Nuevamente los argentinos interesados en actividades productivas debemos prestar atención a lo que está sucediendo en unas 8 manzanas del microcentro porteño. Pero, «cuando todos se equivocan, todos tienen razón» aconsejó Bartolomé Mitre a Carlos Pellegrini.
Los datos a hoy al mediodía están en el título. Muestran que el Gobierno confía en las herramientas que ha usado hasta ahora para detener la corrida cambiaria. El final sobre la renovación de las LEBACs lo sabremos en unas horas, pero hay que tener en cuenta que cerca del 50% de los títulos están en poder de bancos estatales más otras entidades oficiales o semioficiales.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) emitió un comunicado en el que cuestionó a quienes, en las últimas horas, reclamaron que los productores agropecuarios liquiden dólares ante la suba constante de la divisa; entre ellos, la diputada, Elisa Carrió.
“La liquidación de los dólares de exportación la realizan los exportadores en un 98 %; sólo hay un dos % de los productores que exportan y liquidan en forma directa. Queda muy claro que no somos los productores los que retenemos los dólares de liquidación de exportación”, indicó CRA.
El sector agrícola exportó en el 2017 U$S 21.400 millones, de los cuales el complejo oleaginoso participó con U$S 18.500, en el mes de abril se liquidaron divisas por U$S 1.376 millones y se lleva acumulado en lo que va del año U$S 6.057 millones. Es el sector individual que más exporta en el país.
Las declaraciones del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne a la agencia de noticias estadounidense Bloomberg están en la tapa de todos los medios locales.
En AgendAR nos parece lo más significativo de ellas el hecho que el gobierno ha decidido reconocer la seriedad de la situación en la víspera del «Supermartes». El día en que deben renovarse, o no, unos 30 mil millones de dólares en papeles nominados en pesos. Que es el mismo monto que se estaría pidiendo como préstamo al F.M.I. ¿Confía en las herramientas que ha usado hasta ahora el Banco Central para enfrentar la corrida cambiaria, o está dispuesto a recurrir a otras medidas? En unas horas lo sabremos.
De cualquier modo, estas afirmaciones de Dujovne describen un cuadro preocupante para este año, sea cual sea el final de esta coyuntura.
El ministro a cargo de la negociación con el FMI, afirmó en esa entrevista: «la tasa de cambio flotante ralentiza el proceso de desinflación. Por eso, como consecuencia de los movimientos del tipo de cambio, la Argentina tendrá más inflación y menos crecimiento».
«El país no está acostumbrado a que se vean los movimientos del mercado de divisas. El Gobierno sabe que la depreciación del peso golpea a la inflación. Pero la desinflación continuará en cuanto se calmen los mercados».
En la misma entrevista, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, dijo que «el peso argentino se encuentra en un nivel razonable» y señaló que «los activos argentino tienen valores atractivos».
El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunirá el próximo viernes 18 de mayo para analizar el pedido de auxilio financiero realizado por el gobierno argentino, dijo Gerry Rice, vocero del organismo.
«El personal del FMI continúa el diálogo con las autoridades argentinas con el fin de lograr un programa respaldado por el Fondo. Nuestro objetivo común es llegar a un rápido acuerdo en estas negociaciones», afirmó el vocero.
Y anticipó que la reunión del Directorio Ejecutivo del FMI sobre Argentina está programada para el viernes 18 de mayo.
Esa reunión será «informal» y es parte del proceso usual en el que el FMI informa al Directorio Ejecutivo sobre negociaciones de programas de alto acceso. En el caso de Argentina, un préstamo stand-by (SBA).
En un escenario volátil el Riesgo País, medido por el JP Morgan, pasó los 500 puntos. La cifra se alcanzó en medio de la fuerte tensión financiera que llevó al dólar a superar los $25 en la city porteña.
Todo eso pese a que el Banco Central inyectó US$ 5 mil millones en el mercado mayorista a $25,50 por dólar, con la intención de ponerle un «techo» a la moneda norteamericana en torno a ese precio.
El riesgo país es un índice económico diseñado para medir el riesgo que representa un país para los inversores extranjeros. Lo que se mide, en concreto, es la diferencia en el interés que debe pagar un país por su deuda (la sobretasa), en comparación con el interés que pagan los bonos de la Reserva Federal de los Estados Unidos, considerados un punto de referencia por representar el menor riesgo.
Esta sobretasa aumentó vertiginosamente en las últimas semanas, aunque aún está por debajo de la que se indicaba cuando permanecía vigente el litigio con los fondos buitres y la traba que representaba para el acceso a fondos de la Argentina.
