domingo, 21 diciembre, 2025 - 7:37 pm

Se anunció el Museo del Fitito en Argentina

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El Fiat 600 es un ícono indiscutido de la industria automotriz argentina y todo un símbolo de una etapa de nuestro pasado histórico, caracterizado por la movilidad social ascendente que permitió que sectores sociales de ingresos medios pudieran acceder, por primera vez, a un automóvil cero kilómetro. A lo largo de sus 22 años de producción, las casi 300.000 “Bolitas” fabricadas en el país se entreveraron con la vida de generaciones de argentinos para construir historias personales y familiares que lo tuvieron de protagonista.
El primer “Fitito” salió de la línea de montaje de la planta de Fiat Concord de Caseros, partido de Tres de Febrero, el 8 de abril de 1960. Desde entonces, se estableció un vínculo indisoluble con la ciudad que lo vio nacer, sus habitantes, y los trabajadores del complejo fabril donde la marca italiana inició su aventura industrial automotriz en Argentina. Son pocos los productos masivos que trascienden su aspecto meramente funcional para convertirse en referentes de nuestra historia y cultura. El Fiat 600 es uno de ellos (leer historia). Un justo reconocimiento a su trayectoria y legado es la creación del “Museo del Fitito”. El proyecto es una iniciativa de Diego Valenzuela, intendente del partido de Tres de Febrero. “Fue una idea que me surge a mí, como intendente historiador, porque creo que hay que transmitir valores, identidad y cultura. Y eso es el Fitito”, comentó Valenzuela. El proyecto fue presentado oficialmente el 14 de mayo en un evento multitudinario que reunió a más de 400 ejemplares del popular auto de Fiat. Las actividades se iniciaron muy temprano con una caravana y recorrida por la ex planta industrial de Caseros, hoy propiedad de la empresa Expoyer, donde los históricos “Fititos” ingresaron para protagonizar un emotivo regreso a casa. El propio Valenzuela participó de la caravana al volante de una de las históricas unidades. Las calles de los alrededores de la vieja fábrica quedaron colapsadas por interminables filas de Fiat 600. Como parte del programa de actividades, se descubrió un mural en su homenaje en una de las esquinas del edificio. Finalizada la inauguración, los 600 se pusieron en marcha para retomar la caravana hacia el playón municipal de Caseros, donde se realizó una muestra estática. La convocatoria de las míticas “Bolitas” estuvo a cargo de la agrupación “Reunidos por el 600” y contó con el respaldo de otras agrupaciones, clubes y expositores particulares. Fue tal el entusiasmo generado, que la cantidad de unidades reunidas superó por lejos las expectativas de los organizadores. Los expositores llegaron no solo de Caseros y alrededores sino también desde diversas provincias del país e, inclusive, desde el vecino Uruguay. Se acercaron hasta el predio ex empleados de la fábrica, quienes no pudieron disimular su orgullo y emoción al encontrarse con los autos. En el predio se exhibieron “Fititos” que completaban toda la línea de tiempo, desde los primeros de 1960 hasta los últimos de 1982. Participaron ejemplares en los más diversos estados de conservación y originalidad. Lo importante era sumar, divertirse, y ser protagonistas de un hecho histórico. A los festejos se sumaron otros modelos de Fiat, como 1500125 y 128, y también de otras marcas como Estanciera y Taunus. El proyecto del museo ya está en marcha, será construido en cercanías del edificio municipal y estará inaugurado en unos cuatro meses. El municipio de Tres de Febrero se ocupará de administrarlo y en una primera etapa se exhibirán unidades acompañadas de fotografías de época, informes y una cronología de lo que fue su producción. “El Fitito tiene un sentimiento muy particular, pero en general logró meterse en el corazón de nuestra comunidad, logró que la gente le ponga un nombre y lo sienta parte de la familia. Eso resume todo lo que uno pueda imaginarse”, nos contó Martín, integrante de la agrupación “Vos tenés Fitito?”, y propietario de un impecable Fiat 600 R de 1976. Toda una declaración de principios que resume lo que el Fiat 600 significa para generaciones de argentinos. La creación del museo es una noble iniciativa que le hace honor a su historia.

FAdeA moderniza la aviónica del Pucará Fénix

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La lógica indicaría que remotorizar y actualizar la aviónica de un avión construido por uno mismo debería ser fácil. Con el Pucará ha venido siendo una lucha que ya dura más de una década, y no creemos que el problema tenga un único origen. Pero sobre eso volvemos al final de la nota.

Luego de un proceso que que extendió en el tiempo por diversas razones, finalmente el proyecto Pucará Fénix apunta a cerrar una etapa central como fue su remotorización. Actualmente, en la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín” (FAdeA) no solo se están concluyendo los últimos detalles para la certificación por el cambio de motores, sino que también se ha logrado avanzar en la modernización de la aviónica del veterano bimotor.

Durante nuestra reciente visita a las instalaciones de la fábrica cordobesa, el único prototipo de Pucará Fénix (que hasta hace poco lucía la matrícula OVX-501) se encontraba en plena intervención, con técnicos de FAdeA trabajando en la modernización de la aviónica. Actualmente se ha completado la instalación del nuevo sistema NAV/COM en ambos puestos, incluida la compatibilidad con el uso de gafas de visión nocturna. Consultado sobre los progresos en la modernización, el Jefe de Programa comentó que hasta el momento han realizado todas las instalaciones del hardware y pruebas iniciales.

El avance de los trabajos por la actualización de la aviónica tendrá su presentación formal durante la ceremonia anunciada para el jueves 18, ocasión en la cual el Pucará Fénix estará acompañado del último IA-63 Pampa III Bloque II (A-710) de la Fuerza Aérea Argentina.

Una vez realizado el roll-out, el Pucará Fénix avanzará en la siguiente etapa de pruebas, la cual implicará la ejecución de los ensayos en tierra y en vuelo, y finalmente la certificación de la nueva aviónica. Pese a que no se abordaron plazos, los resultados en los ensayos funcionales tendrán incidencia directa en el cronograma previsto.

El Puca, remotorizado con turbinas nuevas P&W para volar 20 años más tras una década y monedas de trabajo contra viento, marea y no poca oposición de las cúpulas aeronáuticas y políticas. Todavía falta que la DIGAMC lo autorice a volar.

Remotorización

La campaña de ensayos en vuelo por la remotorización tuvo su cierre el año pasado, completando finalmente una de las fases claves con la presencia de las compañías Hartzell y Pratt & Whitney. La actividad realizada en esos días resultó bastante intensa y exitosa, concluyéndose con los trabajos en las hélices y eje de motor. “…Se tomaron todos los datos, donde cada empresas dispuso la información necesaria para concluir los documentos de sustanciación que demanda la certificación de cada una de las partes…” confirmó el Jefe de Programa.

Los últimos pasos de cara a la certificación incluyen los informes finales de Pratt & Whitney y la revisión por parte de Hartzell. Por su parte, FadeA tiene a su cargo la actualización de manuales y los informes para la Dirección General de Aeronavegabilidad Militar Conjunta (DIGAMC). En esta fase de cierre no deberían presentarse mayores inconvenientes que impliquen una demora, por lo que se estima que la certificación de la remotorización se dispondría para inicios del próximo semestre.

Con un contrato vigente para la remotorización y modernización de tres Pucará Fénix de serie, FADeA también ha logrado avanzar con los trabajos en algunas de las aeronaves que fueron oportunamente trasladadas desde la III Brigada Aérea a Córdoba, unidades sobre las cuales ya se han realizado desmontajes y evaluación de su condición. A la mencionada remotorización (para lo cual se van a adquirir cinco conjuntos estructurales alares) también se aplicará la actualización NAV/COM, instalación de aire acondicionado y compatibilidad NVG exterior. Vale destacar que una vez que se inicie el proceso de actualización, también se realizará la inspección mayor de las aeronaves.

 

Desafíos

Como todo proyecto relacionado a las Fuerzas Armadas, la producción en serie del Pucará Fénix deberá hacer frente a diversos desafíos, tanto desde el plano técnico como por un contexto cada vez más complejo en lo económico a nivel país, el cual ha tenido y tiene una incidencia directa en las distintas iniciativas que actualmente mantienen en curso FAdeA.

Con la vista puesta en iniciar los trabajos en las unidades de serie, en FAdeA ya se han arrancado con algunas tareas, estando a la espera del ingreso de diversos materiales pese a que ya se disponen de motores adicionales. Consultado sobre cuales son los componentes más importantes del proceso, el Jefe de Programa confirmó que todo el conjunto de remotorización es necesario para iniciar con el trabajo de fondo.

Uno de los inconvenientes que se presentará con los Pucará es la particularidad que presenta cada aeronave, debido a los procesos de fabricación y modificaciones recibidas, las cuales no fueron homogéneas a toda la flota al punto tal que algunas aeronaves tienen configuración distinta, lo cual demandará un trabajo fino de ingeniería a la hora de realizar el relevamiento y re-adecuación de configuración. Es por esta razón que la inspección de cada aeronave requerirá un equipo específico de mantenimiento a los fines de evaluar y poner en condiciones el material.

Uno de los objetivos de la remotorización y modernización es elevar el grado de estandarización de los Pucará Fénix alcanzados por el actual contrato, así como el de las potenciales unidades que podrían estar comprendidas en un nuevo acuerdo. En relación a esto último, pese a algunas declaraciones y tanteos sobre posibilidades, de momento no se ha elevado ese requerimiento a un documento formal.

Opinión de AgendAR: Desde 2019, cuando se los trató por primera vez de desprogramar para siempre del equipamiento de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) por razones impublicables (para la FAA), este portal viene tratando de evitarlo, publicándolas. No moveremos mucho el amperímetro, pero por lo menos algún gil habla del elefante en la habitación, como dicen los gringos. Una breve revisión de lo que vinimos publicando en defensa del Pucará desde 2019 puede verse aquí, aquí, aquí y aquí. El que se tome el trabajo de leer esos artículos va a entender por qué la misma planta que diseñó y fabricó este avión a fines de los ’60 tuvo que mandar un ala a Israel en 2011 para que se rediseñara allí el modo de ponerle un turboprop algo más bocón. Para una fábrica aeronáutica con casi un siglo de existencia esta operación no debería ser «rocket science», como también dicen los gringos. Aún admitiendo que esa existencia ha sido ripiosa, intercurrida por su concesión a Lockheed, y con frecuentes expulsiones de recursos humanos fogueados.  Curiosamente, la Aduana interpretó la salida del ala hacia Israel como una exportación de armas. Desde Argentina a Israel, eso vendría a ser el mundo al revés. Pero sucedió, y eso atrasó el asunto algunos añitos. ¿Y para ponerle una hélice cuatripala con capacidad de inversión, en lugar de la tripala original de paso variable? Más añitos. ¿Y la autorización regulatoria de la Dirección General de Aeronavegabilidad Militar Conjunta (DIGAMC) para saber si el avión remotorizado está autorizado a volar? ¿Y para cambiarle la aviónica por algo más nacional y moderno? Ahí también, añitos. Zona Militar asegura que esto sale en seis meses, y con fritas. Primera respuesta posible: Sí, ponele. Segunda: Debe haber elecciones nacionales, para que de pronto reine semejante apuro. En términos de ingeniería automotriz, todo es como si la Ford  mandara un Mustang desde Detroit a Japón para que Toyota le sustituya el V-8 original por otro, y de yapa una nueva caja de cambios, pero en el medio hubiera intervenido el FBI para que el auto no viajara, y luego el Departamento de Salud tuviera que tomarse su tiempo para estudiar si puede circular por las calles, y todo en cámara bien leeeeeenta. No es falta de plata sino de ganas. Uno se preguntaría si a la Ford le agarró un Alzheimer colectivo y se quedó sin ingeniería, o si bajo la elipsis «por diversas causas» de esos tiempos geológicos para implementar actualizaciones más bien rutinarias hay mugre. Y sí, claro que la hay. Un establo de Augías, si a Ud. le da por la mitología griega. Es todo bastante simple: la OTAN no tiene una animadversión particular por el Puca. A esta altura, no creo que se acuerde siquiera de su existencia. Lo que no quiere esa alianza militar es que la Argentina siga fabricando aviones de diseño y construcción local, y de ningún tipo, punto. Para ellos, somos hipótesis de conflicto. ¿Se entiende? Si nosotros jugamos a que ellos no lo son para nosotros, es puro pacifismo unilateral, una alucinación geopolítica, y nos ha costado 1,65 millones de km2 de mares desde 1986. Entre sus muchas alucinaciones, ésta la OTAN no la tiene. El conflicto posible por «las islas demasiado famosas», en el cual con unos aviones más bien decrépitos y cero estrategia o coordinación en su empleo les mandamos 6 buques al fondo. Y cuando la embajada más importante del país más importante de la OTAN manda un «white paper» dando órdenes de no hacer, órdenes que agravan una propensión innata no sólo a la inacción sino a la obediencia, aquí se siguen a rajatablas. El Puca no va a ganar ninguna guerra «per se», y menos una guerra entre estados. Pero creemos que aún con esas limitaciones puede haber contribuido a evitar una, y con Chile. Sobre eso, volvemos después. Habiendo nacido como nave anti-insurgencia, es decir de dar pelea a enemigos muy mal armados, mostró encantos que todavía hoy lo siguen poniendo en otras categorías posibles. Antes eran impensables, pero las fueron generando algunos cambios tecnológicos mundiales en materia de sensores, informática y comunicaciones. Pero además también porque ahora esas capacidades las tenemos en el país, desarrolladas por empresas nacionales. Y el Puca es una buena plataforma para desplegarlas con efectividad. Por sus capacidades de sobrevuelo sobre zona de operaciones, su resistencia estructural frente a fuego enemigo y su capacidad de cargar bombas, el Puca fue el segundo avión argentino con más pedidos de unidades o de fabricación bajo licencia por parte de otros países, después del Pulqui II en 1951. Tal cual. Del Puca se perdieron deliberadamente memorandos de intención de compra de varios países por más de 200 aparatos, y hasta un pedido de fabricación bajo licencia de la Boeing. Detesto admitir que buena parte de estas agachadas frente a la OTAN sucedió en tiempos de democracia. Pero en verdad, tampoco la FAA quiere demasiado al Puca, aunque es un hijo suyo. Las causas: es demasiado bueno por ingeniería y sigue demasiado vigente. Mientras siga desplegado, no deja importar con libertad chatarra de la OTAN, que es un negoción de cúpulas y de crápulas, y que deja diegos (no nos referimos a Maradona, y tampoco nos referimos la actual conducción de Xavier Isaac, quien oxigenó no poco el ambiente de esas cumbres). A los muchos y honestos pilotos jóvenes el Puca también los jode. ¿Quién quiere, a falta de destinos en aviación de caza, ser destinado a una tarea tan rutinaria como la patrulla aérea armada y radarizada en todo tiempo, el destino más probable del Puca Fénix con su nueva aviónica? Todos preferirían ser el Barón Rojo, o al menos Tom Cruise, incluso en un Skyhawk A4 de los comprados por Menem de tercera mano. Estos cazas de ataque se caen de viejos, pese a los esfuerzos impresionantes del Cdte. Isaac por conseguirles repuestos, resucitar el banco de pruebas de sus turbinas, y mantenerlos en vuelo como sea. A esa brava muchachada aeronáutica, yo le diría que piense esto: la única vez en la vida que los Pucas estuvieron bien mantenidos y dotados de armamento antibuque bajo un ala (el misil argentino guiado «Martín Pescador») sucedió tras la guerra de Malvinas. Los Pucas salían en patrulla con ese misil argento de los ’60, una copia del Bullpup yanqui pergeñada por la entonces llamada CITEFA (Centro de Investigación Tecnológico de las Fuerzas Armadas). Una tras otra, las tres se fueron bajando del proyecto, y el Ministerio de Defensa no lo quiso fabricar. Pero la derrota enseña a no ser tan pelotudo, y al toque de la de Malvinas, se fabricaron 300. Los Martín no eran una maravilla y su vuelo filoguiado de apenas 7 km te exponía a que te bajaran de un misilazo mientras el tipo que vuela en el asiento trasero lo mantenía apuntado. Pero dos o tres impactos de un Martín Pescador supersónico y con una carga explosiva de 40 kg. de hexolita habrían hecho puré cualquier destructor o fragata modernas con casco de aluminio y de fabricación británica… aunque tuviera bandera chilena. Era el equivalente de un corchazo de cañón de 155 mm., pero guiado. Sospecho que si el general Augusto Pinochet no se tentó de hacer leña del árbol caído con nosotros en los dos o tres años posteriores a 1982, es porque el árbol todavía tenía bastantes espinas. Los Pucas con los Martín bajo el ala parecen haber sido una de ellas. Lo potente del combo avión-misil era la fabricación nacional de ambos: en caso de pifostio mayor, podíamos reponer pérdidas y sostener la lucha casi indefinidamente con medios propios, en lugar de tener que firmar la paz por falta de misiles, aviones y repuestos tras perder una o dos provincias patagónicas. Nuestra salvación, en aquella posguerra de «no hagan ruido, no hagan olas», fue el tener una industria de defensa. Que algunos gobiernos democráticos la hayan rifado, y -ojo- con no poca colaboración de las cúpulas militares, fue y es nuestra principal debilidad. Y su reconstrucción debería ser la prioridad de cualquier política de defensa sostenible. Los Martín Pescador terminaron siendo usados por las tres fuerzas en todo aparato biposto. Había que verlos, insólitos y nacionales, bajo las alas de los Aermacchi de la Marina, siempre tan ganosa de usar armamento argentino como Ud. y yo de visitar al dentista… Nadie dice una palabra de esto. Supongo que debemos estar  recontra equivocados, por lo tanto. Sin embargo, la Royal Air Force testeó un Puca capturado casi intacto en Malvinas en 1983, y en su informe final los pilotos de prueba británicos se extrañaron de que Argentina no estuviera vendiéndolo con algún éxito, tras enfrentarlo en duelos aéreos fingidos contra todo avión de combate de Su Graciosa Majestad, incluidos los portentosos Phantom. Los desconcertaba la maniobrabilidad de patineta del Puca, rara en un bimotor, que le permitía tener alineados los cañones de proa en «dogfights» contra cazas mucho más veloces y potentes, siempre que la lucha se mantuviera en la horizontal. No suele suceder que el enemigo sea tan caballeroso. Blanco sobre negro, y aunque lo declararon inútil para atacar tropa regular armada con misiles antiaéreos portátiles a hombro, tipo MANPADS, el avión a los de la RAF les gustó no poco. Le calcularon un mercado mundial potencial de al menos 400 unidades. Se extrañaron, en su dictamen, de nuestra falta de voluntad para venderlo. El informe se publicó, está aquí. ¿Estará también muy equivocado? En 1983, alguien que no dejó su firma para la posteridad hizo destruir los utilajes de la fábrica cordobesa, cosa de que no se siguiera produciendo más Pucas. Y es lo que sucedió. Todo Puca en vuelo o hangarado fue fabricado antes de 1984. Pero como el avión tiene una resistencia estructural fabulosa, de arriba de 20.000 horas de vuelo, las células de los que siguieron volando sobrevivíeron sin mosquearse en nada por el desgaste, bastante más rápído, de las turbinas Astazou francesas. Como se habían fabricado más de 120 unidades, pese al paso de las décadas y al poco mantenimiento sobrevivían decenas de células remotorizables y re-instrumentables, orientables a otras finalidades. Rápidamente, distintas y sucesivas cúpulas aeronáuticas empezaron a darlas de baja cuando tenían resistencia para miles de horas más de paliza, y regalárselas a intendentes patrióticos y volverlas estatuas de plaza. Si Isaac logró salvar 16 de ese destino, o del chatarreo, bien por él. Ha sido el primero y el único. Pero siendo tan pocos los Pucas, hay que pensar bien en qué emplearlos. Ese es un poco el cuadro general, que explica por qué es tan lento el proceso de transformar los Pucas remanentes en patrullas aéreas con radar «look down» y visión nocturna. En 2020 se iban a destinar 4 células de las que se recuperaran para este uso, pero Isaac acaba de anunciar que este «mini-AWACS» criollo será uno solo. Las 16 células viables que su administración logró rescatar de volverse estatuas o carpintería de aluminio, se destinarán a un escuadrón de ataque a tierra. OK, roguemos que el enemigo, si lo hay, tenga la nobleza de no usar Stingers o misilitos similares. Pero esta decisión de devolver el Puca a una misión para la que ya en Malvinas demostró mucha vulnerabilidad, el ataque a tierra, ¿viene a suceder justo ahora, que INVAP construye radares SAR justamente para volverlo una patrulla marina y terrestre para todo tiempo, y que FIXVIEW construye sensores infrarrojos FLIR y REDIMEC pantallas integrales tipo «full glass cockpit», también para eso? Muy a contrapié de capacidades tecnológicas propias, legítimas y penosamente adquiridas, esa decisión. Una fuerza aérea sin drones hoy no sirve ni para desfile. En Ucrania eso se demuestra todos los días, y especialmente todas las noches. Si estamos dispuestos a defender una célula resistente y de razonable autonomía con cabina para dos tripulantes como la del Puca, es porque estamos en la era de los drones. Podemos fabricarlos. Estábamos empezando a hacerlo bastante bien, con una colaboración de la FAdeA e INVAP, entre 2014 y 2015, hasta que sobrevino esa reencarnación tilinga del piloto Carlos Menem, el ingeniero Mauricio Macri. Sumando ambos, te dan un país como al actual, casi sin aeronáutica y sin ingeniería. Pero las capacidades adquiridas se conservan, y también se conservan -gracias a Isaac- algunos Pucas. No es mala noticia. Del Puca nos interesa no tanto el piloto al frente, el señor o señora que vuelan la aeronave, como el o la que va en el asiento de atrás, controlando en sus pantallas qué cosas vuelan en el cielo, y qué se mueve en la tierra o la superficie del mar. A futuro, a esos pilotos de asiento trasero los vemos comunicándose con dos o tres drones armados que lo siguen o preceden, y con algún AWACS en serio y de sensores muy potentes, bien escudado a retaguardia por la distancia. Nos parece que el ataque a tierra, si el enemigo tiene MANPADS, se ha vuelto un asunto muy kamikaze. Si un país aprecia a sus pilotos, seres de mucha formación y difícil reposición, ese viaje de difícil retorno lo tienen que hacer robots aéreos, y más vale baratos y abundantes. Isaac anunció la compra de dos Embraer de cabotaje. ¿Nos dejará Brasil transformar alguno de ellos en un AWACS radarizado por INVAP? Es una pregunta desconfiada, porque la capacidad británica de interferir las compras argentinas de aviones ha probado ser horriblemente eficaz durante 41 años. Su Graciosa Majestad sigue pudiendo más que el Mercosur. Al Puca lo vemos para las guerras del futuro, no para la que ya pasó. Será porque tantas veces lo mataron -y con fuego amigo- que a este Puca de patrulla armada, y cuya evolución más inteligente sería la de «arrear» una tropilla de drones, lo llamaron Fénix. Vive resucitando. A quien le haya puesto ese nombre, en AgendAR le debemos un vino. Daniel E. Arias  

