«La minería de litio es una oportunidad para la transición energética y para el desarrollo argentino»

Ante las expectativas que genera la fabricación en la Argentina de baterías de litio para vehículos eléctricos, Vanina Lombardi, de la agencia de la UNSAM, interroga a Arnaldo Visintin, investigador del CONICET en la Universidad Nacional de La Plata y asesor de Y-TEC, que responde: “En el futuro, el litio que usamos tiene que ser argentino”.

La minería de litio es postulada como una oportunidad para la transición energética y para el desarrollo del país, ya que la Argentina es parte del denominado triángulo del litio junto con Chile y Bolivia, territorio donde se alojan las principales reservas de este mineral en salmuera en el mundo.
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Junto a ello, la apuesta es generar capacidades tecnológicas y agregarle valor al carbonato de litio que se extrae de los salares, a través de la producción nacional de baterías para vehículos eléctricos. Con este objetivo, en junio de 2021 se puso en marcha YPF Litio, una planta piloto de fabricación de baterías de ion-litio creada por Y-TEC, que en agosto de este 2022 finalizó la obra civil de sus instalaciones y se espera que sea inaugurada durante los primeros meses de 2023.
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El doctor en química Arnaldo (Aldo) Visintin, investigador superior del CONICET en el Instituto de Investigaciones Físico-químicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) y profesor titular de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (FI-UNLP), es asesor de este proyecto, al que considera como “un símbolo”, desde el cual se prevé elaborar una batería de 300 kilovatios/hora por mes, capaz de alimentar a un colectivo eléctrico.
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Visintin cuenta con una trayectoria de más de 20 años en el tema. Ha estado involucrado en un proyecto de instalación de una fábrica de baterías en Jujuy, junto con un inversor privado italiano, cuando se desempeñaba como director del Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía en Jujuy (CIDMEJu). Además, fue parte de la formación de la primera planta piloto de baterías de litio de Y-TEC, que hoy funciona en Berisso, Buenos Aires, orientada a la formación de profesionales y al estudio de nuevos compuestos.
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¿Por qué es importante desarrollar baterías en el país?
La ventaja es comenzar a hacer tecnología y formar ingenieros expertos. En toda América Latina, no debe haber ni cinco ingenieros electroquímicos que sean expertos en baterías, y si los hay, están en la Argentina. Mientras tanto, Europa se está posicionando como segunda potencia mundial en hacer baterías de ion-litio, porque los gobiernos de esa región decidieron que el 2030 no habrá más autos a combustión. Para abastecer a esa demanda, van a hacer grandes fábricas en todos los países de Europa, y lo interesante es que no van a llevar ni un solo tornillo de Asia, van a hacer hasta las piezas de las máquinas para producir baterías dentro de la misma Comunidad Europea. Entonces, cuando me hablaban de si se puede hacer esta tecnología en la Argentina, yo explicaba cómo hacerla, pero cuando me preguntaban si las baterías hechas en el país van a poder competir con las chinas, bajaba la cabeza y decía: creo que no. Ahora, la pregunta que me hago es cómo los europeos podrán hacerlo. Es decir, que no es tan lineal, que hay factores políticos y económicos que juegan para que una tecnología pueda funcionar en un país.
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En este caso, ¿cuáles serían esos factores?
No lo sé, estimo que eso lo puede hacer Europa porque es un mercado muy fuerte.
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En cuanto la planta piloto que están instalando entre la UNLP e Y-TEC, entiendo que el objetivo es formar profesionales y lograr un producto que a futuro pueda ser vendido en el país e incluso en la región, pero por ahora la capacidad productiva es limitada.
Claro. Con esta planta no nos vamos a hacer ricos, y no sé si nos vamos a hacer ricos con 100 plantas como esta. El tema es que el país sea capaz de desarrollar estas tecnologías y que en algún momento pueda llegar a competir con Asia, Europa y Estados Unidos. El último el Premio Nobel de Química dijo que Estados Unidos instalará 100 plantas en Nueva York similares a la nuestra, para preparar ingenieros para la industria que se viene.
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¿Están pensando solo en baterías para vehículos eléctricos o también para otros usos?
Estamos pensando en baterías que pueden ser también estacionarias, para almacenar energía solar y eólicas. Esto viene de la mano de otro tema del futuro y que está muy próximo que es el hidrógeno, del que también se está hablando mucho en Europa, adonde ya hay fábricas que están desarrollando coches que funcionan con hidrógeno.
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¿Cómo es el vínculo entre el INIFFTA y la nueva planta de fabricación de baterías de Y-TEC?
En la medida en que sea necesario, vamos a brindarles apoyo científico para mejorar los productos. Incluso, ya tenemos ideas de nuevos compuestos, que están más allá de los comerciales, que son los que están previstos para esta planta y que para mí fue la mejor decisión: fosfato, hierro y litio, en el cátodo; y carbón en el ánodo. Pero el litio tiene un abanico muy grande de mejoras y por eso hay que ir mirando a futuro con mayor densidad de energía.
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¿Por ejemplo?
En el INIFTA estamos desarrollando nuevos compuestos de batería, como la batería de litio azufre, que es más barata. Todavía no está en el mercado internacional pero es muy prometedora porque tiene tres veces más densidad de energía que la de ion litio que se usa en la actualidad. Además, como científicos del CONICET y de la UNLP, tenemos que publicar en revistas de alto impacto, pero trabajamos con un ojo mirando a las publicaciones y el otro mirando a las necesidades del país, que es algo que tendrían que hacer todos los científicos del CONICET.
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Investigadores de otros centros advierten que el litio que utilizan para investigar debe ser importado. En el caso del INIFTA e Y-TEC, ¿de dónde proviene el litio, tanto para investigar como para producir baterías?
No lo sé, espero que venga de Argentina. Hasta hace un año no había litio para estas plantas y es por eso que, en forma muy astuta, YPF comenzó a estudiar nuevos salares en Catamarca, para producir el mineral. Pero eso está en los comienzos y va a tardar. Mientras tanto, si las multinacionales que trabajan en la Argentina no nos pueden vender, vamos a traer el carbonato de litio de Bolivia, aunque ese es otro problema, porque todavía no tienen carbonato de litio muy puro, lo tienen en 80%.
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Claro, hasta que un proyecto de exploración llega a la explotación, si lo logra, puede tardar alrededor de diez años.
No creo que tanto. Además, el litio de salar no es la única manera de obtenerlo, es la más barata y es por eso que vienen las multinacionales a explotarlo en Catamarca, Salta y Jujuy, pero el litio se puede obtener también de piedra, de espodumeno. Hay mucho en San Luis y también lo descubrieron en Chubut y Rio Negro. Y, aparentemente, ya hay una empresa australiana que lo quiere explotar. Es una minería convencional, con ácidos. Entonces, viene la pregunta sobre si minería sí o minería no. El litio que sale de los salares no es minería, en realidad, es un reactor químico donde precipitan el carbonato de litio, evaporan la solución y precipitan el carbonato de litio con soda solvay, pero tiene también el problema de que usa mucha agua.
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Claro, muchos hablan de minería de agua para extraer carbonato de litio.
Bueno, por eso hay grupos de científicos del CONICET, que están trabajando en métodos que no usen agua. Sería muy bueno si lo lograran pero por el momento los sistemas están a nivel de piloto, del kilogramo, y estas empresas producen 10.000 o 20.000 toneladas.
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La minería de litio es postulada como una oportunidad para la transición energética y para el desarrollo del país, ya que la Argentina es parte del denominado triángulo del litio junto con Chile y Bolivia, territorio donde se alojan las principales reservas de este mineral en salmuera en el mundo.
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En general hay consenso sobre la relevancia para el país de adquirir capacidades tecnológicas. Pero, si la Argentina no puede utilizar su propio litio, ¿cuál sería la ventaja de desarrollar baterías?
La Argentina no va a mejorar su situación económica solo con el litio, como no mejoró solo con energía atómica ni con desarrollos espaciales. Son nichos que ayudan. Ahora, yo creo que, en el futuro, el litio que usamos tiene que ser argentino, pero supongamos que no, que lo traemos de Bolivia. Al hacer baterías se aumenta el precio: si el litio cuesta 7 dolares, el precio del material activo cuesta 70 dólares. El litio representa el 3% o el 4% de la batería. Un kilovatio de batería cuesta 150 dólares, si es de celda, y si armamos la batería, como lo están haciendo en la UNLP, cuesta 1.600 dólares. Hay un montón de dinero por la producción de la batería, que no solo viene de ingenieros preparados sino también de pymes que entreguen los materiales necesarios para hacerla.
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Pero se ha generado mucha expectativa en agregar valor en torno a un recurso que casi en su totalidad está en mano de las multinacionales que lo extraen.
Se está generando mucha expectativa, pero para mí está justificada. Aunque no tengamos litio argentino, para mí se justifica por la tecnología que trae, que hace que el país se desarrolle. Y voy por más: ¿Por qué no nos vamos a meter en litio? ¿Por la contaminación? ¿Quién dice que va a haber contaminación? Tenemos una universidad y un sistema científico muy adelantado, los mejores hidrogeólogos están en la Universidad Nacional de Jujuy y en la UNLP. Podrían hacen estudios de toda la comarca del Norte y decir si se están afectando las napas de agua. No tiene nada que ver con la industria ni el Gobierno, sería un tercer ente que no esté implicado con intereses económicos.
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¿Pero eso se está haciendo?
No, no se está haciendo. Se está hablando en contra y no sabemos si se está afectando o no.
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Algunas comunidades no solo están en desacuerdo con que esta actividad se desarrolle en sus territorios sino que también han denunciado que ven impactos en el ambiente. Por ejemplo, recientemente han circulado videos que muestran un río en Catamarca con agua turbia, luego de que se instalaran proyectos mineros…
Bueno, si es así, más que nunca, los científicos tienen que ponerse a estudiar sí es verdad, porque están hablando de sentimientos y los sentimientos son muy importantes, pero hay que demostrar si eso es cierto.
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Pero si esas personas ya no pueden llevar sus animales a tomar agua a ese río, eso les impide mantener sus actividades económicas y su forma de vida.
Lo que menos quisiera es que ocurra eso o que esa gente esté afectada en su salud. Pero, entonces, ¿cuál es la solución? ¿Nos borramos, importamos las cosas de afuera o hacemos algún estudio serio para ver si la extracción de litio está afectando al ambiente? Yo creo que esa es la salida: estudiemos a ver si hay problemas, y si los hay, el Gobierno tiene que ponerse serio y decir bueno, hasta acá llegamos.
Pero hay estudios que dan cuenta de cómo han disminuido las poblaciones de flamencos en la Puna. Hay investigaciones que comienzan a dar cuenta del impacto ambiental que genera esta actividad.
Sí, también he escuchado que hubo muerte de flamencos en algún período, en Jujuy. Creo que la Argentina tendría que aumentar los estudios de impacto ambiental, y si hay contaminación, cerrar esa fábrica que está contaminando. Mi propuesta sería tener una empresa del Estado fuerte, exigir a las empresas más dinero, y sobre todas las cosas, poner a nuestros mejores hidrogeólogos a estudiar si realmente se están afectando las napas de agua. Actualmente, las empresas deben presentar estudios de impacto ambiental pero son ellas mismas las que los hacen, y ni las provincias tienen idea de lo que están haciendo.
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¿Cuando dice exigir más dinero a las empresas se refiere a aumentar las regalías del 3% que actualmente dejan a las provincias?
Claro, no puede ser solo un 3%, me la jugaría a 40% como ocurre en otros países como Chile. Las provincias creen que con ese 3% resuelven el problema de los sueldos a los empleados públicos y están aferrados a eso, pero esa ley es nefasta para el país.
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¿Como podría modificarse esa legislación y qué posibilidades ve hacia el futuro?
Con una empresa del Estado, no sé cómo, por ley o de alguna manera, se podría manejar este valor y que cambie esta situación. Y no solamente eso: que se generen emprendimientos asociados, porque están trayendo todo de otros países, bombas para extracción de salmuera o la soda solvay, que se usa para precipitar el carbonato de sodio, por ejemplo, cuando en Río Negro hay plantas que la elaboran. Quiero dejar un mensaje positivo sin ser demasiado soñador. A partir del año que viene, en Europa se van a comenzar a construir cientos de grandes fábricas de baterías de litio. Frente a esa oportunidad, creo que la planta que está haciendo Y-TEC es un sueño. No va a salvar a la Argentina, pero muchas plantas como la que tienen Santiago del Estero y otras pueden ayudar y formar gente. Si usáramos todo el litio producido en la Argentina, podríamos hacer baterías para toda la región. Creo que este año, en este aspecto, terminamos bien, vamos a tener la primera planta de este tipo de Sudamérica para producir baterías, y esperemos que esto se reproduzca 100 veces.
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Vanina Lombardi
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Alberto Fernández en la asunción de Lula, y bilateral en Buenos Aires en la 2da. quincena

El presidente Alberto Fernández viajará el 1° de enero a Brasilia para participar de la asunción del reciente electo Luiz Inácio Lula da Silva. Es la antesala de la reunión bilateral que tendrán en Buenos Aires a mediados de enero.

Aún no hay confirmación oficial de la delegación presidencial, pero se sabe que el canciller Santiago Cafiero acompañará al mandatario en el acto de asunción en el Palacio de Planalto. Está en evaluación la posibilidad de sumar al avión que trasladará a Fernández al ex mandatario de Uruguay, José Pepe Mujica. Se espera que el viaje sea exprés, y que luego de la participación en la protocolar celebración, el Presidente retorne a Buenos Aires en el día. Para el Gobierno, la relación y las actividades planeadas en conjunto con Lula configuran uno de los hitos centrales en materia internacional para el 2023.

