Las muertes y resurrecciones de INVAP

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Es la primera vez -que sepamos nosotros- que el Ing. Tulio Calderón, gerente de proyectos nucleares en INVAP, da un reportaje largo como éste que reproducimos aquí. Es un personaje que hizo mucho y habla poco dentro de una empresa de suyo más conocida por sus obras que por sus proyectos, y sin un discurso propio, o al menos público, y por razones excelentes: supervivencia. Y es que son proyectos en general audaces y de alto vuelo. Pero cada vez que la Argentina se endeuda demasiado e incurre en «gobiernos de ajuste permanente», el techo de soberanía tecnológica del país baja tanto que son aplastados. De modo que valoramos la prudencia de Calderón cuando dice que a INVAP le conviene no mantener una base numéricamente alta de recursos humanos y asume que la empresa está condenada a ciclos de expansión y contracción. Pero nos vemos obligados a aclararle a nuestros lectores que esto no sucede debido a ciclos climáticos o astrofísicos, sino políticos y diplomáticos. ¿La hacemos fácil? Cuando llegó Carlos Menem al gobierno, INVAP ya tenía dos reactores nucleares vendidos en Medio Oriente, uno de investigación en Argelia y otro de fabricación de radioisótopos médicos en Egipto. El paso siguiente, asunto en que INVAP habría participado con la CNEA, habría sido vender centrales de potencia en esa zona del planeta. El de las centrales nucleoeléctricas es un mercado miles de veces mayor, en dinero, que el de los reactores de investigación y/o producción de radioisótopos. La CNEA tenía incluso un socio internacional importante para irrumpir en el rubro nucleoeléctrico: SIEMENS de Alemania. Había formado una empresa mixta con esa firma alemana, de sede en Buenos Aires (ENACE). De modo que a fines del gobierno de Alfonsín, la Argentina tenía dos proyectos innovadores exportables, a falta de uno. El primer proyecto era la central de uranio natural y agua pesada ARGOS 380, una especie de Atucha I con mejoras en potencia (60 megavatios más) y seguridad. ¿Interesados? Egipto, Arabia Saudita e incluso Irán como clientes posibles. Si el último cliente le parece objetable, era nuestro máximo comprador de trigo, en sustitución de la ya implosiva Unión Soviétca. Además de lo cual, la venta de una central se hace bajo la supervisión poco menos que paranoica del Organismo Internacional de Energía Atómica, y la tecnología nucleoeléctrica es bastante inútil para generar aplicaciones militares. Si bien el negocio básico habría sido de ENACE, y por ende de CNEA y SIEMENS, la hora de ingeniería argentina costaba un tercio de la alemana, e INVAP habría debido inevitablemente movilizar parte de sus huestes nucleares como subcontratista a esa zona del planeta para la construcción. El segundo proyecto era aún más interesante: la central nuclear compacta CAREM, de agua natural y uranio enriquecido. Había un socio posible y vivamente interesado en construir el CAREM de a decenas: Turquía. El CAREM está diseñado en módulos fabricables a gran escala y ensamblables en el sitio de construcción. El socio para fabricarlo y venderlo en medio planeta era Turquía, país con ya una considerable industria pesada pero cero experiencia nuclear, cuyos cuatro partidos políticos habían votado por alocar al CAREM una cifra hoy equivalente a U$ 400 millones. Las Fuerzas Armadas turcas (todavía políticamente muy relevantes, a fines de los ’80) estaban también a favor de esta asociación con Argentina. La voluntad turca era la de entrar al mercado nuclear directamente por la puerta grande y como vendedor, sin pasar -como la Argentina- por una larga etapa formativa como comprador, absorbiendo tecnología ajena y desarrollando lentamente una propia. Los medios de Ánkara, comprensiblemente, estaban emocionados y entusiasmados. No nos hace falta que nos la cuenten: en Abril de 1988 estuvimos en Turquía junto al embajador Adolfo Saracho, gestor de la movida, y vimos todo. Había un ir y venir de los entonces escasos expertos de la TAEK (la Comisión de Energía Atómica de Turquía) a Bariloche, sede de INVAP, y de ingenieros y físicos barilochenses a Ánkara. El dinero votado por unanimidad en el Parlamento turco era el costo estimado de un prototipo de 25 MW eléctricos del CAREM en suelo turco, bajo dirección de una UTE binacional creada ad-hoc entre la TAEK e INVAP. Pero la Argentina debía a su vez al menos iniciar la fabricación de una planta de producción de componentes para el CAREM en suelo propio. Sin embargo, nuestro país estaba absorto en el caos de la hiperinflación y la crisis de gobernabilidad de Alfonsín, y ni se enteraba de estas cosas. Los turcos estaban fuera de la neblina. Nosotros no. Vimos también cuando -a pedido del Canciller Guido di Tella– el nuevo presidente Menem destruyó de un saque ambas movidas comerciales. Cerró ENACE (adiós al ARGOS), y descarriló deliberadamente la negociación de transferencia de tecnología con la TAEK, pidiéndole una comisión escandalosa incluso para los inventores originales, hace miles de años, del comercio entre estados. Pero al mismo tiempo, Menem intentó abiertamente que INVAP quebrara: tenía exportaciones por U$ 30 millones (a valor de hoy) embarcadas en el puerto de Campana para una planta de concentrado de uranio. Di Tella las hizo bajar al muelle. E INVAP, que en su preparación para el ARGOS y para el CAREM tenía 1300 empleados (en su 90% ingenieros, físicos y químicos nucleares, expertos en materiales y combustibles), tuvo que dejar a 1000 en la calle para sobrevivir. Y sin garantías de hacerlo. En los largos años siguientes, no habría perdurado sin dos salvatajes: la terminación del reactor ETRR2 en Inshas, Egipto, y el providencial pedido de Conrado Varotto, el nuevo presidente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), para la construcción del satélite SAC-B… y los que siguieron. Al salvar a INVAP Varotto estaba salvando su propia obra: en 1974, había sido el fundador de esa empresa. Probablemente para desilusión de la diplomacia de los EEUU, que operó todo esto entre bambalinas, la industria nuclear yanqui no se benefició en nada. Y es que desde los ’70 los autodenominados americanos no tienen nada bueno para vender en el rubro nucleoeléctrico. Los vacíos que dejaron ENACE e INVAP en el mercado de tecnología nuclear de África y Medio Oriente, por ende, no tardaron en ser llenados por competidores en algunos casos emergentes. En lugar de reactores CAREM, que habrían sido los primeras centrales modulares compactas del mundo, aptas para exportadas a 20 o 30 países, Turquía terminó comprándole centrales nucleares gigantes y nada innovadoras bajo régimen BOO (Build, Own and Operate) a Atomtroyexsport de Rusia, sin ninguna transferencia de tecnología. Jurídicamente, las centrales rusas de Akkuyu en Turquía son tan extraterritoriales como la embajada rusa. Turquía se limita a poner el sitio y comprar la electricidad. En términos no tan distintos, los Emiratos Árabes Unidos compraron centrales «llave en mano» a la KEPCO coreana la planta de Barakh, nuevamente sin un gran beneficio tecnológico e industrial para el comprador, salvo el producto eléctrico. Y el ARGOS 380 de ENACE, tan paseado en planos y ambicionado por los países del Magreb, jamás se construyó en ningún lado. Aquí tampoco. La reconstrucción de los recursos humanos de INVAP fue lenta y cautelosa, pero la hizo posible el estado. El estado australiano, claro está. Sucedió cuando en 2000 y contra los pronósticos sombríos de mucho mufa y mucho idiota, INVAP le ganó a los principales constructores nucleares de entonces (Francia, Rusia, EEUU, Canadá y Japón) la licitación por el reactor OPAL de Sydney, Australia. Se entregó en 2006 y desde entonces es, además de un reactor de investigación, la mejor planta de producción de radioisótopos médicos del mundo por disponibilidad y por eficiencia. Con apenas 20 MW provee el 40% del mercado europeo y norteamericano, además del propio y el regional.
Pileta abierta del reactor OPAL de Sydney, Australia, considerado el mejor reactor multipropósito del mundo desde su inauguración en 2006. La licitación se ganó en 2000, y salvó a INVAP del cierre.
  En 2006 el kirchnerismo, nacido en una provincia petrolera, se dio cuenta de que sin energía nuclear el «levántate y anda» industrial argentino posterior al crack de 2001 se quedaba sin electricidad, o condenado a pagarle más de U$ 5000 millones/año a Bolivia y los Emiratos por su gas. Y así, por necesidad, el peronismo, inventor del átomo argentino, redescubrió el átomo argentino. La CNEA resucitó, se desempolvaron los planos de Atucha II y la Argentina inició una reconstrucción de otros proyectos y fierros nucleares abandonados. La participación de INVAP fue importante en todos ellos. Pero la empresa aprovechó la rareza histórica de tener al estado argentino a su favor, en lugar de en contra, para hacerse fuerte en el área espacial con los satélites SAC-A, SAC-C, SAC-D, y SAOCOM 1A y 1B de la CONAE. Néstor Kirchner, además, en 2006 fundó la empresa ARSAT para que la Argentina no perdiera por abandono sus últimas dos posiciones orbitales geoestacionarias, una de las cuales (la 81o Oeste), explotada a fondo, puede producir tanta rentabilidad en telecomunicaciones como una provincia chica… pero sin sus gastos. El fundador y primer director de ARSAT algo sabía de ingeniería espacial: es el Ing. Pablo Tognetti, diseñador y constructor en INVAP de todos los satélites de la CONAE. Con un «invapio» con pedigrí dirigiendo ARSAT (hasta 2013), INVAP construyó los exitosos ARSAT-1 y ARSAT-2, en vuelo desde 2014 y 2015, y se dotó de equipamiento, RRHH y además del respaldo legal para producir los ARSAT siguientes hasta el 8, a razón de uno cada 2 años, con potencias y ancho de banda crecientes y nuevos y mejores medios de propulsión. Esto, como se sabe, no sucedió. Inevitablemente, mientras parecía que iba a suceder y que nos volveríamos la 8va potencia en telecomunicaciones espaciales, hubo países interesados en asociarse a ARSAT e INVAP, distintos entre sí y de distintos modos. Francia estaba interesada en diseñar conjuntamente con ARSAT motores iónicos, totalmente distintos de los químicos (de mucho mayor impulso específico y de menor peso). Turquía, en cambio, reapareció como posible cliente de satélites geoestacionarios. Y todavía no se fue. Durante todo el período que va de 2003 en adelante, INVAP, para apalancarse, se diversificó en varios campos más: por una parte, diseñó e instaló todos los radares secundarios de aeronavegación comercial de la Argentina, y por otro empezó la construcción de radares militares de diversa potencia, tecnología y tamaño, entre ellos los meteorológicos que fue desplegando el SINARAME, o Sistema Nacional de Radares Meteorológicos para dar alertas rápidos de tormentas severas. Tras mucho esfuerzo y desarrollo, ya hay naves de la Armada y aviones de la Fuerza Aérea radarizados por INVAP, así como móviles del Ejército, y este año se produjo la primera exportación de radares aeroportuarios a Nigeria.
Radar militar móvil RPA 170, de 240 km. de alcance. Viaja en un container a cualquier sitio con algún camino, y lo pueden desplegar 2 técnicos en 2 horas.
Hubo también una síntesis sensacional de capacidades espaciales y radarísticas: los satélites SAOCOM 1A Y 1B funcionan con inmensos radares en banda C, capaces de detectar el contenido de agua en suelos y debajo de ellos, predecir rindes de cosecha nacionales y de nuestros competidores, así como de monitorear, predecir y prevenir catástrofes, como deslaves por lluvia o erupciones. Argentina fue el primer país del planeta en intentar poner un radar de este porte en un satélite de observación terrestre, y el segundo (tras Japón) en lograrlo. El ARSAT-3 está en construcción, pero tuvo que dar varios saltos evolutivos. Como los satélites 3, 4, 5 y 6 no se construyeron por disposición del gobierno de Mauricio Macri, tiene sistemas de potencia eléctrica, antenas y motores que habrían sido los de los ARSAT 7 y 8, según la planificación de 2015. Y su ingeniería se está transfiriendo a TAI, la industria aeroespacial oficial turca, que se asocia con INVAP para mayores, es decir para vender satélites de última generación en todo el mundo. La sociedad tecnológica entre países que no se pudo hacer en reactores en tiempos de Menem y debido a Menem, se está haciendo en satélites de telecomunicaciones. Mientras el diablo no meta la cola, por supuesto, costumbre muy del diablo en este país. Hablando de ello, cuando Daniel Scioli perdió las elecciones frente a Mauricio Macri, los ARSAT 1 y 2, pese a su tecnología deliberadamente conservadora, de poco ancho de banda (pero en revancha, casi irrompible), estaban ganando no menos de U$ 40 millones/año. En la planificación original de 2015, cada nuevo ARSAT se construiría con el dinero ganado por sus antecesores, satélites hechos para durar al menos 15 años. A partir del ARSAT 4, el estado ya no tenía que invertir un peso más. Era una expansión virtuosa y sostenible. Nuevamente, no nos lo contaron: estuvimos ahí y lo vimos. ¿Y quién paró el ARSAT-3 -y todos los demás- y habilitó unilateralmente 24 satélites extranjeros a dar servicios sobre suelo argentino? Ese Menem rubio y con un paradójico título de ingeniero, Mauricio Macri. Cuyo Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, además, se empeñó en no pagarle a INVAP los radares de aeronavegación, los militares y los meteorológicos ya entregados, interrumpió todo nuevo pedido y dejó a la empresa endeudada hasta la coronilla. Macri -el heredero de un grupo económico que vivió décadas a costillas del estado argentino- bajó en 2018 a Bariloche a explicarle solemnemente a INVAP que debía ser independiente y sostenerse del mercado, sin ayuda del gobierno. Justamente él. Pero los periodistas locales lo estaban esperando… A diferencia de las épocas facilongas de Menem, cuando a la siempre silenciosa INVAP no la conocía casi nadie y se la podía matar sin costos políticos, las cosas habían cambiado. En buena medida, gracias a los satélites de ARSAT la firma barilochense se había vuelto un especie de símbolo nacional, un equivalente industrial y tecnológico de la Selección de Fútbol. Macri, que ya sabía que no debía pisar un estadio de fútbol, entendió que tampoco debía volver al aeropuerto de Bariloche. Incluso los medios más oficialistas se le pararon de manos, y la deuda del estado nacional con INVAP tuvo que ser pagada (tarde, poco y de algún modo). ¿Eso deja a INVAP en dónde? Los proyectos de 2015 eran muchos. Y no todos han reflotado. En 2014 estaba diseñando y testeando drones aéreos en el marco del proyecto SARA (Sistema Aéreo Robótico Argentino). Macri lo canceló. No tenemos información de que eso haya resucitado. Nuevamente, a partir de 2016, lo que salvó a la empresa de tener que volver a dejar 1000 o más expertos en la calle fue el estado. El estado holandés, en este caso, porque en 2018 INVAP ganó por segunda vez contra Rusia y Corea del Sur la licitación por el 2do mayor reactor nuclear del mundo: el de sustitución del PALLAS en Petten, sobre el Mar del Norte. Macri aprovechó que estaba representando al país en el foro de millonarios de Davos, Suiza, para fotografiarse con la princesa Máxima y atribuirse (ambos) la hazaña. Ejemplos de estos podemos dar muchos más. Pero la idea es ésta: los ciclos de expansión y de contracción de los RRHH de INVAP no se deben a la climatología o a la astrofísica. Dependen de que el estado nacional aproveche a esta empresa estatal para apuntalar la calidad de la oferta industrial y tecnológica del país. O de que el estado gobierne para los acreedores externos y contra la industria nacional. Resulta simple. Entendemos que esto es muy geopolítico, muy pendular y no lo deciden ni INVAP ni Ud., lector. Nos encantaría que el actual gobierno, cuya vocación por lo nuclear y lo tecnológicamente avanzado, se terminara de definir seriamente al respecto. Mientras no lo haga, entendemos las reservas de Calderón a llamar las cosas por su nombre. Entre tanto, aunque sólo por motivos de claridad, celebramos la definición de INVAP a favor de una línea de futuras centrales nucleares para el país: Calderón dice que debe ser el CAREM y que conviene olvidarse de las plantas diseñadas en los ’60, en las que me temo caen ambas Atuchas, la cordobesa Embalse y todo proyecto de uranio natural y agua pesada.
La planta experimental de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu, Río Negro, primera obra de INVAP, y la que en 1982, cuando se anunció su existencia al mundo, la colocó en la lista de empresas argentinas a exterminar. Hoy está parada.
Su argumento -bastante indiscutible- es que los CANDU son de diseño ajeno y poco o nada exportables. Y la Argentina debe apegarse a un tipo de central nuclear más futurista, que no quede encerrada en los límites geográficos del país, sino que sea lo suficientemente novedosa como para generar compras en el exterior. En la panoplia local, eso es el CAREM. O todavía lo era hace 15 años. Porque en materia de SMRs (Reactores Modulares Medianos), el probable futuro de la industria, el mundo se está llenando de ofertas bastante más disruptivas con el modelo PWR, de uranio enriquecido y moderado y enfriando a agua común a alta presión. Detrás de este muestrario divergente hay empresas nuevas, muy fuertes y agresivas, como NuScale en EEUU, que no tiene siquiera un prototipo en construcción pero está reclutando MOUs (Memorandums of Understanding) en demasiados países. O Rolls Royce, que se propone a sustituir con sus propios SMRs las 8 grandes y decrépitas centrales nucleares británicas. Por no hablar del SMR chino de la CNNC, tan disruptivo que no usa uranio como combustible, ni se refrigera con agua. Y eso sucede mientras el CAREM prototipo de 32 MW, un reactor propuesto en 1984, se atrasa desde 2011 en una obra civil interminable y llena de retoques que por fin la CNEA derivó a NA-SA, y ésta, con su nueva y combativa dirección, acaba de relanzar. La eventual terminación y entrada en línea del CAREM 32, sin embargo, no garantiza que acudan clientes a comprar las versiones modulares industriales que están en planos en la CNEA. En ellas prima una planta de 4 módulos de 120 MW cada uno y 480 de potencia conjunta. ¿Por qué no se puede saltar fácilmente a ella desde el prototipo? Porque ambas máquinas serán técnicamente bastante distintas por el diseño termohidráulico. En contraste con el CAREM, proyecto que la Argentina entretiene sin concretar y que va envejeciendo, la actual dirección de NA-SA, agrupada alrededor de José Luis Antúnez, el hombre que logró terminar Atucha II contra viento y marea, quiere volver a hacer centrales de uranio natural. Por ahora, no puede. Está hasta las manos tratando de que la inminente Hualong-1 china de 1140 MWe a construirse junto a las Atuchas, en Lima, no se transforme en un negocio únicamente para la industria nuclear china. Asunto ya de suyo complicado. En 2014 los chinos se presentaban como «socios estratégicos», pero ahora que el país está endeudado hasta las orejas se van poniendo en vendedores puros y duros. Dueños del 75% de la financiación de la Hualong-1, apalancan con la chequera sus pretensiones de que lo único argentino en esta planta sea la obra civil: hormigón y ladrillos. Y NA-SA da pelea no sólo en representación de los fabricantes nucleares nacionales, sino de que estamos en el negocio nucleoeléctrico desde 1974, 17 años antes que China, y somos mucho más viejos aún como exportadores de reactores y de componentes nucleares. Es casi una lucha de nuevos ricos prepotentes contra nobleza vieja y empobrecida… pero no estúpida. Más allá de la anecdótica Hualong-1, NA-SA tiene otro proyecto muy distinto de futura central como caballito de batalla argentino: una CANDÚ de uranio natural y agua pesada, tecnología para la cual tiene preparada desde hace décadas toda su cadena de proveedores privados, agrupada y fortificada por la terminación de Atucha II, la prolongación de vida de Embalse y la inminente prolongación de la de Atucha I. Los argumentos de NA-SA por fierros como los CANDÚ tienen la lógica de que no necesitan combustible importado (no enriquecemos uranio en Argentina, salvo a título experimental) y de que este tipo de máquinas pueden financiarse en pesos, no necesitan de experticia canadiense y pueden ser un 70 u 80% nacionales. Eso sí, difícilmente puedan ser exportables, salvo que logremos mejorar decisivamente el diseño original de la CANDU-6 canadiense. Lo cual no es imposible, empezando por el combustible, que puede no ser uranio natural, ya que el este tipo de centrales funciona con los combustibles más insólitos. No estamos obligados a pedirle asesoramiento a los canadienses, o a hacer una copia muy mejorada de Embalse. Incluso podríamos hacer un SMR de tipo CANDU, es decir de tubos de presión. Y es la cantidad de innovaciones la que decide si eso es propio y exportable sin infringir patentes. Un abogado, allí. INVAP hoy apunta a recuperar su rol central en el CAREM (lo tuvo entre 1987 y 2006). El difunto Cacho Otheguy, ex gerente general de INVAP, decía que de haber conservado su empresa este reactor, ya estaría funcionando. Es contrafáctico, pero a la luz de la trayectoria de INVAP, no es difícil de creer.
Antes de 2006, INVAP estaba repartida en más de 10 pequeños y anónimos inmuebles y talleres alquilados en San Carlos de Bariloche. Recién en 2008, ya con muchos reactores, satélites, radares y otros desarrollos en el haber, pudo darse el lujo de tener su primera sede.
Lo que AgendAR cree es que ni el CAREM gestionado por los barilochenses ni un CANDÚ rediseñado por NA-SA lograrían tener futuro sin alianzas con socios poderosos. Pueden ser nacionales o no. Nos interesa más la chequera que el pasaporte. Para vender un fierro nucleoeléctrico argentino, es que se necesita mucha plata y también bastante imaginación. La COP 26 de Glasgow cambió definitivamente el porvenir de la energía nuclear: estableció que sin ella vamos de cabeza a una catástrofe climática mundial. El mercado de centrales se va a llenar de nueva tecnología y nuevos oferentes. Se viene una «remake» de lo que los canosos de hoy en nuestra infancia llamábamos «La era nuclear». Pero en versión 2.0, con fierros más chicos, seguros, baratos, construidos en serie en fábricas, armados «in situ» y de mayor vida operativa planificada, 60 años como mínimo. Si eso no sucede, como especie nos esperan tragedias bíblicas. INVAP, empresa nada locuaz (por conveniencia) acaba de hablar, cosa rara: a través de uno de sus puntales más importantes, Tulio Calderón. Bariloche empieza, finalmente, a mostrar sus cartas. Pero mañana, martes 16 de noviembre, a las 18:00 horas y por Zoom, la Fundación Excelencia desplegará las ideas de la actual dirección de NA-SA respecto del futuro nuclear argentino, y escucharemos lo que diga al respecto José Luis Antúnez. Ambas son empresas del estado: INVAP es una SE, NA-SA es una SA. Ambas tienen no sólo pergaminos, sino mucha obra, y una resiliencia enorme. En que hablen claro, y peleen lo que deben pelear y acuerden lo que deban acordar, el país se juega 71 años de luchas, frustraciones y logros tecnológicos en el área nuclear. Y en ese paralelogramo de fuerzas, nuestras industrias metalúrgicas, metalmecánicas, eléctricas, electrónicas y de montajes e ingeniería deciden su futuro.