La CNEA fabricó las primeras celdas solares nacionales para misiones espaciales

En el espacio, los satélites artificiales dependen de paneles solares para generar la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento de su instrumental. Estos paneles y sus componentes deben ser estables en el tiempo y tienen que resistir la radiación, porque es fundamental que se mantengan operativos mientras dure la misión. En la Argentina, la única que los fabrica es la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que ahora avanzó un paso más: desarrolló la primera celda solar nacional de uso espacial con superconductores III-IV.
La CNEA fabrica paneles solares para satélites artificiales desde 1995. A través de su Departamento de Energía Solar (DES), hizo los de los satélites SAC-A, Aquarius-SAC D y SAOCOM 1A y 1B, lanzados entre 1998 y 2020. También los del SABIA-Mar 1, que será puesto en órbita en 2024. Para construirlos, se utilizaron celdas comerciales. Pero el nuevo proyecto apunta a que la CNEA pueda autoabastecerse de este insumo clave para los paneles con los que ofrece apoyo a las misiones de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. “En el ámbito de investigación y desarrollo, en el país se estudian celdas solares de distintos materiales. En nuestro departamento se estudian y fabrican desde hace tiempo celdas solares de silicio y se han investigado también otros materiales. Para las misiones satelitales argentinas se compran las celdas y luego se integran pegando un vidrio frontal protector y soldando los interconectores que conectan eléctricamente los dispositivos entre sí para formar el panel. Ahora el gran avance es que logramos fabricar íntegramente en la CNEA nuestras propias celdas espaciales con un semiconductor III-V, como el arseniuro de galio”, cuenta la física e investigadora del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (CNEA-CONICET) Marcela Barrera, del DES. Este desarrollo forma parte de la tesis “Elaboración, caracterización, simulación numérica y ensayo de celdas solares basadas en semiconductores III-V”, del doctorando Simón Saint André (Doctorado en Ciencia y Tecnología – mención Física del Instituto Sabato). Las celdas solares generan electricidad a partir de la luz del sol y pueden tener aplicaciones terrestres o espaciales. “Para las espaciales deben cumplir requisitos como la alta eficiencia, para proveer potencia a todos los instrumentos del satélite donde están instaladas, y resistencia al daño por radiación, dado que en el ambiente espacial hay partículas cargadas que pueden dañarlas. Además, no deben degradarse por otros factores y tienen que ser estables en el tiempo”, detalla Barrera. Los semiconductores III-V (ubicados en las columnas III y V de la Tabla Periódica de Elementos) reúnen todas esas características. Uno de ellos es el arseniuro de galio, un compuesto de galio y arsénico que es también utilizado para fabricar circuitos integrados, diodos de emisión infrarroja y otros dispositivos nano y micro electrónicos. La fabricación comienza a partir de la compra de la oblea de arseniuro de galio sobre la que se depositan las capas de los materiales que forman el diodo, es decir, un dispositivo electrónico de dos electrodos por el que circula la corriente en un solo sentido. “La fabricación de estas celdas basadas en semiconductores III-V es muy compleja. En nuestro país, el único equipo operativo para hacerlo es el que posee el Grupo de Dispositivos y Sensores del Centro Atómico Bariloche, a cargo de Hernán Pastoriza. Leandro Tosi, Leonardo Salazar y Ayelén Prado han colaborado en la fabricación de los dispositivos, partiendo de la oblea semiconductora. La fabricación del depósito de los contactos eléctricos fue realizada en la Sala Limpia del Centro Atómico Constituyentes, con colaboración de miembros del Departamento de Micro y Nano Tecnología”, dice Barrera. El resultado del trabajo en equipo se refleja en los primeros prototipos de estas celdas solares espaciales, que miden un centímetro cuadrado. “Les hicimos mediciones eléctricas y funcionan, se comportan como una celda solar. Ahora buscamos introducir mejoras en el proceso de fabricación para optimizar sus parámetros eléctricos”, anticipa Barrera. Los paneles solares que fabrica la CNEA para uso espacial El Departamento de Energía Solar de la CNEA realiza la integración eléctrica de los paneles solares que se usan en las misiones espaciales argentinas a partir de un acuerdo de cooperación firmado con la CONAE en 1995. La tarea se lleva a cabo en una sala limpia de 180 m2, libre de polvo y con temperatura y humedad de ambiente controladas. Este laboratorio cuenta con un sistema de provisión de gases especiales, como nitrógeno de alta pureza; líneas de vacío, aire comprimido, agua para refrigeración de los sistemas, y dos simuladores solares (soles artificiales) para la medición de celdas y paneles en condiciones terrestres y espaciales. Una pequeña muestra de las celdas destinadas al uso en el espacio también es sometida a pruebas de daño de radiación para conocer cómo se desempeñan en ambientes hostiles y cuánto se degradan. Para esto se utiliza una línea de irradiación EDRA (Ensayos de Daño por Radiación y Ambiente) instalada en el acelerador de iones pesados Tandar del CAC. “La única fuente de energía que tiene un satélite en el espacio es el sol. El subsistema de potencia cuenta además con una batería que almacena energía para usarla cuando el satélite pasa por detrás de la sombra que proyecta la tierra”, explica Hernán Socolovsky, jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA. El satélite experimental argentino SAC-A, que fue lanzado por la NASA el 4 de diciembre de 1998 y estuvo activo 8 meses, fue el primero en contar con un panel solar desarrollado por CNEA. Después el organismo desarrolló los paneles de la misión Aquarius/SAC-D, un satélite que fue puesto en órbita el 10 de junio de 2011 con un instrumento muy sensible de la NASA que medía la salinidad del mar. Su misión duró cuatro años. El DES también proveyó los paneles solares de los satélites de observación terrestre argentinos SAOCOM, puestos en órbita entre 2018 y 2020. Sus objetivos son la medición de la humedad del suelo y, entre otras aplicaciones en caso de emergencias, detectar derrames de hidrocarburos en el mar y monitorear cuando se producen inundaciones. Recientemente, la CNEA desarrolló los paneles solares para el SABIA-Mar 1 (Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar), que será lanzado el año próximo para estudiar el mar y las costas. Se trata de cuatro paneles que suman 9 metros cuadrados de superficie. El satélite, fabricado por INVAP, actualmente está siendo sometido a una revisión crítica de diseño en el Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE, ubicado en Córdoba. Su puesta en órbita está prevista para 2024. Por otra parte, la CNEA desarrolla sensores solares de posición, que le permiten al satélite saber exactamente su orientación con respecto a los rayos del sol. Y desde 2012, también provee paneles solares para satélites de muy pequeñas dimensiones o nanosatélites de empresas privadas, como Satellogic e Innova Space.

FAdeA avanza en el desarrollo de un nuevo drone VTOL para el Ejército Argentino

En este marco FAdeA confirmó los avances para el desarrollo de un nuevo vehículo aéreo no tripulado (UAV) tipo VTOL para el Ejército Argentino. Así pudo dar cuenta el demostrador tecnológico presentado durante la jornada asi, como la firma de acuerdos concernientes al desarrollo y pruebas de este.

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Durante su discurso, el Jefe de Estado Mayor del Ejército Argentino, Teniente General Pereda, hizo alusión a este desarrollo junto a FAdeA de este drone VTOL ((Despegue y Aterrizaje Vertical) para unidades de la fuerza. Indicando que: “Hemos estado trabajando en los últimos años diseñando el requerimiento operativo que necesitan nuestras unidades del ejército. Estamos decididamente encarando un proceso de modernización y de reconstitución de capacidades operativas de la mano de una ley que esta permitiendo una mirada de optimismo en el desarrollo del ejército futuro”.

En su alocución, el titular del Ejército Argentino destacado la asociación estratégica con FAdeA en varios proyectos, siendo el caso de la modernización de los helicópteros AB-206 de la fuerza, al igual que la reactivación de la producción de paracaídas.

 

De esta forma, durante el acto  en las instalaciones de la fábrica cordobesa, “se concretó la firma de un contrato entre el Ministerio de Defensa de la Nación y FAdeA, que tiene como beneficiario al Ejército Argentino, con el objetivo cumplir, la primera de tres etapas, de un proyecto de desarrollo de un sistema aéreo no tripulado de despegue vertical”, expresó oficialmente FAdeA. Agregando que: “Esta primera etapa denominada “Desarrollo de demostrador tecnológico de sistema aéreo no tripulado” tiene como finalidad el desarrollo de 3 demostradores tecnológicos con su respectiva estación de control terrestre, que podrán ser utilizados para vigilancia y comunicación”.

Por último, al día de la fecha, el drone VTOL presentado no posee una denominación oficial al presentar al momento un demostrador de tecnología. Es de suponer que próximamente reciba un nombre oficial mientras se avance en las sucesivas etapas del proyecto.

Advierten sobre los riesgos de degradacion del suelo en los cultivos extensivos

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Felipe Ghersa, docente de Cerealicultura en la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y becario del Conicet en el instituto IFEVA (UBA-Conicet), empleó modelos de simulación de cultivos y algoritmos para proyectar treinta años de decisiones agronómicas en cultivos extensivos a través de múltiples combinaciones posibles. “Usé modelos computacionales para simular tres décadas de agricultura y explorar el tipo de cultivo que el productor elige, las rotaciones, el nivel de insumos y cuándo y a qué densidad siembra, entre otros manejos”, relató Felipe. “Por un lado, me basé en modelos de simulación para estimar los rindes en función del clima, del suelo y de ciertas características fisiológicas de las plantas. Por otro lado, apliqué algoritmos de optimización para analizar las millones de combinaciones y ordenarlas según sus desempeños. Lo que a campo tardamos un año, lo podemos hacer ahora en un par de segundos con gran efectividad”, explicó en un artículo publicado por el sitio de la Fauba Sobre la Tierra. El trabajo en cuestión, que se hizo con datos provenientes del partido bonaerense de Pergamino, encontró –asegura Felipe– compromisos entre el desempeño ambiental y el económico. “Los sistemas que tuvieron el mejor desempeño económico no fueron los de mejor desempeño ambiental. Cuando buscamos maximizar el beneficio económico a través de la agricultura, hay mayores impactos ambientales”, apuntó. “Sobre todo, lo vemos al aumentar el uso de insumos; por ejemplo, de fitosanitarios. Entonces, aparece una primera elección, si ir hacia sistemas con mayor desempeño económico y perder desempeño ambiental, o viceversa”, agregó. Felipe aclaró que el desempeño económico es sencillo de incorporar en sus modelos computacionales, mientras que el ambiental es más complejo. “Para abordarlo, lo redujimos a un conjunto de variables representativas del funcionamiento mínimo que necesitaría un sistema de producción de alimentos, fibras o commodities (sic). Miramos la dependencia del uso de energía no renovable, la biodiversidad y la salud del suelo”, señaló. El investigador de la Fauba y del Conicet dijo que “los puntos intermedios requieren consensos de la sociedad” y que “la pregunta es cuánto estamos dispuestos a perder de cada uno y que los sistemas se mantengan como una actividad rentable, pero no degraden al ambiente a un punto que no se pueda producir más”. Asimismo, Felipe remarca que halló una tensión muy marcada entre el desempeño económico y los aportes de carbono al suelo “El cereal hace grandes aportes de carbono al suelo, pero la oleaginosa es más rendidora en términos económicos. Entonces, si se prioriza el dinero, la soja va a ocupar gran porcentaje de las rotaciones, a costa de una posible erosión del suelo”, afirmó. En este sentido, Felipe añadió que es clave conocer cuánta materia orgánica pueden perder los suelos hasta que los rindes del sistema bajen de forma drástica. También aclaró que determinar esos valores ‘umbrales’ es muy complejo. “En los sistemas extensivos con alta proporción de soja, se reduce la materia orgánica del suelo. En Pergamino es un hecho”. A futuro, Felipe junto a su tutor Diego Ferraro quieren replicar el estudio en otras regiones para conocer si se mantienen los compromisos que observaron en Pergamino o si es posible aumentar el desempeño económico y el ambiental al mismo tiempo. Además, van a evaluar qué pasa cuando modifican los ‘forzantes del sistema’, como el clima o los precios.

