El Gobierno impulsa una auditoría del sistema de defensa

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Definidos ya por el Presidente los nuevos jefes de las Fuerzas Armadas, el ministro de Defensa, Luis Petri, tiene una misión de trabajo de Javier Milei. En el proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso se dispone la formación de una comisión especial para “auditar la totalidad del sistema de Defensa Nacional, con el fin de determinar su estado de alistamiento y su capacidad para cumplir la misión encomendada”.

De aprobarse la norma, la medida implicará una auditoría sobre las Fuerzas Armadas. Petri, de acuerdo a lo establecido en el artículo 345 del proyecto, deberá presentar en tres meses un informe preliminar ante las comisiones de Defensa del la Cámara de Diputados y del Senado, y tendrá que tener en un plazo de seis meses el informe definitivo.

El proyecto de ley de “bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” no detalla cómo deberá integrarse esa comisión especial, pero allí se determina que quedará disuelta al terminar ese plazo de seis meses.

La decisión de avanzar con una auditoría sorprendió al entorno del ministro y todavía no se tiene en claro la forma en que se instrumentará ni sus alcances. La iniciativa partió de la Casa Rosada. Petri deberá ejecutarla con la flamante conducción militar, que encabezará el brigadier general Xavier Julián Isaac, desginado al frente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en reemplazo del teniente general Juan Martín Paleo, que condujo el organismo durante el mandato de Alberto Fernández. La cúpula militar se completa con los nuevos jefes del Ejército, general de brigada Carlos Alberto Presti; de la Armada, contralmirante Carlos María Allievi, y de la Fuerza Aérea, brigadier mayor Fernando Luis Mengo.

El ministro Petri ya tiene militares retirados en su equipo. Entre ellos se destacan el teniente general Claudio Pasqualini, que fue jefe del Estado Mayor General del Ejército entre febrero de 2018 y febrero de 2020, quien ya ocupa la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares, y el teniente coronel Carlos Federico Becker Fioretti, con experiencia en el área de logística internacional y procesos de compra en el Ejército, quien actuará como jefe del gabinete de asesores del ministro.

Sectores castrenses perciben una influencia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en la conformación del gabinete de Petri y estiman muy distante la eventual gravitación de la vicepresidenta Victoria Villarruel. Atribuyen, en cambio, influencia en la definición de la cúpula militar a otra mujer: Karina Milei, la hermana del Presidente y secretaria general del Gobierno. Según trascendió, Petri tuvo la idea de realizar el brindis de año nuevo con la guardia del Regimiento de Infantería 1 Patricios, que es su escolta, decisión que habría tomado luego de consultar con ambas funcionarias.

En tanto, la vicepresidenta Villarruel recibió el viernes último en el Senado a los “enlaces de las Fuerzas Armadas” con el cuerpo legislativo: el capitán de navío Carlos Julián Miganne (Armada), el comodoro Edgardo Singler (Fuerza Aérea) y el coronel Francisco José Cajal (Ejército). También estuvo la diputada nacional María Fernanda Araujo (La Libertad Avanza-Capital). Informó de la audiencia en las redes sociales.

La “ley ómnibus” también plantea cambios en el otorgamiento de los permisos de pesca, un tema sensible en el Atlántico Sur, a raíz de las persistentes infracciones de pesqueros ilegales en la Zona Económica Exclusiva. El artículo 245 del proyecto establece que los permisos de pesca no podrán tener un tratamiento diferencial por el origen de los buques, su antigüedad o la mano de obra que empleen; ni por las características de las empresas titulares de los buques”, lo que puede generar repercusiones en los organismos encargados de custodiar el espacio marítimo.

El Comando Conjunto Marítimo registró en ese momento una concentración de 431 buques extranjeros en la milla 201, a la altura de Comodoro Rivadavia, un paso más allá de la Zona Económica Exclusiva, en la que la Argentina ejerce derechos soberanos. La medida incluida en la ley remitida al Congreso podría modificar las condiciones y el acance del patrullaje sobre los espacios marítimos.

El primer mensaje

Por su parte, en un acto realizado en el Apostadero Naval, Petri transmitió el jueves la orden de zarpada del rompehielos Almirante Irízar, que partió rumbo a la campaña antártica de verano, para abastecer a las trece bases argentinas que operan en el continente blanco (siete permanentes y seis temporarias).

“Todos estos esfuerzos ponen a bordo del Irízar un mensaje claro y contundente: No están solos. Sabemos que llevan años sufriendo el destrato, la desinversión, el agravio y perjuicio ideológico que los ha golpeado tanto a nivel material como emocional, afectando el aspecto moral de quienes dan la vida por los argentinos”, dijo el ministro a los militares, en un mensaje destinado a marcar diferencias con las gestiones anteriores del kirchnerismo en el área de Defensa.

Murió Carlos Frasch un valioso científico argentino

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En estos tiempos en los que la notoriedad de una persona se mide por sus seguidores en redes sociales y se puede ocupar un puesto socialmente relevante a partir de apariciones en programas de TV o shows teatrales, tal vez cueste comprender la importancia de figuras como Carlos Frasch, pilar de la ciencia local de las últimas décadas, cuya muerte se conoció en los últimos días del año que acaba de finalizar. Alejado de los flashes mediáticos, Frasch cumplió un papel fundamental en el estudio del parásito que causa la enfermedad de Chagas, uno de esos males “olvidados” porque afectan en general a la población más pobre. Pero además, desarrolló una tarea enorme en la formación de recursos humanos y fue cofundador (junto con Rodolfo Ugalde) del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (Intech/Chascomús), un centro de excelencia reconocido en el mundo. Fue uno de los científicos argentinos más destacados y uno de los impulsores de la biotecnología en el país. Además, desarrolló el método más efectivo para diagnosticar el Chagas, fue asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 1983 y 2010, y uno de los siete científicos argentinos miembros de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. Nacido en Buenos Aires, el 26 de enero de 1949, Frasch se graduó de doctor en odontología en la UBA, pero luego hizo estudios de posgrado en Amsterdam y se orientó hacia la biología molecular. A lo largo de su carrera, se especializó en genética y parasitología, publicó la primera secuencia genética del Trypanosoma cruzi realizada en el país, dirigió 22 tesis doctorales, y fue autor de 175 artículos y revisiones publicados en revistas internacionales. La muerte lo sorprendió mientras era vicerrector de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). “Carlos, mi padre y Juan José Cazzulo iniciaron hace más de 25 años una aventura que, vista retrospectivamente, era una locura y tenía todas para salir mal –destaca Juan Ugalde, actual decano de la Escuela de Bio y Nanotecnologías (EByN, ex IIB) en una comunicación de la Unsam–. (…) Combinaba una gran inteligencia con una tenacidad admirable, nada lo desviaba de su objetivo, fuera científico o institucional, y por eso hoy nuestra unidad académica es un ejemplo en el sistema científico y universitario. Tuvo más de una oportunidad para emigrar y desarrollar su carrera académica en los mejores centros científicos del mundo; sin embargo, decidió quedarse a construir una institución para formar a nuevas generaciones (…) Partió el amigo y socio de quijotadas de mi padre, un dúo que se complementaba y amplificaba de manera extraordinaria. Entendieron y vieron [el valor de] la biotecnología con enorme anticipación y sentaron las bases de lo que hoy nos toca gestionar. Es muy difícil explicar (y comprender) el significado de lo que lograron construir desde casi la nada, en una país con crisis constantes. En nuestro ADN está lo que nuestros fundadores nos enseñaron: construir con generosidad, sabiendo que muy probablemente muchos de esos frutos no los veamos y entendiendo que las construcciones colectivas y sostenidas en el tiempo son las únicas importantes, las duraderas”. En 2005 y después de cinco años de esfuerzos, fue uno de los 238 investigadores –entre ellos, varios argentinos y otros pertenecientes a 20 centros internacionales– que lograron descifrar el mapa genético de los parásitos que causan el mal de Chagas, el mal del sueño y la leishmaniasis: el Trypanosoma cruzi, Trypanosoma brucei y el Leishmania major, respectivamente, todas patologías para las que no hay vacunas disponibles. Los resultados de esa verdadera tour de force se publicaron en una “superproducción” de Science, en ocho trabajos que desmenuzaban las secuencias genéticas de cada microorganismo, trazaban comparaciones y extraían las primeras conclusiones. La investigación ofrecía un plano detallado de la biología y las elaboradas estrategias que ponen en marcha los parásitos, organismos unicelulares que se introducen en el torrente sanguíneo de los seres humanos (y también de otros mamíferos, aves, reptiles, peces, y plantas), en general, a través de la picadura de insectos, para evadir el sistema inmunológico de sus anfitriones. «Esto nos ayuda enormemente en la búsqueda de nueva quimioterapia o posibles inmunizaciones», afirmó en ese momento Frasch, uno de los responsables de que la iniciativa se concretara, ya que entre 1994 y 1999, como coordinador del Comité de Genomas del Programa de Investigación en Enfermedades Tropicales de la Organización Mundial de la Salud, había impulsado el compromiso de los poderosos laboratorios del primer mundo en este tema. En 2006, fue uno de los 12 investigadores argentinos (entre 21 de América latina y 546 postulaciones del mundo) que recibieron un subsidio de 500.000 dólares del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI), uno de los más altos honores en la carrera de un científico. Los otros fueron Armando Parodi, Andrea Gamarnik, Pablo Wappner, Fernando Goldbaum y Alejandro Schinder, de la Fundación Instituto Leloir, Diego de Mendoza, del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR); Ana Belén Elgoyhen, del Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular (Ingebi); Alberto R. Kornblihtt, de la Universidad de Buenos Aires; Javier F. Palatnik, del IBR; Marcelo Rubinstein, del Ingebi; Alejandro Vila, del IBR y Marcelo Yanovsky, del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas. Todos, del Conicet. «La investigación que están haciendo estos científicos en sus países se compara favorablemente con la que realizan destacados investigadores en los Estados Unidos«, subrayaba el jurado. Y más adelante agregaba: «Son los que marcan el ritmo en sus campos de investigación». En la última etapa de su carrera resaltaba que aún le quedaban desafíos por cumplir, afirma el comunicado: “Me queda concretar dos proyectos en temas en los que trabajé durante años, que son el control de la enfermedad de Chagas y los mecanismos moleculares involucrados en estrés crónico”. Y con respecto a la ciencia local, opinaba: “Queda mucho por hacer. Todavía tenemos la posibilidad de continuar creando lugares que brinden el soporte necesario para hacer ciencia original y creativa que contribuya al crecimiento de la sociedad”. Carlos Greco, rector de la Unsam, lo recuerda como un gran visionario y constructor: “Desde la nada misma ‘edificó’ una de las naves insignia del sistema científico tecnológico de la Argentina. Su trabajo tuvo alcance regional, nacional e internacional, recibió premios y distinciones, quizás no todos los que hubiese merecido. En cualquier caso, el premio más importante es el reconocimiento de sus estudiantes, sus becarios, sus colegas, de toda la comunidad. Su pérdida es irremplazable”, afirma. Y Fernán Agüero, investigador principal y director interino de la unidad ejecutora del Conicet en el IIB, agrega: “Fue pionero en muchas cosas. Muchas más de las que puedo resumir. (…) Desde la finalización de mi doctorado, en 1999, trabajé a su lado y con su grupo de investigación en distintos proyectos, y fui testigo de su capacidad de trabajo y de liderazgoFue un ejemplo tanto en  investigación básica y translacional, como en gestión de la ciencia. Deja un legado enorme a las generaciones que siguen”. Frasch recibió la Beca Guggenheim y el Premio Konex (Diploma al mérito 2003 en Citología y Biología Molecular; y el de Platino en 2013); y en 2015 el Premio Houssay a la Trayectoria, otorgado por el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (Mincyt). Una enfermedad fulminante se lo llevó a los 74 años, el viernes 29 de diciembre de 2023.

