lo que es nuestro principal interés: su posible impacto en la defensa y la industria de nuestro país. En cuanto a esta nota en particular, no acuerdo con Al-Jazeera sobre la incapacidad de Rusia de alterar la marcha de las cosas en el frente. Los ataques sobre la infraestructura Ucraniana en retaguardia fueron norma desde inicios de la guerra, pero dependían de misiles bastante caros: los Kalibr, de crucero, o los balísticos hipersónicos Kinzhal. Probablemente los stocks rusos de ambos ya están muy bajos, y a la hora de reposición, Rusia ya no es el gigante industrial que era la URRS. Los drones iraníes, por el contrario, desdibujan la diferencia entre frente y retaguardia A MUY BAJO COSTO, medido contra el daño que provocan en la red eléctrica ucraniana (el 40% se cayó en menos de un mes), y por ende en la distribución de agua y gas, así como en las comunicaciones civiles y militares. Elon Musk y su red Starlink no te sirven de mucho cuando las torres terrestres de telefonía celular se quedan sin electricidad.

Daniel E. Arias

Paralización de Atucha III: sindicatos locales en estado de alerta y movilización

En inmediaciones del Polo Nuclear de Atucha en Lima, sindicatos vinculados al sector realizaron una movilización para reclamar al gobierno la continuidad del proyecto nuclear argentino.

La construcción de una nueva central nuclear en Lima es uno de los proyectos más grandes que la Argentina firmó con China. Contempla, precisamente, la construcción de la cuarta central nuclear en el país con una inversión del gigante asiático de 8.300 millones de dólares. Pero la incertidumbre es mayor cuando se confirmó que la construcción de Atucha III no está prevista para el año entrante en el presupuesto del Poder Ejecutivo Nacional. “Estamos afectados y nos preocupa muchísimo la suspensión de la construcción de la cuarta central nuclear argentina” expresó el delegado de ATE-Nasa en Atucha, Ernesto Simionato. Remarcó que en el sector nuclear “no se puede hablar de una reactivación plena porque acaban de suspender un proyecto de semejante complejidad y lo que significa no solamente en el plano de la soberanía, de lo que es la independencia con respecto a la materia energética diversificada sino fundamentalmente en algo que es básico que son las fuentes laborales”. El dirigente sindical detalló que “esto representa para la región, Baradero, Zárate y Campana algo que se vivió durante la época de Atucha II, no queremos repetir, no queremos volver a la rotonda de la dignidad a tener que estar peleando por compañeros despedidos porque sabemos en qué termina cuando se frena un proyecto de esta magnitud”. En referencia a la postura que adoptarán los gremios si la situación no cambia, Simionato detalló “más allá de que podemos bancar, también tenemos un límite que es decir, si no nos tienen en cuenta dentro de su agenda, vamos a tener que protestar sea donde sea esto que quede claro, nosotros estamos para bancar a los trabajadores que estaban esperanzados con este proyecto”.

Gamers del Sur: Otros futuros

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Los videojuegos son una de las industrias culturales de mayor crecimiento en los últimos años en la Argentina, con más de 20 comunidades de desarrolladores, la creciente incorporación de mujeres y cada vez más proyección internacional. No ha escapado al esquema de concentración típico de los desarrollos de Internet: unas pocas empresar importantes reúnen el 80% del mercado, y muchos pequeños microemprendedores tratan de «pegarla». Pero el mercado crece y se diversifica; hace dos meses informamos que los deportes electrónicos están llegando a los clubes de barrio. Ahora, el 2084 Futuros imaginados invita a participar del conversatorio internacional “Gamers del Sur: otros futuros”. En este conversatorio, parte del programa 2084 (orientado a activar nuestra  capacidad de aspirar), exploraremos la “alfabetización en futuros” por medio de videojuegos. Dialogarán los autores de tres videojuegos producidos en la materia “Diseño y producción de videojuegos” de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, con un grupo de aliados del 2084 provenientes de Colombia, Estados Unidos y Argentina. Miércoles 2 de noviembre de 2022  . 18:30 hs – 20:00 hs Argentina 5:30 pm – 7:00 pm New York (EDT) 4:30 pm – 6:00 pm hora Colombia. . Evento online – Zoom . Observatorio Latino Americano (OLA/The New School) y Dirección de Programas Internacionales (DPI FADU UBA)

«Alta presión»: la visión de Adriana Serquis sobre la postura de EE.UU. en las negociaciones con China

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Adriana Serquis, detalló el estado de las negociaciones con China para la construcción de la cuarta central nuclear en Argentina y relató, en primera persona, el lobby de funcionarios estadounidenses para frenar el proyecto. Serquis también consideró como un proyecto crucial la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada.

