ChatGPT apareció en escena el 30 de noviembre de 2022. Se convirtió en el producto tecnológico de más rápida adopción de la historia, llegando a los 100 millones de usuarios más rápido que Google, Facebook o cualquier app. No hubo dudas acerca de que su irrupción iba a provocar cambios en el mercado laboral. La cuestión es cuáles, cuándo y cómo.
Un año después, los primeros estudios apuntan a una precarización de las profesiones más relacionadas con las capacidades de la inteligencia artificial (IA) generativa y una reducción general de las diferencias de rendimiento entre los trabajadores con más competencias y aquellos menos preparados.
Los resultados provienen de dos investigaciones independientes que analizaron el impacto de ChatGPT y las IA generativas en dos entornos diferentes. La primera, firmada por investigadores de la Universidad de Washington y la de Nueva York, midió la evolución de las ofertas de empleo y su remuneración en la plataforma de empleo freelance Upwork. Se centró en las dos profesiones más afectadas por la nueva tecnología: redacción de contenidos y diseño gráfico.
“Comprobamos que los autónomos de las ocupaciones más afectadas sufren las consecuencias de la introducción de la IA generativa, experimentando reducciones tanto en el empleo como en los ingresos”, destaca este estudio. Estas evidencias son “preliminares”, ya que el rango del estudio es aún corto, pero muestran que los empleos ofertados en la plataforma para estas profesiones se redujeron un 5,2% y el sueldo medio de los profesionales cayó un 2% en comparación con otras menos afectadas por la IA.
Al medir qué trabajadores freelance padecían más la irrupción de ChatGPT, los investigadores hallaron que los más expertos no estaban a salvo de esa precarización. Todo lo contrario. “No encontramos pruebas de que un servicio de alta calidad, medido por su rendimiento y empleo anteriores, modere los efectos adversos sobre el empleo. De hecho, encontramos pruebas sugestivas de que los mejores autónomos se ven desproporcionadamente afectados por la IA”.
La otra cara de la moneda es que la aparición de las IA generativas puede ayudar a los freelance menos expertos. Es decir, iguala por abajo y “puede tener el potencial de reducir las diferencias entre los trabajadores”. Es más fácil hacerlo mejor, por lo que se difumina el valor añadido que pueden aportar unos profesionales sobre otros y caen las condiciones de todos. “Los líderes empresariales deben examinar detenidamente cómo adaptarse y si adoptar o no estas tecnologías, ya que la IA amenaza con perturbar indiscriminadamente a los operadores tradicionales y erosionar su ventaja competitiva”, recomiendan las conclusiones de este estudio.
Este hallazgo va en línea con los resultados del segundo estudio que midió el impacto de ChatGPT, en este caso en una empresa concreta: Boston Consulting Group. Esta consultora estratégica empresarial es una de las más reputadas del mundo y tiene más de 25.000 empleados. Los investigadores midieron el rendimiento de 753 de ellos (un 7% de su plantilla de consultores individuales) cuando podían apoyarse en la IA y lo compararon con un grupo de control que trabajó de forma tradicional. Usar ChatGPT mejoró la productividad, pero la mejora fue mucho más grande en los consultores con menos habilidades.
“Los sujetos que estaban por debajo del umbral medio de rendimiento mostraron el aumento más sustancial en el rendimiento, un 43%, en comparación con los sujetos con la mitad superior, que lo hicieron un 17%”, afirma esta investigación, firmada por investigadores de la Universidad de Harvard y por personal de la consultora.
Más productivos pero con más errores
La mayor productividad de los consultores tuvo una cara B cuando los investigadores les propusieron tareas que no estaban abiertas a la interpretación, sino una sola respuesta correcta. Lo que se evidenció fue “un notable descenso del rendimiento entre los grupos que utilizaron IA al compararlos con el grupo de control. Los sujetos del grupo de control acertaron en este ejercicio aproximadamente el 84,5% de las veces, mientras que los que trabajaron con IA obtuvieron puntuaciones de entre el 60% y el 70%”. Un descenso medio del 19%.
Esta falla es una consecuencia del funcionamiento de las inteligencias artificiales como ChatGPT, que forman su discurso a partir del análisis probabilístico de la palabra que aparece a continuación de otra en un determinado discurso. Un mecanismo muy efectivo para generar textos con sentido pero que se está mostrando inefectivo a la hora de dar respuestas exactas a preguntas concretas. Esto puede ocurrir en problemas matemáticos pero también si el usuario solicita una cita histórica determinada de un personaje relevante, por ejemplo.
Automatización de tareas, no tanto de profesiones
Los resultados de estos estudios van en línea con los posicionamientos de otros expertos, que apuntan a que las IA generativas no serán una tecnología automatizadora. “Estas herramientas son asistentes, pueden automatizar tareas concretas pero no todo el trabajo”, apunta Enrique Dans, profesor de Innovación de IE Business School.
“Lo que sí vamos a ver es una sustitución del profesional que no sabe utilizar estos algoritmos por aquellos que sí, sobre todo si tienen formación específica sobre ellos”, apunta el profesor: “Incluso en profesiones de muy alta cualificación como las de los consultores vemos que supone una gran diferencia”, añade.
