La apuesta a Vaca Muerta ya es otra YPF

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La localidad de Añelo es la puerta de entrada a Vaca Muerta y todo un reflejo de la revolución que vive el negocio petrolero con inversiones millonarias, equipos de tamaño gigantesco, tubos de perforación que funcionan como satélites, salas de control que parecen salidas de la NASA y pozos por todos lados que originan una producción creciente de petróleo y de gas no convencional. El historiador económico Pablo Gerchunoff llama a Vaca Muerta “la nueva Pampa Húmeda”. Paolo Rocca, CEO de Techint, hizo cálculos y asegura que en cinco años, el país puede pasar a una producción de 200 millones de metros cúbicos de gas por día y un millón de barriles de petróleo diarios, lo que representaría US$30.000 millones al año y generaría exportaciones por US$15.000 millones, que equivalen, a los valores actuales, a la mitad de las exportaciones de granos y aceites.
YPF invertirá US$ 550 millones y levantará una nueva sede en Río Negro
  • YPF invertirá US$ 550 millones y levantará una nueva sede en Río Negro
¿Cuándo arrancó el fenómeno del shale? Vaca Muerta es el primer caso exitoso de producción fuera de Estados Unidos. En la Argentina, Pablo Bizzotto concretó desde YPF el primer pozo en 2012. Bizzotto es actualmente el vicepresidente ejecutivo de la petrolera estatal. El shale ya explica el 20% de la producción total de YPF con 632 pozos activos en producción y 12 equipos de perforación, 40.500 barriles de petróleo por día y casi 8 millones de metros cúbicos de gas.
  • En los últimos 5 años invirtieron US$10.000 millones y en 2018, US$1.500 millones.
  • La exportación de gas a Chile comenzará en septiembre
  • Vaca Muerta: en 2022 se estarán exportando US$15.000 millones
El combustible no convencional ya representa el 20% de la producción de YPF, que se completa con 50% del convencional y 30% de la recuperación de los viejos pozos. Con Vaca Muerta aseguran que está naciendo una compañía que es, en dimensiones, una segunda YPF. No es poco para una firma que, al margen del petróleo, ya es la primera empresa de logística del país, la segunda vendedora de hamburguesas después de McDonald’s y la tercera en conectividad después de Telecom y Telefónica.

El gobierno primariza las exportaciones y castiga al polo agroindustrial

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El Gobierno no dará marcha atrás con la suspensión de la baja de las retenciones para la harina y el aceite de soja ni con la eliminación del diferencial del 3% que ambos subproductos tenían con el grano. Eso dejaron en claro la semana pasada el vicejefe de Gabinete, Lopetegui, y el ministro de Agroindustria, Etchevehere, a los exportadores que concurrieron a la Casa Rosada. La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) le pidió una reunión al presidente Mauricio Macri. Para la entidad, esa medida causaría el cierre de plantas y una primarización de las exportaciones. Luego de la solicitud para Macri, Lopetegui y Etchevehere recibieron a referentes de tres empresas que integran la cámara: Amancio Oneto (Molinos Agro), Sergio Nardelli (Vicentin) y Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza (AGD). También participó de la mesa el presidente de Ciara, Gustavo Idígoras. No estuvieron presentes referentes de las multinacionales del sector. El año pasado, el complejo de la soja representó exportaciones de harinas y pellets de la extracción de aceite de soja por un monto de 9082 millones de dólares, de aceite de soja por unos 3726 millones de dólares y de poroto de soja por un valor de 2732 millones de dólares. La industria oleaginosa armó un complejo de 55 fábricas que, entre soja y girasol, tiene una capacidad para procesar 202.800 toneladas por día. El 78% de esa industria está en el Gran Rosario. AgendAR había analizado la importancia de este complejo en El Gran Rosario: el complejo industrial oleaginoso más importante del mundo. Y más recientemente, informamos de la oposición de varias provincias a la eliminación de las ventajas a la industrialización local de la soja: Una Liga de Provincias para defender la producción de biocombustibles. Para los exportadores, que estiman que el Gobierno este año no se ahorrará más de US$ 115 millones con la medida, hay riesgo de que se avance hacia una primarización de las exportaciones. Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el país tiene 65 destinatarios para la harina de soja, de los cuales los diez primeros se llevan el 61%; 50 destinatarios de aceite de soja, de los cuales los primeros 10 se llevan el 91%, en tanto que en el caso del poroto de soja solo hay 11 destinos, de los cuales el 90% va al mercado de China.

