Una de cada tres personas LGBTIQ+ sufrió agresiones o acoso por su orientación sexual
Un nuevo asteroide llevara el nombre de un astronomo argentino
De Río Negro al universo
Las novedades astronómicas abundan estas semanas. Denis Martínez, un aficionado a la astronomía conocido por su labor en el desarrollo y divulgación del astroturismo, también fue reconocido por la NASA tras descubrir un asteroide no identificado en el marco del proyecto de ciencia ciudadana International Astronomical Search Collaboration (IASC). El astrónomo rionegrino participa en el programa de búsqueda de asteroides del IASC, que proporciona datos astronómicos de alta calidad a científicos de todo el mundo, con el objetivo de realizar nuevos descubrimientos. Martínez, junto con Damián Drago de Buenos Aires y Deivy Castellanos de Ecuador, descubrieron el cuerpo espacial mediante el análisis de fotografías. El asteroide se encuentra en el Cinturón Principal, ubicado entre los planetas Marte y Júpiter, y lleva la nomenclatura provisoria «2022 OX27», aunque esperan que próximamente puedan elegir el nombre definitivo. Estos reconocimientos resaltan la importancia de la participación ciudadana en la exploración espacial y el papel fundamental de los científicos argentinos en el avance de la astronomía y la ciencia planetaria. Argentina celebra estos logros, que colocan al país en el mapa de la investigación astronómica mundial y fortalecen su presencia en el campo de la exploración espacial.9 de Julio: soberanía, estrategia militar y ámbito espacial
Reproducimos esta columna del Dia de la Independencia del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Gral. de División Juan Martín Paleo sobre soberania y estrategia militar.
«Este nuevo aniversario de la Independencia es una buena oportunidad para reflexionar y comprender que la defensa nacional es un problema de todos los argentinos.
Hace poco más de dos siglos nuestro país comenzaba su historia como Nación independiente y soberana. Los hechos políticos y sociales de una época convulsionada por las decisiones extranjeras sobre nuestra patria en formación, dieron inicio a un cambio trascendente. Desde nuestro rol como Fuerzas Armadas, Estado y soberanía son el marco de nuestra existencia, como lo fueron en aquel entonces, aunque la situación fuera más confusa e incierta. A pesar de los profundos cambios ocurridos en el plano internacional, el Estado-Nación sigue siendo el actor central en las relaciones internacionales y en la forma de organización de los pueblos, y esta es la herramienta principal para lograr nuestros objetivos. Por ello me parece oportuno, a partir de esos profundos cambios, relacionar los conceptos de soberanía, defensa y la influencia que el ámbito espacial ejerce hoy sobre los mismos.
Resulta innegable la estrecha relación que la actividad espacial tiene con la defensa, a tal punto que en las naciones más avanzadas del planeta como es el caso de Estados Unidos, Rusia y Japón, han organizado Comandos y Unidades Espaciales para asumir los desafíos de la defensa nacional en el espacio exterior, un ambiente operacional tan concreto como los convencionales.
Las tareas que los satélites de empleo militar desarrollan son variadas, pero radican esencialmente en comunicaciones y exploración o reconocimiento. Además, pueden realizar otras adicionales, tales como localización geográfica, guiado de sistemas no tripulados (incluyendo misiles de muy largo alcance) o incluso la neutralización o destrucción de satélites de eventuales enemigos en caso de conflicto (aunque esta última capacidad no ha sido oficialmente empleada por ningún estado, excepto en pruebas de validación contra satélites propios).
El propósito de este artículo es alertar desde el nivel Estratégico Militar, la seria amenaza a la seguridad nacional que supone la puesta en operaciones de la instalación de antenas de radar para el seguimiento de satélites de órbita baja, por parte de la empresa de capitales británicos LEOLABS en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Esta instalación, en construcción desde principios de año en nuestro territorio, pone de manifiesto la necesidad de disponer de una alerta temprana que permita adoptar a tiempo contramedidas que eviten la afectación de nuestros intereses soberanos.
Abrirle la puerta del gallinero al zorro
La empresa LEOLABS tiene sede en California (EE.UU) pero está compuesta de capitales británicos pertenecientes al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RUGB). De su propia página web, LEOLABS publica que es la principal empresa mundial proveedora de los siguientes servicios: A) Monitoreo y consciencia situacional de utilidad militar (LEOGUARD); B) Monitoreo de la posición orbital de los satélites (LEOTRACK); C) Identificación y alerta por riesgos de colisión en el espacio (LEOSAFE); D) Asistencia para la ubicación, seguimiento y recuperación de contacto con cargas útiles recién lanzadas a la órbita baja terrestre (LEOLAUNCH); E) Evaluación de los riesgos de colisión satelital; F) monitoreo de lanzamiento de vectores.