Las Pymes en estado de depresion

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Reproducimos el reportaje de 221Radio, al presidente de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), contador Guillermo Siro, hizo una evaluación de la situación económica. Al hacer referencia a los empresarios PyMEs afirmó que “estamos en un estado de malestar psicológico, frustración, depresión permanente”. Por otra parte, consideró que “la actividad económica se sostiene porque el valor de nuestro dinero no existe”. En ese sentido, sostuvo que la gente gasta inmediatamente el dinero que llega a sus manos “porque sabe que, al día siguiente, con el mismo billete, podrá comprar menos productos, fundamentalmente de primera necesidad”. Durante la entrevista realizada en Ser Industria Radio, el dirigente empresarial hizo referencia a la moratoria que el sector enfrenta por las deudas que generó la extensa cuarentena derivada de la pandemia. También analizó el impacto inflacionario y los problemas para importar insumos industriales destinados a la producción.

¿Cómo sobreviven las PyMEs argentinas a tantas situaciones críticas?

Yo me pregunto cómo sobrevivimos los argentinos en la Argentina. Las PyMEs somos parte de esta situación. Coincido con lo que dijo el Presidente de la Nación la semana pasada, al afirmar que estamos en un estado de malestar psicológico, frustración, depresión permanente y continua. Esto nos alcanza a casitodos, pero fundamentalmente a aquellos que tenemos la responsabilidad de tener un mostrador. Eso significa la responsabilidad de abrir las persianas todos los días, pagar muchos impuestos, a nuestros proveedores, a nuestros trabajadores e interactuar con nuestros clientes que también están en un estado de depresión. Y arriesgarnos a que no nos maten cada vez que entra un desconocido al negocio.

¿Tan grave es la percepción?

En este estado estamos viviendo. Los que somos PyME, el comerciante, no sabemos hacer otra cosa, no somos como los grandes fondos de inversión, que cuando un proyecto no es negocio se van a otro proyecto, venden su posición. Nosotros no solamente peleamos con este gobierno, que además me tiene más enojado porque lo apoyé y lo voté, para que llegue. Me tiene muy enojado porque siento una doble frustración, por el desastre que ha hecho. Pero también peleamos con el gobierno anterior que hizo un desastre. Discutía con el ex ministro Pancho Cabrera y con todos estos chicos que no conocen un comercio, la calle, lo que es levantarse un sábado a la mañana para trabajar y no para ir a jugar el polo. Él decía que hay que innovarse, readecuarse, volver a articularse. Entonces le planteaba ¿cómo hago para que un fabricante de zapatos, un fabricante de confecciones o un almacenero que toda su vida estuvo al frente de un mostrador, se dedique a hacer software? Eso es imposible. La reestructuración tiene que darse en el marco de la posibilidad y realización. Durante el gobierno de Macri perdimos 50.000 empresas y durante el actual, con pandemia y gran crisis, estamos perdiendo miles.

El gobierno destaca no cayó la actividad económica. ¿Coinciden ustedes?

La actividad económica se sostiene porque el valor de nuestro dinero no existe. El problema es el peso, no el dólar. La velocidad con que se mueve el dinero es muy rápida, porque cuando la gente tiene mil pesos, sabe que, al día siguiente, con ese dinero compra menos. Entonces lo gasta en productos de primera necesidad. Hoy un kilo de yerba vale más de mil pesos. Pero, además, compra con la tarjeta lo que puede y en ese marco se sostuvo la actividad. De todos modos, eso se paró.

¿Qué puede pasar por la cabeza del Presidente cuando dice que la inflación es psicológica?

No puedo analizar qué pasa por su cabeza. Lo que hace el gobierno es patear la pelota, pero hay que hacerle frente a esta crisis. Hace más de un año, el 15 de marzo, el Presidente dijo que íbamos a empezar una guerra contra la inflación… Creo, además, que debe estar mal asesorado. No necesariamente tiene que saber de economía y mucho menos de las causas de la inflación, porque todos quieren atacar a las consecuencias y eso no sirve. Tenemos un problema de inflación crónica desde hace años. Nadie lo resolvió porque las decisiones para eso implican ser un país serio.

¿Por qué no somos un país serio?

Evidentemente no hemos logrado ser un país serio porque para que no haya inflación. No creo que el secreto sea gastar menos, lo que tenemos que hacer es gastar bien. El otro día discutía con un amigo que es defensor de los planes y programas. No soy defensor del plan y programa como está desarrollado, pero sí creo que debe haber una herramienta de contención y transición entre un puesto de trabajo y otro por un tiempo determinado, con acciones concretas, capacitaciones. Ahora, cuando uno ve la cara a la pobre gente que va los primeros días del mes al Banco Nación, se da cuenta que están mal, decepcionados. Me da mucho dolor, pero el problema no es lo que la gente cobra, sino lo que nosotros gastamos para que esa gente cobre. Si analizamos los presupuestos, gastamos un 150% de lo que es el plan.

¿Podés aclararlo?

El problema es que hay ineficiencia, incapacidad y en muchos casos corrupción para el desarrollo de una acción necesaria que está mal aplicada. Los subsidios se pagan a través de una gran estructura. Las organizaciones sociales, en muchos casos ni siquiera tienen un balance, ni hablar de personería jurídica, no tienen nada. Hay todo un procedimiento administrativo burocrático que se utiliza como contención política para el otorgamiento de los planes. Lo explico con números redondos para que se entienda. Si dentro del presupuesto hay para otorgar 1000 subsidios, supongamos que se asignan $500.000. De ellos, es $200.000 van para el que los necesita y $300.000 se gastan en la estructura burocrática, dentro o fuera del gobierno nacional. Lo que está mal es que tanta gente necesite un subsidio, está claro. Es una realidad, debemos aceptarla y creo que uno de los mayores problemas que tenemos en el gobierno nacional, provincial o municipales, es negar la realidad. Hay una máxima que uno aprende de muy chico y dice que el primer paso para resolver un problema es conocerlo y aceptarlo. A partir de ahí puede enfrentarse. También tomo como válido lo que dijo el ministro Massa: el gobierno no resiste un quilombo más. Creo que, en realidad, los argentinos no lo resistimos. Los empresarios no podemos resistir un impuesto más, ni un apriete más de los gremialistas ni de los trabajadores. Tampoco podemos tener un feriado más, porque cada feriado es un costo. Estamos muy mal. Nosotros tenemos12 meses para generar ingresos, pero si medimos los gastos el año dura son 15 meses.

¿Cómo se explica ese cálculo?

Por ejemplo, pagamos el impuesto inmobiliario en cinco cuotas supuestamente trimestrales. Cinco por tres es quince, cuando tengo que imputarlo a 12 meses. Además, no discuto los derechos adquiridos, sino que describo lo que nos pasa. El costo del trabajador es de 12 meses calendario más el aguinaldo, el mes de vacaciones, el mes de feriado, el de inasistencias…tenemos entre 15 y 16 meses de costos, al margen de los aportes patronales que son un 60% más. La ART nos sale aproximadamente entre un 5 y 6% de la masa salarial. A las grandes empresas le salen menos del 1%. Estamos con una inflación anual que supera los tres dígitos. Mensualmente, la canasta básica supera el 10% y todos los que hacemos la compra sabemos que dentro de los algoritmos matemáticos se utilizan el relevamiento en precios cuidado para que dé menos. El que trabaja todos los días gana $150, $200 mil y eso no le alcanza para comer. Ese trabajador a nosotros, además del sueldo de bolsillo, nos sale cerca de otros $280 mil cada uno de los 16 meses que expliqué.

¿De qué manera se resuelve este problema?

Hay que ver bien quién se lleva la parte del trabajador. Respeto a nuestra rentabilidad, tenemos que pedir que se devuelva y se empiece a trabajar una administración seria.

Algunas cámaras expresan su preocupación ante el pago de la moratoria fiscal…

Esto es consecuencia de la pandemia, para nosotros fue tremenda. Tuvimos dirigentes que se suicidaron porque no pudieron enfrentar la situación, todos hemos tenido complicaciones de salud. Recibíamos llamados de asociados a las 2 de la mañana diciendo que iban a matarse porque no podían pagar los sueldos, eso le pasaba a la gente que siempre pagó todo. Se llegó a este punto porque nos cerraron ocho meses, pero seguimos pagando los sueldos completos. Los ATP fueron para algunos casos, no todos. Cubrían el 50% del salario de bolsillo del trabajador, pero con topes. Al trabajador que cobraba muy bien, teníamos que pagarle nosotros la diferencia, el aporte previsional y las contribuciones. Pero además teníamos todos los costos: seguros, luz, gas, impuestos, anticipos de ganancias y ni hablar si teníamos créditos anterioresEse panorama generó una deuda impositiva que el gobierno nacional y provincial lo resolvieron a través de una moratoria. Fue todo bárbaro hasta que la tasa fija que se tomó y no era barata, pasó a actualizarse de acuerdo a la inflación No la de este mes, sino de todo lo que pasó. Por consiguiente, se triplicó el monto de la deuda. Le dijimos al gobierno que nosotros asumimos una deuda impositiva porque no nos dejaron trabajar, mientras en Olivos se hacían fiestas. Recuerdo que al que abría su negocio, la policía, lo detenían, también a quienes simplemente veían caminando en la calle. La moratoria hoy es impagable.

Hace pocos días un sector empresario se quejó por la falta de insumos importados para la industria y Matías Tombolini le contestó que no era cierto. ¿Cuál es la realidad?

Faltan insumos no solamente a la industria, sino a todo aquel que no haya hecho el acuerdo de Precios Justos con el gobierno. Basta con ir a los supermercados y ver la cantidad de productos de diferentes países que tenemos. Productos terminados que surgen ahora porque dieron los dólares como contrapartida al acuerdo de precio. Le dieron los dólares a estos importadores que comercializan el trabajo de otros países y no a la industria nacional. No hay insumos ni un empresario Industrial que no te diga que tiene cuatro o cinco SIRAS paradas. Justamente las tienen que aprobar la AFIP, el Banco Central y Tombolini para acceder a los únicos dólares que hay. Han cerrado fábricas de producción de materia prima porque no podemos competir con un costo de producción a $ 460 pesos, con dólares a $220. Los precios del mercado están puesto a un dólar “celeste”, como se llama al de $420. No tenemos repuestos para fabricar y producir, porque el problema de la Argentina es que hay una inflación por demanda. El gobierno impulsa la demanda a través de bonos, por eso la plata no vale nada, pero no impulsa la producción. Si tengo más demanda de producto, pero no tengo productos, el precio sube. El problema es que un producto no se hace de un día para otro, en cambio la demanda sí, porque con un bono se tira plata al mercado rápidamente. Por ejemplo, para pasar la producción de 100 a 300 camperas, tengo que comprar máquinas, instalarlas, capacitar gente, ampliar la energía…

¿Esto impide crecer a la industria?

Fíjate que algo muy curioso. Se habla de un mercado de demanda creciente, pero seguimos produciendo con el 70% de la capacidad instalada. ¿Por qué no se utiliza el 30% restante? Porque no conviene. Si tengo problemas con un trabajador, a los tres meses me manda la carta documento y dice que empezó a trabajar antes que yo fundara la empresa y todas esas cosas que sabemos que están destruyendo el empleo. Eso hace que se vayan achicando con las expectativas.

Interpreto que aumentar los planes sociales perjudica la economía…

Cuando se conoció el alto índice inflacionario de marzo, 7,6%, la vocera presidencial dijo que era por la pandemia ya que para pagar los ATP y el IFE se había emitido. Entonces reconoció que la inflación por un problema de emisión, pero no se hacen cargo, siempre la culpa es de otros. Dijo lo que decimos todos, porque es el ABC de la economía. Soy contador y licenciado en Administración y en Macro I, te enseñan que, si le entregamos plata a la gente, promovemos la demanda. No estoy diciendo que haya que enfriar la economía, sino que generemos condiciones para producir más o utilizar el 100% de la capacidad instalada.

Para que se den esas condiciones, ¿qué necesitan las PyMEs?

Necesitamos previsión, planificación, certezas, porque debemos hacer inversiones para ser más eficientes. Si soy más eficiente tengo rentabilidad e invierto para ampliar mi producción. Tenemos que empezar a trabajar para evitar que pensemos en el corto plazo y en las medidas inmediatas que no hacen a que estemos en la situación. También necesitamos desarrollar la inversión en lugares donde después el traslado del producto no sea un gran problema porque hay dificultades en la comercialización, en la entrega. Si ponemos los productos arriba de un camión nos roban, tenemos que pagar fortuna al trabajador porque tenemos un gremio muy complicado, además del costo de los peajes. Cuando se sienta atacado se defiende y nosotros nos defendemos sentándote arriba de la caja, arriba de lo que tenemos. Es la actitud que tiene todo el que genera empleo y el que trabaja en el empleo generado por el PyME. Lamentablemente quien recibe esta en una situación más difícil, pero tratando de no perder. Esa no es la manera en que se construye una sociedad. Sabemos que estamos en tiempo de descuento con el gobierno actual, pero creeos que estas ideas se pueden plantear para los futuros gobernantes.

Cuando una escucha a los precandidatos todos dicen ser garantes de los cambios que se necesitan como si con esas palabras bastara…

La solución no depende de una sola persona, un candidato o un gobierno en particular. Esto se resuelve en varios gobiernos con la sociedad en su conjunto, pero cuando nos tomemos al futuro como parte del presente. Cuando postergamos el futuro, porque solamente pensamos en el presente, nunca vamos a resolver problemas. No lo resuelve el próximo gobierno, venga quién venga, porque se necesita un programa de 30 o 40 años. Es el tiempo en el que todos los países han resuelto el problema de inflación, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, Brasil. Se necesitan 40 años de una economía aburrida, previsible, planificada y eso tenemos que hacerlo todos como sociedad.

En esa perspectiva, ¿cuál es el rol de las entidades como CEPBA?

Estoy recorriendo todas las entidades de base de la entidad convencido de que tenemos que ocupar un rol protagónico en los próximos tiempos. Las PyMEs somos el 80% del empleo, pero no tenemos decisión sobre las políticas laborales. Somos el 80% de las contribuciones de las economías regionales provinciales, por ahí de la nacional un poco menos porque están las grandes, pero no tenemos incidencia en los códigos fiscales, ni en los sistemas de verificación, las habilitaciones. Hemos dejado los espacios para que los ocupen personas que no saben lo que necesitamos Entonces tenemos secretarios PyMEs que no conocen la realidad productiva, ministros de la Producción que no conocen la producción real, concejales que no conocen la realidad productiva local, diputados y senadores provinciales y nacionales que en su vida pagaron un salario. Por consiguiente, como dice Guillermo Moreno, no saben la diferencia entre una factura y un remito. Todo el mundo lo sabe, salvo los que toman decisiones para nuestro sector.

La industria automotriz asiatica desplaza a su contraparte estadounidense

Les invitamos a ver este grafico del año 2000 al 2022 donde podemos entender la perdida de presencia global de la industria automotriz norteamerica y europea en manos de la industria asiatica en especial de Japon y Corea del Sur. A partir del 2007 aparecen timidamente, ultima la industria china. En la actualidad se posicionan en la mitad de la tabla. Comentario de AgendAR: Interesante ver cómo van pintando en media tabla tres marcas chinas de las que aquí no tenemos ni noción. Si sumás la cantidad de autos de esas tres estás acercándote a Toyota, que pone casi 10 millones de autos nuevos/año en las calles. Pero a tener en cuenta: la mayor parte de la producción china hoy es de autos eléctricos. Es decir que los chinos tienen un techo bajo para vender en países de desarrollo medio: las redes eléctricas locales. Pero también tienen la ventaja financiera de no tener mucho capital hundido en motorización térmica.

