Acerca del Estado, la ciencia e internet

0

“No hay ningún invento moderno en el mundo, no existe nada digital, tecnológico o cuántico que en su desarrollo no haya participado el Estado”.

El actual gobierno argentino no muestra virtudes en lo que a tecnología se refiere. Enmascaran esa carencia de conocimientos técnicos y científicos detrás de redes trolls de “buscas digitales” que se dedican a presionar, apretar, denunciar y perseguir. E insultar.

Pero la tecnología y la ciencia son otra cosa. El Gobierno golpea con un palo un tambor de hojalata, mientras cree ser Martha Argerich o Lang Lang tocando el piano.

Pueden disfrazarse de lo que no son durante un tiempo, pero no mucho. En general, hay una hora (social, histórica) en que como en las grandes fiestas renacentistas, las máscaras se caen y cada rostro se muestra como es.

Han detenido la fabricación del reactor nuclear Carem (pequeño porte) mientras Milei anuncia que desarrollarán la producción de reactores nucleares de pequeño porte para abastecer las demandas de energía de la inteligencia artificial (entre otras cosas, ayudar al negocio de su amigo Elon Musk), o sea, no harán nada, pues no tienen idea de lo que es el uso pacífico de la energía nuclear, han desamparado las inversiones en los institutos de formación académica de físicos nucleares, han sometido a la humillación a cientos de técnicos y tecnólogos que deben abandonar el país en función de la imposibilidad de tener un empleo que les dignifique la profesión que tienen y que tanto puede servir a la Argentina.

Este gobierno nacional es humo. Es una inmensa masa de humo. Están destruyendo los buenos niveles alcanzados en el país por científicos y técnicos, y hacen retroceder logros importantes.

El afán de destruir el Estado, idea confesa y reiterada del Presidente, conlleva el riesgo de perder todos los avances científicos alcanzados. ¿Por qué? Muy simple, no hay ningún invento moderno en el mundo, no existe nada digital, tecnológico o cuántico que en su desarrollo no haya participado el Estado.

Es más, no hay ningún Premio Nobel de Ciencias en el último siglo que no fuere avalado por aportes públicos. Desde internet hasta las vacunas Salk, Sabin, HIV, covid, etc., desde la industria espacial, radarista y nuclear hasta el universo computacional y comunicaciones cuánticas, nada fue producto en soledad de espacios privados.

¿Esto quiere decir que hay que ser fanáticamente estatista? ¡No! Solo en las pequeñas neuronas cazadoras de comunistas, que poseen algunos funcionarios, se puede pensar de esa manera.

Si existiera la decisión política de financiar la ciencia, se puede discutir cómo se financia, pero el Gobierno arranca de la decisión política de no financiarla.

El famoso Sistema Científico Tecnológico es el nodo central que hace al conocimiento de un país, y debe tener como horizonte dar respuesta a problemas nacionales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esto permite, en un camino virtuoso dar buenas respuestas a la producción tanto del agro como de la industria, a la salud como a las comunicaciones, y otras áreas que tienen importante impacto en nuestra cotidianidad.

Para tener una idea sepamos que el Conicet, hoy desfinanciado por Milei y Caputo y desguazado por Sturzenegger, es el organismo de investigación más ponderado en toda Latinoamérica y ocupa la 22ª posición en el mundo. ¡Entre más de 200 países!

Y todo esto se relaciona con lo que hoy el mundo debate y es el eje principal del ecosistema de comunicación y vinculación humana, global, interestatal, privada y pública: internet.

Hace unos días se reunió en Riad (Arabia Saudita) el 19º Foro de Gobernanza de Internet, evento seguido por miles de interesados. No hay noticias de participación pública argentina. Es, de alguna manera, la continuidad de aquel gran avance que significó la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en sus dos presencias, 2003 en Ginebra y 2005 en Túnez.

Si bien se debaten temas conocidos como el cuidado de la seguridad en las redes, la privacidad de usuarios, los marcos regulatorios, la coordinación global de internet y otros que podríamos llamar “tacticismo digital”, no están ajenos a estas reuniones los temas estratégicos como son aquellos que relacionan el avance tecnológico con importantes variaciones en las sociedades y ponen de manifiesto una original fenomenología de acontecimientos nuevos y desconocidos, que pasan por el mundo productivo, la sociología, la psicología, el derecho y fundamentalmente, la política y la forma de entenderla a la luz de la presencia de internet.

Hoy, a diferencia de lo que vimos en Túnez 2005, existe internet desde la realidad de terminales móviles como los celulares y otros hardware de similar utilidad y aquellos cableados (Ethernet) y las conexiones LAN (Local Área Network) y las WAN (Wide Área Network) son unos tantos recuerdos del pasado reciente. No porque no se usen, sino porque pueden no usarse. Y ni hablemos del viejo y querido DSL con su alta velocidad de hasta 7.1 Mbps por medio de una línea telefónica y que superaba al módem Dial Up de solo 28.8 Kbps.

Entonces, la capacidad de cada país de adaptarse a los mejores y más modernos avances digitales no puede quedar librada, en exclusiva, a las necesidades de mercado y al interés privado en cuanto al lucro que permiten estas conexiones.

El Estado, tampoco solo, pero sí sinérgicamente con el sector privado, la academia, las universidades y las empresas de capital social, debe estar presente en el impulso al desarrollo, la necesidad legislativa y regulatoria y el aporte del más alto nivel para los requerimientos de internacionalización que requiere esta tecnología.

Y para eso se precisan científicos, tecnólogos y técnicos. Y políticos preparados y capacitados.

Los inmensos aforos de almacenamiento de datos que obligaron a la existencia de la nube y los nuevos y fenomenales niveles de capacidad de cómputo no pueden ni deben ser solo una parte del mercado. Son mercado, desde ya, pero también hacen al interés soberano de los Estados.

Con la importancia que tiene el manejo delictivo de internet (y lo dice el autor de esta nota, que en 2006 siendo diputado nacional impulsó la primera ley de delitos informáticos en la Argentina) no debe quedar solo para el Estado la persecución penal de conductas de ilicitud como el malware (programa malicioso), el phishing (suplantación de identidad), el ransomware (programa dañino que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema operativo infectado y pide un rescate a cambio de quitar esta restricción) o el uso de botnet (conjunto de ordenadores/bots, infectados y que controla un atacante), entre otras posibilidades de agravio al derecho, sino que debe estar en el manejo “estratégico” de la red de redes.

Si los Estados no se ponen en un pie de igualdad, acordado y cordial con las empresas algorítmicas/digitales, estas terminan perturbando los pactos democráticos de las sociedades. Ejemplos como Cambridge Analytica y varios hechos electorales afectados hacen necesario que las luces de alerta las manejen los Estados nacionales.

Y el otro tema pasa por la conectividad, donde la brecha digital muestra claramente que es una brecha social e incluso entre países. Así como el promedio argentino de conexiones en banda ancha duplica desde la pampa húmeda y el AMBA a la Patagonia y el Norte, en el mundo el hemisferio norte presenta una superior conexión que el hemisferio sur.

Por eso destruir el Estado, en Argentina, es un deseo patibulario.

Osvaldo Nemirovsci

MPVH: el virus respiratorio que se propaga en China

0

El aumento de casos en China del HMPV, un virus respiratorio no muy conocido, reflotó ecos oscuros de 2019, y del inicio de la pandemia de Covid-19 hace tan solo cinco años, tres de los cuales parecieron siglos. Pero a pesar de las similitudes, esta situación es menos brava.

Vamos entonces a China, cuna de tantas pandemias pulmonares zoonóticas, entre ellas varias gripes, en general aviares, de pésimo recuerdo. Lo que circula allí hoy son infecciones por metapneumovirus humano, o HMPV. ¿Y este bicho es malísimo, malo o simplemente de dormir sin frazada? Van los hechos, pero NUESTRO problema actual, compatriotas, es el dengue. Después volvemos con eso.

¿Qué es el MPVH?

Es uno de muchos virus respiratorios varios patógenos de circulación mundial. Es tan común que el primer contagio suele darse en la infancia, y aún así es casi seguro que uno volverá a pescárselo y enfermarse varias veces a lo largo de la vida. El MPVH es bastante estacional: en los países con inviernos fríos tiene temporada anual, como los virus de la gripe, pero en climas tropicales poco variables a lo largo del año circula siempre, aunque a poca velocidad.

El MPVH es similar a otro virus más conocido por pediatras y gerontólogos: el respiratorio sincicial, o VRS. Ambos dan síntomas gripales, asunto que también comparten con el Covid-19 y otros coronavirus de fama menos renegrida: tos, fiebre, congestión nasal y sibilancias (en mi barrio, chiflidos pulmonares por obstrucción).

Pero como todos estos, salvo el del Covid-19, han sido virus habituales e inmemoriales de los humanos, ya no desencadenan reacciones inmunológicas furibundas.

El virus SARS-CoV 2 del Covid-19 es zoonótico, uno de los muchos que se transmiten entre aves y mamíferos, y sus primeras detecciones en humanos fueron muy recientes. Sus primos, los virus previos conocidos de tipo «corona» con que hemos lidiado a lo largo de nuestra historia y prehistoria probablemente fueron peligrosos y pandémicos, pero eso cuando novedades. Si hoy no lo son, si hoy en general sólo causan resfríos curables es porque seleccionaron genéticamente a la población. Nos hicieron cambiar.

Fríamente dicho, descendemos de LOS QUE NO SE MURIERON por esas infecciones, esos resfríos sin viaje de regreso, o por las reacciones inmunológicas descontroladas ante los mismas. En promedio, tenemos gentes un poco más resistentes a coronavirus que esa ponchada de precursores nuestros que murieron jóvenes, hace siglos o milenios, en la flor de la edad, y sin tiempo de haber dejado hijos.

Lo letal del Covid-19 rara vez fue el virus en sí, sino que en su lucha contra el mismo, el organismo humano a veces atacaba en forma inflamatoria aguda algunos órganos vitales marcados con signos moleculares de «ojo, aquí tejido infectado»: pulmones, corazón, riñones, cerebro, la mismísima sangre. De los casi 30 millones de personas que mató esta enfermedad entre 2019 y 2023, la mayor parte murió por destrucción inflamatoria de esos órganos y tejidos.

Lo que más se vio, y eso era bizarro según nuestra experiencia previa con otros virus respiratorios, fue la neumonía bilateral, es decir en ambos pulmones a la vez. Las neumonías de otros virus suelen ser unilaterales.

Cuando todavía faltaban meses para que aparecieran las primeras -y carísimas- vacunas efectivas, cuando algunos idiotas recomendaban públicamente no hacer cuarentena, no usar barbijo, amucharse e ingerir lavandina (y eso sí que mató a unos cuántos), en las terapias intensivas argentinas se empezaba a mitigar el incendio inmunológico con antiinflamatorios baratos y banales. ¿Cuáles? Los corticoides, en particular, la dexametasona. Esas pastillas de anaquel sí que salvaron vidas.

Las vacunas lo que hicieron contra el SARS CoV2 fue mejor y más duradero: crear islotes y barreras de población poco contagiable, pero en forma «no darwiniana», sin matar a nadie. Nada se difunde tan rápido como un virus transmitido por aerosoles pulmonares. Para contagiar a tu vecino de tren o de aula, lo único que tenés que hacer es respirar.

Con las vacunas, también hicimos cambiar al virus SARS CoV2 y volverlo menos virulento. Habría sucedido igual, pero a un costo mucho peor que los alrededor de 30 palos de muertos que dejó la pandemia. Las vacunas bajaron la velocidad de libre circulación del Covid-19, y así se disminuyó, entre otras cosas, su infernal capacidad de generar mutaciones más letales y de desenlace rápido. Un virus que se propaga fácil, muta fácil. Máxime si es un retrovirus hecho de ARN, bastante propenso a errores de copiado genético.

Si le bajás la velocidad de contagio a un virus, le bajás la letalidad. El virus encuentra ventajas en progresar despacio y no matar al portador. Por eso las vacunas en la Argentina protegieron incluso a quienes no pudieron o quisieron dárselas.

Si un virus circula con trabas, el que termina seleccionado no es el humano (y por muerte), sino el virus mismo, y por falta de descendencia. Entre distintas variedades virales prospera más la que no te mata de movida y te da más tiempo de portación sana (e infectante). Se impone más el que te permite vivir en forma asintomática, a veces sin anoticiarte siquiera de que te lo agarraste. Compiten mejor los benignos, y los más virulentos se transmiten menos. ¿Por qué? Porque los malísimos se autoeliminan al eliminar al portador sano.

En suma, el MPVH no es más benigno «per se», sino probablemente porque es menos novedoso que esta abominación que del SARS CoV2. El sistema inmune humano promedio lo tiene junado y lo ataca en forma proporcional y efectiva, pero no desmesurada.

La mayoría de casos de MPVH no pasa de los síntomas de un resfrió cualquiera. Los pocos que se agravan pueden terminar en bronquitis o incluso neumonía, sobre todo en bebés, viejos y personas inmunodeprimidas. Los que tienen asuntos pulmonares preexistentes, como asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), la pasan peor y corren mayor riesgo.

En los países ricos el HMPV rara vez es mortal. En los pobres y muy pobres, o ricos pero con mala calidad de aire, sistemas sanitarios débiles o inaccesibles y poca vigilancia epidemiológica, el MPVH es mucho peor. La obviedad del día: lo que mata es la pobreza y el estado ausente, no importa si rico o pobre. Chocolate por la noticia.

¿Desde cuándo existe este virus?

Imposible saberlo. Se identificó en 2001, pero parecería que anda por el mundo desde hace al menos 60 años. Aunque no es nuevo, tiene poca prensa: a diferencia de los virus gripales, los del Covid-19 y los sinciales, fuera de los ámbitos de la infectología y la neumonología, no se lo conoce mucho. En un caso agudo, los médicos de hospital pueden llegar al diagnóstico casi por descarte de los otros. Y pueden no llegar a ninguno, y el caso resolverse por curación natural. O bueno, ya sabemos.

¿Cómo se infecta una persona con el HMPV?

El virus se propaga principalmente a través de gotitas o aerosoles procedentes de la tos o los estornudos, del contacto directo con una persona infectada o de la exposición a superficies contaminadas. Historia repetida. Son básicamente los mismos canales de contagio con que la gente se resfría, se pesca una gripe o cualquiera de los virus corona, incluido el hasta hace poco temible SARS CoV2.

Para todo patógeno, los aerosoles respiratorios son el canal de contagio más efectivo, más aún que la transmisión por agua. Una enfermedad transmitida por vectores animales (como el dengue) es más manejable atacando el mosquito, y hay muchos modos de hacerlo. Pero para una respiratoria que llegó a ser aún más contagiosa que el sarampión, como el Covid-19, fuera del barbijo, el apartamiento social y las vacunas, no hay manejo posible de la transmisión.

¿Existe una vacuna? ¿O un tratamiento?

Nada de eso. Sí existen, y desde hace años, vacunas contra el virus sincicial, o VSH, peligroso para chicos y ancianos. El mundo farmacológico investiga alguna vacuna doble que proteja contra ambos, y en lo posible, de dosis única. No es imposible que alguna firma lo logre: hay bastante parecido genético y morfológico entre el MPVH y el VSH.

No existe un tratamiento antiviral específico para el HMPV. Lo que se combate son los síntomas, y ojo: no da para protestar. Lo que mató a tanta gente del Covid-19, finalmente, fueron los síntomas inflamatorios desaforados. Y estimados lectores, se los pudo tratar con medicación que ya cumple 70 años en los anaqueles: la vieja, barata y accesible «dexa».

¿Qué dice China al respecto?

Hemos reproducido, como curiosidad geopolítica, esa pregunta tan estadounidense e ingenua que sacamos del Science Times, el suplemento científico del New York Times. La primera respuesta es otra pregunta y se la hacemos al Science Times desde AgendAR: si el metapneumovirus existe en todos los continentes, salvo la Antártida, ¿qué dicen los autodenominados americanos al respecto? ¿O acaso un tejano no puede contagiar a un habitante de Wuhan?

La respuesta propiamente china es ésta: el gobierno de Xi Jingping observa que los casos nacionales de HMPV están aumentando. Pero dice que el MPVH es un viejo conocido, como no lo era de modo alguno el SARS-CoV2 en 2018. Por ende, el metapneumovirus no da para perder el sueño.

En una conferencia de prensa celebrada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China el 27 de diciembre, Kan Biao, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas, dijo que hay una rampa de MPVH entre chicos de alrededor de 14 años para abajo. El aumento fue más notorio en Manchuria, la China del norte, donde también hubo un pico de casos de gripe. Tiene sentido, allí reina un invierno crudo y el aire urbano es irrespirable.

Añadió Kan Biao que podrían aumentar los casos durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar, a finales de enero: todo el mundo viaja en China en estos días, y se reúne en grandes grupos familiares en la aldea de origen familiar, generalmente lejana de las megalópolis costeras. El SARS CoV2 explotó bien esa oportunidad.

Pero en general, los epidemiólogos argentinos creen -no son los únicos- que este año la propagación de virus respiratorios en general va a ser menor que la de 2024. Ojalá sea así, no tendríamos objeciones.

Xinhua, la agencia estatal de noticias de China, confirma un aumento de casos agudos y de casos banales y ambulatorios. Instó a la población a buscar datos del virus en Internet, y a seguir algunos consejos de sentido común: lavarse las manos con frecuencia, usar barbijo y evitar los lugares muy concurridos.

Eso último no es fácil en un país de 1400 millones de habitantes.

Lo que están haciendo desde 2024 los epidemiólogos chinos es construir un sistema de vigilancia de las neumonías de origen incierto. Y esas cosas hoy se hacen con poca plata: para algo tienen que servir la televisión pública (como la CCTV), la alta conectividad nacional y las plataformas de Internet como Weibo.

¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?

La OMS. no ha expresado su preocupación. Esto no debería preocupar a nadie, ya que en la pandemia de Covid-19 esa agencia de las Naciones Unidas no dio pie con bola un solo día. La Dra. Margaret Harris, portavoz de la organización, habló de un aumento previsible de casos.

«Como era de esperar en esta época del año, el invierno del hemisferio norte, se ha producido un aumento intermensual de las infecciones respiratorias agudas, incluida la gripe estacional, el virus de la inmunodeficiencia respiratoria y el metapneumovirus humano», dijo Harris en un mail. Decime algo nuevo, Maggie. O algo.

¿Alguien debería preocuparse?

Según el New York Times, los informes procedentes de China evocan los de los primeros y confusos días de la pandemia de Covid. La OMS sigue instando a China a que comparta más información sobre el origen de aquel brote, cinco años después. Según las costumbres chinas, antes va a enfriarse el infierno. Pero, ya con menos pasión indagativa, a falta de información de detalle sobre la génesis de esta pandemia, siguen prosperando teorías conspiranoicas.

Entre los muy, pero muy tontos de mi edad, cunde la versión de que el SARS CoV2 fue un arma china de guerra social. Se diseñó para aliviarle la carga a los sistemas jubilatorios, allí en China, al menos donde los hay. Genial, un país regido por una canosa gerontocracia que promedia los 65, que de pronto se vuelve suicida e inventa un virus para matar viejos. Cierra por todos lados. Llamen a FOX News.

Nos encantaría más bien que la OMS explique por qué no autorizó jamás la vacuna Sputnik-V. Pasaron 5 años y no piensa hacerlo, aunque está muy «buena de papeles» y fue suministrada con una efectividad equivalente o mayor que la de Pfizer en 40 países… pero a menos costo. Salvó a decenas de miles de argentinos, parece.

Nos gustaría saber también por qué el gobierno de Alberto Fernández dejó que mAbxcience, empresa de Hugo Sigman, exportara el 100% de las vacunas anti Covid-19, sin expropiar siquiera los 12,5 millones de dobles dosis que habían sido pagadas. Y de paso, también por qué sólo autorizó la excelente vacuna de la UNSAM después de la pandemia.

La OMS sí autorizó rápidamente dos vacunas chinas, tal vez menos porque eran menos rusas, y hoy eso paga. Paga aunque la Sinopharm y Sinovac eran algo más caras, y mucho y muchísimo (respectivamente) menos efectivas que la Sputnik-V. Gente, la Sinovac, la vacuna más vendida del mundo tenía una eficacia del 51%. Un punto menos y no había modo de licenciarla. Eso según decenas de estudios masivos.

Pero Rusia no aporta mucha plata a la OMS, mientras que los EEUU y China son sus valedores número uno y número dos, respectivamente. Las amenazas del entonces presidente Trump de cortarle la financiación a esa plácida burocracia médica si autorizaba la vacuna pueden haber nublado su entendimiento, sin embargo, Antes de que la OMS lo admita también va a enfriarse el infierno.

Lo claro por ahora es que el metapneumovirus humano no está haciendo colapsar las guardias ni las terapias intensivas chinas. «Sin embargo, también es vital que China comparta oportunamente sus datos sobre este brote», afirmó el Dr. Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas y profesor asociado de medicina en la Universidad Nacional de Australia. Añadió: Esto incluye datos epidemiológicos sobre quién se está infectando. Además, necesitaremos datos genómicos que confirmen que el HMPV es el culpable y que no hay mutaciones significativas preocupantes.»

En AgendAR somos plenamente conscientes de estar siguiendo la curva de noticias generada por un país rico del Hemisferio Norte, y de que somos otro país (por ahora) y con otros problemas, y de yapa en otro hemisferio. Lo que nos preocupa es que este verano austral, que empezó medio frío, la semana que viene va a haberse recalentado bastante, y que el Ministerio de Salud Pública está en manos de un gobierno cuyo axioma sanitario es que el gobierno no tiene por qué ocuparse de epidemias y otras cosas que joden a los pobres.