Tal es el perfil dual de la empresa (es decir civil y militar) que en la composición del directorio de LEOLABS hay ex miembros del Departamento de Defensa de los EE.UU y de la comunidad de inteligencia de dicho país así como también de la Real Fuerza Aérea Australiana. En efecto las 6 estaciones de radar de LEOLABS están situadas en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Portugal y Costa Rica. Los tres primeros países pertenecen al famoso acuerdo de “Five Eyes” que dichos Estados posee con el RUGB y Canadá que tiene por objetivo compartir datos de inteligencia.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/APSO6KXKIREBDFNBQKNUKSO5VU.jpg)
En lo que respecta a la amenaza a nuestra seguridad nacional, el RUGB mediante esa instalación está en capacidad de:
1- Brindar alerta temprana y consciencia situacional del espacio de batalla espacial en la órbita baja en la Argentina. Esto en concreto significa que el RUGB podrá monitorear nuestra actividad satelital tanto civil como militar (cuyos proyectos son justamente satélites de órbita baja) desde nuestro propio territorio en Tierra del Fuego.
2- La banda de operación (banda S) declarada por la empresa, coincide con la banda de operación de las estaciones terrenas de emisión y recepción de datos en banda S, recepción en banda X y Ka de los satélites argentinos. Esta significa que podrían interceptar datos y consecuentemente observar objetivos terrestres, marítimos o detectar aeronaves.
3- Seguimiento de trayectorias y lanzamiento de vectores como los que está desarrollando la Argentina desde la CONAE (familia de vectores Tronador).
En algunos foros virtuales se pretende desviar la atención y decir que se estaría aplicando un doble estándar contra la empresa británica LEOLABS, al no pedir el retiro de las agencias espaciales de la Unión Europea (UE) y China por las estaciones de exploración de espacio lejano en Malargüe (Mendoza) y Bajada del Agrio en Neuquén. En primer lugar, ni la UE ni China usurpan territorio nacional desde hace 190 años ignorando todas las resoluciones de la ONU que llaman al RUGB a negociar y solucionar el conflicto por vías pacíficas. Tampoco la UE ni CHINA instalaron bases militares, como Mount Pleasant, en territorio nacional ni militarizaron el Atlántico Sur realizando ejercicios militares cuyo objetivo es mantener la usurpación y coercionar militarmente a la Argentina. A su vez, ni China ni la UE han bloqueado el proceso de recuperación de capacidades militares a nuestro país mediante el veto sistemático a los sistemas de armas que contengan componentes de dicho origen.
En segundo lugar, las instalaciones de las agencias espaciales de la UE y China surgieron de convenios celebrados entre las partes realizados de acuerdo al marco legal vigente. En las cláusulas de dichos convenios Argentina puede usar las antenas instaladas (tanto de China como de la UE) para llevar a cabo sus actividades científicas de interés y en ese uso, también se puede controlar las actividades que las contrapartes realizan.
Por otro lado, no hubo intervención por parte de los ministerios competentes para tal efecto (Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio y Culto y el Ministerio de Defensa). Así por ser LEOLABS una empresa privada y al no mediar ningún tipo de acuerdo como los existentes con la UE y China, LEOLABS estaría en condición de brindarle inteligencia sensible de la Argentina al RUGB o a cualquier otro Estado que quisiera conocer los datos obtenidos por esas antenas de radar. Finalmente, las antenas de la UE y de China por ser concebidas para exploración de espacio profundo no suponen una amenaza a la seguridad nacional.
Misión del Instrumento Militar y el rol de la Inteligencia Estratégica Militar
La Directiva la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) es el documento de máximo nivel que describe el escenario internacional, le impone la misión al instrumento militar y establece los lineamientos que debe seguir el instrumento militar para cumplir esa misión. Esa Directiva es impartida por el Presidente de la Nación que de acuerdo a nuestra Constitución es el Jefe del Gobierno y Comandante en Jefe de las FF.AA.
La DPDN vigente establece que “(…)la persistente presencia militar, ilegítima e ilegal del REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE en las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR, SÁNDWICH DEL SUR y los espacios marítimos e insulares correspondientes obliga a tomar los recaudos de planificación de capacidades, despliegue y organización acordes por parte de nuestro sistema de Defensa.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/LFKITIDNZZDJPIEGKXA6ZRRU7Y.jpg)
A los efectos de garantizar los intereses vitales de la Nación, deben preverse y mantenerse los mecanismos necesarios para el control, la vigilancia, el reconocimiento y la producción de inteligencia militar estratégica de los espacios aeroespaciales, marítimos, terrestres y ciberespaciales. Este marco situacional debe ser abordado a partir de niveles de disuasión razonables, en cumplimiento de la misión primaria y esencial del INSTRUMENTO MILITAR”.
Como se puede apreciar la instalación de la base de radar de la firma de capitales británicos LEOLABS resulta totalmente incompatible con la misión militar impartida por el Presidente de la Nación a las FF.AA a través de la DPDN.
En efecto como bien señala la DPDN el dominio aeroespacial resulta de vital interés para la nación en lo que se refiere a la producción de inteligencia estratégica militar. En el marco de nuestra Estrategia Militar Multicapa de Restricción de Área el dominio aeroespacial constituye nuestra primera capa de defensa a los fines de monitorear y estar en condiciones de anticipar mediante el empleo de satélites las maniobras de posibles Amenazas Estatales Militares Externas (AEME). Ser vulnerable en esta primera línea de defensa nos dejaría sin consciencia situacional para monitorear el ejercicio de nuestra soberanía en nuestro territorio y espacio jurisdiccionales y quedaríamos sin la capacidad de anticipar un ataque de una AEME.