Daniel E. Arias

Investigadores argentinos desarrollan un robot para explorar la Antartida y llegar al polo Sur

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En la Antártida se desarrollan numerosos proyectos científicos que realizan diferentes investigaciones en las bases argentinas durante tiempos variables según las necesidades y las condiciones climatológicas. Uno de esos proyectos es el que dirige el Mayor Alejandro Paz, que trabaja en la Dirección General de Investigación y Desarrollo del Ejército Argentino y hace aproximadamente tres años fue designado oficial de enlace con el Comando Conjunto Antártico. En su adolescencia, Paz vivió en Base Esperanza, en la Antártida Argentina, cuando su padre -también militar- estuvo a cargo de la base durante la campaña del año 1994. Actualmente, el Mayor Paz coordina la Misión Tecnológica Antártica que reúne a unas 25 personas, entre investigadores, científicos y técnicos, y comprende siete proyectos, todos orientados al desarrollo tecnológico en el continente blanco. El proyecto troncal de la misión es el Vehículo Terrestre No Tripulado Antártico con Inteligencia Artificial (UGV), al que bautizaron “Skua”, en referencia a un ave antártica. “Le pusimos skua porque para nosotros representa nuestros ojos y es una de las aves autóctonas que todo antártico conoce”, detalla Paz. Además, “el UGV está complementado con un sistema y ese sistema es un georadar que puede determinar las grietas, sus dimensiones y el estado del terreno que está bajo la superficie”, agrega el Mayor. Para acoplar el georadar al UGV fue convocada la empresa argentina Geoaustral, cuyo director, Ignacio Borsani, se sumó a la misión antártica. “La idea de esto es que en el futuro se proyecte para expediciones en las cuales pueda existir un cierto riesgo del tránsito ya sea para vehículos o personas”, explica Borsini. “El objetivo principal que nos impusimos es conquistar el Polo Sur y poder llevarle una garantía, unas medidas de seguridad, a esta tercera expedición que contaría con un sistema único: un vehículo no tripulado terrestre complementado con un georadar que va a permitir preservar la vida humana y los recursos materiales”, adelanta con entusiasmo el Mayor Paz. Por su parte, Borsani asegura que “poder aportar el asesoramiento técnico, el conocimiento profesional y el equipamiento en sí para lo que puede ser un hecho histórico como la conquista del Polo Sur usando esta herramienta como no se hizo antes nos genera una satisfacción enorme”.

Premian al Ingeniero José Luis Antúnez, el hombre que puso en marcha Atucha II

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Premios y más premios a dos personajes nucleares argentinos MUY excepcionales por sus habilidades múltiples y demostradas durante décadas, los ingenieros José Luis Antúnez y el igualmente ingeniero y además experto en radioprotección, Abel González. Ambos premios son señales de que, tarde e imitativamente, la Argentina vuelve a recordar la energía nuclear y un liderazgo mundial en ese terreno que casi logró olvidar, pero que paradójicamente no perdió jamás.
El miércoles 31 de mayo, a las 18.00, se realizará un encuentro para celebrar el nombramiento del Ing. José Luis Antúnez como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, la distinción honorífica de más alta jerarquía otorgada por esta Casa de Altos Estudios, en el marco de una clase magistral por el Día Nacional de la Energía Atómica.
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Antúnez entró a la historia de la ingeniería argentina entre 2006 y 2014, cuando encaró la terminación, considerada imposible, de Atucha II desde Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA). Esa central empezó su obra en 1981, pero después de la Guerra de Malvinas las presiones externas y el endeudamiento argentino la dejaron sin presupuesto. Debió estar terminada y «en línea» en 1987, pero llegó a ese año con un 80% de avance de obra y miles de toneladas de componentes metálicos, mayormente electromecánicos, estoqueados bajo atmósfera de nitrógeno a espera de que alguien armara ese perplejo rompecabezas.
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Ese alguien fue Antúnez, y el momento fue 2006, cuando el PBI crecía al 8% anual y la matriz eléctrica del país pedía desesperadamente potencia de base, pero ya no había gas en Loma de la Lata para generarla. Fue entonces que se decidió terminar dos obras gigantes incompletas. Una fue llevar a su cota de diseño el embalse de la central hidroeléctrica de Yacyretá, lo que permitió aumentar la capacidad instalada de 2100 a 3200 MWe. La otra, y bastante más difícil, fue terminar el montaje de Atucha 2.
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Con la empresa proveedora original (la alemana KWU) no se podía contar: ya no existia. Con su dueña, SIEMENS, tampoco: se había borrado del negocio nuclear. La terminación contra viento y marea de Atucha 2 implicó 47 millones de horas de trabajo calificado, la formación de más de 1000 operarios en soldadura de aleaciones especiales, o «de alta», y elevar el nivel de más de 120 empresas metalúrgicas, metalmecánicas, electrónicas, químicas e informáticas nacionales a estándares de industria nuclear.
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Entre la mucha bobada que se esgrimió contra la obra mientras Antúnez se quemaba las cejas terminando Atucha II, la alegre banda de exsecretarios de Energía, esa sucursal de algunas petroleras que tantos apagones y tarifazos nos regaló, estuvo «su carácter innecesario».
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Era una visión lógica, según el equipo para el que juega esta gente: a funcionamiento normal, Atucha II evitaría la combustión anual de aproximadamente 1200 millones de metros cúbicos de gas natural. Si cobrás de los caciques petroleros que operan en Argentina, Atucha II no alcanza para estropear tu negocio, pero una reactivación a fondo del Programa Nuclear te puede dejar knock-out, y a la larga -por asuntos de recalentamiento global- lo va a hacer. Y lo que estaba en juego, y sigue en juego, era eso.
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Si comparamos Atucha 2 con otra posible fuente de electricidad firme, disponible 24×7, los 694 MWe de esta central nuclear mediana fabrican tanta cada año como 1300 MWe de turbinas en el Paraná a la altura de Yacyretá. Eso sucede pese a que la potencia instalada total en Yacyretá es de 3400 MWe, y es inevitable porque el «combustible» de esa enorme represa hidroeléctrica es el río, y el factor de carga del Paraná -la cantidad de tiempo anual en que logra mover las turbinas a su potencia nominal- fluctúa según las lluvias en Brasil y en su curso medio. Así las cosas, en años normales anda por el 51%.
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En cambio el combustible de Atucha 2 lo fabrica CONUAR, una sociedad nacional de la CNEA con PECOM, y llega a la central llueva, truene o brille el sol. Innecesario aclarar que con 3 años de super-sequía como los que acabamos de sufrir, el fondo del río estaba caminable y Yacyretá llegó a producir a menos de 1/3 de su capacidad instalada.
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De la terminación de Atucha II la Argentina salió con MUCHO más conocimiento de diseño, construcción y operación de centrales nucleares que Alemania, y con 400 ingenieros jóvenes, mayormente en industrias privadas, elevados a la categoría de «nucleares». No fue un negocio de construcción, ni siquiera uno de energía, sino educativo, de formación de recursos humanos.
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El desafío de hoy de Antúnez, como presidente de NA-SA es una nueva central de uranio natural, agua pesada y tubos de presión, parecida a la cordobesa de Embalse, pero sin canadienses. Tenemos todo lo necesario para hacerla desde 1974, salvo la decisión. Porque no es cierto que desde 1974 hayamos estado siempre sin plata.
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Suponemos que esta descripción como constructor de recursos humanos le va a gustar a Antúnez, que por sobre todas sus habilidades ingenieriles, contractuales, gerenciales y políticas, es ante y por sobre todo, un orgulloso maestro de aquellos que acuñaba nuestro viejo sistema educativo nacional y gratuito.
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A Atucha 2 le debemos -indirectamente- otro premio nacional «grosso» y reciente: el Kónex del Mérito para el Ing. Abel González.
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Como jefe de la central Atucha I, González fue elegido en 1981 por la CNEA para presidir ENACE, una sociedad mixta con SIEMENS para construir centrales de uranio natural y agua pesada en Argentina, distintas de las CANDU como Embalse (en Córdoba) porque las plantas de SIEMENS tienen recipiente de presión.
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González tenía otros encantos anexos a «la mera ingeniería nuclear». Como discípulo de Dan Beninson, médico especializado en radioprotección y el mayor especialista mundial en el tema ante los ojos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), tenía el perfil ideal para lidiar con las autoridades regulatorias internas de la CNEA, que eran dos, y controlaban no sólo las obras nucleares, sino la una a la otra: el CALIN, o Comité de Licenciamento, y la propia Gerencia de Radioprotección.
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Tras bastante discusión acerca de la ingeniería de base, ENACE decidió el diseño de la actual Atucha 2 de casi 700 MWe como central argentina tipo, de la cual se construirían al menos 6 unidades. Atucha II no es un «scale up» de Atucha I, sino una central parecida pero distinta al punto de no compartir el mismo tipo de elementos combustibles. Por eso ambas Atuchas son prototipos irrepetibles.
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A González, como a buena parte de los reactoristas de la CNEA, le habría gustado más el diseño CANDU, por más barato y sencillo para igual seguridad operativa. Pero entre 1974 y 1984 el proveedor, la AECL de Canadá, nos había hecho la vida imposible a fuerza de incumplimientos inexplicables y exigencias absurdas durante la construcción de Embalse, presionada por EEUU a no venderle más nada a la Argentina. Los canucks estaban tratando desesperadamente de que la central no se terminara, y sólo lograron que la termináramos solos y que la CNEA terminara con ellos. No fuimos los únicos clientes maltratados por AECL a partir de 1974. Por algo se fundieron, allá por 2011. Lástima, flor de ingeniería.
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Decidida Atucha 2 como nuevo estándar nucleoeléctrico argentino, la idea de ENACE -al menos de su parte argentina- era que entre la segunda y tercera unidad el único componente no argentino fuera el enorme recipiente de presión. Es una pieza de forja de 960 toneladas que supera toda capacidad instalada de la industria metalúrgica nacional, incluso a fecha de hoy.
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En 1981 se inició la llamada a ser la primera de estas nuevas centrales al lado de Atucha, en línea desde 1974. Con ello la Atucha ya existente, de entonces sólo 320 MWe, pasó a denominarse Atucha 1, y la nueva obra, Atucha 2. Pero este emprendimiento se quedó sin «cash flow» a principios de 1983, y desde entonces avanzó penosamente en un «stop and go» que se ha vuelto un clásico de todos emprendimientos estratégicos argentinos: la obra se paraba a cada rato, y entre renegociación de contratos, despidos y otros gastos improductivos y de papeleo, su costo se iba al demonio.
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A González lo conocí en 1986, al toque del accidente de Chernobyl, del cual me aclaró los tantos rápido y con dos cifras: la accidentada central rusa había costado U$ 200 por kW instalado. Atucha I, en cambio, U$ 1800, y la mitad correspondía a sistemas de seguridad operativa y protección radiológica. Ojo, hablo de dólares a su valor de 1986.
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En 1987 González había logrado un avance de obra del 80% en Atucha II, a costa de un gasto infernal de energía personal y de su gente. Pero el Programa Nuclear se estaba derrumbando, sus ingenieros se iban del país en busca de mejores perspectivas, el Plan Primavera del gobierno de Alfonsín dejó definitivamente sin plata a ENACE, y SIEMENS (que ya planeaba secretamente irse del mercado nuclear, sin avisarle a su socio, la CNEA) aducía no conseguir financiación alternativa.
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El punto de quiebre para González fue el cierre de obra consecutivo al anuncio del Plan Primavera: los obreros tomaron las instalaciones y fue Gendarmería a romperles la cabeza y hacerles respirar gas lacrimógeno.
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«Mi padre fue obrero de la construcción, Arias», me dijo González, ya con la pata en el avión que se lo llevaría al OIEA de Viena. Y sí, imposible no volver a decirlo, Abel González es otra muestra de la movilidad social ascendente que lograba nuestro sistema educativo público.
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En 1986, allí en el OIEA González se había ganado una envidiosa admiración general por haber sido durante casi todo aquel año el primero y único experto en radioprotección autorizado por la Unión Soviética a visitar la planta de Chernobyl. Iba literalmente rodeado de agentes de la KGB, muchos de ellos ingenieros nucleares. «Ventajas de ser argentino y no alineado», me explicó González en Viena, en 1988. Es, como Antúnez, un tipo resiliente y sencillo, que la remó desde abajo y no se engrupe con la fama.
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La Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), entidad independiente de la CNEA que hoy reemplaza al CALIN y a la Gerencia de Radioprotección, informó que la Fundación Konex le otorgó el Diploma al Mérito, como una de las 100 personalidades más destacadas de la Ciencia y la Tecnología Argentina durante la última década (2013-2022).
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El reconocimiento al Ing. González se realiza en la disciplina de Energía y Sostenibilidad, tras una lluvia de distinciones nacionales e internacionales por sus muchas intervenciones como experto en radioprotección y seguridad nuclear en Chernobyl, Fukushima y otros escenarios radiológica y epidemiológicamente problemáticos mucho menos espectaculares, como los reactores plutonígenos de Windscale en Inglaterra y los polígonos de pruebas de armas nucleares de EEUU, el Reino Unido y Francia.
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La lista de galardones de González incluye el Premio Sievert, una especie de Nobel a la radioprotección que se otorga cada cuatro años.
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Dos reflexiones: la Argentina es el país del mundo con más premios Sievert, ganados por el mentado y difunto Dan Beninson, por González, y este año por a María del Rosario Pérez (a) «Charito», discípula de ambos, y con una trayectoria no menos rutilante.
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Siguen los EEUU, con dos premios Sievert. Suena a poco para ese país que inventó la electricidad nuclear y supo tener 104 centrales: a nosotros sólo nos dejaron tener 3 centrales, pero aparentemente tenemos recursos humanos para mucho más que eso. Sí, la educación pública, perdón por importunar con ello. Pero tiene demasiados enemigos.
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La otra reflexión: Antúnez terminó -contra viento y marea- la obra que González dejó -también contra viento, marea y, de yapa, el gobierno de Raúl Alfonsín- con un 80% de avance, una central de que luego el país olvidó durante 27 años. Los apagones son excelentes para reactivar la memoria de nuestra clase política.
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También son excelentes para perder elecciones nacionales.
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Daniel E. Arias

Una visita de empresarios chinos despertaría alarmas en EE.UU sobre el control de la hidrovia Paraná-Paraguay

La noticia es: El presidente Alberto Fernández se reunió en su despacho de Balcarce 50 con directivos de la empresa china Wuhan Yangluo Port Service Co., Ltd, dedicada a servicios portuarios en el puerto de Wuhan. La compañía está además dedicada a la “importación y exportación de bienes, manejo de carga, servicios de almacenamiento, servicios de información de transporte, inversión en proyectos de infraestructura de transporte, servicios inmobiliarios, desarrollo inmobiliario, administración de propiedades”, según informa en sus redes sociales.

En el comunicado oficial, el Gobierno informó que en la reunión “se analizaron las oportunidades de negocio y el desarrollo de inversiones en el país en materia de turismo”. Precisaron además que “el mandatario dialogó con los ejecutivos sobre la posibilidad de establecer vuelos directos entre ambos países, e implementar una billetera virtual en la Argentina para el turismo proveniente de China, así como otras oportunidades de inversión”. El presidente de la empresa, Xu Baowei, encabezó la delegación visitante.

Como otro empresa estatal china, China Communications Construction Company (CCCC) habia participado dentro de una Unión Transitoria de Empresas (UTE) para la licitación de la Hidrovía, en 2021, y rechazada por la AGP por falta de antecedentes. Sectores vinculados al gobierno estadounidense, según publica La Nación. Se encendieron alarmas y confirmó los temores sobre la creciente influencia china, en este caso vinculada al control de la Hidrovía Paraná-Paraguay, por la que pasa el 80 por ciento de la producción agroexportadora del país.

Un mes atrás, los embajadores Marc Stanley (Estados Unidos) y Karl Dahene (Bélgica) se fotografiaron frente a una enorme draga de Jan de Nul ubicada en la provincia de Corrientes, en un guiño interpretado como advertencia ante el avance chino en la Hidrovía.

Los embajadores Marc Stanley y Karl Dahene, en un tramo de la Hidrovía.
Los embajadores Marc Stanley y Karl Dahene, en un tramo de la Hidrovía.

El dragado y balizamiento continuó, en manos de Jan de Nul, aunque la AGP (una de las pocas empresas estatales que da superávit) quedó como encargada del estratégico cobro de peajes a las embarcaciones.

Sigue diciendo La Nación que existe cierta preocupación en Estados Unidos a que Alberto Fernández, antes de abandonar la gestión, encargue por decreto a la AGP una nueva licitación que habilite a China a volver a la carga por el negocio que significa el manejo de la autopista fluvial. Por el momento, es el Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), con sede en Rosario y creado hace dos años, el encargado de llevar adelante la nueva licitación, que tiene plazos vencidos desde hace más de dos años.

Más allá de la Hidrovía, la preocupación de Estados Unidos se extiende a rubros como la pelea por la eventual llegada del 5G en telecomunicaciones, o la intención de China de venderle al país aviones de combate, un tema discutido por el ministro de Defensa Jorge Taiana con, representantes de las dos potencias que hoy compiten por la hegemonía mundial.

En su intención de avanzar en el esquema portuario argentino-es el principal operador en el puerto de Paranaguá, al sur de Brasil, a través de tres empresas, y ya intentó en el pasado reciente quedarse con el puerto de Aguas Profundas en la localidad bonaerense de Punta Indio-, China cuenta como aliado al embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja. “En tres o cuatro años, China va a desplazar a Brasil y se convertirá en el principal socio comercial de la Argentina”, dijo Vaca Narvaja, en febrero del año pasado.