NORA BÄR

Rafael Grossi, en Argentina. Entrevista, agenda internacional y local

Argentina tendrá la primera planta de fabricación de vehiculos no tripulados de Latinoamérica

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El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y el ministro de Seguridad y Justicia de la provincia, Néstor Roncaglia, recibieron a Sebastián Mirich, presidente del Grupo Mirich y de la firma argetina American Robotics, para definir detalles de la construcción de la primera planta de fabricación de robots no tripulados de Latinoamérica, en la ciudad de Gualeguaychú. La reunión se concretó en la Casa de Gobierno entrerriana y fue calificada de “altamente provechosa” por el titular del Poder Ejecutivo ya que, además de su inversión, la empresa brindará trabajo calificado a más de 100 personas, según lo anticipado por el empresario, quien concurrió acompañado por la secretaria de Inversiones de la Municipalidad de Gualeguaychú, Estela Miño. “Es la puerta de entrada a otras oportunidades de negocio en el territorio. Es una industria del conocimiento de punta, que elige a la provincia de Entre Ríos, y puntualmente a la ciudad de Gualeguaychú, por las ventajas comparativas y competitivas que ofrece”, destacó la funcionaria gualeguaychuense. La planta iniciará su construcción en marzo de 2024.

American Robotics

“American Robotics”, radicada en Gualeguaychú, realizó, entre sus últimos diseños, un prototipo de vehículo no tripulado con el objetivo de brindar apoyo y seguridad a los expertos en la Antártida. Bautizado “Skúa” como el ave antártica, está equipado con sensores que le permiten detectar grietas cubiertas por la nieve y trazar caminos seguros. Así serán los desarrollos que planean para la nueva planta. La empresa tecnológica se encuentra desplegando en bases antárticas de Argentina el nuevo prototipo de un vehículo no tripulado, concebido para ayudar a los investigadores a moverse con seguridad en el continente blanco y colaborar con sus tareas logísticas y científicas, se informó. Skua está equipado con sensores que le permiten detectar grietas cubiertas por la nieve y trazar caminos seguros, sus sensores meteorológicos colaboran con el registro de datos científicos de diversas investigaciones y además se lo dotó de una inteligencia artificial que le permitiría llevar adelante de forma autónoma tareas como el relevamiento de las poblaciones de pingüinos.

De Entre Ríos al mundo

“American Robotics” está integrada por 18 tecnólogos y desarrolladores que durante el verano pasado pusieron a prueba en las bases Marambio y Esperanza al primer prototipo del “Skúa”, que mide cerca de 1,40 metros de largo, 0,70 de ancho y 1,40 de alto, y pesa cerca de 300 kilos. Los aprendizajes de esos ensayos llevaron al desarrollo del “Skúa II” que tendrá su debut en el continente blanco durante el próximo verano y será bastante más grande que su antecesor con cerca de 2,10 metros de largo, 1 de ancho y 1,70 de alto, con un peso cercano a los 600 kilos. “El ‘Skúa’ fue diseñado para liderar las caravanas mientras monitorea la superficie con sus sensores para identificar grietas ocultas, y en caso que encuentre este tipo de peligros trazar una ruta alternativa que sea segura” Este nuevo modelo aumentará su autonomía agregando un generador a combustible que extienda su autonomía eléctrica de 8 horas, dispondrá de plataformas que faciliten colocarle cargas y también incluye ganchos para que pueda ser transportado de una base a otra colgándolo debajo de los helicópteros. American Robotics trabaja desde hace unos tres años en el desarrollo de vehículos no tripulados para tareas de seguridad corporativa como vigilancia de complejos industriales, barrios cerrados, o campos. “Vimos que se habría un campo de necesidades en las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas y comenzamos el desarrollo de una plataforma híbrida que pueda atender ambos grupos de necesidades”, dijo Sebastián Mirich.
Sebastián Mirich, durante la prueba del robot Skua, en la Antártida.

En la mira del sector de Defensa

El desarrollador sostuvo que “el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) tomó contacto con nosotros hace unos dos años con la necesidad de un vehículo no tripulado, que pueda acompañar las expediciones en la Antártida para ir detectando grietas que pueden tener más de cien metros de profundidad y que pueden ser cubiertas por una nevada, lo que expone al personal a caer en cualquiera de ellas con sus vehículos y todo como lamentablemente sucedió en alguna oportunidad”. “El ‘Skúa’ fue diseñado para liderar las caravanas mientras monitorea la superficie con sus sensores para identificar grietas ocultas, y en caso que encuentre este tipo de peligros trazar una ruta alternativa que sea segura”, añadió. Mirich destacó que “los múltiples sensores de temperatura, partículas de carbono en el aire y otros parámetros ambientales integrados en este vehículo también suman esos registros a las investigaciones científicas, mientras que en estos momentos estamos alimentando a la inteligencia artificial con numerosas imágenes de pingüinos para que este robot pueda facilitar el monitoreo de las poblaciones de estas aves que en la actualidad es llevado adelante por observadores humanos con cuentaganado”. “Haber llevado la primera versión del ‘Skúa’ a la Antártida durante el verano pasado nos permitió corregir varios aspectos del diseño como hacerlo un 50 por ciento más grande, ensanchar sus orugas, aumentar su ángulo de despeje, mejorar el sistema de calefacción interno, y hacerlo aerotransportable entre otras mejoras, todo esto es posible porque es una plataforma totalmente autóctona desde el diseño hasta la matricería y el software; el motor y los sensores son importados por una cuestión de escala pero el proyecto es completamente nacional”, destacó.