Radiografía de la pobreza: el 30% de la población no tiene cloacas

Según el INDEC, algo más de cinco millones de personas viven en zonas inundables, en tanto que tres millones residen «cerca de basurales». El dato surge de un relevamiento sobre condiciones de vida que abarcó 31 conglomerados urbanos realizado durante el segundo semestre del año pasado. El informe muestra que cerca de un tercio de la población urbana no tiene cloacas ni accede a la red de gas, y que más de dos millones viven en condiciones de «hacinamiento crítico», lo que supone que más de 3 personas comparten un cuarto. El INDEC explica que en el estudio se elabora a partir de las variables relevadas en forma continua por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en los 31 aglomerados urbanos» y comprende 6 indicadores: vivienda, acceso a los servicios públicos, características del hábitat, régimen de tenencia de la vivienda, cobertura médica y educación. «Hay 2,3 millones de personas que no tienen baño o lo tienen pero sin agua, lo que es un foco latente de enfermedades e infecciones. Además, el 30% de la población carece de cloacas«.

Según el Gobierno la recesión termina a fin de año, aunque la industria se va a marzo

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En el Ejecutivo admiten que la industria seguirá en baja y cerrará el año con una pérdida de puestos de trabajo. La caída de la actividad manufacturera seguirá hasta marzo del año que viene, aunque la recesión “pegue la vuelta” en diciembre. La tesis del Gobierno es que, a medida que pasen los meses, el deterioro será cada vez menor, aunque algunos economistas hablan de recesión hasta mitad de 2019.
  • La caída del PBI alcanzará, de mínima, el 1% en 2018”, estimaron desde la consultora Ecolatina.
Para que la caída no se extienda más allá de fin de año, se tienen que cumplir ciertas condiciones en los seis principales sectores, según Fundación Mediterránea: el agro espera una importante cosecha y mejora en las exportaciones, que aportarían US$ 5.400 millones si el clima acompaña. El grado de ajuste fiscal será menor al de 2018 según el acuerdo con el FMI, si no hay una mayor caída de ingresos. Si se estabilizan el frente cambiario y la inflación, la política monetaria podría relajarse, aunque las tasas seguirán siendo positivas (más altas que la inflación). Los indicadores de la inversión están todos a la baja. Según la última actualización del monitor de la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional oficial, “después de cerrar un primer trimestre con 18% de crecimiento, la inversión en junio se desaceleró, producto del impacto de la sequía y la turbulencia de los mercados internacionales”. El informe marca que en el primer trimestre la inversión extranjera directa cayó 16,6%. A nivel interno, en junio los bienes durables cayeron 24,7%; la importación de bienes de transporte, 47%; la de bienes de capital, 5,2%; y la venta de vehículos comerciales como utilitarios y camiones bajó 27%. También la construcción cayó 0,1% en junio y el gasto de capital se achicó 14% por la caída de la obra pública. Los despachos de cemento también bajaron: 3,6% en junio.

El ministerio de Modernización actualiza su Plan Digital para transformar el Estado

