Con 789 millones de dólares en Julio, el Intercambio Comercial Argentino acumula 19 meses de pérdidas y ya superó los 5.860 millones de dólares de déficit en sólo 2018.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), dio a conocer los resultados del Intercambio Comercial Argentino (ICA) correspondientes al mes de agosto, que dejó un déficit de 789 millones de dólares, pese a que las exportaciones aumentaron 1,7% interanual.
De esta manera, la Balanza Comercial viene en caída libre desde diciembre de 2016, y acumula 19 meses de pérdidas (14.338 millones de dólares). En lo que va del año el saldo negativo es de 5.867 millones de dólares, lo que representa casi el 70% de lo perdido en 2017.
«En julio de 2018, las exportaciones alcanzaron 5.385 millones de dólares y las importaciones, 6.174 millones de dólares. El déficit en la balanza comercial fue de 789 millones de dólares. Las exportaciones crecieron 1,7% respecto al mismo mes del año anterior (aumento de 92 millones de dólares). Los precios subieron 11,1% y las cantidades cayeron 8,4%. Las exportaciones de productos primarios disminuyeron de manera interanual 23,3%. Las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA) cayeron 2,8%; las de manufacturas de origen industrial (MOI) aumentaron 14,5%; y las exportaciones de combustibles y energía aumentaron 199,1%. En términos desestacionalizados, las exportaciones totales de julio aumentaron 5,7% respecto del mes anterior”, indica el INDEC.
Sigue detallando el informe: “el valor de las importaciones en julio aumentó 2,2% respecto al registrado en igual mes del año anterior (aumento de 133 millones de dólares). Los precios subieron 6,5% y las cantidades se contrajeron 4,0%. Las importaciones de bienes de capital cayeron 20,6%, las de bienes intermedios aumentaron 20,5%; las de combustibles y lubricantes, 37,4%; las de piezas y accesorios para bienes de capital cayeron 7,8%; las de bienes de consumo aumentaron 7,9% y las de vehículos automotores de pasajeros cayeron 19,1%. En términos desestacionalizados, las importaciones de julio de 2018 aumentaron 8,7% respecto del mes anterior”.
«Para los meses que quedan, de septiembre a diciembre, estimamos una inflación acumulada de 13%. Este mes viene con alta inflación, de más de 5%, por el impacto de la devaluación y la suba de otros precios puntuales. En los meses siguientes las alzas mensuales desacelerarán, pero vienen todavía a tasas muy altas», estimó Melisa Sala, de la consultora LCG.
Y agregó: «Aun atenuado por el contexto recesivo, el pass through de la devaluación a precios no dejará de sentirse sobre la inflación núcleo. Viene con un rezago de dos meses. Además, seguirán impactando nuevas subas de bienes y servicios regulados ya autorizados por el Gobierno». LCG prevé una inflación de 41% en el año.
El Gobierno prevé una inflación cercana al 42%
«El dato reciente de inflacion no es bueno, pero está en línea con lo esperado. No es una sorpresa. Es la variación mensual más alta desde mayo de 2016 y la interanual más elevada desde enero de 2017», afirmó Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma. «Estamos manejando una proyección de 5,5% para septiembre y un promedio mensual en torno a 3,3% para el último trimestre de 2018. Para 2018 estamos casi en 45%.
«La inflación muestra una suba muy fuerte en agosto», coincidió Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina. En la medida interanual, la inflación supera el 34%, y lo peor está por venir. Creemos que en septiembre puede llegar al 6%. Podemos estar cerrando el año rozando el 45%. Hay que retrotraerse a 2002 para una inflación tan alta».
Este jueves se llevó a cabo la tercera edición de la Jornada Nacional del Agro (Jonagro), organizada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), bajo la consigna “Competitividad, un objetivo a lograr”. La apertura estuvo a cargo del presidente de la Nación, Mauricio Macri, y el presidente de CRA, Dardo Chiesa.
En relación a las retenciones a las exportaciones, Chiesa señaló: “nosotros somos una entidad amiga y a veces los amigos pensamos distinto. Pero el compromiso por el bien común nos lleva a sentarnos a encontrar soluciones y a poner el hombro en el momento preciso”.
Dardo Chiesa, al ser consultado si considera que este nuevo esquema de DEX es temporal, respondió: “Está escrito que son temporales, la historia argentina dice que todos los impuestos que se pusieron por única vez, se quedaron, vamos a ver que pasa, espero que sean temporales”.
Gabriel de Raedemaeker, productor agropecuario de Córdoba y presidente de Cartez, fue muy gráfico: «No creo que las retenciones sean temporales, se han venido incumpliendo muchas promesas que ya estaban firmadas con un vencimiento y un cronograma establecido, por ejemplo la disminución gradual de las retenciones a la soja que tuvieron una postergación».
Horacio Salaverry, tesorero de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), manifestó: “Nosotros debemos creer en el decreto y este país necesita eliminar este tipo de tributos es una realidad, así que esperemos que sea temporal”.