Entre los factores que influyen para que el JP Morgan, en este caso, como el resto de las calificadoras determinen el riesgo país se cuentan el nivel de déficit fiscal, el crecimiento económico, las turbulencias políticas y la relación ingreso-deuda.
La Administración Federal de Ingresos Públicos advirtió a cerca de 650 mil contribuyentes de altos ingresos que deben regularizar la situación de los empleados domésticos que trabajan en casas particulares.
La comunicación se hizo a través de correos electrónicos enviados a contribuyentes identificados a partir de cruces de datos patrimoniales y de consumo.
«El sector de empleo de casas particulares es uno de los de mayor informalidad en nuestro país y, en su mayoría, afecta a las mujeres», recordó el director de la AFIP Leandro Cuccioli.
Hoy los registros indican 528.439 trabajadores inscriptos en este régimen pero la AFIP considera que si los empleadores cumplieran con la ley, se llegaría a, por lo menos, duplicar el número de empleadas registradas.
El cultivo de papa es uno de los más importantes de la Argentina. Según el Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 se sembraron 75.500 hectáreas, la producción superó los 2,4 millones de de toneladas y la demanda externa es creciente.
En este marco, investigadores de la FAUBA estudiaron la manera de aumentar los rendimientos de la variedad Spunta, una de las más frecuentes en el mercado interno. Por medio de herramientas biotecnológicas consiguieron, en condiciones controladas de temperatura y riego, plantas más robustas que produjeron entre 10 y 15% más tubérculos que las plantas comunes.
Además, el estudio reveló que la tecnología se podría aplicar a otras especies de interés agronómico, lo cual abre un espectro muy amplio de posibilidades a futuro.
“Por medio de ingeniería genética generamos plantas de papa más robustas, con más hojas y con más capacidad de producir hidratos de carbono a través del proceso de fotosíntesis. En consecuencia, las plantas produjeron entre 10 y 15% más papas —es decir, tubérculos— que las plantas normales. Si bien los tubérculos fueron algo más pequeños, la cantidad total por planta fue mayor, y eso se tradujo en que el rendimiento total por planta aumentara en la misma proporción”, explicó Javier Botto, Profesor Adjunto de la cátedra de Fisiología Vegetal de la FAUBA.
Por su parte, Carlos Crocco, docente de la misma cátedra, destacó otra particularidad de las plantas de papa transgénicas. “Nuestros resultados, que están publicados en la revista Plant Physiology, muestran que estas papas desarrollaron una capacidad notable para seguir fotosintetizando a buen ritmo en condiciones de radiación solar elevada, algo que sucede a menudo en condiciones de campo. Esto se debió a que las hojas sintetizaron unos compuestos específicos —llamados antocianas y fenoles— que les sirven como verdaderos ‘protectores solares’. Por lo tanto, creo que podemos empezar a pensar en que sería posible aplicar esta técnica biotecnológica a otros cultivos y a diferentes variedades de papa para potenciar su rendimiento”.
En este sentido, Gabriel Gómez Ocampo, co-autor del trabajo y becario del Conicet con sede en el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA; UBA-Conicet), comentó por qué utilizaron papa en los experimentos. “Decidimos usar esta planta porque es un cultivo muy importante para el país. Por un lado, en la Argentina es un alimento de consumo masivo. Además, somos los terceros exportadores dentro de Latinoamérica después de Perú y Brasil. Por otro lado, para nuestro estudio modificamos genéticamente una de las variedades más comunes, la Spunta, que podemos comprar a diario en cualquier verdulería”.
“Cuando uno habla de organismos transgénicos, en general no consigue buena prensa, y eso tiene su lógica, ya que la sociedad mayormente conoce aquellos organismos a los que se les inserta un gen ajeno, de otra especie. Un ejemplo típico es la soja, a la que se le incorporó un gen de una bacteria para que resista a un herbicida particular. Sin embargo, aunque las papas de nuestro estudio son organismos genéticamente modificados, hay que hacer una salvedad: la transgénesis que usamos sólo modificó un gen que la papa ya poseía en su ADN y que también expresan otros organismos fotosintéticos. En nuestro laboratorio, introdujimos el gen BBX21 de la planta modelo Arabidopsis thaliana y lo expresamos varias veces en las plantas de papa. Es decir, no le incorporamos nada nuevo”, aclaró Crocco, quien también es Investigador Asistente del CONICET.