Como muestra el conflicto en Europa del Este y las imágenes que son de público conocimiento, el empleo de satélites y radares es de vital importancia a los fines de desplegar a las FF.AA. de acuerdo a la dirección de la maniobra militar del enemigo; mantener la comunicación y poder saber la situación de las unidades empeñadas e identificar las posiciones/blancos de interés del enemigo. Cabe destacar que no sólo están participando los satélites de Estados sino que existe una vasta red de empresas satelitales privadas proveyendo información en tiempo real a las partes involucradas. El caso más conocido es el del mediático empresario de origen sudafricano. Esta tendencia del conflicto moderno del empleo de empresas con fines militares nos obliga a repensar algunos aspectos de la capa de defensa anticipar.
¿Y por casa, cómo andamos?
Nuestro país se encuentra a la vanguardia regional en el desarrollo, puesta en órbita y operación de diferentes tipos de satélites, con una experiencia que se remonta al LUSAT 1, lanzado al espacio en 1990 y que ha dejado de cumplir las funciones de comunicaciones previstas por agotamiento de sus baterías; sin embargo su radio baliza, de diseño argentino, aún sigue enviando datos de telemetría y continua en la órbita original, constituyendo un récord internacional en la materia.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/VI7NJHQEUZFXTJA63OM4HIIA3Q.jpg)
En el año 1991, se crea la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), responsable del Plan Satelital Argentino, el cual ha llevado a la puesta en órbita de una serie de satélites de investigación científica (serie SAC A a D), de apoyo en casos de emergencia emergencias en colaboración con Italia (SAOCOM) y de comunicaciones (ARSAT 1 y 2).
Otras organismos desarrollaron nano satélites y micro satélites con aplicaciones variadas, entre los que se pueden citar a los CubeBug-1 y CubeBug-2, desarrollados por la empresa Satellogic en colaboración con INVAP y el PEHUENSAT 1, para comunicaciones, desarrollado por la Universidad Nacional del Comahue, entre otros.
Todos los descriptos precedentemente son satélites de órbita baja, con tiempo de cobertura efectivo reducido sobre el territorio nacional, con excepción de los ARSAT que son geoestacionarios, es decir, orbitan a gran distancia de la tierra siguiendo su movimiento de rotación y asegurando la cobertura permanente.
Son muchas las empresas y organizaciones nacionales (esencialmente centros de investigación universitarios o militares) involucradas en la concepción, diseño, desarrollo, fabricación, puesta en órbita y operación de satélites, pudiendo mencionar a INVAP, Satellogic, DIYsatellite, la Universidad de San Martín, la de Córdoba, el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Defensa (CITEDEF), VENG, y muchas otras de reconocida experiencia y consistencia tecnológica.
Estas capacidades son una muestra de soberanía tecnológica que es preciso mantener e incrementar.
El dominio espacial: necesidad excluyente del planeamiento estratégico militar
Como hemos expresado en otras oportunidades el Estado Mayor Conjunto ha adoptado, producto de los estudios y conclusiones de un detallado trabajo de planeamiento, una estrategia o concepto de empleo del Instrumento Militar que se denomina multicapa ya que concibe a la defensa como varios sistemas de operaciones multidominio dispuestos en profundidad o capas, compuestos por diversas capacidades que operan en forma sincronizada, ágil e integrada en sus dimensiones físicas (aire, mar, tierra, espacio exterior) como no físicas (información, ciber, espectro electromagnético), procurando limitar la libertad de acción del enemigo en una zona de operaciones mediante acciones militares no lineales de desgaste, rehusando el enfrentamiento decisivo.
La vigilancia espacial constituye un recurso insustituible en la estrategia de defensa adoptada y, en tal sentido, se han definido necesidades, características generales, prestaciones requeridas y prioridades para el desarrollo y operación de satélites, en el corto y mediano plazo, siendo considerados inicialmente necesarios, los de comunicaciones y los de observación y vigilancia.
A pesar de que nuestro instrumento militar se encuentra en un proceso de recuperación de capacidades militares, basado en la incorporación de nuevas tecnologías y en un marco de recursos financieros reducidos, las capacidades nacionales en la materia se encuentran en un incipiente desarrollo, lo que hace factible considerar que los futuros satélites militares argentinos sean de construcción nacional, y en un período un poco más extenso, puestos en órbita por nuestros propios vectores.
Tal es así que, en base a requerimientos operativos preexistentes en las Fuerzas Armadas y en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCFFAA), se implementó en el ámbito del Ministerio de Defensa, una “Mesa de Satélites”, con el objeto de constituir un espacio de conocimiento mutuo entre las organizaciones militares y los organismos especializados en la materia, definir los requerimientos de detalle, y poder satisfacer de manera sinérgica y eficiente, las necesidades satelitales de la defensa.
A partir de esto, y partiendo de un convenio existente entre el Ejército Argentino y CITEDEF, el Estado Mayor Conjunto puso a consideración de las autoridades, un programa esquemático para el desarrollo del Sistema Satelital de la Defensa.