En los últimos días se conoció que el poder de compra de los salarios promedio del sector privado cayó 11,7% contra la inflación. La cuenta se hace desde que asumió Mauricio Macri y, según indican distintos gremios, con estos valores el salario real retrocedió a niveles del 2010.
“Una vez más, la impericia de este gobierno hace que el ajuste caiga sobre los salarios de los trabajadores. Volvemos a reclamar que se declare la Emergencia Económica y Social para revertir el deterioro en todos los sectores sociales de nuestro país”, declaró Héctor Daer, secretario general de la CGT.
De esta forma, los salarios se ubican no sólo en el nivel más bajo de la era Cambiemos, sino en su peor nivel desde mediados de 2010.
Y esto, es necesario tener en cuenta, se refiere a los salarios de los trabajadores en blanco, sindicalizados.
Mantener un auto se encareció mucho más que la inflación en el último año. Frente a un Indice de Precios al Consumidor (IPC) que trepó en julio 31,2% respecto del mismo período del año pasado, el costo de mantener un vehículo creció 55% en los últimos doce meses, según el último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda.
En base a datos de elaboración propia con relevamiento de mercado, se seleccionaron tres tipos de vehículo característicos de distintos segmentos de la sociedad, y los resultados arrojaron que el aumento anual promedio en 2018 en el costo de mantener un auto de gama baja fue de 55,8%; uno de gama media, de 49,5%; y uno de gama alta, 47,9%.
«No sólo el valor de las unidades se vio incidido por el proceso inflacionario: todo el conjunto de rubros que hacen al mantenimiento de los vehículos también siguen verificando importantes correcciones de precios en los últimos meses», plantea el informe.
Es el caso del peaje, que en zonas urbanas llegó a aumentar hasta 81,8%, y el combustible, con un incremento del 78% entre agosto de este año y el mismo mes del 2017.
Más en línea con la inflación, la VTV trepó 42,8% y el estacionamiento, 33,3%.
El número de transferencias de motos usadas durante agosto fue de 25.262 unidades, una suba del 8,4% contra las 23.302 de un año atrás en la que Honda volvió a liderar las operaciones, informó la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA).
Esta suba de los usados se da en medio de una caída en el mercado de los 0km, tanto de motos como de autos.
Según datos de ACARA, en agosto el patentamiento de motos 0km cayó 30,2%, a 40.953 unidades, contra las 58.680 de un año antes. Además, el número de vehículos patentados fue de 65.247, lo que muestra una baja mensual de 2,9% e interanual del 25,2%.
La marca que lideró cómodamente el mercado del usado fue Honda, con el 32,6% de las operaciones, seguida por Yamaha (16,7%) y Zanella (8,6%). El crecimiento de estas tres marcas que lideran es sostenido y proporcional en un top five que es completado por Motomel (7,4%) y Guerrero (5,20%).
Este sábado 15 sube por quinta vez en el año el transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Los boletos de colectivo pasarán de $11 a $12 hasta tres kilómetros (el mínimo), $11,75 a $13 de tres a seis
kilómetros y $12,25 a $13,75 de seis a 12 kilómetros.
En las siete líneas de trenes metropolitanos, habrá aumentos de $0,50 a $0,75 según el ramal. Los boletos del Belgrano Norte pasarán de $3,75 a $4,25; los del Belgrano Sur de $4 a $4,75 los del Mitre, el San Martín y el Sarmiento de $7,50 a $8,25; los del Roca de $4 a $4,75 y los del Urquiza de $4,25 a $5.
Se dice que el origen de las versiones es un reportaje del pasado domingo 9 de Fox News en el que el director del Consejo Económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo -entre muchos otros temas- que en el caso argentino, la única forma de salir de sus problemas es instalar un «currency board», una caja de conversión. Y que se conversaría de esto con el Tesoro de los EE.UU., en lugar del FMI.
Una «caja de conversión» es un mecanismo monetario que en Argentina instaló Carlos Pellegrini en 1890, pero que dejó de usarse, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo, cuando se abandonó el patrón oro después de la 1° Guerra Mundial. Pero, algo bastante parecido fue la Convertibilidad que trajo Cavallo un siglo después. Y es lo que Mr. Ludlow tiene en mente: dice en ese mismo reportaje que es el sistema con que Argentina logró derrotar la inflación en los ’90 (no menciona el precio). Y en el Wall Street Journal la conocida columnista Mary Anastasia O’Grady, cercana al Tea Party, dice «Argentina needs to dollarize» (Argentina necesita dolarizarse).