Daniel E. Arias

 

Elecciones legislativas: avance de la oposición en la mayor parte del país y recuperación del oficialismo en PBA

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Resumen simplificado: Los frentes ganadores en cada provincia

Buenos Aires: Juntos por el Cambio. Capital Federal: Juntos por el Cambio. Catamarca: Frente de Todos. Chaco: Frente de Todos. Chubut: Juntos por el Cambio. Corrientes: ECO + Vamos Corrientes. Córdoba: Juntos por el Cambio. Entre Ríos: Juntos por Entre Ríos. Formosa: Frente de Todos. Jujuy: Cambia Jujuy. La Pampa: Juntos por el Cambio. La Rioja: Frente de Todos. Mendoza: Cambia Mendoza. Misiones: Juntos por el Cambio. Neuquén: Movimiento Popular Neuquino. Río Negro: Juntos Somos Río Negro. Salta: Frente de Todos. San Juan: Frente de Todos. San Luis: Unidos por San Luis. Santa Cruz: Cambia Santa Cruz. Santa Fe: Juntos por el Cambio. Santiago del Estero: Frente Cívico. Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur: Frente de Todos. Tucumán: Frente de Todos.

Para acceder a los resultados provisionales de cada provincia, en las diferentes categorías (senadores nacionales, diputados, legisladores provinciales, etc.) cliquear aquí.

Convocatoria para reconstruir la historia del clima argentino desde 1850

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El proyecto de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), el Conicet y el Servicio Meteorológico de la Armada apunta a comprender la evolución en nuestro país del cambio climático hasta hoy.

Un proyecto coordinado por investigadores de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), del Conicet y del Servicio Meteorológico de la Armada, está convocando a voluntarios o «ciudadanos científicos» para participar en la recuperación de datos meteorológicos terrestres y marinos de la Argentina desde por lo menos 1850 hasta la primera mitad del siglo XX. «La reconstrucción histórica del clima de nuestro país, desde el siglo XIX hasta nuestros días es clave para mejorar nuestra comprensión sobre la evolución del cambio climático, y también servirá para la realización de investigaciones vinculadas con la historia de las ciencias de la atmósfera», afirmó Pablo Canziani, doctor en Física y coordinador del proyecto ACRE Argentina e Investigador principal del Conicet. «No es posible entender los procesos del cambio climático que nos afectan y determinar las medidas para la mitigación y la adaptación si desconocemos cómo eran las condiciones climáticas y socioambientales anteriores», dijo el también director de la Unidad de Investigación y Desarrollo de las Ingenierías (UIDI) de la Facultad Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional y exintegrante del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Canziani detalló que ACRE Argentina es parte del proyecto internacional ACRE (cuya traducción sería «Reconstrucción de la Circulación Atmosférica sobre la Tierra») en el que trabajaban más de 50 instituciones de todos los países cuyo objetivo «es recuperar observaciones del clima de siglo XIX y de la primera mitad del XX que están en soporte papel o en imágenes y no están disponibles en formato digital». «Además se busca recuperar documentos que pueden ser tanto públicos como privados que hayan tenido registros meteorológicos, particularmente temperatura, presión y precipitaciones», señaló. Otro eje es «rescatar la inmensa cantidad de datos que están contenidos en libros de navegación de las Armadas Militares de los diferentes países y también de empresas navieras, porque es necesario tener información del estado del océano y de la hidrografía en las cuencas oceánicas». En este contexto, lo que se le pide al voluntario o «ciudadanos científicos» es transcribir los datos que están en las imágenes para generar archivos de datos digitales. «Por el momento no estamos pidiendo recuerdos o percepciones sobre el cambio climático, este trabajo está basado en la recuperación de las observaciones (temperatura, presión atmosférica, lluvias, etc) con el objetivo de generar datos para la investigación de estudios de variabilidad y cambio climático», sostuvo. Y añadió que «además de contribuir con la digitalización a través de la transcripción, los ciudadanos pueden colaborar identificando fuentes de datos que estén en manos de organismos públicos y privados y escanear esas fuentes». El investigador señaló que «recuperar información meteorológica del pasado es un aspecto fundamental de la reconstrucción del sistema climático y su evolución ya que nos permite construir las series de temperaturas y presión hacia el pasado y de esta forma podemos analizar distintos aspectos como la variabilidad». «Por ejemplo, si la estación de donde tenemos el registro no estaba urbanizada y hoy sí podemos ver el impacto del urbanismo, en cambio si las condiciones son similares nos permiten estimar cambios regionales y locales, ya sea por mecanismos naturales o por el cambio climático», describió. De esta manera, «las series generan un producto que incorporándolo en el análisis y validación de modelos climáticos nos permite corroborar que si esos modelo son adecuados y de esa forma validar también modelos globales para poder reconstruir las series en el pasado donde no hay datos y hacer pronósticos de escenarios climáticos a futuro con mayor grado de certeza». Para participar, los voluntarios deben inscribirse en el sitio web del proyecto «Meteororum ad Extremum Terrae MET» (Meteorología del Fin del Mundo) o escribir a [email protected]. Los datos recuperados serán compartidos con la Armada Argentina, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Organización Meteorológica Mundial. (OMM).

