Comederos inteligentes del INTA: Premio a la innovación tecnológica 2018

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Un sistema de “comederos inteligentes” diseñado por técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) obtuvo la medalla de oro que otorga el Centro Internacional de Innovación en Tecnología Agropecuaria (CITA) en su certamen anual. Se trata de un proyecto de ganadería de precisión elaborado en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Anguil (La Pampa), donde trabaja el coordinador del Programa Nacional de Producción de Carne del Inta, Aníbal Pordomingo; y que antes ganó en la categoría “Sistemas de Automatización” de origen nacional. Según indicó Inta Informa, “el desarrollo permite evaluar el consumo individual y el comportamiento de cada animal perteneciente a un rodeo determinado. Se basa en la automatización, el desarrollo y la optimización de comederos, para el monitoreo de la alimentación del ganado ovino y bovino y es adaptable a otro tipo de producciones”. Entre otros beneficios, el sistema provee de información precisa y hace posible, entre varias aplicaciones, seleccionar los individuos más eficientes desde el punto de vista de la conversión del alimento a carne. Al respecto de la tecnología de los comederos inteligentes, Juan Balbin, presidente del INTA, aseguró que significa poder empezar a medir los índices de conversión y, a través de marcadores moleculares, se podrían establecer los parámetros que los determinan. “Creo que vamos a revolucionar sistemas de selección en toda la ecuación ganadera en los próximos años”, destacó. “Esto nos puede posicionar a nivel internacional en un concepto extremadamente innovador que pasa desde mejorar la conversión, hasta bajar la huella de carbono y bajar el concepto de emisiones”, pronosticó.

Argentina le pedirá a EE.UU. que levante trabas a la importación de carne bovina

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En un nuevo capítulo de la (débil) pulseada comercial que libra la Argentina con los Estados Unidos, el Gobierno reclamará al secretario de Agricultura norteamericano, Sonny Perdue, que defina en forma inmediata la apertura del mercado de su país para la carne argentina. Perdue llegará este viernes a Buenos Aires en el marco de la cumbre de secretarios de Agricultura del G20 y mantendrá una reunión privada con su par Miguel Etchevehere, quien le pedirá que la administración de Donald Trump habilite cuanto antes una normativa para que Washington levante las trabas que desde marzo del 2001 hasta ahora impuso a la Argentina para el ingreso de carnes. Etchevehere será anfitrión de la cumbre de ministros de Agricultura del G20 este viernes y en paralelo a esa agenda mantendrá reuniones bilaterales con 15 funcionarios. Entre estos encuentros se estima que uno de las más relevantes será el que mantendrá con Perdue. Según confirmaron fuentes calificadas del Gobierno, Etchevehere le pedirá a Perdue que haya una «reciprocidad comercial» en el ámbito de la agricultura entre Washington y Buenos Aires, teniendo en cuenta que en abril pasado la administración de Mauricio Macri aprobó el ingreso de carne de cerdo proveniente de los Estados Unidos por primera vez desde 1992. Estados Unidos elogió esta decisión, aunque aún no se concreta en los hechos ya que faltan avales del Senasa.

