Ayer domingo, la cápsula OSIRIS-REx de la NASA atravesó la atmósfera de la Tierra a unas 15 veces la velocidad de la bala de un rifle.
A esas velocidades, se convirtió en una bola de fuego en el cielo, pero un escudo contra el calor y un paracaídas frenaron el descenso, convirtiéndolo en un suave aterrizaje en el desierto de Utah, en EE.UU.
La cápsula trae un cargamento precioso: un puñado de polvo recolectado del asteroide Bennu, una roca espacial del tamaño de una montaña que puede darnos información clave para responder a una de las preguntas más profundas para los humanos: ¿de dónde venimos?
“Cuando tengamos los 250 g del asteroide Bennu, estaremos viendo material que existía antes que existiera nuestro planeta, incluso algunos granos podrían ser más viejos que nuestro sistema solar”, dice el profesor Dante Lauretta, investigador principal de la misión.
“Estamos tratando de rastrear nuestros inicios. ¿Cómo se formó la Tierra y por qué es un lugar habitable? ¿De dónde viene toda el agua de nuestros océanos? ¿de dónde viene todo el aire que existe en nuestra atmósfera? Y de manera más importante, ¿cuál es la fuente de todas las moléculas orgánicas que componen la vida en la Tierra?”.
La creencia que prevalece es que muchos de los componentes clave para la vida llegaron a nuestro planeta durante una época muy temprana de la historia de la Tierra en una lluvia de meteoritos, muchos de ellos a lo mejor parecidos a Bennu.
La travesía para conseguir los fragmentos de Bennu comenzó en 2016, cuando la Nasa lanzó la nave Osiris-Rex hacia el objeto de 500 metros de diámetro.
Le tomaría dos años en llegar al cuerpo rocoso y otros dos años más se dedicaron a cartografiarlo, antes de que el equipo de la misión pudiera identificar con confianza un lugar en la superficie de la piedra espacial en el que recoger una muestra de “tierra”.
El papel de Brian May
Alguien clave a la hora de tomar esa decisión fue la leyenda británica del rock y astrofísico Brian May. El guitarrista de Queen es un experto en mapeo de imágenes estéreo.
Tiene la habilidad de alinear dos imágenes con diferentes ángulos de un mismo objeto para dar un sentido de perspectiva, formando una escena 3D. Él y su colaboradora Claudia Manzoni hicieron esto para elaborar la lista final de lugares en Bennu en los que recoger muestras. Ellos definieron los lugares más seguros para el acercamiento.
El momento de la captura de la muestra, el 20 de octubre de 2020, fue increíble.
Osiris-Rex descendió hasta el asteroide, sosteniendo su mecanismo de agarre al final de un palo de 3 metros de longitud.
La idea era darle un golpe a la superficie de la roca y, al mismo tiempo, soltar un soplido de gas de nitrógeno para levantar polvo. Pero lo que ocurrió después fue un shock.
Cuando el mecanismo hizo contacto, la superficie se partió como un fluido. Para cuando el gas se disparó, el disco ya estaba 10 cm por debajo. La presión del nitrógeno abrió un agujero de 8 mts de diámetro. El material voló por todos lados, pero lo importante es que parte cayó en la cámara de recolección.
Así que aquí estamos. Osiris-Rex entregó la muestra de Bennu al final de lo que ha sido un viaje de ida y vuelta de siete años y de 7.000 millones de kilómetros.
La cámara será llevada al Centro Espacial Johnson, en Texas, donde se ha construido un cuarto especial dedicado al análisis de las muestras.
El doctor Ashley King del Museo de Historia Natural (NHM) de Londres, será uno de los primeros en poner sus guantes sobre el material. Forma parte del equipo “mirada rápida”, que será el que haga el análisis inicial.
“Traer muestras de un asteroide no es algo que hagamos muy a menudo. Así que quieres hacer esas mediciones iniciales y quieres hacerlas muy bien”, dice. “Es muy emocionante”.
La Nasa ve a Bennu como la roca más peligrosa del sistema solar. Su trayectoria en el espacio hace que sea el asteroide con mayores probabilidades de impactar a la Tierra del que se tenga conocimiento. Pero no hay que asustarse, las probabilidades son muy bajas, parecidas a que lances una moneda al aire y te salga cara once veces seguidas. Y un impacto no ocurriría el próximo siglo.
Bennu seguramente tenga agua, y bastante: al menos el 10% de su peso, y toda en sus minerales. Los científicos intentarán ver si las proporciones de los distintos tipos de átomos de hidrógeno en esta agua es parecida a la de los océanos de la Tierra.
Si, como creen algunos expertos, la Tierra temprana estaba tan caliente que perdió gran parte de su agua, el encontrar una coincidencia de H2O en Bennu podría impulsar la idea de que un bombardeo posterior de asteroides tuvo gran relevancia en darles volumen a nuestros océanos.
También es posible que Bennu contenga entre 5% y 10% de su peso en carbono. Aquí radica gran parte del interés. Como sabemos, nuestro planeta se basa en la química orgánica. Al igual que el agua, ¿habrán llegado las moléculas desde el espacio para que empezara la biología en la joven Tierra?
“Uno de los primeros análisis que se les harán a las muestras incluirá hacer un inventario de todas las moléculas basadas en carbono que contenga”, dice la profesora Sara Russell.
“Sabemos, a través de estudiar meteoritos, que los asteroides probablemente contienen distintas moléculas orgánicas. Pero en los meteoritos, muchas veces están bastante contaminadas, así que estas muestras nos dan una oportunidad de descubrir realmente cuáles son los componentes orgánicos prístinos de Bennu”.
El profesor Lauretta agrega: “De hecho, nunca hemos buscado en los meteoritos los aminoácidos de las proteínas por este problema de la contaminación. Así que creemos que realmente vamos a avanzar en nuestro entendimiento de lo que llamamos la ‘hipótesis de entrega exógena’, la idea que estos asteroides fueron la fuente de los bloques fundacionales de la vida”.