En realidad, debemos aclarar que no está ahí el origen del tema. Surge de la desesperación del actual gobierno, y de quienes lo apoyan, frente a la inflación. Que hace brotar toda clase de teorías descabelladas. Se vuelve a decir, por ejemplo, que el problema argentino es ser un país federal. Se debería acabar con eso y hacer una división en regiones. Esa misma idea se escuchaba en los últimos años de Menem, cuando la convertibilidad crujía…
En AgendAR consideramos -como la mayoría de los economistas, en realidad, la mayoría de la gente sensata- que la dolarización es una medida absurda, sólo posible en países muy pequeños, sin industria ni agroindustria. Pero que se converse sobre ella, indica el grado de preocupación del actual equipo económico. Preocupación justificada, como puede verse aquí.
En todo caso, el gobierno lo ha desmentido enérgicamente. Pero es natural que fuerzas políticas que consideran posible llegar al gobierno en las próximas elecciones, o asumir responsabilidades frente a la crisis, quieran intervenir en las conversaciones.
Anoche, Guillermo Moreno, quien preside la Comisión de Economía del PJ nacional -y ha insistido públicamente en la necesidad de un «gobierno de transición» para encarar la crisis- envió una carta a la directora del FMI, Christine Lagarde, para discutir el pedido que realizó el presidente Macri al propio Fondo: adelantar al 2019 los desembolsos de dinero previstos en el acuerdo con el FMI para el 2020 y 2021.
En esa carta comisiona al Lic. Pablo Challú, el Dr. Rafael Perelmiter y el Lic. Guillermo Nielsen, miembros de esa comisión y economistas vinculados a distintos sectores del peronismo, para que se reúnan con los técnicos del Fondo. (Para acceder al texto de la carta, cliquear aquí).
Frente a esta situación, nos parece que también otras instituciones y en especial el Congreso de la Nación, deberían entablar conversaciones directas con el F.M.I. y las entidades financieras que podrían estar interviniendo en el problema. Para -como se pidió hace 208 años- saber de qué se trata.
(Nota: Pedimos disculpas al economista e historiador Emilio Ocampo, a quien -en una versión previa de este artículo- se le atribuyó por error impulsar la idea de la «regionalización», que fue mencionada, en realidad, en una carta al diario La Nación. Su columna en Clarín, con la cual nosotros, contaminados por la herejía keynesiana, tenemos que estar en varios puntos fuertemente en desacuerdo, no habla de esto).
Los trabajadores de Astilleros Río Santiago iniciaron una “toma pacífica” de esa planta naviera ubicada en Ensenada. en reclamo de insumos para poder trabajar. y advirtieron que no abandonarán la medida hasta que el interventor, Daniel Capdevila, les dé respuestas o renuncie.
La protesta coincide con la vuelta de Capdevila a la planta luego de diez días de ausencia, según los trabajadores. A través de un comunicado, ATE Ensenada explicó que los trabajadores resolvieron en asamblea pedir al interventor que gestione la compra de “insumos básicos para retomar la actividad productiva ya que, por decisión política del gobierno de Maria Eugenia Vidal, paralizó los trabajos en todas las obras”. En concreto piden provisión de oxígeno y gas para poder completar los trabajos que tienen pendientes.
Sobre los Astilleros Río Santiago y su utilidad para la economía argentina, AgendAR expresó su opinión aquí.
La inflación de agosto de 2018 fue del 3,9 por ciento, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que difundió este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Se trata de la suba más alta desde abril de 2016.
Con esta cifra, la inflación acumulada en los primeros ocho meses del año es de 24,3%, muy por encima del 15% proyectado el año pasado.
La semana pasada el Ministerio de Hacienda anunció que la suba de precios para todo el año podría terminar en 42%. Si se mantiene en un nivel parecido, el acumulado será muy superior.
También queda lejos el límite de 32% anual acordado en junio pasado con el Fondo Monetario Internacional, otro de los motivos que obligó al Gobierno nacional a renegociar lo firmado hace tres meses.
Los rubros que registraron mayores aumentos fueron Comunicación, con un 12%; Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un 6,2%; y Alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 4%. La inflación núcleo o core, además, se ubicó en un 3,4%, una cifra sumamente elevada que deja un efecto arrastre para este mes superior al 1%. A su vez, en agosto los precios regulados subieron en promedio 6,2 por ciento.
Los otros rubros que registraron aumentos fueron: Bebidas alcohólicas y tabaco, con un 1,4%; Equipamiento del hogar con un 3,1%; Salud con un 4,1%, Recreación y cultura con un 3,3%; Educación un 1,9%; y Bares y restaurantes un 2,4%. En lo que va del año, los sectores que más subieron fueron: Comunicación con el 36,1%; Transporte, 33,5%; Vivienda, agua, electricidad y gas, 24,5% y Equipamiento y mantenimiento del hogar, 24,3%.
El secretario de Energía, Javier Iguacel, acepta que hay problemas en el precio de los combustibles. Este jueves anunció que el Gobierno publicará un «precio indicativo de competencia» de los valores de nafta y gasoil en cada provincia. La idea sería evitar «abusos» o que los consumidores se encuentren con valores superiores a los «convalidados» por el Gobierno.
