Un consorcio privado integrado por las petroleras Shell Argentina, Pan American Energy (PAE) y Pluspetrol inaugura hoy martesv 14 el oleoducto Sierras Blancas-Allen, un proyecto estratégico que será operado por Oldeval, y que permitirá aumentar la capacidad de transporte de petróleo desde Vaca Muerta a las refinerías y los puntos de exportación.
En el acto de inauguración en Neuquén están invitados autoridades como el ministro de Economía, Sergio Massa, y la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royon; y los gobernadores de Río Negro, Arabela Carreras y de Neuquén, Omar Gutiérrez, entre otras autoridades nacionales, provinciales y de los 10 municipios que atraviesa la obra, informaron fuentes de Shell.Por Shell, estarán presentes Paul Goodfellow, vicepresidente ejecutivo de la división de Aguas Profundas (Deep Water), encargado del portafolio Global de Shell en Aguas Profundas, y el presidente de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez.
De qué se trata el nuevo oleducto
El oleoducto, de 105 kilómetros de extensión y de 16 pulgadas de diámetro, vinculará el la área de producción de petróleo Sierras Blancas, corazón de operaciones de Shell en Vaca Muerta, con la estación de bombeo ubicada en la localidad rionegrina de Allen. También recibirá aportes de los bloques Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste.
La obra, que demandó unos u$s80 millones de inversión privada, se realizó en dos tramos, el primero de unos 60 kilómetros hasta el Lago Pellegrini, y el segundo hasta Allen, con 40 kilómetros más. El oleoducto tendrá capacidad de transportar hasta 125.000 barriles de petróleo diarios y, además de Shell, podrá ser utilizada por terceras operadoras que quieran contratar su utilización.
La obra permitirá ampliar la red actual, allanar el camino para aumentar la producción y facilitar la evacuación del crudo a las refinerías de la provincia de Buenos Aires y los puntos de exportación, al aliviar el cuello de botella existente en la infraestructura midstream por el fuerte incremento de producción que se produjo en Vaca Muerta. Vale recalcar que dentro de la cadena de producción del petróleo, la fase midstream incluye el transporte así como el almacenamiento y la comercialización mayorista, tras su exploración y producción (upstream) y antes de su distribución, refinación y venta (downstream).
Según datos oficiales, Argentina cerró el 2022 con»máximos históricos de producción de petróleo».Un total de 622.500 barriles diarios fue la producción de diciembre, lo que representa la mayor producción total desde el 2009. En particular, el shale oil contribuyó con 282.400 barriles diarios y marcó un nuevo récord histórico. De esta forma, el volumen del no convencional fue 2,1% superior al del mes inmediatamente anterior y cristalizó un incremento de 32,9% respecto a la producción del mismo mes en 2021. Tomando sólo el caso de Shell, la producción pasó de entre 6.000 y 8.000 barriles diarios en 2018 a cerca de 45.000 actualmente.
Quiénes realizaron el oleducto
El consorcio está conformado por Shell Argentina, como adjudicataria y líder (con una participación de 60%), Pan American Energy (25%) y Pluspetrol (15%); y la construcción estuvo a cargo de Techint-SIMA. Por su parte, la operación del oleoducto será de Oleoductos del Valle (Oldelval).
Más de 50 contratistas y proveedoras estuvieron involucradas en la obra, en su mayor parte de origen nacional y regional. Fuente del consorcio relvaron que un 80% de los participantes en el proyecto son de Neuquén y Río Negro, en línea con las normas de «compre local» y el compromiso de Shell por la contratación de mano de obra y contratistas de la región para impulsar el desarrollo local.
Cómo operará el oleoducto
El proyecto, que se inaugura formalmente el martes, ya se encuentra en operaciones desde fines del año pasado, fue construido en un tiempo récord de sólo nueve meses y es la primera inversión de Shell en midstream en sus 108 años de presencia en el país.Shell lleva invertidos más de u$s2.000 millones enVaca Muerta con más de 100 pozo perforados en Vaca Muerta y, sólo en 2022, volcó u$s500 millones en el desarrollo de recursos en la formación, indicó la empresa a este medio. En su operación de Sierras Blancas, posee dos plantas de procesamiento con una capacidad conjunta de 42.000 barriles diarios, y genera más de 3.000 empleos directos e indirectos. Más del 50% de sus insumos, bienes y servicios son de origen nacionales.
El Proyecto Duplicar prevé llevar la actual capacidad de transporte de 36.000 metros cúbicos por día a 86.000 metros cúbicos, equivalentes a 540.940 barriles diarios, con la construcción de 455 kilómetros de caños de 24 pulgadas entre la estación de bombeo Allen y la de Saligral. Esta iniciativa incluye el cambio de traza de 70 km de ductos en la zona de Bahía Blanca y la repotenciación de cuatro estaciones de bombeo.
Una vez concluida la ampliación del oleoducto troncal -que incluye una nueva estación terminal en Puerto Rosales en Bahía Blanca-, las exportaciones de petróleo del país podrán incrementarse a entre 230.000 y 320.000 barriles diarios, equivalentes a un ingreso anual de divisas de entre u$s5.000 millones y u$s8.000 millones.
El proyecto de Oldelval ya se encuentra en curso con la llegada de los primeros caños y el armado del obrador en octubre pasado, y se hará en dos fases, con un plazo estimado de obra de 22 meses
El Ministro de Defensa Jorge Taiana anuncio que se esta avanzando en la construcción de un nuevo radar que sustituirá al RPA-170M instalado en mayo del año pasado en Cabo Santo Domingo, Rio Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
El futuro radar, al igual que el actualmente en servicio, esta siendo ensamblado por la empresa INVAP (Investigacion Aplicada, Sociedad de Estado). El mismo será de mayores prestaciones, lo que implica el monitoreo de una mayor área de cobertura.
Esta medida se da en marco de la iniciativa del Ministerio de Defensa de incrementar la presencia de las Fuerzas Armadas en el sur del país, llevando adelante medidas concretas como el reposicionamiento de aviones IA-63 Pampa III Block II en la Base Aérea Militar Rio Gallegos, y la creación de la primera Guarnición Militar Conjunta, en Tolhuin, Tierra del Fuego.