Los investigadores, en diálogo con el sitio de divulgación científica Sobre La Tierra, profundizaron en la forma particular en que manejaron el genoma de la papa. “Por medio de transgénesis logramos aumentar entre 5 y 7 veces la dosis del BBX21 en papa. Lo que hace ese gen es producir una proteína que regula el funcionamiento —dicho técnicamente, la expresión— de otros genes vinculados con las respuestas de esta especie a la cantidad y calidad de la luz que recibe. Esto determinó que, al menos en las condiciones controladas del invernáculo, el resultado agronómico fuera alentador: las plantas transformadas fotosintetizaron y produjeron más”.
Javier Botto, quien también es Investigador Principal del Conicet en el IFEVA, se manifestó entusiasmado, aunque cauteloso, con la posibilidad de escalar estos resultados a otros cultivos, como soja y alfalfa, y a campo. “Antes de pensar en dar ese salto, decidimos investigar si ese gen también está presente en otras especies, además de la papa. Para nuestra sorpresa, encontramos que el BBX21 se encuentra en el ADN de todas las plantas verdes del planeta, desde algas hasta árboles, y con un nivel de conservación muy alto”.
Por su parte, Carlos Crocco explicó que desde el punto de vista evolutivo, este hallazgo sólo tiene una explicación, y es que la evolución lo conserva porque su función es clave para el crecimiento y desarrollo de las plantas. “Si está en todas las especies vegetales, entonces uno puede asumir que si lo transfiere de una a otra, va a conseguir que su función sea redundante. Nosotros confirmamos que esto es así: potenciamos su funcionamiento y logramos el objetivo de elevar el rinde de la papa, al menos en condiciones experimentales óptimas”.
Surcar el futuro
“Nos interesa muchísimo la posibilidad de interactuar con productores y, por qué no, con el Estado y sus organismos, para estudiar qué pasa con estas papas transgénicas en condiciones de cultivo a campo. Ver cómo se comportan, por ejemplo, ante el estrés hídrico, a la presencia de sales en el suelo o frente al ataque de plagas, cosas que suceden en el mundo real”, expresó Botto, y destacó, ademas, la participación de Edmundo Ploschuk y Anita Mantese, docentes de las cátedras de Cultivos Industriales y Botánica General (FAUBA), respectivamente, como co-autores del trabajo.
“Nos dimos el lujo de hacer ciencia básica con papa, algo que no es frecuente, y demostramos que se podría aumentar la productividad de este cultivo fundamental para la Argentina”, sostuvo Crocco, y añadió: “Creemos que ahora es el momento de hacer ensayos a otras escalas y, en principio, con otras variedades de papa y en distintas regiones del país. Por ejemplo, en Balcarce, Córdoba o Tucumán”.
Al respecto, los investigadores resaltaron la necesidad de apoyo, tanto financiero como en temas de patentes y propiedad intelectual. “El camino es largo y el esfuerzo es mucho. De hecho, para llegar a publicar este trabajo debimos dedicar diez años de investigación, ya que arrancamos en el 2008. Creemos que nuestros resultados son auspiciosos y que abren un gran abanico de posibilidades: lo que estamos viendo en papa es realmente la punta del iceberg”.
Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros que encabezaba la CGT, y secretario general de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), convocó a los sindicatos a un paro general.
La medida de fuerza la plantea en rechazo de los aumentos de tarifas, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y posibles cambios en la legislación laboral.
«Tenemos que trabajar el paro, para que el resto de la ciudadanía acompañe esta medida. Nada se gana sin organización.Si no estamos organizados vamos al fracaso», dijo Schmid tras pronunciar un discurso en la Plaza de la República contra el aumento de tarifas.
Estas cifras son estimaciones, reunidas desde varias fuentes. Algunas de ellas son incompletas. En particular, el total de la deuda, que podría ser mayor. Y el autor original es un economista ortodoxo, muy fastidiado con el actual equipo. Pero sirven para indicar los motivos de la preocupación de los decisores políticos y económicos, aquí y en el exterior.
Ésta es la noticia más importante del año en salud, ciencia y sociedad, aunque si se cumple lo anunciado, está condenada al olvido. Se firmó en la sede de ANLIS (Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud) un convenio para la producción nacional de la vacuna contra la fiebre amarilla.
Lo suscribieron el ministro de Ciencia Lino Barañao; junto con su par de Salud, Adolfo Rubinstein; la interventora del ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, Claudia Perandones; el titular de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), Carlos Chiale y el presidente de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP), Adolfo Sánchez de León.
Se estima que la demanda inicial para la producción de la vacuna será de aproximadamente 5 millones de dosis.
La primera producción estará en el último trimestre de 2019.
El proyecto implica una inversión de 250 millones de pesos.