Y tanto no se ocupa que se encogió de hombros cuando SC Johnson, la firma estadounidense que fabrica el repelente de mosquitos más popular de Argentina (que es el Off), decidió ganar plata en serio y dejó de suministrarlo a las farmacias y supermercado. El Off terminó vendiéndose en los semáforos del AMBA a U$ 10 o 20 el frasquito. A la noche los homeless que empezaron a dormir en zaguanes y cajeros automáticos porteños, picados como alfileteros, pedían una rociada de Off por caridad.

Eso en medio de la mayor epidemia de dengue de la historia argentina. Hasta 2025, al menos.

Este flavovirus entre diciembre de 2023 y abril de 2024 mató a casi 400 argentinos… que se sepa, nadie los contó. Lo transmiten los mosquitos Aedes aegyptii, que ningún gobierno nacional, provincial o municipal ha combatido en serio desde hace 40 años. Y produce la segunda enfermedad infecciosa más común en Brasil, Bolivia y Paraguay.

Que se nos viene encima de nuevo.

Daniel E. Arias

El plan nuclear de Milei es real, y de Westinghouse

Respecto de nuestro artículo de ayer, nos acaba de llegar una objeción del Dr. Rodolfo Kempf, físico nuclear, doctorado en Ciencia de Materiales y “combustiblero” de la CNEA. Además, es secretario de RRII de la Central de Trabajadores Argentinos Autónoma, y también docente de las Universidades Nacionales de Buenos Aires y de Avellaneda. 

Dato no menor para AgendAR, escribe claro, al pie y sin retórica.

ooooo

El término «real» en el titulo del artículo de AgendAR del 6 de energo insinúa que el plan nuclear de Milei es humo, espuma. Ojalá lo fuera

El plan nuclear de Milei es real. Propone privatizar el 49 por ciento de NASA y ya hubo reuniones con Westinghouse. 

Quiere también privatizar la producción de uranio, Mendoza se encaminó a ello y ya hay 9 ofertas para la operación privada de la mina de Sierra Pintada, en San Rafael, cerrada “por motivos ambientales”. 

La alianza de Eduardo Eurnekian con mineras canadienses se cita en el Financial Times. Piensan exportar nuestro uranio, y lo que quede, nos lo venden. 

El gobierno quiere ocupar el sitio de las Atuchas 1 y 2, en Lima, provincia de Buenos Aires, para un reactor de uranio enriquecido y agua común a presión. Es un engendro copiado, y se llama ACR300. 

Con esta ocupación de un terreno licenciado por la Autoridad Regulatoria Nuclear (y sólo hay dos sitios habilitados en todo el país), queda fuera de juego la construcción de la central nuclear Hualong-1, de 1200 MW y con financiación china. 

Peor aún, se queda sin lugar el acuerdo original de 2014 entre Nucleoeléctrica Argentina y la China National Nuclear Corporation por otra central 70% argentina, una de uranio natural y tubos de presión. Esa se muere por olvido. 

Una central de ese tipo, parecidísima a Embalse, estaría mucho más alineada con la historia nuclear argentina. Por definición, una central de uranio natural como las dos Atuchas o Embalse, resulta a prueba de boicots de abastecimiento de combustible

El uranio natural abunda, aunque no mucho, en nuestra geología. El enriquecido es un producto artificial, y aunque es una tecnología que conocemos, no la tenemos a escala industrial. Así las cosas, al primer encontronazo diplomático, los EEUU o China o quien sea nos apagan una central, y si es de 1200 MW, equivale a media provincia de Córdoba. 

Créase o no, con apenas dos centrales medianas y una chica, todas de uranio natural disponible en el país, se genera el 10% del consumo eléctrico nacional, y con electricidad de alta calidad, disponible 24×7 todo el año.

Se privatiza la Planta Industrial de Elementos Combustibles para Reactores (PIECRI), cuando estos reactores son la exportación tecnológica más importante de la Argentina, y la única exportación de tecnología nuclear producida por un país del Hemisferio Sur, la Argentina. 

Se privatiza IMPSA, llamada Pescarmona durante todo un siglo antes de que se fundiera, empresa metalúrgica de forja que rescató el Banco Nación. En el taller de IMPSA quedó arrumbado y sin terminar el recipiente de presión del prototipo de la central nuclear compacta CAREM, nuestra segunda mayor posible exportación de tecnología nacional. 

El CAREM está puntuado en cuarto lugar entre 65 proyectos en el ránking multiaxial de la Nuclear Energy Agency, muchos de ellos copiados del CAREM. Pero el Dr. Germán Guido Lavalle, nuevo presidente de la CNEA, lo declaró invendible. Es un diagnóstico expedido por una funeraria, los médicos lo encuentran bastante robusto. 

Se deja fuera de juego la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén, la PIAP, cerrada por Mauricio Macri en 2017 cuando estaba recién reparada y a punto de empezar a fabricar la primera carga de Atucha III a uranio natural. Dicho nuevamente, la decisión a favor del uranio enriquecido nos deja a merced de los dueños del mercado internacional, un oligopolio perfecto. 

Se mantiene a ritmo muy lento el reactor RA-10 de Ezeiza, multipropósito, apto para investigación en ciencia de materiales, pero muy orientado a producción de radioisótopos médicos, industriales y silicio irradiado para microelectrónica. Es una obra que terminada costaría U$ 400 millones, pagados casi íntegramente, y con un avance mayor del 90%. Terminada y en línea, en un año, podría vender U$ 100 millones. Para empezar. 

Se mantienen salarios bajísimos, mientras las empresas nucleares canadienses y estadounidenses bajan a llevarse camionadas de cuadros jóvenes desde nuestros institutos y laboratorios. 

En fin, éste es un plan de privatización, extranjerizacion,  desarticulación y descalificacion  del sector nuclear. Pero un plan real al fin. Ataca no sólo las instalaciones, sino la base educativa, los recursos humanos. 

AgendAR comete un error al creer con liviandad que esto se cura solo. Si acaso se cura, dejará discapacidades brutales.

Dr. Rodolfo Kempf 

Por un programa nuclear argentino mínimo y real

0

AgendAR propone este programa nuclear de rescate. 

No tiene nada que ver con el “Nuevo Programa Nuclear” de Javier Milei: AgendAR no se ocupa de señuelos sino de cosas reales. Nuestro programa no tiene chances mientras dure el gobierno de Javier Milei, o sevicias similares. 

AgendAR se enfoca en 4 prioridades: 

  • La reapertura de la PIAP (Planta Industrial de Agua Pesada) en Neuquén. 
  • La construcción de una nueva central de potencia de 700 MW parecida a la CANDU de Embalse, Córdoba, de diseño y componentes nacionales. Debe estar en el predio de las Atuchas. La recaudación eléctrica de esta Atucha III debe destinarse por ley a financiar la réplica de una flota idéntica en todo el país.
  • La terminación de la centralita compacta CAREM de 32 MWe, en igual sitio.
  • La terminación y puesta en marcha del reactor RA-10 en Ezeiza.

Este programa es demasiado bonaerense y mínimo, pero más no se puede y con menos no se sobrevive. No está exento de audacia: la PIAP, las centrales de uranio natural y el CAREM vienen teniendo una historia ripiosa. Y eso por oposición interna y externa garantizadas “ab initio”. 

PRIORIDADES SON PRIORIDADES

Hay tres observadores, críticos, colegas y actores del Programa Nuclear Argentino que nos leen y nos permitieron refinar esta propuesta: Nora Bär, Diego Genoud y Diego Hurtado de Mendoza. Hay que ser muy aviador para despegar de un portaaviones que se hunde. Logran elevarse de la pura tragedia, y pensar cómo sigue la vida. Aquí, desde cubierta, les damos las gracias.

No nos importan los que han aplaudido al gobierno nacional. Le otorgamos la piedad del olvido futuro. Nadie recuerda mucho a Herodes como infanticida: ha habido demasiados. Lo que sí recordamos es por qué, sin lucro o pasión de amor, como dijo Borges, hizo matar a tanto pibe promisorio o no: por caerle bien al imperio.

Hechos los reconocimientos, van estos cuatro asuntos. Son de bandera: prioridad nacional. 

No son caros: la PIAP es la mayor planta del mundo en su tipo, al punto de que su cierre en 2017 disparó el precio internacional del agua pesada de U$ 300.000 la tonelada a más de U$ 1 millón. 

A precio de hoy, podría facturar U$ 180 millones/año. Es el mayor costo de tenerla cerrada. Se pone en marcha por U$ 50 millones.

El RA-10 se termina en meses, y su costo total se repaga en 4 años de facturación vendiendo radioisótopos médicos y silicio irradiado para la industria microelectrónica, a precios de hoy. 

Mensaje para posibles presidentes: sólo un vendido lo omitiría de su “nuevo” plan. Y el que se pierda la foto de la inauguración, tiene tanta política como la revista “Para ti”.

Yendo a centrales de potencia, si no se tienen al menos 700 MWe con un 90% de disponibilidad anual en el AMBA, éste se volverá mucho más ingobernable por apagones que hoy. Es el lugar con la mayor acumulación de demanda de potencia de base del país, y el de mayor explosividad social, especialmente en verano. 

La ocupación directa e indirecta generada por una máquina de 700 MW estaría en 2000 puestos calificados directos de arranque, y 8000 durante la obra. A cualquier presidente le resultará más barato empezar esta central para que la termine el siguiente, si aspira a sucederse a sí mismo, que renunciar por estallido social y entre apagones, sin terminar su primer mandato.  

El CAREM 32 terminado y en línea no nos soluciona ningún problema energético. Pero el negocio nuclear nacional, salvo para mentes muy obtusas, no es prender lamparitas sino exportar tecnología, crear industria y multiplicar trabajo calificado argentino. 

Para prender lamparitas, tenemos las centrales de uranio natural, agua pesada y tubos de presión, inventadas por los canadienses, y que podemos replicar, porque conocemos la tecnología tan bien como ellos. Son las mejores del mundo por disponibilidad, seguridad y costo operativo, y nos hacen impermeables a embargos de uranio enriquecido.

El CAREM prototipo, en cambio, es la única puerta de entrada del país a la exportación de centrales de potencia. Su único gran desafío técnico es el recipiente de presión. ¿Se lo puede inaugurar en los 4 años de un período presidencial? Sí, claro. 

¿Se lo puede exportar? Sí, pero. 

Sí claro, porque es el cuarto en puntaje entre 65 proyectos SMR (Small Modular Reactors) del mundo, según la Nuclear Energy Association de la OCDE, detrás de dos reactores chinos y uno ruso. Ergo el mundillo nuclear internacional lo conoce.

Mucho más lo conoce el submundillo SMR, formado por más de 80 proyectos de los cuales sólo 5 vieron obra real, entre ellos el CAREM. 

Miren, lectores, “Planeta SMR” es como Júpiter: brilla mucho, por puro márketing. Pero al igual que Júpiter, es un gigante gaseoso, hostil y no tiene superficie sólida donde pisar. En el autodenominado Occidente, es únicamente habitado por volátiles capitales golondrina y nubes voraces de langostas financieras. Todos morfan y pasan. 

¿Cómo en semejante planeta podría no destacarse el CAREM, incluso tan preliminar, tan experimental y tan chiquito? ¿Cómo podría no ser tan copiado y admirado, si en lugar de estar labrado en finas ventosidades de “investment managers”, está todo hecho de 6 clases distintas de hormigón y decenas de superaleaciones de base hierro, níquel y circonio? Apesta a realidad, como dirían en un fondo de inversión.  

¿Qué cosas le faltan? Márketing político. Un estado-nación detrás. 

¿Entonces, sí se lo pude exportar, o pero? 

Resueltamente, pero. Se necesita una versión multimódulo, con 100 o 120 MWe por módulo, y que éste tenga un recipiente de presión más sencillo de fabricar y un edificio de contención menos ciclópeo. 

El prototipo del Ford T estaba plagado de problemas y sólo lo compró una persona, Henry Ford, y para sacárselos. Lo demás es historia. 

El prototipo del CAREM 32 lo tiene que terminar el estado. Antes no atraerá inversores. Es una bestialidad que no se termine, cuando tras 40 años de remar en dulce de leche, es una obra dura, real, regulatoriamente aprobada, y no un papelito. Y una obra con un 70% de avance. 

Hablar de plata privada sin el prototipo de 32 MWe completado, en línea, entregando potencia y mostrando sus problemas, límites y capacidades, es hablar al cuete. Bueno, para alguna gente, eso se ha vuelto una profesión.

OTRO MUNDO ES POSIBLE, Y PEOR 

Casa matriz de INVAP en Bariloche, nuestra mayor exportadora tecnológica. Hay que ser muy podrido para apostar el prestigio mundial de semejante empresa a un programa nuclear fantasma.

El costo máximo de no ejecutar este programa mínimo es la evaporación de la industria nuclear nacional. 

Hablamos de alrededor de 120 empresas chicas, medianas y gigantescas, todas de capitales argentinos, que participaron en la terminación de Atucha II a cargo del Ing. José Luis Antúnez. Cuando salió de 27 años de abandono y volvió a construirse, fue llamada “obra imposible”, “faraónica”, “demasiado cara” y otras macanas al uso.

Pasen y vean: funciona. NA-SA le ha ido sacando defectos de diseño del proveedor original, SIEMENS, como antes, en 1989, la CNEA hizo con Atucha 1, otro prototipo. Mucha tecnología para revenderle a Alemania, ahora que los nibelungos quieren volver a la energía nuclear y no recuerdan adónde la dejaron. 

Las 120 firmas que terminaron Atucha II coinciden con las más o menos 100 empresas, también nacionales, que estuvieron en el retubamiento de Embalse, siempre bajo dirección de NA-SA y de Antúnez. 

Son firmas mayormente de ingeniería y montaje, metalúrgicas, metalmecánicas, electromecánicas, electrónicas, informáticas, y emplean a decenas de miles de profesionales, técnicos y obreros muy especializados. Varias de ellas exportan componentes para centrales nucleares (CONUAR, de capitales mixtos), o reactores nucleares y centros de medicina nuclear enteros (INVAP).

El núcleo duro de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina, SA) e INVAP (una sociedad de la provincia de Río Negro codirigida por la CNEA) nos hace el único país con industria nuclear autónoma y exportadora. 

Y no hablamos de Sudamérica, o Latinoamérica desde el Río Grande para abajo. Hablamos de todo el Hemisferio Sur. 

Perder este capital material e inmaterial es inmedible. Se construyó con 74 años de educación, investigación, desarrollo y trabajo públicos. Conservarlo y hacerlo crecer también es inmedible. Hay que cruzar índices: trabajo registrado y calificado, seguridad energética, gobernabilidad, industrialización, imagen de país. 

Cuando INVAP le vende un reactor nuclear a Australia o a Holanda, la Argentina cobra mucho más que U$ 300 o 400 millones. La movida le abre camino en el exterior a toda su industria no nuclear y de capital local. Toc-toc, Unión Industrial Argentina, ¿hay alguien ahí?

No lo mismo este plan que dejar que una gavilla de multinacionales venda nuestra soja, nuestros minerales o nuestro petróleo sin crear empleo, sin generar capacitación, sin inspecciones aduaneras y sin pagar siquiera regalías, y ni hablar de mitigar daños ambientales y sociales. A largo plazo, este plancito de AgendAR y el actual «sepukku» son modelos que no pueden coexistir.

En suma, nuestro programa nuclear mínimo pero máximo no consiste en ver pasar (e irse) la guita delante de nuestras narices. Si a Ud. le encanta nuestro país actual, devenido tan changarín y homeless, lo suyo es el RIGI, viva la libertad carajo. No hace falta que siga leyendo, si acaso lee. 

Los que prefieran un país profundamente industrial, autónomo, educado, integrado y libre en serio, libre diplomáticamente, libre de represión y de pobreza, quédense un rato más. Los cuatro puntos del programa mínimo merecen más detalle. Lo daremos.

Pero además hay que mentar otros proyectos nucleares intensamente reales y necesarios, y explicar por qué los guardamos para después, pero en la cabeza y el corazón.

Nada de lo propuesto es caro, pero tampoco gratis. Los costos son más bien políticos y geopolíticos. 

Esto no se hace sólo con caja. Se hace con cojones. 

Dicho sin maldad machirula: las tres mejores presidencias de la CNEA en democracia las tuvieron las doctoras Emma Pérez Ferreira, Norma Boero y Adriana Serquis. 

Las tres nucleares, patriotas y fierreras.

Daniel E. Arias

Especialistas del CONICET desarrollan sensores dotados de IA para monitorear la calidad del aire

0

Breathe2Change (respirar para cambiar) es el nombre de un proyecto pionero, liderado por el investigador del CONICET Rodrigo Gibilisco en articulación con empresas argentinas y numerosas instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Como parte de esta iniciativa, en 2021, se instaló la primera red de sensores para monitorear la calidad del aire en la Provincia de Tucumán y este año recibió un subsidio del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), en Estados Unidos, para ampliar esa red a diez provincias del norte y del centro del país.

En colaboración con dos empresas argentinas, el Laboratorio de Estudios Atmosféricos encabezado por Gibilisco en el Instituto de Química del Noroeste Argentino (INQUINOA, CONICET-UNT), en San Miguel de Tucumán, desarrolla sensores que miden la contaminación atmosférica. Detectan la concentración de las micropartículas que van desde un tamaño menor a 1 micrómetro de diámetro (casi 100 veces más pequeñas que el diámetro del cabello humano) asociadas a actividades industriales, agrícolas, parque automotor, incendios y otras actividades.

“Hasta ahora se encuentran funcionando más de 20 sensores distribuidos por todo el territorio de Tucumán que generan datos en tiempo real. Ahora ampliaremos la red de monitoreo a diez provincias de nuestro país y la idea a largo plazo es lograr una red federal de monitoreo de la calidad del aire”, afirma Gibilisco quien es doctor en Ciencias Químicas. Y destaca: “En el proyecto incorporamos herramientas de inteligencia artificial (IA) para ‘enseñarle’ a los sensores a ser más precisos en la detección y medición de los contaminantes atmosféricos”.

Breathe2Change tiene tres pilares: la implementación de una red de sensores que captan y transmiten datos sobre la calidad del aire a una plataforma en la nube; un equipo de científicos especializados que analiza todos los datos recabados; y un programa de asistencia y colaboración científica para impulsar e implementar políticas públicas e iniciativas privadas para mejorar la calidad del aire.

“Mejorar la calidad del aire es clave para la salud. Cerca de siete millones de personas mueren a nivel mundial por afecciones cardiovasculares y respiratorias asociadas a la contaminación del aire”, indica Gibilisco quien realizó su posdoctorado en el Instituto de Ambiente y Atmósfera de la Universidad de Wuppertal, en Alemania. Y continúa: “Recabar información precisa sobre los niveles de contaminación del aire e identificar sus fuentes asociadas a actividades humanas es un paso necesario para fomentar la transición energética no contaminante y renovable mediante la participación del sector público y privado”.

Proyecto con respaldo internacional

El proyecto Breathe2Change fue reconocido en 2021 por la prestigiosa Fundación Alexander von Humboldt, con sede en Alemania.

“El premio Humboldt Alumni Award permitió avanzar en la creación de la primera red de monitoreo de calidad del aire en la Provincia de Tucumán para proporcionar una plataforma de datos de acceso abierto sobre la calidad del aire local en tiempo real a partir de un nuevo enfoque de vigilancia de bajo costo”, explica Gibilisco.

Por el proyecto Breathe2Change y sus avances en la Provincia de Tucumán, el investigador ganó este año el premio EPIC otorgado por el Programa de Aire Limpio del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), en Estados Unidos. La distinción consiste en una subvención para iniciativas encaminadas a aumentar la disponibilidad de datos abiertos sobre la calidad del aire en países que tienen una gran oportunidad de mejorar sustancialmente su contaminación a nivel nacional.

“Con la subvención otorgada replicaremos la experiencia de Tucumán en otras diez provincias del país. El objetivo a largo plazo es lograr una red federal de monitoreo, es decir, cubrir todo el territorio nacional, y de ese modo también ayudar a los esfuerzos internacionales dirigidos a monitorear la calidad del aire a nivel global. El proyecto que hoy estamos haciendo en Argentina está al mismo nivel de proyectos que se están haciendo en la Unión Europea y eso nos pone muy felices”, destaca el investigador del CONICET.

Sensores entrenados con inteligencia artificial (IA)

La inteligencia artificial (IA) cumple un rol preponderante en el proyecto Breathe2Change.

“A través de la red de monitoreo de la calidad del aire combinamos tecnología tradicional con tecnologías basadas en IA para que los sensores tengan capacidad de mejorar su desempeño a medida que van midiendo los contaminantes que detectan. Empleamos herramientas de machine learning para un aprendizaje asistido que les enseñe a los sensores a ser más precisos en sus mediciones”, explica Gibilisco.

La IA también se usa para analizar los millones de datos que generan los sensores. “Gracias a la IA también tenemos la posibilidad de generar mapas más precisos de la distribución de los contaminantes por territorio, sus fuentes y la dinámica atmosférica y climática que inciden en sus procesos”, puntualiza Gibilisco. Y agrega: “También permite correlacionar niveles y tipos de contaminación del aire con prevalencia de enfermedades de una población en un territorio determinado”.

Otro proyecto liderado por el investigador del CONICET es el “Desarrollo de plataforma multinivel para Detección y Alerta de Incendios: DALI-Sense”. “El objetivo de este proyecto en desarrollo es utilizar la red de sensores de la calidad del aire de la iniciativa Breathe2Change para detectar contaminantes en el aire asociados a incendios y combinando estos datos con información satelital y otras variables se podrían detectar de manera temprana focos de incendio que alerten a Defensa Civil para actuar rápidamente y de ese modo salvar vidas y prevenir pérdidas económicas”, explica Gibilisco. Por este proyecto, fue galardonado en la séptima edición de la Distinción Franco-Argentina en Innovación 2023 en la categoría Junior.