La evolución clave, no obstante, podría llegar en los próximos meses de la mano de las inteligencias artificiales de entrenamiento personalizado. Estas permiten al usuario final introducir variables propias que modifican el resultado final que ofrecen los algoritmos, enseñándoles por ejemplo informes o textos anteriores de la empresa para que adecue sus respuestas a ellos. OpenAI presentó una herramienta con esta función llamada GPTs la pasada semana.
“Esto va a marcar una enorme diferencia entre las organizaciones que utilicen un ‘ChatGPT estándar’ y aquellas con los recursos y la estructura para adiestrar sus propios modelos”, avanza Dans, “las ganancias de productividad para esas empresas pueden ser enormes”.
La empresa de generación eléctrica Central Puerto avanza con las obras para el cierre en Ciclo Combinado de la Central Termoeléctrica de Brigadier López, ubicada en el parque industrial Sauce Viejo de la provincia de Santa Fe, con una inversión de u$s 150 millones.
La importancia de esta obra radica no sólo en la eficiencia que alcanzará el nuevo ciclo combinado de producción de electricidad, que estará entre los más eficientes del país, sino también el hecho de que podrá, por su ubicación, utilizar el gas provisto desde Vaca Muerta.
Esto se dará a partir de la vinculación del nuevo gasoducto y la concreción del nuevo tramo que se encuentra en proceso de licitación y la reversión del gasoducto norte, lo que permitirá que la Central Térmica Brigadier López pueda utilizar y ser despachada con gas natural la mayor parte del tiempo.
La central, ubicada a 22 kilómetros de la capital santafesina, dispone de una turbina de Gas marca Siemens SGT5-4000 F de combustible dual con una potencia total nominal de 292 Mw. Con la obra de cierre de ciclo combinado concluida, pasará a sumar una potencia adicional de 140 Mw.
De esta manera, la central térmica contará con una potencia total de 432 Mw, lo que implicará cubrir el abastecimiento de más de 300.000 hogares de todo el país, inyectando potencia al sistema interconectado mediante la vinculación en 132kV.
En una primera instancia, la central facilitará la creación de más de 300 empleos (entre trabajadores directos e indirectos), buscando ampliar esa capacidad para que, día a día, que más proveedores locales desarrollen su rubro, dando solución a los requerimientos de la misma.
Al respecto, Fernando Bonnet, gerente general de Central Puerto, dijo sobre la relevancia de la obra: «No solo es importante por la eficiencia que alcanzará el nuevo ciclo combinado, sino que por su ubicación, que podrá utilizar el gas provisto desde Vaca Muerta, permitiendo que la Central térmica Brigadier López pueda ser despachada con gas natural la mayor parte del tiempo».
«Estamos muy orgullosos de poder lanzar el inicio de este proyecto que significa una optimización de los recursos, y un nuevo crecimiento y diversificación de la matriz energética de la compañía y con el consumo predominante de gas natural aportar también a la transición energética», afirmó Bonnet.
En junio de 2019, la empresa estatal Integración Energética Argentina (Ex Enarsa) suscribió el contrato de transferencia a la compañía Central Puerto de la CT Brigadier López, por 326 millones de dólares, a lo que se debía sumar el costo de las obras pendientes del cierre de ciclo combinado.
La primera etapa de la obra que consistió en la construcción del ciclo abierto había sido licitada y financiada por el Estado Nacional en 2009 e inaugurada en 2014, pero el cambio de gestión de Gobierno derivó en su traspaso a manos privadas.
Central Puerto es la mayor generadora eléctrica del país, cuenta con 14 plantas de diversas tecnologías, más de 1.000 empleados y alcanza un 16,2% de market share con una capacidad instalada de generación de 7.100 Mw.
El Atlas Global del Carbono publicó un informe sobre las emisiones mundiales de dióxido de carbono de 2021 y demostró que más de la mitad fueron generadas solo por tres países: China, representando el 30,9%; Estados Unidos, con el 13,5%; e India, con el 7,3%. Juntas, estas tres naciones son responsables del 52% de las emisiones mundiales de CO₂.
El resto de los países que completan la lista de los diez más contaminantes son, en orden, Rusia, Japón, Irán, Alemania, Arabia Saudita, Indonesia y Corea del Sur. Vale aclarar que los tres principales emisores son también los países más poblados del mundo, pero en términos de emisiones per cápita (toneladas métricas), Estados Unidos lidera la tabla con un 15,32 contra 7,44 de China y 1,89 de India.
Según Visual Capitalist, que además armó una infografía muy clara sobre el estudio, todos estos grandes contribuyentes de carbono a la atmósfera se fijaron objetivos claros de reducción de emisiones para las próximas décadas. Estados Unidos se comprometió a tener cero emisiones netas para 2050, China aspira a la neutralidad de carbono para 2060 e India se fijó el mismo objetivo para 2070.
Sin embargo, desde la Revolución Industrial, Estados Unidos ha sido el mayor emisor de carbono del planeta por la quema de combustibles fósiles y actividades industriales. A pesar de los compromisos asumidos es cierto que, a medida que se desarrollan, los países suelen aumentar sus emisiones, y es por eso que la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que la participación de India en las emisiones globales podría aumentar al 10% en 2030.