Los precios de la energía empujan la inflación en EE.UU. a su nivel máximo en 30 años: 6,2% anual

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Las subas interanuales en naftas y fuel oil superan el 50%. Biden dijo que revertir la tendencia inflacionaria es su prioridad, pero no confirmó qué medidas evalúa para limitar las subas. Senadores demócratas pidieron prohibir las exportaciones de petróleo.

Estados Unidos registró en octubre la inflación interanual más elevada desde 1990, empujada principalmente por la suba de precios de la energía. Las cifras oficiales de precios al consumidor superaron las expectativas y dejaron al gobierno en una posición incómoda. El presidente Joe Biden reconoció que la inflación se debe a los precios de la energía. El gobierno analiza medidas para limitar la suba de precios del petróleo y de las naftas pero hasta ahora no ha confirmado ninguna. El Departamento de Trabajo publicó los datos de inflación del mes de octubre. El índice de precios al consumidor CPI arrojó una suba mensual del 0,9%, superando las expectativas del mercado y mayor que el 0,4% de septiembre. Con esa suba, la inflación de los últimos doce meses trepó al 6,2%. Es la mayor suba de precios interanual registrada desde diciembre de 1990. En un comunicado, Biden dijo que la inflación “daña los bolsillos de los estadounidenses, y revertir esta tendencia es una prioridad para mí”. El presidente agregó que “la mayor parte del aumento de precios en este informe se debe al aumento de los costos de la energía”. Los datos de inflación de octubre dejaron al gobierno en una situación incómoda: el gobierno no parece contar con las herramientas para limitar la suba del crudo y de los combustibles en el corto plazo. El gobierno esquivó dar esta semana alguna definición concreta sobre las medidas para limitar las subas. “No tengo nada específico para usted. Solo puedo decirle lo que hemos estado haciendo aquí, que es pedir a la OPEP que aumente su oferta”, respondió la secretaria de Prensa adjunta de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, consultada sobre las medidas bajo análisis. “Estamos monitoreando los precios y nos aseguramos de tener herramientas que podamos probar y usar. Pero en este momento, no tengo nada nuevo que compartir”, agregó. Con una inflación que no da señales de ceder, en el gobierno crece la preocupación por las consecuencias que esta podría tener sobre el crecimiento económico. Subir las tasas de interés para dar una señal de enfriamiento de la economía y moderación de la inflación es una opción que tanto el gobierno como la Reserva Federal prefieren evitar. “El nivel de inflación que tenemos en este momento no es en absoluto consistente con la estabilidad de precios”, dijo la semana pasada el presidente del banco central, Jerome Powell. “Usaremos nuestras herramientas según corresponda para controlar la inflación. Sin embargo, no creemos que sea un buen momento para aumentar las tasas de interés porque queremos que el mercado laboral se recupere aún más”, explicó. Pero en lo inmediato la preocupación central son los precios de los combustibles y del crudo. Los aumentos de precios de la energía conforman el principal componente inflacionario. Según el índice de precios al consumidor de octubre, las naftas subieron un 6,1% y el fuel oil un 12,3%. En la comparación interanual contra octubre del 2020, las naftas treparon un 49,6% y el fuel oil un 59,1%. En el global, el índice energético arroja una variación del 30% en los últimos doce meses, la más elevada, superando largamente a alimentos que registró una variación del 5,3% en el mismo período. Los aumentos de las naftas son consecuencia de una oferta doméstica de petróleo que se percibe insuficiente en el corto plazo. La producción de petróleo en EE.UU promedió 12,3 millones de barriles por día (bpd) en 2019. En los primeros meses de la pandemia se contrajo por la falta de demanda y los altos stocks existentes, pero se fue recuperando al ritmo de la reactivación económica y hoy se acerca a los niveles de pre pandemia. La producción de la semana pasada fue de 11,5 millones de bpd. Según la Agencia de la Información Energética (EIA), la demanda de petróleo, tanto en Estados Unidos como a nivel mundial, ha vuelto en gran medida a los niveles de 2019, previos a la pandemia. Pero la demanda ha crecido más rápido que la oferta, reduciendo los inventarios y aumentando los precios. En este punto, entra a tallar las perspectivas por el lado de la producción. Las principales petroleras están dando pocas señales de querer invertir para sostener estos niveles de producción, pese a los mejores precios y la recuperación de la demanda nacional y mundial. El pedido de los accionistas e inversores es generar retornos positivos y no elevar demasiado el CAPEX en petróleo y gas. La necesidad de incrementar la perforación de nuevos pozos es más acuciante al considerar la estrategia empleada por los productores durante la pandemia para recuperar la producción. En lo que va del año, una parte considerable de la producción de shale oil, que representa más del 70% de la producción estadounidense de petróleo, provino de la terminación de pozos perforados pero sin completar (DUC, por sus siglas en inglés). El último Reporte de Productividad de la Perforación de EIA señala que había en el país 5385 pozos DUC en operación, un marcado descenso con respecto a los 7298 pozos existentes en diciembre pasado y lejos de un pico de casi 8900 en 2019. Negativa de la OPEP y otras alternativas En este escenario, Estados Unidos viene solicitando desde mediados de año a los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia que incrementen considerablemente sus niveles de producción para reducir los precios y aminorar la inflación. Pero la OPEP cerró esa puerta la semana pasada: los países del cartel petrolero no se moverán del incremento acordado en julio de 400.000 barriles diarios. Cerrada esa posibilidad, el gobierno busca alternativas en el frente doméstico para limitar la suba de precios. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, defiende la idea de tomar stocks de la Reserva Estratégica de Petróleo para aumentar la oferta en el mercado y bajar el precio del crudo. “Esa es una de las herramientas que tiene”, dijo Granholm días atrás. “Y ciertamente el presidente está mirando eso”, agregó. Pero la Reserva Estratégica de Petróleo es normalmente utilizada para las interrupciones del suministro y su utilización no garantiza un impacto importante en los precios que se pagan en el surtidor. Una idea más radical consistiría en frenar las exportaciones de crudo estadounidense. En una carta escrita al presidente, doce senadores del Partido Demócrata pidieron tomar esa medida. «A la luz de estas preocupaciones apremiantes, les pedimos que consideren todas las herramientas disponibles a su disposición para bajar los precios de la gasolina en Estados Unidos. Esto incluye una liberación de la Reserva Estratégica de Petróleo y una prohibición de las exportaciones de petróleo crudo», pidieron los senadores.

La vacuna contra el VPH redujo las tasas de cáncer de cuello uterino en un 87%

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En 2020, la Organización Mundial de la Salud lanzó una estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema de salud pública, una de las causas más comunes de muerte por cáncer en mujeres en todo el mundo. Si bien reconoce que los países de bajos ingresos soportan la carga de la enfermedad, la OMS no evitó establecer metas desafiantes. Donde no existen medidas de control del cáncer, la OMS cree que la prioridad debe ser la inmunización de niñas contra el virus del papiloma humano (VPH) para prevenir futuros cánceres de cuello uterino y otras neoplasias malignas relacionadas con el VPH. Ahora, un estudio realizado en Inglaterra y publicado en The Lancet, muestra que las tasas de cáncer de cuello uterino son un 87% más bajas en las mujeres a las que recibieron la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) entre los 12 y 13 años -un programa que existe allí-, que en las generaciones anteriores no vacunadas.

Reactores de tercera generación

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La trampa en que se encuentran (nos encontramos) los países de ingresos medios

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En 2004, Geoffrey Garrett -un politólogo australiano, administrador académico y actual decano de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad de Calfronia del Sur- escribió un trabajo sosteniendo que, a diferencia de lo sucedido con los países ricos y los de bajos ingresos, la globalización no había sido beneficiosa para los países de ingresos medios. Lo que había detectado Garrett es que este grupo de países era el que menos había crecido durante el período 1980-2000. El argumento era que, tras la reducción de los aranceles a nivel global y el auge del comercio internacional, estos países no podían competir por precio con los países de menores ingresos (que aprovechaban el bajo costo de su mano de obra) ni tampoco por valor agregado con los de mayores ingresos (debido a la falta de tecnología y calidad de sus productos). Tres años más tarde, dos economistas del Banco Mundial, Indermit Gill y Homi Kharas, utilizaron esa idea y le dieron una vuelta de tuerca, denominándola la “trampa de los ingresos medios”. Básicamente lo que hicieron fue generalizar el argumento, sosteniendo que los países de menores ingresos crecen de manera bastante rápida al principio, apalancados en su mano de obra barat, la introducción de tecnologías básicas que mejoran los procesos productivos y las oportunidades de inversión, para luego estancarse una vez que llegan a niveles de ingresos medios, donde esos factores se agotan. Salvo que logren desarrollar nuevas fuentes para sostener el crecimiento. Como muestra el gráfico a continuación, una manera de ver esto es comparando el PBI per cápita de los distintos países en relación al de Estados Unidos entre 1960 (en el eje horizontal) y 2008 (en el eje vertical), de modo de ver si mejoraron o no su posición en esos casi 50 años. Por ejemplo, Burundi retrocedió, dado que su PBI per cápita relativo al de Estados Unidos en 2008 es menor al de 1960; en cambio, Botswana mejoró notablemente, dado que prácticamente duplicó su PBI en relación con el de Estados Unidos. A partir de eso, podemos clasificar a los países en función de su desempeño relativo, donde los que estarían atrapados en la trampa de los ingresos medios son aquellos que lo eran en 1960 y lo siguen siendo en 2008. Después tenemos lo que se conoce como la “trampa de la pobreza”, es decir, países que eran de ingresos bajos en 1960 y que para 2008 lo siguen siendo, los casos exitosos (países que eran de ingresos medios y que pudieron alcanzar a los de mayores ingresos) y los países desarrollados, que lo eran en 1960 y mantuvieron ese estatus en 2008. PBI per cápita relativo al de Estados Unidos 1960 vs 2008, países seleccionados (en % logarítmico)
Fuente: Da Wan (2015). En efecto, de los 101 países considerados de ingresos medios en 1960, solo 13 pasaron a ser de altos ingresos en 2008 (entre paréntesis agregamos la posición que ocupan en el ranking del índice de desarrollo humano, porque en algunos casos, por más que el PBI per cápita sea muy elevado, difícilmente se lo pueda clasificar como un caso exitoso de desarrollo): Irlanda (2°), Hong Kong (4°), Singapur (11°), Israel (19°), Japón (20°),  Corea del Sur (23°), España (25°), Grecia (32°), Taiwán (34°), Portugal (38°), Puerto Rico (61°), Guinea Ecuatorial (145°) y Mauritania (157°).

¿Y por casa cómo andamos?

Te habrás dado cuenta de que esta hipótesis encaja bastante bien para el caso argentino, es más, si prestaste atención al gráfico, ahí figura señalado como uno de los países dentro de la trampa de los ingresos medios (con prácticamente la misma posición en 1960 que en 2008). Justamente por este motivo, la semana pasada la organización Fundar realizó un encuentro, denominado “Perspectivas comparadas para superar la Trampa del Ingreso Medio”, que contó con una clase magistral de Ben Ross Schneider y con las contribuciones de Silvina Batakis, secretaria de Provincias del Ministerio del Interior; Fernando Peirano, presidente de la Agencia I+D+i y Juan Carlos Hallak, investigador del Conicet-IIEP de la UBA (pueden ver todas las exposiciones en este video).
Schneider hizo énfasis en dos aspectos de esta trampa: el desafío para mejorar la calidad educativa y para lograr políticas que puedan sobrevivir a los cambios de gobierno. Respecto de lo primero, advirtió que, “hoy en día, los chicos de Latinoamérica van a la escuela, pero no están aprendiendo todo lo que deberían. Según los resultados de las pruebas PISA, hay una diferencia de entre 2 y 3 años de estudios entre los países desarrollados y los de la trampa de ingresos medios. Ese es un problema de calidad”. En relación al desafío político, afirmó que “hay dos elementos que hacen más difícil que los países en la TIM (trampa de ingresos medios) salgan de ella: sociedades más fragmentadas y coaliciones más difíciles de formar. Las múltiples divisiones desarticulan la política e impiden la construcción de coaliciones”. A partir de eso, concluyó que la salida de la trampa del ingreso medio requiere convergencia de intereses y coaliciones amplias, para pensar en políticas que puedan sobrevivir a un cambio de gobierno. Hay que pensar en las coaliciones antes que pensar en las políticas ideales, y hay que pensar más en términos críticos y factibles sobre qué puede hacerse. Como se puede ver, Schneider también le aplicó una vuelta de tuerca a la trampa de los ingresos, asociándola con problemas de índole políticos y educativos. Esto también sirve para entender la popularidad de este concepto, dado que permite vincularlo con múltiples enfoques para explicar el estancamiento relativo de los países de ingresos medios. En este trabajo de la CEPAL, por ejemplo, identifican otros cuatro elementos que pueden explicar esta trampa (asociados a la productividad, a la calidad institucional, a la vulnerabilidad social y a la cuestión ambiental). ¿Cuál tiene razón? En realidad, todas son parte de las causas y, por ende, de los distintos desafíos que un país de ingreso medio como la Argentina debe enfrentar para sortear esta trampa y, de lograrlo, pasar a ser en el futuro (¿cercano?) un país de altos ingresos.