Necesitado de dólares para reforzar las reservas internacionales, y en plena batalla contra la inflación, el ministro de Economía, Sergio Massa, planea un viaje a China para el próximo lunes 29, con dos objetivos: ampliar el swap (intercambio) de monedas y lograr la autorización de los Brics (es la sigla BRICS para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para la llegada de préstamos al país.

El Ministerio de Ciencia invertirá $ 1000 millones para investigación medica en el Garrahan.

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  • El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva financiará la construcción de áreas de investigación traslacional en el Garrahan
Autoridades de ese ministerio y del Hospital firmaron un convenio para la construcción de áreas de cultivo y terapias avanzadas que fortalezcan la investigación traslacional pediátrica. Se trata de una inversión de más de $1.000 millones de pesos que beneficiará a niños, niñas y adolescentes con cáncer, enfermedades genéticas y otras patologías complejas.
La presidenta del Consejo de Administración del Garrahan, Gabriela Bauer, y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Daniel Filmus, firmaron un convenio en el marco del Programa Federal Construir Ciencia.  El subsidio de Ciencia y Técnica será destinado a la construcción de Laboratorios que desarrollarán el proyecto de investigación traslacional aplicada a la salud pediátrica. 
“Una alegría estar firmando este convenio con el Hospital Garrahan. Admiramos su trabajo y sabemos que no solo llega a los pacientes de la Ciudad de Buenos Aires sino a los más necesitados de todo el país”, expresó el ministro Daniel Filmus, y agregó que “esta inversión para construir un edificio de casi tres mil metros cuadrados que va a ser laboratorio,  agrupará a profesionales especializados con las mejores capacidades de investigación para el desarrollo de medicina traslacional y para la formación y capacitación de talentos humanos que apliquen sus conocimientos en cada región de Argentina”.
El subsidio de $1.088.596.707,6 de pesos, será aplicado al financiamiento del proyecto «Áreas de cultivo y terapias avanzadas para el desarrollo de la investigación traslacional pediátrica» que se realizará en dos años y comenzará con la construcción de una estructura de 2.157 metros cuadrados.
El nuevo espacio permitirá el desarrollo de áreas para ensayos clínicos, cultivos (celulares, tisulares y de patógenos) y tratamientos avanzados, con el fin de afianzar el progreso de la investigación traslacional pediátrica.

“El desarrollo de áreas de cultivo y terapias avanzadas permitirán fortalecer la investigación traslacional pediátrica e innovación tecnológica y aportarán beneficios directos en la precisión diagnóstica y terapéutica de pacientes con patologías complejas, generando una mejor la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes y sus familias”, destacó Silvina Ruvinsky, coordinadora de Investigación Clínica y Sanitaria y responsable del proyecto.

La OMS pidió cautela en el uso de la inteligencia artificial en el ámbito sanitario

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La Organización Mundial de la Salud advirtió este martes sobre la irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito sanitario y pidió cautela en su uso. Asimismo, pidió que se “examine cuidadosamente” cuáles pueden ser sus riesgos en la materia y, en base a eso, reclamó una mayor supervisión por parte de los Gobiernos.

No obstante, reconoció la importancia de contar con estos avances tecnológicos y los beneficios que su correcto empleo pueden traer a la sociedad.

“Aunque la OMS está entusiasmada con el uso adecuado de las tecnologías para apoyar a los profesionales sanitarios, los pacientes, los investigadores y los científicos, preocupa que la cautela que normalmente se ejercería con cualquier tecnología nueva no se esté ejerciendo de forma coherente con estas IA”, se lee en un comunicado difundido por el organismo.

Puntualmente, en la nota los expertos apuntaron contra las herramientas de modelos lingüísticos, como el famoso ChatGPT, que es capaz de imitar procesos de la comunicación humana.

La nota apunta, principalmente, contra los modelos como ChatGPT, que pueden estar sesgados y contener datos falsos (REUTERS)La nota apunta, principalmente, contra los modelos como ChatGPT, que pueden estar sesgados y contener datos falsos (REUTERS)

En ese sentido, la Organización alertó que estos sistemas pueden “estar sesgados” y contener datos falsos que, usados indebidamente, acaben por “generar y difundir desinformación muy convincente”, ya sea en forma de texto, audio o video.

“Es imperativo que se examinen cuidadosamente los riesgos que tiene el uso de estas herramientas como método de apoyo para la toma de decisiones médicas”, continúa el comunicado e insiste en que su uso precipitado podría llevar a los profesionales sanitarios a cometer errores, causar daños en los pacientes y erosionar la confianza general en la inteligencia artificial y sus posibles beneficios en el largo plazo.

Otro de los aspectos abordados por los expertos son los problemas de protección de la información de los usuarios. La IA “puede no proteger los datos sensibles -incluidos los datos sanitarios- que un usuario proporciona para generar una respuesta”, comentaron.

Para hacer frente a todo ello, la OMS pidió la colaboración de los Ejecutivos de todo el mundo para que lleven a cabo un análisis minucioso de los riesgos y beneficios de esta tecnología en el ámbito de la salud y que establezcan una serie de parámetros y reglas claras antes de generalizar su uso.

La OMS señaló seis ejes fundamentales a regular (justtotaltech)La OMS señaló seis ejes fundamentales a regular (justtotaltech)

Inclusive, los expertos detallaron seis ejes fundamentales a tratar antes de su adopción masiva. Se trata de la protección de la autonomía de los profesionales, la promoción del bienestar humano, las garantías de transparencia, el fomento de la responsabilidad, la inclusión y la promoción de una inteligencia artificial sostenible.

El pedido de la Organización llega el mismo día en que el propio director ejecutivo y co fundador de la empresa Open AI, desarrolladora del ChatGPT, Sam Altman, pidió ante el Congreso de Estados Unidos que regule el desarrollo y los usos de la tecnología.

Al igual que los expertos sanitarios, reconoció que estos avances pueden ser beneficiosos en la medicina pero recalcó la necesidad de la intervención de los Gobiernos para asegurar que realmente se protejan y respeten los derechos de los ciudadanos.

Sam Altman pidió la colaboración de los Gobiernos para alcanzar un uso adecuado de la herramienta (AP)Sam Altman pidió la colaboración de los Gobiernos para alcanzar un uso adecuado de la herramienta (AP)

“Creemos que la intervención regulatoria de los Gobiernos será crucial para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes. Es fundamental que la IA más potente se desarrolle con valores democráticos”, comenzó diciendo.

“OpenAI se fundó con la creencia de que la inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar casi todos los aspectos de nuestras vidas pero, también, crea serios riesgos”, continuó y concluyó diciendo: “Uno de mis mayores temores es que nosotros, esta industria, esta tecnología, causemos un daño significativo a la sociedad. Si esta tecnología va por el camino equivocado, puede llegar bastante lejos (…) y queremos trabajar con el Gobierno para evitar que eso suceda”.

Se reabre la planta de agua pesada más grande del mundo, para abastecer nuestras centrales nucleares