Dicho convenio entre el Ejército y CITEDEF, considera, a partir de un nano satélite aportado por CITEDEF, su equipamiento por parte de la Dirección General de Comunicaciones e Informática del Ejército Argentino, con medios de retransmisión de comunicaciones, la instalación de una estación terrena de control, seguimiento y operación del satélite y la capacitación y adiestramiento de personal de las tres fuerzas armadas en dichas actividades.
El lanzamiento, será realizado por SPACE X a mediados del año 2024, a través de los servicios brindados por una empresa española.
El satélite del tipo CubeSat ήSatélite, tiene una vida útil mínima de 3 años, un peso inferior a dos kilogramos equipado y el retransmisor de comunicaciones, tendría una velocidad mínima de transmisión de 19,2 kbps.
Como vemos, las capacidades tecnológicas existentes y el know how local, permitirán disponer de una red satelital de comunicaciones propia del sistema de defensa, y capacidades propias satelitales de vigilancia y observación, en un horizonte de entre 5 y 8 años.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/4BHVEJQUZZDXBAYEOD3VLQWZYE.jpg)
Política, Defensa y Soberanía
Como mencioné en párrafos anteriores, estas capacidades expresadas constituyen una muestra de soberanía tecnológica y traen aparejado el desarrollo de una infraestructura de generación de conocimientos científicos y tecnológicos vinculados a la Defensa y de un aparato industrial capaz de producir equipamiento y sistemas a partir de esos conocimientos, traccionando consecuentemente al resto del sistema productivo del país con una fuerte repercusión en la generación de puestos de trabajo altamente calificados.
No obstante, desde varios sectores del ámbito nacional se potencia esta situación en un nicho tecnológico en el cual nuestro país se encuentra avanzando a paso firme, razón por la cual resulta importante considerar desde el punto de vista de la competencia por la conectividad en el Atlántico Sur analizar en detalle las infraestructuras que se desarrollan, fundamentalmente aquellas que puedan ser de interés para el ámbito militar por las ventajas o desventajas que representen para nuestra soberanía en el espacio a partir de la autorización para la instalación de sistemas de seguimiento y rastreo de objetos en el espacio, por parte de estados o de empresas extranjeras, especialmente si las mismas se encuentran relacionadas con la potencia militar extra regional que mantiene usurpada parte de nuestro territorio soberano, explota nuestros recursos naturales y veta sistemáticamente nuestro acceso a sistemas de armas que permitan recuperar capacidades perdidas a nuestro instrumento militar aunque solo contengan un chip o tornillo de origen británico.
En el marco de una estrategia basada en el principio de la Conectografía, que relaciona Infraestructuras con Cadenas de Suministros, disponer de una constelación de satélites geoestacionarios propios constituye una infraestructura vital que contribuirá en forma exponencial a mejorar la conectividad de nuestro país en general y de nuestras FFAA en particular.
Conclusiones
La Maniobra Estratégica está compuesta por mensajes, que se transmiten con hechos, palabras e inclusive con silencios. Nuestra Maniobra Estratégica está compuesta de hechos de importancia como la reapertura de la Brigada X de la Fuerza Aérea en Río Gallegos, el puente aéreo entre la Argentina Continental y la Argentina Insular (Tierra del Fuego), el radar de vigilancia aérea en río Grande, la creación de una Guarnición Militar Conjunta en Tierra del Fuego, materializada por la Base Naval Integrada y la Base de Despliegue Adelantada de la Fuerza Aérea en Ushuaia, la apertura de una Unidad del Ejército Argentino en Tolhuin y la reapertura de Petrel como nueva puerta de acceso a la Antártida. Este mensaje que materializa nuestra maniobra tienen lógicamente que tener una respuesta de nuestro oponente, con quien estamos compitiendo. Cuando se produce una competencia en un escenario (en este caso el Atlántico Sur) ambos competidores emiten sus mensajes. Al mensaje estratégico argentino, Gran Bretaña responde instalando en forma indirecta, a través de una empresa privada un radar…en Tolhuin!!!. Sería de una inocencia inaceptable en este nivel de Conducción considerar lo acontecido como una mera casualidad.
La utilización de empresas privadas con estrechos vínculos con las Fuerzas Armadas de otros Estados para obtener información y de esa manera aumentar su capacidad militar, ya resulta una tendencia insoslayable en los conflictos armados de la actualidad.
En un mundo en el que las tensiones se diversifican y multiplican nuestra misión principal sigue siendo la defensa integral de nuestra soberanía nacional. Sería ingenuo no comprender que estamos inmersos en la competencia estratégica de los grandes actores globales. Argentina y el Atlántico Sur son parte de su escenario competitivo, impactando en términos de nuestros intereses en la soberanía de los territorios usurpados, sus recursos naturales y la conectividad en la proyección sobre la Antártida. En esto radica la superlativa importancia de invertir en nuestro Instrumento Militar como una verdadera política de Estado con su consecuente continuidad en el tiempo.
Por ello este nuevo aniversario de la Independencia de nuestra patria es una buena oportunidad para reflexionar y comprender que la defensa nacional es un problema de todos los argentinos, y debe constituir la primera luz de alarma para estar atentos ante situaciones como la analizada en este artículo, si es que realmente pretendemos seguir siendo un país libre y soberano.»