Nuevos desarrollos de American Robotics

El investigador adelantó que “además del ‘Skúa II’, este verano vamos a desplegar en la Antártida a la ‘Mula’, un UGV desarrollado para transportar cargas y que estamos interesados en ver cómo se comporta en el ambiente antártico, y vamos a tratar de volver a llevar a las pruebas el ‘Skúa I’ porque podríamos aumentar los datos sobre la operación del software que es el mismo”. Está previsto que los robots sean desplegados en la Antártida durante el próximo mes de febrero y que las pruebas se lleven adelante en proximidades de las bases Marambio, Esperanza y Orcadas.

La absurda propuesta de privatizar el Mar Argentino

Les acercamos este análisis de los puntos del proyecto de » Ley Ómnibus», que tocan la soberanìa y el patrimonio argentino en el mar. Su autor Cesar Lerena, es conocido por los lectores de AgendAR «El Capítulo XVIII Sección III de la Ley Ómnibus “Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos” respecto al Régimen Federal de Pesca (Ley 24.922) es un negocio chino o el monumento a transformar a la Argentina en un país bananero. Hace días nos referimos a “la apertura del mar argentino a los buques extranjeros” (cesarlerena.com.ar, 28/12/2023) y meses atrás (cesarlerena.com.ar, 28/10/2023), a “la inverosímil idea de privatizar el mar” de Bertie Benegas Lynch hijo del economista Alberto Benegas, Lynch, quien consideró «extraordinaria la idea de su hijo, aplaudiendo la idea de privatizar los océanos» (Página 12, 28/10/2023). En esta última ocasión, le dijimos a “Bertie” tratando de desasnarlo: “el mar del atlántico sur ya está privatizado” hay cientos de empresas radicadas en la Argentina que tienen permisos y pagan derechos de captura y demás impuestos desde hace más de cincuenta años. A juzgar por la primicia, podría ser “Bertie” el autor de la iniciativa y entonces no sería tan bruto el hombre y lo moverían otras razones, ya que él se estaba refiriendo a entregarle el mar argentino a la flota extranjera, ávida de hacerse de la proteína más valiosa del mundo animal. Nos sorprendió Bertie, ningún argentino ni ningún gobierno serio en el mundo hubiera entregado sus recursos pesqueros al mejor postor. ¿El desopilante proyecto plasmado en la Ley ómnibus podría esconder algún fenomenal negocio con los principales países que pescan ilegalmente en el Atlántico Suroccidental, como China, el Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB), España, Corea y Taiwán o, solo es producto de una incapacidad pesquera y económica supina, con consecuencias trágicas? Antes de precisar algunos efectos negativos que habrá de provocar la extranjerización del mar argentino, es bueno hacer unos comentarios previos, porque no se puede mirar el mar desde la poltrona de la calle Esmeralda y mucho menos un simple mortal, tener “la verdad revelada”: En primer lugar, notamos un cierto prejuicio hacia el sector pesquero, al que se descalifica y, no queremos creer que tal vez prime, aquella vieja idea popular de “que los sectores portuarios o los que manejan cuchillo son mafiosos”. Mafiosos, son quienes realizan pescan ilegal sobre los recursos migratorios originarios de la ZEE Argentina o en Malvinas, quebrando el orden y la ley internacional y nacional y se llevan anualmente de Latinoamérica y el Caribe sin tener en cuenta los descartes de pesca incidental y/o de especies no comerciales unos 7,8 millones de toneladas anuales por valor de unos 11.770 millones de dólares estadounidenses (César Lerena “Pesca ilegal y expoliación de los recursos pesqueros de Latinoamérica y el Caribe”, Editorial CESPE, 2022) productos que, en posesión de los Estados ribereños, hubieran provocado un fenomenal desarrollo de los pueblos. En segundo lugar, la Ley de Pesca en la Argentina, hay que reformarla integralmente, con el objeto de eliminar y optimizar todos los costos de administración, investigación y control del Estado; llevar las exportaciones de 1.800 a 6.000 M U$S; incrementar la ocupación privada de mano de obra de 20.000 empleos registrados a 60.000; aumentar el consumo interno de productos pesqueros de 4,8 Kg a 10 Kg per cápita/año y mejorar el hábito alimentario; reducir la pesca extranjera de los recursos migratorios argentinos en alta mar; profundizar la investigación, la tecnología en la extracción y el proceso industrial de calidad. Todo ello, con reformas en la ley relativas a la modificación del Consejo Federal Pesquero; la modificación de la distribución del FONAPE; cambios relativos al otorgamiento de cuotas y autorizaciones basados en inversiones, agregado de valor, etc.; estableciendo nuevos regímenes de captura; acuicultura; de industrialización de los descartes y la provisión de tres millones de raciones proteicas diarias a otros tantos niños y adolescentes vulnerables; otros destinados a triplicar el consumo nacional; mejorar el control del territorio marítimo y efectuar los acuerdos necesarios para eliminar la pesca ilegal del recurso migratorio; la instauración de vedas permanentes o transitorias en lugar de áreas marinas; optimizar y transparentar la administración del recurso y, promover la radicación poblacional e industrial del litoral marítimo y del interior nacional mediante la producción ictícola (César Lerena “Cien Acciones y sus efectos para potenciar la pesca y recuperar el Atlántico Sur. La Reforma de la Ley Pesquera”. Ed. CESPEL, 2023). En tercer lugar, no representamos a ninguna empresa o cámara empresaria. Somos perseverantes “hasta que las velas no ardan”, pero no opinamos desde la posición genérica a ultranza por razones de militancia política. Hemos dado nuestra opinión y observado a todos los gobiernos, desde la tablita de Martínez de Hoz que llevó a la quiebra a las más importantes empresas exportadoras pesqueras; pasando por la preparatoria de los Acuerdos de Madrid de Caputo y sus Acuerdos Marco URSS-Bulgaria que habilitados a pescar con 16 buques lo hicieron con más de 200 embarcaciones; los Acuerdos pesqueros con la entonces Comunidad Económica Europea que provocó la depredación más importante conocida del recurso; el Pacto de Foradori-Duncan que le regaló las investigaciones pesqueras argentinas al RUGB y con ello las islas consolidaron la entrega de licencias a buques extranjeros; hasta el inútil gobierno saliente. La política en materia pesquera y marítima, ha sido errónea, malintencionada o nula; pero, nunca de semejante entrega del espacio marino argentino y sus recursos. ¿Hay mucho que hacer? Claro que sí, pero no “la estúpida idea de extranjerizar el mar argentino”. El proyecto básicamente prevé adjudicar a embarcaciones extranjeras mediante licitación internacional, la pesca en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina; deroga la exigencia de utilizar tripulación argentina (252º); tampoco obliga a descargar las capturas en un puerto argentino y mucho menos procesar las materias primas en plantas industriales en Argentina y permite la actividad de cualquier antigüedad a los buques. Además de ello, los buques que disponen de permiso para pescar en la ZEE Argentina podrían hacerlo también con licencias británicas del RUGB en Malvinas. Los efectos negativos que provocaría la convalidación del Congreso de esta ley en materia pesquera, económica y social serán catastróficos, describo alguno de ellos: 1) República bananera: término que refiere a países considerados corruptos, inestables y dependientes de la exportación de productos de bajo valor añadido. El término refiere a la explotación de bananas, típicas de países como Costa Rica, Honduras, Guatemala o Panamá. Precisamente, países como Cuba, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Puerto Rico, la República Dominicana y algunos países africanos, que no tienen desarrollada su flota, industria pesquera y mercados como la Argentina, admiten la captura extraña sus Zona Económica Exclusiva (ZEE) aunque, varios de ellos, exigen que se procese las capturas en sus plantas. Será un retroceso de Argentina al siglo XIX y una autorización que ninguno de los países desarrollados otorga y por el contrario, reprime. 2) El desprecio a los esfuerzos técnicos y diplomáticos argentinos: La diplomacia argentina y la dirección de pesca argentina, en su momento, efectuaron un gran aporte político, profesional y técnico, junto a sus similares de Latinoamérica para discutirle a las grandes potencias (Estados Unidos, RUGB, China, Japón y Rusia, entre otros) los derechos de los Estados ribereños sobre la ZEE de 200 millas marinas, contrario a los países que pescaban a distancia, que pretendían 12 y hasta 3 millas marinas. Esto para poder explotar los recursos en forma sostenible, generando un desarrollo marítimo y, fundamentalmente continental. 3) La adjudicación de las cuotas de pesca a través de licitaciones públicas internacionales: La sola exigencia de pagar el más alto derecho o canon (242º, 246º y 250º), sin otra exigencia, daría lugar al otorgamiento de los permisos y cuotas de extracción del recurso a buques extranjeros o nacionales. Los empresarios radicados en la Argentina, sean nacionales o extranjeros pagan derechos por capturar los recursos, invierten en flotas y plantas industriales, pagan gerentes, profesionales, empleados, tripulantes y operarios. Impuestos nacionales, provinciales o municipales. Las cuotas no se entregan a título gratuito y tienen obligaciones (si bien tienen que perfeccionarse), de generar valor agregado, invertir, ocupar personal, etc. Nada de esto, se le habría de exigir -insólito o exprofeso- a los buques extranjeros que realizarían una mera pesca extractiva para transformar los recursos en su país de origen. Si en un hipotético caso (que no comparto) se les exigiese a buques extranjeros que se hagan cargo de todas las obligaciones que se le impone a la industria nacional por la Ley 24.922, es absolutamente improbable que algún buque que realiza pesca ilegal en alta mar participe de la licitación que se promueve. Es más, si los empresarios nacionales, hacen números, hasta participarían de estas licitaciones, levantarían sus plantas en tierra, darían de bajas las flotas de camiones, despedirían a todo el personal y se dedicarían a extraer y llevar las capturas a otros países, evitando el pago de impuestos confiscatorios y retenciones que no se van a destinar a mejorar los servicios sino a destinos de los que mejor no hablar, para no apartarnos del tema. Esta reforma establece, además, que “los permisos tendrán como mínimo una duración de veinte (20) años.”, lo que parece ignorar que el recurso pesquero es renovable pero agotable; sujeto a procesos biológicos