Enarsa suscribió un acuerdo con Santa Cruz y la Municipalidad de Pico Truncado para poner en marcha una planta de hidrógeno..Es una iniciativa conjunta para montar una planta experimental de producción de hidrógeno a una escala semi-industrial..“Significa una acción concreta de Energía Argentina para el desarrollo de la economía del hidrógeno en el contexto del cambio climático y el desafío de la transición energética”, destacaron..El director de Nuevos Negocios de Enarsa, Oscar Cretini, dijo que el convenio “muestra el acompañamiento de un Gobierno nacional que piensa un modelo de país con desarrollo, industrialización de vectores energéticos y estimulando la integración armónica de las regiones”..La titular del Instituto de Ciencia santacruceño, Luciana Gonzalez, aseguró que estos “proyectos de punta nos van a permitir lograr el desarrollo provincial y local”..El intendente Osvaldo Maimó recordó que este proyecto nació en 1999: “Siempre supimos que era el camino y gracias al trabajo con Nación y la provincia estamos mucho más cerca de concretarlo a la escala que siempre soñamos”.
ARSAT, la empresa estatal de telecomunicaciones, planea instalar una sede de investigación, desarrollo e innovación (i+d+i) en la ciudad de Bariloche. Este proyecto busca aprovechar el potencial de la región y potenciar el desarrollo tecnológico del país.
La directora integrante del Directorio de ARSAT, Soledad Gonnet, destacó la importancia de trabajar en conjunto con el equipo tecnológico del PITBA para diseñar el edificio y definir las áreas de enfoque. Según Gonnet, la sede contará con un laboratorio orientado a desarrollos tecnológicos como nanotecnología, ciberseguridad y hardware vinculado al guardado formal de datos.
«Estamos proponiendo un llamado de licitación en breve y durante el año que viene comenzaremos con la construcción de la obra», afirmó Gonnet. Además, remarcó la contribución del equipo técnico del PITBA en la conceptualización y diseño de la sede.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la sede del auditorio didáctico tecnológico que se plantea dentro del edificio, destinado al SG 1, el satélite que está siendo construido por INVAP. Este enfoque permitirá establecer sinergias entre dos de las empresas líderes en tecnología del país.
A pesar de las incertidumbres y vaivenes propios de la coyuntura electoral, Gonnet subrayó que la tecnología es un proyecto nodal que no está en discusión. Según ella, cualquier propuesta política que busque el desarrollo del país debe comprender la importancia de impulsar la tecnología y contar con el apoyo del Estado en este ámbito.
«Las elecciones son parte de la vida institucional del país y este proyecto seguirá adelante porque Argentina necesita tecnología. La capacidad del Estado potencia la capacidad del sector privado», afirmó Gonnet.
Por último, la directora destacó el rol de ARSAT en el ámbito tecnológico y su reconocimiento a nivel internacional: «Cada vez que se habla de Argentina, se habla de INVAP. Cada vez que se habla de Argentina, se habla de YPF. ARSAT es un caso único en el mundo, siendo la red de fibra óptica más extensa y pública del mundo».
La instalación de esta sede de i+d+i en Bariloche representa un paso clave para fortalecer la capacidad tecnológica del país y competir a nivel internacional en el desarrollo de nuevas tecnologías. A pesar de las incertidumbres electorales, el proyecto demuestra la importancia que ARSAT otorga a la tecnología como motor de desarrollo nacional.
«Andá a cantarle a Gardel» suele decirse a los agrandados, pero es lo que acaba de hacer una empresa del Programa Nuclear Argentino, CONUAR. Siendo Canadá el país que desarrolló las mejores centrales nucleares del mundo, las CANDU, CONUAR le acaba de vender 260 kilómetros de tubos sin costura de una «superaleación», llamada zircaloy a la propietaria actual de esa ingeniería, la canadiense Lavalin. Si esto no es cantarle a Gardel, al menos es venderle hielo a los esquimales.
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Los usuarios más importantes de centrales CANDU son Canadá, con 19 máquinas activas de su propia invención, la India, con 22 copias no oficiales también en línea y 15 más en construcción, Corea con 4 máquinas en marcha, China con 2 y Pakistán con 1. Rumania tenía 2, siguen activas, hoy está construyendo otras dos y tiene que «retubar» la primera.
Nosotros desgraciadamente tenemos una sola (Embalse, en Córdoba). Es la mejor del trío de NA-SA por disponibilidad.
Pero haber retubado esa central entre 2014 y 2018 con componentes «made in Argentina» nos pone en un mercado de 71 máquinas similares o parecidas en 7 países, algunas de ellas paradas y a espera de «refurbishment», como dicen los gringos, otras en actividad, y muchas en construcción o planificadas. Es todo un ecosistema tecnológico donde tenemos cosas para vender.
Hasta hace poco, en la tierra del jarabe de arce y la Policía Montada, casi toda CANDU vieja y detenida iba a decomisión. Hoy, tras un verano de calorones de 40 grados en zonas de tundra y varios centenares de incendios forestales debido al recalentamiento global, Canadá, uno de los mayores emisores mundiales de carbono por cabeza de habitante, vuelve a lo nuclear, como casi todo el mundo.
Y las centrales CANDU que inventaron ellos tienen algo grandioso, nada común en el mercado nucleoeléctrico mundial: sin importar origen o tamaño, están casi todas hechas con los mismos componentes, generalmente tubulares, y de las mismas aleaciones especiales, y usan los mismos manojos combustibles. Son verdaderos Legos.
Los manojos que fabrica CONUAR para Embalse, de 656 megavatios, pueden ponerse en una central de 880 megavatios del complejo Bruce, en Ontario, o en cualquiera de las viejas IHPWR de la India, de 220 megavatios, o en las novísimas de 700 megavatios. Y las máquinas no se enterarían de la diferencia.