La Fuerza Aérea Argentina amplió el contrato con Fabrica Argentina de Aviones para modernizar de los IA-58 Pucará
Con el fin de completar el objetivo de modernización de la aviónica y la remotorización de tres IA-58 Pucará para llevarlos al estándar Pucará Fénix, el Jefe de Gabinete de Ministros dio luz verde para la ampliación del contrato vigente entre la Fuerza Aérea Argentina y la Fábrica Argentina de Aviones “Brigadier San Martín”. En total, el incremento significará un desembolso de casi $ 220 millones de pesos en concepto de mano de obra y de USD 3.717.437,50 millones de dólares en concepto de materiales.
La mencionada ampliación se realizará sobre el acuerdo vigente entre la FAA y FAdeA, el cual fue aprobado a fines de diciembre de 2021. Por aquel entonces, los montos asignados para los trabajos a realizarse en la fábrica cordobesa ascendían a USD 10.621.250 millones de dólares en concepto de materiales y $ 628.552.356 millones de pesos en concepto de mano de obra. Vale recordar que por la misma época también recibió luz verde el contrato para para el desarrollo, fabricación y provisión del pod multi-sensor ISR, proyecto adjudicado a la empresa rionegrina INVAP.
De la Decisión Administrativa publicada en el Boletín Oficial se desprende que “…la Dirección General de Material de la Fuerza Aérea Argentina solicitó la ampliación del 35% del monto total previsto en la mencionada contratación, con el fin de completar el objetivo de modernización de aviónica y remotorización de tres aeronaves IA-58 Pucará (de) serie para llevarlas a la configuración Pucará Fénix…”.
La ampliación contractual implica un espaldarazo para el programa Pucará Fénix, el cual marcó un hito el pasado 18 de mayo al realizar el roll-out que incluyó la presentación por finalización de la remotorización y la nueva aviónica.“…el Pucará Fénix avanzará en la siguiente etapa de pruebas, la cual implicará la ejecución de los ensayos en tierra y en vuelo, y finalmente la certificación de la nueva aviónica…”. Pese a que oportunamente no se abordaron plazos, los resultados en los ensayos funcionales tendrán incidencia directa en el cronograma previsto.
Para el rol-out del Pucará Fénix, los trabajos realizados en el único prototipo incluían la instalación del nuevo sistema NAV/COM en ambos puestos, así como la compatibilidad con el uso de gafas de visión nocturna. Consultado sobre los progresos en la modernización, el Jefe de Programa comentó que hasta el momento se habían realizado todas las instalaciones del hardware y pruebas iniciales.
Los planes vigentes de la Fuerza Aérea incluyen la finalización del prototipo y la producción de al menos tres Pucará Fénix de serie. Para ello se dispuso de cuatro IA-58 Pucará en las instalaciones de FAdeA, los A-568, A-571, A-582 y el A-585, aeronaves que cada tanto prestan apoyo en algunas actividades operacionales de la FAA. Vale destacar que el Jefe de Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, Brigadier General Xavier Isaac, ha expresado en varias ocasiones que la intención en el mediano/largo plazo es recuperar más aeronaves, situación que se vio reflejada en el anuncio de la compra de 5 conjuntos estructurales alares (shipset) para la remotorización en serie.
Pese a la buena noticia que significa la ampliación del contrato, lo cierto es que la decisión debe respaldarse con diversos movimientos burocráticos, entre ellos la disponibilidad de los fondos. Otro de los puntos críticos a resolver no solo pasa por la disponibilidad de divisas, sino también por la aprobación de las solicitudes elevadas a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Tanto el Ministro Taiana como la Presidente de FAdea, Dra Mirta Iriondo, expresaron los inconvenientes sobre esta cuestión y la necesidad de encontrar una solución a los fines de agilizar los plazos.
Vuelven a construiir centrales nucleares de gran escala en Canadá
Con advertencia por los riesgos, Estados Unidos aprobó un medicamento que retrasa el avance del Alzheimer
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) concedió el jueves la aprobación estándar a Leqembi, de Eisai y Biogen, para pacientes con enfermedad de Alzhéimer, despejando el camino para una mayor cobertura del fármaco por parte de los seguros.
La FDA incluyó su advertencia de seguridad más severa para un fármaco aprobado, un “aviso en un recuadro” en su envase en la que se señala el riesgo de inflamación cerebral potencialmente peligrosa de fármacos contra el alzhéimer como Leqembi.
Leqembi es un anticuerpo diseñado para eliminar los depósitos pegajosos de una proteína llamada beta amiloide del cerebro de los enfermos de alzhéimer.
Leqembi es el primer tratamiento del alzhéimer que obtiene la aprobación tradicional de la FDA, en dos décadas, un hito para una enfermedad mortal que ha eludido los esfuerzos de los fabricantes de fármacos durante décadas.

La agencia concedió la aprobación después que datos mostraron que el tratamiento ralentiza la progresión de la enfermedad en un 27% en pacientes en las fases más tempranas del alzhéimer.
“Creemos que el día de hoy es un triunfo para la comunidad de enfermos de Alzhéimer, después de tantos años de duro trabajo por parte de científicos, médicos, participantes en ensayos clínicos y sus cuidadores”, dijo en una entrevista Ivana Cheungng, presidenta ejecutiva de Eisaiai en Estados Unidos.