Cumbre de presidentes de la CELAC y bilateral en Buenos Aires

Con motivos de la Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños (CELAC), a celebrarse el 24 de enero, Lula viajará a la Argentina y mantendrá así su primera bilateral de su nueva gestión. La reunión entre mandatarios hará foco en la integración de Brasil al bloque, excluido por decisión de Jair Bolsonaro. En la Casa Rosada evalúan dos escenarios: que el mandatario brasileño llegue el 23 de enero, se reúna con el Presidente en Rosada y se quede hasta el 24 para participar de la reunión de la CELAC y, como segunda opción, que viaje el 24, forme parte de la cumbre, y el 25 protagonice la bilateral con Fernández en Buenos Aires. Lo que vaya a concretarse está sujeto a lo que Lula elija, en base al desarrollo de su agenda que contempla un posible paso por Chile y Uruguay. El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, es la clave del Gobierno para avanzar en los vínculos con el país vecino. El presidente Fernández lo respalda, y desde su entorno, rechazan de forma tajante rumores de tensión entre el funcionario de Gobierno y el actual mandatario brasilero. Scioli logró un gran vínculo con Bolsonaro y espera avanzar de la misma manera con su sucesor. Afianzar y potenciar la relación comercial con Brasil es uno de los puntos en común entre ambos mandatarios que, además de la buena sintonía política, comparten una estrecha relación personal consolidada luego de que Alberto Fernández visitara al aquel entonces expresidente en la cárcel de Curitiba en julio de 2019.

Se ha duplicado el uso del Big Data en las empresas argentinas

Una nota publicada por la agencia estatal Télam indica que en 2022 las empresas argentinas que ofrecen servicios tecnológicos duplicaron el uso de análisis de datos con big data, una herramienta que facilita la toma de decisiones.

En los últimos años, el crecimiento exponencial de información en Internet muestra la importancia que tiene el análisis de datos, su adecuada interpretación y la optimización del rendimiento de una organización. Debido a esto cada vez son más las compañías que invierten en big data para desarrollar sus estrategias de venta y marketing. Carlos Pirovano, director del Observatorio de la Universidad de Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas (Caece), dijo a la prensa que el término big data comprende «los activos de información caracterizados por un volumen, velocidad y variedad tan altos que requieren una tecnología específica y métodos analíticos para su transformación en valor«. El crecimiento en el uso de esta herramienta por parte de las empresas quedó reflejado en un informe elaborado por el Observatorio de la Caece: en 2022 el 22% de las compañías que no pertenecen al rubro tecnológico comenzaron a emplear big data para definir sus estrategias de negocios, contra 11% registrado en 2021. Este relevamiento utiliza el Índice de Intensidad Digital (IID) que se presenta en forma semestral, y mide en este caso, el grado de digitalización que tienen las empresas que no son del rubro tech en Argentina. Este indicador no solo tiene en cuenta la cantidad de herramientas tecnológicas con las que cuenta una empresa sino también cómo las emplea para sus actividades económicas y organizativas. En los orígenes esta herramienta comenzó a ser empleada en «empresas de consumo masivo o supermercados, para tomar decisiones y a la vez, diseñar productos a partir de la información obtenida», señala Pirovano. Las empresas diseñan sus productos o toman decisiones a partir de datos duros que obtienen, «al tratarse de procesos enormes de datos digitalizados, y automatizados», precisó el especialista. Según Pirovano, las empresas que utilizan este tipo de herramienta «tienen la capacidad de diferenciarse en cuanto a los resultados, aumentando sus ingresos y disminuyendo los costos«. El crecimiento del big data en las empresas también disparó el surgimiento de firmas especializadas que ofrecen este tipo de servicio, en especial a las pymes.  

Lanzan en Chile la 1ra. planta de producción de combustibles sintéticos a base de «hidrógeno verde»

La empresa global Highly Innovative Fuels (HIF) produjo en su proyecto Haru Oni, en el sur de Chile, sus primeros litros de combustibles sintéticos. La planta demostrativa es la primera integrada para la producción de e-combustibles del mundo. Su capacidad de producción inicial es de 130.000 litros de e-combustibles por año. Siemens Energy celebró la puesta en marcha de la planta.

En Chile, cerca de Punta Arenas, está la primera planta totalmente integrada del mundo para la producción de combustibles CO2 neutrales a base de hidrógeno verde. La planta de demostración Haru Oni produjo la semana pasada sus primeros litros de combustibles sintéticos, también llamados e-combustibles. “Los primeros combustibles sintéticos en Haru Oni ​​son un hito en la lucha contra el cambio climático, no solo para Chile sino para el mundo entero”, dijo César Norton, presidente y CEO de HIF Global. El ministro de Energía de Chile, Diego Pardow, encabezó el acto de carga de un Porsche 911 con combustible sintético. “Es clave que la nueva industria del hidrógeno verde favorezca la creación de empleo y mejore la calidad de vida de las personas. De esta manera, estaremos brindando certeza para un futuro mucho más sustentable. Y la planta Haru Oni ​​de HIF tiene ese valor simbólico”, dijo Pardow.

La planta

Haru Oni producirá combustibles sintéticos a partir de hidrógeno verde combinado con CO2 capturado de la atmósfera. Siemens Energy fue el tecnólogo del proyecto, participando de la ingeniería y construcción y aportando la tecnología de electrólisis.
Carga de un Porsche en Haru Oni.
“El proyecto Haru Oni tiene como objetivo demostrar que los e-Fuels pueden comercializarse en grandes cantidades y a precios competitivos”, señaló Anne-Laure de Chammard, miembro de la Junta Directiva Global de Siemens Energy.

Massa se reunió con el vice de Lula y su ministro de Economía: gas de Vaca Muerta y «moneda común»

El ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió este viernes 23 en Brasil con Geraldo Alckmin, el vicepresidente electo, y con Fernando Haddad, el futuro ministro de Hacienda de Luiz Inácio Lula da Silva. Entre los temas que conversaron está el proyecto de una moneda común.

Fuentes cercanas al ministro de Economía argentino agregaron que además se trató una amplia agenda vinculada a la integración regional. Particularmente, se trabajó sobre las relaciones comerciales bilaterales. En este aspecto, se debatió sobre “el gas como energía de transición y el financiamiento del comercio exterior” y otros intereses comunes.

Voceros del funcionario argentino contaron que se trabajó sobre “el futuro de integración Argentina-Brasil”. En ese aspecto, se enumeraron “proyectos que deben ser parte del proceso de integración económica, financiera, de infraestructuras y de desarrollo del Mercosur y la región”, y se trabajó sobre el “intercambio de monedas”.

Además, contaron fuentes al tanto del encuentro, se volvió a tratar el “proyecto de una moneda común”. La Argentina terminará este año con una inflación cercana al 100% y prácticamente con un peso que funciona sólo como una moneda transaccional y no de ahorro ni de referencia, para lo que ahora se usa el dólar.

Lula da Silva ha mencionado el proyecto en varias oportunidades desde 2002. El mandatario brasileño sugirió entonces crear una moneda de toda la región, para no depender del dólar.

Referentes de la actual oposición argentina también mostraron interés en la idea. En 2019, el ex presidente Mauricio Macri negoció con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la creación del “peso-real”. Incluso, el entonces ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viajó varias veces a ese país para tratar de concretar la idea. Recientemente, el diputado Martín Tetaz propuso una convertibilidad del peso argentino con el real de Brasil.

Comentario de AgendAR:

En nuestra considerada opinión, hablar, en el presente o en un futuro menor a una década distancia de una «moneda común» que reemplace al peso y al real, o establecer una convertibilidad rígida entre ambas -lo que en la práctica sería equivalente- es absolutamente irreal. Es imposible contemplarlo para Argentina, con un nivel de inflación anual hoy cercano al 100% y que no descenderá bruscamente. Y también para Brasil, con una inflación mucho menor pero que depende tanto como nosotros de las oscilaciones de los precios de commnodities que exporta y combustibles que debe importar en el mercado mundial. ¿Significa entonces que se trata de una consigna política, que se enarbola porque expresa una voluntad de integración, y de menor dependencia de los mercados globales, pero sin intención de ambos gobiernos de avanzar en esa dirección? Es posible -aunque difícil- imaginar una unidad monetaria de valor más estable, para conducir el interbambio entre ambos países. Y, eventualmente, con otros países de la región. El valor de esa «divisa sudamericana» se ajustaría periódicamente en relacion a sus monedas nacionales. Sin duda, sería un proyecto complejo y de largo aliento. Se justificaría emprenderlo si se tiene la convicción, como la tenemos en AgendAR, que sólo acuerdos estratégicos firmes y realistas entre Argentina y Brasil les permitirán ser algo más que peones en el ajedrez global.

A. B. F.

Vizzotti, sobre el aumento de contagios, y la llegada de vacunas polivalentes

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La ministra de Salud, Carla Vizzotti, afirmó que era previsible que iban a aumentar los casos de covid en la época de fin de año y volvió a instar a vacunarse a todas las personas que recibieron su última aplicación hace más de 120 días «no importa el número de dosis ni el número de refuerzos» que tengan. También anunció que llegarán vacunas bivalentes en el 1er. trimestre de 2023.

«Hasta ahora siempre supimos que iban a aumentar los casos con respecto al verano pasado, aumentó en el hemisferio norte, no tiene la misma estacionalidad todavía que el resto de los virus respiratorios y se están acomodando en esa competencia del nicho de los virus respiratorios», afirmó Vizzotti. Vizzoti encabezó el jueves en la Casa Rosada las deliberaciones del Consejo Federal de Salud (Cofesa), el organismo que reúne al Ministerio de Salud de la Nación y a las carteras sanitarias de los 24 distritos del país, con el fin de trazar un «balance de gestión» y analizar la situación del coronavirus de cara a las Fiestas y vacaciones, como así también la prevención ante el dengue en algunas provincias. Este viernes declaró en  un reportaje que desde el Gobierno están trabajando permanentemente con los laboratorios, con enmiendas a los contratos y con las presentaciones a la ANMAT, en la evaluación de toda la documentación sobre la inmunización de segunda generación. De todos modos aclaró que «la recomendación de todos los organismos internacionales y de las autoridades en Argentina es darse lo antes posible la vacuna que esté disponible».

Vacunas Bivalentes

El consenso de los especialistas es que el aumento de contagios en todo el mundo se debe a los sublinajes de la variante Omicron, una cepa del SARS-CoV-2 que empezó a difundirse a fines del 2021. Ahora, están apareciendo  nuevas vacunas que fueron diseñadas para mejorar las defensas del organismo incluso frente a esta variante.

Las llamadas «vacunas bivalentes», que emergieron hace poco, combinan en una misma aplicación un estímulo para la creación de anticuerpos tanto contra la proteína Spike, presente en las variantes iniciales de la infección, como para las mutaciones ómicron; particularmente las sub-variantes BA.4 y BA.5.

En otras palabras, hacen que el sistema inmunológico combata dos tipos diferentes del virus COVID-19. Por el momento, las únicas vacunas bivalentes desarrolladas y aprobadas para su uso en humanos son las versiones adaptadas de las Moderna Spikevax y Pfizer-BioNTech Comirnaty COVID-19.

A causa de su efectividad, esta dosis actualizada solo sería aplicada una vez al año.

Scaloneta y consumo interno: el Mundial le dio un impulso a las ventas de determinados rubros

Se incrementaron las compras de indumentaria deportiva, cotillón y comida, entre otros rubros vinculados al evento.

La Copa del Mundo le dio un impulso al consumo interno. Según informes privados que relevaron comercios de la Ciudad de Buenos Aires y de todo el país, desde fines de noviembre se registró un mayor dinamismo en distintos rubros vinculados a la celebración de este evento.
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El hecho de que el Mundial se realizara durante un mes de buen clima –y no, como es habitual, en invierno– contribuyó a la celebración en la vía pública. Además, es el primero post pandemia, que encuentra a muchos argentinos y argentinas con regímenes de trabajo a distancia, lo que permitió la organización de una mayor cantidad de reuniones para ver los partidos.
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Según un informe publicado a fines de la semana pasada por la Federación de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), las ventas de cotillón e indumentaria deportiva vinculadas a la selección nacional de fútbol mostraron un fuerte crecimiento en los últimos días a partir de los buenos resultados obtenidos en los partidos disputados en el Mundial de Qatar. Más del 50% de los locales porteños consultados reportó aumentos y el 70% de los referentes de 60 centros comerciales relevados dijeron esperar que las ventas siguieran en aumento hasta el domingo, día de la final del mundo.
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Según el reporte de Fecoba, el salto en las ventas de estos productos se dio mayoritariamente al cabo del triunfo del seleccionado nacional ante Croacia. El valor del ticket promedio en las casas de cotillón fue de $3.300 y en las casas de indumentaria deportiva, de $16.500.
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El Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom) relevó 200 comercios de todo el país e identificó un 20% de aumento de las ventas en el arranque del Mundial, a fines de noviembre, con matices entre rubros.
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El sector que más incremento registró (24,1%, contra los días previos al inicio del Mundial) fue el de indumentaria, motorizado por la venta de camisetas y shorts de la selección argentina, tanto originales como réplicas, y de pelotas oficiales del certamen. En segundo lugar, el cotillón. La venta de pinturas para la cara, glitter, globos, cornetas, banderas aumentó 22,4%
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También se incrementaron 19,3% las ventas de artículos para el hogar y electrónicos. Noblex lanzó el pasado 30 de noviembre la promoción “Paga Dios”, día en que Diego Maradona hubiera cumplido 62 años. Prometió que si la Argentina salía campeón, devolvería el dinero de todos los televisores de 65» y 75» comprados ese día. Según datos oficiales de la empresa, se vendieron alrededor de 1.000 televisores, contra los 75 televisores por mes que se venden en épocas regulares.
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El cuarto sector con mayor incremento fue las panaderías (17,7%), seguido de los bares, parrillas, restaurantes (15,2%) donde los argentinos se reunieron a ver los partidos y festejar. En sexto lugar Indecom ubicó a la pirotecnia y fuegos artificiales (14,7%) y en el séptimo, a la tela celeste y blanca (4,8%).
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Como una manera de sostener este dinamismo en el consumo, el Ministerio de Economía confirmó este lunes que extenderá hasta el 30 de junio de 2023 la vigencia del plan Ahora 12 para comprar en cuotas con tarjetas de crédito. La novedad es que se suman al programa celulares de producción nacional, que tendrán financiamiento de 3, 6 y hasta 12 cuotas. La medida fue oficializada mediante la resolución 144/2022 de la Secretaría de Comercio publicada este lunes en el Boletín Oficial.
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Por otro lado, el Mundial también implicó una salida importante de dólares del país. Según cálculos conservadores construidos en base a los registros de autoridades migratorias en Qatar, más de 30.000 argentinos y argentinas viajaron a ese país. Se estima que tres de cada diez, de todos modos, entraron con pasaportes de otras nacionalidades por disponer de doble ciudadanía.
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Llega un helicóptero canadiense de gran porte para la lucha contra incendios forestales  

La aeronave estará disponible a partir del 1 de enero para operar desde el aeropuerto de Bariloche. Va a colaborar en la Patagonia con el combate de focos ígneos durante la temporada estival.