“La verdad es que me quedé completamente sorprendida. Pensé: ‘Al final esto que uno ve en las películas parece que también pasa en la realidad’”, cuenta con cierta ironía la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, sobre lo ocurrido en una reunión de la que participó junto con otros funcionarios argentinos, durante la cual, representantes del gobierno de Estados Unidos, encabezados por Ann Ganzer -Subsecretaria Adjunta Política de No Proliferación-, expresaron la inconveniencia de que nuestro país siga adelante con el acuerdo nuclear con China para la construcción de la cuarta central nacional. “La reunión se produjo en el marco de un acuerdo de cooperación conjunta que existe con Estados Unidos. Allí, Ganzer, junto a otro funcionario del Departamento de Energía de Estados Unidos, Dominic Casino, -de quien dijo: ‘Se lo robé al FBI’-, presentó un informe con supuesta información reservada en la que cuestionaban la seguridad de las centrales chinas”, relata Serquis. Y sigue: “Las cuestiones de seguridad que planteaban no tienen ningún sustento técnico. Eran copias de recortes periodísticos. Yo no he visto ningún argumento técnico en ninguno de los informes que nos presentaron”. – ¿Es decir que se camuflaban como objeciones pseudotécnicas lo que en realidad eran cuestionamientos geopolíticos? – Sí, a mí no me cabe ninguna duda de que los cuestionamientos están basados en la nada misma. Además, estas centrales chinas están siendo aprobadas, igual que muchas otras, por los organismos internacionales competentes, incluso de Estados Unidos y de Inglaterra. Con lo cual, la situación era tan burda que para mí ni siquiera merecía una explicación para la comisión de Estados Unidos. Sí para nuestro país; el mismo presidente me había comentado en un par de ocasiones en las que me lo había cruzado que estaba preocupado por el tema de la seguridad de las centrales. Así que pudimos tener una charla en la que le llevé el libro que elaboró Nucleoeléctrica Argentina sobre el tema, con todo el sustento técnico por el cual no había absolutamente ningún tipo de duda acerca de la seguridad de este tipo de tecnología. – ¿Los representantes del gobierno estadounidense pidieron concretamente que se frenara el proyecto? – No exactamente. Dijeron que la Argentina debería repensar si nos conviene seguir adelante con este acuerdo. Dicho con esa sutileza. La verdad es que uno se impresiona por que cree que estas cosas no existen pero, evidentemente, esas presiones existen. – Desde el punto de vista argentino, ¿el proyecto continuó sin alteraciones? – Sí, las negociaciones continúan normalmente.   . Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se firmó un tratado con la República Popular China por el cual la potencia asiática financiaría la construcción de dos nuevas centrales de potencia para el país. La primera -que sería la cuarta central argentina-, de tecnología CANDU, de uranio natural y agua pesada, y otra -la quinta-, Hualong-1, de uranio enriquecido y agua liviana. Sin embargo, la administración de Mauricio Macri, luego de recortes y dilaciones, anunció en 2018 la cancelación total del tratado. Luego de arduas renegociaciones internacionales y de protestas locales, el gobierno retrocedió y anunció que la cuarta central se daba definitivamente de baja y que sólo se avanzaría, a partir de 2021, con la Hualong-1. El presidente Alberto Fernández volvió a impulsar el acuerdo. – ¿En qué punto se encuentran las negociaciones con China por la construcción de la cuarta central en Argentina? – En febrero de este año, Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA) firmó el contrato marco con la compañía china encargada de construir la central. Ese contrato tiene varias cláusulas precedentes, significa que hasta que no se cumplan esas condiciones no se va a avanzar con la obra. Entre ellas, está la especificación sobre el financiamiento. Está planteado que China va a financiar el 85% pero entiendo que Nucleoeléctrica está negociando ampliarlo hasta el 100%. Este punto es el más complejo aunque nosotros no tenemos un rol en ese tema. Por otro lado, otra de las cláusulas presentes que sí implican a la CNEA tiene que ver con la fabricación del combustible para la central. Tuvimos tres meses de negociaciones tratando de ver los detalles de ese contrato y avanzando a pasos muy pequeños. Seguimos teniendo reuniones y espero que lleguemos a un buen acuerdo. – ¿Por qué es importante fabricar el