TRANSFERENCIA
La fabricación local se realizará con la colaboración de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil que cuenta con el Instituto de Tecnología en Inmunobiológicos (Bio-Manguinhos), uno de los principales productores de la vacuna que transferirá tecnología y conocimiento.
CADA VEZ MÁS COMUN
Barañao manifestó que “hoy tenemos algo que debería ser la norma pero que lamentablemente no es frecuente en la historia argentina que es firmar convenios entre ministerios e instituciones como el Malbrán que tiene hoy la capacidad para dar respuesta a un problema como la fiebre amarilla”. Y agregó: “Este es un ejemplo muy claro de la importancia de tener en el país un sistema científico-tecnológico que cuente con los recursos humanos para dar una respuesta eficiente”.
Por su parte, Rubinstein expresó que “este convenio es una enorme muestra de generosidad de la Fundación Fiocruz que gratuitamente cede el conocimiento para que sea utilizado en Argentina con el objetivo claro de cubrir la creciente demanda de vacunas para la fiebre amarilla que existe en la región producto del cambio de las condiciones de vida y del cambio climático”.
El ministro de Salud también destacó la importancia de la colaboración Sur-Sur ya que “estamos muy acostumbrados a la colaboración Norte-Sur donde en general los países en desarrollo reciben la transferencia tecnológica de los países en desarrollo pero muchas veces las características del norte y del sur hacen que esa traducción sea más difícil por lo que en este caso al tratarse de dos países hermanos y vecinos, las similitudes permitirán acelerar enormemente los pasos”.
No hay modo de destacar la importancia de lo sucedido para la Argentina. El mosquito transmisor (Aedes aegeyptii) regresó a las principales megalópolis de nuestro país empujado por el cambio climático y la urbanización informal, que lo provee de millones de charcos de agua en los que poner huevos y criar larvas. En el siglo XIX las epidemias de fiebre amarilla eran continuas: hubo en 1852, 1858, 1870 y la peor y última, la de 1871. Ésta en particular, traída al parecer desde Paraguay por los veteranos de la Guerra de la Triple Alianza, dejó un tendal en Corrientes (2.000 muertos sobre 11.000 habitantes) antes de llegar a Buenos Aires, donde en dos brotes sucesivos, uno estival y otro otoñal, mató al 8% de la población porteña, sumando 14.000 muertos.
Durante la epidemia, Buenos Aires fue abandonada por el gobierno nacional de Domingo F. Sarmiento y el municipal de Narciso Martínez de Hoz, refugiados en la vecina ciudad de Belgrano. Buenos Aires entonces se autogobernó por asamblea, que en Plaza de Mayo votó por aclamación multitudinaria a una Comisión Popular dirigida por el abogado Roque Pérez, secundado por médicos como Francisco J. Muñiz, Carlos Keen y Adolfo Argerich para dirigir la crisis y administrar la vida cotidiana. No había terapéutica útil contra esta virosis, de la que se ignoraba hasta el mecanismo de transmisión. Tampoco se la llamaba «fiebre amarilla», sino más bien «vómito negro», por su síntoma más espectacular. Los cuatro mentados murieron «en batalla», contagiados.
De cada 3 porteños, 2 se mudaron al campo o a ciudades cercanas transitoriamente. Los que volvieron en otoño enfrentaron el rebrote de la fiebre amarilla debido a una prolongada ola de calor. La fortuna fue poco piadosa con los integrantes de la Comisión que administró la ciudad en ausencia de sus autoridades «legítimas»: murieron 12 médicos, 2 practicantes, 4 miembros de la Comisión y 22 integrantes del Consejo de Higiene pública.
La epidemia desató el peor episodio de racismo de la historia argentina. La prevalencia de la enfermedad entre la población negra (decenas de miles de personas) residente en los pantanos de «Barracas al Sur» hizo que la zona fuera barricada por el Ejército y la Policía, sin derecho a salida ni recibir alimentos. Por «razones sanitarias», se le prendió fuego a sus casas. Fue un genocidio ni siquiera muy encubierto, ya que los diarios lo publicaron e ilustraron abundantemente. En 1872 casi no quedaban negros vivos entre los porteños.
Esta epidemia cambió hasta la geografía, el valor inmobiliario, los usos del suelo y de las napas freáticas de la ciudad. La «Chacrita de los Colegiales» perteneciente al Colegio Central (hoy el Nacional de Buenos Aires), cuya producción frutihortícola pagaba los gastos educativos y cuyos dormitorios fungían de estancia de veraneo para los estudiantes del interior, debió ser expropiada para hacer un cementerio inmenso de emergencia, llamado hoy, con la interposición de una «a», La Chacarita. El Ferrocarril Oeste extendió su recorrido por la calle Corrientes para llevar a aquel sitio de extramuros a los finados, que habían pasado de la media de 20 por día a 200 durante el segundo brote, el de marzo. Hoy ese recorrido lo hace el subte B.