Lo que vale para los manojos de combustible, vale para los tubos de presión, los de calandria, y los de casi todos los intercambiadores de calor, incluidos los generadores de vapor. Nunca entenderé por qué los canadienses inventaron en 1961 la primera central nuclear realmente modular del planeta, y jamás aclararon que sigue siendo la más modular del mundo, ahora que se ha puesto tan de moda la modularidad. Buenos diseñadores, horribles vendedores. Si lo sabremos nosotros…
En los últimos años CONUAR empezó a exportar componentes de zircaloy a la India. NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina SA), por su parte, le vendió asesoramiento a China para el «retubado», como decimos los argentinos, de su primera CANDU. El retubado se parece un poco a la rectificación de motor de un auto viejo, pero en buen estado general: le da una segunda vida útil. A Lavalin CONUAR le vendió caños para «retubar» alguna de sus centrales (son 30 años más de vida útil). También se le vendieron tubos de aleaciones especiales a China, no sólo asesoramiento. Tenemos un pie en la puerta de tres mercados gigantes.
CONUAR en esta ocasión vendió tubos sin costura curvados en forma de U, fabricados en aleación 825. Lavalin, la empresa constructura que heredó el diseño CANDU de la estatal nuclear AECL, los utilizará para fabricar intercambiadores de calor del sistema moderador de un reactor CANDU-6 idéntico a la CNE, la Central Nuclear de Embalse, en Córdoba.
En una CANDU o en sus múltiples y al parecer excelentes derivaciones indias, el refrigerante y el moderador son la misma sustancia, agua pesada, que no es barata: la de calidad nuclear está a un millón de dólares la tonelada. Valga la aclaración, tenemos la mayor fábrica del mundo, la PIAP en Neuquén, Arroyito. Pero el gobierno de Mauricio Macri la cerró, y éste se acordó de reactivarla recién este año. Y a medias. Todavía no lo hizo.
Pero en este diseño canadiense, el CANDU, moderador y refrigerante serán químicamente lo mismo pero funcionan en circuitos independientes, sin mezclarse, y a temperaturas y presiones distintas. El refrigerante alcanza más de 300 grados y está a 115 atmósferas de presión, para llevarse el calor del núcleo sin ebullición.
El moderador, en cambio, está a 70 grados y a presión atmosférica ambiente. Ésa es la mejor temperatura para cumplir su función: frenar desde una velocidad casi lumínica a meramente supersónica los neutrones producidos por la fisión del uranio 235 para que produzcan más fisiones, y se arme la famosa «reacción en cadena». Para partir átomos de uranio 235, los que sirven son los neutrones lentos, o «térmicos». Es un poco contraintuitivo, como casi toda la Física Cuántica.
Sin moderador, un combustible flojo en uranio 235, como el uranio natural, no reacciona. Si Ud. sustituyera mágicamente por agua común la de nuestras tres centrales, se apagarían al instante y no habría modo de hacerlas arrancar.
Pasaría lo mismo, pero mucho más lentamente, si la temperatura del moderador subiera o bajara mucho de los 70 grados centígrados, su punto óptimo. Las centrales se irían parando por falta de neutrones «térmicos», es decir lentos. Los intercambiadores de calor que se van a reconstruir en Canadá con caños argentinos sirven para robarle un poco de calor al refrigerante, pero no mucho: el justo y necesario.
El país tiene dos centrales idénticas a Embalse, las únicas fuera de la provincia de Ontario. Una está en Québec Gentilly-2, que está parada y debería retubarse si la idea es ponerla nuevamente en servicio. La otra es Point Lepreau, en New Brunswick, activa, pero probablemente necesitada de un retubado. El resto de la enorme flota CANDU canadiense se agrupa en 4 complejos nucleares en Ontario, donde las máquinas se construyeron de a cuatro y comparten servicios para bajar costos.
Exportar componentes a Canadá de una máquina que inventaron ellos, que se vendió en 7 países y que desde el debut de esa ingeniería en 1961 todavía no ha sido superada por ningún otro fabricante del mundo en el punto de cruce de las curvas de disponibilidad, seguridad y precio… Sí, es como cantarle «al Mudo Carlitos».
No sucede todos los días pero esto podría volverse frecuente. En cuatro décadas de ecologismo silvestre, Canadá cerró prematuramente muchas centrales, destruyó su mercado nuclear interno, rompió las inmensas cadenas industriales de proveedores de AECL, y finalmente llevó a la quiebra a su propia y más exitosa empresa nacional exportadora de alta tecnología. ¿Suena familiar, compatriotas? ¿Cuántas veces estuvimos a punto de lograr lo mismo? Aconsejados por la misma gente, de yapa.
Dado que hemos sobrevivido a casi todo, pinta que podríamos ser el servicio técnico y además la calle Warnes de un ecosistema industrial muy exclusivo inventado en Canadá. Y uno que resultó tan bueno que llegó a todos los continentes, salvo la Antártida. De modo que no importa que esta haya sido una venta chica (U$ 8 millones). Esto nos coloca en otra situación frente a 7 países. Y los muchos más que quieran comprar fierros en serio, y no humo.
De modo que felicitaciones a CONUAR, una sociedad mixta de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) que puso la ciencia de materiales, la tecnología de fabricación y el predio del Centro Atómico Ezeiza, y del grupo PECOM, Pérez Companc que tiene 2/3 del capital accionario.
Y además pone sobre la mesa la pregunta del millón: ¿por qué tenemos una sola CANDU, si por disponibilidad y precio de la electricidad (U$ 46 el megavatio hora) es la mejor máquina individual de potencia no sólo del parque nucleoeléctrico, sino de todo el parque de generación eléctrica del país?
Efectivamente, Embalse tiene una disponibiidad del 93,1%, lo que significa que funciona a plena potencia 340 días por año, con 25 días por paradas planificadas de mantenimiento y alguna imprevista por desperfectos. Como fierro, no le pisa el poncho ninguna otra unidad, incluidas las centrales térmicas, las hidráulicas y tampoco las renovables (no disponibles en un caso cuando no sopla el viento, y en el otro caso, de noche).
No hace falta decir que las centrales nucleares tienen el megavatio hora más barato del país (U$ 46 frente a los U$ 65 a 70 de las renovables, y que a término de vida útil, emitieron menos dióxido de carbono y casi no generaron efecto invernadero. ¿O sí hace falta?