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En marco de los preparativos para la reunión del G20, se realizó un encuentro ministerial ára avanzar en la agenda vinculada a la transformación digital. Presidida por el Ministro de Modernización, Andrés Ibarra, se planteó la importancia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como factor clave para el desarrollo de una economía digital y un crecimiento sostenido. Ibarra habló sobre el Plan Nacional de Conectividad y destacó los siguientes compromisos: ❖ Digitalización de todos los procesos referidos al desarrollo de manufacturas, agricultura y otras áreas vitales. ❖ Desarrollo de marcos jurídicos flexibles para que los emprendedores puedan invertir en innovación. ❖ Internet universal para 2025. ❖ Despliegue de infraestructura tecnológica compartida y de calidad. ❖ Protección y privacidad de datos personales y derechos al consumidor. ❖ Cursos de habilidades digitales para los ciudadanos. ❖ Aumentar la transparencia de los gobiernos a través de la incorporación de tecnología. Ibarra compartió los avances del país en la materia:
  • “Hoy más de 1000 trámites que ya se hacen por Internet: desde crear una empresa o exportar productos al exterior hasta patentar una idea o inscribirse en cualquier registro».
Esto permite ahorrar más del 60% de tiempo y erradicar todas las desventajas del formato papel, pero todavía hay mucho por hacer y las experiencias compartidas en el G20 son, sin lugar a duda, aprendizajes a incorporar en la construcción de este modelo único que se adecúe a las necesidades de un país tan singular como es Argentina” Agenda Digital Argentina Desde el Ministerio de Modernización se está llevando a cabo la Agenda Digital cuyo objetivo es alcanzar la inclusión digital de todos los ciudadanos, impulsar un salto productivo en la economía, reducir el costo de la producción de bienes y construir un gobierno eficiente y centrado en el ciudadano. Está enfocada en 3 ejes:
  1. La puesta en práctica de una Economía Digital,
  2. La construcción de un Gobierno Digital
  3. El fortalecimiento de habilidades digitales.
ECONOMIA DIGITAL • Avanzamos hacia un modelo de “despapelización” en el que a la hora de hacer un trámite ya no hará falta presentar ningún documento en papel en ningún organismo del Estado. • Sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE): todos los trámites internos del estado electrónicamente, con un ahorro público de $2.300 millones de pesos. • Compras y Contrataciones del estado 100% en linea a través de portales web. Ahorro: $2.500 millones de pesos • Ventanilla Unica de Comercio Exterior: 95% de trámites son digitales. Se redujo un  3,5% de los costos y el 65% del tiempo. • Con el SENASA: trámites de simplificación cadenas productivas de exportación de alimentos tardaban 50 días. Hoy se puede hacer en 24hs. Ahorro anual de la industria en 162 millones de pesos. • SAS +4000 empresas creadas. o Antes: la constitución llevaba 55 días (en promedio). Ahora: 24hs. o Antes: se requerían 5 trámites (promedio). Ahora: sólo 1 trámite. • Sistema de Identidad Digital: primera herramienta tecnológica desarrollada integramente por el Estado que le permitirá al ciudadano acceder a servicios públicos y privados sin necesidad de trasladarse a una oficina. Primeras implementaciones: • Estado, ciudadanos y empresas ahorrarán más de un punto del PBI en dos años y 50% del tiempo gracias a la desburocratización de los trámites con el Estado. A la fecha, ahorros por $ 19.580 MM (Julio 2018).

Samid quiere comprar el canal C5N

Alberto Samid, el denominado “rey de la carne”, presentó ante el Juzgado Comercial Número 5 una propuesta para comprar Radio 10, las FM Pop, Mega, Vale y One, y el canal de noticias C5N, medios del Grupo Indalo, propiedad de Cristóbal López, que actualmente están en concurso preventivo. “Nos hemos reunido con un grupo de ciudadanos con el propósito de proteger la libertad de expresión y de prensa de la República, así como salvaguardar la fuente de ingresos de todos los trabajadores de las empresas del sector comunicacional del Grupo Indalo (ahora Grupo Ceibo)”, dice el escrito firmado por el empresario de la carne. Además agrega: “El grupo de ciudadanos que encabezo, sin perjuicio de la tramitación de este proceso concursal y de los restantes, se propone anticipar total o parcialmente- los fondos suficientes para afrontar, mensual y regularmente, los sueldos y cargas sociales de todos aquellos trabajadores que estén en relación de dependencia de las concursadas mencionadas, para impedir que se cercene directa y/o indirectamente- el derecho de libertad de expresión mencionado y el correlativo derecho de información de la ciudadanía”.

El final de los autos con motor diésel

Aunque siempre tuvo detractores, la caída que vienen teniendo los vehículos con motores diésel en los últimos años parece ser la estocada final para este tipo de motorización que está en franco declive. Salvo en el ámbito de las pickups, los vehículos utilitarios y el transporte de carga y de pasajeros, los gasoleros están dejando de ser una opción en todo el mundo, inclusive en Europa, en donde dominaban el mercado. Entre 1999 y hasta el año pasado, el diésel fue el combustible favorito en el Viejo Continente. Tanto que en 2010, de cada 10 modelos que se vendían 7 eran gasoleros.
  • Actualmente representan sólo el 36 % de las ventas, un porcentaje que seguirá disminuyendo.
Los escándalos como el «Dieselgate», con el que manipularon los niveles de emisiones; las cada vez más exigentes medidas ambientales hacia los fabricantes, que vieron inviable seguir desarrollando la tecnología suficiente para que los motores alcancen esos objetivos; y las ya cercanas prohibiciones en varias ciudades han sentenciado de muerte al diésel. Es por eso que la mayoría de los fabricantes de autos termina optando por apostar directamente por la evolución de los modelos híbridos y eléctricos y de seguir perfeccionando los propulsores nafteros. El resultado es una caída notable en la oferta de opciones diésel en modelos nuevos que se presentan, hasta casos en los que se elimina por completo la alternativa gasolera en algunas gamas.