Las grandes emisiones de carbono provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles y son las encargadas de intensificar el efecto invernadero de las últimas décadas y causar el calentamiento global. La frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, sequías e inundaciones continúa en ascenso y también se estima que el 2023 podría terminar siendo el año más caluroso en la historia.
El 30 de noviembre comenzará en Dubai la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 -COP28- y según Amnistía Internacional es urgente un acuerdo que ponga fin a la producción de combustibles fósiles para evitar una catástrofe climática global y una crisis de derechos humanos sin precedentes. Solo en 2020, la contaminación del aire directamente relacionada con la quema de combustibles fósiles contribuyó a la muerte de 1,2 millones de personas. (Por Natalia Sarramone).
Son originarias de nuestro país, Chile y Uruguay, pertenecen al género Megachile y, hasta el presente, la ciencia desconocía su identidad. Un estudio de la UBA las encontró, identificó y les puso nombres.
Brindan el importante servicio ecosistémico de polinización.
En la Argentina existen casi 1.200 especies de abejas y todavía es posible que esa rica diversidad siga aumentando. Como parte de un relevamiento de abejas en varias provincias, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y del Museo Argentino de Ciencias Naturales ‘Bernardino Rivadavia’ descubrieron cuatro nuevas especies del subgénero Chrysosarus, perteneciente al género Megachile.
Se distinguen por tener bordes filosos en las mandíbulas, una característica muy poco frecuente en ese subgénero. El estudio amplía el conocimiento sobre las abejas en nuestro país y destaca la importancia de conservar y fomentar las poblaciones silvestres de estos insectos como polinizadores de cultivos.
“En este trabajo nos enfocamos en un grupo de abejas del subgénero Chrysosarus, incluido en el gran género Megachile. Algo que caracteriza a la mayoría de las hembras dentro de Chrysosarus es que no poseen filos cortantes entre algunos dientes de sus mandíbulas. Nosotros, analizando distintas especies de la Argentina, encontramos ocho que sí tenían esos filos. Las estudiamos y descubrimos que cuatro de ellas son nuevas para la ciencia”, comentó Juan Pablo Torretta, docente de la cátedra de Botánica General de la FAUBA.
Juan Pablo, quien también es investigador del CONICET, denominó a las flamantes especies Megachile basimacula, M. platensis, M. simpliciclypeata y M. sancticlaudii. Además de poseer los mencionados bordes cortantes, todas comparten rasgos como ser solitarias y construir sus nidos con pétalos y barro. “A cada celdilla de cría le dan forma de ‘barrilito’, y para eso, las hembras recortan trocitos ovalados y redondeados de pétalos usando esos bordes filosos en las mandíbulas”. Torretta publicó la descripción de las abejas en la Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales, en coautoría con Arturo Roig-Alsina, profesional de esa institución.
“Además de estos nuevos insectos, otra de las abejas tratadas en el trabajo es una especie descripta hace más de 100 años por un señor llamado Vachal, y que nunca se había vuelto a mencionar en la literatura. Al no poder identificarla bien, pedimos información al Museo de Historia Natural de París y terminó siendo la abeja de Vachal. Ahora sabemos que se llama Megachile interjecta”, sostuvo el docente, y añadió que en nuestro país es común hallar especies a las que no se las puede determinar.
Un nombre que sabe a campo
Juan Pablo Torretta afirmó que “cazar abejas es tan simple como poner una trampa, tomar una red y capturarlas. Lo difícil es después llegar a saber cómo se llaman, ya que identificarlas lleva tiempo y a menudo se necesita consultar a especialistas. Incluso, hay veces que, ahondando, nos damos cuenta de que se trata de especies desconocidas, y entonces debemos describirlas con mucho detalle y ponerles un nombre”.
El docente de la FAUBA aclaró que el nombre que se le pone a una nueva especie solo depende de la voluntad del investigador o la investigadora. “Si bien existe un código de nomenclatura en el que uno debe buscar las palabras correctas —ya que los nombres científicos son en latín—, uno le puede poner lo que quiera”.
En este sentido, Torretta contó en qué se basó para denominar a una de las cuatro especies que descubrió. “Hace como 20 años que con mi grupo llevamos adelante proyectos de investigación en la Estancia San Claudio, un campo de la Facultad ubicado en Carlos Casares, en la provincia de Buenos Aires. Como agradecimiento a esta estancia, a una de las especies nuevas la llamamos Megachile sancticlaudii”.
Potenciar a las abejas silvestres
“Entre otras cosas, en nuestro grupo estudiamos a las abejas en agroecosistemas: cuáles hay, cómo son sus ciclos de vida, qué comen y con qué alimentan a sus crías; es decir, buscamos saber qué recursos necesitan. En esta línea, una idea que tenemos es encontrar o manejar especies silvestres que sirvan como polinizadoras de algún cultivo o de plantas en general”, comentó Juan Pablo.