Como informó AgendAR el viernes pasado, ese mismo día se firmaron los convenios para reabrir la PIAP, insumo insustituible para nuestras centrales nucleares de uranio natural. Esta decisión que enfrentó tantos retrasos y obstáculos hoy es urgente: un país que venía rematando agua pesada, Rumania, está demasiado cerca de la guerra europea en curso, y además no es imposible que deba usar sus stocks remanentes, si le quedan, en casa. El ministro de Economía, Sergio Massa, encabezó junto a la secretaria de Energía, Flavia Royón, la firma del acuerdo específico para la conservación, mantenimiento y acondicionamiento para la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería Sociedad del Estado (ENSI). Durante el acto, en el que participaron el gobernador de la provincia de Neuquén, Omar Gutiérrez y el gobernador electo Rolando Figueroa, se suscribió el convenio, que prevé una inversión del Tesoro Nacional de más de 20.000 millones de pesos. El mismo tendrá una duración de 25 meses y permitirá reactivar a planta de producción de agua pesada más grande del mundo, que se encuentra paralizada y decayendo desde 2017. En 2015 paradójicamente se la había terminado de mantener y reparar a nuevo para al menos tres años consecutivos de producción de unas 500 toneladas de agua pesada, mayormente para la carga inicial de una segunda central de uranio natural y tubos de presión a construirse al lado de las Atuchas I y II, llamada «Proyecto Nacional». El excedente de 15 toneladas se usaría para reposición parcial de pérdidas de las Atuchas y de la central de Embalse, todas a agua pesada, y si el estado de la PIAP daba para un año más de producción a capacidad histórica (180 toneladas/año en su mejor momento), hacer un acopio para futuras reposiciones. Pero la alternativa siempre podía ser la exportación, porque la demanda mundial es lenta, pero persistente y en crecimiento, y falta capacidad instalada de enriquecimiento de agua pesada en todo el planeta. Por motivos que se explicarán. El agua normal, compuesta de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, contiene un ínfimo naturalmente un porcentaje de agua pesada, que en lugar de hidrógenos tiene deuterios, hidrógenos con un neutrón extra en el núcleo. Por ello, un litro de agua pesada casi pura tiene un 11%  más de masa que uno de agua común, es decir pesa 1,1 kg. en la balanza. De ahí lo de «pesada». Fuera de ello, ambos líquidos son química y físicamente casi idénticos, pero las diferencias aparecen a nivel subatómico, por ejemplo en su capacidad de interacción con neutrones rápidos. El agua liviana los elimina por absorción. En cambio la pesada los «modera», es decir les quita velocidad a fuerza de chocar los neutrones rápidos liberados por una fisión de uranio 235 contra tanto neutrón extra de tanto átomo de deuterio. Paradójicamente, un neutrón lento es mucho más capaz de romper átomos de uranio 235, el isótopo físil del uranio que posibilita la reacción nuclear en cadena. El uranio natural que usan las centrales PHWR argentinas, canadienses, indias, coreanas, chinas y rumanas tiene apenas un 0,73% de uranio 235 y el resto es puro isótopo 238, nada físil. El uranio natural, damas y caballeros, es un combustible «poco picante». Sin agua pesada para ponerle pimienta neutrónica, nuestras estas centrales no se apagarían: directamente, jamás habrían logrado arrancar, por no poder llegar a iniciar una reacción en cadena. Además de garantizar suficientes neutrones lentos, el agua pesada en las máquinas PHWR  (Pressured Heavy Water Reactor) tiene otro rol menos sofisticado pero igualmente imprescindible: refrigera el núcleo y transporta su calor hacia los generadores de vapor que activan la turbina. ¿Qué sentido tiene usar un combustible tan poco reactivo como el uranio natural? Que está disponible en cualquier país con una minería propia de uranio. Nuestro país, en particular, no anda nada sobrado de uranio, pero sí de «know-how» combustiblero. Adquirió en décadas de prueba y error la capacidad química y metalúrgica de transformar algunos productos de la minería en complejos armatostes de cerámica de uranio y aleaciones especiales de zirconio llamados «elementos combustibles» para centrales. Argentina tiene algo de uranio y toda la tecnología para fabricar elementos combustibles con uranio natural, sin enriquecer, o -en el caso de Atucha I- con un enriquecimiento ligerísimo. Por ende, es invulnerable a extorsiones internacionales del tipo de «firmame este papel o te dejo a 7 millones de personas en apagón». Son perfectamente posibles contra usuarios de uranio enriquecido, el combustible del 89% de las centrales nucleares del mundo. El mercado del uranio enriquecido es monopólico a rajatablas y da para aprietes. De hecho, la Argentina se ligó un boicot de uranio enriquecido en 1981 aplicado por el presidente Jimmy Carter para castigarla por su primera exportación de reactores nucleares a Perú, «their own backyard», según el State Department. Nos sacó de apuros un país hoy inexistente, la Unión Soviética, a la sazón tremendo comprador de trigo argentino. Los ivanes sustituyeron un tiempo a los EEUU, y lo que se divirtieron haciéndolo: debimos hacerles cobrado. Tuvimos suerte en esa ocasión. Pero con centrales de uranio natural, dormís sin frazada. Sin frazada, aunque con un ojo abierto. Con algún cambio de nombre, los países y alianzas que dominan la política nuclear mundial y el mercado de uranio enriquecido son los mismos de hace medio siglo: EEUU, Rusia, China, la UE. Te van a hacer la vida imposible para que no construyas una planta de agua pesada: para ellos, todo país que opta por centrales de uranio natural es un doble corte de manga argento, diplomático y en lo económico. En lo económico, porque no les vas a comprar sus centrales, ya que sólo venden de uranio enriquecido: su negocio no es sólo venderte el caballo, sino también el pasto. En lo diplomático, porque cuando el espionaje satelital e informático no era tan poderoso como el de hoy, no era imposible hacer un reactorcito plutonígeno de poca potencia y bajo quemado, con uranio natural y agua pesada, escondido en algún desierto, y adjuntarle una planta de reprocesamiento igualmente clandestina para obtener plutonio 239. Con 6 kg. de ese metal, armás el «carozo» de una bomba atómica implosiva, tipo «Fat Man», la de Nagasaki. En 73 años de intensa actividad nuclear, la Argentina eso no lo hizo nunca y porque no quiso, no porque no pueda. Sin embargo, justamente porque puede, siempre será considerada «proliferante» por EEUU. Máxime cuando jamás les compramos una central (las de ellos son caras, complicadas o inseguras, y algunas logran ser todo eso junto). Siempre para ellos seremos proliferantes, aunque los EEUU hayan llegado a tener 31.225 armas nucleares, hoy conservan 3750 armas nucleares y nosotros jamás hayamos intentado desarrollar siquiera una. Somos proliferantes porque podríamos serlo. Especialmente cuando exportamos laboratorios de radiofarmacología. Y ni te cuento cuando los barremos -por calidad, no por precio- en toda licitación internacional de reactores multipropósito en la que participamos. Y ni te cuento hoy que estamos (era hora) construyendo el prototipo del CAREM, nuestra primera centralita nucleoeléctrica modular compacta, mientras ellos tienen al menos 5 proyectos copiados del CAREM pero ninguno en construcción. Ser un tábano en el lomo del águila tiene costos. De modo que si ya construiste tu planta de agua pesada, aunque los inspectores del (OIEA) Organismo Internacional de Energía Atómica tengan derecho de acceso 24×7 sobre su funcionamiento y puedas dar cuenta del destino de cada cm3 de su producción, te van a enloquecer para que no la puedas inaugurar, y si ya la inauguraste, para hacértela cerrar una y todas las veces que puedan. Te van a cerrar la planta siempre que logren incrustar agentes en la cadena de mandos de tu país. Y en éste en particular, eso lo logran seguido, ya sea por golpe duro, por golpe blando o infiltrando con manyaorejas de una o dos embajadas, en general gente finolis, nuestros partidos políticos. Bueno, ésa es la historia resumida de la PIAP. Ha estado más cerrada que activa. Poca gente ha sido tan clara en hechos y palabras al respecto como el sociólogo Julián Gadano, ex subsecretario de Energía Nuclear del ministro Aranguren y -por sobrecumplidor- de los secretarios que continuaron su obra entre 2015 y 2019. En los hechos, ordenó el cierre de la PIAP y el desbande de sus recursos humanos. En las palabras, Gadano acaba de manifestar en «El Cronista» que «Argentina no va a tener más centrales con tecnología CANDU», que son las que utilizan el agua pesada, y «el resto del mundo tampoco está pensando en hacerlo». El resto del mundo al parecer no incluye a la nación más poblada del mundo, la India, aunque uno humano de cada cinco vive allí. La India tiene 17 centrales PHWR activas de modelo propio. Fueron derivadas sin licencia del CANDU canadiense por la NPCIL, Nuclear Power Commission of India, Ltd.  Se las llama IHWPR, por Indian Heavy Water Power Reactor, y fueron escalando en potencia de 220 a 540 MW desde los ’70 a lo que va del cambio de siglo. Respecto de las del último modelo, ya de unos respetables 700 MW, la India tiene Krakapar 3 ya en línea, y Krapakar 4 en construcción, ambas en el estado de Gujarat. También en construcción está el dúo Rawahtbata 7 y 8 en Rajastán, y el dúo Gorakhpur 1 y 2 en, obviamente, el estado de Gorakhpur. Pero además la India tiene planificadas Mahi Banswara 1, 2, 3 y 4 en Rajastán, Kaiga 5 y 6 en Kamataka, Chutka 1 y 2 en Madhya Pradesh y Gorakhpur 3 y 4 en Haryana. El balance da una IHPWR de 700 MW recién inaugurada, 6 más en construcción y 10 más planificadas. Lamento que la India no le haya preguntado si seguir o no con su programa de uranio natural y agua pesada al sociólogo Gadano. Rumania y los EEUU tampoco le preguntaron, pero el segundo país el 20 de Agosto de 2019 se atrevió a firmarle al primero un préstamo para la terminación de las centrales Cernavoda 3 y 4, dos CANDU canadienses obviamente de uranio natural y agua pesada. Habían sido iniciadas por el dictador Nicole Ceaucescu, como parte de un complejo de 4 CANDU, pero estas dos unidades quedaron incompletas cuando a don Nicole lo tumbó y fusiló una revolución. Al año siguiente del primer tratado canducero entre los EEUU y Rumania, es decir en 2020, el ministro de economía y energía rumano, Virgile Popescu, visitó «la tierra de los libres y hogar de los valientes» (según su himno) para llevarse un segundo préstamo y con él «retubar» Cernavoda 1, que ya está vieja y necesita 30 años más de extensión de vida útil. Esta movida marcó el fin de todos los acuerdos entre Nuclearaelectrica, la firma de energía atómica del estado rumano, y el estado chino, que se aprestaba a construir varias centrales de uranio enriquecido y diseño propio en Rumania. Los chinos se atrasaron con la plata y, se sabe, cocodrilo que se duerme, es cartera. Llama la atención este entusiasmo financiero yanqui por el uranio natural. Va a contrapelo de medio siglo de historia anterior. Desde 1974 EEUU ha librado una guerra secreta diplomática despiadada contra la tecnología CANDÚ, a la que llama «proliferante» (justo ellos, en fin…). Durante cuatro décadas el Departamento de Estado extorsionó con amenazas de sanciones económicas a todos los clientes prospectivos de la tecnología canadiense, incluidos nosotros, los argentos, hasta provocar la quiebra de la diseñadora y constructora original, AECL, Atomic Energy Commission of Canada, Ltd. Aún con el Departamento de Estado jugándole en contra, AECL entre los ’70 y 2003 vendió sus centrales «urbi et orbi», incluida nuestra solitaria CANDU cordobesa de Embalse. Vendió las de Corea (del Sur), China, Rumania y Pakistán, amén de las propias en Ontario, Quebeq y New Brunswick. Entre todas, suman 47 máquinas. Aún sin contar las de la India, eso ya anda por el 11% del parque nucleoeléctrico mundial. Como se puede ver, la AECL, con sus máquinas sencillas y baratas, le sacó mucho mercado nuclear a EEUU en los países en desarrollo, y pagó carísimo ese pecado. Lo interesante es que la tecnología que creó la AECL sigue viviendo por sí misma, por mérito propio, y ahora además propulsada por dólares estadounidenses. Y si el Tesoro de los EEUU pone plata en esta tecnología antes herética, no es sólo para contener el despliegue de China en Europa Oriental. Es también por aquello por lo que baila el mono, es decir, más plata. Sucede que las CANDU en teoría queman casi cualquier combustible nuclear que se les tire, sin muchas adaptaciones tecnológicas. Y en EEUU, donde se puede patentar todo, desde el estornudo hasta el carnaval, unos muchachos desarrollaron (y patentaron) un «combo» de uranio HALEU (enriquecido al 19,7%) y torio, llamado ANEEL. No son unos muchachos cualesquiera. La propiedad intelectual del ANEEL la comparten Clean Core Thorium Energy, la Universidad A&M a través del  Texas A&M Engineering Experiment Station’s Nuclear Engineering and Science Center , y el Idaho National Laboratory (INL), dependiente del Departamento de Energía, una entidad federal. El ANEEL -juran sus propietarios- puede llevar la eficiencia de quemado de una CANDU desde 7500 MW/día/tonelada a 57.000 MW/día/tonelada, cosa que todavía debe demostrarse. Pero si eso llegara a suceder, entonces EEUU tendría cartas para tratar de apropiarse casi de un saque del aprovisionamiento de combustible de todas las centrales de agua pesada del mundo. Eso si los países propietarios de dichas máquinas no optan por el clásico corte de manga de desarrollar sus propias mezclas de uranio HALEU y torio. Es un tema de investigación y desarrollo nada novedoso en muchos programas nucleares independientes. Con torio, se pueden hacer muchos otros tipos de combustible, además del ANEEL. Si China y la India, países con poco uranio y mucho torio, se han preocupado por comprar, entender y dominar la tecnología CANDU, ha sido en buena medida porque les interesa la independencia en materia de combustibles. Para el caso, Corea se compró 4 CANDU, China 2 y la India hace sus propias CANDU truchas, que andan joy. Apuestan a esta ingeniería también porque en un mundo nuevamente multipolar, como el de hoy, las patentes imposibles de justificar se vuelven imposibles de defender y las piensan desafiar. Por lo cual eso de sacarle la pitanza al águila vuelve a ser un deporte no sólo interesante, sino redituable. En el caso de la Argentina, sugiero seguir fabricando agua pesada. Va a seguir haciendo falta aquí y en otras partes, aunque el sociólogo Gadano no se entera de las novedades, que tampoco son tan nuevas. Si la CNEA está pensando en alguna mezcla propia de HALEU con torio, sugiero llamarla «Mate Verde», por aquello de «tomá mate». La PIAP tiene dos líneas de amoníaco por diseño. Se compró así a Sulzer Brothers, de Suiza, para que cuando una se para por mantenimiento, siga activa la otra. Su capacidad teórica de producción, al momento de compra, era de 200 toneladas/año de agua pesada, aunque por haber pasado toda su existencia sometida a un régimen de «stop and go», ya que jamás le faltaron cierres por decreto u orden reservada, nunca pudo llegar a esa cifra: era imposible operarla en su régimen óptimo de producción. En cuanto iba acercándose a las 180 toneladas/año, sobrevenía un cierre (el de Menem, el de De la Rúa, el de Macri), y todos con intención de definitivo. El Cronista dice que la capacidad de la PIAP es de 100 toneladas/año. Eso sugeriría la intención de rehabilitar una única línea de amoníaco y no ambas, dicho por un mal pensado. Al parecer, en Neuquén y en la Secretaría de Energía hay quien opina que si se rehabilitan las dos, terminaremos lavando los pasillos de la CNEA con agua pesada excedente. No parece que vaya a suceder. Pero hay una propuesta de dedicar el «downstream» de la segunda línea de amoníaco de la PIAP a producir urea granulada. En tiempos de Macri, se habló de reconvertir a urea AMBAS líneas. Nos parece genial eso de la urea, y nos consta que viene a ser el «wet dream» -ya que nos gusta tanto hablar en inglés- de la provincia de Neuquén, propietaria de la operadora ENSI, e imbuída fundacionalmente de ese oxímoron, el pensamiento petrolero. Pero la propiedad de la PIAP en sí no es de ENSI sino de la CNEA y por ende del estado nacional. Si el dueño del taxi decide desguazarlo, está en su derecho, el chofer a lo sumo puede chocarlo, y anda con ganas. Artículo de primera necesidad en el campo argentino, la urea, cómo no. Pero para fabricar urea en al menos la mitad de la PIAP hay que justificar la inversión adicional en tecnología química de «downstream» de la segunda columna de amoníaco, que puede no andar lejos de los U$ 1000 millones. Hay que justificar, y probablemente ante juez, el lucro cesante que generaría dedicar la mitad de la PIAP a fabricar una commodity 1400 veces más barata por kilo que el agua pesada. ¿No vendría a ser un estrago doloso, mirando la cosa con mucha mala leche? Fabricar agua pesada es descartar sucesivamente, en miles de operaciones termoquímicas, cada vez más moléculas de agua normal hasta quedarse con un 99,75% de moléculas de agua pesada. Es un proceso muy intensivo en energía, como cualquiera de los llamados «de enriquecimiento». Y las instalaciones para ello son refinadas, caras y suponen una inversión inicial asombrosa en equipamiento, construcción y montaje. Pero no se trata sólo de guita: EEUU, que maneja el semáforo del OIEA, te va a poner luz roja para cualquier adquisición de fierros necesarios para fabricar agua pesada, porque -palabra que ya cansa- la consideran… sí, «proliferante». De hecho, para poder comprar la PIAP a Sulzer, la CNEA tuvo que construir primero su PEAP, o Planta Experimental de Agua Pesada, de producción mucho menor (no llegaba a 10 toneladas/año) pero con fierros y tecnología propia. Su insumo básico de proceso era el sulfuro de hidrógeno, en lugar del amoníaco que usa la PIAP. La PEAP, aunque experimental, tenía la altura de un edificio de 10 pisos y estaba situada junto a las Atuchas 1 y 2. Fue una de las tantas audacias del contraalmirante Carlos Castro Madero. Luego de la audacia sucedió lo de siempre: roto el embargo, los oferentes de medio planeta se vinieron aquí en malón a licitar sus plantas, elegimos la mejor, y el OIEA no objetó nada porque, según legislación internacional, esa planta, al ser importada y de uso dual, quedaba bajo su supervisión. Lo que fuera con tal de que no ampliáramos la PEAP a escala industrial. Como todavía no éramos firmantes entonces del Tratado de No Proliferación, un fierro propio estaba exento de salvaguardias. Por eso hoy falta agua pesada en el mundo: primero porque son caras y segundo porque son diplomáticamente complicadas. Por todo ello, hay menos capacidad instalada de producción que a principios de siglo. Pero sin embargo la cantidad de centrales de uranio natural siguió creciendo modestamente hasta 2003 en Corea y China, y sigue libre de toda modestia en la India. Y de yapa han aparecido nuevas demandas de este extraño y muy caro líquido en las industrias de farmacología y de microelectrónica. Hasta que se avivaron de que pueden llegar a necesitarla, los rumanos estaban rematando sus stocks de agua pesada a mitad de precio. Desde que el sociólogo Gadano cerró la PIAP, tuvimos que empezar a importar esos remates rumanos. Pero si comprás hoy, y con la pureza del 99,75% que te garantizaba la PIAP, estate preparado para pagar de U$ 600.000 a 700.000 la tonelada. Salvo que vengas con una orden de compra enorme, en cuyo caso la respuesta va a ser «esperá sentado». Y cuando te la entreguen, si alguna vez lo hacen, vas a tener que justificar cada decilitro que gastes ante un inspector del OIEA. Para parafrasear a Napoleón, cerrar la PIAP no fue solamente un crimen. Fue también un error. Y no exclusivo del macrismo, tan genéticamente pro-petrolero, antinuclear y de yapa alineado con La Embajada. También lo fue y es de este gobierno. Que se acuerda de reabrir la PIAP en sus últimos meses de mandato, y al parecer, lo hará sólo a medias. Si lo hace. Atucha III con uranio natural habría sido muy parecida a la mejor planta nucleoeléctrica argentina, la central cordobesa de Embalse, es decir a una CANDU 6, pero potencia algo mayor (700 MWe). Muy parecida a la IHPWR inaugurada el año pasado en la India, o a las 6 en construcción, o a las 10 planificadas. Hoy esa Atucha III CANDU debería estar en línea. 700 Mwe prácticamente a tiro del AMBA, y 120 km. de líneas de alta tensión nuevas, permitirían atravesar las olas de calor veraniegas sin apagones masivos, y sin vecinos cerrando calles y avenidas con barricadas y fogatas. Porque ya han estado 15 días sin agua ni heladera, y están rigurosamente podridos de apagones. Dicho esto sin quitarle responsabiidades a EDESUR. Debió empezarse la excavación de cimientos de Atucha III CANDU en 2016, según leyes ya aprobadas por el Poder Legislativo en 2014. Pero pese a que ésta venía con una financiación china del 85% a un interés del 4% anual a pagarse en 20 años recién a partir de la puesta en marcha, el macrismo la paró. A velocidad normal de montaje, la central habría estado crítica en 2022. La intención no declarada del gobierno de Mauricio Macri «desde el vamos» era no hacerla, de ahí el cierre de la PIAP cuando su personal, en Neuquén, estaba esperando, muy nerviosamente, hacía ya un año la orden de iniciar operaciones. Y estamos hablando del ya lejano 2017. Esto fue seguido en 2018 por el comunicado oficial del Ministerio de Energía de cancelar definitivamente Atucha III CANDÚ, o «Proyecto Nacional», como la llama la dirección actual de NA-SA (Nucleoeléctrica Argentina SA). Hecho lo cual el ministro Juan C. Aranguren, CEO histórico de la petrolera angloholandesa Shell, renunció, misión cumplida. La central «Proyecto Nacional» estaría evitando la combustión de 1200 millones de toneladas de gas natural por año. Por parafrasear una frase famosa de otro rico y famoso de la misma lana que Aranguren y Macri, José Martínez de Hoz, la Shell no hace la plata vendiendo caramelos, o acero. Gas, sí, y cantidades. Cumplirle de un modo tan evidente a las petroleras y a la Embajada no le complicó en absoluto la vida al exministro Aranguren, aunque sí a muchos argentinos. Pero amén de los tarifazos eléctricos a consumidor final del 5000% entre 2015 y 2019 y a pesar de los apagones veraniegos en el AMBA, desde el cierre de la PEAP el país debe importar 20 toneladas/año de agua pesada. La PIAP entró desde entonces en una doble decadencia: técnica, porque es inmensa y está construida a la intemperie en una zona de la estepa neuquina climáticamente muy dura. Tiene miles de motores válvulas y piezas electromecánicas vulnerables, amén de tanques con sustancias corrosivas. Todo esto necesita de supervisión y mantenimiento constante. Pero la desesperante es la situación del personal calificado. De recursos humanos hoy la PIAP anda cortísima. La administración nuclear macrista y la ENSI echaron con jubilaciones anticipadas a unos 400 expertos, entre ingenieros y técnicos químicos, amén de trabajadores especializados. Del mantenimiento a lo largo de 6 años se tuvieron que ocupar los 100 especialistas restantes, a espera del telegrama final de cesantía, y como mejor pudieron. Vivían haciendo piquetes por la reapertura de la instalación en la ruta nacional 22, sin que el estado nacional, el provincial o los multimedios les dieran la más mínima pelota. «Con esta inversión de reapertura, el Estado Nacional acompaña y fortalece el desarrollo de la energía eléctrica de origen nuclear en nuestro país», dice el comunicado oficial. «Tarde, mal y poco», añadimos desde AgendAR.
“No se trata solamente de impartir recursos, sino también de impartir de manera inteligente los recursos para generarle fortaleza y músculo al Estado en su investigación, en el desarrollo de valor agregado y en el fortalecimiento de reservas”, sostuvo Massa. «Sí, ponele», acotamos desde esta humilde tribuna. Asimismo, la secretaria de Energía, Flavia Royón sostuvo que “esta planta sin duda es un hito y pone en valor todo el conocimiento argentino en materia de energía nuclear”. En esta línea, la Secretaria explicó que “la puesta en marcha de la planta de agua pesada tiene una gran significancia por las posibilidades no tan sólo de proveer agua pesada para la tecnología de las plantas nucleares que hoy tiene Argentina, sino también las posibilidades futuras de exportación que esto significa para nuestro país”. Eso es cierto. Falta agua pesada en todo el mundo, y cada vez más. Paradójicamente, sobre todo desde el cierre de la mayor planta mundial remanente… que venía a ser… caramba, ingeniera Royón, la propia PIAP. Lo dicho: además de un crimen, fue un error. El peronismo actual parece decidido a redescubrir una y otra vez el átomo, casi tan rápido como lo olvida. Subrayamos la palabra «casi». Es curioso, habida cuenta de que quien inauguró la CNEA hace 73 años fue el presidente Juan D. Perón, y quien puso en marcha Atucha I hace 49 años fue también Perón.  
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Reunión que oficializa la apertura de la PIAP. Cara de gran felicidad del ministro Massa. El convenio tiene como objetivo realizar el mantenimiento y comenzar los trabajos de alistamiento para la puesta en marcha de PIAP, los cuales requerirán un plazo de 25 meses, dicen los comunicados oficiales. Apa, son más de dos años. Uno infiere que los deterioros de la PIAP tras 6 años de abandono, 3 de ellos con este gobierno, 2 -y peores- con el anterior, han sido serios, y que recontratar personal experto para una planta química muy compleja que es cerrada toda vez que es presidente un Menem, un De la Rúa o un Macri no es tan fácil. Uno puede inferir también, de mal pensado, que la plata que pone Massa, o que dice que pone, no es tanta, y eso tras dos años de furibunda y soterrada lucha de la dirigencia nuclear actual por la reapertura. Dirigencia que es excelente y a la que apoyamos a muerte, pero aclaramos que no fue la primera opción de Alberto Fernández, ni la segunda ni la tercera, todas ellas rechazadas -por antecedentes o prontuario- por el personal de la CNEA y de NA-SA. Fue la cuarta. La CNEA produjo dos presidentas mucho mejores que los presidentes de la Nación bajo los cuales les tocó servir: la doctora Emma Pérez Ferreira, a quien en 1988 le debimos la decisión, tomada contra viento y marea, de reparar Atucha I, y la Dra. Ariana Serquis hoy, a quien (y brindamos por ello) tal vez le debamos la reparación de la PIAP. Dicho de nuevo y subrayado: ninguna de ambas mujeres fueron el plan A de Raúl Alfonsín, en 1983, o de Alberto Fernández en 2019. «Una vez finalizado ese plazo de dos años se procederá a cargar los insumos necesarios para su funcionamiento, lo que permitirá reiniciar la producción del agua pesada». Afirmación del comunicado oficial que, sin duda, podría cumplirse o no según el dictamen de las urnas cuando las elecciones presidenciales este año. La PIAP se encuentra ubicada en la provincia de Neuquén, y su puesta en funcionamiento es fundamental para la producción de las 485 toneladas que se necesitan para garantizar la provisión de agua pesada para las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, hasta el fin de su vida útil, dice el comunicado oficial. ¿Tan poco? Comentario de AgendAR: El número de toneladas que debería producir la PIAP en ésta, su precaria y nueva reapertura, queda fijado en 485, y después a otra cosa. No es un número cualquiera. Es la carga inicial de una central de uranio natural de 700 MWe. Significa que en el sector nuclear, tanto en la CNEA como en NA-SA, hay quienes no renuncian a la construcción de una, e incluso de varias centrales máquinas parecidas a Embalse, lo que tiene bastante más sentido. Estamos técnicamente y legalmente capacitados para ello desde 1974, podemos hacerlas casi enteramente de componentes nacionales, y tenemos 100 empresas de capitales argentinos pre-calificadas para este trabajo. Son las mismas firmas que, bajo dirección de NA-SA, hicieron el retubado de Embalse y le dieron 30 años de licenciamiento operativo adicional. Cada central «Proyecto Nacional», como las llama la actual dirigencia de NA-SA, implicaría 6000 puestos de trabajo calificados directos durante la fabricación de componentes y montaje. También muchos miles más de puestos indirectos en el centenar de firmas de la cadena de provisión. Más aún que trabajo, lo interesante del negocio es la formación de recursos humanos. A recordar: la terminación, 27 años tardía, de Atucha 2, implicó la formación de 1000 operarios en soldaduras de aleaciones especiales, o «de alta», y la calificación de «nuclear» añadida al título de 400 ingenieros jóvenes, muchos de ellos en firmas privadas. Tener una industria nuclear privada diversificada y sólida en casa le vendría muy bien a otra firma, INVAP, que desde los ’80 se fue volviendo el más respetado exportador de reactores nucleares del mundo. Componentes de calidad nuclear fabricados en pesos y en su propio país a INVAP le permitiría competir por precio, además de por calidad, en las licitaciones internacionales. Obviamente, otro proyecto que se beneficiaría de la creación de un ecosistema industrial atómico es la central nuclear compacta CAREM. En la reapertura de la PIAP hay mucho más en juego que 485 toneladas de agua pesada. Y eso porque el negocio nuclear no es de potencia. Es de tecnología. Daniel E. Arias  