referidos a las especies, al medio marino y al esfuerzo pesquero que realizan los buques en la ZEE, pero también en alta mar (donde la Argentina no tiene jurisdicción), ya que se trata de explotaciones que actúan sobre recursos de un mismo ecosistema. No se pueden otorgar permisos como “mínimo” de 20 años, porque es desconocer los fenómenos biológicos de la naturaleza y la periódica actualización de condiciones que podrían establecerse tanto en las “licitaciones” como cualquier otro sistema contractual de concesión. Esta reforma deja de manifiesto la vocación de ignorar el esfuerzo de las empresas nacionales o extranjeras radicadas en el territorio nacional que han consolidado esta actividad desde hace más de 60 años, donde en muchos casos se trata de sociedades familiares, de tercera generación, que comenzaron su actividad pesquera en pequeñas lanchas amarillas, vendiendo sus productos en el mercado central y hoy tienen importantes flotas pesqueras, plantas industriales y, ocupan un importante número de trabajadores; además de exportar a los mercados más exigentes del mundo, pese a la macroeconomía y la incapacidad repetida de los gobiernos. Técnicamente un proceso licitatorio es inviable. Como ya he dicho: no se trata de una obra vial que puede ser programada donde se puede apelar a subcontratistas para disponer de la maquinaria adecuada, etc. o la existencia de una especie subexplotada -que no existe en la Argentina- donde se puede recurrir a licitaciones específicas. El recurso y la consecuente cuota se determina en base a investigaciones del INIDEP que establece anualmente la “Captura Máxima Sostenible”; es decir lo máximo que se puede capturar sin depredar y, se distribuye en base a determinados parámetros, que precisamente, deberán rediseñarse este año, por los cuales todas las empresas, sean nacionales o extranjeras radicadas en el país, que cumplen con determinadas condiciones (que seguramente deben perfeccionarse), reciben un porcentual del “pescado” disponible con el que planifican todas las necesidades (flota, plantas, cámaras, personal, etc.) de modo de confirmar también, su relación con los requerimientos y precios del mercado mundial. No se puede establecer un método que esté ajeno a la disponibilidad biológica y oh…palabrita que resultará conocida al gobierno: “el mercado”. Porque contrario, al desprecio que parece primar sobre lo ya hecho en la Argentina en este ámbito, la industria pesquera compite con los mercados más exigentes del mundo, muchos de ellos subsidiados y, lo hace pese a las dificultades macroeconómicas, burocráticas, arancelarias etc. que casi todos los gobiernos le han impuesto. Y esta nueva dificultad nunca vista, necrológica. Quien ha elaborado este proyecto meramente extractivo en favor de los buques extranjeros facilitará que, mediante un mero canon los Estados consumidores se queden con el recurso argentino, en lugar de vendérselo las empresas radicadas en el país. Y podrán poner el precio más alto, porque las potencias vienen por la proteína, aún a pérdida. ¿Sabrá el autor de este proyecto, que los Estados de pabellón que pescan en el Atlántico Sur con buques de China; España; España-RUGB; Corea y Taiwán, pescan subsidiados y, muchas veces, con trabajo esclavo? ¿Alguien podría creer que con este proyecto se erradicará la pesca de los recursos migratorios originarios de la ZEE en alta mar? No. Quedarán 500 buques pescando en alta mar, en el límite exterior de la ZEE y entrarán otros 500 buques a pescar en la ZEE, que harán más eficiente la pesca ilegal en alta mar. La reforma (Art. 249º) dice “El derecho de extracción a pagar por quienes hayan sido adjudicatarios en las licitaciones de cupos de pesca será definido en dicho proceso licitatorio y no podrán ser modificados.”. Esto favorecerá a las empresas extranjeras que liciten por las cuotas e igualmente a las empresas nacionales. Ahora, al no haber establecido un presupuesto para la administración, investigación y control y, frente a la altísima inflación que sufre la Argentina, podría darse que las recaudaciones en materia de derechos de captura no alcancen para sostener los servicios básicos de la actividad. Bonito negocio el que proponen. No olvidemos que pudiendo realizarse los desembarcos en cualquier puerto extraño, no habrá forma de cobrarle retenciones. Nosotros, por el contrario, sostenemos que las retenciones deben eliminarse y las empresas deben autofinanciar la administración, la investigación y control, participando en la elaboración de presupuesto. Este proyecto es criminal, tanto se destine a la flota extranjera como a la nacional. El daño que puede provocar económico, social, al desarrollo regional y la soberanía nacional no se recupera con el mero pago de un canon. 4) El Área de Pesca a autorizar: Nadie se puede imaginar a esta altura, que a los buques extranjeros a los que se les adjudique permisos para pescar en la ZEE también se los autorice y exija pescar en los 1.639.900 km2 de aguas argentinas ocupados por el RUGB; más aún, cuando esta Ley deroga la Ley 26.386 (Art. 247º/248º) que prohíbe habilitaciones de pesca en el Continente a quien pesque en Malvinas. No lo hicieron los rusos en los Acuerdos Marco del Canciller Caputo, con lo cual, su ingenua intención de ejercer de hecho soberanía en el área de Malvinas quedó trunca. No intuyo que este gobierno tenga intención alguna en este sentido; pero, en caso contrario podría licitar internacionalmente directamente la pesca en los territorios argentinos de Malvinas o, ¿tendrá que pedirle permiso previo al RUGB? Nosotros le preparamos gratis los pliegos en aquel caso. Ahora, al momento de adjudicar permisos a empresas extranjeras para capturar los recursos argentinos en la ZEE ¿también habilitaremos al RUGB para que se presente? y se quede con todo el Atlántico Sur, las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, los mares correspondientes y la Antártida. Si es por ahorro administrativo podríamos ir derogando la Secretaría de Malvinas etc. de la Cancillería y, tachar la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional. 5) Control de sostenibilidad de la pesca: La Argentina carece de capacidad suficiente para controlar todas las capturas, mucho menos si no es necesario desembarcar en los puertos argentinos y son posibles los transbordos en el mar y la tripulación no es argentina. Muchos buques argentinos realizan descarte en el mar de pesca accidental o no comercial y debería ser severamente penalizado. Ahora, las empresas argentinas, con sus inconvenientes, se ajustan a un régimen de control, que está directamente relacionado con su condición de argentinas, el interés de proteger el recurso con las que se mantienen sus estructuras de procesamiento y de almacenamiento en tierra. Muchas veces, son los tripulantes los que denuncias prácticas ilegales y hacen conocer a las Autoridades la presencia de buques extranjeros en la ZEE realizando pesca ilegal. Como dijimos cuando se autorizó a 16 buques rusos ingresaron 200 y, pudieron ser detectados por las reparaciones y armado que realizaban en Argentina. Nosotros nos adelantamos a decir, que, como ocurrió con la pesca en la ZEE con los buques polacos, rusos, españoles, y otros, aprobados por el Congreso de la Nación, se producirá un descontrol total, la utilización de buques mellizos y la depredación más grave que pueda haber sufrido el caladero argentino. Los buques extranjeros que se autorice a extraer el recurso en la ZEE van a pescar hasta agotar el caladero, como lo han hecho siempre en el mundo y, los funcionarios autorizantes ya se habrán ido a sus Countrys. 6) La no exigencia de desembarcar en puertos argentinos y la evasión (Art. 244º): A la mera autorización de pesca extractiva, la ley agrega que los buques no tendrán obligación de desembarcar en puertos argentinos. Es decir, va en línea con la intención de abrir el mar argentino a los buques extranjeros. Es la intencionalidad del autor, no la ignorancia. Pero, la mayoría de la pesca ilegal, según la FAO y todos los organismos y técnicos especializados entienden que deriva del transbordo en alta mar o, de la utilización de otros puertos que no están dentro de la jurisdicción del Estado ribereño. Ello, generará una fenomenal evasión jamás vista en la Argentina en esta materia (y es mucho decir), ni siquiera en la etapa que se autorizó “el plan barrido” y “otros artilugios” que le ocasionaron un grave contratiempo a una conocida asesora legal de la Cancillería. Por supuesto, ello contradice las consignas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Ley 24.543); el Acuerdo de Nueva York (Ley 25.290) y el Plan Rector del Puerto que promueve las Naciones Unidas y, podría llevar, a una importante reducción de los desembarques en la Argentina y la consecuente disminución de las exportaciones nacionales. ¿A quién le van a cobrar las retenciones? si los barcos se llevan todas las extracciones directamente a Brasil, Uruguay o China. Por ejemplo, ¿a qué empresa radicada en la Argentina que vende su producción a Brasil se le ocurriría desembarcar en puertos argentinos en lugar de desembarcar directamente en Brasil y no pagar retención alguna o, que para evitar el 15% de estas retenciones que acaba de anunciar el gobierno las empresas desembarquen en Uruguay para evitar estos costos y otros. Ya pasa con el uso de la bandera paraguaya, en la vía Paraná-Paraguay que contiene gran parte de la producción granaria argentina. Esta decisión apunta a facilitar la pesca con buques extranjeros y hace caer una de las herramientas centrales para la lucha contra la pesca ilegal, el narcotráfico y el trabajo esclavo. 7) Falta de obligación de procesar en plantas en el continente; autorización del empleo de personal extranjero y no agregar valor agregado a los productos: Este proyecto provocará el cierre de todas las empresas de los márgenes del litoral marítimo y una enorme desocupación en poblaciones que se las considera radicadas en ámbitos desfavorables. Muchas ciudades se poblaron a partir de la localización pesquera en sus pueblos en la década del 70. Pueblos fantasmas, desocupación y mayor despoblamiento aún, de la baja densidad que tiene la Patagonia (2 habitantes por km2) en un área estratégica de la Nación. Hoy no sabemos. Se establece en la Ley como una dádiva (Art. 246º) que a “Las empresas que ya tienen cuota asignada tendrán una preferencia que les permita obtener hasta la mitad de la cuota que tenían al mayor precio ofrecido en la licitación.”