«Los precios en el interior están muy bien (?). En la Capital y el Gran Buenos Aires hay un desfasaje (de precios) todavía«, afirmó el funcionario, al salir del Palacio de las Aguas donde habló el presidente Mauricio Macri.
En la secretaría de Energía entienden que las petroleras equilibraron los valores de despacho en el interior, teniendo en cuenta que allí enfrentan mayores costos logísticos por traslado.
El secretario entiende que las petroleras no manejan bien sus costos, gastan de más, y que compensan esa situación con márgenes excesivos en algunas plazas.
La secretaría de Energía planeaba la semana pasada lanzar un anuncio sobre competencia en el mercado de los combustibles. En ese sentido, Iguacel reveló también que tiene en pleno estudio elevar al «20% o 25%» el porcentaje del corte de biodiésel en el gasoil, actualmente en un 10% por ciento, lo que podría «mejorar el precio en surtidor».
El Gobierno logró que el 70% de las Letes en dólares que vencían ayer y estaban en manos de inversores privados se renovaran. En cifras, estos inversores tenían papeles por 895 millones de dólares y renovaron por 626 millones de dólares. Es decir que se llevaron al bolsillo solo US$ 269 millones.
El porcentaje de renovación fue lo que más satisfacción llevó a los funcionarios de la secretaría de Finanzas que conduce Santiago Bausili. Ocurre que en el programa financiero que se presentó la semana pasada, las cuentas no “cerraban” si no se lograba una renovación superior al 60%.
La agencia de calificación estadounidense Fitch Ratings proyectó una caída del 2,5% para la economía de la Argentina en 2018, con una inflación que superará el 40% anual en diciembre.
La firma consideró que las nuevas negociaciones entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) «reflejan esfuerzos proactivos para mitigar riesgos de financiamiento de corto plazo y reducir las necesidades de endeudamiento».
Sin embargo, indicó la agencia, existen una recesión económica amenazante y retos políticos para la austeridad presupuestaria que plantean riesgos para las perspectivas fiscales del país y el programa de financiamiento.
«Estos factores son críticos para la evaluación crediticia del soberano por parte de Fitch», sostuvo en un análisis sobre la situación económica, política y financiera de la Argentina.
La perspectiva macroeconómica de Argentina ha empeorado desde mayo, cuando Fitch revisó su Perspectiva a «estable» desde «positiva», manteniendo su calificación en «B».
«La confianza de los inversores en relación con la deuda de Argentina se ha deteriorado desde junio, cuando el crédito del FMI se puso en marcha. Esto sugiere que el préstamo no ha logrado estabilizar los mercados ni catalizar los fondos privados, como era su intención».
A lo mejor se preguntan porqué AgendAR publica la opinión de una agencia extranjera que dice algo que aquí ya sabemos. Pero es a Fitch y a agencias como ella que los gerentes de los fondos de inversión internacionales toman en cuenta. Entonces, la opinión de ellas es parte de la realidad que enfrentamos.
La agropecuaria Adecoagro, una de las mayores del país, finalmente no cerró la compra de la mayoría accionaria de Sancor, sino que hizo una oferta por sólo dos plantas.
La empresa confirmó que hizo una propuesta formal de adquisición por las fábricas ubicadas en Morteros, en el este de Córdoba, y Chivilcoy (Buenos Aires), además de las marcas Angelita y Las Tres Niñas.
«La propuesta se encuentra a la espera de la evaluación y aprobación por parte de la Cooperativa Sancor», indicó Adecoagro en un comunicado. La operación sería por unos US$ 45 millones.
Esos fondos, si ingresan, se utilizarían para hacer frente al Acuerdo Preventivo Extrajudicial de la láctea, que arrastra una comprometida situación financiera que la obligó a buscar comprador para sus activos. El pasivo de la cooperativa sumaría unos $ 11.500 millones.
Esta semana se llevó a cabo la 39º entrega de los Diplomas al Mérito que año tras año realiza la Fundación Konex. Y que se han convertido en una referencia para un sector de nuestra sociedad.
En esta edición, fueron distinguidas en 20 disciplinas 100 personalidades e instituciones que durante la última década se destacaron en la categoría Instituciones-Comunidad-Empresa.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) fue uno de las cinco Entidades de Investigación Científica y Tecnológica premiadas, junto a INVAP, el Banco Nacional de Datos Genéticos, la empresa Bioceres y la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Columbres.
Emblema de la ciencia argentina, el CONICET destina todos sus esfuerzos en mejorar la vida cotidiana de los argentinos. Actualmente, lo integran más de 25 mil personas, entre investigadores, becarios de doctorado y postdoctorado, técnicos y administrativos. Trabajan distribuidos en todo el país en más de 300 Centros e Institutos tanto exclusivos como creados en conjunto con universidades nacionales y otras instituciones del sistema científico. El organismo celebra este año su 60º aniversario reforzando su compromiso con la sociedad bajo el lema “Ciencia en tu vida”.