Macri comprará una central nuclear china. La industria argentina, ausente

La noticia nuclear del año debería ser la compra a la CNNC (China National Nuclear Corporation) de una central china de potencia, una novísima Hualong I de 1180 MW, la misma que fue rechazada por la movilización general de la población rionegrina (sobre esto, fijamos posición aquí), y cuya construcción se iniciaría en 2022. Ésta debería ser LA noticia. No lo es, porque es una operación “llave en mano”.  La noticia real, para la Argentina, es la suspensión definitiva de Atucha III, una central CANDU6 totalmente diferente, de uranio natural y agua pesada, en lugar de uranio enriquecido y agua pesada, y con un 70% de participación de industria nacional. Si tomamos en cuenta que la decisión del uranio natural viene desde 1967, porque es un combustible que podemos fabricar nosotros, desde un punto de vista soberano se trata de una necrológica. En 1971, el Ministro de Economía Aldo Ferrer sacó la ley de “Compre Nacional” para forzar, entre otras cosas, que la primer central nuclear comprada por Argentina, Atucha I, tuviera un 31% de componentes nacionales, incluso en instrumentación y electromecánica. Los indignados alemanes de la KWU (luego SIEMENS) se tuvieron que fumar eso, y que les cambiáramos la ingeniería básica propuesta inicialmente, y finalmente que el combustible se hiciera en Argentina. Lo que fuera, con tal de que no adquiriéramos Atucha I de los canadienses. Lejos del modelo brasileño «llave en mano» de entonces, éramos el único país sudamericano con un programa nuclear autónomo, compradores horribles, si los hay. De esos que usan a un oferente contra otro. Embalse, una CANDU canadiense instalada más tarde en Córdoba, llegó a un 60% en valor de componentes y servicios locales. Con Atucha II, se llegó al 71%. De modo que con la Hualong I no se puede decir que volvimos al casillero 1. Inauguramos el 0, total novedad en nuestra historia nuclear. La Comisión Nacional de Energía Atómica, corazón del programa nuclear, con esto queda literalmente pintada en la pared. También 129 empresas argentinas que construyeron Atucha II.
Construcción de Atucha II
Construcción de Atucha II (Gta NA-SA)
En una síntesis apretada, la Hualong I se compra “llave en mano”, lo que deja afuera (o muy afuera) a esas exactamente 129 empresas argentinas de distintas ingenierías que, bajo la dirección de NA-SA y contra todo pronóstico, terminaron Atucha II en 2011, y que la pusieron en marcha en 2014. En la lista hay firmas privadas gigantescas, como DYCASA, TECHINT, IMPSA, PÉREZ COMPANC, hay estatales como la citada NA-SA, INVAP, CONUAR, DIOXITEK, hay 121 privadas medianas como CRUMA (estructuras metálicas, puentes, pasarelas) o TERMIPOL (esclusas, cerramientos especiales, anti-explosión e incluso anti-misil). Todas ellas están evaluando lucros cesantes desde marzo, cuando tras dos años de ideas y venidas, el hoy ex ministro de energía, ing. Juan J. Aranguren, les comunicó que se suspendía Atucha III para no endeudar al país. Hay 400 ingenieros en todas estas empresas que “sacaron chapa de nucleares” en obra, hay 5000 personas que elevaron su nivel de calificación con el aprendizaje de técnicas avanzadas de inspección de integridad de componentes, de soldadura de aleaciones raras, de transporte y montaje de precisión de componentes descomunales, como el recipiente de presión (975 toneladas) o enormes pero delicados, como los generadores de vapor. Hay obreros calificados que se hicieron técnicos, hay técnicos que se hicieron casi ingenieros. Hay (hubo) una tremenda generación de recursos humanos. Todas estas organizaciones y personas a principios de 2016 se aprestaban a construir una central CANDU6, máquina que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) conoce a fondo, y por ende también NA-SA: casi un clon de Embalse, pero con 100 MW más y el doble de vida útil (60 años). China y Canadá ponían el 30% de componentes y servicios, y del resto nos ocupábamos nosotros. ¿Financiación? China cubría el 75% del costo, que a fines de U$ 2015 se estimaba en U$ 7000 millones. Y China daba 8 años de gracia desde la conexión a la red eléctrica para empezar los pagos. Si los U$ 150 mil millones de deuda nueva tomados por este gobierno fueran de este tipo, en lugar de no saber cómo fondear