“Que el proyecto Breathe2Change sea apoyado por instituciones nacionales e internacionales es realmente inspirador. Destaca la importancia del aire limpio como un esfuerzo global sin fronteras. Este apoyo nos motiva a intensificar nuestros esfuerzos, fomentando la unidad para garantizar un aire limpio y respirable para todos”, afirma el científico del CONICET.

Los socios de Breathe2Change son actores claves del sector público como la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia de Tucumán, las empresas argentinas Neuer Weg y Química Norte Ambiental, instituciones académicas de Alemania (el Instituto de Ambiente y Atmósfera de la Universidad de Wuppertal), Francia (Instituto de Combustión Aerotérmica y Reactividad de la Atmósfera – CNRS), Italia (Departamento de Ingeniería Química y Ambiental – Génova), la Fundación Alexander von Humboldt y ONGs nacionales e internacionales y también las Embajadas de Alemania, Francia e Italia en Argentina que facilitaron la generación de redes de trabajo internacionales.

Bruno Geller

Sturzenegger vs Rocca: autoriza la exportación de chatarra

0

Luego de que el Gobierno levantara el decreto que prohibía la exportación de chatarra (el cual se renovaba desde 2009 y le daba ventajas competitivas a la producción siderúrgica nacional), el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, celebró la medida. El funcionario manifestó que “ayuda a un sector que se había visto enormemente perjudicado hasta el momento”.

Por este motivo, publicó un posteo en su cuenta de X (ex Twitter), en donde señaló: «El presidente ha dicho en reiteradas oportunidades que el poder del Estado no se debe usar para redistribuir arbitrariamente ingresos entre los actores de un mercado. Por ello ayer decidimos no renovar los alcances de los decretos 1040/20 y 70/23 (no confundir con DNU 70/23) por el cual se había prohibido la exportación de desechos metales y no ferrosos», comenzó.

Respuesta Sturzenegger sobre chatarra
Parte del posteo de Federico Sturzenegger celebrando la medida

En esa misma línea, señaló que el decreto del 2009 era nocivo por varios motivos: “Primero, porque al deprimir el precio local de los desechos desincentivaba el reciclado. Pero era nociva, sobre todo, porque prohibía un sinfín de negocios de reciclado para amplísimos sectores de la economía (por dar un ejemplo, cables de cobre desechados por las telefónicas, que tienen un activo mercado para reciclado en el exterior no podían exportarse). En estos meses recibimos incontables mensajes de empresas cuyos negocios estaban vedados por esta prohibición”, aseguró.

Sturzenegger precisó que la norma previa beneficiaba únicamente a procesadores de chatarra, pero perjudicaba a quienes la producían, lo cual generaba pérdidas de negocios de valorización de residuos: “Se pensaba que duraría 180 días. Pero como en Argentina todo lo transitorio tiende a convertirse en permanente se renovó con los decretos 2261/09, 901/10, 1513/12, 374/14, 1102/15 (Cristina), 823/16, 848/17, 970/18, 664/19 (Macri), 1040/20 y 70/23 (Alberto)».

El mensaje, que fue cerrado con el clásico gesto del Gobierno libertario (VLLC!), incrementó las tensiones con determinados sectores que no están a favor de la medida. Tal es el caso de Paolo Rocca, jefe del grupo Techint, quien se vio claramente perjudicado por la nueva normativa.

Y es que las declaraciones públicas del ministro de Milei contra la siderúrgica no cayeron bien en las oficinas de Rocca. En calidad off the record, una fuente de la empresa aseguró en una nota publicada este martes 31 de diciembre que “es una cuestión personal que tiene este muchacho contra nosotros”.

Sturzenegger vs Rocca: un beneficio inesperado para algunos

De manera contraria al plan anti inflacionario del Gobierno de Milei, la liberación de la exportación de chatarra provocará un aumento de los precios del insumo, debido a que esos desperdicios ya son escasos para la demanda interna. “Si se exporta, habrá menos oferta y se deberá, incluso, importar desde otros países”, alertaron fuentes del sector, consultadas por este medio.

Una movida del Gobierno por un negocio que no impacta de manera directa en la población, como sí sucede en los casos de importación de alimentos o de medicamentos, generaron malestar en ciertos sectores empresariales. El director nacional de Residuos, Gustavo Fernández Protomastro, es socio-gerente de una compañía que realiza consultoría y gestión ambiental, que maneja el negocio de la chatarra tecnológica. Ese grupo sería el principal beneficiario de la desregulación, porque aumentaría el valor del insumo y podría valorarlo en dólares.

Milei, Musk y el descarte del CAREM

No habían pasado ni 10 días desde que Javier Milei anunció el lanzamiento de su famoso plan nuclear cuando el gobierno nacional dio a conocer la decisión. El primer paso del plan Milei aparece en linea con el instinto del topo que vino a destruir el Estado desde adentro. La conducción de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) pretende dejar sin financiamiento el estratégico proyecto CAREM. Según anticipó su presidente, Guillermo Guido Lavalle, el gobierno de La Libertad Avanza decidió dejar arrumbado el reactor prototipo de 32 MW de potencia eléctrica que se estaba construyendo en Atucha y explorar otros diseños de SMR, reactores modulares pequeños. De acuerdo a la información que publicó el portal especializado Econojournal, Lavalle opina que el CAREM no es “comercialmente viable” y no avanzará con el desarrollo previsto de una versión comercial de al menos 100 MW.

En su discurso de fin de año ante los miembros del organismo científico nuclear, el titular de la CNEA afirmó que el CAREM no encaja en la categoría de “comercialmente viable” que el presidente fijó como meta y es apenas “un reactor de demostración”. “Seamos honestos intelectualmente, no vamos a vender 50 CAREM, sabemos que no es económicamente competitivo ese reactor. Basta pararse en frente de la obra para darse cuenta que eso no es un reactor modular pequeño”, dijo Lavalle. “El reactor del cual nos habla el presidente tiene que ser la evolución de ese concepto hacia un reactor que sea aceptado en el mundo, que uno pueda desarrollarlo y exportarlo”, afirmó.

El avance físico del prototipo CAREM se ubica en un 63,8% y la construcción del edificio de contención está prácticamente finalizada. Sin embargo, Lavalle menciona como obstáculo insalvable el retraso en la fabricación de los componentes del reactor como el recipiente de presión y los generadores de vapor. El CAREM prototipo de 32 MW (originalmente de 25 MW) es conceptualmente un reactor presurizado de agua liviana (PWR), el tipo de reactor más utilizado en el mundo y el mismo diseño del reactor SMR recientemente patentado por INVAP.

Hasta el momento con más publicidad que sustancia, el Plan Nuclear Argentino tiene como principal motor a Demian Reidel, un físico egresado del Instituto Balseiro que no se destacó por eso sino por haber ganado una fortuna con su fondo de inversión QFR Capital Management. Presidente de un Consejo de Asesores de Milei que se volvió notorio por las renuncias y ex funcionario de Sturzenegger en el Banco Central de Macri, Reidel tiene domicilio en Nueva York. Sin embargo, acredita dos datos fundamentales: idolatra a Milei y predica por una Argentina que se convierta en el cuarto polo global de Inteligencia Artificial. Reidel, que fue uno de los artífices de las primeras fotos de Milei con Elon Musk y Mark Zuckerberg, promete desde hace seis meses que lloverán inversiones en el sector. 

Sin demasiadas precisiones, lo más notorio de la presentación grabada del Plan Nuclear fue que Milei y Reidel estuvieron acompañados por un reconocido especialista en la materia, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi. Es curioso. El gobierno de extrema derecha se propone dar de baja el CAREM, que fue presentado en 1984, precisamente durante una conferencia del OIEA que se hizo en Lima. ¿Grossi avala el desguace del CAREM?

Entre los pequeños reactores SMR, el prototipo argentino es el más avanzado a nivel mundial. El ex Coordinador General del Sistema Argentino de Televisión Digital Osvaldo Nemirovsi destaca que enormes conglomerados empresarios e industriales, e incluso digitales, como Hitachi, Terra Power, Bill Gates y Westinghouse, quieren construir sus modelos de centrales nucleares de menor porte como el CAREM y recién están comenzando.

En una evaluación crítica del plan Milei, el portal especializado AgendAR repasó las dificultades que tuvo el proyecto desde su inicio y destacó como fundamental el compromiso histórico de la CNEA, el INVAP y Nucleoelectrica Sociedad Anonima (NASA) en dirección de obra. El periodista científico Daniel Arias también recordó que al CAREM lo cortejaron desde un estado nación (Turquía, para asociarse entre pares) hasta multinacionales nucleares como Hitachi y Kaeri en tiempos de Fernando De la Rúa. Entra la cantidad de réplicas que generó el CAREM, apunta Arias, se destacó el SMART coreano, que llegó a un prototipo de 100 MWe; un diseño experimental chino de cuarta generación, el Shidaowan; y el estadounidense NuScale, que recibió 10.000 millones de dólares de financiamiento gubernamental, el apoyo de empresas de ingeniería, universidades y laboratorios de física, y contó con un gran cliente de la electricidad, UAMPS, del estado de Utah.

Arias destaca que el CAREM es un reactor presurizado de agua liviana (PWR) que tiene seguridad inherente, puede fabricarse en serie en diversas plantas y viajar rápido despiezado hacia su destino en barco, tren o camiones. Con todos los módulos en línea, dice, alcanzaría una potencia de entre 400 o 500 MWe, pero con un módulo solo de entre 100 o 125 MWe empezaría a trabajar y facturar. 

El módulo de 32 MWe del CAREM está arrumbado al lado de las centrales Atuchas 1 y 2. Es cierto que se trata de un pre-prototipo que necesita avanzar con el rediseño de la pieza más cara, el recipiente de presión, para llegar al módulo comercial de 100 o 125 MWe. Sin embargo, al CAREM le sobra potencialidad reconocimiento internacional. En 2005, fue elegido entre más de 10 proyectos a nivel mundial por una comisión de expertos convocados por el Departamento de Energía de USA. Además, a comienzos de 2024, la NEA (Nuclear Energy Agency), agencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), barajó alrededor de 80 proyectos de SMR, descartó un tercio y concluyó en que el CAREM figura hoy entre los cuatro primeros del mundo según una puntuación multiaxial, que mide avances en seis dimensiones: financiamiento, licenciamiento, emplazamiento, elementos combustibles, cadenas de suministros y compromisos para futuros desarrollos. Arias sostiene que semejante performance se debe al mayor y mejor elenco de ingenieros nucleares del Hemisferio Sur y a una historia de  74 años de investigación pura y aplicada.

Arias advierte que Milei apuesta a una ingeniería equivocada, la estadounidense, para un objetivo equivocado, la minería de criptomonedas. Es un proyecto inviable, dice, porque un Data Center para “fabricar” criptomonedas puede consumir toda la potencia nuclear instalada en Argentina desde 1974 a 2014, unos 1700 MW repartidos en las tres centrales que controla NASA. El objetivo del gobierno, tal como lo autorizó la ley Bases, es privatizar parcialmente la empresa NASA.

Para el periodista de AgendAR, los Data Center que quiere traer Musk para avanzar en la carrera de la Inteligencia Artificial van a acaparar la electricidad que debería usarse en producir agua potable o trabajo industrial electrointensivo. En cambio, afirma Arias, si el CAREM 32 MW logra financiamiento, rápidamente accederá a compradores y socios. La prueba está en la experiencia que la CNEA e INVAP hicieron a partir de 1986 con el RA-6 de Bariloche, el antecedente que convirtió a INVAP en el mayor proveedor mundial de reactores multipropósito.

Diego Genoud

Las raíces de la experiencia Milei

0

No fue sólo la inflación y el agotamiento lo que llevó al actual presidente al poder. El 40% de la masa laboral no tiene un trabajo registrado y, es más crucial entre la población joven ya que casi el 60% no tiene jubilación, obra social y cobertura frente a despidos. El presidente habló de dolarización, pero nunca de empleo. Qué pasará.

El desajuste de la vida cotidiana por la inflación desmedida y tan prolongada en el tiempo exasperó los ánimos populares, y llevaron a Milei a la presidencia. Muestra el fracaso relativo del “modelo nac & pop” (CFK) y del “modelo neoliberal” (MM). 

Pero no fue sólo la inflación. Entre el 2004 y el 2021 se observa una reducción significativa de la cantidad de las unidades productivas. El 84 % del aparato productivo argentino son cuentapropistas, básicamente monotributistas y 16 % son empresas y organizaciones de la sociedad civil. La estructura productiva de la economía argentina se compone de 73% de servicios, de los cuales el 43 % corresponden a comercio y transporte y 30 % son otros. Sólo un 27% son productores de bienes. 

Las organizaciones registradas que dan trabajo (en unidades) son las siguientes (datos que varían según los años y las fuentes): Los cuentapropistas son aprox. 2.000.000, y dan empleo a unas 800.000 personas (muchas de ellas contratados en el Estado) (6% del total). Las ONG son aprox. 98.000 y dan empleo a 780.000 personas (6% del total). Las empresas con fines de lucro son aprox. 280.000 y dan empleo a 7.000.000 personas (50% del total). Sumando nos da un total de 8.580.000 empleos registrados (62% del total de trabajadores). Se estima que hay aprox. 5.200.000 (38% del total de trabajadores) con empleos no registrados (en negro), lo que hace un total de aprox.13.780.000 trabajadores. Se observa que las empresas constituyen la principal fuente demandante de empleo. Luego, lejos, las ONG y los cuentapropistas. 

Las grandes empresas, que son sólo 3.500 unidades y con predominio las de capitales extranjero contratan el 43% del total privado; las medianas el 25% y las pequeñas el 22%; las microempresas sólo un 10%. El cuentapropismo predomina en los sectores prestadores de servicio. El 35-40% de los trabajadores no registrado (en negro) no tienen jubilación, obra social y cobertura frente a despidos. 

Porcentaje que se incrementa aún más en las poblaciones más jóvenes y menos educadas, donde puede llegar al 60 %. Para todos ellos un mundo inestable e incierto. El voto juvenil a Milei no fue casualidad; fue consecuencia de esa frustrante realidad, sin esperanzas en un mundo mejor. Con el relato sólo no alcanzó. 

A nivel regional los niveles de informalidad de la Argentina (del orden del 38%) se ubican por encima de Chile (27%), Uruguay (34%) y Brasil (36%), pero por debajo de otros países como Colombia (58%), Venezuela (58%), Paraguay (68%), Perú (69%), Ecuador (69%) y Bolivia (82%). Esta realidad, desde hace décadas en nuestro país, confirma nuestra lenta agonía ya que descendimos a los bajos índices de toda Sudamérica, desde los buenos y lejanos tiempos, que el pueblo aún recuerda. 

Dejando de lado para este análisis cuestiones del aumento del crimen organizado, del narcotráfico, de la violencia en general y contra las mujeres en particular, hemos mostrado que la reducción de la creación de buen empleo, debido a la falta de la necesaria inversión que se expresó en la caída de las unidades productivas del sector privado, y que el mercado laboral se fue deslizando hacia el incierto universo del monotributismo y del trabajo informal o temporario, que no ofrece empleos de calidad y solo ofrece un horizonte cargado de incertidumbre. 

El “Modelo de primarización y precarización” continuó su marcha por sobre los floridos discursos de las almas nobles que indicaban un “Modelo de Desarrollo con crecimiento de la industria y la innovación”, que la realidad no pudo mostrar. La población tuvo claro que habíamos entrado en un período de languidez y decadencia, sostenible a fuerza de medidas siempre provisorias. El pueblo eligió castigar aquella mala praxis. Hoy, las últimas encuestas muestran buenos resultados para el gobierno porque bajo la inflación; la gente lo votó para eso; cumplió esa promesa, independientemente del costo para lograrlo. El futuro dirá los resultados de estas decisiones.

Volvamos a Milei. Su discurso electoral fue la “dolarización”, un significante económico que expresaba estabilidad y con la “casta” marcaba a los responsables y aprovechadores de la incertidumbre. Nunca habló de empleo ni de modelo de desarrollo con inclusión. Por el contrario, su ultra liberalismo sugirió que cada cual se arreglara como pueda. Su idea del futuro a largo plazo solo puede inferirse de sus discursos o reportajes o su participación en las redes sociales, ya que aportan ciertos indicios de su concepción estratégica. Pretende tener un liderazgo a nivel planetario; “la “causa” excede cualquier tema nacional; es simplemente demasiado grande como para darle espacio a aspiraciones personales”. Casi una “misión religiosa para el mejor gobierno de la historia”. Parafraseando a Lenin indica que “sin teoría revolucionaria, no puede haber un movimiento revolucionario” (mundial; no nacional, obviamente). 

Milei ha sido caracterizado ideológicamente como un dirigente de la nueva derecha global, con un marcado acento libertario; como el mismo dice, anarco-libertario.  Su liberalismo extremo abarcaría todas las actividades humanas, donde su “desprecio al Estado es infinito”. No es lo que piensa Trump, pero si lo que desea Elon Musk.

Sin embargo, sus promesas de campaña son relativas. Sus convicciones liberales se vuelven sospechosas y se diluyen frente a las indicaciones organizativas de verticalidad, obediencia al jefe e implacable castigo a los disidentes. No hay libertad de opinión; la falange reemplaza al debate de ideas; la organización y la disciplina son necesarias para que “triunfe” su verdad, que representa el bien en la lucha contra el mal, representado por los que simplemente se oponen a su verdad. Usa la agresión para despreciar el consenso que proviene del diálogo y las concesiones mutuas.

En realidad, nos está hablando de imponer una disciplina social utilizando el softpower de los algoritmos o el hardpower del de la represión “por otros medios”. Uno de los principales es el uso grosero de la billetera, como lo hacía “la vieja casta”, lo cual significa que desarticular sus principales cajas y quitarle sus privilegios al sistema político, para que paguen el ajuste, no entra en su verdadero plan. Su promesa de cambios desregulatorios de la economía quedó sólo en aumentar las tarifas de los servicios públicos y bajar los ingresos de los jubilados, a los que hay que sumar la caída del empleo en casi 200.000 puestos registrados.

Elude permanentemente castigar a los corruptos; defendió al senador “mochilero” Kueider, quien modificó su voto para aprobar la Ley de Bases; los diputados libertarios evitaron la sanción del proyecto de “ficha limpia”; los “fueros” de la política siguen intactos; los cambios en el régimen impositivo y fiscal terminaron en un nuevo blanqueo favorable a los evasores; las modificaciones electorales no tuvieron avances.

Su incompatibilidad con el nacionalismo de Trump, llama la atención. Su ataque indiscriminado sobre muy diversos espacios económicos, sociales y políticos, como los son los altos empresarios liberales de Davos, librando una supuesta batalla cultural contra la agenda progresista y para “rescatar” a Occidente, es extraña. 

Su violencia verbal contra socialdemócratas, comunistas (casi en extinción), keynesianos; sindicatos; a la ONU; la OEA, tendría algún asidero ideológico. Pero el sistemático ataque al Estado Nacional; a los periodistas y a los medios tradicionales de comunicación (TV, diarios) nos ofrece una pista o nos conduce a descubrir quiénes son los verdaderos sostenedores de esa “verdad” que Milei tanto defiende: las empresas ultra tecnológicas, con Musk a la cabeza, quienes si alientan un ultra liberalismo muy favorable a sus planes de expansión y de control social a escala planetaria. Milei ha argumentado que los medios tradicionales están en decadencia ante el auge de las redes sociales, en especial X (Twitter) y celebra el “espacio de libertad” y “sin censura” que, en su opinión, creó Elon Musk, el dueño del algoritmo.

Sus sentimientos y compromisos hacia la Argentina son mínimos. Se observa un desprecio por el futuro de la educación, de las universidades, del sistema científico tecnológico y de la salud pública; todos pilares de un verdadero modelo de desarrollo nacional.  Además, su alineamiento automático con EEUU e Israel, debilitan y reducen la calidad de nuestra política internacional y nuestra defensa nacional.

Los casos más recientes de su política destructiva contra los intereses nacionales estratégicos son el llamado“Plan Nuclear” (que reduce a su mínima expresión el potencial científico nuclear argentino) y la venta a los desarrolladores inmobiliarios de un edificio clave para nuestros intereses soberanos en el ciberespacio y la prevención nacional de ciberataques, donde funciona el Comando Conjunto de Ciber defensa, cabecera  de una red fibra óptica exclusiva de las FFAA que conecta a sus principales dependencias mediante los servidores de ARSAT, empresa que también intentarán destruir.

Ricardo Auer

Los desarrollos cibernéticos están convergiendo. 12 campos a observar en 2025

0

Comienza una nueva era. Los desarrollos tecnológicos más prometedores, como las redes neuronales y la posterior inteligencia artificial (IA) generativa, la computación cuántica, las supercomputadoras, la robótica o la digitalización del mundo físico, se habían mantenido hasta ahora en parcelas más o menos estancas donde seguían sus propias hojas de ruta. Pero ha llegado el momento de la unión de estos avances en ecosistemas amplios. “En los próximos cinco años vamos a ver la convergencia de todas las tecnologías en escalada”, advierte Stephen Ibaraki, fundador de AI For Good. La IA deja de ser protagonista singular para ser una actriz de reparto de la nueva película.