En representación del CONICET, estuvieron presentes su presidente, doctor Alejandro Ceccatto, y la directora del Consejo en representación de la Industria, doctora Graciela Ciccia. Ceccatto recibió el Diploma al Mérito de la mano del doctor Galo Soler Illia, investigador principal del CONICET y miembro del Gran Jurado de los Premios Konex 2018. Soler Illia recibió en 2013 el Premio Konex de Platino por sus trabajos en el área de la nanotecnología.
Durante la apertura del evento, el presidente de la Fundación Konex, doctor Luis Ovsejevich, destacó que en Argentina hay personalidades de primer nivel en todas las actividades, y brindó su reconocimiento a los premiados “no sólo por sus méritos y trayectorias sino también por el paradigma que ha contribuido a construir una sociedad más homogénea y justa, que es la que todos anhelamos”.
Jorge Carrera, que fue Jefe de Investigaciones Económicas del BCRA, y actualmente es profesor de Finanzas Internacionales en la UNLP, publicó ayer en Ámbito una grave advertencia. En AgendAR la consideramos fundada, y la reproducimos:
«La crisis cambiaria y financiera argentina iniciada en los primeros meses de 2018 puede estar entrando en una nueva fase con nuevos desafíos.
La primera fase de la crisis fue impulsada por la salida de inversores externos y locales relativamente sofisticados. Muchos de ellos estaban haciendo «carry trade» con LEBACs. Es decir, estaban aprovechando la relativa quietud del tipo de cambio para ganar intereses altos en dólares.
En esta fase la salida de no residentes baja las reservas internacionales del BCRA, mientras que la salida de los inversores locales puede reducirlas si salen al exterior o a una caja de seguridad, pero también puede dejarlas sin cambios o aumentarlas si van a depósitos en dólares en el sistema financiero.
En ese momento se pudo apreciar que las reservas cayeron brutalmente. Desde un pico de u$s 64.000 millones en enero pasaron a u$s 51.144 millones el 6 de septiembre, incluyendo un refuerzo de u$s 15.000 millones del FMI el 22 de junio. Pero al mismo tiempo los depósitos en dólares crecieron.
Como si los agentes económicos locales vieran, en su mayoría al sistema bancario como aislado de los flujos de capitales externos especulativos.
Esto puede ser explicado porque gran parte de los fondos externos que entraron quedaron estacionados en el BCRA, no bajaron al sistema financiero. Esto es muy distinto a lo que ocurrió en la mayoría de los países emergentes. Varios trabajos de Shin y Borio en el BIS de Basilea han alertado reiteradamente por el efecto que los flujos de dólares tomados por empresas privadas y gobiernos generaban en los sistemas bancarios locales expandiendo su capacidad prestable. Y lo dañino que resultaba cuando esos fondos se retiraban, haciendo desapalancar abruptamente a los sistemas bancarios locales.
En Argentina, una parte importante de los fondos externos fueron a LEBACs y quedaron estacionados en el BCRA, por lo tanto, el sistema bancario no fue involucrado, no aumentaron los depósitos y la capacidad prestable. Fue solo un «negocio brillante» del BCRA: alquilar reservas caras por dos años. Habría sido peor que esos dólares hubieran ido a plazos fijos o a LETES en pesos.
LA SEGUNDA PARTE.27/8: empiezan a caer los depósitos en dólares
Podemos ver la evolución de los depósitos bancarios en dólares de clientes privados en el gráfico: vienen creciendo en forma estable desde inicios de año (el promedio en diciembre 2017 era u$s 25.714 millones). Lo cual muestra que han sido inmunes a la crisis en marcha. Como si todo lo que ocurrió hasta ahora pasara en otro nivel del sistema financiero.
El 27 de agosto podría ser un punto de giro de la serie. Los depósitos en dólares privados dejan de crecer y comienzan a caer. Hasta el 7 de septiembre estimamos habrían caído u$s 1.500 millones, aunque esta caída no es necesariamente todo lo que pretendían los depositantes (porque los bancos regulan entrega de cash).
En esta fase, a diferencia de la primera, caen los depósitos y caen las reservas. Es que, simplificando, todos los depósitos en dólares no prestados son encajados por los bancos en el BCRA y se cuentan en las reservas brutas. Por lo cual, la salida de depósitos contribuye a la caída en las reservas brutas y netas.
Este comportamiento es más común en las típicas crisis cambiarias y financieras en economías emergentes analizadas en la literatura económica. En otras palabras, el sistema bancario no está aislado de los problemas del sector externo.La política económica del Gobierno y del BCRA coordinadamente debe dar prioridad a frenar esta sangría. Para ello es importante estabilizar el dólar y dar mayores certezas al púbico minorista que demoró seis meses en reaccionar y puede tardar semanas en calmarse.
Otro aspecto relevante es aumentar las reservas verdaderamente «usables». O sea, agregar swaps con China o con el BIS u otros bancos no ayudará mucho. Recibir cash del FMI o del Tesoro estadounidense, sí.