. El autor debería saber que el principal recurso de una empresa pesquera es “el pescado”. O sea, el empresario debería desguazar la mitad de los barcos o los malvenderlos a la empresa extranjera que pretenda pescar en la Argentina; apagar la mitad de las cámaras; dar de baja la mitad de sus empleados y, comunicar a los compradores del mundo que no va a poder cumplir con las compras pautadas, etc. pese, a haber cumplido con un mercado exigente desde los inicios de su actividad. Y luego, con el precio mayor ofrecido por la mitad de la cuota operará hasta quebrar porque su ecuación puede no cerrarle. Un engendro. Sin pescado no hay empresa, no hay buques, no hay industria, no hay trabajadores, no hay exportaciones o consumo interno, no hay desarrollo poblacional. Este “pescado” sostiene a cientos de empresas nacionales y extranjeras radicadas en la Argentina y da sustento directo a miles de trabajadores, en un marco de libre competencia con el mundo, donde el mundo pone el precio. Y cómo va a lograr que se “evite la concentración indeseada”, cuando las descargas podrán ser efectuadas en cualquier puerto del mundo y, la Argentina, no tiene ni tuvo nunca capacidad o voluntad de control del extenso mar argentino y menos aún de las especies que migran a alta mar. Vamos al descontrol total del mar argentino, a la depredación hasta el agotamiento del recurso y a naturalizar la pesca ilegal. La Argentina en el ámbito de la pesca no ha sido sectaria ni ha impedido inversiones extranjeras, a la hora de otorgarles permisos, de hecho, hay empresas españolas, del Estado Chino, de Noruega, de inversores americanos, etc. radicadas en el país. No se puede tildar de ultranacionalistas a los empresarios pesqueros. Pero, una cosa es promover la radicación extranjera en el país y otra cosa regalarle el mar y los recursos. De eso se trata. Según el proyecto de reforma habrá muchos buques extranjeros en el mar argentino, con tripulantes extranjeros, sin necesidad de desembarcar sus productos en los puertos argentinos: No más pesca ilegal, porque se le pondrá “el sello de pesca legal” y no más empresas radicadas en Argentina. Este proyecto no solo limitará la pesca argentina en la ZEE, sino que destruirá toda la empresa instalada y produciendo. Las empresas pesqueras en la Argentina y el mundo, como dijimos, no son empresas constructoras. En la Pesca hay una super estructura cimentada desde hace años con inversiones periódicas donde se explota integralmente la actividad y a su riesgo: captura los recursos (con su complejidad biológica, marítima y de seguridad); los industrializa en forma directa (con su complejidad por tratarse de recursos altamente perecederos); los exporta sin intermediarios (donde el mercado internacional fija el precio) y realiza sus operaciones con trabajo intensivo (con la problemática laboral). No hay otra actividad productiva en la Argentina que sobrelleve semejante complejidad. Que se deseche la promoción de procesar en plantas industrias que permite una mayor demanda de operarios; que no se exija el mayor valor agregado al producto final, lo que significa regalarles a los países importadores la transformación y la mano de obra argentina. Un verdadero desconocimiento de la actividad y sus efectos y, la “limpieza de exigencias”, una más, que deja en evidencia la intencionalidad del gobierno de abrir el mar argentino a buques extranjeros. Este proyecto tira por la borda este esfuerzo fenomenal de las empresas, de los trabajadores y los sueños de los pioneros belgas, italianos y españoles que fundaron la actividad con esfuerzo y riesgo en el siglo pasado. 8) Pesca ilegal: Podríamos escribir varias páginas sobre los efectos negativos que provocará la extranjerización del mar. Nos limitaremos a decir, por ahorro administrativo, que este proyecto incrementará la pesca ilegal dentro de la ZEE por parte de los buques extranjeros como hemos dicho. La mayoría de las capturas se transbordarán en el mar y se apoyará desde los buques que operen en la ZEE a la pesca ilegal que se realiza sobre los recursos migratorios originarios de la ZEE en alta mar. A los 500 buques que operen en la ZEE se les agregarán, otros tantos pescando en alta y Malvinas, ahora con el apoyo de los que pesquen en la ZEE. No hay mejor forma de esconder un elefante que poniéndolo junto a muchos elefantes. 9) La importación de pescado para el mercado local: como producto de la autorización para extraer el recurso pesquero en la ZEE a buques extranjeros, no obligarlo a desembarcar en los puertos argentinos y por obvias razones, no procesarlos en plantas industriales en el continente, la Argentina irá de exportar unos 2.000 millones de dólares por año a la necesidad de importar pescado para atender sus requerimientos internos. Menudo problema, el Estado perderá dólares y requerirá más dólares y, estará, en serias dificultades para llevar el consumo anual per cápita de 4,8 Kg. a los 9,8 Kg que consume Latinoamérica o los 10 kg. que consumen los africanos. Por cierto, muy por debajo del promedio mundial de 20kg per cápita. 10) El estado concedente y los funcionarios: Eso sí, está ley, generará un muy buen negocio a quien interese a extranjeros a llevarse el pescado de argentina (presumo que ya más de uno habrá iniciado los contactos suficientes, incluso antes de elaborarse el proyecto), incluso, que algún empresario desahuciado, de armador, industrial y exportador pasará a tener el oficio de gestor que será más seguro, con menos carga impositiva y de menor riesgo. En menor escala ya los tuvo la actividad: de la complejidad total a tener una pequeña oficina, un teléfono y los contactos suficientes. Con estos proyectos producir será más riesgoso aún de lo que lo es. 11) La destrucción de las estadísticas y la investigación: volver a la “pesca olímpica”, de eso se trata, porque no habrá forma de controlar las capturas si estas se realizan con embarcaciones extranjeras que no tienen obligación de desembarcar en los puertos argentinos, destruirá más aún la previsibilidad, en un medio muy complejo, que requiere de un análisis de la información e investigación permanente para regular sostenidamente el recurso. Destruida la estadística nadie tendrá la posibilidad de administrar seriamente la explotación del recurso. Es decir, no solo se destruirá la actividad y sus empresas sino también la investigación y formación de cuadros especializados invalorables. 12) La libre importación de buques: Los artículos 245º y 250º abren la libre importación de buques extranjeros, donde solo se podrán efectuar verificaciones técnicas y de seguridad, de países que subsidian la construcción y, tienen bajas tasas de fomento. No se diseñan iguales políticas para que la industria naval argentina pueda competir en similares condiciones. Por cierto, esto terminará con la industria naval nacional. También se elimina la exigencia de que la construcción de un buque debe hacerse luego de obtener el permiso y, ello, es central, porque el recurso está sujeto a la determinación de la Captura Máxima Sostenible de modo de no agotarlo. Es verdaderamente asombroso que, retrotrayéndonos al siglo XIX, un gobierno no promueva la construcción de buques en el país (que en el exterior está subsidiada); que despreocupado por la desocupación nacional no exija que los buques empleen mano de obra nacional especializada, que la Argentina está en condiciones de proveer. Que no se considere importante la antigüedad de los buques, ha sido el motivo de decenas naufragios (En los últimos 15 años los buques “Jesús del Camino”, “Santa Lucía”, “Atlántida”, “Unión”, “San Jorge I”, “San Antonino” y, “Repunte”) con la consecuente pérdida de vidas humanas; aparte de que la modernidad, hace la operatividad más eficiente y menos contaminante; 13) El Consejo Federal Pesquero: La reforma (artículo 243º) elimina la facultad del Consejo Federal Pesquero de “Aprobar los permisos de pesca comercial y experimental”; lo cual es absolutamente contradictorio a la reforma que se propone, donde se mantiene en el artículo 7º que, dentro de las funciones (inc. d) de la Autoridad de Aplicación está la de “emitir los permisos de pesca, previa autorización del Consejo Federal Pesquero”. Obviamente toda la pesca en el mar territorial o la ZEE Argentina, sea comercial o experimental, debe ser aprobada. Salvo que la intención sea -directamente- liberar el mar argentino. Entiendo que no; pero, los efectos son los mismos. Como hemos dicho, el Consejo, debe ampliar su integración y modificar sus atribuciones. 14) La soberanía Nacional: Sobre esto habría que preguntarle al recientemente designado ministro de Defensa; pero, los buques pesqueros extranjeros de las grandes potencias no solo pescan. ¿Me explico? Los más de 500 buques argentinos que pescan en la ZEE son los que ejercen soberanía en la ZEE; lo demostraron incluso, durante la guerra de Malvinas. Y amplío, para que no quedan dudas: la soberanía política, territorial, económica, alimentaria, ambiental y social. Todo esto se habrá perdido con este proyecto. La actividad pesquera tiene mucho que corregir y, yo soy partidario de ello; pero, esta reforma no atiende ninguno de los cambios centrales que podrían potenciar la actividad. Es posible que al sector se le pueda exigir más; aunque, es bueno decir, que lo ya hecho, se hizo, pese a los pésimos funcionarios del área, los crecientes costos internos y, a las erráticas políticas de los gobiernos de turno. Conocemos en detalle lo que pasa en Latinoamérica y, en la Unión Europea y, no existe viabilidad para iniciativas de este tipo en ninguna parte del mundo. Nadie regala sus recursos, mucho menos cuando las empresas radicadas en el país tienen capacidad para explotarlo y comercializarlo compitiendo a nivel internacional, pese a las condiciones muy desfavorables que imponen los gobiernos de turno. La Argentina no necesita recursos económicos del Estado para financiar la actividad pesquera; pero tampoco se le deberían agregar retenciones no previstas al momento de concesionar la explotación, quitándole rentabilidad; dificultando reinversiones; impidiendo mantenimiento y reposición de buques y plantas industriales; el desarrollo poblacional e industrial en áreas desfavorables o generación de nuevos empleos. Tuvimos la oportunidad de escuchar a la Canciller Diana Mondino -una inteligente profesional y, una mujer con carácter que nos pareció muy desinformada- defendiendo en varios medios este proyecto. Los datos aportados son para que NO NOS SUBESTIME como ella manifestara públicamente (LN+ 29/12/2023 16 horas). LA INVITO A DEBATIR PUBLICAMENTE SOBRE ESTE PROYECTO para que podamos informar debidamente a los argentinos sobre esta aberrante iniciativa».