Y añadió: “En general, los cultivos de la Región Pampeana no dependen de polinizadores, y si dependen de alguno, es de abejas manejadas, como la abeja de la miel. Sin embargo, en San Claudio encontramos otra especie de Megachile que utiliza principalmente polen de leguminosas. La estamos estudiando y creemos que podría llegar a ser una buena polinizadora de alfalfa”.
“En nuestro país, históricamente se usó a Megachile rotundata para ese fin, pero es una especie exótica, y está prohibido importarla. A mi entender, esta prohibición es correcta ya que introducir abejas exóticas es una de las causas por las que disminuye la diversidad de abejas nativas en distintas partes del mundo”, recalcó el investigador.
Entonces, ¿por qué no mejorar las condiciones para que las abejas nativas crezcan?, se preguntó Juan Pablo. “Manejarlas a veces es complejo. Una alternativa para favorecerlas sería poner plantas leguminosas nativas en los bordes de los cultivos para aumentar las poblaciones de insectos silvestres. De esta manera se podría potenciar el servicio ecosistémico de polinización cuando haya alfalfa florecida en los lotes”.
El investigador subrayó que además de incluir plantas silvestres en los bordes de los cultivos, otra práctica para mejorar este servicio sería colocar nidos artificiales para abejas silvestres. Al mejorar las condiciones de nidificación, sus poblaciones podrían aumentar.
“Resumiendo, creo que es clave favorecer el crecimiento en tamaño de las poblaciones silvestres de abejas. Y para eso hay que cambiar la forma de hacer agricultura: implementar rotaciones diversas, enriquecer la flora de los bordes de cultivos —especialmente la nativa— y usar menos pesticidas, entre otras cosas. La cuestión es mejorar la calidad de vida de las abejas y también la nuestra. Me parece que estamos en un momento ‘pivot’, y tenemos que pensar de acá para adelante nuevas y mejores alternativas para todos”, cerró. (Pablo A. Roset / SLT-FAUBA).
La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) desarrolló un sistema de monitoreo automático para efluentes industriales, con el cual podrán mantener un control permanente de los contaminantes ambientales con el objetivo de reducirlos e iniciar nuevas acciones de remediación. Se trata de nueve equipos para uso exclusivo, fabricados íntegramente por proveedores nacionales. Seis de ellos están ubicados en locaciones fijas mientras que los tres restantes son móviles, con los que buscarán monitorear más del 90% de los vuelcos líquidos de origen industrial de la cuenca, entre lo que resta de este año y el próximo.
“Antes, el monitoreo industrial se realizaba de manera manual”, recuerda Matías Parra Visentin, Coordinador de Ciencia y Tecnología de ACUMAR, y aclara que estos equipos fueron pensados para controlar a los que consideran grandes aportantes de efluentes, que corresponden principalmente a empresas alimenticias, curtiempres, mataderos y pinturerías, entre otras.
Según registros de ACUMAR, a lo largo de los 64 kilómetros que componen la cuenca hay más de 4400 industrias (el 20% de ellas en la zona de La Matanza), entre las cuales hay 49 establecimientos industriales, comerciales y conjuntos habitacionales que son considerados como “grandes aportantes de efluentes”, ya que son responsables del 80% de carga de contaminación de tipo orgánica vertida por el total de los establecimientos al cuerpo de agua receptor. Entre ellas, hay un primer grupo de 19 establecimientos que son los que más aportan, que estan invirtiendo más de 40 millones de dólares, en 17 obras privadas de adecuación ambiental de infraestructura. De ese modo, se espera que a mediados del año 2024 se logren reducir alrededor de 1400 kilos de desperdicios diarios.
“Antes, el monitoreo industrial se realizaba de manera manual”, recuerda Matías Parra Visentin, coordinador de Ciencia y Tecnología de ACUMAR.
Para desarrollar los nuevos equipos de monitoreo, ACUMAR estableció acuerdos con diversos actores del sector públicos y privado. Desde el sector público, por ejemplo, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i) les otorgó un financiamiento FONTAR de más de $31 millones. Además, recurrieron a la Universidad Nacional Guillermo Brown (UnaB), que los acompañó en el desarrollo del sistema para la toma, muestreo y procesamiento de los datos.
En cuanto al sector privado, establecieron acuerdos con la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), que conformó un Centro Tecnológico Metalúrgico (CETEM) junto con la Universida Nacional Arturo Jaureche (UNAJ) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM); y la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), en un contexto de tecnologías ambientales 4.0, para mejorar el control industrial en las empresas de la cuenca.
“En vez de comprar equipos armados y hechos en el exterior, con este proyecto destinamos ese mismo dinero en empresas nacionales. De ese modo, no solo obtuvimos una solución a nuestros requerimientos, también desarrollamos tecnologías y técnicos locales”, destacó Bruno De Alto, director general Ambiental de ACUMAR.
Al respecto, el especialista aclaró que para fabricar los equipos se formó un consorcio de cooperación empresaria denominado Ecosensar, que surgió de la unión de tres pymes nacionales (POSTHAC, ADRA y ComSi), a las que contactaron a través de la cámara empresaria, CADIEEL. “Ecosensar es un ejempolo de cómo el Estado puede traccionar la generación de empresas”, dijo Parra Visentín.