Tampoco conviene realizar políticas de intervención cambiaria erráticas y mal comunicadas que al público general le indica que se rifan u$s 200 o u$s 300 millones de reservas y no pasa nada. Además, por el momento, no deberían repetirse los errores cometidos con la renovación de LEBACs anterior cuando se quiso intentar un desarme improvisado de las mismas.
El sistema financiero argentino es poco sofisticado y pequeño, pero bastante sólido, conviene ser prudente porque la crisis de 2001 mostró lo peligroso y costoso que es involucrarlo en la crisis. Afortunadamente, estas autoridades cuentan con una gran ventaja: heredaron una regulación macro prudencial sobre los usos admitidos de los dólares por los bancos que no tuvieron tiempo de modificar».
Los despidos en la administración pública nacional, a los que una parte del público los ha naturalizado como un aspecto más del ajuste de los gastos del Estado que asume necesario, en estos días tomó otro cariz en los medios, más dramático: cuando más de 40 médicos especialistas del conocido Hospital Posadas recibieron telegramas.
La pérdida del empleo es siempre grave para el que lo sufre. En este caso, muchos de los que no son directamente afectados pueden sentir la amenaza, si no a ellos personalmente, a la sociedad en su conjunto.
Entre los desvinculados -afirma el diario Clarín, en general favorable al oficialismo- hay cuatro clínicos, cuatro psiquiatras, tres obstetras, tres cirujanos cardiovasculares infantiles, tres especialistas en hemodinamia, dos neurocirujanos, dos patólogos, un traumatólogo especialista en Columna, un cardiólogo infantil, un otorrino, un neumonólogo, un reumatólogo y una pediatra. Muchos de ellos, dicen los profesionales, resultan vitales para sostener la tarea diaria dentro del Posadas.
Entre las bajas también hay endoscopistas, ecografistas, médicos de diagnóstico por imágenes y especialistas en Terapia Intensiva.
“Son piezas fundamentales. Por esta situación, tenemos sectores sin cobertura, estudios que no podemos hacer y estamos sobrecargados. A eso se suma la angustia por nuestros compañeros con los que trabajábamos desde hace años y el miedo a que nos toque a nosotros”, cuenta una jefa de sector de Clínica Médica del Posadas y advierte que tiene pacientes que están en riesgo por la falta de especialistas: “Por ejemplo, hay una mujer internada a la espera de una cirugía cardiovascular. Se la suspendieron porque despidieron al profesional que debía operarla”. Y afirma que hace unas semanas, en la previa a los despedidos, el director médico renunció luego de que le anunciaran que «se venían las desvinculaciones de profesionales».
De acuerdo a Luis Lichtensztein, presidente de la Asociación de Profesionales del gremio Cicop Posadas, en enero despidieron a 122 personas, la mayoría se trataba de enfermeros calificados, que cubrían espacios claves como la Terapia Intensiva infantil y de adultos, y Neonatología. “Ellos hablan de no renovación de contratos pero, en realidad, son despidos. Más del 80% de los trabajadores tienen contratos temporales pero los renuevan hace años: en algunos casos, están hace 25 años en el hospital. De un día para el otro, los desvinculan y lo hacen sin indemnización”.
Ayer se conoció la renuncia del Jefe del equipo de Cirugía Cardiovascular Infantil del Hospital Posadas, Christian Kreutzer, y que, en señal de acompañamiento, todo su equipo había tomado la misma determinación. Esto habría ocurrido luego que profesionales de su servicio recibieran el telegrama de despido.
Desde la dirección del hospital y de la secretaria de Regulación y Gestión Sanitaria de Salud de la Nación minimizaron los problemas y afirmaron que “se encuentra garantizada la atención de todos los pacientes”. En declaraciones al periodismo, dijeron que “es posible que se hayan cometido errores importantes. De ser así se van a subsanar«.
En AgendAR entendemos necesario enfocar también situaciones como ésta. Porque la salud pública, como la educación pública, son requisitos necesarios de la producción argentina. Cuando se habla del gasto estatal, y -casi un lugar común- del «exceso de empleo público ineficiente», parece importante remarcar que nos está faltando personal en el Estado: en la salud, en la educación, en la seguridad. Funciones indelegables en una sociedad civilizada.
Según el relevamiento mensual del INDEC, las fábricas utilizaron en un julio el 60,1% de la capacidad instalada. Es una caída de 5 puntos porcentuales en comparación con el mismo mes de 2017.
Desde enero de 2016, cuando el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos comenzó a difundir esta serie con una nueva metodología, solamente en febrero de ese año se registró un indice levemente inferior (60%) por las vacaciones y la recesión de aquel momento. En cambio, en febrero de 2017, aún con vacaciones, el índice fue del 64,4% superior en 4,3 puntos al de julio pasado.