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, contará con un helicóptero de gran porte, que llega desde Canadá al país, para sumarse a los recursos disponibles en el combate de incendios forestales que puedan producirse en el verano. Este medio aéreo puede arrojar cerca de 10.000 litros de agua, por lo que representa el helicóptero con mayor capacidad de lanzamiento de agua del mundo.
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Se trata de un helicóptero Boeing CH47-DChinook” que prestó servicio en operativos de lucha contra incendios forestales en países de la región. “La aeronave ha realizado operaciones similares en Bolivia y Chile y es de las más eficaces a la hora de combatir el fuego, principalmente en áreas con bosques”, aseguró el viceministro de la cartera de Ambiente nacional, Sergio Federovisky.
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“En función de la situación de emergencia que se atravesó en el último verano, el Gobierno canadiense se acercó para ofrecer un mecanismo de cooperación entre ambos países; cooperación que quedó plasmada en el alquiler y la participación de un helicóptero Chinook que va a estar operando desde el primer día de enero hasta fin de marzo, en principio para combatir incendios forestales en la Patagonia”, agregó el funcionario nacional.
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Por primera vez en la historia, Argentina cuenta con un equipamiento de estas características, como resultado de este proceso de cooperación con Canadá que seguramente derivará en el futuro en la adquisición de helicópteros que el Estado canadience ofrecen al Estado argentino”, destacó Federovisky.
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El servicio se provee con pilotos, mecánicos y personal especializado para la operación de combate de fuego y el plazo previsto de operación es de 120 días durante la temporada estival 2023.

Mala noticia para la ecológía del planeta: el consumo mundial de carbón alcanzaría un nuevo récord en 2022

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El consumo mundial de carbón alcanzaría el nivel más alto de la historia este año a pesar de los ambiciosos objetivos globales planteados para alejar a las naciones de la quema de ese combustible fósil en particular.

Es probable que el uso de carbón aumente un 1,2% en 2022, superando los 8.000 millones de toneladas en un solo año por primera vez, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía publicado el viernes. También indicó que el consumo probablemente se mantendrá en ese nivel hasta 2025, ya que las reducciones en las economías avanzadas se compensan con la demanda en los mercados emergentes de Asia, como China e India. La gran dependencia de Europa del carbón este año se debe en gran medida a un menor suministro de gas de Rusia, lo que lo obligó a recurrir a otras fuentes de energía. Esto sucede en un momento en que los líderes europeos buscan hacer el giro hacia las energías renovables para asegurar una fuente de energía limpia en el futuro. El análisis “resalta la necesidad urgente de aumentar de manera masiva la energía renovable y la eficiencia energética para que podamos reducir las facturas de los hogares, asegurar nuestro suministro de energía y mantener intactos los objetivos climáticos esenciales”, dijo Alexandru Mustața, activista de Europe Beyond Coal. “Es importante destacar que ningún país europeo ha buscado cambiar sus planes de suprimir el carbón por completo para 20 y Europa sigue en vías de eliminarlo para fines de la década”.

En la América del Norte, «el invierno se acercó.» Y millones lo están sufriendo

El frío extremo se apodera de EE. UU. mientras el «jet stream» (la corriente en chorro) se dobla bajo el cambio climático.

(Corriente en chorro, jet stream en inglés, es un flujo de aire relativamente fuerte e intenso que se produce en las atmósferas de algunos planetas, incluyendo la Tierra.​ Es el equivalente de las corrientes marinas). Los pronósticos previos a la Navidad prevén una caída rápida de las temperaturas -que ya está sucediendo desde ayer- y una posible «bomba ciclónica» porque la corriente en chorro es más irregular de lo habitual. Una inmersión extrema por la corriente en chorro a través de América del Norte está impulsando la cuña de aire frío hacia el corazón de los EE. UU. y empujando las temperaturas por debajo del punto de congelación hasta las costas del Golfo de México. Es el tipo de evento que podría volverse más común a medida que se acelera el cambio climático. Los signos de un cambio repentino en la corriente en chorro se pueden ver en las temperaturas del jueves y sus pronósticos. La temperatura mínima en Montana llegó a menos -45.6 C, según el Centro de Predicción del Tiempo de EE. UU. Se esperaba que el máximo de temperatura en Chicago, 0,6 de grado, cayera a -17° durante la noche. El Central Park de Nueva York pasará de 12° hoy viernes por la tarde a -10° en cuestión de horas, mientras que en Dallas se pronostica que el máximo de 7° del jueves caerá a -12°. Miles de vuelos ya han sido cancelados en una de las épocas de viajes más concurridas del año.   La fuerza detrás de esta profunda congelación es el frío transportado desde el Ártico por la corriente en chorro, una cinta de fuertes vientos que rodean el globo. “Con el clima tan loco, puedes apostar tu último dólar a que se debe a que la corriente en chorro es más loca de lo habitual”, dijo Jennifer Francis, científica principal del Centro de Investigación Climática Woodwell en Falmouth, Massachusetts. Estas torceduras agudas en las corrientes en chorro son un sello distintivo del clima cambiante, al igual que los desastres climáticos extremos, como sequías, inundaciones y olas de calor. El verano pasado, otra curva pronunciada en la corriente en chorro causó un calor récord en todo el estado de Washington y Oregón, mientras bombeaba aire más frío hacia el centro de los EE. UU., provocando inundaciones devastadoras en Missouri y Kentucky. La helada prenavideña en los EE. UU. es uno de los ejemplos más poderosos de una corriente en chorro torcida en diciembre, dijo Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connections. Encontrar un ejemplo anterior significaría mirar hacia atrás hasta diciembre de 1983. Lo sorprendente del frío de esta semana es que llega durante una temporada relativamente templada hasta el momento. “Un evento como este puede ocurrir naturalmente”, dijo Masters. “Pero con la interrupción de los patrones climáticos globales que trae consigo el cambio climático, aumenta la probabilidad de ver eventos climáticos inusuales en cualquier temporada”. La entrega del frío de la corriente en chorro directamente desde el Ártico también proporciona la mitad del combustible que necesitará la tormenta de invierno que cruza los EE. UU. para explotar en una bomba ciclónica. La otra mitad es el aire húmedo anormalmente cálido que sube del Golfo de México, que al igual que el Atlántico en su conjunto, está “teniendo fiebre”, señala Jennifer Francis. “Esos enormes contrastes de temperatura son de lo que están hechos las bombas ciclónicas”. La tormenta lanzará ráfagas de más de 100 km por hora en zonas del norte de EE.UU. y de la Costa Este, suficiente para derribar ramas de árboles y causar apagones generalizados. También provocará una fuerte marejada ciclónica en la costa de Nueva Inglaterra justo cuando las mareas estén en su punto más alto debido a la luna nueva. Masters advirtió que Portland, en Oregón, también podría experimentar algunas de sus mareas de tormenta más altas desde 1978, cuando una ventisca masiva enterró el noreste bajo pies de nieve, todo gracias a una curva inusualmente pronunciada en la corriente en chorro.

Comentario de AgendAR:

No hay mucho que agregar a esta información de Bloomberg, tan parroquialmente concentrada en los EE.UU. Pero los fenómenos climáticos no saben de fronteras. Es necesario que Argentina se prepare ante un hecho contraintuitivo: el calentamiento global en curso alimentará fenómenos extremos, tanto de frío como de calor. La popular película catastrófica «El día después de mañana» puede verse como un documental 🙂 Si ubicamos esta noticia en la sección Internacional, es por un factor muy práctico: este fenómeno hará que el gobierno y la sociedad estadounidense se preocupen aún más por el cambio climático. Lo que va a tener consecuencias en el comercio internacional. El gobierno y los productores argentinos deberán tomarlo en cuenta.

Abel B. Fernández

 

El último Jumbo. La saga de los aviones gigantes – Conclusión

La primera parte de esta nota está aquí.

Presentado el Jumbo Jet en la feria de aeronáutica de París en 1969, aquel año La Reina del Aire estableció, junto con el descenso en la Luna de Armstrong y Aldrin, varias décadas en las que el planeta se resignó admirativamente a la superioridad tecnológica estadounidense en casi todo, países socialistas incluídos. Qué modo de malgastar esa fama, los yanquis…

              Nadie habría entonces imaginado que tan pronto como en los ’80 Japón destruiría a los USA en electrónica y diseño automovilístico dentro del mercado yanqui. Nadie habría previsto que esas industrias e incluso la emergente informática se escaparían sin regreso de EEUU rumbo a la China post-maoísta para entregarse allí a un “dumping” laboral y ambiental como no los vió ni Charles Dickens. Y todo eso con las bendiciones de Washington y Beijing.

              Ningún país contribuyó tanto como EEUU a la grandeza de su único rival de hoy, que ya no es ni la ceñuda URSS ni la loca Rusia subsiguiente, sino China, aquel lento país de campesinos. Como dijo un tal Vladimir Ylich Ulianov, la angurria de los capitalistas les hace venderte la soga con que los vas a ahorcar. Y la soga fue tecnológica, y su primogenitura el Esaú autodenominado Uncle Sam la canjeó por un estúpido plato de lentejas de trabajo semiesclavo y contaminación gratis en China.

              Boeing, Airbus y Embraer tienen fábricas de aviones de pasajeros en China, y no son pocas ni chicas ni recientes, ni se limitan a componentes: producen aviones completos. Sería esperable que China se hubiera vuelto un fabricante emergente, el equivalente de Embraer o de Bombardier.

              Pero no es para todos la bota de potro, como dicen en Chacharramendi: la corporación china COMAC ya tiene un bimotor de fuselaje estrecho capaz de competirle al Boeing 737 MAX y el Airbus A 320 Neo y se propone construir 2000 de esos. Sin embargo, es un avión pesado (todo aluminio, cero plásticos compuestos) y le falta alcance: no tiene muchas chances de venderse fuera del mercado interno chino, aunque éste sea gigantesco. Así las cosas, la aviación de pasajeros todavía seguirá un tiempo en plan de club de rubios, con la notable excepción de la brasuca Embraer en jets de cabotaje.

              En 1973 el precio del petróleo se disparó, y con él el del kerosene JP-1 que usan las turbinas aeronáuticas, y con todo ello también el precio de los asientos. Boeing respondió a la crisis con Jumbos de fuselaje alargado a 76,60 metros para empaquetar cada vez más pasajeros en clase turista, y remotorizando Jumbos con turbofanes cada vez más bocones y eficientes.

           Los Jumbos y la desrregulación aérea del presidente Ronald Reagan hicieron explotar el mercado aeronáutico. Éste se masificó y adoptó el penoso –para los pasajeros- esquema “hub and spoke” (eje y radio, en referencia a las ruedas de bicicleta), del que va saliendo en este siglo.

              Con este modelo, cada país tiene un número limitado de aeropuertos grandes, de supertransbordo, a los que se llega desde lejos en aviones de fuselaje ancho, y desde los cuales la gente se reparte hacia otros “hubs” o a sus destinos finales en aviones más flacos, chiquitos y de menor alcance. Esta fue la norma del Hemisferio Norte, donde está el 90% de la Humanidad y no hay tanta superficie oceánica.

Cada vez más bocones, los 4 turbofanes del Jumbo. Pero para competir en eficiencia con los rivales de hoy, deberían ser sólo 2, y tan grandes que en pista irían arando el suelo.

              El “hub and spoke” cambió la aviación: las líneas podían servir a más aeropuertos con menos aviones, aunque enormes, y estos volaban con las clases turistas atestadas hasta la obscenidad. La distancia horizontal entre respaldos fue disminuyendo del 1,08 metros a los 70 cm. habituales en las low-cost de hoy, mientras el ancho del asiento bajaba de medio metro a 42,5 cm., lo suficiente para que sobre la línea de pasillos, la gente XL viaje con medio culo en el aire.

              Los tramos largos se volvieron una tortura minuciosa para lungos, patilargos y corpulentos, y también un riesgo de trombosis venosa profunda en las patas de los que tienen asuntos coagulatorios como las arritmias auriculares, frecuentes pero raramente diagnosticadas. Los trombos (son coágulos) pueden obstruir de pronto las venas de miembros inmovilizados durante muchas horas, los cuadros son súbitos, dolorosos y si no se atienden a tiempo te llevan a la amputación, o peor.

              El problema está potenciado porque toda turbina gasta menos en la tropopausa, que es la división entre tropósfera y estratósfera. Normalmente esa interfase está a 12.000 metros sobre el nivel del mar. Allí se vuela con una presión de aire en cabina de 0,68 atmósferas, la normal a 3000 metros sobre el nivel del mar, como a medio camino entre La Quiaca y Tilcara, para decirlo en “jújeño”.

              Como afuera del avión reinan condiciones casi de vacío industrial, los fuselajes subpresurizados viajan menos inflados por el diferencial de presiones, y sus componentes metálicos sufren menos “fatiga de materiales”, o propagación de microfisuras. Con su cóctel satánico de inmovilización e hipoxia, las aerolíneas buscan alargar sus márgenes de ganancia y la vida útil de los aviones. No así la de los pasajeros.