Rev Lebaredian, vicepresidente de Omniverso y Tecnología de Simulación en el gigante informático Nvidia, cree que una de las metas de esta convergencia serán los robots humanoides, a los que considera “el próximo gran salto de la humanidad” gracias a la inteligencia artificial (IA) basada en grandes modelos de lenguaje, que aporta el cerebro que le faltaba a la máquina. Roberto Romerotecnólogo creativo del equipo Accenture Song tras pasar por empresas como Oculus, Sony y HTC, cree que la manifestación de esta unión de tecnologías será el metaverso, “el futuro internet”, según lo define. Este espacio digital combinará lo virtual y lo físico, con relaciones reales y dinámicas, interconectado a todos los dispositivos, con capacidad económica y social real y con un usuario con identidad digital. Estos serán los avances que en este año darán paso a la nueva era:

Ciberseguridad

La calle ha dejado de ser el principal escenario para la delincuencia. Más del 25% de los delitos se cometen en la red, desde secuestros y extorsiones a violencia sexual. Todas las empresas de ciberseguridad coinciden en que el próximo año seguirá creciendo su incidencia.

Nataly Kremer, directora de producto de Check Point Software, augura un “aumento exponencial de la sofisticación de los ciberataques” que obliga a adoptar tecnologías avanzadas para contrarrestarlos. Según los datos Check Point Research, los ciberataques aumentaron un 75% a nivel global durante el tercer trimestre de 2024, impulsados por la inteligencia artificial.

“Las amenazas no se limitarán al ransomware [secuestro de datos y sistemas seguido de extorsión]. El auge de la Internet de las Cosas (IoT), con 32.000 millones de dispositivos previstos para 2025, según Morefield, ampliará la superficie de ataque”, advierte Kremer.

La experta en ciberseguridad ve la IA como “un arma de doble filo, ya que mejorará tanto los ataques como las defensas”. A los ciberdelincuentes, según explica, les facilita diseñar amenazas más precisas y eficaces para operaciones a gran escala con menos recursos. Pero, para los responsables de centros de operaciones de seguridad (SOC), esta herramienta ayuda “a priorizar los riesgos, reducir los falsos positivos y detectar patrones anómalos más rápidamente”.

Conectividad y móviles

“Se espera un futuro emocionante, ya que los proveedores de servicios de comunicaciones se están preparando para una transformación de la industria móvil”, afirma Fredrik Jejdling, vicepresidente y jefe de redes, en el Informe de Movilidad de Ericsson. “El viaje de innovación ya ha comenzado”, añade. Se refiere a la generalización de redes 5G, que a nivel global, al margen de China, solo alcanza al 30%. “Pero el uso cada vez mayor de la IA generativa en los dispositivos móviles, que permite la creación de contenido hiperpersonalizado a escala, puede afectar los volúmenes y las características del tráfico de datos móviles en el futuro”, explica.

Y tras el 5G, comienza la siguiente generación de conectividad, el 6G, la puerta al metaverso. “Las capacidades de 6G permitirán hacer realidad la visión de moverse libremente en el mundo ciberfísico, la construcción de un puente crítico entre el mundo de los sentidos, las acciones y las experiencias y la representación digital programable del mundo físico”, destaca Jejdling.

Nueva realidad

El mundo ciberfísico incluye la realidad aumentada y la realidad virtual, así como los gemelos digitales. Será posible proyectar objetos digitales sobre objetos físicos y generar una realidad mixta. Este avance permitirá las llamadas holográficas, en las que una persona esté representada digitalmente dentro de un entorno físico, e innumerables sensores integrados en este actualizarán y garantizarán la representación digital en tiempo real. Ibaraki llama la atención sobre las últimas gafas de Meta. Pueden parecer un dispositivo más, pero liberar los desarrollos de las nuevas realidades digitales de las gafas aislantes y cableadas para asimilarlas a un complemento común es un salto cualitativo.

Inteligencia artificial y agentes

La IA se va a incorporar a todos los dispositivos, no solo celulares y computadoras. Aspira a convertirse en un agente, en un asistente permanente, una plataforma capaz de dialogar como un humano, analizar documentos (de texto, imágenes o vídeos) en distintos dominios, ofrecer respuestas y soluciones complejas y ejecutarlas en nombre del usuario. Es, según Sam Altman, máximo responsable de OpenAI: “Un colega supercompetente que sabe absolutamente todo sobre toda mi vida, cada correo electrónico, cada conversación que he tenido y que estará presente en todas las acciones”. Sin embargo, el auge de su uso no fue el esperado este año y las compañías confían en que el despegue sea el próximo.

Datos e internet de las cosas

El tráfico de datos, solo de la red móvil, creció un 21% el pasado año con un promedio mensual de 157 exabytes (157.000 millones de gigabytes). El principal motor es la visualización de contenidos de video, que supone un 74% del tráfico. La tecnología lucha por mantener la capacidad de tráfico y busca fórmulas de hacer de forma más sostenible. A la industria del entretenimiento se sumarán los dispositivos conectados y que se enmarcan en la denominación común de internet de las cosas; ya suponen un 7% del tráfico y seguirán creciendo.

Drones

Los drones ya no se limitan a pequeños cuadricópteros con una batería que otorgaba poco alcance. Ahora son fundamentales para tareas de vigilancia, búsquedas, rescates, la guerra o entrega de material de emergencia. Los avances en la tecnología, los sensores y la caída de los precios auguran un nuevo auge de estos aparatos, pese al fracaso de su uso como herramientas de reparto, que aún sigue en proyectos piloto.

Jay Stanley, analista de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), advierte de un peligro al MIT Technology Review: “Si hay una acumulación de diferentes usos de esta tecnología, vamos a terminar en un mundo en el que desde el momento en que sales por la puerta de tu casa, te sentirás como si estuvieras bajo la mirada constante desde el cielo. Puede tener algunos beneficios reales, pero también necesita urgentemente controles y equilibrios sólidos”.

Procesadores

El corazón de todos estos avances son los materiales semiconductores que contienen los múltiples circuitos integrados con los que funcionan. El uso de la inteligencia artificial ha disparado su demanda y las exigencias de nuevas capacidades. Los gobiernos, los gigantes tecnológicos y las empresas emergentes están compitiendo por un lugar destacado en esta industria. TSMC e Intel, dos de los fabricantes de chips más grandes del mundo, construyen gigantescas plantas gracias a las ayudas directas y financieras del Gobierno de EE.UU. que superan los US$26.000 millones. Japón va a invertir 13.000 millones; India, 15.000; y Europa, más de 47.000 millones para intentar alcanzar la soberanía en un mercado copado por China. El objetivo en los nuevos desarrollos es ganar potencia al mismo tiempo que eficiencia energética.

Compañías como Amazon, Microsoft y Google llevan años desarrollando sus propios semiconductores para evitar la dependencia de empresas extranjeras o de Nvidia, un gigante que acapara una gran parte del mercado de los chips de entrenamiento de IA más avanzados y un valor mayor que el PIB de 183 países.

Imágenes, deepfakes y desinformación

A finales de 2022 aparecieron los primeros modelos que podían convertir texto en vídeo. Empresas como Meta, Google y la startup de tecnología de vídeo Runway presentaron unos resultados que no parecían significativos. Año y medio después, Open AI presentaba Sora y le seguían Google, Runway Midjourney y Stability AI, entre otras. Hoy ya son capaces de crear películas completas.

Deepfake de Leo Messi en una disco ochentosa

Pero las habilidades creativas de estas herramientas se han visto enfangadas por su uso generalizado y masivo para crear deepfakes, imágenes con apariencia real que han inundado Internet con propaganda y pornografía no consentida. Este problema, que ha llegado a ser global, seguirá creciendo este año. Al fin y al cabo, el vídeo es el medio más natural de internet y redes como YouTube y TikTok.

Por otra parte, la desinformación en línea seguirá siendo una de las principales amenazas sociales y de los sistemas democráticos. “Estamos reemplazando la confianza por la desconfianza, la confusión, el miedo y el odio. La sociedad sin la verdad fundamentada degenerará”, asegura a MIT Technology Review Michal Pechoucek, directivo de Gen Digital, la firma tras marcas de seguridad en la red como Norton y Avast.

John Wissinger, que dirige equipos de innovación y estrategia en Blackbird AI, rastrea la desinformación de baja tecnología, como las publicaciones en las redes sociales que muestran imágenes reales fuera de contexto. “Las tecnologías generativas empeoran las cosas, pero el problema de las personas que engañan, deliberadamente o no, no es nuevo”, dice. Blackbird ha desarrollado Compass, una herramienta que permite verificar artículos y publicaciones en redes sociales. Investigadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y la Universidad de Cornell han habilitado un chat de inteligencia artificial entrenado específicamente para combatir teorías conspirativas y bulos (Debunkbot.com).

Autos sin conductor

A pesar de los incidentes y la regulación, los proyectos de autos sin conductor siguen avanzando. Manuel Carranza García, profesor y doctor en el Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla, defiende que “sus ventajas son tan evidentes que es casi imposible renunciar a él”. “En China ya está circulando. Ahora mismo parece que empieza a ser casi un programa legislativo más que tecnológico. Los desarrollos ya están ahí; tendrá fallos, como tenemos los humanos, y eso es también una cuestión legislativa. Pero los riesgos asociados a la conducción autónoma son mucho menores que las ventajas”, explica Carranza.

Robots

La carrera por esta tecnología está en manos de una veintena de compañías como 1X Technologies (participada por Open AI), Apptronik, Agility Robotics, Figure (participada por Jeff Bezos, Open AI y Nvidia) o Boston Dynamics, entre otras. Rev Lebaredian defiende que la parte mecánica del humanoide está prácticamente resuelta y que el mercado empujará a su abaratamiento, como ha sucedido con otros dispositivos. “Ahora tenemos la tecnología para construir estos robots físicos y reducir su precio a unos pocos miles de dólares”, explica. Lo que faltaba surgió hace una década, cuando la programación, según sus palabras, “dejó de generar herramientas para crear habilidades, inteligencia”. “Es una nueva revolución”, advierte. El equipo de Lerrel Pinto en La Universidad de Nueva York desarrolla técnicas que permiten a los robots aprender por ensayo y error, obteniendo sus propios datos de entrenamiento a medida que avanzan.

Supercomputación clásica y cuántica

Uno de los desarrollos en auge y que evidencia la convergencia de tecnologías es la proliferación de gemelos digitales. Crear, testar y modificar una futura realidad física sin prototiparla es clave en cualquier industria o en la modelización de sistemas complejos. El mayor, en el que está embarcado el Mare Nostrum del Barcelona Supercomputing Center, es crear un gemelo de la Tierra para entenderla y prevenir catástrofes. Otra máquina de capacidades inimaginables es el Frontier, del Oak Ridge National Laboratory, que se usa para desarrollar una Vía Láctea digital. “Si todo el mundo en la Tierra hiciera un cálculo por segundo, se necesitarían cuatro años para igualar lo que esa computadora puede hacer en un segundo”, explica el científico de computación de la Universidad de Tennessee Jack Dongarra.

Pero entender fenómenos complejos de la naturaleza, como el caótico movimiento de los fluidos o el mapa de las neuronas, estos gigantes precisarán de la ayuda de otra tecnología prometedora que empieza a dar señales de consolidación: la computación cuántica. Microsoft, IBM y Google presentarán este próximo año computadoras y desarrollos que suponen pasos firmes hacia un procesamiento cuántico de un número suficiente de cúbits, de mayor vida útil y tolerante a los fallos, fundamental para completar los desarrollos de grandes máquinas clásicas.

Baterías

El camino que comienza este próximo año, con la vista puesta en la electrificación masiva, requiere muchas, mejores y más baratas baterías. Las de iones de litio, una tecnología de décadas de antigüedad que se usa en computadoras portátiles, teléfonos móviles, vehículos y para almacenamiento, tienen que dar paso a sistemas más capaces, rápidos en la recarga y de menor coste. Las investigaciones de este próximo año se centran en alternativas como las de estado sólido, la de ion-sodio, o hierro-aire.

Raúl Limón

Un proyecto para derogar la ley que prohibe instalar centrales nucleares en Río Negro

0

La legisladora de la Coalición Cívica ARI-Cambiemos, Daniela Agostino, anticipó que presentará un proyecto destinado a derogar la Ley 5227, que prohíbe la instalación de centrales nucleares de generación de energía en la provincia de Río Negro.

La iniciativa de Agostino tiene como objetivo reposicionar a Río Negro en el mapa nuclear argentino, tras el reciente anuncio del presidente Javier Milei sobre el lanzamiento de un plan en ese sentido, que incluye la construcción de una nueva central nuclear en la Patagonia, como ya se intentó en el año 2017. El mandatario argentino destacó que su propuesta tiene como fin dotar al país de la energía eléctrica necesaria para el desarrollo de la inteligencia artificial.

La ley 5227, sancionada el 1 de septiembre de 2017, fue impulsada por el entonces gobernador Alberto Weretilneck. En esa ocasión, Agostino fue la única parlamentaria que votó en contra de la medida prohibicionista.

En su voto, la legisladora expresó que la decisión del gobierno provincial no estaba basada en fundamentos sólidos, sino que respondía al temor a protestas y a un mal desempeño electoral previo. En ese contexto, consideró que la casi unanimidad del voto reflejaba una postura demagógica, no solo del oficialismo, sino de otros sectores políticos.

“Río Negro debe discutir su lugar en el mapa nuclear argentino nuevamente, ya que tenía un papel central hasta el día que se aprobó la Ley prohibiendo ese tipo de industrias. No hacerlo sería darle la espalda a los profundos cambios que se han producido en el mundo y en el continente en los últimos 14 meses”, afirmó Agostino.

Durante la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de 2023 en Dubai (Emiratos Árabes Unidos), se acordó el impulso al desarrollo de “tecnologías limpias”, entre las cuales se incluyen las energías renovables, la nuclear y las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.
En este sentido, la legisladora desmintió la supuesta incompatibilidad entre el desarrollo nuclear y la actividad turística, señalando que en países vecinos como Brasil ambas conviven armoniosamente.

Agostino recordó que en Río de Janeiro, desde 1985, opera la central nuclear Angra 1, con una potencia de 640 megavatios (MW), y que en 2001 se sumó la central Angra 2, con una capacidad de 1.350 MW, suficiente para abastecer de energía a una ciudad de 4 millones de habitantes. Además, destacó que en 2030 comenzará a operar Angra 3, con una potencia de 1.405 MW. “Las tres centrales nucleares están ubicadas en la ciudad turística más importante de Sudamérica, Angra dos Reis, en la Costa Verde de Río de Janeiro”, subrayó la legisladora.

Por último, remarcó la necesidad de rediscutir la ley prohibicionista de 2017, pues considera que es fundamental para defender el desarrollo tecnológico de la provincia y apoyar a instituciones clave como el INVAP, la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Instituto Balseiro. “Es hora de abrir el camino para jerarquizar el trabajo de nuestros científicos y del personal que contribuye al desarrollo de nuestro país y nuestra provincia”, concluyó.

¿Cómo se mide el poder de los gigantes tecnológicos?

0

El 25 de octubre, The Washington Post lanzó una bomba a sus lectores, anunciando que se abstendría de apoyar a un candidato presidencial en las próximas elecciones. Desde 1976, cuando el Post apoyó a Jimmy Carter, su consejo editorial había dado su apoyo en todas las elecciones presidenciales. La noticia desató una tormenta. Martin Baron, ex director del Post que aparece en la película «Spotlight», publicó en X que la decisión del periódico era una «cobardía, con la democracia como víctima». Los famosos reporteros del Watergate Bob Woodward y Carl Bernstein dijeron que esta decisión «ignora la abrumadora evidencia periodística del propio The Washington Post sobre el peligro que Donald Trump supone para la democracia». Rápidamente se supo que el multimillonario propietario tecnológico de The Washington Post, el fundador de Amazon Jeff Bezos, había decidido personalmente poner fin a la práctica de décadas del periódico de respaldar a los candidatos presidenciales. Bezos se convirtió en el blanco de todas las burlas. Robert Kagan, que dimitió del consejo editorial del periódico tras el anuncio, calificó la decisión de Bezos de «clara señal de favor preventivo a Trump». Muchos estaban furiosos de que un solo individuo pudiera ejercer tal poder y amordazar a uno de los medios de comunicación más prominentes de Estados Unidos. Pero también se impuso otra narrativa: La decisión de Bezos de detener el apoyo del Post indicaba debilidad. Bezos estaba tan preocupado por las consecuencias de ponerse públicamente del lado de Kamala Harris -en caso de que Trump ganara la reelección- que prefirió usar su poder para suprimir la voz del periódico antes que arriesgarse a la ira de Trump. La elección de Bezos apunta a una cuestión más amplia que se plantea hoy en día: ¿Cuánto poder tienen los titanes tecnológicos?

Hay dos narrativas enfrentadas sobre el poder que ostentan titanes de la tecnología como Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Sam Altman, Jensen Huang y otros. La primera narrativa es la siguiente: Los CEO tecnológicos se han vuelto tan poderosos que están usurpando la autoridad del Estado y remodelando el orden mundial. La inmensa escala de las empresas que han fundado -sus gigantescas reservas de capital, sus cautivadoras marcas y sus sofisticadas tecnologías- han reforzado un aura de invencibilidad. Con sus vastos recursos, los gigantes tecnológicos están configurando de manera única los resultados globales, desde determinar cómo los países luchan en las guerras (como en Ucrania) hasta decidir lo que los jefes de Estado pueden decir en línea (los líderes mundiales que en un momento fueron vetados de Facebook, Instagram y Twitter, ahora X, incluyen a Donald Trump, Nicolás Maduro de Venezuela, Jair Bolsonaro de Brasil y Alexandr Lukashenko de Bielorrusia). Como opinaba Ian Bremmer en un debatido artículo publicado en Foreign Affairs en 2021: «Los Estados han sido los principales actores en los asuntos mundiales durante casi 400 años. Eso está empezando a cambiar, ya que un puñado de grandes empresas tecnológicas rivalizan con ellos por la influencia geopolítica… Amazon, Apple, Facebook, Google y Twitter ya no son simplemente grandes empresas; han tomado el control de aspectos de la sociedad, la economía y la seguridad nacional que durante mucho tiempo fueron coto exclusivo del Estado». O tomemos el artículo que Marina Koren publicó en septiembre en The Atlantic, donde declaraba que «Musk se está convirtiendo en un dios de Internet» y que su control combinado de Internet espacial y los medios sociales le ha permitido ejercer un «poder sin precedentes».

La intervención de Elon Musk en la guerra de Ucrania es un ejemplo muy citado de la inversión de poder entre gobiernos y empresas. Al principio del conflicto, las fuerzas rusas inutilizaron las comunicaciones por Internet de Ucrania y desorganizaron su defensa. Desesperados, los dirigentes ucranianos suplicaron a Musk que les enviara terminales Starlink. Musk accedió, y días después Kiev recibió 500 terminales Starlink y cientos más. Estos terminales ayudaron a Ucrania a contraatacar y expulsar a las fuerzas rusas de Kiev. Pero entonces Musk empezó a acobardarse, temiendo que los ataques de Ucrania pudieran desencadenar una guerra nuclear. Como otros titanes de la tecnología, Musk no tiene mucha experiencia en asuntos políticos o militares, pero sus decisiones tienen importantes consecuencias geopolíticas. En este caso, como relata Walter Isaacson, Musk decidió en secreto desactivar la cobertura de Starlink frente a la costa de Crimea por temor a una escalada rusa. Su decisión personal, de la que se enteraron los militares ucranianos en el último minuto, puso en peligro una misión vital para atacar a la flota rusa del Mar Negro y obligó a Kiev a desechar la operación.

Pero otros comentaristas se muestran más escépticos sobre la influencia de los titanes tecnológicos. Un segundo argumento sostiene que el poder de los CEO tecnológicos está disminuyendo y que la geopolítica ha obligado a los gobiernos a reafirmar su autoridad sobre las empresas. En septiembre, después de que Musk cediera ante el Tribunal Supremo de Brasil y anunciara que X eliminaría cuentas por orden de un juez brasileño, el New York Times escribió que «el momento demostró cómo, en la lucha de poder de años entre los gigantes tecnológicos y los Estados-nación, los gobiernos han sido capaces de mantener la sartén por el mango». O en agosto, después de que Francia detuviera al fundador de Telegram, Pavel Durov, y lo acusara de múltiples cargos, Will Oremus afirmó en The Washington Post que los directores ejecutivos de las tecnológicas «se enfrentan a la venganza de los reguladores» y que esto anunciaba el «fin de una era… en la que los titanes de la tecnología disfrutaban de rienda suelta para dar forma al mundo en línea, y de una presunción de inmunidad frente a las consecuencias en el mundo real».

¿Qué versión es la correcta? ¿Son los titanes tecnológicos más poderosos que nunca y someten a los Estados a sus caprichos? ¿O han exagerado los comentaristas la influencia de los magnates tecnológicos (cuando en realidad los gobiernos están reafirmando su autoridad sobre la industria)? Resulta que ninguno de los dos argumentos refleja plenamente la realidad mundial. El poder de los titanes de la tecnología está limitado por varios factores, entre ellos si operan en una democracia o en una autocracia, y hasta qué punto el «techlash» ha incentivado a las burocracias a arrebatar poder a los magnates de la tecnología. Por otro lado, personas como Altman o Musk, pioneros en innovaciones en sectores emergentes como las tecnologías espaciales y la inteligencia artificial, siguen ejerciendo una gran influencia.