Juan Manuel Telechea

INVAP: «Avanzamos en la modernización del sistema de vigilancia del tránsito aéreo»

El comunicado de INVAP afirma que el proyecto significará la cobertura total del espacio aéreo argentino. Además de la incorporación de tecnología de última generación, aunando a dos empresas del Estado como EANA S.E. (Empresa Argentina de Navegación Aérea) e INVAP.

En el primer Plan de Radarización del país, en la década comprendida entre 2004 y 2014, se desarrollaron e instalaron 22 sistemas RSMA de INVAP. El actual Proyecto de Modernización del Sistema de Vigilancia de Tránsito Aéreo contempla la adquisición de 3 radares primarios con tecnología de última generación con sistemas multisensor PSR-SSR de Modo A/C/S, ADS-B MET que serán destinados a las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Mendoza; 2 nuevos radares secundarios SSR de Modos A/C/S y funcionalidad ADS-B que serán instalados en Santiago del Estero y en Santa Cruz; 5 estaciones ADS-B las cuales son de suma importancia para el tránsito en ruta en lugares cordilleranos de difícil acceso, que serán destinadas a las provincias de Formosa, Catamarca (en dos escenarios), San Juan y Jujuy; y 2 radomos para Ushuaia y El Calafate, mediante los cuales se protege al radar contra las inclemencias climáticas. Asimismo, serán modernizados con una renovación tecnológica total e incorporación de nueva tecnología ADS-B, Modo S y canal meteorológico, 22 radares actualmente en funcionamiento, con promedio de 10 años en servicio y próximos al final de su vida útil. La renovación tecnológica es de alcance federal, con los radares ubicados en Bahía Blanca, Bariloche, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, La Rioja, Malargüe, Morteros, Neuquén, Pehuajó, Posadas, Presidencia Roque Sáenz Peña, Puerto Madryn, Quilmes, Río Gallegos, Salta, San Julián, San Luis, Santa Rosa, Ushuaia, Esquel y Tucumán. “Este proyecto es parte de nuestro Plan de Modernización del Transporte con el que le estamos diciendo que sí a saldar una deuda de muchos años, equipando con tecnología de última generación a nuestros aeropuertos para saber lo que pasa en los cielos y tener un mejor control del tránsito aéreo. Y lo hacemos a través del trabajo conjunto de dos empresas del Estado, en el caso de INVAP de la provincia de Río Negro, ambas con un nivel técnico y profesional que son motivo de orgullo para el país”, expresó al respecto el Ministro de Transporte, Alexis Guerrera.

En los primeros 10 días de noviembre ingresaron a nuestro país más de 22 mil turistas

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A partir de la apertura de las fronteras de la Argentina al turismo extranjero el lunes 1° de noviembre, arribaron más de 22.000 pasajeros provenientes de 78 países diferentes, entre ellos desde Brasil (el contingente más numeroso) y desde Uruguay, hasta desde China y Singapur.

Las autoridades locales y las empresas del sector turístico consideran que las perspectivas son alentadoras, aunque los números todavía están lejos de los 24.000 ingresos diarios promedio en noviembre 2019, antes de la pandemia. Según los datos de la Dirección de Migraciones, los primeros cinco países de la lista de los orígenes de los turistas suman más del 56% del total de los ingresos. En total, en esos 10 días ingresaron como turistas 22.163 personas. Los cinco países que encabezan la lista de origen son Brasil, con el 20,74% (4.597 viajeros); Uruguay, con el 11,18%,; Chile, con el 9,71%,; Estados Unidos, con el 8,95% y Paraguay con el 5,89%. También, en los registros de Migraciones de los pasaportes de los turistas, entre esas 78 nacionalidades aparecen ocho pasajeros que fueron los primeros y únicos de sus países en un año y medio: Albania, Chipre, República Democrática del Congo, República Dominicana, Trinidad y Tobago, India, Jamaica y Kazajistán. Y un turista que ingresó con el pasaporte, todavía vigente, de un país que ya no existe: Yugoslavia. «El turismo receptivo es la gran apuesta de esta nueva etapa, por su capacidad de generar divisas y empleo rápido en todo el país. Apostamos por el turismo regional: los países vecinos representan históricamente el 65% del total de quienes nos visitan. Además, en estas primeras semanas de apertura de fronteras, los reportes de las agencias de viajes nos muestran un gran interés desde Norteamérica por conocer nuestros destinos, declaró Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes. . Agregó además: «La Argentina registró déficit en la cuenta viajes en 17 de los últimos 20 años. Tenemos el desafío de revertir esa tendencia. Por eso seguimos trabajando para ubicar a nuestro país como líder turístico regional y posicionarlo en otros mercados importantes como China y Europa». Desde AgendAR añadimos que la diferencia cambiaria, el peso argentino tan devaluado, es el principal incentivo para estimular el turismo receptivo y desalentar el turismo al exterior.

Imágenes para guardar: Bosque Andino Patagónico, tomada por el satélite SAOCOM

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  A diferencia de los satélites ópticos que sólo pueden tomar información de la superficie terrestre en buenas condiciones climáticas, la tecnología radar en #BandaL del SAOCOM puede obtener datos satelitales hasta 23 cm por debajo de la capa terrestre en cualquier condición. VENG son las iniciales de Vehículo Espacial Nueva Generación. Es una empresa aeroespacial argentina creada por el Estado para implementar tareas en el desarrollo de medios de acceso al espacio y servicios de lanzamiento, particularmente para la producción, operación y mercadotecnia del programa de Tronador de la CONAE. También ha participado como contratista en los satélites SAC-D / Aquarius y SAOCOM, y en el diseño y operación de la Estación Terrena Tierra del Fuego.

En Buenos Aires, de pronto, desaparecieron los colectivos.

Historias para la transición energética

En AgendAR nos animamos a reproducir esta fascinante «no-ficción» que redactaron en el Instituto de Transporte de la Universidad Nacional de San Martín. Si Ud. está leyendo esto en el celular -así lo hace la mayoría de nuestros visitantes- tendrá que ampliar la imagen con sus dedos para que la letra sea legible. Pero vale la pena.

La combinación de vacunas Sputnik y Moderna triplicó anticuerpos en mayores de 60 años

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Más de 300 personas que recibieron la primera dosis de Sputnik V participaron como voluntarios; “La respuesta fue mayor que en esquemas homólogos (ambas dosis de la misma vacuna)”, advirtió la investigadora Ana Laura Cavatorta.

Un estudio realizado en la provincia de Santa Fe demostró que a las personas mayores de edad que recibieron la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 Sputnik V y recibieron como segundo componente de inoculación el fármaco de Oxford/Moderna obtuvieron el triple de anticuerpos.

El trabajo fue realizado con profesionales del Ministerio de Salud de Santa Fe, del Centro de Tecnología en Salud Pública (CTSP) de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del hospital Provincial del Centenario.

La investigadora Ana Laura Cavatorta, responsable del estudio, explicó que el trabajo se llevó a cabo entre agosto y octubre de 2021 en el vacunatorio de la exRural de Rosario, con 303 voluntarios que completaron su esquema de inmunización heterólogo, con una primera dosis Sputnik V y una segunda de Moderna.

“De la totalidad de los voluntarios, el 65% fueron mujeres y el 35% varones, entre los cuales el 67% era mayor a 60 años”, indicó Cavatorta, docente en Virología e investigadora del Conicet.

Cavatorta explicó que en los mayores de 60 que recibieron la primera dosis de Sputnik V (tecnología de adenovirus) y completaron el esquema con una realizada mediante ARN mensajero como Moderna “la respuesta fue mayor que en esquemas homólogos”.

“Este cambio de tecnologías a nivel del sistema inmune de las personas vuelve al esquema más inmunogénico. Dos estímulos con dos vacunas diferentes son reconocidas como muy extrañas para el organismo, y la respuesta es mucho más eficaz, algo que comprobamos a nivel local, y que se corresponde con estudios a nivel mundial”, añadió Cavatorta.

Según detalló la investigadora especialista en virología, los adultos mayores de 60 años que habían recibido la primera dosis de Sputnik V “habían generado un importante impacto en cuanto a la concentración de anticuerpos”.

“Sin embargo, luego de que se les colocó una segunda dosis de Moderna, se triplicó el valor de estos anticuerpos. En los menores de 60 no hubo cambios importantes. La respuesta fue la esperada, pero no como en el grupo anterior”, completó.

A principios de agosto, ante la amenaza de un avance del coronavirus sobre el territorio nacional y frente a la falta de segundos componentes de la vacuna rusa Sputnik V, autoridades sanitarias comenzaron estudios de combinación de vacunas contra el Covid-19.

Según estableció el ministerio de Salud de la Nación, hasta ahora, la recomendación sobre esquemas heterólogos de vacunación habilita la combinación del primer componente de Sputnik V ya sea con AstraZeneca o con Moderna como segunda dosis, a partir de las 8 semanas de la primera aplicación.

Holanda es el primer país de Europa que vuelve a un confinamiento parcial

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El primer ministro interino de Holanda, Mark Rutte, anunció ayer viernes una cuarentena parcial de tres semanas en un momento en que aumentan los casos de COVID-19 en los Países Bajos.

La cuarentena, que iniciará la noche del sábado, es la primera en entrar en vigor en Europa occidental desde que una nueva ola de infecciones comenzó a aumentar en partes del continente. Con la cuarentena los bares, restaurantes y supermercados tendrán que cerrar a las 8 de la noche (1900 GMT), los encuentros deportivos profesionales se jugarán en estadios vacíos y a las personas les pedirán trabajar desde casa lo más que puedan. Las tiendas que venden artículos no esenciales tendrán que cerrar a las 6 de la tarde. “Esta noche tenemos un mensaje muy desagradable con decisiones muy desagradables y extensas”, informó Rutte.
Holanda no es el único país en adoptar medidas para controlar el aumento de infecciones de coronavirus.
Horas antes, el canciller austríaco Alexander Schallenberg dijo que su país implementará la próxima semana cuarentena para las personas no vacunadas en dos regiones muy afectadas y parece estar preparado para implementar medidas similares a nivel nacional. A partir del lunes, las personas no vacunadas en las regiones Alta Austria y Salzburgo sólo podrán salir de casa por motivos necesarios específicos, como comprar víveres o ir al médico. Mientras tanto, el centro para el control de enfermedades de Alemania insta a las personas a cancelar o evitar eventos multitudinarios y a reducir sus contactos conforme la tasa de infección del coronavirus del país llega a niveles máximos. Rutte también dijo que el distanciamiento social regresará y exhortó a las personas a trabajar desde casa cuando sea posible.