Esperan una campaña agrícola superior a los 130 millones de toneladas

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En el acto de celebración del 134° aniversario de la Bolsa de Comercio de Rosario, el titular de la entidad, Alberto Padoán, se mostró optimista hacia el futuro, y anunció que de acuerdo a las proyecciones de la bolsa, en la campaña agrícola 2018-2019 la producción total podría superar los 130 millones de toneladas.
  • Esto significaría un 30% de aumento respecto al ciclo anterior y generando un ingreso de divisas por exportación que superaría los USD 25 mil millones.
Padoán en su discurso también analizó el contexto económico del país y sobre la interrupción por seis meses del programa de reducción de retenciones a las exportaciones para aceites, harinas y derivados del poroto de soja, que implementó el Gobierno Nacional, expresó: «Esta medida fiscal causa gran preocupación por los efectos que su implementación provocará en la cadena de comercialización de la oleaginosa. No contempla aspectos básicos del proceso de ventas al exterior de granos y productos agroindustriales, como los aceites y harinas proteicas, que representan, aproximadamente, un tercio del total de las exportaciones argentinas. La Bolsa de Comercio de Rosario entiende que el castigo al principal complejo exportador de la economía nacional no sólo no beneficiará a nadie, sino que agravará el déficit comercial, limitará la principal fuente de obtención de divisas y potenciará la vulnerabilidad de la macroeconomía argentina».

Telecom invertirá 300 millones de pesos para ampliar sus redes en Jujuy

Telecom anunció que presentó un plan de inversiones por $300 millones en Jujuy, con el objetivo de «mejorar los servicios móviles» que ofrece la firma. Carlos Moltini, CEO de Telecom, se reunió con el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y le presentó un plan de inversiones en la provincia, que en 2018 supera los $300 millones. Según un comunicado de la empresa de telefonía, incluye distintas obras de despliegue, modernización y ampliación de las redes fija y móvil, para ofrecer más ancho de banda y conectividad a los servicios en movilidad a partir de la ampliación de infraestructura con nuevos sitios y fibra óptica interurbana.

El mito de la decadencia argentina

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Una mayoría de nuestros compatriotas -seguramente entre ellos muchos lectores de AgendAR– está convencida que Argentina ha sufrido una larga decadencia. Cuando empezó y qué excepciones se pueden contar… es una discusión que forma parte de nuestras pasiones y rencores.
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Pero que «antes las cosas eran mejores«, es un discurso instalado entre nosotros. En AgendAR nos gusta mostrar excepciones, cuando podemos. Casos en los que el esfuerzo de argentinos o argentinas está logrando algo nuevo y mejor.
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Pero hay un hecho cierto que no cabe negar: En los últimos 100 años, Argentina ha crecido en aspectos importantes -base industrial, calidad de vida, nivel educativo- menos que otros países con los que le gustaba compararse. Más: en los últimos 40 años, ha crecido en esos aspectos menos que otros países vecinos, aunque algunos de ellos todavía estén detrás nuestro en los índices.
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Un factor importante -causa y también consecuencia- de este declive relativo han sido políticas económicas equivocadas. Hoy, que aparentemente nos enfrentamos al fracaso de las que se están aplicando, y debemos buscar alternativas- es importante analizar sin anteojeras o prejuicios los errores cometidos.
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Como aporte a ese debate necesario, rescatamos un artículo publicado en inglés hace más de tres años: Argentina: The Myth of a Century of Decline. Su autor es un economista argentino Eugenio Díaz Bonilla, que trabaja en organismos internacionales (el International Food Policy Institute). Lo publicó en la página Economonitor, que dirige el célebre Nouriel Roubini, y usó los datos del proyecto Maddison –la mejor fuente para la comparación global histórica de distintas naciones– para comparar el desarrollo argentino con el de Estados Unidos, Australia, Europa y el resto de América latina
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Este artículo es largo, con muchos números y algunas tablas. Pero vale la pena leerlo con atención. No lo ofrecemos como una conclusión definitiva, sino como un aporte. Porque es cierto que Argentina -aunque es un lugar muy bueno para vivir- se ha desarrollado por debajo de sus posibilidades. Hace falta entender cuáles fueron las decisiones equivocadas para no repetirlas.
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ABEL B. FERNÁNDEZ