(Con la “vieja” serie del INDEC habría que remontarse a 2002 para encontrar un mes de julio con una capacidad ociosa superior).
Las industrias que se ubicaron con mayor capacidad ociosa o con menor utilización de su potencial de producción fueron la automotriz (48,1%), sustancias y productos químicos (50,8%), metalmecánica ( 51,1%), textiles (53,6%), caucho y plástico ( 54,3%), edición e impresión (58,6%), alimenticios y bebidas (58,9%).
En niveles superiores al (bajo) nivel general figuran las industrias metálicas básicas (86,3%), papel y cartón (73,8%), tabaco ( 73%), minerales no metálicos (71,4%) y refinación de petroleo (66,2%).
Con relación a un año atrás, hay sectores con retrocesos de dos dígitos. Por ejemplo textiles retrocede 11,9 puntos, refinación de petróleo 18,2 puntos -como “consecuencia de paradas técnicas”-, tabaco 10,1 puntos, y caucho y plástico 10,7 puntos.
El informe del INDEC agrega que la industria metalmecánica, sin la automotriz, registró en julio “un nivel de utilización de la capacidad instalada de 51,1%, inferior al de julio de 2017 (59,2%), a partir de la disminución de los niveles de producción de tractores, cosechadoras, sembradoras e implementos agrícolas, de algunos sectores de consumo durable (en particular la línea blanca) y del segmento de envases de metal.
En AgendAR queremos destacar que este bajo uso de la capacidas instalada de nuestra industria -negativo como es- permite pensar en una recuperación rápida de la economía… si se acierta con las políticas adecuadas.
Científicos argentinos lograron aumentar la productividad de plantas de papa sometidas a condiciones experimentales de sequía y suelos salinos.
El avance sienta bases para desarrollar cultivos que se adapten al cambio climático.
El estudio fue liderado por la doctora Daniela Capiati, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor Torres” (INGEBI), que depende del CONICET. Y consistió en la trasferencia de un gen específico, llamado ABF4, desde una planta herbácea que se usa mucho como modelo de investigación Arabidopsis thaliana, a plantas de papa de la variedad Spunta, que es la que más se cultiva en Argentina.
Las proteínas ABF son factores de transcripción que en muchas plantas regulan la expresión de genes durante la sequía y la salinidad. “Aunque el gen ABF4 no se encuentra ‘naturalmente’ en la papa, los insertamos en plantas de esa especie mediante una estrategia de ‘transgénesis’. Y así logramos aumentar su productividad”, explicó la doctora María Noelia Muñiz García, primera autora del estudio e investigadora asistente del CONICET en el grupo de Capiati, quien dirige el Laboratorio de Ingeniería Genética de Plantas en el INGEBI.
Trabajando en un invernadero, los investigadores compararon plantas de papa con y sin ese gen en suelos salinos y poca disponibilidad de agua. “Vimos que aquellas con el gen insertado tenían un mejor rendimiento. Y además los tubérculos que obtenemos se pueden conservar por más tiempo sin que broten, lo que implica una mejora en su capacidad de almacenamiento”, afirmó Capiati.
Por otro lado, estas papas presentarían más almidón y menos azúcares reductores, lo que las haría más adecuadas para freír o asar al horno.
Según Capiati, quien también es docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, “sería necesario probar estas plantas creciéndolas a campo, bajo distintas condiciones que se correspondan con la realidad de los productores del país”. Por otra parte, destacó que los resultados obtenidos pueden servir de “punto de partida” para identificar otros mecanismos genéticos que puedan ser aprovechados para crear nuevas capacidades en la hortaliza.
Los autores del estudio, Daniela Capiati (izq), Juan Ignacio Cortelezzi, María Noelia Muñiz García y Marina Fumagalli.
El estudio fue publicado en “Plant Molecular Biology” y también fueron coautores Juan Ignacio Cortelezzi (estudiante y becario de la UBA) y Marina Fumagalli, (técnica del CONICET) en el laboratorio de Capiati.
(Fuente: Agencia CyTA-Fundación Leloir)
Eugenio Díaz Bonilla, cuyo análisis de la economía argentina en el siglo XX ya publicamos en AgendAR, es un economista argentino que trabaja en el International Food Policy Institute. Hace unas semanas escribió en Clarín esta columna, que ofrece una mirada reflexiva y sistémica sobre el impacto de las retenciones. Creemos que merece ser analizada.
«El debate sobre las retenciones puede ser analizado a dos niveles. Uno es político. El Gobierno quiere (quería) mantener la promesa que le hizo a un bloque de votantes muy importante en sus triunfos en 2015 y 2017. Es entendible. Pero también se prometió pobreza cero y asegurar un clima de inversiones que lleve al crecimiento, y no se están tomando las medidas necesarias para eso.
El otro nivel es económico. Dejando de lado las posiciones rígidamente ideológicas o de intereses sectoriales, hay dos visiones. Una es microeconómica, de equilibrio parcial. Es decir, supone que las políticas públicas en un sector no afectan mayormente lo que pasa en otros y, por lo tanto, no hace falta analizar el impacto en la economía en su conjunto.