Una posible revolución radioterapéutica argentina en Corea

Lectores: están viendo un desarrollo argentino quizás destinado a volverse “de primera línea” en el mundo durante este siglo. Hace 30 años que la radioterapia BNCT (Boron Neutron Capture Therapy), por captura de neutrones en boro, está a punto de revolucionar el tratamiento de los cánceres sólidos más infiltrantes e intratables y de peor localización. Pero hace 30 años que eso no sucede por falta de “fierros adecuados”: se necesita una fuente de neutrones de baja potencia capaz de funcionar dentro de un hospital. Es el único modo de tratar suficientes pacientes como para completar estudios de fase 1, 2 y 3 y ver si la BNCT se puede volver una terapia estándar, en lugar de una rareza experimental. La noticia: los fierros adecuados son argentinos. Son los de la foto que encabeza esta nota. Abajo del cabezal, Suárez Sandín, Igarzábal y Conti, el equipo encargado del montaje mecánico en el KIRAMS, o Korean Institute of Radiotherapy and Medical Sciences. Es la clínica oficial en terapias radiantes de Corea del Sur, está en Seúl y ocupa un edificio monumental, el que se ve abajo. Cuerpo principal del edificio del KIRAMS, Korean Institute of Radiotherapy and Medical Sciences, donde hoy se está montando el acelerador de neutrones de la CNEA Mientras no existían aceleradores de neutrones, en varios países del mundo se usaron reactores nucleares como fuente de neutrones terapéuticos en BNCT, pero con resultados frustrantes. Fuimos parte de esa movida: en los ’90 la Dra. Sara Liberman empezó una propuesta de BNCT desde la CNEA, ella sola con su alma al principio, pero fue reclutando renuentes y escépticos iniciales en radiobiología y entre los físicos y químicos de reactores, y con los radioterapistas del Instituto de Oncología Ángel Roffo, dependiente de la Facultad de Medicina de la UBA. Liberman no trabajó en vano: en 2003, ya de modo oficial, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Instituto de Oncología Ángel Roffo, dependiente de la Facultad de Medicina de la UBA, intentaron ensayos de fase 1 de este tipo de terapia en el reactor nuclear RA-6 del Centro Atómico Bariloche. Cuando empezaba aquel experimento clínico, publiqué un artículo entusiasta en el suplemento científico que dirigía Nora Bär, en La Nación, muy leído entonces por la comunidad médica. Un oncólogo amigo me advirtió: “Arias, la BNCT va a ser la radioterapia del futuro… siempre. Nunca logran juntar suficientes casos”. Mi amigo tenía razón, pero por causas equivocadas. El problema eran y son los fierros, no la terapia en sí. El RA-6 es un aparato inmenso y tan inmóvil como el edificio blindado de contención que lo rodea. Los móviles en este caso debían ser los pacientes, 10 residentes del AMBA con melanomas –los cánceres de piel más agresivos- diseminados en piel y órganos. Aún en fase terminal, los pacientes debían estar lo suficientemente estables como para resistir el traslado. A la Dra. Berta Roth, del Roffo, no le fue fácil armar “un seleccionado”: sólo se trataron 10 pacientes. Es lo típico de una fase 1 destinada no a medir la eficacia del tratamiento, sino únicamente su toxicidad. Acondicionar el RA-6 para armarle un radioquirófano al pie tampoco fue fácil. El producto básico de un reactor de investigación son los haces de neutrones, esa materia prima invisible pero de alta energía con que uno irradia diversos materiales, a veces para ver qué sucede. En uno de los canales de salida de tales haces se colocaron materiales de frenado de los neutrones, de modo de volverlos “epitérmicos”, es decir de muy baja energía. Los de alta energía no tienen utilidad clínica. Apilando ladrillos de plomo en torno a esta fuente de neutrones “casi fríos” se improvisó un radioquirófano de quita y pon, donde el paciente podía sentarse para que se le irradiaran exclusivamente las piernas, el sitio preferencial de brote de las metástasis del melanoma. La base radioquímica de la BNCT es ésta: al paciente se le inyecta una solución nutritiva borada. La de uso en Argentina fue la borofenilalanina, o BPA, un aminoácido de los 20 que componen las proteínas humanas, sólo que “marcado” con un átomo de boro. Dado que las células cancerosas son metabólicamente hiperactivas y están generando proteínas a toda máquina para dividirse, absorben esta solución nutritiva 3,5 veces más que las células sanas.   Un radioquirófano de BNCT estadounidense. La iluminación con neutrones, como se ve, es unidireccional: no necesita de múltiples y sucesivos ángulos de entrada. Y las terapias son breves. A su vez, cada átomo de boro es unas 1000 veces más propenso a atrapar neutrones epitérmicos que los 4 elementos que forman la arquitectura molecular de cualquier organismo terrícola: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Cuando un neutrón epitérmico es atrapado por un atómo de boro, éste último estalla, bum. Bueno, sin efectos de sonido, pero literalmente hace fisión nuclear: se desintegra con violencia en un ión de litio 7 y un núcleo de helio, partículas eléctricamente cargadas y de gran masa que irrumpen en el núcleo de las células como elefantes en un bazar: rompiendo todo. Pero justamente por su alta masa y carga eléctrica, estos productos de fisión tienen recorrido cortísimos, se frenan tras atropelladas de apenas entre 5 y 9 micrómetros. Es decir que en general no logran salir del volumen de la célula cancerosa embebida en boro. Esto hace bien selectiva la radiotoxicidad de la BNCT: las células cancerosas se mueren al toque, con su genoma despedazado, mientras que las sanas contiguas, debido a su escasa captación de boro, son mucho más resistentes a los neutrones. En la práctica, y por otros fenómenos radiológicos que cambian según el tipo de tumor y su profundidad, esa vulnerabilidad diferencial es variable. En oncología sigue sin existir «la bala mágica» que sólo da en el centro del blanco, pero con nuevos abordajes se puede agrupar mejor los tiros… En contraste, la masa tumoral puede haber absorbido selectivamente 50 o 60 Gray de radiación, una dosis letal, en apenas un par de sesiones. Y esto le debería alegrar la vida a todo el mundo: las terapias BNCT en principio no duran semanas sino días, el paciente puede tener algo más de vida personal y extraterapéutica, y el acelerador de neutrones puede tratar a más gente en menos tiempo. Si le parece demasiado perfecto para ser real, tiene razón: el diablo está en los detalles. Por empezar, la circulación sanguínea intratumoral es infernalmente despareja: hay sectores de cada tumor que casi no reciben sangre, y por ende no se embeben de boro, y reniegan de la cortesía de morirse bajo el haz de neutrones. ¿Cómo producir neutrones epitérmicos, ante todo? Es la pregunta del millón, y al parecer aquí finalmente tuvimos la respuesta adecuada. Acelerar cosas con carga eléctrica es bastante simple: un liviano electrón negativo se repele con un campo eléctrico negativo o se atrae con otro positivo. Del mismo modo, un pesado protón positivo se mueve, desvía o frena con campos de signo igual o contrario al suyo, y ése es todo el arte de disparar haces de partículas subatómicas. Pero el neutrón es exactamente lo que dice su nombre: indiferente a la atracción y a la repulsión. La solución Nac & Pop que inventó Andrés Kreiner involucra 2 veces el uso de un artículo de fabricación nacional: agua pesada, o D20, o dióxido de deuterio (el deuterio es el átomo de hidrógeno con el añadido de un neutrón). El acelerador de la CNEA disocia el agua pesada en oxígeno y deuterio, le arranca los electrones al deuterio generando “deuterones” de carga positiva, y los dispara con gran energía contra un blanco de berilio o de carbono 13. Esto provoca el estallido nuclear de los átomos impactados, con gran emisión de neutrones de energía generalmente demasiado alta, medible en un rango de alrededor de un MeV (mega-electrónvolt). Hay que frenarlos brutalmente a una centésima parte de esa potencia, y ahí quedan listos para entrar en el paciente y destruir selectivamente las células que estén embebidas en boro. El físico nuclear Andrés Kreiner en su laboratorio del Centro Atómico Constituyentes, foto de Pedro Roth, gentileza de TSS Un truco que puede mejorar la performance de la BNCT con tumores muy profundos y en gente voluminosa es “embeber” al paciente en agua pesada, haciéndole tomar D20 hasta sustituir 1/3 del contenido de agua de su cuerpo. Esta idea, propuesta por investigadores británicos, vuelve al paciente aún más “transparente” a los neutrones epitérmicos, que sólo se frenan del todo al ser absorbidos por los tumores dopados con boro. Sin usar agua pesada ni acelerador de neutrones, en casi todos los 10 pacientes tratados entre 2003 y 2007 en el reactor RA-6 hubo remisiones sorprendentes en las piernas, lo único irradiado. Pero los tumores desparramados en torso, cabeza y brazos de los enfermos siguieron su trabajo letal. Ninguno de esos está vivo a fecha de hoy. Va de nuevo: de acuerdo con el “Primum non nocere” (ante todo, no dañar) de Galeno (el médico griego, no la prepaga argentina), lo que se estaba midiendo en el RA-6 era la posible toxicidad de la terapia, es decir si había una disminución de la sobrevida esperable. No se estaba midiendo un aumento de la sobrevida (no lo hubo), y tampoco una respuesta clínica (que sí la hubo, con remisiones y disminuciones de tamaño notables de las metástasis en la zona irradiada). ¿Suena cruel? No hay modo de que un «trial» de toxicidad parezca bonito. Creo que quienes diseñaron ese protocolo no esperaban ver cambios dramáticos: en tal caso, quizás habrían apostado a riesgos mayores pero también a beneficios mayores, como la irradiación de cuerpo entero. No se debería diseñar un experimento, incluso de toxicidad, en el cual pudiendo haber alguna pequeña mejora para el paciente, se la excluya. El paso siguiente era intentar la irradiación en otras diez áreas anatómicas, y en otros tumores diseminados: hepático, colorrectal, tiroideo, pulmonar y de cavidad oral. Todo muy ambicioso, pero no sucedió: intercurrió la diplomacia “con efectos adversos”: la Argentina estaba obligada a cambiarle el combustible al RA-6 por acuerdos con el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica). Tenía fecha límite para devolver a los EEUU el uranio enriquecido al 90%, “grado bomba”, de su núcleo (antes de los ’90 todos los reactores eran así), y sustituirlo por otro núcleo de enriquecido al 20%, militarmente inofensivo. Eso obligó al rediseño de toda la planta, asunto que tomó años. Entre tanto, al compás de diversos actos electorales, la dirección política del país, la la CNEA y la de la Universidad de Buenos Aires habían cambiado de titularidad varias veces. Retomar un programa con muchos actores como aquel de 2003 en Argentina normalmente insume el trabajo de retejer alianzas, pasillear, y meta mail y celular hasta volver a alinear todos los patitos… Llega 2008 y recalculando… Recién en 2008, con Norma Boero al frente de una CNEA con bastantes ganas de resucitar, y con el físico Gustavo Santa Cruz sumado al equipo se logró juntar 70 a profesionales para implementar la clínica un proyecto BNCT. Y vista la experiencia pasada, se decidió que un reactor nuclear de investigación en radioterapia es como recargar celulares con un turbogrupo diésel: equipo demasiado potente, demasiado inmóvil, que exige demasiadas adaptaciones y además queda demasiado a trasmano y se usa para otras cosas. Bariloche es Patagonia Norte, y los pacientes del Roffo están a 1580 km., y eso en línea recta y por aire. Por lo demás, al RA-6 el país lo necesita para formar nuevos ingenieros, físicos, químicos y médicos nucleares, que no nos sobran. Sin esos recursos humanos la Argentina no sería capaz de inventar nada nuevo en radioterapias. En 2015, el RA-6 inició nuevos ensayos preclínicos (usando animales cancerizados) con algunas mejoras en el haz de irradiación. Pero se venía un cambio de guardia tecnológico: el doctor en física Andrés Kreiner, experto en aceleradores de partículas subatómicas desde 1974 y estudioso de la BNCT desde 1996, recibió luz verde de Norma Boero para construir una fuente de neutrones epitérmicos en el Centro Atómico Constituyentes. Además del adiós a los reactores, la ventaja geográfica es que si los pacientes deben venir desde el Instituto Roffo, son 5,4 kilómetros por Avenida San Martín hasta la General Paz y Constituyentes. Es media hora de ambulancia y no hay ningún traslado aéreo. El acelerador de neutrones es el futuro. La escueta flota mundial de reactores está ocupada en sus misiones de diseño: formar RRHH y en los casos de los aparatos de producción, crear radioisótopos médicos. Por ende, es irreal exigirles que además sirvan como radioquirófanos. Sólo bajar apenas un 1% la producción mundial de radioisótopos médicos costaría más vidas en varios frentes médicos que las que podrían salvarse con BNCT en el frente oncológico. Esto viene frenando a la BNCT como eventual tratamiento estándar desde los ’90. Y lo otro que lo frena es que no cualquiera hace un buen acelerador de neutrones. Aún así, otros países fueron más audaces y pertinaces y lograron resultados más sorprendentes con BNCT en reactores: por ejemplo, eliminación de melanomas vulvares y peneales, cuyo abordaje con cirugía o con terapias radiantes fotonicas (rayos gamma o equis) habría sido mutilante. La universidad de Pavia, Italia, llegó al extremo de extirparle el hígado a dos enfermos de hepatoma, transporar esos órganos para una “barrida” con neutrones en el reactor académico LENA, y reimplantarlos hora y media después a los pacientes. 100% de remisión sostenida desde 2013, aunque uno de los pacientes sucumbió poco después a un evento cardíaco no asociado. Es increíble y bastante espectacular, pero 2 casos estadísticamente no significan nada. Y no todo paciente resiste ese tiempo en un quirófano sin su hígado, ni todo quirófano universitario tiene un reactor tan a tiro. En Japón se hizo un ensayo con pacientes con glioblastoma multiforme, un cáncer cerebral no sólo muy intratable (por infiltrante, genera tentáculos como de medusa) sino muy radioresistente. Nuevamente, las tasas de sobrevida libre de síntomas de los irradiados excedían lo esperable (12 a 18 meses), pero nuevamente, los casos sumaron algunas decenas y su costo convenció a las obstinadas autoridades médicas japonesas de que llevar un paciente a un reactor era como pretender que la montaña fuera hasta Mahoma. Japón entonces decidió desarrollar otras fuentes de neutrones, lo que provocó el entusiasmo corporativo de Sumitomo, Mitsubishi e Hitachi por llegar primero y con la mejor. Puede haber cierto resentimiento coreano por no elegir los desarrollos BNCT japoneses. Japón fue un despiadado ocupante imperial de Corea entre 1910 y 1945. Pero sospecho que los muchachos del KIRAMS prefirieron la tecnología argentina porque es bastante más sensata. La de Sumitomo, por ejemplo, empieza con un ciclotrón… y luego se complica aún más. También, para el caso, los coreanos prefirieron nuestra oferta a la estadounidense. Estamos compitiendo contra 8 países con desarrollos BNCT. Y no estamos perdiendo. Uno de los puntos imbatibles del acelerador de la CNEA es que, una vez apagado, no presenta radioactividad residual pasados los 2 minutos y medio. Sin embargo, aquí no todo anda tan sobre rieles. En 2016 era obvio que se necesitaba la fuente de neutrones de Kreiner, por ahora incómodamente compactada bajo un techo normal, necesitaba un recinto de al menos a 11 metros de altura para alcanzar su potencia de diseño de uso clínico, como para empezar a testearlo en estudios de fase 1, 2 y 3. Si ese aparato alcanzara una aprobación regulatoria del ANMAT con buenos resultados, no sólo habría cola de pacientes para usarlo, sino cola de fabricantes para producirlo y exportarlo. Pasaron 5 años y ese búnker todavía no está construido. ¿Falta de plata, o también de perspectiva? Mirando el panorama con fríos ojos capitalistas, las terapias radiantes hoy son empleadas como abordaje principal o como refuerzo de algún otro abordaje en el 50% de los casos de cáncer. Incluso una porción chica de esa torta gigante es mucho mercado. Los abordajes emergentes favoritos en tumores complicados y diseminados en lugares difíciles son los aceleradores para protonterapia o hadronterapia. Pero son máquinas desesperadamente caras. Un protocolo completo de hadronterapia en EEUU le sale al paciente entre U$ 30.000 y 120.000. Fieles a la tradición del hogar de los valientes y la tierra de los libres, como se autodescriben en su himno nacional, los estadounidenses enfermos sin seguro médico son libres de no pagar y morirse. Y los que tienen algún seguro médico, libres también de elegir un abogado que ahorque a sus prepagas para que éstas pongan la tarasca, y eso si les alcanza el dinero y su tumor les concede el tiempo. La paradoja de los costos bestiales es que matan el mercado: las clínicas muy avanzadas en EEUU cierran por falta de pacientes, según se puede ver en este artículo de MedPage Today. Me explico: el Scripps Health, clínica de San Diego, California, en 2014 anunció, como si fuera un triunfo, la apertura de su centro de protonterapia, que costó U$ 220 millones. El fierro arranca con un ciclotrón superconductivo, el cual genera un plasma de hidrógeno y oxígeno que a su vez emite protones que circulan a 165.000 km/segundo. Estos haces de protones se derivan a distintos radioquirófanos donde son usados para tratar simultáneamente a varios pacientes con tumores complejos de próstata, cuello y cabeza, mamario, espinal, pulmonar y gastrointestinal. Ah, también se atienden niños. Hasta ahí, tecnología de la Guerra de las Galaxias. Pero como añade, angelical, el comunicado de prensa, la decoración cálida de las instalaciones, con uso de piedra, madera y teja, colabora con la curación. En EEUU esos materiales de construcción deben estar caros, porque el equipo de protonterapia que está adquiriendo el Instituto Roffo cuesta bastante menos de la mitad que el del Scripps. Y no es barato. Uno de los radioquirófanos de un centro de protonterapia en EEUU, con sus cabezales rotativos esterotácticos… y su costo de U$ 220 millones (en 2014) En contraste, un acelerador de neutrones como el de Kreiner para BNCT difícilmente supere ¿diez millones de dólares, con búnker incluido? Eso, o menos, por su sencillez de diseño, y el hecho de que la iluminación de los tumores no es “esterotáctica”. Si se usan neutrones y se dopan los tumores con boro, no hay modo de torcer, dirigir o enfocar los haces de partículas, ni hace falta hacerlo. Con este aparato y desde 2016, el país tuvo una oportunidad REAL de hacer estudios clínicos de fase 1, 2 y 3 con un aparato de ingeniería y costos sensatos. Era el momento de convencer a los radio-oncólogos no creyentes en el neutrón, o a los simplemente desilusionados, de que no han esperado 30 años en vano. Pero eso no sucedió. Bajo la dirección de los caciques petroleros del ciclo macrista, señoras y señores, la CNEA perdió el 53% de su presupuesto en 4 años. En 2015, fue de U$ 363 millones, y en 2019, de U$ 170. Se paró casi todo proyecto de investigación, se atrasaron y luego frenaron obras críticas como las del reactor RA-10 de Ezeiza y el CAREM 25 en Lima, éste con 500 suspensiones, se cerró la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Neuquén con el raje de más de 400 profesionales y técnicos especializados, y la lista de daños sigue y sigue. De tener la mayor fábrica de agua pesada del mundo pasamos a ser importadores, para que no se apaguen las Atuchas I y II y Embalse. En cuatro años retrocedimos veinte. En la debacle general, el equipo de Kreiner sobrevivió al “presupuesto cero” que decapitó a muchos otros sólo porque estaba defendido por contratos de construcción y equipamiento firmados antes de 2016. Su caída habría generado juicios contra la CNEA. Julián Gadano, Subsecretario de Energía Nuclear (cargo creado ad-hoc) y presidente de hecho de la CNEA, no se puede ver con Kreiner… y viceversa.  Kreiner no puede perdonarle a Gadano el cierre de la PIAP o la cancelación de la central CANDÚ “Proyecto Nacional”, y Gadano no pudo echar a Kreiner porque además de una foja intachable como físico nuclear, es un jefe sindical de APCNEAN, la asociación de profesionales de la CNEA. Opositor duro y puro a su administración, y desde el día cero. De modo que Gadano sostuvo el proyecto BNCT como la cuerda al ahorcado. La empresa constructora a cargo debió haber terminado en 2017 un búnker donde cupiera una máquina del doble de voltaje que la que se ve en la foto, pero esa firma adoptó la costumbre de detener la obra para renegociar, generalizada hoy entre todos los contratistas de la CNEA, razón por la cual el Programa Nuclear sigue en cierta catatonia. Desde 2016 el proyecto siguió vivo sólo por la vocación de Kreiner de remar en dulce de leche y hacerlo avanzar contra la mala leche y el destrato institucional. En diciembre de 2018 hubo un congreso de BNCT en Taipei, capital de Taiwan, en el cual había 8 países interesados por la presentación argentina, y 3 posibles clientes. Gadano se negó a pagar la asistencia de Kreiner. Para papelón nacional, la plata la puso toda el gobierno de Taiwan. En los congresos de radioterapia suele haber más acción en los pasillos que en las ponencias. Ahí fue que el KIRAMS coreano se acercó a Kreiner con ánimo de comprar la tecnología y un cheque no muy jugoso (U$ 700.000). En la breve negociación, el físico argentino defendió 2 cosas: la propiedad intelectual del desarrollo, y que la plata se depositara en la Fundación Balseiro, de la CNEA, para su empleo en hacer avanzar esta terapia, en lugar de disolverse al cuete en la contabilidad general de la nación. Es lo que permite desde hace años la ley de venta de tecnología argentina. Foto oficial del congreso de BNCT en 2018 celebrado en Taipei donde se vendió la transferencia de tecnología del acelerador criollo de neutrones al KIRAMS coreano. Andrés Kreiner es el tercero desde la izquierda en la segunda línea. Gadano se fue (por ahora), pero episodios y personajes como éste seguirán ocurriendo mientras la CNEA, que se ocupa más de asuntos estratégicos que de prender la luz, no vuelva a depender de la Presidencia de la Nación, como manda la lógica de estado. Y se independice así de los lejanos caciques petroleros, la fauna habitual de la Secretaría de Energía. Según usos y costumbres, los mandamases del Oil & Gas no son gente que vaya a poner un mango en desarrollos radioterapéuticos criollos. Si les hablan de energía atómica, los tipos recuerdan que 1000 megavatios nucleoeléctricos nuevos son 1.600 millones de metros cúbicos anuales de gas natural que no te van a poder vender. Y si se agarran un cáncer jodido, se van a hacer tratar en EEUU. Seguramente en algún sitio de decoración cálida con piedra, madera y teja. La dirección nuclear puesta por el macrismo perduró insólitamente hasta este invierno, si eso sirve como indicador del entendimiento o el entusiasmo del gobierno actual por la tecnología atómica local. Hace pocos meses que tenemos autoridades nucleares nuevas, y sin discusión, mejores. Mucho mejores. Para desconcierto de japoneses y estadounidenses, Kreiner se les coló por un lateral, a lo Messi, y logró vender la tecnología argentina para BNCT en Corea porque es más sensata, punto. Pero no es profeta en su tierra. Y aquí el búnker para su acelerador sigue sin construir.