Mi heladera gasta alrededor de 1 kilovatio hora por día. Contando todos los gastos de minería, fabricación de materiales, transportes, mantenimientos y reparaciones y finalmente, decomisión y gestión de residuos, cada kilovatio hora de una entregado a red por central nuclear a cierre emitió 6 gramos de dióxido de carbono, el de un parque eólico, 16 gramos, el de un parque solar, 39 gramos, y el de una central a gas, 458 gramos. Entre otras cosas, porque una central nuclear hoy dura 60 u 80 años, y un parque eólico o solar, 20 y a dar las gracias.
En materia de dar potencia máxima 24×7, a Embalse ni siquiera le tocan la oreja las Atuchas, que son lo siguiente en el orden local de disponibilidad, pese a que ambas son prototipos. Y los prototipos dan trabajo, hasta que uno los saca buenos, como se probó con Atucha 1 en 1988, y con la 2 en 2022.
Embalse se tuvo que terminar sin el fabricante canadiense, AECL, porque esa firma estatal canadiense, presionada por los EEUU, empezó a incumplir los contratos de provisión de componentes y de transferencia de tecnología desde el arranque mismo de la obra, en 1974. Le compramos la mejor máquina al peor vendedor, y la tuvimos que construir y montar y poner en línea solos con nuestra alma. Aprendimos una barbaridad.
Por eso en lugar de terminarse en 1980, se pudo conectar a la red recién en 1984, remando en dulce de leche y contradiciendo los sanos consejos de más de un experto economista y de más de un político. De esos que dicen que nuestros científicos no sirven ni para lavar los platos, y a los que el país les debe seguir pagando tantos platos rotos. Por ellos.
Durante su primera vida útil de 30 años tuvo una disponibilidad del 86,03%, también muy superior a la del resto del parque eléctrico nacional. Con el retubado, hecho con componentes y personal argentinos y la movilización de más de 100 empresas privadas proveedoras, entre 2014 y 2018, mejoró al actual 93,1% y además ganó un 6% de potencia. Hoy entrega 654 MWe, lo que significa que ilumina a 3 de cada 4 cordobeses.
El retubado de una CANDU es una operación ya estandarizada, que dura entre 2 y 3 años, es decir entre un tercio y la mitad del tiempo de construcción de una CANDU nueva de potencia equivalente, y cuesta una cuarta parte. Lo que se obtiene es técnicamente una central nueva, licenciable para 30 años más de servicio, y actualizada en sistemas de seguridad a estándares «post-Fukushima».
Aquí el retubado se demoró 2 años más porque a Embalse se le cambiaron preventivamente los 4 generadores de vapor, un «extra» no incluido en un retubado standard. Fue un trabajo de argentinos: hubo tres canadienses presentes, para ver cómo nos las arreglábamos para cambiar los generadores de vapor, algo que ellos se atrevieron a hacer hace poco y pagándonos la asesoría.
La construcción de los 4 generadores de vapor es dificil: los tubos de inconel 690 los hizo CONUAR y la carcaza la hizo la mendocina IMPSA. Pero mucho más difícil es extraer cada una de esas piezas gigantescas de 30 toneladas en el espacio abarrotado de caños y cables y vigas de una central nuclear, sacarlas del edificio de contención, y reemplazarlas por las unidades nuevas. Es como operarle las amígdalas a un mamut dentro de un ascensor. De modo que NA-SA fue contratada para dirigir esta tarea por OPG (Ontario Power Generation), que tiene muchas unidades CANDU a retubar allá en Canadá, y luego por China, para lo mismo.
“Argentina en el sector nuclear ha demostrado no tan sólo poder desarrollar la tecnología, sino también poder desarrollar proveedores confiables para el mundo”, destacó la secretaria de Energía, Flavia Royon. Albricias, el gobierno parece haber redescubierto el átomo. Un poco tarde, pero lo hizo.
La secretaria remarcó que “el desarrollo de conocimiento de expertos en la materia, así como el desarrollo de proveedores nacionales, también hace posible que podamos estar llevando adelante uno de los pocos reactores modulares nucleares que se construyen en el mundo, con más del 90% de proveedores nacionales”.
Aprovechamos para decirle a la Dra. Royon que en realidad no se está refiriendo a un reactor, sino una central nuclear compacta, el CAREM, un prototipo de 32 MWe, cuya construcción fue frenada durante el gobierno de Mauricio Macri. Podría y debería haberse terminado durante la administración Fernández. Poniéndole unos patacones, claro está, porque es una máquina destinada fundamentalmente a exportación, pero que se paga -como bien dice la Dra. Royón- en pesos, dado que el 90% de los componentes son de aquí. Otro inauguración que se perdió, otro penal que se desperdició.
También se desperdició la oportunidad de inaugurar un considerable reactor. Es bien diferente de una central porque no produce electricidad en absoluto: es el RA-10 del Centro Atómico Ezeiza, también parado por la administración Macri, y que no entró en el radar de la Secretaría de Energía hasta bien entrado 2021, como todo lo nuclear.
¿Por qué debería entrar, además? ¿O los radioisótopos médicos, la irradiación de materiales y la fabricación de «wafers» de silicio monoscristalino son asuntos de gas, petróleo o electricidad?
Una vez que el RA-10 empiece a funcionar puede capturar el 20% del mercado mundial de radioisótopos médicos, que crece en flecha desde que existe. En 2023 movió U$ 9.610 millones, y se estima que en 2028 facturará U$ 13.640 millones. El RA-10 podría pagar su costo total de construcción en unos meses de operaciones, exportando radioisótopos médicos, fundamentalmente molibdeno 99m., que está en falta en todos los países ricos del Hemisferio Norte, y con resultados trágicos. Después de abonar su costo casi distraídamente, el RA-10 tiene una vida operativa prevista de 50 años, en la que sólo dejará de facturar para mantenimientos.
Todo lo cual prueba que nuestra clase dirigente no entiende que el negocio nuclear es vender tecnología. Prender lamparitas es otro negocio adjunto. Y nada malo, por disponibilidad y precio, pero andá a convencer a funcionarios petroleros.