Leqembi recibió la aprobación “acelerada” de la FDA en enero por su capacidad para eliminar el amiloide, pero el plan de salud Medicare del Gobierno estadounidense para mayores de 65 años había cuestionado los beneficios de esa clase de fármacos y restringido la cobertura solo a los pacientes de un ensayo clínico. En la nueva etiqueta de Leqembi se explica la necesidad de vigilar a los pacientes para evitar inflamaciones y hemorragias cerebrales potencialmente peligrosas asociadas a los anticuerpos reductores del amiloide.
La advertencia también se aplicará a donanemab, de Eli Lilly and Co., un fármaco experimental contra el Alzhéimer que, según un comunicado de prensa de mayo, demostró ralentizar el deterioro cognitivo un 35% en un ensayo en fase avanzada. Los resultados completos de ese estudio se esperan para finales de este mes.
Aumentan los casos de faringitis e infecciones relacionadas
El Ministerio de Salud de Nación informó las últimas novedades sobre el aumento de casos relacionados con la acción de la Streptococcus pyogenes, una bacteria Gram-positiva que es la usual responsable bacteriana de mayor frecuencia asociada a las faringitis agudas y a infecciones cutáneas conocidas como impétigo, celulitis y escarlatina.
Los 52 capitulos de «La saga de la Argentina nuclear»
La saga de la Argentina nuclear – XXI y XXII
La saga de la Argentina nuclear – XXIII y XXIV
La saga de la Argentina nuclear – XXV La saga de la Argentina nuclear – XXVI La saga de la Argentina nuclear – XXVII La saga de la Argentina nuclear – XXIX La saga de la Argentina nuclear – XXXLa saga de la Argentina nuclear – XXXI
La saga de la Argentina nuclear – XXXII
La saga de la Argentina nuclear – XXXIII La saga de la Argentina nuclear – XXXIV La saga de la Argentina nuclear – XXXV La saga de la Argentina nuclear – XXXVI La saga de la Argentina nuclear – XXXVII La saga de la Argentina nuclear – XXXVIII La saga de la Argentina nuclear – XXXIX La saga de la Argentina nuclear – XL La saga de la Argentina nuclear – XLI La saga de la Argentina nuclear – XLII La saga de la Argentina nuclear – XLIII La saga de la Argentina nuclear – XLIVLa saga de la Argentina nuclear – XLV
La saga de la Argentina nuclear – XLVI La saga de la Argentina nuclear – XLVII La saga de la Argentina nuclear – XLVIII La saga de la Argentina nuclear – XLIX La saga de la Argentina nuclear – L La saga de la Argentina nuclear – LI La saga de la Argentina nuclear – LIIMineria: Cuanto recauda Chile y cuanto Argentina
ALDO DUZDEVICH
Mas detalles sobre el radar britanico instalado en Tierra del Fuego
El senador nacional Pablo Daniel Blanco (Juntos por el Cambio-Tierra del Fuego) reclamó explicaciones al gobierno nacional y denunció que en los últimos meses estuvo funcionando en Tolhuin, un radar perteneciente a una empresa de capitales británicos, en un territorio estratégico, a 670 kilómetros de las Islas Malvinas.
“Las instalaciones están en la estancia El Relincho, en el kilómetro 2946 de la ruta 3, y el radar ha venido funcionando en modalidad de prueba. La empresa multinacional invirtió un millón de dólares sin la intervención del Ministerio de Defensa ni de la Cancillería y la ceguera cómplice de la Aduana”, advirtió el legislador.
Blanco explicó que se trata de una estación terrena instalada por la empresa LeoLabs Argentina, a partir de una autorización provisoria que le otorgó la Jefatura de Gabinete el 15 de noviembre de 2022, cuando estaba al frente Juan Manzur, en un trámite que nunca pasó por el Ministerio de Defensa ni por la Cancillería. En el proceso de autorización intervino la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad, que dictó la resolución 8/22.
Varios meses después, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, solicitó la suspensión de ese permiso, lo que se concretó el 30 de junio último.
Recordó que el actual jefe de Gabinete y candidato a vicepresidente, Agustín Rossi, deberá ir al Senado el mes que viene para presentar su informe de gestión y “deberá dar explicaciones”.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/TDJIJGKNV5EBLMSSU4IKWURMUA.jpg)
El legislador opositor denunció que la instalación del radar contó con el aval del gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, ya que la provincia facilitó la provisión de energía eléctrica al emprendimiento.
“Tampoco la Inspección General de Justicia (IGJ) hizo observaciones al asentar la radicación en Tierra del Fuego de la filial de una empresa de capitales del Reino Unido y de Irlanda, en una zona tan sensible por su cercanía a Malvinas y a la Antártida”, advirtió.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/7CJVW5MO4NCQRMEF3IHRVO72VI.jpeg)
Radar en funcionamiento
El senador Blanco reveló que las propias autoridades de la empresa le confirmaron que el radar estuvo en funcionamiento hasta que la autorización fue suspendida, tras el reclamo del Ministerio de Defensa. Argumentaron que el objetivo del radar era “realizar el seguimiento de la basura espacial”.