Aunque todavía se ignoraba el rol del Aedes aegyptii como transmisor del virus (el concepto de «virus» era desconocido por la ciencia), las estadísticas mostraban prevalencia abrumadora de la fiebre amarilla en los pajonales costeros y sitios pantanosos de los lerdos arroyos porteños, como el Riachuelo: en 1872 Barracas y La Boca empezaron a ser masivamente rellenados. Para escaparse de esos focos de fiebre, la aristocracia local dejó masivamente sus casonas que ocupaban manzanas enteras en los barrios contiguos de San Telmo y en Balvanera y se mudó al norte de la calle Santa Fe y al Oeste de los cuarteles de El Retiro, dando origen al actual «Barrio Norte» y a Recoleta, sitios antes de taitas, compadritos y marginales. El valor del metro cuadrado en esa zona hoy «chic» se debe a la fiebre amarilla de 1871.
Finalmente, hubo un beneficio inesperado para todo el pueblo debido a un error. La fiebre había hecho correr ríos de tinta pseudocientífica: había médicos que aseguraban que se debía «a la falta de ozono» (sic), y otros que la atribuían «a la falta de tensión eléctrica» del aire porteño. Menos versero, el doctor Guillermo Rawson observó que entre los ricos escapados a sus estancias, se enfermaban los que volvían unas horas o días a sus casas y oficinas para rematar algún negocio, pero que cuando estaban de regreso en sus estancias cursaban la enfermedad (en general, letal) sin contagiar a nadie. Claro, lo que no había en las estancias era mosquitos Aedes aegyptii para transportar el virus del humano enfermo al sano.
A su regreso a Buenos Aires, el presidente Sarmiento, que asociaba vagamente la fiebre amarilla con otras epidemias frecuentes de transmisión hídrica (el cólera), emprendió las obras de alcantarillado y de la primer red de potabilización y distribución de agua potable de Buenos Aires, según los planes del ingeniero John Coghlan, y los planos del ingeniero John La Trobe Bateman. En 1881, cuando este sistema ya abastecía a un sector sustancial de la ciudad, el médico cubano Juan Carlos Finlay demostró que la fiebre amarilla era transmitida por alguna «cosa» transportada por el Aedes aegyptii.
Nuevamente, la cesión a la Argentina por parte de Brasil de la vacuna contra la fiebre amarilla, y la inminente fabricación por parte del estado de 5 millones de dosis, es LA noticia sanitaria del año. Lo extraño es que si tiene éxito, jamás se hablará de ella.
YPF está trabajando en un proyecto petroquímico nuevo que instalaría en Bahía Blanca. La idea es poder monetizar la creciente producción de gas que proyecta en sus operaciones de Vaca Muerta. No lo haría sola sino que buscaría algún tipo de asociación.
Esto adelantó el vicepresidente ejecutivo de gas y energía de YPF, Marcos Browne, en un reciente encuentro con inversores. Y señaló que «trabajamos en un gran proyecto petroquímico en el complejo de Bahía Blanca para monetizar el gas natural a través del desarrollo de la capacidad de producción de polietileno».
Por ahora no se conocieron los nombre de los posibles socios.
En otro tema relacionado el dirigente dijo que la compañía está analizando el desarrollo de oportunidades para instalaciones de almacenamiento subterráneo en varias locaciones.
Los empresarios argentinos están hoy en una situación complicada. Especialmente los que están al frente de firmas pequeñas y medianas, pero no sólo ellos.
La incertidumbre cambiaria y las altas tasas de interés, han agudizado al límite un problema que ya tenían de antes las que trabajan para el consumo masivo. Las ventas habían disminuido en la mayoría de los rubros.
Al mismo tiempo, no quieren cuestionar abiertamente al gobierno, porque todas las semanas necesitan de la buena voluntad de un funcionario. Y, sobre todo, no quieren «sacudir el bote». La memoria de otras crisis pesa sobre ellos, como sobre la mayoría de los argentinos mayores de 30 años.
Vemos que en recientes declaraciones radiales Gerardo Díaz Beltrán, titular de la red CAME, aseguró que «somos todos concientes de la difícil situación, en especial para las PyMEs».
Y agregó: «en estas condiciones, con las tasas de interés así de altas, es imposible llevar adelante la operación de una Pyme. Es imposible financiarse y el Presidente es consciente de eso. Nos preocupa que esto se normalice porque las empresas no pueden acceder al crédito con esas tasas y pagarlas».