El área nuclear debe volver a dependencia directa del Poder Ejecutivo Nacional, donde la puso Perón. ¿Por qué?
Porque es estratégica.
Daniel E. Arias
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DEL COMUNICADO OFICIAL:
“Con esto, una vez más, se demuestra que el sector nuclear no sólo es un sector que Argentina lideró como un proveedor confiable para el mundo, sino que también es un sector que industrializa nuestro país”, como bien dijo la secretaria de Energía.
Los tipo CANDU hacen que los tubos de presión trabajen en condiciones de alta exigencia durante toda su vida útil, ya que en su interior se encuentran los canales combustibles en los que se produce el proceso de fisión.
Así, durante 30 años deben operar a temperaturas de entre 250 y 300 grados centígrados, soportar 100 atmósferas de presión interna y estar constantemente sometidos al flujo neutrónico producto de la fisión del uranio.
“Cualquier reactor del mundo, sea canadiense u otro, tiene que hacer la transferencia del calor del circuito de agua primario, derivado de la fisión del uranio, a un circuito secundario que es el agua que mueve la turbina. Ese vapor está a más de 200 grados y, por lo tanto, los tubos necesitan estar bajo una presión muy importante causada por el calor”, explica el presidente de Conuar, Pablo Vizcaíno.
Esto requiere tubos especializados, realizados en base de níquel y tecnología de zirconio, resistentes a la corrosión y las altas temperaturas.
“Son caros y de los mejores del mundo. Se usan también porque no se pueden cambiar cada cinco o seis años porque requeriría paralizar y gastar mucho dinero. En Embalse, por ejemplo, duraron 30 años” indicó.
Precisamente, Embalse y el desarrollo de centrales nacionales le brindó la experiencia a Conuar para exportar sus productos al resto del mundo.
“La extensión de la vida útil de Embalse implicó un retorno, después de mucho tiempo, de la importancia de la producción de combustibles y componentes nucleares. Conuar fabricó prácticamente todos los componentes internos de la central de Embalse”, recordó el titular de CONUAR.
Elemento combustible CANDU típico. Uno de CONUAR puede llevarse a una central nuclear canadiense, india, coreana, china, pakistaní o rumana, y la máquina no se entera de la diferencia.
En el caso de Canadá, Conuar resulto ganadora de la licitación para fabricar los tubos, los cuales serán producidos hasta noviembre del año que viene y dirigidos a la extensión de vida útil de cuatro reactores del Complejo Nuclear Bruce, localizado a orillas del lago Huron, en la ciudad de Ontario.
Conuar también exportó recientemente tapones de blindaje (shield plugs) a China, siendo la primera vez que el país exportó productos nucleares al país asiático.
Del mismo modo, fue proveedor de componentes de los reactores Westinghouse en Estados Unidos, una de las principales firmas productoras del área en el mundo, y exportó anillos de sello de cavidad (cavity seal rings), aros de acero inoxidable de compleja construcción que se sueldan a los reactores.
Por otra parte, la empresa argentina, de propiedad mixta, tiene planeada para este año y el próximo una exportación “muy importante” a India de tubos similares a los enviados a Canadá, con otras medidas específicas.
Este pedido –señalaron desde la firma- está cifrado en más de US$ 20 millones y equivaldrá a 340 kilómetros de tubos, con posibilidades de ser ampliado.
Conuar se creó en 1982 a partir de la unión entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), dueña del 32,7%, y el Grupo Pérez Companc, dueño del 67,3%.
Con una trayectoria de 41 años en la producción de reactores, tubos y componentes nucleares (como pastillas de uranio) y la concreción de exportaciones a 32 países, sus productos tienen aplicación en los sectores nuclear, aeroespacial, industria química y petroquímica.
Dentro de Conuar se encuentra Fabricación de Aleaciones Especiales (FAE), una fábrica de tubos sin costura realizados con los más altos requerimientos de calidad en su tratamiento, realizados específicamente con materiales resistentes a la corrosión y para procesos críticos.
La presidenta de la CNEA Adriana Serquis firmó junto a la integrante del Consejo de Administración del Hospital Garrahan Patricia Elmeaudy un acuerdo específico para construir un nuevo sector destinado al Servicio Avanzado de Radioterapia y Medicina Nuclear Pediátrica, lo que incluye además un reequipamiento de última tecnología para atender a los pequeños pacientes dentro del predio del propio hospital.
Un salto de calidad en las aplicaciones nucleares a la salud pediátrica
En la actualidad, el Hospital Garrahan cuenta con un servicio de diagnóstico por imágenes y un servicio de radioterapia que realiza tratamientos para alrededor de 300 pacientes por año. En el nuevo edificio ambos servicios compartirán una superficie de 3500 metros cuadrados y contará con equipos de última generación, como el acelerador que está instalado en el Centro Argentino de Protonterapia.
Las nuevas instalaciones incluirán equipos de tomografía por emisión de positrones tipo PET-CT, tomografía por emisión de fotón único SPECT-CT, un área de radiofarmacia y, para los tratamientos de radioterapia, dos aceleradores lineales modelo Versa HD de la firma Elekta, de origen sueco.
“Esta ampliación para los servicios de diagnóstico por imágenes y radioterapia del Hospital Garrahan es como estuviéramos construyendo un nuevo centro de medicina nuclear y radioterapia”, expresó el gerente de Área de Aplicaciones Nucleares a la Salud de la CNEA, Gustavo Santa Cruz. Y anticipó que “a este convenio se sumará otro que en los próximos días suscribiremos con INVAP para que puedan comenzar ya mismo con las obras, porque están listos los planos del proyecto de ampliación, ya se hicieron estudios de suelo y contamos con la definición completa de equipos y sistemas accesorios”.
La financiación del proyecto será afrontada por el Plan Nacional de Medicina Nuclear, que se orienta a garantizar el acceso universal y de máxima calidad a las aplicaciones de la medicina nuclear para la prevención, el control y el tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles.