Dr. César Augusto Lerena Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL) Presidente de la Fundación Agustina Lerena 30 de diciembre de 2023 Web: cesarlerena.com.ar

«Argentina, al no unirse a los BRICS refleja su incierta política exterior y hace más ardua su recuperación económica»

La ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino, justificó la decisión de no ingresar a los BRICS por ser una “decisión práctica”.  Adelantó que las alianzas internacionales serán principalmente con las “democracias occidentales”. La Cancillería envió cartas a los presidentes de cada uno de los países integrantes de los BRICS: Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Ciril Ramaphosa (Sudáfrica), Narendra Modi (India), Xi Jinping (China) y Vladimir Putin (Rusia). A todos ellos les dijo que no se consideraba oportuno en esta instancia participar como miembro a partir del 1 de enero de 2024, tal como estaba previsto. En las cartas, el presidente Milei sostuvo: “Como es de su conocimiento, la impronta en materia de política  exterior del gobierno que presido desde hace pocos días difiere en muchos casos de la del gobierno precedente”. Ni la Repùplica Popular China, ni ningùn otro miembro de los BRICS, se ha pronunciado oficialmente al cierre de esta nota sobre el tema. Asì, traducimos este artìculo del Global Time, que habitualmente refleja los puntos de vista del gobierno chino sobre temas internacionales: «Según la prensa asociada, el presidente argentino, Javier Milei, ha anunciado formalmente que Argentina no se incorporará al marco de economías en desarrollo BRICS. Aunque Milei afirmó que el momento no era «oportuno» para que Argentina se uniera como miembro de pleno derecho, dijo que buscará «intensificar los lazos bilaterales» con los países BRICS para aumentar «los flujos comerciales y de inversión». Los expertos consideran que la negativa a ingresar en los BRICS demuestra que Milei carece de visión estratégica. Para Argentina, unirse a plataformas multilaterales como los BRICS es exactamente lo que necesita para lograr una recuperación económica. Ahora parece que esta oportunidad se le escapa de las manos a Milei. La decisión del gobierno argentino no es inesperada. En menos de un mes desde que Milei asumió el cargo, su gobierno ha tomado múltiples medidas con la esperanza de curar las dolencias económicas de Argentina por medios radicales. Los expertos creen que no es sorprendente que Argentina se haya negado temporalmente a unirse al BRICS, pero de las declaraciones de Milei se desprende que sigue siendo contradictorio al respecto. Wu Hongying, director del Instituto de Estudios Regionales e Internacionales de la Universidad de Hubei, declaró al Global Times que la negativa del gobierno de Milei a unirse a los BRICS significa que valora más el campo occidental que la cooperación con los países en desarrollo, por lo que ha tomado una decisión política temporal. Sin embargo, también ve la creciente influencia de los países BRICS, y la influencia económica del bloque no puede ser ignorada, por lo que hace hincapié en promover la cooperación pragmática a través de las relaciones bilaterales. La mentalidad de Milei es contradictoria. Lin Hua, secretario general de Argentina Research Center, dijo que la elección del gobierno de Milei de no unirse al BRICS dificulta el fortalecimiento de las relaciones bilaterales con los países miembros, y agregó que, a largo plazo, esta elección probablemente creará fricciones entre Argentina y los países del BRICS. Milei carece de una visión estratégica, dijo el experto. Rechazar la adhesión a los BRICS puede no tener un impacto significativo en Argentina a corto plazo. Sin embargo, desde una perspectiva internacional, refleja la incertidumbre de la política exterior argentina. Los grandes cambios de política antes y después también han tenido cierto impacto en la reputación internacional de Argentina. Se ve que Milei está siguiendo su programa de campaña. Visitó EE.UU. en agosto y noviembre de este año, indicando su deseo de buscar el apoyo de EE.UU. para los futuros ajustes económicos de Argentina. La decisión de no unirse al BRICS demuestra que Milei cree que unirse al grupo equivale a estar en el lado opuesto de EEUU. Sin embargo, Lin cree que es dudoso que EE.UU. preste un apoyo sustancial a Argentina por haber optado por no formar parte del BRICS. El apoyo de EE.UU. a Argentina se debe más bien a que no quiere ver cómo se fortalece el BRICS, que se considera un contrapeso al mundo dominado por Occidente. Los analistas señalaron que Milei ha pasado por alto las contradicciones históricas y actuales entre EEUU y Argentina y no se ha dado cuenta del actual enfoque estratégico y la naturaleza hegemónica de EEUU. En el contexto de la competencia entre China y Estados Unidos, la mayoría de los países latinoamericanos siguen aplicando un principio diplomático relativamente neutral, consistente en no tomar partido. Sin embargo, es probable que la toma de posesión de Milei tenga cierto impacto en la situación actual. Ha declarado claramente que quiere hacer de EE UU el núcleo de su política exterior, lo que puede tener cierto impacto en la dirección de la situación diplomática en América Latina. La elección del Gobierno de Milei refleja su confusión a la hora de encontrar el camino adecuado para el desarrollo. Un número creciente de países latinoamericanos ha descubierto, tras cientos de años de desarrollo occidental, que esta vía no ha resuelto sus problemas fundamentales de débil crecimiento económico e injusticia social. El desarrollo de los países BRICS les ofrece otra opción de desarrollo. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, señaló en una ocasión que el BRICS es una importante plataforma para fortalecer la solidaridad y la cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo con el fin de defender el interés común. Es una plataforma abierta. Damos la bienvenida a todos los países interesados en convertirse en miembros de la familia BRICS. Sin embargo, para el desarrollo de un país existe una ventana de oportunidad histórica. Wu cree que Argentina se arrepentirá en el futuro de no haber entrado en el BRICS porque perdió la oportunidad. Para Milei, es fácil lanzar eslóganes antes de las elecciones. Hay un dicho chino: «No tienes ni idea de cuánto cuestan el arroz y el combustible sin ser cabeza de familia». Los países BRICS desempeñan un papel cada vez más importante en el panorama económico mundial. La economía argentina necesita desesperadamente una reactivación económica, y el mercado necesita inversiones. La no adhesión a los BRICS repercutirá en el acceso de Argentina a fondos e inversiones tecnológicas. El gobierno de Milei quiere resolver la crisis económica de Argentina, pero sus decisiones diplomáticas han hecho que esta tarea sea aún más ardua.»