Blanco había presentado un pedido de informes al gobierno de Alberto Fernández y representantes de la empresa le pidieron mantener una reunión. Recibió, así, a la directora de LeoLabs Space, Eileen Treanor, quien le entregó un acta de inspección técnica realizada por la Secretaría de Innovación Pública, en la que se deja constancia de “la existencia de una estación terrena con un radar instalado”.
La empresa Leolabs se constituyó en la Argentina a partir de una inversión de las empresas Leolabs Space Holdins Limited, con sede en Irlanda, y Leolabs Limited, asentada en Londres, con representación de Pablo Renán Bilbao, segón documentación a la que tuvo acceso el senador Blanco.
“No se encendió ninguna alarma. No les llamó la atención el objeto de la empresa, que era la instalación de un radar con capacidad militar, ni el origen del financiamiento”, insistió.
La suspensión de la habilitación del radar fue ejecutada en un procedimiento de la Secretaría de Innovación Pública, en una inspección que realizó al predio. En el operativo se constató la habilitación de “dos antenas unidimensionales con apuntamiento por fases que iluminan un reflector cada una” y la instalación de un sistema, con dos equipos transmisores NIDAS.
“Cada elemento ilumina un reflector de gran apertura, contando de 512 antenas individuales sin ningún movimiento mecánico, operando en Banda S (2910 -2990 MHz), una potencia de transmisión máxima de 100 W con un ciclo de trabajo de 20%, correspondiente a una potencia pico de 51,2 kW y una potencia media de 10,24 kW”, dice el informe técnico.
AgendAR insiste:
Estos son radares AESA, cuyas capacidades generalmente son múltiples y exceden la detección. Son armas electrónicas, probablemente aptas para interferir, por su sofisticación más que por su potencia (al menos, la declarada), los equipos de comunicaciones, posicionamiento y navegación de satélites y otros objetos orbitales. En la categoría «otros objetos orbitales» son de interés los FOBS, o Fracto Orbital Bombing Systems, que pueden disimularse brevemente como satélites… pero son misiles. La idea de los FOBS apareció brevemente en los ’70: estás frente a un enemigo pero le disparás en direcciones divergentes de su posición, incluso 180 grados divergentes. El proyectil supera el límite de Kármán, a unos 100 km. de altura, que deja el 99,99997 de la masa atmosférica debajo. Vuela allí por inercia balística, sin prácticamente ningún efecto de frenado aerodinámico porque el medio ambiente es de alto vacío, y efectúa un vuelo orbital casi completo. Pero no llega a terminarlo, porque hace reentrada, y cae sobre su blanco en vuelo hipersónico evasivo y zigzagueante, de intercepción muy difícil. Pero además, viene desde radiales inesperados. Al enemigo le puede llegar incluso por retaguardia. Los FOBS eran un concepto para el cual ni la ciencia de materiales ni la electrónica de los ’70 tenían respuesta y se abandonó rápidamente. Pero la tecnología avanzó no poco desde entonces. Hay decenas de países tratando de refinar distintos sistemas de misiles hipersónicos, y muchos de ellos logran su alcance con motores scramjet, que «respiran» el poco oxígeno estratosférico (lo que los exime de cargar oxidantes a bordo), alcanzan una velocidad terminal superior a Mach 7 (7 veces la velocidad del sonido) y caen zigzagueando desde alturas generalmente suborbitales. Dentro de esta nueva frontera misilística se han puesto de moda los «gliders», con su capacidad de planeo hipersónico y su aspecto vagamente parecido a una tabla de surf, para poder hacer piruetas intra-atmosféricas más cerradas y resistir los momentos angulares de torsión. Lo casi inexplicable es que no ardan por la temperatura o se partan en pedazos por las fuerzas G. Un FOBS es un ligeramente parecido a un glider, pero alcanza alturas orbitales, goza de una larga etapa vuelo inercial sin propulsión, obtiene de esto un alcance mucho mayor, adquiere la capacidad de llegar al blanco desde cualquier dirección, y en su caída alcanza una velocidad terminal fulminante. Por supuesto, la fricción atmosférica y las fuerzas G generadas por las maniobras evasivas ponen al límite sus materiales y electrónica. Las diferencias entre un FOBS y un viejo misil intercontinental de vuelo balístico son notables. Estos tienen vuelos sub-orbitales y sus trayectorias son balísticas, es decir están predeterminadas por fuerzas calculables de inercia, así como de resistencia aerodinámica en la reentrada. La bomba voladora V-2 alemana fue el primer misil balístico, y en caída terminal era hipersónica e inatajable. Hoy no lo sería. La computadora de un radar de tiro a un proyectil balístico puede mandarle un anti-misil para atajarlo «al paso» y por proa, algo que estalle en un punto predeterminado de la parábola de caída, un lugar por donde el misil balístico tendrá que pasar sí o sí. Pero los gliders y FOBS, para los sistemas de defensa antimisil, son endiabladamente más complicados. El momento para detectar un FOBS, diferenciarlo de un satélite común, e interferir electrónicamente sus sensores y equipos de comunicaciones y posicionamiento es la etapa intermedia, la de «coasting», la de vuelo serenamente inercial y newtoniano. Con esto a la vista, la información de que el radar