tanta emisión de títulos impagables, hoy no sabríamos de dónde sacar ingenieros y técnicos para construir nueva infraestructura. Como tipo de crisis, sería mejor que tener que festejar (es un decir) que el FMI nos ha dado uno de sus célebres salvavidas de plomo. Una oferta como la de Atucha III sucede poco: es un cisne negro. Pero le retorcieron el cuello, pobre animal. Una CANDU6 de 700 MW literalmente gratis. Tal fue la suculenta carnada que la CNNC le puso a la Argentina para que aceptara la compra de otra central muy distinta, de uranio enriquecido, la Hualong I, una tecnología disruptiva para toda nuestra historia nuclear anterior. Y el sentido de la carnada era evitar que ROSATOM, la empresa nucleoeléctrica rusa, que ya vendió un reactor chico en Bolivia, hiciera pie aquí (y luego en Sudamérica) con una máquina VVER de 1200 MW. A probable paridad técnica con China, la desventaja rusa fue doble: ROSATOM no puede darte una central de regalo, y menos que menos una CANDU. No las conocen. Tan disruptivo para Argentina es éste pasaje sin transición desde el uranio natural al enriquecido que deja al borde del cierre la PIAP, o Planta Industrial de Agua Pesada contigua a la central hidroeléctrica de Arroyito, Neuquén. Una lástima: es la mayor fábrica del planeta de este insumo usado por 49 centrales en todo el mundo, y cuyo precio está entre los U$ 700 mil y U$ 800 mil la tonelada. 1000 trabajos a perderse, ahí. Y una instalación que a fecha de hoy costaría U$ 900 millones. La Hualong I, de generación III, está llena de sistemas de seguridad pasiva y es probablemente una muy buena máquina. Teniendo en cuenta su linaje (las excelentes APR francesas de generación II), sólo se le pueden suponer virtudes, porque no se le conocen defectos. Y sería imposible que se le conozcan porque hay una sola completa en el mundo, a punto de iniciar operaciones comerciales en 2019: la 5ta unidad del gran complejo de centrales de Fuqing, provincia costera de Fujiang. La CNNC y el gobierno chino han decidido hacer de esa central su “caballito de batalla” en infraestructura propia y en exportación, de modo que hay 4 más en obra en El Reino del Medio, 2 en Fangjiashan y 2 en Fangchenggang. Pakistán pidió 5. Otro reino más chico y cauteloso, el llamado Reino Unido, estudia adquirir 8. Hablar de cautela es casi un “understatement” británico. El ONR (Office for Nuclear Regulation) se tomará hasta 2021 para estudiar la ingeniería; dada su aprobación, transcurrirán algunos años de discusión para que otros organismos del gobierno negocien con CNNC la participación de la industria nuclear inglesa. Mientras tanto, los 600 expertos de la ONR estudiarán las distintas Hualong I que irán entrando en servicio en China y Pakistán y podrán juzgar su desempeño ya no por su linaje técnico o sobre documentación, sino sobre bases experimentales preliminares más sólidas. Porque como dicen los filósofos empíricos martinfierristas en Bradwell, sobre la desembocadura del río Blackwater, en Essex: “Pa’ conocer un rengo/hay que verlo caminar”. (Bradwell sería el próximo emplazamiento de 2 Hualong I). Pero tales aparatos bien podría ser de otra marca. Y es que la ONR, viene evaluando sin apuro la seguridad de otros diseños de generación III: el EPR francés de ARÉVA, el CANDU ACR 1000 y el GE-Hitachi. La ONR aprobó el AP-1000 de Westinghouse (el “Cadillac” de las centrales nucleoeléctricas)… justo el día en que Westinghouse quebró. En Washington aquello no gustó, pero los británicos para estas cosas tienen la famosa “flema inglesa”, o una paciencia china según quién mire. “Llave en mano” y “Llame ya”, con una central poco probada, por ahora es cosa de pakistaníes… y de argentinos, nos venimos a enterar anteayer.
La construcción de Atucha I, en la década del ´70. La CNEA forzó a la proveedora alemana KWU a profundos cambios de diseño y a una participación local con un 31% de componentes y de obra.