La remotorización del Pucará Fénix alcanza la certificación

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La Dirección General de Aeronavegabilidad Militar Conjunta del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina (DIGAMC) entregó a FAdeA el certificado de remotorización del IA-58H Pucará Fénix. Este es un gran hito en la recuperación de las capacidades del Pucará ya que permitirá iniciar la aplicación de la remotorización en las aeronaves de serie, dando continuidad al sistema de armas al reemplazar la planta de poder obsoleta.

Este proyecto que se inició para dar respuesta al requerimiento operativo de Fuerza Aérea Argentina, demando un proceso de certificación que fue pionero dentro de las nuevas regulaciones de aeronavegabilidad, fue fundamental la participación y apoyo a lo largo de las distintas etapas de desarrollo hasta su certificación tanto de FAA como de DIGAMC.

Esta certificación es la culminación de un trabajo de FAdeA en conjunto con empresas internacionales como P&WC, Hartzell e IAI, permitiendo adquirir know how y elevar los estándares de trabajo en todas las áreas involucradas. Para alcanzar este hito se realizaron más de 150 horas de ensayos y 109 vuelos.

Cada aeronave ahora se equipa con dos motores turbohélice Pratt & Whitney PT6A-62 y hélices cuatripala Hartzell de control de paso variable y velocidad constante, incorporando un governor de paso reversible para ser utilizado al momento del frenado, el cual fue desarrollado específicamente para el Pucará. Asimismo, este desarrollo permite potenciar el área de telemetría en vuelo y análisis de datos, con el desarrollo de software a medida y la creación de una sala de telemetría con equipos de última generación para el registro de parámetros en vuelo en tiempo real.

Próximamente esta aeronave será entregada oficialmente a la Fuerza Aérea Argentina.

«Abandonar o vender:». Los cientos de viñedos mendocinos que deben cerrar

“Todo eso era viña”…Una frase bien mendocina, que incluso se convirtió en un hit musical, para graficar el avance, a través de las décadas, del negocio inmobiliario sobre el campo cultivado en la tierra “del sol y del buen vino”. Nostalgia, pero también alerta. Así, esa tendencia no dejó de crecer y consolidarse: son cada vez más las tierras con plantaciones vitivinícolas que quedaron en el olvido, desaparecieron o pasaron a otras manos.

Por eso, el abandono y la erradicación de viñedos no dejan de preocupar a los diferentes actores del sector, sobre todos los más chicos de la cadena industrial. Es que la crisis económica de la actividad, tanto en el mercado interno como en las exportaciones, ha mantenido activos los intereses de las desarrolladoras en construir, principalmente, barrios privados, aunque también ha sido una oportunidad de expansión y reimplantación de nuevas vides para bodegueros con más espalda, lo que ha generado una mayor concentración de la vitivinicultura.

“De un día para el otro, el paisaje se nubló: aparecieron máquinas arrasando con las hileras de malbec. Realmente, da mucha pena e impotencia ver que la tierra con un producción tan cuidada por tantos años se convierte en un negocio inmobiliario. Un golpe para la vitivinicultura, por la falta de rentabilidad, y también contaminación visual para nosotros, ya que construirán viviendas que nos taparán la vista a la montaña”, contó a este diario Soledad, vecina de los distritos de Vistalba y Las Compuertas, en Luján de Cuyo, donde hay una importante cantidad de viñedos y bodegas top, pero también donde proliferan countries y viviendas de fin de semana.

En otros oasis de la provincia, el drama se repite, con otras características. “Estamos cada vez más ajustados con los costos, es la triste realidad, por lo que a muchos no les queda otra opción que dejar de producir, abandonar o vender las tierras. Es una situación muy acuciante. Además, la falta de agua es un problema grave para nosotros”, contó a este diario Eduardo, pequeño productor del este provincial, una de las zonas donde más se achicó la superficie cultivada de vid a lo largo de los años, lo que implica la lenta desaparición de los pequeños jugadores del mercado, quienes cada vez necesitan viñedos con más hectáreas para que la actividad sea rentable.

De acuerdo con datos oficiales, en base a un informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), con información del 2021, la superficie de vid de la República Argentina alcanza las 211.099 hectáreas distribuidas en 23.278 viñedos, evidenciando una baja constante a lo largo de los años. Así, al comparar con el 2010, se observa que la superficie actual es un 3,1% menor, ya que se registró una reducción de 6651 hectáreas y 1502 viñedos menos.

En tanto, al cotejar las cifras con el año 2020, existe una disminución de 3699 hectáreas (-1,7%) y 421 viñedos menos (-1,8%). Si la comparación es con el añ0 2014, los diferencias son aún mayores: 226.388 hectáreas (-6,7%) y 25.482 viñedos (-8,6%).

Radiografía

Por su parte, el INV pondera que las propiedades son cada vez más grandes. El tamaño medio del viñedo en el año 1990 era de 5,8 hectáreas, en el año 2000 de 8 hectáreas, en 2010 de 8,8 hectáreas y en el año 2020 de 9,1 hectáreas.

Actualmente, se registra superficie de vid en 18 provincias argentinas. El 70,6% del total se encuentra en Mendoza, 20,7% en San Juan, 3,6% en La Rioja, 1,7% en Salta, 1,3% en Catamarca, 0,8% Neuquén y 0,7% Río Negro.

Estas 7 provincias concentran el 99,4% de la superficie total. El restante 0,6% se distribuye en 11 provincias: La Pampa, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero y Santa Fe. El tamaño medio de viñedo del país es de 9,1 hectáreas. Respecto al año 2010, año en el que se realizó el último censo de viñedos, ha disminuido la superficie en 3 de las 7 provincias más cultivadas: Mendoza, San Juan y Río Negro.