Frente a esto, el titular de Defensa afirmó en la entrevista radial que “hay cada vez más movimiento porque el desarrollo de la actividad hidrocarburífera con la presencia cada vez más de plataformas petroleras que incluyen embarcaciones logísticas y el movimiento de helicópteros, movimiento que tiene que ser supervisado y controlado en defensa de nuestro territorio y control en el cual tienen relevancia la Fuerza Aérea Argentina y la Fuerzas Armadas en general”.
El actual radar (INVAP RPA-170M) se encuentra localizado en la cima del Cabo Domingo, Río Grande, y alcanza los 315 km (170 NM) de cobertura. Según distintas fuentes, el mismo sería reemplazado por el radar de vigilancia aérea RPA-240T. Se trata de un sensor con capacidad de traslado aéreo o terrestre, y está diseñado para operar en instalaciones permanentes o semi-permanentes, destinadas a la vigilancia del espacio aéreo y para la defensa y seguridad nacional.
Sistema RPA-240T
Su diseño modular y con generación de potencia distribuida, le permiten operar las 24 horas los 365 días del año, con alta disponibilidad, mínimo mantenimiento preventivo y bajos costos logísticos y operativos durante todo su ciclo de vida. El sistema puede ser operado de manera local, constituyendo en sí mismo un centro de comando, control y comunicaciones completo; o bien de manera remota y prácticamente desatendida, pudiendo integrarse a sistemas de comando y control multi-sensor.
Características principales del sistema RPA 240-T
Frecuencia de operación: Banda L (D)
Rango instrumentado: 240NM
Precisión: 0,2° acimut; 0,3° elevación
Altura máxima: 100Kft
Velocidad de giro: 6 RPM
Seguimiento de blancos simultáneos: > 600
MTBCF: > 1500 horas
MTTR: < 1 hora
Modos IFF: 1,2,3/A, C, S (4 y 5 opcionales)
Opinión de AgendAR:
Nos parece excelente un radar argentino, de INVAP y de mayor alcance que el anterior. No obstante, las 240 millas náuticas del que se instalará no cambian mucho el estado de cosas que rigen con el actual, de 170 millas náuticas. Como emisor en banda L (D), el nuevo radar de reemplazo emitirá un haz en forma de cono, con un apuntamiento rectilíneo. Podrá detectar objetos a 11 o 12 kilómetros por encima de las Malvinas, pero no el mar o la superficie de las islas, porque le quedan bajo el horizonte terrestre. Para ver por debajo de este límite fijado por la curvatura terrestre, haría falta un radar OTH, u «Over the Horizon», trans-horizonte en la parla de Cervantes. Emite en una onda más larga (VHF) y tiene como plataforma una grilla de pequeñas torres metálicas verticales en la costa. No se asemeja en nada a los radares de antena parabólica rotativa. Lo que logra el haz de un trans-horizonte en VHF es que el haz emitido se pegue a la superficie marina, y de ese modo, siga la curvatura terrestre. Un sistema de este tipo volvería a las islas demasiado famosas un «reality show», en términos de navegación marítima y aérea. Y estos sistemas no son caros en absoluto. INVAP viene proponiéndole al MinDef poner hasta 6 de estas grillas en la costa atlántica nacional desde 2004. Darían una imagen en tiempo real de todo lo que anda por agua o por aire en el millón de km2 que nos quedan de Mar Argentino, pesqueros piratas incluidos. Y -según su potencia radiante- verían mucho más allá de la Zona Económica Exclusiva de las 200 millas.
Advertimos a los que pueden equivocarse por las siglas de INVAP. Por la ausencia de las muchas fábricas y empresas estatales del ramo, desde 1994 se volvió un proveedor importante de tecnología dual para las Fuerzas Armadas Argentinas. No es un plácido instituto. Es una empresa. Si no vende, se funde.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) amplió la disponibilidad de la información generada por los satélites SAOCOM 1A y 1B, que conforman la misión de observación de la Tierra desarrollada por la agencia espacial argentina, equipada con radar de apertura sintética (SAR) en banda L, única en el mundo.
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Desde el miércoles 8 de febrero de 2023, usuarias y usuarios de todo el mundo podrán acceder a los productos e imágenes SAOCOM (exclusivamente sobre territorio argentino y presentes en el archivo) mediante el registro en un formulario web y la aceptación de la licencia de uso. Esta nueva modalidad se suma a otros mecanismos de distribución existentes, como por ejemplo por medio de convenios con instituciones del sistema de ciencia y tecnología nacional, o para proyectos de investigación o tesis académicas.
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Los productos ofrecidos comprenden los siguientes niveles de procesamiento (conozca más aquí sobre los productos:
– Nivel 1 y 2 o superior,
– Reprocesamiento de productos de Nivel 1,
– Productos interferométricos de archivo,
– Acceso a los productos de generación “on line”.
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Procedimiento
El registro mediante el Formulario (accesible desde esta Página, y la aceptación de los Términos y Condiciones de la Licencia que allí se presenta, habilitan el acceso a usuarias y usuarios de todo el mundo a productos de archivo de la Misión SAOCOM 1 sobre el territorio argentino, exclusivamente. No aplica a solicitudes de adquisición (toma de nuevas imágenes).
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El acceso se realiza con usuario y contraseña obtenida en el Registro de Usuarios de CONAE. Ante cualquier duda, se pueden realizar consultas a Atención a Usuarios de la CONAE, mediante el mail [email protected]
Reproducimos el informado comentario de Marcelo Falak, en DesPertar
Un diputado presento en una comision en Diputados un texto que fue escrito reciéntemente por un chat de inteligencia artificial, GPT-3, que tiene un modelo de 175 millones de parámetros para construirse y que contestó la pregunta ‘¿Por qué los populismos en el mundo tienden a controlar los poderes judiciales de sus Estados?’
Según Bloomberg, la profesora del Instituto Santa Fe de Estados Unidos Melanie Mitchell explicó que dichos sistemas «hacen asociaciones estadísticas masivas entre palabras y frases». Así, «cuando comienzan a generar un nuevo lenguaje, confían en esas asociaciones, las que a su vez pueden resultar sesgadas de modo racista u otros».
Por su propia lógica de construcción –el «aprendizaje» a través del uso que hace la gente– «es imposible que un software de inteligencia artificial sea políticamente neutral», señaló a USA TodayJake Denton, investigador asociado de la Heritage Foundation.