Los equipos móviles pueden ser instalados en cualquier cámara de vuelco de efluentes líquidos. Contienen sensores que permiten controlar cinco variables: oxígeno disuelto, caudal, temperatura, acidez (pH) y conductividad. Lo hacen en tiempo real y envian los datos a un sistema de gestión online por vía remota. Además, cada unidad cuenta con un dispositivo que permiten tomar y almacenar hasta 24 muestras refrigeradas, para un posterior análisis en laboratorio.
Almacén de datos
En conjunto, este sistema de monitoreo continuo mide caudal, pH, DBO. temperatura y conductividad. Está hecho de manera on line y los datos son observados, registrados y controlados desde el Centro Integral de Monitoreo y Control Ambiental (CIMCA), que ya está funcionando en la sede La Boca de ACUMAR.
El CIMCA ha sido desarrollado para fortalecer el sistema de monitoreo y gestión de información, a través herramientas que incorporan la ciencia de datos para el diseño, la instalación y conexión de un conjunto de equipos y procesos para la recepción, registro, integración, almacenamiento, análisis y la visualización de los datos generados por los sistemas de monitoreo e imágenes que posee ACUMAR.
“Estamos integrando todos los datos que se están generando, sumado a los históricos que no estaban en línea, para poder buscar y encontrar toda la información a un solo sitio”, explicó Jorge Paredes, analista de Datos en ACUMAR, y agrega que todo este sistema se desarrollo con software libre. Esta tecnología permitirá resignificar la lectura de datos, con la ayuda del uso de algoritmos y vinculaciones que hasta el momento no se estaban realizando ya que la información se obtenía de manera independiente. Además, la cantidad de datos registrados permite que el CIMCA pueda generar series de sucesos, temporales y locales, que a su vez pueden ser vinculados a obras o intervenciones de saneamiento, concretas.
La creación del CIMCA fue otro de los grandes proyectos que desarrolló ACUMAR en los últimos años. Para lograrlo, obtuvo un financiamiento del Banco Mundial de alrededor de 3 millones de dólares, y estableció acuerdos con universidades e instituciones públicas del país como la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad Nacional de Almirante Brown.
El coordinador de presidencia de YPF, Hernán Letcher, aseguró que la exploración offshore en Argentina, con la Cuenca Argentina Norte, puede significar un “Vaca Muerta II” por el potencial económico y productivo para el país, días después de que la Corte Suprema rechazara los planteos de asociaciones ambientalistas que impedían avanzar en este sentido.
Durante la Exposición Internacional de la Industria Naval (ESNAV) 2023, en el Centro Costa Salguero, Letcher aseguró que YPF tiene tres grandes proyectos que, en mayor o menor medida, tienen un impacto en este sector productivo. Esos son el del Gas Natural Licuado (GNL), Vaca Muerta Sur y la exploración offshore.
“YPF produce 240 mil barriles por día. La cuenca del offshore significaría 200 mil barriles diarios. Y estamos hablando del 30% de la producción de nuestro país. En términos de volúmenes, es posible que sea un Vaca Muerta II”, expresó Letcher. Según el economista significaría “unos 6.500 millones de dólares”.
Además, el offshore impactaría sobre otras industrias, como la naval. “Es importante destacar la importancia económica de la industria naval, ya que más del 90% de mercado se hace vía naval. Por eso se necesita reconstruir su marina mercante para que la renta de flete quede y se reinvierta en Argentina”, dijo Alberto Schprejer, vicepresidente del astillero Tandanor, anfitrión de la exposición que reunió a más de 200 empresas, públicas y privadas, del sector.
En ese sentido, Pedro Wasiejko, presidente del astillero Río Santiago, sostuvo que “estamos en mejores condiciones que Brasil en el 2001” porque Argentina cuenta con “una plataforma productiva mucho más importante y con más capacidad, por lo que estamos en condiciones de dar respuesta al desafío del offshore”.
Durante la ESNAV también se resaltó el uso de energías alternativas, como el Gas Natural Licuado, para consolidar el cambio de matriz energética fluvial y marítima. “Es necesaria una planificación estratégica para el uso de recursos que hoy, más que nunca, son escasos. Y esto debe hacerse con miras a la preservación del medioambiente. Los barcos emiten dióxido de carbono, lo que contribuye al cambio climático. En este marco, la industria naval necesita una nueva revolución de sus sistemas de producción. Construir buques sin emisión de carbono”, explicó Schprejer.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el viernes pasado los planteos de diversas organizaciones ambientalistas contra las actividades de exploración sísmica offshore en el Mar Argentino, a más de 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata. Las presentaciones fueron desestimadas con los votos de los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz.
El máximo tribunal argumentó que los recursos extraordinarios, cuya denegación origino las quejas, no se dirigen contra una sentencia definitiva o equiparable a tal. El recurso extraordinario de queja a la Corte fue presentado luego del rechazo por parte de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata en diciembre último.
Fue interpuesto por la Fundación Greenpeace Argentina, Surfrieder, Asociación de Surf Argentina, Asociación de General Alvarado de Surf, Fundación Patagónica Natural, Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y otras organizaciones civiles. Asimismo, la Corte rechazó, por los mismos motivos, otros dos recursos de ambientalistas autoconvocados y la de un particular (Rubén Oscar Godoy).
El presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Carlos Bertoni fue invitado a disertar en el Congreso de la Iniciativa Pampa Azul que se realizó los días 7 y 8 de noviembre en el NH Gran Hotel Provincial en la Ciudad de Mar del Plata. El evento celebró los 10 años dedicados al estudio, conservación y uso sostenible de los recursos marinos y costeros en el Atlántico Sur.
Entre las finalidades del Congreso estuvo la presentación del balance y los principales logros alcanzados en el transcurso de esta década, y a su vez plantear su continuidad y el de nuestro país marítimo y bicontinental.
En la oportunidad, Bertoni presentó una breve reseña sobre el INA con una síntesis de las capacidades que el Instituto posee para aportar al desarrollo de las Energías Marinas. A continuación, expuso sobre estudios relacionados a energías marinas de tipo undimotriz, es decir a partir de las olas, e hidrocinéticas a partir de la velocidad del agua y de las corrientes marinas.
Para finalizar, el presidente del INA realizó aspectos de una primera aproximación de modelación matemática sobre energía hidrocinética en las Islas de los Estados.
La iniciativa Pampa Azul es un programa interinstitucional, científico y estratégico impulsado por el Gobierno argentino y es liderado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Entre sus integrantes reúne a miembros del Consejo de Administración de Pampa Azul, del Comité Interministerial, de los Consejos Asesores Científico y Tecnológico e investigadores integrantes de los Grupos de Trabajo de las Áreas Geográficas Prioritarias de la Iniciativa, así como con la comunidad del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.
Pampa Azul tiene como objetivo el estudio, la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos y costeros en el Atlántico Sur. Se creó en 2014 y fue relanzado en 2020, además se encuentra enmarcado dentro de las políticas de desarrollo sustentable y de promoción de la investigación científica y tecnológica del país.
La convocatoria fue abierta a todo público, asistieron científicos, tecnólogos, docentes, investigadores, estudiantes universitarios y secundarios, funcionarios nacionales, provinciales y municipales, empresarios, asociaciones de la sociedad civil, organizaciones gremiales y público en general.
En la apertura del congreso estuvo presente el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, quién formó parte de la mesa “Pampa Azul: Políticas públicas para transformar al Mar Argentino en un vector de desarrollo” junto con el subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio y Coordinador General de la Iniciativa Pampa Azul, Pablo Nuñez; el Coordinador Ejecutivo de Pampa Azul, Juan Sala; la investigadora del CONICET e integrante del Consejo Asesor Científico de la Iniciativa, Viviana Alder; y con el subsecretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires, Federico Agüero.
En el segundo día en el Panel III b: Tecnologías marinas: Capacidades y desafíos para los próximos 10 años participó el presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Carlos Betoni, en compañía del director Técnico del Área de Micro y Nanotecnología del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Alex Lozano; el jefe del Laboratorio de Energías Alternativas de Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Pablo Haim; de Crux Marine Aitor García; y de QM y Cluster de Energía de Mar del Plata Marcelo Guiscardo.
En el lugar hubo espacios de presentación de póster asociados a las investigaciones y desarrollos tecnológicos de los Grupos de Trabajo de las Áreas Geográficas Prioritarias y de los Proyectos de Investigación y Desarrollo Tecnológico (PIDT) y demás estrategias financiados por la Iniciativa Pampa Azul.
El plan para el primer reactor nuclear estadounidense a pequeña escala fue emocionante, ambicioso e inusual desde el principio. En 2015, un grupo de empresas de servicios públicos de ciudades y condados de la región de las Montañas del Oeste anunciaron que apostaban por una nueva frontera de la tecnología nuclear: una versión en miniatura de una central convencional denominada «reactor modular pequeño» (SMR, por sus siglas en inglés).
Sus defensores decían que el diseño, de sólo 9 pies de diámetro y 65 pies de altura, estaba a punto de resucitar la industria nuclear estadounidense, que sólo ha entregado dos reactores terminados este siglo. Se suponía que iba a demostrar el sueño de que los diseños modulares y más pequeños pueden abaratar la división de átomos para hervir agua e impulsar turbinas con vapor. Pero primero había que construir ese reactor, el modelo Voygr diseñado por una empresa emergente llamada NuScale. Estaba previsto que una central de 462 megavatios y seis reactores comenzara a construirse en 2026 y produjera energía a finales de la década.
El miércoles, NuScale y sus patrocinadores cancelaron la multimillonaria planta de Idaho Falls. Dijeron que ya no creían que la primera central de su clase, conocida como Proyecto de Energía Libre de Carbono (CFPP), fuera capaz de captar suficientes clientes adicionales para comprar su energía.
Muchas de las pequeñas empresas de servicios públicos que suscribieron el proyecto pionero, miembros de un grupo llamado Utah Associated Municipal Power Systems (UAMPS), vieron en la pequeña central nuclear una posible solución a la presión para reducir sus emisiones de carbono. El Departamento de Energía, que iba a albergar la central en el Laboratorio Nacional de Idaho, concedió 1.400 millones de dólares al proyecto a lo largo de 10 años.