El mito de la decadencia argentina

La revista inglesa The Economist publicó (hace tres años) un artículo interesante sobre Argentina: “La parábola de Argentina. Un siglo de decadencia “, con el subtítulo,” Hace cien años Argentina era el futuro. ¿Qué salió mal? “
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Como es habitual en esa revista, es un artículo muy bien escrito. Pero no es, en mi opinión, una interpretación precisa de la historia de Argentina. (Tuve la oportunidad de debatir hace algunos años la comparación errónea entre la Argentina y los EE.UU. con Alan Beattie en este blog).
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El artículo de The Economist es mucho más matizado, pero mantiene un punto de vista común: que la historia de la Argentina es un largo descenso desde que era un país muy importante en el comienzo de la década de 1900 a los tiempos actuales menos prometedores.
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La narrativa de The Economist concluye con una sugerencia: “Ningún otro país llegó tan cerca de unirse al mundo rico, sólo para volver a caer. Entender por qué es el primer paso para un futuro mejor “.
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La “caída de cien años” es un mito perdurable en la Argentina, sobre todo en el caso de  la minoría que parece añorar los tiempos en los que la Argentina era un país agrario con una democracia muy restringida o sin democracia en absoluto. Por lo tanto, es de hecho crucial para las perspectivas de futuro de la Argentina tener un correcto diagnóstico de la evolución económica del país durante el siglo pasado y tratar de identificar las razones.
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A continuación voy a tratar de demostrar que en lugar  de una “disminución de un siglo”, lo que caracteriza la evolución económica de Argentina en comparación con otros países es que sufrió un profundo colapso económico desde mediados de la década de 1970 hasta finales de la década de 1980 (en lo que sigue, los datos son del Proyecto de Maddison).
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Este cambio estructural en la evolución del PIB per cápita (PIBpc) en Argentina de hecho se puede atribuir a las condiciones internas en ese país. Pero aparte de eso, no hay mucha diferencia en la evolución de la Argentina, en comparación con, por ejemplo, Australia, o Uruguay, dos países mencionados por The Economist, que o bien no han sufrido el ” siglo de decadencia ” y / o han tenido mejores políticas económicas e institucionales que Argentina.
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Es cierto que otros países como Corea o España, que tenían PIBpc muy inferiores a la Argentina durante gran parte del siglo 20 y superaron a Argentina por un amplio margen desde 1970 (agregado nuestro: hasta la mega crisis de la eurozona hoy) .
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Pero también es cierto que si la Argentina hubiera evitado la fuerte caída de mediados de la década de 1970 y mantenido la proporción del PIBpc de Estados Unidos que prevalecía antes de ese quiebre estructural, el país habría tenido ahora un ingreso per cápita superior a todos los países de América Latina y muchos países europeos como Portugal, la República Checa, Hungría y Polonia.
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Y si se hubiera mantenido la tendencia de crecimiento lineal que existió desde 1960 hasta mediados de la década de 1970 estaría ahora más o menos al nivel de Nueva Zelanda o superior al de España, según los datos del Proyecto Maddison. En otras palabras, si la Argentina hubiera evitado la tragedia real que se inició a mediados de la década de 1970 (con la última dictadura de la que se cumplieron 40 años), sería ahora un país desarrollado.
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Por lo tanto, lo que hay que explicar que no son “cien años de descenso”. El colapso fue a mediados de 1970. En lo que sigue voy a presentar los datos que muestran el cambio estructural de 1970 y hacer algunos comentarios acerca de las cuestiones relacionadas con dicha ruptura, pero la discusión acerca de lo que considero las razones más profundas del colapso excede esta nota.
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La siguiente tabla muestra el valor del PIB per cápita (en dólares de 1990, calculada por el Proyecto Maddison) de Argentina desde 1880 hasta 2010. Allí, se puede ver más claramente el descenso desde mediados de la década de 1970 hasta la baja del 1989- 1990.
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Si, como se argumentó antes, Argentina habría mantenido la sección lineal de crecimiento tendencial de la década de 1960 sin el colapso a mediados de la década de 1970, el país habría tenido un PIB pc aproximadamente 60% mayor que el existente en 2010, colocando a la Argentina en el (menor rango del) grupo de países desarrollados.
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Por supuesto, lo que cuenta no es sólo el nivel absoluto de PIBpc  también el relativo, es decir, cuánto ha crecido Argentina en comparación con otros países.
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La tabla siguiente muestra la relación entre el PIBpc en términos de PPA para Australia, doce países europeos (Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, (el Centro-Norte de) Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido) y Argentina, en comparación con los EE.UU.. Los datos van de 1900 a 2010. Hay cinco fases diferentes en la evolución del PIBpc de Argentina en comparación con los EE.UU. y otros países y regiones.
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En la primera fase, de 1900 a finales de la década de 1930, Argentina oscila entre el 60-80% del PIB pc de los EE.UU., comparable con el grupo europeo (promedio de 67% para Argentina y 69% para los países europeos), pero claramente por debajo de Australia, que se mueve entre el 80% y hasta más del 100% de PIBpc de EE.UU. durante los años en que los ingresos de Australia eran más grandes que los de los de ese país (el promedio del período fue de 91%).
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En la Fase II, desde el final de la década de 1930 y mediados de la década de 1940 los tres países y grupos de países se redujeron como porcentaje de PIBpc de EE.UU., ya que este último país duplicó el tamaño de su economía entre 1938 y 1944 como resultado de la expansión económica vinculada a la producción industrial de la Segunda Guerra Mundial (un promedio de crecimiento anual de más del 12%). En el caso de los países europeos la disminución del ratio es también debido al impacto negativo de la Segunda Guerra Mundial. Aunque los EE.UU. devolvió algunos de los beneficios económicos de la expansión en tiempo de guerra durante la recesión de la posguerra inmediata, se mantuvo en un nivel más elevado; y su economía ampliada explica la disminución relativa de Australia y Argentina, y no algo que hizo uno u otro país internamente. .
 