Las 129 empresas privadas que entre 2006 y 2011 terminaron Atucha II (una obra imposible e innecesaria, según la entonces oposición, hoy gobierno), en 2022 “mirarán pasar el tren nuclear chino” cuando la Hualong I llegue en cajas, cajones y cajitas, como un meccano, junto con muchos centenares de expertos chinos para ensamblar las piezas. Algunas de tales firmas argentinas estarán peleando por conseguir algo de obra civil no nuclear: armar encofrados, poner fierros, volcar cemento, construir oficinas, las migajas. Nuestros 400 ingenieros nucleares nuevos se irán a hacer otras cosas. En 2014, cuando entró en línea Atucha II, solían tener autos nuevos y como norma, hablan bien inglés, de modo que tienen la opción de manejar para Uber aquí, o bien de tomarse un Uber hasta Ezeiza. Con 8 centrales (de alguna marca) a construir, sobrará trabajo en Inglaterra. También en Pakistán, China, Corea y la India, para los muy audaces. Aquí se inicia otro derrumbe de recursos humanos nucleares como el de los ’90. Como dice Infobae del 23 de julio: “La decisión fue cerrada entre la Cancillería y las autoridades de Beijing. Según confirmaron cuatro fuentes calificadas del Gobierno y la diplomacia china, el acuerdo alcanzado resultó beneficioso para ambas partes por una simple cuestión: la Central Atucha III era un proyecto de China compartido con tecnología de Canadá». «Se alcanzó una solución que complace a los chinos y a la Argentina porque ratifica la asociación estratégica integral de ambos países. Y si bien China iba a financiar la construcción de Atucha III, el país tenía en su presupuesto un programa de endeudamiento inicial por USD 9.000 millones que ahora no lo tendrá», explicó en su momento un funcionario que trabajó arduamente en las negociaciones secretas con Beijing.” Una central que se compra “llave en mano” viene con suministro de combustible por parte del fabricante, lo que para la Argentina, independiente en «fuelling» desde 1984, implica otro retroceso en soberanía (y van…). Dejar este negocio en manos de la CNNC es comprar una deuda extra a pagar durante los 60 años de la primera vida útil de la Hualong I. Lo del combustible aumenta de manera imposible de calcular el precio final de U$ 9000 millones de la máquina. Lo cambia de aquí a la China. La próxima central nucleoeléctrica criolla por ahora todo el mundo la llamará Hualong I. No tiene un toponímico argentino que la designe, porque tras el rechazo (hecho ley) de Río Negro, no es improbable que las provincias candidatas a recibirla exijan industrias electrointensivas (vidrio, aluminio, papel, química, acero, fabricación de gases industriales) a pie de central, algo que no está en el ADN de este gobierno. Y es que fungir de banco de pruebas con una central de 1180 MW para iluminar la distante Reina del Plata no parece un negocio de gran federalismo. El gobierno que surja en 2019 encontrará todo firmado y legalmente abrochado, y deberá bailar con esa música. Nada gusta tanto a un magnate chino como contemplar las carpas doradas que nadan, indolentes, en la paz del estanque de su jardín privado. Pero en términos etológicos, la Argentina les ha resultado un pez extraño: acaba de escupir la carnada para poder clavarse mejor el anzuelo. “Hay alegría en el cielo”, como dicen en Beijing, por esta pequeña contribución criolla a espantar la recesión… en China. Todo esto sucede en un contexto alarmante: el nuevo ministro de Energía, el ing. Javier Iguacel, tan petrolero como su antecesor Aranguren, anuncia recortes en el sector de ingeniería de construcción de NA-SA, la empresa que construyó Atucha II y que la compra “llave en mano” de la Hualong amenaza dejar afuera de juego. Iguacel quiere que NA-SA sea una simple “utility”, es decir una operadora boba de centrales. Para un petrolero puro y duro, una central nuclear es un enchufe. El problema es que no lo es, y la decapitación de diseñadores que programa Iguacel resulta ilegal. En Argentina, por disposiciones regulatorias muy rígidas, quien opera un reactor o una central nuclear debe saber cómo construirla. Eso explica 60 años de operación de ambos tipos de plantas prácticamente sin accidentes. Iguacel argumenta que para construir alcanza con INVAP, la emblemática empresa barilochense. Debe ser un entusiasmo muy personal el suyo, porque desde 2016 su gobierno le provocó a INVAP una caída del 94% de sus ingresos a fuerza de rescindirle contratos y de pisarle pagos. Cualquier malpensado opinaría que la quiere cerrar. La posibilidad de otro ofertón de financiamiento y participación industrial argentina como el de Atucha III no se repetirá. ¿Para qué un magnate chino perdería plata en tentar con carnadas a un pez tan enamorado del anzuelo?