Pero, como informó WIRED en febrero, las empresas de servicios públicos que respaldaban la central se asustaron a finales del año pasado por un aumento del 50% en los costes previstos para el proyecto, incluso después de tener en cuenta los fondos sustanciales de la Ley de Reducción de la Inflación. Las posibilidades de supervivencia de los reactores de Idaho Falls empezaron a disminuir.
En aquel momento, los compromisos de compra de la futura potencia del reactor cubrían menos del 25% de su producción. La UAMPS se fijó como plazo final de año elevar esa cifra al 80% mediante la captación de nuevos clientes. Alcanzar esa cifra se consideraba clave para garantizar la viabilidad del proyecto a largo plazo. A medida que el proyecto avanzaba en su planificación y construcción, sus costes se hacían más difíciles de recuperar si la central acababa fracasando, lo que aumentaba los riesgos para los socios.
Regreso atómico
El mes pasado, los funcionarios locales regresaron a sus comunidades tras un retiro de la UAMPS con el mensaje tranquilizador de que el proyecto de Idaho Falls iba por buen camino para conseguir los nuevos patrocinadores que necesitaba, según las reuniones locales revisadas por WIRED.
Esto parecía ser una buena noticia en lugares como Los Álamos (Nuevo México), donde esta primavera un funcionario describió el proyecto como un «regreso a casa» de la tecnología atómica. El proyecto debía llegar justo a tiempo para ayudar al condado a cumplir su objetivo de descarbonizar su red eléctrica y adaptarse a la jubilación de las anticuadas centrales de combustibles fósiles cercanas. En aquel momento, los vecinos expresaron su preocupación por dónde encontrarían energía limpia y constante si la primera central de su clase desaparecía, dada la limitada capacidad de conexión a nuevos proyectos eólicos y solares en la región.
Ahora que el proyecto ha muerto, los escépticos del SMR dicen que los municipios deberían encontrar esas fuentes de energía más limpias y centrarse en tecnologías probadas. «Una de las historias que le han contado a la gente es que el SMR iba a ser mucho más barato que la energía nuclear a gran escala», dijo a WIRED el mes pasado David Schlissel, analista del Instituto de Economía Energética y Análisis Fiscal, una organización sin ánimo de lucro. «No es cierto».
La portavoz de UAMPS, Jessica Stewart, dijo a WIRED que el grupo de servicios públicos ampliaría sus inversiones en un importante proyecto de parque eólico y buscaría otros contratos para proyectos geotérmicos, solares, de baterías y de gas natural.
¿Fracaso exitoso?
En una llamada trimestral con inversores celebrada el miércoles, el consejero delegado de NuScale, John Hopkins, calificó el proyecto de «tremendo éxito» para la empresa, afirmando que los avances logrados con los reguladores federales para su diseño Voygr importaban más que el destino de una central individual.
NuScale sigue estando algo por delante de sus competidores que trabajan en centrales nucleares más pequeñas. En 2022, fue la primera en recibir la aprobación de diseño de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU., aunque un diseño actualizado previsto para sus proyectos iniciales aún requiere aprobación. En la convocatoria de inversores, otros ejecutivos de NuScale promocionaron los planes de la empresa para construir reactores en Rumanía y alimentar centros de datos en Pensilvania y Ohio construidos por Standard Power, una empresa de minería de criptomonedas. NuScale afirma que sigue planeando tener centrales operativas a mediados de la década de 2030.
Los proyectos restantes de la empresa fueron cuestionados el mes pasado en un informe publicado por el vendedor en corto Iceberg Research. El grupo expresó dudas sobre la capacidad de Standard Power para gastar cientos de millones de dólares en la tecnología de NuScale, señalando los escasos detalles proporcionados sobre la empresa de criptomoneda y sus patrocinadores financieros. En la llamada del miércoles, NuScale defendió el proyecto, diciendo que esperaba proporcionar más detalles pronto. «Sabemos que los sitios que están desarrollando son sitios reales», dijo Robert Ramsey Hamady, director financiero de NuScale, que se incorporó a la empresa en agosto.
En una declaración facilitada a través del portavoz de NuScale, Garrett Poorman, Standard Power negó las acusaciones del informe y afirmó que tenía acceso al capital adecuado. NuScale también publicó su propia respuesta. La empresa afirma que sigue centrada en hacer lo que se propuso: construir un nuevo tipo de reactor y demostrar que puede suministrar energía sin emisiones de carbono y las 24 horas del día a un coste más razonable que sus gigantescos antecesores, que siguen siendo un pilar de la red actual.
En un esfuerzo conjunto por enfrentar el desafío global del cambio climático y avanzar hacia una economía más limpia y sostenible, los ministros y secretarios de Energía de más de 10 países de la región establecieron un sistema de certificación para el hidrógeno limpio y de bajas emisiones y sus derivados en América Latina y el Caribe, denominado «CertHILAC». Esta iniciativa cuenta con el apoyo y auspicio de OLADE (Organización Latinoamericana de Energía)y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El CertHILAC se centrará en la certificación del hidrógeno limpio y bajas emisiones producido en América Latina y el Caribe, asegurando la trazabilidad del producto y brindando información detallada sobre su origen y tecnología de producción, entre otros atributos clave. Además, se establecerán criterios de sostenibilidad ambiental y social, con especial atención al uso responsable del agua y al respeto por las comunidades locales y los pueblos originarios.