Odiamos decepcionar al diputado, pero la inteligencia artificial no solo tiene sesgos, sino que también todavía puede cometer errores groseros. Las acciones de Google se desplomaron 12% en las últimas dos ruedas en Wall Street porque su desarrollo de IA dio una respuesta equivocada a la pregunta de «¿qué descubrimientos del telescopio espacial James Webb puedo contarle a mi hijo de nueve años?». Ese desplome redujo el valor de mercado del gigante tecnológico en nada menos que 144.000 millones de dólares.
Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyóLos anteriores capítulos de la saga estan aqui
Las dos pinches centrales sobre el Golfo
El modelo nuclear mexicano es el que los EEUU habrían querido que adoptara la Argentina: exiguo, dependiente, comprador, desligado de la industria propia e incapaz de competirles en nada. En el caso nuestro no lo lograron… del todo. Pero hay cantidad de argentinos que dedican su vida a que copiemos este enfoque. En AgendAR lo llamamos: «modelo enchufe».
No es original ni específicamente mexicano: la mayor parte de los integrantes de la UE fueron derivando hacia él de un modo u otro, hasta que sólo Francia quedó defendiendo -y a medias- su otrora impactante autonomía tecnológica en este campo. Muy olvidada ya de que el negocio nuclear no es vender electricidad, sino tecnología.De modo que no debe leerse en lo que sigue ninguna crítica a nuestros carnales mexicanos: estamos sometidos a presiones parecidas, órale. No por nada tenemos 73 años en energía nuclear, y sólo 3 meras centrales nucleares de potencia en operaciones, y ninguna de ellas es argentina (salvo una chiquita, en construcción desde… ¿2011?).
A fines de los ’60, mientras la CNEA hacía lo imposible por rechazar toda presentación estadounidense para Atucha I, en México, la General Electric se logró adjudicar el complejo atómico de Laguna Verde, con dos centrales gemelas. Están en línea desde 1990 y 1995 respectivamente.
México compró ambas “llave en mano”. Para el país, pese al sólido nivel alcanzado en Física por la Universidad Nacional (UNAM), y casi incomprensiblemente a contramano del desarrollo industrial mexicano en metalmecánica, son sólo un enchufe. Y uno cada vez menor.
Las de Laguna Verde son BWRs (Boiling Water Reactors) GE del modelo Mk-5. No para bien de México, tienen contenciones similares al modelo Mk-2, cuya forma es abotellada. En términos volumétricos, son menos impresentables que las contenciones de las GE-Mk-1. Aún así, son de escasa amplitud para la potencia térmica de sus núcleos, y por eso más inseguros que cualquier otra PWR (Pressured Water Reactor) en la que el agua -sea liviana o pesada- está tan presurizada que supera largamente los 300 grados sin hervir. Es un diseño mucho más respetable, ya se trate de Westinghouse, AECL, IPHWR, Siemens-KWU, Areva, VVER de Rosatom, Kaeri y otras marcas emergentes.
Las contenciones de las centrales PWR suelen ser más cilíndricas y mayores, para aguantar mejor un pico de presión interna de vapor en caso de ruptura de una cañería del sistema primario de refrigeración. Las de nuestras Atuchas, casi una exageración alemana, son directamente esféricas. No es fácil romperlas desde adentro.
Para refrescar pesadillas, fueron GE Mk-1 (un modelo más viejo) las cuatro que reventaron o se incendiaron en Fukushima, básicamente por su pobreza de defensas pasivas y activas frente a inundaciones. El asunto es que entre tales deficiencias de diseño, la mayor probablemente fue esa maldita contención abotellada.
El Golfo no es para dormir sin frazada: siempre fue zona de huracanes y con el cambio climático estos se vuelven más frecuentes y peores, así como ha venido creciendo la altura media mundial del mar debido al derretimiento de los hielos polares. Todo esto incrementa los máximos de los “storm surges”, u mareas de tormenta del Mar Caribe. Un estudio de Kerry Emanuel, del Massachussets Institute of Technology, y las conclusiones de cada reunión del Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático(IPCC) dicen lo mismo.
Cualquier obra hecha con datos meteorológicos anteriores a 1970 está subdimensionada en sus defensas pasivas y activas frente a eventos extremos. ¿Por qué? Porque aquel año el cambio climático empezó a hacer rampa. Cosas que uno aprende con el diario del lunes.
En el Golfo el año 1995 marca la entrada en otra etapa aún más violenta. Los huracanes de grado mayor a 3 en la escala Saffir-Simpson son más frecuentes: en 2005 solamente, Katrina, Rita y Wilma, uno tras otro, causaron daños por más de U$ 200 mil millones, y en 2013 Sandy, sin ayuda de otro huracán, dejó daños por U$ 65.000 millones.
Con tanta energía vino Sandy que, saliendo del Golfo, migró para el NE, atacó New York con su “storm surge” e inundó los subtes, una red de más de 400 km. de túneles. Jamás había sucedido nada ni remotamente parecido. Se creía que “The Big Apple” a lo sumo debía vérselas con dos tormentas como Sandy por siglo, pero el NOAA (Administración Nacional del Océano y la Atmósfera) ahora cree que la ciudad enfrentará un monstruo de estos CADA DOS AÑOS.
Pasó un decenio desde ese pronóstico y no se ha verificado… del todo. Pero este gráfico del NOAA es bastante elocuente porque es histórico, no predictivo. Una «named storm» se hace merecedora de un nombre humano por la energía térmica que la motoriza, medida a su vez por la velocidad del viento.
Nadie discute si se pueden poner centrales nucleares en la costa del Golfo. Sí se puede. Las preguntas son otras, y se nos ocurren cuatro: ¿a qué altura sobre el mar, con qué defensas perimetrales contra las mareas de tormenta, a qué altura están los generadores para refrigerar el núcleo en caso de apagón, y cuántos serán? Tales preguntas en 1970, con ideas erradas acerca del clima por venir, tenían otras respuestas.
Pero en Laguna Verde habría otro problema poco mentado y totalmente independiente del clima global. Cuando se construyeron, las costas norteamericanas orientales se suponían libres de riesgo de tsunamis, pese a la alta sismicidad de México y las islas del Caribe. Y sin duda, comparadas con la costa mexicana occidental, las del Atlántico -vaya a saber por qué- se creen razonablemente libres de maremotos.
Eso quedó en duda 1999, cuando el geofísico Steven Ward, de la Universidad de California, y el geólogo Simon Day, de la Universidad de Cambridge, publicaron sus primeros informes sobre el riesgo de derrumbe de la frágil falda occidental del volcán Cumbre Vieja, al sur de la isla de La Palma, en el archipiélago de las Canarias. Eso es a unos 350 km. de la costa marroquí. Cuate lector: me lo imagino pensando: “No mames, pinche cabrón. Eso está lejísimos del mero Golfo”.