de Leolabs en Tierra del Fuego es un AESA es un dato interesante. Los radares AESA tienen antenas fijas pero formadas por centenares, y a veces miles, de elementos radiantes interconectados. Muestran muchas capacidades nuevas que los diferencian de los radares comunes, y uno de ellas es que son ofensivos, capaces de generar haces de microondas muy precisos, independientes entre sí y de oscilaciones relampagueantes, capaces de seguir decenas de blancos a la vez. Con estos haces y la frecuencia correcta pueden interferir otros radares, o altímetros-radar, o los «data links», los enlaces encriptados ultrarrápidos, con los que un satélite puede comunicarse con otros dentro de una constelación, o con estaciones terrestres de TC3: telemetría, comunicaciones, comando y control. Todo esto vale para los FOBS también, incluso si por características de vuelo se disimulan brevemente entre satélites comunes. En suma, las antenas en la estancia El Relincho no son únicamente detectores, probablemente también son armas de guerra electrónica antisatélite y anti-FOBS. Si los rusos tienen cosas parecidas a ésta que nos encajaron en Tierra del Fuego, seguramente la están empleando para interferir de algún modo la constelación satelital Starlink, que ya supera los 4000 satélites en órbita baja, y sumando. Con ella, Elon Musk provee de observación, telefonía celular y servicios IP desde comienzos de la guerra a las fuerzas armadas ucranianas. Si Musk ha perdido satélites por acción rusa, no nos enteraremos hasta dentro de años. Si nos enteramos. Los radares de Leolabs no tienen como misión la detección de basura espacial, aunque seguramente pueden hacerlo «de taquito», al menos con objetos en órbita de cierto tamaño (el de una pelota de fútbol o mayor), por su longitud de onda relativamente larga, de entre 7,5 y 15 centímetros, con frecuencia de entre 2 y 4 gigaherz. Si ésa es la única que tiene, asunto que deberían comprobar nuestros expertos en radarística. En realidad, las constelaciones de uso dual como Starlink, destinada por Musk a llegar a los 30 o 40.000 satélites, van a ser una causa enorme de la multiplicación de la basura espacial, incluso microscópica. Son demasiados objetos en orbitas demasiado bajas y a velocidades relativas demasiado grandes como para no generar tortazos, intencionales o casuales. Y cada piña en órbita genera decenas de miles de esquirlas que se diseminan en abanico a velocidades de 8 kilómetros por segundo y más, y pueden alcanzar tiempos de residencia orbital larguísimos. Y aunque sean minúsculos y pesen apenas unos gramos, tienen la capacidad de discapacitar o destruir otros satélites, especialmente sus partes más débiles (placas fotovoltaicas, antenas) por su enorme energía cinética. El síndrome de Kessler, predicho por Donald Kessler, de la NASA, en 1978, dice que la chatarra orbital en órbita baja (entre 200 y 1000 km. de altura) va a generar nueva chatarra orbital en crecimiento exponencial. Los tipos como Musk van a hacer verdad alegremente este vaticinio. Si los EEUU quisieran parar el síndrome de Kessler, deberían poner en vereda a Musk. Antes se va a congelar el infierno (ver Ucrania). El costo del síndrome de Kessler lo vamos a pagar los países espaciales emergentes, con tasas de aseguramiento impagables cada vez que tengamos que poner algo en órbita. Circular por ahí terminará por ser como bailar en una galería de tiro. Con esto queda dicho que en AgendAR estamos contra la basura espacial y de quienes la generan, pero en el caso de Leolabs tratamos de no ser totalmente imbéciles. Estos equipos no están al servicio de la Humanidad, ni de la industria espacial en general, ni del Reino Unido en particular. Ésas son unas cretinadas angelicales. Están al servicio de un club mucho mayor y con más plata, la OTAN, y obviamente de los EEUU, el director de esa orquesta. Dado que son pueden ser simultáneamente equipos de detección pero también armas anti-satélite y anti-FOBS, los argentinos que permitieron que estos radares se instalaran en territorio argentino nos volvieron aliados involuntarios de la OTAN, es decir co-beligerantes y blanco de ataque no sé si legítimo, pero al menos nada improbable. Eso en caso de que la guerra de Ucrania escale a mayores. Asunto que hoy, al menos, empieza a parecer tan inevitable como obvio. Va a suceder, sólo ignoramos hasta qué punto. Añado que la última vez que un presidente particularmente genuflexo y vendepatria nos metió como comparsas en una guerra petrolera de la OTAN, en 1991, nos ligamos dos bombazos en Buenos Aires, y 107 muertos, casi todos argentinos. Irigoyen y Perón la pasaron mal y resistieron presiones terribles para conservar la neutralidad argentina en las dos guerras mundiales del siglo XX. No sé qué dirían de los tipos que hoy nos están empujando nuevamente, y de yapa por engaño, a meter la cabeza en la picadora de carne de otra guerra ajena. Son basura, pero no espacial. PS: Reiteramos el sombrerazo a Taiana. Había un argentino en el arco. PS2: Hay desmantelar esas antenas y sus equipos anexos YA. Pero antes de devolver todo en una bolsita a Leolabs, deberíamos examinar bien esas cosas. Deben estar llena de avances técnicos valiosos. Y aquí no somos tan malos haciendo radares.Daniel E. Arias