En la fase III entre 1945 y 1975 (periodo que en la Argentina se inicia con el primer gobierno del presidente Perón y termina con el golpe militar que acabó con el tercer gobierno del Partido Justicialista), Australia y Argentina se amesetaron, y bajaron ambos países respecto al fuerte aumento de la economía de Estados Unidos: Australia bajó de un 91% de PIBpc de EE.UU., en promedio, en la Fase I al 77% en la Fase III y Argentina del 67% al 49%. Australia ha mantenido en gran parte ese nivel hasta ahora (con pequeñas variaciones), mientras que Argentina se quedó en el nuevo nivel sólo hasta mediados de la década de 1970, cuando ocurrió la caída profunda , que está en el núcleo del mito de los “cien años de declive”.
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Los países europeos, por el contrario, ayudados por los esfuerzos de reconstrucción de guerra históricos (en relación con el Plan Marshall financiado por Estados Unidos) alcanzaron el 74% del PIB pc de Estados Unidos, similar a los niveles de la era pre-Primera Guerra Mundial (y muy por encima del anterior promedio para el período 1900-1938).
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Sin embargo, Australia y Argentina, que no contaban con un apoyo estadounidense similar como Europa, se quedaron, como se ha señalado, en el nuevo y más bajo nivel de meseta. Por lo tanto, las comparaciones de la disminución relativa de la Argentina (y Australia) en contra de los países de Europa occidental no es una tragedia interna de los dos primeros países, sino un triunfo de la estrategia de reconstrucción de la posguerra del lado capitalista y democrático de ese continente.
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Hasta ahora se ha demostrado que entre 1900 y 1975, es decir, en tres cuartas partes de los “cien años de declive,” tanto Australia como Argentina se han movido en términos generales en paralelo. Por supuesto, Australia, que tiene alrededor de la mitad de la población de Argentina y está dotado de más recursos naturales que este último país, fue siempre superior en el PIB pc a pesar de lo que el movimiento relativo comparado refleja. Si la Argentina estaba en declive respecto a USA , a continuación, Australia estaba disminuyendo también.  Pero, en cualquier caso, se debió al único y sin precedentes salto en la economía de Estados Unidos y no debido a que ambos países habían cambiado sus trayectorias de crecimiento anteriores.
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La tabla siguiente presenta otra vista de la misma evolución: se muestra el PIBpc de Argentina y Australia como porcentajes de los EE.UU. y luego los puntos porcentuales (pps) perdidos por ambos países durante los períodos indicados en comparación con el período entre 1900 y 1938. La parte inferior para la Argentina en 1989-1990 también se incluye en la tabla.
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Está claro que ambos países perdieron varios puntos porcentuales después de que el PIBpc de los EE.UU. se duplicó en la década de 1940: por ejemplo, en el periodo 1945-1975, la participación de Australia con respecto al PIBpc de los EE.UU. fue de casi 16 puntos porcentuales más baja en comparación con el período de pre-Segunda Guerra Mundial y la participación de Argentina perdió algo más de 18 puntos porcentuales.
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Aunque está claro que entre la Segunda Guerra Mundial y mediados de la década de 1970 Argentina hizo algo peor que Australia en comparación con los EE.UU. (una diferencia de alrededor de 2 puntos porcentuales), es apenas un pequeño bache que no justifica hablar de “decadencia” y puede ser explicado por un mejor rendimiento económico de Australia durante el período temprano de la guerra.
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Ese país, mejor posicionado en la economía internacional y alineado claramente con los ganadores de la Segunda guerra Mundial, creció a casi el doble de la tasa de Argentina entre 1938 y 1944. Sin embargo, entre 1945 y 1975 ambos países crecieron a la misma tasa (un crecimiento anual del 1,9% PIBpc).