Y es que en oceanografía no existe el “lejísimos”. El tsunami de Banda Aceh de 2004, con sus casi 230.000 muertes, fue consecuencia de un terremotazo de 9,1 grados en la escala Richter en el fondo del Océano Índico cerca de las costas de Sumatra, y mató gente y destruyó edificación e infraestructura en 11 países costeros, algunos distantes casi 6000 km., en África Oriental. Laguna Verde está a 7900 km. del Cumbre Vieja. OK, es más lejos. ¿Pero lo suficiente?
En los sucesivos modelos de Ward y Day, la cantidad de material derrumbado y la propagación de la onda a través del Atlántico tienden a generar un tsunami que llegaría a las costas americanas en aproximadamente 6 horas, en forma de trenes de sucesivas olas de 30 metros de altura, más o menos la misma que tenían las que irrumpieron sobre Banda Aceh, Sumatra, y mataron a 170.000 personas. Las olas del Guardia Vieja en el Golfo abarcarían un frente que va desde el Sur de los EEUU hasta el Norte sudamericano. En aguas someras, como las del Golfo, el oleaje podría ser aún más alto.
Por cierto, Day y Simon han sido impugnados por otros expertos, pero se mantienen en sus trece y según publicaciones, su hipótesis ha ido ganando más tracción que resbalones entre los colegas. Una erupción reciente del vecino volcán La Palma incendió parte de esa ciudad. Duró 83 días y vino con acompañamiento de miles de sismos (terremotos en enjambre, se los llama), pero las laderas occidentales del Guardia Vieja resistieron en su lugar. No siempre lo harán. Están muy roídas por las lluvias, y si se sueltan, caen al Atlántico e inician un tsunami.
Las autoridades nucleares mexicanas no parecen alarmadas. En 2012, a un año del pifostio de Fukushima, causado por olas de tsunami de «solamente» 13 metros de altura, la Secretaría de Energía presentó ante OIEA un informe según el cual el complejo nuclear mexicano está lo suficientemente alto respecto del mar, tiene fuentes de agua para refrigerarse en emergencia, y añadió una cantidad de nuevas normas de procedimiento que aparentemente resuelven cualquier problema de inundación. Pero de elevar el murallón perimetral de las dos centrales, algo tan elemental pero que habría cambiado la historia en Fukushima, de eso ni una palabra.
Ante todo, las autoridades regulatorias nucleares mexicanas no dependen directamente de la presidencia de la Nación: son apenas un apéndice de la Comisión Federal de Electricidad. Nunca tuvieron suficiente autoridad en el tótem estatal. De vuelta al inicio: México entiende fundacionalmente el átomo como un enchufe que se compra y al que uno conecta el país. Nunca como una fuente de tecnología original que se piensa, se discute y se construye entre propios, y menos aún, que se exporta.
Y no es un enchufe grandioso: ambas centrales suman 1625 MW instalados, unos 100 menos que la Argentina. En 2002, con un factor de disponibilidad del 80%, eso daba el 5% del consumo eléctrico, que para el 2030 se habrá reducido al 2%. México, especialmente su frontera norte, literalmente flota sobre petróleo y gas, tanto convencional como “shale”. Los mexicanos tienen 12.400 millones de barriles de buen crudo asegurados, y son el 7mo productor mundial.
El gobierno mexicano admite que para reducir su considerable “huella de carbono” y cumplir compromisos internacionales, necesitarían un 28% de núcleoelectricidad, de 8 a 10 centrales nuevecitas y grandotas. Si pudiera, las compraría “llave en mano”, ya que no es una tecnología que domine o les interese grandemente dominar. Por lo bajo, eso da U$ algo menos de U$ 1000 mil millones. Los coreanos, locos de interés en ofertar. Ni te cuento los rusos.
Pero pueden esperar sentados. Los mexicanos son el emisor número 14 de carbono en la lista de países. El país emite tanto carbono como toda la aviación mundial: 456 millones de toneladas de C02 en 2014.
Y mientras no existan impuestos internacionales al carbono emitido, o al menos barreras arancelarias unilaterales contra las exportaciones de los grandes emisores… ¿para qué chingados emputarse con los pinches ecologistas, manito?
El agotamiento prematuro de Loma de la Lata y los consiguientes apagones desde 2004 a 2008 hicieron que el peronismo, o al menos parte de él, redescubriera el átomo, y con él las exportaciones de tecnología, y todo eso… Pero Vaca Muerta lo ha regresado a su estado postmenemista, de electroencefalograma petrolero y plano.
México no está solo.
Durante el año pasado se acumularon envíos por 22 millones de barriles, es decir, un 22 % de la producción provincial, lo cual significó casi 2.000 millones de dólares. Según datos oficiales, en diciembre se exportaron unos 2,28 millones de barriles de petróleo, cerca de 162,5 millones de dólares a un precio promedio que rondó los 71 US$/bbl. A su vez, los envíos de gas neuquino alcanzaron los 1.597 MMm3, significando estas exportaciones un valor de US$ 413 millones.
La producción de hidrocarburos procedente de Vaca Muerta sigue en constante crecimiento. Según informó el Ministerio de Energía y Recursos Naturales, en el 2022, Neuquén generó un total de 2.331 millones de dólares por exportaciones de petróleo y gas. Lo cual implicó un crecimiento interanual de 262% y 679 por ciento.
Durante el mes de diciembre, se exportaron unos 2,28 millones de barriles de petróleo, lo que representó un 24% de la producción provincial, por cerca de US$ 162,5 millones, a un precio promedio que rondó los US$ 71 por barril (US$/bbl). En 2022, se acumularon envíos por 22 millones de barriles, 22 % de la producción provincial, significando poco menos de US$ 2.000 millones.
Respecto a los envíos realizados, estos fueron llevados a cabo nueve compañías productoras. Entre ellas se destacaron: Petronas E & P Argentina con 490.000 barriles; Pan American Energy con 479.000; y Vista Energy con un total de 373.000 barriles. Por su parte, la empresa petrolera provincial Gas y Petróleo del Neuquén (GYP), realizó por segunda vez consecutiva envío de crudo con 6.000 barriles.