La superficie de vid de Mendoza registrada al 31 de diciembre de 2021 alcanzaba las 148.996 hectáreas distribuidas en 15.171 viñedos. Hay 2237 hectáreas menos respecto al año anterior y 5219 hectáreas menos que en 2010. Los viñedos disminuyeron en 148 respecto al año anterior y en 1190 respecto a 2010. Los departamentos que registran mayor disminución de superficie desde el año 2010 son: San Martín (-3.127 ha), Maipú (-2.454 ha), San Rafael (-1.731 ha) y Rivadavia (-1.344 ha).

Diversos referentes de la industria dieron su visión del fenómeno que, justamente, no logra cortarse de raíz. “Esto es realmente preocupante. Hay erradicación pero más abandono, que es muchísimo en la zona este, principalmente por la rentabilidad. Los costos de producción y rendimiento por quintales más el valor del pago de la uva es una ecuación que no está dando, y cada vez se invierte menos, y por ende hay menos producción y más abandono. Al analizar los números no se observa una caída tan pronunciada pero es porque los grupos concentrados y las multinacionales están invirtiendo, por ejemplo, en el Valle de Uco, o en otras provincias”, contó a este diario Matías Manzanares, secretario de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM), quien sumó otro factor determinante: la escasez de agua.

“A un productor que tiene más de 10 hectáreas se le complica regar, ya que en años normales, regando cada 30 días, si no te alcanza el agua, tenés que regar la mitad en dos vueltas, por lo que a esa finca le agregás agua cada 60 días, por lo que se seca y dejás de producir; entonces, abandonás un par de hectáreas, para tirarle más agua a las otras hectáreas”, apuntó el productor.

Por su parte, Fabián Ruggeri, titular de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), se mostró preocupado por la compleja situación que vive el sector. “La erradicación de viñedos es porque realmente no están dando, por la variedad o los kilos, una rentabilidad para sostenerlos. Hay muchos productores que han ido erradicando y cambiando de variedades o cambiando de actividad. También se venden algunas fincas que estaban en mal estado y se convierten en chacras, frutales o frutos secos. Eso sí, la superficie de viñedos ha tenido una baja en cuanto a hectáreas cultivadas, pero la producción no ha caído, lo que indica también que hay viñedos que mejoraron su rendimiento, con una tendencia lenta en Argentina a la concentración: propiedades con más superficies y más productivas”, indicó el dirigente, y agregó: “Sin dudas que esto nos preocupa, y defendemos al pequeño productor, por eso tratamos por todos los medios, como sistema cooperativo, que no desaparezca”.

En tanto, un empresario del sector que prefirió mantener su nombre en reserva aportó su perspectiva en un punto central. “La venta de tierras por el negocio inmobiliario es por la falta de ordenamiento territorial. Tenés zonas irrigadas, con caminos y con calidad para viñedos donde se están haciendo más barrios privados. Por eso, es importante tomar medidas y que sea para producción”, señaló.

A todo este escenario, se suma otro condimento extra, que reporta efectos colaterales. Así, los especialistas de la industria aseguran que el abandono es más peligroso que la erradicación. “Cuando erradicás, arrancaste lo que abandonaste. Pero el abandono, sin erradicar, genera que se siga produciendo uva, que no se cosecha, lo que complica el control de plagas, como la Lobesia botrana, conocida como polilla de la vid”, aportó Manzanares, quien hace un llamado al Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) para que active la lucha y la vigilancia en estas zonas.

Especiales de AgendAR: «La saga de la Argentina nuclear»

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Cuando la actividad nuclear argentina está en riesgo, queremos repasar algunos momentos del largo esfuerzo que la construyó La saga de la Argentina nuclear I La saga de la Argentina nuclear II La saga de la Argentina nuclear III La saga de la Argentina nuclear IV La saga de la Argentina nuclear V La saga de la Argentina nuclear VI La saga de la Argentina nuclear VII La saga de la Argentina nuclear VIII La saga de la Argentina nuclear IX La saga de la Argentina nuclear X La saga de la Argentina nuclear XI La saga de la Argentina nuclear XII La saga de la Argentina nuclear XIII La saga de la Argentina nuclear XIV La saga de la Argentina nuclear XV La saga de la Argentina nuclear – XVI La saga de la Argentina nuclear – XVII La saga de la Argentina nuclear – XVIII La saga de la Argentina nuclear – XIX La saga de la Argentina nuclear – XX

La saga de la Argentina nuclear – XXI y XXII

La saga de la Argentina nuclear – XXIII y XXIV

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La saga de la Argentina nuclear – XXXI

La saga de la Argentina nuclear – XXXII

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La saga de la Argentina nuclear – XLV

La saga de la Argentina nuclear – XLVI La saga de la Argentina nuclear – XLVII La saga de la Argentina nuclear – XLVIII La saga de la Argentina nuclear – XLIX

Preocupaciones ante el DNU por sus restricciones a la libre prescripción de medicamentos

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El decreto de necesidad y urgencia (DNU) del Señor Presidente de la Nación contiene puntos sobre la prescripción y expendio de medicamentos que tienen gran relevancia para la salud pública y para nosotros, los médicos, como prescriptores de medicamentos. El DNU prohíbe al médico agregar un nombre comercial de su parecer en la receta de un medicamento para su paciente, y se habilita la venta de medicamentos fuera de las farmacias. Criticando esta medida se expidieron, además de las asociaciones profesionales, la Academia Nacional de Medicina y también la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. Actualmente en la Argentina debe recetarse por nombre del principio activo, pudiendo los médicos agregar o no un nombre comercial que crean conveniente. Hoy en la Argentina se prescribe igual que en todos los países desarrollados: nombre de la droga y (a libre elección del profesional) una marca. Considero que esta es la mejor forma de hacerlo por dos razones: la primera razón es la comodidad y confiabilidad del medico y del paciente frente a un medicamento al que será expuesto, con toda la incertidumbre que ello conlleva. La segunda razón es que NO son iguales todos los productos que pretenden contener el mismo principio activo. Las razones son múltiples, pero todos hemos experimentado dificultades derivadas de la baja calidad de algunos productos, con potencial daño para la salud del paciente Solo recetan exclusivamente por el nombre de la droga muy pocos países, y son aquellos donde los medicamentos los financia el Estado Nacional que será quien negocia las compras. Además, como es sabido, en la Argentina no existen pruebas de bioequivalencia en la gran mayoría de los productos farmacéuticos. Dichas pruebas son la garantía de que un producto farmacéutico con un mismo principio activo conserve su potencia a través de sus diferentes formas en el mercado. Esta es la verdadera urgencia a resolver: garantizar la calidad de lo que se comercializa en materia de medicamentos. Por esta razón, los médicos, a través de años de experiencia confiamos en los laboratorios reconocidos y en sus productos, para orientar a nuestros pacientes al momento de recetar, tal como sucede hasta hoy en todos los países de la Unión Europea, América del Norte, y todos los países de América Latina, y Asia.
El DNU pretende eliminar la posibilidad de sugerir un nombre comercial a los pacientes.
Creemos que es innecesario. Debemos tener la libertad de, según nuestro criterio, recetar aquello que creamos más conveniente. La ley en vigencia, al igual que en todos los países desarrollados, permite que la receta del médico sea confeccionada con el nombre de la droga, la concentración y la dosificación, acompañada de la marca. Todo queda a criterio del médico, y el paciente tiene la libertad de optar como crea de su mayor conveniencia. Y es obligación del médico darle alternativas cuando sea mejor para el paciente. De no permitirse al médico asumir esta responsabilidad, cualquier inconveniente eventual con el medicamento ya sea por toxicidad o por falta de potencia, sería de responsabilidad primaria de quien lo dispense, siendo que asume la competencia de interpretar lo que el médico tratante consideró más seguro y efectivo para su paciente. El segundo cambio del DNU es la habilitación para vender medicamentos fuera de las farmacias. Considero que es un error. Todo medicamento, incluso la enorme mayoría de aquellos de venta libre (con algunas pocas excepciones), conllevan efectos adversos potenciales, y otras veces su consumo puede significar un problema de base en quien los solicita que sería advertido en el contexto profesional de la farmacia y pasaría lamentablemente desapercibido fuera de ella. La salud de los argentinos atraviesa una crisis que requiere cambios profundos. Pero ellos pasan por aumentar la capacidad de actuar del enorme cuerpo profesional actualmente a disposición de los pacientes. Ambas normas van en contra de esa disponibilidad.

Dr. Carlos Javier Regazzoni, Doctor en Medicina