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El problema para Argentina ocurre en la Fase IV, desde mediados de la década de 1970 hasta el final de 1989 a 1990, cuando el país perdió una cuota adicional de unos 20 pps (cayendo al 28% de PIBpc de EE.UU. en 1989-1990). Por otra parte, Australia, básicamente, mantuvo su participación en torno al 76% del PIBpc de los Estados Unidos  en 1945-1975 y en 1975-1989. Por lo tanto, fue durante este período de mediados de los años setenta ( con el inicio de la última dictadura)  cuando el cambio estructural que colocó Argentina en un nivel comparativo mucho más bajo se llevó a cabo. Esta es la “tragedia decadentista” que necesita ser entendida, y que es muy diferente del mito de “cien años de decadencia”.
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El declive comenzó con la fractura de la sociedad después de la muerte de Perón en 1974, pero fue el golpe militar subsiguiente de marzo de 1976, con el objetivo de acabar con el Partido Justicialista y sus seguidores (una “solución final” para la Argentina, si va), con muerte y exilios de  un número significativo de argentinos (que entre otras cosas vació la base relativamente bien construida de científicos, principalmente en universidades públicas), comenzó a desmantelar la base fabril que se suponía sustentaba al Partido Peronista – su leal base de mano de obra obrera-, generó la explosión de endeudamiento que llevó a la crisis de la deuda de 1980, y dilapidó una gran cantidad de recursos fiscales en diferentes aventuras militares (incluyendo la invasión equivocada de las Malvinas, lo que generó también perdidas de vidas ).
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El Partido Radical, con el presidente Alfonsín, ganó las elecciones en 1983 e hizo un trabajo muy bueno en la restauración de las instituciones democráticas (incluidos los juicios y el encarcelamiento de los líderes militares responsables de la tragedia de la década de 1970. sin precedentes). Sin embargo, esa administración estaba en problemas por la muy debilitada y altamente endeudada economía heredada del gobierno dictatorial anterior, tuvo que lidiar con un ejército indisciplinado (con varias intentonas en los años 1980 y 1990, hasta que los golpistas fueron finalmente derrotados durante el gobierno de Menem), y estuvo bajo la presión de una fuerza de trabajo que esperaba mejoras en sus condiciones de vida después de una década de compresión de los salarios en manos delos militares, y sufrió adicionalmente el colapso de los precios de los productos básicos a mediados de la década de 1980.
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La Fase IV terminó con la crisis de hiperinflación 1989, que obligó al presidente Alfonsín a dejar su Presidencia varios meses antes.
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Durante la fase V, que se inicia en 1990, la economía de Argentina comenzó a crecer de nuevo, aunque no sin decepciones, como la crisis generada por el tipo de cambio fijo 1peso-1dolar, y el actual período de estancamiento, a partir sobre todo del año 2012 (no se muestra en la Lista de éxitos), y también se ha visto afectada por la manipulación de las estadísticas de inflación desde principios de 2007. La amplia victoria electoral de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2011 crearon la situación , no inusual,  de un gobierno que tras un triunfo político enorme no sólo no se enfrentó a los problemas que necesitaban atención (empezando por la inflación y los subsidios a la energía), sino que agregó más errores de política, en particular durante los últimos dos años.
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Aún así, durante el periodo 1990-2010 el PIBpc de Argentina creció a un promedio del 2,2%, incluso tomando en cuenta el colapso después de la finalización del Plan de Convertibilidad. Este período reciente (bajo gobierno kirchnerista) ha demostrado el mejor desempeño de crecimiento desde la “época de oro” entre 1880 a 1900 (3,2%), y ha sido claramente superior al desempeño entre 1990 y 2010 de los EE.UU. (1,3%), esos doce países europeos (1,3% ), Australia (1,9%), Brasil (1,3%) y México (1,3%), a pesar de que ha sido peor que el de Chile (3,8%) y Uruguay (2,8%), sólo para dar algunos puntos de comparación.