Daniel E. Arias

El CONICET participó del desarrollo del 2° magnetómetro criogénico del mundo

Un desarrollo tecnológico argentino de vanguardia liderado por la empresa La.Te Andes en conjunto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa Endeavour Ingeniería, hizo posible que nuestro país cuente con el segundo equipamiento en el mundo apto para medir el paleomagnetismo de rocas con sensores superconductores. El equipamiento capaz de hacerlo se denomina magnetómetro criogénico y hasta el momento, el único fabricante en el mundo se encontraba en California, Estados Unidos. El Paleomagnetismo es el estudio del campo magnético terrestre registrado por las rocas en el momento de su formación o durante procesos geológicos posteriores. Poder medirlo es vital para la industria petrolera, ya que arroja información clave sobre la formación del petróleo y la trampa geológica que lo contiene, reduciendo los riesgos de inversión. “El magnetómetro criogénico es un instrumento que permite determinar cómo era el vector cuando se formó la roca, es decir, dónde estaba el polo norte o polo sur en el momento en que la misma se formó. Tiene altísima tecnología y electrónica muy sofisticada”, explica Roberto Hernández, presidente de La.Te Andes. Además, agrega: “El proyecto Cri.Ar nos convierte en la segunda fábrica de este tipo de tecnología en el mundo y nos va a permitir generar una estructura de servicios de alta velocidad por la estructura de robotización alcanzada. El equipo procesa una muestra cada tres minutos, es decir que la volumetría de análisis está a la altura de la que demanda la industria del petróleo”. En efecto, el Cri.Ar -que ya se encuentra en fase operativa– cuenta con capacidades similares o superiores a los magnetómetros comerciales, a una fracción del costo. En términos técnicos, el equipo permite la obtención de información relativa a tiempo de la deformación, orientación de coronas, cuantificación de rotaciones, ubicación cronoestratigráfica de perfiles sedimentarios y tasas de sedimentación. Los doctores del CONICET con asiento en la CNEA, Julio Guimpel, Mariano Gomez Berisso, Víctor Correa, Pablo Pedrazini, y Marcelo Vasquez Mansilla formaron parte del equipo que desarrolló la innovación. La conceptualización del diseño, la programación de un software para el control del magnetómetro, y la definición de mecánica y electrónica, son sólo algunas cuestiones que tuvieron que resolver junto a personal de La.Te Andes y Endeavour Ingeniería. El investigador principal Julio Guimpel, director del proyecto, comenta: “Siempre es desafiante enfrentarse con el diseño de un equipo nuevo. En este caso, que tuviera el condimento de que fuera necesario para una empresa que está haciendo prospección, lo que a su vez significó hacer un desarrollo que sea productivo para el país, fue muy motivador”. “Nosotros producimos conocimiento pero también es necesario poner en valor ese conocimiento en provisión de servicios o en bienes de naturaleza tecnológica. En este caso, se trata de un nicho único porque no hay compañías que hagan lo mismo; es un aparato que no se encuentra disponible en el mercado”, agrega Gomez Berisso, investigador independiente que integra Laboratorio de Bajas Temperaturas en la CNEA, y que puntualmente estuvo involucrado en la parte mecánica y criogénica del equipo. Tener en nuestro país un magnetómetro criogénico es el resultado de la sinergia entre empresas decididas a apostar al crecimiento de la industria a partir de la innovación, y del apoyo de instituciones científicas como el CONICET y la CNEA, que promueven el avance tecnológico del país, el desarrollo de la economía nacional y el mejoramiento de la calidad de vida. “El proyecto CRI.AR fue un proceso de un año, gracias a que hay más de cincuenta años de desarrollo científico es estos temas en nuestro país. Encontramos una oportunidad en la industria y las capacidades de poder abordarla conjuntamente con el sistema científico nacional”, sostiene el presidente de La.Te Andes. “En este proyecto de alta complejidad era clave la complementariedad y formar grupos interdisciplinarios que manejen diversos conocimientos”, agrega Nicolás Hernández, socio gerente en la empresa Endeavour Ingeniería, quien tomó el rol de coordinador general del proyecto. “Argentina tiene un potencial científico y tecnológico enorme y capacidades que lo diferencian de otros países. Solo falta explotarlo. Este proyecto es un intento de hacerlo”, añade. Una empresa fruto de la unión público-privada La.Te Andes es una empresa mixta privado-pública de base tecnológica localizada en la provincia de Salta, integrada por la empresa GEOMAP S.A. (51%) y el CONICET (49%). Cuenta además con la colaboración de otras instituciones del sistema científico tecnológico nacional y del exterior. Desde su conformación, la empresa se ha constituido en un núcleo tecnológico productivo de innovación para el desarrollo energético y científico aplicado, buscando cuantificar la variable tiempo, fundamental en el impacto económico en la evaluación de emprendimientos hidrocarburíferos, entre otros, tanto en etapa de exploración como de desarrollo. Entre sus objetivos están la elaboración y ejecución de proyectos estratégicos de base tecnológica orientados a resolver problemáticas sensibles en la valoración de georecursos (hidrocarburos, yacimientos minerales, geotermia, entre otros).