Para garantizar la implementación efectiva del CertHILAC, se ha creado un Grupo de Representantes del Sistema, compuesto por dos representantes de cada gobierno, que se encargará de emitir recomendaciones, establecer la gobernanza regional y nacional, y definir los actores del sistema. La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) actuará como ente coordinador del CertHILAC, facilitando la colaboración entre los países y demás actores interesados.
El Secretario Ejecutivo de Olade, Andrés Rebolledo destacó la importancia de esta iniciativa en beneficio del desarrollo sostenible de la región y refleja el firme compromiso de los países participantes en avanzar hacia una economía del hidrógeno limpia y sostenible.
“CertHILAC es una piedra angular para la integración regional y la creación de un mercado de hidrógeno limpio y de bajas emisiones. Con él, establecemos un marco de trabajo conjunto y abrimos puertas a nuevas oportunidades económicas y tecnológicas, asegurando que los beneficios del desarrollo sostenible sean compartidos por todas las personas”, dijo Ariel Yépez, gerente de infraestructura y energía de Uruguay.
El CertHILAC no solo beneficiará a los países firmantes, sino que también se convertirá en un estándar regional reconocido internacionalmente, fomentando la cooperación global en el mercado del hidrógeno limpio y de bajas emisiones. Este sistema de certificación, voluntario y adaptable, servirá como herramienta para alcanzar las metas de descarbonización y contribuirá significativamente a un futuro energético más sostenible para América Latina y el Caribe.
Esta declaración fue firmada en el marco de la VIII Semana de la Energía desarrollada en Montevideo Uruguay del 6 al 10 de noviembre del 2023.
Una triste noticia. Se nos fue Alberto Maroto, un gran colega de la @CNEA_Arg. Inspirador y creador del Depto de Química de Reactores, propulsor de ciencia, tecnología e innovación, y promotor de la nanotecnología. Además, un gran tipo. Lo vamos a extrañar. Abrazo a la familia pic.twitter.com/8m9Ot02txw
Comentario de AgendAR:Maroto y yo ya éramos un poco amigotes. Yo lo visitaba algunas veces en su casa de Belgrano: había salido muy averiado de huesos de la inmovilidad pandémica. Éste es uno de los 6 expertos que en 1985 me transformaron de antinuclear moderado a atómico convencido. Hijo de uno de los grandes galeristas de Baires y gran conocedor del ambiente, organizó el mejor museo de pintura argentina contemporánea, además, con 300 cuadros de grandes maestros donados voluntariamente a la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), su «alma mater».Están exhibidos en las paredes del edificio del acelerador de partículas TANDAR, en el Centro Atómico Constituyentes, sobre la General Paz, sin que el país se dé por enterado. Acceso a trasmano pero gratuito y obras muy significativas: olvidate del MALBA, éste es mejor. Antes, como químico de reactores, Maroto le hizo otro regalo equivalente a su alma mater, pero más medible. En los ’80 atajó un episodio de contaminación con resinas del circuito primario de enfriamiento de la central. Paradójicamente, eran las mismas resinas usadas para depurar el primario de productos de corrosión de metales. Un error de diseño de ese subsistema del proveedor canadiense, AECL, que habría dejado fuera de servicio durante años la que sigue siendo la mayor y mejor máquina individual de producción eléctrica del país desde 1984.Cuando en 1985 Maroto me habló por primera vez de su profesión y de su docencia formando nuevos químicos de reactores, en medio del reportaje usó sin pudor ni falsedad alguna la expresión de «pasar a la generación siguiente el fuego sagrado» y trató discretamente de disimular su emoción. Éramos dos perfectos desconocidos entonces, pero tuve por primera vez la sensación de que el Programa Nuclear era una Argentina desconocida, con funcionarios que eran más militantes «pro patria» que funcionarios. Una institución rarísima, con muchos defectos nuestros pero también con todas nuestras virtudes, sólo que muy, muy potenciadas. Yo era también un docente (de literatura) y recién empezaba en periodismo científico, como becario del hoy llamado Instituto Leloir. Desde ambas profesiones, podía entender perfectamente la tranquila vehemencia de aquel hombre por transmitir el fuego sagrado.Era inusitada esa emocionalidad por el país y por el bien público en un científico frente a un extraño, y para peor, periodista. Son cosas que por suerte me sucedieron varias veces en 37 años de carrera, pero ésa fue la primera y la más explícita. En las décadas que siguieron, Maroto y yo nos peleamos bastante por diferencias sobre política nuclear: era cortés y cortante, y muy vehemente. Debe haber sido un tremendo profesor, porque amaba la tarea, que en su caso iba de la química de reactores a la docencia, y de la docencia al arte. Maroto le dio de todo eso a manos llenas eso a nuestro país.Creo que su inmenso museo de pintura contemporánea en un edificio de investigación nuclear resume bien a la CNEA fundacional: lo mejor de lo mejor, en un país que no se da por enterado.