En cuanto a los envíos realizados en 2022, el precio promedio obtenido se encontró en el orden de los 87 US$/bbl. Vista Energy fue la principal firma exportadora, seguida por Chevron, Shell y Petronas, representando 24%, 21%, 12% y 11% de las exportaciones provinciales respectivamente.
Exportaciones de gas
En cuanto a gas, las exportaciones alcanzaron durante diciembre los 156,8 millones de metros cúbicos (MMm3), aproximadamente 5 MMm3/d. Esto representó el 7 % de las ventas de gas provincial de dicho mes.
El precio promedio de los envíos fue de 7,82 US$ por millón de BTU (MMBTU) alcanzando un valor cercano a los US$ 45 millones. Allí se destacaron los envíos de Tecpetrol, PAE, Wintershall y Total Energies, quienes explicaron 33%, 18%,16% y 14% de los volúmenes exportados.
En 2022, los envíos de gas alcanzaron los 1.597 MMm3, siendo siete las firmas las responsables del 97,5% de los volúmenes exportados. Estas fueron: Tecpetrol (24,7%), Total Energies (21,4%), YPF (17,8%), PAE (16,7%), Pampa Energía (6,8%), Wintershall (5,9%) y Pluspetrol (4,2%), exportando de manera ocasional Vista Energy. Frente a esto, las exportaciones alcanzaron un valor de US$ 413 millones.
Las cifras
En cuanto a los resultados obtenidos, el gobernador Omar Gutiérrez aseguró: “Esto lo hemos hecho los neuquinos y neuquinas, pero siempre resguardando nuestra independencia y autonomía, cuidando la consolidación del poder local, diciéndole no a la grieta y las confrontaciones que lo único que logran es retrasar la concreción de los objetivos”
En esa misma línea sumó: “Esto es fruto de las inversiones; imaginen dónde estaríamos si no hubiésemos desarrollado Vaca Muerta, si no se hubiesen invertido este año 5.000 millones de dólares”.
En diciembre se dio una cifra récord en la provincia, Neuquén produjo 308.660 barriles de petróleo por día. En base a esto, el mandatario provincial manifestó “hace meses que veníamos anticipando este logro: el récord histórico de producción de petróleo en nuestra provincia”. También agregó que el dato confirma “que vamos por el camino correcto, el del trabajo en conjunto y sin grietas que siempre propiciamos”.
Por último, adelantó que “a 2030 nuestra proyección es alcanzar el millón de barriles y los aproximadamente 150-160 millones de metros cúbicos de gas. Esto implica la duplicación de los puestos de trabajo”. “La actividad hidrocarburífera, al igual que el turismo y otras actividades, generan todo un movimiento directo e indirecto, que es lo que está apalancando el desarrollo económico y social en la provincia”, concluyó.
Pampa Energía anunció una inversión de u$s500 millones para la construcción de un nuevo parque eólico de 300 MW en Bahía Blanca.El anuncio fue realizado este jueves durante la recorrida del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, por las obras del Parque Eólico Pampa Energía IV en Coronel Rosales.Actualmente Pampa opera el Parque Eólico Mario Cebreiro, que aporta 100 MW de energía renovable al sistema interconectado nacional, los Parques Eólicos Pampa Energía II y III ambos de 53 MW, ubicados en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, y el Parque Eólico Arauco II situado en la provincia de La Rioja de 100 MW.Durante la jornada, Axel Kicillof, visitó la construcción del Parque Eólico Pampa Energía IV, donde la compañía se encuentra instalando 18 aerogeneradores con una inversión de más de 128 millones de dólares y una potencia instalada de 81 MW, equivalentes al consumo de 100.000 hogares. El mandatario estuvo acompañado por el presidente de Pampa Energía, Marcelo Mindlin; los intendentes de Coronel Rosales, Mariano Uset, y de Bahía Blanca, Héctor Gay; y otros funcionarios nacionales, provinciales y municipales.Marcelo Mindlin afirmó que: “En 2015, por unanimidad y con el apoyo de todas las fuerzas políticas, se sancionó la ley 27.191 que establece que para 2025 el 20% de la matriz energética debe provenir de fuentes renovables. Desde Pampa ya invertimos cerca de 600 millones de dólares para contribuir al cumplimiento de este objetivo. Hoy estamos anunciando nuestro sexto parque, que tendrá una potencia de 300 MW, y nos permitirá alcanzar una capacidad de generación de energía renovable total de 687 MW”.Y agregó: “Este nuevo parque que habilitaremos en unas pocas semanas más, sumado al que anunciamos hoy, nos permitirá abastecer con energía renovable a más industrias. Estamos orgullosos de la concreción de estas inversiones que le permiten al país diversificar y ampliar su matriz energética con un horizonte de mayor sostenibilidad».El nuevo parque eólico anunciado será el quinto de la compañía en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Se estima que para mediados del año que viene se encuentre operativa la primera etapa, que sumará 94,5MW.
Comentario de AgendAR:Nos alegra una inversión tan alta en Bahía Blanca. El PEPE IV (por Parque Eólico Pampa Energía) generará trabajo, como lo hicieron los PEPES del 1 al 3, aunque no parezca haber componentes nacionales en los aerogeneradores. Si los hubiera, el «press release» de la Pampa lo habría mencionado. Son las cosas que permite el Plan RenovAR, de tiempos de Macri: importar sistemas complejos sin un tornillo argentino, y sin tasas aduaneras. De todos modos a estas máquinas siempre habrá que hacerles mantenimiento, y no creemos que Pampa vaya a traer ingenieros y técnicos eléctricos importados. No son mejores, pero sí más caros. En algún momento las máquinas también consumirán repuestos, a lo largo de sus vidas útiles de aproximadamente 20 años de calendario. Y si los repuestos no se fabrican aquí, al menos algunos, y a precio peso, las turbinas quedarán paradas. Como sucedió con las que se importaron para el Parque Morán, en Comodoro Rivadavia, en tiempos de Menem.En Brasil no ponés una turbina, y mucho menos un parque eólico entero, sin fabricación nacional, aunque se trate de marcas extranjeras y bajo licencia. En Ceará es un 100% de fabricación nacional. La Argentina es más «business friendly», dicen los inventores del Plan RenovAR, pero el efecto es paradójico, porque Brasil cerró 2022 con 22 GW instalados y 9294 turbinas «made in Brazil». La Argentina, en cambio, tiene 3,29 GW instalados, y sus turbinas son mayormente danesas y alemanas. Algunas pocas tienen torres metálicas o carcazas de góndola locales. Los fabricantes locales (IMPSA, NRG, INVAP) se han vuelto una nota al pie. Ups. Pero es un orgullo que en Argentina se inviertan U$ 500 millones para generar industria, trabajo y royalties en Dinamarca.Nos interesa subrayar que una potencia instalada de 81 MW no equivale en absoluto al consumo de 100.000 hogares. Lo hacen mientras hay viento aprovechable. Cuando no hay, no. No hay que confundir capacidad instalada con generación anual, ¿OK? 81 MW térmicos o nucleares tal vez iluminen 100.000 hogares, porque suministran potencia firme, de base, 24×7, y a descontar días de mantenimientos, programados o no. Pero el viento es un «combustible» más veleidoso, no sólo intermitente sino impredecible. Un climatólogo puede modelizar matemáticamente cuántos dias de buen viento habrá en Diciembre de este año, pero aunque en la media general no se equivoque, el dueño de un parque ignorará todo ese mes si en la media hora siguiente el viento no se planchará, o por el contrario, se volverá demasiado brutal y habrá que clavar los frenos y poner las palas «en bandera» para que la turbina no se rompa. La intermitencia sigue algunos patrones, la impredictibilidad sucede en el corto plazo.