Industria automotriz cabeza abajo: ahora produce más y vende menos

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Tal como pasó en 2016, este año terminará en una infrecuente divergencia en la performance relativa fabril-comercial de la industria automotriz local: bajan los patentamientos al tiempo que la producción está aumentando. El mercado interno había alcanzado un récord histórico en patentamientos en el primer semestre. Pero en junio hubo un punto de inflexión. Las proyecciones de ventas en los meses venideros muestran caídas. Mientras tanto el plano externo continúa siendo el principal motor sectorial y luce con mayor solidez, merced a la diversificación de destinos de exportación, la recuperación en la demanda brasileña -este año participaría en las exportaciones en torno del 70%, junto con las perspectivas de maduración de proyectos de inversión. Hoy se verifica que la industria local está diseñada más para un esquema de producir para exportar que para las ventas domésticas. A pesar de la altísima proporción de insumos importados, que hace que sea deficitaria en divisas para la Argentina. Esa disociación se evidencia en el clima del sector. En las concesionarias hay preocupación por la caída de las ventas y ya en algunas se habla de reducir estructuras para no seguir perdiendo plata. La fuerte expansión del mercado interno de los últimos dos años tuvo su correlato en materia laboral. Hoy hay que replantear la situación. En tanto, en las fábricas se tiene los ojos puestos en lo que sucede en Brasil y cómo será el mercado regional en los próximos años. Hay más optimismo. Tanto es así que ya están pensando en las próximas inversiones aun cuando todavía no terminaron de concretar los últimos anuncios. Por ejemplo, Volkswagen, la marca líder desde hace años en la Argentina, confirmó el año pasado el desembolso de u$s 650 millones para el proyecto Tarek, el nuevo SUV que fabricará en la planta de General Pacheco.

Junio: otro mes con fuertes compra de dólares por parte de particulares

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Durante junio 1.114.000 clientes compraron dólares billete por U$S 3.803 millones. “Representó un aumento de 30.000 clientes respecto a lo observado en mayo”, mes en que el número de compradores había aumentado en 250.000 personas con relación a abril, según el Balance Cambiarlo del Banco Central. En mayo, las compras de billetes habían totalizado US$ 5.003 millones y fueron realizadas por 1.080.000 clientes. Así, en sólo dos meses suman U$S 8.806 millones, un indicador de la salida y dolarización de ahorros al compás de la devaluación del peso . De la información desagregada surge que “el 39% de las compras de billetes (unos US$ 1.480 millones) fueron realizadas por importes de hasta US$ 10.000 mensuales por cliente”, en tanto “la compra promedio por cliente del mes resultó en US$ 3.413, registrando una disminución de 26% respecto a lo observado el mes previo”. Por su parte, agrega el informe del BCRA. “las transferencias brutas al exterior sin informar el destino final totalizaron US$ 1.705 millones, y a diferencia de lo observado en las compras de billetes, las mismas fueron efectuadas por unos 2.700 clientes que se concentraron, como es habitual, en los estratos superiores de monto. Los clientes con compras mensuales superiores a US$ 2 millones representaron casi el 80% del total de compras brutas de divisas”.

El Gobierno revisa la devolución del IVA para jubilados y beneficiarios de AUH

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El Gobierno «se encuentra en un proceso de revisión» del reintegro del IVA para jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo y beneficiarios de programas sociales para las compras con tarjeta de débito de la cuenta de la Seguridad Social. Ante una consulta realizada por el periodista Ismael Bermúdez, de Clarin, desde el ministerio de Hacienda justificaron que el tope de $ 300 no fue actualizado porque “el monto promedio de reintegro es sustancialmente menor a estos topes, y por ello no se aplica en la práctica en la mayoría de los casos”. No obstante, indicaron que el beneficio se está revisando «para aumentar su cobertura, su utilización» y, en última instancia, su eficacia como herramienta de combate contra la pobreza. En el marco de esta revisión, y dado que los topes no se aplican en la gran mayoría de los casos, no se avanzó en su actualización”, sostuvieron.