El otro es más macroeconómico, de equilibrio general. Es decir, se considera que las políticas públicas en un sector pueden tener repercusiones en toda la economía que hay que considerar. Desde hace mucho tiempo los (buenos) economistas saben que lo que puede parecer de sentido común a nivel de individuos, puede no serlo a nivel agregado. Recordemos a Keynes y la paradoja del ahorro.
Más recientemente, Paul Krugman argumentó que el hecho de que alguien sea un empresario exitoso no implica que pueda manejar la economía de un país, dado que la capacidad de análisis microeconómico que se requiere para ser exitoso en alguna actividad no es la misma que la visión macroeconómica del sistema en su conjunto.
A lo largo del tiempo, con nuestro equipo del IFPRI, hemos hecho simulaciones (usando modelos de la economía mundial y de la Argentina solamente) de diferentes alternativas de medidas agropecuarias, incluyendo las retenciones, con una visión sistémica, es decir tratando de entender las interrelaciones en toda la economía.
En el caso de las retenciones hay varios puntos por considerar. Primero, una realidad de la economía mundial es que los países no productores de materias primas tienden a importar el producto primario sin impuestos a las importaciones, pero esos impuestos suben con el grado de elaboración.
Por ejemplo (los números son hipotéticos para explicar el argumento), pueden importar trigo con un impuesto (arancel) de importación de 0%; la harina de trigo con 10%; y las pastas o productos panificados con 20%; o el maíz con 0%, pero las aves, porcinos y lácteos tienen impuestos de importación de 20% o más. Y así siguiendo con otros productos primarios, incluyendo minerales y energía. Esto obliga a exportar el producto sin procesar. Como ya mostró hace muchos años el recordado profesor Bela Balassa, esto implica que se están perdiendo empleos en el país productor primario. La respuesta es tener un escalamiento inverso. Es decir, mayor impuesto en el producto primario y menores a medida que aumenta el grado de preparación.
Pasando al terreno doméstico hay una serie de efectos sobre el empleo, las cuentas fiscales, la inversión, la pobreza y otros que hay que considerar. Resumiendo algo bastante más complejo, algunos puntos a mencionar son los siguientes. Primero, al sacar/rebajar las retenciones a los productos primarios, sus productores se benefician con un precio interno más alto (y expanden su producción), pero los que los usan como insumos se perjudican (y su producción se contrae en términos relativos).
El impacto sobre el empleo total y las exportaciones en su conjunto tiende a ser negativo, dado que el procesamiento y el valor agregado internos y los precios internacionales de los productos más elaborados es mayor. Segundo, sin otras medidas compensatorias, el déficit fiscal aumenta (es decir que el ahorro público cae). Dado que la inversión total depende del ahorro público más el privado más lo que se tome prestado del resto del mundo, la caída del ahorro público lleva a una baja general de la inversión, y/o al desplazamiento de la inversión privada, y/o a la necesidad del endeudamiento externo.
Debe notarse que todos estos efectos sobre la inversión agregada sucedieron desde el 2016 con la eliminación de las retenciones. Finalmente, al elevar el precio interno de los productos a los que se les sacaron las retenciones, la línea de pobreza, y el número de pobres aumentan, salvo que haya otras medidas compensatorias. Este efecto negativo sobre la pobreza se puede ver aumentado si la primarización de la producción agregada afecta negativamente al empleo en general.
Hay otros efectos importantes, pero que requieren una discusión mucho más larga, entre sectores agregados y dentro del sector agropecuario, como la pérdida de diversificación productiva al estar excesivamente especializado un país en unos pocos productos. Esto afecta la productividad de la tierra y aumenta el riesgo de mercado de mediano plazo.Lo dicho no significa que las retenciones sean siempre la respuesta. El impacto de cualquier intervención no es único y predeterminado, sino que va a depender del resto del paquete de medidas y del contexto más general. No es lo mismo imponer retenciones a ciertas exportaciones con el tipo de cambio a 17 pesos/dólar que a 37 pesos/dólar; o, en el caso de la soja hacerlo con un precio mundial deprimido que con valores actuales que están alrededor de un 10-15% por encima del promedio ajustado por la inflación de las últimas casi cuatro décadas.
Al sector agropecuario en su conjunto le conviene que el Gobierno le asegure que la combinación de tipo de cambio, retenciones, y precio mundial sea razonablemente estable y competitivo. Y al resto de la economía lo beneficiaría que se manejaran las retenciones de manera de reducir el déficit fiscal para fortalecer la inversión privada, maximizar el empleo agregado y morigerar el impacto sobre la pobreza. Pero eso requiere que se haga un análisis sistémico, sin slogans sobre impuestos distorsivos, visiones limitadas de equilibrio parcial, o argumentos ideológicos sobre expropiaciones».