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En consecuencia, como muestra el cuadro 1, Argentina, en 2010, había recuperado casi 6 puntos porcentuales en este período en comparación con el PIBpc Estados Unidos, debido a una combinación de crecimiento más rápido y la desaceleración económica actual en los EE.UU..
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La siguiente tabla muestra Argentina en comparación con Australia, como antes, pero con la adición de Uruguay. .
La disminución relativamente paralela de Argentina y Uruguay (un país que The Economist considera, no sin razón, que tuvo mejores políticas económicas e institucionales que Argentina) debe abrir marcas graves de interrogación para algunas de las explicaciones que se ofrecen sobre las razones de la disminución relativa de la Argentina.
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Podría agregar otros gráficos similares con diferentes países, pero la historia del colapso en la década del 70 no cambia.
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En resumen: el problema de la Argentina no es de cien años de deterioro, sino que pueda curar las heridas políticas, sociales y económicas del golpe militar de mediados de 1970. Algunos dirán que mucho tiempo ha pasado de utilizar ese evento como punto de referencia. Sin embargo, se tardó alrededor de un siglo entre la Guerra Civil de Estados Unidos y de la década de 1960, cuando algunos de los elementos más notorios de la discriminación contra las minorías se abordaron. La curación de las heridas históricas puede tardar décadas o incluso siglos.
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En cualquier caso, los gobiernos democráticos desde 1983 primero pusieron un piso a la caída y luego, con subidas y bajadas, con éxitos y también errores, han colocado al país en una trayectoria ascendente de nuevo. … En una década más o menos, la Argentina puede ser un país desarrollado, contando con sus recursos humanos y naturales. Un primer paso sería seguir las políticas que permitan volver a la relación con el PIBpc de los Estados Unidos que prevaleció entre 1945-1975. Pero para hacer eso, sería prudente descartar el mito de cien años de declive, con su anhelo de una era de oro de Argentina que nunca tuvo.
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Fuera de la Argentina, el mito sirve para estructurar la percepción errónea de cuentos morales agradables, como el presentado por The Economist, dando la idea de un país de gran potencial que es llevado por mal camino por el hecho de que sus propios ciudadanos eligen constantemente gobiernos “populistas”. Este punto de vista conduce a la sugerencia inútil e irrelevante ofrecida por The Economist sobre que los argentinos deben cambiar y aprender a soportar el dolor ( “los propios argentinos también deben cambiar … persuadir a la población a abrazar el concepto de que el dolor es necesario y será difícil”.
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No solo es una sugerencia irrelevante, sino que también peligrosa. La idea que el problema de la Argentina ha sido que gran parte de sus ciudadanos eligieron consistentemente gobiernos “populistas”, era un principio central de la ” solución final “que el golpe militar de 1976 trató de implementar.
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Ahora que en sus propias formas ruidosas (y también con más errores que los que la mayoría de nosotros desearía), los argentinos están tratando de sanar esa herida abierta a mediados de los años 70, sería útil si todos los ciudadanos nativos y  los extranjeros bien intencionados (y creo firmemente que The Economist es parte de este último grupo) se deshagan de una vez por todas del mito de la “decadencia centenaria”, y los argentinos se puedan dedicarse a completar el trabajo de convertirse en un país desarrollado, tarea que sufrió un trágico golpe el fatídico 24 de marzo de 1976.
Eugenio Díaz-Bonilla