Telefónica impugnó la aprobación de la fusión de Cablevisión con Telecom

Tras años de guardar silencio en la pelea por el negocio de las telecomunicaciones, Telefónica de Argentina anunció que impugnará ante la Secretaría de Comercio la resolución por la que el Gobierno aprobó la fusión entre Cablevisión (grupo Clarín) y Telecom. Según la demandante, «involucra al principal proveedor de televisión de pago del país y que concentrará casi el 60% del mercado de banda ancha fija a nivel nacional y hasta 90% en determinadas ciudades». El ente oficial debería responder en 10 días hábiles si lo eleva a la Cámara Civil y Comercial Federal. De no hacerlo, la intención de la empresa sería acudir a ese fuero judicial. «Esta resolución reafirma un trato discriminatorio para el resto de los operadores, pone serios obstáculos al desarrollo de una competencia efectiva en el mercado de telecomunicaciones y favorece a un operador dominante en el sector», señala el comunicado emitido por Telefónica. Y agrega: «Telefónica considera que esta resolución pone en peligro las inversiones que requiere el sector y tendrá consecuencias muy serias para el futuro de las telecomunicaciones en Argentina». Críticas:
  • Las medidas contempladas en la resolución no van a limitar el impacto anticompetitivo de la fusión, ya que por largo tiempo la empresa fusionada será la única empresa que podrá ofrecer paquetes integrados en Argentina, mientras sus competidores seguirán enfrentando limitaciones para hacer ofertas competitivas.
  • «La resolución no impone medidas efectivas para que los competidores puedan acceder a las redes fijas de la empresa fusionada en el interior del país. Mientras en el mercado minorista la entidad fusionada ofrece anchos de banda mayores a 20 MB en su red de cable, el producto mayorista que Telecom se ha comprometido a poner a disposición de sus competidores se proveerá sobre su red de cobre con anchos de banda máximos de 6 MB».
Telefónica advierte que «se encuentra analizando todas las herramientas internacionales a su disposición para la defensa de sus derechos». En AgendAR publicamos otras consideraciones sobre este tema aquí.

Tras el rescate, el FMI redujo más de 75% la previsión de crecimiento de Argentina

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La crisis cambiaria que golpeó a Argentina el pasado mayo hizo añicos todas las previsiones económicas para este 2018. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimaba en abril que el país crecería un 2%. Sólo tres meses después, la proyección de crecimiento se ha derrumbado hasta el 0,4%, según el último informe del organismo, difundido tras haber salido al rescate de Argentina con un préstamo de 50.000 dólares. La peor sequía de las últimas décadas, la brusca devaluación del peso frente al dólar, y las tasas desorbitantes del Banco Central para intentar aplacar una inflación que no cede han enfriado la economía del país austral. Si no fuera por el importante crecimiento del primer trimestre, que fue del 3,6%, Argentina cerraría este año en recesión. «Después de un robusto inicio de año, el crecimiento en Argentina está previsto que sea negativo en el segundo y tercer trimestre de 2018. Mientras una sequía redujo la producción agrícola, la presión sobre la moneda en mayo y junio ha tenido consecuencias sobre la inversión y la confianza de los inversores y ha generado la necesidad de políticas monetarias y fiscales más estrictas», señaló el FMI en su último informe Perspectivas para las Américas. «El crecimiento en 2018 está previsto que se ralentice hasta el 0,4%, con una recuperación gradual en 2019 y 2020», agrega el organismo. Después de Venezuela, el crecimiento de Argentina será el más bajo de Sudamérica.

El INDEC registró una fuerte caída de la actividad económica

El INDEC informó que su Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de mayo arrojó un desplome interanual de 5,8%, la mayor caída registrada durante el gobierno de Mauricio Macri.
  • El indicador desestacionalizado se contrajo 1,4% respecto de abril.
La baja performance se explica por el sector rural: el rubro Agricultura, ganadería, caza y silvicultura lideró el ranking de bajas con un retroceso de 35,2%. De esta forma, la sequía en zonas productivas del país repercutió en la rama económica que posee mayor incidencia en el nivel general del indicador registrado por el INDEC. Los otros rubros que mostraron bajas fueron Pesca (29,2%), Transporte y Comunicaciones (-4,9%), Impuestos netos de subsidios (-2,7%), Industria Manufacturera (-1,4%), Pesca (-0,08%). Este último es de gran importancia porque su incidencia en el nivel general fue de -29,2. Por su parte, la intermediación financiera encabezó la lista de los sectores que registraron alzas: 10,8%. Detrás se colocaron Construcción (4,4%), actividades inmobiliarias (4%) y Minería (2,6). Además el consumo masivo cayó un 2% en junio por la suba de precios, pero el comportamiento fue dispar de acuerdo con las distintas regiones del país: en la Patagonia creció 6%, se mantuvo sin variaciones en el Area Metropolitana de Buenos Aires y cayó en la región Centro (-6%) y Cuyo (-7%).