El acto se realizó en la Sede Central de la CNEA, donde también estuvieron el gerente de Área Aplicaciones Nucleares a la Salud del Organismo Gustavo Santa Cruz y, por el Hospital Garrahan, el director asociado de Servicios Técnicos Darío Fillipo, la jefa del servicio de Radioterapia Natalia Pinto y la responsable del área de física médica del servicio Silvia Adamo.
Tras la firma, la presidenta Adriana Serquis expresó que “estamos dando los primeros pasos para que avance este proyecto que será un gran aporte desde el sector de tecnología nuclear para todos los niños y niñas del país, nos llena mucho orgullo y de muchas ganas que pueda funcionar pronto, por el trabajo en conjunto con INVAP”. “Creo que es una contribución enorme para el país”, sintetizó.
Por su parte, la integrante del Consejo de Administración del Hospital Garrahan Patricia Elmeaudy compartió su alegría porque “siempre que venimos a la CNEA nos vamos con buenas noticias y con lindos proyectos”. “Sabemos que en el sector tecnológico existen continuas mejoras, con posibilidad de realizar tratamientos más efectivos y con menos efectos colaterales y a eso apuntamos, sobre cuando hablamos de niños cuya potencialidad de crecimiento debe ser respetada”, completó.
El sector de la Industria del Conocimiento ocupa el tercer puesto en las exportaciones argentinas y se espera que crezca un 30% más para el 2024.
Según la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) en los últimos dos años en Argentina sólo esta industria creó más de 35.000 nuevos puestos de trabajo, lo que significa un incremento del 21,5%, por encima de la suba del empleo total del sector privado que fue de 13,1% en el mismo periodo analizado.
El Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, señaló que la Industria del Conocimiento “representó, en 2022, el tercer lugar en materia de exportaciones con más de 7.700 millones de dólares. Las perspectivas para el año que viene son aún mayores y marcan un camino que tenemos que seguir profundizando: agregar valor a nuestros productos y servicios para cambiar la matriz de exportaciones y generar más empleos formales con mejores ingresos. Por eso es tan importante que consideremos a la ciencia y la tecnología una política de Estado que trascienda los gobiernos de turno y los calendarios electorales”.
Argentina fue el país de América del Sur que tuvo el mayor incremento (41%) en nuevos programadores
Filmus destacó que “las leyes de Economía del Conocimiento y de Bio y Nanotecnología, que logramos sancionar en el Congreso por unanimidad, van a permitir que estas áreas sigan creciendo. Actualmente, en nuestro país tenemos cerca de 200 empresas de base tecnológica de las cuales más de 60 exportan aportando divisas para el desarrollo soberano y federal del país. Tenemos profesionales de excelente calidad pero necesitamos continuar ampliando la formación en estos campos de conocimiento que son muy demandados en la actualidad y tienen que ver con el mundo del presente y del futuro. Para los países más desarrollados del mundo la inversión en ciencia y tecnología es prioritaria”.
Un informe de la plataforma GitHub, que goza del reconocimiento de los especialistas del sector, afirmó que Argentina fue el país de América del Sur que tuvo el mayor incremento (41%) en el número de nuevos programadores en 2022, en comparación con el año anterior.
El titular de Astillero Río Santiago, Pedro Wasiejko, aseguró que Argentina “puede volver a ser potencia regional en cuanto a construcción de buques”. Lo dijo después de que en el marco del Día de la Industria Naval presentaran la embarcación LICA «Ciudad de Ensenada», construida desde cero por trabajadores argentinos para la Armada.
Wasiejko destacó la importancia de este buque en particular: “Con la armada de Bolivia estamos conversando sobre dos unidades, una para entrenamiento, que circularía por el río Paraguay. Otra para seguridad. Estuvimos hablando con la armada de Uruguay, que fuimos a visitarlos, para la integración regional. Ayer nos visitaron los agregados navales de Brasil y Paraguay, que también están interesados”.
Con miras a generar puestos de trabajo y valor agregado, se trata de una iniciativa más que positiva. “Hoy los astilleros, a nivel global, se han convertido en una ensambladora de partes. Todo el equipamiento, si es especializado, hay que comprar a empresas. El astillero construye el buque, lo arma. Todo es fundamentalmente mano de obra, soldadura, armado, mecanizado”, explicó el especialista.
Por eso, agregó: “Tenemos que evitar, por ejemplo, que en el caso del offshore de Mar del Plata, dentro de tres o cuatro años, que no se traigan todo el equipamiento de afuera. Eso va a necesitar 30 o 40 embarcaciones de diferente tipo. Buenos, una parte de eso se tiene que construir en el país. Eso es posible hacerlo”.
Fue en este contexto que afirmó que Argentina puede ser potencia regional en cuanto a construcción buques, “como lo fue en la década del 1970”, donde, aseguró, el sector privado, exportaba y los estatales se dedicaban a proveer a los armadores públicos nacionales.
“Hoy, los astilleros públicos y con el sector privado tenemos que armar una plataforma que nos permita exportar de manera eficiente y generar divisas para el país. En el caso del Astillero Río Santiago, aprovechar que está en zona franca, que es una ventaja desde el punto de vista impositivo. De acá no salimos solos, tenemos que salir en conjunto”, concluyó.
“Éramos diez hermanos y vinimos a buscar oportunidades a la Argentina. Todas las escuelas públicas y las universidades nos abrieron la puerta. La Argentina a pesar de la crisis sigue brindando a la población una cobertura médica, educativa. Tiene hospitales, tiene escuelas. Y eso el paraguayo que esta acá lo recibe. Ir a la universidad es una forma de crecimiento social”, dice Salomón Ramírez Santacruz, vicepresidente del Club Deportivo Paraguayo.
Él llegó con 17 años, venía de un pueblo llamado Aba-i, en Paraguay, donde solo había una escuela primaria. “Como casi todos los migrantes, aterrizamos en una villa”, relata el hombre de 68 años que hoy tiene una zapatería en Lomás del Mirador, La Matanza. Y agrega: “En Paraguay los ricos son los que estudian en las universidades públicas y los pobres tienen muy pocos accesos. Mis hijos no tuvieron que hacer lo que hizo su papá, salieron de otra plataforma, pudieron ir a la universidad, a los 18 estaban preparados para enfrentar la vida y esa oportunidad se la dio este país”.