Los titanes tecnológicos se enfrentan a perspectivas muy diferentes en países democráticos y en contextos autoritarios. Desde el principio, los líderes autocráticos reconocieron el poder inherente a las redes digitales y las nuevas tecnologías y trataron de aprovecharlo. Para China, esto significó erigir una Gran Muralla de Fuego y prohibir plataformas occidentales como Facebook y Google a finales de la década de 2000. China dejó claro a Musk y a sus contemporáneos que había límites estrictos a lo que el Partido Comunista Chino (PCCh) toleraría. En una entrevista con el Financial Times, Musk lo reconoció, revelando que Pekín «dejó clara su desaprobación» de su despliegue de Starlink en Ucrania y que pidió garantías de que Musk «no vendería Starlink en China». (Los informes también revelan que Vladimir Putin presionó a Musk para que no activara los servicios Starlink sobre Taiwán «como favor al líder chino Xi Jinping»). En ocasiones, el Partido Comunista Chino ha intervenido públicamente cuando considera que Musk se ha extralimitado. El año pasado, después de que tuiteara sobre un informe del gobierno estadounidense que señalaba a un laboratorio de Wuhan como origen de la pandemia de Covid, el Global Times, controlado por el Estado, advirtió a Musk de que podría estar «rompiendo la olla de China» (algo parecido al adagio «no muerdas la mano que te da de comer»). Dados los miles de millones en subvenciones y terrenos baratos que China ha concedido a Tesla, no era una amenaza vacía.

Los funcionarios del partido-estado chino también se han asegurado de que los titanes tecnológicos de su país se rijan por sus reglas. La caída en desgracia de Jack Ma, fundador del sitio de comercio electrónico Alibaba y de Ant Group, es ilustrativa. Conocido en su día como «el multimillonario más franco de China», enmudeció repentinamente en 2020. Desapareció de la vista del público durante meses: dejó de visitar la escuela de negocios que fundó, canceló una aparición prevista en un programa de televisión y se retiró de las conferencias. ¿Su transgresión? En 2019, Ma pronunció un discurso en Shanghái ante un grupo de altos funcionarios. En sus comentarios, Ma desafió a los reguladores de China argumentando que el «sistema financiero del país debe ser reformado», y que los funcionarios estatales estaban impidiendo el sector de la tecnología financiera con su «mentalidad de casa de empeño.» En menos de una semana, el Partido Comunista Chino torpedeó la largamente planeada salida a bolsa de Ant Group por valor de 37.000 millones de dólares, y Ma se recluyó. El mensaje general era claro: desafía al Estado y sufre las consecuencias.

Otros países autoritarios, así como Estados democráticos débiles -como Rusia, Irán, India y Turquía- también se han opuesto con éxito a los magnates de la tecnología. Han impuesto sanciones draconianas contra los productos de las grandes tecnológicas y han retado a las empresas a desafiarlas. En Rusia, Putin está construyendo una «Internet soberana» y rompiendo lazos con la mayoría de las plataformas occidentales (sólo YouTube sigue en pie en el país y sus operaciones corren cada vez más peligro). En India, el gobierno ha utilizado la coerción para intimidar a las empresas tecnológicas, amenazando con detener a los empleados que no cumplan sus normas. El año pasado, The Washington Post reveló que políticos del partido gobernante estaban «instigando a la violencia y avivando discursos incendiarios» en Facebook para atizar a sus bases. A pesar de las repetidas advertencias, Zuckerberg tardó en tomar medidas por miedo a «enemistarse» con el Primer Ministro Narendra Modi.

Incluso en las democracias de pleno derecho, existe una creciente «ola tecnológica» contra el poder que ejercen los magnates de la tecnología. Gideon Rachman argumenta de forma convincente que los gobiernos democráticos conservan una autoridad clave que Musk y sus secuaces eluden: «la capacidad de hacer y hacer cumplir la ley». Sin duda, las democracias occidentales han mostrado un desfase entre su capacidad para regular las grandes tecnológicas y su voluntad de hacerlo. Poco a poco, sin embargo, las democracias están invirtiendo el rumbo. Europa es un buen ejemplo. En los últimos años, la Unión Europea ha ampliado su impulso regulador, tomando medidas enérgicas contra las redes sociales en virtud de la Ley de Servicios Digitales, apuntando a las prácticas monopolísticas de las grandes tecnológicas en virtud de la Ley de Mercados Digitales, e incluso dando un golpe en el establecimiento de la política de IA con la legislación en 2024. Estados Unidos, al menos bajo el mandato de Biden, también se ha puesto manos a la obra. La enérgica gestión de Lina Khan al frente de la Comisión Federal de Comercio, combinada con el impulso antimonopolio de Jonathan Kanter en el Departamento de Justicia, dio lugar a varios casos emblemáticos que han arriado las velas de las grandes empresas tecnológicas (justo en agosto, un juez federal declaró que el motor de búsqueda de Google era un monopolio ilegal, lo que llevó al Departamento de Justicia a considerar la posibilidad de solicitar la disolución de la empresa). Aunque puede que esto no represente el fin de la «edad dorada digital», los tiempos de bonanza de Silicon Valley han entrado en un bache.

A pesar de estos contratiempos, el poder de los titanes tecnológicos actuales sigue siendo fuerte. En ámbitos emergentes como la IA, la tecnología espacial y de satélites y la cuántica -donde los gobiernos dependen de las empresas privadas para impulsar la innovación-, los magnates tecnológicos dominan la agenda. Altman, por ejemplo, que superó un bache a principios de este año cuando el consejo de OpenAI intentó destituirlo, ha vuelto rugiendo. Ahora busca hasta 7 billones de dólares para «remodelar la industria de los semiconductores», una cifra que eclipsaría el PIB de todos los países del mundo excepto Estados Unidos y China. O tomemos el ejemplo de Jensen Huang, fundador de Nvidia, una de las empresas con mayor capitalización del planeta. Recientemente concluyó una visita de «estrella del rock» a Taiwán, donde, ataviado con su «característica chaqueta de cuero negro», habló ante una multitud de fans en un estadio abarrotado de Taipei (e incluso hizo el primer lanzamiento en un partido de béisbol). En cuanto a Musk, sus cohetes «dictan efectivamente el calendario de lanzamientos de cohetes de la NASA». El Pentágono confía en SpaceX para poner en órbita la mayoría de sus satélites. Solo en 2023, sus empresas recibieron cerca de 100 contratos diferentes con 17 agencias federales por valor de 3.000 millones de dólares.

Sin embargo, es probable que el reinado de la actual clase de influyentes titanes tecnológicos sea efímero por dos razones. La primera tiene que ver con el arco de la innovación. La tecnología se define por la difusión. Los inventos revolucionarios se difunden rápidamente por el mundo. Las nuevas ideas no se quedan embotelladas en un laboratorio o confinadas a una geografía concreta. Se extienden como un reguero de pólvora. Las innovaciones se copian, se imitan y se reproducen hasta que el resto del mundo se pone al día. En el siglo XX, laboratorios industriales como IBM Research, Bell Labs y Xerox PARC deslumbraron al mundo con sus avances. Por diversas razones -cambio de prioridades corporativas, estancamiento y dispersión de investigadores más jóvenes y entusiastas a otros lugares- se convirtieron en notas a pie de página de la historia, eclipsados por Google, Nvidia, SpaceX, OpenAI y otros. Algún día, estas nuevas empresas serán suplantadas por rivales más ambiciosos. En el fondo, esa es la historia de Silicon Valley.

En segundo lugar, existe un límite natural al poder que pueden acumular los magnates de la tecnología antes de que los Estados los reduzcan a su mínima expresión. Como ya han aprendido Jack Ma y Pavel Durov, los gobiernos no aceptan de buen grado los desafíos de los forasteros (en el caso de Durov, años de desobediencia a las peticiones de las fuerzas del orden acabaron en la pista del aeropuerto de Le Bourget). Las burocracias y los legisladores luchan por recuperar su autoridad. En Estados autoritarios como China, los funcionarios aplican medios coercitivos para frenar a los dirigentes empresariales. A su vez, las democracias utilizan sus poderes reguladores para mantener a raya a los titanes tecnológicos. Aunque los CEO tecnológicos parecen formidables hoy en día, el futuro es más oscuro. El académico Moisés Naím lleva años analizando el ejercicio del poder mundial. En su libro La venganza del poder, analiza el dominio actual de los líderes tecnológicos y escribe que «es improbable que ese poder dure en su forma actual y extrema, ya que los gobiernos están empezando a intentar frenar a las gigantescas empresas tecnológicas». Naim señala que, aunque este tira y afloja «nos acompañará durante décadas», también es «seguro esperar que el poder desenfrenado del que han disfrutado las grandes empresas tecnológicas desde su creación se vea más limitado en el futuro».

¿En qué queda todo esto? Los titanes de la tecnología se resisten a ceder las riendas del poder. En septiembre, Zuckerberg habló en la conferencia anual de desarrolladores de Meta con una camiseta que decía: «Aut Zuck aut nihil», un juego de palabras con la frase latina «aut Caeasar aut nihil», que significa «o un César o nada». Cuando César pronunció la frase, luchaba por el poder en la República Romana y quería dejar claro que no veía término medio: lo arriesgaría todo para gobernar. La apropiación de la frase de César por parte de Zuckerberg evoca una mentalidad similar: Los titanes tecnológicos de hoy creen que son totalmente responsables de llevar a sus empresas a la gloria. Harán todo lo que esté en su mano para mantener su supremacía. Pero las restricciones de los reguladores europeos y estadounidenses, la presión coercitiva de China, Rusia e India y el largo arco de la innovación auguran un futuro incierto. Aunque los magnates de hoy sigan en la cresta de la ola, la historia nos dice que es probable que su declive esté próximo.

Steven Feldstein

Nora Bär analiza el plan nuclear anunciado por Milei

0

Sin dar ninguna precisión, con desbordes de adjetivación exaltada y expresiones celebratorias sobre las capacidades científico-tecnológicas locales (que sorprenden viniendo de una gestión que se enorgullece de estar liquidándolas por asfixia y motosierra), el acto de 19 minutos durante el cual el último viernes el jefe de asesores de Javier Milei, Demian Reidel, el propio presidente y el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, anunciaron la intención de poner en marcha un “plan nuclear argentino” desataron un terremoto en la comunidad altamente especializada que se ocupa de estos asuntos en el país. No tanto por lo que se dijo (hay que insistir: casi nada) como por lo que no se dijo. 

Como si fuera una novedad después de 75 años de historia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que dieron lugar a tres centrales de producción de energía, plantas de fabricación de combustibles, un reactor para producir radioisótopos de uso médico y centros de medicina nuclear, entre múltiples logros, se anticipó que la energía nuclear será “la piedra angular del futuro energético argentino y mundial”, y que la Argentina no solo está preparada para liderar esta revolución energética, sino que lo hará con tecnología 100% local, “desarrollada por nuestros ingenieros, que son reconocidos entre los mejores del mundo”.

“Desde los primeros pasos de nuestra historia nuclear, la capacidad y el talento argentinos demostraron ser pioneros –dijo Reidel–. Y los reactores modulares pequeños (SMR, siglas en inglés de small modular reactors) son prueba de ello. Representan un avance sustancial frente a los modelos tradicionales, ofreciendo mayor flexibilidad, menores costos iniciales y la posibilidad de instalarse en ubicaciones más diversas. Pero lo que verdaderamente distingue a esta tecnología es su origen. No la importamos, no dependemos de terceros. Es una invención argentina forjada en nuestros laboratorios, diseñada por nuestras mentes más brillantes y construida con nuestra determinación”. 

Y más adelante agregó: “El primer paso de este plan es la construcción de un reactor SMR en el predio de Atucha. (…) Existe una alta probabilidad de que la Argentina sea la primera nación en producir y comercializar este innovador modelo de reactor nuclear. Este hito no solamente asegurará nuestra soberanía energética, sino que también nos permitirá replicar este éxito en el territorio nacional y exportar esta tecnología al mundo (…) Los cortes de luz serán apenas un mal recuerdo de una época en que la Argentina desaprovechada sus enormes recursos”. 

Hasta aquí, lo único sólido es que se crea un nuevo “Consejo Nuclear Argentino” que pasará a engrosar la estructura del Estado que por otro lado se quiere dejar reducida a su mínima expresión. Estará liderado por Reidel, e integrado por el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, el ministro de Defensa, Luis Petri y el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Germán Guido Lavalle. Cabe inferir que estará enfocado en desarrollar un SMR (que, como su nombre lo indica, son más pequeños que los actuales tanto en tamaño como en capacidad de producción de energía eléctrica)y que la intención es construirlo en Atucha. Del CAREM, que es precisamente un SMR, pionero entre los 80 planeados en el mundo y cuya construcción se encuentra avanzada en ese mismo predio, nada. Cero. 

La nota del Financial Times

Bastaron unas horas para que el Financial Times publicara una nota firmada por Clara Nugent desde Buenos Aires en la que afirma que el SMR al que se referían es un diseño patentado recientemente por la firma rionegrina Invap en los Estados Unidos, donde acaba de fundar la compañía Meitner Energy (todavía sin página en Internet). “El diseño es argentino y el capital para desarrollarlo será norteamericano, ciento por ciento privado –le dijo Reidel al medio estadounidense, sin nombrar al inversor–. Creemos que podemos tener la primera planta lista en 2030. De allí en adelante, las cosas comenzarán a moverse más rápido y nos convertiremos en exportadores de la tecnología SMR”.

¿Exceso de optimismo?

La primera reflexión que merecen estas afirmaciones es que, cuanto menos, pecan de un optimismo que mueve a la incredulidad, especialmente si se tiene en cuenta que el reactor patentado por Invap es poco más que una idea en un papel. “Para que se entienda lo que implica poner en marcha un reactor –detalla el físico nuclear Alberto Baruj, graduado en el Instituto Balseiro (en la promoción un año anterior a la de Reidel), vicepresidente de asuntos tecnológicos del Conicet y exgerente de CNEA–, primero hay que hacer todo el diseño conceptual, después los cálculos neutrónicos, termohidráulicos y de seguridad. Con eso, que puede llevar años, se sale a buscar lo que se llama la ‘licencia de construcción’, un proceso que para un reactor nuevo lleva por lo menos otros cinco años, porque la autoridad regulatoria hace todo tipo de objeciones y observaciones. Una vez que se obtiene la licencia de construcción, hay que encontrar el sitio donde se va a construir. De acuerdo con lo que se anunció, sería una iniciativa privada y hasta donde yo sé, el sitio de Lima es público. Si se pretende instalar un reactor privado en un sitio público, la familia a la que se le expropiaron esos terrenos tranquilamente puede reclamar que se están usando para un fin que no es el comprometido. Ahí comienza la construcción con todo lo que eso implica. Y finalmente, cuando se termina, supongamos que con todos los recursos del mundo, en cuatro o cinco años, viene el licenciamiento (un año y medio, o dos) y después la puesta en marcha, que es un año más. Para un reactor así, todo lleva unos 15 años. La construcción del CAREM empezó en 2014, antes de eso hay todo un trabajo que ya estaba hecho. En nuestro caso, para  colmo, un gobierno lo arranca y otro lo detiene, pero ése es el tiempo promedio que hacer las cosas. Reidel es  una persona del sistema financiero. Lo que se hizo es un típico anuncio del mundo de las finanzas, donde el objetivo es conseguir inversores, comprar y vender cosas, y algunos bolsillos se van a engrosar, de eso no cabe duda”.

Uno de los que recibió la noticia con cierta expectativa es Alfredo Caro, profesor de la Universidad George Washington, en los EEUU, y ex director del Instituto Balseiro que hace 35 años vive en el exterior pero está de vacaciones en el país. “Sigo con interés este tema en el mundo. No estoy a favor ni de uno ni de otro –comenta–. El gobierno hizo un anuncio que es común en muchos países: expresó el deseo de ir en una dirección, que es su rol: hacer propaganda de sus ideas. El de la oposición es criticarlo. (…) Yo trato de ver qué hay de positivo y de negativo, de amenazas y oportunidades en lo que dicen ambas partes. El gobierno fue muy vago. Crear un nuevo organismo no sé si tiene sentido. Argentina tiene instituciones muy sólidas en el área nuclear. Lo esencial que dijo es que el sector nuclear va a crecer con fondos privados. El Estado acá apoyó 75 años la energía nuclear y de ahora en más es el sector privado el que va a apoyar. ¿Hay oportunidades de que eso suceda? El CAREM es un proyecto que viene con dificultades. Germán Guido Lavalle pidió un critical review, una auditoría, cuyos resultados son confidenciales, pero me puedo imaginar lo que contiene, no es que poniéndole dinero mañana se inaugura. Simultáneamente, en agosto, Invap presentó una patente de un reactor SMR, que está más atrasado, por supuesto, pero que es comercialmente atractivo porque se generó en torno del objetivo de hacerlo comercialmente viable (…) Está en el papel nada más, pero es un concepto atractivo para los inversores y que se puede desarrollar rápidamente. Se hace con componentes ya muy probados, off the shelf”. 

Pero Baruj disiente: “Esto puede decirlo alguien que viene de la academia –subraya–. Los temas tecnológicos no funcionan de esa manera. Cuando uno tiene un proyecto de esta envergadura es muy probable que haya cosas que no funcionen bien, pero eso se arregla. Se gestionan los distintos problemas que van apareciendo para encontrar las soluciones tecnológicas que hacen falta. Eso se llama ‘gestión del riesgo tecnológico’. Cualquiera que trabaje en temas de tecnología entiende que estas objeciones no son válidas. Además, en la industria nuclear no hay componentes off the shelf, salvo en la época en que Westinghouse hacía reactores en serie, pero desde hace 15 o 20 años eso no ocurre. Cada reactor exige su diseño y la fabricación de los componentes específicos. Y ni hablar si el reactor es nuevo. Los componentes que están dibujados en esa patente no existen”.

Y aunque no están haciendo declaraciones públicas, ni siquiera fuentes de la propia Invap coinciden con estos argumentos. “Es muy difícil lidiar con noticias que lo involucran a uno, pero en cuya construcción uno no intervino –comentaron confidencialmente–. Nosotros nos estamos enterando junto con ustedes. Sí teníamos la intención de buscar en el mercado internacional la posibilidad de hacer un negocio de energía con reactores nucleares, pero de ninguna manera reemplaza al CAREM. Nada que ver. Son conceptos distintos y complementarios”.

También coinciden en que el modelo de Invap es apenas una patente, que está muy buena, pero lejos de ser una realidad. Y no le encuentran sustento a las objeciones tecnológicas que se le hacen al CAREM o a su falta de viabilidad comercial. “Si tenés un Fiat 600 y yo te digo que con ese auto no vas a llegar a Canadá…y… no es para lo que está diseñado –destacan–. Con el CAREM pasa lo mismo: fue diseñado para demostrar la capacidad tecnológica de hacer un reactor modular. Problemas tenemos en todos los proyectos, pero la Argentina mostró que puede resolverlos. Se confunde lo que es una ingeniería convencional con un desarrollo tecnológico, que requiere distintos pasos de validación. Cuando nosotros hicimos los radares, probamos distintos diseños o ‘modelos de evaluación tecnológica’ (METS), hasta que llegamos al que se ajusta a las necesidades del mercado. El problema del CAREM no es tecnológico. Tenemos que ver si lo vamos a usar simplemente para exportar, para alimentar centrales de inteligencia artificial… El para qué condiciona el diseño. El mayor error es querer ir directamente a lo tecnológico, antes hay que tener en claro las políticas y los objetivos. Si el nuevo consejo lo que va a definir son los objetivos, perfecto. El ecosistema nuclear que conformamos la CNEA, Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), Invap, Conuar, resolveremos el problema tecnológico. Pero lo que se está planteando es como querer encontrar la llave donde hay luz y no donde se perdió”. 

“No es inevitable triunfar si tenés un showroom, pero si no lo tenés estás fuera de carrera”, escribe en AgendAR Daniel Arias, el periodista que más sabe sobre la cuestión nuclear en el país, y agrega que el proyecto de Invap (AGR 300) no se parece en nada al CAREM, que fue detenido por Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Macri, y como confirmó hace pocas horas Germán Guido Lavalle al personal de la CNEA, también por Javier Milei.

Según un informe de este año de la Agencia Nuclear de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de los aproximadamente 80 anunciados, el prototipo argentino es el más avanzado. Lo siguen otros ubicados en Japón, Rusia, India. El país lleva invertidos décadas de trabajo y varios cientos de millones de dólares que permitieron no solo desarrollar el proyecto, sino también formar a unos 400 técnicos e ingenieros. Pero según comentó hace unos días la expresidenta de la CNEA, Adriana Serquís en “Al infinito y más allá”, que se emite por El Destape Radio, ya presentaron su renuncia alrededor de 60 personas. 

“Si el inversor es extranjero, ahí yo veo una amenaza para el sector nuclear argentino –advierte Caro–. La Argentina tiene recursos humanos  de sobra en neutrónica, en hidráulica, en controles, materiales y combustibles nucleares. El gobierno no fue claro en casi nada, pero dejó abierta la puerta a una decisión que podría tener consecuencias muy negativas, porque si el inversor es extranjero va a hacer el desarrollo de los cálculos y la ingeniería de base acá, donde hay mucha gente muy capacitada y con sueldos muy bajos. Pero cuando haya que construir, van a confiar en proveedores de industrias extranjeras. La amenaza es muy grande, porque podría destruir todo lo que se ha hecho”. Y agrega: “No estoy a favor ni en contra de ninguna de las dos posiciones. Pero sí tengo claro que como el potencial nuclear argentino tiene una enorme capacidad de generar riqueza, hay que ser muy cuidadoso de cómo se adoptan las decisiones y en qué dirección ir. Hasta ahora, el desarrollo nuclear lo financió el Estado. Esa etapa yo creo que terminó y es sano porque ya existe la capacidad de hacer una industria de exportación de reactores. El rol del gobierno es apoyar el desarrollo de nuevas capacidades. Hace 35 años que vivo en el exterior y eso es así en todas partes. No sé si eso está tan claro en este caso”.