Se estima la proxima cosecha de trigo y cebada que aportará más de u$s4.500 millones

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La Bolsa de Cereales estimó una producción para la campaña fina 2023/24 de 18 millones de toneladas para el trigo y de 5 millones para la cebada, con incrementos interanuales del 45% y 32%, respectivamente, en un contexto marcado por «más incertidumbres que certezas«, tanto por las adversidades climáticas como por «el contexto político-económico nacional».

En el seminario sobre perspectivas agropecuarias «Agrotendencias 2023», que en la sede de la entidad organizó la Federación de Acopiadores de Granos, también se precisó que la superficie sembrada se prevé de 6,3 millones de hectáreas para el trigo (3% más que en la campaña anterior) y de 1,3 millón para la cebada, sin variación en relación con la campaña 2022/23.

Las proyecciones fueron dadas a conocer por la jefa de Estimaciones Agrícolas, Cecilia Conde, quien a su vez advirtió sobre las diferencias entre las zonas productoras en cuanto a las perspectivas climáticas, con mejores condiciones hídricas en la zona sur (Sur la de la provincia de Buenos Aires) y con problemas más severos en la Centro-Oeste (La Pampa, oeste de Buenos Aires y sur de Córdoba).

Por su parte, en la región Centro-Este (Entre Ríos, Santa Fe, norte de Buenos Aires y sudoeste de Córdoba), Conde adelantó que «el productor va a sembrar con el área justa», y dijo que «será crucial lo que suceda en los próximos 15 a 30 días con las precipitaciones».

El presidente de la Bolsa de Cereales, José Martins, aseguró que la campaña fina de siembra de trigo y cebada comenzará «con muchas más incertidumbres que certezas», al tiempo que reclamó de la dirigencia política en general «un entendimiento» de la actividad agrícola.

Martins consideró el carácter «atípico» del encuentro, ya que «en lugar de enfocarnos en proyectar modelos de crecimiento con los riesgos propios del negocio (clima, precios), tendremos que extremar la imaginación para vislumbrar el futuro contexto político-económico nacional».

«Hay una cadena agroindustrial dispuesta a seguir arriesgando capital de trabajo propio y de terceros, en un entorno en el que en términos económicos esta cadena de valor sufrió un impacto negativo peor que la pandemia», aseveró.

Asimismo, objetó que durante la pandemia «vastos sectores perjudicados recibieron políticas y/o medidas de apoyo», algo que, aseguró, «no se replicó» con el sector agrícola, «ni para paliar los quebrantos ni para financiar ‘la revancha'», en referencia a la recuperación posterior al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).

«Necesitamos de la política un entendimiento de nuestra actividad», remarcó, para explicar que no estaba reclamando «nada de subsidios ni prebendas, sólo un escenario de reglas claras, sostenibles que den previsibilidad para invertir, generar divisas y empleo de manera federal».

Al respecto, en su doble condición de presidente de la Bolsa de Cereales y del CAA, recordó que esta última entidad presentó en 2020 «un plan de política industrial para los próximos 10 años, con varios ejes no sólo del sector, buscando contribuir a una macroeconomía razonable y con foco en la generación de empleo, único camino para reducir los actuales índices de pobreza».

Esa propuesta, señaló, «no está escrita en piedra», sino que «se elaboró con responsabilidad, incluyendo a sectores ajenos a nuestra actividad para generar un impacto positivo económico». «Mejórenlo, agreguen su impronta, por favor no lo cajoneen», reclamó.

Por su parte, el especialista en Agroclimatología, Eduardo Sierra, sostuvo que «la campaña fina nos va a hacer sufrir; la potencialidad está, pero vamos a estar en el límite».

«Para los próximos 15 años tendremos que aprender a trabajar con climas como éste y trabajando bien se pueden hacer muchas cosas pero, si seguimos esperando años con excesos hídricos, nos vamos a quedar con las ganas», aseguró.

En un repaso de la situación pronosticada para los próximos meses, indicó que, en junio próximo, «llega la caballería» y mejorarán las condiciones de humedad, pero «no es el Niño inundante» sino «un Niñito».

Luego de un julio en el que «se mantiene la humedad», Sierra remarcó que, de acuerdo con las previsiones meteorológicas, agostó será «el primer mes en el que más o menos habrá agua en todas partes».

La australiana Fortescue ratifica sus inversiones en hidrógeno verde y otros proyectos en nuestro país

La empresa australiana Fortescue Future Industries (FFI) ratificó sus inversiones y el «compromiso de trabajar” en la Argentina para desarrollar la industria de energías renovables e hidrógeno verde y solicitó al Gobierno nacional que acelere el nuevo marco regulatorio para el sector.
La aclaración de Fortescue llegó después que un medio nacional anunció la retracción de la compañía en los proyectos en marcha, y pocas horas antes que la ciudad de Bariloche reciba a decenas de referentes, expertos, empresarios y funcionarios de varios gobiernos de distintos continentes en una cumbre mundial sobre el desarrollo del hidrógeno.
Ante las versiones de que los planes de Fortescue en la Argentina quedarían relegados frente a otras iniciativas en Brasil, la firma aclaró que desde su oficina regional en Buenos Aires, FFI lidera los proyectos en la Argentina (Proyecto Pampas) y Brasil (Pecém), mientras evalúa nuevos proyectos en otros países de la región. La empresa se encuentra en nuestra región desde 2016, con inversiones en Chile, Colombia, Ecuador y Perú, además de nuestro país donde adquirió la empresa Argentina Minera (AMINSA), además de tener concesiones mineras de cobre en San Juan.Fortescue anunció en 2021 un desembolso de u$s8.400 millones para producir hidrógeno verde, y la creación de 15.000 nuevos puestos de trabajo directos y entre 40.000 y 50.000 indirectos. Con esta iniciativa, se espera convertir a Río Negro en un polo mundial exportador de hidrógeno verde, y que en 2050 tenga una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuales, lo que cubriría una producción energética equivalente a, por ejemplo, casi un 10% de la energía eléctrica consumida por Alemania en un año.
La empresa australiana recordó que tras el desembarco en el país, se comenzó el desarrollo del “Proyecto Pampas” en la Provincia de Río Negro. Actualmente el proyecto se encuentra en una etapa de prefactibilidad, fase en la que se llevan adelante los estudios ambientales, sociales y de ingeniería que permitirán la configuración del proyecto y los parques eólicos, planta de producción y líneas de transmisión en la Patagonia. Según pudo saber Ámbitoesta tarea demora más de un año y ya está en marcha, sin freno.

Cómo es el proyecto de Hidrógeno verde en Río Negro

La prospección que inició la empresa se basa en analizar cantidad y calidad de vientos, fuente energética principal para la producción, y se inició a partir de un acuerdo firmado junto al Ministerio de Desarrollo Productivo y la Nación y el Gobierno de la Provincia de Río Negro. Una vez determinado que el recurso eólico y otros son satisfactorios, se dará inicio a las consultas públicas y trámites para la construcción del proyecto, el cual tendrá tres etapas. La etapa piloto, para confirmar las capacidades previstas, con una inversión estimada en u$s1.200 millones, que producirá unas 35.000 toneladas de hidrógeno verde, energía equivalente para satisfacer a 250.000 hogares, la cual se iniciará en 2022 y finalizará en 2024. La primera etapa productiva, con una inversión estimada en u$s7.200 millones, producirá unas 215.000 toneladas de hidrógeno verde, capacidad energética equivalente para cubrir el consumo eléctrico de 1,6 millón hogares, y se extenderá hasta el 2028. Para llevar a cabo el proyecto, FFI instalará tres parques eólicos con una potencia total de 2.000 MW, que serán los encargados de generar la energía para la producción del hidrógeno verde.

Qué hace falta para avanzar con el proyecto de Hidrógeno verde

Lo que hace falta es el nuevo marco regulatorio a nivel nacional para el hidrógeno, que el Poder Ejecutivo se comprometió a enviar al Congreso en las próximas semanas, junto con el de GNL. La provincia de Río Negro ya dio sus pasos y aprobó por unanimidad la instalación de una planta de hidrógeno verde y la zona Franca para la localidad de Sierra Grande. La concesión llegaría a las 625.000 hectáreas y está orientada al emplazamiento de parques eólicos y las construcciones del proyecto. “Los trabajos y estudios anteriormente mencionados continuarán su curso durante todo el 2023 pero, para el avance a las siguientes etapas del proyecto, es clave contar con un marco regulatorio que defina las bases del desarrollo de esta industria en Argentina”, afirmaron desde Fortescue, luego que Clarín puso su continuidad en el país. Según los directivos de Fortescue, la ley nacional del H2 debe contemplar aspectos concretos:
  • el acceso a financiamiento a costos competitivos a nivel internacional;
  • libre disponibilidad de divisas para para pago de deuda y acreedores en el exterior;
  • un régimen impositivo favorable;
  • estabilidad financiera y fiscal;
  • convivencia entre la Ley de Fomento de Hidrógeno y Zona Francas;
  • expansión del sistema eléctrico nacional.
“El marco regulatorio es un paso fundamental para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde en el país y para capitalizar las oportunidades que ofrece la industria”, afirmaron. El año pasado la Asamblea y Exposición Global de Hidrógeno Verde 2022 se realizó en Barcelona y allí estuvo presente la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, que ahora será la anfitriona del evento en Bariloche. «A partir de estos proyectos, Argentina y Río Negro podrán constituirse en grandes proveedores de energía limpia acorde con la transición energética que se impone en el mundo por las consecuencias del cambio climático», afirmó la mandataria.

Foro Global de Hidrógeno Verde en Bariloche

Como era de esperarse, Fortescue participará del Foro Global de Hidrógeno Verde que se llevará adelante este jueves y viernes en Bariloche. Es más, es uno de los principales promotores del encuentro mundial, que busca discutir con otros actores clave las oportunidades que ofrece el hidrógeno verde y los aspectos claves a desarrollar para convertir esta industria una realidad en el país. Durante el evento se analizarán los grandes avances de la industria a nivel mundial, las potencialidades de Latinoamérica como escenario de oportunidades para recibir más y nuevas inversiones, «y los proyectos planteados en la región y el resto del globo», se aclaró. Con ese objetivo, la organización dispuso distintos espacios de intercambio, distribuidos en las sedes del Hotel Llao Llao y el Camping Musical de Bariloche. Allí, las diversas exposiciones permitirán conocer la visión del sector para fomentar la producción de hidrógeno verde a gran escala; como así también los planes del presente y los desafíos del futuro, oportunidades y los desafíos a resolver.
La apertura del evento, sin precedentes en Latinoamérica, estará a cargo de la Gobernadora Arabela Carreas; y contará con la participación del CEO de YPF, Pablo Iuliano; el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Daniel Filmus; y el Director del Gabinete de Estudios de Geocriología, Glaciología, Nivología y Cambio Climático, Silvio Pastore. Entre los principales oradores se encuentran, además, la directora de Política Energética para la Comisión de la Unión Europea, Cristina Lobillo Borrero; la secretaria de Energía argentina, Flavia Royón; el Presidente de Green Hidrogyn Organization, Malcolm Turnbull; embajadores, empresas como YPF, Shell, Toyota, Banco Patagonia, CAF, Genneia y Abo Wind. Asimismo, se espera la participación de científicos, especialistas y representantes de instituciones y organizaciones vinculados a las energías y la mitigación del cambio climático.

El programa completo del Foro Global de Hidrógeno Verde

Según el programa, el jueves 18 se tratará la «Perspectiva del hidrógeno verde: América Latina en el contexto global»; el «Potencial del hidrógeno verde en América Latina y el mundo», la «Financiación de la transición sostenible hacia una economía de hidrógeno verde»; el «Comercio internacional de hidrógeno verde: dónde se producirá y dónde se utilizará». También, la «Legislación y contratos para el hidrógeno verde»; la «Creación de una cadena de valor de hidrógeno verde: proyectos y desafíos en el camino hacia una economía de hidrógeno verde sostenible»; la «Visión al 2030 del desarrollo de la cadena de valor del H2V en Argentina dentro de la transición energética. El mismo día se debatirá a cerca de «Alemania como partner estratégico de Argentina para el desarrollo de un mercado sostenible para la producción, el uso y la exportación de hidrógeno y sus derivados»; «El hidrógeno verde en la transición energética argentina» y el «Enfoque en la perspectiva de la política climática sobre el hidrógeno verde». El viernes 19 se analizará el «Liderazgo latinoamericano y europeo para posibilitar la economía del hidrógeno verde» y se realizará la «Presentación de la misión de H2V de la Unión Europea en la Argentina: una oportunidad para reestructurar nuestra industria». Además, se repasarán los «Estándares de hidrógeno verde: aptos para su propósito enfoque para América latina»; las «Oportunidades de inversión en Latinoamérica» y los «Desarrollos tecnológicos y cadena de valor-downstream». Finalmente, se debatirá «Hacia una industria más verde»; «Foco en Argentina: aprovechando la oportunidad del hidrógeno verde» y «El hidrógeno verde y el ingreso a la industria».

Se extiende la convocatoria que incorpora profesionales altamente calificados a la Comisión Nacional de Energía Atómica

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La CNEA informa de a los profesionales argentinos sus requerimientos actuales.

Atendiendo a la demanda de pedidos de información desde diferentes puntos del país, las y los interesados en concursar podrán postularse hasta el próximo 29 de mayo a través de la web del Sistema Integral de Gestión y Evaluación (SIGEVA-CICYT), que funcionará como única plataforma de recepción de postulaciones. El título de grado es excluyente, pero es deseable que posean un doctorado o posdoctorado. En todos los casos, los títulos constituyen un suplemento relevante en el salario mensual a percibirse, y se ofrece un adicional por zona en caso de corresponder. La convocatoria está abierta a licenciados y licenciadas en Física, Química, Sistemas, Ciencias Biológicas, Bioquímica, Matemática, Farmacia, Geología y Ciencias de Datos, entre otras disciplinas, e ingenieros e ingenieras químicos, en materiales, mecánicos, electrónicos, aeronáuticos, Informática y ciencias ambientales. Las vacantes que se ofrecen son para desarrollar tareas en los centros atómicos Bariloche, Ezeiza y Constituyentes, y otras dependencias de la CNEA. Los puestos a cubrir corresponden a 88 perfiles. Se trata de cargos de investigadores en las áreas de materia condensada, superficies y nanociencia; caracterización de materiales; tecnología Blockchain; inteligencia artificial; astropartículas; sensores; Física teórica; materiales nucleares; metodologías nucleares de análisis; seguridad nuclear y residuos radioactivos; desarrollo experimental con haces de neutrones; ciberseguridad; eficiencia energética; gestión de proyectos en desarrollo en protonterapia; medicina nuclear, radioterapia e imágenes médicas; producción de radioisótopos, y sistemas dosimétricos y técnicas radioquímicas, entre otros temas. También se convoca a investigadores para las áreas de reactores avanzados y para desarrollo de detectores de radiación; daño por radiación e hidrógeno en materiales; análisis mecánico, fluidodinámico y vibratorio de reactores nucleares y máquinas rotantes; técnicas neutrónicas; procesos asistidos con láseres ultrarrápidos para enriquecimiento isotópico, y combustibles nucleares. Además, se requieren especialistas en Ingeniería Electrónica para desarrollos y ensayos de sistemas fotovoltaicos terrestres y espaciales; Ingeniería Mecánica; radiofarmacia; mantenimiento y desarrollo de equipos y sistemas experimentales orientados a síntesis química; seguridad nuclear; sistemas de computación de alta prestación; gestión y dirección de proyectos e instalaciones científico tecnológicas de gran escala; seguridad y licenciamiento para reactores experimentales; códigos neutrónicos; procesamiento de imágenes e información médica, y en Geología, Geomorfología e Hidrogeología, entre otros. Este llamado a concurso incluye 11 cargos con reserva para personas con discapacidad. El proceso de selección contará con varias etapas, que incluyen tanto el análisis de antecedentes curriculares y de la documentación de los postulantes, como entrevistas con representantes de alguno de los tres comités de evaluación. Estos últimos estarán integrados por profesionales de CNEA y por evaluadores del MINCyT.