Tremenda manga de hijos del Gran Houdini… los pasajeros no se olvidan nada a bordo cuando escapan de un avión en llamas, aunque eso demore su salida y la de los otros, y los mate –si escapan- de neumonitis pulmonar si aspiran demasiado humo. Entre eso y los asientos amontonados, de esa regulación que manda salir en 90 segundos, olvídate, cariño.

              Por otro lado, en caso de accidente en pista (y el 80% de los accidentes ocurren allí), las filas de asientos pegadas entre sí se llevan pésimo con aquel solemne requisito de la FAA que dice que un avión debe ser enteramente evacuable en 90 segundos.

              Esa otrora prestigiosa agencia asegura haber hecho testeos de evacuación de diversos aviones con 775 voluntarios más bien voluminosos, y jura que el empaquetarlos como ganado no alargó jamás el tiempo de salida. Lo cual se da de palos con la lógica, la física, las asociaciones de defensa del consumidor y los gremios de azafatas/os.

              Los 775 voluntarios de la FAA debían ser hijos y nietos del Gran Houdini. La historia brutal y dura demostró que un Jumbo accidentado en pista jamás pudo vaciarse en 90 segundos, incluso en los ’70, cuando las filas de asientos de clase turista estaban decentemente separadas, el yanqui varón adulto promedio pesaba 7 kg. menos que hoy, y la gente en la cabina a lo sumo llevaba un bolsito. Y eso se demostró con cadáveres.

              La Boeing ganó plata a lo perro con el Jumbo y a la prolongación del milagro contribuyó mucho su 747-800 de 1988 para sólo 416 pasajeros, aunque capaz de volar 13.450 km. sin escalas, casi el doble que el modelo inicial.

              Terminando el siglo XX, Boeing venía quebrando y/o absorbiendo a sus rivales, y en ese canibalismo adquirió los vicios de “management” de una de las empresas devoradas, McDonnel Douglas, cuya plana estaba atiborrada de financistas, abogados corporativos y marketineros.

              Eso le cambió la cultura. Boeing incluso puso su nuevo “headquarters” en Saint Louis, a 3300 km. de la vieja y enorme fábrica de grandes aviones de Everett, demasiado llena de ingenieros aeronáuticos, técnicos, laburantes y otra gente demasiado real. Como ciertos endoparásitos neurológicos, McDonnell se comió el cerebro de una firma que había sido tecnológicamente revolucionaria.

              Eso se agravó con una segunda forma de endoparasitismo: la FAA dejó en manos de la ahora todopoderosa Boeing departamentos enteros de licenciamiento de sistemas. La Boeing les pagaba los salarios. Fue como poner al perro a vigilar los chorizos del asado.

              En los años ’40 y en un marco competitivo (hasta la Ford fabricaba aviones, entonces), las burocracias federales eran distantes, profesionales y estables, no nidos de ratas corporativas. La confianza en Boeing por parte de los viajeros frecuentes de EEUU era tal que circulaba aquel refrancito: “If it’s not Boeing, I’m not going” (Si no es un Boeing no me subo).

              Hoy, en otro marco económico, político, regulatorio y tecnológico surgen solitas aberraciones con alas como el Boeing 737-800 MAX, del cual despotriqué de sobra aquí. Y sí, Bro, si hoy no te subís a un MAX, “you are not going”. No quedan muchos otros modelos de fuselaje ancho y media distancia, ni hay muchos otros fabricantes que hayan sobrevivido. Si no te gusta hacés dedo, pibe.

              Cuando perpetró este ataúd con alas, el 737-800 MAX, Boeing llevaba décadas de monopolio mundial. Pero ya a caballo de otros aviones, porque las defensas para-arancelarias de la FAA habían sucumbido. El fundamento legal de la FAA para impedir el arribo del Airbus 300 tenía por fundamento estadístico la seguridad de las turbinas y su potencia.

              En los ’60 y ’70 era mejor hacer largas distancias con cuatro motores, y no con tres y menos que menos, dos: las plantadas espontáneas de turbina eran menos infrecuentes que ahora. Llegar a la primera pista larga a mano con dos tercios o con la mitad de la potencia motriz no era imposible, pero –como admiten los pilotos- “volando con el traste lleno de preguntas”.

              En 1980, literalmente aburrido de triunfar con el Jumbo pero anticipándose a la futura competencia europea, el director de ingeniería de Boeing, Dick Taylor, se atrevió a preguntarle a Lynn Helms, director de la FAA si no pensaba relajar un poco aquella regla. Helms le ladró: “Va a ser hacer frío en el infierno antes de que yo permita que vuelen bimotores en tramos largos sobre agua”. Las relaciones incestuosas entre Boeing y la FAA todavía eran cosa del futuro.

              En 1985, sin variaciones demostrables de la temperatura del infierno, Ronald Reagan había sido reelecto como presidente y era el mismo que en su primer período le había impuesto horarios de mierda a los controladores aéreos, que de suyo viven con el mate fundido. Y cuando estos fueron a paro nacional, los echó a la calle y los hizo sustituir por personal de la Fuerza Aérea. El tipo era un desregulador.

              Así las cosas, la FAA de Reagan dictaminó que se podía llegar a EEUU (el mayor mercado aeronáutico del planeta) con tres motores y también con dos, y desde distancias hasta la costa crecientemente mayores. La nueva regulación se llamó ETOPS, acrónimo de “Extended Twin-engine Operations” (vuelos extendidos con dos turbinas). Los pilotos, gremio turro si los hay, interpretó la sigla como “Engines Turn or Passangers Swim” (o los motores funcan, o los pasajeros nadan). Pero se la tuvieron que bancar.

              ETOPS habilitó a operar hacia y desde EEUU a una plétora de competidores del Jumbo con trimotores e incluso bimotores de fuselaje ancho y dos pasillos: los Lockheed Tristar, los Airbus 310 y el todavía novedoso 767 de Boeing, en competencia con su mamá, la Reina Jorobada. Ya lo dijo Shakeaspeare en King Henry: “Uneasy rests the head that wears the crown” (La cabeza que lleva la corona no duerme tranquila).

              Y aún así, acosado incluso por sus sucesores de igual marca, a fines de siglo el Jumbo seguía inexpugnable en nichos extrañísimos para grandes aviones, como el de cabotaje en Japón, China y el Sudeste Asiático.

              En Haneda, Tokio, en 1995 y a punto de salir para Hiroshima, recuerdo haber visto, con bastante incredulidad, hasta 10 Jumbos en el aire en planeo final hacia la cabecera de aterrizaje. Debía haber más, pero invisibles por la distancia y la humedad aérea primaveral. Iban enfilados uno tras otro, como vagones de tren, separados entre sí por la distancia mínima para que la estela de turbulencia del avión al frente no hiciera flipar al de atrás y lo dejara con las ruedas para arriba. Ese cuadro no lo había visto en ningún otro lado. Puro espíritu banzai y nervios de acero, esos pilotos japoneses, pero también un avión que logra, andá a saber cómo, tener comandos efectivos a bajas velocidades. Otra hazaña técnica de Joe Sutter, y van…

              Mi avión (y los que vi en el aire) volaban atiborrados. Faltaba gente parada y aquello era el subte de Tokio. Ya sin ninguna protección regulatoria yanqui, la reina de los cielos se atrincheraba en nichos de “cabotaje extremo” en el Sudeste Asiático para no abdicar. Y Boeing, aún revolcándose en dólares, no se atrevía a discontinuar su paquidermo-ícono aunque le obturaba mercados a sus bimotores nuevos, y sencillamente porque seguía siendo un avión de la gran siete.

              ¿No le pasó lo mismo a Ford en el mercado argentino con su Falcon? En EEUU apareció en 1960 y desapareció en 1970 sin dejar ni recuerdos. Aquí Ford se tuvo que bancar al Falcon en línea de producción hasta 1991, aunque era autocompetencia de todos los sedanes posteriores de la casa, como el Taunus y el Sierra, notoriamente menos robustos. Las reinas no abdican fácil.

              Boeing logró llegar a 2007 con un único rival: el consorcio pan-europeo Airbus. A partir de las regulaciones ETOPS, ambos fabricantes se volvieron un dupolio que se repartía el mundo con cierta armonía, al estilo de Nu y Eve, las mellicitas del Nueve. Pero la buena leche se rompió los europeos atacaron al Jumbo con su A380, el mayor jet de pasajeros construido jamás.

              Este gigantón de hasta 660 asientos y dos pisos corridos completos, desde el cockpit hasta el cono de cola, se volvió la opción favorita de Emirates y Qatar, las aerolíneas nacionales de las petromonarquías dueñas de “super-hubs” de transbordo, que redistribuyen pasajeros entre Norteamérica, África y Eurasia.

El brutal A380 de dos pisos corridos desde cabina a empenaje, y la cantidad de azafatas que solían poblarlo hasta que Emirates cajoneó los 118 que se compró al cuete: el mercado abandonó el modelo “hub & spoke” por el “point to point”. Rey del Aire, pero brevemente. Grandote y al cuete.

              Luciendo más chequera que cabeza, algo casi obligatorio en esa parte del planeta donde cada sheik, emir o rey debe mostrar cada día que la tiene más larga que el vecino (la chequera), Emirates revoleó su flota de Jumbos y se compró los A380 en número de 118 de un saque, y sus relacionistas públicos lo bautizaron «Superjumbo» y “Rey del Aire”, creo que sin oposición de Airbus. No faltó quien lo llamara «Titanic del Aire» hasta que le dijeron que era una mala idea.

               Es difícil entender el tamaño de un A380, pero un dato que puede ayudar es que para Hach, la gran peregrinación a la Meca que resulta obligatoria al menos una vez en la vida para los musulmanes y ocurre en Julio, el fuselaje puede reconfigurarse para cargar hasta 860 pasajeros.

              Hoy Emirates no sabe muy bien qué hacer con sus Reyes del Aire. Airbus sí sabe: lo mató, discontinuó la fabricación. Y es que el mundo aeronáutico postpandémico va dejando atrás el modelo “hub and spoke”, y se mueve mejor con bimotores angostos pero intercontinentales, como el Airbus A 350 y el Boeing 777. Sólo se tienen algunos anchos para los enlaces entre sitios de supertransbordo, o los picos de demanda. Como en el ajedrez, cuentan más las reinas que los reyes. Y eso porque las reinas se mueven por todos lados.

              En 2020 y parte de 2021 los aeropuertos de todos los tamaños estaban despoblados por la pandemia. Los aviones de aerolíneas que lograban volar se ganaban la diaria moviendo carga, y no sólo en bodega: desmontar asientos es fácil. Pero ya actuaba otra corrosiva intercurrencia tecnológica: los pasajes comprados por Internet no sólo habían exterminado las agencias de viajes remanentes, sino que venían desperdigando a los pasajeros según nuevas divisorias de clase.

              Por un lado iban quedando los ejecutivos, con sus viajes pre-planificados (y por ende, más baratos), en general en “business” dentro de horarios más o menos compatibles con la jornada laboral en el sitio de llegada. Pero por otra parte estaba la mesnada turística, que se banca tratos de barco de trata por la imposibilidad de planificar sus viajes a calendario completo. Con usuarios tan disímiles, los aviones demasiado grandes empiezan a salir con asientos vacíos.

              Las aerolíneas contraatacan con flotas menos rígidas: bimotores flacos de un solo pasillo pero de un alcance impensable en los ´80. Los turbofanes son tan bocones que van arañando el piso, y el aluminio fue masivamente sustituido por fibra de carbono y titanio como materiales preponderantes. Ergo, las células pesan decenas de toneladas menos para igual cantidad de asientos, y al ahorrar hasta un 20% de combustible respecto de los modelos de fin de siglo, permiten volar entre aeropuertos chicos que antes eran únicamente sitios de cabotaje.

              A las aerolíneas eso les permite menos frecuencias y salir siempre con asientos llenos. A los pasajeros, por su parte, les evita la pesadilla de los grandes “hubs”, los intraducibles y caóticos aeropuertos de supertrasbordo, mejores lugares del mundo para perderse una salida porque tu vuelo de llegada se retrasó, o la señalética era una bosta y la distancia entre terminales, enorme. Excelentes sitios para que tu equipaje termine en Kuala Lumpur, además, aunque vos volvías a Lanús.

              El espinazo de una flota flexible hoy pasa por aviones flacos, de un solo pasillo y con sólo dos motores, aunque te llevan tan lejos como los de un un viejo Jumbo 400.

              Es imposible remotorizar el ultimísimo Jumbo que se fabricó, el 747-8, con sólo dos de estos turbofanes tan modernos y bocones. De fábrica, el último Jumbo vino con las 4 consabidas General Electric (GE) 2B67B, de 30,12 toneladas de empuje cada una. Pero si quisieras rediseñarlo para volar con sólo 2 turbinas, éstas deberían rendir 61,2 toneladas por unidad. Y todavía no existen.

     

Último intento británico por seguir fabricando aviones de pasajeros: el ya discontinuado Bae 146, cuatrimotor de cabotaje y con ala alta. En estos tiempos pijoteros, una suma de rarezas.

              Lo más polenta hoy por hoy son las GE-90, de 52,5 toneladas de empuje. Pero si se las calzás a un Jumbo, los despegues se volverían largos y peligrosos, y está el problema de adónde corno ponerlas en la célula. En lugar de 2,66 metros de boca, las GE-90 miden 3,30. Colocadas bajo las alas de un 747-8 irían literalmente arando surcos en la pista.

              Se podría alargar el tren de aterrizaje para subsanar el asunto, pero esto obligaría a cambios drásticos de ingeniería en el fuselaje y alas. Otra opción sería ponerle alas altas al 747, como las del viejo, pequeño y hermoso Bae 144, el último gran esfuerzo de Inglaterra de no desaparecer como diseñadora de aviones de pasajeros. Quizás el resultado se parecería un poco al carguero militar Lockheed Galaxy.