combustible para el reactor Hualong en el país? – A partir de la guerra en Europa todo el mundo empieza a entender cuán importante es tener soberanía energética y soberanía tecnológica respecto de esa energía. Entonces, que esos combustibles se fabriquen en el país y no tener que importarlos, nos genera una independencia que creemos que es necesaria. Pensá que es una proyecto para los próximos 60 años. Por otro lado, en cuanto a la tecnología nuclear, nuestro país tiene una gran tradición de apropiarse del conocimiento, de desarrollar capacidades que nos permiten hacer mejoras y seguir creciendo en soberanía tecnológica. Por eso es que nosotros no queremos una licencia de uso, queremos una licencia de transferencia del conocimiento de cómo se fabrica. Hay que tener en cuenta que Argentina sería la primera nación con licencia para fabricar combustible para el reactor chino Hualong. – La construcción de la Hualong en Argentina ¿podría ser, para China, una suerte de plataforma de exportación internacional de este tipo de centrales? – Bueno, en realidad, ellos están construyendo dos centrales en Pakistán, pero allí ellos van a seguir proveyendo el combustible. Muchas veces se sostiene: ¿para qué quieren hacerlo ustedes, si China ya tiene fábricas que lo pueden hacer y quizás un poco más barato? Pero cuando uno incluye en la ecuación que va a tener que gastar dólares para importar todo, la situación enseguida luce más conveniente. Por otro lado, la posibilidad de producir ese combustible en el país va a generar otros spin off. Vos pensá que la fábrica que produce actualmente los combustibles para nuestras centrales también fue un caso único en el cual la CNEA desarrolló el conocimiento y CONUAR los fabrica. A partir de allí, CONUAR no sólo tiene la estampa de calidad nuclear, sino que, además, está exportando a India generadores de vapor para centrales, también calificó en Canadá con ese mismo fin. Entonces, el tema es desarrollar industrias que tengan conocimientos que le permitan generar nuevos negocios para el país, exportando productos de alto valor agregado. Eso es lo que estamos buscando ahora. Además no estaríamos empezando de cero, Argentina tiene experiencia y conocimientos en la materia.
Argentina sería la primera nación con licencia para fabricar combustible para el reactor chino Hualong.
– ¿Sos optimista con el tema de la transferencia de tecnología? – Sí, soy optimista porque en realidad creo que tenemos la capacidad para que eso se pueda dar. Se está trabajando para alcanzar un acuerdo. Quizás no al ritmo que a una le gustaría pero esperamos llegar a buen puerto. Con una inversión de 1.400 millones de dólares, nuestro país puso en marcha, en 1993 la Planta Industrial de Aguas Pesada (PIAP) más grande del mundo en la localidad de Arroyito, provincia de Neuquén. El agua pesada es un elemento indispensable para moderar y refrigerar el funcionamiento de las tres centrales nucleares que funcionan en Argentina: Atucha I, Atucha II y Embalse. En 2017, el gobierno de Mauricio Macri, aprovechando una parada técnica, decidió frenar la producción y nuestro país se vio obligado a importar ese producto. Actualmente la CNEA está haciendo todos los esfuerzos posibles para promover su reactivación. – ¿Por qué es importante reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada? – Tenemos una planta que es única en el mundo y que nos brinda la posibilidad de seguir teniendo un material estratégico, como es el agua pesada. Cada vez quedan menos plantas abiertas en el mundo y mientras nosotros tengamos centrales que trabajan con agua pesada, es un insumo que vamos a tener que seguir importando. Además, nos garantizaríamos el ciclo completo de ese tipo de centrales. Si bien el mundo está transicionando hacia las plantas de uranio enriquecido, todavía se siguen construyendo centrales nucleares de uranio natural que van a durar 60 años más. Ahora se va a hacer la extensión de vida de Atucha I, ya se hizo la de Embalse y, en algún momento, se hará la de Atucha II. Además, Nucleoeléctrica sigue con su proyecto de construir otra central tipo CANDU que utiliza uranio natural. Pero, aun si no se concretara lo de la nueva central, ya NASA calculó que se requieren 480 toneladas de agua pesada para mantener el funcionamiento de las plantas actuales hasta el fin de su vida útil. Argentina compró 18 toneladas el año pasado a 650 dólares el kilo de agua pesada, entonces hagamos la cuenta del valor que