Por su parte, Baruj concluye: “La potencia del CAREM es precisamente tener un modelo de reactor que después podamos replicar, con lo cual uno se ahorra todos los pasos iniciales. Esto fue lo que hicieron los canadienses con su reactor CANDU, por ejemplo, o los norteamericanos con los Westinghouse. Me da mucha pena que gente a la que respeto se preste a esto. Quizás jueguen con la idea de que de esta manera salvan el sector nuclear argentino. Yo creo que es un enorme error. Salvar el sector nuclear a costa del CAREM es como decir que salvaste la casa entregando a tu hermana, no lo veo como una alternativa aceptable. En el futuro se puede retomar, pero cada vez es más difícil, porque se desarman los equipos técnicos y los demás países siguen avanzando. Jugamos con la cancha inclinada. Nosotros trabajamos y del otro lado lo único que hacen es romper. Pero no tenemos que deprimirnos ni desesperarnos. Eso en el sector nuclear lo aprendimos hace mucho y quienes tuvimos la suerte de que nos formara gente con un sentido nacional aprendimos que no hay que bajar los brazos, no nos tenemos que dar por vencidos. Tenemos que mantener el conocimiento, las capacidades. Es muy difícil, pero es lo que nos toca en este momento”.

Nora Bär

Dudas atómicas ante el anuncio nuclear

El presidente Javier Milei anunció el Plan Nuclear Argentino en un acto donde destacó que “la energía nuclear tendrá su retorno triunfal” y que la Argentina pretende “ser pionera”. Pero se trata de un campo en el que el país ya llevaba años invirtiendo fondos. El anuncio se dio mientras muchos profesionales están renunciando a trabajar en empresas como el INVAP o la CNEA por sus magros salarios y por la desinversión que este gobierno viene realizando en materia de ese desarrollo nuclear que dice alentar. La opinión de dos especialistas, Adriana Serquis y Diego Hurtado, y de la legisladora Julia Strada.

Si el acto no hubiera ocurrido en una Argentina que en el último año desinvirtió en materia de energía nuclear, desaceleró las obras que venía desarrollando para la construcción del reactor nuclear CAREM 25, que produjo una fuga de investigadores del INVAP y la CNEA al ámbito privado o la migración al exterior, y que en su presupuesto 2025 marca más aún la desinversión en materia nuclear, bien podríamos creer, María Elena Walsh, que estamos viviendo en el país de Nomeacuerdo.

“Nos explicaron lo que ya sabemos”, dijo a ¿Y ahora qué?, Diego Hurtadodoctor en Física (UBA), profesor e investigador UNSAM-CONICET, ex secretario de Planeamiento y Políticas de CTI, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y ex vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Y recordó que “en la lista interminable de logros nucleares de los ocho años de gobierno de Cristina se incluye el inicio de la obra civil del prototipo del pequeño reactor modular CAREM 25, proyecto que evolucionó desde fines de la década de 1970, pero que arrancó en el Complejo Tecnológico Atucha de Nucleoeléctrica, en la localidad bonaerense de Lima, en febrero de 2014 con el primer hormigonado”.

Para Hurtado, “Milei se presenta como un líder global, pero da un poco de pena porque no dijo nada vinculado a lo específico, y es un negacionista del cambio climático que -de golpe- nos habla de sostenibilidad y de energía nuclear. No se puede hablar de los beneficios de la energía nuclear sin hablar del cambio climático. Y por eso hablan de inteligencia artificial. Pero, en realidad, el renacimiento de la energía nuclear no es por la Inteligencia Artificial sino por el cambio climático”, explicó.

El argumento oficial

El lanzamiento del Plan Nuclear Argentino estuvo a cargo de Mileiel jefe del Consejo de Asesores y flamante responsable del Plan presentado este viernes 20 de diciembre, Demián Reidel, y el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el diplomático argentino Rafael Grossi.

Milei consideró que en el mundo entero se generará “un resurgimiento de la energía nuclear porque a pesar de las incontables campañas de desprestigio, la energía nuclear es la única fuente lo suficientemente eficiente, abundante y rápidamente escalable para hacerle frente al desarrollo de nuestra civilización. De modo que, después de décadas de declive, la energía nuclear tendrá su retorno triunfal. Y nosotros no solo no nos vamos a quedar atrás, sino que pretendemos ser pioneros precisamente para esta tarea”.

Luego anunció que Reidel será el “responsable del Plan Nuclear Argentino”.

Sálvese quien pueda

Para la ex presidenta de la CNEA y actual directora de la Unidad Ejecutora de Nanociencia y Nanotecnología dependiente de la CNEA y el Conicet, Adriana Serquis, el proyecto CAREM25 “está ralentizado”.

“Estaba pensado poner en marcha el CAREM25 para el año 2028”, pero la pérdida de capital humano, por los bajos salarios, y la disminución de fondos presupuestarios genera una crisis en el ecosistema nuclear, que promueve que cada uno está tratando de salvarse por su lado”, aseveró Serquis.

Y advirtió que “lo que no tenemos que perder es la soberanía: que todo el desarrollo que se hizo en la Argentina siga manejándolo el Estado argentino”.

El renacer de Reidel

En su exposición, Reidel replicó el tono del Presidente. Dijo que estaban presentando “un plan ambicioso que marca el renacer de la energía nuclear como piedra angular del futuro energético argentino y mundial en un contexto global en el que la Inteligencia Artificial y los avances tecnológicos demandan cada vez más energía”.

“La energía nuclear vuelve a ocupar el lugar que le corresponde”, agregó.

Y la consideró como “una fuente limpia, segura y escalable, capaz de sostener el crecimiento exponencial de nuestra civilización sin comprometer el medio ambiente”.

“El anuncio desafina por todos lados”, dijo Hurtado ante la consulta de este medio. Agregó que “si hablan del uso pacífico de la energía nuclear, me pregunto por qué está el ministro de Defensa (Luis Petri) en el Consejo Nuclear Argentino”. Lo integran, además, el propio Reidel, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Germán Guido Lavalle. recientemente creado e integrado, además, por Reidel; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y el presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Germán Guido Lavalle.

¿Y qué será del Carem?

En ningún momento ni Milei ni Reidel mencionaron que tomarán el Carem25 como el prototipo de reactor modular, pero justo es el que está al 70 por ciento de avance en su desarrollo. Si no lo consideran y están pensando en otro camino, ¿cuánto llevaría?

Respuesta de Hurtado: “Y… unos ocho o diez años, pero al margen, hablaron de desarrollar un SMRS en Atucha, y eso está ocurriendo con el CAREM25, que está demorado por la desinversión que está ocurriendo”.

Más explicaciones de Hurtado: “La CNEA y el INVAP, con el CAREM25, lograron ubicar a la Argentina entre los cuatro o cinco países que pueden llegar primeros a la comercialización de este tipo de tecnología”.

Serquis insistió en su descripción según la que los anuncios de un plan chocarían con el éxodo de profesionales.

“Me preocupan las demoras en el proyecto Carem y los bajos salarios”, dijo. “Estamos analizando cuánta gente se nos va a ir y si es posible recomponer, y si estos tres años que nos quedan (de gobierno) nos van a dejar algo suficientemente bueno.”

Cuando habló delante de Milei, Reidel no sabía lo que iban a decir Serquis y Hurtado. Sin embargo, parecía un contrapunto anticipado.

“Argentina no solo está preparada para liderar esta revolución energética, sino que lo hará con tecnología 100 por ciento argentina, desarrollada por nuestros ingenieros nucleares, reconocidos entre los mejores del mundo”, afirmó.

Y recordó que “desde los primeros pasos de nuestra historia nuclear, la capacidad y el talento argentinos han demostrado ser pioneros, y los reactores modulares pequeños o SMR son prueba de ello”.

El desguace

La directora del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y diputada nacional por Unión por la Patria Julia Strada coincide en la preocupación de Hurtado y Serquis acerca del plan nuclear en general y sobre la continuidad del proyecto CAREM25 en particular, y expone su alarma por lo que considera “el desguace de la CNEA”.

“Lo venimos conversando con los representantes del sector, delegados sindicales y científicos, y para eso realizamos una sesión informativa en el Congreso para advertir sobre la pérdida”, explicó.

Strada consideró que “Milei está rompiendo aquello que permite desarrollarnos. Desde el Congreso, convocamos a una reunión informativa de la Comisión de Tecnología e Innovación Productiva, con representantes y trabajadores de CNEA, para hablar con datos certeros sobre la terrible situación que están atravesando”.

Lo cierto es que ninguno de los consultados entiende cómo se realizará un nuevo proyecto o una política nuclear con un sector desfinanciado, con migración de científicos y un presupuesto más reducido en el año 2025.

Y por eso, Strada también se muestra preocupada por la soberanía sobre los proyectos nucleares argentinos.

“Si bien importamos el uranio, hacemos la pastilla de uranio, los insumos de uranio y la fisión nuclear, tenemos tecnología propia”, dijo la diputada. “Por ende, es un rasgo de soberanía. ¿Entregarán la tecnología?”, se pregunta.

Como contrapartida a este anunciado Plan Nuclear Argentino, “todo lo que hicieron en el 2024 en energía nuclear fue desarmar, destruir y vaciar, desarmar, destruir y vaciar”, aseveró.

Reactores pequeños

En la presentación, el director de la OIEA dijo que “en estos tiempos estamos avanzando hacia nuevas fronteras tecnológicas, como por ejemplo aquella que se refiere a los reactores pequeños y modulares, motivados por el impulso de la Inteligencia Artificial, de los centros de datos y de otros aspectos tecnológicos de los que dependen nuestras economías y nuestra vida”.

Marcó su entusiasmo por la “articulación de saberes y capacidades argentinas” e indicó que desde la OIEA acompañarán este emprendimiento nacional.

Recordó que hace 70 el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower “en su famoso discurso dijo que hacían falta átomos para la paz, no para la destrucción sino para la creación y preservación de la vida”.

Grossi anunció que firmaría con la Argentina acuerdos para asesoramiento y para compartir

“buenas prácticas en el plano internacional, en todas estas tecnologías, también en materia de la explotación del uranio y otros temas que hacen a la articulación general de este programa nuclear”.

Algunas claves

La industria nuclear mundial promueve el uso de la tecnología de fisión por ser una de las pocas fuentes de generación de energía capaz de garantizar el abastecimiento eléctrico a través de volúmenes masivos de energía generados de forma permanente y sin emitir gases de efecto invernadero.

Esta tecnología refuerza su rol como la fuente más eficiente para atenuar el proceso de calentamiento global que desde hace décadas provoca la degradación de la atmósfera y el medio ambiente, temas de los que descree el presidente Milei.

En este contexto, ya hace algunos años apareció un nuevo tipo de centrales nucleares conocidas como Reactores Modulares Pequeños (SMRS). Se basan en el diseño y desarrollo de centrales nucleoeléctricas de menor tamaño y potencia eléctrica con esquemas de seguridad optimizados, tiempos de construcción más cortos y costos de inversión menores y más eficientes.

Entre casi un centenar de diseños de SMRS que existen a nivel internacional, justamente la central argentina CAREM25 se destaca como una de las pocas que se encuentra efectivamente en construcción, posicionando al país entre los principales desarrolladores y como uno de los líderes mundiales en esta materia.

El proyecto CAREM25 es la primera central de potencia de diseño 100 por ciento nacional, y se erige como un modelo de esta nueva generación de reactores diseñados para la producción de electricidad en bajas o medianas potencias.

Las granjas tecnológicas

Un informe de la OIEA indica que los centros de datos, la inteligencia artificial (IA) y las criptomonedas están llamados a aumentar el consumo de electricidad”.

Añade el documento que “las grandes empresas tecnológicas están considerando activamente la posibilidad de utilizar tecnologías nucleares avanzadas como los reactores modulares pequeños (SMRS) como fuentes de energía limpia, fiable y flexible”. De ahí la revitalización de los reactores nucleares modulares como el CAREM25.

¿Por qué es importante el frío como recurso natural para el desarrollo de la IA y las granjas para criptomonedas?

Respuesta de Serquis: “Porque lo que se necesita es enfriar los sistemas de computación. Todos los sistemas que manejan muchas bases de datos necesitan un sistema de enfriamiento, y si ya tenés un clima frío en el medio ambiente, te ahorrás bastante energía. Es como las heladeras, que en climas cálidos requieren de más energía para enfriar. Por una cuestión de termodinámica con un clima frío se ahorra un montón”.

Advirtió que “si sólo van a usar nuestros recursos naturales como algo donde no agregaremos valor (como el frío patagónico), es complicado”.

Hurtado explica que “mientras que el paradigma dominante supone que debemos proveer recursos naturales y adquirir tecnología llave en mano, el proyecto CAREM es una oportunidad para avanzar en la soberanía energética. Sin embargo, en la era Milei -autodefinido como un topo que busca destruir el Estado desde adentro- las autoridades actuales de la Comisión Nacional de Energía Atómica desaceleran y boicotean el proyecto”.

Luego recordó que “el macrismo ralentizó y desarticuló el sector nuclear, y si bien entre 2019 y 2023 hubo inversión para recuperar los proyectos nucleares, se ejecutó sin política nuclear y con salarios bajos. Así llegamos al gobierno de Milei, que en un año igualó en devastación a los cuatro años del macrismo”, consideró.

Refrescó Hurtado que incluso en su última cadena nacional Milei prometió un tratado de libre comercio con Estados Unidos, aseveró que el aumento de demanda de energía que implica la Inteligencia Artificial va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive.

“Vamos a diseñar un plan nuclear argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, la investigación de las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”, dijo el Presidente.

A pesar de esta aseveración y el anuncio del nuevo Plan Nuclear Argentino, Hurtado recuerda que “desde el inicio del gobierno libertario la construcción del CAREM25 se fue ralentizando hasta su virtual paralización; el presupuesto de la CNEA descendió un 27,5% entre 2023-2024; los salarios del personal de la CNEA proponen directamente la inviabilidad de proyectos como el CAREM25, el RA-10 y el Centro Argentino de Protonterapia y, según el proyecto de ley de presupuesto nacional 2025, la inversión asignada al CAREM25 es semejante a su virtual paralización”.

Estados Unidos y la Argentina

“La pregunta es si Milei está pensando en el CAREM25 y si habrá tomado en serio la frase de la jefa de la delegación de Estados Unidos, Ann Ganzer, que visitó Buenos Aires en abril de 2022 y aseveró en una entrevista con el diario La Nación que quieren asociarse con la Argentina para proveer estos reactores (modulares) al resto de la región”.

Hurtado pide tener en cuenta tres ideas fuerza:

1-Estados Unidos y su diplomacia formal e informal siempre trabaja hasta lograr sus objetivos;

2-Estados Unidos nunca quiso que la Argentina tenga desarrollo nuclear autónomo.

3-La Argentina nunca recibió nada de Estados Unidos en áreas de producción y para industrias como la aeronáutica, electrónica, medicamentos, vacunas, telecomunicaciones, TICs, siderurgia, tecnología espacial y nuclear.

Guillermo Lipis

Gadano: «El anuncio de Milei es una idea razonable»

0

El viernes una noticia recorrió (literalmente) el mundo: el presidente Milei anunció, junto a su jefe de asesores y al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que Argentina impulsará un Plan Nuclear para desarrollar esa tecnología, satisfacer la alta demanda de energía que necesitan los nuevos centros de datos de Inteligencia Artificial e, incluso, exportar tecnología. En concreto: el gobierno intentará generar los incentivos para que al menos parte de la inversión en data centers para IA se instalen en nuestro país, y les ofrece energía nuclear para alimentar su enorme sed energética.

Varias preguntas inundaron mi correo y mi WhatsApp en estos días: ¿esto es una idea razonable o es un delirio atómico? ¿De dónde sale la guita? ¿La pone el Estado? ¿Qué es eso de Atucha III?

Arranco por el final o, como se dice ahora, los voy a spoilear. El anuncio no es un delirio. Muy por el contrario, es una idea más que razonable e implica aprovechar que los planetas se han alineado nuevamente para la energía nuclear. En otras oportunidades, incluso en esta revista, he afirmado que hay un tren que está pasando (los reactores modulares) y que hay que subirse porque no va a pasar dos veces. Decíamos hace ya casi dos años que “estamos asistiendo al nacimiento de una nueva industria nuclear, en la que más de 25 empresas pujan por ganar contratos para construir reactores basados en nuevos diseños. Empresas que se financian en el mercado de capitales y que no venden sus reactores, sino la energía que esos reactores producirán”. Y que había un nuevo modelo de negocios. “En los próximos años (…) se empezarán a firmar contratos de centrales integradas por varios reactores pequeños en serie para atender a las redes eléctricas, o reactores distribuidos atendiendo clientes individuales. Lentamente, sin estridencias y luego de aprender del accidente que casi la deja fuera de carrera, la industria nuclear se está poniendo de pie. Volvió la Hormiga Atómica”.

Bueno, el Gobierno ha decidido subirse a ese tren. Habrá que ver con el tiempo si no nos caemos del estribo, si no nos bajamos en la siguiente estación o si hacemos el viaje completo. Pero por lo menos alguien dijo “che, viene un tren que está buenísimo, tenemos todos los elementos para subirnos, intentémoslo”.

Entrando en los detalles, lo que está anunciando el Gobierno es que va a intentar juntar dos puntas: demanda de energía y tecnología nuclear para satisfacerla. La demanda la componen los centros de datos para inteligencia artificial generativa que las diferentes corporaciones tecnológicas globales comenzarán a desarrollar y construir en el futuro cercano. La IA generativa es uno de los pilares de la cuarta revolución industrial, y por supuesto se podría discutir muchísimo sobre sus condiciones e implicancias, pero eso es tema para otra conversación. Lo cierto es que esto ocurrirá en breve. De hecho, ya está ocurriendo. Esos centros de datos consumirán cantidades enormes de energía. Pero enormes. No pueden tomarla de la red, por lo que deberán construirse sus propias centrales eléctricas dedicadas. Ahí está el punto.

Ilustremos con un par de ejemplos. Un centro de datos grande actualmente operativo (Google, Nvidia, OpenAI) alcanza una actividad computacional de aproximadamente 10¹8 (un trillón) de operaciones por segundo. Se proyecta que, para fines de esta década, la actividad podrá superar 10²¹ operaciones por segundo, gracias a mejoras en toda la operación, y a la computación cuántica. ¿Esa diferencia es importante? Sí, lo es. Se están desarrollando mejoras de todo tipo, como el aumento de las unidades de procesamiento, la mayor densidad y eficiencia de chips y el uso de aceleradores específicos para IA, entre otras.

¿Qué significa eso en la práctica? Bueno, que si los centros actuales necesitan de una potencia de hasta 50 MW por instalación (el 8% de la central nuclear de Embalse, equivalente al consumo de 50.000 hogares) la proyección lineal de la demanda de los nuevos centros de datos lleva la demanda a hasta 5 GW. Wow, 100 veces más. Pero a no preocuparse. Las mejoras en eficiencia reducirán fuertemente esa demanda, que alcanzará aproximadamente entre 500 MW y 1 GW, dependiendo de la actividad y de otros factores. Igual es muchísimo, entre 10 y 20 veces más que un centro actual. Entre el 20% y el 50% de la demanda de la ciudad de Córdoba, como para poner un ejemplo.

Hablando de eficiencia energética, ahí aparece una ventaja para Argentina: la actividad computacional genera mucho calor, por lo que una manera de hacerla eficiente es colocarla en zonas frías. El norte de Canadá o… la Patagonia argentina. Tenemos cientos de kilómetros cuadrados muy poco poblados desde la línea sur de Río Negro hacia el sur, en los que podrían instalarse centros de datos en entornos muy fríos la mayor parte del año. A quien piense que eso es un delirio (“como vas a poner plantas así en la Patagonia, hermano”, me dijo alguien ayer) le cuento que cuando Argentina quiso subirse a la segunda revolución industrial, generó los incentivos para que una planta de aluminio (Aluar) se instalara en Chubut y se la alimentó con una hidroeléctrica propia (Futaleufú, que hoy tiene una potencia instalada total de 560 MW). La inversión fue privada, el Estado generó los incentivos y la cosa funcionó muy bien. Vayan a Puerto Madryn y se encontrarán con un hermoso entorno natural, pero también con una próspera y divina ciudad que jamás se habría desarrollado sin Aluar.

Por supuesto que el camino está lleno de dificultades: la historia de la macroeconomía argentina (que todavía no se ha terminado de estabilizar), la falta de infraestructura, déficit en transmisión de datos, etc. Habrá que ver cómo se superan, pero la zona fría, despoblada y relativamente bien comunicada es una ventaja.

Ventajas de oferta

Hasta acá la demanda. El tema más interesante está del otro lado, del lado de la oferta. Es decir, de la energía nuclear. Ahí es donde Argentina tiene mucho para ofrecer. Al menos, tres cosas.

En primer lugar, recursos humanos de clase mundial, primer nivel. Somos el único país de América Latina que tiene ingeniería nuclear, física nuclear, recursos nivel técnico, para diseño de reactores. Y ese recurso cuesta hoy un tercio que lo que cuesta en Canadá. En realidad, no importa cuánto cuesta porque lo cierto es que, con el renacimiento nuclear, lo que ahora se están dando cuenta todos es que no hay recursos humanos capacitados en los países desarrollados de Occidente, porque no se invirtió durante 20 años. y nosotros los tenemos porque desde hace casi 70 años venimos desarrollando capacidades de ingeniería. Pero esas capacidades crecieron bajo un modelo Estado-céntrico que funcionó en su momento pero que, en mi opinión, está agotado desde hace tiempo. Y no desde que arrancó este gobierno, sino desde bastante antes. El gráfico de abajo muestra el avance físico del reactor prototipo CAREM desde el inicio de su construcción.