              Pero es al cuete rediseñar dinosaurios. Es tiempo de mamíferos.

              La última tecnología que terminó decidiendo el retiro de la Reina Jorobada se llama Zoom. Los ejecutivos con chapa prepandémica de “frequent flyers” viven más y mejor en la Internet que en aviones. La presencialidad laboral extrema también empieza a ser cosa de dinosaurios corporativos.

              También gracias a la Internet, los pasajeros ocasionales pueden peinar finito la oferta y comprar con antelación ofertones de vuelos directos punto a punto, sin transbordos. No sin que a tres o dos semanas de tu partida la aerolínea cuente asientos vacíos, suprima tu vuelo y te avise por Wattsapp que viajás después, pero siempre en plan sardina. Y andá a patalear.

              Cualquiera que entienda de medicina aeronáutica evita volar al cuete. La pandemia se volvió endemia, lo que significa que el SARS CoV2 sigue jodiendo, pero lo acompañan en franca e insólita “tridemia” el virus sincicial y los mutantes gripales. El distanciamiento social de 2020/21 los había dejado sin suficientes víctimas y hoy vuelven a cobrarse capital e intereses.

              Hoy el Ministerio de Salud en Argentina está seriamente julepeado que los hinchas que viajaron a Qatar no se vengan desde Medio Oriente con otras endemias regionales respiratorias virales que aquí hemos logrado expulsar, como el sarampión, u otras que nunca tuvimos, como el MERS (muy letal). Ver aquí.

              Sucede que la renovación de aire dentro de las cabinas es, medida en masa, aproximadamente del 10% por hora. Inyectar aire puro desde afuera del fuselaje es una buena idea pero tiene dos problemas: la presión estática en la tropopausa es de vacío técnico, y la temperatura de 40 o 50º bajo cero.

              Eso explica que cada hora se filtre y recircule el 90% del aire de cabina, con un uso mínimo de aire externo, y al que no le guste, puede volar en apnea. Si algún alienígena invasor diseñara un aparato de diseminar porquerías pulmonares, inventaría un jet intercontinental. Por algo el virus SARS CoV2 emergido en Wuhan a fines de 2019, tres meses más tarde estaba en todo el planeta, salvo la Antártida: viajó y viaja en avión.

La incipiente amenaza china: el COMAC B-001 en el aeropuerto de Pudong, en Shangai, 2017. El PCCH dice que van a fabricar 2000 en 20 años, pero eso excede no sólo el mercado local y el mundial de cabotaje, sino la capacidad de compra de componentes extranjeros del país.

              La Reina Jorobada de los Cielos, que tanto nos cambió la vida, ahora irá desapareciendo del todo. Se va la Reina, y aunque el presunto Rey viene siendo un relativo fracaso, el mundo aéreo seguirá bimonárquico un tiempo gracias a la Unión Europea. Eso si la china COMAC, la rusa UAC y la japonesa Mitsubishi no se mandan alguna revolución conceptual.

              No hay peligro de que suceda rápido: aunque la gente cree exactamente lo contrario, ninguna tecnología es tan conservadora como la aeronáutica. ¿Por qué los aviones de pasajeros de hoy son morfológicamente tan parecidos al Boeing 707 de 1957? Cambian los materiales, cambia la instrumentación, cambia el software, pero la célula, muy poco. Las aerolíneas odian toda novedad que no les haga ganar más guita, y los pilotos odian la novedad en general, porque los obliga a vivir arrancando curvas de aprendizaje sin que por ello les paguen un mango más.

              Por ahora, a los enemigos de la bimonarquía yanqui y europea no les da el cuero para ninguna disrupción cuantitativa como lo fue el Jumbo, ni cualitativa como trató de serlo el Concorde. Por ende, larga vida a los grandes bimotores como el Boeing 777 y 787, o al Airbus 350. No vinieron a cambiar la Historia, pero los veremos hasta el hastío en lo que resta de la nuestra.

Daniel E. Arias

La ciencia dependiente

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Una investigación que rastreó los temas abordados en más de 16.000 publicaciones en revistas científicas antes de la pandemia, indica que la agenda de investigaciones biomédicas y de salud del CONICET refleja prioridades globales determinadas por el mercado, y también los determinantes económicos asociados al lugar que ocupa la Argentina en la división internacional del trabajo.

Si algo quedó al descubierto tras el surgimiento de la pandemia fue el estrecho vínculo entre las investigaciones biomédicas y el mercado, a nivel global. Al respecto, una publicación científica publicada el año pasado en la revista PlosOne, daba datos cuantitativos sobre la interrelación entre las principales empresas farmacéuticas y las universidades más prestigiosas del mundo. Ahora, el mismo grupo de investigación analizó la agenda de investigación en Ciencias Biológicas y de la Salud del CONICET, para detectar en qué medida los temas de investigación responden a a las necesidades locales y las realidades que atraviesan los países en desarrollo. “La agenda de investigación del CONICET responde a la denominada Teoría de la Dependencia Académica, porque la agenda global es la que marca cuáles son las prioridades para la agenda de investigación que impulsa este organismo nacional”, afirma la investigadora Mercedes Carrillo, que participó en ambos trabajos junto a colegas de diversas disciplinas de la Argentina, Canadá e Inglaterra, y recuerda que en el primero descubrieron que la agenda está enfocada en el estudio de enfermedades que son redituables a la hora de desarrollar intervenciones terapéuticas, que estaban hegemonizadas por una perspectiva de la biotecnología y la biología molecular, y que los principales actores eran las grandes instituciones académicas de los países centrales, pero entre mezcladas con las empresas farmacéuticas, que no aparecían como financiadoras sino como productoras de conocimiento. De manera similar, a nivel local, el análisis mostró que los temas investigados fueron similares, con una fuente impronta en el estudio de cuestiones vinculadas al cáncer o enfermedades cardiovasculares y metabólicas, haciendo uso de las mismas herramientas de la biología molecular y celular. “El paper logra mostrar de una manera contundente cómo la agenda de investigación en salud y biomedicina del CONICET está alineada con la agenda global, respondiendo a prioridades que no necesariamente están alineadas con las de la Argentina. , sabemos, por la publicación anterior, que esas prioridades globales están cada vez más influenciadas por las grandes empresas farmacéuticas”, coincide la economista Cecilia Rikap, que es coautora de este trabajo.
“La falta recursos hace que el sistema de salud esté completamente desarticulado del sistema de ciencia nacional”, dice Blaustein.
Al respecto, Matías Blaustein, que es biólogo molecular en el iB3 (FCEyN-UBA) y también participó en este estudio, aclara que en la agenda internacional la investigación sobre estos temas articula la investigación básica de laboratorio con aquella vinculada al tratamiento de pacientes en hospitales y en centros de salud. En la agenda del CONICET, en cambio, “eso prácticamente no existe”, explica. Según Blaustein, esa articulación entre el sistema de ciencia y el de salud es usual en los países centrales, adonde hay recursos para elaborar ensayos clínicos y desarrollos que luego sirven para impulsar fármacos o tratamientos. “Acá, la falta recursos hace que el sistema de salud esté completamente desarticulado del sistema de ciencia nacional, que queda condicionado a ser un exportador de conocimiento, es lo que se conoce como extractivismo de conocimiento”, aclara el especialista. Ambos trabajos se desarrollaron antes de la pandemia por COVID-19 (los últimos datos considerados son de 2018). En ese entonces, las investigaciones sobre enfermedades causadas por patógenos representaban menos del 1% de los temas que se investigaban en la agenda global, mientras que en la Argentina había un grupo diferenciado de publicaciones sobre la enfermedad de Chagas, que está asociado a términos de biología molecular pero para una temática que responde a las prioridades locales. En paralelo, en el país también se investigan otras cuestiones como alimentos funcionales u otras vinculadas a la producción agroindustrial. “Este nuevo trabajo no solo muestra que hay una clara evidencia de dependencia académica, sino que también da cuenta de que hay otra parte de la agenda nacional que en términos de dependencia académica no está tan alineada, pero que responde a producir conocimiento que favorece al lugar que tiene la Argentina en la división internacional del trabajo, vinculadas básicamente al uso de la biotecnología aplicada al desarrollo de conocimiento para el sector primario y de alimentos”, dice Rikap. Para llegar a estos resultados, el grupo de investigación relevó las publicaciones del CONICET que aparecieron en las 30 revistas científicas de ciencias de la salud y biomedicina de mayor impacto o prestigio en el mundo en dos períodos diferentes, de 1999 a 2008, y de 2009 a 2018. Luego, en las 16.309 publicaciones que encontraron, hicieron un análisis en busca de los temas más investigados mediante el uso de herramientas de big data. Específicamente, realizaron la búsqueda a través de los términos que aparecían en títulos, palabras clave y resúmenes. “Una de las cuestiones más complejas fue, al inicio, la selección de los términos a incluir. Tuvimos que hacer un trabajo de curado manual de información muy importante, de analizar los términos y establecer criterios de qué incluíamos y que no, dentro de lo que consideramos que era la agenda de investigaciones”, explica Carrillo.
“Hay otra parte de la agenda nacional que en términos de dependencia académica no está tan alineada, pero que responde a producir conocimiento que favorece al lugar que tiene la Argentina en la división internacional del trabajo”, dice Rikap.
Los términos vinculados a biología molecular y celular representaron más del 60% de las publicaciones y aquellos referidos al cáncer alcanzaron el 4% de los trabajos rastreados, aunque la prevalencia de estos últimos es inferior a la de la agenda global, al igual que los estudios vinculados con enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, los términos relacionados con otras categorías específicas, como inmunología, trastornos metabólicos o enfermedades neurológicas y de salud mental, mostraron casi la misma presencia en ambas agendas. Lo mismo ocurrió con las investigaciones relacionados con problemáticas socioambientales y ecológicas, que son marginales tanto en la agenda local como internacional. “Nuestra práctica está embebida dentro de un conjunto de prioridades o de políticas que muchas veces establecen las instituciones académicas y el Estado mismo, en las que se ponen ciertas prioridades. Si se analiza el Plan Argentina 2030 de CONICET, por ejemplo, las prioridades son de desarrollar herramientas tecnológicas que agreguen valor a las formas de producción que tiene el país, pero también es necesario analizar qué rol tiene el ambiente o qué lugar tiene la prevención, dentro de las prioridades que el Estado establece”, comenta Carrillo, que se especializa en el estudio de los efectos de los herbicidas sobre la salud humana y animal, un tema que no apareció en la agenda de investigaciones y al que  considera como uno de los “grandemente ignorados” por la agenda y las prioridades que se establecen en términos de política académica. “A la luz de todo lo que vimos y todo lo que sabemos ahora, sería interesante volver a analizar los contenidos de ambas agendas en los años que pasaron tras el surgimiento de la pandemia, porque es posible que las prioridades hayan cambiado, aunque las perspectivas de cómo se hace investigación en salud parecen sostenerse. El foco estuvo puesto en el desarrollo de las vacunas y dispositivos de testeo, por ejemplo, pero todo lo vinculado a prevención de enfermedades, acceso a agua segura, grupos de riesgo, alimentación, actividad fisica y otras cuestiones de salud pública, tuvieron muy poco lugar a la hora de considerar estrategias para mitigar los daños de la pandemia”, dice Carrillo. “En la segunda década que analizamos, aumentó muy fuertemente la cantidad de papers publicados en nuestro país. Eso es un correlato de la mayor inversión que se realizó en ciencia en esos años, pero el contenido de esa agenda siguió siendo el mismo e incluso se profundizó en algunos aspectos vinculados al cáncer o al agronegocio, y en lo que tiene que ver con la industria alimenticia”, agrega Blaustein, y enfatiza sobre la necesidad de empezar a establecer y reflexionar acerca del concepto de “discurso dominante científico”, que es el que impone una agenda a los países de la región, para poder debatir acerca de cuál es el contenido de la ciencia que le interesa hacer al país. “No alcanza solo con invertir más en ciencia, sino que es imprescindible que se discuta el contenido de la ciencia, ciencia para qué y para quién. De lo contrario, esa mayor inversión termina reproduciendo más cantidad de ciencia para al mercado, una ciencia orientada al servicio de ciertas corporaciones privadas como las farmacéuticas, el agronegocio, la megaminería o algún otro negocio extractivista, pero que no necesariamente responde a una agenda preocupada por los determinantes sociales o ambientales de la salud y la enfermedad”, concluye Blaustein.

Vanina Lombardi

Las consecuencias económicas de ser el país sede del Mundial, y el país que se queda con la Copa

(Aclaramos que esta nota de Esteban Lafuente fue escrita más de 3 semanas antes de la Final. Todo bien con el análisis económico, pero la emoción colectiva… no es medible).

Cada cuatro años, el Mundial de Fútbol paraliza a decenas de países alrededor del planeta. Se trata, posiblemente, del acontecimiento deportivo más relevante y convocante de la actualidad, que, a fuerza de goles, horas de televisión y millones de dólares construyó una maquinaria de negocios infinitos que excede el plano de los deportes.

Y, mientras los fanáticos de cinco continentes seguirán con atención el recorrido de la pelota y el resultado de sus equipos, los efectos de la Copa del Mundo de la FIFA también llaman la atención de investigadores y académicos, que buscan determinar el impacto económico del torneo y los potenciales beneficios que obtiene el campeón.

Según estudios recientes, ganar un Mundial genera efectos positivos concretos, más allá de la gloria deportiva y del cheque que recibe el equipo ganador, que en el caso de Qatar 2022 será de 42 millones de dólares.

Eso es, al menos, lo que concluye una reciente investigación del economista Marco Mello, de la Universidad de Surrey, que en su paper titulado A kick for de GDP: the effect of winning de FIFA World Cup (Un puntapié para el PBI: el efecto de ganar la Copa del Mundo) concluye que el país ganador de un Mundial experimenta un incremento de su producto bruto interno (PBI) de 0,25 puntos porcentuales en los dos trimestres posteriores a que su equipo se consagre campeón.