Según el directivo, que se reunió la semana pasada con Mauricio Macri, el presidente les explicó que «al ir hacia el FMI buscamos un respaldo sólido para tranquilizar a los mercados y acceder a tasas más razonables». Y destacó que «estamos de acuerdo en que el ajuste hay que hacerlo dentro del contexto de la situación en la que estamos».
«Macri nos aseguró que los recursos se van a usar para calmar al mercado y reactivar la economía», dijo Gerardo Díaz Beltrán. Y añadió que «el Presidente nos dio mucha tranquilidad en cuanto a los alcances y condiciones del acuerdo con el FMI».
En la reunión también se tocaron temas de empleo, industria, producción y de los precios de los productos.
Un amplio sector gremial concretará hoy una marcha protestando contra los aumentos de tarifas y las negociaciones que el gobierno argentino encaró con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los militantes de diferentes organizaciones sindicales marcharán junto a representantes de organismos de derechos humanos y el punto de concentración será el Obelisco, a donde llegarán a las 12 hs.
De la protesta participarán un sector de la CGT, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Juventud Sindical Nacional (JSN), entre otros. Se sumaran referentes sindicales de diferentes sectores como Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Hector González (Luz y fuerza Patagonia), Hugo Benítez (Textiles), Roberto Coria (Guincheros), Julio Piumato (Judiciales), Pablo Flores (Impositiivos), Sergio Sanchez (Peajes), Raúl Epelbaum (Señaleros), y Carlos Frigerio (Cerveceros).
La publicidad busca dejar atrás los estereotipos porque es algo bien ponderado por las audiencias (y consumidores): nueve de cada diez personas avalan las publicidades que rompen con las concepciones tradicionales de género.
Esto surge de un reciente informe elaborado por la consultora Trendsity que marca que estos anuncios disruptivos son considerados como un intento de:
generar un cambio positivo en futuras generaciones (54%),
disminuir prejuicios en la sociedad (58%).
El trabajo, denominado «Representaciones femeninas y estereotipos de género en comunicación: oportunidades para las marcas», es una completa investigación sobre representaciones femeninas y estereotipos de género en comunicación. Y se presentó públicamente en el marco del reciente Latam Fest.
Estuvo basado en una encuesta hecha sobre más de mil casos en Argentina y otros cuatro países de la región.
Otros hallazgos del estudio son los siguientes:
En la actualidad de América latina comienzan a circular discursos a favor de la de la igualdad de género que proponen un mensaje innovador, aunque la historia y la tradición aún pesan.
La mayoría de los padres no distinguen género (construcción social) de sexo (categorización biológica) en su discurso cotidiano.
Ya hay cambios significativos en la crianza en la relación con el género, como por ejemplo criar varones más comprometidos en las tareas hogareñas u observar entre los hijos mayor valoración al rol de la mujer en la sociedad.
La autonomía es considerada como uno de los principales valores de la crianza, tanto para hijas mujeres como para hijos varones. Un 49% busca criar hijas que sean respetadas, y un 42%, que sean fuertes emocionalmente.
La apuesta es por criar hijos varones más conectados con sus responsabilidades, y también con valores emocionales: 47% busca que sean sinceros y 44% que sean bondadosos.
El 98% de los padres reconoce criar a sus hijos de manera diferente a como han sido criados ellos mismos, incorporando la intención de transmitirles igualdad de responsabilidades ya sean hombres o mujeres (73%), mayor tolerancia y respeto por las diferencias (53%) y también habilitando espacios para la reflexión e intercambio de opiniones con sus hijos.
TrialPanel, consultora de investigación de mercado, realizó un estudio para conocer cuáles son los principales usos que se le da a Internet, a través de qué dispositivo se conecta, horas promedio en línea y el uso de las Redes Sociales.
Del trabajo surgió que (tomar en cuenta que las respuestas no son alternativas; una misma persona utiliza habitualmente varios medios, con distintos propósitos):
• el 86% de los usuarios recurre a Internet para informarse,
• el 70% para distraerse
• el 20% busca ofertas laborales
OTROS USOS
Por ejemplo, el 65% la usa para comunicarse, el 62% para trabajar, el 56% para hacer compras, el 50% para leer, el 44% mirar contenidos o escuchar música.
COMO SE CONECTAN
Al consultar por el dispositivo elegido para conectarse, el 85% elige la computadora, el 80% el teléfono celular y un 27% la tableta. Y si hablamos de tiempos, el 22% dice estar conectado más de 9 horas diarias, un 54% entre 3 y 9 horas y un 24% menos de 3 horas.