Para dar un ejemplo, con vientos muy persistentes, como los de Pico Truncado, meseta central de Santa Cruz, el factor de carga es del 51%. Eso quiere decir que un parque de 81 MW allí genera a potencia nominal un 51% del año, es decir 186,15 días por año. A descontar de ahí los días de mantenimiento o reparación, que no sólo dependen de la marca sino de las características locales del viento. ¿Se puede decir que en Pico Truncado 81 MW eólicos equivalen más o menos al 45% de esa cifra en potencia firme, es decir 36MW térmicos o nucleares? Probablemente sí en la potencia anual generada. Pero en la realidad cotidiana, donde pesa la impredictibilidad instantánea del viento, para abastecer a 100.000 hogares hará falda «respaldo caliente», alguna central de ciclos combinados con las turbinas calientes, emitiendo gases de escape pero desconectada de la red, y lista para reemplazar al parque en pocos minutos si se cae el viento.
Por ende el viento, que en una Argentina que importa todo y no fabrica nada, es abundante pero genera trabajo, tampoco es tan limpio ni tan barato como lo venden. Sin embargo, es algo que no falta en esa bella y prolija ciudad bonaerense: el factor de carga promedio en los sitios costeros del sur de la provincia es alto, el segundo mejor después de los vientos patagónicos. En Bahía Blanca, según el Lic. Roque Pedace, biólogo y magister en gestión de ciencia y tecnología, anda cerca del 60%.
Pese al Plan RenovAR, el viento no es importado.Daniel E. Arias
Tecnópolis, la Embajada de Suecia en Argentina y la Universidad de Gotemburgo inauguraron este domingo la experiencia de realidad virtual que permite a los visitantes recorrer el Refugio de Cerro Nevado y su entorno, e invita a reflexionar acerca del ejercicio de la soberanía nacional en el Sector Antártico Argentino.
El Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, la directora de Tecnópolis María Rosenfeldt, el Embajador del Reino de Suecia Jan Anders Wilhelm Karlsson y el representante de la Universidad de Gotemburgo Jonathan Westin participaron este domingo 5 de febrero en la inauguración de la experiencia de realidad virtual “Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina”.
“Estas nuevas maneras de narrar y de contar una historia nos abren distintos universos. Hablaban ustedes de cambio climático, veíamos las fotografías de esa península rodeada de hielo, y hoy vemos ahí las fotos sin hielo. El significado que tiene eso para la defensa de la vida y de nuestro planeta: comprender, conocer para transformar es fundamental”, comentó el ministro Tristán Bauer.
Inauguración «“Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina” en Tecnópolis.
La instalación consta de una maqueta a escala real y tecnología de realidad virtual que permite a los visitantes recorrer el Refugio de Cerro Nevado, visualizar la geografía y el material que registró la expedición científica del Instituto Antártico Argentino en 2020. También permite acceder a información y material fotográfico histórico para conocer acerca de la expedición original sueco/argentina que estableció el refugio en 1902.
Inauguración «“Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina” en Tecnópolis.
Durante la inauguración, María Rosenfeldt , directora de Tecnópolis, contó que «la Universidad de Gotemburgo nos ayudó a tener una nueva experiencia en este refugio, en esta casita.. Nosotras y nosotros en Tecnópolis desarrollamos políticas públicas educativas de manera innovadora y logramos con ellas tener una experiencia virtual y acompañamos este espacio con otra experiencia que es ‘Pisar Malvinas’”.
Por su parte, el embajador Jan Anders Wilhelm Karlsson agregó: “Con este proyecto podríamos ilustrar dos cosas: la importancia de luchar contra el cambio climático, los efectos en toda la sociedad, en todos lados. Lo que podemos perder, lo que arriesgamos perder si no luchamos contra el cambio climático”.Construcción donde se establecieron los integrantes de la expedición sueca y el Alférez de Navío argentino José María Sobral.
El Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina fue construido por la expedición sueca al Polo Sur dirigida por el Dr. Otto Nordenskjöld en febrero de 1902. Los miembros de la expedición, que contó con la participación del Alférez de Fragata José María Sobral, fueron los primeros en invernar en la Antártida instalándose por espacio de un año en 1902 y en el año 1903 fueron rescatados por la Corbeta Uruguay cuando el buque que debía replegarlos quedó atrapado entre los hielos, dejando varados a los expedicionarios. A partir del año siguiente, el 22 de febrero de 1904, la Argentina comenzó a habitar el continente antártico. En Orcadas se izó por primera vez el pabellón argentino en la Antártida, iniciándose así su ocupación permanente y siendo los únicos allí durante los siguientes 40 años.
El Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina fue declarado Monumento Histórico Nacional y en la actualidad es visitado por miles de turistas de todo el mundo. El Instituto Antártico Argentino, junto a la Universidad de Gotemburgo y a la Embajada de Suecia en la Argentina, trabajaron en conjunto incorporando nuevas tecnologías para salvar esta pieza única del patrimonio antártico.
«Refugio Cerro Nevado Antártida Argentina» en Tecnópolis se puede visitar hasta el 5 de marzo los viernes, sábados, domingos y feriados de 16 a 22 horas como parte de las actividades de Atardeceres en Tecnópolis.