Utilizando herramientas de la econometría, el autor del trabajo coteja la evolución del nivel de actividad de los países de acuerdo con datos de la OCDE desde 1961 a la actualidad, y advierte una tendencia común en seis países que lograron levantar el trofeo dorado desde 1962 hasta hoy (Brasil, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra y España).

“El PBI muestra un acelerado crecimiento en los primeros dos trimestres después de ganar una Copa del Mundo de la FIFA”, concluye el analista, aunque advierte que salir campeón tiene “solamente un efecto positivo de corto plazo sobre el crecimiento”.

Al desarmar los factores que, según la investigación, sostienen esta aceleración en el crecimiento de la economía, el autor advierte que ese impacto se debe a “un incremento en las exportaciones”, que tienen, en promedio, un desempeño 6,2% superior a la tendencia previa en el primer trimestre posterior a que el país obtiene el campeonato, mientras que la dinámica de la inversión no tiene “efectos estadísticos significativos”. Pero, al mismo tiempo, esa mejora en el flujo de divisas y el saldo de la balanza comercial, aunque acotado en el tiempo, tiene un efecto concreto que impulsa el nivel de actividad en la economía.

Entre los casos más significativos, el autor incluye a Brasil en 2002, y asocia al triunfo del equipo de Ronaldo y Rivaldo en el Mundial de Corea y Japón con un mejor desempeño en el comercio internacional de la economía de nuestro país vecino.

“Ese efecto, posiblemente, resulte del mayor interés internacional que disfruta un país después de ganar la más renombrada de todas las competiciones de fútbol del mundo”, advierte el paper, que plantea que un argumento similar es esgrimido por los organizadores de los Juegos Olímpicos (también se disputan cada cuatro años) para intentar convencer a países de recibir a esta cita deportiva.

¿Y el país organizador?

 El autor encuentra un impacto positivo en el país campeón, pero sostiene que no existe un efecto económico considerable en los organizadores del torneo. Y son múltiples los reportes y papers académicos que dan cuenta de este punto.

En el caso de los Estados Unidos en 1994, que no realizó gran inversión en estadios y utilizó instalaciones existentes, los autores Baade y Matheson concluyeron que las ciudades en las que se jugaron partidos registraron pérdidas de 9300 millones de dólares de aquel entonces, cuando se había esperado un efecto positivo neto de 4000 millones de dólares, en la previa del campeonato mundial.

El gasto que realizan los países organizadores para el desarrollo de un Mundial y para la construcción o puesta a punto de las instalaciones (estadios, infraestructura) es un punto que envuelve de polémica a cada torneo. El de este año, en Qatar, será el más costoso de la historia, con desembolsos estimados en más de 229.000 millones de dólares por parte del gobierno de ese país asiático, que debió construir siete nuevos estadios, muchos de los cuales quedarán sin uso luego de la Copa del Mundo.

Son nuevos casos, esos últimos, de una lista que recuerda al Soccer City, de Johannesburgo, o a los brasileños de Manaos (Arena da Amazonia) o Brasilia (Mané Garrincha), que luego de 2014 quedó en estado de semi abandono y hasta fue utilizado como plaza de estacionamiento de colectivos.

Algunas investigaciones académicas destacan el efecto de recibir el Mundial en el sector del turismo (que tiene incidencia en actividades de servicios, hoteles, transporte), y esa es la apuesta de Qatar, un país sobre el que existen severos cuestionamientos por cuestiones referidas al respeto por los derechos humanos. Hubo, en tal sentido, investigaciones y denuncias por las condiciones adversas de trabajo para los obreros inmigrantes. Y es un país donde, por ejemplo, la homosexualidad es considerada ilegal.

Efectos cercanos

Más allá de los efectos macro de ganar la final de un Mundial –que en esta edición no fue a mediados de año, sino que se desarrollará en diciembre, justo días antes de la Navidad–, la realización de un torneo tiene efectos micro y cotidianos que se repiten cada cuatro años, y que están asociados fundamentalmente a cambios de hábitos de consumo, motivados por los encuentros para ver los partidos, en familia, entre amigos o en la oficina.

“El Mundial genera un montón de eventos vinculados a los servicios. Nos juntamos a ver el partido, compramos una picada, traen cerveza y demás. Se genera un movimiento especial que no ocurriría si no fuera por el Mundial”, describe el economista Andrés Borenstein, de la firma Econviews.

Además de rubros directos, como la venta de la camiseta de la selección, también se ven afectados otras áreas como los televisores: el Mundial genera una ocasión para renovar la tecnología y se cambia la estacionalidad de las ventas, con más operaciones que las habituales en los meses previos al torneo de fútbol.

Al mismo tiempo, se modifican horarios y dinámicas en el trabajo. “Es cierto también que hay que licenciar personal, sobre todo en las empresas más chicas, que paran todo para ver los partidos. Hay gente que trabaja menos por el Mundial, pero muchas de estas empresas que paran, si están trabajando a full, después recuperan”, concluye el economista.

Fusion nuclear: ¿qué lugar ocupará en nuestro futuro? Hablan expertos de la CNEA

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  • Tras el anuncio del Gobierno estadounidense sobre los avances en fusión nuclear, tres investigadores que trabajan en distintas áreas de la Comisión Nacional de Energía Atómica, CNEA, exponen sobre el tema. 

Casi como en una escena de ciencia ficción, la semana pasada en una conferencia de prensa desde la Casa Blanca se anunció que por primera vez en la historia se había logrado que la energía liberada en un proceso de fusión nuclear sea superior a la que se había utilizado para iniciar la reacción. La noticia, fue tapa de los diarios y portales de todo el mundo, como un paso más en el camino hacia la generación de energía a partir de este proceso, en un mundo que busca fuentes de energía diferentes a la de los combustibles fósiles, para poder frenar -o al menos mitigar- el cambio climático. También en AgendAR la publicamos, por supuesto, señalando a la vez algunas reservas sobre el anuncio. En este contexto, Télam-Confiar dialogó con tres científicos argentinos que trabajan en investigaciones vinculadas a la fusión nuclear: Ricardo Farengo, jefe del Grupo de Fusión y Fabiana Gennari, jefa del Departamento de Fisicoquímica de Materiales, ambos del Centro Atómico Bariloche (CAB), y Horacio Corti, del Departamento de Física de la Materia Condensada del Centro Atómico Constituyentes (CAC), dos instituciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica. – Para comenzar es importante explicar, ¿qué es la fusión nuclear Ricardo Farengo: La fusión nuclear es el proceso por el cual se produce la energía en el sol y en las demás estrellas. Casi toda la energía que se genera en el universo proviene de reacciones de fusión y, en ese sentido, la vida en la Tierra depende del sol y, por lo tanto, de las reacciones de fusión. -¿Qué diferencia tiene con la que se utiliza en este momento en las plantas nucleares? R.F.: Hay dos formas de liberar energía a partir de reacciones nucleares: una es lo que hacen las centrales nucleares en operación (como Atucha) que se llama fisión y básicamente consiste en tomar el núcleo de un átomo pesado (como por ejemplo el uranio) y fisionarlo (partirlo). Cuando esto ocurre, una pequeña cantidad de materia se transforma en una enorme cantidad de energía que puede ser convertida en energía eléctrica. En la otra punta de la tabla periódica están los átomos livianos, como el hidrógeno y sus isótopos, es decir deuterio y tritio. Entonces, la otra forma de producir energía es fusionar los núcleos de dos átomos livianos. En este proceso también se transforma masa en energía, y es lo que se conoce como fusión -¿Cómo se puede reproducir en la tierra este fenómeno? Fabiana Gennari: Es muy difícil acercar dos núcleos porque lo que pasa al hacerlo es que se repelen debido a que tienen carga positiva. Para vencer esta repulsión es necesario que los núcleos choquen a alta velocidad y esto se consigue calentando el combustible (mezcla de deuterio y tritio) hasta muy altas temperaturas. Al calentarlo, los átomos que lo componen se “rompen” (ionizan) separándose en núcleos y electrones. Una mezcla de núcleos (iones) y electrones a alta temperatura constituye un “plasma” (cuarto estado de la materia). Debido a su alta temperatura, el plasma tiende a expandirse y enfriarse. Por lo tanto, el problema fundamental de la fusión es cómo calentar el combustible hasta muy altas temperaturas y mantenerlo durante suficiente tiempo en ese estado. En las estrellas (incluido el sol) la fuerte atracción gravitatoria impide que el plasma se expanda y enfríe. A escala terrestre existen dos opciones para conseguir las condiciones necesarias para producir suficientes reacciones de fusión. Una es utilizar láseres de alta energía, como hizo el proyecto del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) de California cuyos resultados se anunciaron la semana pasada. La energía del láser se divide en gran cantidad de haces (192 en el experimento de Livermore) que se focalizan en un pequeño blanco de combustible. La energía depositada por el láser comprime y calienta el combustible hasta que se alcanzan la densidad y temperatura necesarias para que se produzcan las reacciones de fusión. La otra opción es la que se está probando en el proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor, en español Reactor Termonuclear Experimental Internacional) que utiliza campos magnéticos para confinar el combustible a alta temperatura. En este proyecto se apunta a generar 10 veces más energía que la que se utiliza para calentar el combustible. -¿Qué ventajas tiene la fusión nuclear sobre la fisión? F.G.: La generación de energía por fusión es un proceso sustentable, no genera emisiones de gases de efecto invernadero y sólo se produce helio. Lo que se usa para fusión es deuterio y tritio. El deuterio es abundante en la naturaleza y se lo puede obtener del agua del mar, por ejemplo. En cambio el tritio no es un elemento natural y puede ser generado como producto secundario de los actuales reactores de fisión. Dado que el tritio se descompone en otros compuestos en pocos años, para asegurar su provisión en los futuros reactores de fusión la idea es producirlo in situ a partir del litio-6, uno de los dos isótopos estables del litio. Como el litio natural está compuesto de dos isótopos, litio-6 (7,4%) y litio-7 (92,6%), los reactores de fusión necesitan contener compuestos con mayores cantidades de litio-6 para generar tritio in situ. La cantidad de energía que se produce por kilo de combustible (es decir por esa mezcla entre deuterio y tritio) es 10 millones de veces mayor de la que se produce con un combustible fósil. Entonces, eso hace que sea una tecnología muy atractiva -Más allá del anuncio de la semana pasada, entiendo que aún falta para poder generar energía por fusión a nivel comercial. Si se llegara a esto,¿qué lugar tendría frente a las energías renovables Horacio Corti: Creo que son complementarias. Los reactores de fusión, si se llegan a convertir en una realidad en la segunda mitad de este siglo, van a ser grandes instalaciones. Esto implica una energía centralizada para alimentar grandes ciudades; por supuesto que puede llegar a zonas alejadas porque en definitiva lo que estás transmitiendo es energía eléctrica pero, aún cuando la fusión sea un éxito y se obtenga energía limpia, las energías renovables van a seguir cumpliendo un rol importante sobre todo en zonas aisladas y en lugares como nuestra Patagonia que tiene fuentes muy importantes como el viento. (NATALIA CONCINA/Telam)

El último Jumbo. La saga de los aviones gigantes

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Para los anglogringos aviones y barcos son “shes” (ellas), sustantivos femeninos, ergo los muy majestuosos y/o exitosos se vuelven “reinas”. El Boeing 747 Jumbo Jet fue “la reina del aire” desde 1968 hasta el pasado 6 de diciembre de 2022. Ese día el último ejemplar fabricado hizo “roll-off” desde su descomunal planta fabril de Everett, Washington, EEUU. La pregunta del millón es si habrá otra reinas, y en realidad, si sigue la monarquía.

              Fue un reinado de 54 años y 1574 aviones en 9 variantes básicas y sus subvariantes, además de adaptaciones especiales militares, científicas y de gobierno (como el Air Force 1 de la presidencia de los EEUU). Y fue un reino seguro: en medio siglo largo de uso masivo se perdieron 61 aviones en accidentes al costo de 3722 vidas.

              Puede parecer mucho, pero no hay fabricante aeronáutico que le haga sombra a estas cifras de seguridad, incluida la Boeing de hoy. Y la seguridad aerocomercial, medida contra la de todos los demás medios de transporte terrestres y/o acuáticos, es imbatiblemente mayor. Lo dicen los actuarios de las aseguradoras.

              Sin embargo hace rato que la reina del aire está en quiebra. La última aerolínea de pasajeros que se llevó uno lo hizo en 2017 y el entregado el 6 de diciembre trabajará para uno de esos correos puerta a puerta. Todo este siglo, reconfigurados como cargueros, los Jumbo sirivieron en FedEx, UPS, Qatar, Cathay y otras de ese palo como “rappiteros del aire”. Les faltó llevar pizzas a comisarías.

              En esa proletaria posvida colaboró no poco esa joroba delantera, originada en un segundo piso tendido desde el cockpit de pilotaje hasta la vertical de las raíces de ala. En las aerolíneas esa cubierta extra, accesible por una escalera interior en caracol, se dedicaba a lujo y farra: asientos de primera, a veces camarotes, restaurantes y boliches “duty free”.

              Pero la noble joroba de La Reina tuvo un origen plebeyo e incluso ingenuo: en los ’60 Boeing creía (todos creíamos) que la generación siguiente de aviones de pasajeros sería supersónica, como el comercialmente fallido Concorde anglofrancés. Boeing estaba testeando prototipos de un avión equivalente, el SST, y la URSS, inimitable en imitaciones, clonó su propio Concorde, el Tupolev 144, que la prensa canalla bautizó “el Concordsky”.

              A Boeing la disuadieron de vender su SST decenas de ONGs, condados, municipios, estados y provincias de EEUU y Europa Occidental. Todos declararon, por la salud de sus ventanas y de sus habitantes, que no se bancarían el doble estampido causado por el sobrevuelo de un avión a 2180 km/h, el doble de la velocidad del sonido, aunque pasara a 18 km. de altura.