Daniel E. Arias

Brasil aprueba la venta del trigo HB4, resistente a la sequía, desarrollado en Argentina

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La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) del Brasil le dio el aval al desarrollo de la investigadora Raquel Chan y Bioceres. Es el primer trigo transgénico del mundo. Tiene resistencia a condiciones de estrés hídrico.

La compañía Bioceres anunció ayer jueves que la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, otorgó la aprobación regulatoria en ese país del trigo HB4. Se trata del primer trigo transgénico autorizado en el mundo, y que se distingue por tener tolerancia a condiciones de estrés hídrico y salinidad. Fue un desarrollo generado por medio de una colaboración público-privada entre Bioceres y el grupo de investigación del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (Conicet-UNL) liderado por la doctora Raquel Chan. Desde los primeros días que este portal estuvo online, en abril de 2018, seguimos de cerca este tema  El CONICET desarrolla nuevas tecnologías para resistir la sequía, y evaluamos que la del trigo HB4 era una de las patentes más valiosas del patrimonio nacional. La autorización de Brasil es solo para la harina producida con el trigo HB4. Y además no significa que se permita todavía su comercialización: la CTNBio lo que dice con esta resolución es que se trata de un alimento seguro para consumo humano.

CONTROVERSIAS

Recientemente, la Federación de Acopiadores le había reclamado al Gobierno nacional que ajustara los controles sobre las hectáreas sembradas con esta semilla, ya que solo estaba aprobado su uso en Argentina y no en los mercados compradores. También formuló un pedido similar la Mesa de Enlace: pidió precisiones sobre los controles al trigo HB4.
Incluso había voces que sugerían “quemar” los campos sembrados con esta variedad, para evitar el riesgo de que se mezclaran con los trigos convencionales y pudiera existir un rechazo en alguna exportación que le generara problemas a Argentina como origen del trigo. El respaldo oficial de Brasil no pone fin a estas controversias, pero al menos significa un fuerte espaldarazo para este desarrollo. Porque nuestro vecino es el principal comprador del trigo Argentina: se lleva entre cinco y seis millones de toneladas anuales, la mitad del saldo exportable actual. Es probable que otras naciones sigan el mismo camino.
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CELEBRACIONES
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Tras conocerse esta noticia, desde Bioceres celebraron con gran algarabía. “La ciencia argentina sigue produciendo impacto. Lo que pasó hoy es un hito más en ese camino”, señalaron desde la compañía con base en Pergamino. Se recordó que las variedades de trigo HB4 tienen incorporado un gen del girasol que incrementa la tolerancia a condiciones de sequía, reduciendo las pérdidas de rendimiento frente al déficit hídrico.
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“La aprobación en Brasil confirma lo que las autoridades argentinas habían dictaminado: el trigo HB4 es seguro para el medio ambiente y para la salud humana y animal. Bioceres presentó toda la evidencia solicitada, fue evaluada y obtuvimos la aprobación”, añadieron. Anticiparon también que el proceso, independientemente de la aprobación por parte de Brasil, continuará a través de la producción de semillas de trigo HB4 bajo el programa de identidad preservada que se utilizó en las últimas dos campañas, para garantizar la trazabilidad de la producción y que no se mezcle con otras variedades.

LO QUE VIENE

“Bioceres continuará implementado los protocolos de Stewardship y bioseguridad, auditando los procesos de siembra, cosecha, almacenamiento, y transporte. Bioceres viene trabajando desde hace más de 10 años con cultivos regulados, y mantuvo siempre altísimos estándares de seguridad y sin ninguna experiencia negativa, ni en trigo ni en soja ni en otros cultivos”, enfatizó la empresa. Y cerró: “Bioceres seguirá trabajando en el aspecto regulatorio. La empresa ha iniciado los procesos de desregulación en Uruguay, Paraguay, Estados Unidos, Colombia, Indonesia, Sudáfrica y Australia”.
También se expresó con gran alegría Gabino Rebagliate, gerente de Comunicación Corporativa de Bioceres, a través de un extenso hilo de Twitter.
Entre otros aspectos, remarcó que “a los productores de alimentos les permite aumentar sus rindes por hectárea y quedar menos expuestos a los efectos de la sequía. Solo como un ejemplo, los resultados en los campos más afectados por la sequía han llegado a ser 42 por ciento superiores con la tecnología HB4″. “Esto también beneficia al conjunto de la economía argentina, porque puede reducir la exposición a los fenómenos climáticos. Por ejemplo: la gran sequía que tuvo Argentina en el 2018 podría haber sido mucho menos nociva”. “También es bueno para el sistema científico argentino, porque se trata de una innovación surgida desde su propio núcleo, que trae una solución a un problema global como es la sequía para la producción de alimentos”. Rebagliate insistió en que esta variedad, que fue autorizada en Argentina en 2020, en las últimas dos campañas se produjo bajo el programa de identidad confinada. “Nunca fue comercializado y por el momento tampoco lo será. El programa sigue protocolos muy estrictos para garantizar la trazabilidad”.
La Dra. Raquel Chan, del CONICET, y parte de su equipo de ingenieros genéticos

El dólar «blue», disparado, se llegó a comprar a $ 207. Pero sigue perdiendo contra la inflación

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En la anteúltima jornada antes de las elecciones del domingo, las diferentes cotizaciones del dólar siguieron ganando terreno, presionadas por rumores que se alimentan a sí mismos. El denominado «blue» llegó al récord de $ 207, y sobre el cierre recortó 50 centavos y cerró a $ 206,50, superando la brecha con el oficial el nivel del 100%. El Gobierno respondió ratificando que no va a haber cambios en el régimen cambiario. Es decir, que no devaluará. Nos parece oportuno entonces reiterar una nota que publicamos el 24 de octubre, en medio de otra disparada: el dólar «blue», el que se compra y vende en efectivo en las «cuevas», había llegado el viernes 22 a $ 195, con lo que igualaba el máximo histórico que había alcanzado justo un año atrás. El 23 de octubre de 2020 el billete verde había llegado por primera vez a $ 195, en medio de fuertes tensiones cambiarias. El gobierno logró entonces estabilizarlo, y luego tomó un sendero a la baja hasta tocar un piso en abril de este año. El dato clave, decía Enrique Pizarro, del Cronista, es que, si en valores nominales el dólar billete tenía el mismo precio en pesos que hace exactamente un año atrás, en términos reales, debido a la pérdida del poder adquisitivo que ha tenido el peso argentino en estos 12 meses por la inflación, ese dólar «vale» mucho menos. Hasta el mes pasado, según el INDEC, la inflación acumulada durante los últimos 12 meses alcanzó al 52,5%. En octubre se mantendría cerca del 52%, se estimaba. Por lo tanto, los $ 195 de octubre del año pasado equivalían, a unos $ 297, aproximadamente. No necesitamos subrayar que, con las cifras oficiales del INDEC para octubre, el desfasaje es todavía mayor. En AgendAR repetimos entonces que, como demuestran estos números, el dólar no es la apuesta más segura. Pero para muchos argentinos, en realidad, para todos los que no tienen acceso a los mercados financieros ni saben de mecanismos sofisticados de inversión, es la moneda que cumple la función de reserva de valor. Porque el peso argentino no, desde hace muchos años. En esta gestión, la dupla Guzmán-Pesce, a pesar de algunas diferencias entre ellos, había conseguido disminuir el déficit fiscal y colocar deuda en el mercado. Ahora, varios factores se han combinado para crear expectativas de devaluación: el alza de los precios internacionales, que ha causado que aún en la conservadora Alemania la inflación anual llegue al 14,2%; la necesidad electoral del gobierno de emitir para socorrer a los sectores más perjudicados; la puja distributiva que generó la reactivación, con empresas que quieren recuperar sus márgenes de ganancia; y una oposición que promete cambiar las reglas si gana. Nuevamente entonces el alza del precio del dólar «blue» sirve de termómetro de las preocupaciones de todos los sectores que no están en el escalón más bajo y tienen la preocupación más apremiante de sobrevivir día a día. Alentada, es probable, por grupos económicos furiosos con el gobierno: después de todo, es un mercado marginal, y con algunos millones de dólares pueden impulsarse aumentos…, si el gobierno no tiene otros recursos que imponer restricciones al acceso legal al dólar. Nuestra conclusión es la misma que mantuvimos en 2018, cuando el gobierno de Macri perdió el control de la variable cambiaria: el problema fundamental no es el precio del dólar, legal o marginal, sino la inflación. Hasta que esa variable no se controle, todas las medidas que se implanten serán de corto plazo.

El representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, habla sobre lo que está negociando Argentina

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El tipo de cambio y las proyecciones de crecimiento y recaudación son las claves de la negociación en curso entre la Argentina y el FMI. Así lo indicó ayer el representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos.

“Estamos discutiendo, entre otras cosas, el sendero fiscal, las proyecciones de crecimiento, las proyecciones de acá a varios años de recaudación y el tipo de cambio”, señaló. Chodos aseguró que “en el corazón del mandato de 2019 está arreglar el problema de endeudamiento que dejó Mauricio Macri”.
En declaraciones radiales, Chodos explicó que “con el FMI se está discutiendo el esqueleto de los programas que vamos a tener que tener”. Y admitió que “está claro que la Argentina no va a poder pagarle en estas condiciones al Fondo”.En referencia al estado en que se encuentran las negociaciones, señaló que “se está discutiendo el formato de programa que tiene que haber para que los fondos del nuevo programa vayan a financiar los vencimientos del programa anterior”. Explicó que con el FMI, “técnicamente, no hay refinanciación y tampoco técnicamente hay default; vos tenés un nuevo financiamiento para pagar los vencimientos existentes. En el nuevo financiamiento tenés que tener un cronograma y un programa atrás que lo sustente”. Al hacer hincapié en el rol que debe asumir el país en las negociaciones, remarcó que el gobierno “tiene que defender a la Argentina y al futuro de los argentinos”. Puntualizó que “lo importante es tener un programa en el que uno tenga la certeza que no va a generar una nueva recesión y no va a eliminar este crecimiento”. Con respecto a la reciente gira presidencial por Europa, señaló que “hay un diálogo que sirve y funciona, y va en la dirección de cuáles son las características y por dónde la Argentina podría salir”. “Por eso son tan importantes las reuniones del G20 como la que acaba de venir el Presidente, los diálogos técnicos y el diálogo internacional para ir generando mayor masa crítica de comprensión”, explicó. Al mismo tiempo, apuntó contra el endeudamiento propiciado por la gestión de Macri y consideró que “estaban defendiendo políticas determinadas que estaban en la causa de la insustentabilidad, y lo que se presentó como problema real era la crisis de confianza, cuando claramente el problema pasaba por otro lado”. Chodos sostuvo que “arreglar en cinco minutos significa firmar un contrato de adhesión a lo que te den”. Otras definiciones: «No hay un problema con el tipo de cambio, en todo caso es con la brecha. Los controles se irán aflojando cuando la situación se normalice, dentro de bastante tiempo». «El FMI exige un recorte del déficit fiscal, la emisión y la inflación, pero el programa será sin recesión. Está claro que debería estar finalizado a más tardar en marzo 2022».

La propiedad de las líneas de código

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Junto con la publicación de trabajos académicos, se multiplica la creación de algoritmos y programas informáticos asociados a innovaciones y nuevas tecnologías. ¿Cómo impactan en su producción y uso las regulaciones internacionales en propiedad intelectual? ¿Cuál es el rol de las políticas públicas para que los desarrollos en este campo se traduzcan en beneficios para la sociedad?

 Los desarrollos informáticos hoy están presentes en una gran variedad de áreas de investigación y aplicaciones tecnológicas. Las capacidades computacionales no solo le otorgan “inteligencia” a dispositivos electrónicos de uso común o sistemas empresariales, sino que también le dan mayor autonomía a vehículos, electrodomésticos y maquinarias industriales. Los algoritmos se vuelven imprescindibles para avanzar en disciplinas tan diversas como la química y las denominadas ciencias de la vida, para resolver cuestiones tan disímiles que van desde conocer la estructura de las proteínas hasta rastrear los orígenes de la humanidad, e incluso crear vacunas como las que hoy se están utilizando para enfrentar a la COVID-19.
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“Si un investigador o investigadora produce un paper, trata que publicarlo, lo comunica y se le pide que lo suba a un repositorio. Pero, si en esas publicaciones se produjeron líneas y líneas de código, como cada vez más ocurre, eso no se pide, no se informa. Todavía no hay un espacio específico para eso y es un problema a atender, porque quizás el mismo código para secuenciar una proteína o para hacer un procesamiento estadístico en R lo escriben muchos investigadores”, sostuvo el investigador del CONICET Mariano Zukerfeld, especializado en temas de economía del conocimiento y propiedad intelectual, durante una capacitación organizada por la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC).
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“Más allá de la modalidad de apertura o de cerrazón que se regule, nos encontramos con situaciones en las cuales el Estado financia conocimientos que están relativamente disponibles y son aprovechados por privados extranjeros con fines de lucro”, dijo Zukerfeld, que también asesor de la Agencia I+D+i en aspectos de gestión del conocimiento, transferencia de tecnología y propiedad intelectual. Y destacó que es necesario pensar cómo lograr que los desarrollos financiados con fondos públicos sean aprovechados por la sociedad: “Hay que darles un tratamiento específico, porque eventualmente esos datos se comparten en repositorios extranjeros y no son accesibles para quienes trabajan en instituciones financiadas por la Argentina y América Latina. Podemos analizar distintas modalidades para hacerlo, pero necesitamos pensar en repositorios en términos técnicos, legales y sociales, para que funcionen y sea abiertos”. Sin embargo, también advirtió que no se trata de una apertura por la apertura en sí, sin considerar los efectos que esta pueda tener en el uso total de esos conocimientos, ya que esta puede generar el aprovechamiento extranjero o de otras economías, en contra del objetivo que se quiere lograr, de un encadenamiento virtuoso con el aparato productivo naciona. Al respecto, Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Via Libre, una organización de la sociedad civil que trabaja en temas vinculados al software libre, la propiedad intelectual y la libre expresión, afirmó que en la actualidad hay muchas discusiones sobre qué pasa con la producción masiva de grandes volúmenes de datos, que solo las grandes corporaciones están en condiciones de explotar para generar valor, al punto que llegan a tener más capacidades en este campo que muchos países. “No es un problema estrictamente de apertura o cerrazón, sino de la creación de las capacidades locales para apropiarse y hacer un uso innovador de esas tecnologías y de esos desarrollos”, consideró Busaniche. El software libre permite que quienes se ocupan de estos desarrollos lo dejen disponible para que otros puedan tomarlo, revisarlo y generar nuevos desarrollos con ellos. Es, de algún modo, similar a lo que ocurre con las publicaciones científicas, mediante las cuales el conocimiento generado puede ser tomado por otros investigadores para seguir avanzando en la creación de nuevos conocimientos y descubrimientos. En contraposición, los instrumentos de propiedad intelectual “cerrados” limitan el uso de esos conocimientos, con el argumento de otorgar incentivos económicos para que las empresas inviertan en investigación e innovaciones. En la Argentina, por ejemplo, las invenciones y aplicaciones industriales pueden ser protegidas por patentes (que otorgan monopolios), entre otras herramientas jurídicas. Las creaciones, en cambio, se rigen por derechos de autor. Es el caso de las obras literarias, audiovisuales o musicales, incluidos los desarrollos de programas informáticos, tal como lo expresa artículo 6 de la Ley de Propiedad Intelectual 11.723 (a diferencia de lo que ocurre en otros países, como Estados Unidos, adonde sí está permitido el patentamiento del software). “La razón por la cual el software se protege como obra literaria es que se escribe, son códigos que se escriben en lenguajes y que luego, a través de un proceso técnico, se transforma en código binario o código fuente, que es el idioma que lee la máquina”, explicó Marcos Santiváñez Vieyra, director del Departamento de Servicios Técnicos y Jurídicos en el estudio ClarkeModet. Además, agregó que las directrices incluyen “una suerte de flexibilización” y que en la Argentina se han dado casos “muy aislados” de algunas invenciones que tienen un software embebido o que está íntimamente relacionados con el funcionamiento de esa invención, en los que se aceptó la patentabilidad. “Dos casos que vimos en el estudio eran un sistema muy moderno de frenado de auto y un dispositivo para la administración de suero y medicamentos en personas internadas”, recordó el abogado. Esta legislación rige en el país desde el año 1998, adaptada según las disposiciones del  acuerdo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), firmado en 1994 en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que establece estándares mínimos que los países miembros deben cumplir, no solo en cuestiones de propiedad intelectual sobre los desarrollos informáticos, o lo que hoy se está evaluando como disposiciones para el comercio electrónico, sino que también establece regulaciones para la agricultura y las tecnologías para la salud. Como este tipo de acuerdos son vinculantes, los países que los incumplan pueden ser sancionados comercialmente, a pesar de que estas regulaciones muchas veces limiten el acceso a tecnologías clave que, incluso, pueden poner en riesgo el cumplimiento de derechos humanos como el acceso a medicamentos y vacunas, imprescindibles para la preservación de la vida, tal como ha quedado en evidencia desde que comenzó la actual pandemia. “En este momento se está negociando una agenda de comercio internacional, en la OMC, que va a tornar abstractas todas las discusiones sobre políticas que demos a nivel nacional, porque si se aprueba tal como está previsto implica un montón de limitaciones a las regulaciones que los Estados nacionales pueden hacer en materia de regulación de datos y código fuente”, advirtió Busaniche, que también es docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se ha especializado en temas vinculados con propiedad intelectual y derechos humanos. “Si no miramos la agenda internacional de la OMPI (Oficina Mundial de Propiedad Intelectual) y de la OMC, cualquier desarrollo que hagamos en materia nacional puede tornarse abstracto, no lo vamos a poder implementar porque vamos a estar atados por la regulación del comercio internacional”. Patear la escalera Con el argumento de que la propiedad intelectual es necesaria para incentivar la inversión en investigación e innovaciones, los discursos hegemónicos han logrado que muchas voces condenen la llamada “piratería” de datos o conocimientos. En el siglo XIX, el escritor inglés Charles Dickens se cansó de recorrer los Estados Unidos, reclamando sin éxito que se reconocieran sus derechos sobre los libros de su autoría, que se vendían en ese país. De manera similar, luego de la Primera Guerra Mundial, la incipiente industria farmacéutica estadounidense aprovechó la victoria militar y obligó a los laboratorios de Alemania, adonde la industria química era muy prestigiosa, a ceder sus patentes a precios ínfimos (compraron las que consideraron más valiosas a 250.000 dólares, aunque el valor de mercado de solo cuatro de ellas era de 18 millones de dólares). Poco después, ocurrió algo similar tras el surgimiento de la industria informática. En 1980, IBM necesitaba un sistema operativo para lanzar al mercado las primeras computadoras personales. Como Bill Gates había reconocido que su empresa, Microsoft, tampoco tenía la capacidad de desarrollarlo, consultaron al científico Gary Kindall, que había creado un sistema operativo denominado CP/M, pero no llegaron a un acuerdo. Poco después, IBM le compró a Gates un sistema operativo que era casi igual al CP/M. Tanto que, según los estándares de propiedad intelectual actuales, hubiera sido considerado una violación a los derechos de Kindall, pero que con las leyes de esa época no significaba ninguna infracción. Luego, fue el mismo Bill Gates quien más tarde elevó los estándares de propiedad intelectual. Es lo que se conoce como “patear la escalera”: después de que un país se desarrolla y genera su industria, eleva los estándares de propiedad intelectual que deben cumplir los países periféricos. Esta situación quedó regulada a nivel global en 1994 con la firma del ADPIC, que dificultan e impiden recorrer caminos de desarrollo alternativos, sin romper con esas reglas. “Varios economistas de la innovación han probado, con la investigación histórica, que ningún país se desarrolló respetando los altos estándares de propiedad intelectual impuesto por los organismos internacionales. Se podría decir que sí lo hicieron India y China, pero a fuerza de no cumplir con los compromisos de la OMC”, afirmó Busaniche. En este sentido, la especialista reiteró la importancia de observar y analizar las políticas de propiedad intelectual, en general, y las de derecho de autor, en particular, desde el punto de vista de las políticas públicas, estableciendo objetivos e indicadores para evaluarlas y analizar si sirven al interés público y al desarrollo nacional, e incluso regional. “Eso implica hacer un trabajo que hoy no existe en ninguna de las materias reguladas por el derecho de autor, ni para el software, ni para la literatura o el mundo audiovisual”, dijo la especialista, y concluyó: “Considerar que la propiedad intelectual es la clave regulatoria para todos estos procesos limita la posibilidad de pensar otras estrategias e incentivos a la creatividad, que pueden ser superadores”.
Vanina Lombardi

El gobierno argentino avaló flexibilizar las reglas del Mercosur para preservar la relación con Brasil

Brasil anunció una reducción unilateral del 10% a los aranceles de importación. La Argentina fue consultada previamente y aceptó con la condición de preservar sectores industriales muy sensibles.