Como puede verse, durante el gobierno de Alberto Fernández la obra del CAREM mostró un avance físico total de 5,3 puntos, es decir casi la mitad que en un año (2018) del “gobierno neoliberal desmantelador del sector nuclear” de Mauricio Macri. Como ya se ha dicho muchas veces, el gobierno de (los) Fernández fue un monumento a las internas, la falta de decisión y la parálisis en la gestión. Pero hay un factor estructural: el Estado no puede seguir financiando la generación nucleoeléctrica. No puede y, además, no corresponde. El Estado tiene una responsabilidad en cuanto a la tecnología nuclear, que reside en la investigación y el desarrollo, en la economía del conocimiento. El Estado debe invertir –de acuerdo con las capacidades argentinas– en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la CNEA debe rendirle cuentas a la sociedad de lo que hace con esos recursos. Pero eso no se extiende a la generación de energía eléctrica de fuente nuclear, que es una actividad comercial.

De todas maneras, objetivamente no están los recursos públicos. Y no están desde hace rato. Por lo que, o aparece la inversión privada, o las empresas que tienen los recursos humanos quebrarán, desmantelarán planteles o no podrán evitar que se los lleven las grandes corporaciones nucleares globales. De hecho, es lo que está ocurriendo hoy. Así que ahí tenemos la primera ventaja, que además es una necesidad: si no hay inversión en Argentina, esos recursos se irán.

En segundo lugar, tenemos una razonable cadena de suministros para que parte de los componentes de un reactor SMR (iniciales small modular reactors) puedan fabricarse aquí. A modo de ejemplo, en Argentina opera una de las pocas empresas que fabrican elementos combustibles para reactores nucleares del mundo. Que, si aparece la inversión privada para construir reactores SMR acá, puede crecer exponencialmente vendiendo no sólo acá sino al mundo. Así con muchos otros casos. Somos el país que tiene la cadena de suministros nucleares más completa de la región. Debemos tener la suficiente apertura de mente para entender que necesitamos de la inversión extranjera para que esa cadena no se desmantele. La inversión privada no es mala, no compite con nadie ni se va a llevar nada. Si todo sale bien, permitirá que se integre un hub que más que desmantelar va a integrar y construir. Hay muchísimos ejemplos en el mundo de ello, y la industria de fabricación de aviones comerciales en Brasil es uno muy bueno.

En tercer lugar, poco mencionado pero extremadamente importante, tenemos una agencia regulatoria pública (la Autoridad Regulatoria Nuclear) solvente y prestigiosa. La actividad nuclear no funciona en el mundo sin licencias emitidas por autoridades nacionales. Y nuestra ARN es un “sello de calidad” global extremadamente importante para una industria como esta. No hay reactores sin licencia y no se emite una licencia confiable en cualquier parte. El licenciamiento es una responsabilidad de cada Estado, pero una licencia proveniente de un regulador confiable reduce mucho los tiempos.

Estos tres elementos nos muestran que la idea es más que razonable y se apoya en bases firmes y realistas. Argentina, digámoslo así, tiene con qué.

¿Arranca un plan nuclear con fondos públicos, entonces? No, para nada. De lo que se trata es de generar las condiciones para que todo ese potencial argentino, arrancando por sus recursos humanos, atraiga capital privado para avanzar en la ingeniería y la construcción de reactores SMR en nuestro país. Un primer capítulo de esta película puede arrancar en el sitio Atucha, que ya tiene autorización para construir y operar reactores. No nos sorprendamos si dentro de algún tiempo corto nos enteramos de que hay empresas privadas locales, nuevas, integrando capacidades y trabajando aquí para lograr eso.

La generación nucleoeléctrica es una actividad comercial, y debe estar en condiciones de demostrarle al inversor privado que es –a la vez– competitiva y rentable. Si no, después de 70 años de desarrollo, algo no estaría funcionando bien. Tenemos capacidades de ingeniería en una empresa como INVAP, y también la misma CNEA ha desarrollado capacidades de primer nivel a partir del prototipo CAREM, que no es un modelo comercial, pero ha servido para construir conocimiento clase mundial. Tenemos todo, nos falta el capital. Llegó el momento de dejar de combatirlo y tratar, por el contrario, de atraerlo. No muerde.

El sitio Atucha puede ser un punto de partida, pero a mi criterio lo más importante no está ahí. Puede ser ese un primer capítulo, pero realmente daremos el salto si podemos alimentar en Argentina grandes consumos de energía con energía nuclear de manera competitiva y sostenible.

La energía nuclear es limpia, robusta y está siempre disponible (es “despachable”). Argentina cuenta con recursos más que razonables para desarrollarla en escala, y hoy hay tecnologías que prometen devolverle la competitividad. Si lo miramos de esa manera, el anuncio del Gobierno, más que un delirio, es absolutamente razonable y tiene los pies muy firmes en la tierra. Si esto prospera, se generarán inversiones y empleos de calidad, no porque tenemos un recurso natural (que es muy bueno tenerlos) sino porque tenemos conocimiento. Ojalá prospere.

Julián Gadano

Hoy se anuncia el proyecto nuclear de Milei. En el sector hay crisis salarial y desaliento

0

El presidente Javier Milei anunció, durante su discurso del primer año de gestión, que el Gobierno presentará en los próximos días un Plan Nuclear Nacional que tendrá como objetivo aumentar las capacidades de generación de energía para abastecer el alto nivel de demanda que requieren los desarrollos de Inteligencia Artificial.

La presentación del nuevo programa nuclear estará a cargo del asesor presidencial Demian Reidel, licenciado en física por el Instituto Balseiro y doctor en Economía por la Universidad de Harvard. Según trascendió, el anuncio sería el próximo viernes.

“Lo interesante es que el aumento de demanda de energía que implica la Inteligencia Artificial va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive, y nosotros no nos vamos a quedar atrás. Vamos a diseñar un Plan Nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación de las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”, había planteado Milei.

Si bien el Congreso se encuentra formalmente en receso, debido a que el Poder Ejecutivo nunca convocó formalmente a sesiones extraordinarias, la Comisión de Ciencia y Tecnología apeló al artículo 106 del reglamento para autoconvocarse. No obstante, se trató de un encuentro informativo -no se podía firmar dictamen- en la que se escucharon opiniones de expertos y referentes del sector nuclear invitados por la oposición.El asesor presidencial Demian RedielEl asesor presidencial Demian Rediel y encargado de liderar el Plan Nuclear Argentino

El encuentro convocado por Daniel Gollán (UxP) no contó con la presencia de ningún funcionario del oficialismo y tampoco estuvieron presentes los diputados de La Libertad Avanza y el PRO. Solo participaron diputados del peronismo, la izquierda, UCR y la Coalición Cívica.

Los expositores coincidieron en que es necesario esperar hasta el anuncio formal para poder opinar sobre los detalles del Plan Nuclear. Sin embargo, también hubo unanimidad en denunciar el desfinanciamiento y el retraso salarial en todos los entes públicos vinculados con el sector nuclear como la CNEA, Nucleoeléctrica o el INVAP. También advirtieron sobre los peligros de transferir a manos privadas desarrollos estratégicos que tardaron décadas en madurar financiados por el Estado.

Adriana Serquis, ex presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), aseguró que lo que más le preocupa es la continuidad del proyecto CAREM, que comenzó en 2010. “Nos llama la atención el anuncio de utilizar reactores modulares como si fueran una novedad cuando hace tantos años que se vienen desarrollando en nuestro país”, dijo.

En la misma línea, Martin Lofrida, subgerente de coordinación de proyectos tecnológicos de CNEA, calificó como “dramática” la situación salarial en el sector nuclear. “Estamos perdiendo personas en todo el sector. Perdemos gente por bajos salarios y por falta de proyectos”, explicó.

También advirtió que la inversión extranjera, que según el Gobierno será el motor para impulsar esta reconversión de la matriz energética, tiene que ser “genuina”. “Los que vengan a invertir tienen que ganar acorde con la inversión, no pueden llevarse lo que hicieron los argentinos a lo largo de los últimos 74 años”, señaló.

Por su parte, Diego Hurtado, ex presidente de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), aseguró que el sector está en “grave peligro” por la política de desfinanciamiento del Gobierno. “La CNEA está funcionando en modo supervivencia”, dijo.

“Cuando el Presidente dice que va a anunciar un Plan Nuclear lo primero que miramos es ver qué dicen el titular de la CNEA o de Nucleoeléctrica, pero se quedan en silencio”, planteó.

“El Gobierno tiene ejecución 0 (cero) en el Plan de Federalización de la Ciencia y la Tecnología, son casi $50 mil millones”, dijo Germán Martínez, presidente del bloque de Unión por la Patria, para graficar sus críticas a la gestión de la Secretaría de Ciencia. E insistió en la importancia de que el asesor Demian Reidel sea invitado a la comisión para compartir los detalles del proyecto.

Argentina tiene una industria nuclear consolidada y opera tres centrales: Atucha I, Atucha II y Embalse, que en conjunto aportan aproximadamente el 7% de la generación eléctrica nacional. Esto resulta fundamental para diversificar la matriz energética del país y reducir la dependencia de combustibles fósiles. La empresa responsable es la estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), donde el Gobierno busca que ingresen capitales privados.

Federico Millenaar

35 edificios en torre en la franja costera de Miami se están hundiendo

0

Casi tres docenas de torres de condominios y hoteles de lujo frente a la playa en el sur de Florida están hundiéndose o asentándose de manera inesperada, en algunos casos debido a construcciones cercanas, según un nuevo estudio.

Los 35 edificios estudiados a lo largo de un tramo de casi 19 kilómetros desde Miami Beach hasta Sunny Isles Beach se han hundido o asentado entre 2 y 8 centímetros. Según los científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami, aproximadamente la mitad de los edificios tienen menos de una década de antigüedad. El estudio se publicó el viernes.

“El descubrimiento de la extensión de los puntos calientes de hundimiento a lo largo de la costa del sur de Florida fue inesperado”, dijo Farzaneh Aziz Zanjani, el autor principal, en un comunicado. “El estudio subraya la necesidad de un seguimiento continuo y una comprensión más profunda de las implicaciones a largo plazo de estas estructuras”.

No es raro que los edificios se hundan un poco durante y un poco después de su construcción, pero los científicos calificaron su descubrimiento de sorprendente porque algunos de los cambios se produjeron varios años después.

La piedra caliza bajo la playa del sur de Florida está intercalada con capas de arena, que pueden desplazarse bajo el peso de los rascacielos y como resultado de las vibraciones de la construcción de cimientos. Según los investigadores, las mareas y los proyectos de construcción a una distancia de hasta 320 metros han contribuido al asentamiento. El estudio utilizó imágenes de satélite para captar los cambios, y el asentamiento fue más notable en los edificios de Sunny Isles Beach. Los científicos señalaron que los datos preliminares también sugieren hundimientos o asentamientos más al norte, a lo largo de las playas de los condados de Broward y Palm Beach.

El tramo de comunidades del sur de Florida estudiado incluía Surfside, donde el edificio Champlain Towers South se derrumbó en junio de 2021, matando a 98 personas. Sin embargo, se cree que ese derrumbe fue causado por hormigón armado que se deterioró debido a un mantenimiento deficiente y a un diseño defectuoso.

Champlain Towers South, Miami.
Champlain Towers South, Miami.Joe Raedle – Getty Images North America

Aun así, la catástrofe de Surfside puso de relieve la necesidad de vigilar la estabilidad de los edificios “especialmente en zonas costeras con condiciones ambientales corrosivas”, señalaron los científicos.

Los científicos afirmaron que quieren seguir estudiando si las distintas secciones de los edificios afectados se están hundiendo a ritmos diferentes, lo que podría provocar grietas en sus muros o roturas de los servicios públicos y causar daños a largo plazo.

Otro estudio realizado a principios de este año demostró que los edificios de las principales ciudades de la costa atlántica se estaban hundiendo. La investigación de Virginia Tech y el Servicio Geológico de EE.UU. mostró que zonas de Nueva York, Long Island, Baltimore y Virginia Beach se estaban hundiendo más que el ritmo de subida del agua del mar.

Sobre el muy comentado intento de hackeo en la CNEA: una mirada escéptica

0

El Gobierno reconoció que hubo un intento de vulneración de la seguridad informática de la Comisión Nacional de Energía Atómica, aclaró que fue una operación que fracasó y resaltó que tanto los planos como otros datos del rector nuclear CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) no estuvieron nunca en riesgo. En una comunicación oficial, informó que el 27 de noviembre se registró un “incidente” en la Infraestructura TIC (Tecnologías de la Comunicación e Información) de uno de los proyectos más importantes de la CNEA, pero negó que se hubieran comprometido las redes de seguridad.

El organismo emitió un comunicado, en el que argumentaron que el equipo de Gerencia de Tecnologías de la Información y Comunicación examinó la situación y corroboró que “en ningún momento estuvo comprometida la seguridad de las instalaciones nucleares y no se ha difundido información sensible”.

El CAREM es uno de los proyectos nucleares más ambiciosos de la ciencia argentina. Se trata del primer reactor nuclear de potencia diseñado y construido en el país. Su creación comenzó a mediados de los 80. Si bien su finalización estaba prevista inicialmente para 2023, ha enfrentado demoras atribuidas tanto a ajustes presupuestarios como a desafíos técnicos.

Este proyecto busca posicionar a Argentina en la vanguardia del diseño de reactores pequeños, destinados a países con necesidades energéticas específicas o limitaciones de infraestructura institucional. Su desarrollo resulta estratégico y representa un avance tecnológico clave y una apuesta a la soberanía energética del país. El proyecto contempla un 70% de participación de la industria nacional y más de un millar de empresas aportan servicios, ingeniería y componentes.

La CNEA, que depende de la Jefatura de Gabinete de la Nación que lidera Guillermo Francos, detalló en una comunicación del 1 de diciembre que el incidente en el proyecto nuclear afectó sistemas institucionales como correos electrónicos, portales internos y bases de datos. Las autoridades indicaron que permanecen “inactivos y en proceso de recuperación”. Como medida de seguridad, se implementaron protocolos estrictos que incluyeron la desconexión preventiva de equipos y la habilitación progresiva de servicios con restricciones.

La CNEA detalló seis puntos clave del protocolo aplicado, entre los que sobresalen: Servicios de internet restringidos a conexiones cableadas en sus tres principales centros atómicos; evaluación de sistemas específicos del proyecto CAREM; escaneo de virus en equipos de la sede central y su desconexión de la red hasta completar el proceso; revisión y limpieza de dispositivos en todas las dependencias de la institución; modalidades de trabajo adaptadas según las condiciones de cada gerencia; restricción de acceso a sitios web, limitando la navegación a portales oficiales y recursos seguros; y reacciones políticas y cuestionamientos.

Cuando se conoció el incidente, hubo sectores de la oposición que vincularon el incidente con los recortes presupuestarios en ciencia y tecnología impulsados por Javier Milei. Por eso, argumentaron que la reducción de inversiones había debilitado presuntamente áreas críticas del sistema nuclear, poniendo en riesgo proyectos estratégicos como el CAREM. En ese marco, señalaron que se habría perpetrado un “hackeo” y “robo de planos” del proyecto.

Cabe recordar que La Ley Nº 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, aprobada en forma unánime por el Congreso en 2021, establece que el Presupuesto para el área debe rondar el 0,39% del Productor Interno Bruto (PIB). Sin embargo, en 2023 fue del 0,302% y este año del 0,216%.

En mayo, Milei y Francos oficializaron la designación de las nuevas autoridades de la CNEA. Está presidida desde entonces por el ingeniero nuclear Germán Guido Lavalle, acompañado por el ingeniero Luis Rovere como vicepresidente. La institución tiene a su cargo el desarrollo y regulación del sector nuclear del país.

El jefe de Gabinete visitó en julio las obras del reactor CAREM, destacando su relevancia estratégica. En su recorrido, subrayó la importancia de garantizar recursos suficientes para completar esta obra emblemática, que podría marcar un hito en la industria nuclear global.

“Esta es una visita imprescindible para el Gobierno nacional. Estamos apoyando al equipo de ingeniería nuclear que hay en la Argentina, que ha sido tan prolífico en el tiempo”, expresó Francos durante aquella recorrida a la que fue acompañado por José Rolandi, vicejefe de Gabinete.

Comentario de AgendAR:

Hace décadas que el diseño básico y la ingeniería de detalle del CAREM fueron afanados por coreanos y yanquis, supongo que pagando coimas a expertos muy mal pagos ante la negativa de la CNEA a venderles la tecnología. Minga de hackeo, sencillamente sueldos miserables y desesperación profesional.

Por el timing, estimo que esto sucedió entre los tiempos de De La Rúa y la presidencia de Néstor Kirchner. Corea no era la única interesada: la Hitachi trató de comprar la tecnología por un vuelto.

Es más, los coreanos construyeron un prototipo de 100 MW eléctricos casi idéntico al CAREM en eterna construcción. Lo llamaron el SMART, e intentaron venderle 18 de ellos a Arabia Saudí para dar potencia a 18 plantas de desalinización de agua de mar. Por alguna razón que desconozco, los saudíes firmaron la carta de intención, pero después no prosiguieron con un contrato firme. Los coreanos tampoco trataron de venderle el SMART a nadie más, o de construirse una flota doméstica.

Añado que ya hay como 5 copias yanquis del CAREM de distintas compañías. La que más avanzó en licenciamiento, inversores, plata gubernamental, comprador doméstico asegurado de la potencia del prototipo y cartas de intención firmadas por 11 países aspirantes a clientes fue el NuScale, una copia del CAREM con varias mejoras ingeniosas -pero caras- en el edificio de contención.

Y NuScale capotó por sobrecostos hace dos años, sin haber salido de planos, power points, folletería y otras ventas de humo marketinero. Las otras cuatro imitaciones estadounidenses no llegaron ni a eso. De país de ingenieros y laburantes industriales a país de agentes de bolsa, desocupados y homeless: God Bless America.

Pero si te das el lujo, como la Argentina, de diseñar una central que era revolucionaria en 1984 y no construirla y terminarla durante 40 años, no hacen falta hackers para que te la roben, o que envejezca sin haber nacido. Tirarle el muerto a la administración de Adriana Serquis, o antes a la de Norma Boero, supera la estupidez o hijeputez profesional estandarizada de los multimedios.

Por ahora, dado que este gobierno decidió detener por enésima vez la construcción del CAREM, y nombrar un comité de revisión dirigido el Dr. José Converti, reactorista y enemigo declarado del proyecto, el mapa de riesgo de este proyecto es otro. El principal son sus presuntos custodios, el presidente de la CNEA, Dr. Germán Guido Lavalle, y su vice, el ing. Luis Rovere. En cuanto al Jefe de Gabinete, Luis Francos, me alegro de que al menos se haya enterado de la existencia del CAREM. Con estos cuatro gladiadores defendiendo el proyecto más de bandera de la tecnología argentina, podemos dormir sin frazada, compatriotas.

Boero y Serquis fueron las dos presidentas de la CNEA que sacaron al CAREM de planos y empezaron la construcción real. Muy intercurrida por los numerosos enemigos internos y externos del proyecto, por cierto, con el más sencillo de los procedimientos: dejar a la CNEA sin un mango. De 12 años de obra del CAREM, 5 fueron de detención total de la misma, y 2 de avances penosos por presupuestos ridículos. Lo de detener la obra para una revisión técnica es tan curativo como una autopsia, perpetrada sobre uno que está muriéndose de inanición. Como fusilamiento encubierto, al menos suena más profesional que el «No hay plata».

Hackeo informático, qué turrada tan cómica… El CAREM fue el primer SMR propuesto en el mundo, y en cuatro décadas de miseria presupuestaria y salarial en el Programa Nuclear Argentino, el más imitado. Nunca hizo falta un dream-team de la CIA para currarlo. Normalmente, siempre alcanzó con una fotocopiadora.

Daniel E. Arias

Por 1ª vez en el mundo: en Argentina se logró el nacimiento de 5 caballos editados genéticamente

0

Científicos argentinos lograron un hito en la biotecnología equina al anunciar el nacimiento de los primeros cinco caballos editados genéticamente mediante la técnica CRISPR-Cas9. Este avance, llevado a cabo con extrema rigurosidad y bajo regulaciones nacionales, marca un precedente en la mejora genética de precisión. La técnica consistió en usar una pequeña parte de un gen de una yegua y lo introdujeron en otra.

Se trata de Kheiron SA, una empresa formada íntegramente por científicos, empresarios e inversores argentinos, quienes ya habían tenido logros de escala mundial en su especialidad que es la de clonar equinos de alta performance. Estos logros que incluyen la utilización de células madre para la clonación y la generación de los primeros embriones genéticamente editados del mundo, ya habían sido publicados en revistas de la prestigiosa editorial Nature.

Según los expertos, esta innovación podría revolucionar el progreso genético en disciplinas deportivas y contribuir al desarrollo de estándares biotecnológicos. Los científicos utilizaron la técnica CRISPR-Cas9, una tecnología de edición genética que permite modificar el ADN de una célula.

Así, los criadores Doña Sofia Polo y Alberto Pedro Heguy editaron la famosa yegua multipremiada Polo Pureza, mejor yegua del Abierto Argentino de Palermo, que forma parte del “Salón de la Fama” de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo (Aaccp). Heguy, célebre polista, veterinario y fundador de la Aaccp, 17 veces campeón del campeonato argentino abierto de polo, y Doña Sofía, encomendaron a Kheiron Biotech llevar adelante el procedimiento.

La expectativa es que, en este gran primer paso de innovación, la Polo Pureza adquiera características de sprinter o explosión que no poseía, y a la vez conserve sus demás cualidades”, dijo Heguy.