REDES
Las Redes Sociales no pueden quedar afuera. Las dos aplicaciones más utilizadas por los encuestados son:
• WhatsApp (90%) • Facebook (80%)
Más alejados se encuentran YouTube (57%), Google+ (40%), Instagram (39%), Linkedin y Twitter (25%), y finalmente Skype y MSN (19%).
A la consulta por lo que más gusta de las redes sociales las opciones más mencionadas fueron: ver noticias, poder compartir fotos y charlar con amigos. En el lado opuesto, lo que menos gusta son las cadenas, el spam y que te obliguen a regístrarte para ver determinado contenido.
DE COMPRAS
En esta misma línea, 7 de cada 10 encuestados dice realizar transacciones por internet. El 84% realiza pagos de impuestos y servicios, el 80% transacciones bancarias, 70% compra de productos en general, 38% compra de tecnología. Un grupo todavía alejado en los números es el que realiza las compras del supermercado (20%).
El estudio se realizó sobre una base de 430 casos, hombres y mujeres, mayores de 18 años, de todos los niveles socioeconómicos, residentes en CABA, GBA y principales plazas del país.
Enrique Garabetyan
Un acuerdo de cooperación firmado entre el Ministerio de Agroindustria argentino y Noruega para estudiar la factibilidad de desarrollar la cría industrial de peces en jaulas oceánicas o en piletones indoors ya generó una fuerte disputa ambiental.
Según fuentes de la subsecretaría de Pesca, la especie elegida para este desarrollo acuícola sería el salmón chinook (Oncorhynchus tshawytscha), una especie migratoria con ciclos de vida fluvial-marina-fluvial propia de los ríos de Siberia, Alaska, la Columbia Británica y el Pacifico Norte. El chinook salvaje logra vivir más de 8 años, y llega a tallas colosales: el mayor jamás pescado pesaba arriba de 44 kg. Por sus aguas frías, las zonas lógicas para instalar emprendimientos «de cultivo» serían el Canal de Beagle y el litoral santacruceño del mar argentino.
Pero el acuerdo ya es rechazado por sectores ambientalistas que cuestionan que el salmón es una especie exótica y que su producción es contaminante. Como exótica, no lo es desde que en 1933 una primitiva producción en la boca del río Santa Cruz, sobre el Atlántico, libró animales que decenas de generaciones después, vueltos a la vida silvestre, llegan hasta 1000 km. tierra adentro hasta los arroyos y lagos glaciarios santacruceños en su ciclo final de vida, para el desove de los adultos, previo a la muerte. Estas hazañas de navegación contracorriente y escalando cascadas son típicas del chinook: en el río Columbia han llegado hasta 3600 km. tierra adentro, y en ese camino, escalado hasta 2100 metros sobre el nivel del mar.
Como conquistadores voraces, los enormes chinook argentinizados han «limpiado» la cuenca del Santa Cruz de sus peces originales, en especial los puyenes. En revancha, dieron lugar a una industria de pesca deportiva en la que no es infrecuente que un visitante estadounidense o chino pague entre U$ 500 y 1000 dólares «por apertura de tranquera». Con peces que dan batalla antes de sucumbir y pueden pesar 10 kg., los visitantes consideran que el gasto valió la pena.
El «turismo receptivo salmonero» se ha generalizado también en las estancias lindantes con ríos y arroyos de Tierra del Fuego. Allí los salmones entraron como colonizadores «por iniciativa propia» desde Santa Cruz, pero también porque se escapan de los jaulones sobre el canal del Beagle, donde se los cultiva desde los años ’90.
Como no hay vuelta atrás en este proceso, como no somos puyenes y dado que estamos a favor del turismo receptivo como industria, en AgendAR no vemos la pesca de salmones salvajes como un problema.
Otra consideración merecen los animales de cría. Al cultivarse en jaulones marinos, estos peces tan migratorios suelen enfermarse y el hacinamiento facilita el contagio, de modo que «el cultivo» de salmones normalmente necesita de vacunas y a veces antibióticos. La alimentación, que debe tener hasta un 55% y un 22% de proteína y ácidos grasos, a su vez es causa frecuente de sobrepesca de especies salvajes de poco valor de mercado. Según sus expertos, la concentración de heces y los pellets con antibióticos, cuyos desechos se asientan en el lecho marino, y que otras especies como crustáceos pueden ingerir, constituyen una amenaza para la sustentabilidad de los ecosistemas autóctonos marinos.