En busca de preservar una relación que por momentos ha pasado serias tensiones, el Gobierno decidió otorgar su consentimiento para que Brasil reduzca unilateralmente un 10% sus aranceles de importación de aproximadamente el 87% de los bienes y servicios provenientes de países ajenos al Mercosur, una medida que Brasilia propuso para moderar las expectativas inflacionarias. El pasado viernes, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, comunicó que la medida «se justifica en la situación de urgencia traída por la pandemia, y en la necesidad de poder contar, de forma inmediata, con instrumentos que contribuyan a aliviar los efectos negativos sobre la vida y la salud de la población brasileña». El recorte de los derechos de importación, que pondría en pie de igualdad a los oferentes de otros países y continentes con los operadores económicos de la Argentina, Paraguay y Uruguay, fue validada hasta el 31 de diciembre de 2022. Previamente, Brasilia tanteó al Gobierno argentino para pedirle cierto grado de acuerdo con la medida. En efecto, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, fue convocado al palacio de Hacienda, para anticiparle el anuncio dado 24 horas después. Por fuentes diplomáticas, se supo que «Brasil decidió una apertura respetando todo lo que había acordado con la Argentina. Así, exceptuó el régimen especial automotriz, los textiles, el calzado, los lácteos y juguetes«, sectores que se consideran sensibles a estos cambios en el comercio exterior. La rebaja de aranceles comenzó a conversarse a principios de octubre, durante la visita que hicieran a Brasil el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Allí hubo un principio de acuerdo para rebajar conjuntamente las tarifas, reflejando casi dos años de arduas negociaciones para modificar el Arancel Externo Común (AEC), y llevar esa propuesta a paraguayos y uruguayos. La falta de acuerdo entre los cuatro miembros fundadores del Mercosur desenlazó en esta decisión unilateral de Brasil, que se aleja del «consenso» por el que brega la Argentina. En el Gobierno explicaron que la jugada anticipada de Brasil, además de explicarse por una necesidad interna, viene a cuenta de la intención de Uruguay de atar la aprobación de una rebaja del AEC al permiso que espera obtener de los demás países para negociar un acuerdo de libre comercio por su cuenta con China. La Argentina se opone fervientemente, y ha logrado que Brasil, por ahora, no acompañe a Montevideo. «Es importante mantener al armonía y toda la agenda bilateral con Brasil», recaló una fuente muy empapada de los vínculos entre países. Es que, en octubre, las exportaciones a Brasil tocaron la mayor marca en siete años. En todas las terminales del Gobierno, por tanto, se empeñan en mostrar sintonía, a pesar de la confrontación política que distancia a los presidentes, Alberto Fernández y Jaír Bolsonaro. Los datos de la Secretaría Especial de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales (Secint), del Ministerio de Economía de Brasil, indican que los productos argentinos exportados totalizaron los u$s 1.218 millones, en tanto que el ingreso de bienes desde el socio más grande del Mercosur se ubicó en u$s 1.126 millones. Además, la semana pasada el gobernador bonaerense Axel Kicillof lideró una visita a San Pablo para propiciar un mayor comercio entre el aparato productivo de la Provincia y el sector industrial paulista, como informó AgendAR aquí. También, varias compañías brasileñas prometieron en las últimas semanas inversiones para iniciar o expandir operaciones en la Argentina.

Preocupación por la pandemia en Europa. «Para el 1 de febrero puede morir otro medio millón de personas”

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El director regional de la OMS en Europa, Hans Kluge, alerta de una “infodemia” de noticias falsas sobre las vacunas.

Europa vuelve a ser el foco de la pandemia de covid y la Organización Mundial de la Salud no esconde su preocupación. Las restricciones sociales se han flexibilizado en algunos países y el ritmo de vacunación tiene mucho margen de mejora, admite el director regional de la OMS Hans Kluge (Roeselare, Bélgica, 52 años). En una visita a Barcelona este martes para participar en el Congreso Mundial de Hospitales, organizado por la patronal catalana La Unió, el médico belga pone de ejemplo a España y su alta cobertura vacunal (en torno al 80%), pero cree que no se puede bajar la guardia. Tampoco en España. La pandemia no ha terminado. Pregunta. En apenas cuatro semanas, los casos de covid en Europa han crecido un 55%. ¿Por qué está pasando esto? Respuesta. Hay dos motivos principales: el primero es que en la mayoría de los países de Europa la vacunación se ha ido estabilizando en lugar de crecer y, en segundo lugar, hay varios países que están relajando las medidas de salud pública y las restricciones sociales en un momento en el que aumentan los casos. Sobre lo primero, la cuestión no es ya el acceso, sino el escepticismo hacia las vacunas, por ello crearé un grupo de trabajo europeo sobre las personas que no quieren vacunarse. Y tenemos que ser más proactivos para encarar las fake news. Sobre las medidas de salud pública, hay que explicarle mejor a la gente que no suponen un ataque a la libertad de nadie. Las medidas preventivas que los gobiernos están aplicando son precisamente para evitar el confinamiento estricto. P. ¿Está preocupado por la situación de la pandemia en Europa? R. Sí estoy preocupado, sin duda. Estamos trabajando con el Instituto de Evaluaciones de Salud (en Seattle), y se hizo una proyección: para el 1 de febrero puede morir otro medio millón de personas en Europa [la región europea de la OMS consta de 53 países, incluidos Rusia y repúblicas ex soviéticas]. Pero sabemos lo que hay que hacer: vacunación, barbijos y ventilación. Y esperemos que pronto dispongamos de tratamientos. P. La cobertura vacunal en Rumania es del 30%; en Bulgaria, del 22%. En España, en cambio, casi del 80%. ¿Hay dos Europas? R. Hay 53. Creé una unidad sobre estudios conductuales e hicimos un estudio para entender cuál es la percepción de la gente que no se quiere vacunar, y en cada país era distinta. Muchas políticas se basan en suposiciones, pero necesitamos datos y, a partir de ellos, diseñar una estrategia según cada comunidad. No una estrategia nacional, sino por comunidad. P. ¿La gente ya no confía en sus políticos o en las autoridades sanitarias? R. En muchos países es un problema, sin duda. Digamos que en países donde los políticos escuchan a los científicos, como en España, la situación es mejor. Pero hay varios países donde los políticos adoptan medidas populares o bajo presión de la oposición. En este momento de la historia, necesitamos la unidad de todos los partidos políticos porque solo hay una forma de salir de la pandemia: los políticos con los científicos y con la gente para que avancen en la misma dirección.
La tercera dosis no es un lujo, es parte del estándar de vacunación porque la inmunidad baja”
P. ¿Cuál es el poder de los grupos antivacunas en Europa? R. Los antivacunas son todo un reto, pero en muchos países [el escepticismo hacia la vacunación] es por información errónea. Tenemos la pandemia y, luego, una infodemia. Incluso gente bien formada a veces cree en ellas. A los del ala dura no hay que dedicarles mucho tiempo porque no les vamos a hacer cambiar de opinión, pero esos tal vez sean un 1% o un 2% de la población. Hay que centrarse en el resto para transmitirle información adecuada de una forma que la gente lo entienda. Las vacunas salvan vidas. P. ¿Cómo se resuelve esta nueva ola en Europa? R. Vamos a lanzar una campaña de comunicación a nivel europeo con personalidades influyentes, país por país, con tres mensajes: primero, las vacunas salvan vidas; segundo, por favor, llevadel barbijo, sobre todo en interiores, y donde no se pueda garantizar la distancia social; el tercer mensaje es la ventilación, porque no se habla lo suficiente de ello. Y en cuanto la Agencia Europea del Medicamento apruebe el tratamiento, incidiremos en ello. Porque incluso con la vacuna vamos un poco rezagados, y si se dispusiera de un fármaco que redujera la mortalidad al 50%, sería un gran avance. P. ¿Cuál es la influencia de las variantes? La delta plus todavía no se considera de preocupación. R. No todavía. Pero cuanta más transmisión, más mutaciones. Por ello necesitamos que todos se vacunen y necesitamos tratamientos. Porque si tenemos una delta súper plus donde la vacuna es menos eficaz, necesitaremos, sobre todo, tratamientos. Pero que no cunda el pánico. La OMS ve cada día 100 mutaciones y la mayoría no son motivo de preocupación y las vacunas funcionan. P. En países con bajas tasas de vacunación, ¿debería ser obligatoria la inmunización? R. Hay varios países que lo están considerando y hay varias cosas a tener en cuenta que le corresponde decidir a cada país. Primero, lo que decida tiene que encajar con el marco jurídico y cultural de ese país. Sabemos que la vacunación obligatoria en muchos casos puede tener el efecto contrario: aumenta el escepticismo sobre la vacuna. Si un país opta por la vacunación obligatoria debería ser como último recurso, si ya se ha intentado todo lo demás. Primero hay que hacer un estudio del comportamiento de las personas porque en muchos países, cuando lo analizamos, vimos que el problema era que resultaba demasiado complicado vacunarse. Antes de optar por la vacunación obligatoria habría que asegurarse de que todas las barreras para acceder a la vacuna están eliminadas. P. ¿Es pertinente promover la tercera dosis en países ricos cuando hay países pobres sin acceso a la vacuna? R. Aquí hay un error de comprensión: la tercera dosis no es un lujo, es parte del estándar de vacunación porque la inmunidad va bajando. Y si no lo hacemos para la gente mayor ahora, volveremos a tener fallecimientos entre este colectivo. Hay que hacerlo todo, como en España: dar la tercera dosis y donar 50 millones de dosis a otros países. Si todos los países hubiesen hecho lo mismo, se habría resuelto. Pero hay muchos Estados que tienen excedentes de vacunas sin hacer nada, a punto de caducar. Necesitamos compromiso y liderazgo político. Es la única forma de salir de la pandemia. P. ¿Se llegará a saber el origen de la covid? R. Es muy difícil, pero los países deberían compartir los datos de forma transparente. A finales de noviembre hay una sesión especial para abordar un nuevo tratado mundial sobre pandemias y una de las cuestiones clave que deberán decidir los Estados miembros es qué poder le ceden a la OMS. A día de hoy, yo no tengo el mandato para ir de forma independiente a un país y analizar todos los datos y todos los equipamientos. La OMS no es una inspección internacional, estamos simplemente ahí para ayudar a los países y son los Estados miembros lo que nos gobiernan y los que deben darnos más capacidades. P. La OMS fue muy criticada por su investigación sobre el origen de covid y por la lentitud en los primeros días. ¿Cuáles han sido los grandes errores y qué han aprendido? R. Antes de detectar el primer caso en Europa, yo ya tenía al equipo sobre el terreno. Desde la OMS Europa podríamos haberlo hecho mejor, seguro, y los países también. Pero hay que contarle a la gente que estamos en una situación sin precedentes y es normal que no tengamos todas las respuestas. Vamos aprendiendo cada día. Creo que esto es una lección importante para la OMS porque necesitamos seguir el principio de precaución: si uno no está seguro y puede aplicar una medida que no perjudique, como la mascarilla, mejor hacerlo antes de disponer de las evidencias. La OMS ha aprendido tres cosas. En primer lugar, el papel de las oficinas regionales tiene que ser mayor, deberían estar capacitadas para llamar y alertar antes de declarar la pandemia. Otra lección: el marco jurídico que orienta el comportamiento de la OMS y de los países durante la pandemia se llama Normativa de Salud Internacional, pero no tiene previsiones para ver qué sucede en el caso de que algunos Estados miembros no lo cumplan, y esto habría que abordarlo. En tercer lugar, hubo un panel independiente que analizó el rendimiento de la OMS y dijo claramente que estaba falto de financiación. Necesitamos una financiación más flexible y sostenible. P. ¿Qué esperan de los otros virus respiratorios este invierno? R. Habrá muchos más porque el año pasado hubo muchos menos debido a las medidas públicas, pero esto también significa que este año habrá menos inmunidad contra estos virus. La gente que pueda debería aplicarse las dos inyecciones [contra la covid y la gripe] y hay que proteger al personal sanitario. Estoy muy preocupado. Dos de cada 10 profesionales sanitarios están quemados [agotados] y tenemos un problema. De hecho, acordamos con la ministra Darias trabajar conjuntamente con España en salud mental del personal sanitario.
«La OMS necesita una financiación más flexible y sostenible”
P. ¿Qué pasa con otras enfermedades, como la tuberculosis o el VIH? P. España tendrá la presidencia de la UE en 2023 y trabajaremos con Darias y su equipo en un documento político importante para reducir el estigma y la discriminación del VIH, porque es el principal obstáculo para su eliminación en 2030. El año que viene tenemos dos planes de acción que aplicaremos en Europa: uno para acabar con la tuberculosis y otro plan para tratar VIH, hepatitis e infecciones de transmisión sexual a partir de una buena atención primaria. Este es el principal reto hoy. Con la covid tendremos muchas dificultades, pero no podemos olvidarnos del resto de enfermedades, incluyendo el cáncer. P. ¿Cuándo se acabará la pandemia de covid? R. No puedo decir cuándo terminará, pero sí cómo terminará: con un despliegue igualitario de vacunas y tratamientos, escuelas seguras y las dosis de refuerzo. También hay que seguir presionando al virus con medidas preventivas, como el barbijo, ventilación, control de la movilidad transfronteriza, y hay que aumentar las pruebas, incluyendo las pruebas genómicas para que se puedan detectar pronto las nuevas variantes. Pero soy optimista. No es que el año que viene se haya acabado, pero habremos superado la fase aguda, siempre y cuando la gente en Europa se vacune.