              Como consecuencia, sólo quedaron 14 Concorde desplegados sobre rutas marinas entre diversas capitales sobre el Atlántico y el Índico, que se fueron recortando al vuelo diario entre Nueva York y Londres entre 1976 y 2003. La British Airways y Air France perdieron plata a borbotones durante 27 años por la voracidad de los turbojets de sus dos ínfimas flotas supersónicas.

              Y no por no fajar a los 98 pasajeros, ojo. Ambas líneas vendían el “ida y vuelta” Londres-Nueva York a U$ 12.460 en dólares equivalentes de 2020. Pero eso sucedió cuando –Jumbo mediante- cualquier ratón cruzaba el charco en líneas “low cost” por menos de U$ 100 la ida, subiéndose al primer Jumbo disponible sin reserva previa y garpando al embarcar, como en un bondi. Si los supersónicos eran el futuro, el Jumbo se lo comió y todavía no resucita.

Acceso al piso superior de un Jumbo 8, como quien dice, la escalera al cielo en el cielo.

              Equivocado pero no idiota, el jefe de diseño del Jumbo, Joe Sutter, supuso que el reino de los supersónicos estaba próximo y que su paquidermo subsónico terminaría reciclado como carguero pesado: tuvo razón por motivos equivocados. Como dijo el general prusiano Helmuth von Moltke: “La primera víctima de la batalla es el plan”. Pero le ganó una guerra a Francia.

              Ese morro de dos pisos del Jumbo nació para admitir un enorme portalón de carga lateral de bultos con una cirugía mínima, y seguir en el aire toda una posvida. Si Ud., oh lector, quisiera reventar a FedEx, UPS e incluso Amazon con una flota baratísima, hay decenas de Jumbos estibados en los desiertos norteamericanos de Mojave y Sonora desde hace 20 años. Salen volando recauchutados “joya nunca taxi” por chirolas: menos de U$ 80 millones la unidad.

              El Jumbo, reina jorobada pero dadivosa, volvió el cielo accesible a los laburantes fabriles del frío Norte de Europa, asalariados bien pagos y con convenios abundantes en minivacaciones. Lejos de llamar a una agencia para planificar su escapada y empilcharse fetén para viajar, en los ’80 los tipos se mandaban con la patrona y los pibes al aeropuerto más cercano a esperar que pintaran asientos sin vender en el primer Jumbo charteado, no importa si a Ibiza, Grecia, Turquía, Hawaii o Indonesia. Embarcaban con sus bolsitos, vestidos como inundados, y a bordo sufrían destrato y comida equivalentes.

              El Jumbo “destilingó” el mundo aeronáutico, lo volvió equivalente al de los bondis, y tanto lo logró que, primero, perdió su lugar en él y segundo, forzó al consorcio aeronáutico militar de la UE, EADS, a bautizarse Airbus y salir a cazar pasajeros en aquel Big Bang aeronáutico que provocó. Airbus debutó en 1972 con el intercontinental A300 de fuselaje ancho, que tenía –y en su momento fue una herejía ingenieril- sólo dos turbinas.

              Eran tiempos de industria muy regulada por los gobiernos en materia de ingeniería, operaciones y tarifas. La FAA (Federal Aviation Authority de los EEUU) defendía el mercado yanqui contra la operación de trimotores y bimotores en larga distancia alegando motivos de seguridad: con 4 turbofanes bajo las alas, si se te planta uno sobre el Atlántico y llegás a la costa 3. Con 2 quizás también, pero estadísticamente sería rarísimo que tengas dos plantadas de turbina en el mismo vuelo.

              En cambio con el bimotor A300 de Airbus, perdiste un turbofan sobre el mar y quedás a mitad de potencia, volando atravesado como caballo de granadero, lo que aumenta la resistencia aerodinámica, y que Dios te ayude a llegar a alguna costa, brother.

              Pongámosolo en números modernos: si se te clavó una turbina con un Jumbo 400 de los de 1988, la relación potencia/peso se cae de 1 a 4,7, con un trimotor más moderno como el McDonnell Douglas MD-11, de 1 a 5,5, y con un nuevo bimotor Boeing 767-300 ER, de 1 a 6,6. A menor número de motores, incluso si son nuevecitos, mayor degradación de condiciones de vuelo cuando se te pianta uno. Si el lector se siente traicionado… tiene razón.

              Si nos ponemos en la mentalidad regulatoria de los ’70 y en las turbinas de los ’60, menos confiables que las actuales, las consecuencias se lee en estos términos. Estimados señores Airbus, Ltd: ni en pedo están autorizados a aterrizar o despegar desde EEUU con su A300. Métanselo donde les quepa, y viva el Jumbo. Colaciónese.

              Como los EEUU eran el mayor mercado de pasajes del planeta, y dado que las líneas aéreas grandes para estandarizar repuestos, mantenimientos y entrenamiento prefieren tener tropilla de un solo pelaje, el A300 se vendió mal y endeudó no poco a su fabricante.

              Con Francia y Alemania como socios principales de Airbus, Air France recién en 1974 se dignó a comprar los A300, y Lufthansa en 1982: pobre bestia, no la querían ni en su casa. Con ayuda regulatoria local, La Reina Jorobada se morfaba todo, incluida la única competencia armada para salirle al paso.

              El fuselaje del Jumbo era diseño hereje, a contramano de la aerodinámica académica: ¿cómo puede volar bien un objeto con tanto CX, o sección frontal, actuando como freno? Respuesta: porque existen los contadores, y cuando los juntás con ingenieros locos pero no boludos y añadís suficiente whisky, te arman un plan de negocios que te cagás.

              Aquel fuselaje cavernoso del Jumbo permitía dos pasillos en lugar de uno, lo que generaba un frente de 10 asientos en cada fila, formando una especie de minicine de la cadena Hoyts, pero con alas y sin pochoclo. Los Jumbos empezaron cargando con 366 pasajeros, casi el doble que los Boeing 707, Douglas DC-8, Vickers VC-10 y cuatrimotores por el estilo de otros fabricantes, lo que les dio a las primeras líneas con chequera para comprárselo la capacidad de hacer pomada a sus competidoras.

 

Fuselaje cavernoso con diez asientos por fila, como un cine de Hoyts pero con alas y sin pochoclo.

              Cómo habrá cambiado el mundo que el último Jumbo 8 lleva, señoras y señores, 660 pasajeros. Y aún así ninguna aerolínea lo quiere, por cuatrimotor. Gasta 2,5 litros de querosene más por kg. de carga útil que un bimotor 787 Dreamliner de igual marca. Y el combustible constituye el 60% del costo de la hora de vuelo.

              Para levantar el peso de despegue del primer Jumbo (arriba de 330 toneladas cargado de gente, valijas y querosene JP-1), esa tremenda célula (conjunto de fuselaje y alas) tenía la novedad de 4 turbofanes “de alta derivación lateral”.

              En cristiano derecho, eso significa que la mayor parte del empuje de esos motores sale de un enorme caudal de aire frío circulado por ventiladores alrededor del núcleo caliente de la turbina. Y esa masa de aire frío entubado empuja mucho más que de los gases de escape calientes de la combustión. Eso sí, los turbofanes son bocones, carecen de esa flacura aerodinámica y estrepitosa de los turbojets. Pero son más silenciosos y gastan MUCHA menos guita.

Tremenda bocota: hablamos del turbofan del primer Jumbo, no de la azafata Wiveca Ankarcrona, que se ligó un regalito corporativo. Y con los años vendrían cada vez mayores (las turbinas).

              La joroba de proa y esos cuatro motores con facha de barricas de totín bajo las alas hacían del Jumbo una figura rara en los aeropuertos setentosos. Y el tamaño… Al primer Jumbo le quedó “Salvador” por sobrenombre: los periodistas especializados entraban al hangar y decían: “Dios mío”. Bueno, aquí se habría llamado “Puta madre”.

              Los giles adictos a la aeronáutica siempre hemos creído en el Evangelio según Marcel Dassault, el diseñador del Mirage, quien alguna vez dicen que dijo: “Un avión lindo vuela bien”. El Jumbo lo contradijo: abundaba en cosas feas, como la joroba y los turbofanes, que lo frenaban aerodinámicamente pero ganaban plata, y por eso mandó a jubilación anticipada (es decir a entregar paquetitos, o a cocinarse bajo el sol de los desiertos norteamericanos) a todos sus predecesores.

              El gran secreto de ingeniería del Jumbo fueron sus alas. Tenían una flecha MUY pronunciada: un ángulo de 37,5º respecto del fuselaje, lo que combinado con el feroz empuje de los turbofanes, le daban unos insuperables 900 km/h en su altura crucero, de entre 12 y 15 kilómetros.

              Y para cargar con su corpachón de mamut en despegue y aterrizaje, el tren estaba formado por cuatro patas principales, dos bajo el fuselaje y dos bajo las alas, y cada una de esas patas tenía un “bogie” de 4 ruedas 4, en total 16, de 110 kg. de peso cada una, sin contar el tren de proa. Todo eso era muy asombroso.

              Los aviones muy veloces y pesados aterrizan a la velocidad de un estrellamiento controlado. Esto es aceptable en un caza supersónico: los pilotos de combate no siempre se jubilan. Pero un jet comercial que llegó a cargar 660 pasajeros en su versión más tardía y brutal debe poder pasar de vuelo rápido a lento sin caerse del aire. A recordar: el 80% de los accidentes aéreos ocurren en despegue o aterrizaje, cuando el avión vuela despacio para salirse de la corteza terrestre y subirse a la atmósfera, o la inversa.

              Nadie iba a ampliar los aeropuertos del mundo para darle más de 1500 metros de pista a la Reina Jorobada. De modo que para bajar la velocidad “de pérdida” (en la que el ala pierde sustentación) a unos modestos 275 km/h y usar pistas habituales, el ala del Jumbo esconde otra ala.

              En cualquier avión los flaps, al desplegarse en el borde de fuga del ala acentúan su superficie y convexidad y por ende su sustentación a bajas velocidades. En el Jumbo los flaps suman cuatro, pero de tres elementos cada uno, escalonados telescópicamente de a tres. El piloto decide cuántos se despliegan.

              Cuando uno los ve brotando del borde de fuga, uno tras otro, para un aterrizaje con avión muy cargado, comprueba que la superficie total alar total aumentó un 50% sobre los 554 m2 iniciales. Señoras y señores, una enorme ala rápida A se ha transformado mágicamente en una aún más enorme pero lenta y acampanada ala B, que estaba escondida dentro de la A. Chupate esa mandarina.

¿Cómo hizo Joe Sutter para hacer caber esos tanques de combustible desaforados en alas que tienen 4 flaps de 3 elementos? Lo sabe Magoya, como todo.

              Como se las arreglaron los diseñadores para hacer caber semejante origami metálico en alas que además están repletas de combustible desde las raíces hasta los winglets? Es verlo y sacarse el cinturón de seguridad para pararse y aplaudir a Joe Sutter, algo que las azafatas y comisarios de a bordo siempre se toman para el carajo.

              Ignorantes, que no saben siquiera quién fue Sutter aunque le deben el laburo, señor Juez. Pero era un genio y le cambió la vida al mundo. Yo habría viajado poco y muy de viejo sin Sutter. Y Ud., si milita en esta vida como honrado ratón tribunalicio, señor Juez, también. OK, OK, juro que no quise llamarlo “honrado”, marcho preso, no me peguen más.

            Joe Sutter, papá del Jumbo, longevo y lungo,n el ’68 cuando no los junaba naides. Para despedirlo, porque partió a los 95 pirulos y sin avión en 2016, va su foto. Ojo, que hay segunda parte.

(Concluirá mañana)

Daniel E. Arias

Neuquén y la CNEA acordaron un plan para reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada

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La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Adriana Serquis, y el gobernador de la provincia de Neuquén, Omar Gutiérrez, reafirmaron el compromiso de puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) al mismo tiempo que acordaron un plan para reactivar el funcionamiento de la misma, ubicada en la localidad de Arroyito.

La planta, la más grande del mundo, produce un insumo clave para las centrales nucleares argentinas, que también se utiliza a nivel internacional en la industrias electrónica y de insumos médicos, situación que convierte al agua pesada en un producto de exportación. “Con el gobernador Omar Gutiérrez acordamos empezar a trabajar en conjunto en la reactivación de la PIAP. En dicha planta, que tiene dos líneas de producción, se aplicaría una de ellas a la producción de 80 tn por año de agua pesada, mientras que la segunda línea se orientaría a la producción de urea, proyecto en el cual se trabaja en la elaboración de un plan de negocios y participa también Y-TEC”, dijo Serquis. El presupuesto 2023 del Poder Ejecutivo de Neuquén incluye una partida de 1.000 millones de pesos destinada a la PIAP, lo que muestra con total claridad la “decisión política del gobierno provincial de avanzar en la puesta en marcha del complejo industrial de Arroyito, uno de los más importantes del país”, dijo el gobernador Gutiérrez. Gutiérrez recalcó que, “trabajando juntos y a la par con el gobierno nacional, vamos a poder actualizar la PIAP, poniéndola al servicio del país y de la provincia, manteniendo las fuentes de trabajo y generando ingresos que se volcarán al sistema productivo”. La instalación es propiedad de CNEA y está operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad conformada entre la CNEA y la Provincia de Neuquén, que tiene la mayoría accionaria. Fue inaugurada en 1993 y su capacidad de producción era de 200 toneladas de agua pesada por año, porque se la pensó a fines de los ’70 para abastecer un programa de ocho centrales medianas de uranio natural. Por eso hoy es la mayor del mundo. El agua pesada es uno de los insumos principales en las centrales nucleares que utilizan como combustible el uranio natural. En la actualidad el principal objetivo para la puesta en marcha de la PIAP es la producción de las 485 tn que se necesitan para garantizar la provisión de las tres centrales en operación –Atucha I, Atucha II y Embalse- hasta el fin de su vida útil. Transcurridos los casi siete años que demandará el primer objetivo estimamos que Nucleoeléctrica Argentina SA tendrá la posibilidad de contar con el agua pesada que se necesite si comienza con la construcción de la segunda central tipo CANDU prevista en su plan estratégico, lo que disparará la producción de 500 tn más. Por otra parte, en la actualidad se trabaja en un plan de negocios orientado a la provisión de clientes extranjeros que, tal como se ha dicho con anterioridad, utilizan el agua pesada como insumo para electrónica y usos médicos. La importancia de la reactivación de esta planta radica en preservar la gran inversión que realizó el estado nacional entre 190 y 1993, al mismo tiempo que se mantienen fuentes de trabajo y crean nuevas, se garantiza la provisión de nuestras centrales nucleares y se generan divisas por exportación.