La entrada es libre y gratuita, sin reserva previa.
Kamay Ventures, fondo de inversión regional multicorporativo que tiene entre sus principales accionistas al grupo argentino Arcor y a Coca Cola, anunció una nueva inversión en Internet de las Cosas (IoT): la startup colombo-mexicana Ruedata, que desarrolló un software de administración de stocks de neumáticos para empresas de transporte, basado en tecnología y análisis de datos. Esta herramienta permite a las empresas ahorrar entre uno y dos millones de dólares al año y reducir las emisiones de dióxido de carbono de hasta 25 kilos por neumático.
El sistema de Ruedata ayuda a medir los neumáticos y a comprarlos, a tener información en tiempo real sobre su desgaste o movimiento y a identificar robos y problemas mecánicos de toda la flota, lo que genera un impacto positivo, tanto económico como de seguridad vial.
Ruedata actualmente tiene oficinas en Colombia, México y Brasil y clientes en Argentina, Chile, Perú, Bolivia y República Dominicana, pero tienen planes de crecimiento en todos los países ya que ofrecen soluciones de forma virtual.
Con la inyección de capital que recibió por parte de Kamay Ventures, Ruedata tiene como objetivo consolidarse en México y Brasil, mejorar los productos que ofrecen y alcanzar 100.000 vehículos a fines de 2023 en todo América Latina.
Esta es la segunda apuesta del fondo Kamay en la vertical IoT, tras invertir en Wiagro, y se suma a otras del portfolio como Auravant, Zippin, Kilimo, Retrypay, Altscore y Aerialoop.
Reproducimos esta excelente nota de Juan Manuel Telechea. Es un diagnostico duro pero necesario.
Hoy no hay dudas de que el principal problema de la economía es la elevada inflación. Esa es la causa central del mal funcionamiento del sistema económico que no le permite crecer. Si tomamos la última década (2012-2022), podemos advertir que la inflación se cuadruplicó -pasó de 23% anual al 92% actual- mientras que el PBI per cápita se redujo 7%.
Asimismo, existe amplia evidencia en la literatura que muestra que, a partir de cierto umbral (ubicado entre el 20% y el 40% anual, dependiendo del trabajo), se observa una clara relación negativa entre esta variable y el crecimiento (ver, por ejemplo, Barro, 1995; Bruno y Easterly, 1998; Khan y Senhadji, 2001).
«Campeones del mundo»
Si examinamos desde 2010 en adelante, hubo solo dos países en el mundo que durante todos los años presentaron una inflación anual superior al 20%: Argentina y Venezuela. Ojo, eso no significa que sean los casos más críticos. Por ejemplo, Líbano —que en 2010 tenía una inflación del 4%— tuvo una crisis económica en 2019 (con corralito incluido) que llevó a que la inflación fuera del 155% en 2021; Sudán presentó una escalada inflacionaria prácticamente ininterrumpida, que pasó del 11% en 2010 al 383% en 2021; Zimbabue, cuya inflación había sido prácticamente nula en toda la década, fue afectada por una sequía histórica que hizo que la inflación superara el 550% en 2020. Lo que distingue a la Argentina de estos países es que acá no se observó ninguna catástrofe económica, política o climática.
Y, lo que es más llamativo de todo, es que a lo largo de toda esta década la inflación, como problema, prácticamente desapareció en todo el mundo. Recién ahora con el impacto que tuvo el COVID-19 en las cadenas globales de suministros, combinado con el aumento en los precios de la energía y los alimentos que provocó la guerra entre Rusia y Ucrania la inflación volvió a aparecer como un potencial problema, aunque todavía lejos de ser algo grave.
Como se puede ver en el gráfico a continuación, que muestra para cada año la cantidad de países que tuvieron un aumento de precios superior al 20% anual, la inflación fue un problema relativamente global entre 1974 y 1995 (donde aproximadamente el 30% del mundo tenía una inflación elevada), pero una vez que los países lograron contenerla, no volvió a manifestarse. Salvo, claro, en muy escasas excepciones, como Argentina, que volvió a tropezar con la misma piedra.
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Cantidad de países con inflación superior al 20% anual
Fuente: Elaboración propia en base al Banco Mundial.
¿Por qué sucedió esto? Seguramente la primera respuesta que se nos venga a la cabeza es por una mala gestión. De acuerdo, de eso no hay dudas. ¿Pero alcanza con eso para explicar por qué fuimos uno de los pocos países con este problema? ¿Todo el resto del mundo hizo bien las cosas y nosotros no?
Por lo general, no suelo utilizar la categoría “excepcional” para clasificar el comportamiento de las distintas variables de la economía argentina, porque muchas veces se lo cataloga de esta manera cuando, en realidad, los datos muestran algo distinto. Pero para la inflación argentina parece una categoría apropiada.
Si tomamos todos los países que figuran en la base de datos del Banco Mundial con estadísticas de la evolución de los precios desde 1970 a la fecha (son más de 90) y utilizamos como corte una inflación anual del 20%, vemos que Argentina lidera el ranking: es el país que más años convivió con una inflación anual superior al 20%, 37 de los 53 años, es decir, exactamente el 70% del tiempo.
Le siguen la República Democrática del Congo y Sudán (32 años), Turquía (29), Uruguay (25) y Ghana (24). Dada la cercanía, es dable aclarar que en la actualidad no hay similitud con el caso uruguayo, ya que no presenta una inflación superior al 20% desde 1998. Por otro lado, para Venezuela solo hay datos a partir de 1980, pero durante ese período convivió con una inflación elevada el 74% del tiempo, superando a la Argentina.
«Inflacionarios anónimos»
Al margen de que seamos el país de mayor inflación o no, evidentemente tiene que haber algo más —aparte de la mala gestión— que explique este problema recurrente. Y ahí tiene que estar la respuesta, en la recurrencia. Como si tuviésemos una predisposición a la inflación. O una enfermedad crónica.
Como mostramos en una edición anterior, esto es porque la inflación tiene memoria, que podríamos definirla como la capacidad que tiene un proceso, en un momento dado, de conservar ciertas características a pesar de que las causas que la originaron ya no se encuentran presentes en ese momento. Así, el comportamiento de dicho fenómeno no puede ser explicado sólo por las circunstancias actuales, sino por todo el proceso acumulado en el tiempo. Asimismo, esto es lo que lo hace tan difícil de solucionar.