Hace años que los paraguayos son una de las nacionalidades mayoritarias a la hora de elegir la Argentina como destino para radicarse. Sin embargo, desde 2015, mientras la economía argentina se deterioraba y los indicadores macroeconómicos paraguayos mejoraban, su llegada disminuyó en un 66%. Pese a esto, se mantienen en el podio junto con los venezolanos, según se observa en los últimos registros públicos de inmigrantes, que van desde el 2015 hasta el 2023.
En el 2015 fueron 103.739 los paraguayos que eligieron a la Argentina para radicarse de forma permanente o transitoria, en promedio 8645 por mes. Sumaron casi un 40% de las 259.505 radicaciones pedidas ese año. Siete años después, en 2022, fueron apenas 35.088, no alcanzan los 3000 al mes y representaron casi el 25% de quienes pidieron la residencia en el país.
La merma se enmarca en una tendencia que se extiende a los demás países latinoamericanos exceptuando a Brasil y Ecuador, donde la cantidad de migrantes viene en ascenso. El total de migrantes en 2015 llegaba a 238.495 mientras que el año pasado sumaron 150.821.
“En nuestro país si no tenés dinero te morís”, sintetiza Blanca Valenzuela y enfatiza la importancia de la atención a la salud. “La realidad es que yo desde que llegué nunca más dejé de trabajar, siempre tuve trabajo. Eso es lo que más valoro de acá, en mi país no pasa, no hay fuentes de trabajo. Yo vine de vacaciones, llegué un sábado y al lunes siguiente estaba trabajando”, sigue.
Llegó a sus 19 años y “como todas las migrantes” empezó trabajando como empleada doméstica. Terminó la secundaria, estudió computación, también empezó la carrera de abogacía, pero después la tuvo que dejar. Hace diez años que trabaja en la municipalidad de Quilmes, actualmente en la dirección de migrantes. Es también la presidenta de la Federación Paraguaya en la Argentina (Fepara).
Ranking
Paraguay encabezó el ranking de nacionalidades que migraron a la Argentina hasta 2018, cuando fue desplazada por Venezuela. El país gobernado por Nicolás Maduro tiene una lógica propia: registra un pico de radicaciones a partir de 2018, en coincidencia con la crisis política y humanitaria de ese país. En los primeros seis meses de 2023, Paraguay volvió a pasar al frente. Si bien pareciera haber un repunte de migraciones, el número aún se encuentra lejos de los valores registrados en el pasado.
“La evidencia histórica nos muestra que la migración paraguaya es inelástica ante momentos de crisis o estancamiento de Argentina. Para las personas migrantes, el país está percibido como un lugar donde llegan y tienen trabajo, de oportunidades para hacer una diferencia económica; además de la alta valoración que tiene de los servicios como la salud y la educación. Esto quedó patente con la crisis del 2001. La población migrante entre 1998 y 2002 no creció en magnitud, pero no hubo retorno a los países de origen”, describe Sebastián Bruno, doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires) e Investigador de CONACYT Paraguay.
El autor del libro Migración paraguaya hacia Argentina agrega: “Sí fue elástica -es decir, que los migrantes llegaron más- en los momentos en que la economía estaba mejor. Se observan dos momentos expansivos recientes: en los primeros años de la época de la convertibilidad y entre fin del 2002 hasta el 2010/2011″.
Según el censo del 2010, medio millón de paraguayos habitaban la Argentina, es decir que había más paraguayos que en Asunción. El fenómeno histórico quedó evidenciado también en las estadísticas paraguayas. Las conclusiones preliminares del censo realizado el último año mostraron que el país gobernado por Santiago Peña tiene una población de 6.109.644 personas, un total por debajo de las estimaciones de crecimiento poblacional –esperaban que el número alcance los siete millones- e incluso menor a la población del 2012. Algunos especialistas señalan que la emigración de los últimos 20 años podría ser una de las razones para explicar esta disminución. Los países más elegidos para emigrar fueron España y la Argentina.
Bruno describe que en un comienzo la migración era fronteriza, sobre todo en Formosa y Misiones, pero luego se fue moviendo hacia la ciudad de Buenos Aires. Hoy, la Ciudad de Buenos Aires alcanza el 17% del total de la población migrante, según datos de la administración porteña.
En base a los datos del censo del 2010, uno de cada cuatro paraguayos trabajaba en una obra en construcción, mientras que cuatro de cada diez mujeres lo hacía en trabajos domésticos de casas de familia. Los datos del censo 2022, que todavía no se presentaron, permitirán conocer si esa tendencia se modificó.
“Sucede que para el migrante recién llegado es más fácil acceder a estos trabajos. A partir de las vinculaciones por la red migratoria se insertan en determinados sectores de la economía”, señala Bruno que en su tesis doctoral llamó a este fenómeno “plusvalía étnica”.
“Yo me hice acá, viví más tiempo acá que allá. Tengo mi casa y no me falta trabajo. Decido quedarme porque nos gusta, estoy instalado”, dice Julio Serafín Ayala. Tiene 50 años y llego a los 17. No fue el primero de su familia, uno de sus hermanos ya estaba acá. Hoy, son cinco los que viven en Buenos Aires. Los cinco restantes están en Paraguay, donde también vive su madre de 88 años.
Ayala está dándole los últimos retoques a la cocina de uno de los cuatro departamentos del edificio en el que está trabajando. Tiene a cargo seis personas, dos de ellos también son paraguayos. Al igual que todos los albañiles, el colocador de pisos y el electricista.
Está en el rubro de la construcción desde que llegó. “Empecé a hacer changuitas, siempre en construcción. Me quedaba a dormir ahí en la obra. Mi mujer trabajaba en departamentos, cama adentro. Y con eso pudimos llegar a tener nuestra casa. En esa época era más fácil, más barato. Ahora ya no”, cuenta.