implican esas 480 toneladas. Son un montón de dólares que la Argentina podría ahorrarse. Hasta ahora se estuvo comprando barato porque una planta rumana se está desmantelando, pero cuando esa planta desaparezca nadie sabe qué va a pasar con los precios y todos sabemos, con la experiencia de la guerra, cuán estratégico es contar con esas commodities que nos garantizan energía propia, con insumos propios. Por otro lado, todavía hay requerimientos de agua pesada en muchos lugares del mundo para centrales nucleares y para otros usos. Ya tuvimos consultas de Canadá, de China, de Corea, preguntándonos si vamos a producir agua pesada. Nos parece que se trata de un bien estratégico. ¿Por qué vamos a desaprovechar semejante potencialidad que ya existe? Sería perder una oportunidad histórica. En dos años podríamos estar produciendo para las necesidades locales y podríamos estar vendiendo al exterior. – ¿El gobierno nacional tomó la decisión política de recuperar la PIAP? – Te diría que sí. O sea, en el presupuesto de este año dieron el refuerzo presupuestario necesario para el comienzo del plan de puesta en marcha. La reactivación requiere unos 11 mil millones de pesos en un plazo de entre 24 y 30 meses. Entonces, para el año que viene habíamos solicitado un presupuesto de unos 5.500 millones. En el proyecto de Ley de Presupuesto 2023 hay destinados unos 4.900 millones, por lo que entiendo que se trata de un apoyo al plan. Hablamos con el ministro de Economía y le explicamos que además de ese monto, resulta clave el compromiso de que en la Ley de Presupuesto del 2024 estén incorporados los recursos para completar el plan porque dejar a medio camino este tipo de proyectos es dinero mal invertido de todos los argentinos. La PIAP es un bien estratégico. ¿Por qué vamos a desaprovechar semejante potencialidad que ya existe? Sería perder una oportunidad histórica. – ¿El plan incluye la posibilidad de que la planta se utilice para fabricar otros productos además del agua pesada? – La planta es muy grande, tiene dos líneas de producción. La idea es que una de las líneas se utilice para volver a producir agua pesada, eso es lo más importante. Pero la segunda línea se podría destinar a otros proyectos, como la producción de urea, amoníaco o incluso hidrógeno verde. Con ese fin firmamos un acuerdo con la provincia de Neuquén y con Y-TEC para elaborar un plan de negocios que permita ir a buscar las inversiones que se necesitan para un proyecto de esas características. Se trata de productos que tienen una demanda alta y creciente. Lo importante es ponerla en marcha ahora porque si no, se va a terminar degradando de manera tal que ya no se va a poder recuperar. Esto es así. Es un momento bisagra. Realmente entendemos que sería una buena decisión. Esperamos que la Ley de Presupuesto se apruebe y terminar de tener el acuerdo con la Secretaría de Energía para avanzar. – ¿Reactivar la PIAP significa que habrá una quinta central CANDU de uranio natural y agua pesada? – Digámoslo de otro modo, si no se pone en marcha la planta el proyecto de la nueva central CANDU se queda, realmente, con muy poca viabilidad. Por ese lado también es estratégico que la planta se ponga en marcha. – Vos hacés mucho hincapié en que Argentina podría dominar el ciclo completo de combustible para sus centrales nucleares, pero ese ciclo nace de la extracción del uranio. ¿Debería retomarse la minería de uranio en nuestro país? – Sí, los lineamientos estratégicos que estamos reelaborando en la CNEA ahora incluyen la posibilidad de retomar algún plan de extracción de uranio en alguna provincia en la que tengamos el licenciamiento para hacerlo. Estamos analizando diferentes posibilidades. Una gran alternativa está en Santa Cruz que tiene un complejo de minería de uranio. Hay una zona en particular donde el uranio está a flor de tierra pero tiene muy baja concentración. Entonces, se está haciendo el estudio económico para ver si es viable explotarlo. Hay otras posibilidades en el resto de las provincias. Creo que tenemos que trabajar mucho sobre el tema comunicacional, explicar por qué es importante, que no es megaminería, que no es un mineral que se explota para llevárselo al exterior, sino que es algo que necesitamos para el desarrollo energético nacional y que se puede hacer responsablemente. Hay que tener en cuenta que obtener en el país ese insumo clave para las centrales va a significar un salto muy importante para el país.

Gabriel Rocca