En esa línea, Gabriel Vichera, director Científico de la firma, sostuvo: “Este importante desarrollo científico se realizó de manera extremadamente rigurosa cumpliendo con los estrictos requisitos de la Dirección Nacional de Bioeconomía y la Conabia [Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria], la autoridad nacional de regulación biotecnológica, para que no sea considerado un Organismo Genéticamente Modificado (OGM), y por lo tanto se trate de un ejemplar que podría encontrarse libremente en la naturaleza, y así acaba de ser aprobado. Esto fue realizado precisamente con este objetivo, de modo de así cumplir con las reglamentaciones de la AACCP y de la Sociedad Rural Argentina (SRA), para que el ejemplar logrado no se considere con doping genético. Cabe destacar que la Argentina es líder mundial en la elaboración de normas al respecto”.

Gabriel Vichera, director Científico de Kheiron
Gabriel Vichera, director Científico de KheironKheiron

En tanto, Daniel Sammartino, founder & CEO de Proinvesa Group y presidente de Kheiron, agregó que “este logro coloca a la Argentina a la vanguardia mundial de lo que podría considerarse en el futuro un innovador y desafiante camino del progreso genético de precisión, que acelere el logro de mejoras genéticas que hoy son buscadas por mecanismos de prueba y error”.

Desde la firma señalaron que esta “técnica innovadora, podrá ser utilizada también con fines de mejoramiento de sanidad y corrección de enfermedades genéticas”. Remarcaron que la visión y perseverancia del grupo reafirma el compromiso con la innovación científica, y su posición como líder en la vanguardia de la tecnología equina a nivel mundial.

Sammartino recordó que este tipo de proyectos de edición génica los vienen haciendo desde hace tiempo en la biotech, tanto en ovinos como porcinos. Estos últimos se hicieron para poder utilizar los órganos para trasplantes en seres humanos. No obstante, por cuestiones de inversión en la Argentina, el proyecto no se pudo avanzar.

En este caso, en el tema de caballos lo que hace la firma nacional es tratar de identificar genes que responden a una determinada característica. En un solo paso se puede lograr que se utilice un gen que se introduce en un determinado animal con cierto propósito. Según explicó, lo que hicieron fue cambiar el gen de la Polo Pureza, ya que esta no tenía esa explosión que hoy se requiere en las competencias, y le pusieron el gen de la sprinter. Los caballos tienen diferentes tipos de velocidad. “Se cuidaron mucho los detalles para cumplir con todas las regulaciones para que el animal sea considerado un animal normal y sea factible liberarlo a la naturaleza. Nosotros lo que buscamos es tener un animal común y corriente y no tenerlo confinado”, detalló. Los cinco animales nacieron con 15 días de diferencia entre ellos, es decir, todos tienen la misma edad. Todavía no tienen nombre.

El empresario aclaró que por las características los animales pueden estar en una competencia en el futuro. “La Argentina es uno de los países más avanzados en esta materia y consultado por muchísimos países en cuanto a las regulaciones. La raza de caballos de Polo argentino es de reconocimiento mundial, es una marca país, prácticamente”, afirmó.

En la firma, sostuvo, esperan que las características de estos animales vayan encontrando poco a poco un lugar dentro de la actividad. “Creo que la gente va a esperar, como pasó con las clonaciones. Hoy hay muchos clones, pero al principio había muchas dudas. Si se verifica que el animal tuvo una característica distinta y que otros criadores y dueños de caballos los quieran hacer para sus caballos, bienvenido sea. En la medida que se puedan identificar genes con ciertas características, habrá que ver y estudiar qué otros atributos se asocian a este gen. Esto es el inicio de un camino”, sintetizó.

Escala la guerra comercial: China prohíbe la exportación de minerales esenciales a EE.UU.

0

China prohibirá las exportaciones a Estados Unidos de productos relacionados con el galio, germanio, antimonio y materiales superduros que puedan tener aplicaciones militares, según anunció este martes el Ministerio de Comercio chino, un día después de que Washington endureciera nuevamente las restricciones sobre el sector de semiconductores de China.

La directiva de Pekín, que regula los llamados productos de doble uso, argumenta que la medida busca salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales. Esta normativa, que entra en vigor de manera inmediata, también impone revisiones más estrictas sobre el uso final de productos de grafito enviados a Estados Unidos.

«En principio, no se permitirá la exportación de galio, germanio, antimonio y materiales superduros a los Estados Unidos«, afirmó el ministerio.

Las restricciones refuerzan los límites previamente establecidos sobre la exportación de minerales críticos que Beijing comenzó a implementar el año pasado, pero que en esta ocasión aplican exclusivamente a Estados Unidos, en una escalada más de las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo. Esto ocurre poco antes de que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo.

La importancia de estos minerales

Sin embargo, según datos de aduanas chinas, no ha habido envíos de galio o germanio en bruto o semielaborado hacia Estados Unidos durante este año hasta octubre, a pesar de que el país norteamericano fue el cuarto y quinto mayor mercado para estos minerales, respectivamente, el año pasado.

El galio y el germanio se utilizan en semiconductores; además, el germanio tiene aplicaciones en tecnología infrarroja, cables de fibra óptica y células solares. De manera similar, los envíos chinos de productos de antimonio cayeron un 97% en octubre respecto a septiembre, después de que Beijing comenzara a limitar sus exportaciones.

El año pasado, China representó el 48% de la producción mundial de antimonio, un mineral usado en municiones, misiles infrarrojos, armas nucleares, gafas de visión nocturna, baterías y equipos fotovoltaicos.

Este anuncio se produce un día después de que Estados Unidos lanzara su tercera ofensiva en tres años contra la industria de semiconductores de China, restringiendo exportaciones a 140 empresas, incluida Naura Technology Group, fabricante de equipos para chips.

INVAP patenta en EE.UU. su mini central nuclear

0

La empresa nuclear y aeroespacial rionegrina INVAP acaba de patentar una central nuclear “mini” muy de su cosecha en EEUU. Allí acaba de fundar una compañía, Meitner Energy, para juntar inversores cuyos bolsillos permitan encarar el licenciamiento por parte de la Nuclear Regulation Authority (NRA). Éste es un proceso complejo, largo y caro, y eventualmente abre la puerta a más inversores, y a la construcción.

Dos comentarios que merecen ampliación posterior: la máquina se llama AGR-300 y no se parece absolutamente en nada al CAREM, proyecto de la CNEA que data de 1984, y que entre 1987 y 2006 estuvo a cargo de INVAP. Ese proyecto fue detenido también por el gobierno de Javier Milei. 

Éste viene a añadir su nombre a los de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri, cuyos gobiernos también frenaron el CAREM. Lo hicieron con el más simple de los procedimientos (dejarlo sin fondos) y por la  más obvia de las razones (Embajada de los EEUU). 

Podrá parecer paradójico ir a operar en casa del adversario, lo que me lleva al segundo comentario: la única sorpresa es que INVAP no hiciera esto antes. Hay una oferta mundial de inversión privada para las centralitas de potencia tipo Small Modular Reactors, o SMRs. Tanto así que hay 22 proyectos en EEUU, 17 en Rusia, 10 en China, 5 en Canadá y 4 en el Reino Unido. 

Pero lo que diferencia a INVAP de casi toda esta oferta a caza de inversores es que hoy por hoy y desde 2000, la firma rionegrina es el más exitoso proveedor de reactores nucleares multipropósito del planeta. La mayor parte de las ochenta y tantas “start ups” contra las que corre son puro humo marketinero y financiero, sin más contenido real que la burbuja de “dotcoms” de los ’90. 

Toda la fauna SMR, la legítima y orientada a producto, y la meramente especulativa, está formada por propuestas tecnológicos muy distintas. Las más conservadoras son copias viles del CAREM, primer proyecto SMR en la historia nuclear, y entre los copiones EEUU está a la cabeza. Otras propuestas son muy disruptivas, algunas muy interesantes, otras viciadas de nulidad técnica desde planos.

Todas, en su conjunto no han culminado en construcción material alguna. Pero los inversores siguen anotándose, nuevamente con EEUU a la cabeza. Si hay carnaval, no nos perdamos la música.

A la hora de ponerse serios, los únicos de estos proyectos experimentales que llegaron a obra son seis, están en China, Rusia, la India y Argentina (sí, el CAREM). De estos SMRs, los que están en línea y entregando electricidad son uno en China, otro en Rusia y uno en la India. Otro SMR a punto de ponerse en línea es el Linglong, y tiene algunas ideas del CAREM.

Un primer somero análisis revela que si estás -caso argentino- cuarenta años demorando un proyecto, con únicamente un gobierno nacional que lo propulsó (el de CFK) y otro que lo hizo tarde y poco (el de Alberto Fernández), te lo van a copiar hasta los monos. Y no hace falta ningún ejército de hackerse habilidosos. Con pagarle mierda a los ingenieros nucleares, con desesperarlos de ver su obra terminada y dejarlos que se vayan el exterior u otras industrias con un portazo, alcanza. Para que los coreanos nos copiaran el CAREM e hicieran su SMART, o los autodenominados americanos licenciaran su NuScale, basta una fotocopiadora.

Un segundo somero análisis revela que los únicos SMRs que se terminan y funcionan son los que construyen empresas nucleares pertenecientes a estados nacionales. El resto muere en la carrera de obstáculos de los procesos regulatorios, o cuando por falta de profesionalismo y experiencia en la privada que lidera el proyecto, el cálculo estimado del costo de la electricidad se va al demonio. 

Eso incluyó en 2022 a NuScale, la mejor copia del CAREM. Yo la llamaría incluso una copia ingeniosa y algo mejorada. Tal vez deberíamos copiarla, cien años de perdón por ello. De todos modos, NuScale quebró. 

En esa centralita sumamente modular el estado federal se anotó con U$ 10.000 millones, el “siting” en Idaho, el apoyo del sistema de laboratorios nacionales nucleares, y universidades estatales prestigiosas. Pero fue un proyecto privado y gestionado por Fluor Inc. y varias decenas de privadas en rol subsidiario, todas sumando plata a espuertas. 

Las cosas raras estuvieron desde el principio: una constructora no especializada a la cabeza, y una cantidad un tanto anormal de vendedores de humo. El NuScale es un muy buen diseño, como que vino de aquí, y Fluor ya lo tenía vendido a otros 11 países cuando la distribuidora eléctrica UAMPS, que alimenta a 7 estados del Middlewest y tenía precontrato por la energía, se aburrió de los aumentos de precio que debían del megavatio/hora estimativo. Y es que Fluor no paraba de hacerle mejoras de diseño y módulo sin haber cavado siquiera los cimientos. “Very unprofessional”, dicen en mi barrio. 

Cuando el costo del megavatio/hora se va al requinto, es el momento en que la estampida de inversores subidos al barco en estampida manotean el primer salvavidas y se tiran al mar como lemmings, también en estampida. El mundo financiero funciona así.  

Definitivamente, la electricidad nuclear es asunto de estados expertos. Para desarrollar una central nueva se necesitan las espaldas anchas, pero resbalosas, del estado, punto. Con gas abundante en casi todas las economías industriales, salvo en la UE, Japón, Corea y China, y los bajísimos costos de construcción eólica y solar, la nuclear tiene la cancha inclinada en contra.

Por ahora, el mercado no premia a la fuente que emite menos carbono (la nuclear). Tampoco alienta la única libre de carbono pero que es «de base», disponible a toda potencia 24×7 (la nuclear). Eso el mercado eléctrico sólo lo hace en los capitalismos de estado como China, Rusia, la India o Corea, que no creen que su planificación energética se tenga que decidir en alguna bolsa de valores extranjera. Añado y corrijo, son capitalismos de estados que además no reciben órdenes de embajadas

El “laissez faire” de Occidente hace exactamente lo contrario que China: subsidia fortísimamente las fuentes intermitentes e incluso a las imprevisibles, aunque éstas te hacen quemar gas cuando la red pide potencia pero el viento no sopla, o el sol no brilla. En los últimos cuarenta años, la GME (Gran Masturbación Ecologista) ha sido la mayor causa de emisión de carbono a la atmósfera del autodenominado Occidente.

Lo cierto es que el marco nacional y financiero en que INVAP presenta su nuevo AGR 300 es simultáneamente muy favorable para captación de inversiones, y también el peor del mundo en concreción material de las mismas. Es que aquel EEUU tecnológico y fabril llegó a los ’80, y luego se fue disolviendo en una enrarecida economía de servicios abastecida por China, y cuya única producción material masiva son los «homeless».

INVAP, aunque recién incorporado a la carrera, en ese circuito debería destacarse del pelotón justamente porque los tipos son «fierreros» de ley. Y de los buenos. Desde 1981 le construyó reactores a Perú, Argelia, Egipto, Australia, Arabia Saudi y Holanda. Entregados todos en tiempo y forma, andan todos joya salvo el de Holanda, el 2do mayor del planeta, porque sigue en obra. De no ser por los holandeses, que cada tantos meses le quieren poner o sacar cosas nuevas, estaría en línea hace rato. Con el reactor de Australia, el ámbiente nuclear es unánime: es el mejor del mundo. 

Cuando pinta INVAP en una licitación limpia, EEUU se abstiene. A Canadá y Francia los sacamos del mercado de los reactores multipropósito. Próximamente, le hacemos otro a Uganda, con lo que van dos en África, el continente de mayor velocidad de crecimiento demográfico.

En suma, INVAP no es una empresa de chantas ni de aficionados. Nació nuclear y vive nuclear, estrictamente de lo que vende, y en general, exporta. Todos los satélites que construyó para la CONAE y ARSAT funcionaron y funcionan bien. Se cargó a espaldas la radarización de las rutas aéreas comerciales argentinas, hizo todo el Sistema Nacional de Alerta por Radares Meteorológicos, radarizó barcos, aviones e instalaciones de las FFAA, y exporta. Y no ha desaparecido pese a medio siglo de hostilidad sistémica del State Department, o de sus representantes locales con banda presidencial.  

Estos de Bariloche son duros de matar. Y no les falta audacia. Lo que, ojo al piojo, no los condena en absoluto al éxito. Como cantaba Martín Fierro: 

  “Yo soy toro en mi rodeo

 Y torazo en rodeo ajeno; 

Siempre me tuve por güeno 

Y si me quieren probar, 

Salgan otros a cantar 

Y veremos quién es menos.”

   ALGUNAS DUDAS PERSONALES

Los reactores que vendió INVAP no son centrales, valga la distinción. No producen energía eléctrica, pero sí capacitación de ingenieros, físicos, químicos y especialistas en materiales nucleares, radioisótopos de uso médico e industrial, y últimamente silicio irradiado para fabricar chips de alto rendimiento. Y aparentemente todo esto lo hacen muy bien.

Las centrales nucleoeléctricas refrigeradas a agua son un mercado inmensamente mayor, y sólo producen electricidad . En revancha, suponen una ingeniería más endiablada: los caños o recipientes de refrigerante se bancan presiones de entre 120 a 150 atmósferas, y a temperaturas de entre 350 y 400º C. 

Las aleaciones de acero y las superaleaciones de circonio y cromo que forman el “Steam Supply System” o SSS de una central tienen que durar entre 30 y 60 años sometidas al debilitamiento metalúrgico y la corrosión causada por su exposición a neutrones y rayos gamma. El del SSS no es un ambiente “friendly” con los materiales. 

En suma, toda máquina nuclear, sea reactor o central, está sometida a procesos regulatorios severos, pero los de las centrales son mayores y el licenciamiento por parte de un estado-nación, máxime uno nada “friendly” con lo que venga de estas pampas, cuesta un ojo. Con el prestigio y sin paraguas únicamente no atravesás ese campo minado. Bueno, para algo INVAP fundó Meitner Energy. 

Meitner como apellido es un homenaje y una argentinada. No es el apellido de un billonario que fabrica autos malos, dirige una red social aún peor y salva al planeta todos los días. Tampoco es el de un mago del Silicon Valley ni un lobo de Wall Street. Lise Meitner fue la que en 1938 descubrió la fisión del uranio 235 al ser bombardeado por neutrones.

Esto no lo hizo en su laboratorio, del que la habían rajado, sino sentada en un tocón de pino, bajo una tormenta de nieve y con su sobrino Otto Frisch, ambos físicos nucleares, haciendo cálculos a lápiz en un sobre. Ambos se acababan de exiliar en Suecia de la Alemania nazi. Nunca les dieron el Nobel de Física.

INVAP sabe de centrales. En 1988 estuvo a punto de hacer una UTE con Turquía para fabricar el CAREM en serie y exportarlo de a decenas a los países compradores habituales de la industria turca, que son decenas e incluyen a gigantes demográficos, como Indonesia o Nigeria. Pero Menem en 1992 destruyó el negocio, andá a saber mandado por quién

Cuando el CAREM volvió a CNEA en 2006 se le hicieron muchos cambios tecnológicos, y se decidió además que el prototipo de 25 MWe (que en realidad son 32 MWe) será bastante distinto del módulo comercial FOAK (First of a Kind). Por lo pronto, se cree que con circulación natural por convección será difícil llegar a potencias mayores de 70 MWe, de modo que para el FOAK probablemente se deba contar con bombeo eléctrico, especialmente para el arranque.

Sobre el módulo comercial, la potencia será de entre 100 y  120 MWe. Con cuatro módulos armas una central de 400 a 480 MWe, pero de a poco: cada módulo que entra en línea paga el costo de instalación del siguiente. 

Por último, el CAREM de 2024 no está pensado para crear oasis eléctricos, sino para reforzar o ampliar redes nacionales en sitios despoblados: minas en desiertos o cordilleras, ciudades que necesitan desalinizar agua de mar. En 1988 la propuesta para y con Turquía era un módulo comercial de 25 MWe, pensado para funcionar en “stand alone”, islas y desiertos sin red eléctrica que necesitan potencia local. 

Es decir que el CAREM actual como antecedente ya no es de INVAP, ni servirá de antecedente mientras la CNEA no lo termine, y lo hará cuando la Argentina deje de ser un país teledirigido. Eso no parece nada inminente.   

INVAP sabe de centrales porque también metió mano en la reparación de Atucha 1, en la terminación de Atucha 2 y en el retubamiento de Embalse, pero no como contratista principal, y siempre supeditada por contratos a la CNEA o a NA-SA. El mercado nucleoeléctrico distingue claramente ese rol.

Finalmente, INVAP siempre recibió apoyo tecnológico de la CNEA para diseño y testeo de elementos combustibles, y de sus laboratorios de ciencia de materiales. No es pavada, se trata de la mayor y mejor concentración de cerebros nucleares del hemisferio sur. Si Meitner Energy se vuelve una empresa estadounidense por mayoría accionaria, ¿el AGR tendrá ese respaldo? ¿Sería legítimo que lo tuviera?

En cuanto a la ingeniería en sí, el AGR es una central mucho más conservadora que el CAREM. La circulación del refrigerante, agua común desmineralizada, se garantiza con 4 bombas, que probablemente necesitarán 2 o 3 generadores diesel de back-up cada una, y eso por si se cae la red eléctrica. 

Como los generadores de vapor son horizontales, la central es chata como un huevo frito, evade la verticalidad, observa el Ing. José Luis Antúnez. Es el hombre que, a cargo de NA-SA, terminó Atucha II y al toque la reparó de sus defectos de diseño. “No es el primer huevo frito de la historia: las primeras centrales soviéticas VVER tenían generadores de vapor horizontales, y son muy buenas”, dice.

Por tal causa, esa fuerza natural que es la convección no colabora en nada con el enfriamiento del núcleo del AGR, ni con la generación de vapor para las turbinas. El AGR no es una central que se refrigere sola porque el agua caliente es más liviana y asciende, y la fría más pesada y baja. Ésa es prerrogativa del CAREM y de sus muchas copias. Con el AGR es “A bombear, mi amor. Vamos a bombear, mi amor”, como añaden, en plan nucleoeléctrico, Los Redondos. 

En suma, el AGR sacrifica el lado más atractivo del CAREM, desde el punto de vista de seguridad contra recalentamiento del combustible. ¿A cambio de qué? De un menor costo de obra civil y de montaje, que con diseños convectivos implica construcción en altura. 

Esas cosas encantan a los contadores, y van a contrapelo de otros Pressured Water Reactors (PWRs) terrestres, que ponen los generadores de vapor cada vez más altos sobre el núcleo para tener el máximo enfriamiento convectivo posible. Es más, los ponen incluso adentro del recipiente de presión pero siempre altos sobre el núcleo, como el CAREM o el Linglong chino.

Pero en ese sentido el AGR está respaldado por centenares de reactores navales de submarinos, todos con generadores de vapor forzosamente a nivel. Y es que en materia de antecedentes tecnológicos, es bueno que existan. Antes de caerle simpático a la Nuclear Regulatory Authority, primero hay que caerle bien a inversores forrados. Si no, no llegás ni a la puerta de la NRA.

Para ganar en seguridad, el AGR 300 de INVAP elimina prácticamente casi todos los grandes caños que en un PWR más convencional unen al recipiente de presión con los cuatro generadores de vapor. Estos están embridados con esta pieza. O pegaditos, como dicen en Racing.

Lo cual me lleva a otra pregunta: el caño por el que sale agua a más de 330º C del recipiente de presión hacia cada generador de vapor está paralelo y cercano al caño por donde entra agua “fría” (es un decir), a unos 280º C. Hay un salto térmico de al menos 50o C entre dos caños demasiado vecinos. ¿Cómo se evita que los metales tan en contacto no se rompan por shock térmico? Ojo, el CAREM tiene todavía (hasta donde yo sé) el mismo problema.

Si me preguntan como argentino, prefiero el CAREM. Y por dos virtudes: se refrigera solo, pero además, existe.

No soy imparcial: vengo luchando para que el CAREM deje de ser un proyecto desde 1985. Todo lo que mantenga viva a INVAP, incluido el AGR, es bueno para dejar de ser un país cada vez más horroroso.

Vamos el AGR, todavía.

Daniel E. Arias