Este debate ya se desarrolla en Chile, donde la salmonicultura está extendida desde hace ya muchos años. Allí los ambientalistas señalan que el resultado de estas explotaciones es la proliferación de algas tóxicas emparentadas con la marea roja que afecta a otras industrias extractivas. La causa de las mareas rojas es que tanto los «pellets» de alimento balanceado como los desechos de los salmones introducen grandes cantidades de materia orgánica en las aguas de los fiordos chilenos, que hasta los años ’80 eran prístinas.
Y esto divide aguas de modo social: si bien las empresa salmoneras suelen ser grupos concentrados chilenos o firmas multinacionales, el pueblo de las regiones magallánicas es naturalmente «marisquero», cosecha moluscos bivalbos para su dieta diaria, pero también desarrolló PyMES enlatadoras y exportadoras. El problema es que los bivalbos, con las mareas rojas, absorben toxinas en el mejor de los casos diarreicas, y en el peor de los casos, paralizantes.
Pese a este conflicto, el nicho salmonero chileno es pujante: existen unas 400 empresas salmoneras, y este pescado ya es el segundo producto de exportación después del cobre. Anualmente se envían al exterior 830 mil toneladas anuales de salmón a mercados como EE:UU, Japón, Brasil, Rusia, Europa y China.
Es improbable que la Argentina logre ser un exportador del calibre de Chile: fuera del Canal del Beagle, la costa argentina de la Patagonia prácticamente carece de fiordos abrigados del viento y del oleaje terrible que caracteriza nuestro litoral austral. El abrigo contra viento y oleaje en los fiordos chilenos (al igual que en los neocelandeses, o los escoceses y noruegos) garantiza la integridad estructural de los jaulones. Por motivos tan inmanejables como la geografía, el salmón chinook aquí parece destinado a dejar menos utilidades, pero también menos problemas.
Activistas de Greenpeace llegaron en zodiacs hasta las jaulas salmoneras de Cermaq en Skyrin, perteneciente a la multinacional Mitsubishi, donde desplegaron bajo el agua un cartel con el mensaje: “Esto es lo que esconden las empresas salmoneras”, haciendo referencia a las gigantes concesiones de esta industria cuyas jaulas ocupan aproximadamente una cancha de fútbol y un edificio de cinco pisos en profundidad.
Según el más reciente informe elaborador por el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, el Índice de Equilibrio Fiscal (IEF) registró en marzo una declinación del 2,4% respecto a febrero.
«En marzo, nuevamente, los gastos crecieron en mayor proporción que los ingresos. En este desbalance jugó un papel determinante el pago de intereses de la deuda, que se incrementó en $ 15.700 millones», señaló Víctor Beker, director del CENE.
Si se lo compara con años anteriores, este índice se ubicó un 2,1% por encima de marzo de 2017 y un 8,6% por sobre el de igual mes de 2016.
Un documental en color nos pasea por las costumbres, los autos, las ropas y las comidas de los porteños de hace 50 años. Es una mirada elogiosa y desde «afuera», lo que aumenta su interés para nosotros los argentinos.
Es lo que veía un turista, y la lista de lugares no ha cambiado: de la Boca, a la calle Corrientes, del Palacio del Congreso Nacional a la Casa Rosada, del Cabildo al Teatro Colón, la Avenida de Mayo, Florida, el Puerto, Caminito, El Tigre, Río Paraná y el Hipódromo de San Isidro.
En esos años Argentina tenía plantas automotrices de producción nacional 100%. Y en 1962, según la UNESCO, gracias al sistema educativo público, la Argentina era el país más alfabetizado de las Tres Américas, seguido por Canadá. Por último, el movimiento de cargas del puerto era el más importante del país: hoy ha sido desplazado a otros sobre la costa bonaerense y sobre el Paraná libres de la limitación porteña: ya en 1962 era difícil operar con barcos de más de 10.000 toneladas de desplazamiento por falta de fondo.
La composición misma de cargas varió enormemente: en 1962 entraban bienes de capital, no manufacturas. Y el número fuerte de las exportaciones primarias era comida, no containers vacíos y forrajes.
Durante abril las ventas minoristas cayeron un 3% en comparación con el mismo período del año pasado.
El dato surge de un relevamiento empresarial hecho por la CAME que asegura que la caída se debe a cuatro factores:
Incertidumbre cambiaria,
El menor poder de compra de las familias,
Los altos niveles de endeudamiento
La mayor tasa de ahorro.
De esta forma, las ventas acumularon en el primer cuatrimestre una baja interanual del 1,9%, de acuerdo con un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En comparación con marzo, el consumo registró una baja del 0,8%, aunque, según explicó la entidad, suele ser inferior porque el mes tiene menos días hábiles.
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