El Canal Magdalena y los puertos argentinos

Después de la oficialización del llamado a licitación para el dragado del Canal Magdalena, el ingeniero naval y mecánico Horacio Tettamanti consideró que “de hacerse la obra, sería un enorme paso adelante y el mayor impacto sería para el puerto de Mar del Plata”, debido a las múltiples posibilidades que se abrirían a nivel de comercio exterior, exportaciones y generación de fuentes laborales. El llamado a licitación, realizado por el Gobierno nacional el pasado 8 de mayo, tendrá un presupuesto oficial superior a los 40 mil millones de pesos y las ofertas presentadas se conocerán el próximo 31 de julio. La obra permitirá conectar el sistema marítimo con el sistema fluvial y traería distintos beneficios a los puertos del país, especialmente al de Mar del Plata. “Es una obra de un impacto geopolítico extraordinario que cambiará la matriz de navegación que, actualmente, está fracturada al medio”, describió el ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación. “Hoy llevar una carga vía acuática entre La Plata y Mar del Plata es casi imposible -explicó- porque implica la necesidad de navegar hasta el norte, casi hasta Punta del Este, hacer cabeza en Montevideo y después regresar a la Argentina, duplicando los tiempos de lo que debería ser la logística más barata”. La situación actual generó que “se pierdan beneficios y caigamos en situaciones trágicas a nivel exportación, porque el 80 por ciento de los contenedores van por la ruta 2 debido al cepo logístico”, señaló el empresario del sector naval. Precisamente, ese cepo logístico “encarece todo y lo hace inviable, sin ninguna posibilidad de desarrollo de buques de bandera nacional”. “La marítima es la logística más barata: lo que vale un peso por agua vale 10 por ferrocarril y 100 por camión”, ejemplificó. Cambios De concretarse la obra, el puerto local será uno de los más beneficiados debido a que constituye “el primer puerto en el norte atlántico de la República. Incluso podría conformarse un ´predio hub´ para distribución de cara al sudeste, porque hoy no hay líneas para intercambiar en el frente Atlántico sin ingresar al Río de la Plata”, señaló el ingeniero Tettamanti. “Se podría ampliar -se entusiasmó- toda la exportación de la zona, no solo la pesquera, sino con todo el cordón frutihortícola. Sería un impacto muy positivo”. Así las cosas, consideró que “de hacerse la obra, sería un enorme paso adelante y el mayor impacto sería para el puerto de Mar del Plata”. “No por arbitrariedad, el gobernador (Axel) Kicillof instaló como los dos grandes vectores que pueden hacer el cambio en la provincia de Buenos Aires al dragado del Canal Magdalena y a la exploración petrolera offshore”, indicó. Y, en ese sentido, explicó que “se va a poder tener una estructura portuaria integrada, que nos permitirá ampliar la posibilidad de que otras líneas marítimas y otros mercados puedan sumarse al comercio exterior argentino”. Potencial Por otra parte, el exfuncionario detalló que “Mar del Plata es el primer puerto marítimo de la Argentina, con lo cual es evidente que la presencia del Canal Magdalena le va a dar una perspectiva que realmente necesitará que sea repensado, porque la potencialidad y las posibilidades serán enormemente superiores a las actuales”. Sin embargo, estimó que la concreción de la obra “afecta intereses muy concentrados y poderosos. Hace diez años que estamos tratando de llevarla adelante pero prevalece la estrategia del bloqueo”. “El Gobierno nacional -se quejó- esperó tres años y medio para encarar el proyecto, una espera muy difícil de justificar. Siempre decían que faltaban cosas para justificarse, para ganar tiempo”, consideró. La “lucha” que rememora Tettamanti se remite a sus épocas de funcionario nacional, en 2014, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando el proyecto “sufrió bloqueos y dificultades que no permitieron que se concretara”. Si bien aclaró que los tiempos del llamado de licitación “son escasos”, se esperanzó con que haya “vocación política para que se pueda adjudicar”. “Esperamos, esta vez, llegar a buen puerto”, dijo. De cumplirse con los plazos de licitación y adjudicación, el ingeniero estimó que “los tiempos previstos serían menos de un año” para la concreción de la obra. Contundente apoyo en el Concejo Deliberante Todos los bloques que integran el Concejo Deliberante de General Pueyrredon manifestaron su respaldo al llamado de licitación para la realización de las obras en el Canal Magdalena y exhortaron “a una pronta materialización”, a los efectos de asegurar “su concreción definitiva sin vuelta atrás”. Ese respaldo de los concejales de distintos espacios políticos fue entendido como “un gran apoyo al proyecto” por parte del ingeniero Horacio Tettamanti ya que fue “unánime, lo que significa que es una política de Estado”. En los considerandos del proyecto, manifestaron “la importancia estratégica, geopolítica, comercial y de soberanía de la concreción de las obras” en el Canal Magdalena, ya que tendrán “un impacto en la conectividad de los puertos fluviales, habilitando la integralidad fluvial de nuestro país”. Asimismo, destacaron que los trabajos conforman “una infraestructura estratégica que modifica cualitativamente la proyección nacional e internacional del puerto de Mar del Plata” y que permitirá “multiplicar por cien veces el trabajo y en un plazo de diez años puede generar más de 25 mil puestos de trabajo”. Y, en ese sentido, especificaron que “Mar del Plata constituye una cabecera regional atlántica con intereses productivos, laborales y comerciales en la concreción de dicha infraestructura” y resaltaron que “comprender la envergadura del canal es comprender las limitaciones del modelo geopolítico que limitó el desarrollo de nuestro país, pero sobre todo el desarrollo de los puertos atlánticos que no logran desplegar su potencial”.

Un fisico de la CNEA en la investigación de las muertes del 20 de Diciembre del 2001

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Rodolfo “Willi” Pregliasco es doctor en Física de la UBA, especializado en colisiones atómicas. Hoy está al frente del Grupo Física Forense del Centro Atómico Bariloche y es miembro del Programa Nacional Ciencia y Justicia del Conicet, pero su destino podría haber sido otro si décadas atrás uno de sus docentes y mentores, Ernesto Martínez, no lo hubiera interesado en participar como asesor en una causa judicial que lo llevaría a tener un rol tan clave como anónimo en un episodio basal de la historia argentina moderna. “Me traen para analizar el libro de la comisaría donde estuvo detenido Miguel Bru. Fue un shock –recuerda el experto–. Decidí largar todo y dedicarme a estas cosas”. Hasta entonces, no tenía nada que ver con el ámbito jurídico. Ese expediente resultó una bisagra y a partir de ahí le siguieron otros casos vinculados a violencia institucional. Hasta que llegó el 20 de diciembre de 2001. La represión policial en la Ciudad de Buenos Aires que dejó el saldo de cinco asesinatos solo en territorio capitalino debía ser investigado. ¿Qué podía aportar un físico? Pregliasco y su mentor, Martínez, desarrollaron pesquisa tras pesquisa diferentes técnicas y herramientas para aplicar en cada caso. Por ejemplo, el estudio de las sombras en las imágenes para dilucidar a qué hora ocurrió cada episodio registrado en imágenes. Dos décadas después, sus aportes científicos para dar con los responsables políticos y materiales de los hechos, a raíz del estudio de filmaciones y fotografías, se podrán ver en la película Maelström 2001, que se estrena este jueves en el Gaumont.
La calle hoy está cada vez más filmada, pero antes no era así. En la causa de Teresa Rodríguez había dos filmaciones y cuatro fotos; el 2001 fue justo la transición, había material pero los VHS estaban sucios, guardados en cajas o apilados entre los expedientes. Eran cientos y no había una nomenclatura para ese tipo de evidencia”, recuerda. Ordenar el material llevó meses.

Un físico del Conicet, el gran panóptico y las sombras

Como todo científico, Pregliasco intenta responder preguntas, pero lo que había pasado aquel día era tan amplio que el trabajo era inabarcable. El expediente era enorme: miles de testigos; discursos políticos y órdenes judiciales cruzadas; reuniones entre funcionarios; órdenes a las fuerzas; y comunicaciones entre la cúpula de la Federal y los subalternos. Todo al mismo tiempo y en diferentes escenarios. “No era tan simple como decir ¿quiénes son los autores materiales? La causa era contra el secretario de Seguridad de la Alianza, Enrique Mathov, que claramente era el autor intelectual, el que había organizado a la fuerza de seguridad», rememora. Pero estaba lo político, y también el accionar de las fuerzas policiales, y además unirlos en causas y consecuencias. Entonces decidieron hacer una reconstrucción de ese día. Para eso había que ubicar todo el material en espacio y tiempo: «inventamos una forma de anotarlo, porque había desde programas de televisión, material privado e incluso imágenes del Canal 4 de la Policía Federal que resultaron fundamentales para establecer lo que había pasado”. Fueron registrando cada video, cada cuadro, los intervalos temporales y dónde ocurrían: Congreso, Plaza de Mayo, las inmediaciones de Avenida de Mayo y 9 de Julio donde los agentes habían salido a cazar manifestantes. Primero con postas de goma, luego con munición de plomo.
El equipo de Pregliasco creó un programa, una especie de gran panóptico. Si se buscaba un preciso momento, con solo dar play se desplegaban todas las grabaciones obtenidas en simultáneo desde diferentes ángulos sobre ese mismo hecho. Fue fundamental la sincronización de las imágenes con el sonido, porque los horarios de cada grabación no coincidían. El estampido de los escopetazos, los gritos de los manifestantes o los flashes de las cámaras fueron el punto de apoyo para seguir el hilo de los acontecimientos. Para emparejar los segundos y minutos llegaron a estudiar las sombras y la ubicación del sol en determinados instantes. Eso le valió la libertad o la culpabilidad a algunos de los imputados. “Con esto logramos tener el registro histórico de lo que fue ese día de furia, de mucha violencia”, soslaya. A cada testimonio o decisión política le correspondía un efecto en la calle. La investigación le llevó un año. Ante los jueces, debió explicarla en apenas dos extensas jornadas. Tiempo después aparecería el director de cine Juan Pollio: «me contó que quería hacer una película sobre mi trabajo, le dije que sí pero que debía ser sobre el 20 de diciembre y sumar el contexto, para que se cuente la historia de este día. Ese es el valor de la película. Porque es un trabajo que se hizo para ir más allá de un juicio”. Pollio destaca: “nos empezamos a dar cuenta de que ese día, a 20 años, permanecía muy desordenado en cuanto a saber qué había pasado, cómo había empezado, cómo se había desarrollado; y por qué se dio esa violencia de las fuerzas de seguridad que nunca se pudo controlar. A eso se sumaba que había habido un juicio del que se sabía muy poco o casi nada, del cual había imágenes y testimonios de personas que nunca habíamos escuchado ni visto. También hubo un montón más de heridos de bala de plomo. Valía la pena contar todas estas historias”.
Un juicio que eligió centrarse en pocos culpables
La película producida por Conicet Documental resume el trabajo del físico Rodolfo Pregliasco durante los dos años del juicio –entre febrero de 2014 y mayo de 2016– que llevó adelante el Tribunal Federal N°6 de CABA para esclarecer los asesinatos de Diego Lamagna, Gastón Marcelo Riva, Carlos Almirón, Alberto Márquez y Gustavo Ariel Benedetto; y al menos cuatro intentos más de homicidio culposo. En diciembre de 2021, la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó las penas para el ex secretario de Seguridad del gobierno de la Alianza, Enrique Mathov (cuatro años y tres meses de prisión), y al ex jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, que salió con tres años y seis meses de prisión por los tres homicidios culposos de Riva, Lamagna y Almirón, además de 25 lesiones culposas. Por su parte, el ex subcomisario Carlos José López fue condenado a cinco años y nueve meses de prisión por homicidio en agresión (el caso de Márquez) y el ex agente Víctor Manuel Belloni recibió una pena de dos años y nueve meses de prisión por abuso de armas. Las condenas se circunscribieron en su mayoría en los agentes de seguridad. No hubo más penas ni mayores investigaciones para los responsables políticos de una jornada negra para la historia argentina. Comentario de AgenddAR: Poca justicia, pero justicia al fin.

Tiene media sanción de Diputados el proyecto de monotributo tecnológico

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El proyecto de monotributo tecnológico, que ya cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados, inició su trayecto legislativo en el Senado nacional a través de la Comisión de Presupuesto. La propuesta crea un monotributo tecnológico para que más de 30 mil trabajadores de la economía del conocimiento que trabajan para el exterior puedan formalizar ingresos en divisa extranjera por servicios exportados. Está destinado a los profesionales que facturan sus servicios basados en el conocimiento como software, servicios profesionales, biotecnología, nanotecnología e industria audiovisual y para quienes participen en competencias de e-sports a nivel profesional. Podrán inscribirse en el nuevo régimen cuando perciban ingresos por hasta 30.000 dólares al año y pagar al fisco mediante un esquema de cuatro escalas diferenciadas, siempre que desarrollen su actividad en el país y su uso se lleve a cabo en el exterior. El proyecto del nuevo esquema tributario propone tres categorías de ingresos anuales: hasta 10.000 (833 dólares por mes), hasta 20.000 (1666 dólares por mes) y hasta 30.000 (2500 dólares por mes). Cada categoría se establece de acuerdo con el tope de ingresos y el monto integrado correspondiente a cada una de ellas que se abonará. Además incluye impuesto a las ganancias, obra social y aportes jubilatorios. El monto a abonar se corresponde con las categorías establecidas en el Régimen D, F y H, que actualmente es de 9245, 15712 y 31347 pesos, respectivamente. El Régimen Simplificado y Cambiario para Pequeños Contribuyentes Tecnológicos, tal como se lo conoce formalmente, fue presentado por el Poder Ejecutivo bajo el seguimiento del Ministro de Economía Sergio Massa. Obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados en marzo de este año. Entró este jueves a la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, y probablemente se gire a la de Ciencia y Tecnología una vez aprobado. Si en el recinto lo aprueban sin modificaciones, quedará convertido en ley.

Amores y odios

«Con Monotech se crean nuevas categorías de monotributo para los jóvenes trabajadores que exportan sus servicios tecnológicos al exterior, para que facturen sin necesidad de liquidar sus divisas y promoviendo el trabajo registrado con acceso a obra social y aportes jubilatorios», celebró el ministro de Economía Sergio Massa cuando fue aprobado el proyecto. Es «un enorme paso hacia la regularización financiera y tributaria de los gamers y programadores freelance que cobran en moneda extranjera y que desean tener sus ingresos en la Argentina», continuó. Las dos principales cámaras de la industria, CESSI y Argencon, cuestionan el proyecto, ya que lo ven como un incentivo a que  a una mayor cantidad de empleados renuncien a sus trabajos en relación de dependencia para empezar a cobrar más al trabajar en empresas radicadas en el extranjero. Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, aseguró que «el monotech, que puede tener lógica para algún sector, para el ecosistema del conocimiento es una amenaza grande porque amplía la posibilidad de fuga». «Un monotributista podrá cobrar 2500 dólares por mes y las empresas que exportan tienen que ingresar los dólares al tipo de cambio oficial, salvo un 30 por ciento que puede ser de libre disponibilidad si sus ventas trimestrales al exterior se incrementaron. Esto genera una distorsión que es mucho mayor para las pymes que no exportan», graficó. Además, marcaron que un trabajador que adhiera al monotributo tecnológico cómo está previsto en el proyecto termina aportando al fisco 376.164,00 pesos anuales mientras que un trabajador en relación de dependencia en una empresa radicada en el país aporta 13.637.060,24 pesos La industria de software en Argentina la integran unas 5.000 empresas que emplean a 150.000 personas y exportó el año pasado 2.600 millones de dólares. Su proyección es en 7 años llegar a los 400.000 puestos de trabajo con exportaciones por 10.000 millones de dólares.