Para entenderlo mejor, podemos compararlo con lo que le sucede a una persona que tiene problemas con el cigarrillo. Como la nicotina genera una adicción, eso hace que, a medida que la persona fuma más, se vuelve más dependiente. Con el transcurso del tiempo, la adicción se vuelve cada vez más difícil de combatir. No solo eso, sino que, aún si esa persona lograra dejar de fumar, las ganas de hacerlo la van a acompañar toda la vida, lo que hace más factible la recaída.
Por tales motivos, el pecado original fue permitir que, tras la salida de la convertibilidad, la inflación volviera a ubicarse en niveles relativamente elevados. Para peor, en ese momento ni siquiera se consideró que fuese un gran problema, al punto de manipular las estadísticas oficiales para ocultarlo. Así, dejamos rápidamente atrás un contexto de inflación baja, para pasar a lo que la literatura denominada regímenes de inflación moderada, que se producen cuando los incrementos de precios se sitúan en un rango de entre 15% y 30% anual por más de tres años consecutivos (ver, por ejemplo, los trabajos de Dornbusch y Fischer, 1993; o Morra, 2014).
Posteriormente, la inflación elevada, combinado con una serie de shocks externos, la acumulación de malas políticas macroeconómicas y un endeudamiento en moneda extranjera irresponsable se tradujeron en recurrentes devaluaciones que llevaron a la economía a la siguiente fase, el régimen de alta inflación, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico.
Inflación (en % anual)
Fuente: Instituto de Trabajo (ITE) e INDEC.
Lo más preocupante de todo es que la fase siguiente es la hiperinflación. Ojo, con esto no estamos diciendo que estemos cerca de una catástrofe así. Por lo general, este proceso tarda varios años —y un par de experiencias fallidas más— hasta materializarse. Por ejemplo, antes de que la hiperinflación argentina de 1989 tuviera lugar se observaron 14 años consecutivos de inflación superior al 100% anual (con la única excepción del año 1986, cuando se aplicó el Plan Austral, que fue del 90%). Pero, precisamente por eso, debería ser la prioridad absoluta de la gestión económica.
«Un plan para dominarlos a todos»
Gran parte de la dificultad para combatir a la inflación reside en lo persistente que es este fenómeno frente a la aplicación de políticas económicas aisladas que buscan frenar los aumentos de precios. En los últimos años, se aplicaron políticas monetarias contractivas (la recomendación más utilizada por los bancos centrales en todo el mundo), controles de precios o anclas cambiarias, y todas fallaron. En algunos casos se observó cierta reducción de la inflación, pero luego resurgió (incluso retomando impulso y aumentando a una velocidad mayor).
Esas herramientas pueden funcionar para contrarrestar un aumento repentino de los precios en una economía estable, pero no sirven para luchar contra una inflación crónica. En este tipo de casos, hay dos rasgos particulares que hacen que las políticas tradicionales no sean eficaces: la inercia y la falta de confianza en la capacidad para lograrlo.
Para entender bien el concepto de inercia, quizás lo mejor sea apelar a su ciencia de origen, la física. Ésta la define como la resistencia que pone un objeto a que se modifique su estado de movimiento, incluyendo cambios en la velocidad o en la dirección del movimiento. Dicho de otra manera, la inercia no es una fuerza, sino lo que queda una vez que se eliminan todas las fuerzas que operan sobre el objeto.
Llevado a la economía, esto significa que aun si lográramos eliminar de un plumazo todas las causas actuales que explican la inflación, seguiríamos observando aumentos de precios por varios meses más. Esto se explica, fundamentalmente, por el grado de indexación de la economía, es decir, por la cantidad de contratos (formales o informales) que se utilizan para ajustar los distintos precios y costos en un entorno inflacionario (esto lo analizamos en detalle acá).
Si nos ponemos a mirar alrededor, notaremos que la indexación está por todos lados. La paritaria es el ejemplo clásico más visible, pero lo mismo aplica para los alquileres, el gasto público (por ejemplo, con la Asignación Universal por Hijo/a o la jubilación mínima) o incluso la manera en la que las empresas determinan sus aumentos de precios, porque para tomar dicha decisión no solo tienen en cuenta los incrementos de sus costos sino también los precios que esperan que fije la competencia. Para eso, por lo general su mejor estimación es que los mismos se van a comportar en línea con la inflación pasada.
Así, podemos advertir que todos los precios de la economía se encuentran atados —parcial o totalmente— a la inflación pasada a través de un entramado de contratos. Esto hace que sea muy difícil bajar la inflación de manera rápida, ya que buena parte de la misma no depende de las condiciones presentes, que son precisamente aquellas sobre las cuales tiene impacto la política económica.
Esto significa que la inercia tiene un efecto propagador, que hace que el proceso inflacionario sea más estable, pero, a la vez, más persistente, provocando que cualquier tipo de shock o cambio brusco en la política económica se transmita lentamente hacia los precios, pero prolongándose por bastante tiempo.
Pensemos, por ejemplo, lo que sucede cuando uno calienta a 50 grados la punta de una barra de acero. Al tocar la otra punta no sentimos ningún cambio de temperatura. Pero a medida que el calor se propaga por la barra, la punta empieza a calentarse hasta que, finalmente, alcanza los 50 grados, logrando un punto de equilibrio. Si luego de esto, apagamos el calentador —es decir, aplicamos un cambio brusco— buscando reducir la temperatura, veríamos que tarda bastante tiempo en materializarse.
Esto nos lleva al segundo rasgo distintivo, la falta de confianza en que el gobierno de turno pueda bajar la inflación, la cual está explicada por la falta de resultados mencionada anteriormente. Esto le quita potencia a la política económica porque las empresas para determinar sus precios también toman en cuenta la inflación futura, es decir, lo que esperan que suceda con el resto de los precios. Como mostramos acá, si las empresas creen que las políticas aplicadas van a funcionar, eso por sí solo ya va a tener un impacto mitigador, a través de la menor inflación proyectada. Por el contrario, el anuncio de medidas aisladas, que encima por lo general son elaboradas como respuesta a las distintas tensiones que van surgiendo, difícilmente tengan ese efecto persuasivo.
Todo lo anterior sirve para cerrar con la conclusión más importante de todas. La única manera de atacar un fenómeno multicausal como la inflación, cuyos 4 componentes principales son la falta de dólares, el excedente de pesos, la inercia y la falta de credibilidad, es con un plan de estabilización diseñado a medida para atacar de manera simultánea los cuatro frentes.