“En ese momento preferían más el peso argentino que el dólar, te lo sacaban de las manos. Valía más. Ahora ganás una montaña de pesos pero no sirve”, recuerda Julio sobre su primer viaje de visita a Paraguay, en 1998, luego de haberse mudado a la Argentina.
Estancamiento
Mientras la Argentina quedo atrapada en una década de estancamiento e inflación creciente, las variables macroeconómicas paraguayas mejoraron. Según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), con un 4,2% lidera el crecimiento económico este año para la región. Acompañado por Panamá (5,1%) y las islas del Caribe (4,2%).
Se agrega una libertad para la transferencia de divisas, una inflación que se ralentiza, una estructura impositiva de bajo costo y simple que se basa en la fórmula del “triple 10″ -10% del impuesto a las ganancias empresariales, 10% de IVA y 10% de rentas personales- y leyes favorables a la inversión.
El panorama, sin embargo, también incluye niveles de pobrezas del 24,7%, servicios básicos ineficientes y costosos y uno de los peores sistemas de educación del mundo, según el ranking de Competitividad Global del Foro Económico Mundial.
“Hasta el 2015 el paraguayo venía mucho a trabajar acá. El asalariado podía ganar entre US$800 y US$1000 en la construcción y podían transferir dinero a sus familiares. Había mucha más demanda, había changarines golondrinas que venían por temporada. Hoy no alcanza para subsistir acá. Igual hablan de que Paraguay está mejor, está lleno de dólares, eso es lo que vende al mundo, pero es para unos pocos”, señala Ramírez Santa Cruz.
El edificio sustentable de 1.250 m2 cubiertos será sede del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales, de doble pertenencia entre el CONICET y la Universidad Nacional del Comahue.
Financiado por el CONICET por el monto invertido actualizado de $1.450.406.996 pesos, se trata de un espacio multifunción único en la región en el ámbito científico – tecnológico donde confluyen diversas capacidades, como la colección más grande de levaduras autóctonas del país. Además, cuenta con laboratorios de microbiología y biología molecular, y de análisis de alimentos. En una segunda etapa que ya está en construcción, se prevé que contenga un área de procesos biotecnológicos microbianos y una planta piloto experimental de cerveza única a nivel nacional.
La presidenta del CONICET Ana Franchi, felicitó a todas y todos los involucrados en este proyecto y que hacen parte del Instituto. “Es un orgullo inaugurar cada vez más espacios para poder continuar con el trabajo de investigación en ciencia y tecnología. Cuando vemos que estos sueños se hacen realidad estamos inspirando a las y los jóvenes para que se animen a una carrera científica y así continuemos teniendo grandes generaciones de científicos y científicas de alta calidad y que sus aportes contribuyan a la sociedad”. Y agregó: “El impacto que tendrá el trabajo del CRELTEC y el que ha venido haciendo el IPATEC en el sector productivo de Bariloche con la innovación y desarrollo de productos, evidencia, claramente, la contribución de la ciencia al desarrollo local y del país”.
El edificio se propone potenciar las actividades relacionadas con el estudio de la biodiversidad microbiana de nuestros ambientes naturales, la biotecnología y tecnología de los alimentos mediante la incorporación de equipamientos de última generación y recursos humanos especializados.
Se espera que sea un espacio de interacción con el sector productivo, con especial énfasis en la industria alimenticia a través de los Servicios Tecnológicos de Alto Nivel, asesoramientos, capacitaciones, asistencia técnicas y transferencia de tecnología; brindando también oportunidades de incubación de empresas de base tecnológica.
Por su parte, Diego Libkind, expresó: “El IPATEC nació como concepto en 2014 cuando varios grupos de investigadores/as de la Universidad Nacional del Comahue y del CONICET nos propusimos reforzar un espíritu común que teníamos de que la ciencia trascienda los laboratorios, y llegar a la comunidad, que tuviera impacto. Así, nació el IPATEC y hoy puedo decir que somos referentes en temáticas de relevancia regional como cuestiones de acuicultura, de riesgos geoambientales, de promoción de crecimiento vegetal en distintos ámbitos, con cuestiones que tienen que ver con eficiencia energética y también con biotecnología microbiana, con tecnología de cerveza y de otros alimentos. Todo eso somos IPATEC. Desde 2016, me preocupó como director darle espacios adecuados de trabajo a toda esta gente que hoy me acompaña y desde entonces, comenzamos con la construcción de los laboratorios del Grupo de Estudios Ambientales, empezamos a colonizar este espacio que cedió la provincia al CONICET y a la Universidad Nacional del Comahue con ese edificio que hoy nos toca inaugurar el CRELTEC”.
CRELTEC se proyecta como un edificio de vanguardia por su arquitectura sustentable ya que se ajusta a los estándares de pasividad para edificios de zonas de climas fríos, a criterios ecológicos y de eficiencia energética. En ese sentido, cuenta con una moderna planta de tratamiento de efluentes, reciclado de aguas grises, el uso de placas constructivas de material reciclado, el pre-calentamiento de agua con colector solar, entre otros.
La estructura se emplaza en terrenos de la UNCo ubicados en la ruta Carlos Bustos s/n en el Acceso al Cerro Catedral. Tiene una capacidad para 40 investigadores/as, becarios/as y técnicos/as del CONICET. También, cuenta con un auditorio para 50 personas para la realización de charlas de divulgación científica, exposiciones, capacitaciones, entre otras.
También, se destaca que esta iniciativa se integra a un circuito de turismo científico – educativo más amplio proyectado en el predio, el cual tiene como objetivo acercar la ciencia a la comunidad, visibilizar los desarrollos tecnológicos y despertar vocaciones científicas y así generar una sinergia entre la Ciencia, la Tecnología e Industria Turística.
En un acto encabezado por la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Ana Franchi, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) Daniel Filmus, el vicerrector de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) Paul Osovnikar y el director del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET-UNCo) Diego Libkind se inauguró el Centro de Referencia en Levaduras y Tecnología Cervecera (CRELTEC).