En Agronomía de la UBA ensayan una herramienta biológica para combatir el dengue

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  • El verano llega acompañado de mosquitos y de las enfermedades que transmiten, como el dengue, el zika y el chikungunya.

  • Un proyecto que lleva adelante un equipo de la Facultad de Agronomía de la UBA recurre al cultivo y sembrado de peces nativos que se alimentan de las larvas de mosquitos y contribuyen a disminuir la población de estos insectos.

  • La iniciativa ofrece asesoría y peces en forma gratuita a las instituciones que tengan estanques y piletas de agua estancada.

Aunque en los últimos años el dengue le viene dando un “respiro” a la salud pública, muchos expertos advierten que en los próximos períodos estivales las probabilidades de su regreso crecen. “En general, los brotes se registran cada tres o cinco años”, comentó Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario Cemic. Y recordó que los últimos dos brotes fueron en los veranos 2015-2016 y 2019-2020. Además, desde el norte, los contagios se han ido extendiendo hacia la zona céntrica del país con casos en Córdoba, Santa Fe y el AMBA, originados en la altísima densidad poblacional y el cambio climático. Ante este fenómeno que llegó para quedarse, la ciencia está probando diversas opciones preventivas, desde vacunas para reducir los contagios a alternativas originales para disminuir la población de mosquitos responsables de la transmisión del virus.
En este camino se inscribe una iniciativa original: sembrar de peces los estanques, piletas, fuentes, reservorios y otros cuerpos de agua estancada, donde los mosquitos ponen sus larvas para que éstas eclosionen en los momentos cálidos del año. La idea es que los cardúmenes insertados en esas aguas se alimenten de las larvas y contribuyan a hacer un control biológico y efectivo de los mosquitos. .
“Es un proyecto que ya está en marcha y la idea central es repartir estos peces, en las cantidades necesarias, y de manera gratuita, a toda asociación o entidad que los pida y quiera utilizarlos para sembrarlos en cuerpos de agua, de manera de controlar la proliferación de larvas de mosquitos en esos lugares, en forma segura y ecológica”, explicó Alejandro Koko López, docente de la cátedra de Acuicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba). Normalmente en las casas, la tarea preventiva contra el dengue se concentra en el descacharrado para que no haya acumulación de agua estancada. Sin embargo, existen espacios que no pueden vaciarse ya sea porque contienen un gran volumen de agua o porque se utilizan para regar. O, incluso, piletas. “La iniciativa que llevamos adelante desde la cátedra apunta a usar el control biológico del mosquito en aguas de uso productivo o recreativo”, detalló López, quien agregó: “El dengue está presente en la Argentina. En el año 2016, por ejemplo, hubo 42 mil casos, y en el 2020, casi sesenta mil”. Por ahora, explican desde la Fauba, comenzaron a hacer entregas de ejemplares, de manera informal, a algunas escuelas y asociaciones que ya pidieron. Pero, gracias a un subsidio para la extensión de conocimientos científicos que recibieron del Ministerio de Ciencia nacional, “estamos escalando el proyecto de manera de poder entregar en mayor cantidad y también poder supervisar en forma adecuada las implantaciones de peces que se van haciendo, de manera de poder verificar el bienestar animal”.

Control biológico

La idea del control biológico no es nueva y está bien documentada en publicaciones científicas. Pero el equipo de la Fauba le dio un par de vueltas de tuerca. Tras analizar diversas alternativas, los expertos en acuicultura escogieron dos especies de peces locales para que hagan de “controlador” biológico: Jenynsia lineata y Cnesterodon decemmaculatus, más comúnmente llamadas “Madrecitas”.
Madrecitas, dos especies nativas.
Madrecitas, dos especies de peces nativas que comen larvas.
“Hicimos esta elección porque ambas cumplen con varios requisitos importantes para esta tarea: al ser nativas están muy bien adaptadas al ambiente local, por lo que no es necesario utilizar –como se hizo en el pasado– especies exóticas, algo que suele provocar otros problemas ecológicos. Además, está estudiado que las dos resisten una gran diversidad de condiciones ambientales y ciclos del agua y por lo tanto los cardúmenes requieren muy poco esfuerzo de mantenimiento”. Y también son animales pequeños, fáciles de reproducir en cantidad en cautiverio, lo que facilita poder hacer frente a una eventual alta demanda de ejemplares con fines preventivos. Por otra parte, su dieta usual es la microfauna de los ecosistemas acuáticos y eso implica que en su nuevo “hogar” los peces no requieren alimentación suplementaria y el tamaño de las nuevas poblaciones se autocontrola en función del alimento disponible. Y, mientras viven, pueden mantener a raya la cantidad de larvas de mosquitos en ambientes acuáticos pequeños. Finalmente, también contribuye a su efectividad la voracidad de estos animales: “una ‘madrecita’ adulta puede consumir hasta cien larvas por día”, resaltó López. Finalmente, el experto en acuicultura concluyó: “Este tipo de sembrado es una estrategia de control efectiva de las larvas en el largo plazo. Ayuda a reducir el uso de productos y larvicidas químicos y es una práctica relativamente simple, que puede ser adaptada a todas las regiones del país donde haya aguas estancadas y riesgo de enfermedades transmitidas por los mosquitos”, concluyó el especialista.

Hacia las escuelas

El proyecto aporta un costado social extra: “formamos un núcleo asociativo y capacitamos en este tema a los alumnos de una escuela secundaria especializada en Ciencias Naturales que está en Villa Soldati. Así, en el futuro cercano, son esos estudiantes los que llevarán adelante la cría de ejemplares, recibirán los pedidos y programarán las entregas de peces para poder a llevar a cabo los sembrados en forma sistemática y abasteciendo a escuelas, clubes, asociaciones, empresas, que tengan este tipo de reservorios, fuentes o tanques donde los mosquitos puedan dejar larvas”, destacó el profesional de la Fauba. Además, el proyecto contempla también algunos aspectos inéditos: por ejemplo, hacer controles y visitas posteriores al sembrado original de peces para chequear la efectividad de su tarea de control, verificando que no haya larvas en agua estancada. Y también revisando las condiciones de bienestar de estos animales, un tema ético que toma cada vez más relevancia.

Enrique Garabetyan

Dice la Organización Mundial de la Salud «Las muertes por covid cayeron casi en un 90% desde enero»

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El número de muertes semanales por coronavirus cayó «casi 90% durante 2022 desde el pico alcanzado en enero», anunció este miércoles el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pero advirtió que «todavía hay demasiadas incertidumbres».

«Estamos en un lugar mucho mejor con respecto del que estábamos hace un año, cuando atravesábamos las primeras etapas de la ola de Ómicron, con un rápido aumento de casos y muertes», resumió Tedros en una conferencia de prensa en la que brindó un balance de 2022. No obstante, advirtió que «todavía hay demasiadas incertidumbres y lagunas para poder decir que la pandemia ha terminado». Las brechas en la vigilancia, las pruebas y la secuenciación no permiten determinar cómo está cambiando el virus«. El texto completo de la nota está aquí.

Fiesta

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Una alegría espontánea y generosa. Es imposible calcular con precisión los números, porque las concentraciones fueron en muchos lugares, en el trayecto del aeropuerto a la Capital, en la Avenida 9 de Julio, en la Plaza de Mayo, y en muchas otras calles y plazas. Y las multitudes se desplazaban. Pero es razonable estimar que millones de personas en todo el país se sintieron motivadas para movilizarse y expresar su amor a una Selección, a una bandera, sin que los moviera la hostilidad a nadie ni a nada. Y el número de incidentes, y de accidentes, fue menor, en proporción al número, que en el más tranquilo de los festivales de rock. La descripción más concisa la hizo una periodista, Mariana Moyano, en las redes sociales (citamos de memoria; hubo tantos tuits): «Los jugadores, el cuerpo técnico, la AFA, las familias de los jugadores, la gente, todos felices y agradeciéndonos mutuamente. ¿Las sectas? Peleando que si la casa rosada, que si la organización, que si el gobierno,…».

El Ministerio de Salud sugirió medidas de seguridad para los viajeros que regresen de Qatar

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El Ministerio de Salud emitió las siguientes recomendaciones que deben tener en cuenta las personas para prevenir enfermedades transmisibles que pueden adquirirse en ocasión de viaje.

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En eventos de gran magnitud, como es el caso de un mundial de fútbol, se deben considerar aspectos de salud pública. Entre los más significativos a tener en cuenta son las enfermedades transmisibles que pueden adquirirse en ocasión de viaje.
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Si viajaste a Qatar y/u/ otros países de Medio Oriente y dentro de las tres (3) semanas siguientes presentas fiebre y erupción cutánea o fiebre y tos o dificultad respiratoria

Las recomendaciones son:

•    Colocarse barbijo.
•    Consultar inmediatamente al médico o servicio de salud y referir el antecedente de viaje.
•    Seguir estrictamente las indicaciones del equipo de salud.
•    Mientras se encuentre con síntomas no acudir a actividades laborales, educativas o lugares públicos y seguir las indicaciones médicas.
Ante la presencia de síntomas es importante realizar la consulta temprana para que el personal de salud evalúe el cuadro clínico y el riesgo epidemiológico de enfermedades como el sarampión, la poliomielitis o el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, para implementar las acciones de diagnóstico, tratamiento y control epidemiológico correspondientes para minimizar el riesgo de introducción de estas enfermedades en el país.

Sarampión

En relación con el sarampión, Qatar pertenece a la Región del Mediterráneo Oriental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reportó en el año 2021 un total de 23.840 casos confirmados, dos veces más que el año anterior. Dieciocho de los 21 países de esa región presentan actualmente circulación endémica de sarampión, entre ellos Qatar. Países de otras regiones que participan del mundial, también notificaron brotes de sarampión. Situación similar ocurre con el virus de la rubéola.
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Argentina certificó la eliminación de la circulación endémica del sarampión y desde el año 2000 no se registran casos autóctonos. Sin embargo, dada la alta circulación del virus en otras regiones, se reportaron casos importados como sucedió posterior al Mundial de Sudáfrica en el año 2010.

Poliomielitis

La región de las Américas ha cumplido más de 30 años sin la detección de casos de poliovirus salvaje en sus países / territorios. En 1994, la región se convirtió en la primera del mundo en ser certificada como libre de polio por la OMS. Sin embargo, el poliovirus salvaje tipo 1 continúa siendo endémico en Afganistán y Pakistán y se han identificado casos importados en Malawi y Mozambique. Las regiones de África, el Mediterráneo Oriental y Europa han notificado brotes por poliovirus derivados circulantes (cVDPV2), estos han sido descritos como de “alto riesgo de propagación” y son de preocupación mundial. También hay brotes de cVDPV1 y cVDPV3 en Madagascar e Israel respectivamente y recientemente en Nueva York por cVDPV2.
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Las bajas coberturas de vacunación en la Región de las Américas, el gran número de viajeros en contexto de un evento masivo como el mencionado, constituyen un incremento del riesgo de reintroducción de sarampión, rubéola y polio en el país y en la Región; por ello la importancia de la comunicación y de contar con un sistema de vigilancia epidemiológica sensible, capaz de detectar casos de manera oportuna.

Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

Qatar es uno de los países que ha reportado casos de síndrome respiratorio de Oriente Medio (conocido por su sigla en inglés como MERS). Es una enfermedad zoonótica, potencialmente grave provocada por el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV).
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Los síntomas típicos del MERS varían desde casos leves hasta enfermedad respiratoria aguda grave. Los síntomas más característicos son fiebre, tos y dificultad respiratoria. La neumonía es una presentación frecuente.
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El MERS-CoV es un virus que se transmite de los animales a las personas y se ha detectado en dromedarios que se han relacionado con infecciones humanas en varios Estados Miembros de Oriente Medio, África y Asia Meridional.
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La transmisión de persona a persona es posible y ha tenido lugar predominantemente entre contactos directos y en entornos de atención de salud.  Los mayores brotes se han producido en establecimientos de salud de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y la República de Corea. Fuera de los entornos de atención de salud, no se ha documentado una transmisión sostenida de persona a persona en ningún lugar del mundo.

MERS-CoV – Situación actual:

El reporte más reciente de MERS a nivel global (www.who.int/emergencies/disease-outbreak-news/item/2022-DON422) informa cuatros casos confirmados en humanos que han ocurrido en Arabia Saudita entre diciembre 2021 y octubre 2022. Un reporte anterior (www.who.int/emergencies/disease-outbreak-news/item/2022-DON370) informa dos casos confirmados en humanos que ocurrieron en Qatar en marzo-abril 2022.
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La Organización Panamericana de la Salud informó que, hasta a la fecha, el equipo de la Organización Mundial de la Salud de Ginebra que se especializa en el manejo de eventos masivos se encuentra en Qatar monitoreando los eventos de salud pública y reportan que hasta el momento no hay casos humanos confirmados de MERS en ese país y de hecho alertan sobre la existencia de una variedad de rumores falsos. Adicionalmente, considera que, dada la situación global y las recomendaciones vigentes, no hay recomendaciones específicas para los viajeros que regresan de Qatar bajo el Reglamento Sanitario Internacional.
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